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Juan José Alvarez CRISIS DE GOBERNABILIDAD Y CONTROL EN LA ARGENTINA Agosto de 2006

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Gobernabilidad

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  • Juan Jos Alvarez

    CRISIS DE GOBERNABILIDAD Y CONTROL EN LA ARGENTINA

    Agosto de 2006

  • N D I C E I. INTRODUCCIN PG. 4 II. LA CRISIS DE GOBERNABILIDAD EN EL SISTEMA POLTICO

    ARGENTINO

    2.1 La funcin gubernamental en el sistema poltico argentino 2.2 Las dificultades en la determinacin de las decisiones polticas 2.2.1 El presidencialismo en discusin: errores y aciertos. 2.2.2 El intento de flexibilizacin del presidencialismo argentino 2.2.3 Las facultades legislativas del Presidente en la Argentina: el

    hiperpresidencialismo

    2.2.4 Deficiencias en el diseo de la eleccin de Presidente 2.2.5 El gobierno dividido en la Argentina 2.2.6 La crisis de representacin del sistema poltico nacional

    2.2.6.1 El caso de la provincia de Buenos Aires 2.3 Las dificultades en la ejecucin de las decisiones polticas 2.4 Las dificultades en la instrumentacin de las decisiones polticas 2.4.1 La crisis de lo que no existe 2.4.2 Las reformas del Estado en la Argentina 2.5 Los desafos a la gobernabilidad en la Argentina III. LA CRISIS DE CONTROL EN EL SISTEMA POLTICO

    ARGENTINO

    3.1 La funcin de control en el sistema poltico argentino 3.1.1 El desarrollo del sistema de control en la Argentina

    3.1.1.1 Procuracin del Tesoro de la Nacin 3.1.1.2 Auditora General de la Nacin y Sindicatura General de la Nacin 3.1.1.3 Defensor del Pueblo 3.1.1.4 Convencin Interamericana contra la Corrupcin 3.1.1.5 Consejo de la Magistratura 3.1.1.6 Jurado de Enjuiciamiento 3.1.1.7 Ley de Empleo Pblico 3.1.1.8 Ley de tica en el Ejercicio de la Funcin Pblica 3.1.1.9 Oficina Anticorrupcin 3.1.1.10 Ley de Encubrimiento y Lavado de Activos de Origen Delictivo 3.1.1.11 Unidad de Informacin Financiera 3.1.1.12 Administracin Federal de Ingresos Pblicos 3.1.1.13 Fuerzas policiales y de seguridad federales 3.1.1.14 Ministerio Pblico 3.1.1.15 Fiscala Nacional de Investigaciones Administrativas 3.1.1.16 Cmara Nacional Electoral 3.1.1.17 Contrataciones pblicas 3.1.1.18 Entes Reguladores 3.1.1.19 Financiamiento de partidos polticos 3.1.1.20 Acceso a la informacin pblica 3.1.1.21 Mecanismos de control sobre decisiones de los rganos del Poder Ejecutivo

    3.2 El ejercicio de la funcin de control por parte del Poder Legislativo 3.3 El ejercicio de la funcin de control por parte del Poder Judicial 3.3.1 Los modelos institucionales de Corte Suprema 3.4 El nuevo control social 3.5 Los desafos del control en la Argentina 3.5.1 Los problemas del control parlamentario 3.5.2 Los problemas en el control interno de los partidos polticos 3.5.3 Los problemas de los organismos de control

    3.5.3.1 Deficiencias en la aplicacin de la ley 24.156

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 2

  • 3.5.3.2 La legislacin de transparencia en los Estados Unidos 3.5.3.3 Acuerdos de transparencia suscritos en el Continente Americano

    IV. BASES PARA UNA REFORMA POLTICO-INSTITUCIONAL 4.1 El marco y las orientaciones de la reforma: fortaleciendo las

    capacidades de gobierno y de control

    4.2 La reforma del gobierno y de la administracin 4.2.1 La nueva Ley de Coparticipacin Federal de Impuestos 4.2.2 La regulacin de la intervencin federal a las provincias 4.2.3 La reforma administrativa 4.2.4 Agenda de polticas de integralidad 4.3 La reforma parlamentaria 4.3.1 Disciplina partidaria 4.3.2 El trabajo en Comisiones 4.3.3 El lobby y la gestin de intereses 4.3.4 Comisin Bicameral Revisora de los Decretos de Necesidad y Urgencia y las

