biblia non sacra. carlos saura garre

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Una conversación sobre la Biblia judeocristiana que muestra su origen puramente humano.

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    Carlos Saura Garre

    BIBLIA NON SACRA

    [email protected]

    Isaac Asimov: Cuando alguien afirma que le parece que la Biblia fue escrita por seres humanos -seres falibles que se equivocaron en esto y lo otro-, podr contar con ser vili-pendiado por un gran nmero de personas, esencialmente ignorantes de los hechos, y poca gente se interesar por sufrir tal acoso.

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    -He odo decir que usted no cree en la sacralidad de la Biblia. -Cierto. -Y que est dispuesto a probar que Dios no ha interveni-do en su composicin. -En efecto. -Pues usted es tonto de remate. -Y eso? -No ha cado en la cuenta de que esa prueba es inne-cesaria? -Por qu? -Porque es evidente que ese libro, cualquier libro, no puede provenir de la divinidad, y las cosas evidentes no necesitan ser probadas. -Ah! Vaya. Y si es tan evidente, cmo es que millones de personas no se dan cuenta? O tal vez hay cosas que resultan evidentes para unos y no para otros? Es eso po-sible? -Por lo visto, s. -Entonces, no es superfluo probar que tal cosa no es cierta. -De todas formas, es innecesario.

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    -Y dale. -No se ha dado cuenta de que la afirmacin "la biblia es un libro inspirado por dios" es totalmente gratuita? -Ya. No hay forma de probarlo. -Pues con eso basta. Por otra parte, a usted qu de-monios le importa? Deje que piensen lo que quieran. Usted no tiene otra cosa que hacer ms sencilla que ignorarlos. -De buena gana, amigo, de buena gana. Pero hay un problema. Los creyentes se han apoyado en esos libros para cometer los crmenes ms deleznables contra la humanidad. Hoy mismo, y ya estamos en el ao 2008, los gobiernos de Israel siguen machacando a los palestinos con la excusa de defender la tierra que Yahv les regal, segn dice la dichosa Biblia. -Pero eso lo dicen los fundamentalistas hebreos, hay otras cuestiones polticas -S, claro, la poltica, la economa, el miedo a ser ataca-dos, pero todo eso viene desde que se instaur el Estado israel, nada menos que en 1947, impulsado por los sionis-tas. Adems, la Biblia nos arrastr a las guerras santas, las guerras de religin, la pena de muerte, las persecucio-nes a la religin y la cultura pagana, y de toda la Amrica

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    recin descubierta, y las matanzas ocasionadas por las Cruzadas, los crmenes de la Inquisicin, las quemas de brujas No puedo olvidarme de toda esa mierda. -Don Quijote de la Mancha desfaciendo los entuertos del pasado. -Por otra parte, los creyentes dedican mucho tiempo de sus vidas a tratar de convencer a los dems: escriben en todos los medios posibles, van por las casas incordiando a la gente, tienen estaciones radiofnicas, predican en la te-levisin Por qu no puedo yo expresar mis conviccio-nes con la misma libertad? -Entonces, est decidido? -Escuche. Si ellos estn tan empeados en hacer pros-litos, y las leyes les protegen, yo tambin tengo derecho a decirles, por todos los medios a mi alcance, que estn equivocados, que Dios nunca les ha dicho ni po, que si quieren armar guerras y matar gente, que no se apoyen en las Escrituras sino en su propia maldad, que se han porta-do pero que muy mal a lo largo de toda la Historia. -Y por qu no se limita usted a exigir a los creyentes que demuestren que Dios inspir a los autores de esos li-

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    bros? Como no lo pueden hacer, pues se acab el proble-ma.

    -Es que, sabe usted?, tengo pruebas que son la rehos-tia, y los voy a dejar en cueros. -Es usted muy malo. -Ya tendr noticias mas, querido seor. -Y cundo ser eso? -Dentro de un mes, se lo prometo. -Bien, pues arrivederchi. -Orvu.

    UN MES MS TARDE

    -Y bien? Termin su trabajo? -Finito, listo, ya. -Parece muy satisfecho. -He dejado a judos y cristianos en pelotas. -Y ha tardado todo un mes? -S, pero en realidad no ha sido demasiado difcil. -Y eso? -Ver. Me he limitado al Antiguo Testamento. Y, vual! -Pero, y los cristianos?

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    -Escuche, compadre, como dira Fernando Vallejo: El Nuevo Testamento, exclusivo de los cristianos, tiene su fundamento en la Biblia hebrea. Si sta no es sagrada, el otro tampoco. -Ya. Cuando los fundamentos desaparecen, todo el edi-ficio se viene abajo. -Exactamente. No hay necesidad de meterse con los cristianos, pobrecillos, que cargaron con las pesadas escri-turas judas porque no tenan ms remedio. -Bueno, ya va siendo hora de que me hable de esas pruebas, estoy ansioso de curiosidad. -Tranquilo, no me atosigue. -Tmese el tiempo que quiera, no tengo nada mejor que hacer. -Es que antes tengo que decir un par de cosas. -Usted ver. Usted es el autor. -Cuando los creyentes afirman que las Escrituras son "sagradas" quieren decir que en esos libros est lo que llaman la Palabra de Dios, o sea, que l es el verdadero y ms importante autor de cuanto all se dice. Y para soste-ner tamaa afirmacin se ven obligados a inventar una pa-labreja: inspiracin.

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    -Suena a respirar: inspiracin, espiracin. -Pues s, es eso. Como si Dios hubiera soplado a ciertas personas para que escribieran lo que a l le interesaba. -Se sabe, pues, cules son los temas que le interesan a una divinidad? -Por supuesto, seor ignorante, no hay ms que leer la Biblia para estar informado. Lo que sucede, sin embargo, es algo complicado. -Ya me lo tema. -Lo que a Dios le interesa no es lo mismo para los hebreos que para los cristianos. Y puestos ya a redondear la cosa, ni para los musulmanes, que tambin dependen, al menos en parte, del Libro famoso. -Pues mal empezamos. -Vamos, compadre, por qu cree usted que esas tres tribus se han llevado tan mal durante tanto tiempo? -Y todo, incluyendo guerras y trifulcas, por eso de so-plar Dios? -Ya se lo dije: el Libro nos ha trado muchos disgustos a los humanos. Porque lo de la inspiracin, que nadie sabe como funciona -Lo sabrn los telogos que lo han inventado.

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    -No, ni ellos, se lo digo yo, que los he ledo. Pues ese soplo, como le deca, es necesario para que se exprese, por escrito, la palabra divina que, en resumen, no es otra cosa que ciertas verdades que a Dios le interesa que les interese a los creyentes. -Dgame, a qu viene tanto inters por parte de uno y otros? -Porque son verdades muy importantes, tanto que de ellas depende nuestra salvacin definitiva, nada menos. Y esas verdades, como tambin le deca, son diferentes para cada una de las tres religiones. -Por ejemplo? -Puede interesarles a los hebreos esa verdad que los cristianos llaman el Santsimo Misterio de la Santsima Tri-nidad? Pues no. Por consiguiente, Yahv nunca habl de ello. Los musulmanes piensan lo mismo, desde luego. En realidad, a los hebreos Yahv les revel cuatro verdades y media. Que si era el Creador de todo lo que existe y a no-sotros nos hizo a su imagen y semejanza, que si pact una alianza con el pueblo hebreo despus de elegirlo entre otros muchos y les prometi tierra y descendencia, que si debemos ofrecerle sacrificios de animales, que es un Dios

