agua en el suelo

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Introducción El suelo es un sistema natural que consta de una o más sustancias y de una mezcla de interacciones entre sus tres fases la sólida de las partículas del suelo, la fase líquida del agua y fase gaseosa del aire. La fase sólida puede ser mineral u orgánica; la mineral está compuesta por partículas de distintos tamaños, formas y composición química; la orgánica está compuesta por residuos vegetales en diferentes etapas de descomposición y organismos en estado de vida activa. Por su parte, la fase líquida está constituida por el agua en el suelo con sustancias en solución y ocupa una parte o la totalidad de los poros entre partículas solidas.

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Introducción

El suelo es un sistema natural que consta de una o más

sustancias y de una mezcla de interacciones entre sus

tres fases la sólida de las partículas del suelo, la

fase líquida del agua y fase gaseosa del aire.

La fase sólida puede ser mineral u orgánica; la mineral

está compuesta por partículas de distintos tamaños,

formas y composición química; la orgánica está compuesta

por residuos vegetales en diferentes etapas de

descomposición y organismos en estado de vida activa.

Por su parte, la fase líquida está constituida por el

agua en el suelo con sustancias en solución y ocupa una

parte o la totalidad de los poros entre partículas

solidas.

EL AGUA EN LOS SUELOS

Con la excepción de las regiones extremadamente áridas,

el agua es siempre un componente del suelo, encontrándose

en éstos en forma de humedad intergranular o como hielo

(suelos tipo permafrost), en mayor o menor abundancia en

función de factores diversos. Debido a la propia dinámica

del suelo, el agua siempre contiene componentes diversos

en solución, y ocasionalmente también en suspensión, si

bien la ausencia de una dinámica de consideración

minimiza este último componente.

En función de la naturaleza y textura del suelo el agua

puede encontrarse bien como fase libre, móvil en el suelo

(en suelos con altas porosidades y permeabilidades), o

bien como fase estática (ab/ad sorbida), en los suelos de

naturaleza más arcillosa. En el primer caso el agua podrá

tener una cierta dinámica, que mantendrá una cierta

homogeneidad composicional, mientras que en el segundo

caso podrán darse variaciones composicionales más o menos

importantes.

El agua en el suelo suele tener una dinámica

bidireccional: el agua de lluvia o de escorrentía, por lo

general poco cargada en sales (aunque no siempre), se

infiltra desde superficie, y puede producir fenómenos de

disolución, hidrólisis y/o precipitación de las sales que

contiene.

Por ejemplo, el CO2 atmosférico induce la formación de

ácido carbónico: CO2 + H2O ® H2CO3, que a su vez induce

la disolución de carbonatos: CaCO3 + H2CO3 ® Ca2+ +

2HCO3-. En épocas secas se produce el fenómeno inverso, y

las aguas contenidas en los acuíferos tienden a subir por

capilaridad o por gradiente de humedad hasta la

superficie, donde se produce su desecación, de forma que

durante este proceso de ascenso tienden a perder por

precipitación las sales que contienen en disolución.

Este proceso puede tener consecuencias desastrosas

cuando interviene la mano del hombre, por ejemplo con

irrigación de suelos en zonas áridas-semiáridas, con

consecuencias de salinización extrema. Ejemplos

dramáticos de estos fenómenos se encuentran en algunas

regiones de Australia y se están comenzando a observar en

Almería debido a la descontrolada actividad agrícola.

COMPOSICIÓN

La composición del agua contenida en el suelo, en cuanto

a su contenido en sales solubles (bicarbonatos,

carbonatos, sulfatos, cloruros) estará condicionada, como

la mineralogía, por factores de la litología del suelo y

su entorno, y por factores climáticos.

La proximidad de explotaciones mineras de minerales

metálicos sulfurados condicionará por lo general un alto

contenido en sulfatos, y a menudo en metales pesados.

FACTORES QUE INTERVIENEN

Clima

En todos los lugares, las lluvias varían con la estación

del año, la frecuencia dentro de la estación, la media

durante un periodo sub-estacional dado, la confiabilidad

anual de ocurrencia en una época, la cantidad real y el

promedio en cada período semejante y la cantidad e

intensidad/energía dentro de cada evento de lluvia.

Mientras menor sea la confiabilidad de las lluvias para

un período dado, mayor es el riesgo que haya o no

suficiente agua para la producción agrícola.

