cultura y pensamiento social de la iglesia

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 UNIVERSIDAD POLITECNICA SALESIANA PENSAMIENTO SOCI AL DE LA IGLESIA Y UNIVERSIDAD

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UNIVERSIDAD POLITECNICA SALESIANAPENSAMIENTO SOCIAL DE LA IGLESIA Y UNIVERSIDAD

CAPITULO IICULTURA Y UNIVERSIDADNDICE

CAPITULO IICULTURA Y UNIVERSIDADSUMARIO2. CULTURA Y PSI2.1. Situacin sociocultural2.2. Familia2.3. Migracin2.4. Educacin2.5. Medios de Comunicacin2.1. Situacin Sociocultural Al abordar la situacin sociocultural, constatamos que existen luces y sombras en nuestro mundo. La diversidad cultural busca entrar en una fase de cercana social, cercana promovida por los medios de comunicacin y las nuevas tecnologas. Se han dado iniciativas de integracin cultural. En este concierto mundial, Latinoamrica no est excluida de esta necesidad de cercana cultural. El documento de Aparecida aborda esta situacin, de la que resaltamos lo ms pertinente. Nos refiere que la variedad y riqueza de las culturas latinoamericanas, desde aquellas ms originarias hasta aquellas que, con el paso de la historia y el mestizaje de sus pueblos, se han ido sedimentando en las naciones, las familias, los grupos sociales, las instituciones educativas y la convivencia cvica, constituye un dato bastante evidente para nosotros y que valoramos como una singular riqueza[footnoteRef:2]. Sin embargo, frente a algunos logros en este campo, el documento ve tambin algunos aspectos preocupantes, que nos interesa resaltar, para promover el dilogo y la reflexin. Como ya se ha repetido muchas veces, en estos tiempos vivimos un cambio de poca cuyo nivel ms profundo es el cultural[footnoteRef:3]. [2: Aparecida n. 43] [3: dem. 44]

En la historia reciente en esta situacin sociocultural est una diversidad de tendencias afectadas por la realidad, por ejemplo, en algunos ambientes, se desvanece la concepcin integral del ser humano, su relacin con el mundo y con Dios[footnoteRef:4]. Se han ido introduciendo, por la utilizacin de los medios de comunicacin de masas, un sentido esttico, una visin acerca de la felicidad, una percepcin de la realidad y hasta un lenguaje, que se quiere imponer como una autntica cultura[footnoteRef:5]. [4: dem. ] [5: dem. n. 45]

Los parmetros culturales planteados y sus exigencias, han producido un efecto contrario, que conduce a la indiferencia por el otro, a quien no necesita, ni del que tampoco se siente responsable. Se prefiere vivir da a da, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo[footnoteRef:6]. Tambin se verifica una tendencia hacia la afirmacin exasperada de derechos individuales y subjetivos[footnoteRef:7]. Existe todava la discriminacin de la mujer, desde nias y adolescentes, son sometidas a mltiples formas de violencia dentro y fuera de casa: trfico, violacin, servidumbre y acoso sexual; desigualdades en la esfera del trabajo, de la poltica y de la economa; explotacin publicitaria por parte de muchos medios de comunicacin social que las tratan como objeto de lucro[footnoteRef:8]. [6: dem. n. 46] [7: dem. n. 47] [8: dem. n. 48]

La riqueza cultural de Amrica Latina es muy grande. Existen en nuestra regin diversas culturas indgenas, afro descendientes, mestizas, campesinas, urbanas y suburbanas. A esta complejidad cultural habra que aadir tambin la de tantos inmigrantes europeos que se establecieron en los pases de nuestra regin[footnoteRef:9]. [9: dem. n. 56]

Frente a esta riqueza que cada grupo tiene, cabe destacar que la cultura urbana es hbrida, dinmica y cambiante, pues amalgama mltiples formas, valores y estilos de vida, y afecta a todas las colectividades. La cultura suburbana es fruto de grandes migraciones de poblacin en su mayora pobre, que se estableci alrededor de las ciudades en los cinturones de miseria. En estas culturas los problemas de identidad y pertenencia, relacin, espacio vital y hogar son cada vez ms complejos[footnoteRef:10]. Dgase lo propio de las comunidades de migrantes que han aportado las culturas y tradiciones tradas de sus tierras de origen, sean cristianas o de otras religiones (59) y que se visibilizan en negocios, as como en expresiones culturales. [10: dem. n. 58]

En el documento Ex Corde, Juan Pablo II nos dice: Las Universidades Catlicas se esforzarn en discernir y evaluar bien tanto las aspiraciones como las contradicciones de la cultura moderna, para hacerla ms apta para el desarrollo integral de las personas y de los pueblos. En particular se recomienda profundizar, con estudios apropiados, el impacto de la tecnologa moderna y especialmente de los medios de comunicacin social sobre las personas, las familias, las instituciones y el conjunto de la cultura moderna. Se debe defender la identidad de las culturas tradicionales, ayudndolas a incorporar los valores modernos sin sacrificar el propio patrimonio, que es una riqueza para toda la familia humana. Las universidades, situadas en ambientes culturales tradicionales, tratarn cuidadosamente de armonizar las culturas locales con la contribucin positiva de las culturas modernas.En este curso en el que queremos aportar a la reflexin de nuestros docentes, y de modo particular en el tema de la cultura, abordaremos brevemente cuatro temas, que emergen de la compleja realidad en la que vivimos: familia, migracin, educacin y medios de comunicacin.

2.2. Familia2.2.1. La familia en el escenario de hoy Cada ser humano tiene detrs su propia familia, por lo que reflexionar sobre la familia es mirar nuestro propio entorno, para valorarlo, potenciarlo, y verlo tambin a la luz de la doctrina social de la Iglesia. El magisterio eclesial ha producido mucho material sobre el valor de la familia, y no es el espacio para detenernos en los varios documentos especficos que tratan el tema de la familia. La familia, entendida en sentido amplio, es una realidad social presente en todas las sociedades conocidas, aunque en modalidades y formas distintas. Alrededor de la alianza entre varn y mujer, y la comunidad de vida entre padres e hijos, existen una gran variedad de valores, usos, costumbres, normas y leyes que la configuran no slo como un grupo social caracterstico, sino como una institucin social fundamental. La familia siendo una realidad humana est expuesta a diferentes situaciones que inciden en ella. En la familia se presentan aspectos positivos y aspectos negativos que siempre han estado. Con el paso del tiempo los procesos familiares han ido tambin evolucionando, por ejemplo, hoy existe una mayor conciencia de la libertad personal y una mayor atencin a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promocin de la dignidad de la mujer, a la procreacin responsable, a la educacin de los hijos, pero tambin por esto, la familia est expuesta a un trnsito, del modelo de familia en el que aguanta todo, a un modelo en el que la responsabilidad la asume la persona en una mutualidad con mayor autoconciencia. En este escenario familiar no faltan, tambin, signos de preocupantes, como por ejemplo, la relativizacin de algunos valores fundamentales: una equivocada concepcin terica y prctica de la independencia de los cnyuges entre s, las relaciones conflictivas en cuanto a la autoridad entre esposos y padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisin de los valores; el nmero cada vez mayor de separaciones y divorcios, el aborto como recurso para la eliminacin de sus futuros hijos. Constatamos entonces, que la situacin en que se encuentra la familia se presenta en una realidad en la que est presente luces y tambin sombras[footnoteRef:11]. [11: cf. FC 6]

2.2.2. La familia, una dimensin personalLa familia es importante y central en realizacin de la persona. En esta cuna de la vida y del amor, el ser humano nace y crece. Cuando naceun nio/a, la sociedad recibe el regalo de una nueva persona, que est llamada, desde lo ms ntimo de s a la comunin con los dems y a la entrega a los dems.[footnoteRef:12] En la familia, por tanto, la entrega recproca del hombre y de la mujer, unida en matrimonio, crea un ambiente de vida; en el cual el nio puede desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino nico e irrepetible.[footnoteRef:13] Un padre de familia expresaba que el nacimiento de un hijo/a es el ms grande milagro de la vida. [12: Juan Pablo II, Exh. ap. Christifideleslaici, 39, 40] [13: Juan Pablo II, Carta enc.Centesimusannus, 39]

En el clima de afecto natural que une a los miembros de una comunidad familiar, las personas son reconocidas y responsabilizadas en su integridad:La primera estructura fundamental a favor de la ecologa humana es la familia, en cuyo seno la persona recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qu quiere decir amar y ser amado y, por consiguiente, qu quiere decir en concreto ser una persona.[footnoteRef:14] Las obligaciones de sus miembros no estn limitadas por los trminos de un contrato, sino que derivan de la esencia misma de la familia, fundada sobre un pacto conyugal irrevocable. [14: Ibd., 39]

2.2.3. La familia, una dimensin socialLa familia, comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana, contribuye en modo nico e insustituible al bien de la sociedad. La comunidad familiar nace de la comunin de las personas: La comunin se refiere a la relacin personal entre el yo y el t. La comunidad, en cambio, supera este esquema apuntando hacia una sociedad, a un nosotros. La familia, comunidad de personas, es por consiguiente la primera sociedad humana.[footnoteRef:15] [15: cf. Catecismo de la Iglesia Catlica, 2206.]

