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1. Los orígenes de la Antigüedad en la Península Las invasiones célticas A comienzos I milenio a. C., se asentaron en el norte de la Península pueblos de cultura céltica. Introdujeron la metalurgia del hierro. Vivían en poblados amurallados, denominados castros. Tartesos La cultura de Tartesos ocupaba Andalucía occidental. Su apogeo se vio favorecido por las relaciones comerciales con los fenicios y los griegos. Las características de esta civilización fueron las siguientes: La sociedad estaba muy jerarquizada. A la cabeza figuraba un caudillo y por debajo había una aristocracia militar. La economía estuvo centrada en la agricultura, la ganadería y sobre todo en la minería, que vendían a fenicios y griegos. La cultura recibió importantes influencias fenicias y griegas. Las colonizaciones mediterráneas

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1. Los orígenes de la Antigüedad en la Península

Las invasiones célticas

A comienzos I milenio a. C., se asentaron en el norte de la Península pueblos de cultura céltica. Introdujeron la metalurgia del hierro. Vivían en poblados amurallados, denominados castros.

Tartesos

La cultura de Tartesos ocupaba Andalucía occidental. Su apogeo se vio favorecido por las relaciones comerciales con los fenicios y los griegos. Las características de esta civilización fueron las siguientes:

La sociedad estaba muy jerarquizada. A la cabeza figuraba un caudillo y por debajo había una aristocracia militar.

La economía estuvo centrada en la agricultura, la ganadería y sobre todo en la minería, que vendían a fenicios y griegos.

La cultura recibió importantes influencias fenicias y griegas.

Las colonizaciones mediterráneas

Los fenicios. Llegaron a la Península entre los siglos X y VIII a. C. procedentes del actual Líbano.

Su contacto con los pueblos del sur peninsular aportó notables avances, como la moneda, el alfabeto, el hierro o el torno alfarero.

Los griegos. Llegaron en el siglo VIII a. C. a las costas catalanas y levantinas.

Los cartagineses. Durante las Guerras Púnicas se establecieron en el sur de la Península y entablaron relaciones comerciales con los pueblos de la zona.

2. Los pueblos prerromanos

Ediciones SM

Las colonizaciones mediterráneas

Los iberos

Ocupaban la franja mediterránea y el sur de la Península. Sus principales características:

Organización política. Vivían en ciudades-estado fortificadas y gobernadas por un rey.

Sociedad. Muy jerarquizada; en ella se distinguía entre personas libres y esclavos.

Economía. Fundamentalmente agrícola.

Religión. Adoraban a las fuerzas de la naturaleza, e incorporaron divinidades griegas y fenicias.

Cultura. Fue la más avanzada de la Península. Destacaron esculturas como la Dama de Elche o la Dama de Baza.

Los celtíberos

Ocupaban el centro y oeste peninsular. Se organizaban en tribus dirigidas por caudillos que habitaban en poblados fortificados.

Economía. Basada en la ganadería y en la agricultura de cereales.

Cultura. Habían tenido menos contacto con los pueblos mediterráneos, y su desarrollo cultural era menor. Destaca la orfebrería y unas esculturas de animales llamadas verracos.

Los pueblos del norte

En las zonas montañosas del norte de la Península habitaban pueblos de origen céltico, como los galaicos, los satures y los cántabros. Compartían las siguientes características:

Organización política y social. Vivían en poblados, aunque eran seminómadas.

Economía. Era muy rudimentaria, y se limitaba a la ganadería y la agricultura.

Cultura. Su desarrollo cultural también fue muy escaso.

3. La conquista romana de Hispania

Ediciones SM

La llegada de los romanos

Los romanos llegaron a la Península Ibérica durante las Guerras Púnicas:

Tras la Primera Guerra Púnica, los cartagineses ocuparon el sur de la Península.

La Segunda Guerra Púnica dio comienzo en el año 219 a. C., cuando el general cartaginés Aníbal atacó la ciudad ibera de Sagunto, aliada de los romanos.

Roma acudió en ayuda de Sagunto, lo que originó el comienzo de la presencia romana en Hispania.

La conquista romana

La conquista romana se realizó en tres fases:

Primera etapa (218-170 a. C.). Los romanos expulsaron a los cartagineses de Hispania, y ocuparon con facilidad el sur y el este del territorio peninsular.

