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n f P C lIR IS T O V A L c o l o n : io COMEDIA EN TRES ACTOS, POR DON WCIANO FRANCISCO COMELLA» PERSONAS. Den Cbristoval Colon» Doña Isahei Reyna CatíSlica, Don temando R y Católico. Doña Felipa Moñiz , muger de Colon. Diego Mendezy Capitán, amigo de Colon. Gonzalo Gómez. Atonto í^allejo. Alendo Zorrilla, Zira India. Tecuml¿a , Indio. Dieguito. Guardias , Soldados y Damar. La Escena 9t en Sevilla. ACTO PRIMEKO. Salon corto : aparece tentada con sus Damas Doña Isabel bordando j dot de ellM^ cantan el siguiente Q Trabaja )a abeja, trabaja la hormiga^ y huye Ja fatiga el ser raciooal. DUO; El que v^va ocioso^ viva confundido, al verse corrido del irracioaal. íteh. , é duicés son los momentos qu« ai craDajo dedicaa ! «ntreteniia la idèa Cun Id laoor , no coJ-cia e) áiiiiuo ei bi:n ag-rio^ Jas faltas d'* otros oo tilda, no nier‘0->caba las honras ni su caxiJor amancilla. ; Yo no sé como hay quien pued( rivir «n est di'ic'a ! Las matro.i<.s Castellanas qu*í des ¡afiin la fatii^d dvii dechado y d« la rueca, por juzgar que se deoiK an, I qué erradas viven ! ¿ hay cosa mas loable bI bien vísta cómo q e cexa la ropa una niad'-e de famiiii^s ¿ lu$ hijos / al espw&tf t . Puedo juraros , amigas, que Fernando no se iiL^puestO jubón , calzas , ni ropilla que su teJa no haya sido por esras manos texida^ -que Ja dignidad del trono no es óbice que me impida emplear et tiempo ocioso en esta grata fatiga. Y así en íjoaor del trabajo vues'ra dulce voz repita. Cantan, Trabaja la abeja , &c. Miéntras el dúo sale b'ernundo observan- do ó Isabel. Fern. jQué apücacion í ¡ qué virtud i No en valde por heroína respeta el mundo á Isabel, tintre el cumulo de dichas 9ue me ha dispensado el cielo A es mai Í ar ^ LâXMPIŒhA b a r c a ,s ^ 13.

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n f P

C l I R I S T O V A L c o l o n :

ioCOMEDIA EN TRES ACTOS,

POR DON WCIANO FRANCISCO COMELLA»

P E R S O N A S .

D en Cbristoval Colon»D oña Isahei Reyna CatíSlica,Don tem a n d o R y Católico.Doña F elipa M oñiz , muger de Colon. D ieg o Mendezy Capitán, amigo de Colon. G onzalo Gómez.

Atonto í^allejo.Alendo Z o rr illa ,Z ir a India.Tecuml¿a , Indio.D ieg u ito .Guardias , Soldados y Damar.

L a Escena 9t en S e v illa .

A C T O P R IM E K O .

Salon corto : aparece tentada con sus Dam as Doña Isa bel bordando j dot de ellM^cantan e l siguiente

Q

T rabaja )a abeja, trabaja la hormiga^ y huye Ja fatiga el ser raciooal.

D U O ;E l que v^va ocioso^

viva confundido, al verse corrido del irracioaal.

í t e h . , é duicés son los momentos qu« ai craDajo dedicaa ! «ntreteniia la idèa Cun Id laoor , no coJ-ciae) áiiiiuo ei b i:n ag-rio^Jas faltas d'* otros oo tilda, no nier‘0->caba las honras ni su caxiJor am ancilla.; Y o no sé como hay quien pued( riv ir « n est d i 'ic 'a !Las matro.i<.s Castellanas qu*í des ¡afiin la fatii^d dvii dechado y d« la rueca, por juzgar que se deoiK an,I qué erradas viven ! ¿ hay cosa mas loable bI bien vísta cóm o q e cexa la ropa una niad'-e de famiiii^s ¿ lu$ hijos / a l espw&tf t . .«

Puedo juraros , am igas, que Fernando no se iiL^puestO jubón , calzas , ni ropilla que su teJa no haya sido por esras manos texida^-que Ja dignidad del trono no es óbice que me impida emplear et tiem po ocioso en esta grata fatiga.Y así en íjoaor del trabajo vues'ra dulce voz repita.

Cantan, T rabaja la abeja , & c.M iéntras e l dúo sale b'ernundo observan­

do ó Isabel.Fern. jQué apücacion í ¡ qué virtud i

N o en valde por heroína respeta el mundo á Isabel, tintre el cum ulo de dichas 9ue me ha dispensado e l cielo

A e s

m a i Í a r ^

L â X M P IŒ h A

b a r c a ,s ■

^ 1 3 .

en mi reynado , se mira por ]a jiiayar «*i hab-Tnic • dado una esposi e& (^incii brillan guantas buenas qualiJartps fornjan nca a.'iDa escogida.¡ !>ab¿i ?

J tu r . Fefsando m ío ?Fern . ¿Es fiable que pn todo el d¡a

no ,naS de dexar la hbor ?fs

Pe^n.- Si»|6inbargo , ii>e parece <|u^ a la n os ratos debías

7 /fli*. Así^ isroy entreteniija.

<|u^adexarl^^, por disfrutar de Gnadal'ju ivir la orilla.

I s a h .^ l te enfada mi labor üo la tomaré en ¡ni vida.

Se levanta.Pern . N o Isabél , iJe «ingun modo,

si en ella tu gusto cirVasj fuera ser y a deícottés p iivarie de lo que estimas.

Is.'ib. Aunqutí iodos mis coydados con la labor se diiipan^&i supiera que tu en ello

'■ algún disgusto ttaias;,P<hT no dártele , mi amor aV-*punto la dexariaj pO/(Tue todo mi conato,

• iodo mi. placer y dicha enteramente Fernando *eu darte gusto se cifra.

F if r . . A mi corazon afiades uueros uudos cada dia, btl¿a Isabel. ^ Pero cómo

nó has de iñkdirlos , si activft en la campaña , prudente en ei despacho , entendida en la corte , iaborioja en el estrado , remisa ea castigar > y en fia madre de tu rey n o , las delicias del mundo te has hecho í

Iraé '. Esposo,BO el rubor á las mextllas con tus loores me saques.

F ern . Esto es hacerle iusticia.Pero aquí Gonzalo óom ez, paree« q;ue se avecina.

Sa/e G'tn^ía/o G o ’nez con unot papeleta Gcfíz. Tocaute á la comision

^üe á Oii dcssíspe&o üau*

vuestras Reales Altezas, en lo q^e concierne á Indias; tr-.igc ísros tres memoriales para acordar con S|| vis 'a io qi}e sus A ite ias manden, sdbre lo que solicitan

Jsaá. Vosotras á hacer labor id á esa sala vecina

y a n se las Dam as.Fern , ¿ D e quién es este ?G o m De Juaa

dá Obando.F ern . ¿ Y qué solicita ?G om . La Tesorería Real

de Indias. N o hay en Sevilla persona condecorada que no patrocine fina su pretensión.

Fern . ¿ Y este otro ?Gonz. E f de Julián á t Medicina.F ern . f Qué pide en él 9Gonz. Noticioso

por personas fidedignas, de que habéis determinado darle la tesorería, pide que le hagais la gracia de no darsela , atendida su ninguna inteligencia en intereses.

F ern . j Inaniarara l Una vez qu8 reusa uno lo que so icita otro , es fácil á los dos contentar en este dia, con conced’i'r el empleo 8 aquel que á obtenerle aspira. ¿ Qué dices de ello Isabél?

Ita h . Que mi op lrion es distinta.Fern . ¿ Como ?Jsah. Como debe darse

á aquel que no le codicia; porque fuara de los genios que á la patria sacri^can su conato , con ei fin de engrandecerla ó servirla, los empleos los pretenden los hombres con estas miras: por engruesar su fortuna, por ensalz'r su fami.ia, por mandar , y por vengar ias injurias recibídasj

con

con que aquel que los reusajsefíal que no los codicia co.i eítos fines , y debe obren.Tlos de justicia por lo mismo ; coa que así d és ' í Julián de M<ídlna el enipk'O qur; no quiere, para que á la patria sirva.

Fern . En rodo, Isabéi, descubres tu prudencia peregrina,Estn Otro es de D iego Mendez.2 Se dara tan v il porfía ?¿ Duade e.stá este Capitao ?

Gonx. Elsperando.F ern . A coda prisa

traele aquí. V o y á nmndarle que 00 vuelva su osadía

f ' ' t iianza lo. á imparcufiarme , si bianco

quiere ^er de cnis iras.Ita h . M ira que quando importuna

es señal que necesita.Saien Gonzalo y D ieg o Mendaz.

Gonz. Aqu í, está el Capitan IVleaclez.M end. A vuestras plantas invictas:.-*F ern . Levantad. ¿ N o os rengo dicho

que hasta que vengan noiicías de Cuba , sobre la causa que fue á formar Hobadiila al Alm irante Colon, enviaros no quería á lodias ?

M end. Si , gran Sefior.F e rn . ¿ Pues por qué lo solicita

vuestra purria ?Mend. Lo uno

porq:-e a! Alm irante esrima mi lealtad , y estar no puedo sin su am.'’ bie comp^üia^ y io otro , porque ei hambre, gran :>eñor . á ello me obliga. '

Ftft/i. Con que vos, como Colon, servis al Key por coJicia solamente ?

Mend. N i Colonui yo , Señor , de las minas que descubrimos , gozamos mns fruto que descubrirlas para Vos... M i fausfo , el sayo y el de su pobre fam ilia lo dicen... Y voto á brios

que á no ser bachilleria, os diría , que ni aun pan hoy tiene Doña Felipa su muger j y que ha treinta horas que ayunando están mis tripas.

F ern . Por encubrir los tesoros que habéis adquirido en Indias pretextáis;;- ¿ Pero qué es esto ?

T tro dentro.M ira ese tiro qué indica.

Gonz. £n alas de mi deseo vá á complaceros propicia mi lealtad.

F ern . Capitan Mcndez,las quexas que de las (^las Española , é Isabda vinieron , son infínitas, é infinitos los delitos que todos os justiHcan.

Mend. Son inventados , Sefior, por esa gente maligna que habéis enviado allá á saquear vuestras minas.

F ern . Osado sois , D iego Mendez*M end L a razón me precipita.Fern . Si no os moderáis , yo haré

que os modére m i justicia.M end. .Advertid que y o ::-Fern . Dexadnos,

y no os pongáis á mi vista, basta q^e la información que Francisco Bobadilla foé á hacer , sobre la conducta del A lm ira n te , remitan de Cuba.

Mend. Pero entre tanto,¿ qué b « de comer ? Por la vida de la ReVHa , y vuestra , que compadezcáis mi desdicha.

Fern . Y o proveeré sobre ello.Sale Gonzalo Gomex.

Sabes yá ¿ qué significa aquella salva ? G on ». Sefior,que han entrado por la ría las naves que conduxóron á Francisco fiobadilla á Lidias.

Ita b . ¡ Quanto celebro su llegada i A toda prisa harás venir así que anclen, al Capitan á mi vista.

A a M end,

Me>id. Q o ié j habrá ven iio ¡ cielos ! F e n t. (Vleni"^ , segua Us noticias

que traig.Tii , r^-solveré si habéis de vo iver á In ilas.

Mend. Pero Sefior::- Isah. Entretanro,

valéos de esta surtiji. Se la dà. JflenJ. Con est« dòn remediáis

da mi , y de Dofia Felipa la miseria.

Fern . IJ con Dios.M end. V oy ai momento á la ria,

á ver si p «edo adcjuirjr dei Alm irante noticias. f^axe.

,Fern . N o pierdas tiempo , Gonzalo, en iiacer cjue entre en SevilU «1 Capitan. M e interesa mas que juzg'.s la conquista de aquella región j y quiero por medio de la pesquisa de Hobadilia , poner freno á tantas tropelías, como dicen qx e se han hecho, y repiten cada dia.

Gonz. ¿5tá bies.F ern . Aunque conozco

quo al A lm irante te inclinas, no lo extraño , por ser móvil del descubrimiento de Indias^ pero no por eso debes apoyar qt;e su malicia, haga despóticamente quanto el capricho le dicta.

Ita b . Por mas quexas que contra él .<;us émulos nos dirijan, siempre d-udo. En su carácter amable , en su faz be'nigna, me parece que do pueden caber acdones indií^nas.

F ern . ¿ »»ueden mentir tantos hombres como contra é! conspiran ?

Jjab. Pueden mentir. En Leon, en Aragón , ni en Castilla 2 hay algnno que merezca un lugar ds tanta estima en el templo de la fama, como el que á Colon destina la memoria? N o por cierto.Los hechos que el mun^o admira, del mundo son ultrajados, f U experieacla acredita.

que á hombres Inmortales siempre persiguió U envidia^ y por eso m j parece que dimos á B ob id illa p.ira form arle la causa, facultades excesivas.

Ff.rn. Es mucha su probidad.Jiüb. L )s mares la contam Hin,F ern . Su integridad es notoria.Is '.b . Léjos del trono se olvida.Fern . Mucho Colon te interesa.Ita b . L e estoy muy agradecida,

y sentiré que denigre su conducta la malicia.

Fern . Es Bob.idiIia muy recto.l í j b . Puede m jcho el oro de In íías v ise .F ern . Que inclinada está la Reyna

Á Colon. iMas no me admira habiendo sido instrumento de aquella vasta conquista. va te*

E l Teatro representa una p a rte de lasmurallas de S ev illa con sut cañones j y

parte de la ria con desembarcadero.

Sale á lo m uralla D ieg o Mendez.

M end. Aun la nave que hizo salva no parece. Su venida tan encontrados afectos en mi corazon inspira, que se alegra por un lado, y por otro se cont-ista.Y o no se si'm ientras viene vaya á dar esta sortija á Doña Felipa , á fin de m itigar sus fatigas, y decirla que:: Mas jurgo que las naves ?e aproximan.^on efecto... V oy á ver SI puedo adquirir noticias del Alm irante en la playa, ya contrarias, o propicias} y en tanto tenga paciencia su esposa Doña Felipa, vase.

D en tro sa lvo que corresponde 6 lo mu­ralla , y sale Gonzalo Gómez.