La evaporación es lo que ocurre cuando un recipiente

lleno de agua queda al sol; el agua desaparece al

convertirse en vapor de agua; mientras más alta sea la

temperatura, más seco y con mayor velocidad el aire,

mayor será la velocidad de evaporación. La evaporación

ocurre dondequiera que el agua esté expuesta a la

atmósfera o sea, lagos, ríos y pantanos y desde las gotas

de agua que se acumulan en las hojas después de las

lluvias.

La evaporación desde la superficie del suelo ocurre

cuando la concentración de vapor de agua en el suelo

cerca de la superficie es mayor que la concentración en

la atmósfera inmediatamente superior. El vapor de agua se

moverá desde el suelo hacia la atmósfera en un intento de

igualar las concentraciones. Cuanto más seca y caliente

esté la atmósfera comparada con la superficie del suelo,

mayor será la velocidad de evaporación desde el suelo,

mientras que suficiente agua puede ser suministrada a la

superficie por el movimiento capilar. Los suelos de

textura fina tienen abundantes poros pequeños, y por eso

se producirá mayor movimiento capilar de agua hacia la

superficie; generalmente ocurre en mayor proporción en

los suelos de textura fina que en los de textura gruesa.

La evaporación es por lo general mayor en suelos

descubiertos que en suelos cubiertos.

Los vientos transversales a la superficie de la tierra

causan macro y microturbulencias alrededor de las

plantas, lo que resulta en un cambio constante del

contenido de vapor de agua en sus inmediaciones. Además

de la pérdida de humedad del suelo, el viento arrastrará

partículas de materia orgánica y suelo que no están

unidas entre si lo que resulta en una pérdida de

fertilidad.

Propiedades del suelo

Los períodos de sequía dentro de un año particular pueden

ocurrir bajo diversas formas: como una demora en la

iniciación de las lluvias o como períodos secos de una

semana o más en los momentos críticos del crecimiento de

los cultivos dentro de la estación o como un final de la

temporada de lluvias más temprano de lo esperado.

El contenido de humedad del suelo varía (además de la

influencia del clima) con el tipo, la profundidad y la

cantidad de materia orgánica del suelo.

Para la óptima captación, percolación, almacenamiento y

uso de la humedad del suelo, son importantes que estén

presentes tres capacidades físicas:

• La capacidad de permitir que el agua entre, o sea la

infiltración

• La capacidad para permitir que el agua se mueva

fácilmente a través del perfil, o sea la permeabilidadla

capacidad para almacenar la humedad adquirida en la zona

radical y liberarla a las raíces de la planta, o sea la

capacidad de retención del agua.

Muchos poros interconectados de un amplio rango de

dimensiones, particularmente en la superficie del suelo,

maximizarán la infiltración y reducirán la escorrentía,

incrementando el agua disponible en el suelo.

Los suelos con vegetación natural generalmente tienen

gran porosidad debido a la alta actividad biológica y a

la ausencia de interferencias con el hombre. Por

consiguiente, tienen cualidades físicas superiores a la

mayoría de los suelos usados para cultivos o pastos.

Los espacios de poros en los suelos varían en

dimensiones, y tanto la dimensión como la continuidad de

los poros tienen una importante influencia en los tipos

de actividades que ocurren en los poros. La Tabla 1

muestra las dimensiones de los poros de diferentes

medidas junto con su descripción y funciones.

Los poros de dimensiones de 0,0002 a 0,05 mm de diámetro

retienen agua que puede ser absorbida por los cultivos y

son conocidos como poros de almacenamiento, en tanto que

los poros más pequeños (poros residuales) retienen

fuertemente el agua y no permiten su extracción por las

plantas. Los poros mayores de 0,05 mm de diámetro, o

poros de transmisión, permiten que el agua drene a través

del suelo y posibilitan la entrada de aire a los poros,

así como el drenaje del agua. Esta es la razón por la

que, por ejemplo, los suelos arcillosos pueden retener

más agua que los suelos arenosos.

El movimiento del aire y el agua es afectado por la

estructura del suelo: la conformación geométrica del

suelo y la textura del suelo son los materiales que

forman el suelo.

En muchos suelos el número de poros superficiales es

reducido rápidamente por el impacto de las gotas de la

lluvia, la cual rompe los agregados del suelo

superficiales en pequeñas partículas que cierran los

poros de la superficie y forman sellos superficiales o

costras con muy pocos poros. Esto genera escorrentía por

encima de la superficie cuando la tasa de lluvia caída

excede la tasa de infiltración.

