indicios de redes de intercambio en forcas ii: las conchas de moluscos marinos

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PILAR UTRILLA y CARLOS MAZO La Peña de las Forcas (Graus, Huesca) Un asentamiento estratégico en la confluencia del Ésera y el Isábena

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Pilar UTrilla y Carlos MaZo

La Peña de las Forcas (Graus, Huesca) Un asentamiento estratégico

en la confluencia del Ésera y el Isábena

Pilar UTrilla y Carlos MaZo

Con la colaboración de Marta alColea, Esteban ÁlvareZ-FernÁndeZ, David Badía, Manuel Bea, M.ª Fernanda BlasCo, Pedro CasTaños,

Rafael doMingo, Carlos Ferrer, Pilar FUManal (†), Penélope gonZÁleZ-saMPériZ, Jesús igea, Mathieu langlais,

Pilar laPUenTe, M.ª Ángeles Magallón, Clara MarTí, Lourdes MonTes, José Luis Peña, José María rodanés, Carlos sÁenZ,

Marta sÁnCheZ de la Torre, María seBasTiÁn y M.ª Cruz soPena.

Secretario técnico: Rafael doMingo

La Peña de las Forcas (Graus, Huesca) Un asentamiento estratégico

en la confluencia del Ésera y el Isábena

Monografías Arqueológicas. Prehistoria, 46Universidad de Zaragoza

Monografías Arqueológicas 46Prehistoria

Consejo de Redacción de Prehistoria

Directores: Pilar Utrilla y José Mª RodanésVocales: Teresa Andrés, Carlos Mazo, Lourdes Montes, Carlos Pérez-Arrondo y Jesús V. PicazoSecretaría Técnica: Rafael Domingo

Consejo Científico Asesor de Prehistoria

Paul Bahn; Ignacio Barandiarán (Universidad del País Vasco); Concepción Blasco (Universidad Autónoma de Madrid); Gerhard Bosinski (Universidad de Köln); Primitiva Bueno (Universidad de Alcalá de Henares); Margaret Conkey (Universidad de Berkeley); Soledad Corchón (Universidad de Salamanca); Germán Delibes (Universidad de Valladolid); Antonio Faustino Carvalho (Universidad de Faro); Carole Fritz (Universidad de Toulouse Le Mirail); César González-Sainz (Universidad de Cantabria); Miquel Molist (Universidad Autónoma de Barcelona); Lawrence G. Straus (Universidad de Nuevo México); Juan Vicent (Instituto de Historia, CSIC); Valentín Villaverde (Universidad de Valencia)

Consejo de Redacción de Arqueología

Director: Manuel Martín-BuenoVocales: Almudena Domínguez, José Antonio Hernández-Vera, Elena Maestro, Ángeles Magallón, Manuel Medrano y Carlos Sáenz Secretaría Técnica: Carlos Sáenz

Consejo Científico Asesor de Arqueología

José d’Encarnaçao (Universidad de Coimbra); Angela Donati (Universidad de Bolonia); Piero Gianfrotta (Universidad de la Tuscia, Viterbo); Josep Mª Gurt (Universidad de Barcelona); José Luis Jiménez (Universidad de Valencia); Jesús Liz (Universidad de Salamanca); Milagros Navarro (Instituto Ausonius, Universidad de Burdeos); Jean Michel Roddaz (Instituto Ausonius, Universidad de Burdeos); Desiderio Vaquerizo (Universidad de Córdoba)

Intercambios: Teresa Artigas ([email protected])

Edición financiada por el Grupo de Investigación del Gobierno de Aragón (H-07) Primeros Pobladores del Valle del Ebro.

© Los autores

Edita: Departamento de Ciencias de la Antigüedad. Universidad de Zaragoza

Impreso en EspañaImprime: Navarro & Navarro Impresores. D.L..: Z-295-2014I. S. B. N.: 978-84-16028-49-8

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Dedicatoria A Pilar Fumanal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9

1. Introducción

1.1. El marco geomorfológico (J.L. Peña y M.C. Sopena) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13

1.2. El yacimiento y la prospección de su entorno (P. Utrilla y C. Mazo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17

2. La excavación arqueológica

2.1. Metodología: trabajo de campo y de laboratorio. Elaboración de la Memoria (P. Utrilla y C. Mazo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27

