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© COOLTUR Brujería en Sant Feliu Sasserra (Variante 2) Durante el siglo XVII, en Cataluña se vivieron los conocidos "mal años", unos años donde las sequías en verano y los gélidos inviernos afectaron, mucho, a la población. El mundo campesino quiso buscar al culpable de todas aquellas calamidades, creyendo que había sido obra del mismo diablo junto con la ayuda de sus fieles terrenales, las brujas y los brujos. Por las presiones populares, durante los años 1617-1627 hubo una dura persecución para atrapar y condenar a todas las brujas y brujos. ¿Quiénes eran las brujas? La mayoría de mujeres que fueron condenadas de brujería tenían una procedencia rural. Muchas de ellas eran de avanzada edad y tenían un gran conocimiento de la flora local, con la que preparaban ungüentos y medicinas naturales. También solían ser mujeres que ayudaban en los partos de las vecinas del municipio. ¿De qué se las acusaba? En todas las condenadas se las acusó de haber hecho un pacto con el diablo, renegando, así, de la religión católica. Se les solían atribuir maleficios que perjudicaban a los agricultores de la zona, como la creación de tormentas, las largas sequías, la muerte del ganado, la muerte de criaturas, envenenamientos, mantener tratos carnales con el demonio,.... Juicio y condena La mayoría de las personas que fueron acusadas de brujería fueron juzgadas por tribunales civiles, normalmente asesorados por personas que decían ser capaces de ver, en la piel de las brujas, marcas invisibles que el diablo había dejado a la hora de cerrar el trato de brujería. Uno de los más famosos en ver las marcas que dejaba el demonio, y que actuó en Sant Feliu Sasserra, fue Cosme Solé, conocido como "Tarragó". Las personas acusadas no tenían ninguna garantía en el juicio. En la mayoría de juicios, la acusada recibía torturas para obligarla a confesar sus crímenes. Cuando una persona era acusada de brujería, ésta era colgada en la horca. Leyendas de brujas Muchas de las leyendas que se conservan hoy en día, hablan de brujería. La mayoría de estas leyendas servían para poder demostrar la magnificencia de

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Brujería en Sant Feliu Sasserra (Variante 2)

Durante el siglo XVII, en Cataluña se vivieron los conocidos "mal años", unos

años donde las sequías en verano y los gélidos inviernos afectaron, mucho, a

la población. El mundo campesino quiso buscar al culpable de todas aquellas

calamidades, creyendo que había sido obra del mismo diablo junto con la

ayuda de sus fieles terrenales, las brujas y los brujos.

Por las presiones populares, durante los años 1617-1627 hubo una dura

persecución para atrapar y condenar a todas las brujas y brujos.

¿Quiénes eran las brujas?

La mayoría de mujeres que fueron condenadas de brujería tenían una

procedencia rural. Muchas de ellas eran de avanzada edad y tenían un gran

conocimiento de la flora local, con la que preparaban ungüentos y medicinas

naturales. También solían ser mujeres que ayudaban en los partos de las

vecinas del municipio.

¿De qué se las acusaba?

En todas las condenadas se las acusó de haber hecho un pacto con el diablo,

renegando, así, de la religión católica. Se les solían atribuir maleficios que

perjudicaban a los agricultores de la zona, como la creación de tormentas, las

largas sequías, la muerte del ganado, la muerte de criaturas, envenenamientos,

mantener tratos carnales con el demonio,....

Juicio y condena

La mayoría de las personas que fueron acusadas de brujería fueron juzgadas

por tribunales civiles, normalmente asesorados por personas que decían ser

capaces de ver, en la piel de las brujas, marcas invisibles que el diablo había

dejado a la hora de cerrar el trato de brujería. Uno de los más famosos en ver

las marcas que dejaba el demonio, y que actuó en Sant Feliu Sasserra, fue

Cosme Solé, conocido como "Tarragó".

Las personas acusadas no tenían ninguna garantía en el juicio. En la mayoría

de juicios, la acusada recibía torturas para obligarla a confesar sus crímenes.

