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Cartas inéditas de d. Bartolomé José GallardoTRANSCRIPT
1
R
CARTAS INEDITAS DE DON BARTOLOME JOSE
GALLARDO A DON MANUEL TORRIGLIA
(1824 – 1833)
Treinta años hace que mi ilustre amigo el docto historiador don
Félix de Llanos y Torriglia, estimulado por la aparición del libro del
también muy querido amigo don Pedro Sáinz Rodríguez 1, dió a luz, en
las páginas del BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA
HISTORIA 2, un puñado de interesantes cartas del eruditísimo
bibliógrafo don Bartolomé José Gallardo.
Llegadas a él por herencia, la tradición familiar consignaba que
procedían de un abuelo materno llamado don Manuel Torriglia, hombre
de cierto viso social en Málaga al comenzar la tercera década del siglo
anterior.
Pocos datos pudo adquirir don Félix de su antepasado, limitándose
a decirnos que figuró entre los paquetes y lechuguinos malagueños de su
tiempo, calificado en un folleto satírico de la época 3 como “literato
metido a filósofo” con “talento y ocurrencias felicísimas” y que fué
ilustre abogado.
Las cartas, sin embargo, no estaban dirigidas a él sino, según logró
averiguar su editor, a don José Fernández Guerra 4 y a la Condesa de
Luque 5, señora de fina inteligencia a quien Gallardo apellidaba la Dama
Duende y cuya correspondencia, modelo de buen escribir castellano,
publicaremos en otra ocasión. No son, como creyó Llanos, autógrafas de
Gallardo, sino copias hechas por Fernández Guerra.
__________________
(1) Pedro Sáinz Rodríguez, Don Bartolomé José Gallardo y la crítica literaria de su tiempo. New
York-París, 1921, 4º [4]-387-[1] pp. (2) Félix de Llano y Torriglia, Unos autógrafos de don Bartolomé José Gallardo, art. en BRAH,
LXXXIV (1924), 403, completado con una nota en el tomo C. (3) Semblanzas de los paquetes y lechuguinos de Málaga, manuscrito que poseyó mi difunto
amigo don Narciso Díaz de Escobar. (4) Sobre don José Fernández Guerra, padre de don Luis y don Aureliano, muy doctos
investigadores los tres, véase el libro de mi querido amigo don Agustín G. de Amezúa, La
batalla de Lucena y el verdadero retrato de Boabdil, Madrid, Imp. Clásica Española, 1915,
especialmente las pp. 94-99 y 175-177. (5) La condesa de Luque era doña Micaela Díez de Tejada Díez de Tejada y González de Villalta,
casada con el titular en Antequera el 28 de diciembre de 1818. Su esposo se llamaba don
Cristóbal Fernández de Córdoba y Pérez de Barrada.
2
En cuanto a las relaciones de Torriglia con Gallardo, tampoco tuvo
mayor fortuna el nieto ya que solamente tres citas halló en el epistolario
conocido del bibliógrafo: una 1
en carta a don José Pérez Torroba
(Sevilla, s. a., 8 de octubre) en la cual, como postdata figura la memoria
“Torrilla me da expresiones para V.” y otras dos, en textos de los por él
exhumados, en los cuales se cita al “ami[ig]º T[orrigli]ª”.
Había, sin embargo, mención expresa de esa amistad en una nota de
Gallardo publicada en el Ensayo, artículo relativo a Pedro Rodríguez de
Ardila 2, en el cual se dice: “Don Manuel Torrilla, colegial que fué del
Sacro-Monte de Granada, me dijo en Cádiz el año de 1824 que en la
librería de dicho Colegio existía un tomo entero de poesías de Ardila,
manuscrito antiguo, que él recogió en la época fatal de la irrupción
francesa y que entiende le quemaron después en su casa con otros
papeles curiosos.”
Cuatro noticias nos facilita este apunte gallardino: primera,
testimonia el conocimiento y amistad de Gallardo y Torriglia; segunda,
fecha ésta en 1824; tercera, nos hace saber que fué el malagueño colegial
del Sacro-Monte de Granada; cuarta, nos revela que era hombre
aficionado a la literatura clásica española hasta el punto de registrar
manuscritos del siglo XVI.
Apurando el rastro marcado, encontramos en el Libro VI de
entradas de Colegiales del Sacro-Monte 3 el asiento correspondiente a
nuestro malagueño, año 1816: “El Lidº don Manuel Torrillas, natural de
la ciudad de Málaga, hijo legítimo de don Francisco Torriglias y doña
Rosalía Alarcón, entró en este Colegio el día 2 de octubre incorporado al
segundo año de Filosofía, habiendo sido examinado y aprobado en el
primero de la misma Facultad y se le confirió la beca en el día 12 del
mismo mes y año. Este colegial tuvo una lección en Filosofía por espacio
de media hora, con puntos de veinticuatro, ante este Ilmº Cabildo e
Insigne Colegio. Pronunció un Panegírico en alabanza de Nuestra Señora
del Rosario con asistencia de los mismos señores. Se graduó de Bachiller
en Filosofía, cuyo grado le fué conferido nemine discrepante. Pronunció
una oración latina en honor de Santo Tomás y otro sermón Moral
Cuadragesimal ante los expresados ilustres Cuerpos. Este colegial tuvo
otra oración retórica en loor del Ilmº señor don Juan Miguel Pérez
González con ocasión de su ascenso a la mitra de Gerona.
¿Qué fué de Torriglia entre 1816 y 1823? Probablemente acabó sus
estudios, comenzó a figurar en la abogacía y ensayó sus primeras armas
literarias. Del texto de las cartas se desprende que le cogió en Cádiz la
__________________
(1) Publicada en la obra citada de Sáinz, Apéndice 5º. (2) B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, IV, nº 3.665, col.
210. (3) Folio 447 v. Archivo del Sacro-Monte.
3
intervención francesa, que allí – un poco antes – había hecho amistad
con Gallardo, nacida tal vez de comunidad de aficiones e ideas políticas,
y que al sobrevenir la dispersión de los nacionales pudo tomar un barco
que le dejó en Málaga sano y salvo.
Justamente por entonces es cuando empieza su correspondencia
gallardina. Por desgracia sólo conocemos una voz del diálogo y así poco
es lo que se puede rastrear del estilo y garbo de Torriglia, alabados más
de una vez por su corresponsal.
El cruce de cartas comienza en 1824 para concluir en 1833 y se
refiere a la segunda persecución política de Gallardo, período el más
oscuro de su vida y del cual el propio Sáinz Rodríguez reconoce que
apenas hay datos para reconstituirlo 1.
Torriglia no alcanzó la longevidad de Gallardo y aunque en ninguna
parte hemos hallado la fecha exacta de su muerte, don Serafín Estébanez
Calderón, en carta 2 contestada por el Marqués de Gerona en 10 de enero
de 1854, le dice “Don Manuel Torriglia, Director del Instituto de
Málaga, ha muerto”.
Constituyen el conjunto que hoy publicamos treinta y cuatro
epístolas de don Bartolomé José, por desgracia ninguna autógrafa y
figuran copiadas, de letra contemporánea a sus fechas, en un manuscrito
que se describirá extensamente cuando publiquemos completo el
Epistolario de Gallardo.
10-V-55.
___________________
(1) En mi libro Don José Bartolomé Gallardo (1776-1852), Valencia, Tip. Moderna, 1955, pp. 287
a 346, van publicadas en Apéndice gran cantidad de cartas que arrojan mucha luz sobre este
obscurísimo período de Gallardo. (2) Poseemos el original, donativo del querido amigo y compañero don José López del Toro.
4
I
Julio 23, 1824.
Amigo mio: = Supone V. mui bien: supe i supe con gusto por Gr.
del buen vïaje de V., i me alegré. Supe tambien qe al saltar en la madre-
tierra, â abido V. de saltar de la sarten al fuego ( = eso del chopo, qe
anda por äí); pero como no siempre corren mas los galgos qe las liebres,
espero en Dios y en su buen ajibílibus qe sabrá V. sacudir el ascua.
La 2ª parte es la mas lastimosa = la pérdida qe me cuenta de sus
papeles i Ms. – Esta pérdida me toca en lo vivo del alma; i no puedo
ponderar-le mas mi sentimiento qe diziendo-le la siento como si ellos
fueran mios propios. – ¡Maldizion de franzeses, qé estrago an causado a
las Letras en España en sus dos irrupziones! Pasan de 300 las librerïas
destruidas, i de ellas an perezido en estos pocos años códizes venerandos
qe se habian 8 u 10 siglos defendido del fuego i ierro sarrazeno. I con
todo osan esos ipócritas i sus paniaguados vociferar-se amantes i
propagadores de las luzes!! Mas la luz qe de ellos podemos esperar los
españôles nunca será otra ni mas qe la umosa vislumbre qe puede dar un
tizon o una tea mortezina. –
“Pues volviendo a lo del chucho”
¿será posible qe aya perezido todo, todo el Alonso? ¿No conserva V.
nada en la memoria? ¿No se han sacado copias de algunas piezas suyas,
aunqe sean de esas picarescas? Espero qe todo aqello de qe V. vaya
aziendo memoria, o pueda ajenziar entre los curiosos, relativo a ese
obscurezido injenio, me lo vaya mandando por el correo. –
La pérdida del Salinas no es tan sensible, porqe es mas reparable.
Sé de varias copias, y antiguas algunas, si bien ninguna tan cabal en
todas líneas, como una qe yo adqirí despues de la publicación del
Decreto, y ê perdido en la de márras… de Trïana –
V. me habla de Yéregui. – ¡Qé bueno fuera qe ese escrito qe acaba
V. de perder de él, ubiera sido mio! Uno con esas señas poseïa yo al
tiempo de mi ejira a London; i no me es difícil imajinar el modo como
puede aber llegado de unas manos blancas a qien le confiê a las
pecadoras de V., i de êstas al brazo secular de la maldita tia o sobrina qe
an echo ese nuevo escrutinio. – Ilustreme V.; aunqe tôdo al cabo sea ya
razon de carta rota. –
Gracias por la remesita de frutas de la tierra con qe me favoreze,
aunqe parte de ella se cria tambien en la mia. – El punto qe me toca de
plantas, pezes &ª es justa-mente el mas delicado i llamativo para mi
paladar: de-me V. por ese manjar, que es mi comidilla.
5
Mas por esto no me crea tan melindroso qe asqee los otros. Venga
de todo, dello con dello; qe en un Destierro sabe V. qe tôdo cabe, i debe
aber de todo. –
Y aöra bajando a lo llano, y ablando sin tropos, le digo qe no me
desprezie ninguna voz de las que äí oiga, por mas chavacana y bárbara
qe a primera oida le parezca; porqe vozes corren entre el vulgo qe al
primer zumbido suenan tales, i despuês tomando-las por su cuenta un
buen linajista de palabras, una por una me las emparenta luego con lo
mas esclarezido de griegos, de romanos, y aun mas adelante. – Vayan
sinô en apoyo de mi dicho un par de ejemplos tomados de los mismos
vocablos qe V. me envïa.
“Cujon = Lo mismo qe cogujón.” Zierto, como qe es contraczión de
esta voz, la cual viene de la latina cucullio compañera de cuculla ( =
cogulla, capucha) del ablativo cucullione; qe sabe V. es la terminazion
de donde suele el español formar los nombres qe toma del latin, aunqe
algunas vezes los tomamos del nominativo, como v. g. de curculio =
gorgojo. La trasmutaczion es clara: co de cu, u en o es mui comun; gu de
cu, c en g letra afin i mas suäve, id: jo de llio es pronunziazion i
mundanza arabesca, frecuente, cômo de alio, ajo &ª &ª.
“Terne = Valiente (derivado de ternejal, voz de Jermanïa)”. ¿De
donde le pareze a V. qe me pareze a mí qe viene la palabra terne, muy
usada tambien por acá? Pues, señor, viene de Roma, i sin bula. A la
prueba.
Terne se deriva de la terminazion ténere o ténero ( = tierno) del
latino téner. Ecsaminemos sinó su mecanismo i significado, terne
significa “jóven, valiente, bravo, jaqe”: i la palabra latina ademas de
“tierno” significa tambien “manzebo garrido, jayan &.” De la fuerza al
esfuerzo el paso es llano i corto. – Vamos aöra al mecanismo.
Es mui comun al trasladar vozes del latin al castellano omitir las
vocales (con especialidad si son breves): así de libero dezimos libre, de
lîtera letra &. De ténere puês diríamos tenre; pero como esta
pronunziazion es dura a causa de qe tras ne no puede pronunziar-se re
sinó rre, apelamos al arbitrio de trastocar los sonidos diziendo terne por
no dezir tenrre.
