barracas territorio multigrafico

7/24/2019 Barracas Territorio Multigrafico

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Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Jefe de Gobierno

Mauricio Macri

Vicejefa de Gobierno

Mara Eugenia Vidal

Ministro de Cultura

Hernn Lombardi

Subsecretaria de Patrimonio Cultural

Mara Victoria Alcaraz

Directora General de Patrimonio

e Instituto Histrico

Liliana Barela

PatrimonioeInstituto Histrico

Barracas : esencia de barrio porteo /

Lidia Gonzlez ... [et.al.] ; dirigido por Lidia Gonzlez. - 1a ed. -

Buenos Aires : Direccin General Patrimonio e Instituto Histrico, 2015.

312 p. ; 28x20 cm.

ISBN 978-987-1642-29-8

1. Barrios. 2. Ciudad Autnoma de Buenos Aires. 3. Historia Regional. I.Gonzlez, Lidia II. Gonzlez, Lidia, dir.

CDD 982.11

Fecha de catalogacin: 27/01/2015

2015 Direccin General Patrimonio e Instituto HistricoISBN 978-987-1642-29-8

Direccin General Patrimonio e Instituto HistricoBolvar 466 (C1066AAJ) Buenos Aires, ArgentinaTel. 54 11 4339-1900 al 99 lneas rotativasCorreo electrnico: [email protected]

Direccin editorial

Liliana Barela

Direccin del proyecto

Lidia Gonzlez

Coordinacin

Silvana Luver

Textos

Roberto A. AraujoFabio Ares

Sandra CondoleoLuis O. CorteseAdriana EchezuriLidia G. GonzlezJos Mara Gonzlez LosadaSilvana LuverDaniel A. ParedesGraciela PucciaPablo RinaldiHoracio SpinettoGraciela Toranzo CaldernGuadalupe Torrijo Di MarcoRodrigo VzquezGabriel VignoloNstor J. Zakim

Diseo editorialFabio Ares

Supervisin de la edicinLidia GonzlezDaniel Paredes

Edicin y correccinMarcela BarsamianNora ManriqueFernando Salvati

Hecho el depsito que marca la Ley 11.723.

Libro de edicin argentina. Impreso en la Argentina.

No se permite la reproduccin total o parcial, el almacenamiento, el alquiler, la trans-

misin o la transformacin de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea

electrnico o mecnico, mediante fotocopias, digitalizacin u otros mtodos, sin el permiso

previo y escrito del editor. Su infraccin est penada por las leyes 11.723 y 25.446.

Imagen de tapa:

Barraca, de Horacio Spinetto.


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BARRACAS. Esencia de barrio porteo

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Introduccin

Los grandes cambios demogrcos y cultu-rales que sufri la ciudad hacia mediadosde siglo XIX propiciaron el surgimiento de

grandes establecimientos grcos y edito-riales que hacia nes de siglo se encargaronde la produccin a gran escala de diarios yrevistas, envases y papelera comercial, peroque adems, realizaban todo el proceso in -dustrial de produccin de impresos (desde lacomposicin hasta la encuadernacin). Estaverdadera industria grca, que se alejabadel modelo de produccin manual de los pri-meros talleres de imprenta cntricos, optpor lugares ms alejados para instalarse, es-pecialmente hacia el sur de la ciudad, en el

barrio de Barracas, un territorio elegido porel rubro an en la actualidad.

En el presente trabajo recorreremosbrevemente la historia grca del barrio deBarracas a travs de algunas de sus casasms importantes, relacionndola con aspec-tos polticos, econmicos, culturales, y con laintroduccin de las nuevas tecnologas delramo, un factor determinante para el de-sarrollo de una actividad que comenz enla etapa de produccin conocida como ma-nufactura y se transform en la de granindustria.

La pequea imprenta de barrio

se hace industria

Montserrat y San Nicols, en el casco histri-co de Buenos Aires, fueron los barrios donde

se radicaron las primeras imprentas recor -demos que all se inaugur en la ciudad estearte, en 1780. All tambin, desde 1815, ytal cual estableci el Estatuto Provisional

del 5 de mayo de 1815, que dict la libre ins -talacin de imprentas con el nal del mono-polio de la Imprenta de Nios Expsitos, seinstalaron nuevos talleres1que imprimierongran cantidad de peridicos de corte poltico yvarios de esti lo burlesco (como los editados porel padre Francisco de Paula Castaeda); todosfueron de efmera duracin. Cabe sealar quehasta el ao 1820 se editaron unos cien peri -dicos en la ciudad,2lo que habla de un pblicovido de este tipo de publicaciones.

A partir del gobierno de Bernardino

Rivadavia se produce la apertura de variostalleres. En 1825 se inaugura la importanteImprenta Argentina, a cargo de Pedro Ponce,otro exarrendatario del establecimiento delos Expsitos, en donde se imprima elDiariode la Tarde.

Estos talleres mantenan la estructurafuncional de la imprenta gutenberiana, esdecir una produccin de tipo manufacture -ra basada en la divisin del trabajo. Las ta -reas de composicin tipogrca, impresiny encuadernacin se realizaban dentro delpropio local y estaban a cargo de ociales es-pecializados.

BARRACAS: TERRITORIO

MULTIGRFICO

Fabio Ares

Ilustracin de Arturo Nemesio Eusevi para la

Portada del Almanaque Peuser, Ao XI, 1898.

Coleccin Biblioteca Nacional Argentina. Foto:

gentileza de Marina Garone Gravier.

1 Hasta el cierre de la tipografa de los Nios Expsitos, la

Imprenta de Benavente y Ca.; Del Sol; de la Independencia;

de lvarez y Ca.; de Phocin; del Comercio y la de los Sres.

Hallet y Ca.2Mara Eugenia Costa, De la i mprenta al lector. Resea his -

trica de la edicin de libros y publicaciones peridicas en

Buenos Aires (1810-1900) en Revista Question, UNLP. Ao

11, 23, 2009.


