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AutoridadesMinistro de Trabajo, Empleo y Seguridad SocialCarlos A. Tomada
Secretaria de TrabajoNoemí Rial
Jefe de GabineteNorberto Ciaravino
Comisión Tripartita de Igualdad de Oportunidadesy de Trato entre Mujeres y Varones en el Mundo Laboral (CTIO)Olga Martín de Hammar
StaffEdita y publica
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Producción de Contenidos
Area de Formación CTIOBlanca Ibarlucía
Area de Comunicación y Difusión CTIO
Carmen López
Estilo editorial
Area de Estilo EditorialDirección de Prensa y Comunicaciones
Producción gráfica
Area de Diseño GráficoDirección de Prensa y Comunicaciones
-
introduccion | division socio-sexual del trabajo | el problema del registro y la fiscalizacion | las trabajadoras domesticas y la economia del cuidado | testimonios | servicio domestico, legislacion y trabajo decente | reflexiones finales
Trabajo doméstico ¿Responsabilidad de mujeres?
José
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el M
ateo
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-
José
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el M
ateo
s
-
Igualdad de oportunidades 5
Este documento tiene como propósito
ser un aporte para la definición de po-
líticas públicas que hagan realidad la
igualdad de oportunidades y de trato en
el mundo laboral para este sector de tra-
bajadoras y trabajadores. Entre sus obje-
tivos se plantea:
n Valorizar y jerarquizar todas las for-
mas del trabajo doméstico y también
a las personas que los realizan.
n Construir un espacio específico desde
la CTIO para aportar y consustanciar
el proyecto de ley sobre Trabajadoras
de Casas Particulares.
Partiendo de las palabras formuladas en
la definición de la OIT: “El trabajo domés-
tico hunde sus raíces en la historia de la
esclavitud, el colonialismo y otras formas
de servidumbre”; semióticamente nos
remite a la sujeción, a la sumisión, a la
subordinación y también a la obligación
y a la carga; asimismo, a la dedicación y
la responsabilidad. Significantes que nos
hacen reflexionar acerca de por qué los
trabajos denominados “domésticos”,
remunerados o no, son realizados casi
exclusivamente por mujeres; esto sin
duda se enlaza con lo que se espera de
mujeres y varones de acuerdo con la di-
visión socio-sexual del trabajo y los con-
secuentes estereotipos instalados acerca
del “deber ser” de ambos.
Introducción
t r a b a j o d o m e s t i c o
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en nuestra sociedad capitalis-ta-mercantilista, muy frecuen-temente se vincula el valor económico de los trabajos y los empleos con la valía de las per-sonas que los desempeñan.
TRAbAJO, EMPLEO, DISCRIMInACIOn y AuTOVALORACIOn
El trabajo y el empleo hacen a la inclusión social, al capital social, al
prestigio que esos lugares adjudican y por los que se valora a las
personas; constituyen parte de la construcción de la subjetividad,
de la propia imagen y de la autoestima.
En nuestra sociedad capitalista-mercantilista, muy frecuentemente
se vincula el valor económico de los trabajos y los empleos con la
valía de las personas que los desempeñan. En ese paradigma, los
trabajos que las mujeres toman en el mundo privado están entre
lo más devaluado de la escala y, análogamente son desvalorizadas
quienes los realizan, lo que produce en ellas un amargo sentimien-
to, personal y colectivo, que las iguala.
Esto es parte de las directrices que hacen al funcionamiento y
permanencia de las sociedades que han establecido, política e
División socio-sexualdel trabajotrabajo
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Igualdad de oportunidades 7
t r a b a j o d o m e s t i c o
puede haber producción sin reproduc-
ción, ni reproducción sin los efectos del
mundo de la producción, constituyendo
entre ambos un entramado único que
establece pautas interrelacionadas para
el desarrollo socio-personal, pero con
diferentes valoraciones concretas y sim-
bólicas.
En nuestra cultura se pregona la no dis-
criminación laboral, y ello queda explícito
en la CEDAW (en castellano: Convención
contra toda Forma de Discriminación ha-
cia la Mujer), que forma parte de la Cons-
titución Nacional (artículo 75, inc. 22). La
CTIO ha sido creada a tal efecto. Sin em-
bargo, la realidad muestra que para las
ideológicamente, una división socio-
sexual del trabajo, en la que histórica-
mente se ha ubicado a las mujeres en el
mundo privado, de lo cerrado, de la re-
producción de la especie humana, de su
fuerza de trabajo. Y en ese esquema, es-
tas labores no son consideradas produc-
tivas, ocultando así que constituyen un
aporte económico encubierto que sirve
de sostén al funcionamiento del mun-
do público. En esta división, lo jerarqui-
zado es lo que se ejecuta en el mundo
público, el de la producción; el mundo
ancestralmente manejado por los varo-
nes. Se desdibuja que ambos mundos
conforman un continuo que se retroa-
limenta e impacta recíprocamente: no
-
Igualdad de oportunidades8
trabajos y empleos de mujeres y varones
no deben considerarse problemas de
mujeres sino que son cuestiones que
hacen al compromiso de la sociedad
en su conjunto, y competen a la CTIO,
tanto por su composición, su metodolo-
gía de trabajo, cuanto por sus objetivos
dirigidos a impulsar que la legislación y
las políticas públicas respondan a los de-
rechos de las y los trabajadores; en este
caso particular, valorizando en su total
magnitud los trabajos que las mujeres
realizan en el ámbito doméstico, y en tal
sentido, hacer realidad la igualdad de
oportunidades y de trato.
MITOS, RELATOS, LEyEnDAS
El trabajo doméstico es aislado, repetiti-
vo y tedioso; sólo se nota cuando no está
A pesar de que el empleo para el des-
empeño de trabajos vinculados con lo
doméstico es al que más acuden millo-
nes de mujeres en el mundo, es éste el
colectivo laboral que está entre los más
vulnerabilizados respecto del disfrute de
los derechos humanos fundamentales y
específicamente de los derechos labo-
rales. La mayor parte de las trabajadoras
dedicadas al complejo y multifacético
trabajo doméstico en casas particulares
no están registradas e ignoran sus dere-
chos; del mismo modo, no hay barreras
claras entre derechos y obligaciones, tan-
to en cuanto a ellas como en lo que hace
a sus empleadoras/es.
