david ricardo principios vii comercio exterior

8
7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 1/8 CAPÍTULO VII SOBRE EL COMERCIO EXTERIOR NINGUNA extensión del comercio exterior aumentará inmediatamente la suma de valor que posee un país, aun cuanpo contribuirá en gran medida a aumentar la masa d~ bienes y, por consiguient< z. la suma de < ll sf ru te s. Como & . yaloL de todos los artículos extranjeros se mide p or la c an ti da d d e p ro du cto s d e n ues tr a t ie rr a, y de nuestra mano de obra, que a cambio de estos bienes se entregan, no tendríamos un valor mayor aun en el caso de que, en virtud del descubrimiento de n ue vo s me rc ad os , o bt uv iés emo s e l d ob le d e la ca nt id ad d e b ien es e x- tr an je ro s a ca mb io d e u na c an ti da d d ad a d e l os n ue str os . S i m ed ian te la compra de productos ingleses por valor de E 1 00 0 un comerciante puede obtener una cierta cantidad de productos extranjeros que puede v en de r e n e l me rc ad o i ng lés p or f 1 200, habrá realizado un beneficio del 20  por ese empleo de su capital, pero ni sus utilidades ni el valor de los bienes importados aumentarán o disminuirán porque se obtenga una mayor o menor cantidad de bienes extranjeros. Si im- porta, por ejemplo, 25 ó 50 barriles de vino, su interés no será afec- ta do d e n in gu na m an er a s i en u na d et er mi na da é po ca v en de a l m is mo precio de f 1 200, una vez 25 , y 50 barriles la otra. En ambos casos se verá limitada su utilidad a E 200, o sea, el 20  de su capital, y en ambos casos se importará el mismo valor a Inglaterra. Si los 50 I (l~: ,;~~ barriles se vendiesen a un precio superior a f 1 200, E :s u ti li dad es de : ,'A . ; . .. . ..\ este comerciante particular excederían las de la tasa general de uti- , lidades, y el capital fluiría naturalment eaesa verrta )osa rama del co- IEer~io; hasta que la reducción ñ e1'precioae l vmo llevara cada cosa a s u n iv el a nt er io r . M uc has v ec es se h a ar gü id o q ue l as g ra nd es u ti li da de s l og ra da s a l- gunas veces por comerciantes particulares en el comercio exterior ele- varán la tasa general de utilidades del país y sustraerán capital de otros u so s, p ar a s er e mp le ad o e n el n uev o y p ro ve ch os o c om er ci o e xt er io r, provocando un alza general de precios, que a su vez aumentaría las utilidades. Prestigiosas autoridades han afirmado que siendo necesario un capital menor para el cultivo de cereales, la manufactura de pa- ños, sombreros, zapatos, etc . , a una demanda igual, aumentará de tal manera el precio de estos artículos que tanto el granjero como el sombrerero, e l p añ er o y e l za pa ter o o bt en dr án m ay or es b en ef ic io s, a l mismo tiempo que el importador . * Cf . A da m S rn it h, l ib ro i cap. 9 .  Ed. cit. ,p . 91.  p VII] SOBRE C OMERCIO EXTERIOR 99 Quienes aducen ese argumento están de acuerdo conmigo en que  s ganancias en los diversos empleos del capital mues tr an un~ ~n. : encía a nivelarse. Avanzan y retroceden juntos . Mi variante es la si- g Ui en te : As eg un m q ue l a ig ual da d d e u ti li da de s s e lo gr ar á c on el a lza g en er al d e la s u ti lid ad es . E n c am bi o, m i o pi ni ón e s q ue l os b en ef ic io s de l a r am a f av or ec id a p ro nt o s e r ed uc ir án & nivel general . Porque, en primer lugar, niego que necesariamente haya de in- vertirse menos en el cultivo de cereales, la manufactura de paños, sombreros, zapatos, etc., salvo si disminuye la demanda de estos ar- tículos; de ser así, no aumentará su precio. Para la adquisición de productos extranjeros se empleará ya sea la misma porción del pro- ducto de la tierra y del trabajo de Inglaterra, o una más pequeña o más grande. De emplearse de este modo la misma porción del pro- d uc to , e xi st ir á e xa cta me nte l a m is ma d em an da d e p añ os , z ap ato s, ce - r ea le s y som br er os q ue e xi st ía a nt er io rm en te, y s e i nv er tir á l a m is ma p or ció n d el c ap it al e n s u p ro du cc ió n. Si , a c on se cu en cia d el a ba rat a- miento de los artículos importados se emplea una porción menor del p ro du ct o ag rí co la y d el t rab aj o i ng les es en a dq ui ri do s, q ue da rá m ás p ar a la a dq ui si ció n d e o tr os b ien es . Si s e r eg is tr ar a u na m ej or d em an - da de sombreros, zapatos, cereales, etc., que antes, lo cual es muy f ac ti bl e, l os co ns um id or es d e a rtí cu lo s i mp or ta do s p od rá n d is po ne r de una mayor porción de sus ingresos para adquirirlos, y también se d is po nd rá d el ca pi tal co n e l c ua l p re vi am en te s e a dq ui rí an l os a rt íc u- los extranjeros cuyo valor era superior; de manera que, junto con la m ay or d em an da d e c er ea le s, z ap at os, e tc ., se e nc on tr ar án ta mb ién los medios de procurar una mayor oferta y, en consecuencia, no pueden au me nt ar p er man en te me nt e n i l os p re cio s n i l as u til id ad es . Si se em- p le a u na c an ti da d m ay or d el p ro du cto y del trabajo de Inglaterra en la compra de artículos extranjeros, menos podrá emplear en la compra de otras cosas, requiriéndose, por tanto , menos sombreros , zapatos, etc. Al mismo tiempo que se libera capital de la manufactura de sombre- ros, zapatos, etc., se habrá de invertir una cantidad mayor en la ma- n uf act ur a d e a qu el lo s a rtí cu lo s p or m ed io d e l os c ual es s e ad qu ie re n los productos extranjeros. Consecuentemente, en todos los casos el c on ju nt o d e l a d em an da d e p ro du cto s n aci on al e se- Importados, e ñl 0 q u e s e r ef ier e a v alo r, es tá li mi ta da p or e l ingreso  e l c ap ita Id el p aí s. Cuand o el uno crece, el otro debe forzosamente isminuir . sr se du- p li ca la c an ti da d d e v in o i mp or tad a  2 a cambio de la misma cantidad de artículos ingleses, el pueblo inglés podrá consumir ya sea el do- ble de la cantidad de vino que antes consumía, o bien la misma can- tidad de vino y una cantidad mayor de productos ingleses. Si yo te ng o u n i ng re so d e E 1 000, d el c ua l a nu al me nt e c om pr o u n b ar ri l d e 2. Ed. 1 :  Si l a i mporta ci ón de vino dado  .