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En 1827 abre sus puertas Douville etLaboissire, y al ao siguiente, el famoso es-tablecimiento de Csar Hiplito Bacle, frentea la Plaza de la Victoria, que introducen ennuestro pas la litografa, novedosa tcnica

de impresin ideada por Johann Senefelder anales del siglo XVIII.

En tiempos de Juan Manuel de Rosas,existieron varias imprentas que trabajabanbajo la atenta mirada y censura del rgi menfederal. Pedro De ngelis, editor a cargo dela Imprenta del Estado y de distintas publi-caciones ociales, como el diario La Gaceta

Mercantil , aparece como una gura paradig-mtica de este perodo. Por entonces, la im-presin manual comenz lentamente a dejarpaso a la mecanizacin y la fuerza del vapor

la primera mq ui na motorizada 3 llegadesde Robert Hoe & Co, de Estados Unidos en1841, y an se conserva en el Complejo Mu-seogrco Enrique Udaondo, de la localidadde Lujn.

Los barrios del Centro se const ituyeronen el corazn de la vida comercial, polticay social de la ciudad de Buenos Aires, por lotanto, no es de extraar que gran nmerode imprentas instalaran en esa rea. Pero elvnculo entre las artes grcas y esta zonageogrca fue ms cercano a partir de me-diados del siglo X IX y estuvo propiciado porvarios factores:

Un contexto poltico y econmico favorablepara dicha actividad a part ir de la cada delrgimen federal.

La cercana de este espacio con la Plaza Ma-yor y la zona comercial portea. La llegada de las nuevas tecnologas del r u-bro, una renovacin impulsada por el proce-so de industrializacin que experimentaban

los centros ms desarrollados del mundo. El inicio de un proceso inmigratorio quecambi el perl social de la ciudad y deman-d nuevas formas de comunicacin y accesoa la informacin escrita.

Luego de la Batalla de Caseros y a partir de laorganizacin nacional, en Buenos Aires seinauguran nuevas instituciones. El historia-dor Domingo Buonocuore dene esta etapacomo el comienzo de la edad de oro del libronacional,4 se abren varias libreras e im-

prentas que luego sern grandes casas ed ito-riales. Aparecen, adems, unos treinta nue-vos peridicos, muchos de ellos destinados alas crecientes colectividades de inmigranteseuropeos. Varias imprentas5 trabajarn ex-clusivamente para la impresin de peridi-cos destinados a dichas comunidades.

Imaginemos estas casas impresoras comopequeos comercios que lentamente van in-

3En el expediente sobre el mueble, redactado

a parti r de su donacin, existe una carta de la

Sociedad Tipog rca Bonaerense fechada el 26

de abril de 1926, que arma que en un nmero

especial editado por el mencionado peridico

aparece: Nos es muy grato anunciar que el

nmero de hoy () hemos dado principio a la

impresin en prensa movida a vapor; ensayo

que no tenemos noticias haberse hasta ahora

practicado en ninguna otra parte de la Am-

rica del Sur.

4Domingo Buonocuore,Libreros , editores e im-presores de Buenos Aires. Buenos Aires, El Ate-

neo, 1944, p. 33.5 El Alma naque comercial y gua de forasteros

para el Estado de Buenos Airesimpreso por La

Tribuna en 1855 destaca diez imprentas: DeLa

Tribuna, DeEl Nacional, Constitucin, Republi-

cana, Del Pueblo, Imprenta y Librer a de Mayo,

DelBri tish Packet , Americana, Litografa J. Pel-

vilai n y la Hispano Americana. EnAlmanaque

comercial y gua de forasteros para el Estado de

Buenos Aires. Buenos Aires, Imprenta de la Tri-

buna, 1855, p. 115.

Encabezado del establecimiento de Csar Hiplito Bacle, en 1830

(fragmento). Coleccin Biblioteca UNLP.


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Barracas: territorio multigrco

corporando maquinaria y operarios, confor-mando lo que Karl Marx deni como manu-factura moderna.6 De esta manera, muchosinmigrantes y ociales de otras imprentas ins-talaron modestos talleres que en poco tiempo

se transformaron en grandes establecimientosgrcos. Los de Benito Hortelano, Jos Alejan-dro Bernheim yPablo Emilio Coni son un claroejemplo de ello.

Los negocios familiares fueron tambinuna caracterstica del ramo, como las casasEstrada, Kraft y Peuser. Segn sostiene laprofesora Lidia Gonzlez,

() Martn Biedma tena su tipografa e impren-ta () donde resida con su familia, perpetuan-do la antigua tradicin de la lite de reunir los

negocios y la residencia familiar en un mismoedicio, costumbre que tambin llev a cabo su

pariente ngel de Estrada.7

En 1869, ngel de Estrada fund la rmacomercial que fue el origen de la editorialque lleva su nombre. Sus primeras activida-des fueron la representacin de maquinariaeuropea y norteamericana para la industriagrca y la fundicin de tipos mviles parala impresin tipogrca, que acercaron susproductos a los pequeos establecimientosgrcos de la ciudad, y especialmente a losdel interior del pas.

La Minerva a pedal, la ms pequeamquina tipogrca, revolucion al rubroal generalizarse entre los talleres de menorenvargadura, y la planocilndrica Marinonise transform en la ms popular del pas enBuenos Aires la tuvieron La Nacin, La Re-

pblica y La Tribuna entre otros talleres, yen el interior, se enviaron a las provincias deCorrientes, Entre Ros, Crdoba y Mendoza.

