el espacio de interacciones
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El Espacio de Interacciones. Modelo para la construcción de entornos enriquecidos
Javier Nó Sánchez | Laura Moreno Marrocos | Juan Carlos
Gacitúa Araneda
Publicación Nº 1
ISSN 2254 -‐ 7274
Madrid Septiembre 2013
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El Espacio de Interacciones. Modelo para la construcción social del conocimiento en
entornos enriquecidos
Javier Nó Sánchez | Laura Moreno Marrocos | Juan Carlos Gacitúa Araneda
RESUMEN
Desde hace algunos años nuestro grupo de investigación ha estado perfilando un modelo teórico que explicara la construcción social del conocimiento en el contexto digital. Desde un enfoque claramente constructivista y fundamentado en diversas teorías de aprendizaje y la comunicación, el modelo se diseña como un entorno donde la comunicación tiene lugar: el espacio de interacciones. Dicho espacio queda definido por tres dimensiones que permiten acotar, definir y hacer operativos los sistemas de comunicación y observar su efecto sobre la construcción de conocimiento. En dicho espacio tanto los condicionantes físicos, como la tecnología o las mismas personas forman parte del sistema, por lo que las dimensiones (disposición, coherencia operacional y certidumbre) afectan a todos ellos. El diseño de un sistema de enseñanza virtual, por ejemplo, supone la creación de un espacio de interacción donde se puede medir el nivel de acceso físico y disposición personal, las posibilidades de negociación o el grado de certidumbre sobre procesos, retos, etc. En el presente trabajo se añaden también dos investigaciones llevadas a cabo a partir de las predicciones de este modelo en contextos muy diferentes: la enseñanza universitaria y la dinamización de la lectura en un centro de desarrollo sociocultural.
PALABRAS CLAVE
Tecnología, aprendizaje, comunicación, modelo
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INTRODUCCIÓN Los espacios de aprendizaje se han ampliado y multiplicado por la irrupción de dispositivos digitales a través de los que se generan relaciones, se comparten contenidos y emociones; se construyen sentidos y se aprende. El cambio tecnológico está provocando una transformación cultural en todas las esferas de la vida.
El ecosistema digital, en constante desarrollo, es el actual marco para nuevas dinámicas de aprendizaje. Conectividad, interacción, portabilidad, son notas características de un mapa educativo emergente en el que conviven nativos e inmigrantes tecnológicos en espacios reconfigurados por las tramas y redes sociales virtuales.
A lo largo de la vida es posible acceder a múltiples experiencias en las que puede vivir la aventura de reaprender, crear y construir formas de conocer e innovar en los nuevos entornos. Blogs, redes sociales, videojuegos interactivos, wikis, microblogs, plataformas de gestión de contenidos, etc. son los nuevos espacios virtuales, al tiempo que reales, en las mentes de los actuantes.
Caracterizados por su opacidad, invisibilidad y flexibilidad, son sistemas abiertos, con horizontalidad en las relaciones, comunicabilidad e interacción, internacionalización, así como reciprocidad y multidireccionalidad para compartir y difundir contenidos.
Tecnología, información y conocimiento son las bases del actual proceso cultural que alcanza a la sociedad en su conjunto: organizaciones, instituciones, empresas, sistemas educativos. La inmersión, pero sobre todo la capacidad de navegación en el nuevo ecosistema depende de las competencias y habilidades que se desarrollen, así como de la circulación y generación de conocimiento.
El actual escenario sugiere preguntas, tales como: ¿Cómo se aprende y se construye conocimiento en los nuevos entornos digitales? ¿Qué se hace para aprender y conocer? ¿Qué dinámicas comunicativas favorecen las prácticas de aprendizaje? ¿Cómo se transmite y socializa lo que se conoce? ¿Cómo se garantiza la validez y valoración de un aprendizaje?
Las posibles respuestas surgirán al analizar, repensar y reelaborar las categorías y los modelos que explican y favorecen la sistematización, multiplicación y evolución de las prácticas y ensayos educativos que se están realizando en entornos digitales mediados por dispositivos digitales.
La ebullición de ensayos y experiencias en marcha, su carácter heterogéneo e internacional, hace difícil la definición de nuevas teorías educativas que puedan ser validadas y generalizadas. Sin embargo, la aproximación desde modelos especulativos, capaces de operativizar los elementos que intervienen en los nuevos procesos es una posibilidad de análisis y prospectiva, y un imperativo de la investigación.
El modelo de “espacios de interacción” que se propone, es un constructo social sistemático para pensar, describir y explicar dimensiones y variables intervinientes en los procesos y prácticas de
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aprendizaje en cualquier espacio de interacción pero fundamentalmente aquellos mediados por tecnología digital.
TEORÍAS QUE FUNDAMENTAN EL MODELO
El modelo “espacio de interacciones” surge de la sistematización de datos y observaciones empíricas; y se fundamenta en un encuadre teórico interdisciplinar que, bajo el paraguas del constructivismo social, integra enfoques de la teoría social, la pedagogía, la comunicación, la psicología, la sociología y la computación. A continuación se exponen los postulados de las principales teorías que han sustentado el modelo en su desarrollo. Teoría de flexibilidad cognitiva En 1991, en la revista Educational Technology del mes de mayo, Rand J. Spiro junto con Paul J. Feltovich, Michael J. Jacobson y Richard L. Coulson publican un artículo que desarrolla una nueva teoría y ofrece la información que obtuvieron a través de sus investigaciones en el campo de la tecnología educativa y más concretamente, en el diseño de sistemas hipertexto multidimensionales.
Se trataba en aquel entonces de un intento de proporcionar una teoría general del aprendizaje basada en el uso de hipertextos. Sin embargo su desarrollo pronto fue más lejos, tratando de explicar cómo se produce la construcción del conocimiento experto en dominios poco estructurados y en la que subyace la importancia del contexto y el modo en el que se producen las interacciones.
Las investigaciones realizadas por los autores de esta teoría, Spiro y cols., pretenden demostrar que el uso del hipertexto puede fomentar no sólo el aprendizaje de contenidos sino también el pensamiento crítico y la autorreflexión sobre la naturaleza del aprendizaje. Observaron que el sistema de enseñanza (haciendo referencia a los sistemas de enseñanza en general) se sustenta a menudo en dominios de conocimiento mal estructurados por su complejidad y que pueden, por tanto, dar lugar a problemas en la adquisición del conocimiento experto.
El aprendizaje en la enseñanza secundaria y, sobre todo, en la enseñanza superior, supone enfrentarse a la solución de problemas complejos que precisan de la creación de un contexto rico en interacciones y orientado a la observación de las soluciones desde múltiples perspectivas.
En este sentido, la aportación realizada por Martínez F. (1999) con relación al equilibrio entre cantidad y complejidad para los diseños de enseñanza, resulta cuanto menos, necesario. Esto evitaría, en cierto modo, el exceso de información, aunque no olvidemos que en muchos casos el problema radica en una falta de organización. Un entorno rico de aprendizaje puede fácilmente convertirse en un entorno del "hipercaos" (Marchionini, 1988).
Los dominios mal estructurados han sido definidos por Jonassen (1997) como aquellas disciplinas que aglutinan estructuras de conocimiento complejas y que reúnen, al menos, dos de estas características:
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• La aplicación de un conocimiento específico a una situación concreta implica muchos conceptos relevantes posibles.
• La aplicación de un concepto o una combinación de conceptos a la resolución de un problema o a una toma de decisión, puede variar sustancialmente de un caso a otro.
• Poseen criterios múltiples para evaluar soluciones.
El aprendizaje de dominios de conocimiento complejos requiere habilidades para representar un conocimiento desde diferentes perspectivas. Así, el conocimiento no tiene una única representación o interpretación sino que tiene diferentes representaciones de tal forma que su comprensión es mayor.
A partir de todo esto, Spiro y sus colaboradores creen que la mejor forma de que el estudiante aprenda un área compleja del conocimiento es a partir de la revisión de los mismos materiales varias veces y desde distintas perspectivas. Es por esto que la teoría de flexibilidad cognitiva resultó ser el primer peldaño de nuestro espacio de interacciones: la definición de un espacio donde los intercambios de información tienen lugar en formas múltiples.
Este profesor de la Universidad de Illinois defiende la idea de que es necesario trabajar los conceptos en una variedad de contextos o ejemplos, como parte integral del significado (Gros, 1997). Es decir, subraya la importancia del contexto donde acontece el aprendizaje de tal forma que este sería auténtico, conectado, de forma real o simulada, con la realidad.
Desde la Teoría de la Flexibilidad Cognitiva el tratamiento de un tema complejo no puede limitarse a una sola dirección, porque entonces se generará un sistema relativamente cerrado, con muy poca flexibilidad y con muchas posibilidades de generar concepciones erróneas. Esto afectaría negativamente al potencial de transferencia de dichos conocimientos. Spiro se apoya en la analogía existente entre complejas áreas de conocimiento y el "paisaje físico" y argumenta que la mejor forma de entender y comprender un paisaje es explorándolo en muchas direcciones, cruzándolo, "pateándolo", volviendo a visitar los mismos lugares varias veces, etc. Utiliza por primera vez la analogía correspondiente con un espacio, aunque sin explicitarlo.
En definitiva todas estas ideas se pueden resumir en los siguientes postulados surgidos de la Teoría de la Flexibilidad Cognitiva:
• El sujeto necesita de diferentes representaciones e interpretaciones para que se produzcan aprendizajes complejos.
• Los sujetos que reciben conocimientos desde la flexibilidad cognitiva son capaces de solucionar problemas como respuesta adaptativa a los cambios que se producen en una determinada situación.
• La repetición de la información en diferentes contextos ayuda a mejorar la transferencia de los conocimientos.
• El uso de múltiples perspectivas en los programas educativos es un ejemplo de una de las recomendaciones más importantes de la teoría de la flexibilidad cognitiva.
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• La tendencia a la simplificación excesiva de la complejidad del mundo real puede causar una mala estructuración de los aprendizajes.
• Entidades muy complejas del conocimiento a veces se tratan como entidades simples fuera del contexto real en el que se producen.
• Solo puede haber aprendizaje si las actividades están situadas en el mundo real, y estas no deben ser simplificadas.
• La utilización de minicasos o pequeños segmentos de información es una estrategia que proporciona mayor rapidez en la adquisición de la experiencia y hace manipulable, por parte del alumno, la complejidad, facilitando así, la reestructuración de los conocimientos.
• Una demanda importante que hace la Teoría de la Flexibilidad Cognitiva es volver a utilizar el material, a tiempos diferentes, en contextos reestructurados, con propósitos diferentes y desde perspectivas conceptuales distintas, siendo esencial todo esto para lograr las metas de la adquisición del conocimiento avanzado.
Teoría de la actividad Con la base de la psicología histórica cultural de Vigotsky y las aportaciones posteriores de Leont’ev (1978) se genera la Teoría de la Actividad, que trata de explicar la construcción colaborativa del conocimiento en diferentes contextos. A partir de entonces, el centro de atención (la unidad de análisis) pasa a ser la actividad misma y el contexto es entendido como mediación. Algunas otras aportaciones teóricas como el aprendizaje situado (Lave, 2001) o las comunidades de práctica de E. Wenger (2001) han ahondado en aspectos relacionados, como la participación y el análisis de la práctica. Desde este punto de vista, el sujeto actúa en un contexto que hereda y lo moldea, pero al que también influencia, en una interacción permanente y dialéctica. La teoría de la actividad permite destacar la dimensión social en que tiene lugar una actividad, lo que la convierte en un marco teórico adecuado para la descripción, modelado e implementación de sistemas que promuevan el aprendizaje (Barros, B., Vélez, J. y Verdejo, F., 2004) Adams M, Edmond D & ter Hofstede A (2003), aclarando primero que el modelo no tiene valor, tanto por la representación de la realidad como por su capacidad para señalar cuestiones y hechos relevantes, lo resumen en diez principios, de los cuales algunos sirvieron para ahondar en las características de construcción social de conocimiento del modelo espacio de interacciones:
• Las actividades son jerárquicas. Una actividad se compone de una o más acciones. Cada acción consiste en una o más operaciones.
