cap constructivismoeporcelli libre

45
 1

Upload: lu-calvo

Post on 07-Oct-2015

20 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

constructivismo relaciones internacionales teoria de las rin wendt alexander

TRANSCRIPT

  • 1

  • 2

  • 3

  • 4

    Relaciones internacionales: teoras y debates / Alejandro Rascovan ... [et.al.] ; coordinado por Elsa LLenderrozas. - 1a ed. - Buenos Aires : Eudeba, 2013. 330 p. ; 25x17 cm. ISBN 978-950-23-2153-0 1. Ciencias Sociales. I. Rascovan, Alejandro II. LLenderrozas, Elsa, coord. CDD 301

  • 65

    Lo esencial es invisible a los ojos.El Constructivismo en las RelacionesInternacionalesEmanuel Porcelli*(UBA)

    1. PresentacinLas Relaciones Internacionales (RI) se han desarrollado como disciplina al calorde los sucesos polticos de la arena internacional a lo largo del siglo XX. La misinhistrica de los estudios y las teoras sobre las RI ha tenido como objeto favorecer unmnimo de orden en un mundo marcado por el conflicto Este-Oeste, bajo la amenazaomnipresente del cataclismo nuclear. Consecuentemente, la presencia de un mundodefinido como anrquico y de Estados, en tanto actores, que monopolizan la posibili-dad de la violencia, la guerra y la paz, han sido cimientos ontolgicos y metodolgicosfundacionales de la disciplina. Sin embargo, ante la incapacidad de prediccin porparte de las teoras predominantes de buena parte de los sucesos acontecidos entre laltima dcada del siglo XX y la primera del siglo XXI los cuales han resignificado elescenario internacional a partir de la disolucin de la dicotoma entre lo domsticoy lo internacional (Hocking, 1993) el enfoque concentrado en el Estado como unactor nico y racional de los sucesos polticos globales se presenta como una miradalimitada para asir el complejo sistema internacional.Consecuentemente, el fracaso generalizado de las teoras hegemnicas de las RIpara predecir hechos significativos que demarcan la culminacin de una era, comolo fueron la cada del Muro de Berln en 1989 y el colapso de las Torres Gemelasen el ao 2001, refleja la necesidad de reajustar los supuestos de orientacin de ladisciplina de una manera que pueda dar cuenta de un entorno de desarrollo de lapoltica global que se caracteriza por una mayor complejidad, una menor centralidaddel Estado y la aparicin de una pltora de actores no estatales. Afortunadamente,

    * El autor agradece los aportes de Mariela Cuadro, Florencia Lagar, Elsa Llenderrozas, DanielaPerrotta y Alejandro Simonoff para discutir puntos de vistas y sumar miradas que permitieronel desarrollo del presente trabajo.

  • 66

    este reajuste de los cimientos de las RI no ha sido a expensas de la diversidad te-rica y este contexto mundial que se presenta como dinmico ha permitido que elConstructivismo madure como un enfoque distintivo para el estudio de las relacionesinternacionales. En efecto, las perspectivas constructivistas permiten mejorar las po-sibilidades para la comprensin de las transformaciones fundamentales del sistemainternacional dado el nfasis que colocan en el carcter eminentemente social de losintereses de los actores y de las identidades y la valoracin que realizan respecto dela posibilidad de cambio de las prcticas e instituciones de la poltica internacional(aparentemente inmutables).El enfoque constructivista ha sido beneficioso para el desarrollo de la disciplinade las RI ya que, primeramente, busca dar cuenta de la influencia determinante delos factores no materiales en la poltica global y la posibilidad de cambio y trans-formacin, enriqueciendo otras perspectivas tericas divergentes. En segundo lugar,dado el carcter diverso al interior del enfoque, es poco probable que emerja comoun competidor coherente y comparable con las grandes tradiciones establecidas enlas RI (es decir, de cara al realismo y el internacionalismo liberal y, en menor medi-da, al marxismo y la teora crtica). En ltimo trmino, a pesar de la centralidad deldebate interparadigmtico como medio para canalizar las discusiones intelectualesdentro de la disciplina, es necesario sealar que la brecha racionalista-constructivistapermite orientar las diferencias heursticas en el campo disciplinar (Ruggie, 1998). Latrascendencia de esta disputa, apoyada en el creciente eclecticismo terico-analtico,ha permitido desacuerdos normativos entre el enfoque constructivista, por un lado,y los enfoques realistas y liberales, por el otro; lo cual ha motorizado el florecimientode los debates de las RI en la ltima dcada del siglo XX.El Constructivismo no se presenta en su totalidad como una teora sustantiva delas relaciones internacionales, sino, ms bien, como un marco analtico para el estu-dio de la poltica global que reconoce la ontologa social del sistema internacional,la bsqueda de una epistemologa adecuada para su estudio y el uso de la hermenu-tica como mtodo cientfico aunque no es una escuela homognea ni en el planometodolgico ni en el epistemolgico. De esta manera, procura brindar elementospara el anlisis de la construccin de las prcticas sociales, la posibilidad de cambio,la codeterminacin entre agentes y estructuras, las identidades de los actores y laimportancia de las ideas y normas como construcciones subjetivas. De acuerdo a Ste-fano Guzzini, el enfoque constructivista se puede describir como una meta-teorareflexiva, [que, en el plano ontolgico, se afirma] sobre la construccin de la reali-dad social y, epistemolgicamente, sobre la construccin social del conocimiento(Guzzini, 2000, 149). En consecuencia, se reconoce la aportacin de dos giros opera-dos en la ciencia en la elaboracin y fundamentacin del enfoque. En primer lugar,a raz del giro interpretativista en las Ciencias Sociales, el Constructivismo reconoce

  • 67

    que el conocimiento de la realidad es socialmente construido y, por lo tanto, que losfenmenos no pueden constituir objetos del conocimiento independientemente delas prcticas discursivas; descartando as la observacin independiente del lenguaje.En segundo lugar, lo anterior se vincula con el llamado giro sociolgico por el cual se re-conoce que la accin significativa es un fenmeno social e intersubjetivo (lejos de ser,exclusivamente, un hecho individual). Por este motivo resulta clave analizar el con-texto social en el cual se forman las identidades y los intereses, tanto del actor comodel observador. Consecuentemente, el Constructivismo en RI en el nivel ontolgicoconstituye una teora sobre la construccin social de la realidad; la cual considera quelos hechos slo existen desde el momento en que le asignamos un significado deter-minado. Por este motivo, entonces, determinadas conductas, que en apariencia simu-lan ser iguales, tienen distinto sentido para cada uno de los actores (los cuales proce-den de variados contextos sociales) debido a los diferentes significados le otorgan a larealidad (Guzzini, 2000).Sobre esta base ontolgica y epistemolgica se comprende ladivisin que realizan los constructivistas entre las dos funciones de las institucionesinternacionales: las reguladoras y las constitutivas. Las normas reguladoras establecenreglas bsicas de conducta a partir de la prescripcin o prohibicin de determinadoscomportamientos. Por su parte, las normas constitutivas definen un comportamientoy asignan significados a la conducta. Sin las normas constitutivas las acciones seranininteligibles. Una analoga que resulta productiva para comprender el rol de las nor-mas constitutivas es asemejarlas con las reglas de un juego: siguiendo esta imagen, lasnormas constitutivas permiten a los actores jugar el juego a sabiendas que los otrosactores cuentan con los conocimientos necesarios para responder las acciones de unamanera significativa. En sntesis, como sealan Finnemore y Sikkink (2001) podemoscaracterizar el enfoque constructivista a partir de los siguientes elementos: a) las re-laciones internacionales, como toda relacin humana, consisten, esencialmente, enideas y pensamientos; y no en condiciones materiales dadas de manera exgena; b)las creencias intersubjetivas (ideas, normas, conceptos, suposiciones, etc.) constituyenel elemento ideolgico central para el enfoque constructivista; c) esta creencia comncompone y expresa los intereses y las identidades de las personas as como el modo enque conciben sus relaciones; d) los autores constructivistas se preocupan por intentarexplicar la manera en la cual se forman y expresan estas relaciones.Este trabajo se propone relevar los diferentes aportes del enfoque constructivistay se organiza en seis secciones: primero se inicia con la presentacin del debate entreracionalistas y reflectivistas dentro de la disciplina en vistas a aprehender la ontolo-ga, epistemologa y metodologa del Constructivismo. En segundo lugar se dedicaun apartado al discernimiento de tres conceptos clave para la disciplina y el enfoquebajo estudio. Tercero, se discurre sobre los tres recorridos principales dentro del enfo-que: ms all de la importancia y visibilidad adquirida por Alexander Wendt, autores

  • 68

    como Onuf, Kratochwil y Reus-Smit han realizado aportes sustanciales al Constructi-vismo abrevando de diferentes vertientes del campo de las Ciencias Sociales ms am-plias. En cuarto lugar se han escogido dos propuestas de clasificacin de los estudiosde corte constructivista en base a los trabajos de Ted Hopf (1998) y Emanuel Adler(1997, 2002) con el objetivo de demostrar tanto la variedad interna como un esfuerzode sistematizacin de esta heterogeneidad. Luego, se da cuenta de las crticas sea-ladas al enfoque en vistas a alertar de las potencialidades y debilidades del mismo.Finalmente, se concluye con un apartado orientado a desentraar los desafos quepresenta el mundo actual para la teora de RI, tanto para las vertientes tradicionalescomo para las ms nuevas. En esta reflexin final retomamos la necesidad de contarcon una actitud eclctica.2. El debate entre el racionalismo y el constructivismo

    El origen del enfoque constructivista se remonta al llamado cuarto debate dentrode las RI: el encaminado entre los racionalistas y reflectivistas durante los inicios dela dcada de 1980 (Llenderrozas, 2007; Salomn, 2002; Waever, 1996). Los teri-cos crticos atacaron lo que consideraban una postura conservadora por parte delos acadmicos neorrealistas y liberales con respecto a su posicionamiento sobre losasuntos globales. Mientras que los autores crticos plantearon que la verdadera fun-cin de los acadmicos de RI consista en la crtica hacia las estructuras de poder yla presentacin de propuestas alternativas y emancipadoras frente a las relaciones dedominacin existentes (Cox, 1981); por su parte, los acadmicos que se aglutinaronen lo que pasar a denominarse como la neo-neo sntesis, postularon que la tareagravitaba en la descripcin y anlisis del mundo como realmente es. Esta alianzaentre el neorrealismo y el neoliberalismo fue llamada por Ruggie (1998) como neou-tilitarismo, ya que se destacaba cierto determinismo material y la utilizacin de unaracionalidad utilitarista como elemento exgeno a la identidad de los Estados (Rug-gie, 1998). En efecto, y a ttulo ilustrativo, antes que Mijail Gorbachov llegara al poderen la Unin Sovitica, algunos autores empezaron a plantear severas crticas a lo queconsideraban como errores conceptuales y falacias imperantes en las RI: destacandosu carcter ahistrico y asocial (Ashley, 1984; Kratochwil, 1982; Ruggie, 1983), entreotras cuestiones. Estas argumentaciones se adelantaron a los fenmenos, permitiendoconsolidar las posiciones meta-tericas del constructivismo.Para comprender este debate y, en particular, las aportaciones realizadas por elConstructivismo, es menester destacar que, desde el punto de vista ontolgico, losconstructivistas y racionalistas difieren en tres cuestiones centrales. En primer lugar,los constructivistas son idealistas filosficos antes que materialistas: argumentan quelas estructuras materiales adquieren importancia social slo a travs de las estructuras

