asistencia y camas” en latradiciÓn picaresca

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ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA HISPANOAMERICANA MARYLIN RUIZ CARDENAS BRENDA LORENA GALLEGO GALVIS Monografía Director: ARBEY DE JESÚS ATEHORTÚA ATEHORTÚA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA FACULTAD DE EDUCACIÓN, ESCUELA DE COMUNICACIÓN PROGRAMA DE ESPAÑOL Y LITERATURA Pereira 2009

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Page 1: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

“ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA HISPANOAMERICANA

MARYLIN RUIZ CARDENAS

BRENDA LORENA GALLEGO GALVIS

Monografía

Director: ARBEY DE JESÚS ATEHORTÚA ATEHORTÚA

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA FACULTAD DE EDUCACIÓN, ESCUELA DE COMUNICACIÓN

PROGRAMA DE ESPAÑOL Y LITERATURA Pereira 2009

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INDICE

1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………4

2. ACERCAMIENTO CRÍTICO, HISTÓRICO Y LITERARIO A LA

LITERATURA PICARESCA…….………………………………………………6

2.1 ORIGEN Y EVOLUCIÓN……………………………………………….. ….6

2.2 GENEALOGÍA DEL PÍCARO ¿BURLA O RETRATO DE LA

MISERIA HUMANA?............................................................................17

2.3 EL PÍCARO: ANTIHÉROE………………………………………………..23

2.4 LITERATURA DE REACCIÓN Y APUNTES CRÍTICOS……………...28

3. ACERCAMIENTO LITERARIO A LA OBRA DE VILLEGAS ASISTENCIA

Y CAMAS………………………………………………………………………...34

3.1 CONTEXTO Y SOCIEDAD…………………………………………….....34

3.2 NARRATIVA COSTUMBRISTA EN ASISTENCIA Y CAMAS………...37

3.3 LA NOVELÍSTICA NACIONAL…………………………………………..42

3.4 COTIDIANIDAD Y CULTURA POPULAR EN ASISTENCIA Y

CAMAS………...………………………………………………………………….51

3.5 ACERCAMIENTO CRÍTICO - LITERARIO……………………………57

4. PARALELO ENTRE EL PERIQUILLO SARNIENTO DE FERNÁNDEZ DE

LIZARDI Y ASISTENCIA Y CAMAS DE ARANGO VILLEGAS……............64

4.1 EL MEDIO Y LAS HAZAÑAS DEL PÍCARO……………….…………….72

4.4 SOBRE LOS AUTORES………………………………………..………….78

5. CONCLUSIONES………………………………………….………………….80

6. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………..84

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7. ANEXOS……………………...………………………………………………..86

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INTRODUCCIÓN

Toda tradición literaria se compone de una serie de características instauradas

en un momento determinado de la historia. Dichas particularidades se

sustentan en un tiempo preciso, y en la descripción de hechos significativos,

guiados por la latente necesidad de expresar situaciones cotidianas y de llevar

a la superficie aquellos monólogos furtivos que inspiraron grandes

insurrecciones. ¿Acaso no fueron Goethe y don Quijote, discursos que

conquistaron los corazones de muchos románticos ocultos?

En términos de tradición literaria, la Picaresca española ha sido desde su

consolidación, un referente importante para la literatura Universal. Las

características de la Picaresca, hacen que irreductiblemente se insinúe el

asunto de la conciencia social y todas sus implicaciones. Es así como se ilustra

sin tapujos los antivalores que corroen una sociedad desarbolada que se

atenúan por las difíciles situaciones que tiene que atravesar el pícaro. Es de

esta manera como se obtiene una definición cercana de la picaresca al

establecerse como un símbolo de abyección cuyos fines pueden ser el

demostrar la crudeza de una realidad y colateralmente generar una dialéctica.

Ahora bien, para el caso de la literatura colombiana, sustentada en una

tradición de legados literarios ajenos e historia propia que a su vez sirvió para

catapultar movimientos importantes como el Piedracielismo, el Realismo

Mágico, entre otros, se propone argumentando lo anteriormente expuesto, la

obra Asistencia y camas del escritor Rafael Arango Villegas; teniendo en

cuenta que aunque es una novela poco explorada por la crítica y más aún por

la comunidad lectora, resulta incuestionable su aporte a la generación de una

identidad literaria de la región Caldense.

La pretensión del siguiente escrito, radica en la sustentación de la obra de

Villegas como aporte a la formación de un valor estético que nace en la cultura

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popular antioqueña y que se mezcla con la tradición picaresca española. La

interpolación de estos dos aspectos da como resultado el resaltar la obra de

Arango Villegas dentro del género picaresco apoyado en la descripción de un

cuadro de costumbres de la región del viejo Caldas.

Es preciso anotar que mediante el paralelismo de obras como El buscón y El

Periquillo Sarniento se demostrará que dichos rasgos picarescos se sitúan en

la novela de Arango Villegas, y que a su vez, dicha aproximación indica que el

autor manizalita fue altamente influenciado por vertientes extranjeras, tal es el

caso de la Literatura Picaresca Española y que enriquecieron en gran medida,

la literatura Nacional.

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2. ACERCAMIENTO CRÍTICO, HISTÓRICO Y LITERARIO DE LA

LITERATURA PICARESCA

2.1 ORIGEN Y EVOLUCIÓN

La literatura picaresca se carga de una serie de características que han sido

resaltadas entre los críticos de todos los tiempos; su carácter es notablemente

nacional, realista, popular y se asume como un retrato autobiográfico de la vida

de un antihéroe que muestra de forma cronológica las situaciones que

experimenta.

Es importante antes de continuar indicar la raíz etimológica del vocablo

“pícaro”, el cual se encuentra relacionado con varias procedencias, entre ellas

se encuentra, la palabra árabe fakir, que traduce, ser pobre; también se dice

que se desprende del vocablo en latín “picar” que tendría relación con

miserable, “ya que los romanos sujetaban a sus prisioneros, para ser vendidos

como esclavos a una pica o lanza clavada en el suelo (…) se ha pensado

también en la raíz pic, de picus, con el valor de picar, donde la palabra

adquiere el significado de abrirse el camino a golpes”1, significado éste último

muy acorde con los procederes del personaje en cuestión.

En el Lazarillo de Tormes estas características se postulan como tal, dadas

las circunstancias extremas que enfrenta este personaje en su realidad. Lázaro

es un hombre bueno y en ningún caso actúa de mala fe; este ser hace uso de

una serie de artimañas para hacer parecer verdaderamente picaros a sus

amos, a quienes en la medida que el relato avanza, nos revela las verdaderas

intenciones de estos personajes. El ciego por ejemplo, se aprovecha de Lázaro

y le hace despertar a la dura realidad proporcionándole unas primeras dosis

de astucia y malicia. Lázaro encuentra buena fortuna y una estabilidad en su

1 En este mismo aparte se habla de otras evoluciones del vocablo llegando a palabras relacionadas con el pícaro como Bigardo y Begardo, equivalentes a vago y vicioso. Zamora Vicente Alonso. OP CIT pág. 8

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vida, en el tiempo desde el cual nos cuenta su historia. Sin intenciones

moralizantes, logra retratar la hipocresía y la picardía de sus amos, un fraile

que hace aguantar hambre a Lázaro y que demuestra ruindad y cinismo, es al

tiempo víctima de la necesidad de Lázaro de calmar su hambre, el cual se vale

de ardides y trucos para sobrellevar su dura realidad. Es Lazarillo un

personaje pícaro porque sus acciones diarias van encaminadas al sustento,

tales como robar y mentir, o valerse del discurso pesaroso de la mendicidad. El

pícaro debe pasar por un aprendizaje, como en una especie de pupilaje, del

cual derivara, por razones propias, en un truhán.

Y así, me fui para mi amo, que esperándome estaba. Salimos de salamanca, y, llegando a la puente esta a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y, allí puesto, me dijo: Parecióseme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mi: “verdad dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar como me sepa valer2

El aprendizaje del pícaro se da en el momento en que éste entiende que lo

único que tiene entre manos es su soledad y solo con ella podrá sobrellevar el

día a día. En el párrafo anterior, Lázaro después de sufrir un duro golpe en su

cabeza entiende y asume su destino y de allí en adelante, la manera de ser de

Lázaro estará direccionada en pro de su supervivencia, y las acciones serán

de algún modo las propias de un pícaro.

“- ¡Sus! Saltá todo lo que podáis, por que deis deste cabo del agua; aun apenas lo había acabado de decir cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón y de toda su fuerza arremete, tomando un paso atrás de la corrida para hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio, como si diera con una gran calabaza y cayo luego, para atrás medio muerto y hendida la cabeza. -¿Cómo, y oliste la longaniza y no el poste? ¡Olé, olé! – le dije yo,…”3

2 ANÓNIMO. Lazarillo de Tormes, editorial planeta S.A., 1998 P.13.

3 Ibíd. p.27.

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Continúa el género con otro gran paradigma: el Pablos de Quevedo, personaje

que ha generado discusiones y diferentes puntos de vista respecto a la

picaresca, el Buscón es antiheróico y sus preocupaciones van más allá de la

supervivencia, su intención es escalar posiciones sociales. En El Buscón, la

intención moralizante y el arrepentimiento no son el propósito fundamental del

relato y su ingrediente de humor negro, además su complicado lenguaje, y sus

hiperbólicas situaciones son por llamarlo de algún modo un ingrediente muy

original en esta historia; si El Lazarillo es el germen, El Buscón es la

realización superada del pícaro.

La vida del Buscón se publica en 1626 en una imprenta de Zaragoza, aunque

antes ya había circulado en forma de manuscrito. Se conocen tres manuscritos

apógrafos con ligeras diferencias con respecto al original, con variaciones tales

como un refinamiento de los temas escatológicos, atenuación en las críticas al

clero, mayor perfección lingüística… Lo cierto es que la vida del Buscón sigue

la trayectoria marcada por El Lazarillo y El Guzmán de Alfarache en cuanto al

género picaresco.

El género picaresco, en tanto descripción “autobiográfica” de las desgracias de

un antihéroe, se hace muy popular en la sociedad renacentista a partir de la

aparición de El Lazarillo, ya que es un género popular que recoge materiales

que de forma oral o escrita proceden de elementos folclóricos.

¿Por qué Quevedo emplea un género caracterizando la primera persona?

¿Realmente se identificaba con el personaje que describía? Básicamente por

dos motivos: el principal y más importante, porque la deformación burlesca es

más grotesca si es el propio personaje el que narra sus desgracias con el

atrevimiento del que presumen los ignorantes, y el segundo motivo, porque el

género picaresco ya gozaba del reconocimiento literario, tanto en círculos

selectos como en los populares.

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Cuando Quevedo se decide por la picaresca, el describir las desgracias del

antihéroe era ya muy popular y con él se desarrollará hasta llegar a la

perfección: hay un Narrador 1, un autor anónimo que narra el texto, y un

Narrador 2, que es el personaje, que se hace pasar por Narrador

1; a su vez encontramos fragmentos en los que aparece desdoblado como

personaje actuante. Es importante también comprobar la evolución psicológica

del Buscón: es el propio Don Pablos el que comienza la narración desde la

posición acomodada y experimentada del adulto que cuenta su ascensión

desde su infancia en la más baja condición social, y moral, hasta su partida a

las Indias en busca de acomodo.

La crítica apunta a que La vida del Buscón tiene como principal diferencia con

el resto de novelas picarescas una intención burlesca y sarcástica, una burla

que a diferencia del resto -que critican la sociedad en la que el pícaro vive-, en

El Buscón la crítica se gira hacia el personaje, el autor, el Narrador 1, es quien

se burla de las intenciones de su propio desdoblado por prosperar, nos muestra

la imagen de un delincuente y su nulo valor moral, sus desgracias son narradas

desde el punto de vista moralizante de una clase social que se ve empujada

“por la vanidad e hipocresías humanas” de las clases más bajas.

Para Quevedo, el escarmiento que sufre el personaje en los numerosos

conflictos en los que se ve inmiscuido es la moraleja que tienen que aplicarse

estos “falsos caballeros” que quieren ser más de lo que en realidad son, que

bombardean los estamentos de una sociedad fuertemente jerarquizada “por

orden divino”.

El error de Don Pablos es el pretender aspirar a romper ese orden, porque esa

intención desestabilizadora es la que ha provocado la situación de caos en la

que se ve inmersa la España de los Austrias: (Miré los muros de la patria

mía,/si un tiempo fuertes, ya desmoronados,/…SALMO XVII.) Pablos está

sometido al esquema social establecido, por eso fracasa en su intento y

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marcha a América en busca de una situación más propicia para acomodarse.

Algo parecido a Petra, que lleva una vida trashumante y transeúnte.

Quevedo no atacará a esta sociedad, que presenta como víctima, sino que

atacará a Pablos, presentado como un personaje condenado al fracaso en su

intento inútil de introducirse en un estamento que no le pertenece. Esta visión

de la realidad es presentada desde el propio lenguaje, con el empleo de

vulgarismos, parodias idiomáticas latinas, uso figurado de expresiones… hasta

en la estructura de la novela, plagada de episodios escatológicos,

animalización y cosificación en las descripciones, degradación de los

personajes… Otra diferencia fundamental entre las novelas picarescas la

encontramos en el tema de la supervivencia, cosificada en el tema del

“hambre”: en contraposición a la abundancia burlesca de Asistencia y camas,

donde Petra es una “alzada”.

El Lazarillo y El Guzmán sufren el hambre como una realidad socio-histórica, el

tema es tratado como denuncia de la realidad, son las hambrunas del siglo XVI

y las pestes europeas (peste de Castilla 1596-1602) mientras que en El Buscón

el hambre es tratada como un contraste entre la abstinencia católica, es un

hambre positiva, y la gula de las grandes cenas y orgías, el hambre negativa.

De las tres cenas que aparecen en la novela, Don Pablos se niega a participar

de las dos primeras en un intento de demostrar su condición “caballeresca”, y

sin embargo, “terminará cayendo” en la tercera cena, la orgía de Sevilla, que

acabará en borrachera y asesinato, y en la que Don Pablos terminará

asumiendo su condición de marginado. Esto no es más que el símbolo de la

corrupción de la conciencia, que desemboca en el fracaso, algo parecido a lo

que ocurre con Petra, que llevada por la ambición, se deja carcomer por el

súcubo de la avaricia y ambición, desembocando en un fracaso.

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La vida del Buscón Don Pablos es una novela “autobiográfica” en la que la

humillación del personaje principal es continua, en lo que hoy se tomaría como

una novela de contenido positivo, de superación de la marginalidad, de valor

ante la lucha contra la diferencia de clases, en 1626 (fecha de publicación) se

nos describe como la aberración de un individuo, hijo de padres de dudosa

moralidad, que ha sufrido palizas humillantes desde la infancia, bromas

escatológicas del peor gusto, de semblante grotesco y sin cultura, que cree ser

capaz de llegar a ser “un caballero”. Su única esperanza “como obstinado

pecador” será marchar a América. Aunque Quevedo lo sentencia antes de

partir, al afirmar que “…nunca mejora su estado quien muda solamente de

lugar, y no de vida y costumbres.”

Quevedo maestro de la sátira y la ironía castellana, es un autor sui generis en

el canon de las letras hispanas. Éste supo entender de algún modo lo

picaresco, y asimilarlo con sus propias interpretaciones. Una característica

relevante del género, es la que encierra la naturaleza del personaje, puesto que

el relato lo hace la confesión y el testimonio de un protagonista que en un

tiempo presente nos relata su pasado; es el carácter autobiográfico sin

mediación alguna de un narrador; aquí el lector aguzado, deberá someter a

juicio las acciones del pícaro y darse el beneficio de la duda respecto a la

veracidad de los hechos, pues el pícaro no es ajeno a la fanfarronería, ni a la

mentira, y mucho menos Pablos, que quiere burlarse hasta de si mismo:

“Hermanas, aunque llevo plumas, no soy Aldonza de Lorenzo mi madre”4

Esta frase está llena de ironía y de burla. Se podría decir, en una primera

interpretación que Pablos se burla de su madre, justificando su estado, pero

también hay una burla de él mismo, ya que Pablos es quien cuenta su historia,

e imprime una doble intención, para justificar su estado deplorable, y otra

mediante una analogía con las plumas del gallo a las plumas que seguramente

4 QUEVEDO, Francisco. El Buscón. Barcelona: RBA editores, 1998.p25.

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su madre acusada de alcahueta, llevaría en sus oscuros quehaceres, de aquí

resulta una interesante símil que será la constante.

El Buscón, o mejor el estilo de Quevedo es rico en artificios literarios, que lo

diferencia del lazarillo que por su parte tiene un estilo plano y está rodeado de

refranes y máximas filosóficas.

Los picaros en la literatura española son quizás los personajes que mejor

definen su época y la realidad social, y son de algún modo la voz marginada

de una época difícil, pero son también la voz propia de la España de aquella

época: “El español tiene una tendencia innata a la evasión, a huir de la vida. Es

un poeta nato en este sentido tendencial. La formula de esta evasión es varia y

circunstancial”5

En el análisis del carácter del personaje picaresco encontramos múltiples

elementos que definen la totalidad y la complejidad del personaje; de algún

modo el pícaro es el primer personaje terrenal y sensitivo que descubre el

alma literaria y en contracorriente con el ideal áulico y cortesano como lo

venimos resaltando con insistencia, estamos frente a personajes mas

cercanos, más humanos, más complejos, cada uno a su modo asume sus

adversidades y no le interesa el mañana; el ideal del futuro en el pícaro lo

contrarresta un estoicismo y un ascetismo especiales y particulares; el pícaro

no puede discernir entre lo bueno y lo malo, el pícaro no conoce la honra

mucho menos el honor, éste es un personaje que no lo determina la gloria ni la

dicha, por el contrario es un hombre que lo guía lo fútil lo anodino, lo frívolo.

La apariencia de un pícaro, es la de un muchacho pobre, sin recursos de

ninguna clase, es holgazán, fantoche, impostor, amigo de lo ajeno, parlanchín,

muy intrépido, y sagaz. mal vestido, hambriento, libre, egocéntrico, jugador,

5 DE MONTOLIU, Manuel. El alma de España y sus reflejos en la literatura del siglo de oro. Barcelona: Editorial Cervantes. P. 265.

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tahúr, fullero y anarquista. Paradójicamente se nos presenta también devoto y

conocedor de los preceptos religiosos, amoldándolos a sus propósitos y

justificando su signo con invocaciones y sentencias religiosas, además de

supersticioso y agüerista.

