la toleraneia como

21
CAPITULO 5 Malta adagio-Andante La toleraneia como categoria ideologies LA CULTURIZACION DE LA POI1TICA que hay tantas cuestiones hoy en dia que se per- ciben como problemas de intolerancia mas que como problemas de desigualdad, explotacion 0 injusticia? que creemos que la tolerancia es el remedio en lugar de serlo la emancipaci6n, la lucha politica 0 el combate ar- mado? La respuesta se halla en la operaci6n ideol6gica basics del liberalismo multiculturalista: la «culturiza- ci6n de la politica», Las diferencias politicas, derivadas de la desigualdad politica 0 la explotaci6n econ6mica, son naturalizadas y neutralizadas bajo la forma de dife- rencias «culturales», esto es, en los diferentes «modos de vida», que son algo dado y no puede ser superado. S610 pueden ser «tolerado». Esto exige una respuesta en los terminos que plantea Walter Benjamin: de fa culturi- zacion de fa politica a La politizacion de La cultura. La cau- sa de esta culturizaci6n es la retirada, el fracaso de las so- luciones claramente polfticas como la del Estado del

Upload: independent

Post on 28-Jan-2023

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

CAPITULO

5Malta adagio-Andante

La toleraneia comocategoria ideologies

LA CULTURIZACION DE LA POI1TICA

~Por que hay tantas cuestiones hoy en dia que se per­ciben como problemas de intolerancia mas que comoproblemas de desigualdad, explotacion 0 injusticia? ~Porque creemos que la tolerancia es el remedio en lugar deserlo la emancipaci6n, la lucha politica 0 el combate ar­mado? La respuesta se halla en la operaci6n ideol6gicabasics del liberalismo multiculturalista: la «culturiza­ci6n de la politica», Las diferencias politicas, derivadasde la desigualdad politica 0 la explotaci6n econ6mica,son naturalizadas y neutralizadas bajo la forma de dife­rencias «culturales», esto es, en los diferentes «modosde vida», que son algo dado y no puede ser superado.S610 pueden ser «tolerado». Esto exige una respuesta enlos terminos que plantea Walter Benjamin: de fa culturi­zacion de fa politica a La politizacion de La cultura. La cau­sa de esta culturizaci6n es la retirada, el fracaso de las so­luciones claramente polfticas como la del Estado del

1. Me baso en Brown, Regulating Aversion.2. Vease Samuel P. Huntington, The Clash ofCivilizations,

Nueva York, Simon and Schuster, 1998 (trad, cast.: El choque decitnlizaciones y la reconfiguraci6n del orden mundial, Barcelona,Paidos, 2007).

3. Vease Francis Fukuyama, TheEnd ofHistory andtheLastMan, Nueva York, Free Press, 2006, reimpresi6n (trad. cast.: Elfin de labistoria y el ultimohombre, Barcelona, Planeta, 1992).

bienestar 0 los diversos proyectos socialistas.La toleran­cia es su principio basico pospolitico.'

Fue el polit6logo Samuel Huntington quien propu­so la formulaci6n mas conocida de esta «culturizaci6nde la politica» allocalizar la fuente principal de los con­flictos actuales en el «cheque de civilizaciones», al quepodriamos llamar «la enfermedad de Huntington denuestro tiempo». Como dijo Huntington, tras el fin de laGuerra Fda, el «telon de acero de la ideologia» ha sidoreemplazado por el «telon de terciopelo de la cultura»."Su oscura vision del «choque de civilizaciones» puedeparecer 10 contrario de la perspectiva luminosa de Fran­cis Fukuyama del fin de la historia bajo la forma de la de­mocracia liberal en todo el mundo. Para este Ultimo elmejor orden social se halla en la democracia liberal capi­talista, de modo que en ella no hay ahora espacio para unprogreso conceptual ulterior, sino solo obstaculos ernpi­ricos que superar,' ~Que puede ser mas diferente de estaidea pseudohegeliana de Fukuyama del «finde la histo­ria» que .el «choque de civilizaciones» de Huntingtoncomo la principallucha politica del siglo XXI? El «cbo­que decioilizaciones» es fa politica delfin de fa bistoria.

La oposicion basica sobre la que se sustenta la vi­si6n liberal se plantea entre aquellos que son domina­dos por la cultura -determinados por completo por el

171LATOLERANClA COMO CATEGOlUA IDEOL6GICA

mundo vital en el que nacen- y aquellos que mera­mente «gozan» de su cultura elevados por encirna deella, libres para elegir.Esto nos lleva a la siguiente para­doja: la fuente definitiva de barbarie es la cultura mis­rna, esa identificaci6n directa con una cultura particu­lar que nos hace intolerantes respecto a otras culturas.La oposicion fundamental gira en tome a 10 colectivo y10 particular, 10 localista, 10 exclusivo de otras culturas,mientras que -siguiente paradoja- es el individuo elque es universal, ellugar de la universalidad, en tantoque se libra de y se eleva por encirna de su cultura par­ticular. Con todo, puesto que los individuos deben serparticularizados de algun modo, deben morar en unmundo de vida particular, el unico modo de resolveresta disonancia es dividir al individuo en universal yparticular, publico y privado (donde <<10 privado» cu­bre tanto el refugio familiar como la esfera publica noestatal de la sociedad civil, la econornia).

En elliberalismo, la cultura sobrevive, pero privati­zada, es decir, como modo de vida, como conjunto decreencias y practices, no como una red publica de nor­mas y reglas, La cultura se ve asi transustanciada: losmismos conjuntos de creencias y practices pasan delpoder vinculante de un colectivo a una expresion deidiosincrasias personales y privadas. Si la cultura esfuente de barbarie e intolerancia, la conclusi6n ine­vitable es que el unico modo de superar la intoleranciay la violencia es librar de la cultura al micleo del ser delsujeto, su esencia universal: en su esencia, el sujeto debeser kulturlos.4 El sosten filos6fico de esta Ideologia del

4. Esto Ie da incidentalmente un nuevo cariz a la f6nnulafamosa atribuida a Goering, «ruando oigo la palabra "cultura",

SOBRE LA VIOLENClA170

echomano a mi rev6lver», pero no, desde luego, cuandooigo lapalabra «civilizaci6n».

5. Rene Descartes, Discourse on Method, South Bend, IN,Univerisity of Notre Dame Press, 1994, pag. 33 (trad, cast.: Dis­curso del metodo, Madrid, Alianza, 2006).

[...] Se me ha enseiiado, incluso en mis dias de universi­dad, que no hay nada tan extraiio 0 tan poco creible queno haya sido sostenido por un filosofo u otro, y a 10 lar­go de mis viajes me di cuenta enseguida de que todosaquellos cuyossentimientosson contrarios a los nuestrosno son sin embargo barbaros 0 salvajes necesariamente,sino que pueden estar dotados de razon en un gradoigual 0 inclusomayor que nosotros.l

173LA TOLERANCIA COMO CATEGORfA IDEOL6GICA

divergencia entre Kant y Richard Rorty respecto a estadistincion de 10publico y 10privado se advierte en con­tadas ocasiones, pero no deja de ser crucial que ambosdistingan con claridad entre los dos dominies, pero demodos opuestos. Para Rorty, posiblemente el gran libe­ral contemporaneo, 10privado es el espacio de nuestrasidiosincrasias donde imperan la creatividad y la imagi­naci6n salvaje, y las consideraciones morales quedan(casi) suspendidas, mientras que 10 publico es el espa­cio de interaccion social donde debemos obedecer lasreglas de modo que no dafiemos a los dernas. En otraspalabras, 10privado es el espacio de la ironia, mientrasque 10 publico es el espacio de la solidaridad.

Para Kant, sin embargo, el espacio publico de la «so­ciedad civil mundial» designa la paradoja de la singu­laridad universal, de un sujeto singular que, en unaespecie de cortocircuito, al evitar la mediaci6n de 10par­ticular, participa directamente en 10 universal. Esto es10 que Kant, en el famoso pasaje de «iQue es la Ilus­traci6n?», quiere decir por «publico» como opuesto a«privado». «Lo privado» no es la individualidad propiaque se opone a los vinculos sociales, sino el autenticoorden comunitario-institucional de la identificaci6n par­ticular de uno mismo; mientras que «10 publico» es launiversalidad transnacional del ejercicio de la propia ra­z6n. La paradoja de la formula subyacente «piensa libre­mente, [pero obedece!» -que, desde luego, planteauna serie de problemas en sf misma, puesto que depen­de tambien de la distinci6n entre el nivel «performati­vo» de la autoridad social, yel nivel del pensamiento li­bre donde tal actuaci6n queda suspendida- es que unoparticipa en la dimensi6n universal de la esfera «publi­ca» precisamente como un individuo singular extraido

SaBRE LA VIOLENClA

Por eso las rakes etnicas, la identidad nacional y de­mas rasgos no son simplemente una categoria de fa uer­dad para un filosofo cartesiano. Por decirlo en terrninoskantianos, cuando reflexionamos acerca de nuestras ra­kes etnicas, nos implicamos en el uso privado de fa ra­zan, el cual esta limit ado por presuposiciones dogma­ticas contingentes, esto es, actuamos como individuos«inmaduros», no como seres humanos libres que mo­ran en la dimension de la universalidad de la raz6n. La

172

sujeto universal liberal es el sujeto cartesiano, especial­mente en su versi6n kantiana. Se concibe a este sujetocomo alguien capaz de desprenderse de sus rakes par­ticulares culturales/sociales y de afirmar su plena auto­nomfa y su universalidad. La experiencia fundadora dela duda universal de Descartes es precisamente una ex­periencia «multicultural» de c6mo la propia tradici6nno es mejor que 10que nos parecen las tradiciones «ex­centricas» de los dernas:

LA UNIVERSAUDAD EFECTNA

de (0 incluso opuesto a) la identificacion comunitariaparticular de uno mismo. Uno solo es universal euandoes radicalmente singular, en los intersticios de las identi­dades c~~unitarias. Es Kant quien debe ser leido aqufcomo ~ntl~~ d~ Rony. En su vision del espacio publicoen el eJerC1CIO ltbre de la razon, afirma la dimension dela universalidad emancipatoria/uera de los lfmites de laid~tidad social del individuo, de la posicion de unonusrno dentro del orden del ser (social). Esta es la di­mension que se ha perdido en Rorty.

