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las alcublas Boletín informativo de La Asociación Cultural Las Alcublas (ACLA) - nº 6 abril 2011 NO PARAMOS

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las alcublasBoletín informativo de La Asociación Cultural Las Alcublas (ACLA) - nº 6 abril 2011

NO PARAMOS

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EDITORIAL: DESDE EL VERANO… ¡NO HEMOS PARADO! . . . . . . . . . . .3UNA JORNADA MUY PARTICULAR. Alfons Cervera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4ALCUBLAS Y LOS REFUGIOS ANTIAÉREOS DE LA GUERRA CIVIL (Esa otra Historia que no está en los libros). José Luis Alcaide Verdés. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6LOS AMIGOS DE LOS MOLINOS DE ALCUBLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . .8LEYENDAS DE LA PEÑA RAMIRO. LA CADENA DE LA PAZ. Abel Chiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9LA SENDA DEL ROMERO. SENDERISMO A LA CUEVA SANTA. Serafín Martínez Marz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10BICICLETA DE MONTAÑA EN LA SERRANÍA VALENCIANA. Vicente Ortiz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11LOS PERROS DEL TÍO MIGUEl. Recuerdos de mi niñez. Miguel “Garbelles” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11TRES AÑOS DE ACLA, TRES AÑOS ABRIENDO SENDAS . . . . . . . . . . . .12

FOTOGRAFIAS. Alejandro Delatorre, Serafin Martinez, José Luís Alcaide, Alicia Garrigó, Amparo CiveraDISEÑO / DIAGRAMACIÓN: J Blanco

alcublaslasNº 6. II Época. ABRIL 2011

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Las Alcublas - 6 / Abril 2011 3

DESDE ELVERANO… ¡NO HEMOSPARADO!

Una vez más lanzamos la revista de laAsociación Cultural las Alcublas, con lailusión de explicaros, hacia donde vannuestros proyectos y como no, nuestrasilusiones.

Desde el verano no hemos parado y comotodo trabajo bien realizado hemos tenidola gran recompensa en la publicación delos escritos presentados en el I y IICertamen de Relatos convocados pornuestra asociación en la colección:”Alcublas escribe” gracias a la implica-ción de la Concejala de Cultura, AmparoCivera y el Excelentísimo Ayuntamientode Alcublas.Queremos agradecer al Coordinadordel Certamen, José Antonio Martínez,la idea de contribuir a divulgar la lite-ratura alcublana así como toda sulabor en éste proyecto.Y dejar constancia de la gran trabajo rea-lizado por nuestro antiguo presidenteJosep Rafael Casaña, que como todossabemos se dedicó en cuerpo y alma anuestra asociación.A Joan Blanco le debemos la magníficamaquetación del libro, el diseño y la pre-sentación.

Además son muchos los colaboradoresque con su trabajo nos permiten conti-nuar con nuestros objetivos a los quedebemos un agradecimiento mayor y sin-cero, así que damos las gracias a Ángel,Vicente, Joaquín, Rafa Cano, AlfonsoPonz, Abelardo, los amigos de Villar,Miguel Esplugues, Francisco Torralba,Néstor, Manolo Ambou y a otros much@ssin los cuales nuestro día a día no seríaposible.Damos las gracias a los que desde el ano-nimato i la invisibilidad nos siguen cada

día y nos lo hacen saber con un guiño decomplicidad, gracias también a los queempiezan su andadura con nosotros, alos cuales poco a poco iréis conociendo.

Las cosas cambian…y ACLA continúa

A finales de julio de 2010 se realiza elcambio de la Junta Directiva y el nuevoequipo liderado por Serafín Martínezcomo presidente, mantiene la fuerza, lailusión y las ganas de seguir hacia ade-lante con nuestros proyectos.

Así que el 27 de septiembre celebramosnuestro 3r Cumpleaños, celebrado online,en un especial en nuestro blog y mástarde con una excursión a Peña Ramiro,donde surgieron entre conversaciones,las estupendas Leyendas de Peña Ramiro,que habéis podido ir leyendo en nuestroBlog a la vez que en esta revista tendréisuna muestra.

Para difundir nuestras actividades ymejorar la comunicación interna y exter-na de nuestra asociación, se realizó unajornada de trabajo, donde como objetivosprincipales acordamos, esforzarnos enpriorizar la divulgación de las actividadesrealizadas por nuestra Asociación, entodos los medios posibles, tanto en elblog, como en el telebando de Alcublas,además de difundirlas, en el FACEBOOK ya ser posible en otros medios, como enSerrania Noticias o la revista digital dedi-cada al mundo rural ALTER21, dondedesde entonces hemos publicado todasnuestras actividades, José Luís Alcaide yAlicia Garrigó se han dedicado especial-mente a estas tareas.Convencidos de que la coordinación es la

mejor opción, hemos participado y divul-gado las actividades realizadas por laAGENDA 21 de Alcublas.

Hemos tenido suerte y nos tocó la LOTE-RIA ”pellizquito” navideño que pudimosdisfrutar gracias a nuestra tesorera ycontable, Lola Pereira que con Abel Chivaestablecieron un sistema de pronto pagomediante el cual tod@s los afortunad@spudieron cobrar el aguinaldo.

Seguimos con las Hierbas de Miguel.Nuestro responsable en medioambienteMiguel Giménez quiere ofrecer sus cono-cimientos a los niñ@s de nuestra escuela,el CRA el Pinar, por ello hemos realizadoun dosier pedagógico con la finalidad deestablecer unos objetivos didácticos quepromocionen nuestra flora autóctona.

Fieles a nuestro compromiso con la natu-raleza realizamos el “AlmuerzoEcológico” propuesta de nuestra compa-ñera María Santolaria y limpiamos elentorno de la Cueva Sabuquera y la cale-ra de la Balsa Silvestre. Desde aquí agra-decemos a todos los que colaboraron, suparticipación.