Adems comercializaba la prensa de pedalLavoyer; la sencilla y econmica Ullmers, deprocedencia inglesa; la litogrca de Voirin;y la prensa de brazo neoyorquina Hoe & Co.Entre los accesorios ofrecidos, se puedenmencionar la mquina para imprimir bole -

tos ferroviarios tipo Edmondson, puede ver-se una actualmente exhibida en el ComplejoMuseogrco Provincial Enrique Udaondo, deLujn; la mquina cortadora (guillotina); lanumeradora; una mquina para rayar libros,

como la que tena el taller de Jacobo Peuser;la perforadora; la prensa de satinar; entreotros. Una de las novedades fue el pantgrafo,el aparato que permita al operario, aunqueno sea artista, grabar dibujos a partir de unoriginal, y escalarlos a diferentes tamaos; yotra fue la dobladora, la mquina a vapor paradoblar impresos hasta en 8 de pliego.

La venta de maquinaria y la produccinlocal de caracteres tipogrcos8 facilitaronel aprovisionamiento de los pequeos ta-lleres de imprenta, que rpidamente se di-

seminaron por los barrios de Buenos Aires,generalmente a cargo de tipgrafos que t rasacumular un pequeo capital, dejaron suempleo en establecimientos mayores y se in-dependizaron con su propio negocio.

6Damin Andrs Bil, Descalicados. Proceso de trabajo y clase obrera en la rama grca. 1890-1940. Buenos Ai-

res, RyR, 2007, p.19.7Lidia Gonzlez y Sandra Condoleo, La Editorial Estrada en Montserrat. Bar rio fundacional de Buenos Aires.

Buenos Aires, DGPeIH, 2012, p. 129.8Recomiendo la lectura del artculo de mi autora Fundicin Nacional de Tipos para Imprenta enMontserrat.

Bar rio fundacional de Buenos Aires, Buenos Aires, DGPeIH, 2012, pp. 120-127.

Interior de una imprenta tipogrca. AGN.


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La introduccin de suministros grcos,al igual que la importacin de papel siempresiguieron los vaivenes polticos y econmi-cos de la amante Nacin. La guerra entreFrancia y Espaa, las Invasiones Inglesas y

las luchas por la Independencia dicultarono propiciaron9la llegada de insumos euro-peos a la ciudad, a su vez se alternaron losproveedores de acuerdo con la coyuntura decada perodo.10

En los comienzos, la importacin recayen gente enviada a Europa especialmente,11luego, hacia nes de siglo XIX, estuvo a cargode las casas introductoras como las conoci-das Hoffmann & Stocker (1884), Curt Bergery Ca. (1894), y ms adelante, a comienzosdel nuevo siglo, Serra Hermanos, represen-

tante de la fundicin alemana BauerscheGieerei .

En la grca () la Argentina no tuvo nada que

envidiarle a los Estados Unidos ni a Europa en

cuanto a dotacin tecnolgica se reere. Para

los primeros aos del siglo XX existan grandesfbricas impresoras que reunan grandes masasde obreros y contaban con las ltimas maquina-rias disponibles en el mercado mundial.12

Estos aportes tcnicos, sumados a los profun-dos cambios sociales y culturales que traje -ron la inmigracin y el modelo educativo im-plementado por Domingo Faustino Sarmien-to, modicarn denitivamente el perl demuchos establecimientos de impresin, queadems de especializarse, diversicarse y enalgunos casos transformarse en industrias,se instalaron en otras reas de la ciudad, es-pecialmente en la zona de Barracas.

La Gran Gua de la Ciudad de Buenos Ai-res, editada por Hugo Kunz en 1886, permi-te apreciar que la mayor concentracin deempresas y negocios vinculados con la im-presin an se encontraba en el Centro. Unao despus, el primer censo industrial noregistra talleres grcos en la seccin 19,que corresponda a lo que hoy es Barracas.13Tapa de un muestrario de vietas de Hoffmann & Stocker

(coleccin del autor).

9 Paradjicamente, Inglaterra sera indirecta-

mente proveedor de material tipogrco a Bue-

nos Aires al importarse los accesorios de la Es -trella del Sur, imprenta instalada por los brit-

nicos durante la invasin a Montevideo de 1807.10Por ejemplo, consecuentemente con la polti-

ca de Bernardino Rivadavia, en 1822, llega una

gran cantidad de caracteres tipogrcos desde

Inglaterra con la intencin de ampliar el taller

de Expsitos y luego convertirlo en la Imprenta

del Estado hecho que ocurri cuatro aos ms

tarde.11En 1790 llega desde Espaa, en la fragata San

Francisco de Paula, una remesa de letras tras la

gestin de Jos Caldern; en Jos Toribio Medi-na. La imprenta en el antiguo Virreinato del Ro

de la Plata. Anales del Museo de La Plata, La Pla -

ta, Talleres del Museo de La Plata, 1892, p. XVII.12Damin Andrs Bil,Descalicados. Proceso de

trabajo y clase obrera en la rama grca. 1890-

1940. Buenos Aires , RyR, 2007, p. 14.13La seccin 19a estaba comprendida entre las

calles Larga de Barrancas (hoy Montes de Oca)

por el este; el Riachuelo por el sur; Caseros,

Puente Alsina y camino del Paso de Burgos (hoy

Alcorta) por el norte; y los terrenos de Llavallol

por el oeste.


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Si bien estos datos pueden resultar engao-sos, pues los establecimientos declarabanall sus ocinas comerciales y no sus plantasimpresoras, suponemos que no fue hasta laltima dcada del siglo XIX, que se ubicaron

en el barrio.

Territorio multigrfco

Durante la colonia, en la ribera de la actualBarracas se instalaron galpones destinadosal acopio de lana y de cuero (lo que le dio elnombre al barrio), y hacia el interior se ubi-caron las quintas de algunas de las familiasms pudientes de Buenos Aires.