    Facultades Delegadas

    4.3.5 Sistema tecno-burocrtico de apoyo a la labor parlamentaria 4.3.6 Consejo de la Magistratura 4.3.7 Consejo Econmico y Social 4.3.8 Oficina de Seguimiento del Presupuesto Nacional 4.4 La reforma judicial 4.4.1 El nuevo proceso de designacin de jueces 4.4.2 Pautas a seguir para el cumplimiento de la misin institucional que el sistema

    poltico propone a la Corte Suprema

    4.4.3 Reduccin del nmero de miembros de la Corte Suprema 4.5 La reforma electoral 4.5.1 Reformas propuestas

    4.5.1.1 Proyectos referidos al cuerpo electoral 4.5.1.2 Proyectos vinculados a las candidaturas 4.5.1.3 Proyectos referidos a la frmula electoral 4.5.1.4 Aspectos varios

    4.5.2 La propuesta de reforma poltico-electoral del gobierno nacional 4.5.3 Ejes y criterios orientadores de una reforma electoral

    4.5.3.1 Eliminacin de la desproporcionalidad territorial en la Cmara de Diputados

    4.5.3.2 Reduccin del tamao del distrito 4.5.3.3 Mecanismos de nominacin de candidaturas 4.5.3.4 Modificacin en la eleccin de Senadores de la Nacin 4.5.3.5 Sufragio electrnico 4.5.3.6 Autoridades electorales 4.5.3.7 Eleccin presidencial: abandono de una de las frmulas entre la primera y la

    segunda vuelta

    4.5.3.8 Eliminacin de la desproporcionalidad en la Legislatura Bonaerense y los Concejos Deliberantes

    4.5.4 Iniciativa y Consulta Popular V. CONCLUSIONES BIBLIOGRAFA

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  • I. INTRODUCCIN

    La pasin y el inters, el coraje y aun la buena voluntad, son necesarios, como el motor, para que una poltica levante su vuelo, pero slo las ideas pueden darle estabilidad. Por

    medio de ellas se apoya y afianza en las cabezas de los ciudadanos. Jos Ortega y Gasset

    Todos los movimientos de accin colectiva, si necesitan de realizadores, necesitan tambin

    de predicadores. El realizador es un hombre que hace sin mirar atrs. El predicador es el hombre que persuade para que todos hagamos,

    simultneamente, lo que tenemos que hacer... Los dos son indispensables para nuestro Movimiento. En esos cuadros quien logre ser a la vez realizador y predicador es el ideal que puede alcanzar un hombre.

    Juan D. Pern

    La poltica es como la esfinge de la fbula: devora a todos los que no logran descifrar sus enigmas.

    Antoine de Rivarol

    En ms de veinte aos de democracia ininterrumpida, el sistema poltico

    argentino ha mostrado serias dificultades para resolver una buena parte de los problemas

    estructurales que nos aquejan.

    En dicho perodo, slo transitoriamente hemos podido dar cuenta de algunas de

    las cuestiones que integran la agenda estratgica de la Argentina. As, por ejemplo,

    nuestro pas ha podido consolidar los principios e instituciones bsicas del Estado de

    Derecho y como contracara ha podido transformar a las Fuerzas Armadas en una de

    esas instituciones fundamentales del Estado de Derecho y no en un actor poltico

    relevante dentro del sistema como vena sindolo desde 1930; se ha podido terminar con

    un mal que azot a nuestro pas durante buena parte del siglo XX como la inflacin y la

    prdida de valor de la moneda; se han podido desbaratar hiptesis de guerra en el

    escenario regional con pases vecinos y entonces impulsar procesos de integracin

    comercial, econmica, social y poltica con otras naciones de Amrica latina; entre otros

    trascendentales logros.

    No obstante, hemos recorrido dos dcadas de recuperacin de la democracia sin

    poder resolver el principal problema estructural de la Argentina: la calidad de la poltica y

    sus procesos, y las instituciones polticas1.

    1 Damos cuenta de la existencia de visiones ms drsticas del proceso democrtico nacional, tal como la de Alfredo Pucciarelli en la introduccin de una reciente publicacin: Desde su recuperacin, la poltica en democracia, y por ende la democracia misma, ha sufrido un lento pero inexorable proceso de degradacin (Pucciarelli, 2006).

