bibliotecas públicas: tradición e innovación

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Andrés Mendoza/Laura O. Coulnga Durán (Compiladores)

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  • BIBLIOTECAS PBLICAS:TRADICIN E INNOVACIN

  • 4BIBLIOTECAS PBLICAS:TRADICIN E INNOVACIN

    Memorias del Primer Coloquio de Bibliotecas del rea Metropolitana de Monterrey

    Monterrey, Nuevo Len, 29 y 30 de agosto de 2007

    Andrs MendozALAurA o`CoLungA durn

    (compiladores)

  • Diseo de la portada: Mnica Arroyo Foto de Portada: Eric LaraCuidado de edicin: Teresa Cuello, Luis Enrique Gmez

    Ttulo original: Bibliotecas Pblicas: tradicin e innovacin.Primera edicin: mayo de 2009

    Andrs MendozaLaura O`Colunga Durn (compiladores)

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.

    Impreso y hecho en MxicoPrinted and made in Mexico

    ISBN

  • Introduccin 8

    Administracin de recursos e infraestructura

    Necesidades de los usuarios, adquisiciones y presupuesto:una relacin difcil de armonizarDaniel Sanabria 12

    Nuevo Len: los archivos en el contexto de latransparenciaJ. Jess vila vila 18

    Legislacin en Nuevo LenIsrael Cavazos 22

    Sin memoria organizada y descrita no hay informacin ni transparenciaPatricia Galeana 26

    Lneas generales para un programa de desarrollo dearchivos en el contexto de la transparencia Jorge Ruiz Dueas 31

    Ojo!, son slo herramientasChristian Bustos Garca 35

    La biblioteca pblica y las nuevas tecnologas para nios 42Brenda Martnez Camarillo

    ndice

  • Apoyo didctico y tecnolgico a las personas conceguera y debilidad visual en la Capilla Alfonsina Paula Prez Salas y Javier Rodrguez Martnez 48

    Metodologa para la creacin de nuevos espacios y lectores

    La coleccin bibliogrfica de la sala museo de laFacultad de MedicinaArmando Hugo Ortz 56

    Fomento lector, entre tradicin e innovacin Gisella Lpez Carmona 61

    Lectura y FuturoEduardo Nez 66

    El Saber y la Cultura en Max Scheler como invitacina la bsqueda de modelos valorativos en la lecturaJorge Ignacio Ibarra 70

    Proyecto Bibliotecas de barrio Andrs Mendoza 80

  • 8Introduccin

    Los conocimientos y la informacin, como elementos indispensables de la cultura, deben estar a disposicin de la comunidad sobre una base democrtica y plural que coadyuve a enriquecer la creatividad y recreacin de la cultura ciudadana.

    Los bibliotecarios tenemos la tarea de resguardar y procesar la informacin, adems de promover y ponerla a disposicin de los lectores.

    Sabemos que es una tarea colectiva, por lo que es necesario que exista la comunicacin, el intercambio de ideas y visiones que lleven a revisar y mejorar planes, programas y proyectos en los centros bibliotecarios, con el propsito de avanzar sobre bases tericas y prcticas ms slidas el proyecto cultural de bibliotecas de la zona metropolitana de Monterrey.

    Es innegable que se ha dado un paso adelante en la calidad y servicios de las bibliotecas pblicas y privadas, sin embargo, an queda mucho por hacer. De ah la necesidad del intercambio de informacin para tratar de actualizar las dinmicas, las organizaciones administrativas y la infraestructura de la biblioteca. stas son tareas y acciones que no pueden realizarse sin los avances, experiencias y conocimientos adquiridos en los ltimos veinte aos de experiencia bibliotecolgica.

    Para obtener verdaderos resultados se deben integrar esfuerzos lograr un cambio cualitativo en la infraestructura y recursos para adecuar nuestras acciones a la modernidad y a los retos que nos impone la globalizacin. As como homogeneizar el papel de la cultura en el Estado, que no existan grandes sectores de nuestra comunidad inmersas en el rezago, fuera del

  • 9alcance de los beneficios que ofrece la infraestructura de las bibliotecas pblicas y privadas.

    Se debe hacer presente la discusin y la reflexin crtica que permita la reformulacin de la poltica y planeacin bibliotecaria, asimismo, apoyar e integrar nuevas dinmicas acadmicas y culturales; a aquellos sectores que, ante los retos actuales de informacin y servicio, se han quedado en el atraso. Impulsar el anlisis y el conocimiento de las formas y mtodos establecidos en la administracin de los centros bibliotecarios, con el propsito de reconocer, sobre todo, los cambios suscitados en nuestra comunidad para actualizar los servicios.

    Con base en estos argumentos e inquietudes, se llev a cabo el Primer Coloquio de Bibliotecas Pblicas del rea Metropolitana de Monterrey, cuyos ejes temticos fueron: administracin de recursos e infraestructura y las nuevas tecnologas y la discusin de metodologas para la creacin de nuevos espacios y lectores.

    Andres MendozaLaura O. Colunga

  • ADMINISTRACIN DE RECuRSOS E

    INFRAESTRuCTuRA

  • 12

    Necesidades de los usuarios, adquisiciones y presupuesto: una relacin difcil de armonizar

    dAnieL sAnAbriA

    Introduccin

    En la biblioteca del Tecnolgico de Monterrey, Campus Monterrey, se acumulan los recursos bibliogrficos fsicos y los servicios brindados a 17,000 estudiantes de grado y posgrado, a ms de 1,600 maestros y, eventualmente, a 2,000 empleados que trabajan en sus instalaciones.

    Contexto

    Desde hace algunos aos, el modelo educativo del Tecnolgico de Monterrey ha rotado a la implementacin y consolidacin del trabajo colaborativo, al aprendizaje basado en la solucin de problemas orientado a proyectos, al estudio de casos, as como al aprendizaje-servicio, basndose en tcnicas y mtodos privilegiados que centran la educacin en el estudiante y no en el profesor (Martn Prez, 2002).

    Esto, aunado a la profusin del uso de laptops y cursos en plataforma Blackboard, ha llevado a los usuarios a una cultura muy definida, una cultura digital, que genera un entorno al cual la biblioteca se ha ido adaptando progresivamente, utilizando la tecnologa como valor agregado para sus servicios y no como un enemigo.

    Con cerca de sesenta bases de datos, entre locales y del Sistema de Bibliotecas del Tecnolgico de Monterrey, en su

  • 13

    conjunto, aunado a la compra de miles de libros electrnicos y la consolidacin de un catlogo con diversas funciones para los usuarios, entre ellas: la renovacin de material en lnea, apartado de material para prstamo y solicitud automtica de material de otros Campus, entre otras, se ha conducido al desarrollo privilegiado de una biblioteca digital.

    Las necesidades de los usuarios

    Las necesidades de los usuarios, entendidas como la no expresin de aquellos recursos que necesita la comunidad de usuarios a la que la biblioteca atiende a efectos de lograr sus objetivos, en este caso, de enseanza-aprendizaje, deben ser satisfechas por la organizacin de la manera ms eficiente posible (Calva Gonzlez, 1998).

    Eso implica, por un lado, responder a las solicitudes explcitas de manera rpida y gil. Por ello se tiene una forma de solicitud en lnea a la que se puede acceder desde el mismo portal de la biblioteca, y en la que cualquier usuario identificado puede externar sus necesidades de recursos bibliogrficos monogrficos. Existe otra forma de solicitud, tambin en lnea, pero para solicitar recursos seriados.

    Estas solicitudes llegan de manera inmediata al Departamento de Adquisiciones, donde son ingresadas al sistema Millenium, de Innovative, para luego ser solicitadas de manera automtica a los proveedores seleccionados.

    Pero tambin hay necesidades que son detectadas mediante:

    a. Anlisis de estadsticas de circulacin.b. Estudio de uso de la llamada coleccin de reserva

    (material de rpida y masiva circulacin).

  • 14

    c. Anlisis de los prstamos solicitados a otros Campus del Tecnolgico de Monterrey.

    d. Deteccin del material dejado en los centros de copiado por los maestros.

    e. Seguimiento de sugerencias o quejas recibidas en un sistema de voz del cliente, implementado a raz de la certificacin en ISO 9001, en 2005.

    f. Compartiendo informacin con los proveedores que visitan a maestros para ofrecerles material y mostrarles las ltimas novedades.

    Con estos y otros mtodos se puede recolectar informacin clave para la satisfaccin de las necesidades de los usuarios.

    Esto se refuerza desde hace varios aos con la presencia de un vnculo ms estrecho con la academia mediante un enlace directo con los departamentos, a travs de los llamados bibligrafos, bibliotecarios a los que se asigna el seguimiento en particular de una unidad acadmica especfica.

    Adquisiciones

    Las adquisiciones de recursos se realizan casi sin restricciones, ms que las impuestas por las polticas propias y las polticas de desarrollo de colecciones vigentes en las bibliotecas del Tecnolgico de Monterrey desde febrero de 2007 (http://biblioteca.itesm.mx/millennium/manuales/Politica_ Desarrollo_Colecciones.pdf).

    De este modo, pocas son las solicitudes rechazadas y, en buena parte, porque el material solicitado ya existe en la biblioteca.

    Para evitar esto y dar mayor difusin al material que se compra en biblioteca, se ha implementado desde hace

  • 15

    varios aos la posibilidad de visualizar, sin mucho costo, esas adquisiciones recientes a travs del portal de biblioteca, pues es una transferencia semiautomtica desde el sistema Millenium.

    Las adquisiciones se tramitan en un proceso continuo todo el ao, pero la tendencia es otorgar mayor peso y energa a los periodos previos al inicio de los cursos semestrales, ya sea a partir de junio o de noviembre. De este modo, las adquisiciones van siguiendo el ritmo de los periodos acadmicos, pero sin interrumpir su operatividad todo el ao, lo que lleva a adquirir entre diez y doce mil obras al ao (incluyendo materiales especiales).

    Para ello se cuenta con un equipo directo de cuatro personas, ms cinco en catalogacin, dos en desarrollo de colecciones, dos en publicaciones peridicas y cuatro en el taller de encuadernacin.

    Presupuesto

    El presupuesto de la Biblioteca del Campus Monterrey se divide en rubros asignados a las bibliotecas de EGADE, EGAP, EMIS y del propio Campus. Se asigna semestralmente dividido en libros (incluye todo tipo de obra monogrfica de cualquier soporte) y en revistas (incluidas las bases de datos). La relacin de lo asignado a los libros oscila de uno a cuatro con respecto al rubro de revistas.

    Esto sucede por el constante aumento en los costos, de revistas y bases de datos. Los fondos de libros destinados a Monterrey se dividen entre cincuenta unidades acadmicas, departamentos, programas y centros de investigacin.

