la legislatura de la crispación 1993 1996

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LA LEGISLATURA DE LA CRISPACION 1993-1996 Francisco M. Balado Insunza UNED RESUMEN El presente artículo analiza políticamente la legislatura que transcurre entre 1993 y 1996, última con Felipe González como Presidente del Gobierno. Los hechos acontecidos durante la misma a los que hay que sumar necesarios antecedentes, culminan con un cambio de partido en el gobierno de España en la primavera de 1996. Al periodo estudiado se le conoce como la Legislatura de la crispación. Nos detendremos en analizar las causas de esta denominación a partir de fuentes hemerográficas, biográficas y parlamentarias. PALABRAS CLAVE Crispación. PSOE. PP. Felipe González. José María Aznar. Corrupción. GAL. Medios de Comunicación. Cambio político. ABSTRACT This article analyzes the political legislature that passes between 1993 and 1996, last with Felipe González as prime minister. The facts produced during the same necessary background to which we must add, culminating in a change of party in the government of Spain in the spring of 1996. The period studied is called Legislature tension. We stop at analyzing the causes of this denomination from hemerográficas, biographical and parliamentary sources. KEYWORDS Tension. PSOE. PP. Felipe González. José María Aznar. Corruption. GAL. Media. political Change

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LA LEGISLATURA DE LA CRISPACION 1993-1996

Francisco M. Balado Insunza

UNED

RESUMEN

El presente artículo analiza políticamente la legislatura que transcurre entre 1993

y 1996, última con Felipe González como Presidente del Gobierno. Los hechos

acontecidos durante la misma a los que hay que sumar necesarios antecedentes,

culminan con un cambio de partido en el gobierno de España en la primavera de 1996.

Al periodo estudiado se le conoce como la Legislatura de la crispación. Nos

detendremos en analizar las causas de esta denominación a partir de fuentes

hemerográficas, biográficas y parlamentarias.

PALABRAS CLAVE

Crispación. PSOE. PP. Felipe González. José María Aznar. Corrupción. GAL.

Medios de Comunicación. Cambio político.

ABSTRACT

This article analyzes the political legislature that passes between 1993 and 1996,

last with Felipe González as prime minister. The facts produced during the same

necessary background to which we must add, culminating in a change of party in the

government of Spain in the spring of 1996. The period studied is called Legislature

tension. We stop at analyzing the causes of this denomination from hemerográficas,

biographical and parliamentary sources.

KEYWORDS

Tension. PSOE. PP. Felipe González. José María Aznar. Corruption. GAL.

Media. political Change

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INTRODUCCIÓN

El 28 de octubre de 1982 el PSOE se alzaba, de una manera rotunda, con el

triunfo en las elecciones generales obteniendo más de diez millones de votos y un

porcentaje superior al 48% del voto emitido (37,72 % del voto censado)1. No habían

transcurrido siete años desde la muerte de Franco y la izquierda conseguía la confianza

mayoritaria del electorado español. La victoria socialista inauguraba una etapa de

transformaciones económicas y de afirmación de las nuevas estructuras políticas tras la

transición desde la dictadura franquista y concretaba la consolidación democrática

definida por Linz y Stepan en su tesis de los factores estructurales, de comportamiento

y de actitudes2.

Desde su victoria en las urnas del año 1982, el PSOE ostentó el gobierno de

España hasta 1996. Su acción política transitó, entre estas dos fechas, por varias etapas

y diferentes coyunturas. La primera de ellas, hasta finales de 1988, tendría como rasgo

esencial una acusada política reformista que incluyó dos momentos diferenciados en el

plano socio-económico: Un comienzo especialmente centrado en las reformas

económicas y sociales sin descuidar la negociación con Europa y otros cambios

estructurales en materias tan diversas como la educación o la defensa. A este

reformismo le seguiría, tras el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN3

y las elecciones de 19864, un progresivo enfrentamiento con los agentes sociales que

había comenzado ya en 1985 con la modificación del sistema de pensiones y alcanzaría

su punto álgido con la convocatoria de huelga general de diciembre de 1988. Tras el

éxito de esta convocatoria sindical, comenzó una segunda etapa de Gobierno socialista

que alcanzará hasta finales de 1992 en la que el PSOE mantendría la mayoría en las

Cortes, aunque en claro descenso de votos y de porcentaje electoral respecto a 19825. En

esta etapa, Felipe González, decidió plegarse a las demandas sindicales lo que se tradujo 1 Datos oficiales en la web del Ministerio del Interior: www.mir.es 2 LINZ, J. J. y STEPAN, A. Problems of democratic transition and consolidation. Southern Europe. South America and postcommunist Europe. Baltimore y Londres. The Johns Hopkins University Press. 1996. Págs. 87 y ss 3 Referéndum celebrado en marzo de 1986 y en el que ganó, de forma ajustada, el SI defendido por el PSOE que modificó su posición política, ya en el gobierno, sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica tras haber encabezado la movilización social por la salida de España de la Organización, desde la oposición. El cambio operado tuvo, para el PSOE, un gran coste social y político. 4 En las elecciones de 1986, el PSOE revalidó su mayoría absoluta pero perdió dieciocho diputados y 1,2 millones de votos respecto a 1982. Ver Datos oficiales en la web del Ministerio del Interior: www.mir.es 5 En 1989, el PSOE consiguió 8, 1 millones de votos y un porcentaje del casi 40 % de los votos (27,41 % sobre el censo). Los 175 diputados obtenidos, justo la mitad del Congreso le otorgaron, de facto, el mantenimiento de la mayoría absoluta de la Cámara al no comparecer como diputados los electos por Herri Batasuna. Datos oficiales en la página web del Ministerio del Interior: www.mir.es

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en un giro social6 de la política gubernamental, después del turbulento final de la III

Legislatura, que se plasmó en un incremento extraordinario del gasto público. Entre

1989 y 1992 el crecimiento del gasto en pensiones, prestaciones por desempleo,

educación, sanidad, vivienda... fue sustancial y en él participó tanto el Gobierno central

como los de las ya consolidadas Comunidades Autónomas.7 Esta política condujo a un

gran aumento del déficit público que coincidió con una coyuntura internacional

regresiva como consecuencia de la primera Guerra del Golfo y de los efectos de la

reunificación alemana. A finales de 1992, tras los fastos que colocaron a España en el

centro de la mirada mundial, la política social del gobierno comenzaría a experimentar

un serio freno. Se iniciaba la tercera etapa del gobierno socialista, la del declive, objeto

de nuestro estudio, que alcanza las elecciones generales celebradas en la primavera de

1996 en las que el PSOE sufriría una “dulce derrota” que significaría su salida del

gobierno. En esta fase, comenzaron a conocerse diferentes escándalos de corrupción que

afectaban a los dos principales partidos políticos, siendo para la opinión pública,

especialmente llamativos los que tuvieron como protagonistas a personas relacionadas

con el PSOE por lo que su repercusión fue muy relevante. En el desarrollo de la V

Legislatura (tras las elecciones generales de junio de 1993), el PSOE gobernaría ya sin

mayoría absoluta y con el apoyo de los nacionalistas catalanes y, puntualmente de los

vascos y canarios. Resultó ser la última de Felipe González como Presidente del

Gobierno y ha sido definida como la legislatura de la crispación.

El presente trabajo tiene por objeto el análisis histórico de este último periodo de

gobierno socialista que se desarrolla entre la victoria del PSOE en las elecciones

generales de junio de 1993 y la victoria del Partido Popular en las elecciones generales

de marzo de 1996. Una legislatura que, en la práctica, apenas superó la mitad de la

prefijada duración constitucional y que supuso un periodo convulso al que pretendemos

acercarnos, incidiendo en sus elementos caracterizadores y, a partir de las fuentes

disponibles para ello, determinar la veracidad del enunciado del trabajo, es decir,

comprobar la definición de la V Legislatura del sistema político de la Constitución de

1978, como la Legislatura de la crispación.

6 Una síntesis de lo que significó el giro social en MARÍN ARCE, J. Mª, MOLINERO, C. e YSÂS, P. Historia política de España. 1939-2000, Madrid, Istmo. 2001 Págs. 420 a 426. 7 Un análisis resumido y preciso del giro social experimentado por el gobierno de Felipe González en su tercera legislatura (1989-1993) en MARIN ARCE, J. Mª. “La época socialista. 1982-1996” en NAVAJAS ZUBELDIA, C. (ed). Actas del III Simposio de Historia Actual. Logroño 26-28 de octubre de 2000. Logroño, Gobierno de La Rioja. Instituto de Estudios Riojanos. 2002, Págs. 136 y ss.

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Escasa es la atención que ha merecido a la historiografía esta etapa, quizás por

ser demasiado reciente. No disponemos de muchos estudios históricos que puedan

referenciar los elementos nucleares que determinan el periodo. Existen algunos trabajos

que versan sobre el periodo de gobierno socialista 1982-1996, bien monográficamente,

bien insertos en obras de carácter más general.8 Otras disciplinas sociales sí se han

acercado al mismo con diferente criterio.9

La prensa jugó un papel esencial en la dinámica política de la V Legislatura.

Sobrepasando sus funciones para unos o constituyendo el elemento que permitía al

sistema regenerarse, para otros.10 En cualquier caso, los medios de comunicación social

resultaron un elemento nuclear que definió el periodo. Debemos preguntarnos, desde un

punto de vista histórico, si su influencia fue decisiva en el devenir político español o por

el contrario su participación ha sido sobredimensionada por unos y por otros

adquiriendo un papel protagonista mayor del que le correspondió.

Dividiremos nuestro estudio en tres grandes bloques de análisis. Comenzaremos

y concluiremos analizando los resultados electorales del periodo: elecciones de 1993 y

1996, prestando especial atención a la evolución política que determinó el cambio de

gobierno entre ambos procesos electorales, con los particulares hitos que supusieron las

elecciones europeas de 1994 y las municipales y autonómicas de 1995. No debemos

8 Entre ellos, sin animo exhaustivo se encontrarían los trabajos de José María Marín Arce, “La época socialista. 1982-1996” en Navajas Zubeldia, C. (ed). Actas del III Simposio de Historia Actual. Logroño 26-28 de octubre de 2000. Logroño, Gobierno de La Rioja. Instituto de Estudios Riojanos. 2002; Charles T. Powell, España en democracia 1975-2000. Barcelona, Plaza y Janés, 2001; Javier Tusell, Historia de España en el siglo XX. IV. La transición democrática y el gobierno socialista, Madrid, Taurus. 1999; Jose María Marín, Carme Molinero y Pere Ysas, Historia política de España. 1939-2000, Madrid, Itsmo. 2001; Alvaro Soto, Transición y cambio en España. 1975-1996, Madrid, Alianza Editorial 2005 o las Actas recientemente publicadas, parcialmente, del Congreso Internacional sobre la Historia de la época socialista (1982-1996) que organizó la Asociación de Historiadores del Presente y la UNED en 2011. 9 Desde ensayos que enfatizan el elemento político hasta estudios nacionales o regionales de carácter electoral y, especialmente, estudios sobre la actuación de la prensa durante este tiempo lo que no deja de tener su significado, a los efectos de nuestro trabajo. Entre ellos, podemos citar Cotarelo, R. La conspiración. El golpe de estado difuso, Barcelona, Ediciones B. 1995; De Esteban, J. La alternancia en España: la caída del PSOE y la ascensión del PP. Libertarias, Madrid, 1997; Prego, V. Presidentes. Veinticinco años de historia narradas por los cuatro jefes de gobierno de la democracia. Barcelona, Plaza y Janés. 2000; Ramírez, P.J. Amarga Victoria, Planeta, Madrid 2000; Sinova J. Un millón de votos. 6-J: La verdadera historia de las elecciones que alumbraron un nuevo orden político en España. Madrid, Temas de hoy, 1996 o Vinuesa Tejero, M.L. Opinión pública y cultura política en la España democrática. Un estudio empírico de las elecciones generales de 1993. Madrid, Servicio de Publicaciones de la UCM. 1997 10 La relación entre la Prensa y el Gobierno socialista no fue, ni mucho menos, una balsa de aceite. Los sucesivos enfrentamientos tuvieron en el comunicado de la “Plataforma para el Derecho a la información de los ciudadanos”, promovida en 1992 por los principales medios de prensa escrita, excepto El País, el punto de inflexión que nos llevará a la situación generada durante la legislatura 1993-1996. Ver HERNANDEZ LORCA, F.J. “Conflictos prensa-poder durante los gobiernos socialistas (1982-1996)”. Comunicación al Congreso Internacional sobre la Historia de la época socialista (1982-1996), AHP-UNED, Madrid. 2011

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olvidar que en 1996 se produjo la segunda alternancia política en el sistema

constitucional tras la de 1982 y el comienzo de una nueva fase de la historia de la

democracia española. En segundo lugar, analizaremos la acción política desarrollada,

sin olvidar los aspectos económicos y sociales del periodo, sus principales

acontecimientos así como el contexto internacional tras la implosión de la URSS, la

elección de Clinton como presidente de los Estados Unidos desde enero de 1993 y el

proceso de unificación y ampliación europeo tras Maastricht. En tercer lugar,

centraremos nuestra mirada en el análisis de los principales elementos que constituyeron

la denominada “crispación”. Nos referimos a los casos de corrupción que afectaban,

sobre todo, al PSOE y la reactivación del sumario de los GAL como factor de

enfrentamiento entre los partidos políticos, teniendo en cuenta el protagonismo que, en

este ámbito, tuvieron los medios de comunicación social.

Las conclusiones finales irán referidas, una vez delimitado el alcance de los

acontecimientos y los procesos políticos estudiados, a la existencia de argumentos

históricos que sustenten o nieguen validez a la denominación genérica de esta coyuntura

como la Legislatura de la crispación.