Una sociedad a medida de la familia es la mejor garanta contra toda tendencia de tipo individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atencin en cuanto fin y nunca como medio. Es evidente que el bien de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad estn estrechamente relacionados con la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar. Sin familias fuertes en la comunin y estables en el compromiso, los pueblos se debilitan. En la familia se inculcan desde los primeros aos de vida los valores morales, se transmite el patrimonio espiritual de la comunidad religiosa y el patrimonio cultural de la nacin, en ella se aprenden las responsabilidades sociales y la solidaridad.[footnoteRef:16] [16: Cf. Catecismo de la Iglesia Catlica, 2224.]

La comparacin de la familia con una clula resulta sugerente, ya que la familia, corno la clula en un organismo vivo, es el elemento ms simple, primario y fundamental de la sociedad. Las clulas crecen, generan nuevas clulas y aportan sus cualidades al organismo al que pertenecen. As tambin la familia est llamada a facilitar el crecimiento humano de sus miembros, es el lugar adecuado para generar nuevas vidas humanas y desarrollar su humanidad y con su existencia y actividad, contribuye al bien de la entera sociedad.Debemos afirmar la prioridad de la familia respecto a la sociedad y al Estado. La familia, al menos en su funcin procreativa, es la condicin misma de la existencia de aquellos. En las dems funciones en pro de cada uno de sus miembros, la familia precede, por su importancia y valor, a las funciones que la sociedad y el Estado deben desempear. La familia, sujeto titular de derechos inviolables, encuentra su legitimacin en la naturaleza humana y no en el reconocimiento del Estado. La familia no est, por lo tanto, en funcin de la sociedad y del Estado, sino que la sociedad y el Estado estn en funcin de la familia.Todo modelo social que busque el bien del ser humano no puede prescindir de la centralidad y de la responsabilidad social de la familia. La sociedad y el Estado, en sus relaciones con la familia, tienen la obligacin de atenerse al principio de subsidiaridad. En virtud de este principio, las autoridades pblicas no deben sustraer a la familia las tareas que puede desempear sola o libremente asociada con otras familias; por otra parte, las mismas autoridades tienen el deber de auxiliar a la familia, asegurndole las ayudas que necesita para asumir de forma adecuada todas sus responsabilidades.[footnoteRef:17] [17: Cf. Juan Pablo II, Exh. ap.Familiarisconsortio, 45.]

2.2.4. La familia entrega una herencia espiritualEn otros espacios se ha considerado el tema del ser humano como un ser corpreo, as como tambin aquella que en la naturaleza humana da signos de una realidad espiritual, que va ms all, que la trasciende. La espiritualidad es un trmino que le remite a la persona a la dimensin trascendente del ser humano, es un estilo de vida; el cual lo descubre, lo realiza en el ambiente familiar, la persona va aprendiendo la oblatividad, la entrega, la justicia, el amor, etc.Un clima de vida en los valores que le permite ir hacia el otro con una actitud altruista. Desde esta dimensin trascendente, puede hacer una experiencia de Dios; en nuestro caso es la vivencia de los valores del Evangelio.a tal punto, que como dice Jess: por sus frutos los conoceris, la vivencia ms alta de la espiritualidad cristiana, es aquella en la que la persona es capaz de dar la vida por el otro, es capaz de olvidarse de s mismo y potenciar esos valores que dan un sentido de la ms alta perfeccin humana, que sostiene a la persona frente a los grandes desafos y en ocasiones contradicciones de la vida humana. En efecto las familias cristianas tienen, en virtud del camino de crecimiento espiritual, la peculiar misin de ser testigos y anunciadoras de esta vida nueva. Se trata, no de una espiritualidad individualista, intimista, que en la vida familiar no tendra sentido, ya que los padres asumen la tarea de la edificacin y la salvacin del otro y de los hijos.La espiritualidad conyugal no tiene sentido si no se encarna en hechos concretos, es necesario pasar del amor proclamado, dicho con palabras, al amor vivido, en los detalles creativos de cada da, dentro de la familia y de ah a los otros lugares de convivencia humana. Un testimonio de madurez espiritual vivido como pareja, como familia e individualmente. Como pareja: dando ejemplo de unidad e indisolubilidad, de respeto mutuo, actuando juntos ante los dems, buscando juntos a Dios y amando con capacidad de compartir con todos. Como familia: siendo ejemplo de vida en comunidad, colaborando juntos y siendo apoyo de cada uno de los miembros en sus necesidades individuales. Como individuos: actuando en todos los campos con honestidad, fidelidad al proyecto comn, honradez, eficacia; atentos a las necesidades de los dems, tanto materiales como espirituales y prestando desinteresadamente nuestra ayuda material, nuestra palabra amiga, de consuelo, de orientacin; en este sentido la mejor herencia que pueden dejar los padres a sus hijos, una herencia que nadie les podr quitar es la herencia espiritual, la herencia material es importante, pero se puede acabar, los valores y principios, no. En este sentido,la paternidad y la maternidad incorporan un cometido de naturaleza no simplemente fsica, sino espiritual; que tiene su inicio eterno en Dios y que debe conducir a l[footnoteRef:18], y dan as una contribucin esencial e insustituible al desarrollo de la sociedad. [18: Juan Pablo II, Carta a las FamiliasGratissimam sane, 10: AAS 86 (1994) 881.]

Ahora abordemos brevemente los derechos de cada uno de los miembros de una familia, para desde ah integrar este valioso proyecto de vida.2.2.5. La responsabilidad de ser familiaVolviendo al mbito social, cada uno de sus miembros: esposo, esposa e hijos, tienen una responsabilidad en los deberes, as como de los derechos, y no solo cada uno de sus miembros, sino la familia como instancia comunitaria, hacia la sociedad. a) Deberes familiares Servicio a la vida. el cometido fundamental de la familia es el servicio a la vida, el realizar a lo largo de la historia la bendicin original del Creador, transmitiendo a cada generacin la imagen divina del hombre al hombre[footnoteRef:19] Se trata de una misin de elevado valor moral: En el deber de transmitir la vida humana y de educar la prole, lo cual han de considerar los esposos como su misin propia, saben ellos que son cooperadores del amor de Dios creador[footnoteRef:20]. [19: FamiliarisCorsortio n. 28.] [20: GS 50]

Educacin de los hijos. Los padres son los primeros responsables de la educacin de sushijos. Puesto que los padres han dado la vida a sus hijos tienen la gravsima obligacin de educarlos, y, por tanto, hay que reconocerlos como los primeros y principales educadores de sus hijos[footnoteRef:21]. [21: GravissimumEducationis, GE, n. 3]

El Catecismo de la Iglesia Catlica, remarca algunos aspectos mediante los cuales los padres llevan a cabo su responsabilidad de ser los primeros y principales educadores[footnoteRef:22], ante todo por la creacin de un hogar, donde la ternura, el perdn, el respeto, la fidelidad y el servicio desinteresado son norma. El hogar es un lugar apropiado para la educacin de las virtudes. Los padres han de ensear a los hijos a subordinar las dimensiones materiales e instintivas a las interiores y espirituales[footnoteRef:23]. En estrecha relacin con esta enseanza, el Concilio Vaticano II aade: Es, pues, obligacin de los padres formar un ambiente familiar animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educacin ntegra personal y social de los hijos. [22: Cf. Catecismo de la Iglesia catlica n. 2208, 2223 y 2224] [23: dem. n. 2223]

Respeto y responsabilidad paterno-filial. Los padres deben mirar a sus hijos como hijos de Dios y respetarlos como personas humanas[footnoteRef:24]. Este respeto y afecto de los padres tiene diversas manifestaciones. Durante la infancia, se traduce, ante todo, en el cuidado y atencin con que han de educar a sus hijos y velar por sus necesidades fsicas y espirituales[footnoteRef:25].Por su parte, los hijos deben a sus padres respeto filial. Este respeto filial esta hecho de gratitud, su ayuda al crecimiento y educacin, su amor y su trabajo. En muchas ocasiones los padres han sido tambin los instrumentos para dones sobrenaturales ms valiosos: la fe, la gracia del Bautismo y la vida de la Iglesia. [24: dem n. 2221] [25: dem n. 2228]

Contribucin a la ayuda recproca y a la armona familiar. Las relaciones en el seno de la familia entraan una afinidad de sentimientos, afectos e intereses que provienen sobre todo del mutuo respeto de las personas[footnoteRef:26]. La comunidad de personas requiere esfuerzo de todos los que la integran por reconocer, comprender y querer a cada uno de los miembros, empezando por los padres. La familia para que pueda lograr la plenitud de su vida y de su misin requiere un tierno intercambio de afecto y una armona de criterio entre los cnyuges, as como una cooperacin atenta en la educacin de los hijos[footnoteRef:27]. En este sentido, la familia debe vivir de manera que sus miembros aprendan el cuidado de los ms dbiles y necesitados, tambin ms all de la propia familia[footnoteRef:28]. [26: Cf. dem 2206] [27: GS n. 52] [28: Catecismo de la Iglesia catlica 2208]

a) Derechos de la familia en la sociedad La familia, como sujeto social, tiene derechos porque tiene tambin deberes. La primera responsabilidad social respecto a la familia es respetar esos derechos y la intimidad que corresponde a las relaciones familiares.Muchas declaraciones internacionales de derechos humanos se han referido a diversos derechos familiares, pero hasta ahora el nico texto internacional dedicado con carcter monogrfico es la Carta de los derechos de la familia publicada por la Santa Sede en 1983. Est inspirada en diversos textos de la Doctrina Social de la Iglesia y especialmente en un listado de la Familiarisconsortio. El Catecismo de la Iglesia Catlica resume los derechos de la familia en el siguiente texto:La comunidad poltica tiene el deber de honrar a la familia, asistirla, y asegurarle especialmente: - La libertad de fundar un hogar, de tener hijos y de educarlos de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas.- La proteccin de la estabilidad del vnculo conyugal y de la institucin familiar.- La libertad de profesar su fe, transmitirla, educar a sus hijos en ella, con los medios y las instituciones necesarios.- El derecho a la propiedad privada, la libertad de iniciativa, de tener un trabajo, una vivienda, el derecho a emigrar.- Conforme a las instituciones del pas, el derecho a la atencin mdica, a la asistencia de las personas de edad, a los subsidios familiares.- La proteccin de la seguridad y la higiene, especialmente por lo que se refiere a peligros como la droga, la pornografa, el alcoholismo, etc.- La libertad para formar asociaciones con otras familias y de estar as representadas ante las autoridades civiles[footnoteRef:29]. [29: Catecismo de la Iglesia Catlica n. 2211]