A mas de la trasposizion está en uso tambien entre nosotros la
interposizion de un terzer sonido entre los dos qe son incompatibles. De
uno i ôtro tenemos ejemplos en el verbo tener, segun se conjugaba
antigua i se conjuga modernamente. En el futuro y el condizional, qe
regularmente se forman del infinitivo del verbo y el presente &c de aber,
como leer-é, ás: leer-ia, ias & suprimian la e final de tener para acortar
la voz; i como resultase el mismo inconveniente qe se â evitado con dezir
terne a lo jácaro, dezian terné por tenré, ternïa por tenria. Ejemplo:
“Cobdizio yo, señor, asaz de cada dia
Los bienes de mi emano τ toda su cantïa;
6
τ qe lö él perdiese yo poco curaria;
τ poca caridad sobre esto le ternia”.
P. López de Ayala, Rimado del Palazio, copla 56.
Y últimamente â prevalezido el uso de intercalar entre los dos
sonidos incompatibles ne i re un de qe conserva su pronunziazion al re,
diziendo tendre &.
A este recurso han acudido igual-mente otras lenguas románicas en
igual caso. Los franzeses, para dezir “tierno” como dezimos en
castellâno de ténero latino (pues terne i tierno son ermanos) dizen
tendre; y en sentido analogo a nuestro ternejal i ternejon con qe
significamos el mozo nuevo i rezio, llaman ellos tendron a la moza de
buen rejo.
Conclusion. Si pues
“Yo qe entiendo poco griego”
alcanzo esta esplicazion tan allegada a la verdad (si nó es la verdad
misma) ¿qé no ará qien sepa tanto i tanto como yo ignoro i qisiera saber?
– Capítulo de otra cosa.
Azepto la correspondencia (puramente literaria) con qe V. me
brinda, i no solo la azepto sino qe le doi las grazias por la bondad de ser
el mediadero: sí zierta-mente, porqe en tratar con serafines imajina qe no
puede ménos de ganar un pobre-diablo como su afmo.,
Be. José.
II
Agosto 9 [18 ].
Amigo querido: El dador de êsta
“Dios delante,
I S. Cristóvan jigante”,
es mi amigo d. Francisco Pavano, i no digo mas. Lo demas buen pico
tiene él para dezir-lo. – Entretánto, salud.
De V. imvariable,
B. José.
P. D.: Mil cosas a nuestro Poëta Marinesco.
7
III
Agosto 10 [1824].
Querido amigo: Sea en ora buena el allazgo del Yéregui, nó por él
solo, sino porqe a vueltas de él me lisonjeo qe á de andar el buen Alonso,
por qien ando yo muerto i penado. Estas esperanzas galanas de qe
parezerá êste i todos los demas dispersos, me las pone de bulto delante
de mis ojos echas realidades la considerazion de qe pues â parezido lo
que más pica en istoria, â de qerer S. Antonio bendito qe parezca todo lo
perdido, i quizá algo más. Lisonjeado sí mi desëo, ya no me contento con
la copia qe V. tiene encargada á sus concolegas: â de venir el orijinal en
cuerpo i alma, i… säumado.
(Segunda enorabuena, entre-paréntesis, por lo del chopo. I prosigo
mi epistolario.)
Por las señas qe V. me da del Ms. de Yéregui veo qe puede ser otro
qe el mio. Êste con otros muchos más i mas preziosos, qedaron en manos
de una dama el año de 1814; para llegar a las mias (los qe llegaron)
pasaron por muchas; i de unas en otras se me desaparezieron algunos. La
dama tiene afinidad con alguna de qien ê oído ablar a V. con
encarecimiento. – I vea V. por donde traia yo el agua a mi molino. No lo
estrañe V.; porqe el refrán viejo dize qe “qien bueyes â perdido,
zenzerros se le antojan”. – Grazias por la oferta: (no es por äí por donde
yo peco.)
Ya habrá V. visto por la qe dirijí el corrëo pasado a nuestro D.
Serafín de Zentellas (pues por mio le cuento ya, visto lo visto) cômo
rezibi el poëma, i cômo me lo popé de un tiron aun sin aber apénas
medio leido su carta, y aun me quedé saboreando. Ê querido leer-le
segunda vez mas a mi sabor, i con la pluma en la mano; pero, amigo
mio, no haze tiempo de eso. Porqe qiero qe V. sepa, si es qe no lo sabe,
qe se â soltado por aqí una lejion de demonios negros qe a blancos i todo
nos traen éstas cabezas echas un enbolismo de asombros, esperanzas i
dudas. Nuestros carísimos uéspedes los cristianísimos nietos de S. Luis
los an salido a conjurar; y ellos, anda un rum-rum de qe les an roto la
cabeza a los conjuradores… I no digo mas; qe para señas basta lo dicho:
i no se puede ablar de esto porque se enfada el Sr. Intendente de Polizia;
i no es política tanpoco ablar de esta materia donde lo puedan sentir
nuestros uéspedes: qe más an echo ellos en venir a poner-nos en paz, qe
nosotros en dar-les tan mal pago. Pero eso se saca sienpre qien se mete a
despartir a dos qe riñen: i por eso diria Sancho “entre dos dientes
molares nadie meta sus pulgares”… y emfin, al llegar aqí se me qitó la
gana de escribir, porqe dan las 7, y es ora de ir a la Alameda a ver a las
nonbradas danzar con los nonbrados la contradanza de sienpre.
Adios.
8
IV
[Septiembre 4, 1828].
Mi estimado amigo: Jentil resuello dirá V. que (sic) tengo para
buzo, al ver qe he estado tanto tiempo hundido, sin resollar, chistar ni
mistar. Pero ha de saber V. qe cuando en Sevilla rezibí su mui deseada
(por favor de nuestro tremebundo trajediante) me hallaba en el mas
apurado tranze. – I va de cuento.
Despues qe nos vimos en la misma Babilonia el año anterior, hize
un vïaje á mi país, á donde me llevó en busca de alivio aquella
enfermedad incurable qe nuestro Qevedo llama libropesïa: el cual vïaje
(Dios y en hora buena) me acarreó un destierro a Chiclana.
Nunca peor. Pero la segunda parte es la mas lastimosa. – De allí fui
redesterrado á Córdoba. Considere V., V. qe me conoze bien, i conoze
por relazion de nuestro buen Marques (sic) de Gua…nches la tierra que
iba á pisar, – considere V., Amigo mio (y ayude-me V. a sentir) á donde
i qien; amén de las jenerales consideraziones del cômo i el cuândo.
Pues no pâra aqi mi historia: ni allí me dejaron mos favorezedores
parar arriba de una 30 y tantas horas, al cabo de las cuales fué
tataradesterrado á esta insigne villa de Castro del Rio. – Desde aqí al
zielo; adonde cuando de aqí salga, me podré ïr vestido y calzado, seguro
de qe no tengo qe purgar.
Volvamos ahora da-capo. – Con el pie en el aire estaba en Sevilla,
cuando llegó a mis manos la favorezida de V., pero estaba tambien con
propincuas esperanzas de sentar allí los Penates. Hasta ver-las, pues,
realizadas no qise contestar á V.; porqe a mis amigos no gusto yo de
contar-les mis duelos i quebrantos (y a los enemigos ménos.)
Suponiendo á V. ya instruido por pública voz i fama de los qe en
aquel (sic) punto crudo me asaltaron allí, i de los qe aqí he pasado (e
ancor si muove); i por no desmentir a renglon seguido con mi dicho mï
hecho, no se los cuento aqí tôdos ze por bé.
Así en vez de andar-me en oziosos jemidicos i lloramicos, será
mejor hablar de nuestras dulzes Camenas. – El Diablo tentador me ha
tentado de firme en mi soledad última-mente, i me ha tentado por los
versos, i versos de amor. (A la vejez viruelas.)
Hasta ahora, aunqe pecador trobante, habia tenido la prudenzia de
encubrir al mundo mi flaqeza i el mundo me conozia por mero prosista
(i, tal vez por mis pecados, prosador); i si de vez en cuando componia 4
versillos vergonzantes, era a la sordina, en casos que son forzosos, i
siempre pour mes menus plaisires. Pero, amigo, ya como tengo poco que
(sic) perder, he perdido hasta la vergüerza de hazer malos versos. Los
últimos qe he echado á volar son esos (êse es mi pecado fresco):
“Perdonad sus muchas faltas.”
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¿Y V. qé haze? ¿qé heze nuestro Poeta Marinesco? ¿Y un zierto
dramatista, consonante de Zelemin, á quien conozco por su buena fama, i
qisiera conozer por sus obras?...
De tôdos espero me able V. a la larga, como igualmente de cuanto
toqe i ataña a Literatura Española, libros raros, espezialmente de
injenio… emfin ya V. sabe mi gusto i mi apetito rabioso.
¿No ha parezido nada de aquel (sic) malogrado Codize de Poesïas
del consabido injenio Granadino, de aquellos (sic) tiempos gloriosos de
nuestra Poesïa? ¡Qé dolor, si se ha perdido todo!
Encomiende-me V. á esos buenos Amigos de las Letras, qe en serlo,
me los puede V. contar por mui suyo. De V. siempre afmo.,
B. José.
P. D.: Cuando en Sevilla copié á V. de cásqis la Epístola de Dª
Marïa de Elva, qiero acordar-me de qe por no tener tiempo para sacar
otra copia dejé correr un par de coplas qe tenia descartadas: i temo-me qe
se me hubo de qedar en el tintero ûna muy esenzial. – Mande-me-la V.
para emendar-se-la conforme al prototipo orijinal, a qe me remito.
Otro-si. – Las señas de la casa de V.; porque hai de aqí para êsa
portador a la mano todos los dias, i tengo qe mandarle un zierto
cartapazio.
El pecado fresco es el siguiente:
La niña retrahida:
Canción romántica
“¿A qué es puertas y ventanas…
… las puertas del corazón.
B. – J. Gallardo 1.
V
Septiembre, 28 [1928].
Amigo mio: Nada tendria de estraño qe un sujeto a qien se tarda un
año en contestar a una carta mui recuca, pague la peonada tardando otro
año en dar él su contestazion: (Estocada por cornada); pero no será
mucho tampoco qe yo esté con cuidado en vista de su silenzio, y en oidas
de las vozes qe por aqí andan de qe por ahí anda la muerte lista. El dia 11
escribí a V.; yo no pido que V. prezisamente responda a mi carta, sinó
1 [Copia aquí Gallardo esta poesía, aparecida en el Diario Mercantil de Cádiz, nº 4.404,
del domingo 24 de agosto de 1828. No la reproducimos por haberlo sido ya muchas veces.]
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qe me diga qe está bueno, como lo desea su afmo.
B. José.
El sobre, por si V. quiere disparar la respuesta por elevazion: “A
Pedro Ruiz Bujalanze, Castro del Rio”.
VI
Noviembre, 13 [1828].
Amigo querido: Soplar y sorver no puede ser. Una remesa de lo
ranzio qe por chiripa se me ha proporzionado de estos contornos, me ha
tenido sin levantar cabeza todo el tiempo qe ha qe rezibí la favorezida de
V. Ocupado en esta tarëa no me ha quedado ozio para contestar-le tan a
plazer, como quisiera; esto de leer i estractar y copiar, mácsime cuando
se toma a desëo i como a destajo, quebranta mucho. Ya (¡Dios loado!)
despachada mi gustosa tarëa, soi de V.
Contesto pues, i digo ante-omnia qe la Oda á los cabellos de
Anjelida es mui bonita; i, si mal no imajino, lo fuera mas todavïa
embebiendo-la un tanto cuanto para aprovechar los toqes mas felizes.
Como el Poëta, se conoze qe habla de abundancia de corazon i fantasïa,
no es maravilla qe adjetive nada zicatera-mente; yo quisiera, no-
obstante, qe recojiese un poco la mano en los epítetos, porqe si bien éstos
arguyen riqeza de vena, la mucha riqeza tambien carga i no adorna. Esa
entrada imvocatica de la oda, en qe al Rizo se le llama en retahíla don
prezioso, emblema misterioso, talismán venturoso, joya de amor, presëa
de un Dios… para mis oidos profanos tiene un no-sé-qé sonsonete de
letanïa, qe está pidiendo un ora-pro-no-bis. – (Consúltelo V. con nuestro
Poëta Serafino.)
Este asunto de los cabellos pareze qe es rejistro de Poëtas
enamorados (si lo poëta puede ecsistir sin lo galante). En castellano son
varias las composiciones consagradas a los cabellos; qe no todo es.
“Un Soneto al bostezo de Belisa,
y al resbalon de Ines otro Soneto.”
La mas zelebrada es el Madrigal de Gutierre de Zetina. Este bizarro
injenio Sevillano, qe apenas es conozido entre los mas afizionados a
nuestras Musas mas que por este madrigal, i tal cual soneto qe intercaló
Herrera en su comentario a Garzi Laso, – para mí lo es por todo un tomo
de Poesïas Ms. del siglo XVI, – qe perdí en Sevilla (¡perdida dolorosa!)
En él me acuerdo qe había una larga Canzion al mismo asunto, y aun (no
quisiera engañarme), pero de esta canzion es una mera estanzia el
madrigal.