  • 69

    de significacin que son compartidas intersubjetivamente; sin embargo, es necesariosealar que algunos autores constructivistas definen al discurso como material conti-nuando los planteos de M. Foucault. Esto no implica que los constructivistas nieguenla realidad fenomnica de los procesos materiales (como, por ejemplo, la proliferacinnuclear) sino que afirman que slo se pueden entender las respuestas del comporta-miento de los actores a los fenmenos en funcin de las estructuras de significadocompartido a travs de los cuales estos procesos son percibidos y comprendidos. Eneste sentido y siguiendo el ejemplo aludido, que la proliferacin nuclear se percibacomo una amenaza o como un elemento positivo para la estabilidad internacional,depender de los intereses e identidades de los actores intervinientes; intereses e iden-tidades son construidos socialmente lejos de ser establecidos por principios lgicosderivados de una posicin estructural dentro del sistema internacional (Finnemore ySikkink, 2001).En segundo lugar, los constructivistas postulan una relacin mutuamente cons-titutiva entre los agentes y las estructuras. A partir de los aportes de la Sociologa,los constructivistas sostienen, por un lado, que la definicin de la pregunta quinsoy yo? es, a la vez, lgica y ontolgicamente anterior a la pregunta qu es lo quequiero?; y, por otro lado, que las identidades de los agentes se encuentran, al mismotiempo, influenciadas por las estructuras normativas e ideolgicas que habitan. Estasmismas estructuras son pautas de conducta social sostenidas que se producen y repro-ducen a travs de las acciones de estos agentes. El sistema internacional, por lo tanto,es entendido como una construccin en donde se encuentran los intereses de losactores; intereses que, por su parte, son el corolario de estas identidades derivadas delas estructuras de significado compartido intersubjetivamente en la interaccin social(Hopf, 1998; Reus-Smit, 2005). Esta posicin contrasta con la creencia racionalista deque los agentes son analticamente separables de los ambientes en que viven y, con-secuentemente, que el estudio de las relaciones internacionales consiste en el anlisisde los objetivos instrumentales de los agentes en la persecucin de sus intereses, loscuales, siguiendo a los racionalistas, permanecen constantes en el tiempo a lo largode la interaccin social.En tercer trmino, los racionalistas y los constructivistas difieren en sus con-cepciones sobre la lgica dominante que rige las acciones de los agentes. El compor-tamiento, desde la mirada constructivista, se encuentra guiado por normas; por lotanto, los Estados buscan corresponder sus conductas con el comportamiento espe-rado derivado de su propia identidad. Distando de ser un elemento decorativo, lasnormas ejercen una profunda influencia en el comportamiento del Estado: en pri-mera instancia, las normas colaboran en el desarrollo de las identidades e intereses;y, en segunda instancia, condicionan y limitan las estrategias y acciones emprendidaspor los Estados en la bsqueda de sus intereses. Esta posicin difiere de la creencia

  • 70

    racionalista de que el comportamiento de los agentes no se rige por una lgica de con-veniencia sino, simplemente, por una lgica de las consecuencias. Desde esta pticaracionalista, los Estados son visualizados como actores egostas y racionales, que persi-guen sus intereses. En este esquema de pensamiento, por lo tanto, las posibilidades decooperacin o conflicto no se encuentran determinadas por la presencia o ausenciade normas sino, ms bien, por una combinacin de limitaciones de recursos as comopor la similitud (o falta de ella) que los Estados perciben entre sus propios intereses ylos de los otros Estados (Baldwin, 1993; Finnemore y Sikkink, 2001).Sobre la base de estos desacuerdos ontolgicos, las diferencias entre racionalistasy constructivistas se reflejan tambin en cuestiones epistemolgicas y metodolgicas.Desde el punto de vista epistemolgico, la mayora de los constructivistas adoptan unaestrategia pospositivista en las Ciencias Sociales (exceptuando los trabajos de AlexanderWendt de esta estrategia mayoritaria) debido a la creencia del carcter socialmenteconstruido de los intereses y de las identidades de los agentes as como de las posi-bles estructuras a travs de las cuales estos intereses e identidades se constituyen (endesmedro del desarrollo de reglas generales aplicables a todas las estructuras). Estodesentona con la conviccin de los racionalistas respecto de la existencia de suficien-tes elementos comunes, en el marco de diferentes contextos culturales e histricos,en los comportamientos de los Estados, justificando el desarrollo de generalizacionesy, sobre la base de estas generalidades, su creencia concomitante en la posibilidad decreacin de slidas afirmaciones predictivas acerca de la poltica mundial (Finnemorey Sikkink, 2001).En lo que se refiere a aspectos metodolgicos, el compromiso de los racionalistascon una epistemologa positivista se ha manifestado en la utilizacin de mtodoscuantitativos como el anlisis de regresin estadstica y los aportes de la teora de losjuegos adems de mtodos ms tradicionales como el uso de narrativas analticas.Por el contrario, a la luz de su nfasis en la centralidad de las estructuras compartidasde significado en la constitucin de las identidades de los agentes, intereses y accio-nes, los constructivistas utilizan una gama tan variada como eclctica de metodolo-gas incluyendo el anlisis del discurso, estudios comparativos de casos histricos,la investigacin etnogrfica y el anlisis cualitativo de contenido a fin de analizar elsentido de estas estructuras y, por lo tanto, lograr aprehender las dinmicas de podersubyacentes del sistema internacional.3. Poder, prcticas e identidades

    El poder es un concepto central al interior de los enfoques tericos de las RI,ya sean los de la corriente racionalista o bien los de la vertiente constructivista; sinembargo, las conceptualizaciones que realicen respecto del poder son diferentes. El

  • 71

    neorrealismo y el institucionalismo neoliberal entienden que el poder material, ya seamilitar o econmico (o ambos) es la fuente ms relevante de influencia y autoridaden la poltica mundial. El Constructivismo, por su parte, sostiene que tanto el podermaterial como el discursivo son necesarios para lograr una comprensin cabal delos asuntos mundiales. En consecuencia, coincidimos con la aclaracin realizada porWalker: sugerir que la cultura y la ideologa son cruciales para el anlisis de la pol-tica mundial no es necesariamente adoptar una posicin idealista. [] Al contrario,es importante reconocer que las ideas, la conciencia, la cultura y la ideologa estnligadas a tipos ms inmediatamente visibles del poder poltico, militar y econmico(Walker, 1984, 3). Las nociones, primero, de que las ideas son una forma de poder;segundo, que dicho poder es ms importante que la fuerza; y, tercero, que el podermaterial y el poder discursivo se relacionan entre s, no son nuevas en las CienciasSociales ms amplias. En efecto, a modo de predecesores de la conceptualizacin queel Constructivismo realiza sobre el poder en la vida poltica, podemos citar los aportesde Michel Foucault y su articulacin sobre el nexo poder/conocimiento, la teora dela hegemona ideolgica de Antonio Gramsci y las conceptualizaciones sobre la coer-cin de la autoridad de Max Weber. En sntesis, mientras que la corriente racionalistaha concentrado sus esfuerzos en el estudio del poder material, el constructivismo, encambio, ha focalizado su anlisis en las prcticas sociales (Hopf, 1998); en tanto elpoder discursivo se ejerce mediante prcticas sociales y se transmite por medio de lasidentidades construidas.El poder de las prcticas sociales reside en su capacidad para reproducir lossignificados intersubjetivos que constituyen a las estructuras sociales y a los actorespor igual (a diferencia de las visiones que entienden que primero se construye laestructura y sta, a su vez, determina a los actores; las prcticas sociales construyenen simultneo tanto a las estructuras como a los actores sociales). A ttulo ilustrativo,podemos observar cmo se construye la identificacin respecto de un pas a partir delas acciones que ste encamina: por ejemplo, la identificacin respecto de los EstadosUnidos es consistente con cmo es leda por otros actores la intervencin militar quedicho pas realiz en Irak. En este sentido, dentro de las posibles identificacionessobre ese pas, podemos encontrarlo como: un gran poder, el enemigo imperialista,el aliado y as sucesivamente. En la medida en que un grupo de pases atribuyen unaidentidad imperialista a los Estados Unidos, la intervencin militar en Irak reafirmay reproduce la identificacin de enemigo imperialista. Asimismo, si otro grupo depases lo visualizan como un defensor de la democracia y la libertad de mercado, lamisma intervencin reafirma el compromiso con esos valores. Esta situacin depen-der si el pas que lo est identificando es Reino Unido o Irn. De esta manera, lasprcticas sociales no slo reproducen la identidad de los actores; al mismo tiempo, la

  • 72

    identidad de los actores es reproducida por una estructura social intersubjetiva, queopera a travs de la prctica social.Una caracterstica relevante de la prctica social es su capacidad de produccinde previsibilidad y, por lo tanto, de establecer un orden. Las prcticas sociales cola-boran, en gran medida, con la reduccin de la incertidumbre entre los actores den-tro de una comunidad socialmente estructurada; es decir, aumentando la confianzarespecto de las acciones esperadas de los actores. Onuf considera que estos patronesreproducibles de accin son el producto de una auto-regulacin reflexiva por la cuallos agentes se refieren a s mismos y a otras acciones, pasadas y futuras, para decidircmo actuar (Onuf, 1989,62). El poder de la prctica consiste en su capacidad paraproducir significados intersubjetivos dentro de una estructura social. Los significadosde las acciones de los miembros de la comunidad, as como las acciones de otros, sefijan a travs de la prctica. De esta manera, el rol de la prctica social es reproduciruna realidad intersubjetiva. Las prcticas sociales, en la medida en que autorizan,disciplinan o promueven diferentes acciones y/o conductas, tienen la capacidad dereproducir la comunidad incluyendo la comunidad internacional como las nume-rosas identidades que all puedan encontrarse (Hopf, 1998).Las acciones de los Estados en el mbito de poltica exterior se ven limitadas yfortalecidas por las prcticas sociales imperantes en el pas y el extranjero. Al respec-to, Richard Ashley (1987a, 1987b, 1988) afirma que las opciones de poltica exteriorpueden ser ledas como una prctica social que constituye y da poder al Estado, definesu competencia socialmente reconocida (la soberana y el orden westfaliano) y aseguralos lmites que diferencian el mbito nacional e internacional de la poltica y conello los dominios adecuados en los cuales los actores especficos obtienen el recono-cimiento y actan de manera competente y legtima, tanto en la poltica domsticacomo internacional. Asimismo, la prctica de la poltica exterior depende de la exis-tencia intersubjetiva de precedentes y materiales simblicos compartidos, con el finde imponer interpretaciones sobre los acontecimientos, el silencio, las prcticas de laestructura y la realizacin colectiva de la historia.4. Diferentes recorridos para un mismo enfoque: Onuf, Wendt,Kratochwil y Reus-Smit

    El primer autor que introdujo el trmino Constructivismo en la disciplina delas RI fue Nicholas Onuf en el ao 1989 con su obra El mundo que hacemos (Worldof Our Making). Este ambicioso y complejo corpus terico es reconocido como refe-rencia obligada tanto por Alexander Wendt (1992) como por Friedrich Kratochwil(Koslowski y Kratochwil, 1994); sin embargo, a raz de dicha complejidad, la obrano logr impactar sobre el mainstream acadmico de la disciplina en ese momento.