Es crucial, entonces, para el análisis del
mercado de trabajo y sus soluciones, que
se tenga en cuenta que las desigualda-
des valorativas y remunerativas entre los
en los trabajos domésticos, remune-
rados o no, tiene como centralidad el
bienestar de las personas –la construc-
ción del “ser”– mientras que en el ámbi-
to de la producción, que sigue siendo
todavía el espacio privilegiado de los
varones, la centralidad apunta a la acu-
mulación de beneficios materiales –la
construcción del “tener”–; nuevamente
se oscurece la confluencia de ambos en
la configuración de la identidad de las
personas.
EL TRAbAJO DE SERVICIO DOMESTICO y SuS SInGuLARIDADES
Los trabajos en el ámbito doméstico, refe-
ridos a la reproducción y al cuidado, mu-
chas veces sustituyen lo que debiera ser
obligación de los Estados y los gobiernos.
trabajadoras del servicio doméstico los
dictados de la Convención no se cumplen.
EL TRAbAJO DOMESTICOy LA ECOnOMIA DEL CuIDADO
El trabajo doméstico en sus diferentes
modos, remunerado y no remunerado,
que hoy forma parte de la llamada “eco-
nomía del cuidado”, no es solamente el
cúmulo de tareas necesarias para la re-
producción física de los seres humanos;
contribuye también a la satisfacción de
sus necesidades psicológicas, y tiene
como tarea oculta aportar al fortaleci-
miento y conciliación de la relación invi-
sibilizada reproducción-producción.
Se observa, asimismo, que la economía
del cuidado, con sus tareas focalizadas
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Igualdad de oportunidades 9
t r a b a j o d o m e s t i c o
trabajos y empleos de mujeres y varones
no deben considerarse problemas de
mujeres sino que son cuestiones que
hacen al compromiso de la sociedad
en su conjunto, y competen a la CTIO,
tanto por su composición, su metodolo-
gía de trabajo, cuanto por sus objetivos
dirigidos a impulsar que la legislación y
las políticas públicas respondan a los de-
rechos de las y los trabajadores; en este
caso particular, valorizando en su total
magnitud los trabajos que las mujeres
realizan en el ámbito doméstico, y en tal
sentido, hacer realidad la igualdad de
oportunidades y de trato.
MITOS, RELATOS, LEyEnDAS
El trabajo doméstico es aislado, repetiti-
vo y tedioso; sólo se nota cuando no está
A pesar de que el empleo para el des-
empeño de trabajos vinculados con lo
doméstico es al que más acuden millo-
nes de mujeres en el mundo, es éste el
colectivo laboral que está entre los más
vulnerabilizados respecto del disfrute de
los derechos humanos fundamentales y
específicamente de los derechos labo-
rales. La mayor parte de las trabajadoras
dedicadas al complejo y multifacético
trabajo doméstico en casas particulares
no están registradas e ignoran sus dere-
chos; del mismo modo, no hay barreras
claras entre derechos y obligaciones, tan-
to en cuanto a ellas como en lo que hace
a sus empleadoras/es.
Es crucial, entonces, para el análisis del
mercado de trabajo y sus soluciones, que
se tenga en cuenta que las desigualda-
des valorativas y remunerativas entre los
en los trabajos domésticos, remune-
rados o no, tiene como centralidad el
bienestar de las personas –la construc-
ción del “ser”– mientras que en el ámbi-
to de la producción, que sigue siendo
todavía el espacio privilegiado de los
varones, la centralidad apunta a la acu-
mulación de beneficios materiales –la
construcción del “tener”–; nuevamente
se oscurece la confluencia de ambos en
la configuración de la identidad de las
personas.
EL TRAbAJO DE SERVICIO DOMESTICO y SuS SInGuLARIDADES
Los trabajos en el ámbito doméstico, refe-
ridos a la reproducción y al cuidado, mu-
chas veces sustituyen lo que debiera ser
obligación de los Estados y los gobiernos.
trabajadoras del servicio doméstico los
dictados de la Convención no se cumplen.
EL TRAbAJO DOMESTICOy LA ECOnOMIA DEL CuIDADO
El trabajo doméstico en sus diferentes
modos, remunerado y no remunerado,
que hoy forma parte de la llamada “eco-
nomía del cuidado”, no es solamente el
cúmulo de tareas necesarias para la re-
producción física de los seres humanos;
contribuye también a la satisfacción de
sus necesidades psicológicas, y tiene
como tarea oculta aportar al fortaleci-
miento y conciliación de la relación invi-
sibilizada reproducción-producción.
Se observa, asimismo, que la economía
del cuidado, con sus tareas focalizadas
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Igualdad de oportunidades10
cargo de la limpieza y la atención de las ta-
reas hogareñas; o el de Blancanieves, quien
se ocupa de las tareas domésticas mientras
los enanos “trabajan” en el mundo externo.
A los varones les son narradas historias de
hazañas, aventuras y conquistas.
Del mismo modo, la publicidad referida
a los trabajos domésticos, en todas sus
variedades, incluidas las tareas de cuida-
do, está dirigida a las mujeres, reforzando
siempre la misma estereotipia.
PERfIL DE LAS TRAbAJADORASREMunERADAS DEL SERVICIODOMESTICO
El trabajo de servicio doméstico remunera-
do es de compleja definición y dificultosa
medición; es desempeñado tradicional-
mente por mujeres con baja calificación,
iletradas o semiletradas, provenientes de
hogares en situación de pobreza, quienes
hecho, y además siempre es retomado;
tanto que simbólicamente puede ser
representado por el mito de Penélope,
quien teje y desteje, siempre recomen-
zando la misma labor en el mundo priva-
do, cerrado; Ulises llega luego de su larga
odisea en el mundo público, sabiendo
que al retornar su esposa lo cuidará.