Pero no acaba aquí, el esfuerzo conjuntorealizado por nuestra asociación por elloos invitamos a seguir leyendo esta revistarealizada con el corazón para tod@svosotr@s.

Desde el verano no hemos parado.Y deseamos seguir así, con vosotr@s ypor Alcublas.

La Junta Directiva de la Asociación Cultural Las Alcublas.

EDITORIAL

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Primero fue el monumento. Una magníficaobra diseñada por Adrián Soler (realizadapor Tomás Herrero) para homenajear lamemoria, las memorias que son la huelladejada por la historia. Digo memorias por-que cada uno tiene la suya. Hay muchasmemorias. Lamentablemente muchasveces esas memorias viven enfrentadas.Una guerra provoca horror y memorias dis-tintas. Unos las ganan y otros las pierden.Por desgracia, en España, quienes la gana-ron no concedieron ni un palmo de justicia aquienes la perdieron. No me lo invento yo.Lo dice la historia. Las dictaduras soninaceptables y lo que vino después de laguerra fue una dictadura como la copa de unpino. Allá cada cual con sus ideas. Pero

nadie negará que desde 1939 lo que hubo enEspaña no fue paz sino un ejercicio continuo,casi siempre despiadado, de la victoria. Lamemoria de los vencedores estuvo en todaspartes: en la literatura, en el cine, en losnombres de las calles, en las fachadas de lasiglesias… La memoria de los vencidos des-apareció del mapa durante los larguísimosaños que duró la dictadura franquista.Sé que hay mucha gente que todavía piensaque aquel tiempo fue una maravilla. Y loque lamento es que esa gente no admita -aestas alturas de la democracia- que hayaotra gente que piense lo contrario. La gue-rra fue la guerra. ¿Pero cómo explica esagente amante de la dictadura el daño inex-plicable que se inflige a los derrotados,

cómo explican ese daño y cómo nos loexplican a quienes pensamos de maneradiferente? No hay afán revanchista cuandohablamos de que hay una memoria olvida-da en este país durante muchísimos años.Simplemente -como yo decía la tarde deldomingo, 16 de enero, ante el monumento -somos personas que exigimos la presenciaen los libros, en los periódicos, en la vida delos pueblos, de esa otra memoria silencia-da. Allá cada cual con su memoria. Peroque quienes durante tantos años pudierondisfrutar con su victoria, no desprecien aquienes ahora -al hilo de nuestra tantasveces frágil democracia- defendemos quetambién existe otra memoria que nuncahasta hace poco ha podido ser contada. Cuando la otra tarde yo decía eso delantedel cementerio de Alcublas, sé que unascuantas personas (muy pocas, contadascon los dedos de una mano) abandonaronel acto de homenaje. Eso es lo lamentable.Nadie se fue de allí cuando el señor curadijo lo que dijo.A eso se le llama ser demócratas.Escuchar al otro es la primera señal deidentidad de esa condición de demócra-tas. Los que desprecian la opinión dequienes piensan diferente dudo mucho deque puedan llamarse demócratas y aúndudo más de que se crean de verdad lademocracia. Para mí fue uno de los actosmás emotivos en que he participado a lolargo de tantos años dedicado a escarbaren los agujeros tantas veces oscuros delrecuerdo. Y ver cómo tantas personas seemocionaban con mis palabras, una delas satisfacciones más inolvidables quehe tenido en mi vida.

UNA JORNADA MUY PARTICULAR

Alfons CerveraLos pueblos pequeños están hechos de tiempo. Como las novelas y unaparte casi siempre inexacta de los telediarios. Lo que diferencia a lospequeños pueblos de una ciudad es que los relojes no son lo mismo en unsitio que en otro. El pasado domingo, 16 de enero, se vio muy claro enAlcublas. Pocas veces he visto tantas cosas juntas en tan poco tiempo.Tantas emociones juntas. Tanta gente junta alrededor de un monumentoforjado en hierro y con el alma por memoria y un rato después esa mismagente reunida en otro sitio porque dos libros reclamaban su presencia.

EL MONUMENTO A LA MEMORIA

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Dos libros en un salón abarrotado de gente.Dos libros escritos por la ilusión y las ganasde contar historias más que por la profesio-nalidad que pudiera suponer su escritura.Escribimos muchas veces con el corazón. Esésa una de las posibles gramáticas. Los rela-tos colectivos y los poemas de Moncho megustan por eso: salen de la tierra. Y no haynada más universal que la tierra donde unonace o ha decidido vivir. Son textos untadoscon el barro y el polvo de esa tierra. Cuentanhistorias que suceden cerca pero que tienensu semejanza yo diría que absoluta con otrasque tienen lugar lejos, muy lejos de los mon-tes alcublanos, de sus gentes, de lo que haido construyendo la identidad de un puebloextraordinario. Lo dije en el acto de presen-tación: no hay mejor patria que el lugardonde vive gente a la que quieres y te quiere.Y esa patria, para mí, viene siendo desdehace mucho tiempo ese pueblo fantásticoque, como todo pueblo fantástico, tiene -fal-taría más- sus luces y sus sombras. Seguroque Alcublas las tiene, claro que sí. Pero lospueblos se hacen grandes no desde el sentir-se los mejores del mundo sino desde la deci-sión casi obsesiva de rectificar en todo aque-llo que los puede hacer mejores.La cultura es necesaria como el agua. Losdos libros que se presentaron la tarde aque-lla en el salón tan lleno de sensibilidadesdiferentes pretenden cubrir esa necesidad,al menos una parte de esa necesidad. Eleslogan es: “Alcublas escribe”. Y allí estabanlos textos de esa escritura. Unos más enteros