A partir de mediados de siglo XIX, el reacomenz a mutar gracias a la construccin delos grandes hospitales en los terrenos que ya

eran conocidos como la Convalecencia.El perl industrial con que se identica

el barrio corresponde a nales de siglo. Ha-cia 1880 comienzan a instalarse las prime-ras fbricas cerca del Riachuelo y de la cal leLarga (actual Av. Montes de Oca). Tanto elcurso de agua como el camino, sumados a laconformacin de la red ferroviaria, fueronindispensables para el desarrollo industrial

de al l sal ieron productos de consumo paratodo el pas y para exportacin gracias alpuerto y al ferrocarril. As, empresas quese iniciaron en otros barrios de la ciudad, amedida que fueron creciendo, localizaronsus nuevas plantas fabriles en Barracas.14Esto mismo sucedi con los tal leres grcosa partir de la ltima dcada de siglo XIX, ygracias a:

Los grandes cambios demogrcos y cultura-les que sufri la ciudad. Las ventajas que otorgaba instalarse en un rea

cercana al Centro y con movimiento industrial.

La consolidacin de una actividad reconocidapor la Unin Industrial, y gremialmente organi-zada (recordemos que la Unin Tipogrca de-clar la primera huelga del pas, en 1878). La incorporacin de nuevas tecnologas, sistemas

de impresin y tareas a la produccin grca.

La demanda de nuevos tipos de impresos, a

partir de los cambios en los hbitos de lectu-ra como ejemplo, las revistas y el desarrolloeconmico aches, publicidad.

Lo multigrfco

Hasta estos tiempos, la mayora de los talle-res se concentraban en una sola tcnica deimpresin, es decir que trabajaban en el sis -tema tipogrco o en el litogrco, anexan-do tareas complementarias, como la encua-dernacin. Algunos pocos establecimientoseran tipolitogrcos, o sea que trabajabanindistintamente en ambas tcnicas.

Segn el Censo Municipalde 1887, en elservicio internacional:

Son considerados impresos: los diarios y pu-blicaciones peridicas; los libros la rstica encuadernados; los folletos; los papeles de

msica; las tarjetas de visita de direccion;las pruebas de imprenta, con sin manuscri-tos relativos; los grabados; las fotografas; losdibujos, planos, cartas geogrcas, catlogos,

prospectos, anuncios y avisos diversos, impre-sos, grabados, litograados autograados, y

Fachada de la Fbrica Argentina de Alpargatas,

establecida en 1885 sobre la avenida Montes de Oca.

14Como en los casos deBagley(1892), y MolinosRo de la Plata (1910). En Fernando lvarez de Celis, El

sur de la Ciudad de Buenos Aires: caracterizacin econmica territorial de los barrios de La Boca,

Barracas, Nueva Pompeya, Villa Riachuelo, Villa Soldati , Villa Lugano y Mataderos, Buenos Aires,

Cuadernos de Trabajo N 6, CEDEM, 2003, p.62.


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en general toda impresin reproduccion ob-tenida en papel, en pergamino en carton pormedio de la tipografa, la litografa cualquierotro procedimiento fcil de reconocer, menosel de calco.15

Los establecimientos multigrcos, en cam-bio, trabajaban simultneamente con variossistemas de impresin, adems de poder rea -lizar al l mismo las tareas complementariasespeccas del rubro, como la utilizacin demtodos fotogrcos para obtener las for-mas de impresin. Tambin realizaban todoel proceso industrial de produccin de im-presos (desde la composicin hasta la encua-dernacin). A su vez, este tipo de empresasse encarg de la produccin a gran escala de

diarios y revistas, envases y papelera co-mercial, y adems, se produca un sinnme-ro de piezas grcas de diversa factura.

En el Segundo Censo Nacional (1895)puede leerse al respecto:

Las artes grcas, en que se encuentran las ti-pografas, litografas, establecimientos fotogr-

cos y sus anexos, se encuentran muy adelanta-das, gracias al gran vuelo que ha tomado el pe-riodismo, representado por 500 600 papelespblicos, algunos de muy grande importancia,que llevan al conocimiento del pueblo todos los

sucesos. (...) Muchos de esos establecimientostienen conjuntamente los tres ramos indicados,y an otros, como la encuadernacin, fbrica delibros en blanco, grabados, etc . (...) El pas cuen-ta con establecimientos de esta naturaleza tanbuenos como los mejores de Europa y Amrica,de lo que es una prueba la abundancia de publi-caciones, algunas de gran mrito, que constan-temente producen sus prensas.16

El captulo XI, titulado Industria, rerin-dose a las imprentas y litografas, expresaba

claramente el concepto multigrco:

Estas artes han adelantado extraordinariamen-te y las producciones argentinas son tan buenascomo las mejores de Europa y Estados Unidos.Muchos de los establecimientos que guran

como imprentas son tambin litografas y tie-nen talleres de fotografa, encuadernacin, gra-bado, etc. En algunos de ellos existen fundicio-nes de tipos.17

Para 1905, los trabajos tipo y litogrcos, ascomo los fotogrcos, fototpicos y fotograba-dos que salen de los establecimientos argenti-nos, no desmerecen en nada los que se ejecu-tan en los ms afamados europeos.18

Dos inmigrantes que eligieron

el barrio industrial

Unos prrafos atrs, mencionamos algunosextranjeros que tuvieron comercio de im-prenta en el Centro. Precisamente, dos deellos eligieron la zona de Barracas para am-

pliar sus primitivos establecimientos y trans-

formarlos en grandes casas editoras: los ale -manes Guillermo Kraft y Jacobo Peuser.

15Censo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires 1887. Tomo 2, Buenos Aires, ImprentaMunicipal,1888, p. 313.16Segundo Censo de l a Repblica Argentina, Tomo III y ltimo, Buenos Aires, Taller tipogrco de la Penitenciaria

Nacional, 1898, p. XCIII-XCIV.17Ibidem,p. CI.18Censo General de Poblacin, Edicacin, Comercio Industrias de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Com-

paa Sudamericana de Bil letes de Banco, 1905, p. CXLI II.

Imprenta y Litografa Guillermo Kraft, en 1874. Fotografa publi-

cada en La Imprenta Argentina..., de Flix de Ugarteche, 1929.


