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    Una sociedad en movimiento: una perspectiva antropolgica del desarrollo social1

    Lourdes Arizpe

    En la cuenta larga de los milenios, la de los mayas, los mexicanos somos una sociedad enconstante movimiento; descendemos de migrantes milenarios, aquellos que, cruzandodesde Asia por el estrecho de Bering, formaron las civilizaciones indgenas de tierrasamericanas. En la cuenta corta de los siglos, descendemos tambin de migrantes quevinieron de Europa a buscar fortuna o a sembrar utopas. Y en la cuenta de los das, hoy,los mexicanos han vuelto a tomar su cultura y su fortuna en las manos para transformarsejunto con el nuevo mundo del tercer milenio.

    Como en un vendaval, empez de nuevo la movilidad geogrfica en Mxico a partir delos cincuenta. Entre 1950 y 1990, ms de once millones de mexicanos dejaron sus

    pueblos ancestrales y se trasladaron a otros lugares. A partir de los sesenta, al meneo enla geografa, se aadi el ajetreo en la cultura y en la poltica que ha llevado a quehoy, a fin de siglo, el pluralismo cultural de Mxico se abra al cambio global. De ah quepueda decirse que nos sigue rigiendo el signo original de la ltima poca mesoamericana,elNahui Ollin o Cuarto Movimiento.

    Nahui Ollin

    Si Mesoamrica/Mxico fuera el centro del mundo, Europa sera Oriente y AsiaOccidente. En vista de que el planeta es esfrico, acaso no resulta pretencioso, entonces,pensar el mundo en trminos de Oriente y Occidente? O en trminos de civilizacin y

    barbarie, o de "Occidentales" y los "otros"? Poco a poco la historia ha ido socavando loscentrismos. Ni el hombre es el centro de la "creacin"antropomorfismo, ni la tierra esel centro del sistema solar geocentrismo , ni Occidente es el centro del mundo eurocentrismo , ni el varn es el centro de la sociedad androcentrismo, ni elHomosapiens sapiens es el centro del mundo naturalantropocentrismo.

    Los pobladores autctonos de este continente que hoy se llama Amrica no tuvieronnombre genrico cuando iniciaron su colonizacin de estas tierras, como lo sealaGarca-Brcena, entre los milenios 26 y 12 antes de nuestra era. Cada banda seminmada,cada grupo tnico, con frecuencia se llamaba a s mismo "los hombres verdaderos" como los halach uinic en maya . Igual hicieron los romanos, que tambin llamaron

    "brbaros" que, a parecer se deriva de Berber, los nativos de Marruecosa los no-latinos; igual que los nahuas llamaron a los barbaros en palabras castellanas--chichimeca a los no-nahua. Al parecer, esta divisin entre "nosotros" y "ellos" es uno de

    1Arizpe, Lourdes. 1993. Una Sociedad en Movimiento enAntropologa Breve de Mxico., Arizpe, L.(coord.). Mxico: la Academia de la Investigacin Cientfica y el Centro Regional de InvestigacionesMultidisciplinarias/Unam. Pgs. 373-397. El libro se public en ocasin del Congreso Internacional deCiencias Antropolgicas y Etnolgicas celebrado en la Ciudad de Mxico en julio de 1993. Losantroplogos citados en el texto son otros autores de este mismo libro.

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    los principios cognoscitivos que ha organizado la vida entre los pueblos a lo largo de lahistoria. Oriente y Occidente, norte y sur siempre en base a los puntos cardinales,mientras que en la cosmologa mesoamericana, hay dos direcciones adicionales: arriba yabajo.

    De esta manera, los seres humanos construirnos identidades sobreponiendo en cadapeldao un "nosotros" y un "ellos". Pensemos, por ejemplo, en nosotras las mujeres yellos los varones; pero enseguida en nosotros, varones y mujeres del barrio (calpulli ennahuatl) de La Conchita y ellos los del barrio (calpulli) de Los Alacranes; luego ennosotros los de La Conchita y Los Alacranes del pueblo de Coachochitlan y ellos los delpueblo de Juchipatlan; y luego en nosotros los de estos dos pueblos de Morelos(tlahuicas) y ellos, los chilangos (mexicas) de la ciudad de Mxico; pero luego ennosotros los tlahuicas y chilangos como mexicanos, y ellos, los gringos derivado degreen grows the grass?-- (de Estados Unidos); pero luego en nosotros los mexicanos ygringos, los norteamericanos, y ellos, los europeos. Cada quien escoge su propio nivel deidentidad.

    Una a una, cada identidad va cabiendo en la otra, como estructuras fractales, tal y comola nueva geometra fractal nos ensea que se debe puede mirar el mundo de una maneradistinta. Nunca habamos podido engarzar las identidades, o las escalas local, nacionalregional o continental, porque sobre la base del modelo geomtrico euclidiano nologrbamos hacer coincidir tringulos y conos y esferas. En cambio, cada forma fractalcontiene en ella misma su propia forma pero a diferente escala.

    En suma, la identidad tiene, a la vez, una estructura fractal en el espacio, y una historia enel tiempo. Dicho en otras palabras, la ciencia actual nos ensea que todo conceptodepende del lugar en el espacio en el tiempo en que uno se site. Este es quizs el

    mensaje ms importante que ofrece la antropologa en este fin de milenio. Quin es elque mira, y desde dnde mira? Qu traduccin o qu invencin hace de las culturas quemira? Todo lo cual nos deja, como dira Clifford Geertz, como los polinesios originarios,navegando en alta mar, habiendo desechado viejas rutas nuticas y creenciasconsoladoras, para enfrentarnos solos, con nuestras nuevas tecnologas, a un ignotodestino civilizacional.

    Las culturas trashumantes

    Asentados en el cuerno de la abundancia que forman las sierras Madre en el territoriomexicano, los pobladores prehistricos intercalaron a la riqueza en recursos biticos y

    geomorfolgicos, la riqueza de una muy alta densidad lingstica y cultural. Aparecieronla vida urbana, la esfera del tiempo, la produccin artesanal y los intercambiospermanentes a larga distancia, como lo describi Linda Manzanilla. Se extendieron losimperios, nos dice Eduardo Matos Moctezuma, y las ciudades se hicieron fastuosas. Ashaba nacido Mesoamrica.

    Aquellos primeros aldeanos trashumantes no detuvieron su andar, por cierto, enMesoamrica, sino que muchos siguieron su migracin hacia Centroamrica y ms all,

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    hasta dar con el punto final de aquella migracin en Tierra del Fuego. Crearon en sucamino, frente al reto de la ecologa piramidal de los Andes, las altas culturas queculminaron, entre otras, en el Tiwantinsuyu y, frente a la vorgine de la selva amaznica,las giles comunidades ribereas de esta floresta. Existen, sin embargo, los filamentos decontinuidad con todos estos pueblos, en los genes, en el fenotipo, tal y como lo ha

    sealado Carlos Serrano.

    A pesar de estas continuidades, las fronteras de Mesoamrica, como lo establece PaulKirchoff, crearon efectivamente una rea cultural. A pesar de su notable diversidadcultural, Kirchoff identifico los elementos culturales fundacionales para delimitar estaarea. Hoy en dia, el vocablo Mesoamerica se utiliza para identificar a las culturas de estaregin, al igual que se hace, por ejemplo, para identificar la civilizacin egipcia o lacivilizacin china. Asi, se habla de las civilizaciones y culturas mesoamericanas.