Para acometer el trabajo que, por razones estructurales, no puede superar el

carácter general sintético que apunte vectores y defina esquemáticamente vías de

profundización en el análisis, utilizaremos tres tipos de fuentes: Por un lado, las

hemerográficas. Suponen un elemento nuclear para el estudio de esta época. En

principio, existe fácil acceso a las hemerotecas de El País, ABC y El Mundo así como a

los archivos sonoros de diferentes medios, todos ellos accesibles a través de internet. En

segundo lugar, biografías y libros de memorias de protagonistas del momento que han

publicado sus recuerdos.11 Y, finalmente, los debates parlamentarios.12 Fueron

11 El jefe de la oposición desde 1989, derrotado en 1993 y ganador en 1996, José María Aznar está publicando por volúmenes sus memorias políticas. Incluye las referidas a este periodo en el primero de ellos: Memorias I Planeta, Madrid, 2011. Por su parte, Felipe González no ha publicado, hasta el momento, ningún libro de Memorias. Sin embargo, en 2013 ha constituido una Fundación cuyo fin es “El estudio, la elaboración, recopilación, sistematización y puesta a disposición del archivo documental,

bibliográfico, fotográfico, audiovisual y en cualquier otro soporte, de la trayectoria personal,

profesional, política e institucional de don Felipe González Márquez. Los trabajos de elaboración del

archivo se enmarcan en un programa de actividades ordenadas a la investigación, la enseñanza y

difusión de la historia política de España, desde la segunda mitad del siglo XX en adelante, y el impulso

de actuaciones y proyectos que desarrollen los valores relacionados con la democracia y las libertades,

el bienestar material y su distribución, la investigación, desarrollo e innovación y el emprendimiento en

el marco de gobernanza global vinculado al nuevo orden mundial”. BOE del 25 de octubre de 2013. www.boe.es . La puesta en marcha de este archivo será una herramienta de gran utilidad para los investigadores. Otros protagonistas han ido publicando libros que incluyen referencias a este tiempo: Anguita, J. y Martínez Simancas, R: El tiempo y la memoria, Madrid, La Esfera de los libros, 2006; Garzón, B. Un

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especialmente tensos y duros. El hecho de que el PSOE no lograra mantener en las

Cortes la mayoría que respaldaba la acción de gobierno desde 1982, propició una

actividad parlamentaria de gran intensidad que nos permite disponer de un elemento de

gran utilidad para nuestro trabajo, en tanto que termómetro del ambiente de crispación

política que se vivía. Junto a estos tres instrumentos para nuestra investigación, no

prescindiremos, con carácter auxiliar, de diversos trabajos de investigación periodística,

de la producción historiográfica apuntada y de otras fuentes que contienen información

estadística, económica y social sobre este poco analizado tiempo de la historia reciente

de España.

LAS ELECCIONES GENERALES DE 1993.

1992 fue el año de España. No había precedentes en el hecho de celebrarse en un

mismo año y país cuatro acontecimientos de tanta trascendencia social, económica,

deportiva y cultural con elevada repercusión internacional como la XXV Olimpiada en

Barcelona, la Exposición Universal de Sevilla, la capitalidad cultural europea de Madrid

y el Quinto Centenario del Descubrimiento de América.

También fue el año en el que España entró en una fase de recesión económica

aguda13 y además fue el año en el que comenzaron a producir cierto desgaste en el

gobierno los primeros casos de corrupción14 que habían afectado al PSOE en los años

inmediatamente anteriores y que habían provocado la salida del vicepresidente Alfonso

Guerra, a principios de 1991, del gobierno. La credibilidad de éste, comenzó a

cuestionarse gravemente ya que no solo personas ligadas a los círculos de poder

socialista en altos cargos, como Mariano Rubio, gobernador del Banco de España que

mundo sin miedo. Barcelona, Plaza & Janés, 2005; Guerra, A. Una pagina difícil de arrancar: memorias de un socialista sin fisuras. Barcelona, Planeta, 2013; Solbes Mira, P.. Recuerdos: 40 años de servicio público. Bilbao. Deusto, 2013; Solchaga, C. El final de la edad dorada. Madrid. Taurus. 1997 o Urbano, P. Garzón, el hombre que veía amanecer. Barcelona, Planeta. 2000 12 Accesibles a través de internet. www.congreso.es y www.senado.es 13 “Año terrible” lo calificó el ministro de Economía, Carlos Solchaga. Citado en MARÍN ARCE, J. Mª, MOLINERO, C. e YSÂS, P. Historia política... Op. Cit. Pág. 431 14 Se trata de iniciales escándalos como el protagonizado por Pilar Miró durante su etapa como Directora General de RTVE y, sobre todo, por el de Juan Guerra, hermano del vicepresidente Alfonso Guerra. La Revista Epoca destapó en junio de 1989 este asunto que, básicamente, consistía en la denuncia pública de la utilización por parte del hermano de Alfonso Guerra de un despacho en la sede de la Delegación del Gobierno de Sevilla para asuntos personales sin tener ni cargo ni vinculación orgánica con el Gobierno. Aunque el caso no tuvo significativas consecuencias penales, constató un modo de hacer basado en el enchufismo, el caciquismo y la corrupción que parecía haber sido desterrado. A este respecto resulta interesante el análisis de Ramón Cotarelo sobre el particular. Ver COTARELO, R. La conspiración. El golpe de estado difuso, Barcelona, Ediciones B. 1995 Págs. 72 y 73.

7

tuvo que dimitir a mediados de año, sino que el propio partido se vio envuelto en una

trama de financiación irregular15.

En este contexto, que incluía la resaca de los indicados fastos del año 92, la crisis

económica aguda y el descubrimiento de casos de corrupción que afectaban

directamente a altos cargos del Gobierno y al propio PSOE, comenzaba 1993, año

electoral al que se enfrentaba el partido del Gobierno con una clara lucha interna entre

los guerristas, con un vicesecretario general, Alfonso Guerra, fuera del Gobierno pero

controlando con mano férrea las estructuras del partido y los renovadores, apoyados por

el propio Felipe González que, pretendían el relevo del guerrismo también en la

dirección del PSOE.

En estas condiciones, el presidente del Gobierno, con las encuestas otorgando

cada vez menor ventaja al PSOE sobre el Partido Popular, reaccionó convocando

elecciones generales para junio.16 Felipe González fue rápido y contundente. Como

político experimentado, visualizó con nitidez el riesgo de perder el poder y desmembrar

el partido por lo que exigió máximos poderes para elaborar listas electorales y dirigir la

campaña electoral17. Su pretensión era transmitir la idea de que se ponía al frente de la

lucha contra la corrupción como remedio directo ante las decrecientes expectativas

electorales del socialismo. No sólo reaccionó con un discurso anti-corrupción sino que

planteó una renovación de nombres que incluyó la incorporación a las listas electorales

de personas que eran referentes en el mundo de la judicatura. Así, Baltasar Garzón,

famoso juez de instrucción de la Audiencia Nacional que contaba con una alta

valoración pública, ocupó el segundo puesto de la lista electoral socialista de Madrid.18

Otros jueces como Ventura Pérez Mariño o Juan Alberto Belloch, también se

incorporaron, como independientes, al cartel electoral del partido en el gobierno para las

elecciones de 1993. También lo hicieron intelectuales como Victoria Camps.

Por su parte, el Partido Popular, después de refundarse con dicho nombre en el IX

Congreso de enero de 1989, consolidó, ya bajo la presidencia de José María Aznar, a

partir del X Congreso del Partido celebrado en Sevilla en la primavera de 1990, el

15 Nos referimos al asunto FILESA, al que más adelante volveremos. 16 Un resumen de las distintas razones apuntadas sobre el adelanto electoral en BOUZAS HERRERA, J. “El fin del predominio socialista” Comunicación al Congreso Internacional Historia de la época socialista 1982-1996, AHP-UNED, Madrid 2011 Pág. 2. 17 El Comité Federal del PSOE del día 19 de abril apoyó sin fisuras a Felipe González como candidato a Presidente en las elecciones convocadas para el seis de junio. Ver EL PAIS del 20 de abril de 1993 18 Lo anunció Felipe González en lo que fue, según la prensa de la época: “un golpe de mano espectacular del Presidente” EL PAIS 28 de abril de 1993.

8

trascendental cambio en el partido.19 No sólo comenzaron a modificarse los aspectos

formales (nombre, logotipos, colores...) sino que se produjo un importante cambio

generacional y programático que configuró un equipo de jóvenes dirigentes, sin olvidar

a otros llegados de la extinta UCD y del entorno del propio Fraga, que rodearon a un

líder que concentró en sus manos, los resortes más importantes del poder dentro del

partido, modificó estructuras y mensajes y, en breve espacio de tiempo, se convirtió en

el líder incuestionable de un partido renovado20 que se posicionó en una clara

orientación moderada y centrista, lo que amplió, sin duda, sus expectativas electorales,

cuestión que, en todo caso, debía ser refrendada tras los avances en las municipales de

1991.21

En estas condiciones, la campaña de las elecciones de 1993 se presentó

apasionante. Por primera vez desde 1982, algunas encuestas pronosticaban una derrota

socialista por lo que Felipe González echó el resto ante un cada vez más confiado

Partido Popular que creyó haber ganado las elecciones antes de celebrarse.22 Un hecho

muy importante de la campaña electoral fue que, por primera vez, se produjeron dos

debates en televisión entre los dos principales candidatos, Felipe González y José María

Aznar. La expectación fue máxima. La audiencia de los debates entre los dos candidatos

fue especialmente alta. Uno de los protagonistas, José María Aznar, ha valorado su

participación en los dos debates, como una oportunidad.23

El primer debate se celebró el 24 de mayo de 1993 en Antena 3 Televisión. El

moderador fue Manuel Campo Vidal y tuvo una audiencia media de 9.600.000

personas. La prensa del día siguiente recogió la victoria de Aznar en el debate,

valorando su mayor seguridad ante un González a la defensiva,24 lo que no deja de

sorprender dada su experiencia política, si bien es cierto, que González no valoraba a

19 El titular de EL PAIS del día siguiente a la finalización del Congreso de Sevilla fue “Aznar sucede a Fraga con mensajes similares a los de González en 1982”. EL PAIS 2 de abril de 1990 20 MARÍN ARCE, J. Mª, MOLINERO, C. e YSÂS, P. Historia política... Op. Cit. Pág. 434 21 En términos globales, el Partido Popular avanzó, respecto a las municipales de 1987, en más de tres mil concejales en toda España y consiguiendo alcaldías tan emblemáticas como la de Madrid. Datos en www.mir.es 22 A una semana de las elecciones se valoraba tal circunstancia como incuestionable. Ver el artículo de Oscar Alzaga en Diario 16 el 30 de mayo de 1993 “6-J: El relevo inaplazable” 23 Para Aznar, González aceptó a debatir porque “veía peligrar su mayoría y yo acepté debatir con él porque entendí que representaba una gran oportunidad” AZNAR LOPEZ, J. Mª Memorias I Planeta. Madrid 2012 Pág. 189 24 Una encuesta de EL PAIS cifró en el 50% de los ciudadanos que pensaban que había ganado Aznar el debate, frente a un 21% que pensaba que lo había hecho González. EL PAIS de 26 de mayo de 1993.

9

Aznar como un rival a su altura.25 Ante el segundo debate, celebrado una semana

después en Telecinco con Luis Mariñas como moderador, que congregó ante las

cámaras a 10.500.000 espectadores,26 González preparó más su intervención, cambió la

estrategia, entendió que se jugaba las elecciones y desbordó a Aznar27 que, incluso

reconoce en sus Memorias, que percibió, durante el debate, el cambio de táctica de

González.28

Las elecciones constituyeron una nueva victoria del PSOE y, particularmente de

su líder, Felipe González que fue capaz de darle la vuelta a una situación que, a una

semana de las mismas se presentaba, cuando menos, incierta.29 Finalmente, los

resultados arrojaron una diferencia cercana al millón de votos entre el PSOE y el PP

(9.150.000 frente a 8.200.000) y cuatro puntos porcentuales (39% frente a 35%).30 Sin

embargo, un hecho era trascendental: el PSOE había perdido la mayoría absoluta de la

que disponía desde 1982, al obtener 159 diputados lo que, inexorablemente, le abocaba

a buscar alianzas parlamentarias para poder formar una mayoría de gobierno estable.

Por su parte el PP obtenía el mejor resultado de su historia: 141 diputados.

Insuficientes para ser gobernar pero que garantizaban la consolidación del partido y de

su líder como alternativa de futuro.31

El gran derrotado de las elecciones de 1993 fue el CDS. Obtuvo poco más de

400.000 votos y se quedó fuera del Parlamento. Fue el episodio final de un proceso de 25 Una secuencia de las valoraciones sobre el debate, la explica Joseba Elola en un artículo de EL PAIS publicado en 2008 con el título “Este tío aguanta un debate” expresión puesta en boca de Felipe González, al concluir el primero de los debates González-Aznar de 1993. Ver EL PAIS de 24 de febrero de 2008. Al menosprecio hacia su rival, González se sumó el error estratégico reconocido posteriormente por sus asesores e incluso el hecho de que González estuviese a punto de morir el día anterior al debate tal y como desveló Manuel Campo Vidal, años después, en un programa de televisión. Ver BOUZAS HERRERA, J. “El fin del predominio... Op, cit. Pág. 3. 26 Pág. 129 de ABC del día 2 de junio de 1993 27 La encuesta de EL PAIS del 2 de junio otorgó una clara victoria al candidato socialista en el segundo debate: 48% frente al 18% lo que, en opinión de este periódico, equilibraba el balance global de los dos debates 28 AZNAR LOPEZ, J. Mª Memorias... Op. cit Pág. 192. Lo cierto es que el error estratégico de Aznar que pretendió dedicar el segundo de los debates a exponer sus propuestas supuso su derrota ante la reacción de González. Ver BOUZAS HERRERA, J. “El fin del predominio... Op, cit. Pág. 4 29 Las encuestas publicadas en distintos medios de comunicación, otorgaban, a una semana de las elecciones una ajustadísima victoria al Partido Popular. La de EL PAIS, publicada el 30 de mayo, situaba al PP con una horquilla entre 141 y 155 escaños frente al PSOE con una horquilla entre 135 y 151 diputados. La de ABC, publicada el 28 de mayo, otorgaba al PP entre 144 y 153 diputados y al PSOE entre 134 y 144 diputados. Por su parte EL MUNDO, también el 30 de mayo, pronosticaba que el PP obtendría entre 147 y155 diputados y el PSOE entre 132 y 141. 30 Datos oficiales en la web del Ministerio del Interior: www.mir.es 31 Aznar valora, en sus Memorias, que “con las elecciones del año 93 el PP superó su imagen de un partido sin esperanza, condenado a ser oposición, encerrado bajo un techo electoral infranqueable. Los

españoles nos enviaron un mensaje claro: os ponemos el sello de la alternativa política, [...] pero todavía

os falta un punto de maduración” Ver AZNAR LOPEZ, J. Mª Memorias... Op. cit Pág. 197

10

declive que se había iniciado, desde 1990, en paralelo al posicionamiento cada vez más

centrado del Partido Popular. El partido no se sobrepuso a la dimisión en 1991, tras el

fracaso en las elecciones municipales y autonómicas, de su fundador, Adolfo Suárez.

