catecismo de urbanidad civil y cristiana

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C A T E C I S M O

D E U R B A N I D A D C I V I L Y CRISTIANA

VARA USO DE LAS ESCUELAS Y SEMINAR IOS 0 S L HEYNO, CON L»S REGLAS DE DISCRE­CIÓN DE PALABRAS, Y CEREMONIAS EN TO­

DOS LOS CASOS QUE PUEDEN OCURRIR. EN EL TRATO.

de conducirse en la" mesa, y, trinchar con desembarazo todo género de viandas.

Todo por preguntas y respuestas fáciles.

Por el P. Santiago Delgado de Jestts y María, Sacerdote de las Escuelas

Pías de Castilla.

VA AÑADIDO EL ARTE

liefert à quibus, et quo quisque modo lit inst ¡tutus::: Quint, inst. orat. lib. 5 . c. 10.

JMPBENTA DB COLLADO. M A D R I D

1817.

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INTRODUCCIÓN,

'La urbanidad éstefiof, di-Ce Mr. Rcllin c c ( i ) j es una de las «cualidades que desean mas los «padres éri sus hijos ̂ y á que por «lo coñiun se inclinan mas qué «á otras cualesquiera. El apre­ndo que hacen j se funda en la «esperieneía que tienen del mun­i d o , donde saben que cuasi de «todo se juzga pof lo esterior." N o hay duda que es la ciencia que mas realza el mérito á sus ojos j y exige aún de la virtud sus oficios. Es como el brillo erí el oro, y el pulimento en un dia­mante , que dá estimación á la

( i ) Rolíio. Educ. de 1# juventud cap. 9. A a

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( I V )

nobleza del metal, y descubre el valor de la masa nativa. Por lo que no podemos desentendernos del cuidado entre otros de abri­llantar en algo los jóvenes, ha­ciéndoles agradables y urbanos.

Mas no debe ser nuestro des­velo tan universal y exacto en el cumplimiento de todo género de ceremonias y composición de pa­labras j que ocupe toda su aten­ción y la nuestra, formando en su corazón y en sus miembros una ridicula y artificrosa muestra de la vanidad y ficción $ de que tanto abunda con quejas de los sabios cristianos, no solo la cor­te , sino aún el trato que llaman de gente civil; desterrada la amable ingenuidad, vjcio que, in­comoda y pone estorbos al trato social; aún mas que la sencilla rusticidad.

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(v) La práctica del mundo en­

seña tal vez esta arte en poco tiempo á costa de lecciones de desengaño , adulación y false­dad. Por tanto deGimos con el mismo Rollin, que la urbani­dad principal que pretendemos enseñar es "la que quita en la «raíz de los jóvenes ciertas dis­posiciones, que derechamente «se oponen á las obligaciones «comunes del humano comercio. «Una grosería feroz y rústica, «que se niega á conocer lo que «puede agradarúofender á aque-«llos con quienes se halla ; un «amor propio atento solo á sus «comodidades y ventajas; una «altivez-y soberbia, que persua-»den que todo se les debe, y «nada deben á otros$ un espí-»ritu de contradicción y criti-«quez que todo lo condena, me-

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( v i ) «nos sus ofensas al próyimof esto »es lo que debe arrojarse del cor «razori, para hacerlo sólidamenr «te político, civil y amante de «sus semejantes."

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(?) T R A T A D O

DE LA URBANIDAD.

CAPÍTULO PRIMERO.

Qué es Urbanidad y en, qué se funda:

P. ¿C^ué cosa es Urbanidad? R. El arte ó habilidad de ordenar de

un modo agradable y con discreto despejo nuestras palabras y accio­nes ; acomodándolas según la cris­tiana civilidad al estado, lugar, tiem­pos y personas.

P . ¿Y ps difícil conseguir este arte? R. Al que no tenga talento, ni obser­

vación de las personas cultas, poco le servirá el trato para este tino en las palabras y acciones; siendo t a n ­tas y tan varias las personas, asun­tos y ocasiones en la sociedad, que pueden ofrecerse.

P . ¿Señálenle vm. IQ^V&OS mas opues

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( 8 ) tos á la cortesía y urbanidad para evitarlos.

R. La afectación estudiada, hija de la soberbia; la arrogancia y vanidad; el desasosiego y locura impertinen­t e ; ligereza, desatención, y rústico encogimiento deshacen todas las

4 reglas y leyes de la civilidad, y cho­can con todo género de personas.

P . ¿Pues en qué se funda esta ciencia, ó arte de política social?

R. En la humildad y caridad cristia­n a , con un deseo de amar , servir y complacer á nuestros semejantes; no solo de palabra, sino de obra en cuanto lo sufra el buen orden : y cuando estas virtudes adornan la

, persona; ellas enseñan cuanío hay que advertir en las palabras, obras y esterior, con la observación de cir­cunstancias , que hace á la persona recomendable sin mas reglas.

P. ¿Cóm.í podrá ser eso, cuando todo parece un vano estudio de palabras y ceremonias del mundo?

R. La prudencia y juicio bien nivelado

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<9> distinguen las personas, á quien de­bemos tomar por modelo como en las modas del vestir, lenguage &c. para no chocar por esceso 6 por d e ­fecto; faltando á la gravedad del es­tado y á la deferencia que debe­mos á nuestros próximos, sin ofen­sa de la religión, y desdoro de las personas.

P . Con que, ¿qué hay que tener p r e ­sente para no faltar en esta dis­creta prudencia?

R. El uso bien arreglado de personas de honor y juiciosa civilidad, ar re­glado al estado y calidad del que tr.ita ; del asunto y la persona; la ocasión , el lugar y t iempo; para lo­grar la recomendación, y no el des­precio de sí mismo.

P. ¿Con que según esto , la cortesía es íin agregado de humildad y caridad; de afabilidad , ciencia y prudencia; de moderación 6 templanza ; ajusta­das á las circunstancias dichas?

R. A¿i es: pues como la virtud es her­mosa y amable, se lleva el voto de

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los hombres en quienes la ven, o se revisten de sus galas; y el vicio es ofensivo, y despreciable á la r a ­zón , por la idea que tenemos'de lo justo.

V. ¿Y éstas obligaciones del hombre pata con sus semejantes tienen en Iá Sociedad varios grados?

R« En los comunes derechos de vida, hon­ra y hacienda todos son iguales, y es­tán sujetos á la protección de las leyes justas, que los patrocinan y defien­den de los agravios, tanto del pode­roso, como del miserable; pero en los respetos y tratamientos se dis­tinguen según las clases, estados y empleos, y aun de las edades.

P. ¿Refiérame vm. algunos de estos grados ?

R, Eí primero es el de los respetos y obligaciones debidas al sumo Dios, como rey, padre y señor universal, á quien debemos todo el tributo y empleo de nuestras potencias y sen­tidos: y por tanto le debemos ado­rar en todo tiempo y lugar con r e -

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verencia de cuerpo y a lma, y en es ­pecial en sus templos,

Segundo, el de los padres natura-Jes y maestros; los espirituales co -rno el Pontífice, Obispos y Sacerdo­tes ; los padres de la república y í eyno , como el Rey, Ministros y Jueces que Je representan,

Tercero, todos aquellos que por su dignidad, empleo, edad ó gerar-quía tienen distinción de los demás.

Y cuarto , nuestros iguales é infe­riores.

C A P Í T U L O I I ,

De la Urbanidad para con Dios, ce» sas pertenecientes d su culto, y tra­

tamiento de sus ministros,

P. ¿ ^ ^ q á l e s son nuestras obligaciones para con Dios del alma y cuerpo?

R. Todos los afectos y acciones que nos dicta una fé viva , una esperanza cierta , y una caridad ardiente ; ; c o -

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mo hijos que amamos y respetamos sobre todo á nuestro padre celestial.

P. ¿Con que la primera obligación de sus hijos será conocer y cumplir su voluntad contenida én sus manda­mientos?

R. Asi es : que el amor de hijos hace conformarse con sumisión y respe­to con su divino beneplácito, sin ad­mitir en su corazón ni entendimien­to cosa que sepan le desagrada.

P. ¿Por qué debemos cumplir con g u s ­to y exactitud sus divinos preceptos?

R. Por ser nuestro padre en el orden de la gracia y naturaleza; nuestro criador, salvador ; y único y sobe­rano bien.

P. ¿Por qué le debemos todo respeto y reverencia en afectos, palabras, pensamientos y acciones.

R. Por ser solo el Dios, el señor , el santo, y altísimo soberano; cuya ína-gestad, poder y santi lad piden todo nuestro culto interior y esterior.

P. ¿En qué consiste este culto interior y esterior ?

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0 3 ) R. Eri la adoración de este solo Dios,

amándole y sirviéndole con todas las potencias de nuestra alma; em­pleando nuestros miembros y sentí-dos en obras de su servicio.

P. ¿Con que el culto esterior, que son los actos estemos con que manifes­tamos este amor y respeto acia Dios, su casa , sus palabras, misterios, sa­cramentos y ceremonias; como igual­mente á la "Virgen, santos y minis­tros del santuario testifican nuestro culto interior y espíritu de religio­sos católicos , y sumisos hijos de la iglesia?

R. Asi es: como se nota, el fuego por el humo, 6 el árbol por sus hojas y frutos.

P. ¿Y á qué nos obliga esta urbañi-» «Jad para con Dios entre dia?

R. Á darle muestras de nuestro inte» rior reconocimiento, amor , respeto y reverencia.

P. ¿Por qué todos los dias? R. Porque en todos no somos capaces

de agradecer bastante los que han

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procedido de su bondad y miserí* cordia; y todos los dias recibimos otros nuevos de sú liberal mano.

P. ¿Pues no hay muchos hombres po ­líticos y urbanos hasta lo sumo con: los hombres; y no guardan esos res­petos con Dios?

R. Esos pueden compararse con íos qüá obsequian y visitan con toda cere­monia cada dia á los cocineros y gente de librea de palacio: sin acor­darse de quitarse;eí sombrero á sU legítimo soberano,- ,

I*. ¿Gomo saludará el cristiano al Se­ñ o r , y le dará por la mañana t r i ­buto de su corazón por concederle

- un nuevo dia para servirle, y au ­mentar con su gracia sus mereci-

t-,\mi.entós? • -R, Arrodillado delante de alguna imá-. -gen del Salvador,- dafá gracias y o¡bendecirá al Señor j creyendo firme­

mente que está en su presencia ; pi­diéndole de huevo sus auxilios paral guardar con toda fidelidad aquel'diat» sita mandamientos ; : y hará cuenta

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( x 5 ) que puede ser el último de su vida,

P. ¿Y qué mas hará? R. Propondrá con el divino favor amar­

le mas de su corazón ; y dirigirá 61» acciones y palabras á h o n o r , s e r v i ­cio y honra suya; pidiéndole no le deje caer en pecado,

P. ¿Sírvase vm. ponerme alguna fór­mula que sirva para indicar todo eso?

R. Puede servir esta oración; (hecha la señal de la cruz.)

Soberano Señor de cielos y tierra, monarca augusto de Angeles y hom­bres , mi padre y mi Dios: y» vengo desde la mañana á reconoceros por m i rey ; á confesar mi reconoci­miento de hijo:; y á ofreceros rpis adoraciones como á mi criador. Pro­testo Señor en vuestra presencia que me glorío mas d e ta dicha de ser vuestro' vasa l lo ; vuestro hijo; y vuestro esclavo' redimido; que de cuantas coronas é imperios poseen todos los soberanos de la tierra.