    El reparto se realiza con una ecuacin formada por varios criterios, entre los que se prorratean los recursos: 20% cantidad de maestros, 20% cantidad de alumnos, 20% cantidad de grupos,

  • 16

    10% circulacin del material del rea, 10% acervo existente en el rea y 20% destinado a un factor llamado importancia, que en general se resuelve repartiendo, entre centros de investigacin, algunos programas y la asignacin a programas acadmicos de reciente creacin.

    Las dificultades

    Con el panorama antes descrito, parecera que se cuenta con los recursos financieros, humanos, tecnolgicos, de infraestructura, etctera, necesarios para hacer frente a una tarea de enorme magnitud e importancia para la vida acadmica del Campus.

    Sin embargo, existen poderosas reas de oportunidad:

    a. Las necesidades de los usuarios no se reciben de manera explcita donde deberan y ello implica una deficiencia en su deteccin. Y aun con el esfuerzo indicado, hay numerosas reas de oportunidad. Por ejemplo, no existe la posibilidad de que la biblioteca participe en un proceso de creacin o reformulacin de un proceso acadmico, eso hace que la biblioteca no se entere, con la antelacin debida, de las necesidades de recursos bibliogrficos y eso conspira contra el servicio que debe ofrecer a sus usuarios, que debe ser oportuno y pertinente.

    b. La forma de solicitar adquisiciones es muy sencilla, sin embargo, muchos usuarios (incluyendo maestros) manifiestan desconocer el mecanismo para hacer llegar sus solicitudes. Existen quejas sobre el seguimiento de los pedidos, debido a que el sistema enva mensajes automticos que no son entendidos o ignorados, o bien son individuales por orden de compra, y a veces eso no satisface el seguimiento que el maestro quiere dar a todos sus pedidos.

  • 17

    c. En cuanto al presupuesto, no suele ejercerse 100% de lo destinado a libros, pues la participacin de los maestros es limitada. Por ejemplo, en el semestre enero-junio de 2007, la participacin de solicitudes de maestros no alcanz 13% del total de los mismos. Al no existir una obligacin formal del maestro que sugiera la compra de material para sus alumnos, los resultados son los indicados. Este dato es una constante en los aos anteriores y ciertamente expresa que no slo bastan recursos econmicos, sino que debe existir una sinergia natural entre biblioteca y maestros para lograr la satisfaccin de los alumnos.

    Conclusin

    De acuerdo con lo anterior, es fcil concluir que no todo consiste en tecnologa y recursos econmicos. Tienen mucho que ver las polticas institucionales, el trabajo docente y la exigencia acadmica. En sntesis: no es posible ver a la biblioteca aislada, sino en un contexto (Evans, 2005) en el que puede y debe influir. Pero tampoco se puede menospreciar la fuerza de factores ajenos a su funcin especfica, los cuales la terminan afectando de una manera u otra.

    Referencias

    Calva Gonzlez, Juan Jos. Las necesidades de informacin de la comunidad acadmica como base del desarrollo de colecciones. En Negrete Gutirrez, Mara del Carmen (Coord.), Primer Seminario Internacional Sobre el Desarrollo de Colecciones (pp. 47-56). Mxico: uNAM, 1998.

    Evans, G. Edgard y Saponaro, Margaret Zarnosky. Developing library and information center collections. (5th ed.) Westport, Conn.: Libraries unlimited, 2005.

    Martn Prez, Marisa. El modelo educativo del Tecnolgico de Monterrey. Monterrey: Tec de Monterrey, 2002.

  • 18

    Nuevo Len: los archivos en el contexto de la transparencia

    J. Jess viLA viLA

    Antes de abordar el tema que nos ocupa, es necesario destacar dos acontecimientos de capital importancia en la historia de nuestra cultura regional: el 150 aniversario de la creacin del Colegio Civil (1857-2007), que constituy un parteaguas en el proceso de configuracin institucional de la escuela pblica. Su influencia cultural dio aliento a varias generaciones, las cuales recibieron en este asilo de las ciencias, las ventajas de la sabidura. Fue creado bajo el influjo del espritu laico, arropado en la Constitucin liberal de 1857 y tutelado por un hijo de los desiertos norestenses, Santiago Vidaurri; su hechura fue parte sustancial del desarrollo de la secularizacin de la cultura en el siglo XIX.

    Veinticinco aos despus, el 16 de septiembre de 1882, fue inaugurada la Biblioteca Pblica del Estado, cuyo acervo inicial estuvo constituido por la biblioteca particular del cannigo doctor Jos ngel Benavides, adquirida en subasta por el gobierno estatal.

    El prximo mes se cumplirn 125 aos de un suceso que sera clave en el proceso de construccin de la infraestructura del conocimiento en la entidad, para as familiarizarse con las ciencias.

    La Memoria del gobernador Genaro Garza Garca incluye el reglamento expedido por el Ejecutivo para el servicio de la

  • 19

    biblioteca, el catlogo de su acervo y otros documentos de vala para resear su historia.1

    Las bibliotecas pblicas tienen su antecedente en la suma de esfuerzos desplegados hace 125 aos (1882-2007), en torno a la figura del doctor Jos Eleuterio Gonzlez, para instituir la biblioteca central.

    La archivonoma o archivstica naci unida y dependiente a la biblioteconoma, de tal suerte que esta sujecin impidi su desarrollo. Sin embargo, en el momento en que se llev a la prctica la teora de que los documentos se deben organizar de acuerdo con la estructura de la institucin de donde proceden, de forma [muy] diferente a los libros y a las colecciones (Amanda Rosales Bada), signific un parteaguas en el progreso de este saber humanista.

    De acuerdo con lo expuesto, la archivstica [] se ocupa de la creacin, organizacin y servicio [de los archivos], considera a los documentos como un conjunto estructurado procedente de una institucin. [Por lo tanto, se trata de una disciplina] que estudia la naturaleza de los archivos, los principios de su conservacin y organizacin, as como los medios para su utilizacin (Amanda Rosales Bada).

    En principio, la custodia del patrimonio documental debe ser considerada como un fin del Estado y evitar que ste sea expuesto al deterioro natural, a la ignorancia y a la negligencia. El patrimonio documental lo constituyen aquellos documentos que renen informacin de valor para la comunidad, no importa su soporte material, pueden ser documentos en papel o electrnicos, videos, fotografas, mapas, planos, etc.

    1 AGENL. Fondo: Gobernadores. Seccin: Memorias e informes de gobierno. Serie: Memoria presentada por el ciudadano licenciado Genaro Garza Garca, gobernador constitucional del estado libre y soberano de Nuevo Len, informando a la XXII legislatura sobre la situacin que guarda cada uno de los ramos de la administracin pblica. Monterrey, imprenta del gobierno en palacio a cargo de Viviano Flores, 1883, vense los anexos documentales del nmero 46 al 48.

  • 20

    El carcter patrimonial o histrico de los documentos radica en su importancia social para la colectividad que los regener, tan relevantes en la memoria colectiva son los documentos del origen de la ciudad de Monterrey en el siglo XVI, como los del Proyecto de Ciudad del Conocimiento en el siglo XXI.

    Gracias a los vestigios arqueolgicos, conocemos acerca de la existencia de depsitos archivsticos en las ciudades mesopotmicas, los ms antiguos en la ciudad de Ebla (4000 a.C.) donde aparecen tablillas de barro con sentencias judiciales, rdenes de gobierno, cuentas, contratos, entre otros. Y los ms cercanos a nuestra era, los archivos griegos y romanos.

    En la Alta Edad Media los depsitos documentales fueron custodiados, principalmente, en iglesias y monasterios. Las revoluciones liberales en Europa les otorgaron un nuevo estatus como archivos nacionales, adems de ser considerados como el laboratorio donde habra de rastrearse la identidad nacional de los pueblos.

    La creacin de los archivos nacionales se inici en la Francia revolucionaria, que se estremeca con fervor libertario al escuchar los acordes de la Marsellesa, en 1789, y continu a mediados del siglo XIX en Inglaterra, en 1851; en Espaa, entre 1859 y 1866, y en Italia, para 1871.

    En el siglo pasado, la preocupacin por proteger el patrimonio documental fue motivo de atencin de la convencin de la Haya de 1954 y la convencin de la unesco en 1970, sobre las medidas que deban adoptarse para prohibir la importacin, exportacin y transferencia de propiedad ilcita de bienes culturales.

    La unesco ha emitido recomendaciones sobre la preservacin y conservacin de imgenes en movimiento (1980); de la cultura tradicional y popular (1989); y para la proteccin del patrimonio cultural en peligro como consecuencia de catstrofes naturales o provocadas por la mano del hombre (1996).

  • 21

    En 1992 surgi el programa Memoria del mundo, con el propsito de hacer conciencia del deplorable estado de los archivos, bibliotecas, museos y otros lugares de custodia documental.

    En Mxico, en el periodo colonial, el conde de Revillagigedo propuso la creacin de un archivo general en 1790, y despus del movimiento de Independencia se fund el Archivo Nacional, el 23 de agosto de 1893. En la actualidad, el Archivo General de la Nacin se rige por el acuerdo expedido el 14 de julio de 1880, para proteger los bienes documentales, y por el decreto que crea la seccin de archivos presidenciales, el 26 de septiembre de 1988. Adems existen algunas disposiciones aisladas en la Ley de bienes generales o la Ley federal sobre monumentos y zonas arqueolgicas, artsticos e histricos de 1972.

  • 22

    Legislacin en Nuevo Len

    isrAeL CAvAzos gArzA

    Antecedentes

    En Nuevo Len, en los ltimos 50 aos, existen algunos referentes que indican la preocupacin social y poltica por proteger sus bienes documentales.

    a) Durante el siglo pasado, el acervo estatal permaneci en condiciones poco favorables en el stano del Palacio de Gobierno, hasta noviembre de 1959, ao en que fue cambiado a otro edificio que se convirti en la sede oficial del Archivo General del Estado.

    b) El 25 de marzo de 1960, el gobernador Ral Rangel Fras expidi el decreto nmero 89, que declar de inters pblico para la entidad, la conservacin y custodia de los archivos municipales.

    c) Tambin en la dcada de los sesenta, bajo el patrocinio del Tecnolgico de Monterrey, el historiador Eugenio del Hoyo Cabrera, junto con Luis Astey, organizaron el invaluable Fondo de Documentacin del Noreste de Mxico. Don Eugenio lo rese de la siguiente manera: [] realizando a lo largo de varios aos, el salvamento, acomodo y microfilmacin [] de los archivos municipales y parroquiales de varios pueblos del

  • 23

    estado de Nuevo Len [].2d.- Durante la administracin gubernamental de Alfonso

    Martnez Domnguez (1979-1985), fueron promovidos cambios significativos favorables para el desarrollo del AGENL, stos fueron en el orden siguiente:

    1. En 1980 dej de ser jefatura departamental para instituirse como direccin.

    2. En 1982 fue publicado el reglamento interior del Archivo General del Estado de Nuevo Len con el propsito de adecuar la fuente documental del gobierno [] mediante el suministro, manejo, control, conservacin y depuracin de la documentacin oficial.