Izquierda Unida tenía grandes expectativas electorales. Las encuestas

pronosticaban un resultado superior a los veinte diputados.32 Sin embargo, su resultado

con más de 2.250.000 votos (casi el 10% de los votos emitidos) se quedó en 18

diputados. Tres son las razones que podríamos apuntar para explicar este hecho. Por un

lado, el propio sistema electoral por circunscripciones provinciales que perjudicaba a los

partidos minoritarios; por otro, la llamada al voto útil de la izquierda que logró aglutinar

en el PSOE, de nuevo, una parte del voto descontento o desencantado33 y finalmente, la

angina de pecho sufrida en plena campaña electoral por el candidato de la coalición de

izquierdas, Julio Anguita que limitó su presencia pública en el momento más importante

de su carrera política, aunque éste no fue un hecho excesivamente destacado por los

medios de comunicación, en aquel momento.34

El resto de los partidos, regionalistas y nacionalistas apenas si sufrieron cambios

respecto a las elecciones de 1989.35 Los resultados mostraron pocas variaciones en la

orientación ideológica del electorado, manteniéndose un claro posicionamiento en el

centro izquierda36 (PSOE + IU, casi once millones y medio de votos frente a los nueve

millones ochocientos mil de PP + CiU + CDS)

La interpretación de los resultados por parte de los analistas políticos fue

diversa. Mientras ABC puso especial hincapié en que el triunfo del PSOE se había

basado en Andalucía, con un porcentaje elevado del llamado “voto subsidiado”, 37 El

32 La anteriormente referida de EL PAIS, entre 20 y 22 y la de ABC, entre 25 y 28. 33 Julio Anguita no logró concretar su estrategia de confrontación con el gobierno socialista al que consideraba en la “orilla” de la derecha practicando una política neoliberal, quedando en la ·”orilla” de la izquierda como única opción transformadora, la de Izquierda Unida. MARÍN ARCE, J. Mª, MOLINERO, C. e YSÂS, P. Historia política... Op. Cit. Pág. 435 34 “Una angina de pecho retira a Anguita de la campaña”. Así titulaba la noticia EL PAIS en su edición del 29 de mayo de 1993, sin entrar, durante el resto de la campaña en valoraciones sobre la influencia de este hecho en el resultado. ABC, por su parte, daba la noticia en la página 32 de su edición del día 29 de mayo enfatizando que con la angina de pecho sufrida, Anguita “dice adiós a la campaña” 35 Ibidem 36 Idem Pág. 436. Este es un aspecto que se enfatiza con reiteración, en los análisis electorales que se realizan en España. Efectivamente el electorado español, desde 1979 se escoraba ideológicamente hacia la izquierda en proporciones que, al llegar a 1993, se habían estrechado bastante respecto a la diferencia de 1982. Ver un análisis en este sentido en el editorial de EL PAIS del 8 de junio de 1993 37 Este es un argumento constante de la prensa conservadora que atribuye a motivos estructurales de la sociedad andaluza, extremeña y manchega, fundamentalmente, la permanencia del PSOE en el poder en estas regiones durante décadas y que nos transportan a tiempos ancestrales en cuanto a prácticas de presión y cautividad electoral. El editorial de ABC del día siguiente a las elecciones rezaba así: “[...] el PSOE, en fin, ha ganado sin mayoría absoluta las elecciones, en parte gracias al voto subsidiado y

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PAIS, más ecuánime, enfatizaba el fin de la hegemonía socialista y en su editorial del

día siguiente a las elecciones hablaba de “oportunidad concedida” al PSOE tras el

afloramiento de los casos de corrupción y la crisis económica38. Los sociólogos

encontraban la explicación de la victoria socialista en la movilización de su electorado

de 1989 y la atracción de los que se habían mostrado indecisos y reacios a volverles a

votar por razones de desencanto o de fiscalidad39. El propio José María Aznar, en sus

Memorias, sostiene que, analizando los resultados con perspectiva, se aplicó la “extraña

lógica de los tiempos políticos”. Mientras el Partido Socialista dejó de ser hegemónico,

el Partido Popular se transformó de oposición en alternativa.40

Comenzaba una legislatura marcada por la necesidad de pactos políticos, en un

contexto de recesión económica y con una opinión pública que había otorgado su

confianza mayoritaria a un partido y a un líder, Felipe González, que llevaban diez años

y medio gobernando España de forma hegemónica. La razón final de la victoria

electoral la resumió Felipe González en la noche electoral: "He entendido el mensaje de

los ciudadanos: quieren el cambio del cambio."41

ACCION DE GOBIERNO Y OPOSICION POLITICA.

Desde la caída del Muro de Berlín y la implosión de la URSS, el mundo había

conocido muchos cambios. Avanzaba la globalización. Estados Unidos se debatía entre

la unilateralidad y cierto recogimiento tras la I Guerra del Golfo (1990-1991). En

Europa, la guerra asolaba la antigua Yugoslavia, la fragmentación nacionalista había

laminado a la URSS, oponente militar e ideológico de Occidente, en numerosas

naciones independientes. Los antiguos satélites soviéticos del Este europeo miraban

ahora hacia el Oeste. En la Europa centro-occidental también se producían cambios,

pero en sentido contrario. Se daban pasos hacia una mayor integración económica y,

sobre todo política. El Tratado de Maastricht (1992) supuso un punto de inflexión. La

Unión Europea era un hecho y, por primera vez en siglos, España, estaba en el vagón

delantero. Protagonizaba, como un Estado más, los cambios que se producían.

cautivo, a la dócil televisión pública y a la utilización del aparato del Estado en la campaña electoral. No

ha sido pues una victoria limpia. El PSOE ha jugado con ventaja.” ABC 7 de junio de 1993 38 Editorial de EL PAIS 7 de junio de 1993 39 Tesis de Del Castillo y Delgado planteada en “Las elecciones legislativas de 1993: movilidad de las preferencias partidistas” en DEL CASTILLO, P (ed.) Comportamiento político y electoral, Madrid, CIS, 1998 Pág. 125 citada por BOUZAS HERRERA, J. “El fin del predominio... Op, cit. Pág. 8 40 AZNAR LOPEZ, J. Mª Memorias... Op. cit Pág. 194 41 Declaraciones de Felipe González a los medios de comunicación en comparecencia pública en el Hotel Palace la noche electoral. EL PAIS, 7 de junio de 1993

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La esperanza que suponía la Unión Europea no debe esconder que,

coyunturalmente, la situación política y económica española se presentaba muy

compleja para el gobierno salido de las urnas. Por un lado, debía acometer reformas

estructurales para cumplir los criterios de convergencia impuestos en el Tratado de

Maastricht. Su firma, en febrero de 1992, marcó una “nueva etapa en el proceso

creador de una unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa”.42 El Tratado

de la Unión Europea (que no entró en vigor hasta el 1 de noviembre de 1993) permitió

la puesta en marcha de la integración política de los estados miembros, estableció el

concepto de ciudadanía europea, fortaleció las competencias del Parlamento Europeo y

puso en marcha la Unión Económica y Monetaria (UEM), con la posterior creación del

euro. Para que los países europeos pudiesen participar satisfactoriamente en la Unión

Económica y Monetaria se establecieron unos criterios de convergencia, los cuales

incluían una serie de requisitos económicos y jurídicos que los estados miembros tenían

que recoger en sus Programas de Convergencia, y que debían ir cumpliendo de manera

progresiva entre el 1 de enero de 1994 y de 1999.43

Por otro lado, se mostraron con toda su virulencia los efectos de la crisis

económica internacional que los fastos del 92 habían retrasado en España. Los datos

macroeconómicos de 1992 presentaban una situación muy preocupante. España terminó

1992 con una tasa de paro del 18,4% de la población activa, un déficit público del 3,6 %

que se dispararía hasta el 6,8% en 1993, un descenso del PIB del 1,2% y unos tipos de

interés en el 13,75%.44 La crisis monetaria y financiera, que provocó tres devaluaciones

de la peseta y de otras monedas europeas, fue una crisis de confianza a la que se

añadieron grandes dosis de especulación como han puesto de manifiesto los

especialistas que han estudiado la coyuntura.45

42 Art. 1 del Tratado de la Unión Europea de 7 de febrero de 1992 firmado en Maastricht (BOE 13 de enero de 1994) 43 Estabilidad en los precios, solidez y sostenibilidad en las finanzas públicas, carácter duradero de la convergencia y estabilidad en los tipos de cambio. Estos criterios de convergencia acordados en el Tratado de la Unión Europea firmado en Maastricht establecían unos requisitos bastante ambiciosos para garantizar la viabilidad de la Unión Monetaria Europea. Una información detallada sobre los criterios de convergencia de Maastricht y el camino hacia la unión política y financiera es el texto de la Comisión europea: “Una Europa, una moneda. El camino al euro” disponible en http:// ec.europa.eu/ economy_finance/ publications/ publication6730.es 44 Datos obtenidos del Informe Anual del Banco de España editado en 1999, correspondiente al año 1998 y que realiza, a modo introductorio, un balance macroeconómico del periodo 1991-1998, tiempo de cumplimiento de los criterios de convergencia de Maastricht. 45 Ver el análisis de Guillermo Vázquez Vicente “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993): ¿crisis financiera o crisis de políticas de cooperación monetaria?” en Revista Universitaria Europea nº 6 2007. Págs. 33-82

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Además, la acción de gobierno exigía, dados los resultados electorales, la

búsqueda de alianzas parlamentarias que dotaran de estabilidad al ejecutivo. En el

proceso de formación del nuevo gobierno un elemento suscita la atención. Se trata de la

gran virulencia de la batalla interna que, con diferentes altibajos, se libraba desde

tiempo atrás en el seno del PSOE (que había estado en el origen, para muchos, de

adelanto electoral al mes de junio de 1993) entre los partidarios de Felipe González,

conocidos como los renovadores o ”felipistas”46, que estaban más cercanos a posiciones

de centro-izquierda y proclives a buscar acuerdos con las fuerzas nacionalistas

moderadas, de orientación liberal y conservadora como CiU o el PNV y los seguidores

del vicesecretario general, Alfonso Guerra, “los guerristas”, cuya orientación política se

situaba más a la izquierda siendo partidarios de explorar acuerdos con los sindicatos y

con IU. Entre ambos se situaban notables del partido que buscaban abrir debates de

síntesis como “el grupo de las Navas”.47 La prensa del momento es testigo directo del

enfrentamiento interno que se visualizó en momentos como los Congresos Federales, la

confección de las listas electorales, la elección del presidente del grupo parlamentario o

la formación del nuevo gobierno.48

La cercanía ideológica parecía hacer posible la convergencia hacia posiciones de

izquierda pero el acuerdo entre el PSOE e IU fue imposible. La distancia personal y

política entre Felipe González y Julio Anguita era insalvable.49 El propio dirigente de

46 Sus oponentes en el seno del partido les denominaron “renovadores de la nada”. En su carta de dimisión como secretario de organización del PSOE, así los nomina, José María Benegas. Ver la carta de Benegas reproducida en la pág. 24 del diario ABC del día 6 de abril de 1993. 47 Llamados así por haberse reunido en la localidad abulense de Las Navas del Marqués como grupo de reflexión sobre el futuro del partido, con posiciones de búsqueda de consensos y claro espíritu renovador. Las reuniones eran convocadas por el dirigente de la UGT, Paulino Barrabés y formaban parte del Grupo, entre otros, Manuel Chaves, Carmen García Bloise, Jesús Quijano, Nicolás Redondo Terreros, Javier Solana, Luis Yáñez, Raimon Obiols, Jerónimo Saavedra o Joan Lerma. La prensa de la época los denominaba con este nombre constantemente: Ver el diario ABC del día 1 de abril de 1993 que da noticia de la reunión del Grupo con el Secretario General para trazar una estrategia de respuesta como partido ante el asunto FILESA o el diario EL PAIS del día 19 de septiembre de 1993 que da noticia de la reunión del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra con el Grupo. 48 El segundo volumen de las Memorias de Alfonso Guerra, recientemente publicado (Una pagina difícil de arrancar... Op. Cit.) recoge un buen número de estos enfrentamientos a lo largo de la vida política de ambos líderes y, naturalmente los específicos de la época a la que nos referimos. 49 Este aspecto se visualiza muy bien en las dos corrientes principales en el seno del PSOE. Mientras el guerrismo abogaba por un acercamiento a IU, los renovadores, descartaban cualquier pacto con la izquierda que supusiese un cuestionamiento del Tratado de Maastricht. EL PAIS del día 12 de septiembre de 1993 recogió una intervención de Alfonso Guerra que literalmente afirmó: “[...] el PSOE venció (en las elecciones) haciendo una llamada a la conciencia progresista y de izquierdas de personas que, de ese

modo [...] volvieron a votarnos. No podemos decepcionar ahora a esos votantes. Que nadie pueda decir

que su voto no era para esto" Respecto a Julio Anguita, su posición, crítica y dura durante la campaña electoral se mantuvo, antes y después de las elecciones generales de 1993. Sus declaraciones públicas, sus intervenciones parlamentarias y sus artículos de opinión en la prensa eran demoledores para el gobierno y, especialmente