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    lleno de amor y misericordia, pero tambin colrico y justi-ciero; que ms que los sacrificios prefiere un corazn puro; que hay que ayudar a los hurfanos y a las viudas, y no dejar a un lado al pobre que necesite de tu ayuda, porque, y esto es lo ms importante, es bueno querer a los dems como nos queremos a nosotros mismos; que si hay que dedicarle el sbado y no trabajar ese da, que si los justos sern recompensados con una descendencia largusima. Y los diez Mandamientos, claro, que, por cierto, se pueden reducir a dos, como deca el mismsimo Jess: Amars a Dios con todo tu corazn y a los dems como a ti mismo. -Vaya, parecen ms de cuatro verdades. Adems, se ha olvidado usted de los ngeles y los demonios. -Exacto. Pero sa es una revelacin innecesaria, es un prstamo. Dios no cre a los ngeles, ni el infierno ni a los diablos, esas creencias formaban parte ya de la literatura religiosa pagana y juda, y la comparten otros muchos cre-yentes, como los musulmanes, los budistas, etc. -Dios copiaba de otros? -Pero hay ms. Dios copiaba para los suyos algunas co-sas que haban inventado otros, como el diluvio, la crea-cin del hombre a partir del barro, el rbol de la ciencia del

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    bien y del mal, la idea del sacrificio como reconocimiento de la soberana divina, la poligamia, la circuncisin, los contratos de vasallaje, el ms all como encuentro feliz con la divinidad, y un largo etctera que no le cuento para no cansarle. -Si todo eso es cierto -Vaya, lo duda? Pues cuanto le he dicho lo he sacado de las notas a pie de pgina de una biblia catlica y apos-tlica. Tengo como norma inviolable el no inventarme na-da. Mire, como ejemplo ejemplar, lo que se dice acerca de la muerte del gran patriarca en esa Biblia: "Abraham fue a unirse con sus antepasados", es una frase que se refiere a la morada de los muertos, concebida por los hebreos, an-tes de la plena revelacin del ms all, como una man-sin sombra de semivida". -Y eso de la plena revelacin? -Pues que los cristianos, como no entienden muy bien su Biblia, lo explican diciendo que las verdades nos fueron reveladas poco a poco, de forma pedaggica, como el maestro explica las cosas a los nios segn su edad. -Y en aquellos tiempos, los pobres hebreos eran muy infantiles todava para entender ciertas cosas, as que Dios

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    tuvo que esperar a que crecieran para aclararles las cosas definitivamente. -Eso es as para los telogos. La poligamia, por ejemplo, es consentida en los tiempos patriarcales porque esa era la costumbre; Yahv la acept y la dio por vlida, jams la cuestion. Pero las cosas cambiaron con el paso del tiem-po, y a estos cambios se les llama "revelatio plena", as, en latn. -Vaya por Dios, est usted presumiendo? -No, hombre, no, es latn de bachillerato. Cuando Dios revela la existencia de ngeles y demonios y de otra vida tras la muerte, ese momento coincide, qu coincidencia ms milagrosa!, con el tiempo en que los israelitas haban aprendido tales cosas de sus pueblos vecinos, incluso de la religin de Zoroastro, cuyos ltimos ramalazos an se conservaban entre los babilonios donde los hebreos fueron deportados. -Pero bueno, y de dnde se han sacado semejante in-terpretacin? -Querido amigo, no sabe usted, ignorante donde los haya, que los telogos hacen encajes de bolillos para ex-plicar lo inexplicable? Ellos leen el Libro hebreo y se en-

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    cuentran con un problema: en ciertos lugares se dice que despus de la muerte no hay nada ms, pero en otros se afirma que s, que lo hay. Solucin: Dios revela sus verda-des segn la situacin, al principio bastaba con revelar que tras la muerte slo est el sheol, lugar un tanto siniestro donde las almas son como zombis, pero ms tarde fue ne-cesario aclararles a los judos que Dios les esperaba per-sonalmente. A eso lo llaman pedagoga divina. Se lo acabo de decir. -No puede negarse, es una solucin ingeniosa. -Luego, a los cristianos se lo revel todo de una vez y para siempre: en Jess el Cristo, que Dios lo tenga en su santa gloria, se cumplieron todas las promesas que el viejo Yahv les haba hecho a su pueblo elegido. Mentira, como puede usted ver si lee las Escrituras antiguas, que slo hablan de promesas terrenales y -Pero no haba usted prometido que a los cristianos no los iba a bombardear? -Cierto, cierto. Volvamos donde estbamos. -Compadre, bamos por aquello de las verdades revela-das que exigen una inspiracin directa de la divinidad.

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    -Eso es. Bueno, pues quera decirle que si examinamos la forma en que la vieja Biblia se escribi, toda esa his-toria de la inspiracin-revelacin se convierte en humo, puff!, desaparece. -Y slo con indagar en la misma Biblia? No me lo creo. -Pues atienda, seor incrdulo. Preprese para escu-char una de las historias ms rocambolescas acerca del modo en que se ha escrito un libro a travs de los siglos. -Tanto? -Eso dicen los biblistas, hebreos o cristianos, catlicos o protestantes. Todos estn de acuerdo: Si empezamos a contar desde el siglo X antes de Cristo, tiempo en el que se cree que se empez a escribir, hasta el ao 200, tam-bin antes de Cristo, en que, dicen, se escribi el ltimo, unos ochocientos aos tardaron los autores humanos en redactar las Escrituras hebreas! Y eso sin contar, que no se sabe, ni se sabr, el tiempo en que los relatos bblicos no eran ms que chchara al calor de la lumbre. Dicho de otro modo: la transmisin oral, cuando un anciano analfa-beto, o muchos, cuya ocupacin consista en llevar reba-os de ovejas de un lado a otro, contaban historias e histo-rietas a sus nietos sobre los tiempos antiguos de la tribu.

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    -Ochocientos aos es mucho tiempo el que se tom Nuestro Seor para revelarse a los humanos, me parece. -Pero la cosa es mucho ms complicada. Ver, se ha descubierto que la mayora de los libros de la Biblia hebrea fueron escritos a trozos redactados por autores diferentes, y en tiempos y lugares diferentes! Por ejemplo, los cinco libros de la Ley fueron redactados por cuatro individuos, y ninguno de ellos era Moiss, el que todos los hebreos, in-cluido el mismo Jess, tomaban como el verdadero y nico autor.

    -Saltar de uno a cuatro es una pasada. -A esos cuatro autores se les llam el yahvista, el elohis-ta, el sacerdotal y el deuteronomista. Los tres primeros es-cribieron los cuatro primeros libros, y el ltimo, el Deutero-nomio. Pero la verdad es que el sacerdotal fue el ltimo en escribir. Se sorprender usted si le digo que ste es el que escribi el famoso principio de la Biblia: la historia de la Creacin en siete das. -Los ltimos sern los primeros. -Pasado un tiempo, alguien junt el texto de la fuente yahvista con el del elohista, algo as como lo que hoy lla-mamos un editor, y ya tenemos un documento, el ms an-

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    tiguo, que seguro circulaba, con ayuda de los copistas, pa-ra que los piadosos lo leyeran. Pero, cuidado, aquella primera Escritura empezaba con el relato de la Creacin que ahora est en el captulo segundo de Gnesis! Los primitivos lectores no pudieron saber, por ejemplo, que Dios haba creado tambin el firmamento. -Entendido. Y despus qu pas en ese trajn humano-divino? -Pues que el deuteronomista result ser tambin el autor de otros seis libros, Josu, Jueces, los dos de Samuel y los dos de Reyes, que en las Biblias actuales, por cierto, van detrs del Deuteronomio. -Qu prolfico el hombre, o quienes fuesen. Pero no re-sulta algo pesado el estudio de todas estas extraas vicisi-tudes literarias? -Pero nos aclaran muchas cosas. Ah tiene usted los salmos, todos metiditos en un solo libro, como si los hubie-ra escrito la misma persona. Pero aqu, en el libro de los salmos, ocurre igual que en toda la Escritura en su conjun-to: alguien decidi juntar trozos, luego vino otro alguien y junt otros pedazos de revelacin. Dicen los entendidos que incluso el libro del profeta Abdas, que slo tiene una

