discurso madre teresa premio nobel

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Discurso de la Madre Teresa al recibir el Premio Nobel de la Paz 1979 Ya que nos hemos reunido aquí para agradecerle a Dios por el Premio Nobel de la Paz, creo que sería hermoso que todos rezáramos la oración de San Francisco de Asís que siempre me sorprende mucho – rezamos esta oración todos los días después de la Santa Comunión, porque encaja bastante para cada uno de nosotros, y yo siempre me pregunto si hace 4, 500 años cuando San Francisco de Asís compuso esta oración, tenían las mismas dificultades que nosotros tenemos hoy, ya que dicha oración encaja tan bien para nosotros también. Creo que algunos de ustedes ya lo han entendido, así que rezaremos juntos. Permitámonos agradecer a Dios por la oportunidad que tenemos hoy todos juntos, por este regalo de paz que nos recuerda que hemos sido creados para vivir en esa paz, y que Jesús se volvió hombre para traernos esa buena noticia a los pobres. Él, siendo Dios, se volvió hombre en todos los aspectos como nosotros excepto en el pecado, y proclamó muy claramente que había venido a dar buenas noticias. La noticia era la paz a toda la buena voluntad y esto es algo que todos queremos –la paz del corazón- y Dios amó al mundo tanto que dio a su hijo –porque fue dado- es tanto como decir que le dolió a Dios darlo, porque amaba tanto al mundo que le dio a su hijo y se lo dio a la Virgen María, ¿y qué hizo ella con él?

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Discurso completo de la Madre Teresa al recibir el Premio Nobel en español.

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Page 1: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

Discurso de la Madre Teresa al recibir el Premio Nobel de la Paz 1979

Ya que nos hemos reunido aquí para agradecerle a Dios por el Premio Nobel de la

Paz, creo que sería hermoso que todos rezáramos la oración de San Francisco de

Asís que siempre me sorprende mucho – rezamos esta oración todos los días

después de la Santa Comunión, porque encaja bastante para cada uno de

nosotros, y yo siempre me pregunto si hace 4, 500 años cuando San Francisco de

Asís compuso esta oración, tenían las mismas dificultades que nosotros tenemos

hoy, ya que dicha oración encaja tan bien para nosotros también. Creo que

algunos de ustedes ya lo han entendido, así que rezaremos juntos.

Permitámonos agradecer a Dios por la oportunidad que tenemos hoy todos juntos,

por este regalo de paz que nos recuerda que hemos sido creados para vivir en esa

paz, y que Jesús se volvió hombre para traernos esa buena noticia a los pobres.

Él, siendo Dios, se volvió hombre en todos los aspectos como nosotros excepto en

el pecado, y proclamó muy claramente que había venido a dar buenas noticias. La

noticia era la paz a toda la buena voluntad y esto es algo que todos queremos –la

paz del corazón- y Dios amó al mundo tanto que dio a su hijo –porque fue dado-

es tanto como decir que le dolió a Dios darlo, porque amaba tanto al mundo que le

dio a su hijo y se lo dio a la Virgen María, ¿y qué hizo ella con él?

Tan pronto como llegó a su vida, inmediatamente fue de prisa a dar esas buenas

noticias, y cuando entró a la casa de su prima, el niño –el niño nonato- el niño en

el vientre de Elizabeth saltó con alegría. Ese pequeño niño nonato fue el primer

mensajero de la paz. Él reconoció al Príncipe de la Paz, él reconoció que Cristo

había llegado a dar las buenas noticias para ti y para mí. Y fue como si eso no

fuera suficiente –como si no fuera suficiente convertirse en hombre- Él murió en la

cruz para demostrar un amor superior, y murió por ti y por mí y por ese leproso y

por ese hombre muriendo de hambre y esa persona desnuda yaciendo en la calle,

no sólo de Calcuta, sino de África, Nueva York, Londres y Oslo –e insistió en que

nos amáramos los unos a los otros como él nos ama a cada uno de nosotros. Y

leemos eso muy claramente en el evangelio –ama a como yo te he amado- a

como yo te amo- a como el Padre me ha amado, te amo- y entre más el Padre lo

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amó, nos lo dio a nosotros, y cuando más nos amemos los unos a los otros,

