DESPIERTA JERICÓPeriódico independiente Jericó, Territorio Sagrado de la Madre Laura

Número 22 - Diciembre 1 de 2014

Estimados jericoanos:Qué las estrellas de Navidad

los ilumine cada día del 2015 para que el destino de todos ustedes,

sus familias, amigos, compañeros, vecinos y el de nuestros queridos

Jericó, Suroeste y Colombiasea un recorrido de amor,

paz y bienestar.

Concejales Página 2

Del cobre al oro Página 4

Nuevo trasteo Página 6

Diócesis renovadaPágina 7

Sociedad campesina en el siglo XIX Página 9

Mi pueblo ya no no es mi puebloPágina 8

Suroeste Unido por la VidaPágina 10

Despierta Jericó2 PÁGINA ABIERTA Diciembre 1 de 2014

Transcribimos a continuación algunos apartes de conversaciones tenidas con tres concejales a quienes pedimos contar a los lectores las ac-tividades desarrolladas por ellos y por la Corpo-ración en el año 2014:

John Jairo Arcila: “Desde la parte personal ha sido importante comprender como es el manejo interno, el intringulis del manejo burocrático y administrativo de una Administración Municipal, de cómo nos estamos todos pen-sando el municipio más allá de un plan de desarrollo municipal para cuatro años, o si se está mirando el municipio en sus verda-deras dimensiones, si se están considerando las necesidades de todo un pueblo, las necesidades colectivas o las de un pequeño grupo de personas.

Vamos a completar el 75% del periodo de cuatro años de este mandato y se debería estar ejecutando lo aprobado a comienzos del 2012 en el Plan de Desarrollo Municipal, pero, por ejemplo, en el renglón donde más se hizo promesismo y se despertaron esperanzas, o sea, vivienda nueva, mejoramiento de vivienda, y vivienda rural, no se ha alcanzado ostensiblemente lo que a estas alturas debería haberse conseguido.

Es el caso del proyecto en Palocabildo, un proyecto de vivienda muy bueno, pero por falta de acciones claras desde la Administra-ción Municipal cada vez tiene mayores tropiezos, como ahora por no haber cumplido las condiciones requeridas por el Esquema de Ordenamiento Territorial; otro problema grande es no haber definido con la comunidad el suministro de agua para las nuevas viviendas. No pudimos acceder a la iniciativa del gobierno na-cional de vivienda gratis de interés prioritario, como si la tuvie-ron Támesis, Pueblorrico y Tarso.

Otro ejemplo donde la estructuración de proyectos pudo haber sido mejor para resolver las necesidades de nuestras comunida-des, es el siguiente: Corantioquia le manda un oficio al municipio donde le informa que se va a empezar el estudio para conocer los riesgos en el sector La Comba, finca El Mirador, y decidir las intervenciones que se deben hacer allí, para lo cual el municipio debe cofinanciar el estudio con un aporte de algo más de cien millones de pesos, la administración responde que no tiene ese dinero, Corantioquia hace una contrapropuesta para que el muni-cipio aporte 20 millones anuales, la administración contesta que no tiene ese dinero. No hay cien millones, no hay 20 millones de anualidad para evitarle riesgos graves a una comunidad, pero si hay 400 millones de las regalías del municipio para la grama sintética del estadio. El manejo de las regalías no lo define el Concejo, lo define el Alcalde”.

Carlos Arturo Londoño: “Mi actuación en el Concejo se ha basa-do en dos principios: apoyar todos los proyectos que van en bien de la comunidad y ejercer, como es deber de todo concejal, el control político. De los 90 proyectos de Acuerdo presentados en el Concejo he aprobado 89 con argumentos y responsabilidad y he hecho seguimiento a las posibles irregularidades que se pueden presentar en la ejecución de esos Acuerdos y del cumplimiento de las obligaciones asignadas a los funcionarios del municipio, es decir, he obedecido a mi obligación de hacer control político.

Este control político, ha sido mal interpretado porque creo que se está considerando que todos debemos pensar como piensa el señor Alcalde y quien no lo haga así es tenido como enemigo po-lítico. Nos consideran oposición, no porque hayamos reclamado

el derecho a la vicepresidencia primera del Con-cejo como bancada en oposición, sino por el se-guimiento que hacemos a los Acuerdos, porque manifestamos las inconsistencias que encontra-mos en el actuar de los funcionarios, porque pre-guntamos por las obras y por los recursos.

A esta Administración le molesta que pregunte-mos y muchas veces nos vemos obligados a recurrir al derecho legalmente protegido de todo ciudadano, o derecho de petición, para obtener las informaciones necesarias para cumplir la obli-gación de ejercer el control político. Asuntos como el transporte escolar, compra de repuestos, proyectos de vivienda con bene-ficiarios que no cumplen los requisitos exigidos por la ley, con-tratación con sólo 7 u 8 de las aproximadamente 30 Juntas de Acción Comunal, con el agravante de que en ocasiones firma el presidente de la Junta y la comunidad ni se entrega del proyecto, la presentación a Coldeportes de una escritura de propiedad del estadio J. B. Londoño que no corresponde al verdadero propieta-rio que es la Sociedad de Mejoras Públicas, y otros de los cuales hemos querido obtener información han servido para que se nos tilde de enemigos de la Administración”.

Alejandro Lopera: “Del año 2014 hasta hoy hemos tenido 77 sesiones, entre ordinarias y extraordinarias, durante las cuales hemos aprobado 25 proyectos de Acuerdo, entre los que se pue-de destacar el Centro de bienestar social que ha tenido una in-versión de 1.200 millones de pesos para su primera etapa, el estadio J. B. Londoño, que no se alcanzará a terminar este año y para el cual se pide una adición a Coldeportes de 340 millones de pesos para terminar la pista de patinaje, atletismo y ciclismo, el Parque Educativo que será construido por la Gobernación en 2015 en un predio cedido por el municipio, el aporte de 100 mi-llones de pesos para la compra del carro compactador de basura.

Un proyecto que ha generado una enorme polémica es el de la OPV Río Piedras, por el cual el municipio hace donación de un lote de 34 mil metros cuadrados a la OPV avaluados en 1.500 millones de pesos para construir 326 viviendas de interés social y además se compromete a entregar las obras de urbanismo, acueducto, alcantarillado, vías, etc. En este momento hay quejas porque se adeuda pagos a los trabajadores que adelantan las obras, reclamos porque no se ha cumplido con los plazos anun-ciados para entregar las viviendas (se había dicho que los prime-ros apartamentos estarían disponibles en junio de este año y al presente no se ha entregado ninguno), pedido no satisfecho de devolución de dineros a las personas que adelantaron la cuota inicial e incluso más dinero, y no se entiende que el proyecto esté hoy parado por falta de plata cuando la constructora Prohogar nos dijo en el Concejo que ellos disponían de todo el dinero para realizar las obras.

Las decisiones que se toman por mayoría en los Concejos están supeditadas a unos acuerdos políticos entre los concejales, que en el caso de Jericó cambiaron en el momento en que nosotros, los tres concejales del partido liberal, decidimos una nueva coa-lición con los cuatro concejales que venían respaldando desde un principio al Alcalde, porque consideramos que el acuerdo ini-cial de control político que mantuvimos durante los dos primeros años del cuatrienio con los del partido de la U se estaba trans-formando en ataques al Alcalde, en particular por el tema mi-nero; además, debíamos ser consecuentes con el apoyo que el jefe natural de nuestro equipo, el senador Eugenio Prieto, venía prestando al Alcalde”.

Despierta Jericó 3EDITORIAL

DESPIERTA JERICÓ q Distribución gratuita

UNA PUBLICACIÓN DEL COMITÉ POR EL FUTURO DE JERICÓ

Comité editorial: Salvador Ruiz, Jorge Jaime EspinosaColaboradores: Carlos Andrés Restrepo, Rodrigo López

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Diciembre 1 de 2014

una falacia pues esa empresa lograría con su actividad minera afectar el patrimonio hídrico y ambiental del municipio de Jericó?