    Ya para el ao 1500, Leopoldo Valias seala que se calcula que haba aproximadamente120 idiomas en el territorio de Mesoamrica y Aridoamrica, a pesar de que se haban

    perdido muchos idiomas porque fueron prohibidos y reprimidos por los espaoles y porla Iglesia. Haba, por tanto, mayor diversidad lingstica que la que existe en laactualidad.

    En Mesoamrica, despus de un largo periodo de florecimiento, de cerca de diez siglos,en las grandes ciudades ceremoniales, sostenidas por pueblos agrcolas, surgieronconflictos. Algunos, internos, tal vez querellas por el excedente de alimentos y por elacceso a los recursos naturales, y otras externas, conflictos de despojo e invasin degrupos tnicos antagnicos. Estos conflictos llevaron a la ruina a esos imperios y a suorganizacin social y poltica regida por las lites teocrticas.

    Los agricultores y artesanos, como olas despus de una crecida violenta, volvieron alremanso de sus comunidades agrarias dispersas. Durante varios siglos de la Colonia ydespus de la Independencia fue registrndose as un movimiento de pndulo, entre laatraccin hacia las ciudades emergentes y el retorno a parajes rurales huyendo deciudades en declive, flujo y reflujo que marca toda la historia de Mesoamrica y deMxico.

    Ese ir y venir entre campo y ciudades cruzaba siempre los linderos invisibles, peroefectivos, que desde la poca colonial haban dividido la repblica de los "espaoles" ycriollos y las repblicas de indios. Vale la pena aclarar, sin embargo, que esta fronterapoltica, que se quera racial, tambin era ambigua. Los tlaxcaltecas, por ejemplo,

    habindose aliado a los espaoles, todava hoy en da declaran que ellos nunca fueron"conquistados" y, por tanto, que no se les aplicaba esa frontera. De hecho, s gozaron deun trato especial por parte de los espaoles y por ello han sido un grupo liminal, es decir,un grupo al margen de la historia de Mxico. La liminalidad, cabe decir, adquierecaractersticas propias como condicin de los grupos humanos.

    Aquella frontera entre lo autctono y lo europeo se marc todava ms en los primerossiglos de la Colonia por la terrible mortandad que las armas y, sobre todo, las epidemias,

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    provocaron en las poblaciones indgenas, y que por su nmero, puede calificarse comouno de los mayores genocidios de la historia del mundo. No hay acuerdo entre losinvestigadores, pero ya hubiera seis Unesco once millones de habitantes indios a lallegada de los espaoles, se sabe que haba cado a un milln su poblacin para el ao1605, cuando se dio una de las ltimas epidemias. Comprense con las estimaciones del

    holocausto judo (seis millones)llevado a cabo deliberadamenteo el genocidio por eltrfico de esclavos de frica (diez millones).

    Poco movimiento geogrfico y poca movilidad social hubo entonces en este encuadrecolonial. La pirmide social, por orden de jerarqua de peninsularesespaoles nacidosen Espaa, criollos descendientes de espaoles pero nacidos en la Nueva Espaa,mestizos personas de raza mixta e indios, se reflejaba territorial y geogrficamente.Cul era el eslabn mnimo, el que forma la primera alianza que puede llegar atransformar toda la estructura social de un pueblo? El amor, claro est. Por eso las rgidasreglas sobre relaciones amorosas entre varones y mujeres en la poca de la Colonia,descritas por Noem Quezada. Los colonizadores espaoles intentaban regular y controlar

    lo que era inevitable, a saber, las relaciones entre mujeres y varones de distintas castas yetnias. Acaso no fueron estas relaciones de amor, en sigilo o en escndalo, efmeras operennes, en constante conflicto con las normas del Estado colonial y con el racismopeninsular y criollo, las que, poco a poco, fueron dando nacimiento a una nueva sociedad,mestiza y mexicana?

    Con la Independencia el dominio poltico de los peninsulares fue sustituido por el de loscriollos, dando lugar al surgimiento de una abigarrada lucha por parte de los mestizos, alo largo del siglo XIX, por romper con aquella intocada estructura piramidal por raza,cultura y urbanismo.

    El movimiento revolucionario

    Se logr romper esta estructura de dominacin cuando se consolid un nuevo campo denegociacin poltica despus de los enfrentamientos armados de la poca de laRevolucin mexicana de 1910-1917. Tras varios siglos de arraigo haban salido de sustierras a combatir los campesinos, los vaqueros, los jornaleros, los obreros y la clasemedia urbana, las soldaderas y los hacendados. Fue un movimiento repentino, la "bola",como decan, que se los llev y que cre un nuevo pas: rompi las fronteras raciales,conserv la independencia y la integridad territorial nacionales, reivindic un pasadoindio y un futuro mestizo, y logr aglutinar a un mosaico de grupos regionales culturales,tnicos, inmigrados, y de clases emergentes, bajo las banderas de nacionalidad, justicia

    social, educacin y democracia. Una vez consolidado y negociado en silencio con loscaciques regionales, los Estados Unidos y la Iglesia el nuevo rgimen, los remolinosde gente se fueron a sus casas, otra vez en los parajes del campo.

    Con excepcin de la nueva clase poltica, proveniente de distintas partes del pas, enespecial del norte, que se qued a vivir en la ciudad de Mxico, y... repiti la historia. ElAnhuac-Tenochtitlan se traslad a travs del espejo del tiempo para resurgir en el vallede Mxico-Distrito Federal con toda la ambivalencia de un centralismo que habra de

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    concentrar recursos financieros y humanos en esa ciudad en los siguientes seis decenios,hasta convertirla en la ciudad ms influyente y rica del pas.

    Por su parte, los revolucionaros seguidores de Emiliano Zapata, tanto mestizos comoindgenas, regresaron a sus milpas, tal y como lo describe Hctor Tejera y, a partir de la

    reforma agraria, de hecho reinstauraron el sistema corporativo y comunal de vidaeconmica y cultural que se haba visto afectado por la concentracin de tierras en manosde los hacendados y la Iglesia hasta el siglo anterior. El reparto de tierras y la apertura denuevas tierras al cultivo propiciaron un milagro agrcola cuyos alimentos baratos yexcedentes financieros fueron utilizados para desarrollar la ciudad de Mxico y suindustria. Las mejores condiciones de su produccin, de alimentacin y las nuevascampaas de salud que acompaaban a la educacin rural, propiciaron tambin unmilagro poblacional, que hizo descender la mortalidad, en especial la infantil, que bajde 132.0 en 1950 a 53.1 en 1980.2Sin embargo, al bajar la mortalidad pero mantenerse almismo nivel la fecundidad, como sucedi, creci a un ritmo notable la poblacin del pas,segn puede verse en el cuadro 1.

    Cuadro 1. Tasas de crecimiento intercensales, 1910-1980

    AoTasa

    1921-0,50

    19301.78

    19401.77

    19502.69

    19603.08

    19703.40

    19803.21

    Fuente: Conapo, 1988: 62

    Al sobrevivir mayor nmero de hijos, empezaron a darse nuevos procesos en lascomunidades agrarias. Por una parte, en las regiones en que la reforma agraria habaentregado parcelas de menos de cinco hectreas, stas empezaron a subdividirse en cadageneracin, lo que dio lugar al minifundio. Y esta presin sobre la tierra impuls en

    algunas regiones la demanda de que se siguiera el reparto de tierras de los latifundiossimulados, lo que se lleg a convertir en la "batalla del campo" en los sesenta y setenta.Pero haba tambin muchas regiones del centro y del sur de Mxico en las que ya noquedaban tierras buenas que repartir. Adems, en muchas otras, como en la zona mixteca,la chinantla y la mazahua, la deforestacin ha provocado una constante e inatendidaerosin de tierras que las ha perdido para el cultivo. A partir de estas regiones, desde loscincuenta, se inici un xodo rural masivo que prosigui durante las siguientes dcadas.