  • 73

    En la actualidad, a ms de veinte aos de esa obra fundacional, el impacto limitadode entonces se contrapone con la actual trascendencia del enfoque Constructivista.Tres aos ms tarde, en 1992, el artculo de Alexander Wendt titulado La anarquaes lo que los Estados hacen de ella (Anarchy is what States make of It) permite posicionar aeste enfoque como una alternativa terico-metodolgica para el estudio de las RI. Elimpacto de esta obra le ha valido a Wendt la consideracin como el autor central delenfoque constructivista. Asimismo, el trabajo del ao 1999 La teora social de la polticainternacional (Social Theory of International Politics) ha sido valorado como muy relevan-te para la disciplina. El tercer constructivista de renombre es Kratochwil, quien juntocon John Ruggie, estableci la importancia de la dimensin intersubjetiva, conceptocentral para este enfoque (Kratochwil y Ruggie, 1986). Posteriormente, sus conceptosde reglas, normas y decisiones constituirn una referencia obligada para los acadmi-cos que utilizan esta perspectiva.Como anticipamos, no existe una homogeneidad metodolgica dentro del enfo-que constructivista, ya que el interpretativismo es rechazado por Jepperson, Katzens-tein y Wendt: Al enfatizar nuestro convencionalismo metodolgico nos distanciamosde aquellos acadmicos que han sealado el camino hacia un enfoque sociolgicopero que inciten en la necesidad de una metodologa interpretativa especial comolo hacen, por ejemplo, Friedrich Kratochwil y John Ruggie en un artculo frecuente-mente citado. Notamos que ninguno de los dos autores, ni en este artculo ni enescritos subsiguientes, ha explicado que implicara esa metodologa en la prctica, niha provisto un ejemplo emprico representando concretamente el tipo de trabajo quetiene en mente (Jepperson, Katzenstein, y Wendt, 1996, 49). Por otro lado, Krato-chwil (2000) critica a Wendt planteando que al compartir el supuesto positivista dela posibilidad de la separacin entre sujeto y objeto de conocimiento su enfoque nodebera ser considerado constructivista.Sobre la base de este somero racconto, es posible aseverar que existen tres lneasprincipales en el desarrollo del enfoque constructivista, a saber: en primer trmino,es posible afirmar que Alexander Wendt es, quizs, el ms notable constructivistade la va media, dados sus esfuerzos para actuar como puente entre el racionalis-mo y el Constructivismo dentro de un marco sistemtico, los cuales dieron lugar amuchas ideas fundamentales en lo que respecta a las dimensiones materiales y losefectos causales de la socializacin. El segundo enfoque se deriva en gran parte delos escritos de Friedrich Kratochwil, componiendo lo que se denomina el enfoqueheterodoxo dentro del Constructivismo. La tercera lnea del Constructivismo consis-te en la aplicacin de la teora de la accin comunicativa de Habermas a la polticamundial, como es el caso de Christian Reus-Smit. En este acpite vamos a concentrar-nos en los aportes de estas tres lneas, la wendtiana y la de Kratochwil, y los trabajosde Reus-Smit, adems de incluir, previamente, las conceptualizaciones de Nicholas

  • 74

    Onuf. Estos cuatro autores han tenido una gravitacin importante en el desarrollodel Constructivismo y han influido mltiples trabajos.4.1. Nicholas Onuf

    Uno de los principales intereses tericos de Nicholas Onuf se encontr en lainterseccin entre las RI y el Derecho Internacional Pblico: a partir del estudio delrol de las reglas en las relaciones internacionales, el autor va a establecer los vnculoscon el constructivismo. Este trabajo deriv en la elaboracin de una obra clave para laformulacin del enfoque dentro de la disciplina: El mundo que hacemos (World of OurMaking) del ao 1989. El citado libro contiene una exposicin compleja que avanzaen torno de la discusin y de la interpretacin de la Filosofa y la Teora Social, apartir de una lectura atenta de los textos, en los propios trminos del autor (Onuf,1989, 22). El esfuerzo realizado por Onuf tuvo la pretensin de elaborar un nuevo pa-radigma de las RI que tuviera en cuenta su carcter eminentemente poltico. En estesentido, Onuf persigui como meta contribuir al estudio de la poltica internacionaldesde la Teora Social, de manera tal que pueda ser ubicada dentro de un paradigma(Onuf, 1989).El Constructivismo, de acuerdo con Onuf, se aplica a todos los campos de lainvestigacin social y tiene el potencial para reunir asuntos que en principio aparecensin relacin. Se parte de la creencia de que los seres humanos son seres sociales yque las relaciones sociales que nos hace humanos, al mismo tiempo, nos construyen.Simultneamente, a travs de diversos hechos usamos los recursos del mundo naturalpara hacer del mundo lo que realmente es. En otras palabras, el Constructivismo sebasa en la idea de que la sociedad y las personas se hacen unos a otros en un procesocontinuo y bidireccional (Onuf, 1998).El concepto de hecho es de suma importancia para Nicholas Onuf (vale re-cordar que retoma los aportes de la Teora Social.) En su concepcin, los hechos, loscuales pueden consistir en actos de habla o en acciones fsicas, son los que construyenel mundo. Para ser capaces de construir la realidad, los hechos deben tener un signi-ficado. De acuerdo a Onuf, el significado en las relaciones sociales humanas dependede la existencia de reglas. En consecuencia, afirma la importancia fundamental delas reglas para el estudio de la realidad social y, por lo tanto, para la Teora SocialConstructivista.Las normas regulan los fenmenos del mundo internacional pero tambin consti-tuyen siempre situaciones de partida (Onuf, 1989). En este sentido, cualquier anlisisde la vida social debe comenzar con la aprehensin de las reglas. De acuerdo a Onuf,una regla es una declaracin que dice a la gente lo que [ellos] deben hacer (Onuf,1998, 59). Las reglas, por lo tanto, ofrecen guas para el comportamiento humano y,

  • 75

    de esta manera, hacen posible un significado compartido. Las personas y las construc-ciones sociales (entre las que se encuentran los Estados), se conviertan en agentes de lasociedad slo a travs de las normas. Al mismo tiempo, las normas proporcionan op-ciones a los agentes; fundamentalmente, brindan la posibilidad de seguir la norma oromperla. Los agentes, por su parte, tienen objetivos e intentan hacer lo posible paralograrlos con los medios que la naturaleza y la sociedad les colocan a su disposicin.Asimismo, los agentes actan dentro de un contexto institucional; es decir, dentro de unconjunto de patrones estables de normas y prcticas relacionadas. Sin embargo, almismo tiempo, los agentes actan sobre este contexto. Consecuentemente, el cambiocolectivo puede darse ms all de las opciones individuales. Por otro lado, Onuf des-taca que, a menudo, las acciones tienen consecuencias no deseadas. En conjunto, lasreglas, las instituciones y las consecuencias no deseadas forman patrones estables quese denominan estructuras (Onuf, 1998).La conceptualizacin que realiza sobre las normas se vincula fuertemente conlos actos de habla (speech acts). Es menester sealar, entonces, que un acto discur-sivo consiste en el acto de hablar de una forma que busca una explicacin sobre loshechos. En este sentido, el lenguaje tiene un carcter performativo y no meramentedescriptivo: los actos discursivos adoptan el siguiente patrn: Yo (nosotros, l, etc.),decide hacer valer (la demanda, la promesa) a cualquier audiencia que frente a unEstado de cosas existente se puede lograr (Onuf, 1998, 66). Los actos discursivos,asimismo, pueden ser clasificados de acuerdo al autor en tres categoras en funcin dela intencin de quien lo enuncia sobre el efecto que ste pretende tener en el mundo,a saber: asertivos, directivos y compromisorios. Adicionalmente, Onuf reconoce queel xito de los actos discursivos depende de la respuesta del destinatario; por lo tanto,los actos discursivos solamente funcionan dentro de una situacin determinada. Sinembargo, si un acto discursivo se repite con cierta frecuencia y alcanza consecuenciassimilares, este acto discursivo se convierte en una convencin o acuerdo. Una vez quelos agentes aceptan que deben hacer algo que han Estado haciendo de manera re-petida, la convencin se convierte en una regla. Los agentes reconocen a las reglas; asu vez, las cumplen a partir de este reconocimiento compartido de la regla como tal(Onuf, 1998).El reconocimiento de la existencia de reglas por parte de los agentes conlleva, au-tomticamente, una distribucin desigual de los beneficios, a saber: la presencia de reglasse sostiene bajo la condicin de que algunos agentes utilizan las reglas para ejercerel control y obtener ventajas sobre otros agentes. La respuesta de los agentes se da apartir de los recursos con los que cuentan. Por lo tanto, algunos agentes son capacesde ejercer un mayor control sobre el contenido de las reglas as como lograr el xitodel cumplimiento de las mismas por parte de otros. Es importante sealar que resultaesencial a la nocin de regla la condicin de xito en su cumplimiento (Onuf, 1998).