11
¿Ha visto V. una cantata de Sanchez Barbero á una trenza de
cabellos, impresa no me acuerdo si en las Variedades o en su Poetica?;
tiene cosas mui lindas.
Hasta un poema entero hai escrito sobre un Rizo. Supongo habrá V.
visto el injenioso i rico poema del inglés Pope, intitulado El robo del
Rizo.
Aun yo pecador, qe no soi Poëta, ni Cristo qe lo fundó, he querido
dos vezes poetizar sobre este argumento; pero ninguno lo he hecho á
satisfaczion mia (aunque ámbas lo fué á la de las descabelladas.) La una
es un Madrigal, solemne atrevimiento despues del incomparable
madrigal de Zetina; i la otra glosando esta copla vieja de nuestro
Romanzero.
“Si me das de tus cabellos,
Hermosa niña un cordón;
Daré-te yo en trueqe d’ellos
El alma y el corazon.”
Pero basta de cabellos. – Repito, la Oda de V., es mui bonita.
Mucho zelebro que nuestro Poëta Liz. (es decir Poëta Laureado)
frecuente el trato de las Musas; lo contrario serïa imperdonable. El nuevo
argumento qe ha elejido para ejerzitar su númen tiene mucho de poético
en lo qe tiene de fantástico. Mas lo serïa äun i mas sublime bajo todos los
conzeptos, si en lugar de dirijir-se a los habitantes del N. M. se dirijiera a
los del globo de la Luna. La predicazion tendria igual logro. – La zítola
es por demas: Pájaro viejo no entra en jaula. – Memorias.
Zelebro qe la Niña haya a V. parezido tan bien. Su padre da á V.
grazias por la mucha qe la haze.
Grazias tambien por haber-me V. emendado en mas de un sentído el
consonante de ese injenio qe yo crei lo era de “Zelemin”. Las notizias qe
yo tenia de él son de parte muy apasionada, y encontraron ademas gran
disposizion al asenso en mi corazon agradezido. Lo que sabïa, antes de
V. ilustrar-me, lo sabïa tôdo por su familia.
V. quiere saber cômo van mis planes literarios: como pueden ir en
un païs de garamantas, donde los hombres si rebuznan como jumentos,
muerden como lobos rabiosos. En lo que he adelantado algo es en el
Diczionario: aqí encuentro mucho vandalismo, i mucho arabismo
ignorado u despreziado por los que solo tienen por lenguas la Griega i
Latina.
De salir de este Arjel no ha lugar por ahora, ni ahora es cuando mas
lo desëo: la razon es porque aqí ya vivo bien quisto, i porqe los hombres
curiosos de estas zercanïas me van mandando todo cuanto libro u Ms.
curioso pueden haber; y entretenido así mato el ozio, y esperando la
ventura sufro mi negra desdicha, inalterable siempre en mi amor á las
Letras y a mis Amigos.
12
De V. lo es invariable su afmo.,
B. José.
P. D.: ¿Qién es ahí un curioso qe posehe una coleczion de farsas
ant. en letra gótica?
VII
10 enero 30.
Amigo qerido: El buzo de márras, resuella ahora al cabo de una tan
larga zabullida. Rezibí en su dia su lata, sustanzial i sabrosa carta, y el
enpeño de herir por los mismos filos respondiendo en ôtra igual punto
por punto me la ha dilatado tanto.
Dize-me V. qe cômo es qe yo solo callo, cuando tôdos chillan
literatura por todas partes: nuestro insigne don Telesforo por allá con su
Niña de Gomez Arias dando quinze i falta al Zervántes de Calidonia,
Guálter Escot, – el Marqesito de La-rosa por acullá con su Arte poética,
con sus trajedias & – el feo Hermosilla por acá con su Arte de hablar
(mal) en prosa o verso, – la Gazeta de Bayona trincha i raja sobre
literatura española como así me lo qiero… –
Amigo, V. habla de perlas; pero yo infeliz ¿qé quiere V. qe diga á
todo eso, cuando desterrado, preso, i puesto al blanco de mil tiros
alevosos con qe ha zerca de un año me asesinan estos alarbes la vida i la
honra, apénas puedo articular voz qe no sea lamento?
Dejemos pues todas esas bellas cosas para sazon mas oportuna.
Ahora lo qe mas importa i urje es qe vea V. i vean esos buenos amigos
qé relaziones tienen en Granada en la Sala del Crímen, donde luego-
luego va á ver-se mi pleito. Cualquiera recomendazion qe Vds. me
ajenzien puede dirijir-se desde luego bajo sinple cubierta á Granada á mi
Procurador don Tomás Miguel Sanz.
Salgamos de êsta, i luego hablarémos. – Entre tanto i sienpre de V.
invariable.
B. José.
P. D.: Ese bárbaro Gasco es el qe aquí me ha asesinado, haziendo-
se vil instrumento del odio ajeno.
Si V. me contesta acá, el sobre esterior: A D. Antonio del Rei: del
Comercio.
13
VIII
Castro del Rio, 21 de enero de 1830.
Amigo qerido: Grazias por el papel misto de padrinos qe ha
deparado V. a mi malandante i peor estante lizenziado. Mientras en
grazia de este hazen aqellos por allá lo qe se a de hazer, qe para qe desde
luego deje de padezer la ansiedad penosa en qe vivo bajo el cuchillo de
palo de estos caribes, con solo arrancar de aqí los autos es bastante:
demos nosotros un rato pasto al alma paloteando sobre literatos y
literatura. Deus nobis haec otia fecit.
Enpezemos por nuestro insigne don Telesforo, ó él se ha vuelto
como un guante, ó, digan lo qe qieran los papelistas ingleses i franzeses,
él será sienpre el qe se era: es dezir, el mismo mismísimo qe V. i yo
hemos conozido. Su tan decantado Gomez Arias en lo bueno qe tenga, se
reduzirá en caracteres i enredo á la comedia famosa de Calderón, donde
hai pasos i rasgos mui bien sentidos:
“Señor Gomez Arias,
duélete de mí:
no me dejes sola
en Benamejí.”
Sobre la tela urdida por el insigne don Pedro habrá el don Telesforo
tramado cosas a gusto del pais, i del tiempo, arañando de otras piezas
españolas qe por allá no son conozidas; i héteme inventor al qe no es
sinó torpe copiante. Estoi zierto, segun los elojios de las gazetas inglesas,
de qe en el Gomez Arias no faltarán espantajos de horrenda catadura,
atrozes y truculentos casos de ladrones bandoleros i jente del bronze i
cosas á este son qe son música zelestial para los tímpanos británicos. I
para el gusto franzes (qe ha bastardeado infinito) eszenas varias de
fantástico paisaje, personajes i costunbres de exótica peregrinidad; i
basta ya para qe pongan la novela á par de su zelebrado Don Alonso, de
su último abenzerraje, infelizísimas producziones a todas luzes.
De Güalter Scot me habla V. – Este es el reverso de la medalla:
injenio singular, gusto verdaderamente zervántico (hablando á estilo de
su pais). Scot i Báiron me merezen el conzepto de ser los injenios de
primera fuerza en nuestros dias, conozco personalmente al primero; i aun
he tenido el gusto de tomar una noche té con él en casa de una paisana
suya. Es injenio nazido para la novela; i grande admirador, como lord
Báiron, de los injenios de España, grande noveladores en verso, aunqe
sus invenziones no tengan título de novela; nuestras comedias antiguas
tienen todas las formas novelescas qe caracterizan este jénero de
conposizion; con otra zircunstanzia mui relevante, qe es el haber puesto
sus novelas á la prueba mas dura qe pueden pasar las invenziones de
14
hechos imajinados, qe es la aczion, donde se ve mas á las claras si se ha
observado ú no aqel sabio documento del venusino:
“Ficta voluptatis gratia sint proxima vero.”
De los vozingleros qe á la banda de allá del Vidasöa estan
chapurreando la lengua i literatura española, qisiera dezir á V. aqí en
buen romanze lo qe siento; pero eso pide mas vagar. Qede esta hoja
doblada para otro dia. Entónzes hablaré tanbien del insigne Panduntur (
= Q.) 1 su antiguo protector, i ahora protejido. – Vamos á otro punto.
Dezíame V. en su estimada anterior qe ¿cómo era qe yo nada hazia,
cuando todos ó tantos hazen (al ménos ruido)? – Respondo á eso qe no
hago, porqe este no es para mí tienpo de hazer sinó de padezer. Sin
enbargo no dejo de hazer cuanto las perras zircunstanzias de este tienpo
crudo para mí me permiten.
V. habrá visto una zierta Historia de la literatura española de
Federico Bouterwek, traduzida i aumentada del aleman por un don Tal
Hugalde i don Cual Gomez de la Cortina. Pues, señor, yo sin verla tengo
hecha una crítica qe dos meses ántes de publicarse la obra criticada
estaba ya presentada á zensura; i ya con la rejia está ha zerca de un año
pronta para la inpresion. Para escribir la crítica no hube menester mas qe
ver el anunzio de la dichosa historia; i cuando he visto ya esta, tengo la
satisfaczion de no haberme fallado ni uno de los puntos de aqella. Ya
discurrirá V. por qé no se ha inpreso mi opúsculo, el cual conpondrá
como unos seis pliegos de inprenta. – Pienso publicarle todavía, é ir
publicando cuadernos segun vayan saliendo tomos de la obra: el 1º no
me da poca mies en qe meter la hoz. El título de mi primer papel era:
“Desengaño antizipado á la publicazion de la tan cacareada historia de la
literatura española de F. Boutervvek traduzida i adizionada por los
señores &.” Con un epígrafe tomado de Mr. Arouet:
Au peu d’esprit que le pauvre homme avait,
L’esprit d’autri par supplement servait…
Il compilait, compilait, compilait…
Pero ya el título deberá ser calendario nuevo del año pasado, ó
desengaño (qe hubo de ser) antizipado á &. Se le mandará a V., para qe
me digan Vds. qé les pareze, i enmienden lo enmendable. Vale.
1 [Alude a los versos macarrónicos conpuestos por Sanchez Barbero en contra del Duqe
de Viseo, qe prinzipian: Panduntur porta. Nota del amanuense.
15
IX
24 de enero, 30.
Amigo qerido: Enhorabuena en verdad; doísela á V., i me la tomo ú
al partir, como dos qe se qieren bien, i muerden en un confite.
Hoi ha llegado la Real Provision para qe, suspendiendo aqí todo
prozedimiento, se remitan los autos á la Real Chanzillería. No sabe V.
con esto el peso enorme qe he sacudido de mis hombros: me siento como
de muerte á vida, al considerarme fuera ya de las garras de estos caribes,
cuyo vivo enpeño es matarme con cuchillo de palo.
Contestar punto por punto á los de su regalada no es para mi cabeza
en este momento. – Cuando la tenga mas asentada haré por acordarme de
unos versos amorosos (poesía casera) escritos últimamente en mi prision.
El Desengaño irá el lúnes, si el lúnes va conductor á la mano, como
espero. Irá tanbien otra friolerilla en prosa, escrita tanbien entre hierros.
A nuestro don Serafin de Zentellas mil i mil grazias; hoy le escribo
cuatro líneas, con pena de qe ni con 4 mil podría espresar á Vds. la
satisfaczion y reconozimiento de su afectísimo invariable,
B. José.
X
Castro’l-rio, 1º febrero, 30.
Amigo qerido: No hai tienpo para mas: el portador marcha. Allá va
el Desengaño, i los artículos de Mudez:
“Perdonad sus muchas faltas.”
He rezibido su última regalada del 27: contestaré por el corrëo.
Al seráfico Zentellas mil cosas.
Salud.
B. J.
XI
4 febrero, 30.
Amigo qerido: De perlas es todo cuanto V. me dize en su regalada
del 27. El bocadito de peregrina historia qe V. me cuenta del pavo, está
espezial: ¡ojalá podamos con la nuestra añadirla un buen postre!
16
Escribí á los amigos P. i M. J. (Peña i Mendoza-José): del primero
he tenido ya contestazion: en ella se retrata como Vds. me le habian
pintado: él es mï hombre: lo qe yo andaba buscando. Máteme Dios con
qien me entiende. Ya estoi entre los mios. ¡Plazer del alma!
Los autos fueron el 28; ahora falta qe vaya yo i todo. Así se me
logrará el ver ese hermoso monumento venerable de tan románticas
memorias, i teatro sienpre de grandes injenios. De camino trastearé por
aqellos escondrijos de librerias viejas, i ya qe no encuentre nada de
Rodriguez-Ardila ¿qé sabemos lo qe se me puede deparar de otros?
A nuestro Zentellas mil i mil grazias: el 24 le escribí cuando á V.:
digo-lo por si la carta se ha estravïado. Por lo mismo aviso á V. tanbien
qe el 21 mandé á V. tanbien una carta larga de re-literaria.