Gonz, Ya las salvas manifiestan que las naves se aproximan: voy á preguntar a l cargo

d «

de quiea vienen conducidas.S e dexon ver la t naves. "En e lla se v e -

A lo f í ' j C a lle jo y Tecumha y Z ir a de In d ia s , y toldados

e-pnüoles. — ■ ' — Gonz. Ha -*I»**3a n^ve. j 4hns. ¿Qaiéu Üaina Î G o m . Gonzalo G oiiuz.Áiorts. M í fína

voluntad , de esta manera corresponde á tal noticia.

Desembarco.G ohz. Alonso V a lie jo , \ qaánto

celebro vuestra vtnida 1Y fi'ibadilla mi amigo ¿ cómo está f

,A¡o>ts. Con la porfíade que Don Juan de Ponseca y vos sobre la pesquisa que al Alm irante Colon de órden Keal ha tiecho en Indias, le faltareis.

Gonz. Y o y Fonseca deseamos que BobadiMa subsista en Indias , y que á su Alm irante persiga.2 Qué traéis en esa nave ?

Jihns , Este papel os lo diga.L e dá un papel.

Lee Gonz. Sefíores Don yuan d/> Fonse­ca y Gonzalo G om iz , mediante la co­misión que de &tden de los Reyes Católicos , me d isteis para pasar á las Is la s de Cuba é Isabela á indagár la eonJucta del A lm iran te Colon su des­cubridor ; rem ita ú l^ueseñorías las adjuntas justificaciones hechas , acom - potiadas del reo. T á mayor abunda­miento van también dos Indios de los principales que ratificarán en todo sus enormes delitos. D ios gu a rd e , ( ÿ c . = D on Francisco Bobadtlla,

^ Con qué á Colon traéis preso Î A lon s . Si señor. v .Gonz. Pues nos precisa “ *' •

encerrarie eft una torre y avisar de su venida á los Reyes.

A h n s . S i os parece,

de debazo de escotilla que es como se m « entregó, por que su gran persuasiva, no soborne á los testigos, mandaré sacarle aprisa.

Gonz. ¿ Y esta otra nave qué trae f'^all. T rae riquezas infinitas

para los Reyes. También de los frutos que se crian allá , vienen para vos...Gonzalo , miéntras subsista Bobadilla , vos tendréis recuerdos todos los dias de su gratitud.

Gonz. Estoyseguro de que me estima.Pero haced desembarcar á Colon .

l^ a ll, Justo es que os sirva.Sube á la nave.

S a le D ieg o M endez.M en d , Una vez que está la nave

de la ría en las orillas, veré si del Alm irante alguna cosa averiguan mis desvelos. ¡ Mas qué veo ! á desembarcar principian.Pero a llí viene V alle jo ,

^C ap itán de Bobadilla...A l m irarle no se el alma que males me vaticina.

y a n desembarcando Colon y soldados.

Pero á un hombre van sacando con prisiones. Se horroriaa el corazon al mirar su barba , y su faz marchita. Apenas moverse puede...Quiero ver si mi desdicha logra avsriguar quien es...¡q u in to ei verle me contrista í

Col. ¿D onde me lle vá is , ValJ fjo? f^a ll. A la ciudad de Sevilla.Col. N o lo c re o , no lo creo...

A las fieras la perfidia de KobadiHa tne lleva. ^Penetro bien su codicia...Esta tierra en que me manda poner , es alguna Isla remota , habitada solo de m oosiroos, de quien sus iras

con-

concibieron el veneno que sus entrañas vomitan; alguna horrible mansión hasta aqy i (desconocida, es en donde se cngendráron las serpientes de la L ib ia , los leuoes A fricanos, y los monstruos de la Scitia j en la qual mandan traerme, para contra mi vidavomiten tósigo aquellas, éstos sus garras esgriman, y estos otros satisfagan su voracidad impía.Y en esto solo se muestra compasivo Bobadilla, pues de terminar mis penas ios medios uie facilita.

M end. (¿u lero conocer el eco de esta voz... Pero se explica con tanta debilidad, que no puedo distinguirla.

y a l l . Venid , y reconoced las murallas de Sevilla.

Col. Como ha tanto que privado estoy de la luz del día, no acierro á v »r ... Sin embargo aonquñ i'-tá torpe la vista, rae p irece que vos sois de Fonseca , y Bobadilla partidario.

Gonx. ¿ £n esas vocesvuestra malicia qué indica ?

C ol- Que hasta eo eso se conoce el p o ie r de mi desdicha, pues apenas las arenas del Betis mis ansias pisan, lo primero que á mis ojos rnt presenta , es la perfidia (^ac i mi contrario en España apoya lo que hace en Indias.

M end. Este ^5 Colon... Boto á briós que á todos voy á hacer trizas. Soltad luego a! A lm iranteo á nadie deao coa vida.

í^aM. Moderaos.Cel. D iego iVleadez,

refrena tu furia altiva.Mefid. Soltadle d igo , o coa todos

lian de acabar h »y mis iras.Co/. ¿ Qué vas hacer ? de tus Reyes

respeta mas la m ilicia.Con enojo , y fu e rte .

M e n i. S eñ or , v «d ::-temblando,

C«..'. .3 » .iitf ves presory^Dios lo quvcre, y mi d '^^ ’ cha*

Mend. Pero no puedo sufrirlo con la paciencia tranquila.

Gonz. Por reputaros por fatuo, no reprimo una osadía, que os poJia costar cara si quisiese rüprimirla.

M end. Como el A lm irante quiera, pronto os dirá mi cuchilla, si yo soy fa tu o , y qu e .;:-

C ol' D iegoM endez : calla j fu osadía modera , si mi amistad quieres conservar propicia.

Gonz. Por vos , Señor A lm irante, no castigamos sus iras.

C ol Ya sé que merezco m ach» á vuestra cortesanía.Pero llevadme al instante á la prisión que destina á mis méritos la suerte...Ocultadme de la vista de los hombres , que al mirarme preso con tanta ignominia, es fuerza que digan codos: quando traca así Castilla á Colon , despues que un nuevo mundo le dió su pericia, habrá en su descubrimiento con despótica injusticia hecho delitos tan grandes, maldades tan inauditas, que será piedad quitarle en un suplicio la vida.

M end. { Que yo sufra esto I Ceh A Dios Mendez.

¿ Y la Reyna está en Sevilla ?M end. En Sevilla está.Col. La suerte

S9I0 en esto me es propicia.Mjtnd. ¿Que le diré á vuestra esposa t C if . Qlre sus pesares reprima. í^a tí. Hasta que regrese aquí,

nadie ponga el pie eo la ría.

f 'a n -

yanse Gonzalo Gómez y A lon so l^ú lie jo conduciendo a l A lm iran te preso con

soldados.M end. ¡ Que pueda la eiiiülacioo,

la maldad y la malicia al m érito derribar de esta suene ! en esta vida según la constitución de las cosas , la desdicha^ la fatalidad mas grande que al hombre puede dar grimaj es la de haber excedido í los dem ás, es la estima superior que le merecen sus hechos ; que es ta! la envidia de ios hombres , que no puede sufrir jamás que se digan elogios de ios que existen, pues su cundicioii altiva á los méritos presentes los pasados anticipa4 'P ero presurosa creo qué viene Doña Felipa hácia aquí... Si sabrá ya d « su esposo la desdicha ?

Sale Doña Peltpa,F e lip . D iego Mendez.M end. ¿ Qué manJais ?P e iip . Ya qué os encuentro en la ría

¿ sabéis sí es cierta la vuz 9)ie ha corrido por Sevilla de que Christoval Colon mi esposo , ha venido de Indias ?

M end. C ierta es.con tristeza .

F e lip . ¿ Pero que es esto que no aplaudís su venida ?¿qu é teneis ?

M end. ¿ Qué he de tener ? mal humor Doña Felipa.

V e lip , ¿ Pero no vino mi esposo ?M end, Si , Señora.V e lip . Pues debiais

manifestar en el rostro que celebráis la noticia.

M en d . Pues no la celebro.F e lip . ? Cóm o ?M end. Como estoy lleno de ira.F e lip . ¿ L e habéis vuelto ya la espalda

como esa infame quadrilla de aduladores ^ue trata

de C u b rir le de ig n o m in ia ?M end. Si otra lengua que la vuestra

proposícion tan indigna me dixera , con las manos mi honor se la arrancaría: pero sois vos , y os profesa mi amor una lealtad fína:::'~Y o no enriendo de razones, tomad luego esta sortija, y remediad la miseria que aflige á vuestra .fam ilia.

F e lip . Habiendo Colon venido ya no temo sn desdicha^ y así guardadla

M end. Señora, tomadla por vuestra v ida , que quando á mi me hace falta y os la doy , la necesita vuestra suerte mas que yo.

F e lip . N o entiendo vuestros enigmas. M end. Idos á casa , y pedid

á ios cielos que os asistan.F e lip . ¿ Qué decís ? Con vuestras voces

dexais mí alma confundida,4 qué le sucede á mi.esposo ?Sacadme de estas fatigas.

M end. Vuestro esposo viene presoj pero con tanta ignominia que parece un malhechor; aun el pecho se horroriza al contemplar que unos grillos recompensan las fatigas de haber descubierto á España un nuevo mundo en las Indias.

F e lip . Preso mi esposo j ay de mí I ¡ah calumnia vil i ¡ ah eavidia !¡qu é puedan en los palacios los tiros de la perfidia, mas que los hechos gloriosos que los héroes acreditan !¿ qué le imputan á mi esposo ?

Mend. Quanto quiere la mjlicia^ que la maldad ensalzada lo que quiere justifica.

F e lip . Con que quands la maldad apadrinada se mira dei poder , ¿ tiene sequaces que apoyan quanto ella dicta ?2 Con que la santa verdad I la adulación indigna se sojuzga ? ¡ Siglo infame 2

¡ C os-

/ CosíHtnbre la mas impía que introducir podo el vicio, por manos de la malicia en el candor! ¿De qué sirve que Colua , con su pericia, padeciendo ántes naufragio^, hambres , sustos y desdichas, haya adquirido á sus Reyes tanca riqueza en las ladiasj haya coa taatus vasallos engrandecido á Castilla; y haya de aquellas regiones guicado la idolatría, si un dicho de un lisongero, por venganza , ó por envidia, basta á obscurecer ia gloria de los hétoef! que mas briilaa? £ q Isabel y Fernando^I cómo hallarán acogida los dichos de les perversos que al Alm irante acrim inan? Pero no la encuentran , no^

s-s una trama urdida sin su noticia; los viles que sus méritos envidian, tratan de infamarle , trataa de poner fin á su vida, para cebar en el oro , que el desprecia , su codicia. P¿ro no lo han de lograr, porque resuelta y activa me presentaré á Jos Keyes y les dirá... Persuadida esroy que en decirles solo que no tiene hoy ia familia del A lm irante , ai aun paa¿ jemcdiarán su desdicha, darán á Colon por libre, y uUi ajarán la perfidia de la (ropa lisougera, que su conducta denigra, ^ase.

M en d . Quando vean en la historia los ven ideros, escritas las desiiracias de Colon, es fuerza que se derritan en llanto , ó que no las creau por estrafias é inauditas.Pero si las creerán, contemplando que la eavidía, siempre asesta sms rigores contra e.i talento y la dícba.

L o que siento es , no poder con mi espada conñiQdirla, que si pudiera , b ien proato con la envidia acabaría. yose.

S i-h n co rtó de palacio. Sale Don F e r ­nando e l Católico , con Gonzalo

Gómez.

F ern , Y la Reyna ¿ dónde está ?Gonz. A s í que oyó 1a noticia

de que venía arrestado el Alm irante de Indias, se ba«ó al jardín llorosa, de su mal compadecida.

F ern » Y a lo advertí , y no h i*o b i ^ en tiK-strar que lo sentíij mayormente quando dices que Francisco Bobadilla todas sus iniquidades justificadas envía.

G onz. A s í que dexe Valle je al A lm iraate , ia vista podéis pasar por los cargos que constan de las pesquisas que le ha hecho

Fern . Estoy deseando de Valle jo la venida, para que la Reyna salga del e r r o r ‘ que la domina.

Gonz. Aqu í llega.Sale Alonso h o l le jo . Perm itid

que vuestras plantas invictas bese mi humildad , si acaso de ello mi humildad es digna.

F ern . A lza dt;l saelo , V a lle jo , y dame exictas noticias de lo que ea su com isio* ha indagado Bobadilla contra el Alm irante.

^ lo n t . Aqu íuna relación sucinta para enteraros teneís de quanto se justifica contra él.. Jamás creyera que llegase su osadia. á un extremo semejante.

F ern , Y o veré de reprim irla.D e las justificaciones hechas . ¿ Bobadilla eovia ios orig iau lesi

Alone,

A h n s , Todos:envía , además, de ta Isla Española á unos Caziques que afirmarán quanto afirma ia pusquiza.

F ern . V oy á versí ías quejas remitidas de antfinano por O jeda, ' concuerdaii coc estas mismas. Lee. „O e fitos que el Alm irante

ha cometido en las Indias., , Primeramente , ha enviado „ como esclavos a Castilla,„ á mas de trescientos indios, ,, contra la orden que tenia „ d e sus Reyes , que previenen „ disfruten prerrogativas , , de vasallos quantos indios , , á su obediencia se rindan.I Habrá mayor atentado l , , D 'spues de esto , por malici^f) y poi* v'snga&za, iiizo ahorcar ,, con la mas grande ígnoiminia , , á ciento y treinta españoles, „ que apoyarle no querían „ sns delitos, i Qué los cielos consintiesen tal perfidia ! „•A d «m ás de tratar mal „ á la gen ti que traía „ c o n s ig o , no la pagaba,„ para ahurrar sumas crecidas, ; Hobre gente I „E n su gobiern » „ ni ai apto , ni á la rapiña,„ ni i otras mil atrocidades, „ s e ha visto pena prescrita. M e horroriza üe leer perversidad tan indigna. gf También con penas de muerte „ ca&tígaba al que decía,„ donde había descubierta „ de o ro , ó plata alguna mina; „ manifestando con esto „ que tenia o'cultas miras „ en conservarlas j y algunos ,, han depuesto por oídas „ q u e pensaba hacerse dueño „ absoluto de las Indias.”A uu hoiubre que semejantes delitos je justifícin, no hay pena alguna q>ue baste

á castigar su malicia.V o y á hacer ver á la Reytia

ias maldades cometidas^ por el A im iranta , á fio de que no vuelva benigna á interponer su p^«3ad en favor de su perfìdia; la qual , si de castigar hoy dexáre mi justicia, mi nombre y el suyo , tao denigrados quedarían, que con ¡os Reyes vulgares la edad nos confundiría.