Upload: andreaor13

Post on 17-Feb-2018

223 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 1/8

CAPÍTULO

VII

SOBRE EL COMERCIO EXTERIOR

NINGUNA extensión del comercio exterior aumentará inmediatamente

la suma de valor que posee un país, aun cuanpo contribuirá en gran

medida a aumentar la masa d~ bienes y, por consiguient<z.la suma

de<llsfrutes. Como &.yaloL de todos los artículos extranjeros se mide

por la cantidad de productos de nuestra tierra, y de nuestra mano de

obra, que a cambio de estos bienes se entregan, no tendríamos un

valor mayor aun en el caso de que, en virtud del descubrimiento de

nuevos mercados, obtuviésemos el doble de la cantidad de bienes ex-

tranjeros a cambio de una cantidad dada de los nuestros. Si mediante

la compra de productos ingleses por valor de E 1 00 0 un comerciante

puede obtener una cierta cantidad de productos extranjeros que puede

vender en el mercado inglés por

f

1 200 , habrá realizado un beneficio

del 20

 

por ese empleo de su capital, pero ni sus utilidades ni el

valor de los bienes importados aumentarán o disminuirán porque se

obtenga una mayor o menor cantidad de bienes extranjeros. Si im-

porta, por ejemplo, 25 ó 50 barriles de vino, su interés no será afec-

tado de ninguna manera si en una determinada época vende al mismo

precio de

f

1 200, una vez 25 , y 50 barriles la otra. En ambos casos

se verá limitada su utilidad a

E

200 , o sea, el 20   de su capital, y

en ambos casos se importará el mismo valor a Inglaterra. Si los 50

I (l~: ,;~~

barriles se vendiesen a un precio superior a

f

1

200 ,

E:s utilidades de

: ,'A .;... .

..\ este comerciante particular excederían las de la tasa general de uti-

, lidades, y el capital fluiría naturalmenteaesa verrta)osa rama del co-

IEer~io; hasta que la reducción ñe1'precioael vmo llevara cada cosa

a su nivel anterior.

Muchas veces se ha argüido que las grandes utilidades logradas al-

gunas veces por comerciantes particulares en el comercio exterior ele-

varán la tasa general de utilidades del país y sustraerán capital de otros

usos, para ser empleado en el nuevo y provechoso comercio exterior,

provocando un alza general de precios, que a su vez aumentaría las

utilidades. Prestigiosas autoridades han afirmado que siendo necesario

un capital menor para el cultivo de cereales, la manufactura de pa-

ños, sombreros, zapatos, etc., a una demanda igual, aumentará de tal

manera el precio de estos artículos que tanto el granjero como el

sombrerero, el pañero y el zapatero obtendrán mayores beneficios, al

mismo tiempo que el importador. *

• Cf. Adam Srnith, libro i cap. 9.

 

Ed. cit., p. 91.

 

p VII] SOBRE COMERCIO EXTERIOR 99

Quienes aducen ese argumento están de acuerdo conmigo en que

  s ganancias en los diversos empleos del capital muestran un~ ~n.:

encía a nivelarse. Avanzan

y

retroceden juntos. Mi variante es la si-

gUiente: Asegunm que la igualdad de utilidades se logrará con el alza

general de las utilidades. En cambio, mi opinión es que los beneficios

de la rama favorecida pronto se reducirán & nivel general.

Porque, en primer lugar, niego que necesariamente haya de in-

vertirse menos en el cultivo de cereales, la manufactura de paños,

sombreros, zapatos, etc., salvo si disminuye la demanda de estos ar-

tículos; de ser así, no aumentará su precio. Para la adquisición de

productos extranjeros se empleará ya sea la misma porción del pro-

ducto de la tierra y del trabajo de Inglaterra, o una más pequeña

o más grande. De emplearse de este modo la misma porción del pro-

ducto, existirá exactamente la misma demanda de paños, zapatos, ce-

reales y sombreros que existía anteriormente, y se invertirá la misma

porción del capital en su producción. Si, a consecuencia del abarata-

miento de los artículos importados se emplea una porción menor del

producto agrícola y del trabajo ingleses en adquiridos, quedará más

para la adquisición de otros bienes. Si se registrara una mejor deman-

da de sombreros, zapatos, cereales, etc., que antes, lo cual es muy

factible, los consumidores de artículos importados podrán disponer

de una mayor porción de sus ingresos para adquirirlos, y también se

dispondrá del capital con el cual previamente se adquirían los artícu-

los extranjeros cuyo valor era superior; de manera que, junto con la

mayor demanda de cereales, zapatos, etc., se encontrarán también los

medios de procurar una mayor oferta y, en consecuencia, no pueden

aumentar permanentemente ni los precios ni las util idades. Si se em-

plea una cantidad mayor del producto y del trabajo de Inglaterra en

la compra de artículos extranjeros, menos podrá emplear en la compra

de otras cosas, requiriéndose, por tanto, menos sombreros, zapatos, etc.

Al mismo tiempo que se libera capital de la manufactura de sombre-

ros, zapatos, etc., se habrá de invertir una cantidad mayor en la ma-

nufactura de aquellos artículos por medio de los cuales se adquieren

los productos extranjeros. Consecuentemente, en todos los casos el

conjunto de la demanda de productos nacionalese-Importados, eñl0

que se refiere a valor, está limitada por el ingreso

 

el capitaIdel país.

Cuando el uno crece, el otro debe forzosamente isminuir.

sr

se du-

plica la cantidad de vino importada  2 a cambio de la misma cantidad

de artículos ingleses, el pueblo inglés podrá consumir ya sea el do-

ble de la cantidad de vino que antes consumía, o bien la misma can-

tidad de vino y una cantidad mayor de productos ingleses. Si yo

tengo un ingreso de E 1 000 , del cual anualmente compro un barril de

2. Ed. 1:   Si la importación de vino dado .

Page 2: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 2/8

100 PRINCIPIOS DE ECONOMIA POLlTICA [cap. VII

vino que cuesta E 100 Y una cierta cantidad de productos ingleses,

por

E

900, al bajar el precio del vino a

E

50 podría gastar las

E

50

sobrantes ya sea en la compra de otro barril de vino o en la adquisi-

ción de más artículos ingleses. Si compro más vino, y lo mismo

hicieran quienes consumen esa bebida, el comercio exterior no se vería

afectado en lo más mínimo. Se continuaría exportando la misma can-

tidad de productos ingleses a cambio del vino, e Inglaterra recibiría,

en cambio, el doble en cantidad, aun cuando no el doble en valor

del vino. En cambio, si yo y OtroscoñSumidores de vino nos conten-

tamos con la misma cantidad de vino que antes bebíamos, se exporta-

ría una cantidad menor de mercaderías inglesas y los bebedores de

vino podrían consumir los artículos que antes se exportaban u otros

por los cuales tengan inclinación. El capital necesario para la produc-

ción de estos artículos lo proveerá el liberado del comercio exterior.