    3. Ese ao se dispuso, por acuerdo administrativo del Ejecutivo Estatal, la obligacin de todas las dependencias del Poder Ejecutivo de remitir la documentacin oficial que posean hasta con cuarenta aos de antigedad.

    4. El citado acuerdo y la creacin del archivo de concentracin, en 1984, fueron factores detonantes para el crecimiento de los grupos y fondos documentales en el Archivo General del Estado.

    5. El 7 de diciembre de 1984 fue inaugurada la sede actual del Archivo General del Estado, con 2,132 metros cuadrados de construccin en dos niveles; ocupando el rea de acervos 1,004 metros cuadrados, equivalente a 40% del rea del edificio, aproximadamente.

    6. En 1984, el acervo contaba con un volumen de 2,400 metros lineales; 23 aos despus sus acervos incluyen un volumen de 5,253.36 metros lineales (5,253 km), equivalentes a un crecimiento de 330%, aproximadamente.

    7. En el caso del Registro Civil Histrico, hasta el ao 2001,

    2 vila, vila, J. Jess. Amante del desierto, Eugenio del Hoyo (1914-1989) Compilacin y notas. AGENL, Coleccin Monterrey 400, Nm. 1, Monterrey, N.L. 1993, p. 10.

  • 24

    tena un acervo de 4,057 libros registrados, entre 1859 y 1925. En la actualidad este fondo cuenta con 11,003 libros entre 1859 y 1959. La incorporacin de 6,946 libros ms, a partir de 2001, trajo consigo un incremento de 171.20%.

    8. A estos valiosos fondos documentales hay que aadir el acervo bibliografa de la biblioteca Ricardo Covarrubias, creada en 1981, con la intencin de reunir textos especializados sobre el desarrollo de la administracin pblica e historia del noreste de Mxico. Tiene una base de datos denominada Sistema Integral Automatizado de Bibliotecas, en la universidad de Colima, y cuenta actualmente con ms de seis mil ttulos, adems de las colecciones del Peridico Oficial del Estado desde 1824 a la fecha, el cual se encuentra microfilmado para su consulta y el Diario Oficial de la Federacin desde 1867-1993.

    Adems cuenta con un fondo bibliogrfico especial, donado por la familia del historiador Eugenio del Hoyo Cabrera, que contiene cerca de seiscientos libros, documentos, manuscritos, correspondencia particular y copias de algunas investigaciones referentes a su estado natal.

    Por otra parte, desde 1991, la Ley Orgnica de la Administracin Pblica del Estado de Nuevo Len estableci la obligacin de los municipios de remitir al Archivo Estatal, en el curso del primer mes de cada ao, un ejemplar del libro de actas de las sesiones del Ayuntamiento correspondiente al ao anterior (vase artculo 39), adems, en esta ley el artculo 138 seala:

    Los libros o los registros contables debern de conservarse durante los 10 aos por el Ayuntamiento en su archivo administrativo [mismos] que no podrn, por ningn motivo, modificarse o destruirse. Al trmino de ese lapso la

    documentacin se remitir al Archivo del Estado.Al esfuerzo realizado por salvaguardar los bienes documentales

  • 25

    estatales habra que sumar el inters de la actual administracin que cre, en 2003, la Direccin para la Peservacin del Patrimonio Cultural, Histrico y Artstico que, por las funciones encomendadas, sera el equivalente a una INAH estatal; esta direccin ha realizado programas para la organizacin y descripcin de nuestros acervos municipales.

  • 26

    Sin memoria organizada y descrita no hay informacin ni transparencia

    PAtriCiA gALeAnA3

    En la dcada de los ochenta tuvo lugar una serie de cambios legales y administrativos que le permitieron al AGENL redimensionar sus funciones y polticas de desarrollo, lo cual le hizo superar su confinacin esttica de simple y modesto Departamento de Archivo Histrico. Para la dcada siguiente surgi la necesidad, en el seno de la institucin, de otorgarle un nuevo estatus legal debido a lo frgil de su normatividad (para el caso, un reglamento y un acuerdo administrativo), amn de estar al da con la configuracin de nuevas realidades, como resultado de la ampliacin de la cobertura de sus servicios, entre ellos: la consulta de datos, certificaciones, biblioteca, visitas guiadas, apoyo y asesora en archivos a poderes pblicos federales, estatales y municipales; congresos, seminarios, conferencias y semanas de historia; una poltica editorial slida con casi doscientos ttulos publicados entre boletines, guas, ndices, catlogos y obras de historia regional; participacin importante en medios impresos y electrnicos, etctera.

    Es as que, como corolario de esta etapa y con el objetivo de responder a las necesidades surgidas entre 1980 y 1997 (adems de sostener el andamiaje legal y el perfil profesional del AGENL) la Secretara General de Gobierno convoc a la ciudadana al Foro de consulta pblica para la elaboracin de una ley

    3 Patricia Galeana. El acceso a la informacin y la reforma del Estado. Conferencia presentada en Monterrey el 30 de septiembre de 2004, p. 4.

  • 27

    estatal sobre organizacin de documentos administrativos e histricos. En dicho foro se present un declogo de temas que pretendan introducir en la agenda poltica estatal la centralidad de los archivos como ejes centrales en la modernizacin de la administracin pblica.

    Los temas fueron los siguientes:

    1. Archivos de trmite, administrativos e histricos de los tres poderes.

    2. Vigencia fiscal, administrativa y legal de los documentos.

    3. Normatividad en archivos municipales, organismos pblicos descentralizados, eclesisticos y particulares.

    4. Normas internacionales sobre archivos ISAD (G).5. Responsabilidades y sanciones a servidores pblicos que

    administran informacin.6. Valor procesal de los documentos informticos.7. Nuevos usos y soportes de la informacin (disquetes,

    discos compactos, redes, fibra ptica, etctera).8. uso y abuso de informacin estratgica en el sector

    pblico.9. Profesionalizacin del administrador de documentos.10. Acta de entrega y recepcin de documentos (archivos).

    Lamentablemente las expectativas generadas antes de la realizacin del foro no prosperaron ni se materializaron en un documento o iniciativa de ley estatal de archivos, para que fuera sometido a la discusin, revisin y decisin de la legislatura local. De esa forma fueron postergadas las posibilidades para construir un marco legal que hubiera contribuido a destacar , socialmente, la importancia del patrimonio documental, adems de dotar al AGENL de los soportes jurdicos para encarar en mejores condiciones profesionales el cambio, mismo que signific

  • 28

    transitar del sigilo y uso discrecional de la informacin pblica a la transparencia y la rendicin de cuentas.

    Cinco aos despus de este frustrado intento por alcanzar el futuro, el 21 de febrero de 2003 fue publicada, en el Peridico Oficial del Estado, la Ley de Acceso a la Informacin Pblica de Nuevo Len, la cual entr en vigor el 4 de octubre de ese ao.

    Antes que el gobierno federal, el poder haba cambiado de partido localmente; para las autoridades estatales en turno, este hecho pblico implic que les resultara menos complicada la apertura de los archivos, sin prever o meditar si exista la infraestructura institucional que garantizara el ejercicio demo-crtico del derecho al acceso de la informacin pblica mediante la organizacin, conservacin y descripcin de los acervos.

    La expedicin de esta ley trajo consigo una modificacin radical en la manera de actuar de los servidores y funcionarios pblicos, en la que repentinamente se transit de la reserva y el disimulo, en materia de informacin gubernamental, al glasnot, fortalecindose nuestra cultura democrtica.

    Sin embargo, a casi cuatro aos de vigencia de la Ley de Acceso a la Informacin Pblica de Nuevo Len, se acentu la vulnerabilidad de los archivos pblicos locales.

    El artculo 8 de la citada ley dice de la siguiente manera:

    La autoridad, en forma permanente, tendr la obligacin de mantener a disposicin del pblico, los datos principales de su organizacin y funcionamiento.Esta informacin estar en lugar visible del recinto de

    la autoridad, o en un documento que se proporcionar gratuitamente a las personas interesadas.

    Adems conservar, por el trmino de diez aos, toda clase de archivos, documentos y formas de registro que obren en su poder. Transcurrido dicho plazo se enviar el archivo que corresponda.

  • 29

    Nuestros legisladores, sin estar conscientes de ello, tomaron partido por la archivstica clsica que pugna por la conservacin exhaustiva de los archivos.

    A nivel federal, en la Ley de Transparencia y Acceso a la Informacin, el artculo 32 define los criterios para la catalogacin, clasificacin y conservacin de documentos de la administracin pblica.

    De algn modo los conflictos existentes en la Ley de Transparencia se han ido subsanando. Por ejemplo, el 20 de febrero de 2004 se publicaron, en el Diario Oficial de la Federacin, los lineamientos generales para la organizacin y conservacin de los archivos de las dependencias y entidades de la administracin pblica federal, stos fueron diseados por el AGN conjuntamente con el Instituto Federal de Acceso a la Informacin Pblica (IFAI).4

    Pero a nivel local no se realiz ningn anlisis ni diagnstico previo que tomara en cuenta el problema de la acumulacin indiscriminada de papeles. La Ley de Acceso puso al descubierto nuestras carencias y necesidades, algunas de orden estructural, como la precaria formacin profesional del personal que labora en los archivos.

    En la administracin pblica estatal y municipal, salvo algunas excepciones, muchos servidores llegamos a los archivos sin una educacin formal en principios o mtodos archivsticos (Nacif, 1995) y los conocimientos adquiridos han sido el resultado de la experiencia acumulada. En nuestra entidad, la archivonoma, como disciplina acadmica, se imparte como materia en la licenciatura de bibliotecologa, en la Facultad de Filosofa y Letras, desde hace cuatro aos.

    4 Archivo General de la Nacin, gua para el cumplimiento de los lineamientos generales para la organizacin y conservacin de archivos de las dependencias y entidades de la administracin pblica federal, p. 5.

  • 30

    Se han localizado problemas semejantes en las dependencias del Ejecutivo federal, como la falta de espacios apropiados desconocimiento de las normas bsicas de archivo; necesidad de capacitacin; carencia de una cuadro archivstico de clasificacin por funciones.5

    En 2003, cuando fue legislada la Ley de Acceso a la Informacin Pblica, este hecho estimul un proceso intenso de transferencia de archivos semiactivos al Archivo General del Estado.

    El Archivo de Concentracin, creado en 1984, ingres, hasta el 2002, en promedio 106.37 metros lineales de documentacin por ao. A partir de 2003, el cociente anual aument drsticamente hasta 196.46 metros lineales.