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Izquierda Unida lo constata en sus memorias50 aunque ya había quedado claro, incluso

antes de celebrarse las elecciones generales.51

Felipe González explicitó en la sesión de investidura como Presidente del

Gobierno el objetivo de su nuevo mandato tras el mensaje trasladado en las urnas: “los

españoles nos demandan más dialogo con la sociedad y con otras fuerzas políticas; nos

demandan, en definitiva un cambio sobre el cambio. La propia ausencia de mayoría

absoluta es la más clara muestra de una nueva realidad política.”52 Al dialogo

González sumó la necesidad de dotar al gobierno de estabilidad. La búsqueda del pacto

político que sumara ambas variables se centró en el nacionalismo moderado. El

resultado electoral de Convergencia i Unió, a pesar de contar con un diputado menos

que en 1989 (de dieciocho pasó a diecisiete) convertía a la coalición nacionalista en

protagonista del tiempo que se abría dada la pérdida de la mayoría parlamentaria

socialista. Por otro lado, el PNV, mantenía sus cinco diputados y Coalición Canaria,

subía de uno a cuatro diputados, por lo que la suma del nacionalismo moderado

alcanzaba los veintiséis diputados, con los que se podían conformar una mayoría de

gobierno estable.53

Tras, aproximadamente, un mes de negociaciones que la prensa recogió desde

diversos ángulos informativos,54 Miguel Roca, portavoz de CiU en el Congreso de los

Diputados subió a la Tribuna de oradores en las Cortes para apoyar la investidura de para su Presidente. Demuestran que la brecha ideológica entre ambos era insalvable. Una muestra de ello es su artículo, publicado en EL PAIS, el 1 de diciembre de 1993, titulado La Santa Alianza. En él, Anguita comparaba a González con Metternich: ”[...] Era el año 1815; los monarcas más reaccionarios de Europa y sus primeros ministros se constituyeron en Santa Alianza. [...]. Los años han pasado y [...],

usted y sus colegas aparecen como una nueva Santa Alianza que al grito de mercado, PIB y

competitividad pretende establecer patrones económicos y valores sociales ya superados por la historia.

En aquella Santa Alianza de 1815 desempeñó un papel fundamental Clemente Lotario, príncipe de

Metternich. Usted, señor González, con la fe del neófito recién convertido a estos valores, comienza a

tomar formas, actitudes y protagonismos que le van acercando a la imagen del político austriaco. El

problema es que lo que en él fue algo consustancial con su origen y trayectoria de siempre, en el caso de

usted ha tenido que hacerse a través, de un proceso que le ha permitido, con cierta soltura y ante los

atónitos ojos de los trabajadores, cambiar de bando.” 50 “Las elecciones de 1993 [...] dieron la posibilidad de alcanzarla con IU. El conato de dialogo que intentó Guerra entre el PSOE y nosotros, lo cortó Felipe González que prefirió a CiU” Ver ANGUITA, J y MARTINEZ SIMANCAS, R El tiempo y la memoria. La Esfera de los Libros, Madrid, 1996 Pág. 188. 51 Fue evidente el enfrentamiento entre Julio Anguita y el diario EL PAÍS que se puede seguir al leer los editoriales de este periódico del 12 y 13 de mayo de 1993 respecto al dirigente de IU y el del mismo día 12 de mayo de El Mundo titulado “Anguita les estorba” 52 Intervención de Felipe González en la sesión de investidura. Ver Diario de Sesiones (DSCD) del 8 de julio de 1993 Pág. 22 53 Resultados electorales consultados en www.mir,es 54 Las diferencias de criterio se aprecian entre la favorable acogida de EL PAIS en su editorial de 13 de julio y la crítica que desde el inicio le dispensaron medios como ABC, que en editorial del mismo día 13 de julio titulaba: “Un Gobierno contra Alfonso Guerra” haciendo hincapié en como el nuevo gabinete expresaba, más allá dela cortina de humo de los pactos, el fondo de la verdadera lucha interna del PSOE entre Alfonso Guerra y Felipe González.

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Felipe González como Presidente del Gobierno.55 En su discurso, siendo consciente del

papel relevante que le había otorgado la aritmética parlamentaria habló de

responsabilidad, visión de Estado, confianza e ilusión. Concluyó de manera rotunda y

en positivo su exposición: [...] mañana votaremos su investidura como un acto de

responsabilidad y de confianza, sin más contraprestación que el compromiso que se

deriva de sus propias palabras [...] Nosotros creemos que este país tiene futuro y nos

sentimos comprometidos en hacerlo posible. Entre todos podemos ganar este reto.”56

Se explicitó un pacto exclusivamente parlamentario, al rechazar Pujol la

incorporación de los nacionalistas catalanes al Gobierno, lo que hubiese preferido

González al haber podido reforzar la corresponsabilidad del gobierno. CiU no deseaba

involucrarse tan directamente en la política española sino que, apoyando

parlamentariamente al gobierno central, tenía capacidad de influencia sobre él y

separaba de su deriva, la propia gestión del gobierno catalán, lo que sin duda, concedió

argumentos a la oposición que hablaba de “privilegios” y causó cierto malestar en

sectores socialistas que enfatizaron la precariedad que tal situación reflejaba.57

Investido Presidente, González conformó un gobierno muy renovado en el que

desaparecieron los guerristas58 y cuyo objetivo era desarrollar una política que

interpretara correctamente el nuevo horizonte político al que se refería Felipe González

en la noche electoral y en su investidura.59 Para ello dispuso un gobierno con Narcís

Serra como Vicepresidente, Javier Solana como ministro de Asuntos Exteriores, Pedro

Solbes en Economía y Hacienda, José Luis Corcuera en Interior, José Borrell en Obras

Públicas o Alfredo Pérez Rubalcaba en Presidencia. También contó con independientes

como Juan Alberto Belloch en Justicia, Carmen Alborch en Cultura o Javier Gómez

Navarro en Comercio. Este gobierno, definido como de “gestión”, fue recibido

55 Un análisis exhaustivo de los acuerdos de 1993 entre el PSOE y CiU en AGUILERA DE PRAT, C. R. “Los socialistas ante los pactos de gobernabilidad de 1993 y 1996” en Revista de Estudios Políticos, núm. 11, 2001 Pág. 9-43. 56 Intervención de Miguel Roca en el debate de investidura de Felipe González. Ver DSCD del 8 de julio de 1993 Pág. 60 57 AGUILERA DE PRAT, C. R. “Los socialistas ante los pactos... Op. cit. Pág. 11. 58 El expresivo titular de EL PAIS del 12 de julio de 1993, así lo planteó: “González se rodea de renovadores en un Gobierno del que elimina a los guerristas”. En similares términos el titular de ABC citado. (Ver nota 53) 59 “El reto del Gobierno” era el elocuente título de editorial del diario EL PAIS del 14 de julio de 1993 que literalmente sostenía: “[...] La decisión del presidente González no es, empero, una simple cuestión interna del PSOE. Es también, y muy fundamentalmente, una nueva apuesta a favor del cambio en el

gobierno de todos los ciudadanos y en la cúpula parlamentaria socialista en uno de los peores momentos

de la coyuntura económica [...]”.

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enfatizando los interrogantes que su perfil “técnico” y poco político explicitaban.60 Su

objetivo era poner en situación de cumplimiento de las exigencias de Maastricht en un

momento en el que la coyuntura económica era pésima y las expectativas no iban a

hacer sino empeorar en los siguientes meses.61 Por ello, la acción de gobierno se centró,

fundamentalmente, en la recuperación económica. La crisis abocaba a España a no

cumplir los criterios de convergencia. La prioridad era reconducir y estabilizar la

situación económica, frenando la destrucción de empleo y el déficit público. Las

medidas adoptadas por el nuevo gobierno socialista en el otoño de 199362 concluyeron,

en el corto plazo, con una protesta social63 que se unió a la política y, a pesar de que la

recesión económica comenzó a superarse a lo largo de 1994, con un crecimiento de PIB

del 2,4% y un descenso moderado del desempleo, 1995, comenzaría con la noticia de

que, por primera vez el sistema español de la Seguridad Social registraba déficit. Tal

circunstancia activó el acuerdo parlamentario que conocemos como Pacto de Toledo64 y

que supuso una serie de reformas estructurales en el sistema de pensiones español de

gran calado.

Por otro lado, en materia legal, la legislatura se centró en la redacción de un

nuevo Código Penal que superara el de 197365 así como el desarrollo constitucional de

la figura del Jurado, plasmada en una Ley66 que desarrollaba la previsión del artículo

60 Ibidem. 61 Ibidem 62 El Consejo de Ministros aprobó el 8 de octubre de 1993 un recorte en las prestaciones por desempleo y un paquete de medidas fiscales y una importante reforma de las relaciones laborales de los funcionarios. En el empleo público, la novedad más trascendente fue la regulación de la movilidad geográfica. Ver El País del día 9 de octubre de 1993. 63 Nos referimos a la huelga general convocada el 27 de enero de 1994 contra las medidas económicas adoptadas desde el inicio de la legislatura y, en concreto, contra la reforma laboral que preparaba el gobierno que ampliaba el contrato de formación y de prácticas. Eran los llamados “contratos basura” porque carecían de derechos para los trabajadores. El significativo contraste de opiniones va desde el titular de El País del día siguiente: “La Huelga no fue general”, al de ABC: González indiferente ante la huelga general: no cambiará su política económica.” En cuanto a los grupos políticos, IU se sumó a la huelga mientras el PP ni la secundó ni se manifestó en su contra. El PSOE constató, según su portavoz parlamentario, Carlos Solchaga, que la huelga general: “no se había parecido en nada a la del 14 de diciembre de 1988” Declaraciones recogidas en ABC del día 28 de enero Pág. 25. 64 La referencia al Pacto de Toledo, en el Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de los Diputados, (BOCCD) 12 de abril de 1995. Nº 134. Una completa referencia al Pacto de Toledo y su importancia en el sistema de previsión social español en TORRES LOPEZ, J. “El Pacto de Toledo: ¿refuerzo del sistema público o vía abierta para su privatización?” ponencia en las IX Jornadas de Economía Crítica, Madrid, marzo de 2004. Este catedrático de Economía Aplicada sostiene que el Pacto de Toledo es “una expresión de privatización atenuada, progresiva o implícita que se ha seguido en muchos países en donde existe un cierto equilibrio de poder y, al mismo tiempo, grandes dificultades

para afrontar rotundamente los costes sociales de todo tipo que conlleva la privatización explícita del

sistema público de pensiones” 65 Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre , del Código Penal (BOE 24 de noviembre) 66 Ley Orgánica 5/1995 de 22 de mayo del Tribunal del Jurado (BOE 23 de mayo)

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125 de la Constitución de 1978, recuperando una institución jurídica tradicional en el

constitucionalismo español.

Respecto al terrorismo de ETA, la detención de la cúpula dirigente de la

organización terrorista en Bidart en 1992 significó un punto de inflexión. Tras una

breve tregua, ETA derivará una parte de su actividad hacia la lucha callejera (kale

borroka) cuyo objetivo fundamental era, en terminología de la banda terrorista,

“socializar el sufrimiento” o “generalizar el miedo”.67 Son años en los que aprecia una

debilidad progresiva de ETA que reaccionó con una estrategia de intimidación de la

población vasca que se le oponía 68 y que comenzaba a movilizarse ante sus acciones

criminales.69 Esta nueva orientación etarra se completaba con una acción política que

tuvo su manifestación, en la coyuntura analizada, en la Alternativa Democrática,

sustituta de la Alternativa KAS como propuesta política superadora del “conflicto

vasco” y para el abandono de la “lucha armada”. Se basaba en el reconocimiento de la

territorialidad de Euskal Herria y del derecho de autodeterminación del pueblo vasco.70

En cualquier caso, la acción terrorista de la banda continuó y tuvo, entre 1993 y 1996,

destacamos cinco expresiones especialmente dramáticas y de las que se derivaron

innegables consecuencias políticas: el asesinato del dirigente del Partido Popular en San

Sebastián, Gregorio Ordoñez;71 el intento de asesinato de José María Aznar en abril de

1995, en un momento en el que las encuestas ya le situaban como candidato mejor

situado ante unas elecciones generales;72 el descubrimiento de una operativa etarra para

67 Ver esta tesis en AVILES FARRE, J. El terrorismo en España: de ETA a Al Qaeda. ArcoLibros Madrid, 2010, Pág. 37 68 Ibidem. 69 Las primeras grandes movilizaciones ciudadanas contra el terrorismo se produjeron con ocasión de los secuestros de Julio Iglesias Zamora en 1993 y José María Aldaya en 1995. Idem. Pág. 45 70 Ver LETAMENDIA BELZUNCE, F. “La alternativa democrática de ETA (1992-1997)” en Enciclopedia vasca Auñamedi 2012 71 El 23 de enero de 1995 fue asesinado con un tiro en la nuca, mientras comía en un restaurante del casco Viejo de san Sebastián. Su asesinato supuso un punto de inflexión en la estrategia de ETA que comenzaba a centrar su acción terrorista en políticos. ABC titulaba en portada el 24 de enero, “ETA asesina a uno de sus más valientes enemigos: Conmoción por la muerte de Gregorio Ordoñez”. En la misma edición, el periódico recogía las últimas declaraciones de Ordoñez (Pág. 27) “Hay que seguir dando la cara para acabar con tanta basura y conseguir que el Pías Vasco y el resto de España seamos

un pueblo libre y en paz”

En sus Memorias, Aznar recoge esta reflexión sobre este asesinato: “El asesinato de Gregorio Ordoñez fue el primero de muchos golpes para el Partido Popular. Pero también puso de manifiesto que las cosas

empezaban a cambiar y que, gracias al trabajo y a la convicción de personas como Gregorio, la

sociedad vasca empezaba a salir de su letargo moral.” AZNAR, J. Mª Op. Cit. Pág. 215 72 El editorial de EL PAIS del día siguiente al atentado reflejaba tal posición de Aznar además de incidir en el intento etarra de romper la continuidad del sistema político y de intentar aprovecharse la de la crisis política del momento, relacionada con episodios de guerra sucia contra ETA. “Reto al Estado” editorial de EL PAIS de veinte de abril de 1995. ABC editorializaba el mismo día: “Aplastar la esperanza” focalizando el suceso en las consecuencias que podría tener, para el futuro, la desaparición del líder del

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asesinar al Rey73 y los viles asesinatos de Fernando Múgica y Francisco Tomás y

Valiente74 en febrero de 1996, a escasas semanas de las elecciones generales.