“Parecieron en la mesa cinco pasteles de a cuatro. Y tomando un hisopo, después de haber quitado las hojaldres, dijeron un responso todos, con su réquiem eternam por el ánima del difunto cuyas eran aquellas carnes. Dijo mi tío: “ya os acordáis, sobrino, lo que os escribí de vuestro padre”. Vinoseme a la memoria; ellos comieron, pero yo pase con los suelos solos, y quedeme con la costumbre; y así, siempre que como pasteles, rezo una avemaría por el que Dios haya”6

De otro lado, el género picaresco, de gran relevancia en España Barroca, es la

respuesta al hastío de la literatura de corte caballeresco y cortesano. España

vivía en ese entonces, una crisis económica, política y social que hizo que la

mirada del ideal cortesano y caballeresco girara 180 grados, puesto que

mientras en el resto de Europa se daban cambios de carácter religioso y

político, en España junto con Italia, permanecían arraigadas en el dominio

religioso potentado por el vaticano.

En la Baja Edad Media, periodo de formación de las lenguas romances, entre

ellas la lengua castellana, imperaban en el canon de obras literarias, Tristan e

Isolda, Eerec y Enid, El conde Lucanor, El mío Cid, El cantar del Roldán etc,

que narraban de forma lineal, pero épica, las peripecias de un caballero

guerrero poderoso e ideal, al que los dioses, los reyes y el destino favorecen y

del que se podría esperar con plena certeza un final feliz.

El punto de quiebre, la fisura, el momento de fuga de ese ideal, se empieza a

matizar en el Tristán e Isolda de Gottfried Von Strassburg. En este personaje,

empiezan a verse cosas, como la impostura, la suplantación de identidad, la

6 QUEVEDO, Op. cit; p 58.

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mentira como funciones fundamentales dentro del relato. Tristán presupone

entonces un arquetipo del impostor, del mentiroso, del vagabundo y del

enamorado, que posteriormente heredará Shakespeare y claro esta de forma

más contundente, los picaros españoles.

La picaresca no solo va encaminada a retratar de manera fiel ciertos

personajes ausentes de la literatura, si no que genera formas más elásticas y

creativas del lenguaje, y configuran un género de burla socarrona y de humor

negro. El primer gran bromista al respecto, creador del esperpento, y lo

grotesco como propuesta estética, es sin duda alguna Rabelais, al hablar de

cosas y conceptos que no se tenían en cuenta antes y aunque las peripecias

de los dos gigantes Gargantúa y Pantagruel, no son específicamente las de un

pícaro, ciertos sucesos y acciones, están enmarcadas en ello. Porque lo

picaresco es también una creación estética de lo feo, de lo grotesco, de lo

burdo, y que hace parte del ingrediente de mayor burla y sátira a la sociedad.

El Decamerón de Bocaccio, cumple de alguna forma también con esta idea de

decir, lo que lengua mortal decir no pudo, y en sus cuentos, por allá entre líos

de faldas, sabanas y asesinatos, deambulan pícaros galanes, y damas de alta

cama que también dan el primer paso en el canon universal de lo que

conocemos como picaresca.

¿Qué es Maritornes, sino una burla al ideal de belleza, armonía y virtud de la

época. Y acaso no se nos da en retozos de amor fascinante y por que no

decirlo bella y alegre?

Veamos al respecto lo que nos dice Manuel de Montoliu

Las capas inferiores de la sociedad española estaban formadas por los plebeyos, jornaleros y peones, vasallos señoriales, labriegos y criados, y gentes sin recursos ni profesión determinadas. En el campo la población, especialmente en algunas regiones, seguía siendo tan vejada y oprimida como en tiempos feudales, lo que motivo diferentes

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alzamientos a mano armada y choques entre el estado llano de las ciudades y villas libres y la nobleza rural y de las villas señoriales 7

La degradación del hidalgo, de la nobleza, del poder, hace que la burla y la

sátira se tornen el tema predilecto de los relatos picarescos.

En España el género sacaba la sustancia moral, social y religiosa del contraste cotidiano entre dos estamentos, el de los nobles y el de los siervos. Durante el siglo XVII comienza a vulgarizarse y degradarse la hidalguía y Don Quijote o el hidalgo pobre que se hace servir por el Lazarillo son ilustraciones de este fenómeno en la literatura española, que tienen también correlato en el mundo farsesco reflejado por el género teatral del entremés […] El Lazarillo de Tormes (1554) es el comienzo de una crítica de los valores dominantes de la honra y de la hipocresía que hallará su culminación y configuración canónica con la Primera parte del Guzmán de Alfarache (1599), de Mateo Alemán 8

Se podría decir que el género picaresco también ejercía una función social y

aglutinante en la época, pues era mal visto entonces, hablar de lo popular, con

visos de sátira y acompañados además de una elasticidad del lenguaje, que

también como en la literatura de corte caballeresco exalta las adversidades y

peripecias del pícaro. El género se ha prestado también para interpretaciones

sesgadas desde lo ideológico y lo moral confundiendo las situaciones propias

del pícaro, con crímenes y delitos propios de villanos y bandoleros; lo que se

olvida, es el origen y el contexto cultural del personaje.

A manera de sátira el pícaro nos cuenta su origen, es decir su genealogía,

como si se tratase de ilustre abolengo o de una forma elegante de hacerse y

de reconocerse en sociedad. “Estuvo casado con Aldonza de San Pedro, hija

de Diego de San Juan, y nieta de Andrés de San Cristóbal. Sospechábase en

el pueblo, que no era cristiana vieja, aunque ella, por los nombres y

7 MONTOLIU DE Manuel Op. cit; p 58. 8 http://es.wikipedia.org/wiki/Novela_picaresca

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sobrenombres de sus pasados, quiso esforzar que era descendiente de la

letanía”9

9QUEVEDO, Op. cit; p .11.

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2.2 GENEALOGÍA DEL PÍCARO ¿BURLA O RETRATO DE LA

MISERIA HUMANA?.

El pícaro es un antihéroe, pero esta condición no lo exime de las peripecias

propias del personaje narrativo. Ya se había mencionado acerca de sus

orígenes, surgiendo complementariamente una pregunta:

¿El propósito de esta genealogía de la que habla el pícaro en su confesión, es

una burla al ideal literario de la época, o es en cambio un retrato de la miseria

humana y la degradación de la sociedad española del siglo XVI?

El relato del pícaro, en los casos del Buscón, el Lazarillo y la novela de

Fernández de Lizardi, empiezan con un relato sobre su origen y un relato de la

vida de sus padres.

“Yo, señor, soy de Segovia. Mi padre se llamo Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero; aunque eran tan altos sus pensamientos, que se corría de que le llamasen así, diciendo que el era un tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y, según el bebía, es cosa para creer.”.10

La genealogía de Pablos, escrita con un ingrediente humorístico y fuertemente

crítico, cumple la función de retratar personajes, contextos sociales, y una

realidad inevitable consecuencia de una degradación social.

Dentro de los rasgos fundamentales en la genealogía del pícaro encontramos:

La búsqueda de una identidad. Es aquí donde el personaje carece de

reconocimiento alguno en la sociedad. Su origen, su familia, su sangre, no son

dignos de ser contados. Esto trae un principio de exclusión o de marginalidad.

10 Ibíd. p.11.

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Al contarnos su origen, el narrador nos está haciendo una apología de su

estirpe, está contando su descendencia, pero fundamentalmente está

identificando a sí mismo en el relato como una necesidad real de defensa

frente al escarnio y la burla social.

El autor, no el narrador personaje, pretende burlarse del estilo épico de la

literatura de su tiempo, entonces su recurso satírico más poderoso es retratar

de manera jocosa el origen de la vida de su personaje. Así su libro se asemeja

de manera divertida y mordaz al relato de cualquier caballero ilustre. Esto

también va direccionado en el estilo y la forma como se cuenta ese origen, en

la literatura cortesana o caballeresca, esa estirpe la relata un narrador en

tercera persona, y ese narrador cumple la función de exaltar las virtudes, la

gloria, la descendencia y el honor de ese caballero, es de una u otra forma una

versión de un tercero; pero en el género picaresco, el personaje no tiene quien

cante sus peripecias, quien compute y cuente sus villanías, así que el mismo

de forma particular y singular asume la empresa de contarnos la historia de su

vida.

El pícaro justifica su vida y sus aventuras, en la genealogía. Hablamos de una

justificación, porque estamos frente a una confesión, a un relato de su fuero

interno. En la genealogía del pícaro también se encuentra la verdad del relato,

el pícaro por su espíritu estoico e irresponsable nos da a entender en el

computo de su origen, algo así como… “la culpa es de” y de allí en adelante,

la historia es una relación causa efecto de todas sus fechorías. La genealogía

es el dispositivo que activa todo el complejo engranaje del relato picaresco. Es

a su vez el testimonio de una sociedad.

El contexto social del pícaro, se evidencia en la genealogía, en ese pequeño

mundo que es su familia, la profesión de su padre, la vida de su madre. Esto

también es un retrato de las costumbres del pueblo, aquí detectamos qué

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profesiones eran propias de la gente de la clase baja y media de España,

quiénes entre esos que sobresalían, qué tipo de comportamientos sociales

eran propios de esa clase social, cuáles eran los esquemas de pensamiento, y

las necesidades de esos grupos sociales, y cómo estas realidades determinan

las vidas futuras de los personajes picarescos.

Tanto en el relato de Pablos, como el de Lázaro, incluso del Periquillo, el lugar

común, o de otro modo, el punto de unión entre las historias es la condición de

orfandad de los personajes, rasgo que determina lo que será en adelante la

vida y sucesos del pícaro. El orden de la narración de la genealogía siempre

será contar en primer lugar la vida de su padre, modelo a seguir; la mujer,

queda en un segundo relato generalmente más escueto y sin muchos detalles;

al faltar el padre en la infancia del personaje, éste emprende su aventura y

como tal deja a su madre. Este rasgo que quizá pase inadvertido contiene

muchos datos interesantes que dibujan los primeros trazos de adversidad en la

vida del pícaro.

La literatura picaresca se enmarca en un estado de hidalguía en decadencia,

una corte arruinada por las guerras de sucesión y por el éxodo de los capitales

judíos, todo lo cual, escindió la sociedad de la época, y aquellos que

conservaron títulos, quedaron arruinados, mientras que creció la plebe arribista,

y con ella, toda una burla a los usos de las antiguas jerarquías. Un poco de

este tema lo encontramos en El Quijote, que algunos consideran, una burla a

la novela de caballería, toda vez que ésta representaba los valores de una

clase caballeresca elevada. Así pues, la picaresca es para Herrero García: “Un

producto pseudoascético, hijo de las circunstancias peculiares del espíritu

español, que hace de las confesiones autobiográficas de pecadores

escarmentados un instrumento de corrección”11

11 HERRERO GARCÍA, Miguel. Vida de Cervantes. Madrid: Editora Nacional, 1948. p 256.

Page 20: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

20

Este concepto nos sitúa frente a una posición moralista que también a su sazón

trataremos de analizar. Cuando Herrero nos habla del espíritu español, pone de

manifiesto que todas las prácticas de la cultura están inmersas en el alma, que

a su vez, se expresaban en la literatura. Es por ello, que además de ser un

retrato de la sociedad, la literatura plasma la esencia de una cultura; esto en

resolución es lo que se puede evidenciar en obras de corte costumbrista, tal es

el caso de Asistencia y camas, donde se dibuja la fotografía de una serie de

vivencias que hacen parte del engranaje de un cultura popular.

Por esta línea, es curiosa la caracterización casi paupérrima de la familia, típica

de la novela picaresca, que en el caso del Buscón, era una familia venida a

menos, con aires de grandeza, siempre tratando de mantener una apariencia

social, aunque su linaje era estigmatizado, familia de artesanos. Así, en la obra

de Villegas, este cuadro familiar se asemeja al cuadro de familia típica de la

picaresca: doña Petra, la casa convertida en dormitorio público, pero allí

mismo, sus pretensiones de grandeza, reflejada en el cuidado de sus dos hijas,

que al final como se ve en la picaresca, no tienen mas remedio que el destino

que les tocó socialmente. Se quiere plantear con esto, que el cuadro familiar

es semejante en la obra de Villegas a la picaresca española.

En cuanto al contexto, podemos generalizar la división de clases, que es

siempre notoria, pero como elemento muy particular, una clase media baja, un

poco caricaturesca, con pequeños asomos de grandeza, y una rusticidad de

costumbres imposible de esconder. Este determinismo se nota desde la novela

picaresca española: Don Pablos por su origen simple y bajo no asciende a

fraile, y aunque pase por la corte, no deja de obedecer a sus instintos sociales,

es decir, actúa según de donde proviene. Y este determinismo se nota en la

obra de Villegas.

El apotegma, el realismo, el costumbrismo, la lucha social, en fin, todas estas

características de una u otra forma podemos rastrearlas, y esta metodología se

Page 21: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

21

basa en la observación de tales características. La índole de un personaje,

aspecto tan importante en toda obra literaria, es clave aquí: si en el Amadís,

son elevadas personas de incontrovertible nobleza y linaje, aquí, son un

antihéroe: ordinario, locuaz, hablantinoso, mentiroso, etc:

“Fuera de las hijas ya nombradas, tenía doña Petra un hijo varón-Julito-, mocetón de dieciocho años, holgazán y vagabundo, imberbe todavía y ya aficionado al trago, al juego, a las mujeres, y cuanta picardía tolera Dios en este mundo. Borracho, pendenciero, tahúr, fullero, estafador, ratero, tenía este Julito todas las prendas que adornan a los más sonados personajes de la novela picaresca del siglo XVI”12

Este contrapunteo entre el héroe de la literatura clásica y la picaresca, hace de

este género el ingrediente especial de la burla social, de la hegemonía clasista

y aristócrata. Veámos la vida azarosa de doña Petra, el tradicionalismo de su

casa, el desorden de vida y la índole de Julito y encontramos, el típico vago de

la picaresca, la típica mujer con asomos de grandeza y autoridad, una

aristocracia chueca y coja, postiza si se quiere. Las escenas donde se dibujan

los rasgos del personaje de la picaresca, son todo un cuadro de comedia, ora

las iras de Don Pablos, ora las reacciones no muy aristocráticas de Doña Petra:

“Esto que el pobre dice, y Petra que se abalanza sobre él, desfigurada, energúmena, da un puntapié al gallo y enseguida arremete contra su esposo a muñeca limpia, y del primer puñetazo lo tiende en tierra. Yérguese Silverio trabajosamente, se retira a prudente distancia, mira hacia el zaguán para cerciorarse de si el tránsito esta expedito”13

El personaje picaresco es impulsivo, porque es propio de la plebe dar rienda

suelta a sus emociones, como le contesta su esposo Silverio: “Esta maldita

vieja vagamunda, que estás amachinada con ese viejo ladrón saltá pacá,

12 ARANGO VILLEGAS, Rafael. Asistencia y Camas, Prólogo de Eduardo Caballero Calderón. Madrid: Ediciones Guadarrama, 1955. p.27.

13 Ibíd. P. 64.

Page 22: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

22

paque sepás quién soy yo, y salta vos también, viejo corrompido, paque nos

arranquemos el alma”14

Todo lo que en estas líneas percibimos va más allá del mero reflejo personal,

este es el retrato de una clase social, los usos de ella que vienen a ser los anti-

usos de la clase opuesta, personas que siempre moderan sus expresiones e

impulsos.

14 Ibíd.P. 42.

Page 23: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

23

2.3 EL PÍCARO: ANTIHÉROE

Como sabemos, la picaresca se desarrolló como una parodia de las

idealizadoras narraciones del Renacimiento: epopeyas, libros de caballerías,

novela sentimental, novela pastoril. El gran contraste con la realidad social

generó como respuesta irónica y burlesca, antinovelas de carácter antiheroico

protagonizadas por anticaballeros que armaban a antidamas en países que,

como España, mostraban lo bruto y lo sórdido de la realidad social de los

hidalgos empobrecidos y de las clases venidas a menos como se ha

mencionado con antelación, este tema resulta clave en este tipo de literatura,

ya que es la inscripción en una clase social media-baja.

La novela picaresca tiene en el centro al pícaro, el cual tiene que entrar en un

proceso que paulatinamente muestra su caracterización. Nos dice Alfaro que

primero él se da cuenta de su condición como una “iluminación precedida de

varios golpes físicos y morales”15, y que el pícaro tiene un momento en el que

cae, y es cuando paga por sus fechorías. Su caída puede ser fruto de su origen

o de “las condiciones desfavorables en las que interactúa haciendo inevitable

su castigo”16.

Es de anotar, que en España este género sacaba la sustancia moral, social y

religiosa del contraste cotidiano entre dos estamentos, el de los nobles y el de

los siervos. El humilde bigardo o pícaro de cocina como tal es un anticaballero

errante en una epopeya del hambre los vagabundeos de un Pablos o de un

Guzmán constituyen el contrapunto irónico a los de los valientes caballeros.

El protagonista es un pícaro, de muy bajo rango social o estamento y

descendiente de padres sin honra que bien están abiertamente marginados o

se han convertido en delincuentes. Recordemos por ejemplo que el padre de

15 Ibíd. P.42.

16 Ibíd. P.57.

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24

Don Pablos era artesano de oficio, lo cual era para personas sin clase, sin

honra, y que su madre, no quería que su hijo heredase tan indigna profesión.

Por eso quería verlo hecho un fraile. Así, pues, perfilándose como un

antihéroe, el pícaro resulta un contrapunto al ideal caballeresco. Su aspiración

es mejorar su condición social, sin embargo, para ello recurre a su astucia y a

procedimientos como el engaño y la estafa. Vive al margen de los códigos de

honra propios de las clases altas de la sociedad de su época y su libertad es su

gran bien, pero también tiene frecuente mala conciencia. Aunque el pícaro

intenta mejorar su condición social, fracasa no dejará nunca de lado la

naturaleza que le es inherente.

De otro lado, en la Literatura Picaresca aparece una enseñanza moral; algo

sustancial, que leído entre líneas puede mostrar de cierto modo un discurso

clerical, ese que refiere que cada cual nace como Dios quiere, y que las

condiciones de vida nos son otorgadas desde lo alto. Así, se supone que si se

nace de padres bajos y de linaje sucio, es voluntad divina que se hereden

dichas desgracias, y al final, aunque se haga todo lo posible por cambiar esa

realidad, es una causa perdida. Por tal razón, la estructura de la novela

picaresca es siempre abierta. Las aventuras que se narran podrían continuarse

indefinidamente, porque no hay evolución posible que cambie la historia,

siempre se llega a la misma realidad.

