cuaderno de formación número 1

7/24/2019 Cuaderno de Formacin Nmero 1

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Cuadernos de Formacin n1

Bases ideolgicas y polticas del anarquismo

Bases ideolgicas del Anarquismo..2

Gesta Libertaria

La Comuna de pars y la nocin de estado5

Mijal Bakunin

Cien aos del Congreso de !msterdam1"

Jos Antonio Gutirrez Danton

#l anarquismo y la luc$a %oltica2&

Saetero, militante Gesta Libertaria

'uestro %rograma.......((

Errico Malatesta


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Cuadernos de Formacin poltica n: Bases ideolgicas del anarquismo

Las Bases ideolgicas del Anarquismo

Definir lo que es el Anarquismo, a nuestro entender delimitar los lmites en los que nuestracorriente poltica constituye una herramienta de los trabajadores y el pueblo para superar su

dominacin, a primeras se nos muestra como una difcil tarea cuya solucin no tiene ha tenido unarespuesta unvoca a lo largo de la historia de la luchas de la clase oprimida por conquistar suemancipacin. Para efectos de enmarcar el debate abierto sobre lo que entendemos poranarquismo hemos decidido fijar un punto que a nuestro juicio corresponde al nacimiento delanarquismo poltico que es el que nos interesa discutir, que es el quiebre de la primerainternacional, con la expulsin de los bauninistas y la conformacin de la internacional negra ointernacional de !aint"#mier el a$o %&'(, no queremos con esto decir que el anarquismo surge enun momento determinado, muy por el contrario las ideas y causas que fueron conformando estatendencia tienen sin duda una relacin estrecha con la evolucin directamente anterior delmovimiento socialista y del surgimiento del proletariado como clase explotada, sin embargoelegimos esta fecha para no extender esta exposicin y por considerar que desde ah las diferentescorrientes del anarquismo comien)an a delimitarse y aparecen los grandes debates que a*n

subsisten entre las diferentes concepciones del anarquismo hasta nuestros das .+ste congreso, en su primera resolucin, aprob las tesis bauninistas sobre la accin

revolucionaria del proletariado y que se oponan a las defendidas por la internacional de la quefueron expulsados, proclamando

1. !ue la "estrucci#n "e to"o $o"er $oltico es el $rimer "eber "el $roletaria"o

%. !ue to"a or&anizaci#n "e un $o"er $oltico $reten"i"o $ro'isional ( re'olucionario $ara traeresa "estrucci#n no $ue"e ser m)s *ue un en&a+o ( sera tan $eli&roso $ara el $roletaria"o comoto"os los &obiernos *ue eisten -o(

. !ue rec-aza"o to"o com$romiso $ara lle&ar a la realizaci#n "e la /e'oluci#n Social los$roletarios "e to"os los $ases "eben establecer, 0uera "e to"a $oltica bur&uesa, la soli"ari"a" "e

la acci#n re'olucionaria.

. Las as$iraciones "el $roletaria"o no tienen otro $ro$#sito m)s *ue establecer una or&anizaci#n( 0e"eraci#n econ#mica absolutamente libre, 0un"a"a a $artir "el trabajo ( la e*ui"a" "e to"os (absolutamente libre "e to"o &obierno $oltico, 2...3 4en el *ue ca"a obrero ten&a5 el "erec-o al"is0rute "el $ro"ucto com$leto "e su labor ( "e este mo"o lo&rar los me"ios $ara "esarrollar sus

$lenos $o"eres intelectuales, materiales ( morales en 0orma colecti'a.

-a existencia de este congreso no tuvo gran duracin histrica ms all del importante n*merode delegados de distintos pases que demostraban la fuer)a que las ideas anarquistas comen)arona adquirir a finales del siglo /#/ y principios del siglo //, sus lgidos debates respecto a lasradicales diferencias entre anarco 0comunistas, anarco"sindicalistas y anarco"individualistavolvieron inefica) cualquier intento de coordinacin internacional entre la corriente libertaria,

desdibujando su presencia la que finalmente terminara por ser casi inexistente tras el triunfo de lasrevoluciones de orientacin marxista.

-o anterior es importante se$alar, porque aproximarse al estudio del anarquismo es inefica)desde una ptica que busque partir construyendo un sistema terico o sociolgico de lospostulados de la tradicin, existen diferencias sustanciales respecto a conceptos que en la tradicinsocialista parecen ser de com*n acuerdo tales como materialismo histrico, lucha de clases,contradiccin capital trabajo e incluso dentro de los mismos anarquistas lo que se entiende poraccin directa, principio federativo, democracia directa suscitan tantas diferencias que es imposible


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establecer una respuesta que identifique a toda una tradicin. Para entender lo que es elanarquismo la ptica que nos parece ms acertada es la de la histrica, pues al ser una tendenciamarcada radicalmente por su sentido prctico y crtico ha sido su presencia en los diversosprocesos de lucha del proletariado y la actuacin de los anarquistas en ellos los que permitedescribir mejor las diferentes corrientes del ideal crata seg*n lo que propusieron en lasencrucijadas, son esas reflexiones histricas las que compartimos en este primer cuaderno de

formacin poltica a modo de incentivar el debate y la formacin poltica de la militancia anarquistay revolucionaria para desprender de ellas con profundo sentido crtico las lecciones del pasadopara construir en el presente una alternativa de lucha que nos permita transformarlo y abrir paso ala esperan)a de un futuro de libertad para nuestros pueblos.

1ing*n anlisis histrico sin embargo es neutro y nuestra organi)acin , por las necesidadesdel presente ha optado por definirse en torno a lo que entendemos por anarquismo, sin buscardesvalidar las otras visiones respecto del mismo, nuestra reflexiones si bien a nuestro juicio son lasque mejor cal)an con nuestro objetivo irrenunciable de derrotar a la burguesa , las compartimosporque creemos son necesarias para posicionarnos en el debate con las dems fuer)asrevolucionarias y anarquistas, como un intento por abrir los espacios de crtica y confrontacinpoltica como instancia necesaria para fortalecer la democracia y la fuer)a social y poltica de lostrabajadores y del pueblo.

2on lo anterior en consideracin, entendemos por anarquismo como una expresin delmovimiento socialista revolucionario, es decir como una herramienta, una forma concreta, deorgani)acin y lucha de la clase trabajadora y proletaria para alcan)ar su objetivo de superar todaforma de explotacin y dominacin, por construir una sociedad sin clases basada en el autogobierno y la autogestin social de las rique)as, de esta tradicin socialista rescatamos elmaterialismo histrico como forma de interpretar , entender y construir la historia de los explotadosdesprendiendo las lecciones para fortalecer su lucha y la lucha de clases como forma deposicionarnos en una sociedad cuya divisin social del trabajo y el monopolio de los medios deproduccin hacen inviable cualquier intento de construccin de una sociedad distinta sin resolver elenfrentamiento que atraviesa a la humanidad entera. Por lo mismo hemos optado por creer en elcomunismo como la sociedad a la que aspiramos, una ve) que la clase burguesa ha sido derrotadatotalmente, sociedad que solo podr ser construida por los trabajadores y el pueblo mediante un

proceso revolucionario permanente y continuado. !in embargo nos diferenciamos del resto de lascorrientes socialistas precisamente desde el punto de vista que entendemos este procesorevolucionario, como anarquistas somos radicalmente anti estatales, la sociedad que anhelamosconstruir no puede ser construida en los mrgenes de la sociedad burguesa y el estado esprecisamente la forma en que la burguesa proyecta y construye su modelo de sociedad, suplantaresta forma de poder centrali)ada y aplastante por una dictadura de los supuestos representantesdel proletariado nos parece sin lugar a dudas una contradiccin que termina por diluir el potencialtransformador de la clase trabajadora, debe ser esta la que con sus propios rganos de poderdestruya las concepciones que hacen posible la existencia de jerarquas entre los seres humanos,por lo mismo creemos en la democracia directa como forma presente y futura de construirconcretamente una prctica poltica emancipadora que sea capa) de disputar y destruir al +stado ,herramienta principal de control de nuestro pueblo. Para los anarquistas una revolucin que

desplace del poder poltico a la burguesa no es suficiente, es necesario para que esta no devengaen una dictadura roja que el problema del poder se resuelva con la sociali)acin en manos de lostrabajadores de los medios de produccin ,la autogestin de las rique)as es la forma en la quenuestro pueblo se apropia de lo que es arrebatado, apropiarse de ello, aspirar a ser due$os de suspropias vidas y destinos no es algo que podamos esperar para el futuro cumplimiento de unprograma socialista, es una tarea urgente en la medida que la humanidad se encuentra condenadapor el despilfarro decadente de quienes nos gobiernan, la destruccin permanente de nuestrosecosistemas, la extraccin indiscriminada de nuestros recursos naturales que mantienen agrandes masas de la humanidad privada siquiera de los medios bsicos de subsistencia. +l


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anarquismo como herramienta eminentemente prctica coloca para si un deber 3tico y polticoirrenunciable en hacer coherente nuestra prctica poltica que media en la dial3ctica de los mediosy fines, hemos elegido creer en la humanidad y en la esperan)a de una forma de vidaemancipadora para ella y toda forma de vida en el planeta, esta esperan)a se hace concreta en lamedida que logramos congeniar la necesaria lucha poltica que enfrente al poder burgu3sdirectamente con la resistencia cotidiana que construimos en nuestras organi)aciones sociales

buscando empoderarlas y hacerlas participes de su propio destino, en el fortalecimiento de lasorgani)aciones de trabajadores y de los pueblos esta la base material que permitira una sociedadque exista sin privilegios minoritarios ni imposiciones autoritarias, derrocar al capitalismo es unatarea urgente y cotidiana, que se fortalece en los avances de la lucha poltica y en la construccinde una nueva dinmica social de autogestin de nuestras propias vidas.

2reer en la esperan)a en la humanidad no puede ser una fe ciega, las lgicas del capitalismohan degenerado nuestros afectos y formas de vida al punto que el individualismo y la competenciase imponen sobre los necesarios valores que son el sost3n de una posible accin revolucionaria, lasolidaridad y el apoyo mutuo, nuestra prctica revolucionaria debe considerar una reflexinprofunda sobre cmo vivimos y entendemos nuestros afectos, el amor , la esperan)a , el deseo de

justicia e igualdad, ac es donde el anarco"feminismo cobra especial relevancia, en la medida queesa prctica afectiva se libere de concepciones patriarcales serviles a la dominacin capitalista

abrimos paso para que los la)os que construyamos entre los trabajadores y el pueblo sean losuficientemente firmes para enfrentar la larga lucha revolucionaria que transformar la realidad nosimpone como deber, esta guerra de la vida contra la muerte, de los trabajadores contra laburguesa de la humanidad y todas las formas de vida por el derecho a existir en este planeta, elfeminismo es para nosotros el reconocimiento de la dignidad humana , de la igualdad entreg3neros y formas de vivir la propia sexualidad, de construir la)os solidarios y hori)ontales, dereconocer en el otro un ser igualmente digno , la libertad individual que aspiramos construir esposible solo si materialmente son abolidas las formas de opresin de una clase sobre otra, perotambi3n su existencia tiene una ligacin radical y profunda con una forma afectiva emancipada ylibre que coloque al ser humano en una relacin equitativa entre pares, y al ser humano con lasdems formas de vida del planeta, por lo mismo creemos en la accin directa, la accinindependiente de la clase para dotarse de sus propios rganos de combate, de sus propias

soluciones a sus problemas materiales, la accin directa es la forma de accin poltica delproletariado, pero tambi3n debe ser la forma de construirse a s misma como una clase con supropio proyecto histrico libre de los instrumentos de dominacin burguesa.