  • 76

    Las reglas convierten a los seres humanos en los agentes que pueden hacer delmundo material una realidad social por s mismos, tambin permiten realizar va-riados cambios; sin embargo, estos cambios se producen siempre dentro de lmites.Onuf reconoce que muchos de esos lmites tienen un componente de material: porejemplo, necesitamos el aire para respirar; los hombres no tienen alas para volar. Enconsecuencia, no hay ninguna regla que pueda cambiar este lmite fcilmente. Sinembargo, algunas reglas les permiten a los hombres utilizar los recursos disponiblescon los que cuentan para modificar estos lmites: siguiendo el mismo ejemplo, crean-do aviones para volar y equipos para respirar debajo del agua o en el espacio exterior.Adicionalmente, Onuf interpreta al mundo como compuesto de una realidad ma-terial, por un lado, y un mbito social, por el otro; reconociendo que se trata de dosmbitos distintos pero estrechamente vinculados (Onuf, 1998). Igualmente, la miradaConstructivista que propone no establece una clara distincin entre la realidad ma-terial y la realidad social; tan slo se limita a subrayar el papel de lo que se encuentrasocialmente construido. Consiguientemente, los hechos tienen que estar relaciona-dos, de manera correcta, tanto con la realidad social como con el mundo natural conel fin de producir los resultados deseados (Onuf, 1989).Finalmente, dada la importancia que le asigna al lenguaje, el autor presenta de-safos a la tradicional visin racional-positivista, lo cual tiene consecuencias epistemo-lgicas y metodolgicas. En su concepcin, las verdades que aceptamos como talesse encuentran indisolublemente ligadas a los argumentos con los que estas verdadesson justificadas. Por consiguiente, afirma que los investigadores no pueden despren-derse del objeto de estudio: nunca podemos salir del mundo en construccin paraser observadores neutrales y el reconocimiento de esta situacin es crucial para suconcepcin respecto del conocimiento cientfico (Onuf, 1989). Las ideas y los hechos noson fenmenos independientes, sino que, necesariamente, interactan entre s; porlo tanto, slo es posible conocerlos desde dentro. De esta manera, el conocimientoslo existe en relacin a un contexto especfico y la comprensin de dicho contextoes de suma relevancia para el investigador. En sus trminos, este contexto est lin-gsticamente constituido y depende de las reglas. Las reglas y los actos discursivos,consecuentemente, constituyen el enlace entre el lenguaje y la realidad social (Onuf,1991, 1997).Como expusimos al inicio de este acpite, esta obra no tuvo un impacto signifi-cativo en el mainstream de la disciplina en el momento de su aparicin. Sin embargo,sent las bases para el desarrollo del enfoque Constructivista, que ser retomado porlos autores alineados bajo esta etiqueta terica ms adelante.

  • 774.2. Alexander Wendt

    La vertiente constructivista encaminada por Alexander Wendt habilit la crea-cin de un puente entre la tradicin racionalista en RI y el enfoque del Constructivis-mo. Por esta razn a diferencia del precursor de este enfoque, el corpus terico-con-ceptual elaborado por Wendt tendr una mayor gravitacin en el desarrollo recientede la disciplina.Para comenzar, Wendt afirma que la poltica internacional no se presenta comouna situacin dada (cual orden natural) sino que es conducida por los hechos, lasidentidades y los intereses que son formulados y sostenidos por prcticas intersub-jetivas. De esta manera, su enfoque estriba entorno de la nocin de identidad comoconcepto clave ms importante que la nocin de inters. Sin embargo, las identidadesocuparn el rol de variable independiente, lo que tendr como consecuencia que laexplicacin de su constitucin permanezca oscura, incluso en su trabajo ms extensoy profundo, Teora Social de la Poltica Internacional (Social Theory of International Politics)del ao 1999. As, una de las crticas que recibir el terico estadounidense, estarligada a la reificacin de las identidades a la que arriba (Zehfuss, 2009). Los conceptosidentidad y ambiente son formulados a partir de las interacciones; es decir, ambosidentidad y ambiente son concebidos y modelados por las continuas interacciones;esto le permite afirmar al autor que la realidad es socialmente creada. Por lo tanto,el sistema internacional, basado en el principio de autoayuda y la anarqua, podra serreformulado a partir de un cambio en las prcticas. No obstante, debido a principiosepistemolgicos que el autor se niega a abandonar y que lo llevan a consustanciarsecon el positivismo, se ve obligado a dar cuenta de factores intrnsecos, es decir, in-dependientes de cualquier interaccin, que estaran en el ncleo de la formacin delas identidades: cuerpos y necesidades asociadas y un bagaje representacional en laforma de algunas ideas a priori acerca de quines son (Wendt, 1999, 328). Este lti-mo bagaje funciona como el punto de inicio para la interaccin que dar lugar a lamodificacin de identidades y, por tanto, de intereses. La interaccin que posibilitarla transformacin del conocimiento privado en conocimiento compartido se establecer apartir de un mito fundador denominado por el propio autor como Primer Encuentro,momento en el que Ego y Alter se renen por primera vez, teniendo identidades yaconstituidas.Para comprender la construccin de su enfoque es menester reconocer los ele-mentos que Wendt toma de la Teora de la Estructuracin de Anthony Giddens(1984). En primer lugar, Wendt recoge de Giddens la explicacin de la relacin entreel agente y la estructura; lo que le permite conceptualizar tanto a los agentes como a laestructura en trminos de entidades mutuamente constitutivas con un igual estadoontolgico (Wendt, 1987, 339). De esta manera, Wendt afirma que la realidad social

  • 78

    se desarrolla en la interaccin. En segundo lugar, retoma la crtica al empirismo posi-tivista, bsicamente en lo que compete a la idea de que las estructuras existen. Estaoperacin le permite a Wendt presentar al realismo cientfico como el fundamentofilosfico de la Teora de la Estructuracin: en efecto, en un trabajo coescrito con IanShapiro explica que el realismo cientfico consiste en la creencia de que tanto el mun-do de los objetos como las entidades intangibles y los mecanismos causales puedenser postulados por las teoras cientficas independientemente del intelecto (Shapiro yWendt, 1992). Segn esta concepcin, la distincin tajante entre la explicacin cau-sal y el entendimiento interpretativo debe ser rechazada. Los principios que rigen laproduccin del conocimiento cientfico sobre los fenmenos naturales y sociales sonlos mismos. Este postulado establece una diferenciacin metodolgica con otros auto-res constructivistas (como Kratochwil) que marcan una separacin entre las CienciasSociales y Naturales (Guzzini, 2000; Kratochwil, 2000; Wendt, 1987); si bien no dejade afirmar que los enunciados utilizados en la explicacin de los fenmenos socialesson de un tipo diferente de los que aparecen en las explicaciones cientficas de loseventos naturales. Esta diferenciacin se debe a que los objetos sociales son irreduc-tibles a objetos naturales, por lo que no pueden ser estudiados de la misma manera.Sin embargo, este reconocimiento no implica, per se, que su estudio cientfico no seaposible (Wight, 2006). Wendt apunta contra el empirismo propio de los estudiospositivistas basados en las Ciencias Naturales. Su realismo cientfico le permitir ha-cer ciencia planteando como supuesto la existencia de estructuras no detectablespor los sentidos humanos. A partir de estas nociones, Wendt asume la existenciade una realidad independiente del intelecto, no slo en trminos materiales sinotambin del mundo social. Por consiguiente, arguye que la argumentacin cientficaen las Ciencias Sociales consiste en la identificacin de los mecanismos causales. Enotras palabras, la realidad social se encuentra ah independientemente de nuestrasideas; y el consiguiente objetivo del Constructivismo wendtiano consiste en explicarla(Wendt, 1991). Esta separacin entre el objeto y el investigador cientfico, un elementocompartido con el positivismo llevar a Kratochwil (2000) a poner en duda el carcterconstructivista de Alexander Wendt.Pues bien, en su obra del ao 1992, La Anarqua es lo que los Estados hacen de ella(Anarchy Is What States Make of It), utiliza la Teora de la Estructuracin para el abor-daje de las prcticas sociales (Wendt, 1992). Su propuesta consiste en diferenciarse delas teoras liberal y realista de las RI: Wendt seala que ambas corrientes tienen comopunto de partida una concepcin exgena tanto de la nocin del egosmo del Estadocomo de la lgica de la autoayuda. En otras palabras, aunque los liberales y los realis-tas difieran en la influencia de los procesos (interaccin y aprendizaje) o de la estruc-tura (la anarqua y la distribucin del poder) en la accin del Estado comparten tantouna mirada racionalista como una similar definicin de seguridad. Sobre la base de

  • 79

    este reconocimiento, Wendt pretende construir un puente entre la tradicin liberaly el Constructivismo; y, por extensin, entre el debate racionalista (compuesto porlos paradigmas realista y liberal) y el reflectivista. De hecho, coloca su obra entre losenfoques racionalistas y reflectivistas definidos en los trminos de Keohane (1989);ms recientemente establece que el Constructivismo se ubica como una va mediaentre el mainstream y el enfoque posmodernista (Wendt, 1999, 40).Alexander Wendt esgrime sus argumentos sobre la base de los desarrollos delRealismo Estructural, especialmente sobre los trabajos de Kenneth Waltz. Al igualque Waltz, Wendt propone una teora estructural Estado-cntrica (Wendt, 1994, 1999);sin embargo, se diferencia al considerar que las relaciones internacionales son so-cialmente construidas y no histricamente dadas, como es el caso de Waltz. Adicio-nalmente, en la conceptualizacin de Wendt la estructura no existe diferenciada delproceso, es decir, de las prcticas de los actores. Si bien Wendt est de acuerdo con losRealistas que el sistema internacional est caracterizado por el principio de autoayuday la anarqua, argumenta que dicho principio no es una caracterstica necesaria de laestructura, sino que dicha caracterstica que se desarrolla y se mantiene en el tiempoa travs de las prcticas (Wendt, 1992, 1999).Tomando elementos de la Sociologa, como el interaccionismo simblico de Blumer(1969), Wendt describe de qu manera la poltica de poder y el principio de autoayu-da son socialmente construidos como una condicin para la anarqua. Basa los dosprincipios del constructivismo utilizando los elementos del interaccionismo simbli-co. En primer lugar, las personas actan en base a los significados que ellos le otorgana los objetos y que otros actores tienen para stos. En segundo lugar, estos significadosno son inherentes sino que se desarrollan en la interaccin. Wendt afirma que elconcepto de seguridad en el sistema internacional, bajo la condicin de anarqua, nonecesariamente debe ser autointeresado y egosta. El comportamiento, de acuerdocon Wendt, est influido por el accionar intersubjetivo, no por estructuras materia-les. El comportamiento se basa en significados colectivos a travs del cual los actoresadquieren una identidad entendida como la base de los intereses que se definen enel proceso de elegir cursos de accin. Esta identidad es relativamente estable, cuentacon roles definidos que establecen expectativas esperables. Vale destacar tambin quelas identidades no se desarrollan y se mantienen solamente en la interaccin conotros, sino que, de igual forma, determinan qu tipo de sistema de seguridad y deanarqua prevalecen.Wendt desarroll el significado de la nocin de anarqua y sus consecuencias,diferencindose as del Neorrealismo, quienes conceban la seguridad basada en elprincipio de autoayuda, y por lo tanto, la anarqua daba lugar obligatoriamente, a lacompetencia. Wendt problematiz este estrecho vnculo afirmando que la relacinentre el principio de autoayuda y la anarqua es contingente y no necesaria: para el