Desde este punto de vista, se puede mencionar que, a lo largo de la historia y

a nivel estético, se ha construido la figura arquetípica del héroe basada en la

consolidación de un cúmulo de virtudes que la misma sociedad ha establecido

para que ese ser aclamado alcance y refrende todos los valores de manera

loable. Tal aseveración implica considerar que para que se pueda ilustrar y

exaltar esta condición de ser, también ha de existir un contraste, una figura que

evidencie el lado adverso de lo que las sociedades a través de los tiempos han

calificado como apto. Si bien es cierto, nunca ha existido dentro de las culturas

una “perfecta” aplicación de valores; todas las instituciones traen consigo

Page 25: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

25

agentes trasgresores, que irrumpen la tranquilidad convencional y se presentan

con un sinnúmero de afrentas que deforman de alguna manera el orden social.

Se ha dicho entonces que la efigie del héroe connota virtudes implícitas y

colectivamente aceptadas por el conglomerado social; sin embargo, el

verdadero realce del héroe lo determina la contraposición de aquellos valores

desdeñables, que si bien pueden ser de plano censurables, son estos los que

configuran el rol y las relaciones complejas que subyacen en el héroe. Como lo

expresó Bataille:

Si la intensa luminosidad del bien no diera su negrura a la noche del mal, el mal dejaría de ser atractivo (…) El mal, en esta coincidencia de contrarios, ya no es el principio de forma irremediable al orden natural, como lo es dentro de los límites de la razón. Como la muerte es la condición de la vida, el Mal que se vincula es su esencia con la muerte es también, de una manera ambigua, un fundamento del ser.17

La concepción del mal involuntario se revalida al constituirse la idea a través de

la literatura, que el mal no nace de un error sino de una necesidad que reside

en la transgresión como posibilidad estética e ideológica, en la medida en que,

como lo intuyó Bataille, los caminos del Mal, son los caminos de la literatura,

pero no será el mal que abusa de la fuerza opresora, sino el Mal “exigido por

un deseo enloquecido de libertad18

Lo anterior, fundamenta la propuesta de exponer que siendo el mal en

resolución una fuerza inherente al hombre, es también una condición

inmanente al ser cuya finalidad es procurar un equilibrio. De tal manera que

para que haya un ser reconocido por sus acciones valerosas, debe haber por

antonomasia un ente al otro extremo, que contrario muestre las acciones

negativas. En este orden de ideas, es válido acotar que la postulación de un

héroe y un antihéroe genera una relación proporcional en la que una no

17BATAILLE, George. La literatura y el mal. Madrid: Taurus ediciones, 1971. p.175.

18 Ibid. p.93.

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26

necesariamente es antípoda de la otra, si no más bien su complemento porque

finalmente, el héroe luchará contra las fuerzas oscuras que dominan el

antihéroe y será socialmente reconocido.

Reconocido el rol del héroe y el antihéroe también se propone una ideología

moralizante y pesimista. Cada novela picaresca está narrada desde la

perspectiva del desengaño; esto se interpreta como un gran «ejemplo» de

conducta aberrante que, sistemáticamente, resulta castigada. Recordemos la

larga trayectoria que esto ha tenido desde el Medioevo, notemos unos visos

curiosos de humor en los Ejemplos del Conde Lucanor, o en El libro de Buen

amor, que traían un lenguaje de enseñanza; así, la picaresca está muy

influida por la retórica sacra de la época, basada en muchos casos en la

predicación de «ejemplos», en los que se narra la conducta descarriada de un

individuo que, finalmente, es castigado o se arrepiente. Para ilustrar se puede

citar el desenlace del Buscón llamado Don Pablos, cuyo fin es determinado y

moral.

Complementariamente, se denota una intención satírica y de estructura simple

que pretende establecer la crítica de una sociedad en todas las capas por las

que deambula el protagonista. De ese modo el pícaro asiste como espectador

privilegiado a la hipocresía que representa cada uno de sus poderosos dueños,

a los que critica desde su condición de desheredado porque no dan ejemplo de

lo que deben ser.

Las obras de corte picaresco se relacionan con un Realismo, incluso

Naturalismo al describir algunos de los aspectos más desagradables de la

realidad, que nunca se presentará como idealizada sino como burla o

desengaño. Humor, que con cierto toque de realidad cotidiana permea la obra.

De hecho, las obras picarescas no lo serían sin este vital elemento, el humor.

Acaso, si pudiéramos establecer un elemento muy primordial, que marque un

hito, desde la novela picaresca del siglo XVI hasta la narrativa de Villegas, es

precisamente el humor, y no está por demás, citar las palabras de Jorge

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27

Eduardo Vélez Arango, quien se deshace en halagos para con este tipo de

narrativa alabando a Villegas:

“La realidad de hoy no da para reír. Por eso admiro a los humoristas. Pero el humor espontáneo escasea, no el dañino sino el lleno de un contenido -valga la redundancia- que cataliza la sonrisa descomplicada, que hace catarsis a la vorágine de las pasiones que la actual violencia y agresividad hace anidar en el alma colombiana. No se da ese humor que mueve a la sonrisa filosófica y que fue del diario consumo en la Casa de Rafael -que es la mía- y que me llena de risueña y pura tranquilidad el ánima a veces enclaustrada en los laberintos de preocupaciones burocráticas. [...] Realista, Rafael asciende a consideraciones metafísicas: el más allá del cielo visto desde aquí, desde este localismo (caldense, por lo demás). No es el chiste de doble sentido, ni hiriente, ni pantagruélico. Natural, fluido, mana sin gratuidades ni alardes de erudición.”19

19 BATAILLE, George. La literatura y el mal. Madrid: Taurus ediciones, 1971. p.175. .

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28

2.4 LITERATURA DE REACCIÓN Y APUNTES CRÍTICOS

Para empezar es pertinente referir ciertos elementos característicos en la obra

de Villegas: Las palabras de Petra contra el sistema social, la personalidad de

los personajes, y su relación más que necesaria con algunas de las obras que

se mencionaran más adelante. En este apartado, se postularán conceptos a fin

de encontrar una noción amplia de lo picaresco, que partiendo de la realidad

española de entonces, permita llegar a Asistencia y camas, en el entorno

hogareño y paisa. En primera instancia se debe anteponer una concepción

que escape a una simple modalidad literaria de escritura, y que pase a

mostrarse más bien como una especie de modelo de vida, también alejándose

un poco de ser un simple cuadro de costumbres y pase a considerarse el

aspecto burlesco y existencial de la vida humana. Así que este aparte estará

enfocado a ampliar dicho concepto, para luego tratarlo en el aspecto

microsemiótico.

Se ha dicho, que lo picaresco, en la literatura, es aquella, novela que tiene por

materia la vida y los hechos de un pícaro. Lo cual parece muy atinado y

ajustado, pero a la postre, restringe el número de las novelas picarescas de

nuestra literatura.

Quedan en este caso, enteramente fuera del género, no sólo toda la

producción dé Cervantes, tan rica en manifestaciones picarescas sino también

el Lazarillo de Tormes, del que se suele tomar como referencia la novela

picaresca, y el mismo Buscón de Quevedo, la obra genial con que se cierra el

período más floreciente de esta clase de literatura. En rigor, y esto ya se ha

dicho, la única novela picaresca en sentido estricto es la de Mateo Alemán, el

Guzmán de Alfarache, porque es la única en que el protagonista reúne todas

las condiciones que ha de tener el pícaro para ser realmente tal. Y,

efectivamente, el Guzmán es el único catecismo ortodoxo. En cambio, lo

picaresco se ensancha en términos que permiten enfrentarlo, como un valor

Page 29: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

29

simbólico de signo contrario, a lo 'caballeresco', al ideal de la caballería, con el

cual en realidad convive, en un interesante proceso de simbiosis del alma

histórica española.

En sentido amplio, lo picaresco, más que una actitud moral encarnada en

determinados individuos, es un hecho colectivo, un fenómeno del ambiente que

se refracta y descompone en mil reflejos y matices a través de los más diversos

temperamentos individuales, y una tendencia colectiva, ética y sicológica, que

acusa su activa presencia en la sociedad española ya muchos siglos antes de

su cristalización en género literario y sigue acusándola después de la

desaparición de éste, hasta en nuestros mismos días, como si en realidad

fuese, al lado de éstas, una constante en el alma española, expresiva de un

inalterable fondo social.

Este fondo social es lo que interesa encontrar, partiendo de la España del

Renacimiento, y llegando a Asistencia y camas en su hondo sentido reactivo,

sociológico. En la España de hoy, en su vida y en sus libros, como en la del

siglo XVI, la mentalidad social de nuestros días y la sicología rencorosa de la

actual lucha de clases, se nota ese carácter crítico reaccionario- burlesco.

Toda transformación social trae consigo su peculiar expresión artística. La

novela de caballerías nace de las entrañas de la Edad Media, como

prolongación y degeneración de la poesía épica. Ésta es la pervivencia

idealista de un estilo de vida que se desvanece definitivamente. La novela

pastoril nace de una idealización, también falsa, de la vida campestre y es un

rebrote o, si se quiere, una constante favorecida por las tendencias regresivas

del Renacimiento hacia los autores bucólicos de Grecia y de Roma.

Pero llega un momento en que caballería y bucolismo desentonan con un

pueblo que está viviendo una hora revolucionaria de España y de la

humanidad. Una España guerrera, descubridora, colonizadora, que

Page 30: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

30

horizontalmente se expande por el mundo con afanes de imperio y

verticalmente se entrega con sus místicos a la conquista del reino de Dios,

impone un cambio en el gusto, las ilusiones y los ideales de sus nombres. No

hay que inventar hazañas ni fantasear campestres vivencias cuando al hombre

corriente y moliente lo solicitan la aventura de pasear mundos, de asomarse a

los nuevos escenarios de la historia, de penetrar en una naturaleza primitiva y

devoradora que nada tiene que ver con los paisajes de Virgilio o de Garcilaso

o, finalmente, de lanzarse con sublime denuedo a la conquista del reino interior.

Es entonces cuando de frente al héroe legendario, se sitúa burlonamente el

héroe de signo negativo. La novela picaresca es antítesis de la caballeresca:

bien lo vemos en el Buscón o el Guzmán, y aunque no es propósito de este

capítulo, establecer si Asistencia y Camas es o no plenamente picaresca,

puede verse también en ella ese trasfondo: en lo social, en lo moral, en lo

humano y en lo literario.

El pícaro contempla con desdén los viejos símbolos guerreros: la armadura, el

yelmo, la espada y hasta las glorias de la milicia. Para él los castillos son, esa

realidad tan experimentada de las malas ventas y las sucias fondas; el

heroísmo esa ridícula e inútil actitud y lo propio suyo es evadirse, tapar el

hambre del momento y escapar con vida de la endiablada urdimbre. El

caballero combatía pensando en la dama de sus pensamientos; el pícaro es

misógino; para él la mujer es anzuelo de bolsas. El caballero divaga por

geografías de ensueño; el pícaro pisa las tierras conocidas de Toledo, de

Segovia de Alcalá. El caballero bizarreó por la entera Europa; el pícaro

devaneó por España. Al caballero lo eternizaron las historias, los cantares, las

crónicas nobiliarias; el pícaro, falto de panegiristas, contó sin rubor alguno su

vida, que nació de oscura y mancillada prosapia, el caballero anduvo en

pingues admiraciones hacia El Amadís de Gaula, el pícaro no tiene más

sucesos que la vida de una pobre rellenera… Se fue curtiendo a golpes y

alardeó de su cínica existencia en medio de una sociedad artificiosa, apolillada

Page 31: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

31

y pagada de apariencias. De ahí el carácter autobiográfico de la picaresca,

propicio para desahogar al mal sin trabas y dar visos de sucedido a lo que fue

ficción. El pícaro es narrador de sus vagabundeos y censor de sus

contemporáneos. Claro sentido de antítesis y de reacción. Solo apreciemos el

episodio de Petra contra las que se burlaban de sus hijas.

Es curioso ante todo, en el hecho primario de escoger al hombre vulgar como

antihéroe frente a los valores de la literatura caballeresca, los artificios de la

novela pastoril o la exaltación de los grandes capitanes y magníficos señores

de aquella época. Lo que pasa es que en la España de entonces el héroe y el

antihéroe, el caballero loco y el escudero cuerdo, la fantasía y la realidad, la

razón y la locura, la vulgaridad y el pundonor van del bracete por la historia y

por la vida para orgullo de las letras españolas por su astucia y por su sentido

práctico.

El caballero se evade del mundo para imponerle una realidad superior; el

pícaro se evade también del mundo para burlarlo y acomodarlo a su holganza y

conveniencia. El caballero es el estoico del sustine; el pícaro es el estoico del

obstine. El Quijote nos presenta al caballero concentrado en una ola figura y al

Pícaro fragmentado en una muchedumbre de los más desmejorados… En fin,

el caballero vive su casa de cristal sin cimiento alguno, el pícaro habita la real

hospedería mugrosa y pobre, donde transcurre el drama humano de la vida.

El problema de la posible reacción social de la literatura picaresca incita a unas

divagaciones prolongadas. Volvamos a la opinión de quienes pretenden

descubrir asimismo una actitud revolucionaria de la picaresca frente a las

normas del lenguaje y, sobre todo, del estilo que entonces regía y prevalecía.

Con respecto a Lazarillo podría admitirse sin dificultad. En autores como

Quevedo fue proyección de su tremenda personalidad y llamarada de su genio.

Page 32: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

32

El estilo de la vida de Lazarillo no encaja en los moldes estilísticos de su época.

Es sobrio, es directo, es vivo y maliciosamente intencionado. No hay una sola

frase de este libro en que se busque el regodeo de la cláusula ¡y, sin embargo,

cómo cautiva y hechiza su lectura! No intentó la picaresca, de propósito,

desarmar el biensonante y artificioso mecanismo de la prosa retórica y

latinizante de aquellos siglos. Buscó simplemente su camino propio, su

lenguaje natural, su jerga populachera, punto muy notorio en la obra que

tratamos. No cuadraba contar peripecias de vagabundos y trapisondistas en

cláusulas de añejo y entonado sabor ciceroniano. Las cosas del pueblo,

humildes, llanas a ras del suelo, había que contarlas al gusto del pueblo.

Y así resultó aquella prosa coloquial, llena de frescura, sabrosa por

espontánea, directa en la expresión, certera en los efectos y agradable por sus

quebraduras y sus caracoleos que unas veces se traducen en la simple ruptura

del nexo sintáctico y, otras, en la inesperada sorpresa del rasgo de humor o del

rasgo de caricatura.

Tal vez por este aspecto, al menos en Lázaro, pudiera también hablarse de

cierta postura de rebeldía, de cierta voluntad antiretórica y anticlásica, de cierta

quiebra de moldes, exigida por la entraña misma del género picaresco.

Particularmente Lázaro, problemático en tantos aspectos, lo es desde el punto

de vista de su prosa y de su estilo. El autor, en el prólogo (no sabe uno si por

modestia real o aparente), se disculpa de su "grosero estilo". Más bien habría

que hablar de estilo llano, de prosa con sabores populares, de conceptos

breves y frases desnudas. Y con ello —dicho está—, aparece claro que el autor

no es un iletrado de buena voluntad y de inconscientes aciertos.

Así como se expresa el autor Arango Villegas sobre su propia obra, quien

denigra acerca de su invención, y la colma de injurias, también conoce muy

bien lo que hace. Si escribe mazorral, llano y prosaico - populachero, lo hace

con conocimiento de causa. Así mismo, el que escribió Lazarillo sabía muy bien

Page 33: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

33

su oficio. Esa naturalidad y ese vigor y esa ironía indulgente son propios de un

artista consumado que acomoda el lenguaje a la esencia del relato. Menéndez

Pidal en su Antología de prosistas castellanos atinó a encarecer la "sobriedad

magistral20" de Lazarillo. Libro manual de pocas páginas, de expresión directa,

de limpia arquitectura. Libro que se aproxima al ideal de estilo, propuesto muy

poco antes en el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés: "El estilo que tengo,

me es natural; y sin afectación ninguna escribo como hablo.21.".El autor de

Lazarillo fue un hombre culto que trató de asimilar lo popular y logró un estilo

medidamente literario. Arango Villegas siendo culto, escribe mazorral y criollo

aunque como él asegura no tiene la densidad filosófica de los existencialistas,

ni mucho menos es obra escrita por el Padre Isla; sobre la densidad

filosófica nos dice: “¡que va a tenerla hombre¡ no hay que confundir un viaje a

la estratósfera con un paseo a Finlandia”.22

20 MENENDEZ PIDAL, Ramón. Antología prosistas españoles. �������������� ������� ����������

21 VALDEZ DE Juan. Diálogo de la lengua. Madrid, Espasa Calpe, 1961.

22 ARANGO VILLEGAS, Op. cit; prólogo.

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34

3. ACERCAMIENTO LITERARIO A LA OBRA DE VILLEGAS

“ASISTENCIA Y CAMAS”

3.1 CONTEXTO Y SOCIEDAD.

Dentro de la literatura de corte costumbrista en Colombia, aparecen distintas

obras desde diferentes puntos geográficos: Tomás Carrasquilla en el norte de

Antioquia; José María Cordovez Moure y Eugenio Díaz Castro en la sabana

de Bogotá, entre otros. Rafael Arango Villegas se inscribe dentro de los

primeros escritores que entraron a nutrir una literatura Colombiana que a partir

de la segunda década del siglo XX, continuaba complementando el género

costumbrista, a la par de la aparición de las vanguardias.