El capital puede ser acumulado de dos modos: ya puede ahorrarse

a_consecuEI~ia del ingreso ag.ecentado, o p'or la reducción del con-

sumo. Si las utilidades que yo obtengo aumentan de f 1 0 00 a

f 1 2 00 ,

mientras que mis gastos siguen siendo los mismos, acumu-

laré

E

20 0

anuales más que antes. Se producirá un efecto semejante

si ahorro f 200 de mis gastos habituales, aun cuando mis ingresos

permanezcan estables; agregaré

E

200 anuales a mi capital. El comer-

ciante que importó vino después que la tasa de utilidades aumentó del

20

al

40   ,

adquirirá los artículos de producción nacional en

E 85 7 2s  

1 d

en vez de

f

1000, y continuará vendiendo el vino importado en

E 1 2 0 0; o si continuase adquiriendo los artículos ingleses por f 1 0 00

tendría que elevar el precio de su vino a f 1400; de este modo obten-

dría el

40

en vez del

20  

de utilidades sobre su capital; pero si, a

consecuencia de la baratura de todos los bienes en que gastó su in-

greso, él y todos los demás consumidores pudieran ahorrar el valor

de

f

200

en cada

f

1 0 00

que gastaban anteriormente, aumentarían

realmente la riqueza real del país; en el primer caso, se lograría el

ahorro por un incremento del ingreso; en el segundo, a consecuencia

de la disminución de los gastos.

Si p'or la introducción de maquinaria disminuyese en un 20   el

valor de la generalidad de los artículos en que gastó mi ingreso, yo

realIzaría un ahorro del 20   tan efectivo como si mi ingreso hubiera

sido incrementado en un

20   ;

pero en un caso la tasa de utilidades

es estacionaria, mientras que en el otro Se incrementa en un 20

  .

Si la introducción de artículos extranjeros baratos me permite aho-

rrar

20  

de mis gastos ordinarios, se obtendrá exactamente el mismo

efecto que si la maquinaria hubiera reducido los gastos de su pro-

ducción, pero las utilidades no habrían aumentado.

Por lo tanto, no es a consecuencia de la extensión de los merca-

cap. vn] SOBRE COMERCIO EXTERIOR 101

dos que sube la tasa de utilidades, aun cuando dicha extensión puede

sei1~almente eficazj>arawincrementar la masade los bienes, lo cua

puede permitimos aumentarlos fOñaos destinados al mantemmiento

del trabajo y de los materiales en los que puede emplearse el tra-

bajo. Es tan importante para la felicidad de la humanidad entera

aumentar nuestros disfrutes por medio de una mejor distribución del

trabajo, produciendo cada país aquellos artículos que, debido a su

clima, su situación y demás ventajas naturales o artificiales, le son pro-

pios, o intercambiándolos por los producidos en otros países, como

aumentados mediante un alza en la tasa de utilidades.

He tratado de demostrar, a través de toda esta obra, que ~

de utilidades no odrá ser incrementada a menos que sean reducidos

los sa anos, y que no ue e eXIstir una a a ermanente e sa anos

sino a consecuencia de la ba'a del recIO e os ro uctos necesarios

en que los sa arios se ~stan. En consecuencia, si la expansI n e co-

mercIOextenor o e l pé eccionamiento de la maiuinaria hacen posible

colocar en el mercado los alimentos y productos necesarios al traba-

jador, a un precio reducido, las utilidades aumentarán. También

bajarán los salarios y aumentarán las ganancias si, en vez de cultivar

nuestros propios cereales o manufacturar nosotros mismos los vesti-

dos y demás artículos necesarios para los obreros, descubriésemos un

nuevo mercado del cual podemos abastecemos a un precio inferior;

pero si los artículos obtenidos a precios inferiores, debido a la expan-

sión deIcomercio exterior, o al perfeccionamientode1a maquinaria:

s.Qnúnicamente los artíc:.ulosque consumen las clases pudientes, la

tasa de utilidades no sufrirá cambio alguno. No se verá afectada

la -tasa de salarios, aun cuando eIVino, ros terciopelos, las sedas y otros

artículos caros quedaran reducidos en un 50

  ,

continuando inaltera-

das, por lo tanto, las utilidades.

Así pues, el comercio exterior, aun cuando altamente beneficioso

para un país, pues aumenta la cantidad y variedad de los objetos en

que puede gastarse el ingreso, y proporciona, por la abundancia y ba-

ratura de los bienes, incentivos para ahorrar, no muestra ninguna ten-

dencia a aumentar las utilidades del capital, ~ menos q~~_lo~j>rOductos

importados sean de la clase en que se gastan los salarios del trabajo.

Todos los comentarios anteriores referentes al comercio exterior,

Son también aplicables al comercio interno. N2-e0drá nunca aumen-

tarse la tasa de utilidades ni por una mejor dIstnbudónáefliabajo,

r n por la invención de~ma_~uinaria,ni por el establecimiento de nue-

vos caminos y canales, ni por ninguno de los métodos para emplear

menos mano de obra, ya sea para la manufactura o para el transporte

de las mercancías. Todas estas causas influyen en los precios, y son

8 Ed. 1 Utilidades  en vez de utilidad .

Page 3: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 3/8

102 PRINCIPIOS DE ECONOMfA POLfTICA

[cap. \ ¡¡

siempre altamente beneficiosas para los consumidores, ya que les

permiten obtener, a cambio del mismo trabajo o con el valor del pro-

ducto de ese mismo trabajo, mayor cantidad a cambio de los artículos

a cuya producción se aplica la mejora, pero no afectarán a las utilidn,

des. Por otra parte, aumenta las utilidades cualquier reducción que

sufran los salarios, sin producir efecto alguno en el precio de los bi;

nes. El uno es ventajoso para todas las clases sociales, puesto que

todas ellas son consumidoras. El otro beneficia sólo a los productores

permitiéndoles ganar más, pero sin que esto afecte a los precios. E~

el primer caso, recibirán la misma cantidad que antes obtenían, pero

todos los artículos en que inviertan sus ganancias tendrá un menor

valor de intercambio.

La misma regla que establece el valor relativo de los bienes en un

país, no rige el valor relativo del precio de los productos intercam-

biados entre dos o más países.

En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país inver-

tirá naturalmente su capital y su trabajo en empleos tales que sean

lo más beneficioso para ambos. Esta persecución del provecho indi-

vidual está admirablemente relacionada con el bienestar universal.

Distribuye el trabajo en la forma más efectiva y económica posible al

estimular la industria, recompensar el ingenio y por el más eficaz ern-

  pleo de las aptitudes peculiares con que lo ha dotado la naturaleza;

al incrementar la masa general de la producción, difunde el beneficio

general y une a la sociedad universal de las naciones en todo el mundo

civilizado con un mismo lazo de interés e intercambio común a todas

ellas. Es este principio el que determina que el vino se produzca

en Francia y Portugal, que los cereales se cultiven en América y en

Polonia, y que Inglaterra produzca artículos de ferretería y otros.