2on esta esperan)a en nuestros cora)ones, con esta conviccin en la lucha revolucionariaponemos a disposicin este cuaderno de formacin, no todos los textos ac compartidosrepresentan nuestra opinin como organi)acin, pero el debate es algo que debemos estimularpara formarnos como sujetos crticos, con miras a ser un aporte aunque peque$o, en lamateriali)acin de la libertad de nuestro pueblo, empujando con todas nuestras fuer)as la accinrevolucionaria para transformar radicalmente nuestra realidad.

)esta Li*ertaria+ ,ctu*re 2-15


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La Comuna de %aris y la 'ocin de #stado

4ijail 5aunin

+sta obra, como todos los escritos que hasta la fecha he publicado, naci de los acontecimientos.+s la continuacin natural de las 6artas a un 0rancs, publicadas en septiembre de %&'6, y en lascuales tuve el fcil y triste honor de prever y predecir las horribles desgracias que hieren hoy a7rancia, y con ella, a todo el mundo civili)ado8 desgracias contra las que no haba ni queda ahorams que un remedio la revolucin social.

Probar esta verdad, de aqu en adelante incontestable, por el desenvolvimiento histrico de lasociedad, y por los hechos mismos que se desarrollan bajo nuestros ojos en +uropa, de modo quesea aceptada por todos los hombres de buena fe, por todos los investigadores sinceros de laverdad, y luego exponer francamente, sin reticencia, sin equvocos, los principios filosficos tanto

como los fines prcticos que constituyen, por decirlo as, el alma activa, la base y el fin de lo quellamamos la revolucin social, es el objeto del presente trabajo.

-a tarea que me impuse no es fcil, lo s3, y se me podra acusar de presuncin si aportase a estetrabajo una pretensin personal. Pero no hay tal cosa, puedo asegurarlo al lector. 1o soy ni unsabio ni un filsofo, ni siquiera un escritor de oficio. +scrib muy poco en mi vida y no lo hice nuncasino en caso de necesidad, y solamente cuando una conviccin apasionada me for)aba a vencermi repugnancia instintiva a manifestarme mediante mis escritos.

9:u3 soy yo, y qu3 me impulsa ahora a publicar este trabajo; !oy un buscador apasionado de laverdad y un enemigo no menos encarni)ado de las ficciones perjudiciales de que el partido delorden, ese representante oficial, privilegiado e interesado de todas las ignominias religiosas,metafsicas, polticas, jurdicas, econmicas y sociales, presentes y pasadas, pretende servirse hoy

todava para embrutecer y esclavi)ar al mundo. !oy un amante fantico de la libertad,considerndola como el *nico medio en el seno de la cual pueden desarrollarse y crecer lainteligencia, la dignidad y la dicha de los hombres8 no de esa libertad formal, otorgada, medida yreglamentada por el +stado, mentira eterna y que en realidad no representa nunca nada ms queel privilegio de unos pocos fundado sobre la esclavitud de todo el mundo8 no de esa libertadindividualista, egosta, me)quina y ficticia, pregonada por la escuela de o me refiero a la libertad de cada uno que, lejos de agotarse frente a la libertad del otro, encuentraen ella su confirmacin y su extensin hasta el infinito8 la libertad ilimitada de cada uno por lalibertad de todos, la libertad en la solidaridad, la libertad en la igualdad8 la libertad triunfante sobreel principio de la fuer)a bruta y del principio de autoridad que nunca ha sido otra cosa que la


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expresin ideal de esa fuer)a8 la libertad que, despu3s de haber derribado todos los dolos celestesy terrestres, fundar y organi)ar un mundo nuevo el de la humanidad solidaria, sobre la ruina detodas la #glesias y de todos los +stados.

!oy un partidario convencido de la igualdad econmica y social, porque s3 que fuera de esaigualdad, la libertad, la justicia, la dignidad humana, la moralidad y el bienestar de los individuos, lomismo que la prosperidad de las naciones, no sern ms que otras tantas mentiras. Pero,partidario incondicional de la libertad, esa condicin primordial de la humanidad, pienso que laigualdad debe establecerse en el mundo por la organi)acin espontnea del trabajo y de lapropiedad colectiva de las asociaciones productoras libremente organi)adas y federadas en lascomunas, mas no por la accin suprema y tutelar del +stado.

+ste es el punto que nos divide a los socialistas revolucionarios, de los comunistas autoritarios quedefienden la iniciativa absoluta del +stado. +l fin es el mismo, ya que ambos deseamos por igual lacreacin de un orden social nuevo, fundado *nicamente sobre la organi)acin del trabajo colectivoen condiciones econmicas de irrestricta igualdad para todos, teniendo como base la posesincolectiva de los instrumentos de trabajo.

Ahora bien, los comunistas se imaginan que podran llegar a eso por el desenvolvimiento y por laorgani)acin de la potencia poltica de las clases obreras, y principalmente del proletariado de lasciudades, con ayuda del radicalismo burgu3s, mientras que los socialistas revolucionarios,enemigos de toda liga)n y de toda alian)a equvoca, pensamos que no se puede llegar a ese finms que por el desenvolvimiento y la organi)acin de la potencia no poltica sino social de lasmasas obreras, tanto de las ciudades como de los campos, comprendidos en ellas los hombres debuena voluntad de las clases superiores que, rompiendo con todo su pasado, quieran unirsefrancamente a ellas y acepten ntegramente su programa.

?e ah dos m3todos diferentes. -os comunistas creen deber el organi)ar a las fuer)as obreras paraposesionarse de la potencia poltica de los +stados. -os socialistas revolucionarios nosorgani)amos teniendo en cuenta su inevitable destruccin, o, si se quiere una palabra ms cort3s,teniendo en cuenta la liquidacin de los +stados. -os comunistas son partidarios del principio y dela prctica de la autoridad, los socialistas revolucionarios no tenemos confian)a ms que en la

libertad. Partidarios unos y otros de la ciencia que debe liquidar a la fe, los primeros quisieranimponerla y nosotros nos esfor)amos en propagarla, a fin de que los grupos humanos, por ellosmismos se conven)an, se organicen y se federen de manera espontnea, libre8 de abajo haciaarriba conforme a sus intereses reales, pero nunca siguiendo un plan tra)ado de antemano eimpuesto a las masas ignorantes por algunas inteligencias superiores.

-os socialistas revolucionarios pensamos que hay mucha ms ra)n prctica y espritu en lasaspiraciones instintivas y en las necesidades reales de las masas populares, que en la inteligenciaprofunda de todos esos doctores y tutores de la humanidad que, a tantas tentativas frustradas parahacerla feli), pretenden a$adir otro fracaso ms. -os socialistas revolucionarios pensamos, alcontrario, que la humanidad ya se ha dejado gobernar bastante tiempo, demasiado tiempo, y se haconvencido que la fuente de sus desgracias no reside en tal o cual forma de gobierno, sino en elprincipio y en el hecho mismo del gobierno, cualquiera que este sea.

+sta es, en fin, la contradiccin que existe entre el comunismo cientficamente desarrollado por laescuela alemana y aceptado en parte por los socialistas americanos e ingleses, y el socialismorevolucionario ampliamente desenvuelto y llevado hasta sus *ltimas consecuencias, por elproletariado de los pases latinos.

+l socialismo revolucionario llev a cabo un intento prctico en la 6omuna "e 7ars. !oy unpartidario de la 6omuna "e 7ars, la que no obstante haber sido masacrada y sofocada en sangrepor los verdugos de la reaccin monrquica y clerical, no por eso ha dejado de hacerse ms viva),


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ms poderosa en la imaginacin y en el cora)n del proletariado de +uropa8 soy partidario de ellasobre todo porque ha sido una auda) negativa del +stado.

+s un hecho histrico el que esa negacin del +stado se haya manifestado precisamente en7rancia, que ha sido hasta ahora el pas ms proclive a la centrali)acin poltica8 y que haya sidoprecisamente Pars, la cabe)a y el creador histrico de esa gran civili)acin francesa, el que hayatomado la iniciativa. Pars, abdicando de su corona y proclamando con entusiasmo su propiadecadencia para dar la libertad y la vida a 7rancia, a +uropa, al mundo entero8 Pars, afirmandonuevamente su potencia histrica de iniciativa al mostrar a todos los pueblos esclavos el *nicocamino de emancipacin y de salvacin8 Pars, que da un golpe mortal a las tradiciones polticasdel radicalismo burgu3s y una base real al socialismo revolucionario8 Pars, que merece de nuevolas maldiciones de todas las gentes reaccionarias de 7rancia y de +uropa8 Pars, que se envuelveen sus ruinas para dar un solemne desmentido a la reaccin triunfante8 que salva, con su desastre,el honor y el porvenir de 7rancia y demuestra a la humanidad que si bien la vida, la inteligencia y lafuer)a moral se han retirado de las clases superiores, se conservaron en3rgicas y llenas deporvenir en el proletariado8 Pars, que inaugura la era nueva, la de la emancipacin definitiva ycompleta de las masas populares y de su real solidaridad a trav3s y a pesar de las fronteras de los+stados8 Pars, que mata la propiedad y funda sobre sus ruinas la religin de la humanidad8 Pars,que se proclama humanitario y ateo y reempla)a las funciones divinas por las grandes realidades

de la vida social y la fe por la ciencia8 las mentiras y las iniquidades de la moral religiosa, poltica yjurdica por los principios de la libertad, de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad,fundamentos eternos de toda moral humana8 Pars heroico y racional confirmando con su cada elinevitable destino de la humanidad transmiti3ndolo mucho ms en3rgico y viviente a lasgeneraciones venideras8 Pars, inundado en la sangre de sus hijos ms generosos. Pars,representacin de la humanidad crucificada por la reaccin internacional bajo la inspiracininmediata de todas las iglesias cristianas y del gran sacerdote de la iniquidad, el Papa. Pero laprxima revolucin internacional y solidaria de los pueblos ser la resurreccin de Pars.

@al es el verdadero sentido y tales las consecuencias bienhechoras e inmensas de los dos mesesmemorables de la existencia y de la cada imperecedera de la 6omuna "e 7ars.