G »itz . Para escarmiento de aquellos que por seguir su avaricia abusan de la bondad de los Reyes , merecía el A lm irante el castigo mas atroz. Pero atendida

' vuestra bondad , me parece que le dexeis coa la vida.

A lo n i. Señor , una reclusión, aunque no lo merecía, en donde sin ver á nadie concluya sus tristes dias, me persuado que podrá satisfacer vuestras iras.

F ern . Nada basta : la piedad es delito quando aspira á perdonar á ios reos que condena la justicia.Seguidme.

A io n t. Ya de Colon hemo^ logrado Ja raina.

Sale D oña F e lipa opretureda aJ b a tt i- dcr con un memorial en lo mano,

F e l. Pues de un Gentil hombre , amigo de mi esposo , conducida he sido hasta aquí , á los Reyes entregaré:;; ¡ Mas qué miran mis penas i E l R ey se vá.Gran Señor

Fern . I Qué solicitas ?F e l. Piedad , y que;;r-

$a arrod illa »Fern . ¿ M e parece

que tu eres Doña Felipa la muger del Alm irante Chrisioval Colou ?

F e l. L a niisma soy.

Fern . i Y qué es lo que pretendes?B F eh

lOF e l. Que de esta súplica roía

os entereis , y que veáis si es justo que ia maÜcía,Ja inocencia de mí esposo trate con tanta

Fern . Guardad vuestro ineuiorial, y no os pongitis atrevida con injustas pretensiones segunda ve* á mi v is ti.DaJ órden que en el Palacio, entrar mas no la permitan.

A lo n t. y Gonz. Ved Sefioi-.: -F ern . Obedeced.Gonz. Eso mismo yo queria. vanse.F e ¡ . A no ser q je hay un Dios justo

que por la inocencia mira, y que á ios Ueyes. qije yerrafl, porque el yerro les inspiran, les conduce á la verdad y la verdad averigúanj ia causa de aii uiarlJo al cielo rem itiría. *Sus trabajos , sus desvelos, sus hambres y sus fatig is , buena recompensa tienen, buena herencia á s<i fam ilia üe::an vinculada , ¡ ay Dios! que se atreva la mentira á profanar los oidos de los R eyes? ¿Q ué no vivaa los malvados que tai h;<cen Cüii temor ds que en cenizas convertirles puede un la y o , vengamca de In divina justicia ? Un vano me qucxo, en vano lloro afligida, quaada i nás ft.ne.ctos ayes, sordos los hombres se miran: de quién me valdré al ruirar que de Is entrada me privan del Pftlaeio... Ya lo su, á estas horas lus ma& uias ¿ no está en el jardín ia K eyaa? asi es... Una inveutiva me sugiere mi dolor^ para hacer que me reciba este memorial 5 en q .e me quexo de la igr.ornin!a con que es tratado mi esposoj pufS no perdamos dí-soii'has mas tiempo , y vanioi á ver ci ia Keyaa se contrista

de nuestros males , y manda que nos oigan en justicia, j Buen Dios ! Fues el iaocente en vos encuentra acogida, acoged á mi marido, acoged á su fam ilia , para que de tantos males, como contra ellos conspiraa, pi’ íídan Sviiir victoriosos^ á pesar de la m alicia. váte .

yu rd in magttffiro , adornado de moeetat^ cen ad oret, y fu e n te grande en e l medio^ con asientos u l rededor. E l fo r o rep re ­senta e l palacio con su ga le r ía y esca^ leras , para boxar j la ga le ría estnré adornada de macetas de fiares. A parece ia Reyra sentada , y las D om es repar­

tidas , cogiendo flores , cant- »dú e l siguiente quntro,

A l ver á su Reyna hoy en el jardín, en su obsequio todo quierp competir.Las fuentes corren mas puras, mas galan está el j.3 zmin, el giiguero mas sonoro, mes. a líg re el alelí.Pi-ro no fs estrafio que obsequien asi, á quien de Castilla es bello pensil.

Isah. ¿Porqué me decís- que hoy ca ftt^ las aves con meiooia que ios claveles expían mas fragancia qne solían, y que las fuer.fes derram :«, mas tersas sus aguas frías, si Iss aves me parece que tristes endechas trinan, que las iiore? mas loasnas, están mustias , y marchitas y que las fuentes no corren tan ciaras como ütrcs dias?Pero como , si de ver que Colon preso venia, se apoderó de rni idèa tau funesta fantasia qce me parece que veo la tmágen de la justicia delaate de roí llorosa»

y que con vez dolorida me dice. “ ísabel , no dexes ,y que esra balanza se rinda

á ia sin razón , sos(en su igualdad , si solicitas

,j conservar entre las gentes j, tu memoria siempre v iv ».Esta idsa y el mirar que á un héroe á quien debU resperar In ^cnuiacion , la emu'acíon le d^tiígra } en un confus© pavor, en una pena contioiia, me tiene entregada , tanto que tiada Tiie tranquiliza, nada me complace , y nada mis confusiones desipa.¿ Qué me traes ?

{/tja D om . Estas rosas, de estos jardines delicia.

Isah. No las quiero \ porque luego sufrirán ¡a suerte nusioa que ('olott... Miéntras que tiiuestren ertera su lozanía, y suministren fragancia y ír ;it it -d á la vista, serán estimndas j mas despues que de ellas se sirvan por un ciavcl que envidiaba la g loria que merecian, serán al suelo arrojadas con inavor ignominiaj el m erito y la hermosura á m i entender simbo i.'.an la des¿ a. pues se vé que és blanco la desdicha aquxíl , ó aquella que debe á la su’T fe esta caricia.Pero aq.u un niño se acercacon tenmr. , j qué es lo que miras ?¿ qué buscas ? Ñ ir7. Busco á la Reyna.

Js,-h Pu2s yo soy.N iri. Por vuestra vida

h dá e l m. m oria l y huye. que hagais quanto eo el pape'i Dii pebre madre os suplica.

Isah. ¿ Quien es tu aladre ? Fero éi qual exilacion r-'-mina, y es escusado seguirla.¿ Pur qué al hijo enviaría la uiadre , quanvlo á ninguno yo rae niego ? Aqu i hay enigmas

f fque no entiendo , mas veré si me es dable dsícubrirlas.„ De ña Felipa M ofiiz j, á V. A . súplica.Esta ha de ser la muger. del Alniirante... E iia misma ¿ cómo á traer el papel á palacio no vendría ?Pero veamos que contiene. Qué ha de contener desdichas!

pobfe Alm irante... N o puedo sus lástimas ver escritas sin llorar , ¡ pero que horror con grillos , con ignominia tenerle ! Eso no será, y aunque Fernando lo riña sabré mandar que le tengan con mas respeto y estima, á cuyo fin á buscarle á palacio subo activa.

Bayaa Fernando ,^J}onzalo Gomex p y Alonso P^allejo p o r las escaleras

de la gu le rfo .

F ern . ¿ Donde vas ?lsal>. A preseaiarte

este pape l, y si habita en tu pecho la piedad, bafia en llanto tus mexiílás, ccntémplardo hast.i que punt9 insulta á Colon la envidia.

Fern . Venga ; pero en cambio de él ¡ pasa por este 1a vista, y ya que de tus vasallos te llamas madre benigna, m ira si i tus hijos quieres qu¿ trate aú la malicia.

Señora í't'/jpti M oñ iz , á los R ea íet P / ff de y . A . hutnUdememe expone, que habiendo su -esposo e l A lm iran te Cohn^ descubierto un nuevo Mundo que xu¿et6 a l trono de en recompen­sa ha bullado la persecución y la envi­dia } por io qual viene preso con g r i ­llos , y capitulado } tan pobre , que no le ha qued.tdo con quo dar un pan ó sut b/jos.

A A . Suplica , no ya que comer , t i no ¡a vindica! ion del honor de su m a - r id . , O'.endoU í4 . en ju s tit ia , que es su mayor aeit sidad.

B ft ¿Es-

¿ Está preso el A lm irante en los téroíinos que íxp iica su muger ?

A h n s . Todo al contrari-).Porque no arguya malicia ap es fuerza decirlo asi.

Isuh. ¿ T o d o quanto 1 * acrim im o. aquí al Ataiirance es cierto ?

P e rn , Coq juramento lo afirman todos i lo que no es verdad, es ío que Doña Felipa expone de la prisina y miseria en que se mira^ pues que todos quantos vienen capicuJados de indias, por ociíitar Jos tesoros que*adquirieron con perfidia, se valen de la miseria para cngafisr la justicia.

Isah , Sin embargo , r.ada creo de quanto se ie acrimina.

F e tn . ¿^Por qué raa^ n ?l^ah* En palacio

te daré de « l io notícin.Fern . Retirsos.G o h z . En l i Reyna

le.n^iiios ui»a enigma muy poderosa.

A 'qhs. Con todo,el / ley cree á B ;bsd ilía . vanss.

Pern. Isabel , ¿ qué razoc tienes para creer que es mentira ^WíHO dicen de ChristQval Colon ? D ilo por tu vida.

%sab. Esta. Asi que el Alm irante supe q.ue preso venia, sentí en m i pecho un dolor con una interior fatiga,%ue en la s j'ji'te de OoIoq « 6{_oy del iodo indc- isa, y aun inclinada á volver por Su honor... Si las delicias somos del reyno. Si padres ée Tos vasallos nos griban.Si de Católicos nombre EOS dá- A la ron y Castilla^ y en fin , s¡ somos el centro en qne la justicia habita, acreditémoslo ahora con el A lm irante de Indias: oigamos , exáiiiinémos, miremos bieu si k. envidia

su p3 rsecucíon fomsnta; para q ’i'* el mundo no diga íjue los Catolicos R yes á qnien I3S di6 tantas islas^ trunos réynos y vasillos, tantos tesoros y minas, le 4 'éron p jr recompsnsa una perpetua ignominia, qup. en la frente llevará impresa si se castiga,

mortal que al mejor nicho la p os ter iia i destina.

F ern . Esas fjnestas idéas,Isabel , del todo olvida, y atiende solo á los hechos q>ie tantos le justifican.

Isnb ¿Pero el qoe tu y yo le oigam o» es opuesto á la justicia ? al contrario ; con que asi oigámosle por tu vida.¿ ilu é dices?

Ftffrj. Que le oiremos. vass,Isah. El K ey sintió mi porfía,

mas no importa , como logre k) que el curazon me inspira.

A C T O S E G U N D O .

Salon c6r to con una meso y un Jegofog r c n ie de p i-pelet , que estará leyen­

do Gonzalo Gómez con tulmirocion', y Jale Alonso V a lle jo u l

bartidor.

Jalons. Una vez que á 1<JS dos indios h : dexado en la otra estancia, veré si de exáminarlos Don Gonzalo Gómez rrata, á cuyo- fin:;- |.Q“ é tendrá qú& con impaciencia tanta esfá leyendo ?

Gonz. N o hay cosa que no esté jastificada pienaníente y sin embargo desconiía mi esperanza.

Jalons. ¿ Qué estais leyen do , Gonaaío, que tanta in(|uietud os cau.sa?

G onr. La causa del A lm irante que Bobadilla ahora acaba de enviar.

A h n s . Ya habréis notado 9ue del todo en «Ha se hallan

jo s -

justiñcadas sus culpas.Clonz. Y c fa todo tdoie el alma.A k n t V jes tro temor es nacido

de un& -’ e.5''<^nfir^oza vana- Gonz. IVi; .¿mor nace- de q<ie

sus A lte iasReales 'm andan que se ciga al AIcnirdnte en justic ia , y que su causa siga el curso regular gue las demás, y que vaya yo mismo á hacerle los cargos para que á ellos satisfaga.

u4¡ont. Yendo vos ¿qué receláis?Gonz. S i fuese yo solo , nada.

P ero Mendo de Zorrilla , quiere la Reyna que haga oficio de Secretario, y que de acuerdo en la causa procedamos.

A lons. Sin embargc,para que vuestra constancia desmaye , es poco m otivo.Quando Christóval lográra satisfacer á ios cargos, no es dable , estando eo Espafia, que pueda hallar quien apoye, su defensa. L o que falta es ahora, por si conviene é lo que nuestro ardid fragua, catequizar á los indios que ha enviado á vuestra casa Bob&dilla , con la mira, de que en Ja Corte apoyaran los delitos que á Coion en la pesquisa se achacan.La experiencia me ha enseñado como estas gentes se engafian, y así para prevenirlos voy á entrarlos en la sala.

Gonz. D e vos , V a lle jo , mft fío.■Alom. Siendo así, no temáis nada. v i te .Gonz. Porque Colon no vuelva á ladias

á descubrir ias falacias de £bbaüilla , es preciso con otras a^ui ocultarlas.Pero ios indios. L legad.

Sa/en A ion to P^oMejo Z i r a y T 9- cumba.

I Os parece bien la casa ?S i } señor j pero hay ea ella

Dtia cosa que me eo^da*fívHz. ¿ Y qual es ?Tee. Que las paredes

ias tengáis tan arropadas, y consintáis que en la calle ios pobres desnudos vayan.

A/ont. Les ricos por opulencia las tienen asi adornadas.

Z i r . Qué es opulencia ÌG onz. Grandeza.Z i r . ¿ Y qué es grandeza ?Gonz. Una alta

distinción que eleva al hombre sobre ios demás.

Tee. ^ Y bastaá preservar de la muerte y^de otras miserias varias á q u e está afecta la vida ?

Aions. Eso no , que todo acaba.T cl\ Pues si es solo un oropel

que á la vanidad engaña, comprendo que esa grandeza viene á consistir en nada.

A lon s . j Y tu estás alegre, Zira?Z i r . Si, señor, comd una pasqua.Gonz. ¿ Y porqué?Z i r . Porque allá fuera

de hacer un favor acaba mí compasion.

A ion t. ¿ A quién pues ?Z i r . A un paxarico , que estaba

tan tiste en una prisión, que me euternecia el alma.

Gonz. ¿ Qué le hiciste ?Z i i . L e soltó,

para que' el pobre gozára de ia libertad que gozao ios de su especie«

A io n t. ¿ Insensata, que has hecho ?

Z i r . I Es malo en Europa ser sensible á la desgracia ?■

A lo n i . N o j pero á ese paxariio Don Gonzalo ie estimaba, y por lo mismo encerrado le tenia en una jaula.

Z i r , ¿ L e estimaba , y ¡e tenía privado de que gozára de Sí] libertad ? Pensáis gue es mi ignorancia tan crasa que creo eso , n o , señor^ gue á todo aquello gue se ama.

se

t 4se procura hacer bien , y sì X)on Gonzalo estiinàra al páx¿ro , no baya miedo que causase su d^isgracia.