Otro-sí: en 1º del corriente he dirijido a V. á la mano el Desengaño i
los artículos sobre Sordo-mudez estanpados en el Diario de Cádiz (de los
versos no he podido hazer cabal memoria). – Vengan los de doña María
de Alva, i se correjirán.
El avestruz de ahí es pintiparado al evestruz de aqí; pero el bicho
aqí mas dañino es uno qe deshonra el nombre de nuestro Zentellas; este
tal asistido de un maldito Escriba i un Farisëo, Rábula de los qe estudian
la lei para ejerzitar la tranpa, qe le sirven de demonios familiares, son aqí
mis sayones: Gens inimica mihi. – Mil i mil cosas al amigo.
Salud.
B. J.
XII
17 febrero, 30.
Amigo qerido: Perdone-me Dios si peco, mas ello es así (¡humana
flaqeza!) qe no puedo disimular la gran satisfaczion de qe me hincha el
alma la aprobazion qe V. dispensa a mis pobres borrones. Yo no soi
como aquel insigne Dr. J. Perez, a qien nuestro chusco Qevedo hizo
bailar sin son en su Perinola; el cual Dr. hizo un libro Para todos. Yo
escribo para pocos: digo como Séneca: “Pôcos me bastan”, como esos
pôcos sean ellos entendidos: Satis est unus: y V. es mi ûno. V. me
entiende i cala hasta las tázitas mas reservadas de mi mente. No nezesito
mas. V. solo eqivale para mí a todo un mundo de aprobantes y
aplaudientes. (En V. veo unipersonados a los amigos. Sin embargo,
desëo saber el voto del Sr. de la Mar).
Mûcho zelebro qe ese bocadillo de Historia, de qe por variar he
qerido hazer plato al gusto de los qe le tiene fino, le haya á V. sido tan
sabroso. E ïo anche: tanbien yo me las entiendo en las veras, aunque el
Público me conoze casi solo por las burlas. ¡Oh, si en la fatal de Trïana
17
no me hubieran desvalijado, como V. sabe!, entónzes sabria V. lo qe en
ese punto no pretendo qe V. me crea sino sobre prenda. (Entre amigos, y
en cosas tales, con ver-lo basta). ¡Algun dia, si Dios qiere!
Mi pensamiento en cuanto a Boutervveck es críticamente el mismo
qe V. insinua; y en buena fe qe el tomo qe va publicado, no me da ya
poca márjen donde correr la pluma. Siento en verdad tener qe emendar
ajenos yerros; mejor qeria ejerzitar (en vano) la zensura pública contra
los propios; pero ¡dolor de mí! ¿qé puedo yo hazer despues de la fatal
banca-rota qe he padezido de todos mis escritos, cuando haze 6 años qe
el azote de la persecución cruje tan barbaramente sobre mí, qe apénas me
dejan el uso del sentido comun? Ya V. sabe lo de Sevilla: aqí ya ve V. la
crujía qe estoi pasando: 155 dias me han tenido en una inmunda cárzel.
Sin libros, i robada hasta la paz del alma, amenazada aqí de continuo mi
vida i mi honra por la calumnia i el puñal asesino… ¡Jentil aliño por-
Dios para escribir Historias Literarias! – La Historia no se escribe sin
documentos. No obstante, aseguro á V. y aseguro-se-lo [sic] V. así en mi
nombre a tôdos los qe bien me qieren, qe si muero sin haber re-escrito i
puesto en molde la Historia crítica del Injenio Español, muero cuando
ménos contra toda mi voluntad.
Dize-me V. qe le he de dezir hazia qé tienpo cae el lenguaje
anticuado de las Trobas con qe me favoreze. – Apuro es ziertamente en
el qe V. me pone: mas hazedero será para mí dezir-le qien es el Autor,
pues qe no le conoze. Es paisano i amigo mio, musa primeriza; yo al
ménos jamas le habia conozido esa grazia hasta la presente; puede qe el
aura palaziega se la haya infundido; él es hijo político de Cuervo el
Arqitecto de Palazio.
Sé qe ha publicado un Romanzero Morisco entresacado del Jeneral;
no le he visto, pero no nezesito ver-le para saber lo qe será (para saber
hablar de nuestro Romanze se nezesita saber mucho latin).
Ha publicado tanbien un Discurso sobre el tëatro antiguo Español,
en qe jermanizando estrañamente paradojiza doctrinas qe los Alemanes
han bebido en nuestros libros; forjando-se allá una idëa fantástica de ese
negro jénero Romántico qe, ¡noramala para ellos!, tan mal entienden los
qe no saben. (El qe no sabe, no entiende.)
He dejado para postre como por saborete el hablar de ese curioso e
ilustrado colector de peregrinas antiguallas, de qien V. me habla con
elojio, sin dezir-me su nombre; pero el elojio eqivale al nonbre. No
puede ser ôtro sino el mismo de qien ya V. otra vez me habló con igual
encarezimiento; i qe el trajizante La-torre me ha zelebrado. Agradezco a
V. la fineza de poner-me en contacto con un sujeto tan benemérito de
nuestras Buenas-letras, i para andar yo desde luego la parte de camino qe
me toca para qe nos azerquemos a dar-nos la mano, me tomo la llaneza
de suplicar-le (sin mas introito ni zircunloqio) qe me favorezca con una
Nota espresiva de las piezas antiguas de teätro qe posee.
18
Ya V. sabe qe lo mas sensible de mis pérdidas ha sido en este ramo
y en el de Canzioneros i Romanzeros: en efecto perdí en Sevilla el mas
hermoso ejemplar qe han visto mis ojos del Lope de Rueda (ed. de
Valenzia) – un Torres-Naharro de la ed. prínzipe de Nápoles (1517); –
farsas, autos, coloqios, hasta trajedias sueltas; tôdas antiguas,
antiqísimas, ya inpresas, ya Ms. (y aun orijinales) o copiadas de mi puño
con la prolijidad qe sabe V. estilo en cosas tales. Entre las trajedias
antiqísimas qe tengo vistas, me acuerdo con dolor de una de Lucrezia en
cuyo fróntis habia puesto un curioso a prinzipios XVI el siguiente
epitafio:
“Aqí yaze Lucrezia
Que fue puta i nezia.”
Y “Aquí dió fin a su cantar Salizio”: Basta de Cartapazio. Ese
Desengaño pienso qe se inprima cual está (o cual salga de la zensura de
los amigos) tan luego como recoja la rejia qe el año pasado por ahora
obtuvo en Sevilla. Para la nueva lizenzia le mandarémos a Granada; i la
inpresion podrá hazer-se en esa.
Entre tanto salud y afecto.
B. José.
N. B.: Cuando V. guste favorezer-me con alguna remesa qe esceda
del bulto de una carta regular (como v. g. ese Catálogo qe le pido de los
libros i Ms. curiosos de Farsas…, Romanzeros, Canzioneros, & de &)
puede mandar-me-la a la mano por harrieros de aqí qe nunca faltan ahí.
XIII
28 febrero, 30.
Amigo: De lo lindo: Mereze V. las mejores albrizias con un título
de oro y azul de engarzador de voluntades literatescas.
Pero dejando-nos de tíqis-míqis, vamos a lo qe mas urje. – Ayer
puede qe se haya decretado la traslazion; mas por si nó, bueno será qe de
ahí Vds. atizen el fuego, para qe ande vivito. Ya sabrá V. qe estoy en
contacto con P. 1 – Amigo, grazias: es un diamante. Lo qe Vds. me
dezian, él por él.
“Puesto ya el pie en el estribo.”
(¡y el diablo sea sordo!) ya V. ve qe cualqiera remesa, qe no sea epistóli-
1 Peña.
19
ca, está demas por ahora.
Tendré gusto en rever esa edizion de Lope de Rueda qe posee el
amigo, de qe ya en Madrid vi años pasados dos ejemplares: uno qe
poseïa el injenioso Doctor Casal, y ôtro de la rica i selecta Biblioteca del
Duque de Osuna, el cuâl paraba en poder del principe de Anglona. – Ya
qerrá Dios qe le vea mas a plazer.
Gustaré tanbien de ver las obras del Marqesito de la Rosa,
señaladamente su Poética; si bien no espero ver en ella nâda nuevo para
mí. Su retrato cual yo me le trazo en la fantasïa, ha de venir a ser
pintiparado al qe Moreto (creo) haze de zierta Dama:
“Una hermosura modesta
con ziertas señas de tibia,
mas sin defecto comun,
ni perfeczion peregrina.”
Vamos ahora a nuestro Desengaño: Me lisonjea mûcho el qe no
hallen Vds. qe emendar en él; pero cuenta no se les haya a Vds. al
juzgar-le subido el corazon a la cabeza; i barajados los papeles, haga la
voluntad el qe tocaba al entendimiento.
Sea de esto lo qe fuere, lo qe urje es qe luego-luego se le mande V.
a nuestro Lizenciado Peña, con encargo de qe al punto se presente a
zensura, para al punto echar-le a volar. Ese debe ser el órden: adelantar
la crítica qe hubo de ser para el Público profética, i tras ella la qe arroja
de sí la inspeczion de la obra. Sobre-ella i su crítica por la de Bayona, el
Diálogo entre él i yo (qe está aquí a la órden de V.) && se ha levantado
una brava pelotera. – Tanto oro mas para qe ahora en caliente salga el
Desengaño. (Por supuesto, debe V. allá prevenir qe para pedir la lizenzia
busqen qien la prohije; sin qe los zensores sepan ni por semejas qe sea
qien es su verdadero autor.)
Conqe nuestro buen Zentellas en los Madriles.
“A la corte vas. Fernando…”
Qe Salga como desea; para despues desear otra cosa mejor. Esa es
la vida. – Salud.
B. José.
XIV
13 marzo [1830].
Amigos qeridos: En este momento rezibo la sabrosísima suya del
10; i encontrando al paso unos harrieros qe van para esa, he venido
volando a tomar el adjunto papelote qe cochite-hervite, como acaba de
20
salir de primera mano de las de su autor, mando allá en cuerpo i alma. Si
mereziese su aprobazion, luego-luego emvïen-se-le a Zentellas para qe le
prohije, i presente a zensura, i…
“I despues de acostados P. Fr. Diego
I despues de acostados: ¿qé harémos luego?”
Segun él diga, harémos.
Salud.
B. José.
XV
14 marzo, 30.
Amigo: Mi gozo en el pozo: la decantada romerïa a Granada, según
voi viendo se qedará en el eco. El honbre de muchas caras 1 me habla en
ese son; i lo mîsmo con corta diferenzia nuestro insigne Ñape
(“Trasposizion se llama esta figura”):
el cuál me dize no sé qe de sobreseer-se. Esto no es malo: el pariente lo
qe qiere es descansar i por eso qisiera hasta morir-se, porqe estos
malandrines le dejasen de una vez descansar en paz. Pero ¿no sería mejor
qe por el pronto aczediendo a su petizion, le dejasen salir de este Arjel, i
una vez allí cortasen o desanudasen, como mas les viniese en talente?
El escrúpulo qe les tiene a esos señores para decretar la traslazion
pareze ser qe es la confinazion del pariente por la Polizía en este punto. –
Pero ahora ya nuestro honbre está relajado por la dicha Policía al brazo
secular de la Justicia; i en verdad en verdad qe si fuera cosa de echar-le a
Galeras, los señores Golillas no habian de escrupulizar para sacar-le de
donde está para poner-le donde esté peor. ¿Por qé, pues, escrupulizar el
llevar-le donde esté mejor? Traslazion ¿no es una, si traslazion es otra?
Con estos antezedentes Vds. ahí echen sus conpases: en intelijenzia
de qe si no hai Granada me desdigo de todo cuanto tengo dicho en mis
anteriores en órden a qe no me manden Vds. de ahí nada. Vengan, pues,
los librotes a cargas; pero venga ántes Nota de todo, para hazer de aqí
mis pedidos a tiro hecho: si bien en siendo ello gótico puede venir aunqe
sea la Bula de la Cruzada (qe nunca vendrá mal, pues si no viene al
llueve, como dijo el ôtro, vendrá al mucho).
La edizion gótica de Mena de qe Vds. me hablan es la última (creo)
qe se hizo en ese carácter i de las mas incorrectas. Ese es libro de estudio
1 [El procurador don Tomas Miguel Sanz.] Nota del amanuense.
21
i de los qe ni se usan ni se escusan. “Fortuna te dé Dios, hijo”: J. de la
Enzina tiene inconparablemente mas mérito, i casi nadie le mienta en
boca sinó para verbigrazia de disparates, por aqellos qe conpuso de
“Anoche de madrugada,
ya despues de medio-dia,
vi venir en romerïa
una nube mui cargada.”
Yo tengo aqí de Mena las ediziones siguientes:
Coronazion (sin espresion de lugar ni inprenta), folio, letra gótica,
1499. # Obras, id. Sevilla, por Jacobo Cronberger, 1512. # Id.