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  • Todo sistema poltico mide su calidad en funcin de su capacidad para resolver

    de manera real y efectiva la tensin constante entre gobernabilidad y control, propia de

    todos los sistemas polticos modernos.

    En general, los sistemas polticos se han estudiado desde una perspectiva esttica,

    esto es, las formas alternativas de organizacin de los rganos polticos que ejercern el

    poder del Estado. De all las funciones legislativa, ejecutiva y judicial que se distribuyen

    segn la forma de gobierno (parlamentarismo o presidencialismo) entre determinados

    rganos gubernamentales.

    Desde una perspectiva dinmica, es decir, desde la visin de la anatoma del

    proceso gubernamental, segn los trminos de Karl Loewenstein (1983), se distinguen

    dos grandes funciones del poder: la gubernamental y la de control.

    La funcin gubernamental consiste en la definicin de la direccin poltica que se

    imprimir y en la adopcin de las decisiones fundamentales destinadas a realizarla.

    La funcin de control tiende a asegurar el carcter limitado del poder estatal, de

    modo que el accionar gubernamental se desarrolle dentro de los amplios, pero no

    ilimitados, marcos constitucionales.

    Desde esta perspectiva dinmica, las dos dimensiones que conforman la

    anatoma del proceso gubernamental son: por un lado, la gobernabilidad, entendiendo

    por tal la capacidad de ejercicio eficaz y sostenido de la funcin gubernamental; y, por

    otro, el control, esto es, la capacidad de establecimiento de lmites reales y razonables al

    ejercicio del poder estatal.

    Simplificando, son considerados sistemas polticos de alta calidad aquellos en los

    cuales la funcin gubernamental y la funcin de control se ejercen por los distintos

    rganos de gobierno y actores polticos de manera complementaria y no contradictoria,

    generando as un equilibrio dinmico en el sistema poltico.

    En la posicin contraria, son considerados como sistemas polticos de baja calidad

    aquellos en los que diversos problemas ubicados tanto en el plano de las instituciones de

    gobierno como en el plano del proceso poltico impiden el equilibrio del sistema, de

    forma tal que una de las dos funciones del poder se ejerce a expensas de la otra. Cuando

    la gobernabilidad del sistema se alcanza a expensas del control o cuando la funcin de

    control se ejerce de tal modo que obstaculiza la gobernabilidad, entonces se produce el

    bloqueo y la crisis del sistema.

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 5

  • As, la incapacidad de resolver la dialctica abierta y permanente que marca la

    dinmica del gobierno en las sociedades contemporneas esto es, la dialctica

    gobernabilidad/control conduce hacia la degradacin de las instituciones de gobierno y

    del proceso poltico de tales sistemas. Al ocurrir esta degradacin es cuando emergen en

    la escena poltica los problemas de los liderazgos plebiscitarios, los proyectos mesinicos,

    los partidos hegemnicos, el vaciamiento de contenido de las democracias que se

    convierten en meras cscaras formales, y las ciudadanas limitadas o restringidas, entre

    otros vicios.

    La reflexin de la ciencia poltica en perodos recientes, fundamentalmente

    durante los aos noventa, dirigi su atencin hacia las instituciones polticas de los pases

    de la regin, aunque con suerte diversa. Si bien la temtica de la gobernabilidad y del

    control ha estado presente en la discusin acadmica y en los principales escritos

    polticos recientes, no se ha logrado generar un cuerpo terico lo suficientemente

    profundo y slido como para instalar en la agenda pblica la problemtica de las

    instituciones de los sistemas polticos latinoamericanos.

    La produccin sobre el presidencialismo y la democratizacin, sobre las

    democracias delegativas o sobre las ciudadanas de baja intensidad, por citar

    arbitrariamente algunos de los tantos tpicos, no dieron cuenta del principal problema de

    las democracias latinoamericanas y de la argentina en particular: el proceso poltico

    adquiri una dinmica por la cual la gobernabilidad se plante a expensas de las

    instituciones, y no a partir de las instituciones. Y esto no slo significa que la funcin

    de control uno de los dos elementos constitutivos de los sistemas polticos modernos se

    declar en quiebra, sino que el mismo ejercicio del gobierno no es otra cosa que

    administrar las crisis.

