asociacion de anestesiologia y reanimacion

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ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION Sesión del día 25 de febrero de 1970 CONTRIBUCiól\' AL ESTUDIO DE LA METODOLOG!A ANES'ttSICA EN LA GRAN CIRUGlA ONCOLóGICA DE LA LARINGE: INTUBACióN TRANSTRAQUEAL Y ANALGESIA GENERAL ENDOVENOSA CON DOSIS FRACCIONADAS DE PROCAlNA Y R-875 F. PmcnoLLERS CoLAs lNTnoouccJÓK. -Los problemas pre, per y postoperatorios que plantea al anestesiólogo la anestesia en la cirugía radical del cáncer de laringe, la persistencia cada vez menor de la polémica entre partidarios y detractores de la anestesia general en las lruingectomías, así como las discrepancias exjstentes entre las diversas escuelas anestesiológicas sobre las ventajas e inconvenientes que dentro · de la anestesia general ofrecen las técnicas en- dovenosas en compru·ación con J os métodos inhalatorios, son hechos que nos han impulsado a presentar como mayor justificación de nuestro trabajo una nueva técnica fundamental y esencialmente endovenosa, concebida, sistematizada y regularmente utilizada en el Servicio de Otorrinolaringología adscrito a la cátedra de dicha especialidad de la Facultad de Medicina de Barcelona dirigido por nuestro querido y respetado maestro, profesor A. Azo> CAST A'&"É. En la elaboración y redacción de este escrito hemos creído oportuno y conveniente incluir: I.o Una breve reseña de la evolución que han seguido en el tranSCUl'So de la historia las diferentes técnicas anestésicas utilizadas en la laringectomía. , . 2.u Un detenido estudio de los problemas que plantea la cir ugía onco- logica ele In laringe en relación con la anes t es ia. 3.o Una minuciosa descripción de la técnica propuesta. 4.o Casuística. S.o Conclusiones y 6.o Bihliografía.

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Page 1: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

Sesión del día 25 de febrero de 1970

CONTRIBUCiól\' AL ESTUDIO DE LA METODOLOG!A ANES'ttSICA EN LA GRAN CIRUGlA ONCOLóGICA

DE LA LARINGE: INTUBACióN TRANSTRAQUEAL Y ANALGESIA GENERAL

ENDOVENOSA CON DOSIS FRACCIONADAS DE PROCAlNA Y R-875

F. PmcnoLLERS CoLAs

lNTnoouccJÓK. -Los problemas pre, per y postoperatorios que plantea al anestesiólogo la anestesia en la cirugía radical del cáncer de laringe, la persistencia cada vez menor de la polémica entre partidarios y detractores de la anestesia general en las lruingectomías, así como las discrepancias exjstentes entre las diversas escuelas anestesiológicas sobre las ventajas e inconvenientes que dentro ·de la anestesia general ofrecen las técnicas en­dovenosas en compru·ación con Jos métodos inhalatorios, son hechos que nos han impulsado a presentar como mayor justificación de nuestro trabajo una nueva técnica fundamental y esencialmente endovenosa, concebida, sistematizada y regularmente utilizada en el Servicio de Otorrinolaringología adscrito a la cátedra de dicha especialidad de la Facultad de Medicina de Barcelona dirigido por nuestro querido y respetado maestro, profesor A. Azo> CAST A'&"É.

En la elaboración y redacción de este escrito hemos creído oportuno y conveniente incluir:

I.o Una breve reseña de la evolución que han seguido en el tranSCUl'So de la historia las diferentes técnicas anestésicas utilizadas en la laringectomía. , .2.u Un detenido estudio de los problemas que plantea la cirugía onco-

logica ele In laringe en relación con la anestesia. 3.o Una minuciosa descripción de la técnica propuesta. 4.o Casuística. S.o Conclusiones y 6.o Bihliografía.

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364 A."'IAI.ES. SECCIÓN ClRUCÍA

HrsroruA. -La cirugía del cáncer larú1geo, como señala BlSI, empieza

a mediados del siglo XIX, al descubrir el español MANUEL GARCÍA, en 1854

la laringoscopia indirecta. Tuncx, en 1857 y CZEfu\LUC utilizaron por primera vez el descubri­

miento con fines clínicos, hecho que permitió el diagnóstico precoz de la

neoplasia laríngea y con él su operabilidad. Hasta este momento la cirugía

del cáncer de laringe se limitaba a t raqueotomizar al paciente con síntomas

de asfixia grave, abandonándolo luego a su suerte.

No ha sido fácil , el camino recorrido hasta llegar a alcanzar en la ciru­

gía radical de la laringe la actual perfección técnica. Una vez más, ha sido

el siglo XLX, el siglo de los cirujanos como le llama JURGEN THonWALD quien

nos ha aportado el nuevo "atrevimiento quirúrgico": la laringectomía.

Sigamos con ScHWAR'IZ y DEvnm los pasos de los pioneros de la men­

cionada intervención.

Hay noticia de que fue Czen:-.•y quien realizó las primeras laringecto­

mias experimentales en perros.

En 1829, ALBE:RS extirpa la laringe de un perro que vivió 9 días.

Debe lranscurrir un cuarto de siglo hasta que LANGENBECK (1854),

KoBERLE (185G) y HUETER, proponen la laringectomía en cl1nica humana.

El 31 de diciembre de 1873, BILLROTH practica la primera Jaringeclo­

mía que la historia conoce en un ser humano, presentando la descripción

detallada de la intervención su ayudante GusSENBAUER, el 11 de abril del

1874 en el III Congreso de la Sociedad Alemana de Cirugía. La operación ~

duró una hora y cuarenta y cinco minutos, se insertó una laringe artificial,

falleciendo el paciente un m1o más tarde por difusión metastásica de la

neoplasia. En abril de 1874, HEnm, de Praga, efectúa la segw1da laringectomía

total. El paciente sobrevivió seis meses.

En junio de 1874, MAAS, de Breslau, practica la tercera laringectomía.

Qnince días después el paciente fallecía en el curso de una complicación

neumónica. Ell2 de agosto del mismo af10, SctL,mYr, de Frunkfurt, realiza la cuarta

laringectomía de la que se tiene noticia. El paciente murió a los cuatro

días por colapso periférico.

BrLLl\OTH, el 11 ele noviembre de 1874, practica su segunda laringec-

tomía, falleciendo el enfermo al cuarto día por bronconeumonla. .

En 1875, BoTTlN1 (Italia) consigue por primer<t vez en un pactente

l<u·ingectomizado una supervivencia de varios años con reanudación nor-

mal del trabajo l1abitual. ,

El 28 de julio de 1875, LANGENUECK realiza ln primera laringectom•a

total amplificada con extirpación de epiglotis, hioides, un tercio de l,a len­

gua, porción anterior y lateral de la faringe, parle del esófago, glandulo

submaxilar y vaciamiento ganglionar cervical del lado afecto.

A pesar ele todo, los frnl'asos quin'u·¡1;ícos i1 1lra y poslopcmtorios se suce-

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PUIGDOLLERS. INTUBACIÓI\ TRAl'\STRAQUEAL 365

den con alarmante frecuencia y no debe extrañarnos que se inicie una reac­ción en contra de dicha intervención, que culmina en el Congreso de Ciru­gía, celebrado en Londres el año 1881, en el transcurso del cual la mayoría de asistentes manifestaron su escepticismo proponiendo fuera rechazada.