Mitos, leyendas y cuentos que permanecen
vigentes en todas las sociedades ameritan
un renglón aparte, pues tienen muchas
interpretaciones. Sólo daremos algunas
ideas referidas al tema que nos compete,
siempre teniendo en cuenta que no son
inocuos, que son subjetivantes y funciona-
les a la consolidación y reproducción del
sistema imperante, y que se reactualizan
siguiendo las formas de comunicación vi-
gentes, en la actualidad, la televisión, el cine,
etc. Así vemos que, por ejemplo, aún hoy se
entretiene a las niñas con el cuento de Ce-
nicienta, que entre sus conceptos incluye
la imagen de la niña sumisa y sometida, a
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Igualdad de oportunidades 11
t r a b a j o d o m e s t i c o
casos constituye un paso que puede posi-
bilitar la entrada a otros espacios laborales.
Una gran parte, en nuestro país, son mu-
jeres en situación de pobreza, solas, jefas
de hogar, con hijos/as menores a su cargo,
quienes “optan” por este empleo porque
pueden, en mayor o menor grado, adecuar
con ese empleo esperan encontrar una
solución a su situación personal y laboral
debido a que tienen social y personalmen-
te internalizado que se trata de un trabajo
de y para mujeres y que están capacitadas
para realizarlo porque está inscripto en su
“naturaleza” femenina. Además, en muchos
Test
imon
ioTe
stim
onio
con frecuencia las trabajadoras domésticas son víctimas del abuso sexual de maneranatural y como si esto fuera condición obligada de sus prestaciones
juliana. 25 años
“Vine de mi Chaco querido hace 6 años escapando de la pobreza, para ayudar a mi viejita. Por eso me aguanté tener en mi pieza el lavarropas, la tabla de planchar, la canasta de la ropa sucia y un cajón con cosas; en mi baño se guardaban todas las cosas de limpieza que tenía que sacar para bañarme. El sueldo no era mucho, pero para empezar… A las pocas noches, yo estaba acostada…se abrió la puerta y apareció el señor y se me tiró encima, yo grité, me puso la mano en la boca y siguió… yo agarré la plancha que estaba cerca de la cama, se la tiré encima, lo golpee fuerte, fue mi salvación, yo tengo mucha fuerza, se levantó y me dijo: “Chinita de m---, qué te has creído---“, pero se fue. No paré de llorar, me bañé. En cuanto amaneció, junté mis cosas y salí corriendo. Fui a la casa de la amiga de mi mamá que me había ayudado, fuimos a la Agencia, la dueña me dijo: “Nena, la señora es una buena clienta, algo habrás hecho…”
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Igualdad de oportunidades12
competentes, hábiles, diestras, calificadas
y, por supuesto, todas esas competencias
son “naturales”, ya que están inscriptas
en su esencia femenina; asimismo, como
mujeres que son, esas tareas han de ser
asumidas con amor hacia sus empleado-
ras/es y sus familias.
Si las tareas de trabajo doméstico apun-
tan al bienestar, ¿cómo se establece de
forma categórica la delimitación entre las
tareas materiales y las de cuidado especí-
ficamente de contención como parte de
los trabajos considerados concretamen-
te del área de la reproducción? En esto
juega un papel importante el hecho de
que en la construcción de las identidades
de mujeres y varones, de las mujeres se
espera –explícita o implícitamente– que
sean sacrificadas y que el “amor” se expre-
se en términos de trabajo.
y se ubican en el camino de reproducir el
círculo de la pobreza.
funCIOnES y RESPOnSAbILIDADES LAbORALES
No obstante tratarse de un trabajo des-
valorizado, se espera que las trabajado-
ras asalariadas en casas particulares sean
multifuncionales, idóneas en todas las
tareas que desempeñan: planificadoras
y organizadoras laborales, y economiza-
doras; incluyendo dentro de sus respon-
sabilidades ser lavanderas, planchadoras,
cocineras, agentes de limpieza, cuida-
doras de infantes, de la ancianidad, de
personas con distintas necesidades y ob-
viamente también de los animalitos que
forman parte del hogar; y en todo han de
ser de responsables, eficaces, eficientes,
el trabajo doméstico infantil femenino
está naturalizado en muchos espacios,
muchas veces con connotaciones de su-
puesta protección y apoyo a las niñas y
sus familias. El trabajo infantil masculino
tiene características diferentes a las fe-
meninas, siguiendo las pautas generales
de la división sexual del trabajo.
Es importante reflexionar sobre este
punto, ya que, agregado a que el trabajo
infantil está prohibido y la Convención
por los Derechos del Niño forma parte
también del Art. 75., inc. 22, de la Cons-
titución Nacional, suele decirse que la
pobreza es la causa del trabajo infantil,
cuando en rigor es el trabajo infantil el
que reproduce la pobreza; una niña o un
niño que trabajan a la edad en que su
única tarea debe ser el estudio ven limi-
tado el desarrollo de sus potencialidades
sus horarios y lugares de trabajo de acuer-
do con sus responsabilidades familiares.
“Pero el resultado está lejos de ser óptimo,
las responsabilidades que las impulsan a
insertarse en la economía informal o en
trabajos precarios, las lleva a un callejón sin
salida de empleos de mala calidad sin pro-
tección social”. (OIT - PNUD, 2009)
En momentos de necesidad, muchas
mujeres con estudios terciarios com-
pletos eligen insertarse en este tipo de
empleo y se confirma que el hecho de
ejercerlo de por sí desvaloriza a estas
personas, no reconociéndose sus ante-
cedentes curriculares.
En la ubicación laboral, con frecuencia,
hay cantidad de niñas que empiezan
a trabajar en el denominado “servicio
doméstico” desde muy temprana edad;
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Igualdad de oportunidades 13
t r a b a j o d o m e s t i c o
competentes, hábiles, diestras, calificadas
y, por supuesto, todas esas competencias
son “naturales”, ya que están inscriptas
en su esencia femenina; asimismo, como
mujeres que son, esas tareas han de ser
asumidas con amor hacia sus empleado-
ras/es y sus familias.