que otros, como suele suceder en los volú-menes colectivos. Pero todos estaban ahí:juntos en el proyecto común de hacer másvisibles las distintas sensibilidades que ayu-dan a construir la vida de los pueblos. Lospoemas de Moncho salen, como dije antes,de esas raíces que uno ha decidido convertiren poesía. No sé si hay algo más enorme queasumirse uno mismo en lo que es y asumirde paso que vivimos en comunidad, en unacomunidad que a veces adquiere la forma deun pequeño pueblo donde nos dejamos elalma y lo que sea. Los dos libros de los quehablo son parte del alma de nuestra tierra. Ysobre todo, son parte imprescindible de unpueblo al que cada vez siento como el míopropio.Una tarde completa de memoria común -dememorias- y de libros. No cabe tanto en tanpoco tiempo. Por eso lo decía al principio deestas líneas. En nuestros pueblos hay algoque ninguna gran ciudad puede alcanzar: eldominio del tiempo. Ninguna gran ciudadpuede alcanzar ese enorme privilegio.Ninguna.

Y DESPUÉS, LOS LIBROS

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José Luis Alcaide VerdésHablando una tarde con mi madre y conmi tía, surgió la conversación sobre laGuerra Civil en Alcublas. Ellas eran unasniñas, y por eso sus recuerdos son aisla-dos, pero si los unimos a los de otras per-sonas tendremos una visión algo másaproximada de lo que supuso la guerrapara la localidad.Mi tía me contaba que los niños seguíanhaciendo vida normal yendo a la escuela,pero todos llevaban, como una parte másde su atuendo, un cordel atado al cuelloque sujetaba un palito para ponérselo enla boca en caso de bombardeo. Alcublasno fue un pueblo asediado, pero si que fueun pueblo muy militarizado, sobre tododesde que el frente se situó en Teruel, conla instalación del aeródromo en LaBalsilla, y luego, cuando la línea del fren-te se situó en Canales, y los montes delRasinero y también La Solana y elBarranco Lucía se llenaron de trincherasrudimentarias, construidas a toda prisa. En el pueblo se aprendió a convivir conlos militares y con la guerra, no quedabaotro remedio, ya que muchos soldados sealojaban en casas particulares de la loca-lidad: mi abuela Encarna nos contaba deniños que en su casa del Planillo ocupa-ban algunas habitaciones en el primerpiso, y que a la vuelta de una de las estan-cias de la familia en las Bodegas de Gea–a pesar de que los hombres en edadmilitar estaban en el frente, la vidaseguía y las olivas había que cogerlas,pero además en las bodegas la gente sesentía más segura que en el pueblo-, seencontró a los militares celebrando unbaile en la casa, y le habían registrado ydesastrado las arcas de la ropa. Al recri-minarles su comportamiento el másgallito de ellos llegó a amenazarla con supistola, llamándola vieja, a ella que totaltendría 30 años… De aquella estancia,además del recuerdo, guardamos en lafamilia una mesa de despacho y una sillaque los militares dejaron en la casa alabandonarla precipitadamente al acabarla guerra.

Además de la presencia de numerososmilitares alojados en la localidad y delfrecuente paso de vehículos militareshacia o desde Valencia, la guerra se deja-ba notar en el pueblo en otros detalles:distribuidas estratégicamente se coloca-ron sirenas que daban la alarma anun-ciando la proximidad de aviones delbando franquista. Cuando sonaban –yesto pasaba con relativa frecuencia-, lagente y los militares corrían a esconderseen los refugios antiaéreos que se constru-yó en diversas calles de la población:había uno en la Plaza del Cura, otro en laCalle Mayor con entradas en el Porche yen la Plaza del Oro, otro en la Plaza deSan Agustín que tenía dos entradas, una acada extremo, junto a los “charices” yjunto a la rocha; otro estaba en el Planilloy tenía tres entradas, una para los milita-res en el patio interior de la ComandanciaGeneral, situada en la Casa Peset, y lasotras dos para los vecinos en general,situadas enfrente de la Comandancia y ala entrada de la calle de Peregrín (algu-nas personas indican que tenía una cuar-ta entrada en la Fidegüería). Debía habermás refugios, pero mi madre y mi tía nolos recuerdan; en el de San Agustín nuncaentraron, porque cuando estaban en laplaza en casa de su abuela Margarita ysonaba la sirena, en lugar de llevar a losnietos al refugio los escondía dentro decasa, debajo del arco de piedra de unaantigua puerta que comunicaba con lacasa de al lado y que estaba tapiada. Sique conocieron el del Planillo, un túnelprofundo y húmedo –era frecuente quetuviera agua en el suelo, ya que la zonadel Planillo está llena de pozos de agua-,cuyas paredes y techos se encontrabanapuntalados con maderas y tablones.Cuando se daba la alarma mi tía Encarnase encargaba de coger a sus hermanospequeños y llevárselos corriendo al refu-gio.Miguel recuerda un refugio en la Plaza delos Olmos y otro en la Ramblilla, que eraal que siempre iba él. Este último lo exca-vó el tío “Chuflas” en el terreno arcilloso,