En realidad la alta cifra de mortalidad registrada se debía a : técnica anestésica defectuosa; hemonagias intraoperatorias; neumonías postoperato­lias por aspiración e infección séptica de la herida.

A GLüCK, SoERENSEN, TROTTER, TAPIA v más recientemente PIETRAN­

TO~r, MONTANDOK, Azoy entre otros, debemÓs la puesta a punto y rehabi­litación definitiva de la intervención.

El empleo de la anestesia general en la laringectomía va ligado intima y fundamentalmente a la introducción y progreso en anestesiología de las diferentes técnicas de intubación traqueal sin las cuales, aquella hubiera constituido en el 100 por lOO de los casos un serio peligro para la vida del paciente.

La utilización de agentes anestésicos no inflamables, sea por vía ando­venosa, sea por vía inhalatoria, ha contribuido también, aunque en mucha menor escala en la práctica y divulgación ele la anestesia general en este tipo de cirugía.

VESALlO, en 1542, inb·odujo por primera vez un tubo dentro de la tráquea, no habiéndose aclarado si fue a través de la laringe o a través de un traqueostoma.

;; En 1667 ROBERT Hoo.K repite el experimento en un perro. En 1827, el francés J. LEROY, cita el uso de la intubación endotraqueal

en la reanimación del ahogado. JlioN Sr-.ow (Inglaterra), en 1858, describe el uso de la anestesia ando­

traqueal a través del orificio de tra'J.ueostomía en e l curso de experiencias 1:ealizadas sobre animales, practicadas con el fin de estudiar la acción fisio­lannacológica del cloroformo.

En 1871, FRlEDRICH TRENDELENBURC (Alemania) usa un tubo endotra­~{ueal que conectaba a un embudo cubierto con una gasa sobre la cual de­Jaba caer gota a gota el agente anestésico inhalatorio. Inb·oducía el tubo a través de un estoma traqueal A él se debe también el uso de un balón o manguito hinchable destinado a prevenir la aspiración inb·ab·aqueal de san­gre Y secreciones (fig. 1). . En 1881, el escocés vVlLLIAJ\r M1\CEWEK describe un tubo metálico que mtroclucía en tráquea a tmvés de la boca, por tacto, guiándose con los dedos. Taponaba la faringe con gasas para evitar la inhalación de sangre Y secreciones.

En 1887, J. O'DwYER (Estados Un idos) propone la intubación laríngea para evitar la asB.xia en los casos ele difteria laríngea grave.

~n 1895, MAYDL (Ausb·ia), utiliza el tubo de O'Dwyer en anestesia, co­nectandolo al embudo cubierto con gasa ideado por TREKDELE!'\BURG.

V. EISEl\?.m.--cER, en 1895, asocia las técnicas de TTendelenburg y Maydl

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366 ANALES. SECCIÓ~ CffiUCÍA

empleando un tubo semirdgido de boca ancha provisto ele un manguito de neumotaponamiento situado en el extremo distal. Dicho manguito esta­ba conectado con un baloncito-testigo externo indicador del grado de insu­flación.

Bol oon tcc <:-he c t, ttle 1nt rot•on of cul f

- Cu ff

t i e

pod

F tc. l.- Sistema primitivo de anestesia t.·nnstraquea l ideado por TREN DEL ENUURG. • (Según ScuwAR'I'Z y 0EVDIE: Some Historical Notes about tbe First Laryngectonues. "Laryngoscope: 69, 194, 1959.)

En 1900, KUHN (Alemania) hace conshuir un tubo semirrígido que in­troduce mediante palpación digital.

En años sucesivos describe la inlubación nasotraqueal, la aplicación local de cocaína en mucosa nasofaringea y laríngea para prevenir tos Y reflejos vagales y hace hincapié en las buenas condiciones operatorias que proporciona la intubación traqueal.

Se haría interminable citar a todos aquellos quienes en mayor o menor escala han contribuido al progreso de la técuica ele intubación traque~. Por otra parte, con frecuencia, se trata de redescubrimientos o de modi­ficaciones introducidas a técnicas descrilas con anterioridad. No obstante, no podemos silenciar Jos nombres ele MAGILL y Rowo'THM<r que en el lrans­curso de la primera guerra mundial pusieron definitivamente a punto Y divulgaron el método.

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PUlGDOLLERS. INTUBACIÓN 'fRANSTRAQUEAL 367

Es curioso señalar que las primeras laringectomías fueran practicadas

con anestesia general. La técnica seguida fue la preconizada por TRE:-.'DE­

LEN13URG anteriormente citada. Lo imperfecto de la técnica e instrumental, las graves complicaciones

respiratorias intra y postoperatorias que se producian, 1a introducción e.n

1884 por KARL KoLLER de Bohemia de la cocaína como anestésico de su­

perficie y el empleo al año siguiente por WILLIA.M Ru.sTEAD de la co­

caína como analgésico troncular, así como los ulteriores avances de la

analgesia local hicieron que esta última fuera ganando adeptos hasta el

extremo de eliminar prácticamente la anestesia general en la citada inter­

vención. últimamente, como observa PIETRANTONJ, la analgesia locorregional en

otorrinolaringología ha perdido bastante terreno y probablemente lo hubiera

perdido del todo a no ser por la perfección lograda en las técnicas de pre­

medicación y anestesia basal. No obstante, personalmente, nos atrevemos a pronosticar que en años venideros, la tendencia a emplear tócnicas anesté­

sicas generales en dicha especialidad quirúrgica se generalizará incluso en

aquellas intervenciones que por su brevedad y cru·ácter ambulatorio parecen,

lógicamente, ser aún tributarias de la analgesia local.

Este fenómeno que vivimos diariamente, qtúenes trabajamos como anes­

tesi6logos en un Servicio de otoninolaringología reconoce diferentes causas

que podemos reducir en la práctica a las sigui·entes: 1.0) Mayor perfeccionamiento de las actuales técnicas de anestesia ge­

neral. Citemos enb·e ob'as las aportaciones, ensayos, trabajos y eJo.:periencias

que en este sentido debemos a BASTIAi'\'INI, TOURATh"E, SABA, MOI\'TA~'DO~,

L!TTLE, FEunSTEIN, CHES1'ER y LEWIS, LOEN:-IECKEN, etc., etc.

2.0) Necesidad de cuidados pre, intra y postoperatorios que requieren la

presencia de un médico especiaüsta en anestesiología y reanimación, incluso

en aquellas intervenciones reaHzadas bajo analgesia local. 3.0

) La analgesia local es "ciega" (no se puede conb·olar y graduar una

vez establecida); es inconfortable para el paciente y, por último, trunpoco

está exenta de incidentes y compHcaciones como demuestran los trabajos de

Gunn y SAcas; LEcco y PEUUCCI; DE MA11.'r1NI; BAHt.l'E'r, ele., etc.

PROBLEMAS QUE PLA:o<TEA LA CIRUGÍA ONCOLÓCICA DE LA LAlUNCE EN TIE·

LACIÓN CON LA ANESTESIA. -La anestesia general en otorrinolaringología

ofrece unas características, plantea unos problemas que no se observan en

otros tipos de cirugía, hasta el extremo que nos atrevemos a nfirmru· que si

a.lguna especialidad quidugica requiere una metodología anestésica dis­

tmta, es precisamente la Otorrinolaringología quien con más evidencia lo demuestra.