2.3. Movilidad humana2.3.1 situacin de los migrantesCon respecto a la movilidad humana nos dice el documento de Aparecida que, uno de los fenmenos ms importantes en nuestros pases es el proceso de movilidad humana en que millones de personas migran o se ven forzadas a migrar dentro y fuera de sus respectivos pases. Las causas son diversas y estn relacionadas con la situacin econmica, la violencia en sus diversas formas, la pobreza que afecta a las personas y la falta de oportunidades para la investigacin y el desarrollo profesional. Las consecuencias son, en muchos casos, de enorme gravedad a nivel personal, familiar y cultural. La prdida del capital humano de millones de personas, profesionales calificados, investigadores y amplios sectores campesinos. La explotacin laboral llega, en algunos casos, a generar condiciones de verdadera esclavitud. Se da tambin un vergonzoso trfico de personas, que incluye la prostitucin, an de menores. Especial mencin merece la situacin de los refugiados, que cuestiona la capacidad de acogida de la sociedad y de las iglesias, sin embargo, la remesa de divisas de los emigrados a sus pases de origen se ha vuelto una importante y a veces, insustituible fuente de recursos para los pases de la regin, ayudando al bienestar y a la movilidad social ascendente de quienes logran participar exitosamente de este proceso[footnoteRef:30]. [30: DA n. 73]

2.3.2. Una aproximacin teolgica a la sensibilidad frente al migranteLa Palabra de Dios, y la Doctrina Social de la Iglesia que en ella se fundamenta, ayudan a comprender, de manera esperanzadora, las luces y sombras que forman parte de las dimensiones ticas, sociales, polticas, econmicas y culturales de la migracin. La Palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia tambin ayudan a comprender las causas que llevan a la migracin, as como las consecuencias que stas tienen para las comunidades de origen y destino.

a) En el Antiguo TestamentoEn los momentos ms duros de las historias de la migracin, Dios se revela y se pone junto a Abraham, quien dio un paso en su fe respondiendo al llamado de Dios [footnoteRef:31] Abraham y Sara extendieron su hospitalidad a tres forasteros que en realidad eran una manifestacin del Seor, generosidad que se convirti en paradigma de respuesta ante todo forastero para los descendientes de Abraham. La gracia de Dios irrumpi hasta en situaciones de pecado: durante la migracin forzada de los hijos de Jacob, Jos, vendido como esclavo, se convirti en el tiempo en el salvador de su familia[footnoteRef:32]. [31: Gen 12,1.] [32: Gen 37,45]

Los acontecimientos fundamentales de la esclavitud por parte de los egipcios y de la liberacin por Dios en la historia del pueblo elegido, se plasmaron en los mandamientos del Antiguo Testamento, referidos al trato debido a los forasteros[footnoteRef:33]. La actitud hacia el extranjero constituye tanto una imitacin del Seor, como una manifestacin primordial y especfica del gran mandamiento de amar al prjimo: Pues el Seor su Dios es el Dios de los dioses y el Seor de los seores: el Dios grande, fuerte y temible que no hace distincin de personas ni acepta sobornos; que hace justicia al hurfano y a la viuda, y ama al extranjero suministrndole pan y vestido. Amen ustedes tambin al extranjero, ya que extranjeros fueron ustedes en el pas de Egipto[footnoteRef:34]. Para los israelitas, estos mandatos no consistan solamente en exhortaciones personales,la bienvenida y acogida del extranjero fueron inclusive vinculadas a las leyes de una consideracin especial al forastero y del diezmo[footnoteRef:35].

b) En el Nuevo Testamento [33: Ex 23,9; Lv 19,33] [34: Dt 10,17-19] [35: Lv 19,9-10; Dt 14,28-29]

Haciendo memoria de la migracin a Egipto del pueblo elegido, Jess, Mara y Jos fueron refugiados en ese pas: De Egipto llam a mi hijo[footnoteRef:36]. Desde entonces, la Sagrada Familia es una figura con la que se pueden identificar migrantes y refugiados de todos los tiempos, dndoles esperanza y valor en momentos difciles. As mismo, San Mateo resalta la misteriosa presencia de Jess en los migrantes, a quienes con frecuencia se detiene en prisin, o carecen de comida y de bebida[footnoteRef:37]. El Hijo del hombre que vendr en su gloria[footnoteRef:38] juzgar a sus discpulos segn la respuesta que den a quienes pasen estas necesidades: Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos ms pequeos, conmigo lo hicieron[footnoteRef:39]. [36: Mt 2,15] [37: cfr. Mt 25,35-36] [38: Mt 25,31] [39: Mt 25,40]

c) En los Padres de la IglesiaSe puede ver ya cmo Orgenes pone un gran nfasis en la hospitalidad al comentar la carta a los romanos[footnoteRef:40]. Pero la mayora de los grandes Padres Griegos de la Iglesia insisten sobre todo en la solidaridad con los inmigrantes y con los ms desfavorecidos. Por ejemplo, San Basilio afirma: ... si hubiramos vestido al desnudo, si hubieras partido tu pan con el hambriento, si tu puerta hubiese estado abierta a todo transente... de qu dinero pudieras ahora tener pena?[footnoteRef:41]. [40: Orgenes, Comentarios en la Epstola a los Romanos IX, 13, MG14, 1220).] [41: San Basilio, Homila contra los ricos, MG 31, 282.]

San GregorioNacianceno, es ms explcito y directoal hablar de la solidaridad con el inmigrante: No desprecies al peregrino, por quien peregrin Cristo, en quien todos somos peregrinos y forasteros, a fin de que no seas como l, forastero del paraso.[footnoteRef:42]. [42: San Gregorio Nacianceno, Discurso XLIV 7, MG 36, 616.]

San Gregorio de Nisa, desarrolla en varias ocasiones, como tantos otros, la parbola del juicio final de Mt. 25, 31-46[footnoteRef:43]. Pero, sobre todo, nos describe con bellos detalles las trgicas condiciones de una muchedumbre de cautivos, inmigrantes y refugiados, para quienes pide ayuda solidaria: Gran abundancia de desnudos y desamparados nos ha trado el tiempo presente, pues una muchedumbre de cautivos est llamando a las puertas de cada uno. No nos faltan inmigrantes y refugiados, y por donde quiera podemos ser manos que se nos tienden... y llevan esa vida errante y agreste no porque as lo hayan querido desde el principio sino por imposicin de la desgracia y de la necesidad. Socrrelos t con tu ayuno. S generoso con estos hermanos vctimas del infortunio. [43: San Gregorio de Nisa, Sobre los pobres que han de ser amados, Discurso I, MG 46,453.]

El ms destacado representante de la doctrina social entre los Padres Griegos, San Juan Crisstomo,en sus numerosas homilas insiste una y otra vez en la solidaridad de los cristianos con los pobres y con los inmigrantes: Cuntese de ti que a uno lo aliviaste de una enfermedad... a otro siendo inmigrante lo diste cobijo; a otro, que iba desnudo lo vestiste[footnoteRef:44]. Critica incluso ala misma Iglesia por su lujo y derroche y su falta de solidaridad: Pues piensa eso sobre Cristo. l anda errante y peregrino, necesitado de techo; y t, que no lo acoges a l, te entretienes en adornar el pavimento, las paredes y los capiteles de las columnas, y en colgar lmparas con cadenas de oro. A l sin embargo, no quieres ni verle entre cadenas en las crceles. Dgase lo mismo sobre su insistencia sobre la solidaridad que debe tener su ciudad con los pobres de otros lugares. En este caso llega a decir: Por la gracia de Dios, nuestra ciudad sera capaz de alimentar a los pobres de diez ciudades[footnoteRef:45]. [44: San Juan Crisstomo, Sobre la I Epstola a los Corintios, Homila X,4 MG 61,86] [45: San Juan Crisstomo, o.c. Homila LXVI, 3 y 4.]