    Si gobernar queda reducido a administrar las crisis, y considerando que toda crisis

    habilita a instrumentos de excepcin, entonces la funcin gubernamental transcurre por

    el oscuro sendero de las facultades de excepcin.

    Con esta argumentacin de la emergencia permanente, queda habilitada la

    lgica de las medidas excepcionales constantes, que abandonan la excepcionalidad para

    transformarse en la normalidad, y se da lugar al debilitamiento de las instituciones que

    deberan resolver de forma efectiva la dialctica gobernabilidad/control.

    Se introduce de esta manera en nuestro razonamiento otra relacin. Aquella que

    Julien Freund (2002) considerara la dialctica fundamental del pensamiento de Carl Schmitt:

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 6

  • el de la norma y la excepcin. En el pensamiento de Schmitt, es el concepto de la excepcin

    lo que permite, por va negativa, conocer la situacin de normalidad y orden.

    Esta concepcin queda claramente expuesta en su obra Teologa Poltica, publicada

    originariamente en 1922, donde Schmitt sostiene que no existen normas que puedan ser

    aplicadas al caos, debiendo existir por tanto la necesidad de restablecer el orden para

    ofrecerle un sentido al derecho. En otros trminos, el derecho requiere siempre

    situaciones de normalidad.

    De all deriva el autor su teora de la decisin, en tanto que debe existir una

    voluntad que restablezca el orden degenerado en desorden por una situacin de

    anormalidad. As, determina que es en el momento del estado de excepcin no un

    momento cualquiera, sino en una situacin de necesidad extrema o en la cual peligra la

    misma existencia del Estado, lo que los clsicos denominaban el extremus necessitatis

    casus que (...) cobra actualidad la pregunta acerca del sujeto de la soberana, a partir de lo

    cual define al soberano como aquel que decide el estado de excepcin (Schmitt, 2001e).

    Las palabras del autor alemn son trascendentes: No existe una norma que pueda

    aplicarse al caos. Debe establecerse el orden para que el orden jurdico tenga sentido. Hay que crear

    una situacin normal, y es soberano el que decide de manera definitiva si este estado normal

    realmente est dado (Schmitt, 2001e).

    Pero recalquemos que el estado de excepcin se da justamente cuando no hay

    normalidad. Lo normal no puede ser la excepcin.

    Histricamente en nuestro pas, la mencionada lgica de la emergencia

    permanente2 ha brindado espacio para el cuestionamiento a las instituciones,

    presionando para el reforzamiento de las funciones de control en detrimento de la

    gobernabilidad, lo que ha acarreado nuevas crisis de gobernabilidad y mayor necesidad

    de reforzar esta ltima a costas del control. Es este crculo vicioso el que debe ser evitado,

    en tanto que fortalece una funcin a expensas de la otra a la vez que, en el mismo

    proceso, debilita sensiblemente a las instituciones el plano ms slido de la sociedad

    poltica, especialmente al Estado, al que Hauriou (1968) catalogara como la institucin

    de instituciones.

    2 Cuando el presente trabajo se encontraba en etapa final de edicin, nos encontramos con la reciente publicacin de Hugo Quiroga, La Argentina en emergencia permanente, Bs. As, Edhasa, 2005; cuya lectura complementaria recomendamos. La concordancia del concepto central de ambos trabajos se debe simplemente a una coincidencia.

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 7

  • Teniendo en cuenta el papel que desarrollan las instituciones en el presente libro,

    resulta pertinente avanzar en su conocimiento y delimitar qu se entender por

    institucin.

    Siendo ante todo necesario desarrollar una conciencia lingstica, atenderemos a

    la multivocidad de los trminos, es decir, a los mltiples significados que puede recibir

    una misma palabra, especialmente en el universo de lo poltico conformado tanto por

    fenmenos polticos como politizados (Medrano, 2000). As, encontraremos una amplia

    diversidad de interpretaciones del concepto institucin, pudiendo hallar desde las ms

    amplias e imprecisas definiciones, hasta las ms propias y restringidas.

