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Año LX. Madrid 1.° de Agosto de 1928 Núm. 15. LA FARMACIA ESPAÑOLA REVISTA FARMACÉUTICA QUINCENAL SUMARIO : Sección científica : El análisis electrolítico.—Procedimientos de laboratorio.—Variedades.—For- mulario variado.—Sección profesional : Crónica profesional.—Los armeros de los médicos.—Mi cuarto a espadas.—La Farmacia en el extranjero.—Kú/a corporativa : Unión Farmacéutica Nacional.—Colegios.— Centenario del doctor López Rubio.—La Asamblea de Salamanca.—Legislación y Jurisprudencia: Justa reparación.—El timbre móvil en las especialidades farmacéuticas.—El empleo de botes usados para envase de las conservas.—El registro de especialidades.—Sueltos y noticias. SECCION CIENTIFICA No desdeñes el estudio por difícil ni por In- útil. Cuanto más abetruso, mayor placer en- contrarás en dominarle; del más inútil, sur- ge un copioso manantial de ideas fecundas EL ANALISIS ELECTROLITICO DISCURSO leído por D. Ramón Casamada y Maurí, en la Real Academia de Ciencias en el acto de su recepción, el día 14 de junio de 1928 {Continuación) En los años siguientes, hasta el último decenio del pasado siglo, aparecieron sucesivamente los trabajos y métodos de Harape y May, sobre la determinación del plomo al estado de bióxido; de Wrightson, acerca de la influencia de otros metales presentes en la determinación del cobre; de Lecoq de Boisbaudran, para la determinaGión del galio; de Parodi y Mascazzini, sobre la determinación del zinc y del plomo en presencia del acetato sódico; de Clarke, para la determi- nación del mercurio y del cadmio; de Smith, para el cadmio, uranio, molibdeno, tungsteno, vanadio y cerio; de Beilstein y Jawein, para el zinc y cadmio en cianuros dobles; Fressenius y Bergmann, para el níquel y el cobalto en exceso de amoníaco y sulfato amónico, y para la plata en ácido nítrico : Classen y Reiss, el primero de los cuales ba trabajado tanto en el análisis electrolítico, que ha llegado a fundar en su labo- ratorio de Aachen verdadera escuela con sus co- laboradores, con métodos y aparatos especiales, emplean los oxailatos dobles y señalan métodos para el estaño y el antimonio; Reinhard e Ihle, independientemente de Classen, sobre el empleo del oxalato zíncico potásico; Gibbs, sobre el empleo de cátodo de mercurio y ánodo de pla- tino para la precipitación de los metales en forma de amalgama y la determinación directa de los halógenos con ánodos de plata ; los de Levoir y Klobukow, moviendo el electrólito o los elec- trodos para facilitar la separación, y otros mu- chos, cuyos trabajos, como los mencionados, ten- dían a la elaboración de métodos en todos los cuales se practicaba el análisis electrolítico con éxito, pero de un modo empírico, tratando de hallar primero, experimentalmente, las mejores condiciones para la determinación de los metales aislados, buscando el electrólito de composición más apropiada en las diferentes soluciones, va- riando luego la densidad de la corriente y propo- niendo formas diversas en los aparatos. A esta época del análisis electrolítico corres- ponde un trabajo que, estudiando comparativa- meníe el método electrolítico con otros procedi- mientos gravimetricos, hube de hacer con motivo de mi tesis doctoral, en la Facultad de Ciencias Físico-Químicas (1). La disminución de la intensidad de la corriente a medida que se empobrecía la disolución, por el depósito del metal, retardaba la precipitación, y si para acelerarla se aumentaba la fuerza de (1) En la fecha correspondiente, si bien se habían iniciado ya los trabajos de Nernst y Le Blanc, de que se hace luego mención, las revistas alemanas en que se publicaron no llegaban aún a España y el mejor y último libro de Análisis electrolítico era el de Classen, edición 3.a

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Page 1: Año LX. Madrid 1.° de Agosto de 1928 Núm. 15. LA FARMACIA

Año LX. Madrid 1.° de Agosto de 1928 Núm. 15.

L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A REVISTA FARMACÉUTICA Q U I N C E N A L

S U M A R I O : Sección científica : E l análisis electrolítico.—Procedimientos de laboratorio.—Variedades.—For­mulario variado.—Sección profesional : Crónica profesional.—Los armeros de los médicos.—Mi cuarto a espadas.—La Farmacia en el extranjero.—Kú/a corporativa : Unión Farmacéutica Nacional.—Colegios.— Centenario del doctor López Rubio.—La Asamblea de Salamanca.—Legislación y Jurisprudencia: Justa reparación.—El timbre móvil en las especialidades farmacéuticas.—El empleo de botes usados para envase de las conservas.—El registro de especialidades.—Sueltos y noticias.

S E C C I O N C I E N T I F I C A No d e s d e ñ e s el estudio por difícil n i por In ­úti l . Cuanto m á s abetruso, mayor placer en­c o n t r a r á s en dominarle; del m á s inúti l , sur­ge un copioso manantial de ideas fecundas

EL ANALISIS ELECTROLITICO DISCURSO leído por D. Ramón Casamada y Maurí, en la Real

Academia de Ciencias en el acto de su recepción, el día 14 de junio de 1928

{Continuación) En los años siguientes, hasta el último decenio

del pasado siglo, aparecieron sucesivamente los trabajos y métodos de Harape y May, sobre la determinación del plomo al estado de bióxido; de Wrightson, acerca de la influencia de otros metales presentes en la determinación del cobre; de Lecoq de Boisbaudran, para la determinaGión del galio; de Parodi y Mascazzini, sobre la determinación del zinc y del plomo en presencia del acetato sódico; de Clarke, para la determi­nación del mercurio y del cadmio; de Smith, para el cadmio, uranio, molibdeno, tungsteno, vanadio y cerio; de Beilstein y Jawein, para el zinc y cadmio en cianuros dobles; Fressenius y Bergmann, para el níquel y el cobalto en exceso de amoníaco y sulfato amónico, y para la plata en ácido nítrico : Classen y Reiss, el primero de los cuales ba trabajado tanto en el análisis electrolítico, que ha llegado a fundar en su labo­ratorio de Aachen verdadera escuela con sus co­laboradores, con métodos y aparatos especiales, emplean los oxailatos dobles y señalan métodos para el estaño y el antimonio; Reinhard e Ihle, independientemente de Classen, sobre el empleo del oxalato zíncico potásico; Gibbs, sobre el empleo de cátodo de mercurio y ánodo de pla­tino para la precipitación de los metales en forma

de amalgama y la determinación directa de los halógenos con ánodos de plata ; los de Levoir y Klobukow, moviendo el electrólito o los elec­trodos para facilitar la separación, y otros mu­chos, cuyos trabajos, como los mencionados, ten­dían a la elaboración de métodos en todos los cuales se practicaba el análisis electrolítico con éxito, pero de un modo empírico, tratando de hallar primero, experimentalmente, las mejores condiciones para la determinación de los metales aislados, buscando el electrólito de composición más apropiada en las diferentes soluciones, va­riando luego la densidad de la corriente y propo­niendo formas diversas en los aparatos.

A esta época del análisis electrolítico corres­ponde un trabajo que, estudiando comparativa-meníe el método electrolítico con otros procedi­mientos gravimetricos, hube de hacer con motivo de mi tesis doctoral, en la Facultad de Ciencias Físico-Químicas (1).

La disminución de la intensidad de la corriente a medida que se empobrecía la disolución, por el depósito del metal, retardaba la precipitación, y si para acelerarla se aumentaba la fuerza de

(1) En la fecha correspondiente, si bien se habían iniciado ya los trabajos de Nernst y Le Blanc, de que se hace luego mención, las revistas alemanas en que se publicaron no llegaban aún a España y el mejor y úl t imo l ibro de Análisis electrol í t ico era el de Classen, edición 3.a

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la corriente, no teniendo en cuenta la variación e influencia de la tensión, ocurría muchas veces que los metales se precipitaban con notable des­prendimiento de hidrógeno, quizás con formación de hidruros que ¡luego se descomponen, quedando el depósito en forma esponjosa, poco adherente y, por tanto, no apropiada, y en los casos en que en la disolución existían varios metales, había que vigilar el momento en que se acababa la precipitación de! que se determinaba e interrumpir entonces la corriente para evitar que se precipi­tasen otros, impurificando el depósito e impidien­do así la separación.

El aspecto físico del Análisis electrolítico ad­quirió mayor valor al manifestar Kialini, en 1883, la posibilidad de separar metales por electrolis, caí jleando tensiones que correspondiesen próxi­mamente a los valores termo-químicos, y así llevó a cabo una separación cuantitativa de cobre y plata ; pero sus trabajos tuvieron poca influencia en los métodos analíticos y no se continuaron debido, priincipalmente, según Freudenberg, a la falta de conocimientos teóricos de esta cuestión, y, sobre todo, por no aparecer en ellos claro si para la precipitación de un metal era necesario un mínimum de tensión por encima de la cual tan sólo se verificaba la precipitación regular y continua, o si esta precipitación del metal co­menzaba ya antes bien perceptiblemente, aumen­tando hasta un máximum.

Los trabajos de Van't Hoff sobre la presión osmótica y la analogía de las soluciones con los gases, la teoría de la disociación electrolítica de Arrhenius, le teoría electro-osmótica de Nernst y los trabajos de Le Blanc y Freudenberg con otros posteriores de algunos de ellos y de otros investigadores, dan satisfactoria explicación del mecanismo de la electrólisis y permiten fijar las condiciones de precipitación de los metales y las posibilidades de su separación cuantitativa.

. El principio de la reversibilidad de los fenó­menos físicos y químicos conduce a admitir como tesis general que todos los cuerpos tienen una tendencia a disminuir la concentración del estado en que se encuentran, pasando física o químicamente a otro distinto ; tendencia que para un estado determinado estará en oposición con la tendencia análoga del cuerpo en el nuevo es­tado que haya de tomar para disminuir su con­centración en el primero, verificándose en conse­cuencia el cambio en un sentido o en el otro, es decir, predominando el paso del primer estado al segundo o viceversa, según cuál sea la ten­dencia predominante, hasta llegar a un estado de equilibrio por igualación de las dos tendencias, en que el paso de un estado a otro se verifica

en un tiempo determinado, por igual en los dos sentidos. Esta tendencia en cada estado es pro­porcional a la concentración del cuerpo en él, y varía, además, con la temperatura.

Así, el agua líquida, en las condiciones ordi­narias, tiende a disminuir su concentración, con­virtiéndose en_ vapor, y éste, por el contrario, convirtiéndose en agua líquida ; cambio físico ; y todas las reacciones reversibles con la ley de Guldberg y Waage, que las preside, son ejem­plos de lo mismo en cambio físico.

En el caso del agua citado como ejemplo físico, lo mismo que en los demás cuerpos, es manifestación de esta tendeincia lo que designa­mos con el nombre de tensión de üapor del cuerpo, que, a una temperatura determinada, es igual a la presión soportada a aquella tempera­tura por el vapor, que, hallándose en equilibrio con el cuerpo, decimos que está saturado.

De conformidad con la teoría de Van't Hoff de que las moléculas de los cuerpos en la disolu­ción se comportan como las moléculas en el estado gaseoso, la presión osmótica corresponde a la tensión gaseosa, y, asimismo, a la tensión de vapor corresponde, según Nernst, a cada temperatura una tensión de disolución, tendencia del cuerpo a disolverse, que es igual a la presión osmótica de la disolución, que a la correspon­diente temperatura está en equilibrio con el cuerpo no disuelto ; disolución saturada.

