el origen del nombre valencia

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1 VALENCIA Enrique Cabrejas Iñesta © 2014 © 2012 Enrique Cabrejas Iñesta © 2012 e-nstitut ideal nol © 2012 fuentes gráficas de íbero Juan-José Marcos ¿Por qué Valencia se llama Valencia? La investigación y estudio que presento trata sobre la denominación primigenia de la ciudad de Valencia. Establezco su antigua onomástica y recupero el origen etimológico del nombre de VALENCIA. Referencias: Cabrejas Enric, 2014 Karuo the Iberian Secret (Book review). ISSN 2311-8822. Scientific Journal. Kiev. Future Human Image 1(4) 19 © International Society of Philosophy and Cosmology 2014 © Bazaluk O. A. (Ch. Editor), 2014 © Matusevych T. V. (Ch. Editor), 2014. Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978- 84-9030-665-9. Colección: Investigación. Editorial Círculo Rojo. Almería. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.

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VALENCIA

Enrique Cabrejas Iñesta © 2014

© 2012 Enrique Cabrejas Iñesta © 2012 e-nstitut ideal nol © 2012 fuentes gráficas de íbero Juan-José Marcos

¿Por qué Valencia se llama Valencia?

La investigación y estudio que presento trata sobre la denominación

primigenia de la ciudad de Valencia. Establezco su antigua onomástica y

recupero el origen etimológico del nombre de VALENCIA.

Referencias:

Cabrejas Enric, 2014 Karuo – the Iberian Secret (Book review). ISSN 2311-8822.

Scientific Journal. Kiev. Future Human Image 1(4) 19 © International Society of

Philosophy and Cosmology 2014 © Bazaluk O. A. (Ch. Editor), 2014 © Matusevych T.

V. (Ch. Editor), 2014.

Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-

84-9030-665-9. Colección: Investigación. Editorial Círculo Rojo. Almería. DEPÓSITO

LEGAL: A 1185-2012.

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VALENCIA Enrique Cabrejas Iñesta © 2014

La investigación y estudio que les presento trata sobre la denominación

primigenia de la ciudad de VALENCIA. Con ello establezco la onomástica

y restituyo el origen etimológico del nombre para la ciudad de VALENCIA.

Y es que como bien se podrá constatar y abundosamente nuestras ciudades

ibéricas fueron en realidad claros Teónimos en la antigüedad y fueron dados

en su mayoría en la temprana edad de bronce. Anteriormente les he

comunicado otras y en el futuro preveo darles muchísimas más. Aquellas

antiguas denominaciones aun alteradas están plenamente reconocibles hoy,

y son y constituyen nuestras actuales toponimias. Y todas estas ciudades

ancestrales quedaron bajo el amparo y protección, dedicadas al culto de las

primordiales deidades de nuestros antepasados iberos y celtíberos. Por otro

lado, algo completamente lógico y perfectamente entendible, ya que para

ellos no hubo nada más urgente que poder expresar y dar cabida en su

fervor religioso, a contentar y dar plena adoración a sus primordiales

dioses. Y como les dije con anterioridad les presenté otras también y bajo

un igual planteamiento en distintos comunicados de carácter histórico y con

exacta línea de investigación. Es científico porque puedo repetirlo una y

otra vez, tanto como sea necesario y requerido, aun de todos modos aquí lo

que se dirimirá es el caso concreto y preciso de VALENCIA y para lo cual

les presentaré todas las evidencias.