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    pgina, es una combinacin de piezas de dos autores. Y no se olvide del famoso Isaas! l solito tiene todo un libro con 66 captulos, pero slo escribi del 1 al 39. Luego, ms tarde en el tiempo, quizs ms de un siglo, alguien escribi una segunda parte, y, por ltimo, otro alguien re-dact la tercera. Pero no importa, estos otros dos son "isaianos", o sase, discpulos de Isaas, aunque lejanos. Y todos tan contentos. -Muy original esa forma de escribir. -Eso no es nada. Escuche. La narracin del diluvio es en realidad el puzle de dos narraciones distintas del dilu-vio. -Oiga, oiga, no creo que Nuestro Seor se entretenga en esas cosas tan humanas y livianas. -No fue l, no sea malpensado, fue el primer editor, el que junt al yahvista con el elohista. Se encontr con esas dos historias y, qu hizo?, las recort en trocitos y los mezcl con tal diligencia y sabidura que nadie se dio cuenta durante siglos, y lo mismo ocurri con otras histo-rias. Claro que se le vea el culo, y en estos tiempos de es-tudiosos entrometidos todo se descubri.

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    -Y a Dios no le import que aquel individuo jugara con su divina Palabra? -Quizs le sopl para que desconstruyera y volviera a construir la historia. Y no se olvide del ltimo redactor-editor, que de todo hizo. l fue quien dej las Escrituras hebreas tal y como ahora se encuentran en las biblias que venden las libreras. -Hay ms libros por ah? -En la Biblia hebrea, treinta y cuatro en total. -Por qu dice en la Biblia hebrea? -Porque en las biblias catlicas hay ms. -Y eso? -Ya se lo contar. De momento, observe lo que tuvo que hacer Yahv para dirigir el rayo de su inspiracin. Empez soplando al viejecito aquel que transmita de viva voz anti-guas historias para que las contara sin error. Y no sera uno solo, por supuesto. Si no lo hubiera hecho, quienes las pusieron por escrito se habran equivocado, o se hubiera visto obligado, Dios, a decirles que corrigieran esto o aque-llo, que el viejito andaba chocheando. Tal vez tuvo que so-plarle a los primeros escritores para que seleccionaran lo

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    que oan: esto no tiene relevancia, djalo, esto otro es muy interesante, escribe. -A Dios no le costara mucho, pienso -Pero, dgame: por qu se dedic a iluminar a tanta gente de tantos lugares y pocas diferentes para que es-cribieran lo que quera decir cuando poda haberlo hecho a uno solo y todo de una vez? Fjese en Al, el Dios de los musulmanes, qu bien lo hizo: Le habl a una sola perso-na, el Profeta, que Dios lo tenga en su santa gloria, y cuando l muri se acabaron las revelaciones. Un solo li-bro, un solo autor humano. -Los designios de Dios son inescrutables. Escribe con renglones torcidos. Punto. -Por supuesto. Cuando algo no se puede explicar, uno escapa por la tangente a toda velocidad. Pero comprende-r que, para los humanos, una carta, misiva, mensaje, li-bro, o lo como quiera llamarlo, de tantsima importancia, redactado en una forma tan complicada, es lo menos indi-cado. Y ya veremos, para ms complicacin, que, por lo visto, a Yahv tambin le interesaba que se escribieran muchas historias que nada tienen que ver con esas impor-tantsimas verdades, as que el Libro acab siendo un rela-

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    to de los orgenes y desarrollo del pueblo hebreo en lugar de una misiva directa. As que la cosa ha quedado clara: Dios eligi el medio ms enrevesado, engorroso, arriesgado y absurdo para revelar cuatro verdades que se escriben en un periquete. Por lo tanto, la Biblia hebrea no es ms que una narracin humana acerca de los avatares de un pueblo determinado. -No cante victoria, querido amigo, los telogos seguro que tienen una explicacin para todo eso. -Dlo por hecho. Pero no pueden negar que en la Pala-bra de Dios, en lugar de verdades reveladas, slo encon-tramos confusiones e incertidumbres en forma de errores, contradicciones y anacronismos de difcil explicacin. -O sea, que el Libro hebreo no est nada claro. -Si fuese claro, sobraran tantas explicaciones, aclara-ciones e interpretaciones a lo largo de los siglos, y no solo por parte de los cristianos, que los rabinos judos tambin se pasaron. Y la prueba ms definitiva de la falta de clari-dad de la Biblia es el hecho de que, dentro del judasmo y del cristianismo, no han conseguido, despus de tanto tiempo, ponerse de acuerdo totalmente en lo que dice, por

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    lo que el dicho Libro seguir siendo culpable de tanta con-troversia, arrebatos y guerras. -Bueno, compadre, hemos terminado por hoy? Ando cansado. -Yo tambin. Es agotador hablar de la Biblia. Nos vemos la semana que viene. Le parece? -S, pero con una condicin: que sea breve. Ya sabe lo que se dice: lo bueno, si breve -Dos veces bueno. Vale.

    U N A S E M A N A D E S P U S

    -Por dnde bamos? -Se ha relajado usted? -S, vuelvo a estar en forma. -Es que hoy le voy a dar otra paliza. Esto se pone al rojo! -Si empieza usted as, me voy. -De eso, nada. Primera prueba interna. Consecuencias que se derivan de la forma en que fueron escritas las Escrituras.

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    -No se me ponga tan envarado, hombre, que no es para tanto.

    -Se puede decir de otra forma: las Escrituras estn lle-nas de problemas: errores, anacronismos y contradiccio-nes que los telogos explican buscndole cinco pies al ga-to.

    -Los problemas aparecieron nada ms empezar usted esta largusima conversacin, compadre. -Vamos a ver. La mayor dificultad de las Escrituras est en el hecho de que se ve demasiado claramente que estn redactadas por seres humanos. Por mucho que se nombre a Dios, y se le nombra casi todo el tiempo, por mucho que Dios mismo hable y hable, todo el mundo sabe que eso puede escribirlo cualquiera por su propia cuenta, inventan-do, quiero decir. Llamar "sagrado" a un libro as, tan humano, conlleva un alto riesgo: es difcil de creer! Y ms teniendo en cuenta que aquellos autores eran hijos de su tiempo y, por lo tanto, analfabetos en muchsimas cuestio-nes, digamos cientficas. -Hombre, si los comparamos con nosotros, salen per-diendo, desde luego.