Según la teoría de Arrhenius, los electrolitos se encuentran en la disolución disociados, en cierto grado, en sus iones ; átomos o asociación de átomos con cargas eléctricas opuestas o, según la concepción actual del átomo, con electrones de valencia en exceso o en defecto, respectiva­mente, y estos iones son los que, en disolución, so comportan como las moléculas gaseosas. Los átomos de los cuerpos simples forman : cationes los metales y el hidrógeno, aniones los haló­genos, por ejemplo. Estos tendrán, pues, si­guiendo el principio general sentado, una tensión de disolución electrolítica, según Nernst, llamada presión de disolución electrolítica por Ostwald, análoga a la tensión de disolución ; pero mientras en ésta, aún en el caso de los electrólitos, no se manifiesta fenómeno eléctrico alguno, pues al disolverse y disociarse dan aniones y cationes en cantidades equivalentes, y, por tanto, no se altera el estado eléctrico del cuerpo ni el de la disolu­ción, al ponerse en contacto un cuerpo simple, por ejemplo, un metal con agua, pasando iones positivos a la disolución, ésta quedará cargada positivamente y el metal negativamente, se forma en la superficie del contacio una doble capa eléc­trica, negativa en el metal, positiva en la diso-

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lución, se establece una diferencia de potencial, resultando de ello una atracción electrostática, que se sumará a la presión osmótica de los iones en la solución, para oponerse a la tensión de disolución electrolítica del metal hasta equili­brarla, no formándose, en consecuencia, más iones, o sea, no disolviéndose más metal, y siendo las cantidades de electricidad correspon­dientes a cada ion enormes, según Faraday 96.540 coulombios para cada electrón o carga de ióm-gramo monovalente ; la cantidad que llega a di­solverse escapa a la sensibilidad de los reactivos químicos y es inapreciable en las balanzas sen­sibles de los laboratorios, pero apreciable por el reactivo físico, manifestación eléctrica, e im­portante teóricamente, por cuanto nos permite darnos explicación de los fenómenos y, por tan­to, el potencial engendrado dependerá solo y será igual a lá tensión de disolución electro­lítica.

(Continuará)

procedimientos de laboratorio Comunicación presentada a la JORNADA CIEN­TÍFICA del 25 de marzo de 1928, por el doctor

en Farmacia pERNAND STERNON (Del Journ. de Pharm. de Belgique.—X año,

núm. 23, p. 407) La unificación de los procedimientos de aná­

lisis clínicos y biológicos es una cuestión que responde a un necesidad evidente.

Todos cuantos se ocupan de análisis clínicos se encuentran frecuentemente (cuando están real­mente interesados en su labor) indecisos en la elección de procedimiento, de entre los varios generalmente aconsejados para una misma de­terminación analítica.

Y es que, en realidad, entre los procedimientos que solicitan la atención del químico, hay mu­chos, como veremos oportunamente con algunos ejemplos, que no suministran sino resultados aproximados, y, a veces, hasta erróneos.

Vacilante entre el barullo de las reacciones que se le ofrecen, frecuentemente el práctico no sabe qué procedimiento debe elegir para obtener resultados suficientemente exactos, y que sea, a la vez, procedimiento sencillo y rápido.

C Qué razones le dictan la elección ? Lo más frecuente es que sea la costumbre,

buena o mala, adoptada en el laboratorio, la que decida.

Otras veces, también influencia al químico para la elección, el material de que dispone,

Y frecuentemente también, es el azar el que le hace elegir un procedimiento de preferencia a los demás.

Resulta de esta anarquía en la labor analítica una imposibilidad absoluta de comparar y cri­ticar los resultados hallados en los distintos labo­ratorios, y, además, y esto es más grave toda­vía, una falta de uniformidad en ellos, que puede entrañar a veces, para el clínico, errores de interpretación 1 amcníablcs.

I El analista está deseoso de conseguir el per­feccionamiento de sus técnicas ? No puede siem­pre alcanzarle, porque no siempre puede leer y asimilar toda la literatura referente a cada cuestión.

Por esto mismo se escapan muchos cosas a la atención más vigilante.

Para poder, por otra parte, profundizar, con­trastar y experimentar algunos procedimientos nuevos susceptibles de interesar al investigador, es preciso disponer siempre de mucho tiempo. Y el hombre de laboratorio no tiene ordinaria­mente nada de sobra.

Por último, las modificaciones de un procedi­miento, que transforman frecuentemente las téc­nicas clásicas o necesitan dispositivos frecuente­mente costosos, porque son especiales, retraen casi siempre a los prácticos mejor dispuestos.

Todas estas diversas razones abogan en favor de la unificación de los procedimientos de análisis de los productos biológicos, y, sin embargo, al contrario de lo ocurrido en el análisis de subs­tancias alimenticias, codificado en Francia, en Suiza, en Italia, etc., esta unificación no ha sido adoptada, creo yo, por ningún país.

Hay que buscar, sin duda, la razón de esta falta en la dificultad de elegir acertadamente entre los numerosos procedimientos preconizados en los últimqs años para los análisis biológicos.

Entre estos procedimientos nuevos, los micro-químicos y semi-microquímicos han adquirido importante boga, que conviene no desestimar. Sólo que, la mayor parte de estos procedimientos, exigen frecuentemente una técnica y un instrru-mental muy delicados, y no han disminuido sen­siblemente—aj menos en lo que concierne a la orina—el valor de los procedimientos macroscó­picos corrientes.

Tomemos, por consiguiente, a título de demos­tración, el -análisis de la orina : es el que se practica más frecuentemente y aquel cuya téc­nica está más precisada y mejor estudiada.

Entre los numerosos procedimientos preconi­zados para este análisis hay que distinguir : 1.0, los procedimientos llamados clínicos, y 2.°, los procedimientos exactos. No es que los primeros

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no deban ser exactos ; sino que deben caracte­rizarse por una ejecución sencilla y rápida, y basta que ofrezcan una aproximación suficiente para las necesidades de la clínuica.

Elijamos el caso de la investigación de la ALBÚMINA.

Cuando se recibe una orina para la investi­gación de la albúmina, es generalmente al pro­cedimiento de precipitación por el calor al que se recurre para descubrir este elemento.

Se sabe que las causas de error debidas a la reacción de HELLER—^formación de un anillo cempacto de albúmina en la zona de separación de la orina y del ácido nítrico puro—son ¡nume­rosas, y dimanan, bien de un exceso de ácido úrico o de urea, bien de la presencia de medi­camentos resinosos disueltos en la orina, o bien, por último, en las orinas de mujer, de pseudo-mucina procedente del mucus vaginal.

Los diversos reactivos de los albuminoides precipitan, lo más frecuentemente, con la albú­mina propiamente dicha, los alacaloides y otros productos como las ieucomaínas, y, por esto, esas reacciones de precipitación, aunque muy sensibles, no dan siempre, por sí solas, resul­tados exactos.

El procedimiento por el calor queda, pues, como el de elección; el más fiel. Con todo, cuando se trata de orinas muy pobres en clo­ruros, la albúmina no se coagula por el calor. Conviene, por consiguiente, en este caso, añadir gota a gota cloruro sódico.

GRIMBERT, después de saturación del medio por el sulfato sódico puro, obtenía la precipi­tación en presencia del ácido acético al décimo. Pero, por este medio, las albúminas solubles en el ácido acético podían escapar al examen. Y , para evitarlo, se aconseja acidificar con algunas gotas de ácido nítrico.

Cuando se opera sobre orinas turbias en* las que ha de investigarse vestigios de albúmina, la filtración repetida no produce generalmente más que una clarificación insuficiente del líquido.

Se ha recomendado, para facilitar esta ope­ración, desleir en la orina un poco de polvo inerte : talco, magnesia o kaolín lavado, antes de la filtración. Es preciso tener en cuenta, para esto, que en las orinas débilmente albuminosas y fuertemente ácidas o ibásicas, el polvo inerte puede fijar, más o menos completamente, la albúmina. Es preferible, en este caso, utilizar la acción oxidante de una solución al dos por ciento de permanganato potásico. En presencia de algunas gotas de solución de peróxido de

hidrógeno, el óxido de manganeso se separa, y se obtiene una clarificación suficiente del lí­quido.

Operando entonces en caliente la precipita­ción de la albúmina, se examina, por compa­ración con un testigo, mirando el tubo én la dirección de su eje, y se pueden descubrir ves­tigios de materias albuminoideas.

Si se trata de determinación cuantitativa de esta substancia, se obtienen resultados poco pre­cisos y frecuentemente erróneos por el uso del albuminómetro de EsBACH. Es este un proce­dimiento clínico de determinación cuantitativa que expone a errores a veces formidables—hasta del 40 por 100—, debidos a la precipitación, con las albúminas, de las peptonas y materias alcaloídicas. La densidad del precipitado obte­nido es, además, variable con la temperatura a que se hace la experiencia.

El procedimiento de determinación cuantita­tiva, según TANRET, no es tampoco sino aproxi­mado. Como hemos visto anteriormente, pre­cipita todas las albúminas incluso las albumosas, peptonas verdaderas y alcaloides, y <]a, por esto, resultados siempre excesivos.

El úúnico procedimiento rigurosamente exacto es el de pesada, después de cocción y dese­cación a 100°.

Un exceso o un defecto de ácido falsea el resultado, y es, por consiguiente, muy difícil precipitar la cantidad necesaria para coagular toda la albúmina.

No se puede obtener, además, por expe­riencia, más de 100 a 500 miligramos de al­búmina.

Los errores, en fin, procedentes de un defi­ciente lavado o de una insuficiente desecación del filtro, deben ser evitados también.

Si se opero con una proporción muy reducida de albúmina, estos posibles errores hacen mucho más aleatorio el procedimiento por pesada.

Conviene entonces elegir la valoración opra-cimétrica, que es, además—dicho sea de pa­sada-—, el de elcción para la determinación de la albúmina en el líquido céfalo-raquídeo.

Como se ye por este ejemplo, la abundancia de procedimientos para el análisis de un mismo elemento, obliga al práctico a una gran circuns­pección en la elección de un procedimiento tipo.

Lo que debe imponer una técnica de prefe­rencia a las demás, es el valor científico del procedimiento.

También deben adoptarse los perfecciona­mientos nuevos, adoptándolos a las técnicas clá-

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sicas, de manera que las complefen y se aco­moden a todos los casos especiales.

* * * Consideremos, en segundo lugar, el caso de

la investigación del pigmento .sanguíneo. El descubrimiento de la sangre en la orina se

efectúa clínicamente utilizando las reacciones coloreadas de oxidación que se observan en presencia de vestigios de hemoglobina.

Cinco procedimientos se usan habitualmente para esta investigación : el de W E B E R , con la resina de guayaco; el de E s C A I C H , con el piramidón ; el de M E Y E R , con la fenolftaleína ; el de A O L E R , con la benzidina, y el de F L E I G , con la fluoresceína.

Las reacciones de la fenolf tal eína y de la fluoresceína reducidas son de una sensibilidad exagerada. Esta, según D E L E A R D E , descubre hasta una Giemillonésima. La oxidasa de los leucocitos neutrófilos sería por sí sola capaz de turbar la reacción, y, en el caso de la técnica de F L E I G , la agitación en frío sería suficiente para reducir la fluoresceína. De aquí una seria causa de errores.