    Simultneamente, se aceler el cambio cultural. Despus de la Revolucin Mexicana, lasescuelas rurales, las misiones culturales y la ampliacin cada vez mayor del sistemaeducativo llevaron la alfabetizacin y la educacin a las comunidades rurales. Pero la

    educacin que impartan siempre ha tenido un sesgo hacia lo urbano; de hecho, exalta lourbano y denigra lo rural, lo campesino, lo indgena. Cmo no esperar, entonces, que esetipo de educacin no fuera a aadir una razn ms para escapar de las comunidadesrurales? Y cmo no esperarlo si el "xito" econmico y cultural empez a depender decontar con los antecedentes escolares para tener acceso a empleos nuevos y mejorremunerados? En particular, las comunidades indgenas fueron las ms afectadas por una

    2Consejo Nacional de Poblacin, Mxico demogrfico: Breviario 1988. Mxico, D.F., Conapo, 1988:62

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    poltica de integracin cultural, que estimulaba la transculturacin. Ambos factores, portanto, fomentaron tambin la emigracin rural.

    La migracin rural-urbana

    A partir de los cuarenta, Mxico ampli su planta industrial, con la demanda de productosmanufacturados por parte de Estados Unidos provocada por la segunda guerra mundial. Ylos nuevos empleos creados en la ciudad de Mxico, donde empezaron a concentrarse elcapital financiero, la planta productiva y los mercados, se convirtieron en el factor deatraccin para los jvenes. Empezaron a llegar, tal como lo describe Guillermo De laPea, primero de las ciudades medias y despus de las comunidades campesinas. Ya para1950 el 12.9 por ciento de la poblacin mexicana viva en un estado diferente de aquel enel que haba nacido. La mayor parte de los migrantes, 1.14 millones, provenan de losestados circundantes de la ciudad de Mxico, aunque 1.021 millones llegaron de losestados del centro-occidente de Mxico, sobre todo de Michoacn y Jalisco.

    Fueron las comunidades campesinas e indgenas las que aportaron la mano de obra joveny los alimentos baratos para lanzar el despegue industrial de Mxico, y en especial lasmujeres jvenes que siempre han sido mayora en las corrientes migratorias hacia lasciudades. Estos jvenes que fueron criados, alimentados, atendidos y educados por lascomunidades rurales, cuyo papel describe Hctor Tejera, fueron quienes de esa formasubsidiaron la formacin de la planta de obreros y obreras de la industria de la ciudad deMxico y posteriormente de otras ciudades.

    Desde mediados de los cincuenta las polticas agrcolas y fiscales tambin extrajeronrecursos financieros de las comunidades agrarias para favorecer el crecimiento urbano. Elmercado propici que aumentaran relativamente ms rpido los precios de lasmanufacturas que los de los productos agrcolas sobre todo el maz, cuyo ascenso en

    precio fue detenido por los gobiernos para subsidiar a las industrias urbanas. El aumentodel precio del maz, por tanto, quedo detenido de 1957 a 1973, mientras todo lo demscostaba ms. Resultado: de tanto subsidiar a las ciudades, la pequea produccin agrcolafamiliar quebr.

    Sus estrategias para tratar de seguir sobreviviendo fueron varias. Ya para fines de lossesenta esta migracin se alimentaba por factores de expulsin y de crecimientodemogrfico. En esta segunda ola de migracin, fueron las familias rurales ms pobreslas que comenzaron a migrar de estados tales como Tlaxcala, Oaxaca y Chiapas. O seaque, a partir de los setenta, la migracin rural hacia las ciudades en Mxico se convirtien una migracin masiva entre los campesinos y los indgenas.

    Ante el constante dficit en su presupuesto, las familias campesinas minifundistasempezaron a seguir una estrategia de migracin por relevos.3Primero migraba el padre;luego la hija mayor o, en algunos casos el hijo mayor; cuando stos se casaban, migrabala hija o hijo segundo y as sucesivamente. De esta manera lograba la familia que en todomomento hubiera uno o dos migrantes que les estuvieran enviando remesas.

    3Ver Arizpe, Lourdes. 1977. La Migracion por relevos en Cuadernos del CES. Mexico: El Colegio deMexico.

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    Lo interesante de todo este movimiento es que las familias indgenas y campesinas, porsu tradicin cultural, siguieron estrategias corporativas para migrar. Los primerospaisanos de la comunidad que lograban asentarse en la ciudad traan a las chavas ochavos de sus familias; les mandaban tambin a la sobrina, al primo, al entenado, a quien

    fuera compadre a la ciudad. Hasta haba, en el caso de algunas comunidades, uno al quellamaban "correo". Este seor viajaba los domingos temprano desde su comunidad y sequedaba todo el da en la terminal de autobuses esperando que le dieran recados, dinero yhasta ropa sucia, que llevaba de regreso a las familias en el pueblo. De paso llevaba todaslas noticias sobre cmo se estaban portando todos en la ciudad.

    Todo este movimiento empez a crear una vida urbana en Mxico muy distinta de la quese viva anteriormente. El mercado de trabajo urbano se transform, absorbiendo amigrantes, tal como lo describe Guillermo De la Pea, para ampliar una cultura popular yobrera con nuevas formas de vida, como las que seala Patricia Torres. La organizacinsocial tambin se transform, como indica Mercedes Gonzlez de la Rocha, con una

    nueva combinacin de familias nucleares y extensas y con nuevas estrategias desobrevivencia, a travs de una nueva participacin econmica y social de las mujeres.

    Las Mujeres en Movimiento

    En los aos sesenta se inici un cambio profundo en la participacin de las mujeres, tantoen otros pases como en Mxico, donde se refleja con caractersticas propias. Puedeconstatarse, primero, que la migracin rural-urbana dio libertad de movimientogeogrfico a las mujeres; segundo, que la pldora anticonceptiva y la nueva visin de queya no es necesario tener tantos hijos, les otorgaron libertad para no estar sujetas a supapel biolgico; tercero, que el feminismo hizo explcitos sus antiguos y nuevos deseos

    para ampliar el rango de accin de sus vidas hacia el trabajo remunerado, el logroeducativo, la realizacin personal y la participacin poltica; cuarto, que la expansin delos mercados de trabajo y los sistemas educativos en una sociedad urbano-industrial lesha permitido abrirse horizontes de conocimiento y de autonoma econmica personal sinprecedente.

    Se ha concebido la emancipacin de las mujeres, con razn, como el ltimo granmovimiento social del siglo XX. Otros nos deparar el nuevo siglo, pero el movimientode las mujeres, la revolucin ms larga, como ha sido llamada, no tiene ya regreso y s,en cambio, un nuevo milenio para prosperar.

    Empecemos con las mujeres de raz, las mujeres campesinas e indgenas. Pilares de launidad familiar de produccin agropecuaria, su participacin productiva directa eindirecta fue la que en Mxico ayud a propiciar el milagro agrcola, y su infatigablelabor familiar permiti las formas de migracin que han transformado al campo y a laciudad. En algunas regiones la migracin de sus esposos e hijos las ha dejado a la cabezade la parcela o el rancho, teniendo que hacer frente a la discriminacin que sufren en elacceso a crditos, asesoras tcnicas y la compra de insumos agrcolas de alta tecnologa.Lo que es bien sabido es que, mientras la madre viva en la casa en la comunidad, todos

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    pueden regresar a ella en cualquier momento; cuando migra la madre, empero,desaparece sin remedio ese hogar de la comunidad.