Es obvio que la gran cirugía laríngea no constituye una excepción a la regla.

Vamos a cs l11<liar con clrl·t't tc:iún. todos y t·acla 11110 Llc los problemas ~

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circunstancias que en dicho tipo de cirugía concmren, pues de su conoci­miento y resolución depende en gran parte el éxito de la empresa.

A) Problemas preoperatorios. -Aparte de los comunes a cualquier oho tipo de paciente o intervención consisten fundamente en alteraciones ligadas a la presencia del tumor laríngeo y a la edad.

1.0 Alteraciones del S.N.V .. - a} Hípersímpaticotonía. Es debida: - Al temor y preocupación frente al dolor qtúrúrgico, complicacio­

nes y posible mutilación fonatoria. La hiperadrenalinemia concomitante contribuye claramente a provocar una hipersensibilización del automatismc cardíaco (CM;NON, MEEK, H ATITAWAY y ÜRTH).

- A la insuficiencia ventilatoria presente. b) Hipervagotonía. Según Dr Groncr, Russo y GALASSI, la mayor parte

de los portadores de una neoplasia laríngea presentan una hipertonía vaga! que explicaría la resistesncia que presentan a la acción de la atropina y que lógicamente pensamos, contribuiría también a explicar los trnstornos cardio­circulatorios y respiratorios que en curso operatorio presentan alguno de di­chos pacientes.

2.0 Alteraciones metab6licas.- a) Reducci6n del metabolismo basal (unas 35 calorías por término medio) (fig. 2).

FtG. 2. - Gráfica del metabolismo basal en relación con la edad. (Según .1. 1\lJGUEL: "Anales clcl Instituto Corachan": Año 1950; pilg. 101.)

b) Alteraciones del equilibrio hicl1'0electrolíUco. e) Hipoproteinemia. Afecta sobre todo a las albúminas y según BRU·

NETTl y CrocATTO suele ser de aparición más tardía en los tumores la­ríngeos que en los de la epiglotis, retrocricoideos o hipofaríngeos.

3.0 Insuficiencia l!epatorcnal.- Impide una normal y eRca7. desintoxi­cación \' eliminación de los f¡\rmacos administrados.

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PUTGDOLLERS. Th'TlJBACJÓ:-( TIIA.'iSTRAQUfu\L 369

4." Insuficiencia cardiovascular.- Es debida a arterioesclerosis (37 %), hipertensión arterial (30 %}, miocardioesclerosis, alteraciones de la conduc­ción, insuficiencia coronaria, "cor pulmonale" crónico (SABA), etc., etc. Todo ello explica el que las reacciones de defensa y compensación est6n suma­mente limitadas así como la lentitud del tiempo circulatorio.

5.o Insuficíencí(1 verttilatoria. Es debida a: - La obstrucción de la vía respiratoria por el tumor. - La irritación o flogosis crónica de la vía respiratoria subyacente a la

obstrucción. - La insuficiencia respiratoria típica del paciente geriátrico por: - Rigidez costovertebral (30 $). - Enfisema pulmonar. - Esclerosis pulmonar. - Bronquitis crónica, etc., etc.

Provoca: - Hipoxia. - Hipercapnia (más tardía l]_ue aquella según SPADOLINI}. - Esfuerzo ventilatorio máximo. B) Problemas intraO"peratorios. -1.0 Interferencia entre el campo de

acción del anestesiólogo y del operador.

2.0 Dificultades en la intubación endotraqueal.-Son debidas a la pre­sencia del tumor laríngeo sob¡;e todo cuando éste invade e infiltra la epiglotis impidiendo su movilización y con ello la visualización de las cuerdas vo­cales.

3.° Complicaciones respiratorias. -a) Tos y Bucking. F1·ecuentes siem­pre que la profundidad anestésica no sea superior al primer plano del tercer de GUEDEL. Prevenimos y yugulamos su aparición con Lomisat (Clorhidm­to de 1-P-Ciorofenil-2-3-dimetil-4-dimetilamino-2-hidroxibutano) por via en­dovenosa. BRUNETTI aconseja el bloqueo anestésico sensitivo del nema laríngeo superior.

b) Peligro de aspiración intratraqueal. Lógica consecuencia del apar­tado 1.0 es la posibilidad de la inhalación de sangre, secreciones y fragmentos tisulares neoplásicos.

e) Enfisema mediastínico. Por lesión de la fascia cervical profunda y ner1motorax por ruptura de la pleura mediastínica si la presión del aire es muy fuerte.

d) Depresión o pa?"O 1·espirator·io. Se observa con c:ierta frecuencia y re­conoce diferentes orígenes según el momento o etapa de la intervención:

- Durante la narcosis y especialmente en estos enfBl·mos, el gobierno de la respiración está fundamentalmente a cargo de los quimiorreceptores aó~ti~os )' carotídeos, ya que el centro respiratorio, por una parte, está de­pnm¡do y, por otra, presenta un aumento del umbral de excitabilidad frente

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:3í0

a su estimulante específico que es el C02• Si tenemos en cuenta que aquellos responden más y mejor a la hipoxemia que al aumento de la tensión del gas carbónico sanguíneo, fácilmente comprenderemos que después de la intubación o de la traqueotomía la correcta oxigenación, junto con la elimina­ción del co2 acumulado, pueden provocar un paro respiratorio.

- Estimulación vagal refleja durante las maniobras de disección ele los pecHculos laríngeos y del paquete vasculonervioso del cuello.

4.° Complicaciones cardiovasculares.- Son peculiares de esta cirugía las siguientes:

a) Shock. Aparie del hemorrágico, común a cualquier tipo de interven­ción grave puede reconocer diversos orígenes según el momento operatorio:

- Después de 1a intubación o traqueotomía la brusca y alarmante caída lensional depende de los siguientes factores:

- Eliminación súbita del C02 acumulado. - Progt'esiva disminuci6u del efecto vasoconstrictor ele la adrenalina

en aquellos casos en los que la traqueotomía se ha practicado bajo analgesia local.

- Estirnulacíón vagal en un paciente hipervagotóníco. - Durante las maniobras de disección de los pedículos laríngeos o del

paquete vasculonervioso del cuello la hipotensión puede ser debida a: - Estimulaciones del seno caroUdeo bien estudiadas por fun!A_\'S,

BouCKAERT, REGNIER y PIETRANTONI, cuyo punto de partida son los preso- < l'l'eceptores del seno carotídeo que transmiten los impulsos recibidos al Centro

111 IV

Frc:. J. Variaciones del umbral de la estim ulación del nervio·vago. Perro de 14 k!f b~jo anestesia con cloralosa; curva·coutrol de presión sanguínea a 146 mg/llg: I, aphca.cwn de un estímulo fará<lico al segmento cervical del vago izq ujerdo. 11, aplicación de! miSmo rSiimu lo al segmcuto superior torácico. !([, idéntica estimulación del segmento infenor torá·

cico. IV, aplicación del mismo estimulo a nh·cl del segmento abdominal. (Scglin BuasTEtli y col.: .. Considcracione~ fundamentales en anestesia", pág. 174, año 1958.

Ediciones Toray.)

'"

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PUJGDOLLEl:\S. INTUBACIÓN 'Llt.'\KSTJ:IAQUEAL 311

vasomotor a través del nervio del seno (rama del IX par o glosofaríngeo) el cual, a su vez, los transmite a través del sistema parasimpático al aparato cardiovascular.