- Yo os adoro mi Dios, os reconoz­co mi r e y , y os amo m i ; padre: y

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Confieso1 que sois, no sólo el mas grande, el mas ilustre, rico y po­deroso ; sino también el mas digno de amor , respeto y obediencia. Me resuelvo Señor, como vasallo, como hijo y siervo vuestro, á guardar to ­da mi vida con toda fidelidad vues­tros mandamientos ; y en especial

. e s ted ia ; y d e n o ofenderos en nada mediante vuestra divina gracia, que, os pido desde ahora, para cuanto hi ­ciere y pasare en él.

Yo os ofrezco mi entendimiento, mi memoria y corazón con todos sus deseos , intenciones ,- esperanzas y a m a r ; ; y asimismo mis sentidos y miembros con todos sus movi­mientos; yo no quiero esperar de "Vos mas , que á Vos mismo. Y os su­plico por los méritos ide mi Señor Jesucristo , mi hexmano , padre y redentor., ine ilustréis, sostengáis y conduzcáis en este dia para que sea lleno, de-gloria, cuando pase por

. vuestro juicio en el último de mi vida. Amen. , . , -

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0 7 ) Padre nuestro Ave María y Credo.

P. ¿Y á qué mas está obligado un de­voto cristiano?

R, A renovar luego que llegue al uso dé la razón los actos de fé , espe­ranza y caridad ; especialmente cuando se vea tentado contra algu­na de estas virtudes , 6 en peligro de m u e r t e , y cuando recibiere los Sacramentos:

P. ¿Y después de estas justas devocio­nes y homenages, podremos enco­mendar nuestras suplicas y servicios

• por medio de lá soberana Madre de Jesucristo, Hija del Padre , y Espo­sa del Espíritu Santo?

R. Como que es nuestra m a d r e , m e ­dianera y abogada ; y la criatura mas apréciablé á los ojos del E ter -

; no : es precisó valemos de su e m ­peño y mediación para conseguir las grácíasiqüé'dérSeñor esperamos.

P. Sírvase vm. sugerirme algunas pa* labras para esté fin.'

R. Podíase Usar la siguiente

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O S )

ORACIÓN.

Dulcísima Madre de mi señor J e ­sucristo, y emperatriz de los cielos y t ierra; por la gracia de que fuis­teis llena desde el instante primero de vuestro dichoso ser, y por el po­der que obtenéis de alcanzarla para vuestros verdaderos hijos ; os pido tengáis la dignación de interceder por mí en la,divina presencia , para que debidamente hoy confiese, ado­re y sirva por tus ruegos á aquella suprema magestad, que vive y rey-na en los siglos de los siglos. Amen.

P. ¿Y después de la reyna de los cie­los , convendrá tener atención con algunos de sus cortesanos?

R. Es muy propia de los hijos de la Iglesia esta práctica, y por útilísi­ma nos la propone y recomienda; y en especial la del santo de nues­tro nombre recibido en el bautismo, del ángel tutelar,, como patrono y compañero señalado por Dios en

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C>9) los días de nuestra peregrinación , y algún otro de nuestro cariño y de-

• vocion especial. P. ¿Con qué afectos y palabras podre­

mos encomendarnos á su protec­ción?

R. Con las siguientes ú otras semejan­tes.

ORACIÓN.

O santo Ángel de mi guarda , y compañero bienaventurado de las celestes gerarquías; dignaos en este dia i luminarme, defenderme y diri-g i rme; y vos santo N. y demás pro­tectores y abogados mios N. y N. á quienes tengo encomendados mis negocios, y especialmente (éste 6 aquel particular) y sobre todo mi eterna salvación; rogad ante el d i ­vino trono que salgan: bieri despa­chadas", á honra de .mi Dios, y se­gún su beneplácito, mis obras, t r a ­

stajos y acciones ; para que en todo sea servido y adorado , por medio

- de mi señor Jesucristo, Amen. 1

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O) P. ¿Cuál será la mejor devoción, y mas

grata obra entre las del dia? R. En las personas que pudieren sin Sfaltar á sus precisas obligaciones, la

asistencia al santo sacrificio de la Misa, y visita al Señor Sacramen­tado.

P. ¿Cuál debe ser la consideración mas frecuente entre dia de un cristiano?

R. Andar siempre en su presencia, mi-' rando su rostro, para referir á él

sus palabras, acciones y pensa-miento's; y evitar todo pecado.

P. ¿Con qué respeto y compostura de­berá asistirse á la^Iglesia y divinos oficios?

^RííCon silencio, decencia y sumisión; como delante de la magestad mas digna de nuestro acatamiento y ve ­neración.

P . ¿Cuáles son las irreverencias y des­acatos mas ofensivos á sus ojos, y violaciones del lugar santo?

R. La profanación sacrilega con algún pecado mortal escandaloso. La vio­lación de su inmunidad con i r reve-

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renda grave: el tratarle como lugar profano para hablar , re í r , pasearse, 6 registrarle por mera curiosidad: el no-arrodillarse al pasar por d e ­lante de S. M.: cubrirse en su p r e ­sencia , ó estar con postura y vesti­do indecente, que fuera reprensible aun en casa, ó delante de un h o m ­bre de respeto.

P. ¿Pues qué debe hacerse al entrar en el templo?

R. Descubrirse , tomar agua bendita ( la que no alargará á persona de otro sexo), pasar sin incomodar á tomar de rodillas su puesto; y h a ­ciendo bien sobre si la señal de la c ruz , adorará primero al Santísimo Sacramento, y se dirigirá á oir M i ­sa , ó encomendarse al santo de su devoción.

P. ¿Si encuentra al Santísimo en la ca ­lle , qué respetos observará?

R. Si vá en coche, se apeará y le ce­derá al Señor; le acompañará des­cubierto h ista casa del enfermo , ó la iglesia; y si á p i e , se arrodillará

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y permanecerá descubierto , hasta que no alcance su vista al sacerdote

. ' qué le l leva; rezará el Padre nues­tro , y rogará por el enfermo.

P . ¿Y con la cruz , imágenes del Sal­vador , de su Santísima Madre y santos, qué ceremonias observará?

R. En cualquiera parte que estén con algún culto á la pública veneración, deberá descubrirse y hacer reveren­cia al pasar por delante; como tam­bién al cruzar las puertas del t e m ­plo , por respeto al Sacramento que allí se encierra.

P. ¿Qué deberá hacer en compañía de otros cuando toquen á las oracio­nes?

R. Si anduviere, se parará; si estuviere sentado, se pondrá en p ie ; y des­cubierto rezará en silencio las tres Ave-Marías con sus oraciones; y no se sentará , ni seguirá andando , y menos se cubrirá; hasta que el mas calificado , ó antiguo haya saludado á los demás.

P. ¿Qué otra devoción le resta cum-

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( » 3 ) plir entre dia muy general y .pro­pia de un cristiano?

R. El santo Rosario de la Virgen M a ­ría , por los innumerables favores que alcanza esta señora para sus de­votos; el que no omitirá día alguno, meditando los misterios que en ca ­da diez se proponen, seguri los dias de la semana.

P. ¿ Y qué obsequio se merecen los m i ­nistros del Señor, obispos, sacerdo­tes y religiosos?

R. El que es propio de unos gefes del santuario; sucesores de los Aposto- 1

les ; doctores y pastores del rebaño de Jesucristo ; y los ángeles que guardan el sagrado depósito de la

- fé y costumbres. P. ¿Qué cortesía se observará con ellos

en cualquiera lugar? R. A los obispos nos descubriremos en

todas partes , esperando su bendi­ción; y el tratamiento al hablarlos es de V. S. lima.

P. ¿Y á los sacerdotes? R. Nos descubriremos al pasar ; les ce-

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( 2 4 ) . ,derémoá en todo lugar el mejor pues* to ó asiento; les daremos la dere­cha ó la acera caminando , y entre dos en paseo el sitio de enmedio ;• y al hablarles no nos cubriremos has­ta que se hayan cubierto, ó m a n ­dado cubrirnos una y dos veces , y besaremos su mano si lo permiten, í ambien cederemos en cuanto sea

; posible á sus palabras, honor y cora--^placencia , por respeto á su carácter.

P. ¿ Y cómo los honraremos en a u ­sencia?

BLSerá de un ánimo bajo é irreligio­so hablar ú oir con gusto palabras ó conversaciones que cedan en su deshonor y desprecio; y si es con­tra el estado en general y sus esta­blecimientos , leyes y autoridad; sobre ser descortesía c r imina l , se hace sospechoso en la fé.

P. ¿ Y qué tné dice vm. acerca del uso de los Sacramentos?

R. Aunque nuestra madre la Iglesia no obliga con precepto, sino una vez al año , y en peligro de muer te ; se-!-

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• í á propio de un civil y devoto cr is­tiano frecuentar , y hacer frecuen­ten sus domésticos los Sacramentos de la penitencia y eucaristía en las principales fiestas del Salvador y su Santísima Madre ; y cuidar s e ­pan la doctrina y disposiciones necesarias para recibirlos digna­mente.

P, ¿ Y cómo debe ser la compostura es­tertor?

R. Decente y aseada, pero sin fausto, lujo, ni arrogancia^ y manifestando en ojos y ademan la sumisión , res ­peto y reconciliación reciente coa el sumo soberano.

CAPITULO I I I .

Del tratamiento con personas superiores.

P. ¿C¿^ué regla general debe seguirse en el trato con personas superiores á nosotros por su dignidad, empleo

•[, ó gerarquía? ' ~"

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(26) R. Se descubrirá poco antes de llegar

. la persona calificada ; la saludará con las palabras mas corteses y ade­man mas civil que pueda; y no se cubrirá hasta haberle ella resaluda­do , cubrídose y mandádole con ins­tancia se cubra.

P. ¿Qué reverencias y palabras son propias según las personas?

R. Al rey y reyna , inclinada la rodilla izquierda, besará la mano dicien­do : á los RR. PP. de V. M. A las d e -mas personas reales á los RR. PP. de V. A. : al papa B. L. P. de V. S. ÓV.B.

P„ ¿Y á los grandes y títulos? R. De p ie , teniendo ambos juntos, y

con inclinación noble de cuerpo , y no de cabeza, saludará así: B. á V. E. ó V . S. su mano; y al despedirse lo m i s m o ; ó quedo á las órdenes de V. E. ó V. S., ó á los PP. de V. E.: y al entFar en sus casas y despedirse (s i es menester pasar recado): que se sirva S. E. ó S. S. dar permiso, ó ten­ga la bondad de que pase á tomar

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O?) sus órdenes N. ó tenga el honor de

• hablar á S. E. &c. cuyo cumplimien­to es ordinario con • señores y seño­ras , mudado el tratamiento en el de vm. ó el señor don y mi señora doña; ó este caballero', ó esta mi s e ­ñora.

P. ¿Qué se observará en la vista y semblante?

R. Los ojos y semblante serán sumi­samente complacientes , si no fuese en cosas de dolor y pésame, que de ­berán manifestar sincero sentimien­to , y la voz sumisa'; pero nunca se lijará de hito en hito la vista en Lis personas con descaro y suma l l ane ­za ; sino que tal vez se levante e o señal de atención á la persona , vol­viendo á bajarla por modestia.

