dictaduras, movimientos sociales y transiciones democráticas

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Resumen

Las Dictaduras en el Cono Sur fueron, paradójica yparticularmente, los fenómenos que permitieron laaparición de proyectos democráticos en los distintosterritorios donde se presentaron y, como reacciónpopular, provocaron la organización de diferentesfuerzas sociales independientes y autónomas quefortalecieron las dinámicas de democratización y losprocesos de transición, dando fin a los regímenestotalitarios y autoritarios, e iniciando el largo caminohacia la Democracia.

Cómo y por qué los movimientos sociales fueronactores importantes de dicho fenómeno son laspreguntas a las que se buscará dar respuesta en esteartículo mediante la construcción de un marcoanalítico e histórico que busca reconocer el valor delmovimiento social dentro de la Democracia. El objetode análisis no será entonces el autoritarismo y laDictadura, sino más bien, su explicación desde losefectos políticos que causó y los nuevos actorespolíticos que allí aparecieron. Argentina, Chile yParaguay serán los escenarios para tal ejemplificación.

Lo político ha de ser entendido como esaesfera social de disputa por el cómo ser yhacer dentro del Estado, es decir, la disputapor la gestión y control del territorio entérminos de poder y soberanía. Los conceptosde Dictadura, Democracia y MovimientosSociales, podrían, si no ser base, ser el marcode todo ejercicio de poder y de lucha poreste. Son las categorías que engloban losactores y sujetos políticos dinamizadores dela correlación de fuerzas que es el Estado.

De esta manera, será fundamental definirdichas categorías para pensarnos entonces,desde la historia, lo que sucedió en nuestrocontinente y particularmente en Argentina,Paraguay y Chile.

Para Carl Schmitt, la Dictadura es la acción yel medio apropiado para el fin apropiado, yes el Dictador quien se hace responsable deesta acción adecuada, convirtiéndose así en,lo que él llama «Comisario de la acción»(1921). La Dictadura es a la sociedad y alEstado, lo mismo que la policía y las fuerzasmilitares a la seguridad nacional y, por esto,el fin último es el velar por el status quodonde se eliminen todos los enemigos delsoberano (p. 43). En este orden de ideas, paraCarl Schmitt, la Dictadura es un Estadoexcepcional tanto soberano como legítimo,

Dictaduras, movimientos sociales ytransiciones democráticas

Argentina, Chile y Paraguay en perspectiva comparativa

María IsabelToro Bedoya¹

¹ Politóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana. Traductora e intérprete oficial de la Universidad de Antioquia.

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que es amparado incluso por la Constituciónen la medida en que es lo que se debe hacerpara eliminar y acabar el enemigo. Así,afirma Carl Schmitt que «la Dictadurasuspende la Constitución en concreto paraproteger su existencia en concreto» (Schmitt,1921. P 174). A su vez, protege tal Constitcióny determinado poder constituyente de laamenaza que quiere echar dicho poder abajo.La dictadura se presenta en cuanto existe unproblema de realidades concretas donde lajurisdicción ideal será la jurisdicción militar(Schmitt, 1921. P 185). No obstante, paraGiorgio Agamben (2005) las dictaduras,contrariamente, no son tan soberanas nilegítimas como parecen. En Estado deExcepción, Agamben (2005) afirma:

El estado de excepción es, en este sentido, laapertura de un espacio en el cual la aplicacióny lanorma exhiben su separación y una purafuerza de no-ley que actúa (esto es, aplica des-aplicando) una norma cuya aplicación ha sidosuspendida. De este modo, la soldaduraimposible entre norma y realidad, y laconsiguiente constitución del ámbito normal,es operada en la forma de la excepción, estoes, a través de la presuposición de su nexo.Esto significa que para aplicar una norma sedebe, en última instancia, suspender su aplica-ción, producir una excepción. En todo caso, elestado de excepción señala un umbral en elcual lógica y praxis se indeterminan y unapura vio- lencia sin logos pretende actuar unenunciado sin ningún referente real. (p. 25).

Contrario a todo lo anterior aparece elconcepto de Democracia. Norberto Bobbio(1896) expresaba en una de sus intro-ducciones que:

(…) un funcionamiento correcto de unrégimen democrático solamente es posible enel ámbito del modo de gobernar que, deacuerdo con una tradición que se remonta alos antiguos, se llama «gobierno de las leyes»(véase ¿Gobierno de los hombres o gobierno

de las leyes?). Retomo mi vieja idea de que elDerecho y el poder son dos caras de la mismamoneda: sólo el poder puede crear Derecho ysólo el Derecho puede limitar el poder. ElEstado despótico es el tipo ideal de Estado dequien observa desde el punto de vista delpoder; en el extremo opuesto está el Estadodemocrático, que es el tipo ideal de Estado dequien observa desde el punto de vista delDerecho.(p. 10).

Por lo tanto, el Estado de excepción sería lanegación absoluta del Derecho (y por ende,de la Democracia) y una imposición de unavoluntad ajena a la soberanía del Pueblo. Laanomia se naturaliza y se instaura a laviolencia que ejerce el Derecho como vio-lencia fáctica en el que es imposible entrevercuando es necesaria su aplicación ycuándo es exceso de autoridad.

