art. favaro tierra de todo o de nadie

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  • 7/24/2019 Art. Favaro Tierra de Todo o de Nadie

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    Orietta Favaro

    Iberoamericana global. The Faculty of Humanities. The Hebrew

    University of Jerusalmen, julio 2011, Vol 4, N 1

    "Tierra de todos o de nadie. Reflexiones sobre las puebladas de

    los aos 60 y 70 en Argentina. Los casos del alto valle de Ro

    Negro1

    Orietta Favaro2

    Resumen

    La presentacin apunta a diferenciar las protestas populares enArgentina en los aos 1960/70 con el propsito de profundizar el anlisis de lasherramientas conceptuales utilizadas para la reconstruccin terica y empricade hechos generalizados como azos. Se ilustrarcon dos casos desarrollados

    en alto valle de R

    o Negro: el cipoletazo y el rocazo. El objetivo esre- pensar

    esos estudios, ya que los contextos, el nudo del problema y los actoresintervinientes ofrecen una importante distincin entre las acciones de esasdcadas, que nos indicara su heterogeneidad y los exiguos denominadorescomunes. Por lo tanto, proponemos tener en cuenta para el anlisis, unacoordenada de elementos que se sustente en el escenario, el contextosociopoltico y los actores actuantes.

    1El presente trabajo es una versin corregida y ampliada de la ponencia presentada encolaboracin con Yamai Zapata y Laura Araya en las Jornadas de Historia de la Patagona, LaPampa, !1!" #octora en Historia" #ocente e investigadora de la $acultad de Humanidades%&e'epyc(&lacso")*&oma'ue, *eu+un, Argentina" &e- orietta.avaro/speedy"com"ar

    1

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    I.- Presentacin del problema

    Tanto dentro como fuera del campo acadmico argentino, abundan estudiosque interpretan fenmenos de protesta de la historia reciente. Se discutiy se

    discuten conceptosy se logran algunos acuerdos. Recordemos que se produjo

    un ciclo de protesta durante los aos de la denominada Revolucin Argentina(1966-72) que son adjetivados con el sufijo azo. Se trata de acciones de lapoca: protestas, rebeliones e insurrecciones populares3, enunciadas comofenmenos semejantes.

    Por un lado, no sera apropiado integrar las acciones ocurridas en los aos

    60/70 en el universo de la protesta social, - concepto acuado en los aos 90-para signar acciones producto de los reclamos de los trabajadores, extrabajadores y/o desocupados, que resistieron los efectos de las polticasneoliberales en el pas (Auyero: 2002; Svampa: (2003); Delmata (2004); Farinetti

    (2002). En rigor, existe una sobre-utilizacin del conceptoprotesta social en la

    bibliografa sobre el tema de las acciones de los aos 1960/70 - canalizados o nopor los sindicatos - ; igualmente se observa en la bibliografa que estudia lasmovilizaciones y hechos de estos aos, la utilizacin de presupuestos ycomparaciones con fenmenos de los 90 (Ramrez y Viguera). No se trata decuestionar teoras sociales de las ltimas dcadas aplicadas al estudio de

    fenmenos de aquellos aos, antes bien, se constata que los anlisis enlazandemasiados y diferentes hechos y reclamos, ubicados como protesta social,

    dando origen a un bolsn donde se acumulan todas las acciones (Kabat,

    2006:183).

    Por otro, si bien una protesta puede devenir en pueblada, se la coloca en elmismo orden que las rebeliones e insurrecciones populares; es decir, sereferencia las puebladas como sinnimo de rebeliones populares. Laspuebladas pueden inscribirse en una misma tradicin desde el punto de vista

    de los reclamos o situaciones que denotaron, pero fueron marcadamente

    heterogneas, tanto en los grupos sociales que la protagonizaron como sus efectos en los

    espacios respectivos. Las representaciones que generaron en el imaginario

    colectivo, derivaron en una simplificacin que omitiun anlisis que incluyerala competencia, tensiones y contradicciones del problema.

    0Es posible +ue la inclusin en cada accin colectiva del suji.o a2o3, tenga +ue ver en los a4ossesenta con un momento de renovado sentimiento antiimperialista5 los nombres adoptadosserv6an para comunicar cada 'ec'o en el escenario latinoamericano, sacudido por otros a2os3como el 7ogota2o 819:;

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    En este orden, dentro de los trabajos respecto de los conflictos socio-polticos, sedestaca el de Aufgang (Aufgang, 1986:8-12); clsico que propone una acepcinde pueblada para dar cuenta de aquellas movilizaciones que no contaron conla participacin activa de trabajadores, ni de la lucha callejera. Para la autoraesta es una diferencia fundamental entre los azos y las puebladas. Si bien essu comentario es iluminador, no deja de ser una diferencia bsica que debe sercomplejizada y cuyo objetivo nos planteamos. Para complementar se hicieronindagaciones en otros autores4 que brindaron herramientas para pensar elcarcter de los acontecimientos con el propsito de salir de las consideracionestradicionales.

    En este contexto, la presente propuesta apunta a re pensar las acciones de fines

    de los aos sesenta y comienzos de los setenta en Argentina, reflexionandosobre conceptos y enfoques, con abordajes descriptivos, partiendo del

    presupuesto que el Cordobazo, el Viborazo, el Rosariazo, el Malargazo, elChoconazo, el Mendozazo, el Tucumanazo, el Cipolletazo, el Rocazo, entreotros, (Balv, et al, 2006: 264-265), no pueden analizarse como fenmenossemejantes. Se trata, a nuestro criterio, de conceptos sustantivos que esnecesario delimitarlos y focalizarlos en sus aspectos, capturando suespecificidad. Se tomar como estudio de caso dos hechos producidos en elinterior del pas: el Cipoletazo y el Rocazo (alto valle de la provincia de R oNegro). Dichos sucesos, permiten acercar reflexiones, perspectivas yconsideraciones para re-visar e incorporar presupuestos de la teora social5.

    II.- Escenario de nadie o escenario para muchos?

    Con el derrocamiento del peronismo (1955) se inicia en Argentina un per odocaracterizado por la fractura de los partidos, de las organizaciones, de lasinstituciones, frente al problema sobre qu hacer con el peronismo?. Lasrespuestas fueron diversas estrategias que, en mayor o menor grado,fracasaron. No slo porque al intentar borrar al peronismo, se lo reinstalen laescena poltica, sino porque se produce en el pas un contexto de movilizacinen parte por este tema, en parte reflejo de lo que suced a en el resto de AmricaLatina y Europa6. Una revolucin cultural con produccin de libros, revistas,

    : Entre otros, $ern>nde2 8!!?

