atlas de nubes y meteoros

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Atlas de Nubes y Meteoros José A. Gallego José A. Quirantes

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“Atlas de nubes y meteoros” es el resultado de un proceso que ha durado nueve años durante los cuales sus autores han fotografiado y documentado sin descanso multitud de nubes en cualquier punto y a cualquier hora del día e incluso de la noche. Han utilizado para ello los mejores recursos fotográficos y han documentado exhaustivamente cada imagen. Junto a una descripción detallada de la misma el pie de foto incluye, además de la fecha, hora y lugar los datos técnicos de la toma así como el cifrado correspondiente de las nubes en la clave SYNOP OMM para ayuda de los observadores meteorológicos.

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Atlas deNubes y Meteoros

José A. GallegoJosé A. Quirantes

Nubes y MeteorosAtlas de

José A. Gallego PovedaJosé A. Quirantes Calvo

04LOS 10 GÉNEROS DE NUBES

Atlas de Nubes y Meteoros · 64

CirrosCirrus

1

65 · Atlas de Nubes y Meteoros

1. Cirros / CirrusAbreviatura “Ci”

DEFINICIÓN

Esas nubes altas, limpias, casi poéticas por su delica-deza y su blancura, siempre despertaron la admiración del observador. Instintivamente sabemos que están le-jos, y que no representan amenaza inmediata. Y así es, efectivamente.

Anaxágoras de Clazomenae (500-428 antes de Cristo) ya suponía que existían ciertas nubes muy altas que se componían de cristales de hielo, aunque por supuesto el término de Cirrus le era totalmente desconocido.

Descartes, en 1637, año de la publicación de su “Dis-curso del Método”, demuestra en su apéndice sobre Meteorología que existen halos de 22º debido a la re-fracción de la luz en cristales de hielo y observa que ello se corresponde con cierto tipo de nubes muy altas (mucho después se les denominaría Cirrostratus).

Cuando a finales del siglo XVIII y principios del XIX Luke Howard meditaba sobre las nubes y sus formas, ya te-nía claro que esta nube sería uno de los pilares de su fa-mosa clasificación. Sobre su consistencia formal había pocas dudas. Así que en su presentación en 1802 ante la Sociedad Askesiana de la conferencia “Modifications of Clouds” (que como sabemos se publicará como en-sayo en 1803) no dudó en proponer los cirrus como una de las formas de nubes en las que no podría haber controversia. Él todavía no hablaba de géneros sino de formas estables que generalmente no sufrían modifica-ciones, y una de las formas estables de las nubes era como “fibra” o “pelo”, es decir, nuestros Cirrus.

La OMM nos habla de “nubes separadas, en forma de filamentos blancos y delicados, o de bancos o bandas es-trechas blancas o casi blancas”. Estas nubes tienen un aspecto fibroso (parecido a cabellos) o un brillo sedo-so, o en ocasiones ambos a la vez. Sin embargo, como veremos, estas descripciones suelen referirse a nubes en condiciones de luz ideales para apreciarlas; en otras condiciones veremos cirros más bien grisáceos y

sin brillo, e incluso azulados en ciertos momentos de poca luz, confundiéndose casi con el cielo mortecino del atardecer. Y naturalmente, como muchas otras nu-bes, en momentos determinados de las últimas horas de la tarde podremos verlos de un naranja brillante que en ocasiones vira al rojo.

En su magnífico libro “Manual del Observador de Me-teorología” (2ª edición INM, 1968) al cual nos referi-remos en alguna ocasión en este trabajo, el maestro Josep María Jansà Guardiola nos dice con su prosa entre científica y poética que los cirros

“…pueden compararse a encajes, a plumas, a espinas, a hilazas, a flecos, a borlas, a gasas, a infinitas cosas más. Siempre dispersos y desorganizados, lo único que tienen en común es su constitución limpiamente filamentosa, que no deja de ser perceptible ni en las masas más den-sas […] los filamentos aparecen unas veces inextricable-mente revueltos o retorcidos como ovillos enmarañados; otras veces se compararían más bien a colas o cabellos bien peinados; unas veces son cortos y ensortijados; otras veces largos y liosos o suavemente ondulados”.

Como no hay, en principio, nubes más altas que los cirros éstos nunca se verán ensombrecidos por otras formas así que siempre nos aparecerán como blancos, casi inmaculados, en condiciones de luz normales. Sin embargo en los atardeceres y amaneceres sí que exis-ten cambios en su color, como veremos más adelante.

ESPECIES

Cirrus fibratus (Ci fib)

Filamentos blancos generalmente rectos, o algo cur-vados más o menos irregularmente que son siempre finos y que no terminan en ganchos o en penachos. Los filamentos son, en su mayor parte, distintos unos de otros. A veces asemejan fibras vegetales blancas deshilachadas en la misma dirección. Son quizás la especie más común de cirros y una de las más bellas.En alguna bibliografía todavía se habla de Cirrus fi-losus, e incluso se separan de los fibratus. Los Cirrus filosus serían filamentos más o menos rectilíneos o irregularmente curvados con los extremos muy finos

y sin partes soldadas (ver por ejemplo el “Glossaire de météorologie et climatologie” de G. Oscar Villeneuve de 1974). Esta terminología se manejaba también du-rante los trabajos de la Comisión Internacional para el Estudio de las Nubes (CEN) creada en 1921.

Cirrus uncinus (Ci un)

Del latin “uncinus” (gancho). Cirrus sin partes grises, a menudo en forma de una coma alargada, que termi-nan en su extremo en un gancho o en un pequeño pe-nacho curvo cuya parte superior no presenta la forma de una protuberancia redondeada (para distinguirlos así de la especie floccus). Suelen indicar frío e inesta-bilidad en altura, así como fuertes corrientes de aire sólo en un nivel determinado; después de la especie castellanus son los más difíciles de encontrar.

Cirrus spissatus (Ci spi)

Cirrus en parches, suficientemente denso o espeso –de ahí el adjetivo- como para aparecer grisáceo cuando se lo ve en dirección al Sol; puede incluso velar el Sol, su contorno o incluso ocultarlo. El Cirrus spissatus a menu-do se origina en la parte superior de un Cumulonimbus (sería entonces cumulonimbusgénitus). También se le llamó Cirrus nothus, e incluso falso cirrus en clasifica-ciones anteriores. El Cirrus nothus hacía referencia a los restos de la parte superior de un Cumulonimbus.

Cirrus castellanus (Ci cas)

Quedaron definitivamente introducidos y descritos por el Comité para el Estudio de Nubes e Hidrome-teoros en 1953, que publicó en 1956 el texto definitivo del Atlas Internacional de Nubes de la OMM. Son muy difíciles de ver. Se trata de un Cirrus bastante denso, en forma de torrecillas pequeñas, o de masas que se levantan desde una base común y a veces tienen una apariencia almenada. El espesor aparente de las pro-tuberancias parecidas a torrecillas es más o menos de un grado cuando se las observa en un ángulo de más de 30 grados sobre el horizonte.

Cirrus floccus (Ci flo)

Cirrus en forma de penachos más o menos aislados, pequeños, a veces redondeados, a menudo con co-

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las. Según la OMM “el espesor aparente de los pena-chos puede ser menor o mayor de un grado, cuando se los observa en un ángulo de más de 30 grados sobre el horizonte”. En ocasiones vemos unas fibras que terminan en grandes penachos, e incluso en for-ma de palmera tumbada.

VARIEDADES

Cirrus intortus (Ci in)

Cirrus cuyos filamentos están curvados muy irregu-larmente, y que parecen a menudo enredados de una manera caprichosa. Por sus estructuras “atormenta-das” que se repiten pueden recordar en ocasiones a las representaciones de los fractales, y en otras oca-siones al juego del mikado chino en el que un buen número de palitos se superponen en atormentado revoltijo. Sea como fuere, esta variedad indica aire inestable en altura.

Cirrus radiatus (Ci ra)

Cirrus dispuesto en bandas paralelas las cuales, de-bido al efecto de perspectiva, aparecen convergiendo hacia un punto (o dos puntos opuestos) del horizonte. Estas bandas además pueden contener frecuentemen-te Cirrocumulus o Cirrostratus.

Cirrus vertebratus (Ci ve)

El Abad Maze, gran observador del cielo, en su artí-culo Sur la Classification des Nuages presentado en el Congreso Internacional de Meteorología de París de 1889 utiliza este nombre para denominar Cirrus cuyos elementos están dispuestos de manera tal que sugieren vértebras, costillas o el esqueleto de un pez. Podría parecer meramente un capricho subjetivo de observador, pero la realidad es que bajo determina-das circunstancias en las capas altas aparecen estas formas siempre parecidas a una espina dorsal.

Cirrus duplicatus (Ci du)

Cirrus dispuestos en capas superpuestas a niveles lige-ramente distintos, a veces mezcladas en algunos sitios.

Muchos de los Cirrus fibratus y Cirrus uncinus contie-nen esta variedad.

RASGOS SUPLEMENTARIOS Y NUBES ACCESORIAS

El Cirrus a veces muestra mammas. Aunque vere-mos que este rasgo suplementario es más frecuen-te en los Cumulonimbus, lo cierto es que los Cirrus pueden mostrar algunas protuberancias, en forma de pechos, muy pequeñas y abundantes en su par-te inferior. No son nada frecuentes aplicadas a los cirros y sólo pueden apreciarse con claridad si los rayos del sol se sitúan al mismo nivel o ligeramente por debajo de ellas.

Aunque la virga no está considerada como un ras-go suplementario de los Cirrus, tanto en el atlas pro-puesto por la OMM como en muchas observaciones de profesionales de la meteorología, se menciona el hecho de que también los Cirrus floccus presentan en casi todas las ocasiones virgas y en ese caso se dice que son Cirros floccus “con virga”.

NUBES DESDE LAS CUALES SE PUEDE FORMAREL CIRRUS

Las nubes Cirrus a veces se desarrollan desde una virga de Cirrocumulus o Altocumulus (entonces se denominan Cirrus cirrocumulogénitus o Cirrus altocumulogenitus), aunque en ese caso su altura sería menor de lo habitual. También pueden formarse desde la parte superior de un Cumulonimbus (Cirrus cumulonimbogenitus); a este tipo de Cirrus en épocas pasadas se le llamó como he-mos visto Cirrus nothus.

Las nubes Cirrus se pueden también formar como re-sultado de transformación de Cirrostratus no unifor-mes, por evaporación de sus partes más delgadas (se denominan entonces Cirrus cirrostratomutatus).

Un caso especial de formación de Cirrus son los que se producen a partir de estelas de condensación de los aviones. Estas estelas, de las que hablamos en otro ca-pítulo más extensamente, pueden ir convirtiéndose en Cirros si las condiciones en altura así lo quieren e inte-

grándose en la circulación general de la atmósfera. En su transformación pueden ensancharse centenares de metros e incluso kilómetros.

DIFERENCIAS ENTRE CIRRUS Y NUBES SIMILARES

Los Cirrus se distinguen de los Cirrocumulus por su apariencia fibrosa o en ocasiones sedosa, y por la au-sencia de elementos nubosos pequeños en forma de gránulos que es lo que identifica justamente a los Ci-rrocúmulos. Los Cc contienen pequeñísimos acúmu-los nubosos muy abundantes mientras que, en com-paración, los Ci tienen estructura uniforme estriada.Por otro lado se distinguen de los Cirrostratus por su estructura discontinua o, si se presentan en parches o bandas, por su extensión horizontal pequeña o la es-trechez de sus partes continuas. Los Cirrus próximos al horizonte pueden ser difíciles de distinguir de los Cirrostratus, debido al efecto de perspectiva.

Las nubes Cirrus se distinguen de los Altocumulus por su apariencia principalmente fibrosa o sedosa, y por la ausencia de elementos nubosos en forma de láminas, rollos, etc.

Los Cirrus spissatus se distinguen de los grandes par-ches de Altostratus por su extensión horizontal pe-queña y su apariencia predominantemente blanca. Por otro lado, los Cirrus floccus “con virga” pueden confundirse con Altocumulus floccus virga, de hecho hay manuales de observación que a estos últimos les denominan falsos cirrus; sin embargo por un lado la altitud a la que se dan estos Cirrus es mayor, se suelen presentan en un número menor que los Altocumulus floccus virga, y además los Altocumulus presentan una apariencia más compacta mientras que estos Cirrus suelen tener alguna zona estriada. Por otro lado puede haber confusión entre los Cirrus spissatus y los Altostra-tus translucidus en los momentos del atardecer puesto que ambos pueden velar el sol; sin embargo la capa de Altostratus suele ser de mayor extensión en el cielo que la de Cirrus; y además al ser frecuente la coexistencia de As y Ci, en esos casos de puesta de sol la nube más baja (As) siempre es más oscura que la más alta.

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CONSTITUCIÓN FÍSICA DE LOS CIRRUS

De todas las nubes, seguramente las más estudiadas en su formación y composición son los Cirrus y Cirros-tratus. No hay que olvidar que son interesantes para los científicos puesto que son precursores claros de ciertos tipos de tiempo y que, climáticamente, cada vez hay más estudios que los relacionan con el calen-tamiento general de la atmósfera.

Los Cirros nacen en zonas donde la temperatura ron-da entre -30ºC y -60ºC, es decir, normalmente entre los 7.000 y los 12.000 metros de altitud. Aunque no hay que olvidar que esos -30ºC a veces los encontramos, en latitudes medias y altas, a altitudes de sólo 5000 o 6.000 metros. El Cirrus se compone casi exclusivamen-te de cristales de hielo. Estos cristales son en general muy pequeños, un hecho que, junto con su esparci-miento, hace que estas nubes presenten casi siempre un aspecto de una cierta transparencia. Dichos cristales son en su mayoría de forma hexagonal, aunque tam-bién los hay cuadrangulares e incluso triangulares, así como simples pequeñas columnas huecas.