La Democracia y el Estado liberal sonindisolubles, es decir, no es posible el uno sinel otro y toda vez que caiga la Democraciacaerá el Estado liberal. ¿Cómo? Si bien paradefinir la Democracia, como Bobbio (1896),no es suficiente ni la atribución del derechode participar directa o indirectamente en latoma de decisiones colectivas para unnúmero muy alto de ciudadanos ni laexistencia de reglas procesales como la demayoría (Bobbio, 1896. p.15), tampoco bastadefinir la Democracia como el gobierno delpueblo o la voluntad de la mayoría, comosuele hacerse sin mucho esfuerzo teórico. Esnecesario e indispensable que aquellos queestán llamados a decidir o a elegir a quienesdeberán ejercer el poder y representar susintereses, se planteen alternativas reales yestén en condiciones de seleccionar entre unau otra alternativa de poder (p. 15). Con elobjeto de que se realice esta condición esnecesario que a quienes deciden, es decir, alos ciudadanos en su totalidad, les sean

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garantizados los derechos de libertad deopinión, de expresión de la propia opinión,de reunión, de asociación, de disenso, deprotesta; los derechos con base en los cualesnació el Estado liberal y se construyó ladoctrina del Estado de Derecho en sentidofuerte. El Estado no existe por inercia, y supoder no es sui generis, sino que este estádentro de los límites que propone losderechos del hombre y el ciudadano, cuyoreconocimiento e inviolabilidad está enmar-cado constitucionalmente (p. 15).

Democracia y Dictadura son procesos,entonces, incompatibles. Y no hayDemocracia sin reconocimiento, plurali-dades, ni libertades. La Constitución, comoafirmaba Bobbio, no es propiamente ladefinición de las normas de juego, sino loslineamientos preestablecidos de cómo debedesarrollarse el juego (p. 15). Anomia y guerrasería olvidarse de ella.

En las prácticas democráticas, en el recono-cimiento y ejercicio de la Constitucióndentro de un Estado determinado, esmenester que el ciudadano ejerza y vivacomo sujeto activo de la Democracia. Susderechos deben ser respetados, sus necesi-dades mínimas satisfechas, debe ser reconoci-do y tratado dignamente sin importar susopiniones o preferencias. Asimismo, el ciuda-dano cuenta también con deberes y debecumplir con los lineamientos que su roldentro del Estado le enmarca. Los primeros ylos segundos deben corresponder siemprecon la Constitución y los principios de todajurisprudencia internacional, de tal maneraque el ciudadano organizado en democracia,

por fuera de las instituciones, peroenmarcado en el escenario estatal es tantoengranaje fundamental del sistema políticoliberal como el pilar del movimiento social ypor tanto, merece la pena realizarse unarevisión adicional de su naturaleza ysignificado en aras de consolidar un pocomás lo que el sistema político establece, esdecir, las condiciones indisolubles de laDemocracia liberal.

***

Gracias a la ayuda categorial de Max Webbersobre la idea de líder², la competición por elvoto transformó la noción de Democraciamoderna en Democracia de masas, en políticacomo mercado y en legitimidadla soberaníapopular. De esta manera, la Democracia seinstitucionalizó, en términos pragmáticos,como el gobierno de los políticos acabandocon las nociones normativas más bien idealese implausibles en la categoría Democracia.Así, la participación de los ciudadanos dentrodel Estado se da en un escenario de represen-tación, procedimiento y competencia solo enposición de partido político, dejando alciudadano como consumidor pasivo de losefectos que tengan las transformaciones y elejercicio del poder.

Fuera del Estado, y de manera lamentable³, laparticipación ciudadana en democracia sereduce a mínimas actividades que todo tie-nen que envidiarle a la guerrerisimaciudadanía ateniense⁴, tal y como lo expresaÁngel Rivero (1997):

² Ver: Webber, M. Economía y Sociedad, esbozo de sociología comprensiva (1922). Fondo de Cultura Económica. Cap. III:formas de dominación. Recuperado de: https://zoonpolitikonmx.files.wordpress.com/2014/08/max-weber-economia-y-sociedad.pdf³ Comentario del autor.⁴ Significaba ciudadanía y participación en Atenas el desarrollo de la politike arete, donde todos los ciudadanos estaban en

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Definitivamente, la participación política delas democracias contemporáneas carecen delos rasgos grandiosos del ejercicio de laciudadanía de Atenas. Pero esto no quieredecir, en absoluto, que no exista laparticipación política o que sea esta deimportancia menor. La participación políticaya no es como entonces gobierno del pueblo(aquel al que ya se apunta con el concepto decultura política). La participación política delos ciudadanos se ejerce desde la sociedadcivil, no desde el Estado. La tipología normalde esta participación se da solo en lassiguientes formas: a) la discusión políticacotidiana y el seguimiento de la vida política;b) participación en campañas electorales; c) lamás obvia y central al sistema político, el voto;d) presión sobre los representantes políticos;e) la militancia en grupos de interés,asociaciones, ONG, etc.; f) participación enmanifestaciones legales y, por último, g) ladesobediencia civil y la revuelta (estas últimasformas llamadas también «participación noconvencional»). (p.227)

Para que los procesos de participación seanmedianamente efectivos y eficaces, la ciuda-danía ha de organizarse con mínimosobjetivos que promuevan su espíritu: laparticipación política del ciudadano en lasociedad civil. Deviene así, esencial, la capa-cidad de influencia política en la constru-cción de dinámicas variadas y diversas paraque en la ejecución de cualquiera de lasanteriores formas de participación mencio-nadas se cristalicen dinámicas de reconoci-miento e injerencia; esto es y, a pesar de sonarparadójico, una necesidad, ya que en esta ca-rencia de reconocimiento de la actividad delciudadano como particular dentro del Estado,existen demandas cuantitativas para que almenos pueda ser legitimado por fuera de él.