Alons, Dexace de eso ; y escucha por lo que dice la fama de nuestros Keyes. ¿ Los dos □o abandonasteis Ta patria solo por verlos ?

Tee. Es cierto.Z i r . Esa razón , y las ansias

que tenemos de entender de nuestra Heli^Ion santa todos los dog-Tias , nos traen voluntariamente á España.

Gonz. Vuestra idèa á sus Altezas, sé yo que Íes será grata.

Alons. Pero ved que quando esíeís delante de los Monarcas, no debeis siao os preguntan hablarte^ una palabraj sino admirar su grandeza con atención mesurada.

7 ec. Esrá bien , solo deseamos ofrecernos á sus plantas como vasallas, y darles una prueba muy exácta de nuestra fidelidad.

Z i r . ¿ Y ac|uella mina de plata se la daremos ?

Tee. También.Z i r , A bien que tenemos hartas.^ io n t . Una vez que prevenidos

estáis de todo y no falta mas ) sino que recibáis las producciones de España, que Don Gonzalo por mí para memoria os regala.

Tee, ¿Con que entre los Eurppéos Jos intereses entablan la gratitud ? Si establecen las dadivas en España ia amistad , las verdaderas serán en España raras, porque reconocimiento que del alma no dimana, dexa de tener efecto asi que cesa la causa.

Gonz. ¿ Con que desprecias toi oferta fZ i r , ¿ Qu¿ es despreciar ?G onz, N o tomarla.Z i r . Pues venga.

S a le un Criado»

¿ Sefior ? ~(jrOnz. ¿ quieres ^Criad. Mendo ZorrHla os^i^uarda

para ir á la pris'on en que el Alm irante se halla. vate,

Gonz. D ile que ya voy... Valiejo, que iVIeado entienda en su causa en una inquietud continua tiene sumergida el alma.

A lons. No teníais que estos dos indios apoyarán nuestras trazas.

Gonz. E l favor de ficbadilla00 sé lo que me ameaa¿a.

^ a t e lhvai\do los papelet»

A lons. ¿Qué os parece D . Gonzalo ?Z i r . Que es un hombre, y por que manda

me parece mas que hombre, pero que de bombre no pasa.

Alons, Si quieres ver á Sevilla id siguiendo mis pisadas. ^

Z i r , Vamos , Tecumba.Tec. Cuidado

que al verla no te distraigas, y reputen de salvajes á dos racionales almas.

Subterráneo obscuro , a l qual se baxa por unas escaleras Je piedra , poyo

ó un lado en que estará Colon sentado.

Col» Horrible mansión triste, mauseolo de la culpa, en tu lóbrega noche aguardo el día de mi eterna tumba.

En este triste sitio mi desgracia se oculta, sin conocer mas yerros que los yerros pesados que meabrum an

¿ Los taureies , las palmas que me ofreció fortena son estos ? Que mai hace e l que en su veleidad su gloria funda.

Los repetidos males que he padecido eo Cuba, fuérOQ solo una sombra paca ios que ¿ oy impíos me atribulan.

De

D e estár con estos hierros en cárceles obscuras,TO y perdiendo la vista, y las piernas en llagas ! e sepultan.

Si los Reyes supieran del modo que me iasuitan, so es dable toleráran ( gustias.que me entregue la envidia á estas an-

K o io conseoTirsn...Pero memoria cruda,¿ por qué con nuevas penas, mi triste corazoade nuevo insultas ?

¿ Para que de mi esposa ■le acuerdas }a amargura ?¿Pa ra qué de mis hijosla triste imá^.en en la idèa abultas?

Los tristes á mi vuelta con iìtial ceruura, en ios brazos de un padre peusarian iograr de su fortuna»

Pensarian oírle contar sus aventuras, sus trabajos , sus hambres, y^ljuaato el nuevo mundo en si fecunda.

Y a se imaginarian bañar mis manos puras^ en llanto que derrama la compasion , y Juego el gusto enjuga.

Y a ::- g Pero qué es aquesto que el pecho se atribula ?Únos bultos con lucesesta triste mansión juzgo que ocupan.

Salen Gonzaio G om tz f M in d o Z ‘í ‘t-f i i la , con ellos vendré uno que traerá

luz qae pondrá sobre una mesa.

Gonz. ¿Sefior A lm irante?C oL ¿Q uién

me llama ?M e n io . ; Mus qué reparan

mis ojos ! si no supieran Que este es Colon , extrañára que un hombre de su valor 4Íe so brío y arrogancia, apenas se halle con füerzas para tormsr las palabras.1 Qué dolor!

Col. ¿ Qué me queréis ?2 velili á darme ia infausta nutva de mi fio ? Decidió^

que á mi nada i^e acobarda. Acostumbrado al do lor, el pecho el dolor no ex trefiz

M endo. Venlüios con otros fines.Col. Mendo Zorrilla es quien habla*

¿ Señot Mendo , también vos sois de la caterva insana, que á Bobadilla sostiene para obscurecer mi fam a?

Mendo. Nü entiendo lo que decís, solo sé que mis Monarcas me oí'denan que cen Gonzalo entienda yo en vuestra rausa.

(rOnz. I Qué m iro ! ¿qu iéo esos grillos mandó poneros ?

CoL L a infatnia.Gonz. Disimulemos así. ap,

¿ quién tuvo para ello audacia ?Coi. Quien la tuvo para hacerme

el blanco de la asechanza ?G o m . Quita ai momento esos grillos

al Alm irante. ¿ Qué tardas ?C ol. Quita , qu ita, sino quieres

ser víctima de mi rabia^ estos grillos son los timbres, que mis méritos declaran lo « elogios que en Europa mi repucacioii ensaban, y los testigos mas ciertos de ia lealtad que nie inílamáj pues sino fcera leal, si á mis Reyes no ertitrára ¿ como es dable que mi furia consintiera m*. arrojitan por orden suya , en un sitio en donde á mas üe las aimas, tenia las volunt^ides de los Isleños gniiadas.Y asi pues que de mis Reyes obedecí á aquella c.'irta, qu': á ia óroeo de Bobadilla, en todo á estar me njan raba; y el vil abusando de el/a me prendió con tanra infamia: ios mismos Reyes ahora porque vean mi constaucia hati de mandar en persona quitar esta negra mancha que ha vertido ponzoña, contra mi honra acrisolada.

Mendo. N o desprecieís A lm irante la humanidad con que os trata

Don

í 6D on G onzalo , recibid de su fa v o r esta gracia .

C ol. Esta gracia solamente la admitiré del Muuarca, no de otro , no.

G o n z . Repar.td;:-Co¡, N í d a a i¡ te só » r e p a r a .Gonz. Sosegaos , y venid

conforme Jos Reyes mandan,I responder á los cargos ({ue por entrambos se os trata.Si satisface él á eiios, ap.!n jc^o teoi;> mi desgracia.

C'il. .Vatuos verem os que culpas ap, la perfìd ia m e levan-C3.

Gonz. ¿Por qué c^usa como á esclavos trescienros indios á España rem itisteis f ¿ qué decís ?| c a l l a i s .? no r e s p o u d e is aadA

Coi. Proseguid...Gonz, ¿ Por qué motivo

ahorcó vuestra venganza á ciento y treinta españoles ? Responded...

C ol. V u e s t r a e f ic a c iapros iga , que.á todo ello responderé en dos palabras*

G onz. ¿ Por que á mas de no pagaf al soldado j le insultabais ?¿ N o respondéis Ì ¿Por qué el robo y el rapto de Ja casada no castigabais ? Decid,¿ por qué las minas de plata y oro ocultabais ? ¿ Y en fin como habéis enviado á España tantos tesoros , que dicen, que teneis llena la casa?

Mendo. A estos cargos responded y si acaso rea se halla de eüos la flaqueza vuestra, confesadlos sin tardanza, y acogeos ai favor de unos piadosos Monarcas, que en perdonar ai que yerra, fundan roda su alabanza.

G on z. I Qué respondéis á tpdo esto 9 decidlo.

Coi. A vosotros nada.

Se levanta,

M endo» ¿ Pues á quíea f

Col. A sus Altezas.A sus Altezas mis ansias satisfarán plenamente á quantos cargos se me hagas. L a comision sobre que recaen , me fué á mi dada por sus Reales Altezas $in que nadie sa mezclara en ello. Los privilegios, lás preetiiineucias y gracias repetidas que á este fíii me concedtéfün , son tantas que por publicas no quiero, en este caso acordarlas.Y pues el descubrimiento de unas regiones taa vastas, le hice con órden expresa de mis gloriosos Monarcas; á mis Monarcas daré de mis viages cuenta exáeta: de ellos las reconvenciones sufriré sin arrogancia; responderé de los indios que envié esclavos á EspaSa, y á la multitud de injurias con que mi decoro ultrajan, y si despues de escucharme encuentran bastante causa para decretar m i muerte, besaré sus Reales plantas, y á m orir iré gustoso por satisfacer su saña.Otra razón de mis labios no espere vuestra asechanza) y dexadme en las tinieblas de esta soledad infausta: que en ella , mas que en vosotros, encuentra consuelo el alma.

G on z. Considerad , Alm irante, que os pesará esa arrogancia*

Col. N o hay en e l mundo pesar que no sepan de él tnis ansias.

Gonz. M irad que perpetuamente gemireis en esa estancia.

Col. Con eso mis enemigos satisfarán su venganza.

Gonz. V ed que estoy compadecido de vuestra fortuna infausta, y que:.-

Col- De nuevo os repitoque me dexeis en mi amarga situación, pues mi dolvr

en-

entre Us penas descansa.M endo, Siento que aumeateis las iras

del R ey con la pertinacia.Coi. ¿ Bn qué las aumento?Gonx. Vamos,

Mende , 'jus ac hay to le ’‘tncÍa que basro í sufrir la furia eoo que el A lo iiraa te habla.

M end, Vamos.

Van subiendo.

Genz. ¡ Oh quánto celebro que contestado no baya á los cargos ) La fortuna

todo me ha de ser grata j N o venís ?

M end , V o y á decir á Colon una palabra*Colon , ved que condolido voy de vuestra suerte infausta^ y que emprenderé imposibles p.or aliviar vuestras ansias.

Gonz. !>&xadlo y vamos.M end. A Dios.

N o se que me dice el alma de Gonzalo : pero et tiempo vdfiíicará sus rramas.

Col. Ya se fuéron . ¿quién d iría que á un hombre que dió á la España un nuevo mundo , le trate Fspañd con ira ranta^ que como si fueta un vil le haya formado una causa, cuyos cargos , sus servicios dex'an cubiertos de infamia ?M is éinuks , Bobadilla lográron jo qua deseaban...Las minas que para el reyao nii zelo encoaomizaba á estas horas ya habrá ido su codicia á saquearlas...Pero qué importa... El con esto merece del i(e y la gracia^ y yo con mí lealtad sufro los rigores de su safía. .¿Qué digo? El R ey y la Reyna ignoran lo que me pasa, y por eso á sus personas tan solo quieren mis ansias responder... Si las razones, si los motivos y causas

escuchan , que yo he tenido para hacer en Indias varias cosas de las que me culpan, aplaudirán coi eficacia, mi justicia y mi razón.¿ Pero y si acaso se hallan alucinados ? ¿ Si juzgan que son mis razones falsas?N o harán ta!. Su integridadconocerá mi desgracia,conocerá que es la envidiala que me insulta y degrada,y conocerá que aquellosque en el mundo adquieren fama,por no confesar su gloria,son victima de la sañade los que sufrir no puedenlas agenas alabanzas. ifasf.

G a lería de pa lacio. Sale D ie g 9 Mendez.

M endez. M ientras que Doña Felipa ha ido á ver si encontraba quien le vendiese el anillo que me ha daJo esta mañana la Reyna , para aliviar la miseria en que me hallaba, y que yo le d i en la ria porque la suya aliviara^ vengo á ver si sus Altezas por la galería pasan, á fin de solicitar que su corazóB me haga el f iv o r de permitirme entrar dentro de la infausta prisión del triste A lm irante, para minorar sus ansias^ que aunque el R ey me ha p.-evenído que m is no le importunara, quiero ver si mi porfia con importunar alcanza lo qu i no pudo alcanzar ia justicia , ni ta gracia; á cuyo fin erre que erre como un poste en esta estancia esperando á sus Altezas ms he de estar hnsta mañana, pero aquí Gonzalo Góm ez viene , ’este es de ía camada de Bobadilla , y si intenta que de e>te sitio me vaya,

C te -

remo que ei diablo se llevo el respeto q*je á este A tcaiar

debe , y ja tosa acabe slu querer á cuehiliadas.

Sa/et> Gonzalo Gómez y Mendo Z o r r i l lo .

Gonz. Vamos á ver ¿ N o os han d i­cho

que aqiii no pongáis las planras has:a que dsl A laárao te q'uedsn las cosas zaajadíis ?

2y¡(}iíi. Si , señor.Goni!, Obtdeced,

. y no provoquéis mi safirt.M in J , En venir á ver ios Reyes

no os doy para enfado esusa.G^inz. Sin embarco , idos de aquí. i^Iend. M e iré si el Hey nie io manda. G om . D e quanto concierne á Indias,

¿ ignoráis que me e&iá dada (4 coroisiCQ ?

3 2 -n.i. Y o no traygo ahora ninguna detnsnda de Indias.

O jUZ. ¿ Pües qué traéis ?Msrrd. A vos no os iuiporta nada

saberlo.Gonz. Ved que por fuerza

liaré que os eches los (Juardias. M sud , Boto á briós , que si 1») hacéis;;- iio n z . ¿ Qué haréis ?P I¿ mJo. Respetad la estancia.M ^ná. A no ser por e l la , y que

el respefo nie desarma, mostraría á vuestro enojo cOmo á un Capitan se trsta, que ha servido con la g lo iia que yo he servido á la patria.

Gotiz, Sino üs moderáis , mirad - que castigaré ia audacia

con que roe habíais, idos pues^ que ei sufriiiiionio se cansa.

Mend. Ya be dicho que no me voy baita qv.e los Hcyes salgan.

M endo. Capitan , vuestra porfía ved qnc os puede costar cara»

M end. Y o he de hablar al^Uey.Gonz. Ossdcr,

yo abatiré tu arrogancia.^ a h Fernando. ¿ Dónde vas ?