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KraftEn 1864, el litgrafo, dibujante e impresorGuillermo Kraft abri un pequeo taller enla calle Reconquista 83, que luego se trans -form en uno de los establecimientos ms

importantes de la industria grca nacio -nal. Hacia 1880, su Imprenta y Litografaera reconocida en todo el continente por superfeccionada tcnica de impresin polcro -ma y sus fototipias, y adems por especiali-zarse en la fabricacin de libros en blanco yla impresin de papel moneda, estampillas,ttulos y billetes de lotera.

Desde 1885 edit la gua comercialAnua-rio Kraft. La casa introdujo la primera mqui-na litogrca motorizada, luego las primerasmquinas rotativas movidas a vapor, y por

ltimo, tuvo la iniciativa de utilizar mqui-nas para composicin a travs de monotipos.

Kraft falleci en 1893, pero sus hijos con-tinuaron con el mismo mpetu el negocio y lalnea que trazara su padre, perfeccionndoseen artes grcas en Alemania e Inglaterra, ysiempre incorporando las nuevas tecnologasdel ramo.

En 1897 la rma instal sus talleres enla manzana comprendida por las calles Mar-tn Garca, Jovellanos, Uspallata e Isabel laCatlica (con entrada en la calle Espaa 151,hoy Gaspar Melchor de Jovellanos). Segn unartculo aparecido en La Nacin, el 25 de di-ciembre de 1898,

() El edicio consta de dos cuerpos () En la

planta baja del ala derecha se encuentra insta-lado el departamento de litografa, con todo loque de ms adelantado se cuenta en la actua-lidad: prensas para transporte y preparacinde piedras, mquinas de impresin de la msperfeccionadas, de satinar papeles, broncear,

moledoras de tintas, y como complemento,3.000 piedras de diversos tamaos () En el alaizquierda, planta baja se halla la sala de m-quinas de tipografa y en ella existen desde laminerva hasta la de reaccin ms perfecciona-da, mereciendo mencin especial una de ellas,

que simultneamente efecta dos impresiones,sea en negro, o en distintos colores () dichamquina estaba dedicada a la confeccin de laGua Kraft () Viene despus el departamentode cajistas, en el piso alto, el que est en comu-nicacin con el de mquinas con un ascensor,en el que se transportan las formas destinadasa la impresin.19

Guillermo Kraft. Fotografa publicada en La Im-

prenta Argentina..., de Flix de Ugarteche, 1929.

19 Artculo citado por Flix de Ugarteche, en

La Imprenta Argentina. Sus orgenes y desarro-

llo, Buenos Aires, Talleres grcos R. Canals,

1929, p. 526.

Seccin de cajistas. Fotografa publicada

en La Imprenta Argentina..., de Flix de Ugarteche, 1929.


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Ms all de que la Casa Guillermo Kraftse haba convertido en sociedad annima en1925, la familia siempre tuvo fuerte presenciaen la presidencia y el directorio. La rma po-sea alrededor de 500 obreros en la dcada de

1910 y super los 1700 hacia 1940.Como editorial, domin la produccin

de obras de lujo y libros de biblilo en losaos 20, con ediciones muy elaboradas desdela materialidad y la maquetacin, con extre-mo cuidado tipogrco y la incorporacin degran cantidad de imgenes; y a partir de losaos 40, sus libros se agruparon en coleccio-nes diferenciadas y verstiles.20

La diversicacin de los textos publicados (libros

de bolsillo, libros de semi-lujo o de lujo) permi-

ti destinar la produccin editorial a diversos

Salida de los obreros de Kraft Ltda. por la puerta de Espaa 151. Fotografa publicada en La Imprenta Ar-

gentina..., de Flix de Ugarteche, 1929. En un fotomontaje del autor, aparece el mismo lugar, actualmente en

demolicin (calle Gaspar Melchor de Jovellanos).

Aviso institucional en la Gua Kraft.

20Mara Eugeni a Costa, Tradicin e in novacin en el programa grco de la editorial Guillermo

Kraft: colecciones de libros ilustrados (1940-59),Acta s del Pr imer Coloquio Argentino de Estudios

sobre el Libro y la Edicin, La Plata, 31 de octubre al 2 de noviembre de 2012, p. 119. (Consultado en

marzo de 2013, en http://coloquiolibroyedicion.fahce.unlp.edu.ar).


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segmentos del mercado, desde los sectores po-pulares hasta las elites. La editorial Kraft se au-torrepresentaba en sus textos conmemorativoscomo baluarte de la cultura nacional, pero lamayora de la colecciones, si bien podan incluiralgunos escritores argentinos, estaban consti-tuidas por obras de autores extranjeros en ver-siones de traductores autorizados.21

Guillermo K raft Ltda. Impresores Generalesquebr a nes de 1969.Hace un tiempo comenz la demolicin deledicio que perteneciera a la Editorial Kraf tpara construir un hipermercado con patiode comidas. El cartel de obra indica demo-licin total, aunque la agrupacin patrimo-

nialista Proteger Barracas sostiene en sublog que el proyecto contemplara la conser-vacin de las fachadas ms antiguas (sobre laAv. Martn Garca y su torre de la esquina con

Jovellanos) aunque se las intervendra con dife-rentes grados. No se conservaran las fachadasde Uspallata ni las de Isabel la Catlica.22

Rosarivo

El tipgrafo argentino Ral Mario Rosari-

vo, conocido mundialmente por su anlisis

de la Biblia de Gutenberg, trabaj en losTalleres Kraft, i lustrando y coordinando la

diagramacin y el arte nal de los libros,

junto a su propietario Gui llermo Kraf t (h)

y su hermano Alberto. Esto se evidencia

en gran parte de la obra impresa por Kraft

poco antes de 1950, pues se destaca la auste-

ridad en que resuelve el plano tipogrco.