5. ¿Por qué su Administración recibió a satisfacción los trabajos de la empresa Omega en la Normal Superior cuando para cual-quier persona era evidente la destrucción que causó allí esa com-pañía?

6. ¿Cómo va a indemnizar usted a la familia de don Enrique Arcila, quien murió atropellado como peatón por un vehículo propiedad y en uso del municipio, transportando carga de manera inadecua-da y conducido por un funcionario del municipio acompañado por un guarda de tránsito al servicio del municipio?

Creemos, señor Alcalde, que las respuestas a estos interrogan-tes hacen parte del derecho a la información de la ciudadanos, quienes las recibirán con el mismo beneplácito suyo al darlas, pues en su programa de gobierno promete “generar espacios de participación ciudadana que permitan el empoderamiento de la comunidad en asuntos sociales, políticos y económicos.

2015

Este nuevo año trae expectativas especiales para los jericoanos, tanto por las elecciones de alcalde, gobernador, concejo y asam-blea departamental, como por la estructuración de un nuevo Es-quema de Ordenamiento Territorial para nuestro municipio.

En cuanto a las elecciones no tenemos nada que decir diferente al llamado a la responsabilidad y conciencia ciudadanas para el mejor futuro nuestro y de nuestros hijos. Con relación al ordena-miento territorial es necesario que todos los habitantes del muni-cipio comprendan y participen en las decisiones que se tomarán sobre el diseño que tendrá Jericó para los próximos 12 años.

El ordenamiento territorial establece con carácter obligatorio as-pectos tales como: áreas y uso del suelo urbano, distribución del terreno y actividades rurales (por ejemplo la extensión de cultivos forestales, uso de agro-químicos, protección del patrimonio hídri-co, parcelaciones), fomento de iniciativas productivas, culturales, etc. etc. Por tanto, es indispensable que sea la ciudadanía la que marque los derroteros del municipio para los próximos 12 años.

Antes de referirnos al título de este editorial, queremos reiterar nuestros deseos expresados en la portada de este número de Despierta Jericó: La Navidad es cada vez la renovación de la esperanza y de la gratitud por el generoso acompañamiento del Hijo de Dios en el destino de cada uno de sus creyentes, es por tanto motivo de fiesta, de alegre celebración. A los sentimientos de esperanza, gratitud y alegría de cada jericoano, por nacimien-to o por adopción, nos unimos desde este periódico con la ilusión de que el aporte y responsabilidad de todos contribuyan en el año que se avecina a la preservación del grato nido de amores que nos legaron los abuelos.

La pregunta que hacemos en esta página al señor Alcalde de nuestro municipio es obligada: el día 20 o 21 de este mes nuestro compañero de redacción Salvador Ruiz solicitó al señor Alcalde David Toro con el debido respeto concederle una entrevista para el periódico, ¿”cuál?”, preguntó él. Al enterarse de quiénes que-ríamos informar sobre sus opiniones e informaciones, respondió dubitativo: “Lo voy a pensar y lo llamo”.

Al no acceder a la entrevista, tenemos que pensar que el señor Alcalde teme o le disgustan algunas preguntas que quizás se ima-gina le podríamos presentar, tal vez sean algunas de las siguien-tes que nos vemos precisados a hacerle desde aquí, pues se trata de asuntos que interesan o deben interesar a quienes vivimos en Jericó:

1. ¿Por qué, si en su programa de gobierno dice “priorizar con la comunidad la ejecución de programas y proyectos”, su admi-nistración sólo prioriza contratos con 7 u 8 Juntas de Acción Co-munal y en algunos casos únicamente con su presidente, como afirma el concejal Carlos Arturo Londoño?

2. ¿Por qué no se empeñó usted en invertir 20 millones anuales para realizar un estudio preventivo ante los graves riesgos de des-lizamiento que puede afectar a la comunidad de La Comba, como afirma el concejal John Jairo Arcila?

3. ¿Por qué firmó usted la escritura pública 369 ante la Notaría de Jericó el 16 de noviembre del 2013 por la cual dona a título gra-tuito un predio del municipio de 34.032 M2 con un valor asignado de 1.530 millones de pesos a la OPV Río Piedras para la cons-trucción de 326 viviendas de interés social, si en la misma ges-tión notarial la señora Liliana Montoya Gómez como presidente de la OPV Río Piedras, organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, fundada el 16 de marzo de 2013, hipotecó en primer grado y sin límite de cuantía el predio y todas las edificaciones, mejoras e instalaciones existentes y las que llegaren a levantarse o a integrarse al predio en el futuro a favor de la constructora Prohogar, una sociedad constituida el 19 de febrero de 2013, que puede hacer cualquier traspaso, endoso o cesión de la pro-piedad? ¿Por qué, según manifestó el concejal Alejandro Lopera, no se informó oportunamente al Concejo Municipal la existencia de estas condiciones en el proyecto de vivienda?

4. ¿Por qué, si usted se comprometió públicamente a no realizar convenios interadministrativos con la empresa Minera Quebra-dona, ahora, según el promotor de Desarrollo de la Comunidad, Juan Pablo Moncada, en conversación con varias personas, acep-ta usted convenios, como la “protección” de la minera de algunos nacimientos de agua en predios municipales, lo que de paso es

¿A qué le teme señor Alcalde?

Despierta Jericó4 ENFOQUE

La “generosidad” de la empresa africana Anglogold Ashanti con las comunidades y la administración municipal jericoana tiene una sola explicación revestida de “responsabilidad social empre-sarial”: tratar de negar una realidad que es diaria en Colombia y en todo el mundo: la explotación minera causa graves daños irreparables en los territorios.

Tomemos agosto de 2014: lunes 4, en la madrugada se rompe el muro de contención de la represa que contiene los residuos de la mina de cobre y oro Mount Polley, situada en la región Caribú de Canadá, propiedad de Imperial Metals. Resultado: de-rrame de 10 millones de metros cúbicos de agua contaminada y 4 millones y medio de metros cúbicos de lodos contaminados. De acuerdo con los datos preliminares del Inventario de Medio Ambiente del Consejo Canadiense de Emisiones Contaminantes, la mina Mount Polley generó un total de 406.122 kg. de arsénico, 177.041 de plomo y 3.114 de mercurio entre sus desechos verti-dos a la represa tan sólo en 2013.

Jueves 7: Unos 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico contami-naron el río Sonora, México, después del derrame que sufrió la represa de residuos de la mina Buenavista del Cobre, una de las mayores minas de cobre del mundo.

Martes 26: Un tren cargado con 240 toneladas de ácido sulfú-rico, de las minas de cobre del Grupo México, se descarriló a 10 metros del río Santa Cruz, en el municipio fronterizo de Santa Cruz, en el norte de Sonora.

Septiembre 10 de 2014: Una represa con residuos de una mina legal a 55 kilómetros de Belo Horizonte, capital del Estado Minas Gerais de Brasil, se rompe y causa la muerte de tres personas, además de graves daños ambientales.

Estos cuatro casos se refieren a accidentes recientes con las substancias tóxicas que se usan en minería, transportadas o de-positadas por muchas décadas en represas, pero son sólo acci-dentes. ¿Qué pasa en el funcionamiento “normal” de una mina de grandes proporciones como las mencionadas y como la que pretende construir la africana Anglogold Ashanti en Jericó? En primer lugar, la empresa minera compra terrenos para sus obras, o las expropia si los dueños no las quieren vender, después despeja la capa vegetal para levantar edificaciones, represas, ca-rreteras y bocas de mina si es subterránea, o si es a cielo abierto, todo el espacio de varias hectáreas para las excavaciones.

Luego se revientan con toneladas de explosivos las rocas de la superficie o de la inmensa red de socavones para ser llevadas a las trituradoras y molerlas hasta dejarlas convertidas en polvo.

