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Y aquí traemos los sucesos.
La narración de lo que estaba oculto,
el develamiento de los Abuelos…
Manuel Bolom
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Primera Edición 2019D.R. © 2019 Manuel Bolom Pale
D.R. © 2019 Centro Regional de Formación Docente e Investigación Educativa (CRESUR).
D.R. © 2019 Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, (CLACSO).
D.R. © 2019 Universidad Intercultural de Chiapas.
Fotografía de portada: Manuel Bolom PaleDiseño y formación: Mónica Judith Herrera GómezCorrección y cuidado editorial: Víctor Gutiérrez
El libro Chanubtasel-p’ijubtasel-Reflexión filosófica de los pueblos originarios, fue arbitrado y dictaminado por un comité que evaluó su pertinencia, importancia y originalidad. Es una obra de carácter académico. Su contenido es responsabilidad del autor.
ISBN:978-607-8671-09-0H E C H O E N M É X I C O
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Índice
Agradecimientos 11
presentación 13
Introducción 19
primera parte
La constitución del campo intelectual desde 27
LatinoaméricaLo local y lo global 27
La filosofía en el ámbito nacional mexicano 33
La filosofía en el ámbito local 39
segunda parte
Diseño metodológico de la investigación 43
tercera parte
Del tema al problema 49
Estado de la cuestión 50
Justificación 55
Objetivos de la investigación 56
Vida íntima, familiar y comunitaria 58
cuarta parte
Análisis del proceso de chanubtasel-p’ijubtasel 69
Tobtob-Caracol 79
Chanel 82
10
T’abesel ta o’ntonal-vulesel ta o’ntonal 93
P’ij 97
P’ijil o’ntonal 101
Ojtikinel en relación al Na’el 115
Formación integral de la persona tsotsil 115
Raíz de la identidad individual, social y territorial Talel 119
Chapanel/Jchapavanej 133
K’op 137
Ich’el ta muk’ 146
Conclusiones 153
Posibles rutas para seguir indagando 155
Bibliografía 157
Anexos 161
Anexos 1. Practicando los conocimientos 161
Anexos 2. La convivencia 162
Anexos 3. Los rituales 163
11
Agradecimientos
A mi comunidad Jokosik, Huixtán Chiapas. A la memoria de mi abue-
lo, jtatamol Nicolás Bolom. A mi abuela y mis padres. A mi esposa
Adriana todos ellos y ellas con el afecto y la gratitud de siempre.
A los diferentes interlocutores que encontré en mi camino fundamental-
mente a los C.C.: Dr. Leonardo Vidal Sánchez Vergara, Mtro. Raúl Vázquez
Gutiérrez, Dr. Ambrosio Velasco Gómez, Mtra. Carmen Marín Levario, Dr.
Raúl Pérez Verdi que abonaron en la reflexión.
Okoliyalik ti buch’utik laj xchinukutik ta lo’il, okoliyal ti slumal jok’osik, ti
moletike, ti me’eletike xchi’uk ti vinik-antsetike, jech k’uchel ti ach’ jch’ieletik
ti la skolta sbaik ta xcholel ti slo’ilike. Ti k’usitik laj yich’ tsakel ta vun li’e, ja ti
k’ux-elan jtalel jkuxlejaltik ti bats’i jnaklejukutik ta sluma Vistane, oyvan jelajtik
jutuk ti k’ux-elan chijlo’ilaj, xchi’uk ti k’ux-elan chi jk’opoje.
Ti me oy bu mu jechuk ibat ti abtele te xa ch’aybikun ta vo’ntonik, oyvan
ti muxa jechuk ts’akal ibat ti sts’ibaele, oyxa van jelel ibat ti yalele. Oy ep
ti k’usi kechel ikome, muk’xu sts’ibael skotol, ti k’opetik muk’ xich’ tsakel ta
vune tato jts’ibatik ta yan belta ti me sk’an kajvaltik chak’to ti jkuxlejltike. Ti
k’usi chkalboxuke, okolavalik a kotolik ti laj a koltaukun ti xcholel ti jk’optike,
ti jtaleltike xchi’uk ti snopbenal ku’untik te tsakal nitik ta yut ko’ntontik k’uchel
sbel jun p’in.
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Presentación
La sabiduría que poseyeron nuestros antepasados mayas es un tesoro
espiritual que fue vertido en la cultura tsotsil y que nuestros mayores lo
guardaron para ser dado a conocer al mundo, a pesar de que histórica-
mente fue negado por o para su práctica. Porque si hay algo que la cultura
tsotsil puede enseñarle al mundo es a resistir heroicamente en defensa de lo
propio.
En este proceso de descubrimiento de los tesoros de nuestra tradición
oral, debemos considerar al chanubtasel-p’ijubtasel como la más importante
contribución hecha hasta hoy al conocimiento de la sabiduría de los pueblos
originarios. Se trata de una reflexión filosófica a partir de los aportes de los
totil-me’iletik ‘padres madres’que forman parte de la voz de los ancestros
para penetrar en los secretos del pensamiento tsotsil. Más que una investiga-
ción científica del saber tsotsil, es identificar el pensamiento complejo de un
pueblo, vivenciando su cosmovisión en nuestro propio ser. Porque nos asiste
la convicción de que al conocimiento primordial no se accede solo con el
intelecto, sino asumiendo previamente su contenido espiritual, pues son expe-
riencias básicas de la condición humana que suponen la transformación cua-
litativa de la conciencia y no solo el trabajo científico que el escritor pueden
hacer con la tradición oral de un pueblo.
Hay muchas escuelas de sabiduría en los pueblos originarios y de presti-
gio milenario cuyo estudio podemos dedicarnos, pero por sobre eso, la sabi-
duría maya-tsotsil para nosotros es lo propio, lo nuestro. ¿Qué ha impedido
que conozcamos hasta hoy estas antiguas tradiciones nuestras?
La respuesta no es muy difícil de hallar, sabido es el prejuicio que el hom-
bre “civilizado” tiene respecto al pueblo originario, prejuicio que en México
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se ha dado con particular violencia y ceguera, y si a pesar de ello hemos
investigado diversos aspectos de nuestras culturas indígenas, lo que no po-
dríamos aceptar sin dificultad es que los totil-me’iletik poseen eso que se
llama la sabiduría.
Ocurre que la sabiduría, conocimiento superior que trata del sentido de
la vida, es una sola, no obstante, la gran variedad de escuelas en que se
ha diversificado su enseñanza a través de la historia no depende de ningún
artificio ni genialidad específica, sino que es inherente a la calidad espiritual
de los hombres y mujeres. Es originaria de la especie y arraigada en la ex-
periencia que los humanos han tenido de su propio ser consciente, individual
y comunitario, inserto en la totalidad cósmica desde la noche de los tiempos
como se narra en el libro sagrado maya, el popol vuh.
También podemos decir que la sabiduría es el núcleo y el rizoma de toda
acción que los pueblos tuvieron en las épocas anteriores a la fundación de
las culturas, a su vez, no han sido sino procesos históricos durante los cuales
se ha plasmado en instituciones y obras tangibles esa misma sabiduría ori-
ginal.
La sabiduría en esencia no consiste en textos sino, como se ha expresa-
do, en una experiencia profunda de la vida, de manera que, los grandes
maestros han estado siempre conscientes de que las escrituras son solo una
ayuda para alcanzar las experiencias fundamentales del sentido del mundo,
y que esas mismas experiencias, como tales, se dan con independencia de
las practicas literarias, filosóficas y ceremoniales.
En este sentido sorprenderá a los lectores que aún no tenían clara su idea
acerca de la cultura tsotsil, el constatar que esas experiencias fundamentales
por medio de las cuales se vivencia el sentido de la existencia, están presen-
tes en las prácticas y en los rituales. La falta, si, de una enseñanza sistemática
a este respecto se debe en parte a que el pueblo tsotsil no se servía de la
escritura para formular su pensamiento, y además al hecho fundamental de
que la sabiduría es una enseñanza experiencial y no intelectual.
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Ahora bien, el inestimable valor de las experiencias de que dan cuen-
ta estas expresiones tsotsiles, profusamente descritas en sus aspectos éticos,
psicológicos, pedagógicos y metafísicos, nos llevará a reflexionar sobre la
posibilidad de llegar a una conclusión que puede sonar como insólita, com-
parada con la actual concepción de la historia, y es que la ausencia de es-
critura en la cultura indígena puede no ser considerada como una carencia.
Para fundamentar esta afirmación, cabe hacer notar que, en el presente
escrito, lo que más impresiona no es tanto el significado del texto traducido al
castellano, (lo que resulta no obstante de una gran belleza y profundidad),
sino la legua tsotsil misma, que en la estructura de sus denominaciones con-
tiene ya la expresión de una experiencia espiritual de realidad. Es cierto que
este carácter de texto de esta lengua puede ser reastreada en todas las len-
guas mayas si uno se remonta al origen de sus palabras, pero el significado
primigenio que pueda hallarse y que siempre sorprende por su profundidad
y elevación espiritual, se ha ido olvidando en las lenguas modernas, quedan-
do en estado de letra muerta por el desarrollo de la llamada civilización.
Este fenómeno imperceptiblemente ha ido generando un conocimiento cada
vez menos participativo, poniendo énfasis en una objetividad cada vez más
radical del saber, hasta llegar a lo que Jung llama "monoteísmo de la razón",
y su concepción mecánica de la realidad, condicionando el lenguaje en un
sentido cada vez más restrictivo conforme a los imperativos del desarrollo
material. Así ocurre que palabras que originalmente tenían un profundo sig-
nificado como sabia experiencia de la realidad, devengan denominaciones
referidas a hechos sin ninguna trascendencia, y que quien las emplea viva
en la más grande ignorancia de sus verdaderos referentes, en la medida que
la experiencia fundamental que las generó ya está perdida para el hombre
de las grandes urbes.
Se puede decir que el gran mérito de la lengua tsotsil es el de haber con-
servado intacto el carácter original de sus denominaciones, sin que ningún
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proceso histórico la haya alterado e instrumentalizado para degenerar en un
puro lenguaje de comunicación.
En ese mismo orden de ideas podemos aproximarnos también a la conclu-
sión de que la ausencia de los elementos que caracteriza a una cultura de-
sarrollada en las sociedades prehistóricas, podría no ser considerado como
una carencia, porque es de la prehistoria que los lenguajes humanos vengan
ya constituidos como sistemas de denominaciones capaces de revelar una
experiencia profundamente sabia de la realidad. Todo lo cual, obviamente,
se dice desde una concepción del mundo diferente a la que resulta de la
noción de progreso. Porque en el mundo de hoy afortunadamente, en ciertas
orientaciones particularmente lúcidas de la antropología, prospera día con
día la idea de que el hombre así llamado primitivo fue diferente a lo que la
ideología del progreso pretende. Porque esa ideología valora la historia en
referencia al mayor o menor grado de adelanto alcanzado por los pueblos
en los dominios científicos, tecnológico, industrial y economico.
La verdad es que la sabiduría crece y llega a una madurez para volver a
crecer y a madurar, y así sucesivamente, y en esta invariable ondulación se
percibe nítidamente que su vigencia corresponde a los períodos de plenitud
de la vida y su decrecimiento corresponde a los de estos tiempos. La realidad
es que la humanidad se ha alejado peligrosamente la sabiduría como lo ha
hecho en el siglo XXI.
También en este orden de ideas, y habiéndonos formado un concepto
relacional del valor espiritual de los saberes tsotsiles, por lo que nos invita a
una profunda reflexión. Y esto se dice justamente en la conciencia de la grave
crisis por la que pasa hoy nuestra nación y el sistema-mundo, despoja de sus
más nobles tradiciones culturales y empobrecida psicológicamente por la así
llamada cultura de masas. Por ello el texto nos invita a ver una imagen viva
de nuestro pueblo tsotsil y justamente en medio de una sociedad confundida
en sus valores, que jamás se imaginó que estos indígenas somos algo más
que unos salvajes dignos de respeto. Reflexionar desde los pueblos origina-
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rios el Chanubtasel p’ijubtasel permite adentrarnos a las vivencias que nos
han compartido nuestros abuelos y abuelas por lo que cobra trascendencia
la necesidad de ‘aprender-aprehender’, recuperar los conceptos relaciona-
les que dan significado, sentido a la existencia de los pueblos originarios, de
tal manera que dichos conceptos relacionales, ‘lenguaje con corazón’, apa-
rezcan en las reflexiones académicas con sentido histórico contemporáneo,
y que nos invite a adentrarnos a la oralidad, la participación, la colectividad
que den cuenta de un tipo de realidad. La construcción de “la filosofía tsotsil”
se basa en el convivir con la madre naturaleza y la colectividad.
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Introducción
El presente trabajo aborda el amplio conjunto de palabras, conceptos
lingüísticos, cosmogónicos y categorías éticas y filosóficas del pen-
samiento tsotsil construidos mediante la experiencia y la práctica
cotidiana, que se entreteje con los valores comunitarios, así como la ritualidad
y los saberes de los totil-me’iletik ‘abuelos y abuelas’. La tarea es visibilizar los
componentes del pensamiento tsotsil, su función es tocar el carácter cultural
de un pueblo y el forjar del espíritu filosófico de la educación tsotsil.
Cada símbolo que representa el pensamiento como el melel ‘compartir modo
de vida, verdad y método de convivencia’, tiene que ver con la naturaleza, la
tierra, lluvia y fuego, el inicio y el hacer; son formas de construir la vida que
visibiliza lo moldeable del pensamiento tsotsil como una manera de accionar
y de pensar.
En el planteamiento se verán los símbolos del caracol2 que representa el
melel, el chanubtasel y p’ijubtasel, como modo en que emergen las ideas,
2 Caracol es el paradigma del pensamiento simbólico de los pueblos mayas, está íntimamen-te relacionado con la palabra, el caracol es el inicio y el fin, pero también el fin puede ser el inicio de otro ciclo, de otro paradigma distinto a lo transitado.
El tiempo desde la lengua tsotsil está lleno de muchos ayeres, el ahora del hoy, o las sorpresas del mañana con su después, que son los mojones o linderos de tiempo que nos orientan dentro del calendario. No hay tiempos como los europeos o anglosajones, sino solo “aspectos”, como dice la jerga lingüística. En tsotsil el verbo es continuo, englobante, dinámico desde el pasado hasta el futuro, pasando por el crisol del presente: lo cumplido o lo no cumplido. Por lo tanto, la gramática de los verbos, es la de las espirales del caracol, en las cuales el presente todavía se nutre de la memoria para digerir el pasado y unir en un futuro creador pero homogéneo, con la dinámica caracolera del tiempo. El caracol une todo en sus espirales interiores, y también se abre a la exterioridad con los primeros sueños o soñares novedosos.
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entretejidas en distintos ámbitos individual, social y comunitario, así como el
Bats’il Melel ‘Verdad-verdadero, palabra verdadera’, ambos se reúnen, se
urden, se conjuntan, se asamblean y se entretejen para entender y explicar
un saber que transita hasta nuestros días, el caracol representa el giro del
pensar y la forma de representar el tiempo y el cosmos.
Si bien no se asume la existencia como tal de una filosofía tsotsil, esto
no se debe a que los tsotsiles no sean capaces de poseerla, sino porque
fundamentalmente han existido múltiples posturas tanto sobre la cuestión
indígena como sobre la filosofía y las ciencias sociales que en vez de aclarar
el panorama han generado más confusión y han complejizado la situación
teórica o la han empobrecido conceptualmente.
Por otro lado, la ciencia en el mundo llamado occidente ha sido dividida
constantemente entre las llamadas ciencias puras, duras o naturales y las
ciencias sociales. Han surgido a través de los últimos tiempos posturas que
reclaman el control sobre la verdad, el pensamiento y los logros científicos.
De la misma manera que sobre la cuestión indígena, que en vez de contribuir
con un verdadero desarrollo del pensamiento y del accionar científico, se
han estancado en algunos momentos históricos más que en otros, hace falta
un real cambio o actualización en el pensamiento y en la ciencia.
La realidad es que las ciencias han sepultado los saberes de los otros
pueblos, es decir, la ciencia europea se ha enfrentado a los saberes que se
consideran no científicos, persiste el hecho de que los saberes indígenas no
son reconocidos como formas y métodos de conocimiento con los cuales se
El tiempo pasado y el presente une los linderos por ello vivimos la historia; las narraciones se vuelven reales por lo tanto el caracol es la imagen conceptual de los movimientos de la realidad. La Semilla, nace, crece, se despliega y con el apoyo del ser humano decide si se repite o se transforma. Al unir los tiempos se multiplica, por ejemplo, en el arte maya existe una iconografía repetitiva del anciano canoso que sale de las espirales caracoleras del laberinto del Xibalbá, es decir la muerte, para asomarse a nuestro mundo, la otra realidad.
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puede dialogar de forma horizontal, sin que sean las llamadas disciplinas
científicas las que impongan los métodos de validación y de selección de
los conocimientos, por ejemplo: la UNESCO (Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y en colaboración con
ICSU (1999) mencionó que los conocimientos indígenas son construidos
fuera de las universidades y de la ciencia occidental, es decir, los sistemas
tradicionales y locales de conocimiento, como expresiones dinámicas de la
percepción y la comprensión del mundo, ya que pueden aportar, y lo han
hecho en el curso de la historia, una valiosa contribución a la ciencia y la
tecnología, siendo necesario preservar, proteger, investigar y promover ese
patrimonio cultural y ese saber.
En la actualidad, diversos autores han abordado los sistemas de
saberes indígenas, ya no desde el enfoque de las etnociencias, sino desde
otras perspectivas, relevantes en la medida que han incluido la reflexión
epistemológica, jurídica, la problemática ambiental, la biodiversidad, así
como la del sujeto, o actor social; todas ellas en una tendencia creciente que
privilegia el valor de la diversidad y la pluralidad,3 que cuestiona los enfoques
monoculturales creados desde los diferentes ámbitos de poder. Reflexiones
que han conducido a preguntarse si los saberes indígenas constituyen
verdaderos sistemas filosóficos que deberían contribuir en conformar una
pluralidad de epistemologías acordes con la realidad multicultural del mundo.
Dentro de la discusión filosófica son ejemplos significativos Villoro (1998),
Olivé (1999), Arias-Schreiber (2001) y Fornet-Betancourt (2003) quienes,
desde posturas que defienden la pluralidad, proponen la construcción de
nuevas formas de hacer filosofía, nuevas formas epistemológicas de situarse
frente a los saberes y formas de pensamiento indígenas; y nuevas formas de
3 Cueto (1995), Villoro (1989), Leff (1994), Foucault (1988), Fayerabend (1982), Fals-Borda (1981, 1988), Baraona (1987), Warren (1991), Varese (1996).
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refundar los Estados contemporáneos, con la interculturalidad como forma
común de vida.
Desde nuestra perspectiva, el diálogo de saberes presupone el interés
de los sujetos sociales en una interacción comunicativa e implica por tanto
una disposición para escuchar y para actualizarse. No se trata de vencer
o inducir a la aceptación de una valoración de un conocimiento ajeno
mediante la violencia de cualquier tipo, sino mas bien de un intercambio de
conocimientos, apreciaciones y valores, en donde operen fuerzas racionales
para la interacción comunicativa. Dicha posibilidad, implica reconocer
que existe la razón, como capacidad humana, distinta al concepto de la
racionalidad, entendida ésta como el ejercicio de la razón humana dentro
de contextos culturales e históricos.
Muchas veces, lo que pasa aquí en esta discusión no acontece en el
mundo tsotsil, porque en el se nombran otros elementos, otras realidades
que se agrupan sobre condiciones epistémicas particulares, el caso de los
movimientos del pensar existe una característica particular. Cada pensar
se da de manera caracoleada, los giros van desarrollándose mediante
rotaciones hermenéuticas de la existencia de acuerdo al melel, el p’ijubtasel
y chanubtasel.
Desde el pensamiento tsotsil es estar consciente del espacio territorial en
el que se nombra y se construye un saber en agrupación a la colectividad de
un grupo social o de una determinada situación con capacidad de entender,
dialogar, construir y ejecutar sus propias posibilidades con relación al
espacio y tiempo caracoleado en que se envuelven, se interrelacionan y se
construyen.
Por lo tanto, la filosofía tsotsil como la filosofía de todos los pueblos
originarios de todas las épocas no es el resultado de las ideas de un pensador
aislado, más bien tiene su naturaleza en el entramado social y colectivo. La
filosofía tsotsil y sus principios se encuentra en la vida misma de los pueblos
tsotsiles o se descubren y construyen con una observación constante de la
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marcha del cosmos, donde conocen sus leyes para convertirlas en guías de
la organización colectiva y comunitaria, de sus propias vidas cotidianas (Ver
foto 1 anexa. Practicando los conocimientos).
El chanubtasel-p’ijubtasel, es la forma integral de los niños y las niñas,
mujeres y hombres y ancianos; a los niños y niñas se les permite ir madurando
el ch’ulel, ‘el que sabe desarrollar la capacidad de ser persona y desarrollar
el pensamiento’, es parte imprescindible para la vida de los tsotsiles, el
pasado y el presente es un mismo tejido, que se encuentra inmerso en el
pensamiento y en las acciones en un mismo entramado.
Los contenidos del p’ijubtasel-chanubtasel permiten revelar la fuente del
saber, que ilumina, y abre la visión del sujeto como el caso del sjam smelol,
que es la clave para abrir esa visión del contenido histórico y las acciones
del presente, es el método de educar, de abrir la visión; en tsotsil se expresa
jambel sat, jambel xchikin, jambel ye para ver, escuchar y nombrar el mundo,
un modo de autoconciencia que le da sentido a sus actos y a toda su vida,
y que a su vez se pone como horizonte de cognosibilidad y de sentido de la
realidad que muestra o enseña en el horizonte cultural.
Al nombrar los elementos permite aprehender y guardar en el corazón,
ochesel ta o’ntonal, enraizarlo con el ch’ulel, sumergirse en el o formar parte
de el, porque si no se hace de esta manera, se marchan las palabras, las
expresiones que están atadas con la práctica; si se huye del corazón el
aprendizaje no tendrá armonía, no sería xlamet del educar tsotsil, al integrar
todo lo que rodea al ser humano con delicadeza, el chanubtasel-p’ijubtasel
permite conectar al individuo con los demás, por ello el fundamento filosófico
de educar, está apegado con la vida comunitaria y la cotidianidad, desde el
hogar, la familia y los seres que nos rodean.
De lo que intento en las siguientes páginas es escribir el pasado con la
finalidad de abrir el futuro, intentar abrir el velo para entrever que al escribir
el pasado se busca recuperar archivos que han sido sepultados por los
procesos sociales, y por los mismos procesos de la vida cotidiana, hacer
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visible el pensamiento tsotsil como filosofía de los padres-madres, teniendo
en cuenta especialmente su realidad cotidiana, su ambiente natural, la
aceptación del potencial humano y sus condiciones además de la elaboración
de un conocimiento apegado a los saberes a partir de las tres categorías
conceptuales las cuales como ya se explicó son fundamentos de la forma
de educar de nuestros pueblos y comunidades de la que se ha sostenido la
vida cotidiana de los mismos pueblos y comunidades, la idea es recuperarlos
desde el contexto mismo e instalarlos como posicionamientos en el orden de
la filosofía en general. Y además ver la posibilidad de estos fundamentos, (no
únicamente en el orden del pensamiento tsotsil), sino que son fundamentos
para una didáctica y una pedagogía propia de los pueblos, desde la práctica
con el ch’ulel y el corazón, como una persona viviendo la vida.
El desarrollo del trabajo de investigación se estructuró en cuatro partes,
la primera parte consiste en un breve recorrido de los aportes de la filosofía
latinoamericana, que nos permite reflexionar en torno a una serie de
experiencias teóricas y políticas desarrolladas por intelectuales y pensadores
que han abordado los sistemas de saberes indígenas, ya no desde el enfoque
de las etnociencias, sino desde otras perspectivas relevantes en la medida
que han incluido la reflexión epistemológica, jurídica, la problemática
ambiental, la biodiversidad, así como la del sujeto, o actor social; todas
ellas en una tendencia creciente que privilegia el valor de la diversidad y la
pluralidad,4 que cuestiona los enfoques monoculturales creados desde los
diferentes ámbitos de poder. Reflexiones que han conducido a preguntarse
si los saberes indígenas constituyen verdaderos sistemas filosóficos que
deberían contribuir en conformar una pluralidad de epistemologías acordes
con la realidad multicultural del mundo. Dentro de la discusión filosófica son
4 Cueto (1995), Villoro (1989), Leff (1994), Foucault (1988), Fayerabend (1982), Fals-Borda (1981, 1988), Baraona (1987), Warren (1991), Varese (1996).
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ejemplos significativos Villoro (1998), Olivé (1999), Arias-Schreiber (2001) y
Fornet-Betancourt (2003) quienes, desde posturas que defienden la pluralidad,
proponen la construcción de nuevas formas de hacer filosofía, nuevas formas
epistemológicas de situarse frente a los saberes y formas de pensamiento
indígenas; y nuevas formas de refundar los Estados contemporáneos, con la
interculturalidad como forma común de vida. Básicamente me interesaron los
aportes desde este contexto, lo que se ha retomado y olvidado de los saberes
de los pueblos indígenas, es un asunto pendiente en filosofía en general y
para la filosofía latinoamericana aún más. La segunda parte comprende el
diseño metodológico de la investigación. La tercera parte tiene que ver con
el enunciado del tema y planteamiento del problema, el estado del arte de
la investigación y el objeto de estudio.
En la cuarta parte, las historias de vida, los procesos de práctica cotidiana
del tejido cultural e ideológico y de orden filosófico; aquí se plantea la
sistematización de los aportes generados desde lo comunitario. El trabajo
privilegia la obra y el pensamiento y el testimonio de los propios pensadores
de la comunidad tsotsil. El aporte fundamental en este apartado es el campo
de ver y percibir, además de concientizar el proceso histórico, especialmente
la visión propia; la memoria tsotsil se mantiene guardada en la conciencia,
en el núcleo, es recreado por los que están en la comunidad.
Finalmente, y a modo de conclusión se organiza y sistematiza una serie
de reflexiones desde lo comunitario. La idea básica es que esta práctica
teórica, nos permita sistematizar las respuestas emergentes de la pregunta
generadora: ¿cuáles son los desafíos, los horizontes y las perspectivas que
están viviendo los pueblos indígenas en general en el actual proceso de
cambio social, político y cultural que estamos y están inmersos el conjunto
de la sociedad mexicana?, sumérjase al presente documento y caminemos
juntos para ir develando su contenido.
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primera parte
La constitución del campointelectual desde Latinoamérica
En esta primera parte del escrito, se procura reflexionar en torno al contexto
latinoamericano en que emergen los principales aportes de los pensadores
intelectuales. Básicamente se describe el proceso de construcción de los
conocimientos surgidos durante la segunda mitad del siglo XX, respecto al
desarrollo teórico y conceptual de la producción intelectual latinoamericana en
el contexto de las luchas y las movilizaciones. Existen conceptualizaciones del
mundo que marcan cosmovisiones particulares desde la cultura que se ubican
directamente con la forma de vivir de cada sujeto, por tanto, existe una relación
cercana entre el conocimiento y la cultura, porque ambas van conformando
al mismo tiempo, la necesidad de hacer el recorrido de los aportes filosóficos
latinoamericanos que visibilicen la diversidad de pensamientos.
Lo local y lo globalPara tejer el pensamiento filosófico tsotsil fue necesario hacer una senda
del pensamiento latinoamericano, conocer a los principales exponentes de
la filosofía latinoamericana, empezando con Augusto Salazar Bondy (el
anunciador del pensamiento filosófico de la liberación latinoamericana),
Enrique Dussel, Arturo Andrés Roig, Horacio Cerutti Guldberg. Cada uno de
los pensadores en nuestra América ha asimilado estructuras de pensamiento
no solo de Europa sino de otros continentes y de culturas indígenas; es decir,
nuestros pensadores han sido, ante todo, reflexivos de las circunstancias que
se han vivido en cada suceso. Inclusive han utilizado los instrumentos de la
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filosofía para tratar de transformar las distintas realidades y circunstancias.
En el mundo latinoamericano cada autor realizó una serie de reflexiones
que de alguna manera fueron necesarios para saber la determinación de
la condición humana de los pueblos; fue necesario que hubieran reflexiones
en torno a la naturaleza, ya que el mundo latinoamericano es un mundo de
utopías, donde todo es posible. La filosofía de Latinoamérica ha articulado
sus reflexiones teóricas de acuerdo a las circunstancias en que les tocó vivir
para incidir de alguna manera en ellas.
La autenticidad de la producción filosófica latinoamericana radica en
la medida que se corresponde con las demandas sociales y en la medida
que trasciende y encuentra caminos para transformar su mundo. De alguna
manera el pensador o filósofo es la conciencia crítica de la sociedad en un
momento histórico. La filosofía debe hacer el cuestionamiento crítico de la
sociedad y de las ideologías, incluso de la propia.
Hace más de tres décadas, el aporte clave fue del filósofo peruano
Augusto Salazar Bondy quien titulaba una pequeña obra en forma de
interrogante; allí se planteaba ¿Existe una filosofía de Nuestra América? Esta
pregunta, sigue estando sin responder, a pesar de que ha sido reformulada
de diferentes maneras, y es interesante revisar las múltiples respuestas que se
han dado a esta cuestión en el curso de estos cuarenta y tres últimos años.
Haciéndose pronto eco de esta interrogante, respondía al poco tiempo, el
mexicano Leopoldo Zea con su libro La filosofía americana como filosofía sin
más. Este debate forma parte de la polémica más significativa acerca de este
punto en los años setenta. Pero, no solo fue una discusión entre un filósofo
peruano y un mexicano, porque esta interrogante también tuvo enorme
eco y fue respondida desde diferentes países de acuerdo a los procesos
emancipadores de dichos años.
Por mencionar a uno que ha marcado fuertemente desde Latinoamérica
y además tuvo gran relevancia el Manifiesto en pos de una filosofía de la
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liberación, que se ha hecho canónico en las décadas siguientes con la obra
del argentino Enrique Dussel, sin lugar a dudas es el máximo exponente del
pensamiento filosófico de la liberación en América Latina. Por lo tanto, sus
abordajes surgen desde América Latina y sus textos reflejan nuestra realidad,
pensar la realidad latinoamericana, es pensar con el pueblo y de la cultura
latinoamericana.
Enrique Dussel trata de mostrar algo que sea anterior a todo lo que hasta
ahora se ha demostrado, algo que le sea propio al hombre, de tal manera
que pueda elaborar de ello una filosofía que pueda abrirse a todos los
hombres sin exclusión. El obrar humano está determinado por un proyecto
que el mismo se ha creado, pues tiene la capacidad de elegir, o no elegir
que forma parte de su libertad.
Además, la filosofía liberadora está en directa relación con los
acontecimientos políticos, ya que la liberación no es una acción fenoménica,
es la praxis que subvierte el orden fenomenológico y lo perfora hacia una
trascendencia metafísica que es la crítica total a lo establecido. Dussel
establece las bases de la filosofía de la liberación a partir del otro en la
periferia del continente latinoamericano, donde se encuentra inserto. La
filosofía de la liberación que debe ser superada, yendo más allá de la razón
misma, de la comprensión del ser, de la totalidad donde se encuentra el
ámbito primeramente ético-político de la exterioridad. Pretende repensar
toda la filosofía a partir del otro, del oprimido, del pobre, del no ser, del que
no tiene sentido. La filosofía de la liberación como una filosofía bárbara, de
la periferia, pretenderá formular una no-ontológica metafísica, exigida por
la praxis revolucionaria y la poesis tecnológica, desde la periferia que se
estructura en complejos modos de producción.
Los aportes de Enrique Dussel tienen que ver con el preocuparse con lo
que es bueno para uno y con lo que es bueno para el otro, de guiarse y
estar consciente de aquello que está bien y de lo que está mal; por lo tanto,
30
la ética es un acto eminentemente humano ya que somos los únicos capaces
de interrogar nuestros propios pensamientos. Por ello mismo, la verdadera
educación se realiza a través de un encuentro con el otro, que se reconoce
como diferente, es lo que él hace alusión a una ética de la liberación, en
donde cese la exclusión y marginación de los pobres. Se entiende esto
como un llamado a la reflexión en la práctica docente, en la cual resulta
trascendental el hecho de tomar en cuenta las opiniones de todos los
individuos por igual, sin discriminación alguna, ya que todas las formas de
expresión en ellos son importantes en la construcción de los conocimientos
y en el camino hacia nuevos aprendizajes. De igual forma, este hecho es
relevante en el proceso de formación de nuevos sujetos con carácter crítico
analítico y reflexivo, capaces de defender su propio punto de vista y ser
autónomos e independientes ante situaciones de su realidad. Por tanto, la
praxis docente debe radicar en explotar todo el potencial del individuo como
ser humano racional, que tiene algo que aportar hacia la sociedad donde
se desenvuelve, sin importar su clase social o su nivel económico. De esta
forma, se estarían constituyendo individuos con conciencia social, que toman
parte en los diálogos relativos a asuntos que le conciernen y le afectan,
tomando en consideración oportunamente sus perspectivas individuales y sus
enfoques hacia una resolución.
Otro autor importante en el ámbito latinoamericano es el filósofo Horacio
Cerutti que plantea una base cardinal para América Latina, de forma crítica,
a partir de dos de sus obras fundamentales principalmente la: Filosofías para
la liberación, ¿liberación del filosofar?, y Filosofar desde nuestra América.
Ambas obras demuestran que la filosofía tiene un papel fundamental en
Latinoamérica como parte del pensamiento de Nuestra América y la tarea
es la de liberación, además aporta respuestas pertinentes a cuestiones
referentes a la Filosofía de la Liberación.
31
Se centra en dos palabras importantes: Filosofar y praxis. El primer concepto
pone a la filosofía misma en acción, le da movimiento y por tanto la pone en
un proceso de construcción constante; pero este movimiento necesita a su vez
de un sentido, y es allí donde la praxis entra, pues permite al filosofar en una
acción conscientemente transformadora de su realidad histórica que resurja el
pensar propio de lo latinoamericano. Por ello, Cerutti indica que el Filosofar
desde Nuestra América conlleva a una necesaria apertura y comunicación de
la filosofía con el diverso conocimiento académico referente a América Latina.
Asimismo, el argentino Arturo Andrés Roig constituye uno de los ejemplos
más logrados de la filosofía latinoamericana, por su contribución importante
a temas filosóficos de interés común internacional. Él afirma que no existe
ninguna prioridad de lo físico sobre lo espiritual o viceversa y no hay
dualidad entre los dos: el hombre se presenta como un todo indivisible.
Por el hecho de que se pone asimismo como valioso. Se constituye como
yo, visto desde la perspectiva del desarrollo tanto del género como de la
personalidad. Pone de relieve que el hombre se constituye en primer lugar
por la autoestimación y que eso lo conecta con los animales y con las otras
cosas existentes, subraya la importancia de la corporeidad. El sentimiento
de valor propio se refiere sobre todo al propio cuerpo. Es cierto por eso
ver la corporeidad como parte integral del ser humano. Roig se opone a
una actitud que se obstina en separar al hombre de la naturaleza, que solo
quiere aceptar como lo verdaderamente humano lo que le diferencia a éste
de los animales, la autoconciencia o el espíritu. La filosofía no es por lo tanto
de ninguna manera un fenómeno de superestructura puro en sentido estricto.