P. ¿Y de qué mas cuidará ? R. De no arrimarse tanto que pueda

ofender con el.aliento, ó saliva. P. ¿Y en los ademanes del cuerpo qué

vicios se evitarán? R. Si ha de permanecer de p ie , m a n ­

tendrá los pies juntos por los talo-

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< * 8 ) ues formando ángulo; el cuerpo rec­to sin afectación ; el sombrero con un ala debajo del brazo, copa ar r i ­b a , y el pico delantero pegando al pecho con cierto ayre noble; pero sin jugar con los pies, manos, ni con el vestido; evitando en la vista toda distracción , ó poca atención á la persona calificada , ni volviendo la plática á nadie que sea inferior: y si se viere precisado á correspon­der, lo hará con alguna significación, sin dejar la atención y contestación de la principal, hasta que ella con­teste d salude; y nunca vuelva la espalda hasta la salida.

P. ¿Y en el rostro y postura del caer -po qué vicios son chocantes, como en la voz y ademan ?

R, En todo esto desagrada toda nota de afectación, arrogancia, vanidad, encogimiento y timidez ; seriedad austera , silencio sombrío, sobrece­j o , observación maligna de alto á bajo; ademan grosero y truan to­cándose los labios, ó fijando los ojos

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.(»9> : como pensativo ;' pintando con las

manos y gestos los pensamientos Í como los mudos; el bufar ó r e m e ­

dar sonidos de animales, campanas, truenos y ruidos, es cosa de c a m ­pesinos: como para ponderar y m e ­dir hacer tamaños, 6 bajirse y su ­bir para significar objetos bajos ó a l ­tos; remedar voces, y corpóraturas ridiculas; todo esto es detestable entre gente civil.

P . ¿ Y no tiene vm. observados mas vicios en el t ra to , y visitas de per ­sonas de respeto,"ya de pie 6 sen» tado , en un sugeto de poca educa­ción?

R. Sí señor: frotarse las manos ; cru­zarlas por la espalda ; estirarse los dedos'; montar los p ies , a lar ­garlos demasiado estando sentado, ¿ cruzarlos descansando en uno solo : son vicios que solo los escusa la suma/familiaridad, ó la propia

• casa. P. ¿El cortarse las uñas , peynarse, la-¿ b a ñ e , vestirse', afeitarse pusde ha-

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( 3 o ) cerse delante de personas de algún respeto?

R. Solo entre los de casa : y si alguna vez le obligare la casualidad 6 p re ­cisión , pedirá le perdonen , 6 escu-

. sará la familiaridad, y con su pe r -miso se retirará.

P¿ ¿Si se ofrece toser ¿ escupir, boste­zar , sonarse , &c. cómo deberá ha ­cerse ?

JR. Apartará al lado opuesto á las pe r ­sonas la-cara, por no salpicarlas de'

. saliva; escupirá en el pañuelo; y . éste ó la mano pondrá delante rde

la boca al bostezar, sin hablar entre t an to ; y no mi ra rá , ni restregará ia suciedad de las narices después! de sonarse.

P. ¿ Y sufre la cortesía el desperezarse, rascarse ó coscómerse?;

R. Aun entre los inferiores se tiene por . grosería insufrible. .

P. ¿Tiene vm. que notar algunas san­deces mas enfadosas y dignas de corregirse?

R¡ Señalar con el dedo alguna cosa ó

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( 3 0 persona; llamar á voces, 6 con chi-chisveos; mentar cosas 'asquerosas,

, ó de mal sonido con su propio nom­b r e ; ya sean contra el olfato , vista, ó qualquiera sentido , y menos m a ­nifestarlas ; regoldar con descui­do , &cc.

P. ¿Qué deberá guardarse en la acción? R. La acción delante de personas de

carácter y circunspectas, debe ser ninguna ó muy conmedida , por no parecer desenvuelto , ni cómico. Y nunca tocará con sus manos al ves ­tido para que atiendan , ó en te ra r ­las de algún suceso. Tampoco las lle­gará á las narices , boca , oidos, n i bolsillos sin necesidad.

P. ¿Y el traer consigo olores fuertes¡en pelo, pañuelo ó vestidos es cosa m o ­lesta?

R.Tanto que puede causar grave daño á las cabezas, y estómagos delica­dos'; y el instar que huelan, debe tenerse por descortesía insufrible;

P. ¿Cómo deberá ser la voz entre pe r ­sonas de respeto?

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( 3 a ) R4 Ni alta y desentonada, ni muy baja

y con tonillo, ni afeminada y afec­tada.

P. ¿Si se hablare de personas ausentes, - qué deberá guardarse? R.-No hablar mal de el las ; siempre

con honor , y escusando sus faltas; . el ridiculizar sus palabras, gestos ó

defectos naturales, es falta de cr ian-• za y cristiandad; el escarnecer con r> señas , reirse 6 remedar á alguno

presente es un insulto detestable.: P. ¿Y. si mientras cumplimos con una

persona de respeto entrase o t ra , qué • se deberá observar? R. Se observará el obsequio que la h a ­

ce aquella cotí quien estamos, y k proporción luego que ella la haya-saludado, ó ésta nos salude; corres­ponderemos en pie , cediéndola el asiento: y si permaneciere en pie, de la misma suerte quedarémoá has»

' ta que se vaya , si no hemos tenido instancia para mentarnos : y si nos hiciesen parte en la conversación; podremos contestar, si no pareciere

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( 3 3 ) mejor despedirnos con palabras cor­teses , pretestando alguna obligación precisa.

P, ¿Y si estando en nuestra casa vinie­re durante una visita , otra?

R. Si fuere de mayor dignidad , no de­be estrañar la que antes estaba se la salga á recibir; conducirla al me­jor asiento ; saludarla y suspender la conversación anterior , hasta que ella la introduzca si gusta, ó se des­pida ; que deberá hacerlo con noso­tros la persona que antecedía : si son iguales , después de saludarse, to~ marán asiento, y seguirán la con­versación todos; si es cosa á que to-

. dos pueden contribuir. P. Déme vm. algunas fórmulas para

saludar, recibidas en el uso. R. Beso á vm. su manó ; á los pies de

vm. mi señor don N. mi señora doña (ésta es mas propia para salui dar á( los sacerdotes, que ellos no de­ben usar sino con los Obispos &c) : tengo el honor dé ponerme á sus órdenes; de ofrecerá vm; mis reg-

e

Page 38: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 3 4 ) ... petos; de hacer presentes mis debe-, : > ; r e s : sírvase vm. reconocerme por su

servidor: vengo á recibir de vm. el favor de admitirme en el número de sus servidores , & c : yo celebraré que vm,! la señora ¡ka no tengan la menor novedad , y me proporcio­nen ocasiones de complacerlos, &c.

P. ¿ Y para despedirse? • • . R, Podrán ser éstas y otras infinitas:

j , ° las arriba expresadas; a.° s í r ­vase vm, mandar á su servidor; de ­seo que vm, mande con satisfacción entera en su servidor y facultades:

_ reciba vm. mis sinceros afectos, y los de mi parienta y familia ; haga vm. presente á mi señor don , 6 mi

„ señora doña N. los rendidos obsequios de N, y N. y toda su casa ; queda 4

, sus órdenes y disposición su amigo¿ compañero, 8$c.

P, ¿Podrá encargarse á un sugeto de autoridad dé recados ó expresiones?

R. De njnguna manera sufre la urba-; nidad respetuosa hablar en el modo . imperativo, sino á sus. propios cria-

Page 39: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 3 5 ) dos , familiares, compañeros ó ámí­

gos. íntimos. Con,quienes no haya esta satisfacción, aunque sea para

1 dar: un recado, ó traer un baso.de agua; se suavizará con éstas ú otras iguales fórmulas:. hágame vm. el fa­

vor , ó el honor: sírvase vm.: ten­

ga vm. la bondad : sí vm, me favo­

reciera con decir, traer , &c.: pero esto á personas de autoridad se dirá:

; deseo un momento feliz de poner­

me á las órdenes de mi señora d o ­

ña , ó mi señor don N. : cuanto antes voy á.ofrecer mis respetos: á tomar las órdenes de mi señora doña , &c. con su favor voy á tomar &c.

P. ¿Qué otras groserías deben evitarse en el trato con los mayores ?

R. Hablar á otro en secreto (lo que aun entre iguales es grosera fal ta) ; el convertir la plática á otro inferior; escuchar ó preguntar.lo que otra persona hablaba; dormirse ó entre­

tenerse en la conversación; mani­

festar disgusto ó desatención ; con­

tradecir abiertamente; y no acabar с a

Page 40: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 3 6 ) de'escachar para responder. EUre»

• costarse , volver las espaldas, -alar-i gar alguna cosa, 6 pasar por delan­

te de la persona, es desatención;

P. ¿ ^ _ ó m o se hará una visita á nna persona de respeto?

R. Lo primero será saber su tratamien­to para no errar en punto tan esen­cial.

P. ¿Y -1 llegar á sü casa qué deberá practicar para no ser molesto?

R. No llamará recio y acelerado, por no parecer intrépido á los criados:

i dado el recado sin recomendación honorífica de su persona , no la es ­perará en la antesala paseándose, cantando, registrando papeles, atis-vando por las mamparas, 6 hacien­do ruido.

P. ¿Y qué mas le resta que hacer?

CAPITULO IV .

De las visitas de los mayores.

Page 41: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( "3 7 ) Al entrar se descubrirá, y al dari la vista á la persona condecorada, h 3 -

: rá lo qué arriba diximos acerca del cumplido y. salutación , esperando la-órden .para sentarse, que siem­pre será á la izquierda, y en puesto maS)i,nferior¡;que. l a sque yaiésten, i íio-:ser.¿nitád¿i!áí tomar otro ir.que deberá solo, admitirlo: protestando 9U¡óbedÍenc-Ía..r,'f ¿ : ;>:::'"!>.•;;;!;

P; ¿Y cómo será lí* despedida ? . j R.Aipersonaside»'ocupaciones .procu-•t ¡rara jjo ser molesto etf la vis'ita| ni • :.espera f á i .que ¡leidÜgan les/ esperan rriotpos^quehaceres J*y :en.;viendqf el f' naomento'oportuno ds acabar su plá-í ^tiGailanpers'ona de carácter , -pedirá r él-pfcrmiso ¿para ausentarse, 6 i na -

nifestará sentir ser /molesta se;djes-pedirá con la ceremonia y palabras arriba dichas^¡órseaiéjantes ; y si saliere á acompañarla lo reusará con modesíkVv>datld<*4a derecha siena-

. p r e , y abriendo las mamparas an-i-i tes que-3líip,peiy.)aede.rá:;;el' paso prf*

mero á ella, y al perderla de.vista,

Page 42: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 8 8 ) y' hará eleurhplidoy despedida;, yen-»

tonces podrá cubrirse. / P. ¿Y si la persona calificada viniere á

vernos, qué deberemos practicar? Hi Luego; que tengamos noticia de su

llegada /saldremos à recibirla- á- la . ; primera antesalay escalera ^ ó pór-

tal¡,segun su calidad ¿ aprecio v ola r-bpkj ausencia} <si ¡viniere'en coche;,1 la

ayudaremos á bajar, saludándola con espresioneá dé aprecioV sumi-í

• rs ion, alegríaC&cv; y.-si* son !sepóras¿ ¡i: 'yr.ol estado- lof ; permitiese, i, .se las ¡ ayudará' á subirla escalera ç ¡servirá i - y colocará sen el mej0r.asiqnte.yma9

'retirado de'la puerta , cuya- entrada • > sedes franqueará, yidaráqaiítes'que - la nuestra; cuya regla es.general en - pasos y puertas. : > : ! ! !