  • 80

    autor, la autoayuda no es un rasgo constitutivo de la anarqua sino que se trata de unainstitucin (Wendt, 1992).Una institucin es una estructura o un conjunto de identidades e intereses rela-tivamente estables. Normalmente, estas estructuras estn codificadas en reglamentosy normas oficiales; pero solamente tienen valor en virtud de la socializacin de losactores y de su participacin del conocimiento colectivo. Las instituciones son, fun-damentalmente, entidades cognitivas que no existen independientes de las ideas delos actores sobre el funcionamiento del mundo (Wendt, 1992). Como expresamos,Wendt afirma que el principio de autoayuda es una institucin una de las muchasestructuras de identidad e intereses que pueden existir en condiciones de anarqua.Los procesos de formacin de la identidad en condiciones de anarqua afectan, pri-mero y principalmente, a la preservacin de la seguridad del yo. Por lo tanto, losconceptos de seguridad difieren en funcin de cmo el yo se identifique cognitiva-mente con el otro y hasta qu punto esta identificacin tenga lugar. El significado dela anarqua y de la distribucin del poder depende de esta variacin cognitiva (Wendt,1992).Las variaciones entre las identidades y las instituciones que se desarrollan en elcontexto internacional permiten, por lo tanto, el desarrollo de diferentes sistemas deinteraccin, conforme a la lgica que prevalezca. Por un lado, pueden ser sistemas deinteraccin de competencia, en donde se perpetan la desconfianza y la alienacin; ylos cuales se reproducen a partir de los esfuerzos de los actores por reforzar unilate-ralmente su seguridad. Por otro lado, los sistemas de interaccin colectiva son aqullosdonde los Estados se identifican, de manera positiva, mutuamente; en los cuales losintereses nacionales son los internacionales y la seguridad de cada uno es percibidacomo la responsabilidad de todos. Este ltimo sistema de interaccin no escapa aldesafo de lo que el autor seala como los Estados Depredadores: aquellos Estadosque pueden llegar a predisponerse para la agresin, donde la posibilidad del xitodel comportamiento del Estado depredador, depende de la fortaleza de la identidadcolectiva del conjunto de actores (Wendt, 1992). En su trabajo del ao 1999 Wendtbautizar a estos sistemas de interaccin como culturas y establecer una clasificacin yuna descripcin pormenorizada de cada una de ellas. De esta manera, hablar de unacultura hobbesiana, una lockeana y una kantiana, como se explicar ms adelante.Posteriormente, en sus obras de 1994 y 1999 Wendt desarroll su nocin de iden-tidad y la relacin con el sistema de seguridad especficamente en lo que competeal proceso de formacin de una identidad colectiva. En su concepcin, los interesesse definen en funcin de la identidad; por lo tanto, resulta necesario estudiar de qumanera las identidades colectivas involucran una identificacin del yo con otros. Estoes relevante porque la naturaleza de la identificacin en cada situacin da forma alos lmites de la identidad: si no hay identificacin positiva, el otro es relevante para

  • 81

    la definicin de los intereses nicamente en la medida en que pueda ser usado paraconcretar los propsitos del yo. Para Wendt, ste es el punto central del principio deautoayuda (Wendt, 1994, 1999). Consecuentemente, la identidad colectiva se refiere ala identificacin positiva de forma tal que el otro se hace parte de la identidad cognos-citivamente y su seguridad es la seguridad del yo. Los actores que tienen una identidadcolectiva definen sus intereses en base a sentimientos como la solidaridad, la lealtady la idea de comunidad. Lo anterior no significa que las identidades egostas e indi-vidualistas se remplacen, necesariamente, por unas de tipo colectiva; sin embargo,reconoce que desde la cooperacin entre los actores es posible cambiar la identidady, desde ah, modificar el sistema de seguridad predominante (Wendt, 1994). Sin em-bargo, sostiene el autor, la identidad colectiva nunca es asequible en su totalidad, esdecir que la plena identificacin en todas las reas es imposible. La identidad es, en-tonces, un concepto clave en los trabajos de Alexander Wendt: para l, investigar enRI estudiar la relacin entre lo que los actores hacen y lo que los actores son (Wendt,1992). Las identidades basadas en el principio de autoayuda son el ncleo para unsistema de seguridad competitivo y el cambio en las identidades es el camino de salidahacia sistemas colectivos.El libro Teora Social de la Poltica Internacional (Social Theory of International Politics)nombre que referencia en un claro juego de espejos con la obra de Kenneth Waltzdel ao 1979 es su obra ms visible y referencia obligada del enfoque constructivista.Este trabajo busca enlazar los enfoques constructivistas y los neorrealistas y neolibe-rales y aborda, fundamentalmente, la cuestin de la ontologa del sistema internacio-nal. Frente a la ontologa materialista propuesta por Waltz (1988) en Teora de PolticaInternacional, Wendt propone una ontologa ideacional que lo lleva a desarrollar la ideade que la anarqua es lo que los Estados hacen de ella. En otros trminos, afirma que noexiste un nico significado de la anarqua que suponga un modelo del tipo hobbesia-no, caracterizado como un sistema reificado de auto-ayuda al interior del cual el obje-tivo de los Estados es la supervivencia. Sostiene el autor que incluso en condicionesanrquicas existe la posibilidad de una identificacin total (cuanto menos en algunosaspectos) con el otro. Para llegar a esta conclusin, el autor emprende un recorridoque parte de la idea de que la ontologa del sistema de Estados es fundamentalmenteinteractiva. El acento, entonces, est puesto en la interaccin y en los procesos; estopermite presentar una estructura inter-estatal dinmica, en la que ya no existe unanica forma de la anarqua, sino que el autor identifica (al menos) tres: la hobbesia-na, la lockeana y la kantiana. La anarqua se presenta, as, como el resultado de unaprctica basada en una estructura de identidades e intereses.La mencionada obra da cuenta de tres niveles de discusin en los que se inserta:el metodolgico, el ontolgico y el epistemolgico. Los primeros dos campos en losque Wendt se enfrentan con el neorrealismo y el neoliberalismo. Respecto del nivel

  • 82

    metodolgico, se contrapone al racionalismo que plantea a las identidades y a losintereses como dados al afirmar que las identidades terminan de constituirse en lainteraccin y que los intereses varan de acuerdo a los tipos de identidades constitui-das. En el plano ontolgico, se enfrenta a la condicin de materialidad de la estruc-tura del sistema internacional. En cuanto al nivel epistemolgico, Wendt reconoceun punto de encuentro con los neorrealistas y neoliberales: su crtica se dirige haciael posmodernismo y el constructivismo radical (nombre con el que designa a auto-res como Kratochwil, Onuf y Ruggie). En efecto, y a diferencia de los posmodernos,Wendt sostiene que es posible efectuar una separacin entre sujeto y objeto de conoci-miento: sostiene que el Estado es una realidad exterior a los sujetos que lo investigany l mismo, en tanto, investigador, no se reconoce como existiendo al interior de undeterminado marco de referencia que lo lleva a sacar ciertas conclusiones.Wendt define a la identidad como una propiedad de actores intencionales quegeneran disposiciones motivacionales y de comportamiento. Esto significa que laidentidad es de base una cualidad subjetiva o a nivel de la unidad, enraizada en laauto-comprensin de un actor. Sin embargo, el significado de dicha comprensinfrecuentemente depender de si otros actores se representan al actor de la mismamanera, y en ese sentido, la identidad tendr tambin una cualidad intersubjetivao sistmica (1999, 224). As, la identidad wendtiana estar formada por factoresintrnsecos y por factores extrnsecos. Entre los primeros, que responden a propie-dades subjetivas, exclusivamente domsticas, encontramos tanto aspectos materialescomo representacionales. Los segundos, derivados de la interaccin entre unidadesas ya constituidas, son aqullos que modificarn (hasta cierto punto) esas caracters-ticas intrnsecas de los actores.La interaccin funciona a partir de un Primer Encuentro al que Ego y Alter acu-den ya formados por sus factores intrnsecos (encuentro ejemplificado a partir de lallegada de extraterrestres a la Tierra en su trabajo de 1992 y de la conquista espaolaa Amrica en su obra de 1999). A partir de all, Ego acta ejerciendo determinado rol,Alter interpreta la accin de acuerdo a sus propios factores intrnsecos y respondeal estmulo propuesto por Ego, quien, a su vez, interpretar la accin de Alter y modi-ficar o mantendr su rol. Este proceso es el encargado de transformar el conocimientoprivado en conocimiento compartido, nombre alternativo para el de cultura. Las distintasculturas forman las distintas estructuras sociales que, como se dijo ms arriba, Wendtetiqueta como hobbesiana, lockeana y kantiana. Las tres son tipos de anarqua, carac-terizadas por los roles que los actores juegan en relacin a la violencia: el de enemigoen el caso de la hobbesiana, el de rival en el caso de la lockeana y el de amigo en elcaso de la kantiana. Las estructuras y tendencias de los sistemas anrquicos dependende cules de los tres roles domine en el sistema.

  • 83

    La cultura hobbesiana se destaca por la supervivencia y la conservacin; la culturalockeana, por su parte, permite explicar las propiedades sociales y materiales de intersdel Estado es decir, cmo la maximizacin de estos intereses est relacionada con lapromocin de los derechos naturales (libertad, vida y propiedad); la cultura kantianase gesta sobre el razonamiento de Kant respecto de la moral de las personas es de-cir, cmo se pueden transformar creencias morales y el compromiso en imperativosmorales que guan nuestra conducta (Wendt, 1999). La conclusin a la que arribaWendt es, en fin, que las culturas son producto de la interaccin de acuerdo a ciertasidentidades de rol. Es decir que la interaccin produce cambios en las identidades yno slo en los comportamientos, abriendo la puerta a la posibilidad de cambio de lasestructuras (de identidades e intereses).4.3. Friedrich Kratochwil