Weickmann en 1947, y Heymsfield y Platt en 1984, hi-cieron sendos estudios y clasificaciones sobre mues-tras recogidas de cristales de hielo de Cirrus. Según estos últimos, parece que en temperaturas por debajo de -50ºC abundan los cristales en forma de columna hueca o sólida pero con filamentos puntiagudos; entre -40ºC y -50ºC la forma de los cristales depende de si son Cirrus de tiempo estable (en cuyo caso encontra-mos con más frecuencia largas columnas huecas) o Cirrus “convectivos” (en cuyo caso la frecuencia de ra-cimos de cristales hexagonales o en forma de bala es mayor); finalmente por encima de -40ºC abundan los cristales en forma de bala, y los cristales simples ais-lados en forma cuadrangular, triangular o hexagonal.

Las grandes zonas o parches de Cirrus densos o Cirrus en penachos pueden contener cristales de hielo lo bas-tante grandes como para adquirir una velocidad termi-nal de caída apreciable, de manera que se puedan for-mar estelas o fibras de extensión vertical considerable. A veces, aunque no muy frecuentemente, los cristales de hielo de las estelas se funden en pequeñas goti-tas de agua; las estelas son por lo tanto grisáceas, en

contraste con su habitual apariencia blanca, y pueden formar incluso un arco iris u otros fenómenos ópticos.

Estas estelas se curvan irregularmente o se inclinan como resultado de los cambios de la velocidad y la dirección del viento y de la variación en el tamaño de las partículas que los constituyen; consecuentemente, los filamentos de Cirrus cercanos al horizonte con fre-cuencia no aparecen como paralelos al mismo.

Como se ve en el capítulo dedicado a fenómenos ópti-cos, los Cirros (y sobre todo los Cirrostratos) pueden presentar el fenómeno de halo; los halos circulares casi nunca muestran un anillo completo, debido a la estrechez de las nubes Cirrus. En determinadas oca-siones también podemos apreciar el fenómeno de par-helio con Cirros en el cielo, normalmente mezclados con una fina capa de Cirrostratos.

EL COLOR DE LOS CIRRUS

Aunque, como dijimos anteriormente, los Cirros nor-malmente son de una gran blancura, en ocasiones adoptan otros colores y a este respecto se pueden hacer una serie de reflexiones:

En cualquier momento del día el Cirrus, si no se en-cuentra demasiado próximo al horizonte, es blanco, más blanco en efecto que cualquier otra nube en esa misma parte del cielo. Con el Sol sobre el horizonte pero próximo a él, el cirro es blanquecino, mientras que las nubes más bajas pueden colorearse de amari-llo o naranja. Sin embargo, cuando el Sol cae por de-bajo del horizonte, y en condiciones ideales, el Cirrus alto en el cielo se pone amarillo, luego naranja, rojo, rosa y finalmente gris. Por supuesto esta secuencia de colores se invierte en el amanecer.

El Cirrus que se encuentra próximo al horizonte a me-nudo toma un color amarillento o naranja debido al gran espesor del aire que atraviesa la luz desde la nube al observador, sin olvidar las partículas en suspensión. Estos coloridos son menos marcados en el caso de nubes más bajas.

TIPOS DE TIEMPO ASOCIADOS CON EL CIRRUS

Exponemos aquí sólo unas cuantas indicaciones gene-rales, debido a la gran casuística. Hemos de recordar que las nubes no son estados constantes sino mo-mentos de ciertos procesos atmosféricos. Teniendo ello en cuenta, podemos indicar que los Cirrus se pue-den presentar de tres formas distintas que, con las de-bidas precauciones, corresponden a tres indicadores distintos de estados atmosféricos:

Si los Cirros se presentan aislados en el cielo y sin nin-guna formación precisa, ello es síntoma de estabilidad. Si los Cirros se muestran organizados, avanzando rápi-damente desde una dirección concreta y aumentando su número e intensidad, entonces estamos en las horas previas a una borrasca o el paso de un frente. Si se or-ganizan en bandas paralelas y éstas son perpendicula-res al viento en niveles altos, entonces el escenario es de una gran corriente de aire en altura (el “jet-stream”), sobre los 8.000-12.000 metros en nuestras latitudes, y sabremos que hay posibilidades de que en su flanco izquierdo, según miramos en dirección hacia donde se desplazan las nubes, el tiempo sea borrascoso, en el hemisferio norte (al revés en el sur). En estos casos los Cirros aparecen en bandas dispuestas transversalmen-te al flujo debido a la turbulencia originada por la fuer-te cizalladura reinante en el canal del chorro. La altura de esta fuerte corriente depende del tipo de chorro (en inglés jet) que se trate: polar o subtropical. El jet sub-tropical se encuentra a más altura, el jet polar a menos altura. Además esta corriente en chorro se halla normal-mente a mayor altura en verano y a menor en invierno.

De hecho, los Cirros son las más rápidas entre todas las nubes. Incluso si a simple vista creemos que otras nubes como los Stratus o los Cumulus avanzan más rápido lo cierto es que es un efecto óptico producido por su cercanía. Sin embargo, los Cirrus asociados a la corriente en chorro de altura son en ocasiones relati-vamente estáticos sobre una zona.

Finalmente, hemos de mencionar los Cirrus asociados a tiempo tormentoso que se forman como restos de grandes tormentas y que últimamente están siendo objeto de estudio por los científicos para desentrañar los secretos de los grandes sistemas tormentosos.

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Cirrus fibratus radiatus (Ci fib ra)Cabezón de la Sal (Cantabria) hacia el norte21 de octubre de 2007, a las 15:17f/5.6 1/320 ISO100 19mm APSCL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Estos Cirrus se desplazaban hacia el este lentamente. El cielo y el ambiente están muy claros; de hecho los mejores momentos para apreciar los Cirros en todo su esplendor son por la mañana y al medio día, luego es frecuente que el cielo se vaya llenando de otras nubes o que el ambiente sea menos claro o contenga calima. A la izquierda podemos apreciar una estela de condensación que mantiene el mismo punto de fuga en el horizonte que los Cirrus.

Cirrus fibratus (Ci fib)Parque Juan Carlos I (Madrid), hacia el norte26 de marzo de 2005, a las 17:58f/7.1 1/30 ISO100 20mm APSCL=1 CM=0 CH=1

Descripción: Cirro aislado sobre un fondo de cielo azul oscuro realzado con un filtro polariza-dor. Un frente frío con vaguada al oeste cruza la mitad norte de la Península Ibérica. Tanto en superficie como en altura existen vientos moderados del oeste, la nube se movía de izquierda a derecha en la imagen. En la base de la fotografía se aprecian también unos pequeños Cúmulos de la especie fractus, rotos por el fuerte viento.

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Cirrus fibratus (Ci fib)Cabárceno (Cantabria), hacia el noreste

5 de marzo de 2007, a las 17:20f/5.6 1/640 ISO100 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Bajo un cielo extremadamente limpio, unos Cirrus en delicadísimas fibras se ex-tienden hacia el este y noreste. El viento en altura hace que estas fibras sean cambiantes y hagan bellas formas, como de pinceladas celestes. Horas más tarde estos fibratus comenzarían a espesarse y apelmazarse hasta dar lugar a la especie de spissatus.

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Cirrus fibratus + Cirrus floccus Mora de Santa Quiteria (Albacete), hacia el sur11 de octubre de 2010, a las 19:03f/8 1/160 ISO100 24mm FFCL=2 CM=0 CH=4

Descripción: Cirrus deshilachados en varias direcciones y Cumulus congestus al fondo sobre el horizonte. Una bolsa de aire frío en altura sobre la vertical de la Península Ibérica produjo inestabilidad en el centro y sureste durante varios días dando lugar a abundantes lluvias en algunas zonas.

Cirrus fibratus (Ci fib)Liencres (Cantabria), hacia el oeste12 de enero de 2008, a las 18:31f/8 1/8 ISO100 87mm APSCL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Puesta de sol con un velo de Cirrus fibratus sobre Asturias. En la fotografía, tomada desde Liencres, a unos 20 km de Santander, se divisa perfectamente la silueta del Macizo Oriental de los Picos de Europa, resaltando sobre el fondo de los Cirros “encendidos”. Durante la noche anterior un frente frío había barrido la cornisa cantábrica, dejando abundantes precipitaciones a su paso. Los Cirros de la fotografía anunciaban un nuevo cambio de tiempo, que al día siguiente se concretaría en un intensa “surada”, previa a la entrada de nuevos frentes nubosos.

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Cirrus fibratus radiatus (Ci fib ra)Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el suroeste

14 de junio de 2004, a las 9:59f/8 1/800 ISO200 18mm APS*

CL=0 CM=0 CH=4

Descripción: Una baja con movimiento retrógrado se descuelga rápida desde Centroeuropa hacia las costas mediterráneas españolas. A su paso deja en superficie vientos racheados del noreste con un pronunciado descenso de las temperaturas. En la vertical de Madrid, a unos 10-11 km de altura, un intenso chorro del NE de unos 110 nudos (200 km/h) produce turbulencia severa. A ese nivel se forman estos Ci alineados en bandas paralelas, que están organizados de forma perpendicular al flujo. Las nubes se movían de NE a SW, alejándose del observador en la fotografía.

Cirrus fibratus + Cirrus uncinus + Cirrus floccus A-5, entre Badajoz y Mérida, hacia el sur

3 de mayo de 2005, a las 10:44f/7 1/1600 ISO200 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=4

Descripción: Cirros invadiendo progresivamente el cielo de oeste a este. Estas nubes eran la avanzadilla de un frente nuboso que penetraba por el oeste de Portugal a primeras horas de la mañana y que avanzaba rápido hacia el interior peninsular. En la imagen se pueden ver funda-mentalmente Cirros de la especia fibratus, pero también se distinguen algunos Cirros floccus y uncinus mezclados con los primeros. Las nubes se movían de oeste a este, de derecha a izquierda de la fotografía.

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Cirrus uncinus (Ci unc)Puerto de Somosierra (Madrid), hacia el cenit15 de diciembre de 2005, a las 14:32f/8 1/250 ISO100 100mm APSCL=0 CM=0 CH=4

Descripción: Con bastante aire frío en altura, y con vientos del norte y noreste que cruzaban la sierra madrileña dejando bellas formaciones nubosas, se produjeron estos Cirrus en la cara sur del puerto de Somosierra. El cielo estaba muy claro y azul, y los Ci en forma de gancho pueden apreciarse claramente. Normalmente esta especie es indicadora de fuertes cambios de direc-ción en los vientos de esa altura (aproximadamente 7000-8000 metros en este caso).

Cirrus fibratus (Ci fib)Valle del Saja (Cantabria), hacia el noroeste22 de febrero de 2005, a las 10:22f/5.6 1/400 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Estos Cirrus se presentaron en bandas transversales al flujo general en altura, pro-bablemente asociados al “jet-stream”. Iban rápidamente hacia el sureste y en el camino, como si de varios cometas se tratase, fueron dejando unas estelas a espacios regulares. Podrían parecer vertebratus, pero no tienen la estructura bien formada en bloques soldados por uno de sus lados.

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Cirrus (Ci)Autor: Miguel Ángel de Arriba

Playa de Valdearenas (Cantabria), hacia el oeste13 de diciembre de 2004, a las 18:41

f/11 1/125 ISO100 18mm APSCL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Una capa de Cirrus se extiende por toda la costa. Unas horas antes esta larguísima nube era una estela de condensación producida por un avión. Lo cierto es que muchas estelas de condensación, a las pocas horas de permanecer en el cielo, acaban comportándose como una nube y frecuentemente si las condiciones son favorables, en lugar de deshacerse, dan lugar al género Cirrus.

Cirrus fibratus + Cirrus uncinus intortus Périgueux (Francia), hacia el norte

13 de septiembre de 2010, a las 10:36f/5.6 1/2500 ISO200 16mm FF

CL=0 CM=0 CH=4

Descripción: Aún con un ambiente estable de altas presiones sobre el Atlántico, una pequeña vaguada fría se deslizó sobre Francia de oeste a este, dejando ambiente fresco y limpio, y cielos preciosos como éste de Périgueux. Apreciamos fibras (fibratus), grandes ganchos (uncinus), pero también vemos unos Cirrus algo caóticos, cada uno alineados en direcciones diferentes (intortus), señal de vientos variables en altura.

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Cirrus fibratus + Cirrus floccus + Cirrus uncinus Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el noreste

5 de octubre de 2010, a las 10:58f/9 1/200 ISO100 17mm FF

CL=0 CM=0 CH=4

Descripción: Algunas veces es difícil para el observador de nubes catalogar la especie a la que pertenece un género dado de nube, como es el caso de los Ci de la fotografía. Parecen tener un poco de fibratus (las largas colas fibrosas), un poco de floccus (los pequeños penachos que presentan algunos de ellos) y algo también de uncinus (pequeños ganchos). También, podríamos decir simplemente que se trata de Cirros, sin especificar la especie, sería una solu-ción correcta desde el punto de vista del Atlas de la OMM. Las nubes se movían de NW a SE, izquierda a derecha en la fotografía.

Cirrus floccus con virga (Ci flo)Madrid, Canillas, hacia el noreste18 de septiembre de 2004, a las 12:53f/4.5 1/800 ISO200 51mm APS*CL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Esta fotografía, obtenida con una focal algo más cerrada que la anterior, muestra los detalles de los penachos de los Cirrus floccus, sobre todo en el ejemplar que está situado encima de la chimenea situada más a la izquierda (hacia la mitad del fotograma). Observando la imagen en su conjunto es fácil adivinar el sentido de los vientos en altura y su intensidad relativa. Claramente las nubes se movían de izquierda a derecha en la foto y la velocidad del flujo era superior en la capa situada a la altura de los penachos que en la capa situada algo más abajo, donde se encuentran las virgas.