    Han sido las hijas de estas mujeres, las generaciones que crecieron en los sesenta, las quehan tejido las redes sociales que han mantenido cohesionada a la sociedad mexicana a

    travs de tantos cambios. Salieron primero al trabajo asalariado en la agriculturacomercial, a la pizca del algodn, del jitomate, de la fresa; salieron primero solas y, en losochenta, con su esposo y sus hijos; hoy hay un verdadero ejrcito de jornaleras, quesufren, de hecho, las peores condiciones de vida en el pas. Despus de la primera etapacomo trabajadoras agrcolas, las mujeres campesinas entraron al trabajo asalariado en laagroindustria, procesando esos jitomates, esas fresas, para su envo y exportacin. En latercera etapa, de los sesenta a los noventa muchas de ellas migraron hacia la frontera conEstados Unidos, a trabajar en las maquiladoras, las plantas temporales de ensamble deropa y aparatos elctricos y electrnicos. Muchas otras se quedaron en sus comunidades yhoy realizan estas tareas subcontratadas, principalmente de tejido o cosido en sus propioshogares.

    Las mujeres que migraron hacia las ciudades, como ya se ha dicho, se emplearon en eltrabajo domstico y unas cuantas se emplearon en la manufactura, aunque tambin seemplearon predominantemente en el sector de servicios y en actividades de subempleo.Destacan en estas ltimas las mujeres indgenas, acostumbradas a la libertad de accinque ofrece el comercio por cuenta propia y que son conocidas como las "Maras" de laciudad de Mxico.

    En todos estos empleos, el salario y las condiciones laborales son variados y en sumayora inadecuados, pero s le han permitido a miles de mujeres desenvolverse yadquirir mayor autonoma y mayor conciencia acerca de sus posibilidades de vida. Un

    grave problema es que esta nueva participacin de las mujeres en el trabajo remuneradoha venido a agregar una triple jornadaa sus responsabilidades familiares y domsticas.Poco a poco, las costumbres han empezado a cambiar para lograr que los hombrescompartan ms tanto las labores de cuidado de los hijos y las personas mayores como eltrabajo domstico. As como ha sucedido en muchos otros pases, se est modificando ladivisin del trabajo tradicional por gnero dentro de los hogares.

    La nueva conciencia, impulsada por el feminismo, ha conducido a una mayorparticipacin de las mujeres en los movimientos populares urbanos, de los cuales sonlderes, en los movimientos campesinos e indgenas y en los partidos polticos. Hagenerado esta nueva participacin complejos debates acerca de la relacin y priorizacin

    entre demandas feministas y demandas polticas generales; acerca de las formas decomportamiento distinto de gnero, por ejemplo que las mujeres tienden menos a lacorrupcin, son ms suaves al ejercer el poder, pero ms rgidas en la toma de decisiones,ms sensibles pero ms impulsivas en sus acciones.

    En fin, esta nueva presencia de las mujeres, en la academia, en la administracin pblica,en la poltica, en los medios masivos de comunicacin, en el arte, lleva a preguntasprimordiales en cuanto a la naturaleza de la sociedad. En los setenta se pensaba que

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    varones y mujeres eran iguales y se exiga entonces una igualdad absoluta; en los noventase sabe que mujeres y varones tienen predisposiciones diferentes, en vista de lo cual, yano se trata de encajar a las mujeres en los encuadres polticos y culturales de los varones,sino de cambiar esos encuadres bsicos de la sociedad propiciando una participacinequilibrada y ms armoniosa de ambos gneros. Olvidndonos un momento de la

    complejidad de estas relaciones, recordemos que la intencin final es inobjetable: esto es,elevar el nivel de bienestar posible de toda una sociedad.

    El movimiento indgena

    Al final de los sesenta, cuando las mujeres campesinas e indgenas se dirigan a lasciudades, impulsadas por la crisis de los minifundios, empez a hacerse ms lenta lacreacin de empleos en las ciudades. Cada vez ms, los migrantes tuvieron quepermanecer en el sector informal como albailes, vendedores en los mercados ymacheteros en La Merced o dedicarse al comercio ambulante como las famosas"Maras"4.

    Los habitantes de las ciudades, que pensaban que los indios pertenecan a un pasadoremoto, empezaron a sorprenderse de ver indgenas en las calles de su ciudad. Ataviadoscon sus vistosos trajes, hablando sus idiomas milenarios, vinieron a recordarle al Estadomexicano que nuestro pas es pluricultural. Este reencuentro histrico se vio fortalecidopor la revitalizacin de las organizaciones indgenas que exigieron una nueva poltica dedesarrollo dirigida a sus pueblos.

    En 1975 se realiz, por vez primera en la historia de Mxico, el Primer CongresoNacional de Indgenas, en Ptzcuaro, Michoacn. Esa conferencia fue el detonador deuna nueva conciencia acerca de los indgenas en Mxico y el inicio de un nuevo debate

    sobre el pluralismo cultural y del derecho a la salvaguardia de las lenguas y las culturasindgenas5.

    Cambi entonces el vocabulario del debate. Hay un trmino que tambin debe serimpugnado. Los libros de historia dicen que a Mesoamrica llegaron los espaoles... Losespaoles? De hecho, nuestros amigos peninsulares nos dicen que en la actualidad hay unEstado espaol, conformado por regiones autnomas como la catalana, la vasca, lagallega y otras. De nuevo, los reflejos del "nosotros" y "ellos". Coln introdujo laambigedad histrica con los trminos de "las Indias" y "los indios" debido a un error denavegacin. Es interesante observar que l mismo provena de una situacion ambiguas deidentidad. Fue Coln genovs, cataln, espaol o portugus? Difcilmente espaol

    puesto que los reyes catlicos apenas haban recientemente intentado consolidar laalianza de Castilla y Aragn. Es un hecho histrico tambin que no se permitio ni a losvascos ni a los catalanes el libre acceso a las Indias. Asimismo, parecer Hernn Cortsperteneca a la antigua Castilla, pero para amansar a sus perennemente amotinados

    4Ver Arizpe, Lourdes 1975/1978. Indigenas en la ciudad: el caso de las Marias. Mexico: Sep-Setentas/ SepOchentas; Arizpe, Lourdes. 1978. Etnicismo y cambio econmico. Mexico: El Colegio deMexico.5Ver Arizpe, Lourdes. 1978. El Reto del Pluralismo Cultural. Mexico: Instituto Nacional Indigenista.

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    soldados castellanos, andaluces y gallegos pidi siempre a Malintzin que hablara de"espaoles". Nosotros los espaoles y ustedes los?

    Indios? En su obsesivo afn de enriquecerse con el oro y regresar a vivir como ricos enEspaa, los invasores destruyeron todo lo que haba a su paso. Solo los frailes, en

    particular Fran Bernardino de Sahagn, se dieron cuenta de la riqueza cultural de lascivilizacones mesoamericanas y lograron salvaguardar algunas de las riquezas. Era de pors demasiado complicado, primero, distinguir los inslitos fonemas mesoamericanos, porejemplo Uitzilopochtli, as que se simplificaba a Huichilobos, o, como apunta LeopoldoValias, distinguir entre un gentilicio como zapoteco o zacateco; un genrico, comootom o chichimeca; o un grupo que nos interpreta, como naarinuquia o tzotzil. Sernindios, y todos. Nace as el trmino de indiocomo categora colonial.