• Las actividades son comunitarias. Una actividad casi siempre involucra a una comunidad de participantes para trabajar hacia un objetivo común.
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• Las actividades son contextuales. El contexto y las circunstancias afectan el modo en que el objetivo es alcanzado en cualquier actividad.
• La mediación de la actividad. Una actividad está mediada por instrumentos, reglas y divisiones de mano de obra.
• Las acciones se entienden contextualmente. El objetivo inmediato de una acción puede no ser idéntico al objetivo de la actividad de la que la acción es un componente. Basta con tener una comprensión de los objetivos generales de la actividad para motivar a la exitosa ejecución de una acción.
• Granularidad basada en un determinado momento de la tarea puede ser una actividad o una acción en función de la perspectiva del espectador.
Teoría de sistemas En contraposición al estudio de sistemas aislados (sistema solar, sistema ecológico, sistema social, etc.) y a los enfoques analítico-‐reduccionistas, un grupo de investigadores animados por el biólogo austrocanadiense Lodwig von Bertalanffy intentó definir una teoría general que permitiera descubrir los principios que rigen a los sistemas sin preocuparse de su naturaleza física, biológica o sociológica. (Winking, 1994).
El concepto de sistema podemos entenderlo como un conjunto de objetos y de relaciones entre estos y sus propiedades. La relevancia de las relaciones por las que un conjunto de objetos es considerado un sistema dependerá de los propósitos que se persigan en la investigación, siempre entendiendo que el conjunto es más que la suma de las partes.
Establecer la frontera entre los elementos que conforman un sistema y los que son parte del no-‐sistema no es tarea fácil, pues entre ambos existe un permanente intercambio. Los sistemas que aquí nos interesan estudiar, sociales y tecnológicos, son sistemas abiertos que intercambian materia, energía e información permanentemente con el entorno.
Los sistemas abiertos deben por tanto modificar sus estructuras internas, adaptándose a su propia complejidad y al entorno que le rodea, en un proceso de retroalimentación continuo.
Como veremos más adelante, este tipo de análisis posibilita el estudio de la naturaleza del sistema hacia su interior (sistemas autopoiéticos), es decir, las fuerzas que actúan y definen íntimamente su estructura, y a la vez, su capacidad de transformarse en el permanente choque de energías entre el sistema con otros (sistemas adaptativos).
Las ideas de sistemas autopoiéticos y adaptativos complejos se desarrollarán con mayor detalle en el apartado siguiente pues es uno de los pilares en los que se fundamenta este trabajo.
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Teoría de la complejidad La teoría de la complejidad forma un conjunto de nuevos paradigmas desarrollados en diferentes áreas de la ciencia que cuestionan un conjunto de premisas y nociones que han regido el pensamiento científico durante siglos.
La raíz griega de la palabra sugiere el concepto de “entrelazarse”, como una prensa tejida. En el lenguaje cotidiano relacionamos la complejidad con complicación, o con la realización de procesos que resultan dificultosos. Una cosa no es compleja únicamente por la variedad o el número de sus componentes, sino también por sus interconexiones.
El Instituto Santa Fe (ISF), centro mundial de la investigación de la complejidad, aporta esta definición: “La complejidad hace referencia a la condición del universo, integrado y a la vez demasiado rico y variado para que podamos entenderlo mediante los habituales métodos simples mecánicos o lineales. Mediante tales métodos podemos entender muchas partes del universo, pero los fenómenos más amplios y más intrínsecamente relacionados solo pueden entenderse a través de principios y pautas; no detalladamente”.
La complejidad trata de la naturaleza de la emergencia, la innovación, el aprendizaje y la adaptación.
Para Illya Prigogine, Premio Nobel de Química en 1977, la Ciencia siempre ha tenido una connotación legalista: las leyes de la naturaleza han impedido el estudio de la novedad, la acción espontánea o el libre albedrío de las acciones humanas. La certidumbre de las “leyes de la naturaleza” entra en un conflicto paradójico con la inestabilidad de los hechos reales. En esta paradoja se han insertado las ciencias de la complejidad.
Conceptos como orden y desorden, equilibrio y desequilibrio, certidumbre e incertidumbre, determinismo y azar, linealidad y no – linealidad, organización y caos son solo algunos conceptos asociados a esta nueva corriente de investigación que busca explicar los fenómenos de la naturaleza de una manera más amplia.
Nicolis y Prigogine (1987) hablan de “comportamiento complejo” y no de sistemas complejos, pues en definitiva las ciencias de la complejidad no son más que un conjunto de comportamientos o fenómenos que se dan en la naturaleza y que, por el mismo desarrollo del conocimiento científico, hoy son posibles de ser estudiados.
Como explica Battram (2001:16) la complejidad no es un bloque teórico: es un conjunto de campos de estudio, a menudo dispares, unidos por un interés común, en una serie de conceptos aún no definidos perfectamente.
Frederic Munné (1993) describe la complejidad a partir de cuatro elementos: el caos, la fractalidad, la borrosidad y el catastrofismo. Pero la complejidad no se reduce a ninguno de los aspectos antes
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señalados, sino al conjunto de todos los comportamientos. Otros autores, sin embargo, asocian la complejidad a las teorías del caos y a la presencia de atractores. (Kauffmann, 1992).
Intentaremos definir los comportamientos mencionados, para posteriormente, asociarlos a los espacios de interacción.
a. No linealidad Se trata del comportamiento más importante para entender la complejidad. Para Diegoli (2003) posiblemente se encuentre presente en toda la dinámica del caos. Pues bien, la no-‐linealidad significa que todo problema tiene más de una solución posible, y en consecuencia, la dinámica no-‐lineal hace referencia a comportamientos y procesos no deterministas, emergentes y autoorganizativos que dan lugar, precisamente, a sistemas de complejidad creciente. En otras palabras, en este marco, no existe una única solución ni, por extensión, tampoco una solución óptima a un problema determinado. Así, los criterios de maximización y de optimización de la racionalidad clásica, que tenían un carácter predominante, quedan reducidos al análisis de una situación y de un problema local (Maldonado, 1998).
En matemáticas, las ecuaciones lineales buscan representar sistemas que se corresponden. Es decir que existen en ellas proporcionalidad y determinismo entre la causa y los efectos. “Un cambio de n veces en cualquier variable inicial, produce un cambio en esta misma variable posteriormente de n-‐veces”.
En la no linealidad un cambio en una variable inicial tiene un efecto desproporcionado. Estos efectos pueden ser gigantescos o imperceptibles.
Este fenómeno rompe la linealidad planteada por Newton respecto de la naturaleza, donde, según él, todo podía ser previsible o predecible (las bases epistemológicas del conocimiento científico), no admitiendo que la realidad es fundamentalmente imprevisible, que en la realidad la no-‐linealidad es la regla y la linealidad la excepción.
Para Munné (2000), el mundo no lineal tiene cuatro características:
a. Desproporcionalidad: no hay relación de causa – efecto proporcional. b. Indeterminación o indeterminismo: no se puede determinar el estado del sistema en un punto x. c. Impredictibilidad: no se puede prever la trayectoria de un sistema, ni definir exactamente cómo reaccionará. d. Discontinuidad: Supone que hay continuidad hasta un punto donde hay un cambio.
Un sistema no lineal no varía ligeramente con los inputs: el resultado es imprevisible, y lo que puede predecirse es muy escaso. Para Battram (2001:31) este comportamiento es muy común en la
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predicción del tiempo o en economía. El meteorólogo Edward Lorenz (1963) hace la siguiente descripción: “Una mariposa que bate sus alas en Amazonas provoca un huracán al otro lado del mundo”.
b. Equilibrio / No equilibrio El concepto de sistemas en equilibrio / no-‐equilibrio nace gracias al aporte de Ilya Prigogine en su trabajo en el área de la termodinámica y sus estructuras disipativas. Básicamente consiste en determinar que los sistemas complejos se encuentran lejos del equilibro, es decir, que dentro de él existen señales que recorren todo el sistema y que provienen de lugares lejanos; de este modo, los sistemas se hacen sensibles a estas señales, y dicha sensibilidad imprime dinámica a estos sistemas. En otras palabras, los sistemas alejados del equilibrio son altamente sensibles a las novedades o a las innovaciones, a los eventos (events), o al azar. Pues son estas novedades las que generan dinámicas no-‐lineales en dichos sistemas. Por el contrario, los sistemas en equilibrio solo perciben sus entornos inmediatos, pues, es irrelevante que vean o puedan ver más allá de la proximidad – vecindazgo, puesto que por definición en un sistema en equilibrio –esto es, en un sistema cerrado-‐, el horizonte lejano coincide con el entorno cercano o, inversamente, el entorno inmediato contiene el horizonte, puesto que no hay nada más allá que no coincida, punto por punto, con el entorno inmediato. Otra cosa sucede en los sistemas alejados del equilibrio. (Maldonado, 1998). Frente a esta idea, Prigogine considera al tiempo como un factor de creación.
El tiempo depende de la vida misma, y la vida misma es un proceso incesante y continuado de complejidad creciente. Debido a la ruptura de la simetría temporal se producen bifurcaciones, fluctuaciones, inestabilidades; todas las cuales son generadoras de procesos. La generación de nuevos e incesantes procesos es la obra misma de la autoorganización. De esta suerte, tiempo y autoorganización son fenómenos concomitantes, y marcan de manera definitiva a este tipo de fenómenos, sistemas y procesos conocidos como complejos, es decir, de complejidad creciente.
c. El Caos Tras nacer en la década del 60, no es hasta 1975 que el concepto de caos es aceptado por la comunidad científica. Gracias al aporte de E. Lorenz en el MIT y D. Ruelle, este concepto muy cercano a la meteorología, comienza a ser aplicado en otras áreas como las matemáticas, la topografía, la física, la biología, la ecología o las ciencias sociales. El caos tiene aspecto de algo aleatorio. Pero, como advierte Lorenz, en realidad “el caos consiste en cosas que no son de verdad aleatorias, sino que solo lo parecen” (en Battram, 2001: 31). Precisamente por esta razón se habla, en rigor, de caos determinista. Pues bien, es debido al caos determinista que los ejemplos sencillos en el mundo son aquellos juegos que aparentan basarse en el azar. En otras
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palabras, no hay sistemas caóticos, sino que se trata de sistemas exactamente los mismos sistemas que la ciencia y la filosofía tradicionales habían considerado desde siempre-‐, que se comportan caóticamente (Maldonado, 1998).
Estas nuevas experiencias se caracterizaban por su sensibilidad en las condiciones iniciales, es decir, a la no linealidad de los efectos de un fenómeno respecto de sus causas.