En términos generales, las utilidades de un mismo país siempre

~ están en un determinado nivel; o difieren solamente cuando la in-

versión de capital es más o menos segura y apetecible. No sucede esto

entre países distintos. Si los beneficios derivados del capital invertido

en Yorkshire excediesen los que se obtienen del capital empleado en

Londres, el capital de Londres se trasladaría rápidamente a Yorkshire

y se realizaría una igualación de utilidades; en cambio, si a consecuen-

cia de una tasa reducida de producción en Inglaterra, debido al au-

mento de capital y de la población, se registrase un aumento en los

salarios y se redujesen las util idades, no sería de esperar que el capital

y la población inglesa emigrasen a Holanda, España o Rusia, donde

las utilidades podrían ser mayores.

Si Portugal no tuviera relaciones comerciales con otros países, en

lugar de emplear una gran parte de su capital y de su industria en la

producción de vinos, con los cuales adquiere de otros países la ropa

cap. vn] SOBRE COMERCIO EXTERIOR 103

 

la ferretería que consume, se vería obligado a dedicar una parte de

ese capital a la fabricación de dichos bienes, los cuales obtendría pro-

bablemente en menor cantidad y de inferior calidad.

La cantidad de vino que tendría que pagar a cambio del paño ob-

tenido en Inglaterra no se determina por las cantidades respectivas de

trabajo necesarias para la producción de cada uno de ellos, si ambos

bienes se fabricaran en Inglaterra o en Portugal.

Inglaterra puede encontrarse en circunstancias tales que la pro-

ducción de paños pueda requerir el trabajo de 100 hombres durante

un año. Si tratase de producir el vino, probablemente necesitaría el

trabajo de 120 hombres durante el mismo tiempo. Consecuentemen-

te, Inglaterra prefiere adquirir el vino importándolo, a cambio del

paño que produce.

Portugal probablemente pueda producir su vino mediante el tra-

bajo de 80 hombres durante un año, mientras que para la producción

del paño requiera el trabajo de 90 hombres durante el mismo tiem-

po. Resulta

z

en consecuencia, ventajoso ara Portu al exportar vino

a cambio de años. Este intercambio puede e ectuarse aun cuan o

l

mercadería importada se ueda rod~cir en Portu al mediante una

cantidad menor de mano de obra que en Inglaterra. Aun cuando pO=-

dría producir el paño con el trabajo de 90 hombres, lo importaría de

un país donde se emplee el trabajo de 100 obreros, ya que sería más

provechoso para él emplear su capital en la producción de vino, me-

diante el cual obtendría una cantidad mayor de paños procedentes de

Inglaterra, que el que podría producir invirtiendo en la manufactura

d~ paños una parte del capital que ahora dedica a la producción de

VIllO.

Inglaterra daría de este modo el producto del trabajo de 100hom-

bres, a cambio del trabajo de 80. Un intercambio de esta naturaleza •..

no podría llevarse a cabo entre individuos de un mismo país. El

trabajo de 100 ingleses no puede cambiarse por el trabajo de 80 in-

gleses, pero el producto del trabajo de 100 ingleses puede ser cambiado

por el producto de la labor de 80 portugueses, 60 rusos, ó 120 indios

orientales. La diferencia a este respecto se explica fácilmente si se

considera la_dificultad con gue el ea ital se mueve de un país a otro

cuando se buscan inversiones más proauctivas, y la actividad con la

que invariablemente pasa de una provincia a otra en un mismo país.

*

*

Resultaría, entonces, que ~n país que .J?osee ventajas muy' considerables, tanto

eE ma eria ?e maquinaria como ííehabilidad técnica país que por este motivo podrá

prodUCir artículos con mucho menos mano e o ra que sus vec inos , puede, a cambio

de estos artículo s, importar una porci6n de los cerea es .9ue re~iere Eara su consumo,

aun siendo este país más fértil,

y

pudiendo cultivar el cereal con menos mano de obra

que I~empleaáa en el país del cual se importó. Supongamos que dos horribres fa-

oocan sombreros

y

zapatos,

y

que uno de ellos es superior al otro en ambas manufac -

turas; pero a l fabri ca r sombre ros, s6lo podrá superar a su competidor en una quinta

l e

Page 4: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 4/8

104 PRINCIPIOS DE ECONOM A POLfTICA [cap. vu

Representaría indudablemente una ventaja para los capitalistas

ingleses y para los consumidores de ambos países que, en tales circuns_

tancias, tanto el vino como el paño fuesen fabricados en Portugal

y que por lo tanto, así el capital como el trabajo que Inglaterra em:

plea en la producción de paños, se trasladara a Portugal para este

propósito. En tal caso, el valor relativo de estos artículos sería con-

trolado por el mismo principio, como si uno fuese producido en Lon-

dres y otro en Yorkshire: en cualquier otro

cas o.is i

el capital afluyera

libremente hacia los aíses donde ueda ser em leado más lucrativa-

mente, no yodría existir diferencia al umen la tasade utilidades ni

tampoco en los precios reales o precios del trabajo de losbienes, sa vo

~ la cantidad adicional de trabajo requerida para llevarlos a los dife-

rentes mercados donde habrán de venderse.

Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la inseguridad real

o imaginaria del capital, cuando éste no está bajo el control inme-

lato e su dueño, auna a a la natural renuencia que siente cada per-

sona a abandonar su país de origen y sus relaciones, confiándose a un

gobierno extraño, con nuevas leyes, detienen la emigración del capital.

Estos sentimientos, que lamentaría ver debilitados, Sonla causa de que

muchos capitalistas se den por satisfechos con una tasa de utilidades

baja en su propio país, en vez de buscar un empleo más ventajoso

de su riqueza en países extraños.

En virtud de la competencia existente en el comercio, el oro y la

plata, por ser el medio general de circulación, están distribuidos en

proporciones tales como los diferentes países del mundo, que se aco-

modan al tráfico natural que seguiría el mismo curso, aun cuando no

existieran esos metales, y aun cuando el comercio entre países se rea-

lizara a base de trueque.

') De esta manera, el paño no puede ser importado a Portugal, a

menos que se venda por más oro del que cuesta en su país de origen;

y el vino no se puede importar en Inglaterra a menos que se venda a

un precio mayor del que cuesta en Portugal. Si el comercio se hiciera

únicamente a base de trueque, únicamente podría continuar mientras

Inglaterra fuese capaz de producir el paño a un precio tan reducido

que le permitiera adquirir una mayor cantidad de vino, mediante una

determinada cantidad de trabajo, fabricando el paño que cultivando

la vid; y también mientras la industria portuguesa registrara los efec-

tos inversos. Supongamos ahora que Inglaterra descubre un proceso

para fabricar vino, mediante el cual fuera más interesante para ella

parte, o sea el 20por ciento,

y

haciendo zapatos podrá aventajarle por una tercera parte,

o sea el 33 por ciento; ¿no será, acaso, interesante para ambos que el mejor de los dos

fabrique exclusivamente zapatos,

y

que el menos bueno haga los sombreros?

