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  • La antologa de lecturas Leamos mejor da a da. Tercer grado, fue elaborada en la Coordinacin Sectorial de Educacin Primaria.

    Alonso Lujambio IrazbalSecretara de Educacin Pblica

    Luis Ignacio Snchez GmezAdministracin Federal de Servicios Educativos en el DF

    Antonio vila DazDireccin General de Operacin de Servicios Educativos

    Germn Cervantes AyalaCoordinacin Sectorial de Educacin Primaria

    Coordinacin del proyecto:Felipe Garrido

    Academia Mexicana de la Lengua:Laura Nakamura Aburto

    Seleccin de textos:Dulce Mara Heredia MorenoMaritza Ching Mendoza

    Colaboracin:

    Mara Baslidis Hernndez Lugo

    La mayora de los textos reunidos en esta antologa proceden de los libros que se hallan en las bibliotecas escolares y de aula. La lectura que se hace al inicio de cada jornada escolar es una invitacin para que los alumnos y los maestros busquen el libro y lo lean completo.

  • ndice

    Presentacin 11

    1. El caminante de los pies gigantes 13 2. Los cuatro amigos 14 3. El Manchas 15 4. La nia que yo ms quiero 16 5. Urbano. A la maestra le duele la cabeza 17 6. Urbano ladrn de palomitas? 18 7. La tortuga pocaprisa 19 8. Anbal y Melquades 20 9. El aire y las nubes 21 10. Cmo se mide el tiempo? 22 11. El instrumento que todos llevamos puesto 23 12. Tigres de la otra noche 24 13. Culguenme! 25 14. De qu colores somos? 26 15. Los viajeros y el oso 27 16. La biblioteca imaginaria 28 17. Leyenda del sol y la una 29 18. Los viajes del abuelo 30 19. La tortuga que suea 31 20. Niito, ven... 32 21. Trabalengero I 33 22. Caperucita Roja y el lobo 32 23. El delfn 34 24. Adivinanzas para jvenes detectives 34 25. La peor seora del mundo 35 26. Dos poetas 36 27. El peinado de la ta Chofi 37 28. La bruja mala 39 29. El gallo 40 30. La rana 40 31. Lo que mi to piensa de Cristbal Coln 41

  • 32. El canto de las ballenas 43 33. As es la vida 44 34. Rayos y truenos 46 35. El pozo de los deseos 47 36. Dos poemas para pensar 48 37. Sapo y Sepo quieren un helado 49 38. Cuando una gripa se establece 50 39. Confieso que he soado 51 40. Las palabras que se lleva el viento 52 41. Nuestra vecina la Luna 52 42. Cuando sea grande quiero ser 53 43. La huesuda tabla del ocho 54 44. Nuevos juegos de palabras 56 45. Sabes contar hasta un googol? 57 46. Otros dos poemas con sol y son 58 47. Para masticar a gusto 59 48. rase una nia 59 49. Hola beb 60 50. Ah vienen los monos 61 51. Cmo inyecto las medicinas? 62 52. El amor es un nio travieso 63 53. El hipo de Ins 63 54. De la A a la Z por un poeta 65 55. Dinosaurios 66 56. Ms adivinanzas para jvenes detectives 67 57. Los tres deseos 68 58. El banquete 68 59. Existen planetas ms all

    del Sistema Solar? 70 60. T sabes por qu tenemos sed? 71 61. El seor de los siete colores. 72 62. Cancin del querer 73 63. Por qu dan comezn los piquetes

    de mosquito? 74 64. Icnocuicatl 76

  • 65. Los colibres 77 66. De cmo Fabin acab con la guerra 78 67. La bicharacha tabla del nueve 79 68. Corazones perdidos 80 69. Trabalengero II 81 70. El valor del agua 82 71. La patita 83 72. Cancin del estornudo 84 73. Te arriesgaras a una aventura

    en el espacio? 85 74. Versos para jugar 86 75. Me como esa coma! 87 76. Cuando la tierra iba a partirse 88 77. Bestiario Nahurraramuri 90 78. Una mascota inesperada 91 79. Es posible operar sin que duela? 93 80. Mi problema con los relojes 94 81. Por qu al petrleo se le llama

    oro negro? 95 82. El taxista (una leyenda) 96 83. Las hormigas. Trabajadoras incansables 97 84. Uh, qu lino 98 85. La madre tierra 99 86. Ms adivinanzas para jvenes detectives 100 87. Qu pas con la gente del Nuevo

    Mundo cuando lleg Coln? 101 88. La piel es nuestro escudo 102 89. Los primeros viajes espaciales 103 90. Trabalenguas 104 91. El da y la noche 105 92. Versos para jugar 106 93. El reino del revs 107 94. Jugando con fantasmas 108 95. Los bebs y el ombligo 109 96. Chistes para rer 110

  • 97. El Diario de Ana Frank 111 98. Toms aprende a leer 112 99. Miles de millones de estrellas 114 100. Duerme bien 115 101. Trabalengero III 116 102. Tiemblen dragones! 117 103. El valor del agua 119 104. Joaqun y Maclovia se quieren casar 120 105. Dinosaurios II 121 106. Madrigal 122 107. Las glotonas 122 108. La camella bailarina 123 109. Mis zapatillas 124 110. Cmo se forman las caries? 125 111. El Sol es nuestra estrella 126 112. Picasso para nios 127 113. El rey del desierto 128 114. El tigre de Pablo 130 115. El murcilago 131 116. Es contagioso! 132 117. Versos que tach en mi cuaderno 133 118. Mal aliento 133 119. Las risas del monte 134 120. Cinco patas en lugar de cuatro 135 121. La conquista del cielo 136 122. Dos poemitas 137 123. Los secretos del agua 138 124. Frida 139 125. Montaas 140 126. Juegos de palabras 141 127. El nio y el pap 142 128. La mariposa y el grillo 143 129. Nuestra calle tiene un problema 143 130. El unicornio 144 131. San Serafn del Monte 145

  • 132. El cedacero 146 133. Mi trabajo como hada de los dientes 147 134. Viaje 149 135. Por el cao 150 136. El viaje 151 137. La noche de las muecas 152 138. La venganza contra el chistoso 154 139. Teseo y el Minotauro 154 140. Consecuencias atroces 156 141. La gran pregunta 157 142. El gato y el ratn 157 143. Comidas y recetas 158 144. Conozco los alimentos 159 145. Cinco gatos atigrados 160 146. La naturaleza es rara 161 147. Poemas con sol y son.

    Lo que dicen los colores 161 148. El fantasma con mala suerte 162 149. Nidos y guarderas 164 150. Adivinanzas de Mxico 164 151. Los hijos del milpero 166 152. Por qu son diferentes

    las huellas digitales? 167 153. Tengo piojos! 168 154. Dos fabulitas 169 155. No puedes ver tus huesos

    con binoculares 170 156. La monstruosa tabla del dos 171 157. La historia de Sputnik y David 172 158. Horripilario 173 159. Muerte de los dinosaurios 174 160. Pajarillo barranqueo 175 161. Nios y nias 175 162. Tuiiiiii El murcilago 176 163. Cmo me pongo dientes? 177

  • 164. Para qu cocinamos? 178 165. Voces en el parque 179 166. Nuestra tierra 180 167. Pequeo cuento de horror 181 168. Tus dientes 182 169. Tarde otoal en una vieja

    casa de campo 183 170. El seor que nunca alcanz 183 171. Qu animal eres? 184 172. Cabecita rubia 186 173. Mira las caras! 187 174. El mar 188 175. El general grillo. Cuento chontal 189 176. El mejor premio del mundo 190 177. Dos poemas lindos 190 178. Animales mexicanos 192 179. La charca 193 180. Muvete 194 181. Tener una familia 195 182. La pulga y el camello 196 183. Leo y el misterio de los amuletos 197 184. De cmo se instal la gata 198 185. El encuentro 199 186. Don Lalo malos modos 200 187. Poema del enamorado de la maestra 201 188. El nio que se convirti en pjaro 201 189. El ruiseor y la nia 202 190. Mi caballito 203 191. La rana y el zopilote. Cuento nahua 204 192. Nombres vegetales 206 193. De nuestro diccionario macabro:

    vampiros 207 194. Calaveras 208 195. El viento y el sol. Cuento totonaca 209 196. Refranes pareados 210