El papel de la oposición se centró en los aspectos que trataremos en el capítulo

siguiente y que tienen que ver con el desgaste del gobierno debido a los casos de

corrupción y la reactivación del proceso de los GAL. Sin embargo, en términos

políticos, la legislatura se desarrolló en un escenario de creciente confrontación. Los

ejemplos son numerosos. Nos referiremos a los que tienen que ver con los debates

parlamentarios más relevantes de la legislatura.

El Debate del estado de la nación celebrado entre los días diecinueve y veinte de

abril 1994 fue especialmente áspero en cuanto a la dialéctica política utilizada en la

tribuna del Congreso de los Diputados. El debate se centró en la corrupción y el

presidente del Gobierno planteó medidas para luchar contra lo que denominó

“conductas desviadas”.75 José María Aznar utilizó el debate para cargar duramente

contra el Presidente tal y como recogió la prensa del momento76 y él mismo reconoce en

sus Memorias. Su “Váyase, Señor González” ha quedado como una de las frases más

reconocidas y repetidas en distintos contextos. La táctica de Aznar se centraba en pedir,

no el adelanto electoral ni la presentación de una moción de censura que sabía perdida

de antemano sino en instar a la dimisión de González y su sustitución por otro miembro

Partido que significaba “la esperanza de los españoles” [...] ante el desgobierno en el que González ha sumido a España [...]”

En sus Memorias, Aznar valora el atentado que sufrió de la siguiente manera: “Creo que no exagero si digo que, por primera vez desde los peores años de la Transición, ETA volvió a albergar entonces la idea

de que realmente era posible una desestabilización general de nuestro régimen constitucional y

democrático. ETA no sólo pretendía acabar con la alternancia, sino con el propio sistema” AZNAR, J. Mª Op. Cit. Pág. 222 73 EL PAIS, veinte de agosto de 1995. También, un reportaje de EL MUNDO de 16 de febrero de 2005 sobre el tema. 74 El seis de febrero de 1996, ETA asesinaba al socialista Fernando Múgica Herzog. El día catorce del mismo mes, al Presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente. No fueron los únicos. Durante ese mes de febrero, ETA asesinó a tres personas más y mantenía secuestrados a José María Aldaya y a José Ortega Lara. Carlos Martínez Gorriarán analizó en ABC, diez años después, (doce de febrero 2006) como este cúmulo de acciones terroristas supusieron el “fin de la indiferencia social hacia el terrorismo.” Un elemento de análisis sociológico, desde un punto de vista histórico, muy relevante. 75 Ya habían salido a la luz dos de los casos de corrupción más importantes de la legislatura: los que afectaban a Luis Roldán, Director General de la Guardia Civil y a Mariano Rubio, gobernador del Banco de España. Se anunciaron medidas procesales, de mayor control de los dineros públicos a través del Tribunal de Cuentas y la creación de una Fiscalía Anticorrupción que se ha mantenido con el paso del tiempo.: DSC de 19 de abril de 1994. La opinión de la prensa sobre la intervención de González se puede resumir en el editorial de ABC, especialmente crítico con el Presidente: “González se tambalea por el terremoto de la corrupción” (ABC de veinte de abril) y en el de EL PAIS, que se centró en la recuperación del debate político en la sede parlamentaria. EL PAIS, “González y Aznar” veinte de abril de 1994. 76 EL PAIS y ABC de los días veinte y veintiuno de abril de 1994 son ejemplo suficiente de tal circunstancia.

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propuesto por el PSOE, como partido mayoritario, focalizando en el Presidente, el

origen de la situación de descomposición del gobierno y del país.77

Si podemos considerar el debate de abril de 1994 el origen de lo que se ha

denominado el fenómeno de la crispación, fruto del ambiente político desatado tras la

emergencia de los graves casos de corrupción política que analizamos en el capitulo

siguiente, si nos centramos en los debates parlamentarios de la legislatura, el siguiente

en relevancia fue el Debate sobre el estado de la nación celebrado los días ocho y nueve

de febrero de 1995. Si en abril del año anterior, Aznar centró su crítica en el presidente

del Gobierno al que había instado a retirarse, durante el debate parlamentario de febrero

del noventa y cinco ya exigió la convocatoria de elecciones generales, coincidiendo con

los comicios autonómicos y municipales. Durante el debate, González se defendió, ante

la dureza de la oposición, y se centró en la necesidad de agotar la legislatura para

consolidar una recuperación económica.78 Hay que tener en cuenta que CiU mantuvo,

sin fisuras, su apoyo al gobierno lo que explicitó, durante el debate, el nuevo portavoz

del grupo en el Congreso, Joaquín Molins.79 Mientras, Anguita, en la misma línea que

Aznar, pidió a González la convocatoria de elecciones y su marcha.

La polarización política, expresada en la evolución que representan los dos

debates resumidos y cuyo recorrido se visualiza perfectamente en el análisis de la

prensa de la época tuvo su expresión democrática en los procesos electorales que se

celebraron en estos años y que resumen bien la tendencia política del país y las

posiciones estratégicas de cada grupo. Por un lado, el gobierno aguantaba con dificultad

creciente los problemas políticos que se le acumulaban fiándolo todo a la pretendida

recuperación económica mientras dispusiese de la estabilidad parlamentaria

proporcionada por los nacionalistas catalanes. Por otro lado, la oposición del Partido

Popular elevaba el tono de su crítica ante los sucesivos problemas que se le acumulaban

77 Aznar le dijo a González que “Vd. ha sido el causante del daño, no puede ser el que lo corrija. Asuma la responsabilidad y váyase” DSC diecinueve de abril de 1994 Aznar explica que con el “Váyase, Sr. González” lo que pretendía era “reflejar la gravedad de una situación en la que no bastaba con decir “dimita” o “renuncie”. [...] Yo no negaba la legitimidad del

PSOE para gobernar. De hecho, hacía menos de un año que los socialistas habían ganado las

elecciones. Lo que negaba era que González tuviera autoridad política y moral necesaria para seguir

siendo presidente del Gobierno después de los que estábamos viviendo” AZNAR LOPEZ, J. Mª Memorias... Op. Cit Págs. 208-209. 78 “Vamos a seguir gobernando” fueron las palabras de González ante la exigencia de Aznar de adelanto electoral al que además recriminó que no haberle perdonado ganar las elecciones. DSC del día ocho de febrero de 1995. 79 Miguel Roca había renunciado a su acta de diputado el 27 de diciembre de 1994, para preparar su candidatura a la alcaldía de Barcelona que disputaría, sin éxito, en mayo de 1995 a Pascual Maragall. EL PAIS, 28 de diciembre de 1994

20

al gobierno, focalizando en este campo su acción política. Esta estrategia se vería

parcialmente recompensada.

Durante la Legislatura, dos procesos electorales, las elecciones europeas de 1994

y las municipales y autonómicas de 1995, tuvieron gran relevancia en la evolución

política. Por lo que se refiere a las elecciones europeas celebradas el 12 de junio de

1994, la victoria correspondió al Partido Popular. Con un 40,59% de los votos y 28

eurodiputados frente al 31,14% de los votos y 22 eurodiputados del PSOE.80 El vuelco,

en términos comparativos, tanto con las anteriores elecciones europeas de 198981 como

con las generales de solo un año antes era realmente notable, tal y como se encargó de

reflejar la prensa y los analistas del momento.82 Se trataba de la primera victoria del

Partido Popular en unas elecciones de carácter nacional y por tanto, de la primera

derrota del PSOE del mismo carácter desde su llegada al gobierno en 1982. El PSOE

sufría un serio retroceso del que también se beneficiaba IU (13% de los votos).83 Sin

embargo no se produjeron, a corto plazo, consecuencias políticas de relieve al mantener

CiU el apoyo al gobierno socialista aunque contribuyó a aumentar el tono del

enfrentamiento político de modo considerable.

Las elecciones municipales y autonómicas celebradas en mayo de 1995

significaron la consolidación del Partido Popular como primera fuerza política en

España (35,79 % de los votos frente al 31,3 % obtenido por el PSOE).84 Estas

elecciones marcaron el comienzo de la dinámica política que derivó en la convocatoria

80 Resultados electorales consultados en www.mir,es 81 En estas elecciones la diferencia porcentual a favor del PSOE respecto al PP alcanzó los dieciocho puntos (39% / 21%) Resultados electorales consultados en www.mir,es 82 EL PAÍS editorializó al día siguiente (13 de junio) poniendo especial énfasis en el carácter de “descalabro socialista” y en el “rotundo triunfo del PP” Afirmaba que “El descrédito acumulado por los escándalos de corrupción ha roído al electorado socialista por el centro y por la izquierda” y exigía al Presidente la inmediata presentación de una cuestión de confianza. ABC iba más allá y tras destacar que “el voto popular abandona a Felipe González”, personalizando en el líder socialista la derrota, sostenía que “si González no dimite o convoca elecciones generales, PP, IU y CiU tendrían la obligación, por razones de ética política, de presentar conjuntamente una moción de censura Tras el varapalo a los

socialistas en las elecciones europeas de ayer, el presidente del Gobierno, Felipe González, tiene, según

los observadores políticos más cualificados, la obligación ética de dimitir o de ponerse de acuerdo con

José María Aznar para convocar elecciones generales” Ver Diario ABC del día 13 de junio de 1994, pág. 4. Javier Pradera, en EL PAÍS del mismo día 13 de junio apuntaba la idea de la consolidación del PP como alternativa y la posible consolidación de la fragmentación a futuro del voto de izquierda entre PSOE e IU, cosa que, finalmente, no sucedería. 83 El retroceso del PSOE también se explicitó con la pérdida, por primera vez, de la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, cuyas elecciones e celebraron a la vez que las Europeas. En estas elecciones, el PP se quedó a cuatro puntos porcentuales del PSOE (38,5 / 34,4%) e IU ascendió hasta casi el 20% de los votos, convirtiéndose en la clave para la estabilidad gubernamental en la región. Ver resultados en www.mir.es 84 El titular de EL PAIS del día siguiente a la jornada electoral no podía ser más significativo: “El PP desaloja al PSOE del poder local y autonómico”

21

electoral anticipada de 1996. En un análisis de mayor alcance que el coyuntural propio

de un resultado electoral, el PSOE en doce años, de 1983 a 1995, había pasado de tener

mayoría absoluta en el Parlamento, gobernar en 13 de las 17 autonomías y ser la

primera fuerza política en 38 capitales de provincia a necesitar el apoyo de los 17

diputados de CiU para alcanzar la mayoría parlamentaria, no controlar más de tres

comunidades autónomas y apenas media docena de capitales de provincia con

Barcelona como joya de la Corona.85

Felipe González comenzó a ser cuestionado en el seno del Partido, tras esta

derrota que intentó minimizarse.86 Los analistas políticos se dividieron entre los que no

entendían como suficiente la derrota para que se adelantasen las elecciones87 y los que

exigían la dimisión inmediata88 y la convocatoria sin demora de elecciones generales.

Sin embargo, lo más significativo fue la aparición de las dudas en el apoyo nacionalista

al gobierno. CiU compartió en Cataluña la derrota socialista de mayo y, en términos

electorales, a Jordi Pujol, presidente de la Generalitat no le interesaba que las elecciones

autonómicas catalanas estuviesen muy próximas en el tiempo de las elecciones

generales aunque tampoco pretendía forzar un abandono abrupto que podría favorecer

una hipotética mayoría del PP, que se había hecho con una parte importante del voto

centrista desde 1993. Era claro que la estrategia política primaba sobre la

responsabilidad de los gobernantes en el desarrollo de la convulsa legislatura.

CORRUPCION + GAL = CRISPACION. EL PAPEL DE LOS MEDIOS

DE COMUNICACION.

Lo apuntado hasta el momento tiene una gran importancia en términos históricos,

al poder comprobarse como los acontecimientos políticos van minando los apoyos con

los que contaba el gobierno. Las citas electorales intermedias no refrendaban, sino al

contrario, esa acción de gobierno avalando, hasta cierto punto, la dura estrategia de la

oposición. Sin embargo, la característica principal, que define el tiempo político

delimitado por las elecciones de junio de 1993 y las de marzo de 1996 fue la

confluencia de dos situaciones (corrupción y terrorismo de Estado) de cuya unión ha 85 EL PAIS, 29 de mayo de 1995 86 En el PSOE se hizo una lectura que indicaba que se había reducido a la mitad la distancia con el PP respecto a las elecciones europeas de 1994 87 EL PAIS, edición del 4 de junio de 1995:” El resultado no fue para González lo suficientemente malo como para forzarle a convocar elecciones generales anticipadas u obligarle a dimitir como jefe del

partido” 88 ABC del 29 de mayo de 1995: “La arrolladora victoria de José María Aznar obliga a González, por

razones de ética política, a presentar su dimisión”

22

derivado el conocimiento del espacio temporal indicado, en términos parlamentarios,

como la legislatura de la crispación.