    Entendamos, pues, la insostenible pesadez de estos trminos por su carga poltica yemotiva. En 1992, con el quinto centenario del primer viaje de Cristbal Coln, seanalizaron y vilipendiaron a saciedad estos trminos. A ver, cmo est eso del "des

    cubrimiento" de "Amrica" por "Espaa"? Para empezar, el continente ya estaba aqu,como dijo y argument con contundencia el clebre historiador Edmundo OGorman;luego, en vez de llamarlo "Colombia", por un enredo acadmico le ponen el nombre dequien nunca pis este continente, Americo Vespuccio. Entonces, si no hubiera sido porlas corazonadas de doa Isabel, ni "Espaa" se habra logrado, ni Coln habra lanzadosus velas hacia el occidente.

    ".Peor todava aquello de que los "espaoles" "conquistaron" a los "indios. No repitamosla pregunta de quines eran los "espaoles"; en cambio aadamos que para su empresa,arrojada y hbil sin duda, tuvieron decenas de miles de aliados nativos y aquel insondablemito del retorno de Quetzalcatl del orienteque se apoder de la mente del emperador

    mexica. Para dejar a un lado esta discusin, nada mejor que las palabras que escuch deun lder indgena participante del Primer Congreso Nacional de Indgenas de 1975: "Seconquista a una mujer, con amor. A nosotros, los espaoles no nos conquistaron. Anosotros nos invadieron.

    Lleg a su punto culminante este viraje de percepcin y de poltica cultural que hadescrito Jos del Val, lleg a su punto culminante cuando el derecho a la conservacin dela cultura y la identidad indgenas se incorpor al artculo 4 de la Constitucin Mexicanaen 1992, quinientos aos despus.

    La migracin hacia la frontera norte

    En el decenio de 1970, el destino de los migrantes se fue diversificando. Empezaron adirigirse a otras ciudades, sobre todo a Guadalajara y a Monterrey. Pero ya desde lostreinta haba importantes flujos de migrantes mexicanos hacia Estados Unidos, a travsdel Programa de Braceros y posteriormente como indocumentados. Muchos se quedaronen la frontera, donde la instalacin de maquiladoras empez a ofrecer abundantesoportunidades de empleo. En Baja California, por ejemplo, la poblacin aument de 550

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    mil habitantes en 1950 a 1,177,900 en 19806, el 63.4 por ciento de estos ltimos habannacido en otros estados de la repblica.7

    Ocurri, sin embargo, que las maquiladoras despus de un perodo de emplear varones,comenzaron a preferir emplear a mujeres por lo que aument la migracin femenina

    hacia las ciudades situadas en la frontera. Algunos estudios mostraron que la razn deesta preferencia es que los empleadores consideran que las mujeres tiene mayor destrezamanual, son ms dciles, no se sindicalizan y, al casarse o embarazarse, generalmente seretiran del trabajo o las despiden. Esto permite una renovacin constante de la planta detrabadores, ahorrndose costos de promocin, maternidad, antigedad y jubilacin. Estafeminizacin de la migracin a la frontera se refleja en que el ndice de masculinidad paramigrantes en 1940 era de 1.17, mientras que en 1960 baj a 1.00 y en 1980 a 0.93. 8

    Predominan migrantes de Jalisco, Michoacn, Nayarit, y tambin de Sinaloa, Zacatecas yDurango. Ya en los ochenta venan tambin de los estados del centro y del sur. Y cadavez ms se incorporaron a este flujo indgenas de los estados del sur, en especial mixtecos

    y zapotecos de Oaxaca que han establecido claras rutas sociales entre sus comunidades ylos lugares de destino de los migrantes en Estados Unidos. Cabe aclarar, sin embargo,que a lo largo de la frontera norte ya existan innumerables pueblos indgenas como, porejemplo, los pima y los cucap que tradicionalmente cruzan con frecuencia la frontera.

    Se ha calculado que desde los ochenta, hasta el 80 por ciento del ingreso de los hogaresen la Mixteca de Oaxaca proviene de los migrantes, tanto de los que viven en lasciudades de Mxico como en las de Estados Unidos. Nuevamente se ha creado una red deintercambios entre las comunidades de las que vienen los migrantes y sus lugares detrabajo en ese vecino pas. Y esta nervadura econmica y social, con raz en millones demexicanos en Estados Unidos, est cambiando la percepcin de la frontera geogrfica y

    cultural del pas.Para empezar, ha fomentado la creacin de nuevas formas de expresin cultural. En estelado de la frontera, entre otros, surgieron los "cholos", grupos de jvenes de la zonafronteriza que buscan destacarse por su forma de vestir, de hablar, de arreglar susautomviles, de bailar. A travs del lenguaje corporal y de vestimenta, los cholos envanel mensaje de que pertenecen a un grupo, y que se deslindan de otros grupos sociales.Otra vez el "nosotros" y "ellos". Cualquier banda de jvenes urbanos hace lo mismo, perolos cholos pueden seleccionar entre un repertorio doble de signos culturales, el mexicanoy el norteamericano, en especial el del suroeste de Estados Unidos. A menudo escogenrasgos de unos y otros para significar que rechazan la inclusin/exclusin que les impone

    la frontera poltica y que, por el contrario, se declaran dueos de un espacio social propio,recortado por mano propia del mapa de smbolos que los rodea.

    6Ana Mara Chvez Galindo,Migracin, fecundidad y anticoncepcin en Baja California, Mxico, D.F.,UNAM, 1987.7James Pick et al., Determinantes socioeconmicos de migracin en Mxico, inEstudios Demogrficos yUrbanos,1989, No. 13: 61-102.8Chvez, op. cit.:37.

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    El movimiento chichano

    Hoy en da en Estado Unidos se encuentran al menos tres grupos distintos de mexicanos:los primeros son los orgullosos y oriundos mexicano-norteamericanos cuya genealogaparte de varios siglos atrs. Sus familias descienden de las familias novohispanas que

    colonizaron California, Arizona, Nuevo Mxico y Texas antes de que llegaran losnorteamericanos. En la primera mitad del siglo pasado, muchos refugiados de las luchasarmadas de la Revolucin de 1910-1917 tambin emigraron a esos estados de la UninAmericana. Posteriormente se les unieron los trabajadores migrantes del Programa deBraceros, que llev sobre todo a gente de Jalisco, Michoacn y estados aledaos.

    Estos migrantes llevaron consigo la rica y turbulenta efervescencia cultural de los aospos-revolucionarios y que crearon el auge del arte, el muralismo, de la msica y del cinemexicanos, y la bsqueda de una identidad cultural a travs del mexicanismo, delaztequismo y de la cultura de los charros. Estos sistemas culturales simblicos,transmitidos por los migrantes mexicanos a sus hijos nacidos en Estados Unidos, que ya

    no eran jornaleros sino ahora forman parte de la clase trabajadora y de la clase media,dieron como fruto la iconografa del arte chicano; y la mezcla con la cultura popular delos "anglos" dio lugar a un nuevo lenguaje combativo y propio que se expresa en novela,cine y frmulas lingsticas. Este es el segundo grupo que surgi de la migracinmexicana a Estados Unidos.