Cirrus floccus con virga (Ci flo)AP-15, sobre Zuasti (Navarra), hacia el noroeste19 de abril de 2006, a las 14:56f/5.6 1/2000 ISO200 17mm APSCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Estas nubes anuncian la entrada de una pequeña vaguada por el tercio norte pe-ninsular. Las nubes se movían de izquierda a derecha en la fotografía. Se trata de Ci floccus con virga, perfectamente alineados, como si de un pelotón militar se tratara. La virga no es un rasgo suplementario que contemple la clasificación de la OMM para el género de los Cirros. Sin embargo, hemos podido constatar a lo largo de años de observación que la mayoría de las veces los Ci floccus se presentan con virga. Es más, el Atlas Internacional de la OMM hace uso de la “virga” con los Ci anteponiendo la preposición “con”. Seguiremos, pues, este criterio en el resto de fotografías cuando sea necesario.

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Atlas de Nubes y Meteoros · 76

77 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrus floccus + Cirrus spissatus (Ci flo + Ci spi)La Habana (Cuba), hacia el sur16 de agosto de 2010, a las 7:16

f /4 1/125 ISO100, 35mm FFCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Amanece en la Habana vieja, y sobre el Capitolio podemos ver unos bellos penachos de Cirrus floccus blancos que se recortan sobre un cielo todavía oscuro. Algo más abajo, a lo lejos, unos Cirrus spissatus. Esa tarde sería tormentosa en muchos lugares de la isla caribeña.

Cirrus spissatus (Ci spi)Cabárceno(Cantabria), hacia el norte

6 de octubre de 2008, a las 17:56f/5.6 1/200 ISO100 18mm FF

CL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Unos Cirrus se van apelmazando y juntando según va llegando la tarde, hasta llegar a ser esas masas blancas opacas a las que llamamos spissatus. La situación ese día era de tiempo estable con vientos del oeste.

Cirrus floccus con virga (Ci flo)Cabezón de la Sal (Cantabria), hacia el suroeste3 abril 2008 a las 10:54f/8 1/125 ISO100 27mm APSCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Con un fuerte anticiclón al norte de España, una serie de Cirros con su blancura típica y en forma de penachos cubren el cielo limpio cantábrico. De dichos penachos separados (floccus) cuelgan pequeñas estelas de precipitación que apenas caen unos centenares de me-tros, de ahí que le adjudiquemos el rasgo suplementario de “virga” a pesar de que la OMM to-davía no contempla esta posibilidad. Aunque no pretende ser una regla general, la observación continuada de nubes, nos hace creer que la especie floccus suele aparecer preferentemente en días frescos con el cielo limpio y claro de la mañana o del mediodía.

Atlas de Nubes y Meteoros · 78

Cirrus floccus (Ci flo)Roque del Faro (La Palma), hacia el sureste14 de abril de 2007, a las 15:35f/9 1/320 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: En capas bajas predominaba un régimen de vientos alisios del NE sobre las Islas Canarias, mientras que en niveles medios y altos un intenso flujo del oeste atravesaba el archi-piélago. Durante todo el día se fueron sucediendo formaciones nubosas del piso medio y alto, fundamentalmente compuestas por nubes de los géneros Cirros y Altocúmulos. En la imagen vemos unos poco frecuentes Cirrus floccus sin virga. Se movían de derecha a izquierda.

Cirrus floccus con virga (Ci flo)Madrid, Hortaleza, hacia el noreste17 de octubre de 2004, a las 16:40f/8 1/125 ISO200 40mm APS*CL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Un intenso flujo del noroeste, entre 45 y 50 nudos (90 km/h) en la capa situada entre 5 km y 15 km de altura, recorre la zona central de la Península Ibérica en un ambiente de cierta estabilidad atmosférica (véanse los Ac lenticulares en la esquina inferior derecha). En estas cir-cunstancias la estela de condensación que se mueve encima de los lenticulares se ha convertido o ha generado un Cirrus floccus con virga. La posible cizalladura del viento en dos capas muy próxi-mas ha modelado la apariencia de esta nube que se movía de izquierda a derecha en la imagen.

79 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrus spissatus (Ci spi) Oropesa (Toledo), hacia el noroeste

29 de abril de 2005, a las 17:37f/8 1/100 ISO100 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Cirros espesos y densos cubren buena parte del cielo que queda situado al sur de la Sierra de Gredos, en el Sistema Central. El pico que se ve aproximadamente hacia el centro de la fotografía, en su zona inferior, es el Almanzor (2592 m). Una profunda vaguada situada en Azores, se iría moviendo lentamente hacia la Península Ibérica en los siguientes días, pro-duciendo empeoramientos transitorios del tiempo. Obsérvese como a pesar de la densidad que presenta esta especie de los Cirros apenas muestran sombras dignas de mención, aunque sí pueden velar al sol significativamente en momentos puntuales; sobre todo cuando el astro se encuentra próximo al horizonte.

Cirrus spissatus (Ci spi)Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el norte

11 de octubre de 2007, a las 11:18f/9 1/400 ISO100 13mm APS

CL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Un embolsamiento de aire frío desciende desde el Mar del Norte hasta el Medi-terráneo, penetrando hasta el mismo centro y sur de la Península Ibérica. Acompañadas de un brusco descenso de la temperatura, bandas de Cirros espesos penetran desde el Golfo de Valencia hasta el Sistema Central. En la imagen unos Cirros de este tipo muestran su carácter denso y compacto. Aunque en algunos sitios la nube toma algún tono grisáceo, en general es blanca y sin sombras propias. Los Ci se movían aproximadamente de este a oeste, de derecha a izquierda en la fotografía.

Atlas de Nubes y Meteoros · 80

Cirrus spissatus (Ci spi)Costa de Cantabria, hacia el oeste3 de septiembre de 2007, a las 21:16f/5.6 1/80 ISO100 105mm FFCL=1 CM=0 CH=5

Descripción: Dentro de una situación de altas presiones (1020 mb) y vientos variables, por la tarde vemos un grupo denso de Cirrus spissatus. Es en el momento de la caída total del sol cuando podemos ver la estructura de estas nubes aparentemente aburridas y densas que se ocultaba a nuestros en las horas anteriores. A la derecha aparecen unos Cumulus fractus en sombra.

Cirrus spissatus (Ci spi)Selva Negra (Alemania), hacia el norte18 de agosto de 2006, a las 18:01f/4,5 1/400 ISO100 40mm APSCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Una densa madeja de Cirrus se va extendiendo en el cielo limpio de una tarde ca-lurosa hasta ser casi opaca aunque sin sombras. Ésta es una de las características de la especie spissatus. La situación era de tiempo estable con vientos de componente sur que eran enviados por una pequeña borrasca centrada sobre las Islas Británicas.

81 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrus spissatus cumulonimbogenitus (Ci spi)Madrid, Vallecas, hacia el noroeste

6 de julio de 2010, a las 21:36f/8 1/200 ISO100 70mm FF

CL=0 CM=0 CH=3

Descripción: Cirro espeso procedente de los restos de una tormenta que previamente se había desarrollado sobre la vertical de la Sierra de Gredos, entre las provincias de Ávila, Cáceres y Toledo. Como curiosidad, el Cb que originó este yunque fue la única nube que se desarrolló en la Península Ibérica a lo largo de todo el día. Se puede adivinar cómo el penacho nuboso, orien-tado de SW a NE, está sometido a los vientos reinantes. Éstos, eran básicamente flojos o en calma hasta los 8 km de altura (zona izquierda y en sombra de la nube) y relativamente débiles, de unos 20 nudos, entre los 9 y 11 km., que corresponderían a la altura en la que se encuentra el resto de la “pluma”. La nube se movía de izquierda a derecha en la fotografía.

Cirrus spissatus cumulonimbogenitus (Ci spi)San Lorenzo de El Escorial (Madrid), hacia el sureste

24 de mayo de 2009, a las 19:31f/6.3 1/400 ISO100 40mm APS

CL=9 CM=0 CH=3

Descripción: En la imagen podemos apreciar dos géneros de nubes diferentes. En la zona inferior destacan pequeños Cumulonimbus capillatus que no se desarrollan mucho verticalmente debido a una fuerte cizalladura. La zona superior está ocupada por el yunque “huerfano” de los restos de una tormenta. Debido también a esa intensa cizalladura, el yunque se ha separado materialmente de la zona media y baja del Cb (no sale en la foto). Estos yunques son en realidad Cirrus spissatus, que cuando proceden de la disipación de un Cb se denominan “cumulonimbogenitus”.

Atlas de Nubes y Meteoros · 82

Cirrus castellanus (Ci cas)Madrid, Vallecas, hacia el sureste22 de julio de 2010, a las 18:45f/11 1/100 ISO100 35mm FFCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: El Cirrus castellanus es una rarísima especie de los Cirros que apenas aparece en los cielos. Síntoma de ello es que incluso el Atlas Internacional de las Nubes de la OMM, aunque la cataloga, no la muestra en ninguna de sus fotos. En la imagen se ve un ejemplar de Cirros que bien podría entrar dentro de la definición de esta especie. De forma similar a como se presenta en los Ac y Sc, los Ci castellanus se caracterizan por presentar almenas o torrecillas unidas por una base común, pero en el caso de los Cirros sin presentar sombras y fundamentalmente blancas.

Cirrus spissatus y cirrus floccus (Ci spi, Ci flo)Valle de Santa María de Cayón (Cantabria), hacia el sur5 de marzo de 2007, a las 17:37f/5.6 1/200 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=2

Descripción: Anticipando el paso de un pequeño frente en días sucesivos por la costa cantábri-ca, encontramos estos Cirrus en el cielo claro de la tarde. El día siguiente amanecería con nubes altas tipo Altostratus y más adelante comenzarían las lluvias. Unas horas antes de la imagen, lo que abundaba en el cielo era la especie floccus, pero con el paso del tiempo los penachos se fueron juntando y apelmazando y surgieron algunos spissatus.

83 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrus fibratus intortus (Ci fib in)Madrid, Vallecas, hacia el cenit7 de junio de 2009, a las 20:40f/8 1/100 ISO100 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Un ambiente fresco y tormentoso domina los primeros días de Junio en la Penínsu-la Ibérica. Entre frente y frente los cielos aparecen salpicados de Cirros viajeros que se desplazan a gran velocidad en el cielo. El “jet-stream” ha bajado bastante de latitud y un chorro de 80 nudos (unos 150 km/h) atraviesa esa tarde el centro de España. En la imagen Cirros fibratus dispuestos de manera enrevesada se mezclan de manera caprichosa en el cielo.

Cirrus fibratus intortus (Ci fib in)Puerto de los Cotos (Madrid), hacia el cenit

20 de febrero de 2005, a las 9:44f/9 1/160 ISO100 17mm APS

CL=0 CM=3 CH=1

Descripción: Filamentos de Cirros entremezclados son la esencia de este Cirrus fibratus in-tortus. Generalmente asociados a los intervalos de tiempo cambiante entre borrascas o frentes nubosos, esta especie de Cirros es más fácil de encontrar en cualquier estación menos en vera-no, en latitudes situadas por encima de 45º N, donde el flujo de los oestes es más continuo en el tiempo. En la imagen conviven con una nube de tipo medio, no iluminada por el sol, situada a la izquierda de la fotografía. Las nubes se movían de derecha a izquierda en la fotografía.

Atlas de Nubes y Meteoros · 84

Cirrus vertebratus (Ci ve)Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el noroeste21 de julio de 2003, a las 14:50f/3.2 1/640 ISO100 CompactaCL=0 CM=3 CH=1

Descripción: La fotografía muestra unos raros pero impactantes Cirrus vertebratus. Se trata de Cirros cuyos elementos están dispuestos de manera tal que su visión sugiere unas vértebras, costi-llas o el esqueleto de un pez. En la imagen aparecen los Ci vertebratus, en color blanco, situados por encima de un banco o parche de Altocumulus stratiformis, situado a menor altura, en color gris. La nubes se movían de SW a NE, es decir, de izquierda a derecha en la fotografía.

Cirrus radiatus (Ci ra)Lisboa, hacia el oeste3 de mayo de 2005, a las 7:58f/8 1/100 ISO100 17mm APSCL=0 CM=4 CH=4

Descripción: Unos fotogénicos Cirrus radiatus, atravesados por alguna que otra nube media (en color más oscuro), anuncian la entrada de un frente atlántico por Lisboa. La variedad radiatus se aplica a las nubes que parecen converger en un punto lejano del horizonte. La mayor parte de las veces, y en esta ocasión también, se trata tan solo de una ilusión óptica. En realidad las bandas de Cirros son paralelas unas a otras, pero el efecto de la perspectiva las parece hacer converger en un punto de fuga. Las nubes se movían de oeste a este, hacia el observador en la fotografía.

85 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrus duplicatus (Ci du)Liencres (Cantabria), hacia el oeste

3 de septiembre de 2007, a las 20:58f/8 1/160 ISO160 45mm FF

CL=0 CM=3 CH=5

Descripción: Como hemos visto en otras ocasiones, la variedad duplicatus de muchos géneros sólo puede apreciarse convenientemente en el momento del atardecer. En esos instantes el sol ilumina las nubes desde un ángulo distinto, y el color cambia según la altura. Ello nos permite dis-tinguir dos capas de Cirrus; una más luminosa y anaranjada, y otra algo más apagada y grisácea.

Cirrus fibratus duplicatus (Ci fib du)Puerto de Navacerrada (Madrid), hacia el noroeste

22 de junio de 2004, a las 21:25f/5.6 1/1600 ISO200 35mm APS*

CL=0 CM=0 CH=5

Descripción: La variedad duplicatus pasa normalmente desapercibida para el observador cuan-do hablamos de nubes altas. Poder distinguir varias capas superpuestas de Ci, Cs o Cc es tarea francamente difícil. Una manera de confirmar que tenemos un “duplicatus” delante de nues-tros ojos es observarlo con el sol próximo al horizonte, momentos antes o después de la puesta o salida de sol. En el caso de nuestra fotografía, se distinguen dos capas de Cirrus fibratus duplicatus gracias a las sombras que los Ci más altos producen sobre los Ci más bajos.