    Y esto es as dado que las instituciones pueden ser estudiadas desde diversas

    disciplinas, pudiendo aplicrseles anlisis de diverso tipo: polticos, jurdicos, sociolgicos,

    antropolgicos, histricos, econmicos, cuantitativos, estadsticos. Adems, en otra importante

    divisin del objeto de tales anlisis, cabra distinguir una esttica institucional (nocin, divisin,

    composicin) y una dinmica institucional (formacin, desarrollo, cambio, declinacin,

    terminacin; movimientos, actividades y operaciones en las instituciones y de las instituciones)

    (Medrano, 2000).

    Indagando en la pluralidad de los campos tericos, puede observarse que la

    interpretacin sociolgica de las instituciones como pautas regularizadas de interaccin

    social (visin para la cual incluso la corrupcin sera una institucin para determinadas

    sociedades) peca por comportar una acepcin demasiado amplia a la hora de delimitar y

    darle un sentido propio a la definicin de institucin.

    Con dificultades similares, encontramos acercamientos a lo institucional desde la

    ptica de la relacin estructura de carcter/estructura social, considerando a la institucin

    como una configuracin de roles caracterizada o estabilizada por una autoridad sobre los

    miembros de sta, cada uno de los cuales desempeara dichos roles (Gerth y Wrigth

    Mills, 1963).

    Por otro lado, la visin del neo-institucionalismo econmico, que las observa

    como reglas econmicas que rigen una sociedad (North, 1991), se convierte en una

    definicin demasiado limitada, pecando por reduccionismo al dejar de lado el carcter

    claramente poltico y social que conlleva toda organizacin institucional.

    De idntica forma, se halla el tradicional reduccionismo juridicista que limita al

    ordenamiento social a un conjunto de normas jurdicas, sintetizando lo poltico en lo

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 8

  • estrictamente jurdico y haciendo caso omiso del conjunto de relaciones sociales que

    sirven de marco de desarrollo de la persona humana.

    Parece inmejorable para nuestro anlisis la definicin que ofreciera Marcel Prlot,

    quien siguiendo al prestigioso creador de la escuela institucionalista francesa, Maurice

    Hauriou, define a la institucin (institucin-persona) como una colectividad

    humana unificada que comporta dos caractersticas centrales: la organizacin interna y

    la individualizacin externa.

    Debemos tener en cuenta que toda institucin es un elemento mayor que la mera

    sumatoria de sus miembros, a quienes, por otro lado, sobrevive (Prlot, 1994), como as

    tambin la distincin clsica entre la institucin-persona y la institucin-cosa. La

    primera es personificada en tanto el poder organizado y las manifestaciones de comunin

    se interiorizan en el marco de la idea de la obra, como por ejemplo, el Estado. En la

    segunda permanece exterior a la idea, pese a existir en el medio social: por ejemplo, la

    ley, que se extiende en el mbito social pero no engendra una corporacin propia,

    tomando del Estado el poder de sancionar (Hauriou, 1968).

    Entonces, cuando pensamos en instituciones debemos hacerlo teniendo en cuenta

    la definicin ofrecida por Prlot, de forma tal de no errar por excesos (cayendo en un

    alcance demasiado amplio del trmino) ni por carencias (contemplando reduccionismos

    absurdos).

    Vale aclarar, adems, a qu instituciones especficas nos referiremos. A los

    alcances de este libro, son las instituciones polticas aquellas que se dirigen y ordenan

    esencialmente a la formacin, integracin y gobierno del Estado (Medrano, 2000) las que nos

    importan, ocupando un rol destacado aquellas creadas y consolidadas por la

    Constitucin Nacional. Lo central aqu es pensar cmo se asegura la gobernabilidad y el

    control sin que uno afecte al otro, al punto de bloquearlo, dentro del Estado. Por lo tanto,

    son las instituciones del sistema poltico argentino las que resultan relevantes para este

    trabajo.

    Por otro lado, debemos considerar que pensar la poltica y la cuestin

    institucional en Amrica latina es vincularla inexorablemente a la problemtica del

    desarrollo (ver grfico N 1). No reducimos este concepto a un mero sinnimo de

    crecimiento econmico, sino que entendemos por desarrollo el proceso que tiene en

    cuenta al hombre completo, en su integridad (tal la aclaracin que hiciera Pablo VI en la

    Carta Encclica de 1967 Populorum Progressio: El desarrollo no se reduce al simple

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 9

  • crecimiento econmico. Para ser autntico, el desarrollo ha de ser integral, es decir, debe

    promover a todos los hombres y a todo el hombre).