Gonz. Iba i dectros:;-M end. Y o lo d iré en dos palabras.F ern . N o os he dicho DiegOj IVIende*^

que á pretender no toruaríR^ hasc.i que de vuestro xefe •>m o ”.ede cn c lu id a la causa.^¿ Pues cóino::-

Mend. M i pretensión es otra que ia pasada.Y o vengo , f i !< s servicios de ias guerras de Gransda,Seis heridas que en las Indias recibí en acciones varias, si el haberos descubierto muchas tierras ignoradas merece a!¿utia atención, á que me hagais una gracia, que si entende.is el idiüiBft del dolor y de ias ansias, la gracia qoe os pido , el llanlo públicamente os desíara.

Fevn. Qual es pues , que no os entiendo. M end, Po:.:ü en tenderme os costaba,

sabiendo que está mi xefe en prisiones tan amargas.

Fe*n , Qué ¿ pedís su libertad!M end, Poco e! darsela os costaba:

pero no pido e s o , pido que me permitáis que vaya á tfioer parte en sus penas, á partir con él Jas ansias.DexaJ , Señor , que mi amar este obsequio al suyo baga; dexad que yo le acompañe eo soledad tan infausta, que á mi me ponga ios hierros, que sus miserias arrastran: si tenieis que este es un m ed i» que ha adoptado mi eficacia

/ para sacar á Colonde ia prisión en que se hallaj ved que nñ honradez es tal, que al paso que xmi ccnstaucia tolere por él los grillos, y consuele su desgracia, sabrá guardar su persona con ia m ayor vigiJanciaj de modo , que responsable me constituiié en guardaría.

F ern , I*rontamonte de Colon se decidirá la causa, y resulta inocente^

Sftl»

saldrá á gozsr de mi g rteU ;y sí culpado , no es digno- de que aliviéis su desgracia.

M end. Pero si yd ;:- F ern . Id con D ics.M end. Reparad::- Gonz. Vueütra eficacia

enfada á m i R ey.M end. Y vos

enfadais á toda España, vate. Gonz. La tenacidad de D iego

Mendez , á no ser causada por su rudeza , era digna de reprehensión.

Mendo. L o que ama al A lm irante , disculpa en parce su aecía audacia.

Fe\n. Es buen soldado y amigo> y merece tolerancia;2 pero habéis vos ya evacuado los carges que tanto infaman á Colon ? 5 ha satisfecho á ellos con voces claras ?

tronz. Todo al contrario , Sefior, pues es tanta su srroganciaj su orgullo , y su vanidad, que lejos de daros gracias porque os dignasteis oirie, no quiso responder tiada, diciendo que solaineore responderá a sus Monarcas.

F ern . ¿Qué decís í ¿así desprecian sus auiveces villanas m i bondad ? ¿ asi ei respeto de mi real decoro utcraja ?Por la vida de la Hcyaa) y de mi hija h rafs.Dta, que ha de ser de mis enojos la víctima mas infausta ei Almirante.

Mendo. M irad que una pri»ton dilatada suele causar eo ios reos cierros despechos y safías:;-

Fern . N o mu satisfacen , Mendo, tus razones ; su jactancia verifica sus ideas; verifica que pensaba igualarse con su R ey ; que á nadie rendia parias.Este orgullo , y sus excesos dezan biéo justificada

su maldad. Pero mi ceRosabrá hacer que satisfaga COR el castigo las culpas que han borrado sus hazañas.Pero porque nadie piense que procedo en esta causa con odio , ó con ligereza, pretendo ratificarla con los indios que han venido; á cuyo fin en la sala de la Audiencia los espero: vé por ellos sin tardanza.

Gsnxaío*

T ú , Meado , avisa i la Reyng, porque pretendo enterarla de esta novedad , por ver si acaso se desengaña

i^ase M endo,

del A lm irante. Los hombres en quien los Reyes descansan lejos de] trono , merecen, si abusan de esta confianza, el mas exemplar castigo, para reprim ir la audacia de aquellos que se discurrea distanres de ios Monarcas, independienres del cetro y aÍ3Solutamente mandan.

Süle Isa b e l con M endo.

Isah. I Qué quieres , Fernando tF etn . Mendo,

di á la Reyna sia tardanza el proceder de Colon.

Isab. Y a de él estoy enterada por el mismo Mendo.

F e m . I Y ahora, apoyas su v il audacia ?

Isah, D e ningún modo ; sé bien que Ja órd fn que dimana deJ trono , debe mirarse como si estuviese dada por la misma Magesrad en persona ; que el que falta á sus preceptos , merece que el rigor le persuada su desobediencia, y que

C a ea

«n esta parte se halla muy culpado el Alm irante todo lo sé , y que mi saña so debe de ningún modo dexar su acción disculpada.Pero si para ictar su sentencia aquí me llamas» advierte que áiites que tome ]a pluma para firmarla^ quiero exáminar yo misma los delitos que ie lofaman: porque el juez que no ex&cnina con pro lijidad las cansas, y sentencia mal , d;sp0es el juex que en los jueces uiandsj dtt la injustici.t qiio hizo le pedirá cuenta exácti*«

F ern . ¿ N o basca de Üoba^illa la pesquisa ?

Jrab. N o , no ^asta.F ern , f Y VaU ''jo y sus soldado*

bastarán ?Isab . Taa)poco bastan:

porque ellof solo de oídas pueden hablar rn )a causa.

F e r » . ¿ Y los Caziqu-s que fuéroo testigos (ie sus ii'.fauúas^ bas'nrán ?

Isaf¡. M vio^ llamar»Feyr. Ya á (íofjaalo ia orden dada

teosia á prevención. Pero e l dirá si se haiian.

Sa le Gonzalo,

puffSío qup viene. ¿Y los índiost C cnz En es-i pi-'¿a inmediata,

por cODí cer i sus duefios, con mucha impaciencia aguardan con Valh 'jo.

F e rn , A i salón reglocoodocidlos. Comprobadas

t^ase Gonzalo, verás todas sus maldades proutanienre.

2 süb. Ya eS'á ei alma descosa de salir d ' duchas tan intrincadas.

F e rn . ¿Qué cudis puedes tenef «juando es.án justificadas Oek todo i

Is a i . Aquellas que tiene el que conoce la farsa del mundo , y sabe que el fraude con apariencias engaña.

F ern . Pueden mentir de Roldan, de Ojeda , y de otros las carras?

Jsah. Pueden mentir , si se aiieude que Colon Ies aventaja en méritos.

F e r » . ¿ Y los esclavos, el o io que astuto guarda, las muertes y ; : -

I s ib . Ven al trono,á o ir los indios con exácta • rigidé?«

F tra . Y si compruebanqu nto ios deiiiá^ deriarao^¿ tensarás su ca^ti^iu ?¿ suspiras ? Isabel habla.^ i^ué respondes?

Isob. Esto solo.Para acertar el que manda, d fbe proceder con tiento al sentenciar una causa vas9»

F e*n . En defender á CelonIsabel está empeñada. vúte»

Mendo. La eficacia de G o s ia 'o , el c!is}{USTO que mostraba con Ú ícgo Méndez , y el rostro en coníinúa desconfi^inaa, manifiestan que desea ver la ru na efectuada del Alm irante , y sintiera que el gtísto se le lograr porque no p«edo c-etr los delito q le le a..hacan, sino que la envidia tira á cebar en él su rabia. v a tf ,

Solon re g io con mesa y tscrihonia 6 un lado , aparecen Fe*nt.ndi> , é I ta b e l iff

e l t^ono j ó su lado (rua' dias y Damas , Meado Z o rr illo ^

y Gonzd/O Gun.e%>

Jsah. Pues estamos en el trono cc n f l ornaro , y la gaia que á )a dignidad real las preeminencias consagrrn, entren los ird ics Fs fu e iia

f^ase Gonza/o. guando de tieifAS lejanas

la cnrjosidad conduce á conocer los Monarcas é algún subdito , dexarse ver con tal pompa que añada á la aíimiracion respeto, grandeza á ias circuniiancias.

Salen Gonzalo Gómez , Alonso ^ a l íe jo , Tecumh^ y Z ir a .

Goa%. Entrad que aquí están los Reyes. ^ ío n t . Y o voy á donde h.^go falla.

Gcnzalo. que pues tanro por C oico ia Reyna está Inreresacia, es menester piecaveriios con alguna nueva traza. vatff»

Tec. |En oonde v s 'ia pues los R iyes ? M endo. Sentados a ill os cguardan. l iü b . L le g a d , hijo# j ttnj.-is? Z i f » ¿ Oyes , «on q le lanibiea hablan

los Reyes , y tienen boca, narices , ojos y cara cütuo ocsotros ?

T e c . bi , Zira,Ja misma »;structura humana que tenemos tienen ellos.

F efff. Llegad pues ¿ qué os acobarda, t Z i/ . ¿ Hciuos de postrarnos ?2 'ec. Cii,

que asi ei decoro lo manda.S e a^radvlj.

A tan podí. rosos Ht^yes, á dignidades tan aJia«, uues^ro respeto se humitía<y nuestro amor su fé con-a. ra: y puesto que ^e ía d'cha que en J&s indias se prcpasa^ sois el m ovii , y que sois quien de el a Cvn eficacia, por medio e Evan^eJ'O y otriis doctrinas S gracias, borra la supers cion,}a torpeza y la ignorancí’) por nosotros , y los indio*OS venimos á dar gracins y á «t 'rccer nuestros respetos ¿ vue.*>tras augustas plantas.

Z i ' . Y si Ja quieren tomar una gran mina de plata.

Jtab, Os rstiniamos el don,. y aplaudimos ^uc cd tu p a u i»

reconozcan que el anhelo^ el ardor y Ja constancia, que en descubrirla mostramos de otro ningún fin diniina que e l de establecer Ja fé que seguimos en España. >

F ern . vSacarla de sus erroreses lo que mueve nuestra ansia \á costa de muchas sumasqoe nuestro etario sufraga, iy que Ja malignidaddel estraogero ai cobrarlasllamará codicia , siendoreembolso si j no ganancia.

Jíctb. ¿ Y del Alm irante de indiasteneís noticias ezáctas ? '

Tec, Si , señora.Z i r Dasde que

la primera vez la plantapuso en Cuba , de quanto ha hechotenem 'S noticias largas.

Isofy. ^ Y estáis prontos á decirlas sin quitar , ni añadir nuda ?

Z i r . Si , señora.Jtab, ¿ Y sabéis que

aqnei que m ierte , ó engriña, además de hacerse iniquo,. á Dios y á Ja virtud falta ?

L ot dos» También Jo sabemos.U a h . PnfS, 1

Gonzalo , los cargos saca de Culón , y á ex&minar por ellos á los dos pasa.M uy sensible me será ap» ique Culón por reo salga.

G o m . i i l A lm irante | no dió, quando vinieron á España, trescientos y tantos indics i los que le acompañaLa>: ?

Tec. S i , sefior.Z i r . Tanto que viendo

una india que le llevaban á su indio i por seguirle se metió dentro del agua hasta 1a cintura , y e llos condolidos de sus ansias, ia Subieron á la nave y la traxéron á España.

F e rn , i Qué dices de esto , Isabel ?Jíaf>- Oygamos aun lo que falta.Gonz. ¿ A ciento , y treinta Espafioles

üQ les iiizo coa iofaroiaqu í-

quitar la vicia en ta horca ?T e c . También es verdad.Z i r . Y ranta

fué la ira que e&to causó qu« a l cielo contra él clamal>an.

G onz. ¿ CorrisnteQiente á los suy.0 5 > les daba Colon la paga ?

Tec. N o ; y por eso m u ^os de ellos á la rapiña se daban.

Gonz. ¿ E l insulto de la joven, el raptü de la casada se castigó alguna vez ?

Z i r . N o por c ierto , y fueron Cantss las vilezas que se iiiciéron, que m : dá m ieJo el contarlas.

G o m . ¿ Las minas de plata y oro, de lós suyos no ccu ltabal

T e c , Quitaba al punto la vida 4 aquel qu « lo declaraba.

Fi/rn. ¿ A l o ir estas maldade6| tu corazon no se pasma ?

Isfil/. Jamás creyera en Colon una ainia tan inhumana.

Qonz. ¿ N o era en las Indias^ notorio que sin cesar á su casa ir.gnitas barras de oro, con sus parciales enviaba, y gue dueño quiso hacerse de aquellas regiones vastas ?

Tec. Eso no nos consta : pero todo el mundo lo afirmaba.

F ern . Comprobado está el deÜtQ.

S e levantan d e l trono , y bajan,

Isab. Justificado se halla^ con efecto , y es nvuy justo que a.1 delico satisfaga; dícta la sentencia. Idos.

Se sienta e l Rey á escrib ir.

Z i r . A y que los Reyes se enfadan como nosotros , y ponen, como quanto tu regañas, la cara.

Gon^. Esperad á fuera.¿ Qué decís de ios Monarcas ?

Tec. Que voy complacido en suoi* de quanto su lustre ensalza, minos de ver que del oro que el americano ultraja

formen los Reyes \z insigniaque sa dignidad declara. vOHse,

F ern . Y a prescribí la sentencia, mira sí justa la hallas.

l ía b . „V is ta s las eaormes culpas ,, que resultan en la causa „ del A lm irante •, mandamos „ que subsista en el A lcazar „ de Sevilla , hasta que muera»,, y que todas sus alhajas,„ ¿ ieoes y tesoros pasen „ del fisco Reai á la cax».Y o e l R ey.

F ern . Si ia encuentras justa, pasa Isabel á firmarla.