2.2. Las cinco campañas de excavación (P. Utrilla y C. Mazo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33

2.3. La secuencia estratigráfica de Forcas I. Dataciones absolutas (P. Utrilla y C. Mazo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41

2.4. La secuencia estratigráfica de Forcas II. Dataciones absolutas (P. Utrilla y C. Mazo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .49

3. Análisis de los suelos

3.1. El yacimiento de Forcas (Graus, Huesca). Sedimentología, paleoclima y cambios geomorfológicos en el Pleistoceno Superior-Holoceno (P. Fumanal y C. Ferrer) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61

Índice

3.2. Esterilidad polínica y polución entomófila en los yacimientos de Forcas I y II (Graus, Huesca). Datos paleoambientales a partir de estudios palinológicos (P. González-Sampériz). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83

3.3. Antracología: la gestión del combustible en la ocupación mesolítica de Forcas II (M. Alcolea) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87

3.4. Las formaciones edáficas en el abrigo de Forcas II: caracterización analítica (M. Sebastián, D. Badía y C. Martí) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95

4. La cultura material 1: industria lítica y ósea

4.1. La Industria lítica del abrigo de las Forcas I (niv. 15 Y 16). Primera aproximación arqueopetrológica (M. Sánchez de la Torre) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105

4.2. Les productions lithiques de l’abri Forcas I (niv 14-16). Diagnostic sur les productions lamellaires (M. Langlais) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113

4.3. La industria lítica (P. Utrilla, C. Mazo y R. Domingo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .125

4.4. Análisis funcional de los microlitos geométricos de Forcas II y de otras piezas de su contexto territorial (R. Domingo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .199

4.5. Elementos líticos pulimentados y cantos con ocre de los abrigos de Forcas I y II (M. Bea) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227

4.6. La industria ósea (P. Utrilla y C. Mazo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .237

5. La cultura material 2: las cerámicas

5.1. Las cerámicas neolíticas del sector oeste de Forcas II (L. Montes) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .245

5.2. Estudio petrológico de las cerámicas neolíticas de Forcas II y otros yacimientos del entorno (P. Lapuente y J. Igea) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267

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5.3. El abrigo de Forcas II. La cerámica de los niveles 5, 6 y 7 (J.M. Rodanés y M.C. Sopena) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .287

6. Economía y Sociedad

6.1. Estudio arqueozoológico de Forcas I (Graus, Huesca) (F. Blasco y P. Castaños). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299

6.2. Estudio arqueozoológico de Forcas II (Graus, Huesca) (F. Blasco y P. Castaños). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .307

6.3. Indicios de redes de intercambio en Forcas II: las conchas de moluscos marinos (E. Álvarez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .323

6.4. La plaqueta decorada de Forcas II (Graus, Huesca) (P. Utrilla) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .329

6.5. Estudio antropológico de los restos de Forcas II (J. I. Lorenzo).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .337

7. Los abrigos de Forcas en la dinámica cultural del Valle del Ebro (P. Utrilla, C. Mazo y R. Domingo)

7.1. La ocupación de Forcas I: del Magdaleniense Antiguo al Mesolítico Microlaminar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .345

7.2. El abrigo de Forcas II (parte oeste). Del Mesolítico macrolítico a los enterramientos calcolíticos . . . . . . . . . . . . . . .365

7.3. Los niveles calcolíticos de la zona este de Forcas II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .397

8. Los últimos habitantes de Forcas

8.1. La ocupación de las Sierras Exteriores durante el Calcolítico (L. Montes y R. Domingo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .409

8.2. Restos romanos en el abrigo de Forcas II (Graus, Huesca) (A. Magallón y C. Sáenz). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427

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Esteban Álvarez-Fernández1

6.3. Indicios de redes de intercambio en Forcas II: las conchas de moluscos marinos

Evidencias de moluscos marinos en La Peña de las Forcas (Graus, Huesca)1

Los únicos restos de moluscos marinos pro-ceden del nivel IV de Forcas II, nivel adscrito al Epipaleolítico geométrico. Se trata de dos ejem-plares de Columbella rustica, transformados por los grupos de cazadores-recolectores en objetos de adorno-colgantes, y tres fragmentos de Pecten sp. no perforados (Fig. 1).

Los ejemplares de C. rustica.