Verán, el 21 de Abril de 2012 pude descifrar la escritura ibérica tras

transcribir el texto completo de “El bronce de Luzaga” y para mi sorpresa

descubrí que las tesis y las publicaciones de los eruditos avalados por toda

la comunidad científica en pleno y que dieron validez a un supuesto origen,

ritos y lengua celta de los iberos y los celtíberos tuvieron que hacerlas sin

3

la necesaria comprobación. Son un AXIOMA, pues advertí que no eran

auténticas transcripciones sino simplemente transliteraciones fonéticas sin

significado. Como ustedes saben todo idioma se sustenta en una filosofía

del lenguaje que explica su mundo y también todos los mundos posibles,

por ello es tan triste perder un lenguaje porque todo un universo explicado

se extingue con él y pude comprender que aun parezca sorprendente la

escritura de los iberos y los celtíberos se trata de ESCRITURA HELENA

construida con diversos alfabetos epichorikos, es decir que cada comunidad

lingüística usaba caracteres propios de su territorio y por esa misma razón

los lingüistas jamás pudieron encontrar coincidencias grafológicas en otro

lugar que no fuera en ese territorio específico. Esa escritura es anterior al

alfabeto griego de Mileto pero no obstante se trataba de una misma lengua

hablada, aun dialectalmente fuese distinta. Y pude comprobar que para los

íberos septentrionales se trataba de la lengua proto-griega Frigia, para ser

más concretos en sus modalidades dialectales frigia-lidia-doria de Jonia.

En realidad, la lengua de los celtíberos y la frigia es la misma lengua pero

escrita de otro modo, con otros caracteres. Pero lo más sorprendente se lo

diré ahora, a continuación: Nuestras palabras, las que usamos hoy en

español, pude comprobar son las mismas que usaban ellos, otras por

supuesto se extraviaron en el tiempo y no son de uso actual en nuestra

lengua pero no obstante podemos encontrarlas todavía en griego antiguo,

incluso muchas en el griego actual, ahora bien, actualmente nosotros las

conocemos escritas con ortografía de patrón latino. ¡Sorprendente!

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BALENTIA

El topónimo de “Valencia” deriva del término latino Valentia Edetanorum

que le dieron los romanos al fundarla, así según se ha afirmado, y eso

estaría muy bien si no fuera porque no la fundaron los romanos.

Ciertamente Valencia fue una colonia romana en el año 138 a. C., siendo

cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, pero los romanos con el nombre que

dieron a la ciudad ya reconocían de facto que era un nuevo reasentamiento

hecho en tierra de los iberos edetanos, y déjenme decir que ese es el

gentilicio de las personas que vivieron en el territorio de Edeta y que son

los auténticos fundadores de Valencia. Según los historiadores se conocía

así tanto a los íberos edetanos como a los romanos de la ciudad de Liria.

Así que sus primeros fundadores la tuvieron que llamar forzosamente:

Blemya “Balentia” y por tres sencillas razones. En primer lugar porque la

ciudad tuvo que estar bajo la protección de un dios ibero y además edetano

¿Pero quién? Ellos, los iberos para referirse a la inmortalidad de dios lo

hacían con el nombre de BA, BAL o BEL. En segundo lugar porque los

iberos y los celtíberos tenían el carácter “V” cuando escribían, y éste tiene

el valor “N” en castellano, entonces no distinguían entre las que son ahora

letras “B” y “V” porque el segundo carácter era la representación de otro

fonema completamente diferente, así cuando pronunciaban vocalizaban la

letra B articulándola como una oclusiva bilavial y no como una labiodental

V ¿y saben qué? Aquí está lo bueno del asunto: Nosotros tampoco, no,

siquiera miles de años después. Pues si escribimos “B” o “V” en español

deberíamos distinguir los sonidos de una y otra letra ¿no les parece?

Deberíamos hacer la primera oclusiva bilabial y la segunda labiodental.

Sin embargo en español no lo hacemos ni por equivocación ¿por qué no lo

hacemos? ¡Oh! Es algo extraordinario que no tiene explicación ¿De verdad

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piensan no la tiene? ¡Sí! Y tanto que la tiene y es que no lo hacemos porque