    Y el tercer grupo representa la tercera y cuarta generacin de migrantes mexicanos,muchos de los cuales ya han asistido a universidades y que, hoy en da, se identificancomo parte de los "hispanos" o latinos en Estados Unidos . Este grupo comparte los lazosafectivos con su ascendencia mexicana o latinoamericana y los ideales del trabajo, laeducacin y la democracia anglonorteamericanas. Su deseo de estar cerca de la cultura

    mexicana y latina es genuino pero respetando las diferencias; su incorporacin a la vidapoltica norteamericana es consciente y afirmativa.

    Por estos procesos acabar avasallando la cultura mexicana a la norteamericana, comoteme Samuel Huntington? Con el mismo simplismo de percepcin, se teme que la culturaanglo-norteamericana acabe arrasando con la cultura mexicana. Ni lo uno ni lo otro.

    Recordemos que la tendencia a hablar de "nuestra" cultura se basa en una percepcin queescoge aquellos rasgos que pensamos que identifican a nuestro grupo frente a otro; peroque siempre hay una continuidad de rasgos culturales que vinculan a un grupo con otro.Los que se sitan en esa rea de frontera, la que se llama "liminal'', son los que tienen en

    sus manos la definicin futura de las tendencias culturales en esos lugares liminales. Yacaso no es Mxico una nacin de culturas liminales, es decir, nacidas en respuesta aotras culturas?

    Finalmente, en el ltimo decenio del siglo XX, Mxico se encuentra abierto a un nuevomovimiento migratorio, esta vez por su frontera sur.

    La migracin en la frontera sur

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    En el sur las sierras Madres se convierten en nudo a partir de la Mixteca, y de ah hastaGuatemala. Esta geografa forma innumerables valles, algunos con cuencos hermticos yladeras inaccesibles que han conservado la mayor diversidad lingstica y cultural desdeMesoamrica hasta nuestros das. La impenetrabilidad haba sido hasta hace poco la

    caracterstica de esta regin que comprende a Oaxaca y Chiapas: tanto por su geografa montaas imponentes y sumideros sin fin, selvas enmaraadas como por la largahistoria de conflicto en sus relaciones intertnicas.

    A pesar de sus antecedentes, hoy la frontera sur de Mxico ha presenciado un granmovimiento. Entre 1970 y 1980 la poblacin indgena de la frontera sur aument de 68mil a casi 135 mil personas. Hoy las fincas cafetaleras del Soconusco ya no reciben a lostzeltales o tzotziles de los Altos de Chiapas que venan a ganar dinero para pagar unamayordoma, sino a los "chapines", indgenas de Guatemala que vienen a trabajar en lasfincas cafetaleras. Esto, en medio de la guerra genocida que el ejrcito guatemaltecodesat contra sus propios conciudadanos hablantes de kanjobal, man chuj, jacalteco,

    tojolobal, quich, kakchiquel y otros. Atrapados en la pinza entre el ejrcito y la guerrilla,este movimiento provoc la entrada a Mxico de ms de 150 mil refugiadosguatemaltecos entre 1978 y 1984.

    Se asentaron en las regiones de Amparo Aguatinta, Cuauhtmoc, las lagunas deMontebello, Ocosingo y Las Margaritas. Para evitar incursiones contra ellos de los"caibiles" del ejrcito guatemalteco, fueron reubicados tiempo despus en los estadosfronterizos de Campeche y Quintana Roo. Los refugiados indgenas tambin entraron porla selva lacandona, lo que llev a una apresurada y miope poltica de colonizacin de lafranja fronteriza, que ha provocado la deforestacin acelerada de la selva sin haber creadoun modo de vida sustentable para los colonos9.

    Por la frontera sur, adems, entraron muchos guatemaltecos, seguidos decentroamericanos, para hacerse un camino hacia "el Norte", hacia la deslumbrantepromesa de empleo en Estados Unidos, a lo largo de los ochenta y los noventa. En efecto,la prolongada guerra civil en El Salvador, las condiciones econmicas desfavorables enHonduras, Nicaragua y Panam, tambin empujaron a los migrantes hacia el norte. Comosi hubiera llegado el punto milenario de retorno de aquella migracin del norte hacia elsur iniciada hace 15 mil aos, hoy se revierte el flujo y se intensifica de sur a norte.

    En los noventa a los migrantes centroamericanos se han unido otros de Colombia, deEcuador, de Per, de Bolivia y de otros pases sudamericanos que buscan cruzar Mexico

    hacia los Estados Unidos. Consecuencia de la crisis de la deuda y de las condicionesinjustas del comercio internacional entre el norte y el sur, es previsible que sigaaumentando esta corriente, puesto que si los capitales no fluyen hacia donde est la gente,la gente seguir fluyendo hacia donde los capitales pueden ofrecerles al menos unasobrevivencia econmica.

    9Ver Arizpe, Lourdes. 1993. Percepciones sociales de la desforestacion: un estudio de la selvalacandona. Mexico: Crim-Unam y Miguel Angel Porrua.

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    Resumiendo lo anterior, en los tres ltimos decenios del siglo XX Mxico ha recibidotoda la gama de migrantes de los principales pases latinoamericanos, desde exiliadospolticos hasta refugiados econmicos y supervivientes de los genocidios militares, cadauno de ellos con una msica y una pericia bajo el brazo. Los exiliados de los setentatrajeron la msica andina, las sambas y las milongas, las canciones de protesta, las teoras

    polticas contestatarias, la febril exigencia de un nuevo reparto de poder. Los refugiadosguatemaltecos trajeron bordadas en su rica indumentaria la memoria de una grancivilizacin maya, y sus complejos antecedentes con Chiapas y los mexicanos.

    La cultura mestiza en movimiento

    De hecho, toda cultura mestiza, por definicin, es lineal en el sentido de que toma rasgosde dos o ms culturas para crear nuevas formas culturales. En el caso de Mxico, lasculturas mestizas unen a dos culturas histricamente antagnicas: la cultura indgena y aespaola y, a su vez, van adquiriendo mil y un rostros.

    En la historia de Mxico y reivindicada como la forma cultural ms extendida del pas, lacultura mestiza se caracteriza por su alta creatividad cultural. Tambien tiene variantesregionales, como, por ejemplo, la cultura jarochade la costa del Golfo, la cual, a travs deuna mezcla de culturas indgenas, europeas y africanas, cre los exuberantes sones, con lagracia de sus bailes y sus dcimas y una forma festiva, el huapango, igualmente nutridopor los ritmos de la msica caribea y la poesa espaol. Floreci tambin una culturayucateca, mezcla de la altivez de la casta divina y el riqusimo sustrato de cultural maya,ofreciendo una literatura, una msica y una danza caracterizada por la deslumbranteblancura tropical. Conocemos bien la cultura tapata, la de los ojos de papel volando, lade la introspeccin de Pedro Pramo que borra la frontera entre la vida y la muerte, la delos espacios sigilosos de iglesias y conventos que acallan las pasiones. Otras culturas

    regionales distintivas se identifican en el Norte, el Istmo de Tehuantepec, el Bajo y lasHuastecas y Chiapas.