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    centros de arte; los jvenes pasaban de la rutina a la desobediencia, en susprcticas sociales y produccin artstica denotaban el malestar de una poca;se instala como no se lo haba hecho, la cuestin de la igualdad de derechos, ellugar de la mujer; todo tiene un mirada rebelde a pesar de los bastonesmilitares. Euforia y utopa, modernizacin, masividad y dilemas de lacontracultura que creci reida con casi todo con los gobiernos, con losmedios, con la vida universitaria, con los militantes pol ticos (Pujol, 2003:321).Si bien se sostuvo la democracia en un sentido formal, los gobiernosadolecieron de legitimidad, situacin que provoc la emergencia de nuevasredes a travs de las cuales la mayor parte de la sociedad argentina, exteriorizla protesta en un marco de pleno empleo y condiciones favorables para lasreivindicaciones de los trabajadores, pero la frustracin poltica de las clasessubalternas y la influencia de los movimientos de liberacin nacional en elmundo, fueron el marco adecuado para este cambio de poca, para el fenmeno

    insurreccional y para la nueva cultura poltica. Es decir, surge un conjunto demitos, creaciones, prcticas, discursos, sistema de relaciones, valores, ideologasque alimentan el devenir poltico de una sociedad, de un grupo o de unapersona (Ollier, 1989:13). El proceso abierto en los aos 69 es elacercamiento entre una sociedad polarizada contra el rgimen militar y lascabezas visibles de las lites dirigentes que van reformulando una visin de lasociedad (Ibd: 23) que finaliza produciendo una opcin hegemnica: todosacuerdan en la relevancia de Pern y en la necesidad de su regreso, queaparece como el interlocutor de todos. En definitiva, finaliza una etapa y seinicia otra: la explosin social unida a la emergencia de las organizaciones

    armadas, la aparicin de nuevos lderes obreros y la simpata con que eranvistos los jvenes rebeldes, los curas combativos, los partidos armados, llevala resistencia abierta de la sociedad civil y al desenlace de 1973. La historia quesigue muestra que no se poda juntar todos, ni lo pudo concretar el viejo

    la discriminacin y la miseria5 Gartin Lut'er King, s6mbolo de la luc'a contra la discriminacinracial, asesinado en 19;5 el papa Juan MM@@@ +uien convoc al &oncilio Naticano Degundo819%19?< para OaggiornarO a la @glesia &atlica y comen2 el di>logo ecumnico con los'ermanos cristianos separados5 el general &'arles de aulle, epresin de la identidad de$rancia" El Oestado de bienestarO y la plani.icacin estatal .ueron aplicados en la mayor6a delos pa6ses, .ueran stos capitalistas, socialistas o tercermundistas" La seguridad y laasistencia social, la educacin, los problemas de las minor6as y el desempleo, se convirtieron

    en cuestiones +ue el Estado deb6a resolver con recursos pblicos" Pa6ses europeosescasamente desarrollados, como era el caso de @talia, dieron el gran salto 'acia laprosperidad mediante una '>bil combinacin de estrategia industrial y turismo de masas"Espa4a seguir6a pronto ese mismo camino" G>s tarde avan2aron por la senda del desarrollolas naciones del sudeste asi>tico" Qsta .ue asimismo la poca en +ue los pa6ses del llamadoercer Gundo, recientemente descoloni2ados, se agruparon en el Govimiento de *oAlineados 8&on.erencia de 7andung, 19??s de una dcada-con admirable precisin cient6.ica la nave Apolo M@ deposit al astronauta *eil Armstrongsobre la super.icie lunar en un paseo espacial proyectado por las pantallas de N en todo el

    mundo" Pero la pol6tica eterior de Ras'ington su.ri una dura derrota en el sudeste asi>tico,en la guerra de Nietnam, donde el ejrcito del Niet%ong 8comunistas

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    caudillo. Otra vez la sociedad atravesun profundo malentendido (Ollier, 261).No obstante, este era el marco de la movilizacin popular.

    En definitiva, entre 1960 y 1970 tuvo lugar un cambio cultural7profundo en laArgentina, las costumbres se aflojaron. La gente se adapt como pudo a losnuevos modelos. El cambio afectespecialmente a las mujeres y a los jvenes declase media. Ellas se reducan sus polleras a proporciones mnimas, se soltabanel pelo, ingresaban a la Universidad, trabajaban fuera del hogar, eran mspermisivas en su conducta sexual y controlaban la natalidad asistidas portcnicas modernas. En 1970, constituan el 25% de la fuerza labora, con mayoraen la docencia primaria y secundaria y en enfermera; el 34% de los empleadosadministrativos y el 45% de los jefes y supervisores calificados. Sin embargo, ladiscriminacin salarial subsista y la presencia femenina era escasa en los cargos

    directivos. Por otra parte, en los gobiernos constitucionales de la poca hubomenos representantes mujeres que en 1952. Los jvenes tenan ahora susmodelos propios, tomados de sus pares y no de los adultos. Sus padres losestaban educando apoyados en los consejos de los psicoanalistas para queno se les coartara la libertad. Imitaban a las juventudes inconformistas delPrimer Mundo, de ropa colorida y pelo largo, y adoptaban la revolucinmusical y meditica de los Beatles ingleses (1962) y otros conjuntos de rock.Se pensaba que los jvenes nunca tenan la culpa, sus padres s. La parejadivorciada y vuelta a casar era la nueva realidad de las clases medias. En laArgentina era impensable todava una ley de divorcio, pero el artculo 67 bis

    del nuevo Cdigo Civil simplificaba el trmite, si bien no autorizabalegalmente una nueva unin. Las ocupaciones de la mujer fuera del hogarprovocaron el crecimiento explosivo de la matricula de los jardines deinfantes. Paralelamente al leve aumento del promedio de vida, hubo mspoblacin de la tercera edad. Los problemas insolubles en materia de

    jubilaciones revelaban que una cosa era el estado de bienestar en Suiza o enAlemania Federal y otra muy distinta en Sudamrica. Contar con la

    jubilacin de un pas europeo rico se volviel "sueo del pibe" del antiguoemigrante. Para paliar los problemas de la ancianidad, el ministro deBienestar Social, Francisco Manrique, cre en 1971 el Instituto Nacional de

    Jubilados (PAMI) que funcionbien, por lo menos, en una primera etapa.

    En este contexto, el pueblo se movilizaba, se produjeron puebladas, trmino que

    deriva de pueblo, aunque el pueblofue muchas cosas al mismo tiempo, una

    comunidad local luchando por sus vecinos, un movimiento democrticoluchando contra procedimientos autoritarios, un movimiento popular luchandocontra polticas antipopulares() La calle fue el espacio final del encuentrode todos los pueblos y ello pone en evidencia el arraigo de la categora poltica

    CEs muy interesante la caracteri2acin de Los intensos a4os !I en Argentina, *stor Ko'an,en Clarn,0 de agosto de 199;"

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    puebloa la vez que su flexibilidad para incorporar nuevos actores y sentidos,

    simultneamente, a la tensin que ello provoca (Ramrez,2007: 25-27).

    Seguramente cuando se estudia las protestas, se ponen en juego las diferentesdefiniciones de pueblo, porque el concepto es abstracto y emp rico, es uno ovarios, tiene identidad referenciada en la localidad, en la provincia, en la regin,en la Nacin. Desembalar el denso contenido de las puebladas, es un proceso dedoble va. Por una parte, una interpelacin del pueblo dando cuenta de comolos problemas nacionales se procesan en el mbito local. Por otra, las accionespopulares tambin pueden ser expresin de la superposicin de interesesnacionales y/o locales de ambos, en las cuales se articular una diversidad deelementos compartidos (Ramrez, 2009).