Hay que tener en consideración que la acuñación del concepto “caos” no tiene relación alguna con el de “desorden”. “Cuando se habla de caos, (Diegoli: 24) no se habla en una referencia, por eso no hay desorden”. En definitiva el desorden solo se concibe y entiende a partir del orden. Según Ortiz (1991), el caos es anterior a toda idea de orden y de desorden. El pensamiento antiguo sobre el caos lo definía como la fuente de todo, o sea, el germen y la condición del orden.
Varias demostraciones han determinado que los sistemas caóticos se caracterizan por no repetir sus estados y así siempre son fuente de novedad (Diegoli: 25).
La dinámica caótica puede seguir dos direcciones: desde una situación de caos llegar al orden o de manera inversa, desde el orden alcanzar el caos. En ambos casos estamos hablando de la modificación de los estados de equilibrio de un sistema, tanto en su fase inicial, como final.
Como se deducirá, cualquier estudio sobre un fenómeno caótico nos conducirá irremediablemente a un sistema complejo, pues ambos conceptos son prácticamente inseparables.
d. Atractores Los atractores son fenómenos que atrapan trayectorias. Equivale al sitio donde los puntos convergen pero nunca están. Cuando se pulsa la cuerda de una guitarra, ésta oscila periódicamente hasta que regresa a su posición inicial. Este punto se denomina “atractor”.
Existen dos tipos de atractores: los deterministas y los extraños. Entre los atractores deterministas encontramos:
• Atractor de punto fijo: se produce cuando el movimiento del sistema lo lleva siempre a un determinado punto, no importa qué condiciones iniciales se hayan impuesto o las fluctuaciones o cambios durante su dinámica. Ejemplo de la cuerda de la guitarra.
• Atractor de “ciclo límite”: se produce cuando la dinámica de movimiento es interrumpida periódicamente por el atractor que define su movimiento de manera clara. De no existir ese atractor, se volvería a un estado de equilibrio inicial (punto fijo). Se suele representar bajo la imagen de un péndulo de un reloj que funciona por un motor eléctrico. De detenerse con la mano o de darle un empujón a dicho péndulo, los impulsos eléctricos reinician el movimiento volviéndolo a su oscilación periódica.
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• Atractor “toro” o “casi periódico”: actúa cuando existe mayor grado de libertad en su espacio de fases, es el conjunto de muchos puntos fijos.
Con cualquiera de estos tres tipos de atractores los sistemas suelen comportarse de manera bastante regular y previsible.
Los “atractores extraños” son, quizás, más útiles para definir mejor el comportamiento del sistema. Su comportamiento es fundamentalmente imprevisible, pues desplaza los límites del sistema a cada momento. “Cuando un sistema pasa de un atractor determinista a uno extraño, de hecho está pasando del orden al caos. Es más, la presencia de un atractor es lo que diferencia al caos del azar, puesto que un atractor extraño es previsible, pues cabe dentro de las posibilidades del sistema, no así el azar, del que se hablará más adelante.
e. Bifurcaciones Un sistema no lineal se caracteriza porque en ciertos momentos produce rupturas en su linealidad. Una bifurcación es la encrucijada donde se producen ramificaciones, el punto crítico donde un pequeño detalle se magnifica por iteración hasta alcanzar tal tamaño que se crea una ramificación y el sistema adopta un nuevo rumbo. Los puntos de bifurcación son los hitos de la evolución del sistema: cristalizan la historia del sistema. (Diegoli, 2003:29). Las actuales tecnologías estructuradas sobre bases de datos posibilitan que las bifurcaciones queden registradas, pudiendo hacerse un seguimiento de la historia de la interacción en el tiempo.
f. Organización En los sistemas complejos, como se ha visto, existe una oscilación permanente entre dinámicas de caos y de orden. Las bifurcaciones, abren nuevos caminos o alternativas pero terminan organizándose generando nuevo orden. Sin embargo, los sistemas tienden a buscar nuevas formas de organización. Por “organización” se entiende una disposición de las relaciones de las partes componentes de todo, que produce la unidad o sistema del mismo (Munné, 1994). Esta dinámica de autoorganización, si bien necesita de los intercambios constantes de materia y energía del entorno, es un fenómeno interno. Es el sistema en sí mismo el que tiene la capacidad de autoorganización. El sistema se “hace” a sí mismo, creando nuevas estructuras y nuevos comportamientos mediante las interacciones con el entorno y aprovechando su energía interna.
g. Fractalidad Esta teoría se basa en que la realidad es fractal, es decir, que existe una repetición de patrones o estructuras básicas en diferentes escalas. Todas estas repeticiones, en cualquiera de sus escalas, son
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semejantes entre sí. Los fractales son la mejor manera de representar los atractores extraños. Al ampliar fragmentos de la estructura de estos atractores, se descubre una subestructura de varios niveles en la que se repiten de manera continua los mismos patrones. Para Munné (2000), la fractalidad permite:
-‐Mantener la identidad a través del distinto. -‐Crear una estructura compleja a través de una simple. -‐Entender los aspectos regulares de lo regular y los aspectos irregulares de lo regular.
En las representaciones matemáticas los saltos fractales se repiten de manera perfecta y son fácilmente graficables mediante el uso de ordenadores. Sin embargo, en la naturaleza, los saltos fractales se producen igualmente pero intervenidos o influenciados por el azar o causas exógenas que van variando su forma, haciéndola irregular.
El ser humano desde siempre ha tenido la capacidad para realizar esos saltos fractales, es decir, relacionar conocimiento para generar estructuras cognitivas nuevas.
h. Borrosidad La teoría de los conjuntos borrosos nace como una nueva forma de acercarse a la complejidad, como un cuestionamiento a la lógica formal de Aristóteles, quien postulaba entre otras ideas:
Principio de identidad: un objeto solo es igual a sí mismo. Principio de no contradicción: un objeto no puede estar en un conjunto y en su complementario. Principio del tercero excluido: un objeto solo puede estar en un conjunto o en su complementario, y no hay otra posibilidad.
Estas ideas han sido, a lo largo de la historia, fundamentales para el desarrollo y funcionamiento de muchas áreas del saber. Sobre todo aquellos que siguen una lógica booleana (VoF). Pero otras realidades, como la social, son mucho más complejas y no sirve un modelo de lógica excluyente. Se aplican para ellas conjuntos borrosos, donde la relación de pertenencia no es solo un sí o un no, sino una cuestión de más o menos de una pertenencia gradual.
La pertenencia o no pertenencia a un conjunto o un V o F es, en muchos casos, una simplificación de la realidad. Para esta teoría, se rompe la lógica aristotélica desde el momento en que un objeto puede pertenecer y no pertenecer a la vez, a un conjunto simplemente porque los criterios de pertenencia no son nítidos.
Durante siglos se han creado conceptos que han roto con la realidad bivalente para convertirla en trivalente o polivalente. Los conceptos de “probable”, “vaguedad” o “posibilidad” se han abierto paso
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para poder trabajar con conceptos como “mucho, poco, bastante, menos, más”, que están presentes en la vida diaria.
i. Catastrofismo En la teoría del caos, normalmente los sistemas recorren el camino orden – caos – autoorganización – orden. El catastrofismo busca responder a: qué es lo que sucede en los momentos críticos de transición entre un estado y otro. Es decir, por qué un punto es crítico y otro no. Esta teoría en ciencias sociales es fundamental, para entender por ejemplo, los procesos de cambio hacia nuevas alternativas. Puntos críticos que abren nuevas puertas a la creatividad. Teoría social relacional “La sociedad es relación” y como tal “debe entenderse como la realidad inmaterial, situada en el espacio y en el tiempo de lo interhumano. Está entre los sujetos agentes y, como tal, constituye su orientarse y su actuar recíproco. Esta realidad-‐entre, hecha conjuntamente de elementos objetivos y subjetivos, es la esfera en la que se definen tanto la distancia como la integración de los individuos respecto a la sociedad: depende de ella si, en qué forma, medida y cualidad, el individuo puede distanciarse o comprometerse respecto a los otros sujetos más o menos próximos, a las instituciones y, en general, respecto a las dinámicas de la vida social” (Donati, 2006: 55). Los aprendizajes se realizan a través de interacciones sociales en un proceso de acción recíproca, individual, grupal y social. “La relación social es el medio que conecta acción social (subjetividad e intersubjetividad) y sistema social (estructura objetiva y subjetiva)” (Donati, 2002: 205). En el modelo de “espacios de interacción”, los sujetos “hacen cosas” para aprender, es decir actúan y se relacionan entre quienes intervienen, así como con los autores o animadores de los procesos. En estos espacios, la interacción es comunicación y por tanto relación. La acción en sí, es actividad. Y puede ser unilateral. La interacción en cambio es relación y siempre será bilateral o multilateral. El actuar por reciprocidad, tal como se produce en las redes sociales y en los entornos digitales, “responde a un intercambio simbólico que consolida la relación afirmando el valor intrínseco de una relación social” (Terenzi 2007:46). Ahora bien, este enfoque teórico reconoce que “la relación social es al mismo tiempo referencia simbólica, conexión o vínculo estructural y fenómeno emergente de un actuar recíproco. Esta trama relacional tiene su propio significado y trasciende a los sujetos que inician la interacción. Se trata de
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una hermenéutica abierta al sentido a partir del lenguaje, en sus diversas expresiones, como acto comunicativo. Teoría relacional de la comunicación Los espacios de interacción son en sí mismos espacios de comunicación y relación. Según las características de los entornos, el intercambio se produce en los actos comunicativos, que son formas de hacer con la palabra y los demás lenguajes, incluidos los audiovisuales. Así mismo, en todo proceso de aprendizaje y construcción de conocimiento interviene la comunicación.
Por tanto la comunicabilidad de las estructuras de los espacios, de las acciones y actividades propuestas para las interacciones y los intercambios en sí mismos, se convierten en un factor fundamental del modelo.
La comunicación es ese fenómeno intrínseco al ser humano y a su dimensión social que se sustenta en el lenguaje y utiliza una red de medios sociales y tecnológicos que la amplían y “vehiculan” en la cultura. Es la mediación del proceso de interacción social a través del cual los sujetos que participan coproducen sentido. Favorece además la formación de constructos mentales individuales y colectivos; puesto que, mediante la comunicación, la mente humana interactúa con su entorno social y natural.
El ecosistema digital por sus características tecnológicas y posibilidades de interacción sincrónica y asincrónica, favorece las acciones comunicativas propias de la interacción.
La sociedad actual “se caracteriza por una estructura social construida alrededor (pero no determinada por) redes digitales de comunicación”, que se erigen como un sistema de procesamiento de símbolos, y ha desplazado la hegemonía de la comunicación de masas. Esta estructura abarca los medios de comunicación multimodales y las redes creadas en el ecosistema de Internet y la comunicación inalámbrica (Castells, 2009)
Este complejo proceso de comunicación opera de acuerdo con la estructura, la cultura, la organización y la tecnología de comunicación en la sociedad.
El nuevo contexto modifica anteriores formas de enfocar y estudiar la comunicación como un único proceso de emisión y recepción más o menos pasivo, propio de enfoques funcionalistas.
La tecnología se ha convertido en un ecosistema comunicativo que articula las relaciones entre comunicación y cultura (Martín-‐Barbero, 2004). En este marco se comprenden las interacciones como intercambio y producción de sentido que se realizan en los espacios de interacción.
El uso del lenguaje en la interacción es otro de los elementos comunicativos considerados en el modelo de interacción. En particular las aportaciones del filósofo del lenguaje, John Langshaw Austin (1982), para quien “al usar del lenguaje hacemos algo. Es decir, hacemos “cosas” con palabras.”