Cuando una persona era acusada de brujería, ésta era colgada en la horca.

Leyendas de brujas

Muchas de las leyendas que se conservan hoy en día, hablan de brujería. La

mayoría de estas leyendas servían para poder demostrar la magnificencia de

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Dios frente al diablo, dando unas pautas de buen comportamiento a quien las

escuchaba.

Sant Feliu Sasserra

Durante el siglo XVII, Sant Feliu Sasserra era la capital de la “sotsvegueria del

Lluçanès”. Como capital, estaba situada la casa de los Jurados, centro en el

que se reunían los jurados de los diferentes pueblos de la “sotsvegueria”.

Así pues, todas las personas de la “sotsvegueria del Lluçanès” que fueron

acusadas de brujería, fueron juzgadas en la casa de los Jurados de Sant Feliu.

Además, todas aquellas personas que fueron declaradas culpables, fueron

colgadas en una loma que hay junto al pueblo, el Serrat de les Forques.

Desde COOLTUR os proponemos hacer un recorrido por Sant Feliu

Sasserra, para conocer la historia de la brujería en este pueblo, así como

algunas de las leyendas sobre brujería que aún se conservan hoy en día.

Empezaremos la ruta en el Ayuntamiento de

Sant Feliu Sasserra. Este ayuntamiento está

situado donde en el siglo XVII estaba la Casa

de Jurados, representando la capitalidad de

la subveguería del Lluçanès.

Entre los años 1619 y 1620 se celebraron, en

este edificio, varios juicios a personas

acusadas de brujería. A consecuencia de estos juicios, se colgaron un total de

seis personas del Lluçanès acusadas de haber hecho trato con el diablo.

La fachada, restaurada, es la misma que había en el siglo XVII.

Diríjase hacia el sur por la Calle Sant Pere Almató 30 m Gire a la izquierda por Calle Balmes 34 m

Gire a la derecha por Plaza del Bisbe Torras i Bages 50 m

Continúe dirección sur por la Calle Arquebisbe Badia 96 m Continúe por la derecha por Calle Arquebisbe Badia 53 m

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Cruzad la Carretera de Oristà y continúe dirección sur 82 m Continúe por la calle de la derecha 55 m Continúe por el camino de la izquierda 170 m

Continúe por el camino de la derecha dirección sur 93 m

Continúe recto dirección sur - oeste 43 m

A vuestra derecha podéis ver Cal

Raleta, una casa de campo que aún

está habitada.

Según cuenta la leyenda, en esta casa

vivía un matrimonio acomodado que

no tenía hijos. Cuando ya eran

bastante mayores, este matrimonio

decidió que su heredero sería su sobrino, Martí de Badia, a cambio de que éste

les hiciera compañía.

Martí se casó y, junto con su mujer, fueron a vivir en Cal Raleta.

Los problemas vinieron porque a los tíos no les gustaba la esposa de su

sobrino, y el tío recurrió a la magia para intentar echarla de su casa. Cada día,

cuando la chica iba a coger algún cazo para cocer la comida, todos los cazos

de la casa se ponían a dar vueltas, y la chica no los podía coger nunca.

Con el tiempo, el joven matrimonio fue a vivir en una casa cerca de Cal Raleta,

pues la pobre chica estaba harta de no poder hacer nada. En la nueva casa,

nunca más la chica tuvo problemas para coger alguna de las ollas para cocinar.

Continúe por el camino de la izquierda, dirección sur 145 m Continúe por el camino del medio, dirección sur - este 123m

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A nuestra izquierda podemos ver la casa

del Castellot. Aprovecharemos este lugar

para explicar una leyenda que, aunque no

esté situada en esta casa, hubiera podido

pasar en ella.

Según la leyenda, en una casa de Sant

Feliu Sasserra vivía una familia que era

muy pobre. Cuando los hijos de la casa aún eran muy jóvenes, el padre de la

familia se murió. Fue un golpe muy duro, y todos los hijos se tuvieron que

poner a trabajar para poder tener algún ingreso.