-a 6omuna "e 7arsha durado demasiado poco tiempo y ha sido demasiado obstaculi)ada en su

desenvolvimiento interior por la lucha mortal que debi sostener contra la reaccin de ersalles,para que haya podido, no digo aplicar, sino elaborar tericamente su programa socialista. Por lodems, es preciso reconocerlo, la mayora de los miembros de la 6omunano eran socialistaspropiamente y, si se mostraron tales, es que fueron arrastrados invisiblemente por la fuer)airresistible de las cosas, por la naturale)a de su ambiente, por las necesidades de su posicin y nopor su conviccin ntima. -os socialistas, a la cabe)a de los cuales se coloca naturalmente nuestroamigo 5erln, no formaban en la 6omunams que una minora nfima8 a lo sumo no eran ms queunos catorce o quince miembros. +l resto estaba compuesto por jacobinos. Pero entendmonos,hay de jacobinos a jacobinos. +xisten los jacobinos abogados y doctrinarios, como el se$orBambetta, cuyo republicanismo positivista, presuntuoso, desptico y formalista, habiendorepudiado la antigua fe revolucionaria y no habiendo conservado del jacobinismo ms que el cultode la unidad y de la autoridad, entreg la 7rancia popular a los prusianos y ms tarde a la reaccininterior8 y existen los jacobinos francamente revolucionarios, los h3roes, los *ltimos representantessinceros de la fe democrtica de %'C(, capaces de sacrificar su unidad y su autoridad bienamadas, a las necesidades de la revolucin, ante todo8 y como no hay revolucin sin masaspopulares, y como esas masas tienen eminentemente hoy el instinto socialista y no pueden yahacer otra revolucin que una revolucin econmica y social, los jacobinos de buena fe, dejndosearrastrar ms y ms por la lgica del movimiento revolucionario, acabaron convirti3ndose ensocialistas a su pesar.

@al fue precisamente la situacin de los jacobinos que formaron parte de la 6omuna "e 7ars.Delesclu)e y muchos otros, firmaron proclamas y programas cuyo espritu general y cuyas


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promesas eran positivamente socialistas. Pero como a pesar de toda su buena fe y de toda subuena voluntad no eran ms que individuos arrastrados al campo socialista por la fuer)a de lascircunstancias, como no tuvieron tiempo ni capacidad para vencer y suprimir en ellos el c*mulo deprejuicios burgueses que estaban en contradiccin con el socialismo, hubieron de parali)arse y nopudieron salir de las generalidades, ni tomar medidas decisivas que hubiesen roto para siempretodas sus relaciones con el mundo burgu3s.

7ue una gran desgracia para la 6omunay para ellos8 fueron parali)ados y parali)aron la 6omuna8pero no se les puede reprochar como una falta. -os hombres no se transforman de un da a otro yno cambian de naturale)a ni de hbitos a voluntad. ?an probado su sinceridad haci3ndose matarpor la6omuna. 9:ui3n se atrever a pedirles ms;

!on tanto ms excusables cuanto que el pueblo de Pars mismo, bajo la influencia del cual hanpensado y obrado, era mucho ms socialista por instinto que por idea o conviccin reflexiva. @odassus aspiraciones son en el ms alto grado y exclusivamente socialistas8 pero sus ideas o ms biensus representaciones tradicionales estn todava bien lejos de haber llegado a esta altura. ?aytodava muchos prejuicios jacobinos, muchas imaginaciones dictatoriales y gubernamentales en elproletariado de las grandes ciudades de 7rancia y a*n en el de Pars. +l culto a la autoridadreligiosa, esa fuente histrica de todas las desgracias, de todas las depravaciones y de todas las

servidumbres populares no ha sido desarraigado aun completamente de su seno. +sto es tan ciertoque hasta los hijos ms inteligentes del pueblo, los socialistas ms convencidos, no llegaron a*n alibertarse de una manera completa de ella. 4irad su conciencia y encontrar3is al jacobino, algubernamentalista, recha)ado hacia alg*n rincn muy oscuro y vuelto muy modesto, es verdad,pero no enteramente muerto.

Por otra parte, la situacin del peque$o n*mero de los socialistas convencidos que han constituidoparte de la 6omunaera excesivamente difcil. 1o sinti3ndose suficientemente sostenidos por lagran masa de la poblacin parisiense, influenciando apenas sobre unos millares de individuos, laorgani)acin de laAsociaci#n 8nternacional, por lo dems muy imperfecta, han debido sosteneruna lucha diaria contra la mayora jacobina. > en medio de qu3 circunstanciasE -es ha sidonecesario dar trabajo y pan a algunos centenares de millares de obreros, organi)arlos y armarloscombatiendo al mismo tiempo las maquinaciones reaccionarias en una ciudad inmensa como

Pars, asediada, amena)ada por el hambre, y entregada a todas las sucias empresas de lareaccin que haba podido establecerse y que se mantena en ersalles, con el permiso y por lagracia de los prusianos. -es ha sido necesario oponer un gobierno y un ej3rcito revolucionarios algobierno y al ej3rcito de ersalles, es decir, que para combatir la reaccin monrquica y clerical,han debido, olvidando y sacrificando ellos mismos las primeras condiciones del socialismorevolucionario, organi)arse en reaccin jacobina.

91o es natural que en medio de circunstancias semejantes, los jacobinos, que eran los msfuertes, puesto que constituan la mayora en la 6omunay que adems posean en un gradoinfinitamente superior el instinto poltico, la tradicin y la prctica de la organi)acin gubernamental,hayan tenido inmensas ventajas sobre los socialistas; De lo que hay que asombrarse es de que nose hayan aprovechado mucho ms de lo que lo hicieron, de que no hayan dado a la sublevacin dePars un carcter exclusivamente jacobino y de que se hayan dejado arrastrar, al contrario, a una

revolucin social.

!3 que muchos socialistas, muy consecuentes en su teora, reprochan a nuestros amigos de Parsel no haberse mostrado suficientemente socialistas en su prctica revolucionaria, mientras quetodos los ladrones de la prensa burguesa los acusan, al contrario, de no haber seguido ms quedemasiado fielmente el programa del socialismo. Dejemos por el momento a un lado a los innoblesdenunciadores de esa prensa, y observemos que los severos tericos de la emancipacin delproletariado son injustos hacia nuestros hermanos de Pars porque, entre las teoras ms justas ysu prctica, hay una distancia inmensa que no se franquea en algunos das. +l que ha tenido la


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dicha de conocer a arlin, por ejemplo, para no nombrar sino a aquel cuya muerte es cierta, sabecmo han sido apasionadas, reflexivas y profundas en 3l y en sus amigos las conviccionessocialistas. +ran hombres cuyo celo ardiente, cuya abnegacin y buena fe no han podido ser nuncapuestas en duda por nadie de los que se les hayan acercado. Pero precisamente porque eranhombres de buena fe, estaban llenos de desconfian)a en s mismos al tener que poner en prcticala obra inmensa a que haban dedicado su pensamiento y su vida. @enan por lo dems la

conviccin de que en la revolucin social, diametralmente opuesta a la revolucin poltica, la accinde los individuos es casi nula y, por el contrario, la accin espontnea de las masas lo es todo.@odo lo que los individuos pueden hacer es elaborar, aclarar y propagar las ideas quecorresponden al instinto popular y adems contribuir con sus esfuer)os incesantes a laorgani)acin revolucionaria del potencial natural de las masas, pero nada ms, siendo al pueblotrabajador al que corresponde hacerlo todo. >a que actuando de otro modo se llegara a ladictadura poltica, es decir, a la reconstitucin del +stado, de los privilegios, de las desigualdades,llegndose al restablecimiento de la esclavitud poltica, social, econmica de las masas populares.

arlin y sus amigos, como todos los socialistas sinceros, y en general como todos los trabajadoresnacidos y educados en el pueblo, compartan en el ms alto grado esa prevencin perfectamentelegtima contra la iniciativa continua de los mismos individuos, contra la dominacin ejercida por lasindividualidades superiores8 y como ante todo eran justos, dirigan tambi3n esa prevencin, esa

desconfian)a, contra s mismos ms que contra todas las otras personas. 2ontrariamente a esepensamiento de los comunistas autoritarios, seg*n mi opinin, completamente errneo, de que unarevolucin social puede ser decretada y organi)ada sea por una dictadura, sea por una asambleaconstituyente salida de una revolucin poltica, nuestros amigos, los socialistas de Pars, hanpensado que no poda ser hecha y llevada a su pleno desenvolvimiento ms que por la accinespontnea y continua de las masas, de los grupos y de las asociaciones populares.

1uestros amigos de Pars han tenido mil veces ra)n. Porque, en efecto, por general que sea,9cul es la cabe)a, o si se quiere hablar de una dictadura colectiva, aunque estuviese formada porvarios centenares de individuos dotados de facultades superiores, cules son los cerebros capacesde abarcar la infinita multiplicidad y diversidad de los intereses reales, de las aspiraciones, de lasvoluntades, de las necesidades cuya suma constituye la voluntad colectiva de un pueblo, ycapaces de inventar una organi)acin social susceptible de satisfacer a todo el mundo; +sa

organi)acin no ser nunca ms que un lecho de Procusto sobre el cual, la violencia ms o menosmarcada del +stado for)ar a la desgraciada sociedad a extenderse. +sto es lo que sucedisiempre hasta ahora, y es precisamente a este sistema antiguo de la organi)acin por la fuer)a a loque la revolucin social debe poner un t3rmino, dando a las masas su plena libertad, a los grupos,a las comunas, a las asociaciones, a los individuos mismos, y destruyendo de una ve) por todas lacausa histrica de todas las violencias, el poder y la existencia misma del +stado, que debearrastrar en su cada todas las iniquidades del derecho jurdico con todas las mentiras de los cultosdiversos, pues ese derecho y esos cultos no han sido nunca nada ms que la consagracinobligada, tanto ideal como real, de todas las violencias representadas, garanti)adas y privilegiadaspor el +stado.