    En otra realidad y marco temporal: los aos 1990, como resultado de la

    aplicacin de las polticas neoliberales, las privatizaciones y el ajuste fiscal,emergen las rebeliones urbanas desatadas en diferentes localidades del interiorde Argentina que tambinse describen como puebladas. El creciente abanicode cuestiones que incluyen estos fenmenos de la historia reciente argentina,tanto social como polticamente, - que coloca desde las intervenciones barrialesy de desocupados, marchas sindicales, reclamos por salarios, paros ytractorazos agrarios, movilizaciones contra la impunidad, la violencia, larepresin, la persecucin ideolgica, etc-, obliga necesariamente a que su

    estudio se realice desde otra perspectiva que privilegie dimensiones de la poca en que

    se desarrollan.Por lo tanto, segn el contexto donde se las analiza, expresan un

    patrn de lucha, emergen en localidades y provincias en las que se agudizalmximo las contradicciones sociales, como efecto de las polticas de los

    gobiernos. En general, no surgen sbitamente y en forma exclusivamente

    espontnea, son producto de reclamos protagonizados por la gente, en unmarco o no de intervencin de los sindicatos. Tuvieron fuerte proyeccin, noquedaron como bolsones aislados, por el contrario se definen rpidamente y a

    veces, se conjugan la accin sindical y poltica (Cutral Co, 1996/97). Convergenen la lucha obreros activos, desempleados y jubilados, adems de los sinempleo, excluidos del modelo. En este sentido, no hay una desaparicin de laclase obrera y del trabajo, sino una doble tenaza impuesta por la amenaza dedesempleo y compromiso de la cpula de la dirigencia sindical en su mayoraperonista- con las polticas neoliberales del menemismo (Laufer y Spiguel,1999:17). La mayor parte de las puebladas de las ltimas dcadas, iniciaron ydesarrollaron diferentes estrategias para visibilizar su protesta que luego seextendicomo modelos ejemplificadotes de otras acciones de desocupados envarias localidades de pas, incluyendo en el gran Buenos Aires; en particular lamodalidad de corte de ruta desencadenante, lugar de confrontacin einstrumento organizador de las puebladas - articulndose con otras acciones ycon otros actores8. Las puebladas generalizaron las asambleas populares que

    ; Es interesante destacar como re.lejan estos acontecimientos en las representacionessociales, ya +ue los protagonistas los vincularon con di.erentes eperiencias de luc'as

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    emergieron al borde de las rutas, convocadas constantemente, participando deellas muchos pobladores, convirtindose en instancia de deliberacin, dedecisin y de unificacin de propuestas. No tenan como objetivo la toma delpoder ni derrocar a autoridades como intendentes (excepto la de Cutral-Co) nigobernadores (excepto Santiago del Estero), pero inquietaron a las autoridadestanto polticas como judiciales (recordar los dichos de la Jueza FederalArgelles en Neuqun).

    En otras palabras, existe una escasez de precisin en los conceptos y lautilizacin de teoras sociales en el campo acadmico, vlidas en tanto algunasde sus dimensiones sirven de soporte a la explicacin del problema que seestudia para otros contextos histricos; no obstante no resulta conveniente,excepto como ejercicio terico, simplificar fenmenos ocurridos en momentos

    tan diferentes, sin atender a tres coordenadas fundamentales: el escenario donde

    se desarrollan, el contexto sociopoltico en el que se insertan y los sujetos actuantes.

    I- El escenario donde se desarrollan

    El desarrollismo en tanto ideologa propuesta por Frondizi y Frigerio9-, elprimer gobierno luego del derrocamiento de Pern (1958) articulproyectos deintegracin y desarrollo, sus idelogos y dirigentes que aplicaron las polticas,

    pensaban era necesario incorporar todo el espacio nacional al proceso de

    modernizacin, tarea que deba operarse desde el Estado. Por ello, Frondizi

    present desde sus inicios a la industrializacin como una herramienta deintegracin y se concentraron los esfuerzos en un sector de la industria en reasdel litoral: Buenos Aires, Santa Fe, Crdoba y en la explotacin de recursosenergticos en Mendoza, Salta y en la Patagonia argentina, con el objetivo deconstituir polos de desarrollo que acumularan inversiones en lugarescentrales-estratgicos, para luego redundar en toda la Nacin.

    Fuera de las mencionadas, el resto de las provincias dentro del proyecto,ocuparon un lugar secundario, aunque es importante reconocer la labor del CFI(Consejo Federal de Inversiones) en el desarrollo hidrulico, industrial, agrcolay turstico del resto del pas. El desarrollismo gener polticas sociales yeconmicas centrales para los aos sesenta y setenta; si bien sus efectos nofueron los esperados, es necesario resaltar las grandes obras de infraestructuraconcretadas (Healey, 2003:176-177).

    populares de dcadas anteriores" Para mayor in.ormacin, en Lau.er, Buben y &laudio Dpiguel81990

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    Por una parte, a modo de ejemplo, Crdoba, se convirti en los aos1950/1960 en un centro de desarrollo industrial de Amrica Latina,caracterizado por el crecimiento en un sector industrial tecnolgicamentecomplejo, continuacin de una tradicin provincial en las industriasaeronuticas y mecnicas, que mostraba importantes inversiones extranjeras enel rubro automotriz, tarea que haba iniciado Pern y continuado Frondizi,permitindole a la provincia un gran desarrollo industrial y el establecimientode migrantes e inmigrantes en las principales localidades donde se daba esecrecimiento acelerado. En el mismo orden, se puede pensar a parte del reapampeana y litoral argentino y explicar las rebeliones populares, entre otras, elCordobazo (Crdoba, mayo de 1969), Rosariazo (Rosario, septiembre de 1969),Viborazo o segundo Cordobazo (Crdoba, enero 1971), donde el crecimiento dela industria, el movimiento obrero y los estudiantes, confluyeron, entre otrascuestiones, en la emergencia de los hechos. Una mencin particular durante la

    gestin de Levingston que reemplaz a Ongana - merece el Tucumanazo(Tucumn, noviembre de 1970), en una provincia donde la industria azucareratena una fuerte gravitacin sobre el resto de las actividades econmicas y sucrisis, conlleva un proceso de concentracin de capital, provocando entre elao 1966 y 1968 el cierre de once ingenios azucareros y originuna serie deacciones, con la participacin obrero- estudiantil, que se lanz a las calles;ocuparon la ciudad, apedrearon la casa de gobierno haciendo frente a la fuerzasrepresivas, del entonces jefe de la V brigada destacado en la provincia, elCoronel Jorge Rafael Videla (Crenzel,1991: 9-16). Este militar fue la cabezavisible de los aos ms oscuros de la historia argentina, la dictadura de 1976.

    El Estado nacional ms allde las reas prioritarias - plasm propuestas yproyectos de desarrollo regional, tal fue el caso de la Patagonia, favoreciendo laradicacin de una amplia gama de tcnicos y profesionales que tuvieron unexponente interesante en la represa El Chocn-Cerros Colorados en Neuqun.La poltica de la instancia central promoviy permitique adquirieran fuerza,expresiones partidarias locales y sus lderes, como el Movimiento PopularNeuquino y los Sapag10.

    Los avances en la inversin, tuvieron resultados ms conflictivos en Ro Negrorespecto de otras provincias como Neuqun, debido a los intentos de losgobiernos de reacomodar el poder interno en la misma, producto de las grandesobras en su propio espacio geogrfico (entre otras, el regado en el Bajo Valle, lamina de hierro de Sierra Grande, el petrleo en Catriel, la fruticultura en el AltoValle). Por lo tanto, a diferencia del desarrollo de Tucumn y de la Patagonia,en parte no previsto como polos de desarrollo, diferentes situacionessociopolticas obligaron al gobierno a llevar a cabo pol ticas. A su vez, elnordeste no fue prioridad (Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes), aunque en

    1!Becordemos +ue la descomposicin del onganiato3, deriv, entre otras cuestiones para elcaso de *eu+un, en el reempla2o de Bosauer por $elipe Dapag, +uien en poco tiempo, seconvirti, por la v6a institucional, en el nuevo gobernador electo de la provincia 819C0

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    los aos setenta se instalen el escenario nacional, con el surgimiento de lasLigas Agrarias (Healey, 2003: 203).