- Reflejos cardíacos del árbol traqueobronquial. Son reflejos vago­vagales cuyo estímulo aferente se transmite por medio de las fibras para­simpáticas de la laringe y de la tráquea y cuya vía eferente corre a lo largo de las ramas cardíacas del vago (BuRSTEIN, LOPINTO, NEVVMAN).

- Estimulación directa del nervio vago a la altura del segmento cer­vical (BuRSTEIN, MARTIN y RoVENSTINE) (fig. 3).

b) Anítmias. Suelen tener poca transcendencia clínica. Su etiopatogenia es similar a la del shock antes citado y pueden facilitar su aparición ciertos agentes anestésicos del grupo de los halogenaclos sobre todo si se admi­nistra un fármaco vasoconstrictor (KunTZ, BENNETT, SHAPIRO, ADELMAN, et­cétera) (fig. 4).

. ' .

B , . ~ .. ~, ·. ·•, ·.· .· . ,

. .

¡'!0· 1 4 · - T razado electrocardiográfico q ue demuestra el desarrollo de una fibrilación ven·

¡ •cudar en . un perro anestesiado con ciclopropa11o después de la inyección de menos de 0,{)1 mg e a renalina por kg: E, fibrilación ventricula r a Jos 42 segundos de haber inyectado la

(Se · B adrenalcna. guu URSTEtN y col. Citado por Buas·ratN "Consideraciones f undamentales en anestesia",

pág, 124, año 1958. Ediciones Toray.)

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372 ,\NALES. SECCIÓN CU\OGÍA

e) Embolia gaseosa. Previsible en el curso de vaciamientos ganglionares amplios y meticulosos, sobre todo en enfennos con yugulares esclerosas y frágiles. Ampliamente est1.1Cliada y descrita por PIULACHS y TRENDELEN· nunc, la hemos visto en 11na sola ocasión en la que se aplicó inútilmente la técnica de KomvENHOVEN, J®E y l<NJXERBOCKEE.

III problemas JJostoperatorios.- A) .Insuficiencia ventilatOI'ia aguda. Puede ser debida a:

- Depresión respiratoria central o periférica de origen anestésico o preanestésico.

- Obstrucción de la cánula de Krisbaber. - Sección del sistema venoso yugular superficial y proftmdo que

origina un estasis venoso y edema cerebral que dete1mina la inhibición de los centros respiratorios encefálicos y bulbares.

- Vendaje excesivamente compresivo. - Bronconeumonía postoperatoria de aparición más tardía.

B) Hipotensión. C) Infecci6n local clJe la herida. D) Enfisema de cara y cuello.

Es un incidente poco frecuente; nosotros lo hemos visto en dos ocasiones. Puede ser debido a un ajuste deficiente de la cánula de KrusHABEll a la pared de la tráquea o a que su e:d:remo distal quede situado por encima del traqueostoma anestésico. :

E) Linforragia. Es debida a tma lesión accidental del conducto torácico a nivel del confluente yugulosubclavio en los vaciamientos ganglionares iz.

quierdos. Se b·ata de una complicación rarfsima que personalmente no hemos tenido ocasión de ver nunca.

TÉCNICA PROPUESTA. -En la continua búsqueda de un método anes­tésico eficaz y seguro a emplear en la gran cirugía oncológica de la laringe, hemos ensayado una técnica farmacológica, il1Strumental y de montaje inédita que creemos resuelve satisfactoriamente cuantos problemas anestésicos plantea la mencionada cirugía. ,

El punto de partida o fuente de inspiración de este nuevo método aneste· l

sico ha sido la llamada anestesia sin narcosis, anestesia vigil o ncuroleptoanal­gesia como prefieren denominarla MUNDELEER y DE CASTRO y que podríamos definir como aquella técnica anestésica que asocia un neuroléptico con un analgésico central. NADIA nu BouCHET y JEAN LE BtuGAND incluyen denb·o del grupo de los neurolépticos:

- Los derivados de las fenotiazinas (Largactil, Fenergan, etc.). - Los derivados de las butitofenonas como el Haloperidol y !a Halo-

anisona estudiados por DELICNE en Francia, DE CASTRO y MuNDELEER en Bélgica y MIGUEL y NALDA FELIPE en España. .

- Otros neurolépticos no fcnotiazinicos ni derivados de las butírofenonas

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:

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PlilGOOLLERS. I~TI 8 .\CIÓ:-; TRM\STRAQ1JEAL 373

como son el Taractan o RO: 4-0403 estudiado por R.-\VN, MADSEN, GELLER, ARNOLD, PuJGDOLLERS y SALA, y el Domina! o LG-206 introducido también por DELtCNE en Francia.

Bajo oeuYoleptoanalgesia el paciente está consciente, totalmente indife­rente ya que está desconectado tanto desde el punto de vista psíquico como neurovegctalivo y, por último, no siente el bisturí: Ataraxia y analgesia de6nen pues la neuroleptoanalgesia.

De los cuatro componentes que cabe distinguir y segregar en el concepto de anestesia (Hipnosis o pérdida de la conciencia, analgesia o supresión de la sensibilidad dolorosa, relajación muscular y disminución o anulación de la actividad neurovegetativa) la neuroleptoanalgesia aprovecha y utiliza el se­gundo y último de los citados elementos.

No obstante, al iniciar nuestras experiencias, pensarnos que conservar la conciencia en pacientes sometidos a intervenciones tan cruentas y radicales como las que nos ocupan, sería m1 error. Por ello pensamos que el ideal seda combinar hipnosis y analgesia con la neurolepsia. Frente a la new·olep­toanalgesia oponemos pues en la gran cirugía oncológica de la lminge la hipnoneuroleptoanalgesia que, esencialmente, conseguimos en nuestro método mediante la asociación de los siguientes fármacos: Procaína, R-875 y Halope­ridol administrados por via endovenosa a dosis fraccionadas. Nuestro método debe pues ser incluido dentro del grupo de las anestesias generales endove­nosas.

I. Posición.- El enfermo se coloca sobre la mesa de operaciones en posición de decúbito supino. Debajo de los hombros se coloca tma almohada y debajo de la cabeza, levantándola sobre el plano de la mesa, se coloca otra. Esta última se retirará una vez practicada la intubación orotraqueal con lo cual la cabeza y el cuello quedarán en la posición quirúrgica u opera· toria de hiperextensión forzada. En equellos casos en los que la traqueotomía previa se practique bajo anestesia local se prescindirá como es lógico de la segunda almohada. A continuación se fijará sólidamente la cabeza a la mesa de operaciones mediante una tira de esparadrapo y se colocarán las tallas y los campos.

U. Preanestesia. - Ha consistido en los primeros casos en la adminis­tración endovenosa de 2 miligramos de ab·opina, 200 miligramos de Atarax Y 25 miligramos de Dolantina. Posteriormente reemplazamos la mezcla de Dolantina y atarax por 5 miligramos de Haloperidol. Señalemos que la dosis de atropina es el doble de la conientemente utiljzada en otros tipos de cirugía con el .Bn de neutralizar la hipertonia vagal ya citada.

Se ha preferido el halopericlol a olros netu-olépticos porque, aparte de la. exc~lente protección neurovegetativa que con.S.ere, carece de propiedades hipnóticas, posee una gran actividad antiemética y aumenta signHlcativa­mente la saturación de oxígeno duranle la anestesia como ha demostrado SliEILA KENKY.