  • 197. El pjaro del alma 211 198. Tajn y los siete truenos I 212 199. Tajn y los siete truenos II 213 200. Tajn y los siete truenos III 214 201. Nicols 215 202. Por qu meten la cabeza

    en el agua los patos? 217 203. Una familia numerosa y rica 217 204. El Cucaracho 218 205. El carnaval de Ro 219 206. La mquina de hacer las tareas 220 207. Un Tango para Hilvanando 221

    Crdito de ilustraciones 225

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    Presentacin

    Este libro se hizo para que tus maestros tengan ms a la mano un texto lindo, atractivo, a veces misterioso, til, tristn, heroico... para comenzar el da de clase, todos los das, con una lectura muy cortita, pero siempre interesante y divertida.Ahora t lo tienes en las manos y puedes hacer tus propias lecturas, todos los das, como en la escuela, y tambin todos esos otros das en que no vas a la escuela.Este libro se puede leer de muchas maneras:

    1) Se puede empezar por el principio y terminar por el final, como casi todos los libros.

    2) O abrirlo donde caiga y leer el texto que comience en esa pgina.3) O comenzar por el final y seguirse al revs, hasta llegar al texto 1.4) O leer primero todos los textos pares (2, 4, 6...) y seguirse con los

    nones (1, 3, 5...); o comenzar leyendo slo los que tengan un 5, como 5, 15, 25... pero tambin 50, 51, 52...

    5) O de cualquier otra manera que inventes. Lo importante es que, a final de cuentas, hayas ledo todos los textos. Algunos, estoy seguro, los habrs ledo ms de una vez. Otros los habrs ledo con tus amigos y amigas, o con tus padres o, si tienes mucha suerte, con algn maestro... y esas lecturas las recordars siempre porque pocas cosas pueden compararse con lo divertida y provechosa que es una lectura compartida y platicada y discutida con la gente que nos cae bien o que queremos o que nos gusta.

    Igualmente importante es que aproveches que estas lecturas te llevan a otras. Muchsimos de los textos que se recogen aqu vienen de los libros que estn en tu aula y en la biblioteca de la escuela. Lo puedes ver al final de cada

  • Tercer grado

    texto: all dice de dnde fue tomado. Sigue esas pistas... Que no se te escapen esas lecturas.

    Para terminar: qu vas a hacer con todo lo que aprenders con estas lecturas?; y con todas esas historias unas reales, otras ficticias de las que te vas a enterar?; y con todos esos datos cientficos e histricos?; y con todas esas maneras de decir y de sentir que nos llegan con la poesa?; y con todas esas opiniones sobre los problemas de nuestra sociedad? Ten cuidado. Capaz que te empiezan a crecer insoportablemente la simpata, la inteligencia, la memoria, las ocurrencias, las cosas que puedes contar y de las que sabrs hablar. Deja de soar. Ocpate de lo que tienes pendiente. Aqu est el libro. Es tiempo de leer.

  • 13

    1. El caminante de los pies gigantes

    Haba una vez un seor muy alto, que tena los pies tan grandes, que con un solo paso avanzaba como si hubiera dado tres.

    El seor estaba orgulloso de sus pies, porque gracias a ellos poda hacer lo que ms le gustaba: viajar.

    As, recorra con gusto los caminos. Su nica propiedad era una bolsa donde guardaba un recuerdo de cada lugar que visitaba.

    Un da se encontr a un pastor; luego de platicar un rato, ste le presumi:Fjate que all en mi tierra, viven unos peces que vuelan; y t de dnde eres?El seor se qued callado. No recordaba de dnde era, por eso respondi:No s. Hace tanto tiempo que viajo, que ya lo olvid.Si quieres te llevo con alguien que te puede ayudar dijo el pastor.Entonces fueron a ver a un gran sabio que viva en una cueva.All, el sabio dijo:Busca unas piedras que tienen huellas de pies como los tuyos; aunque

    escuches ruidos extraos, no temas, all conocers tu origen.A partir de ese da, el seor camin ms rpido an, pues deseaba encontrar

    las piedras. Fue al mar, a los cerros y al bosque, pero las piedras no aparecan.As lo hizo, pero su viaje era cada vez ms largo. Ya le dolan los pies y

    miraba sin inters lo que haba a su alrededor.Una tarde oscureci temprano y el seor no pudo continuar su viaje. De pronto,

    oy unas voces en el viento. Asustado, puso una mano sobre su odo y se durmi. En su sueo, vio dos gigantes parecidos a l, aunque ms altos y con pies enormes.

    Ha terminado tu bsqueda le dijo uno de ellos.El otro gigante continu:Un da, a nuestro pueblo lo destruy el egosmo. T eres el ltimo

    gigante, ahora que lo sabes, sigue tu viaje y haz el bien. En eso, el seor despert. Frente a l, estaban las piedras que tanto

    busc. Eran muy grandes y tenan las huellas de sus antepasados. Luego de un rato, recogi una piedrita y la guard en la bolsa de su pantaln.

    Era tiempo de seguir su camino, ya saba dnde haba nacido.

    Gloria Morales Veyra, El caminante de los pies gigantes, Claudia de Teresa, ilus. Mxico, sep-Conafe, 2001.

  • Tercer grado

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    2. Los cuatro amigos

    Tiempo atrs, en las selvas de la India los animales tenan la capacidad de razonar y hablar. Un da, un cuervo reposaba tranquilamente a la sombra de un rbol, cuando vio acercarse a un cazador con muy malas intenciones.

    El ave se qued muy quieta para no llamar la atencin del hombre y vio cmo pona una trampa para cazar, y colocaba trigo encima de ella. Al cabo de un rato, una bandada de palomas lleg para comerse el trigo. En cuanto pusieron sus patitas en la trampa, una red cay sobre ellas y quedaron atrapadas. Pero haciendo uso de su inteligencia, las palomas aletearon y volando con la red sobre ellas, fueron con el amigo ratn y ste, sin pedir nada a cambio, mordi la red con sus dientecillos y logr liberar a las palomas.

    El cuervo vio el acto de generosidad del ratn y dese con todas sus fuerzas ser su amigo. Despus insistir y de que el ratn perdi el miedo al cuervo, ambos se hicieron amigos y se fueron a vivir a un lugar donde haba agua y pastos, donde nadie pudiera matar al ratn.

    En su nuevo hogar, el ratn y el cuervo se encontraron con la tortuga, quien no los reconoci y, muerta de miedo, se lanz al agua. Sin embargo, cuando reconoci la voz del cuervo, quien era su amigo, la tortuga sali tranquila.

    El ratn comenz a contarles sus hazaas y cmo haba aprendido a valorar la amistad sincera por encima de todas las cosas. As los tres se fueron haciendo inseparables.

    Un da, lleg un venado asustado porque lo perseguan unos cazadores y tanto el ratn, como el cuervo y la tortuga lo aceptaron y protegieron. El venado permaneci algn tiempo con ellos, pero un da no volvi. El cuervo vol para buscarlo y lo encontr atrapado en una red. Regres a contarles a los otros dos, y juntos fueron a rescatarlo. El ratn cort con sus dientes la red, pero venado sinti mucha tristeza, porque cuando regresara el cazador la nica que no podra escapar sera tortuga. Y as fue.

  • LEAMOS MEJOR DA A DA

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    Al volver el cazador, el cuervo vol, el ciervo corri y el ratn se escondi, y la pobre tortuga fue puesta en una red. Al ver a su amiga atrapada, los otros tres amigos idearon el plan perfecto para rescatarla,

    Quieren saber cul fue ese plan? Ok, pero esa ser otra historia.