Atlas de Nubes y Meteoros · 86

87 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrus (Ci)Valle del Saja (Cantabria), hacia el oeste

3 de junio de 2009, a las 12:13f/7,1 1/400 ISO100 20mm APS

CL=1 CM=1 CH=4

Descripción: Con bajas presiones relativas frente a las costas de Galicia, estos Cirros y las nubes que vienen detrás anuncian una pequeña entrada fría con un frente poco activo que alcanzará la zona al día siguiente. En principio la secuencia ideal la podemos ver en esta imagen según nos alejamos del observador: cielo despejado, Cirros, Cirrostratos, Altostratos, y primeras nubes cumuliformes al fondo sobre el horizonte.

Cirrus mamma (Ci mam)Madrid, Hortaleza, hacia el sureste

10 de agosto de 2005, a las 20:09f/8 1/100 ISO100 40mm APS

CL=0 CM=0 CH=1

Descripción: Las horas de la salida y puesta de sol son generalmente los momentos mejores del día para apreciar con detalle esta variedad de nube. No solo los Cirros, sino también los Altos-tratos, muestran a esas horas estructuras globulares colgantes imposibles de apreciar con el sol alto. Durante este día, un activo frente tormentoso atravesaba la mitad norte de la península. La nube se movía de oeste a este, de derecha a izquierda en la fotografía.

Cirrus mamma (Ci mam)San Lorenzo de El Escorial (Madrid), hacia el oeste24 de mayo de 2009, a las 20:32f/5 1/1000 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=1

Descripción: La variedad mamma es frecuente en los Cumulonimbos y en los Altostratos pero muy rara de observar en los Cirros. Normalmente, cuando aparecen, están asociados a tormen-tas próximas. Esa tarde, una Supercélula fue “cazada” por el autor de esta fotografía justo desde ese mismo lugar. Las protuberancias colgantes de los Cirrus mamma son algo más oscuras que el resto de la nube, pero manteniendo un tono blanco dominante. En la fotografía, los Ci mamma se movían de oeste a este, de abajo a arriba en la imagen.

2Cirrocúmulos

Cirrocumulus

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2. Cirrocúmulos /CirrocumulusAbreviatura: Cc

DESCRIPCIÓN

El Cirrocumulus se presenta como una zona nubo-sa, o bien una capa delgada más o menos extensa. Su apariencia es absolutamente blanca (salvo en los crepúsculos y amaneceres), no presenta sombras independientemente de dónde se encuentre el sol, y está constituida de pequeños elementos en forma de granos u ondulaciones. Estos elementos son nu-merosos, se hayan dispuestos de forma uniforme, y tienen un tamaño aparente de menos de un grado del arco celeste. Recordemos que la manera usual para un observador de medir los grados es extender el brazo hacia un punto del cielo que se encuentre a más de 30 grados por encima del horizonte, y una vez hecho esto levantamos los dedos de la mano; en ese momento aproximadamente un dedo equivaldría a 1 grado y tres dedos juntos a cinco grados. También podemos evaluar la anchura de estos elementos sa-biendo que un disco solar (o lunar) tiene poco más de medio grado.

Cuando miramos al cielo durante su aparición ve-mos como si alguien hubiera derramado por do-quier granos de sal, y en ocasiones estos elementos minúsculos están tan juntos que hemos de fijarnos bien para saber que no se trata de una capa uni-forme. Naturalmente, estas apreciaciones cambian cuando se trata de la especie lenticularis. Además, como veremos luego, uno de los problemas para reconocer esta nube es que si la zona de Cirrocu-mulus se encuentra alejada de nuestra vertical, es posible que estos “gránulos” aparezcan, por efecto de la perspectiva, tan juntos que pensemos que se trata de una sola lámina compacta que puede con-fundirse con otros géneros de nubes.

Hablamos de “zona” nubosa puesto que el Cirrocu-mulus rara vez cubre todo el cielo, ni siquiera una gran porción del mismo (pocas veces cubrirá más de la mitad de la bóveda terrestre). Esta nube es una de

las más difíciles de contemplar, puesto que su dura-ción no es muy grande, bien sea porque se deshace en cuestión de poco tiempo bien sea porque muta hacia Cirrus o en menor medida hacia Cirrostratus o Altocumulus.

Este género aparece a una altura muy variable entre los 5000 y los 13.000 metros de altura en latitudes medias, y estas alturas disminuyen si aumentamos la latitud. Se presenta con frecuencia acompañado de otros géneros de nubes como el Cirrus y el Cirros-tratus, y en menor medida junto con capas extensas de Altocumulus.

ESPECIES

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)

Se trata de un Cirrocumulus en forma de capa más o menos extensa y que puede mostrar algunos claros. Es la especie más frecuente.

Cirrocumulus lenticularis (Cc len)

Es una especie poco frecuente, sus elementos tienen más de un grado de extensión en el cielo. Son parches de Cirro-cumulus en forma almendrada o de lenteja, con tendencia a ser alargadas y –como todas las especies lenticulares- de apariencia espesa, lisa y con contornos bien definidos. Se encuentran aisladas en el cielo y son de color blanco aun-que en ocasiones presentan leves irisaciones.

Cirrocumulus castellanus (Cc cas)

Son Cirrocumulus que presentan en algunos de sus elementos protuberancias verticales que surgen de una base horizontal más o menos común. Estas pro-tuberancias, que en su conjunto ofrecen la imagen de pequeñas almenas, también son de un grado como máximo. Como en el resto de Cc no presenta sombras a pesar de estas protuberancias.

Cirrocumulus floccus (Cc flo)

Ya señalados y descritos por el belga Jean Vincent en su artículo “Études sur les Nuages” de 1903. Este im-

portante meteorólogo (famoso por sus observaciones minuciosas, que abarcaban desde fenómenos nubo-sos hasta los ciclos de migración de las aves en rela-ción al tiempo atmosférico) fue encargado de revisar con otros científicos el Atlas de nubes publicado en 1896; además fue uno de los primeros en interesarse por la forma en que los pintores habían plasmado las nubes en sus cuadros. Esta especie de Cirrocumulus presenta en sus elementos penachos rasgados, amon-tonamientos irregulares tanto en su parte superior como inferior, que tienen menos de un grado de ex-tensión y son de color blanco.

VARIEDADES

Cirrocumulus undulatus (Cc un)

Es una capa de Cirrocumulus que tiene una o varias ondulaciones más o menos paralelas entre sí. Cuando aparece suele ser en la especie stratiformis.

Cirrocumulus lacunosus (Cc la)

Se trata de una preciosa nube que se presenta en for-ma de capa o zona nubosa de gran blancura, y que tiene pequeños agujeros distribuidos más o menos uniformemente, de modo que recuerda un panal con pequeñas celdas, o una red. En ocasiones algunos meteorólogos la han descrito casi poéticamente como “leche caída en el mármol”. Aquí las pequeñas protu-berancias del Cirrocumulus aparecen como aplastadas.

RASGOS PARTICULARES Y NUBES ACCESORIAS

El Cirrocumulus no presenta abundantes rasgos suple-mentarios. Debajo de los Cirrocumulus floccus pueden presentarse unas pequeñas virgas de corta duración, que también aparecen en algunas ocasiones junto con los ya de por sí raros Cirrocumulus castellanus. A veces, el Cc presenta pequeñas formas globulares que en rea-lidad son mammas. Por presentarse en finas capas y ser una nube de no muy larga duración, el Cirrocumu-lus no tiene nubes accesorias.

Atlas de Nubes y Meteoros · 90

NUBES DESDE LAS CUALES SE PUEDE FORMAR

El Cirrocumulus en realidad es casi una nube “de paso”, una nube de corta duración y entidad si la com-paramos con otros géneros de nubes. Su esencia es más mutable que persistente; al contrario de otras nu-bes cuya formación está más establecida no hay unas condiciones concretas de formación del Cc.

En ocasiones se forma como resultado de la dismi-nución de los elementos nubosos de un Altocumulus, al aumentar su altitud (Cc altocumulomutatus). Puede formarse también a partir de la mutación de una capa de Cirrus normalmente fibratus o floccus (Cirrocumu-lus cirromutatus); o de un Cirrostratus (Cirrocumulus cirrostratomutatus). De hecho, el Cc se presenta con mucha frecuencia acompañado de estos tres géneros de nubes en mayor o menor medida.

Una transformación que ocurre en este género es que, a veces, unos Cc castellanus van cambiando mediante la difuminación de su base, hasta convertirse en unos Cirrocumulus floccus. Por su parte, los Cc lenticularis se forman no desde otra nube sino desde una capa de Cc que es sometida a un ascenso debido a la orografía.

DIFERENCIAS ENTRE CIRROCUMULUS Y NUBES SIMILARES

El Cirrocumulus puede confundirse con el Altocumu-lus, por sus elementos nubosos uniformes y numero-sos; pero los elementos de los Cirrocumulus son más pequeños y no superan un grado del arco celeste (por encima de los 30 grados sobre el horizonte); además los Cc siempre son totalmente blancos y sin sombras, mientras que los Ac eventualmente pueden virar hacia el blanco “sucio” o el gris.

Uno de los problemas del Cirrocumulus a la hora de observarlo es que, al ser sus elementos nubosos muy pequeños, cuando la capa se extiende hacia el horizon-te entonces se pierde la noción de pequeños cúmu-los y se ve sólo una capa más o menos estratiforme, blanquecina o gris. Eso hace que en ocasiones el el Cc se confunda con el Cirrus y con el Cirrostratus. En esos casos lo mejor es observar los elementos más

cercanos a nosotros y ver su color (totalmente blanco) y su tamaño siempre muy pequeño. Además los Cc no tienen grandes zonas fibrosas.

CONSTITUCIÓN FÍSICA

Al ser una nube de gran altura el Cirrocumulus se com-pone en su mayor parte de cristales de hielo, con un proceso de formación parecido a los Cirrus y los Ci-rrostratus. Eventualmente pueden contener gotitas de agua en subfusión. Esta constitución en cristales y su gran altura hacen que su apariencia sea siempre muy blanca, que sus contornos no estén muy definidos y que en ocasiones presenten ciertos fenómenos de co-rona o de irisación.

TIPO DE TIEMPO ASOCIADO

Si los Cirrocumulus se presentan en pequeñas zonas nubosas que sólo cubren una parte pequeña del cielo, entonces la aparición de este género de nube no impli-ca ningún tipo de tiempo en especial; incluso pueden aparecer, de esa forma, en momentos de cierta esta-bilidad anticiclónica. En estos casos los Cc aparecen preferentemente en la primera mitad del día.

Sin embargo, si la capa de Cc ocupa una parte im-portante del cielo o su presencia va en aumento, entonces indican que en esa zona alta de la tropos-fera el aire es inestable y que es posible que se acer-que una perturbación. Singularmente, si se trata de grandes zonas de Cirrocumulus castellanus, o bien de Cirrocumulus floccus, o de Cc stratiformis undula-tus junto con zonas de Cirrus uncinus, entonces todo ello puede indicar un empeoramiento del tiempo. De hecho, los marinos de las zonas costeras atlán-ticas en Europa tradicionalmente han considerado el cielo ondulado de Cirrocumulus como anunciador de próximas borrascas. No hay que olvidar que esas ondulaciones de Cirrocumulus a gran altura pueden indicar que los vientos por encima de la capa nubo-sa son de una intensidad o una dirección diferentes de los que se encuentran por debajo de esa capa de nubes (cizalladura), y pueden ser síntoma de inestabilidad. Dichas ondulaciones también pueden

estar asociadas, en momentos de tiempo estable, al “jet stream” o corriente en chorro que circula a gran altura de oeste a este y que mecionamos en otros apartados de este libro.

Atlas de Nubes y Meteoros · 92

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)San Fernando (Cádiz), hacia el oeste2 de agosto de 2009, a las 12:27f/13 1/250 ISO100 11mm APSCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Tan solo 12 minutos más tarde este era el aspecto que presentaban las mismas nubes de la fotografía anterior. La foto está tomada hacia la Bahía de San Fernando, desde el complejo “Bahía Sur”, al fondo se aprecian los astilleros de Cádiz. Los Cirrocúmulos son un género de nube que cambia frecuentemente de aspecto, y en algunas ocasiones mutan al género Cirros para volver a convertirse en Cc en un corto intervalo de tiempo. Obsérvese tanto en ésta como en la anterior, como se aclara el azul del cielo hacia el horizonte.

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)San Fernando (Cádiz), hacia el oeste2 de agosto de 2009, a las 12:15f/10 1/320 ISO100 11mm APSCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: El extremo sur de un frente frío que atravesaba Europa suroccidental llega hasta la provincia de Cádiz. A esta latitud el frente no presentaba nubes medias ni bajas pero si vistosas nubes altas como estos Cirrocúmulos stratiformis, que cambiaban continuamente de aspecto. El aire que se iba renovando con el paso del frente era cada vez más fresco y seco a la vez que arreciaba el viento y rolaba de SW a NW, de ahí la extraordinaria visibilidad reinante y el color azul intenso del cielo. Las nubes se movían de adentro hacia fuera en la fotografía, hacia el observador.

93 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Paracuellos del Jarama (Madrid), hacia el NE

9 de abril de 2006, a las 19:10f/7.1 1/100 ISO100 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Delicados Cirrocúmulos se alinean en el cielo de tal forma que se puede adivinar el sentido del movimiento del aire en capas altas (de NW a SE, en la foto de la esquina inferior izquierda hacia la esquina superior derecha). Se trataba de la avanzadilla de un frente frío que entraba por el noroeste de la Península Ibérica con un fuerte gradiente de temperatura a 850 mb entre el noroeste de la península que tenía una temperatura de 0ºC y el sureste que se situaba a +15ºC. Se puede observar en esta foto el pequeño tamaño de los grumos o elementos que compo-nen el Cirrocúmulo y el blanco puro de nieve que ofrecen como nubes de hielo que realmente son.