    Ms an, otras culturas venidas de Europa y de frica vinieron a sumarse a la riquezacultural mestiza. Los estudios ms recientes han mostrado los importantes aportes, entreotros, de las culturas africanas como las bant, wolof, hausa, ashante. Al igual que losindgenas, lo africanos que llegaron a la Nueva Espaa perdieron sus identidadesdistintivas para subsumirse en los trminos de "negro", "moreno", "africano". Desdeprincipios del siglo XVI dejaron rastros en la fenotipia mexicana en la costa de Veracruzy Tabasco, y en la Costa Chica del Pacfico. Dejaron su huella indeleble en los ritmos ycadencias de la msica jarocha y en las costeas, incluso en sus instrumentos, como la

    marimba; en los labrados de madera de mscaras y figuras; en los misterios de sus ritos ydanzas mgico-mticas.

    Pero hubo otros invitados que trajeron sus regalos a la fiesta cultural mexicana: los anglo-norteamericanos y de otras nacionalidades europeas, y los chinos y los libaneses y tantosotros. Algunos permanecan dentro de sus comunidades culturales y conservaron suscostumbres, algunas de las cuales pasaron a la cultura mexicana. En su mayora fueron

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    migrantes que decidieron voluntariamente venir a radicarse a Mxico, porque les ofrecaalgo que no encontraron en sus lugares de origen.

    Mencionemos tambin a los exiliados. En los cuarentas, Mexico dio asilo poltico acontingentes numerosos de republicanos espaoles, cuyos aportes a la produccin

    artstica, intelectual y acadmica de Mxico son de sobra conocidos. En la antropologahan sido muy distinguidos los maestros Pedro Bosch-Gimpera, Juan Comas, Jos LuisLorenzo, Santiago Genovs y muchos ms. Vinieron despus, en los sesenta y setenta,los exilados brasileos, uruguayos, chilenos y argentinos, en su mayora profesionistas yacadmicos que tambin han ofrecido su trabajo y sus aportes culturales.

    Muchos de estos migrantes se han quedado en Mxico, integrndose a los nuevosremolinos culturales. Se refrenda entonces la posicin de Mxico como pas de lasencrucijadas culturales del este, del oeste, del norte y del sur. Hoy en dia, en la cuentalarga de los milenios, nos encontramos de nuevo en una era de cruces globales.

    El cambio global: el nuevo desafo

    A las tres revoluciones en la historia se aade en este fin de milenio una cuartarevolucin. La revolucin neoltica, con el surgimiento de la agricultura en el ao 10,000a.C, tuvo su contraparte en Mesoamrica varios milenios despus. El surgimiento de lascivilizaciones altamente urbanizadas en Mesoamrica no se ha conceptualizado an comotal, pero, en el caso de Europa, la Revolucin Urbana se comenz a mencionar despusde la Edad Media. A sta le sigui la Revolucin Industrial, relacionada con elcapitalismo como un sistema mecanizado para la produccin de alimentos y bienesmanufacturados con el surgimiento de las megaciudades. La ms reciente es la Transicin

    Demogrfica que se ha extendido de manera dispar a lo largo del siglo XX.La cuarta revolucin, en la cual estamos inmersos, es la de la microelectrnica, labiotecnologa y las telecomunicaciones, pero sujeta a un nuevo contexto planetario queexige un desarrollo sustentable. No podemos seguir agotando los recursos naturales ycargando al planeta de desechos no biodegradables y txicos. No podemos aceptar unmundo en el que los pases ms desarrollados, que representan el 16 por ciento de lapoblacion mundial, consuman la gran mayora de bienes naturales, ahondando lainequidad que produce un abismo entre el norte y el sur y que lleva a ampliar la brechaentre ricos y pobres dentro de un mismo pas, como sucede en Mxico.

    Estos nuevos retos exigen una nueva ciencia, una nueva poltica y un nuevo pacto con el

    mundo natural. La caracterstica de esta nueva era tendr que ser la cooperacin entreagentes sociales y una perspectiva interdisciplinaria para comprender los procesosactuales. Desde ahora ya estamos viendo surgir ante nuestra mirada una nueva tica ynuevas prcticas culturales. La discusin sobre el manejo de los recursos naturales porparte de las comunidades indgenas, presentada por Arturo Argueta, por tanto, estcentrada en prcticas agrcolas milenarias que, sorprendentemente, son hoy en darelevantes y que no estn en el centro de un debate del cual depende el futuro de millonesde campesinos alrededor del mundo.

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    Hoy en da los procesos tecnolgicos y sociales siguen alterando los sistemas geofsicos,qumicos y biolgicos de la tierra, y las interacciones entre ellos. Algunos de estoscambios podran llegar a hacer inhabitable el planeta para los seres humanos, sobre todoporque muchos de estos procesos estn ocurriendo a un ritmo sin precedente en la

    historia. Por ejemplo, a partir de 1950 la demanda de energticos en el mundo secuadruplic; la poblacin mundial se duplic. El conjunto de fenmenos acumulativos ynuevos est dando lugar a procesos que llegarn a afectar a todos los habitantes delplaneta. Por eso se habla de cambio global, el cual requiere las siguientes medidasurgentes:

    1) Evitar el calentamiento del planeta, cuyos efectos provocarn desastres naturales,inundarn los deltas y las costas, y alterarn los patrones de cultivo agrcola endistintas regiones. Siempre ha habido un efecto de invernadero en la tierra, peroesta vez el mayor consumo de combustibles fsiles (petrleo y carbnprincipalmente) produce una cantidad de gases tales como el bixido de carbono,

    el metano y el xido nitroso, entre otros, que ya no son absorbidos en formasuficiente por los bosques y selvas debido a la deforestacin, ni por los ocanos.Estos gases provocan un efecto de invernadero que est haciendo que se calientela atmsfera. Son las actividades industriales de los pases del Norte y de lospases emergentes asi como las actividades pecuarias de los pases del sur las quecausan la mayor parte de estos gases. Esto significa que los pases del norte tienenque cambiar su cultura de consumo para bajar sus niveles de utilizacin deenergticos y de otros recursos naturales, y que los pases del sur tienen quereformular sus planes de desarrollo para que el tipo de industrializacin yurbanizacin que promuevan sea sustentable.

    2)

    Detener el adelgazamiento de la capa de ozono ocurrido sobre la Antrtida y queempieza a ocurrir tambin sobre el rtico. Se debe al uso de losclorofluorocarbonos utilizados en aerosoles, gases de refrigeracin y otros.Cuando se usaban unos cuantos aerosoles y refrigeradores estos gases no hacanningn dao; en cambio, producidos en tal cantidad que han dado la vuelta almundo y son utilizados por millones de personas, estn provocando un dao a lacapa de ozono de la atmsfera. Hay que cobrar conciencia, entonces, de que es laescala de estos consumos lo que est provocando esos efectos biogeoqumicosglobales.

    Los dos fenmenos anteriores, calentamiento del planeta y adelgazamiento de la

    capa de ozono, ocurren en relacin con el sistema biogeoqumico global,pero hayotros efectos preocupantes que tambin ocurren en todo el planeta, tales como laprdida de la biodiversidad, la prdida de tierras laborables por la erosin, ladesertificacin y la acidificacin.

    3) Revertir la prdida de la biodiversidad. Se trata de la extincin de cientos deespecies de plantas y animales, algunas de las cuales ni siquiera llegaron a serclasificadas por la ciencia. Esto se debe, por una parte, al consumo directo

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    comer huevos de tortuga cuando este anfibio est casi en extincin, o venderguacamayas de la selva lacandona para efectos puramente decorativos en bares,restoranes o casas particulares , y al efecto de la escala a la que la poblacincada vez ms numerosa en todo el mundo est adoptando tales patrones deconsumo.