En la región conocida como el Viejo Caldas, arraigada en todas las

costumbres de Antioquia, se observan situaciones que bien vale la pena

explorar, conocido como el bloque Antioqueño- Caldense. Bien se ha dicho

que Caldas es la mejor obra, la mejor conquista de los antioqueños desde

mediados del siglo XIX. Durante este siglo se libraron batallas en donde lo que

se encontraba en juego no era un trozo de tierra sino la imagen y construcción

de todos quienes hacían parte de estas nuevas tendencias: “Antioquia se

industrializa rápidamente en el siglo XX trocando la pica y el arado por la

polea y la correa de transmisión, mientras que Caldas se entrega con fervor a

plantar cafetales en sus lomas, a abrir potreros en las vegas y a llevar el trigo y

la papa a los páramos de la cordillera central”23

En esta medida puede reflejarse que se sigue la tradición de una Antioquia

castiza, que aún puede reflejarse en algunos pueblos que prefirieron dejar

pasar de largo el boom de la industrialización, tales como Rionegro, Santafé,

que se quedaron voluntariamente dormidos sin que los despertara el humo de

las fabricas de Medellín.

23 ARANGO VILLEGAS, Op. cit; Prólogo.

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35

El acervo cultural no sólo se concentró en la región antioqueña, sino que se

expandió a lo ancho del terruño, esto gracias a la entrega de los arrieros;

quienes con su labor contribuyeron a colonizar lugares inéditos como algunos

vastos territorios del Viejo Caldas; entre ellos la ciudad de Manizales, de donde

es oriundo el escritor objeto del presente escrito, cuya magistral descripción la

refiere Caballero Calderón: "Es un balcón ventilado y abierto sobre todo el

departamento desde la plataforma de Manizales se columbra uno de los

panoramas más hermosos que puedan verse en los Andes”24

La emigración de centenares de familias del interior de Antioquia, atraídas por

el clima, por la tierra, el crecimiento de la ciudad fue inmediato y empezó a

elevarse como nadie había previsto. La colonización de Manizales por los

antioqueños se recuerda como una de las grandes epopeyas que se han

cumplido en América. Se asegura que los caldenses tienen el ímpetu juvenil

de los antioqueños de antaño, y conservan al mismo tiempo su fisonomía

patriarca.

Una docena de hijos hablan de la roza y la cosecha, de la fabrica o del almacén, y recuerdan a veces, después de una pausa que pone a la madre melancólica, al ausente que se largó a correr mundo, a descubrir, a colonizar, a fundar, a ser millonario o a ser pobre vendedor ambulante, como uno de esos personajes que se cruzan por los libros de Tomás Carrasquilla y Rafael Arango Villegas25

Se encuentran escritores que empezaron haciendo crónicas como el caso de

Arango Villegas, encontrando el punto donde poner de manifiesto una serie de

escenas de la vida de la pequeña ciudad, que hicieron que apareciera una

novela como Asistencia y camas. El manizaleño se vale de un relato de corte

lineal, para plasmar en sus personajes aquellas figuras que adornan con sus

asuntos, las situaciones que viven. Por tanto, encontramos que en la época en

que aparece esta novela, la literatura en Colombia ha tomado varios giros,

24 Ibid., p.8.

25 Ibid., p.10.

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36

especialmente en Bogotá, donde se hallan escritores que cuentan sobre

asuntos propios de la urbe que se masifica.

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37

3.2 NARRATIVA COSTUMBRISTA EN "ASISTENCIA Y CAMAS”

Hacia mediados del siglo XIX después de las luchas independentistas y al

comenzar los gobiernos republicanos, aparecen en la escena de la literatura

colombiana escritores costumbristas, para quienes “los valores culturales, en

palabras de Carlos Jose Reyes, deben fijarse en lo más cotidiano e inmediato,

al fin de descubrir una real identidad en el mundo de las imágenes más

próximas que rodea al escritor o pintor de estos rasgos”26. Así se cambia el

paradigma y la mirada del escritor se proyecta hacia el campo, hacia la choza

y el arado”

Nos dice Maya que el costumbrismo:

“Fue una modalidad del pensamiento nacional que involucró, en la amplia zona de sus posibilidades literarias, un conjunto de propósitos que fueron más allá del intento descriptivo. El costumbrismo aspiró a dar una explicación, si no profunda, sí muy acertada de la vida social del país a mediados del siglo pasado, y a dejar consignados en sus páginas aspectos interesantes, unos fugaces y otros permanentes, de la vida política, social y religiosa, durante esa centuria fecunda casi toda, ello concebido con intención anecdótica y pintoresca”27

La escritura se vuelca hacia la construcción de una identidad que explote la

diversidad de manifestaciones sociales y políticas del nuevo territorio. Expone

Reyes (1998) que este es el objetivo que se trazan los dramaturgos, poetas y

cuentistas.

Los cuadros de costumbres se asemejarían en la actualidad a fotografías que

muestran en vivas imágenes las ciudades y pueblos de la época. Para Maya la

imagen “Logrará el mismo efecto de quien repase un álbum de fotografías

26 REYES Carlos José, El costumbrismo en Colombia. Bogotá: Editorial Planeta, 1998. P.184.

27 MAYA Rafael, El costumbrismo en Colombia. Cali: Edición Carvajal, 1969, P.9.

Page 38: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

38

viejas o estampas arcaicas, que conservasen su color primitivo y ese aire

inexplicable de cosas rescatadas al naufragio del tiempo”28.

Veamos una breve descripción que hace Arango Villegas en su novela

Asistencia y Camas acerca de escenas cotidianas:

“Lo primero era montar sobre el fogón la olla del chocolate para el consumo del día. En seguida cada cual se dedicaba a los menesteres de su especialidad: Transito, a confeccionar aquellos celebérrimos tamales, orgullo de la casa, blancos y apetitosos, con alma de costilla de puerco, cuidadosamente envueltos en tiernas hojas de congo y atados en parejas con leves fibras de iraca.29

Arango Villegas describe una serie de situaciones que tienen cierto tinte

picaresco, asunto que tendría lugar si se tiene en cuenta que uno de los ejes

del relato recae sobre el personaje “Julito”. Sus situaciones, que a nuestro

juicio son propias de la literatura picaresca, tienen asiento en la manera en que

se desarrolla la vida de este sujeto y las características con las que lo da a

conocer el escritor. Aunque es claro que hay algunas diferencias que saltan a

la vista, pero que en el contenido y desarrollo lineal de la historia tiene muchos

puntos de coincidencia. Son pocos los escritores que hacia 1930, se ocuparon

de este tipo de temas, así los escritores que se emparentan con Arango son

oriundos de la misma región o de alguna forma están influenciados por las

mismas lecturas y tradiciones. Se puede afirmar que obedece a una literatura

de corte tradicionalista.

El escritor plantea sus experiencias y pone de manifiesto su ideología y se

sirve de la realidad inmediata de su entorno. Arango Villegas vivió en Manizales

en la época que recrea su novela; ilustrando sus percepciones crea un mundo

alrededor de un restaurante y posada para los arrieros y campesinos que

visitaban la ciudad o para sus habituales clientes.

28 Ibíd. P.9.

29ARANGO VILLEGAS, Op. cit; p 23.

Page 39: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

39

Todos y cada uno de los personajes tienen una caracterización que los

enmarca dentro de un arquetipo de las personas de aquella aldea. Además

manifiesta el concepto del ascenso y el descenso social, así aparecen dos

grupos que muestran las relaciones que en el insípido comercio se establecía.

Doña Petronila y el turco son ejemplos de la ascensión mediante el trabajo y

la acumulación de dinero que permitió que se fundaran pequeños negocios que

luego crecieron, admitiendo a sus dueños contar con recursos para darse una

vida aparentemente tranquila. Por otro lado tenemos a Silverio Antonio y a

Julito, esposo e hijo de doña Petra, los dos son haraganes y por lo tanto no

tienen la más mínima intención de progreso.

Arango pone de manifiesto estos dos personajes como una manera de pintar

esa sociedad que pertenece a las clases populares, pero que siendo de la

clase que bebería ser trabajadora se encargan de vivir soñando y por ende a

mantenerse a “costillas” de los demás. En cuanto a los demás personajes, las

hijas de doña Petra, Rosita y Lolita, encierran el anhelo de doña Petra de verlas

convertidas en lo que ella no pudo, es así como insiste en una vida aristocrática

para ellas, pero que como se ve en la novela se trunca cuando aparece la

Compañía de teatro y la menor de sus hijas se enamora de uno de los actores.

El portero, las empleadas, el aprendiz de alquimista, el señor Serna y sus

trucos para hacer libras esterlinas, vienen a completar un cuadro en el que las

aventuras, la infidelidad, y demás conflictos típicos de la cotidianidad se

presentan en una casa que el escritor muestra como marco para dar a conocer

su historia.

Estas novelas y relatos de la vida cotidiana encierran el pasado y al recurrir a

su lectura podemos encontrar los pasos recorridos por sus habitantes, así

como todas sus costumbres. Para Maya, sin embargo, los cuadros de

Page 40: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

40

costumbres no están cargados de carácter literario, es decir que las imágenes

costumbristas se limitan a relatar lo que ya está, aunque no escrito

directamente, sí cristalizado en las costumbres, teniendo en cuenta que una de

las características más sobresalientes del costumbrismo es la descripción; este

mismo hecho hace que parezca no tener literatura en su máxima expresión,

pero debemos tener en cuenta también que si bien era un tipo sencillo de

escritura estaba permeado por los avances que en cuanto a literatura se

habían dado, en otros países tal es el caso del realismo español.

Sin embargo, expone Maya que es sólo una técnica de la escuela y agrega

que este tipo de literatura era muy llana, sin un estilo que no exigía mucho

ingenio, y que arroja una cantidad de frases hechas y expresiones

convencionales, así los escritores sólo tenían que ser fieles a lo anecdótico por

lo que el género tuvo mucha acogida: “Por otra parte el arte costumbrista no es

exigente. Es una expresión literaria al alcance de todos. No exige condiciones

especiales de creación ni un talento natural en quien lo practica”30. El

Costumbrismo ante todo es una forma de percibir la vida. No hay necesidad de

recurrir a complicadas construcciones de personajes porque estos están ahí: el

obrero, el arriero, el campesino; los espacios son las fondas, las plazas, las

haciendas. Veamos la opinión que nos ofrece Uriel Ospina al respecto del

costumbrismo:

“Los escritores criollos no aprecian demasiado eso de que a sus gentes se les trate como a figuras de museo, y por allí salen a la liza llevando en sus manos todos sus personajes, todos los rincones pintorescos, todas las particularidades de estas sociedades nacientes, sin alterar en nada su estructura, retratándolo todo con la fidelidad de un fotógrafo que no retoca sus personajes sobre las placas. No hay entre ellos, por otra parte, quien se preocupe por investigar si por curiosidad o por equivocación en estos personajes hay alguna inquietud psíquica, si sus conciencias son tranquilas o preocupadas por algo, atormentadas o apacibles, frías, indiferentes o resignadas. Esto no interesa, al parecer. Interesa, y mucho, lo pintoresco externo. Lo pintoresco bajo todas sus formas. Y en estos pueblos lo son, y lo

30 OSPINA Uriel. Problemas y perspectivas de la novela americana,. Bogotá: Ediciones Tercer Mundo, 1964, p.112.

Page 41: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

41

continúan siendo, no cabe de ello la menor duda. Su valor folclórico ha sido durante muchos años superior a su valor espiritual. Los costumbristas lo tienen todo al alcance de la mano. Un poco de atención y ya está hecho el cuadro”31.

Expone Reyes (1988) que muchos autores costumbristas utilizaban el humor,

la caricaturización y la burla como un ingrediente especial en su estilo, sin

perder la amabilidad tratando de encontrar un punto de encuentro con la

realidad que los absorbía. Así se descubre otro carácter que matiza al

costumbrismo.

31 Ibíd. P.114.

Page 42: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

42

3.3 LA NOVELÍSTICA NACIONAL

En el transcurso del año 1958 se iniciaron unas reuniones entre Eugenio Díaz

y Vergara y Vergara, donde la temática principal eran la poesía y la literatura,

allí se criticaba se leía y se inspiraban escritos que luego marcaron esta época

en Colombia; a estas reuniones se les llamó El Mosaico. A estas se fueron

uniendo cada vez más escritores que trabajaban de forma aislada, tales como

José Joaquín Borja, J. Marroquín, Medardo, entre otros. Estos personajes se

dedicaban además del mosaico a otras variadas actividades y no

profundizaban en el tema de la literatura, lo que hacía que tuviera algunos

desniveles en cuanto a la evolución de ésta. El Mosaico, por medio de Vergara

y Vergara, hizo una recopilación de los cuadros de costumbres escritos durante

este tiempo.

La novelística nacional influenciada por esta corriente, intentó desde todos sus

ángulos copiar los aspectos de la realidad, ya que se trata de una concepción

del mundo que el escritor percibe al respecto de lo que observa y presiente en

los lugares de su aldea. En Asistencia y camas, Arango Villegas nos muestra

una serie de eventos que se relacionan con la vida de una fonda, tema sencillo

de tratar aparentemente, pero que deja entrever los comportamientos de unos

personajes dispuestos para que observemos sus conflictos y absurdas

situaciones.

Ahora bien, el costumbrismo tiene su origen en la influencia que ejerciera

España en todos los ámbitos (incluido el arte) sobre la nueva república, aún

después de la Independencia, siendo la lengua la herencia más arraigada, sin

olvidar las formas de administración política, económica y social. Lo anterior en

contraposición a la vertiente de intelectuales de corte europeo, que influenciado

por el romanticismo hacía carrera en la política y las letras nacionales; entre

sus iniciadores podríamos mencionar a Simón Bolívar desembocando en José

Asunción Silva. Así algunos escritores del costumbrismo como Vergara y

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43

Vergara habían advertido sobre la necesidad de no perder el punto de mira del

amplio panorama de la lengua castellana, advirtiendo sobre los peligros del

afrancesamiento.

Siguiendo ésta tradición de corte española, los escritores como Arango

Villegas, construyeron en sus novelas, relatos que coinciden con lo que hasta

el momento se ha expresado acerca del costumbrismo, incluyendo algunos

rasgos de la novela picaresca española, refiriéndonos a la tipología del pícaro y

todo lo que de él se colige. Al respecto de la novela picaresca española: “es el

relato autobiográfico de la vida de un antihéroe en el cual la presencia del

protagonista y la sucesión cronológica de los incidentes son los principales

elementos estructurantes”32.

Los personajes tienen una especie de caracterización propia; “los individuos de

las clases bajas son algo así como perchas sobre las que se cuelgan dichos,

anécdotas u opiniones, ajenas a una personalidad que, en definitiva, no existe:

el personaje es un medio para exponer otras cosas que pueden funcionar

aisladamente”33.

Se afirma como se refirió anteriormente que en los hechos de la novela

picaresca, existe un orden cronológico de los hechos, cómo los afronta el

personaje pícaro. Al respecto nos dice Alfaro que:

“En la mayoría de ellos se narra una vida desde sus orígenes, subrayando momentos críticos que implican, a su modo, cierta organización formal: la genealogía que predetermina la futura conducta del pícaro; el paso del protagonista de la inocencia a la experiencia; el despertar del antihéroe y la formulación de su actitud picaresca; la serie de aventuras que demuestran la nueva sicología del protagonista; el castigo ejemplar en que culmina su carrera de pícaro.

32 ALFARO, Gustavo, La estructura de la novela picaresca: Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1977, p17.

33 Prólogo a El buscón de Quevedo por Domingo Ynduraín, Cátedra, Madrid, 1982, Pág. 14.

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44

La vida del pícaro presenta una trayectoria moral causalmente determinada en un espacio concreto y en un tiempo delimitado”34.

A nivel textual, se encuentra que la narrativa de Villegas muestra a cara

descubierta aquellos rasgos de la picaresca que ya mencionamos. Es notorio el

aspecto de la lucha entre dos estamentos, pero se ve en diversas formas,

como caracterización social, o como lucha propiamente dicha:

Muchas veces en los caminos polvosos, al regresar de las fiestas la enguayabada caravana de bigardos y mujerzuelas, debía el humano envoltorio servir de escudo a Fernanda, cuando esta –excedida de tragos- tomaba parte en zambas y tremolinas con su navaja barbera[…] esos son embelecos de las ricas dijo petra- a mi me chilla mucho eso. Yo voy a la iglesia con mi pañolón y con mi saya como siempre he vivido35.

Se advierte una lucha de clases ya que una de las formas en que se determina

la nobleza u ordinariez de una persona, es precisamente su indumentaria. La

lucha de clases siempre ha dado lugar a confrontaciones, en especial cuando

alguien de origen bajo pretende escalar niveles sociales, y eso es clave en la

picaresca; veamos qué dice Petra cuando sus hijas son burladas: “Pues fue

que unas niñas del colegio se burlaron de nosotras, y dijeron dizque éramos

unos mamarrachos, que creíamos ser muy elegantes, y resultábamos unos

payasos”36.

Complementariamente, Petra, enfurecida, despotrica contra la clase alta, pues

siente herido su honor: “¿Por qué la gedionda que se burló de mis hijas no se

burla también de mi? ¿porqué no se mete paque conozca en ganao? Es que

abusan y se creen mucho chuzo a cuenta de que son ricas y tienen unos

34 ALFARO, Op cit, Pág. 21 y 22.

35 ARANGO VILLEGAS, Op cit, p. 63.

36 Ibíd. p.68.

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45

botines, pues mis hijas también los tienen, y tienen pa rellenarle la barriga a las

muertasdihambre que se burlan de ellas”37.

Acaso esto de la diferencia social es uno de los aspectos más sensibles de

este tipo de narrativa, el sentido social se disgrega y se enfatiza en la prácticas

de los diversos sectores, y de forma aun más manifiesta, muestra Petra lo que

hay en la cabeza de un resentido social, que lo que más odia de las altas

esferas, es no estar en ellas:

¿y qué me importa a mi la gente de la calle? Que digan lo que les de la gana. A mi no me importa la sociedad. Así, vendiendo rellena, soy Petronila Sánchez, lo que remedio no tiene. Y si me ponen a vender polvo de oro o esmeraldas sigo siendo la misma Petronila Sánchez. El trabajo no deshonra a nadie desde que sea honrao. No me diga a mi esas gentes que viven no mas petardiando, o haciendo otras cosas piores pa conseguir la plata, eso si que es lo feo38.

Ya de entrada, caracteriza Villegas a Julito en la obra como un “mujeriego,

tomatrago, vicioso empedernido”, y más adelante, nos dice que es todo esto,

desde los ocho años. Y obedeciendo a la sabiduría popular: “de tal palo tal

astilla”, el autor nos pone el antecedente del padre de Julito. “En cuanto a

Petra era verdad que había recibido noticias desastrosas sobre la conducta de

su futuro marido. Tahúr, borracho, gallero, mujeriego, y sinvergüenza eran

pequeños estigmas que ni siquiera contaban en la corta y meritoria vida del

romántico alguacil”39.