de ahí que lo llamasen también “el refu-gio del tío Chuflas”: tenía dos entradas yestaba en el terrero del desnivel de losbancales, debajo de las casas de las“Benjaminas”. En una ocasión sonaronlas alarmas y fueron corriendo a refu-giarse, y por el camino encontraron solaa una chiquilla, Emilieta, a la que con pri-sas metieron en el refugio. Ese día bom-bardearon a la entrada del pueblo y unade las bombas destruyó la casa del tíoPedro, el “Caminero” –que luego sería lacasa del médico y actualmente es el con-sultorio-, y también se asolaron las casasde los “Tiesos”. El tío Cayetano “Talego”no pudo salir de casa a tiempo de ir alrefugio y se escondió como pudo en elhueco de las cantareras, y así salvó lavida. Cuando acabó el bombardeo salie-ron del refugio y, justo en el sitio en el quehabían recogido a Emilieta, en la era deltío “Porras”, había un enorme cráter cau-sado por una bomba. En la zona deDespeñaperros se mantuvieron porvarios años los enormes agujeros de lasbombas: hay quien dice que el que dirigíael bombardeo conocía muy bien el pueblo–incluso se insinúa si no sería alguien deAlcublas destinado en el ejército fran-quista-, pues los aviones dejaron caer lasbombas justo en los sitios donde menosdaño podían causar. Lo más seguro esque fuera sólo suerte el que no muriesenadie, aunque heridos sí que hubo: mecuentan que una bomba cayó en la Cavacerca del lavadero o en el mismo lavade-ro, y que a un soldado que estaba allíhablando con las mujeres le hirió en unapierna. Otras versiones hablan de dossoldados muertos y el herido ya mencio-nado, y un soldado fallecido en laRamblilla.Pilar vivió también ese bombardeo deAlcublas con unos ocho años, pero ella nopudo refugiarse en un refugio antiaéreo:el sonido de las sirenas y los aviones lasorprendió junto a otras niñas en las pro-ximidades del cementerio recogiendohierba. Unos soldados que estaban cercalas vieron y las hicieron tumbarse boca

ALCUBLAS Y LOS REFUGIOS ANTIAÉREOS DE LA GUERRA CIVIL (Esa otra Historia que no está en los libros)

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abajo y, desde el suelo veían –y sobretodooían-, cómo pasaban los aviones y cómocaían las bombas. Mientras, su madreestaba en el refugio del Planillo padecien-do por su hija, de la que no sabía nada. Después de aquel bombardeo el temor alos aviones franquistas y a las bombaspasó a ser una realidad más palpable. Enuna ocasión, tras sonar la alarma antiaé-rea en el pueblo, acudió tanta gente alrefugio del Planillo que no cabían todos ylos soldados, pistolas en mano, tuvieronque poner orden para que saliesen loshombres y pudiesen entrar a cubierto lasmujeres y los niños…En la casa de la esquina de la Cruz con lacalle de la Parra los soldados establecie-ron un puesto de guardia permanente paracontrolar la carretera, y mientras la fami-lia dormía en el piso superior, en la plantabaja hacían guardia, a veces encendiendouna hoguera en la chimenea para calen-tarse.Tras el anuncio del fin de la guerra, lossoldados republicanos abandonaban elfrente y huían desordenadamente haciaValencia. El contraste a este torrente dehombres del ejército vencido lo poníanquienes, como el Tío Cirilo con su boinaroja de requeté, esperaban en la CalleNueva, orgullosos y triunfantes, la llega-da de las tropas franquistas.

A pesar de haber acabado, la guerraseguía a su manera instalada en la vida delos habitantes de Alcublas, y no sólo enaquellos aspectos más dolorosos, sino enotros mucho más triviales: mi bisabueloBenito encontró en un corral que se habíautilizado como puesto de mando en elGasque, numerosas mantas, un teléfonode campaña, bombas que luego desarmópara aprovechar la pólvora y hacer barre-nos, e incluso algunos libros en francésque -quién sabe-, puede que pertenecie-sen a un voluntario de las BrigadasInternacionales, y que estuvieron dandovueltas por la cambra de la casa durantemucho tiempo, hasta que los años y losratones acabaron con ellos. Más tarde elteléfono, junto con una bolsa de tela ama-rillenta en la que había varios barrenos,pasó a estar escondido en un agujero de lacambra, lejos del alcance y las miradas delos niños, para seguramente terminar enel vertedero de la rambla. También, pasado un tiempo, mi abuelasupo que en una casa que tenían alquiladaa una familia de Bejís en la Calle Peregrín,había estado escondido un hombre perse-guido por los republicanos y huido de supueblo... ¡Con la de veces que había idoella a la bodega de esa casa a por vino delas cubas!¡Y pensar que todo ese tiempohabía un hombre oculto allí!

A las afueras del pueblo, en el Planillo,quedaron abandonados varios vehículosmilitares inservibles, que se convirtieronen el lugar favorito de los niños para jugary de los que al final sólo quedó el esquele-to, como un esperpéntico recordatorio dela guerra, unos vehículos que con el pasodel tiempo, pieza a pieza, los chiquillosfueron desmontando hasta hacerlos des-aparecer, de la misma forma que la gentequería hacer desaparecer de sus cabezasla traumática experiencia que fue laGuerra Civil española.

P.S.: Esta pequeño artículo sobre los refu-gios antiaéreos en Alcublas quiero dedi-carlo a la memoria de todos los alcubla-nos y alcublanas que padecieron unaguerra incomprensible, a los que noentendían ni querían entender de bandos,y sobre todo a aquellos que la sufrieroncon mayor rigor, especialmente a mi tíoVicente Santolaria y a los otros jóvenesque fueron injustamente acusados dehacer una hoguera con los santos de laiglesia en la plaza y encarcelados.Y cómo no, a mi abuelo Jaime, al que lecambiaba la cara cada vez que alguiennombraba la Guerra Civil.Por algo sería.