175LA TOLERANCIA COMOCATEGoR1A IDEOL6GlCA

.beralismo esta tambien marcado por un fuerte prejui­cia: es intolerante cuando a los individuos de otras cul­turas no se les da libertad de eleccion, como es evidenteen cuestiones como la ablacion femenina, etmatrimo­·nio infantil, el infanticidio, la poligamia yel incesto. Sinembargo, ignora la tremenda presion que. par ejern­

plo, empuja a las mujeres en nuestra s~cie~ad li~~ral

a someterse a procedimientos como la crrugia esteuca,los implantes cosmeticos a las inyecciones de botoxpara seguir siendo competitivas en elmerc~~o d~l sexo.

As!pues, la idea liberal de «libre eleccion» siemprese ve atrapada en un callejon sin salida. Si el sujeto quie­re, puede optar por la tradicion local en la que nacio,siempre que se le ofrezcan altemativas para poder esco­ger con libertad. A los adolescentes arnish, par otra par-te se les da la posibilidad de elegir con libertad, perolas condiciones en las que se encuentran mientras reali­zan su eleccion hacen que esta no sea del todo libre.Para que de verdad pudieran elegir se les deberia infer­mar de manera adecuada sobre todas las opeiones y sereducados en elias. Pero la iinica manera de hacerlo pa­saria por eliminar su bagaje cultural amish y americani­zarlos.

Asimismo se deben considerar las limitaciones de latipica actitud liberal respecto a las mujeres musulmanasque llevan velo. A las mujeres se les permite llev~r velosi es su voluntad y no una imposicion de sus maridos 0

familiares. Sin embargo, desde el momenta en que las. mujeres llevan vela como consecuencia de una e~ecci6~

individual y libre, es decir, para afirmar su propra espi­ritualidad, el sentido del velo cambia par complete: yano es un signa de pertenencia a la comuni.d~d m~sul­

mana, sino una expresion de su propia individualidad.

SOBRE LAVIOLENCIA174

Es facll hacer que esta nocion liberal de la toleran­cia ~esult~ problematica y muestre de manera palpablela violencia que la sustenta. En primer lugar, no es unconcepto realmente universal, kulturlos, sin cultura. Y larazon es que en nuestras sociedades las diferencias la­borales en cuanto al genero estan a la orden del rna: lascategorias liberales basicas (autonomia, actividad publi­ca, competencia) son esencialmente masculinas, mien­tras que se reserva a las mujeres para la esfera privadade la solidaridad familiar. El propio liberalismo, en suoposicion de privado y publico. promueve la dominacionmasculina. Ademas, solo gracias a la cultura modernaoccidental del capitalism0, la autonomia y la libertadindividual se mantienen par encima de la solidaridadcolectiva, la conexi6n, la responsabilidad respecro a los.que dependen de nosotros, el deber de respetar las cos­t~mbres ~e ~uestra. comunidad. Elliberalismo privile­gia par SI mrsmo cierta cultura: la cultura occidentalmoderna. Ademas de par la libertad de eleccion, el li-

La diferencia es la misma que existe entre un granjerochino que se alimenta de comida china porque asi se hahecho en su pueblo desde tiempo inmemorial, y un ciu­dadano de una megalopolis occidental que decide ir acomer a un restaurante chino local. En nuestras socie­dades seculares, basadas en la libre cleccion, las perso­nas que mantienen un compromiso religioso sustancialestan en una posici6n subordinada. Incluso si se les per­mite mantener su creencia, esta creencia es «tolerada»porque se trata de su elecci6n u opini6n personal. En elmomento en que la presentan publicamente como 10que es para elios, es decir, una cuesti6n de pertenenciasustancial, se les acusa de «fundamentalismo». Lo cualimplica que el «sujeto de libre eleeci6n», en su «tole­rante» y multicultural significado occidental, puede sur­gir s610 como resultado de un violento proceso de ex­trafi.amiento de un mundo de vida particular, de un serarrancado de las propias rakes.

Deberia tenerse siempre en cuenta el aspeeto enor­memente liberador de esta violencia que nos hace ex­perimentar nuestro propio marco cultural como algoeontingente. No olvidemos que elliberalismo surgi6 enEuropa despues de la catastrofe de la guerra de losTreinta Afios que enfrent6 a catolicos y protestantes.Fue una respuesta ala angustiosa pregunta de c6mo po­dian convivir personas con diferentes lealtades religio­sas y exigia de los ciudadanos algo mas que una toleran­cia condescendiente respecto a las diversas religiones, masque la tolerancia como compromiso temporal: exigiarespeto par las demas religiones no a pesar de nuestrasconvicciones religiosas mas intimas, sino gracias a elias.El respeto a los demas es una prueba de autentica fe.Esta actitud se expresa mejor a traves del ejemplo de

6. Citado de Ziauddin Sardar y Merryl Wyn Davies, TheNonsense Guide to Islam, Londres, New InternationalistIVerso,2004, p. 77.

Abu Hanifa, el gran intelectual musulman del siglo XVIII:

«La divergencia de opinion en la comunidad es una se­fial de misericordia divina»." S610 dentro de este espacioideologico puede uno experimentar la propia identidadcomo algo contingente y «construido» de forma discur­siva. Por decirlo en pocas palabras, en filosofia no en­eontramos el discurso de Judith Butler 0 su teoria de laidentidad de genero producida performativamente sinel sujeto cartesiano. Sea 10 que sea aquello de 10 que seacuse al multiculturalismo liberal, deberiamos admitiral menos que es en gran medida «antiesencialista»: es suotro barbaro el que se pereibe como esencialista y, partanto, [also. El fundamentalismo «naturaliza» 0 «esen­cializa» rasgos condicionados en terminos historicos.Para los europeos modemos, hay otras civilizacionesque se ven atrapadas en su cultura especifica, mientrasque de la suya piensan que es flexible y que cambia eons­tantemente sus presupuestos.

Los criticos «poscoloniales» gustan de subrayar lainsensibilidad delliberalismo respecto a su propia limi­tacion: al defender los derechos humanos tiende a im­poner su propia versi6n de SI mismo a los demas, Sinembargo, la sensibilidad autorreflexiva respeeto a laspropias limitaciones s610 puede emerger sobre e1 tras­fondo de las nociones de autonomia y racionalidadpromovidas por elliberalismo. Uno puede, desde lue­go, mantener que la situaci6n occidental es inclusopeor porque en elia la opresi6n es borrada yenmasca­rada como libre eleccion. (~De que te quejas? Til ele-

\

177LATOLERANCIA COMOCATEGORfA IDEOL6GICASOBRE LAVIOLENCIA176

giste hacer eso.) En efecto, nuestra libertad de eleccionfunciona a menudo como un mero gesto formal de con­sentimiento respecto a nuestra propia opresi6n y ex­plotaci6n. Can todo, aqui es pertinente la ensefianza deHegel acerca de la importancia de la forma: la formatiene una autonornia y eficiencia propias. Cuando com­paramos a una mujer del tercer mundo forzada a some­terse a una ablaci6n a comprometida desde nina con ladolorosa cirugia estetica de la mujer del primer mundo«libre para elegir», la forma de la libertad importa, puesabre un espacio para la reflexi6n critica.

Ademas, la descalificaci6n de otras culturas comointolerantes 0 barbaras tiene como contrapartida la ra­pida admisi6n de su superioridad. Recordemos cuantoscolonos britanicos de la India admiraban la profundaespiritualidad de la sociedad de este pais, fuera de al­cance para los occidentales, teniendo en cuenta nuestraobsesi6n par la racionalidad y la riqueza material. ~Noes uno de los topoi delliberalismo occidentalla proyec­ci6n en el otro de una vida que es mas armoniosa, masorganica, menos competitiva, y dirigida a la coopera­ci6n mas que a la dominaci6n? Vinculado a ella esta laceguera ala opresi6n en nombre del «respeto» por lacultura del otro. Incluso la libertad de elecci6n se evo­ca a menudo de un modo perverso: esas personas hanelegido su modo de vida, incluyendo quemar a las viu­das, y par muy deplorable y repulsivo que nos parezca,debemos respetar su elecci6n.