Si las tareas de trabajo doméstico apun-
tan al bienestar, ¿cómo se establece de
forma categórica la delimitación entre las
tareas materiales y las de cuidado especí-
ficamente de contención como parte de
los trabajos considerados concretamen-
te del área de la reproducción? En esto
juega un papel importante el hecho de
que en la construcción de las identidades
de mujeres y varones, de las mujeres se
espera –explícita o implícitamente– que
sean sacrificadas y que el “amor” se expre-
se en términos de trabajo.
y se ubican en el camino de reproducir el
círculo de la pobreza.
funCIOnES y RESPOnSAbILIDADES LAbORALES
No obstante tratarse de un trabajo des-
valorizado, se espera que las trabajado-
ras asalariadas en casas particulares sean
multifuncionales, idóneas en todas las
tareas que desempeñan: planificadoras
y organizadoras laborales, y economiza-
doras; incluyendo dentro de sus respon-
sabilidades ser lavanderas, planchadoras,
cocineras, agentes de limpieza, cuida-
doras de infantes, de la ancianidad, de
personas con distintas necesidades y ob-
viamente también de los animalitos que
forman parte del hogar; y en todo han de
ser de responsables, eficaces, eficientes,
el trabajo doméstico infantil femenino
está naturalizado en muchos espacios,
muchas veces con connotaciones de su-
puesta protección y apoyo a las niñas y
sus familias. El trabajo infantil masculino
tiene características diferentes a las fe-
meninas, siguiendo las pautas generales
de la división sexual del trabajo.
Es importante reflexionar sobre este
punto, ya que, agregado a que el trabajo
infantil está prohibido y la Convención
por los Derechos del Niño forma parte
también del Art. 75., inc. 22, de la Cons-
titución Nacional, suele decirse que la
pobreza es la causa del trabajo infantil,
cuando en rigor es el trabajo infantil el
que reproduce la pobreza; una niña o un
niño que trabajan a la edad en que su
única tarea debe ser el estudio ven limi-
tado el desarrollo de sus potencialidades
sus horarios y lugares de trabajo de acuer-
do con sus responsabilidades familiares.
“Pero el resultado está lejos de ser óptimo,
las responsabilidades que las impulsan a
insertarse en la economía informal o en
trabajos precarios, las lleva a un callejón sin
salida de empleos de mala calidad sin pro-
tección social”. (OIT - PNUD, 2009)
En momentos de necesidad, muchas
mujeres con estudios terciarios com-
pletos eligen insertarse en este tipo de
empleo y se confirma que el hecho de
ejercerlo de por sí desvaloriza a estas
personas, no reconociéndose sus ante-
cedentes curriculares.
En la ubicación laboral, con frecuencia,
hay cantidad de niñas que empiezan
a trabajar en el denominado “servicio
doméstico” desde muy temprana edad;
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Igualdad de oportunidades14
cuidar las cosas confiadas a su vigilancia y
diligencia, observar prescindencia y reserva
en los asuntos de la casa de los que tuviere
conocimiento en el ejercicio de sus funcio-
nes, guardar la inviolabilidad del secreto
familiar en materia política, moral y reli-
giosa y desempeñar sus funciones con celo
y honestidad, dando cuenta de todo impe-
dimento para realizarlos, siendo responsa-
bles del daño que causaren por dolo, culpa
o negligencia.
Artículo 6º:
Además del incumplimiento de las accio-
nes señaladas en el artículo anterior, las in-
jurias contra la seguridad, honor, intereses
del empleador o su familia; la vida desho-
nesta del empleado, desaseo personal, o las
transgresiones graves o reiteradas facultan
al empleador para disolver el vínculo labo-
ral sin obligación de indemnizar por prea-
viso y antigüedad.
Los trabajos, funciones y responsabili-
dades de estas trabajadoras son difusos,
agrupan tareas relacionadas o no, muchas
veces cambiantes, que responden a reque-
rimientos de los distintos miembros de la
unidad familiar y no siempre establecidos
por la persona que las contrata, que suele
ser el “ama de casa”; así, se establece una
relación laboral imprecisa y extensa, que
no se da en otras relaciones laborales.
Esto se ve confirmado en el Decreto Nº 326/56,
del 14/1/56. que aún rige al sector y que
establece:
Obligaciones del empleado doméstico
Artículo 5º:
Guardar lealtad y respeto al empleador, su
familia y convivientes, respetar a las per-
sonas que concurran a la casa, cumplir las
instrucciones de servicio que se le impartan,
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Igualdad de oportunidades 15
t r a b a j o d o m e s t i c o
conocimientos, experiencias, aptitudes y
destrezas acumuladas por estas mujeres
y transmitidas de mujer a mujer como
parte de su construcción identitaria como
trabajadoras y cuidadoras.
Es frecuente plantear que muchas mu-
jeres pueden salir a trabajar fuera de
sus hogares porque estas trabajadoras
¿QuIEnES y COn QuE PARAMETROS, EVALuAn CADA unA DE ESTASCOnDICIOnES?
En la suma de contradicciones, por un
lado está lo expresado anteriormente
en cuanto a sus funciones y responsa-
bilidades, y por el otro, no hay un reco-
nocimiento positivo de las habilidades,
Test
imon
ioTe
stim
onio
el trabajo doméstico es el único que no contempla ni especificidad, ni límite en las tareas
rosa. 56 años.
“Los patrones son buenos, me tratan muy bien. El sueldo también es bueno, aunque nunca me pusieron en blanco. Lo que pasa es que además de las tareas de la casa, limpiar, lavar, planchar, cocinar, me tengo que ocupar de la abuela, que mucho no entiende y más de una vez ensucia en cualquier parte, y tengo que estar atenta y tener la puerta cerrada porque si no se escapa. También ocuparme de los chicos cuando vuelven de la escuela, darles la merienda, hacer que estudien, que se bañen, que no peleen. Es demasiado, estoy cansada, pero a mi edad nadie me toma y mi marido es albañil, y también por la edad, cada vez le es más difícil conseguir changas. No queremos depender de nuestros hijos. Me dijeron que está por salir una ley.”
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Igualdad de oportunidades16
Los trabajos domésticos, remunerados o
no, son imprescindibles para el funciona-
miento de las unidades familiares, pero
se encubre que además son una contri-
bución al funcionamiento de la sociedad
en su conjunto y que facilitan los acuer-
dos intrafamiliares referidos a las respon-
sabilidades compartidas entre el mundo
privado y el mundo público.
en hogares particulares las reemplazan;
esto es fortalecer la idea de que el com-
plejo trabajo doméstico es responsabi-
lidad de las mujeres y no reconocer que
el trabajo de esas mujeres contribuye
a solucionar problemáticas de las uni-
dades familiares en su conjunto, y sin
duda, a la conciliación entre trabajo y
familia.