Este sellado ocurre debido a que los espacios o poros

originales en el milímetro superior de la superficie se

han destruido para convertirse en espacios vacíos mucho

más pequeños.

Estos se saturan con agua casi inmediatamente y a través

de los mismos, el agua de lluvia que ingresa, puede

moverse solo en forma más lenta que antes, si es que en

realidad se puede mover. La acción destructiva de la gota

de agua de lluvia se evita cuando hay una cubierta

protectora de follaje de cultivos, residuos, mantillos o

incluso malezas en o sobre la superficie del suelo.

Topografía

Las formaciones geológicas subyacentes, junto con los

procesos climáticos y de levantamiento, afectan la forma

de los paisajes; tienen influencia sobre las formas

empinadas y poco profundas de las pendientes.

El agua captada por una cuenca fluirá hacia los puntos

más bajos en su desembocadura, donde se pueden juntar

aguas que emergen de otras cuencas. Los límites más

alejados de la cuenca son definidos por las líneas a lo

largo de las crestas de las tierras altas que la rodean.

Desde los lados de un valle la escorrentía superficial

tiende a fluir perpendicularmente a la pendiente, desde

la cresta hasta la trayectoria de la corriente.

La superficie del suelo divide la lluvia entre

infiltración y escorrentía. Mientras mayor sea la

proporción de agua de lluvia perdida por escorrentía

menor será la proporción de agua que se podrá convertir

en humedad del suelo y agua subterránea.

A fin de lograr que el agua sea absorbida por el suelo y

controlar la velocidad del flujo de cualquier exceso de

escorrentía, es posible subdividir una cuenca dada en una

jerarquía de cuencas más detallada. Las subdivisiones más

pequeñas pueden ser medidas en centímetros cuadrados, las

más grandes en hectáreas y dentro de las cuencas en

kilómetros cuadrados. El desafío clave es como manejar

mejor esto para que la escorrentía superficial evitable-

que representa la pérdida potencial de humedad del suelo

y agua subterránea- no ocurra.

Cobertura del suelo

Una cobertura de suelo muerta o viva absorbe la mayoría

de la energía de las gotas de agua de lluvia que caen

sobre ella y con el tiempo esta agua de lluvia alcanza el

suelo; en estas condiciones su capacidad para desintegrar

los agregados del suelo y desprender las partículas finas

es enormemente reducida. Por consiguiente, hay poco o

ningún sellado de los poros de la superficie del suelo

por las partículas desprendidas y poca deposición de las

partículas del suelo que pueden formar una costra en la

superficie.

Los contactos físicos entre la cobertura y la superficie

del suelo obstruyen el movimiento de la escorrentía, que

desciende lentamente, dando más tiempo para la

infiltración y, por lo tanto, reduciendo el volumen de la

escorrentía. Hay dos aspectos de la cobertura de

superficie que deben ser distinguidos: x toda la

cobertura sobre la superficie absorbe la energía de las

gotas de agua de lluvia y así previene la pérdida de

espacios de poros dentro de los cuales puede infiltrarse

el agua; x el contacto de la cobertura con el suelo

reduce la escorrentía, dando más tiempo a la

infiltración.

El grado del contacto de la cobertura es importante

especialmente en las pendientes inclinadas, en suelos con

velocidades de infiltración naturalmente bajas, y en

suelos degradados con costras superficiales o sellados de

baja porosidad. Los efectos de conservación de los

bosques son debidos no tanto a la presencia de los

árboles, sino por la capa de hojas caídas, ramas grandes

y pequeñas y cualquier vegetación de bajo crecimiento. Si

la superficie del suelo no ha sido dañada por el pisoteo

del ganado, se escurrirá menos agua de lluvia y se

infiltrará más dentro del suelo.

Además, la cobertura que hace contacto con el suelo es

inmediatamente accesible a los macroorganismos del suelo

y puede estimular su actividad. De esta forma,

probablemente se forma un mayor número de bioporos,

llevando a una más rápida infiltración y percolación.

Esta es la razón por la cual la extracción de la

cobertura vegetal y las alteraciones principales del

suelo, tales como la labranza o la incorporación de

residuos, mantillos u otras materias orgánicas, reducen

drásticamente esos efectos positivos dejando un suelo

descubierto vulnerable a los impactos de las gotas de

agua de lluvia, y la consiguiente escorrentía y erosión.