La critica «radical» pascolonial delliberalismo per­manece entonces en el tipico nivel marxista de denunciade la falsa universalidad, de mostrar c6mo una posici6nque se presenta como neutral y universal privilegia cier­ta cultura (heterosexual, masculina, cristiana). Dicho en

terminos mas precisos, tal postura se halla contenida enla posici6n tipica posmoderna y antiesencialista, una es­pecie de versi6n politica de la noci6n foucaultiana delsexo en tanto ha sido generado por multitud de practi­cas sexuales: aqui un conjunto de practicas politicas quematerializan la ciudadania construye al «hombre», al ti­tular de los derechos humanos. Los derechos humanossurgen como una universalidad ideologies falsa que en­mascara y legitima la politica concreta del imperialismoy la dominaci6n occidental, las intervenciones militaresy el neocolonialismo. La cuesti6n seria si eso es suficien­te para constituir una critica.

Una lectura sintomatica de caracter marxista puededemostrar con convicci6n el contenido particular queda el sesgo ideo16gicoburgues a la noci6n de derechoshumanos: los derechos humanos universales son en rea­lidad el derecho de los propietarios blancos a intercam­biar y explotar en el mercado a los trabajadores y a lasmujeres con totallibertad, asi como el derecho a ejercerla dominaci6n politica.

La identificaci6n del contenido particular que primaen la forma universal muestra, sin embargo, s6lo la mi­tad de la historia. La otra parte,de caracter crucial, con­siste en proponer una cuesti6n suplementaria muchomas dificil, la de la emergencia de la autentica forma deuniversalidad. ~C6mo y en que condiciones hist6ricasespecificas se convierte la universalidad abstracta en un«heche de la vida (social)»? ~En que condiciones sesienten los individuos como sujetos de los derechos hu­manos universales? Esta es la clave del analisis de Marxdel fetichismo de la mercancia: en una sociedad en laque predomina elintercambio de rnercancias, los indivi­duos, en su vida cotidiana, se relacionan consigo mis-

178 SaBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGoRfA IDEOLOGICA 179

mos -as1 como con los objetos que encuentran- comoencarnaciones contingentes de nociones abstractas uni­versales. Lo que soy, mi trasfondo concreto social 0 cul­tural, 10 experimento como algo contingente, puestoque 10 que me define en Ultima instancia es la capacidadabstracta universal de pensar y trabajar. Cualquier obje­to que pueda satisfacer mi deseo es percibido como con­tingente, puesto que mi deseo es concebido como unacapacidad formal abstracta, indiferente respecto a lamultitud de objetos particulares que pueden satisfacer­10, pero que nunca 10 hacen por completo. La concep­cion moderna de la profesion implica que me percibocomo un individuo que no «nace directamente en» supapel social. En que me convierta depende de la rela­cion que exista entre las circunstancias sociales contin­gentes y mi libre eleccion. En este sentido decimos queel individuo conternporaneo tiene una profesion --eselectricista 0 profesor 0 camarero-, pero no tiene senti­do afirmar que un siervo medieval era campesino deprofesion, El punto crucial es que, una vez mas, en cier­tas condiciones sociales de intercambio de mercancias yeconomia global de mercado, «la abstraccion» se con­vierte en una caracteristica directa de la vida social ac­tual. Mecta a como los individuos concretos se compor­tan y se relacionan con su destino y con su circulo social.Marx comparte la opinion de Hegel acerca de como launiversalidad se hace «para S1» solo en tanto que los in­dividuos no identifican por completo la esencia de su sercon su situacion social particular. Una circunstancia de­rivada de ello es que estos individuos se perciben siern­pre «sin vinculo alguno» respecto a su situacion: la exis­tencia concreta y efectiva de la universalidad produceun individuo sin lugar propio en el edificio global. En

181. LATOLERANClA COMO CATEGORlA IDEOL6GICA

7. Vease Claude Lefort, The Political Forms o/Modern So­ciety: Bureaucracy, Democracy, Totalitarianism, Cambridge, MA,MIT Press, 1986 (trad. cast.: Las/ormas de la bistoria: ensayos deantropologia politico, Fondo de Cultura Econornica, 1988), y

Jacques Ranciere, Hatred to Democracy, Londres, Verso, 2007(trad. cast.: Elodio a la democracia, Buenos Aires, Amorrortu,2007).

una estructura social dada, la universalidad se hace. «para S1» solo en aquellos individuos que carecen de unJugar propio en ella. El modo en que aparece una uni­·versalidad abstracta, su entrada en la existencia actual,produce aS1 la violencia: irrumpe con violencia en unaestructura organica precedente.

Ya no basta con sefialar el conocido analisis marxistaacerca de la brecha que existe entre la apariencia ideolo­gica de la forma legal universal y los intereses particula­res que la sostienen, como es comun entre los criticospoliticamente correctos de la izquierda. El contraargu­mento expuesto por teoricos como Claude Lefort yJac­"lues Ranciere segun el cualla forma nunca es «mera»forma, sino que implica una dinarnica propia que dejahuellas en la materialidad de la vida social, es totalmentevaIido. 7 Despues de todo, la «libertad formal» del bur­goes pone en marcha todo el proceso de exigencias poli­ticas materiales y practicas, desde las demandas de lossindicatos hasta las del feminismo. Ranciere subraya conacierto la ambigiiedad radical de la nocion marxista de labrecha entre la democracia formal con su discurso acer­ca de los derechos del hombre y la libertad politica, y larealidad economica de explotacion y dominacion, Estabrecha entre la «apariencia» de la igualdad-libertad yla realidad social de las diferencias econornicas y cultu­rales puede interpretarse de dos modos: el modo tipico

SOBRELAVIOLENCIA180

sintomatico, de acuerdo con el cual la forma de los dere-.chos humanos, es decir, la igualdad, la libertad y la de­mocracia, es simplemente una expresi6n necesaria percilusoria de su contenido social concreto (el universo dela explotacion y la dominaci6n de clase): 0 en el sentidomucho mas subversivo de una tensi6n en la que la «apa­riencia» de la egalibert« no es precisamente una «meraapariencia», sino que tiene su propio poder, que le per­mite poner en marcha elproceso de rearticulaci6n de lasrelaciones socioecon6micas actuales a traves de su pro­gresiva «politizaei6n»: wor que no deberian votar lasmujeres?, ~por que las condiciones de trabajo no pue­den ser una preocupaci6n politica publica>, etc. Aquiresulta tentador emplearse elviejo termino levi-straus­siano de «eficacia simb6lica»: la aparieneia de egalibertees una ficcion simbolica que, como tal, posee una efica­cia real por sf misma. No obstante, debemos resistimosa la tentaci6n cinica de reducirla a una mera ilusi6n queoculta una facticidad diferente. Eso seria caer en latrampa de la vieja hipocresla estalinista que se burlabade la libertad burguesa «meramente formal»: si era tanformal y no perturbaba las verdaderas relaciones de po­der, ~por que no la permiti6 el regimen estalinista?~Que le asustaba de ella?

El momento crucial en cualquier lucha te6rica -y,por tanto, etica, politica y, como demostr6 Badiou, in­cluso estetica-> es el surgimiento de fa uniuersalidad apartir de un mundo de fa vida concreto. Ellugar comunsegun. el cual estamos basados por complete en unmundo de la vida efectivo, contingente, de modo quetoda universalidad esta irreductiblemente contaminaday vinculada a ese mundo de la vida, debe ser invertido.El autentico momento del descubrimiento, del avance

183LA TOLERANCIA COMO CATEGORlA IDEOL6GICA

ocurre cuando una dimensi6n universal correcta explo­ta desde dentro de un contexto concreto, sebace «para sf»y es vivida directamente como universal. Esta «universa­lidad para sf» no s610 es externa a todo contexto 0 estapor encima del mismo, sino que se inscribe en su inte­rior y 10 modifica y afecta desde dentro, demodo que laidentidad del particular se divide entre sus aspectosparticular y universal. Sin duda Marx ya vislumbr6 que

.el problema real en 10 que atafie a Homero no era ex­plorar las rakes de su epica en la temprana sociedadgriega, sino dar cuenta del hecho de que, aunque clara­mente arraigado en su contexto historico, fuera capazde trascender sus origenes hist6ricos y hablar a todaslas epocas. Quiza la prueba hermeneutics mas elemen­tal de la grandeza de una obra de arte sea su capacidadpara sobrevivir arrancada de su contexto original. En elcaso del autentico gran arte, cada epoca 10 reinventa yredescubre. Asi tenemos un Shakespeare romantico yun Shakespeare realista.

Las 6peras de Richard Wagner proporcionan otroejemplo. Los trabajos de investigaci6n masrecientes in­tentan extraer el «verdadero significado» de varios per­sonajes y temas wagnerianos: Hagen es en realidad unjudio aficionado a la masturbaci6n, la enfermedad deAmfortas es en realidad la sffilis, etc. Wagner, prosiguela argumentaci6n, hacia funcionar c6digos hist6ricosconocidos por todo el mundo en su propio tiempo.Cuando un personaje tropezaba, cantaba en tonos altisi­mos 0 hacia gestos nerviosos, «todo el mundo» sabiaque era un judio, asi que el Mime de Sigfrido es la carica­tura de un judie. La herida en la ingle que aparece trasmantener relaciones con una mujer «impura» era, pues­to que la mujer padeda sffilis, una obsesi6n en la segun-

SOBRE LA VIOLENCIA182

da mitad del siglo XIX, de modo que estaba claro paratodo el mundo que Amfortas en realidad se habia conta­giado de Kundry, El primer problema de esta lectura esque, incluso siendo exacta, las hip6tesis barajadas nocontribuyen demasiado a una comprensi6n pertinentede la obra. En realidad, los lugares comunes historicistaspueden diluir nuestro contacto con la obra. Para com­prender Parsifal es necesario abstraerse de tales triviali­dades hist6ricas, descontextualizar la obra y extraerla delcontexte en que fue introducida originalmente. Haymas verdad en la estructura formal de Parsifal que per­mite diferentes contextualizaciones hist6rieas, que en sucontexto original. Nietzsche, gran critico de Wagner,fue el primero en realizar tal descontextualizaci6n, pro­poniendo una nueva figura de Wagner: ya no el Wagnerpoeta de la mitologia teut6nica, de la pomposa grandezaheroica, sino Wagner «el miniaturista», el Wagner de lafeminidad «histerizada», de los pasajes delicados, dela decadencia de la familia burguesa.