Test
imon
ioTe
stim
onio
la creación de espacios de cuidado infantil confiables y seguros es un derecho pendiente y una deuda del estado hacia los trabajadores y las trabajadoras del sector
yolanda. 23 años.
“¡Qué triste es ser mujer! Los machos te hacen el cuento, vos les crees, te hacen un hijo, se las pican… y nunca más se supo. Yo adoro a mi changuita, pero todo es tan difícil. Nadie me toma con la nena, una vez me tomaron con ella, me pagaban menos y la tenía que tener encerrada en una pieza. Ahora la cuida una vecina, le pagamos varias vecinas, pero hay días que no puede, entonces tengo que faltar, cuando la nena está enferma también tengo que faltar, las patronas ponen cara de c---, no te creen. ¿Ellas no son mujeres? ¿No saben lo duro que es ser madre sola? Ir de una casa a otra, cada una con sus costumbres y una tiene que poner siempre cara de que todo está bien y agradecerles que te den lo que ya no quieren.”
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Igualdad de oportunidades 17
t r a b a j o d o m e s t i c o
registroes difícil reunir información respecto del sector, dado el elevado número de trabaja-doras no declaradas.
Uno de los problemas que tienen las trabajadoras asalariadas del
servicio doméstico para conocer, acceder y ejercer sus derechos, es
el aislamiento entre pares; más de una vez están expuestas a la vio-
lencia, a la explotación laboral, al abuso y/o acoso sexual y no saben
a quién recurrir.
Además, cuando viven en los domicilios donde trabajan, depen-
den de la voluntad de sus empleadores/as. En las ocasiones en que
tienen contratos de trabajo, generalmente son los empleadores/as
quienes determinan las condiciones.
Es difícil reunir información respecto del sector, dado el elevado nú-
mero de trabajadoras no declaradas, de la cantidad de mujeres mi-
grantes indocumentadas, de la diversidad de definiciones de lo que se
considera servicio doméstico. Las estadísticas suelen no considerarlas
como una categoría particular y se las incluye en colectivos laborales
de “actividades comunitarias, sociales y de servicios personales”.
Sin embargo, datos disponibles muestran que las trabajadoras do-
mésticas representan una proporción importante de la fuerza de
El problema del registroy la fiscalización
-
Igualdad de oportunidades18
se ha descrito, es desempeñado casi en
el 100% por mujeres. (fuente: Oficina de
Estadísticas de la OIT: www.laborsta.ilo.
org, junio 2008)
DATOS DE LA ARGEnTInA
Porcentaje de trabajadores/as domésti-
cos/as en la población total de emplea-
dos/as, desglosado por sexos:
trabajo: en los países en desarrollo re-
presentan entre el 4 y el 10% del empleo
total, tanto femenino como masculino;
en los países desarrollados constituyen
entre el 1 y el 2,5%.
Si bien hay varones empleados en lo que
se considera servicio doméstico, lo ha-
cen como jardineros, choferes, guardia-
nes, es decir, con otra imagen laboral y
personal; el trabajo doméstico, tal como
país total vs. ms. %m
2006
Argentina 1995 2000 2006 1995 2000 2006 1995 2000 2006 92,4
7,42 7,93 7,94 0,89 0,82 0,31 18,05 18,51 18,31
fuente: Oficina de Estadísticas de la OIT: www.laborsta.ilo.org, junio 2008. Según datos de la CTA el número ascendería 1.200.000.
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Igualdad de oportunidades 19
t r a b a j o d o m e s t i c o
¿En QuE SECTOR LAbORALSE ubICAn ESTAS TRAbAJADORAS?
Las trabajadoras domésticas han sido con-
sideradas como parte del sector informal;
sin embargo, constituyen un tipo de inser-
ción laboral dependiente, con modalida-
des especiales, ya que se trata de personas
que conviven y comparten la vida familiar
con sus empleadores/as; su trabajo se ubi-
ca en las márgenes entre la economía de
mercado y la no mercantil, con prácticas
laborales diferentes a los de otros grupos
de trabajadores/as y se relaciona con la
construcción diferenciada de las identida-
des y subjetividades de mujeres y varones,
con las consecuentes expectativas referi-
das a qué se espera de ellas y ellos en los
diferentes espacios de desempeño.
Últimamente, en países de alta tecnifica-
ción, se planteó que dicho tipo de inserción
laboral estaba en vías de desaparición de-
bido a su significado y a los avances tecno-
lógicos, pero se percibe que, aun en esos
países, esta opción subsiste. Entre los fac-
tores que han contribuido a la continuidad
actividad feminizada
n 17,4% del total de mujeres ocupadas
se ubica en el trabajo doméstico.
Dentro del grupo de trabajadoras do-
mésticas la mayoría son madres:
n 28,6% de estas madres son pobres.
n 9,1% de estas madres son indigentes.
n 48,7% de estas madres tienen bajo ni-
vel educativo.
Para este sector de trabajadoras no se
contemplan los derechos de la materni-
dad; vemos como simbólicamente se sa-
craliza la maternidad; mas en lo concreto
no se dan las condiciones para la posibili-
dad de su feliz desempeño.
indicadores sociodemográficos
n En la región NOA, el 31,7% del total de
asalariadas son trabajadoras domésticas.
n El 33,3% de las trabajadoras domésti-
cas son jefas de hogar.
Como se ve, por los datos referidos al
trabajo doméstico, no debe considerarse
marginal.
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Igualdad de oportunidades20
que las mujeres están mayoritariamente dis-
puestas a aceptar cualquier tipo de trabajo
para disponer de recursos que les permitan
poder criar y educar a su descendencia.
La migración de las mujeres para ejercer
trabajos de servicio doméstico y las nece-
sidades de cuidado de sus propias criatu-
ras han creado vínculos de apoyo y “ho-
gares transnacionales”, constituyendo una
forma de cadenas mundiales entre perso-
nas y familias con necesidades de servi-
cios de cuidado y atención para mujeres
trabajadoras migrantes. En el caso de las
mujeres del propio país, realizan acuerdos
con familiares, amistades o personas de su
confianza que no siempre están, por dis-
tintos motivos, en condiciones de respon-
der adecuadamente a las necesidades.