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    -Ya ve, crean que el cielo era una bveda fija donde Yahv haba puesto esas luces que vemos, que la Tierra toda est sostenida sobre una base slida -De dnde saca usted esa informacin tan estrafalaria sobre las bases de la Tierra? -Eso concretamente? En el libro de Job, donde Nues-tro Seor habla con l y le cuenta un secreto que ningn israelita conoca: cmo hizo nuestro planeta! No se olvide de que aquellos eran tiempos de ignorancia, amigo mo, no slo de los hebreos. Las explicaciones que le daban al mundo en que vivan tenan que ser extravagantes, gro-tescas, incluso cmicas. Tenga en cuenta que aquellas criaturas eran analfabetos en astronoma, geologa, etc. El Sol se mueve alrededor de la Tierra, decan, el mar supe-rior est encerrado con una doble puerta y tiene ventanas por donde Dios deja caer la lluvia. Y las supersticiones abundaban: el parto, la regla, el derrame seminal masculi-no, la lepra, los cadveres, etc, dejan a las personas impu-ras, y a cuanto tocan, sea una silla o una toalla. Crean en la existencia de monstruos primigenios, de gigantes, de genios que vivan en los desiertos, de muertos que apare-can al ser llamados

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    -Para usted de contar, amigo, no me atosigue. -Y como todo esto est en la Biblia hebrea y nadie puede negarlo, si usted es creyente debe admitir que Dios, al es-cribir, y lo digo as porque se dice que es el autor principal, se vio obligado a admitir toda la farragosa y estpida igno-rancia de aquellos tiempos. Lo cual no es ningn inconve-niente si Dios Nuestro Seor hubiera escrito exclusivamen-te para los hebreos de aquella poca, pero cuando se em-pean en que las Escrituras son para siempre y toda clase de gente, nos estn tratando de tontos. -Lo s, pero a m me importa un pimiento. -As pues, nuestros telogos tuvieron que buscar y re-buscar una explicacin a ese exceso de humanidad. -Por fin entramos en materia, ya era hora! -Se trata de una afirmacin que result muy comprome-tida: Dios se vali de los humanos respetando su cultura, su psicologa, su nivel de conocimientos -Ahora caigo. Qu solucin ms ingeniosa, demonios! -Por supuesto que los telogos no podan probar esa afirmacin acerca del "respeto" que Yahv senta por los autores de su Libro

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    -Bueno, amigo, ya sabemos que los telogos nunca prueban nada, slo emiten juicios, y quien quiera, que los crea.

    -Pero daban por supuesto que era cierta, y de esta forma podan interpretar todas las Escrituras, incluidas las cris-tianas. Que el autor humano crea en los demonios? Pues bien, Dios certifica, respetando al amanuense, que tal idea es verdadera. Qu el amanuense se equivoca diciendo que la luz fue creada antes que el Sol? No impor-ta, Dios hace suyos los errores del escritor humano porque debe respetarlo. Al revelar, Dios tiene unos lmites que se ha impuesto l mismo, por lo que veo. -Que raro, una divinidad que se impone limitaciones! Deja en suspenso sus poderes? Puede hacerlo? -No me importune usted con esas preguntas, hgaselas a los telogos. Los creyentes tienen un conocimiento de los entresijos de la divinidad tan exhaustivo, que ellos s que deben comunicarse con ella de forma directa. Lo que ocurre es que algunas cosas son difciles de explicar por muchas vueltas que se le den. -Eso ocurre a menudo en este mundo nuestro, amigo mo.

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    -Por supuesto, pero tratndose de un libro que se pre-tende "divino" las consecuencias no son moco de pavo. Le he dicho algo sobre los anacronismos que encierra ese Libro? -Todava no, pero mucho me temo que va usted a em-pezar de un momento a otro. -Se lo voy a resumir. Ver. En los tiempos de los pa-triarcas y de la conquista de Canan, por ejemplo, se habla de ciudades y poblaciones extranjeras que no se de-sarrollaron hasta varios siglos ms tarde. -Y cmo se sabe tal cosa? -Por los testimonios histricos asirios y por la arqueolo-ga, amigo mo. Los filisteos no se haban asentado an en la costa, ni los quedaritas haban aparecido cuando lo cuenta la Biblia. Otro tanto ocurre con los edomitas y otras comunidades. Recuerda usted la famosa toma de Jeric, cuando se vinieron abajo sus murallas al son de las trom-petas hebreas? Pues ahora, la arqueologa ha demostrado que en aquellos tiempos Jeric no era ms que un puado de ruinas, de manera que de murallas, nada. Y ya son fa-mosos los anacronismos de los camellos de carga y el trasporte de goma, blsamo y mirra de la historia de Jos,

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    siendo as que aquellos animales no fueron domesticados hasta mucho tiempo despus y esos cargamentos no se encuentran hasta el siglo VIII y VII en el lucrativo comercio rabe. -Seguro que hay ms. -Por supuesto. Pero estas historias tienen una explica-cin muy sencilla: todo apunta a que fueron escritas preci-samente en el siglo VII antes de Cristo durante la gran re-forma religiosa que emprendi el rey Josas, como cuenta la Biblia. Otro tanto puede decirse de las extraordinarias vidas de David y Salomn: estos reyes existieron, induda-blemente, pero Jerusaln, en el siglo X, no era ms que un pueblo, y Jud, una veintena de pueblecitos con un total de unos pocos miles de habitantes segn han mostrado los trabajos arqueolgicos, y es muy, pero que muy impro-bable, que de un lugar as alga un caudillo que conquista todo el pas. Cmo pudieron David y Salomn reunir un ejrcito y adiestrarlo en un lugar as? Los arquelogos no han encontrado ni un testimonio de las conquistas de Da-vid ni siquiera del famoso Templo de Salomn construido por voluntad divina. ste es un anacronismo muy singular: quienes escribieron la Biblia hebrea idealizaron aquella

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    poca, alrededor del siglo X, inventando conquistas y ri-quezas que nunca existieron. Ni en Egipto ni en Mesopo-tamia se ha encontrado referencias a las conquistas y ri-quezas de estos reyes. -Entonces, nada de nada? -En realidad, quienes disfrutaron de un verdadero Esta-do poltico bien desarrollado fueron los hebreos del Norte, los israelitas. Pero la Biblia hebrea reduce aquellos reyes a viles gobernantes porque, sencillamente, no hicieron lo que agrada a Yahv. -Pero si tambin eran hebreos, o sea elegidos, por qu hablan tan mal de ellos? -Acaba usted de hacer la pregunta correcta. El caso es que las historias de los reyes, los del Norte y los del Sur, fueron escritas por gente de Jud, empeados en demos-trar que ellos eran mejores, recuerde lo de David y Salo-mn, a base de desacreditar a sus vecinos. -Los de familia, lisa y llanamente los de familia. -S, pero esta explicacin no es tan simple. Los autores del Libro eran todos ellos personas muy religiosas que es-taban decididos a confirmar a Yahv como nica divinidad para todo el pueblo.

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    -Pero eso ya era un hecho desde haca mucho tiempo, segn tengo entendido. -Esa es la impresin que los autores quieren dar, pero lo cierto es que el pueblo hebreo sacrificaba a otros dioses al mismo tiempo que a Yahv. -De dnde se ha sacado usted esa afirmacin, querido amigo? No creo que la Biblia -Pues cralo. La misma Biblia lo dice. Lea, lea usted el famoso Libro, compadre. Y esa fue la razn de que la re-forma de Josas consistiera, principalmente, en destruir los "altos" y pequeos santuarios de todo su reino. Y esa fue la razn de que los reyes que no hacan lo que agrada a Yahv recibieran esos varapalos, incluso aunque fuesen del Sur, de Jud. -O sea, que al final lo lograron. -Por supuesto. Fue entonces cuando realmente naci el monotesmo, fjese qu cosas, aunque no sucedi de la noche a la maana. -Me est usted ilustrando, compadre. Ahora comprendo lo ignaro que he sido toda mi vida, y le estoy encontrando un cierto gustillo a seguir aprendiendo. Bueno, siempre que no se me pase.

