didáctica de la patria

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Didctica de la Patria Leopoldo Marechal

1Conozco a los varones de mi tierra y mi siglo:inciertos en el mal y en la virtud,son como yo, tienen la misma carasin dibujos de llantoy el mismo corazn en arcilla mojadaque no tost ni el fuego ni la gloria.2Josef, lo que te anuncio no es alegre ni triste:slo es fatal en esta Patria joven.No te hubiera gustado, como a todos,poner tus cuatro vientos en su bandera nia,y montar alazanes que arquean los pescuezosen el da feliz de una batalla;o romper en su elogio, con la oda,los tmpanos del mundo,y arrancar una pluma del ngel para ella?No has de lograrlo, y quedar en tu sueo:la infancia de la Patria jugar todavams all de tu muerte (yo lo aprend hace mucho).Ella es un ao inmenso que despunta en nosotros:ni t ni yo veremos la cara de su esto.

3Generaciones hubo ms dignas que la nuestra.Qu nos pas a nosotros, Josef, que nos legaron un tiempo sin destino que merezca un laurel,un pual que no sale de su vainay un da sin talones de castigar la tierra, o una estpida nochede soldados vacantes?Nos ensearon que la Patria era no s yo qu juicioso parasode infalibles trigales y vacas repetidas. As engordamos junto a los grasientosasadores y cerca de las uvas pisadas.Y dormimos en todaslas vigilias del hombre.

4Entretanto, los pueblos que aventaba la historia dos veces conocieron el sabrosopavor de las batallas.No me importa, Josef, el tenor de su guerra: ellos caan bajo la implacablelegislacin del ciclo;se miraban desnudosen el espejo claro de la muerte;sentan retemblar bajo sus piesla cubierta del mundo, navo castigado,y abrirse arriba todos los pasajes del cielo. Nosotros les vendamos harinasy carnes envasadas.Muy dichosos de ser espectadoresy no actores de aquella promocin de la sangre, reamos felices de nuestra paz bovina: quembamos incienso a nuestro diosen figura de Shorthon;y lo apedrebamos a vecescuando la lluvia, en su traicin, enflaqueca los vacunoso nos diezmaba los trigales.Josef, lo que te digo no es de hiel ni de miel: slo es fatal en una Patria nia.Con todo, algo debemos hacer en esta infancia. "Qu?", me dirs, y te respondo ahora.

5No te adelantara mi Didctica,si no supiese yo lo que se incuba,por vocacin, en esta provincia de los hombres. Josef, un ciclo amargo da su fruta en el mundo: la oscuridad nos miente ya la forma de un dios.Pero un Rey no visible todavaest plantando almendras en suelos favorables. Qu me diras t si brotara un almendro junto al ro y sus crines de len?Estudia mis palabras que harn rer a muchos: yo siempre fui un patriota de la tierra y un patriota del cielo.

6El nombre de tu Patria viene de argentum. Mira que al recibir un nombre se recibe un destino! En su metal simblico la plataes el noble reflejo del oro principial.Hazte de plata y espejea el oroque se da en las alturas,y verdaderamente sers un argentino.

7Es un trabajo de albailera.Viste los enterrados pilares de un cimiento? Annimos y oscuros en su profundidad, no sostienen, empero,toda la gracia de la arquitectura?Hazte pilar, y sostendrs un dala construccin area de la Patria.

8Y es una vocacin de agricultura.No viste la semilla en su carozoy el carozo en su tierra y esa tierra en su invierno? Rin de lo posible, la semilla es el rbol no proferido an y ya entero en su nmero. Josef, hazte carozo de la Patria en ti mismo,y otros vern arriba la manzanaque prometiste abajo.

9Somos un pueblo de recin venidos.Y has de saber que un pueblo se realiza tan slo cuando traza la Cruz en su esfera durable.La Cruz tiene dos lneas: cmo las traza un pueblo? Con la marcha fogosa de sus hroes abajo(tal es la horizontal)y la levitacin de sus santos arriba(tal es la vertical de una cruz bien lograda).

10Josef, si como pueblo no trazamos la Cruz,porque la Patria es joven y su edad no madura,la debemos trazar como individuos,fieles a una celosa geometra.La vertical del santo, la horizontal del hroe! Te resulta dificil, no es verdad?Pero aqu no se trata de vestir armaduras llenas de pedrerani de abrirse las nalgas con lujosos rebenques. Tu herosmo ha de ser un caballo de granja, tu santidad una violeta gris.Otros recogern, a su tiempo, laureles y el brillo escandaloso de la notoriedad: yo te di los oficios del pilar y el carozo,fuertes y mudos en su anonimato.

11Josef, dos modos hay de hacerte rico:o aumentando las cifras de tu cuenta bancaria o reduciendo tus necesidadesa lo estricto y cabal.Mejor es el segundo, por la razn que sigue: No es el hombre un viajero de la tierra?, su viaje no es de un ao?El que poco desea o necesitaes, bien mirado, un cmodo viajero que anda sin equipaje.