Vemos, entonces, que a la suma de con-
tradicciones a las que están expuestas es-
tas mujeres trabajadoras, se agrega que
mientras se hacen cargo del cuidado en
los hogares donde están empleadas, ellas,
a su vez, deben contar con el servicio de
otras cuidadoras para sus propias familias,
servicio que no siempre cumple con los
requerimientos adecuados para tal fin.
de la demanda está el aumento de la inser-
ción de las mujeres de diversos sectores en
el campo laboral.
Muchas mujeres migran para desempe-
ñarse en el servicio doméstico, como una
modalidad de inserción en el trabajo no
formal que les permite, mediante la remi-
sión de dinero, asistir a sus familias, espe-
cialmente para el cuidado de su prole. Es
de notar que el dinero que remiten im-
plica un significativo aporte al PBI de los
países receptores de remesas.
La fluctuación en los niveles de deman-
da-oferta acompaña la fluctuación de la
economía: en épocas de crisis, mayor can-
tidad de mujeres se ofrece, pero menos
familias las demandan; al mismo tiempo,
ante las crisis, las mujeres en situación de
pobreza aceptan cualquier empleo para
resolver las necesidades familiares.
Esto forma parte de lo que se espera de las
mujeres, de la construcción socio-cultural,
económico-política de las identidades de
mujeres y varones, con su correlato de res-
ponsabilidades. A través de ello se impone
un “deber ser” cuyo resultado se concreta en
-
Igualdad de oportunidades 21
t r a b a j o d o m e s t i c o
domésticasdesde el imaginario social, como hemos dicho, se espera de las mujeres que sean las cui-dadoras, con todo lo que simbó-licamente ello trae aparejado.
Históricamente, el cuidado de las personas en sus diversas modali-
dades ha estado en manos de las mujeres y dentro del ámbito de
la familia, y a pesar de que hoy, en muchos casos, el cuidado se ha
terciarizado, en líneas generales, la resolución de esos trabajos con-
tinúa mayoritariamente en manos de mujeres que han sido contra-
tadas para el servicio doméstico. Desde el imaginario social, como
hemos dicho, se espera de las mujeres que sean las cuidadoras, con
todo lo que simbólicamente ello trae aparejado.
En ese esquema actualmente se ubican estos trabajos en lo que se
llama “economía del cuidado”, que superan a los de mantenimien-
to, limpieza y similares y se insertan en relaciones interpersonales
que hacen a la responsabilidad agregada respecto del bienestar y
salud física y emocional de los miembros de la familia. Es así como
se mezclan los afectos con las obligaciones y los derechos laborales,
no habiendo una delimitación clara en cuanto dónde comienza y
termina cada uno de ellos. Para mayor complejidad, a esto se une
que con frecuencia suelen ser asalariadas de varios/as empleado-
res/as y conviven con diferentes familias.
Las trabajadoras domésticasy la economía del cuidado
-
Igualdad de oportunidades22
n Accidentes del trabajo: el reglamen-
to laboral no los contempla.
n Descanso: 3 horas diarias diurnas en-
tre las tareas de la mañana y la tarde; 9
horas de descanso nocturno para las
trabajadoras sin retiro.
n Enfermedad: máximo 30 días pagos
al año. Si no puede reincorporarse, el
empleador/a podrá considerar disuel-
to el contrato sin derecho a indemni-
zación. Esto rige únicamente para las
trabajadoras sin retiro.
n Maternidad: excluidas de la LCT.
n Indemnización por despido: en caso
de despido sin causa justificada se de-
berá pagar el equivalente a medio mes
de sueldo por cada año de servicio, to-
mando como base el último sueldo.
n Importancia de la Ley Nº 25.239 de Re-
forma Tributaria, abril 2000. A partir de
esta ley la empleada doméstica puede
tener obra social y jubilación aun tra-
bajando menos de 16 horas. (fueron re-
gistradas 350.000 mujeres en un año)
Vemos así cómo las relaciones laborales
–trabajadora/empleador/a– de este sec-
tor son complejas, se suelen mezclar las
obligaciones con el maternalismo/pater-
nalismo, con los afectos, con las rivalida-
des. Y las relaciones de poder se yuxtapo-
nen con las necesidades.
Otro hecho que lo diferencia de otros sec-
tores laborales es que las trabajadoras com-
parten con sus empleadores/as el espacio
privado y son testigos de los conflictos in-
trafamiliares que allí se suscitan, lo cual difi-
culta los límites de ambas incumbencias.
MARCO nORMATIVO
n El trabajo doméstico se rige por un
estatuto especial del año 1956 y
por el Decreto Nº 326/56.
n La LCT (Ley de Contrato de Trabajo
Nº20.744) excluye expresamente a las
empleadas y empleados domésticas/os.
-
Igualdad de oportunidades 23
t r a b a j o d o m e s t i c o
legislaciónlos gobiernos y los estados han de comprometerse para que el trabajo doméstico sea un medio de vida digno, seguro y sostenible, elegido libremente.
El trabajo doméstico ha de participar de los principios del trabajo
decente, que implica condiciones de libertad, equidad, seguridad y
dignidad. Se trata de un tema político y de un tema ético que invo-
lucra, como se ha dicho, los derechos humanos.
El hecho de que el colectivo de empleadas en el servicio doméstico
no esté comprendido en la Ley de Contrato de Trabajo socava su
situación y dificulta su acceso en igualdad con otros trabajadores/
as a los beneficios que la sociedad ofrece, entre otros, la sindicaliza-
ción, la negociación colectiva, las paritarias, que forman parte del
trabajo decente.
Resolver un tema tan postergado como el de la legislación de sus
derechos como trabajadoras y como mujeres es un paso necesario
para que puedan lograr ser ciudadanas plenas, en cualquier lugar
en que se desempeñen.
Los gobiernos y los Estados han de comprometerse para que el tra-
bajo doméstico sea un medio de vida digno, seguro y sostenible,
elegido libremente.