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La teoría de los actos de habla define al lenguaje como proposiciones o locuciones situadas en un contexto de comunicación. Su sentido no se agota en su contenido proposicional, sino que incluye su fuerza ilocucionaria. Todo acto de habla se compone de un contenido proposicional dotado de un valor de verdad, y de una fuerza ilocucionaria que se propone “hacer” algo con las palabras, lograr un determinado efecto, y cuyo acierto debe enjuiciarse desde criterios diferentes del valor de verdad.
Más tarde, Habermas interpretó la fuerza ilocucionaria del lenguaje en términos de compromisos. Proponer el concepto de “acción comunicativa” que conlleva una ética del discurso. La racionalidad en la interacción está dada por la capacidad de entendimiento entre “sujetos capaces de lenguaje y acción”.
El filósofo de la comunicación explica que lo que el hablante “hace” con las palabras es, ante todo, contraer determinados compromisos hacia su interlocutor. Habermas define la fuerza ilocucionaria de todo acto de habla, como el establecimiento de una determinada relación entre el hablante y el oyente.
De acuerdo con Habermas, en cada acto de habla un hablante asume necesariamente cuatro tipos de compromisos, que el autor denomina “pretensiones de validez”.
Son cuatro las pretensiones de validez propuestas por Habermas y que podrán ser tenidas en cuenta entre los factores del “modelo”. Una pretensión de inteligibilidad para su emisión; otra de verdad para el contenido proposicional; la tercera de rectitud o corrección normativa para la ejecución del propio acto de habla; y la pretensión (normalmente implícita) de veracidad, el hablante expresa, con su acto de habla, sus verdaderas creencias o intenciones. Según Habermas, estas cuatro pretensiones de validez que el hablante contrae en cada emisión, están presentes en todos los actos de habla. Para el filósofo, el compromiso que el hablante contrae hacia el oyente con sus actos de habla, sólo puede cumplirse cooperativamente, mediante el reconocimiento, racionalmente motivado por parte del oyente, de la pretensión de validez entablada en cada caso.
El modelo de interacción tiene en cuenta, además, las aportaciones sobre los significados del lenguaje de Ludwig Josef Johann Wittgenstein (en su segunda etapa), quien equipara significado y uso. Preguntar por el significado de una palabra o frase es lo mismo que preguntar cómo se usa. Por tanto, el criterio para determinar si ha sido comprendida una palabra o una proposición viene dado por el modo en que éstas son usadas.
“Comprender una palabra puede significar: saber cómo es usada; ser capaz de aplicarla” (Wittgenstein, 1992)
El significado de una palabra es su uso en el lenguaje; mientras que, en el caso de la frase su sentido viene determinado por su uso en el curso de alguna actividad.
La conceptualización del lenguaje como actividad lleva a Wittgenstein a considerar una multiplicidad de funciones o usos del lenguaje. Desarrolla las nociones: “juegos de lenguaje”, “gramática” y “forma de
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vida”. Realiza una importante revisión de los verbos psicológicos, analizándolos en términos de sus gramáticas y defiende en su “argumentación contra el lenguaje privado, que, todo lenguaje posible es un lenguaje público”.
Tal analogía ilumina los análisis sobre el lenguaje en sus diversos contextos. Principalmente en los usos ordinarios, propio de las interacciones sociales. Lenguaje y juegos comparten algunas características: ambos son actividad pautada: existen unas reglas del juego y una gramática -‐ Su significado se define por cómo son usados en la interacción.
Estas ideas conducen a pensar que todo proceso de comunicación y el uso de lenguajes que en él se despliega, operan en la mente humana de acuerdo con la estructura, la organización y la tecnología de comunicación de una determinada sociedad, es decir la cultura (Castells, 2009).
EL ESPACIO DE INTERACCIONES Hablemos del espacio físico o de un espacio figurado. Podemos establecer que el modo en que éste se configura tiene alguna influencia en las interacciones que se producen en él. El hecho de que en un aula de clase haya un frontal, condiciona la pedagogía del profesor: él está situado enfrente y por tanto se sobreentiende que es quien sabe y quien transmite la información más relevante. Él toma la palabra por defecto y el resto lo hacen ordenadamente, por ejemplo; él decide la dinámica y, por tanto, el estilo de las interacciones; etc. El mero factor situacional, define la acción que se produce en un contexto. Si el aula es ovalada en lugar de rectangular, las interacciones cambian; si puede o no escucharse bien al resto desde cualquier lugar, cambia; si las mesas son móviles, si puede pintarse en el suelo o si las paredes son de cristal, todo configura los hechos comunicacionales y el estilo pedagógico que se producirá en ese aula. Además de los físicos, hay otros muchos factores que influyen en cómo se producen esas interacciones: si los estudiantes se conocen entre ellos estarán más abiertos al intercambio. Si se les permite el acceso a internet, incorporarán informaciones complementarias al diálogo. Asimismo, la pertenencia a diferentes culturas, la tecnología disponible para expresarse, la libertad negociada en la institución… Todo ello configura un espacio, el espacio donde la comunicación tiene lugar. Salgamos del aula y tratemos de imaginar qué posibilidades de intercambio de información permite una determinada organización hacia su interior o hacia el exterior. Por ejemplo, un medio de comunicación en sus múltiples formatos y expresiones actuales: papel, web, móviles,… Una empresa o una gran exposición, como la Expo Zaragoza, en el año 2008. En todos los casos sería posible identificar los espacios en los que se producen los intercambios de información, los sujetos que intervienen y los actos comunicativos que se ponen en juego, según los objetivos de la interacción. De manera análoga, estos espacios se proyectan en entornos digitales, ya sean plataformas de aprendizajes o de colaboración on line, redes sociales, wikis, etc.
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Según la Teoría de Sistemas cada uno de estos escenarios podría representarse como un “sistema acotado” en el que se proyecta cada punto. Cuando el foco de ese sistema acotado son las interacciones que tienen lugar, lo llamamos espacio de interacciones. Ahora bien, del mismo modo que las interacciones físicas y los sujetos que en ella intervienen pueden ser situados en las dimensiones del espacio físico, En los entornos digitales estas dimensiones se pueden reconocer y definir. Asimismo, las interacciones pueden ser facilitadas o encuentran barreras dependiendo de algunos factores. Y los procesos de intercambio y producción de información y de significados pueden ser favorecidos o sufren dificultades según diferentes variables. El modelo que se propone busca definir las variables y los factores que intervienen en los espacios y en los procesos de interacción en situaciones de mediación digital. El mismo está inspirado en el modelo de Osgood y Schramm sobre su idea de circularidad en la comunicación producida a partir del significado que las personas o grupos de personas atribuyen a un concepto dado. Según estos autores se trata de un proceso semántico en el los sujetos participan. Charles Osgood (1957) supuso que existe un espacio semántico de dimensionalidad desconocida y de naturaleza geométrica en su idea de diferencial semántico. Ese espacio está constituido por escalas semánticas bipolares y posteriormente representadas gráficamente. Del mismo modo que el modelo de Osgood ha resultado útil para el estudio de aspectos escurridizos en el ámbito de la psicología, la definición del espacio de interacciones ha resultado fructífero a partir de las predicciones alcanzadas en una variedad de investigaciones que tenían en común el estudio de los intercambios de información en muy diferentes contextos digitales. Por su concepción espacial las interacciones que se realizan en entornos digitales pueden ser consideradas entidades comunicativas. En la medida en que fuimos estudiando las variables y factores que intervenían en los procesos de interacción, acotamos las dimensiones que definen el “modelo de espacios de interacción”, en el que se representan tanto el contexto como la forma en la que los intercambios de información se producen. La hipótesis general de trabajo en esta línea es que el espacio condiciona las conductas para aprender y construir el conocimiento. Cualquier modificación que introduzcamos en los procesos de intercambio de información altera el contexto e invita a nuevas interacciones. Pueden ser nuevos dispositivos, conectividad o cambios en la actitud de los sujetos. En el caso de los dispositivos, desde la
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incorporación de la tecnología digital, son tremendamente variables y cada uno de ellos evoluciona con rapidez en cuanto a prestaciones y posibilidades, por lo que su estudio aislado de un contexto explicativo más amplio, resultaría excesivamente coyuntural y rápidamente caduco. La tendencia actual es englobarlos dentro del concepto más genérico de interacción que, a su vez, necesita ser definido. En el contexto del paradigma constructivista, Danver (1994) ya aportó una interesante visión del concepto que ha permitido encuadrar nuestra idea básica: “la interactividad describe la relación de comunicación entre usuario/actor y un sistema. Sus diferentes niveles proporcionarán las posibilidades y el grado de libertad del usuario dentro del sistema, así como la capacidad de respuesta de dicho sistema al usuario...” La idea que el equipo propone desde hace unos años es que es posible definir las coordenadas del sistema donde se produce la interacción y que, en la medida que actuamos sobre las variables que nos proporcionan la dimensión en esas coordenadas, podemos favorecer uno u otro modo de construcción de conocimiento. En este sentido entendemos el contexto tecnológico como una ecología más que una herramienta o un sistema. Ellos nos permite explicar cómo los usos de internet que generan comunidades de aprendizaje, evolucionan por sí mismos a partir de la diversidad de sistemas implicados, dando lugar a formas nuevas, como las Weblogs o las Wikis, que se convierten a su vez en piezas clave (especies imprescindibles en el ecosistema) para el surgimiento de nuevas variaciones. Es de este modo natural como parece surgir el espacio de incertidumbre en estructuras suficientemente flexibles, en el cual es posible la construcción del conocimiento experto en comunidad y, por tanto, la innovación imprescindible para que el ciclo continúe. Además, en el ciberespacio que se genera en las redes, las comunidades no están previamente definidas, pueden suponer o no libre adhesión y no están distribuidas geográficamente, por lo que las une solamente la participación de informaciones y significados comunes, produciéndose en su seno una verdadera construcción social del conocimiento. De este modo se llegó a una primera representación en la que se ponía el enfoque en el contexto (la ecología tecnológica) y la dimensión principal era el grado de certidumbre (fig. 1)
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Fig. 1: Ecología tecnológica. La dimensión de la incertidumbre en la construcción del conocimiento. Este modelo se relacionaba en ese momento con la construcción social del conocimiento desde el punto de vista de las teorías constructivistas expuestas más arriba. En la medida que el resto de elementos fueron incorporados al modelo, se añadieron las otras dos dimensiones, generando la idea de espacio de interacciones (fig. 2).
Ecología Tecnológica
Espacio de certidumbre Espacio de incertidumbre
Conocimiento experto
Innovación Reservorios
de información
Guiado No guiado Construcción social del conocimiento
WebQuest Weblog Twiki Wiki
Competencia en el manejo de información Reelaboración de la información
Definición y gestión de espacios de comunicación
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Fig. 2: Modelo de espacio de interacciones con sus tres dimensiones ortogonales DESCRIPCIÓN DE MODELO LAS DIMENSIONES DEL ESPACIO DE INTERACCIÓN Las interacciones en un nuevo entorno o contexto digital dependen directamente de tres factores denominados “dimensiones del espacio de interacciones” y que se definen como sigue: CERTIDUMBRE Es el grado de seguridad que ofrece el entorno para que surjan las acciones encaminadas a conocer, dominar, resolver, una situación. Aporta certidumbre a los espacios de interacción, el ser definidos de modo que favorezcan el desarrollo de competencias en el manejo de la información y la habilidad para reelaborar las informaciones a las que individuos o grupos que tienen acceso. Dicha reelaboración permite construir conocimiento en sus múltiples facetas: para ofrecer soluciones innovadoras frente a los problemas; para el cambio de actitudes, para el desarrollo sociocultural, etc. (Nó, 2004).