Se han documentado dos ejemplares del gaste-rópodo Columbella rustica (Linné, 1758) (Familia: Columbellidae; Superfamilia: Muricoidea; Orden: Caenogastropoda; Subclase: Prosobranchia). Po-see una concha de hasta 30 mm de altura y 15 mm de diámetro, aunque lo normal es que sus dimensiones ronden los 20 mm de altura y los 10 mm de diámetro. Su forma es ovoide, su espira es poco elevada y posee cinco vueltas, su abertura es estrecha y alargada y su labio tiene pequeños dientes y un característico abultamiento central

1. Departamento de Prehistoria, Hª Antigua y Arqueología. Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Salamanca. C. Cerrada de Serranos S/N. 37002 Salamanca. [email protected]

Figura 1. Forcas II. Nivel IV (Epipaleolítico geométrico). Arri-ba: Ejemplares de C. rustica perforados. Abajo: Fragmentos de Pecten sp. (Fotos: P. Utrilla).

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La Peña de Las Forcas (Graus, Huesca)Un asentamiento estratégico en la confluencia del Ésera y el Isábena

en la parte interna. Presenta una gama cromática variable, con un fondo blanco-grisáceo y manchas irregulares. Es una especie característica de la zona infralitoral y vive en fondos rocosos y arenosos con zostera. Se alimenta de algas y detritus. No posee valor bromatológico. Habita en aguas cálidas y en la actualidad la podemos encontrar en las costas del Mar Mediterráneo y en el Atlántico próximo (Algarve portugués), así como en el NW de Áfri-ca, las Islas Canarias, las Azores y Madeira (Calvin Calvo, 1995; Oller, 1988; Poppe y Goto, 1991; Riedl, 1986; Serrano et al., 1995).

El primero de los ejemplares (sigla: Forcas II. 3E.184.130) posee las siguientes dimensiones: 15,7 x 10,2 x 9,3 mm (Fig. 2). Está afectado por la ero-sión puesto que el ápice está bastante redondeado. No conserva nada del color original de la concha, ahora blancuzca. Posee una perforación situada so-bre el borde del labro, en su parte más próxima a la columela, que es de forma irregular y mide 5,3 mm diámetro máximo. Ha sido obtenida mediante presión y regularización posterior. Se observa un desgaste que evidencia el uso en la parte de la per-foración más cercana a la boca del gasterópodo. No conserva restos de ocre en su superficie.

El segundo caracol (sigla: Forcas II. 3Z.184.131) posee las siguientes dimensiones: 16,2 x 8,6 x 7,5 mm (Fig. 3). Al igual que el anterior, su concha está afectada por la erosión marina y tampoco conserva el color original. Posee una perforación situada sobre el borde del labro, en su parte más próxima a la columela. Sus dimensiones son: 9,4 x 6,1 mm. Ha sido obtenida mediante presión y re-gularización posterior. Se observa un desgaste que evidencia el uso en la parte de la perforación más cercana a la boca del gasterópodo, mientras que la parte opuesta está fracturada (rotura prehistórica). Este gasterópodo tampoco conserva restos de ocre en su superficie.

Los fragmentos de Pecten sp.

Del nivel IV proceden también tres fragmentos de conchas de la Familia Pectinidae (Figs. 1 a 4). Tal vez pertenezcan a la misma valva, con forma cóncava. En ninguno de ellos aparecen evidencias de perforación humana.

El fragmento de mayores dimensiones (For-cas II. 1X´,185.495; 42,2 mm de longitud y 22,5 mm de anchura) pertenece con toda seguridad a la especie Pecten jacobeus (Linné, 1758) (Fami-lia: Pectinidae; Superfamilia: Pectinacea; Orden: Pterioida; Subclase: Pteriomorphia). Esta especie se caracteriza por poseer una concha sólida y dos valvas desiguales, una cóncava (derecha) y otra plana (izquierda), con una longitud inferior a los 130 mm; tiene entre 14-16 costillas radiales de canto anguloso y está adornada con cuatro líneas radiales toscas. Los espacios intermedios son lisos y angostos. Las costillas de la valva plana carecen de líneas radiales. El color de la valva derecha oscila del blanco al rosa pálido; el de izquierda es pardo-oscuro. Se halla con regularidad y frecuencia en

Figura 2. Forcas II. Detalle de la perforación del ejemplar de C. rustica (X 7,1) (Foto: J. Martínez).

Figura 3. Forcas II. Detalle del ejemplar de C. rustica perfora-do (Foto: J. Martínez).