2.3.3. Camino de acompaamiento a la movilidad humanaDespus de esta visin eclesial ante la realidad de los migrantes, se hace necesaria una reflexin en estos espacios acadmicos. a) El valor del ser humano que migraTambin en este tema, la Doctrina Social de la Iglesia descansa sobre una columna fundamental: el derecho inalienable de la dignidad del ser humano, que no es una concesin o un gesto altruista de ningn gobierno. El Papa Juan Pablo II expres que este principio de la dignidad del ser humano se aplica al tema de la inmigracin en dos criterios: a) Todo ser humano tiene derecho a buscar condiciones dignas de vida para s y para sus seres amados, incluso mediante la emigracin. b) Toda nacin soberana tiene derecho a garantizar la seguridad de sus fronteras y regular el flujo de inmigrantes.Los principios se complementan, aun cuando el Estado soberano puede imponer lmites razonables a la inmigracin, no se sirve al bien comn cuando se va contra los derechos humanos bsicos del individuo.En la situacin actual, caracterizada por una pobreza global descontrolada, se parte de la presuncin de que la persona debe emigrar para mantenerse y protegerse; y de ser posible, las naciones con capacidad de recibirla, deben acogerlos.Existen muchos ngulos que hacen ms compleja la discusin en torno a la inmigracin: desde la grave responsabilidad social y poltica de las naciones que provocan la inmigracin, hasta la intolerancia e incluso la xenofobia que se alimenta en los pases receptores de los inmigrantes.El ideal es que las personas puedan encontrar en su propio pas oportunidades econmicas, polticas y sociales, que le permitan alcanzar una vida digna y plena mediante el uso de sus capacidades. Es en este contexto cuando un trabajo que proporcione un salario justo, suficiente para vivir, constituye una necesidad bsica de todo ser humano. En otras palabras, que se atienda las causas mismas que provocan la migracin: pobreza, injusticia, intolerancia religiosa, conflictos armados, para que los migrantes tengan la opcin de permanecer en su tierra natal y permanecer junto a sus familias.La Iglesia a su vez reconoce que todos los bienes de la tierra pertenecen a todos los pueblos.[footnoteRef:46] Por lo tanto, cuando una persona no consiga un empleo que le permita obtener la manutencin propia y de su familia en su pas de origen, sta tiene el derecho de buscar trabajo fuera de l para lograr mejores das y en muchos casos incluso sobrevivir. [46: Papa Pablo VI, PastoralisMigratorum Cura, 7.]

Los migrantes, independientemente de su situacin legal, como toda persona, poseen una dignidad humana intrnseca que debe ser respetada. Se ha constatado que en muchos pases se ha criminalizado la migracin y se han creado leyes punitivas que han dado paso al maltrato, estigmatizando la migracin. Por lo que en pases de origen como de trnsito y destino se hace necesaria la adopcin de polticas gubernamentales que respeten los derechos humanos bsicos de los migrantes indocumentados.b) Hacia una cambio de perspectiva (o un camino de actitud).La preocupacin como docentes que acompaan la formacin de jvenes, es que estn llamados a visibilizar la dignidad y los derechos del ser humano y de modo particular de los migrantes. La Iglesia, y las instituciones educativas, deben enfrentar el reto de ver en el forastero el rostro de Cristo. La Iglesia entera est llamada a vivir la experiencia de los discpulos de Emas[footnoteRef:47]; para, como ellos, convertirse en testigos de Cristo Resucitado al darle la bienvenida como extranjero. La fe en la presencia de Cristo en el migrante, conlleva as a la conversin, a un espritu renovado de comunin, y a la construccin de estructuras solidarias para acompaar al migrante. Este cambio de actitud del corazn y la mente tiene como consecuencia superar posturas de superioridad cultural, indiferencia y racismo; de no ver al forastero como un extranjero con malas intenciones, a un terrorista o una amenaza econmica, sino como una persona plena con dignidad y derechos que revela la presencia de Cristo, portadora de profundos valores culturales y de tradiciones ricas en la fe. Desgraciadamente algunas experiencias negativas ha hecho a las personas prevenidas frente a esta realidad, pero si se cierra la mano al forastero se agrandar la dificultad, por lo que se debe experimentar este cambio de actitud no solo como personas, sino tambin institucional, eclesial y social. [47: Lc 24, 13-35]

2.3.4. Derechos y deberes de los migrantes[footnoteRef:48] [48: Martnez Dez, J. A., o.c., 378. Cf. Juan Pablo II, Para construir la paz, respeta lasminoras. Mensaje para la celebracin de la Jornada Mundial de la Paz, 1989.]

Gran parte de las implicaciones axiolgicas giran en torno a los derechos y deberes del emigrante, aunque en ellos predomina la dimensin legal, sin embargo, no carecen de la perspectiva tica. a) Derechos Derecho a emigrar[footnoteRef:49]. Una es la movilidad elegida libremente, y otra es la que nace de haber sido forzados por motivos ideolgicos, polticos o econmicos[footnoteRef:50]. Estos derechos encuentran una aplicacin concreta en el concepto de bien comn universal. Este abarca toda la familia de los pueblos, por encima de cualquier egosmo nacionalista. En este contexto, precisamente, se debe considerar el derecho a emigrar. La Iglesia lo reconoce a todo hombre en el doble aspecto de la imposibilidad de salir del propio pas y la posibilidad de entrar en otro, en busca de mejores condiciones de vida[footnoteRef:51]. [49: Cf. MM 45; PT 25, 106; GS 65 OA 17; LE 23.] [50: Juan Pablo II, Mensaje con ocasin de la 87 Jornada Mundial de Migraciones, 1] [51: dem, 3.]

Derechos a no tener que emigrar: (RN33); por tanto, a nadie puede obligrsele a salir del propio pas. Al contrario, ste debe organizar la vida social de manera que nadie se vea obligado a emigrar. Derechos familiares: la Iglesia es especialmente sensible a la separacin familiar que sufre el emigrante, por eso, al mismo tiempo defiende el derecho de la familia a emigrar[footnoteRef:52] y es insistente en su defensa por la integracin familiar de los inmigrantes. [52: MM 45; PT 106]

Derechos culturales: Juan Pablo II insiste especialmente en la defensa de la identidad cultural de los inmigrantes. Se deberan proclamar leyes que respeten la cultura de los inmigrantes y crear cauces para la integracin en el pueblo receptor sin perder la propia cultura sabiendo que los inmigrantes han de integrarse en la sociedad y no tanto en la cultura. Estamos ante el derecho a defender y desarrollar la propia cultura. La legislacin debe reconocer el derecho al uso de la propia lengua, las minoras no han de ser ignoradas en el uso de sus expresiones artsticas y literarias, han de ser favorecidas en la celebracin de sus propias fiestas y se ha de respetar el derecho de libertad religiosa. Derechos sociales: los inmigrantes son considerados parte integrante de la sociedad donde viven y trabajan, por tanto, tienen que respetarse sus derechos a una buena acogida[footnoteRef:53]; a la integracin social; a un tratado de igualdad sin discriminacin[footnoteRef:54]; a un trabajo digno[footnoteRef:55]; a un salario justo[footnoteRef:56]; a una vivienda digna[footnoteRef:57] a la participacin en la vida social. [53: PP n. 69] [54: GS 66] [55: LE 23] [56: GS 66; LE 23 CA 15] [57: OA 17]

El derecho a existir. El derecho a la vida en cuanto tal es un derecho inalienable. El Estado debe perseguir aquellos actos que estn en contra de la vida de los ciudadanos/asy de las minoras tnicas.b) Deberes.Todo derecho comporta unos deberes correlativos. Los emigrantes tienen tambin sus propios deberes respecto a la sociedad que los acoge:* El deber de cooperar, al igual que el resto de ciudadanos, al Bien Comn. Las minoras deben ofrecer su aportacin especfica para la construccin de la convivencia.* El deber de promover la libertad y la dignidad de cada uno de sus miembros y de respetar las decisiones de cada individuo.* El deber de reclamar el respeto de los legtimos derechos para los miembros de su grupo que han quedado oprimidos en el lugar de origen.* El deber de buscar el bienestar fsico, espiritual y religioso de la familia (MM 45; PT 106), siguiendo su conciencia y su propia religin con gran respeto a las dems.* El deber de respetar la cultura y las instituciones del pas que los acoge. No se trata, como hemos dicho ms arriba, de la integracin cultural sino de la integracin en la sociedad. Ambas actitudes incluyen el deber de respetar la cultura del pas receptor.* El deber de trabajar y aportar al crecimiento econmico (GS 66; OA 17), en cuantos miembros reconocidos de la sociedad en la que viven.* En el caso cristiano, el deber de evangelizar y de participar en la dinmica religiosa de las comunidades cristianas locales en las que estn insertos.La Iglesia debe alentar estos amplios esfuerzos con el objeto de crear una extensa red dedicada a la defensa y los servicios sociales en favor de las familias migrantes. Otro importante recurso que las comunidades pueden ofrecer a los migrantes especialmente a aquellos que busquen el asilo o la reunificacin familiar son los servicios jurdicos a bajo costo o gratuitos.