    Sara Nava Sanmilln, Los cuatro amigos. Mxico, sep-Nuevo Mxico, 2004.

    3. El Manchas

    Javi es un nio que tiene un perro que se llama El Manchas. En la parte de la historia que vamos a leer hoy, el nio y el perro estn separados.

    Javi se siente como si se hubiera quedado manco, cojo, sin su sombra. As era como se senta sin su perro El Manchas. Era cierto que el nuevo pas era bueno y ms saber dos idiomas, pero estar sin El Manchas, era como estar sin su alma.

    Por su parte, El Manchas tena como dueo a alguien que pretenda ser su amigo y quien se vea buena persona; an as, El Manchas, que estaba en un buen lugar, al menos con un espacio ms grande que el que tena con Javi, extraaba de la misma forma a su antiguo dueo.

    Y como Javi no resisti ms tiempo la ausencia de su amigo El Manchas, decidi romper el cochino [su alcanca] para poder ir en busca de l. Saba que su madre se preocupara al no encontrarlo en casa, pero el regao vala la pena.

    Javi sac las monedas y venciendo sus miedos de salir solo, tom el autobs y despus de tanto buscar y sudar por los nervios de andar solo en la ciudad, encontr la direccin. Al tocar la puerta le abri una seora que al verle el aspecto tan cansado, le invit una limonada, pero del perro no deca nada. Despus de una gran insistencia por parte de Javi, la seora le dijo que, en efecto, su hijo haba tenido al perro, pero que lo haba vendido.

    Mientras tanto El Manchas, despus de haber bebido un poco de agua para aguantar el viaje, decidi escapar de su actual dueo, por bueno que fuera. El Manchas no hallaba una salida; no, al menos, la que lo obligaba a pasar por unos perros igual o ms furiosos que l. Corri y corri y salt la cerca, pero al hacerlo, su pata se lastim. La ciudad pareca muy grande.

  • Tercer grado

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    Javi fue a buscar al nuevo dueo. El seor lo vio y reconoci por quin vena pero, desgraciadamente, El Manchas, ya no estaba. Tanto viaje para nada.

    El telfono son. Al principio la tristeza no permiti a Javi poner atencin a la llamada, pero pronto entendi que quien llamaba era su mam. Muerto de miedo y tristeza comenz a llorar y escuch lo que su madre le dijo:

    Hijo! El susto que me has dado. No debiste marcharte as, sin avisarme. Pero mira, te voy a poner a alguien en el telfono, alguien que ha hecho un largo viaje y que est loco por verte.

    A travs del telfono, Javi oye un raro jadeo y despus un ladrido, un ladrido largo, impaciente, conocido.

    De quin era ese ladrido?

    Marins Medero, El Manchas. Mxico, sep-Smara, 1986.

    4. La nia que yo ms quiero

    Cmo decir cmo es la gente que queremos ms? El mejor camino es la poesa. Vamos a leer un breve poema. Lo vamos a leer dos veces, y a ver si alguien se lo aprende de memoria.

    La nia que yo ms quierotiene la vida en los ojos, lgrimas en el paueloy sabe hablar con las manosla nia que yo ms quiero. Tiene los pies en el sueloy msica en los odosy en el corazn un vuelco, y canta con todo el cuerpoLa nia que yo ms quiero.

    David Chericin, La nia que yo ms quiero en El amor es un nio travieso.Mxico, sep-Panamericana, 2005.

  • LEAMOS MEJOR DA A DA

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    5. Urbano. A la maestra le duele la cabeza

    Un da, cuando Urbano festejaba su cumpleaos nmero diez, sus orejas comenzaron a hacerle pequeas travesuras: la oreja chica empez a escuchar cosas que la oreja grande no captaba. Y por su parte, la oreja grande continu oyendo las cosas que a la pequea ya no le interesaban.

    Por la oreja grande, Urbano pudo escuchar Las maanitas que le cantaron por su cumpleaos, las palabras de su pap cuando le entreg su regalo, las risas de sus amigos, las canciones que surgan del aparato de msica, los estornudos de su abuela y el regao que le puso su maestra el lunes siguiente por no llevar la mochila. O sea: la oreja grande de Urbano funcionaba exactamente igual que cualquier oreja del mundo.

    En cambio, la oreja chica empez desde ese da a escuchar cosas que otras orejas no oan.

    Al da siguiente de su fiesta de diez aos, mientras desayunaba en compaa de sus paps y de su hermano mayor, Urbano escuch muy claramente, a travs de su oreja ms pequea, lo que estaba pensando su pap: Dentro de quince das empiezan las vacaciones y a m todava no se me ha ocurrido qu hacer. A lo mejor no es mala idea ir otra vez a la playa...

    S pap, se apresur a comentar Urbano con entusiasmo, me encantara que furamos otra vez a la playa.

    Estuvo de lujo el ao pasado, verdad?Yo no dije nada asegur el pap sorprendido.Por qu dijiste eso de ir a la playa? pregunt la mam, tambin

    extraada.Lo o clarito...Yo no dije nada! Solo estaba pensando...Yo tampoco o nada se meti el hermano en la conversacin, aunque

    la verdad no estara nada mal. A m tambin me gustara ir otra vez a la playa.El lunes en la escuela volvi a sucederle lo mismo: escuch los

    pensamientos de su maestra: Con este dolor de cabeza, no s por qu vine a dar clase...

    Si le duele la cabeza, maestra dijo Urbano en cuanto ella le permiti hablar, podemos salir al patio...

    Y por qu crees que me duele la cabeza? le pregunt.

  • Tercer grado

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    Es que usted lo dijo...Yo no dije nada! grit, verdaderamente molesta de que uno de sus alumnos se hubiera dado cuenta de su malestar. De cualquier manera es una buena idea: salgan al patio, anden, salgan todos al patio y djenme en paz...Durante los siguientes das el odo chico de Urbano continu escuchando lo que pensaban sus paps, hermano, su abuela, su ta Ernestina, sus vecinos, sus compaeros de escuela y el dueo de la tienda de helados.Para l mismo, los extraordinarios poderes que tena eran del todo inexplicables. De cualquier manera, la vida segua su curso y nadie se tomaba en serio las locuras de un nio que aseguraba or lo que pensaban los dems.

    Francisco Hinojosa, A la maestra le duele la cabeza en Las orejas de Urbano, El Fisgn, ilus. Mxico, sepSantillana, 2007.

    6. Urbano Ladrn de palomitas?

    Pero sucedi que una vez, una tarde soleada en la que su mam decidi premiar sus buenas calificaciones con una visita a la feria, Urbano escuch los pensamientos de un hombre que estaba formado detrs de l en la fila para comprar las palomitas de maz: Si el polica intenta hacerse el valiente tendr que matarlo...

    Al principio, Urbano se asust porque imagin que ese hombre iba a llevarse las palomitas sin pagar y que iba a matar a alguno de los policas que vigilaban el lugar si intentaban detenerlo. Pero no sucedi nada de eso: el hombre entreg su moneda y se perdi entre la gente que haca cola para subirse al inmenso carrusel.

    Por voluntad propia decidi no decirle nada a nadie de lo que haba registrado de su oreja ms pequea.

    Sin embargo, dos das despus, cuando su mam lo llev a una tienda del Centro para comprarle calcetines y calzones, Urbano volvi a toparse con el tipo en las escaleras elctricas y escuch de nuevo sus pensamientos: Ha llegado la hora. Debo estar tranquilo ante la gente del banco para que sepan que si no me entregan el dinero tendr que matar a quien se oponga.

    A Urbano ya no le quedaba ninguna duda: ese hombre planeaba asaltar un banco, y slo l lo saba.

  • LEAMOS MEJOR DA A DA

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    Se lo confi primero a su mam: Pero ella slo le dijo, a su oreja grande, que ya dejara de imaginar tantas cosas y se inventara otro juego, y a su oreja chica: Este nio tiene una imaginacin muy rara, no es como la de todos los dems: Yo creo que lo voy a tener que llevar con el doctor.