Para el diseador Fabin Carreras,

() la intencin estuvo puesta, en la selec-

cin de una o a lo sumo dos familias tipogr-

cas, que identiquen el contenido del libro

() Hasta ese momento en las imprentas

argentinas no exista la disciplina del diseo

grco, pero la diagramacin empleada en

al arte nal, el cuidado de la tipografa y el

concepto de serie en la diagramacin para

algunas editoriales, evidenciaron los orge-

nes del diseo editorial.

Rosarivo, adems de artista grco e ilus-

trador, fue investigador, poeta y pintor.

Fuente: http://rosarivo.com.ar/RMRykra-

ft.htm(Consultada en marzo de 2013).

Ttulo impreso por Kraft.

21Ibidem , p. 120.22Tomado del blog de la agrupacin Proteger Barracas (consultado en mayo de 2013, en http://pro-

tegerbarracas.blogspot.com.ar/2012/01/imposible-ignorarlo-en-estos-dias-en.html).

Guay Anuario.


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PeuserJacobo Peuser se instal en Montserrat en 1867con su Librera Nueva y en 1868 compr la li -brera de Jos Alejandro Bernheim.Su estable-cimiento se dedic a la venta de artculos de li-

brera y escritorio, rayado y encuadernacinde libros, e imprenta.Su progreso fue tan notable que pronto

debi instalar otro local en Del Parque (hoyLavalle) y Uruguay, y ms tarde, en 1890, lanecesidad de ampliar sus talleres grcos lolleva a Barracas, compra el predio de la ave-nida Patricios 567, donde instala sus mqui-nas para tipografa y litografa. All perma-necern hasta el cierre de la compaa.

En 1891 instal su Casa Matriz en Can-gallo y San Martn, yabri sucursales en elinterior de pas , comenzando por La Plata, en1885, Rosario, en 1890, Mar del Plata en 1920,Mendoza, en 1923 y Crdoba, en 1924. Ade -

ms, se anexan locales en diferentes barriosporteos: Once, en 1910, el Anexo Florida en1930, Constit ucin en 1938 y Boedo en 1939.

Peuser produjo todo tipo de impresosmenores como lminas, etiquetas para enva-ses, boletos, estampillas, papelera y libroscomerciales y escolares, adems de sus clsi-cas postales con vistas de Buenos Aires.

En 1887 edit su famosa gua de la ciu -dad, con informacin de calles, transporte,reparticiones pblicas, etc.

Quin no recuerda por Florida el clsico y mo-ntono pregn: Sali la nueva Gua Peuser!() El nombre Peuser lleg a ser sinnimo deGua, a tal punto que, cerrada ya la casa, otroeditor compr el nombre y la sigui publican-do. A esta debemos agregar la Gua Peuser delviajero, de mayor volumen que la anterior y enla que se publicaban todos los horarios de losferrocarriles del pas, tanto generales como lo-cales, con tarifas de viajeros y cargas; ademsde los recorridos de los tranvas de capital yprovincia con datos de las principales ciudadesy pueblos del interior. A ambas, ninguna otralas igual.23

Jacobo Peuser. Fotografa publicada en La Impren-

ta Argentina..., de Flix de Ugarteche, 1929.

Membrete de la Casa Jacobo Peuser.

23 Marcelo L. Cceres Miranda, La Librera

Peuser, una tradicin portea, en Historias

de la ciudad. Una revista de Buenos Aires, N 8,

Buenos Aires, marzo, 2001, p.84.


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Como lo haba hecho La Nacin en 1901, laCasa introdujo ese mismo ao la linotipo, lamquina que revolucion el mercado de la edi -cin por su tcnica de composicin mecnicaen caliente, que en muchos casos desplaz a

los compositores de ocio (ya que poda ha-cer el trabajo de hasta ci nco tipgrafos)24si-tuacin que alerta a los gremios grcos envarias oportunidades.

Jacobo Peuser fal leci ese mismo ao,pero la rma continu de manos de su fami -lia por dcadas, incorporando las novedadesen tecnologa grca y ampliando su reaeditorial.

Es muy interesante la relacin de Edi-ciones Peuser y el primer gobierno peronis-ta, especialmente con la Fundacin Eva Pe-

rn. En 1949, se crea la coleccin BibliotecaInfantil General Pern, con ttulos como Elnio en la Historia Argentina, Cuentos del17 de Octubre y Una mujer argentina: Doa

Mara Eva Duarte de Pern. En 1951 edita Larazn de mi vida, el libro autobiogrco deEva Pern, con una tirada de 300.000 ejem-plares.

En 1961 se aprueba la razn social PeuserSACI, con la cual trabajaron hasta el cierrede la empresa en 1964.

Desde nes de la dcada de 1980, el fren-te de los talleres grcos de Peuser se trans-form en una suerte de galera comercial.

En la parte superior de la fachada an puedeleerse Fundado 1867. Escriba el historia-dor Cceres Miranda en 2001,

() funciona hoy en da un establecimiento

grco que, segn cuentan familiares de Peu-ser, utiliza como ocina el primer piso donde

an se conserva parte del mobiliario originalque perteneci al fundador: Jacobo Peuser. Iro-nas del destino.25

Fachada de Peuser, a comienzos de siglo XX. Fotografa publicada en La Imprenta Argentina..., de Flix de

Ugarteche, 1929. Gracias al montaje fotogrco, tambin en la actualidad.

Seccin monotipos de los talleres Peuser. Fotografa publicada en

La Imprenta Argentina..., de Flix de Ugarteche, 1929.

24Damin Andrs Bil, op. cit., p. 34.25Marcelo L. Cceres Miranda, op. cit., p.85.


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El vecino ms grande

Otro importante establecimiento grco in-dustrial que se ubic en este territorio fue laImprenta de la Compaa General de Fsforos(1889), una seccin de la fbrica de cerillas

que se ampli paulatinamente hasta quedar-se con el edicio de Barracas, en la manzanacomprendida por las actuales Herrera, Cali-fornia, Vieytes e Iriarte, tras la mudanza de laempresa a la actual local idad de Avellaneda.