    En definitiva, si bien exista un comn denominador: el poltico, habadiferencia interprovincial en cuanto a la estructuracin social, producto de losefectos de las polticas econmicas y del aumento demogrfico cuyos orgenestambin fueron diferentes: mientras la mayora de los chacareros del Alto Valleeran descendientes de europeos, los trabajadores rurales eran un mixture

    similar al departamento Confluencia, donde buena parte de las "clases medias"y los "sectores populares" se integraron con migraciones interprovinciales(familias provenientes de otras provincias argentinas), intraprovinciales(provenientes de otras reas norpatagnicas), internacionales (especialmente deChile, Bolivia y Per) y, en mucho menor medida, con el crecimientovegetativo (Echenique, 2006). La produccin frutcola y energtica permitila

    emergencia de sectores sociales cualitativamente diferentes entre s quemodificaron la composicin de las poblaciones urbanas locales o crearon otrasnuevas. Excepto Neuqun, las emplazadas en el Alto Valle se convirtieron enciudades con primaca de propietarios y trabajadores rurales, mientras lasciudades-centros, se poblaron con mayora de empleados de las empresasestatales petroleras, gasferas o mineras. De este modo, la estructura social detoda la regin sufriun proceso de complejizacin paralelo a la urbanizacin, eldiferente perfil productivo que coexista dentro de las jurisdicciones de RoNegro y Neuqun, les otorgdistinta composicin.

    Villa Regina era la entrada al Alto Valle de Ro Negro y Neuqun que, pasandopor General Roca, Allen, Cipolletti y Cinco Saltos, cruzaba la confluencia de losros Neuqun y Limay para extenderse hasta Plottier al sudoeste y Centenarioal noroeste. La interprovincialidad del Alto Valle se reflej en la jurisdiccinutilizada por organizaciones como los gremios del riel, el Sindicato de ObrerosEmpacadores de la Fruta (SOEF) y la Federacin de Productores de la Fruta(FPF), las cuales abarcaban tanto a Ro Negro como a Neuqun. Pese a algunassimilitudes, cada localidad tena - hacia mediados del siglo XX- rasgosespecficos, por ejemplo, entre Cipolletti y Allen se encontraban asentados lamayor parte de los frigorficos y empacadoras, all se ubic la mayora de la

    burguesa local y de los trabajadores frutcolas, como indica la localizacin delas sedes centrales del SOEF y de la Federacin Argentina de TrabajadoresRurales y Estibadores (FATRE). Al ser todava el centro poltico, administrativoy cultural de la Norpatagonia rionegrina: General Roca, tena mayor proporcinde empleados pblicos y de profesiones liberales, como sugiere elprotagonismo poltico que tuvo en los aos sesenta y setenta el Colegio deAbogados. Aunque Cinco Saltos se emparent ms con Cipolletti, tuvo laparticularidad de contar con una empresa qumica (INDUPA) y una yesera. Alser una localidad fronteriza con el Valle Medio, en Villa Regina haba mayor

    cantidad de productores hort

    colas, como muestra el patr

    n de asentamiento delas plantas procesadoras de tomate. Centenario y en menor medida Plottier,

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    por ltimo, presentaban del otro lado del Limay caractersticas casi idnticas alestndar general de los centros altovalletanos aunque eran satlites deNeuqun (Echenique, 2006).

    Desembalar el denso contenido de estos espacios de conflicto, implica recordarque la nacionalizacin de la Argentine Fruit Distributors (GB, 1948), provocque la comercializacin de la fruta estuviera a cargo de los comerciantes delAlto Valle y se tradujo en inversiones materializadas en frigorficos y plantas deempaque ante la calidad demandada por el mercado internacional. Esa"industrializacin", gozde un lugar privilegiado en la ciudad de Cipolletti yderiv en una fractura en el interior de la burguesa rionegrina: emerge lapequea burguesa rural del Alto Valle. Al involucrarse en la comercializacinde la fruta (participando en el capital accionario de las grandes empacadoras instalando sus propias plantas), ese sector se transform en una fraccin de

    clase que en los aos sesenta/setenta actudefendiendo sus intereses y a la vezcomo dirigente de la ciudad, intentando extender su hegemona a todo RoNegro, mediante su participacin en un partido poltico provincial (Echenique,2006).

    Estos cambios, al mismo tiempo, definieron a la fruticultura de exportacincomo la principal fuente de ingresos en Ro Negro. A su vez, Neuqun tenacomo constitutivos de su presupuesto a la coparticipacin federal, los aportesno reintegrables y las regalas hidrocarburferas11. Las actividades de unaprovincia y de otra, muestran cuales son las que les permite a las burguesas

    locales acumular y diversificar, aunque no operan los negociosinterprovinciales. A diferencia de Neuqun, donde los sectores burguesescontrolaron el estado-partido (Favaro y Arias Bucciarelli,1999: 253-276),consolidando y expandiendo su poder en el espacio local; en Ro Negro lasituacin tuvo otro color poltico respecto de las aspiraciones de los actoresinvolucrados en asociar ganancias obtenidas de laproduccin/empaque/comercializacin de la fruta y poltica (Echenique,2006).

    Reforzando y ampliando la complejidad del perodo, es necesario tener encuenta que Ro Negro y Neuqun, entre otras provincias del norte de laPatagonia, fueron incluidas como integrantes de la Regin Comahue paraintegrarlas en la poltica de los polos de desarrollo12. Aunque no se plasminstitucionalmente, se dieron modificaciones concretadas en obras deinfraestructura que cambiaron el espacio neuquino a partir de una mayorpresencia de la instancia nacional (Hidronor, Chocn-Cerros Colorados, etc)

    11El orden colocando para de.inir la composicin del presupuesto provincial no son arbitrarios,ya +ue se dieron en ese sentido" Para mayor in.ormacin, ver Srietta $avaro 8!!?

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    (Arias Bucciarelli, 2008: 122). Esta definicin (o indefinicin) provoctensionesobjetivas en la pugna intraprovincial e interprovincial, que se objetiv en ladisputa de las ciudades ms importantes del norte de la Patagonia, por liderarel proceso de desarrollo descripto y en ese sentido se inscriben, en parte, lossucesos que configuraron el Cipoletazo y el Rocazo.