Porque él no la ve como separada de la sociedad y de sus conflictos, lo
fundamental es contribuir a que los latinoamericanos se descubran como
sujetos de su propia historia, como sujetos libres, y no como colonizados.
Hablar del sujeto latinoamericano contemporáneo implica hacerse la
pregunta por sus orígenes, sus transformaciones a través de los procesos
32
sociales e ideológicos, políticos que enfrenta a lo largo de su historia y sus
contextualizaciones bajo la forma de diversos discursos, por ello saber la
identidad, la procedencia y el porvenir permitirá entonces entender el sujeto
con su múltiple historia.
De allí que la filosofía latinoamericana deba enlazar la perspectiva de
la liberación con la de la interculturalidad, ya que según Fornet-Betancour
(2007), no puede haber interculturalidad sin liberación de las alteridades, ni
hay liberación sin el diálogo de las diferencias. En esta propuesta, la filosofía
debe ser capaz de proponer soluciones a los desafíos de la diversidad
cultural, pero también debe contribuir a acabar con las propuestas que
impone la modernidad y la globalización, como lo es la idea universal
de progreso, basada en el individuo y en el saqueo de la naturaleza y de
los conocimientos. Debe contribuir, en suma, a terminar con la falacia del
modelo único y pugnar por la universalidad que crece desde el intercambio
libre entre la diversidad.
En una línea semejante, León Olivé (2004), propone la construcción de
una sociedad multicultural, que se forme con el apoyo de la perspectiva
pluralista en la filosofía, en la ética y en la epistemología, para poner fin a las
posiciones absolutistas y aun relativistas extremas. De modo que considera
que es sobre la base de ciertas normas, instituciones y mecanismos generados
para la convivencia política, que se puede garantizar la justicia social para
todos, misma que debe darse sobre la base del respeto por las diferencias, las
identidades y la autonomía, solo así, señala se puede promover y garantizar
la democracia participativa.
Sin embargo, desde mi particular punto de vista, la filosofía latinoamericana
continúa promoviendo el etnocentrismo frente a la diversidad cultural de
América Latina, es una asimilación o integracionismo de la filosofía como
una filosofía de la historia de una América latinizada, muchas veces no
dialogada con la diversidad cultural.
33
La filosofía en el ámbito nacional mexicanoLa filosofía en nuestro país no se le ha dado la importancia que merece;
sin embargo, existen autores con aportes del pensar filosófico, entre ellos
se encuentran filósofos como: Leopoldo Zea, Mauricio Beuchot, Ambrosio
Velasco Gómez, Miguel León Portilla, por mencionar algunos.
La filosofía de Zea, no puede verse como una línea recta sino como un
despliegue expansivo que va de lo particular a lo universal, una reflexión
aguda sobre las estructuras del diálogo intercultural y las relaciones
estratificadas entre los hombres. A lo largo de sus abordajes teóricos5 señala:
“en la historia de la América Latina se han planteado dos grandes problemas
estrechamente relacionados entre sí: el de la identidad y, a partir de ella el
de su integración en relación distinta a la que le han venido imponiendo
los coloniajes desde 14926” de ¿qué integración nos hablaba Zea? Aunque
él aclara, que es necesario hacerlo consciente, puede y debe ser tarea
primordial de las instituciones de educación superior en nuestros días, viendo
en las diversas expresiones culturales de los pueblos la fuente de donde
ha de derivarse el espíritu que permita una auténtica integración regional,
continental y universal como expresión de la capacidad para comprender
y hacerse comprender, y a partir de esta comprensión realizar tareas
comunes con metas comunes sin menoscabo de las ineludibles expresiones
de identidad de los hombres y los pueblos7.
Por ello la obra de Leopoldo Zea es en gran medida, la continuidad de un
pensamiento latinoamericano auténtico y original. Parte desde la compleja
realidad latinoamericana, hoy inserto en la época de la globalización, señala
5 La filosofía americana como filosofía sin más (1969), La esencia de lo americano (1970), Dependencia y liberación en la cultura latinoamericana (1974), Dialéctica de la conciencia americana (1976).6 Leopoldo Zea, Fuentes de la cultura. México, FCE, tomo III, 1993, p. 7.7 Leopoldo Zea, Fin de milenio: Emergencia de los marginados. México, FCE, 2001.
34
que no es posible saltar la barda de la historia. Cuando cambia la historia
necesariamente tiene que cambiar la filosofía, puesto que ésta no puede ser
sino filosofía de una realidad y esta es histórica. Así, no es posible desligar la
historia de la filosofía, ni la filosofía de la historia. Cada una tiene su filosofía,
es decir una forma de expresión conceptual que le es propia y cada filosofía
tiene su historia, es decir, un contenido o realidad que le es propio.
Uno de los aportes de Leopoldo Zea, tiene que ver con el reconocimiento
que con su quehacer intelectual ha recuperado y cultivado la esencia crítica
de la conciencia filosófica, promoviendo la deconstrucción del discurso
occidental dominante y proponer, como contraparte, otro de real y verdadera
liberación humana, la filosofía de la liberación latinoamericana, por lo tanto
como liberadora de obstáculos que impiden en sentido amplio realizar los
anhelos, América Latina y específicamente México tiene proyectos culturales
que lo diferencian del contexto mundial.
México es multicultural y diverso, en este campo se encuentran Ambrosio
Velasco y Mauricio Beuchot, primeramente, haré un recorrido de los aportes
de Beuchot partiendo desde su hermenéutica analógica que en los últimos
años ha propuesto. Esa aplicación la hace al problema que surge de la
relación entre los derechos humanos y el multiculturalismo. Este problema
surge precisamente porque puede haber modelos multiculturalistas que
permitan todo tipo de prácticas culturales, esto es, buscan preservar todas las
costumbres de un pueblo, sin observar que esas mismas prácticas culturales
pueden llegar a violentar a la persona humana. También puede haber modelos
unívocos culturales, globalizantes, que buscarían la homogeneización de
todas las culturas.
Y es aquí precisamente donde Beuchot busca aportar una solución a este
importante problema del multiculturalismo. Para ello, recurre a la noción de
analogía para proponer un modelo multiculturalista al que llama “pluralismo
cultural analógico”; este modelo busca inscribirse entre el multiculturalismo
liberal (que privilegia los derechos individuales) y el multiculturalismo
35
comunitarista (que privilegia los derechos grupales), tratando de salvaguardar
los derechos individuales y grupales a la vez. Teniendo la analogía en su
seno la tensión entre la semejanza y la diferencia (una tensión que no ha de
romperse, puesto que si se rompe la analogía se desvanece), ha de procurar
unos mínimos de semejanza (y de respeto) entre todas las culturas.
El problema multicultural es que muchas culturas violan sistemáticamente
los derechos humanos (los derechos de la mujer, de la niñez, el derecho
a la vida, etcétera). Y es precisamente una hermenéutica analógica como
la que propone Beuchot, que permite el diálogo intercultural para lograr
aprender (comprender) a las culturas, pero también permite criticarlas, ver
qué aspectos suyos han de modificarse para alcanzar un mundo más abierto,
pero a la vez más respetuoso.
La interrogante es cómo alcanzar ese mundo más abierto y respetuoso.
Y Beuchot sugiere que debe haber, como en la analogía de atribución,
un modelo o primer analogado “analogado principal”. Ese modelo es,
precisamente, una cultura “en la que se realizan los derechos humanos”; éstos
son elementos fundamentales de ese modelo y lo mejor que puede promover
una cultura es, precisamente, los derechos humanos (los individuales y
los grupales, siempre y cuando no lesionen a la persona en sus derechos
fundamentales que aparecen, como se ha dicho, como el límite analógico
de las prácticas culturales).
A diferencia de los aportes de Ambrosio Velasco en su libro Republicanismo
y el multiculturalismo. Construyó un tejido finamente para una concepción
alternativa acorde a encaminar a México hacia un tratamiento adecuado de
la democracia y el tipo de sociedad a la que debemos aspirar, si hemos de
resolver en definitiva la injusticia en la que han vivido los pueblos indígenas
desde la época de la colonia. En el reconocimiento a la diversidad cultural,
es necesario transitar hacia una sociedad auténticamente multiculturalista, es
decir que se reconozcan en su justa dimensión el ejercicio de los derechos
culturales, políticos, económicos de los pueblos originarios incluyendo el
36
ejercicio de su autonomía política y al mismo tiempo su participación al
proyecto nacional, en condiciones de simetría con los demás pueblos frente
a los poderes políticos y económicos.
Ambrosio Velasco invita a estas formas de construcción del pensamiento,
ya que es visible que estemos reprobados en materia de democracia y en las
formas de vivir armoniosamente con la diversidad cultural. Las instituciones
no han sido capaces de dar respuesta adecuada a la problemática de la
multiculturalidad del país. Además, en su texto incluye el postulado de que la
organización política idónea para una nación auténtica plural y multicultural
es la democracia republicana.
Ambrosio analiza las concepciones republicanas de fray Bartolomé
de Las Casas y fray Alonso de la Veracruz y recrea la argumentación, no
solo para visibilizar la problemática actual, tanto la democracia como
la diversidad cultural en México, sino que señala la vigencia de que el
pensamiento del poder político reside en el pueblo; el republicanismo
mexicano nació multiculturalista. Ese republicanismo fue siempre multicultural
por su preocupación “por defender a los pueblos indígenas del dominio
arbitrario e injusto de los españoles” Velasco, A. (2006).
Una autentica sociedad multicultural requiere no únicamente de respeto de
los demás, sobre todo cuando hay una diversidad, Ambrosio pone de relieve
la reivindicación de una genuina democracia republicana, cuyas trazas se
encuentra tanto en los acuerdos de San Andrés, como en los postulados y en
las acciones zapatistas:
Paradójicamente no ha sido el plano intelectual, ni académico, ni tampoco en el
ámbito jurídico, ni legislativo, ni gubernamental donde se han puesto en práctica
algunas de las ideas de la tradición republicana mexicana. Más bien esto se ha
realizado en la misma estrategia civil del movimiento indígena, al impulsar la creación
de los municipios autónomos y sobre todo juntas de buen gobierno como una vía
para fortalecer los gobiernos locales frente a los poderes estatales. Estas acciones de
resistencia y organización civil se enmarcan en una estrategia de fortalecimiento de la
37
democracia republicana. En este sentido, el movimiento indígena tiene más que aportar
a la democracia en México que ésta a los pueblos originarios (Velasco, 2006:145).
A partir de las reflexiones teóricas que señala Ambrosio invita a que los
distintos sectores y los movimientos sociales y políticos requieran aprender
de los que emergen desde los sectores marginados, olvidados y que puedan
ampliar los horizontes de los grandes problemas locales, nacionales y la
búsqueda de soluciones.
En los pueblos originarios de México existen múltiples saberes y
conocimientos. Miguel León-Portilla, aborda específicamente la cultura
náhuatl; mundo lleno de poesía, sabiduría y significados, que muchos
desconocen o deslegitiman, por ello los pueblos indígenas siguen padeciendo
acoso y marginación.
León-Portilla en su revisión de los documentos náhuatl, muestra que existe
una gran riqueza de información, que, al pasar a la versión castellana,
difícilmente alcanza a mostrar la maravillosa lengua náhuatl. Precisamente
los problemas descubiertos por los sabios nahuas, son resultado de tales
meditaciones; son la expresión de sus dudas acerca del sentido de la vida
y de la cosmovisión. Tres palabras simbolizan la interrogante sobre “sabios
o philosofhos” tlamanitiliztli- Tlamantiliztli- tlamantini, estas tres palabras
compuestas según el análisis de Leon-Portilla, simbolizan lo que debe
permanecer, o debe ser conservado.
Tlatolmatinime cuyo significado literal es ‘sabios de la palabra’. Sin duda
se trata de los sabedores de discursos. Los que ven, los que se dedican a
observar, representa como la figura del sabio o philosopho náhuatl, que tiene
por misión enseñar a los hombres para “hacer que aparezca y se desarrolle
en ellos un rostro”, así como “poner delante de sus semejantes un espejo”,
para que conociéndose se hagan cuerdos y cuidadosos,
Entender el pasado prehispánico constituye el más profundo sustrato
del ser histórico de la moderna nación mexicana, sería imposible intentar
38
comprender nuestra realidad cultural contemporánea si se prescindiera de
sus antecedentes indígenas.
La filosofía en el ámbito localEn el ámbito local empezaremos con los aportes de Carlos Lekensdorf, el
punto de partida que realiza es la lingüística que le ha guiado por años,
porque la lengua, su estructura y su manera de nombrar la realidad, presenta
puntos de partida bien enraizados en el suelo del maya-tojolabal. El camino
que tomó Lekensdorf son las lenguas. Las lenguas tienen su cosmovisión, es
decir las lenguas encierran en sí mismas, cosmovisiones que explican las
particularidades de las estructuras lingüísticas, las expresiones idiomáticas y en
total, la idiosincrasia de idiomas determinados. De esta manera se extienden
por todas las ramificaciones de las lenguas y conforman lineamientos para
el filosofar.
Por lo tanto, las cosmovisiones según Lekensdorf están relacionadas
con el comportamiento de la gente. En resumidas cuentas, la presencia de
la cosmovisión en todas las ramas de una lengua, conforma de maneras
diferentes el filosofar de una nación o cultura determinada. Por ello Lekensdorf
encontró ir mucho más allá de aquello que se suele llamar filosofía en el
contexto occidental. Es una manera de salir de los moldes tradicionales.
Por su lado, el filosofar diferente cuestiona e interpela el filosofar realmente
existente.
Para Lekensdorf al encontrar el concepto de NOSOTROS desde los
tojolabales implica ordenar el mundo desde la comunidad y las colectividades.
La presencia del concepto caracteriza no solamente el filosofar en clave
tojolabal, es una filosofía bien pensada, bien reflexionada y muy consciente
por parte de los tojolabales. Del filosofar en clave tojolabal, es para no causar
provocaciones y malentendidos. En tojolabal al habla de NOSOTROS, pues, no
borra el individuo, sino que le da espacio para desarrollar todo su potencial.
39
Siguiendo el mismo hilo, Jacinto Arias8 ya explicaba en los años 70 que
los tsotsiles de San Pedro Chenalhó consideraban que el rito actúa sobre los
poderosos esfuerzos comunales que se orientaban hacia el mantenimiento de
la armonía tanto en el mundo visible como en el invisible. Arias argumentaba
que el niño crece y adquiere educación y sabiduría en ese proceso ritual.
Por ese motivo, la madre de un niño recién nacido toma precauciones a fin
de evitar cualquier peligro que pudiera causar la pérdida del alma de su hijo
La idea que evoca esas precauciones es que el alma del niño todavía no se
halla totalmente fija a su cuerpo; está cerca de él, pero no firmemente sujeta.
Por lo tanto, el niño necesita el apoyo y la protección de sus mayores en el
mundo visible para que ese mismo apoyo y esa misma protección puedan
existir en su morada invisible.
Todo esto no dista mucho con el mundo tseltal, Antonio Paoli Bolio explica
la cosmovisión tseltal desde lekil kuxlejal, para ello adentró a la vida cotidiana
de los tseltales explorando sus ideales de paz y de vida cotidiana armónica.
Su cotidianidad, más que su epopeya; sus valores, sus formas de apreciar la
vida, la gente y las cosas; se introdujo a entender el mundo tseltal, desde lo
comunitario se acercó a los sueños tseltales y sus prácticas de lekil kuxlejal
desde la pareja, la familia; sus ideales de integración, de solidaridad íntima,
de justicia, de autonomía personal y colectiva. Por lo tanto, Paoli se aproximó
a la manera en como los tseltales piensan el mundo bueno, a lo que ellos
quisieran que fuera y que en gran medida es, o ha sido y ha dejado de ser
o tener algunos elementos. El lekil kuxlejal de los tseltales no es una utopía
dice Paoli, porque no se refiere a un sueño inexistente sino una práctica de
la vida cotidiana.
8 Jacinto Arias, 1975, El mundo numinoso de los mayas: estructura y cambios contemporá-neos, Dirección General de Divulgación, col. Sep setenta, SEP, México.
40
Una práctica que tiene que ver con el pensar desde el corazón como
menciona Armando Verdín del p’ij yo’atan una metáfora filosófico-pedagógica
de corazón sabio, entendido e inteligente. Además de este modo de distribuir
la sabiduría danzando en la constelación infinita de lo cósmico-eco-humano,
dice Verdín que podemos ver, de igual modo, la inteligencia anidada y
distribuida en actitudes y modos de ser cotidianos, que articulan y cohesionan
la dimensión comunitaria con la personal. La íntima conexión con el universo,
el cielo, la tierra, la comunidad no podría pensarse si no fuera por el logro de
una personalidad fuerte en la cultura originaria.
Paoli aborda una parte del p’ijyo’tan, cada quien “encontrará maña
para hacer las cosas“; se trata de que cada quien será de modo personal
hábil, ingenioso y capaz para resolver las situaciones que se le presenten.
Cada quien desarrolla un estilo propio, original de enfrentar y solucionar los
problemas. Paoli nos dice que cada uno “toma de sí mismo las capacidades
que él mismo como individuo tiene“; dispone de un modo personal de
apropiarse y de administrar los recursos propios. El que es p’ijyo’tan se
manifiesta como alguien “con capacidad y poder“, que actúa con autonomía,
pero en el sentido de la comunidad. Ser p’ijyo’tan significa, además, tener
la capacidad para “llegar a consensos dentro del marco de la comunidad“.
Actúa intersubjetivamente, pues en su actuar se expresa el “sujeto individual
y colectivo“ (Paoli Bolio: 2003).
Desde la lengua tseltal para Paoli hay dos conceptos importantes que se
refieren al proceso o el sujeto se vuelve único nopjun y p’ijubtesel, palabras
tseltales que traducen la de educación. Esta idea también se encuentra en
tsotsil, donde escuela se dice chana vun, expresión que se compone de tres
vocablos “chan indica aprender, na casa, vun libro. La escuela es donde se
aprenden ‘papeles’ o libros. En este caso la escuela es vista como una casa
donde los niños de la comunidad comienzan a tener contacto con la cultura
escrita en la lengua española como instrumento básico que les permite jam
sat, abrir los ojos, lo que indica el proceso para percibir cosas escritas que
41
hay fuera del entorno del niño. Este proceso está acompañado por otro, es
decir, jam ye, abrir la boca o sea adquirir la capacidad de hablar según
las letras escritas en los libros. El otro es jam chikin, abrir los oídos, y se
refiere a la capacidad de escuchar y entender lo que dicen los libros”. (Pérez
Pérez, 2003: 83). Todo esto no debe de estar desligado del territorio como
menciona Miguel Sánchez (2012), como un constructo social y colectivo que
teje los saberes en relación a la práctica cotidiana de los pueblos indígenas.
Por lo tanto, en los pueblos indigenas la educación encierra un proceso
de conocimiento que se gesta desde la familia, las autoridades mayores y de
la misma comunidad, quienes inciden directamente en la vida cotidiana y en
la escuela de la vida, requiere ser comprendida desde la cultura milenaria,
desde el modo de vida social comunitario e interpretarla desde los principios,
creencias, filosofía y cosmovisión, es decir, desde la cosmogonía que regula
el ciclo vital, cultural y social.
La educación indígena en nuestro México jamás ha sido tal; nunca ha sido
planeada ni ejercida autónomamente por los propios interesados, éstos se
limitan a la educación informal de sus miembros por carecer de los recursos
para crear una infraestructura escolarizada. De igual manera, nunca han
ejercido el poder económico ni el político en tanto indígena ni como voceros
de dicha causa. La educación indígena siempre ha sido trazada desde el
exterior, apropiándose de los valores y culturas en provecho de la nación
no de los pueblos indígenas o simplemente anulándolos, devaluándolos
o utilizándolos en su afán de homologar a todos los ciudadanos,
independientemente de sus lenguas. La idea fundamental de la educación
indígena pueda retomar elementos de la cultura para generar un currículo
escolar para el aprendizaje de la lengua y cultura, tanto de lo propio como
de lo ajeno.
En todo esto no es traer la teoría y comprobarlo en el mundo tsotsil, sino
que entender el otro pensamiento para entender lo propio, aclaro que cada
autor tiene abordajes tan ricos desde los pensamientos que abordan, pero
42
desde la mirada de ellos; en el último capítulo generaremos los elementos
desde el contexto de los pueblos originarios.
43
segunda parte
Diseño metodológicode la investigación
La metodología de esta investigación es cualitativa, permite comprender a
profundidad, los fenómenos humanos, puesto que observa los hechos sociales
dentro de un contexto real. Según (Anguera, 1987: 56.), este método implica: “el
examen intensivo y en profundidad de diversos aspectos de un mismo fenómeno”
(citado por Pérez Serrano, 1998). Puede definirse como una descripción
intensiva y holística, y un análisis de una entidad singular, un fenómeno o
unidad social. Optamos por el estudio de caso porque son particularistas,
descriptivos, y heurísticas y se basan en el razonamiento inductivo al manejar
múltiples fuentes de datos. Una de las características del estudio de caso es la
necesidad de obtener información desde múltiples perspectivas. Yin (1984) lo
considera un método de investigación centrado en el estudio holístico de un
fenómeno contemporáneo dentro de un contexto real.
Por otro lado, admite la construcción de nuevos conocimientos a partir
de los hallazgos de la propia investigación mediante la comprensión de los
significados. De esta forma, el estudio de caso tiene como objetivo comprender
la particularidad del caso en estudio, considerando las siguientes funciones:
A) Describir y analizar situaciones únicas, en este caso los totil-me’iletik. B)
Comprensión de fenómenos y hechos sociales.
Según García Jiménez, (1991) el estudio de caso implica un proceso de
indagación que se caracteriza por el examen detallado, comprehensivo,
sistemático y en profundidad. Se empleó este método por considerar a los
totil-m’eiletik como un caso único y particular en su dimensión de personas
con una gran sabiduría ancestral, además de que cada uno entregará los
44
datos de acuerdo a su propia ontología, filosofía, realidad sociocultural y
formación intrínseca como persona tsotsil. Conocer a profundidad los saberes
de los totil- me’iletik, dado que los instrumentos que se utilizan en la recogida
de datos han de estar al servicio de los objetivos, en nuestra investigación
hemos optado por la conversación con nuestros mayores, la observación a
partir de las prácticas comunitarias.
En el desarrollo de la investigación, hemos recurrido al paradigma
de investigación interpretativa porque nos permite explicar a detalle la
problemática de la cotidianidad, las relaciones de intersubjetividad entre los
distintos actores, la comprensión de lo que se piensa, vive y se construye
dentro de contextos, espacios y tiempos específicos en que se desarrollan
los saberes.
Este tipo de investigación nos ha permitido ser más exhaustivos para
recoger toda la información posible y disponible sobre el tema y por
otra, nos permite realizar un estudio global de la temática partiendo de lo
individual, familiar y colectivo. Desde esta perspectiva consideramos algunos
de los elementos que justifican nuestro estudio: en primer lugar, asumo una
preocupación personal cuyo principal argumento es mi experiencia y en
segundo lugar, una preocupación de orden metodológico, la importancia
de realizar estudios de corte cualitativo, para analizar las creencias,
sentimientos, intereses, preocupaciones en torno a la temática; en tercer
lugar, la preocupación teórica, en referencia a visualizar los saberes de los
totil- me’iletik, como base de investigación y formación.
El desafío metodológico central en este estudio de caso9, de la ontología
y la epistemología desde lo comunitario de los procesos de saberes y
practicas el pueblo tsotsil, es la construcción de un ámbito reflexivo de nuestra
9 El estudio de caso es un método de investigación cualitativa que se ha utilizado ampliamen-te para comprender en profundidad la realidad social y educativa.
45
experiencia y práctica de nosotros los tsotsiles. El camino metodológico
es desde el giro hermenéutico10 en relación con la realidad cotidiana de
manera personal, familiar, comunitaria y cosmogónica; la práctica discursiva
que prioriza la conversación, es un continuo diálogo e interrogación mutua
entre mi experiencia y la comunidad; la escritura fue un instrumento para
poner en evidencia las narraciones y prácticas culturales y lingüísticas desde
las actividades cotidianas.
En el propio proceso de diálogo intenté tomar distancia de la rigurosidad
del proceso de investigación científica, no fue fácil, porque el fantasma
del conocimiento científico siempre acecha a mi pensamiento. La pregunta
necesaria ¿Por qué estudiar el pensamiento tsotsil si uno la ha vivido toda
la vida?, ¿Por qué la preocupación en tal ámbito? La reflexión tiene que ver
con mi vida y la comunidad. En el mundo tsotsil, las palabras cobran vida
y fuerza en la boca del abuelo. Un pueblo sin palabras no es un pueblo
de a de veras. Pero las palabras tienen que ser meros (verdaderos), que
despierten el corazón de quien la escuche y quien la viva.
Cuando iba a la casa de los mayores una vez al mes para conversar
cerca de donde se narra la historia secreta de la tierra. “Las conversaciones
se realizaron desde el año 2010 a 2013”, hablamos del sentido del pensar en
tsotsil, del sentido de habitar y educar comunitario, eran banquetes de ideas,
porque la urgencia de pensar-nos11 una riqueza olvidada y si nadie la cultiva,
el desierto avanza; y como dijera Niezsche: “¡ay del que en su interior alberga
desiertos!”. Cuestionar el tiempo y lo que está enfrente, lo que nos toca
10 Gadamer (2002) propone escuchar, dialogar, y partiendo de esta situación fundamental desarrolló una teoría del comprender, es decir una hermenéutica, que no proclamaba reglas fijas para la interpretación en una sola dirección, sino que cultivaba la virtud del saber escu-char, del diálogo y de la búsqueda común de la verdad.11 Pensar no es una actividad que deban monopolizar la academia y el mundo de los inte-lectuales.
46
hacer. Mirar apenas, pasar y mirar, sentir, querer y vivir. Y tantas cosas, tantos
momentos, los pájaros de alguna hora y algunos momentos únicos, y las tardes
y la gente retorna a sus hogares. En la comunidad hay tanto para ver; tanto. No
alcanzan los ojos a dibujar toda la piel, tanto color sorpresivo, tanto asombro.
Tanto para descubrir, hacer y repensar. Repensarlo desde el inicio, desde la
semilla. Hubo en algunos momentos de serenarse al estar con la palabra de
los mayores. Reconocer que estamos. Preguntar lo que somos, emerger de un
sueño, del que todavía no acabamos de despertar, vamos a vernos en este
tiempo, integrar el pasado en la raíz del presente para seguir la senda, dibujar
la mirada, tomar conciencia de los instantes que se viven, las horas, los días
y los años nos tapamos con la charla, el capricho de darnos meros pretextos
de reunirnos para dejarle claro al silencio el sentido de nuestras ocupaciones.
Hurgar un poco en el corazón y encontrarnos a la palabra que se desliza
por la cotidianidad, es como si la realidad no radicara en nosotros, se fuga
en la forma, en lo mágico, en cada árbol cuando podría haber sido un
pájaro o un tlacuache que irrumpiera en la plática.
La interpretación del mundo es una tarea y un reto, siempre una atractiva
posibilidad y siempre una tarea de urgente necesidad. El reto de platicar
con nuestros mayores es una oportunidad de asumirse como parte de los
mundos interpretados, mundos creados, y recreados en plural. Cada platica
alrededor del fogón por las tardes noches, se iba destejiendo la palabra
común y palabra grande, cada expresión esconde las vivencias. Encierra el
porqué de la vida. En momentos de silencio se guarda lo inexpresable pero
que se prolonga en gesto, en el decir algo está todo y que incluye, girar el
pensamiento, atrevernos a ver lo oculto, ahondar en el fondo de la existencia
humana en el tiempo, buscar de nuevo las fuentes de la realidad en las
fronteras de las vivencias.
Para esto fue necesaria la pregunta y la pregunta fue para destacar la
dirección de la pregunta. El preguntar se muestra como un no-saber mu jn’atik
que busca saber na’el, generalmente pensado como respuesta smelola,
47
slo’ilal. De esta forma el no-saber se satisface y se anula como pregunta.
Lo que queda es el saber de la respuesta. Esta manera de considerar la
pregunta en cuanto un no-saber, que señala una dirección, se apoya en
el hecho de que el no-saber es precisamente lo preguntado o aquello que
se pregunta, la búsqueda de una respuesta, esa búsqueda, decido buscar
donde se me perdió la respuesta de niño y creo que pude hallar aquello que
no tenía. Quizá surja otra pregunta, a partir de la respuesta encontrada por
los mayores, las preguntas se realizaron en la milpa, en los caminos, en sus
casas y en las asambleas. Participe en las asambleas como un oidor de la
palabra y nada más.
El 24 de diciembre de 2012 fui a ver mi abuelo acompañado de mi
hermano para una plática pendiente, lleve una videocamara para grabar
la conversación pendiente, cuando llegue a casa de mis progenitores
me comentaron que estaba muy grave. Inmediatamente me fui a verlo y
efectivamente estaba muy grave, le dio mucha alegría mi presencia y me dijo
las últimas palabras: chabiome ti avo’ntone ja’ me sna ti a lekilale, k’elo me
ti avo’ntone ja’ me slekilal a kuxlejale, me quede pensado en esas dos frases
de lo que me había dicho mi abuelo antes de fallecer, si del corazón brota
la existencia, es decir, entonces el corazón es la vida, de lo que me dijo mi
abuelo en relación a lo que me dice cada vez que me despido con mi padre
y madre viajar a San Cristóbal de Las Casas “k’elo me aba kerem” cuidarse
de sí mismo o encima de sí mismo o preocuparse de sí mismo, implica vivir
con paciencia porque la vida dura poco y entonces es escuchar las palabras
y pensarlas.
En todo momento retorne a la comunidad para corroborar los conceptos
y categorías dichas por los mayores, para no errar en su interpretación.
La reflexión que hemos formado para analizar una epistemología del
conocimiento tsotsil, quizá no ofrezca mucho fundamento teórico, sin
embargo, consideramos esencial entender los procesos de construcción, así
como las formas y categorías que utiliza la epistemología desde la practica
48
chanubtasel-p’ijubtasel como un modelo de pensar de la comunidad. Hay
ciertos conceptos en tsotsil que los que no lo conocen pasan de largo sin
hacerle caso.
En este caso, al trabajar con una cultura y lengua que conocemos, nos
permitió acércanos con más facilidad y confianza, y por lo tanto permitió
que nos compartieran su particular modo de mirar, reflejando sus saberes,
normas, valores, en relación al contexto. El carácter oral de la cultura tsotsil
nos permitió conversar en las reuniones informales durante largas horas e
hizo de esta técnica una gran estrategia, que permitió reflexionar, discutir,
confrontar y aclarar aspectos del saber, con su principal herramienta de
comunicación; entregando datos fidedignos y relevantes sobre la temática.
Algunas conversaciones se efectuaron mediante entrevistas a profundidad12
o en entrevistas semi-estructuradas13, primero se visitó a las personas en sus
casas, dándoles a conocer el trabajo a realizar, sus objetivos y la importancia
que ellos y ellas tienen en la misma. Para las pláticas se empleó una grabadora
digital y una video cámara. Las visitas se realizaron después de las jornadas
laborales, pero en todo momento, en los caminos nos dábamos la ocasión de
platicar de manera informal usando como medio de comunicación el tsotsil.
Una vez realizado el trabajo se analizó por categorías, como se puede ver
cada paso o momento, refleja el estudio de caso e interpretativo de este texto.
12 Técnica de obtención de información, mediante una conversación profesional con una o varias personas para un estudio analítico de investigación o para contribuir en los diagnós-ticos o tratamientos sociales. Ruiz Olabuénaga, J.I. Metodología de la Investigación cualita-tiva. 4ª ed. Bilbao: Universidad de Deusto; 2007.13 Estructurada: El investigador planifica previamente las preguntas mediante un guion prees-tablecido, secuenciado y dirigido, por lo que deja poca o ninguna posibilidad al entrevistado de réplica o de salirse del guión. Son preguntas cerradas (si, no o una respuesta predetermi-nada). - Semiestructurada: Se determina de antemano cual es la información relevante que se quiere conseguir. Se hacen preguntas abiertas dando oportunidad a recibir más matices de la respuesta, permite ir entrelazando temas, pero requiere de una gran atención por parte del investigador para poder encauzar y estirar los temas. (Actitud de escucha) Ruiz Olabuénaga, J.I. Metodología de la Investigación cualitativa. 4ª ed. Bilbao: Universidad de Deusto; 2007.
49
tercera parte
Del tema al problema
La acelerada transformación social y económica; están haciendo una
modificación en las culturas tradicionales de los pueblos originarios, las
practicas comunitarias y las formas particulares de vivir y de producir la
forma de vida comunitaria. La transculturación está permeando los valores,
la filosofía y los saberes comunitarios. Como dice Darío Salinas y Edgar
Jiménez (2002), la globalización solo nos conduce a un aumento de la
pobreza y las desigualdades, además, los aspectos de la identidad y de
memoria colectiva quedan excluidas y marginadas. Asimismo, Bourdieu
(1994), plantea que los agentes externos imponen estructuras a ciertas
agrupaciones colectivas. Según Morín (1994), la globalización provoca una
mutilación del conocimiento haciendo que los actores de la educación se
conviertan progresivamente en ignorantes frente al crecimiento exponencial
de los saberes por separado. Otra dificultad derivada de la exclusión de los
saberes y conocimientos es la emergencia sucesiva de la incomprensión de
los valores propios de la cultura originaria.
Entender la visión propia, permite adentrarnos a los valores que
guían la vida de una comunidad, un pueblo o de un contexto, recuperar
el proceso de educación desde el corazón y las normas, los valores, los
rituales, los simbolismos y la convivencia familiar y comunal para las nuevas
generaciones, implica volverlos sabios, cultos e inteligentes enfrentando las
distintas problemáticas.
Las interrogantes que nos planteamos están íntimamente relacionadas con
la formación de la persona comunal ¿Hay una filosofía tsotsil?, pienso que
es una interesante pregunta ¿Por qué los latinoamericanos, en su filosofar,
nos plantean el problema de una filosofía en nuestro mundo comunitario?
50
Que afecta a nuestro propio ser, nuestro ser como humano, ya que el pensar,
reflexionar es propio de la humanidad; y es este pensar, es este reflexionar
el que está puesto en duda cuando nos preguntamos sobre su posibilidad
de lo humano.