nosotros también debemos dar hasta que nos duela. No es suficiente que

digamos: Amo a Dios, pero no amo a mi vecino. San Juan dice que somos

mentirosos si dices que amas a Dios pero no amas a tu vecino. ¿Cómo puedes

amar a un Dios que no ves, si no amas a tu vecino que si ves, que tocas y con el

que vives? Y esto es muy importante para nosotros, para darnos cuenta que el

amor, para que sea verdadero, debe doler. A Jesús le dolió amarnos. Y para

asegurarse de que recordáramos su gran amor, se hizo a sí mismo el pan de la

vida para satisfacer nuestra hambre por su amor. Nuestra hambre de Dios, porque

hemos sido creados para ese amor. Hemos sido creados a su imagen. Hemos

sido creados para amar y ser amados, y después él tiene que convertirse en

hombre para hacer posible que nos amemos a como él nos amó. Él se vuelve el

hambriento, el desnudo, el sin hogar, el enfermo, el prisionero, el solitario, el no

querido, y dice: Ustedes me lo hicieron. Hambriento de nuestro amor, y este es el

hambre de nuestra gente pobre. Este es el hambre que tu y yo debemos

encontrar, puede estar en nuestro propio hogar.

Yo nunca olvido una oportunidad que tuve visitando un hogar donde tenían a

todos estos viejos padres y madres de hijos e hijas que sólo los habían puesto en

una institución y tal vez olvidado. Y fui ahí, y vi que en ese hogar tenían todo,

cosas hermosas, pero todos miraban hacia la puerta. Y yo no vi una sola sonrisa

en sus rostros. Y volteé hacia la hermana y le pregunté ¿cómo puede ser?, ¿cómo

puede ser que las personas que tienen todo aquí, miran hacia la puerta?, ¿porqué

no sonríen? Estoy tan acostumbrada a ver una sonrisa en nuestra gente, incluso la

sonrisa moribunda, y ella dijo: Esto es casi todos los días, ellos están esperando,

están esperando que un hijo o hija venga a visitarlos. Ellos están heridos porque

están olvidados, y mire- aquí es donde viene el amor. Esa pobreza viene directo

aquí a nuestro propio hogar, incluso la negligencia de amor. Quizá en nuestra

familia tenemos a alguien que se está sintiendo solitario, enfermo o preocupado, y

esas son dificultades diarias para todos. ¿Estamos ahí para recibirlos, tal como la

madre está ahí para recibir al hijo?

Page 3: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

Me sorprendió en el Occidente ver a tantos chicos y chicas jóvenes ceder ante las

drogas, e intenté descubrir por qué- por qué es así, y la respuesta fue: porque no

hay nadie en la familia para recibirlos. El padre y la madre están tan preocupados

que no tienen tiempo. Los padres jóvenes están en alguna institución y el hijo

vuelve a la calle y se involucra en algo. Estamos hablando de la paz. Estas son

cosas que rompen la paz, pero siento que el mayor destructor de la paz hoy es el

aborto, porque es una guerra directa, un asesinato directo por la madre misma. Y

leemos en las Escrituras, porque Dios dice claramente: Incluso si una madre

puede olvidar a su hijo, Yo no te olvidaré, te he tallado en la palma de mi mano.

Nosotros estamos tallados en la palma de Su mano, tan cerca de él que un niño

no nado ha sido tallado en la palma de la mano de Dios. Y eso es lo que me

impacta más, el inicio de esa oración, que incluso si una madre puede olvidar algo

imposible- pero incluso si pudiera olvidar- Yo no te olvidaré. Y hoy los más

grandes medios- el más grande destructor de la paz es el aborto. Y los que

estamos parados aquí – nuestros padres nos quisieron. No estaríamos aquí si

nuestros padres nos hubieran hecho eso a nosotros. Nuestros hijos, los queremos,

los amamos, pero hay de los millones. Muchas personas están muy preocupadas

por los niños en India, por los niños en África, donde muchos mueren, tal vez de

desnutrición, de hambre y demás, pero millones están muriendo deliberadamente

por la voluntad de la madre. Y ese es el mayor destructor de la paz hoy. Porque si

una madre puede matar a su propio hijo- que falta para que yo te mate a ti y tú me

mates a mi- no hay nada en el medio. Y esto lo aplico en la India, lo aplico en

todos lados: Dejemos volver al niño, y que este año sea el año del niño. ¿Qué

hemos hecho por el niño? Al principio del año dije, hablé en todos lados y dije:

Dejemos que este año hagamos que cada niño nacido y no nacido sea querido. Y

hoy es el final del año ¿hemos realmente hecho queridos a los niños? Les daré

algo aterrador. Estamos combatiendo el aborto con la adopción, hemos salvado

miles de vidas, hemos mandado mensajes a todas las clínicas, a todos los

hospitales, estaciones de policía –por favor no destruyan al niño, nosotros

tomaremos al niño. Así que cada hora del día y la noche siempre hay alguien,

tenemos un gran número de madres no casadas- díganles que vengan, nosotros

Page 4: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

las cuidaremos, tomaremos a sus niños por ustedes y le conseguiremos un hogar.