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Esta dimensión se apoya en teorías como la zona de desarrollo próximo (Vygotsky, 1973) y sus múltiples interpretaciones y generalizaciones posteriores, así como la teoría de la actividad (Kuuti, 1996; Engeström, Miettinen y Punamaki, 1999) y sus repercusiones en entornos constructivos (Jonassen, 1999) y en el aprendizaje de comunidades distribuidas (Lewis 1998). Para experiencias de conocimiento experto e innovación el modelo supone la dimensión de certidumbre/incertidumbre en un todo continuo de tal forma que los subsistemas en que se maneja la información en cada momento redefinan el modo en que se construye el conocimiento constantemente. DISPOSICIÓN Y ACCESIBILIDAD Define el grado en que el entorno y las características de los sujetos o grupos facilitan los encuentros para que se puedan producir transacciones de información. La disposición (affordance) hace referencia tanto al acceso a los dispositivos, como a la información, y depende no sólo de las características tecnológicas del entorno, sino también de la motivación, el conocimiento y la actitud de los sujetos intervinientes. Cualquier contexto que no sea la ausencia de energía es un contexto propicio para que existan interacciones. Ya que el espacio interaccional lo hemos definido como aquél en que la comunicación tiene lugar; cualquier entorno lo es. La cuestión es qué interacciones posibilitan ese determinado entorno. Si no olvidamos que todos los elementos del entorno configuran el espacio, entenderemos fácilmente que este factor está integrado por variables que hacen referencia principalmente a tres ámbitos: el físico, el informacional y el humano. Veamos un ejemplo: las probabilidades de que un comentario de un blog obtenga una o varias respuestas por parte de los lectores dependen no sólo de que alguien lo lea. El acceso al comentario debe ser masivo o muy bien orientado para que puedan encontrarse con el texto las personas adecuadas. Además, la información contenida en ese texto escrito debería ser relevante para los lectores finales, o provocativa o… de cualquier modo, debe ser capaz por sí misma de generar la intención de responder. Del mismo modo, sin la motivación del lector, su tiempo o las circunstancias personales que atraviese, no puede garantizarse dicha reacción escrita. Tener acceso a las tecnologías de la información no basta para que alguien modifique un artículo de wikipedia, o intervenga en un blog o red social. Por otro lado, la edad, el idioma del usuario, el país desde donde se acceda a internet, pueden ser también cruciales a la hora de que esa modificación tenga lugar. Con esto no hacemos más que tratar de visualizar la amplitud de este factor. El acceso o la disponibilidad está integrado por variables físicas, logísticas, actitudinales y de conocimiento, de modo que para actuar sobre este factor en un contexto dado puede ser tan adecuado modificar el espacio arquitectónico como una promover una campaña de concienciación, dependiendo de los casos.
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COHERENCIA OPERACIONAL Al considerar un entorno digital como un sistema acotado las interacciones que se producen están condicionadas por las características de dicho contexto. En el espacio físico, la métrica de los sentidos, que indicaba Echeverría (1999) es fundamental. En el espacio virtual, el lenguaje ya sea textual o visual, también lo es. Para que la interacción en dichos entornos sea efectiva, es necesario que los elementos que intervienen se conecten entre sí. Se deben conocer los códigos y coordinar las conductas. De nada sirve que utilice el símbolo de RSS en mi blog, si mis lectores no lo conocen; que una zona de la pared sea sensible al tacto si los asistentes no se atreven a tocar. En todo entorno de interacción se produce un proceso de negociación que permite el acercamiento entre los actores. Es lo que Oblitas (2005:36), denominó ciclo iterativo de coordinaciones conductuales. Él sostiene que el espacio interaccional se constituye también, cuando el lenguaje se incorpora al vivir, como el modo de vivir en un fluir de coordinaciones conductuales que surgen de la convivencia como resultado de ella, es decir, cuando las coordinaciones conductuales son consensuales.
Fig. 3: Ciclo iterativo de coordinaciones conductuales
En la interacción entre los elementos de un sistema se producen constantes y progresivos ajustes de cada una de las partes intervinientes. Se podría decir que las partes están en continua negociación de sus lenguajes de modo que el comportamiento derivado de la interacción sea cada vez más coherente. Entendemos por tanto que hay otra dimensión en el espacio de interacciones, la negociación de significados, que consiste en secuencias de negociación que permiten la utilización de códigos comunes entre las partes de un sistema. En cuanto al contexto, la satisfacción percibida en la interacción con éste, así como la rapidez con que el individuo pueda apropiarse del entorno, son consecuencia directa de la coherencia operacional del sistema. En cuanto a la interacción con los otros, sentirse participante
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permite acercarse en la coherencia argumentativa y compartir estructuras lógicas de comunicación con los demás.
CASOS DE APLICACIÓN DEL MODELO Y REFUERZO DE SUS DIMENSIONES
Caso 1. Investigación en el uso de dispositivos móviles para la docencia y la lectura
Tal como ya se ha mencionado, el modelo teórico puede contrastarse en multitud de situaciones de índole muy diversa. Uno de los ámbitos donde se utilizó el modelo fue el de la lectura con dispositivos móviles. Entre los años 2009 y 2012 se llevaron a cabo una serie de experiencias que implicaron tanto a profesores y estudiantes universitarios de la UOC (Universidad Oberta de Catalunya), como a usuarios del Centro de Desarrollo Sociocultural de la FGSR (Fundación Germán Sánchez Rupérez) de todas las edades.
Este caso explica las repercusiones en los espacios de interacción intervenidos con dispositivos móviles. Se trataron de extraer resultados fundamentalmente en las variables de apropiación y satisfacción de usuario con algunas de estas tecnologías, las relacionadas con el uso de eBooks y la tinta electrónica, en diversos ámbitos: educación y desarrollo cultural. Durante los últimos años, el equipo de investigación de Orionmedialab ha colaborado con la UOC y la FGSR para sentar las bases que nos permitan conocer el grado de satisfacción y apropiación de los usuarios de estas tecnologías. Para ello se ha configurado una metodología propia y específica que ha sido aplicada en algunos grupos piloto que abarcan alumnos universitarios, usuarios de centros culturales y personas mayores.
Para dar consistencia al procedimiento, se partió del modelo del espacio de interacción que, tal como ya se ha indicado, explica el modo en que se construye el conocimiento a partir de alteraciones en el entorno donde se producen los intercambios de comunicación. En los dos centros donde se ha llevado a cabo la investigación, el espacio natural de construcción de conocimiento, fue “intervenido” por la llegada de los dispositivos de lectura electrónica, lo que debía producir algunas modificaciones en el modo de interactuar con los contenidos. Aunque el espacio de interacción inicial es diferente para los grupos analizados, tienen un importante elemento común: tanto los estudiantes (a distancia) como los bibliotecarios o las personas mayores, construyen su propio espacio de lectura. Hay que suponer que, en general, los primeros pertenecen a una generación, si no nativa, al menos alfabetizada digitalmente, lo que debería reflejarse en la apreciación generacional hacia las nuevas tecnologías (Jones, Ramanau et. al., 2010).
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1. Predicciones En el caso que nos ocupa y desde el modelo propuesto, se aventuraron las siguientes predicciones:
-‐ La primera predicción tiene relación con la dimensión de Coherencia Operacional y fue el punto de partida en las primeras fases de este proyecto. El grado de interacción en un entorno de comunicación mediado por tecnologías estará en relación con la distancia cognitiva que se produce. Más concretamente, para el caso de la investigación que se define más adelante, se entiende que cada uno de los grupos, por su procedencia y grado de alfabetización digital, necesitará estrategias diferentes para la apropiación de los dispositivos de lectura electrónicos.
-‐ La segunda predicción parte de la dimensión de Disposición. Si nuestro modelo de espacio de interacciones define bien el entorno, la disposición de los individuos a interactuar con el nuevo dispositivo y su contenido, así como posiblemente con otros usuarios, dependerá directamente de las secuencias de acción que se promuevan en dicho entorno, lo que condicionará su grado de satisfacción. Aunque han sido ya estudiados los efectos de la interacción con eBooks en los estudiantes de educación a distancia (Shiratuddin et al., 2003 y Shiratuddin, 2005) y se ha probado con diferentes estrategias a seguir con niños (Korat & Samir, 2008), está por determinar aún el acercamiento adecuado con los dispositivos de tinta electrónica, o incluso los nacientes “tablets”, en otros sectores, como universitarios o adultos.
-‐ La tercera predicción dice que el espacio de interacciones, es decir, la situación en cada una de las tres dimensiones, condicionará los procesos de comunicación, del mismo modo que tradicionalmente lo hace la arquitectura de un aula, una sala en una biblioteca, hogar, etc. Por lo que modificando el entorno de interacción, condicionando a los participantes en un entorno tecnológico concreto o introduciendo un nuevo elemento, producimos alteraciones en los procesos de construcción de conocimiento.
2. Metodología empleada Aunque lo que se expone en este trabajo son un conjunto de investigaciones en la misma línea pero en diferentes circunstancias, las metodologías utilizadas son en general, comunes. Sin embargo, buena parte del trabajo realizado en estos dos últimos años está encaminado al perfeccionamiento de la metodología de recolección de datos más pertinentes para la medición de las variables propuestas cuando se trata de dispositivos tecnológicos novedosos. Es por ello que se expondrá a continuación cuál fue esta evolución metodológica según se produjeron las diferentes experiencias.
Primera experiencia con la UOC: en ella se definieron los aspectos generales metodológicos, se adaptaron las herramientas de recogida de datos al caso de la tecnología en cuestión, eBook, y a la
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población de destino, estudiantes universitarios que formaron parte del proyecto piloto. Ya desde esta primera experiencia se optó por una metodología triangulada que permitiera interpretar los resultados desde datos tanto cuantitativos como cualitativos. El diseño de la investigación es descriptivo y postest.
Segunda experiencia: apropiación y satisfacción del eBook y tecnología de tinta electrónica en bibliotecarios y agentes culturales de la FGSR: A partir de la experiencia anterior y, con una nueva adaptación a la población de destino, se buscó perfeccionar las diferentes herramientas y validarlas. Se trató también de un diseño descriptivo y postest que se trianguló con datos cualitativos obtenidos mediante focus Group y diarios de campo.
Experiencia con mayores de 55 años, FGSR: en este caso se trató de un diseño experimental con una técnica pretest-‐postest para la escala de satisfacción y el cuestionario. Los datos fueron también triangulados con información obtenida a través de los diarios de campo y focus Group, en ambos casos realizados con individuos extraídos de los grupos experimental y de control.
2.1. Definición de las variables
-‐ Variable satisfacción de usuario El concepto de satisfacción de usuario puede ser muy amplio, pero en el ámbito de las tecnologías digitales, hace referencia a una variable relacionada con la aceptación de los nuevos dispositivos tecnológicos. Aunque el estudio de satisfacción de usuario en tecnologías de la información comenzó muy tempranamente con los ordenadores personales (Pearson y Bailey, 1983; Chin et al, 1988; Chin y Lee, 2000), en los últimos años, con la expansión de la web y nuevos dispositivos de acceso a la información, para descubrir las necesidades de los usuarios y las dificultades que éstos pueden experimentar al usar los productos y servicios tecnológicos, se recurre a diversos métodos, técnicas de medición y evaluación que tienen su origen en la práctica de la usabilidad (Hassan, 2006). Aunque esta disciplina no sea medible en términos generales, su definición formal nos ofrece una serie de componentes o variables que nos descubren su naturaleza empírica. Estos componentes son: facilidad de aprendizaje (Learnability), eficiencia, cualidad de ser recordado (Memorability), eficacia y satisfacción.