Enseguida esos miles de toneladas diarias de polvo son mez-cladas con grandes cantidades de varios productos tóxicos dilui-dos con agua, como cianuro y otros en el caso del oro, con ácido sulfúrico y otros en el caso del cobre, para separar los metales del resto de roca molida. Los miles de metros cúbicos de agua contaminada y lodos se depositan en las represas como las ya mencionadas donde ocurrieron recientes accidentes.

Ya con la contaminación del paisaje, del silencio, del aire por los nitratos liberados en las explosiones y por el polvo del movimien-to de tierra y rocas con camiones de 300 o más toneladas, y el consumo de enormes cantidades de agua que quedan envene-nadas en las represas, se agrega un daño adicional al aire con el uso de maquinarias diésel y el secado de los minerales usando grandes hornos donde se liberan gases con derivados del azufre que al mezclarse con el agua de las nubes producen el rocío o lluvia ácida, causa de pérdida de vida acuática y afectaciones a la vegetación, en especial los bosques, para no mencionar con detalle los daños a la salud animal y humana.

Terminada la explotación minera a las comunidades afectadas les quedan daños ambientales irreparables. Además, una des-composición social originada con la presencia de numerosas per-sonas foráneas llegadas para las labores mineras, y que en el caso colombiano, están acompañadas de grupos armados ilega-les, tal como ocurre en las zonas petroleras y carboneras.

¿Qué le quedará entonces a Jericó si permitimos la explotación en las montañas del corregimiento Palocabildo?

La industria turística terminará por la contaminación y la violencia propias de la minería en Colombia, generando así un gran des-empleo que aumentará con el desplazamiento hacia otros luga-res de las víctimas de la extorsión y la criminalidad. Las fuentes de agua y acuíferos mermados y contaminados no permitirán el buen beneficio del café, llevando a un desestímulo de esta y otras actividades agropecuarias, lo que conlduce a mayor desempleo y a la pérdida de la vocación agraria que nos ha caracterizado y permitido vivir con dignidad en los 164 años de vida jericoana.

Prever y prevenir la situación a la que nos quieren llevar el go-bierno nacional, los dirigentes enceguecidos por ignorancia o co-rrupción que no desean que el problema minero en Jericó y el Su-roeste se debata con seriedad y amplitud, las grandes empresas mineras a las cuales solo les interesa enriquecerse a toda costa y con todo tipo de engaños y las gentes irresponsables que no quieren perder la falsa comodidad de dejar a otros la defensa del patrimonio común mientras “sacan provecho de la oportunidad actual”, es una obligación moral inaplazable en este momento que la africana enfila baterías para destruir nuestro territorio.

El futuro de Jericó está hoy más que nunca en nuestras manos, manos limpias de la mermelada minera.

Del oro al cobre, a Jericó lo quieren condenar

Diciembre 1 de 2014

Túneles en mina de cobre en Chile

Despierta Jericó ENFOQUE Diciembre 1 de 2014 5CORANTIOQUIA formula cargos a Minera Quebradona

Apartes del Acto Administrativo No. 130 CA 1411-13759 del 12 de noviembre de 2014.

“CONSIDERANDO que en esta territorial... el 01 de julio de 2014 se declaró iniciado trámite sancionatorio en los siguientes términos:

Primero: Declarar iniciado... trámite sancionatorio en contra de la sociedad Minera Quebra-dona ... por hecho relacionados con la presunta realización de actividades de generación de vertimientos provenientes de actividades de exploración mineras, en los predios de nombre “El Chaquiro y La Coqueta”, situados en la jurisdicción del municipio de Jericó... sin contar con el respectivo permiso ambiental y con violación de la siguiente norma: Decreto 3930 de 2010...

Situación encontrada: ...La empresa Minera Quebradona S.A. tiene diversas concesiones de agua otorgadas para el uso industrial para la actividad de exploracion minera... el 7 de marzo de 2011 se otorgó un caudal total de 1.736 L/s [Litros por segundo] para ser utilizados en 7 plataformas y con 6 puntos de vertimientos... Según el conocimiento técnico que se tiene de la actividad de exploración minera, se requiere el uso del recurso agua y por ende se debe generar vertimiento... Esta Corpo-ración insiste en que una vez se cierre el ciclo, termina la perforación y el bombeo y se reciben en las tinas el último efluente este debe ser dispuesto en algún lugar para el retiro y transporte de las tinas. Luego se requiere conocer la disposición final de esta agua residual....

Conclusiones: ...Minera Quebradona S.A. sí genera vertimiento en el proyecto de exploración minera... sí requería permiso de vertimiento otorgado por la Autoridad Ambiental Competente, previo al inicio de las labores de perforación.... Es importante solicitar a la empresa... que aclare a la Corporación cual es el destino final que tiene el agua otorgada para el uso industrial, presentando un balance hídrico del agua concesionada y utilizada. Pues si no existe vertimiento, se concluye que no se está haciendo uso del agua concesionada y sería necesario suspender los permisos otorgados para la actividad de exploración minera.

Que es clara la violación da la norma por parte de la empresa Minera Quebradona... con su conducta, ahora probada: gene-ración de vertimientos no puntual, intermitente en el suelo, (con uso del recurso suelo), sin contar con el permiso requerido para ello... Que en la norma colombiana desde el año 1974, el legislador sabiamente establece como el Ambiente es patrimo-nio común, y seguidamente atribuye una gran responsabilidad tanto al Estado como a los particulares la obligación de partici-par en su preservación y manejo, declara el ambiente, su preservación y manejo como de utilidad pública e interes social...

Que con respecto al escrito que contiene solicitud de Cesación de Procedimiento presentado por la empresa investigada... el 17 de septiembre de 2014, esta oficina procede a su análisis jurídico, a saber: ...La Compañía señaló a esta Dirección Terri-torial que desde el inicio de las actividades y a la fecha no se han realizado vertimientos a fuentes hídricas. El argumento no es de recibo, finalmente existe una disposición al suelo...

DISPONE:

Primero: Formular cargos en contra de la sociedad Minera Quebradona...

Segundo: ...Se concede un término diez (10) días hábiles a... Minera Quebradona... para que proceda a presentar descargos por escrito...

Tercero: Contra la presente decisión no procede recurso alguno...”

Presentamos a continuación los cargos o acusaciones que hace CORANTIOQUIA dentro del proceso sancionatorio iniciado contra Minera Quebradona Colombia S.A, que es el nombre usado ahora por la empresa africana Anglogold Ashanti en Jericó, por realizar vertimientos de aguas residuales de las labores de perforación sin el permiso obligatorio.

Además del Acto Administrativo que formula esos cargos, CORAN-TIOQUIA negó también permiso de vertimiento el 09 de octubre de 2014 en un punto de la quebrada Quebradona, en dos puntos en La Higuerillos, en dos puntos de El Chaquiro y otro punto de un afluente de El Chaquiro. Las razones para esta negativa son la continua postergación por parte de la empresa para presentar informes requeridos por la Corporación; el “desorden administra-tivo con que contaba la empresa y la falta de coherencia y veraci-

dad con la cual han presentado información ante la Corporación”; la exploración en las plataformas de la solicitud de vertimiento ya está terminada.

Estas son evidencias claras de incumplimiento a las normas ambientales por parte de la minera africana, las cuales que-dan ocultas detrás de la cortina de humo creada con regalos a particulares y a las Juntas de Acción Comunal y los paseos de sus presidentes a Santa Marta, los programas radiales amaña-dos protagonizados, entre otros, por el monitor de teatro de la Alcaldía, el llamado Tula Minera; o sea, 500 años después de que nos esclavizaron los españoles usando espejitos y prohibiciones, hoy nos quieren arrodillar con dinero, payasos y corrupción, ¡allá quienes lo permitan, nosotros nos mantendremos de pie!