Jtab. N o tengo reparo.G o m . Todo

me saltó como deseaba. ap.Ita b . Que es aquesto , que al sentarme

el pecho se sobresalta ? tomo la pluma... ¡ ^ y de m i! que temblor me dá al tomarla» y que agitación taa fuerte me devora las entrafias.Y o no tírnid esta sentencia, según me siento azorada, es injusta , si , es injusta me lo vaticina el alma.Fernando, Fernando, hablemos sin embozos , según la ansia y el pavor con que mis ojos ven la prisión decretada del A lm irante , recelo que á obscurecer voy mi fama. Qua^tdo quiera conceder que los delitos que iafo'man su estimación , sean ciertos, la experiencia me señala, que todo delito en grande de grande causa dimana, i L a culpa de que por duefio lacerse de Indias pensaba,

se sabe de positivo ?¿está bien justificada?^ 0 po j ¿ierto. ¿Esos tesoros que ^a traído , esas alhajas donde están? ¿Quien sabede ellos? f Si con ellos se encontrára, estaría su fam ilia tan pobr* y necesitada ?£sposo m ió , contempla ^ue yo accedí é las ioscaacfos

de Colon j <tó.ra empiender una conquista tan ardua; que yo vendi »nis preseas y joyas para empezarla, y ùltimamente qne y o . remuneré sus haza&as.¿Qué dir$ el mundu » las gentes si ahora firmo , poco cauta contra aqoel oue protegí, esta sentencia ? Tratada no V5S que seré de todos de K eyra fá c il, ó ingrata?S i hasta a q u í, no obstante queabsoluta sobeianasoy de Castilla , en un todohe seguido tus pisadas,hoy un cruel remordimientooue mi corazon contrasta,no me lo permite , sinestar ánlea cercioradade todo : y asi perdonasi á ínfor<narse mi eficaciavá por sí misma. Vén , Mendo,sigue mis veloces plantas,y Bo pienses que yo en estoquiero dexar desairadatu sentencia 5 quiero soloproceder prudente y cauta,para que la edad futurano pueda contra ir i fama,d e c ir , que con ligerezahe sentenciado la causade un hombre que descubrióun nuevo mundo á la £^pafia,y que conocen por élá D ios tantos miles de almas, vom e,

F ern . M ira ;:- pero en valde intento detenerla. A la otra sala vamos , Gonzalo , á pensar lo que ha de hacer mi constancia, vante.

Cata pohre , S a le D ie g o M endez.

IHend, iQue por mas que haga no piieda proporcicnar á esta casa ningún bien I Pero paciencia y suframos la desgracia, como D ios la envía ; pero ninguno por ella anda. iQué soledad! ¡Qué tristeza !¡Pero no , no es cosa estiaña 9ue 1& casa manifieste

]as penas que al dueSo acaban !V eré si Doña Felipaanda por esta otra estancia.N o se la vé. ¿ Y en esta otra ? Tam poco. Pobre cuitada habrá ido:;:- Mas D ieguito

S a le e l N ifio . viene llorando. ¿ Donde anda madre ?

N iñ o . Fué á ver si poclia remediar nuestra desgracia.

Mend. A l Gobernador perpetuo de Indias, ¿ ‘l^^én le anunciára, que habia de verse un dia en sifuacion tan amarga, él y su fAiiiilia ? Quando otros sin dignidad tanta sin trabajo ni fatiga fundan vínculos, y casas.Pero el A lm irante es hombre que tiene conciencia , y basta, para qi2e la v il fortuna le trate como le trata.¿Pero qué es esto? ¿Quien puede de tanto ruido ser causa ?

Salen la R e y n a , Mendo y Guardias,

Itah. Y o ,M e n i. ¿ Vos , Señora ?Jsah. Y o , Mendez.Mend. Ya nu pueden las desgracias

en esta casa durar con visita tan hidalga.

Isab. Quien sabe, porque yo vengo como Juez á sequestrarla cñ persona , y asi vamos á ver quanto en ella se halla. Acompañadnos* Se e'xtron,.

N iñ o . ! L a Keynaá qué habrá venido á casa ?

S a ie D oiía F e lip a ,

P e í. H ijo , D iegu ito , ¿qué es esto ? ¿Cómo hay en mi casa Guardia»? quién lia venido ?

N iñ o . L a Reyna.P e í. A y , hijo , que tú te engañas,

que no es dable que su Alteza ..»Pero si que es muy humana.¿ Mas cómo y quando en Sevilla

COI*

corren voces tan iafaustás ?H ijo mío f de tu padre y a no vfras m is ia cara...E q uHi prisión perpetua dicen i : - Señor M en jo ¿se halla ]a Reyna

Safe M tn d 9.M endo. A qu í está.F e ¡. Decidcns::-M e n io . N o puedo deciros nada. •oote.F e l. ; A y de cní! C ierta es su suerte,

cierca es ¡ hijo p su desgracia»¿Ha.y m is pesares , mas penas, mas riesgos que me combatan?Hasta <.ie aquella sortija con quR remediar pensaba nuestra miseria , carezco^ pues viendo que era una alhaja de cnucho valor , y que pttiia ser tul vez hurtada^ por venderla una muger pobre , de quien mi desf»racia se valió , 1a ha detenido el mismo que iba á comprarla.I O dolor J Pero ía Reyna: al verla el pecho se pasma.

Sale la Reyna^y Guardias»

Ita b . V i l ¡:)íquídad , perfidia at*óz , calumnia vi!,ana...¿Qué haya quien tenga osadía de engañar á unos Monarcas que del ftolio en que se asientan es la justicia la basa ?,

Pero Felipa Mofitz lio es aquella ? ¿Por qué oausa no llegas’?

FeJ. Señora , \ ay D io s ! que turbación de m i alma s? apoáera...

N if ío . Madre , madre.Ita b . £ ! temor ú et gozo embargan

sus sentidos... Vuelve ea tí, h i j í , del suelo levanta.

F e!. Señora, piedad y ved ::-Isah . P e todo estoy cerc iorá is ,

sé vuestra pobreza.F e l- Aun

no sabéis adonde alcanza.Ita b . Si lo sé. He visto tu lesh«

formado de triste paja:

he visto un trozo de pan, seco , que ía tinta es blaoct para él i y por fin be visto tu casa deshalajada, de modo que las paredes y pavimentos declaran que tos que habitan en ella, prontamente de la parra, y á manos de la miseria, ván á ser víctima infausta,¿ Estos los tesoros sonque Colon tiene en su casa?tesoros S9n , si se miraque deKan acrisoladasu conducta , y que desmieattata envidia que la infamaba.Pero mucho tarda Mendo: estando de aquí el A lcazar tan inmediato , no sé de que nace su tardanza.

Sale M t n io con C ilon , y guardiat,

M ende. Señora.Ita b . Entrad , A lm irante,

que la Reyna es la que os llama.Col. L a Reyna::-

S e arroja ó tu r p ie t.F eU ¿ M i esposo aquí ?N iü o . ¡ M i padre !Mendo. M i am igo::»Isub. A lza ,

alza de) suelo , Colon, que me ha traspasado ei alma ver del modo que re ha puesto la persecución villana,

Col. El gozo de haberos visto ms ha embargado las palabras, g Pero , Sieñora , creeis los delitos que me achacan?¿ Creeis las voces malignas de esa caterva inhumana de envidiosos , que pretenden privarme de vuestra gracia, para que yo no descubra sus delitos y sus infamias, sus robos... Señora invicta, perdonad si se propasa mi dolor , y contemplad que no os he ofendido en nada; que estoy lleno de prisiones, que del sol no v i la cara

eo

en muchos meses que tefigo todas las piernas llagadas, la visea torpe , las fuerzas sin v igor , mi alnta angustiada, y que esta es la recompensa, la gratitud y la paga que he recibido , por dar nuevos Imperios á Espafia.

Jsob. Quitad á Colon los hierros que tanto su gloria infamaa.Dejad que yo contribuya también.

Co!. Ved que y o de tanta fineza::~ Isab. S i, digno eres.

C o l ¡ Oh veatura no esperada ! ua vti cocinero en ladias aprisionó mi desgracia, y una Reyna de Castilla me pone libre en España.

Isab. A D ios , Colon.Col. Gran Señora,

¿ pueden esperar mis ansiasalguna sereoidadentre taa grandes barricas ?

Isab. Solo te digo que quedas por ahora preso en (u casa, que tus asistencias correa d«i mi cuenta , y que anegada voy en llanto , de baber visto como la envidia t « trata, vase.

Col. El cielo vuestra piedad, ó gran Reyna , satisfaga.

F e l. ésposo;:- Coi. Felipa iVma. PadreCol- En mi seno , prendas caras,

descansad. Mi^nd. A I m irar esto, en llanto el gozo me baña.

Colon abraza ó Doñú F e lip a , e l nifío le agarra de las rodillas , con la mayor

terneza , quedan en esta postura y cae e l telón.

A C T O 'T E R C E R O .

Salón re a l de palacio : aparecen Fernán-- do é Isabel.

F e rn . Sorprendido estoy de oír,Isabel , lo que me cuentas.

Isab. Nu insto á tu curiosidad que por sí misma lo vea^

porque sé q »e no ha de haber en tu pecho resistencia.Dftx.indo aparte el horror, el pesar y ia tristeza que causaba el A lm iraate arru jido entre cadenas, languido , mustio , extenuado, desfallecido y sin fuerzas, cuWerto de llanto amargo, y sumergido entre penas, por verse de la calumnia y de la Impostura pre&a el estado deplorable de su casa , su pobreza, el menage sin adorno, las paredes descubiertas sin asientos , unos lecbos miserables , y (oda ella descubriendo adversidad y miseria , manifiesta que soa las riquezas suyas por la iniquidad supuestas, y quien miente en esto , juzgo que en lo demás también mienta.A qu í hay tramas., y es preciso descubrirlas con cautela, para lo* qual me parece • que debemos dar audiencia al A lm irante , escucharle, manifestarle las quexas que hay contra é l , los sugetos, que su proceder condenan.Y todo esto debe hacerse con m^duréz , en presencia de los indios , de Vallejo, y G 'jn«alo. Una materia t in delicada como es quitar la hoara y la hacienda á un hombre, á quieti ha debid* Castilla tanta iiueza, es menester meditarla con precaución. Las edades, bien ssbes que nos presentan ex<;mplos , en que debemos prevsuUiiOS de cautela contra la asechanza. Ua hombre que cen apiauso gobierna, siempre es envidiado , siempre tiene quien su ruina intenta.Y ssi para discernir de una vez esta materia y castigar , ó premiar

D á

í aquellos que lo mercrícan, voy hacer jlamar al puiito, á qiiantcs rienea en ella ia rercs , ó conexion^ para dexar satisfeci^ la gratÍM)c! , ia justicii, la iiiakiad , y la in<x;e'fict.i.

Fern . Quanto nip-s la adversidad (iel Aiiuirante exágsrac, ñus nie coi>funilo , y del alnia crece n;as y mas ía pena.2 Pero los in d ios, V a lie jo ,RoKián, B obad illa , Oj-.da, y todos no certifican su iniquidad , no contextan en que ha hecho unos excesos que horrorizan? Isab^a, mira que la indigaidad de los hoQibres , de apariencias usa para dis^'^zar coa la íiccion sus iJéas^ y quien sabe si Colou...

I to b . N o prosigas; cesa , cesa, que Go caben en Ce.'oa ni en su fam ilia esas tretas. Aunque nacida del trono en la .delicia , la deuda de ser H »yna , y de ser madre de mis pueblos me ha hecho vea desde la casa mas aira ú ia casa mas pequeRa;¡ y en éstas quantos lemUantes^he visto de )a maneraque el de íq muger , é hijos iKetratada en ellos llevanía irrigcn de la hambre , si,en ellos se manifiesta6 U infidelidad. Fern . S i notoalguna idèa siniestraen Bobadilla y en quantostisra pesquisa manejan,por. tus o jo s , Isabel,que han de ver de mí Cerezael castigo mas atroz.Ha ntas horrible seritcncia; que para mi no bay delito, oías grande , ni que mas sienta, que el que hace la iniquidad quaildo culpa á la Inocencia.

l ia i ) . No dudes, que aqui ha^ resortes que la ruina fomentan dei descubridor de Indias.

F ern , Com o llegue mi enfereza á penetrarlos , bien prOQto desbarataré su idea»

lia/;. Con verte iocliaado á oírle se tranquiliza mi pena.¿ Conoces ahora , Fernando, que á no ser m i resistencia en decretar su castigo nuestra g loría estaba ex,puesta á haber sido obscurecida por una injusta sentencia?

Fern . Pero los cargos...Isa f '. D e todo

nú pecho se lisongea,que .‘>emos de salir , juntando^á todos, con ligerezaharé llamar á Colon,tú haz llamar á los que restau.

F ern . Esfá bieo,Jsab, Fernando m io,

tu dirás que soy molesta en administrar jiis’ icia: pero d i » e ¿el Juez que yerra en un castigo , por mas que el yerro subsanar quiera despues , puede resarcir los daños de la sentencia ?N o puede , de mi reynado no quiero que se refiera, que martirizó el suplicio alguna vez la iaocencia. vote .

F ern . S i la R eyna consiguiese trastornar todo el sistèma del asunto de Colon daría al mundo una prueba nada equivoca del pulso del exámen y cautela, que ha de tener aquel hombre que los delitos refrena de los demás hotpbres. Pero Gonzalo y Valleja. llegan, quiero mostrarme con ellos grave , por si manifiestan ser culpados. ^

Sale GonzaÍo Gómez y P 'aU ejo ,

G ú rz . Gran sefior.F ern . ¿ Qué queréis ?Alons. ¡C cn qué aspereza

nos habla el R ey ! ¿ Qué será ?F e tn . D ices que hay uua caterva

«te

de íníqtios que se ha propuesto ievantar á la inoceacia de ^ i o n , quaotos delitos Je ¿criminan , con la idea de confundirle en la infamia, y abismarle en la pobreza, y quisiera averiguar si esrais metidos en ella.

Gonz. ííosotros, Sefior ? ¿ N osotroí ? Tan solo en esta materia tenemos parte por dar cumplimiento á nuestra denda, y por lo que al real decore de vuestra A lteza interesa: y asi por haber cumplido, por deservido se muestra« vuestro poder , desde luego renunciaremos á vuestras plantas el penoso cargoj pero coa la dura pena de ver que los ricos reynos que canto á Castilla cuestan, de la ambición de Colon van á ser infiims presa.Pero pues vos lo quereis, falta de respeto fuera intentarlo remediar, y solo porque no pueda á nuestra fídelidad reconvenir vuestra A lteza j le diremos , una vec *que impuso á nuestra obediencia, que ezáminasemos cautos si eran cicrcas sus riquezas; que un sin fin de barras de oro en el subterráneo encierra de su casa : y que en poder del Asistente se encuentra una sortija , que dicen que vale sumas inmensas, la qual , pensando era hurtada, fué detenida al venderla.

F erti. ¿ M e engafiais ?Alons. ¿ Hay mas que vos

con la m ayor diligencia paséis á verlo ? F ern . M uy bíenj pero sino se coií^prueba, ved que hay verdugo en Sevilla y eñ vuestros hombros cabeza, vase,

Gcaz. A y como te m o , V alle jo , que á un precipicio me Jleva. Bobadilla.

A ío ftr. N o temáis: el acaso de la venta de la sortija , proteje iras que pensáis nuestra empresa. Las barras de oro , y o mismo con mis criados por la rexa del subterráneo que dá dentro de su misma puerta, las introduce. Y aunque las destinó la fineza del am igo para vos, nte he querido valer de ellas para este fin , porque hay tiempos en que por las venideras dichas se han de posponer las presentes. Con que en esta inteligencia , no debe desmayar vuestra entereza.