2.4. Educacin La educacin no es ajena a la influencia que ha tenido la globalizacin en la poblacin mundial, la adopcin de nuevos estndares, ha ocasionado que la educacin hoy en da exija una mayor calidad y un mayor nfasis en innovacin. Por lo que la educacin ha adquirido suma importancia, es por esto que la sociedad hace esfuerzos para garantizar el acceso al conocimiento global, basado en los ms recientes instrumentos tecnolgicos.En el momento actual, se pueden constatar cambios en los procesos de enseanza aprendizaje, movidos por la influencia de las nuevas tecnologas, de los descubrimientos cientficos. Las personas experimentan nuevos estilos de vida y comprensin del mundo. Los niveles de exigencia se elevan, haciendo que los procesos acadmicos se dinamicen, pero, como la Carta de Navegacin de la UPS, constata: la ciencia y la tcnica son puestas exclusivamente al servicio del mercado, con los nicos criterios de eficacia, rentabilidad y funcionalidad, creando una nueva visin de la realidad; dicha mercantilizacin del conocimiento ocasiona una crisis de inequidad e injusticia[footnoteRef:58] y contina diciendo que esta expresin de desarrollo capitalista es la causa de grandes problemas de destruccin del ambiente y de la biodiversidad, hoy considerados entre los mayores males de la humanidad. [58: Carta de navegacin pg. 9]

Amrica Latina es la regin que posee la mayor biodiversidad del planeta y, sus poblaciones y comunidades han sido prcticamente excluidas en las decisiones al punto de subordinar su preservacin exclusivamente al factor econmico[footnoteRef:59]. En este curso del CDHU, como lo venimos haciendo,ahora consideramos la educacin a la luz del Compendio de Doctrina social de la Iglesia y del Ex cordeecclesiae Constitucin Apostlica de Juan Pablo II (sobre las Universidades Catlicas) comentando y adaptando al inters de nuestra reflexin. [59: dem. n. pg. 10]

2.4.1. Orientaciones del documento Ex cordeecclesiaePor la importancia que tiene el documento para nuestra reflexin, presentamos algunos nmeros del documento que pueden orientar el tema de la Universidad Salesiana, pues, la Universidad Salesiana hace parte de la propuesta que la Iglesia Catlica, el documento Ex Cordeecclesiae emite orientaciones sobre las Universidades Catlicas, lo que quiere decir que cuando el documento refiere a la Universidad Catlica, debemos relacionar tambin con la Universidad Salesiana. El documento nos dice que La Universidad Catlica, en cuanto Universidad, es una comunidad acadmica, que, de modo riguroso y crtico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural mediante la investigacin, la enseanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales. Ella goza de aquella autonoma institucional que es necesaria para cumplir sus funciones eficazmente y garantiza a sus miembros la libertad acadmica, salvaguardando los derechos de la persona y de la comunidad dentro de las exigencias de la verdad y del bien comn[footnoteRef:60]. En el mbito de la Universidad Salesiana se busca promover esta dignidad humana en el horizonte de la formacin superior. [60: ECE. n 12]

Puesto que el objetivo de una Universidad Catlica es el de garantizar de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario frente a los grandes problemas de la sociedad y de la cultura, ella debe poseer, en cuanto catlica, las caractersticas esenciales siguientes: Una inspiracin cristiana por parte, no slo de cada miembro, sino tambin de la Comunidad universitaria como tal. Una reflexin continua a la luz de la fe catlica, sobre el creciente tesoro del saber humano, al que trata de ofrecer una contribucin con las propias investigaciones. La fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia. El esfuerzo institucional a servicio del pueblo de Dios y de la familia humana en su itinerario hacia aquel objetivo trascendente que da sentido a la vida.[footnoteRef:61] [61: dem. n. 13]

A la luz de estas cuatro caractersticas, es evidente que adems de la enseanza, de la investigacin y de los servicios comunes a todas las Universidades, una Universidad Catlica, por compromiso institucional, aporta tambin a su tarea la inspiracin y la luz del mensaje cristiano.En una Universidad Catlica, los ideales, las actitudes y los principios catlicos penetran y conforman las actividades universitarias segn la naturaleza y la autonoma propias de tales actividades. En una palabra, siendo al mismo tiempo Universidad y Catlica, ella debe ser simultneamente una comunidad de estudiosos, que representan diversos campos del saber humano, y una institucin acadmica, en la que el catolicismo est presente de manera vital.[footnoteRef:62] [62: dem. n. 14]

La Universidad Catlica es, por consiguiente, el lugar donde los estudiosos examinan a fondo la realidad con los mtodos propios de cada disciplina acadmica, contribuyendo as al enriquecimiento del saber humano. Cada disciplina se estudia de manera sistemtica, estableciendo despus un dilogo entre las diversas disciplinas con el fin de enriquecerse mutuamente.La investigacin, adems de ayudar a los hombres y mujeres en la bsqueda constante de la verdad, ofrece un eficaz testimonio, hoy tan necesario, de la confianza que tiene la Iglesia en el valor intrnseco de la ciencia y de la investigacin.En una Universidad Catlica la investigacin abarca necesariamente: a) la consecucin de una integracin del saber; b) el dilogo entre fe y razn; c) una preocupacin tica y d) una perspectiva teolgica[footnoteRef:63]. [63: dem. n. 15]

La Universidad, y especialmente una Universidad Catlica, debe ser -unidad viva- de organismos, dedicados a la investigacin de la verdad... Es preciso, por lo tanto, promover tal superior sntesis del saber, en la que solamente se saciar aquella sed de verdad que est inscrita en lo ms profundo del corazn humano. Guiados por las aportaciones especficas de la filosofa y de la teologa, los estudios universitarios se esforzarn constantemente en determinar el lugar correspondiente y el sentido de cada una de las diversas disciplinas en el marco de una visin de la persona humana y del mundo iluminada por el Evangelio y, consiguientemente, por la fe en Cristo-Logos, como centro de la creacin y de la historia[footnoteRef:64]. [64: dem. n. 16]

Promoviendo la integracin, la Universidad Catlica debe comprometerse, ms especficamente, en el dilogo entre fe y razn, de modo que se pueda ver ms profundamente cmo fe y razn se encuentran en la nica verdad. Aunque conservando cada disciplina acadmica su propia identidad y sus propios mtodos, este dilogo pone en evidencia que la investigacin metdica en todos los campos del saber, si se realiza de una forma autnticamente cientfica y conforme a las leyes morales, nunca ser en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en el mismo Dios. La vital interaccin de los dos distintos niveles de conocimiento de la nica verdad conduce a un amor mayor de la verdad misma y contribuye a una mejor comprensin de la vida humana y del fin de la creacin[footnoteRef:65]. [65: dem. n. 17]

Puesto que el saber debe servir a la persona, en una Universidad Catlica la investigacin se debe realizar siempre preocupndose de las implicaciones ticas y morales, inherentes tanto a los mtodos como a sus descubrimientos, aunque presente en toda investigacin, esta preocupacin es particularmente urgente en el campo de la investigacin cientfica y tecnolgica.Es esencial que nos convenzamos de la prioridad de lo tico sobre lo tcnico, de la primaca de la persona humana sobre las cosas, de la superioridad del espritu sobre la materia. Solamente servir a la causa del hombre si el saber est unido a la conciencia. Los hombres de ciencia ayudarn realmente a la humanidad slo si conservan "el sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el hombre"[footnoteRef:66]. [66: dem. n. 18]

Mediante la investigacin y la enseanza los estudiantes debern ser formados en las diversas disciplinas de manera que lleguen a ser verdaderamente competentes en el campo especfico al cual se dedicarn en servicio de la sociedad y de la Iglesia; pero, al mismo tiempo, debern ser preparados para dar testimonio de su fe ante el mundo[footnoteRef:67]. [67: dem. n. 20]

2.4.2. La tarea educativaDe lo expresado por el documento queremos resaltar la tarea educativa de la Universidad Salesiana. En efecto en mbito Salesiano tenemos la expresin la educacin es cuestin del corazn, haciendo referencia a la tarea del educador que se inspira en la obra educadora de Don Bosco, por lo que la tarea educativa se inscribe en la tarea intencional de los docentes y la comunidad educativa, para lo cual necesitan prepararse para realizar bien esta importante tarea que requiere especializacin y afn continuo por superarse, de modo particular la tarea del docente est el permitir que los estudiantes se desarrollen como personas ntegras, que logren una superacin tanto en el plano personal como en la comunidad donde ellos estn insertos. Como nos refiere el Compendio de la Doctrina social, si bien al analizar que la tarea de los padres de familia, es estar llamados a formar una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseanza y transmisin de los valores culturales, ticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad. La tarea educativa hace de los educandos partcipes del bien comn, escuela de virtudes sociales, con la educacin se comunican algunos valores fundamentales, que deben ser asimilados por cada persona, necesarios para ser ciudadanos libres, honestos y responsables; as logramos personas que adquieran formas de convivencia social, donde estn presentes la libertad, la justicia y el respeto por la vida y el medio ambiente. Efectivamente, los maestros no pueden ser solamente unos puros catedrticos y ensear de manera dominante. Deben primero establecer conexiones en su saln de clase, entre l y sus estudiantes, entre los propios estudiantes; debe fomentar y contribuir a crear un espritu de comunidad, de solidaridad, de compasin y de empata. Los maestros de hoy, deben corregir la forma fra y distante, de acompaar los espacios acadmicos a sus estudiantes, sin motivar su participacin, sin dar explicacin a las decisiones que se tomen, llamado a ejercer un liderazgo cercano.El camino formativo aporta a que la persona vaya consolidando una inteligencia emocional que le permita mirar en su entorno otros seres humanos que buscan tambin caminos de humanizacin. Esta humanizacin debera alcanzar una slida formacin tica, que sean capaces de respetar y valorar las ideas y creencias distintas de las propias en los espacios escolares, familiares y comunitarios. En la una universidad catlica esta formacin tica tiene como mximo referente la persona de Jesucristo.2.4.3. La Comunidad universitariaEl documento del Papa Juan Pablo II sobre las universidades nos dice sobre el tema: la Comunidad universitaria est animada por un espritu de libertad y de caridad, y est caracterizada por el respeto recproco, por el dilogo sincero[footnoteRef:68]. Estos valores humanos permiten a la comunidad universitaria crear un ambiente de dilogo, un dilogo abierto a la tolerancia, porque lo que enriquece este dilogo es el carcter interdisciplinar, cada uno desde su campo de profesionalizacin enriquece y se enriquece en la comunidad. Cada uno de los participantes de la comunidad tambin cumple una funcin enriquecedora que debemos valorar. [68: dem. n. 21]