6 Diciembre 1 de 2014 MUNICIPIO Despierta Jericó

Jericó, 18 de octubre de 2014La Normal Nacional y el Seminario de la Diócesis

Señor José Bernardo Vélez VillaRector de la Normal Superior de Jericó

Por medio de la presente me permito responder a su inquietud sobre lo que piensa el obispo diocesano de la presencia de los estudiantes de la Normal en el edificio del Seminario Menor de la Diócesis. No he tenido ninguna queja de parte de los For-madores del Seminario Mayor ni de parte de los seminaristas. La convivencia de los dos grupos de jóvenes creo que ha sido beneficiosa para ambos. Y estoy convencido de que también la gente de la ciudad de Jericó ve con buenos ojos esta situación, dada la realidad del edificio propio de la Normal.

Lo que como obispo y guardián del patrimonio de la Diócesis debo hacer es regularizar la situación que inició como un per-miso “para 15 días”. Desde julio 2013, en mi primera pasada por Jericó, puse en conocimiento de las autoridades compe-tentes mi intención de arreglar del mejor modo esa situación, pues bien sabe usted que ya van casi tres años y la Normal no paga ni arrendamiento ni servicios. Hacer un contrato legal que garantice la permanencia de los estudiantes de la Normal en el Seminario es para mí la mejor solución mientras se pue-da regresar al ‘normal’ lugar de la Normal.

Les reitero mi aprecio por la Institución y el deseo de que poda-mos muy pronto, tal como se hizo cuando yo estaba en la Ba-sílica de Buga con el Colegio de las Hermanas Vicentinas, in-tegrar la Normal dentro del Plan Colegios Amigos del Turismo, Programa del Ministerio de Turismo. El objetivo dice así: “Este programa integrará a las instituciones de educación primaria, secundaria, técnica vocacional o normalista, que voluntaria-mente se comprometan a promover los ideales de la Organi-zación, liderando proyectos de formación en turismo para sus alumnos, teniendo como referente sus potencialidades y prio-ridades de desarrollo; así como compartiendo con otros países participantes sus experiencias y logros en el tema”.

En Cristo Redentor,

+ Noel Londoño, obispo

Sigue la peregrinación de los alumnos de la Normal Superior

La negativa por parte de la Gobernación de pagar un arriendo al Seminario Menor de Jericó por el albergue de la Normal Superior, obliga a un nuevo trasteo de la institución educativa.

Recordemos que en enero de 2012 la actual Administración Mu-nicipal recibió a satisfacción la obra que debía haber adecuado la sede de la Normal a las condiciones de seguridad y comodidad de la comunidad educativa, pero que a todas luces produjo, sin que la administración anterior se ocupara de impedirlo, daños que llevaron a la inutilización de gran parte de la edificación y por consiguiente “el exilio obligado de nuestra sede” como dice el Rector José Bernardo Vélez en esta entrevista que presentamos a ustedes.

“Hemos decidido este año regresar a la parte habitable del edifi-cio, una zona construida hace algunos años por el Instituto Colom-biano de Construcciones Escolares que se conservó justamente porque es una construcción en material y vamos a aprovecharla al máximo con la adecuación de nueve aulas para los 18 grupos de la básica y la media, la formación complementaria estará en una sede alterna. Estaremos trabajando en jornada doble con la inquietud por los alumnos que nos llegan de Pueblorrico, Tarso y la marginal del Cauca, estamos mirando cómo lograr las meno-res afectaciones posibles a los estudiantes que son la razón de ser de nuestra institución”.

¿Cómo han sido las relaciones de ustedes con el Seminario que les abrió sus puertas para radicarse allí?

“Sobre las relaciones con el Seminario debo decir que han sido la mejores, siempre tuvimos acompañamiento fraterno de los sa-cerdotes, del personal del Seminario, de los jóvenes en formación y del señor Obispo, siempre muy pendiente de nosotros. Infortu-nadamente el distanciamiento se da en las altas esferas a raíz de una reclamación al gobierno departamental por la diócesis de Jericó a través de nuestro Obispo, Monseñor Noel Antonio, quien quería reclamar los tres años de arriendo que hemos estado allí; parece que como no existen documentos firmados o acuerdos de buena voluntad, la situación deriva en un desconocimiento de la deuda por parte de la Gobernación de Antioquia, lo que su-pone que mientras nosotros estemos en el Seminario no es una permanencia legal al no recibir la institución el reconocimiento oficial de una licencia de funcionamiento en esa sede.

Nosotros hubiésemos querido quedarnos en el Seminario porque habría sido lo menos traumático para nosotros, pero mientras no se resuelva esa dificultad con los dineros pendientes, va a ser imposible soñar en estar en el Seminario durante la adecuación del edificio propio de la Normal. Aspiramos a que se efectúe en el transcurso del próximo año, según el cronograma anunciado recientemente por el señor Secretario de educación departa-mental; la intervención que requiere la sede de la Normal no es fácil, habrá que levantar una estructura nueva conservando la fachada. Nos quedó clara y con parte de tranquilidad la promesa del señor Secretario de dejar garantizada la financiación de toda la obra aun en el caso que se prolongue más allá de este año atípico de ley de garantías, debate electoral con candidatos que querrán tomar el tema de la Normal como suyo, etc.”

Salvador Ruiz Fernándezsalcordi@yahoo.es

Despierta Jericó 7DIÓCESIS

Una diócesis renovada en fe y en acción sociales que en algún momento esto se debe vender e invertir los dineros en los propósitos de la Fundación”.

¿Qué futuro ve usted para la juventud de la diócesis?

Jericó y todo el Suroeste lleva las de perder mientras nosotros políticamente sigamos concibiendo el Valle de Aburrá como una esponja que absorve todos los servicios educativos su-periores, los servicios médicos, hospitalarios, el presupuesto departamental, la oferta industrial, laboral, etc. En la Ley de la Madre Laura se contempla la pavimentación de la vía Pue-blorrico-Jericó-Buenos Aires-Andes, y Andes es un polo edu-cativo con sedes de las Universidades de Antioquia y Boliva-riana, lo cual es una buena expectativa para promover allí la educación de los jóvenes jericoanos, porque los que se van a estudiar a Medellín se desvinculan en su mayoría del pueblo.

En el caso del Seminario vamos a implementar también la educación virtual con una universidad seria porque no pode-mos tener un profesor presencial para tres o cuatro mucha-chos, y esto mismo podemos hacer para muchos jóvenes en el suroeste. En síntesis, tenemos, toda la sociedad del suroeste, en especial los políticos, que hacer un esfuerzo efectivo por lograr brindar a nuestros jóvenes una educación diversificada y adecuada a las necesidades de la región, inculcándoles el valor de ganarse la vida con dignidad y no con dinero fácil”.

Y a propósito de educación, Monseñor, hemos oído que los alumnos de la Normal no seguirán en el seminario.

“En la reunión de dirigentes del Suroeste el año pasado, cuando aún no me había posesionado como obispo, pedí al Secretario departamental de educación, Felipe Gil, hacer un contrato de arriendo del Seminario a la Normal porque hasta ese momento la Normal no pagaba ni arriendo ni servicios públicos, él respondió que así empezábamos mal y que le dié-ramos condonación de la deuda. Luego, ya como obispo, in-formé a la Secretaria de Educación que no tenía inconvenien-te en que la Normal siguiera en el Seminario pero que debía pagar un arriendo que incluía servicios públicos de acuerdo a un avaluo técnico que asignaba un valor de tres millones mensuales. No hubo respuesta. Cuando el gobernador vino aquí en noviembre le entregué el mismo documento, ‘no ten-go nada que ver con la Normal’ fue su respuesta. Ante esta situación fui al Ministerio de Educación Nacional, me pidieron enviar la documentación, lo hice y me respondieron que el caso era para tratarlo con la Secretaría de Educación de An-tioquia y no con el municipio. Escribí a la Secretaria departa-mental, me respondieron que el asunto era del municipio por la ley tal, les repliqué y guardaron silencio. Me asesoré de la abogada de la Conferencia Episcopal, recomendó dirigirme a la Procuraduría, hablé con el Procurador General y luego con sus delegados, éstos dijeron que el problema con propieda-des de la Iglesia apropiadas por entidades gubernamentales es amplio en el país, en 15 diócesis hay 60 edificios en litigio. Por último, hubo una reunión ccon funcionarios de la Procu-raduría, el Ministerio y el Secretario Felipe Gil, en la cual éste concluyó: ‘Listo, le voy a sacar la Normal’. ‘Si usted lo desea’, le respondí, ‘pero le anuncio que demandaré por tres años de arriendo no pagado’. ‘Tiene usted toda la razón, Monseñor, a quien usurpan un espacio tiene derecho a demandar por un arriendo’ agregó uno de los abogados”.