.<-. y CAPITULO ¿V. : ' <-<l:>ru. ¿M.n h' •. 1 I: * 'I Í. I I 1 -: :' • -- •:" I' 'N •.-.'! I''-:

.'"«•! • • De la éonbersaciofts ' ¡ ^ " 1 :

P;¿¡C^ué deberemos observar eti là . con versación? ; . >

Page 43: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 3 9 ) R. Nunca mas conviene tener presen­

tes las circunstancias de'la persona, . lugar, t iempo, genio y estado , que • en la conversación, para que no sea

molesta y ofensiva ; pues varía rhu-. cha en la circunspección y respeto

debido en unas , y en lo festivo y alegre en ot ras , y en todo corres­ponde mirar el carácter de ' cada

: u n a , y el papel que según su edad, (estado , instrucción' y opiniones r e ­presenta en la escena de enhorabue­na, j duelo, casamiento, &c. por lo

;que á no haber mucha discreción y t ino; convendrá mucho tócense cargo por un> ratónele todas estas ci'r-

: cunstancias, para no dar un golpe • "en falso. '•' : ! • 'f« : : !

P. Pero sírvase vm. darme alguna idea de la conversación. •

R. La conversación piúéde versarseV 6 entré-gente muy- conocida y tratada; !

; é e n t r é quienes sé ténga 'a lgunfrá-1 to [--6 con quien ninguno séhaya ' te -;¡nido: Gou las primeras deberá ser .-• mas franca, con las' segundas me-

Page 44: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

C4o> . nos.» y con las últimas may come» . didu y qortés ,• hasta descubrir las . circunstancias del genio , opiniones, educación; y, llaneza , 6 gravedad de

_ .las personas. . . . . . . P. ¿Pero en general para, todas no me

dará.v¡m. algunas reglas? R .La conversación entre personas de

( civilidad es un juego ó diversión ¿en ; que -cada uno debe contribuir: con ,sus palabras y pensarnientoá p ro ­pios del asunto, corno las cartas lo ;son del juego; por tanto deben, ser

.honestas, medidas, afables, del ca-^ .so,fuera; de, toda i austeridad, Jison-. j a , .sandez; Jibres ;y alegres sin, d i -

9,soJucion , ligereza,, ni chocarrería; graciosas y acomodadas á las pe r ­

d o n a s que juegan erjeíía. P. ¿Y convendrá saber cuando le toca

.yhablar y• callas,.?; ¡--.r •• ;..! ,M R^JEIque np t*uga,este. tino faltará á

_cada.paso póEsesceso; no dejando! 4 .nadie hacer ísu. baza , ó por defecto

-.cortando el. juego de la diversión; ékk lo que debia.callar, y .callara

Page 45: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 0 ' «bando no-vieus al caso, éinter­

rumpirá al que habla ; mudará con» ;

- versación inoportunamente; y: echa­rá su carta de espadas cuando se ne-

• cesita de otro palo, con risa de ios jugadores.

P . ¿Y qué más vicios deben desferrar-?>; se de la conversación ?

"R: La por fia obstinada •, la contradicion .¡.manifiesta ;• la propia alabanza, aun n remota; ye l admitirla en su rostro,

sin modestia de sí, y escusandorel . - favor y honra, que te hacen. "

P . ¿Pues qué diremos cuando nos ala­ben?- .' i U ' ' '

lÜTodo eso es efecto de su bondad? - v i » , m e favorece aun en mis defec-n.tos; su buen corazón escasa, 6 mira ; con interés mi ningún mér i to ; c o -^ nozco cuanto rae-falta para igualar

su concepto; vmi me insinúa loqiue ; idébia y«: ser. &e.: 6 con el favor de

vm. : vm. me favorece': doy á v m . agracias por sa favor: no aspiro yo ' á tanto honor : &c ¡i:'1 '

P^YuCuándo.uno' sé vea indirecta;- Ói

Page 46: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

(4*) . directamente ofendido con sandez?

R. Si la persona es de poca.instrucción 6 talento , deberá no darse por en-

- tendido y ganará concepto de.pru--; dente : si señora, igualmente; pues

nunca se supone quieren ofender ; si : .persona, cuyas obligaciones no lá es­

cusan ; las vencerá con insinuarse ,- de ésta ó semejante manera; gra-; -

cias; no esperaba yo ese favor; vm. .tiene razón; eso es una satisfacción

! para ¡ r a í ; ahora conozco que vm. me trata sin lisonja,.como amigo; ahora le. estimo á vm, mas , &c. '

P. ¿Y qué dice vm. de la chanza? R. La chanza es como los fuegoá arti«* . ficiales, que necesitan mucho arte

para que deleyten y diviertan sin desgracia, ni peligro de quemar; solo la maneja el mucho talento é

< instrucción, con prudencia y humor natural ; el que esto no tenga debe ser ¡tan temido como un aluiacen.de

i pólvora junto á la fragua que des ­pide chispas. • ^

Pi Y. cuando sepa de cierto una noticia^

Page 47: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 3 ) y la cuenten de otra manera j . 6 le

... contradigan; ¿cómo se portará? R./Conviene siempre no chocar,.ni a l -¡: tercar; pero>i salvará su opinión con -•estas ó semejantes fórmulas: pue ­

den haberme informado m a l ; pero • tengo por conducto seguro qué s u -:.;cedió ta l : : : me han asegurado; mas

pnosé dé cierto: puedo padecer equi­vocación; mas me han afirmado, &c.

- i y* siempre dejar puerta escusada, sin atacar al contrario; no sea que h a -

r .ga una salida'no esperadal - c . • P . ¿ Y q u é advierte vm, sobre el c a -• ! brirse? .••i--. !: <"••' I •' - ¡ •• .¡•: > . R. No es permitido el cubrirsedeknte de

los mayores,; si no'¡.lo insinúan una y otra vez; muchos menos: máhda'r' se cubran: y permaneciendo ellos

(descubiertos, no lo haremos sin Tal* 7 tar á nuestra obligacion.^Entre¡Jgua-: les se hará cubriéndose á un tiempo.

P. ¿Qué vicios hay ridículos'erilacon-versacion? ' i :> ¡ : V ,

R. Primero^ el i l lamar de cuando eri (

. cuando la at«ncion con éstasaú- otras

Page 48: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 4 ) fórmulas: qué tal? me enriende vm.? me esplico? 2.° Dar en la mano, p e d i o , hombros ¿ tirar de la ropa* escribir en el vestido de aquel con quien hablamos, &c. 3 . 8 Adelantar­se á ¡poner las palabras que por p e ­sadez 6 dificultad no puede declarar

» tan .pronto la persona.: 4:.° El reirse 6 corregir un bocablo mal pronun-

, ciado, debiendo disimular. P; ¿Y;en el estilo, qué se; debe eyi -~; tar? -:,<>•• . m - ; . - , I: R. Las palabras y locuciones de gente .-¡baja , viciosa^y de,mala crianza; las

equívocas y de mal sonido; las de : murmuración., sátira':;. : desprecio^ alabanza, propia y;vanidad. .

Jt¿ ¿Guando: la risa»- sera-oportuna y : noble ? • :

R; -Cuándo sea conimotivo, sin carba-. jadas»y.Besenvoltura de cuerpo ; y : gestos; indecentes; y la ¿boca no se

tendrá:abierta: .no hablando. • '( P. ¿Qué me dice vm. del secreto? R. Ssidebe» gdardar rléligioiamente ,U

: qmei'se¡colifió, y cuanto puede ceder

Page 49: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

en perjuicio de tercero' revelarlo 6 traerlo á conversación.

P. ¿Cómo nos portaremos con modes­tia cuando tengamos que hablar ó hablen con estimación de nosotros?

S . Siempre disminuyendo 6 atribuyen­do á Dios ó á otros nuestro mérito, y al favor y afecto de las personas que nos alaben con alguna dé las fórmulas arriba dichas, y algún ade­man de agradecimiento con la cabe­za y cuerpo.

P. ¿Qué otros defectos son intolerables en la conversación de gente civil ?

R. i ? Las chocarrerías y bufonadas que causan desprecio y ofenden al p r ó -gimo. 2 ? El afirmar ó negar con sola la cabeza: el hablar por señas ó en secreto con otros durante la conversación general. 3? Las com­paraciones y preferencias de un su-

• geto , dejando desayrado á otro pre­sente. 4? Las exageraciones campe­sinas , ó comparaciones de cosas ba ­jas con personas presentes ó ausen­tes de honor, &c.

Page 50: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 6 ) P, ¿Y- en^ Ja conversación nuestra de ­

lante de muchos , á quién dirigire­mos la plática ? — '

R, Hablando á muchos nos dirigire­mos con mas frecuencia hacia el mas digno;si iguales, ya á unos,ya á otros, á no responder á alguno en particular; y nunca viniendo de de fuera pregunte de qué se habla­ba , ruegue que prosigan si gustan, y no interrumpa á nadie neciamente.

Del porte de los superiores con tos

P. l%£jié deben considerar los amos con los criados, y superiores con sus subditos para tratarlos con humani­dad afable?

R.' Que solo en las riquezas y distin­ciones esteriores les llevan alguna

• ventaja; pero no en el alma y cuer­p o ; dotes de naturaleza , ni de la gracia, en que pueden llevarles mu-

CAPITULO "VI.

inferiores.

Page 51: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 7 ) - cho mayor ; y sobre todo, qué soh

sus hermanos, é hijos de un mismo padre celestial. •

P. ¿Pues en qué se hará apreciable, amado y obedecido un amo ó supe­rior?

R. En las virtudes cristianas y socia­les , sin soberbia , ira , ni altivez grosera; pues todo vicio envilece, así como ennoblece la virtud.

P. ¿ Qué virtudes son las que realzan la nobleza, y mas propias de los po ­derosos?

R. La misericordia , afabilidad, bene­ficencia y amor á la religión, y cui­dado de su familia.

P. ¿Qué vicios son mas comunes en los que abusan de la nobleza, poder y riquezas?

R. La soberbia , vanidad, llaneza con gente baja, opresión del pobre, mez­quindad , venganza y prodigalidad.

P. ¿Pues que , l a afabilidad y modera­ción no degradan la nobleza, y dis-

- minuyen el respeto de los criados y subditos?

Page 52: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 8 ) R~ Antes son prueba de mayor grande­

za.de.alma, y se concillan un mér i ­to nuevo, amor y sumisión volunta­ria; siendo dirigido todo por la pru-

. dencia. P. ¿ Los padres con los hijos qué carác­

ter observarán ? R. El de superiores, maestros y ami ­

gos de sus hijos. P. ¿Qué quiere vm, denotar con esto? R. Que sean afables', sin bajeza , que sé

hagan respetar y escuchar sus ins­trucciones, reprendiendo sus vicios, y no disimulando las faltas; per» todo con la ingenuidad y amor de un amigo entrañable.