De esta manera, y respondiendo a esanecesidad de construcción organizativa quesea propia e incluyente que cristalice lasoberanía popular dentro de la correlación defuerzas y, más allá de los tipos ideales,normativos y jurisprudenciales a los queapela la Democracia y la Constitución en losEstados, pero identitarios, nacionalistas y declase, Habermas (1998) afirma que:

El concepto de ciudadanía se desarrolla apartir de la idea rousseauniana deautodeterminación. Originalmente seentendía la «soberanía popular» como unadelimitación o inversión de la soberanía delpríncipe, basada en un contrato entre elpueblo y el gobierno. Por el contrario,Rousseau y Kant no concibieron la soberaníapopular como una transferencia del poder dedominación de arriba hacia abajo o como unadivisión del dominio entre dos partidos. Lasoberanía popular significaba para ellos másbien la transformación de la dominación enautolegislación. En lugar de un pactohistórico, el contrato sobre el dominio, elcontrato social se presentó como un modeloabstracto sobre el tipo y la forma deconstitución de un dominio que se legitimasólo como ejercicio de una autolegislacióndemocrática. La dominación política pierdeasí el carácter de poder natural: de la«auctoritas» del poder estatal debíandesaparecer los restos de la «violentia». Deacuerdo con esta idea, «sólo la voluntadcoincidente y unificada de todos... puedelegislar, en la medida en que cada unopueda decidir sobre los demás y los demássobre cada uno» (Kant)*. Con ello no sehace referencia directamente a la generalidadsustantiva de una voluntad popular que debasu unidad a una previa homogeneidad deorigen o de formas de vida. El consensobuscado y discutido en una asociación de

relación de cooperación, solidaridad, inteligencia, razonamiento y reflexión en el territorio de la polis. W. JAEGER, «Elestado jurídico y su ideal ciudadano», en Paideia, Libro I, cap. VI, p. 114. «El nacimiento de la ciudadestado significó que elhombre recibía además de su vida privada, una especie de segunda vida, su bios politikos. Ahora todo ciudadano pertenece ados órdenes de existencia, y hay una tajante distinción entre lo que es suyo (idion) y lo que es comunal (koinon)», H.ARENDT, La Condición Humana, Paidós, Barcelona, 1996, p. 39

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libres e iguales sólo descansa en última instan-cia sobre la unidad de un procedimientoconsentido. Este procedimiento para laformación democrática de opiniones y para latoma de decisiones termina por diferenciarseen la forma jurídico-estatal de la constitución.En una sociedad pluralista, la constituciónexpresa un consenso formal. Los ciudadanosdesean regular su convivencia de acuerdo conunos principios que, al obrar en el interés decada uno de ellos, puedan encontrar elasentimiento justificado de todos. Semejanteasociación se estructura sobre unas relacionesde reconocimiento mutuo en virtud de lascuales cualquiera puede esperar ser respetadopor los demás como libre e igual. Cadaindividuo debe gozar de un triple reconoci-miento: ha de poder recibir igual protección yrespeto en su integridad como individuoinsustituible, como miembro de un grupoétnico o cultural y como ciudadano, comopartícipe de una comunidad política. (p.619).

Y más adelante agrega:

Consiguientemente, y fiel al espíritu deHannah Arendt, H. R. van Gunsteren formulacomo sigue las condiciones para acceder a laciudadanía de una comunidad democrática: elposible ciudadano debe desear y ser capaz deconvertirse en miembro de esa particularcomunidad histórica, de su pasado y de sufuturo, de sus formas de vida y de lasinstituciones en las que sus miembros piensany actúan. En una comunidad que valora laautonomía y el buen criterio de sus miembrosesto, obviamente, no es un requisito que exijasólo la conformidad. Se requiere más bien elconocimiento del lenguaje y de la cultura, asícomo el reconocimiento de aquellasinstituciones que fomentan la reproducciónde ciudadanos capaces de un juicio autónomoy responsable. (p.643).

De esta manera, el reconocimiento adqui-rido al hablar de ciudadanos es una obliga-ción estatal. La responsabilidad innegable quehace que todo ciudadano haga parte activa de

la transformación de su entorno y su tiempo,de su historia y de su caminar está yaexplícitamente dada más allá de los meca-nismos que se reconozcan. Los movimientossociales son los responsables de afirmar lasoberanía popular y permiten la democra-tización (Tilly, 2010), son la forma nuestra,identitaria, nacional y de clase que permitecristalizar a la ciudadanía, mediante la accióncolectiva que organiza canales d comuni-cación entre las demandas y reivindi cacionesque no son recogidas por la institucionalidady el modelo representativo de Democracia,con quienes gestionan el Estado. Asimismo,en la medida en que el movimien- to social seamplíe, también lo serán las fronteras de laDemocracia, expandiendo de tal manera, lapresencia del Estado y el cumplimiento de losderechos y las libertades.

En América Latina, hemos asociado elcarente sentido de identidad nacional alpluralismo. No obstante, es el movimientosocial quien ha logrado que entendamos cuándiferentes somos y cómo esa diferencia es loque nos constituye como identidades latino-americanas. En consecuencia, las reivindica-ciones de los movimientos sociales pueden irdesde lo étnico y racial hasta condiciones declase, o de asociaciones gremiales, proclive,en efecto, a ser una disputa generalmenteideológica (Touraine, 1987).

Podría afirmarse, en términos generales, queel movimiento social en América Latina haenglobado e intentado materializar la nociónde sociedad civil organizada, de partici-pación política y de ciudadano que aún laDemocracia liberal adeuda.