    II-El contexto sociopoltico

    Cuando analizamos, entre otros, el Cordobazo, el Viborazo (segundoCordobazo), el Rosariazo, nos sitan en momentos del rgimen militar, la

    denominada Revolucin Argentina,- sin desconocer el marco internacional-con su poltica de censura a la prensa, de control de la vida cotidiana y deintervencin brutal - a las universidades que lleva los estudiantes a la luchaantidictatorial y al encuentro con la resistencia de los trabajadores. Bajo ladictadura de 1966, el peronismo proscripto aunque un sector no slo apoyelgolpe sino tambin abogaba por el peronismo sin Pern -, la represin a losreclamos de los obreros, las cesantas en las empresas pblicas, la intervencin aalgunos gremios, ponen en entredicho el idilio inicial entre el gobierno y lossindicatos. Pero adems, exista un sector del sindicalismo peronista mscombativo, antidictatorial y abierto, con intelectuales y artistas vinculados a la

    izquierda de la poca (CGT de los Argentinos). La Iglesia, con los sacerdotes delTercer Mundo, desoyendo a la jerarqua catlica, apoyy se solidarizcon lasluchas obreros-estudiantes13. No entraremos a explicar los hechos enunciadosarriba pues no es el objetivo del trabajo, pero sdecir, que coincidimos con JuanCarlos Torre, cuando firma para ejemplificar con un caso- que el Cordobazo,fue el encuentro entre dos sujetos, culmina la resistencia de los trabajadoresiniciada en 1955 y se inicia la gesta de los jvenes, quienes comenzaban unaempresa que apuntaba a subvertir a sangre y fuego un orden que apareca a suojos como injusto y corrupto. Los mviles y los intereses de clase eran diversos.Es esta clase media que lee libros y revistas europeas y del mundo y se mira enel espejo de otras juventudes insurgentes mientras tratan de constituirse comosujeto colectivo, forjada en un vertiginoso proceso de modernizacin cultural ysocial (Torre, citado por Tarcus H, 2008:26). Las acciones a las que hacemosreferencia provocaron no slo el desplazamiento de Ongana dentro de la tradade la Revolucin Argentina, sino tambin la cada del gobierno provincial

    10 En Argentina .ueron C! sacerdotes +ue ad'irieron al mensaje de los obispos del ercerGundo, bajo la direccin de H" &>mara y se reunieron en &rdoba en 19;" &abe aclarar +uelos sacerdotesparael ercer Gundo y los sacerdotes del tercer mundo no es lo mismo" Lossacerdotes para el ercer Gundo es una agrupacin sacerdotal argentina +ue se con.orm enel conteto de la preparacin de la &on.erencia de Gedell6n" Enviaron a los obispos all6

    reunidos documentos con su apoyo y sus opiniones sobre los temas a tratar" Luego deGedell6n se convirtieron en el polo de atraccin de la mayor parte de las iniciativastrans.ormadoras en Argentina" Agradecemos el comentario de Gar6a &ecilia A2conegui

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    (Bernardo Blas-Crdoba) y en su conjunto, oblig a las nuevas autoridadesmilitares nacionales a definiciones polticas.

    En rigor, consideramos desde lo conceptual a estos hechos, como rebeliones

    populares y no puebladas, ms all que todas son nominadas como azos.

    Tampoco comporta el planteo ubicarlas como insurrecciones populares;precisamente de lo que se trata es de reconocer que la realidad era mscompleja, ya que no participaron organizaciones y figuras con estrategiarevolucionaria. Se constata s, las representaciones generadas por el imaginariocolectivo de las organizaciones armadas- particularmente las peronistas acercadel diagnstico y la lectura realizada respecto de los acontecimientos del 69(Ollier, 1986:17-46)14. Si bien las organizaciones armadas haban estadoausentes durante el Cordobazo, a partir de all comienzan a participar,intentando dejar sus huellas en la movilizacin social y remarcando adems su

    presencia - en la propaganda y la interpretacin de los sucesos (Ibd:37). Enclave interpretativa, las organizaciones acordaban que la violencia se justificabacontra un sistema opresor en trminos polticos y socioeconmicos que sera lacontratara de la protesta popular.

    Contemporneamente a estas rebeliones populares, se produjo movilizacin dela poblacin en localidades del interior argentino, - algunos autores mencionanun total de trece en ciudades entre 1969 y1972- (Ramrez y Viguera), que

    consideramos como puebladas. Las puebladas son iniciadas, impulsadas y

    encabezadas por los sectores dominantes y/o dirigentes de una ciudad o

    localidad contra sus pares de otras ciudades y/o regiones o contra el gobiernoprovincial y/o nacional; cabe como ejemplos, adems de las del caso de estudio,entre otros, el Catamarcazo15 (Catamarca, noviembre de 1970) (Alvarez), elsantacruzazo (abril de 1971)16 el Mendozazo ( Mendoza, abril de 1972)17, el

    1:Gar6a Gatilde Sllier anali2a en varias publicaciones el proceso de los 3!, alrededor de latr6ada orden, poder y violencia" Ner, Sllier, Gar6a Gatilde, 19; y 19;9"1?Narias cuestiones provocaron el &atamarca2o, entre ellas, las duras cr6ticas al gobernadorral uillermo 7ri2uela +ue reali2 el diario La )nin, cuyo propietario era el obispado de laprovincia" A ellas, se sum la & 8se encontraba dividida< el colegio de abogados, la

    poblacin en general por la connivencia entre el PE y el PJ, las compras directas sin licitacin,la corrupcin, el clientelismo5 a ltimo momento, 'asta la polic6a se autoacuartel, dejando sinseguridad a la ciudad" En su conjunto, provoc +ue la poblacin saliera a la calle en noviembrede 19C! y se mani.estara contra el gobernador5 .rente a la situacin T ya se 'ab6an producidovarias 'uelgas +ue modi.icaron el clima social de la provincia% el PE* declar a &atamarcaZona de Emergencia3, .ue despla2ado 7ri2uela y reempla2ado por el &oronel #6a2"1 $ue una importante movili2acin de di.erentes sectores de la sociedad santacruce4a,instituciones, organi2aciones y corporaciones representativas de las actividades de laprovincia" #ur varios d6as y a.ect a diversas localidades y puertos 8Dan Juli>n, obernadorregores, &omandante Piedra 7uena, B6o allegos

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    Malarginazo (Mendoza, julio de 1972)18 (Rivarola y Moyano,2005), elTrelewazo (Chubut, octubre de 1972)19 (Ramrez,2007), el Casildazo (Casilda,Pcia de Santa Fe, marzo de 1971)20 (Aufrag,1986). Las acciones de referenciadan cuenta, en su mayora, de las disputas interburguesas que se sustentaron enla movilizacin popular, ya que el camino institucional se encontraba obturado(recordemos que gobierna una dictadura militar), las tensiones entre losintereses regionales y los del Estado nacional, las clases sociales y susaspiraciones, ms las corporativas de las organizaciones existentes en las reasmencionadas.

    1CEl Gendo2a2o .ue una pueblada ocurrida en la ciudad%capital en abril de 19C, durante lagestin de $rancisco abrielli 8del P#

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    En rigor, independientemente de la complejidad del trmino pueblada, es

    importante recordar que las acciones con su carcter multiclasista, fueronvehculos interesantes para obligar a los gobiernos a definir agendas polticas.A veces inesperadas y/o ingobernables, las puebladas atestigan los lmites delas construcciones polticas, en este caso, acentuaron los clivajes contra elrgimen de la Revolucin Argentina.