12Yo conozco a viajeros que se cargan de maletas ociosas.Por cuidar y mover sus pesados balesni observan el paisaje ni leen la escritura de este mundo sabroso(porque todo viajero debe ser un lector). Josef, eliminando tus valijas intiles,ya eres pobre y liviano segn la tierra gorda:leyendo y meditando tus lecciones de viaje, ya eres rico y pesado segn la ley de arriba Si todos alcanzaran este fcil teorema,los hombres mis hermanos viajaran desnudos.

13De los siete pecados capitalesque asaltan a los hombres junto al Ro, el primero es la Envidia (los he clasificadopor orden riguroso de maldad).La riqueza exterior, los honores, el lujo, la suerte y el talento constituyen el pastonatural de la Envidia. Josef, que no te muerdan sus dientes amarillos! Ni envidies a los otrosni les des ocasin de que te envidien. La manera segura de no ser envidiado es la de no mostrar nada envidiable.

14La Gula est en el orden segundo de mi lista. Es terrible, Josef, lo que devoran nuestros conciudadanos entusiastas. Por sus jams ociosas dentadurasyo dira que pasa toda la Creacin en su aspecto visible y masticable: gordos terrestres piden ser y son.Josef, no te abandones a tan loco ejercicio: devora, en cambio, sin temor ninguno, toda la Creacin inteligible,y te convertirs en un gordo celeste.

15Por la maana, cuando te levantes, piensa, Josef, en ese nuevo da;y no te olvides que al salir al solentrars en un campo de batalla.Que no te engae el paso normal de los tranvas ni la cancin melosa del fruteroni el pacfico rostro de tu jefeni la sonrisa blanca de tu subordinado. ngeles y demonios pelean en los hombres: el bien y el mal se cruzan invisibles aceros.Y has de andar con el ojo del alma bien alerta,si pretendes estar en el costadolimpio de la batalla.Josef, nada es trivial en esa guerra:basta el peso ladrn de una bolsa de azcar para que llore un ngel y se ra un demonio.

16No vaciles jams en la defensao enunciacin o elogiode la Verdad, el Bien y la Hermosura.Son tres nombres divinos que trascienden al mundo, y es fcil deletrearlos en las cosas. No los traiciones, aunque te flagelen: yo s bien que la triste Cobardasuele atar a los hombres junto al Ro moroso.Vence a la Cobarda de los ojos oblicuos,y la Patria futura dar el santo y el hroe que han de trazar las lneas de la Cruz.

17Liviano de equipaje y avizor en tu guerra,te asaltarn, empero, no escasas tentaciones.Josef, has de vencerlas, o llorar la Patria todava en paales.Si te ofrecen un cargo de visibilidad,acptalo en razn de tu mrito sloy en vista de los frutos que dars a tu pueblo. Si eres olmo, no admitas la funcin del peral, o has de ser un peral falsificadoy un olmo sinvergenza.18Los cargos o funciones de mucha jerarqua tientan o con el oro fiscal siempre indefenso o con los relumbrones de toda investidura.Josef, no pongas mano en los dinerosque a tu virtud laudable se confen.El Robo, soslayada forma de la violencia,es el tercer pecado de nuestros compatriotas.19En cuanto al relumbrn, si te lo imponen, lo llevars con el desgano y frode quien se envaina por obligacinen un frac de molesto protocolo.Sea tu libre personalidad,y no el brillo exterior que te prestaron,la que se muestre a todos, fiel e igual a s misma. Conozco a personajes que se crean guilas, temidos y solemnes en su pluma oficial,y que al ser desnudados exhibieron risibles alones de gallina.20Si acaso gobernaras a tu pueblo,no has de olvidar que todo poder viene de Arriba,y que lo ejerces por delegacin,como instrumento simple de la Bondad Primera. Josef, el gobernante que lo ignora u olvidase parece a un ladrn en sacrilegioque se Va con el oro de una iglesia.21Segn la ms antigua ley de la caridad, el superior dirige al inferior.Hasta los nueve coros anglicos recibeny cumplen esta norma del gobierno amoroso; y el ngel superior, al de abajo se inclina para darle una luz que a su vez le fue dada.Todo buen gobernante lo sercuando a sus inferiores descienda por amory se haga un simulacro de aquel Padre Celeste que a toda criatura da el sustento y la ley.El gobernante que no asuma el gestode la paternidades ya un tirano de sus inferiores, aunque regale sus fotografascon muy dulces autgrafos.

22Empero, no confundas esa paternidadcon un fcil reparto de juguetes. Recordars, Josef, que tu Padre de arribagobierna con dos manos:con la man de hiel de su Rigory la mano de azcar de su Misericordia.Si asumes el poder, usa las dos,ya la dura o la blanda, segn tu inteligencia. Josef, el que gobierna con una mano sola tiene la imperfeccin de un padre manco.

23Ni te muestres al pueblo demasiadoni en el poder te agites como un hombre de circo. Imita, si gobiernas, a ese Motor Primeroque hace girar al cosmosy es invisible y a la vez inmvil.24Preferira yo, sin embargo, que talespesos no recayeran en tus hombros.Es mejor construirse y apretarse uno mismo(ya te habl del pilar y la semilla),y crecer por adentro lo que afuera se poda y ganar por arriba lo que se pierde abajo.Si as lo hicieras, crecer la Patria, Josef, en cada una de tus disminuciones. Y todo lo que pierdas lo ganar esa Noviadel Suceder, en su ms claro da.1