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1954: Reseñar.

Paraguay.

En un esfuerzo de reconstrucción histórica,reconocimiento político y memoria, MartaHarnecker sitúa en su texto El P-MAS deParaguay un instrumento político que nace delestudiantado publicado en elaño 2008, losantecedentes a la Dictadura que se debentener en cuenta para la comprensión de losdaños sucedidos en Paraguay.Dos guerrasinternacionales; por un lado, la guerra de laTriple Alianza contra Brasil, Argentina yUruguay y por el otro la guerra desde 1932 a1935 con Bolivia que culminan en una revolu-ción democrática llamada la Revolución deFebrero de 1936. Entre la década de los 30 ylos 40, Paraguay estaba destruido tantoeconómicamente como socialmente y es en1947 cuando, en medio de una guerra civil, elpaís se fracciona entre el Partido Colorado yun sector que comprende tanto a los liberalescomo a los comunistas.

Durante este marcado bipartidismo, apareceen 1954 Stroessner, a quien se le denominacomo el «segundo gran reconstructornacional», pues la primera reconstrucciónnacional se da en la Guerra de la TripleAlianza. Es gracias a esta carga histórica y ala fragmentación de la oligarquía paraguayaque Stroessner llega al poder tras evitar quela revolución comunista triunfase, y conelamparo de EE.UU.

Existía en Paraguay un sistema políticobipartidista, el Partido Colorado y el PartidoLiberal; además de una fragmentación de lasfuerzas militares con intentos también detoma del poder: un sector de las fuerzasarmadas no lograba subir al poder pues lospartidarios del Partido Colorado expulsaban

a militares no miembros, sin embargo, semantenían allí por la permanencia en elEstado. Gracias a una coalición de fuerzasentre el Partido Colorado y ese sector militar,Stroessner se toma el poder y es elegido pre-sidente mediante elecciones populares bas-tante dudosas mientras sectores de izquierdaeran reprimidos. En 1967 se realizó la Asam-blea Constituyente queconsiguió la elecciónindefinida del mandato vigente. Es así comocon el apoyo del Partido Colorado se sostienesu dictadura por 35 años. Sin embargo, al in-terior del partido, líderes no militares peroaún deseosos de poder iniciaron una disputainterna que generó la deserción de los miem-bros mayoritarios y más tradicionalistas,generando la primera grieta de la Dictadura.

Es el 3 de febrero de 1989 que la Dictaduracae gracias a un golpe militar palaciegopropiciado por el General y Jefe de EstadoMayor Andrés Rodríguez, miembro delPartido Colorado, partido que, a diferenciade otras dictaduras caídas, continúan hoy en

Jean Cabut, «Pour le Paraguay!» .Comité Français de Solidarité et deSoutien au Peuple du Paraguay, 1987-

1988. Recuperado de:http://www.paraguay.com/nacionales/dibujantes-de-charlie-hebdo-contra-

stroessner-122677

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el gobierno. Así el golpe de Estado poseía dosobjetivos: por un lado, sacar a Stroessner queya no era útil para la clase alta, además de seruna dictadura ya injustificada; y, por otro,prevenir manifestaciones sociales de carácterpopular como alternativa a la Dictadura.

Harnecker plantea que la masa votante enParaguay estuvo fraccionada en los dosgrandes partidos, donde sus afiliados secuestionaron poco o nada las decisiones quese tomaron, es decir, su vínculo fue, en su ma-yoría, afectivo. Además, el nivel de educaciónde las masas también era bastante bajo, locual permitió que funcionase un sistemaclientelista y que durante la Dictadura la clasedominante acumulase gran parte del capital através de la distribución de tierras y de lascontrataciones del Estado. Cuando se inicia laDictadura en 1954, Paraguay tenía la mitadde la población en el campo. Antes de laguerra civil, existió un periodo que sedenominó la «primavera democrática»,donde el Partido Comunista participólegalmente, el cual influía en el movimientocampesino, el movimiento obrero y elmovimiento estudiantil. Este fundó laguerrilla del FULNA (1950-1970) queStroessner no conseguiría eliminar sino hastaque se dio una división interna del partido.Paralelo a esto, en los años 60 surgió elMovimiento Independiente (1960-1970) elcual nació dentro del movimiento estudiantiluniversitario con empatía a la revolucióncubana y se organizaron en torno a cuestio-nes culturales. La organización Primero deMayo (1970-1980) luchaba armadamentecontra la Dictadura, eran individuos de clasemedia, profesionales que trabajaban en con-junto con los sectores campesinos reprimidospor la Dictadura y pretendían conformar unfrente nacional antidictatorial, antiimpe-rialista hacia una revolución socialista. Mu-

chos de ellos fueron torturados y asesinados,otros exiliados.

La Dictadura paraguaya fue efectiva en sulucha contra el comunismo y cualquieralternativa gubernamental incluso liberal.Frente al proceso de organización social ymovimientos sociales, desvinculó las genera-ciones más jóvenes de la lucha contra lasinjusticias y posteriormente reprimió los quefluctuaron. De esta manera, el sistema dedominación paraguayo consiguió que todaoposición al Partido Colorado fuese productode una fragmentación generacional, es decir,no hay dos generaciones de un mismo pro-ceso de cada movimiento, con lo cual cortayreinicia todo nuevamente.