4

4 Cf. El zapatero

y

el sastre de AdamSmith, libro IV, cap. ii; p. '402·3.

  p . vu]

SOBRE COMERCIO EXTERIOR 105

roducir vino que importarlo. Naturalmente, retiraría una parte del

~pital invertido en el comercio exterior, para destinarlo al comercio

interno. Dejaría de fabri~r paños con destino ~ la exporta.ción y pro-

duciría vino para su propIO consumo. El precio monetano de estos

artículos se vería afectado proporcionalmente. Bajaría el precio del

vino, en tanto que el paño conservaría su precio anterior; y en Portu-

gal ninguno de los dos artículos sufriría cambios en su precio. Inglate-

rra' continuaría exportando paños hacia ese país por algún tiempo, por-

que su precio continu~ría siendo ~ás alto en .Portugal_que aquí, pero

tendría que entregar dinero y no vmo a cambio del pano , hasta que la

acumulación del dinero en este Reino y su disminución en Portugal

influyera de tal manera en el valor relativo del paño en los dos países,

que su exportación dejaiía e pro ucir utilidades. Si el adelanto téc-

nico para producir vino fuese de gran importancia, sería conveniente

para ambos países trocar sus actividades; porque Inglaterra produciría

entonces todo el vino, en tanto que Portugal manufacturaría todo el

paño que aquélla consumiera; pero esto sólo podría llevarse a cabo

mediante una nueva distribución de los metales preciosos, que aumen-

taría el precio del paño en Inglaterra y lo disminuiría en Portugal. _El

recio re la tivo del vino caería en Inglaterra, a consecuencia del pro-

vecho real obtenido mediante la mejora en su producción; es decir,

bajaría su recio natural. El recio re atlvo e paño aumentana a

causa e a acumu

ación

de dinero.

Supongamos que antes de registrarse el perfeccionamiento de que

hablamos, el precio del vino en Inglaterra hubiese sido de f 50 el

tonel, mientras que el precio de cierta cantidad de paño fuese de E 45;

que en Portugal el precio de la misma cantidad de vino fuese de E 45, y

el de la misma cantidad de ropa

f

50. Portugal exportaría el vino

realizando una ganancia de f 5, e Inglaterra su paño mediante una

utilidad igual.

Supongamos que, después de realizado el perfeccionamiento, el

precio del vino bajase a Ei5 en Inglaterra, continuando el paño al

precio anterior. Cada transacción comercial es independiente. Mien-

tras un comerciante pueda adquirir paño en Inglaterra por E 45 y

venderlo en Portugal realizando la ganancia habitual, continuará ex-

portándolo. Su comercio consiste únicamente en comprar paños in-

gleses, pagando con una letra de cambio comprada con diner? portu-

gués. No tiene para él importancia el uso que se haga de su dinero; él

se ha liberado de su deuda mediante el envío de la letra. Su transac-

ción está indudablemente regulada por los términos conforme a los

cuales pueda obtener esa letra, pero tiene que c?noc~rlos al tiem~o del

envío de la misma, y las causas que puedan influir en el precio de

mercado de las letras, o sea la tasa de cambio, no le interesa.

Page 5: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 5/8

106 PRINCIPIOS DE ECONOM A POLlTICA [cap. VII

Si el mercado fuera favorable a las exportaciones de vino de Portu-

gal a Inglaterra, el exportador no será más que el vendedor de un do-

cumento, el cual será adquirido ya sea por el importador del paño, o

bien por la persona que le vendió ese documento. De esta manera,

los exportadores serán pagados en sus países respectivos, sin necesi-

dad de que el dinero pase de un país a otro. Sin efectuar ninguna

transacción directa entre ellos, el dinero pagado en Portugal por el

importador de paños será entregado al exportador portugués de vino.

En Inglaterra, mediante la negociación del mismo documento, estará

el exportador de paños autorizado a recibir su valor correspondiente,

del importador de vinos.

Si los precios del vino fuesen tales que no pudiese ser exportado

a Inglaterra, el importador de paños tendría igualmente que adquirir

un documento, con la diferencia de que el precio de esta letra sería

mayor, debido al conocimiento que tiene el vendedor, de que no existe

un contradocumento en el mercado, por medio del cual pudiese saldar

la transacción entre los dos países. Ha de saber que el dinero, en oro

o plata, que recibe a cambio de su documento, debe ser efectivamente

exportado a su corresponsal en Inglaterra, con el fin de permitirle pa-

gar el giro que ha autorizado contra sí mismo y puede, por lo tanto,

cargar en el precio del documento todos los gastos, junto con su

utilidad habitual y justa.

La importación cesaría por supuesto, si el premio por una letra

en Inglaterra fuese igual al beneficio obtenido de la importación del

paño; pero si el premio por el documento fuese únicamente de 2

  ,

y si, para poder pagar una deuda de E 100 en Inglaterra, tuviesen que

ser pagadas en Por tugal E 102, donde el paño, con valor de E 45, se

vendiese a E 50, se importar ían paños, se adquirirían letras y se expor-

taría dinero, hasta que su acumulación en Inglaterra y su disminución

en Portugal produjesen una situación tal en los países, que estas tran-

sacciones no fuesen ya lucrativas.

Pero lLdisminución de dinero en un país y su acumulación en

otro no influ en sólo en el recio de un bien determma o, sino en el

recio de todos ellos, y, como consecuencia, el precio del vino y del

paño sufrirán, ambos, un alza en Inglaterra, al tiempo que una baja

en Portugal. Siendo el precio del paño de f 45 en un país y de

E

50

en otro, probablemente bajaría a

f

49 o

f

48 en Portugal, y subiría

a f 45 o E 47 en Inglaterra, lo cual no permitirá una utilidad suficien-

temente alta, una vez pagada la prima por el documento, para incitar

al comerciante a importar esa mercadería.

Es así como el dinero está distribuido en cada país en las cantida-

des necesarias para regular un lucrativo comercio de trueque. Ingla-

terraexporta a sus paños a cam   ae vino porque, e este modo,

cap. VII]

SOBRE COMERCIO EXTERIOR 107

le resultaba más productiva su industria. Obtenía más vino y más

paño que de haberlos fabricado ambos el.la misma .. Portuga~ impo~-

taba paño y exportaba vino porque, fabncando el vino, su industria

se empleaba del modo más útil para ambos. El comercio cesaría in-

mediatamente, de existir en Inglaterra mayores dificultades para la

fabricación del paño, o en Portugal para producir el vino, o mayor

facilidad en Inglaterra para producir vino, o en Portugal para fabri-

car paño.