El pensamiento tsotsil se expresa de múltiples maneras por ejemplo las
narraciones, las máximas, la poesía, los relatos de los totil-me’iletik. Lo más
importante es el entendimiento profundo de la relación con la persona y
su realidad, nos planeamos interrogantes y quizá le encontremos algunas
posibles respuestas. ¿Cuál es el papel que juegan los totil me’iletik en el
proceso enseñanza–aprendizaje comunitario?, ¿qué prácticas sociales y
en qué contextos se realizan los procesos de enseñanza-aprendizaje de la
educación tsotsil?, ¿cómo afectan al pensamiento la transculturación y la
globalización?, ¿cómo incluir lo familiar y el educar comunitario dentro del
programa educativo formal?
Estado de la cuestión Una de las dificultades encontradas en la revisión bibliográfica, ha sido la
falta de trabajos sobre el tema relacionado con el chanubtasel-p’ijubtasel.
No obstante, he encontrado, a partir del año 2000 a la fecha, algunos
documentos relacionados con respecto a la educación que brindan los totil-
me’iletik, generado por investigadores provenientes de las comunidades
indígenas, los cuales he usado como fuente de información.
Algunos de los documentos que dan a conocer el pensamiento de los
pueblos originarios, se encuentran en los aportes de Antonio Paoli Bolio
sobre Educación, autonomía y lekil kuxlejal (2003), el proyecto P’ijyo’tan.
Armando Verdín (2008), los aportes de la organización de la Educación
Comunitaria Indígena para el desarrollo autónomo, Sp’ijubtesel Jbatik yu’un
yach’il jkuxlejaltik (ECIDEA) (2009).
51
Entre los investigadores originarios que han abordado una reflexión de los
conceptos mayas se encuentra Miguel Sánchez (2012), en su texto Territorio
y culturas en Huixtán, Chiapas, quien aborda los elementos cosmogónicos,
lingüísticos propios de los pueblos originarios, es decir, presenta la génesis
maya sobre la concepción del universo, en diferentes niveles y categorías
y conceptos, así como planos de entendimiento en el que se construyen los
conocimientos desde los pueblos indígenas, apegados a principios y acciones
del lekil kuxlejal. Por otro lado, desde el plano pedagógico menciona que
las comunidades indígenas existen sistemas pedagógicos que han permitido
históricamente la existencia de las culturas indígenas. Como proceso social
es históricamente cambiante en sus contenidos. Su reproducción se basa en
la existencia de algunas instituciones básicas como la familia, la comunidad
y el municipio (a través del sistema de cargos donde se consolida el principal
objetivo de este proceso, que es la formación de los bats’i viniketik y las bats’i
antsetik). Este espacio educativo se sustenta, básicamente, en la enseñanza
de los preceptos para la buena vida lekil kuxlejal, que es un proceso vivencial
basado en cuatro principios: 1) La reciprocidad: dar y recibir consejos. Todos
los miembros de la comunidad, especialmente los padres y las madres de
familia, deben corresponder a la educación de que ellos mismos fueron
sujetos, por sus padres-madres, abuelos-abuelas, tíos-tías, y la comunidad
en general. 2) La formación de la consciencia o ch’ulel, lo cual permite a la
persona adquirir gradualmente las responsabilidades consigo mismo y con
sus semejantes. 3) La capacitación física y mental de niños y niñas: Se refiere
propiamente al trabajo, los juegos y la resolución de problemas prácticos
como elementos pedagógicos, la formación del cuerpo y la mente. 4)
Finalmente, la formación de la conducta o el enderezar del corazón. Todas
las personas tienen derecho a educarse y formarse bajo los cánones de la
vida en sociedad y con sentido de solidaridad y comunidad –ocuparse de sí
mismos y de los demás. El autor, Horacio Gómez (2010) plantea la formación
de la conciencia mediante el ch’ulel.
52
Siguiendo el mismo orden Elías Pérez (2000), describe de manera más
profunda sobre el concepto Ch’ulel, se refiere a la conciencia o responsabilidad
de los seres humanos; el ser humano que se hace responsable de sus actos,
de las normatividades impuestas a todos los miembros de la comunidad
es una persona que ya le ha llegado su ch’ulel ‘su alma: conciencia’ La
llegada del ch’ulel en los niños y niñas, es decir, el proceso en el que se
hacen conscientes, puede ser percibida por los miembros adultos de la
familia, quienes intervienen induciendo el proceso. Como puede apreciarse,
un ser completo, sea hombre o mujer, es aquel hombre o aquella mujer que
son responsables de sus actos, tanto laborales, como con los demás seres
con quienes se relacionan. En relación a los tseltales Lucia Velazco (2012)
reflexiona desde la educación endógena, de donde nace el kuxlejal, la
educación para la vida y la llegada del ch’ulel de los tseltales.
Por otro lado, Juan López Intzín (2011) menciona en su texto Stalel y
control social entre los maya-tseltales de Chiapas, del concepto stalel para
referirse a varios aspectos del mundo de vida tseltal. Por ejemplo, a este
stalel, al añadirle kuxlejal con la cual se tendría el concepto o juego de
palabras stalel kuxlejal para aludir al advenir de nuestra vida y comúnmente
usado como la traducción del concepto de cultura. Sin embargo, el stalel
también hace referencia al modo de vivir kuxinel la vida kuxlejal y modo de
ser, actuar, ver, pensar, percibir y nombrar el mundo. Otro sentido del stalel,
se puede entender como las cosas que hicieron las Me’il-Tatil, Madres-Padres
o ancestros y que hay que seguirlas haciendo tal y cual como “las hicieron”.
Roberto Pérez Sántiz (2013) hace un estudio sobre los espacios biográficos
regionales de investigadores académicos bats’i vinik/antsetik desde la
cosmovisión maya actual. Rupturas y reencuentros identitarios, narra esas
rupturas de nuestro mundo indígena con la vida occidental, y la escuela
atravesamos esa realidad, menciona que nos negamos como indígenas, pero
al mismo tiempo la escuela nos ha permitido la reflexión. Su tesis la describe
desde la experiencia personal y teje con la parte académica, menciona
53
que los actuales académicos e investigadores bats’i vinik/antsetik, por su
inmersión en el mundo de la globalización, han generado un estilo de vida
que ya no los sitúa como agentes de la vida comunitaria de sus padres, pero
tampoco como agentes de una comunidad de habla castellana.
En todos estos abordajes observamos que la contribución en la
sistematización de una epistemología desde los pueblos es incipiente, los
trabajos que se están generando se avocan a la descripción monográfica
que rescata la cosmovisión de los pueblos, también mediante cuentos, poesía
y son muy pocos los trabajos con rigor académico.
Podemos notar que en la actualidad son muy pocos los trabajos que se
orientan a una mayor reflexión y sistematización de la cosmovisión maya
actual y estos esfuerzos deben de ser llevados a nivel áulico, es decir, en la
educación, el ser diverso en cuanto al pensar debe ser un elemento de valor
y referente positivo para cambiar el pensamiento del profesorado y la cultura
escolar. Desde esta perspectiva, los trabajos que se están generando deben
de ser un proceso de aprendizaje permanente donde todos(as) hemos de
aprender a compartir nuevos significados, nuevas formas de pensar y nuevos
comportamientos de relación entre las personas. La cultura de la diversidad
nos va a permitir construir una escuela de calidad con docentes que
ejerzan una pedagogía de calidad, donde todos tenemos la posibilidad de
aprender a aprehender tomando en cuenta los saberes desde lo contextos.
Los conocimientos que se están sistematizando deben de jugar un rol en la
transformación de la cultura, contribuyendo al desarrollo de una sociedad
más humana, menos discriminadora, más democrática, más solidaria y el
respeto mutuo.
Sin embargo, para que lo anterior se concrete la escuela como ente
educativo y sus docentes deben estar abiertos a esta diversidad de pensar
para conocer y valorar otras concepciones y visiones de mundo. Lograr
comprender otros universos simbólicos, en este caso la cultura maya o zoque
y el alumnado en que se interrelacionan. Es decir, tener claro que existe una
54
concepción de mundo particular, que existen principios, normas, creencias
y valores en el proceso de formación de la persona, que existe una forma
de relación con la naturaleza y lo espiritual fuertemente vinculados, que de
alguna manera están influyendo en el proceso de formación y socialización
de los niños y niñas mayas-zoque.
La perspectiva de investigación que se desarrolla en las comunidades o en
cada pueblo, el sistema de enseñanza y aprendizaje es aplicado en distintos
niveles de formación, así como fue en la educación tsotsil desde el corazón
donde siempre se encuentra presente un guía (padre, madre o parientes)
que orientan, para que el niño/niña aprenda observando y manipulando
los objetos y estando presente en todas las actividades realizadas por los
adultos, porque generalmente los niños obtienen información observando
las interacciones de otras personas. Existe la necesidad de realizar más
investigación y generar espacios de análisis y discusión en donde pudieran
interactuar representantes de las instituciones, organizaciones de la sociedad
civil, investigadores, docentes, estudiantes que se encuentran desarrollando
estudios a partir de los conceptos y categorías de los pueblos indígenas.
Fornet-Betancourt (2007) considera que la perspectiva intercultural ha
revolucionado la filosofía latinoamericana al confrontarla por su apego
hacia la filosofía hegemónica europea, y al obligarla a repensarse desde
su contexto particular, en el que la situación colonial y postcolonial ha
desempeñado un papel clave en su ceguera hacia los sistemas filosóficos y
de conocimientos indígenas.
Compromiso que implica, por una parte, dialogar con la filosofía de los
pueblos indígenas (desde condiciones materiales y teóricas de igualdad)
para revolucionar lo que hasta ahora se considera como filosofía, para que
pueda ser renombrada y redefinida mediante la cooperación de todas las
tradiciones de pensamiento de la humanidad; y por otro, asumir desde la
filosofía, un compromiso en apoyo a las luchas de los pueblos por su derecho
a la cultura y una justicia epistémica , económica, política y de espiritualidad.
55
JustificaciónFue importante llevar a cabo un estudio de esta naturaleza, debido a que son
escasos los trabajos sistematizados que existen referentes a la importancia
del pensamiento, la filosofía y la educación comunitaria. Por tanto, la
temática planteada permite revalorar y sistematizar los saberes educativos
de los tsotsiles para una educación intercultural.
En este caso, existe en el municipio de Huixtán vasta riqueza de saberes
y prácticas filosóficas desde la práctica oral, en las narraciones, en los
relatos, rituales, ceremonias, fiestas, asambleas, en la vida cotidiana; es
de vital importancia realizar este estudio por el cúmulo de conocimientos
sobre la práctica educativa que se alberga en el corazón y pensamiento
de los hombres y mujeres tsotsiles, así como las interrogantes o actitudes
referente a los pensamientos como un carácter integral, un pensamiento que
vive en la comunidad o de carácter familiar. Como toda cultura, el pueblo
tsotsil tiene historia, lengua, usos y costumbres, formas propias de educar, de
trasmitir los conocimientos, de pensar, solucionar sus problemas y poner en
práctica el conjunto de estrategias de vivir en un medio contextual. La gran
capacidad de pensar y flexibilidad de analizar la práctica, esto no está en
el imaginario, sino la compleja construcción de pensamiento y las prácticas,
con esto nos referimos que no son conocimientos petrificados, sino que son
dinámicos y holísticos. Los distintos saberes se entretejen con la parte familiar
y comunitaria además es la que regula el proceso de construcción del sujeto.
Es de reconocer que los conocimientos están ocultos y es necesario
visibilizarlos, retomando la práctica discursiva oral de los abuelos y abuelas
desde las diversas prácticas como la lectura de la naturaleza, fuego y la
construcción filosófica para su pueblo. Así como se han educado los abuelos
también desean enseñar a las futuras generaciones para que mantengan
vivos los conocimientos.
Por ello fue necesario retomar algunos aspectos de los aportes que se han
generado desde la cultura occidental y contrastar teóricamente lo que se ha
56
abordado en algunas líneas antropológicas, pedagógicas y psicológicas,
con la finalidad de aportar o enriquecer los conocimientos, tanto indígenas
como no indígenas, con ello posibilitaría la construcción intercultural. La
intención no es tratar de excluir al otro, sino tratar de dialogar, construir
puentes interculturales para transitar todos como seres humanos, no tratar de
ser espectadores, mas bien ser parte de la realidad en el que me encuentro
inmerso.
Tal como se planteaba en el objetivo que es distinguir cada uno de los
elementos y conceptos filosóficos y pedagógicos, partiendo de lo trivial,
lo común y lo cotidiano, no solo para interpretar los hallazgos, sino para
descubrir todo aquello que la sociedad teje entorno a los valores, la filosofía y
educación desde lo comunitario. Parte de la razón que me ha motivado para
realizar esta investigación, tiene que ver con la necesidad de comprender
cómo están inmersos en el universo contextual dichos conocimientos locales
y que se entretejen con lo intersubjetivo. Otra de las razones, es que realizar
la investigación entre los tsotsiles, sobre todo en el municipio de Huixtán es
porque no se ha realizado investigación alguna sobre ésta temática, de ahí
radica la importancia del presente trabajo.
Objetivos de la investigación En esta investigación nos preguntamos: ¿De qué manera los pueblos tsotsiles
contemporáneos, logran instalar sus prácticas y saberes epistemológicos y
filosóficos para la construcción de una propuesta incluyente en al ámbito
educativo? Esta pregunta me permitió impulsar la reflexión y realización del
presente trabajo.
En el pueblo tsotsil no existe una sistematización de los aportes de la
filosofía de lo comunitario, la otra razón es la importancia de los pensares
desde lo comunitario y visibilizar la forma de gestar los saberes. Lo que intento
demostrar con todo esto es, si hay otra forma de generar saberes que no es
57
menos ni más y que puede ser de mucha utilidad y provecho no únicamente
para los propios pueblos sino para el conjunto de la sociedad. También,
mediante este escrito contribuir con la urgente necesidad de restablecer los
procesos de diálogo con la diversidad de comunidades.
Con el propósito de responder a este conjunto de dudas y búsqueda
de saberes, los objetivos de nuestro trabajo de investigación, en un plano
incipiente de carácter interpretativo, puede enunciarse o formularse de la
siguiente manera:
• Identificar el conocimiento de los abuelos y abuelas (totil-me’iletik) tsotsiles
como figuras y practicas filosóficas y educativas.
• Describir los componentes del pensamiento tsotsil comunitario que
pueden incluirse en al ámbito educativo.
• Analizar la forma de pensar filosófico, desde los conceptos lingüísticos,
cosmogónicos, los saberes de los totil-me’iletik ‘abuelos y abuelas’ para
la construcción de una propuesta incluyente en al ámbito educativo.
El desarrollo de nuestro trabajo de investigación procura así aportar a la
sistematización de los más importantes procesos de creación y producción
intelectual desde la oralidad generados en la cotidianidad por el conjunto
de actores contemporáneos, cuya práctica emerge desde y a partir de las
comunidades indígenas.
Tenemos así la intención de reflexionar en torno al contexto y a la
caracterización general de la obra y el pensamiento, por ello me interesa
sistematizar las complejas construcciones prácticas generadas por el
pensamiento originario bats’i vinik-ants contemporáneo.
58
Vida íntima, familiar y comunitaria Regresar a la comunidad, volver a la casa es motivo de pepenar los
recuerdos, de lo vivido y de lo padecido y volver a escuchar el grito de las
cumbres, el crujir de las hojas secas, volver a escuchar la noche llena de ruido
y observar cómo zarpan las nubes; cada una de las palabras espigadas va
dándole sabor al vacío, el tiempo encarnado en el cuerpo, en el lenguaje,
en el corazón, se enciende el fogón, las constelaciones aparecen, sin saber
por qué haber ido, haber salido, la memoria quizá sea como una manera
de olvidar, lo instintivo se siente al volver a la casa. Busco entre los muebles
y las cosas, el gusto por querer representar en letras el presente, deleitar
la comida, desempolvo fantasmas con el azadón de mi abuelo y el telar
de mi abuela los cuelgo a orilla de mi sueño, son los puentes del hoy. Los
elementos, la simpleza, los alimentos vuelven a los recuerdos, de frío y de
corazón bajo la neblina. Me gustan los fríos de esta mañana y calentarme en
el fogón de mi madre. Regreso a esta etapa, el sueño y a la vivencia.
Aquí al pie de los grandes árboles, veré una cuna de sueños traerlos del
pasado, todo crece como la raíz del pensamiento de mis mayores. La palabra
ha venido a dar forma, luz que cerca la vida humana. El perfume de la tarde.
La primera caricia de mi madre y el primer viaje en brazos de mi padre. El
arrullo del bosque, el caer de la tarde, el retorno de los vecinos a sus casas
después de la jornada. Siento para siempre, el sabor del atole, con que nos
criaron entonces, jícaras con atole agrio, se me quedó en el paladar, se me
quedó en la mente y en corazón la tortilla caliente de maíz tierno. Mi padre
fue mi primer maestro, me enseñó la armonía, la belleza de la naturaleza,
la solución de las problemáticas familiares y comunitarias, el dialogar con
el corazón, compartimos muchas noches a la intemperie, largos relatos del
origen de la vida y me enseñaba los caminos del cielo, de los bosques y sus
señales son parte del lenguaje de la naturaleza, una cierta rigidez, como
puede ser la del árbol que tiene hundidas sus raíces en la tierra y la copa
muy alta que llega al cielo, así empieza mi existencia, la conversación con
59
los abuelos, las abuelas, los padres y las madres siguen siendo los primeros
aprendizajes que reavivan la memoria, recuerdo haberme sentado en las
rodillas de mi abuela y escuchar las primeras historias de animales que
dialogaban.
Cada palabra, cada expresión de la abuela ninguna se extravió sino como
abejas sobre las flores se posaron al fondo del o’ntonal ‘corazón’que se va
transformando en elementos fundantes para dispersarse en las relaciones
intergeneracionales o en los rituales con los antecesores.
Las palabras guardadas en el corazón gorjean como codornices en busca
de la libertad, entonces la pregunta brota en el aire para la transparencia,
¿Serán los pájaros o son los recuerdos que van caminando de regreso para
recoger la memoria, saludando a las mañanas en busca de sí mismo?
Por ello, “Conócete a ti mismo”, esa antigua frase del oráculo de Delfos
invita a preguntar ¿Qué es lo que me invita a conocer? ¿Qué es lo que hay
que conocer para saber de la vida? Cuando uno busca la vida la encuentra
en los pueblos originarios con el tesoro de conocimientos que guardan y
reconstruyen. Es una muestra de que la época anda marchando dentro de
uno y provee de sueños de acuerdo a la época. Todo esto tiene relación con
la existencia, es decir, lo vivido es el acontecer de las cosas que cada cual
vive; la experiencia se encuentra allá donde lo coexistido va acompañado
del pensamiento. El saber que procede de la experiencia es, por tanto, el
que se mantiene en una relación pensante con el acontecer de las cosas. He
partido desde mi propia actividad de pensar, hace ya cierto tiempo me dije
que habría que hablar, uno de estos días y estoy consciente de los riesgos
y las trampas que conlleva. Narrar las vivencias desde uno, implica destejer
la trama de la existencia, todo lo sabido y lo ignorado, lo conocido y lo
desconocido, revelar el ser es revelar la perspectiva de vida, las posturas e
implicaciones que conducen en la narración. Empezaré a hablar del sna’el
‘el recordar’ y el mixik’ ‘ombligo’ metáforas del origen e identidad, atadura
que se encuentra entretejida con el ser y el estar.
60
Los pasos en que me fueron sucediendo las vivencias con mis padres y con
los abuelos y la comunidad, siempre es entretejida, durante mi infancia recorrí
el escenario comunitario. En el momento que llegó mi corazón y mi ch’ulel fue
como un suspiro profundo tan real y verdadero como el dolor; entender el
ambiente y las actividades cotidianas, ir a la milpa, al bosque, a las montañas,
de cómo cuidar la tierra y dejarlo descansar para los siguientes años y de que
no falten los alimentos. Recorrer los bosques, valles y montañas con los pies
descalzos implicaba enraizarse con la madre tierra y crecer con los valores
de acuerdo a la familia y comunidad; fui envuelto y cobijado por el vivir
comunitario, con ello implicaba participar en trabajos, es decir, en el arreglo
de caminos, la limpia de los mojones, el arreglo de las problemáticas de la
comunidad, ayudar en el trabajo y en la siembra en las parcelas, planeaciones
de las fiestas familiares y comunitarias. Cada una de las acciones encarnó en
mi vida, cada paso es el umbral y la posibilidad de un más allá.
Al momento de entender la vida, es decir saber ver, abrir los ojos y
el corazón implicaba estar atento a los acontecimientos comunitarios,
por ejemplo, en lo espiritual me educaron con base en cuentos, sentado
alrededor del fogón, escuchando el canto de los pájaros, mirando a la luna,
los relámpagos, y escuchando las palabras de mi madre mientras torteaba
a fuego lento, tanto mi padre como mi madre se encargaban de contarnos
cuentos; nos decía Jamik me lek a chikinik, ‘pongan mucha atención’ cuando
esto expresaba mi padre o mi madre implicaba estar atento a las palabras del
corazón, la educación que recibí siempre fue acompañada de narraciones,
cuando íbamos al bosque mi padre nos narraba:
Había un niño, cuando se internaba al bosque mataba a los animales, mataba a
las ardillas, le gustaba caminar en las montañas llevaba su resortera y al ver una
ardilla le tiraba a matar, la ardilla a veces se lastimaba la cabeza, la cola, las patas
o únicamente quedaba herida. El niño hacia lo mismo cada vez que iba al bosque,
hasta que los dueños de los animales se enojaron, lo taparon en medio del camino,
el niño fue llevado a una cueva para ver los animales que había matado y herido,
61
entonces solo vino a decirle a su madre después de tres días de estar cuidando
los animales lastimados, solo un día regreso y se murió, entonces se fue a cuidar
definitivamente a los animales.
Al término de la narración nos ponía a despertar el corazón y nos decía que
no matáramos los animales por gusto, sino, nos podía pasar como el niño, si
llegáramos a matar algún animal no había que dejarlo tirado, sino llevarlo a
la casa. Para mí las narraciones son huellas o testimonios de nuestro camino
en la vida, aquello que queda reflejado de nuestro paso por un lugar. En esta
comunicación da cuenta de las huellas de mi andar. Partir de la historia de
vida en un tiempo concreto y unos aprendizajes concretos, son los fragmentos
que forman la existencia.
En una ocasión acompañe a mi padre a otra comunidad, llegamos de
noche, no me acuerdo cuál era el objetivo de la visita, lo que si me acuerdo
es que estaban realizando un ritual de curación a un bebé, en esa ocasión
nos invitaron a pasar a la casa y al interactuar con la famila nos relataron:
está llorando mucho el bebé y mi padre le pregunta que le había pasado,
la señora inmediatamente respondió, es mal de ojo, por eso hemos ido a
buscar el remedio, lo encontramos y lo vamos a curar ahorita dijo la señora,
mi padre dijo me ja’ xa na’ ‘¿será qué es?’, ja’ ’¡es¡’ respondió la señora de
manera imperativa, k’usi jun ti xpoxile ‘¿Cuál es la medicina?’ Cuestiona mi
padre y el señor responde ja’ li’i ‘es éste’ mostrando los elementos, k’ux-elan
chich’ pasel ju’un ‘¿y cómo se prepara pues?’ preguntó mi padre, ta jmeltsan
xa vilik ‘lo vamos a preparar para que puedan mirar’ nos dijo la señora y
continuó su narración de la siguiente manera:
Cuando fui a traer elote ayer en la milpa encontré un vecino y su mujer está
embarazada, debe de ser varón por eso es muy caliente su mirada, ahora no deja
de llorar mi bebé, hoy fuimos a buscar el nido del colibrí, trece puntas de ocote, y
el incienso. Lo vamos a quemar en el fogón y sobre el humo pasar el recién nacido
trece veces y cuando esto se concluya dejará de llorar xch’ani.
62
Lo que nos dijo tenia relación con las acciones que realizó y efectivamente se
quedó dormidita después de la curación, entonces, es el reflejo del profundo
saber con qué cuentan las mujeres, es la herencia de los mayores. Los secretos
de la curación están en los elementos, cuando curan, todos participamos
aunque seamos invitados, el señor acostó en sus brazos a la bebé y la pasó
sobre el humo acompañandola de palabras, por más que hago memoria
no lo tengo tan claro, únicamente me acuerdo que decía: avokoluk kajval
koltabun ti kole, ti jnich’one, balto skoltaun ti abtel, balto sk’elun ta jmalubel,
unen to, olol to, mu to sna’, mu to xchan, ak’oto kuxiuk avokoluk kajval ‘por
favor mi dueño ayuda a mi hija, mi descendencia, para que me ayude en
el trabajo, para que me cuide en mi vejez, aún esta pequeña, aún no sabe,
aún no aprende, por favor mi dueño que viva por favor’ decía estas palabras
cada vez que daba vuelta en el humo, al terminar cenamos caldo de pollo
con tortillas recién salidas del comal.
Durante la cena, empezaron a platicar de otros temas, mientras yo
disfrutaba de la cena y pedía más caldo por que no era común comer pollo
todos los días, en esa ocasión salimos como a la medianoche y regresamos
a casa, llegamos como las dos de la mañana, mi mamá se encontraba
preocupada.
En mi comunidad, cada actividad que realizamos siempre está acom-
pañada de narraciones, por ejemplo, cuando nos tocaba arrancar la cueza
nos decía mi madre:
Cuando se arranca la cueza, no hay que arrancarla muy temprano, por lo que
no se han levantado, siguen durmiendo o que no han ido a bañarse, porque si se
arranca temprano sale muy lodosa o muy pequeña (es una muestra que no se han
levantado), tampoco se puede arrancar a mediodía porque se han ido a bañar o
que andan paseando, únicamente se puede arrancar por la tarde porque en esas
horas ya se encuentra de regreso en su casa y muy limpia.
63
Las narraciones son, pensar como consecuencia de algo, es decir la meditación
de las experiencias personales se orienta por medio de un sentimiento vivo
que es el o’ntonal. Ello hace que el pasado sea recordado con la misma
intensidad que el presente. No se me ha olvido lo que me ha emocionado,
lo que se aprende se mete hasta el tuétano y muerde nuestra piel cuando
nos olvidamos, por lo que las emociones, la riqueza de los sentimientos, ha
guiado el recuerdo y hace que hable de él como si reviviera el momento que
me ha capturado; la siguiente narración es muestra de ello:
En una ocasión mi abuela me contó que cuando nace un niño los animales pequeños
celebran por lo que tendrán abundancia de alimentos en el campo y hacen una gran
fiesta, pero los animales grandes se ponen tristes porque saben que el niño cuando
crezca será un cazador, pero si nace una niña los animales pequeños se ponen
tristes porque no tendrán mucho alimento y los animales grandes celebran porque se
reproducirán en el campo y hacen un fiesta por la llegada de la niña, eso es lo que
nos dijieron nuestros abuelos. (Doña Manuela Huet Ara Jocosic, Huixtan Chiapas,
Julio 2015).
En otra ocasión me dijo mi padre, vas a ir a estudiar para que un día
aprendas a escribir, es bueno escribir, dejar a la lengua intentar que hable,
cómo se intenta sembrar la milpa, tardar el tiempo necesario para sembrar,
es lo mismo el pensar hasta que sueñe tu corazón y entonces se quedara
sentada tu palabra ‘nakal chkom ta vo’nton’. Ahora empiezo a ver la vida
con otros ojos y digo si hay algo verdaderamente importante en la vida y en
lo humano, ese algo tiene que manifestarse de alguna manera y tiene que
haber un camino para acceder a eso grandioso. Quizá se sabe a dónde
llegar, pero el problema es el cómo. Ni exactamente a qué llegaremos, pero
desde esta actitud el acto de búsqueda que se irá generando en nosotros
tomará cada vez más fuerza.
Ahora me he dado cuenta de las cosas obviadas, olvidadas, que siempre
son bastantes, cada vez que escribo me reinvento, en un ejercicio que puede
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llegar a ser recursivamente caracoleado. La vida desde el ámbito comunitario
está relacionada con una idea que forma. Cada paso es una deconstrucción
entre lo que soy y lo que deseo ser. Desde lo comunitario el conocimiento
no se transmite, sino que se construye en la práctica y en relación con los
demás, que la propia relación ya es construcción de conocimiento y que no
se puede separar el conocimiento de la relación porque entonces la vida
carece de sentido y carece de sentido el aprender a vivir, que es una parte
fundamental de lo que tienen que aprender las niñas y los niños.
En las ocasiones que mi padre fue curado en la casa, presenciábamos con
mis hermanos, todas las actividades que realizaba el curandero, veíamos, sus
curaciones que las acompañaba con palabras, expresiones y gestos, cada
una de las palabras pronunciadas tenia relación con las prácticas cotidianas
de la comunidad, todos ahí sentados escuchando y observando el discurso
del curandero que decía las siguientes palabras:
Tot san Antrex, tot san Mikel, tot san Manuel, tot san Lorenzo, tot san Juan, tot ch’ul krus kajval, li’ oyuni, li’ nijiluni, li’ chimiluni.
Tana li’to jchanubtasvanej, jtojobtasvanej ta vinajel kajval, ch’ul tot, ch’ul skeval a sat, ta jk’opon a nichimal asat, ta xkavta ta snichi-mal asat, ta xnichimal avelov kajval, tana xa vak’bun perton, ti jelavestal ti k’ope, jo’ot ti chachapane, ti chameltsane, ti chabusane kajval.
Yu’un chilik, yu’un chitots yu’un chi xanav kajval.
Yu’un chilik chitots ta j-ok’ ta jlikel kajval. Avokoluk kajval ta jk’anbok ta ak’o, ta avok, yu’un chachapan, yu’un chameltsan ti yuts’ilal ti sbe ti kee, ti yutsilal sbe ti jti’e, li’ ta jlikeli, li’ ta j-ok’i, xelauk me xvinaj ti jk’ope,
Padre san Andrés, padre san Miguel, padre san Manuel, padre san Lorenzo, padre san Juan, padre sagrado señor, aquí estoy, aquí estoy inclinado, aquí estoy ladeado.
Aquí en tu presencia gran maestro, en tu rec-titud sagrado señor, sagrado padre, sagrado reflejo de tus ojos, hablo en tu florido rostro, grito en tu florido rostro, en tu florido sem-blante mi señor, me obsequias el perdón, voy a pasar mi palabra, Usted es el que puede arreglar, Usted es el que puede componer, Usted es el que amontona ante nosotros.
Para que me levante, para que me mueva, para que pueda andar mi señor.
Para que me levante y ande en un rato, en un momento Señor, por favor Señor te pido en tu mano, en tus pies, para que lo arre-gles, para que repares la hermosura, el ca-mino de mi palabra, para que floree en el
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nichimuk me xvinaj ti jko’pe, xkolajuk me k’uchel jkot ts’unun mut kajval.
Li’ta voki, li’ta ak’obi ch’ul tot, ch’ul me’ kaj-val, ak’bun me tal ti yav kee, ti yav jti’e yu’un ta jnuts ti tentsune, ti ik’al ts’i’e, ti chopoletike.
Jun snichimal tana, balun snichimal tana, yu’un ak’o lok’uk ti jun sti’vanane, ti balun sti’vanane, ak’o k’atp’ujuk ti jk’ope, ak’o k’atp’ujuk ti jti’e ta lixton ta xela tana, ja’ me toyuk xa batel ti sba kee, ti sba jti’e, yu’un ak’o lok’uk ti chopolile, ak’o me lok’uk ku-chel tentsun, kuchel vak k’os mut, k’uhel stsur-kuk, yu’un te xk’ot ta lajel, te xk’ot ta ch’ayel ta spat xokol ti sba kee, ti sba jti’e.
Ak’o sk’u’inan ti sba jti’e ti sba kee, k’atp’unun ta sk’ejimol sakil mut, yaxal mut. Li ta jlikeli, li’ ta j-ok’i kajval yu’un te xk’ot, yu’un te xlaj ti jk’ope ti ka’yeje.
Ja’ me ak’o sk’u’in, ja’ me ak’o spok’in, ti bats’i lixtone, ti bats’i xelae, te me kapaluk batel, te me vots’oluk batel ti nichimal k’ope, ti muil k’ope, ochuk me ta spat xokol, ochuk me ta yav ya’al, ta sakil o’ntonal, ta k’anal o’ntonal, ta yech’al bak, ta yech’al tsukuts.
Tana kajval junme ko’nton oyun li’, jp’ej me ko’nton oyun, xchi’uk ti ach’aile ti ajovale, ti ta nichim bae, ti ta nichim sate.
Kajval ta jtsak me un, kajval ta jti’in me un, o’un tutik ta kutsilaltutik, o’untutuk ta jlekilal-tutik ti jk’optutike, ti ketutike, me lek ilok’ me muyuk lek ilok’, te xa pasbun perton kajval,
andar mi labio, en un rato, en un instante, que parezca como listón mi palabra, que parezcan como flores mis palabras, que parezca como un colibrí mi palabra Señor.
Aquí en tus pies, aquí en tus manos sagrado Señor, sagrada madre señora, has que se posen las palabras en mis labios, el conteni-do de mi boca para que lo corra el chivo, el perro negro y el malestar.
Que florezca el día de hoy, que contenga nueve flores hoy, para que se retire el dolor, las nueve mordeduras, que se trasforme en palabra, que se trasformen mis labios en lis-tones de será, se eleven las palabras de mis labio, para que salga el malestar, que salga como el chivo, como el pájaro de seis can-tos, como el búho, para que llegue su fin, para que se esconda encima de mis labios, encima de mis palabras.
Que se arropen en palabras mis labios y mi saliva, transfórmame en canto del ave blan-ca, pájaro verde. En un rato, en un instante señor para que llegue, para que termine mi palabra y mi plática.
Que lo cobije, que se arrope, el verdadero listón de seda, la verdadera seda, que se amase, que se revuelva con la palabra flori-da, la aromática palabra, que entre en todas las direcciones, que entre en su cerebro, en el corazón blanco, en el corazón amarillo, más allá de los huesos, más allá de las vísceras.
Señor que tenga un solo corazón aquí, que sea redondeado mi corazón, con su vapor y la neblina, florido Señor, Señor de rostro florido.
Con su permiso voy a agarrar Señor, Se-ñor voy a posarlo en mis labios, nosotros en nuestro bienestar, nosotros en nuestro bienestar de palabras, en nuestras bocas,
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toyol vinik, toyol ants, pepen vinik, pepen ants.
Tana li’e kajval ich´bikun ti yunen pome, ti yunen ch’ail, yo’ ta jk’an perton , yo’ ta jk’an lisencia, ak’o lok’uk batel ti jun yavanem, ti jun sti’vanem, puxo batel ta lumal tok, pot-so batel la lumal tok, beino batel ta nom , beino batel ta noch’ mu ak’o sutuk tal mu ak’o sjoy sbe tal, ak’o kuchukuk batel ta tok, ak’o kuchukuk batel ta pepen kajval, ik’o batel ta sutub ik’, ik’o batel ta xanavel tok, ak’o ochuk ta spat ti sakil me’ k’inivale kajval k’opta batel ta nom ta noch’ kajval.