    Urbano, por supuesto, no se atrevi a responderle que l por ningn motivo ira a ver al doctor, que slo saba poner inyecciones y recetar jarabes que saben a medicina revuelta con cerezas.

    Francisco Hinojosa, Ladrn de palomitas? en Las orejas de Urbano,El Fisgn, ilus. Mxico, sep-Santillana, 2007.

    7. La tortuga Pocaprisa

    La tortuga Pocaprisatiene su modo de andar: camina un poco y se paraa ver el viento pasar. La tortuga Pocaprisatiene su modo de andar: si descansa, no camina, y el viento la deja atrs.

    La tortuga Pocaprisatiene su modo de andar: pasan las nubes corriendo, y el tiempo las deja atrs. Tiene el nio su sonrisatiene sus olas el mar: la tortuga Pocaprisatiene su modo de andar.

    Cada uno de nosotros tiene su modo de andar, se han fijado? Cada quien trate de describir cul es su modo de andar.

    Floria Jimnez, La tortuga Pocaprisa en Ana Garraln (antologadora), Si ves un monte de espumas y otros poemas. Antologa de poesa infantil hispanoamericana, Mxico, sep-Anaya, 2002.

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    8. Anbal y Melquades

    Melquades era el nio ms fuerte y ms temido de la escuela. Poda cargar el escritorio de la maestra con todo y maestra arriba; era capaz de pelear solo contra dos de tercero, mataba los alacranes con la mano y poda comerse una lata completa de chile. Una vez dej la marca de su poderoso puo en una puerta y un da rompi con la frente el pizarrn. Hasta el maestro de deportes le tena miedo, pues de vez en cuando Melquades le pona un azotador en la bolsa de su saco.

    En cambio Anbal era el nio ms dbil y flacucho de la escuela. Chupaba los dulces porque no tena fuerza para morderlos, le costaba trabajo partir un cartoncillo en dos, daba las gracias cuando alguien le robaba su comida en el recreo y lloraba cuando sus compaeros le decan de broma Anbal canbal. Muchas veces, su mam tena que cargarle la mochila porque l se cansaba antes de llegar a la escuela. Una noche se cay de la cama y, como ya no tuvo fuerzas para levantarse, prefiri dormir en el suelo...

    El ltimo viernes de cada mes, el director de Dos ms dos menos dos igual a dos organiz un torneo en el que tenan que concursar todos los alumnos de la escuela. Cuando el director anunci el concurso de mayo fue para Anbal un da feliz: habra un torneo de circo. Al llegar a su casa tom el telfono y marc el nmero de Merln-ln. Estaba seguro de que l lo ayudara.

    Voy a ensearte el mayor de mis secretos le dijo el mago cuando Anbal termin de platicarle sobre el concurso. Nadie habr en el mundo que pueda ganarte.

    Cundo? pregunt Anbal ansioso.El sbado en la noche.

    No se mueren de ganas de saber qu pasar? Ojal, en las lecturas de los das que vienen, encontremos qu sucedi. Los impacientes vamos a buscar el libro para enterarnos.

    Francisco Hinojosa, Anbal y Melquiades. Mxico, sep-fce, 1996.

  • LEAMOS MEJOR DA A DA

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    9. El aire y las nubes

    La Tierra est rodeada de aire. All estn las nubes que el aire arrastra. Seguramente has visto cmo se mueven.

    El aire tambin transporta polvo, por eso a veces el cielo se ve gris y no azul.El aire es por donde vuelan las mariposas y los pjaros.Las nubes suelen ser blancas. Puedes jugar a mirarlas e imaginar que

    tienen formas de objetos, plantas, animales y hasta de personas que conoces.Aunque parecen bolas de algodn, son de vapor de agua. Cuando se

    ponen grises es que va a llover.

    El arcorisLas nubes son pequeas gotas de agua.Cuando las gotas crecen, caen en forma de lluvia.Cuando los rayos del Sol iluminan las gotas de lluvia, se forma el arcoris.Tambin puedes ver el arcoris en algunas fuentes y cascadas.

    Julieta Fierro, El aire y las nubes en El da y la noche. Mxico, sep-Santillana, 2003.

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    10. Cmo se mide el tiempo?

    El tiempo es algo misterioso. No puedes verlo. No puedes orlo. No puedes atraparlo con una red y ponerlo en un frasco. Pero sabes que el tiempo existe, porque puedes sentir cmo pasa.

    En cierto modo, el tiempo es como el viento. No puedes ver el viento, pero puedes ver qu pasa cuando sopla. Los papalotes vuelan en el aire, las nubes se mueven en el cielo, y los barcos navegan en el mar.

    Y puedes ver qu ocurre cuando pasa el tiempo. Las flores se transforman en manzanas, los cachorritos se convierten en perros, y las orugas en mariposas.

    Pero el tiempo es ms misterioso que el viento. Es tan misterioso que ni los ms grandes pensadores y cientficos pueden explicar qu es.

    Pero aun as, es un misterio que podemos medir. No lo podemos medir con una cinta mtrica, claro. Esto es lo que utilizaras para medir un caimn.Un reloj puede medir el tiempo Pero antes no haba relojes!

    Cmo se mide el tiempo, pues? A ver quines lo averiguan y lo escriben en una hojita. Pregunten en casa, platquenlo entre ustedes y con otros amigos.

    Robert E. Wells, Cmo se mide el tiempo? Mxico, sep-Juventud, 2004.

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    11. El instrumento que todos llevamos puesto

    Seguramente pensars que los chisposos ya no sabemos cantar, pero no es as. Lo que sucede es que, cuando cantamos, nuestro cuerpo funciona como un instrumento musical. Listos para comprobarlo? Coloquen las yemas de los dedos sobre su garganta y despus digan con fuerza AAAAA [Conviene hacerlo con el grupo].

    Notan cmo vibran las cuerdas de su instrumento? Claro, las cuerdas vocales que tenemos en la laringe. Ellas se estiran o se contraen para dar tono particular a la voz. Pero tambin se abren o se cierran con mayor o menor amplitud, lo que determina la potencia del sonido. Para comprobarlo, hagan el siguiente experimento.

    Emitan un sonido cualquiera con voz muy baja y cuenten el tiempo que resisten. Ahora hagan lo mismo, pero gritando. La segunda vez aguantarn menos, se los aseguro. Eso se debe a que sus cuerdas se separaron tanto al vibrar que dejaron pasar ms rpidamente el aire de los pulmones.

    Revista Chispa, nm. 30, mayo de 1983.

    12. Tigres de la otra noche

    Hay un tigre bajo mi almohada. Todas las noches estrena rayas.Tigre, dame una manita de gato.Quiero salir a la carrera, a probar este mundo. No podra hacerlo sin ti.Afuera estn los muchachos mayores, las materias desconocidas, la

    maestra y los policas.No es que tenga miedo: slo un poco de precaucin, que no es del todo mala.Pero si me das algo tuyo... algo simblico... No te asustes. No quiero tu

    piel, ni tus colmillos, ni siquiera tu rugido metido en un pauelo.Si acaso, tigre mo, quiero una mano, una manita de gato, una ayudadita.Quieres venir conmigo?Anda! Te llevar a la escuela. Te sentar en el sitio de mi mejor amigo.Cuidado con tu cola! Trata de enroscarla debajo del pupitre. As est bien.Tus bigotes! No puedes guardarlos? Distraen a la maestra.

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    Trae ac esa pata. Aqu, sobre mis hombros, para que en el recreo todos sepan que yo tengo un amigo verdadero.

    A quin no le gustara que un hermoso animal lo acompaara a la escuela y fuera su amigo? Qu animal escogeran ustedes, y por qu? Es un tema para pensarlo.

    Mara Garca Espern, Tigres de la otra noche, Alejandro Magallanes, iIus. Mxico, sep-fce, 2007.