Según Hassan y Ortega (2009), la constatación de la satisfacción de usuario participa de las cuatro dimensiones que configuran la usabilidad de un producto o dispositivo: empírica, dependiente a la utilidad, relativa a la audiencia y ética con el usuario.
La forma más habitual de medición es la utilización de un cuestionario de satisfacción de usuario que, convenientemente adaptado, facilitará su correcta interpretación por parte del destinatario y la adecuación a las necesidades de una audiencia específica.
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-‐ Variable apropiación En el ámbito de la sociedad de la información se entiende la apropiación como un proceso creativo que implica la adaptación, transformación o recepción activa en base a un código distinto y propio. Apropiarse de una tecnología nueva, implica una cierta satisfacción, la comprensión de sus códigos y su uso “natural” en ámbitos para los que anteriormente no se contaba con la misma. (Subercaseaux, 2002). Por otro lado, consideramos que se puede relacionar también la apropiación con la usabilidad, lo que estaría plenamente justificado en los dispositivos móviles. Desde el modelo propuesto, la apropiación es un aumento en el factor disposición que depende directamente de las coherencias operacionales (negociación de significados y reducción de la distancia cognitiva) y de la disminución de la incertidumbre que genera un nuevo elemento en el espacio.
2. Descripción de las técnicas
Dadas las características de la investigación y de los objetivos propuestos el método de recogida e interpretación de datos trianguló técnicas cuantitativas con cualitativas con el fin de tener información no sólo rigurosa sino también útil tanto para el planteamiento de los sucesivos ensayos como para las aplicaciones posteriores. Se trata de conseguir el mapa más completo posible de los procesos relacionados con las variables dependientes formuladas. -‐ Escala de satisfacción de usuario. Consta de un conjunto de ítems divididos en grupos de preguntas para cada una de las categorías que se estiman mediante la prueba. Todas las preguntas se responden escogiendo un valor de entre una escala de siete, convenientemente ordenada siempre en el mismo sentido. Las categorías fueron adaptadas para cada una de las investigaciones. -‐ Cuestionario de apropiación. En el mismo documento de la escala, se adjuntan ítems pertenecientes al cuestionario de apropiación, deducidos todos ellos de las características que se derivan de la definición de esta variable según el modelo propuesto más arriba. Estos ítems nos ofrecen una primera valoración cualitativa que permite interpretar mejor los resultados de las escalas.
En los casos en que hubo postest, se añadieron algunas cuestiones que aportan información relevante en la comprensión de los resultados pero que sólo tenían sentido al final del proceso, como las características de los textos leídos.
-‐ Diarios de campo. Recogida de datos sobre apropiación de la tecnología propuesta en lectores pertenecientes a las diversas poblaciones. En estos diarios de campo se les pedían apuntes sobre cinco aspectos convenientemente diferenciados: utilidad, sentimientos, dificultades, puntos fuertes y contenidos.
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-‐ Focus Group. Con la experiencia de la realización de este tipo de entrevistas grupales en investigaciones anteriores, se diseñó el entorno, cuestiones y tiempo adjudicado, así como los sistemas de recogida de la información (registro de sesiones) para obtener datos de tipo cualitativo que permitan completar, matizar o comprender los resultados obtenidos en las escalas. Para cada uno de los grupos y momentos en que fue utilizada esta técnica, se elaboraron guiones, si bien específicos, comparables entre sí.
Participantes Se partió de dos colectivos muy diferentes que tenían una característica común: la necesidad de lectura, revisión o estudio de documentos de texto. Por un lado, los estudiantes de formación continuada del Instituto internacional de Postgrado de la UOC y estudiantes del MBA de la misma institución (11 y 17 estudiantes respectivamente). Es decir, individuos no nativos pero alfabetizados tecnológicamente.
Por otro lado, se desarrollaron varias investigaciones con socios de diferentes grupos de edad (40 lectores por grupo de edad y cinco grupos de edad) del Centro de Desarrollo Sociocultural de la FGSR, así como con el grupo de animadores y bibliotecarios del mismo centro.
En la mayoría de los casos se trató de investigaciones de tipo experimental por lo que se consideraron para cada situación, grupos de control en los que no había ningún cambio en la variable independiente.
Conclusiones Tanto del proceso seguido como de los resultados de las diferentes investigaciones, destacamos las siguientes conclusiones: 1. En general, todos los grupos de población han manifestado un alto grado de satisfacción de la tinta electrónica como tecnología de lectura. Sin embargo, hay más variabilidad en la aceptación de lo que podríamos englobar como tecnología ebook: el dispositivo y los textos convertido a dicho formato.
Mientras que las características que se derivan de la llamada eInk son en todos los estudios unánimemente reconocidas como ventaja, esto sólo sucede con algunas de las características que se deben al aparato, principalmente la portabilidad y la capacidad de almacenamiento. Otras, como la capacidad técnica del dispositivo o la adaptación de los formatos de texto a la pantalla, han sido vistas como mejorables. En cualquier caso, el valor que las personas mayores dan al ebook y su grado de satisfacción con el mismo se ha revelado como claramente mayor que en el resto de grupos.
2. Las técnicas cualitativas de investigación nos permitieron conocer algunos aspectos relacionados con la satisfacción de usuario y los procesos de apropiación de los dispositivos que no se evidenciaron
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mediante escalas como los espacios de lectura, las carencias en marcación, la adaptación de contenidos o las diferencias entre la importancia que otorgan ciertos grupos a aspectos de conectividad (estudiantes o expertos) frente a los agentes de biblioteca o personas mayores, que sólo buscan la eficacia en la propia lectura.
3. El grado de satisfacción que han manifestado los usuarios está relacionado con su grado de alfabetización tecnológica inicial.
Si comparamos transversalmente los resultados de expertos, estudiantes de la UOC, personal de bibliotecas y mayores de 55 años, por ejemplo, observamos que la satisfacción con el uso de la tecnología de tinta electrónica va en aumento en la medida en que la familiaridad con las tecnologías digitales era menor.
4. Las secuencias de acercamiento diseñadas en cada caso (o no contempladas), se relacionan con el grado de apropiación que se desprende de los resultados obtenidos por cada grupo.
El hecho de diseñar una estrategia específica para el experimento se ha revelado como de gran importancia, al menos en los primeros momentos de contacto con la (la) tecnología, proporcionando a los usuarios una actitud positiva desde un principio, que se refleja tanto en sus manifestaciones en los focus group realizados como en mayores puntuaciones en las escalas de satisfacción.
5. En el caso de los estudiantes, a pesar de que el ebook se ha aceptado como una herramienta de fácil apropiación, se puede deducir que no lo han incorporado mayoritariamente en su proceso de aprendizaje. Del mismo modo, el grado de satisfacción por este público es suficientemente alto aunque no consideran que potencie o al menos facilite el contraste de información, la búsqueda de otras fuentes o el interés por nuevos temas.
6. La aún escasa adaptación del contenido de texto al nuevo formato de dispositivos de tinta electrónica se manifiesta como una traba por parte de casi la totalidad de los individuos participantes de las diferentes experiencias. Sin embargo la importancia que otorgan a este hecho es muy diferente entre estudiantes y el resto de los grupos.
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Caso 2. Aplicaciones del modelo a la enseñanza virtual Las interacciones que se producen en un entorno on line pueden ser analizadas desde distintos puntos de vista. Teorías como el análisis de redes sociales, los análisis de la comunicación entre usuarios, las pruebas de usabilidad, la experiencia de usuario, son algunas de las disciplinas o técnicas que nos permiten hacerlo. Todas ellas nos entregan una visión de la realidad centrada en un aspecto en concreto.
En este trabajo de investigación se conceptualiza y se propone un modelo de análisis de los espacios de interacción on line que, con un mismo instrumento, centra la atención en tres aspectos distintos, pero complementarios, de las relaciones que se establecen en los entornos virtuales.
La interacción entre el entorno y los usuarios (certidumbre). La interacción entre el usuario y el entorno (disposición). Las interacciones que se producen ente los usuarios (coherencia operacional).
Para ello se ha creado un instrumento de evaluación, al que hemos llamado E.I.3.D, que permite levantar la información de un entorno virtual para representar estas interacciones de manera gráfica.
Objetivos de la investigación Objetivo general El objetivo de este trabajo es validar el instrumento E.I.3.D, instrumento de medición que permite describir el comportamiento del espacio de interacción en un entorno on line. En este caso se ha utilizado para la investigación la red Facebook. A través de E.I.3.D definiremos el comportamiento del espacio de interacción en el tiempo en las tres dimensiones definidas en el marco teórico. A saber: i) certidumbre, ii) disposición y iii) coherencia operacional y estableceremos cómo la intervención de un administrador afecta cuantitativa y cualitativamente cada una de ellas. Objetivos específicos 1. Constatar que en el ciclo vital de las interacciones on line la interacción de los usuarios producidas al interior del espacio pasan por distintos estados o fases de adaptación y autopoiésis. 2. Demostrar que las intervenciones realizadas por un administrador producen alteraciones en la secuencia de interacciones desplegadas por los usuarios en todas las dimensiones.
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3. Demostrar que la intervención en la dimensión coherencia operacional entre los usuarios es fundamental para modificar el ciclo de interacciones producidas en todo el espacio on line. 4. Demostrar cómo la intervención de un administrador en un espacio de interacción modifica el volumen, la masa y la densidad de las interacciones en el tiempo de vida de un espacio on line. Hipótesis del trabajo: H1. Un espacio de interacción on line podría pasar por fases de adaptación / actividad y de autopoiésis / calma. H2. En un entorno on line las intervenciones realizadas por el administrador provocarían modificaciones / incremento en los niveles de las interacciones realizadas por los usuarios. H3. En un entorno on line las intervenciones realizadas por el administrador en la dimensión coherencia operacional implicaría una actividad significativamente superior respecto de las dimensiones certidumbre y disposición. H4. En un entorno on line el volumen de las interacciones se incrementaría con posterioridad a la intervención del administrador. H5. En un entorno on line la masa de las interacciones se incrementaría en el tiempo tras la intervención del administrador. H6. En un entorno on line la densidad de las interacciones se incrementaría tras la intervención del administrador. Variables de la investigación a. Variables dependientes. Las variables dependientes de este estudio corresponden a las interacciones on line que producen los estudiantes en los 3 grupos de trabajo. Estas variables se miden por los instrumentos que levantan la información, a los que hemos denominado E.I.3.D, y apuntan hacia las interacciones entorno a usuario (certidumbre), usuario a entorno (disposición) y usuario a usuario (coherencia operacional). Estos instrumentos se basan en una pauta de observación que permite asignar puntaje si la acción fue o no realizada (para las dimensiones certidumbre y disposición) y en el caso de la coherencia operacional, la cantidad de veces en que determinadas acciones fueron realizadas.
Para cada una de las dimensiones se ha trabajado sobre una escala de cinco categorías o fases. Cada uno de estos niveles es observable, por tanto es posible buscar en las interacciones que se producen en
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los espacios on line las características que se requieran en cada uno. Esto situará a la dimensión en una escala progresiva que va desde el 1 (mínimo) al 5 (máximo).