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    -Vale, no me pasar, pero an nos queda hablar de las contradicciones. -Me resume, por favor? -Bueno, no son cosas importantes si esa obra fuese ex-clusivamente humana. En realidad, desde este ltimo pun-to de vista todo se explica fcilmente, pero si el autor es una divinidad, es incomprensible e inaceptable. Y lo es, seor mo, porque la Biblia, por ser inspirada, no puede contener ningn error. -Pero, cules son? Dgalo de una vez. -Pongamos la historia del diluvio, por ejemplo. El yahvis-ta dice que No tom siete parejas de animales puros y una de animales impuros, pero el sacerdotal afirma que tom una pareja de cada clase de animal. El sacerdotal cuenta que el diluvio dur un ao, el yahvista que slo 40 das y 40 noches. No ech un cuervo al aire para ver si haba escampado, dice uno, pero el otro afirma que lo que solt fue una paloma. Y todo esto sin salir de la misma his-toria, puesto que se juntaron en forma de puzle. Aparte de eso, el dicho yahvista, como el elohista y el deuteronomis-ta, hablan de un Dios con fuertes rasgos antropomorfos: tiene figura humana, practica la alfarera, pasea por el Jar-

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    dn y se escuchan sus pasos, cierra la puerta del arca de No, se arrepiente de haber hecho algo, aspira el aroma del sacrificio que No le ofrece Para el sacerdotal, Dios es un ser trascendente, controlador del cosmos, est mu-cho ms all de la misma creacin. -Ve usted? Cada autor va a lo suyo en su forma de concebir a la divinidad, y Dios las respeta todas. -De veras? Pero, entonces, no ha tenido necesidad de inspirarle lo que debe contar. En qu quedamos, Dios inspira a uno para que lo describa a l como una divinidad muy parecida a un ser humano y luego le dice a otro que lo describa como un ser trascendente, o es que esos escrito-res pensaban as por su propia cuenta y Dios slo tuvo que impulsarles a decirlo? Y en todo caso, es que le daba lo mismo que los humanos hablaran de l en dos formas totalmente distintas? Y no hemos hecho ms que empe-zar! -No, por favor. -Por qu en un sitio de la Biblia se dice que los peca-dos de los padres los pagarn los hijos hasta la tercera generacin y en otro lugar se afirma que cada uno pagar por sus propios pecados? Por qu un escritor dice que la

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    ciudad de Siquem fue comprada y otro dice que fue masa-crada? Por qu hay una historia en la que el primer sumo sacerdote del pueblo hebreo, el famoso Aarn, comete un acto de hereja y Dios se llena de ira contra l, pero no lo castiga? Por qu al monte de las tablas uno lo llama Horeb y el otro Sina? Eran el mismo con dos nombres diferentes o eran dos montes distintos? Por qu la ser-piente tentadora no era en Gnesis ms que un bicho del campo, parlanchn, pero animal, mientras que en el libro llamado Sabidura se convierte en el demonio? Y Sabidu-ra se escribi varios siglos ms tarde! -Compadre, no era el tentador en el libro del Gnesis? -No seor, no lo era. Ah se dice textualmente: "La ser-piente era el ms astuto de todos los animales del campo que Yahv Dios haba hecho". Y catorce versculos ms adelante lo repite: "Entonces Yahv dijo a la serpiente: Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias del campo". Se da cuenta? -Pobre serpiente. -Y no slo eso. En el mismo Gnesis, cuando Dios mal-dice al reptil entremetido, le espeta sin pensrselo dos ve-ces: "Sobre tu vientre caminars y polvo comers todos los

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    das de tu vida". Ha visto usted alguna vez a un demonio arrastrndose por el suelo y comiendo tierra? -Lo de comer tierra es lo que me tiene desconcertado, comen polvo del suelo los ofidios? -Quite, amigo, el autor de Sabidura era un analfabeto en zoologa. Y sigo. Por qu en un texto ms tardo se dice que nuestros primeros padres fueron creados a ima-gen de Dios mientras que el primero que escribi esa his-toria no lo dice, con lo importante que result ser la cues-tin para la posteridad hebrea y cristiana? Y escuche. En el libro de Levtico, hay once captulos dedicados a expli-car cmo deben hacerse los sacrificios, todo puesto en la mismsima boca de Dios, y se repite o se aade en Nme-ros y Deuteronomio. Incluso hay un resumen, Palabra de Dios, que lo aclara rotundamente: "Esta es la ley del holo-causto, de la oblacin, del sacrificio por el pecado, de sa-crificio de reparacin, del sacrificio de investidura y del sa-crificio de comunin, que Yahv prescribi a Moiss en el monte Sina". Entendido? -S, hombre, s, es muy fcil. -Y en otro lugar de la Biblia, al profeta Jeremas le dice: "Que cuando yo saqu a vuestros padres del pas de Egip-

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    to, no les habl ni les mand nada tocante a holocaustos y sacrificios"! -Un despiste del profeta, supongo. -Es el cuento de nunca acabar. Le parece que puede haber algo ms disparatado que la historia de Can, que nada ms salir corriendo de donde estaba, por haber ma-tado a su hermano, tuvo relaciones con su mujer y dio a luz a un nio y luego construy nada menos que una ciu-dad, y cuando se dice que a Set, tercer descendiente de los primeros padres, le naci un hijo? Cmo pudieron ser padres cuando an no existan las mujeres? O por qu Dios le dice a David que haga un censo y en otro lugar re-sulta que fue el diablo Satans quien se lo dijo? Cmo es que en un lugar de la Biblia se dice que Ocozas tena veintids aos cuando comenz a reinar y en otro que no, que tena ya cuarenta y dos? El dios Yahv le pregunta a Can: dnde est tu hermano?, porque lo nico que saba es que estaba oliendo su sangre. Qu Dios que no sabe dnde se esconde la gente, a pesar de que no haba ms que cuatro personas, y una de ellas, muerta. Adems, en varias ocasiones se arrepiente de haber hecho algo o per-

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    dona un pecado de su pueblo en el desierto y a continua-cin lo castiga Pero hay mucho ms. -Como cunto? -Como para estar ms de una hora slo haciendo una simple enumeracin. As que no ms le voy a contar los casos ms reveladores. Ya le relat aquello de que los hebreos antiguos no saban nada del Cielo ni del Infierno. En la Biblia hebrea slo se habla de que los premios se conceden en este mundo, en vida, y el mejor premio que obtenan los justos consista en una descendencia nume-rosa, mire lo que le dijo a Abraham. Slo mucho ms tar-de, cuando casi est a punto de aparecer Jesucristo, que Dios lo tenga en su santa gloria, se habla del ms all. Hasta ese momento, durante siglos, slo exista el ms ac. Prohbe la magia so pena de muerte, pero l mismo ordena un acto mgico con la sorprendente historia de la vaca roja, y no slo esa. Se dice que a Dios nadie lo puede ver porque puede morir, incluso lo repite la primera carta de Juan rotundamente: "Nadie ha visto jams a Dios", pe-ro, ay!, tambin se dice que Moiss lo vio cara a cara, como habla cualquiera a su compaero, aunque en otro lugar Moiss slo puede ver sus espaldas, porque le est

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    prohibido ver su cara, o dicen que lo vio Isaas en lo alto de un trono, incluso el famoso Job. En qu quedamos? Pero lo ms incomprensible es aquello de que Nuestro Seor ponga a prueba a lo ste o aqul para ver si hace esto o no lo hace, como cuando le pide a Abraham que le sacrifique a su hijo Isaac. Acaso no saba Dios que el pa-triarca le iba a obedecer sin rechistar? Perda Yahv momentneamente la visin del futuro? -No me sea malvolo, compadre. Dgamelo usted. -Lea, lea las Escrituras. Y busque, escudrie, indague, eso que tanta falta les hace a los cristianos y a los hebreos. -Pues que lo hagan ellos. -Exactamente. Pero no lo hacen. Sabe lo que hacen los creyentes de todos los credos? -Usted es el perito. -Los creyentes, envueltos en una atmsfera de fe tan firme que no necesitan salir fuera de ella misma, leen las Escrituras con el fervor de un adepto que bebe el agua de una fuente divina forzosamente pura por su origen. No ne-cesitan analizarlas en un laboratorio. Para ellos, todas las piezas encajan tan perfectamente que forman un conjunto