    Por otra parte, existe un problema adicional ocasionado al alterarse la interaccinde los componentes de los ecosistemas. Es decir, se extinguen las especies de laflora y la fauna al destruirse los circuitos de interdependencia y el hbitat en elque viven.

    4) Evitar la prdida de tierras cultivables. Esto se debe, principalmente, a: a) laerosin de la tierras agrcolas por la deforestacin, el monocultivo y la expansinde los asentamientos humanos, principalmente en Amrica Latina, Asia y el surde frica; b) la desertificacin en la regin meridional de frica, y c) laacidificacin de las tierras en Amrica del Norte, incluyendo el noroeste de

    Mxico, y otras regiones del mundo en las que se utilizan fertilizantes y pesticidasen forma inadecuada.

    5) Establecer un equilibrio, especialmente en los pases en vas de desarrollo, entre elcrecimiento demogrfico y el desarrollo. Como ya se seal, se duplic lapoblacin a nivel mundial en los ltimos 40 aos Grfica 110. El crecimientode poblacin desde 1820 ha sido sumamente acelerado en los ltimos dos siglos,al haber bajado la mortalidad en todas las regiones del mundo, y se concentrar enlos pases ms pobres del mundo en el prximo siglo11.

    10B. L. Turner et al., The Earth as Transformed by Human Action, New York, Cambridge UniversityPress, 1990: 43.11Ibid.

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    Grfica 1. Crecimiento de poblacin desde 1820 y proyeccin de poblacin a 2020

    En Mxico, los incrementos y disminuciones de la poblacin pueden verse en lareconstruccin, muy tentativa pero significativa, que se hizo recientemente de la

    poblacin del valle de Mxico el mtico Anhuac, otra vez desde 1150 a. C. hastanuestros das, como puede verse en el cuadro 2. A pesar de que baj la poblacin al caerlos grandes Estados urbanos de la poca clsica, como lo describi Linda Manzanilla, y alhaber sido diezmados los indgenas con la invasin espaola en sus ltimas ciudadesmesoamericanas, como lo describi Eduardo Matos, a partir de 1643-1644 la poblacinse fue recuperando, lentamente primero y aceleradamente despus, hasta llegar a sumximo crecimiento histrico, 5.10 en 1970. En los ltimos veinte aos descendipaulatinamente este crecimiento, pero debido a la estructura de la poblacin, es decir,debido al gran nmero de jvenes en edad reproductiva, se calcula que para el ao 2000la poblacin de Mxico ser de 104.5 millones de personas, y la de la ciudad de Mxicode 35 millones.

    Cuadro 2. Reconstruccin de la poblacin del valle de Mxico, 1150 a. C.-1985 d. C

    Fecha

    Densidad

    (hab/ km2) Poblacin

    Tasa de cambio

    inmediata

    (por ciento /ao)

    1150 B.C. 0.72 5 000650 3.76 25 000 +0.32

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    300 11.28 75 000 +0.31100 21.81 145 000 +0.32100 A.D. 12.03/ 16.54 80 000/110 000 -0.29/0.13650 37.59 250 000 +0.20/0.14950 27.07 180 000 -0.10

    1150 19.55 130 000 -0.161250 26.32 175 000 +0.291519 180.45 1 200 000 +0.771530 150.38 1 000 000 -1.401548 135.34 900 000 -0.661565 52.63 350 000 -4.701580 37.59 250 000 -2.801595 22.56 150 000 -2.401620 11.02 73 300 -2.751643-1644 11.58 77 000 +0.221692 13.23 88 000 +0.28

    1742 22.56 150 000 +1.071787-1794 41.35 275 000 +1.211797-1804 45.11 300 000 +0.871838 61.65 410 000 +0.821856-1857 71.43 475 000 +0.821869-1870 76.69 510 000 +0.591878-1880 91.73 610 000 +1.961889 105.26 700 000 +1.531900 140.90 937 000 +2.651910 179.55 1 194 000 +2.421940 315.79 2 100 000 +1.88

    1970 1 473.23 9 797 000 +5.101980 2 150.38 14 300 000 +3.781985 2 721.81 18 100 000 +4.70Fuente: Turner et al., op. cit.: 33

    En cuanto a la escala global, se calcula que para el ao 2010 habr ocho mil millones depersonas en el mundo, la mayora en pases del sur, en zonas urbanas y, en su mayorparte, atrapadas en un crculo vicioso de pobreza-aumento de poblacin-pobreza.

    Se discute siempre si, al seguir creciendo la poblacin de manera atropellada, podrnproducirse suficientes alimentos y crearse suficientes empleos; si alcanzarn los recursosnaturales, tierras, bosques, selvas, agua, petrleo para satisfacer las necesidades. Yaunque haya especialistas afirmen que las tecnologas podrn sustituir o reciclar todosestos recursos, el hecho es que en una mayora de pases del sur la poblacin siguecreciendo a un ritmo mayor que la economa, y aun si se lograra un reparto msequitativo de los capitales y tecnologas para elevar el nivel de vida, en el mediano plazola pobreza no acabara por desaparecer.

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    Las sociedades del orbe, por tanto, tienen que volver a aprender cmo manejar lautilizacin de los recursos de la naturaleza para que la humanidad pueda seguirperviviendo como especie. Pero es tambin esencial que vuelvan a negociar laconvivencia entre naciones, sociedades y etnias, y a armonizar el crecimiento de la

    poblacin con un crecimiento sustentable de las economas sobre una base de mayorequidad a nivel internacional, para poder seguir perviviendo como seres civilizados.

    El futuro depende de nosotros

    La antropologa ha vuelto la mirada siempre hacia el pasado. Pero en esta poca, quehace vislumbrar percances inslitos para el futuro, hay que mirar hacia adelante, hacia elporvenir.

    Hoy, por ejemplo, en Mxico se puede saber al instante lo que ocurre en China o la India;y no falta mucho para que el viaje en un tren impulsado por la superconductividad de la

    ciudad de Mxico a Tijuana se haga en tres horas!; ni para que se pueda transmitir por laInternet toda la biblioteca del Congreso de Washington a la ciudad de Mxico en tresminutos! Esta nueva instantaneidad de las noticias y la proliferacin de redes decomunicacin y de transporte han empezado ya a cambiar las formas de la cultura enMxico.

    El espejo de la antropologa, que nos devuelve reflejadas las imgenes y losconocimientos de milenios de culturas, nos confronta hoy, como pocas veces antes en lahistoria, ante el reto de reconstruir nuestra forma de vida para lograr subsistir y prosperaren este planeta.

    Milln y medio de aos desde la aparicin de los primeros homnidos;

    doce milenios despus del surgimiento de las culturas sedentarias enMesoamrica/ Amrica rida/ Mxico; a cinco siglos de la invasin europea; a 50 aos de la revolucin industrial y urbana en Mxico;

    Empieza el Tercer Milenio d. C.: la era global del desarrollo sustentable.

    Movimiento e incertidumbre

    En conclusin, el movimiento no tiene por qu sorprendernos: ha sido siempre parteintrnseca de la vida humana y, particularmente, de la vida mexicana. Lo que ocurre es

    que acaba de pasar una poca excepcional de estabilidad y certidumbre en la historia, ydurante algn tiempo habremos de acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre. Perorecordemos que el movimiento el ollin de los nahuas abre oportunidadesinimaginadas cuando se combina con la riqueza cultural y la voluntad de pervivir que hamarcado a las culturas mesoamericanas, a las culturas mestizas y al resto de las culturasdel mundo a lo largo de tantos milenios.

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