Servicio doméstico, legislacióny trabajo decente
-
Igualdad de oportunidades24
Siempre hubo trabajo doméstico, pero
hoy en día, con la fuerte incorporación
de mujeres al ámbito laboral en espacios
de dominio hasta el momento sólo de
los varones, el trabajo doméstico remu-
nerado ha adquirido otras connotacio-
nes y tal vez sea ésta una de las razones
por las cuales en la actualidad sea uno
de los ejes de compromiso de nuestro
país y de la OIT, con una creciente pre-
ocupación por equiparar los derechos
Para que la legislación esté encuadra-
da dentro de lo que se entiende como
trabajo decente, estas trabajadoras y
trabajadores deben gozar de los dere-
chos básicos, que implican la promoción
del empleo, las condiciones laborales, la
protección social, la libertad de asocia-
ción, el derecho a la negociación colec-
tiva, a la eliminación de todas las formas
de discriminación y de trabajo forzado u
obligatorio.
Test
imon
ioTe
stim
onio
la usanza de las “criaditas” aún persiste en muchos lugares del país
rosario m., 34 años
“Nací en Misiones, éramos siete hermanitos. Yo era la más chica. No siempre había con qué parar la olla. Un día llegó el chofer de la señora y me llevó a la casa, yo sólo tenía siete años. No entendía nada. Una señora me bañó, me puso un vestidito, me dio de comer. Me preguntó cómo me llamaba. Yo lloraba y quería ver a mi mamá, a mi papá, a mis hermanitos. La casa era muy grande, yo tenía miedo de todo. Había mucha gente. Nunca fui a la escuela. No sé leer ni escribir. Aprendí a cocinar, a lavar, a limpiar, a planchar. Algunas veces jugaba con los niños, hablaban diferente… Lo conocí al Eugenio, nos juntamos, tenemos cinco hijos, todos estudiaron, mi hijita, la Rosita, es maestra. ¿Tendrá vergüenza de mí?”
-
Igualdad de oportunidades 25
t r a b a j o d o m e s t i c o
de carácter democrático, a fin de promover
el bienestar común. Como así también, que
todos los seres humanos tienen derecho a
perseguir su bienestar material y su desa-
rrollo espiritual en condiciones de libertad
y dignidad, de seguridad económica y en
igualdad de oportunidades”.
En 2008 la OIT acordó incluir en la 99ª
Reunión el tema de trabajo decente para
este sector de trabajadoras/es. En 1965 la
OIT, en la Conferencia Internacional del
Trabajo, adoptó una resolución acerca de
las condiciones de empleo del sector, en
la que se reconoce la “urgente necesidad”
de establecer un nivel de vida mínimo
compatible con el respeto de la persona y
de la dignidad humanas, esenciales para
la justicia social.
La legislación del trabajo de servicio do-
méstico debe incluir a los/las emplea-
dores/as individuales, las agencias de
colocación, las oficinas de migraciones,
de estas trabajadoras/es con los de los/
as demás asalariados/as.
El Preámbulo de la Constitución de la OIT
reconoce que estas trabajadoras y trabaja-
dores “…están en condiciones de trabajo
que entrañan injusticia, miseria y privacio-
nes para gran número de seres humanos”.
En ese mismo texto, consensuado a ini-
cios del siglo XX, ya se postulaba que “el
trabajo no es una mercancía; la libertad
de expresión y de asociación es esencial
para el progreso constante; la pobreza, en
cualquier lugar, constituye un peligro para
la prosperidad de todos; la lucha contra la
necesidad debe proseguirse con incesante
energía dentro de cada nación y median-
te un esfuerzo internacional continuo y
concertado, en el cual los representantes
de los trabajadores y de los empleadores,
colaborando en un pie de igualdad con los
representantes de los gobiernos, partici-
pen en discusiones libres y en decisiones
-
Igualdad de oportunidades26
sobre todo en lo que se refiere a los dere-
chos laborales fundamentales:
Libertad sindical
El artículo 2º del Convenio sobre Liber-
tad Sindical y Protección del Derecho de
Sindicalización Nº 87, de 1948, se aplica
“a todos los trabajadores y empleadores
sin distinción”. De igual modo, el Conve-
nio sobre el derecho de Sindicalización
y Negociación Colectiva Nº 98, de 1949,
que incluye a las y los trabajadores do-
méstico.
Igualdad, no discriminación e igualdad
de oportunidades
Estos postulados aparecen en el Conve-
nio Nº 111, de 1958, sobre Discriminación
en el Empleo y en el Nº 100, de 1951, so-
bre Igualdad de Remuneración.
Negociación colectiva
Dificultad por aislamiento entre sí.
las personas beneficiarias de esos tra-
bajos; en ella se ha de garantizar la ele-
vación del nivel de vida del sector, a fin
de que puedan tener la satisfacción de
utilizar de la mejor forma posible sus ha-
bilidades y conocimientos y contribuir
al bienestar común; como parte de ello,
han de disponer de todas las garantías y
oportunidades de formación profesional.
Uno de los medios más importantes de
los que dispone la OIT para mejorar la
legislación y la práctica de los Estados
Miembros en relación con el trabajo de-
cente para trabajadores/as domésticos/as
es la adopción de las Recomendaciones y
Convenios Internacionales de Trabajo y el
control de su aplicación.
Aún no existen instrumentos internacio-
nales aplicables exclusivamente a este
sector; las normas internacionales del
trabajo los incluyen en muchos aspectos,
-
Igualdad de oportunidades 27
t r a b a j o d o m e s t i c o
n Involucrar a los cuatro sectores que
conforman la CTIO para impulsar la
aprobación del proyecto de ley para
las trabajadoras de casas particulares.
n Aportar a la definición de políticas
para la igualdad de oportunidades
para el sector.
ALGunAS PROPuESTAS
La CTIO, comprometida con la igualdad
de oportunidades y de trato en el mundo
laboral, propone:
n Articular acciones con los distintos
programas del MTEySS para cambiar
la situación del sector.