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    slido y armnico, una soberbia construccin sin fisuras ni chafarrinadas, de tanta pulcritud que proclama a voces su origen sobrenatural. -Linda le ha salido la parrafada, s seor. -Ve lo que quiero decir? Para ellos, el Libro es como un monolito cado del Cielo, con maysculas. Quiero decir, por supuesto, enviado por Dios. Se toca con temor y reve-rencia, se mira con ojos piadosos, se coloca en un lugar exclusivo, se espera que nos d fortaleza para hacer la vo-luntad divina y consuelo ante las adversidades de esta vi-da nuestra. Si tiene alguna fisura, algo de tizne, un des-conche, una mugre, un rasponazo, una magulladura, un rasguo, nada de eso importa, si es divina hay que acep-tarla tal cual y no debemos inmiscuirnos en los designios y decisiones de la divinidad. Se buscan explicaciones y se encuentran! Tienen respuestas para todo, porque han analizado el monolito con lupa, con escner y hasta con microscopio electrnico. -Tiene usted que reconocer que eso es una faena digna de elogio. -Por supuesto! Llevan siglos, tanto los israelitas como los cristianos, desmenuzndolo al milmetro! Ya se lo dije

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    hace una semana: esto es una prueba de que el viejo Libro no est claro para nosotros. -Pero los telogos siguen en sus trece buscando res-puestas. -Tendra usted que leer esas respuestas para darse cuenta de cmo la fe despabila la imaginacin. Son verda-deros malabaristas, hacen encaje de bolillos con las pala-bras. -Lo que no es nada difcil. Pero dgame: usted no est haciendo tambin encaje de bolillos con estas disertacio-nes? -Usted ver, compadre. Yo le leo la Escritura. Es una traduccin al castellano, pero avalada por sabios judos y por la Iglesia Catlica, Apostlica y Romana. Ah estn las palabras de Dios, no he inventado, imaginado, simulado, desfigurado ni falseado nada. Usted mismo puede verlo. -Le he dicho que no, que no me apetece leer ese libro tan gordo. -Lo nico que he dicho y seguir diciendo hasta que me muera, es que lo que crean un monolito divino, si se fijan bien, no es ms que una talla construida por humanos con ladrillos y argamasa. Que la hayan confundido con una es-

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    pecie de meteorito enviado por Dios, es la estupidez ms grande que ha cometido la humanidad. Porque no se trata slo de hebreos y cristianos, sino de casi todas las religio-nes.

    -El Corn, por ejemplo? -Y los Vedas y el Baghavad Gita de la India, y el Avesta de Zoroastro, y el Popol-Vuh de los mayas, y el Tao Te King, y los 5 libros de Confucio, y el Kalivala, y los Upanis-hads, y el Libro de los Muertos tibetano, y el Libro de los Muertos egipcio -Vale, vale. -No, que todava me queda el Libro de Mormn de Jo-seph Smith, a mediados del siglo XIX. ste buen hombre s que vio el monolito en todo su esplendor: unas tablillas de oro que le entreg un ngel y donde estaba escrita la doctrina mormnica. Despus que el seor Smith, que Dios lo tenga en su santa gloria, tradujo la cosa, el ngel volvi y se llev las tablillas. Toma ya, qu oportuno el ngel! -Quiero recordar que el Profeta Muhammad, que Dios tenga en su santa gloria, tambin recibi la visita de un ngel.

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    -Oh, s, un ngel gigantesco! Muhammad no tuvo que traducir, porque el ngel se lo deca todo en rabe, igual que a los hebreos les soplaba en hebreo y/o arameo, que Dios es polglota. Y puesto que hablamos de libros sagra-dos, permtame que -No! Pero no hemos acabado? -Bueno, descansemos hasta la semana que viene. Le parece? Y no me falte, que hablaremos del canon!

    OTRA SEMANA DESPUS

    -Slo cuatro palabras sobre el canon, como le dije. -El canon? Va de algo complicado? -No, hombre, no. El canon de una religin se refiere al repertorio de libros reconocidos como procedentes de la divinidad. -Quiere decir que cada religin tiene su canon? -Por supuesto, hasta los budistas lo tienen, y eso que Buda no era muy religioso precisamente.

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    -Pero no me ir usted a endilgar la lista de todos los c-nones que hay en este dilatado mundo, verdad? -Estamos hablando de las Escrituras hebreas, as que dejaremos todo lo dems, incluso el canon cristiano. -Me alivio. Dgame. -Hemos dicho, o no lo hemos dicho?, creo que s, que los libros hebreos son treinta y nueve. -S, hombre, s, incluso me dijo que los cristianos eran ms. -Eso es. Buena memoria. Pero la historia del canon hebreo, como la de todos los cnones que en el mun-do han sido, es una prueba ms de que las Escrituras no tienen nada que ver con ninguna divinidad. -Interna o externa? -Cmo? -Que si es una prueba extrnseca o intrnseca, compa-dre; que anda usted una pizca despistadote. -Externa, claro, no se haba dado cuenta? No se refie-re a nada que est dentro de esos libros, sino a algo que est fuera de ellos. -Y de qu se trata eso que est por ah fuera?

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    -No me sea melindroso, amigo, de qu se va a tratar? Pues de gente como usted y yo que decidi afirmar rotun-damente "ste s, ste no" refirindose a los libros recibi-dos por la tradicin. -As, por las buenas? -Claro que no, el proceso llev mucho tiempo. Los escri-tores hebreos ni siquiera saban que estaban soplados por el Espritu Santo. Ms adelante, cuando la gente comenz a leer, los que aprendieron, que no deban ser muchos por aquellos tiempos, comenzaron a sacarle gusto a la lectura de historias tan interesantes y fantsticas a base de epo-peyas e intervenciones milagrosas, todas ellas referidas a sus antepasados, algo que les suba la autoestima hasta casi reventarles el ego.

    -Por supuesto. Si me encontrase una carta en la que se me elogiara ms all de lo normal, la besara y la pondra en un lugar especial, bien a la vista de todo el mundo, para que se enterasen. -Poquito a poco, aquel regodeo se fue convirtiendo en respetuosa devocin. Un poco ms, y los lectores pasaron a venerar los viejos escritos.

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    -Otro pasito ms y -Vual! Ya tenemos un texto santo, porque, como todo el mundo sabe, y bien dice el diccionario, veneracin es un respeto en grado sumo a una persona por su santidad, dignidad o grandes virtudes o a un objeto por lo que repre-senta o recuerda. -Y de santo, pas a ser sagrado -Y de sagrado, pas a ser nada menos que divino! -Pero habra algo ms, vamos, pienso yo. -Dmoslo por supuesto. Acurdese usted de la liturgia, amigo mo, que en aquellos tiempos perdidos en la Historia consista en la intervencin de un sabio o de un sacerdote, especialmente sacerdotes, que en todas las religiones han llevado la batuta, que reuna a la gente para leerles aque-llos Escritos que ya tengo que escribir con mayscula. -igame, compadre, lo ms probable es que los curas de aquellos tiempos fueran los nicos que saban leer y escribir, as que en esas reuniones es donde comenz la historia hipottica que usted me ha contado, desde el re-gusto de escucharlos hasta la divinizacin de los Escritos. -Muy oportuno su inciso, amigo mo. -Gracias. Con tan buen maestro