Valladolid, por J. de Villaqiran, 1540.
¿Qé edición es esa de la Zelestina? El qe dijo de éste, qe es
“Libro en su opinion divino
si ocultara mas lo humano”
dijo en son de donaire una sentenzia de oro. ¡Libro de profundo saber!
Tanbien me han qedado algunos ejenplares: conviene a saber (por si el
saber-lo les es a Vds. conveniente):
Zelestina, 8º, letra gótica con estanpas, Zaragoza, 1535. # Id. 12º.
Emvers, 1568. # Trad. en italiano, 8º Venézia, 1525. # 8º, marqª.
Madrid, 1822 (creo: es la edizion de la Gabachina).
He dejado para postre el punto del Desengaño. – Prudentísimas son
las consideraziones qe V. haze sobre las dificultades e inconvenientes de
su inpresion; pero tódos i todas se las doi yo a V. allanadas hasta la
consecuzion de al lizenzia, puesto qe ya haze un año qe la tengo
conseguida, con la satisfaczion de qe al testo mio no se le tocó ni en un
tilde. I en verdad qe no fué porqe ignorasen el Autor; pues aunqe latebat
nomen sub umbra, uno de los Zensores dijo al amigo qe prestó el suyo qe
en cada línea estaba él leyendo el tázito.
En órden a los escrúpulos de Sánchez, Sánchez era un clérigo a qien
se le había asentado mucho la sotana. Por él no se hubiera inpreso lo mas
picante i curioso del chusco Arzipreste J. Ruiz. Vea V. a ese propósito lo
qe dize el gran Jovellanos en su aprobazion. Comoquiera a pesar i todo
de sus escrúpulos el Bibliotecario Sánchez habia presentado a zensura
todo el Rimado de Palazio entero i verdadero, segun qe yo lo he visto
por estos ojos pecadores en poder de mi amigo don Gabriel de Sancha qe
le tenia con las lizenzias corrientes para inpremir-le, i no le habia inpreso
porqe (como él dezia) seria libro de venta muerta.
Sin enbargo de todo esto zediendo a las insinuaziones de V., y no
yendo mui léjos de ellas el amigo don José Ñape 1, suspendo por ahora la
presentazion de la obra a nueva zensura. Ñape es de opinion qe êsta se
1 [Peña, abogado de Granada.] Nota del amanuense.
22
solizite en la corte, donde efectivamente será mas fázil de obtener i de
inprimir; pero yo qiero ántes qe probemos fortuna en esos Cuatro
palmetazos del Dómine Lúcas qe ayer mandé a V. con un harriero qe no
conozco: (las señas son mortales).
Siento qe ese papel haya salido en crudo de mis manos; pero a bien
qe de las de V. saldrá, qe se podrá presentar en las de un Rei qe sea.
Prevengo a Vds. una cosa: como no tengo aqí mis mamotretos a la mano,
aunqe tengo ejenplos a escojer de la locuzion uno qe otro, no ha sido
poco qe, sabiendo ser mui dezidera en Toledo, Valladolid i otros pueblos
donde se habla puro i castizo el castellano, se me haya deparado un Ben-
Egas, donde he encontrado una autoridad qe ni de molde. Si ahí se les
ocurren a Vds. otras más, se pondrán por via de P. S.
Otro-sí. – Si algun afizionado a la Literatura Inglesa tuviese ahí la
obra de Horne-Toock qe se recomienda en la zita (9), o se rejistrase en
algun catálogo, qisiera individualizar más el título, lugar i año de la
inpresion de su obra.
I con esto zeso, i no de rogar a Dios me mantenga con V. en su
digna i santa guarda, conzediendo-nos el gusto de andar juntos las santas
estaziones i cantar luego en su dia la aleluya.
Entre tanto salve i ave.
B. José.
P. D.: En lo de la contienda de qe me ha hecho V. Palémon: ecce
Palemon: (carta canta).
XVI
25 marzo, 30.
Amigo: Nada de la Polizía. A bien qe el remedio no está en Roma:
tôdo está en Granada. Miéntras allí no se deshaga el lio qe me han hecho
aqí, no es seguro ni airoso nâda qe se intente por la Polizía. – Pero qe mi
pleito se acabe pronto, qe se acabe tarde, el vïaje a Granada sienpre
pende respectivamente de los señores Golas. – Qe no me lo despachan
luego (ya ha mas de un año qe me tienen aqí enredado en este enbeleco
grosero!!) entre-tanto esos señores lo son absolutamente de tener-me o
llevar-me donde mas le venga en talante, puesto qe la Polizía me ha
entregado a su disposizion. Ergo pende de ellos el tirar de mí a Granada,
como han tirado del prozeso. ¿Porqé no tirar? Qe tiren, i se dejen de
escrúpulos de Mizifuf.
Qe me despachen luego el pleito; entónzes yo sé qe la Polizía tiene
prometido el dejar-me a mi voluntad salir de aqí para donde mas me
cuadre, i no me cuadra sinó del primer volëo ir a dar a Vds. un abrazo.
23
Conclusion neta de todo lo dicho: qe aprieten Vds. el ergo con la
jente de Granada. – De mis juezes Casaux es amigo antiguo. Con él
conviene concertar-lo todo, amen de nuestro Ñape i mi pro-hombre.
Estoi curioso por saber si los Palmetazos gustan a Vds. tanto como
pueden escozer a Mess. de la Pepenière.
Estoi fatalísimo de la cabeza, a resultas de una fuerte insolazion.
Por eso no soi mas largo de pluma; pero nunca corto en el afecto.
XVII
31 marzo [1830].
Amigo: Como el burro de Turégano (salva la conparanza) qe dize el
Proverbio, qe por un eqilibrio de indiferenzia, puesto a igual distanzia de
ânbos, se murió de hanbre entre dos piensos; así ni mas ni ménos (i
repito el parántesis) ha habido de suzederme a mí con el contenido del
inesperado paqete, con qe me han favorezido Vds. Curiosidad grande era
la mia por ver obra de molde de nuestro amigo: picante curiosidad
tanbien la de ver las no vistas del Marqesito: – a ¿cuál me arrojaré
primero? – a lo mas nuevo para mí: las refundiziones de qe ya en Cádiz
tuve algunos pronunzios por aqel Malagueño qe V. sabe, i luego en
Sevilla por el trajediante qe no ignora.
Enfrascado en su lectura, han venido a aguar-me el gusto dos fatales
cartas de Ñape i mi Pró, en qe me anunzian en víspera de devolver-se a
êsta mis negros autos, para qe este Badulaqe falle la causa. Esto me tiene
desazonadísimo. Los señores Golas me entregan así a Discrezion de mis
enemigos, qe irritados con la resistenzia sajarán i cortarán
desapiadadamente.
Ñape sin enbargo dize qe él lo amañará todo, i senbrará azuzenas
donde yo no veo sinó abrojos.
“Tódos dijeron amén,
sino Don Sancho qe calla.”
Pero dejemos esto, porqe es cosa de enloqezer de rabia i
desesperazion.
Volvamos al paqete i su remesa. – Yo no he mandado al portador
con designio determinado a nada. Cuando mandé a V. por él los
Palmetazos, le encargué qe en otro cualquiera vïaje a êsa, sienpre qe
buenamente se le hiziese camino, se pasase por casa de V., i aqí por mi
posada, por si ocurria algo qe llevar o traer a la mano. Êste es todo el
misterio.
A Guerra escribí el correo pasado sobre nuestras gramatiqerïas.
Memorias. – De V. afectísimo,
24
B. José.
P.D.: Ese Caballerito de Manuel de la “Dama Duende” ¿es acaso
hijo del famoso don Miguel de Manuel, ilustre e ilustrado Colector de
nuestros Fueros antiguos, &?
XVIII
Abril 4 [1830].
Amigo mio qerido: Ante todas cosas pongo en notizia de V. como
los Palmetazos están ya corrientes de lizencia para imprimir-se. Cuando
dirijí a Vds. la copia qe äun ignoran si ha llegado a su destino, mandé un
duplicado a otra parte con el mismo objeto, a tan buena hora, qe êsta
(¡Dios loado!) es en la qe ya está despachado para ir al molde. Como es
mas qe probable qe el amigo Zentéllas no tenga tan adelantadas sus
diligenzias, le escribo hoi; para qe en tal caso, lo suspenda todo.
Mucho zelebro qe ese otro Papelon haya encontrado grazia ante los
ojos de V. El estilo varïa un tanto del qe V. qizá creeria qe me es jenial
esclusivamente; pero no hai tal jenialidad. Si mis veras gustan como mis
burlas, la razon es bien natural; burlas i veras manan de una misma
fuente, qe es el manantial vivo de todo agrado: la verdad. La qe hai en
los afectos qe me dominan. procuro yo qe traspire en mis escritos; i he
ahí todo el misterio del arte de cautivar las almas con la pluma.
“Lo bello e lo vero una cosa son”
dize un Prínzipe trovador del siglo XV.
He pasado un par de dias mui entretenidos i sabrosos con la ropa-
vieja del amigo Guerra i las obras del Marqesito. Ya hablarémos de tôdo
mas de espazio i mas a sabor qe pudiera hoi hazer-lo, qe no me sobra el
vagar ni el ozio de espíritu.
Al sobredicho nuestro D. PP. qe haga favor, como le tengo dicho,
de ir-me adelantando nota de sus libros, enpezando por lo qe él crea mas
peregrino: por si tuviese algunos artículos (como es mui factible qe
tenga) qe yo no haya visto, aprovechar la chiripa de nuestra procsimidad
para leer-los: i aun releer algúnos, qe no me sea tan fázil volver a la
mano, condenado como estoi a no poder ir ni estar, sinó donde qieren
dejar-me. Et meminisse juvabit.
Mis asuntos en Granada han tomado un runbo qe a dicho de nuestro
Ñapé puede sacar-me pronto de penas: los autos han pasado al Fiscal, a
dicha (cree aqel) para qe el negozio muera en sus manos mandando
sobreseer. La causa estaba aqí ya casi rematada; no faltaba sino alegar el
reo de bien probado. Sirva-les a Vds. esto de luz i norte para acudir a
donde convenga. Al Fiscal. – Ñapé debe llegar a êsta de un dia a otro.
25
Si mis negozios terminan tan bien i pronto como se lisonjea mi
Defensor (de anillo, hasta la presente), espero qe no tardarémos mucho
en ver-nos; porqe mi ánimo al levantar de aqí los penates, si la mia vale,
es ir a dar un vistazo a la antigua corte del Rei Chico, pasar a Málaga, i
de allí zarpar al gran Charpo para el enporio Gaditano. ¡Dios me oiga, i
el diablo sea sordo!
Entre tanto lo qe inporta es apretar el ergo en Granada, para salir
con bien de la virga-ferrea del inpitoyable Fiscal.
Salud
P. D.: ¿Mandé a V. unos ziertos Confites de Cupido, fábrica de
casa?
XIX
Abril 18 [1830].
Amigo: Feliz pensamiento es el qe V. me sujiere, de inprimir la
Cuestion Logosófica a continuazion de los Cuatro Palmetazos. Allí
estará mas en su lugar: en el qe la cupo estaba negando la conpañïa. El
enpeño era inprimir-la; porqe el Zensor del Diario de Cádiz le hizo (por
puros respetos humanos) de qe no se inprimiese. Inpresa qe sea, i puesta
ya a la pública zensura, cada cúal es dueño de aprobar o reprobar
conforme a su leal saber i entender, nec voto vivitur uno. Yo tengo el
mio, i no me ofenderé del de los demas: soi mui tolerante (aunqe gusto
de defender bien mi gaban).
“Digo-lo porque lo digo;
i no lo digo por mal.”
Zentellas me escribe a mí tanbien; i en verdad qe por su carta veo
qe es Pöeta por mar i por tierra, Pöeta de anbas sillas i de dicho i hecho:
segun veo qe ha puesto mis bártulos i los suyos de una mano a otra, tiene
una travesura verdaderamente poética, qe en la Corte es el verdadero
moyen de parvenir. – Para lo del memorial no es tienpo; pero cuando me
haya desenredado de esta Lïorna, vendrá de perlas. Yo espero qe no se
tarde mucho, segun me ha dicho aqí de labio a oido el amigo Ñapé (qe es
una perla: he qedado encantado de él.) – Estamos pues en vísperas del
abrazo.
De la ropa vieja pues dije lo qe dije, para un buen entendedor era
mas de lo qe se nezesitaba para saber mi gusto en ese particular: a mayor
abundamiento digo-le a V. qe es bocado muy al tenple de mi paladar, y
qe sabe qe rabia. – Vea V. lo qe digo mas al amigo Guerra.