Y tenemos una enorme demanda de familias que no tienen hijos, esa es la

bendición de Dios para nosotros. Y también, estamos haciendo otra cosa que es

muy hermosa –estamos enseñándoles a nuestros mendigos, a nuestros pacientes

de lepra, los habitantes de los barrios bajos, la gente de la calle, la planeación

familiar natural.

Y en Calcuta solamente, en seis años –todo es el Calcuta- hemos tenido 61,273

menos bebés de familias que hubieran tenido, pero porque practicaron este

método natural de la abstinencia, del auto-control, del amor del uno al otro. Les

enseñamos el medidor de temperatura que es muy hermoso, muy simple, y

nuestra gente pobre lo entiende. Y ¿saben qué me han dicho? Nuestra familia es

saludable, nuestra familia es unida, y podemos tener un bebé cuando lo

queramos. Tan claro- esa gente en la calle, esos mendigos- y yo creo que si

nuestra gente puede hacer eso, cuánto más tu y todos los otros que pueden

conocer los medios sin destruir la vida que Dios ha creado en nosotros.

Las personas pobres son grandes personas. Ellos nos pueden enseñar tantas

cosas hermosas. El otro día uno de ellos vino a agradecer y dijo: Ustedes que han

hecho voto de castidad son las mejores para enseñar planeación familiar. Porque

no es más que auto-control y amor del uno al otro. Y creo que dijeron una frase

muy hermosa. Y estas son las personas que no tienen nada que comer, tal vez no

tienen un hogar donde vivir, pero son grandes personas. Los pobres son gente

maravillosa. Una noche salimos y recogimos a cuatro personas de la calle. Y uno

de ellos estaba en terribles condiciones, y le dije a las Hermanas: Ustedes cuiden

a los otros tres, yo cuidaré a este que se ve peor. Así que hice por ella todo lo que

mi amor puede hacer. La puse en la cama, y había una sonrisa tan hermosa en su

rostro. Ella tomó mi mano mientras me decía una sola palabra: Gracias –y murió.

No pude evitar examinar mi consciencia ante ella, y me pregunté qué diría si

estuviera en su lugar. Y mi respuesta fue muy simple. Hubiera intentado atraer un

poco de atención hacia mí, hubiera dicho tengo hambre, que estoy muriendo,

tengo frío, tengo dolor o algo, pero ella me dio mucho más – ella me dio su amor

Page 5: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

agradecido. Y ella murió con una sonrisa en su rostro. Así como ese hombre que

recogimos del drenaje, mitad comido por gusanos, y lo trajimos al hogar. Yo que

he vivido como un animal en las calles, pero moriré como un ángel, amado y

cuidado. Y fue tan maravilloso ver la grandeza de ese hombre que podía hablar

así, que podía morir sin culpar a nadie, sin maldecir a nadie, sin comparar nada.

Como un ángel –esta es la grandeza de nuestra gente. Y esto es lo que creemos

que Jesús ha dicho: Yo tenía hambre – estaba desnudo – no tenía hogar – no era

querido – no amado – sin cuidado – y ustedes me lo hicieron.

Creo que no somos verdaderos trabajadores sociales. Tal vez estamos haciendo

trabajo social a los ojos de las personas, pero lo que somos realmente es

contemplativo en el corazón del mundo. Ya que estamos tocando el Cuerpo de

Cristo las 24 horas. Estamos las 24 horas en su presencia, así como tú y yo. Tú

también intenta traer esa presencia de Dios en tu familia, porque la familia que

reza junta, se mantiene junta. Y creo que en nuestra familia no se necesitan

bombas y armas, para destruir, para traer paz –sólo reunirse, amarse el uno al

otro, traer esa paz, esa alegría, esa fuerza de la presencia de cada uno en el

hogar. Y seremos capaces de sobrepasar todo el mal que hay en el mundo.

Hay tanto sufrimiento, tanto odio, tanta miseria, y con nuestras oraciones, con

nuestro sacrificio comienza en casa. El amor comienza en casa, y no es que tanto

hacemos, pero que tanto amor ponemos en las acciones que hacemos. Es a Dios

todopoderoso –cuánto hacemos no importa, porque Él es infinito, pero cuanto

amor ponemos en esa acción. ¿Cuánto hacemos por Él en la persona a la que

estamos sirviendo?