Aprovechando la inyección de la mezcla preanestésica se ha. canalizado

2.

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374 AXALES. SECC!ÓX cmuCÍ \

una vena de la exh·emidad superior o inferior mediante una aguja de grueso

calibre y se ha dejado instalado un sistema de per.f usión con 500 ce de suero

glucosado o glucosalino. El calibre se ha escogido pensando en la posibilidad

o necesidad de una transfusión sanguínea. Se ha prescindido sistemáticamente y deliberadamente de una preme­

dicación más potente para interferir lo menos posible la capacidad ventilato­

ria, ya de por sí muy exigua, que presentan este tipo de pacientes. Por

idéntica razón se ha preferido la vía endovenosa a las otras. III. Inducción. - Desde un punto ele vista cronológico, la inducción

puede según cada caso ser anterior a la intubación oroh·aqueal, posterior a la misma (si ésta se ha practicado bajo anestesia tópica) o bien, posterior H

la traqueotomia previa realizada bajo analgesia local. Se ha efectuado siempre utilizando un barbitúrico ultracorto, el N-Metil­

Ciclohexenil-Metil-Barbiturato sódico, a la dosis media de 500 mg en solu­

ción al 10 $ con agua bidestilada y un miorrcsolutivo de síntesis como es

el Flaxedíl o Triyodoelilalo de Gallnrnina, cuya dosis media ha sido ele

80 mg. Si bien, en general, es indiferente el tipo de barbiturato a elegir, no

ocurre lo mismo con respecto al relajante muscular. Hemos seleccionado

deliberadamente el triyocloetilato de gallarnina porque creemos reúne las

condiciones fundamentales que exige la anestesia general en la laringec­

lomía: 1.0 Tiempo de apnea o parálisis respiratoria más corto que con otros

mionesolutivos a excepción de la succinilcolina. 2.0 Posibilidad, en su calidad de relajante muscular antidespolarizante

o competitivo, de ser neutralizado eficazmente por los fármacos antícolines­

terásicos, cosa que no ocurre por ejemplo con la succioilcolina. Ambas cualidades son muy interesantes en este tipo de cirugía, puesto

que es absolutamente imprescindible que el enfermo respire espontáneamente

una vez practicada la traqueotomía, momento en el que se cambia el tubo

orab·aqueal por el translraqueal, y al finalizar la intervención, cuando el

tubo endotraqueal acodado se substituye por la cánula metálica de traqueo·

tomía. Ambas maniobras, desconectan atmque sólo sea durante un breve

periodo de tiempo el paciente del aparato de anestesia, con el xiesgo de

hipoxia consiguiente, no por transitoria menos peligrosa. IV. lntubaci6n. - La intubación orotraqueal de entrada, pxevia a In

traqueotomía con el fin de practicar esta última bajo anestesia general, tiene

como señala Azoy sus inconvenientes y sus ventajas. Entre los primeros figw-a11: - Posibilidad de desencadenar un espasmo grave ante la eventualidnd

de no poder penetrar por un espacio casi impracticable. - Peligro de mt•e•tc por asfixia. - Provocación de hemouagias que ocasionen efectos sofocantes. - Arrastre y siembra broncopulmonar de porciones neoplásicas des-

Page 13: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

1 :

prendidas por la fticción del tubo, sobre lodo en pacientes portadores de tumores vegetantes y ulcerados.

Entre las seguntas citamos: - Mayor sedación y confort para el pac~ente .

- Oxigenación precoz . - Técnica de traqueotomía facilitada por la presencia de la sonda

traqueal. - Posibilidad de una actuación quirúrgica más lenta, más segura y mejor

reglada. Por lo dicho anteriormente es absolutamente imprescindible practicar

una explotación laringoscópica preoperatoria que nos proporcionará el infor­me sobre el grado de permeabilidad de la vía de aire. Rutinariamente, practicamos dicha investigación, mediante laringoscopia indirecta combi.nada con laringoscopia directa, previa anestesia tópica. Ello nos permite clasificar a los enfe.rmos en "franqueables", en los cuales la inducción anestésica puede preceder a la intubación e "infranqueables", e.n los cuales la intubación debe preceder a la inducción, si no queremos poner en peligro la vida del pa­ciente.

En lineas generales podemos afirmar que los tumores que nos pueden plantear problemas más difíciles de intubación son los que asientan a nivel de la epiglotis, porque ésta se transforma en un órgano rígido e impiden su desplazamiento. En cambio no nos preocupan tanto las neoformaciones de locali7~'lción subglótica siempre franqueables mediante un tubo semirrígido de calibre adecuado.

En los pacientes "franqueables" la intubación orotraqueal se practict~ como ya hemos dicho, después ele inyectar los fármacos de inducción seg(m 1~ técnica yn descrita. A continuación se practica la traqueotomla según téc· mea r1ue más tarde describil"emos.

En los pacientes "infranqueabl·es" preconizamos dos sistemas: a) Si es posible visualizar la glotis, previa anestesia tópica y laringos­

copia directa, realizamos la intubación orotraqueal en el enfermo despierto y seguidamente inyectamos la mezcla de drogas preanestésicas, barbitÚJico ultracorto y relajante muscular. A continuación, sin prisas, sosegada y regla­da~ente )" con tm paciente bien oxigenado el cirujano practica la lraqueo­tomm.

b) Si es imposible visualizar la glotis, se practica la traqueotomía de entrada bajo analgesia local.

Una ve-=: practicada la traqueotomía sea cual htere 1a técnica empleada se reali:t.a sistemáticamente una limpieza y aspiración, lo más amplia posible de las secreciones traqueobronquiales remansadas por debajo de la estenosis. A_ continuación se il1troduce, a través del estoma traqueal provisional la canula acodada provista del manguito de neumotaponamiento, la cual se conecta con el aparato de anestesia. Seguidamente se insufla el manguito. Esta maniobra debe hacerse después y no antes de verificar la conexión

Page 14: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

376 AXAI.ES. S IO:\.CIÓX C IHUCÍ-\

para evitar, bajo el control de la bolsa o concertina respiialorias, uua insufla. ción excesiva o i.l1suficiente.

Comprobamos también sistemáticamente que el extremo distal de la cá­nula no roce carina o se illtrocluzca en un bronquio, en especial el derecho. Para ello auscultamos rutinariamente ambos hemitórax y vigilamos la pre­sencia de resistencia a la insuflación.

Para poder efectuar el cambio de la cánula orotraqueal por la trans­traqueal con elegancia, rapidez y la máxima asepsia hemos utilizado dos aparatos de <Ulestesia: Uno, el conectado con la C<lnula orotraqueal se ha situado en el extremo cefáüco de la mesa de operaciones. El otro, que una vez practicada la u·aqueotomía se empalmará con la cánula acodada se ha emplazado en el exb'emo opuesto, disponiendo el tubo o tubos corrugados, por encima del abdomen y tórax del paciente e inmediatamente por debajo de las tallas estériles, de manera que la pieza distal del aparato portadora de la válvula espiratoria, quede situada exactamente a la altma del estoma u·aqueal.

Este montaje especial ideado, experimentado y puesto en práctica en el Servicio de O.R.L. de la Facultad de Medicina de Barcelona, creemos ha simplificado, mejorado y facilitado enormemente, tanto la técnica anestésica en sí como la propiamente quirúrgica u operatoria (6g. 5).