En la década de los 80 aparecen nuevamentemovimientos contra la Dictadura; uno el mo-vimiento estudiantil universitario, el otro esel movimiento sindical. Al caer la Dictadurael pueblo paraguayo era estructurado dearriba hacia abajo y visualizar a Paraguay sinStroessner era algo diferente. Así, aparecenen la escena pública sectores divergentes algobierno y al sistema, nunca antes vistos en elpaís. Sin embargo, se produjeron fraccionesen los sectores opositores debido a ladesaparición del enemigo al cual resistieron ylucharon durante la Dictadura. Surge de igualmanera el Movimiento Democrático Popularen los 80, considerado el movimiento másrepresentativo de la izquierda paraguayaygran cuna de la izquierda de la actualidad.

Transición democrática

Los partidos dominantes de la Dictaduramantienen aún poder, sin embargo, lo hacenbajo un panorama más democrático. Duran-te el desarrollo de «transición democrática»,se proporcionaron espacios para la diver-

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gencia y el disenso. El Estado paraguayo nopermitió un total avance en políticasprogresistas pues nuevamente surgieronrepresiones. Hoy, el poder continúa intactobajo la misma estructura de la Dictaduramilitar y los mismos mecanismos de control,incluso se mantiene en el poder el PartidoColorado. Los individuos partícipesinvolucrados en la Dictadura continúanejerciendo el poder como ministros oparlamentarios, dejando un rastro deimpunidad e impotencia hasta la actualidad.Por otro lado, con la caída de la Dictadura,hubo una revolución económica en el país,con lo que el campesino se vio obligado aemigrar masivamente. Además, dos sucesosfueron transformadores radicalmente en elpaís; por un lado, la construcción de dosgrandes represas hidroeléctricas, haciendo deestas las más grandes del mundo, producien-do la mayor cantidad de energía hidroeléc-trica per cápita del planeta; esto contribuye aque del campo emigren. Por otro lado, latransformación de la economía campesina deautoconsumo o productora de algodón pasó aser productora capitalista de agroindustriasoyera y ganado para la exportación.

En este esquema el campesino posee sustierras cuando el Estado se las concede bajo lafirma de un documento conocido como«Derechera», que indica que se le cede latierra a una familia determinada pero nopuede disponer de ella vendiéndola ohipotecándola durante 15 años; con lo cual elcampesino no posee réditos ni tecnología ytermina asíarrendando la tierra a grandesindustrias por una baja suma de dinero.Como consecuencia de esta dinámica,Paraguay desplaza hacia las ciudades a milesde campesinos que buscan mejores condi-ciones laborales, causa principal de laconflictividad que vive hoy el país.

1973: Describir.

Chile

El régimen chileno de la Junta Militar,encabezada por el general Augusto Pinochet,duró 17 años en el poder y dejó a Chile enuna profunda crisis humanitaria. Duranteestos años, las desapariciones, torturas, asesi-natos y demás violaciones a los DDHHfueron pan de cada día a partir del derro-camiento del constitucionalmente legítimopresidente del país: Salvador Allende.

Violaciones constantesrespondían a la cam-paña de exterminio de todo lo que supusieraalguna importante relación con la UnidadPopular (UP) la cuál era compuesta porgrupos, partidos y movimientos sociales queapoyaban al gobierno socialista. La JuntaMilitar abrió el mercado chileno, y se inau-guró una nueva etapa para la economíalatinoamericana: el neoliberalismo, que diopie a un incremento de la desigualdad en ladistribución de la riqueza, pero que tambiénfortaleció algunos importantes sectores pro-ductivos como la silvicultura y la acuiculturachilena. La prensa se encontraba en su granmayoría en manos de los grandes sectoresempre-sariales que simpatizaban con laDictadura. Todo partido opositor fueilegalizado, incluso el partido de centro dere-cha Partido Demócrata cristiano muchas vecesjuzgado como de izquierda debido a una levedefensa de los DDHH. También lasuniversidades y colegios estaban controladospor las instituciones de la Junta Militar, queestuvo siempre acompañada de la Iglesia.

El descontento no se hizo esperar y este seplasmó y estructuró en manifestaciones demúltiples sectores de la población, pero unode sus protagonistas fue el sector estudiantil

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y en cabeza del movi-miento universitario, co-legios y escuelas tambiénse unieron. Esto ayudó ala organización de gru-pos como Alianza Demo-crática (AD), agrupaciónde algunos partidos decentro/derecha y algu-nos social/demócratas; yposteriormente del MDPMovimiento DemocráticoPopular⁵.

Hasta 1988 siguieron varias iniciativassociales que pretendían acabar con laDictadura y poder llegar a tener un Chiledemocrático, no solo desde los movimientospolíticos, sino también desde la propiasociedad civil. El am-biente político en Chilealrededor de los años 60, incluso desde antesde la victoria presidencial de Allende, era yabastante politizado y polarizado: en esteescenario era mucho más evidente laexistencia de partidos y movimientos deizquier- da que de una forma u otra apoyaronal presi- dente. Es aquí donde nos podemosencontrar con los principales partidos ymovimientos políticos que tuvieron unprotagonismo importante en el Chile deAllende y de la Dictadura. El Partido Socialista(PS), era el partido del presidentey el queencabezaba la unidad popular.

Aunque era un partido que buscaba elsocialismo por las vías pacíficas y de-mocráticas, había una profunda división ensu agrupación ya que muchos de sus mi-

litantes nunca estuvie-ron convencidos total-mente en relación a losmedios para la consecu-ción del poder y laconstrucción del social-ismo. Ellos sabían que laderecha chilena evitaríaesto de cualquier mane-ra, incluso, advirtieronmuchos, que el gobiernoiba a ser víctima de ungolpe militar.