All se produjeron primero las cajas defsforos, y prontamente, marquil las de ciga-rrillos, etiquetas y embalajes. El desarrollode la publicidad diversic los trabajos ha-cia piezas como catlogos, aches, carteles yavisos. Se realizaron impresos comerciales,como cheques y letras de cambio, cuadernos,

libros en blanco y rayados, libros contables y

de ocina, adems de impresos para distin-tas repart iciones ociales.

A partir de 1908 se instal una seccinespecial para la fabricacin de naipes. Una ac-tividad que por su popularidad, trascendi a larma y se traslad a la que la sucedi, con mar-cas como Angelito, Payador, Victoria y Mnaco,con diseos espaoles y estadounidenses.

Hacia 1920, la Compaa estaba instalada

() en un magnco local, con una supercie

de 22.000 metros cuadrados, con entrada prin-cipal por la calle California al 2020. Componen

el establecimiento seis grandes secciones: a) detipografa, con sus talleres de estereotiopia yfotograbados; b) de litografa, con sus talleresde dibujantes y transportistas; c) de fotocro-ma y d) de fotogravure, ambos con sus talleresde fotografa y retocadores; e) de fabricacin de

Segn el informe Paper, paper products

and printing machinery in Argentina,

Uruguay and Paraguay, del estadouni-

dense Robert Barret , hacia 1914, los diez

establecimientos ms importantes delrubro concentraban unos 3522 obreros.

Ms de la mitad 1800 empleados tra-

bajaban en Kraft, Peuser y la Compaa

General de Fsforos.

Fuente: Robert Barret, Paper, paper pro-

ducts and printing machinery in Argen-

tina, Uruguay and Paraguay, en Special

Agents SeriesN 163, Department of Com-

merce, Washington, 1918 (gentileza de

Pablo Ugerman).

Grabado de cilindros de rotograbado

en la Compaa. AGN.

Caja de fsforos impresa en litografa.

Talleres grcos de Fabril Financiera, seccin linotipistas. AGN.

AGN

AGN


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blocks para almanaques, y f) de fabricacin denaipes (). Las seis secciones cuentan con msde 500 mquinas, gurando entre ellas las ms

perfeccionadas y nuevas existentes en el pasy emplean 1.000 obreros, dirigidos por tcni-

cos de reconocida capacidad. Su fuerza motriz,distribuida por medio de motores elctricos, esde 500 HP. Exceden de 200.000.000 anuales lastiradas tipolitogrcas. A estos talleres, se incor-poraron en 1922 los talleres heliogrcos de

Ricardo Radaelli [introductor del rotograbado yespecialista en fotograbado] (), antes Ortegay Radaelli () que ahora funcionan refundidoscon los de la calle California, donde fue trasla-dada la seccin de rotograbado. Hagamos cons-tar que esta seccin fue, durante varios aos,hasta que se estableci en el diario La Prensa

una similar, la nica en la Amrica del Sud.26

La dcada de 1930 son tiempos de expansinde la rama grca hacia el mercado interno.Contina la adquisicin de moderno equi-pamiento y la difusin de las tcnicas deloffset, el rotograbado, lo que mejor la re-produccin en color y consolid el modelo deimprenta industrial.

A partir de 1929 se fund la CompaaFabril Financiera, un holding que se des-prendi de la Compaa General de Fsfo -ros, para desarrollar emprendimientos enla industria texti l, grca y papelera, y quecomenz la compra de competidores comoG. Ricordi y Ca., para adjuntarlos a sus talle-res de impresin una tendencia al monopolioadvertida y denunciada reiteradas veces porla Federacin Grca Bonaerense. La compa-a siempre adopt una rme resistencia a lasnumerosas huelgas, como la de 1936, llegandoa contratar carneros de otros talleres. En1969 fue protagonista de la mayor huelga del

sector que dur cuatro meses.Para entonces, una buena parte de lasrevistas semanales argentinas de gran tira-da eran impresas all, dominando el merca-do en este tipo de ediciones. Basta mencio -nar la popularPatoruzito.

Cont con la colaboracin de grandesartistas, como el creador del Departamentode Diseo Grco del Instituto Di Tella, el

escultor Juan Carlos Distfano, quien supo

desempearse como asesor grco hacia1950, y encarg trabajos a Dante Quinter-no, Divito, Lino Palacio, Carlos Pez Vilar yCarlos Loiseau (Caloi).

En 1992, los talleres grcos cerraronpor quiebra y su edicio fue rematado. Laempresa lleg a tener 3.000 obreros, entrelos que estaba Ramn Oliden, que entr alos 18 aos de edad como linotipista, y paspor varios sectores grcos de la empresa,durante los 40 aos que trabaj all hasta

26Flix de Ugarteche,La imprenta argentina. Sus

orgenes y desarrollo, Buenos Aires, Talleres gr-

cos R. Canals, 1929, p. 588.

La Compaa Fabril Financiera en la dcada del cincuenta. AGN.

Portada del primer nmero de Patoruzito

(11 de octubre de 1945).


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el cierre denitivo. En la breve charla quecompartimos, manifest que le es muy difcilhablar sobre Fabril Financiera sin ponerse a llo-rar, y que an hoy no puede pasar por su puer ta()Y cmo no le va a pasar todo eso, si pas

all buena parte de su vida!En 1998, el estudio Brunzini Enea Spilim-

bergo Arquitectos & Asociados transform lasede de Fabril Financiera en el complejo deocinas Central Park. Resaltan actualmentesus fachadas polcromas pintadas por el pintorPrez Celis, quien posea all su estudio. Sus lo-cales a la calle fueron ocupados por los outletsde conocidas marcas de indumentaria.

La desindustrializacin

Durante la dcada 1970, el barrio sufri un

importante deterioro socioterritorial, a razde una poltica de desindustrializacin esta-tal mani esta, que prepar a la nacin parael perodo neoliberal que vendra. Se busca-ba una ciudad excluyente, que privilegiaralo residencial y los serv icios. Dentro de estenuevo paradigma, claro est, no hubo lugarpara la industria.