Otra bella joya que caracteriza al pícaro indefectiblemente es la mentira, el robo

y la estafa, todo junto en única prenda, a su vez Petra arenga al descarado

marido de esta forma, tachando su conducta y resaltando su deshonestidad:

37.Ibíd. p.69.

38 Ibíd. p.50.

39 Ibíd. p.53.

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46

“Pero tenía serias sospechas de que su marido le estaba robando el dinero[…] Resolvió buscar un contralor para poner a su marido”40

[…]

el ladrón sos vos, que estas tragando en aguardiente cuanto coges aquí. Y ahora mismo me rendías las cuentas y me entregás la plata o te zampo un puñal en la barriga, paque no sias ladrón. No faltaba más, que yo echara la jiel en esa cocina, trabajando como un macho, paque vos tragués aguardiente y mantengás vagamundas ¡so sinvergüenza asqueroso”41.

Es digna de mencionarse la actitud del pícaro, que trata siempre de disimular

sus vicios y cubrir con un manto de ingenuidad sus mas bajas acciones, hasta

el punto incluso de llegar a agredir antes que confesar sus réprobas acciones:

“No escuchó más Silverio y, pálido y demudado de la ira, se abalanzó sobre su agresora y le asestó en el rostro un tremendo puñetazo. Al tiempo que profería los mas tremendos insultos. Tambaleó Petra al recibir el golpe, mas se recobró enseguida y agarrando un botellón de sobre una mesa, lo lanzó a la frente de su esposo que rodó por el suelo bañado en sangre. A los gritos de los contendores, se agolpó la gente en la puerta de la calle, acudieron las sirvientas y varios policías entraron en el comedor”42.

La anterior cita, además de hablar de la índole del pícaro, muestra claramente

la caracterización de un origen bajo: los puñetazos, la botella, la sangre, son

elementos tan grotescos, que muestran la verdadera ordinariez de los

contendores, cuyo origen se delata en la manifestación tan primaria de sus

impulsos iracundos.

El pícaro es además estafador, mentiroso; así, el propio Julito enreda a su

propia madre en el negocio chueco de la falsificación de libras; es casi un

impulso inevitable del pícaro andar entreverado en difíciles empresas sólo

centra su atención en toda aquello que representa problemas, en todo lo que

40 Ibíd. P60.

41Ibíd. p.62.

42 Ibíd. p.62.

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47

se incluye en los vicios humanos, es un dechado de pecados capitales, si es

que, como dice el autor, se puede llamar dechado a este tipo de cosas.

El determinismo que anteriormente se mencionó, se puede entender desde el

señalamiento de una esfera social a otra. En el siguiente pasaje, vemos cómo

el profesor, representante de una categoría social culta, acaso elevada,

profetiza el futuro inminente de Julito como si fuera un nuevo Don Pablos:

“En vano luchó Petra por educarlo, no quería estudiar. No le provocaba ser dotor. A duras penas aprendió a leer malamente y a escribir peor. Un día el maestro de aritmética le hizo un vaticinio que se cumplió a la letra: ¿Cuántas son dos y dos? Pregunto al mozuelo que en ese momento conversaba animadamente con el compañero de al lado. Dos y dos son cinco maestro. Otra vez, el amigo, insistió el maestro ¿cuántas son dos y dos? Cinco maestro, volvió a contestar Julito con mayor aplomo. ¡Usted será estafador, a más de lo bruto que es¡ rugió el maestro arrebatado de indignación”43.

El destino del pícaro está marcado. Hará en su vida una larga carrera de

erratas y pillerías, como se menciona en el capítulo IV: “Pero el gran tormento

de la hotelera, su verdadera pesadilla la gota de amargura que se mezclaba

tenazmente a sus exiguas alegrías, eran las perrerías de julito que ya había

soltado el pantalón y recorrido toda la escala de los vicios y de las pillerías

hasta dar en la cárcel en más de una ocasión44”

Esta determinación acompaña al hombre desde sus primeros pasos hasta la

muerte: genio y figura, hasta la sepultura, veamos además la curiosa génesis

de estas costumbres no tan halagadoras:

“Y en verdad no faltaba razón a la señora, porque julito era un dechado de picardías, si hay dechados para tales cosas. Todos los esfuerzos que la madre hizo por sacar un hombre de aquel precioso muñeco que en sus años infantiles llenaba de alegría y de esperanza

43Ibíd. p.74.

44 Ibíd. p.75.

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48

la vida atormentada de la pobre Petra, fueron perfectamente infructuosos. Crecía el chico en estatura, y crecía al par, en perversión y picardía. A los cinco años fumaba cigarrillos, a los ocho bebía aguardiente, a los diez robaba, y a los doce consideraba ya la cárcel como su residencia habitual”45

La novela picaresca dibuja también el asunto de la conciencia, el aspecto

moralizante no puede faltar; trata de mostrar esos bajos instintos humanos,

como algo a corregir, y enseña además que la honestidad rara vez es absoluta.

Incluso el más virtuoso es vulnerable al mal y proclive a actos impropios.

Vemos a Petra, mujer trabajadora y valiente, honrada y recta, considerando el

negocio de falsificar libras esterlinas, por la influencia siempre errática de su

malcriado hijo. Así, el mal, como un pequeño gusano en el cerebro, va

recorriendo la cabeza de la `pobre mujer, que poco a poco se va entregando a

la posibilidad de convertirse en una falsaria, lo que demuestra que nada es

bueno o malo totalmente y que de ángel y demonio, tenemos todos un poco:

“Pero a pesar de sus protestas, las sugestiones de Julio estaban labrando, y muy hondo, en las codiciosas interioridades de la señora Petra. Esa noche apenas pudo dormir, dando vueltas en la mente al endiablado negocio ¿y si fuera cierto que ese hombre sabía hacer libras esterlinas? ¿Qué dificultad había para ello si era sabido en el pueblo, que algunas de las fortunas que allí había tenían por solo origen la falsificación de moneda ¡ que diablo¡ nada perdía ella con enterarse mejor, aunque no fuera sino por mera curiosidad”46.

En cuanto a la estructura itinerante propia a la novela picaresca, la obra de

Arango Villegas la trata de una manera más local, desde la cotidianidad

caldense, risaraldense y desde los quehaceres diarios, la vida es una

trayectoria, es un pequeño discurrir en el calvario de la humanidad, la vida es

una comedia completa, una risotada del destino que señala al hombre y lanza

la carcajada, una burla en este valle de lágrimas, fiestas y algarabías:

45 Ibíd. p.74.

46 Ibíd. p.91.

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“Poco conocía Petra de su lejana niñez. Apenas si sabía por las narraciones de su madre, que de niña había recorrida, sobre el cuadril de esta, toda la comarca de uno al otro confín. La señora Fernanda, trabaja la sangre, denominación eufémica con que ella designaba su modesto oficio de fabricar rellenas. Tenía su residencia habitual en Pereira, pero –andariega y trashumante- liaba con frecuencia su reducido menaje-los pocos utensilios de cocina que requería el negocio- e íbase de pueblo en pueblo asistiendo a fiestas, carnavales, romerías y desafíos de gallos. Allí donde hubiera barullo, juerga, diversión y trago, era sitio propicio a su modesto comercio”47.

También ese carácter itinerante, se manifiesta en el viaje a Medellín, cuando

Julito después de su larga ausencia regresa, demostrando su espíritu errante y

complementariamente se denota el ánimo arriero que caracterizó la época:

“Traía Julito compuesta una novela, estilo Sherlock Holmes, sobre su captura por la policía en la célebre mañana y sobre su reclusión en la cárcel, de la cual se fugó, y dolíase del abandono en que su madre le había tenido, sin preguntar siquiera por él, traía el pelo largo hasta llegarle a los hombros y unas amplias patillas le cubrían las mejillas hasta el nivel de la boca, acompañábase de una mujer desarrapada y flacucha a quien él nombraba Miss Judith”48.

Hacia el final de la novela, vemos las conclusiones morales, unas de las cuales

van ligadas al aspecto de las clases sociales. Siempre queriendo ascender,

Petra se pasó la vida queriendo que sus hijas fueran de alcurnia, haciendo de

ellas unas buenas para nada, y al final, ella misma lo reconoce: “Ni una palabra

más sobre esto –dice tras de un silencio que dura algunos minutos- yo le

perdono mijita, porque la de la culpa fui yo, que le metí esas ideas y no la crié

en el trabajo, como era mi obligación. ¡ bien castigao lo tengo”49

47 Ibíd. p.43.

48 Ibíd. p.137.

49 Ibíd. p.150.

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Las tristes palabras de Lolita a su madre, nos comprueban lo ineludible del

destino del personaje de la novela picaresca, aunque recorra el mundo o trate

de escalar el nivel social, su destino es uno solo:

“Se habían casado en un poblado lejano por exigencias de ella, viajaban a pie y trabajaban en las poblaciones para ganarse el sustento. Al llegar a pasto se alojaron en un fondín miserable. Dieron varias representaciones, pero sin éxito alguno: el dinero colectado en tales espectáculos no alcanzaba ni para cubrir los gastos mas de las veces. Y la miseria crecía y se angustiaba por momentos su situación económica, ya no ganaban comida”50.

50 Ibíd. p.74.

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3.4.1 COTIDIANIDAD Y CULTURA POPULAR EN ASISTENCIA Y CAMAS

Cuando hablamos de cultura popular, en su acepción más corriente, nos

referimos propiamente a la cotidianidad. Y la entendemos como el conjunto de

prácticas relacionadas con algunos aspectos como: contexto social, nivel

socioeconómico, tradición, aspecto interpersonal, axiológico y circunstancial.

Toda vez que estos seis puntos, dan cuenta de una cultura en particular. De

aquí partimos, a entender que la colectividad engendra ese concepto de cultura

popular. Pero éste, cimienta sus raíces, desde luego en una tradición. Por ende

ésta se constituye en punto de partida y de llegada. Indagamos entonces, cómo

se manifiesta esa cultura popular, esa cotidianidad en la obra Asistencia y

camas.

Se conoce como Colonización antioqueña el proceso mediante el cual se

colonizaron, por parte de antioqueños, diversos territorios de Colombia; este

paso arrojó profundas consecuencias y constituyó uno de los hechos

económicos y sociales más importantes en el desarrollo de la historia y la

economía de nuestro país. Tal evento encerró también el desarrollo cultural y

la formación de la zona de donde es oriundo el escritor de Asistencia y camas.

La colonización antioqueña fue solo una corriente de campesinos nómadas

que eran empujados por la fuerza de arrastre de la minería aurífera y por una

agricultura maicera de subsistencia, mientras no se descubrió una planta

perenne—como el café—capaz de ocupar y transformar las laderas

erosionables de la cordillera andina y de promover el más significativo salto

histórico de las comunidades campesinas, cuya aparición se dio con una

novedosa dinámica económica y de mercado. De la misma manera saltó a la

vista todo el arraigue de idiosincrasias y de costumbres en general.

La relación Antioquia/ Caldas era muy directa, hasta el punto de compartir la

misma cultura regional. Como se ha dicho el departamento de Caldas es el hijo

de Antioquia, “la costilla arrancada a las montañas antioqueñas por los brazos

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52

leñadores y arrieros que abrieron los bosques del Ruíz, las vegas del río Cauca

y las montañas del Quindío.”51 Con la emigración de centenares de familias del

interior de Antioquia, atraídas por la suavidad del clima y la feracidad de la

tierra, la ciudad empezó a crecer en proporciones insospechadas, los

antioqueños hicieron hazañas para atravesar trochas caminos y no hubo nada

que los detuviera. Se hace relevante mencionar los rasgos inherentes al

caldense para demostrar las peculiaridades que lo adornan: “Tienen ellos el

ímpetu juvenil de los antioqueños de antaño, puesto que ya dije que caldas es

la juventud de Antioquia, y conservan al mismo tiempo su fisonomía patriarcal.

Son andariegos y trashumantes, pero llevan siempre en el corazón el espíritu

del hogar lejano” 52

Se podría decir que el caldense y el antioqueño se visten de semejantes

naturalezas. Los dos han conservado muy pura la esencia del idioma que les

dejaron, y por su lado, Caldas se ha constituido como uno de los pueblos más

intelectualizados de Colombia donde más corren el libro y el periódico, donde

han nacido hombres eminentes que no desdeñan la cultura, en ella han

florecido grandes escritores, políticos periodistas, poetas. Entre ellos podemos

mencionar a Tomás Carrasquilla, Rafael Arango Villegas, Porfilio Barba Jacob

y León de Greiff.

Es por ello que los caldenses y los antioqueños comparten tantos aspectos de

la cultura: el punto matriarcal, el acento y demás usos tan propios de la cultura

antioqueña. En Asistencia y camas se nota todo esto, que también tiene sus

antecedentes más tempranos en la cultura caribeña: la gran matrona, jefe de

hogar, el macho desocupado, el hijo sinvergüenza, las hijas costureras, la

cocina inmensa, el fogón, el chocolate. Todo esto es puramente regional,

heredad antioqueña. La manera misma de expresarse los personajes de la

51 ARANGO VILLEGAS, Op cit, p. 63.

52 Ibíd. p.10.

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53

obra, muestran esa ascendencia antioqueñizada. Incluso se sugiere la relación

cultural, con el viaje de Petra a Medellín, que se considera, la gran polis.

Adicionalmente puede evidenciarse el aspecto interpersonal en la obra en la

manera cómo en el personaje de Asistencia y camas se comporta, no solo

consigo mismo, sino con los demás. Se encuentra que curiosamente, este

comportamiento, tiene muchos rasgos de la cultura popular colombiana; la

audacia, la astucia, que rayan en la picardía y la estafa. Las palabras duras

para consigo mismo, son una muestra de la identidad antioqueña, de la

parresia del colombiano; escuchamos a Petra decir: “mi destino de mierda; soy

una triste rellenera”, etc. Irse a las manos es un aspecto curioso y forma parte

más bien de una cultura de la violencia, que en las familias numerosas,

matriarcales pero machistas, ha sido una escena cotidiana. Vemos cómo Petra

se va a las manos con su esposo, se dan de puñetazos y puntapiés, sin decoro

alguno. Todo esto forma parte de esa cultura antioqueña, donde la fuerza es

elemento preponderante y donde la matriarca es casi un hombre, Petra misma

lo menciona: yo trabajando aquí como un macho…. Así, vemos que el aspecto

de la forma de relación, es claramente antioqueño en Asistencia y camas.

De otro lado, el contexto social en Asistencia y camas trata a fondo la cultura

caldense-antioqueña. Pero ésta menciona además la cultura pereirana, a la

cual se denomina como; la ciudad alegre53. Esto quiere decir en su trasfondo

que Pereira, es la cuna de las mujerzuelas, de las cantinas, de las fiestas y

jolgorios, perfecto complemento y pasatiempos del macho antioqueño-caldense

como Julito. El contexto de la época, nos habla de unas ciudades de gran

empuje y comercio, que fueron preponderando por su cercanía con Antioquia y

por el vigor de sus gentes. Pereira, ha sido siempre ciudad de turistas, paso

desde varias ciudades lo que la ha hecho progresista, más mundana que la 53 Ibíd. p.22.

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54

Manizales conservadora de los años 40. El contexto más notorio es la gran

división de clases en Manizales, lo que notamos cuando las niñas de Petra son

humilladas por sus compañeras; la reacción y el discurso de Petra nos muestra

la marcada escisión social, ella misma lo dice: “aunque me pusiera a vender

oro, nunca dejarían de verme como una rellenera, y en otra palabras más

coloquiales: aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Según lo expuesto, es menester acotar que el nivel socioeconómico es

determinante, de igual forma el arte de los oficios que en escasez de donaire

puede ser estigmatizados. Petra viene de rellenera, heredó el oficio, y sus hijas

cargarán con este carma. La sociedad está muy dividida: ricos y pobres, amos

y servidores. Petra pertenece a los pobres y su oficio de rellenera, es, por

decirlo así, socialmente indigno, tal como lo era en el barroco, ser artesano. No

importa tener holganza económica, la cuna de donde se proviene no la cambia

todo el oro del mundo. Aunque Petra se ufana en tener dinero para llenarle “la

panza a las muertasdihambre” que se burlan de sus hijas, reconoce que jamás

la dejarán de ver como una rellenera. La novela muestra la tensión entre ricos y

pobres, tal como se noto en estas ciudades en su etapa fundacional.

En lo referente al aspecto axiológico, se puede dar una somera revisión a los

valores paisas: viajeros, férreos y tenaces al trabajo, católicos aplicados, de

múltiples opciones, como se dice coloquialmente: echados pa lante, todo esto

se ve en la personalidad andariega y dispuesta de Petra, que desde niña se

aplicó al trabajo y a búsqueda de opciones en el maremágnum de la vida como

gran drama y como comedia humana.

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55

Expuesto lo anterior, nos lleva a plantear el concepto de tradición, canon y

trayectoria. Entendemos por el primero, todos aquellos elementos teóricos que

nos llegan a través del arte y la literatura y que nos da cuenta de un tiempo

pasado, de unas vivencias del hombre en un momento especial de su

desarrollo. Todo lo antedicho, no son sino pequeños elementos de esa vida

social, de esa tradición. La obra de Arango Villegas igual, nos da cuenta de una

tradición, pero que no sería posible sin una trayectoria, esos hilos invisibles que

conectan las literaturas de diversos tiempos.

Así, incluso hoy encontramos elementos propios del Renacimiento en los

autores modernos, o visos de Barroco, y esto naturalmente, desemboca en lo

que llamamos canon, tema bien difícil de tratar. Vemos que la obra de Arango

Villegas cuenta con estos tres elementos: tradición, canon y trayectoria, no solo

nos da cuenta de las características del costumbrismo, sino que se sumerge y

se detiene en las características de la picaresca. Ahora, según estas ideas,

parece conveniente, entrar en una relación más detallada, que no es otra cosa

que ilustrar, dónde encontramos estos rasgos en la obra que estudiamos.

La tradición picaresca puede identificarse no solo en los puntos ya

mencionados, sino además, en la incontrovertible naturaleza popular y

autóctona de Asistencia y camas. La revista El malpensante, N.97, cataloga

esta obra como la que mejor muestra el espíritu montañero.