Si esta hipersensibilidad no puede dar resul­tados positivos siempre aceptables, el resultado negativo de estas reacciones es de un valor emi­nentemente considerable : permite afirmar ter-minantemetne la ausencia de sangre en la orina examinada.

El procedimiento de la benzidina presenta, sobre el de M E Y E R , la ventaja de no requerir reactivo líquido, de preparación delicada. Con todo, es una reacción que dan también las sales de hierro, la saliva, el mucus, etc.

Las reacciones de la resina de guayaco y del piramidón son las técnicas de elección : francamente positivas aún para una dilución de una gota de sangre en cinco litros de orina, son de una precisión suficiente si se tienen en cuenta las siguientes observaciones :

a) Los nitritos bromuros y yoduros falsean los resultados.

b) Estos procedimientos decuplican su sen­sibilidad cuando se ejecutan en presencia de un volumen igual de piridina.

c) Los vestigios de cobre dan la reacción de la sangre con la técnica de W E B E R ; por ello, se aconseja sustituir la solución de peróxido de hidrógeno comercial a diez volúmenes por una solución alcohólica a 100 volúmenes.

d) La solución alcohólica de piramidón no se puede conservar : debe emplearse extempo­ráneamente en substancia como la benzidina. Un gran exceso de la solución de peróxido de hidró­

geno y muy pequeña cantidad de piramidón fa­vorecen la reacción.

e) M M . GORIOT y L A M B E R ! , estudiando la intensificación de la sensibilidad de estos pro­cedimientos, han indicado la conveniencia de efectuar las investigaciones operando sobre el extracto eteroacético acidificado, después de eli­minación previa de la albúmina, si existe.

Esta técnica, hoy parcialmente regulada, pro­longa quizás un poco las operaciones ; pero tiene la ventaja de establecer con toda seguridad la presencia del pigmento sanguíneo en la orina sospechosa.

Es al que conviene acudir, pudiendo servir ventajosamente de contraste los de MEYER y FLEIG.

( Concluirá)

V a r i e d a d e s

E L APÍOL Y SUS CONGÉNERES.—Por A Christomanos.—{Arch. f. experim. Path. u. Pharm., t. 123, f. 3-4.—Por Apot. Ztg. , 1928, núm. 7, p. 104).

Ya, en 1895, Heffter probó la acción del apiol (4-alil-l-3, 6-dimetoxi-1, 2-metiilenodioxi-benceno), demostrando que, en los conejos, este veneno ejerce una intensa acción local en la mucosa intestinal y una degeneración grasa del hígado. Existe alguna confusión en la literatura, porque han sido utilizados en Medicina, con el nombre de ((apiol», preparaciones galénicas pro­cedentes del peregil. En los últimos tiempos, se ha empleado frecuentemente como abortivo una de estas preparaciones : el apiol verde. El autor no ha podido conseguir de los fabricantes indi­cación alguna sobre el procedimiento de prepa­ración. Por ello, sólo ha podido ser examinada esta preparación bajo al punto de vista farma­cológico. Comparativamente a ella han sido exa­minadas también la esencia de peregil obtenida de ios frutos, y la miristicina (4-alil-6-metoxi-l, 2-metilenodioxibenceno). En algunas series de experiencias se ha utilizado también el apiol como término de comparación. Se ha comprobado que la miristicina, la esencia de peregil .y el apiol, administrados por la vía gástrica, provocan en el perro una intensa degenración grasa de los órganos, y particularmente del hígado. El apiol, la miristicina, la isomiristicina, el apiol verde y la esencia de peregil provocan un aumento de tono del útero aislado del cobaya. La acción del apiol es la más intensa. Es probable que esta acción provenga, en primer lugar, de la miristicina. Esta substancia produce una fuerte

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disminución del tono del intestino aislado. Los venenos citados excitan fuertemente la muscula­tura particular de los ganglios de la sanguijuela.

AsPRIODINA.—(Del Boíl. Chim. Farm. Año L X V I I , f. 9).

Es el nombre patentado del ácido acetilsali-cílico, en cuyo núcleo ha sido sustituido un átomo de hidrógeno por otro de yodo.

C«H:!I : Ü — C 11'' o

C O — O 11

Peso molecular : 306. Es una sal estable, poco soluble en agua,

roluble en 16,5 veces su peso de alcohol, en 22 de éter y en 57 de cloroformo.

Punto de fusión: 154°; contiene 41,47% de yodo.

La acción terapéutica es la de sus dos com­ponentes : ácido acetilsalicílico y yodo. No es atacado por los líquidos fisiológicos ácidos, y se descompone fácilmente en los intestinales, alcalinos.

El uso es el indicado por sus componentes : reumatismo, arterioesclerosis, asma, etc.

La dosis normal es de 30 centigramos por dosis, en comprimidos, sellos y polvos.

También circulan en el comercio las respec­tivas sales de calcio, magnesio y sodio.

PURIFICACIÓN Y PROPIEDADES DE LAS PEP­SINAS.—Por / . C. Forhes.—(Bull. Soc. Pharm. Bordeaux, L X V , p. 118, 1927).

Siendo todavía mal conocida la naturaleza química de la pepsina, conviene estudiar su purificación y precisar algunas de sus propieda­des. A tal efecto, se han hecho las siguientes comprobaciones :

La absorción por diversas substaocias (carbón animal, kaolín, ácido salicílico, acetanilida, co-lesterol, etc.), se muestra muy variable. El hi­drato de alúmina recientemente precipitado puede servir, sin embargo, para la purificación de la pepsina, separándola del complejo formado, por diálisis, contra el ácido clorhídrico diluido. El rendimiento de esta operación es muy pequeño. Es preferible precipitarla por la safranina y se­parar inmediatamente este colorante por el al­cohol isoamilico. El producto obtenido es muy activo, y es puro ; pero su composición elemental difiere de la de las proteínas.

La hidrólisis de la pepsina ha suministrado diversos amino-ácidos (tirosina, prolina, ácidos glutámico y aspártico, histidina, lisina y arginina)

y vestigios de bases púricas. De las diversas for­mas nitrogenadas, el nitrógeno mono-amino-ácido es la más abundante.

El punto isoeléctrico de las preparaciones exa­minadas es de pH 2,5.

Añadida a las soluciones ácidas, la pepsina no modifica su conductibilidad, ni su acidez iónica. Sólo decrecen ligeramente después de algún tiempo de contacto a 37°. La extracción por el éter no hace variar la actividad proteolítica del fermento, ni tampoco es reducida por el alcohol-éter, simo cuando la acidez del medio es bastante elevada.

CONTENIDO EN YODO DE LA GLÁNDULA T I ­ROIDES. — Por Eugen Hergloz. — (Biochem. Zeits. C L X X V , 1926, págs. 175-180).

El procedimienío de W l N K L E R para la deter­minación cuantitativa del yodo en la glándula tiroides total (digestión alcalina, transformación del yodura en yodato por el agua de cloro y valoración del yodo), es rápida y da resultados exactos.

La cantidad de yodo encontrada presenta gran­des variacioines ; pero está en relación lineal con el índice tiroidiano de Castaldi

( 100 y Peso de la glándula ) Longitud del cuerpo

La parte central de la tiroides contiene una notablemente mayor cantidad de yodo que la periférica.

Formulario variado

POLVO ALCALINO FOSFATADO.—Sustituto del Polvo Dubois.-^-{D&\ Form. des Pharm; fran­jáis).

Fosfato tricálcico 25 gramos Carbonato de magnesia 50 » Bicarbonato sódico 25 » Una cucharada de café en el momento del

dolor.

POLVOS DE LUCAS CHAMPIONNIERE.—(Del mismo).

Yodoformo en polvo 100 gramos Benjuí en polvo 100 » Polvo de quina 100 » Carbonato de magnesia. 100 » Esencia de eucalipto 12 » Mézclese y tamícese por el núm. 30.

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l _ - A L _ METAHIDROSILICATO DE ALUMINIO FISIOLÓGICAMENTE PURO

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Page 8: Año LX. Madrid 1.° de Agosto de 1928 Núm. 15. LA FARMACIA

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LA FARMACIA ESPAÑOLA 255

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Polvo de bulbos de cóíc'hieo,,. 20 gramos » raíz de brionía 10 » » betónica 50 » » genciana 10 » » manzanilla 10 »

Mézclese y divídase en papeles de 2 gramos.

POLVO LAXANTE.—Sustituto del Polvo Ro cher y del Soulignoux.—(Del mismo).

Folículos de sen lavados con alcohol, en polvo 12 gramos

Azufre sublimado 12 » Hinojo en polvo 6 » Anís estrellado en polvo 6 Crémor tártaro en polvo... 4 Polvo de regaliz 16 Glicirrizato amónico 1 Azúcar en polvo 43

Mézclese. Una o dos cucharadas de café, por tardí

PÍLDORAS DE FENOLFTALEÍNA.—Sustituto del Purgetyl Dietry, Purgos, Purgy-le, Purgene, etc. (Del mismo).

Fenolftaleína 5 centigramos Jabón medicinal neutro .... 5 »

Para cada pildora.

RACAHOUT.—Sustituto del Racahout de los árabes Delangrenier. (Del mismo).

Salep en polvo 30 gramos Cacao Caracas en hojas 120 » Fécula de patata 175 » Harina de. arroz 175 » Azúcar 500 » Vaiinilla 1 » Para obtener un polvo fino, que se pasa por

un tamiz de seda.

SELLOS DE TEOBROMINA.—Sustituto de 1 Santheosas Cordier.—(Del mismo).

Santheosa simple : Teobromina pura 0,50 gramos

Para un sello.—Dos o tres por día.

Santheosa cafeínqda :

Teobromina pura 0,50 gramos Salicilato sódico 0,15 » Cafeína 0,10 »

Para un sello.—Dos o tres por día.

' Santheosa litinada :

Teobromina pura 0,50 gramos Carbonato de litina.

Para un sello. 0,25

Santheosa fosfatada : Teobromina pura 0,50 gramos Fosfato sódico.... 0,25 »

Para un sello.

CLORETONA INHALANTE.—Sustituto del Rhi-nalgol.—(Del mismo).

Cloretona 1 gramos Alcanfor 2,50 » Mentol 2,50 » Esencia de canela de Ceylán 0,50 » Aceite de vaselina 93,50 »

Para pulverizaciones nasales.

SOLUCIÓN BOROSALICÍLICA.— Sustituto del Salicol Dussaule.—(Del mismo).

Acido salicílico cristalizado..,. 60 gramos Borato sódico ^0 » Agua destilada...... C. S. para un litro. Cada cucharada contiene un gramo de ácido

salicílico combinado.

SOLUCIÓN GLICERINADA DE FORMOL.—Susti­tuto de la Saluhrina Phenix Mauchant.—(Del mismo).

Solución de formal al 40%... 500 gramos Alcohol metílico 50 » Jabón negro.... 50 » Glicerina de 30o........ 200 » Agua destilada...... C. S. para un litro.

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256 LA FARMACIA bSPAÑOLA

S E C C I O N P R O F E S I O N A L En el estudio concienzudo de los problemas pro­fesionales e n c o n t r a r á s la visión clara de tu Justo lugar social y de la función que te compete. Asi po­d rás ejercer tu ministerio honrada y dignamente

Crónica profesional

Las contadas veces que la gran Prensa dedicó alguna atención a la í'armacia, fué para mostrar una lamentable incomprensión del espíritu y de la realidad del ejercicio profesional o para aco­ger injustas e injuriosas acusaciones con que vejarla.