Al frente de nuestra dió-cesis el papa Francisco designó un sacerdote que había pasado buena parte de sus 41 años de servicio eclesiástico como misione-ro itinerante encargado de diversas responsabilidades administrativas y universi-tarias en distintos países, y cuyo nombramiento lo tomó por sorpresa, pues él se veía integrado en sus últimos años en alguna de las sedes de su comunidad de Redentoristas en Colom-bia.

Ha transcurrido ya un año y tres meses desde la posesión del padre Noel Antonio Londoño Buitra-go como Obispo de la Diócesis de Jericó. “La experiencia misionera que me ha llevado a recorrer diversas parroquias en unos 30 países ha sido un aprendizaje que me ha servido mucho para esta nueva misión”, nos cuenta Monseñor Noel, y sus feligreses en los 14 muni-cipios de la diócesis damos testimonio de ello.

“Me he sentido muy feliz, no solo por haber asumido la labor con fe, sino porque la diócesis de Jericó es de las ‘fáciles’, tanto por la segu-ridad frente a la violencia, como por el aspecto cultural: una diócesis de tradición agraria, ganadera, donde no hay industria, no hay gran-des ciudades, no hay minería por ahora descontrolada; además, es una diócesis con suficiente número de clero, es una región compacta y relativamente pequeña donde la imagen del obispo y los sacerdotes como autoridad moral tiene mucha credibilidad.

Algunos aspectos que podemos mejorar serían, para mí: Uno, el pa-pel de los laicos en la sociedad civil y no solo en el servicio religioso; nosotros necesitamos gente que se sienta cristiana con los valores del evangelio y que estén en la política, en la economía, en la educa-ción, o sea, que estén influyendo en muchas áreas. Dos, la formación continua del clero que aprendieron esquemas de párrocos muy ilus-tres bajo las condiciones de los años 30 o 50, pero que hoy no son lo mismo. Tres, en este suroeste no hay grandes riquezas ni grandes oportunidades por lo que la diócesis ha pasado épocas de crisis eco-nómicas y ahora está ilíquida y con dificultades”.

¿Sería una posibilidad de mejorar la situación económica el arrien-do de lo que fue el asilo de ancianos en Las Playas?

“Ese lugar fue una donación del padre Sierra, a quien el obispo de la época nombró administrador a pesar de que el padre ya estaba muy viejito e hizo negocios y regalos que terminaron reduciendo lo que llamamos ‘el asilo’ a una casa grande y un potrerito al frente y como hogar para ancianos es inviable como lo determinó la Secreta-ría de Salud del Departamento; por esta razón hubo que sacar a los ancianos y así la parroquia tuvo una dificultad menos, puesto que la Fundación que tiene en sus manos el ancianato es de la parroquia y no de la diócesis. Pero también el lugar es inviable económicamente, allí no hay nada, han empezado a desmantelarlo, cuando las herma-nas misioneras brasileras del Corazón de María se establecieron allí, tuvieron varios robos, se sintieron inseguras y se fueron. En este mo-mento el lugar está arrendado a los madereros y mi opinión personal

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OPINIÓN

Débiles porque hay afán del capital extranjero, porque después de descuajar la selva de la ignorancia y ser capaces de convertir la imaginación en arte o en oficio o en poder, se permite la finan-ciación de todo, ahora llegarán dineros para el Jardín Botánico, mañana para la Iglesia, después para la salud, y la candidez re-ceptora no imagina el futuro que nos robará identidad, que nos igualará a cualquier pueblo, que nos dividirá en río revuelto, ojalá limpio como el de hoy, ojalá de todos como el de hoy, ojalá con tierras fértiles como las de hoy, ojalá con gente buena como reza la valla de La Madera que saluda a la entrada del pueblo. Débiles por dentro y fuertes por fuera, poderosos en sus decires y con toda la capacidad de decisiones sin que participe la gente.

Esta oportunidad de Jericó es única, el turismo religioso, el muni-cipio verde, la riqueza ecológica, el patrimonio cultural, los esce-narios del arte, la gente hospitalaria, la riqueza paisajística, las caminadas, los senderos, el agua por doquier, el Morro, las Nu-bes, La Soledad, el campo, la cercanía de todo, los parapentes, las bicicletas, los parques, su historia, sus costumbres, la tranqui-lidad, la formalidad, la sencillez, la palabra que coincide, la voz de sus maestros, los consejos del papá, las casas tan bonitas, su arquitectura celosa, las fachadas correspondientes, la atención... esa belleza que exhala Jericó y que interrumpen las motos rui-dosasvelocespeligrosasempalagosas, las decisiones voraces, la arrogancia o la soberbia que justifica el progreso como sea.

¿Acaso es posible que Dios reine en el infierno? se pregunta Amélie Nothomb en su obra Estupor y temblores, y agrega: Quie-nes hablan con delicada repugnancia, rasgos que bastan para eclipsar rostros logrados, no aspires a disfrutar porque tu placer te destruirá, el espejismo de tu victoria es provisional... Debilidad es un roto en la piel por donde se derrama la sangre, digo yo.

Rodrigo López Estradaroloes-23@hotmail.com

DébilesLos momentos que ha vivido por épocas esta Jericó sorprenden-te, aquellos que dictaron personas con otras intenciones, por ejemplo cuando tumbaron el colegio de los Hermanos Cristianos, cuando vendieron la planta eléctrica, cuando hicieron esa rama-da de la escuela Madre Laura al frente del hospital, la “restaura-ción” de la Normal y otras restauraciones, cuando dejaron mar-char de aquí a comunidades insignes como Las Capuchinas, Los Lasallistas, Los Claretianos, La Presentación. Momentos débiles, gente débil, momentos que se repiten por gentes que no saben qué es el patrimonio, qué es la historia y cuál es la identidad. Pa-samos sin pensarlos del pastel al colorido, y no porque sea malo, de la noche a la mañana cambiamos de turistas, la economía desbordó los apetitos por la oportunidad presentada, ya tenemos las calles llenas, unas veces de viajeros desprevenidos y otras veces de motos locas; se movió el mercado y nos vimos llenos de restaurantes y de hoteles y de centros culturales y de gentes de otra parte. ¡Y qué bueno! Todo no es malo pero todo no es bueno.

Que se altere el patrimonio, que se cambien las esencias y que se reciban todos los regalos vengan de donde vinieren, es motivo de reflexión. Son débiles los hombres que dejan hacer cuanto se pretenda hacer, es debilidad patriótica emerger en una economía que daña los recursos naturales, que estropea las vías comunita-rias y que atenta contra la estabilidad social de las gentes comu-nes. Ya vimos cómo quedaron nuestras vías carreteables, por fin una Gobernación responsable, ésta, nos presenta una carretera pavimentada decente, digna de nosotros, acorde a los impuestos que se pagan, diferente a aquella que sufrimos y que no contaba en la prioridad de las dos pasadas gobernaciones con sus bellos eslóganes y de sus “amores incondicionales” por Jericó. Forta-lezas que nos caracterizan. Un museo, otro museo, un teatro, la vía. Pero tantas que se pierden y transforman por los apetitos o la falta de atención.

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ancestrales fueron cambiados por grandes arborizaciones que hacen de tus altas colinas un paisaje monocolor y monótono.

Ahora en mi pueblo las gentes buenas son las ingenuas, las luchadoras son tildadas de terroristas y otros no somos gente porque no se nos apoya, no tenemos ni voz ni voto.