“Si en Antioquia fue Carrasquilla, en Manizales quien mejor plasmó el espíritu montañero en el papel fue don Rafael Arango Villegas, autor de Asistencia y camas. En la mayoría de las bibliotecas privadas más encumbradas de nuestra aún más encumbrada ciudad hay un ejemplar de sus Obras completas. Cosa curiosa, por lo demás, pues pese a ser un próspero empresario, viajero y con plata en los bolsillos, Arango Villegas se sentía el más montañero de los montañeros. “54

54 MAL PENSANTE. Revista No. 97

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56

La única novela de Arango Villegas, refleja el carácter de las personas así:

inocentes, dicharacheras, aguardienteras, espontáneas y, sobre todo,

frenteras. Varios de sus personajes son representaciones vívidas de los

distintos tipos de montañero: doña Petra, mujer recia, brava y mandona que

desbarataría en par patadas cualquier teoría feminista de Florence Thomas; o

Julito, el hijo vago y pícaro que es capaz de tumbar hasta a la mamá.

Lo que no se puede negar, y aunque cueste admitirlo, es que la sabiduría

montañera es muchas veces más efectiva que cualquier compleja teoría

intelectual. Basta con mencionar lo que le dice Petra a sus hijas, cuando éstas

se muestran reacias a estudiar: “Pues ustedes verán. Lo único que les digo es

que cuando uno es bien bruto no vale ni una patada en el trasero, aunque

tenga más plata quel diablo. En cambio el que sabe es siempre gente onde

esté”.55

55ARANGO VILLEGAS, Op cit, p.51.

Page 57: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

57

3.5 ACERCAMIENTO CRÍTICO - LITERARIO

Arango Villegas desde las primeras páginas de su obra, nos da importantes

pistas que sirven de base para precisar elementos crítico-teóricos. Es

importante, a nivel microsemiótico analizar y develar aquellos puntos

preponderantes, que servirán de base para teorizar y en casos posteriores,

queda el campo abonado para diversos postulados.

En este aparte entonces se toman en orden, los fragmentos que a nuestro

parecer, develan el carácter literario, costumbrista y picaresco de la obra. Así,

ese carácter, se da a la luz a través de Petra, de Julito, etc. Esas palabras,

salidas de boca de aquellos personajes, no son más que el más profundo

carácter de la obra misma. Ya sean las groserías y palabrotas de Petra, las

mentiras de Julito, o los insultos y arengas de los curiosos personajes de

abolengo paisa, todo ello converge en el fondo de la obra, su base, su cimiento.

Esta metodología de trabajo persigue un doble objetivo: develar formas de

pensamiento y erigir conceptos literarios-críticos de Asistencia y camas. Una de

ellas es la sencillez de estilo; Arango Villegas opta por un estilo exento de

florituras literarias para arraigar conceptos eximios de la cultura antioqueña

como el lenguaje, las situaciones y el desenlace de las mismas: “Aquí en estas

páginas, no se inventa la pólvora, ni se descubre el radio, ni se cuadra el

círculo, tampoco se establece en forma definitiva si los gurres tienen alma, u

obran por mero instinto”56.

Es característico del mismo autor, no ser ampuloso con lo que escribe, le

parece que estas palabras, son simple cosa de diario, como se diría, nada del

otro mundo. “Forma curiosa de empezar un prólogo: ahí, perdonan pues” como

si lo que siguiera, fuera cosa pesada, nada digna de llamarse literatura, o

56 Ibid., 6.

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58

poniendo todas sus palabras en el nivel del pueblo, como se verá. Además

asegura: “esto es, sencillamente una novela, que puede ser buena o mala

(seguramente lo último) pero que es novela”. Asi que la ascendencia criolla de

la obra, no le quita su carácter literario: “y está escrita en prosa mazorral y

criolla, pues soy yo quien la escribe, y no el Padre isla, ni Don Miguel de

Cervantes Saavedra”57 de modo que no es el último grito de la literatura, pero

no por provenir del pueblo y sus usos, pierde su valor, pues al cabo, es novela.

Muchas veces se cuestiona el valor de las diferentes obras por su densidad

intelectual, por su volumen, por sus autores, o incluso por la complejidad de

sus palabras. De donde se califica mejor una obra larga y compleja, que

aquella de estilo abierto, directo y sencillo. No obstante, podemos asegurar,

que el verdadero valor de la obra de Villegas, reside en su carácter ontológico,

el rescate (o la intención) de usos y costumbres paisas, con tinte de novela

picaresca.

No es la obra maestra de un Witgenstein ni del Padre Farias, sino la foto

burlesca de una cotidianidad: “a salirle adelante a ciertos críticos que en

esquinas y zaguanes vapulean implacablemente mis librejos, dizque porque

ellos no tienen ¡pobrecitos¡ la densidad filosófica de las obras del conde

Keyserling. Qué van a tenerla hombre; no hay que confundir un viaje a la

estratosfera con un paseo a Finlandia58” con lo que nos enseña que la

densidad de sus libros no reside en la importancia o elegancia intelectual de

sus palabras sino que es mejor el valor de un corto paseo a Filandia, con lo que

quiere decir, a la esquina del mundo, un rinconcito en la vida de la gente

sencilla, pues no narra las historias de condes europeos o reyes de Grecia,

sino de una pobre rellenera malasangre, un hijo truhán y granuja, y unas hijas

de mala cuna, venidas a más por la resentida social de su madre. Y la

57 Ibid., p.7.

58 Ibid., p.10.

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59

enseñanza de oro: la complejidad es la existencia misma, la salida a una calle,

la travesía por una plaza de mercado, el encuentro con los paisanos, todo esto

es digno del a literatura, pues es la complejidad misma hecha palabra.

Otro aspecto para destacar, es que los personajes de alguna forma dominan al

escritor, de cierto modo tienen vida propia, existen casi independientemente de

su creador. De otra parte, esa independencia se manifiesta en las acciones que

ejecutan, como si tuvieran además de decisión, pensamiento propio, o vida

propia fuera de la que les da su creador. Y esto es prueba de la autenticidad en

el origen de la obra, con lo que se entiende que no es obra obligada ni

impostada por decirlo así, sino novela que toma su curso, el curso que sus

personajes le dan.

Lo dice el autor, mediante el argot popular, se ubica en un plano de

costumbres meramente paisas, el típico personaje terco, cabeciduro si se

quiere, desde las primeras páginas encontramos los visos de esa cultura

llamada popular que no deja de ser cultura y a lo largo de toda la novela, irá

mostrando la manera en que esa cultura popular se inserta en las vidas de

estos curiosos hombres y mujeres que comparten la cotidianidad de la vida.

Como se ha mencionado en otro aparte, lo popular antioqueño-caldense, es

aquella fuente de donde esta novela cobra vida, y en especial, lo paisa-popular

costumbrista. Así pues, con este bien sazonado prólogo, da el autor las pistas

principales de su librejo como él lo llama, una novelita, seguramente mala, pero

novela al cabo.

Es de agregar, que todas las obras de corte costumbrista, son la muestra de

un cuadro de costumbres, de retratos, de fotografías que dibujan la naturaleza

de sus personajes, en el que se esfuerza un autor por mostrar el quehacer

diario tal y como es. Éste pinta de manera sencilla las labores de una casa

tradicional:

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60

“Chuchito a preparar sus jarabes a los cuales daba tonalidades vistosas con anilinas baratas. Un foco colgado de una viga al centro de la cocina y arrebujado dentro de un denso cortinaje de telarañas festonadas de hollín, alumbraba pobremente en la oscuridad de la mañana aquel modesto santuario de la culinaria terrígena”. 59

Elementos propiamente paisas, sin los cuales la cultura antioqueña no sería lo

mismo: chocolate, tamales, fogón, empanadas. No por acaso se menciona

desde el inicio, que toda la obra está permeada de cultura autóctona.

Adicionalmente en la obra se encuentran rasgos culturales provenientes de

otros territorios. Una de ellas podría denominarse: Personalidad Caribeña, de

tal manera que a parte de la mención de un personaje árabe, turco, representa

una ascendencia caribeña que se remonta a nuestros más tempranos orígenes

como cultura. Muchas de las costumbres caribeñas se han retomado no solo

en la costa, sino en general en la cultura antioqueña. Algunas de estas se

basan en el matriarcado, la afición a los gallos, la vagabundería masculina, etc;

veamos:

“Los únicos que permanecían en el lecho disfrutando de la tibieza de las sábanas hasta media mañana eran las dos niñas de doña Petra –Rosita y Lola-dos preciosos pimpollos en quienes la señora tenías puestas todas sus complacencias, y Silverio Antonio su marido –un calzonetas- como ella solía decir- para quien la vida no tenía afanes ni fatigas, pues que nunca trabajaba y cuya única labor consistía en ser el respeto de la casa”.60

Cómo se ha dicho: el punto caribeño del hombre holgazán, del matriarcado

femenino heredado por los paisas, y muy curioso también, el oficio de los

gallos, tan caribeño, como elemento propio del hombre desocupado y

vagabundo: “Por lo demás todo el día lo pasaba cuidando varios gallos que

59 Ibíd., p.23.

60Ibíd., p24.

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61

mantenía atados en el corredor delantero de la casa y a los cuales atendía con

un amor maternal”. 61

Es además típico de la zona costera, la existencia de negocios como el de

Petra, un lugar modesto donde se alquilan habitaciones, y se brinda alimento a

viajeros, así que, de ninguna manera es gratuito que Asistencia y Camas, sea

un lugar con un entorno foráneo, camaradero, simple y vereduno.

“Un sencillo letrero “asistencia y camas” escrito trabajosamente por chuchito con un carbón sobre una tabla de cajón de pino y colocado en el testero de la puerta de entrada, y una hoja de repollo colgada en el mismo sitio y frecuentemente renovada, servían de aviso a la asistencia que más que por eso, era conocida en todo el vecindario por los famosos sancochos a diez centavos el plato con ración de carne y con arepa de mote”.

El tema de la hospedería, de los transeúntes, de los huéspedes, de las

estancias y hostales de bajo nivel, han sido tratados en las novelas de corte

costumbrista,

Podemos encontrar en la literatura canónica colombiana, la presencia

arabizante de aquella cultura extremo-oriental. Por ejemplo, en Cien años de

Soledad no falta la imagen de personas árabes y la cultura caribeña como tal,

que toma esos elementos moriscos y los inserta en este territorio occidental.

Hablamos de rastros de la cultura, y de este modo, las obras presentes son

testimonios de los orígenes culturales. Se puede pensar en una hibridación

cultural, en cuanto a los orígenes de las costumbres paisas y costeñas, y esa

fuente originaria es la cultura árabe… “nu merece los bandalones, si misá betra

nu le da la gumida, nu gome. Mu sinvergüenza mu berro” 62dice Silverio el sirio.

Otro asunto para resaltar, es el aspecto carnavalesco que se teje en la obra.

Por un lado, se muestra un entorno paisa abundante. No falta el banquete, ni 61 Ibid., p. 25.

62 Ibid., p.27.

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62

las grandes bacanales. Bajtin tiene extensas teorías sobre este punto, y se

sabe que a nivel simbólico representa: la sangre, la comida, la fiesta, la carne,

el licor… es la exuberancia de la vida, la abundancia desbordante de una Petra

Cotes, de un Gargantua etc, estos rastros se muestras en la vida trashumante,

andariega y rodeada del oficio de la comida que desempeña Petra desde niña:

“La señora Fernanda trabajaba la sangre, denominación eufémica con que ella

designaba su modesto oficio de fabricar rellenas:

Tenía su residencia habitual en Pereira, pero –andariega y trashumante- liaba con frecuencia su reducido menaje –los reducidos utensilios de cocina que requería el negocio- e íbase de pueblo en pueblo asistiendo a fiestas, carnavales, romerías y desafíos de gallos. Allí donde hubiera barullo, juerga, diversión y trago, era sitio propicio a su modesto comercio. 63

Seguidamente se muestra una de las enseñanzas moralizantes y

apotegmáticas de la novela de corte picaresco, el destino. Aunque el personaje

de vueltas en el mundo, tratando de cambiar su destino, lo que jamás podrá

cambiar es su origen; así Petra, hija de una rellenera, se hizo rellenera, y

aunque en el futuro tenga holganza, nunca dejará de ser lo que es, su

estamento social es invariable, como invariable es su origen: Sin más familia

que la pequeña petrica, cargaba siempre con esta en sus constantes

andanzas, después de acomodar sobre la espalda el canasto que contenía el

menaje colocaba la horcajadura de la chica sobre la recia cintura, la aseguraba

con una sábana que hacía pender del cuello, y así iba la chica por veredas,

ciudades y caseríos, amazona sobre la fuerte cadera.

Es por esto que en otros apartes hemos afirmado que la novela picaresca es

de carácter circular, siempre se llega al mismo punto, varían los accidentes

pero nunca la esencia, y ese carácter social, es intrínseco a este tipo de

literatura de reacción.

63 Ibid., p.43.

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63

4. PARALELO ENTRE EL PERIQUILLO SARNIENTO DE FERNÁNDEZ DE

LIZARDI Y ASISTENCIA Y CAMAS DE ARANGO VILLEGAS

Relacionar dos importantes obras literarias en su contexto y en su cronotopo,

(espacio-tiempo) particular requiere que ambas presenten características

frecuentes que resalten tanto los aspectos comunes así también como los

diferenciales en cuanto a la temática abordada. Más cuando las obras a

relacionar están enmarcadas en épocas diferentes, aunque unidas por una

historia de colonización muy similar. Tanto México como Colombia en los siglos

XVI y XVII eran colonias de la Nueva España, es decir una extensión de

territorio bajo el dominio de la corona Española. Y no es un secreto que los

modelos literarios posteriores a la colonia, surgidos en América, nacen como

imitación de los modelos literarios españoles de mayor popularidad, entre ellos

la novela picaresca, que alcanzó a ser prolífica en títulos y autores, así como lo

fue su lectura.

Después de recordar los lazos entre España y sus colonias, en especial en el

campo literario, aparece en México, es decir, más de un siglo después, la que

fuera considerada la primera de las novelas modernas latinoamericanas, El

Periquillo Sarniento (1816), escrita por José Joaquín Fernández de Lizardi

(1776-1827), novela en la que el protagonista narra su vida de pícaro a manera

ejemplar, para que su mal ejemplo sea seguido por sus hijos. Dicha novela

goza de un estilo propio conservando el humor propio del género y el modelo

de perfil intrínseco al pícaro. Muy generosa en detalles que consignan en la

narración la descripción de un contexto socio-económico en el que está

inmersa la familia del personaje picaresco.

De otra parte en Colombia encontramos un género muy bien acogido a

principios del siglo XX, el cual fue llamado la literatura costumbrista como se

mencionó en capítulos anteriores, basada en la narración de hechos cotidianos

concernientes a la vida rural y pueblerina, historias narradas en un lenguaje

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64

coloquial con cierto aire bucólico, en un contexto que podría ser tildado de

parroquiano, debido a que las noticias no viajaban muy rápido y los centros

urbanos eran aun pueblos apartados de las capitales. Fueron famosos en esos

años los nombres de José María Vargas Vila, Tomás Carrasquilla y por

supuesto Rafael Arango Villegas (1889-1952), del cual se aborda su novela

Asistencia y Camas (1934) para identificar en ella rasgos de la narrativa

picaresca, sobre todo en la construcción del perfil del personaje masculino. Lo

anterior puede verse fácilmente si se tiene en cuenta las características más

sobresalientes del pícaro.

Más adelante irán apareciendo otros rasgos de la personalidad del pícaro y del

medio en que crecen y delinquen, desde luego refiriendo episodios a manera

de ejemplo en las obras que estamos abordando e intentando comparar desde

el punto de vista del perfil del pícaro, hallado en cada una de ellas, desde luego

con rasgos muy peculiares.

Como ya se anotó, se reconoce un ambiente criollo, expreso en la novela de

Rafael Arango Villegas, el cual dice en el prólogo que so obra es un ensayo de

novela, lo que parece demostrar, las pocas pretensiones que éste tiene de la

escritura. El estilo en el que están escritas las dos novelas aportan también

datos importantes, sobre todo en Asistencia y Camas, en la que se expresan

ideas por medio de refranes y dichos populares que resaltan la sobriedad de

léxico y lo coloquial del vocabulario pueblerino, pues recordemos que el

contexto espacio-temporal en que se sitúa la obra, aparece en Pereira y

Manizales, que hasta ese momento eran tan sólo dos importantes pueblos. El

asunto del léxico, es un aspecto en que se nota ya la primera característica que

une y distancia las obras, porque si bien es cierto ambas novelas ofrecen

variedad de dichas expresiones, El Periquillo Sarniento, hace referencia a

dichos o citas latinas, expresiones propias de la gente culta, pues en algunos

se cita a reconocidos autores y filósofos latinos, en su lengua original, es decir

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65

el latín, del cual el Periquillo aprende algunos en su tramposa educación, con el

animo de engañar y presumir de docto cuando le sea conveniente.

Entre los personajes de las dos novelas, es decir Julio, y Pedro Sarmiento o

Periquillo se distancian en el nivel de escolaridad, uno precario, el otro

alcanzado, y también en la educación familiar recibida de sus padres; por un

lado Periquillo recibe alta instrucción académica, solo para complacer las

exigencias del padre, quien era además un hombre ejemplar y trabajador,

mientras que “Julito”, pícaro de la novela de Arango Villegas sólo alcanza a

realizar los estudios más básicos, pues nunca fue exigencia de su padre, quien

a diferencia del Padre de Periquillo (Manuel Sarmiento), era todo un holgazán,

un pícaro por antonomasia.