Hace algún tiempo en Calcuta, tuvimos gran dificultad para conseguir azúcar, y no

sé cómo lo supieron los niños, y un pequeño niño de 4 años, un niño hindú, fue a

casa y le dijo a sus padres: No comeré azúcar por tres días, le daré mi azúcar a la

Madre Teresa para sus niños. Después de tres días su padre y madre lo trajeron a

nuestro hogar. Nunca los había visto antes, y este pequeño pudo apenas

pronunciar mi nombre, pero él supo exactamente lo que había ido a hacer. Él

sabía que quería compartir su amor.

Page 6: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

Y es por esto que he recibido tanto amor de todos ustedes. En el tiempo que he

estado aquí, he estado simplemente rodeada de amor, y de amor real y

entendimiento. Se podría sentir que todos en India, todos en África son

importantes para ustedes. I me siento bastante en casa, le comentaba a la

Hermana hoy. Me siento en el convento con las Hermanas, como si estuviera en

Calcuta con mis propias hermanas. Tan completamente en casa, aquí mismo.

Y aquí estoy hablando con ustedes –quiero que encuentren a los pobres de aquí,

en su mismo hogar primero. Y comenzar el amor ahí. Sean esas buenas noticias

para su propia gente. Y averigüen sobre su vecino de junto- ¿saben quiénes son?

Tuve la experiencia más extraordinaria con una familia hindú que tenía ocho hijos.

Un caballero llegó a nuestra casa y dijo: Madre Teresa, hay una familia con ocho

hijos, no han comido en mucho tiempo- haga algo. Así que tomé algo de arroz y fui

allá inmediatamente. Y vi a los niños – sus ojos brillantes de hambre – no sé si

alguna vez han visto el hambre. Pero yo la he visto muy seguido. Y ella tomó el

arroz, dividió el arroz y salió. Cuando volvió, le pregunté - ¿a dónde fuiste? ¿Qué

hiciste? Y ella me dio una respuesta muy simple; Ellos también tienen hambre. Lo

que me impactó más fue que ella sabía – y quiénes son ellos, una familia

Musulmana – y ella lo sabía. No traje más arroz esa noche porque quería que

disfrutaran la alegría de compartir. Pero estaban esos niños, radiando alegría,

compartiendo la alegría con su madre porque tenía el amor para dar. Y vean, aquí

es donde comienza el amor – en casa. Y quiero que ustedes – y estoy muy

agradecida por lo que he recibido. Ha sido una experiencia tremenda y vuelvo a

India – volveré la próxima semana, el 15 espero – y seré capaz de llevar su amor.

Y sé bien que ustedes no han dado de su abundancia, pero han dado hasta que

les lastime. Hoy, los niños pequeños que tienen – me sorprendió tanto – hay tanta

alegría para los niños que están hambrientos. Que los niños como ellos mismo

necesitarán amor y cuidado y ternura, como reciben tanto de los padres. Así que

agradezcamos a Dios que hemos tenido esta oportunidad de llegar conocer los

unos a los otros, y este conocimiento el uno del otro nos ha hecho muy unidos. Y

seremos capaces de ayudar no sólo a los niños de India y África, sino a los niños

Page 7: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

de todo el mundo, porque como saben, nuestras hermanas están en todo el

mundo. Y con este premio que he recibido como premio de la paz, intentaré hacer

un hogar para mucha gente que no tiene uno. Porque creo que el amor comienza

en casa, y si podemos crear una casa para los pobres, creo que más y más amor

se esparcirá. Y seremos capaces a través de este amor y entendimiento de traer

la paz, ser buenas noticias para los pobres. Los pobres en su familia primero, en

su país y en el mundo.

Para ser capaces de hacer esto, nuestras hermanas, nuestras vidas tienen que

estar devotas a la oración. Ellas tienen que ser devotas a Cristo para ser capaces

de entender, ser capaces de compartir. Porque hoy hay tanto sufrimiento – y

siento que la pasión de Cristo está siendo vivida de nuevo - ¿estamos ahí para

compartir esa pasión, para compartir ese sufrimiento de la gente? Alrededor del

mundo, no sólo en los países pobres, pero encuentro la pobreza del Occidente

mucho más difícil de remover. Cuando recojo a una persona de la calle,

hambrienta, le doy un plato de arroz, una pieza de pan, estoy satisfecha. He

removido el hambre. Pero una persona que está encerrada, que se siente

indeseada, no amada, aterrorizada, la persona que ha sido expulsada de la

sociedad – que la pobreza es tan hiriente y tanto más, que encuentro mucha

dificultad. Nuestras hermanas están trabajando entre ese tipo de personas en el

Occidente. Así que ustedes deben orar que seamos capaces de ser esas buenas

noticias, pero no podemos hacer eso sin ustedes, ustedes tienen que hacer eso en

sus países. Ustedes deben llegar a conocer a los pobres, quizá nuestra gente aquí