permitan que les detalle que aun los romanos sustituyeran la B ibera por

una V romana y ortográficamente hablando nos latinizasen el idioma,

nosotros continuamos tan obstinados como desoídos sencillamente

articulando como nuestros antepasados iberos, y ahí tienen la mejor prueba

para demostrar que nuestra fonología la heredamos exacta y directamente

de los iberos y los celtíberos y no del latín como incuestionablemente se

afirma. En latín se distingue perfectamente entre la letra “B” y la letra “V”,

empero nosotros escribimos Valencia con “V” y en cambio la vocalizamos

“B”. ¡Sensacional! Y el latín es una lengua extraordinaria, es un éxito de

tipografía, no obstante lo cierto es que si somos honestos debiéramos

reconocer que el latín tomó nuestra lengua ibérica y la modificó con

metódicas normas pero… ortográficas y métricas. Por el contrario es

nuestra lengua quien provee etimológicamente al latín, porque la nuestra y

que es Helena de Asia Menor es incluso anterior a la griega. El latín

siquiera existía cuando la lengua ibera y celtíbera llenaban de significado

todas las estelas de la península ibérica. No supieran leerlas dificultó que

esto no estuviera claro ya. En segundo lugar en griego antiguo e incluso

hoy aquello que a la vista parece ser la letra “v” sencillamente es una letra

“N”. Les pongo un ejemplo remitiéndome a la Biblia y para que puedan

comprobarlo: Mateo 2:1 “Ἰησοῦ γεννηθέντος (ἐν) Βηθλεὲμ τῆς” (Jesús

había nacido (en) Belén). En la ortografía de los iberos es exactamente

igual: la m es una “N”. Y en tercer y último lugar por la determinante

razón de que con el vocablo -TIA se referían a su “diosa” Titán, como la

mayoría de pueblos iberos y celtíberos.

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ETIMOLOGIA DE VALENCIA

El nombre de la ciudad de Βαλεντια “Balentía” es un acrónimo heleno

exactamente igual que tantas ciudades íberas y celtíberas: Numantía,

Termantía, Palantía, Sekotía, Lutía, Titía, etc. Todas siguen el mismo patrón

sintáctico.

1 Βαλ- Bal

2 -εν- en

3 -τια diosa

1) Βαλ – es un modo de referirse a la inmortalidad de dios para los íberos.

2) -εν- es la misma preposición “en” que actualmente usa nuestra

gramática.

3) -τια “tía” significa “diosa Titán”.

Quiere decirse que la inmortalidad se encuentra y reside en la diosa TIA.

Valencia es la antigua “Balentia” ibera y tiene un nombre heleno y

lógicamente una etimología, aunque nunca nos la dijeron pero ¿ustedes

piensan que los iberos darían nombre a una ciudad sin que significase nada

para ellos? Imposible. De ningún modo. Para nosotros que somos un colmo

de ignorancia en todo esto nos da igual se llame tal o cual, porque

desconocemos el extraordinario patrimonio tenemos gracias a los iberos.

Extraviamos los significados de nuestra lengua y a partir de aquí se ha

especulado con conjeturas de un idioma celta y a teorizar distintas hipótesis

que en mi humilde opinión no explican nada. Miren, por supuesto con θεία

“Tía” se referían a la diosa Titán, porque los iberos y los celtíberos eran

devotos de los Titanes. Eran sus dioses. “Tía, la de los muchos nombres”.

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En lingüística moderna un acrónimo, del griego ἄκρος, transliterado como

akros “extremo” y ὄνομα trasliterado como “onoma” significa “nombre”.

Pueden ser siglas que se pronuncian como una palabra pero también son

vocablos formados al unir parte de dos o varias palabras. Este tipo de

acrónimos es el tipo de nombre que es “Balentia” y es el modo común de

uso de la sintaxis íbera y celtíbera, y que justo aquí se complementa de tres

elementos léxicos. El significado de un acrónimo es la suma de los

significados de las palabras que lo generan: BAL · EN · TIA.