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    -Djese de mofas y befas, que perdemos el tiempo. Pe-ro bien dice usted, porque lo cierto es que el futuro canon se form con los libros ms venerados, los ms santos, no slo porque as le pareciera al sacerdote, sino porque as le pareca, tambin, a la comunidad. -En ese tejemaneje, vaya usted a saber quin influa en quin. -Puede que la influencia fuese recproca. Slo estamos conjeturando. Lo nico cierto y segursimo, tan seguro co-mo que nos tenemos que morir, es que Dios no dijo nunca "ste, se y aqul son los libros que yo les he soplado a los amanuenses", en vista de lo cual, los pobrecitos hebreos, clrigos y gente del vulgo, se vieron obligados a decidir por su cuenta, y as, con aquello de "ste es muy lindo, aqul me une ms al Santo, miren qu versos tan inspirados, se no me dice gran cosa, algo s, pero casi nada, etc, etc, se fij el canon definitivo. La trayectoria es idntica en todas las religiones. -Como si se copiaran las unas a las otras. Es ms eco-nmico, amigo, debe reconocerlo. -Entre parntesis: Alguno hubo que se fabric su propio canon, como aquel Marcin de los primeros tiempos del

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    cristianismo. Y acabado el parntesis, bien cortito, como ve, fjese ahora en que estas cosas que andamos especu-lando son las mismas que dicen los creyentes. Le he trado un papelillo con un prrafo de un cristiano muy bien infor-mado. Le leo: "De hecho, las autoridades religiosas no han hecho ms que oficializar el texto que la comuni-dad de los creyentes, por implcito consenso, ha con-siderado el mejor, el que ms fielmente representa la inspiracin divina". Y si no se fa usted de los cristianos "separados", que tal era el autor de la frase que le he le-do, escuche a un catlico de esos super-persuadidos: "Si tal autor y su libro estn inspirados, es tambin por-que fueron reconocidos como tales por la comunidad y sobre todo por los que, en ltimo trmino, organiza-ron y dieron el ltimo toque a la Biblia". La cita no tiene el ms mnimo desperdicio. -Ms claro no puede estar, desde luego: Los creyentes organizan su canon con su propio criterio y deciden cules entran y cules no. -Y cules no, efectivamente. Observe usted: el libro de los Proverbios estuvo un tiempo en una situacin dudosa,

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    lo ponemos como sagrado, no lo ponemos, esperamos, qu dice la gente, y los sabios? Al final lo admitieron. -A lo mejor lo echaron a cara y cruz. -No hubiera estado mal, al fin y al cabo Dios puede hablar tambin mediante una moneda. -Compadre, y cmo sabe usted tal cosa? -Porque lo dice la Escritura. No dice una moneda, pero s unos palillos que iban marcados, o algo as. Los reyes consultaban a Yahv de esa forma. Los paganos consulta-ban a sus dioses mirando el hgado de un gallo destripado, o la direccin de viento, y qu s yo. Los hebreos tambin tonteaban con esas corrupciones intelectuales. -Joder, qu vocabulario! A veces me deja anonadado. -Vale, vale, sigamos. Hay siete libros que los hebreos no creyeron inspirados, ni luego los protestantes, pero a los cristianos les gustaron. Los dos libros de los Macabeos, por ejemplo, son palabra de Dios? Depende. Los catli-cos dicen que s, pero hebreos y protestantes afirman que no. Otro tanto sucede con los libros de Tobas, Judit, Sabi-dura, Eclesistico y Baruc.

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    -Un momento, un momento, algn motivo tendrn unos y otros para afirmar esto s, aquello no. -Tienen que recurrir a que si fueron escritos en hebreo y no en griego, que si la mayora estaba de acuerdo o no, que si eran o no muy utilizados, y algunas cosas ms por el estilo. Para empezar, tenemos una Biblia hebrea muy antigua escrita en griego. Bueno, traducida del hebreo, pa-ra ser ms exactos. Se la llama Los Setenta. -Qu nombre ms curioso. -Una antigua leyenda deca que setenta sabios judos se haban reunido de diversos lugares, seis de cada tribu, pa-ra hacer la traduccin -Pero, bueno, es que no tenan bastante con sus escri-tos en hebreo? -No sea quisquilloso, lo que ocurra es que los israelitas fueron invadidos por los griegos de Alejandro el Grande y acabaron por hablar en griego y olvidar el hebreo, espe-cialmente los que vivan huidos a otros pases, como Egip-to, y as no tenan modo de leer las Escrituras. La traduc-cin se hizo para ellos.

    -Muy comprensible. Estaban en todo.

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    -Pero las cosas se complicaron. Se trataba de una le-yenda, pero la realidad es que, efectivamente, esa traduc-cin se hizo antes de que naciera Jesucristo, pero a los judos no les hizo mucha gracia. -Y eso? -La primera traduccin se inspir en un texto hebreo que a los doctores judos no les gustaba. La traduccin de los profetas contienen contradicciones, algunas partes estn abreviadas y otras se tradujeron muy libremente. Pero, admrese, a pesar de ello, los judos helenizados y des-pus los cristianos la usaron con toda naturalidad, tanto, que los judos de Palestina se llevaron un disgusto y em-pezaron a pasar de Los Setenta. -O sea, que no eran sagrados, santos, inefables, inspi-rados, etc. -Para los hebreos, no. En Los Setenta haba cuatro li-bros dedicados a los Macabeos, pero slo entraron dos en el canon ese. Haba cuatro libros de Esdras, pero slo en-tr uno como soplado. Haba un libro de poesa, las Odas, y otro llamado Salmos de Salomn, y los dos fueron re-chazados por todos, incluidos los cristianos.

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    -Poco xito tuvieron aquellos setenta sabios con su tra-duccin al griego, despus de tanto trabajo. -Todo es relativo, amigo mo. Para los cristianos fue un milagro tener en griego a los profetas, que hablaban de Jess el Cristo como si lo hubiesen conocido en persona. -Venga ya, compadre, no me tome el pelo. -No digo yo que lo hicieran, evidentemente, sino que los escribas de la biblia cristiana lo creyeron as. Menuda lia-ron con aquello de las profecas. Pero bueno, vamos a de-jar estas apostillas laterales y sigamos con lo nuestro. Por dnde bamos? -Me lo pregunta a m, que ando ms que embrollado y ya he perdido el hilo? -No se atosigue, amigo, que ya lo tengo. Hablamos del canon judo, pero an no le he contado el final. Ha estado alguna vez en Israel? -No s a qu viene la pregunta, pero, no, nunca estuve all porque no es un lugar pacfico. -Hay, no muy lejos de Jerusaln y casi a la orilla del mar, no del Muerto, sino del Mediterrneo, una ciudad lla-mada Yavneh, que parece ser la misma que en la antige-dad se llamaba Jamnia. Fue en ese lugar, a final del siglo

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    primero de nuestra era, o sea, muerto ya Cristo, que Dios lo tenga en su santa gloria, cuando los sabios hebreos de-cidieron decir, de una vez por todas, qu libros deban en-trar en el canon y cules no. Y desde entonces, ese es el definitivo. -Si empezamos a contar desde que se escribieron los primeros textos, haban pasado ms de mil aos! -Ms de mil aos para que se quedara claro en qu pa-piros y pergaminos estaban escritas las palabras divinas. Y en cules no. Menos mal que otros muchos libros se per-dieron para siempre y slo nos quedan sus ttulos, que si no, Dios sabe si este embrollo no hubiera sido ms ende-moniado, con perdn. Y as termina, compadre, la dispara-tada historia del canon hebreo, quiero decir de la mayora de los hebreos, que por ah andan otros, como los de Etio-pa, que tienen otro canon diferente, y, fjese qu cosas, idntico al de los catlicos! Pero me estanco aqu, que se me hace que anda usted algo fatigadillo.

    -Un algo s, lo reconozco. Y aunque sigo sin comprender por qu razn se enzarza usted en estos berenjenales pia-

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    dosos, lo emplazo para la semana que viene. Que ser la ltima, presiento. -Presiente bien, amigo. -Pues eso.