Enla misma linea, Nietzsche fue reinventado nume­rosas veces a 10largo del siglo xx. El Nietzsche heroico­conservador y protofascista se convirti6 en el Nietzschefrances y despues en el Nietzsche de los estudios cultu­rales. Analisis hist6ricos convincentes pueden mostrarcon facilidad c6mo la teoria de Nietzsche encajaba consu propia experiencia politica. Su virulento ataque a la«rebeli6n de los esclavos» fue una reacci6n ala Comu­na de Paris. Pero esto no contradice en modo alguno elhecho de que haya mas verdad en el «descontextualiza­do» Nietzsche frances de Deleuze y Foucault que eneste Nietzsche preciso en terminos hist6ricos. El argu­mento no es tan s610 pragrnatico ya que no es que esalectura de Nietzsche por Deleuze, aunque hist6rica- 8. Vease Marx, «Class Struggles in France», op. cit.

185LATOLERANCIA COMO CATEGoR1A IDEOL6GICA

mente desacertada, sea mas productiva. Es mas bienque la tensi6n entre el marco basico universal del p.en­sarniento de Nietzsche y su particular contextualiza­ci6n hist6rica esta inscrita dentro de la misma estructu­ra del pensamiento nietzscheano, forma parte de. ~uverdadera identidad, del mismo modo que la tensionentre la forma universal de los derechos humanos y su«autentico sentido» en el momento hist6rico de suenunciaci6n forma parte de su identidad.

La hermeneutica marxista que desvela los prejuicioSconcretos que subyacen bajo la universalidad abstractadebe suplementarse entonces con su opuesto, con elprocedimiento propiamente hegeliano que descubre launiversalidad de 10 que se presenta como una posici6nparticular. Es valioso echar de nuevo un vistazo al ana­lisis de Marx de c6mo, en la Revoluci6n francesa de1848, el Partido del Orden, conservador-republieano,£uncion6 como la coalici6n de las dos ramas del realis­mo, orleanistas y legitimistas, en el «reino anonimo de laRepublica»." Los diputados parlamentarios del Partidodel Orden percibian su propio republicanismo comouna burla: en sus discursos parlamentarios tenian cons­tantemente lapsus monarquicos y ridiculizaban la Re­publica para hacer saber que su autentico objetivo erarestaurar el reino. De 10 que no eran conscientes es deque elios mismos eran victimas del impacto social realde su manera de actuar. Lo que estaban haciendo enrealidad era establecer las condiciones mismas del or­den republicano burgues que tanto despreciaban, porejemplo, garantizando la protecci6n de la propiedadprivada. Asi que no es que fueran monarquicos ocultos

SOBRELAVIOLENCIA184

tras una mascara republicana, aunque ellos se percibie-.sen asi, sino que su propia conviccion monarquica erala mascara que les hurtaba la percepcion de su verdade­ro papel social. En sintesis, lejos de ser la verdad ocultade su republicanismo publico, su sincero monarquismoera el soporte fantasmagorico de un efectivo republica­nismo. Y esto era 10 que les proporcionaba la pasionque habia tras su actividad.

~No es esta la autentica leccion de la «astucia de la ra­zon» de Hegel? La particularidad puede enmascarar launiversalidad misma. Los monarquicos franceses de1848 eran victimas de la «astucia de la razon», ciegos alinteres universal (capitalista-republicano) que servian enla persecucion de sus metas monarquicas. Eran como elvaletdecbambrede Hegel, que no podia ver la dimensionuniversal, de modo que para el no habia heroes. Mas ge­neralmente, un capitalista individual piensa que acnia enbeneficio propio, ignorando el hecho de que esta sirvien­do ala reproduccion extendida del capital universal. Noes solo que toda universalidad este embrujada por uncontenido particular que la contamina, es que toda posi­cion particular esta embrujada por su universalidad im­plicita, que la socava. El capitalismo no es simplementeel universal en si, es eluniversal para si, en cuanto podercorrosivo que socava todos los mundos de vida particula­res, sus culturas y tradiciones, cortandolos de un lado aotro, capturandolos en su vortice. No tiene sentido pre­guntar: «~Es esta universalidad verdadera 0 una masca­ra de intereses particulares?». Esta universalidad es ver­dadera como universalidad, como la fuerza negativa demediacion y destruccion de todo contenido particular.

Este es el momento de la verdad en la exigencia deuniversalidad kulturlos por parte delliberalismo: el ca-

187LATOLERANClA COMOCATEGORiA IDEOL6GICA

pitalismo, cuya ideologia es elliberalismo, es en efectouniversal, ya no esta arraigado en una cultura 0 «mun­do» particular. Por ello Badiou afirmo que nuestrotiempo esta desprouisto de mundo: la universalidad delcapitalismo reside en el hecho de que el capitalismo noes el nombre de una «civilizacion», de un mundo cultu­ral-simbolico especifico, sino que es el nombre de unaamiquina economico-simbolica neutral que opera conIos valores asiaticos tan bien como con los demas. Eneste sentido, el triunfo europeo a 10 largo y ancho delmundo es en realidad su derrota, su autocancelacion.El cordon umbilical del capitalismo con Europa ha sidocortado. Los criticos del eurocentrismo que se esfuer­zanpor desenterrar el secreto prejuicio europeo del ca­pitalismo yerran el tiro: el problema del capitalismo noes su secreta prejuicio eurocentrico, sino el hecho deque realmente es universal, una matriz neutral de rela­

clones sociales.La misma logica vale para la lucha emancipadora: la

icultura particular que intenta defender su identidad-desesperadamente debe reprimir la dimension univer­sal que esta activa en su mismo corazon, y que es el va­cio entre 10 particular (su identidad) y 10 universal queo desestabiliza desde dentro. Esta es la razon por laue el argumento de «dejanos nuestra cultura» falia.entro de toda cultura particular los individuos sufren:

por ejemplo, las mujeres protestan cuando se las fuerzaa someterse a la ablacion, y estas protestas contra lasobligaciones comunitarias de la propiacultura estdnlor­muladas desde el punta de vista de la universalidad. Launiversalidad real no es el profundo sentimiento deque, por encima de todas las diferencias, las diferentescivilizaciones comparten los mismos valores basicos,

SOBRE LAVIOLENClA186

189LA TOLERANCIA COMO CATEGORlA IDEOL6GICA

ACHERONTA MOVEBO: LAS REGIONES INFERNALES

La sustancia etnica particular, nuestro «mundo de lavida», que resiste la universalidad, esta hecho de cos­tumbres. Perc ~que son las costumbres? Todo orden le­gal 0 todo orden de normatividad explicita debe basarseen una red compleja de reglas informales que nos dicec6mo debemos re1acionarnoscon las normas explicitas:c6mo debemos aplicarlas, hasta que punto podemostomarlas literalmente y c6mo y cuando se nos permite,incluso solicita, ignorarlas. Estas reglas informales cons­truyen el dominio de la costumbre. Conocer las costum­bres de una sociedad es conocer las metarreglas acercade c6mo aplicar sus normas explicitas: cuando se debenusar, cuando se puede infringirlas, cuando no tenemosque emplear una e1ecci6n que se nos ofrece, cuando es­tamos obligados a hacer algo, pero se pretende que 10 es­tamos haciendo como una e1ecci6n libre, como en e1case del potlatch.Pensemos en todas esas educadas su­gerencias que se hacen para despues rechazarlas: es una«costumbre» rechazar tales ofrecimientos, y cualquieraque los acepte comete una burda torpeza. Lo rnisrnovale para much as situaciones politicas en las que se nospresenta una elecci6n a condici6n de que hagamos laelecci6n correcta: se nos recuerda con solemnidad quepodemos decir no, perc se espera que no 10 hagamos ydigamos con entusiasmo que si. En muchas prohibicio­nes sexuales, la situaci6n es la opuesta: e1 «no» explicitofunciona como e1 imperativo implicito para lanzarse aello, [pero de modo discreto!

Una de las estrategias de los regirnenes totalitarios es'tener regulaciones (leyes criminales) tan severas que, si,se toman literalmente, todo elmundo es culpable de algo.

SOBRE LA VIOLENCIA188

~tc. , sino que aparece (se actualiza) coma la experiencia

de la negatiuidad, de la inadecuaci6n a uno mismo de unaidentidad particular. La formula de la solidaridad revo­ueionaria no es «dejadnos tolerar nuestras diferen­cias», no es un pacto de civilizaciones, sino un pacto deluchas que atraviesa las civilizaciones, un pacto entre 10que, en cada civilizaci6n, socava su identidad desdedentro, lucha contra su micleo opresivo. Lo que nosune es la misma lucha. Una f6rmula mejor podria ser: apesar de nuestras diferencias, podemos identificar elantagonismo basico 0 lucha antagonista en que nos ve­mos presos, de modo que compartamos nuestra intole­rancia y unamos fuerzas en la misma lucha. En otras pa­labras, en la lucha emancipadora no son las culturas, ensu identidad, las que unen sus manos, es el reprimido,el explotado y el que sufre, las «partes sin parte» detoda cultura, los que se unen en una lucha compartida.