Ustedes han de saber algo importante en cuanto a todo esto y es que lo que

aquí les expongo es cierto. Y cuando alguien afirma ha de saber que la

razón le asiste, y a mí no me cabe ninguna duda. Puesto que no soy yo

quien les dice la verdad sino quien se la confirma. Déjenme que les diga

que quien nos la dijo y nadie le prestó atención, fue nada menos que el

célebre Πίνδαρος “Pindaro” (Beocia 518 a. C.) en sus famosas Odas

Ístmicas y concretamente en la “Quinta”. Escuchen por favor y no dejen de

sorprenderse: “Desde el principio: “Ilustre madre del Sol; oh Tia, la

adorada bajo muchos nombres,...” Una diosa helena tracia. Una Titán

madre de Elio. Es la madre del Sol. Ἡσίοδος “Hesíodo” en su Θεογονία

“Teogonía” le da un origen primordial y dice que es la hija de Gea (la

Tierra) y Urano (el Cielo).

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ILYRIOS

Recuerdan que les dije que según los historiadores se conocían así tanto a

los íberos edetanos como a los romanos de la ciudad de Liria. ¡Sí! LIRIA y

eso es fundamental para entender por qué Valencia se llamó Balentia.

Miren, hasta donde llega mi investigación, ésta corrobora los datos del

geógrafo Estrabón perfectamente. Lo que por el contrario se pone de

manifiesto es la discrepancia en su interpretación. Miren, si damos por

válidos las filiaciones que él nos dio para la zona del Levante, lo que

encontramos es una amalgama ibera meridional de expresa etnicidad

griega-iliria-tracia. Mirándolo bien, se resuelve básicamente con la llegada

a la península de los tanos que deberían ser cognados de los "tracios"

(ilirios, paiones, briges, migdones, frigios) los ones-caones que deberían

ser cognados de los (makedones). Y para concretarlo más, podríamos

nombrar entre “tanos” a los layetanos, los aquitanos, los iacetanos, los

ceretanos, los lacetanos, los cosetanos, los ilicitanos, los lobetanos, los

contestanos y por descontado nuestros edetanos. Y si somos buenos

observadores y seguro lo somos, podríamos ver infinidad de ciudades del

área ibera meridional denominadas: Ilerda, Iluro, Ilici, Iliria, Ilorci, Ilureis,

Ilirula, etc. Así que no ofrecen grandes dudas en cuanto a su genuino

origen Ilirio. ¿Pero por qué razón los habitantes de Edeta a la vez fueron

llamados con la añadidura de TANOS? Los EDETANOS. Es sencillo y

además extraordinario, Tanos significa "inmortales" y eso fue motivado por

sus creencias. A quien daban culto, por sus dioses. Aunque no se conociera

antes pude comprender que sus dioses eran los Titanes, es decir lo mismo

que "Tanos", pues eran los inmortales. Fueron los antiguos dioses helenos y

anteriores a los griegos Olímpicos. Los territorios íberos meridionales sus

nombres recibían habitualmente el afijo “Ili” propio de las ciudades Ilirias.