De la Historia de las Comunidades de Castilla, del Marqesito de la
Rosa, no he visto mas qe la 1ª inpresion: i visto lo visto, no me pica
26
mûcho la curiosidad de ver la 2ª. Yo no espero de él gran cosa en ese
punto, ni en ninguno del mismo tenple: nervi deficiunt animique. – De
sus obras me ha mandado V. cabalmente lo qe yo más deseaba ver, qe es
la Poética, por las ilustraziones: qeria ver si habia dado alcanze a algun
libro u mamotreto peregrino qe a mí se me hubiese escapado por pies; qe
pudiera mui bien, porqe la caza, aunqe más fatigue uno montes i selvas,
suele saltar cuândo i donde mênos se piensa: pero toda su caza, de pelo i
pluma, es caza casera: – (bien aliñadita, es menester confesarlo). – Estos
dos tomos irán a la primera ocasion; i grazias. No nezesito ver los otros.
“I aquí entro yo.”
Allá van los Comfites de Cupido, i perdone V. la cortedad: ello es
envïar agua al mar; pero al cabo es otra cosa, i Dª Otra sienpre entretiene
mas qe Dª Mia, segun aqello de Quevedo:
“Por mas hermosa qe mi Tronga sea,
Otra en ser otra Tronga es mas hermosa:
el mayor apetito es otra cosa,
aunqe lo mas hermoso se posea.”
Salud i amistad.
B. José.
XX
Mayo, 13 [1830].
Amigo qerido: Nada de mâl por ningun respecto, sino tôdo para
bien. Estos dias se me ha deparado una carretada de libros i papeles
viejos, qe me han tenido sin levantar cabeza, ni escribir cartas sino para
cumplir con quien es preziso el cumplimiento. A V. le he tratado como
de casa.
En este medio tiempo hemos mejorado de fortuna. Mi pleito se ha
declarado caso de corte: de consiguiente pleito por ménos. Ya no pendo
de estos caribes.
Puesto el pandero en manos qe le saben tan bien tañer, V. figúrese
el repiqe qe andará; sobre todo guiando la danza nuestro Ñapé, á quien
se le bullen i bailan hasta las niñas de los ojos.
En toda esta zambra me cuentan qe ha hecho primores para qe la
fiesta salga luzida, F. Ragué. – De tôdo a V. las grazias; porqe sin V.
tamquam si non essem. – Conqe tendremos abrazo, i apretado.
27
En las atildaduras qe V. pone á la ropa vieja, hai tales i tales toqes,
de pluma en qe V. escribe con fósforo para mis ojos desalumbrados en
esta mazmorra:
“Do non sé cuando es de dia
Nin menos cuando es de noche”,
como canta allá el Romanze viejo. Yo no tenia notizia de ese nuevo
Roszio Aguilar.
Zelebro qe los Confites hayan sabido á V. ni amargos, ni
empalagosos, sino midly-midly como dizen las inglesas. – De la
Cantinela a las Niñas Vérges apénas me acuerdo sino de la 1ª i tal cual
copla mas. – La 1ª es:
“Donde el furibundo Alzides
Su férrea clava rompió,
Moran dos Bellas hermanas,
De las almas soberanas;
Y entre las dós,
Cual hoja del olmo al viento,
Se me bulle el corazón.”
I la última dize (creo):
“Por el Dios, pulidas ninfas,
Qe tan lindas os crió,
Dole-os de este cuidado,
En vuestro amor abrasado;
Y entre las dós
Como tan buenas hermanas,
Repartid mi corazon.”
Volverá Dª María del Alba tocada i retocada conforme a la edizion
prínzipe. – Venga esa oda, i vengan esos otros enamorados lloramicos,
fruta de qe soi golosísimo.
Capítulo de otra cosa; mas apésar de todo esto –, tengo un sobrino,
qe (si lo fuera de otro) diria qe es una perla. En medio del rigor conqe la
fortuna persigue a su padre i a su tio, hemos procurado dar-le una carrera
digna de mejores tiempos. Mi empeño fué ponerle desde luego en
Londres a qe siguiese sus estudios en un Colegio: donde en efecto
entrado apénas, se llevó entre todos la palma por sus singulares talentos.
Cuando pasó a Inglaterra, era muchacho de unos 17 años i habia
estudiado ya Gramática Lat., Matemáticas i algunas otras cosas de
utilidad y luzimiento. Allí aprendió el inglés: se soltó en el francés é
italiano, i no dejó olvidar el portugués qe habia cursado en Portugal. Le
fundamenté en otros estudios de honra i provecho: i toda esta baterïa de
conozimientos he querido yo qe le sirvan para la Carrera del Comercio,
28
cuya zienzia ha estudíado teorica i practicamente por prinzipios al lado
de mis antiguos amigos los señores Sardeman Goodem i Cª (Goodem es
todo un literato i versadisimo en nuestra Literatura).
El anhelo de adquirir conozimientos mercantiles é instruirse en la
lengua Morisca le hizo admitir por via de ensayo una comision qe le ha
entretenido en la costa de Africa un año. Alli continua, pero ya
trapicheando de su cuenta i riesgo. Y, ahora, él quiere i yo quisiera qe los
principios de una educazión verdaderamente mercantil qe posee tan á
fondo se empleasen en su madre tierra lo mas en pro i honra suya qe ser
pudiese. ¿Habria por ahí dezente cabida? Corra la palabra; i avise-me V.
pronto; porqe él sinó remonta el vuelo.
Salud.
P. D.: La Rosa está empaqetada tiempo ha, esperando un buen
mensajero.
¿Que dize a V. Zentellas, porque en todo este mes no he visto letra
suya? Ya contaria á V. la diablura qe hizo con el Domine Lucas. Este ya
andaria rompiendo esquinas, a no ser por el retraso qe ha causado V. con
su feliz atisbo al Apendize, “Cosi volete? cosi faró.” Pero se habia
traspapelado la lizenzia para la impresión. Todos son tropiezos…
XXI
Mayo 23 [1830].
Amigo qerido: Va de cuentos. – Ya V. sabe qe a nuestro Lizenciado
Efegé le hube yo por chuscada de escribir uno en prosa. En buena hora
hubo de ser, porqe ese mi cuento de prosa trotona me ha ganado un
bonito cuento en verso de la galanterïa del señor Lizenciado ( = el de Los
tubios). – Pues, favorezido así, no era cosa de yo dejar de corresponder
como la jente: hiriendo pues, por los mismos filos, cuento por cuento le
he pagado en la misma flor con el de El Estornudo. Adjunto van ánbos,
para qe V. se ria a costa nuestra: i cuenta qe si V. no se rie, nos vamos a
enfadar, (yo alménos). – I basta de cuentos.
Ahora entra la historia. – No puedo bien a V. ponderar cuânto debo
a la fineza de nuestro Lizenciado en lo qe toca a mi pleito; qe va a dezir,
en lo qe más me toca al alma, Ñapé, Sanz… todos, tôdos se hazen
lenguas de su eficazia entrañable en promover cuanto pueda conduzir a
mi mayor desagravio i luzimiento. – I como todas estas satisfacziones
me han venido por V., a V. las grazias.
Lo qe más labra en mi corazon, es no ya prezisamente lo qe
Fernández Guerra haze en obsequio mio por sí mismo, sino lo qe alcanza
por interpuestas personas. Una de ellas con espezialidad se haze mui
29
señalada en mi aprezio: la señora de Qelú, a qien no tengo el honor de
conozer sino por el mucho bien qe me cuentan de ella, y el qe me haze a
mí mismo interponiendo con tôdos en mi grazia la bella suya. – ¿Qiere
V. darme alguna luz azerca de esta amable persona? ¿Qé edad, qé
carácter, qé estanpa? En fin todo cuanto pueda pintar-me su vera efigies.
A nuestro Lizenciado, no sé por qé, le habia tenido sienpre por
solterito (o solteron, como yo): pero salimos con qe es un señor
casadazo. – Hablo de estas menudenzias, porque las atenziones qe a esta
fecha ya debo a Guerra nos van relazionando en más qe amistad
puramente literaria.
I del Serafin de los Lizenciados ¿qé me dize V.? – yo de mí sé dezir
qe estoi con cuidado por su silenzio. Haze un mes qe me escribió
mandandome unos Juguetillos Moriscos mui lindos: yo le respondí al
golpe, i desde entónzes alto silenzio. ¿Qé puede causar-le?
I ¿qé causa el de V., mácsime importando-me tanto la contestación
al encargo qe le hize el 13 azerca de mi sobrino? Y ¿esos sonetos
llorones? Y ¿esa oda a la Pereza? No la tenga V. en contestarme a estos
particulares; i
Salud.
XXII
Junio 3 [1830].
Amigo qerido: Tan vivos estan los retratos qe V. me manda, qe no
pareze sinó qe están los dos hablando, y aun hablando-se. – No se me
traspintarán: yo fiador.
Vamos ahora a mi cuento. – Dize-me V. qe “conozia el de los
Tubios, pero nó el del Estornudo”. ¿Cômo habia V. de conozer este, si
no ecsistia? Cuando se le mandé a V., acababa de salir del horno. Cosa
de dicho i hecho. Ir a contestar al amigo Guerra; venir-me la humorada
leyendo su carta, de contar-le un cuento al son del suyo, i contarse-le en
verso por no gastar prosa; i… cata-te mi cuento acabado.
Zelebro qe el tal cuento le haya hecho a V. reir, aunqe le haya
hecho criticar. Así nos reirémos a coros. – Como los versos de ese
cuento han salido como chorreados (qe digamos) de mi pluma, no será
mucho qe algunos lleven nó la mejor corriente. Dello con dello: Aliter
non fit, Avite, liber dezia nuestro salado epigramista.
Pero donde las dan las toman: – vaya de crítica, crítica de crítica i
cuento de cuentos.
V. me arguye con mi propia doctrina sobre los casos oblicuos le la
ló del pronombre Él, porqe hablando de la Beäta he dicho
“Le hazïa cala y cata:”
30
Y arguye V. mui bien. – Pero qiero qe V. sepa qe ese le por la y ôtro qe
hay ântes, los he puesto para V. i Guerra por puro lamedor; porqe desde
luego no me asqueasen la droga del cuento por resistir-se-les al paladar.
En suma eso fue confitar la píldora, para qe pasase.
Qe encuentre V. durillo el verso:
“De sentir-se tanguear el badulaqe,”
me dize V.; i yo le contesto qe esa dureza cae hazia el lado de aqello del
Refran: “Lo qe me suena me suena” qe dijo allá el Dómine Lucas. Ese
verso no peca contra ninguna de las reglas del Arte, ni el mas melindroso
oido le puede encontrar tacha en un tilde siquiera. I si nó, diga-me V.
donde está la dureza:
“Por el lado contrario
Al qe la acometia el dromedario:”
es una locuzion elíptica, cuyo complemento no deja qe sude mûcho la
más corta conprehensión.
Si pelo en pecho le suena a V. mejor qe vello en pecho; a mí,
usuales como son anbas ecspresiones, me gusta más la segunda por mas
propia. Dura no la encuentro tânto, qe sea cosa de hazer escupir sangre.
Vamos a lo de los asonantes. – Zierto es qe en la alta poesïa se
encarga huyamos en las estrofas de consonantes fijos, como octavas & el
uso del asonante; pero en un cuento de rima libre, siendo-lo este jénero
de conposizion como la qe mâs, son permitidas esa i cualesquiera otras
libertades; qe aun en conposiziones mas graves nunca pasan de peccata
minuta.
Emfin concluyamos con “la de Rengo”. – Para abonar el uso propio
en qe yo he enpleado esa locuzion, qiere merezer a V. no más qe llene la
elipse, i con el suplemento se tapa la boca a cuantos qieran argüir de
inpropio el uso qe haze en el cuento de esa ecspresion proverbial. Mas
claro: ese lâ ¿con qé conzierta? – Pues con lo qe conzierta (tir-te a
fuera!) daba el Fraile a la Beäta – Y acabosito. ¿Hai más… Beätas qe
confesar?
Pasemos ahora del cuento a mi peregrina historia. – Mi pleito va qe
vuela; i va tan bien, qe se me reverdezen las esperanzas de ver-nos allí y
ahí i todo.
Los Cuatro Palmetazos van a salir. La polvareda qe se levantará
verdaderamente temo yo tanbien qe va a llegar al Zielo. Se ha tardado
tânto en la publicazion por el retraso qe ha causado la lizencia de la
Cuestion Logosófica qe ha sido preziso pedir de nuevo. Fué ecszelente
atisbo el de V. de qe se inprimiese con el Dómine Lucas con qien arma
mejor. Me alegraré de qe el amigo Guerra saqe a reluzir contra mi
doctrina los mamotretos i acotaziones qe me dijo V. tiene hechas; i qe
31
me inpugne tanbien cualquiera otro, Moro u Paladin. Yo no me ofendo
nunca de la criticas, aunqe como tengo este jenio sacudido i pronto, salte
luego como un gallo inglés. En hora buena qe me critiquen: hanc veniam
petimusque visissim.