Test
imon
ioTe
stim
onio
la sindicalización es un paso hacia el reconocimiento de los derechos del sector
celia/secper sindicato
“Son las mujeres las que terminan manteniendo a sus familias, porque cierran fábricas y los hombres quedan desocupados. Este trabajo es tan digno como cualquier otro. Es un sector de la sociedad el que lo menosprecia. Y eso hay que transformarlo. Fue una decisión que me costó mucho la de llevar adelante este proyecto de impulsar el sindicato. Empezó con un grupo de 70 personas que fui convocando de a una. Las chicas no querían mostrar sus caras por temor a perder el trabajo.
“Cuando empezamos había miedos, dudas, temor a perder el trabajo. Era como un desafío, algo que nunca antes se había inten-tado. Algunas personas se reían y decían: ¿esas van a tener sindicatos? Hoy hay respeto y valoración. Los resultados están dados en el blanqueo y en el pago.”
-
Igualdad de oportunidades28
n Articular con sindicatos de trabajado-
ras domésticas para coordinar accio-
nes conjuntas.
n Articular con sindicatos de amas de casa
para que se constituyan en la contrapar-
te de las trabajadoras domésticas.
n Realizar tareas de sensibilización social.
n Hacer realidad lo establecido en el
Consenso de Quito: reconocimiento
del valor económico y social de los
trabajos de cuidado.
TRAbAJO DECEnTEy SERVICIO DOMESTICO
El trabajo decente seguirá siendo una mera
promesa para las trabajadoras y trabajado-
res remuneradas/os de casas particulares
si no se adoptan y ejercen medidas legis-
lativas que reconozcan su situación. En
dicho compromiso está consustanciado
n Que sean incluidas/os en todo lo refe-
rido al trabajo decente.
n Realizar talleres con las trabajadoras
y los trabajadores domésticos para el
conocimiento de sus derechos, a fin
de que estén en condiciones de ejer-
cerlos plenamente.
n Promover la sindicalización, capaci-
tando a tal efecto.
n Formar, capacitar y brindar herra-
mientas para aumentar su profesio-
nalización, jerarquizarla y mejorar su
empleabilidad y competencia.
n Propiciar que puedan tener espacios
de excelencia para el cuidado de su
prole mientras ellas o ellos trabajan
remuneradamente.
n Capacitar para la organización en gru-
pos operativos para desempeñar ser-
vicios en conjunto, a instituciones, em-
presas y similares, a fin de facilitar la
negociación colectiva y no individual.
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Igualdad de oportunidades 29
t r a b a j o d o m e s t i c o
Oportunidades entre Mujeres y Varones
en el Mundo Laboral (CTIO) tiene entre sus
objetivos ampliados contribuir para hacer
realidad la valorización de este trabajo en
todas sus dimensiones.
el Gobierno nacional; prueba de ello es la
presentación del proyecto de ley “Régi-
men especial de contrato de trabajo para
el personal de casas particulares” (2010) y
la Comisión Tripartita para la Igualdad de
Test
imon
ioTe
stim
onio en los sindicatos del sector, creados recientemente, el 99% de los afiliados son mujeres
alcira burgos/sinpecaf (sindicato del personal de casas de familia)
“Desde un trabajo que muchos han dado en llamar ‘El Oficio Mudo’; la empleada entra a una casa, trabaja, atiende, ordena el desorden. Toda esa tarea en el más absoluto silencio. No hay comunicación, sólo cumple lo mandado.
El número de trabajadoras que tenemos registradas asciende a seis mil, de las cuales dos mil pagan cuota regularmente. Te-nemos un trabajo conjunto con la Oficina de Migraciones de Córdoba, que garantiza a las migrantes el derecho al trabajo y la posibilidad de acceder e él mientras se tramita su documentación. Nuestro sindicato está integrado en un 99% por mujeres.
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Igualdad de oportunidades30
agradecimientos
n subsecretaría de programación técnica y estudios laborales: Lic. Marta Novickn subsecretario de relaciones laborales: Dr. Alvaro Daniel Ruizn tribunal del servicio doméstico: Dr. Daniel Agrello | Dra. Clara Crescenci
911.000 es el número estimado detrabajadores/as domésticos/as en el país.
17,4 % del total de mujeres ocupadas se ubica en el servicio doméstico.
Actividad feminizada en extremo. Dentro del grupo de trabajadoras domésticas, la mayoría son madres. No se les contempla el derecho de licencia por maternidad.
28,6 % de las madres son pobres. 9,1 % de las madres son indigentes.
48,7 % de las madres tiene bajo nivel educativo. (secundario incompleto)
33,3 % de las trabajadoras domésticas ocupa la jefatura del hogar.
Región noreste: un 31,7% del total de asalariadas son trabajadoras domésticas.
Datos en Argentina
fuente: Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales (SSPTyEL), Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, “Situación laboral del servicio doméstico en la Argentina“.
Políticas públicas: 350. 000 empleadas registradas en el 2010, Universo a cubrir 1 millón aproximadamente.
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31Igualdad de oportunidades
Reflexiones finales
Trabajo, empleo, valoración y equidad: ¿los trabajos de servicio domésti-
co están desvalorizados porque lo realizan mujeres o por ser desvaloriza-
do son las mujeres quienes lo ejercen?
Esto no constituye un tema menor, se relaciona con la ética, con la ideología,
con la definición de las políticas públicas, involucra el vínculo entre lo privado
y lo público, la división socio-sexual del trabajo, la economía, las responsabili-
dades compartidas, la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y varo-
nes en el mundo del trabajo y el compromiso de todos los actores sociales en
hacer realidad el ejercicio de los derechos humanos fundamentales.
Es compromiso ineludible de la sociedad en todos sus estamentos y niveles de
inserción valorar y jerarquizar esos trabajos y a las personas que los realizan
(casi exclusivamente mujeres), ya que con sus tareas invisibilizadas contribu-
yen al sostenimiento y a la calidad de la vida de la sociedad en su conjunto.
“Las personas desposeídas tienden a resignarse a su carencia a causa de la abso-
luta necesidad de sobrevivir, y pueden por lo tanto perder el coraje de exigir cual-
quier cambio radical y ajustan sus deseos y expectativas sólo a lo que perciben
como posible”; Amartya Sen (Premio Nobel de Economía).
Intentamos desde la CTIO contribuir a la reflexión para el cambio en función
de la equidad.