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el NW

5 de diciembre de 2008, a las 18:01f/8 1/320 ISO100 23mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Resaltando sobre la oscura silueta de un bosque de pino mediterráneo y cedros, podemos observar un denso banco de Cirrocumulus stratiformis. En su parte derecha, este banco se mezcla con unos Cirrus spissatus que estarían situados a un nivel parecido al de los Cc. En la parte inferior izquierda, se puede ver también una pequeña nube baja del tipo Cu-Sc, en color gris oscuro, a la que no le llega la luz solar en contraste con la blancura de las nubes altas.

Atlas de Nubes y Meteoros · 94

Cirrocumulus stratiformis undulatus lacunosus (Cc str un la)Lozoya (Madrid), hacia el este30 de enero de 2009, a las 14h10f/10 1/100 ISO100 21mm FFCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Un cielo caótico de Cirrocumulus en el que se distinguen las dos variedades po-sibles (undulatus y lacunosus) y que se encontraba en estado de cambio permanente. De hecho, a la derecha podemos ver cómo de una capa de Cirrostratus van surgiendo capas de Cirrocumulus (en ese caso serían Cc cirrostatomutatus) que posteriormente adoptan diver-sas formas. En la parte inferior de la imagen apreciamos unos Stratocumulus muy bajos que irían levantando a lo largo del día.

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Madrid, Canillas, tomada hacia el noroeste25 de septiembre de 2005, a las 11:12f/8 1/320 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Como ocurre en ocasiones, estos Cirrocúmulos se situaban en la vanguardia de un frente frío. Se trataba de un frente poco activo que penetraba en la península por Galicia, con dirección sureste. A medida que pasaba el día la atmósfera fue inestabilizándose formándose tormentas dispersas por la zona centro. La foto de este Cc str es un claro ejemplo del tipo de Ci-rrocúmulos que pueden llegar a confundirse con una capa de Altocumulus stratiformis. Pero se puede apreciar que los elementos constituyentes de estos Cc son pequeños (<1º), el color es blanco (no gris claro) y la nube parece estar muy alta.

95 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrocumulus stratiformis (Cc str) Campoo de Yuso (Cantabria), hacia el noroeste

12 de enero de 2009, a las 17:05f/8 1/500 ISO100 16mm FF

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Después de una buena nevada invernal, al final del día aparecen unos Cirrocumu-lus stratiformis que cubren parcialmente el cielo. Una de las dificultades para observar este género de nubes es que -como vemos aquí- mientras que sobre nuestra vertical son fácilmente apreciables sus formas granulosas, cuando las miramos hacia el horizonte esas formas se difu-minan y desdibujan, apareciendo entonces (falsamente) como nubes altas que se agrupan y se estratifican en una sola capa.

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Montpellier (Francia), hacia el sur20 de agosto de 2006, a las 9:24f/7.1 1/500 ISO100 18mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Estas bandas de Cirrocumulus stratiformis compuestos de pequeños gránulos nubosos, y que están dispuestas de oeste a este, conviven con algunas zonas de Cirrus. Esta convivencia entre Cc y otros géneros de nubes altas es bastante frecuente.

Atlas de Nubes y Meteoros · 96

97 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Valle del Saja (Cantabria), toma hacia el sur

3 de febrero de 2011, a las 11:17f/8 1/2500 ISO100 24mm FF

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Es raro ver un cielo completamente lleno de Cirrocumulus, porque éstos se sue-len mostrar en grandes parches que cubren sólo ciertas zonas del cielo. En esta ocasión pode-mos ver una mañana con el cielo lleno de pequeñísimos núcleos nubosos en altura. Al fondo, sobre el horizonte, podemos distinguir una pequeña capa de Altostratus.

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Skaftafell (Islandia), tomada hacia el sureste

23 de agosto de 2011, a las 17:39f/8 1/800 ISO200 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Si bien es cierto que la OMM no contempla la variedad radiatus para los Cirrocu-mulus, en esta ocasión parece que los Cc se alejan hacia un punto del horizonte que curiosa-mente parece estar representado por la torre nubosa de un Cumulus congestus.

Cirrocumulus stratiformis (Cc str)Sur de Islandia, toma hacia el noreste23 de agosto de 2005, a las 17:27f/8 1/160 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: A veces el fotógrafo que intenta plasmar los Cirrocumulus se encuentra con el pro-blema de que la impresión en papel no muestra con claridad los pequeños gránulos nubosos. Y es que cuando -como es el caso de esta imagen- los Cc son muy pequeños son difíciles de apreciar en las fotografías y pueden parecer Cirrus spissatus conforme se alejan hacia el horizonte. Aquí se aprecian mejor en la zona superior izquierda y más difícilmente, por efecto óptico, en la zona derecha de la imagen, donde además vemos sobre el horizonte unos Cumulus congestus.

Atlas de Nubes y Meteoros · 98

Cirrocumulus lacunosus (Cc la)Pozoamargo (Cuenca), toma hacia el cénit9 de enero de 2007, a las 13:51f/5.6 1/2000 ISO100 50mm APSCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: La variedad lacunosus es de una gran belleza aunque, como sucede con los Ci-rrocúmulos en general, no suele durar en el cielo. En este caso, la variedad mencionada nos la revelan esas formas de celdillas recortándose en el azul de la bóveda celeste.

Cirrocumulus stratiformis undulatus (Cc str un)Cabezón de la Sal (Cantabria), toma hacia el cénit3 de febrero de 2011, a las 11:15f/8 1/640 ISO100 50mm FFCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Detalle de las formaciones en grano de un Cc. Podemos observar la formación típica del Cirrocumulus en forma de pequeñas nubes granuladas a gran altura que tapizan una parte del cielo. En esta ocasión el conjunto forma dos pequeñas ondulaciones perpendiculares al viento predominante en altura en ese momento.

99 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrocumulus stratiformis undulatus (Cc str un)Rascafría (Madrid), hacia el este 30 de enero de 2009, a las 15:48

f/9 1/100 ISO100 18mm FFCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Unos días antes de que una perturbación trajese abundante nieve sobre la sierra, aparecieron estos delicados y minúsculos Cirrocúmu-los mezclados a veces con Cirros. El gran angular aplicado en esta compo-sición vertical hace que la parte superior de la fotografía corresponda casi al cielo que se podía observar sobre nuestras cabezas, con esas ondulaciones producidas seguramente por efecto de fuertes corrientes en altura.

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Cirrocumulus floccus (Cc flo) Châteauroux (Francia), hacia el noroeste16 de julio de 2009, a las 14:10f/6.3 1/200 ISO100 24mm FFCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Uno de los días más tormentosos del año en el centro de Francia amaneció total-mente despejado y, sin embargo, hacia mediodía comenzaron a verse en el cielo grandes zonas de Cirrocumulus de las especies stratiformis y floccus. Todo ello era anunciador de inestabi-lidad en altura, que unida a la insolación propia del verano y a otros factores, hicieron de este día un hervidero de sistemas tormentosos en esta zona. Observemos cómo los Cc flo se van juntando hacia la derecha de la imagen hasta formar una amalgama en la que no se distinguen las partes, algo típico de este género de nube cuando se la observa en la lejanía.

Cirrocumulus castellanus undulatus (Cc cas un)Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el cenit7 de marzo de 2006, a las 14:25f/7.1 1/125 ISO100 40mm APSCL=0 CM=0 CH=9

Descripción: La variedad castellanus es muy difícil de observar en las nubes altas. Tanto los Cirros como los Cirrocúmulos la contemplan, pero es rarísimo verla en los cielos. En esta fotografía se pueden observar sucesivas “hileras” de pequeñas torrecillas de Cirrocúmulos, unidas por una base común. A diferencia de las especie stratiformis, en esta especie las nubes no ocupaban una parte de la bóveda celeste sino que se limitan a un pequeño parche o capa. Esa misma tarde terminaría generándose onda de montaña de propagación vertical sobre el Sistema Central como consecuen-cia de la entrada progresiva por el oeste del anticiclón de las Azores con fuerte flujo del NW.

101 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrocumulus floccus (Cc flo)Madrid, Parque Juan Carlos I

9 de agosto de 2005, a las 17:58f/8 1/400 ISO100 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Una vez más los Cc anunciaban un cambio de tiempo. Un fuerte gradiente de tem-peratura entre los extremos NW y SE de la Península, de +12ºC a +28ºC, y una vaguada al oeste moviéndose rápido hacia el este, así lo constataban. Ese día la temperatura máxima en Madrid fue de +35ºC. Esta nube la hemos clasificado como Cc pero sin tenerlo del todo claro. En algunas ocasiones nos hemos encontrado con que se presenta un manto de nubes altas, blancas, de hielo, indudablemente Cirros, pero con aspecto morfológico de Ac, aunque realmente no sean Ac, pues ni son grises, ni son medias, ni están constituidas por gotitas de agua subfundida; parecerían unos Cirros con elementos similares a los de los Ac str. Nos hemos visto obligados a presentarlas aquí con esta duda por si alguna vez el lector las presencia, y hemos decidido catalogarlas como Cirrocumulus floccus, que es a lo que más se parecen, pero podrían tra-tarse también de una especie nueva de Cirrus que por supuesto no nos atrevemos a proponer, aunque sí a sugerir, tal vez “Cirrus losetus”...

Cirrocumulus floccus (Cc flo)Lisboa, hacia el oeste

1 de mayo de 2005, a las 18:30f/8 1/125 ISO100 17mm APS

CL=1 CM=0 CH=9

Descripción: Durante varios días consecutivos, una borrasca situada entre Azores e Irlanda ha-bía mandado sucesivos frentes nubosos con dirección SW-NE, que afectaban sobre todo a la mitad norte de Portugal. En el intervalo entre las diferentes franjas nubosas se abrían bastante los cielos. La foto muestra la entrada de una pequeña línea de inestabilidad que no podía llegar a catalogarse como frente frío, pero casi. Por debajo de los Cc flo se observan también Cu fra y en la parte inferior izquierda de la imagen algunos Ci. Las nubes se movían de SW a NE, izquierda a derecha en la fotografía.

Atlas de Nubes y Meteoros · 102

103 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrocumulus lacunosus (Cc la)Madrid, Canillas, hacia el noroeste

19 de junio de 2004, a las 21:50f/5 1/400 ISO200 70mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Otro típico “parche” nuboso de Cirrocumulus lacunosus que recuerda a un pa-nal de miel. La nube toma los colores anaranjados propios de la puesta de sol al recibir los rayos desde una posición inferior atravesando éstos gran parte de la atmósfera terrestre. Se puede apreciar también los restos de la estela de condensación de un avión en un color más apagado, da la impresión de que se sitúan por encima del nivel de los Cirrocúmulos.

Cirrocumulus lacunosus (Cc la)Madrid, Canillas, hacia el cenit

18 de octubre de 2005, a las 19:40f/8 1/4 ISO100 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=9

Descripción: Vaguada con eje norte-sur cruzaba Portugal en dirección este. Durante todo el día nubes de tipo Ci y Cc atravesaban rápidas los cielos del centro de la Península Ibérica. Estos Ci-rrocumulus lacunosus, alineados en hileras, se tornan rojizos a la puesta de sol, realzándose los “huecos” de cielo que aparecen entre la nube y que son característicos de esta rara variedad. El manto de nubes cubría buena parte del cielo.

Cirrocumulus floccus virga (Cc flo vir)Madrid, Canillas11 de octubre de 2004, a las 19:27f/5 1/400 ISO200 18mm APS*CL=4 CM=0 CH=9

Descripción: Una depresión sobre la Bretaña francesa se desplazaba en retirada hacia el NE. Asociada a la misma un frente frío poco activo alcanza la zona central de la Península Ibérica; a su paso nubes medias y altas enmarañan los cielos de la meseta. Estos Cc floccus virga son muy difíciles de observar. Si bien la especie floccus es frecuente en los Cirrocúmulos, que éstos presenten virgas no lo es tanto. En la imagen se pueden observar también algunos Estratocú-mulos, enmarcando la fotografía en tonos rojizos, iluminados por el sol en su ocaso.

3Cirrostratos

Cirrostratus

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3. Cirrostratos / CirrostratusAbreviatura: Cs

DESCRIPCION

El Cirrostratus es una nube alta que se sitúa entre los 6.000 y 10.000 metros en latitudes medias. Normal-mente de bastante extensión horizontal, de hecho puede cubrir el cielo casi por completo, dándole una apariencia lechosa y blanquecina, como una especie de velo sedoso. Sin embargo su extensión vertical no es destacable respecto a otras nubes: unas pocas cente-nas de metros, sobrepasando raramente el kilómetro. Aparentemente carece de estructura visible, pero si nos fijamos veremos la mayoría de las veces una especie de entramado filamentoso por el que se cuela sin proble-mas la luz del sol o de la luna.

Como es obvio por su propio nombre, tiene algo de Cirrus (su altura, su composición…) y algo de Stratus (su extensión en una capa). Pero lo que distingue so-bre todo a esta nube es su capacidad de formar fenó-menos de halo, sobre los que se hablará largamente en este mismo libro en el apartado correspondiente. Se trata de una nube muy delgada, tanto que a veces podríamos llamarla “la nube invisible” porque puede estar y no ser percibida más que por un leve tono blan-quecino del cielo azul; y en ocasiones el único signo que tenemos de su presencia es justamente los fenó-menos ópticos de halo que provoca. Además, el Cirros-tratus no produce precipitación.

A veces el Cirrostratus cubre totalmente el cielo, pero en otras ocasiones sólo lo hace parcialmente y cuando eso sucede, los bordes de esta nube de gran extensión aparecen perfectamente recortados o bien con un pe-queño ribete de Cirrus que hace de intersección entre el Cirrostratus y el cielo azul.