IMPORTANCIA

El agua en el suelo tiene una importancia considerable;

por una parte interviene en la nutrición de las plantas,

directa e indirectamente. Actúa como vehículo de los

elementos nutritivos disueltos y, por otra parte, es uno

de los principales papeles de la edafogenesis, que

condiciona la mayoría de los procesos de formación del

suelo.

CONTENIDO DEL AGUA EN FUNCION DEL PESO

La humedad también puede ser expresada con base en peso,

así:

PW

W(%)= PSS = 100 7

Donde:

Pw: Peso del agua que contiene el suelo.

Pss: Peso del suelo después de haber sido sometido a

secado en el horno a una temperatura entre 105-110 o C,

durante 24 horas.

La relación entre el contenido de humedad con base en

peso y el contenido de humedad con base en volumen es la

siguiente:

Donde:

ρa: Densidad aparente del suelo,

ρw: Densidad del agua, ρea: Densidad específica aparente

(adimensional), al tomar la densidad del agua igual a 1

gr/cm3 , el valor es numéricamente igual al de la

densidad aparente del suelo.

Los conceptos anteriores son muy útiles en la Ingeniería

de Riegos, porque permiten conocer la cantidad de agua

que se debe aplicar en un momento dado a un suelo para:

Lam =W x (ρa/ρw) x P

Lam1 =0.25(1.30)0.15 m=0.048 m=48mm

9

Lam2 =0.35 (1.30)0.15 m=0.068 m=68mm

Lam2 - Lam1 = 0.020 m = 20 mm

pasar de un contenido de humedad a otro

El contenido de humedad en base a peso, es la forma

típica de expresar el contenido de agua de un suelo.

Para su determinación se toman muestras de suelo, se

pesan y luego se secan en una estufa a temperatura de

105 °C durante 24 horas. Las muestras secas se pesan de

nuevo para obtener el peso seco. El contenido de humedad

será:

CONTENIDO DEL AGUA EN FUNCION DEL VOLUMEN

El suelo se comporta como un depósito, al cual se le

puede determinar la cantidad de agua almacenada en un

cualquier momento. El contenido de humedad del suelo con

base en volumen se expresa como:

VW

θ(%)= VR = 100 5

Donde:

θ: Es el contenido de humedad con base en volumen en

porcentaje decimal.

Vw: Es el volumen ocupado por el agua

Donde:

Lam: Lámina de agua en el suelo (mm).

P: Profundidad del suelo.

Θ = A x B x Lam A x B x P

Lam = Θ x P

La expresión lámina es muy usada en la Ingeniería de

Riegos y corresponde a la altura (Lam) que tendría el

agua en el suelo en el diagrama hipotético de los

componentes del suelo.

Otra manera de expresar la humedad del suelo es como un

volumen. Esto se basa en la consideración de que el agua

en el suelo ocupa un volumen del mismo un esquema de la

conceptualización del volumen de agua en un suelo. Puede

observarse que el perfil del suelo se considera como un

cubo en el cual se presentan los tres componentes

principales del suelo: el aire, el agua y el suelo en sí.

El espacio ocupado por el agua y el aire es el espacio

poroso o porosidad. Una muestra de suelo tomada en el

campo contiene esos tres componentes; al determinar la

cantidad de agua en base a peso, no se puede determinar

qué volumen del suelo es ocupada por el agua.

RELACIÓN ENTRE LA HUMEDAD Y LA TENSIÓN DE AGUA EN EL

SUELO

Cuando el suelo el suelo tiene un contenido de humedad

determinado, el agua se encuentre llenando los poros más

pequeños, por cuanto los grandes son los primeros que se

vacían debido a que estos poros retienen el agua a menor

presión.

Hay presencia de dos tipos de fuerzas que ayudan al suelo

a retener el agua. Una de estas lo constituye la

atracción que se ejerce desde las superficies de las

partículas del suelo para con las moléculas de agua,

conocida como Fuerzas de Adhesión, y la otra, es la

atracción que existe entre las moléculas de agua,

denominada Fuerzas de Cohesión.