Al igual que el PS, otro influyente partidopolítico fue el Partido Comunista (PC), quellegó a tener un ministro en el gobierno de laUnidad Popular, y que siempre tuvo la metade llegar por la vía electoral al socialismo,debido esto, a las políticas impartidas desdela III Internacional socialista a todos lospartidos comunistas del mundo, donde lesdecía explícitamente que deberían formaralianzas con lo que ellos denominaban la«burguesía nacional» para poder llegar poresa vía al triunfo del socialismo mundial. ElPartido Comunista no mostró ningún tipo deresistencia cuando los militares se sublevaroncontra Allende, aunque sí fueron objeto de lastorturas, asesinatos y persecuciones.

Fue en vista del desestabilizante ambienteque se formó antes y después de las jornadaselectorales al Congreso donde se evidenció lafuerte influencia que podría llegar a tener laderecha chilena en un ya casi inminentederrocamiento del gobierno legítimo de Sal-vador Allende. En este ambiente se crean

* La imagen anterior hace referencia a Los vuelos de la muerte: los vuelos realizados por helicópteros Puma del ComandoAéreo del Ejército de Chile durante el período de dictadura militar de Augusto Pinochet, que tenían como objetivo hacerdesaparecer cuerpos de detenidos. Después de inyectarles cianuro, se les quemaban los rostros y las partes que permitiesen laidentificación de los cuerpos, eran llevados en sacos y lanzados al mar o a las minas de cal de Lonquen. Entre 400 y 500fueron los cuerpos lanzados al mar en estas operaciones realizadas principalmente entre 1974 y 1978.⁵ Este fue ilegalizado inmediatamente por su ideología Marxista-Leninista.

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algunos grupos de corte paramilitar para«boicotear» las acciones del gobierno, ejer-ciendo a su vez, una gran presión desde loscírculos empresariales y la burguesía tradi-cional. Es aquí donde entra en acción uno delos principales actores políticos en el Chile deAllende y en el de la Dictadura: elMovimientode Izquierda Revolucionaria (MIR), este naceen 1965, como producto de otros grupos deacción conspirativa y clandestina que preten-dían tomar las armas para hacer la revolucióny así llegar al socialismo. Todo esto comorespuesta a esa tradicional izquierda tan con-servadora y aliada con la burguesía. Cabeagregar que casi toda la cúpula del MIR fueformada por líderes estudiantiles con unafuerte influencia en el gobierno de Allende.

Una de las principales tareas del MIR en elgobierno era la protección del presidente,aunque en el momento de su muerte, Allendese negó a prestar el servicio que los«miristas» le querían ofrecer. Ellos llegaron atener entre sus filas a más de 5.000 miembrosactivos, que durante la Dictadura fueronsistemáticamente perseguidos y torturados,debido a que representaban la mayor ame-naza para los militares, de aquí su impor-tancia histórica en la política chilena.

Transición democrática

Desde el mismo día del derrocamiento delgobierno de Allende, la Junta Militar que secreó en cabeza del general Augusto Pinochet,contó con más aliados que adversarios uopositores, pero, paradójicamente, en el casode EE.UU, fue tanto aliado como principalpromotor del derrocamiento en el extranjero.El entonces presidente de Estados Unidos,Richard Nixon, en ayuda de su secretario deEstado Henry Kissinger, aprobaron y respal-daron la Junta Militar, pero en el Congreso

algunos de sus representantes, la mayoría deellos demócratas, fueron fuertes opositores,no al derrocamiento del gobierno legítimo nial establecimiento de la Dictadura, sino a lafalta de aplicación de los DDHH en Chile.Algunos congresistas norteamericanos, porejemplo, que se enviaron a Chile para revisarla situación de los DDHH, fueron losprimeros en denunciar las irregularidadesque allí se cometían, principalmente en rela-ción a la poca cooperación que prestaban losmilitares por esclarecer casos de impunidad,injusticias y excesos de autoridad. Todo estodio pie para que surgieran una serie decampañas internacionales en contra del go-bierno militar chileno, e incluso la ONUllegó a negar la admisión de este Estado ensus Asambleas. Es a partir de esta presiónejercida, por un lado por EEUU y por otro,de las fuertes manifestaciones que se dieronen el país, que se decide desde los partidos ymovimientos políticos democráticos de Chilecrear frentes comunes que trabajaron de unmodo u otro para la transición a la Demo-cracia. Como el PDC hacía parte del sistemapolítico chileno pudo, a diferencia de lospartidos y movimientos políticos de izquier-da, convocar y realizar un plebiscito en 1988,donde los chilenos decidieron si volvían a laDemocracia o continuaba la Junta Militar.

Tras la votación, Chile decidió retornar a laDemocracia y eligió como presidente a Patri-cio Aylwin. No obstante, la transición de-mocrática no significó el retorno a la justiciao a la equidad y libertad. Los dirigentes yresponsables del golpe militar y demáscrímenes cometidos no fueron enjuiciadossino hasta muchos años después; fue tan solocon algunas regulaciones hechas, desde lasociedad civil, que se logran crear cuerpos deinvestigación encargados de la verdad yreparación de las víctimas. Un claro ejemplo

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de esto es el descubrimiento de los cuerposencontrados en el famoso estadio nacional deChile, donde apenas a comienzos del 2012 secomenzaron los juicios contra los respon-sables de estas masacres.