P. ¿Los maridos qué observarán coa sus consortes?

R. Que son padres para hacerse res­petar , y hermanos é iguales par» el amor y unión de sus intereses respectivos; dividiendo entre ambos las facultades, sin desacreditarse en­tre los hijos y familia.

P. ¿Y las mugeres qué respetos obser­varán con sus maridos? -<

Page 53: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 4 9 ; R. El de hijas para con un padre, he r ­

manas y compañeras en la prospe­ridad y adversidad^; y el amor dis­creto debe ser su móvil.

P. ¿Los hijos con los padres cómo de­ben portarse?

R. Con total obediencia y socorro en cuanto sea conducente á su salva­ción y bien estar: con respeto como á lugartenientes de Dios; como sub­ditos de un Señor; y amantes del mas fiel amigo.

P. ¿ Los maestros qué relaciones dicen con sus discípulos?

R. De depositarios fieles de los respe­tos , facultades y obligaciones de pa­dres respecto de sus almas; y de ma­dres prudentes respecto del t ra ta­miento de sus sentidos y cuerpo, en­señándoles con zelo, amor y p a ­ciencia.

, P. ¿Y los discípulos con sus maestros? R. Con amor respetuoso, como hijos

de un buen padre, é intérprete de la voluntad de Dios.

P. ¿Últimamente qué deben tener pre-D

Page 54: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 5 o ) selite los nobles y grandes ?

R. Que son representantes de las v i r ­tudes de sus mayores, y que si he ­redaron sus insignias, deben mante­ner su mérito.

P. ¿Cuáles son en el estado los oficios de los grandes señores?

R. Ser egemplo en sus costumbres, columnas del estado y protectores de los pobres.

C A P Í T U L O V I I .

De la limpieza y aseo,

P. ¿ C ^ u é recomendación dá á la per­sona el aseo y limpieza?

R. Puede decirse que todo el concepto que del hombre se forma , consiste en su esíerior; pues si parece l im­pio y aseado á la vista , ya nos r e ­comienda al sugeto; y si puerco, de­saliñado y ro to , bajamente pensa­mos de la persona. Últimamente en los vestidos leemos la liviandad ó.

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( 5 < ) gravedad; lo honesto y lo profano; la locura ó cordura de quien; lo lle­v a ; y sobre todo las manchas y ro­turas hacen ridículo al mas estirado caballero.

P, ¿Y puede pecarse en esto por esceso? R, El estremo de andarse á cada paso

limpiando medias, zapatos y vestido con pañuelo 6 cepillo, mirándose y estirando el vestido, camisolín & c , es afeminación tanto 6 mas molesta que el desaliño.

P. ¿Pues en qué consiste esta medianía? R, En conservar desde que se levanta

la limpieza y compostura de cara, • manos , cabeza y vestido; ya por sí

solo, ya por ministerio de los -cria­dos: y antes de salir de casa l im­piar y acomodar el trage de calle, llevándolo con cuidado; pero sin co­nocerse estudio.

P. ¿Qué vicios son propios de los hom­bres afeminados?

R. Llamar desde luego la atención de los espectadores á alguna noved.id de su trage, para que le alaben su

D a

Page 56: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

• elección y buen gusto, diciendo v. gr. me ha venido de París ; no hay otro como éste; es singular; me ha costado tantos doblones, y otras niñerías con que dan que reir y h a ­cer el gaáto de las conversaciones; los olores y perfumes en pañuelo, vestidos ó frasquetes cofi que enca­labrinan las cabezas de muchos, y se ganan el concepto de livianos.

P. ¿Y qué otros vicios incomodan y son contra la limpieza por esceso?

R. Los melindres y aseos femeniles ea el asiento, bebida, comida &c., fin­giendo delicadeza de cutis, nervios, cabeza mas que cuantas damas zala­meras han tenido los turcos en sus ser­rallos. El incomodarse y hacer aspa­vientos por una gota de agua, 6 vi­no que por casualidad le echaron; todo esto debe corregirse en la ni­ñez , por ser inurbano y ridículo.

P . ¿ Qué mas limpieza observaremos que de la persona?

R. La de nuestros libros, papeles, d i ­bujos &c.; pues el hombre civil de-

Page 57: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

(.53) . be formar un juicio recto del buen gusto, y evitar los estrenaos que son ridículos. Igualmente será suma fal­t a , que debemos resarcir en cuanto nos lo permitan, el manchar ¿ rom­per ó desgraciar por nuestro; descui­do ó inadvertencia alguna cosa per­teneciente á otraí persona ; y si es de señora; se la recompensará con d i -

, simulo y gracia- con otra mejor. T?or .; tanto avisará cuando haya algún pe­

l i g r o , apartará "con despejo los e s ­torbos , y: levantará, el primero del

;: suelo si se, cayere algo; especial­mente á las señoras ¿ por no parecer torpe: y .aturdido. : • ,

C A P Í T U L O V I H .

i l a compostura en la escuela,' !.>-!•:;;,':. :•: -i-. .•••.;.,:•=>. < i

Jr\i.;g\jwómo:;Se comportará'felíbiño al ir 6 venir~4e¡la escuela t< '•">>• >!i•

R. Antes de¡ saiit5de; casa, pedirá el -¿¿permisoi.sus padres^, íes besará la

Page 58: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

' ( 5 4 ) manó!, igualmente que cuando vuel­v a ; saludándolos; y; á las personas presentes: tomará los libros y pape-

n les necesarios para su obligación; y sin ruido , altercaciones, ni compa­ñías de otros menos juiciosos, se d i ­rigirá derecho á su escuela.

Pi ¿Qué deberá evitar en la calle? R. Debe guardar ¡sus oídos, y mas - su

lengua de palabras sucias, y sus: ojos de indecencias: y acciones de gente baja* y; corrompida.:;•; no enredar, correr, reñir , ¡ni dan aun por juego con los libros á otros, y llevar sus vestidos con decente compostura! El gr i ta r , empujar 6 r incomodarla i o s que pasan, llamar ápodos á los otros, es de grosera orianza.

P. ¿Y en llegando á la escuela? R. Considere que entra en la casáAmas

respetable y teatro de la civilidad y vir tud; respetando al maestro 6 al

:•• q.ue<haya puesto en suudugar'pará mantener e l -buen6rden l : j " .\ v.

P. ¿Qué deberá) haces, lo primero,? M R. Ponerse de rodilla^ vuelto á . l a i m á -

Page 59: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

gen de María que preside en la es ­cuela,, y con una Ave María 6 Sal­ve la pedirá se muestre su i lumi­nadora en la virtud y letras, y be ­sando al maestro la mano , se irá 4 su asiento para emprender su tarea.

P. ¿Qué vicios son mas dignos de re-; prensión, y que mas deben evitarse en los discípulos?. ,

R. La ment i ra , Venganza, calumnia; las quejas y acusaciones sin motivo; los juramentos y palabras y accio­nes deshonestas; también ío serji el callar los delitos de. otros contra Dios ó el próximo,,debiendo adver­tirlos al maestro en secreto para que

, los. corrija., P. ¿Yqué .mas condpcepara observar ...-el.buen orden,, y adquirir coucep-r

to • pafa con sus condiscípulos, y , 0 maestro?, .. . )i

R. Nunca contar faera/lo que p a s t e a lai £scue,la¡, que se.a bochoflaoso 4 su§

?; r, compañeros,; nijpn ella lo. que pasa en su casa, y ésta sea regla, gene-

. ;ral ,par%;con todosAcediendo, en des?

Page 60: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

i ( 5 6 ) ... crédito de alguno^; y tendrá paz y concepto de prudente. A nadie llame de tu , ni menos por apodos y nom-"bres ridículos.

P. ¿Qué mas reglas de civilidad tiene qué observar en la escuela?

R. Siempre que salga ó entre el maes­t r o , ó alguna persona de respeto,

6 hablen con é l ; se levantará del asiento, permaneciendo en pie has­ta tener el debido permiso. Mani­fieste en la.postura de sus vestidos,

' p íes , manos, ojos y todos sus m o ­vimientos el respeto, sumisiou, obe­diencia y buena crianza. Nunca se

" enoje con alguno , ni amenace con ira y soberbia, que en presencia del maestro sería insolencia 'intolerable; -

P. ¿Qué mas liié advierte vm. acerca '"' del trato con' los' compañeros ? :

R. A todos tratará con afabilidad y cor-* tésía'; evitando los escesos dé llane­

za disoluta, y severidad'afectada1. P. ¿Y si le mandan tener Cuidado de

;los demás? R." Hágalo"por obedecer solo- y ayudar

Page 61: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 5 7 ) . al buen orden , sin pasión ni ven ­ganza.

P. ¿Siendo la escuela lugar de respeto, ; qué otras acciones son indecorosas

al lugar? R. El comer, estar recostado, mano-

sea rá otros, jugar, estarcen inde­cente postura de vestido'¡, pies &c.

C A P Í T U L O I X . ' '•

Reglas del. andar y pasearse.

P. ¿ \ ¿ ü é vicios deben correjirse en en el andar? •'>

Bt¿ El paso apresurado,'como él pesa-v d o , femenil, artificioso y vano. 1 No - -cruzará ¡fes pies estando parado; ni ! " echará -adelante la planta; El i r de -* masiadamente erguido 6 inclinado, i' y el frisar con los pies es ridículo. P. ¿Y si entrare por recreo en algún

jardín, qué deberá observar? R. No echar mano á frutos, árboles,

ni flores si para ello no le instaren.

Page 62: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 5 8 ) - Lo fflísrao observará en cualquiera

gabinete 6 curiosidad que le convi­daren á ver.

P. ¿Qué se practicará paseándose con alguna persona de carácter?

R. Siempre la cederá el mejor lugar,' que por lo común es la derecha ¿ y

. por las calles la acera. No la adelan­tará el paso, ni se parará , ni anda­rá sino cuándo la persona mayor lo hiciere; no dará al fin del paseo la vuelta el pr imero , ni volviéndola la «spalda.

P. ¿Y sí la compañía fuere de dos 6 mas, qué pide la civilidad?

R. Si una fuere solo , ó dos las perso­nas de respeto ,r entre dos irá s\éw¡4 pre en medio la mas calificada; y

: entre cuatro las dos de m;ayor carác-- t e r : sí iguales, alternarán ocupando

el centro en sus vueltas, 1 con este 6rden: el que lleva la derecha del sugeto del centro, le ocupa al fin del paseó en su vuelta , quedándose áqiiel á su izquierda; y sucesivamen* te el que quedó á la derecha, entra

Page 63: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

(So ) á la otra vuelta &c.

P. ¿Qué mas tiene vm. que advertir? R. Que acompañando señoras ó perso­

nas de respeto debe' siempre evitar los malos pasos,, y advertir si hay peligro, ayudando á so tránsito.; y

^ nunca se parará á hablar con,otrps¿I . dejándolas desay radas esperando;

P. ¿Qué otras sandeces ofenden acom-- páñando personas de calidad? í

R v Llevar la cabeza y vista_como' ton­to^ por todas pactes; volver sin n e -

¡cesidad atrás dá cabeza; admirarse 'y. hacer aspavientos de. todo;; seña-

. lac con el dedo; llamar á voces; ha­blar» 'recio; restregarse cara y boca sinnecesidad con el pañuelo, ú ofre­cerle no estando: l impio: isori sande^ ees y descortesías; •"•¿•r i !~

Page 64: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

<6o)

•*-'": - C A P Í T t T L O X . ,, ' -

Compañía en un viage con personas v.\. i. distinguidas.