tiene cosas materiales, todo, pero creo que si miramos hacia nuestros hogares,

cuánta dificultad encontramos en sonreírle el uno al otro, y esa sonrisa es el

comienzo del amor.

Así que permitámonos conocernos el uno al otro con una sonrisa, ya que la

sonrisa es el comienzo del amor, y una vez que comenzamos a amarnos el uno al

otro naturalmente queremos hacer algo. Así que oren por nuestras hermanas y por

mí por nuestros hermanos, y por nuestros colegas alrededor del mundo. Que

permanecemos fieles al regalo de Dios, a amarlo y servirle en la gente pobre

Page 8: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

contigo. Lo que hemos hecho no hubiera sido posible si ustedes no compartieran

con sus oraciones, con sus obsequios, este dar continuo. Pero si quiero que me

den su abundancia, quiero que me den hasta que les duela.

El otro día recibí 15 dólares de un hombre que ha estado acostado por 20 años, y

la única parte que puede mover es su mano derecha. Y la única compañía que

tiene es fumar. Y me dijo: No fumo una semana y te envío este dinero. Debe haber

sido un sacrificio terrible para él, pero vean que hermoso, cómo compartió, y con

ese dinero compré pan y se lo di a quienes estaban hambrientos con alegría de

ambas partes, él estaba dando y los pobres recibiendo. Esto es algo que tú y yo –

es un regalo de Dios que seamos capaces de compartir nuestro amor con otros. Y

que sea así como fue para Jesús. Permitámonos amarnos los unos a los otros

cómo Él nos amó. Permitámonos amarlo con amor indivisible. Y la alegría de

amarlo como el uno al otro –déjanos dar ahora- que la Navidad está tan cerca.

Déjanos conservar esa alegría del amor de Jesús en nuestros corazones. Y

compartir esa alegría con todos los que entremos en contacto. Y esa alegría

radiante es real, ya que no tenemos razones de no ser felices si tenemos a Cristo

con nosotros. Cristo en nuestros corazones, Cristo en los pobres que conocemos,

Cristo en la sonrisa que damos y en la que recibimos. Hagamos un punto: que

ningún niño será indeseado, y que nos encontraremos siempre con una sonrisa,

especialmente cuando sea difícil sonreír.

Nunca olvido hace un tiempo, unos 14 profesores llegaron de los Estados Unidos

de diferentes universidades. Y vinieron a Calcuta a nuestra casa. Hablaban de que

habían ido al hogar de los moribundos. Tenemos un hogar para los moribundos en

Calcuta, donde hemos recogido a mas de 36 mil personas sólo de las calles de

Calcuta, y de esas personas 18 mil han tenido una muerte hermosa. Sólo han ido

a casa con Dios; y llegaron a nuestro hogar y hablamos del amor, compasión, y

uno de ellos me preguntó: ¿está casada? Y le dije: Si, y a veces encuentro muy

difícil sonreírle a Jesús porque puede ser muy exigente a veces. Esto es cierto y

es de donde viene el amor – cuando es exigente, y aún podemos darle todo a Él

con alegría. Tal como lo he dicho hoy, he dicho que si no voy al cielo por nada

Page 9: Discurso Madre Teresa Premio Nobel

más, iré al cielo por la publicidad que me ha purificado y sacrificado y preparado

para ir al Paraíso. Creo que eso es algo, que debemos vivir la vida hermosamente,

tenemos a Jesús con nosotros y Él nos ama. Si tan sólo pudiéramos recordar que

Dios me ama, y que tengo la oportunidad de amar a otros tanto como Él me ama,

no en las cosas grandes sino en las pequeñas con gran amor, entonces Noruega

se convierte en un nido de amor. Y qué hermoso sería que desde aquí se creara

un centro para la paz. Que desde aquí la alegría de la vida del niño no nato salga.

Si te conviertes en una luz incandescente en un mundo de paz, entonces

realmente el Premio Nobel de la Paz es un regalo de la gente noruega. ¡Dios les

bendiga!