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Los amigos de Los Molinos

Que Alcublas es una localidad en la queexiste una alta efervescencia social es algoque nadie pone en discusión, es muy eleva-do el número de asociaciones de todo tipoexistentes en ella: deportivas, recreativas,culturales… Todas ellas aportan a lasociedad local un valor añadido que laenriquece más allá de lo meramentematerial, y en conjunto hacen de nuestropueblo un pueblo más dinámico, más vivo.En general las personas que forman partede estas asociaciones lo hacen porque lesgusta practicar un deporte o una aficiónconcreta, con un trasfondo lúdico claro, yquizás los únicos que escapan en ciertomodo a esta norma son las festeras y fes-teros que todos los años dedican susesfuerzos a lograr que todos sus conveci-nos y quienes visitan Alcublas disfruten deunos días de fiestas en verano, y tambiéntodas las personas que colaboran con elAyuntamiento en la realización de las fies-tas patronales de San Antón.Lamentablemente ese dinamismo socialque reflejan las muchas asociaciones exis-tentes no tiene un paralelismo a nivel eco-nómico y ello tiene un reflejo directo en lalocalidad, en los recursos con los que pue-den contar las autoridades para prestarmás y mejores servicios a los vecinos, unosrecursos que con demasiada frecuencia serevelan insuficientes para cubrir todas lasnecesidades existentes. Contrarrestar esas carencias económicasmediante el trabajo desinteresado de laspersonas, bien individualmente o bien engrupo, es el motor de lo que se denominael voluntariado, un término que se hahecho bastante frecuente escuchar aplica-

do al medioambiente, el deporte o los ser-vicios sociales y sanitarios, pero que tam-bién es aplicable a aspectos culturales ensentido amplio.En las pequeñas localidades no suele exis-tir un voluntariado social o de otro tipoporque las carencias sociales son con fre-cuencia suplidas por la proximidad de losfamiliares o por la buena relación entrevecinos, mucho más cercana por ejemplo,que la relación de vecinos en una gran ciu-dad. En otros aspectos, por ejemplo losmedioambientales, el hecho de vivir ennúcleos rurales sin apenas industria, hahecho que la percepción de un medioam-biente amenazado por la acción del hom-bre haya tardado en surgir, haciéndolo demanera muy tímida. Por último, a nivelcultural, una errónea política de subven-ciones y el dirigismo político, han hechoasentarse en las mentalidades una idea deque todo lo relacionado con la cultura y elpatrimonio cultural es tarea de las autori-dades.No obstante, el rápido envejecimiento dela población, la despoblación de los pue-blos de interior, la disminución de losterrenos cultivados y el abandono de cam-pos, o la crisis económica, están haciéndo-nos ver a marchas forzadas que los esque-mas que hasta hace muy poco eran válidosya no sirven, y que es necesario que adop-temos un grado de compromiso mayor,que nos impliquemos más directamenteen conservar y mejorar nuestro entrama-do social, nuestro entorno más cercano. Pretender que de la nada surja un volunta-riado, sobretodo un voluntariado de tiposocial, sería pecar de candidez, ya que

estamos hablando de un proceso lento ylaborioso que requiere de un aprendizajemuchas veces difícil por lo que implica decompromiso, un compromiso que conmucha frecuencia, desde la rutinaria“comodidad” de nuestras vidas, no esta-mos dispuestos a asumir. Sin embargo en esto, como en todo, locomplicado es dar el primer paso, decidir-se a cambiar la dinámica del “que lo haganlos demás” por esa otra dinámica del “nos-otros podemos poner nuestro granito dearena para hacerlo”, sabiéndonos partehumilde de un proyecto mayor, que nopertenece a nadie en concreto y que almismo tiempo pertenece a todos. No hace mucho tiempo nos llegó a laAsociación Cultural Las Alcublas una pro-puesta que nos ha hecho reflexionarmucho sobre la forma de enfocarla eintentar desarrollarla: se nos propusocrear un grupo de AMIGOS DE LOS MOLI-NOS DE ALCUBLAS, un grupo formado porvoluntarios para “cuidar” los molinos y suentorno, para promover y desarrollar acti-vidades que contribuyan a promocionar-los a todos los niveles. En ACLA desarrollamos actividades quepueden catalogarse como propias delvoluntariado ambiental, como son las jor-nadas de reforestación que desarrollamoscon la Falla Los Generales, de Valencia, lalimpieza del entorno de la calera delCodadillo, o el marcado de senderos; oactividades que pueden ser catalogadascomo propias del voluntariado patrimo-nial, como son la recuperación de lasCarrilás o la recuperación de la Calera delCodadillo.

ACLA POR EL VOLUNTARIADO

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Leyendas de la Peña Ramiro

LA CADENA DE LA PAZ

Abel ChivaCuenta una leyenda que había dos pue-blos vecinos, Andilla y Alcublas, cuyosreyezuelos, al trasladarse la conquistahacia territorios lejanos, permanecíandemasiado tiempo ociosos.La gente de los núcleos que dominabanpermanecía diariamente en su faena,pero a los gobernantes o dominantes lesdió por pelearse por un puñado de case-rones perdidos por sus montes.Pasaba el tiempo, los ánimos se ibanencrespando debido a las lesiones, muer-tos y saqueos que se hacían con las incur-siones por ambas partes, ello llevaba aaumentar los gastos que estos pseudoreyezuelos realizaban con su caprichosojuego. Incluso el de Alcublas mandóconstruir una torre amurallada en lo altode una peña para controlar las incursio-nes de sus vecinos.Conforme se hicieron más precavidos yorganizados en la defensa, las incursio-nes se fueron espaciando en el tiempopero también fueron más virulentas ycon planificación, tanto en la ejecucióncomo en la escapada.Una noche cerrada de otoño, el grueso delas fuerzas andillanas se propuso tomarla torre, con ello dejarían desprotegidaslas masias del llano y tendrían la victoriacasi asegurada. A su favor estaba el fac-tor sorpresa y la dispersión de los alcu-blanos en varios pequeños núcleos.Quiso el azar que al cruzar la rambla uncaballo resbalara y el vigía de la torredescubriera la emboscada.Apresuradamente comenzaron la ascen-sión sin disimular ya sus intenciones,media docena de hombres se dirigían atomar la torre con sólo dos hombres dedefensa mientras el grupo esperaba en laladera. Pero la alarma ya se había exten-dido por las casas de los alcublanos y lasantorchas estaban cada vez más cerca delas casas de “los arenales”, los atacantes,sin acabar de escalar hasta la torre sereunieron todos y fueron al encuentro delos que ya en buen número se habían reu-nido junto a las casas. No llegaba a un