En este epígrafe analizaremos diferentes casos de corrupción destapados en ese

momento, así como la reapertura del proceso sobre los GAL. Será importante

determinar el papel que, en toda la sucesión de los hechos, tuvo la Prensa ya que la

controversia es clara entre los que sostienen que no hizo más que cumplir su papel en un

Estado de derecho y los que defienden que su actuación, en connivencia con otros

actores, puede calificarse de conspirativa.

Un hecho es innegable. La situación política se había enrarecido con la aparición

de casos, desde la segunda mitad de los años ochenta, en los que personas vinculadas a

los partidos políticos89 y, en especial, al PSOE habían obtenido beneficios personales en

diferentes asuntos que fueron desvelados progresivamente por los medios de

comunicación. Algunos de ellos fueron tempranos, como el caso de Pilar Miró90 y otros

causaron un gran impacto social y político como los de Juan Guerra (Ver Nota 14),

Filesa o Ibercorp.91

89 No debemos olvidar los que afectaron, en la década de los ochenta, al Partido Popular (todavía como Alianza Popular) como el caso Naseiro o a CiU, el de Banca Catalana. 90 En su etapa como directora general de RTVE (1986-1988) dispuso de de más de ocho millones de pesetas del presupuesto del Ente para su vestuario. Al conocerse esta práctica, Miró devolvió el dinero pero, a pesar de ello, fue denunciada, dimitió en diciembre de 1988 y fue juzgada por un delito de malversación de fondos públicos del que fue absuelta en 1992. EL PAIS 7 de julio de 1992 91 En mayo de 1991, el diario EL MUNDO destapó el escándalo FILESA, primer caso de corrupción institucional que afectaba al PSOE y que sucintamente consistió en que se conoció un modelo de financiación del PSOE a través de empresas interpuestas (FILESA, MALESA y TIME EXPORT) que recibían grandes cantidades de empresas y bancos por tareas de asesoramiento que nunca llegaron a realizar. El proceso judicial recorrió toda la legislatura de 1993 a 1996, dirigido por el juez Marino Barbero, y llegó al Tribunal Supremo que sentenció finalmente en octubre de 1997 que el PSOE se había financiado irregularmente. El PSOE, al conocer la sentencia, pidió excusas a la opinión pública. Ver Diario EL PAIS de 28 y 29 de octubre de 1997 Respecto al caso Ibercorp, en febrero de 1992, también el diario EL MUNDO descubrió como Manuel de la Concha, síndico de la Bolsa de Madrid, encubría las inversiones de personajes como Mariano Rubio, gobernador del Banco de España o Miguel Boyer, exministro de Economía, pertenecientes a un grupo de la élite social madrileña, que se conocía como “beautiful people”, mientras otros accionistas sufrían graves pérdidas. Mariano Rubio tuvo que dimitir. La segunda parte del caso la descubrió, también EL MUNDO, en abril de 1994, revelando la existencia de una cuenta secreta de Rubio en Ibercorp, para negociar con acciones y en dinero negro. El escándalo fue mayúsculo. Nacía el “caso Rubio”. El exgobernador Rubio y de la Concha fueron detenidos, Solchaga, en esos momentos portavoz parlamentario del PSOE, dimitió y el caso salpicó a otras personas como el ministro de Agricultura, Albero, otro exgobernador del Banco de España, López de Letona etc.... En octubre de 1994, como resultado de la Comisión de investigación que se creó al efecto en el Congreso de los Diputados, se concluyó que Rubio se enriqueció ilegalmente y que mintió al parlamento. Rubio murió en octubre de 1999, antes de ser procesado por el “Caso Rubio”. Por su parte, La sentencia del caso Ibercorp se dictó en febrero de 1999 y concluyó con la condena de Manuel de la Concha y otros implicados a un año de cárcel que no cumplieron al llegar a un acuerdo con la Fiscalía declarándose culpables. Quedó acreditado un quebranto económico de 7100 millones de pesetas. Ver diario EL MUNDO de 15 de febrero de 1999

23

Durante la legislatura de 1993 a 1996, fueron numerosos los casos de corrupción

que los medios de comunicación fueron desvelando. Por su repercusión mediática y por

su trascendencia política vamos a centrarnos en el análisis de los dos que tuvieron

mayor trascendencia política y social: el caso Roldán y sus derivaciones y el caso de

“los papeles del CESID”.

El 23 de noviembre de 1993, Diario 16 publicó que Luis Roldán, Director

General de la Guardia Civil era dueño de más de una decena de pisos y chalés por toda

España a través de una sociedad secreta, Europe Capital, que los administraba. También

se publica que su currículum era falso y estaba hinchado.92 La noticia aparecía justo en

el momento en que Corcuera había dimitido como Ministro del Interior y, según algunas

fuentes, el presidente del Gobierno, valoraba el nombramiento de Roldán en su

sustitución. Finalmente, el sustituto sería Antoni Asunción y Roldán sería cesado, tras

casi una semana de nuevas revelaciones periodísticas, el dos de diciembre del mismo

año.

A partir de ese momento, se sucedió una cadena de declaraciones, se puso en

marcha una Comisión parlamentaria, se iniciaron acciones judiciales. Ante la

estupefacción general salía a la luz el cobro de comisiones, la malversación de dinero

público, el robo y la extorsión.93 Cuando esto era un hecho evidente y las pruebas lo

acorralaban, Roldán huyó,94 protagonizando uno de los hechos más esperpénticos de la

vida política española reciente. Como consecuencia de ello, el ministro Asunción, en un

arrebato de dignidad política, dimitió, siendo sustituido por J. A. Belloch que

compaginaría, desde entonces y hasta el final de la legislatura las competencias de

Interior y Justicia, en un solo departamento.

Resulta imprescindible destacar el daño que la huida de Roldán provocó en la

imagen del Gobierno. A los casos de corrupción que se habían destapado se sumaba

ahora el hecho de que uno de los máximos responsables de la lucha antiterrorista se le

acusaba de malversación, robo, engaño y, además, se fugaba como un vulgar

92 Diario 16 tituló, el 23 de noviembre de 1993: “El patrimonio de Luis Roldán se incrementó en 400 millones”. Fue una exclusiva de los periodistas José María Irujo y Jesús Mendoza 93 El diario EL PAIS al que le costó inicialmente sumarse a la investigación periodística sobre este hecho, lo hizo, iniciado el año 1994. Constató que “La trama de Luis Roldán en la Guardia Civil obtuvo ilegalmente entre 5.000 y 6.000 millones de pesetas” EL PAIS del 24 de abril de 1994 94 Los periódicos informaban de la fuga del ex director general de la Guardia Civil el 29 de abril de 1994 y editorializaban en términos de bochorno. “Aturdidos” titulaba su editorial EL PAIS el treinta de abril. ABC, por su parte hacía hincapié en que “la desaparición de Roldán provocaba una grave crisis y ponía en peligro la estabilidad del gobierno”.

24

“descuidero”95. La oposición otorgó al caso especial importancia y mantuvo una

durísima crítica. Anguita, por ejemplo calificó al Gobierno de “colaborador por

omisión” en los delitos de Roldán96. Aznar, por su parte, acusó al Gobierno de mirar

para otro lado en la fuga de Roldán.97 Lo más tremendo fue que, en plena confusión por

la situación generada, Roldán concedía una entrevista al diario EL MUNDO.98 Era lo

máximo. La titularon: “A mí no me van a engañar como a Amedo.” En ella, amenazaba

con “tirar de la manta.”

Lo cierto es que Roldán estuvo huido durante diez meses y que finalmente, fue

detenido en Laos, en otro episodio ciertamente rocambolesco99 que supuso un nuevo

deterioro de la destrozada imagen pública del Gobierno. Este negó cualquier tipo de

acuerdo con Roldán, lo que la prensa puso en duda.100 Desde ese momento, Roldán

protagonizó un proceso judicial que concluyó el 27 de febrero de 1998 cuando la

Audiencia de Madrid lo condenó a un total de 28 años de cárcel.101 La sentencia fue

taxativa: “Todo indica que Roldán, siendo Director General de la Guardia Civil,

recibió por parte de la Secretaría de Estado para la Seguridad un sobresueldo de cinco

millones de pesetas a partir de 1990 y de otros cinco millones desde 1992 hasta su

cese”. También constató que Roldán se apropió de hasta 600 millones en fondos

reservados destinados a la lucha antiterrorista.102 En noviembre de 2013, cuando se

cumplieron veinte años del comienzo del caso, Roldán concedió una entrevista

exclusiva a EL PAIS en la que reconocía que delinquió y que el dinero se lo quitó

Francisco Paesa. Hacía además una declaración que invita a la reflexión: “la corrupción

era y es estructural.”103

95 Calificativo utilizado en el editorial antes citado por EL PAIS. 96 DSCD 1994. P (Pleno), 70 p. 69 de 11 de mayo. 97 Idem. 3480-3481 98 Diario EL MUNDO de 3 de mayo de 1994. Fue una exclusiva de Manuel Cerdán y Antonio Rubio. Entrevistaron a Roldán en el Hotel Marignan de París los días 28 y 29 de abril de 1994, es decir, cuando la orden de búsqueda y captura no estaba todavía emitida lo que libraba a los periodistas del deber de colaboración con la justicia. Uno de los periodistas, Cerdán, declaró posteriormente, que el ministro Belloch les ofreció dinero para que les desvelase donde estaba el Sr. Roldán. Ver Declaraciones de M. Cerdán a J.F. Lamata en www. periodistadigital.com 99 Informaba EL PAIS de la captura del “fugitivo Roldán” el 28 de febrero de 1995. 100 Así lo manifestó en su artículo dominical del día 5 de marzo de 1995, Pedro J Ramírez en las páginas de EL MUNDO 101 Los delitos por los que fue condenado incluían la malversación de caudales públicos, estafa, cohecho continuado y contra la hacienda pública. Se le impuso una multa de 1600 millones de pesetas y una indemnización al Fisco de 957 millones, 102 EL PAIS, 27 de febrero de 1998 da cuenta de la sentencia condenatoria de Luis Roldán a 31 años de cárcel. 103 EL PAIS del 17 de noviembre de 2013.

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Con independencia de los hechos, la cuestión a analizar, desde una perspectiva

histórica, es la relativa a las consecuencias políticas que tuvo en el conjunto de la

coyuntura en la que se produjo, el caso de Luis Roldán. El resultado no puede ser más

demoledor para el Gobierno que acusó uno de los golpes más duros, desde el punto de

vista político y de su credibilidad ante la opinión pública. No sólo el hecho en sí,

gravísimo, como confirmó la sentencia judicial, sino también el modo en que se

sucedieron los hechos, influyó en la percepción de que el Gobierno se precipitaba hacia

el abismo político y que el rédito obtenido por la oposición era enorme.

Cuando no se habían apagado las resonancias mediáticas de la detención de Luis

Roldán, en junio de 1995, un escándalo salpicó a los servicios de inteligencia (CESID).

El diario EL MUNDO publicó (el día 12) que el CESID había realizado, durante años,

escuchas ilegales de las conversaciones telefónicas de dirigentes políticos, jueces,

periodistas, incluso del Rey.104 El estruendo fue mayúsculo. Fue el comienzo del “caso

de los papeles del CESID” que provocó una cascada de dimisiones que comenzaron

con la del director del Centro, teniente general Alonso Manglano y continuaron con las

del ministro de Defensa, García Vargas y la del propio vicepresidente del Gobierno,

Narcís Serra. (Los tres dimitieron antes de terminar el mismo mes de junio.)

La información periodística desvelaba que se realizaban escuchas agrupadas

luego por temas relacionados con operaciones empresariales, políticas, judiciales o

periodísticas. Fue precisamente el descubrimiento de que un periodista, Jaime

Campmany había sido espiado lo que dio lugar, por su querella, al inicio de las

actuaciones judiciales, en este caso.105 Con independencia del recorrido judicial de este

caso, nos interesa, al objeto de nuestro análisis, su repercusión, su influencia en la vida

política del momento y las reacciones que produjo, en un clima ya crispado en esos

momentos. Este caso puso de manifiesto la polarización política y mediática que vivía

España. Mientras la oposición y los medios enfatizaban la vulneración de los derechos

de las personas espiadas y la responsabilidad política del Gobierno en tales hechos, éste

104 EL MUNDO tituló la noticia del siguiente modo: “El CESID lleva más de diez años espiando y grabando a políticos, empresarios y periodistas” Entre los escuchados: El Rey, el ministro Fernández Ordoñez, Barrionuevo, Enrique Múgica, Pablo Castellano, Ruiz Mateos... 105 Los diferentes procedimientos concluyeron en una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a Alonso Manglano a 6 meses de arresto y 8 años de inhabilitación en 1999. También se condenó a su subordinado el coronel Perote, a la misma pena. Manglano recurrió ante el Tribunal Constitucional que ordenó repetir el juicio en 2005 ya con Perote como único acusado ya que Manglano había quedado exonerado al haber retirado las acusaciones sus imputaciones contra él.

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se defendía planteando la legalidad de la actuación del CESID106 y la sustracción ilegal

que algún funcionario (se apuntaba al coronel Perote, al final único condenado por estos

hechos) podría haber realizado del material sensible, con anterioridad a la Ley Orgánica

18/1994 de 23 de abril, cuya entrada en vigor prohibió las prácticas anteriores.107

Algunos comentaristas pusieron este asunto como prueba del chantaje que sufría el

gobierno por parte de Mario Conde, personaje encausado en ese momento por su

gestión en Banesto y a la espera de sentencia.108 El propio Perote lo acabó

reconociendo.109

Políticamente, el asunto de los papeles del CESID tuvo gran trascendencia.

Coincidió con el periodo crítico, segundo semestre del año 1995, en el que CiU tenía

que tomar posición respecto a su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para el

año 1996. En un momento en el que, como hemos indicado, Pujol medía su

colaboración con el gobierno en términos de política catalana, el asunto del CESID

terminó por resquebrajar el acuerdo político con los nacionalistas. Fue la puntilla. De

este modo, CiU negó el apoyo a los Presupuestos, Pujol convocó elecciones al

parlamento catalán para noviembre110 y dejó en una precaria minoría y sin instrumento

presupuestario al gobierno para el ejercicio siguiente. La situación devino insostenible,

en términos de continuidad. Felipe González se veía abocado a adelantar las elecciones.