A Primo Levi se le preguntaba a menudo si se con­sideraba principalmente un judie 0 un humano. Levi amenudo oscilaba entre las dos opciones. La soluci6nobvia (que precisamente como judio era humano, estoes, uno es humano, uno participa en la humanidad uni­versal a traves de la identificaci6n etnica de cada uno)falia. La iinica soluci6n coherente no es decir que Leviera un humano al que le ocurria e1 hecho de ser judie,sino que el era humano (participaba «por si mismo» enla funci6n universal de la humanidad) solo en la medi­da en que estaba inc6modo 0 era incapaz de identificar­se plenamente con sujudeidad: «ser judio» era un pro­blema para el, no un hecho, no un refugio segura al que

poder retirarse.

191LA TOLERANClA COMO CATEGORlA IDEOL6GICA

los sobomos y las trampas se convierten en las condicio­nes para sobrevivir,

El problema de los aiios ea6ticos del gobiemo deYeltsin en la Rusia postsovietica puede localizarse eneste plano: aunque las normas legales eran conocidas ybasicamente identicas a las que imperaban en la UnionSovietica, 10 que se desintegr6 fue la cornpleja red denormas implicitas, tacitas, que sostenian el edificio so­cial. Si en la Union Sovietica querias tener una rnejoratencion medica 0 un nuevo apartamento, si tenias unaqueja de las autoridades, si te l1amaban a declarar, siquerias que tu hijo fuera aeeptado en una escuela de eli­te, si el administrador de una fabrica necesitaba que loscontratistas del Estado entregaran las materias primasa tiempo, todo el mundo sabia 10 que habia que hacer.Todos sabian a quien dirigirse, a quien sobornar, quepodian hacer y que no podian hacer.

Tras el colapso de la Union Sovietica, uno de los as­pectos mas frustrantes de la existencia diaria de la gen­te corriente fue que esas normas tacitas a menudo se di­fuminaban. La gente simplemente no sabia que hacer,como reaccionar, como enfrentarse a las regulacioneslegales explicitas, que debian ignorar, como funciona­ban los sobomos. Una de las funciones del crimen or­ganizado fue proporcionar una especie de sucedaneode legalidad: si poseias un pequefio negoeio y un elien­te te debia dinero, te dirigias a tu protector mafioso,que se ocupaba del problema, mientras que el sistemalegal del Estado era ineficaz. La estabilizaci6n del regi­men de Putin equivale basicamente a la transparenciarecien establecida de esas normas no escritas: ahora lagente tiene que aprender a bregar con las complejida­des de las interacciones sociales.

SOBRE LA VlOLENClA190

Pero luego su pleno cumplimiento se suaviza. De estemodo, el regimen puede parecer compasivo: «Ves, si hu­biesernos querido, podriamos ten eros a todos arrestadosy condenados, perc no os preocupeis, somos indulgen­tes». AI mismo tiempo, el regimen ejerce la amenaza per­manente de disciplinar a sus sujetos: «No juegues dema­siado con nosotros, recuerda que en cualquier momentopodemos...». En la antigua Yugoslavia, el famoso articu­lo 133 del Codigo Penal, podia invocarse a voluntadpara perseguir a los escritores y periodistas. Condenabatodo texto que presentase de forma falsa los logros de larevoluci6n socialista 0 que pudiese sembrar la tension y eldescontento entre elpublico por la manera en que tratabatemas politicos 0 sociales. Por supuesto, esta Ultima cate­goria no es s610 en extrema plastica, sino tambien opor­tunamente autorreferenciada: ~no es el propio hecho deque estas acusado por los que detentan el poder 10 queprueba que sembraste la tension y el descontento entre elpublico? Recuerdo que en aquellos afios pregunte a unpolitico esloveno como justificaba esta ley.Simplementesonrio y,haciendo un guifio, me dijo: «Bueno, debemostener alguna herramienta para someter a nuestra volun­tad a aquellos que nos molestan». Aqui tenemos una su­perposicion de la potencial culpabilidad total (cualquiercosa que hagas puede ser un crimen) y la misericordia (elhecho de que se te permita l1evartu vida en paz no es unaprueba 0 consecuencia de tu inocencia, sino una pruebade la misericordia y benevolencia, de una «cornprensionde las circunstancias de la vida» de aquellos que gobier­nan). Esto constituye una prueba adicional de que los re­gimenes totalitarios son por definicion regfmenes de lamisericordia: toleran las violaciones de la ley puesto queen el modo en que enmarcan la vida social violan la ley;

Esto subraya como e1 nivel mas elemental de inter­cambio simbolico esta hecho de los llamados «gestosvacios», ofertas hechas 0 pensadas para ser rechazadas.Brecht expres6 de manera conmovedora esta caracte­ristica en sus obras de juventud, sobre todo en Der[asa­ger, donde a un joven se Ie pide que elija ace~tar 10 queen cualquier caso iba a ser su destino: ser arrojado al va­lle. Segun Ie ensefia su maestro, es costumbre preguntarala vietima si esta de aeuerdo con su destino, pero tam­bien es costumbre que 1a victima diga que S1. Pertene­eer a una sociedad conlleva un aspecto parad6jico en elque a cada uno de nosotros se nos ordena que abrace­mos y hagamos nuestro 10 que se nos irnpone. Todosdebemos amar a nuestro pais 0 a nuestros padres. Estaparadoja de desear 0 elegir con libertad 10.que.de todasformas es obligatorio, de mantener 1aapanencia de quehay una libre elecci6n cuando no eXis~e, ~e~ende ~n

sentido estricto de 1a noci6n de gesto simbolico vacio,

un gesto -una oferta- que debe rechaz~rse. .. ;l

~No hay algo muy similar en nuestra vida cotidianaiEn ] ap6n, los trabajadores tienen derecho a cuarentadias de vacaciones a1 aiio. Sin embargo, se espera deelios que no usen plenamente este. derecho: ha! unacuerdo implicito de que no deben disfrutar de mas dela mitad. En Oracion por Owen, de John Irving, des­pues de que el pequefio Owen mate en un accidente ala madre de su mejor amigo, John, el narrador (Owen)esta, desde 1uego, terrib1emente disgustado. Para rnos­trar cuanto se arrepiente, Ie hace a John un regalo, sumas preciada posesi6n: el mejor cromo de su colecci?nde beisbol. Dan, el solicito padrastro de John, Ie diceque 10 justo es devo1ver el regalo, .

Imaginemos una situaci6n mas prosaica. Cuando,

despues de entablar una feroz competici6n par un as­censo laboral con mi mejor amigo, gano, 10justo es ofre­cer mi retirada, de modo que el consiga el ascenso. Lopropio entonces seria que e1 rechazara mi oferta. De estemodo, quiza nuestra amistad pueda continuar. Lo quetenemos aqui es el intercambio simb6lico en su formamas pura: un gesto hecho para ser rechazado. La magiadel intercambio simbolico es que, aunque al final este­mos como al comienzo, hay un beneficio distinto paraambas partes en su pacto de solidaridad. En e1 procesode las disculpas opera una logica similar: si hiero a al­guien con un comentario grosero, 10 propio es ofreceruna discu1pa sincera, y 10 propio de la otra persona esdecir algo como: «Gracias, aprecio tus disculpas, perono me has ofendido, sabia que no querias decirlo, as!que no me debes ninguna disculpa», La clave esta en que,aunque el resultado final es que no es preciso disculpar­se, uno debe pasar por el proceso de ofrecimiento. «Nome debes una disculpa» s610puede decirse despues deque uno ha ofrecido una disculpa, de modo que, aunqueformalmente nada ocurra, y el ofrecimiento de disculpasea prodamado sin necesidad, todos ganan al final delproceso y quiza se salva una amistad.

Perc ~y si la persona a la que va dirigida la ofertaque debe ser rechazada la acepta? ~Y si, despues de serderrotado en la competici6n, acepto la oferta de rniamigo de aceptar el ascenso que ha ganado e1? Tal si­tuacion es, en efecto, catastrOfica: causa 1a desintegra­cion de 1aapariencia de libertad que se vincula al ordensocial, 10 cual equivale ala desintegracion de 1asustan­cia social en sf misma, la disolucion de los vfnculos so­dales. Es en este preciso sentido en el que las figuras re­vo1ucionarias igua1itarias, des de Robespierre a John

193LATOLERANCIA COMOCATEGoRfA IDEOL6GICASOBRE LAVIOLENCIA192

9. Moustapha Safouan, «~Por que los arabes no son libres?La politica de la escritura», manuscrito inedito.

Brown, son -potencialmente, al menos- [iguras sincostumbres, pues rechazan tener en cuenta los habitosque detenninan el funcionamiento de una norma uni­versal. Si todos los hombres son iguales, entonces todoslos hombres son iguales y deben ser tratados como ta­les; si los negros son tambien humanos, han de ser tra­tados como iguales.