Los orígenes maternos en ambas novelas no son muy diferentes, pues aunque

son personajes muy distintos en su carácter y en su rol social, son también

mujeres que nacen en extrema pobreza. Petronila Sánchez, protagonista de la

novela Asistencia y Camas de Arango Villegas, es una mujer activa, dominante,

trabajadora, furibunda y grotesca, por ende poco femenina, pero ejerce un

matriarcado absoluto desde el principio hasta el fin de la novela, debido

seguramente a la infancia que tuvo al lado de su madre, quien desempeñaba

las mismas labores de ésta, hasta su apellido es herencia materna, proviene de

su madre y no del padre. El núcleo familiar está bajo su mando, hasta el punto

de ejercer las funciones del personaje masculino, de lo que se deriva la

conducta de desidia del esposo Silverio Antonio, quien se convierte en un

pícaro por conveniencia y mediocridad. Así mismo pasa con Julio, el hijo de

Petra y Silverio, como llamaremos a esta mujer de ahora en adelante. El tesón

en las labores de Petra, para el sostenimiento del hogar despoja de toda fuerza

y poder al personaje masculino que la acompaña. Su esposo ocupa el tiempo

en las actividades propias del ocio, como todos los pícaros, los cuales guardan

silencio y obediencia con tal ser mantenidos. Por eso “Julito” el pícaro hijo de

Petra y Silverio, le es indiferentes a ambos, tras la evidencia de un irreparable

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66

destino visto en las inclinaciones del hijo desde niño. Por eso para la madre de

esta novela lo más importante son sus hijas, quienes a través de una

oportunidad para lograr una mejor educación y por ende un buen matrimonio,

que les garantice una mejor vida al lado de esposos decentes y no de pícaros,

como los hombres de la familia de Petra, además el vago de su esposo no es

el padre de sus hijas, sino el sirio, amante-amigo de Petra.

En El Periquillo ocurre este mismo hecho, pero de nuevo a la inversa, pues la

madre de éste es quien promueve su mediocridad aduciendo una ficticia

nobleza de linaje, es ella quien persuade a Manuel Sarmiento, su esposo, para

que Periquillo no aprenda oficio alguno y declara que “No lo permita Dios.

¿Qué dirá la gente al ver al hijo de don Manuel Sarmiento, aprendiendo a

sastre, pintor, platero u otra cosa?”64, oficios que a su entender correspondían

a gente ordinaria, a lo cual El esposo Manuel y padre, responde que aunque

pobre, es un hombre decente.

Se encuentra pues un cómplice que encamina indirectamente a los personajes

de ambas novelas en la vía de la vida picaresca, de lado de Fernández de

Lizardi, se halla a la madre del Periquillo Sarmiento y por el de Arango Villegas

a Silverio Antonio, padre de Julio. Varia sólo la idiosincrasia porque ambos

roles familiares aparecen en las novelas, ya que en el Periquillo Sarniento, el

padre es la figura de autoridad y el ejemplo de buenas maneras, la madre

aunque visible, no ejerce un control estricto que encamine hacía alguna parte la

vida del personaje.

Aunque en Asistencia y Camas de Arango Villegas, la mujer, en la personalidad

de Petronila Sánchez se nos muestre poco femenina, con cierta agresividad

masculina y como una mujer muy trabajadora, y de rasgos típicos del carácter

antioqueño, la mujer está aún lejos de concebirse como un ser social

independiente. Primero porque el estar casada forma parte de las apariencias

64 Fernández de Lizardi José Joaquín. El Periquillo Sarniento. Tomo I, Editorial Oveja Negra Bogotá 1986. Pág. 32

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67

de todas las gentes, sobre todo de las mujeres que necesita ser consideradas

gente decente, y segundo porque en el trato que Petra muestra hacia sus hijas

y el futuro que para ellas espera, se manifiesta claramente la idea de

matrimonio, es decir dependientes del Varón, pues recordemos que el

matrimonio es uno de los sacramentos y todo buen cristiano bebe de cumplirlo.

Petra a pesar de convivir con un holgazán, un borracho, un pícaro declarado,

que la roba cada vez que tiene la oportunidad, prefiere seguirlo manteniendo a

botarlo de su casa, tal vez por lástima, tal vez por el qué dirán. El trato tan

complaciente y el celo en la crianza de sus hijas hacen que Petra las malcrié de

forma indirecta, así como por omisión deja que su hijo varón se convierta en un

tahúr. Es más ella misma en su discurso lo afirmado hasta aquí en las

siguientes palabras sobre sus hijas: “Quiero educarlas –decía-para que sean

una señoritas y puedan sacarse con hombres decentes que les den todo lo

necesario; porque es una desgracia tener que trabajar como una negra para

mantenerse, para mantener a un sinvergüenza, como me pasó a mi”65

Sobre las consideraciones que se hacen de la mujer en la novela de Arango

Villegas, diremos que el hecho de que Petra no permita el paso de mujeres por

su dormitorio de alquiler manifiesta una posición idiosincrática que declara que

las mujeres que duermen cerca a hombres son faltas de decencia, pues nada

deberían estar haciendo las mujeres decente fuera del lecho del hogar, lo que

no deja ser tradicional en las costumbres machistas, en donde la figura

femenina posee una libertad más restringida. La ausencia de la autoridad del

hombre no significa una independencia feminista de las mujeres de la novela,

sino más bien una responsabilidad asumida tras la desidia masculina.

El primer paso, para ir por ahí divagando, rumbo a la vida picaresca de la

aventura y el infortunio, es desistir de la escuela, como pasó con Julito, mas no

fue el caso de Pedro Sarmiento, el Periquillo, quien no desiste de ella, pues fue

65 ARANGO Villegas Arango. En Obras completas Asistencia y Camas Editorial Guadarrama Madrid 1955 p. 28.

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más cómodo para él fingir estudiar, que aprender una labor práctica, -el trabajo

honrado-. No hace mucho la educación en los colegios, era sumamente

religiosa, y se impartían allí estrictas lecciones sobre moral, en las que se

enseñaba la virtud y los valores del buen cristiano. Al no asistir a las aulas el

individuo era ajeno a todo principio axiológico y andaba por al vaivén de los

hechos del mundo, sobre todo de los malos hábitos y los vicios que lo

degradan, ese es el destino del pícaro, sin ley y sin normas, que se verá por

tanto sometido a padecer, tras un aprendizaje lento y doloroso de lo que es

correcto y pertinente y lo que es prohibido e inconveniente.

El pícaro está movido por el interés, hace cualquier cosa, por la obtención de

dinero, o para la satisfacción de sus vicios, para eliminar el hambre y para la

vida fácil, Julito tuvo su modelo a seguir, pero fue quizá el peor de todos, su

padre, y además la excusa perfecta, la permisividad de su madre Petra, quien

viendo esto recuerda el refrán que dice de tal palo tal astilla, pero sin que

hubiera de por medio una reputación que salvaguardar, de las habladurías de

la gente.

Nos hallamos frente a dos pícaros, cada uno con las características que se

imponen en sendas novelas, tales como el medio y la época. En El Periquillo

vemos un personaje ingenuo, que carece de sagacidad, siendo víctima de su

entorno, y por tanto crece en medio de sus travesuras, siendo engañado por

los pícaros más aventajados que él como su amigo de infancia Juan largo,

quien lo induce al delito. Pedro Sarmiento proviene de una familia pobre, pero

decente y encuentra en el medio los alicientes necesarios para seguir la línea

tórrida del destino, a pesar de encontrase frente a otras opciones para ser un

hombre honrado, pero es orientado a ser un vago y un pícaro. De otra parte

encontramos a Julito, el pícaro de la novela de Arango Villegas, quien crece en

un ambiente un poco más propicio para la vida desordenada al tener un pésimo

ejemplo del padre y una fallida insistencia de su madre para encaminarlo en

derroteros más productivos. Se pensaría que el ejemplo del trabajo esforzado y

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honesto de Petra, su madre, hubiera bastado para ser consciente al hijo. En

este último caso, bien podría pensarse que Rousseau tenía razón al formular

que era el medio social quien corrompía al hombre. Además Julito es un

personaje pícaro más degradado, carente desde la infancia de todo afecto

familiar y por tanto crece siendo todo un hampón por acción del resentimiento,

como lo diría Zamora Vicente “el pícaro crece en edad y experiencia y

resentimiento (…). Para el pícaro no existe la vida afectiva: ni amor, ni

compasión, ni cosa parecida”66

Así como Petra deseó una mejor vida para su hijo varón, con la esperanza de

que fuera al menos un hombre decente, el padre del Periquillo Sarniento, quiso

para él una mejor posición social por medio del trabajo o del estudio, aunque

ambas hayan sido vanas para el pícaro del siglo XVII en América. Los padres

honestos y trabajadores persiguen como meta en sus arduas jornadas de

trabajo que sus hijos sean gente decente y honorable, este hecho se vuelve un

rasgo típico en la personalidad de los padres, lo cual llega algunas veces a

convertirse en prueba de arribismo o presunción de alcurnia, como se aprecia

en las apreciaciones de la madre de Pedro Sarmiento o en los deseos de

Petronila Sánchez para con sus hijas. Es además una conducta común a la

idiosincrasia de los criollos y de la clase popular y trabajadora, el pretender un

mejor destino de su descendencia para consuelo de ellos, pues algunos viven

desilusionados por haber tenido que asumir una vida sin estudios, pocos

ingresos, pero mucho trabajo.

Petra tras saber de la suerte desafortunada de su hijo varón, tras volverse

estafador y ladrón, vicioso e irresponsable y acumular un prontuario de delitos

desde muy joven, no le quedan más esperanza que la educación y la decencia

de sus hijas de quienes espera se conviertan en todas unas señoritas. Es por

ellas que Petra deja su primer negocio de mantener la asistencia para

cambiarla por un hotel y contratar empleados, con el único propósito de

66 ZAMORA, Vicente Alonso. OP CIT. P. 10.

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70

cambiar el apelativo con que la gente pudiera referirse a ella y a sus hijas, para

que de esa manera pueda dar una mejor imagen de ellas, y tal vez subir de

estrato social por medio de la opinión pública, pues no basta el dinero para

merecer del respeto y la estima, es necesario también sustentar un origen

noble que sea prenda de buenas costumbres.

Page 71: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

71

4.1 EL MEDIO Y LAS HAZAÑAS DEL PÍCARO.

La línea de conducta del personaje picaresco se determina desde joven, es

decir que se detecta que su vida va a estar acompañada por el delito, la trampa

y el infortunio de quienes lo rodean, especialmente de la familia, y es tan así

que este estigma lo encontramos en las dos novelas abordadas, las cuales

guardan entre si, una conexión a pesar de la diferencia cronológica que entre

éstas existe, porque mantienen vivas las costumbres del personaje picaresco

durante toda la novela. Desde la niñez los personajes (Julito y Periquillo)

muestran su vocación para meterse en problemas, hechos que desde luego se

narran en cada obra respectiva con el tamiz del humor propio que despiertan

las travesuras infantiles, pero que poco a poco se convierten en eventos más

graves que van tornando la risa en muecas de descontento y peligro; tras la

evidencia que el personaje pone en entredicho la seguridad de cuanto se le

atraviesa. Una maldición para la familia y un inconveniente ente social, hacen

del pícaro un transgresor de la buenas costumbres, tan importantes y

estimadas en la cultura del medio popular.

Así como en la novela picaresca española el concepto de la honra, expresada

como único bien a preservar, también en el Periquillo Sarniento y en Asistencia

y Camas parece ser importante en términos de lo que se conoce como la

opinión pública o en términos coloquiales, “el qué dirán”. En la atmósfera

cotidiana narrada tanto por Fernández de Lizardi y por Arango Villegas, transita

por las calles el poderoso qué dirán, capaz de perjudicar a un individuo, y el

ejemplo se encuentra claramente en las hijas de Petra Sánchez, Rosa y Lilita,

en la pretensión de su madre porque sean reconocidas –ante el público- como

señoritas decentes, hecho que se ve amenazado por las labores de la madre y

sus frecuentes escándalos; en uno de ellos, una de sus hijas le dice “!Por Dios,

mamacita, no hable tan duro, que la esta oyendo todo el mundo! ¡Fíjese que

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72

estamos dando Función!”67. El Otro ejemplo lo encontramos en El Periquillo

Sarniento en que la madre de éste se confronta con su esposo para defender

supuestamente la honra de la familia. A lo anterior señala José Carlos del Ama,

referente a la novela picaresca española que: “la honra era el único bien de

aquellos miserable condenados a pasar hambre”68. Esta situación, se

encuentra en Asistencia y Camas, porque son varios los conflictos que suscita

este hecho, y las hijas de Petra son irrespetadas a pesar de no pasar hambre

alguna y ser medio adineradas por el arduo trabajo de la madre. Por supuesto

no podría ser igual el contexto español de pobrezas y orgullo, al contexto local,

caracterizado por ser mucho más rural. De todas maneras en ninguno de los

dos casos, el pícaro es afectado por tal convención sociocultural, es más, tanto

Julito y Periquillo no son presos de dicho concepto, tan propio de la hidalguía

en crisis y del arribismo criollo. Escapan de la opinión, precisamente

sometiéndose de antemano al escarnio de su deshonroso oficio.

Julito se convierte en un reconocido estafador, y llega hasta el punto de robar

mediante trucos a su propia madre, concretándose así el vaticinio que hiciera el

profesor de matemáticas al pícaro de Julito en su infancia. Con respecto al

gremio de bandidos dice la obra que “Su nombre era notable entre los ases del

gremio, quienes no se aventuraban a ninguna empresa, sin contar con su

apoyo y con sus ilustrados consejos”69. Tras cada aventura viene otra que se le

sigue superando a la anterior en temeridad y arrojo, lo que significa que el

pícaro degrada su persona y su reputación a medida que avanzas los días.

Entrena su astucia para el perjuicio de los demás y el beneficio propio, siendo

inevitable que aparezca una vez más como un sujeto que atropella las normas

y las convencionalismos, que hacen de él el transgresor por excelencia del

orden social en la tradición popular que lo degrada, pues la opinión y la honra

67 Arango Villegas Rafael. OP CIT p.122.

68 Del Ama José Carlos. Honra y opinión pública en la novela picaresca española. Revista Aleph. www.revista aleph.com.co

69 Ibíd. Pág. 75.

Page 73: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

73

son importantes sólo para quienes lo rodean, no para él que carece de

responsabilidades de todo tipo.

La “profesión” de pícaro, basada en el engaño y la teatralidad para terminar en

la estafa, hace variar los roles del personaje en la trama narrativa, llevándolo a

diseñar nuevas inventivas para convencer -sea al público o otra persona- de un

nuevo engaño con aparente ventaja para quien se mete en el negocio. Esta

creatividad e inteligencia para el delito hace que los personajes pícaros como

Periquillo y Julito, se conviertan en hombres nómadas, o vagamundos que

andan de pueblo en pueblo, no sólo buscando nuevos incautos que se dejen

engañar por ellos, sino nuevas ideas delictivas para concretar. Esa es la razón

fundamental por la que desaparecen durante largas temporadas de sus casas.

Dos hechos son especialmente similares en las dos novelas aludidas en cuanto

a los hechos que rodean al personaje picaresco, el primero se encuentra en

sus inicios, cuando la familia de cada uno de ellos intenta que éstos aprendan

algún oficio que les permita subsistir, ambos intentan la sastrería y la zapatería,

uno sin éxito debido a su desidia, y el otro por oposición de la madre. El

segundo hecho casi idéntico en ambas obras en que se cuenta –hacía el final-

que ambos pícaros se asocian con otro de su misma calaña, para fingir ser

médicos botánicos. Julito se asocia con Miss Judith y Periquillo con el mal

llamado doctor purgante. Estos hechos sugieren pensar que entre las

profesiones más comunes entre la sociedad criolla estaban la zapatería y la

sastrería, y que la profesión médica era una de las más suplantadas y

aprovechadas por los estafadores para engañar a los demás, pues el grado de

doctor parecía ser muy respetado por las gentes no letradas, y digo no letradas

porque en tal medio es visible cómo es más fácil creer en la superchería que

poner en tela de juicio la propaganda del charlatán. En el Periquillo Sarniento

se encuentre una sustancial diferencia con respecto a lo anterior, pues la clase

letrada se veía presente en el clero, y aunque sea una clase social minoritaria,

tampoco hacía parte del medio popular. Aparece también la figura del maestro,

Page 74: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

74

o el profesor, o el estudiante, posición esta última que ubica a Periquillo entre

las respetadas letras y el bajo mundo de la villanía. En Asistencia y Camas el

personaje que más parece ser respetado es el mercader sirio, amante de

Petra, y no por ser un sabio, sino porque éste posee la virtud de la prudencia.

Si recordamos las asociaciones de los personajes en cuestión, se verá que en

ambas obras se nota que los dos nunca están solos en la senda delictiva, pues

siempre hay alguien más, o varios más, prestos a ser sus cómplices en la

estafa y el engaño, por cuanto el “oficio” a dúo es muy importante para no ser

descubiertos fácilmente y obtener resultados satisfactorios.

Los pícaros se disfrazan, se visten con las mejores ropas para no generar

desconfianza en su público, pues hay todavía en el ambiente de ambas

novelas la creencia de que el buen vestir es sinónimo de decencia y decoro,

creencia absurda que es aprovechada al máximo por los personajes

picarescos, es más, Julito reaparece en la obra con un aspecto muy diferente al

acostumbrado, pues llaga con cabellos y patillas largas para dar aspecto de

indio y vender los remedios a base de plantas que el mismo fabrica.

Recordemos al primer socio de Julito, quien se hacía llamar “Jesús Serna”,

personaje bien vestido, de buen hablar, pero un temido estafador, profesional

en la trampa y el engaño. No podría decirse que Periquillo sea un pícaro

malvado, pues en la novela varias veces prefiere ser sirviente a ser ladrón,

pero no prospera en esas labores debido a su notable torpeza. Julito en cambio

no le interesa en lo más mínimo los oficios lícitos, nunca busca ser mandado,

por el contrario un pícaro independiente que sólo se asocia para concretar

algún plan de robo.

En el Periquillo Sarniento aparece la creencia que dice que lo ancianos deben

ser merecedores de respeto y elogio de parte de todas las personas de la

comunidad. Es decir que en el contexto criollo del siglo XVII, descrito por

Fernández de Lizardi, la edad avanzada connotaba cierta jerarquía al interior

Page 75: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

75

de la estructura social, mientras que en el medio popular y parroquiano de

Arango Villegas se reconoce una sutil anarquía con respecto a los valores en

relación a la edad. Sólo se distingue la gente honrada entre los vagamundos, y

el respeto –similar al miedo en este contexto- lo obtiene quien se impone con

vehemencia como solía hacerlo Petra Sánchez.