    III-Los sujetos actuantes

    En el caso de los sujetos que actuaron en los hechos de los aos sesenta e iniciode los setenta, son bsicamente trabajadores sindicalizados y estudiantes. Ellono excluye a otras clases y fracciones de clases que participaron del Cordobazo,Viborazo o Rosariazo, etc. Exista pleno empleo, los trabajadores reciban sus

    salarios, se produca expansin del mercado interno y de una nueva fase de laISI, con inversiones de capital externo en el pas, en particular, en el reacentral: litoral y pampa hmeda, por ejemplo, en las provincias de BuenosAires, Crdoba, Santa Fe, etc. El movimiento obrero era el protagonistaprincipal actuando como factor de poder, promoviendo la movilizacin, en uncontexto de divisin de la CGT (la cpula sindical haba perdido el poder) y dela ilegitimidad del gobierno, junto con los sectores juveniles-estudiantes quedieron marco a una serie de conflictos en varias universidades en las quehaban tenido una amplia participacin desde los inicios de los aos 60. Seproduce una irrupcin de las bases y estructuras intermedias de las plantas

    fabriles y la expansin de la protesta a partir del despliegue de una accin deesta nueva dirigencia, difundiendo ampliamente la conducta a seguir. Perotambin se produce una intervencin antidictadura en otros espacios,- ademsde la comunidad fabril -, organizaciones de vecinos, parroquias, unidades

    bsicas y de fomento. Posteriormente al Cordobazo, se originan hechosimportantes como el surgimiento de nuevos actores y organizaciones cuyaopcin sera la lucha armada y la violencia; aunque la idea de un proceso

    abogado de.ensor de osco a +uien conoc6a por 'aber estudiado en &rdoba" De constituy

    as6 una red de solidaridad +ue emergi con .uer2a cuando .rente a la .uga de presos acusadosde guerrilleros % luego masacrados % al entrar el Ejrcito en las ciudades mencionadas, seprodujo una .uerte movili2acin de las poblaciones locales, en respuesta a entre otrascuestiones, al operativo +ue arrest 1 personas y las traslad a la capital $ederal, acusadosde estar vinculados a las organi2aciones armadas" De trataba en su mayor6a de miembros de la&DPP, incluyendo a Amaya5 la gente tom la calle y pidieron al gobernador, &ontralmirante BeJorge &osta +ue lograra la liberacin de los apresados" La movili2acin .ue muy importante, ?mil personas para una localidad de ? mil5 en un marco en el +ue 'asta los partidos pol6ticostuvieron un importante accionar, ya +ue algunos de sus dirigentes .ormaban parte de la&omisin" A esta reaccin popular se la denomina el releFa2o" A rengln seguido, en abrilde 19C, se produjo el BaFsona2o, localidad en la +ue in.lu6an los sucesos de releF, a lo +uese agreg T similar a la situacin de &ipolletti%Boca% una pugna de intereses vinculados a ladecisin del gobierno de cambiar el lugar de radicacin de la sede de la &omisin de Energ6a

    Atmica- llevarla de BaFson a releF"!&asilda es una pe+ue4a localidad del departamento &aseros, provincia de Danta $e, .undadapor &arlos &asado en 1;C!, +uien cre la colonia &andelaria"

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    contestatario era anterior al los hechos de Crdoba, stos precipitaron la accindirecta (Gordillo, 2003: 361-365).

    El interior en general, presentuna serie de protestas traducidas en puebladas,en las que los actores principales eran las dirigencias polticas de las localidadesy/ o provincias durante el rgimen de Ongana o Lanusse, incorporando losintereses de las fracciones burguesas locales, que incluan casi siempre a losprofesionales y empresarios. La burguesa, recordemos, abarca a losempresarios, pero no se limita a ellos e incluye tambin a los intelectuales quepromueven su avance, a los funcionarios pblicos que la apoyan, a los polticosy a otras capas sociales dispuestas a acompaarla (Schvarzer, 2004: 37). Junto atodo esto, se unan los vecinos, la poblacin, el pueblo, es decir, diferentesclases o fracciones de clases de los lugares referenciados manifestando sudisconformidad frente a hechos que los relegaban tanto econmica como

    polticamente. Es decir, que en las acciones de los 60/70, existi unaparticipacin policlasista, los actores se reunieron mayoritariamente-alrededor de las comunas o municipios y plantearon all y/o al gobiernoprovincial sus reivindicaciones. Tengamos en cuenta que la burguesa no eshomognea, tiene fracciones internas, entre las cuales pueden surgircontradicciones que no son de clase sino de intereses. A veces, una fraccinpuede liderar un frente policlasista y dirimir sectores en pugna. Transitaron eneste proceso: docentes, mdicos, empleados de las empresas pblicas y de laadministracin y una variedad de trabajadores de cuello blanco que fueronprotagonistas activos de las protestas de la poca, tanto de laborales o que

    tuvieran otros objetivos, como los del estudio. Al mismo tiempo, se produce lamayor expansin de las clases medias (aos 50 y 60); la poblacin urbanacrecia un ritmo elevado a favor de numerosas ciudades medianas y grandes.

    Comenza operarse en las provincias la metropolizacin, semejante a la que se

    registraba en Buenos Aires y litoral argentino; as el crecimiento de laslocalidades favoreci el de las clases medias, reforzando sus caractersticasestructurales con un aumento ocupacional de las actividades econmicasterciarias (Palomino, 1989: 10-14).

    IV.- Los hechos

    El cipolletazo y el rocazo 21

    En la Patagonia, ms precisamente en el Alto Valle de Ro Negro, en doslocalidades muy cercanas y en cuestin de tres aos, transcurrieronacontecimientos que se sumaron para algunos22a la primavera de los pueblos

    1La descripcin y el an>lisis de estos .enmenos ocurridos en B6o *egro, son autor6a de Yamai Zapata y

    Laura Araya, de un trabajo anterior presentado, en colaboracin, en las N Jornadas de Historia de laPatagonia, Danta Bosa, !1!"

    Luis Alberto Bomero 8!!0< La crisis argentina, 7uenos Aires, Diglo MM@"

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    criolla. Las ciudades de Cipolletti y General Roca que compartan lacaracterizacin productiva y espacial, fueron los puntos dinmicos en los cualessus respectivas poblaciones salieron a las calles, en el marco de los finales de laRevolucin Argentina, dando vida a manifestaciones polticas abiertas,pblicas, colectivas y pro-comunitarias.Vale la pena recordar el carcter productivo de estas ciudades, enmarcadasentre la capital neuquina y las importantes ciudades de la costa y la cordillerarionegrina, que compartan la inclinacin a la actividad frutcola y los derivadosde la misma como importante motor de sus economas. Teniendo en cuenta quehacia los 70 la provincia de Ro Negro posea tres jurisdicciones judiciales, unaen Viedma (Capital de Ro Negro desde 1973), San Carlos de Bariloche (poloeconmico inclinado al turismo) y la ltima en General Roca, sedeadministrativa del Alto Valle, la ciudad de Cipolletti, estaba entre dosimportantes polos de poder, no obstante la productividad frutcola era alta, de

    hecho mayor que la ostentada por General Roca en relacin a hectreasproductivas/toneladas de manzanas cultivadas.General Roca lideraba el sector productivo del Alto Valle hasta los aos 60 y70, dcada en la que la expansin productiva del mismo rubro de la ciudad deCipolletti, comienza a ser competencia. Hasta entonces, Roca operaba como unode los principales centro fructferos nacionales por la importancia que adquirila produccin y exportacin frutcola (manzanas y peras), llegando arepresentar para la temporada del 69/70 el 71 % de la produccin nacional demanzanas y el 58% de peras (Spangaro, 2009: 38). Los estudios consultadosdescriben a la regin con ventajas comparativas reales dada su posicin y el

    perfil frutcola productivo e industrial, ya que parte de las industrias ligadas aexplotacin de minera en acelerado crecimiento evidenciado en dicho perodo,se ubican bajo jurisdiccin del departamento de esta localidad.