    5 Ibid.

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    Lneas generales para un programa de desarrollo de archivos en el contexto de la transparencia

    Jorge ruiz dueAs 6

    De acuerdo con lo expuesto, el AGENL se encuentra en una situacin lmite a dos dcadas de haber recibido un vigoroso impulso que le dot de instrumentos legales para su desarrollo y de un edificio sede, que fue el primero en el pas construido ex profeso.

    Como mencionamos anteriormente, en la Ley de Acceso a la Informacin con respecto a que las dependencias, stas deben conservar: Por el trmino de diez aos, toda clase de archivos, documentos y formas de registro que obren en su poder [y de que] transcurrido dicho plazo se enviarn al archivo que corresponda. Esta definicin legal ha puesto el dedo en la llaga, porque desde el seno de la Comisin de Acceso a la Informacin Pblica de Nuevo Len surgi el inters por el derrotero de los archivos. Con ellos coincidimos en que sin la organizacin y descripcin de los acervos, no puede haber investigacin histrica ni transparencia.

    Desde nuestro punto de vista, la sentencia legal de conservar toda forma de registro documental por diez aos y, despus de ese lapso, enviarlo al archivo que corresponda, ofende los principios, no slo de la archivstica y la administracin de documentos, sino tambin la racionalidad y el sentido comn.

    6 Comparecencia del maestro Jorge Ruiz Dueas, director del Archivo General de la Nacin, ante la Primera Comisin de Gobernacin, Puntos Constitucionales y Justicia de la Comisin Permanente del Congreso de la unin, Mxico, D.F., a 16 de agosto de 2005, p. 5.

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    Para hacerle frente a los desafos que trae consigo la transparencia, es necesario promover una serie de medidas que fortalezcan los archivos (en los trminos abordados por el maestro Jorge Ruiz Dueas). No podemos esperar los diez aos de plazo establecidos en la ley, porque sencillamente el destino ya nos alcanz.

    Como prioridades planteamos las siguientes:

    1. Disear un programa estratgico integral de formacin profesional de los servidores que operan en los archivos de la administracin pblica estatal y municipal. Aqu no slo se trata de realizar cursos de capacitacin y proyectos especializados a travs de diplomados avalados por instituciones de educacin superior, sino que debern alentarse, en nuestras principales universidades, programas de educacin archivstica formal, a nivel licenciatura, cuyo modelo de formacin (como menciona Amanda Rosales) incorpore a la prctica profesional un planteamiento terico sobre la ciencia que nos ocupa, un modelo que concilie la lnea administrativa y la lnea histrica. El propsito esencial sera revalorizar, en el mbito social y profesional, el papel del archivista para contribuir al desarrollo de una cultura profesional con normas, valores, terminologa, perfil y tica comunes.

    2. Aunque es difcil, resulta imprescindible motivar la discusin pblica para la expedicin de una Ley Estatal de Archivos que construya los cimientos legales que garanticen la preservacin, conservacin y descripcin del patrimonio documental. Esta ley debe ser prioridad para el Estado; debe gozar del respaldo y compromiso de los actores sociales y polticos. una ley que otorgue a los archivos la posibilidad de contar con los recursos materiales y financieros para estar a la par con la cultura de la transparencia y del acceso a la informacin.

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    3. una nueva sede para el Archivo General del Estado de Nuevo Len. A veintitrs aos de su inauguracin, el edificio resulta obsoleto para el resguardo de sus acervos; la estantera donde se almacena la documentacin puede sufrir daos irremediables a causa del exceso en las cargas y su colocacin inadecuada. La situacin descrita dificulta llevar a cabo proyectos y procesos de modernizacin a travs de la digitalizacin de los acervos, amn de restringir el crecimiento de los mismos.

    Al respecto existe el compromiso pblico del gobernador Jos Natividad Gonzlez Pars, por construir una nueva sede durante su administracin. En principio no se trata de realizar una mudanza de los acervos ni de la institucin centenaria a donde sea, si no de considerar los antecedentes histricos, legales, funcionales y las especificaciones internacionales establecidas para los edificios de archivos. Lo que est en juego es el destino del principal centro documental del norte del pas.

    3.1. En relacin al mobiliario existente, en nuestros acervos hay una situacin que exige una respuesta inmediata; debido a la situacin de contingencia, resulta prioritaria la adquisicin de un sistema de almacenaje de alta densidad, el cual permita ahorrar hasta un 70% de espacio, segn estudios realizados recientemente.

    4. Reformar el artculo 8, al menos en sus dos ltimos prrafos ya citados, y que se incorporen parmetros similares a los considerados a nivel federal entre el AGIN y el IFAI (a propsito de los Lineamientos Generales para la Organizacin y Conservacin de los Archivos).

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    Desde nuestra perspectiva, stos seran los cuatro ejes fundamentales en los que debe gravitar el desarrollo del AGENL y los archivos pblicos locales en el contexto de la transparencia, para garantizar el acceso a la informacin y la cultura de la rendicin de cuentas, adems de preservar nuestra memoria y estimular la investigacin bibliogrfica.

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    Ojo!, son slo herramientas

    ChristiAn bustos gArCA

    Como es bien conocido y experimentado por todos, los cambios de las nuevas tecnologas han realizado un sinfin de modificaciones a la forma en que interactuamos con el mundo, desde la manera en que conocemos o nos enteramos sobre los acontecimientos actuales, hasta el cmo adquirimos nuevos conocimientos. Giddens considera que estos cambios de la interaccin del hombre con el mundo comenzaron cuando la televisin apareci en los hogares familiares.

    Las tecnologas de la comunicacin (o de la informacin) se han ido aplicando a diferentes labores; existe software que ayuda a una empresa a tomar mejores decisiones, otros programas de computadora automatizan algunos procesos o resuelven problemas muy complejos en poco tiempo, etc. Las bibliotecas no se han quedado atrs, estas instituciones tambin se han servido de la tecnologa, as como de una gran cantidad de programas y equipos modernos que automatizan algunos de sus procesos, como la bsqueda, clasificacin y catalogacin de los documentos; la adquisicin de millones de revistas, libros y dems documentos electrnicos, y la cooperacin entre bibliotecas que se encuentran en diferentes continentes sin preocuparse por el espacio que stas ocupen. Con esto se han resuelto muchos problemas que en el pasado requeran ms tiempo para solucionarse. Por ende, la tecnologa ha colaborado enormemente a que se d un mayor desarrollo en los servicios bibliotecarios y en el acervo de cualquier biblioteca con acceso internet.

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    Como se mencion en el prrafo anterior, uno de los mayores impactos de la tecnologa en la biblioteca ha sido el cambio en la recuperacin de informacin a travs de Internet. Este medio ofrece cientos de resultados en poco tiempo, los tipos de documentos recuperados dependern del motor de bsqueda utilizado, en pocas palabras, si deseamos artculos de revistas de Latinoamrica, tendramos que utilizar la pgina de la Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal, en cambio, si cualquier pgina nos puede dar la informacin que necesitamos, podremos consultar el buscador de Google.

    La gran cantidad de informacin, sumada a la rapidez con que se puede recuperar, nos ha colocado en la poca con la que muchos intelectuales soaron y vean como utpica: la de una mejor sociedad, esto debido a que ellos pensaron que entre mayor cantidad de informacin tuviera el ciudadano al alcance de sus manos, ste podra tener una mejor vida, existira una mejor poltica, una mejor sociedad.

    El escritor argentino Jorge Luis Borges plasm en dos relatos una especie de presagio tecnolgico sobre lo que sucedera en estos tiempos. En Ficciones, en el cuento que lleva por nombre La biblioteca de Babel, se describe una biblioteca que es un universo infinito compuesto por interminables galeras que contienen todos los libros posibles o imposibles. En otra de sus obras, titulada El libro de arena, el autor desarrolla una historia en la cual un hombre vende al protagonista el libro de arena, en el que ni el libro ni la arena tienen principio ni fin. El relato nos dice que el libro es un documento que contiene pginas indeterminables, infinitas, ya que siempre que se quiere llegar a la primera o ltima pgina, inexplicablemente surgen ms. Esto es muy parecido al hipertexto, pues, al igual que el libro de arena, es la piedra de toque del universo. En Internet una palabra llama a otra, como si fueran parte de una cadena de conceptos interminables. Para el protagonista el tener este

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    libro fue causa de dicha y desconfianza porque el documento no fuera verdaderamente infinito.

    Los relatos de Borges tienen algo de realidad, o acaso, no es internet una biblioteca virtualmente infinita y un conector con otras pginas o informacin? Es una Babel sin fronteras, cuyo centro no est en ninguna parte, un juego de espejos enfrentados donde todos podemos reflejarnos.

    La necesidad de informacin de un usuario es como si tuviera sed y buscara una fuente donde pueda satisfacerla, se acercar a la manguera para beber agua, pero la presin del lquido es regulada, aunque podra sucederle que ste salga a presin, esto podra ahogar a la persona. Considero que esta analoga es muy clara respecto a lo que la informacin puede llegar a provocar, pues el mismo problema que puede tener la persona al beber de una manguera que enva el lquido a presin, es a lo que nos podemos enfentar cuando buscamos informacin en internet (pues en ella existen millones y millones de pginas, y cada hora se multiplica a niveles exponenciales, sobre un solo tema o palabra), aun siendo especfico en la forma en que se busca y en lo que se desea encontrar, los resultados podran llegar a ser cientos de documentos electrnicos.

    En este punto me gustara regresar al final del relato El libro de arena, exactamente donde el personaje decide perder esa obra con informacin infinita, ya que l saba que era un mal: Comprend que el libro era monstruoso Sent que era un objeto de pesadilla, una cosa obscena que infamaba y corrompa la realidad. Por este motivo decidi esconderlo y as asegurarse de que no morira de insomnio y que dejara de vivir con la obsesin por leer todo lo que el libro de arena le mostrara.

    En algunas entrevistas el escritor italiano umberto Eco podemos ver que l no slo habla de los beneficios de la red de redes, tambin nos dice que uno de los problemas que podra traer el Internet es que el exceso de informacin cambiar nuestra cabeza. Adems de que en la red nos encontraremos

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    con una gran cantidad de informacin de obras, novelas, ttulos que han sido digeridos e interpretados por otras personas.

    Como se ha visto a lo largo de estas escasas lneas, y como se ha comprobado al interactuar con los diferentes buscadores y sorprenderse por la enorme cantidad de resultados, en Internet es difcil saber cul es la informacin ms confiable (esto hasta antes de que Google sacara su versin de Google School, o de la difusin de algunas bases de datos sobre publicaciones electrnicas acadmicas). Otro de los problemas que observa el semilogo italiano es comentado en su libro Cmo se hace una tesis, aqu Eco nos menciona que nos hemos olvidado que la informacin, o mejor dicho, los datos,7 necesitan ser pasados por un proceso mental para convertirlo en conocimiento y no nicamente por tenerlos en nuestro poder se da la adquisicin del nuevo conocimiento.

