Gran señor, dame tu licencia; ´padrecito mío quiero hablarte.
¡Habla Pongo!, tengo curiosidad de saber que quieres decir.
Entonces pongo empezó a contarle al patrón lo que había soñado la noche anterior.
Ambos estaban desnudos frente a San Francisco.
San Francisco ordena traer a un ángel una copa de miel para embadurnar el cuerpo del patrón y otra copa de excremento para embadurnar el cuerpo del Pongo.
El Pongo advierte que allí no termina la historia.
San francisco ordena que ambos se lamieran en forma lenta y por mucho tiempo.
El viejo ángel rejuvenece y espera que se cumpla lo dispuesto.