kilómetro lo que separaba a ambos gru-pos.Las primeras luces del alba sorprendie-ron a los pocos supervivientes en uno delos repliegues que periódicamente hací-an para reunirse y volver a la carga. Alfrente de lo que quedaba de cada grupodos jóvenes jadeantes, sudorosos y baña-dos en sangre miraron con horror comosus padres yacían mezclados con otroscuerpos y como borrosos entre los queji-dos de los heridos. Ambos, con una mira-da entre triste y resignada bajaron lacabeza tomando aliento para poder arti-cular alguna palabra.Al fin, el de Alcublas, como en un susurropor la sequedad de la boca logró articu-lar cuatro palabras:

-Creo que esta locura ha llegadodemasiado lejos.Fue el comienzo de una tregua y despuésvinieron las conversaciones entre los dosjóvenes que acordaron enterrar todosjuntos en un secarral al noroeste, aunquea escasa distancia, de la casas. Suspadres, los jefes fallecidos yacerían en unsitio privilegiado elegido por ambos ypara sellar la paz, no sólo entre ellos si notambién la de los espíritus de sus proge-nitores, acordaron: con las monedas deoro que tenían para financiar la guerrafundirían una cadena con siete eslabo-nes, el mismo numero de pies que tendrí-an de separación sus tumbas.Con ello quisieron demostrar a todos queel mejor dinero empleado era el que seinvertía para la paz, y ante la tumba desus padres, con la cadena en las manos,sellaron el pacto por el que nunca jamásvolvería a haber otra guerra, maldicien-do al que osara desenterrarla y la usarapara matar.El cementerio está localizado hoy en día,pero el lugar privilegiado donde yacendos cuerpos unidos por una cadena coneslabones de oro nunca se ha encontradoy seguramente… nunca se encontrará,porque los espíritus de muchos valientesvelan por ella y por la paz de sus descen-dientes.

ACLA no es una asociación de voluntaria-do en sentido estricto, y tampoco quieremonopolizar ningún proyecto de volunta-riado, porque estamos convencidos de quelos personalismos y los monopolios noenriquecen a una sociedad, sino todo locontrario.Por eso en ACLA queremos ser Amigos deLos Molinos, pero no queremos ser “losúnicos" Amigos de los Molinos, queremosque este proyecto, aunque se lance desdenuestra asociación, no sea un proyecto quese identifique con la asociación: nosotrosponemos nuestra estructura para lanzarla idea y para comenzar a desarrollarla,pero creemos que éste debe ser un proyec-to mucho más abierto. Poco a poco iremos dando forma a las pri-meras ideas para que los Amigos de LosMolinos de Alcublas comiencen a “andar”,pero hasta entonces te queremos lanzaruna pregunta: ¿eres de esos que siguenpensando que lo mejor es “que lo haganlos demás”?Piensa detenidamente tu respuesta y pien-sa si tú puedes aportar algo a un proyectocomo este, una idea que puede permitir-nos enlazar lo lúdico con el compromisopor una sociedad mejor, una idea que nospuede llevar a dar los primeros pasos en elterreno del voluntariado en Alcublas.Y cuando tengas la respuesta únete a nos-otros y contacta a través de este BLOGhttp://molinosdealcublas.blogspot.com/

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Las Alcublas - 6 / Abril 201110

La senda del romero

SENDERISMOA LA CUEVA SANTA Serafín Martínez Marz.Cuando nos reunimos el sábado por la tarde,para planificar y preparar la salida del díasiguiente, no teníamos nada claro lo que nosiba a deparar esa jornada. Todo por culpa delas inclemencias atmosféricas, que si haríamal día, si llovería, quienes acudirían, cuan-tos seríamos para la comida… Una serie depreguntas para las que ni teníamos respues-ta, ni podíamos ser adivinos con el tiempo quenos haría. Así que después de reservar lasplazas para la comida, quedamos en vernos alas nueve de la mañana en la plaza deS.Agustín para comenzar la marcha.La noche estuvo lloviendo, así que nos temía-mos lo peor, pero cuando nos vimos a lasocho tomando un café, para ir a dejar loscoches en la cueva santa, ya vimos que por lomenos no llovía y había más claros quenubes, así que decidimos seguir con la salida.Vamos apareciendo por la plaza y cual nosería nuestra sorpresa cuando vemos que haymás senderistas que nunca, por lo visto elSantuario tiene atractivo. Empezamos prepa-rándonos para las fotos de rigor y contandopor encima somos sobre cincuenta, de ellosvarios niños/as.Es una gozada el ver ese grupo tan numeroso,y eso que el día amenazaba lluvia, que de locontrario no sé cuantos hubiésemos ido. Elgrupo se pone en marcha, capitaneado porMiguel, que es el que tira del carro llevándo-nos hacia Santa Lucía, donde nos desviamos ala izquierda para coger la falda de LosMolinos hasta llegar al Corral Blanco.Allí descendemos hasta la Tejería, para en laBalsilla meternos hacia los corrales del cerrode la Cruz. Aquí tenemos la primera sorpresadel día, un grupo que venían de Cullera, hos-pedados en la casa rural y que era la primeravez que estaban en nuestro pueblo, se nosdespistan, pero gracias a los móviles losencontramos.El grupo se va estirando, pues cuando divisa-mos el Prao, los que van en cabeza ya están alfondo, los que vamos en la cola decidimoshacer un alto, pues unos niños no van con cal-zado adecuado y no pueden continuar, así quecon su madre deciden regresar. Es cuandodecidimos almorzar, aprovechando las