    El trabajo de Friedrich Kratochwil tiene dos componentes a destacar: por un lado,parte de la crtica a la pobreza epistemolgica de las RI y, por el otro lado, se centraen describir el papel de las reglas y normas en el sistema internacional.En lo que compete a la crtica a las escuelas dominantes de la teora de RI, sealaque las mismas se caracterizan por una concepcin estrecha del comportamiento hu-mano y de la poltica: asumiendo la nocin de primaca de la racionalidad instrumen-tal, estas escuelas han excluido las preguntas centrales sobre el anlisis de la poltica.En sus trminos, el anlisis de carcter normativo de la poltica no debera ser llamadociencia (Kratochwil, 1984). Adicionalmente, en este sealamiento agudo, toma pres-tado de Robert Cox (1981) la distincin entre las teoras crticas (tambin llamadasreflectivistas) y las teoras para solucionar problemas (o bien denominadas racionalis-tas-positivistas). Sobre esta base, argumenta que las ltimas resultan cada vez menosadecuadas para explicar el cambio y, por lo tanto, es necesario recurrir a la reflexinhistrica, la comprensin por analoga y el razonamiento contrafctico (dejando delado los usuales procedimientos de deduccin o induccin).En particular, Kratochwil afirma que los objetos de investigacin del mundo socialno estn dados en forma simple y autnoma en el mundo exterior, sino que, por elcontrario, los fenmenos sociales forman parte de nuestras prcticas y experienciascomo agentes morales cuyas acciones pueden iniciar una nueva cadena de sucesos. Deesta manera, en vistas a analizar estos fenmenos resulta necesario desarrollar comple-jas determinaciones prcticas y epistemolgicas, las cuales no se reducen a la simpleobservacin y evidencia emprica. En consecuencia, en tanto los sistemas sociales noson sistemas cerrados ni simples y no cuentan con una retroalimentacin cclica, sino, enefecto, se trata de sistemas complejos que se reproducen a s mismos, ni el conceptode equilibrio ni el de causalidad son estrictamente aplicables al estudio de los mismos

  • 84

    (Kratochwil, 1999). Asimismo, el autor reconoce que los estudios positivistas (quehan sido los mayoritarios en RI) tienen como punto de partida y condiciones an-tecedentes el supuesto de que el comportamiento del hombre se orienta en base aobjetivos. Kratochwil propone en cambio que son el lenguaje diario y las normas losque direccionan el comportamiento humano. Este anlisis se encuentra conectadofuertemente con la filosofa lingstica, especialmente con las teoras del discurso, lafilosofa prctica y las teoras de la jurisprudencia (Kratochwil, 1987).Seguidamente, desde la ptica del autor el estudio de las RI, en particular (y delas Ciencias Sociales, en general) debe ser un estudio desde la praxis en donde laspreguntas que surgen para su anlisis no se refieren a la teora, es decir, a encontrarleyes o generalidades inmutables del mundo social que sean vlidas para un mbitoespacial y temporal bien definido (diferencindose, as, de los enfoques tradicionalescon una fuerte mirada sobre los aspectos metodolgicos). En lugar de identidadespermanentes (que conformen el ncleo y a las que correspondan nuestros conceptos)encontramos significados y mediaciones temporalmente estables, sin que todos ellostengan, necesariamente, un ncleo comn. En vistas a clarificar esta mirada sobre elcomportamiento humano y los factores que lo influyen, Kratochwil utiliza la me-tfora de la cuerda de Wittgenstein, a saber: si bien la cuerda est conformada pormuchos hilos entrelazados, ninguno de ellos funciona de manera necesaria como ellazo central. Esta reflexin crtica sobre la praxis revela que, en la mayora de los casos,no se disponen de pruebas simples para dirimir controversias entre teoras rivales,precisamente porque el mundo social es un artificio, construido (Kratochwil, 1999).Sobre esta base, Kratchowil afirma que la poltica internacional debe ser analizadaen el contexto comprendido por las normas. As, la idea que las normas influenciantoda la conducta humana se vuelve claramente un aporte al enfoque constructivista,ms an a partir de la utilizacin de la metfora de los juegos de Wittgenstein, la cualconstituye el punto de partida para el anlisis del estudio de las reglas y normas deljuego (Koslowski y Kratochwil, 1994).Las interacciones polticas, por lo tanto, tienen lugar sobre la base de acuerdosparcialmente compartidos y cualquier intento de eliminar estos elementos de la eva-luacin y anlisis en pos de supuestas indagaciones ms objetivas cae en una concep-tualizacin mnima, atento a que los seres humanos interpretan el mundo desde suscriterios morales. El autor se separa de la visin instrumental de la racionalidad ypropone, en cambio, una nocin de racionalidad vinculada a la comprensin del sen-tido comn. El significado de la racionalidad, siguiendo los postulados de la Teorade la Accin Comunicativa de Jrgen Habermas, debe ser constituido por el sentidocomn compartido; mientras que el comportamiento se limita dentro de las consi-deraciones normativas esperadas. Por lo tanto, una accin o una creencia puede serllamada racional cuando tiene sentido para actuar de esa manera. De manera

  • 85

    significativa, esto se vincula con las consideraciones normativas: llamar a algo racionalsignifica, entonces, que una norma o un sentimiento moral le da cabida. El clculoutilitarista representado en la racionalidad instrumental slo es posible para el autorluego de que el actor ha definido su actitud frente a la situacin (Kratochwil, 1987).En lo que refiere al segundo aspecto de su elaboracin terica-conceptual, Krato-chwil intent reintroducir la dimensin poltica a la teora de las RI, entendiendo a laaccin poltica en trminos de significado (a diferencia de darle un sentido meramen-te instrumental). Tomando como punto de partida los desarrollos de Max Weber,afirma que la accin tiene sentido solamente si se puede colocar en un contexto com-partido intersubjetivamente. Este contexto, siguiendo al autor, se encuentra basadoy mediado por reglas y normas; ergo, las reglas y normas son cruciales para el anlisisdel sentido de la accin poltica. Estas reglas y normas influyen en las decisiones y,al mismo tiempo, dotan de significado a las acciones y proporcionan a los actores unmedio a travs del cual pueden comunicarse. Las reglas le imprimen un mensaje alas acciones y son capaces de ser interpretadas a partir de un contexto compartido;funcionan slo si logran el efecto deseado con el destinatario (y por ello no son inde-pendientes del contexto) (Kratochwil, 1989).Kratochwil establece una distincin entre normas regulativas y constitutivas, desta-cando que un cabal anlisis no puede reducirse al abordaje de slo las primeras (no esposible comprender el papel de las normas en la vida social si se toma como modeloparadigmtico a las normas regulativas, debido a que conceptualizar las normas comouna mera restriccin es un error). Las normas prcticas o normas institucionalesson aqullas que promueven y canalizan acciones; y, tomando argumentos del brit-nico John Langshaw Austin, puede explicar en qu medida estas normas se refieren,generalmente, a las condiciones que hacen considerar una accin como vlida (Kra-tochwil, 1989, 1993b).Asimismo, si bien reconoce que las reglas y normas influyen en el comporta-miento humano, alerta que por este mismo motivo no lo determinan. Por lo tanto,deben analizarse los procesos de deliberacin y de interpretacin. Como los proble-mas sociales no tienen soluciones obligatoriamente lgicas y las situaciones socialesson necesariamente indeterminadas, el anlisis tiene que concentrarse en cmo lascuestiones relativas a pretensiones de validez son decididas a travs del discurso (Krato-chwil, 1989). Bsicamente, la pregunta que se hace el autor es: por qu las decisionesbasadas en reglas y normas no reciben, en todos los casos, respaldo? Las explicacionesinstrumentales plantean que el ncleo del anlisis debe sopesar cul es el inters espe-rado de los otros actores. Contrariamente, la clave analtica consiste, desde la miradade Kratochwil, en darse cuenta que seguir una regla o norma no implica un hbitociego, sino que se debe evaluar la argumentacin de la accin. Kratochwil explora elrazonamiento jurdico debido a su paralelismo con el discurso moral: ambos implican

  • 86

    un elemento de la heteronoma, es decir, respecto de los otros; tambin se montansobre un proceso de argumentacin basado en principios, que conduce a una aplica-cin igualmente de principios de las normas respectivas. En suma, resulta necesarioinvestigar las razones por las que son vistas como una justificacin aceptable paraseguir una regla en circunstancias especficas (Kratochwil, 1989).A partir de lo anterior se explica su argumento de que slo la aparicin de unpunto de vista moral puede avanzar hacia una solucin: son las normas las que pro-porcionan la base para un proceso de razonamiento en el cual algunas violacionesde las normas se clasifican como excusables, mientras que pueden darse otros casosen los que no. En este proceso, la identificacin de premisas relevantes es significativa:que una accin pueda obtener apoyo depende de la definicin de la situacin. Por lotanto, las justificaciones dadas para un determinado curso de accin proporcionanuna indicacin importante para su evaluacin. Los actos y las decisiones, consiguien-temente, deben ser presentados y justificados como razones de peso y por ello, laeleccin de un discurso se convierte en un aspecto necesario y crucial. Estos discursossuelen comenzar a partir de lugares y temas comunes, proporcionando as enlaces dela argumentacin (Kratochwil, 1989).Fundamentalmente, es imposible hablar de los actos humanos de forma neu-tral: aqullo que llamamos objetivo es el conjunto de conocimientos que surgen dela validez intersubjetiva de una caracterizacin en la que las personas pueden estar deacuerdo. Los procesos de razonamiento no conducen, obligatoriamente, a las mejoressoluciones, sino a las que tienen argumentos que son vistos como ms convincentesque los dems. Por lo tanto, las decisiones de las autoridades resultan claves en suanlisis. Esto no significa, sin embargo, reducir la influencia de las normas y el con-texto intersubjetivo, ya que las decisiones de las autoridades utilizan las normas y sucontexto para demostrar que se basan en buenas razones y no son decisiones arbitra-rias (Kratochwil, 1989).A raz de este recorrido analtico, Kratochwil sostiene que el papel de las reglas ynormas en la vida social debe ser reconceptualizado radicalmente. Como adelantamos,utiliza la nocin del rol de las normas de juegos de Wittgenstein como punto de par-tida: las reglas y normas en un juego no slo son el resultado de clculos de utilidadindividual, sino se constituyen en las condiciones previas para las estrategias y parala especificacin de los criterios de racionalidad. Las normas, por lo tanto, no sloestablecen ciertos juegos y permiten a los jugadores alcanzar sus metas dentro de ellos,sino que, tambin, establecen significados intersubjetivos que permiten a los jugado-res dirigir sus acciones hacia los dems, comunicarse unos con otros, valorar la cali-dad de sus acciones, criticar y justificar las decisiones tomadas (Kratochwil, 1993a).Sobre esta nocin, en tanto el lenguaje no cumple la funcin de reflejar la accinotorgndole una etiqueta descriptiva, el autor se conduce a una conceptualizacin

  • 87

    distinta de la accin y la comunicacin: el lenguaje es la accin (Kratochwil, 1993a).Esta conceptualizacin del lenguaje, que implica la nocin de construccin y se rela-ciona con las reglas y normas, es fundamental para el Constructivismo de Kratochwil.El contexto de las reglas y normas que establece la base para la intersubjetividad y,por lo tanto, la posibilidad de entender la poltica como participacin de una accinsignificativa, donde las cuestiones normativas revisten un carcter crucial.4.4. Christian Reus-Smit