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IndIcIos de redes de IntercambIo en Forcas II: las conchas de moluscos marInos E. Álvarez-Fernández

las regiones infra y circalitoral, donde aparece en fondos de arena, fango o detríticos; las conchas vacías aparecen muchas veces entre los fondos duros secundarios. Posee valor bromatológico. Se encuentra hoy en día en el Mediterráneo y Atlán-tico próximo. (Calvín Calvo, 1995; Hayward et al., 1996; Riedl, R., 1986). Según Y. Taborin, es im-probable que alcanzase la costa atlántica francesa durante el Würm y resiste en este periodo en el Mediterráneo (Taborin, 1993: 407).

En la superficie de este fragmento se obser-van huellas de abrasión provocadas por el medio marino (entorno arenoso y húmedad), así como la presencia de pequeñas cúpulas; posiblemente se trate de los inicios de perforaciones realizados por la rádula de moluscos litófagos, con el fin de

obtener carbonato cálcico de la concha. Todo esto nos indica que la concha fue recogida en la playa, una vez que el animal había muerto. Su rotura es prehistórica. En el interior de la valva conserva restos de ocre rojo, mejor conservados entre las costillas. En su superficie se advierten restos de precipitación de carbonato cálcico.

Los otros dos fragmentos (Forcas II. 1Y´,182.62; 20,6 x 13,3 mm y Forcas II. 1Y´,188.62; 41,2 x 13,8 mm), poseen un estado de conservación más precario. También se fragmentaron en época pre-histórica y tienen restos de precipitación de car-bonato cálcico en sus superficies. En su interior no hay restos de ocre. Las dos conchas están afectadas parcialmente por el fuego (coloración grisácea irregular).

La presencia de objetos de adorno-colgantes fabricados a partir de moluscos marinos en los yacimientos epipaleolíticos del Valle del Ebro.

En los yacimientos epipaleolíticos del Valle del Ebro la materia prima más utilizada para la elabo-ración de objetos de adorno-colgantes es la concha de los moluscos marinos (>97%) (Álvarez Fernán-dez, 2006). Predomina la utilización de conchas marinas de un claro origen mediterráneo (65%); están presentes en las tres subdivisiones de en di-cho periodo (laminar, macrolítica y geométrica). Los gasterópodos, con un 96%, son los moluscos más utilizados; los escafópodos y los bivalvos están muy poco representados (Fig. 5).

La especie mejor representada es Columbella rustica (61,5%; 74 ejemplares); se localiza en ya-cimientos del Alto, Medio y Bajo Ebro. Le sigue en porcentaje, el gasterópodo Nassarius reticulatus (22,5%; 27 ejemplares), especie que se encuentra tanto en las costas atlánticas como en las del me-diterráneo. Este caracol sólo se ha documentado, hasta el momento, en los yacimientos más cercanos al Cantábrico (Mendandia, Atxoste y Kanpanoste, en el Alto Ebro, y Aizpea, en el Ebro medio). El porcentaje restante está formado por diversas es-pecies de gasterópodos, de origen exclusivamente

Figura 4. Forcas II. Detalles de un fragmento de valva de P. jacobeus con restos de ocre rojo (Forcas II. 185.445) (Foto: J. Martínez).

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La Peña de Las Forcas (Graus, Huesca)Un asentamiento estratégico en la confluencia del Ésera y el Isábena

mediterráneo, como Cyclope sp. o Cerithium vulga-tum, o bien moluscos que se encuentran tanto en el Cantábrico como en el Mediterráneo (Trivia sp., Natica sp.).

Por lo que se refiere a los gasterópodos, en todos los yacimientos estudiados predominan las conchas con orificio, no existiendo caracoles sin perforar. Se trata siempre de moluscos sin valor bromatológico, que fueron recogidos en las playas (en su exterior se advierten huellas de erosión a causa del agua del mar y del entorno arenoso), tal como nos los indican las conchas de los ejemplares mejor conservados. En el caso de los bivalvos, es más difícil de precisar, ya que casi siempre aparecen fragmentados. Los ejemplares mejor conservados también poseen indicios de erosión marina, por lo que igualmente fueron recogidos en las playas. Estas conchas han sido llevadas a los yacimientos (bien como materia prima, bien como objetos perforados) desde las costas atlánticas y mediterráneas; se encuentran a distancias entre 40 y 550 km del mar (Álvarez Fernández, 2008)

La presencia del gasterópodo C. rustica en los yacimientos del Valle del Ebro.