+s evidente que la libertad no ser dada al g3nero humano, y que los intereses reales de lasociedad, de todos los grupos, de todas las organi)aciones locales as como de todos losindividuos que la forman, no podrn encontrar satisfaccin real ms que cuando no haya +stados.+s evidente que todos los intereses llamados generales de la sociedad, que el +stado pretenderepresentar y que en realidad no son otra cosa que la negacin general y consciente de losintereses positivos de las regiones, de las comunas, de las asociaciones y del mayor n*mero deindividuos a 3l sometidos, constituyen una ficcin, una obstruccin, una mentira, y que el +stado escomo una carnicera y como un inmenso cementerio donde, a su sombra, acuden generosa ybeatamente, a dejarse inmolar y enterrar, todas las aspiraciones reales, todas las fuer)as vivas deun pas8 y como ninguna abstraccin existe por s misma, ya que no tiene ni piernas para caminar,


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ni bra)os para crear, ni estmago para digerir esa masa de vctimas que se le da para devorar, esclaro que tambi3n la abstraccin religiosa o celeste de Dios, representa en realidad los interesespositivos, reales, de una casta privilegiada el clero, y su complemento terrestre, la abstraccinpoltica, el +stado, representa los intereses no menos positivos y reales de la clase explotadoraque tiende a englobar todas las dems la burguesa. > como el clero est siempre dividido y hoytiende a dividirse todava ms en una minora muy poderosa y muy rica, y una mayora muy

subordinada y hasta cierto punto miserable. Por su parte, la burguesa y sus diversasorgani)aciones polticas y sociales, en la industria, en la agricultura, en la banca y en el comercio,al igual que en todos los rganos administrativos, financieros, judiciales, universitarios, policiales ymilitares del +stado, tiende a escindirse cada da ms en una oligarqua realmente dominadora yen una masa innumerable de seres ms o menos vanidosos y ms o menos decados que viven enuna perpetua ilusin, recha)ados inevitablemente y empujados, cada ve) ms hacia el proletariadopor una fuer)a irresistible la del desenvolvimiento econmico actual, quedando reducidos a servirde instrumentos ciegos de esa oligarqua omnipotente.

-a abolicin de la #glesia y del +stado debe ser la condicin primaria e indispensable de laliberacin real de la sociedad8 despu3s de eso, ella sola puede y debe organi)arse de otro modo,pero no de arriba a abajo y seg*n un plan ideal, so$ado por algunos sabios, o bien a golpes dedecretos lan)ados por alguna fuer)a dictatorial o hasta por una asamblea nacional elegida por el

sufragio universal. @al sistema, como lo he dicho ya, llevara inevitablemente a la creacin de unnuevo +stado, y, por consiguiente, a la formacin de una aristocracia gubernamental, es decir, deuna clase entera de gentes que no tienen nada en com*n con la masa del pueblo y, ciertamente,esa clase volvera a explotar y a someter bajo el pretexto de la felicidad com*n, o para salvar al+stado.

-a futura organi)acin social debe ser estructurada solamente de abajo a arriba, por la libreasociacin y federacin de los trabajadores, en las asociaciones primero, despu3s en las comunas,en las regiones, en las naciones y finalmente en una gran federacin internacional y universal. +s*nicamente entonces cuando se reali)ar el orden verdadero y vivificador de la libertad y de ladicha general, ese orden que, lejos de renegar, afirma y pone de acuerdo los intereses de lostrabajadores y los de la sociedad.

!e dice que el acuerdo y la solidaridad universal de los individuos y de la sociedad no podrnreali)arse nunca porque esos intereses, siendo contradictorios, no estn en condicin decontrapesarse ellos mismos o bien de llegar a un acuerdo cualquiera. A una objecin semejanteresponder3 que si hasta el presente los intereses no han estado nunca ni en ninguna parte enacuerdo mutuo, ello tuvo su causa en el +stado, que sacrific los intereses de la mayora enbeneficio de una minora privilegiada. ?e ah por qu3 esa famosa incompatibilidad y esa lucha deintereses personales con los de la sociedad, no es ms que otro enga$o y una mentira poltica,nacida de la mentira teolgica que imagin la doctrina del pecado original para deshonrar alhombre y destruir en 3l la conciencia de su propio valor. +sa misma idea falsa del antagonismo delos intereses fue creada tambi3n por los sue$os de la metafsica que, como se sabe, es prximapariente de la teologa. Desconociendo la sociabilidad de la naturale)a humana, la metafsicaconsideraba la sociedad como un agregado mecnico y puramente artificial de individuosasociados repentinamente en nombre de un tratado cualquiera, formal o secreto, concluidolibremente, o bien bajo la influencia de una fuer)a superior. Antes de unirse en sociedad, esosindividuos, dotados de una especie de alma inmortal, go)aban de una absoluta libertad.

Pero si los metafsicos, sobre todo los que creen en la inmortalidad del alma, afirman que loshombres fuera de la sociedad son seres libres, nosotros llegamos entonces inevitablemente a unaconclusin que los hombres no pueden unirse en sociedad ms que a condicin de renegar de sulibertad, de su independencia natural y de sacrificar sus intereses, personales primero y grupalesdespu3s. @al renunciamiento y tal sacrificio de s mismos debe ser por eso tanto ms imperiosocuanto que la sociedad es ms numerosa y su organi)acin ms compleja. +n tal caso, el +stado


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es la expresin de todos los sacrificios individuales. +xistiendo bajo una semejante formaabstracta, y al mismo tiempo violenta, contin*a perjudicando ms y ms la libertad individual ennombre de esa mentira que se llama felicidad p*blica, aunque es evidente que la misma norepresenta ms que los intereses de la clase dominante. +l +stado, de ese modo, se nos aparececomo una negacin inevitable y como una aniquilacin de toda libertad, de todo inter3s individual ygeneral.

!e ve aqu que en los sistemas metafsicos y teolgicos, todo se asocia y se explica por s mismo.?e ah por qu3 los defensores lgicos de esos sistemas pueden y deben, con la concienciatranquila, continuar explotando las masas populares por medio de la #glesia y del +stado.-lenndose los bolsillos y sacando todos sus sucios deseos, pueden al mismo tiempo consolarsecon el pensamiento de que penan por la gloria de Dios, por la victoria de la civili)acin y por lafelicidad eterna del proletariado.

Pero nosotros, que no creemos ni en Dios ni en la inmortalidad del alma, ni en la propia libertad dela voluntad, afirmamos que la libertad debe ser comprendida, en su acepcin ms completa y msamplia, como fin del progreso histrico de la humanidad. Por un extra$o aunque lgico contraste,nuestros adversarios idealistas, de la teologa y de la metafsica, toman el principio de la libertadcomo fundamento y base de sus teoras, para concluir buenamente en la indispensabilidad de la

esclavitud de los hombres. 1osotros, materialistas en teora, tendemos en la prctica a crear yhacer duradero un idealismo racional y noble. 1uestros enemigos, idealistas divinos ytrascendentes, caen hasta el materialismo prctico, sanguinario y vil, en nombre de la mismalgica, seg*n la cual todo desenvolvimiento es la negacin del principio fundamental. +stamosconvencidos de que toda la rique)a del desenvolvimiento intelectual, moral y material del hombre,lo mismo que su aparente independencia, son el producto de la vida en sociedad. 7uera de lasociedad, el hombre no solamente no ser libre, sino que no ser hombre verdadero, es decir, unser que tiene conciencia de s mismo, que siente, piensa y habla. +l concurso de la inteligencia ydel trabajo colectivo ha podido for)ar al hombre a salir del estado de salvaje y de bruto queconstitua su naturale)a primaria. +stamos profundamente convencidos de la siguiente verdad quetoda la vida de los hombres, es decir, sus intereses, tendencias, necesidades, ilusiones, e inclusosus tonteras, tanto como las violencias, y las injusticias que en carne propia sufren, no representams que la consecuencia de las fuer)as fatales de la vida en sociedad. -as gentes no pueden

admitir la idea de independencia mutua, sin renegar de la influencia recproca de la correlacin delas manifestaciones de la naturale)a exterior.

+n la naturale)a misma, esa maravillosa correlacin y filiacin de los fenmenos no se haconseguido sin lucha. Al contrario, la armona de las fuer)as de la naturale)a no aparece ms quecomo resultado verdadero de esa lucha constante que es la condicin misma de la vida y elmovimiento. +n la naturale)a y en la sociedad el orden sin lucha es la muerte.

!i en el universo el orden natural es posible, es *nicamente porque ese universo no es gobernadoseg*n alg*n sistema imaginado de antemano e impuesto por una voluntad suprema. -a hiptesisteolgica de una legislacin divina conduce a un absurdo evidente y a la negacin, no slo de todoorden, sino de la naturale)a misma. -as leyes naturales no son reales ms que en tanto soninherentes a la naturale)a, es decir, en tanto que no son fijadas por ninguna autoridad. +stas leyes

no son ms que simples manifestaciones, o bien continuas modalidades de hechos muy variados,pasajeros, pero reales. +l conjunto constituye lo que llamamos naturale)a. -a inteligencia humanay la ciencia observaron estos hechos, los controlaron experimentalmente, despu3s los reunieron enun sistema y los llamaron leyes. Pero la naturale)a misma no conoce leyes8 obrainconscientemente, representando por s misma la variedad infinita de los fenmenos queaparecen y se repiten de una manera fatal. ?e ah por qu3, gracias a esa inevitabilidad de laaccin, el orden universal puede existir y existe de hecho.


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Fn orden semejante aparece tambi3n en la sociedad humana que evoluciona en apariencia de unmodo llamado antinatural, pero en realidad se somete a la marcha natural e inevitable de las cosas.!lo que la superioridad del hombre sobre los otros animales y la facultad de pensar unieron a sudesenvolvimiento un elemento particular que, como todo lo que existe, representa el productomaterial de la unin y de la accin de las fuer)as naturales. +ste elemento particular es elra)onamiento, o bien esa facultad de generali)acin y de abstraccin gracias a la cual el hombre

puede proyectarse por el pensamiento, examinndose y observndose como un objeto exteriorextra$o. +levndose, por las ideas, por sobre s mismo, as como por sobre el mundo circundante,logra arribar a la representacin de la abstraccin perfecta a la nada absoluta. +ste lmite *ltimo dela ms alta abstraccin del pensamiento, esa nada absoluta, es Dios.

?e ah el sentido y el fundamento histrico de toda doctrina teolgica. 1o comprendiendo lanaturale)a y las causas materiales de sus propios pensamientos, no dndose cuenta tampoco delas condiciones o leyes naturales que le son especiales, los hombres de la #glesia y del +stado nopueden imaginar a los primeros hombres en sociedad, puesto que sus nociones absolutas no sonms que el resultado de la facultad de concebir ideas abstractas. ?e ah porque consideraron esasideas, sacadas de la naturale)a, como objetos reales ante los cuales la naturale)a misma cesabade ser algo. -uego se dedicaron a adorar a sus ficciones, sus imposibles nociones de absoluto, y aprodigarles todos los honores. Pero era preciso, de una manera cualquiera, figurar y hacer sensible

la idea abstracta de la nada o de Dios. 2on este fin inflaron la concepcin de la divinidad y ladotaron, de todas las cualidades, buenas y malas, que encontraban slo en la naturale)a y en lasociedad.