En un plano menos radical, a comienzos de la deca­da de 1980 un semanario estudiantil disidente de la an­tigua Yugoslavia se expreso contra las amafiadas elec­ciones «libres» celebradas en el pais. Conscientes de laslimitaciones del eslogan «dile la verdad al poder» («elproblema de este eslogan es que ignora el hecho de queel poder no escucha y que la gente ya sabe la verdad, taly como queda claro en sus chistess"), en vez de denun­ciar directamente las elecciones como amafiadas, deci­dieron tratarlas como si fueran realmente libres, comosi su resultado en realidad no estuviera predetennina­do. Poco antes de los comicios imprimieron una edi­cion extra de su publicaci6n con el siguiente titular:«Resultados de las ultimas elecciones: [los comunistassiguen en el poder!». Esta simple intervenci6n rompi6la «costumbre» no escrita segun la cual todos sabiamosque las elecciones no eran libres, simplemente no 10 de­damos en publico. AI tratar las elecciones como comi­cios celebrados libremente, recordaron ala gente su ca­rencia de libertad.

En la segunda temporada de la serie de televisionNip/Tuck, Sean descubre que el verdadero padre deMatt, su hijo adolescente, es Christian, su amigo y cole-

195LATOLERANCIA COMOCATEGORiA IDEOL6GICA

gao Su primera reacci6n es un ataque de colera, Des­pues, tras una operaci6n fallida para separar a unos ge­melos siameses, vuelve a aceptar a Chris, con un largodiscurso en la mesa de operaciones: «Nunca te perdona­re 10 que has hecho. Pero Matt es demasiado valioso, elmejor resultado de nuestra amistad, y eso es algo que nodebemos perder», El mensaje es obvio, demasiado ob­vio. Una solucion mucho mas elegante habria sido queSean dijera: «N unca te perdonare 10 que has hecho», Laposicion subjetiva de esta afirmacion es ya de acepta­cion: asi es como se habla a alguien a quien ya hemos de­cidido perdonar, de manera que el problema es queSean dice demasiado. ~Por que 10 hace? Esta es, en reali­dad, la pregunta interesante. ~Es el publico de EstadosUnidos tan estupido> No, asi que ~por que 10 hace? ~ysi un signo de autentica reconciliacion hubiese sido unexceso, algo demasiado intenso, de manera que intervie­nen lugares comunes para rebajarlo? Quiza, dado queNip/Tuck es una serie estadounidense, este exceso pue­de explicarse a partir de la diferencia que existe entreEuropa y Estados Unidos. En Europa, la planta baja secuenta como 0, de modo que el piso superior es el pri­mer piso, mientras que en Estados Unidos, el primerpiso esta al nivel de la calle. Dicho con brevedad, los es­tadounidenses comienzan a contar con 1 mientras loseuropeos saben que ell esta ya por encima del 0. Paradecirlo en terminos historicos, los europeos son cons­cientes de que, antes de comenzar a contar, debe haberun «sustrato» de tradicion, un sustrato que esta siempredado y que, como tal, no puede contarse, mientras queEstados Unidos, una tierra sin tradicion hist6rica pre­tnoderna, carece de tal sustrato. La cuestion clave se ini­cia con la libertad autolegislada. En Europa el pasado se

SOBRE LAVIOLENCIA194

Todo el mundo condena las distinciones de clase,pero muy poea gente quiere abolirlas. Y asi llegamos alimportante hecho de que toda opinion revolucionaria ex­trae parte de su fuerza de 1asecreta conviccion de 1aim­posibilidad de cambiar nada. [...J Mientras se trate solode mejorar la situacion del obrero, toda persona decenteestara de acuerdo. A todo el mundo, excepto a los tontosy a los sinvergiienzas, Ie gustaria que el minero, por ejern­p10, viviese mejor. L..J Pero, desgraciamente, con el sim-

10. Quiza esta caracterfstica de cuenta de otro fenomeno: en(casi)todos loshoteles estadounidenses con mas de doce plantas,no hay decimotercer piso (para evitar la mala suerte, por supues­to), se salta del piso decimosegundo al decimocuarto. Para un eu­ropeo, tal procedimiento no tiene sentido: ~a quien intentamosengaiiar? ~Intentamos que Dios no se de cuenta de que 10que hasido designado como decimocuarto piso es realmente el piso de­cimotercero? Los estadounidenses pueden jugar con esto preci­samente a causa de que su Dios es simplemente una prolongacionde nuestros egos individuales, no es percibido como un autenticofundamento del ser.

borra 0 se transporta.l" La carencia de sustrato debe su­p1ementarse con un discurso excesivo: Sean no puedefiarse del sustrato simbolico que podria garantizar queChristian captara el mensaje sin afirmarlo de forma ex­plicita.

Las costumbres son 1a materia de 1a que estan he­chas nuestras identidades. En ellas promu1gamos y,portanto, definimos 10 que somos como seres sociales, amenudo de manera diferente a nuestra propia percep­cion de 10 que somos. Merced a su transparencia son elmedio mismo de la violencia social. Ya en 1937, GeorgeOrwell expuso la ambigiiedad de la actitud izquierdistapredominante respecto a la diferencia de clase:

197LA TOLERANCIA COMO CATEGORtA IDEOL6GICA

Lo que Orwell dice es que los radicales invocan lanecesidad de un cambio revolucionario como una espe­de de reclamo supersticioso que al final se alcanzara,pero euitard que el cambio ocurra realmente. El iz­quierdista academico de hoy que critica el imperialismocultural capitalista en realidad se horroriza ante la ideade que este campo de estudio pudiera desaparecer.Para Orwell estaclaro que en nuestro dia a dia ideolo­gico, nuestra actitud predominante muestra una distan­cia ironica respecto a nuestras autenticas creencias:

Las opiniones «izquierdistas» del intelectual mediosuelen ser falsas. Porpuro espiritu de imitacion se rie decosas en las que en realidad cree. Como un ejemplo en­tre muchos tomemos el codigo de honor de la escuelapublica, con su «camaraderia», su «no atacar al que hacaido» y todas esas consabidas tonterias. ~Quien no seha reido de el alguna vez? ~Quien de los que se conside­ran «intelectuales» se atreveria a no reirse de eI? Pero la

pIe desear la desaparicion de las distinciones sociales nose consigue nada. Mejor dicho, es precise desear que de­saparezcan, pero tal deseo carece de eficacia si no se com­prende10que representa. EI hecho que debemos afrontares que es la abolicion de las distinciones sociales significaabolir una parte de uno mismo. Todas mis ideas son ideasde la clase media, ypara superar mi pertenencia a una cIa­se, debo eliminar no solo mi esnobismo, sino tambien lamayorfa de mis gustos yprejuicios. Debo cambiarme a mimismo de manera tan radical que si 10 hiciese, casi no seme reconoceria como la misma persona.i'

11. George Orwell, The Road to Wigan Pier, Londres, Go­llancz, 1937 (trad. cast.: EI camino de Wigan Pier, Barcelona,Destino, 1976).

SOBRE LA VIOLENCIA196

cosa cambia un poco cuando nos encontramos con al­guien que se de de el desde [uera, de la misma manera quenos pasamos la vida echando pestes de Inglaterra peronos enfadamos cuando oimos a un extranjero decir exac­tarnente las mismas cosas. [...JSolo cuando se trata a al­guien de una cultura diferente a la de uno mismo, se em­pieza aver cuales son realmente las propias convicciones.

No hay nada «interior» en esta identidad ideologicareal que plantea Orwell. Las creencias mas intimas es­tan todas «ahi fuera», encarnadas en practicas que lle­gan hasta la materialidad inmediata de mi cuerpo. Misnociones -del bien y del mal, de 10 placentero y 10de­sagradable, de 10 divertido y de 10 serio, de 10 feo y 10bello-- son en esencia nociones de clase media. Misgustos literarios, gastron6micos, de vestimenta, mis mo­dales en la mesa, mis expresiones, mi acento, incluso losmovirnientos caracteristicos de mi cuerpo son cuestio­nes de habito, EI olor podria ser convenientemente ana­dido a esta lista. Quiza la diferencia clave entre las pre­ocupaciones de dase baja y las de clase media se basenen c6mo se relacionan con el olor. Para la clase media,los estratos mas bajos de la sociedad huelen: sus miem­bros no se lavan con la suficiente regularidad, y esto noslleva a una de las posibles definiciones de 10 que signi­fica hoy «pr6jimo»: se trata de alguien que por defini­ci6n buele. Por eso los desodorantes y jabones son hoyen dia cruciales, pues hacen al pr6jimo minimamentetolerable: estoy listo para amar a mis semejantes... siem­pre que no huelan demasiado mal. Segun una noticiapublicada recientemente, los cientfficos de un laborato­rio de Venezuela pudieron manipular geneticamentejudias para que, tras su consumo, no generasen mal olorni gases socialmente embarazosos. Asi que, tras el cafe

199LA TOLERANCIA COMO CATEGoRiA IDEOLOGICA

descafeinado, los pasteles sin grasa, la coca-cola lighty lacerveza sin alcohol, ahora tenemos judias sin gases...12

Aqui llegamos al «coraz6n de las tinieblas» de lascostumbres. ~Recuerdan los numerosos casos de pedo­filia que sacudieron a Ia Iglesia cat6lica? Cuando sus re­presentantes insistieron en que esos casos, tan deplo­rabies como fueron, eran un problema interno de laIglesia y mostraron una gran renuencia a la hora de co­laborar con la policia en sus investigaciones, tenian ra­z6n en cierto sentido. La pedofilia de los curas catolicosno es algo que atafia s610a las personas que, a causa derazones accidentales de su historia privada sin relaci6nalguna con la Iglesia como institucion, eligieron el sa­cerdocio como profesi6n. Es un fen6meno que conciemea la Iglesia catolica como tal, que esta inscrito en su pro­pio funcionamiento como institucion socio-simbolica.No concierne al inconsciente «privado» de los indivi­duos, sino al «inconsciente» de la propia institucion: noes algo que ocurra porque la institucion deba adaptarsea las realidades patologicas de la libido para sobrevivir,sino que se trata de algo que la institucion necesita parapoder reproducirse. Uno puede imaginar un sacerdote«heterosexual» (no pedofilo) que, tras afios de servicio,se ve irnplicado en la pedofilia porque la misrna logicade la institucion Ie induce a ello.