Pero es que, además, el asunto de los “papeles del CESID” se imbricaba,

necesariamente, con otro de los hechos que fueron cruciales en el desarrollo de la

legislatura. Se trata de la reaparición en la escena judicial, mediática y política del país,

del caso GAL.111 La fase de la “guerra sucia” que protagonizó el GAL arrancó con el

106 Lo relata en esos términos el propio Pedro J. Ramírez. RAMIREZ, P. J. Amarga Victoria, Planeta, Madrid, 1999 Págs. 168 y ss. 107 Ver diario ABC, 13 de junio de 1995, pág. 29. 108 EL PAIS titulaba el día 19de septiembre de 1995: “Conde chantajea al Gobierno desde hace meses con material sustraído del CESID” 109 EL PAIS, 22 de octubre de 1999: “Perote reconoce que entregó a Mario Conde los papeles del

CESID”. Perote fue condenado en 1997 por el Tribunal Militar Central a 7 años de cárcel por sustraer 1200 microfichas del CESID pero nunca se había podido demostrar que las entregase a Conde. Perote lo confesó en un libro Confesiones de Perote editado por RBA en 1999 110 Las elecciones celebradas en Cataluña para renovar el parlamento autonómico supusieron un punto de inflexión en la tendencia de esta Comunidad. CiU y PSC, los dos principales grupos catalanes sufrieron una considerable pérdida de escaños a favor del PP. ERC e IC. A pesar de no obtener la mayoría absoluta, Jordi Pujol fue investido Presidente de la Generalitat por quinta vez consecutiva. Ver la web www.parlament.cat 111 El GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) se encuadra en lo que se ha denominado “terrorismo mercenario de Estado” que vivió tres fases desde el tardofranquismo hasta el final de los años 80. A los efectos de nuestro trabajo nos interesa la última de ella, protagonizada por el GAL pero debemos reseñar el contexto en el que se encuadra este fenómeno. Ver GONZALEZ CALLEJA, E “Entre la normalización institucional y la “Guerra Sucia” en Historia de la época socialista. España: 1982-1996. Madrid. Sílex. 2013 Págs. 80 y ss.

27

secuestro y asesinato por ETA del capitán Martín Barrios en octubre de 1983. La

indignación militar y policial ante la escasa receptividad del gobierno francés, había

llevado a algunos responsables policiales y políticos a diseñar un plan para violar el

“santuario francés” de ETA. El director del CESID, Alonso Manglano, elaboró un

informe hipotético,112 que exponía las líneas de actuación: “llegar, golpear y volver.”113

Nos interesan la serie de escándalos que salpicaron al gobierno socialista a partir

de finales de 1986 y le llevaron a una aguda crisis que cuestionó la seguridad del Estado

entre 1993 y 1996. Esta crisis es el verdadero referente a la hora de estudiar la

dimensión histórica del problema en cuestión. En efecto, en esos años se entrecruzan

diferentes vectores que desembocan en una profunda sensación de crisis no sólo política

sino que, además, llegó a afectar a los principios que sustentan el Estado de derecho:

excesos y deslealtades de diferentes miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, el

impacto de la “cultura del pelotazo”, el manejo sin control de fondos reservados de

Interior o la “conspiración mediática”114 en la que más tarde incidiremos.

El escándalo de los GAL que se suscitó entre 1986 y 1987, concluyó con la

condena en 1991 de los policías Amedo y Domínguez a 108 años de prisión, ratificados

en 1992 por el Tribunal Supremo. Poco antes de las elecciones de 1993, Domínguez le

contó al todavía juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, lo que sabía del

secuestro de Segundo Marey mientras Amedo se entrevistaba con el Fiscal General del

Estado.115 En este momento, la entrada en la escena política de Garzón es especialmente

relevante.116 Ya hemos comentado su incorporación a las listas del PSOE en las

elecciones de 1993. Después de ellas fue nombrado Delegado del Plan Nacional sobre

Drogas pero la llegada de Antoni Asunción lo elevó progresivamente, de facto, a la

categoría de Secretario de Estado, sobre todo después de la marcha de Rafael Vera del

Ministerio en enero de 1994. Sin embargo, su carrera política se frustró al dimitir

Asunción tras la fuga de Roldán. Se enfrentó duramente con el nuevo ministro, Belloch

112 Más tarde conocida como el “Acta fundacional del GAL” Idem. Pág. 81 113 Los GAL se responsabilizaron entre finales de 1983 y julio de 1986 de 23 asesinatos, perpetrados por mercenarios y coordinados por el subcomisario José Amedo. Las acciones de los GAL se interrumpieron repentinamente en el verano de 1986, coincidiendo con el comienzo de las expulsiones hacia España de refugiados vascos por el Gobierno francés. Efectivamente, los GAL desaparecieron cuando los franceses tomaron medidas drásticas contra ETA de lo que podría deducirse que sus acciones contribuyeron a la implicación definitiva de Francia en la lucha antiterrorista española. MORAN, S. ETA, Entre España y Francia, Madrid. Ed. Complutense 1997. págs., 181 y 187, citado en Idem. Pág. 83 114 Idem. Pág. 84 115 Idem. Pág. 85 116 Ver Pág. 8 y Nota 18 de este trabajo.

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y tras un explosivo final,117 retornó a su puesto en el Juzgado Central nº 5 de la

Audiencia Nacional en el que, pocos meses después, reabrió el caso GAL.118

Paralelamente, Belloch suprimía la asignación mensual que el Ministerio daba a

Amedo y Domínguez de los fondos reservados y se oponía a su indulto: Retirada la

asignación, Amedo y Domínguez comparecieron ante Garzón para informar de los

pormenores del secuestro de Marey y, a la vez, comenzaron a hablar para el diario EL

MUNDO.119 Planchuelo y Alvarez, después de ingresar en prisión, acusaron a

Barrionuevo y Vera de haber dado el visto bueno al secuestro de Marey.120 Sancristóbal

cambió su declaración e implicó directamente en los GAL a Felipe González,

Barrionuevo y Vera.121 La implicación de González, señalada por Sancristóbal,

Alvarez, Planchuelo y García Damborenea, ex dirigente socialista que le acusó

directamente, hizo que Garzón se inhibiese en la causa ante el Tribunal Supremo.

Barrionuevo fue juzgado y condenado por este caso, lo mismo que Vera. El Tribunal no

encontró causa para procesar al Presidente del Gobierno. En cualquier caso, la tormenta

mediática y política alcanzó niveles siderales.

Esta panorámica general sobre asuntos de corrupción, de espionaje, de guerra

sucia que ocuparon el debate nacional, centrándolo en cuestiones que poco tienen que

ver con la dinámica normal de la confrontación democrática, explica el ambiente

político de la legislatura 1993-1996 que derivó hasta ser conocida como la legislatura de

la crispación. Para la delimitación correcta de tal enunciación, resulta definitivo

incorporar al escenario histórico a los medios de comunicación. La prensa desempeñó

en este tiempo un papel primordial que invita a la reflexión sobre su actuación y sobre

su incidencia en la formación de la opinión pública en un sistema democrático.

Diferentes estudiosos han puesto de manifiesto las dudas que su labor como motores de 117 Todos los medios de comunicación recogieron en sus portadas del día 10 de mayo de 1994 la renuncia de garzón que declaró: “sentirse engañado por Felipe González”. Reconocía “que lo habían utilizado como un muñeco para lavar la imagen del PSOE” Ver ABC, o EL PAIS, de ese día como ejemplo. 118 Este es un asunto de gran debate político y jurídico en su momento. La posibilidad de que un juez que se reintegrase a su puesto después de haber estado en política, como era el caso de Grazón podía ser, irreprochable legalmente pero, cuando menos, cuestionable moralmente. Esta era la tesis, entre otros de García Añoveros, Tomás y Valiente o Ramón Cotarelo. Ver COTARELO, R. La Conspiración. Op. Cit Pág, 208 En cualquier caso, la actuación de Grazón merecería un estudio monográfico. Existen suficientes interrogantes sobre el modo en que se produjeron los hechos para una investigación de carácter histórico que la interprete. Esta tesis en COTARELO, R. La Conspiración. Op. Cit Pág, 211. 119 Ver la primera entrevista que concedieron Amedo y Domínguez a EL MUNDO en la edición de este diario el día 30 de noviembre de1994. En ella involucraron en la trama al ministro Barrionuevo, al Secretario de Estado, Vera, al director de la Seguridad el Estado, Sancristóbal, y a los jefes de las Brigadas de Información de Bilbao, Planchuelo y Alvarez. 120 Edición de EL MUNDO del 16 de julio de 1995 121 Edición de EL MUNDO del 19 de julio d e1995

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opinión coadyuvando a la obtención de réditos no sólo periodísticos sino también

políticos y económicos.122

Los medios de comunicación son muy importantes en una sociedad democrática

como lo era la española del periodo 1993-1996. Su incidencia como factor de creación

de opinión puede verse distorsionada por elementos que exceden el ámbito de estudio

de este trabajo (factores económicos, financieros, políticos...) pero que, sin duda,

otorgan a la prensa un papel decisivo en un Estado de derecho. La cuestión estriba en el

derecho a la libertad de expresión y sus límites, aspecto éste muy estudiado y del que,

existe, en España, una clara doctrina constitucional: el límite a la libertad de expresión

de un medio de comunicación lo establece el derecho al honor, a la intimidad y al buen

nombre de las personas, limitado éste a su vez por el derecho a la información.

Esta situación de poder/contrapoder es uno de los elementos más interesantes del

periodo analizado en términos de reflexión histórica ya que, durante el mismo, se

suscitó una gran polémica sobre el enfrentamiento directo de los medios de

comunicación y el poder.123 Tal circunstancia fue vista de forma crecientemente

polarizada, ya durante la propia coyuntura, con posicionamientos claros a favor y en

contra de unos y otros. Además, desde una perspectiva más amplia, podemos apreciar la

habitual mala relación entre los gobernantes y los informadores.124

Durante los años 1993 a 1996, el hostigamiento periodístico fue especialmente

intenso. Tanto que llegó, para algunos analistas, a constituir una autentica conspiración

cuyo objetivo fundamental era acabar electoralmente con el PSOE de cualquier forma,

aunque fuese inmoral.125 El ambiente político, enrarecido hasta límites extremos y el

periodístico polarizado por un discurso casi único en el que no había lugar a la defensa

de un gobierno cada vez más acorralado y solo.126

122 Es especialmente interesante, aunque se discrepe de su tesis, el planteamiento de Ramón Cotarelo en su ensayo La Conspiración. Op. Cit en el que detalla una sucesión de elementos históricos, políticos y coyunturales con los que construye una teoría que tuvo gran recorrido en esos años. Se trata de la “conspiración” liderada por periodistas como Pedro J. Ramírez, Luis Mª Ansón o Antonio Herrero, financiada por Mario Conde y en la que participaron directa o indirectamente, el Partido Popular e Izquierda Unida. 123 Referir, en este sentido, dos cuestiones que avalan la tesis del enfrentamiento: la ley Corcuera y la pretendida reforma del delito de difamación que, finalmente, no se llevó a cabo. 124 Las relaciones del poder y la presan han sido analizadas, entre otros por periodistas como Justino Sinova o Victoria Prego. SINOVA, J El poder y la prensa, el control de la información en la sociedad felipista. Madrid EIU, 1995 y PREGO, V. Medios de comunicación y cultura política, Madrid, Editorial Pablo Iglesias, 1999 125 COTARELO, R. La Conspiración... Op. Cit Pág. 234 126 Esta parte de la tesis de Cotarelo parece adecuadamente construida desde el momento en que se constata con claridad como el discurso mediático del país, en ese momento, no ofrecía alternativas favorables al gobierno, salvo contadas excepciones. Idem. Pág. 235

30

Era la lucha de los medios contra el felipismo,127 denominación peyorativa de

toda una dinámica política de endiosamiento personal en la que habría incurrido el

socialismo español y, particularmente Felipe González, como caudillo máximo y que

incluía, entre otros elementos, el clientelismo político, la manipulación electoral y de la

opinión pública, el desprecio a las libertades y derechos, la patrimonialización del

Estado o el desmedido afán de poder.128

Este estado de enfrentamiento derivó en la sensación de que la vida política del

país se encontraba crispada. Así, con los diferentes vectores analíticos que hemos ido

sumando progresivamente a este trabajo y sobre, todo, tras el debate sobre el Estado de

la Nación de 1994, al que nos hemos referido,129 el fenómeno de la crispación fue

general. Los partidos se acusaban mutuamente de ser los responsables de la misma. El

Gobierno a la oposición y ésta y los medios de comunicación, al Gobierno. José María