@al fue el origen y el desenvolvimiento histrico de todas las religiones, comen)ando por elfetichismo y acabando por el cristianismo. 1o tenemos la intencin de lan)arnos en la historia delos absurdos religiosos, teolgicos y metafsicos, y menos a*n de hablar del desplegamientosucesivo de todas las encarnaciones y visiones divinas creadas por siglos de barbarie. @odo elmundo sabe que la supersticin dio siempre origen a espantosas desgracias y oblig a derramarros de sangre y lgrimas. Diremos slo que todos esos repulsivos extravos de la pobrehumanidad fueron hechos histricos inevitables en su desarrollo y en la evolucin de losorganismos sociales. @ales extravos engendraron en la sociedad esta idea fatal que domina laimaginacin de los hombres la idea de que el universo es gobernado por una fuer)a y por una

voluntad sobrenatural. -os siglos sucedieron a los siglos, y las sociedades se habituaron hasta talpunto a esta idea que finalmente mataron en ellas toda tendencia hacia un progreso ms lejano ytoda capacidad para llegar a 3l.

-a ambicin de algunos individuos y de algunas clases sociales, erigieron en principio la esclavitudy la conquista, y enrai)aron la terrible idea de la divinidad. Desde entonces, toda sociedad fueimposible sin tener como base 3stas dos instituciones la #glesia y el +stado. +stas dos plagassociales son defendidas por todos los doctrinarios.

Apenas aparecieron estas dos instituciones en el mundo, se organi)aron repentinamente doscastas sociales la de los sacerdotes y la de los aristcratas, que sin perder tiempo se preocuparonen inculcar profundamente al pueblo subyugado la indispensabilidad, la utilidad y la santidad de la#glesia y del +stado.

@odo eso tena por fin transformar la esclavitud brutal en una esclavitud legal, prevista, consagradapor la voluntad del !er !upremo. Pero 9crean sinceramente, los sacerdotes y los aristcratas, enesas instituciones que sostenan con todas sus fuer)as en su inter3s particular; o acaso 9no eranms que mistificadores y embusteros; 1o, respondo, creo que al mismo tiempo eran creyentes eimpostores.

+llos crean, tambi3n, porque compartan natural e inevitablemente los extravos de la masa y esslo despu3s, en la 3poca de la decadencia del mundo antiguo, cuando se hicieron esc3pticos yembusteros. +xiste otra ra)n que permite considerar a los fundadores de los +stados como


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gentes sinceras el hombre cree fcilmente en lo que desea y en lo que no contradice a susintereses8 no importa que sea inteligente he instruido, ya que por su amor propio y por su deseo deconvivir con sus semejantes y de aprovecharse de su respeto creer siempre en lo que le esagradable y *til. +stoy convencido de que, por ejemplo, @hiers y el gobierno ersalles seesfor)aron a toda costa por convencerse de que matando en Pars a algunos millares de hombres,de mujeres y de ni$os, salvaban a 7rancia.

Pero si los sacerdotes, los augures, los aristcratas y los burgueses, de los viejos y de los nuevostiempos, pudieron creer sinceramente, no por eso dejaron de ser siempre mistificadores. 1o sepuede, en efecto, admitir que hayan credo en cada una de las ideas absurdas que constituyen lafe y la poltica. 1o hablo siquiera de la 3poca en que, seg*n 2icern, los augures no podanmirarse sin rer. Aun en los tiempos de la ignorancia y de la supersticin general es difcil suponerque los inventores de milagros cotidianos hayan sido convencidos de la realidad de esos milagros.#gual se puede decir de la poltica, seg*n la cual es preciso subyugar y explotar al pueblo de talmodo, que no se queje demasiado de su destino, que no se olvide someterse y no tenga el tiempopara pensar en la resistencia y en la rebelin.

92mo, pues, imaginar despu3s de eso que las gentes que han transformado la poltica en unoficio y conocen su objeto 0 es decir, la injusticia, la violencia, la mentira, la traicin, el asesinato en

masa y aislado ", puedan creer sinceramente en el arte poltico y en la sabidura de un +stadogenerador de la felicidad social; 1o pueden haber llegado a ese grado de estupide), a pesar detoda su crueldad. -a #glesia y el +stado han sido en todos los tiempos grandes escuelas de vicios.-a historia est ah para atestiguar sus crmenes8 en todas partes y siempre el sacerdote y elestadista han sido los enemigos y los verdugos conscientes, sistemticos, implacables ysanguinarios de los pueblos.

Pero, 9cmo conciliar dos cosas en apariencia tan incompatibles los embusteros y los enga$ados,los mentirosos y los creyentes; -gicamente eso parece difcil8 sin embargo, en la realidad, esdecir, en la vida prctica, esas cualidades se asocian muy a menudo.

!on mayora las gentes que viven en contradiccin consigo mismas. 1o lo advierten hasta quealg*n acontecimiento extraordinario las saca de la somnolencia habitual y las obliga a echar un

vista)o sobre ellos y sobre su derredor.+n poltica como en religin, los hombres no son ms que mquinas en manos de los explotadores.Pero tanto los ladrones como sus vctimas, los opresores como los oprimidos, viven unos al lado deotros, gobernados por un pu$ado de individuos a los que conviene considerar como verdaderosexplotadores. As, son esas gentes que ejercen las funciones de gobierno, las que maltratan yoprimen. Desde los siglos /## y /###, hasta la explosin de la Bran =evolucin, al igual que ennuestros das, mandan en +uropa y obran casi a su capricho. > ya es necesario pensar que sudominacin no se prolongar largo tiempo.

+n tanto que los jefes principales enga$an y pierden a los pueblos, sus servidores, o las hechurasde la #glesia y del +stado, se aplican con celo a sostener la santidad y la integridad de esasodiosas instituciones. !i la #glesia, seg*n dicen los sacerdotes y la mayor parte de los estadistas,es necesaria a la salvacin del alma, el +stado, a su ve), es tambi3n necesario para laconservacin de la pa), del orden y de la justicia8 y los doctrinarios de todas las escuelas gritansin iglesia y sin gobierno no hay civili)acin ni progresoE 1o tenemos que discutir el problema dela salvacin eterna, porque no creemos en la inmortalidad del alma. +stamos convencidos de quela ms perjudicial de las cosas, tanto para la humanidad, para la libertad y para el progreso, lo es la#glesia. 91o es acaso a la iglesia a quien incumbe la tarea de pervertir las jvenes generaciones,comen)ando por las mujeres; 91o es ella la que por sus dogmas, sus mentiras, su estupide) y suignominia tiende a matar el ra)onamiento lgico y la ciencia; 9Acaso no afecta a la dignidad delhombre al pervertir en 3l la nocin de sus derechos y de la justicia que le asiste; 91o transformaen cadver lo que es vivo, no pierde la libertad, no es ella la que predica la esclavitud eterna de las


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masas en beneficio de los tiranos y de los explotadores; 91o es ella, esa #glesia implacable, la quetiende a perpetuar el reinado de las tinieblas, de la ignorancia, de la miseria y del crimen;

!i el progreso de nuestro siglo no es un sue$o enga$oso, debe conducir a la finiquitacin de la#glesia.

Cien aos del Congreso de !msterdam Agosto de 1&-/0

os Antonio )utirre3 4anton

?ace ya un siglo, entre los das GH y (% de Agosto de %C6', se reali) el famoso 2ongresoAnarquista de Imsterdam, el cual se dio en un momento en el cual el movimiento libertarioeuropeo, de la mano de la febril actividad sindical y antimilitarista que recorra +uropa, go)aba denuevos bros. Desde la d3cada de %&C6, particularmente en 7rancia" con las 5olsas de @rabajo yposteriormente la 2onfederacin Beneral de @rabajadores J2B@K", el movimiento obrero venaponiendo en prctica las ideas libertarias de la accin directa y de la lucha obrera al margen de lainstitucionalidad burguesa. +l antiparlamentarismo que se respiraba en los locales sindicalesalejaba al movimiento obrero de la hegemona absoluta que durante unos veinte a$os ejerci lasocialdemocracia, a la ve), que les impulsaba naturalmente hacia el campo de batalla.

+n los a$os inmediatamente precedentes al 2ongreso de Imsterdam, tres sucesos vinieron amarcar verdaderos hitos en este proceso de radicali)acin del movimiento obrero Por una parte, larevolucin rusa de %C6L envi poderosos reme)ones revolucionarios a una +uropa que creasepultado el espectro de la 2omuna de Pars8 por otra, se reali) en los ++FF en %C6L el2ongreso fundacional de la #ndustrial Morers of the Morld J#MMK, el cual haba planteado un claroquiebre con el sindicalismo norteamericano oficialista e institucionali)ado, marcando un caminoindependiente afn al sindicalismo revolucionario franc3s expresado en la 2B@ Jaunque no fuerasino hasta %C6& cuando se plantearn claramente las posturas anti"parlamentaristas, momento enel que la seccin de Deleonista se alejaK%.+l 2ongreso de la 2B@ celebrado en Amiens, por *ltimo,haba planteado en %C6N claramente su finalidad sindicalista revolucionaria, defini3ndose

decididamente por la accin directa, por la desaparicin del +stado y su reempla)o por lasorgani)aciones proletarias, por la huelga general como principal herramienta de transformacinrevolucionaria, definiendo al sindicalismo como el *nico mecanismo emancipador de la claseobrera, una decidida lucha contra el capitalismo y planteando a los sindicatos como basesorgnicas de la nueva sociedad.

+s en este contexto, de creciente radicali)acin del movimiento obrero, aglutinado principalmenteen organi)aciones sindicales de gran combatividad, que entendemos mejor, tanto la urgencia delencuentro, as como la discusin que en 3l se dio. 4uchos de los asistentes eran prominentes enlos movimientos sindicales de 7rancia, ?olanda y 53lgica y entendan la necesidad de laorgani)acin a nivel internacional para hacer ms poderosa su influencia y su presencia en elmovimiento obrero. -a eleccin de ?olanda, como lugar de reali)acin del encuentro, no fuecasual desde %C6L que ese pas contaba con una organi)acin libertaria de carcter nacional,

mientras que en la mayora de los pases europeos a*n reinaba la desorgani)acin y la existenciade peque$os grupos conspirativos.

1 ?asta entonces, el prembulo de la #MM planteaba la organi)acin del proletariado para la lucha en elterreno econmico, as como en el poltico 0entendido esto como que la accin directa y la participacinparlamentarista eran entendidas como tcticas complementarias y no opuestas.


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+ste 2ongreso es hoy en da ms que nada conocido por el debate planteado entre Pierre4onatte, un obrero franc3s de GL a$os y ya prominente figura de la 2B@, y +rrico 4alatesta, sobrela cuestin de los anarquistas y el sindicalismo. +ste debate ha sido parcialmente reproducido ennumerosas ocasiones, pero ms nos interesa llamar la atencin sobre otras cuestiones discutidasen el 2ongreso y que, cien a$os despu3s, siguen teniendo actualidad y valide). -a discusin arrojabastantes luces respecto a cuestiones como la naturale)a del anarquismo, la organi)acin

anarquista, 3sta y el trabajo de masas, etc. =esulta lamentable que el debate que en esa ocasinse dio sea hoy escasamente conocido entre los crculos anarquistas. > ms lamentable resulta elhecho de que algunos de los planteos simplistas, prejuicios y lugares comunes que emergieron eneste 2ongreso sean repetidos un siglo ms tarde sin mayores alteraciones en el movimiento, comosi el siglo // hubiese pasado en vano. Duele comprobar que se ha avan)ado muy poco en ladiscusin desde entonces.