    LA LTIMA SEMANA

    -A ver si acabamos, compadre, que esto se est hacien-do largo e indigesto. De qu iba hoy, final de nuestra charla? -De las supuestas "verdades" reveladas por Dios a los hebreos? Dnde cree usted que estn? -Usted se pregunta, usted se contesta. Como Juan Pa-lomo. -Parece ms bien como de Pero Grullo, porque no pue-den estar en otro sitio que en las Escrituras, pero no es vano preguntarlo si se atiene usted al significado religioso de "verdad revelada". Hay que distinguir, amigo mo. Vea-mos un ejemplo, el episodio de Dina, hija de Jacob, rapta-da por un prncipe de Siquem que se enamor perdida-mente de ella y le hizo el amor en la cama, por decirlo de-centemente. De la tal Dina, la Biblia no dice ms, as que

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    nos quedamos sin saber si lo pas bien, o no, con el mu-chacho. El caso es que el tal prncipe y su padre, el rey, fueron a ver a Jacob y su familia para formalizar la boda y hacerse todos amigos. Los hijos de Jacob dijeron que s, pero que tenan que circuncidarse, que no lo estaban. Pa-p y el mozo, dando muestra de sus buenas intenciones, lo hicieron en seguida, y cuando estaban todos juntos en Siquem, Simn y Lev, hijos de Jacob, asesinaron a todos los varones y saquearon la ciudad, recogieron a Dina y se la llevaron. Y colorn colorado. Dgame, se le ocurre que esta historia contiene alguna "verdad" inspirada por Dios? -No seis tan bestias como los hijos de Jacob, quizs? O tal vez dejad que los jvenes disfruten del sexo? -Pues no. La salvaje historia se cuenta y punto. No tiene moraleja, as que Dios no quiso decir nada con ella. Y qu le parecen las dos hijas de Lot, que emborracharon a su papito para que no se diera cuenta de que las estaba penetrando, porque vivan en una cueva los tres y no haba hombres por all que le dieran descendencia? Se invent Dios mismo estas historias y se las inspir al humano que las escribi, o fue el humano el que se limit a contar un cuento, no muy agradable, por cierto, y Dios le

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    dio el visto bueno para que lo escribiera? Porque lo mire como lo mire, el caso es que TODO lo que dice la Escritura ha sido soplado divinamente segn los creyentes. -A ver si lo he cogido. Usted cree que lo de Dina y las hijas de Lot est de ms, sobran, son farfolla. -Si se trata no ms que de literatura, no lo es, porque a un escritor le damos licencia para que cuente exquisiteces o bodrios, all ellos, pero estamos hablando de Dios que sopla! -Y por qu razn a Nuestro Seor no se le puede ocu-rrir ser, a veces, simplemente un literato? -Ya le dije que no tengo respuestas respecto a los en-tresijos mentales divinos, si es que Dios los tiene, porque siendo inefable, espiritual, trascendente y todo eso, a lo mejor, o a lo peor, carece de cosas tan humanas. Slo me concierne lo que dicen los creyentes, las Escrituras sagra-das, porque contienen verdades reveladas por Dios a la humanidad. -Vale, vale. Tenga la bondad de continuar. -Ahora tome usted el ejemplo que le puse de Dina y las hijas de Lot multiplquelo y multiplquelo. Cualquiera que lea esos libros encontrar mucha de esa farfolla religiosa.

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    Narraciones de los primeros fundadores, historias familia-res aderezadas con trifulcas, engaos y mentiras, felices matrimonios, fornicaciones extraterritoriales, matanzas guerreras de mujeres y nios, sangrientas luchas por el poder, escaramuzas y batallas entre dos pueblos herma-nos, guerras para contener a invasores egipcios, asirios, babilonios, griegos, crnicas reales, enjambres de normas y leyes, consideraciones filosficas -La mayor parte tal vez? -Casi todo. Tenga usted en cuenta que es un libro escrito para el pueblo judo. -Pongamos un poco de orden, si le parece, claro. Me di-ce usted que las Escrituras son un compendio de cosas diversas y que, en realidad, las verdades reveladas son una minora, que no haca falta tanto libro, con tantsimas pginas, para que Dios nos dijera lo que quera. Vale? -Eso es. -Entonces volvemos al principio: las cuatro verdades que usted cont, aunque resultaron algo ms. -Cada quisque que lea el Libro hebreo encontrar las verdades que le d la gana. Oiga esto: los cristianos en-cuentran en l un anticipo del Misterioso Misterio de la

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    Santsima Trinidad! Lo cierto es que con la Biblia en la mano podemos confirmar, bajo palabra divina, cualquier cosa que se nos ocurra. -Y colorn colorado, se acab, porque no me queda mu-cha paciencia para seguir oyendo tanta cosa sobre las Es-crituras hebreas. Vale? Ha sido usted muy amable, de todas formas. -Y usted, un oyente muy bien preparado, tengo que ad-mitirlo. Pero me gustara hacerle un resumen -Ms bien va a ser que no, al menos hoy. Tengo que descansar, compadre, tenga compasin de m. -Por supuesto, por supuesto. Si le parece, nos vemos la semana que viene, que ya estar usted aliviado. -No me parece mal, pero con una condicin, que sea la ltima vez! -Se lo juro.

    F I N A L

    Estimado amigo:

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    Siento que no pueda usted salir de casa en una tempo-rada a causa de ese estpido accidente. Aunque dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, en adelante tendr mucho cuidado cuando cruce un paso de cebra, andan muchos locos por ah al volante. Pero usted es joven, as que esos huesos rotos se recompondrn y su pie quedar como nuevo.

    Le escribo para acabar de una vez nuestra conversa-cin, aunque espero que nos veamos ms adelante para charlar de nuevo, pero, no de historias bblicas! Slo un breve resumen, porque un maestro, si no hace ms que disertar y disertar y a la postre no lo sintetiza, se expone a que sus palabras se las lleve el viento en terrible confusin, como las hojas del otoo. Uno, por decir algo. La enrevesada forma en que fueron redactadas las viejas Escrituras es una prueba contunden-te de que no son obra de Dios. Dos. Tampoco puede ser divina una obra que contiene falsedades, contradicciones, anacronismos, prstamos de otras creencias, etc.

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    Tres. La manera en que se form el canon hebreo, y d-gase otro tanto del cristiano, prueba que la sacralidad de ese Libro es pura decisin humana. Cuatro. Las pretendidas verdades reveladas estn in-crustadas en el relato de epopeyas, crnicas, guerras, re-latos familiares, etc, que nada tienen que ver con ellas, lo que demuestra su carcter puramente humano. El conte-nido, pues, est dirigido exclusivamente al pueblo hebreo. Cinco. El hecho de que, durante siglos, los creyentes se hayan visto obligados a analizar ese Libro para entenderlo mejor, muestra que no es divino. Solo los escritos huma-nos necesitan de exegetas y hermeneutas, especialistas en interpretacin de textos. La divinidad, de existir, lo hubiese redactado de una forma totalmente comprensible, lo exiga la importancia del mismo pretendido mensaje.

    -Ay, Papito -lloraba un creyente confundido- con lo fcil que te era ponerlo todo en un A5, lo ms importante no ms, veinte palabras justitas, bien pensadas, y escrito en romn paladino, en el que suele el pueblo fablar a su veci-no

  • 57

    Y seis. Y por ltimo, como usted mismo deca, querido amigo, slo tenemos que desafiar a los cristianos a que prueben, con argumentos razonables y racionales, que la Biblia es un texto "sagrado", divino. La nica prueba que tienen es que "la Biblia es sagrada porque lo dice la Bi-blia". Ya ve.

    Y ahora, s; ahorita hemos terminado. Pngase bueno pronto.

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