Aznar incluso, lo refleja en sus Memorias.130

Llegados a este punto, podemos proponer una lectura interpretativa de todo el

escenario recorrido. Para ello, se han planteado dos tesis, antagónicas, sobre la

interpretación de la crispación a la que nos hemos venido refiriendo. Algunos

ensayistas, profesores y analistas sostienen que la confrontación política y mediática

formó parte de una conspiración para derribar al PSOE.131 Ya hemos citado la posición

de Ramón Cotarelo. A ella se sumaría el profesor José María Maravall,132 que, en un

ensayo general sobre la confrontación política, analiza el modo en que los primeros

ministros pierden el poder, estableciendo que lo hacen, normalmente por una

conspiración. El caso de Felipe González sería, para este autor, paradigmático al

expresar como, a través de una estrategia de crispación política, el PP consiguió que el

aspecto ideológico no fuese el más importante a la hora de elegir el voto lo que derivó 127 El felipismo constituye otro de los fenómenos susceptibles de análisis histórico con carácter monográfico. Tiene suficiente dimensión para un tratamiento específico. Sobre el mismo no existen aportaciones significativas de carácter histórico. Sin embargo, en 2012 con motivo de los treinta años del primer gobierno socialista, han comenzado a aparecer artículos y análisis que interpretan el periodo socialista como “felipista” pero en términos positivos. Ver el artículo de Joaquín Prieto en EL PAIS, 2 de diciembre de 2012, titulado “La Revolución felipista”. 128 COTARELO, R. La Conspiración... Op. Cit Págs 236-242. 129 Ver Págs. 19 y 20 así como las notas 75 a 77 de este trabajo 130 Niega Aznar la denuncia socialista de participar en una conspiración, la acusación de crispación ye la “pinza” con IU. AZNAR LOPEZ, J. Mª Memorias... Op. Cit. Págs 209-211 131 Resulta relevante, por insólito, como uno de los presuntos participantes en la conspiración denunciada, con el paso del tiempo, llegó a admitir su existencia. En una entrevista con Santiago Belloch, publicada por el semanario Tiempo el 23 de febrero de 1998, Luis maría Anson contó cómo un grupo de periodistas se organizó para elevar la crítica contra González e impedir su reelección en 1996. Como la revista salió un 23-F, aquella exclusiva fue conocida como ‘la ansonada”. Anson fue desmentido por el resto de los presuntos participantes en la trama. 132 MARAVALL, J. Mª La confrontación política, Madrid, Taurus 2008

31

en su victoria electoral de 1996. Frente a esta tesis, otros politólogos como Lourdes

López Nieto sostienen que lo que el PSOE denomina “crispar” es lo que en cualquier

democracia se conoce como confrontación de ideas y de opiniones,133 resultando

anormal que el gobierno pretenda que la oposición permanezca en silencio. La

estrategia de la crispación tendría su origen, según esta autora en el CEACS, Centro de

Estudios Avanzados en Ciencias Sociales de la Fundación Juan March, en el que han

colaborado, activamente, entre otros, el profesor Maravall.134

Luis Díaz Guell considera, por su parte, que la crispación no fue sino

consecuencia de la deriva del poder socialista manifestada en una sucesión de

escándalos que, denunciados por la prensa, provocaron finalmente, un estado de opinión

absolutamente polarizado en el que la crispación fue uno de los elementos

característicos. Luis Díaz Guell ha sostenido que los medios de comunicación, a través

del periodismo de investigación, “lograron quitar a un Presidente del gobierno y poner

a otro, no con un solo caso como el Watergate norteamericano, sino que fue necesario

un rosario de sucesos que, desde 1989 a 1996, minaron la credibilidad del Partido

Socialista, proporcionaron munición a la oposición y dieron argumentos al electorado

para que reaccionase”.135 Efectivamente, el resultado final de todo el proceso se

produciría en las elecciones generales de 1996.

LAS ELECCIONES GENERALES DE 1996

El inevitable adelanto electoral, consecuencia de la pérdida de apoyo

parlamentario que sufrió el gobierno a partir de septiembre de 1995, condujo a la

convocatoria de elecciones generales el día 1 de marzo de 1996. La credibilidad del

gobierno estaba bajo mínimos y González se encontró, al final de 1995, desbordado por

lo acontecimientos.136 La confluencia de la guerra sucia, la corrupción y el dinero fácil,

con la trama mediática y político-económica en que se acabó convirtiendo la legislatura,

absolutamente judicializada, precipitó la crisis y el agotamiento del experimento

133 LOPEZ NIETO, L “¿Qué es la crispación?” en Cuadernos FAES enero/marzo 2009 Pág. 29 134 Centro creado en 1997, como respuesta, según sus creadores, a la llegada del PP al Gobierno para “librar la batalla al pensamiento conservador” Idem. Pág. 33 135 DIAZ GUELL, L. “Periodismo de investigación en España 1975-2000: Contribución al cambio político, jurídico, económico y social” Tesis Doctoral. U. Complutense. Madrid. 2003. Pág. 289 136 GONZALEZ CALLEJA, E “Entre la normalización institucional... Op. Cit. Pág. 89

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político socialista.137 Aún así, González sacó fuerzas de flaqueza y echó el resto. José

María Aznar lo recuerda en sus Memorias.138

El Partido Popular, tras todo lo acontecido y los resultados que las elecciones

intermedias habían arrojado durante la legislatura, partía como claro favorito. Para los

partidarios de la teoría de la conspiración, contaba con el beneplácito de la prensa que

planteó este asalto como el definitivo para terminar con los gobiernos que se habían

caracterizado por la corrupción. Era el episodio final del “golpe conspirativo” que tenía

como objetivo “echar a González” a quien no era posible vencer en las urnas. Para los

que rechazan esta tesis, se trataba de hacer funcionar el elemento que faltaba para la

consolidación democrática: la alternancia.

El PSOE se lanzó a una agresiva campaña que trataba de identificar al PP con el

pasado y como una amenaza contra todos los derechos y conquistas sociales

conseguidas. José María Aznar recuerda en sus Memorias como el PSOE utilizó todo

los medios a su alcance para movilizar a su electorado jugando hábilmente la carta

personal de Felipe González.139 En efecto, el carisma del presidente González era la

clave para concederle una nueva oportunidad con la que enmendar los errores de los

años precedentes. Un ejemplo de la campaña del PSOE fue la aparición del doberman,

vídeo electoral que asociaba la imagen de un Aznar agresivo con mensajes del tipo: “la

derecha no es la solución, es el problema.”140 Sin embargo, el PSOE no logró su

objetivo ante un PP que había conseguido avanzar hacia el centro del espectro político.

Las encuestas así lo apreciaban.141 En este sentido, fue sintomático el famoso mitin

electoral que el Partido Popular celebró en Valencia ante más de 50.000 personas y en el

que Aznar llegó a glosar la figura de Azaña.142 Otro dato a reseñar de la campaña es que

no hubo debates entre González y Aznar al estilo de los que sí se produjeron en 1993.143

El resultado electoral arrojó una ¿sorpresiva? victoria por la mínima del PP. Las

encuestas erraron y aunque ganó, el PP obtuvo una victoria mínima: 156 diputados y

137 Idem. Pág 90. 138 “Bueno, yo quiero decirte que voy a hacer todo lo posible para ganarte las elecciones”. Palabras que le dirigió González a Aznar en una recepción oficial y que alertaron a éste de la campaña que le esperaba. AZNAR, J.Mª Memorias Op. cit. Pág. 25 139 Idem. Pág. 228-229 140 Lo relata Pedro J. Ramírez con especial interés. RAMIREZ, P. J. Amarga Victoria, Op. cit. Pág. 375 141 EL MUNDO cifraba a una semana de las elecciones en 10,9 puntos, la ventaja del PP sobre el PSOE. EL PAIS, en 9 puntos y ABC en 13 puntos, mientras que el CIS sólo otorgaba una distancia de 7 puntos al PP. 142 EL PAIS, 1 de marzo de 1996. “Aznar abarrota Mestalla en un mitin apoteósico” 143 Aznar se negó a debatir con González. Exigía la presencia de Anguita a lo que González se negó. Era claro que Aznar consideró que tenía más que perder que ganar si debatía con González.

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casi el 39% de los votos frente al PSOE que obtuvo más del 37% y 141 diputados.144

Dos puntos y trescientos mil votos de diferencia. Amarga victoria o dulce derrota, según

se mire.

Las elecciones no modificaron la tendencia ideológica del país, a pesar de la

victoria de la derecha. Sólo varió la composición parlamentaria: la izquierda (PSOE +

IU) sumaban el 49% de los votos (12 millones) mientras que la derecha y el centro (PP

+ CiU) obtenían el 42 % de los votos y 10,8 millones de votos145

El PSOE no sólo había salvado los muebles sino que había evitado una derrota

contundente, manteniendo a raya a IU que no pudo mejorar resultados respecto a

1993.146 No era de extrañar, por tanto, el modo en el que la prensa del día siguiente

recogió la exigua victoria popular.147

El editorial del diario EL MUNDO del día siguiente a las elecciones decía:

“La ajustada victoria de Aznar y el PP es suya, sin duda.

Pero no es sólo suya. Es notorio que, de no ser por la

labor de algunos medios de comunicación, que han

proporcionado la información necesaria sobre las muchas

tropelías cometidas por el Gobierno felipista, habría sido

imposible generar la muy esforzada reacción social que

ha llevado al resultado electoral de ayer”148

Lo que no tiene duda es que, en 1996, el partido que llevaba gobernando España

desde 1982 y que, desde 1989, había visto como su poder político iba decreciendo,

perdía las elecciones. Los españoles, por la mínima, otorgaban la confianza al centro-

derecha que encarnaba un líder poco carismático como José María Aznar. Comenzaba

un nuevo tiempo político marcado por otras prioridades y en el que la crispación iría

disminuyendo, sobre todo durante la primera legislatura del gobierno del Partido

Popular.

144 Resultados electorales en www.mir.es 145 MARÍN ARCE, J. Mª, MOLINERO, C. e YSÂS, P. Historia política de España. Op. Cit. Pág. 449. 146 IU consiguió el 10,54 % de los votos y 21 diputados (un punto porcentual y tres diputados más que en 1993) 147 ABC tituló el día 4 de marzo de1996: “Aznar deberá llegar a un acuerdo con los nacionalistas de CiU y del PNV, o con CiU y Coalición Canaria” mientras que EL PAIS enfatizaba que “Aznar obtiene una mayoría insuficiente para gobernar “ y que “No hubo vuelco radical” y recogía las declaraciones de Felipe González: “Nos ha faltado una semana de campaña y un debate” 148 EL MUNDO. Editorial del día 4 de marzo de 1996: “Perdió el felipismo”

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CONCLUSIONES

Hemos podido comprobar las razones por las que el tiempo político que media

entre las elecciones generales de 1993 y las de 1996, en términos parlamentarios, ha

sido definido como la Legislatura de la crispación. Otras, posteriormente, por

diferentes motivos, también han sido conocidas de este modo. Sin embargo, es

incuestionable que los hechos que se suscitaron en el tiempo político analizado

supusieron un enfrentamiento, en términos políticos, de singular trascendencia.

Realizado el recorrido por sus diferentes claves, políticas, económicas y sociales,

varias son las conclusiones a las que podemos llegar:

En primer lugar, se percibe un agotamiento del proyecto socialista. Desde la

propia figura de su líder, Felipe González hasta el enfrentamiento más o menos público

dentro del partido entre las diferentes tendencias, revelador de la progresiva pérdida de

representación en los distintos ámbitos territoriales. La batalla interna que, con

diferentes altibajos, se libraba desde tiempo atrás en el seno del PSOE (que había estado

en el origen, para muchos, de adelanto electoral al mes de junio de 1993) entre los

partidarios de Felipe González, más cercanos a posiciones de centro-izquierda y

proclives a buscar acuerdos con las fuerzas nacionalistas moderadas y los seguidores del

vicesecretario general, Alfonso Guerra, se tradujo en una continua pérdida de respaldo

electoral, en ámbitos locales y regionales y, finalmente, en la derrota de 1996.

En segundo lugar, se constata con toda su fuerza el fenómeno de la corrupción

política. Es claro que no fue un hecho novedoso pero sí lo suficientemente grave, al

afectar a núcleos de poder especialmente importantes (Banco de España, los Partidos

Políticos o Ministerio del Interior, por ejemplo), como para que tuviese su trascendencia

en la opinión pública aunque, al valorar el impacto de este fenómeno, en los resultados

electorales, haya, en todo caso, que ser prudentes y matizarlo.

En tercer lugar, el papel de los medios de comunicación. No es una cuestión

menor el análisis de las relaciones entre poder político y prensa. Sin duda, trasciende la

coyuntura estudiada en este trabajo. Los intereses económicos y la influencia social de

la prensa son aspectos muy importantes que explicitan escenarios de enfrentamiento con

consecuencias de distinta valoración, en términos políticos. Respecto al espacio

cronológico que nos ocupa, se ha sostenido que el PSOE fue arrojado del poder por el

único medio posible, mediante una conspiración que unió, con ese único objetivo, a

medios de comunicación, grupos financieros, jueces y partidos políticos de la

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oposición. Incluso se ha llegado a hablar de la existencia de un intento de golpe de

Estado. Con independencia de la consistencia de una tesis de este tipo, desde el punto

de vista del análisis histórico, se constata que el papel de los medios de comunicación,

en el contexto analizado, tuvo especial relevancia siendo igualmente incuestionables los

hechos conformadores de lo que se denominó “la crispación”. Corrupción política,

clientelismo, tráfico de influencias, guerra sucia contra el terrorismo, malversación de

fondos reservados etc... son hechos ciertos, juzgados como tales, en la mayor parte de

los casos, que conformaron un tiempo histórico que, globalmente, podemos definir

como de crisis económica y agotamiento político.

Con estas reflexiones pretendo dejar de manifiesto que el tiempo político que

hemos analizado está lejos de haber sido estudiado con profundidad, desde el punto de

vista histórico. Faltan monografías sobre aspectos tan interesantes como la dimensión

histórica de Felipe González y el concepto de “felipismo” en su vertiente peyorativa y

en su, más reciente, interpretación en términos positivos; sobre la relación política entre

González y sus contrincantes políticos, dentro y fuera del partido; sobre la construcción

del Partido Popular como alternativa de gobierno, desde la llegada de José María Aznar

a su presidencia; sobre las limitaciones y dificultades de la derecha para oponer un

discurso regenerador al ocaso socialista; sobre la estrategia política nacionalista y la de

la izquierda no socialista; sobre la inserción de España en Europa, en plena crispación

interna; en fin, sobre un análisis integral de esta legislatura que, sin suponer apreciables

transformaciones en el orden social ni económico significó el final de más de trece años

de gobierno socialista y la llegada de la alternativa liberal-conservadora al poder, lo que,

en una dimensión superior a la coyuntura 1993-1996, tuvo especial trascendencia.

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36

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