Por ello creemos importantsimo conocer hoy las actas de este 2ongreso, sus discusiones yaprender lecciones de ellas que pueden ser de gran importancia para su aplicacin prctica en elpresente. Desde nuestra tribuna, intentamos pues aportar a tal tarea con algunas opiniones e ideasque se desprenden de este crucial momento en el desarrollo del anarquismo.

4os concepciones del Anarquismo enrentadas

2omo decamos, el 2ongreso de Imsterdam aparece hoy como el momento en el cual se dio unadecisiva discusin, de cara y abiertamente, entre los anarquistas mal llamados Otradicionales y lanueva generacin de militantes fraguados en los combates sindicalesG. +l sindicalismorevolucionario Jy posteriormente su derivacin anarcosindicalistaK se perfilaron, as, como lasnuevas fuer)as que desde el terreno de la prctica infundieron nuevo vigor al pensamientolibertario. +sta discusin, que se ha entendido frecuentemente como una discusin de asuntosmeramente tcticos, no puede ser reducida a una sencilla cuestin de m3todos o de 3nfasis porparte de los diversos asistentes. +sta discusin encerraba, en s, una profunda divergenciarespecto a la concepcin que del mismo anarquismo tenan las distintas partes en la discusin.

+sta discusin pona de un lado a los que entendan el anarquismo como un movimiento

fundamentalmente de luchas de clases y quienes se contentaban con una visin puramentefilosfica, que Antonioli J%C'CK describe como la visin malatestiana de entender el anarquismocomo la suprema disputa entre la libertad y la autoridad, al margen de cualquier consideracincontextual. @enemos, nuevamente, la vieja discusin entre la concepcin materialista e idealista delanarquismo como el teln de fondo de toda la discusin que se celebr en Imsterdam.

#l anarquismo materialista

Dije anteriormente que el grupo de los anarquistas filosficos ha sido mal llamado el sector de losOanarquistas tradicionales en virtud de que las conclusiones del sector de los anarquistassindicalistas no tenan nada de nuevo, sino que eran sencillamente el rescate de la tradicinanarquista iniciada por 5aunin en la Primera #nternacional, y posteriormente olvidada durante lasd3cadas de la represin, de la accin clandestina y de los grupos conspirativos. +sta tradicin se

defina como materialista y profundamente arraigada en la lucha de clases e indisociable delproletariado como agente de cambio revolucionario fundamental. +l humanismo bauninista jamshabla de un ser humano trascendente, eterno, abstruso, sino que habla del ser humano enclavadoen las contradicciones sociales de su tiempo, enclavado en las relaciones sociales de produccin,enclavado en el conflicto de clases. +s el mismo Am3d3e Dunois, uno de los conferencistas (, quien

2 -os individualistas no jugaron, afortunadamente, un rol ms que marginal en este 2ongreso.


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se encarga de dejar esto en claro, sentando la continuidad de esta tradicin con la laboremprendida por las nuevas generaciones militantes en el seno del movimiento obrero

9En contra "e los $rimeros 4e". los in"i'i"ualistas5, basta recurrir a la -istoria "el anar*uismo. :ste-a sali"o, $or 'a "e "esarrollo, "el colecti'ismo "e la 8nternacional, es "ecir, en ;ltimo an)lisis, "elmo'imiento obrero.< 46uarta sesi#n, %= "e A&osto5

Dunois en una sola sentencia, sit*a al anarquismo nuevamente en el terreno de la historia y porfuera de las especulaciones eternas. Pero Dunois no se detiene ah. +n la misma sesin nos dicetambi3n que

9El anar*uismo nos a$arece muc-o menos bajo el as$ecto "e una "octrina 0ilos#0ica ( moral *uecomo una teora re'olucionaria, *ue como un $ro&rama concreto "e trans0ormaci#n social.ea (o en l 4e". mo'imiento obrero5 un terreno $articularmente $ro$icio $ara nuestra$ro$a&an"a re'olucionaria, al mismo tiem$o *ue un $unto "e contacto entre las masas ( nosotros4...5 A-ora bien, corres$on"e a los anar*uistas "es$ertar en los sin"icatos el i"eal, orient)n"oles

$oco a $oco -acia la re'oluci#n social en nuestra opinin quien mejor refleja las ideas que sostenemos nosotros, anarco"comunistas, sobre lascuestiones en el 2ongreso tratadas.

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clases sociales demuestra una abismante pobre)a terica y un insufrible desconocimientoconceptual. -as clases se definen, seg*n 4alatesta, ya no por la relacin que 3stas guardan con lapropiedad, por la posicin especfica que tienen dentro de las relaciones sociales de produccin,sino que por sus Ointereses. > siendo los intereses individuales tan diversos, 9cmo entoncespoder hablar de clases; +sta visin es idealista, es subjetivista y no guarda relacin con elconcepto de clase que se maneja tradicionalmente en las doctrinas socialistasN.

#l anarquismo como e6periencia pr7ctica y teora or8ada en el com*ate

?enri 7uss, en la duod3cima sesin, el GC de agosto, replica de la siguiente manera a las tesis de4alatesta O-uchamos contra la burguesa, es decir contra el capital y contra la autoridad. Ah estla lucha de clase8 pero a diferencia de las luchas polticas, 3sta se ejerce esencialmente en elterreno econmico, alrededor de estos talleres que se tratar de volver a tomar ma$ana. >a pas eltiempo en que la revolucin consista en hacerse de algunas alcaldas y a decretar, desde lo altodel balcn, la sociedad nueva'. -a revolucin social hacia la que marchamos consistir en laexpropiacin de una clase. Desde entonces, la unidad de combate, ya no es, como anta$o, elgrupo de opinin, sino el grupo profesional, unin obrera o sindicato. -o que 7uss hace es volver asituar al anarquismo en la lucha de clases y al potencial revolucionario, de transformacin social,en la misma clase obrera de la cual el anarquismo no es sino una parte 0que, dicho sea de paso,

tiene un rol especfico que jugar en el proceso de emancipacin.1o nos entretendremos con ms ejemplos sacados de la discusin para seguir ilustrando estacuestin. 2reemos que las posiciones ya expuestas representan claramente a las dosconcepciones del anarquismo enfrentadas en el 2ongreso. -os dos sectores enfrentados estabanclaramente definidos uno representado por los anarquistas Opuristas, liderados por +rrico4alatesta, pero tambi3n con gente como Pierre =amus o +mma Boldman entre ellos8 y el sectordel anarquismo obrero, nacido y templado en la prctica de la lucha de clases, en las luchas demasas y en las organi)aciones obreras, que no contaba con ninguno de los que posteriormenteseran considerados, sorprendentemente, Otericos del anarquismo "los cuales casi todosprovendran del campo de los puristas. !orprendentemente, pues el nivel del debate durante el2ongreso es frecuentemente rebajado por los Otericos, los cuales dan constante pruebas de

5 1uestra visin no es dogmtica no consideramos las clases sociales como un dogma, sino que como unhecho fundamental de nuestra sociedad bien asentado por los hechos. > si quiere discutirse la existencia o node clases, esto debe hacerse de manera emprica, con evidencia, y no con un mero pluma)o retrico.

6 1o hay asunto aqu en ahondar en todas las posibles implicancias de tal idealismo para definir las clases,pero es interesante hacer notar que esta clase de idealismo se compara en cierto sentido con el leninismoque, durante d3cadas, ha definido a las diferentes corrientes polticas como proletarias o peque$o burguesas,seg*n su nivel de acuerdo o afinidad con el Partido 2omunista, *nico partido %66Q Oproletario Jaunque todasu dirigencia fuera, en estricto rigor, peque$o, y no tan peque$o, burguesaK. +l factor subjetivo, de algunamanera, existira como determinante del ser social, del factor objetivo. De ah, toda su mitologa poltica sebas en una definicin idealista 0en base a cuestiones de carcter subjetivo" de las clases. 4alatesta obra

con id3ntica lgica, pero en sentido diferente es por la ideologa, por las cuestiones puramente subjetivas queniega las clases. As, con esta lgica, el anlisis poltico y social se convierte en mero travestismo filosfico deespaldas al estudio de los factores objetivos de la realidad social.

7 4encin a la bochornosa aventura de 5enevento, #talia JL de abril de %&''K, en que 4alatesta con unpu$ado de hombres en armas se tomaron un peque$o poblado y decretaron el comunismo anrquico... hastaque lleg la polica y arrest a los libertadoresE


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ignorancia y pobre)a terica. -as mociones de +mma Boldman a favor de la iniciativa individual ydel derecho a la rebelin son realmente vergon)osas por su vaguedad, su irrelevancia y surimbombancia abstracta&. -as teoras del sector obrero haban sido fogueadas en la misma prcticarevolucionaria ms que en divagaciones filosficas. -astimosamente, sus argumentos hoy han sidocasi olvidados y qui)s despu3s de un siglo sea necesario sacarles el polvo, pues son ellas las querepresentaban el movimiento libertario vivo que hiciera temblar a la burguesa en esos a$os.

=ecordemos, despu3s de todo, que el captulo ms glorioso del anarquismo en el siglo // fuedesarrollado por todos esos militantes annimos, que heroicamente se las jugaron y dieron la vidapor la causa de un mundo nuevo, en el seno del movimiento obrero, en la revolucin rusa,alemana, la huelga general italiana y, por supuesto, la espa$ola. 1uestro anarquismo ms tieneque ver con los campesinos de Aragn y los obreros de 5arcelona, que pusieron en prctica elcomunismo libertario, que con los discursos de 7ederica 4ontseny o Diego Abad de !antilln. +s aesos militantes a quienes el anarquismo les debe tanto, pues ellos fueron la columna vertebral deese movimiento de masas que hasta el da de hoy nos inspira8 ellos, la clase obrera inspirada en elanarquismo vivo y no unos cuantos filsofos o lderes. 4uchos anarquistas hasta el da de hoy, talve) prisioneros del culto a la autoridad, aceptan como dogma, ciegamente, acrticamente, cualquierpostulado de las Ovacas sagradas del anarquismoC. > qui)s sea, al contrario, de esa prctica y delas lecciones legadas por todos esos militantes annimos o malamente reconocidos de donde

podemos extraer enormes lecciones para el presente. 2reemos que al reconocimiento de estehecho se debe que las investigaciones ms interesantes sobre el anarquismo de las *ltimasd3cadas sean en el terreno de la historia, y no en el terreno de la filosofa poltica o siquiera de lasociologa.