Por eso, destaca más, en este habitual trato enemigo, la justísima y acertada visión de la crisis farmacéutica que inspira el magnífica ar­tículo del gran escritor Francisco Grandmontagne, publicado en el folletón de El Sol del domingo 22 de julio.

Vivamente complacidos con la lectura de esta acertada visión del problema farmacéutico por un profano, solamente explicable por la pers­picacia del genio, ofrecemos a nuestros lectores esta bellísima pieza literaria, debidamente auto­rizados para su reproducción.

Y «J. P. Franco)) envaina hoy su pluma, para dar paso al admirado maestro Francisco Grandmontagne, que, desde el 22 de julio, tiene un nuevo título de indestructible arraigo a su devota admiración y a la perdurable gratitud de todos los farmacéuticos españoles, a quienes la inimitable prosa del gran escritor sonará a inefa­ble toque de resurrección jamás oído.

* 4! $

Los armeros de los médicos

Quevedo, el genial zumbón, llama a los boti­carios ((armeros de los médicos». Sabido es que los galenos y los escribanos fueron los dos blan­cos predilectos de la musa incisiva y aceda del gran satírico.

No merece la farmacología esa punzante y corrosiva diatriba quevedesca. A los antiguos her­bolarios y farmacópolas debe, en buena parte, la Humanidad el descubrimiento de las propie­dades de la materia, ya sea orgánica ya inórga-nica. Farmacia y Medicina nacieron y vivienron juntas y confundidas mucho tiempo. Hipócrates y Galeno tanto tenían de médicos como de bo­ticarios. A l primero se debe la clasificación inicial de las materias medicamentosas. El segundo fué,

además de médico excelso, un gran propulsor de la farmacopea. La separación o deslinde de ambas ciencias o artes se produjo muchos siglos después. Remotísimos son los primeros ensayos del hombre para hallar en los productos de la Naturaleza remedios a su dolor. Homero habla con entusiasmo de las aptitudes droguísticas de los egipcios. Desde tiempo inmemorial manipu­lan diversas hierbas, salumbras o flor de sal, y sustancias animales. Con grasas de saurios del Nilo y cataplasmas de dátiles curaban todo lo que por sí solo se cura. Ellos descubrieron en el beleño el primer anestésico. Pero su gran arte era el embalsamamiento. De cualquier difunto hacían al punto una piedra perfecta, inalterable y eterna. Los faraones que ahora aparecen tras de laboriosas excavaciones están, al cabo de diez mil años, como si acabaran de lanzar el último suspiro. La gente permanece en el subsuelo de Egipto tan entera como en el suelo. No le falta nada, excepto la vida. Los antiguos brahamanes fueron infatigables polifármacos; descubrienron multitud de vegetales nocivos y salutíferos. La varedad de sus ungüentos y pomadas era infinita. Si aquellos venerables sacerdotes carecían de poder para prolongar la vida, no era por falta de untos. Los árabes, siempre tan espirituales, atribuían a las rosas destiladas grandes virtudes terapéuticas; curaban con perfumes, o por lo menos procuraban una muerte bien oliente, fra­gante. No es fácil imaginar el número de víc­timas que ocasionarían todos estos primitivos ex­perimentos. A costa de muchas vidas y dolores, la Humanidad fué conociendo las innumerables sustancias dañinas que encierra la Naturaleza. A estas experiencias «in anima vili» de los antiguos debemos los presentes la relativa seguridad de no emponzoñarnos.

Aunque parezca mentira, la farmacología debe buena parte de su progreso a la política. En la antigua Roma los boticarios gozaron de gran protección por parte de los emperadores y cau­dillos de las legiones. Como se sabe, durante aquellas tremendas luchas, en que el método de triunfo era la eliminación del contrario, el veneno jugó un papel principalísimo. Basta recordar que Nerón llevaba constantemente adscritos a su ser­vidumbre dos farmacéuticos ; Lacusta y An-

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L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A 257

drómaco. Su misión era distinta : Lacusta pre­paraba los venenos que por sorpresa en los ban­quetes habían de engullir los enemigos del em­perador, y Andrómaco iba siempre provisto de contravenenos o triacas para defenderle de las ponzoñas que pudieran suminístrale sus adversa­rios. A l menor retortijón anunciador del mag-nicídio, allí estaba el diligente Andrómaco con el remedio. Nerón estimaba a los dos pildoreros mucho más que a Séneca, su preceptor, que era, en realidad, persona muy poco estimable. El me-cenismo con los boticarios fué siempre mayor, más espléndido, que el obtenido por los poetas y los filósofos. Pero como era un mécenismo más cauto y silencioso, inconfesable, protervo, no ha que­dado de la protección a los farmacéuticos la memoria sonora que los vates dejaron en las dedicatorias de sus poemas. La aptitud de los boticarios era en la política del Imperio romano mucho más temible que la oratoria de Cicerón. En suma : la constante rebusca de venenos y contravenenos durante el largo período de los Césares hizo progresar extraordinariamente la ciencia farmacéutica. Ello demuestra que la polí­tica no ha sido en el Mundo tan absolutamente estéril como creen sus detractores...

* * * La farmacopea atraviesa aguda crisis en todas

partes. La causa reside en que los buenos mé­dicos ya apenas recetan, y los malos, por pare­cerse en algo a los buenos, los imitan ; decisión plausible, pues de esta manera son menos peli­grosos. El recetario p «pedido de armamento», como diría Quevedo, está casi abolido. La te­rapéutica ha variado por completo. El remedio ya no está en la pildora, el gránulo o la gragea, en una partícula, en fin, de la materia universal, adobada con arte en las reboticas por los man­cebos, que se dice aquí, o idóneos, como en América se dice. Ahora no se recetan partículas, sino grandes trozos de la Naturaleza : el sol, las montañas, el mar. Los tisiólogos, por ejemplo, en vez de recurrir a la farmacia, apelan a Suiza, donde parece que el fagocito adquiere cierto vigor para boxear con su adversario el microbio. Pero con frecuencia el viaje suele resultar es­téril : el fagocito no se convierte en un Guillermo Tell. Y sólo cuando, ya de retorno en su pago, el paciente da las boqueadas finales, interviene el boticario con su balón de oxígeno, interesante parodia, un poco grotesca, la verdad, del aire de las cordilleras suizas.

A esta abstención recetante de los doctores, que tanto influye en la crisis de las farmacias, hay que agregar el industrialismo de los especí­

ficos, que vienen a ser recetas fabricadas en serie, como los automóviles, por grandes fábricas quí­micas. Nunca podrá compararse esta medicación, elaborada por millones de toneladas, con la fór­mula especial, propia para cada caso, preparada por el boticario. El específico en serie supone enfermedades en serie, uniformes quebrantos en la salud, iguales en su iniciación y desarrollo. Y esto, científicamente, no es verdad en absoluto, sino muy relativamente. Cada dolencia, aunque pertenezca a un grupo genérico, tiene su perso­nalidad : aquella que le imprime el organismo atacado.Mi resfrío, o romadizo, pareciéndose a todos los romadizos o resfríos, tiene, sin embargo, su carácter propio, privativo, original, que dimana de las condiciones particulares de otras enferme­dades en trámite latente, de la mayor o menor avería de todos los elementos esenciales y aun accesorios de mi cuerpo, de las infinitas compli­caciones de esta avería, etc. Todo esto deter­mina que mi romadizo requiera un tratamiento especial, una fórmula farmacéutica, y no un específico cualquiera, como si mi resfrío careciese de personalidad, no fuera original, único. Según los boticarios—y yo creo que tienen razón—, los médicos''recomiendan los específicos para evitarse el trabajo de buscar una fórmula adecuada a la naturaleza de cada paciente. La terapéutica del específico no requiere apenas esfuerzo imagina­tivo. Sólo una ventaja encierra este procedimien­to : evita los posible errores de los médicos al combinar las recetas. La historia de la medicina abunda en distracciones fatales, y también in­ofensivas y pintorescas. Cierto galeno se hallaba obsesionado por las dificultades económicas con que tropezaba para reunir los miateriales de una casa que estaba construyendo. En tal situación de ánimo fué a visitar a un cliente ; le tomó el pulso, le puso el termómetro, le examinó la len­gua, y, por último, extendió la receta siguiente : «Récipe : Doscientos ladrillos».

Los específicos dejan a las farmacias una utili­dad insignificante, apenas el 10 por 100, mientras las fórmulas, las recetas que en ellas se elaboran, producen a veces el 200 por 100. Esta ganancia no es exorbitante si se tiene en cuenta la dife­rencia que existe entre un específico para todo el mundo y una preparación para uno solo, un remedio individual, adecuado al carácter autonó­mico y original de nuestro dolor. Los dolores también tienen sus vanidades, y no quieren, ser parecidos, copias vulgares unos de otros. Oíd a dos enfermos de la misma enfermmedad y obser­varéis que sus dolores no se parecen, son dis­tintos, tienen, en fin, personalidad doliente. Aho­ra bien : el remedio es obra de los dos, del

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médico que concibe la receta y del boticario que •la realiza. En caso de éxito salutífero—hay que ser siempre optimistas—, no parece justo que el •doctor nos colare mil pesetas por la asistencia y el íarmacéutico sólo tres o cuatro por el material •químico con que acudió en nuestro socorro. Si ¡se trata de una operación quirúrgica, de cerce-Jnarnos una pierna, el cloroformo, obra del boti-'cario, nos deja ((knock-out», como en el Paraíso, mientras el otro sierra. Y , sin embargo, a la hora de pagar, ya perfectamente cojos, el que nos evitó el dolor recibe una bicoca, y el cirujano, en cambio, se lleva un platal. En América, cuan­do el operado es un estanciero, no sólo ¡se deja en la mesa de operaciones la pierna, sino media estancia, c Es equitativo que concurriendo dos ciencias, la farmacéutica y la quirúrgica, al de­sastre de nuestros medios de locomoción, haya tan enorme desigualdad retributiva? Pónganse los cirujanos la mano sobre su viscera sentimental y reconocerán que mi abogacía en pro de los boticarios no se funda en sofismas, capciosidades y patrañuelas.

* * *

La preponderancia del específico sobre la re­ceta ha traído la decadencia de la rebotica, del pequeño laboratorio. De ahí que el viejezuelo y alegre don Hilarión, el simpático personaje de «La Verb ena de la Paloma», le sobre tiempo para intentar algunas inocentes juerguitas con la Casta y la Susana, «una morena y una rubia, hijas del pueblo de Madrid...». Don Hilarión marcha a la quiebra cantando con una moza en cada brazo. En igualdad de condiciones, quizá Rockefeller se tirara del último piso de un rascacielos. Y es que en Norteamérica nunca habrá filósofos de un estoicismo económico tan risueño como el deL admirable boticario de ((La Verbena».