En ese perodo, se desactiva totalmente la ac-tividad productiva del Riachuelo. Adems, seproduce el cierre de una gran cantidad de esta-blecimientos industriales, afec tando considera-blemente la dinmica del barrio, especialmente

en las reas ms prximas al Riachuelo. En talsentido, estos barrios fueron afectados por undoble proceso, uno a escala local y otro a es-cala nacional, pero que estn intrnsecamentevinculados y responden al mismo esquema dereestructuracin. El proceso a escala local es-tuvo asociado a la prohibicin de nuevas insta-laciones industriales en un crculo de 60 km deradio del centro de la Ciudad de Buenos Aires.As, la normativa aplicada a partir de 1977, per-

judic el desarrollo de los establecimientos enla Ciudad.27

En este contexto general, pudieron sobrevi-vir a los aos 90 los establecimientos gr-cos de menor escala, que adems incorpo -raron nuevos servicios, como por ejemplo,el diseo grco, un ocio devenido en pro-fesin, ya que por entonces estaba muy demoda seguir esa carrera universitaria.

27Fernando lvarez de Celis, op. cit., p. 62.

Complejo de ocinas Central Park, con entradas sobre las calles Herrera y California. Foto del autor.


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El barrio multigrfco en la actualidad

Basta consultar cualquier gua comercial,para darse cuenta de que Barracas an con-centra gran parte de las empresas del rubrogrco de la Ciudad. Dan cuenta de ello las

editoriales, imprentas, encuadernadoras yestudios de diseo que all pueden encon-trarse. Podemos armar que sigue siendo unbarrio elegido por la rama grca.

La historia multigrca del Barracasanterior a la desindustria lizacin propuestapor el Estado desde mediados de los 70, tienehoy su continuidad a travs de dos vecinosimportantes, pues son los editores de los dosdiarios de mayor tirada del pas: por un ladoel Grupo Clarn, en cuya planta de produc -cin, ubicada en Zepita 3220, se imprimen

los diarios Clarn, Ol yLa Razn. La sede esrecorrida anualmente por un promedio de14.000 alumnos de ms de 250 instituciones.

El objetivo de la visita es que alumnos y do-centes conozcan en qu consisten los procesosde redaccin, produccin y circulacin del dia-rio Clarn. El recorrido por la planta se comple-menta con la proyeccin de un video educativoy la posibilidad de diagramar en computadorasla primera plana del diario.28

Por otra parte, La Nacin SA, editora del dia-rio homnimo, en el 2000 inaugur su plantaimpresora en la vereda de enfrente, en Zepi-ta 3257.

Lo multigrco, adems, parece trans-formarse en la actualidad de Barracas, res-catando algunos rasgos sociales que se desdi -bujaron tras las polticas neoliberales de ladcada de 1990.

Un claro ejemplo de crecimiento delsector despus de dicho modelo y de la pro -

funda crisis que se desencaden en 2001,es la recuperacin de los Talleres GrcosConforti29 por parte de sus trabajadores (Av.Regimiento de Patricios 1941). Estos emplea-dos conformaron desde 2002 la CooperativaGrca Patricios, un emprendimiento que

28 En http://www.grupoclarin.com.ar/institucional/visitas-guiadas-clarin (Consultado en marzo de

2013).29En la empresa de Ricardo Conforti se imprimieron importantes diarios y revistas del pas y del ex -

terior comoPgina /12, el Cronista Comercial, Segunda ManoyEl Pas de Madrid.

no solo les devolvi la dignidad del trabajo,sino que adems posee un fuerte compromi-so social, ya que en sus instalaciones fun-ciona la Escuela Media N2, perteneciente alprograma Desercin Cero del Ministerio deEducacin de la Ciudad de Buenos Aires, uncentro odontolgico y la radio comunitariaRadio Grca. Tambin imprimen la revista

Hecho en Buenos Aires.

El concepto multigrco muta tambinen el caso particular del Centro Metropo-litano de Diseo (CMD), la reparticin delGobierno de la Ciudad que se ubica en lasinstalaciones del antiguo Mercado del Pesca-do (en la manzana de Algarrobo, Villarino,Santa Mara del Buen Ayre y San Ricardo),y que se encarga de la promocin del diseoen la empresa y las organizaciones como unadisciplina generadora de trabajo y una me-

jor cal idad de vida. Las industrias culturalestienen aqu una importante sede.A travs de la ley N4761 (Promocin de

las actividades de diseo en la Ciudad Au -tnoma de Buenos Aires), aprobada a nesde 2013,se institucionaliza la creacin de un

Cartel de la emisora radial comunitaria Radio Grca.


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Distrito de Diseo en Barracas, y otorga un ho-rizonte temporal determinado de 15 aos conel objetivo de incentivar al sector, dar respues-tas a las necesidades de la industria, y a la vez,actuar como el mayor polo generador de crea-

cin y produccin de diseo.30El antiguo perl industrial de Barra -

cas, con su escasez de comercios y la pobreoferta del sector de servicios, ha cambiadoen los ltimos aos, evolucionando en unterreno propicio para todo tipo de inversio -nes. Su ubicacin estratgica y sus amplios

Instalaciones del Centro Metropolitano de Diseo, en lo que fuera el Mercado del Pescado. Fotografa GCBA.

lotes son muy tentadores para acoger todotipo de emprendimientos. La vieja ecua -cin parece invertirse, y el rubro grfi-co se hace eco de estas transformaciones,incorporando servicios y actualizndose

para responder a un nuevo modelo, dondelo que parece tener va lor es la tecnologa yla productividad.

30Extrado del sitio del Centro Metropolitano de

Diseo, http://www.cmd.gov.ar/cmd/barracas


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barracas territorio multigrafico

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