Los Anarquistas y las ,rgani3aciones de 9asas

Rtra discusin, la del sindicalismo, tiene repercusiones mayores que lo del mbito puramentelaboral, en nuestra opinin. De ella, creemos, se pueden extraer conclusiones vlidas para el

8 O?o tambin, en $rinci$io esto( a 0a'or "e la or&anizaci#n. Sin embar&o, temo *ue sta, un "a u otro,cai&a en el eclusi'ismo. Dunois -abl# en contra "e los ecesos "el in"i'i"ualismo. 7ero estos ecesos no

tienen na"a *ue 'er con el 'er"a"ero in"i'i"ualismo, como tam$oco los ecesos "el comunismo tienen *ue'er con el 'er"a"ero comunismo. E$use mi manera "e 'er en un in0orme cu(a conclusi#n es *ue laor&anizaci#n tien"e siem$re, en menor o ma(or me"i"a, a absorber la $ersonali"a" "el in"i'i"uo. A- est) el

$eli&ro *ue -a( *ue $re'er. As s#lo ace$tara la or&anizaci#n anar*uista con una ;nica con"ici#n@ *ue estbasa"a en el absoluto res$eto "e to"as las iniciati'as in"i'i"uales ( no $ue"a obstaculizar el jue&o ni lae'oluci#n "e stas. OEl 6on&reso Anar*uista 8nternacional se "eclara a 0a'or "el "erec-o "e rebel"a tanto"el in"i'i"uo como "e la masa entera. El 6on&reso o$ina *ue los actos "e rebel"a, sobre to"o cuan"o son"iri&i"os contra los re$resentantes "el Esta"o ( "e la $lutocracia, "eben ser consi"era"os "es"e un $unto "e'ista $sicol#&ico. Son los resulta"os "e la $ro0un"a im$resi#n -ec-a sobre la $sicolo&a "el in"i'i"uo $or laterrible $resi#n "e nuestra injusticia social. Se $o"ra "ecir, como re&la, *ue solamente la m)s noble, m)ssensible ( m)s "elica"a mente est) sujeta a $ro0un"as im$resiones *ue se mani0iestan $or la rebel"a interna( eterna. oma"os "es"e este $unto "e 'ista, los actos "e rebel"a $ue"en ser caracteriza"os como lasconsecuencias socio $sicol#&icas "e un sistema inso$ortable ( como tales, estos actos, con sus causas (moti'os "eben ser enten"i"os, en lu&ar "e alabarlos o con"enarlos.

Durante los $ero"os re'olucionarios, como en /usia, el acto "e rebel"a sin consi"erar su car)cter$sicol#&ico sir'e "e "oble meta@ soca'a la base misma "e la tirana ( le'anta el entusiasmo "e los tmi"os.:ste es el caso sobre to"o, cuan"o la acti'i"a" terrorista est) "iri&i"a contra los m)s brutales ( o"ia"osa&entes "el "es$otismo. El 6on&reso al ace$tar esta resoluci#n, e$resa su a"-esi#n al acto in"i'i"ual "erebel"a as como su soli"ari"a" con la insurrecci#n colecti'a.

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:ue muchas veces poco o nada tenan que ver con los postulados de los padres del anarquismorevolucionario agrupados en torno a 5aunin en la Primera #nternacional.


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trabajo de masas en general. +s Dunois quien, en la cuarta sesin, nos entrega el primer elementoque creemos indispensable para el desarrollo libertario del trabajo de masas

9A-ora bien, 4...5 su lu&ar como anar*uistas est) en la uni#n obrera, ( a- na"a m)s. La uni#nobrera no es solamente una or&anizaci#n "e luc-a, es ella el &ermen 'i'iente "e la socie"a"0utura, ( sta ser) lo *ue el sin"icato nos -a(a -ec-o. El error, es *ue"arse entre inicia"os,rumian"o siem$re los mismos $roblemas "e "octrina, "an"o 'uelta sin 0in en el mismo crculo "e

$ensamiento. 7or nin&;n $reteto, -a( *ue se$ararse "el $ueblo, $ues $or mu( atrasa"o, $or mu(limita"o *ue sea, es l, ( no el i"e#lo&o, el motor in"is$ensable "e to"a re'oluci#n. Cienenuste"es entonces, como los social"em#cratas, intereses "i0erentes "e los "el $roletaria"o *ue-acer 'aler intereses "e $arti"o, "e secta o "e camarilla CDebe el $roletaria"o acu"ir a uste"es,o uste"es ir -acia l $ara 'i'ir "e su 'i"a, &anar su con0ianza e incitarle, $or la $alabra ( elejem$lo, a la resistencia, a la rebel"a, a la re'oluci#n


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realistas u otros ( $o"ran ser'ir, a lo sumo, $ara "i'i"ir m)s *ue nunca a la clase obrera contra smisma. i si*uiera *uiero sin"icatos llama"os rojos, $or*ue no *uiero sin"icatos amarillos.


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referimos, en !udam3rica, como la construccin de poder popular que sean las propiasorgani)aciones nacidas desde las bases, desde los explotados y oprimidos, las que desplacen a lainstitucionalidad de la burguesa y marquen la pauta sobre el nuevo mundo que queremosconstruir. Ah tenemos la experiencia de la 21@ en +spa$a, cuya experiencia orgnica y su pr3dicaautogestionaria sirvieron como un molde para las comunidades construidas por las manos de laclase trabajadora desde el mismo inicio de la revolucin. Pero tambi3n vemos que en todas las

experiencias revolucionarias, hayan tenido un movimiento anarquista significativo o no, se dantendencias espontneas en el seno del pueblo tendientes a la autogestin, bajo diversos nombres.+st en el mismo pueblo esa tendencia, adquirida mediante su propia experiencia de lucha, aconvertirse en el due$o de su destino, directamente y sin intermediarios. +s esta tendencia popularde la cual el anarquismo no es ms que la expresin en el plano poltico.

+sta concepcin qued plasmada finalmente en la mocin de Dunois sobre O!indicalismo yAnarquismo, suscrita por 4onatte, 7uss, !iegfried 1acht, !ra. Ti3linsa, -uigi 7abbri y Uarl Malter,presentada a la decimotercera sesin, del (6 de agosto, es la que representa plenamente nuestropensamiento, por tanto creemos pertinente reproducirla ntegramente

96onsi"eran"o *ue el r&imen econ#mico ( jur"ico actual est) caracteriza"o $or la e$lotaci#n (el sojuz&amiento "e la masa "e los $ro"uctores, ( "etermina, entre stos ( los bene0iciarios "el

r&imen actual, un anta&onismo "e intereses absolutamente irre"uctible *ue "a nacimiento a laluc-a "e clase

!ue la or&anizaci#n sin"ical, soli"arizan"o las resistencias ( las re'ueltas sobre el terrenoecon#mico, sin $reocu$aciones "octrinarias, es el #r&ano es$ec0ico ( 0un"amental "e esta luc-a"el $roletaria"o contra la bur&uesa ( to"as las instituciones bur&uesas

!ue im$orta *ue un es$ritu re'olucionario siem$re m)s au"az oriente los es0uerzos "e laor&anizaci#n sin"ical en el camino "e la e$ro$iaci#n ca$italista ( "e la su$resi#n "e to"o $o"er

!ue la e$ro$iaci#n ( la toma "e $osesi#n colecti'a "e los instrumentos ( "e los $ro"uctos "eltrabajo no $u"ien"o ser lle'a"as a cabo m)s *ue $or los mismos trabaja"ores, el sin"icato est)llama"o a trans0ormarse en &ru$o $ro"uctor, ( resulta ser en la socie"a" actual el &ermen 'i'o "ela socie"a" "el ma+ana

6om$rometen a los camara"as "e to"os los $ases a $artici$ar acti'amente en el mo'imientoaut#nomo "e la clase obrera ( a "esarrollar en las or&anizaciones sin"icales las i"eas "e rebel"a,"e iniciati'a in"i'i"ual ( "e soli"ari"a" *ue son la esencia "el anar*uismo, sin $er"er "e 'ista *uela acci#n anar*uista no est) conteni"a en su totali"a" en los lmites "el sin"icato.


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principalmente, en -es @emps 1ouveaux entre diciembre de %C6N y


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1o se podra ser ms claro. > tal fue como comprendi el sentido de estas intervenciones duranteel 2ongreso otra destacadsima y, lamentablemente, olvidada militante anarquista, -ucy Parsons,quien expres que

9El reciente 6on&reso Anar*uista, sosteni"o en mster"am, Holan"a, me $arece ser un sabiomo'imiento ( un $aso en la "irecci#n correcta


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discusin en 3l y a ra) de 3l dada, como un importante antecesor de nuestras propias posicionesrespecto a la importancia de la organi)acin poltica y a su carcter coherente.

Los usos de la organi3acin

=especto a la organi)acin y sus usos, el 2ongreso tambi3n pronunci interesantes ponencias.1uevamente, es Dunois quien se plantea primero sobre 3ste particular. 1os dice, cmo ya hemos

se$alado, que

9el $a$el nuestro como anar*uistas, es "ecir *uienes $ensamos ser la m)s a'anza"a, au"az ( libre0racci#n "e este $roletaria"o militante or&aniza"o en los sin"icatos, es estar siem$re a su la"o (combatir las mismas batallas, con0un"i"os con l


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La organi3acin@ m7s que mtodos y propaganda

+l compa$ero holand3s 2hristian 2ornelissen, en una oportuna intervencin en medio del debatedel sindicalismo Jund3cima sesin, GC de agostoK, nos recuerda los riesgos inherentes algremialismo puro y nos da a entender la importancia de la accin de los anarquistas organi)adosen los sindicatos. Pero su intervencin tiene tambi3n el m3rito de recordarnos que la organi)acinanarquista no tiene por objetivo el solamente llevar los m3todos libertarios a las organi)acionespopulares, sino que tambi3n los objetivos libertarios. 1os recuerda que Oel sindicalismo, por unaparte, la accin directa por otra, no son siempre y for)osamente revolucionarios. +xplica2ornelissen que muchos sindicatos usaron medios extraparlamentarios y de accin directa paraasentar sus propios privilegios, a veces a expensas de los derechos de las obreras mujeres y delos inmigrantes. 2ita, para ello, numerosos ejemplos de sindicatos de +uropa y ++FF Jlostipgrafos de !ui)a y 7rancia, los cortadores de diamantes de Imsterdam, etc.K.