El específico, la medicación en serie—sólo admisible en los sarnífugos para curar los reba­ños—, ha matado la pócima y la pildora indi­vidual, que constituían la interesantísima actividad de las farmacias, labor creadora, original, sutil, delicada, mixta de ciencia y arte, en que nuestra admiración vacila entre la belleza del envase y el misterio del contenido, entre el aliño de la paquetería y la amalgama de las más raras sus­tancias. Ya los mancebos o idóneos, antes tan laboriosos bajo la mirada vigilante del señor l i ­cenciado, no tienen apenas quehacer. Todo viene hecho de las fábricas químicas, de esas grandes concentraciones industriales en que se fabrica la salud universal. Todos esos delicados utensilios de las reboticas para medir, pesar y moler, están

casi de sobra. Esas balanzas inverosímiles, ca­paces de marcar el peso del aire, pocas veces tienen empleo. Voltaíre define el colmo de lá bagatela con este símbolo : «Pesar alas de mosca en balanzas de tela d i áfañá». Sin duda se refiere a las qúé sirven en las farmacias para apreciar la levedad más extremada, la casi ausen-» cia de peso. Pero lo que mayor ocasión dé lüéi-miento ofrecía a los idóñéós feran las pílclófas personales, elaboradas cóft arregló ^ la receta doctoral. Dosificar biéh la pildora, hacer la masa pilülar-, aiVraifla y subdividirla en infinitas par­tículas o trociscos, tras de un adobo ffiinüciósé y pacienzudo de todos los ingredientes, €fá lina tarea en que por modo arrñOAlósó quedaban enla­zadas las Gotrtbiftaciónes qúímicas y lás éstéti'cas; En las pildoras tiéiieh singular Mportancia los excipientes. Su íriisióñ es doble : dar cohesión, compacidad a la masa pilular, y eliminar o ate­nuar su mal sabor y su olor ingrato. El manejo de lo^ excipientes reqüiere la máxima idoneidad de los idólYéós, pues ello, dicho en lenguaje co­rriente, equivale a «dorar la pildora».

* * * Las droguerías acaparan él comerció de espe­

cíficos. Y fcottto cúentan con mayor capital, la competencia resulta ruinosa para las fárntacias. Además, extienden su negoció a la pérfumería, los afeites, colores, cosméticos y deiriás productos de tocador. En París se están ensayando el azul y el verde para él pelo, que han de sustituir al rubio y al negro, colores con que la Naturaleza, un poco monótona en este punto, resolvió a per­petuidad el problema dé la cabellera. Es de suponer que la innovación parisiense se extienda a los departamentos. Dice Chamfort que cuando París toma rapé toda Francia estornuda. En materia de modas, el estornudo se prolonga a todo el Universo.

Como se ve, la química práctica, industrial, del droguero, produce beneficios infinitamente superiores a los que rinde la química científica del farmacéutico. Cierto que éste podría indus­trializar su rebotica, su laboratorio; pero no lo hace; se lo impide el noble sacerdocio de la ciencia. La crisis boticaria sólo pueden resolverla los doctores tornando a la tradicional costumbre de las recetas individuales, distintas en cada visita diaria al enfermo. Esta copiosa medicación, que llena la mesilla de noche de tarritos, frasquitos, pildoras, gránulos, grageas, papeletas y paque-titos, da a las enfermedades una amenidad que ahuyenta la murria de nuestro espíritu. Desde la almohada contemplamos aquel conjunto de sus­tancias salutíferas, y el cerebro entra en gran

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actividad de ilusiones sobre cuál de ellas será la q'üe n'ós saque de la cama, fuertes y duros, como los tueros de las encinas...

FRANCISCO GRA^DMONTAGNE

Mi cuarto a espadas

l í í Me perdonaréis, amables lectores, el carácter

subjetivo y personal de estos mis primeros es­critos. No olvidéis que, como iniciación de mi labor periodístioB^ rrie hé propuesto reflejar mis iMúpias impresiomes al ingresar en el gre^;- ' macéutico.

/-^ v^Uédamos en mi artículo anterior, en que en

el siguiente (él presenté) contaíía cómo resolvimos mi familia y yo t\ píoblerña <Íe níi éstábleci-Wiento. Y He aquí cómo fiié s

Artdábatrtos düc]osos y contrariados, sin que apuntara por ningún lado la, solüciórí deseada, cüando, récibiiíios la visita de un hermano de mi madre, residente en una capital de (no importa qué región), en la que tiene impor­tantes negocios, y del que mis padres estaban distanciados hace tiempo por esas menudas cosas que suelen ser causa de enfriamiento en las re­laciones familiares.

Mi tío, hombre expansivo y efusivo, después de las mutuas explicaciones para un restableci­miento cordial de las relaciones familiares, cele­bró con cariñosos extremos mi brillante termina ción de una carrera, y me ofreció generosamente, no sólo su concurso pecuniario para mi estableci­miento, sino otras ayudas no menos útiles.

En la ciudad de su residencia, X , había lugar adecuado para que yo pudiera encontrar fácil y remuneradora ocupación a mi capacidad y a fili laboriosidad.

Las varias farmacias que allí existían eran propiedad de farmacéuticos que no se distinguían por su extremado celo en el desempeño de su función, ni por sus excepcionales capacidades. (Y adviertan los que puedan creer reflejada su imagen en este mal espejo, que estos juicios no son míos ; son los que mi tío expuso, repitiendo los que la voz pública de X exponía sin recato alguno).

D. Fulano — añadió — no se ocupa sino de disfrutar cómodamente de sus cuantiosas ren­tas ; D. Zutano vive completamente entregado a las intriguillas de la política provinciana ; a don Mengano son los negocios de banca los que le

atraen y preocupan ; D . Perengano, con su deri­vación al conlerció de droguería, es más bien un chavacanote comerciante que una profesor que merezca la confianza de sus clientes ; y así todos, unos por un motivo, otros por otro, tienen aban­donado el cuidado de sus farmacias en las ma­nos de su dependientes, y ninguno de ellos merece la confianza qué débé di perisarse a Un proíesoí celoso cüftiplidor de sus deberes. '

Yo creo que si tú—siguió hablando mi tío— te estableces allí y atiendes tu farmacia, y pones un laboratorio de análisis, que allí no practÍGñP más que un médico al qüe no de , ni^iy püená gana, poi' el fflayóí prestigio que éÜo le da, se los encargan sus compañeros, te abrirás camino y '.Cglaras nacerte con la mejor clientela. El dinero que te haga falta yo te lo presto a pagar como y cuando puedas; yo te buscaré local ; yo, que tengo mucha práctica de estas cosas, te dirigiré la instalación, y yo haré que mi con­table te organice y erlcaucé la administración de la oficina.

¿En tjiíé tí atado de éti fea farmacétítica esta escrita la prohibición de aceptar estas aytldás familiares ? Sinceramente creo que ni el espíritu más suspicaz puede encontrar motivo de recon­vención por esta aceptación. Y , sin embargo, la malicia, puesta al servicio de los intereses crea­dos, supo formar una montaña de supuestas inmo­ralidades de un asunto tan claro y legítimo.

Fué aceptada la generosa oferta, y, a los dos meses escasos, comenzaba la instalación de mi farmacia frente a la del D. Zutano, ((entregado a las intriguillas de la política provinciana», en la que es tan hábil mercante, que, habiendo ejercido el máximo cacicato provincial de uno de los partidos del antiguo régimen, es ahora uno de los beneméritos fundadores de la Unión Pa­triótica en la provincia.

¡ Cómo le sentó al buen señor! j Yo, que ingenuamente esperaba que mi juventud y mi sexo merecieran de aquél y de los demás com-' pañeros, todos ya maduros y todos en desahogada posición económica, una sincera y generosa ayu­da !... ¡ Sí, sí : buena fué la ayuda !

D. Zutano dió por real la caprichosa suposición de que la farmacia era de mi tío, y yo un indigno presta-título, y de que la farmacia se instalaba en un plan de baratería para reventar a los demás; visitó a los otros compañeros para con­citarlos contra mí, y logró al fin formar un gru-pito que se presentó al Presidente del Colegio y, a la vez. Subdelegado de Farmacia, con la pretensión de que se me negara la colegiación y se me impidiera la apertura de la oficina.

Por suerte para mí, este señor, Presidente y

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260 L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A

Subdelegado, es persona discretísima que hizo el caso que debía de la violenta protesta, bien informado como estaba de su infundado motivo, y mi farmacia fué abierta sin dificultad.

íPero el D . Zutano no se dió por vencido, y, con la colaboración de otros dos o tres com­pañeros, presentó al Colegio una protesta, no ya contra mí, sino contra la actuación del Presi­dente y Subdelegado en la apertura de mi far­macia.

Y esta protesta se discutió en una de las se­siones del Colegio—la primera a que ¡yo asistí— en los términos que verá el amable lector en el artículo próximo.

CLARITA DE LA FUENTE

La Farmacia en el extranjero

la inspección a la apertura de la oficina, así como de la inspección periódica.

FEDERACIÓN INTERNACIONAL FARMACÉUTICA

UNA LEY FARMACÉUTICA TIPO

(Conclusión)

ALMACENES.—Debería existir un registro de oficinas, en el cual se obligaría a inscribirse todos los años a los farmacéuticos propietarios, dando a éstos un certificado de registro, que se guardaría en cada oficina, debiéndose inscribir también to­dos los cambios de propiedad de la oficina.

Deberá prohibirse a los almacenistas que hagan indicaciones que permitan confundir los almacenes con las farmacias.

Las oficinas deberán estar abiertas, en todos los momentos razonables, a las visitas de los ins­pectores de farmacias.

Deberán existir reglamentos que determinen los aparatos y medicamentos que deberán encon­trarse en una farmacia, y no permitir la apertura sin comprobación por el inspector de farmacias del cumplimiento de los reglamentos a este res­pecto. Somos partidarios de estas medidas, por­que es esencial que se encuentre en cada far­macia los medicamentos y aparatos necesarios al servicio público que en ella ha de prestarse. No ignoramos que, en contra de nuestra tesis, se puede sostener que la imposición de estas reglas perjudica la situación de los farmacéuticso, a quienes su título impone el deber moral de tener en su oficina cuanto sea necesario para el ejer­cicio de la profesión ; pero opinamos que se impone el control del Estado en todo cuanto sea un servicio público y somos partidarios de

VENENOS Y SUBSTANCIAS VENENOSAS.—No hay otra manera de formar la lista de estas subs­tancias que su designación nominal, y abogamos por el sistema inglés de acompañar cada nombre de la descripción del producto.

En un anejo a la lista de venenos y substan­cias venenosas, deberían consignarse las emplea­das por los particulares, los agricultores, los hortelanos, etc. La primera clase comprendería el ácido clorhídrico impuro y los desinfectantes a base de fenoles. En la segunda se incluirían los venenos utilizados para la desinfección del ganado, la destrucción de roedores, insectos, y hasta los empleados para la destrucción de las malas yerbas... Cuando no existiera farmacia en las cercanías, estas preparaciones podrían ser vendidas, bajo etiqueta y sello del fabricante, por personas provistas de una licencia especial.

Otro anejo de la lista de venenos, sería el de las drogas simples, cuya venta sería libre. La venta de las demás se reservaría al farmacéutico.

Los venenos se dividirían en varias clases : los que sólo pueden despacharse por prescripción médica; los que necesitan una nota escrita y firmada por el comprador en un registro espe­cial, y aquellos otros que sólo precisarían reglas relativas a su etiquetaje.

TENDENCIA DE VENENOS Y SUBSTANCIAS VE­NENOSAS.—La autoridad central reglamentaría la conservación de los venenos y substancias nenenosas ; pero el farmacéutico tendría la mayor libertad para modificarlas conforme a la conve­niencias de su instalación.

VENTAS ESPECIALES DE VENENOS.—La au­toridad central tendría facultad para reglamentar la venta de los venenos por los fabricantes a los almacenistas, y por éstos a los detallistas y compradores de grandes cantidades de estos pro­ductos, así como para la venta a los médicos, dentistas, veterinarios y laboratorios públicos y privados.