Tus símbolos patrios no representan los valores, principios, colores e íconos con los que quisieron sus creadores identi-ficarnos. Por ejemplo, no nos extrañemos que más tarde en nuestro escudo en lugar de “Religión y Patria” se escriba: “Tu-rismo, Comercio y Minería”, el hacha de plata, alegoría de la colonización antioqueña, sea reemplazada por un gran taladro perforador de rocas y las manos entrelazadas desaparezcan.

Por éstas y muchas otras razones, con tristeza y dolor digo: ¡Qué pesar, mi pueblo ya no es mi pueblo!

María Helena Rendón González

Jericó fue un pueblo grato nido de amores, ahora es la ciudad de las altas construcciones que no nos permiten apreciar en el azul celeste la custodia del sol, ni el plata de la luna y parecen pretender empinarse de un futuro rosado a un futuro muy gris. Tus casas solariegas e imponentes las convirtieron en inquili-natos.

Esos fuertes preclaros varones, que al fundarte quisiéronte alti-vo; esas nobles heróicas matronas, sencillas y de sutil hermosu-ra se marchitaron y murieron, se fueron algunas sin decir adiós, llenos de añoranzas y desegaños; sólo quedan algunos que se creen “señores” y venden al mejor postor su dignidad, y aún más grave, la dignidad del pueblo.

Tus labriegos, acostumbrados a trabajar tus tierras, ya no co-sechan, son azotados por fuerzas ocultas que los envisten con soberbios vaivenes que empañan el respeto a sus tradiciones agricultoras, la unión de sus familias y comunidades; se aleja-ron de sus predios sin pensar que volverán a ellos cuando la mi-nería acabe con sus tierras y aun con ellos mismos. Tus árboles

¡Mi pueblo, ya no es mi pueblo!

HISTORIA

nos: 3.160 “agricultores”, 3.656 en “administración doméstica”, 3.366 “infan-tes sin oficio”, 433 “artesa-nos”, 309 “estudiantes”, 277 “sirvientes”, 151 “co-merciantes”, 50 “propie-tarios”, 39 “arrieros”, 35 “ganaderos”, 28 “emplea-dos”, 22 “militares”, 19 “reos”, 16 “vagos”, 9 “ins-titutores”, 6 “propietarios”, 6 “legistas”, 6 “mineros”, 3 “médicos” y 2 “ministros del culto.

En 1912, cuando Pueblo-rrico ya aparecía como una entidad municipal autó-

noma, el censo de población deja notar la consolidación de una sociedad principalmente campesina. En ese año se registraron 1.728 en la “industria agrícola”, 2.466 en “oficios domésticos”, 880 “jornaleros”, 780 en “artes, oficios y aprendices”, 341 en la “industria comercial”, 87 en la “industria ganadera”, 70 en la “in-dustria de transportes”, 66 en “profesiones liberales”, 17 “empe-lados”, 10 en “bellas artes”, 4 “ministros del culto”, 3 “policiales” y 1”militar”.

Aunque no puede pasarse por alto el número de “sirvientes” y de “peones”, o el de “ganaderos” y “propietarios”, o el igualmente atractivo de “institutores” y de personas dedicadas a las “profe-siones liberales” o a las “bellas artes”, es inevitable concluir el número importante de campesinos propietarios. La mayor parte de estos campesinos se dedicaron a cultivar productos de pan co-ger y probablemente algunos complementaron la actividad agrí-cola con la tenencia de algunos cerdos o reses, pero cuando el cultivo del café se expandió por el territorio de Jericó y los precios internacionales del grano se estabilizaron a comienzos del siglo XX, la mayor parte se dedicó principalmente a la caficultura.

A diferencia del tipo de sociedad rural que se constituyó en otras zonas del país, como en Cundinamarca y Tolima, en donde pre-dominaban la hacienda y las relaciones de peonaje, de aparcería y de arrendamiento, en Jericó y en buena parte del suroeste, la posesión por parte del campesino de un predio legalmente reco-nocido mediante título de propiedad, la activa explotación de los pequeños predios con base en productos como el café ,que se co-mercializaban en el mercado internacional casi siempre con bue-nos precios que le permitían acceder al mercado de productos, y la autonomía que garantizaba cierta independencia económica, fueron configurando una sociedad campesina, individualista, con valores conservadores y fuertemente arraigada a su territorio. Este aspecto, que va a reforzarse a lo largo del siglo XX, no puede perderse de vista a la hora de entender la idiosincrasia, los valo-res y las representaciones colectivas de la gente de Jericó.

Juan Carlos Vélez Rendónjcarlos.velez@udea.edu.co

Instituto de Estudios Políticos Universidad de Antioquia

Desde que se inició la colonización de Jericó al promediar el siglo XIX, la tenencia de la tierra permi-tió la configuración de una sociedad con grandes, me-dianos y pequeños propie-tarios. Este aspecto, que podría considerarse como un dato aislado y si acaso relevante en términos pai-sajísticos, resulta impor-tante a la hora de analizar otros rasgos que tienen que ver con las prácticas económicas, políticas y culturales de la población que allí se asentó y que se pueden advertir aun en la actualidad. Los historiadores, en general, han planteado que ese proceso denominado colonización antioqueña se dio, principalmente, me-diante dos modalidades: una empresarial y otra espontánea. La de Jericó ha sido considerada como del primer tipo, en la que tuvo un enorme protagonismo Juan Santamaría, el propietario de las tierras, sus herederos y otros inversionistas. Sin embargo, no se puede pasar por alto el papel anónimo de centenares de colo-nos que, con su trabajo, abrieron selvas y montes, construyeron caminos y tambos, activaron una frontera agropecuaria y le die-ron a la sociedad local un carácter fuertemente campesino sin que ello implicara el eclipsamiento de las aspiraciones urbanas y cosmopolitas de algunos de sus habitantes.

Las compañías de ganado que estableció Santamaría con nume-rosos colonos, los contratos para la apertura de vías y el estable-cimiento de dehesas, así como la compra de predios pequeños, propiciaron la conformación de una estructura rural en la que coexistían, al lado de grandes y medianas propiedades, un nú-mero significativo de pequeños propietarios que fueron logrando, gracias a esa condición, un medio para la subsistencia, un punto de partida para una vida algo más independiente y autónoma de la que llevaron aquellos que como peones solo tuvieron a su disposición la venta de su fuerza de trabajo.

La configuración de esta sociedad predominantemente campesi-na se puede apreciar más fácilmente en la larga duración, apo-yados en los datos obtenidos de Guillermo Ángel González, de la Revista Jericó y del Archivo Histórico de Jericó. Por ejemplo, de las aproximadamente 700 personas que se registraron en el censo de 1851, probablemente muchas de ellas eran apenas colonos, aparceros o población móvil.

En el censo de 1864 aparecen registrados 2.142 “agricultores” al lado de 427 “sirvientes”, de 124 “artesanos”, de 24 “comercian-tes”, de 7 “ganaderos”, de 6 “propietarios”, de 5 empleados, de 6 “mineros”, así como de 177 “estudiantes”.

Para 1883 se hace evidente una sociedad algo más heterogé-nea socialmente, pero en la que seguían resaltando los campesi-

9 Despierta Jericó

La conformación de una sociedad predominantemente campesina en el siglo XIX

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Despierta Jericó10 REGIÓN

Suroeste unido por la vidaHay quienes piensan, y desde luego se equivocan, que su vida es del todo independiente y ajena a la volun-tad de los demás, de la historia y de las leyes divinas o universales. No, nuestro paso por la vida está condi-cionado por la sociedad en que vivimos, y es nuestra obligación moral y cívica contribuir al bienestar común.

Del mismo modo individualista pero ya ampliado a la escala local, hay líderes de comunidades y municipios que consideran que su vereda o su pueblo puede en-contrar solo los medios y los derroteros para alcanzar una vida estable para sus paisanos y vecinos. Y quizás en tiempos remotos esto era probable, pero hoy es en absoluto imposible.