Por ello, 2ornelissen recomienda que Ocomo anarquistas, es nuestro deber sostener tanto alsindicalismo como a la accin directa, pero bajo una condicin que sean revolucionarios en sufinalidad, que no dejen de apuntar hacia la transformacin de la sociedad actual en una sociedadcomunista y libertaria. +sta advertencia de 2ornelissen es sumamente clara y nosotros nopodemos estar en mayor acuerdo con ella no puede reducirse al anarquismo solamente a una

forma, sino que la cuestin de los fines es primordial. 7recuentemente, vemos que el rol de losanarquistas en las luchas o en las organi)aciones no va ms all de proponer mecanismoslibertarios para tomar decisiones Jasambleas, delegados revocables, etc.K pero es en los objetivosdonde creemos est nuestra mayor falencia. Puede haber accin directa con fines reaccionarios,puede haber asambleas sumamente participativas, democrticas, de abajo hacia arriba...dominadas por la derecha, o incluso, por los fascistas. +n fin, el anarquismo no es solamente unamanera de hacer las cosas, sino que adems y sobre todo, un proyecto de sociedad. 7ines ymedios deben ir siempre de la mano, tal es la advertencia de 2ornelissen.

Para que la influencia de los anarquistas en los objetivos del movimiento popular pueda ejercersede manera significativa, es importante el aterri)ar los conceptos o grandes principios delanarquismo a propuestas concretas que en el presente puedan entregar una orientacin a laaccin en lugar de ser puras aspiraciones o declaracin de buenas intenciones. +l rol, por tanto, de

la organi)acin como un sencillo grupo de propaganda es, a todas luces, insuficiente para llevar acabo tal tarea. -a organi)acin poltica debe hacer ms que propaganda. -a 7d2A italiana planteaen un documento notable que Oel objetivo de la organi)acin poltica anarquista comunista es, portanto, el mantenerse como parte integral de la lucha de clases para as radicali)arla y promover laconciencia referente a sus objetivos finales. -a organi)acin no puede limitarse a reali)ar lapropaganda Jpropaganda abstracta, sin miramientos al proletariadoK, sino que debe descender alnivel de conciencia expresado por el proletariado en cualquier momento dado para buscar subirle.Para hacer esto debe producir anlisis, estrategias y propuestas crebles. !us miembros debenganarse la confian)a de los trabajadores y distinguirse como claramente de sus por la claridad desus ideas y por su habilidad para promover luchas convincentes que han de ser, si las condicioneslo permiten, victoriosas

La organi3acin y el autoritarismo

Fna de las crticas que frecuentemente los sectores ms individualistas u hostiles a la organi)acinhacen a los anarco"comunistas, es que toda organi)acin con estructuras claras, con cargos y condistincin de responsabilidades, tiende al autoritarismo. Prefieren ellos modelos ms informales deorgani)acin, como los colectivos. >a los sindicalistas, con 4onatte a la cabe)a, insistan en quelas organi)aciones sindicales en que ellos participaban no tenan nada de autoritarios y que elmandato *ltimo recaa siempre sobre la base sindical. +s un error suponer que una organi)acin,solamente porque tenga mecanismos fijos para la toma de decisiones o porque existan cargos conresponsabilidades asignadas, est cayendo en el autoritarismo. -o importante siempre es el


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examen de las dinmicas internas de las organi)aciones, que efectivamente haya participacin,que efectivamente los cargos sean mandatados y no est3n los representantes actuando deespaldas a sus bases, que haya democracia directa y que el poder *ltimo de decisin recaigacolectivamente en las asambleas abiertas en la base.

Pero as como constituye un error el suponer que la organi)acin con estructuras claras sea msautoritaria que, digamos, un colectivo, es un error tambi3n el suponer que estas organi)acionesinformales sean ms Olibertarias. De hecho, la existencia de reglas, estructuras y cargos definidoslimita las posibilidades de cualquier individuo de hacer y deshacer a su antojo, y permitereglamentar los mecanismos para la toma de decisiones para asegurar la mxima participacin detodos los miembros afectados. !i algo hacen las estructuras y las normas claras en unaorgani)acin, es precisamente, evitar los excesos que pudieran darse por parte de miembrospuestos en determinada circunstancia, garanti)ando as la igualdad de derecho de todos losmiembros. !e evita as que, por ejemplo, el compa$ero con ms labia o con ms tiempo disponibletenga un peso desmesurado en relacin a sus otros camaradas, evitando as las autoridades defacto. +n muchos colectivos se aprecia que, a falta de mecanismos de decisin claros y reposandopuramente en relaciones informales, son unos pocos los que marcan la pauta al resto, lo cual no esnecesariamente algo hecho por mala voluntad o siquiera conscientemente, sino que es algoinherente a las relaciones humanas.

Fn militante sindical, 5enoit 5routchoux, en la s3ptima sesin, el G& de agosto, planteaacertadamente a este respecto, 9Mi e$eriencia como militante re'olucionario me -a con'enci"o0uertemente *ue la or&anizaci#n si&ue sien"o el me"io m)s e0icaz $ara im$e"ir este 0etic-ismo 4e".el culto a la $ersonali"a"5 *ue se li&a "emasia"o a menu"o a la $ersona "e ciertos a&ita"ores ( lescon0iere una autori"a" "e -ec-o, no se $ue"e m)s $eli&rosa estos medios no son arbitrariosderivan, necesariamente, del fin a que se tiende y de las circunstancias en que se lucha8 de modoque si nos enga$amos en la eleccin de los medios no llegaremos a los fines que nospropongamos, sino a otro fin, tal ve) muy opuesto, que ser consecuencia natural, necesaria, delos medios que hayamos empleado. +l que se pone en camino y lo equivoca, no va adonde quiere,sino all donde conduce el camino que recorri. +s necesario, pues, que digamos cules son losmedios que seg*n nosotros conducen al fin que nos proponemos y que nosotros queremos

emplear.

1uestro ideal no es de aquellos cuyo conseguimiento depende del individuo consideradoaisladamente. !e trata de cambiar el modo de vivir en sociedad, de establecer entre los hombresrelaciones de amor y solidaridad, de conseguir la plenitud del desarrollo material, moral eintelectual, no para un solo individuo, ni para los miembros de una dada clase o partido, sino paratodos los seres humanos, y esto no es una cosa que pueda imponerse con la fuer)a, sino que debesurgir de la consciencia iluminada de cada uno y actuarse mediante el libre consentimiento detodos.

1uestro primer deber, pues, consiste en persuadir a la gente. +s necesario que nosotros llamemos

la atencin de los hombres sobre los males que sufren y sobre la posibilidad de destruirlos. +snecesario que suscitemos en cada uno la simpata para con los ajenos males y el vivo deseo delbien de todos. Al que tenga hambre y fro le ense$aremos cmo sera posible y fcil asegurar atodos la satisfaccin de las necesidades materiales. Al oprimido y vilipendiado le diremos que sepuede vivir feli) en una sociedad de libres y de iguales. Al atormentado por el odio y el rencor leense$aremos el camino para alcan)ar, amando a sus semejantes, la pa) y la alegra del cora)n.

> cuando hayamos conseguido hacer nacer en el nimo de los hombres el sentimiento de rebelincontra los males injustos e inevitables que se sufren en la sociedad presente, y cuando leshayamos hecho comprender las causas de estos males y que de la voluntad humana depende


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eliminarlos8 cuando hayamos inspirado el deseo vivo, prepotente, de transformar la sociedad enbien de todos, entonces los convencimientos por impulso propio y por impulso de los que lesprecedieron en la conviccin, se unirn y querrn y podrn actuar los comunes ideales.

?emos dicho ya que sera absurdo y en contradiccin con nuestro objetivo querer imponer lalibertad, el amor entre los hombres, el desarrollo integral de todas las facultades humanas pormedio de la fuer)a. +s necesario, pues, contar con la libre voluntad de los dems, y lo *nico quepodemos hacer es provocar la formacin y la manifestacin de dicha voluntad. Pero seraigualmente absurdo y contrario a nuestro objeto admitir que los que no piensan como nosotrosvayan a impedirnos actuar nuestra voluntad, siempre que 3sta no lesione su derecho a una libertadigual a la nuestra.

-ibertad, por consiguiente, para todos de propagar y experimentar las propias ideas, sin otro lmiteque el que resulta naturalmente de la igual libertad de todos.

Pero a esto se oponen "y se oponen con la fuer)a brutal" los que se benefician con los actualesprivilegios y dominan y reglamentan la vida social presente.

@ienen estos en sus manos todos los medios de produccin, y por lo tanto suprimen, no tan solo laposibilidad de experimentar nuevos modos de convivencia social, no tan slo el derecho de los

trabajadores a vivir libremente con el propio trabajo, sino tambi3n el mismsimo derecho a laexistencia, y obligan al que no es propietario a que se deje explotar y oprimir si no quiere morirsede hambre.

@ienen a su disposicin la polica, la magistratura y los ej3rcitos creados expresamente paradefender sus privilegios, y persiguen, encarcelan y matan a los que tienen sometidos.

Dejando a un lado la experiencia histrica Jla que demuestra que jams una clase privilegiada seha despojado, en todo o en parte, de sus privilegios, que jams un gobierno ha abandonado elpoder sin que la fuer)a le haya obligado a elloK bastan los hechos contemporneos para convencera cualquiera de que la burguesa y los gobiernos emplean la fuer)a material para defenderse, no yacontra la expropiacin total, sino contra las ms peque$as pretensiones populares, y que estnsiempre dispuestos a las ms atroces persecuciones y a las matan)as ms sangrientas.

Al pueblo que quiere emanciparse no le queda otro recurso que oponer la fuer)a a la fuer)a.

De cuanto hemos dicho resulta que debemos trabajar para despertar en los oprimidos el deseo deuna radical transformacin social y persuadirlos de que uni3ndose tendrn la fuer)a para vencer8debemos propagar nuestro ideal y preparar las fuer)as morales y materiales necesarias para podervencer a las fuer)as enemigas y para organi)ar la nueva sociedad. > cuando tengamos la fuer)asuficiente debemos, aprovechando las circunstancias favorables que se producen o crendolasnosotros mismos, hacer la revolucin social, derribando con la fuer)a el gobierno, expropiando conla fuer)a a los propietarios, y poniendo en com*n los medios de vida y de produccin, e impidiendoal propio tiempo que vengan nuevos gobiernos a imponernos su voluntad y a dificultar lareorgani)acin social hecho directamente por los interesados.

@odo esto, empero, es menos simple de lo que a primera vista podra parecer. @enemos quehab3rnoslas con hombres de la actual sociedad, hombres que estn en condiciones morales ymateriales p3simas, y nos enga$aramos si pensramos que basta la propaganda para elevarles aaquel grado de desarrollo intelectual y moral que es necesario para la actuacin de nuestrosideales.

+ntre el hombre el ambiente social hay una accin recproca. -os hombres hacen la sociedad talcomo 3sta es, y la sociedad hace los hombres tal como 3stos son, y de esto resulta una especie decrculo vicioso para transformar la sociedad es necesario transformar los hombres y paratransformar los hombres es necesario transformar la sociedad.


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-a miseria embrutece al hombre, y para destruir la miseria es necesario que los hombres tenganconsciencia y voluntad. -a esclavitud educa a los hombres

cuaderno de formación número 1

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