apología de sócrates 30c-35d

3
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE FILOSOFÍA PROGRAMA DE FILOSOFÍA PRE-SEMINARIO PLATÓN PRIMER SEMESTRE DE 2012 Prof. Daniel Ribero F. Mónica Rodríguez Espitia 12 de abril de 2012 Las amonestaciones de Sócrates para sus jueces En este fragmento, la intención principal de Sócrates es hacer una amonestación a los atenienses, mostrarles que al condenarlo injustamente se estarán haciendo un gran daño cuando dice: En efecto, a mí no me causarían ningún daño ni Meleto ni Ánito; cierto que tampoco podrían, porque no creo que naturalmente esté permitido que un hombre bueno reciba daño de otro malo. Ciertamente, podría quizá matarlo o desterrarlo o quitarle los derechos ciudadanos. Éste y algún otro creen, quizá, que etas cosas son grandes males; en cambio yo no lo creo así, pero sí creo que es un mal mucho mayor hacer lo que éste hace ahora: intentar condenar a muerte a un hombre injustamente. (Platón, 2011, p.18) Dado que él siempre sostuvo lo siguiente: “[…] ni yo, ni tú, ni ningún otro hombre preferiría cometer injusticia a recibirla, porque es precisamente más dañoso”. (Platón, 2011, p. 338). Hace una segunda advertencia al decir: “no sea que al condenarme cometáis un error respecto a la dádiva del dios para vosotros”. (Platón, 2011, p. 18) Porque él se llama un regalo de Apolo para la ciudad: “Comprenderéis, por lo que sigue, que yo soy precisamente el hombre adecuado para ser ofrecido por el dios a la ciudad” (Platón, 2011, p. 19) Estas son hechas para alertar a los atenienses de acciones que pueden ocurrir sobre ellos, pero no por parte de Sócrates.

Upload: monica-espitia

Post on 14-Dec-2015

216 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Apología de Sócrates 30c-35d Relatoría del preseminario

TRANSCRIPT

Page 1: Apología de Sócrates 30c-35d

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANAFACULTAD DE FILOSOFÍAPROGRAMA DE FILOSOFÍAPRE-SEMINARIO PLATÓNPRIMER SEMESTRE DE 2012Prof. Daniel Ribero F.Mónica Rodríguez Espitia12 de abril de 2012

Las amonestaciones de Sócrates para sus jueces

En este fragmento, la intención principal de Sócrates es hacer una amonestación a los atenienses, mostrarles que al condenarlo injustamente se estarán haciendo un gran daño cuando dice:

En efecto, a mí no me causarían ningún daño ni Meleto ni Ánito; cierto que tampoco podrían, porque no creo que naturalmente esté permitido que un hombre bueno reciba daño de otro malo. Ciertamente, podría quizá matarlo o desterrarlo o quitarle los derechos ciudadanos. Éste y algún otro creen, quizá, que etas cosas son grandes males; en cambio yo no lo creo así, pero sí creo que es un mal mucho mayor hacer lo que éste hace ahora: intentar condenar a muerte a un hombre injustamente. (Platón, 2011, p.18)

Dado que él siempre sostuvo lo siguiente: “[…] ni yo, ni tú, ni ningún otro hombre preferiría cometer injusticia a recibirla, porque es precisamente más dañoso”. (Platón, 2011, p. 338). Hace una segunda advertencia al decir: “no sea que al condenarme cometáis un error respecto a la dádiva del dios para vosotros”. (Platón, 2011, p. 18) Porque él se llama un regalo de Apolo para la ciudad: “Comprenderéis, por lo que sigue, que yo soy precisamente el hombre adecuado para ser ofrecido por el dios a la ciudad” (Platón, 2011, p. 19) Estas son hechas para alertar a los atenienses de acciones que pueden ocurrir sobre ellos, pero no por parte de Sócrates.

¿Por qué Sócrates se empeña en decir esto? Él sabía que era muy probable que lo condenaran desde un principio cuando dice:

»Dicho esto, hay que hacer ya la defensa, atenienses, e intentar arrancar de vosotros en, tan poco tiempo, esa mala opinión que vosotros habéis adquirido durante un tiempo tan largo. Quisiera que esto resultara así, si es mejor para vosotros y para mí, y conseguir algo con mi defensa, pero pienso que es difícil y de ningún modo me pasa inadvertida esta dificultad. (19a) (Platón, 2011, p. 5)

Y también cuando señala:

»Lo que yo decía antes, a saber, que se ha producido gran enemistad hacia mí por parte de muchos, sabed bien que es verdad. Y es esto lo que me va a condenar, si

Page 2: Apología de Sócrates 30c-35d

me condena, no Meleto ni Ánito, sino la calumnia y la envidia de muchos. (Platón, 2011, p. 15).

Está claro que al pronunciar estas amonestaciones, no va a disuadir a los jueces sino a enfurecerlos. Ya que da estas menciones denotan vanidad; se muestra como un ser muy importante respecto de los demás individuos al considerarse algo más allá de lo humano. Así lo dice: “En efecto, no parece humano que yo tenga descuidados todos mis asuntos y que, durante tantos años, soporte que mi bienes familiares estén en abandono [...]” (Platón, 2011, p. 19) Al saber que prácticamente estaba condenado y que no tenía nada que perder -considerando su edad y la proximidad de su muerte-, podía hablar libremente.

A partir de 28a, Sócrates comienza a decir todas las cosas que él quiere que los jueces escuchen: cómo fue realimente su modo de vida, el porqué del mismo y las advertencias. Éstas no tienen una pretensión disuasiva sino anticipativa referente a lo que puede llegar a pasar si llegan a cometen la injusticia al condenarlo.

¿Por qué les advierte a los atenienses acerca de esto? Durante la mayor parte de su vida, Sócrates se dedicó a hacer exámenes para ayudar a la gente a salir de su ignorancia. Por lo tanto, se preocupaba por ellos. Estos avisos son muestras de ello.

“En efecto, voy por todas partes sin hacer otra cosa que intentar persuadiros, a jóvenes y viejos, a no ocuparnos ni de los cuerpos ni de los bienes antes que del alma ni, con tanto afán, a fin de que ésta sea lo mejor posible” (Platón, 2011, p.18) Con esto se hace evidente que él no se preocupaba por nada más que hablar con la gente con este propósito. Por esta razón, vemos en el Banquete, Sócrates se denominándose como “médico del alma” (Platón, 2011, p. 726). Ya que se ocupaba de mantenerla saludable, al no cometer actos injustos y volviéndola cada vez mejor con los exámenes recurrentes que hacía en otros y en sí mismos simultáneamente. Porque al comprobar las opiniones de la mayoría estaría haciendo lo mismo con las propias. Dado que él había sido educado en este medio, había crecido con este tipo de información alrededor.

Bibliografía

Platón. 2011. Apología de Sócrates, Gorgias, Banquete. López de Hoyos (ed). Diálogos I (54, 56). Madrid: Gredos.