cine a la calle

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Cine a la calle, un verdadero proyecto de ciudad en Barranquilla Por Danny González Cueto Contando unos 10 años, tal vez en los años ochenta, recuerdo a mi tío Edgardo Cueto llevándome a ver películas al aire libre en el teatro a cielo abierto conocido como “El Bolívar”. Todo era muy raro, porque la aventura se fue volviendo un programa con travesuras que incluía subirse al puente de la carrera 22 con los amigos de la cuadra, y tener desde allí total visibilidad a la gran pantalla de “El Bolívar”, en ese cruce de caminos que han sido siempre los barrios San José, Alfonso López, Montes y La Unión. Mi formación audiovisual se constituyó así yendo a los teatros a cielo abierto, viendo las películas transmitidas en la televisión nacional –entonces con una programación bien seleccionada en sólo tres canales-, la aparición de Linterna Mágica –antecedente del proyecto de la actual Cinemateca del Caribe, que era un espacio del canal regional Telecaribe-, las tiendas de alquiler de videos con los formatos en VHS, y después en DVD, especialmente Video- Tarzam -que tenía sucursales en varios puntos de la ciudad-, y las

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Sobre Cine a la calle en sus 15 años

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Page 1: Cine a la calle

Cine a la calle, un verdadero proyecto de ciudad en Barranquilla

Por Danny González Cueto

Contando unos 10 años, tal vez en los años ochenta, recuerdo a mi tío Edgardo Cueto

llevándome a ver películas al aire libre en el teatro a cielo abierto conocido como “El Bolívar”.

Todo era muy raro, porque la aventura se fue volviendo un programa con travesuras que

incluía subirse al puente de la carrera 22 con los amigos de la cuadra, y tener desde allí total

visibilidad a la gran pantalla de “El Bolívar”, en ese cruce de caminos que han sido siempre los

barrios San José, Alfonso López, Montes y La Unión.

Mi formación audiovisual se constituyó así yendo a los teatros a cielo abierto, viendo las

películas transmitidas en la televisión nacional –entonces con una programación bien

seleccionada en sólo tres canales-, la aparición de Linterna Mágica –antecedente del proyecto

de la actual Cinemateca del Caribe, que era un espacio del canal regional Telecaribe-, las

tiendas de alquiler de videos con los formatos en VHS, y después en DVD, especialmente

Video-Tarzam -que tenía sucursales en varios puntos de la ciudad-, y las maravillosas salas de

cine como el Metro –en la cual vi mi primera película llevado por mi madre y en más de una

ocasión con mi tía Rocío Cueto-, el Colón, los ABC y el Capri. Si algo queda de todo ese proceso

formativo, se debe fundamentalmente a la forma en la que el cine llegó a todos en la calle.

Durante las sesiones de diferentes espacios dedicados a los cineclubes, conocí a un colectivo

de jóvenes realizadores inquietos por lo audiovisual, entre quienes podría mencionar a Diego

De la Rosa y a Harold Ospina. No podría menos que decir que ya se vislumbraba en el

horizonte un proyecto que hoy cumple 15 años, y que ha logrado convertirse en un verdadero

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proyecto de ciudad, el Festival Internacional de Cortometrajes Cine a la Calle. El escenario que

la memoria recuerda me muestra que el primer escenario en que el que viví una función del

festival fue sin duda la Plaza de la Paz, un proyecto inacabado que debería llegar según sus

impulsores, hasta donde hoy queda el Banco de la República. Más que plaza, un parque que

Barranquilla se merece desde hace décadas. Aún en medio de esa realidad, ha sido Cine a la

Calle el proyecto que le dio sentido a esa “Plaza”.

Cine a la Calle devolvió en estos quince años, el espíritu de las proyecciones al aire libre, muy

comunes en la Barranquilla de los años setentas y ochentas, cuando la fiebre de los cineclubes

inundaba los teatros de barrio, y desde su planteamiento valida el uso del espacio público

como faceta clave para el desarrollo cultural. Contrasta con la medida –de algún “gurú” de los

negocios- que acabó con los cines de barrio y encapsuló a todo el mundo en los malls con aire

acondicionado por metro cuadrado, como si la ciudad hubiera caído en manos de un Mr.

Freeze. Cinéfilos y público de todas las edades en diferentes sectores de la ciudad, vencen hoy

la estratificación social, y acuden a las proyecciones con entrada libre que la Fundación

organiza con el apoyo de diferentes patrocinadores.

Cuando las proyecciones de Cine a la Calle den inicio, evocaré el alma de la Barranquilla que

veía cine en los teatros a cielo abierto y honraré la memoria de cineastas como Hugo González

y cineclubistas como Braulio De Castro, que me inspiraron a mi y a estos buenos muchachos.