De V. sienpre afmo.,
B. José.
P. D.: Viendo qe en tanto tienpo no se presenta qien pase a esa,
estoi resuelto a mandar a V. los 2 tomos de La-Rosa por Gr.
XXIII
Junio 5.
Amigo qerido: Aprovechando la chiripa de portador seguro, qe lo es
Antonio Muñoz, devuelvo a V. (i grazias) los 2 tomos de La-Rosa con qe
me favorezido.
Uno de estos corrëos rezibirá V. el Dómine-Lucas, si ya no es qe
llega enbarcado.
Continüo con el mismo cuidado por el silenzio de nuestro
Lizenciado Zentellas. Nuestro Lizenciado Guerra tanbien calla.
Salud.
B. José.
XXIV
Junio 27, 1830.
Amigo qerido: V. me dize en su última favorezida cuánto
razionalmente puede dezirse en favor del Lê por Lâ contra la doctrina qe
yo qiero inculcar a merzed de las razones y ejenplos qe alego en mi
Dómine Lucas. V. piensa así; yo pienso asá: ejenplos i razones militan
por anbas partes. El tienpo dirá por cuâles se dezide el uso.
A esta fecha supongo ya en poder de V. el tal papelón qe por via
mas ecspedita le disparado por caranbola, de aqí ahí han dado en
escasear los conductores: para Granada se me deparó uno seguro, qe fué
para poner el paqete en otra estafeta, de donde sé ya qe ha llegado
felizmente a Granada.
La inpresion no ha salido ni tan correcta ni tan linpia como yo
qisiera; pero sí lo qe basta para qe se lea mas cómodamente qe en mi
letra revesada. Ahora mas de espazio puede V. ahí i los amigos (y
enemigos) hazer menuda anatomïa de ese escrito; i dezir-me luego
32
abiertamente cuânto hayan observado en una y otra línea. Diego esto,
porqe es mui factible qe tenga qe hazer 2ª inpresion; i para en ese caso
me conviene distinguir en mi librete el bien y el mal; êste para
enmendar-le, y aqel para si se me disputare, saberle mejor defender.
No sé si dije a V. qe mi negozio en Granada ha terminado cuan
felizmente basta para declarar-me “absuelto de la culpa i pena qe
corresponderia, si hubiera proferido las palabras denunziadas en los
términos qe se denunziaron.” &.
Los amigos han hecho maravillas para sacar la inozenzia en palmas.
De V. siempre afmo. invariable.
B. José.
P. D.: Habrá V. visto en el inpreso cômo se adoptó el feliz
pensamiento de V. de inprimir por via de Apéndize el papel de márras.
XXV
Julio 1º [1830]
Amigo qerido: Los zelos en amor y en amistad suelen jeneralmente
ser testimonios de afecto, i mui satisfactorios sienpre para el objeto de
êste, cuando son infundados. Dos son los artículos de qeja con qe V. me
prueba su aprezio: qe no le he dicho cômo se ha terminado la causa, i qe
he mandado a otro amigo unos versos mios qe V. no ha visto.
Contestando al artículo 1º digo qe para notiziar a V. el fenezimiento
espero a saber-lo de ofizio. Lo qe ofiziosamente me han dicho los
amigos, ellos orijinal se lo podian a V. anunziar; y así suponia lo hubiese
hecho Guerra. Mas pues no ha hecho tal, qiero qe V. sepa qe el fallo del
Tribunal viene a reduzir-se a esta substanzia: declarar al reo absuelto de
la culpa i pena qe corresponderia si hubiese proferido las palabras
denunziadas en los términos qe las denunziaron. Y en cuanto al Juez
(palabras terminantes): “Se aperzibe al Alcalde Mayor qe en lo suczesivo
guarde en los prozesos el órden de sustanziazion demarcado por las
Leyes; sin dar motivo a qe se sospeche de parzialidad.”
Vamos a los versos. – Esos versos, hechos entre hierros, i dirijidos a
Florinda (llame-la V. ache) no son versos para V., sino versos de
mujeres, i para ûna, Dama Duende para mí, fué para qien los mandé. Son
versos de los qe llamaba una discreta amiga mia “poesïa casera:” jénero
de conposizion cuyo artifizio i misterio consiste en la llana, injenua i
linpia ecspresion de los afectos sin mas florëo qe tal cual imájen senzilla
i natural. En suma, Amigo mio, versos al aire de los adjuntos, qe son los
mismos mismísimos de qe ha hablado a V. Guerra en términos sin duda
de persuadir a V. qe son otra cosa: pero no son mas que eso.
33
“Perdonad sus muchas faltas.”
En hora buena haya llegado felizmente nuestro Dómine. Ya dije a
V. en mi anterior deseaba saber qe tál era rezibido de los bien
entendidos, y aun de los qe son presumidos de tales, puesto qe tal
Público son los unos como los otros. – Y en cuanto a los curiosos qe por
dozenas, me significa V. desëan hazer-se con ejenplares, qe acudan a
Cádiz, librerïa de Hortal; i qe acudan pronto, porqe la inpresion va qe
vuela.
Al amigo Zentellas le tengo mandado ejenplar por caranbola, i nó
en derechura, porqe ese honbre se me ha hundido en términos de no
saber de él una palabra dos meses ha. En el mismo correo qe le mandé el
papelon por otra estafeta, le escribí por esta derechamente avisando-le la
remesa. Escriba-le V. repitiendo-le el aviso, por si acaso fuere menester;
i qe me conteste a mi nonbre en derechura. – Nada mas, i no es poco.
De V. afmo. invariable,
B. PP.
XXVI
Agosto 15, 1830.
¿Elojio dijiste i del gran Pérez Bayer? – Venga luego ese Elojio, de
que nunca mis ojos alcanzaron a ver semejas, ni notizia mi mente. Si
impreso, diga-se-me donde; qe yo me cazaré un ejenplar, aunqe los
ejenplares sean tan raros, como andan en el mundo los santos de Dios. I
si Ms. traslado al autor para qe me haga luêgo de un fiel trasunto.
Bayer fue el mas profundo Filólogo qe tuvo España i de los
mayores qe tuvo Europa el siglo pasado. Un honbre qe vivió para la
inmortalidad qe granjëa la sabidurïa y él se habia alcanzado con su
pluma, murió todo junto en un dia (¡negra noche para las Letras!) por
incuria de sus conpatrizios. El dia 7 de enero de 1812 fue reduzida a
pavesas la Biblioteca de la Universidad de Valenzia por las bonbas
franzesas: el bárbaro Omar de ese atentado fué Suchet.
¡Qé no perezieron allí de libros preziosos! Obra de 20 mil cuerpos
eran los regalados por Bayer mismo, escojidos con aqel fino
diszernimiento propio de su esqisito gusto i de su erudizion inmensa.
Zerca de 20 volúmenes de obras inéditas suyas, escritas de su
propio puño, perezieron devoradas por las llamas en un momento. Las qe
yo mas lamento son un tomo de Etimolojïa de la lengua Castellana, ôtro
sobre los nonbres antiguos de Pueblos, Rios, Montes de España, uno
particular sobre el orijen del de la ziudad de Granada, vârios de sus
Viajes, de Italia, Portugal y aun España (espezialmente Andaluzïa) qe
34
tengo entendido ser curiosísimo espezialmente en lo qe respecta a
Varones ilustres de España i Literatura Española.
Dije arriba qe todos esos tesoros literarios perezieron por culpa de
sus mismos paisanos; i voy a ecsplicar a v. el como. – Yo tenia notizia
por el sabio Obispo de Salamanca Tavira de la ecsistenzia de esas
preziosidades; i considerando-las ecspuestas al fin lastimoso qe han
tenido, hube de ocurrir en tienpo a ese peligro, tratando de qe dichos Ms.
se trasladasen por via de depósito a la Librerïa qe estaba a mi cargo. Pero
fué tal la oposizion qe encontré en algunos Ds. Valenzianos; qe aunqe
mas de 6 meses ántes de la desgracia, enpezé mis instanzias, no pude
recabar nada. – ¡Qé fatal estrella, Amigo mio, persigue a las Letras en
estos tristes tienpos nuestros!
Memorias al Literato Finanzier; i salud.
B. José.
XXVII
Agosto 26 [1830].
Amigo: Mucho zelebro la resoluzion de inprimir el Elojio del
benemérito Valentino Perez-Bayer: pero ¿cûando i dônde? – Lo mejor
serïa lo mas pronto, y al ojo del Autor. Mas brillante pudiera hazer-se en
otros qe esos moldes; pero fuera de qe ahí se inprime mui dezentemente,
lo prinzipal debe privar sobre lo aczesorio; i lo mas ortotípicamente
hermoso no debe anteponer-se a lo ortograficamente. La hermosura del
alma es preferible a la del cuerpo. ¡Correczion, correczion! En este punto
no puedo ponderar a V. cuânto ha sido el martirio de nuestro Dómine
Lúcas.
Pero desaliñado i todo, cual está, a nuestro Dómine le podemos
mandar retratar palmeta en mano amenazando a la malandrina Gazetil
canalla, como pintan a Santiago con la espada en el aire, i los moros a los
pies de su caballo.
Duran, mandando-me dias pasados sus trobas 2as
me dezia:
“¡Buenos palmetazos, i bien dados! ¡Voto a Críbas qe las palmas
traspirenaicas han llevado buena tunda! Como les escueze, se soplan; i
miéntras soplan, no pueden fablar” – En efecto, ellos no han contestado,
i tienen allá ejenplar desde la velada de Sn. Juan. (En buenos dias buenas
obras).
Otro-sí. – A la Real Academia Española mandó nuestro D. Lúcas
un ejenplar para su biblioteca con un atento billete por mano de un zierto
Lizenciado amigo antiguo; a qien la Academia por medio de su
Secretario contesta entre otras cosas carameleras estas formales palabras:
35
“Acordada su lectura” (del Papelon consabido), “no pudo ménos de
oir-se êsta con sumo plazer por la delicadeza con qe en dicha obra están
desenpeñados puntos tan propios i peculiares del instituto qe rije a este
ilustre Cuerpo: qien agradezió, como era justo, tan fina ecspresion,
mandando qe por esta Secretarïa de mi cargo, i por conducto de V., se
tributen al Autor las mas ecspresivas grazias, como lo efectuo de su
órden.”
Grande honra ziertamente. – Pero volvamos a la del insigne Bayer.
Por si su panejirista qisiese hazer a esos borrones la de estanparlos por
Nota, segun qe V. me insinüa, he de merezer a V. qe me mande copia de
esa carta; por si en ella, como escrita sin pretensiones de obra para
molde, se leyere alguna ecspresion ménos correcta, retocar-la para qe sea
mas digna del Publico desdiziendo ménos de la eleganzia de la obra
prinzipal, a qe haya de hazer apéndize.
En lo de las Galias yo me encomiendo a Dios, rezando la orazion de
Sta. Bárbara con aquello de “qe no llueva en mi tejado, ni en el otro ni el
otro, sinó es en el de los Moros.”
Salud.
B. José.
XXVIII
Octubre 8 [1830].
Amigo: Es el caso, como digo de mi cuento, qe cuando yo esperaba
qe lisa i llanamente me darian pasaporte para retirar-me con buen conpas
de pies a mis hogares; se me ha hecho un trocatinte (de pura buena fe,
creo de un amigo) de obtener del nuevo Súper qe se me mande dar el
susodicho salvo-conducto para Talavera, por estar in via para la
coronada villa, a donde qieren tirar de mi algunas personas qe me qieren
bien. Pero la órden qe debió llegar, no ha llegado: a buena dicha mia, si
ha sido porqe no se haya espedido por la Superioridad, pues entónzes
podrá (si Dios qiere) parar-se ese golpe fatal para la tranqilidad de mis
huesos. – Verémos manaña si llega o no llega. ¡Ojalá no!
Entre tanto, salud.
XXIX
Noviembre 11, 1830.
Mi qerido Amigo: A punto de contestar largamente a su última
mimosa carta, otros cuidados me roban el tienpo, la atenzion i el gusto en
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aparatos de un viaje a donde me arrastra mi perra estrella. Esta qe hubo
de ser una grazia de parte de la Superioridad, me la van aqí convirtiendo
en desgracia tal, qe es mui de temer sea la última de mi vida. – El runbo
es a Talavera de la Reina. Si V. oyere dezir de mí qe soi muerto, no se
canse en rogar a Dios por mi alma: qe serán sufrajios perdidos, porqe
moriré rabiendo.
Entre tanto i sienpre de V. afmo.
B. PP.
P. D.: Al amigo Guerra qe por términos regulares no puede
alcanzarme aqí carta suya: qe desëo el alivio de su buen Patron. – Salud.
XXX
[14 abril 1831].