% ¿ ^ ^ u é Tegla general nos deberá conducir acompañando á personas

/distinguidas en un viage? R. Acomodarse en cuanto se pueda á . t o d o , disimulando y disminuyendo

J a incomodidad;ayudando á las per­sonas de más graduación sin hacer-se esperar; estando solícito y ofi-

- cioso en cuanto permita su estado y tr: carácter: cuidando- antes de las per­d o n a s mas dignas que de la suya; Fíii¿¡Si,el viage es en coche ú otro ca r -

ruage, qué deberá hacer? :• R. Ayudar á subir á las señoras y pe r ­

sonas calificadas, dándolas el pues­to según su orden , y tomando él el mas inferior y postrero.

P. ¿Qué sitios son en el coche los p r i ­meros ?

R. Derecha é izquierda del testero 6

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( 6 1 ) ' fondo; y tos menos honrosos, d e ­recha é izquierda del vidrio delan­tero. \ •

P. ¿Y al salir del coche qué pide la cortesia?

R. Que salga él el primero, para dar la mano y ayudar á las personas cali­ficadas, y en especial las señoras; que deben salir según el orden de„ su calidad.

P. ¿Y si el viage fuere á caballo? . R. Prescribe la política que dexe subir

primero al compañero mas autori­zado; ayudándole y teniéndole el estribo si lo permitiere; llevándole siempre á la derecha, y sin adelan­tar al suyo su caballo.

P. ¿Y hay alguna' ocasión en que con­venga pasar adelante?

R. Si señor: cuando haya algún vado, pantano ó mal paso.

P, ¿Y si ambos debiesen dormir en un mismo aposento?

R. Será el último en acostarse, y p r i ­mero en levantarse , cubriendo y aseando la cama.

Page 66: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

P. ¿Y el lavarse* peynarse, cortarse las uñas , valerse dé los peynes.de que Usan las personas de calidad en su presencia es contra la urbanidad?

R. Lo es en sumo grado. ;P. ¿La persona calificada no debeguar-

. dar algunas reglas de condescen­dencia?

R. En una mala posada y en carnino debe repartir la comodidad é inco­modidad ; no queriéndolo todo pa ­ra sí.

C A P Í T U L O X I .

Del juego.

P. ¿C^ u e reglas hay que guardar en

el juego ó diversión de gente civil? R. Muchas, pues en ninguna ocasión

manifestamos mas la buena ó mala. educación , que en el juego.

P. ¿Qué se debe evitar primero en la diversión?

R. La. demasía; pues ésta pasa á vicio, inquietud y avaricia.

Page 67: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 6 3 ) P, ¿Qué se debe manifestar jugando en

compañía de otros? R. i ? Modestia, serenidad, hidalguía,

afabilidad y mansedumbre. 2 ? No enojarse, ni alterarse pof

perder. 3? No altercar porfiada y grosera­

mente. 4? No gr i tar , ni hacer aspavien­

tos cuando gana. 5? No manifestar ansia de ganar,

ni enojarse y. tirar los instrumentos del juego, que es grosería intolera­ble ; solo la urbanidad hace amable la diversión. Sobre las palabras y ac­ciones descompuestas nos 'atenemos á lo que tenemos dicho de la con» versación.

Page 68: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 6 4 )

- C A P Í T U L O X I I .

De la urbanidad en la mesa.

P. ¿ ^ ^ u é regla general debe tener presente quien asiste á una mesa de gente civilizada?

R. Todas se reducen á evitar la grose­r í a , sordidez y disolución; por tanto las manos, ojos, booa y todo el ayre del cuerpo debe huir de toda señal de hambre, gula , liviandad de án i ­mo , y mucho mas que provoque á nausea.

P. ¿Cuando fuere convidado á alguna mesa , ó convidare á otros á la suya, cómo deberá asistir?

R. Rogado mas ó menos, según las ra­zones de familiaridad; asistirá de ­cente , limpio y con aquel modo y franqueza que corresponden á perso­nas que no estrañan mesas de m u ­chos ó pocos cubiertos.

P. ¿Al tiempo de tomar asiento, cómo se portará?/

Page 69: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 6 5 ) S . Dejara ocupar los mejores, y pri­

meros asientos á las personas mas dignas y señoras , quedándose mas abajo de lo que le corresponde; y si viere puede ser útil para repartir y trinchar, tomará el lado mas apto para desempeñar su comisión, que será el conmedio, no habiendo otro; 6 en igual distancia de la porción de convidados á quien deba suminis­t rar sin molestia ni embarazo. Mas en todo caso no sea muy porfiado en admitir el lugar, que le ofrecie­ren , que deberá ser sin agravio de su calidad, y de las personas convidadas.

P. ¿Qué se debe cuidar al comenzar el convite?

R. i ? No ser el primero en procurars» pan , vianda &c. , ni partirlo hasta que le toque 6 provean; (el uso o r ­dinario es ponerlo con la servilleta, y partirlo cada cual con su cuchillo.)

2 ? Los brazos con los codos nunca cargue sobre la mesa, ni la e m ­puerque con las viandas.

3? Los platos y cucharas no l im-B

Page 70: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

(66) pie con la servilleta, qne es maní-, festar no se satisface'de su limpieza.

4? Evite cuanto pueda en la mesa escupir, estornudar, rascarse ó res­tregarse; y cuando n o , lo hará del modo mas decente y menos notado: apartando la cara de la mesa, ó c u ­briéndola con el pañuelo &c.

P, ¿Qué otras notables, rusticidades suelen cometerse?

R. Ponerse con afaq la servilleta de los pr imeros; hacerse pla to , antes que otras personas que anteceden ó Jas señoras; no cuidar de las, que están á su lado, permitiendo se sirvan ellas el plato, cubierto, pan, vino; &c. fijar con ahinco la visf# en las vian­das 6 personas; preferirse en lo que le gusta ó> desagrada; y elegir para §í lo mejor y mas gustoso.

P, ¿Y qué me dice vm.. acerca de la conversación en la mesa?

R. Gomo la discreción y festivo len-guage que debe rpynar en una mesa, necesita mucho tino , agudeza y oportunidad; no siéndolos niños y

Page 71: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

personas jóvenes capaces de soste» ner sin ofensa , é impertinencia este papel : convendrá no hablen sinq preguntados, ó que la necesidad les

. obligase; y entonces se limpiarán a n ­tes, y nunca hablarán con la boca llena,

P. ¿Y las personas mayores? R, Convendrá no manifestarse, aunque

graves por su carácter, pero joviales y plancenteras; siendo la conversación t a l , que puedan á ella contribuir sa­bios é ignorantes; lo contrario es pe­dantería: y el humor agradable y jocoso debe reynar mas que el éstu-» diado, sutil y erudito; salvo entre gente que pueda alternar.

P. ¿Y las reprensiones severas de Jos • descuidos de los sirvientes, cocinera

y criados, son descorteses? R. Sí señor; pues siendo el convite una

recreación de muchos, y un agasajo; éste se interrumpe, y sirve de m o ­lestia , y es como echar acíbar en los mejores manjares.

P. ¿Podrá cada cual trinchar para sí 6 para otro del plato común?

s a

Page 72: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 6 8 ) R. Debe abstenerse del oficio de t r in ­

char, el que no lo entiende; el que no sea para ello rogado; ó cuando la fa­miliaridad ó necesidad no lo exigieren.

P. ¿Y el comer apresurado debe ev i ­tarse?

R. Cuanto 9e pueda; como el ser tan pausado que se le tenga que esperar^ ni tomará tan grandes los bocados, que no pueda menos con indecencia de hacer bolsas en la boca y carrillos.

P. ¿Cuál deberá ser la postura del cuerpo?

R. Medianamente recta, y solo algo in­clinada de cabeza al tiempo de l le­var á la boca lo líquido; evitando el que se deslice por los labios, 6 se manche el vestido, corra á la servi­lleta con nota; y mucho menos que caiga comida de la boca al plato.

P. ¿Qué otro vicio es incómodo en la mesa?

R. La afectación y melindres que deno­ten no haber tenido práctica de cier­tos manjares ó licores; v. gr. el de­cir: yo no como de eso; no me gus-

Page 73: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

ta aquello; y menos desaprobarlo con gestos 6 palabras que desayren al convidante. En el caso de no hacerle provecho, podrá escusarlo con que ya no tiene disposición; que teme no le siente bien; ó recibido-el plato, aguardará á que lo recoja el sirviente sin nota. ;

P. ¿Qué otros vicios son dignos de evitar? '

R. El apurar los platos; restregar la cu« chara; barrerlos con pan; sorber con ellos el caldo, 6 escurrir en la c u ­chara hasta la última gota; es suma­mente ridículo.

P. ¿Con qué mano se han de llevar los manjares á la boca? 1

R. De ordinario con la derecha ; aun» que algún bocado de pan se sufre Con la izquierda, ocupada la derecha con tenedor ó cuchara; pero es lo m e ­jor llevado el manjar á la boca con uno ú o t ro , según es de líquido ó sólido; dejar descansar la erramieu-ta y tomar el bocado de pan ya he- 1

c h o , ó partirlo con el .cuchillo.

Page 74: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

Pv ¿Y será lícito coger aún el asado 6 cd« 1 sa semejante sin caldo con los dedos?

Nunca : lo líquido y menudo con la , cuchara; lo sólido, después de pa r t i -

.... do con el cuchillo, y auxiliado del ;. tenedor por la izquierda, pasado é s -

5 te á la derecha i sé tomaíá en. p r o ­porcionados trozos, mas nunca con

* los dedos. ; El usó de llevar bocados á la boca con el cuchillo b aunque

, 4o practican, algunas naciones, tiene muchos inconvenientes; y necesita

¡mucho Cuidado para no manchar con saliva el cuchilló, que tiene que ser­vir para dividir la restante vianda;

{ fuera de seí nocivo el hierro para él esmalté del,os dientes. El lamer

„.Cualquiera de„fis,tos; cubiertos es i n -decenté. Las,frutas y aun dulces se-

,,.cos,v aceytürtás Stc., deben tomarse _ con los dedos, y las pastas que con . tenedor ó cuchillo se desmenuzan.

£. ¿Sírvase vm. decir algunas grose» rías mas notables para evitarlas?

Roer, golpear y sorber con ruido los .huesos para sacarles la médula.

Page 75: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

M 2 ? Romper los huesos de la carne

. 6 fruta. 3? Hacer ruido mascando 6 bebien­

do ; respirar y jádeat fuerte después de haber bebido. 4? Entrar en el plato común, sal­

sera &c. , cuchara que haya -usado, 6 pan mordido, 6 usar para su pla­to de la cuchara común.

5v Mezclar guisados distintos en su plato, presentar finezas del que ya ha comenzado, ó alargarlas con el tenedor que le ha servido.

P. ¿Pues cómo debe hacerse alguna fi­neza , ó presentarse pan , fruta & c , si sé ofrece?

R. En un nuevo^ plato y cubierto si . fuere menester.

P. ¿En caso de partir p a n ; cómo debe hacerse?

R. Ñi sobre los manteles, ni sobre el plato; y los pedazos no serán como para gañanes: cada Uno lo irá par­tiendo como lo vaya necesitando en pedacitos; pues es insufrible morder de un gran zoquete , y dejar á vista

Page 76: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

de todos la impresión de los dientes. P. ¿ Qué reglas se observarán en el

beber? R. Que no se pida hasta haber bebido

el mas digno, y nunca por su lado, por el peligro de mancharle: no echar tanto que se der rame, ni mas de lo que sé ha de beber de una vez ; dejando boca abajo el vaso en el cubillo, sin arrojar lo sobraute;que es de gente del campo: y antes y después de beber se limpiará la boca.