Las primeras evidencias de la utilización del gasterópodo C. rustica aparecen en el Aziliense de Zatoya (nivel II), donde se documentó un ejem-plar no perforado (Barandiarán, 1989). Este gaste-rópodo está ausente de los registros estratigráficos anteriores a este periodo, tanto en los yacimientos

del Valle del Ebro, como en los de la Cornisa Cantábrica (Álvarez Fernán-dez, 2006).

Hasta el momento hemos docu-mentado en los yacimientos del Valle del Ebro un total de 74 ejemplares de este gasterópodo. Se hallan, ya desde la fase antigua del Epipaleolí-tico (microlaminar) en yacimientos muy alejados de la costa (Zatoya y Balma Margineda). En el Epipaleolí-tico macrolítico se triplican los yaci-mientos con este caracol, existiendo ejemplares en el curso alto (Kanpa-noste Goikoa y Atxoste), medio

(Legunova y Peña 14) y bajo del río Ebro (Los Baños de Ariño y El Ángel 1). Sin embargo, es en la fase reciente (Epipaleolítico geométrico), cuando se documentan un mayor número, tanto de yacimientos, como de ejemplares, fundamen-talmente en los yacimientos ubicados en el Bajo Ebro (Forcas II, Los Baños de Ariño, El Angel 1, El Ángel 2, El Pontet, Costalena y Botique-ría de Los Moros; Total: 33 ejemplares). Igual-mente se han documentado en este periodo en yacimientos del Ebro medio (Padre Areso) y del Alto Ebro (Aizpea y Fuente Hoz) (Fig. 6). Todos poseen una única perforación, situada siempre en el borde del labro, en su parte próxima a la columela. Sólo uno de los ejemplares (uno de los documentados en Aizpea) se empleó la abrasión como técnica de preparación y de realización de la perforación. El resto de los gasterópodos po-seen perforaciones elaboradas mediante presión directa de la punta lítica sobre la superficie de la concha, ampliándose su diámetro posterior-mente para que pudiese ser enfilada. En más del 85% de las perforaciones se advierten evidencias de uso, consistentes principalmente en el pulido del contorno de la perforación y/o en el agranda-miento masivo de la parte del orificio más cerca-no de la boca de la concha (Álvarez Fernández, 2003; 2006; 2008b). Dos ejemplares más se han documentado recientemente en Cabezo de la Cruz, cerca de Zaragoza y se adscriben a la fase geométrica (Rodanés y Picazo, 2009).

Figura 5. Porcentajes de conchas de moluscos marinos transformadas en ob-jetos de adorno-colgantes en el Epipaleolítico del Valle del Ebro (N: 120).

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IndIcIos de redes de IntercambIo en Forcas II: las conchas de moluscos marInos E. Álvarez-Fernández

La presencia de Pecten sp. en los yacimientos del Valle del Ebro.

La presencia de ejemplares de la familia pecti-nidae se documentan en los yacimientos del Valle del Ebro desde fechas muy tempranas. Así, recien-temente hemos clasificado un fragmento de una valva derecha en el nivel c (de adscripción muste-riense) en el abrigo turolense de Los Toros de Can-tavieja (Montes et al., 2006). Por otra parte, se cita la existencia de un fragmento perforado de “Pecten sp.” procedente del Epipaleolítico geométrico

(nivel C3) de Costalena, así como un fragmento de un ejemplar casi completo del mismo tipo de concha (Barandiarán y Cava, 1989: 33).

Discusión y conclusiones

La presencia de caracoles perforados de la es-pecie C. rustica en Forcas II afianza la idea de la existencia de contactos de los grupos de cazadores recolectores mediterráneos con los que habitaban al interior del Valle del Ebro durante el Epipaleo-lítico. Las 74 piezas documentadas hasta ahora en los yacimientos de esta región se caracterizan por estar casi todas ellas perforadas (cf. Álvarez-Fernández, 2008a), la mayor parte con desgastes que evidencian el uso en las parte de la perforación más cercana a la boca del gasterópodo.