La situación en Portugal no sufrirá cambio alguno. Inglaterra,

por el contrario, se percata de que puede emplear más lucrativa~ente

su mano de obra en la fabricación de vino, lo cual hace cambíar de

inmediato el comercio de trueque entre los países. No sólo cesará la

exportación de vino de Po~tugal, sino que ~endrá. ~ugar una redi~t ri-

bución de los metales preCIOSOS,lo cual le impediría exportar panos.

Sería útil para ambos países fabricar su propio paño y su propio

vino, pero ello produciría el siguiente resultado singular: en Inglaterra,

aun siendo más barato el vino, subiría el precio del paño, y el consu-

midor tendría que pagar más por este último artículo; en cambio, en

Portugal, los consumidores, tanto de paño como de vino, podrían ad-

quirir estos productos por un precio inferior. Los precios aumentarían

en el país donde se realizó el perfeccionamiento. En el país donde

nada se ha alterado, salvo la circunstancia de verse privado de una

provechosa rama de su comercio exterior, bajarían los pr~cio.s. .,

Esta ventaja para Portugal es sólo aparente, ya que disminuirían

las cantidades tanto del vino como de paños producidos en ese país,

mientras que aumentaría la producción inglesa. El dinero cambiaría,

hasta cierto punto, de valor en los dos países: vardría menos en Ingla-

terra y más en Portugal. El ingreso total de Portugal, ~stimado en

dinero, disminuiría, en tanto que en Inglaterr~ aum~ntana. .

Lo anterior indica, pues, que los erfecclOnamlentos de fabnca-

ción descubiertos en un aís ro enden a alterar la distribución de los

metales preciosos é r it  re las naciones: tienden a incrementar la canti-

dad de bienes, al mismo tiem o ue causan un a za eneral de re-

cios en el país donde se opera el perfeccionamiento.

~e estado suponiendo, para simplificar la cuestión, que el .co-

mercio entre dos países se limita al intercambio de dos artículos, vino

y

paño; pero es del conocimiento general que muchos

r

diversos pro-

ductos entran en la lista de importaciones y exportaciones, Con el

retiro del dinero de un país y su acumulación en otro, se afecta el pre-

cio de todas las mercaderías, y en consecuen~e estimu a a ex:

ortación de una gran cantidad de artículos, aparte del dinero.'

 

cual

evitará que se opere un efecto tan grande en ,el valor del dl~ro de

los dos países como el que de ótra manera podría esperarse.

Page 6: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 6/8

108 PRINCIPIOS DE ECONOM A POUTICA

[ea

  VD

Ade~ás de los adel~ntos en la destreza y en la maquinaria, existen

otras va.nascaus~squ~ influyen constantemente en el curso natural del

comercio y que mt.erfIeren en el equilibrio y en el valor relativo del di-

~ero. Las subvenciones a la exportación o a la importación, los nuevos

~m~uestos sobre los productos, operando unas veces directa y otras

mduecta~ente, alteran el com.ercio natural de trueque, y producen

una necesidad consec.uente de Importar o exportar dinero, con el fin

de acomodar los recIOSal curso natural del comercio. Este efecto se

p~? uc~ no solo en el país donde tiene lugar la causa de altera-

CIOn,SI~O,en mayor o menor grado, en todos los países del mundo

comercial.

Esto explicará, hasta cierto punto, la diferencia del valor de dine-

ro ~n los países; nos ex~licará por qué el precio de los productos

naclo?ales y el de los fabncados en masa, aun teniendo un valor com-

paratívarnente pequeño, son, independientemente de otras causas,

m~s caros en aquellos países donde la industrialización florece. De dos

paises que co?taran ex~ctamente con la misma población, la misma

ca?tIdad de tierras de Igual fertilidad y también los mismos conocí-

mientes en materi~ de agricultura, resultarán más altos los precios

de .losproductos pnmos en aquel país on e se emp ee una mejor ma-

qumana y se ponga en juego una Ea ilídao mayor para a a ncación

de artículos exportables. La diferencia en la tasa de utilidades proba-

blemente será mu~ peque.ña, puesto que los,salarios o la compensación

real del o?rero sena la misma en ambos paises, pero se cotizarían más

alt,o en dinero ~os salarios, así como los productos primos, en aquel

pais donde deoldo a la destreza productiva y a la maquinaria, se im-

porta.ra dmero en a un ancia, a cambió de los productos fabricados.

SI alguno de estos dos países tuviese ventaja en la fa ncaci6n de

artículos de una determinada calidad mientras que el otro la tuviera

~n la. fabri~~ción de otra calidad di~tinta no habría una entrada o

mfluJ? decisivo de metales preciosos en ninguno de ellos, pero si la

ventaja de uno de ellos fuese notoria, sería inevitable ese efecto.

En una parte anterior de esta obra he supuesto, para facilitar la

arg~mentaclón, que el dinero tiene siempre un valor detenninado.

Qu~ero.ahora demostrar que, independientemente de las variaciones

ordm.anas ~n el valor del dinero y las que son comunes al mundo co-

mer~Ial, existen también variaciones parciales a las cuales está sujeto

el dI?ero, en algunos países en particular, y que de hecho, el valor

d~l d.mero?~mc~es igual en dos países cualesquiera, a que depen e de

la tnb'ltacIOn fIscal de la habilidad manufacturera e las venta 'as

< le roporciona el clima de la roducci6n natural de muchas

otras causas.

5 La ed. 1 no contiene aun teniendo un 6 Las eds., 1·2 dicen De hecho ; ed. 3

valor comparativamente pequello . dice, por errata, en hecho .

~p. vn] SOBRE COMERCIO EXTERIOR 109

Sin embargo, aun cuando el dinero esté sujeto a estas perpetuas

variaciones, y en consecuencia también los bienes comunes a la ma~o-

ría de los países estén sujetos a considerables diferencias, no sufnrá

efecto alguno la tasa de utilidades por la entrada o la salida de dinero.

  l

aumento en el medio circulante no comporta un aumento de ca-

pital. Si la renta pagada por el granjero a terrateniente y os sa arios

3e sus trabajadores fueran un 20

 

más altos en un país que en otro,

y

si al mismo tiempo, el val.or nominal d~l capit~~ del granjero es

de 20   más, obtendna precisamente la misma utilidad, aun cuando

vendiera su producto primo por un 20% más.

Nunca se insistirá demasiado en el hecho de que las utilidades

de enden de los salarios, no de los salarios nominales, sino de los rea-

les' no del número de libras que pueda pagarse anualmente al tra-

ba;ador, sino de los días de trabajo necesarios ara obtener ese dinero.;

Por tanto, lo~larios pueden ser idénticos en dos aíses distintos.