Frc. S

Page 15: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

PUlCDOLLERS. !NTUllAC!ÓN THANS'l'HAQUEAL 377

V. Mantenimiento.- Se ha conseguido administrando dosis fracciona­

das de la combinación farmacológica que a continuación describimos: En un frasco de vidrio de 10 ce de capacidad, provisto de tm tapón de

goma perforable, se introducen y mezclan 9 ce de una solución de procaína

al 25% y l ce o sea lO mg de Palfium. Cada ce de la mezcla contendrá pues 225 mg de procaína y 1 mg de Palfium.

Las diferentes fracciones se han inyectado, pinchando a través de la goma del tubo de perfusión o a través del tapón de goma de una conexión

especial para anestesias endovenosas. La dosis inicial, administrada inmediatamente después ele la inducción ha

sido por término medio de unos 2 ce. Las dosis sucesivas han sido en general

de 1 ce adaptándose siempre a las necesidades del paciente y al plano o pro­

fundidad anestésico requerido. Con el fin de reforzar la hipnoneuroleptoanalgesia conseguida y para

evitar, sobre todo, que el enfermo, en algún momento dado de la intervención tuviera conciencia del acto quirúrgico, unas veces se ha administrado una

mezcla de protóxido de nitrógeno y oxígeno y en otras ocasiones se ha instalado un sistema de perfusión a base de procaína y suero glucosado al 1 %.

últimamente hemos substituido en algw1as ocasiones la procaína al l % y el óxido nitroso por inhalaciones intermitentes de fluotbano.

De vez en cuando se han adminisb·ado pequeñas dosis de hexobarbital y flaxedil.

La procaína, descubierta por ElNHORN en 1905, empleada por vía ando­venosa con diversos fines y estudiada, entre otros, por GoRDON, FRASER y

KnAFT, MIGUEL, etc., etc., fue utilizada por nosotros, por prin1era vez, a dosis fraccionadas en el año 1959.

La aparición del Palfium, sintetizado por JANSSEN, estudiado por DELIGNE

Y GILLIEs en Francia y Nalda Felipe, MIGUEL y nosou·os en España, nos

indujo a ensayar la asociación de ambos fármacos y a estudiar clínicamente la administración de la mezcla resultante en la forma anteriormente descrita.

En la procaína hemos buscado fundamentalmente: - Su acción hipnoanalgésica cenb·al y perifédca (IsEMBERG), esta últi­

ma, interesante sobre todo para prevenir los estímulos en áreas reflexógenas (senos, pedículos laríngeos, etc., e tc.).

- Su acción ganglioplégica. La novocaína bloquea el impulso nervioso a nivel de las sinapsis ganglionares, posee pues una acción nicotínica sim­

pática y parasimpática y una actividad muscarínica paralizante a nivel de

l~s t~n_ninaciones parasimpáticas, acciones importantes pensando en la hiper­stmpahco y parasimpaticotonia de estos enfermos.

- Acción antiarrítmka, bieu estudiada por BunsTEI:-;~ y colaboradores. Del palfium nos ha atraído: - Su polcntisima acción ~nalgésica. - Su ausencia de acción hipnótica (DAVID y DELIGKE).

- La inhibición del reflejo lusígeno durante la intervención.

Page 16: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

378 A~ALES. SI::CClÓN CIRUGÍA

Al asociar Pafium y Procaína hemos conseguido neutrabzar la excesiV<l

depresión respiratoria provocada por el R-875, pues la adición de las acciones

analgésicas nos ha permitido reducir las dosis del morfinomimético.

Actualmente hemos adnptado a la técnica descrita, las últimas innova­

ciones surgidas en el campo de la Neuroleptoanalgesia, reemplazando el

haloperidol por el dehidrobenzperídol y substituyendo el Palfimn por el

Fentanest. No obstante el esquema de aduac.:ión anestésica, t¡uc constituye la base

de nuestro trabajo, sigue vigente y perfectamente adaptable a los futmos

avances que pueden aparecer en el campo de la farmacología.

MATERIAL EMPLEADO.- El material de anestesia u tilizado ha sido el

siguiente: l. Aparato de gases para circuito abierto, semicerrado y cerrado tipo

Dameca. 2. Aparato de gases para circuito abierto, semicerrado y cerrado tipo

King modificado por nosotros (fig. 6).

Fto. 6

3. Material de intubación orotraqueal que consta de:

Un laringoscopio. . . - Un juego de tubos orotraqueales, incluyendo los calibres infantiles

más pequeños por :.i la estenosis de la vín de aire los hace llecesarios.

Page 17: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

PUIGD0LLE11S. lNTUllACIÓN TRANSTRAQUEAL 379

- Un fiador metálico semirrigido y maleable. - Conexiones de goma y metálicas, rectas y anguladas tipo Cobb y

Rowotbam. - Pinzas Magill. - Venda de gasa húmeda para taponamiento.

4. Material de intubación transtraqueal compuesto por: - Un juego de cánulas acodadas con neumotaponamiento. - Pinzas de Kocher vestidas. - Jeringuilla para insuflar el manguito. El material reseñado en este apartado debe estar rigurosamente esteri­

lizado, puesto que debe ser empleado por los miembros del Equipo Qui­rúrgico.

5. Sondas esofágicas de alimentación, sondas de aspiración endotra­queal y un juego de cánulas metálicas de traqueotomía.

l'w, i

Page 18: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

380 Al'\ALES. SECCIÓN CIRUGÍA

ESQUEMA DE ACTUACIÓN QUIRÚRGiCA Y SU RELACIÓN CON LA T.ÉCN!Ct\

AJ\'ESTÉSXCA DESCRITA. -La técnica quirúrgica ele la laringectomía total ac­

tualizada, sistematizada y habitualmente empleada en el Servicio de O.R.L. del Hospital Clínico de Barcelona dirigido por el Profesor A. Azoy consta eu

esencia de los dos tiempos que brevemente describimos: a) Tmqtteotomía. Sea bajo analgesia local, sea bajo anestesia general,

la traqueotomía se realiza practicando una incisión media. Se despegan

partes blandas y planos musculares basta llegar al istmo del tiroides. Se diseca -el mismo y colocando pinzas a uno y oh·o lado, se secciona poniendo

al descubierto la tráquea la cual se incide a nivel del segundo y tercer

anillos traqueales. La brecha praclicncla se amplía y redondea mediante

una pinza sacabocados de manera que la cánula acodada pueda inh·oducirse

con facilidad (fig. 7). Verificada la conexión con el aparato de anestesia en la forma ante­

riormente descrita, se comienza la intervención propiamente dicba.

b) Laringectomía. Se usa incisión media prolongando la practicada

para la b·aqueotomía hasta la región submentoniana. Se despega la piel, el tejido celular subcutáneo, el músculo cutáneo

y los músculos subyacentes correspondientes al segundo plano prelaríngeo.

Se extirpa previa sección, el hueso l1íoides, despegándolo de los cones­

pondientes planos musculares con el fin de abordar mejor el suelo de la

boca. Basculando la laringe a uno y otro lado se disecan, ligan y seccionan

los dos pedículos laríngeos superiores. Se practica una sección transversal por debajo del cartilago cricoides y

a continuación se despega progresivamente de abajo arriba toda la laringe.