Por otro lado podemos utilizar la formación de sombras como método de reconocimiento; realmente la OMM no utiliza la presencia o ausencia de sombras para identifi-car los diversos géneros de nubes, sin embargo lo cierto es que el Cirrostratus es tan delgado y ligero que la luz del sol puede atravesarlo con la suficiente intensidad para

producir sombras más o menos recortadas o difusas, pero presentes. Esta característica disminuye cuando el sol baja demasiado en el horizonte (por debajo de 20 o 30 grados) puesto que sus rayos deben de atravesar una zona nubosa mucho mayor hasta llegar al observador.

ESPECIES

Cirrostratus fibratus (Cs fib)

Se trata de un velo fibroso de Cirrostratus en el que, como indica su nombre, se pueden observar estriacio-nes finas, como fibras leves. En realidad podría pen-sarse en ocasiones que se trata de un Cirrus fibratus, y efectivamente puede proceder por evolución de este tipo de nube, pero el Cirrostratus ocupa una superficie más extensa y no tiene una estructura vertical sino ho-rizontal. Además, la especie fibratus puede proceder de la evolución de un Cirrus spissatus.

Cirrostratus nebulosus (Cs neb)

En esta especie el Cirrostratus se nos presenta como un amplio velo lechoso sin detalles claros ni distin-guibles. Este velo puede ser más o menos denso y su apariencia por lo tanto puede variar, pero siempre se mostrará más espeso que la especie fibratus. Puede re-cordar a los Stratus nebulosus, pero mucho más altos y con apariencia menos gris y brumosa.

VARIEDADES

Cirrostratus duplicatus (Cs du)

Propuesto por primera vez en 1889 por el Abad Maze, se trata de un Cirrostratus superpuesto en láminas o capas, a niveles ligeramente distintos. Naturalmen-te, como casi todas las variedades duplicatus de las nubes, es muy difícil de apreciar puesto que es com-plicado decir si se trata de dos capas separadas o de una sola pero más espesa. Sin embargo, cuando al amanecer o al atardecer el sol se encuentra bajo en el horizonte podemos apreciar las diferentes capas por-que una proyecta su sombra sobre otra, o bien porque una posee una coloración ligeramente distinta a otra.

A veces puede verse cómo sus fibras agrupadas se en-trecruzan en direcciones distintas según la altura.

Cirrostratus undulatus (Cs un)

Como su nombre sugiere, es un Cirrostratus que mues-tra pequeñas ondulaciones que generalmente se pre-sentan bastante juntas entre sí. Son difíciles de apreciar a simple vista en el centro del día, pero basta que el sol descienda unos grados para que se puedan apreciar los pequeños rizos en leves ondulaciones, mucho más delicadas que las de los Altostratus.

Por su propio aspecto de extensa tela sin protuberan-cias ni señales externas visibles, los Cirrostratus care-cen de nubes accesorias y rasgos suplementarios que puedan identificarse.

NUBES DESDE LAS QUE PUEDE FORMARSE

Además de su propia formación natural a partir de una extensa masa de aire húmedo que se eleva y cristaliza, el Cirrostratus puede proceder de la evolución de otras nubes. Se puede formar por la fusión de elementos de un Cirrus o de un Cirrocumulus, pasando a ser enton-ces una “mutación” de estas dos nubes (Cs cirromuta-tus, Cs cirrocumulomutatus); o bien puede mostrarse a partir de un Altostratus que va adelgazándose pro-gresivamente de abajo hacia arriba y del que al final sólo queda su capa superior de cristales de hielo (Cs altostratusmutatus).

En otras ocasiones nace de los cristales de hielo que caen desde un Cirrocumulus (Cs cirrocumulogenitus); o bien puede nacer de la extensión del yunque de un Cumulonimbus (Cs cumulonimbogenitus).

DIFERENCIAS ENTRE CIRROSTRATUS Y OTRAS NUBES SIMILARES

El Cirrostratus puede confundirse con el Cirrus ya que éstos a veces también producen fenómenos ópticos como –fundamentalmente- el parhelio, sin embargo los Cirrostratus producen sobre todo el halo de 22º, y de hecho para que pueda verse el halo, más los parhelios

Atlas de Nubes y Meteoros · 106

y el círculo parhélico deben coexistir los dos géneros de nubes. Por otro lado podemos salir de la confusión si observamos la extensión del cielo que ocupa la nube, y que en el caso del Cirrostratus siempre es mayor que en el del Cirrus. Además, en los Ci las fibras de hielo se distinguen más claramente. Al Cirrostratus es fácil dis-tinguirlo del Altocumulus y del Cirrocumulus por su au-sencia de estructura: todo él es una gran sábana más o menos opaca, pero sin partes netamente distinguibles, sin masas redondeadas y sin protuberancias.

Algo más difícil es distinguirlo del Altostratus debido a que los dos ocupan una gran extensión de cielo y a que el Cs en su especie nebulosus presenta un co-lor grisáceo que comparte con el As. Sin embargo, el Cirrostratus es más delgado, produce sombras en el suelo (no en la nube), aunque éstas sean a veces poco definidas, y por otro lado suele dar lugar a fenómenos de halo. La OMM además alude a la lentitud del movi-miento aparente del Cs con respecto al As.

Finalmente el Cirrostratus nebulosus puede llegar a confundirse con el Stratus muy delgado, pero nues-tra nube siempre se mostrará más blanquecina y será claramente mucho más alta que el Stratus (esto lo po-demos distinguir especialmente en las zonas monta-ñosas, donde un Stratus puede ser “atravesado” por una cima, pero ello no ocurrirá con un Cirrostratus); y sobre todo el Cirrostratus produce eventualmente halos y el Stratus no, salvo casos excepcionales a tem-peraturas extremadamente bajas. Además el Stratus nunca presenta “fibras”, y en el Cs siempre podemos verlas si nos fijamos y lo vemos evolucionar, incluso cuando se muestra más denso.

Es difícil confundir una capa de bruma elevada con un Cirrostratus porque aquélla suele tener una apa-riencia más “sucia”, más amarillenta, en relación con el aspecto de gasa blanca, de sábana lechosa del Ci-rrostratus. Por añadidura, el Cs se ve claramente más alto que la bruma.

TIPOS DE TIEMPO ASOCIADOS

El Cirrostratus suele estar asimilado a los cambios de tiempo lentos pero inexorables; especialmente cuando

un frente cálido se acerca. En ese caso la secuencia ideal de nubes puede ser como sigue: aparición de cirros separados, después aparición de una fina capa de Cirrostratus nebulosus que es al principio muy leve pero que va espesándose poco a poco desde el hori-zonte hacia el observador, más tarde esos Cs se con-vierten en un Altostratus muy extenso puntualmente acompañado de algún Cumulus o Altocumulus, final-mente llega la precipitación bajo un gran Nimbostra-tus. Naturalmente la atmósfera y su casuística infinita se encargarán de convertir esta secuencia ideal de nu-bes en toda una aventura meteorológica cambiante e incierta. Sin embargo podemos estar casi seguros de que después de un día apacible de Cirrostratus se ave-cina un cambio de tiempo, si no en el lugar exacto del observador sí al menos en las regiones próximas. Por norma general, los Cirrostratus nebulosus suelen ser la vanguardia de frentes cálidos, mientras que los Cirros-tratus fibratus la de los frentes fríos, y en este último caso siempre mezclados con Cirrus.

FORMACIÓN Y CONSTITUCIÓN FÍSICA

El Cirrostatus se forma, en la mayoría de las ocasio-nes, en la parte delantera de los frentes cálidos cuan-do una masa de aire húmedo y más cálido que el de su entorno se eleva hacia capas altas y mucho más frías, produciéndose entonces un proceso de subli-mación inversa o cristalización (fenómeno por el cual se pasa del estado gaseoso al sólido sin pasar por el líquido). Por lo tanto el Cs está formado por entero de cristales de hielo. Estos cristales tienen diversas formas y tamaños dependiendo de la temperatura que les rodea, y sobre todo de la velocidad a la que se han formado. Con frecuencia estos cristales de hielo son lo bastante grandes y pesados como para orga-nizarse en forma de filamentos, en pequeñas y casi inapreciables estelas, y eso es lo que da a los Cs su apariencia casi de seda fibrosa.

Los cristales de hielo de los que está constituida esta nube, como hemos dicho, tienen diversas caracterís-ticas. La mayoría son prismas de hielo aplastados y hexagonales de sólo unas décimas de milímetro; son estos cristales los que forman los conocidos halos de 22º de los que hablamos en otro capítulo de este libro.

Pero también encontramos prismas de hielo hexa-gonales en forma de largas columnas, que dan lugar también a fenómenos de halo de 22º y al más raro de 46º (menos brillante). Sin embargo no son las úni-cas formas conocidas de cristales en un Cirrostratus; los hay en forma de agujas huecas, en forma de estre-llas hexagonales, de estrellas excéntricas, incluso de columnas con sus extremidades aplastadas y más ex-tensas que la propia columna a las que están unidas. Según parece, de la velocidad a la que se han formado estos cristales de hielo dependen sus formas: cuanto más rápida ha sido su formación, más extraña e intrin-cada es su apariencia.

Al igual que hemos indicado en el caso de los Cirrus, los Cirrostratus también están siendo estudiados por los científicos dada la importancia que parecen te-ner en el clima del planeta. Su formación, su vida, su constitución y su importancia en el albedo (porción de radiación solar que es reflejada por una superficie) y sus efectos, son factores básicos para comprender el comportamiento de las nubes altas en relación al clima en general y al calentamiento global del que to-davía desconocemos mucho.

Atlas de Nubes y Meteoros · 108

Cirrostratus fibratus radiatus (Cs fib ra)Playa de La Malvarrosa (Valencia), hacia el norte17 de septiembre de 2006, a las 16h 17’f/8 1/200 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=5

Descripción: Un centro de bajas presiones situado sobre el Golfo de Génova había afectado al este de la península el día anterior, alejándose hacia Italia y dejando la Península Ibérica bajo un intenso flujo zonal (del oeste) en niveles altos. Durante este día, fuertes vientos del norte -tramontana en Girona- afectaron a toda la costa mediterránea. En la imagen unos Cirrostratus fibratus atravesaban el cielo a gran velocidad, de izquierda a derecha de la fotografía. Al fondo se distinguen algunos Estratocúmulos que estaban situados sobre la provincia de Castellón.

Cirrostratus fibratus (Cs fib)Navalcarnero (Madrid), hacia el oeste3 de mayo de 2005, a las 14h 33’f/6.3 1/320 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=6

Descripción: La proximidad de un frente frío que entraba por las costas de Portugal es anun-ciada por bandas compactas de Cirros y Cirrostratos fibratus que aumentan progresivamente hacia el horizonte. En la imagen observamos una mezcla de nubes de este tipo con predominio de los Cs. Las nubes avanzaban de oeste a este, hacia el observador en la fotografía. En ella se observa como la disposición de los “filamentos” nubosos es transversal al flujo reinante.

109 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrostratus fibratus radiatus (Cs fib ra)Paracuellos del Jarama (Madrid), hacia el noreste

23 de abril de 2005, a las 10h 05’f/8 1/200 ISO100 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Fotografía tomada unos 20 minutos más tarde que la anterior. En este caso la cámara enfoca hacia el noreste, es decir, hacia las provincias de Guadalajara y Soria. La nube se aleja del observador en la fotografía, por tanto se aprecia también, como en fotografías anterio-res, que los filamentos cirrosos fluyen transversales al flujo en altura (de suroeste a noreste), disposición típica de nubes altas asociadas al “jet-stream”. Nótese que podríamos confundir ciertas zonas delgadas del Cirrostratus fibratus -donde se percibe el azul del cielo- con unos Cirrus fibratus, pero estos últimos se presentan siempre en parches menos densos, con claros de cielo significativos, limpios de nubes entre ellos.

Cirrostratus fibratus radiatus (Cs fib ra)Paracuellos del Jarama (Madrid), hacia el noroeste

23 de abril de 2005, a las 09h 46’f/8 1/100 ISO100 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Un frente frío se aproxima a la Península Ibérica desde el Atlántico. Sucesivas bandas de Cirrus fibratus y Cirrostratus fibratus atraviesan el cielo de la zona centro penin-sular a lo largo del día, siendo cada vez más densas hacia el oeste. En la imagen se ven nubes de este tipo que se movían de oeste a este, izquierda a derecha en la fotografía. Al fondo, sobre el horizonte, destaca la Sierra de Guadarrama en el Sistema Central, con pequeños Cu humilis en sus inmediaciones.

Atlas de Nubes y Meteoros · 110

Cirrostratus fibratus duplicatus (Cs fib du)Playa de Liencres (Cantabria), hacia el oeste3 de septiembre de 2007, a las 20h 39’f/7.1 1/160 ISO200 18mm FFCL=1 CM=0 CH=6

Descripción: Como en otros géneros de nubes altas, en los Cirrostratus raramente puede apre-ciarse su variedad duplicatus si el Sol no se encuentra en una zona próxima al horizonte. De este modo surge ante nosotros una doble capa de fibras de Cirrostratus de distinta tonalidad donde antes sólo veíamos un velo blanquecino que cubría el cénit.

Cirrostratus fibratus (Cs fib)Oyambre (Cantabria), hacia el noroeste28 de julio de 2006, a las 20h 22’f/5.6 1/320 ISO400 17mm APSCL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Mezclado con otras nubes altas (a la izquierda de la imagen) y alguna estela de condensación que cruza el cielo de derecha a izquierda, vemos las fibras claramente apreciables de un Cirrostratus fibratus en la costa del Cantábrico. Estos Cirrostratos son el anticipo de un frente de lluvias poco activo, asociado a una borrasca al noroeste de Galicia, y que cruzó la mitad norte de la Península Ibérica.