    13. Culguenme!

    Vamos a leer una pgina de un diario que lleva un gato: un cuaderno o una libreta donde este animalito acostumbra, todos o casi todos los das, escribir lo que le sucede, lo que se le ocurre, lo que ve. Es una costumbre muy conveniente. Parece difcil, pero si alguno comienza, aunque sea con frases muy cortitas, ya ver lo til, lo interesante que es.

    Un lunesEst bien, est bien. Culguenme. Mat a un pjaro. Por todos los cielos, soy un gato. Mi trabajo, prcticamente, es andar sigiloso [sin hacer ruido] por el jardn tras los dulces pajaritos que apenas pueden volar de un seto a otro. Entonces, qu se supone que debo hacer cuando una de esas pelotitas emplumadas revoloteantes casi se arroja en mi boca? Me pudo haber golpeado.

    Est bien, est bien. Le di un zarpazo. Es esa una razn para que Eli llorara tan copiosamente sobre mi pelambre que casi me ahoga, y me apretara tan fuerte que casi me asfixia?

    Ay, Tufy! dijo ella, toda llorosa, ojos enrojecidos y motones de pauelos mojados. Ay, Tufy!, cmo pudiste hacer eso?

    Cmo pude hacer eso? Soy un gato. Cmo iba a saber que se hara tanto lo: la madre de Eli corriendo apurada por peridicos viejos, y el padre de Eli llenando una cubeta con agua jabonosa.

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    Bueno, bueno, tal vez no deb llevarlo adentro y dejarlo en la alfombra. Y es probable que las manchas no se quiten nunca.

    As que: culguenme, soy un gato.

    As son los gatos, verdad? Si cazan un ratn, una lagartija, un pjaro, se lo llevan a sus amos, muy orgullosos de lo que hicieron.

    Anne Fine, Culguenme! en El diario de un gato asesino. Damin Ortega, ilus. Mxico, sep-fce, 1999.

    14. De qu colores somos?

    El ao pasado fui de excursin con muchos nios. Mi primo Ral era uno de los instructores.

    En el autobs conoc a Kaelo. Nos sentamos juntas y enseguida nos hicimos amigas. Kaelo tiene diez aos, el pelo negro y la piel color chocolate. Es espaola.

    Los nios del asiento de atrs dijeron que parecamos caf con leche. Y tenan razn, porque Kaelo es oscura como el caf y yo, blanca como la leche.

    Me qued un momento pensando y entonces le pregunt a mi primo Ral:Por qu somos de diferentes colores?Sabes, Marta? Esta pregunta vamos a contestarla entre todos me

    explic.Celebremos nuestra llegada con un juego! dijo Ral Voy a hacer una

    pregunta, y la contestamos a la noche junto a la fogata. La mejor respuesta tendr un premio. La pregunta es: por qu somos de diferentes colores?

    Despus de la cena, nos sentamos alrededor del fuego y Ral comenz a hablar:

    En la maana hice una pregunta dijo. Quin quiere contestarla?Se levantaron un montn de manos. Hubo muchas respuestas, divertidas,

    ingeniosas, sorprendentes, pero ninguna nos dej satisfechos. Entonces Ral tom la palabra:

    No creo que mi respuesta sea ms hermosa dijo, ni ms interesante, ni ms divertida que las dems. Pero es la ms real. El color de la piel depende de la

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    melanina. Cuanta ms melanina tenga una persona, ms oscura ser. La melanina es una sustancia qumica que protege la piel de las radiaciones ultravioletas, que estn en los rayos del sol. Es como la sombrilla de nuestro cuerpo.

    Todos estbamos atentos, y Ral sigui explicando:Cuando tomamos el sol, nuestro cuerpo produce ms melanina, porque

    necesita ms proteccin. Cuando los seres humanos se repartieron por la Tierra, el color de su piel se fue adaptando al clima del lugar donde vivan.

    La explicacin de Ral nos dej boquiabiertos, pero no nos olvidamos del premio.

    Oye, Ral, y el premio? preguntamos.El premio ser dijo Ral un libro! En l pondremos todas las

    respuestas que se han dado aqu esta noche. Despus lo ilustraremos y lo llevaremos a la imprenta para que hagan tres ejemplares para cada uno.

    Aquella excursin fue genial. Lo mejor fue que conoc a Kaelo, que desde entonces es mi amiga del alma.

    Ahora sabemos que la nica diferencia entre las dos es un puado de rayos de sol. Y estamos seguras de que el mundo es ms interesante con tanta gente diferente.

    Carmen Gil (adaptacin), De qu colores somos?, Mxico, sep-Parramn, 2006.

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    15. Los viajeros y el oso

    Dos jvenes amigos cruzaban el bosque por una senda solitaria cuando de pronto oyeron el ruido de pasos entre la maleza. Comprendieron que una bestia se acercaba, y uno de ellos se apresur a trepar a un rbol mientras susurraba alarmado:

    Ay, Dios mo, qu tal que es un oso!Apenas haba alcanzado la primera rama cuando un enorme oso caf

    sali de entre los arbustos. El muchacho que se haba subido al rbol se agarraba al tronco con brazos y piernas, y ni siquiera le tendi la mano a su compaero para ayudarle a subir. El joven se qued abajo decidido a tirarse al suelo y fingir que estaba muerto, pues haba odo decir que los osos nunca se alimentaban de cadveres.

    El engao dio resultado, pues el oso se agach junto al muchacho que se haca el muerto, le olisque la cara y le revolvi con el hocico; y, sin hacerle ningn dao, se march por donde haba venido, para sorpresa de los dos amigos.

    Entonces el joven que haba trepado al rbol corri a abrazar a su compaero y le dijo maravillado:

    Qu suerte tuviste: el oso no te hizo nada! Pero me pareci que te deca algo al odo...

    As es respondi el otro: me aconsej que la prxima vez que salga de viaje elija mejor a mi compaero.

    Y tus amigos, qu tal son? Si estuvieras en peligro, trataran de ayudarte o te abandonaran a tu suerte?

    Esopo, Los viajeros y el oso en Jerry Pinkney (adaptacin), Fbulas de Esopo. Mxico, sep-Vicens Vives-Limusa, 2006.

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    16. La biblioteca imaginaria

    17. Leyenda del Sol y la Luna

    Cmo nacieron el Sol y la Luna?Esta es, indudablemente, una

    de las primeras preguntas que se hicieron nuestros antepasados. Cmo contestarla?

    Los hombres de la antigedad se respondieron: Al Sol y a la Luna los hicieron los dioses. Y as, del sentimiento e imaginacin humanas nacieron los mitos y leyendas. Te presentamos una leyenda muy antigua sobre el origen del Sol y la Luna. Es la leyenda azteca del Quinto Sol.

    Hay un libro que habla solo, un libro que nadie ha escrito, un libro con un espejoy, dentro, un libro distinto. Hay un libro de aventurasdonde nunca pasa nada, un libro que inventa cuentoscon una sola palabra. Hay un libro que se abrecon la llave de un castillo,

    un libro para perderseen medio de un laberinto. Hay un libro donde el vientoarrastra todas las letras, un libro con un caminopor donde nadie regresa. Libros que lo dicen todoy libros que se lo callan, libros donde el mar va y vienesin salirse de la pgina.

    Juan C. Martn, La biblioteca imaginaria en Las palabras que se lleva el viento. Mxico, sep-Everest, 2004.

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    Cuentan los nahuas que los dioses Tezcatlipoca, Quetzalcatl y Citlalicue, ordenaron que se hiciera el Sol. Para ello se reunieron en Teotihuacan alrededor de una hoguera sagrada en la cual deba de sacrificarse el que quisiera convertirse en el Sol. Para el sacrificio se ofrecieron Tecciztcatl, hermoso y rico; y Nanahuatzin, enfermo y pobre. En el momento en que deban decidirse, Tecciztcatl tuvo miedo y fue Nanahuatzin quien, lleno de valor, se arroj a la hoguera, de donde sali convertido en el Sol.