    Uno de los aportes de la Sociologa al enfoque constructivista ha sido la utiliza-cin de elementos de la Teora de la Accin Comunicativa de Habermas. El primeroen aplicar los conceptos habermasianos a la realidad internacional fue Thomas Risse(2000) con el fin de achicar la brecha entre el racionalismo y el constructivismo.Risse afirm que ambas corrientes requeran un marco discursivo para explicar losresultados del comportamiento en la poltica internacional; esa debilidad compartidafue un terreno frtil para aplicar los desarrollos habermasianos. De acuerdo al autor,los rganos de decisin en las instituciones internacionales no son simplemente es-pacios que producen estrategias o acciones estratgicas; al contrario, stos producenargumentaciones para que los actores aprendan a confiar y acordar unos con otros.El punto de partida de este proceso es la persuasin moral y el conocimiento comn, loscuales se fundan en la empata y la motivacin en vistas a establecer acuerdos entrelos actores.Christian Reus-Smit acompaa los postulados de Risse afirmando que el enfo-que constructivista comparte elementos del enfoque comunicativo habermasiano; enefecto, es posible comprender al Constructivismo como una aplicacin de los postu-lados de Habermas en el campo de las RI. Consecuentemente, el aporte de Reus-Smitconsiste en la integracin rica y sofisticada de las ideas extradas de las tradiciones dela Sociologa Histrica, la Teora Discursiva y el Constructivismo; las cuales se cen-tran, principalmente, en la dinmica evolutiva y en las propiedades discursivas de lasestructuras polticas y las normas de la sociedad internacional. Es menester destacar,sin embargo, que su enfoque conserva gran parte del escepticismo habermasiano res-pecto del funcionalismo y la ciencia empirista-positivista. De hecho, recordemos quela Teora de la Accin Comunicativa tiene como objeto explicar los elementos cogni-tivos de la accin social y la formacin de los sistemas; por lo tanto y sobre esta baseterica-conceptual, Reus-Smit intenta explicar las complejas dimensiones sociales ehistricas de las normas internacionales de instituciones y sociedades.La Teora Crtica y el Constructivismo, a la luz del autor, son compatibles en tan-to ambas persiguen diferenciarse del racionalismo en lo que atae a las cuestiones deinterpretacin, evidencia emprica, generalizaciones y explicacin de los fenmenos

  • 88

    sociales (Price y Reus-Smit, 1998). Efectivamente, el Constructivismo y la Teora Cr-tica, sealan Price y Reus-Smit, surgieron de una misma tradicin dentro de la TeoraSocial el Marxismo y, por lo tanto, comparten los objetivos metodolgicos de laevaluacin de los orgenes sociales de la prctica y la accin humana.Su primer libro, El propsito moral del Estado de 1999 (The Moral Purpose of theState, basado en su tesis doctoral, dirigida por Peter Katzenstein) se centra en la evolu-cin de la sociedad internacional y en el anlisis de las diferentes prcticas y normasde diversas sociedades a lo largo de la historia (desde la antigua Grecia, pasando porlas ciudades-estado del Renacimiento, hasta el sistema de Estados modernos). Reus-Smit sostiene que a lo largo del tiempo podemos encontrar sistemas de entidadespolticas diferentes; asimismo, en cada una de estas entidades polticas histricas sepresentan dismiles prcticas institucionalizadas y normas. Sin embargo, pese a estasdiferencias, el autor encuentra un patrn evolutivo en los valores de cada entidadpoltica. En sus trminos, los valores y creencias que forman parte constitutiva de laevolucin de las estructuras polticas las denomina estructuras constitucionales (Reus-Smit, 1999). A partir de un estudio pormenorizado de la evolucin de las normas yreglas demuestra en qu medida stas han sido moldeadas a partir de cambios en lasfuerzas polticas-sociales y valores en la sociedad. Diferencindose de los autores queasumen que las normas, reglas y prcticas institucionalizadas son constitutivas de, a lavez que se constituyen por, valores y creencias dadas de los agentes, Reus-Smit afirmaque la construccin de las normas y prcticas institucionales forma parte de un pro-ceso discursivo e histrico que al ser enmarcado correctamente, permite aprehenderpor qu algunas normas se han convertido en los nuevos estndares de legitimidada lo largo de la historia. De hecho, como l mismo explica, los Constructivistas hanfallado al no prestar la atencin suficiente a los mecanismos discursivos que unenlas ideas intersubjetivas de la legitimidad y del derecho de la accin estatal con lasinstituciones fundamentales constitucionales (Reus-Smit, 1999, 26). Es por ello queel objetivo de sus trabajos consiste en analizar este puente de plata.Consecuentemente, la bsqueda por discernir las propiedades constitutivas ycausales de normas y valores de manera ontolgica remite a la pregunta de cmo laracionalizacin de los intereses y valores legitima las normas a lo largo del tiempo.Como afirma el autor, diversas sociedades internacionales a lo largo de la historia(que se condicen con variadas ideas de lo que es un Estado legtimo) han desar-rollado diferentes rdenes institucionales; sin embargo, la diplomacia multilateral yel derecho internacional contractual slo pudo surgir en el mundo en el momentoen que los Estados liberales, y sus principios de gobierno, han sido predominantes(Reus-Smit, 2002, 503). La pregunta central, entonces, no es simplemente cmo lasnormas y los principios morales regulan y constituyen tanto la identidad del Estadocomo el poder, sino que debe interrogarse la forma en que stos han surgido como

  • 89

    parte de un proceso de negociaciones y de acuerdos al interior de instituciones in-ternacionales (como son los casos del Derecho Internacional y la Diplomacia).Todaslas estructuras internacionales se nutren de los profundos valores constitutivos dela sociedad de Estados (Reus-Smit, 1997, 556); es decir, de valores humanos comola paz, la comprensin, la libertad, la justicia, el respeto y la dignidad. Estos valoresforman la decisin de adoptar y legitimar las nuevas reglas, normas y prcticas institu-cionales. El conocimiento obtenido a partir de la institucionalizacin de estos valoresconstitutivos caracteriza el progreso social y moral. De hecho, las instituciones surgen,desde la mirada de Reus-Smit, para administrar las normas procesales y para pro-mover procesos judiciales. El tipo de justicia al que alude no se refiere, nicamente,a la aplicacin imparcial de las normas, sino que es el producto de la negociaciny la deliberacin tica y poltica. Por supuesto, el consentimiento del Estado siguesiendo un requisito formal para la aplicacin de la ley y las reglas; sin embargo, dichoconsentimiento tambin requiere que los Estados y los individuos puedan identifi-carse con la eficacia moral de dichas normas. Por lo tanto, en su opinin, el enfoqueConstructivista debe demostrar que las ideas predominantes de la identidad legtimadel Estado estn vinculadas indisolublemente a la naturaleza de las instituciones queestablece la construccin para facilitar la convivencia y la cooperacin (Reus-Smit,2002, 503).Retomando lo dicho ut supra sobre el proceso evolutivo que l encuentra en losvalores, normas y prcticas a lo largo de la historia y en las diferentes entidades polti-cas, Reus-Smit distingue entre instituciones fundamentales y estructuras constitucionales:las estructuras constitucionales son puntualizadas como los mitos fundantes queconjugan los valores constitutivos que definen la condicin de legitimidad tanto delEstado como de su accionar (Reus-Smit, 1999). En tanto el Constructivismo asumeuna funcin constitutiva y de regulacin de los valores sobre las estructuras genera-tivas, resulta importante situar estos valores dentro de lo que l llama la JerarquaConstitutiva de las instituciones internacionales modernas (Reus-Smit, 1999, 15).Evaluando el rol de las estructuras constitucionales dentro de este esquema podemoscomprender y apreciar el vnculo constitutivo entre la identidad del Estado y las nor-mas morales, as como la aparicin de nuevos estndares de legitimidad.Este enlace entre la identidad del Estado y las normas morales es tambin consti-tutivo de la naturaleza discursiva. Como ya indicamos, el enfoque discursivo de Reus-Smit se basa principalmente en la Teora de la Accin Comunicativa de Habermas;dado que las instituciones proporcionan un espacio para el debate y la deliberacin,tambin implican por un lado, exigencias ticas y morales a la verdad y, por el otro,diversas razones que sean lo suficientemente convincentes como para persuadir aotros de que las nuevas reglas y normas deben ser institucionalizadas. La legitimacin,por lo tanto, es un proceso discursivo en el que la lucha para llegar a un consenso

  • 90

    razonable presupone el reconocimiento de una autoridad imparcial y justa para poneren prctica esas normas. De esta manera, la persuasin moral ayuda a explicar laconstruccin de valores.Asimismo, para Reus-Smit la naturaleza discursiva de las instituciones tambinpermite establecer un puente entre la Escuela Inglesa y el Constructivismo. Los en-foques normativos sobre las agencias junto con su mirada sobre las metas moralescolectivas y los principios del Derecho Internacional y de la Sociedad Mundial pro-pios de la Escuela Inglesa pueden ser entendidos como derivaciones discursivas. Dehecho, la aparicin de redes transnacionales que abogan por la defensa de determi-nados temas (trans-advocacy networks, en el original) compuestas por organizacionesno gubernamentales no slo refuerza la solidaridad (de manera endeble) de unasociedad mundial, sino que tambin muestra cmo las negociaciones, los acuerdos yla argumentacin representan una forma de poltica cada vez ms autnoma de estasinstituciones. Sin duda, esta tendencia mantiene la emancipacin autonmica de uncomplicado proceso de desarrollo poltico moral. Como Reus-Smit afirma, hay ungran riesgo que una nueva poltica transnacional normativa se convierta en una crisisde legitimidad profunda del Estado (Reus-Smit, 2002, 501).De hecho, para el autor, la autonoma discursiva de muchas instituciones implicaun complejo conjunto de desafos polticos, incluido el del desarrollo de la capacidadde servir los mejores intereses de la justicia para hacer frente a las necesidades de laspersonas y de otros grupos. En el primer captulo de su obra La Poltica del DerechoInternacional (The Politics of International Law) analiza cmo el discurso de la autonomainstitucional ha dado lugar a la discrecin imparcial o una fuerte auto-percepcin dela independencia de estos actores respecto de la poltica (Reus-Smit, 2004). Sin em-bargo, dicha independencia, explica, sigue vinculada a las negociaciones y discusionesque definen la esencia misma de lo poltico o la poltica de las instituciones inter-nacionales. En sus trminos: el ordenamiento jurdico internacional se modela atravs del discurso de la autonoma institucional, del lenguaje y de la prctica de lajustificacin, de la forma multilateral de la legislacin y de la estructura de la obliga-cin (Reus-Smit, 2004, 15).Si bien Habermas da a entender que una fuerte esfera pblica mundial surgi-r del proceso de legitimacin del Derecho Internacional, el Constructivismo socialde Reus-Smit no necesariamente se sita en ese sentido, ya que slo se orienta a laexplicacin de la evolucin histrica de nuevos estndares morales de legitimidad.Con todo, debemos reconocerle a Reus-Smit, como argumentan Griffiths et al (2009,142), el foco profundo y sensible que realiza sobre los valores constitutivos de normas,principios y reglas, los cuales siguen dando forma a las prcticas institucionales demanera abierta.