    Grfico N 1: Variacin anual del Producto Bruto Interno per cpita (Amrica latina)

    Un pas desarrollado no es un pas que se limita a hacer crecer su PBI, sino aqul

    que permite la maduracin y el progreso del ser humano en su totalidad, reconocindole

    sus derechos esenciales y ofrecindole a todos sus habitantes una participacin en ese

    crecimiento. Por caso, la Alemania del nacionalsocialismo produjo un crecimiento

    significativo en la economa del pas, pero viol los derechos humanos bsicos, produjo

    muerte, hambre, miseria y esclavitud, atent contra los mismos principios de la

    democracia republicana y socav las bases de la unin nacional.

    La reflexin en torno a este tema transcurri por innumerables caminos durante

    buena parte del siglo XX: desde las posturas que le daban la espalda a la poltica al

    momento de discutir sobre desarrollo, hasta las posiciones que abordaban la relacin

    poltica, instituciones y desarrollo bajo el supuesto de una errada subordinacin de los

    primeros conceptos a la variable econmica.

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 10

  • De acuerdo a la visin y la hiptesis de trabajo aqu planteada, la baja calidad de

    la poltica bien puede (y debe) considerarse como variable independiente al momento

    de explicar y analizar el desempeo econmico y social de la gran mayora de los

    pases de Amrica latina en los ltimos veinte aos, incluida la Argentina.

    Como se dijo, mucho se ha escrito sobre instituciones y desarrollo. Pero

    fundamentalmente en los ltimos aos han visto la luz una importante cantidad de

    libros, documentos, artculos, non-papers, etc. que pretendan explicar las causas del

    subdesarrollo socio-econmico de nuestros pases desde las ms variadas posiciones.

    As, por ejemplo, hubo quienes pretendieron ver en los valores esenciales que

    conforman nuestra cultura la causa del subdesarrollo. A partir de una lectura algo

    sesgada del trabajo del socilogo alemn Max Weber, La tica protestante y el espritu del

    capitalismo, muchos intelectuales han argumentado que el desarrollo econmico,

    entendido como la expansin del capitalismo liberal occidental, slo puede alcanzarse

    bajo determinadas condiciones culturales prximas a la cultura anglosajona y

    protestante.

    Otras lecturas del atraso han credo ver en la divisin internacional del trabajo y la

    estructura de la economa y el comercio internacional la causante de nuestra situacin.

    As, desde la teora de la dependencia hasta los globalifbicos hay una gran cantidad

    de inteligencia volcada a apoyar esta posicin.

    Finalmente, sin pretender con esto dar cuenta de todas las posiciones sobre la

    materia, en los aos noventa se intent desarrollar una explicacin centrada en las

    instituciones pblicas pero que las consideraba y analizaba desde una mirada econmica.

    La principal conclusin del neo-institucionalismo econmico radicaba en la existencia de

    una compleja relacin entre poltica y economa, por la cual no podra explicarse el

    desempeo econmico de una determinada sociedad sin considerar este vnculo (North,

    1991). A partir de esta inferencia se ha llegado a prescribir para la promocin del

    desarrollo la interpretacin econmica de los arreglos institucionales subyacentes al

    sistema de produccin e intercambio.

    Desde esta posicin, distintos estudios buscaron evidencia emprica que mostrara

    el grado de incidencia en el nivel de desarrollo de variables tales como el grado de

    libertad poltica y civil, el nivel de corrupcin derivada de incentivos maliciosos en las

    reglas y procedimientos, y la calidad de la regulacin, entre otras, impulsando la relacin

    de este concepto con los de gobernabilidad y governance.

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 11

  • As, el neo-institucionalismo econmico pretendi explicar el subdesarrollo de

    nuestros pases como consecuencia de las deficiencias en los diseos de las instituciones

    de regulacin y control de la economa. Estas deficiencias generaban distorsiones en la

    competitividad de la economa de mercado y entonces obstaculizaban a la postre el

    desarrollo de nuestras sociedades.

    Esta visin hizo carne en los principales organismos internacionales de crdito, al

    punto de forjarse en la segunda mitad de los aos noventa una agenda de reformas de

    segunda generacin, consistente en un puado de polticas de transformacin institucional

    orientado a complementar y dar sustento a las reformas econmicas de mercado

    realizadas en la primera mitad de dicha dcada.