Los docentes universitarios se esfuerzan por mejorar cada vez ms su propia competencia y por encuadrar el contenido, los objetivos, los mtodos y los resultados de la investigacin () en el contexto de una coherente visin del mundo[footnoteRef:69] y del hombre; debern estar animados por los ideales acadmicos y por los principios de una vida autnticamente humana[footnoteRef:70]. Los docentes cristianos, por su parte, y adems de lo anterior, estn llamados a ser testigos y educadores de una autntica vida cristiana, que manifieste la lograda integracin entre fe y cultura, entre competencia profesional y sabidura cristiana[footnoteRef:71]. [69: dem. n. 22] [70: dem. ] [71: dem. ]

Los dirigentes y el personal administrativo en una Universidad Catlica deben promover el desarrollo constante de la Universidad y de su Comunidad mediante una esmerada gestin de servicio. La dedicacin y el testimonio del personal no acadmico son indispensables para la identidad y la vida de la Universidad[footnoteRef:72]. Sabemos de sobra que en el servicio acadmico que presta la Universidad estn otras personas que hacen posible y facilitan este trabajo, entre quienes estn el personal de apoyo que con su trabajo humilde complementan la comunidad universitaria. [72: dem. n. 24]

Si bien, las actividades universitarias han sido por tradicin un medio gracias al cual los laicos pueden desarrollar un importante papel en la Iglesia. Hoy, en la mayor parte de las Universidades Catlicas, la Comunidad acadmica est compuesta mayoritariamente por laicos, los cuales asumen en nmero siempre creciente altas funciones y responsabilidades de direccin. Estos laicos catlicos responden a la llamada de la Iglesia a estar presentes, a la ensea de la valenta y de la creatividad intelectual, en los puestos privilegiados de la cultura, como es el mundo de la educacin: Escuela y Universidad. El futuro de las Universidades Catlicas depende, en gran parte, del competente y generoso empeo de los laicos catlicos. La Iglesia ve su creciente presencia en estas instituciones con gran esperanza y como una confirmacin de la insustituible vocacin del laicado en la Iglesia y en el mundo, con la confianza de que ellos, en el ejercicio de su propia misin, iluminen y ordenen las realidades temporales, de modo que sin cesar se desarrollen y progresen y sean para gloria del Creador y del Redentor[footnoteRef:73]. [73: dem. n. 25]

En muchas Universidades Catlicas la Comunidad universitaria incluye miembros pertenecientes a otras Iglesias, a otras Comunidades eclesiales y religiones, e incluso personas que no profesan ningn credo religioso. Estos hombres y mujeres contribuyen con su formacin y su experiencia al progreso de las diversas disciplinas acadmicas o al desarrollo de otras tareas universitarias[footnoteRef:74]. [74: dem. n. 26]

2.4.4. Pastoral universitariaEl documento Ex Corde nos dice que la pastoral universitaria es aquella actividad de la Universidad que ofrece a los miembros de la Comunidad la ocasin de coordinar el estudio acadmico y las actividades para-acadmicas con los principios religiosos y morales, integrando de esta manera la vida con la fe, dicha pastoral concretiza la misin de la Iglesia en la Universidad y forma parte integrante de su actividad y de su estructura. Una comunidad universitaria preocupada por promover el carcter catlico de la institucin, debe ser consciente de esta dimensin pastoral y sensible al modo en que ella puede influir sobre todas sus actividades[footnoteRef:75]. [75: dem. n. 38]

Dentro del campo educativo, en nuestra Universidad, est el Asociacionismo Salesiano, que responde a un requerimiento pastoral en el ambiente universitario. Los Obispos de Amrica Latina nos dicen en el documento de Aparecida, las actividades fundamentales de una Universidad Catlica debern vincularse y armonizarse con la misin evangelizadora de la Iglesia[footnoteRef:76]. La misin evangelizadora tiene como finalidad llevar a los hombres la salvacin plena y definitiva que Dios ofrece a los hombres en la persona de Jesucristo; la Universidad Salesiana est ligada a este proyecto salvfico y ofrece una estructura pastoral. En el caso de nuestra Universidad est el rea de Razn y Fe que desde la academia promueve principios antropolgicos, ticos, sociales y teolgicos que atraviesan el quehacer acadmico de los estudiantes y ahora tambin de los docentes, y la aspiracin es que esta propuesta acadmica llegue tanto al interior de la universidad como en el posterior ejercicio de la profesin por parte de los graduados. [76: AP n. 341]

La Universidad busca ser un lugar en el que, en el respeto ms estricto a la libertad religiosa de las personas, ofrezca, la posibilidad de un encuentro con Jesucristo vivo, por ello, la Universidad ofrece mltiples oportunidades y vas para que los miembros de la comunidad universitaria (profesores, alumnos, miembros del personal de apoyo) puedan hacer esta experiencia personal de Jesucristo, descubran la infinita riqueza de los sacramentos que nos ha donado y se reconozcan miembros de la gran familia de Dios que es la Iglesia.La Universidad hace pblico su testimonio de fe, sea mediante los signos y smbolos que mejor representan nuestra fe, o por las celebraciones pblicas, sean litrgicas o de piedad, que permiten expresar de manera externa la fidelidad de la institucin, de sus miembros catlicos a la identidad de la institucin. No menos importante debera ser el testimonio cotidiano de las autoridades, de los profesores y an de los alumnos que ponen de manifiesto el carcter confesional de la institucin y su opcin fundamental. Reafirmamos con el documento de referencia cuando dice que, se ofrecern oportunidades a los miembros catlicos de la Comunidad para asimilar en su vida la doctrina y la prctica catlicas. Se les animar a participar en la celebracin de los sacramentos, especialmente del sacramento de la Eucarista, como el ms perfecto acto del culto comunitario. Aquellas comunidades acadmicas que tienen en su seno una importante presencia de personas pertenecientes a diferentes Iglesias, Comunidades eclesiales o religiones, respetarn sus respectivas iniciativas de reflexin y oracin en la salvaguardia de su credo[footnoteRef:77]. [77: ECE n. 40]

La Pastoral Universitaria es una actividad indispensable; gracias a ella los/as estudiantes catlicos, en cumplimiento de sus compromisos bautismales, pueden prepararse a participar activamente en la vida de la Iglesia. Esta Pastoral puede contribuir a desarrollar y alimentar una autntica estima del matrimonio y de la vida familiar, promover vocaciones para el sacerdocio y la vida religiosa, estimular el compromiso cristiano de los laicos e impregnar todo tipo de actividad con el espritu del Evangelio. El acuerdo entre la pastoral universitaria y las Instituciones que actan en el mbito de la Iglesia particular, bajo la direccin o con la aprobacin del Obispo, no podr ser sino de beneficio comn[footnoteRef:78]. [78: dem. n. 41]

Las diversas Asociaciones o Movimientos de vida espiritual y apostlica, sobre todo los creados especficamente para los estudiantes, pueden ser de una grande ayuda para desarrollar los aspectos pastorales de la vida universitaria[footnoteRef:79]. [79: dem. n. 42]