    Eco menciona que este fenmeno se presenta desde la presencia de las fotocopias: uno se lleva a casa cientos de pginas fotocopiadas y la actividad manual que ha ejercido sobre el libro fotocopiado le da la impresin de poseerlo. La posesin exime de la lectura. Esto les sucede a muchos, una especie de vrtigo de la acumulacin, un neo-capitalismo de la informacin.

    Lo anterior queda muy claro con el ejemplo de las reprografas, muchos estudiantes han confundido esta simple herramienta, la fotocopia, con la adquisicin del conocimiento, pues al momento de que se fotocopian los libros, revistas, peridicos o cualquier otro material con informacin, las personas creen que han adquirido el conocimiento que se encuentra cifrado en sus entraas. Como si el simple hecho de pasar los documentos por la plancha de la fotocopiadora, los datos se cargaran al cerebro

    7(si recordamos que la palabra datos es definida por la Real Academia Espaola como el antecedente necesario para llegar al conocimiento exacto de algo..., la informacin es la adquisicin de conocimiento.

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    de quien lleva los documentos a fotocopiar. Este fenmeno se puede potencializar en la red de redes, debido a la gran cantidad de informacin, las creaciones de bibliotecas virtuales, de bases de datos, etcetera, que influyen para que los navegantes se dediquen a guardar los textos completos en su computadora y crean que con esa simple operacin (darle clic en el botn guardar) han analizado y adquirido el conocimiento, aunque en un futuro cercano o lejano no lean el documento del que slo saben el ttulo y quiz el resumen.

    Algo similar se presenta cuando las personas adquieren libros y los utilizan slo para adornar su casa, los libros se han utilizado como un objeto de coleccin o como objetos estticos y se compran nicamente para que sean parte de la decoracin de la sala o de alguno de los cuartos del hogar. Lo anterior se hace slo con el fin de demostrar que son unas personas cultas, aunque nunca hayan ledo los documentos que muestran con gran alegra y regocijo. De la misma manera en que el libro suele jugar como un objeto que da cultura por si mismo, en la actualidad, la mayor cantidad de artculos y documentos almacenados dan la imagen de que estamos ante un genio.

    Con todas las buenas virtudes que se han promovido de Internet, adems de difundir que hoy un nio puede tener una mayor cantidad de informacin (Sancho Gil, p.3) que un ciudadano del siglo XVII y que toda esa gran cantidad de informacin puede estar a disposicin nuestra sin esfuerzo. Estamos mal cuando pensamos que el aprendizaje, sea del tipo que sea, no requiere ninguna implicacin, ni sistema de trabajo o esfuerzo mental (en ocasiones fsico) y afectivo! (Sancho Gil, p.4). Debemos recordar que para adquirir conocimientos se debe aplicar un esfuerzo intelectual para poder decodificar, comprender, analizar y obtener la informacin que celosamente se guarda codificada.

    Entonces, no importa que hoy en da tengamos un mar de

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    informacin electrnica, que nos gastemos enormes cantidades de tiempo y dinero para obtener la mejor informacin y que tengamos en la casa los libros ms raros, antiguos y exclusivos. Todo esto no vale nada si no aplicamos en ellos el proceso mental por el cual podremos conocer lo que nos dice el autor.

    Antes de terminar, de nuevo me gustara recordarles que un edificio no se construye con tener martillo, desarmador, pala, etctera, sino con el esfuerzo y el uso de estas herramientas; esto es lo que dar como resultado la terminacin de la construccin del edificio.

    Referencias electrnicas

    Sancho Gil, Juan. Aprendizaje y tecnologas de la informacin y la comunicacin, [en lnea] Disponible en http://www4.ujaen.es/~apantoja/recursos/orie_ntic/apre_ntic.pdf [2007, 10 de julio].

    Entrevista con umberto Eco. (2006, 24 de septiembre). EL PAS en entrevista con umberto Eco. El Pas, [en lnea] Disponible en http://www.telefonica.net/web2/pinoalto/umbertoecoelpais 24sep t2006.doc. [2007, 10 de julio].

    Diccionario de la Real Academia Espaola [en lnea] Disponible en www.rae.es [2007, 15 de julio]

    (2007, 28 de febrero). Ausencia del libro como herramienta cultural. Diario poca [en lnea] Disponible en http://www.diarioepoca.com/2007/02/28/opinion/ausencia.php [2007, 20 de julio]

    Entrevista con umberto Eco. (1995, 22 de junio). [en lnea] Disponible en http://www.geocities.com/soho/lofts/1034/eco.htm [2007, 20 de julio]

    Entrevista con umberto Eco. (1993, primavera). The Harvard Review of Philosophy entrevista con umberto Eco. [en lnea] Disponible en http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/umbertoEco.htm [2007, 20 de julio]

    Borges, J.L. (1975). El Libro de arena [en linea] Disponible en http://es.geocities.com/cuentohispano_zip2/texto/borges_libro.html [2007, 20 de julio]

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    Borges, J. L. (1944). La biblioteca de babel [en lnea] Disponible en http://www.literatura.us/borges/biblioteca.html [2007, 20 de julio]

    Bibliografa

    Eco. umberto (2006). Cmo se hace una tesis. Espaa: Gedisa.Sartori, G. (2002). Homo Videns: la sociedad teledirigida. Mxico: Taurus.Simone, R. (2001). La tercera fase: formas de saber que estamos perdiendo. Espaa:

    Taurus.Giddens, A. (2002) Un mundo desbocado: formas de saber que estamos perdiendo.

    Mxico: Taurus.

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    La biblioteca pblica y las nuevas tecnologas para nios

    brendA MArtnez CAMAriLLo

    El presente trabajo habla sobre el Programa de Computacin Gratuito para Nios y Jvenes, iniciado y sustentado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la cual es una asociacin civil fundada en 1959. Desde su creacin, ha tenido como una de sus funciones principales, construir una identidad slida entre los cientficos mexicanos. Asimismo, est comprometida a mantener en Mxico uno de los mayores logros de la sociedad: la libertad de creacin y de produccin del conocimiento.

    Entre sus funciones tambin est la de contribuir en la construccin de una sociedad propicia para el quehacer cientfico, fundada en el respeto institucional, el talento creador y el esfuerzo personal. sta ha sido la esencia de la relacin de solidaridad entre sus miembros y la norma de conducta con la comunidad cientfica, a lo largo de 48 aos desde su fundacin.

    Las actividades de la AMC estn orientadas a desarrollar y consolidar la cultura cientfica, al enraizar en el individuo los valores del intelecto creativo para que la sociedad los considere propios. Asimismo, se ha propuesto impulsar la descentralizacin de la ciencia en Mxico, identificando los factores que influyen en el buen xito de este proceso y buscando su implantacin en varias regiones del pas.

    El patrimonio de la AMC se integra mediante la contribucin de diversos organismos como la Secretara de Educacin Pblica, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa, la

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    universidad Nacional Autnoma de Mxico, la universidad Autnoma Metropolitana y el Instituto Politcnico Nacional. De igual forma cuenta con donativos de asociaciones particulares nacionales y fundaciones extranjeras, entre las que destacan: la Asociacin Mexicana de Amigos del Instituto Weizmenn de Ciencias, la Fundacin MxicoEstados unidos para la ciencia, y el Howard Hughes Medical Institute.

    Antecedentes

    Despus de haber operado casi dos aos a nivel de plan piloto, la DGBSEP (Direccin General de Bibliotecas de la Secretara de Educacin Pblica) y la AIC (Academia de Investigacin Cientfica, ahora Academia Mexicana de Ciencias) acordaron dar inicio, en enero de 1986, a su etapa de implementacin definitiva. Dichas instituciones desarrollaron conjuntamente este proyecto convencidas que para el futuro del pas es necesario que todos los nios tengan acceso al conocimiento y al uso de las computadoras.

    La AMC impuls este proyecto consciente de la trascendencia que la computacin estaba produciendo en todas las esferas de la actividad humana, y de la necesidad de que todos los sectores de la poblacin lo incorporaran a las actividades productivas. Adems se consider importante para el pas, dado que para ciertos grupos sociales resulta casi imposible tener acceso al conocimiento y al uso de las computadoras, lo cual est acrecentando significativamente la polarizacin de nuestra sociedad. Estas mismas instituciones consideraron que el acceso de todos los nios a los bienes culturales, como las computadoras, abrira la posibilidad de fomentar en ellos el hbito de la lectura.

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    Marco de referencia

    Este programa qued enmarcado en la vertiente de concentracin que previ, desde 1988, la Ley de Planeacin, con el propsito de ampliar el acceso de todos los mexicanos a las oportunidades educativas y culturales. Adems, se ha tenido el objetivo de dar mayor acceso a la poblacin a los satisfactores y oportunidades culturales, as como estimular su participacin en el quehacer cultural.

    Finalmente, este programa se vincula al objetivo de que las bibliotecas pblicas satisfagan las necesidades culturales de las comunidades a las que sirvan.

    Caractersticas

    En funcin de los objetivos que persigue, el programa se desarrolla exclusivamente en las bibliotecas pblicas del pas, por lo tanto se puede considerar dicho programa como nacional y descentralizado. Los servicios brindados son gratuitos para todos los nios que cursan la primaria, sin hacer distincin alguna.

    La Red Estatal de Bibliotecas Pblicas y el Programa de Computacin Gratuita para Nios y Jvenes en Nuevo Len se formalizaron en 1986. La Biblioteca Central del Estado Fray Servando Teresa de Mier ha atendido alrededor de 12,680 nios. La sala infantil ha tenido impacto de provecho, ya que antes de iniciar la sesin del taller los pequeos acuden a esta sala a resolver tareas, a leer o escuchar cuentos, adems de participar en alguna actividad manual o taller programado, sin dejar de lado a los padres de familia que hacen uso de las diferentes reas de biblioteca.

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    El desarrollo de estas habilidades les ofrece seguridad en s mismos y los prepara para que, en un futuro, utilicen regularmente la computadora, ya no slo en el campo estudiantil o laboral, sino tambin en el personal. Esto nos obliga a prepararnos ms como instructores, para no descuidar el lado humano en el trato maestro-alumno. El que instruye debe preocuparse por su capacitacin y mejoramiento continuo. Es muy importante dar un servicio de calidad a nuestros nios, esto implica enfrentarnos a retos que con informacin y orientacin lograremos resolver. Es as que estos talleres contribuyen al desarrollo creativo del nio. Es entonces cuando ste acostumbra a su intelecto a encontrar diversas soluciones a un problema y a indagar diferentes caminos para llegar a una salida. Los talleres son una opcin para todos aqullos que desean complementar su educacin formal.