mesas de piedra existentes en una pequeñazona de acampada que existía en ese paraje.Continuamos y nos encontramos en la Cañalos Charcos, donde el paisaje ya va siendo másbonito, ya hemos dejado el asfalto y estamosen senda de tierra, cruzamos el cortafuegos yya estamos en el término de Altura, donde yaaparecen las marcas de la GR-10. Aquí comienza a llover un poco, apareciendoparaguas, chubasqueros y gorros, la senda vabordeando el puntal de Navarretes.Cruzamos el camino de Las Torrecillas y nosdirigimos hacia el Corral de los Abelardos enel Carrascalejo. La subida es muy bonita ycómoda, así que en la cumbre aparecen losrestos de otro corral y caseta.Desde este punto se observa Monte Mayorque lo vamos dejando a la derecha, y comien-za un descenso que nos lleva a la Fuente delas Tres Nogueras, en este tramo la senda esestrecha y un poco peligrosa. Terminado estetramo, ya comienza la ascensión que nos lle-vará hasta el Calvario de la Cueva Santa.Estando en la cima nos aparece al fondo unmajestuoso y luminoso Arco Iris, haciendo lasdelicias de los más pequeños. Las vistas son impresionantes, se divisa todala vertiente del Palancia, con el impresionan-te Peñagolosa al fondo, dándote la impresiónde cercanía, pero la realidad es bien distinta,hay muchos kilómetros hasta allí. Pero Viver,Segorbe y otros pueblos si son visibles desdeese punto donde nos encontramos. Aparecemos en la plaza de la entrada a lacueva, haciéndonos las consabi-das fotos de rigor, asícomo no

entramos en esos momentos a la cueva porestar celebrándose la santa misa. Decidimosjuntarnos en el bar, tomándonos un refrescoque bien ganado lo teníamos. Así los que no sequedaban a comer ya se iban marchandohacia el pueblo.La comida estuvo muy bien, según la mayoríade los comensales la paella estaba muybuena, así que después del café y un poco detertulia, comentando las curiosidades yanécdotas del recorrido, decidimos regresaral pueblo. Resumiendo podemos decir que lasenda fue un éxito, siendo del agrado de lossenderistas.Ahora llega el momento de ponernos a traba-jar en ella todo lo que podamos, contactarcon los Ayuntamientos de Alcublas y deAltura, para ver si es posible recuperarla ypromocionarla como ruta alternativa a lacarretera “Alcublas-Cueva Santa”, deno-minándola la senda de “LOSROMEROS”.

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Bicicleta de montaña en La SerraníaValenciana

LOS PERROS DEL TÍO MIGUElRecuerdos de mi niñez

Miguel GarbellesBuenas, aquí estoy otra vez con otro relato de mi niñez, que le pasó a mipadre, allá por los años 1966-67.Mi padre era pastor de ovejas, y un día pastando con ellas, cuando se dispo-nía a llevarlas a beber a la balsa de la Pedrosa, seguramente dio un malpaso y rodó por el terraplen allí existente, perdiendo el conocimiento.Los perros que llevaba uno se llamaba “Paúl”, y el otro “ Martini “, la verdades que no me puedo explicar como se lo organizaron entre ellos, “ Paúl”, seencargó de recoger el ganado, pues mi padre ya lo tenía acostumbrado,siempre que por cualquier motivo se ausentaba, él controlaba el rebaño ensu ausencia. “Martini”, se marchó a un Km. de distancia en busca de ayuda,por suerte allí se encontraba un buen amigo de mi padre, el tío AntonioGinés, el cual se encontraba labrando sus tierras con su tractor Barreiros. Al llegar a su lado, el perro empezó a ladrar sin parar, dando bocados a lasruedas, al ver esta situación, el tío Antonio comprendió que algo estabapasando, él era conocedor que ese perro nunca se separaba de su dueño,era muy celoso y no dejaba que nadie se acercara a su amo, así que al verloallí tan cariñoso paró el tractor y se bajó. En esos momentos el perro se le acercó y comenzó a restregarse contra supierna, el tío Tono vió desde donde se encontraba,que el ganado estabaquieto y recogido, comenzando a llamar a su amigo por su nombre, peroeste no le contestaba ni daba señales de vida, volvió a subirse al tractor,observando que el perro salía corriendo delante de él hacia el camino.Llegaron al sitio donde se encontraba mi padre tumbado y sin sentido, peroal tocarlo un poco y mojarle la boca, despertó. Todos se llevaron una granalegría, pues debió de darse un pequeño golpe en la cabeza y quedó sin sen-tido.El tío Antonio cogió a mi padre y lo trajo al pueblo, los perros ya se queda-ron algo mas tranquilos, hasta que fue un pastor amigo y llevó el ganado alcorral que teníamos en la partida de San Cristóbal.Desde ese día siempre que los perros veían al tío Antonio se acercaban asaludarlo a su manera. El cariño que tenía mi padre a sus perros, era algoespecial, por eso dicen ahora que mi perrita “ Canela “ hace lo que yo quie-ro, el cariño hacia estos amigos del hombre es lo primero.