Gonz. Sin embargo Pero el R ey parece que nos espera.

/llons. Vamos , que de la fortuna triunfará nuestra cautela. vate.

Cata p o b re : salen Colon , D ieg o áez , Felipa y e l niño ; áespues de re - cwiQcer Colon con admiración y tris te -’

xa la casa , susp ira , alza ¡os ojos, m ira ó l^oña F e lip a ¡ y Ifíeg^o

abraza a l niño.

Col. H ijo de mi corazon, esa que ves es la herencia que te ha adquirido tu padre en Indias, S i : ia miseria, la miseria es el ornato, la comodidad y hacienda que te dexará ; j á qué extrem * h » llegado la pobreza de mi casa! N o , no acuses á Fe lipa . de omisien , ni de tibieza el haber enteramente olvidado las remesas: bien me acordaba. Los vites que á tomarme residencia fueron , todos mis efectos, fnis equipages y haciendas me quifáron. Con decirte que tan solo estas funestas ropas me dcxáron , puedes imaginar su inclemencia, y además , como año y medie estuve en cárceles fieras,

D a ‘ sis

zQ

siD frato , 110 pude á n-dìe decir que te socorriera.A y Fei'pa , que oo sabes ]as lástimas, y miserias d « tu esposo , ni es posible que referirrelas pueda sin que. mis tristes soHbzos tiie ancgu<;n entru mis pensi .Pa^os del Qnundo... ¿ V los grillos ?

F c h IJsxa memoria» funestas y consu«’ate. ¿T u s t:osas no !as tomó por su cuenta la Reyna ?

Coi. Si no fuera eso,¿qu é fuera de nii existencia? eo la Reyna ini desdicha aUvio encontrar espera,

. y en el R ey tauibien , despues que averigü«* mi inucenciai y aurujue tí^ne malos Jados.«.I Pero qué es esto ! ¿Quién entra ?

Süle Mendo.

M endo. Y o , Cokm , que vengo á daros una noticia muy buena, de la quat de vuestros brazos le abraza albricias mi amor «spera.

C d. ¿ Y qual es ?Menda. Con Ja alegría

se c iv ida 'e l discurso de ella»Tom ad , tomad esrp don

h e dá un o o t t i lh . de parte de Tuestra Reyna.

Cvi. ¿L * Reyna me envía esto ?Mendo. Si.Ceh I Oh benéfica Princesa !

La$ lágrin-as que derramo, mi gratitud manifiestan.> iljo , Felipa y tú , D iego , mostrad que vuestra ternesa estima el don , y al Señor, con fervorosas endechas, suplicad que extienda el brazo de su grande omnipotencia sobre Ja Reyna. Dirás de parte mia á so Alteza...M ecdo , no la digas nada, sino que es tanta la fuerza del placer , que enagenadas tengo todas mis potencias.^ D iego Meodez , s o a\e abrazas t

Mend. A l veros de esa marera estoy fiicra de mi j pero os abrazaré.

M erd o. O tra nueva. ^aun traigo mejor.

Col. 2 Qué dices ?Mendo. Que os dan Jos Reyes audieiwla

en pubiico para oiros.Cc¡. j Quánto ei alma lo celebra 1Menno. Y asi, quando vos queráis

hííced esa diJigencia; y á D io s , y de vu'^stra dicha me doy mil enhor bueras. vote.

F e l. ¿Ves cómo ya ó Cf nsolarie empieza la Providencia?

Cql. Ya lo veo , y asi mismo veo , que al cabo no deia en manos de la malicia pa.'ccer á Ja iaocencis.

M eti'i. ¿ Y quando vais al A lcazar á ver al R ey y á ia Reyna V

Coi. I Quando! Ahora mismo. ¿Mas cómo i f podré , si la vileza 'de mis contrarios , las armas, las ropas , y las preseas me contiscó ? De esta suerte no es posible que me pueda presentar...

Me**d. Si de las mias,aunque están de ollin cubiertas,08 quereis valer , tomiidlas y ‘ agradecedme la oferta, que la espada y eJ cabaiJo^o i al amigo se le presta.

S e las quita t y se las dá.

Col. £n un todo que me estimas,D iego Mendez , manifiestas.

M end. Lo que siento es oo poder mostrarlo de otra manera, pero pues os doy la espada, que es lo que mas mi nobJeza estimaba , agradeced por el don mi fé sincera.

Col. A D io s , Felipa, á Dios, h ijo , á D ios , amigo : con tiernas voces , nacidas del alma, á Dios pedid que proteja mi virtud^ que infunda esfuerzo á mis voces , eloqueiicia á mis palabras j q-ue toque

de

de los dioses d< la tierra e! corazon (jiic hagí me' oigau con benignidad , y crean mis verdaJcs , mis razcnes, m i Integ.'dad , é incccncia, para que püeda con esto xeruediar vuestra miseria^ y otra vez recuperar aquel honor y noble2a, con (jue se adorii^in ios hombres ^ae de honibies de bien se precian.

V e l. V é confiado , que de Dios implorarán la asistencia nu<?stras plegarias. Mend. Andad,- que aunque tengo á la gineia los cascas, y rezo poco, rezaré io que se ofrezca por vos.

Coi. E i Sefior os oiga, según m i fé se lo ruega.

F e l . A Dios , y permita ei cíelo que justificado vuelvas.

Coi, i Pero quiéa vá ?

Salen e t R ey y G o iixa h Gómez con Guardias.

Wern. Y o . Col. Sefior::- F e l. La vista del R ey me dexa

sorprendida. Coi. Perdonad-sino ha ido mi obediencia á ponerse á vuestros pies, y á 'daros gracias...

Wern. Entregade las piezas excusada« las llaves á toda priesa, y ven conniigo. F e l. Sefior» todas las teneis abiertas.

M end. M i R ey , coaio aquí no hay nada, no hay p c^ u e cerrur las puertas.

F e l. Solo un subterráneo obscuro, cuya llave no se encuentra,, es e) cerrado.

F e r » . Está bien.Esto mismo manifiesta su ocultacicn. ¿Dónde está ?

M end. D ebajo de la escalera^ y por si pensáis hallar en él a lgm as riquezas, y o mismo de un puntapié cebaré la puerta á tierra.

F ern . V e o id , CoIoq. Tu , Gonzalo,

vé por luces. vase.Gonz. Las idéas

de Va lie jo , han de teoer >oi> efectos que desea. vase,

r 'e l. Este suceso otra vezvuelve á sumergirme en penas, vuelve á anegarme en congojas, y á confindirm e en miserias.D e tus padres , h ijo mío, vá de nuevo tu terneza á participar del llanto', de la amargura y tristeza.A s í como las futuras sucesiones en diversas casas , por las precedentes sobre las demás se elevan, y consiguen esa pompa que el mundo liama grandeza, en la tuya , habiendo hecho tu padre tantas proezas, no verás verificada:;:Pero si verás... L a Reyna es piadosa. El R ey es justo.D ios existe > y la inocencia no abandona; con que asi no desmayen tus ternezas, que por tí en ilustres casas ha de brillar'la grandeza, vase.

Subterráneo con puerta- que cae hicha pedí.zos. Salen e l Rey , Colon , D iego M endez , Gonzalo Gómez , y Guardias

con huchas encendidas. A un lado kubtá hartas de oro.

M end. Entrad , una vez que ya os dejé la puerta abierta.

Fern . í'arece que receláis.Colon. Col. Como siempre asesta sus tiros la iniquidad contra mi , el pecho recela.-

F ern . El que es inocente nunca debe temer sus violencias.

Col. Siendo inocente , Señor, he gemido entre cadenas.

Fern . Está muy bieo , registremos con prolixidad la cueva.

C^l Mucha envidia hay escondida.- Ha , si- los Reyes tubieran un don especial de Dios para sondear las idéas de los hombres, la tisonja

tan-i*-

cantos estragos no hiciera. ---•*»'Fern, ¿ Pero que es esto ?OrOUTíf (Ja tesoro

en barras de oro se eacuentra aqai escondido.

F e rn , ; Hasta adondese extienden las apariencias de >os hombres ! ¡t^ué maldad!¿ es aquesta tu miseria ?¿ H ipócrita , codicioso, te persuades que con tretas has de engañar á tu R ey co:iio engañas á la R eyn a?Confúndete en Cu delito ,)ienat.c de espanto , y tiembla 9¡ ver tus iaiquidades por mi mismo descubiertas.¿Te turbas? ¿T e bas confundido ?¿ D e tu parcial te entregas en los brazos ? E l pesar, el dolor que maaiñestas, debi9£ .tenerle ántes de comsr^er tal vileza.•Gonzalo , haz sacar ese oro para que Isabel lo vea, y dispon que su persona e.} su misma casa presa quede Cea guardias de vista, miéatr¿& se dá la sentencia.Para engañar á los Reyes ¡quánto ia malicia inventa! vate,

Mend. O el espíritu maligno anda por a q u í, y desea confundir á este varoo, ó yo nd sé c6 mo en esta escancia había aquel oro.¿ Sefior ? ¿ Sefior ?

Col. Dd la eternanoche en que me ha sumergido Ja maiignidad perversa,¿ quién me llama ? A m igo Mendez, responde por m i á su A lteza , si el oro que ha? descubierto en las Indias mía tareas oculté jiiniás... mas yo se lo diré... En vano inteata decírselo m i pesar .quando se fué. Si á la Reyna le dice , que halló en mi casa oculta tanca riqueza,¿qué dirá ? ¿ Qué ha de decir ? que ias maldades son ciertas,

que soft ciertos lAs delitos que me imputan. Consideras ¿ cómo la perfidia habrá introducido en la coeva ese perverso testigo, esa abominable prueba contra mi honor % A l tnirar que mi inocencia se encuentra vulaerada ; que ei oprobio cubrirá de infamia eteroa mi nombre , aquel nombre á qyieoi la edad rendirla ofrendas, á no ser esta calumnia, e í corazon se me llena de uQ terror que me confunde, de ua pasmo que me amedrenta; los quales ( ¡ a y de mi triste ! ) tacto de mi me enagenan, que me parece que escucho p ro ferir las voces negras á los seres que ios tiempos propagarán „ las proezas ,, memorables , las hazañas,„ las Inauditas empresas ,, que hizo Colon , quando fuá „ á descubrir nuevás tierras „ al Occidente , no fueron ,, nacidas de su fineza ,, ni de su amor á Castilla,, , le m ovió tan solo á hacerlas ,, la codicia y el deseo „ de llenarse de riquezas.Esto los seres diránque el mundo entonces mantenga,quando vean el sepulcroen que descansen mis yerta*cenizas. A m igo Mendez,compadece las miseriasde tu xefe ; sus desdichas,sus adversidades Aeras.Duelete de sus trabajos, de sus viages y tormentas al m irar que la fortuna le ofrece por recOn^pénsa una prisión afreatósa, unas iniquas cadenas, y una fama la mas v il mas abominable, y hegra- que la que tieoea aquellos q^ue por malos sé déstestaii.

S a -

Salón Corto de p a la c io , salen Isa be l y Mendo.

Isab, ¿ Tanta**íá sid® la alegría que {oda la casa encera de Colon ha demostrado con cu visita? Mendo. Quisiera h&liar voces qoe bastasen á referir la tercezu y alegria que reynaba e a todos. La ccruplacencia que he tenido en iiaber sido el nuncio de aquella nueva excede á toda alegria, á todo placer supera.

Isab , ¡ Qué poco á los Soberanos hacerse aniables les cuesta \Y si no j costadolograr la benevolencia de estas gentes ? Querer solo, manifestar mi grandeza.Las dadiv&s y los auxilios, que distribuyen las diestras de los Reyes , soa las palmas, los laureles que ellas mesmas Ies buscan para elogiarlos y ceñir sus sienes regias.¿ Creías tú , sin embargo de los testigos y pruebas, capáz á Colon de hacer iniquidades tan üeras ?

Mendo. Siempre dudaba, Señora que en su corazon cupieran culpas tan eno'’mes. Isab. ¿Pero le dixiste que viniera á dar sus descargos , y ^que le dabamos audiencia?

M endo. S i , Señara.I ta b . Hstoy deseando

con impaciencia que v e n ^ , por ver sus acusadores iniquos , como le prueban que tiene tantxis tesoros, que oculta tantas riquezas; quando su fam ilia y casa lo contrario mani^estan: veremos pues con que fía,(qu itado el 4 ? r iqu eza )¿ izo lo que Bcoadilla CQ su casa aianifiesta.A%aí ¿ M eado bay eacerradu^

ffiuphas perfidias secretas^ y como las averigüe

'h a de hacer ver mi entereza, que oo dexo por la gracia de ser recta y justiciera. Pero el R ey dónde estará ?

Mendo. Sino me engaño , su A lte z » viene coa Gonzalo y otros.

Salen Fernando , Gonzalo y Guardiate uno traerá una barro de ora,

F ern . En su quarto está la Reyna. Gonzalo , esa barra de oro á cu Seüora presentí.

G o »z . EJ R ey manda que presenté á vuestra persona excelsa este oro. Isab. ¿M as coc que fia ? Explícam e tus ideas,Fernando. F e n :. Despejad todos*

Is a b . ¿En esto que manifiestas ?F ern . Que consideres si es justo

que en tanto que se desinembraa Cus estados de vasallos, de víveres y de rentas para despobrir las Indias, y establecer la creencia verdadera de tus padres^ los descubridores de ellas, por descubrirlas no mas s». tomsn la recompensa por sí mismos , y que se hagan ricos á nuestras expensas, quando « 1 erario por ello tan empeñado se encuentra,

Isab. N o es justo.F ern . Pues sino es justo,

vé de castigar severa á quien tenia en su caSa ocultas con ia miseria una porcion muy notable *

• de estas producciones bellas; y de tu credulidad en adelante escarmienta. vate,.

Isab. ¿ Qué es esto ? g Qué significan reconvenciones tan serias ?¿En quiéi^ el R ey habrá halladoel cúiiHiIo de riquezasque dice ? ¿ Será en Colon ?¿Cómo es daWe que las tenga quando por mis mismos ojos, he observado sa miseria ?

S i

Si en está parte... Confusa me ha dexado la sorpresa de Fernando, y con el cuerpo del de lito me argumenta, que es lo peor. ¿ (¿ué he de hacer ?Que ]ior mas q<ue de mi idea quiero apartar todo indicio, toda señal y sospecha sobre Colon , sobre él mismo Ja idea !as manifiesta.2 Pero qu 3 es esto? Hácia a^ul con J.a mayor diiigencía»

SffU Diego Menáez opreturadé.

viene Mendez. g Qué traéis, que venís con tanta priesa ?