    Entonces Tecciztcatl, avergonzado de su cobarda, se arroj tambin a la hoguera, saliendo convertido en la Luna. Al principio los dos brillaban igual, pero los dioses, como recuerdo de su cobarda, le arrojaron un conejo a la Luna, con lo cual disminuy su brillo. Este conejo puede verse an hoy en la Luna, y sirve para recordarnos que el valor es una virtud mayor que la belleza o la riqueza.

    Dborah Dultzin et al., La leyenda del Sol y la Luna en De la Tierra al Cosmos, Astronoma para nios. Mxico, sep-cidcli, 1992.

    18. Los viajes del abuelo

    Todas las noches antes de acostarse, el abuelo se sienta sobre la cama, abre su cofre de madera y mira las cosas que hay dentro.

    Luego, lo cierra y vuelve a ponerlo en su sitio.Me gusta observarlo, en silencio, desde la puerta.Nunca lo he interrumpido. Pero me intriga mucho lo que el abuelo

    guarda con tanto inters.Por eso, y porque crea que el abuelo no estaba, he cogido el cofre para

    tocarlo y ver si poda adivinar lo que contena. Qu guardar aqu dentro? En ese momento apareci el abuelo. Qu buscas debajo de mi cama?

    Qu tal, eh? Cmo le habr ido al pobre nieto? A ver quin lee el libro y luego nos lo cuenta a los dems.

    Agustn Comotto, Los viajes del abuelo. Mxico, sep-Edelvives-Limusa, 2007.

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    19. La tortuga que suea

    Quieren escuchar el cuento de la tortuga que suea?Entonces, leamos! Dejemos de gritar, no estornudemos, respiremos

    lentamente, no hagamos ruido al comer, no pisemos nada que truene: ni la hoja del cuaderno, ni un papel, mucho menos los lentes de la abuela!

    No movamos las piernas, no nos volvamos a acomodar en la silla. Apaguemos la tele, apaguemos la computadora, apaguemos la radio.

    La tortuga que suea deja escapar un ruidoso sonido de sus labios, un sonido quedito y suave, con un poco de aliento y restos de lo que comi.

    Son todos los secretos del mundo, todas las verdades del mundo, todas las respuestas del mundo.

    Pero hagamos silencio Shhhh!, silencio, que nadie hable. No la miremos con las orejas.

    Quitemos de en medio todo lo que pueda romperse.Alejemos el mosquito que hace ruido, no hagamos preguntas tontas, no

    vayamos de aqu para all... y hagan callar a ese perro que ladra por horas, que la tortuga ahora est por despertar.

    Oche Califa, La tortuga que suea en Para escuchar a la tortuga que suea. Mxico, sep-Colihue, 2006.

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    20. Niito, ven...

    Niito, ven; puras y bellasvan las estrellas a salir. Y cuando salen las estrellas, los nios buenos, a dormir! Niito, ven; tras de la lomala Luna blanca va a asomar. Cuando la Luna blanca asoma, los nios buenos, a soar!

    Niito, ven; ya los ganadosestn mugiendo en el corral. Cierra tus ojos fatigadosen el regazo maternal. Niito, ven; suea en las rosas que el viento agita en su vaivn. Suea en las blancas mariposas...Niito, ven! Niito, ven!

    Amado Nervo, Niito ven en Ana Garraln (antologadora), Si ves un monte de espumas y otros poemas. Antologa de poesa infantil hispanoamericana, Mxico, sep-Anaya, 2002.

    21. Trabalengero i

    Andamos hoy medio adormilados? A ver si nos despiertan estos trabalenguas. Los vamos leyendo, y a ver si podemos repetirlos.

    Compr pocas copas, pocas copas compr;y como compr pocas copas, pocas copas compr

    La pcara pjara pica la tpica jcara;la tpica jcara pica la pcara pjara.

    Chango chino chifladorque chiflas a tu china changa:ya no chifles a tu china changachango chino chiflador

    Rosa Rosales cort una rosa. Que roja la rosade Rosa Rosales

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    Rosa Rizo reza en ruso, en ruso reza Rosa Rizo

    Entro contigo a un tren con trigo, a un tren con trigo entro contigo

    El amor es una locuraque ni el cura la curay si el cura la curaes una locura de cura.

    Valentn Rincn, Trabalengero. Mxico, sep-Nostra, 2005.

    22. Caperucita Roja y el Lobo

    Todos conocemos el cuento de Caperucita Roja, pero nunca nos lo han contado as como lo van a or hoy.

    Estando una maana hacindose el bobole entr un hambre espantosa al seor Lobo. As que, para echarse algo a la muela, se fue corriendo a la casa de la Abuela.Puedo pasar, seora?, pregunt.La pobre anciana, al verlo, se asustpensando ste me come de un bocado!Y, claro, no se haba equivocado: se convirti la abuela en su alimento en menos tiempo del que aqu te cuento.

    Lo malo es que era flaca y tan huesuda que al lobo no le fue de gran ayuda:Sigo teniendo un hambre aterradora...Tendr que merendarme otra seora!!Y, al no encontrar ninguna en la nevera, gru con impaciencia aqulla fiera: Esperar sentado hasta que vuelva Caperucita Roja de la Selva!que as llamaba al bosque aquella fiera, aunque en la sierra estuvieraY para que no se viere su fiereza,

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    se disfraz de abuela con presteza, se dio laca en las uas y en el pelo, se puso la gran falda gris de vuelo, zapatos, sombrerito, una chaqueta y se sent en espera de la nieta.Lleg por fin Caperucita a medio da y dijo: Cmo ests, abuela ma?Por cierto, me impresionan tus orejas!Para mejor orte, que las viejassomos un poco sordas. Abuelita, que ojos tan grandes tienes! Claro, hijita, son los nuevos lentes que me he puesto para que pueda verte, con Ernesto el oculista, dijo el animal mirndola con gesto angelical mientras que se le ocurra que la chica iba a saberle mil veces ms rica que el rancho precedente. De repente

    Caperucita dijo: Qu imponente abrigo de piel llevas este invierno!El lobo, estupefacto, dijo: Un cuerno!O no sabes el cuento o t mientes:Ahora te toca hablarme de mis dientes!Me ests tomando el pelo...? Oye mocosa, te comer ahora mismo y a otra cosa.Pero ella se sent en una silla,sac una pistola de la capa, con calma apunt bien a la cabeza pam! all cay la buena pieza.Al poco tiempo vi a Caperucita cruzando por el Bosque... Pobrecita! Saben lo que llevaba la infeliz?Pues nada menos que un trajeque a m me pareci de piel de un lobo que estuvo una maana hacindose el bobo.

    Roald Dahl, Caperucita roja y el lobo en Cuentos en verso para nios perversos. Mxico, sep-Altea, 2002.

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    23. El delfn

    Bienvenido! La cra del delfn nace dentro del agua. Lo primero que sale del vientre de su madre es la cola. En cuanto nace, inmediatamente, otro delfn hembra lo lleva hasta la superficie para que respire.

    Dentro de poco, la cra ya es muy grande, pero no tardar mucho en ser del tamao de su madre. La cra delfn no se separa de su madre hasta los cuatro o seis aos.

    La cra mama la leche de su madre sin perder una sola gota. En muy poco tiempo y con la ayuda de su madre, aprende a nadar.

    Quince aos despusUn da, cuando el delfn ya es casi adulto, tiene que separarse de su

    madre. Ya est preparado para vivir solo. Al principio se queda con otros delfines jvenes.

    La vida del delfn, a la de quines se le parece?

    Rene Le Bloas, El delfn. Mxico, sep-sm, 2001.

    24. Adivinanzas para jvenes detectives

    Los reto a que sean unos autnticos detectives y logren resolver las siguientes adivinanzas. Suerte!

    Tiene tronco, alguna rama, es un personaje mudo, a los pjaros los ama, en diciembre est desnudo.

