biografia de florence gabriela torres garzon

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Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla Licenciatura en Enfermería Evolución en Enfermería «Florence Nightingale» M.C.E. Juana Toribio Pájaro Gabriela Torres Garzón

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Universidad Popular Autónoma del Estado de

PueblaLicenciatura en Enfermería

Evolución en Enfermería«Florence Nightingale»

M.C.E. Juana Toribio Pájaro

Gabriela Torres Garzón

Florence Nightingale

nació en Florencia (Italia), en Villa Colombia cerca de Porta Romana, el 20 de mayo de 1820

Los Nightingales pertenecían a una familia

pudiente, de elevada posición social y alcurnia.

Ambiente en el cual Florence creció y se educó.

Su educación estuvo a cargo de su gobernanta

y de su padre, quien le enseñaba griego, matemáticas y ciencias.

Esto contribuyó a que la amistad entre padre e hijo fuera más estrecha.

Se la describe seria, sensitiva más callada y soñadora, y en sus primeras cartas se nota una tendencia a la introspección.

A la edad de 17 años viajó a Francia, Italia y

Suiza con el objeto de completar su educación, y allí tuvo oportunidad de frecuentar, dada su posición social, los salones más aristocráticos y refinados, sin que ello la atrajera.

Su principal interés y preocupación fueron reconocer las instituciones de caridad y la condición social de los países que visitaba.

Su cultura era muy superior a la de las

jóvenes de su tiempo, y esto significó mucho para la gran reforma que realizaría luego en su propio país y que se extendería rápidamente a otros.

En este viaje tuvo la

oportunidad de conocer y entablar gran amistad con Mary Clarke y frecuentar su afamado salón literario.

Pero nada la atrajo esencialmente: su juventud fue un largo penoso conflicto interior en busca de su vocación y de la manera de satisfacerla.

Su vocación la llevó poco a poco a

comprender que lo único que le llamaba la atención en su vida era el cuidado de los enfermos y así lo decidió.

En el 1845 aprendió el oficio de enfermera en

el hospital de Salisbury, impulsada por tres razones: las mas grande, la más noble y la que sería el norte de su vida: Constituida por su convicción de que no

bastaba la habilidad del médico para salvar a los enfermos, sino que era necesaria la cooperación activa e inteligente de la enfermera.

las otras dos de índole personal, fueron la

proximidad entre su domicilio y el hospital la amistad que el director de este doctor Fowler,

mantenía con su familia.

En esta época el hospital era escuela de

inmoralidad y solo llegaban a él mujeres de mala vida, envilecidas por todos los vicios y sobre todo por la bebida.

En el mejor de los casos eran unas mujeres ignorantes e incompetentes.

Su madre no aceptaba la idea de que

estudiara junto con aquellas mujeres Para distraerla de sus ideas resolvieron en

1847 hacerle realizar un viaje a Roma, donde pasó una temporada con su amiga Miss Backebridge

Debido a la gran amistad que la unía a la Madre Santa Colomba, hizo un retiro de diez días en el Convento de la Trinitá dei Monti.

De regreso a Londres consiguió la autorización

de sus padres para realizar estudios en la Escuela de las Diaconisas de Kaiserwerth, que dirigía el pastor Fliedner.

Era reconocida por los elevados ideales y la moralidad de sus fundadores.

Florence pasó allí tres meses, y se puede decir

que ese fue el primer periodo verdaderamente feliz de su vida.

Luego realizó otros viajes, el

primero de ellos a Atenas cuya historia le era conocida por las lecciones de su padre.

En el 1853 viajó de nuevo a Paris, pero en esta oportunidad estudió la organización de hospitales y logró entrar a la “Maison de la Providence” de las Hermanas de la Caridad, donde adquirió y amplió conocimientos sobre el cuidado de los enfermos.

En la “Maison de la Providence” cayó enferma,

y al respecto escribió: “De todas mis aventuras, que han sido muchas y bien raras, la más sucia es el sarampión en una celda”.

De regreso a Londres, en 1853, un comité de

distinguidas damas estableció un sanatorio para gobernantas enfermas y la designó para organizarlo y dirigirlo con carácter de superintendente o enfermera principal.

Allí volcó todas sus energías y en 10 días logró ponerlo en condiciones de funcionar e instalarlo.

En 1854 estalló la

Guerra de Crimea entre Rusia y Turquía, conflicto que más tarde tendrá como participantes a Francia e Inglaterra también

Los soldados

franceses eran atendidos por las Hermanas de la Caridad y los rusos por las Hermanas de la Misericordia, pero los soldados ingleses carecían de todo servicio de enfermería.

El entonces ministro de

guerra de inglés, Sidney Herbert, que conoció a Florence Nightingale durante su estadía en Roma, en 1847, pensó que ella era la única persona de su país capaz de organizar y dirigir una empresa de auxilio de este tipo, y ello lo animó a solicitar sus colaboraciones.

De inmediato consiguió reunir diez hermanas

católicas, ocho anglicanas, seis enfermeras de San Juan y catorce enfermeras de distintos hospitales.

Al frente de este grupo de 38 mujeres partió de Londres el 21 de octubre del 1854 y de Marsella el 27 de mismo mes.

Florence y sus enfermeras se instalaron a

trabajar en The Barracks Hospital. Imposible resulta imaginar a las condiciones

deplorables en el que encontraron, infectado de roedores insectos y repletos de soldados heridos, en medio de la mayor sociedad.

Con la llegada de las enfermeras, el cambio

que se produjo en los hospitales fue tan notable, que en poco tiempo la mortalidad disminuyó del 40% a 2%, pues era más los que morían por desatención y como consecuencia de sus heridas.

A medida que se fueron organizando, se reforzó el personal del grupo, hasta contar con 125 enfermeras.

Luego tomaron a su cargo

los hospitales de Scutari y de Crimea. Fue aquí donde Florence contrajo una fiebre que le hizo disminuir sus energías, dejándola casi inválida para toda la vida; en esta oportunidad el Ministro Sidney Herbert le rogó inútilmente que regresara a su hogar por una temporada para reponerse.

En esta época se

convirtió en heroína popular.

Tal era el agradecimiento de los soldados, que cuando por las noches recorría el campamento con su lámpara, ellos besaban su sombra que se proyectaba en la pared.

Florence Nightingale, considerada la madre de

la enfermería moderna, orientó los cuidados de enfermería al control del ambiente para facilitar la recuperación de los enfermos.

http://www.suagm.edu/umet/biblioteca/

Reserva_Profesores/reina_rivero_nurs_105/Florence_nightingale.pdf

Bibliografía