Ta me xilik ta o’lol kajval, ta me xi lik ta o’lol jmuk’ta va’lebal, ta xcha’ kojol, ta yoxkojol vinajel, ta yolon a ch’ul k’ob, ta yolon a ch’ul vok, ta bi ch’ul riox, ta sbi ch’ul totik san Mi-kel, san antrex, san Manuel, san Mateo, ch’ul me’tik balamil, ta jun me ora, ta o’lol me ora jo’oxuk cha kapik ta nichim ta pom ti jsate.
Ti chamele mu me xa pochan komel ta o’lol be, ta o’lol naklebal, ak’o me xkuch batel ti pepene ti sakil toke. Ak’o sk’uin ti kuxlejale, ak’o spok’in ti utsilale, tana li’e yajval ch’ul vinajel, ch’ul balamil, jo’oxuk chachapanik jo’oxuk cha meltsanik ti sbek’tal stakopal ti kuts’ kalale.
Mu valampatbilokot ku’not tutik kajval, Tak-bun batel ta oxlajun koj ti chamele, tak bun batel ta balun koj ti chamele, ak’o viluk batel ak’o sjam batel xik ti chamele kajval.
si sale bien o no sale bien, hay me perdonas Señor, Señor de las alturas, hombre maripo-sa, mujer mariposa.
Señor por favor recíbele su pequeño in-cienso, en su tierno humo, para solicitar perdón, para pedir permiso o autorización, que salga como un grito, en una dolencia, envuélvelo en una neblina, dóblalo en una neblina, camínalo lejos, camínalo en lo más remoto para que no retorne, para que no retorne en otro camino, que las nubes lo lle-ven lejos, que lo lleve una mariposa Señor, llévelo en un remolino, que lo lleve las nubes andantes, que lleve en su espalda o en su cuerpo el arcoíris blanco Señor. Búrlale a lo lejos Señor.
Voy a empezar en medio Señor, voy a em-pezar en el medio gran Señor, en su segun-do nivel, en el tercer cielo, bajo tu sagrada mano, bajo tu sagrado pie, en tu nombre Señor, en nombre de nuestro padre, san Mi-guel, san Andrés, san Manuel, san Mateo, sagrada Madre Tierra, en una hora, en me-dia hora ustedes van a envolver mi rostro en florido incienso.
La enfermedad no lo vaya a dejar tirado en medio camino, en medio de un banco, que lo lleve cargando la mariposa, la nube blan-ca. Que se arrope en la vida, que el bienes-tar sea su indumentaria, ahora Señor dueño del sagrado universo, sagrada tierra, uste-des lo van a arreglar, ustedes van a compo-ner su carne y hueso de nuestra familia.
No estás detrás de nosotros Señor, manda a los trece niveles el malestar, manda a los nueve niveles la enfermedad, que vuele la enfermedad, que abra sus alas la enferme-dad Señor.
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Jo’ot chkak’ ta nichim sat, jo’ot chka’k ta ch’ul elav. Mu me tsaleluk tspas ti chame-le, mume tuch’ beuk tspas ti chopolile, ak’o chapajukme, ak’o meltsajukme ti jchamele, ti kuts kalale. Ak’o ovijuk ti chamel, ta k’op ta rezal ta kompixial k’op kajval.
Avokoluk kajval lok’esbo uk ti buch’u oy ta sjol, oy ta yo’nton, oy tsakal ta stakopal, ta sbek’tal, te vayal vuts’ul ta yo’nton ti k’ope. Labtsajeso ti buch’u xti’et sjol, xti’et yo’nton, ak’o nom sk’ui’in ak’o nom spok’in, ak’o k’otuk ta yo’ton, ak’o k’otuk ta sjol ti lekil k’ope, ti t’ujumal k’ope.
Ja’ech no’ox ti jk’ope, ja’ech no’ox ti ka’yeje, muyuk ep, muyuk nat, ti ta jun ora, ti ta o’lol ora, k’uyepal t’abtal ti ko’nton, k’uyepal vul ta jol, ja’ jo’ox jech, k’uyepal ti li’ lamalun-tutik, k’uyepal ti li’ vuts’uluntutik, k’uyepal ti li’ tsoboluntutik ja’ no’ox. Jech ti jk’ope, ja’ no’ox jech ti ka’yeje kajval.
(Jpoxtavanej, Miguel K’ulej, Comunidad Lopez
Mateos, Huixtán, diciembre 2011)
Yo entregare en una flor su rostro, yo entrego en su sagrado rosotro señor. Que no sea una competencia lo que hace la enfermedad, que no sea un cortador de camino el males-tar, que se arregle, que se cure el enfermo, mi familia. Que se aloque la enfermedad, que sea en un rezo o en un diálogo señor.
Por favor señor extráele los que tienen en su cabeza, en su corazón, lo que esta adheri-do en su cuerpo, en su cuerpo, esta acurru-cado o dormido en su corazón mi palabra. Calma al que le muerde la cabeza y el co-razón, que se arrope a lo lejos, que llegue en su corazón, que llegue en su cabeza las buenas palabras, la florida palabra.
Así es mi palabra, así es mi diálogo, no es mucho, no es prolongado, en una hora, en media hora, lo que mi corazón ha recorda-do, la cantidad que llego en mi corazón, la cantidad de tierra que somos, el número de familias que estamos reunidos, el número que estamos reunidos solamente. Así es mi palabra, es todo mi discurso señor.
(Curandero, Miguel K’ulej, Comunidad LópezMateos, Huixtán, diciembre 2011).
Lo que representa las palabras del curandero es una visión del mundo sk’elel
talel kuxlejal, que interpreta los momentos significativos de la existencia
humana y que los guía éticamente. Abre el camino a la posibilidad de
efectuar actos de abstracción, del análisis, de separación de los contenidos
semánticos de la curación, la descripción del discurso precisa de la realidad
cotidiana. Los sabios ritualizadores aprenden en la escuela de la vida
estrictamente disciplinada, son los llamados sabios, p’ijil viniketik.
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Doña Antonia Pale, me compartía esto: jujun k’ak’al ta jchantik batel, mu xlaj
ti xchanele, estamos en construcción constante, no terminamos de aprender. La
búsqueda del lekil kuxlejal, es una búsqueda constante, en el pensamiento y
en corazón, todo es realizable de acuerdo a las voluntades, vivir cada día de
las pequeñeces y volverlos grandes prácticas, muk’ sk’an ti abtele.
El adulto necesita del niño y el niño necesita del adulto, kich’ jbatik ta
bik’it ta muk’, jk’an jbatik ta bik’it ta muk, es el querer auténtico, es el pensar
en un contexto, es decir tiene que educarlo de acuerdo al contexto que se
encuentra inmerso porqué es lo que conecta con la experiencia. Emerger con
un pensamiento propio fruto de una identidad firme y auténtica.
Es por ello que, para mí, la utilidad del lenguaje cotidiano reside en su
plasticidad; puede ser moldeada en forma más o menos precisa que se
ajusta a diferentes circunstancias. Vivencias, observaciones en función de
propiedad común, colectiva, requiere un enunciado sobre las interrelaciones
dentro del sistema del concepto del cual forma parte la existencia. En las
siguientes páginas se trazará el pasado con la finalidad de abrir el futuro,
intentar abrir el velo para entrever y asomarse en el pensar comunitario.
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cuarta parte
Análisis del procesode chanubtasel-p’ijubtasel14
Según análisis de la información recopilada, cabe señalar que el saber
en tsotsil se construye y fundamenta en una gran categoría que se ha
denominado P’ijubtasel- Chanubtasel. Esta categoría se crea a partir del
análisis de contenido, puesto que desde el punto de vista de la cultura tsotsil
es una base importante para la formación de la persona. De esta gran
categoría se derivan, asocian e interrelacionan otras subcategorías que se
van desplegando durante el texto. Además, en la formación de la persona
tsotsil se busca que el individuo se desarrolle integralmente para participar
adecuadamente en su familia, en su comunidad y sociedad.
En el chanubtasel-p’ijubtasel se demuestran los valores como principios
de la vida, la relación no queda únicamente a nivel de persona sino con la
naturaleza. El siguiente testimonio nos reafirma lo mencionado:
…Nosotros los tsotsiles tenemos valores de cómo debe ser la vida, cómo comportarnos
frente a las demás, con la naturaleza, en las ceremonias y con las personas, hablar
bien, diálogar, saludar. Aunque no conozcamos a las personas debemos saludarlas
haciéndonos a un lado del camino, dejar que pasen ellos y se debe realizar con
mucho respeto si así lo hacemos nos conocen de lo que nos han enseñado desde
la casa o la comunidad de donde somos, así han dejado dicho nuestros mayores,
14 Es el proceso cognitivo que se desarolla para el modelo de ser humano, por lo tanto, se asemeja a una gota infinita que se ajusta a la vida, la música de lo interior que mueve hacia fuera, es decir una suerte de danza del pensmaiento y el corazón.
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porque si no hacemos así, lo que demostramos es el desprecio y dejamos mal a
nuestros padres y madres porque nos comportamos como queremos y no es así.
(Andrés Pérez Moshan, Comunidad Jocosic, Huixtán, diciembre 2014).
En las palabras encontramos valores muy profundos que tienen que ver con
la vida y el proceder humano, como la importancia del diálogo, el saludar,
todo esto implica un conocimiento.
El presente esquema representa el pensamiento de grupo originario, es decir
la indagación ética nos permite descubrir un abanico de modos de vida con
distintos valores para cada persona. Con la palabra se urde la existencia, la
ciencia y la filosofía tejida en el tiempo, tiene que ver con la ilustración que
brinda, es como la luz de la mañana, así es la palabra, luz que arroja sobre
el mundo y le otorga una dimensión contextual al ser humano, una esencia,
un suceso, un color, una textura, una dimensión y un movimiento cambiante,
el esquema representa todo ese conjunto de saberes.
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
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La palabra visibiliza todo elemento al nombrarla. Por qué requiere de un
complemento como la del universo mismo, siempre en espera de la revelación
de su naturaleza mediante la luz y darse cuenta de la condición. Para la
mirada y la escucha que perciben aquel fulgor verbal sobre el diálogo, los
hombres no abandonan la noche y la fogata despierta a la lengua que
habita para mudarse de piel a un claro donde mudan los elementos, seres
o lugares visibles, ahí están los bosques, arroyos, milpas que resurgen en la
espesura de la palabra. Es huella del día que demuestra la presencia del
pensamiento y se comparte de algún punto visible, en una plática de los
mayores, esta presenta la ausencia, la duración, la hondura y la velocidad
de cada expresión que se esparce en los corazones. Es probable que lo
oculto venga en busca de la luz y nos acompañe al reunirnos alrededor del
fogón, con los abuelos, los padres y la niñez, para hacerles despertar el
universo de miradas.
Nuestra lengua tsotsil, es una lengua tan expresiva en su sistema verbal
que un solo verbo puede conjugarse en más de múltiples formas, pero a
veces somos silenciosos, ese silencio muchos lo interpretan como inferior,
ignorancia, sin embargo, el silencio es una manera de entendernos, una
manera de que los abuelos son maestros de la lengua y del saber escuchar.
Después de numerosas reflexiones y conversaciones con abuelos y abuelas,
con la comunidad que me vio nacer, puedo hablar sobre el pensamiento y
la lengua, como tsotsil, el hablar tiene gran importancia desde el contexto, el
convivir tiene que ver con el entendernos con las palabras, con las historias,
con la oralidad, con los saberes y las prácticas.
Vamos construyendo nuestra historia con nuestras palabras, construyendo
nuestras vidas; la conversación no es solo un instrumento para enunciar, narrar
de manera interlocutoriamente, sino una manera de representar nuestra
identidad personal o colectiva, es también un decir sobre algo que está
rondando en nuestros corazones, que conlleva más allá de las circunstancias
del hablar, del platicar o del dialogar.
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Algunas de esas conversaciones me van a permitir zurcir los pensamientos
que están dispersos. En la conversación queda unida la voz, los gestos, la
mirada y los saberes, la visión de las voces, algunas muy lejanas, otras
ignoradas, pero construyen de forma incesante, el rostro imaginado y sentido
de aquel de quien hablamos, platicamos y conversamos.
Lo que es propio del habla de la vida tsotsil junto con algo más colectivo
se teje con los pensamientos, ya que existe un hilo que se entrelaza con
las palabras para mantener una conversación, transformada en vivencia, en
narración, construyen un horizonte normativo ante la vida, aunque de modo
diferente, podemos situarnos en un plano, tratar cuestiones que tienen que
ver con el pensamiento o con saberes tsotsiles, no es fácil con la distancia y
la proximidad de la tradición, con las identidades de los interlocutores, iré
zurciendolo conforme se van costurando las palabras en las conversaciones.
Toda palabra tiene que ver con nuestra historia, con el tiempo y con el
momento que estamos, cada palabra tiene un peldaño, un principio, un
acalorarse y una muerte, todo ello se ancla en la vida, por ello es necesario que
se despliegue en espiral como un caracol representando iconográficamente
al pensamiento.
En tsotsil expresamos tres palabras con el caracol,15 le decimos tobtob
caracol de montaña (comestible), puy caracol de río o de mar (comestible),
15 Es un artefacto, que se puede analizar en un contexto real, efectivamente es un objeto pero ese objeto es parte de un contexto de uso, es un artefacto que esta mediado por la cultura y construido a lo largo del tiempo y de la historia de una comunidad lingüística, porque es parte del pensamiento contextualizado, el nombrar es un elemento de la práctica, está construido por la comunidad en relación a la vida cotidiana, es un proceso, se dice en tsotsil que el caracol representa un anciano canoso o una semilla, es el proceso del ciclo de manera caracoleada o el laberinto del Xibalbá al que todos entramos en ella al final de un ciclo de vida, es decir la muerte y la vida, es un asomarse en dos realidades, de distintas formas de pensar y de vivir, esos contextos son de relevancia en su organización de dos espacios paralelos.
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uma’, caracol del bosque, el silencioso, callado, como el uma (no
comestible). El caracol es un concepto que rebasa y engloba las palabras
que expresamos en el diálogo, en nuestro encuentro tael bail, pertenece a
las realidades importantes de la vida colectiva, el caracol es el paradigma
del pensamiento simbólico, en donde el presente todavía se nutre de la
memoria para comprender el pasado, los tiempos reúnen a la gente. Por
la boca ti’ del caracol de concha, quien lo toca el tijvanej emite un sonido
prolongado y solemne que es la convocatoria del colectivo para deliberar
ciertas problemáticas.
El caracol es el que anuncia la asamblea comunitaria, donde se despierta la palabra
colectiva para dar la respuesta del ejido o de los comuneros a las peticiones del
contexto. Ahí, en este laberinto caracolero, la palabra del pueblo hay una manera
de girar, smelet, xcholet, sjoyet (que más adelante lo puntualizaré), en las asambleas
se forman, se toman acuerdos, se mata la palabra, milel k’op, lajesel lo’il, makbel
sti’ ti k’ope, chukbel sti’ ti k’ope, makbel ye ti k’ope (más adelante narraré en qué
consiste cada una de ellas), aquí, el lenguaje caracol es la morada del ser y la casa
donde habita, es encontrar el sentido que contienen las palabras.
Desde los tiempos de los totil-me’iletik tenían muchas más palabras para
nombrarlas, con el paso del tiempo fue ocultándose y aprendiendo otros
conceptos, pero lo más importante radica que un concepto revela el transitar
en el tiempo con una intención.
El k’op es la materia prima de la existencia y cada una de las expresiones
ha adoptado características del ser humano, es el reflejo de la construcción
del lenguaje y pensamiento, las cualidades humanas. La interacción social es
el génesis de ciertas expresiones, que esta determinación se construye, que
lleva en si misma el aspecto subjetivo en tanto producción cultural humana.
Los sujetos son los portadores del saber, es un acto creativo en el que se
resignifican en las expresiones, por lo tanto, el Jt’un k’op se refiere al que
investiga o el que averigua algún hecho, el Jmak k’op es el curandero que
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puede saber cómo tapar una situación a nivel discursivo. Para comenzar
primero por lo primario que es el natural comienzo, el k’op tiene su peculiar
virtud en cada una de ellas, cómo se han de componer las tramas y
argumentos, si se quiere que la palabra resulte bella tiene que tener corazón,
detectar cuáles son las partes integrantes y parecidas de cada palabra.
La palabra camina por los senderos del territorio, por las veredas del
pensamiento, son voces y acciones que van tejiendo los sueños colectivos
de los pueblos. La palabra trasciende, lleva un mensaje para compartir
el pensamiento. El Caracol es un principio de vida, nos llama al respeto,
nos llama al melel. Ese principio nos recuerda que el trabajo continúa,
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
Jchan k’opIl k’op
Bol, chopol k’op
Sokesel k’op
Sa’ k’op
Baba k’aop
Chapel k’op
Lokil lo’il k’op
chalel k’op
k’optael
Jt’un k’opEpal k’op
Ch’amel k’op
Bats’i k’op
Mak k’op
Yan k’op
Ach’ k’op
Nop k’op
K’ak’al k’opCh’ul k’op
Lekil k’op
T’ujumal k’op
Tse’ej k’op
Jam k’op
Slikeb k’op
Vo’neal k’op
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que debemos actuar con coherencia, despertar la conciencia y fortalecer
el espíritu, la palabra nos muestra las distintas configuraciones de la vida;
compartir con los que nos rodean, cumplir con el ciclo preestablecido por y
para todos, el de ir y venir, nacer y morir, unidad en el cosmos.
Por ello, el proceso chanubatsel-p’ijubtasel se articula estrechamente
con el entorno que posee cada integrante; como resultado de la madurez
se educa de múltiples y variadas formas en la vida cotidiana, de manera
que con el paso del tiempo se educa nuestro pensamiento y lo convertimos
en sensibilidad para determinados hechos y acontecimientos, son colores,
formas que le vamos dando a nuestro existir.
En este proceso se ponen en marcha la observación, la audición,
la memorización la reflexión de los pensamientos; y cualidades como:
sensibilidad, intuición e imaginación que permite crear y recrear la vida y
que permite re-significar la historia cultural que está adherida en nosotros
que es el espíritu antiquísimo de nuestra cultura.
En este sentido nos convierte en re-creadores de prácticas culturales al
codificar y decodificar el mensaje ancestral y sus significados en ritos y mitos
que sustentan la configuración y transmisión de los saberes a las nuevas
generaciones. Podemos decir que en el lenguaje se compendia la historia
cultural, y a la vez ésta nutre su proceso formativo. Los legados denotan un
camino diferente para estimular el interés de los niños, jóvenes y ancianos,
siguiendo la lógica de la vida que puede ser aplicado a otros aspectos de
la educación.
La intención del chanubtasel-p’ijubtasel es formar para la vida en un
proceso continuo donde la educación es crear en el individuo el gusto por el
aprender, el reconocimiento de los legados aprendidos y el deseo de saber
más. Es un proceso que conduce al crecimiento individual, social, moral,
sensible, intelectual, creativo, en suma, del sujeto. En la comunidad siempre
hay una extraña calma tramposa, de que algo ocurrirá en el momento menos
pensado, salir corriendo o quedarse a retar el destino. Una calma que se
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agita en nuestros corazones, todos juntos y no más, sentados alrededor del
fogón ahí empieza el testimonio impreciso del chanubtasel-p’ijubtasel.
Los episodios que registro son de índole familiar, cotidiano, comunitario,
emergen de mis andanzas y de mis desaciertos. El desgrane que hago de
la familia, de la comunidad, compone mi horizonte personal. Sin duda, es
arbitraria y presenta un alto grado de subjetividad, oscuro, polvoriento de
la memoria, la vida secreta de las palabras, donde despiertan los sueños
lejanos, inacabados, pero en movimiento, la palabra es un puente para
expresar lo que siento en cada instante. Ignoro si mi memoria inventó lo que
narra para dominar mi vida, o intenta sencillamente probar, hasta para sí
mismo, que formamos todos, en conjunto, una sociedad entrelazada, de la
cual sólo perdura la memoria compartida. La memoria empieza donde he
nacido. Confieso que no es nada fácil hacer un recorrido de los elementos
filosóficos del chanubtasel-p’ijubtasel.
Recorrer la senda permite visibilizar lo oculto, lo olvidado y lo oxidado.
Recuerdo, aún pequeño, los ruidos provenientes del bosque, del campo que
me llegaban al oído, legitimaban mi vida, despertaban los sobresaltos de mi
corazón, sensible a los acontecimientos cotidianos. Las voces de los abuelos,
las abuelas, de mi padre y de mi madre, de la comunidad aún los tengo
frescos y siguen despabilando mi andar.
Fui creciendo, integrándome cada vez más a la comunidad, a las
asambleas, a las reuniones, a los encuentros; mi padre me invitaba a
reflexionar la secuencia de novedades que empezaban a impresionarme,
la memoria que tengo un tanto dispersa a veces tiende a traicionarme. Los
totil- me’iletik me enseñaron las buenas prácticas de ser tsotsil (me refiero
al respeto), entre los tsotsiles existen varios conceptos que tienen gran
relevancia p’ijilal, chanubtasel, sjam smelol, ch’ulel, ich’el ta muk’, sutesel
o’ntonal, el gran respeto, es lo que ellos me trasmitían, me llevaban a la milpa,
siempre hubieron platicas en el andar. Actualmente hay muchas preguntas
sin respuestas, lo único que sé es que nuestros saberes merecen avivarlos,
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visibilizarlos, reflexionarlos, compartirlos. Como una nueva generación
tenemos la obligación de sistematizar nuestros paradigmas para conocer y
comprender mejor nuestra realidad que nos rodea.
Por esa motivación, se hacen esfuerzos para buscar nuevas formas de
vida y nuevas formas para orientar los esquemas lógicos de pensamiento,
con el fin de tener a la disposición una mayor variedad de posibilidades
para explicar los fenómenos que nos presenta nuestra Madre Naturaleza en
relación a la acción humana. Entonces, se vuelve la mirada hacia las prácticas
y pensamientos de los pueblos originarios. En ese sentido, tiene mucho que
aportar la cultura maya contemporánea, dado que su lenguaje ese complejo
sistema de creación, representación y comunicación y su sistema de códigos
es extraordinariamente importante y contiene gran riqueza.
Además, se puede aprovechar como un potencial del pensamiento y de
las acciones que vienen a facilitar el aprendizaje. La palabra, las acciones
y pensamiento tsotsil es la herramienta que utilizaron nuestros antepasados
y siguen utilizandolo para desarrollar las ciencias y sistemas calendáricos.
La enseñanza de los saberes no busca sustituir a los otros saberes europeo-
occidental, anglosajón, sino que es un enfoque diferente al proceso de
aprendizaje, de ese llamando chanubtasel-p’ijubtasel.
Y nos invitan a recrear el hilo mutilado de la vida, a sanar la violada
dignidad de la naturaleza y a recuperar nuestra perdida plenitud. La
insurgencia de saberes, significa que esos saberes resurgen como lo están
ahora haciendo, envueltos en los reclamos de aprecio y conservación de
saberes y de filosofías originarias en muchos ámbitos. Emergen sí, pero
con renovado ímpetu. Se imponen ya como un combustible, del cual no
se había detectado la presencia hasta que, al contacto con la flama, se
encienden abrupta e intensamente, se inflaman. Sorprenden y llegan, a
veces a atemorizarlos. Aparecen para algunas miradas como impetuosos,
irracionales, ilógicos, cuando no nostálgicos y románticos.
78
Ahora somos testigos de cómo retoñan nuestros saberes y de cómo
secretamente repentinamente aparecemos y con más fuerza que nunca,
recios, reavivados. Nuestras tradiciones, cosmologías, cosmovisiones,
cosmosensaciones son brotes nuevos a partir de viejas raíces. Abordaremos
algunos de esos saberes que permite re-definir varios conceptos16 Reflexionar
es una vía, una posibilidad de continuar repensado nuestra propio andar en
la vida.
El chanubtasel-p’ijubtasel es un entretejido de la vida, es otro método, otra
forma de educar la vida. Es también sabiduría colectiva, simbólica, mítica,
política, económica, y ancestral, es un resurgir de saberes que permite la
interpenetración de espacios y dimensiones y del ser en el universo, es una
herencia de los sentires y pensares de la cultura tsotsil. Las de ayer y las de
hoy imbricadas en los labios de mujeres y hombres de sabiduría tsotsil, es
una educación que se nombra de manera distinta.
El tobtob es un concepto de raíz primigenia, que nos indica la base del
pensamiento maya tsotsil, hacia donde tenemos que ir, y tejer nuestros sa-
beres y reconfigurar permanentemente los conocimientos en relación a los
hechos, al lenguaje —ese complejo sistema de creación, representación y
comunicación—, y la intersubjetividad.
El tobtob se comparte desde la oralidad como parte consustancial al ser
humano y que a la vez indica un modelo de pensamiento como lo indica lo
siguiente.
16 Aclaro que no todos los conceptos tienen que ser traducibles desde el castellano, lo que se va hacer son aproximaciones, si lo traduzco es por una forma de compartir, de construir puentes, de entender el saber de un espacio dado.
79
Tobtob-Caracol
Es una dirección, un principio, slikeb ‘una semilla’, que los abuelos y las
abuelas emplearon y tiene una razón especial, principalmente los que
realizaban sus actividades y específicamente los aspectos filosóficos, una
manera de construir los saberes, no es vertical, no es horizontal sino una
forma que está en relación directa con el lenguaje, lo sagrado y la danza;
algunos de los elementos son de la vida cotidiana, tan rutinarias que no nos
damos cuenta, pero que están ahí, que se practican hoy en día.
El hombre y la mujer tsotsil han seguido las leyes de la naturaleza,
cumpliendo los principios del cosmos desde el primer día en que tuvo ch’ulel.
Maravillados de este orden cósmico, idearon formas de vida social acorde
al mismo orden natural.
Las abuelas y los abuelos mantienen esa veneración especial a la
lluvia, al viento, la tierra, porque allí vive el ojov ‘dueños de los espacios
sagrados’, el hombre forma parte de la perfección del universo, pero es
Sti’, ja’li ch-och tia’yiele Xchikin
Ye, ja’ li chlok’ ti mantaletike
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
80
condición fundamental la observancia y cumplimiento de las leyes existentes
en la naturaleza, de lo contrario el hombre se autodestruiría conjuntamente
con los demás seres que habitan la tierra. Comprendiendo el pensamiento
caracolear nos abre puertas al conocimiento cósmico, y en esa forma
entramos en contacto con la fuerza que utilizaron para la búsqueda del
conocimiento en general.
El caracol es el slikeb esto es la
semilla, el inicio, un lleno o un vacio
(es quien genera vida o nacimiento,
de un hecho o de una idea),
luego viene la colocación de
jun ‘uno’, en seguida viene el
chib ‘dos’, luego el oxib ‘tres’,
pero tendiendo a formar un
círculo. Al llegar a lajuneb ‘diez’,
es la primera mitad del círculo; se
continúa describiendo el círculo y
cuando se llega a o’lajuneb ‘quince’,
se sigue colocando los numerales restantes
hasta llegar a balunlajuneb ‘diecinueve’ que será el último número que
reunirá en el círculo. Como se verá exactamente son veinte las posiciones
ocupadas, diecinueve números más el numeral centro o caracol.
Nos enseña que el caracol-semilla es el principio, también el fin y a la vez
es el centro, la asamblea, la reunión, el fogón familiar donde se comparte el
saber de cada día. Cada número representa un rostro, un personaje que tiene
relación con el tiempo y el respeto desde la niñez, adultez y ancianidad, una
convivencia intergeneracional.
81
En otras palabras, la primera mitad del círculo, a partir del numeral
caracol-centro hasta el baluneb (Nueve), tiene el rostro joven, son del mismo
grupo y suman un total de diez rostros. Luego del numeral lajubeb hasta
balunlajuneb, todos tienen los rostros arrugados, es la otra mitad del círculo
y suman también un total de diez rostros. Por lo tanto, los números nos ilustran
que hay una línea de vida que es engendrado en el numeral centro-caracol,
luego nace, crece en la primera mitad como el diálogo.
En la otra mitad se hace adulto, se envejece y muere al llegar al numeral
balunlajuneb y así pasa con el diálogo de las asambleas comunitarias. Lo
maravilloso del pensamiento tsotsil es que, al siguiente paso, vuelve a ser
concebido por lo tanto vuelve a nacer, por ciclos sin fin. Es un continuo morir
y nacer a cada veinte instancias, así se da el diálogo, se abre, se madura y
se muere (que más adelante lo explicaré), cada veinte instancias se cumple
una vuelta, en esa medida, comprendemos que el numeral jtob ‘caracol-
veinte’ pertenece al nacimiento de la siguiente vuelta. Por lo tanto, todas las
veintenas son el inicio de las vueltas siguientes, hasta el infinito.
Por ello el caracol tiene que ver con la movilización de los corazones
y reflexiones; que llevan múltiples mensajes que despiertan nuestros
pensamientos y reconocer que las costumbres, tradiciones, mitos, rituales,
ideologías, guardan un valor ancestral imprescindible para la comprensión
de nuestras realidades.
82
Esquema 1
El esquema pertenece a la geometría de la dualidad, (bidimensional) al
encuentro tael bail ‘el encontrarse a sí mismo’, la vejez, madurez y la muerte,
principio. La unión, melel, es el punto de como pausar la palabra es el
diálogo con el otro y asimismo, existe un límite, pero existe respeto dentro de
ese límite y se denomina claro-oscuro. Si solo refleja uno de estos elementos
o caracoles estaríamos hablando de lo incompleto.
Esquema 2
slajeb slikeb
Respeto, unión,melel,
un claro oscuro
Slikeb Slajeb
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
Slikeb-slajeb
Diálogo
83
Los giros del caracol representan las formas de trasmitir los saberes, las
maneras de pensar, maneras de crear y maneras de decir que implican
múltiples y variados procedimientos, a menudo imperceptibles, que las
personas inventan en sus prácticas cotidianas, en tanto que existe una lógica,
en donde el saber es la suma de la racionalidad creativa del colectivo, saber
que no necesita ser comunicado en forma escrita, sino que se transmite a
través de los movimientos, los tiempos, las acciones, los hechos y la palabra.
Recurrir a la oralidad permite acercarnos al conocimiento, comprender
los problemas de la vida diaria, de cómo se da el chanubtasel. La
lectura interpretativa del propio lenguaje y las formas de expresión en el
acontecimiento que se dialoga con el sentido del ser y del hacer, mediante la
palabra que abre la posibilidad de entender los acontecimientos sucedidos
en torno a la vida de los individuos inmersos en el mundo de lo cotidiano, por
lo que este enfoque de caracol toma en cuenta el pensar, el decir, el actuar
y el sentir de la gente común; escucha las voces diversas y opuestas que son
esenciales para hacer otra historia, esa otra manera de educar y de formar
a la persona tsotsil. El concepto chanel tiene relación con el p’ijilal o el p’ij
o’ntonal.
ChanelEs un concepto que está tejido con la historia y el pensamiento maya en
particular que ha trascendido hasta en la cultura tseltal y tsotsil. El chanel
tiene su raíz en la lengua tseltal chan ‘serpiente’, en el tiempo en el paso de
los años o en algún resquicio del andar se modificó, se le dio otra lectura de
ella o simplemente quedó una acepción de ella. Jchan se refiere a la primera
persona del aprendizaje, la J representa la marca de la primera persona en
singular, o puede ser un sustantivo por lo tanto la J representa la primera
persona en singular del posesivo, jchan ‘aprendizaje, serpiente’, al final, tiene
que ver con una visión del mundo, en la lengua tseltal representa el universo,
84
en la expresión se le denomina ch’ul chan, sagrada serpiente, tiene mucha
relación con lo que está escrito en el Popol Vuh. Es la raíz del concepto
aprendizaje chan, ch’ul chan, indica que es como un sagrado aprendizaje,
sagrada luz, que ilumina el saber, el llamado cosmos en relación con la
visión del mundo, son las lecturas que se le hace a la realidad cotidiana,
de ahí viene el continuo aprendizaje, el chanel es el brotar del saber, ya
que el día es el transitar en relación con el despertar vik’el satil, ese abrir de
los ojos, ese parpadeo que es la propia vida, mientras que la noche es el
reposo, el descanso, en donde emerge el saber para la visión del inframundo.
Posiblemente sea el otro caminar, a partir del sueño, ese que se dice en tsotsil
vaechil, y el xanavel ch’ulel, en donde existe una relación profunda de ambos
conceptos ya que se apega con el caminar de la conciencia nocturna, visitar
otros espacios, otras realidades imaginadas tiene relación con la vivencia de
esas realidades andadas.
La memoria es el mejor elemento que permite la constitución y logro de
los saberes. En el pensamiento y la cosmovisión tsotsil están conformados por
categorías culturales como la noción de complementariedad, el predominio
de lo colectivo sobre lo individual, la idea del aprendizaje es como retornar
la fuerza de las emociones en los actos del ser humano, etc. Estas categorías
son expresadas en el idioma tsotsil a través de formas verbales.
En tsotsil, hay varias palabras para nombrar las formas de pensar y de
construir los saberes, chanel y chanubtasel, aprender (implica la idea de
serpentearse, de ser flexible, tiene que ser dúctil el pensamiento y el corazón,
así como las ideas y las formas de enseñar) es decir, una manera de acercarse
a las palabras y aprehenderlo, ser parte de la persona, es un pedazo de sí
mismo en un todo.
En tsotsil cuando decimos chanubtasel, etimológicamente, significa volver
a unir, con el fin de adherirse al pensamiento y al corazón. Su significado es
hacer aprender o ayudar a aprender, aprendiendo-aprendiendo. De allí se
origina otro vocablo: jchanubtasevanej, el que hace, ayuda a aprender o a
85
unir, el encargado de unir la experiencia anterior con la práctica para las
acciones futuras.
Aquí el niño es guiado de la mano a lo que va a conocer, a fin de que él
mismo lo aprehenda, lo capte, lo herede, es una manera de aprender por
sí mismo. Por eso el jchanubtasevanej es el facilitador del aprendizaje, el
abridor de la visión, cuyo papel es ayudar a que se den las circunstancias
que facilitan el chenel de la vida y para la vida.
Hacer aprender, indica una acción conjunta de parte del que hace o
ayuda a aprender y del que aprende, que desempeña el papel principal, el
bankilal el jnitvanej, el guía, el que ayuda a llevar de la mano para un buen
desempeño y un buen aprendizaje.
Al traducir la palabra jchanubtasvabej estaría cometiendo un error. Aquí
no es el que trasmite sus conocimientos, sino que es el que abre la visión
mediante las actividades que se generan durante un periodo o toda la
vida. No se interpreta la realidad de quien transmite, sino que interpreta su
realidad en relación al contexto, ya que el centro no es el jchanubtasvanej
sino el que está aprendiendo.
Una mamá tsotsil no transmite a sus hijas sus conocimientos acerca de
la elaboración de los comales, ollas, comida, sino que la niña aprende
observando y practicando, esto se da mediante preguntas cuando hay un
intercambio de saberes. Más aún, sobre todo al principio, si no se hace
bien, por ejemplo, un comal, una olla, un tejido, la mamá no se apresura
a regañar o dar indicaciones, ni siquiera lo compone, sino que ponen de
junto el resultado del trabajo con la que elaboró la mamá. Así, ella misma
irá dándose cuenta de sus errores y los irá corrigiendo, mejorando en la
práctica, hasta lograr ese saber que aspira.