Segunda etapa (154-133). Roma penetró en el interior de Hispania. Para ello, tuvo que vencer la oposición de los pueblos celtíberos, sobre todo de los lusitanos y los arevacos.

Tercera etapa (29-19 a. C.). Bajo el gobierno de Octavio Augusto, los romanos dominaron a los pueblos del norte.

La romanización

Roma organizó el territorio en provincias. La estructura provincial evolucionó a lo largo de la ocupación. A partir de la conquista, se llevó a cabo un proceso de romanización, es decir, de asimilación de la cultura y las costumbres romanas. Este proceso fue facilitado por los siguientes aspectos:

El contacto del ejército romano con la población indígena.

La fundación de ciudades por parte de los militares romanos.

La difusión del latín como idioma común.

4. La Hispania romana

La explotación económica

Ediciones SM

Fases de la conquista

Las principales actividades económicas en Hispania fueron la agricultura, basada en la trilogía mediterránea (olivo, vid y trigo); la minería, obteniéndose plata, mercurio y oro; la artesanía, orientada a la fabricación de tejidos, cerámica, hierro y diferentes alimentos; y el comercio, donde Hispania estableció intensas relaciones comerciales con Roma.

La expansión de la vida urbana

Los romanos dieron un notable impulso a las ciudades. Se podían distinguir dos tipos:

Las colonias fundadas por los romanos. Acogieron a legionarios y a población procedente de Roma.

Las ciudades indígenas existentes al llegar los romanos. Entre ellas se podían diferenciar dos categorías:

- Las que se sometieron voluntariamente se convirtieron en municipios latinos con derechos similares a los de Italia.

- Las que fueron sometidas por las armas tenían que pagar fuertes tributos.

Las creaciones culturales y artísticas

En Hispania surgieron importantes personalidades del mundo de la cultura y de la política romanas. Cabe mencionar al filósofo Séneca, los escritores Marcial y Quintiliano o los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio. Además, los romanos desarrollaron importantes creaciones artísticas:

Arquitectura. Sobresalieron los edificios civiles, como las termas de Itálica o los teatros de Mérida y Sagunto.

Obras de ingeniería. Puentes como los de Mérida y Alcántara, murallas como las de Lugo, acueductos como el de Segovia, etc.

5. El fin de la Antigüedad en Hispania

Las invasiones germánicas

Ediciones SM

Desarrolla tus competencias

En el año 409, suevos, vándalos y alanos llegaron a Hispania. Para expulsarlos, Roma firmó un pacto con los visigodos, que recibieron tierras en la Galia a cambio de pacificar el territorio hispano.

Los visigodos fundaron un reino en la Galia con capital en Tolosa, pero fueron derrotados por los francos y se establecieron definitivamente en Hispania.

Aquí, fundaron un reino con capital en Toledo que perduró hasta el siglo VIII y que unificó la práctica totalidad del territorio peninsular.

Los otros pobladores peninsulares

Los visigodos no dominaban toda la Península, sino que hubo otros pueblos que controlaron algunas regiones:

Los suevos. Se asentaron en la zona noroeste, donde establecieron un reino con capital en la localidad de Braga.

Los cántabros y los vascones. Habían experimentado un escaso proceso de romanización, y también fueron capaces de resistir ante la presencia visigoda.

Los bizantinos. En tiempos del emperador Justiniano, ocuparon el sudeste peninsular, donde fundaron una provincia llamada Spania.

El reino visigodo de Toledo

La monarquía visigoda era electiva, lo que provocaba importantes conflictos sucesorios.

Los monarcas eran asesorados por una asamblea de nobles, denominada Aula Regia, y por los Concilios

Ediciones SM

de Toledo, reuniones presididas por el rey y los obispos para tratar cuestiones políticas.

Los visigodos profesaron una rama del cristianismo llamada arrianismo, hasta que en el III Concilio de Toledo el rey Recaredo decretó su conversión al catolicismo.

Los visigodos fueron derrotados por los musulmanes en la batalla de Guadalete (711).

Por otra parte, también construyeron pequeñas iglesias como la de San Juan de Baños. Además, produjeron una orfebrería de gran calidad, como las coronas del tesoro de Guarrazar.

Pese a la decadencia cultural que supuso el mundo visigodo, destacó la figura de San Isidoro de Sevilla, autor de las Etimologías, obra que recopilaba todo el saber de la Antigüedad.

Ediciones SM

Corona de Recesvinto perteneciente al Tesoro de Guarrazar.