    El rbol

    Son los ojos de las casasen pueblos y en capitales, te miran cuando t pasasa travs de sus cristales.

    Las ventanas

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    Si no sabes qu es un sema,ni tampoco qu es un foro,smalos, pues no te quemasu luz roja, verde y oro.

    El semforo

    Primo hermano del ratnpero capaz de volar, como est mal de visin se gua por su radar.

    Murcilago

    25. La peor seora del mundo

    En el norte de Turambul, haba una vez una seora que era la peor seora del mundo. Era gorda como un hipoptamo, fumaba puro y tena dos colmillos puntiagudos y brillantes.

    Adems, usaba botas de pico y tena uas grandes y filosas con las que le gustaba rasguar a la gente.

    A sus cinco hijos les pegaba cuando sacaban malas calificaciones en la escuela, y tambin cuando sacaban dieces. Los castigaba cuando se portaban bien y cuando se portaban mal. Les echaba jugo de limn en los ojos lo mismo si hacan travesuras que si le ayudaban a barrer la casa o a lavar los platos de la comida.

    Adems de todo, en el desayuno les serva comida para perros.

    El que no se la comiera deba saltar la cuerda ciento veinte veces, hacer cincuenta sentadillas y dormir en el gallinero.

    Al lpiz siempre lo ayudapara hacer rayas derechas. Luego las mide y no hay duda de que quedan muy bien hechas.

    La regla

    Antonio A. Gmez Yebra, Oro parece: Libro de adivinanzas para jvenes detectives.Mxico, sep-Hachette, 2002.

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    Los nios del vecindario se echaban a correr en cuanto vean que ella se acercaba. Lo mismo suceda con los seores y las seoras y los viejitos y las viejitas y los policas y los dueos de las tiendas.

    Hasta los gatos y las gaviotas y las cucarachas saban que su vida peligraba cerca de la malvada mujer. A las hormigas ni les pasaba por la cabeza hacer su hormiguero cerca de su casa porque saban que si lo hacan la seora les echara encima agua caliente.

    Era una seora mala, terrible, espantosa, malvadsima. La peor de las peores seoras del mundo. La ms malvada de las malvadas. Oh no?

    Pero cierto da...

    Qu pasara cierto da? Alguno de ustedes ya ley este libro?, para que nos cuente la historia. Cmo le haran ustedes para librarse de esta amenaza?

    Francisco Hinojosa, La peor seora del mundo, El Fisgn, ilus. Mxico, sep-fce, 2001.

    26. Dos poetas

    Muchos poetas muy importantes han escrito para que los lean las nias y los nios. Dos de ellos son Amado Nervo, mexicano, de quien ya hemos ledo algunos versos, y Germn Berdiales, argentino, a quien vamos a conocer en esta lectura. Para ser justos y equitativos, un poema por cabeza. Pongan atencin.

    Buen viajeCon la mitad de un peridicova y en la fuente de mi casava navegando muy bien. Mi hermana con su abanicoSopla que sopla sobre l. Muy buen viaje, muy buen viajebuquecito de papel!

    Amado Nervo

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    La tijera de mamCuando me recorta el pelola tijera de mam,va diciendo en su revuelo: chiqui chiquichiquicha...,aletea, viene y va, y a mi odo cuchichea,

    chiquichiqui chiqui, cha. Cuando el pelo me recortala tijera de mam, charla ms de lo que corta: chiquichiqui chiqui, cha.

    Germn Berdiales

    Un barquito de papel y unas tijeras que nos cortan el pelo. A muchos no se los corta su mam, sino el peluquero, pero las tijeras platican igual. Se han fijado? La prxima vez que les corten el pelo, pongan el odo atento, a ver si entienden qu les cuentan.

    Amado Nervo y Germn Berdiales, Dos poetas en Ana Garraln (antologadora), Antologa de poesa infantil hispanoamericana. Mxico, sep-Anaya, 2003.

    27. El peinado de la ta Chofi

    Una historia de pelos! Fjense. Seguro que conocen a alguien que se parezca a la seora de esta lectura.

    A m no me gustan las bodas. Pero a mi ta Chofi le encantan. Se viste con plumas, pieles, piedras y guantes. Y hay algo que siempre me quita la respiracin: su peinado. Y es que cuando hay una boda, primera comunin, quince aos o funeral, mi ta Chofi hace una cita en el Saln de Belleza Elodia.

    En ese lugar, la seora Elodia realiza el milagro: agarra los pocos pelos rojos de mi ta. Despus los lava, los seca, los estira, les hace crep, los extiende y los soba hasta transformar la escasa cabellera de mi ta en un edificio de fantasa. Lo hornea durante varias horas en el secador y despus lo roca con siete litros de laca para darle firmeza.

    El da de la boda, mi ta lleg a nuestra casa con un peinado que meda dos metros de altura.

    Cuando abrimos la puerta para salir, se escuch un zumbido. Al levantar la vista descubrimos un bicho que se acercaba volando a toda velocidad.

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    Qu es eso? pregunt mam. Yo s lo que es! Es un mayate.Y eso qu es? interrog mi hermana.Un mayate les inform es una especie de escarabajo, pero ms

    rechoncho y escandaloso.El insecto vol en picada y zaaaas!, se zambull en el peinado.Qutenmelo, pero sin descomponer el peinado advirti la ta.Nos asomamos temerosos a las profundidades de esa selva roja.El peinado segua intacto y el insecto segua adentro. De nada valieron

    splicas, amenazas ni los ms rudos procedimientos.Ni modo se impacient pap. Se nos hace tarde. Tendrs que ir con...

    con... eso.Mi ta, aunque nerviosa, saba que no tena alternativa.La fiesta transcurra normalmente, pero a cada rato mi ta se sobresaltaba.

    Cuando terminamos de cenar y empez la msica, mi ta ahog un grito.Qu te pasa? le pregunt.Creo que el escarabajo est bailando susurr.Me asom y, efectivamente, el escarabajo estaba bailando.Observ fascinado que el merengue del pastel tena grandes semejanzas

    con el peinado de mi ta.Lleg el momento de felicitar a los novios. Mi ta se levant y, al abrazar

    a la novia...ZZZZZZZZZZZZZZZ! El escarabajo decidi volar dentro del peinado.Qu ruido es se? pregunt la novia, asustada. Parece que viene

    de tu cabeza, ta.Es mi aparato para la sordera respondi ella con una sonrisa de pnico.Entonces sucedi lo peor: el escarabajo sali del peinado, camin por su

    superficie y zumb malvolamente.En el peinado de la ta Chofi hay un animal! grit la novia.A mi ta, de horror, se le erizaron los pelos, y el peinado se desbarat!Fue la mejor boda que he asistido. En la siguiente invitacin, la ta Chofi

    se compr un sombrero.

    Vivian Mansour Manzur, El peinado de la ta Chofi, Martha Avils, ilus. Mxico, sep-fce, 2004.

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    28. La bruja mala

    Hace mucho tiempo que se contaba que en un pantano se haba muerto una bruja que le haca maldades a la gente, hasta que lleg una muchacha valiente que vio a esa seora haciendo brujera, y le grit:

    No, seora, ya no vas a hacer maldades!Y t quien eres para decirme que no haga maldades!Es que no est bien que la gente sufra. Yo tengo una hermana llamada

    Mara y ella me cont esta historia, pero yo no pensaba que fuera realidad.Y la bruja dijo:Tu no vas a decir nada!Cmo que no voy a decir nada? dijo la muchacha.Te voy a convertir en bruja la amenaz la bruja.No, por favor, no me conviertas en bruja! Har lo que me pidas le

    suplic la muchacha. Y la bruja le dijo que se metiera al pantano donde ella haba muerto.Bueno, me voy a meter dijo la muchacha. Pero si me meto me dejas

    en paz.Y, qu creen? Sali viva, y desde ese da nadie se acerca al pantano

    donde muri la bruja.