Un padre tampoco transmite a sus hijos sus saberes en las distintas
actividades, sino que el niño observa y práctica, y va aprendiendo por sí
mismo; si se equivoca, el papá deja que él mismo se dé cuenta, es un medio
86
para que el niño llegue a tener su ch’ulel, ya que si lo regaña posiblemente
deje de apasionarse por esa actividad que está realizando.
Un niño o niña tsotsil nunca dice mi papá o mi mamá me enseñó, sino la
jchanbe jtot, la jchanbe jme’, la jchanbe jlumal, yo le aprendí a mi papá, yo le
aprendí a mi mamá o yo le aprendí a mi comunidad; o también la xchanubtasun
jtot-jme’ mi papá, mi mamá me ayudó a aprender, me ayudo a conocer.
Al preguntarles, cuál es el proceso de su aprendizaje, la respuesta inmediata
es abriendo los ojos y trabajando con un solo corazón, no encuentran
relación con lo que enseñan en la escuela, “ya que solo el maestro se la pasa
hablando y no practicamos”.
Otro concepto importante de aprender en tsotsil es la expresión: p’ijil
o’ntonal sp’ijil yo’nton (más adelante lo detallaré sobre el corazón), sapiencia
del corazón, que proviene no de la adquisición de conocimientos en los libros
o academia, sino que se origina de haber ido lográndolo, paso a paso a lo
largo de la vida, un saber vivencial que únicamente lo da la experiencia de
cada persona, como lo indica la frase, juju vo’ sk’an tsp’ijubtas sba, juju vo’
sk’an chchan batel, es necesario que cada uno se haga sabio por sí mismo y
a la vez responsable de sí mismo, es necesario que cada uno genere nuevos
saberes y no únicamente repetidores de ella.
Las fiestas, las asambleas, las reuniones y los rituales, son los momentos
de convivencia de los miembros de la comunidad entre ellos mismos
y con la comunidad de los ajovetik del cielo y de la tierra. Una fiesta no
solo se trata de la pura diversión, sino que la convivencia permite unir a la
comunidad, chanubtasel, volver a unir los saberes de una etapa a otra, la
unión del cosmos con los miembros de la comunidad. Por lo tanto, la palabra
Jchanubtasvanej es un adjetivo, la palabra cha’ hace referencia al número
dos, nub, unir, cha’nub, volver a unir, tiene que ver con el conocimiento previo
y el conocimiento a adquirir, por lo tanto, indica las habilidades.
Debería decir jcha’nubtasvanej, es decir el que vuelve a unir, de un tiempo
a otro, de una experiencia a otra, de un saber a otro, pensar (aspecto filosófico)
87
y hacer (aspecto pedagógico), estos dos elementos son fundamentales para
la formación de la persona tsotsil en relación con los múltiples aspectos de
la vida, el siguiente esquema visibiliza algunos caminos de la formación del
ants-vinik.
Expresiones como el siguiente: Cha’chano, cha’suteso a vo’nton, cha’ k’elo
volver a ver, es el retornar de la sabiduría, retomando lo que se ha construido
y lo que se va a construir, los conceptos representan toda urdimbre y símbolos
a utilizar en el pensamiento, como diría un anciano de la comunidad de
Jocosic, “ustedes se formaron aquí, son una semilla de la comunidad, las
palabras capturan su vida”.
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
88
Aquí se visibiliza la identidad cultural, de ser sujeto en algún espacio, en
donde se encuentra uno atado, sujetado, en esa atadura estan las riquezas
culturales. Por lo tanto, los rituales, las fiestas y las actividades cotidianas
son áreas de aprendizaje para los tsotsiles de manera intergeneracional.
Todos los nuevos cargos existentes a nivel comunitario no se les enseña
de antemano su papel, ni tampoco ellos ensayan cómo desempeñar sus
cargos; no se aprenden de memoria los complicados dialogados, ni las
largas oraciones que realizan en los diversos momentos, las saben ya en su
corazón, cada palabra florida, lo cual, indica que el aprendizaje chanel se
efectuó casi sin sentirlo, desde la observación, escuchando y practicando
desde su pequeñez, tanto hombres y mujeres.
Otra forma de aprendizaje, en la expresión tsotsil se dice ta jchanbe
jbatik nos aprendemos unos a otros. Así, por ejemplo, cuando dialogan, en
las asambleas, en la siembra de la milpa, en la cosecha, en los rituales se
aprende, y se explican para apoyarse. Se ve claramente que hay elementos
que generan un saber colectivo, un aprendizaje mutuo, ya que se vuelven
enseñando- aprendiendo, además indica el nivel del saber de cada uno.
El enseñando-aprendiendo se refleja mucho más en las asambleas o en
los arreglos de ciertos problemas a nivel comunitario, ya que cada uno tiene
un turno de hablar y de escuchar, ahí se genera el xmelet lo’il, el giro de la
plática verdadera, comprender el rasgo cultural, de esta manera posibilita
generar nuevos saberes.
Es por ello que el concepto de jchanubtasvanej, no podemos traducirlo
al castellano como maestro, sino que es una manera de generar un saber, el
hacer-aprender, o ayuda-aprender, unir-aprender y el de jchanolaj, se refiere
al aprendiz, captador de palabras.
Muchas veces, el jchanubtasvanej hace preguntas, ya que el niño o niña
tiene el saber solo hay que provocarle mediante preguntas, de acuerdo a su
edad y su saber para interpretar o darle respuesta a la realidad, esa ayuda,
es una manera de abrir la visión y que forme las palabras cholel k’op, es una
89
manera de despertar ese saber oculto o afirmar lo ya observado y practicado.
La adquisición de la sabiduría por sí mismos, no es depositarle sino despertar
ese saber jujun ska’n tsp’ijubtas sba cada uno se hace responsable de su
aprendizaje y el uso de los saberes.
El chabubtasel indica ayudar al niño o niña con preguntarle, para qué
puedan valerse por sí mismo, prepararlos con autonomía y en algún momento
filosofar con la realidad y el contexto que se encuentran y la asimilarán de
acuerdo a su modo de ser talelal, ‘muestra la función del pensamiento’, es
decir, estar bien en tsotsil se expresa jun o’ntonil, un solo corazón, algunos
dicen que tiene que ver con la armonía, pero considero que en lo comunitario
hay múltiples problemas, el jun o’ntonil indica que la persona es integra
éticamente. La ética es guardar la palabra en el corazón y hacer uso cuando
es necesario, además indica que el jun o’ntonil es el aprendizaje y no la
memorización de un hecho o repetir el discurso de alguien, sino lo que dicta
el corazón, mu ko’oluk ti k’usi chale xchi’uk ti k’usi tspase, no se empareja
lo que dice y hace, chopol xchanubtasvan, la persona que no enseña bien
o que no es buena para el niño o niña a la que está enseñando, aunque
algunos con las acciones ya está enseñando, esto tiene que ver con la ética.
Por ello los tsotsiles dicen ta jchan, voy a aprender, en el aprender o en
la serpiente que en líneas anteriores mencionamos, viene siendo como el
montar, navegar en esa visión en el zigzagueo del saber, en el vaivén de la
realidad cotidiana, subir y bajar equipara o iguala con el morir-vivir de lo que
el Popol Vuh describe con claridad de los dos gemelos, el aprendizaje para
la vida, el ser humano no muere sino trasciende a otro espacio en el continuo
aprendizaje, para la vida, el chanel no solo está en el día sino en la noche,
(greca) baja y sube, inframundo y supramundo, 13 niveles de supramundo y
9 niveles inframundo es la lectura de la realidad que se da a la vida, cada
grupo tsotsil le da lectura de distintos niveles algunos tres, otros con cuatro,
alguno de estos niveles se ha relacionado o tejido con la religión católica. Es
por ello que el chanel, es el continuo andar entre el inframundo y supramundo.
90
El chanel es aprender los múltiples canales del saber (agua, cielo, tierra,
día y noche), andar estos caminos significa el cruce de saberes que pueden
existir o coexistir con la naturaleza. El chan podríamos decir que es el signo
de aprendizaje, la espiritualidad, inteligencia, sabiduría, artes, habilidades,
razonamiento, lógica, pensamiento y corazón, también está relacionado con
el modo de comportamiento, las fuerzas morales de la mente y corazón
humano.
Chanel ta melel: La verdad aprendiendo, aprender compartiendo, ser-
penteando en la comprensión, es decir, todo aquello que responde a la
autenticidad de la sensibilidad de la verdad, y que, en este sentido, es
conforme a su propia motivación circular.
Melel es quien organiza la vida. Por lo tanto, el saber es la trama hecha
por el hombre. ¿Cómo se elaboran esos saberes? A partir de un conjunto de
hechos, percepciones, vivencias, se forman y se legitiman con los habitantes
que lo viven y practican.
Pensar cómo tiene que empezar el aprendizaje, con quién abrir la palabra
y cómo terminarla, de esa manera se da el melel, estamos tratando de una
epistemología del saber en la práctica no solo en el pensar o en el nombrar,
sino en el hacer (pasel) está el pensar y el nombrar. Pasel significa tomar,
moldear, aceptar en la medida que le demos lugar, es plantearse una mirada,
es compartir la palabra, el pasel indica que algo acontece, implica asumir
una responsabilidad de ese hecho, pasel talelal es hacer la experiencia,
hacer la experiencia indica obtener algo en el caminar. El melel se aplica
para múltiples planos de la vida, entender es puentear desde adentro, desde
lo más hondo del ser humano, en la práctica no tiene que disfrazar el error,
sino que es el acto de la voluntad de conocer que viene siendo el jak’el,
preguntar. El pensar del melel es una manera de vivir, un modo de pensar,
un orden, una manera de leer la vida y los contextos que forman parte de la
existencia.
91
Compartir de manera estética lek xmelet xbat, el concepto indica colaborar
desde el sentido del lenguaje, de la práctica y de los hechos; porque la
percepción estética solo es posible en la acción del ser humano, porque la
naturaleza humana permite la reflexión sobre la sensibilidad, y la sensibilidad
humana conlleva un tejido simbólico significativo de la experiencia frente a
lo real, a lo aplicable, a lo visible, siendo así la sensibilidad humana permite
la percepción estética y con ello la verdad estética bats’i melel ‘el verdadero
compartir, verdad, verdadera’, es un tejido de sensibilidad física que conlleva
los significados, por ello el melel es una huella de la verdad que se nombra
y por lo tanto hay que aplicarla, al ser nombrado ya le da una existencia
legitima. El melel, su realidad ontológica pertenece tanto al pasado como
al presente, más no se abordan en ese sentido, ya que algunos únicamente
lo dicen en los hechos, como un fundamento de algo, se intenta visibilizar a
partir del lenguaje.
El melel es acción, iniciativa que ejercita la capacidad de movimiento, en
donde la acción permea a la vivencia como vivencia intensa del gozo que se
genera en un diálogo, el gozo no necesariamente pacífico, sino que puede
ser problemático, de ruptura, de golpe y de acalorar el corazón.
El melel también tiene que ver con el tejido en el tiempo, es decir, la
memoria colectiva, de nombrarla y practicarla, no es gratuita, es un proceso
de vida, riguroso en la manera de construir y de ver la vida, por lo tanto, tiene
como tarea fundamental hacer presente algo ausente en donde el pasado
es de la memoria y la memoria es del tiempo ambos en un punto como el
encuentro de las palabras.
Por esta razón, el problema del pasado nos liga a la naturaleza del
presente; con el fin de hacer bien las cosas, porque necesita un lugar donde
quede inscrito; el testimonio es lo que permite lo anterior porque quien se
acopla entre la memoria y los hechos, la memoria se configura a partir de los
testimonios de la palabra, por el compartir, el melel es el concepto de decir
verdad, pero el principio tiene que ver con el compartir, el dar un giro, dar una
92
vuelta a la palabra y no quedarse con ella, dar testimonio, es decir, sobre lo
que acontece, es dar la palabra, y el acontecimiento es simplemente lo que
ocurre, tiene lugar, pasa y sucede, adviene y sobreviene; los acontecimientos
en sí mismo son irrepetibles, se dan en un momento de manera caracoleada,
el aprender compartiendo.
La memoria no es solamente del pasado, sino también es del presente,
se construye en el diálogo y en el compartir, es una unión del ch’ulel y del
sjam smelol y vemos el pasado como una manera de mirarnos, recordar
las palabras de los abuelos, nos muestra que el espíritu, espera, atiende y
recuerda, algunos tsotsiles lo interpretan mediante la naturaleza, el fuego, los
pájaros, el camino, entre otros.
Al repetir bajo un mismo orden xmelet, se espera lo que pasa, se atiende
y finalmente se recuerda. Entonces, la espera malael, es una muestra de la
madurez, de ese compartir todos les toca y por lo tanto merece atender en el
presente de acuerdo al pasado, los giros del caracol, es decir las vueltas que
hay que dar la palabra, es un reflejo de los giros de la memoria y entender
los distintos niveles del sentír-pensar desde el corazón. El malael ‘espera’
es una acción del pensar y del hacer que evidencia un modo de vida y un
modo de pensar y de construir esa realidad, por ello, la memoria es para
cotejar un testimonio, para configurar y reconfigurar el tejido de relatos que
se comparten, ya sea agradable o no tan agradable al fin es un diálogo
compartido, para no quedarse con la palabra y morirse con ella.
Por tanto, el melel como decimos en tsotsil es el compartir, está apegado
con la alegría, con el estar bien consigo mismo y con el otro, se siente que
algo es bien porque que se muestra, embona, artícula y se entreteje con el
resto de las personas, el conjunto de los integrantes se vuelve uno, siguiendo
el círculo para la convivencia; el estar bien, tiene que ver con el origen, el
punto de partida slikeb, ya que ahí emerge la fuente de información, de la
cual se pueden tener distintos testimonios acerca de distintos acontecimientos;
confiamos en la fuente donde nace la palabra tiene que ser vertida en la
93
asamblea o al grupo. La verdad se da en el lenguaje y en los hechos, en la
plática y se guarda en los corazones como una huella. Cuando se guarda en
los corazones se les pide fidelidad de guardar o de compartir; si el caso es el
compartir por tanto se les pide que se diga tal cual es, por ello, es importante
el recordar bien, de ese recordar está la agonía del corazón cuando se
hace el diálogo, es para construir y de esa construcción está el emerger,
brotar, nacer y visibilizar con verosimilitud las palabras germinadas desde el
corazón para ser recordadas e hilvanadas en el tiempo.
T’abesel ta o’ntonal-vulesel ta o’ntonal “Hacerlo llegar en el corazón”, la expresión en tsotsil se dice de múltiples
formas, ya que se configura continuamente de acuerdo a los recuerdos
personales y la propia memoria en su totalidad, tanto en el nivel personal
como en el colectivo, participan de esta naturaleza porque el sentido de los
mismos también se refigura a través del tiempo.
El t’abesel ta o’ntonal tiene que ver con los recuerdos y las representaciones
de ella, son aquellas que se encuentran al fondo del corazón; el entretejido
de recuerdos configura el saber en relación con los sentidos, el cual implica
un orden, y a través del cual se configura la propia identidad, presentan lo
que es vivido y hecho en relación al momento. El simple nombrar t’abesel
estamos nombrando una manera de hacer reflexividad desde el corazón,
esta reflexividad va configurando modos del saber, el saber es una manera
del no olvido para eso está el compartir, es por ello que en la comunidad
hay múltiples maneras de evitar el olvido, t’abesel y el na’el es como decir
recordar que hay que recordar para prevenir el olvido; por ello t’abesel es
evocar el pasado para revivirlo, para hacerlo presente y caminar con el,
recorrer, unir y garantiza la cohesión del grupo.
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El na’el17 se puede dar de manera cotidiana, personal y colectiva; en los
encuentros conlleva una reactualización de los acontecimientos fundados o
practicados. Ese recordar conlleva una intención de construir, y ese reconstruir
es posible a través de la convivencia; resucitar la palabra, revivirlo, traer al
presente y para volver a matarla; es necesario cha’t’abesel para recordar el
punto de partida, el cero y volver a un conflicto con las palabras, porque una
de sus exigencias es la de compartir, condición para que la memoria brote y
reorganice las palabras.
17 En este contexto pensar y reflexionar será ante todo traer a la memoria del corazón lo que dejaron dicho los mayores, es decir recordar na’el. El verbo tsotsil pensar implica un vínculo entre el pensar y el recordar. Recordar sería entonces literalmente encontrar y traer de retor-no en el corazón y en el pensamiento jol-o’ntonil. Esta expresión podría parecer algo insólito para las otras culturas en que el recuerdo está vinculado etimológicamente con el corazón.
Cuando se habla de Jol- O’ntonil se concibe como un diálogo entre el intelecto y la sensibilidad, entre la mente y el corazón. Reflexionar es diálogar con su corazón ta jnop ta ko’nton, ‘lo acerco en mi corazón’, es decir, en este contexto, urdir la argumentación intelec-tualmente establecida en la vasija de la sensibilidad.
Para un tsotsil el corazón es un privilegio reflexionar con ella, las expresiones conversar con su corazón chlo’ilaj yo’nton, el corazón funge como un procesador de las ideas. El concepto creencia es propio del pensar europeo porque creencia podríamos aproximarnos a la traducción de talel kuxlejal ‘cosmos’, por lo tanto, no existe una comparación cognitiva de los pueblos originarios en relación a lo indígena. La idea de pensar con el corazón tiene más valor en relación a lo que emerge en la cabeza, el corazón es símbolo-lógico, existe la unión de las palabras, actos y que se cristalizan sobre la vida de los hombres, es decir en la práctica.
Cuando se habla de la reflexión desde el corazón pareciera que no tuviera valor, en las culturas ajenas lo que impera es la duda, es decir hasta no comprobar existe una ausencia de la verdad. En el caso de los tsotsiles existe el chib yo’nton ‘dos corazones’, es un modo de desdoblar el corazón que genera la incertidumbre, el malestar, una ruptura entre el mundo y el conocimiento que el hombre tiene de él, cuando esto se da se requiere diálogar con el corazón lo’ilajan xchi’uk avo’nton ‘dialoga con tu corazón’, la especulación del pensar tsotsil se da cuando se pierde el corazón ch’ay ti ko’nton, es un momento de la pérdida del rumbo existencial, para esto es necesario retornar el corazón en los distintos dispositivos cognitivos los relatos, los ritos, cantos, discursos, rezos que permite anclar el saber entre las temporalidades y una manera de mantener el orden desde la cosmovisión.
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El Na’el conlleva al recodar, pero cuando se vuelve comunitario conlleva
también al testimoniar. Los recuerdos son huellas, que merecen que ser
nombrados, la huella impulsa el recordar y la reflexión que invita a la
pluralidad significativa. El saber de un tsotsil está adherido al pasado como
un sentido lingüístico, ya que merece ser dicho y expresado una y otra vez;
es el principio del saber o la sabiduría.
El pasado es un árbol enraizado. Las palabras son las que permiten
compartir y dan raices con las nuevas generaciones, porque los ancianos
siempre piden que no haya que olvidar (mu me xch’ay ta vo’ntonik) esa
advertencia no está exenta de la configuración y reconfiguración de la
palabra.
El compartir permite enriquecer la lengua, los conceptos, por tanto, se
trata de vivir en la palabra de los totil me’iletik de compartir con ellos los
saberes en la propia lengua. Por ejemplo, el tael bail ‘encuentro’, es de
alguna forma una fusión del tiempo, porque se comprende la palabra de los
ancestros y la nueva generación, dos tiempos tejidos que merecen aplicarse,
el lenguaje ancestral y el lenguaje actual se recogen y brota el melel actual
‘verdad’. El melel acontece en los hechos, puede ser ya acontecido o por
acontecer, pero es necesaria la resignifición, el nombrar el melel por primera
vez es ya también un acontecer que constituye un hecho, y cada volver a
decir es un acontecer que refuerza el hecho, por ello cada vez que comparte
a nivel familiar o comunitario las palabras invocan el sobrevenir; decir hacer
y hacer y decir. De tal forma que, el decir sobre los hechos también es un
acontecer, el construir lo saberes de manera caracoleada y no de manera
lineal. La palabra que se guarda en el corazón k’ejel ta o’ntonal es atesorar
el tiempo como un guardián.
Los problemas de la comunidad son necesarios guardarlos en el corazón
y por tanto hay que cuidarlos de no estar compartiéndolos porque la
palabra cobra autonomía es como tener una vida aparte del sujeto que la
guarda, coloquialmente se dice que el que suelta la palabra ya muerta tiene
96
que ofrecer un ritural llamdo ch’abajel con el fin de pacificar, tranquilizar,
silenciar y humedecer el corazón seco takij ko’nton.
Ti me milbilxa ti lo’ile ti k’ope, ch’anixame ti jtotiketik, ti jme’tiketike, ti me oy buch’u
slikes yanbeltae, tsakbilme yu’un ti jtotiketik-obi. Tsots me jutik li’i. sk’an chka’ibetik
sk’opla no’ox yu’un lek chbat ti jk’eletike. (Miguel K’ulekj, Comunidad Jocosic,
Huixtán, diciembre de 2013)
Refleja que cuando alguien cambia la palabra, Sjel li sk’ope (más adelante
abordaré el concepto k’op), el significado de una palabra no está dada desde
un solo discurso, sino desde un diálogo que se da en el interior de la cultura,
en donde cada concepto al interior de la cultura lo resignifica, lo enriquece y
actualiza, su ser está moviéndose a través del diálogo, porque la palabra es
la que mueve el diálogo y permite que cada palabra se dispute es el corazón
de los sujetos se trata de defender la palabra o de diluirla, matarla es un
juego que mueve a las personas que son participes del diálogo. La asamblea
se representa de manera circular mediante el lenguaje, pero hay algo más
allá del lenguaje y lo que denomino más allá son los ancestros. Cuando
existe el compartir, estaríamos hablando de la comprensión del lenguaje
que acontece en el contexto, es decir desde la palabra se da un sentido, una
forma, un significado que configura un acontecer de manera vivencial.
La palabra de los totil-me’iletik no se reduce simplemente a lo que se está
diciendo sino el ¡Cómo se dice!, cuando en la asamblea mencionan k’ok’
chk’opoj hay una estructura del ser y una compresión, por tanto desde el
lenguaje se identifica a la persona, el k’ok’ chk’opoj se refiere al que habla
acaloradamente, ahí explica la experiencia en el mundo, la manifestación
del pensamiento mediante el lenguaje, se conoce un contexto, por ejemplo
ti yantik lumetike k’ok’ chk’opojik se refiere a que las otras comunidades se
conocen por la palabra si dicen p’ij porque se les atribuye un calificativo que
demuestra un saber distinto.
97
P’ijEl concepto tiene varios pliegues, pero significa integral, completo, madurez,
en la variación lingüística de San Juan Chamula dicen bij, sin embargo,
ambas raíces provienen de la lengua tseltal y específicamente desde la parte
numérica que se refiere a cosas u objetos redondos. Bij, es la capacidad del
sujeto que se integra como tal, un sujeto que tiene las cualidades necesarias18,
por ellos se le dice bij. Es un momento de que el sujeto se vuelve completo,
quizá no tenga mucho que ver con la forma, sino que es una analogía de los
saberes y capacidad del sujeto, por ejemplo: un diálogo tiene su principio y
su fin, slikeb19 y slajeb, que significa redondear la plática, estos dos elementos
tienen que ver con la numeración maya y además el p’ij es el que tiene el
saber, que sabe, el sabio, el que maneja la sabiduría, diríamos un saber de
vida, un saber cotidiano.
La prefiguración de ciertos saberes se manifiestan mediante los sueños, y
los soñantes proyectan mediante la plática y la convivencia, esa forma de
compartir muchos no van a escribirse en los textos, solamente quedan a nivel
de diálogo, en la construcción de ese mundo posible, el cual los sueños es
una precomprensión y preconstrución de la realidad mediante el sueño y del
mundo, por lo tanto se requiere poner en acción, (los ancianos dicen que
la palabra tiene ch’ulel, por ende hay palabras buenas y hay palabras que
18 Que sea responsable, que sepa trabajar, que tenga iniciativa, que tenga principios acor-des al contexto donde se encuentra, que tenga la capacidad reflexiva en una asamblea y en caso de las mujeres, que sepan tejer, preparar los alimentos (todos los elementos que llevan una preparación de los alimentos y la cantidad de porción que se ponen a los platillos, etc), tener aves en el corral, un pequeño huerto y cuidar a los hijos, etc.19 Es el inicio pero no se puede hablar de un número, sino es representado por un caracol, una semilla o una flor, cada uno de estos elementos son fundamentales, el caracol represen-ta el inicio o el fin además es iconográficamente es el que se utiliza para la numeración maya, la semilla representa el principio de la existencia de todo ser, la flor representa el prin-cipio para la fruta o para la semilla, quiere decir el pensamiento maya cíclico, no es infinito sino que , se apega a la numeración del uno al veinte, el pensamiento tsotsil es vigesimal.
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no construyen al sujeto, aquí, la responsabilidad es compartida, la palabra
y el que lo expresa), la concepción y la construcción de las realidades son
una serie de tramas o patrones de construcción del sujeto que lo concibe en
relación con la comunidad. La preconstrución es la raíz de la composición
de la trama de los saberes; lo que se hace presente aquí son los rasgos
estructurales, simbólicos y temporales que hacen posible la construcción de
la trama del pensamiento.
El sueño (vaech) es una anticipación a lo que va a ser, en este sentido, a
través de ella se anuncia la trama, es como el profetizar en cuanto es el lugar
a través por el cual se hace presente y se evidencia la futura configuración
de la vida, el sueño es un medio por el cual se aprende y se comparte y de
ese compartir se toma precaución, es algo real no es ficticio es como una
profecía de las acciones en la vida. Esto es posible porque las acciones
remiten a fines y motivos en cuanto aquello que se espera lograr y el porqué.
Es el lenguaje del hacer pasel y el horizonte cultural que nos muestra
una tipología de tramas. Toda prefiguración conlleva formas simbólicas, los
cuales son procesos culturales que articulan toda experiencia. En síntesis,
es el horizonte del obrar humano es el que nos hace posible comprender
y narrar el mundo entre dos realidades, uno es el sueño y el otro lo que se
considera como realidad, ambas realidades configuran la vida, esa trama
de saberes es la que posibilita entender dos realidades unidas, amarradas
en el mismo nudo (como se ve en el esquema, muestra cómo es la concesión
de esas dos realidades).
La configuración de esa otra realidad que es el sueño (vaechil, duerme
grillo, vay dormir, chil grillo) imita a la acción ofreciendo una articulación
narrativa del tiempo, entre la realidad del sueño y la realidad vivida, ambas
dimensiones implican reflexionar). El sueño evidencia un mundo posible
y la realidad es quien la ejecuta, el resultado de ambos sucesos es la
construcción de la trama, es la síntesis de ambas realidades, generando una
totalidad significante en donde los acontecimientos se van entretejiendo, se
99
van urdiendo en la práctica, esta totalidad se hace patente en los puntos de
la trama como un lugar de la creación de la narración, ese encuentro con la
palabra y el compartir.
En la trama los acontecimientos de ambas dimensiones se vuelven hechos y
acciones. Por ello las narraciones cuentan los acontecimientos fundacionales
de una cultura. Por ello la idea del caracol que se plantea como un principio
del chan donde al inicio se hace presente el final en tanto que chanubtasel-
p’ijubtasel, se enraíza en las condiciones iniciales que lo hacen posible, y en
el final se hace presente el inicio en sentido de recapitulación de toda una
vida o una experiencia, así como un principio y ese principio puede ser el
final de otra etapa.
En ese principio hay una configuración del pensamiento, esos dos
encuentros o nudos del saber generan una nueva semilla, el principio es
lo dado, establecido pero que acompaña la innovación del pensamiento,
ese pensamiento es el ser mismo, cuando digo que hay una nueva semilla
me refiero a la creación de un esquema de narración en tanto que es un
proceso de la imaginación creadora. La construcción de un esquema del
pensamiento comunitario es producto de las relaciones, emociones, la
vivencia y la práctica como un despliegue histórico y sociocultural. El slikeb
y el slajeb es parte de una práctica y de una experiencia ontológica que
permanece y a la vez cambia e innova, por ello el slikeb y slajeb contiene el
nucleo de la vida y la muerte.
En el diálogo se da la configuración de las experiencias ambas
representan la dualidad entre el mundo real y el mundo posible que es la
narración, ahí se da la construcción de pensamientos. El narrador organiza
un sentido y por lo mismo reconfigura la realidad. Esto se da cuando el
narrador parte de una experiencia vivenciada que conoce o interpreta un
hecho; la interpretación forzosamente conlleva lo imaginario hace que el
individuo represente en sí mismo de forma distinta, siendo así, el narrador
configura el contexto desde sus propios esquemas generados a partir de su
100
experiencia de vida. Por ello la construcción del pensamiento, la palabra,
así como la educación comunitaria se trama como una obra conjunta entre
el contexto y el sujeto, por lo mismo una narración solo cobra vida a partir
del compartirlo; comprender es siempre interpretar y aplicar parte de una
precomprensión. En la comprensión siempre tiene lugar una aplicación de lo
que se quiere comprender a la situación del intérprete. Comprendo al otro
desde la comprensión de su propio horizonte y comprendo el horizonte del
otro desde la comprensión de mi propio horizonte. El siguiente ejemplo se
refleja la forma de representarlo.
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
101
P’ijil o’ntonalSk’an chi jlo’ilaj xchi’uk ti kontontike, es un elemento de la reflexión profunda
para entenderse como sujeto, es dialogar con el corazón para entenderse,
asimismo, kaibetik sk’op ti ko’ntontike, es escuchar las sugerencias que dicta
el corazón. Por lo tanto, al pensar desde el corazón es importante en la
cultura tsotsil, el P’ijil jol o’nton ‘la inteligencia o capacidad de la cabeza
del corazón’ es la conexión del pensamiento y las emociones, tiene que ver
con la formación de un modelo del ser tsotsil. Lek o’ntonal kerem ‘niño de
buen corazón’, además es sinónimo de aprendizaje, Jamal yo’nton significa
corazón amplio que existe una disposición al saber o al aprendizaje. Sna’
yo’nton ‘sabe su corazón’ pero también ‘recuerda su corazón’. T’abesel ta
o’ntonal, vulesel ta o’ntonal es retornar en el corazón.
El corazón es el portador del p’ijilal, sabiduría que distingue a las personas
de los otros seres vivientes y que todo individuo debe desarrollar siguiendo,
como dijimos, las directrices de su vida o día de nacimiento. Cuando una
persona no actúa según los criterios del p’ijilal, por ejemplo, se dice que no
tiene corazón, que no está cabal (mu ts’akaluk) o simplemente que no tiene
cabeza y corazón.
El corazón, es el intermediario de la relación individuo-mundo exterior. En
ese sentido, se considera fundamental que la persona utilice su corazón en
el quehacer cotidiano; debe analizar, reflexionar, corroborar sus prácticas
sociales, antes de tomar decisiones. Así se explica que el corazón en relación
a la cabeza jol de cada persona cumpla un papel fundamental en su grupo al
que pertenece: permite que los individuos se piensen asimismos, comprendan
su entorno y se relacionen con los demás. La formación de la persona tsotsil
se construye además sobre la base de un principio vital que es el corazón
en relación con el ch’ulel, es decir, su interior, su ser, su corazón, su centro o
su núcleo.
Ese principio vital situado que es el corazón es percibido como un lugar
específico de pensamiento, pero también de las emociones como alo ti k’usi
102
xchi ti avo’ntone di lo que siente o piensa tu corazón (sensación), lo que
identifica y conoce tu corazón, y es allí donde se expresa la identificación
de ciertos sentimientos derivados de situaciones o problemas personales,
familiares o comunitarios y sociales. Ja’ ti k’usi chai ti avo’ntone ‘lo que
siente mi corazón’, ja’ ti k’usi tsnop ti a vo’ntone ‘lo que piensa tu corazón’,
es el estado emotivo que expresa cierto tipo de sentimientos, cierto tipo de
sensaciones del p’ijilal, de ese saber. Por lo tanto, es el lugar de los procesos
cognitivos, emotivos y sensoriales que expresan la experiencia de los tsotsiles
de acuerdo a su realidad. Son dos los estados emotivos posibles el p’ijilal
desde el corazón y el a’iel desde el corazón.
Es evidente que el que educa tiene que estar acorde a la propia manera
de entender el mundo y su vinculación con el contexto, explica además el ser
p’ij, en el seno de una cultura y una sociedad. Por ello la preparación de la
niñez y de los jóvenes, es hacer que sean dueños de sí mismos, ser cabal en
la cultura, que sean capaces de darle vida a la palabra, ser autocrítico, en el
contexto comunitario es importante que los jovenes escuchen las palabras de
sus mayores, por su experiencia y la capacidad de diálogar con su corazón
o dueños de un sólo corazón, en tsotsil se dice asi:
• Lo’ilajan xchi’uk ti avo’ntone,
• K’opojan xchi’uk ti avo’ntone
• Chi’no ta lo’il xchi’uk avo’nton
Los tres grandes imperativos descritos tienen relación con los siguientes
conceptos, el diálogo con el corazón, es una manera de educarse, de
desarrollarse para entender la palabra del corazón. Lo’ilajan xchi’uk ti
avo’ntone es acompañar con el corazón en el diálogo, es una forma de
discursar con el corazón, el concepto lo’ilajan, k’opojan, es el diálogo y el
chi’no se refiere al acompañar con el corazón en la plática. Cuando hablo
de reflexión, pensamiento, diálogo, ideas, etc. Me refiero al pensar desde el
103
corazón ese platicarse asimismo acompañarse a diálogar, es por ello que
digo desdoblarse, por lo que es una manera de entenderse.
En una comunidad, la violencia, el pleito y los conflictos, también son
considerados como generadores del lekil kuxlejal (ver bien la vida tejida en
el tiempo), no puede haber lekil kuxlejal sin haber transitado en el camino
del chopol o’ntonal, pukujil o’ntonal, muyuk sjam smelol, hay que vivir los
problemas en la familia y en la comunidad para manifestarlos en algo
magnifico, es una manera de volver a renacer con la palabra, no se puede ver
como conceptos separados, aislados sino que deben ser complementarios.
El que no tiene corazón muyuk yo’nton, su pensamiento es negativo, es la
ausencia del pensamiento, porque no comparte su pensar de acuerdo a su
contexto y de lo que le rodea, muyuk k’ux ti yo’nton ‘no le duele en su interior
de su corazón’, es decir, no tiene aprecio ni a su propia vida, xvalk’uj sutp’ij
no’ox ta yo’nton stuk ‘se está revolviendo en su interior de su propio corazón;
se refiere a la persona cuyo interior no está en paz, porque no comparte
ese pensar o sentir’, xvulvun ta yo’nton stuk ‘hierve su interior solito’; significa
que la persona está con muchos problemas y no los comparte, existe un
desequilibrio en los actos de pensar y de reflexionar.