    Los hechos de Cipolletti de septiembre de 1969, fueron una respuesta a lainiciativa de remocin del intendente, quien expresaba las ganas de crecer dela ciudad. El Dr Salto contaba con el apoyo de la mayora de los vecinos, -recordemos que asume la intendencia en las elecciones de 1963 por la UCRI-;haba promovido la obra pblica y planes de vivienda financiados desde

    Nacin, favoreciendo la comunicacin de la ciudad y la exportacin de laproduccin de frutas. A pesar de los cambios en la dirigencia provincial ynacional producto del golpe militar, Salto conservsu cargo. El respaldo de lapoblacin no se supeditaba solo a esa comuna, contaba con otros apoyos. Estose evidenci en la edicin de 1968 de la tradicional Fiesta de la Manzana. Apesar que un decreto nacional estipul que las ediciones deban hacerse enGeneral Roca, los comisionados valletanos votaron que la fiesta se realizara enCipolletti, componente demostrativo de competitividad de las ciudadesvalletanas frente a la pujante Roca y evidencia del respaldo al comisionadocipolleo.

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    En el creciente abanico de tensiones entre Roca y Cipolleti, se produce laremocin de Salto. En 1969 el gobernador rionegrino Lanari fue reemplazadopor Bunge - en el marco de los cambios en la Revolucin Argentina- ; elloimplic la prdida de apoyo para Salto. Este cambio en agosto del 69, nocorporiza una ruptura entre los sectores dirigentes altovalletanos por eldesarrollo econmico de la regin, pero s imbric mutaciones en ciertasdecisiones. Bunge consideraba fundamental la concrecin de un camino queuniera General Roca con El Chocn, mediante Paso Crdoba. Ante estaenunciacin el comisionado cipolleo, declara al diario Ro Negro el 24 deagosto de 1969, la inconveniencia de una inversin tan grande que poda usarsepara fortalecer las economas regionales (Fernndez, 2005: 105). Esta declaracindesat una multiplicidad de expresiones que etiquetaron a Salto como uncomisionado no comprometido con el proyecto de la Revolucin Argentina. Elinterventor Bunge, dispuso su relevo y ofrecer el cargo de comisionado a otros

    vecinos de la localidad. La dinmica de la accin estaba en marcha y se plasmen un escrache al consultorio de un conocido odontlogo que poda sersucesor de Salto, al mismo tiempo la comunidad cipollea haca llegarmuestras de apoyo.

    La pueblada toma forma cuando los vecinos salen a la calle, a pesar de la

    posibilidad de represin en el contexto dictatorial, para apoyar al Dr Salto;figura que se haba erigido como servicial y pragmtico. Este accionar fueindicio de la defensa del localismo y de una identidad, sin negar la necesidadde insertarse en la nueva reconformacin de los poderes econmicos, no seoculta que la ciudad se expresa como expresin del inters particular (surgidodel inminente prejuicio de quedar al margen del trnsito de mercancas segn eltrazado del camino), en cambio, las decisiones del gobierno provincial seescudarn en la realizacin del inters general, siendo en verdad, el inters de lapropiedad concreta del capital, de quienes han accedido a la manipulacin delaparato institucional (Aufgang, 1986: 49-50).

    Tres aos ms tarde, Roca - bastin radical - sera el epicentro de los sucesosdel 72 dentro de la estrategia del gobernador de Ro Negro, Requeijo, el queinformaba sobre la decisin de trasladar los juzgados judiciales de Roca aCipolletti. La disposicin del gobernador - decreto 745 - de creacin del

    Juzgado en Primera Instancia N 6 en lo Civil, Comercial, de Minera, Penal yCorreccional, con asiento en Cipolletti, represent el inicio de los sucesos

    desarrollados en la ciudad de General Roca en julio de 1972 conocidos como el

    Rocazo. Los hechos concretos que se sucedieron ante la presin ejercida por la

    ciudadana roquense (particularmente por aquellas personas y corporacionesque tenan poder poltico y econmico, como el Colegio de Abogados de laciudad y la CAIC), llevaron a la renuncia del comisionado Orejas, presentada enel marco de una asamblea convocada por todo el pueblo.

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    En otros trminos, la estrategia responda al objetivo de crear poder en

    Cipolletti, alejado del bastin radical. Ante los acontecimientos desatados, lajunta de vecinos convoc a la poblacin a reunirse en lugares pblicos y aefectuar actos de repudio a la decisin provincial. Se concretuna asamblea dealrededor de 1500 vecinos en el Club del Progreso, con la presencia delrepresentantes de la Cmara de Comercio, Agricultura e Industria y el Colegiode Abogados. Las demandas iniciales recogen el reclamo hacia el gobiernoprovincial y lejos de criticar a la dirigencia o al onganiato, apuntaron haciaRequeijo; cristalizando una modalidad en la que la ciudadana se organiz yauncriterios con el plan de resistir los embates de un enemigo externo, en estecaso, el gobierno provincial, la ciudadana cierra filas al interior de la ciudadcomo corporacin y el enemigo es algo externo a esa corporacin, que afectasus intereses econmicos-corporativos (Spangaro, 2009: 8). Se advierte ademsla activa participacin de los medios de prensa, legales y clandestinos como el

    distribuido bajo la autora de La resistencia entre los vecinos- que frente a lasintervenciones militares se constituyeron en mediadores para difundir lasconvocatorias y propuestas por la ciudad. El papel del diario Ro Negro, cuyopropietario es Rajneri, jugun rol fundamental, no solo por el prestigio de latradicional familia sino porque canalize hizo visible la disconformidad conlas directivas provinciales junto a la emisora radial LU18. La persecucin a laprensa no poda empaar la poltica de apertura electoral que estaba llevando acabo Lanusse.

    General Roca pierde su posibilidad de convertirse en capital provincial ante la

    consolidacin de Viedma como centro administrativo y burocrtico de laprovincia, a lo que debe sumarse la importancia adquirida por Neuqun comoncleo de desarrollo de la regin del Comahue en el proyecto desarrollista.Requeijo apareca como continuador de la poltica desarrollista iniciada por elprimer gobernador electo, hecho que se pone de manifiesto por el estmuloorientado al desarrollo del rea productiva de Viedma y zonas de influencia. Asu vez, un anlisis detallado de los acontecimientos pone de manifiesto lasestratgicas alianzas polticas con los sectores de poder de las ciudades vecinasy la desigual distribucin de recursos de inversin: el acercamiento al grupo delos Mil Millones (representantes de los sectores econmicamente beneficiadoscon la concentracin de las actividades productivas de embalaje y exportacin)y miembros del PPR. Se planteaba necesario para Requeijo, establecer respaldosy crear un partido propio con vistas a la apertura pol tica. La creacin del

    Juzgado N 6 en la ciudad de Cipolletti, el acercamiento del gobernadorRequeijo a los sectores dirigentes de esta ciudad y la pueblada cipolea;

    agudizaron las disputas entre las fracciones de la burguesa altovalletana.Spangaro afirma que la incidencia de la accin de las elites vecinas en lageneracin de ambos conflictos es fundamental (Spangaro, 2009: 35)Ambas ciudades, Cipolletti y Roca, vivieron das agitados. La accin vecinal

    tuvo un papel destacado en la defensa de los intereses comunales y el accionarpopular fue la cristalizacin de las demandas ante la sensacin generalizada de

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    desplazamiento de sus lugares en el Alto Valle23.Vale aclarar que los resultados

    obtenidos por ambas localidades, es semejante; las dos fueron intervenidas y losproyectos no se paralizaron por la labor de los vecinos, aunque las poblacionesinstalaron sus voces en el concierto del silencio nacional. Las similitudes encuanto a sus desenlaces histricos, no se contradicen con lo que las liga en elposterior olvido en el cual se encuentran, pues son pocos los trabajos querecuerdan estos acontecimientos (Favaro-Iuorno et al 2006:93-140)24.