2.5. Los Medios de Comunicacin.Los medios de comunicacin de masas han, como empequeecido hoy nuestro planeta, acercando rpidamente a hombres y culturas muy diferentes.(Dios es Amor, n. 30)La existencia de los medios de comunicacin es un tema que reviste gran amplitud, que ha influido en el mbito cultural, social y mundial. Como ustedes pueden comprender, estas pocas lneas sobre el tema no pueden agotar tan vasto tema, sino solo abrir una pequea oportunidad de reflexin y dilogo, desde el aporte de la tica social a la luz de la doctrina social de la Iglesia. 2.5.1 El aporte de los medios de comunicacinLa tecnologa moderna, visibilizada hoy en las redes sociales, en la comunicacin asincrnica, ha permitido que culturas muy distantes encuentren un modo fcil y rpido, un lenguaje universal para acercarse y conocerse: la imagen y el sonido instantneos. A travs de su lenguaje y su potencia tecnolgica, los medios han llegado a trascender la simple accin de vincular. Los medios de comunicacin no slo informan y comunican; no slo divierten y ensean, adems presentan, comentan, seleccionan y hasta silencian la realidad. En muchas circunstancias la configuran, implantando criterios de valoracin y de moralidad, y aun la alteran. Pueden hacerla amable, sospechosa o amenazadora, manipulndola y hasta innovadora. Adems, tienen que hacerla vendible. No son slo medios de comunicacin social, tambin lo son de influencia y transformacin social. Promueven y gestan cambios culturales.Los medios de comunicacin han agregado a los seres humanos mucha informacin, lo que es una base fundamental para el respeto y el aprecio; pero, como deca el Papa Benedicto XVI:la globalizacin nos ha hecho cercanos, pero necesariamente ms hermanos. Permanecen al acecho una soledad, una creciente desesperanza, una angustia latente, y mucha desorientacin.En el vrtigo de la comunicacin constante, siempre sometida a los requerimientos del tiempo, parece perderse el sentido de ser con otros y para otros para quedarse solamente en ver, leer, or o sentir junto a otros. Por otra parte, dificulta la captacin del trasfondo que la explica, y del mismo sentido de los juicios y los sucesos. Se puede generar as en las personas un desconcierto que suele ir acompaado de una amplia incapacidad de tomar posicin ante los hechos y los debates, de la consiguiente descalificacin de s mismas por no hacerlo, con la disminucin de la autoestima que ello implica y la instalacin de una silenciosa indiferencia y de una profunda inestabilidad valrica. El televidente, por ejemplo, se encuentra en inferioridad de condiciones, durante largas horas, ante un interlocutor -la pantalla- que lo quiere no slo informar, sino adems ilusionar, entusiasmar, horrorizar, convencer, seducir; como tambin engaar, adormecer e incluso avasallar en regmenes totalitarios. Los interlocutores son demasiado desiguales.Puede el periodista de hoy permanecer ajeno a este problema? Basta como concepto tico de su actuar la trascripcin ms o menos fidedigna de lo que otros piensan, dicen o hacen? Se practica la seleccin de la realidad sin usarla para el propio beneficio, sin ponerla al servicio de la ganancia o del lucimiento personal, sin contaminarla de ideologa? Participan en este trabajo, poniendo lo mejor de s de sus capacidades, de su creatividad, de sus principios ticos y de su criterio de forma compartida todos los periodistas de la empresa, o en muchas tienen que ser meros ejecutores de rdenes, de las cuales se distancian interiormente, por disentir de ellas?2.5.2. La comunicacin social y la persona humanaLa Instruccin Pastoral sobre las comunicaciones sociales Communio et progressio, en continuidad con la Constitucin Pastoral del Concilio sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et spes(cf. nn. 30-31), subraya que los medios de comunicacin estn llamados a servir a la dignidad humana, ayudando a la gente a vivir bien y a actuar como personas en comunidad. Los medios de comunicacin realizan esa misin impulsando a hombres y mujeres a ser conscientes de su dignidad, a comprender los pensamientos y sentimientos de los dems, a cultivar un sentido de responsabilidad mutua, y a crecer en la libertad personal, en el respeto a la libertad de los dems y en la capacidad de dilogo.La comunicacin social tiene un inmenso poder para promover la felicidad del hombre y su realizacin. Sin pretender dar ms que una visin de conjunto, presentamos aqu, algunos beneficios econmicos, polticos, culturales, educativos y religiosos de los medios.a) Aspectos positivos Econmicos. Los medios se relacionan con la economa, pues, desempean un papel indispensable en una economa de mercado. Sostienen los negocios y el comercio, contribuyen a estimular el progreso econmico, el empleo y la prosperidad, promueve mejoras en la calidad de los bienes y servicios existentes y el desarrollo de otros nuevos, fomenta la competencia responsable con vistas al inters pblico, y permiten que la gente haga opciones informadas, dndole a conocer la disponibilidad y las caractersticas de los productos. El sistema no podra funcionar sin los medios de comunicacin. Si se prescindiera de ellos, se derrumbaran las estructuras econmicas fundamentales, con gran perjuicio para numerosas personas y para la sociedad. Polticos. Los medios facilitan la participacin informada de los ciudadanos en los procesos polticos, unen a la gente en la bsqueda de propsitos y objetivos comunes. Permiten que los lderes se comuniquen con el pblico. Son importantes instrumentos de responsabilidad. Culturales. Los medios facilitan el acceso de la gente a la literatura, al teatro, a la msica y al arte, y promueven as un desarrollo humano respetuoso del conocimiento, la sabidura y la belleza. Hacen posible que los grupos tnicos se estimen y celebren sus tradiciones culturales, compartindolas con los dems y transmitindolas a las nuevas generaciones. Educativos. Los medios de comunicacin son importantes instrumentos de educacin, desde la escuela hasta el lugar de trabajo, y en muchas etapas de la vida. Son instrumentos educativos normales en muchas aulas. Superan las barreras de la distancia y el aislamiento. Religiosos. La vida religiosa de mucha gente se enriquece mucho gracias a los medios de comunicacin, que transmiten noticias e informacin de acontecimientos, ideas y personalidades del mbito religioso, y sirven como vehculos para la evangelizacin y la catequesis. b) AbusosExisten abusos en cada una de las reas que acabamos de mencionar. Econmicos. Los medios se usan a veces para construir y apoyar sistemas econmicos que sirven a la codicia y a la avidez. El neoliberalismo es un caso tpico. En dichas circunstancias, los medios de comunicacin, que deben beneficiar a todos, son explotados en provecho de unos pocos.El proceso de globalizacin puede crear oportunidades extraordinarias de mayor bienestar (Centesimusannus, 58); pero con l, e incluso como parte de l, algunas naciones y pueblos sufren la explotacin y la marginacin, quedndose cada vez ms atrs en la lucha por el desarrollo. Estas bolsas de miseria cada vez ms amplias en medio de la abundancia son semilleros de envidia, resentimiento, tensin y conflicto. Algunos casos de sufrimiento humano, que tienen su raz en cuestiones econmicas, son en gran parte ignorados por los medios de comunicacin, mientras informan acerca de otros; de este modo los medios de comunicacin a menudo contribuyen a las injusticias y desequilibrios que causan el sufrimiento sobre el que informan. La tecnologa de las comunicaciones y la informacin, junto con la formacin para su uso, es una de esas condiciones bsicas. Polticos. Los polticos sin escrpulos usan los medios de comunicacin para la demagogia y el engao, apoyando polticas injustas y regmenes opresivos. Ridiculizan a sus adversarios y sistemticamente distorsionan y anulan la verdad por medio de la propaganda y de planteamientos falsamente tranquilizadores. En este caso, ms que unir a las personas, los medios de comunicacin sirven para separarlas, creando tensiones y sospechas que constituyen grmenes de nuevos conflictos.A menudo, tambin los medios de comunicacin, difunden el relativismo tico y el utilitarismo, que caracterizan la actual cultura de la muerte. Culturales. La crtica condena con frecuencia la superficialidad y el mal gusto de los medios, no deberan tampoco caer en la vulgaridad o la degradacin. No sirve de excusa afirmar que los medios de comunicacin social reflejan las costumbres populares, dado que tambin ejercen una poderosa influencia sobre esas costumbres, y, por ello, tienen el grave deber de elevarlas y no degradarlas.El problema presenta diversos aspectos: plantean temas relacionados con la sexualidad y la violencia, muchas veces que inspiran actitudes antisociales y debilitan la fibra moral de la sociedad. Teniendo esto en cuenta, habra que prestar particular atencin a los nios y jvenes, proporcionndoles programas que les permitan tener un contacto vivo con su herencia cultural.Pero la comunicacin transcultural no debera realizarse en detrimento de las ms dbiles. El hecho de que un gran nmero de informaciones fluya actualmente en una nica direccin desde las naciones desarrolladas hacia las naciones en vas de desarrollo y pobres plantea serias cuestiones ticas. Educativos. En lugar de promover la enseanza, los medios de comunicacin pueden distraer a la gente y llevarla a perder el tiempo. De este modo, los ms perjudicados son los nios y los jvenes, pero los adultos tambin sufren esa influencia de programas banales e intiles. De igual modo, los medios de comunicacin se usan en algunas ocasiones como instrumentos de adoctrinamiento, con la intencin de controlar lo que la gente sabe y negarle el acceso a la informacin que las autoridades no quieren que tenga. sta es una perversin de la educacin autntica, que se esfuerza por ampliar el conocimiento y la capacidad de las personas y ayudarles a perseguir propsitos elevados, sin limitar sus horizontes y sin aprovechar sus energas al servicio de ideologas. Religiosos. En la relacin entre los medios de comunicacin social y la religin existen tentaciones por ambas partes.Entre las tentaciones de los medios de comunicacin estn el ignorar o marginar las ideas y las experiencias religiosas; tratar a los grupos religiosos legtimos con hostilidad; valorar la religin y la experiencia religiosa segn criterios materialistas. Los actuales medios de comunicacin reflejan la situacin posmoderna del espritu humano, encerrado dentro de los lmites de su propia inmanencia, sin ninguna referencia a lo trascendente (Fides et ratio, 81).En sntesis, los medios de comunicacin pueden usarse para el bien o para el mal; es cuestin de elegir. No conviene olvidar que la comunicacin a travs de los medios de comunicacin social no es un ejercicio prctico dirigido slo a motivar, persuadir o vender, ucho menos, un vehculo para la ideologa. Los medios de comunicacin pueden a veces reducir a los seres humanos a simples unidades de consumo, o a grupos rivales de inters; tambin pueden manipular a los espectadores, lectores y oyentes, considerndolos meras cifras de las que se obtienen ventajas, sea en venta de productos sea en apoyo poltico y todo ello destruye la comunidad. La tarea de la comunicacin es unir a las personas y enriquecer su vida, no aislarlas ni explotarlas. Los medios de comunicacin social, usados correctamente, pueden ayudar a crear y apoyar una comunidad humana basada en la justicia y la caridad; y, en la medida en que lo hagan, sern signos de esperanza[footnoteRef:80] [80: Juan Pablo II, Mensaje para la XXXII Jornada mundial de las comunicaciones sociales de 1998, n. 4.]