AdenJ. ¿Qae he de traer? Que para entrar siempre oie cuesta quimeras) portjue el bueno de Gonzalo jio quiere que hable ni vea ¿ tnis Reyes , y yo que no sé lo que es etiqueta me zampo á v e r lo s , y ahora porque no me detuviera . vine corriendo , porque urg« que vuestra A lteza proteja al Alm irante , y de no se morirá de tristeza.

l ío b . ¿ Pues que hay ?M ena, Que queráis que haya,

mas trabajos y miserias contra él. £J R ey iia hallado im gran tesoro en su cueva, y boro á briós que no es suyo.

Is-ih. Ya descubrí su asp^^reza, ap.¿ Pues de quién es ?

Mend. Juraríaque esto hQ sido una v i! treta d 9 que se vale la infamia para apoyar sus idea;.

Ita b . ¿ Con qué en su casa se ha hallado ei tesoro ?

M e »d . Pero en ejla.<e ha introducido por mano á'S (os que su ruina intentas.

J íf l í . ¿ L o visteis vos ?M o n i. N o Señora,

pero no es de otra manera, porque mi xefe fS honrado, y vuestras minas respeta.

Jsfii. £stá bien. M endo Zorrilla ,

S a U M endo. celebro mucho que vengas, porque tengo que dec>’’^e.

Mend. ¿ Qtié dirá á Mendo la Reyna t Con tal recato le habla, que no puedo de sus señas deducir nada. En su rostro solamente se penetra una confusion mezclada del enojo y la fiereza.

M endo. Vuestros mandatos , Señora va á executar mi obediencia. vnse.

Mend. ¿ Qué te d iré al Alm irante ?Isab. Id con Dios. Y o haré que veaa

C astilla , A ragón , y ei mundo del modo que en una empresa tan delicada procede el R ey que acertar desea; y haré ver también á todos que sé castigar severa.Y así los que resultaren culpades , de mi entereza teman el rigor , las iras, el enojo y la violencia: pues el trabajo que déa ías infinitas contiendas que se suscitan , haré que recaiga en sus cabezas.Pero no , que no es trabajoe! trabajo que se empleaen ventilar un delito,sino obligación y deuda,del que tiene á su cuidadola fiel balanza de Astréa. vasf.

Mend- Y a está visto que lograr no be de poder cosa buena para mi xefe ; y así yo no le doy la respuesta.Pero veré indagar las órdenes que la Reyna ha dado á Meodo. So cefio, su desusada fiereza, el corazon angustiado, me ha llenado de sospechas.¿Pero qué m iro ? Gonzalo se dirige hácia la Audiisncía. y no quisiera , en verdad, que en este sitio giju viera, por RO tener mis enojos otra vez con él pendencia^ que si una vez e l respeto pone freno á m i soberbia^

tan-

tanto puede apretar , tanto que ha de. hacer saltar la cuerda.Pero yo aunque soy así ]o evitaré qaaato pueda, por no faltar al sagrado que debo á estas salas regias» vate-

Saion rea l de palacio con cortina en dio que tí su tiempo te correrà y m ani- fes íu rá en e l trono á los Reyes ; a i lado de é l habrá una meta con papeles y

uno barra de oto. S a le Gonzalo Gómez,

Gonz. I Con qué fin habrá mandado ia Reyna que al saion venga?N o lo entiendo , pues á nadie en s » recinro se encuentra.¿ Si qu errá , desengañadade C oion , viendo la pruebaque á su Alreza presentédarme alguna reconipen.<>a fBien puede ser ; porque hasta ahora,de quien servida ser piensaRu ha olvidado los servicios»Por otra parte la idèa de la introducción del oro, y la nulidad que encierran los cargos , de sobresaltos y cié temores me llena.Pero Vallejo n© viene todavía con la piedra exquisita que en poder dei Asistente se eacuenCra, y que ha sido detenida al tiempo ds ir á venderla.¿Qué podrá ser ? Quánto duda« quanto se afana y recela aquel mortal que eí delito le hace en el discurso guerra.¿Pero qué es esto ? Los indios también hácia aquá se acercan.Con su venida el temor de mi corazon se aumenta.

S a le Z i r a y Tecumbu.

Z i r . ¿Los Reyes qué nos querrán?Tec. No nos toca , Z ira bella, ^

exáminarlo , oos toca obeJecer coa fé ciega.

Gonz. ¿ Quién aijuí os manda reo ir .t

Tec. Sefior Gonzalo , la Reyna.Z i r , ¿ Qué no acerta is , Don Gonzalo,

que cosa en las Europeas me enfada mas t

Gonz. ¿Q u á l?Z i r . El luto

de algunas viudas que quedan ricas , por muerte de un v ie jo; porque es 6 ccion manifiesta aparentar con el luto, que sienten lo que celebran.

Tec. Calla , Zira , que en el rnunde hay cosas malas y buenas, y todo el muado es pais en semejantes materias.

Gonz. Pero Coloa : su venida dá á mis temores mas fuerza.

Sale Colon y guord ia t.

CoL Una vez que para oírme me dan los Reyes aHdiencia, ya no temo de la muerte la malignidad perversa.¡Mas Don Gonzalo 1 |Ay de m il A l verle el pecho se yela.¿Pero qué temo , teniendo en mi favor la inocencia ?

Sote Mendez.

M end. Vengo siguiendo á mi amigo para ver donde le llevan.

Z i r . Siendo tan buenos los Reyes,¿ porqué de una vez no sueltaa al AloiiraRte t

Tec. N o sé;ni es bien hecho que se atreva á penetiar sus arcanos el hombre que los respeta«

S a le ¡Vendo.

Mendo. Una vez que Colon vino, y están todos Us que ordena la Keyna en ia sala , voy con la mayor d lligesc ia :;:-

Gonz. Don Mendo , no me diréis ¿ con qué fines ea la audieacia n»s junta la Reyna ?

Metido Ahora os lo dirán, sus Altezas*

E B es -

D es c ifre la cortina y aparecen h s Reyes en e l trono con guardias.

Col. M is Reyes , Reyes iuvictos, tutelares de la tierra,i vuestras pUntas se humil!& el viruperto y Ja bsfa de ta fortuna á itrtp'orar toáa la piedad entera que en vos reside , que toda la ha meaester su inocencia para salir del estado «miserable en que se encuentra»

Isab . Alza. Y para que ninguno, piteda tener de nti quexa, ni decir que yo procedo (s in embargo de lás pruebas y del tesoro que el R ey encontró entre tu m iser ia ) con figereza , pretendo que aquí nnismo te defieBdas á la visca ds los indios que tu delito comprueban, y satisfagas á todos ,. si satisfacción encuentras.

Col. A todos satisfaré;pero ántes que mi inocencia principie , quatro recuerdos voy á hacer á sus A lie «rs .

F ern . Hazlos. tíonz. {Quánto recelaba

el corazon esta Audiencia !CoL E l primer recuerdo es,

que propuso mi üneza, antes que n ad ie , á Castilla los medios de engrandecerla.£ 1 segundo es , que olvidando lüs riesgos y las torm<»Btas, en ui> mar desconocido con solas tres carabelas me entregué , y que á los tres meses, despues de muchas tareas, descubrí á san Salvador, la Fernandina é Isabela, nombres que puse á las Islas en honor de cuyas eran, y qoe acreditan que )0 no pensaba en poseerlas.£ ] tercero es , que despues que dexé dispuesto eo ellas iiQ a e c e u c io , á CastiUa

vine á d^r Je todo cuenta; hecho que de mi ambición justificado me dexa.Y el quario es , que por m i medio vuestras Altszas se encuentran los UejKS mas poderosos del ámcito de la tierra.

Isüb. ü&tá bien , y en >a memoria los U iid ii! nu'-stra grandeza.

F á f« . P f io es fuerza os defendáis de Jos aelitos que os pru ban.

Col. Con ios i'íd ios q je aquí están defenderé mi inocencia.Los indios que envié á Espafia jüzgo es la culpa primera.

Isúb. A s í es.C cl, ¿ Los tales iadios

no vulvie-on i su tierra ?Tec. S i , Señor , y allí ensefiabaa

la Religión verdadera que aquí aprendiéroo.

€ot. Para estohice que á Espafia vinieran.La otra ha de <'ér, que á la horca condené con saña ñera á ciento y tre.nta españoles:¿ porque les di esa seutencia ?

Z i r . Por rebeldes , y porque os htciéron mil ofensas

C ol. La otra es , que oo pagaba los sueldos. 3 Tenia rentas para hacerlo* responded.

Tec. Como estaban tan revueltas las islas , ningún isleño pagaba ai R ey las gabelas, y por eso el Alm irante carecía de moneda. <

Col. La otra ba de ser , que al jap fo £0 daba la meoor pena.¿Q ué soldados se entregárdn á ese exceso ? Z i r . Los de Ojeda, quando en vuestra ausencia faiciéroa atrocidades tan fieras.

Col. La otra es , que castigaba con la mas severa pena6 los que manifestaban las minas. ¿ Y eso porque era?

Tec. Porque habia revoltosos que se mataban en ellas por saquearlas. Col. Estos cargos me parece que ya quedaa . * saü&fechvs. Y si otros

que hacernto'4 « noeuQ quedan considerad que su culpa no la c(HU9 ti COA plena voluntad , y que merece disculpa todo yerrade est» manera , y si acaso me hacer, digno de la pena, espero que m i» viages, mis fa tigas, íd í$ e^}prcsa$| mis prisiones y trabajos, sirvan hoy de medianeras para obtener un perdón digno d^ vuestra grandeza.

"fern. ¿ Y las barras de oro ?Isah. I Aun dudas ?F ern . Calia y dexa á misca^teJas.

¿ Y las barras de oro , dime, que se hallaron en tu cueva ?

Coi, Os juro por san Fernando,^ue DO supe jamás de ellas^ y que mi pobre fam ilia se baila en ia mayor miseria.

Isab. ¿Quién te dló parce Gonzalo, de encontrarse estas riquezas en la casa de Colon ?

Gonz. Una vez que han sido ciertas, me parece que::- Isab. iQuién fué? D ilo f ó mis enojos tiembla«

Se levanta.Gontt, Valiejo.Isab . ¿ Y en dónde está ¥Gonz. A q u i , gran Señora, llega.

<5 *0 / C a lle jo con ¡a sortija que d t i fa Reyna á M endez.

jílon s . Perdonad si con la alhaja que acredita las riquezas del Alm irante , he faltado*¿ Pero cómo aqu¿ se eqcuentra ? '

Jiab. Venga acá. ¡ Pero qué m iro ! ¿Habrá iniquidad mas fie ra?£ s t » es aqbeNa sortija ^iie dió-á Mendez mi clemencia«

Fern* ¿ Qué te sorprende ì Isab , ¿ Conoces

cuya esta sortija era ?F ern . Damela,A k n t . ¿ Qué es esto ?Gonz. HaDer op,

«ido i C< loa la Reyaa.

F ef^ . E su alhaja es taya , y todd impostura manifiesta.

Isab. C;iUa , que yo á los traydores quiero castigar severa.

Fern , ¿ D e qué suerte ?Isab.- D e est^ suerte.

Venid conmigo, á esa pieza contigua , que con los dos quiero tratar la sentencia que he de dar á unos delitos de tan grandes cunseqüencias.

F ern . ¿ N o veáis ?Alons. Y a obedecemos.Gonz, Cercado voy de sospechas*

léanse con M e a d o , y sale D oña Felipa »

F e l , I Dónde está mi esposo? ¿Esposo, te ha escuchado la clemencia de los Reyes ?

Col. S í , Felipa.F e l. ¿Q u é resultó? N o me tengas

padeciendo.M end. N o se sabe,

estamos como alma en pena; pero discurro , Sefiora, que saldremos bien por fuerza-, p orq je ei A lm irante ha Lecho una asombrosa defensa.

F e l. Y o estoy persuadida , esposo, que ha de triuafar la inocencia»

Col. Z ira , Tecumba , agradezco entrañablemente vuestras deposiciones.

Tec. Nosotroshemos dicho la certeza de quanto pasó , y si ántes;:-

Sale Isab. O ye , Colon , tu sentencia.' F e l . Su sentencia , ¿ qué decís ?

Co/J y F e l. Piedad , piedad, y merezca:;*Isab » A lzad , Duque de Veraguas^

y dexad que mi fineza esta joya en vuestro pecho os ponga por re<c;ípensa.Para vos y vuestros hijos • os hago gracia perpetua del Alm irantazgo de Indias.¿Quereis mas de vuestra Reyna ?

Fern , Ahora á m i me toca darte «atisfacciao. ¿ B(k>ta esta ?

3 <íSaca Menáo á l^ a íh jo y Gonaalo con

g r illo s .

T od o Sevilla te vió inocente entre cadenas, y todo el mondo culpados los verá á eUos entre ellas.

A lo n t. Sefior , Bobadilla fo é ..- F ern . N i él ni vosotros, clemencia

mereceis ; una prisión obtendréis los tres perpetua.

Col. Sefior, si mis m egos pueden::«Ita b . N o se vence m i entereza;

llevadlos.Fern . Vten á mis brazos,

y en ellos templa tus penas.I ta b . Capitan , vuestra lealtad

sabré atender como Re^na, y tomad vntfstra sortija; pero extraño: -

M^nd. M i ternezase la dió á Dofia Felipa para aliviar su miseria.

F e l. Y yo á este fin envié á una muger á venderla; y pensando que era hurtada se detuvo.

I ta b . ¡ Qué extrafieia I¿ Y vosotros , por que causa en la información primera no dixisteis io que ahora ?

Z i r . £ l tem or::- nuestra rudeia ::- y e l habernos preveutdo::-

I ta b . Todo aqui han sido cautelas. Pero pues eÉ cielo quiso que por mí se descubrieran: disfruta de las bondades que su piedad te franquea, al ver qu<> por este mecido se acrisoló tu inocencia.

C ol. Y los héroes a la vista de est« trágico Poema, eo sus virtudes prosigan; la persecución no teman::-

Tod. Que la verdid siempre triunfa por mas qu« se la ooscureaca.

F I N.

C O N h í C ^ N C Í A .

Barcelona : Efl la Ofícina de JUAN FR A N C ISC O PIPERRER« Impresor de S» M .; véndese en su Librería adminUcrada

por Juan Sellent.