Estas fuerzas actúan conjuntamente y hacen posible que

las partículas del suelo retengan el agua y a su vez

controlen su movimiento y utilización. Usualmente para

medir la fuerza con la que el agua es retenida en el

suelo, se utilizan las unidades de presión, expresadas en

pascales Pa o múltiplos del mismo. También se expresa en

cm ó mm de columna de agua.

Las moléculas de un líquido sufren atracción entre sí por

las fuerzas de Van der Waals. Cuando un líquido tiene una

superficie libre de contacto con otro líquido, las

moléculas de la superficie sufren una compresión que se

opone a incrementar el área de dicha superficie. Este

fenómeno se llama tensión superficial, y se debe a la

desigualdad de las fuerzas de atracción a que queden

sometidas las moléculas en la superficie de contacto

entre líquido y líquido que son mayores de un lado que de

otro. La tensión superficial se expresa en dinas/cm.

Además, posee la tensión superficial más elevada de todos

los líquidos comunes. Esto significa que dividir o

modificar la superficie de una gota requiere una fuerza

de considerable magnitud. Esta elevada tensión

superficial da al agua una capacidad erosiva grande.

Un suelo es hidrofílico cuando las Fuerzas de adhesión

(Agua-Suelo) > Fuerzas de Cohesión (Agua- Agua) > Fuerzas

de Adhesión (Suelo- Aire). Esto implica que el ángulo de

contacto entre el Suelo y el Agua es agudo y podrá mojar

el suelo.

Los suelos hidrofóbicos son afectados por algunas

sustancias orgánicas que cubren los agregados

superficiales del suelo, tal como lo constituyen la

formación de costras de algas (Lal and Shukla, 2004)

EL AGUA DESDE EL PUNTO DE VISTA AGRÍCOLA Y FÍSICO

La productividad de las tierras de regadío es

aproximadamente tres veces superior a la de las de

secano. Más allá de este dato global, existen muchas

razones para destacar la función del control de los

recursos hídricos en la agricultura. La inversión en la

mejora de los regadíos supone una garantía frente a las

variaciones pluviométricas y estabiliza la producción

agrícola, impulsando la productividad de los cultivos y

permitiendo que los agricultores diversifiquen su

actividad. Ello tiene un reflejo en un incremento y una

menor volatilidad de los ingresos agrícolas.

La agricultura es el uso que mayor demanda del agua

supone a nivel mundial. El riego de tierras agrícolas

supone la utilización del un 70% de los recursos hídricos

en el mundo. En los países en vías de desarrollo, muchas

veces el agua utilizada para regadío represente el 95%

del total de usos del agua, y juega un papel esencial en

la producción y seguridad de los alimentos. A largo

plazo, el desarrollo y mejora de las estrategias

agrícolas para estos países esta condicionado al

mantenimiento, mejora y expansión de la agricultura de

regadío.

Por otra parte, el incremento de la presión sobre los

recursos hídricos para la agricultura compite con el uso

del agua para otros fines y representa una amenaza para

el medio ambiente y utilización insostenible de los

recursos hídricos del planeta.

El agua es un recurso que puede crear tensiones y

conflictos entre países que comparten este recurso a

través de sus ríos situados en las zonas de cabecera o

partes intermedias a lo largo del río. El agua de regadío

es uno de los usos que mayor competición con respecto a

otros sectores, y supone el 70-90% del uso del agua en

ciertas regiones.

CONCLUSION

El contenido de agua o humedad es la cantidad de agua

contenida en un material, tal como el suelo la humedad

del suelo, las rocas, la cerámica o la madera medida en

base a análisis volumétricos o gravimétricos.

Esta propiedad se utiliza en una amplia gama de áreas

científicas y técnicas y se expresa como una proporción

que puede ir de 0 completamente seca hasta el valor de la

porosidad de los materiales en el punto de saturación.

El agua en el suelo

Bachilleres

JUAN C. MEJIAS 23.594.388

YENNY C. TORO 29.556.150

FRANCILIN SULBARAN 24.537.9

98YOLEIDA BRICEÑO 23.780.4

64PROF. ATAGUALPA G.

ING. AGRONOMICA

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA

Gardner W.H.1986. Métodos de análisis práctico del suelo

Hillel, D.1980. Fundamentos de la física del suelo.

Mac Laren, R. G., K.C.Cameron.1994. Ciencia del Suelo.

Porta J., M. López Acevedo y C. Roquero. Edafología para

la Agricultura y el Medio Ambiente.

ANEXOS