Pueden igua mente guardar la misma proporción con la renta y con el

producto total obtenido de la tierra, aun cuando en uno de los países

el labrador reciba 10 chelines por semana, y en el otro 12.

En la etapa primitiva de la sociedad, cuando las manufacturas

habían progresado poco, y el producto de todos los países era más o

menos semejante, y consistía en los bienes

m ás

útiles y voluminosos,

el valor del dinero en los diferentes países se regulaba principalmente

por la distancia a que estaban las minas de las cuales se extraían los

metales preciosos; pero al desarrollarse la destreza y la sociedad, y al so-

bresalir algunas naciones en la manufactura de algunos artículos en

particular, aun sin dejar de tener en cuenta la distancia, el valor de

los metales preciosos será regulado principalmente Eor la su erioridad

deestas manufacturas.

- Supongamos que todos los países produjesen cereales, ganado e

indumentaria burda, y que, mediante la exportación de estos artícu-

los, obtuviesen oro de los países que lo producen, o de aquellos que los

sojuzgan. Es natural que el oro sería, en ese caso, de un mayor valor

en cambio en Polonia que en Inglaterra, debido al gasto inherente a

la expedición de una mercancía tan voluminosa, como lo son los ce-

reales, a un destino más distante, y también al costo más elevado

que tendría la remisión del oro a Polonia. .

Existiría esta diferencia en el valor del oro, o, 10 que es 10 mismo,

la diferencia en el precio de cereales en los dos países, aun cuando las

facilidades de producir maíz en Inglaterra excediesen a las existentes

en Polonia, debido a la mayor fertilidad de la tierra, y a la superiori-

dad en los conocimientos y en los implementos con que contase el

trabajador. .

Sin embargo, si Polonia fuese la primera en perfeccionar sus ma-

Page 7: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 7/8

PRINCIPIOS DE ECONOMIA POLlTICA

[c ap . Vil

nufacturas, y tuviese éxito en la fabricación de un artículo de gran

demanda, inclusive de gran valor y volumen reducido, o hubiese sido

dotada con alguna producción exclusiva, con demanda general y no

poseída por otros países, obtendría una cantidad adicional de oro a

cambio de ese bien, y esa cantidad adicional operaría sobre el precio

de sus cereales, su ganado y su indumentaria burda. La desventaja de-

rivada de la distancia sería probablemente más que compensada por

la venta'a de oseer un artículo exportable de· gran valor, y el dinero

tendría permanentemente menor valor en Polonia que en Inglaterra.

Si por el contrario, la ventaja de una mayor habilidad manual y de

la maquinaria estuviese de parte de Inglaterra, se añadiría otra razón

más a la ya existente, por la cual el oro debería valer menos en

Inglaterra que en Polonia, y nos explicaría por qué los cereales, el ga-

nado y la indumentaria deberían tener un precio más elevado en

Polonia.

Creo que son éstas las únicas dos causas que regulan el valor com-

parativo del dinero en los diferentes países del mundo. Aun cuando

los impuestos causan una perturbación en el equilibrio del dinero,

obran privando al país, en el cual se fijan, de alguna de las ventajas

que proporcionan la habilidad manual, la industria y el clima.

Me he propuesto distinguir cuidadosamente entre el bajo valor de

una moneda y el alto valor del cereal, o de cualquier otro artículo

con el cual pueda compararse el dinero. Generalmente se les ha con-

síaerado como una misma cosa, pero

 

evidente que cuando el cereal

sube de 5 a 10 chelines el

bushel 

ello puede deberse ya sea a una baja

en el valor del dinero, o a un alza en el valor del cereal. Hemos visto

que debido a la necesidad de recurrir sucesivamente a tierras de ferti-

lidad cada vez menor para alimentar a la población creciente, debe

subir el valor relativo del cereal. En consecuencia, si el dinero tuviera

permanentemente el mismo valor, el cereal se cambiaría por más di-

nero en esas condiciones; es decir, subiría su precio. También causa-

rán un alza en el precio del cereal ciertos perfeccionamientos en la

maquinaria utilizada en las manufacturas, tales que nos permitan pro-

ducir artículos con peculiares ventajas: ello producirá un aflujo de

dinero; disminuirá su valor y se cambiará, por tanto, por una cantidad

menor de cereales. Sin embargo, los efectos resultantes de un elevado

precio del cereal, según sean provoca os por el alza del valor de éste,

y por una baja del valor del dinero, son enteramente distintos. En

ambos casos aumentará el precio monetario de los salarios, pero si

dicho fenómeno fuera consecuencia de la baja del valor del dinero, no

sólo subirán los salarios y los cereales, sino también todos los artículos.

Si el fabricante tiene que pagar salarios más altos, recibirá más por

sus productos terminados, y la tasa de utilidades se mantendrá inafec-

cap .

VII] SOBRE COMERCIO EXTERIOR 111

tada. En cambio, sus utilidades disminuirán si el alza en el precio del

cereal se debe a la dificultad en su producción, pues en este caso

tendrán que pagarse salarios más elevados, sin posibilidad de resar-

cirse mediante la elevación del recio del artículo terminado.

Cua quier mejora técnica en la explotación de minas, por medio

d e

la cual pueden producirse los metales preciosos con menos trabajo,

hará bajar, de un modo general el valor del dinero. En ese caso, se

intercambiará por una cantidad menor de mercaderías en todos los

países; pero c~ndo algún país sobresalga en la fabricación, de tal

manera que cree un aflujo monetario hacia él, bajará el valor del di-

nero, yel precio tanto de los cereales como de la mano de obra serán

relativamente más altos en ese I1aísque en ningún otro.

El intercambio no es índice del valor más elevado del dinero; las

letras pueden continuar negociándose a la par, pese a que los pre-

cios de los cereales y de la mano de obra sean un 10, 20 ó 30% más

elevados en un país que en otro. En las circunstancias supuestas, tal

diferencia en los precios corresponde al orden natural de las cosas;

el cambio sólo puede estar a la par cuando,-en un país sobresaliente en

la manufactura, se introduce una cantidad suficiente de dinero que

eleve el precio tanto del cereal como de la mano de obra. Si los países

extranjeros E 0hibieran la eXE.9rtaciónde dinero, y lograran hacer cum-

plir esa regulación, podría seguramente evitarse el alza de los precios

de los cereales y de la mano de obra en el país manufacturero; porque

dicha alza sólo puede tener lugar tras el aflujo de metales preciosos,

en el supuesto de que no se utilice el papel moneda, pero no podrían,

sin embargo, impedir que el intercambio les fuera desfavorable. Supo-

niendo que Inglaterra fuera e país fabricante, y si fuera' posible im-

pedir la importación de dinero, el intercambio con Francia, Holanda

y España podría ser de 5, 10 ó 20% desfavorable a esos países.