P. ¿Y es impolítica beber sin haber tragado el bocado? ,

R. Sí señor: como el pedir á voces la bebida, á no ser en casa de mucha familiaridad; pues debe advertirse & alguno de los sirvientes con una leve insinuación.

P. ¿Y al acabar, qué es lo que debe ob« servar?

R. No ser el último á quien todos es ­peren, y comiendo con personas de distinción, conviene prevenirles y acabar antes.

P. ¿Y luego que acabe se levantará?

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- v (7-3) R. No se ha de levantar antes que los

damas, á no ser él el mas condeco­rado.

P , ¿Qué tiene vm. que advertir acerca del brindar?

R. En el brindar sígase la costumbre del convite y de los pueblos; ya en el dia no está en uso frecuente; pero en caso, deberá dirigirse no á la persona de respeto, sino á la seño­ra , hija ó hijo, diciendo v. gr. don

- N. ó doña N. mi señor ó mi señora: escelentísima , ilustrísima &c. : á la salud, feliz cumpleaños, al natalicio; por la feliz noticia &c. de mi señor don N.: del marqués mi señor: &c.

Page 78: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 7 4 ) _

CAPÍTULO X I I I .

Aplicación délas reglas de ta urbanidad d las circunstancias.

P. ¿ Chorno podrán observarse tantas . y tan menudas reglas en los casos

particulares? R. El que coñáideráre las circunstan­

cias del lugar donde se halla; su e s ­t ado , ó el de las personas; condi-

. cion, calidad y demás respetos de los suge'tos poco ó mucho conocidos; errará poco en la urbanidad, si t ie­ne alguna discreción ó trato.

P. ¿Dígame vm. mas claro qué son esas circunstancias de lugar, tiempo Scc?

R. Cualquiera conoce los distintos res­petos y ceremonias que se merecen él templo de la calle; la visita de una persona familiar de la de un grande: cual es el porte de un due­lo; el de una enhorabuena &cc.

P. ¿Y qué espresiones podrán usarse en todos estos casos?

Page 79: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

R* Son infinitas según el usó, ingenió ó finura de la persona; pero siem­pre deben ser cultas y ' congruentes al asunto, sin trocarlas por enco­gimiento ó distracción. .: > :

P, ¿Póngame vm; algunos égémpíos prácticos? • > . • ' • < • >••• •

R. Al pésame v. gr. deberá irse -con luto; las palabras sumisas y ¡dolien­tes; gesto y postura dé cuerpo co-

• mo de quien está penetrado de la aflicción agéna.i Los loores del. difun­t o , las señales de SU aprecio y esti­ma , los ofrecimientos de su persona y bienes para alivio de lai viuda: ó huérfanos r.&c. : son propios para consolar de palahta y por escrito.

P. ¿ Dígame vm. algunas espresiónes ... que manifiesten todo éso h • •

R.-Una vm. & sus-;-justos sentimientos ^ los mios y. los de mi familia,icomo

que conocíamos tan bien las pren-. das del difunto N . : Me ha , sido tan

sensible y dolorosa su pérdida, que de­jará en mí perpetua su memoria pa-

/ ra ofrecer por su alma continuas sú-

Page 80: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

plícaí al Eterno : Téngame vm. pof un compañero el mas fiel en su sen» ti miento, y dispouga de mí y t o ­dos mis intereses y facultades, que puedan aliviar su justo pesar: Don N. será llorado mientras dure la m e ­moria de sus virtudes entre sus ami ­gos : Sería una ingratitud olvidar las prendas y nombre de don N. que nos recuerda su memoria: Puede de­cirse que las mismas virtudes han tomado parte en la pérdida de don N. 8cc. Acompaño á vm. en su sen­timiento, y me tqrao la parte quo me es debida segun el amor y amis­tad que nos profesábamos &tc. 8cc.

P. ¿Y en una enhorabuena ? R. El semblante alegre y palabras de

regocijo manifestarán la compla­cencia en la felicidad de la persona^ segun el mucho ó poco t r a to , fa ­miliaridad ó relaciones con la per ­sona; y cuanto con mayor gracia, afectos y novedad de espresiones se ­pa pintar su gozo en la prosperidad del felicitado: tanto mas cortés y

Page 81: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

(77) civilizado será.

P. Pues sírvase vm darme algunas fór­mulas de asuntos de felicitación y enhorabuena. ,

R. Para dias y cumpleaños: Tengo el honor de manifestar á vin.'mi com­placencia en su feliz cumpleaños, y deseo prospere el Señor sus dias con todo género de satisfacciones: No cedo á ninguno de sus amigos en los afectos que me caben en el presente cumpleaños de mi señor don N.: Sus dias para mi son de tanta compla­cencia , como son los motivos de nuestra estrecha amistad: Deseo á vm. sigan sus dias sin cuento, y con las mayores satisfacciones &c.

P,'¿Y para felicitar un casamiento? R. Su nuevo enlace con mi señor D. N.

ha llenado el colmo de mis compla­cencias: La acertada elección de vm. en la unión con don N. ha acredi­tado el sumo aprecio que todos te ­nemos de sus muchas prendas que vemos ahora duplicadas: Parece que el cielo s« ha empeñado en hacer

Page 82: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 7 3 ) feliz á vm. y á nosotros con e | acertado enlace de don N.: Nos pro^*

' m e t e á todos su' nuevo estado, un aumento de satisfacciones corres­pondientes á las virtudes y prendas, de su esposa doña N. &cc.•:. Quiera el Señor que nuestros votos, sean acom­pañados de sus bendiciones..

P. ¿Y para un nuevq empleo, bien­venida ó despedida?

R. Sírvase vm. admitir la satisfacción y complacencia en su nuevo empleo, que me cabe como el mejor amigo:; La acertada elección de S, M, ó de S. E, ha sido acompañada del voto de sus amigos, que conocemos el mérito de su persona ¡kc.

Para despedida : N. de N. toma sus órdenes, y permiso para partirse 4 Alicante ; Ha estado N. N. á mani­festarle cuanto siente la ausencia de su persona , y que con su permiso sigue sus justas obligaciones de respeto en Alicante: Vengo á signi­ficar á vm. que tiene un amigo, servidor & c . q u e le ofrece -su -per-*

Page 83: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 7 9 ) sana, casa y facultades en Alicante.

P, ¿-Y para felicitar la bienvenida y : arribo de una persona?

R, Luego que se sepa ha descansado; se enviará un billete, ó en persona

.. se dirán estas ó semejantes fórmu­las : mucho me complazco en el fe­liz arribo de vm.: Ya hace tiempo deseaba este momento de~ compla­cencia para disfrutar de su dulce compañía, amistad, trato*8cc,; Me alegro que haya sido tan feliz su via-g e , como gustosa su llegada á su señora N. y amigos &c.,

P. ¿Y en visitar un enfermo qué civi­lidad será precisa?

R. El semblante sentido, las palabras pocas, cariñosas, ba}as y de consue­lo y esperanza; recomendando su paciencia y conformidad ; ofreci­miento á cuanto ceda en su alivio; no dar remedios oidos sin ser facul­tativo; ni tomar el pulso, y menos á persona de otro sexo: visita corta y no molestar con palabras imper­tinentes.

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(8o) P. ¿Diga vm. alguna Fórmula para v i - .

sita de enfermo? R. Siento mucho la molestia de mi se­

ñor don N. : Ofrézcale vm. mis afec­tos y facultades: Me tiene con sumo cuidado y disgusto la novedad de su dolencia; que mande cuanto guste y se ofrezca, como á persona lá mas interesada en su salud &c.

P. ¿Y bastarán estas reglas por sr so­las para hacer á un hombre civil y cortés ?

R. Es menester uso y práctica, y un despejo y franqueza hidalga en e j e ­cutarlas.

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( 8 i )

R E G L A S

PARA TRINCHAR CON DECENCIA

E N U N A M E S A .

P. ¿ C ^ u é es trinchar? R. Dividir y repartir las viandas según

su clase, y con respecto al número y calidad de las personas convidadas.

B. ¿Qué quiere decir eso? R. Que debe el trinchador saber los di­

ferentes cortes de carnes, pescados, : pastas , frutas , &c. y sus mejores

partes y bocados; para repartir s e ­gún el orden de. las personas y su número: y no defraudar á unas , y

. favorecerá otras indiscretamente, Pf ¿Qué ha de procurar el que toma

este encargo en la mesa ? R. Colocarse en tal sitio que pueda có-

: modamente abastecer y servir al número de convidados de que se en­carga.

Page 86: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( « O P. ¿Pues qué no podrá uno solo servir,

cualquiera mesa ? R. No señor: pues el número y, distan­

cia de los convidados pueden exigir dos, tres ó mas , para servir con opor­tunidad y sin confusión.

P. ¿Y de qué mas debe cuidar? R. De que el trinchante y cuchillos es­

tén bien acondicionados para sujetar y dividir los manjares, sin macha­carlos; destrozando las presas, y sal­picando con las salsas.

P . ¿Qué. reglas debe llevar en el orden de servir los platos?

R, Si hay presidiendo personas princi­pales , ó aquellas por quien se hace Áj convite; suponiendo el buen or­den de su asiento , deberá comen­zar por ellas; prefiriendo en caso de igualdad la señora al caballero, quien estando á su lado la servirá el plato, bebida . &c.

P. ¿Cómo repartirá la sopa? R. Si hubiere dos" ó tres géneros de

sopa , lo advert irá , para que cada uno pida la que guste; y con el cu-

Page 87: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 8 3 ) charon, que solo, servirá para esto, garbanzos , verdura , menestras y caldos 6 salsas; sin perjuicio de que cada uno pida el salsero común, y eche la que guste, ó la sirva el ca­

ballero á la señora : repartirá igual­

' mente de la de arriba y abajo, de su guarnición ,8cc. atendiendo en lo mejor á los principales y señoras.

P. ¿Y qué mas tiene que observar? R. El repartir de tal suerte de todo,

que siempre sobre, y nunca falte; saliendo de la mesa principal algo para los de la segunda; y no h a ­

cer los platos, ni tan escasos que no coman, ni tan abundantes que sean para gañanes.

P. ¿Y hay mas á que atender? R. Estar siempre atento para servir

con otra sopa ó plato mientras cp­

men del uno los convidados; y el eucharon , cuchillo ó trinchante lo dejará descansar en el plato común, y no 10 tendrá en la т а л о sin n e ­

cesidad , ni sobre los. manteles, por no manchar.

F a

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( 8 4 ) P. ¿De qué mas debe cuidar? K. De no «érvjr plato servido, ni cu­

charon 6 cuchara que haya tocado guiso diferente; para lo cual dará él y los convidados los platos con el cubierto cruzado , para labarlos;"si hubiere abundancia y proporción,

P. ¿Cómo se dividirá el cocido? F . £1 cocido es un numero de platos

diversos en uno, que se suelen y de­ben dividir ó traerlos divididos de la cocina : lo general es separarlos en la mesa de no mucho cumplimiento en fuentes aparte.