Tal inconsciente institucional designa la cara obsce­na y denegada que, precisamente por ser negada, sos-

12. Aunque, incluso aqui, el benefice Estado del bienestarintenta equilibrar las perturbaciones del pr6jimo maloliente conpreocupaciones acerca de la salud: hace unos afios,el Ministeriode Salud holandes aconsej6 a los ciudadanos expulsar gases almenos quince veces al dia, para evitar tensiones y presiones in­temas negativas para el organismo.

SOBRE LA VIOLENCIA198

tiene a esta instituci6n publica. En el ejercito, este re­verso consiste en rituales obscenos de humillaci6n se­xual contra el compafiero que sustentan la solidaridadde grupo. En otras palabras, no es s610 que, por razonesconformistas, la Iglesia intente encubrir los escandalosde pedofilia, sino que al defenderse la Iglesia defiendesu secreto obsceno mas intimo. Ello implica que identi­ficarse con este lado secreto es un elemento clave de laautentica identidad de un sacerdote cristiano: si un sa­cerdote denuncia (no s610 retoricamente) estos escan­dalos, se excluye a si mismo de la comunidad eclesiasti­ca. Ya no es «uno de los nuestros», al igual que unsudista de Estados Unidos que delataba a alguien delKu Klux Klan se excluia a si mismo de su comunidad,al haber traicionado su solidaridad fundamental. Porconsiguiente, la respuesta a la renuencia de la Iglesia nodebe ser s610 que nos enfrentamos a casos criminales yque, si la Iglesia no participa con rigor en su investi­gaci6n, es c6mplice de los mismos. La propia Iglesiacomo instituci6n debe ser investigada en cuanto almodo en que crea de forma sistematica las condicionespara que se cometan tales delitos.

Este trasfondo obsceno, el terreno inconsciente delas costumbres, es 10 que en realidad dificulta el cam­bio. Por eso el lema de toda revoluci6n radical coincidecon la cita de Virgilio que Freud eligio como inicio deLa interpretacion de los sueiios: «Acberonta movebo:movere las regiones infernales». jQue alguien ose per­turbar el sustrato de los apuntalamientos silenciados denuestra vida cotidiana!

Humoresque, posiblemente la obra maestra parapiano de Robert Schumann, debe interpretarse tenien­do en cuenta la ausencia gradual de la voz en sus com-

201LA TOLERANCIA COMO CATEGORiA IDEOL6GICA

posiciones: no es simplemente una cornposicion parapiano, sino una composici6n con la linea vocal reduci­da al silencio, de modo que todo 10que escuchamos esel acompafiamiento del piano. Asi, deberiamos inter­pretar la famosa «voz interiors (innereStimme) afiadidapor Schumann a la partitura como una tercera linea en­tre las dos del piano, la superior y la inferior, como lamelodia vocal que permanece como una «voz interior»no vocalizada. Lo que oirnos es una serie de variacionessin un terna especffico, un acompafiamiento sin una li­nea mel6dica principal que existe s610 como Augenmu­sik, c6mo rmisica visual bajo la forma de notas escritas.Esta melodia ausente debe ser reconstruida teniendoen cuenta que los niveles primero y tercero (las lineasde piano de la mano izquierda y de la derecha) no se re­lacionan con la otra directamente, esto es, su relaci6nno es la de un espejo. Para conocer su interconexi6n,uno se ve impelido a (relconstruir un tercer nivel «vir­tual» intermedio, la linea mel6dica que, por razones es­tructurales, no puede interpretarse. Adquiere la catego­ria de un ente real imposible que s610 puede existir bajola forma de la escritura. Su presencia fisica aniquilarialas dos lineas mel6dicas que escuchamos en realidad.

En su breve ensayo «Pegan a un nino», Freud ana­liza la fantasia de un nino que es testigo de la paliza querecibe otro chico: el nino identifica su fantasia como laUltima de una cadena de otras tres fantasias, en la quelas dos anteriores son: «Veo a mi padre golpeando a unnino» y «Mi padre me esta golpeando». El nino nuncafue consciente de la segunda escena, asi que debe serreconstruida para proporcionar el eslab6n perdido en­tre la primera y la Ultima escena, como la tercera linearnelodica de Schumann que nunca se interpreta, pero

SOBRE LA VIOLENCIA200

13. «Porque a todo e1 que tiene, mas se le dara, y tendra enabundancia; pero al que no tiene, aun 10 que tiene se le quitara»

(Mateo, 25:29).

que el oyente debe reconstruir como el enlace perdidoentre las dos lineas que escucha. Schumann lleva esteprocedimiento de melodia ausente hasta una autorrefe­rencia en apariencia absurda, cuando mas tarde, en elsegundo fragmento de Humoresque, repite las dos line­as mel6dicas, aunque esta vez la partitura no contieneuna tereera, no hay voz interior, pues 10 que esta ausen­te es la propia melodia ausente 0 la rnisrna auseneia.~C6mo podemos tocar esas notas cuando, respecto a 10que debe interpretarse, repiten exactamente las notasprevias? Estas notas interpretadas estan privadas de 10que no esta ahi, de su carencia eonstitutiva 0, parafra­seando la Biblia, pierden incluso 10 que nunca tuvie­ron." El autentico pianista debe entonces tener el sa­uoir-faire para interpretar las notas existentes, positivas,de tal modo que uno pueda ser capaz de discernir el ecode las notas acompafiantes «silenciosas» 0 su ausencia.

~No es asi como funciona la ideologia? Una serie desuplementos obscenos del supery6 que no son interpre­tados sustentan el texto 0 la practica explicitamente ideo­logicos, En el socialismo, un conjunto de imperativos yprohibiciones tacitos, silenciosos -que ensefiaban alsujeto a no tomar en serio algunas normas explicitas yarealizar un conjunto de prohibiciones piiblicamentedesconocidas- sostenian la ideologia explicita de la de­mocracia socialista. Una de las estrategias de disideneiaen los Ultimos afios del socialismo era, por tanto, la detomarse mas en serio la ideologia en el poder y literal­mente mas de 10que ella se tomaba a si misma, ignorando

203LATOLERANCIA COMOCATEGoRfA IDEOL6GICA

su sombra virtual no eserita: «~Quieres que pongamosen practica la democracia socialista? Muy bien, puesaqui la tienes». Y cuando uno recibia de los apparat­chiks del partido insinuaciones desesperadas acerca deque aquella no era la forma en que funcionaban las co­sas, simplernente tenia que ignorarlas. Por ello d ache­ronta movebo implica que, en la practica de la critica dela ideologia, no se debe cambiar el texto explicito de laley, sino mas bien intervenir en su obsceno suplementovirtual.

~Recuerdan como acnia 1a rdaci6n con la homose­xualidad en una comunidad de soldados? Hay dos ni­ve1es cIaramente diferenciados. Por un lado, se atacacon brutalidad la homosexualidad: se margina y golpeaa aquellos identificados como gays. Pero, por otro 1ado,una red implicita de indirectas homosexuales, chistes ypracticas obscenas acompafia a esta homofobia explici­tao La intervenci6n radical en la homofobia militar nodeberia centrarse en 1a represi6n expllcita de 1a homo­sexualidad, sino mas bien en «mover los cimientos», enperturbar las practicas homosexuales irnplicitas quesostienen la homofobia explicita.

Es este subsuelo obsceno el que nos permite enfo­car el fenomeno de Abu Ghraib de un modo nuevo. Ensu reaeei6n a las fotos que mostraban a los prisionerosiraquies torturados y humillados por soldados estadou­nidenses, hechas publicas a finales de abril de 2004,George Bush, como era de esperar, subray6 que se tra­taba de hechos aislados que no reflejaban aquello quedefiende y por 10que lucha Estados Unidos: los valoresde la democracia, la libertad y la dignidad personal. Y,en efeeto, el hecho de que el caso se convirtiese en unescandalo para la opinion publica que coloco a 1aadmi-

SaBRE LAVIOLENCIA202

nistraci6n estadounidense en una posici6n defensivafue en si mismd un signo positivo. En un regimen «to­talitario», el caso simplemente se habria encubierto.(Del mismo modo, no olvidemos que el mismo hechode que las tropas estadounidenses no encontrasen ar­mas de destrucci6n masiva es una serialpositiva. Un po­der realmente «totalitario» habria hecho 10 que hacensiempre los malos policias: colocar la evidencia paradespues «descubrirla-.)