MÉDICOS, DENTISTAS Y VETERINARIOS.—-Se reglamentaría el despacho por ellos de venenos y substancias venenosas.

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L A FARMACIA ESPAÑOLA 261

Estos profesores no podrían suministrarlos a sus clientes sino en caso de urgencia, o en las poblaciones rurales en cuyas cercanías no exista farmacia, y estarían sujetos a las mismas res­ponsabilidades que los farmacéuticos.

EllQUETAJE.—Toda substancia venenosa de­berá llevar una etiqueta con la palabra ((Vene­no» ; el nombre y la dirección del vendedor, y la proporción de veneno que ella contenga.

Si se trata de un líquido para uso externo, deberá envasarse en un frasco o botella que se distinga, por el tacto, de los corrientes.

TRATAMIENTO DE LAS PEQUEÑAS HERIDAS E

INDISPOSICIONES.—Es frecuente que el farma­céutico sea requerido para curar afecciones be­nignas.

La Ley no prohibiría al farmacéutico prestar a quien los necesitara los socorros que cualquiera otra persona prestaría.

DISPOSICIONES DIVERSAS.—Prevemos dos : La publicación anual de un registro de los

farmacéuticos que hiciere fe ante los tribunales. El uso obligatorio de la farmacopea del país.

Por la traducción,

G. G. DE LA H .

V I D A 0

C O R P O R A T I V A La actual o rgan izac ión social se fundamenta, no sobre la célula del individuo, sino sobre la a g r u p a c i ó n celular del gremio. Hay que v iv i r , la vida corporativa o sucumbir r

Unión Farmacéutica Nacional CIRCULAR A LOS COLEGIOS

La Junta directiva de la Unión Farmacéutica Nacional ha celebrado su reunión del Pleno co-rrespóndiente al tercer trimestre, en los días 9 y 10 de los corrientes, y de sus deliberaciones debe dar a los Colegios las informaciones e ins­trucciones siguientes :

Cumplimiento de la Real orden del 21 de abril.-—Tiene esta Junta los mejores informes del general cumplimiento de esta disposición, que obliga a vender las especialidades farmacéu­ticas al precio marcado por el productor en la etiqueta, sin variaciones directas ni indirectas en sentido de alza ni de baja.

Es, sin embargo, del mayor interés procurar la perdurable y exacta vigencia de esta disposi­ción, tan unánimemente reconocida como bene­ficiosa, y, a tal fin, la Junta directiva de la Unión Farmacéutica Nacional recomienda a los Cole­gios el nombramiento de Comisiones de vigilancia e inspección, auxiliadas, a ser posible, por ins­

pectores retribuidos, que vigilen con celo el exacto y fiel cumplimiento de aquélla y denuncien sus infracciones.

Considera esta Junta convenientísimo, ayudar la eficacia de la Real orden del 21 de abril con la persecución ante los Tribunales de Jus­ticia, como culpables de competencia ilícita, de los que vendan las especialidades a precio infe­rior al marcado en la etiqueta, y, a tal fin, está en gestión para la obtención de los correspondien­tes poderes de «La Especialidad Farmacéutica)) y de \a'«Unión de Laboratorios Químico-Far­macéuticos)), así como también gestiona la im­posición del precio de venta en la etiqueta, in­cluso para las especialidades extranjeras, y la efectividad de un descuento mínimo del 20 por 100 sobre el precio de venta, o sea el 25 del de coste, franco de portes y embalajes en todas las estaciones del ferrocarril.

Para colaborar a esta gestión que con carácter general realiza esta Junta, es necesario que la de Gobierno de cada Colegio se dirija a los pro­ductores de la respectiva provincia, para obtener de ellos, especialmente de los que no pertenezcan

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26á LÁ F Á R M A G 1 A ÉSPAIROLA

i las dos /Asociaciones de prodiictofes antes ci­tadas, idéntico poder para pérsegüií á Ids que vendan a precio distinto al marcado en la eti­queta, incluidos timbre móvil y sanitario, y la concesión del descuento mínimo citado, que pue­de ampliarse cuanto la generosidad y el amor a Sus coiripañeros dicten al productor,

Para que estas gestiones tengan la necesaria uniformidad, acompañamos una minuta para que sirva de norma al notario que autorice el poder,

Y cuantas dudas y observaciones sugieran estas instrucciones, expónganse a la mayoí brevedad a nuestra Oficina de Secretaría; Cardenal Cis-neros, 56, que procurará contestarlas conforme a las instrucciones de esta Junta.

* * *

Reglamentación de estupefacientes.—La Co­misión nombrada para fijar los productos y drogas que habrán de someterse a la restricción, de la que, como sabéis, formaba parte nuestro Pre­sidente, ha celebrado vafias reuniones y terminado con píaüsiUé diligerídia sU cometido, con la de­terminación de dichas substancias.

Para ésta, y después del interés público, que ha sido el que primordialmente ha inspirado a todos, nuestro Presidente ha procurado defender el interés de los farmacéuticos en general, y el particular de los preparadores de especialidades, en cuanto no se opusiera a los dos primeros.

Y esta Junta estima que la lista de las subs­tancias sometidas a la restricción, que la Comi­sión ha propuesto, satisface las necesidades del interés público, sin imponer exageradas moles­tias a los farmacéuticos detallistas ni perjudicar a los preparadores.

* * *

Reforma de las listas de las Ordenanzas de Farmacia.—Como ya se os comunicó en la circu­lar de 30 de abril último, se constituyó, por disposición del Excmo. Sr. Ministro de la Go­bernación, una Comisión compuesta por los Pre­sidentes de la Unión Farmacéutica Nacional y del Colegio provincial de Madrid, en repre­sentación de los farmacéuticos, un representante de la Asociación de drogueros de Madrid y otro de la de Barcelona, bajo la Presidencia del Doctor en Ciencias y técnico del Instituto de Comprobación D. Angel del Campo, para que reformara las listas anejas de las Ordenanzas de Farmacia, poniéndolas de acuerdo con las necesi­dades actuales.

Esta Comisión ha celebrado varias reuniones

para ir dete/rriinancíó tíoftíiítálrrienté éstas subs-tancias, taíéa; conío .coWpréncleféi^ íáfgía y1 pe­sada, püéste* qtie ^¿bre cada drogá q prdátíct^ ha de entablarse discusiofrí, p'afa decidir sí tieiié o no tiene aplicaciones indüstrialés. Eléfrientailés razones de discreción impideri á ésta junta in­formaros de lo hasta hoy hecho por ésta Coirii-sión, ni anticipar una iitípresión de sti resultado. Sólo os debé niaiiifestar qüe, Itasta boy, no h&ú surgido diferencias irreductiblés, y qüe íodaS las surgidas pusieron de manifiesto una laudable comprensión del problema y un no menos lauda­ble espíritu de tránsigenciá;

Titulares.—Una nueva gestión realizada por esta Junta, en los días de su reunión, para lograr la pronta solución de este problema, que viene persiguiendo con empeño desde la publicación del Estatuto municipal, en que tan escasa aten­ción mereció la clase farmacéutioa, a pesar de los esfuerzos que para lograrla realizaron esta misma Unión Farmacéutica Nacional y la disuelta Junta de Gobierno y Patronato, permite renovar las esperanzas en una pronta y relativamente sa-tisfactoria atención de las legítimas aspiraciones de los farmacéutico^ titulares.

Gestión que ésta Junta quiere que conste que no responde a estímulos ajenos, pues que en los propios de su exaltado amor a la clase y de la conciencia de su deber, tiene ella los más pode­rosos y eficaces acicates de su marcha.

Sin embargo, recogiendo el movimiento de opinión manifiesto en algunos artículos de la Prensa profesional, y aunque es muy probable que para entonces esté ya resuelto en la forma relativamente satisfactoria que apuntamos el pro­blema de los Titulares, la Junta directiva de la U . F. N . quiere procurar una amplia delibe­ración de la cuestión, y ha acordado que la próxima X V I Asamblea se ocupe preferente­mente y después del {(Proyecto de Bases para una Ley de Ejercicio de la Farmacia», de este asunto de los Titulares, señalando, al efecto, los dos temas siguientes, cuyas ponencias ha confiado a distinguidos compañeros especializados en la cuestión, y en cuya discusión podrán terciar con toda amplitud cuantos compañeros tengan alguna luz que aportar al problema :

1.0 ((Medios por los que el farmacéutico puede incorporarse a la función sanitaria».

2.° ((Reorganización del Cuerpo de farma­céuticos titulares. — Bases para esta reorgani' zación ».

* * *

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L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A 263

Reforma de la enseñanza.—Todos conocéis el Real decreto de 19 de mayo reformando la enseñanza universitaria, y habréis visto que no figuran en las disciplinas fundamentales, impues­tas como mínimas por el artículo 5.° para la licenciatura en Farmacia, algunas por todos re­conocidas absolutamente necesarias : Bacteriolo­gía y preparación y valoración de sueros y va­cunas ; Química biológica ; Opoterapia, con los indispensables elementos de Anatomía y Fisio­logía, y Bromatología.

Pero sabéis también todos que, conforme al artículo 6.°, pueden las Facultades aumentar otras dos asignaturas como obligatorias, y, para fijar las dos que han de aumentarse al plan de la carrera de Farmacia, han celebrado diversas reuniones los claustros y últimamente sus De­canos.

Lamenta esta Junta que los claustros no hayan creído necesario solicitar su modesta opinión, que no les hubiera ilustrado—ni lo hubiera preten­dido—sobre los altos problemas científicos y docentes ; pero que hubiera podido informarles, con un conocimiento que ellos, alejados del mo­vimiento profesional, no pueden poseer, de las necesidades práoticas del ejercicio profesional.

Felizmente, parece que el acuerdo ha de sa­tisfacer a todos, puesto que comprende la inclu­sión de la Bacteriología y de otra asignatura en que se estudiarán cuestiones de Química bioló­gica y de Bromatología ; pero falta la imposición obligatoria de la práctica de Oficina, falta que nos coloca en lamentable inferioridad con relación a los demás países, que la tienen establecida casi sin excepción j y que es causa de graves males profesionales.

Homenaje al Ministro. — Como muestra de gratitud de .la clase farmacéutica al Excmo. señor Ministro de la Gobernación, por sus últimas disposiciones y especialmente la reglamentación de los estupefacientes y la imposición de venta obligatoria de das especialidades al precio mar­cado en la etiqueta, la Junta Permanente de la Unión Farmacéutica Nacional acordó—y el Pleno ha confirmado este nombramiento—nombrarle Presidente honorario de nuestra institución, anun­ciándole el propósito de dedicarle como recuerdo de tal nombramiento un objeto artístico.

La adquisición de este objeto ha de hacerse por suscripción y con la mayor rapidez posible, porque será la mejor oportunidad para su entrega la próxima Asamblea de la U . F. N . , y ha de

construirse el objeto que se decida, que no puede determinarse hasta conocer la cuantía de la can­tidad de que se dispone.

Así, la Junta directiva de la Unión Farma­céutica Nacional recomienda encarecidamente a los Colegios que, bien de los fondos sociales, bien abriendo rápidamente suscripciones entre sus colegiados o en otra forma, contribuyan a la adquisición de este objeto artístico, enviando re­lación de la cuota con que se propongan contribuir, a nuestra Oficina de Secretaría, Cardenal Cis-neros, 56, antes del W de agosto próximo.