El problema puede generarse a nivel individual, familiar y posteriormente
termina a nivel comunitario, pero cuando realmente hay oy nichimal o’ntonal
‘alegría del corazón’, hace referencia al estado de satisfacción de la persona
o bien esta integrado al k’ak’al o’ton es como un elemento de defensa o
corazón acalorado k’ak’uben yo’nton, está molesto consigo mismo, con su
entorno o con el universo.
• K’alal me k’ot ta ko’ntone chvik’ asat, me vik’ a sate, chul ach’ulel, me
ul ti a ch’ulele, cha tabe sjam smlel ti akuxlejale, me atabe sjam smelol ti
akuxlejale, cha p’ijub, k’alal cha p’ijube, xu’ xnichimaj a kuxlejal (florece
tu vida).
104
Estas múltiples cadenas de categorías, son una muestra de la complejidad
del entendimiento del saber o código ético de la formación del hombre
mujer o niño, niña tsotsil. De las categorías mencionadas son los pasos de la
llegada del saber o del florecimiento del corazón, que tienen que ver con la
formación de la persona tsotsil que más adelante lo explicare.
P’ijil (vininik, kerem mol, me’el, tseb) es lo que se trata de privilegiar en la
formación, es decir, cuando respeta indica que oy snopel, muchas veces se
ve en el saludo en los diversos escenarios, ya que también refleja el corazón
del sujeto.
Es una manera de despertar esa voz de la conciencia, el ch’ulel es el
sentir (nivel de conocimiento y nivel de madurez refleja en el apartado del
ch’ulel), en el diálogo cotidiano en las conversaciones, en el trabajo de la
milpa, dentro de la casa y en todos los espacios sociales construidos de gran
importancia, las siguientes expresiones son las que se comparten en todo
momento para la formación de la persona tsotsil, en líneas atrás se mencionó
que las prácticas del pensamiento tsotsil se tejen en cada instante de la vida,
en cada paso, en cada siembra de la milpa, en cada mañana antes de
salir de la casa, se lleva dentro del corazón ese orden de aprender, de ir
metiendo dentro del corazón, sentarlo en el corazón nakanel ta o’ntonal,
a manera que quede la palabra anclada en lo más profundo de la vida.
Mexa na’be sjam smelole oy a p’ijilal, xa vojtikin ti snopele, ti spasele, xchi’uk
ti xchanubtasel o’ntonale, tsakal nitil skotol, muyuk xu’ xich’ ch’akel, ti snopel
ku’untike muyuk ch’akal, chapbil lek, metsan bil lek, te busul ta jsatik, k’alal
chvik’ ti jsatike ta jk’eltik lek ti k’usi chtune, ta jsa’betik lek stu’, ta jsabetik
sjam. Si sabes el método del p’ijilal, conoces la concepción del pensamiento,
los hechos, asi como la práctica en el corazón, está anclada , no se puede
separar, nuestra forma de pensar no está dividida, esta toda ordenada, está
bien hecha, está puesta ante nuestra vista, cuando despabilan nuestros ojos,
vemos todo el cosmos o el orden y su función.
105
De nuevo los conceptos descritos, cada uno nos llevaría tiempo de analizar,
inclusive se puede escribir un texto por cada concepto, la idea central es, que
los originarios podamos entender cada concepto para despertar el corazón
y la conciencia individual y comunitaria.
Cada expresión nos dice cómo comportarnos en un determinado
contexto (individual, familiar, comunitario), cada palabra, cada expresión,
cada anunciamiento, es enroscarse en el pensamiento, en el corazón para
reflexionar, esa sabiduría de los totil- me’iletik, bankilal, jnitvanej, jam k’opetik,
son los abridores del diálogo, en este transitar es un despabilamiento (vik’el
satil) que nos va llevando a un camino que es la espalda de la serpiente de
ese ajav chan, mamal (anciano), sagrada serpiente, nos lleva o es el germen
de la semilla del fondo de un caracol que posibilita resurgir y retornar en ella.
Que no sean corazones que se han perdido asimismos sino que éstos
se forjen a través de la palabra chanubtasel, p’ijubtasel, que es la única
acción capaz de formar los corazones de los seres humanos y de orientar
de acuerdo a los deseos comunitarios, porque solo mediante el chanubtasel,
p’ijubtasel cada hombre y mujer puede darle significado a su vida más allá
de lo cotidiano. Yut o’ntonal ese dentro del corazón como una categoría del
lugar sagrado para el saber. El corazón se caracteriza por la capacidad de
pensar y de vivir, lo que dice mi corazón ja’ ti k’usi chal ti ko’ntone, el corazón
tiene su palabra, habla una lengua y no cesa de hablar en un murmullo
que no se entiende pero del cual proviene, sin embargo, todo el fulgor, es
el pueblo y la conciencia del individuo, lo que dicta el corazón es lo que
dice o se expresa en palabras, la palabra se vuelve un elemento, una cosa
vibrante, rítmica, sonora; una cosa que más que a las otros elementos señala
o significa que remite al ánimo y los sentimientos del que habla. Hay palabras
que golpean y palabras que acarician; palabras tersas y palabras rasposas;
unas ácidas, otras dulces, otras más amargas, algunas ponzoñosas, así es
el corazón y la palabra que se nombra, es el corazón la palabra profunda
ancestral, que está depositada en nuestro corazón, las palabras anteriores,
106
nos miran, nos educan y al nombrarlas aparecen los elementos, algunas
nos condicionan a través del tiempo otras cambian de una episteme a otra
según la expresión que guarda nuestro corazón, es la posibilidad humana
de entender y nombrar nuestro mundo.
Dice don Nicolás Bolom: sk’an xch’ani jutuk ti ko’ntontike, el silenciar el
corazón es una parte primordial, la palabra nace del silencio en los que la
inteligencia es capaz de sentir no verbalmente, ak’o snijan sba ti avo’ntone
yu’un chachan, al parecer el silencio es realmente comunicativo cuando
contrasta con el habla, por ello la palabra que proviene del aprendizaje
del corazón no es perezosa, desocupada y hueca, sino que sabe lo que se
quiere decir o expresar, es conciencia y ch’ulel que va acompañada con
las actitudes, es un tanto apasionada y rebelde, aunque no esté escrita en
papel pero se lee desde el corazón, podemos preguntarnos por qué están
guardadas celosamente las palabras en el corazón, quizá por el aprendizaje,
desea un silencio perfecto para hablar, es un modo de retornar al origen, al
principio el slikeb de lo que se expresa. En la lengua originaria las ideas
abstractas son frecuentemente expresadas mediante el uso de la palabra
corazón o’ntonal: se presentan algunas expresiones fundamentales de la
vida expresadas desde el corazón.
Tabla 1 O’ntoniletik
Xchibet yo’nton
Xojtikinbe yo’nto
Xpatet yo’nton
Xti’et yo’nton
Yo’nto ta sk’an
Yuts’il yo’nton
X-ibet yo’nton
Tslajesbe yo’nton
Tslekubtasbe yo’nton
Ta slikesbe sk’ak’al yo’nton
Esta dudando o esta desanimado su corazón
Conoce bien su corazón
Está contento su corazón
Está enfadado, está enojado su corazón
Lo quisiera o lo desea su corazón
La voluntad, la bondad de su corazón
Esta asqueado o mareado su corazón
Calma, reconcilia, apasigua su corazón
Hace bueno, Hace amable, corazón bondadoso.
Le provoca coraje, lo incita, irrita su corazón
1
2
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5
6
7
8
9
10
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11
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13
14
15
16
17
18
19
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21
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28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
48
49
40
41
Ta slok’es yo’nton, ta slok’es
sk’ak’al yo’nton
Tsmuk ta yo’nton
Ta spasbe preva yo’nton
Tspat yo’nton
Sta yo’nton
Tsk’elbe yo’nton
Tsten ta yo’ton
Tstsatsubtasbe yo’nton
Tstse’in yo’nton
Sutes yo’nton, sut yo’nton
Tsventainbe yo’nton
Ta xak’ ta yo’tnon
Ta xal yo’nton
Bik’taj yo’nton
Bolib yo’nton
K’ot ta yo’nto
Chibaj yo’nton
Ch’ay yo’nton
Ech’ y’onton
Laj yo’nton
Lekub yo’nton
Lok’ ta yo’nton
Lo’ilaj yo’nton
Mak yo’nton
Noj yo’ntn
Xpatpun yo’nton
Xpich’et yo’nton
Tijbel yo’nton
x-ayan yo’nton
Ech’ yo’nton
It’ixaj yo’nton
Se venga, se desquita, su corazón
Lo niega, lo oculta su corazón
Lo tienta, lo provoca su corazón
Lo consuela, contenta, saluda su corazón
Se satisface, se harta, siente un intenso dolor intenso
que le llega hasta lo más profundo del corazón
Lo pone a prueba su corazón, le mira su corazón
Abandona, olvida su corazón, tira en su corazón
Le da valor, anima su corazón, hace fuerte su corazón
Se ríe interiormente su corazón
Se arrepiente, retornó su corazón, volvió su pen-
samiento a un punto de inicio
Se encarga de él su corazón
Acepta su corazón
Piensa para sí mismo su corazón
Es ambicioso, desea codicia su corazón
Se atonta, se corrompe su corazón
Se convence su corazón
Se desanima, desconfía, duda su corazón
Se distrae su corazón
Se satisface, se sacia su corazón
Se termina, se convence, se persuade, se conforma
su corazón
Se hace amable su corazón
Decide su corazón
Piensa para sí mismo, habla para sí mismo su corazón
Se sofoca su corazón
Se llena su corazón, (malas, buenas)
Lo consuela, le da una esperanza su corazón
Lo anhela, lo desea su corazón
Le llama la atención, lo hace arrepentirse su corazón
Se le ocurre, le viene a su corazón
Se harta, se sacia su corazón
Codicia, desea, ambiciona su corazón
108
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
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64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
Te ta yo’nton
Tuk’ lek yo’nton
Tsots yo’nton
Xbebun yo’nton
Xkuxet yo’nton
Batem yo’nton
Bik’it yo’nton
ko’ol, jmoj yo’nton
Kuxul yo’nton
K’un yo’nton
K’ux ta yo’nton
K’ux o’ntonal
Chopol yo’nton
Chani yo’nton
Ch’ayem yo’nton
It’ix yo’nton
Jun yo’nton
Lek yo’nton
Muk’usi cha yo’nton
Mu xlaj yo’nton
Mu xtun yo’nton
Muk’usi spatoj yo’nton
Oy pukuj ta yo’nton
Oy ta yo’nton
Oy xi’el ta yo’nton
Sbik’tal yo’nton
Sbolil yo’nton
Sk’ak’al yo’nton
Sk’an yo’nton
Slekil yo’nton
Smuk’ul yo’ntonSpatoj yo’ntonTakin yo’nton
Presta atención contantemente, anhela constante-
mente su corazón
Es justo su corazón
Valor, valiente, endurecido de corazón
Anhela constantemente su corazón
Está contento su corazón
Empeñado en algo su corazón
Resentido su corazón
Esta de acuerdo su corazón
Todavía está consciente (se refiere a una persona que
todavía no ha perdido la conciencia por el alcohol)
Corazón suave
Lo ama, lo quiere, le tiene lastima su corazón
Corazón adolorido
Es malo su corazón
Se tranquilizó su corazón
Esta admirado. Esta distraído, esta consiente su
corazón
Tiene celos su corazón
Está feliz, está contento, un solo corazón
Es noble, es de buen corazón
No anhela, no dice nada , no desea nada su corazón
Es rencoroso su corazón
Es malo su corazón
No tiene esperanza de nada su corazón
Es muy malo su corazón
Anhela su corazón
Es miedoso su corazón
La codicia, los malos deseos del corazón
Lo malo del corazón
Su enojo, su coraje
Es voluntad de su corazón
Su amabilidad, su bondad de su corazón
El valor de su corazón
Los saludos de su corazón
Tiene sed su corazón
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Sbolibtasbe yo’nton
Skotol yo’nton
Skux yo’nton
Chibaj yo’nton
Ch’ay yo’nton
SJik’ yo’nton
Jmoj yo’ntonik
Yut o’ntonal (nakano ta yut
avo’nton)
Yip o’ntonal
Chib yo’nton
Xmelet yo’nton
Jel yo’nton
Nichim yo’nton
Patobil yo’nton
Mu xk’upij o’ntonal
Bik’ubtasel o’ntonal
Nojesel o’ntonal
Tstij yonton
Oyxa yo’nton
P’ijun yo’nton
Me’on yonton
Ch-ok’ yonton
Xchanbe yo’nton
Pukuj yo’nton
Chich’ mul yo’nton
K’anbil yo’nton
Xpich’et ko’nton
Lo tienta, le mete malos deseos su corazón
Todo corazón, de todo su ser, toda su voluntad
Descansa su corazón
Desanima su corazón
Se le olvida su corazón
Suspira su corazón
Está de acuerdo su corazón
Dentro del corazón (siéntelo dentro de tu corazón)
Fuerza del corazón
Dos corazones
Gira su corazón
Cambia su corazón
Corazón florido
Saludado su corazón
No es apreciado su corazón
Se empequeñeció su corazón
Se llenó su corazón
Toca su corazón
Ya tiene corazón
Es inteligente su corazón
Pobre su corazón
Llora su corazón
Le aprendió su corazón
Es demonio su corazón
Es triste su corazón
Es apreciado su corazón
Mi corazón oprime
El corazón, es el deseo de escribir y la atracción de dejar que la palabra
hecha vivencias hable. Precisamente este intento de captar lo inaprensible
debe configurarse en un modo diferente de concebir la palabra, encontrar
la voz de los hechos para ganar la presencia. Cuando alguien dice oyxa
110
yo’nton, ya tiene su saber, ya tiene un conocimiento, es formar, despertar
para tener la capacidad de ir integrándose y formar la comunidad.
Esta triste mi corazón por qué no aprende mi hijo, vemos que nada está
fuera de, sino todo tiene una relación, k’usi xchi avo’nton, es una interrogante
referente el cómo está su corazón o que dice su corazón estamos dando
cuenta que se puede estar chopol yo’nton y chib yonton, molesto su corazón
o que tiene dos corazones, es responsabilidad del otro platicar y apoyar a
que su corazón esté en esplendor para el aprendizaje.
Ch’ay ti ko’ntontik, se perdió en nuestros corazones, aquí se refiere el tiempo
de guardar una información dentro del corazón, al perder en el corazón, es
una metáfora de decir que cada parte del cuerpo humano, es responsable de
hacer guardar o compartir la información, ch’ay ti o’ntonal es para entender
los estilos colectivos de pensamiento involucrados a la vida, porque los estilos
de pensamiento tsotsil son diversos, al compartir una experiencia tiene que
ver con los recursos explicativos que caracterizan al poseedor de un saber, se
apega con la traductibilidad de lo que se comparte o lo que se dice.
El que sabe guardar la información
entonces puede tener el lek yo’nton, parte
de las relaciones fundamentales, es una
celebración de la vida al saber que el otro se
encuentra bien, el corazón como esencia de
la sabiduría, sabiduría que está depositada
en el corazón, es como una semilla que va
germinando cuando se le abona, que revela
la personalidad, revela los códigos éticos
de aprendizaje, el que tiene lek yo’nton
indica que tiene un saber bien, por tanto se
le otorga la plena confianza de hacer las
cosas de la comunidad, además se sabe de
qué linaje es, o de que familia vine.
111
La sabiduría del corazón, es la esencia del bienestar individual y grupal,
es un modo de ser inteligente, el saber del corazón es imprescindible para
ayudar a los demás, en todos los ámbitos. No sería un buen aprendiz sí no
está familiarizado con la ternura del corazón humano k’un yon’ton, sí no es
experto en sí mismo, si no maneja la relación con flexibilidad y sabiduría. El
saber desde el corazón se supone que contribuye a la felicidad (estar bien,
lek oyutik) y a dotar en las relaciones de competencias para construir más
fácilmente la comunidad y sus múltiples problemas.
Ulesel ta jol o’ntonal ti mantaletike hay que retornar los fundamentos éticos
y los valores, estas palabras se manifiestan en distintas maneras tanto para
hombres y mujeres, la pregunta central es ¿Qué hay detrás de cada una de
esas voces o es lo mismo que detrás da cada actividad? Un tsotsil puede ser
pobre en cuanto riqueza material y económica, pero tiene una gran riqueza
de lenguaje, ha compartido distintos saberes solo por citar una, las semillas
que ha traído de otra parte y las comparte con otras personas, el que hace
estas acciones se reconoce a nivel comunitario como un hombre o mujer de
buen corazón ja’ p’ijil vinik, lek yo’nton, indica que es capaz de diversificar
su conocimiento, su saber, así como su semilla para el bienestar personal, de
su familia y de su comunidad.
En este proceso, la mujer o el hombre tsotsil tiene que adaptarse al medio y
encontrar nuevas formas de vida, en cuanto a la alimentación, vestido, trabajo,
supervivencia, acondicionar su organismo al medio en el que se encuentra.
La adaptación a nuevos patrones de comportamiento y reorganización de
individuos y familias con otros grupos sociales cercanos es fundamental.
Los saberes influyen en la caracterización de la persona originaria que
convive en un contexto comunitario. Él y la joven tsotsil interiorizan elementos
de la diversidad de saberes culturales y enriquece los fundamentos básicos
de su identidad como grupo social. Las formas de organización social de los
tsotsiles y los elementos simbólicos se expresan a través de la tradición oral,
en cuentos, cantos, mitos y leyendas, sueños, rituales y prácticas cotidianas.
112
Estas formas de arte verbal tienen connotaciones espirituales, filosóficas y
festivas. La oralidad es una herencia ancestral transmitida sobre todo por
las mujeres. Es fuente de la comunicación directa y se refiere a diferentes
manifestaciones culturales, a los actos cotidianos de la vida y de la muerte.
La casa es la expresión y síntesis del orden ancestral y del saber de los
tsotsiles; cada lugar de la casa, cada poste, cada objeto tiene una historia,
un referente, que lo conecta a la vida comunitaria y de las plantas, a la vida
de los animales, al igual que la casa comunitaria, es un espacio donde se
extienden y se consolidan las relaciones entre sociedad y naturaleza; y por
ello, la casa es el micro espacio para la educación familiar.
Los saberes que se comparten en la casa reconstruyen y revivifican tanto
el orden de la naturaleza, como el orden de lo social. La casa es un espacio
vivido y se encuentra siempre en continuo proceso de construcción que se
cimenta por medio de las pláticas diarias alrededor del fogón, el anciano
o el padre o madre de familia son los encargados de abrir la plática, van
estableciendo y afianzando las relaciones con su entorno natural y social,
es por eso que la casa se considera como la arquitectura del universo: los
postes son pilares del universo o son las montañas, el techo es el cielo y el
suelo es el mundo de abajo. En el interior de la casa se ubican, los sitios
exactos, los individuos según su status, y ciertos objetos, así como se cobija
la realización de algunas actividades y trabajos cotidianos, asignados según
sexo, edad y rango, ahí refleja el ich’el ta muk’ el gran respeto en cada uno
de ellos.
En los contextos rituales donde los diferentes grupos tsotsiles discuten las
situaciones que se presentan dentro de su territorio; ejercicio en el cual lo
nuevo se compara con lo antiguo, se identifican tensiones entre las diferentes
opiniones y se crean consensos sobre cómo continuar perteneciendo al
grupo en mención. Por el hecho de permitir pensar colectivamente lo nuevo
en el contexto de la mitología y la historia, los rituales se constituyen como
el acto social básico en el cual se decide qué se mantiene, qué se incorpora
113
y qué se transforma; es decir, se presenta una construcción colectiva de la
identidad y de esta manera se conforma como un acto social por excelencia.
Los rituales son momentos sumamente importantes ya que mediante
ellos las personas con el conocimiento necesario pueden restablecer las
relaciones con los seres espirituales y de esta manera curar el territorio,
asegurando así las posibilidades de buena cosecha, lo cual se traduce en
la posibilidad de continuar viviendo con buena salud dentro del territorio
familiar o comunitario.
Por ejemplo, la existencia de centenares de especies vegetales y animales
que habitan en el territorio, hace necesario un gran esfuerzo intelectual para
intentar conocer todas sus interrelaciones, de forma tal que con el paso de
los años han desarrollado diversas tecnologías de adaptación biocultural.
Sus conocimientos sobre el clima, los astros, el agua, la tierra y los ciclos de
los nutrientes, son modelos excepcionales de aprovechamiento del medio y
de organización social.
La organización tiene que ver con la observación y utilización acumulada
de la dinámica de la naturaleza, siguen estableciendo varios modelos para
el manejo ambiental. La biodiversidad es lo que sostiene la vida, la tierra,
el agua, el aire, el sol, de esta manera se organiza la naturaleza, tenemos
diferencias en pensamientos, pero somos iguales.
Cada palabra, cosa, ser y lugar, tiene su orden, su dueño y su vínculo
espiritual. Cada hombre o mujer, viejo o niño, cada comunidad, cada planta,
animal y piedra, cada capa de la tierra, el aire, el suelo y el subsuelo, ocupa
un lugar en el mundo y tiene una función asignada desde su creación que
se debe cumplir y proteger, respetando las leyes del mundo invisible y
sagrado, únicamente de esa manera podemos tener un solo corazón, un
solo pensamiento.
Ese orden se mantiene conviviendo en el centro del conocimiento que
es la casa manejada por el hombre y la mujer, los saberes se trasmiten del
ts’omol ‘banco’, del abuelo a la niñez, en la casa y en el trabajo. El pasado
114
es el lugar donde están los saberes que enseñan pensamiento para curar y
determinan la continuidad de la vida, lekilalil es el bienestar colectivo.
Ak’bel snopel, vulesel yo’nton o xch’ulel es un traspaso para despertar la
conciencia de manera colectiva, es un modo de educar a un niño o un joven. En
el pensamiento tsotsil hay un espacio especial para la educación, entendida
como el traspaso de conocimientos especialmente de una generación mayor
a las nuevas generaciones, con el fin de que estas conserven la identidad
del grupo y tengan los medios y las herramientas necesarias para continuar
viviendo. De acuerdo con este pensamiento, el traspaso de conocimientos se
lleva a cabo en la cotidianidad de las comunidades, en forma diferenciada
por sexos y en estrecha relación con el medio ambiente, presentándose
además en momentos específicos, en los cuales la enseñanza se lleva a cabo
dentro del espacio ritual que viene siendo la casa.
Los tsotsiles siguen manteniendo la idea de que la escuela occidental es
un espacio que rompe los flujos tradicionales de traspaso de saberes, puesto
que los niños y niñas van a la escuela a aprender conocimientos ajenos y se
pierde el tiempo para el aprendizaje tradicional. Esta situación es aún más
ansiosa cuando las nuevas generaciones se alejan por períodos prolongados
de sus comunidades para vivir en las ciudades o internados, siendo difícil
tanto la adaptación al internado como la readaptación a las comunidades
de origen, a esto, los tsotsiles le denominamos ch’ay snopel ku’untik, jel ti
ko’ntontike, ese es el cambio del corazón, es la perdida de los saberes, lo
que implica conocer otros paradigmas, otras formas de pensar, quizá en su
momento no se acepte, pero conforme el paso del tiempo se legitime.
La comunidad tsotsil se ha visto ante la disyuntiva de enviar a las niñas y
niños a la escuela para que aprendan otros conocimientos, perdiendo o en el
mejor de los casos, aplazando la posibilidad de recibir el saber de su propia
comunidad. No se incorporan las particularidades del grupo, excluyendo
las formas propias del pensamiento y lingüístico. Por ello es necesario que
exista el concepto filosófico de ojtikinel ‘conocer los distintos saberes tanto
115
endógenos y exógenos’ y para posibilitar preservar los saberes entonces el
recordar o saber es fundamental para comprender donde está uno instalado.
Ojtikinel en relación al Na’el Ambos verbos tienen una gran importancia en la lengua tsotsil, el primer
verbo es el conocer, por tanto, si el niño conoce es porque adopta un modo
de saber, si conoce por lo tanto puede identificar cualquier saber y conocer
en su aplicación correctamente.
El segundo verbo tiene que ver con el saber y el recordar, el na’el es
saber y por tanto es estar, saber estar, indica es que un pensador acorde a su
contexto y es un recordador del saber, aunque en realidad debería entenderse
como el extrañar o el extrañador del saber, pero nunca está separado del
ojtikinel, ambos conceptos se relacionan y son complementarios uno del otro,
el niño conoce y sabe, entonces, se va completando, aunque realmente le
falte el ch’ulel ‘la conciencia’.
Al apreciar el conocer y el saber, k’uxubinel ti ojtikinele xchi’uk ti sna’ele,
ese aprecio es fundamental, es la genealogía slikeb del aprecio de los
saberes y los conocimientos de la vida, sino se aprecia es que no forma parte
de su pensamiento y de su estar en la vida como tsotsil.
Formación integral de la persona tsotsilEn la formación de la persona tsotsil se busca que el individuo se desarrolle
integralmente para participar adecuadamente en su sociedad. Al respecto,
los totil-me’iletik ‘ancianos’ plantean varios conceptos valorativos de gran
importancia, que determinan el carácter y la personalidad, denominada
“sna’el snopel, spasel”20 y por ende la forma de comportarse en la sociedad
y con la naturaleza. Estos conceptos o principios son:
20 Se refiere a la formación integral, afianzando su personalidad y forma de ser, de hacer y de pensar.
116
J-abtel: Persona con iniciativa, solidaria, poder económico, él se dedica al
trabajo.
P’ijilal: Persona con sabiduría, buenos pensamientos y respetuoso.
Jtak’ivanej, j-al mantal: Persona con fortaleza espiritual y psicológica,
capaz de dirigirse a otros con sabiduría y filosofía en la orientación de la
vida.
Chanel: Persona que aprende cada día en su vida diaria.
En el siguiente testimonio de uno de los ancianos dice lo siguiente con mucha
claridad:
Cuando el niño o la niña joven jch’iomal21 tiene alrededor de 8 a 12 años se le
dice: tú ya no eres un niño o niña, por lo tanto, debes pensar y revisar tu forma de
pensar asimismo tu forma de proceder hacer-pasel y si sientes que todavía no sabes
pregunta jak’o, observa k’elo y escucha chikintao y adquiere los conocimientos que
te faltan, pero debes escuchar muy bien los consejos y conversaciones que se te
entregue, para que te formes como un buen ser humano y tengas las características
propias cuando te cases. (Don Nicolás Bolom 16 de agosto de 2013, Jocosic, Huixtan,
Chiapas. 59 años).
La intervención anterior se puede interpretar que cuando el niño o niña
empieza a transitar de la niñez a la adolescencia se le hace tomar conciencia
de su propio actuar, de su propio proceder es decir, sna’ xa tsk’el sba22 de su
actuar en la vida y sociedad, ello significa que la formación está en directa
correlación a la edad y la etapa de desarrollo.
Estos cuatros valores o principios son muy importantes, ya que no tiene que
ver solamente con el comportamiento entre los seres humanos, sino también
con la naturaleza. En los siguientes testimonios se aprecia lo anterior:
21 Se refiere a la mazorca cuando se almacena y salen ciertas raíces.22 Sabe verse, sabe mirarse asimisma sabe actuar, es ser una persona integral.
117
Nosotros tenemos talelal ‘valores’ de cómo miramos la vida y de cómo debe ser la
vida, cómo comportarnos frente a las demás, con la naturaleza, en las ceremonias
y con las personas, con las otras comunidades, hablar bien lek k’opojel, diálogar
lek lo’ilajel, saludar na’el k’ejbail ta ve, regalar k’elanel, apoyar koltael Aunque no
conozcamos a las personas debemos saludarlas al pasar en los caminos con mucho
respeto si así lo hacemos y nos damos cuenta quien es una buena persona te dirán
lekil vinik, lekil ants, así decimos nosotros. (Entrevista Don Nicolás Bolom Martínez 12
de enero de 2013, Jocosic, Huixtán, Chiapas. 59 años).
En este texto encontramos valores muy profundos que tienen que ver con la
vida y el actuar humano, como la importancia del diálogo, el saludar, el dar
la mano, tiene que ver con el p’ijilal; por tanto, el tener p’ijilal no tiene que
ver solamente con poseer conocimientos, sino también con poseer valores y
actitudes.
Lek me xa pas aba, mu me xa toy aba, mu me k’usi chopol xapas, mu me jk’antik-uk,
chopol me chkaitik-uk, tsokme joltik, tsokme kontotntik, no debes hacer a otro lo que a
ti no te gusta que te hagan, me dijo en una ocasión mamá, me lek xa pas abae cha
yojtikinik, si te portas bien te conocerán, te dirán esta es una persona sabia y si actúas
bien donde quiera que andes, saben que vienes de una familia o de una comunidad
(sna’ik bu oy ti a ts’umbale) esta es una persona que la educaron bien, así lo dirán
(ja’jech cha yalboxuk), si tienes maíz hay que darle al que no lo tiene (ti me oy a
vixime ak’bo ti buch’u muyuk yu’une), si así lo haces, hay lo apoyas (sk’an me xa kolta
ta sjunlejal a vo’nton) tu corazón se alegrará más porque estás compartiendo, pero si
no tienes debes trabajar y cuidar lo que tienes, si así lo haces tendrás de todo para
vivir, me decía mi madre. (Entrevista a Doña Antonia Pale Huet, Jocosic, Huixtán,
Chiapas.10 de enero de 2015. 58 años).
Queda claro entonces que en la formación y educación se le da mucha
importancia a la relación de respeto que debe existir con el otro, pero también
el por qué se debe actuar y obrar de esa forma, además se manifiesta la
importancia y el valor del trabajo para las personas.
118
Otro anciano comenta: A los niños hay que despertarles su corazón muy temprano
para ser sabios, las palabras que le entregamos en su boca del niño es para su
vida, nadie le va a quitar, porque, un día va a ser autoridad y sino sabe resolver los
conflictos, sabrán de que familia es y se burlaran de él, por lo tanto, debe actuar
correctamente desde niño y en todas las ocasiones, en una ceremonia, en una fiesta,
jech kuchel jtek’ chobtik ti me valk’uje ta jtoytik, ta xkabetik sk’ix, yik, xok’, el niño es
como una planta de maíz si se cae la levantamos y le ponemos una palanca para
que de elote y maíz, así es el niño ( Entrevista Don Nicolás Bolom Martínez, Jocosic
Huixtán, Chiapas, enero de 2012. 59 años).
En este testimonio se observa la importancia de la formación para el niño,
como un proceso constante, pero también significa que hay personas que
guían al niño hasta tener una formación integral y que a la larga tiene que
demostrar esos saberes y volver a enseñar a sus hijos en algún momento.
En la formación de los niños intervienen diferentes aspectos propios de la
cultura tsotsil, que se encuentran interrelacionados. Los aspectos que aparecen
claramente en la entrevista son: k’el bail, k’an bail, tak’iel23, como base de
la identidad personal y social; la espiritualidad y religiosidad denominada
ich’bail ta muk’ ta p’ijubtasel que permite la transmisión de conocimientos,
y el k’otesbel yo’nton, ak’bel yil como formas propias de educar y formar,
aspectos que se van desarrollandose mediante la socialización en el
contexto del territorio tsotsil, teniendo como principal instrumento la lengua,
que permite compartir los propios universos simbólicos de la cultura.
En los juegos simbólicos del discurso, existe un modo y refleja las normas
de interacción social y los modos de pensar de un pueblo, debe de haber
una marca simbólica del uso o en su código en las jerarquías, pero ¿Cómo
23 Tak’ien tiene relación con la palabra tak’el, responder, contestar, es una forma de saber, el que responde significa que llego la información, además, es una manera de comprobar de que existe comunicación entre dos personas.
119
el niño distingue eso? ¿Por qué en el habla existe ese nivel? En los niños, la
lengua es un medio para entender la organización social de su comunidad.
Raíz de la identidad individual, social y territorial TalelLa formación de la identidad individual y social está en directa relación con
los universos simbólicos de cada sociedad, es decir, una concepción de
mundo particular, donde existen principios, normas y valores que se practican
en la cotidianidad; en relación con la naturaleza y en vinculo espiritual, que
interviene en el proceso de socialización de los niños tsotsiles, y que a la vez
permite la transmisión del patrimonio y la riqueza cultural apegada a la raíz
del conocimiento tradicional.
De igual manera, los espíritus ancestrales influyen en sus descendientes,
tanto en su identidad individual como en lo social, esta relación espiritual
de los ancestros es cotidiana, además son los que determinan la identidad
espiritual de la persona, y está referida a los vayijel/identidad particular, que
tienen relación con el animal compañero. Este fenómeno posiblemente sea
una metáfora al decir vayijel, el niño adquiere las habilidades y destrezas
de su animal compañero y tiene relación directa con las generaciones o
antepasados que tienen incidencia en la vida de sus descendientes el totil-
me’il como entes reforzadores y de la conservación de la identidad, cuya
base se encuentran en un contexto espacial y temporal, inclusive territorial.
Según los ancianos tsotsiles, plantean que el vayijel se refiere a la
procedencia territorial de la persona, es decir, el contexto sociocultural donde
nació y fue socializado, así como el tsumbalil se refiere a la procedencia
familiar, en este sentido se relaciona con el siguiente aspecto talelal, antes
de explicar que se entiende el concepto empezaré con ciertas interrogantes.
¿Qué es talelal y cómo se construye en la memoria colectiva de un
sujeto o de una comunidad?, ¿quiénes son forjadores del talelal en la
120
memoria colectiva?, ¿cómo se tejen las historias de vida, los referentes y
actos cohesionadores del talelal individual y colectivo?, ¿cuál es el peso
simbólico del talelal en la cultura tsotsil?, ¿de qué manera los relatos orales
construyen el talelal de una comunidad? Todas las interrogantes planteadas
posiblemente no tengan respuesta tan clara que precise su razón de ser.
El talelal tiene que ver con el tiempo y que se hace presente en forma de
recuerdos, en la manera de ser, en la forma de actuar, es el color, la textura
de los objetos, los recuerdos, la explicación de una forma de existir, tiene que
ver con la parte de la memoria, la identidad de una persona hasta construir
la parte colectiva; por lo tanto, el talelal es la naturaleza de los sujetos,
de las cosas, de todo lo que existe, pensamiento, carácter, aspecto físico,
ideología, espiritualidad, es lo que se denomina talelal, la personalidad se
va forjando en la participación, en las creencias, actitudes, comportamientos
de las personas o grupos a las que están adheridas.
Se puede hablar así de una realidad intersubjetiva, compartida por todos
los individuos de una misma colectividad y a cada miembro del grupo se
reconoce por su forma de ser. Esa realidad colectiva no consiste, por ende,
en un cuerpo, ni en un sujeto de conciencia, sino en un modo de sentir, de
ser, de hacer, de pensar, comprender y actuar en el mundo y en formas de
vida compartida, que se expresan en instituciones construidas en el tiempo,
comportamientos regulados por ciertas reglas y saberes transmitidos.