2.5.3. Medios de comunicacin social (redes y nuevas tecnologas) Es indispensable fomentar el acceso a las nuevas tecnologas, pero con una conciencia clara de su utilidad y de los peligros que ella trae consigo, para participar en los beneficios prometidos por la globalizacin y el desarrollo, porque de lo contrario se afianzar ms la marginalidad y la desigualdad social. Mientras se perfila una nueva comunicacin global, la Iglesia se preocupa porque este proceso sea de la humanidad entera y la tecnologa, la comunicacin y los recursos del planeta sea para la mayora sin considerar condicin social, es decir, la Iglesia desea una globalizacin que est al servicio de toda la persona y de todas las personas. Los MCTIS son instrumentos corrientes en la enseanza, accesibles a un gran nmero de personas y permiten potenciar los sistemas de enseanza preestablecidos. Es importante recalcar el deber que tiene la familia y la escuela de orientar a los jvenes y nios en el uso y manejo adecuado de estas herramientas comunicacionales.Internet es uno de los ms grandes descubrimientos del ingenio humano que ha permitido la superacin progresiva del tiempo y el espacio como obstculos para la comunicacin entre un gran nmero de personas. Es instantneo, inmediato, mundial, descentralizado, interactivo, capaz de extender ilimitadamente sus contenidos y su alcance, flexible y adaptable en grado notable. Es igualitario, en el sentido de que cualquiera, con el equipo necesario y modestos conocimientos tcnicos, puede tener una presencia activa en el ciberespacio, anunciar su mensaje al mundo y pedir ser odo.Ante el avance de las nuevas tecnologas comunicacionales, la Iglesia debe asumirlas como verdaderos instrumentos para la Evangelizacin, mejorar la comunicaciones intra eclesial y con la comunidad en general, inclusive con el resto del mundo. 2.5.4. Algunos principios ticos importantes Los principios y las normas ticas importantes en otros campos se aplican tambin a la comunicacin social. Se pueden aplicar siempre los principios de la tica social, como la solidaridad, la subsidiariedad, la justicia, la equidad y la responsabilidad en el uso de los recursos pblicos y en el cumplimiento de funciones de responsabilidad pblica. La comunicacin debe ser siempre veraz, puesto que la verdad es esencial a la libertad individual y a la comunin autntica entre las personas.La tica en la comunicacin social no slo concierne a lo que aparece en las pantallas de cine y de televisin, en las transmisiones radiofnicas, en las pginas impresas o en Internet, sino implica tambin muchos otros aspectos. La dimensin tica no slo atae al contenido de la comunicacin (el mensaje) y al proceso de comunicacin (cmo se realiza la comunicacin), sino tambin a cuestiones fundamentales, estructurales y sistemticas, que a menudo incluyen mltiples asuntos de poltica acerca de la distribucin de tecnologa y productos de alta calidad. Incluso a las personas de buena voluntad no siempre les resulta evidente cmo aplicar los principios ticos y las normas a los casos particulares; hacen falta reflexin, discusin y dilogo. Ofrecemos las siguientes consideraciones con la esperanza de alentar esta reflexin y este dilogo entre los responsables de la poltica de la comunicacin, los comunicadores profesionales, los expertos en tica, los moralistas, los usuarios de la comunicacin y dems personas implicadas.El principio tico fundamental consiste en que la persona humana y la comunidad humana son el fin y la medida del uso de los medios de comunicacin social; la comunicacin debera realizarse de personas a personas, con vistas al desarrollo integral de las mismas.El segundo principio es complementario del primero: el bien de las personas no puede realizarse independientemente del bien comn de las comunidades a las que pertenecen. Este bien comn debera entenderse de modo ntegro, como la suma total de nobles propsitos compartidos en cuya bsqueda se comprometen todos los miembros de la comunidad, y para cuyo servicio existe la misma comunidad.Los comunicadores/as y los responsables de la poltica de la comunicacin deben servir a las necesidades y a los intereses reales, tanto de las personas como de los grupos, en todos los niveles y de todos los modos. Urge la equidad en el mbito internacional, donde la mala distribucin de los bienes materiales entre el Norte y el Sur se ha agravado a causa de la mala distribucin de los recursos de la comunicacin y de la tecnologa de la informacin, de los que dependen en gran medida la productividad y la prosperidad. Problemas anlogos existen tambin en los pases ricos, donde la transformacin incesante de los modos de produccin y de consumo devala ciertos conocimientos ya adquiridos y profesionalidades consolidadas y los que no logran ir al comps de los tiempos pueden quedar fcilmente marginados (Centesimusannus, 33). Los responsables de las decisiones tienen el serio deber moral de reconocer las necesidades y los intereses de quienes son particularmente vulnerables los pobres, los ancianos, los hijos por nacer, los nios y los jvenes, los oprimidos y los marginados, las mujeres y las minoras, los enfermos y los minusvlidos, as como las necesidades e intereses de las familias y los grupos religiosos. Los comunicadores/as profesionales deberan participar activamente en la elaboracin y aplicacin de cdigos ticos de comportamiento para su profesin, en colaboracin con representantes pblicos. Los organismos religiosos y otros grupos tambin deben participar en este esfuerzo continuo.a) Naturaleza teolgico-moral sobre los medios de comunicacin Los fundamentos teolgicos: La expansin imparable de los medios de comunicacin obliga a una reflexin teolgica. En la Communio et progressio el fundamento de estos medios se encuentra en los ms altos principios de la fe catlica:El misterio trinitario es un misterio de comunicacin entre personas, y el propio Jess es el perfecto comunicador del s mismo al mundo. La comunicacin es esencial a los hombres; por ello, los medios son un don de Dios que ayudan a la dimensin comunitaria de la vida. Los medios son expresin del precepto divino de dominad la tierra y de la participacin en el plan creador de Dios. Los fundamentos morales: En los medios de comunicacin estn implicados:La libertad del ser humanoen la eleccin y uso de los medios de comunicacin. La sociedad entera que se ve afectada por los mensajes emitidos. El bien comn, al servicio del cual estn los medios de comunicacin. Coincidencia de fines entre la Iglesia y los medios: Entre la Iglesia y los medios hay una coincidencia de fines: i. Comunin. ii. Colaboracin al progreso de la convivencia. iii. Revelacin de interrogantes y experiencias de la sociedad. iv. Si el fin de los medios es otro (enriquecimiento, manipulacin de la opinin, etc.) el desencuentro con la Iglesia ser inevitable.b) Deberes en torno a los medios de comunicacin Deberes de los propios medios: Respecto de la informacin, se deben superar la parcialidad, el sensacionalismo y la superficialidad.[footnoteRef:81] [81: Catecismo de la Iglesia Catlica, nm. 2497]

En el terreno de las artes, se debe comunicar el arte antiguo y el nuevo, adems, velar por las culturas nacionales y las minoritarias. La verdad esttica no est por encima de la verdad moral. La publicidad debe tener exquisita sensibilidad hacia la libertad de eleccin y hacia la verdad. Debe evitarse la publicidad que explota las pasiones humanas. Debe respetar el pluralismo social y el relato de los hechos deben iluminarse tambin con su conexin entre ellos. Se debe enriquecer la cultura popular, sin caer en el populismo; debe animarse a las relaciones personales y no a suplantarlas. Para evitar la masificacin se debe fomentar una opinin pblica consciente, activa y crtica. Deberes de los poderes pblicos: Los poderes pblicos son los veladores del bien comn; deben sanear el mundo de la comunicacin e impedir que se usen los medios para imponer nuevas ideologas; deben establecerse normas para su uso responsable y favorecerse el acceso a los medios en condiciones de igualdad de oportunidades. Debe promocionarse, asimismo, la propia cultura y se debe evitar la manipulacin por parte de los poderosos.[footnoteRef:82] [82: Catecismo de la Iglesia Catlica, nm. 2498-2499]

Deberes de los usuarios: Los usuarios tienen el derecho-deber de develar las personas e intereses que hay detrs de cada medio de comunicacin. Tienen el deber de ser parte activa y no meros consumidores de los medios: deben aprender a servirse de ellos, por lo que estn obligados a interpretar, confrontar, valorar y juzgar los mensajes. Si fuera preciso, deben asociarse para defender sus derechos y vigilar la independencia de los medios.[footnoteRef:83] [83: Catecismo de la Iglesia Catlica, nm. 2496]

Deberes de la Iglesia:Compromiso interno: Preparacin adecuada para que la evangelizacin use y se integre en esta nueva cultura. Dialogo interno dentro de los catlicos y del Magisterio con los fieles. Debe haber una organizacin adecuada para sacar provecho de las capacidades de los medios de comunicacin. Formacin de comunicadores catlicos para adquirir la competencia profesional y la preparacin doctrinal y espiritual adecuadas. Compromiso externo: Se deben denunciar aquellos comportamientos que se desvan de la verdad y, en concreto, la colonizacin cultural de los pases pobres, la manipulacin ideolgica y comercial, la promocin actual del secularismo, la imposicin de valores al Tercer Mundo y la colocacin de la felicidad en el campo del consumo. El Evangelio debe anunciarse de modo que todos puedan llegar a la instruccin e interpretacin cristianan de la realidad. Debe tenerse en cuenta el lenguaje de la cultura de masas; debe hacerse un trabajo atractivo; se deben iluminar los medios para la promocin de la persona y defender su libertad; se debe presentar el derecho a la informacin como uno derecho de todos; y se debe proclamar el Evangelio en todo momento.