Baste como ejemplo la situación que viven los campesinos cafe-teros de nuestro pueblo: el año pasado gracias a la movilización en todo el país de los cultivadores de café se lograron algunas mejoras económicas frente al abandono en que el gobierno na-cional tiene al sector agrario del país. Fue la unión y la acción co-lectiva las que permitieron esos logros, incluso para los cafeteros nuestros cuya participación en el movimiento no fue de las más destacadas. Hoy el gobierno quiere desmontar el PIC, no contro-la los precios de insumos y sigue en su política de centrar en la minería, las hidroeléctricas y los monocultivos la economía na-cional, lo cual lleva, además de la destrucción de la naturaleza, a que la población colombiana dependa de subsidios y ayudas para sobrevivir, es decir, nos hace mendigos de la bolsa del Estado y con esto nos obliga a la sumisión ante los gobernantes y sus polí-ticas que favorecen a las élites y al capital internacional.

Esas tres producciones, minería, hidroeléctricas y monocultivos, están presentes en Jericó y sus efectos sociales y ambientales también: una multinacional de origen africano divide las comuni-dades y perfora desde hace unos siete años nuestras montañas rompiendo acuíferos y amenazando los caudales de acueductos comunitarios de Palocabildo, Acuebuga y Palermo; las plantacio-nes de pinos y eucaliptos en plena expansión reducen dramá-ticamente el área para la siembra de alimentos, consolidan el desplazamiento poblacional, afectan las fuentes de agua y em-pobrecen la biodiversidad; el proyecto hidroeléctrico de Cañafis-to que inundará Bolombolo, Peñalisa, Cauca Viejo y cientos de hectáreas cultivadas desde Anzá hasta Puente Iglesia, se está preparando para presentar próximamente la solicitud de licen-cia ambiental para empezar a construir el muro de 90 metros de alto que represará el río Cauca en territorio del municipio de Anzá para generar electricidad que requiere la gran industria minera aquí y en otros países.

Ante estas graves amenazas a nuestro territorio, a nuestras tra-diciones, a nuestra estabilidad económica, social y cultural no podemos responder de manera individualista o localista, menos si tenemos en cuenta que los peligros que vivimos nosotros tam-bién lo son para los habitantes de toda una región, el Suroeste cafetero, agrario y pueblerino. En realidad, lo que está en juego es la vida misma.

Estas consideraciones nos han llevado a buscar la consolidación de un movimiento de defensa del territorio en un Suroeste Uni-do por la Vida, así participamos hace dos años del Abrazo a la Montaña organizado por el Cinturón Occidental Ambiental, COA,

y seguimos interesados en el fortalecimiento de este espacio de articulación de organizaciones campesinas, indígenas, ambien-talistas que luchan por la defensa del Suroeste como Territorio Sagrado para la Vida.

Por eso convocamos y participamos del llamado a la población jericoana y del suroeste que hicimos el domingo 16 de noviem-bre recorriendo las calles de Jericó, celebrando actos culturales -danzas, gimnasia, música y oratoria- con Tamesinos, Palermi-tas y campesinos de las veredas jericoanas y de Támesis, que muestran las riquezas y potencialidades de nuestros municipios, y recogiendo cientos de firmas de ciudadanos colombianos que piden al presidente Santos excluir el Suroeste agrario antioqueño de los procesos mineros.

Y también por las mismas razones de conservación de las cua-lidades de nuestra región, acompañaremos a los pobladores de Pueblorrico quienes el 30 de noviembre, en Cabildo Abierto, pre-sentaran mandatos populares para la prohibición del uso sustan-cias tóxicas como cianuro y mercurio y la propuesta de Consulta Popular para la declarar la vida, el agua y el territorio como dere-chos sagrados, supremos, autónomos y colectivos por encima de los megaproyectos minero-energéticos.

Ante problemas, riesgos y amenazas comunes de poderosas fuer-zas destructivas, tenemos que dar respuesta común, clara, deci-dida, así lo exige nuestra tradición y así lo espera el futuro.

Diciembre 1 de 2014

Tamesinos presentes en Jericó el 16 de noviembre de 2014

Se ha creado un portal en internet desde el cual se puede leer Despierta Jericó y consultar in-formaciones de interés para propios y visitantes:

Despierta Jericó 11CULTURA

PROGRAMACIÓN DICIEMBRE - ENERO - 2015

Exposiciones • Casablanca. Débora Arango de visita en Jericó. • Pesebre bíblico. Obra de Lenis Augusto Giraldo Flórez. • Lumen de Lumine. Grabados de Luis Fernando Mejía. • Tempora. Obra del maestro Luis Fernando Peláez. • Enterramientos y Arqueología de Jericó y su área de influencia. Exposición permanente.

. • Oportunamente se informará sobre la programación de la Novena Sinfonía de Beethoven en pantalla ampliada para dar al servicio los nuevos equipos de proyección y de sonido del auditorio del museo.

Cine Foro: Los lunes a las 4:30 p.m. • Suspendido durante las vacaciones escolares.

Cine Infantil: Sábados a las 11 a.m. • Suspendido durante las vacaciones escolares.

Después de las actividades desarrolladas durante el año 2014, en especial con la apertura de la Casa de José Tomás Uribe Abad, el museo MAJA continuará en el 2015 avanzando en su proceso de consolidación con el fin de convertirse en un espacio para el encuentro de la comunidad, con una oferta cultural de primera calidad y orientada a distintas clases de público. Se contará como en años anteriores con diferentes agendas de programación: Exposiciones, talleres, conciertos, Zoom al arte y se programará nuevamente las ferias del libro institucional y co-munitaria. En la agenda de exposiciones se conjugarán exposiciones didácti-cas, de arte, arqueológicas y en general todas aquellas que contri-buyan al avance cultural de Jericó y su área de influencia. Los talleres seguirán programados tanto en la zona urbana, como en la rural e igualmente tendremos aquellos que forman para la generación de ingresos y los que contribuyen al deleite y al mejor aprovechamiento del tiempo libre. Para beneplácito de la comunidad se continuará con el convenio entre el municipio y la Universidad EAFIT para la programación de conciertos. Finalmente se aprovecharán los nuevos equipos de proyección y de sonido para nuevos eventos y se avanzará en aspectos museo-lógicos y museográficos y en la programación de inversiones que garanticen un manejo mas técnico de las colecciones, especial-mente en lo relativo a almacenamiento, inventario y fichaje. Para el próximo año, esperamos seguir contando con el apoyo de entidades y personas que nos permiten cumplir con los principios misionales del museo y con la buena respuesta de la comunidad a las diferentes convocatorias e invitaciones del museo.

Diciembre 1 de 2014

Informe de gestión 2014Número de visitantes: Estudiantes, turistas y público en gene-ral. 12.579 personas.Visitas orientadas: 1.879.Exposiciones: 26 Conformación de la Casa José Tomas Uribe Abad, colección de artes aplicadas.Institucionalización del programa Zoom al arte: 5 convocato-rias, 180 asistentes. Conciertos de cámara: 14.Funciones cine club: 27 películas y 1.080 jóvenes y público en general. Funciones cine infantil (matinal): 20 películas y 900 niños. Conversatorio literario: uno, público asistente 150.Piezas ingresadas: Donación Fondo de Artes Aplicadas José Tomas Uribe Abad.Talleres: 15 talleres en la zona rural y 26 talleres en la zona urbana.Taller de creación audiovisual: Uno, 45 participantes.Actividades en el auditorio y en el aula taller: 136 eventos.Feria del libro institucional: 145 libros y una enciclopedia de 49 tomos entregados a 7 centros educativos:Feria del libro comunitaria: Se entregaron 817 materiales a 178 personas, niños jóvenes y adultos.