El talelal viene del ts’unbalil, ja’ jech stalelik ti jbolometike (así es la forma
de los bolometik), es decir el ts’umbal tiene que ver con el talelal, el talel
puede ser una dirección del tiempo (tenemos, pues, la evidencia de que el
talelal no es solo resultado de la codificación de las unidades lingüísticas
que lo conforman, sino también sistemas de coherencia que corresponden
a un código ideológico), es lo que ha venido construyendo en un periodo o
en una época.
Justamente la palabra talelal es un entramado de significados, es como
un tejido de distintos hilos codificados e interpretables por las comunidades,
121
es como la vereda escondida en la maleza que se anda todos los días. Este
andar del talel comienza por un principio y aún no se sabe dónde termina, en
la medida que se percibe como algo en sí y no fragmento de una secuencia
lógica, compleja construcción de subsistemas, lleva a una serie de elementos
pertenecientes a la estructura interior comunitaria que se revela como límite
en subsistemas de diverso tipo o carácter estructural, en fin, se deriva de una
secuencia comprendida entre principio y no fin.
El principio es el límite de un recorrido de sentido que se deriva
necesariamente de una estructura de pensamiento. Lo que indica que cada
estructura, cada elemento significa que estamos ante otra relación dialéctica de
la realidad comunitaria a partir de las significaciones transmitidas, podríamos
aventurarnos a decir que se trata de una mayor riqueza de información al
entender el talelal, ya que representa una complejidad de contenido que
requiere una complejidad de estructura verbal para interpretarlo, pero, en
todo caso, si se trata de una comunicación primigenia, de cierta manera se
podría decir que la expresión es sagrada.
Todo lo anterior está anclado en el hacer, en la práctica y en la palabra,
el talelal se va reconstruyendo en cada instante. No se puede afirmar que
el talelal sea una extensión de lo individual, sino que tiene que ver con
las prácticas, los hechos, los referentes y la construcción discursiva que se
constituye con el talelal de un pueblo y que a la vez le dan significados
comunes para un grupo o una comunidad.
Cada sujeto seguramente experimenta de manera individual ese talelal,
conjunto de elementos que se van anclado simbólicamente en la memoria
colectiva, que le da forma a una matriz de identidad común, se argamasa con
la existencia cotidiana y espiritual. Cada cultura forja su memoria e identidad
de manera distinta, es decir su talel, es la que da el código, la clave o la base
de algo. En la memoria e identidad colectiva de las comunidades tsotsiles
están latentes aspectos de la cosmovisión, constituyendo matrices culturales
múltiples y heterogéneas con su talelal.
122
De ese talelal está en los tuétanos y en la memoria, se desprende con
los relatos y narraciones que se construyen alrededor del sujeto y de su
comunidad y apuntan a dar cuenta de quiénes son, eso, posiblemente sea el
talelal del ser tsotsil.
El talelal tiene que ver con la historia de cada sujeto que se configura
a nivel comunitario y que con el tiempo se legitima por las otras personas
o comunidades, los individuos se reconocen como parte de una medula
fundamental, que de alguna manera los distingue, los determina y los
diferencia de las otras comunidades y de las otras personas.
Los abuelos y las abuelas, de alguna manera son las personas que han
venido trasmitiendo su talel a la comunidad, es decir, las cosmovisiones,
tradiciones y memorias en las que se sustenta gran parte de la esencia
del talelal actual. Si bien las comunidades tsotsiles han incorporado una
multiplicidad de aspectos de otros talelal (yan talelal) en su vida cotidiana,
han usado los momentos de las festividades, a manera de resistencia, como
oportunidades para sostener sus tradiciones y en esa medida, mantener viva
y actualizada su memoria colectiva y sostener una dimensión esencial de su
identidad.
En los testimonios de los tsotsiles existe claridad de la situación del talelal
actual, se puede decir que es crucial para los grupos originarios y en sus
platicas dejan ver las fracturas propias de una cultura forzada, por distintas
instancias de poder al adoptar prácticas y discursos ajenos a la cultura.
La memoria se presenta como la única forma posible de dinamizar el
talelal de los pueblos, constituyéndose en un elemento articulador de los
conocimientos, la cosmovisión y la organización social y la generación de
nuevos saberes. La construcción de la memoria de un pueblo y su talel propio,
está sujetada a un sincretismo cultural e ideológico. Darle lugar aquello
que les es propio resulta fundamental. Aca se encuentra la importancia del
testimonio de los tsotsiles para entender su talelal, ya que está anclado a la
pérdida de espacios para la transmisión de la memoria colectiva del cual
123
cada sujeto es portador comunitario, además esta consciente de que la
memoria cultural comunitaria comienza a perderse.
El propio sistema aísla a los individuos entre sí, y los dirige hacia el
esfuerzo solitario de tener que llegar a ser ellos mismos. A pesar de ello, se
reservan aún espacios propios o secretos desde donde pueden reconstruirse,
que no deben ser comunicados para evitar algún daño a sus comunidades.
Hay elementos que son propios y que difícilmente se plasmarán en papel,
solamente se sienten, se viven o se observan. La reivindicación de la visión
originaria contemporánea se presenta en un contexto de fragmentos y
tensiones ideológicas, políticas y religiosas.
Por ello al entender el talel de los tsotsiles permite transitar por distintos
espacios, míticos y por distintas épocas —pasado y presente— que conforman
una visión de diversidad de lo que es el mundo tsotsil actual. Allí y a pesar de
todo, los elementos articuladores posibles son: la memoria que se actualiza
en cada relato, la ritualidad cotidiana, los sueños, la comida, los intercambios
comerciales y el quehacer doméstico.
Por un lado, las historias y relatos contados por los abuelos han permitido
volver a descifrar las significaciones y sentidos de ciertas tradiciones y
prácticas culturales insertadas en la cotidianidad. Por ello el talelal está
inserto en el presente, desde el diálogo, desde el relato y desde la lengua,
la convivencia con la familia alrededor del fogón, para revivir las prácticas
culturales, reinventar la memoria, legitimar algún hecho o suceso.
Generalmente el talelal está inserto en la memoria, no es solo lo que se
manifiesta, sino que también lo que se calla o lo que se ancla en el andar
de los potreros, cuando la lluvia vuelve la mirada indecisa a la milpa, ahí
radica la forma de revitalizar sus prácticas, compartir las palabras permite
enriquecer aunque a la vez generan fisuras en la memoria colectiva, puede
que el silencio se enrosque en el más denso de la noche, entonces también
permite reinventar el presente, se construye por voz propia (Ver anexo 2.
Convivencia).
124
La práctica del talelal reactiva las prácticas culturales y posibilita la
actualización de la memoria y el reconocimiento de las múltiples, variables,
—diversos talelaletik—, es un paso importante para entender el pensamiento
comunitario a partir de su talel. Los tsotsiles se constituyen de acuerdo a los
tres elementos fundamentales:
La vida espiritual es un con-
cepto de la vida fundamental, es la
relación profunda entre los seres de
la naturaleza que son denominados
como la comunidad espiritual ojo-
vetik sabiduría del pueblo p’ijilal
(Ver anexo 3. Los rituales), entre esos
saberes están los mitos, el arte, la
música, los rituales, las costumbres,
los rezos, las normas éticas, morales
y la relación hombre naturaleza. En
cuanto a la vida social, tiene que ver con la organización comunitaria y
cargos, educación alrededor del fogón, la identidad cultural, parentesco,
relaciones sociales, relaciones interculturales (comunidad-ciudad, ciudad-
comunidad). Asimismo la vida natural, se refiere a las zonas de producción
(agricultura, ganadería, artesanía, trabajo extracomunitario) reproducción
(ecosistema, diversidad vegetal, animal y mineral, alimentos), ecosistema
(zonas de producción, praderas, cuevas y bosques).
Desde el pensamiento tsotsil, se dice que cada día tiene su rostro, su
identidad, su carácter, talel, que influencia los sucesos. Cada día tiene
características propias, diferente a los otros días que determinan cierta
cualidad, un temperamento específico, es aquí donde radica que la
naturaleza también tenga su talel y no únicamente lo humano.
Al parecer el talelal es como candado entre código lingüístico y
comunitario. Al observar una cultura, aunque no tengamos conocimiento
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
125
de la forma de organización el sistema ideológico en que está cimentado,
recibimos una cierta cantidad de información en la medida que conocemos
su lengua, en ella accedemos a una determinada estructura ideológica que
constituye un nuevo aspecto de la vida que puede cambiar nuestro horizonte
anterior y nos obliga a volver otra vez al propio pensamiento; para descifrarlo
se requiere disposición.
Lo que emerge de la dispersión del pensamiento existe una lógica, en
el contexto comunitario, las relaciones al interior de la comunidad están
claramente establecidas alrededor de normas de reciprocidad que dan
cohesión y firmeza a su funcionamiento, y de rituales que regulan la tensión
entre los integrantes.
El gran cuidado puesto en la precisión de las normas nos habla también
del peligro que reside en romperlas. Pero cuando las relaciones se establecen
con elementos ajenos a su código cultural, el espacio para la incertidumbre
y desconfianza aumenta; cuanto menor sea la dosis de complementariedad
que se establezca en la relación con el otro, mayor será la proporción al
espacio ocupado por la batalla y competencia. Planteada así la contienda,
la ambigüedad, y la aparente sumisión, se reafirma la superioridad de lo
propio, son estrategias culturales aceptadas como válidas por esta cultura,
es una manera de mostrar el talelal.
Al otro, al extraño, al que no pertenece a la comunidad, se le percibe con
un grado aún mayor de desconfianza, ya que se asume que lo distinto que
el yan talelal es igualmente parte de su estrategia, una forma de nombrarlo.
Cuando alguien dice chopol stalelal li vinike, li antse o li jnaklejetike invita a
la desconfianza, probablemente también tiene sus raíces en la organización
del pensamiento.
Las actividades de una comunidad, que es la unidad de esta organización,
depende de la redistribución de los bienes como parte del sistema de
integración y que con ella está inserto el talel. Cuando los sujetos cambian de
126
pensamiento corrompen el pensamiento colectivo y dan lugar al crecimiento
de la propiedad individual y estarán a expensas del bien común.
La migración a la ciudad ha llevado a un cambio del talelal de los
jóvenes, es decir hay un desdibujamiento de los parámetros tradicionales
que contribuyen a acrecentar la desconfianza. En el contexto comunitario
cada comunidad tiene su talelal, algunos curanderos a quien consideran su
intermediario con las deidades y por ende tiene un talel distinto.
La forma de darse cuenta del talelal en la comunidad es a partir del
cumplimiento con una serie de roles sociales o “cargos” de los sujetos dentro
de la comunidad los cuales van haciéndolos merecedores de la confianza o
la desconfianza de ésta. Lo que es importante es que, al reconocer el talel
de una cultura, al identificarse con sus símbolos y sus metáforas, se le está
reconociendo la realidad frente a los otros (que no son parte del grupo).
Si sus maneras de comportarse están apegadas a la realidad y la manera
de construir la vida, esto como modo de tomar conciencia de que lo que se
sabe está referido a cierta realidad que son mutables por ejemplo el plano
espiritual es necesario para entender el bienestar, para la reinserción en el
sentido de la vida. Creo que el contenido espiritual, que el código de valores
que moldea a la comunidad, no se transmite a través del discurso sino en los
rituales compartidos de esa realidad cotidiana.
Y pienso que, en el nivel espiritual, en toda la dimensión del término,
que el encuentro tael bail, es la forma de construir el talelal. Indagar desde
la naturaleza el talel, posibilita entender el origen de la misma; es decir la
memoría histórica se convierte en un compromiso de desterrar el olvido, de
trasmitir a los jóvenes y a futuras generaciones lo que sucedió en un periodo
histórico o en un momento de la vida, con el fin de evitar que se vuelva a
repetir convirtiéndose en la conciencia del grupo o de la comunidad.
La memoria permite contar lo que ocurrió, posibilitar sanar las heridas de
un pasado violento, construye nuestra identidad, sobre todo, puede marcar
el rumbo de nuestro futuro. Depende qué tipo de talelal queremos forjar, y
127
entender que el talel puede cambiar, puede modificarse y se puede decir
que permite la liberación y construir un futuro común.
El talelal de la persona, entendida como la transmisión de la herencia de
los antepasados, va determinada por las características psicológicas de la
persona, acompañado de un contexto cultural adecuado a la maduración
de la conciencia durante el proceso de socialización, ahí empieza la
construcción de la personalidad y al mismo tiempo forja la identidad. Por
ello, dentro de esta categoría se enfatiza la importancia de la ascendencia
familiar ts’umbalil ‘linaje’, como territorial. Quedando de manifiesto el valor
de la ascendencia o sistema de parentesco y el territorio con su propio vayijel.
Estos aspectos son relevantes en la socialización y conformación de la
identidad personal y social del niño o niña tsotsil, pero también la identidad
de un espacio territorial, puesto que constituye los elementos base para forjar
la identidad en su conjunto. En relación a este aspecto en una plática de la
comunidad de Jocosic, nos comentaron lo siguiente.
Ti stalel chvinaj bu likemtal, el comportamiento determina el territorio,
de acuerdo a los tsotsiles se les asigna un sobre nombre, jtotik ta yoytik, el
señor es de los lirios, el sobre nombre tiene un sentido, una razón de ser, es
parte de la identificación a partir de la asociación con algo; y esto se les
iba transmitiendo a la niñez de generación en generación, hecho por los
abuelos, abuelas, padres, madres y parientes o la misma comunidad los va
nombrando, por ello, los sobrenombres están relacionados a la naturaleza,
y esto es sabiduría tsotsil y así uno se identifica con el lugar.
En esto queda claramente establecido que existe una estrecha relación
entre territorio, nombre o sobrenombre, sentido de identidad y pertenencia
espacial o sociocultural. De acuerdo al vayijel y el talel se determinan los
roles y funciones que la persona va a ocupar en la comunidad, por otro
lado, a partir de estos elementos se puede hoy día reconstituir los territorios
y desarrollar programas con mayor pertinencia social y cultural, donde la
educación puede hacer un aporte significativo.
128
En los siguientes relatos de los ancianos se refleja claramente cómo se
va transmitiendo y traspasando la función social y de manera generacional,
quedando clara la gran relevancia de estos conceptos.
Si tienes una buena ascendencia serás buena persona, si provienes de una
mala semilla o familia, así también será tu descendencia, también es conocer
el territorio de donde viven. Es decir, la identidad individual y social, está en
relación e interrelación directa con su tsumbal. Por ejemplo, en las asambleas
de la comunidad de Jocosic refleja el ts’umbalil y las múltiples y diversas
funciones que desempeña, más allá de la toma de decisiones comunitarias.
Las personas que se nombran como autoridad son los encargados para
representar a la comunidad, pero representa ahí el ts’umbalil y la sabiduría.
Una autoridad tiene la obligación de realizar las asambleas con el fin de
informar, consultar las palabras de la comunidad o de los ancianos y recoger
las decisiones más convenientes para los integrantes. Los integrantes de la
comunidad tienen la obligación de asistir a las reuniones convocadas, porque
de otra forma se deslegitima su palabra ante cualquier situación.
Todas las autoridades tienen la obligación de dirigir las asambleas, nadie
debe faltar. De lo contrario, se toma como una falta de respeto a los asistentes
y entrega su ch’abajel para no ser sancionado severamente por la asamblea.
El ts’umbalil es un sello de la educación que tiene una persona, es más
visible en una autoridad, las autoridades son las inmediatas encargadas de
informar la problemática que se ha presentado ante la comunidad y también
de comentar cuál es el resultado de las decisiones anteriores. Cuando hay
asuntos que merecen una discusión de las decisiones y a la vez la aprobación
de la comunidad, tienen que pedir con respeto la palabra de los asistentes para
tener un solo corazón en las discusiones y si en dado caso se equivocaran, la
misma asamblea se encarga de enderezar ese corazón desviado o perdido.
Los mayores son los encargados de pasar la palabra a las autoridades,
ellos son los encargados de recolectar las opiniones e irla agrupando y al
final volver la palabra a la asamblea, es un ir y venir de la palabra, calentar
129
los corazones es un modo de discutir parejo para tejer los pensamientos, es
por ello que las autoridades son recolectoras de las palabras.
El que trae en su corazón la palabra, no debe guardarla para sí mismo, sino
que tiene que compartir para todos, es una muestra de que no es solo interés
personal lo que dice sino el interés de toda la comunidad; por tanto, habla
para toda la comunidad tanto los presentes y los ausentes, porque la ausencia
es presencia porque pertenece a la comunidad; manifestar en la asamblea es
una indicación de pertenecer a un todo; al diálogar representa la voz colectiva.
La colectividad la conforman todos los integrantes de la comunidad, en
ella no puede sobreponerse el uno al otro, por eso está la asamblea, solo
de esta manera es posible la convivencia. Individuo-comunidad conforman
unidad jun no’ox oy kutik; se trata entonces de pensar y actuar colectivo; de
esta manera la responsabilidad de una parte preexiste la responsabilidad
de ambas. Así, cada quien, y cada cual cumple su función y fortalece lo
comunitario, lo cual es la mejor garantía de generar nuevos saberes y la
proyección de la comunidad.
En la asamblea cuando alguien toma un nuevo cargo, invita a la
comunidad a que le ayuden a tratar de ser mejor cada vez. Ser mejor se
demuestra respetando a los totil-me’iletik24 y tiene que dar el ejemplo para
24 La valoración de los totil-me’iletik (abuelos y abuelas, padres-madres), es una muestra de que el niño o el joven tiene corazón, no solo expresa la necesidad de que los individuos tomen en cuenta a los abuelos y abuelas en su vida espiritual, sino que además marca una relación de continuidad entre las diversas generaciones, entonces implica tener corazón. En otras palabras, de los padres y madres enuncian que las abuelas y abuelos tienen que ense-ñarles a los hijos como una herencia, ya que implica los procesos sociales de construcción de la identidad individual y colectiva. Los niños y jóvenes tienen la obligación de representar a sus abuelos a través de acciones concretas en la familia y la sociedad: imitándolos, deben ser amables, deben cumplir con la función que le asigna la tradición, deben participar en la resolución de los problemas familiares y deben, entre otras cosas, mantener el prestigio de su comunidad, en la siguiente expresión se ve inscrita ko’ol k’uchel ti vo’ne stotike, lek yo’nton, la comunidad la recuerda.
130
los demás. La comunidad es una manera de entenderse asimismo, ya que
permite despertar la conciencia y de entenderse como parte de un todo.
Todos los hijos son de la comunidad y están obligados a educar para que
pueda darse la reciprocidad, es decir, una correspondencia humanizada,
solo así se puede ‘vivir bien’ lekil kuxlejal; seguramente no existe otra forma
mejor de un buen vivir.
Cualquier malestar es responsabilidad de todos, el verdadero sujeto ético
es el nosotros o’kutik, jkotoltik, colectivo y comunitario, y no el yo. Cada
infracción contra la normatividad cósmica por un miembro de la comunidad
tiene mayores consecuencias.
O’kutik, jkotoltik ‘Nosotros’, no se agota en cierto límite, sino que lo
trasciende, así, la territorialidad no es obstáculo a lo humano ni separa al ser
humano; la comunidad es comunidad de todos, por lo tanto, la hospitalidad
es muestra de afecto humano, de aceptación, es una muestra del pensamiento
de acercamiento que genera simpatía y amistad. Todo esto genera principios
de convivencia, que se ve reflejada generalmente en la práctica de la vida
cotidiana.
Quizás la hospitalidad sea la mejor forma de mostrar fraternidad, ya que
la casa propia, la comunidad propia o hasta el territorio mismo se vuelve
familiar. Se es en el fondo, aunque con diferencias y particularidades y quien
entre es parte de la comunidad, es compartir lo que se tiene prestado o lo
que es de todos en este estar.
Entender el corazón es mostrarse tal cual se es, es dar a conocer a la
realidad al que se pertenece, es entender un manantial del pensamiento o la
filosofía ya que encierra un saber metafísico, ético y espiritual, que debe ser
objeto de estudio más profundo.
En la comunidad tiene que haber correspondencia entre el discurso y la
realidad, el orden de las palabras corresponde al orden de las cosas, la
acción y los efectos de la acción. Las categorías de las palabras corresponden
también al modo de ser de las cosas. No es vano sostener que los idiomas es
131
el logos de cada cultura y que en el tsotsil en la lengua radican los saberes
profundos.
Consideramos que la lengua es uno de los elementos culturales claves
para entender el pensamiento de un pueblo, en nuestro caso no es posible
prescindir del conocimiento de la lengua tsotsil. Es importante el análisis
de las explicaciones maravillosas que los pueblos han venido dándose en
el curso de su historia. El estudio profundo del idioma y del pensamiento
tsotsil es un imperativo, toda vez que permite apreciar la profundidad y la
originalidad de su pensamiento.
En una asamblea algunos esconden la palabra nak’el k’op ‘esconder la
palabra, ocultarla’, porque el encubrimiento es propio de la acción y del
lenguaje humano, el cual no expresa la verdad, sino la no verdad, la mentira
o engaño por lo mismo en la naturaleza del lenguaje existe una correlación
entre la ocultación y el encubrimiento. Sin embargo, existe una relación
originaria entre el ser y el discurso verdadero en donde la des-ocultación
del ente produce la sinceridad del lenguaje. ¿Pero cómo se muestra el
ente? El ente solo se muestra y puede ser referido y ubicado a partir de su
contexto porque su ser es co-relativo con aquello que le rodea y lo que se
expresa. Esto lo entendemos cuando tratamos de comprender el significado
de una palabra que no conocemos sin el contexto que le rodea: fuera de
ese contexto pierde su modo de ubicarse, y la forma en que lo referimos se
convierte solamente en un código de sonidos cuya unión no nos dice nada,
la palabra deja de decir, no muestra, no atestigua nada, su significado real
está oculto y no hay modo de des-ocultarlo porque le hace falta un contexto
vital.
El significado de una palabra en un buen discurso no es algo estático
porque el discurso acontece en su ejecución, en el diálogo. De ahí que cada
vez que en el discurso se repite la palabra la va llenando de contenido
ampliando su contextualización y haciendo que el tejido en el cual se ubica
se vuelva más importante.
132
No podemos cambiarle el contexto a una palabra y pedirle que siga
siendo la misma, porque su ser no es algo que se dé de forma independiente
de lo que lo rodea, de lo que se está platicando. La palabra está relacionada
con el contexto y los otros. Es por ello que en el contexto está la interpretación,
la reinterpretación del pensamiento y la palabra Silkeb- slajeb y slajeb y
slikeb ambos de ese ir y venir de la palabra ahí está la interpretación y
reinterpretación de la palabra, xjoyet, xmel li lo’ile, la plática tiene que
circular de esa manera, en la imagen se muestra que en el centro se ubican
las personas y la plática es la que gira en esa reunión o asamblea.
El sujeto que explica, es el sujeto que comprende, el que explico a la vez
la que comprende, es una forma de dialogar, de platicar, mediante la
comprensión de uno mismo y comprende también el otro, la comprensión de
la palabra también se comprende el medio y las acciones.
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
133
Chapanel/JchapavanejLa gran mayoría de los conceptos que se abordan aquí son interdependientes,
el siguiente concepto tiene relación con la palabra chapal, que indica como
arreglado, completo, junto, unión, enrollado, entre otros, los arregladores
de problema, son las personas encargadas de mantener en equilibrio la
comunidad mediante la reconciliación y el diálogo.
Esto es una manera de abrir el corazón para aprender, la disposición
de aprender es fundamental, si no hay esto, no podría abrir el corazón,
es abrirse las miradas en el mundo real y el mundo de los sueños, platicar
los sueños y platicar los sucesos de la realidad, ambos es platicar y es una
manera de generar los saberes, permitir conocerse y conocer, en el compartir
está la comprensión.
Existe una intensa relación individuo con la comunidad, una manera de
expresar lo subjetivo al ver que ya tiene su ch’ulel, el jchapanvanej significa
enrollador, arengador, por lo tanto el chapanel tiene mucha relación con
arreglar para no estar o tener desordenados los elementos de la existencia,
si decimos que los problemas son enrollar, simboliza el componer, chapel
se dice así cuando hay que tensar la cuerda de algún instrumento para que
pueda estar listo para ser usado en alguna fiesta o algún ritual.
El sujeto puede decirle también que chapal, es un sujeto completo, por
ello, cuando todo está arreglado viene el silencio, la calma en tsotsil le
denominamos xch’inet, es un concepto muy amplio bien de ch’in pequeño,
tiene mucha relación con el xch’inet, indica silencio, no habitado, no
construido, el saber no construido, se le considera a los niños como no
construido, es decir que el proceso de la vida van aprendiendo conforme
crecen, cuando expresan las mamás sna’ xa viene de na casa habitación
de la sabiduría, debería de traducirse ya habitado, ya es sabedor, es un
sujeto chapal; cuando se equivoca hay que volver a ordenarlo el cha’chapel,
cha’pasel, cha’sutesel o’ntonal, cha’p’ijubel, cha’ meltsanel, jchanubtasvanej,
p’ijubtasvanej el guía saber, etc (mas adelante explicaré en qué consiste
134
cada concepto antes descrito). que tienen relación con la comunidad y el
saber que se construye en ella.
El saber colectivo de alguna manera se puede señalar como una
manifestación intersubjetiva, esto es, no corresponde como propiedad a un
quién, sino que se da en el fluir de la experiencia compartida. El sentido de
compartir puede estar desde el silencio, los gestos, las señales, las marcas en
los caminos; en fin, todas las diversas formas en que se plasma la expresión
oral, la palabra, lleva a mostrar lo ancestral, el origen. El pensamiento abre
una posibilidad y se transita en ella, en su plasticidad, el estar se convive en
cada uno de quienes conforma la comunidad, por lo tanto, es evidente que
en cada momento del desenvolvimiento del dinamismo de la vida hay una
manifestación del lenguaje, del pensamiento y de las acciones.
Leer la vida y el entorno al caminar, es leer la naturaleza y el cosmos,
ahí nace la oralidad como un territorio, genera nuevas palabras, al obrar
con la palabra, masticar la palabra, renovar la palabra, aquí el territorio es
memoria y la memoria es palabra. Lo cotidiano toma forma, un cuerpo y se
respira, se mueve, se detiene, se le deja, es decir, va y se regresa. La palabra
se complementa y amplia nuestros horizontes, descubre y recrea valores muy
afines a la conciencia, el ch’ulel comunitario.
El chapel o chapanel se hermana con otros conceptos como el ach’ubtasel
talelal ‘innovar la vida’, conlleva al olvido de los hechos anteriores, las
problemáticas, las faltas cometidas, porque al no olvidar implica no
pertenecer a lo colectivo seguir atado a una acción que no trae nada bueno
para la comunidad, el ach’ubtael implica dejar atrás toda acción; se hace
una promesa en la asamblea y en esa promesa está el hacer.
El ach’ubtasel se tiene que germinar desde la persona y lo colectivo,
cuando interviene lo colectivo implica encontrar una cura de la palabra y de
las acciones, esas acciones son la preocupación por las palabras que puede
generar y puede que no sea bueno para la comunidad, por ello convoca a
135
los habitantes a la resolución del conflicto (chapael), el problema también es
la angustia, esa angustia es compartida.
La resolución de la problemática implica una nueva posibilidad de
convivencia y de proyectar a la comunidad en otro plano. Lo colectivo se
da mediante la comunicación entre los miembros y se proyecta sobre el
imaginario del buen vivir.
El ach’ubtasel talelal es una manera de hacer llegar la conciencia a un
niño, a un joven a un adulto, para vivir bien, queda expresada ante el público
lo que se desea tanto, ya que es llamado a vivir bien con la comunidad; el día
que no es tomado en cuenta como parte de la comunidad y no es tomada
en cuenta su palabra, no tendría razón de pertenecer a lo comunitario.
La aceptación de lo comunitario implica la aceptación de las reglas. Esas
reglas están llenas de sabiduría vivencial y ancestral. Vivir bien, estimarse a
sí mismo, hablar de los nosotros mismos en sentido grupal, por medio de la
palabra, es un nosotros que se ve unificado por una identidad cultural. Un
ejemplo de la palabra de un pueblo se da en la convivencia en relación al
ich’bail ta muk’. En donde compartimos la palabra, las problemáticas y las
necesidades, principalmente la forma de educar la vida.
Existe un lado oculto que da testimonio de nosotros mismos, la pregunta es
¿cómo es posible que ese lado oculto nos muestre algo de nosotros mismos
que no vemos a simple vista? Los sueños son un medio del cual nos muestra
caminos distintos y la experiencia es otro elemento que nos va madurando
la vida, la comunidad es la encargada de mostrar algo que nosotros no
podemos reconocer en nosotros mismos; esto sucede porque la comunidad
nos mira desde el registro comunitario, se gesta el saber, cuando existe una
educación comunitaria, el niño se moldea desde el contexto y desde las
propias referencias, la percepción del mundo, aprender a vernos desde los
ojos de la comunidad es aprehender a ponernos en el lugar de todos, y
desde ese parámetro ahí percibirse, es posible gestarse desde la conciencia
colectiva.
136
Verse desde el mundo comunitario es una manera de gestar en el propio
mundo, la concepción y la experiencia que uno tiene de la comunidad es
diversa, además la comunidad es como la voz de la conciencia.
Es una posibilidad de verse desde afuera, a pesar que pertenece a un
mismo horizonte, si no está dispuesto a construir de sí mismo; aprender a
comprenderse a través de la mirada comunitaria es aprehender a entenderse,
es como reactualizar las propias referencias, y por lo mismo el propio horizonte
desde el cual uno se concibe, asimismo; es una fusión de horizontes individuo
y comunidad. Todo esto genera un encuentro con la comunidad, existen
desencuentros con el sujeto cuanto no está con un solo corazón aceptarse
asimismo como parte de sí, de la comunidad, es educarse en ese contexto.
En este sentido el jchanubtasvanej es la comunidad y viceversa, como también
sucede algo similar con la familia. Uno asume roles que están configurados
desde la relación con la comunidad, es decir, asumir desde nosotros mismos un
rol, en el mundo que es concebido como un todo. Una cultura sería la expresión
de ella, porque lo que expresamos de ella, la fundamos y la renovamos, todas
nuestras creencias, tradiciones, lenguajes e historias lo vamos renovando al
compartir con la comunidad, lo cual implica responsabilidad de todos.
Desde y en el conocimiento de los antepasados y de nuestros mayores,
sostenemos la palabra, la conversación con las abuelas y los abuelos,
como formación, esa manera de ver el mundo, la naturaleza que nos invita
a escuchar y nombrar los saberes, es un viaje de la vida con un mundo
investido de gestualidades que se expresa antes que el murmullo inicial entre
el espíritu y el corazón sea realmente comprendido.
El espíritu y el corazón de la comunidad silenciosamente germina y se
construye algo que responde a las leyes de la lenta reconstitución de las
hebras del más antiguo tejido universal, cuando crecemos vamos recibiendo
el regalo de la palabra, nombramos a orillas de la oralidad de nuestras y
nuestros mayores, de cuya memoria aprendemos los sonidos y su significación
ya develada. Ellos y ellas nos entregan el privilegio el desafío de que se va
137
a nombrar. La palabra expresada con verdad siempre relumbrará como una
fogata, nos dice que han pasado de generación en generación. A la vez, son
palabras que reflejan procesos de rehacerse como personas y comunidades,
lo cual quiere decir que son más que memorias; son rememoraciones y
recreaciones a las que es importante dejar de ver como cosas del pasado,
sino que son hechos de hoy.
Por filosofía originaria entendemos el conjunto de transformaciones y
composiciones de la palabra, que por medios narrativos y poéticos, con fines
colectivos frecuentemente rituales configuran parte del acervo oral y escrito
de las comunidades originarias, por lo tanto el chapal es todo aquello que es
ordenado desde la propia visión, el chapal de la palabra como el universo es
ordenado así es la visión y el pensamiento de cada persona y comunidad, se
puede decir también chapal k’op, asunto ordenado, esto no está legitimado
por una persona sino que hace referencia al conjunto de pensamientos
ordenados, el k’op implica la palabra que se encuentra ordenada.
K’opSentirse parte de un contexto (organismo que construye y no que depreda) es
algo que se aprehende y se aprende con el conflicto, el k’op25 tiene relación
con la comunidad, con los demás, escuchando, viviendo y haciendo.
25 Al hablar de la palabra K’op forzosamente se relaciona con el a’yej, es hablar escuchar y escuchar hablar. En la cultura tsotsil se recurre a la expresión de ak’o sjam sti’, ak’o sjam ye, invita a la apertura de las expresiones, apertura de una mirada y de una escucha. Jun jk’optik reunir en una asamblea de la palabra, k’opojel ai’el ‘hablar-escucha’, no pude ser fisurado por uno mismo el k’opojel-a’iel, sino que implica tejer la palabra. El que lo haga de manera individual seria mandar sin obedecer, esta acción tiene consecuencias en lo comuni-tario, puede ser multado, es decir ch-och smul como un delito de alterar o salirse del acuerdo comunitario. Si alguien hace eso implica chapel, arreglar su palabra y el sujeto mismo, es una manera de curar a la persona y su palabra.
138
En el k’op existe una trama con otros conceptos y categoría del
pensamiento, por ejemplo, en una comunidad supongamos que veo a una
niña que está tejiendo, con distintas figuras o trazos, lo que miro es la figura,
ahí existe un saber a partir de la figura, eso es un aspecto del pensamiento
del mundo tsotsil y la señora me dice, que la niña que está tejiendo ya tiene
ch’ulel, por lo tanto, ya tiene palabra, oy xa sk’op, sna’ xa xk’opoj, oyxa
sna’el jutuk yu’un.
El tejido que está creando la niña también tiene ch’ulel porque es una
belleza de lo que se está creando y por lo tanto es un ser que se está
cuidando y se está plasmando, la pregunta más grande es ¿Cuál es entonces
la naturaleza de esos saberes?, ¿cuál es su alcance?, ¿cómo se obtiene y
llega esa información, ¿dónde está la raíz del concepto que se nombra
(oy xch’ulel), eso que menciona la señora?, ¿qué quiere decir realmente?,
¿cómo sabe realmente que esa persona tiene ch’ulel?, ¿será que existe algún
concepto de ese saber que englobe, eso que se explica o se mira de esos
otros saberes?, ¿qué tipo de método utiliza la señora para saber que alguien
tiene ch’ulel?
Quizá no encontremos respuesta tan clara, aquí se demuestra que los
niños se educan de una manera particular, con principios, normas apegadas
con esos saberes. Por lo tanto, hay una filosofía de la educación que permite
la construcción de una organización social, para ello es necesario tener los
niveles y categorías del ch’ulel, es lo que se construye, que este vivo y por
lo tanto en movimiento, en relación a la persona, lo que se construye como
base tiene que tener el sjam smelol (forma, método o técnica) con el fin
de respetar el na’el ‘saber-recordar’ ahí está la analogía, ese saber está
legitimado por la comunidad.
En los largos discursos de los ancianos se obtiene de un modo más claro
y preciso, las palabras que dirigen a los jóvenes son trascendentales para su
vida. No me voy a detener en análisis y ejemplos, porque sería muy largo.