1976: Concebir

Argentina

En 1976 comenzó en la República Argentinauno de los periodos más oscuros de toda lahistoria de este país cuando el General JorgeRafael Videla asumió el poder. Mediante elComunicado número 1, se le anunció al puebloargentino que, a partir de la fecha, el país seencontraba bajo el control operacional de laJunta Militar. El régimen dictatorial semostró como un gobierno paternalista y conel mundial de fútbol pretendió mostrarle almundo una Argentina rica y armoniosa,ocultando los horrores que se cometierontanto en la Guerra de las Malvinas como en laDictadura anterior.

También conocida como el Proceso deReorganización Nacional, la Dictadura tuvolugar entre 1976 y 1983 y llegó al poder por lafuerza, tras derrocar bajo un golpe militar algobierno de María Estela Martínez de Perón.Su crueldad dejó efectos profundos y per-manentes en aquel país. Se caracterizó por laenorme represión, no sólo esa que proveníade los altos mandos en el que la tortura, lacensura, los desaparecidos, la suspensión de laactividad política, de los derechos de lostrabajadores y la prohibición de las huelgas,se hicieron presentes, sino también la queprovenía de la ciudadanía que había adopta-do como suya esa idea del orden y la autori-dad, es decir, una sociedad que se hizo vigi-lancia a sí misma, asimilando implantarseuna mentalidad central «que nunca más seríasubvertida la autoridad de aquellos que, aimagen y semejanza de los grandes mandosdel régimen, tenían en cada microcontexto,según esta visión, el derecho y la obligaciónde mandar» (O’Donnell, 1983 p 5).

11 de mayo de 1983, fecha cuando las masas decidieron organizarse y comenzar una escalada deprotestas, reclamos y movilizaciones. Recuperado de:

https://jarashott.wordpress.com/category/reportaje-fotoperiodismo/page/30/

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Se entiende pues que la represión, la vio-lencia y la censura, calaron tanto en elimaginario común de los argentinos, quizáspor el discurso demagógico fuertemente pa-ternalista que instauró la Dictadura. Otro delos elementos de gran trascendencia en elanálisis de la Dictadura argentina es el eco-nómico, en el cual se notó un despotismosalvaje contra la plebeya, populista e inmi-grante sociedad argentina; asimismo se pusie-ron en práctica reformas neoliberales quemostraban al gobierno dictador de la épocacomo un gobierno que buscaba la consoli-dación de un Estado benefactor, pero sólo eratal con el sector financiero y los queestuvieran de su lado. La ineficiente gestióneconómica y la estatización de la deudaprivada, llevaron a la deuda del Estado aduplicarse, demostrando que la capacidad deregulación estatal estaba en una encrucijada yque su plan para contener la inflación,detener la especulación y estimular las inver-siones extranjeras se quedaban en el papel; elmalestar social no se hizo esperar.

Finalmente, está el proceso de política cul-tural y educativa puesto en consonancia conlo que se planteaba el régimen. Se instaló ungrupo que se encargaría de supervisar la pro-ducción científica, académica, cultural,política, que tuviera alguna ideología deizquierda o peronista, prohibiendo su venta,distribución e incautando y quemando di-chos materiales bibliográficos, y sólo se per-mitía la venta y reproducción delosmateriales que fuesen favorables al modelopatriarcal del régimen; de igual forma pasócon las artes, la música alternativa, el ecolo-gismo, animalismo, las drogas y condicionessexuales distintas (Perlongher, 1982).

El movimiento Madres Plaza de Mayo, funda-do en 1977, se convirtió en uno de los prin-

cipales colectivos de oposición al régimendictador, cuyo principal objetivo era encon-trar con vida a los desaparecidos por el régi-men. Algunas de estas madres también hacenparte de las listas de desaparecidos y muertosque dejó la Dictadura. La denuncia inter-nacional que adelantaron las madres fue unade las razones que motivaron el desprestigiodel régimen ante la comunidad interna-cional, gracias a sus continuas reuniones ymovilizaciones. Por otro lado, el movimientoobrero argentino fue uno de los más golpea-dos desde el inicio de la Dictadura, principal-mente por el miedo que se tenía a una rea-cción por parte de la clase obrera. Los prin-cipales desaparecidos fueron los militantesgremiales, gran parte de ellos pertenecien-tes al peronismo combativo o a la izquierda.

Una de las primeras acciones con las quearremetió el régimen fue la suspensión delderecho a la huelga, otro de los importantescambios que se implantaron fueron loseconómicos congelando los salarios, todo estoiba de la mano de un notorio régimeninflacionario, que tenía como principal obje-tivo el debilitamiento del sector laboral,buscando así, desmembrar el poder político yel control que el movimiento obrero habíaganado a través de los grupos sindicales. Deesta misma manera, surgen movimientos proderechos humanos que denunciaban los crí-menes del régimen, pero también exigíanmejores condiciones políticas y de vida. Noobstante, al final de la Dictadura, los movi-mientos sociales acogieron gran apoyo sociale internacional y así se empezó a perder elmiedo a la movilización y la protesta a pesarde la persecución política.

Transición democrática

La inestabilidad dentro de la Junta Militar

Dictaduras, movimientos sociales y transiciones democráticas

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llevó al debilitamiento del régimen y ladesmoralización debido a la pérdida de laguerra, también contribuyó el descréditointerno al aumento de la actividad política ycultural. Finalmente, gracias a una fuertecrisis económica que pesaba en gran parte enla sociedad argentina, el régimen colapsó.