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ES · TIA

Verán, ya no damos culto a los antiguos dioses, los sustituimos, pero los

Titanes son inmortales, no se crean ni se destruyen, se transforman. Hoy

esos cultos los hacemos en las festividades de los Santos de la Cristiandad

pero nuestros antiguos mitos siguen con nosotros acompañándonos, aun sea

en lo más profundo de nuestro inconsciente. Olvidamos de qué modo

fueron denominadas aquellas cosas importantes para nuestros antepasados,

y en este asunto es que resulta que se atribuía al triunfo del Sol sobre las

tinieblas y se celebraba con fuegos y antorchas para ayudar al sol a

iluminar más. Los cambios estacionales eran de una gran importancia en la

antigüedad. Por lo tanto, la siembra, las cosechas, y otras actividades

agrícolas dependían de estos cambios estacionales. No es de extrañar que

dioses como el Sol fuesen adorados por los antiguos íberos a su llegada

porque para ellos, el sol era el creador de las estaciones y el ciclo de la vida

estaba asociado a él. Era la celebración del nacimiento del Sol y no sin

razón. Eran tiempos difíciles para los pobladores de la Edad de Bronce y la

sensación de miedo e incertidumbre hacían retomar las imploraciones

colectivas y las súplicas a los dioses, las hogueras y los sacrificios a Elio o

a su homólogo Apolo “el dios Sol”, o incluso y especialmente a sus

adoradas y adorables madres: “Tia” la del primero, y “Leto” la del segundo,

y ambas y ambos se igualaron a la vez y se intercambiaron con cierta y

frecuente confusión. Y es que nuestras antiguas ciudades españolas fueron

Teónimos en su gran mayoría, estaban dedicadas a los distintos dioses

Helenos y eran protegidas por ellos. Sabemos pues que TIA podía recibir

distintos nombres pues bien aquí llega uno: el de Ἑστία “Estía”, la hija de

los antiguos Titanes Cronos y Rea. Su nombre significa “casa hogar” es

decir el “oikos” pero que en valenciano es la llar “el hogar” y que se refiere

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preceptivo a la llar de foc “el brasero” de las casas. Eso tendrá muchísima

importancia como veremos más tarde. Y es que Estía es: la virgen diosa del

hogar y del recto ordenamiento de la vida doméstica, la familia y el

Estado. Su equivalente romana la tendríamos en la diosa Vesta, de ahí las

posteriores órdenes de las sacerdotisas vestales. El poeta Homero consideró

y describió a Estía como la primogénita, la más honrada y jefa de todas las

diosas: “Así el Padre Zeus le dio un alto honor en lugar del matrimonio, y

ella tiene su lugar en medio de la casa y tiene la más rica porción. En

todos los templos de los dioses ella tiene una cuota de honor, y entre todos

los mortales es jefe de las diosas” (Himnos, V. a Afrodita, LL. 7-32) Pues

no perdamos un segundo y descubramos quienes tenían por Diosa a Estia.

Ella fue una deidad tracia, según Diodoro Sículo. Existe una tumba tracia

desde la primera mitad del siglo tercero a. C., que se encuentra a 2,5 km al

sur-oeste de Sveshtari (Bulgaria) y que cuenta con diez figuras idénticas en

alto relieve de la diosa.

Diodoro Sículo escribió dos cosas que hoy se revelan tan sorprendentes

como esenciales para explicarlo todo y de modo suficiente concluyente. La

primera es que dijo de Estía que era una diosa de tribus “getas” y la

segunda y más importante si cabe, es la que dice que a quien conocemos

como Ba, Bal, Bel: Zalmoxis “el inmortal” afirmó que Estía le dio a los

“getas” sus leyes (Libro 1, 94, 2). Así que ahora debemos averiguar que

tienen de particular sus leyes. Y lo que sigue a continuación me dejó mudo.

Las antorchas y las hogueras junto a la llegada del verano, son lo que me

ayudaron a comprender y me condujeron al inesperado desenlace. Miren, el

culto a Estía aun se mantiene con el Nestinari que es un antiguo ritual de

Tracia. Con la llegada del verano en San Konstantin y Elena (Bulgaria) y

en otras aldeas de las remotas colinas de Stranzha (Bulgaria) se celebran

arcaicos bailes tradicionales. Se danza alrededor del fuego. Los tracios

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bailaban sobre carbones calientes y esto se sigue practicando hoy. El

Nestinari es una danza en círculo alrededor del fuego en una gran rondalla.

Y quienes entran a danzar dentro del fuego y bailan descalzos son hombres

y mujeres que han de presentar un único requisito: Han de ser los hijos o

las hijas “cabezas principales” de las familias, precisamente eso es lo que

significa nestinari. El fuego quemará todas las enfermedades y bailando

sobre las brasas se buscará atraer la fertilidad y la salud, al igual como lo

hicieron sus antepasados invocando a Estía. ¿No les recuerda nada todo

esto? Quizá lo que más nos interesa aun no lo he contado.