Tabla 01. Categorías por dimensión.
DIMENSIÓN 1 CERTIDUMBRE
Entorno a usuario
DIMENSIÓN 2 DISPOSICIÓN
Usuario a entorno
DIMENSIÓN 3 COHERENCIA OPERACIONAL
Usuario a usuario
FASE 1 Visualizar Acceder Recibir
FASE 2 Navegar Responder Compartir
FASE 3 Aprender Comunicar Contrastar/ Negociar
FASE 4 Creación Construir Probar
FASE 5 Gestión Planificar Aplicar
Se ha realizado además el análisis de la distribución de las interacciones en el espacio en función del volumen, la masa, la densidad y la temperatura. Éstas variables se definen de la siguiente forma:
• Volumen: es la magnitud escalar definida como el espacio ocupado por un cuerpo. (Serway, 1997). Existen una serie de unidades de medida que en el mundo físico determinan el tamaño de un objeto. Sin embargo, para nuestro modelo nos referiremos por volumen al tamaño del espacio definido por el número de valores que lo forman. Si pensamos en un modelo tridimensional, el máximo de valores posibles es de 53 ,es decir, 125 unidades. Teniendo el total de valores posibles podremos determinar unidades escalares que nos permitan definir si el espacio de interacción analizado es de tamaño pequeño, mediano o grande o contando la cantidad de espacio absoluto que se consigue en cada uno de los momentos del espacio de interacción.
• Masa: Definimos como masa al número de interacciones que se realiza en el espacio. Puede ser modificada por el investigador al agregar entradas al sistema afectando con ello a los demás factores. Es un valor absoluto, pues se considera como masa cualquier entrada de información realizada en el espacio.
• Densidad: La densidad es una propiedad de cualquier sustancia. En física y química, la densidad o masa específica (símbolo ρ) es una magnitud escalar referida a la cantidad de masa contenida en un determinado volumen de una sustancia. Ejemplo: un objeto pequeño y pesado, como una piedra de granito o un trozo de plomo, es más denso que un
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objeto grande y liviano hecho de corcho o de espuma de poliuretano (Serway, 1997). Para nuestro modelo la densidad define el número de intervenciones en relación al espacio o al tamaño total del espacio definido por las interacciones.
• Temperatura: Para nuestro modelo es la energía interna del sistema. Es decir, si las acciones realizadas por los usuarios provocan un incremento en la masa y en los demás factores. La acción realizada puede ser medida como de temperatura alta, mediana o baja, según el número de interacciones que haya provocado.
b. Variables independientes.
Las variables independientes están dadas por la acción del investigador sobre los espacios on line desarrollados por los estudiantes. En concreto los comentarios realizados por el administrador con el objeto de incidir en las interacciones en cada uno de los grupos de trabajo. Estos comentarios se introducen en la mitad de la experiencia para tener el tiempo suficiente para medir sus efectos. A su vez, otra variable independiente, es la posibilidad que brinda el administrador para abrir espacios de trabajo para el desarrollo de las interacciones grupales. El administrador es generador del espacio en la red social donde se trabaja, pero transfiere esta propiedad a los miembros del grupo para el desarrollo de la actividad.
Método
El diseño de este trabajo es cuasi experimental con medición antes – después. Para la realización del análisis del espacio de interacción en grupos de Facebook se ha realizado una segunda parte que se describirá oportunamente. Los resultados de este trabajo tendrán un alcance descriptivo que se deriva del diseño propuesto.
Descripción de la muestra: La muestra de participantes fue de 73 alumnos de la asignatura de libre elección “Internet para la Comunicación”, impartida durante el segundo cuatrimestre del curso 2009 – 2010 (febrero a mayo de 2010) de la Universidad Pontificia de Salamanca de las titulaciones de Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas, Enfermería, Informática y Psicología. Se ha dividido la muestra en tres grupos de trabajo. Cada uno de ellos reúne a 5 o 6 subgrupos quedando constituidos de la siguiente forma.
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Tabla 02. Muestra de trabajo.
GRUPO Nº ALUMNOS SEXO Titulaciones (n)
1 23 alumnos (Grupos 1 -‐ 5)
16 mujeres 7 hombres
Periodismo (14), Enfermería (4), Psicología (5)
2 23 alumnos (Grupos 6 -‐ 10)
13 mujeres 10 hombres
Periodismo (4), Publicidad y RRPP (10), Enfermería (5), Informática (4).
3 25 alumnos (grupos 11 -‐ 16)
13 mujeres 12 hombres
Periodismo (2), Publicidad y RRPP (12), Informática (9), Psicología (2)
Una vez realizada la actividad on line propuesta se ha excluido del análisis a 12 estudiantes inicialmente registrados que no manifestaron ningún tipo de actividad durante el período que duró la experiencia. Con ello en N válido es de 61 individuos. Procedimiento Tras haber realizado los alumnos un trabajo grupal (4-‐5 alumnos) anterior, donde tenían que elaborar un producto (fotografía, relato, video, etc.) que reflejara su opinión acerca de la web 2.0 y subir dicho producto a un grupo de Facebook ICOM’10, se ha iniciado esta investigación en las siguientes fases. Fase 1. Propuesta de trabajo.
En cada grupo los alumnos deben poner en común el resultado del trabajo anterior. Se ha creado, para la segunda fase, tres grupos de trabajo en Facebook donde se ha pedido a los alumnos que publiquen el trabajo final desarrollado en la fase 1. Los alumnos deben poner en común, explicar y evaluar sus propuestas grupales y en 28 días realizar una propuesta conjunta. Durante los primeros 14 días los alumnos trabajarán en sus grupos de manera libre sin ninguna guía del profesor. Fase 2. Intervención. Los alumnos trabajan en grupos sin ninguna relación con el profesor salvo en los días 14 al 16 donde el profesor interviene en cada uno de los grupos de forma distinta. Los días 14, 15 y 16 el profesor incorporará una serie de mensajes (4) que buscarán incentivar la participación. Estos mensajes incidirán en sólo una de las dimensiones propuestas en el marco teórico. Los alumnos simultáneamente seguirán trabajando hasta la entrega del producto final el día 28.
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Tabla 03. Fases de la investigación
PRIMERA PARTE (1 a 14)
INTERVENCIÓN (14 a 16) SEGUNDA PARTE (15 a 28)
GRUPO 1 Los alumnos desarrollan una propuesta común a partir de los productos creados en la primera parte del trabajo.
4 intervenciones del profesor orientadas al uso de la herramienta (Certidumbre)
Los alumnos desarrollan y finalizan su propuesta
GRUPO 2 4 intervenciones del profesor orientadas a la actividad (Disposición)
GRUPO 3 4 intervenciones del profesor orientadas a la comunicación (Coherencia operacional)
Descripción de la intervención (días 14 al 16)
Grupo 1. El énfasis de los mensajes publicados en el grupo 1 durante el período de intervención ha estado puesto en uso de las herramientas del entorno. Es decir, han pretendido mostrar a los alumnos el espacio de posibilidades que Facebook les ofrece para el desarrollo de la comunicación grupal.
Cabe destacar que por defecto muchas de las opciones grupales de Facebook se encuentran cerradas a los usuarios. Aún así, el profesor, buscó centrar la atención en las herramientas básicas (muro, comentarios, fotos, videos y etiquetas). Durante la intervención el profesor posibilitó a los participantes del grupo ser administradores del sitio, pudiendo utilizar las encuestas, artículos o foros de discusión. Poniendo énfasis en las herramientas útiles para creación de un nuevo producto y la gestión del proceso.
Las intervenciones realizadas son:
a. «Sois tod@s administradores del grupo, podéis utilizar este muro o cualquier herramienta para poneros de acuerdo acerca de los distintos aspectos del trabajo».
b. «Para que vuestros compañeros puedan ver lo que publicáis podéis etiquetarlos en los avances que vayáis realizando».
c. «Tenéis a vuestra disposición el foro de discusión para trabajar».
d. «Podéis compartir vuestros avances en fotos o vídeos».
Grupo 2. La intervención correspondiente al grupo 2 consistió en la publicación de mensajes centrados en la actividad, sobre todo en los niveles más altos de la escala desarrollada (construcción y planificación). Todos los mensajes fueron publicados en el muro de Facebook.
a. «Recordad que el trabajo final es el resultado del trabajo cooperativo.»
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b. «Debéis poneros de acuerdo para intentar llegar a una propuesta común.»
c. «Quizás sea necesario que os pongáis de acuerdo en quién o quiénes van a ejercer el liderazgo y la coordinación de las tareas.»
d. « ¿Qué proceso vais a seguir para el desarrollo de vuestras ideas?»
Grupo 3. Para el grupo 3 se crearon 4 mensajes que se intercalaron en el muro del grupo. La publicación de éstos se han realizado como post en el muro y como comentarios a post desarrollados por los mismos alumnos. La intervención se ha centrado fundamentalmente en los niveles «probar» y «aplicar».
Los mensajes publicados fueron:
a. «Ha sido una buena idea el desarrollo de un brainstorming para el proyecto. ¿Qué herramientas 2.0 creéis que vais a utilizar en vuestro futuro profesional?
b. «La técnica de stopmotion para desarrollar vuestro proyecto es compleja de coordinar. ¿Conocéis tod@s la técnica? Podéis buscar en Internet más información.»
c. « ¿Os sentís todos representados por las ideas expresadas hasta ahora?»
d. «Imaginaros que la conexión a Internet no fuera un problema y que siempre pudiéramos estar conectados. ¿Qué acciones que realizáis ahora podrías potenciar con ayuda de la red?»
Fase 3. Medición. Se han realizado cada dos días mediciones de las interacciones producidas en cada uno de los 3 grupos lo que ha permitido seguir el desarrollo de éstos en el tiempo. Cada una de las intervenciones se resume en dos momentos:
(t1) = comportamiento de los grupos desde los días 1 al 14.
(t2) = comportamiento de los grupos desde los días 15 al 28.
Durante el proceso de medición se han realizado mediciones globales, es decir, si está o no está presente el indicador en ese período de tiempo (valores 0 ó 1) para la dimensión 1 Certidumbre y la dimensión 2 Disposición.
La medición de la dimensión Coherencia Operacional necesita de la recogida de datos específicos del número de interacciones realizadas durante la observación. En la siguiente tabla correspondiente al primer grupo de trabajo (Coherencia Operacional) se muestra un ejemplo de los datos recogidos para estas interacciones.
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Los datos observados para la realización de estas mediciones fueron:
Tabla 04. Datos recogidos para la investigación.
RECURSO OBSERVADO
INDICADOR
Muro normal Nº de publicaciones realizadas por los usuarios del grupo en el muro.
Muro con recurso
Nº de publicaciones realizadas en el muro del grupo donde el usuario además de un comentario comparte un recurso (fotografía, enlace web, etc.)
Comentarios Nº de comentarios realizados a publicaciones propias o de otros usuarios en el muro del grupo.
Me gusta Nº de veces que el usuario expresa interés por un recurso o comentario en forma de “Me gusta”.
Foro Nº de participaciones en el foro de discusión.
Fotos y vídeo Nº de fotografías o vídeos que el usuario comparte en el grupo.
Etiquetas Nº de veces que el usuario es etiquetado en un comentario o recurso.
Comentarios fotos y vídeos
Nº de comentarios que el usuario realiza a recursos como fotografías o vídeos.