  • 915. Uno o muchos Constructivismos? En pos de un intentode clasificacin de los enfoques constructivistas

    El Constructivismo es un enfoque con intereses muy amplios (Santa Cruz, 2009);es de suponerse, por lo tanto, que no sea monoltico en su interior. Existen diversasclasificaciones de las corrientes al interior del Constructivismo y la presente seccinbusca dar cuenta de algunas de ellas, las cuales van adicionando complejidad. Prim-eramente, entre las visiones duales, hay quienes distinguen entre un constructivismomoderno y otro posmoderno (Reus-Smit, 2005); o bien, entre uno convencionalvis a vis uno de tipo crtico (Hopf, 1998). Algunos autores amplan a tres categorasla forma de aprehender la clasificacin, diferenciando un supuesto constructivismoconvencional de otro consistente y un tercero llamado crtico (Fierke, 2007;Wiener, 2007) o bien, uno positivista, uno interpretativista y otro posmoderno(Fearon y Wendt, 2002). Finalmente, se ha avanzado tambin en tipologas cuatri-partitas, distinguiendo los constructivismos modernista, modernista-lingista,critico y posmodernista. Otros esquemas de clasificacin se centran en el nivel deanlisis promovido por cada una de las vertientes internas del enfoque, distinguiendoconstructivismos sistmico, de unidades constitutivas y holstico (Adler, 2002;Reus-Smit, 2005). Las citadas propuestas de clasificacin difieren en si enfatizan so-bre diferentes aspectos tericos, metodolgicos o meta tericos. Si bien cada uno delos autores constructivistas presenta explicaciones diversas en torno de la relacinentre la prctica discursiva, el conocimiento y el desarrollo que debe tomar el estudiode la poltica internacional, es posible presentar algunos parmetros que permitan suagrupamiento. Por este motivo, presentamos a continuacin dos clasificaciones: porun lado, la elaborada por Ted Hopf (1998), una propuesta amplia y que permite unamayor convergencia, diferenciando entre constructivismo convencional y crtico;por el otro lado, el trabajo de Emanuel Adler (2002) arroja luz sobre la variedad delneas en torno de los elementos metodolgicos de cada uno.5.1. Ted Hopf: los constructivismos convencional y crtico

    Una de las posibles maneras de agrupar a los autores del enfoque constructivistaconsiste en identificar la cercana o la distancia respecto de la Teora Social Crtica.sta es, precisamente, la propuesta de Ted Hopf: en la medida en que el Constructi-vismo crea un distanciamiento terico y epistemolgico respecto de sus orgenes enla Teora Crtica (TC), se convierte en Constructivismo convencional. A pesar deque el Constructivismo comparte muchos de los elementos fundamentales de la TC,resuelve algunos interrogantes utilizando elementos que no siguen esta teora sinoque son ms propios de la crtica posmoderna (Hopf, 1998, 181).

  • 92

    A raz de esta vinculacin entre el Constructivismo y la TC resulta necesario esbo-zar tanto los aspectos de la segunda que el Constructivismo ha conservado as comolos que ha optado por tornar convencional. El resultado permite esbozar un tipo deConstructivismo, el convencional, como un conjunto de principios que parten de laTC sin observar, necesariamente, ciertos elementos epistemolgicos y algunos de lospuntos centrales de la misma. El Constructivismo convencional se diferenciara, deesta manera, de otro tipo, llamado crtico dada su cercana a la TC principalmenteen su concepcin respecto del rol del conocimiento cientfico.Para comenzar, es menester sealar los elementos compartidos por ambos tiposde Constructivismo (convencional y crtico); en particular, sus fundamentos tericos.En primer trmino, ambos apuntan a desnaturalizar el mundo social; es decir, suinters reside en descubrir y revelar empricamente en qu medida y de qu maneralas instituciones, las prcticas y las identidades que aparecen como algo natural,son, de hecho, productos de la accin humana, de la construccin social. En segundolugar, tambin comparten la creencia de que la realidad intersubjetiva y los significa-dos son datos fundamentales para la comprensin del mundo social. Tercero, insistenen que todos estos datos deben ser contextualizados; en otras palabras, para podercomprender su significado, los datos deben ser relacionados con el contexto social enel que estn situados. Cuarto, aceptan el nexo entre poder y conocimiento o el poderde la prctica en la relacin entendimiento/conocimiento. Quinto, interpretan alhombre como agente. Sexto, hacen hincapi en la reflexividad del yo y la sociedad;es decir, la mutua constitucin de actor y de la estructura (Ashley, 1987; Hopf, 1998).Sin embargo, el Constructivismo convencional y el Constructivismo crtico sediferencian, principalmente, en cuatro aspectos. La primera discrepancia consisteen cmo uno y otro comprenden a la identidad, a saber: los convencionales deseandescubrir las identidades y sus correspondientes prcticas sociales de reproduccinpara, luego, ofrecer una explicacin de cmo estas identidades implican, modificano influencian ciertas acciones. Al contrario, la finalidad de los crticos consiste endescubrir los mecanismos por los cuales se construye una verdad naturalizada (y no,meramente, evaluar los efectos de diversas identidades y prcticas). En otras palabras,mientras que los crticos apuntan a explorar los mitos asociados con la formacinde la identidad, los convencionales desean tratar esas identidades como las posiblescausas de una determinada accin. Consecuentemente, los crticos tienen un fuerteinters en el cambio de la realidad y buscan desarrollar capacidades para promoverdicho cambio; por su parte los convencionales no buscan indagar ni promover elcambio (Hopf, 1998).La segunda de las diferencias reside en el debate respecto de los orgenes de laidentidad. Los convencionales no se detienen a evaluar el proceso performativo de laidentidad cognitiva; en cambio, los crticos son ms propensos a identificar alguna

  • 93

    forma de alienacin impulsando la necesidad de identidad. Como se seal anterior-mente, el Constructivismo convencional acepta la existencia de identidades y buscaentender su reproduccin y los efectos de ello; y los Constructivistas crticos utilizanla TC para comprender el origen de la identidad. Para los ltimo, es prioritario iden-tificar la diferencia respecto de otros para producir la propia identidad de la mismamanera que explica Hegel la dialctica del amo y el esclavo, donde el amo ms po-deroso no puede conocer su propia identidad ni ejercer su poder superior hasta quesu esclavo, su otro, lo ayude a construir esa identidad a travs de la prctica. No escasual, entonces, visualizar que el Constructivismo crtico abreva y retoma elementosde autores como Nietzsche, Freud y Lacan (Hopf, 1998).En tercer trmino se diferencian en su concepcin del poder. Los Constructi-vistas crticos argumentan que la identidad establece relaciones de poder: observancmo el poder se ejerce en cada cambio social, identificando la existencia, en todoslos casos, de un actor dominante en dicho proceso de cambio. En este sentido, des-enmascarar estas relaciones de poder es una parte importante de la agenda sustantivade los programas de investigacin de los crticos. El Constructivismo convencional,por el contrario, reafirma que es analticamente neutral respecto de la cuestin sobrelas relaciones de poder. A pesar de que los convencionales afirmen que las prcticassociales reproducen las relaciones de poder subyacentes, ello no implica, necesaria-mente, un inters por interrogar dichas relaciones a diferencia del supuesto de laTC de que todas las relaciones sociales son instancias jerrquicas, de subordinacino de dominacin. Las diferentes conceptualizaciones del poder implican diferentesagendas tericas: mientras que los convencionales se orientan a la produccin de nue-vos conocimientos y puntos de vista sobre nuevos fenmenos, los crticos analizan larealidad para poder favorecer un cambio social hacia la emancipacin (Hopf, 1998).En cuarto lugar, difieren respecto del rol del investigador en este proceso. Por unlado, los crticos reconocen conscientemente su propia participacin en la reproduc-cin, constitucin y fijacin de las entidades sociales que observan, asumiendo queel actor y el observador nunca pueden separarse. Por otro lado, los convencionalesparecen ignorar esta situacin: el observador/investigador no es objeto de la mismaindagacin crtica auto-reflexiva.En sntesis, si bien ambos comparten una serie de posiciones como la mutuaconstitucin de los actores y estructuras, la anarqua en tanto construccin social, elpoder como poder material y discursivo y la variabilidad de las identidades y los inte-reses estatales, el Constructivismo convencional no acepta las ideas de la TC sobre supropio papel en la produccin de cambio y mantiene una comprensin radicalmentediferente del poder.

  • 94 5.2. Emanuel Adler: cuatro diferencias en lo metodolgico

    Emanuel Adler (1997) clasifica al Constructivismo en funcin de las diferentestradiciones tericas de las RI y afirma que se sita en un escenario privilegiado porutilizar una variedad de interpretaciones. Adler utiliza como parmetro para diferen-ciar cuatro grupos dentro del paisaje del Constructivismo las diferencias metodolgi-cas, retomando trabajos de Cecelia Lynch y Audi Klotz (Lynch y Klotz, 1996).El primer grupo es el de los modernistas, los que asumen que, evitado el extre-mismo a nivel ontolgico, no hay razn por la cual abstenerse del uso de mtodosestandarizados para la interpretacin de los fenmenos internacionales. En este gru-po podemos encontrar a acadmicos como Barnett, Cederman, Finnemore, Katzens-tein, Klotz, Risse-Kappen. Tambin es posible ubicar en este grupo los trabajos de losconstructivistas Estado-cntricos, como Alexander Wendt, los que se diferencian deaquellos autores que reifican como categoras ms importantes a las naciones y losgrupos tnicos.El segundo grupo de constructivistas es el posmodernista, representado especial-mente por los trabajos de Onuf y Kratochwil. Ambos autores se concentran en cmolas normas y reglas e, inclusive, la jurisprudencia internacional incide en las formasde razonamiento y de persuasin en el comportamiento en la poltica internacional.Esta perspectiva transforma explcitamente el nfasis por una epistemologa neopo-sitivista, acentuando el foco en el hecho de que los cambios histricos de largo cursono se pueden explicar en trminos de un mismo conjunto de factores causales, sino atravs de anlisis de conjeturas (Lynch y Klotz, 1996).El tercer grupo de constructivistas enfatiza sobre el conocimiento, entendindolocomo conocimiento narrativo: presta particular atencin a: las narraciones basadasen el gnero (estableciendo puentes con los enfoques feministas); la accin de agentes(como lo son los movimientos sociales); y el desarrollo de los intereses en torno a laseguridad.El cuarto grupo de acadmicos son aqullos que se valen de las tcnicas desarro-lladas por la TC: algunos constructivistas utilizan el mtodo genealgico de Foucault;otros se dedic