P . ¿Cómo? JR. Poniendo el tocino, carne, chorizos,

jamón, &c. en uno ó dos platos; de­jando solos los garbanzos, y en otro la verdura: irá repartiendo aquellos y ésta, y trinchando después la va­ca en ruedas no gruesas al través; el carnero al hilo de las costillas; los chorizos en rajas; y el jamón como la vaca: en upo ó dos platos hará vayan pasando para tomar cada uno lo que guste; y si hubiere aves en

Page 89: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 8 5 ) él i se trincharán cómo abajó d i ­remos; y-en éstos 6 diferentes pla« tos irán de mano en mano , comen­zando por su orden , ó por la dere­cha si son personas iguales.

P. ¿Qué ote dice vm. acerca del asa­do , y guisado?

R. Si fuere vaca ó ternera cocida ó asa­da , se cortari al través junto á la ternilla; la que está cerca del hue ­so es la mas sabrosa: lo mismo se trincharán rodo género de lenguas en rajas no gruesas; siendo lo que mas agrada lo gordo.

P. ¿Y cómo se trincha el lomo de b e ­cerro, lechon , carnero , & c ?

R. Por la parte del espinazo a¡ hilo , y luego al través en pequeñas lonjas para servirlo. El riñon y solomillo es muy delicado, y se parte en me­nudos pedazos para repartirlo. La nuez de arriba y abajo es tierna, y se parte al t ravés; las ternillas de los brazuelos son estimadas.

P. ¿ Y la espalda y costillas? R. La espalda de arriba y abajo parta-

Page 90: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 8 6 ) . se á lonja,; la espaldilla al hi lo , y

por costillas ; la pechuga , quitado primero el pellejo, que es muy sa­broso , divídase por costillas, y si sa­lieren largas divídanse otra vez al

. través. P. ¿Y la cabeza? R. Téngase presente en toda cabeza de

cuadrúpedos tal cual grandes , que los ojos y orejas se sirven por el mejor bocado ; los sesos en pedazos para quien guste: después en ruedas chicas la lengua, luego los carr i ­llos , &c.

P. ¿ Y si fuere de puerco 6 javalí ? R. Ambas se sirven fiambres en los

platos de entremeses: su disección es la misma; y el pescueao en r u e ­das.

P. ¿Y qué me dice vm. del trinchar un . jamón?

R. El jamón caliente 6 frió siempre se parte al través, y en rajas delgadas, y que salga gordo con magro: la es­palda , lomo y espaldilla como el

- ternero,.ya dicho.

Page 91: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

P. ¿ Y qué me dice vm. acerca del cor­te de la pierna de carnero, ternera 6 cabrito asado ó cocido?

R. Todo se parte *á lonjas; y por la parte mas gruesa al t ravés ; tam-

i . bien del lado del lomo algunos p e ­dazos al h i la

: Disección del javalí pequeño, lechoncillos, &c.

P, ¿Cómo se trincha el javalí, corzo, lechoncillo , y generalmente; todo cuadrúpedo pequeño?

R. Lo primero, córteseles la cabeza; desppés las_.orejas; divídase por la mitad'-; córtese el muslo v espalda

1 izquierda, después el muslo y espal­da derecha ; levántese t i pellejo de lo' restante , y pártase para quien guste de ello en platos á la redon­da : divídase en dos partes e l espina­zo, sírvase en pedacitos con las cos­tillas unidas. Los del pezcuezo , cos-

' tillas y piernas son los mas sabrosos.

Page 92: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 8 8 )

Disección del pavo , gallina , paloma, pichones , pollos y toda ave que

no sea aquatil.

P, ¿Qué bocados son mas esquisitos en este género de aves?

R. Los alones,después la pechuga asa» da , y luego los muslos; mas cocidas, primero aquestos, luego la pechuga,

P. ¿Ycómo se trincha? R. Teniendo firme el ave con el t r in­

chante , y apoyándola con el cu ­chillo; cogerá con aquel lo grueso del muslo izquierdo, cortando el nervio que le une , y tirando con el tenedor por la izquierda ; después el alón por la coyuntura; hágase lo mismo por la derecha: el estóma­go , esqueleto y rabadilla en dos; y si fuere pavo la ubre se servirá en pedazos aparte ; y la pechuga á lo largo , y después en pedazos al t r a ­vés, dejando el esqueleto solo.

P. ¿Y cuando el pichón ó pollos son muy tiernos ó pequeños?

Page 93: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

( 8 9 ) R. Divídanse en dos partes á lo largo

ó ancho, y así sírvanse-; el pedazo de la rabadilla es el mejor; y t a m ­bién las perdices pequeñas se t r in ­chan así; y si fuere menester á c a ­da uno un pájaro , ó dos si son p e ­queños.

Modo de trinchar el ave aqüátil.

P. ¿La zarceta , el ánade y toda ave de agua cótno se divide? '

R. Se comenzará por dividir los dos Jados del estómago en lonjas; des­pués los musios y alones como las demás ; y el esqueleto se trincha en dos ó mas pedazos. En las perdices, becadas y chochas los alones y cuer ­po son mas apreciables; y en las úl ­timas los muslos: pártanse como la gallina y demás, como se¡ dijo. El íaysan, lo mismo que la chocha, es «preciable en sus muslos y fin de estómago.

Page 94: Catecismo de Urbanidad Civil y Cristiana

<9o)

Advertencia sobre tos conejos y liebres.

P. ¿No tiene vm. algo que añadir acer-- ca de los conejos y liebres? R. Las partirá vm. á lo largo desde et

cuello, dividiendo en dos el espina-E O ; los lomitos se sacan , córtause al través en pedazos chicos, y lo de ­más como se quiera.

De tos pescados.

P. Sírvase vm. decirme qué se debe observar trinchando los pescados.

R. El pescado se divide coa la cucha­r a , y no con cuchillo, á no necesi­tarse para la cabera, que en la car­pa guisada es lo mas apreciable; y para hacer rebanadas la anguila asada,

P. Dígame vm. en general de ésta , y demás pescados enteros, ¿cómo se trinchan ?

R. Se le quitarán suavemente á lo largo, pasando la cuchara, algunas escamas

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que suelen quedarse, y con la mis ­ma se saca en pedazos ó secciones la carne desde el medio hacia el vien­tre ; después se sirve del espinazo; advirtiendo que lo que está hacia la cola es lo mejor;.y la lengua se sir­ve con preferencia para alguna per­sona distinguida. La cabeza, si es g rande , se divide en dos partes, apoyando con el trinchante en la garganta, y con la cuchara ó cuchi­llo abriendo por debajo: el vientre, cabeza y cola son de varios gustos; y se debe preguntar en el sollo, bar-bo y salmón.

P. ¿ Y hay algunos pescados que se trinchen á lo largo?

R. La perea, dorada y bacalao se cor ­tan al hilo del espinazo , que es lo mas carnoso y delicado, y luego en trozos: la lamprea , barbota y toda especie de pescados menores, se ha­rán con la cuchara dos ó tres peda-eos al t ravés , y se servirán ; prefi­riendo lo que está mas cerca de las aletas.

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(9»)

De las pastas.

P. ¿Cómo se sirven las pastas? R. Las grandes calientes, como tortasj

empánalas¿ y los que llaman relle­nos de t imbal, se suelen servir á la mesa con la tapa sobrepuesta; si no, lo primero es dar un corte al rede­dor , y en otro plato ponerla ; y de su relleno ir sirviendo á cada uno, añadiendo un pedazo de la pasta al que guste; si las piezas del relleno están enteras , se sacan en un plato y se trinchan según su clase, para que pasen á tomar en él cada uno según guste.

P. ¿Y las pastas menudas de en t reme­ses , y platos de guarnición ?

R. Estos se componen de pasteles de c r ema , almendras, frutas ó dulces; y se sirven sin partir si son peque­ños ; si grandes, en pedazos chicos á lo largo y ancho , ó desde el m e ­dio á la circunferencia como ojal-dres: si son de pasta algo mas dura

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( 9 3 ) de almendras , como quiera cada uno , 6 partiéndolas con el cuchillo al rededor, 6 á golpe con el mango,

De los postres y frutas.

P. ¿Qué me advierte vm. acerca de las frutas ?

R. Si son melones 6 sandías", deberán .ir cortadas en rebanadas, en aque­llos á lo largo, y en éstas en círcu­lo ; de suerte, que no haya mas que desprenderlas , é irlas sirviendo en la media fuente, 6 á cada uno en su plato.

P, ¿Y de las peras , manzanas, melo­cotones, naranjas, Sea?

R. Débense coger con un tenedor 6 pequeño trinchante y punzones que para esto h a y , 6 con cuchillo l im­p io ; mondándolas de alto abajo, de suerte, que quede colgando la cas-para ; se parten á pedazos á lo lar­go , y se sirven con la punta del cu* ehülo.

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(94)

Del café y rosolis, •

P . ¿ Cómo se sirve el café ? R. El café se sirve en tazas 6"grande*

gícaras con su platillo y cucharita; echando con la cafetera tanto café cuanto baste para estar cuasi llena la taza, si se ha de echar ó mezclar leche hasta derramarse bien en el p l a to ; y si nó , éste se derramará: y tomando cada uno la general cu­chara , echará el azúcar que guste, 6 •ervirá á su beneplácito á las seño­ras y caballeros de carácter, 6 se­gundará si quisieren.

P. ¿Y sobre los rosolis? R. Igualmente llenará de diferentes el

número de copas, é irá alargando á cada uno las que gusten.

Sobre los palillos , mondadientes y en­juagarse sígase la costumbre de la mesa.

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( 9 5 )

Í N D I C E

S I tOS C A P Í T U L O S CONTENIDOS

SN E S T E T R A T A D O .

Introducción pág. III Cap. I. Qué es urbanidad, y en

qué se funda. . . . , j Cap. II. De la urbanidad para

con Dios, cosas pertenecientes d su culto, y tratamiento de sus ministros zi

Cap. III. Del tratamiento con per­sonas superiores a 5

Gap. IV. De las visitas de los ma­yores. 36"

Cap. V. De la conversación. . . . 38 Cap. VI. Del porte de los supe­

riores con los inferiores. . . . . 46 Cap. VII. De la limpieza y aseo. . So Cap. VIII. De la compostura en

la escuela *¡3 Cap. IX. Reglas del andar y pa­

searse. , Sy¡

Cap. X . Compañía en un viage e@n

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personas distinguidas , <5b Cap. XI. Del juego 6"a Cap. XII. De la urbanidad en la

mesa 64 Cap. XIII. Aplicación de las re­

glas de la urbanidad á las cir­cunstancias 74

Reglas para trinchar con decen­cia en una mesa 81

Disección del javalí pequeño, le-choncillos, 6*c. 87

Disección del pavo, gallina, pa­loma , pichones , pollos y toda ave que no sea aquatil. 88

Modo de trinchar el ave aquatil. . 8$ Advertencia) sobre los conejos y

liebres go De los pescados. . . . . . . . . . . . . ihid. De las pastas , g a De los postres y frutas. . . . . . . $3 Del café y rosolis 34

Se hallará en el Colegio de las Escue­las Pias del Avapies, y en la Librería de Dávila , calle de Carretas.

Su precio en rústica á 4 reales, y en pasta á 6. / C ^ X

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