bautismo en peligro de muerte

2
BAUTISMO EN PELIGRO DE MUERTE Preparada el agua aunque no esté bendecida, cualquier ministro, sea sacerdote, diácono o laico, inicia el Bautismo con esta breve oración de los fieles: Ministro: Hermanos, invoquemos la misericordia de Dios Todopoderoso para este hermano que va a recibir la gracia del Bautismo, para sus padres, padrinos y para todo el pueblo Santo de Dios. Todos: Te rogamos óyenos. Ministro: Para que se digne renovar en nosotros la gracia del Bautismo, roguemos al Señor. Todos: Te rogamos Señor. Oremos: Dios fuente de vida y amor, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Tú que quieres revelar tu designio de amor a quienes redimiste con la sangre de tu Hijo, dándonos a conocer que no ha de perderse para siempre esta vida que renacerá en el Bautismo, escucha nuestra súplica y no permitas que este hermano nuestro permanezca bajo el poder del mal, sino admítelo en el reino celestial. Concede que este hermano, por esta agua vivificada por el Espíritu, participe en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, sea hijo de adopción, alcance tu hereda y se alegre como miembro de tu Iglesia Santa, con el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Todos: Amén. Enseguida el ministro invita a los representantes a hacer la profesión de fe y dice: Ministro: Recordando nuestro Bautismo, confesemos nuestra fe en Jesucristo, que es la fe de la Iglesia en que N..... va a ser bautizado. Ministro: ¿Creen en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? Todos: Sí creo. Ministro: ¿Creen en Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? Todos: Sí creo.

Upload: abraham-trejo-castro

Post on 15-Feb-2015

31 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Bautismo en Peligro de Muerte

BAUTISMO EN PELIGRO DE MUERTE

Preparada el agua aunque no esté bendecida, cualquier ministro, sea sacerdote, diácono o laico, inicia el Bautismo con esta breve oración de los fieles:

Ministro: Hermanos, invoquemos la misericordia de Dios Todopoderoso para este hermano que va a recibir la gracia del Bautismo, para sus padres, padrinos y para todo el pueblo Santo de Dios.Todos: Te rogamos óyenos.Ministro: Para que se digne renovar en nosotros la gracia del Bautismo, roguemos al Señor.Todos: Te rogamos Señor.

Oremos:Dios fuente de vida y amor, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Tú que quieres revelar tu designio de amor a quienes redimiste con la sangre de tu Hijo, dándonos a conocer que no ha de perderse para siempre esta vida que renacerá en el Bautismo, escucha nuestra súplica y no permitas que este hermano nuestro permanezca bajo el poder del mal, sino admítelo en el reino celestial.Concede que este hermano, por esta agua vivificada por el Espíritu, participe en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, sea hijo de adopción, alcance tu hereda y se alegre como miembro de tu Iglesia Santa, con el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.

Enseguida el ministro invita a los representantes a hacer la profesión de fe y dice:

Ministro: Recordando nuestro Bautismo, confesemos nuestra fe en Jesucristo, que es la fe de la Iglesia en que N..... va a ser bautizado.

Ministro: ¿Creen en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Todos: Sí creo.

Ministro: ¿Creen en Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

Todos: Sí creo.

Ministro: ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?

Todos: Sí creo.

El ministro vierte agua sobre el bautizado a la vez que pronuncia estas palabras:

N.... yo te bautizo en el nombre del Padre (primera infusión del agua) y del Hijo (segunda infusión de agua) y del Espíritu Santo (tercera infusión del agua).

Page 2: Bautismo en Peligro de Muerte

La celebración se concluye con la oración dominical.

Todos: “Padre Nuestro...”

En peligro de muerte inminente, omitimos los restantes ritos; es suficiente que el ministro derrame agua sobre el moribundo diciendo las palabras acostumbradas.En cuanto sea posible conviene la presencia de uno o dos testigos y que se dé aviso a la parroquia correspondiente.