    Actualmente, en Nuevo Len 19 bibliotecas cuentan con este servicio, las cuales estn distribuidas en 13 municipios. Los instructores, en su mayora estudiantes, pasan por un proceso de seleccin y capacitacin, el cual es realizado por la AMC. Con el apoyo actual que brinda el Estado a este programa, prximamente se iniciar una nueva etapa en cuanto a software se refiere; se establecer un mdulo de aplicaciones cientficas, mismo que se utilizar para fomentar el acercamiento y gusto por la ciencia en los nios, y su aplicacin se enfocar en la experimentacin y simulacin de fenmenos, principalmente los ms cercanos a la cultura. Considerando los avances en el campo de la robtica educativa y las aplicaciones de stos en centros educativos, a nivel mundial se desarrolla, en la Academia Mexicana de Ciencias con materiales y tecnologa mexicana, la interfaz llamada mdulo de aplicaciones cientficas, que se utiliza actualmente como prueba piloto en dos talleres del Programa de Computacin para Nios y Jvenes en el Museo Tecnolgico

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    de la CFE en la Ciudad de Mxico y en la Biblioteca Central del estado de Aguascalientes.

    stas han sido nuestras reflexiones en torno a la gratificante labor de instructor de estos talleres, lo que nos lleva a las siguientes conclusiones:

    Los nios son lo ms importante. Debemos capacitarnos constantemente, sin dejar de

    lado el aspecto humano. El uso de la tecnologa es una realidad y debemos

    aprender a hacer un mejor uso de ella. La sala infantil de las bibliotecas pblicas es un aliado

    para nuestros objetivos.

    Fuentes de informacin:

    Programa de Computacin Gratuita para Nios y Jvenes.

    Archivo documental de la coordinacin estatal del programa.

    Entrevistas con excoordinadores.Consulta del Plan Nacional de Desarrollo (1983-1988). Programa Nacional de Educacin, Cultura, Recreacin

    y Deporte.(1984-1988).Directrices IFLA/uNESCO.

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    Apoyo didctico y tecnolgico a las personas con ceguera y debilidad visual en la Capilla Alfonsina

    PAuLA Prez sALAs y JAvier rodrguez MArtnez

    Siendo conscientes de la importancia que poco a poco ha ido cobrando la tecnologa en nuestra sociedad, y de su influencia en los recursos didcticos para alumnos con necesidades educativas especiales, pensamos que nuestros alumnos con discapacidad visual deberan tener la garanta de que, junto con los apoyos educativos proporcionados por los maestros, recibirn la asistencia bsica cuando se encuentren con dificultades en su tarea diaria al utilizar tecnologa adaptada en cualquiera de sus diferentes mbitos.

    Sobran argumentos para justificar la acuacin de los trminos de sociedad de la informacin y sociedad del conocimiento, para referirse al volumen de acontecimientos, informacin y datos con que somos bombardeados diariamente. Cada vez con mayor profusin, la informacin se trata y se intercambia en formato digital. Esto provoca que utilicemos dispositivos digitales si queremos acceder y procesar informacin rpida y de manera eficaz.

    Recientemente se habla del trmino brecha digital, e incluso infoexclusin, haciendo referencia al riesgo que corremos de quedar culturalmente aislados si no somos capaces de adecuar y actualizar nuestros mtodos y procedimientos para trabajar en condiciones de eficacia con los medios tcnicos. Por tanto, a diferencia de otro tipo de conocimientos que podemos adquirir o

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    no, en el caso de la tecnologa no parece que sea de libre eleccin su aprendizaje, ya que est presente en todas las actividades de la vida y es el vehculo a travs del cual accedemos a la mayor parte de la informacin.

    La tiflotecnologa es la disciplina que ayuda a las personas con problemas de invidencia o debilidad visual a conseguir una participacin plenamente activa en la sociedad y en la vida cotidiana como individuos no limitados; para lo cual hacen uso de dispositivos tecnolgicos y de recursos humanos.

    A travs de la Capilla Alfonsina, la universidad Autnoma de Nuevo Len ha puesto en servicio la Sala Tiflotcnica para Invidentes y Dbiles Visuales, la cual permite a personas con este tipo de capacidad diferente desarrollar sus actividades acadmicas y laborales.

    Y aunque la sala fue diseada particularmente para el servicio de invidentes y dbiles visuales que cursan alguna carrera profesional en escuelas y facultades de la uANL, el uso de estas instalaciones se ha extendido a otras instituciones educativas, incluso a quienes no siguen algn estudio profesional. La sala inici sus actividades el 13 de marzo de 2002, con un horario de 8:00 a 22:00 horas, de lunes a viernes.

    Su propsito es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y colaborar en su integracin social, educativa y laboral mediante el uso de herramientas que les faciliten el manejo de informacin.

    Entre sus objetivos se encuentra el reforzar la participacin y rendimiento social, cultural, acadmico y laboral de personas invidentes y dbiles visuales. As como impulsar sistemtica-mente la competitividad entre ellos.

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    Sus objetivos especficos son:

    Poner a la disposicin de los invidentes y dbiles visuales el material bibliogrfico, hemerogrfico y audiovisual con que cuenta la Capilla Alfonsina.

    Consolidar la relacin de las asociaciones de invidentes con empresas de responsabilidad social y sociedades humanitarias de Nuevo Len.

    Promover entre la familia universitaria y la sociedad nuevoleonesa, a travs de los medios de comunicacin, una cultura que posibilite el desarrollo e integracin social, educativa y laboral de las personas invidentes y dbiles visuales.

    Vincular sistemticamente a la comunidad universitaria los servicios de rehabilitacin que proporcionan las dependencias de la uANL.

    Este espacio fue posible gracias a la inversin realizada en mobiliario y equipo, as como la adaptacin del local a los requerimientos de personas con discapacidad visual. Su inversin total fue de 833 mil pesos. De esta cantidad, 628 mil 532 pesos fueron aportados por la universidad Autnoma de Nuevo Len, y 204 mil 532 pesos por empresas privadas.

    Las aportaciones privadas que hicieron posible la creacin de la sala tiflotcnica corresponden a Villacero, HEB, Banorte, Antarq. Tecnosoluciones y el Club de Leones Monterrey Poniente.

    El equipo con que cuenta la sala consiste en lo siguiente:

    1. Quince programas de lector de pantalla, denominado Jaws estndar, con tecnologa de voz para trabajar en plataforma Windows.

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    2. Quince programas denominados Open Book, para reconocimiento ptico de caracteres y su interpretacin en voz.

    3. un programa llamado Duxbury DBT Win, que traduce un texto normal a un texto en braile, indistintivamente del idioma en que est redactado.

    4. Un programa amplificador de pantalla Lunar Plus para Windows en espaol, el cual amplifica imgenes hasta 32 veces su tamao. Es idneo para que los dbiles visuales puedan leer o apreciar imgenes a las que, de otra forma, no tendran acceso.

    5. una impresora braile de interpunto INDEX 4X4 pro. Este aparato imprime en papel tamao doble carta por ambos lados, compagina y engrapa.

    6. una impresora braile de interpunto Everst-D de INDEX. Imprime el texto e imagen en uno o ambos lados y en papel tamao carta

    7. una impresora HP Laser Jet 1200 para imprimir documentos en tinta.

    8. Dos cmaras de televisin de circuito cerrado a color Telesensory, que amplifica texto e imagen hasta 64 veces su tamao.

    9. Dos mquinas Perkins, elctricas, para escribir en braile, con cubrepolvo, punzn de borrador y fieltro antirruido.

    10. Dos sistemas de lectura Galileo Robotrn, actualmente configurados en espaol y en ingls, pero se pueden configurar tambin para leer en francs, alemn, griego, italiano, sueco y dans. En estos sistemas, el libro o el texto de que se trate se escanea en el aparato y ste lo traduce en voz en cualquiera de los idiomas mencionados. Para el uso de estos equipos no se requiere computadora, pero se puede grabar la informacin en disco flexible de

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    3.5. Es importante que el texto a escanear sea original para una lectura eficaz.

    11. una mquina realzadora de imagen o texto repro-tronics, con termopen, para el realce de cualquier dibujo o grfico en relieve sobre papel especialmente tratado para elaborar mapas, notas musicales, operaciones matemticas, textos, arte y ciencia.

    12. Nueve escneres HP Scan Jet 5490C.13. Trece computadoras Pentium con unidad de CD y

    Modem.14. Dos televisores de 20 pulgadas para ser utilizados en el

    Telesensory.

    El nmero de personas que recurre a esta sala vara y depende generalmente de la habilidad del usuario en el manejo de la lectura en braile, de un comportamiento independiente y del tiempo disponible para asistir a la biblioteca.

    Desde su puesta en marcha se da servicio a 102 usuarios en forma regular, de los cuales 52 son invidentes y 50 dbiles visuales. El promedio de visitas es de diez a doce personas por da.

    La clasificacin de los usuarios por nivel de estudios es la siguiente:

    Nivel bsico, desde preescolar hasta secundaria: 31 usuarios de los cuales quince son dbiles visuales y diesciseis invidentes.

    Nivel medio superior: ocho usuarios, de los cuales siete son dbiles visuales y uno invidente.

    Nivel superior: diescisiete usuarios de los cuales ocho son dbiles visuales y nueve invidentes.

    Maestra: cuatro usuarios, de los cuales dos son dbiles visuales y dos invidentes.

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    Otros: 42 usuarios de los cuales 18 son dbiles visuales y veinticuatro invidentes.

    La consulta de informacin es de temas de inters general y estudios acadmicos que van desde preescolar hasta trabajos universitarios.

    La sala tiflotcnica ofrece sus servicios en forma gratuita, entre ellos estn la enseanza de computacin, el uso y el manejo de los equipos tiflotcnicos, impresin de documentos en braile y la enseanza de la lectoescritura en braile. Para prestar el servicio se cuenta con tres personas encargadas de la atencin al usuario, ms el apoyo de la Direccin General de Informtica de la universidad Autnoma de Nuevo Len en el soporte tcnico del equipo. Es importante recalcar que uno de los tres encargados del rea es dbil visual y licenciado en ciencias computacionales por la Facultad de Ciencias Fsico-Matemticas y otra de las encargadas es invidente y licenciada en pedagoga por la Facultad de Filosofa y Letras.

    La promocin del servicio es mediante nuestra pgina web y a travs de mecanismos internos de nuestra universidad.