Cirrostratus fibratus duplicatus (Cs fib du)Costa de Liencres (Cantabria), hacia el oeste

10 de septiembre de 2010, a las 19h 35’f/16 1/320 ISO100 30mm FF

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Un día antes del paso de una vaguada por el norte de España, el cielo se cubre de nubes altas, la mayor parte de ellas Cirrostratus. Estas nubes, además, ofrecen un conato de halo, y minutos antes un parhelio, como suele ser habitual en ellas. Minutos después, con la caída del Sol, se pudo apreciar que las bandas de fibras que recorren el cielo se disponían en capas a distinta altura, con lo cual adquieren el rango de duplicatus. Para realizar esta fotografía se cerró especial-mente el diafragma y se empleó un filtro degradado neutro con el fin de no sobreexponer la zona del cielo pero al mismo tiempo de conservar la luminosidad en prados y caminos.

111 · Atlas de Nubes y Meteoros

Atlas de Nubes y Meteoros · 112

Cirrostratus fibratus (Cs fib)Bahía de Santander (Cantabria), hacia el noreste2 de febrero de 2007, a las 17h 08’f/4 1/1600 ISO100 11mm APSCL=0 CM=0 CH=6

Descripción: No siempre los Cirrostratus se comportan como unos anunciadores de frentes cálidos o de mal tiempo en general. En esta ocasión se presentan en invierno durante una situación de altas presiones (1030 mb) con vientos en calma o flojos de componente este, y con temperaturas frías en capas medias de -20º . Cubren casi todo el cielo y se desplazan lentamente hacia el oeste, dentro de un entorno con temperaturas frías con máximas de sólo 11 o 12 grados centígrados. En efecto, la especie fibratus se presenta más en ambientes fríos y mezclada a veces con Cirrus. Estos Cirrostratus no presentaron fenómenos de halo durante este día.

113 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrostratus fibratus (Cs fib)Bahía de Santander (Cantabria), hacia el noreste

2 de febrero de 2007, a las 18h 03’f/5.6 1/1000 ISO200 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Sobre una capa de Stratocumulus que podemos ver al fondo de la imagen sobre el horizonte, se extiende un velo de largas fibras muy visibles que ocupa la casi totalidad del cielo. En una especie de juego fotográfico, y para mostrar la gran extensión de este Cirrostratus, vemos reflejado en un gran espejo de ayuda al tráfico el resto de cielo que se situaría a nuestra espalda (la zona suroeste) en el que apreciamos los Cirrostratus que comienzan a estar teñidos de la luz cálida del atardecer que empezaba en esos momentos.

Atlas de Nubes y Meteoros · 114

Cirrostratus fibratus (Cs fib)Pimiango (Asturias), hacia el suroeste 1 de abril de 2006, a las 11h 42’f/7.1 1/500 ISO100 11mm APSCL=1 CM=0 CH=6

Descripción: Durante unos días de altas presiones y vientos del oeste, una extensa capa de Cirrostratus se extiende por el cielo de la cornisa cantábrica como un velo blanco de pequeñas fibras casi indistinguibles, dejando ver al fondo algunos Cumulus. Los Cs suelen presentarse en grandes extensiones. Esa noche un frente cálido con ligeras lluvias rozó la zona litoral pro-cedente del oeste.

Cirrostratus fibratus (Cs fib)Prellezo (Cantabria), dirección norte2 de abril de 2006, a las 12h 00’f/8 1/320 ISO100 11mm APSCL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Un velo de Cirrostratus se extiende sobre una gran parte del cielo, donde convive con otras nubes altas como algunos Cirrus a la izquierda. Como hemos indicado en el texto y veremos en algunas imágenes de este capítulo, no es infrecuente que los Cs se presenten acompañados de otras nubes altas.

115 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrostratus fibratus Cumulonimbogenitus (Cs fib cbgen)Milagros (Burgos), hacia el sureste

30 de junio de 2008, a las 17h 01’f/9 1/250 ISO100 30mm FF

CL=9 CM=0 CH=4

Descripción: Un gran Cumulonimbus que dio lugar a una tormenta en la meseta castellana ex-tiende su yunque. Dicho yunque ocupaba unos minutos antes una cantidad mayor de cielo pero se fue retirando hacia el este (aproximadamente la izquierda de la imagen) y fue dejando tras de sí una capa de Cirrostratus claramente fibratus en una especie de estela en forma de velo.

Cirrostratus fibratus cirrocumulogenitus (Cs fib ccgen)Rebolledo de la Torre (Palencia), hacia el este

6 de mayo de 2008, a las 17h 18’f/5.6 1/800 ISO100 24mm FF

CL=0 CM=0 CH=8

Descripción: Después de una mañana con abundantes Cirrocumulus en el cielo, al pasar el mediodía, estos Cc empezaron a adelgazarse y extenderse hasta mostrar una capa blanca en la que podían apreciarse zonas alargadas (fibras) difílmente distinguibles en las fotografías. A espaldas del observador, intermitentes fenómenos de halo se iban sucediendo.

Atlas de Nubes y Meteoros · 116

Cirrostratus nebulosus (Cs neb) Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el oeste30 de enero de 2006, a las 12h 08’f/8 1/640 ISO100 17mm APSCL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Hacia el oeste, con el Sol situado a la izquierda del observador, se observa un pano-rama similar al de la foto anterior si no fuera porque existen claros de cielo hacia la zona inferior izquierda de la imagen. Este “roto” en el cielo es también una pista que nos puede ayudar a identificar la nube que vemos, al quedar a la vista del observador su nula dimensión vertical y su aspecto lechoso, sin sombras y uniformemente extendido, sobre toda la bóveda celeste.

Cirrostratus nebulosus (Cs neb)Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el norte30 de enero de 2006, a las 12h 09’f/8 1/500 ISO100 22mm APSCL=0 CM=0 CH=7

Descripción: Las cuatro fotografías de la presente doble página han sido tomadas al mismo manto nuboso de Cirrostratus nebulosus, pero hacia diferentes direcciones cardinales; con el fin de visualizar más claramente el aspecto que tienen los Cirrostratos en función de su posición respecto al sol. En esta primera imagen, tomada hacia el norte, vemos un típico cielo de Cs ne-bulosus con la Sierra de Guadarrama cubierta de nieve en el horizonte. El Sol estaría a nuestra espalda. Obsérvese la uniformidad del color y textura del cielo, dando la impresión, incluso, de que más que una nube, lo que parece que hay encima del observador es una neblina o una cali-ma. Sin embargo, las montañas del fondo y la excepcional visibilidad ayudan a despejar la duda.

117 · Atlas de Nubes y Meteoros

Cirrostratus nebulosus (Cs neb) Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el sur

30 de enero de 2006, a las 13h 13’f/11 1/1000 ISO100 17mm APS

CL=0 CM=0 CH=7

Descripción: Si hay una característica que permite distinguir indiscutiblemente a los Cirrostra-tos de cualquiera de los otros nueve géneros de nubes es el fenómeno de Halo de 22º. En esta imagen se aprecia claramente dicho fotometeoro -ver su explicación en capítulo correspondien-te- rodeando al sol a una distancia de 22 grados de arco. Esta fotografía está muy subexpuesta para mostrar con claridad el halo y la posición correcta del Sol, en realidad, las nubes no tenían ese aspecto tan grisáceo y eran más blancas de lo que aparecen en la imagen.

Cirrostratus nebulosus (Cs neb) Madrid, Ciudad Universitaria, hacia el suroeste

30 de enero de 2006, a las 13h 12’f/11 1/250 ISO100 36mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Hacia el suroeste, a continuación de la zona izquierda de la fotografía anterior, el manto nuboso tiene un corte a “cuchillo” típico de los Cirrostratos y de los Altostratos. La separación entre la zona del cielo totalmente despejado y la zona donde el cielo está totalmente cubierto de Cs es una frontera perfectamente definida. Se puede observar también, por encima de dicha línea de separación, una franja turbia y grisácea correspondiente a una capa de conta-minación proveniente de la ciudad de Madrid.

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Cirrostratus nebulosus (Cs neb)Unquera (Cantabria), hacia el sur21 de mayo de 2006, a las 12h 15’f/7.1 1/800 ISO100 11mm APSCL=1 CM=0 CH=6

Descripción: Una gran capa blanca de Cirrostratus se nos muestra con uno de los indicativos que la distinguen del resto de nubes: su capacidad para producir halos. Además podemos apre-ciar sobre el horizonte unos Cúmulos. La fotografía está tomada un día antes de que un frente frío irrumpa en la península procedente del oeste, de modo que el Cs estaría en cierto modo anunciando ese cambio de tiempo. Como puede verse, el halo está distorsionado por el efecto de la lente gran angular.

Cirrostratus nebulosus (Cs neb)Madrid, Ciudad Universitaria19 de agosto de 2005, a las 13h 23’f/8 1/3200 ISO100 12mm APSCL=0 CM=0 CH=7

Descripción: Cielo cubierto de Cirrostratos nebulosus muy finos y uniformes. Alrededor del sol se observa claramente y sin interrupciones un halo de 22º, llamado también, a veces, “halo pequeño”. Aparece éste como un círculo o anillo coloreado y luminoso, de 22 grados de radio, quedando el Sol situado en el centro del mismo. El interior del halo es rojo tenue, cambiando a naranja y amari-llo hacia el exterior, y culminando el borde externo en color violeta en algunos casos. La porción de cielo interior y más próxima al anillo es significativamente más oscura que el resto.

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Cirrostratus nebulosus undulatus (Cs neb un)Puerto de Navacerrada (Madrid), hacia el noroeste

1 de enero de 2007, a las 17h 40’f/9 1/200 ISO100 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: La variedad undulatus de los Cirrostratos es muy difícil de observar. En esta ima-gen, donde la nube se movía de sur a norte, alejándose del observador, aparecen delicadas ondas trasnversales cubriendo prácticamente el cielo. La situación estaba dominada por un potente anticiclón de 1040 mb centrado sobre la Península Ibérica. A espaldas del observador se podía contemplar un espectacular “Mar de nubes”, cubriendo buena parte de la submeseta sur.

Cirrostratus nebulosus (Cs neb)Cabañeros (Ciudad Real), hacia el noroeste

14 de abril 2006, a las 16h 43’f/8 1/1000 ISO400 11mm APS

CL=0 CM=0 CH=6

Descripción: Un día antes de que un frente frío entrara por el oeste peninsular asociado a una masa de aire frío en altura, encontramos en la Mancha estos Cirrostratus en forma de amplio velo lechoso que cubre casi por entero el cielo. Al fondo a la izquierda, aunque muy difícilmente, pueden adivinarse los Altostratus que luego se unirán al Cs. Es una de las situaciones típicas para la aparición de esta nube.

4Altocúmulos

Altocumulus

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4. Altocúmulos / AltocumulusAbreviatura: Ac

DESCRIPCIÓN

Se trata de una capa de nubes a una altura considera-ble dispuestas de varias formas: bien en una extensa capa con protuberancias separadas entre sí, como si dicha capa se hubiera agrietado, o bien constituida por pequeñas galletas de nubes más o menos aleja-das entre sí, pero de tamaño uniforme. Su color pue-de variar entre el blanco inmaculado y el gris, aunque con la llegada de la tarde o del amanecer sus colores cambian hacia tonos rosáceos o rojos. Como muy bien indica Josep María Jansà, a veces parece que “…elementos nacidos independientemente han llegado accidentalmente al contacto, condicionando desde ese momento su mutuo desarrollo y dando como resultado la forma poligonal de sus bordes, efecto de un compromiso entre las fuerzas de crecimiento antagonistas de cada elemento”. No es una nube es-pecíficamente de precipitación, de hecho lo normal es que no produzca lluvia o nieve.

El Altocumulus es una nube del piso medio que se sitúa (según las latitudes) entre los 2.000 y los 6.000 metros de altura, aunque en latitudes medias su ran-go más frecuente se encuentra entre los 3.000 y los 5.000 metros. Esto nos indica que quedan lejos de las corrientes ascendentes térmicas que forman las nubes de convección desde niveles bajos, por lo que esta nube, como veremos, tiene un origen diferente. Curiosamente, aunque el prefijo alto- nos hace pen-sar en nubes formadas cerca de la troposfera lo cierto es que la idea de que se trata de una nube del estadio medio ya la promovió Émilien Renou (meteorólogo francés director del Observatorio de Parc Montsou-ris) en 1855, y fue aceptada por las autoridades me-teorológicas mundiales en 1870.

Los Altocumulus son reconocibles porque los ele-mentos que lo componen pueden tener sombra pero ésta es muy tenue (a diferencia de los Stratocumu-lus que presentan sombras mucho más oscuras y de los Cirrocumulus, que no presentan sombras) y no pasa de ser gris clara en las zonas más soleadas. Por

otro lado, para un observador terrestre, los elemen-tos que componen el Altocumulus tienen entre uno y cinco grados al ser observados en el cielo. ¿Cómo podemos medir esto sin el instrumental adecuado?; hay métodos simples pero que en ciertas circunstan-cias son bastante efectivos: si el brazo extendido lo elevamos unos 30-40 grados sobre el horizonte, y levantamos tres dedos de la mano –en posición hori-zontal- los elementos mayores serán Stratocumulus, y los menores de un solo dedo serán Cirrocumulus; los elementos que se encuentren entre estas dos me-didas serán Altocumulus.

ESPECIES

Altocumulus stratiformis (Ac str)

A pesar de ser los Altocumulus más frecuentes, la comu-nidad científica no les dio este nombre como carta de identidad consensuada hasta 1953. Son Altocumulus en una lámina o capa de extensa que puede contener ele-mentos separados aunque algo densos y compactados.