    Evidentemente, ninguna de las tres visiones enunciadas nos parece lo

    suficientemente fuerte como para dar cuenta de un problema tan complejo como el

    subdesarrollo. Una diversidad de casos tales como los de Italia, Espaa, Qubec o Costa

    Rica dan por tierra la creencia de que el subdesarrollo es producto de los valores

    culturales catlicos y/o latinos/hispnicos, o consecuencia de la divisin internacional

    del trabajo y las relaciones econmicas internacionales.

    Del mismo modo, la visin neo-institucionalista plantea una posicin

    reduccionista respecto de lo que son las instituciones, en tanto que las define como

    normas, tanto formales como informales, que configuran el comportamiento de

    organizaciones e individuos dentro de una sociedad.

    De ninguna manera podemos considerar a las instituciones como meras reglas;

    menos an limitarlas a las pautas que rigen la economa general de un pas,

    prescindiendo incluso de la poltica. No son los mercados librados al azar los que

    impulsan el desarrollo; tampoco lo es una visin meramente econmica de las

    instituciones. Estos son elementos necesarios, pero no nicos, para lograr tal fin.

    Se trata de recuperar para el Estado una de sus principales misiones: la de

    asegurar la procura existencial de sus ciudadanos. Es decir, garantizarle al hombre su

    espacio vital: las posibilidades de existencia que no puede asegurarse por s mismo

    (Forsthoff, 1967).

    Esta cuestin se hace especialmente relevante en un mundo en el que la tecnologa

    avanza de forma diaria, acrecentando el espacio vital efectivo aquellos bienes y

    servicios sobre los que el ser humano carece de seoro, es decir poder de ordenacin y

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 12

  • disposicin directa, como son los sistemas de telecomunicaciones, de trficos de bienes,

    de servicios pblicos, etc. por sobre el espacio vital dominado aqul que el hombre

    puede dominar y controlar por s mismo (Forsthoff, 1967; Garca-Pelayo, 1996).

    Lo que resulta imprescindible para el desarrollo de la sociedad es la plena

    participacin ciudadana mediante instituciones democrticas y republicanas estables y

    fuertes (democracia ms repblica) y una visin poltica de las instituciones como

    instrumentos de comunicacin y canalizacin de las demandas sociales, superando el

    concepto reduccionista del neo-institucionalismo que considera al sistema como una

    democracia de mercado.

    Para todo ello, resulta necesario que el Estado no quede vaciado de contenido

    poltico, pues es la actividad poltica en su faz arquitectnica la que implica construccin

    y ejercicio del poder en aras de un fin superior, como es el del desarrollo humano.

    Por ello, si entendemos a las instituciones como colectividades humanas

    unificadas que subsisten a los miembros que las conforman, tendremos una visin propia

    y delimitada de lo que es una institucin, y la veremos como una construccin a largo

    plazo.

    Es conveniente recordar que las instituciones tambin pueden morir, ya sea por

    causas internas como externas, por supresin o disolucin (Hauriou, 1968). No se trata

    de alarmar sin argumentos, sino de recapacitar sobre el valor de fortalecer las

    instituciones para el bien del conjunto social perfeccionando una continuidad

    institucional que asegure la gobernabilidad.

    Resulta imprescindible encontrar una variable independiente mucho ms fuerte

    que la estrictamente econmica para explicar los atrasos de nuestros pases. En este

    sentido, la visin clsica de la poltica como ciencia arquitectnica y por tanto

    determinante de los destinos de nuestra sociedad no debera ser desconsiderada. Por el

    contrario, es la base para entender el problema que nos planteamos resolver.

    Esta mirada del pensamiento poltico clsico nos permitir construir un modelo

    poltico de la Nacin que nos propongamos llevar adelante, ms que un modelo

    econmico coyuntural.

    Sabiendo que las comunidades polticas complejas abandonan la solidaridad

    mecnica de Durkheim y pasan a depender de la fuerza y la envergadura de sus

    instituciones para su logro y mantenimiento (Huntington, 1972), debemos atender,

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 13

  • entonces, a la calidad institucional, pues ser sta la que permita definir y concretar los

    intereses comunes de nuestro conjunto social.