Proyecto de Bases para una Ley de Ejercicio de la Farmacia.—La Ponencia nombrada para la redacción de este proyecto, compuesta por los Sres. D, Pablo Durán, D . José Fábregat, D . Rafael Folch y O. José Poch, tiene anun­ciado para en breve el envío de la Ponecia. En cuanto ésta se reciba, se hará una copiosa tirada de ella para que a todos los farmacéuticos espa­ñol es llegue, y todos puedan estudiarla, y todos puedan aportar a ella sus observaciones y en­miendas. A l hacer envío de ella se darán ins­trucciones para que esta colaboración de todos pueda ser eficaz y ordenada.

X V I Asamblea de la U. F. N.—Acordado, por la dilación de la exposición de Sevilla, que la X V I Asamblea que había de celebrarse en aquella hermosa y próspera ciudad andaluza, se celebre en Madrid y en el mes de octubre, el Pleno ha deliberado para precisar la fecha, y designado los días 8 al 13 de dicho mes, ambos inclusive.

Ha discurrido también sobre los temas que con­viene someter a la deliberación de la Asamblea, y, tanto porque conviene discutirle con la mayor extensión, cuanto porque en él están yirtualmente contenidos todos los problemas farmacéuticos, ha acordado señalar por su parte, como tema único, la ((Discusión del Proyecto de Bases para una Ley de Ejercicio de la Farmacia», aparte, como es consiguiente, de los obligados por precepto reglamentario.

Como además, según en el correspondiente capítulo de esta larga circular se expone, el Pleno ha acordado que en la X V I Asamblea tenga la más amplia manera de manifestarse el criterio de los titulares, serán objeto de discusión también, y a ella se dedicarán dos días, I05 dos temas en dicho capítulo citados :

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264 L A FARMACIA ESPAÑOLA

1.0 aMedios por los que el farmacéutico puede incorporarse a la junción sanitaria».

2.° {{Reorganización del Cuerpo de farma­céuticos Titulares. — Bases para esta reorgani­zación)).

.Conforme a ila facultad que les otorga el párrafo segundo del artículo 10.° de nuestro Re­glamento, las Juntas de gobierno de los Colegios podrán proponer los temas que estimen conve­nientes, remitiéndolos a esta Oficina de Secre­taría de la U . F. N . , a más fardar, antes del 22 de agosto próximo. Pero, atendiendo a las con­sideraciones que han impuesto al Pleno la reduc­ción a uno de los temas a proponer, la Junta recomienda a los Colegios la mayor sobriedad en sus propuestas.

Y les advierte que, con éstas, han de enviar las conclusiones de sus temas, que es necesario figuren en la convocatoria a la Asamblea.

* * *

Asamblea extraordinaria. — La necesidad de revisar la reforma reglamentária, que, con exce­siva precipitación, impuesta por la falta de tiem­po, acordó la Asamblea de Coruña, y la de reforma de algunos otros preceptos que esta Junta ha sentido, la han impuesto la convocatoria de una Asamblea extraordinaria, que se celebrará en uno o dos de los días designados para la ordinaria, según se consignará en la convoca­toria. - Pueden, pues, los Colegios ir preparando sus propuestas de reforma de Estatuto y Reglamento, que también deberán enviar a nuestra Oficina de Secretaría antes del 22 de agosto, para que pue­dan incluirse en la convocatoria.

Madrid, 11 de julio de 1928.

La Junta directiva de la

• UNIÓN FARMACÉUTICA NACIONAL

Colegio de farmacéuticos de Toledo Como consecuencia de la renovación parcial

verificada por la elección última, la Junta de gobierno del Colegio de esta provincia ha que­dado constituida como sigue :

Presidente : D. Sergio del Castillo Chuvieco. Secretario : » Alberto Martín G.a Cuerva. Tesorero : » José-María de los Santos. Contador : » Maximiliano García Gallego.

Vocal I.0 » 2.° i) 3.°

José Relauzón. Teodoro Sánchez Caro. Alejandro Durán y Cantos.

Colegio de farmacéuticos de Zaragoza En la Junta general celebrada por este Cole­

gio el 10 de junio último, se celebró la elección de la Junta de gobierno, quedando ésta cons­tituida de la forma siguiente :

Presidente : D. Eloy Chóliz Sánchez. Vocal I . " : » Félix García López.

» 2." : » Jesús Rubio Pueyo. >) 3.°: » Mariano Heredia Torroba. » 4.° : » Juan-José Lafuente. )) 5.° : » Uldarico Sánchez Bajo.

Tesorero : n Ramón Pulg Mas. Contador: » Antonio López Carrascón. Secretario : » Ricardo Clemente Alloza.

Colegio oñeial de farmacéuticos de Barcelona Por la elección reglamentaria verificada el

día 3 de junio último, la Junta de gobierno de este Colegio ha quedado constituida en la si­guiente forma :

Presidente : D . José Fabregat y Rovira. Secretario : » B. Roig Perelló. Tesorero : » Pedro Viñas Dordal. Contador: » Ramón Bartomeu Martorell. Vocal 1.0 : » Ricardo Nadal Delhom.

» 2.": » Ramón Burget Badía. » 3 .° : » Ramón Durán Canals.

» 4.° : » Jaime Ferrer Calbetó. » 5.° : » Santiago Pagés Maruny.

Centenario del doctor £opez Rubio El Comité ejecutivo designado en la Asam­

blea magna celebrada al efecto, por iniciativa de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de la provincia de Granada, lleva muy adelantados los trabajos preliminares del cente­nario del insigne farmacéutico D. Juan López Rubio, que, como saben los lectores de esta Revista, habrá de solemnizarse el próximo año de 1929, con la cooperación del Colegio de Sevilla, cuyo Presidente, el entusiasta y acti­vísimo Escolar, proyecta llevar a Granada a los compañeros de Ultramar que concurran al Con­greso farmacéutico ibero-americano, y celebrar allí una de sus sesiones en homenaje a la memoria

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L A FARMACIA ESPAÑOLA 265

del autor de una de ilas mayores fuentes de ri­queza de nuestro país.

El Boletín del Centenario, que publica perió­dicamente la citada Real Sociedad, y que, en algunos de sus números, reproduce nuestros mo­destos trabajos, aparecidos en LA FARMACIA ESPAÑOLA sobre el tema en cuestión, aborda ya el capitalísimo punto de la recaudación de fon­dos para los gastos que ha de originar la erec­ción del monumento proyectado. También los diarios locales, por su parte, comienzan a insertar las primeras listas de suscripción.

P. CLARINES

He aquí la circular que el Colegio granadino dirige a las entidades de igual orden de todas las provincias :

EA mundo de los negocios agrícolas e indus­triales a que dió vida el genial y perseverante impulso de un farmacéutico sabio y modesto, se prepara a solemnizar el centenario del nacimiento de su creador, erigiéndole una estatua en la ciudad de Granada ; y en el orden de la intelec­tualidad y de la ciencia españolas dispónense sus representantes a enaltecerlo como uno de los suyos.

La memoria del preclaro varón de Andalucía Juan López Rubio, introductor del cultivo de la remolacha en nuestras vegas, y propulsor del movimiento fabril azucarero en nuestra nación, no merece menos de la gratitud y la admiración de sus contemporáneos..

La Real Sociedad Económica de esta pro­vincia, como representación la más genuina de todos los valores que integran sus diversos sec­tores ciudadanos, inicia y dirige el pensamiento de glorificación del compañero insigne; lo pa­trocinan las entidades oficiales ; secúndanlo, con verdadero patriotismo, los municipios de diversas regiones ; las clases agrícolas le suman su valía y su resuelta cooperación ; las empresas azuca­reras, libres y asociadas, preparan al efecto un verdadero, poderoso alarde.

Oentro de su modestia, y aunque rodeada del valimiento y el poderío de los demás, la Far­macia española', que, en definitiva, va a ser la glorificada, no debe ni puede permanecer indi­ferente ; necesita hacer un papel lucido en ese concierto de estímulos y entusiasmos que, en resumidas cuentas, se traduce en sumas de di­nero.

Entendiéndolo así el Colegio de Granada, que me honro en presidir, ha encabezado la sus­cripción farmacéutica para \a erección del monu­mento al Dr. Rubio, con la cantidad de 500

pesetas. No se me oculta la dificultad que va representando ya, para los Colegios provinciales, en sus propuestas respectivas, esta repetición de demandas para iguales o parecidos bienes ; pero si bien se mira, la superación de las dificultades económicas en tales casos no es sino motivo de legítimo orgullo para la clase farmacéutica, pues que acredita ser cada vez mayor el número de sus figuras eminentes.

Sin necesidad de más encarecimientos, me permito rogarle, a los fines propuestos, la co­operación pecuniaria del ilustre Colegio de su digna presidencai, suplicándole, a más, se sirva abrir una suscripción particular entre todos los compañeros de esa provincia.

Dios guarde a V . muchos años. Granada y Julio de 1928.

E l Presidente, GUILLERMO SÁNCHEZ-DIEZMA

Sr, Presidente del Colegio de Farmacéuticos de la proüxncxa de ...

£a Asamblea de Salamanca El inquieto e infatigable Presidente del Co­

legio de Sevilla va recogiendo cuantos anhelos farmacéuticos ve exteriorizarse, y, así, ha com­plicado un poco su viaje de propaganda del Congreso farmacéutico ibero-americano, con pro­paganda de la necesidad de intensificar la cul­tura farmacéutica y de vindicación de los titu­lares. Y , aunque Escolar es hombre capaz de desarrollar las más dispares empresas, parece que al abarcar varios asuntos se esfuma un poco el principal objeto de su propaganda, y aún que pasa a segundo término, como ha ocurrido en la Asamblea de Salamanca, en que el asunto principalmente tratado ha sido las ansiadas vin­dicaciones de los farmacéuticos titulares.

A su paso por Madrid, arrastró Escolar tras sí al doctor Herrero de la Orden, siempre dis­puesto a acudir donde apunte la posibilidad de pescar un socio para la Caja ; al doctor Maestre Ibáñez, también siempre dispuesto a la propa­ganda de la necesidad de que el farmacéutico se prepare para la función sanitaria que le com­pete, y al Secretario del Colegio de Médicos de Madrid, doctor Ruiz Heras, entusiasta com­pañero de andanzas federativas de Escolar, y simpatizante con los farmacéuticos.

El Colegio de Salamanca, que ha organizado admirablemente el acto y tenido para los asam­bleístas las más amables y solícitas atenciones, esperaba a los expedicionarios en la estación, a pesar de la temprana hora de llegada del tren.

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266 L A FARMACIA ESPAÑOLA

A las once, fué servido a los asambleístas un magnífico y bien servido lunch, con el que, con­fortados y rebosantes de optimismo, se prepa­raron para la Asamblea.

Asistieron a ésta unos sesenta farmacéuticos de la provincia, una representación del Colegio de Valladolid, con su Presideníe, y el Presid'ente del de Avila.

Prende el acto el Inspector provincial de Sanidad, a quien los farmacéuticos de Salamanca deben una justa estimación que no es corriente, y empieza el acto el Presidente del Colegio, Sr. Sánchez Bustos, pidiendo la vindicación, de las justas demandas de los farmacéuticos titulares ; haciendo un exaltado elogio de Escolar, para quien pide un puesto en la Asamblea Nacional, en representación de los farmacéuticos, y ha­ciendo otro elogio, según noticias particulares muy merecido, de la atención que el Inspector de Sanidad dispensa a los problemas farma­céuticos.