Entidades vinculadas: Fundaciones Suramericana, Bancolom-bia, Fraternidad Medellín, John Ramírez, Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, Gobernación de Antioquia – “Antioquia la más Edu-cada”, Administración Municipal de Jericó – “El Gobierno de la Gente”, Secretaria de Educación, Cultura y Turismo de Jericó, Asociación de Amigos y Voluntarios del Museo de Jericó “MAJA”. Asociación de Amigos por Jericó, epm, Alonso Garcés Galería, Museo de Arte Moderno de Medellín, Museo del I.T.M, Centro de Historia de Jericó, Periódico Despierta Jericó, Periódico El Colom-biano, Periódico Vivir en el Poblado, Periódico Universo Centro, Familia Giraldo Osorio, Familia Agudelo Arboleda, Familia Londo-ño Arango, Señor José Tomás Uribe Abad, Maestro Carlos Andrés Restrepo, Universidad EAFIT, Universidad de Medellín, Universi-dad Pontificia Bolivariana, Institución Educativa Normal Superior de Jericó, Institución Educativa Liceo San José.

El MAJA se amplía

Despierta Jericó12 BAZAR

Cinco minutos de castidad

Cuando San Francisco era San Francisco, el sector donde mi abuelo tenía su casa, en la cabecera Municipal de Jericó, al suroeste de Antioquia, una monumental Casa con ante jardines, puertas y ventanas abiertas de par en par, inmensa y bella construcción donde habitaban los hijos de sus dos ma-trimonios, los agregados de sus fincas, los vecinos de paso y uno que otro fantasma de buen aspecto, digo yo, cuando San Francisco era lo que fue, to-das las casas eran bellas y las personas que alcancé a conocer de aquellos tiempos eran como personajes que madrugaban todos los días a cumplir con su papel estelar, eran los encargados de soportar con su presencia el andamio de la existencia; para cada día de la semana había un atuendo, un ademan, un pequeño ritual que ordenaba las cosas y nos permitía distinguir el lunes del martes, días tan siameses como el jueves y el viernes Santos.

Entre aquel reparto recuerdo a “Yeca”, una viejecita de rostro apacible, de carrillos prominentes, con arrugas transversales, se peinada a la mitad y usaba dos pinzas metálicas para sostener su canoso cabello, llevaba vesti-do de manga al codo, semi-recogido por un cinturón haciéndole bomba, casi que la veo pasar rumbo a la Capilla de San Francisco (llamada La Pollita), a tocar las campanas al medio día, tocaba el Ángelus, se fue quedando sola hasta desaparecer, luego murió.

Antes de ser “Yeca” fue Gabriela Restrepo Jaramillo, pero de esos agencia-mientos de la memoria no puedo dar fe, yo solo fabrico algunos enunciados, así mi responsabilidad no es hacer historia, solo es un juego bastante irres-ponsable de las palabras.

Tenía Gabriela otros hermanos: Samuel, que vestía de traje de sastrería, como era la usanza en aquel Jericó, antes de que la modernidad pusiera el mal gusto al alcance de todos, Hermilda que estaba en casa, Faustina que trabaja en Medellín y José de quien se dice fue un importante literato.

Suele pasarme que cuando estoy entrando en la efervescencia del tema que quiero tratar, advierto que los párrafos de esta columna empiezan a agotarse, esa limitante del espacio que tanto me mortifica y que obliga a suprimir en ocasiones líneas o ideas que se me antojan decir, y mientras voy escribiendo, pienso que habría ahorrado un buen párrafo para hablar del hermano literato de Gabriela en lugar de quedarme divagando, y sin embar-go, este es uno de esos momentos en que me gusta dejar que la escritura haga su trabajo y yo, paciente, auguro que en las siguientes líneas pueda llegar a concluir de manera digna esto que estoy aplazando.

José Restrepo Jaramillo, para los locales, es un nombre en una placa colo-cada a la entrada de una casa que ya no es ni remedo de una casa, es el escritor más notable de Antioquia, quizás de Colombia, uno de los mejores de América Latina, no lo digo yo que soy solo el nieto de un peluquero, lo dicen los mas versados en literatura, yo me uno a ellos y les creo, lo digo porque como buen jericoano en el que la modernidad hizo su trabajo, jamás había leído a José Restrepo y eso que en la biblioteca familiar se encuentran David hijo de Palestina (1931) y Obras Completas (1980), llegué a él por dos de sus cuentos, el uno que da nombre a esta columna: Cinco minutos de castidad y el otro, Las cenizas de ella.

Todavía estoy conmovido con ese muchacho metido que aguarda en la ha-bitación de las Cristeras, “aquel Jueves que vendaba los ojos de la torre”, próximo a pagar con un peso -ni un centavo más- por un momento de placer con la mayor de las Cristeras y en ella reventar su hermosa virilidad.

La lágrima me salta al ojo cuando el muchacho es arrojado a la calle sin lograr su cometido, solo por no dejar que se apagara por cinco minutos la débil llamita que iluminaba el rostro de la Virgen, en un rincón de aquel cuarto de placer y de dolor.

Tengo la sospecha de que esta columna debe llevar un “continuará”

Carlos Andrés Restrepo Espínosacarloscantante@gmail.com

El cerdito

La señora estaba siempre vestida de negro y arrastraba sonriente el reumatismo del dormitorio a la sala. Otras habitaciones no había; pero sí una ventana que daba a un pequeño jardín pardusco. Miró el reloj que le colgaba del pecho y pensó que faltaba más de una hora para que llegaran los niños. No eran suyos. A veces dos, a veces tres que llegaban desde las casas en ruinas, más allá de la placita, atravesando el puente de madera sobre la zan-ja seca ahora, enfurecida de agua en los temporales de invierno.

Aunque los niños empezaran a ir a la escuela, siempre lograban escapar de sus casas o de las aulas a la hora de pereza y calma de la siesta. Todos, los dos o tres; eran su-cios, hambrientos y físicamente muy distintos. Pero la an-ciana siempre lograba reconocer en ellos algún rasgo del nieto perdido; a veces a Juan le correspondían los ojos o la franqueza de ojos y sonrisa; otras, ella los descubría en Emilio o Guido. Pero no transcurría ninguna tarde sin haber reproducido algún gesto, algún ademán del nieto.

Pasó sin prisa a la cocina para preparar los tres tazones de café con leche y los panqueques que envolvían el dul-ce de membrillo.

Aquella tarde los chicos no hicieron sonar la campanilla de la verja sino que golpearon con los nudillos el cristal de la puerta de entrada. La anciana demoró en oírlos pero los golpes continuaron insistentes y sin aumentar su fuerza. Por fin, porque había pasado a la sala para aco-modar la mesa, la anciana percibió el ruido y divisó las tres siluetas que habían trepado los escalones.

Sentados alrededor de la mesa, con los carrillos hincha-dos por la dulzura de la golosina, los niños repitieron las habituales tonterías, se acusaron entre ellos de fracasos y traiciones. La anciana no los comprendía pero los mi-raba comer con una sonrisa inmóvil; pero aquella tarde, después de observar mucho para no equivocarse, deci-dió que Emilio le estaba recordando al nieto mucho más que los otros dos. Sobre todo con el movimiento de las manos.

Mientras lavaba la loza en la cocina oyó el coro de risas, las apagadas voces del secreteo y luego el silencio. Al-guno caminó furtivo y ella no pudo oír el ruido sordo del hierro en la cabeza. Ya no oyó nada más, bamboleó el cuerpo y luego quedó quieta en el suelo de la cocina.

Revolvieron en todos los muebles del dormitorio, busca-ron debajo del colchón. Se repartieron billetes y monedas y Juan le propuso a Emilio:

-Dale otro golpe. Por las dudas.

Caminaron despacio bajo el sol y al llegar al tablón de la zanja cada uno regresó separado, al barrio miserable. Cada uno a su choza y Guido, cuando estuvo en la suya, vacía como siempre en la tarde, levantó ropas, chatarra, desperdicios del cajón que tenía junto al catre y extrajo la alcancía blanca y manchada para guardar su dinero; una alcancía de yeso en forma de cerdito con una ranura en el lomo.

Juan Carlos Onetti (Uruguay, 1909-1994)

Diciembre 1 de 2014