Vicente OrtizHace años participé en el camino de Santiago, erantiempos de juventud “Europa recuperó un largocamino”. Por mucho que dijese Machado se hacecamino al andar, si no se curra el camino no seconstruye ni termina.Los gallegos además de andar, han trabajado paraayudar a mantener vivo y a divulgar el papel de lasrutas y senderos a Compostela, han desarrollado ycreado una Cultura turística, religiosa, deportiva,europea y una identidad común para todos losperegrinos, unos andarines, otros jinetes , otrosciclistas en dirección hacia la ciudad del SantoApóstol.Hace unos años nadie hubiese pensado que lasgentes de la Serranía, que decían algunos intelec-tuales estaba muerta, siguiendo el ejemplo de losgallegos llegarían a organizar un circuito de BTT (Bicicleta Todo Terreno) en la Serranía y algunospueblos Serranos organizan ya su camino local deBTT por su territorio. Alcublas no podía ser menos y la ilusión de unospocos y luego unos muchos, consiguió hacer unaescuela de Pilota, Organizar una Subida a losMolinos, crear un Club de Montaña , unaAsociación Cultural ACLA y cómo no, para esos quedicen que faltan actividades en invierno, vamos aorganizar una ruta religiosa, turística y deportivaen BTT. La fe y la ilusión mueven montañas, amigaConcejal de deportes, empieza a reclutar volunta-rios, que en la programación de actividades de tumunicipio, el próximo invierno vamos a organizar“Algo”.ACLA ya tiene marcado el sendero de Alcublas-Cueva Santa, pasando por los Molinos, pues nues-tro camino BTT, vamos a intentar sea Turístico,Santo, Deportivo y que acudan centenares de pere-grinos a conocerlo…

Alcublas-CuevaSanta-Alcublas en BTT

Este 2011 vamos a trabajar para que aparezcanuestro pueblo en el circuito de Bici de Montaña dela Serranía, hay que trabajar, buscamos volunta-rios colaboradores y medios, que la ilusión y mar-car el itinerario es cosa nuestra. Todos los participantes del Circuito de la Serraníaen el 2010, al descubrir esta comarca desconocidapara una gran mayoría se han ido satisfechos y lomejor: volverán en 2011.

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ACLA agradece la colaboraciónde Colchones Star

DIARIO DE ABORDO

3 AÑOS

DE ACLA,

3 AÑOS

ABRIENDO SENDAS

A finales de septiembre celebrábamos en nuestro blog de una manera muy espe-cial nuestros tres años de vida como asociación, tres años que han dado mucho desí, en los que hemos iniciado proyectos, otros han quedado arrinconados, otroshan sido desarrollados, pero sobretodo tres años de intensa actividad que no handejado indiferente a nadie y que nos han hecho reflexionar sobre nuestra manerade entender las relaciones sociales y la cultura en un ámbito territorial definidocomo es la localidad de Alcublas.El balance, a pesar de las lógicas y puntuales controversias suscitadas con otroscolectivos y personas en ciertos momentos, es altamente positivo porque las líne-as maestras de nuestro proyecto siguen marcadas con la misma o mayor claridadque el primer día, y la ilusión por avanzar en nuestro trabajo sigue siendo tan fuer-te como entonces. Sin lugar a dudas la Asociación Cultural Las Alcublas ha contribuido a generar unambiente de debate e inquietud cultural que, por mucho que haya gente que no lovalore, supone para la localidad una herramienta de desarrollo a medio y largoplazo de gran valor y eficacia.Hace tres años, cuando presentábamos nuestra asociación en el Fòrum del´Esport de la Universitat de València, hacíamos hincapié en que nuestro proyectoera un proyecto de ocio activo, un proyecto que buscaba estimular e implicar aotros colectivos, desde la realización de actividades de ocio siempre con un tras-fondo socio-cultural. Dentro de este proyecto explicábamos en la Mesa Redonda que una de nuestraslíneas básicas de actuación era el fomento del senderismo y el excursionismo comouna manera de interrelacionar las sendas y caminos con la botánica, la medicinatradicional, el cuidado del medio ambiente, o los aspectos etnológicos de la locali-dad. Probablemente este sea el ámbito en el que más hemos trabajado, y el fruto deeste esfuerzo será totalmente visible en un plazo no muy largo de tiempo:Hemos remarcado el PR-105 desde la Cueva Sabuquera a Los Molinos; hemosrecuperado parte de las “carrilás” que hay en este sendero; hemos diseñado ymarcado, con la colaboración de la Universitat de València, un sendero de 26 kiló-metros que enlaza algunas de las charcas y navajos más interesantes de la locali-dad; hemos diseñado y marcado un sendero local que da la vuelta al Cerro de LosMolinos y que sirve como enlace también para visitar La Balsilla, la Tejería y losRefugios del Aeródromo desde el núcleo urbano. Actualmente estamos trabajan-do en una variante del sendero de las charcas, estamos en trámites para su homo-logación por la Federació Valenciana d´Esports de Muntanya i Escalada de laComunitat Valenciana, y estamos diseñando un nuevo sendero temático relacio-nado con las actividades económicas tradicionales.Por todo lo anterior, hemos considerado que este es el momento oportuno paracrear un nuevo apartado en nuestro blog que refleje este trabajo y nuestras activi-dades en el campo del senderismo y el excursionismo, es el momento para que lasSENDAS DE ALCUBLAS sean pisadas por caminantes cuya mayor preocupación seadisfrutar de la naturaleza y hacer participe al resto de la sociedad de ese sentimien-to de respeto por el medioambiente. Con el fin de que toda esta ilusión y trabajoquedé reflejado y concentrado en un apartado concreto de el Blog de la AsociaciónCultural Las Alcublas, os presentamos nuestra nueva sección: Senderismo enAlcublas, deseando sea de vuestro agrado y poco a poco ir insertado las nuevasactividades a las que ahora, hoy como siempre, estáis tod@s invitados.

Asociación Cultural Las Alcublas (A.C.L.A.)