Miren, en muchos pueblos y ciudades de España y de Sudamérica se

camina sobre las brasas para las fiestas de San Juan. ¿Y qué tiene que ver

esto con Valencia? Precisamente ahí me dirijo. Porque a miles de

kilómetros de las regiones tradicionalmente tracias, suceden cosas que aun

adaptadas al paso de los tiempos son igual de particulares allí que aquí. No

sé si habrán dado cuenta de algo importante, y es que con la llegada del

verano en Cataluña, Castellón, Alicante y Valencia se celebra de un modo

singular y profundo la tradición de encender hogueras y que está

íntimamente relacionado con las tradiciones paganas alrededor del fuego.

La noche de San Juan en Cataluña y San José en las Fallas de Valencia las

hogueras juegan un papel fundamental de afirmación cultural, que jamás y

a pesar de los tiempos ha dejado de celebrarse. No les voy a decir mucho

más. Ustedes podrán sacar sus propias conclusiones. En ocasiones la

respuesta está tan cerca de nosotros que nos es imposible verla. Es fácil.

Piensen. Averigüen como se dice “verano” en valenciano o también en

catalán y comprenderán a que diosa dieron culto los iberos meridionales

con el inicio del verano. ESTIU ¿Por qué? Porque los antiguos iberos

meridionales dieron culto a su llegada a la diosa tracia: ΕΣΤΙΗ “ESTIA”.

Nosotros lo celebramos sin tener consciencia de ello y con la llegada del

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esperado, vital y animoso estiu “verano” lo hacemos quemando,

encendiendo hogueras, y saltando sobre el fuego todas las noches de San

Juan y de San José.

Ya no damos culto a los antiguos dioses, los sustituimos, pero han de saber

que los Titanes son inmortales, que no se crean ni se destruyen, que se

transforman. Hoy esos cultos los hacemos en las festividades de los Santos

de la Cristiandad pero nuestros antiguos mitos siguen con nosotros

acompañándonos, aun sea en lo más profundo de nuestro inconsciente. En

Tracia las sacerdotisas de Estía tenían las atribuciones de los jueces cuando

los hombres se habían ido a la guerra. En otras palabras Estía es la

“heredera”. En consecuencia es claro que a poco que razones, te das cuenta

que aun está presente hoy en las reminiscencias de las “falleras mayores”

valencianas o incluso en el “derecho civil catalán” representado en la

“pubilla” que está basado y es el directo continuador ineludiblemente que

tiene origen en las tradiciones y leyes tracias: “... durante la presentación

de la demanda que se preste mucha atención a las pruebas y testigos, cada

uno de los jueces emita un voto sagrado, prometiendo por Hestia dictar

sentencia justa y verdadera en lo mejor de su poder, y así se pondrá fin a

este tipo de juicio”. (Platón, Leyes: la sección 856a)

¡Imaginen qué emoción! El gran secreto por fin fue revelado. Porque es la

diosa Estía quien dio las leyes a los iberos meridionales y sus posteriores

descendientes las conservan aun sin conocer la verdadera razón. Nunca

supimos que éramos trakes “tracios” cuando celebramos LAS FALLAS y

menos que cuando decíamos ESTIU estábamos nombrando a la diosa y

festejando nuestros antiguos orígenes, porque nuestro mayor secreto se

encontraba justo en el lugar más insospechado. En boca de nuestras propias

palabras. En nuestra lengua ibera pero que tanto tenemos por conocer. ¿Qué

13

mejor prueba quieren? El legado de los iberos es tan colosal que resultaría

imposible enumerarlo. La cuestión es que durante todos estos años, esta

cultura y que es la nuestra, ha sido ignorada aun podamos admirarla en la

cerámica, la pintura, la escultura, la Dama de Elche... todo nos habla del

carácter plenamente heleno de los iberos y los celtiberos. ¡Sensacional!

Fuimos y somos una tierra PAN·HELÉNICA.