  • METODOLOGA PARA LA CREACIN DE NuEVOS ESPACIOS Y LECTORES

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    La coleccin bibliogrfica de la Sala Museo de la Facultad de Medicina

    ArMAndo hugo ortiz guerrero

    El Hospital universitario Dr. Jos Eleuterio Gonzlez, abierto en 1938, y la Facultad de Medicina de la universidad Autnoma de Nuevo Len, en 1952, fueron los edificios iniciales del actual Campus Salud de la universidad Autnoma de Nuevo Len, as como el Departamento Clnico de la Facultad de Medicina, cuya poblacin escolar actual es de alrededor de 4500 alumnos. Parte fundamental es el edificio de la Biblioteca Central, que aloja al Centro Regional de Informacin y Documentos en Salud (CRIDS).

    El acervo bibliogrfico se localiza fundamentalmente en tres salas: Hemeroteca, Coleccin general y de referencia, y Servicios automatizados, que en conjunto alojan poco ms de 18 mil volmenes y mil 630 ttulos de revistas mdicas, adems de la Biblioteca Virtual.

    El acervo bibliogrfico histrico se encuentra ubicado en la Sala Museo Dr. ngel scar ulloa Gregori, inaugurada en 1993. El Museo cuenta con imgenes con la historia grfica del Hospital universitario y la Facultad de Medicina, y una coleccin de ms de 900 instrumentos, estuches y aparatos mdicos utilizados y fabricados en el intervalo de 1750 a 1950. En el pas slo hemos localizado un museo del mismo perfil: el Palacio de la Medicina de la universidad Nacional Autnoma de Mxico en el Distrito Federal, el cual consta de 23 salas de exhibicin y un pequeo museo en la Escuela de Medicina universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo; de igual manera, en Amrica Latina, slo en la universidad Nacional de Chile se localiza otro museo de medicina.

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    Un poco de historia de la Biblioteca de la Facultad de Medicina

    En 1859, la escuela se instal en una sala del antiguo Hospital Civil. Puede afirmarse que el primer acervo bibliogrfico de la facultad consisti en la coleccin personal de su fundador, Dr. Jos Eleuterio Gonzlez y de los catedrticos fundadores. Ignacio Martnez, primer alumno que present examen profesional en 1865, apunt en el proemio de su disertacin:

    Por consiguiente, hemos tenido que luchar con toda clase de inconvenientes. La escasez de obras de texto, pues ha habido ocasiones en que toda la ctedra hayamos tenido que estudiar en un solo ejemplar y otras que hemos tenido que escribir lo que despus debamos aprender.1

    Las contingencias iniciales se fueron superando, y en el informe anual de 1886 ya se menciona la habilitacin de un espacio para iniciar una biblioteca mnima. El reglamento de la Escuela de Medicina, en 1889, estipulaba, entre las obligaciones del secretario de la misma, inventariar los libros y cuidar que se conservaran en buen estado.

    En 1892 la escuela se traslad a su edificio propio, el cual fue construido con parte del legado del Dr. Gonzlez y contaba con un rea especfica para la biblioteca. Aos despus la coleccin inclua ms de 518 volmenes, entre libros y revistas. una relacin detallada del inventario se incluye en la Memoria del Gral. Bernardo Reyes, periodo 1895-1899. El edificio original funcion hasta 1948, ao en que la escuela se traslad a otro provisional, durante ms de tres aos. En 1952 la facultad se ubic en su actual sede.

    1 Carlos E. Medina, Armando Hugo Ortiz, Tesis siglo XIX, Primeros egresados de la Facultad de Medicina. Revista Deslinde, p. 86, Monterrey, enero-diciembre 1999.

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    La biblioteca se instal en el stano de la llamada seccin oriente de la facultad, donde permaneci hasta 1991, ao en que ocup las actuales instalaciones ya con su estructura de CRIDS, cuyas tareas y servicios se han hecho ms eficientes.

    El acervo histrico de la biblioteca de la Facultad de Medicina

    Por una convencin estrictamente interna, se localizan en la Sala Museo publicaciones anteriores a 1952, el ao de impresin del volumen ms antiguo data de 1832. Se puede hablar de tres apartados: libros de texto, revistas mdicas y manuales de referencia; todos relativos a la medicina.

    una estimacin arroja un mnimo de tres mil quinientos volmenes en estantera, la procedencia de este material es de compras hechas por la misma institucin desde el siglo XIX y donativos de personas e instituciones de diferente ndole, sujetos a los criterios marcados por el CRIDS.

    una parte considerable de la coleccin est en francs, pues aproximadamente hasta 1940 la doctrina francesa fue la predominante en la medicina mexicana. El resto de la coleccin la conforman publicaciones en ingls y espaol.

    Toda la coleccin est catalogada bajo la normatividad bibliotecaria a cargo del CRIDS y su referencia se encuentra en el catlogo electrnico

    La mayora de los libros se encuentran en buenas condiciones, para que los pueda manipular el usuario comn, por lo que se encuentran en el sistema de estantera abierta; salvo algunos que por su antigedad, estado material y valor cientfico, se encuentran bajo llave, disponibles slo para investigaciones.

    Debe precisarse que no es un acervo de libros de historia de la medicina, sino de libros antiguos (y otros en proceso de serlo) de medicina, que sobre todo muestran un panorama de la ciencia

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    mdica en su poca de publicacin. una parte considerable de la coleccin corresponde al periodo de nacimiento y evolucin de la llamada nueva medicina o medicina moderna, aproximadamente de 1750 en adelante.

    Sin embargo, en algunos textos aparecen conceptos arcaicos de siglos anteriores como miasmas, efluvios, humores, etc.

    Utilidad extra de la biblioteca histrica

    Pese a la accesibilidad de esta coleccin, es necesario reconocer que ha sido poco consultada, al extremo de que a 14 aos de la apertura de la Sala Museo, algunos libros nunca han sido abiertos, salvo por las personas encargadas de la catalogacin. Muy contados son los casos de consulta hecha para una investigacin formal; la mayora es por curiosidad, en particular de estudiantes de medicina.

    Estimamos que esta situacin no es exclusiva de nuestra Sala Museo, sino de todos los acervos de libros antiguos. La utilidad ideal de esta coleccin sera servir de fuente para la historia de la medicina y no tanto para la medicina actual; en ltima instancia, tal vez sea tarea para los historiadores o, ms bien, mdicos-historiadores.

    Sin embargo, consideramos que la coleccin bibliogrfica cumple otra utilidad. En conjunto con el instrumental mdico y las reproducciones grficas, dan una atmsfera y visin de una parte de nuestro pasado; esto en su enfoque museogrfico, lo que ayuda a uno de los propsitos de la Sala Museo: Mostrar a la sociedad una panormica de la historia de la facultad y el Hospital universitario, la evolucin de la medicina y los avances trascendentes de la ciencia mdica.

    Puede considerarse como un logro de la Sala Museo que el visitante, al hojear algn volumen antiguo de medicina, valore

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    aunque sea por unos minutos las aportaciones que los mdicos, investigadores e inventores de esta ciencia han hecho a travs del tiempo, y la fortuna de que nosotros tengamos una Medicina tan avanzada, pero, sobre todo, que pueda ser accesible a toda la humanidad.

    Aunque la coleccin histrica bibliogrfica de la Sala Museo no cumpla su propsito original como fuente de consulta, concluyo que vale la pena preservarla y exhibirla como testimonio museogrfico, una prolongacin de su utilidad.

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    Fomento lector, entre tradicin e innovacin

    giseLLA LPez CArMonA

    Si analizamos objetivamente las ltimas estadsticas mundiales relacionadas con la lectura, Mxico ocupa uno de los ltimos lugares, debido a que la mayora de los mexicanos no lee nunca y el porcentaje de personas que acude a una biblioteca es muy bajo. La mayora de la gente no lee porque dice no tener tiempo para hacerlo, aunque los caballeros son muy dados a no dejar de lado la seccin deportiva de los diarios ni las damas la seccin de sociales. Las estadsticas de las bibliotecas pblicas son verdaderamente alarmantes, ya que la introduccin de Internet tiene apenas influencia para fomentar al hbito de la lectura. Y es aqu donde la presencia del bibliotecario se convierte en algo realmente importante.

    Para el bibliotecario la lectura es el objetivo principal de su profesin. A travs del tiempo, la lectura se ha convertido en un acto de bsqueda hacia el interior del propio lector, aunque el debate sobre la necesidad de leer sea constante, bien pocos saben que el objetivo final de la lectura es encontrar en ella algo de nosotros mismos que nos es desconocido o que subyace en el fondo del inconsciente. La biblioteca, por tanto, se convierte en un centro de proximidad no slo con el resto del mundo, sino con el propio individuo para descubrir aspectos ocultos de su personalidad, potencialidades o necesidades. As, la biblioteca debe asumir, responder y adelantarse a las necesidades de los usuarios reales o potenciales, cubriendo mbitos formativos, informativos, de desarrollo personal e integracin sociocultural.

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    La tarea de las bibliotecas no se reduce al simple apoyo escolar, sino que debe avizorar las necesidades y los retos, tanto educativos como extraescolares, en pocas palabras, incorporarse a los nuevos soportes y contenidos de la sociedad de informacin y en este rengln es fundamental que las bibliotecas estn preparadas para promover y fomentar la lectura entre los habitantes de reas aledaas a las de su ubicacin.

    En la actualidad, los medios audiovisuales condicionan nuestra realidad, as la lectura va quedando de lado, tanto para los adultos como para los nios, sometiendo poco a poco la capacidad de pensar que la lectura es capaz de permitirnos, es decir, adquirir una conciencia ms profunda de nosotros mismos y del entorno. Para la mayora de la poblacin, la sobreinformacin proporcionada por los medios electrnicos le permite estar al da de lo que sucede en cualquier parte del mundo, sin embargo, no le permite saber qu pasa realmente dentro de s mismo, ni si tiene otras necesidades separadas del consumismo alentado por la publicidad.

    La lectura abre la puerta del conocimiento que ayuda a eliminar las desigualdades sociales, pero es difcil, aun para los propios bibliotecarios, demostrar que vale la pena ser lector y que, de ninguna manera, leer es una prdida de tiempo.

    Quien labora en una biblioteca pblica bibliotecario profesional o no, debe tener muy en claro que entre muchas otras actividades propias de su trabajo, una de las ms importantes es hacer que los hbitos de lectura de la poblacin adquieran un valor de apoyo al proceso educativo-formativo de cada persona. La mayora de los bibliotecarios saben que el hbito de la lectura es importante, pero no siempre se tiene la experiencia del por qu es importante, ya que para trasmitir el amor por la lectura es preciso experimentarlo personalmente.

    Con el fin de que desde las bibliotecas pblicas se fomente el hbito lector, el propio bibliotecario debe amar y disfrutar la lectura, aparte de las actividades que conforman el proceso

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    seleccionador y clasificador del material bibliogrfico. El usuario tiene, por lo general, la visin comn de que el bibliotecario se la pasa leyendo todo el da, sin embargo, se sorprende cuando se le contesta que no queda tiempo para leer debido a diversas actividades de procesos tcnicos, caso que resulta muy comn en bibliotecarios que se han formado recientemente al amparo de las tecnologas de la informacin, cuyo bagaje cultural est lleno de datos fros, escasos de conocimientos y que, a pesar de acceder a innumerables sistemas de informacin, son incapaces de leer alguna obra literaria o un simple libro de poemas.