Los movimientos por los DDHH tuvierongran participación en la transición, no sólopor su exigencia de Democracia, sino porsudiscurso sobre el respeto a la humanidad yla dignidad, y denuncia de los crímenes delaJunta. La movilización popular, exigiendoDemocracia, fue amplia en todo el territorio,sin embargo, los militares en el poder

obstruirían el proceso sin la existencia deindultos y amnistías y políticas que segúnellos deberían tener una continuidad enDemocracia. Aun así, la creciente deslegi-timación del régimen y el aumento de lamovilización y la pérdida del miedo a ésta,desembocaron en una transición no pactada,tal lo expresa Hugo Quiroga en la NuevaHistoria Argentina (1984) no hubo niruptura real, ni transición real de un régimena otro (Quiroga, 1984).

Las primeras elecciones en octubre de 1983llevaron a la presidencia a Raúl Alfonsín,quien reiteraba por los desaparecidos, el jui-cio de los militares y la democratización de la

Diego Dayer. La memoria⁶. Óleo sobre lienzo. 2006

⁶ Presentada en el año 2006, esta exposición colectiva tuvo como nombre «Memoria» , en conmemoración de los 35 años delfin de la dictadura, como reconocimiento s las víctimas y mandatando un Nunca Más. Estuvo inspirado en la noche de loslápices, nombre por el que se le conoce a una serie de secuestros y asesinatos de estudiantes de secundaria, en la noche del 16de septiembre de 1976. Según CONADEP, la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para losparticipes de las movilizaciones estudiantiles, consideradas por las Fuerzas Armadas como subversión y conspiracióncomunista. Los niños fueron torturados, asesinados y desaparecidos. Cuatro de alrededor de 340 estudiantes, sobrevivieron.

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Argentina. La influencia de los movimientossociales se hizo evidente en la medida en que,en general, el juicio a victimarios y los juiciosen favor de las víctimas del régimen conti-núan operando hoy en día y en que hantenido cierto éxito.

Los movimientos sociales no sólo impulsaronla Democracia y desestabilizaron la Dictadura,sino que contribuyeron y fueron observa-dores de la transición, y en general, han sidode gran importancia para el «Nunca más» yla no repetición de tan desastroso régimen.En gran medida son parte activa de la vidapolítica y social argentina hoy.

Reflexiones finales

Las dictaduras en el Cono Sur formaronparte de ese proyecto «soberano» a escalainternacional, que buscó la eliminación delenemigo interno bajo el discurso imperante,el socialismo y el comunismo. Las dictaduras,como regímenes de excepción donde elimperio militar dirigió el camino de losEstados de la Argentina, Chile y Paraguay,tenía como objetivo la prevalencia y dominiode un sistema mundial: la Democracia liberaly el Estado capitalista. No obstante, paramantener este paradigma, el continentesucumbió en dictaduras como mediostransicionales que mantuviesen el sistemaglobal, sin caer en el error del comunismo,enemigo del paradigma que se hizo nuestro.De manera muy contradictoria entonces, losproyectos de Estado Democrático y de Dere-cho, cayeron en dictaduras donde el imperiode la Ley fue el caos y la omisión de la misma,y toda normativa fue autoritaria y en con-travía de lo que se decía querer mantener.Carl Schmitt nos sirve de soporte para

afirmar, que todo discurso en función de laeliminación del enemigo sea interno oexterno, es propio de las dictaduras sea cualsea el matiz que se le dé (sea soberana, otransicional o comisarial). Así mismo, defen-der las Constituciones haciendo omisión dela misma, es violencia.

El papel de los movimientos sociales en lacaída de las dictaduras, en los casosanalizados, fue relevante pero no crucial. Apesar de no ser la causa total de lastransiciones hacia la Democracia, éstos cum-plieron un papel de activa participaciónpolítica y crítica a tales procesos. La Demo-cracia no puede ser tal si la sociedad civil nose organiza, ni emprende caminos de delibe-ración y participación activa. El agonismoylas constantes exigencias por más reconoci-miento hacen parte fundamental de laDemocracia. El pluralismo y la movilizacióntambién. Empero, los movimientos socialesson un punto de quiebre de la Dictadura y sinestos los procesos democratizantes seríanimposibles. Los movimientos sociales sonconsecuencia de las políticas del Estado y son

Madres de la Plaza de Mayo. Bruce. 2014 recuperado de:https://wetaketotheopenroad.wordpress.com/2014/05/04/l

a-guerra-sucia-y-las-madres-de-la-plaza-de-mayo/

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causa de la democratización del mismo.Permiten la construcción de identidadespropias, de imaginarios de pertenencia y sí,de nación. Cada movimiento social reivindicasu condición identitaria, de clase o depertenencia a un territorio determinado, loque permite la construcción de un nosotros.Tras la negación que ejerce la Dictadura aldefinir el Otro, el esfuerzo del movimientosocial es por construir el Nosotros.

Aún hoy continúan existiendo algunos movi-mientos sociales en Argentina, Chile yParaguay, cuyo nacimiento se remonta a laépoca de las dictaduras y desde su origen, handenunciado violaciones a los DDHH y exigenaún democracia. Por esto, y en general, escondenable que los movimientos sociales, losmovimientos obreros, estudiantiles, gremialesy políticos sigan siendo reprimidos y talesrepresiones constituyen amplias violaciones alos DDHH. Es deber del Estado democráticoy de derechos buscar la justicia y reconocerlas diferentes posturas de todo sujeto políticoactivo. En los tres países analizados, y en latotalidad del continente hay una deudavergonzosa con el movimiento social ysobretodo con la Democracia.

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