    As, nuestra hiptesis es que la calidad de la poltica y de los procesos y las

    instituciones polticas (sistema poltico) deben ser considerados como las variables

    explicativas de la incapacidad que ha mostrado la Argentina en los ltimos veinte aos

    de democracia, para dar cuenta al menos de forma progresiva de los problemas que

    constituyen obstculos para nuestro desarrollo integral.

    Si ello puede definirse en estos trminos, entonces la tarea primordial que debiera

    ocupar la accin de gobierno es la conformacin de una agenda estratgica de reforma de

    nuestro sistema poltico, basada en el consenso entre todas las fuerzas polticas y sociales

    de la Nacin, y orientada a incrementar la calidad de nuestro proceso poltico y de

    nuestras instituciones de gobierno.

    Es de destacar que la reforma de las instituciones polticas es una de las primeras

    medidas decisivas para perfeccionar la calidad de vida de nuestra sociedad, en particular

    si recordamos que pese a estar en buena medida asentadas en el contexto sociocultural,

    las instituciones pueden modificarse relativamente a mayor velocidad que los factores

    socioestructurales, que requieren de modificaciones ms largoplacistas.

    Para producir una verdadera reforma poltica, deben observarse tanto los factores

    normativos del sistema como las variables histricas, sociolgicas y polticas que tienen

    incidencia en lo institucional: la estructura federal, el rgimen electoral, el grado de

    influencia poltica de los lderes partidarios sobre los legisladores (disciplina

    partidaria), el rol de los grupos de poder y la prctica del lobby, entre otras materias.

    Como puede apreciarse, definir la reforma poltica en estos trminos implica dejar

    de lado las visiones reduccionistas del problema poltico que nos aqueja, como son

    aquellas que se agotan en la reforma electoral o, ms acotadas an, en la eliminacin de

    las listas sbanas. Reducirla a estos tems es tal como prescribirle aspirinas a un

    enfermo de cncer.

    Por el contrario, hacernos cargo de mejorar la calidad del sistema poltico

    argentino significa que debemos remover los obstculos a la existencia de un Poder

    estatal eficaz que asegure la gobernabilidad del sistema, al tiempo de fortalecer el

    ejercicio de la funcin de control, de modo que el Poder Eficaz sea tambin Poder

    Limitado. En otros trminos, debemos construir y llevar adelante una agenda de

    JUAN JOS ALVAREZ - CRISIS DE GOBRNABILIDAD Y CONTROL EN ARGENTINA / 14

  • reformas de nuestro sistema poltico que permita resolver, de manera efectiva y sostenida

    en el tiempo, la tensin entre la gobernabilidad y el control, esto es, entre la eficacia del

    poder y la limitacin del poder.

    A partir de las cuestiones planteadas en esta introduccin, en el segundo captulo

    nos adentraremos en los problemas propios del ejercicio gubernamental en la

    Argentina, analizando en profundidad las dificultades en los tres niveles de decisin

    poltica: el de su determinacin, de su ejecucin y de su instrumentacin. De tal forma,

    avanzaremos en los dilemas del hiperpresidencialismo, el gobierno dividido, y la crisis

    de representacin del sistema poltico y de la administracin pblica, entre otros.

    En el tercer captulo se estudian los problemas que conlleva el ejercicio de

    control del sistema poltico en la Argentina, tanto las clsicas funciones de control de los

    Poderes Legislativo y Judicial como el ms reciente control social, planteando

    nuevamente los grandes desafos que nuestro sistema poltico tiene por resolver.

    El cuarto captulo propone un marco conductor que ofrezca una solucin

    poltico-institucional para nuestro pas en la premisa del fortalecimiento del Estado en

    ambas funciones: la de gobernabilidad y la de control. De esta manera, se analizan

    ampliamente las reformas que deben ser implementadas en el rea del Gobierno y la

    Administracin, como as tambin las del Poder Legislativo y Judicial y la no menos

    importante reforma electoral.

    Finalmente, y a modo de conclusin de la presente publicacin, se ofrece un

    conjunto de propuestas a tener en cuenta para elaborar un marco acorde a un sistema

    poltico eficaz y limitado, que resuelva con efectividad y eficiencia la dialctica

    gobernabilidad/control, evitando caer tanto en frmulas blandas que se diluyan antes de ser

    implementadas como en prescripciones imposibles que terminen acrecentando la

    dicotoma entre ambas funciones.

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