Julito en relación al Periquillo Sarniento, resulta siendo un personaje más

afortunado, porque sale bien librado de sus delitos, pues no sufre accidentes, ni

pasa altas temporadas en presidio, en cambio Periquillo es golpeado y herido

de gravedad varias veces, para en la cárcel y pasa numerosas necesidades

que lo hacen sufrir, convirtiendo todo su dolor en ejemplo narrado para

memoria de su descendencia, y al mismo tiempo para su propia flexión, pues

hacia el final de la novela, y después de haber narrado todos sus engaños e

infortunios, Lizardi hace ver a Periquillo como un personaje que recapacita y

prefiere la virtud al vicio. No pasa igual con Julito, pues el fin de la novela de

Arango Villegas deja al lector en suspenso, pero queriendo decir que éste

pícaro lo será hasta final de sus días. No se cuenta toda la historia, sino que se

deja en un punto álgido. Julito quizá sea más trasgresor que Periquillo, pues

éste pasa por encima de todo límite establecido como el colmo, no tiene

reparos en estafar a su propia madre y en matar al sirio para robarlo y saldar

así la saña que le guardaba. Se podría pensar de Julito como un personaje

perverso e irremediable, así que la figura del pícaro irreconciliable a la manera

como lo escribieran los españoles esta más vivamente representada en Julio,

más que en Pedro Sarmiento, quien después de todo se arrepiente de su vida

pícara de juventud.

El pícaro en las dos novelas estudiadas aquí, se diferencia del pícaro de la

novela española, sobre todo en el sentido de la honra, pues en estos dos

casos, ellos, por ser de origen plebeyo, no tiene fatuas presunciones de

hidalgo, como los Ibéricos del siglo XVI, por tanto, no están en la obligación

Page 76: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

76

social de responder a compromisos de linaje, que sí pretenden algunos de los

personajes en la obra cercanos al pícaro.

Se suelen contar las hazañas en retrospectiva, para tener claro el principio de

los infortunios de los hechos nefastos del individuo pícaro, al interior de la

atmósfera de la narrativa costumbrista, si nos referimos a la novela de Arango

Villegas, puesto que podría decirse que ésta es una novela con tintes

picarescos, pero con rasgos peculiares de la idiosincrasia antioqueña. Por tanto

en el sentido más estricto la novela de Arango Villegas es una novela

costumbrista con elementos picarescos, conocidos por el autor directamente de

la lectura de origen ibérico del siglo XVI.

Encontramos en cuanto a la escritura algunas diferencias sustanciosas, pero

que representan los rasgos propios de cada corriente novelesca y de su

contexto. Recordemos por ejemplo la persona en que se encuentran narradas

las novelas, la diferencia en extensión de cada una y las peculiaridades de un

léxico particular en ellas, pues en una incursionan los latinismos de la clase

culta, y en la otra los coloquialismos del habla popular a la manera antioqueña.

En el Periquillo encontramos una narrativa atravesada por constantes

reflexiones morales con la intensión de llamar la atención del lector sobre la

inconveniencia de seguir los pasos del personaje de la historia, mientras que

en Asistencia y Camas de Arango Villegas no acude nunca su narrador a

ejemplificar con reflexiones moralizantes, sino que se cuenta la historia tal

como ocurre sin omitir detalle. Los finales de cada obra guardan una distancia,

correspondiente con la intención que cada una tiene. Como es claramente

visible al final de la novelas de Arango Villegas, es un final abrupto, explosivo y

sorpresivo, y no pasa lo mismo con la novela de Lizardi, quien dedica muchas

páginas a anunciar el final. Se encuentran además numerosas composiciones

en verso (epitafios, sonetos, décimas, quintillas y octavas) que nos muestra

rasgos claros de la escritura Barroca del siglo XVII. La obra de Arango Villegas

Page 77: ASISTENCIA Y CAMAS” EN LATRADICIÓN PICARESCA

77

está escrita con toda la franqueza de la novela costumbrista colombiana sin

querer parecer otra cosa y guardando coherencia entre los hechos narrados y

el habla inherente a los personajes de esa atmósfera socio-histórica.

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78

4.2 SOBRE LOS AUTORES.

Las diferencias en cuanto a los autores de las novelas, influye en los

paradigmas de construcción literaria, pues las escuelas, tradiciones e

influencias determinan un estilo coherente a dicha formación, sea empírica o

académica. Fernández de Lizardi, por ejemplo es reconocido como un escritor

fundacional, el primero en el caso de México, autodidacta, inmerso en las ideas

revolucionaras de la independencia, y seguramente influenciado por las

corrientes literarias del siglo de Oro español venidas de España, mezcladas

con la sátira inherente a él, que lo hicieron particular. Llamado también El

Pensador, porque sobresalió como figura intelectual en su tiempo, por sus

agudas reflexiones.

De otra parte se encuentra Rafael Arango Villegas, quien recibe formación

académica en su juventud, pero que ejercerá más adelante actividades afines

con el comercio y la diplomacia, nacido a finales del siglo XIX en Manizales y

reconocido exponente de la narrativa costumbrista, destacada por los hechos

cotidianos, los regionalismos del léxico de su novela, amigo del antioqueño

Tomás Carrasquilla. Se a dicho en artículos de prensa de circulación

electrónica que éste último colaboró en la escritura de Asistencia y Camas de

Arango Villegas. Inició su escritura en varios de los diarios y revistas más

importantes del país, entre ellos, El Tiempo, La Patria y Punto y Coma.

Exponente de las costumbres antioqueñas, pues nace y crece en ellas,

conociendo de antemano el contexto narrado, el cual sirve a la vez como

materia prima de su escritura.

Lo cierto es que estos escritores coinciden en el interés por exaltar los valores

y los contravalores de la cultura y de las particularidades de su medio por

medio de un personaje idóneo para hacerlo, pues el pícaro representa la

contraparte de la moral, de la honra y de la opinión pública, conceptos tan

fundamentales en los contextos recreados por cada uno de ellos a su manera,

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79

insertando en sus relatos la visón de la naciente cultura popular, que incluye las

voces de los pobres, iletrados, comerciantes, pendencieros, borrachos y

ladrones, de todos, los pueblerinos y los campesinos, tan poco visibles antes

en la literatura.

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5. CONCLUSIONES

La picaresca recrea las condiciones y conflictos de personajes que debido a su

condición, emergen para desvelar con sus acciones la marginalidad del siglo

XVI en España. Sin embargo, en la Manizales de principios de siglo XX, estas

condiciones y conflictos son diferentes, y por tanto podrían no cumplirse todas

las variantes propias del pícaro; ya que Julito tiene un origen diferente y al final

no recibe su castigo.

El pícaro es un personaje de comedia (Julito) tramposo, vicioso, tomatrago,

mujeriego que quiere llevar a cabo sus ideales, valiéndose de un sinnúmero de

estratagemas que bien puede arruinar el destino de los que están en su

entorno. El personaje se nutre de una serie de antivalores que son lo que en

esencia conforman la estructura del género picaresco.

De otro lado, es evidente el asunto del resentimiento social, sobretodo en boca

de Petra, en quien hay un afán de ascender a aquella clase a la cual se odia;

Petronila quiere entronizar a sus hijas en los más encumbrados sillones de la

sociedad, para que ostenten esa vida que ella a su vez no pudo tener, de esta

manera, se pasó la vida queriendo que sus hijas fueran de alcurnia, haciendo

de ellas unas buenas para nada, y al final, ella misma lo reconoce: “Ni una

palabra más sobre esto –dice tras de un silencio que dura algunos minutos- yo

le perdono mijita, porque la de la culpa fui yo, que le metí esas ideas y no la

crié en el trabajo, como era mi obligación. ¡ bien castigao lo tengo”70

El realismo se muestra de modo crudo. La sangre, las peleas físicas, el

maltrato verbal, estas particularidades constituyen un marco costumbrista que

70 Arango Villegas Rafael. OP CIT p. 150.

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81

a su vez esta muy emparentado con la estructura narrativa de la literatura

picaresca.

Complementariamente puede afirmarse que el determinismo cumple el mismo

ciclo de la novela picaresca, puesto que el destino humano obedece a una

predeterminación cronotópica,. Ni Julito dejará de ser pícaro, ni Petra una

simple rellenera, ni sus hijas las hijas de una mujer burda y estrafalaria.

Otro aspecto que incumbe en la obra es el carácter moralizante, el punto de la

conciencia se muestra en su más cruda dualidad, cualquier persona honrada

es susceptible de corrupción, la ambición lleva a tal punto que se pone en

juego la ganancia que se ha obtenido en el transcurso de toda una vida llena

de esfuerzos, por entregarla al engaño y a la alquimia.

Se denota también en la novela de Villegas, una estructura itinerante: La vida y

sus correrías, el mundo como campo abierto del rebusque diario, de la más

curiosa comedia humana, que da cuenta del elemento impulsor de la literatura:

el movimiento en su acepción mas fina.

Lo grotesco de la vida, las realidades sin eufemismos se mezclan con la cultura

popular, para enseñar que siempre habrá ricos y pobres y que la vida es para

cada cual como le ha sido destinada.

En lo que atañe a la paratextualidad de la obra de Villegas, con referentes de la

literatura picaresca como El Lazarillo de Tormes, El Buscón, El Periquillo

Sarniento, se identifica la existencia de un elemento que las enlaza: el pícaro,

sin embargo, la contextualización, los artificios literarios, el argumento puede

variar según el criterio del autor. Para el caso de Arango Villegas, este se

identifica con los elementos mencionados, sin embargo, decide cambiar el

determinismo del género, optando por finalizar su obra de una manera que se

sale de todo marco metodológico empleado por los demás autores del género.

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El hecho de que la teoría de la novela picaresca española difiera en varios

puntos de las novelas abordadas, o de que dichos modelos teóricos no se

acomoden del todo, es una prueba concluyente de que nos encontramos frente

a novelas que no son estrictamente picarescas. La más cercana en cuanto a su

cronología y su modelo estructural es el Periquillo Sarniento, con

características propias de la escritura del Barroco en América y sobresaltando

especialmente el medio colonial, pero retomando pautas muy precisas de la

novela picaresca española, lo que hace que ambas estén estrechamente

relacionadas. Además la invención y el desarrollo del género novelesco

español se les atribuye con evidente exclusividad a los escritores ibéricos del

siglo de Oro. Si la obra de Fernández de Lizardi, fuera clasificada como una

novela del género picaresco, contaría con muchas de las características afines

a él, pues la principal es la que se refiere a la vida del personaje como motivo

central, el pícaro, además es narrada por él en primera persona, como lo

hacían los españoles.

En Asistencia y Camas, escrita por Rafael Arango Villegas, y publicada durante

los años treinta, encontramos rastros de los antecedentes históricos y literarios

del personaje pícaro en la literatura costumbrista, en donde la figura de este

controvertido personaje se ha trasladado a otros géneros, notándose así una

evolución de su perfil, pero acorde al contexto en que se construyen sus

vivencias y picardías. Por ahora no podría decirse con certeza hasta qué punto

el contexto narrado en la novela represente una realidad social registrada en la

novela, porque no debe olvidarse que se esta abordando la creación y

recreación de un personaje literario.

En este caso se ha referido dos novelas, Asistencia y Camas y El Periquillo

Sarniento, las cuales encaminan al personaje picaresco en la línea de su

destino, como algo irremediable, además dice Alonso Zamora que “lo picaresco

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83

se convierte en una forma de vida”71, y esta es una afirmación bastante precisa,

si consideramos que las inclinaciones delictivas y los antecedentes de los

personajes, que ante todo es y se reconoce como pícaro, y sí aparenta algo

distinto es solo para llevar a buen término su estafa.

Finalmente se puede decir que la obra de Arango Villegas se enmarca dentro

del género de la Literatura costumbrista, sin desconocer que está notoriamente

salpicada por una tradición Española de tipo picaresca. Vale la pena señalar

que nos encontramos frente a una obra rica en recursos literarios, donde el

autor se vale de elementos de tipo cultural y tradicional, para dibujar de un

modo particular la existencia de los personajes que en ella se inscriben.

Características de este tipo llevan a concluir que, el Costumbrismo fue mucho

más que una corriente literaria interesada por el mero hecho descriptivo, si no

que, por el contrario se preocupó por hacer una exposición de la realidad

social, cultural y política, nutriéndose de una vertiente que otrora tuvo su

auge en la España del S. XVI.

71 Zamora Vicente Alonso. OP CIT pág. 11

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6. BIBLIOGRAFÍA

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y Cuervo, 1977.

ANÓNIMO. Lazarillo de Tormes. Ed. Bruguera Madrid 1982.

ARANGO Villegas Arango. En Obras completas Asistencia y Camas Editorial

Guadarrama Madrid 1955

BATAILLE, George. La literatura y el mal. Madrid: Taurus ediciones, 1971.

DE MONTOLIU, Manuel. El alma de España y sus reflejos en la literatura del

siglo de oro. Barcelona: Editorial Cervantes.

DEL AMA José Carlos. Honra y opinión pública en la novela picaresca

española. Revista Aleph. www.revista aleph.com.co

Estudio del Lazarillo de Tormes. Ed. Bruguera.

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Editorial Oveja Negra Bogotá 1986.

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ediciones Tercer Mundo, 1964.

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1982.

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VALDEZ DE Juan. Diálogo de la lengua. Madrid, Espasa Calpe, 1961.

ZAMORA Vicente Alonso. Qué es la novela picaresca. Editorial Columba,

colección esquemas 54 Biblioteca Virtual Cervantes.

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86

7. ANEXO

COMPONENTE PEDAGÓGICO

Teniendo en cuenta la importancia del desarrollo de la lectura en los procesos

de enseñanza de los estudiantes, es pertinente enfocar las conclusiones del

presente trabajo en la construcción de modelos de aprendizaje que posibiliten

una rápida aprehensión del texto; en este caso Asistencia y Camas de Arango

Villegas. Veamos entonces, la relevancia que tiene dicho proceso en el

desarrollo del individuo.

LA IMPORTANCIA DE LA COMPRENSIÓN LECTORA

En el proceso de la comprensión lectora influyen varios factores dentro de los

que encontramos entre otros: leer, determinar el tipo de lectura seleccionada y

establecer si es explorativa o comprensiva para dar paso a la comprensión del

texto que se ha seleccionado. Todo este proceso está enmarcado por las

siguientes condicionantes: el tipo de texto, el lenguaje y el vocabulario sobre el

cual se va edificando el vocabulario lector, las actitudes que posee un individuo

hacia la comprensión, el propósito de la lectura lo cual influye directamente en

la comprensión de lo leído, el estado físico y afectivo general que condiciona la

más importante motivación para la lectura y la comprensión de esta.

Por tanto la compresión tal y como se concibe actualmente es un proceso a

través del cual el lector elabora un significado en su interacción con el texto, el

lector relaciona la información que el autor le presenta con la información

almacenada en su mente este proceso de relacionar la información nueva con

la antigua es el proceso de la comprensión.

Para acercarnos al concepto de la comprensión lectora debemos saber cuales

son los componentes necesarios y los pasos a seguir para poder llegar a esta

por tanto debemos tener en cuenta que:

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87

"Se entiende por lectura la capacidad de entender un texto escrito" (Adam y

Starr, 1982).

Leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el

cual el primero intenta satisfacer los objetivos que guían su lectura. Leer es

entrar en comunicación con los grandes pensadores de todos los tiempos. Leer

es antes que nada, establecer un diálogo con el autor, comprender sus

pensamientos, descubrir sus propósitos, hacerle preguntas y tratar de hallar las

respuestas en el texto.

Leer es también relacionar, criticar o superar las ideas expresadas; no implica,

aceptar tácitamente cualquier proposición, pero exige del que va a criticar u

ofrecer otra alternativa, una comprensión cabal de lo que está valorando o

cuestionando.

La comprensión tal, y como se concibe actualmente, es un proceso a través del

cual el lector elabora un significado en su interacción con el texto ( Anderson y

Pearson, 1984).

Cuando un lector comprende lo que lee, está aprendiendo, en la medida en que

su lectura le informa, le permite acercarse al mundo de significados de un autor

y le ofrece nuevas perspectivas u opiniones sobre determinados aspectos. La

lectura nos acerca a la cultura, siempre es una contribución esencial a la

cultura propia del lector. En la lectura se da un proceso de aprendizaje no

intencionado incluso cuando se lee por placer.

En una gran variedad de contextos y situaciones, leemos con la finalidad clara

de aprender. No sólo cambian los objetivos que presiden la lectura, sino

generalmente los textos que sirven a dicha finalidad presentan unas

características específicas (estructura expositiva) y la tarea, unos

requerimientos claros, entre ellos controlar y frecuentemente demostrar que se

ha aprendido. Debemos observar si enseñamos a un alumno a leer

comprensivamente y a aprender, es decir, que pueda aprender de forma

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88

autónoma en una multiplicidad de situaciones (éste es el objetivo fundamental

de la escuela).

De esta manera se obtiene que el proceso de la lectura es fundamental para el

aprendizaje del individuo, dado que es el mecanismo mediante el cual el

estudiante explora y contextualiza diversas situaciones que a su vez amplían

su conocimiento y concepción de mundo.

La actividad que se pretende plantear esta dirigida a desarrollar algunas

características del género picaresco halladas en la obra Asistencia y camas del

escritor Rafael Arango Villegas.

Actividad:

Lectura de la obra Asistencia y Camas.

Comprensión lectora:

Con base en la lectura de la novela Asistencia y Camas responde el siguiente

cuestionario

1. ¿Qué papel desempeña el personaje de Petra. ?

2. ¿Te parece que la conducta de Julito es rechazable? La justificas?

Argumenta.

3. ¿Qué aspectos del capitulo te parecieron interesantes?

4. ¿De acuerdo a lo analizado en clase sobre las características del género

picaresco, qué elementos podrías relacionar con la lectura?

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89

5. ¿Consideras que la picardía del personaje Julito se compara con la

conducta inadecuada de muchas personas? ¿Crees las actitudes del

pícaro se originan a partir de una descomposición social? Argumenta.

Dimensiones:

Se explorarán las dimensiones cognitivas, interpretativas y comunicativas

para dar paso a fortalecer el desarrollo integral de los estudiantes.

Cognitiva:

• Reconoce las partes del texto y conceptualiza su tema central.

Interpretativa:

• Interpreta de manera correcta las escenas y el contenido de la novela

alcanzando de esta manera la significación del texto.

Comunicativa:

• Recrea, describe y comenta los cuadros que se presentan en la novela.

Logros: Interpretar de manera adecuada los elementos picarescos en la novela

Asistencia y camas.

Indicadores de logros:

• Reconoce y asimila el argumento central del texto

• Interpreta por medio del lenguaje que se maneja en la obra, los

elementos de la novela picaresca en la obra de Villegas.

• Expone de forma verbal y escrita las características propias del género

picaresco halladas en la obra Asistencia y Camas