Seguidamente se efectúa la reconstrucción de la pared esofágica, sutmando

la mucosa, previa la introducción de una sonda nasal de alimentación y protegiendo dicha sutura, recubriéndola con las partes musculares adyacen­

tes (fig. 8). La piel se sutura normalmente hasta llegar al orificio traqueal seccio­

nado. Luego, se prosigue y completa la sutura uniendo la piel con el borde

del estoma traqueal definitivo (fig. 9). Finalmente, después de retirar la cánula acodada de anestesia, se cubre,

suturando la piel y las partes blandas subyacentes, el traqueostoma provi­

sional, practicado con fines anestésicos (fig. 10). Después de una aspiración meticulosa de mucosidades, secreciones y san­

gre que haya podido penetrar en el momento de la desintubación, se introduce la cánula metálica definitiva (fig. 11).

CASUÍSTICA.- En este capítulo incluimos un estudio clínico y analítico

de las 50 Fichas de Anestesia en las que el método descrito fue aplicado Y que creemos son suficientes para valorar adecuadamente los resultados ob­

tenidos. Se han objetivado cxclusivanlen lo aquellos dalos y parámetros que

Page 19: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

PUICOOLLEIIS. lN'!Ul3AC!ÓN TIIANSTIIAQUEAL 381

l'u:. S

podían ser interesantes para valorar la utilidad del método en función de su capacidad para prevenir, neutralizar o contrarrestar los problemas que plantea la cirugía del cáncer de la laringe ya expuestos ampliamente en el correspondi;m te capítulo .

. Asimisrno se ha puesto especial cuidado en señalar aquellos momentos el~ mayor peligro en los que las manipulaciones quirúrgicas podían ser 0~1ge~ de graves desequilibrios en las gráficas del pulso, tensión arterial y res­puaci6u como son:

- La traqucotomín. - La disección de los pedículos vasculonerviosos de la laringe. - La disección del paquete vasculonervioso cervical, sobre todo a nivel

del glomus carotideo.

Page 20: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

382 .<\t'IALES. SI!CC IÓN CJRUCÍA

Para estimar preoperatoriamente la insuficiencia cardiovascular preexis­

tente, el riesgo operatorio y anestésico y valorar por consiguiente adecuada

y objetivamente las alteraciones del curso intra y postoperatorio inmediatos,

hemos empleado el Test de la Hydergina propuesto por LAGO en 1954 y ello por tres motivos:

FtG. 9

l.<> Por ser inocuo y no presentar ninguna contraindicación, siendo en

todos los casos bien tolerado por los pacientes. 2.0 Porque si bien en alguna ocasión un Test positivo (es decir, una

respuesta desfavorable frente a la H ydergina) puede seguirse, contra toda

lógica, de un curso intra y postoperatorio normal y satisfactorio, el re-sultado negativo no ha fallado nunca. .

3.0 Porque se trata de una prueba fácil de realizar, que no neceslt<.

el concurso del laboratorio y que por ello puede efectuarse y controlarse

pcrS011almente.

Page 21: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

l'VfCPOr.r, ERS. ll'TUBACIÓI' TI'IANSTilAQUE.\L 383

Los resultados obtenidos con la prueba preoperatoria de la hydergina (inyección intramuscular de l ce de Hydergina en el paciente en decúbito y en ayunas y control de la tensión sistólica y del pulso cada 10, 20 y 30 minutos), los hemos clasificado atendiendo a las oscilaciones sufridas por la presión sanguínea en 3 grupos:

a) Test negativo. Descenso gradual de la presión arterial sistólica de unos 20 a 25 mm/Hg por té1mino medio después de 30 minutos.

b) Test positivo. Baja st%ita y consid·erable de la presión arterial (30-35

mm/Hg).

l +y.::

... ll 1

1 1 .

F:'c:. 1(}

e) Test intensamente positivo. Aumento parad6gico de la tensión ar­terial y taquicardia.

L~ dosificación registrada en las fichas de anestesia, exceplo la corres­P?11~Iente a la mezcla de palfium y procaina que se expresa en centímetros cubicas, se da siempre en miligramos y equivale a la dosis total adminis­trada dW'ante toda la intervención quirúrgica.

Page 22: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

\ '> \l. F.<;. SEC:CTÓX CIRUGÍA

F1c.. 11

Clase de intervención. - De:>de el punto de vista quirúrgico y según el tipo de intervención efectuada el número total de las mismas se reparte de la siguiente manera:

Laringofisuras Laringectomías totales Laringectomías totales y gangliectomías

TOTAL. •

4 42 4

50

l-Iemos excluido deliberadamente de nuestra casuística las gangliecto-mias o vaciamientos ganglionares puros, es decir, los efectuados en tma se­gunda intervención, incluyendo solamente los realizados al mismo tiempo que la laringectomia, en la denominada, por la Escuela de Oncología del Memorial Hospital, "operación comando". Las razones han sido dos: ~n primer lugar, y, sobre todo, porque los problemas que plantea la anest~Ja en una y otra intervención, así como su propia técnica operativa, son dife·

Page 23: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

PUJCIXJLLERS. I~Tl.:R.\C"IÓ' TR\,STR \QUE.~L 385

rentes. y en segundo lugar para no duplicar innecesmiamente el número de cams estudiados.

Señalemos que el tipo de intervención no modifica para nada la técnica de anestesia utilizada, que es idéntica para las tres clases de operaciones ante­riormente cíladas, excepto en lo que respecta, como es lógico, al estoma trar1ueal postoperatorio que en las laringectomías totales es definitivo y prac­ticado a expensas del orificio de sección transversal de la tráquea y en las laringectomías parciales coincide y aprovecha el estoma traqueal preopera­torio, abierto con Rnes anestésicos.

Sexo de los pacientes

Mujeres . Hombres .

TOTAL

o 50

50

Observemos que de los 50 casos estudiados ninguno corresponde al sexo femenino.

Edad

Seg{m su edad agrupamos a los operados como sigue:

Mayores de 60 años 15 Entre 40 y 60 años 33 Inferiores a 40 años 2

TOTAL 50

Premedícación: varieckldes y dosis

Atropina (2 mg), Dolantiua (25 mg) y Atarax (100 mg) . 7 Atropina (2 mg) y Halíperidol (5 mg) . . . . . 43

TOTAL 50

Inducción: variedades y dosis

Narcovenol (500 mg) y Flaxedil (80 mg) , 43 Narcovenol (500 mg) y Flaxedil (120 mg) 7

TOTAL . 50

Page 24: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

386 ANALES. SECCIÓN CIRIJGfA

Mantenimiento: r.;ariedades y dosis

Dosis totales de Palfium Venocaína:

10 ce 8 ce 6 ce 5 ce

TOTAL .

Dosis totales de Narcovenol {inducción excluida):

O mg 100 " 250 " 300 " 400 "

TOTAL.

11 16 12 11

50

19 7

10 3

ll

50

Dosis totales de F la.xedil (Inducción exchúda):

O n~g 18 40 13 80 " 19

TOTAL.

Agente anestésico de acompañamiento:

Venocaína al 1% y Oxido Nitroso . Venocaína al 1% Oxido nitroso Fluothano . Narcovcnol )' Flaxcclil solos

TOTAL .