14

LAS FALLAS

Las Fallas como bien saben es una celebración tradicional que se celebra en

la conmemoración de San José en la ciudad de Valencia. El término de “Les

Falles” se refiere tanto a la propia celebración como a los monumentos o

las figuras, efímeros ninots “muñecos” de cartón quemados durante las

cremàs de las celebraciones. También otros municipios de la Comunidad

Valenciana tienen celebraciones similares inspiradas en las de Valencia. Los

etimólogos aun discuten sobre la procedencia del nombre de las “fallas”

pero por lo que pude leer de los escritores medievales valencianos se

desprende que cuando se referían a falles daban a entender un sentido de

“flamear” de unas llamas inconstantes, que fallecen y que fallan en su

luminosidad o intensidad. Al fin y al cabo, así es como se ve una llama a

todas luces. También como nombraban las cosas nuestros antepasados

iberos y celtíberos, por su apariencia.

En cualquier caso los historiadores especulan sobre el origen de la

celebración. La teoría principal sugiere que las Fallas se iniciaron en la

Edad Media, es lógico pensarlo, ya que es una época en la cual se dispone

de información escrita pero eso no prueba que anteriormente la fiesta no se

celebrase. Se trata de cuando los artesanos tenían trozos de madera

guardados durante el invierno y que tiraban al fuego en la primavera. Según

los historiadores los carpinteros valencianos utilizaban unas tablas de

madera llamadas lloros para colgar las velas durante el invierno, ya que

éstos eran necesarios para dar luz a los carpinteros para trabajar. Con la

llegada de la primavera y cuando no eran necesarios se quemaban. Lo

cierto es que los registros del Gremio de Carpinteros no mencionan nada de

ello, por lo que me inclino a pensar que pudiera ser más plausible que la

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cosa tuviera un origen más popular, y que los niños y jóvenes que recorrían

las casas recogiendo ropa vieja, utensilios en mal estado, maderas y

mobiliario en desuso que los vecinos les daban en esas fechas, fueran para

quemar en las hogueras. Con el tiempo y la intervención de la Iglesia, la

fecha de la quema se hizo coincidir con la celebración de la festividad de

San José, que justamente es el santo patrón de los carpinteros. Estos

llamados lloros rellenados y vestidos con mugrientos harapos serían unos

auténticos “espantapájaros” y que fueron primitivos ninots y que mucho

tiempo después son las hoy tan magníficas, artísticas y espectaculares falles

de la actualidad, y que da tanta pena verlas arder, la verdad. Sin embargo, a

nadie se le puede escapar que antes de la época medieval tuvimos

carpinteros y maderas viejas también y con la llegada de la primavera

siempre hubo una celebración pagana desde tiempos inmemoriales. Así que

no hay mucho más que les pueda decir y que ustedes no puedan imaginarse

ya, de cómo sucedieron las cosas y que sentido tuvieron “las fallas”

antiguamente sino la de unas celebraciones de los pueblos iberos con

ofrendas y súplicas a sus dioses, especialmente aquellos que estaban

vinculados a las ceremonias del fuego. Las mujeres valencianas imitan a las

iberas. Hay un simbolismo solar evidente con los rodetes a reminiscencia

de las íberas como el caso de la preciada “Dama de Elche” y que recuerda

profundamente a TIA (Leto o Kybele o Artemisia o Estia). Todas diosas

veneradas tanto en la península ibérica como en Asia Menor, lugar de

procedencia de los iberos. Estas ornamentaciones surgen de la época

minoica y son tocados femeninos sagrados. La Peineta por ejemplo es un

antiguo ornamento que ha llegado conservado hasta nuestros días y que

usaron las mujeres íberas. Podemos verlas a centenares en las estatuillas

labradas por ellos. La peineta consta de un cuerpo convexo con púas que se

encaja sobre el moño del cabello. Se tienen constancia de su uso ya por las

íberas de los siglos V-II a. C., pero es obvio que ese tocado fue desde el

16

inicio de su cultura y que hoy es también la nuestra. La Noche de San Juan

θερινό ηλιοστάσιο el “Solsticio de verano” es una festividad antigua de

origen pagano. Son celebraciones en las que se festejaba y se festeja la

llegada del verano. La llegada de la diosa madre del SOL. Los íberos la

celebraban encendiendo hogueras y haciendo festejos con antorchas y

bailes en honor a sus dioses.