Altocumulus lenticularis (Ac len)

Son quizás los más espectaculares. Se presentan como uno o varios parches de Altocumulus en for-ma de lenteja, almendra o lente, a veces alargada y otras como si una esfera hubiese sido aplastada. Su aspecto es muy denso y compacto y sus contornos son bien definidos. Puede contener sombras pro-nunciadas que nos pueden revelar elementos estre-chamente agrupados dentro de la misma nube. La iconografía moderna ha dado como resultado que en ocasiones estas nubes recuerden a lo que popular-mente se conoce como ovnis. Su formación, como luego veremos, difiere un tanto de lo que es común en este género de nube.

Altocumulus castellanus (Ac cas)

Son Altocumulus que presentan protuberancias que crecen en vertical, ofreciendo al conjunto una aparien-cia de las almenas de un castillo (de ahí su nombre), y tienen una base más o menos común. Estos Ac apare-cen con frecuencia dispuestos en largas líneas y por lo

tanto se aprecian mejor si la nube la vemos de forma lateral, aunque si no fuera así su apariencia almenada y de crecimiento vertical leve es inconfundible. La pre-sencia de esta especie, como luego veremos, es indi-cativa de una próxima inestabilidad.

Altocumulus floccus (Ac flo)

Son Altocumulus que presentan redondeces de apa-riencia cumuliforme, o bien penachos fibrosos pero densos. Con frecuencia la parte inferior de estos pena-chos presentan elementos rasgados que se resuelven en virgas estriadas a gran altura, formadas por cristales de hielo. Al igual que los Ac castellanus, su presencia indica una cierta inestabilidad en esa altura.

VARIEDADES

Altocumulus translucidus (Ac tr)

Una capa o conjunto de parches de Altocumulus que son lo bastante delgados como para indicar a su tra-vés la posición del Sol durante el día o de la Luna por la noche. Esta variedad se presenta sobre todo en la especie stratiformis.

Altocumulus perlucidus (Ac pe)

Se trata de un conjunto de parches, o lámina de Alto-cumulus, cuyos espacios entre sus elementos permi-ten ver el cielo azul, nubes más altas que el propio Ac, el Sol o la Luna. Podríamos pensar que se trata de una especie idéntica a los translucidus, pero en realidad los perlucidus se diferencian en que el Sol o la Luna no se cuelan a través de los propios Ac sino a través de los espacios que quedan entre ellos.

Altocumulus opacus (Ac op)

Capa, lámina o conjunto de losetas nubosas de Altocu-mulus que son capaces de ocultar el Sol de día o la Luna de noche. Es una variedad frecuente en la especie stra-tiformis. Con frecuencia esta variedad se presenta como una gran tela plana en la que aparentemente se obser-van elementos individualizados, pero ello es debido a la irregularidad y las protuberancias de la zona superior de

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la nube. A veces podemos observar parches de nubes aparentemente desgajados de esa capa o lámina.

Altocumulus duplicatus (Ac du)

Altocumulus que consta de dos o más parches o ca-pas horizontales superpuestas, muy próximas entre sí, a veces aparentemente soldadas las unas a las otras, incluso mezcladas. Esta variedad se da sobre todo en la especie lenticularis y en menor medida en los Ac stratiformis.

Altocumulus undulatus (Ac un)

Variedad introducida definitivamente por la Comisión para el Estudio de Nubes en su reunión de Copenha-gue, en 1929, que luego editaría una nueva edición del atlas en 1930. En esa edición entraron muchas de las variedades hoy consolidadas. Esta variedad se com-pone de elementos separados de forma paralela, de cierta longitud, dispuestos en filas que muestran on-dulaciones que se repiten.

Altocumulus radiatus (Ac ra)

Sistemas de Altocumulus dispuestos en bandas pa-ralelas entre sí que, debido al efecto de perspectiva, parecen converger hacia un determinado punto del horizonte. Si la capa es lo bastante extensa y cubre al observador en todas direcciones, entonces habrá dos puntos de convergencia que serán opuestos entre sí.

Altocumulus lacunosus (Ac la)

Fue la última de las variedades en ser introducida (1953) y consiste en una lámina o capa de parches que muestran agujeros, bien redondos, bien en forma de celdillas, a veces bordeados por flecos. Con frecuencia esos orificios en la capa de Altocumulus están dispues-tos de modo que recuerdan una red o panal, al igual que sucedía en esta variedad dentro de los Stratocu-mulus. En ocasiones, esta variedad ha sido descrita con el símil casi poético (pero absolutamente cierto) de recordar las formas que describe la leche sobre el mármol. Sus detalles cambian con rapidez. Esta varie-dad no suele ocupar una gran cantidad de cielo.

RASGOS SUPLEMENTARIOS Y NUBES ACCESORIAS

Los Altocumulus tienen como rasgo suplementario más frecuente la aparición de virgas, sobre todo en el caso de los Altocumulus floccus. Dada su altura y su relativo aislamiento en el cielo, en ocasiones estas virgas forman verdaderas cabelleras de gran belleza. En ocasiones, los Ac floccus virga se van disipando de modo que sólo quedan las estelas blancas de cristales de hielo, las cuales pueden ser identificadas entonces como Cirrus fibratus. Los Altocumulus presentan tam-bién en algunas ocasiones pequeñas formas globula-res que cuelgan y que conocemos como mammas.

NUBES DE LAS QUE PROCEDE Y A LAS QUE PUEDE DAR LUGAR EL ALTOCUMULUS

El Altocumulus puede surgir en la etapa de formación de algunos Cumulonimbus, alrededor de esta gran nube, aunque su formación se inicia en la etapa de Cumulus congestus. Aún así, la OMM aconseja llamar a esta nube Ac cumulonimbogenitus.

El Altocumulus, como ya hemos indicado anteriormen-te, si se presenta como floccus virga, puede disiparse en su parte superior dejando así estelas de los cristales de hielo que entonces pueden ser clasificadas como Cirrus.

Este género de nube también puede proceder de la transformación de una parte o de la totalidad de una capa de Cirrocumulus, por engrosamiento de sus pe-queños elementos cumuliformes (Ac cirrocumulusmu-tatus). También puede surgir de la transformación de un Altostratus que va perdiendo su uniformidad (Ac altostratusmutatus). Además se puede formar desde una capa de Stratocumulus que asciende y en esa ascen-sión se va subdividiendo (Ac stratocumulusmutatus).

Por otro lado, un Altocumulus puede surgir de la ex-pansión de las zonas superiores de los Cumulus en su proceso de crecimiento convectivo. En efecto, a veces estas cimas cumuliformes, en su crecimiento, pueden encontrarse con capas más estables que de-tienen su desarrollo y expanden la nube, convirtién-dola en Altocumulus.

CÓMO DISTINGUIR AL ATOCUMULUS DE OTRAS NUBES PARECIDAS

Si el Altocumulus tiene muchas zonas con sombras más oscuras, más pronunciadas, entonces podría confundirse con un Stratocumulus. Sin embargo, en general, la disposición de los parches del Ac es más re-gular que en el caso de los Sc; y además, como hemos indicado más arriba, sólo podemos decir que estamos ante un Sc si el espesor de sus elementos es mayor de cinco grados desde la posición del observador y ele-vando la mirada entre 30-40 grados sobre el horizonte. Otra forma de distinguir los Altocúmulos de los Estra-tocúmulos es a través del color que presentan cuando están bien iluminados. Los Altocúmulos son siempre grises o blancos, depende de cómo les de el sol (sal-vo en los atardeceres y amaneceres), mientras que los Estratocúmulos se presentan algunas veces con una componente azulada e incluso con tonos levemente marrones, colores que casi nunca se ven en los Ac.

A veces, los Altocumulus aparecen en grandes pena-chos que llegan a tener una cierta densidad (floccus), en ese caso pueden confundirse con Cumulus; sin em-bargo el aspecto de un Cumulus nunca es fibroso, no así el de los Altocumulus floccus que además suelen presentar estelas de virgas a gran altura, cosa muy rara en un Cumulus. Ello sin contar con la apariencia mu-cho más rotunda y voluminosa de un Cumulus.

Si el Altocumulus se presenta en capa muy extensa y uniforme puede confundirse con un Altostratus. No obs-tante, si observamos con detenimiento, el Altocumulus siempre tendrá en algún lugar partes diferenciadas, o bien protuberancias inferiores con sombras, o alguna zona que recuerde a pequeños rodillos; y en cualquier caso su apariencia con el sol brillando fuerte siempre será algo más blanca y menos grisácea que el Altostratus.

Una de las confusiones más frecuentes en esta nube es cuando encontramos una capa de Cirrocumulus cuyos elementos cumuliformes son más grandes de lo habi-tual. En tal caso hemos de fijarnos sobre todo en tres aspectos: por un lado en la extensión de los elementos nubosos que en el caso del Altocumulus no debe bajar de un grado al mirar 30-40 grados sobre el horizonte, como vimos anteriormente; por otro en su color, los Cc

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son siempre blancos, nunca grises; y si después de esto la duda todavía persistiera hemos de acudir a la apre-ciación de sombras en los elementos nubosos que en el caso del Cirrocumulus debería ser inexistente.

Finalmente, en ocasiones puede confundirse con un Ci-rrus fibratus debido a las estelas fibrosas que aparecen a veces en ciertos Altocumulus floccus formando virgas, pero en realidad esas fibras van unidas a los penachos densos y en ocasiones cumuliformes que forman di-chos Altocumulus y no se presentan exentos como en el caso de los Cirrus. Por otro lado pueden confundirse con los Cirrus floccus, pero además de la superior altu-ra a la que se presentan siempre los Cirrus, hemos de recordar que los Altocumulus tienen una apariencia me-nos pura, menos sedosa y un poco menos blanca que los Cirrus; además los Ac floccus se suelen presentar reunidos en mayor número o bien con una distribución más uniforme (con frecuencia en filas) y la apariencia cumuliforme del penacho es algo mayor.

FORMACIÓN Y CONSTITUCIÓN FÍSICA

Se forman normalmente cuando una masa de aire dentro de un sistema frontal (ya sea cálido o frío) sube a niveles medios de la atmósfera, enfriándose y con-densando. En general son masas de aire inestable que le dan esa apariencia a veces cumuliforme, y por ello con frecuencia son precursoras de empeoramiento del tiempo como luego veremos. Sin embargo, los Al-tocumulus en su especie lenticularis tienen una cierta especificidad en su formación; y es que se trata de una nube en gran medida orográfica puesto que se forma cuando un flujo de aire incide de forma más o menos perpendicular sobre una cadena montañosa, dentro de una atmósfera estable. Para ver una explicación completa de su formación consultar el apartado de Onda de Montaña en el capítulo de Nubes Especiales.

Por lo general el Altocumulus está formado por gotitas de agua subfundida en suspensión. Su densidad varía pero es mucho mayor en el caso de la especie lenti-cularis que en las demás. Cuando la temperatura es muy baja (< -30ºC) puede estar formada también por cristales de hielo, lo cual sucede con más frecuencia en los Ac floccus y Ac castellanus. En general podemos

decir que las nubes formadas por gotitas de agua son más definidas y las formadas por cristales de hielo lo son en menor medida. No son fenómenos frecuentes, pero si un Altocumulus está formado en su mayor par-te por cristales de hielo puede presentar fenómenos de irisación, coronas o incluso pilares de luz solar

TIPO DE TIEMPO ASOCIADO

Los Altocumulus, como explicamos atrás, como regla general no producen precipitación nunca, pero sí pue-den ser indicadores de próximos cambios de tiempo. Estos cambios de tiempo pueden ser puntuales y lo-calizados como es el caso de los Altocumulus precur-sores de tormenta (en concreto los Ac castellanus), o bien un tiempo lluvioso más generalizado. En concre-to es bien sabida la relación que existe entre la apari-ción de la especie castellanus y la posterior aparición de Cumulus congestus e incluso Cumulonimbus, de he-cho la propia nube de Ac castellanus puede convertirse directamente en un Cu congestus. En otras ocasiones el Ac castellanus se disipa en su base y da lugar simple-mente a Ac floccus.

Pero el Altocumulus no siempre indica estos cambios. Si se presentan de forma solitaria en el cielo en amplias capas aisladas, entonces es indicativo de buen tiempo o al menos de estabilidad. Si aparece como precursor de un frente, entonces suele surgir poco a poco como una nube extensa y bastante lisa que paulatinamente pre-senta parches, protuberancias y finalmente mosaicos de elementos, estableciéndose a varios niveles; en esos casos el Ac suele estar ligado al Altostratus.

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Altocumulus stratiformis translucidus (Ac str tr)Madrid, Canillas, hacia el sur18 de diciembre de 2006, a las 12:28f/8 1/5000 ISO100 17mm APSCL=0 CM=5 CH=0

Descripción: Día previo a la entrada de una DANA retrógrada sobre la Península Ibérica. El banco de Altocúmulos es grande, cubre prácticamente toda la bóveda celeste. Su carácter semi-transparente es obvio, se observa claramente la posición del Sol. Los elementos del Ac se pre-sentan soldados unos a otros en todo el manto nuboso, salvo en la esquina superior izquierda. No se aplica, por tanto, la variedad perlucidus en su catalogación.

Altocumulus stratiformis translucidus perlucidus (Ac str tr pe)Basconcillos del Toro (Burgos), hacia el suroeste24 de julio de 2008, a las 17:14f/8 1/1000 ISO100 17mm APSCL=0 CM=3 CH=0

Descripción: Típico manto o parche de Altocumulus stratiformis sobre el norte de la provincia de Burgos. La uniformidad en el tamaño de los elementos constituyentes de un banco de Altocú-mulos es, aparte de su tamaño, la altura y transparencia, la característica diferencial respecto a los Estratocúmulos cuando se presentan dudas en su identificación. El sol estaba situado justo encima del centro del borde superior de la foto, de ahí que los Ac se vean muy blancos y luminosos. Una vaguada con eje NW-SE atravesaba la mitad occidental de la Península Ibérica.