50

Intubación transtraqueal: variedades

2 22 16 9 1

50

Traqueotomía bajo anestesia local . 16 Traqueotomía bajo anestesia general e intubación

orotraqueal previa anestesia tópica . .5 Traqueotomía bajo anestesia general e intubación

orotra• 1ueal postinducción 29 -TOTAL . 50

Page 25: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

P l ' lGDOLl.ERS. J'\'l lll \CIÓ;-( TJ' \'>STR\Ql.'E,\L 38í

Complicaciones preoperatorias

Según el grado de insuficiencia respiratoria que presentaban antes de la intervención los clasificamos en:

Pacientes sin insuficiencia respiratoria Pacientes con insuficiencia respiratoria moderada Pacientes con insuficiencia respiratoria grave

TOTAL

32 13 5

50

Según el estado o pen!leabilidad ele la vía ele aire v posibil idad de intubación orotraqueal los clasificamos en:

F1·anqueables 32 Infranqueables . 18

T OTAL . 50

Segím la respuesta al test ele hydergina:

Test positivo . Test intensamente nositivo . Test negativo . '

5 o

45

TOTAL . . . . 50 Lo.~ 5 tests positivos corresponden a los caso.5 núms. 9, 16, 25, 32 y 44. Otras complicaciones :

Grave desnutrición y anemia . 1 (caso núm. 32)

Complicaciones intraoperatorias

Sin complicaciones . 47 Hipotensión y apnea postral¡ueotomía . . 2 Ruptma de manguito ele neumotaponamiento .

TOTAL 50

La hipotensión y apnea postraqueotomía corresponden a los casos nú­meros 9 y 16 y la ruptm·a de manguito al caso núm. 34.

3.

Page 26: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

388 \\ \I.I .. S. .SJ::CC IÓ:"' CilU:CJA

CcmplicaciOIIC'S po.stoperatoria.s inmcrliata~

Sin complicaciones Cardiocirculatorias Respiratorias . Digestivas (vóm itos, nánseas, ileo paralítico, et<.:.) . Dolor Excitación psicomotriz .

TOTAL

DC'sperlar anestésico

•19 1 (núm. 16) o o o o

50

Han 1·ecuperado la conciencia en quirófano 13 Poseían reflejo pupilar y cornea! en quirófano . 37 Retrasos en el despertar . O

TOTAL

Transfusiones efectuad~JS

lntraoperatorias Postoperatorias

1 (caso núm. 32) l (caso núm. 16)

50

Col\'CLUSIONES. -Del examen de las 50 fichas de anestesia registm· das, deducimos que no se han observado, en general, grandes alteraciones del pulso y de la tensión arterial, salvo en los casos n{nns. 9 y 16 eones· pendientes respectivamente a la historias clínicas núms. 47.604 y 45.322, casos en los que el test de hyrlergina resultó francamente positivo y, por consiguiente, indicaba se trataba de enfermos con grave riesgo quirúrgico y anestésico.

Llama asimismo la atención, la rareza de las transfusiones sanguínea~ practicadas en relación con otras técnicas anestésicas utilizadas, hecho que podría explicarse por la menor incidencia de hipotensiones de origen refle­jo que se observan con el método descrito. Dentro del grupo de pacientes estudiados sólo han necesitado transfusión intraoperatoria el caso n~. 32 por su intensa anemia y avanzado grado ele desnutrición preoperatonos. Y transfusión postoperatoria, el caso núm. 16 por no obedecer satisfactona­mente a la medicación Rl1 tishock prescrita.

Hay que señalar asimismo que ambos pacientes estaban incluidos den­tTo del grupo de los cinco que han respondido positivamente al test de hydergina.

La frecuencia respiratoria ha sido relativamente baja como corresponde a la respuesta normal de los enfermos tratados con Palfium. Esta bradip-

Page 27: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

PlJlCOOLLERl>. Jl'] UD \CIÓ!' lll.\!IOSTII.\Qt.:EAL 389

nea ofrece similares características que la bradipnea dolantínica, si bien algo más acusadas. Es decir, se afecta más la frecuencia que la amplitud respiratoria, lo que permite conservar a dosis analgésicas moderadas un aceptable volumen minuto ventilalorio.

Miosis, braclipnea y analgesia están directa e h1timamente relacionados. Tanto es asf, qtle el efecto analgésico de una dosis clínica de PalBum sufre una amplia reducción con frecuencias respiratorias superiores a las 16 res­piraciones por minuto. Este inconveniente queda neutralizado con nuestro método, puesto que la inclusión de la novocaína permite la potencializa­ción del efecto analgésico sin tener que alcanzar bradipneas extremas que pudieran comprometer la ventilación del paciente.

Es evidente también la baja morbilidad del postoperatorio inmediato. Por todo lo anteriormente e:-'Puesto, coosideramos que la técnica anesté­

sica descrita, cuyas características esenciales son la intubación traqueal trans­tiroidea, la atropinización intensa y la hipno-new-olepto-analgesia a base de dosis fraccionadas endovenosas de Palfium-Procaína, cumple los requisitos exigibles a la anestesia general en la laringeclomía como lo demuesh·an las siguientes conclusiones :

l." Es cómoda para el cirujano pues le proporciona unas condiciones ideales de trabajo al asegurar la inmovilidad del paciente y al deslindar ra­dical y asépticamente el campo de acción del anestesista y el del operador.

2.0 Es confortable para el paciente al suprimir las limitaciones e incon­venientes de la analgesia local.

3.n P1·otege la vía de aire del enfermo frente al peligro de inhalación de secreciones, sangre, esfacelos tumorales, ele.

4.0 Incluye una exploración laríngea previa que permite clasificar pre­operatoriamente a los pacientes en "franqueables" e "infranqueables" desde el pLi nto ele vista de las posibilidades ele la intubación orotraqueal.

5.0 Excluye el peligro de explosiÓ'•1. 6.•• Permite un cambio aséptico y elegante del tubo orotraqueal por

la cánula acodada anestésica así como el cambio de ésta por la cánula ~etálica deBnitiva sin que el enfermo se despierte, pues la técnica es esen­Cialmente endovenosa.

7.o Proporciona hipnosis sin pasar del segundo plano del tercer periodo de Guedel: esto es, suprime simplemente la conciencia del paciente y con ello le "ausenta" del quirófano .

. s.o Pro.porcioua una excelente analgesia intraoperatoria que haoe com­patib!e la mmovilidad del paciente con una evidente reducción de las dosis parahzantes respiratorias del miorresolulivo .

. 9.• Concede wu1 excelente protección 11emovegetativa traducida en una evidente estabilidad del pulso, tensión arterial )' respiración, sobre todo en aquellos momentos de máximo riesgo e hiperrcflexividad vaga! como son: La .traqueotomía, las maniobras de disección, liberación )' sección de los pe(hculos vasculouerviosos laríngeos y las maniobras de disección y libe-

Page 28: ASOCIACION DE ANESTESIOLOGIA Y REANIMACION

raciÓn del paquete vasculonervioso cervical, especialmenle a nivel de la bifurcación de la carótida primitiva.

Esta protección nemovegetativa depende, según nuestro criterio: n.) De que los agonles empleados poseen una mínima o nula acción

parasimpaticomimética. b) De la acción simpaticolílica, parasimpaticolítica, mrtim~·ítmica y anal-

gésica central o periférica de la procaína. e) De la acción analgésica del Palfium. d) De la acción neuroléplica del Haloperidol y e) De la dosis reforzada de ab·opina. 10. Ofrece la garantía de un despertar rápido, en la misma mesa de

operaciones acompañado de sedación y analgesia, y 11. Proporciona ~m curso postoperatorio inmediato tranquilo y sio com­

plicaciones.

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