Eran tan pobres, que una vez enterrado el padre no pudieron hacer ninguna

misa complementaria, pues no tenían dinero para pagar al cura.

Al cabo de unas semanas de la muerte del padre, la familia empezó a

escuchar, por la noche, unos ruidos muy extraños. Como no encontraban

solución, fueron a ver al cura por si los podía ayudar. El cura les dijo que

aquellos ruidos los hacía el alma de su padre, pues aún no había podido llegar

al cielo. La única solución era la de decir unas misas para el padre muerto, ya

que de esta manera podría llegar al cielo.

El hijo mayor de la casa, que era muy astuto, vio las malas intenciones del

cura. Este chico, le dijo al cura que no tenían dinero para pagar ninguna misa, y

que si a partir de ese día volvían a oír algún ruido extraño, él mismo iría a ver al

cura con un garrote bien grande y le clavaría una vapuleada.

Desde aquel día, la familia no escucho más ruido. Se ve, que estos ruidos los

había provocado el cura del pueblo para poder cobrar unas misas adicionales.

Continúe por el mismo camino, dirección sur - este 333m

Gire a la derecha, dirección sur - oeste 1,296 km

Gire a la izquierda por un camino que más adelante se transforma en sendero 236 m

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A su derecha se puede ver, de lejos, la

casa y los restos de una torre medieval

de la Cirera, lugar donde había habido

un castillo durante la Baja Edad Media.

Aprovecharemos las vistas de esta

casa para explicar otra de las leyendas

de Sant Feliu Sasserra.

En una casa de Sant Feliu vivía una

familia muy pobre. Justo después de la muerte de uno de los miembros de la

familia, en la casa empezaron a pasar fenómenos paranormales. Se ve que

cada noche veían el burro de la casa bailar encima de la mesa del comedor, al

tiempo que también lo veían comiendo en su corte.

Al parecer, estos fenómenos empezaron a pasar después de negarse a pagar

unas misas complementarias al cura, pues era una familia bastante descreída.

El fenómeno paró el día que decidieron pagar un dinero al cura de la parroquia.

Al parecer, el cura era el causante de esos fenómenos paranormales.

Continuamos por el mismo camino dirección sur - oeste 116 m Gire a la derecha por un camino que se dirige hacia el oeste 112 m Gire a la izquierda, dirección sur, por el camino que se encuentra 257 m

A su derecha encontrará los restos de la antigua casa de campo de Coll de

Bassa.

Se ve que hace muchos años, en esta casa vivía una familia campesina que

era muy creyente. Todos los miembros trabajaban, año tras año, en los

trabajos del campo y la vendimia de las viñas, pero un año todo cambio. El

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heredero de la familia empezó a tener un comportamiento extraño, que

preocupo, enormemente, a toda la familia. El joven, a la hora de decir el

rosario, empezaba a balbucear palabras extrañas que nadie de la familia

entendía.

Un día, el joven tuvo una fuerte discusión con su padre, y el chico se fue

corriendo a casa a su novia. Cuando llegó a la casa de la joven se encontró la

puerta principal cerrada, pero él entró igualmente a través de la cerradura de la

puerta. La joven, al igual que la familia del chico, estaba muy asustada, pues

parecía que el chico estuviera poseído por el demonio.

Se ve que el chico se empezó a comportar de forma extraña a través de un

libro que compró a un librero ambulante. El libro lo había escrito el mismo

diablo, y todo el mundo que lo leía quedaba poseído.

La joven, asustada, protegió su casa con agua bendita, impidiendo al

muchacho poder entrar, ya que cada vez tenía un comportamiento más

extraño.

Al poco tiempo, el chico murió de una forma extraña y violenta.

Para volver a Sant Feliu se hará media vuelta y volverá por el mismo camino con el que hemos venido.

Desde COOLTUR deseamos que haya disfrutado de esta ruta turística, y

que tenga muy buen día.

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