    En el medio de las bibliotecas pblicas es muy raro el hecho de realizar pruebas de seleccin para analizar la experiencia del personal bibliotecario, no tanto para demostrar si tiene conocimientos tericos, sino para determinar si es o no adicto a la lectura, lo que debera tomarse como un requisito para su contratacin y saber que el trabajo le ser placentero y no una simple obligacin para cubrir una necesidad. As, cualquier evento para el fomento de la lectura siempre podra tener mejores resultados.

    El fomento a la lectura, especialmente en las bibliotecas pblicas, da nfimos resultados si se compara con el esfuerzo que representa su organizacin. Fernando Savater comenta sobre el acto de leer: es una pasin que se explica muy difcilmente, tal vez por eso, el fomento a la lectura es tan difcil de realizar, porque la sensacin de placer que produce es muy diferente a cualquier otra. Ms all de las campaas, programas de actividades y dems esfuerzos animadores que realicen las bibliotecas pblicas, debe existir la sensacin placentera de saborear un libro.

    En el presente, la educacin tiende a formar individuos que leen para acreditar sus estudios, donde la lectura se orienta generalmente a temas ms especializados ya que en los programas educativos la lectura es por obligacin. Del Quijote, por ejemplo, slo se lee alguna de sus partes porque as lo recomienda tal

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    o cual seccin de la materia de literatura, pero no se ensea el placer de leer la obra de Cervantes en el contexto histrico que le dio origen, o desde el punto de vista del contexto social que lo inspir. La lectura como obligacin hace que el escolar odie leer, pero si el escolar que llega a la biblioteca pblica encuentra que el bibliotecario tiene, quizs hasta unos tteres que le ilustrarn graciosamente algn pasaje de don Quijote y su escudero Sancho Panza, la lectura que tenga que hacer para cumplir con lo marcado en su programa educativo ser ahora amena y llena de imaginacin.

    El fomento a la lectura debe llevar, como en los sistemas de calidad, un producto agregado que, adems, enriquezca la imaginacin. Los nios, especialmente los que empiezan a aprender a leer, deben alimentar su imaginacin y creatividad leyendo al azar, sin imposiciones y sin que se les inculque la lectura como obligacin, sino como un derecho que pueden ejercer cuando les plazca. A los jvenes se les tiene que impulsar por imitacin, por contagio, casi por la envidia de ver cmo el adulto disfruta la lectura. Bien sea por la recuperacin de los textos de Tolkien y por la prdiga fantasa de Rowling que, a travs de El Seor de los Anillos y Harry Potter respectivamente, han permitido ampliar las estadsticas de nios y jvenes lectores, as como muchos adultos; devolverles el gusto por los cuentos fantsticos que alguna vez llenaron ratos de infancia. El bibliotecario tiene entre sus tareas la de provocar que los lectores descubran la vida en la lectura y sus autores. Y, por qu no? fomentar nuevas formas para la enseanza de la literatura.

    Son muchas y muy variadas las formas de fomento a la lectura, desde talleres de expresin escrita hasta clubes de lectura especializados y grupos de intercambio de idiomas. El problema no versa exclusivamente en el qu, sino en el cmo. Y es que la biblioteca pblica carece generalmente de recursos para el fomento de fondos bibliogrficos y para la realizacin de actividades de fomento lector, a lo que se suma la falta

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    de profesionalizacin del personal, sobre todo en aqullas que dependen de las administraciones pblicas.

    En este caso, es importante considerar que el personal debe ser tomado en consideracin por el rea de recursos humanos, misma que se encarga de promover la capacitacin de servidores pblicos. Las reas de las que dependen las bibliotecas, generalmente reas de desarrollo social, educacin o cultura, deben discurrir en sus presupuestos la necesidad de contar con recursos para el mejoramiento de las mismas, considerndolas como centros de enlace entre la ciudadana y la autoridad, lo que permitir que dejen su papel de simples almacenes de libros par adoptar la forma de verdaderos lugares de encuentro ciudadano que consoliden una bien estructurada oferta de formacin poblacional, en la que la lectura tenga una posicin privilegiada en el aspecto formativo extraescolar.

    La formacin de usuarios lectores, y no slo consultantes, debe ser una de las prioridades en la misin del bibliotecario, tampoco debe limitarse al apoyo educativo, sino tambin a la incorporacin de a la ciudadana a la nueva sociedad de informacin en su preparacin para enfrentar los retos globales del futuro.

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    Lectura y futuro

    eduArdo nez beCuAr

    Cada vez que se detecta una carencia la catalogamos como necesidad. Nuestra herencia es a menudo poco comprendida, pero se toma como un hecho real e incuestionable el sistema de comportamiento heredado. Muchas veces desconocemos los principios y propsitos de sus actores, sin embargo, aceptamos las cosas como son.

    La lectura es una herramienta que la sociedad posee, aunque en el presente un 97% de la poblacin mexicana padece de analfabetismo funcional, el cual es la naturaleza del problema que enfrentamos como instituciones de informacin encargadas de eliminar esta patologa social. Tal visin, estrategia del combate a la cultura no lectora de informacin estructurada, da origen a necesidades tanto en el plano conceptual como en las herramientas y los materiales, para que en un futuro se cuente con una mayor poblacin lectora.

    Futuro y necesidad van de la mano una vez definido cul es el fin de nuestro actuar cotidiano. Es a causa de la predominacin de la cultura del analfabetismo funcional que las direcciones de las bibliotecas pblicas se reducen a proporcionar servicios escolares, lo cual provoca que no se tenga definida una visin sobre la funcin de las bibliotecas pblicas.

    Para qu nos sirve una poblacin mayoritariamente lectora de recursos de informacin sistemticamente estructurada y procesada por instituciones acadmicas y autores que dedican su vida al registro de sus pensamientos en soportes de papel o

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    metlicos? Sirve para que la inteligencia social cuente con datos sistematizados, compartidos a travs de la lectura colectiva que permita disear un sistema de vida de alta calidad.

    En la medida que se comparte informacin se logran incorporar modelos de cooperacin social que generen mucha ms riqueza material e intelectual que con la que se cuenta ahora. El atraso social se debe, en gran medida, a la individualizacin de los asuntos sociales promovidos por una cultura que hace parcial la informacin, y cuyo mvil central es la ausencia del hbito de la lectura.

    La estrategia, es el impulso de la poltica hacia un pas de lectores, lo cual suena hasta cierto punto equivalente al discurso de la repblica ideal sostenida por los pensadores de la Grecia clsica, sin embargo, es posible que se logre avanzar en la medida en que la poblacin pueda leer por lo menos cinco libros al ao como estndar en los prximos diez aos, expectativa utpica, lo cual se quedar al continuar con la tradicional forma de entender los servicios bibliotecarios pblicos, slo como escolares, dejando los programas de lectura slo para das de fiesta.

    La falta de lectores no se ve como problema social, sino como un asunto decorativo. Otras problemticas, como la drogadiccin o la violencia, se les consideran serios; en cambio, el analfabetismo funcional no tiene consecuencias, a menos que sea acadmica, que desde luego para eso estn los profesores, no obstante, las bibliotecas son eximidas de dicha problemtica.

    La responsabilidad de las bibliotecas en la no erradicacin de la cultura no lectora es total e innegable. Qu se hace para eliminar tal situacin? Se buscan justificaciones histricas y sociales esperando tiempos mejores que den fin a este dilema. No se consideran las ventajas que la lectura puede ofrecer a la sociedad, slo se ve como una actividad ociosa. Debera integrarse en los planes nacionales, estatales y municipales de desarrollo humano y no dejarse a un lado de las funciones de las bibliotecas pblicas.

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    La futurologa es clave para definir los rumbos de la institucin de informacin y cultura, tanto empresa de primer orden como impulso de la vida sustentable y la eliminacin de la pobreza espiritual y econmica. Empresa relegada no por el conjunto de la poblacin, sino por la conciencia que tienen de ella las personas que ejercen sus servicios diariamente. Desde luego que existen bibliotecarios que tienen una preocupacin al respecto, sin embargo, no cuentan con polticas orientadas a desarrollar la cultura lectora.

    La participacin ciudadana es una buena herramienta para la promocin del pensamiento crtico, cuyo recurso principal es el hbito lector ya que incrementa sus posibilidades de permanencia. Los planes estratgicos que se pueden disear en este terreno no deben ser para asuntos de quejas y votaciones electorales, sino para la participacin ciudadana en los aspectos de la construccin del conocimiento basado en la utilizacin de la Biblioteca universal Virtual Internet y las bibliotecas de libros de papel. Las implicaciones de tal orientacin profundizan la cultura de la democracia, no exclusivamente electoral, sino de la vida cotidiana, construyendo verdaderas sociedades del conocimiento, pues sta consiste en la elaboracin y ejercicio de conocimientos compartidos, lo cual genera la fraternidad como oposicin al actual estado de ultra individualismo. La visin a futuro puede incorporar la sociedad del conocimien- to en conjunto con las ciudades internacionales del conocimiento como piedras angulares para la elaboracin de los planes estratgicos.

    La Biblioteca universal Internet, a partir de 1993, ha rebasado a las bibliotecas tradicionales, esto implica el replanteamiento del concepto actual de biblioteca, la cual ya est, a mi juicio, al nivel de los museos donde se exhiben libros como cualquier otra pieza, esto es posible debido a la poca utilizacin de los

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    recursos bibliogrficos en soporte de papel. El sistema de consulta ahora le corresponde a Wikipedia. Con el transcurso del tiempo, esta tendencia se acentuar, de modo que el concepto tradicional de biblioteca se habr convertido en una carga para el desarrollo de la cultura lectora. Son ya catorce aos de esta nueva circunstancia donde la renovacin del concepto biblioteca brilla por su ausencia.

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    El saber y la cultura en Max Scheler como invitacin a la bsqueda de modelos valorativos en la lectura

    Jorge ignACio ibArrA

    Me gustara comenzar con un breve comentario sobre el tiempo, en el cual Max Scheler vivi y realiz su obra para entrar, posteriormente, en la relacin de los modelos valorativos en la lectura.

    Scheler, filsofo alemn que podemos incluir dentro de la corriente fenomenolgica inaugurada por Husserl a principios del siglo XX, libr, al igual que otros intelectuales alemanes de aquella poca, una lucha en el campo de las ideas por demostrar que el espritu deba superar cualquier determinacin de la materia y la naturaleza, as como la conviccin de que su triunfo era inevitable.

    Scheler pensaba que el auge de l