Amigo qerido: Sé con duelo de mi corazon el qebranto de salud qe
me le trae a V. dias ha maganto i cariacontezido; i por la relazion qe V.
propio me haze de su dolenzia, causas predisponentes i zircunstanzias
agravantes me doy a entender qe la raiz del mal está en el alma. Si así
fuere, mûcho tenemos adelantado para su curazion. Sabido el humor
pecante, el método curativo no es difízil de averiguar. Pero el soberano
espezífico de sus males es mas factible qe le encuentre V. en Séneca, qe
en Zelso; la Medizina a secas no cura el mal del corazon; ántes da por
desahuziados a los dolientes de espíritu; mas, a bien qe contra los fallos
de Galeno y Aberróes tiene la Filosofía su sala de incurables donde con
májico elícsir saca de muerte a vida a los qe la Medizina daba por
muertos.
V. Amigo mio, según mis barruntos, i a lo qe en tan larga ausenzia
puedo conzeptuar, lo qe padeze es una melancolïa erótica con
conplicazion de otras algunas causas de estas qe no matan el alma, pero
la enferman. Por supuesto la Medizina, como dejo apuntado, para casos
tales es zero: y aun para otros males está aforísticamente declarada por
ineficaz su virtud. Un proverbio franzes dize qe “touts les malades en
ique font aux médicins la nique” 1.
1 Nique : jesto, mueca. Faire la nique : hacer jestos, momos a alguno para burlase (la
mamola).
“Las Dueñas de vuestra casa
Me preguntan si es amor,
O si en alguna batalla
Arrastraron mi pendon.” [Nota del amanuense.]
37
Pero mil higas para todos matantes del mundo, si V. siguiendo mis
consejos no se ve pronto sano i bueno. Al efecto lo primero qe V. me ha
de hazer, es dar de mano a todo gatuperio de botica. Buen réjimen, pero
sin aprehension ni poquedades de espíritu: y en lo demás el consejo de
aqel Rei filósofo, hijo de un Rei poëta, qe traduzido en latin de botica
dize: “Et vidi quod non esse nisi letari in opere suo &ª:
“I vivirás, si lo hizieres”
qe dize nuestro Góngora. – Pruebe V. a ver, i veamos; i segun viéremos,
así obrarémos. – Capítulo de otra cosa.
Me es mui lisonjero cuanto V. me dize de mi sobrino, i no ménos lo
de mi amigo Garzïa, a quien amo como a mi sangre propia, puesto qe le
he metido en las entrañas pedazos de las mias.
Ahí el amigo Guerra qe a fines del pasado le escribí de aqí por el
corrëo, y el 7 del corriente le mandé a la mano con otra misiva un
ecstracto (de mi manufactura) de los Oríjenes del Teätro Español, de
Moratin.
No mas por hoy: otro dia será otra cosa. – Salud.
Dor. Bártolo.
Castro del Rio, 14 abril 1831.
XXXI
Mayo 26, 1831.
Amigo: “¡Malagueño seas!” me acuerdo de haber muchas vezes
oido dezir en tono de ecsecrazion; pero hasta ayer no he sabido el preziso
valor de esa plegaria, en qe “malagueño” es lo mismo qe maldito.
Es el caso qe para desdoro de todos los desterrados hijos de Eva nos
habian mandado acá desterrado de ahí a un niño de Málaga, llamado don
Miguel Morales (por esto qe anda). Este tal don Miguel, qe haze bueno
al diablo qe su santo tiene a los pies, en unos 3 meses qe ha errado en
este valle de lágrimas, he desplegado una tan picaña travesura, qe mal
año para Lazarillo, Guzman, Jil-Blas i todos los mas pintados heroes de
la picaresca, incluso el famoso Cordobes P. de Urdemalas.
De sus travesuras se podia sacar historia, i de sus trapazeos i
enbelecos un libro tamaño como el Flos-sanctorum. En ese poco tienpo
se ha dado maña para enparentar aqí con casi todo el lugar, i sienpre con
rasgos a la heroica: con las grandezas qe tiene aqí prometidas se pudiera
cubrir media España. Al Barbero v. g. por la primera barba le plantó en
la mano jentil medio duro: esto al contado, y afeitando-se todos los dias,
ninguno mas le ha pagado maravedí sino de fïanbre. De hazañas
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menudas como ésta se pudieran contar a porrillo. Pero no qiero contar a
V. sino ûna qe a mí me tañe a toca teja.
Uno de los incautos a qienes ha prometido oros i moros es un don
Antonio del Rio, del comercio de esta plaza, el cuâl sin mas qe algun
conozimiento de oidas de un hermano de tâl, llamado don Antonio (qe
vive ahí en la calle del Marqes) le ha adelantado en vezes sobre unos mil
reales. Hubo de apuntar el don Miguel a pagar-le la buena obra con una
letra de tres-mil contra dicho hermano, para qe el tocayo de êste se
reintegrase de los mrs. qe le tenia adelantados, i retuviese el resto para ir-
se-le subministrando. En efecto se jira la letra, i para servir a V. la
protestan ahí.
Viendo-se así chasqeado Rio, i teniendo en su poder un rezibo de lo
qe tenia suplido, trata de demandar-le en Justizia. Atravieso-me yo i
consigo parar-le el golpe: me aboco al punto con el Morales, me da su
palabra de honor de pagar sin dar lugar al escándalo qe amenazaba, i por
fin a dia adiado qedamos en qe ayer mañana de su mano a la mia me
entregaria los dichos reales, yo le entregaria su rezibo, i pelitos a la mar.
Mas para servir a V. la noche ântes las afufó como el Baron de Illéscas.
La Pol. Le busca, i no será mucho qe le encuentre porqe a él no es
difízil encontrar-le las guaridas: pero (¡la Magdalena le guie!) yo lo qe
qisiera es qe Rio encontrase sus tântos del pico, aunqe al don Miguel de
feliz recordazion no le encuentre en dias de Dios la Po. ni la Pu…
(¡tenga-me Dios de su mano!)
Ayudenos V. álgo a esto: i hablemos de otra cosa. Rezibí su
favorezida contestazion, i veo-le a V. con gusto mio fuera ya de todo
cuidado. Qe siga el alivio.
Mucho hubiera zelebrado saber a tienpo qe se hallaba V. en Cádiz;
pero no lo supe sino cuando ya estaba V. como qien dize, fuera ¿Cuando
fue V.?
El amigo don Tomas Garcïa me ha dicho no sé qé tonterïa
convenida entre Vds. sobre copia de cartas mias. ¡Disparate! Haze
mucho tienpo qe yo no escribo sino santas sinplezas: no hagamos
copiando-las de ûna ziento. Yo le he dicho qe nequaquam. Eso fuera
poner-me en berlina.
Salud.
P. D.: Rio escribe hoi a don Pablo Solana sobre lo de Morales. Haga
V. algo en esto.
XXXII
Junio 9, 1831.
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Amigo: Mucho zelebraré qe lo haga V. como dize: qiero dezir qe
salga de ahí como nuevo. Hágalo V., i créame; qe el estar malo no es
bueno para nada.
¿Conqe el don Antonio (qe digamos) es tan linda caña de pescar,
como el tal don Miguel? ¡Pues dígole a V. qe estamos frescos! A bien qe
a la vuelta lo venden tinto: cuando V. regrese revuelva todos sus
Bártulos para qe este mi buen amigo se reembolse de sus m̅ r̅s̅. (N. B.: Al
Abate Rotundi tengo escrito sobre lo mismo.)
En lo qe V. me dize de cartularios, déjeme V. dezirle qe no sabe lo
qe se pide. Esos mis negros borrones iban a dar a V. mui amargos ratos:
porqe casi todos ellos zifran misterios de obstrusa ideolojïa, estudio qe
enjendra muchas destilaziones, i aun (si V. me apura) cria piojos, como
el rezar: o emvuelven opiniones tan lacsas en puntos de teolojïa Píndica:
(“El ánima apicarada
Me ha dado esta libertad”)
qe va V. a escandalizarse. Conqe dejémonos de eso; qe peor es meneallo,
como dezia Sancho.
¡Cuânto zelebraré qe conteste V. largo i tendido a la resoluzion
dada por el Palemon qe Vds. se buscaron sobre la dichosa Cuestion
Dramatúrjica! V. se divertirá, i yo i todo.
Entre tanto buena salud, i bravos azeros.
B. José.
P. D.: Memorias al amigo Guerra. Vaya una preguntita suelta: ¿Qé
es del orijinal del Capuz a Ca…pazos, qe mi buen patron Torroba se me
ha qejado de qe aun despues de mas de una navidad qe a V. se le prestó
para leerle, no ha podido recabarle?
Otro-sí. – Los consabidos epigramas del Hazendista Zaragüelles
¿se qedaron amagados?
N. B.: Para mayor seguridad dirijo la presente por el amigo Guerra
a qien me encomiendo.
XXXIII
Madrid, 8 enero 1833.
Estimado amigo: mi largo silenzio ha sido obra violenta de los
tienpos: desde la alharaca qe hubo el insigne señor Lizenciado Baqero de
levantar sobre una inozentísima carta mia al amigo Fernández Guerra,
temeroso de ocasionar disgustos a mis amigos.
“Santo silenzio profeso.”
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Agradezco a V. la fineza de haberme sacado la palabra del cuerpo,
con tanto mas gusto, cuanto eso me anunzia qe tiene V. su alma en sus
carnes; i aun qiero creer qe a estas calendas estará V. ya en esto de salud,
en qe andaba algo aliqebrado (merzed a los tienpos) mejorado en terzio i
qinto.
Agradezco la notizia qe me da V. de esa obra de Filolojïa, o
llamésmola [sic] (si V. me admite esta voz de mi manufactura)
Logosofïa: i en cuanto a la oferta galante qe V. se sirve hazerme de ella,
ya puede V. creer de la libropesïa qe me devora qe no la dejaré tomar de
polvo. Críticamente me haze V. el brindis, cuando acabo de pedir en la
casa de Sancha un ejenplar qe habia visto anunziado en su catálogo
grande; i el tal ejenplar se ha vendido ya.
Sepa V. qe es libro qe no he visto. Sírvase V. entregársele al amigo
Guerra, para qe me le mande a la primera remesa con otros qe tiene qe
devolverme de una remesilla qe le hize últimamente de mi pobre
pejugar, en justo aunqe desigual recanbio de muchas i mui curiosas con
qe él me habia favorezido para matar las horas perdurables de mi negro
destierro.
Al Marqes no he visto; i no es estraño, porqe yo veo poco, i ando
hecho un huron literario por estos baratillos, lugares qe no suelen ser
frecuentados sino por entes tan estraños, como su afmo. invariable,
B. José.
P. D.: Zentellas me pareze lo qe sienpre he creido de su injenio. – A
Guerra envïo este corrëo un cartapelon de ropa-vieja.
XXXIV
Madrid, 12 abril 1833.
Mi estimado amigo: La sin señas i la qe las trae, ánbas han llegado;
pero el siervo de Dios portador de los libros, ni viene ni asoma.
Esperando su visita, por tener eso mas qe contar, no he contestado a V.,
ni a Guerra tanpoco qe me escribió últimamente desde Vélez.
Si el Luengo de qien V. me habla es el mayor, es sujeto a qien no
qiero mal, aunqe me ha hecho mui poco bien. Si él dize otra cosa, dize lo
qe qiere; a no ser qe él pretenda pasarme en cuenta por bien todo el mal
qe ha dejado de hacerme. Por él estoi seguro de qe nunca me hubiera
hecho daño ninguno; porqe él de suyo no es nada dañino: es honbre de
mui buen corazon, i por eso no puedo yo amañarme a aborrecerle: pero
es una pobre chola, i por su pobreza de espíritu i la cobardïa qe le daban
sus flaqezas humanas se ha prestado a ser instrumento ziego del furor de
mis enemigos (i suyos). Qe lo eran de él lo ha conozido él tarde; i
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entónzes ha qerido por su propia defensa amistarse conmigo: pero ya es
tarde.
Este es Luengo mayor, El menor (el Currito) es una alhaja: i yo le
estoi tan agradezido, como qe el mas liviano favor qe le debo, es haber
sido testigo falso contra mí en la causa qe amañaron en Cº contra…
(Echaré mil contras, porque no puedo acordarme de la chirimïa de
chismes qe esos infames armaron calumniosamente en ofensa mia, sin qe
se me abrase en ira el alma.
Concluyo pues qe si de honbre a honbre al PP. yo puedo servirle en
algo qe no sea ponerle en disposizion de hazer el daño qe no puede
ménos de hazer donde qiera qe mande, lo haré de mil amores. Pero al
Frasco, qe tiene un alma de Caïn, si no le aborrezco tanto como mereze
su alma ruin, le tengo tal asco, qe no qisiera acordarme ni de su nombre.
I basta i sobra de tan repugnante materia.
Yo, amigo, aqí haziendo mi pacotilla literaria para volver a tender
velas para el Emporio Gaditano, i allí de asiento ver si puede hazer
alguna cosa qe viva mas qe mi calabera.
En el ínterin i sienpre de V. afmo. invariable,
B. José.
ANTONIO RODRIGUEZ-MOÑINO.