Realizado el levantamiento de información para cada uno de los indicadores es necesario el cálculo de las interacciones por usuario con el objetivo de analizar la evolución de las interacciones durante el período de tiempo que dura la investigación.
Fase 4. Investigación y representación. Tras obtener los datos de (t1) y (t2) se busca parametrizar en cada uno de los espacios de interacción el comportamiento del grupo y el de los usuarios según el modelo propuesto.
Resultados y Conclusiones
Tras realizar las distintas mediciones al espacio de interacción podemos decir que es posible levantar la información necesaria para conocer las interacciones que se producen en un sistema on line en el tiempo en función de las tres dimensiones definidas en el modelo E.I.3.D: Certidumbre, disposición y coherencia operacional.
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En estas observaciones no se detectan en la muestra ningún comportamiento que se pueda asociar a diferencias por sexo o titulación, por lo tanto el análisis de la actividad no contarán con estas variables diferenciadoras entre los 3 grupos.
Al realizar una observación del comportamiento de los grupos en el tiempo podemos determinar la «fase vital» en la que el entorno se encuentra. Hemos observado cómo tras planteado el problema los usuarios de Facebook comienzan con un nivel alto de interacción que va bajando en sus niveles de actividad. Por otro lado, tras cada una de las intervenciones del profesor, al comienzo del experimento y al medio la actividad (día 14) vuelve a incrementarse. Esta alta actividad se corresponde con la fase de adaptación, es decir, es la reacción natural frente a un estímulo externo. Modificar el entorno, incrementar las actividades o intervenir en las conversaciones, producen efectos positivos en las interacciones del espacio, no sólo en cantidad sino también en calidad. No existen períodos de estabilidad total tipo «meseta», es decir, en cada una de las mediciones existen variaciones que tienden a ir hacia la baja o alza en las acciones.
En la hipótesis 1 se señalaba que «un espacio de interacción on line podría pasar por fases de adaptación / actividad y de autopoiésis / calma», las fases de adaptación son claramente notorias, sin embargo la autopoiésis no se manifiesta en esta experiencia como una meseta si no como un descenso constante en la actividad. Cabe destacar que es necesario analizar las peculiaridades de los entornos on line respecto de la autopoiéisis, a fin de determinar si durante los períodos de calma se produce una asimilación de la información o una progresiva regresión de ésta.
Es importante señalar que, tras la intervención, la actividad promedio por día se incrementó mostrando una línea de tendencia menos abrupta en sus descensos que en el pre.
El análisis del comportamiento del sistema responde manera inmediata a la hipótesis 2: «En un entorno on line las intervenciones realizadas por el administrador provocarían modificaciones / incremento en los niveles de las interacciones realizadas por los usuarios». En los tres grupos sobre los que se trabaja se produce este incremento el día que interviene el administrador (inputs). Se deduce con ello que los ejes sobre los cuáles se interviene (herramientas, actividad y comunicación) son pertinentes al momento de buscar la participación y la interacción de los usuarios en y con el sistema.
Ahora bien, aún quedando de manifiesto este incremento en la intervención del administrador, cuando se realizan intervenciones orientadas a estimular las conversaciones hacia niveles superiores de trabajo (coherencia operacional), las interacciones aumentan en cantidad y calidad, por encima del incremento en las herramientas (certidumbre) o la motivación hacia el desarrollo de las actividades (disposición). Es esta dimensión la que mejor estimula la participación de los usuarios en el sistema y la que permite el desarrollo de interacciones de mejor calidad. Con esto se ratifica nuestra hipótesis 3: «en un entorno on line las intervenciones realizadas por el administrador en la dimensión coherencia operacional implicarían una actividad significativamente superior respecto de las dimensiones certidumbre y disposición»
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Gráfico 1. Actividad de Coherencia operacional en los grupos 1,2 y 3 con tendencia promedio.
Las hipótesis 4, 5 y 6 hacen referencia al incremento del volumen, la masa y la densidad en el espacio tras la intervención del administrador.
El volumen correspondiente a los 3 grupos se representa en la siguiente tabla. Es necesario destacar que se realizará una medición absoluta de cada una de las fases, es decir, que en la escala de 1 a 5 que se ha definido previamente, basta con se encuentre presente un registro en un sólo indicador de la fase para que ésta se dé como válida, pues cómo hemos explicado el volumen sólo define la frontera exterior del espacio de interacción. Es necesario recordar que cada una de las dimensiones tiene niveles que van en un rango de 1 al 5.
Tabla 05. Volumen de los espacios de interacción.
Certidumbre Disposición Coherencia Operacional
T1 T2 T1 T2 T1 T2
Grupo 1 3 5 4 5 4 5
Grupo 2 5 5 5 5 4 5
Grupo 3 5 5 5 5 5 5
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Tal y como señala Maturana (1995), los sistemas vivos se encuentran en un proceso continuo y en permanente transformación. La naturaleza del entorno, es decir, las posibilidades que el mismo entorno es capaz de generar y las relaciones de los usuarios con éste y consigo mismos son las fuentes de las que parte este modelo.
Los 3 grupos muestran un incremento en la frontera del espacio, es decir, crecen en los dos momentos de observación (T1 y T2), siendo el grupo 1 quien se comporta de manera más dinámica y el grupo 3 de manera más estable. Cabe destacar que las mediciones se realizan cada dos semanas. Quizás sea necesario un monitoreo más continuo para determinar la mayor frecuencia de las fluctuaciones más específicas en el volumen de cada uno de los grupos.
La siguiente tabla muestra un resumen del cambio de volumen en los 3 grupos estudiados.
Tabla 06. Resumen del cambio Volumen de los espacios de interacción.
T1 T2 Grupo 1 48 125 Grupo 2 100 125 Grupo 3 125 125
Con respecto a la masa (número de interacciones que se realiza en el espacio) podemos señalar que ha sido modificada por el investigador al agregar entradas al sistema afectando con ello a los demás factores, pero en los 3 grupos han sido el mismo número de intervenciones. Es un valor absoluto, pues se considera como masa cualquier entrada de información realizada en el espacio.
De las intervenciones se puede observar la masa en la tabla siguiente que nos muestra el cálculo de proporciones pre – post para la dimensión coherencia operacional. Esta tabla señala que en todos los grupos y en el 98% de los indicadores existe un incremento de las interacciones.
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Gráfico 2. Promedio de interacciones en los 3 grupos.
Las interacciones promedio que se muestran en la gráfica anterior nos muestran claramente la diferencia en el comportamiento de los tres grupos. Todos ellos tras la intervención del administrador manifiestan un incremento, pero es destacado el comportamiento del grupo 3 que parte en situación similar al grupo 2 pero que marca una tendencia claramente superior.
Tabla 07. Promedio de interacciones pre y post.
PRE POST GRUPO 1 GRUPO 2 GRUPO 3 GRUPO 1 GRUPO 2 GRUPO 3 K 3,8 5,5 3,7 K 3,9 7,4 12,0 L 4,8 5,9 6,3 L 6,7 9,2 13,2 M 0,7 1,3 1,2 M 0,7 1,6 2,0 N 0,1 0,1 0,5 N 0,5 0,7 1,6 O 0,0 0,0 0,3 O 0,1 0,6 1,2
Tal como se refleja en la tabla anterior existe un incremento muy notorio entre las interacciones producidas en los 3 grupos, siendo particularmente relevante lo que sucede en el grupo 3 que incrementa en el indicador K de 3,7 a 12 (3,2 veces más) y en el indicador O que va de 0,3 a 1,2 (4 veces más). Cabe destacar que el indicador O en los grupos 1 y 2 no registran movimientos en el pre y sí se manifiestan en el post.
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Los niveles K (recibir) y O (aplicar), crecen en particular debido al incremento general de las interacciones tras la intervención del administrador y al desarrollo de la tarea específica proporcionada por éste.
Gráfico 3. Promedio de interacciones pre Coherencia Operacional.
Gráfico 4. Promedio de interacciones post Coherencia Operacional.
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Otro dato interesante que se aprecia en los gráficos anteriores es que en en el post el grupo 3 supera el número de interacciones en las 5 fases y de manera muy relevante. No así en el pre donde sólo lo realizó en 3 de 5 y de manera más discreta.
Cuando tenemos la información del volumen y de la masa del espacio de interacción es posible calcular la densidad de éste. Definimos por densidad como el número de intervenciones en relación al volumen o al tamaño total del espacio definido por las interacciones.
La siguiente tabla muestra el volumen de cada uno de los grupos en pre y post y su relación con la sumatoria promedio de interacciones producidas. Para el cálculo de la densidad ocuparemos la fórmula d= (v*100)/m.
Tabla 08. Densidad de las interacciones en pre y post. PRE POST
v M d v m d
GRUPO 1 48 9,4 19,5 125 11,9 9,52
GRUPO 2 100 12,8 12,8 125 19,5 15,6
GRUPO 3 125 12 9,6 125 30 24
Podemos determinar que el cambio en el volumen del grupo 1 fue de 2,6 veces y su masa de sólo 1,2 veces. Esto hizo que la densidad disminuyera considerablemente. Al crecer el espacio no necesariamente aumentan las interacciones que se producen en él. Sin embargo, el volumen del grupo 3 se mantuvo pero al incrementarse la masa 2,5 veces la densidad aumenta de 9,6 d a 24 d, siendo el grupo que registra el mayor incremento.
Conociendo las densidades totales para cada uno de los grupos en el pre y en post podemos determinar cómo se distribuyen las interacciones en el espacio. Este concepto es el que hemos definido como temperatura.
Tabla 09. Distribución de las interacciones en pre y post (temperatura)
PRE POST K L M N O K L M N O Grupo 1 3,8 4,8 0,7 0,1 0 Grupo 1 3,9 6,7 0,7 0,5 0,1 Grupo 2 5,5 5,9 1,3 0,1 0 Grupo 2 7,4 9,2 1,6 0,7 0,6 Grupo 3 3,7 6,3 1,2 0,5 0,3 Grupo 3 12 13,2 2 1,6 1,2
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Si lo representamos con gráficas podemos (gráfico 42 y 43) , podemos ver que la mayor temperatura, o el espacio donde se concentran las interacciones se encuentran en los niveles más bajos correspondientes a las fases K y L.. K. RECIBIR. Los usuarios son receptores de información generada por otros. L. COMPARTIR. Los usuarios comparten información en un espacio común. Las acciones de interacción se focalizan fundamentalmente en las acciones que tiene que ver con compartir información, poner a disposición de los demás intergrantes del grupo información,preguntando o respondiendo o manifestando opiniones.
La temperatura en todas las fases aumnetan en el post pero es también en el indicador L donde este incremento es más importante.
Gráfico 5. Distribución de las interacciones en el pre.
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Gráfico 6. Distribución de las interacciones en el post.
Como se puede apreciar en los gráficos anteriores, la distribución de la temperatura no es homogénea ni en el pre ni en el post, más aún si bien se incrementa la densidad en el post, la estructura es básicamente la misma, pudiendo concluir en este caso que en post la intervención del administrador aumenta la interacción en densidad y temperatura pero no sustancialmente la calidad de esta. Como se puede observar entonces, la intervención del administrador en los 3 grupos provocan un efecto positvo en las interacciones de los usuarios que se manifiesta en el cambio del volumen, masa y densidad de los grupos. La distribución de la actividad (temperatura) se orienta hacia actividades más complejas, siendo este fenómeno particularmente notorio en el grupo 3, donde se ha intervenido incidiendo en la comunicación entre los usuarios (dimensión coherencia operacional).
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