    La pueblada de Cipolletti, remite a una reformulacin del bloque de poder enla provincia; pasible de ser reconocido ms allde la movilizacin popular, dela remocin de Salto y de la postergacin en la construccin de la ruta. Lanaturaleza y resultados del fenmeno en General Roca, no marcan diferenciascon su similar de Cipolletti; excepto que en Rajneri se conjugan las adhesionesde los ciudadanos roquenses, en una interaccin que llevel apoyo de entonces

    presidente Alejandro Lanusse.

    Tomando algunos conceptos de Jameson(Jameson, 1997) es posible pensar quesi bien hay comunidades que protestan con luchas callejeras, escraches y hastahechos de vandalismo, no persiguen un cambio radical, ni una lucha abiertacontra el poder instituido; de hecho los problemas y reclamos no se dirigieron-en muchos casos- a la dirigencia nacional. As, en el caso de Cipolletti lapueblada finalizcomo una instancia de reacomodacin del bloque de poder,pues si bien la comuna se manifest, Salto es igualmente removido aunquereemplazado por un hombre de Salto- y si bien la construccin de la ruta fue

    pospuesta, desarrollndose toda la accin bajo la gida de una dictadura. Si lolatente se mostrmediante la coyuntura propiciada por lo expuesto y podradefinirse como una expresin poltica ante la reificada inactividad democrtica,el problema no es con el sistema capitalista, los hechos dan muestras de unaparticipacin por fuera de las reglas, pero sin salirse del orden institu do. Dehecho, que las acciones se desarrollasen en una dictadura no cambimucho dela vida cipollea; quizs ello explique la participacin de la juventud, como es elcaso del hijo de Salto, un referente de la misma y ello no invalida laconnivencia con el gobierno de la Revolucin Argentina. En este sentido, laaccin colectiva no fue preparada con anterioridad al hecho aunque el finltimo era la permanencia de Salto; la necesidad de expresarse y de mantenerserelacionado con el vecino comisionado. Varias pulsiones pudieron conjugarse,complementarse, pero no bajo una tarea consensuada. Mientras que enGeneralRoca, las cosas no parecen diferir demasiado de este hecho, Rajneri que era elabanderado de las luchas por los derechos roquenses fue liberado y protegidopor el General Lanusse. Estas cuestiones permiten desmitificar la idea de unaprimavera de los pueblos, que para algunos historiadoresse abre en 1969 con el

    0L"gares, en trminos productivos, econmicos y pol6ticos, en de.initiva, disputas de poderentre ciudades vecinas, provocadas por la de.inicin espacial asignada en el proyecto

    econmico nacional":Besulta interesante el estudio de las puebladas en el conteto de la protesta en el norte de laPatagonia , ver $avaro%@uorno, et al-!!"

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    Cordobazo y cierra en 1973, con lo acontecido en Malarge y Roca. Si se piensaen esa lnea, los acontecimientos objeto de la propuesta, habran sido un airenuevo, que promova la necesidad de un cambio profundo en la sociedadargentina, cuando en verdad es, si sumamos a Cipolletti- acontecimientosfuncionales y anclados en las lgicas polticas y econmicas del contexto.

    IV.- Consideraciones finales

    Existe una enorme complejidad para definir pueblada, en particular, si la

    derivamos de pueblo. Por que qu es el pueblo? Quizs el pueblo seandistintas clases y fracciones de clases y con diferentes intereses que,posicionados como protagonistas, demandan y tienen un lugar de encuentro: la

    calle. El denominador comn, pareciser la proscripcin de la poltica, la novigencia de las instituciones, la obturacin de lo poltico en el momento en quelas contradicciones y las oscilaciones entre el Estado y el mercado son msevidentes En este orden, no es nuestra intencin realizar una enumeracin delas puebladas que se produjeron en el pas en los aos 60 y 70, muestra de lafragmentacin de la realidad social, antes bien, es definir para entender de loque estamos hablando.

    Identificamos una multiplicidad de dimensiones que en cada una de laspuebladas de la Patagonia y del Alto Valle aparecieron, se entrecruzaron,

    articularon y marcaron sus diferencias respecto del resto de las ocurridas en elpas en la misma poca. El detonante: un hecho, a veces simple, a veces diverso,el cual instalen la superficie los intereses en juego de los dirigentes tanto delcampo de la poltica como del econmico, en el marco de cuestiones mayores,como el tema de la regin Comahue.

    Si atendemos a las diferencias y relacionado a lo que representa la identidadde la pueblada, se observa como elemento subrayable- distintos intereses delos lugares y de los actores que llevaron a cabo la misma. Ello no significa, lainexistencia de otros elementos, como enfrentamientos abiertos con las fuerzasdel orden y la modalidad de expresin que cada pueblada fue adquiriendo al irconstituyndose. Asimismo, no todas tuvieron un referente, un lder, undirigente en las acciones colectivas; en algunoscasos, carecieron de ellos; otrasse conformaron en colectivos. Respecto de la composicin social no respondena un modelo general, participaron clases y fracciones de clase; la importancia yel protagonismo que cada una de ellas adquiri en las acciones colectivassistmicas variaron segn el caso. En relacin la participacin y/oprescindencia de partidos polticos, da cuenta de la heterogeneidad de loshechos: a veces, las diferencias partidarias fueron desencadenantes de los

    mismos, mientras que en otros casos, los partidos permanecieron expectantes ose presentaron como constituyentes de las acciones comunales. Entonces, es

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    posible afirmar que en la diversidad de expresiones y manifestacionestranscurridas en Argentina por esos aos, existe una recortada gama deelementos comunes producto de la heterogeneidad y pluralidad que las define;la cuestin pertinente es: que hubo ms diferencias que similitudes entre las

    puebladas. Y, aunque el clima de poca abra un campo de ebullicin en el cual

    lo latente sala a escena; un rasgo compartido fue el carcter asistmico de lasmismas.

    De lo que no es posible dudar es sobre la riqueza emp rica y analtica da cadacaso, tengan o no rasgos compartidos. Las puebladas no son fenmenosclaramente definidos, dado su carcter pluriclasista y multisectorial, procesosen los cuales la clase obrera no tuvo una posicin privilegiada. A veces se

    tradujeron en conflictos interprovinciales e intrarregionalesporque sus actores

    eran fracciones burguesas de cada localidad y sectores dominantes-dirigentes

    de las mismas, como los de Cipolletti y Roca. Ahora bien, de dnde surgen losactores? Las acciones involucraron a los sectores representativos de cada

    localidad que se encontraron en pugna y compitiendo por conseguirpolticasdel

    Estado argentino e inversiones privadas en sus respectivas jurisdicciones, hechoque generara conflictos en el interior de cada una de las provincias. Losprotagonistas, eran actores - a veces - sin proyectos a largo plazo y connecesidades puntuales; por ello se arremolinaron alrededor de la comuna, deun dirigente, de un problema. Llevaron a cabo una fuerte movilizacin popular

    no sistmica, cuya principal estrategia fue la defensa territorialde sus intereses

    personales, comunales y/o corporativos; las tensiones regionales que

    provocaron llevaron a la intervencin del gobierno nacional.

    En otras palabras, Ro Negro intent revertir una tendencia que favoreca aNeuqun y se visibiliz en la puja por la supremaca del Comahue siemprepresente en los acontecimientos del perodo, asomando las puebladas a la

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