Cada vez que la circulación de dinero se detiene por causas de

fuerza mayor, impidiendo que el dinero se sitúe a su justo nivel, no

existen límites a las posibles variaciones en el cambio. Los efectos

~n similares a los que surgen cuando un papel moneda que no puede

carribiarsej)or metálico a voluntad del tenedor, se pone en circulación

forzosa. Esta moneda estará necesariamente confinada al país erni-

Sor: de-ser demasiado abundante, no puede difundirse en otros países.

Se destruye el equilibrio de la circulación, y el intercambio será nece-

s~riamente desfavorable al país que lo posea en cantidades excesivas~

tales serían también los efectos de una circulación en metálico, si

por coerción, por medio de leyes ineluctables, se mantuviera el dinero

en un país, cuando la corriente comercial lo impeliese a otros.

Cuando cada país posee la cantidad precisa de dinero que requiere,

no tendrá seguramente un valor idéntico en todos ellos, ya que puede

Page 8: David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

7/23/2019 David Ricardo Principios VII Comercio Exterior

http://slidepdf.com/reader/full/david-ricardo-principios-vii-comercio-exterior 8/8

112 PRINCIPIOS DE ECONOMIA POLlTICA [cap. va

variar en 5, l a y hasta 20

 

con respecto a los diferentes bienes; pero

el cambio estará a la par. Cien libras en Inglaterra o la plata corres-

pondiente a esas f 100 comprarán un documento de E 100, o una

cantidad equivalente de plata en Francia, España u Holanda.

Hablando del cambio, y del valor comparativo del dinero en los di-

ferentes países, no debemos referimos en absoluto al valor estimativa

del dinero con respecto a los bienes, en cualquier país. No podrá

nunca determinarse el cambio or la estimación com arativa e

va or e mero en cerea es, ves ti os o cua qmer otro articulo, sino

me iante a estimación del valor de la moneda de un Eaís, en

compa.

raClOn con la moneda de otro.

uede igualmente determinarse comparándolo con un cierto pa-

trón común a ambos países. Si una letra sobre Inglaterra por E 100

compra la misma cantidad de artículos en Francia o en España, que

un documento sobre Hamburgo por el mismo valor, el cambio entre

Hamburgo e Inglaterra estará a la par. Pero si una letra sobre Ingla-

terra por

f

130 no puede adquirir más que otra sobre Hamburgo por

f

100, el cambio estará 30

 

contra Inglaterra.

En Inglaterra, E 100 pueden comprar un efecto mercantil, o el

derecho de recibir f 101 en Holanda, f 102 en Francia y f 105 en

España. En ese caso, el cambio con Inglaterra estará al 1

 

contra

Holanda, 2   contra Francia, y 5   contra España. Indica que el

equilibrio de la moneda está a un nivel más alto de lo que debiera

en esos países, y el valor relativo de sus monedas, y el de Inglaterra,

sería inmediatamente restaurado a la par, ya sea detrayendo del de

esos países o añadiendo al de Inglaterra.

Quienes han manifestado que nuestra moneda ha estado depre-

ciada en los diez últ imos años, cuando el cambio varió del 20 al 30  

en contra nuestra, nunca han sostenido, como se les acusa, que el

dinero no puede valer más en un país que en otro, en comparación

con diversos bienes. Sostenían que

f

130 no podían permanecer en

Inglaterra, a menos que estuviesen depreciadas,  cuando no tenían

un valor superior, estimado en dinero de Hamburgo, o de Holanda,

que el metálico de

8

f 100.

Si envío E 130 inglesas en esterlinas a Hamburgo, aun a un costo

de E 15, yo poseería en ese país f 125. ¿Qué circunstancia , entonces,

podría hacerme consentir en dar

f

130 por un documento que me

produciría E 100 en Hamburgo sino el hecho de que mis libras no

fueran buenas libras esterlinas? Ellas quedarían deterioradas, degra-

dadas en su valor intrínseco por debajo de las libras esterlinas de Harn-

burgo, y si en realidad fuesen enviadas a esa plaza a un costo de E 5,

se venderían por sólo

f

100. Con libras esterlinas en metálico, no se

7

Las eds. 1·2 no contienen  a menos que 8 Las eds. 1·2 no contienen  el metálico

estuviesen depreciadas  . de .

cap. VII]

SOBRE COMERCIO EXTERIOR 113

puede negar que mis E 130 me procurarían E 125 en Hamburgo;

lIlas con papel moneda no puedo obtener más de E 100. Sin em-

bargo, se sostenía 9 que E 130 en papel tenían 10 un valor idéntico

 l

de

f

130 en oro o en plata.

Algunos aseveraban, más razonablemente, que

E

130 en papel

lIloneda no tenían el mismo valor de f 130 de moneda acuñada, pero

alegaban que era el dinero acuñado y no el papel moneda lo que había

cambiado de valor. Deseaban confinar el significado de la palabra

depreciación a una baja real del valor, y no a la diferencia com arativa

en re él' valor del dinero y el patrón por el cUal legalmente se rige.

CIen 1 ras de CImero mg es ernan antiguamente un va or semejan-

te, y podían adquirir E 100 en dinero de Hamburgo: en cualquier otro

país un documento de E 100 sobre Inglaterra o sobre Hamburgo

podía adquirir precisamente la misma cantidad de mercaderías. Para

obtener las mismas cosas, yo tenía que entregar anteriormente f 130

inglesas, cuando Hamburgo podía adquirirlas por

f

100 en dinero

hamburgués. Si el dinero inglés tenía el mismo valor que antes, en-

tonces seguramente el dinero hamburgués debió haber aumentado

su valor. Pero ¿quién comprueba semejante cosa? ¿Cómo hemos de

determinar si es el dinero inglés el que ha bajado o si ha subido el

am urgués? No existe norma alguna por medio de la cual pueda

esclarecerse tal cosa. Es un argumento que no admite comproba-

ción, y, por tanto, no puede ser ni positivamente refutado, ni afir-

mado positivamente. Las naciones de todo el mundo deben haberse

convencido de que no exis te ninguna norma de valor a la cual udieran

referirse sin peligro de errar,¡;or lo que idearoñ ' un medio que,  

su con'unto, les parecía menos variable que cualquier otro bien.

Debemos conformamos a esa norma hasta que cambie la ley, y

hasta que se descubra otro bien cuyo uso nos permita alcanzar un pa-

trón más perfecto que el actualmente establecido. Mientras el oro sea

la norma exclusiva en este país, el dinero se verá depreciado cuando

una libra esterlma no tenga un valor igual a 5 dwts. * y 3 g~ d e oro

st nd rd J

esto sucederá aun cuando baje o suba el oro en su valor

enerat -

• Abreviatura de

penny weight

peso inglés

= / ••

ibras, o sea 1.56 gr.

9 Eds, 1.2 se sostiene . 10 Las eds. 1·2 tienen .