139
Pero la comprobación será fácil porque las palabras son abundantes y están
al alcance para escucharlas.
Los jóvenes que se mantienen apegados a las normas comunitarias, son
ejemplos para la comunidad, se les conoce como los de buen corazón y los
obedientes ‘ch’un mantaletik’, es decir, nada hay que a ellos se asemeje, son
completos en los saberes y conocimientos de los totil-me’iletik. Son sabedores
de estar en la tierra sna’il lek ti oyik ta balumil, es la conciencia del estar
en el mundo, el estar es el oy, esto implica la relación sujeto-sujeto. En el
pensamiento tsotsil se funda en la experiencia del estar en este universo, del
estar sin más, del estar en un contexto, eso es que se les enseña a los jóvenes.
El actuar ético tiene por lo tanto una finalidad para la vida, pero no en
sentido individualista sino cósmico o comunitario. Fundamental es ante todo
satisfacer el principio de reciprocidad. Este principio se manifiesta en las
palabras de los mayores.
El ch’ajilal, el chopol pas bail, el chopol nopelal, el chopol chanel, implica
actuar no ético, no responsable, estos conceptos también están dentro de los
saberes, no se puede dejar de lado, el que se porta bien primero tiene que
explicarle que son estos elementos para que tenga claro las consecuencias
que puede tener al actuar apegado a los conceptos expresados.
Por lo tanto, los saberes están sostenidos en las creencias, en las prácticas
y en el lenguaje, si hay ausencia en alguno de los tres elementos, entonces
no tiene sentido el ser y estar. Por lo tanto, el ch’ulel tiene que ver con la
existencia del ser y el estar. Esto quiere decir que, en el ch’ulel de cada
tsotsil, existe una disipación de aprender, esa luminosidad (u’elal, poder),
que permite entendernos y convivir.
El conocer y el hacer es una manera de entender, esto tiene relación
con lo humano, es por ello que existen niveles del ch’ulel, aquí radica la
simiente de los saberes. Si el padre o madre dice: k’ux ko’nton yu’un mu
xchan li jkereme, muyuk xch’ulel, pareciera que está atendiendo solo a una
dimensión, que es la emocional, si es así entonces estaría atendiendo un
140
nivel del k’anel26, lo interpersonal, lo subjetivo. Para esto se aumenta o se
justifica, el niño nació en alguna de las cuatro etapas del tiempo o en un
día específico (animal compañero) y por lo tanto está relacionada con la
disipación del aprendizaje.
Aclaro que me falta generar condiciones epistémicas y metodológicas
para la interpretación de las prácticas sociales del conocimiento, es decir,
que permita la valoración de la herencia cultural como posibilidad para la
construcción de los distintos niveles de saberes. La realidad es que están
mal interpretadas las realidades, se han sobredesvalorizado los saberes, ahí
radica el problema. Por ejemplo, los curanderos son los que se encargan de
cuidar a ese pensamiento que sé organiza en la comunidad, por lo tanto,
tienen una gran tarea para curar a su comunidad, cuidar a la formación
humana.
Los consejeros o sabios (p’ijil moletik) son lo que dicen: Mira tus palabras
k’elo ti ak’ope, chabio ti ak’ope cuida tus palabras, que no se enfermen las
palabras y por lo tanto es cuidarse, asimismo. El estar bien indica cuidarse
holísticamente, k’el bail, mirarse, conocerse asimismo, es una manera de
nombrar la autonomía y la responsabilidad que implica cuidarse asimismo.
El cuidar de sí mismo implica no hablar sin consideración, no ganarles
a las palabras, no robarles a las palabras a otras personas, no olvidar las
buenas palabras con las que se conversa. Mu me xa ko’lajes aba k’uchel
moletik no hay que compararse como los ancianos, si existe la mentira en el
corazón del joven no puede recibir la palabra (mu xcham ti k’ope) contradice
al hablar a los ancianos.
26 Es el ordenador del mundo y los diferentes niveles de relaciones entre las personas, además es una condición ética que tien varios pliegues y dimensiones en la construcción social del tsotsil. Manuel Bolom Pale (2010) K’anel funciones y representaciones sociales en Huixtan, Chiapas.
141
Los ancianos dicen: si no es tu momento de hablar, no hablarás, no
dirás nada, solo escucharas. Y si es tu turno de hablar, habla lo que dice
tu corazón, dilo lo que has acordado con tu corazón (alo ti k’usi a chapoj
xchi’uk ti avo’ntone), ninguna falsedad dirás (mu me xa nop ti k’ope), escoge
tus palabras para responder, no como tonto, tampoco como presumido.
La palabra k’op gira en torno a los distintos planteamientos del pensamiento
tsotsil, mediante la palabra se generan los saberes en relación la práctica, la
palabra k’op tiene gran acepción en tsotsil, se puede entender como lengua,
habla, discurso, diálogo, problema, pensamiento, petición, etc.
Nombraré algunos que considero de vital importancia para este trabajo,
el primer concepto está el k’ak’al k’op: lenguaje acalorado o discusión, pero
puede entenderse como un problema, tiene mucha relación k’ak’uben ti k’op
yu’unike, se ha encendido la palabra o lo han encendido la palabra. Bol
k’op: lenguaje burlesco, es un lenguaje que no es agradable, lo traduciré
como palabra tonta, palabra que no tiene capacidad para el bienestar del
sujeto y de la comunidad, y que en muchas ocasiones genera conflicto, el
que hace uso del bol k’op.
Lokil lo’il k’op: se ha entendido como chiste o juego con el lenguaje o locura
con el lenguaje, está en relación a los que se le dice chlokilo’ilaj, chuvej
lo’il ambos tienen que ver con la locura o esquizofrenia de las palabras,
no estamos refiriendo el sujeto, sino que las palabras, son aceptadas en la
comunidad, se practica, solo que se debe tener mucho cuidado para no
meterse en problemas al utilizar dichas palabras. Baba k’op, un lenguaje
encimado o no directo, posiblemente tiene que ver con el decir que no es
recto sino de manera torcida.
Vo’neal k’op: lenguaje antiguo, puede ser un relato histórico que se sigue
utilizando para educar a los niños, el vo’neal k’op implica utilizar con respeto,
ya que es una palabra que ha trascendido hasta nuestro tiempo.
142
Ach’ k’op: Nuevo lenguaje, son equiparados como los pensamientos
actuales por llamarlo de algún modo. Ixtol k’op: en castellano se podría
traducir como juego de lenguaje o juguete palabra. Me mu ixtolaluk ti k’ope,
ti lo’ile la plática no es un juego o no es un juguete, indica que hay que
tomarle seriedad, respetar las palabras, aunque sea bol k’op implica respeto.
Nop k’op: palabra pensada, palabra mentida, palabra oculta. Lekil k’op:
palabra ética, es una palabra que contiene principios o normas acorde a
la educación que merece a la comunidad. T’ujumal27 k’op: palabra bella,
que tiene estética y relación con el nichimal k’op palabra florida. K’un k’op:
palabra delicada, suave.
Cada una de las palabras tienen su propio espacio y para hacer uso, a
pesar de que el chopol k’op existe en tsotsil, la realidad es que no hay una
palabra mala, sino que es el modo de hacerle uso, en el momento de que
se exprese una palabra, comienza a vivir ese día, adquiere un status una
práctica social al interior de la comunidad y fuera de ella, los ancianos dicen
que las palabras viven k’uxul ti k’ope, tiene vida la palabra.
Las palabras están íntimamente relacionadas con el saber (snopbenal) es
decir el pensamiento o los pensamientos viven en complicidad con la palabra,
existe una interrelación, surgen las posibles maneras y nuevas de mirar las cosas
en un contexto a partir del k’op, cada concepto del k’op que mencionamos en
líneas anteriores existe un ritual de cada palabra. Por ejemplo, el silencio es
una palabra en el pensamiento tsotsil y la escucha es otra.
Un aspecto interesante en el que se puede examinar cómo sucede esto
en la comunidad, que clase especial de palabras utiliza cuando habla un
anciano acerca del snopel, la palabra para hablar acerca de los procesos
del snopel comunitario forzosamente lleva a un planteamiento del saber
27 Para mayor información ver el texto la belleza indígena de Manuel Bolom Pale, (2012), en Patrimonio biocultural, saberes y derechos de los pueblos indígenas.
143
ya sea desde las prácticas o los hechos. ¿Cuál es este lenguaje del saber
comunitario?, ¿cuál es su léxico?, ¿para qué sirve?, ¿cómo funciona?, ¿qué
papel desempeña en el desarrollo humano y en la educación p’ijubtasel
comunitaria?
Considero que responder estas preguntas no es la intención en este trabajo,
por lo menos demos pistas para ir trabajando con más profundidad, hablar
del p’ijilal no es una tarea menor, quizá al mirar el lenguaje o las distintas
categorías de la expresión en tsotsil habrá la posibilidad en entender el saber
cómo formador del pensamiento y comencemos a vivir al darle forma desde
el pensamiento tsotsil.
Nada está desligado del lenguaje, los conceptos mencionados en
párrafos anteriores, son de gran riqueza al analizarlas, el k’op y el snopel
abarca las muchas formas que implica formar el ser tsotsil, es decir, a partir
del k’op abre líneas para comprender los procesos mentales (aunque el
tsotsil es el o’ntonal) comunitarios. Por ejemplo, utilizamos el k’op y snopel,
cuando hablamos acerca de los procesos de pensamiento involucrados en
el desarrollo de una acción o un hecho, en la toma de decisiones, al crear
los instrumentos de trabajo. Toda palabra se ancla en el pensamiento, por
ejemplo: laj la snopot tal ti xmale, chak’la o’ ok’om xchi ti jtote; mu la sk’upin
chanun ti jmikele; junto mu lekuk cha choltal ti k’op chkaie; oy k’usi anak’oj ta
vo’nton chkai.
Los ejemplos mencionados tienen un infinito número de términos para
definir el snopel tsotsil ‘pensamiento tsotsil’. Otro caso particular son los
conceptos como k’elel ‘contemplar’, snopel ‘pensar, reflexionar, meditar’.
Cada uno de estos términos describe una forma de acercamiento profundo
en la práctica del pensar tsotsil.
Términos que marcan una postura epistémica, términos que describen un
proceso constructivo del pensamiento y términos que describen un producto
generado en el diálogar. Los términos de postura epistémica indican una
actitud ante un postulado del saber que se está generando.
144
Los ejemplos incluyen términos tales como chapanel, chabiel, ich’el ta muk’
sabel smelol, spukel snaile sk’oplal, o’ntoninel, sutesel k’op, vachinel. Para ver
cómo estos términos funcionan como indicadores de una postura, considero
el postulado “chvachinajik ti keremetike” y las siguientes afirmaciones:
• Chvachinajik jkuyoj ti jkeremtike.
• Kiloj ti chvachinajik ti jkertemetike.
• Jkuyojme chvachinajik ti jkeremetike.
• Ech chakal ti chvachinajik ti jkeremetike.
• Oy chvachinajik ti jkeremetike.
• La jvachinta ti jkerme.
• Ni vachaj xchi’uk ti jkereme.
Podemos ir encontrando varios principios para comprender el pensamiento
tsotsil, pero cada una de estas afirmaciones expresadas en tsotsil indica una
posición diferente ante la verdad del pensamiento y la verdad de la palabra.
Son estas palabras y conceptos que indican las diferentes posturas las que
ofrecen información esencial acerca de cómo debe interpretarse el principio
del pensamiento tsotsil.
Los términos de postura epistémica funcionan caracterizando la relación
del pensamiento al accionar, es decir tiene que haber una práctica. Los
conceptos antes descritos expresan una estructura y un sentir. Por ejemplo,
en tsotsil la selección de las palabras o la destilación de alguna pócima se le
dice ts’abubil, pero en términos de la selección de las palabras se aplica el
mismo concepto, en castellano se traduciría como analizar, discernir, meditar,
reflexionar o senel.
El ts’abubil se aplica a la forma de pensar, ts’abuome lek ti snopenal
avu’une xchi’uk ti ak’ope, ts’abuo k’uchel ti poxile ‘cierne bien tu pensamiento
y tu palabra como la medicina’ algunos tsotsiles se expresan de la siguiente
manera t’ujo me lek ti ak’ope ‘escoge o selecciona tus palabras’. Decir que
145
alguien está seleccionando su pensamiento de una manera muy diferente
que cuando decimos que alguien yakil ta snop ‘está pensando’.
En el caso de los términos epistémicos, las delicadas diferencias de
significado para los términos que describen procesos de pensar o de
seleccionar la palabra ambos van en el mismo camino para la formación de
la persona tsotsil, existe una diferencia mínima de los conceptos y se aplican
de manera rutinaria.
Aclaro que cada concepto que se expresa en estas líneas su traducción al
castellano no se asemeja en nada, ya que son distintos caminos que construyen
el pensamiento. Los términos a que se refieren a los productos intelectuales
son verbos apegados a un sustantivo que nombran y marcan diferencias
entre tipos de ideas talel ta ontonal ó ulel ta o’ntonal que típicamente son
producto de un proceso de pensamiento o juegan un papel particular en el
proceso de pensamiento. La palabra talel ta ontonal ó ulel ta o’ntonal es en sí
misma un término amplio con el que nos referimos a un producto intelectual,
esa luz que llega, frecuentemente es usado para cubrir un amplio tejido del
pensamiento en acción. Pero la palabra talel ta ontonal ó ulel ta o’ntonal
idea, tiende a ser un verbo genérico, y cuando específicamente así se desea,
se puede tener a disposición una cantidad de términos que describen el
pensamiento snopelal, snopbenal, stael sjam, smelolal, sk’oplal.
Ta to jsabetik sjam smelola ti lo’ile, tato jk’eltik ti me jech ik’ot ti yo’ntone, es
claro que las dos expresiones tienen relación con el lenguaje y el pensamiento;
el estado epistémico es la búsqueda del método para la plática, por lo
tanto, requiere una investigación. Como muestra el ejemplo, el lenguaje del
pensamiento es rico con términos, al final de cuentas hacen parte integral de
la experiencia de pensar.
El lenguaje tsotsil por lo regular es de uso cotidiano, así como el
pensamiento pareciera bastante informal. Pero hay también momentos
más formales donde sus conceptos adquieren un aspecto más técnico (en
las asambleas). Por ejemplo, el chapel puede darse de manera cotidiana,
146
pero puede ser usado en actividades exclusivas y al mismo tiempo se vuelve
un pensamiento muy cuidadoso. Cada concepto expuesto en los párrafos
anteriores funciona para guiar la palabra y el pensamiento tsotsil.
Ich’el ta muk’El ich’el ta muk’, es un elemento formativo para ser persona (vinik, ants, kerem
tseb, mol, me’el), es el respeto hacia las personas mayores y además está
emparentado con el saber que poseen niños, niñas y jóvenes como resultado
de su formación en la comunidad. Se subraya que, a partir de la idea del
na’elal o ‘saber ancestral’, el na’el es quien aglutina el conocimiento y el
respeto hacia las personas mayores.
Los totil me’iletik, por su mayor conocimiento y relación espiritual tienen que
enseñar a los niños el ich’el ta muk’. Este concepto se identifica principalmente
como contenido de la actitud, porque se señala que la valoración de las
personas mayores, primero es respetar su función y posición social que
ocupan en la comunidad, son quienes de alguna manera determinan el
tipo de relación que se debe tener o construir dentro de una comunidad,
empezando con la familia.
Los tsotsiles enfatizan que todo el conocimiento lingüístico que tienen las
personas mayores se debe a las prácticas cotidianas relacionadas con las
prácticas sociales, culturales, espirituales y que con el tiempo configuran una
red categorial denominado iche’l ta muk’ que permite la constitución de ser
tsotsil.
Lo anterior radica en la necesidad de formar a niños, niñas y jóvenes para
que adquieran el conocimiento cultural como condición para ser personas.
Los totil-me’iletik dirigen a los niños, niñas y jóvenes como el centro de su
preocupación, pero siempre en interacción con su medio natural, cultural,
social y espiritual en relación con la vida ya que permite a las personas estar
en equilibrio y en unión con los aspectos socioculturales ancestrales (ojovetik,
yajval ch’en-vitsetik).
147
En relación con el respeto hacia las personas mayores, éste se asocia
también con el concepto de a’iel ‘escuchar’ o. ‘saber escuchar’, concepto
utilizado con mucha frecuencia para la categoría respeto, el joven que sabe
del a’iel por lo tanto sabe del ich’el ta muk’. Se trata de un saber actitudinal
que facilita el desarrollo de la cualidad del niño o niña en relación con
el saber y el conocimiento, lo que permite una comprensión de lo que se
enseña, la enseñanza tiene que ver con el saber escuchar. Es un proceso
complejo que requiere concentración, donde el receptor debe tener una
buena disposición para interpretar y comprender el significado del mensaje,
por eso cuando los adultos dicen a’ibo smantal atot-am’e, es aprender a
escuchar los principios y los consejos de los totil-me’iletik padres y madres.
La lógica tsotsil del saber escuchar incluye los siguientes aspectos: dispo-
sición cognitiva, concentración, determinada postura corporal, selección de
la información y concreción de lo aprendido mediante acciones; lo anterior,
con el objeto de desarrollar y comprender las relaciones afectivas del proceso
formativo. Todo esto implica tener cierta disposición sobre determinadas
realidades socioculturales y comprender códigos sociales y culturales, por
ejemplo, al hijo mayor de la familia se le da la oportunidad de escuchar y se
le lleva donde van los mayores, involucrarse en ciertas actividades y rituales.
Se le dice: tú tienes que ir a escuchar esta conversación, tienes que guardar
en tu corazón, si algún día me muero, tú vas a llevar estos conocimientos
con tus hermanitos y cuando seas mayor tendrás que enseñar a las nuevas
generaciones.
De esta manera, saber escuchar los consejos que transmiten las personas
mayores le permiten al niño, a la niña y al joven, aprender y comprender cómo
formarse y transformarse como ser humano en su contexto. Lo que se desprende
de lo anterior es que de esta forma podrá compartir los principios valores con
sus pares y mostrar lo aprendido a sus hermanos y hermanas menores. Así,
el niño o niña que sabe escuchar podrá representar lo enseñado por los toti-
me’iletik sobre el saber ancestral, destacándose la obediencia y el respeto hacia
148
las ancianas y los ancianos como un comportamiento que le permitirá actuar de
acuerdo con las reglas y normas de su familia y de su comunidad. Se considera
importante que los niños y las niñas desarrollen el respeto y lo lleven a la práctica
demostrando obediencia a los totil-me’iletik. Aunque algunos de estos valores
se están perdiendo, olvidando, y enterrándose en la memoria o simplemente
ocultándose en el tiempo. En la actualidad las niñas y los niños prefieren a
veces otras enseñanzas que guían su vida desde pensamientos generalmente
superficiales, carentes de sentido cultural y social para los tsotsiles.
El ich’el ta muk’ respeto para los tsotsiles es una actitud que se debe
desarrollar en niños, niñas y jóvenes desde la base familiar y comunitaria, el
ich’el ta muk’ es evaluado con la comunidad, el ich’el ta muk’ tiene que ver
con el gran respeto que hay con sus padres y madres, así como el resto de
la comunidad, se dice que un joven cuando se casa debe ser guiado por su
mamá y su papá. Por lo regular no está separado de los padres, viven juntos o
muy cercanos a ellos ya que la comunidad lo ve como una forma de respeto.
En algunas comunidades tsotsiles las abuelas y los abuelos se hacen
cargo de formar a sus nietas y nietos. La formación que entregan, permite
el aprendizaje de las normas de conducta del medio familiar y comunitario.
En este sentido, la familia extensa posibilita la formación de las nuevas
generaciones por parte de las abuelas y los abuelos, porque guían a
sus nietas y nietos de acuerdo a los saberes adquiridos en las relaciones
interétnicas de la comunidad. Los saberes que han enseñado históricamente
se han entregado mediante relatos sobre la memoria familiar de cada
comunidad; sin embargo, los nuevos contextos de vida han deteriorado el
proceso de formación actitudinal.
Los totil-me’iletik señalan que la lengua constituye una herramienta
fundamental para enseñar los saberes propios, ya que está formado por los
códigos, saber escuchar, transmisión oral, valor de la lengua, enseñanza del
ich’el ta muk’, lek pasbail ‘saber comportarse’ y todos los conceptos que se
utilizan en las expresiones orales.
149
El saber escuchar a’iel, permite entender la forma de transmisión de los
conocimientos. Esto significa que la concepción de la lengua tsotsil que utilizan
los originarios está relacionada con la interacción que se establece entre un
niño, una niña o un joven con un adulto, puesto que la oralidad ha sido el único
medio que han utilizado para su enseñanza, ahí radica la raíz del filosofar, de
pensar y actuar, de modificar los problemas a partir de la práctica.
El nivel de frecuencia es muy cercano al del concepto saber escuchar
a’iel y saber aplicar pasel, esto es lo que se le considera un saber para la
formación de una persona ya que los niños y niñas se crían bien al formarles
con su lengua y su cosmovisión que de alguna manera particulariza los
conocimientos que tienen. Esto se relaciona con el concepto valorar la
lengua, ya que la lengua es la puerta que permite adentrarse a una cultura.
De esta forma, en el discurso de los totil me’iletik es un elemento fundamental
para la socialización de los saberes educativos, debido a que es un saber
que permite enseñar contenidos socioculturales en la formación de niños y
niñas, en relación espiritual con el ich’el ta muk’ y la comunidad.
La importancia de la formación de niños, niñas y jóvenes, tiene que estar
relacionado a partir de las territorialidades, para entenderla es necesario
interactuar con el medio social, cultural y territorial mediante la tradición oral.
Esto implica recurrir a un lenguaje filosófico construido en relación con la
persona tsotsil con el medio natural, social y cultural en el cual se encuentra
inserto. En este sentido, la lengua tsotsil es un saber que permite la reproducción
de la cultura como eje trasversal. De este modo, tanto el lo’ilajel que quiere
decir ‘conversar para interactuar y construir contenidos’ a base del snopelal
que es el método para transmitir, seleccionar, categorizar el snopelal y lograr
un saber educativo, el snopbelal es una herramienta de socialización para la
formación de las nuevas generaciones, pero particularmente de los jóvenes.
Este proceso permite transmitir significados y representaciones lógicas del
mundo desde la propia perspectiva psicosociocultural por medio de prácticas
hasta llegar a tener el ch’ulel.
150
La categoría ich’el ta muk’ está tejida por la enseñanza intrafamiliar y
aprendizaje comunitario. La confrontación de saberes es expresada como
el intercambio y construcción de conocimientos de manera reiterativa con
sustento en la memoria social. En este proceso, se induce a los niños, niñas y
jóvenes a utilizar el principio de aprender a escuchar cuando dicen los adultos
mayores anchan ayo ti lo’ile, ch’amo ti lo’ile, es una forma de recibir como el
alimento, por lo tanto, funciona como medio de formación. Sin embargo, se
puede constatar también que la confrontación señalada entre las personas
adultas y jóvenes incluye saberes y conocimientos de tipo occidental y tsotsil
para comparar su contenido y el valor que representa para ellos, ambos
conocimientos no están divorciados sino al contrario permiten entenderse en
su conjunto.
Por lo tanto, el análisis de los discursos de los tsotsiles revela contenidos
educativos que muestran la existencia de categorías de saberes y
conocimientos para la formación de niños, niñas y jóvenes. Los conocimientos
que prevalecen, se refieren a la formación que incide en la relación entre los
seres humanos, su entorno natural y espiritual.
Fuente: Dibujo Manuel Bolom Pale
151
El conjunto de conceptos está presente el ich’el ta muk’ en todas las esferas,
ya que se cree que la naturaleza tiene su propio sentir y un espíritu que lo
cuida. El pensamiento tsotsil expresa que es esencial la relación hombre-
naturaleza en todo el proceso de construcción de saberes y conocimientos,
porque permite tener una concepción del mundo que los distingue de otras
comunidades y de otros universos sociales.
Esta concepción de mundo es creada y recreada mediante la lengua,
y construida en relación a la acción, cuyo objetivo es dar sentido a los
conocimientos. Desde el punto de vista del discurso, la memoria social tsotsil,
se construye sobre la base de una tradición argumentativa basada en la
oralidad, es decir, el uso de una modalidad discursiva construida sobre la
base de la conversación, que constituye el tipo de discurso más recurrente en
la comunicación oral.
Finalmente, se revela que entre las familias y comunidades subsiste un
tipo de socialización para la formación de niños, niñas y jóvenes, donde
la persona que asume la posición de educador tradicional es primordial.
Además, se manifiesta por parte de los tsotsiles que las dificultades que
enfrentaron las distintas generaciones en el medio escolar, son consecuencia
del desconocimiento de los docentes de aula y de los saberes socioculturales
locales.
En consecuencia, es urgente superar las dificultades de la escolarización
descontextualizada a partir de una nueva relación con el saber, mediante una
formación docente que considere la incorporación de contenidos culturales
locales al currículum, para que se puedan visibilizar los saberes y ayuden
a que emerja la conciencia del otro con el ich’el ta muk’, ya que, si no,
estaríamos de la fractura de los valores y la pérdida de nuestro conocimiento
y todo lo que involucra en ella.
153
Conclusiones
He venido a recoger el sueño de mi pueblo para que los retoños puedan
vivir los sueños soñados por las abuelas y los abuelos. Lo que me interesó
en este trabajo es la sistematización de los modos, formas y maneras de
pensar de la visión tsotsil desde lo comunitario. Apegado a categorías
propias del pensamiento tsotsil, conceptos emergentes del pensar originario
contemporáneo y coadyuvar en la posibilidad de realizar un diálogo
intercultural, pluricultural incluyendo el enriquecimiento de la visión occidental.
Lo que si se enfatizó son los principios, las bases, categorías y los fun-
damentos lógicos que rigen el pensar desde los pueblos originarios. También
me interesó hacer explícito el campo epistemológico del estar y el ser sotsil.
La idea básica de este ejercicio heurístico es que nos permita visualizar
las principales características teóricas y epistemológicas del pensamiento
comunitario partiendo de la reflexión, la búsqueda de una construcción y
cultivación del saber de la vida cotidiana, de lo uno a lo múltiple, de aquí
que la complementariedad resulte vital y también emerja la proposición
del tael bail, es decir el reencuentro, ojtikin bail ‘el reconocimiento’, con las
prácticas y los saberes.
La mirada desde lo colectivo es importante y tan elemental que el
mundo tsotsil está anclado desde Ants-Vinik ‘la pareja humana’, no el yo
individual. En consecuencia, aquí, la identidad se construye en y a través de
la complementariedad nup-chi’il y la búsqueda del dinamismo acompañado
con la palabra, con el pensar desde el corazón. El pensamiento originario
está fundamentado en la práctica ancestral complementaria y territorial
que es un espacio vivo y el reconocimiento mutuo es la afirmación de la
diversidad y formas de nombrar esa diversidad, empleando el pensar
particular de lo comunitario. En los pueblos y comunidades tsotsiles es por
demás evidente que cada uno/una necesita del otro/de la otra para llegar
154
a ser plenamente humano (ch’ulel), cuya necesidad vital es prácticamente el
aporte de las comunidades desde la base misma, en el conversar surge ese
pensar comunitario snopel ta komon, y la búsqueda de unsjam smelol de ese
pensar del corazón.
En las comunidades tsotsiles existen una predisposición de aceptar al otro,
a pesar de todas las problemáticas que se gestan desde afuera y dentro
lo comunitario, sigue siendo abierto al diálogo con los otros. Al fundirse
con el carácter comunitario implica estar integrándose en los rituales y
festividades; son elementos que articulan y además reflejan un arquetipo de
complementariedad, entre el ser humano, la naturaleza y el cosmos. Por ello el
dialógico tiene que estar anclado a la vida cotidiana de toda la comunidad,
abierto al aprendizaje de afuera, es decir, para lograr la interculturalidad
es necesario la apertura a otras filosofías locales (tsotsiles, tseltales, choles,
zoques), nacionales, latinoamericanos y mundiales. También me parece
muy importante mencionar que no basta unicamente el reconocimiento
de los pueblos originarios en el ámbito de los derechos civiles, sociales y
políticos sino también como parte de los derechos culturales, de reconocerse
la valía epistémica, ética y política de su pensamiento. Esta exclusión no
solo es un error epistémico una ceguera cultural, sino también una injusticia
cognoscitiva o epistemológica.
Persiste el hecho de que los saberes indígenas no se han reconocido
como formas y métodos de conocimiento con los cuales se puede diálogar
de forma horizontal, sin que sean las llamadas disciplinas científicas las que
impongan los métodos de validación y de selección de los conocimientos.
En los pueblos existen conjuntos y constelaciones de saberes, nos permiten
repensar las condiciones de generar aportes. Hay entonces una urgente
necesidad de volver a mirar las ancestrales prácticas que se reflejan en la
cotidianidad. Recordando que en el mundo tsotsil se cultivan los conceptos
de reciprocidad y correspondencia, es decir de koltael, komon pasel, en cuya
experiencia se entiende que el uno y el otro se necesitan. Afirmar lo propio,
155
implica volver a ejercitar la ancestral práctica, que late entonces la cultura
de la vida, una relación dialógica entre el hombre y la mujer, la naturaleza y
el cosmos, la comunidad y las deidades como el cultivo de la vida. Por ello,
reflexionar desde la propia experiencia personal, familiar y cultural de la
vida permite hilbanar los andares de la vida.
Compromiso que implica, por una parte, diálogar con las filosofías de
los pueblos indígenas (desde condiciones materiales y teóricas de igualdad)
para revolucionar lo que hasta ahora se considera como filosofía, para que
pueda ser renombrada y redefinida mediante la cooperación de todas las
tradiciones de pensamiento de la humanidad; y por otro, asumir desde la
filosofía, un compromiso en apoyo a las luchas de los pueblos por su derecho
a la cultura y una justicia epistémica, económica, política y de espiritualidad.
Por último, si de lo que se encuentra plasmado en este documento atrapan
algo de la compleja realidad me daré por satisfecho.
Posibles rutas para seguir indagandoEste es un trabajo que visibiliza acciones a futuro, por esa razón incluyo
algunas posibles rutas para continuar indagando y enriqueciendo el texto.
• Estudiar las distintas formas de interpretar y producir el conocimiento, asi
como la importancia de los sueños.
• La epistemología ojtikinel – na’el ‘conocer y saber’ sus fundamentos es-
tán en la cosmovisión y que se sustenta en el ámbito natural, social y
espiritual. Por lo que hablar de epistemología desde el pensar tostsil im-
plica necesariamente reflexionar los aspectos materiales y espirituales.
• El chanubtasel-p’ijubtasel es el conjunto de conocimientos, saberes y
prácticas que nos ayudan a interpretar y a comprender la cosmovisión
tsotsil (de la formación de persona), y las características como lo holísti-
co, cíclico y espiritual, son los que diferencian de otras practicas.
156
• La espiritualidad como característica de la ciencia tsotsil está presente en
el desarrollo de las actividades cotidianas (casa, bosque, milpa, fogón,
reuniones, rituales) fuente de la construcción del conocimiento.
• Las distintas actividades que conllevan una narración: el cultivo de maíz,
la cacería, la asamblea, los rituales, el tejido de las abuelas. Este último,
cuando la tejedora finaliza la preparación del estambre o los hilos que
requiere (chapaj li noe), ella prepara un atole de maíz donde deberá
remojar los hilos que componen este nuevo tejido con el objeto de darle
consistencia, vida, ch’ulel, este acto es fundamental porque determina la
concepción del tejido como un nuevo ser y que requiere educarlo.
157
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Entrevistados
Andrés Pérez Moshan, Comunidad Jocosic, Huixtán, Chiapas, diciembre de
2014.
Antonia Pale Huet, Jocosic, Huixtán, Chiapas. 10 de enero de 2015.
Manuela Huet Ara Jocosic, Huixtán, Chiapas, Julio de 2015.
Miguel K’ulej, Comunidad López Mateos, Huixtán, Chiapas diciembre de
2011.
Miguel K’ulekj, Comunidad Jocosic, Huixtán, Chiapas, diciembre de 2013.
Nicolás Bolom Martínez, Jocosic, Huixtan, Chiapas,16 de agosto de 2013.
Nicolás Bolom Martínez, Jocosic, Huixtán, Chiapas, 12 de enero de 2013.
161
Anexos
Anexos 1. Practicando los conocimientos
Ojtikinel-Sna’el concepto relacional que tiene que ver con la organización
del pensar tsotsil, la persona, la familia y la comunidad construye los saberes
en la práctica, en las conversaciones como posibles principios del cosmos,
donde se conocen las leyes que se convierten en guias de la vida cotidiana.
Por consiguiente, esta relación entre “conocer-saber” no solo es expresión
idiomática, sino es una concepción epistémica que se basa en las prácticas,
puesto que no habría un conocer sin un saber y un saber sin un conocer.
Entonces para el abordaje de esta relación simbiótica y dialéctica, es
Foto: Manuel Bolom Pale.
162
importante analizarlas desde las prácticas que se le da en nuestra vida
cotidiana, en la casa, en la milpa, en los sueños, y éste último aspecto podría
abordarse en otro escrito.
Anexo 2. La convivencia
La convivencia tsotsil es la espina dorsal de la conversación, es donde
emergen las narraciones, planeaciones para futuras acciones.
Foto: Manuel Bolom Pale, noviembre de 2013.
163
Anexo 3. Los rituales Los rituales son elementos fundamentales que permiten tejer las relaciones
profundas entre los seres de la sociedad espiritual ojovetik sabiduría del
pueblo p’ijilal de los mayores. Estos constructos poseen una relación que
difícilmente podrían ser separados, puesto que son el reflejo de lo dual y
complementario. Esta forma de expresarse es una particularidad de los
idiomas tsotisles, que encierra no solo el lenguaje, sino la concepción de
vida y del mundo mismo y el nombrar de la misma.
Foto: Manuel Bolom Pale, diciembre de 2012.
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Manuel Bolom PaleEs originario de Jocosic, Huixtán, Chiapas. Es psicólogo social por la Univer-sidad Maya, maestro en docencia por el Instituto de Estudios de Posgrado, escritor, traductor e investigador. Ha obtenido los premios, Y el bolom dice… (2004), Pueblos y palabras (2005) y Pat O’tan (2008). Premio Nezahualcóyotl de Literatura en lenguas mexicanas (2016). Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en el periodo de 2010 a 2011. Es autor de los libros K’anel, funciones y representaciones sociales en Huixtán, Chiapas (2010) y Sueños de pájaro (2015). Fiesta de la chicharra. Un discurso ceremonial para matrimonio (2017). Actualmente es coordinador del Departamento de Vin-culación a la Comunidad y Servicio Social de la UNICH, así como profesor de la misma. Miembro de la Asociación Filosófica de México A. C. y miem-bro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA).
165
Chunubtasel-p’ijubtasel-Reflexión filosófica de los pueblos originarios, se concluyó en junio del 2019, se utilizó la familia tipográfica Futura T OT.