Escolar, coo su conocida fogosidad, habla del Congreso ibero-americano; de la necesidad de ampliar y mostrar la cultura de los farmacéuticos titulares ; de la hidalguía de Salamanca ; de las Federaciones Sanitarias, y del homenaje a López Rubio, que prepara el Colegio de Granada.

El Inspector provincial de Sanidad estima jus­tísimas las demandas de los farmacéuticos titu­lares, ansiosos de cultura, como lo prueba el hecho de que en el cursillo dispuesto por la Inspección de Sanidad de Salamanca hayan sido farmacéuticos casi todos los matriculados, ,y el que la labor sanitaria hecha en el siglo X I X fué casi toda farmacéutica, habiendo sido, después, desposeída la Farmacia de su lugar, un poco por abandono propio, y otro poco por ambiciones de otras profesiones.

Y termina advirtiendo que la Farmacia tiene su lugar señalado en la Sanidad pública, pero que, si no se apresuran a ocuparle, como el puesto

no puede quedar vacante, será ocupado por otras profesiones.

Se leen las conclusiones conocidas de vindi­cación de los farmacéuticos titulares, que serán presentadas al Ministro de la Gobernación, en una instancia.

Y , a petición de varios asambleístas, Herrero de la Orden da una breve conferencia sobre la Caja, en que demuestra las excelencias, por ninguna otra institución benéfica igualadas, de esta sólida institución farmacéutica.

Y cumplido el fin para que se habían reunido los asambleístas, celebraron el éxito con un mag­nífico banquete, admirablemente servido por el Hotel del Comercio.

A l final, como de costumbre, se desbordó la elocuencia de los comensales, y leyó unas cuar­tillas muy bien escritas, para ofrecer el banquete, el leader de los titulares Manuel Hernández; un médico y periodista, cuyo nombre no hemos podido saber, habló con humorístico gracejo ; un farmacéutico, cuyo nombre tampoco ha llegado a esta redacción, leyó unas cuartillas; Ruiz Heras, mostró sus vivas simpatías, que constan­temente prueba, hacia la clase farmacéutica; Maestre entonó un canto a la cultura farmacéu­tica, y el Inspector provincial de Sanidad repitió sus discretos conceptos de la mañana.

Terminado el banquete, los unos marcharon a admirar las bellezas arquitectónicas de la sin par Salamanca; algunos a los toros; Herrero a continuar su pesca de socios para la Caja, satisfactoria, según noticias, y Escolar, después de cursar los obligados telegramas, a continuar su viaje triunfal, levantando corazones y desper­tando entusiasmos, con su extraordinaria facun­dia : a Valladolid, primero; a Burgos, después; a Falencia, y, el día 30, a Madrid, para asistir a; la reunión del Comité de preparación del Con­greso farmacéutico ibero-americano.

Por la transcripción de lo oído, R. E. P o R T E R

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JUSTA REPARACIÓN.—Los PATRONATOS PARA LA PROTECCIÓN DE ANIMALES Y PLANTAS.—Por Real orden circular del 23 de junio, que pu­blica la Gaceta del 27, se dispone, entre otras cosas, ((que se incrementen con un Farmacéutico, ^

donde existan representantes de esta clase, tanto los Patronatos provinciales como los locales, y así los ya constituidos como los que queden por constituir».

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L A FARMACIA ESPAÑOLA 267

E L TIMBRE MÓVIL EN LAS ESPECIALIDADES FARMACÉUTICAS.—Por Real orden de 10 de julio, publicada en la Gaceta del 14, se dan mayores facilidades para el pago en metálico por los productores del impuesto del timbre sobre los productos envasados.

EL EMPLEO DE BOTES USADOS PARA EL ENVASE DE LAS CONSERVAS ALIMENTICIAS.—La misma Gaceta del 14 de julio publica una circu­lar de la Dirección de Sanidad reiterando la prohibición de emplear botes usados para el envase de las conservas alimenticias.

EL REGISTRO DE ESPECIALIDADES FARMA­CÉUTICAS. — CAMBIO DE JURISDICCIÓN. — La Gaceta del 1 5 de julio publica el siguiente Real decreto :

MINISTERIO DE L A GOBERNACION EXPOSICIÓN

Señor: Creado por Real decreto de 22 de diciembre de 1924 el Instituto Técnico de Com­probación, en él se realizan cuantas valoraciones son precisas para garantizar ila actividad de los productos biológicos y la composición cuantitativa y cualitativa de las especialidades, farmacéuticas, función que es consecuencia necesaria del registro de medicamentos prevista en el artículo 21 del Real decreto de 9 de febrero de 1924.

Pero la tramitación de las obligaciones y re­soluciones que este último Real decreto impone, al cumplimentarse en depeindenciás y locales dis­tintos, crea dificultades numerosas y a veces dualidad de intervenciones que perjudican al interés general y a la buena marcha de la admi­nistración -sanitaria; de donde surge la conve­niencia de unificar y recoger en un solo Centro toda la materia relativa a la aplicación del Re­

glamento para al elaboración y venta de espe­cialidades farmacéuticas.

Por las razones expuestas, el Ministro que suscribe somete a la aprobación de V . M , el siguiente proyecto de Real decreto.

Madrid, 25 de j u n i o de 1928. SEÑOR :

A . L . R. P. de V . M . , SEVERIANO MARTÍNEZ ANIDO

R E A L DECRETO N ú m . 1.207

A propuesta del Ministro de la Gobernación y de acuerdo con M i Consejo de Ministros,

Vengo en decretar lo siguiente : Artículo 1.0 A partir del 1.0 de agosto pró­

ximo, la aplicación del Reglamento promulgado por Real decreto de 9 de febrero de 1924 pa­sará a ser de la jurisdicción exclusiva de la Dirección general d e l Instituto Técnico de Com­probación y de Restricción de Tóxicos, debiendo, por consiguiente, verificarse en ella el registro de las e s p e G i a l i d a d e s farmacéuticas, sueros, vacunas, productos biológicos, desinfectantes, sustitutivos de la lactancia materna y de cuantos preparados puedan ser en lo sucesivo objeto de iguales o análogas medidas.

Artículo 2.° Para la aplicación de las dis­posiciones que afectan a esta materia y a las derivadas del Real decreto-ley de Restricción

s de estupefacientes, promulgado en 5 de mayo último, los Inspectores farmacéuticos de las Aduanas, los Subdelegados de las tres ramas y los Inspectores provinciales de Sanidad depen­derán de la citada Dirección.

Dado en Mi Embajada de Londres a diez de julio de mil novecientos veintiocho.

ALFONSO El Ministro de la Gobernación, SEVERIANO MARTÍNEZ ANIDO

S U E L T O S Y N O T I C I A S TRABAJOS DEL INSTITUTO TÉCNICO DE COM­

PROBACIÓN.—(Del Boletín técnico de la Direc­ción de Sanidad).

Se han analizado en el mes de mayo 38 es­pecialidades, de las que a ocho hay que oponer algún reparo.

La núm. ... es un preparado que dice con­tener jarabe de cereza, que es artificial en color y en perfume.

La núm. ... es una preparación tónica que contiene menor cantidad de hipofosfito de la que el rótulo indica, quizá por el empleo de una

nomenclatura caprichosa para despistar a los imitadores.

La núm. ... es de uso externo ; afirma contener un producto que parece orgánico por el nombre, pero que es alumbre.

En la núm. que son pildoras laxantes, se ba encontrado, además de lo que declara, fenoltaleína.

La analizada con el núm. ... es un antible-norrágico de los clásicos a base de copaiba, con notoria escasez de esta substancia, porque de­clara el rótulo tener 0,20 gramos y la gragea

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entera pesa 0,14, incluido la pimienta de cu-beba, la magnesia y el almidón que contiene.

La especialidad núm. ... es un coaltar de título fijo, pero no llega el que en verdad tiene la preparaciSn a la décima parte de lo que hace suponer el rótulo del envase. No hay en esto mala fe ni propósito de tergiversar los he­chos por parte del autor, es sólo resultado de una interpretación errónea. El preparar sólo un producto con X cantidad de una droga no su­pone que la contenga al terminar la operación preliminar del envase.

Un producto de finalidad suspechosa es el núm. que dice contener un perhidrol que es evidente no puede existir en la forma que indica.

La especialidad núm. ... es una copia de una fórmula magistral que quizá permanezca in­alterada algún tiempo, pero no el que lógicamente ha de estar en almacén antes de llegar al cliente. Constituye ya una incompatibilidad la adminis­tración de sales de hierro con extractos de plantas ricas en taminos, si no se evita la precipitación por métodos adecuados. Por este motivo, la que criticamos es de aspecto poco grato. Ya que el afán de envasar todo llega a extremos nada sim­páticos, cuando se haga procédase con la pul­critud científica y con el esmero técnico conve­nientes.

OPOSICIONES.—El Boletín del Ayuntamiento de Madrid del 25 de junio último, publica la convocatoria y el programa para las oposiciones a dos plazas de Perito-químico con 4.340 pesetas y otras de Ayudante, gratuitas, con destino al Laboratorio municipal.

Las oposiciones se celebrarán en septiembre.

NUEVO DOCTOR.—Ha alcanzado el grado de doctor en "Farmacia el ilustre Secretario del Colegio de farmacéuticos de Barcelona D. Bar­tolomé Rolg Perelló.

La tesis para optar a este grado ha sido un interesantísimo trabajo sobre ((Contribución al es­tudio de la tisis bacteriana transmisible».

Sea enhorabuena.

UNA GRAN CRUZ.—En la última Asamblea de inspectores provinciales de Sanidad se acordó solicitar para el doctor Bécares, Inspector de Sanidad interior, la concesión de una gran cruz.

Merecidísima la distinción solicitada para el ilustre sanitario, a ella debe cooperar la clase

farmacéutica, porque es el doctor Bécares uno de los contadísimos sanitarios que no tiene de la Sanidad el criterio unilateral de función mé­dica exclusivamente, sino el de que es función compleja que requiere el concurso de todas las profesiones sanitarias.

INSTITUTO DE COMPROBACIÓN.—La Gaceta del 17 de julio publica la convocatoria y el programa para las oposiciones a una plaza de Jefe y otra de Auxiliar técnico de la Sección de ((Fisiología farmacológica» del Instituto de Comprobación, dotadas, respectivamente, con las gratificaciones anuales de 12.000 y 10.000 pesetas.

A la oposición pueden concurrir médicos, far­macéuticos y veterinarios.

Ln el número citado de la Gaceta pueden ver las condiciones y el programa de la oposición, aquellos de nuestros lectores a quienes interese.

NECROLOGÍA : D. NICASIO MONTES GAR­Z Ó N . — A consecuencia de gravísima enfermedad, soportada con entereza y resignación, ha dejado de existir en Granada, el día 12 de julio último, el prestigioso farmacéutico D . Nicasio Montes Garzón, ex presidente de aquel Colegio, subde-lago de uno de los distritos de la capital y muy querido amigo nuestro. Conocidísimo y apreciado de cuantos se preocupaban de la marcha direc­tiva de la clase, por su directa intervención en reuniones y asambleas, la muerte del Sr. Montes ha de ser generalmente sentida; y grande y dolorosa la sorpresa de cuantos le contemplaron últimamente, pleno de salud y en posesión de los mejores años de la vida.

A su desconsolada viuda y demás familia enviárnosles la expresión sincera y sentidísima de nuestro pesar.

Registro de marcas

y de especialidades farmacéut i cas

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