Con todo, varias caracteristicas molestas complicaneste sencillo retrato. La que salta a la vista es el contras­te entre el modo «estandar» en que se torturaba a losprisioneros durante el regimen de Sadam Husein y lastorturas que inflingia el ejercito estadounidense: bajoSadam, se ponia el acento en la provocaci6n directa ybrutal de dolor, mientras que los soldados estadouni­denses se centraron en la humillaci6n psicologica. Lagrabacion de la humillacion con una camara -en la queaparecen los perpetradores, que mostraban una estupi­da sonrisa en sus rostros, incluida en la imagen, junto alos retorcidos cuerpos desnudos de sus prisioneros­forma parte integral del proceso, en severo contrastecon la discreci6n total de las torturas de Sadam. Cuan­do vi la conocida foto de un prisionero desnudo conuna capucha negra cubriendole la cabeza, cables dec­tricos conectados a sus miembros, sentado en una sillaen una postura ridicularnente teatral, mi primera reac­cion fue pensar que se trataba de una foto del ultimo es­pectaculo de performance artistica de Manhattan. Lasposturas y la vestimenta de los prisioneros sugieren unapuesta en escena teatral, una especie de tableau vivant,que no puede sino recordar al performance estadouni­dense y al «teatro de la crueldad» (las fotos de Mapplet-

horpe y las extrafias escenas de las peliculas de DavidLynch, por citar dos ejemplos).

Es esta caracterfstica la que nos lleva a aclarar lacuesti6n. A cualquiera que este familiarizado con elmodo de vida estadounidense, las fotos le evocabanel reverso obsceno de la cultura popular de este pais, esdecir, los rituales de iniciaci6n en la tortura y la humilla­cion a los que uno debe someterse para poder ser acep­tado en una comunidad cerrada. Fotos similares apare­cen a intervalos regulares en la prensa estadounidensecuando estalla algun escandalo en una unidad del ejerci­to 0 en un instituto donde el ritual de iniciacion se esca­pa de las manos yen los que se fuerza a soldados 0 estu­diantes a asumir una posicion humillante 0 a realizaractos degradantes, como insertar una botella de cervezaen su ano 0 clavarse agujas, mientras sus cornpafierosobservan. (Por cierto, puesto que el mismo Bush esmiembro de Skull and Bones, la mas exclusiva sociedadsecreta de Yale, seria interesante conocer a que ritualestuvo que someterse para ser aceptado.)

Desde luego, 1a diferencia obvia es que, en el caso delos rituales de iniciaci6n, como reza su nombre, uno sesomete a ellospor elecci6n propia, sabiendo muy bien 10que cabe esperar y con el claro objetivo de obtener elpremio que Ie espera: ser aceptado en ese restringidodrculo y que se le permita realizar los mismos rituales alos nuevos miembros. En Abu Ghraib los rituales noeran el precio que debian pagar los prisioneros para seraceptados como «uno del clan», al contrario, era la mis­rna marca de su exclusion. Pero ~no es la «libre eleccion»de los que se someten a los humillantes rituales de inicia­ci6n un caso ejemplar de falsa libre eleccion, en la estelade la libertad del trabajador para vender su fuerza de

204 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORIA IDEOL6GICA 205

trabajo? Es mas, deberiamos recordar aqui uno de losmas desagradables rituales de violencia que se ejercencontra los negros en los estados del sur en Estados Uni­dos: aquellos en que una pandilla de gamberros arrinco­na a un hombre negro para obligarle a realizar un gestoagresivo (<<jEsc6peme a la cara!», «[Di que soy unarnierda!»), que se supone justificaria la paliza 0 ellincha­miento ulteriores. Por Ultimo, hay un mensaje cinico de­finitivo en la aplicaci6n del ritual de iniciaci6n estadou­nidense a los prisioneros arabes: «~Quieres ser uno delos nuestros? Muy bien, aqui tienes un aperitivo de nues­tro autentico modo de vida».

Llegados a este punto, me viene a la memoria Algu­noshombres buenos, de Rob Reiner, un drama acerca deun consejo de guerra contra dos marines estadouniden­ses acusados de asesinar a uno de sus compafieros. Elfiscal militar afirma que ha sido un asesinato deliberado,rnientras que la defensa (interpretada por Tom Cruise yDemi Moore, ~c6mo podian fallar?) logra demostrarque los defensores siguieron e111amado «c6digo rojo»,una regIa no escrita de la comunidad militar que auto­riza la paliza clandestina nocturna de un compafieroque haya transgredido las nonnas eticas de los marines.Tal c6digo perdona una infracci6n, es «ilegal», al mis­mo tiempo que reafirma la cohesi6n del grupo. Tieneque aplicarse al amparo de la nocturnidad para que nosea detectado, para que permanezca silenciado. En pu­blico todo el mundo parece no saber nada acerca deello, 0 incluso niega su existencia, El climax de la pelf­cula muestra predeciblemente que Jack Nicholson, eloficial que orden6 la paliza nocturna, pierde los estri­bos: su explosi6n publica de rabia marca, desde Iuego,'el momenta de su caida, AI violar las reglas explicitas

. de la comunidad, elcodigo roio representa el«espiritu dela comunidad» en su estado mas puro, ejerciendo unafuerte presi6n en los individuos para pongan en escenala identificacion de grupo. A diferencia de la ley escritay explicita, este c6digo obsceno del supery6 es en esen­cia oral. Mientras que la ley explicita esta sostenida parel padre muerto en cuanto autoridad simb6lica (el«nombre del padre» de Lacan), el c6digo no escrito sesostiene gracias al suplemento espectral del nombre delpadre, e1 obsceno espectro del «padre primordial»freudiano." Ahi reside tambien la lecci6n clave de Apo­calipsis Now: en el personaje de Kurtz, el «padre pri­mordial» freudiano -el padre obsceno cuyo goce no sesubordina a ley simb6lica alguna, el amo total que osaenfrentarse cara a cara con 10 real del goce terrarifico­se presenta no como un resto de algun pasado barbaro,sino como e1 resultado necesario del poder occidentalmoderno en sf mismo. Kurtz era un soldado perfecto. Atraves de su sobreidentificaci6n con el sistema del po­der militar, se convirti6 en la Figura excesiva que e1 sis­tema debe eliminar. EI horizonte Ultimo de ApocalipsisNow es esta comprensi6n intima de como e1 poder ge­nera su propio exceso, que debe aniquilar en una ope­racion que ha de imitar aquello contra 10 que lucha. Lamision de Willard, asesinar a Kurtz, no constara en losregistros oficiales: «Nunca ocurri6», como dice elgene­ral que da instrucciones a Willard. Hernos entrado en eldominio de las operaciones secretas, de 10 que el poderhace sin poder siquiera adrnitirlo. Aqui es donde se

14. Para una elaboraci6n mas detallada de esta problemati­ca, ver el cap. 3 de Slavoj Zizek, The Metastases of Enjoyment,Londres, Verso, 1995 (trad. cast.: La metastasis del goce, Barce­lona, Paid6s, 2001).

207LATOLERANCIA COMOCATEGoRlA IDEOL6GICASOBRE LAVIOLENCIA206

15. Christopher Hitchens, «Prison Mutiny», www.slate.comlid/2099888.

equivoca Christopher Hitchens cuando escribio de loscarceleros de Abu Ghraib:

Una de estas dos cosas debe ser necesariamente ver­dadera. 0 bien esos idiotas estaban actuando por ordende alguien, 10 cual significa que hay personas de medio aalto nivel que piensan que no estan limitadas por las le­yes, los codigos y las ordenes regulares, 0 bien actuaronpor iniciativa propia, en cuyo caso son rebeldes, deserto­res 0 traidores. Por eso uno se pregunta, con cierta nos­talgia, si no hay ninguna prevision en los procedimientosde la justicia rnilitar para poder expulsarlos 0, direeta­mente, pegarles un tiro. 15

209LA TOLERANClA COMO CATEGORIA IDEOL6GICA

.ra americana. Se les dio a probar su reverso obsceno,que conforma el suplemento necesario para los valorespublicos de la dignidad personal, la democracia y la Ii­bertad. Por tanto, Bush estaba equivocado, pues 10 queobtenemos cuando vernos las fotos de los prisionerosiraquies humillados es precisamente una percepci6n di­recta de los valores estadounidenses, del autentico nil­cleo del goce obsceno que sustenta el modo de vida es­tadounidense. Esas fotos colocan en una perspectivaadecuada la conocida tesis de Samuel Huntington del«choque de civilizaciones».El choque entre las civiliza­ciones arabe y estadounidense no es elque se da entrela barbarie y el respeto por la dignidad humana, sino unchoque entre la tortura brutal an6nima y la torturacomo un espectaculo mediatico en el que los cuerposde las victimas sirven de trasfondo an6nimo para lossonrientes rostros de los «inocentes estadounidenses»que perpretan la tortura. Parece, parafraseando a Wal­ter Benjamin, que todo choque de civilizacionesen rea­lidad es un choque entre barbaries subyacentes.

SOBRE LAVIOLENClA208

El problema es que las torturas de Abu Ghraib noencajan en ninguna de estas dos opciones: dado que nopueden ser reducidos a simples actos de maldad de sol­dados individuales son, desde luego, actos no directa­mente ordenados, sino legitimados por una version es­pedfica del obsceno «c6digo rojo». Minnar que eranobra de «rebeldes, desertores 0 traidores» incurre en elmismo sinsentido que el que dice que los linchamientosdel Ku Klux Klan eran actos de traidores ala civiliza­cion occidental cristiana y no el estallido de su propioreverso obsceno, 0 que los abusos infantiles de los sa­cerdotes cat6licos son perpetrados por «traidores» alcatolicismo. Abu Ghraib no era simplemente un casode arrogancia estadounidense ante personas del tercermundo: al ser sometidos a torturas humillantes, los pri­sioneros iraquies fueron de hecho iniciados en la cultu-