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CONCLUSIONES

La investigación y el estudio que les presenté trata sobre la denominación

primigenia de la ciudad de Valencia. Establezco con suficientes evidencias

su antigua onomástica a la vez que recupero el origen etimológico del

nombre de VALENCIA. El nombre de la ciudad de Βαλεντια “Balentía” es

un acrónimo heleno exactamente igual que tantas ciudades íberas y

celtíberas: Numantía, Termantía, Palantía, Sekotía, Lutía, Titía, etc. Todas

siguen el mismo patrón sintáctico: Βαλ- es un modo de referirse a la

inmortalidad de dios para los íberos, -εν- es la misma preposición “en” que

actualmente usa nuestra gramática. -τια “tía” significa “diosa Titán”.

Verán, después de tiempos de los íberos y de los celtíberos nadie conocía ni

supo hablar su idioma, no obstante en Abril de 2012 ocurrió un hecho sin

precedentes. Tuve la oportunidad de descubrir que El Bronce de Luzaga

escrito en íbero septentrional tenía su origen en una lengua pro griega,

concretamente en la frigia. Una antigua lengua proto indoeuropea de Asia

Menor. Los celtíberos grabaron el texto usando un alfabeto epichorikos,

quiere decirse en este caso concreto, uno ibérico propio pero los vocablos

guardaban perfecto significado con el griego frigio contenido en las raíces

primordiales del griego Koine. El Koiné recogió distintas maneras

dialectales antiguas griegas. Son ellos mismos, nuestros celtíberos, quienes

nos confirman a Heródoto y asombrado doy testimonio de todo ello. Me

resulta sumamente emocionante, como es natural. Son ellos y no otros

quienes nos dicen ser: ΕΛΑΣ... ΚΑΡΥΟ : ΤΕΚΕΣ. Es decir “Helenos,

Cario de Anatolia”, ¡Sorprendente! Y lo hacen de este modo, miren:

ëlaF… Cquo : &wF. Pero éramos analfabetos de la escritura ibérica y

no lo pudimos siquiera sospechar. Era un debate abierto durante siglos y

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que los historiadores no pudieron resolver. Lo denominaron el problema

insoluble de LAS DOS IBERIAS pero la cuestión quedó resuelta en el

instante que pude leer una lámina ibérica: “El bronce de Luzaga”. Entonces

pude constatar que sencillamente era cierto, que las dos Iberia estaban

relacionadas entre sí y entre esas dos Iberia finalmente se fundó Europa. El

mundo quedó preparado y listo para recibir la llegada de los nuevos

conquistadores.

Por otro lado, el nombre de Ἰβηρία “Iberia” también lo recibió la península

de occidente. ¿Y por qué? Porque se conocía perfectamente que LOS

IBEROS del oeste éramos nosotros mismos, los Ίβηρες “Íberes” o Ιβηρος

“Iberos” del este. ¿Quiénes sino? No se tuvo en cuenta el parentesco étnico

entre los íberos occidentales y los íberos del Cáucaso. ¿Quién se atrevería

en occidente a proclamar nosotros somos pueblos del este? Algunos

historiadores de la antigüedad insistentemente así lo apuntaron, si bien es

cierto difiriendo en cuanto a la ubicación exacta. Se sabe que se conocía de

un modo particular en Georgia y Armenia. Hasta el punto que es sabido que

algunos historiadores del este escribieron respecto al deseo de los patricios

georgianos de viajar hasta la península ibérica y con motivo de visitar a sus

hermanos de sangre, los íberos del oeste. Así pues, dejo unas cuantas

filiaciones que explican quienes somos realmente. Somos la selección

natural y superviviente de los hijos más jóvenes de la península de Teke:

eolios, jonios, dorios, troyanos, misios, ilirios, cario, caricos, lidios, licios,

cilicios, licaones, pamfilios, pisidios, bitinios, gálatas, medeos, paflagones,

colquidios, aerios, armenios, albaneses, y alguno más. ¿No le parece

asombroso?

19

Referencias:

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