Tal vez estos caracoles eran ya importados des-de el mediterráneo, donde los grupos de cazadores recolectores los perforarían y los intercambiarían con los situados más al interior. Estos intercambios se explicarían porque este caracol se registra en estos yacimientos, en el caso de los alaveses por ejemplo, a más de 330 km de las costas del medite-rráneo. La difusión de este caracol llegaría hasta los yacimientos de la Cornisa Cantábrica. Un ejem-plar perforado procede del “Epipaleolítico Pleno” de Berroberria (nivel C), yacimiento localizado en la margen del Nivelle, río que desemboca en la costa atlántica francesa. Por otra parte, a partir del Holoceno, en el Mediterráneo occidental y central la C. rustica se convierte en la concha más utilizada para la elaboración de objetos de adorno-colgantes y aparece tanto en contextos de hábitat como en los de tipo funerario, tanto en los yacimientos cos-teros (Nerja, en Andalucía; Châteneuf-les-Marti-gues, en la desembocadura del Ródano; Arma dello Stefanin, en La Liguria italiana; Mala Trigravka, en Eslovenia) como del interior del continente (Cuzoul-de-Gramat, en la región francesa de Lot; Pradestel, en Los Dolomitas italianos; Grosse Of-net, en la cuenca alta del Danubio). La existencia de yacimientos con este caracol tanto en las islas italianas (p. e. Torre d´Aquila, en Córcega) como en el Norte de África (El Mekta, Hamda) nos da pie a pensar que ya desde el Mesolítico existían

Figura 6. Distribución de los yacimientos con ejemplares de C. rustica perforados documentados en las diferentes fases del Epipaleolítico (Superior: Epipaleolítico laminar; Centro: E. macrolítico; Inferior: E. geométrico).

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La Peña de Las Forcas (Graus, Huesca)Un asentamiento estratégico en la confluencia del Ésera y el Isábena

contactos entre los dos continentes. Estas rutas fa-vorecerían una difusión rápida de la Neolitización en esta parte del Mediterráneo milenios después (Álvarez Fernández, 2003; 2006; 2008b).

Por otra parte, la documentación de fragmen-tos de Pecten sp. (uno de ellos perteneciente con seguridad a P. jacobeus) en el mismo nivel en el que aparecieron los ejemplares de C. rustica, indican igualmente la relación de los grupos de cazadores recolectores epipaleolíticos con el Mediterráneo. La presencia de restos de ocre rojo en uno de los fragmentos indica que posiblemente se utilizó la valva cóncava del bivalvo como contenedor de ocre. Ejemplares de Pecten maximus con restos de ocre se han documentado en algunos yacimientos del Paleolítico superior de la Cornisa Cantábrica (Magdaleniense de Las Caldas). Se trata siempre de conchas cóncavas, cuya función puede ser varia-da (cucharas, etc.). Sin embargo, las valvas planas de esta especie, a menudo son utilizadas como soportes para la elaboración de objetos de adorno-colgantes, tal como se ha documentado, por ejem-plo, en el Magdaleniense de Las Caldas o en el de Altamira (Álvarez Fernández, 2006).

BibliografíaÁlvarez-Fernández, E. 2003: Die Reise der Schnecke Co-

lumbella rustica während des Mesolithikums und zu Beginn des Neolithikums in Europa, Archäeologisches Korrespondenzblatt, 33 (2): 157-166.

Álvarez-Fernández, E. 2006: Los objetos de adorno-colgantes del Paleolítico superior y del Mesolítico en la Cornisa Cantábrica y en el Valle del Ebro: una visión europea. Ed. Universidad de Salamanca (Colección Vítor, 195). Salamanca.

Álvarez-Fernández, E. 2008a: Food & More: Marine Mo-llusks Exploitation during the Upper Paleolithic and Mesolithic in Cantabrian Spain and in the Ebro Valley. Archaeofauna, 17 (International Journal of Archaeo-zoology): 47-61.

Álvarez-Fernández, E. 2008b: The use of Columbella rusti-ca (Clase: Gastropoda) in the Iberian Peninsula during the Mesolithic and the early Neolithic. En: Hernández,

M. et al. (eds.): IV Congreso del Neolítico en la Península Ibérica (Alicante, 27-30 noviembre de 2006). Tomo II. Museo Arqueológico de Alicante: 103-111.

Barandiarán, I: 1989: Otras evidencias Arqueológicas. En Barandiarán, I. y Cava, A.: El yacimiento prehistórico de Zatoya (Navarra). Evolución ambiental y cultural a fines del Tardiglaciar y en la primera mitad del Holo-ceno . Trabajos de Arqueología de Navarra 8: 181-207.

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