    Emily Janeth Ros, La bruja mala en Escribimos para ti todo un valle de palabras. Mxico, sep-Secretara de Educacin y Cultura de Zacatecas, 2007.

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    29. El gallo

    El gallo, el ganso, la gallina y el papagayo se burlaron del pollito cuando dijo que viajara alrededor del Sol.

    El gallo, el ganso, la gallina y el papagayo no salan de su asombro cuando vieron que el pollito emprendi el viaje alrededor del Sol montado en el centro de un girasol.

    Y el Sol giraba con un emplumado corazn, y el corazn era el pollito que con el girasol giraba alrededor del Sol.

    Se imaginan al pollito, montado en su girasol, dando vueltas como un astronauta alrededor del Sol? Se habr entrenado el pollito en la mquina centrfuga que vimos el otro da? Habr bajado al fondo de una alberca para prepararse y hacer frente a la falta de gravedad? Bueno, tal vez por hacer su viaje en un texto tan potico el pollito pudo pasar por alto esos preparativos. Qu piensan ustedes?

    Jairo Anbal Nio, El gallo en El equipaje de la mariposa. Mxico, sep-Panamericana, 2003.

    30. La rana

    Cuando la rana quiere gozar,viene la mosca y la hace gritar.La mosca a la rana.La rana en el agua se echa a nadar.Cuando la mosca quiere gozar,viene la araa y la hace gritar.La araa a la mosca,la mosca a la rana.La rana en el agua se echa a nadar. Cuando la araa quiere gozar,viene la escoba y la hace gritar.La escoba a la araa,la araa a la mosca,la mosca a la rana.

    La rana en el agua se echa a nadar.Cuando la escoba quiere gozar,viene la lumbre y la hace gritar.La lumbre a la escoba,la escoba a la araa,la araa a la mosca,la mosca a la rana. La rana en el agua se echa a nadar.Cuando la lumbre quiere gozar,viene el agua y la hace gritar.El agua a la lumbre,la lumbre a la escoba,la escoba a la araa,la araa a la mosca,

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    la mosca a la rana.La rana en el agua se echa a nadar. Cuando el agua quiere gozar,viene la llave y la hace callar.La llave al agua,el agua a la lumbre,la lumbre a la escoba,la escoba a la araa,la araa a la mosca,la mosca a la rana.La rana en el agua se echa a nadar. Cuando la llave quiere gozar,viene el plomero y la hace gritar.El plomero a la llave,el agua a la lumbre,la lumbre a la escoba,

    la escoba a la araa,la araa a la mosca,la mosca a la rana.La rana en el agua se echa a nadar.

    La rana en A jugar! Lrica popular. Mxico, sep-Artes de Mxico, 2007.

    31. Lo que mi to piensa de Cristbal Coln

    Tengo un to marinero. Es capitn de un buque y conoce todos los mares. Se llama Jos Miguel Arrizabalaga. Se los juro que as se llama. Un da le pregunt si conoca la historia de Cristbal Coln, el almirante que dicen que descubri Amrica en el ao 1492. Y vaya si me contest...

    Ese viejo lobo de mar era muy cabezn, pero yo creo que no fue l quien descubri Amrica.

    rale, to! Entonces, quin descubri Amrica? le pregunt. Mi to se qued pensativo un momento y me cont lo siguiente: Mucho antes de que Coln naciera, valientes marineros exploraron los

    mares y conocieron regiones alejadas de sus propios pueblos.

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    Hubo un noruego, Erik el Rojo, que por asesinar a un hombre en Islandia, fue expulsado de su pueblo y se fue a Groenlandia, que l no conoca. Tiempo despus, fue en busca de su familia y amigos y fund un pueblo en Groenlandia.

    Un tal Bjarne Herfulson, fue en busca de su padre, quien se haba ido con Erik el Rojo. Bjarne se perdi y encontr otro lugar que no era Groenlandia. l junto con sus marineros, fueron tal vez los primeros europeos en tocar el continente americano.

    Entonces le pregunt ellos descubrieron Amrica?Bueno me dijo, tal vez fueron los chinos, porque en Mxico se han

    encontrado barcos chinos y en las tumbas de algunos norteamericanos se han hallado antiguas monedas chinas.

    Y hubo alguien ms que lleg a Amrica antes que Coln?S, los vascos. Por casualidad. Ellos buscaban las ballenas y el bacalao

    y sin quererlo llegaron a Canad. Pero, entonces, por qu en la escuela nos ensean que Coln descubri

    Amrica? Pues... porque los chinos nunca tuvieron mucho inters en explorar

    estas tierras. Los vascos no queran revelar sus rutas y no informaron sobre lo que haban descubierto. Y cuando los vikingos llegaron a Amrica, los corrieron los nativos a flechazos. Y ninguno de ellos se imagin que esas tierras eran un inmenso continente donde florecan grandes ciudades.

    La hazaa de Coln consiste en que l segua un sueo y regres. Y a l lo siguieron otros. Su viaje cambi el mundo.

    Y a m eso me cae bien de l. Y a ti?

    Annuska Angulo Rivero, Lo que mi to piensa de Cristbal Coln. Mxico, sep-r. Mireles Gavito, 2006.

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    32. El canto de las ballenas

    La abuela de Lilly le cont una historia.Alguna vez dijo, el ocano estuvo lleno de ballenas. Eran tan grandes

    como las colinas y tan apacibles como la luna. Eran las criaturas ms maravillosas que puedes imaginar.

    Lilly se acomod en las piernas de su abuela y ella sigui contando:Yo acostumbraba sentarme al final del muelle a esperar a las ballenas.

    Algunas veces, pasaba ah todo el da y toda la noche. Sbitamente las vea venir desde muy lejos nadando hacia el muelle. Se deslizaban por el agua como si estuvieran bailando.

    Pero cmo saban las ballenas que t estabas all, Abuela? pregunt Lilly.Cmo podan encontrarte?

    La abuela sonri.Bueno, tenas que ofrecerles algo muy especial. Un caracol perfecto. O

    una hermosa piedra. Y si t les agradabas, las ballenas se llevaban tu regalo y te daban algo a cambio.

    Qu te regalaban, Abuela? pregunt Lilly Qu te ofrecan las ballenas a ti?

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    La abuela suspir. Una o dos veces dijo en voz baja, una o dos veces, las o cantar.

    De pronto, el to Federico entr al saln.Qu tonteras andas diciendo? Chocheras de vieja! exclam. Las

    ballenas eran importantes por su carne, por sus huesos y por su grasa. Si vas a contarle algo a Lilly, cuntale algo til. Deja de llenarle la cabeza de necedades. Ballenas cantando, verdaderamente!

    La abuela continu: Las ballenas vivan aqu millones de aos antes de que existieran barcos y ciudades. La gente sola decir que las ballenas eran mgicas.

    Lo que la gente haca era comrselas y cocinarlas para obtener su grasa gru el to Federico y dando la vuelta, sali al jardn.

    Esa noche, Lilly so con las ballenas. En sus sueos las vio tan grandes como las colinas y ms azules que el cielo. En sus sueos, las oy cantar y sus voces eran como el viento. En sus sueos, las ballenas saltaron del agua y la llamaron por su nombre.

    A la maana siguiente, Lilly baj sola al mar. Camin hasta el final del viejo muelle donde las aguas estaban quietas. Tom de su bolsillo una flor amarilla y la dej caer. Esto es para ustedes grit al aire.

    Dyan Sheldon, El canto de las ballenas. Mxico, sep-Ekar, 2003.

    33. As es la vida

    Cierto granjero, que era medio filsofo y viva nada ms en compaa de su hijo, vio un da, al levantarse temprano, que el nico caballo que tena se les haba escapado del establo.

    Los vecinos llegaron a su casa a compadecerse por su mala suerte: Pobre amigo, qu mala pata, has perdido al animal que te ayudaba en el trabajo. T dependas de l. Qu vas a hacer ahora? Te irs a la ruina.

    El granjero contest tranquilo: As es la vida. Pero dos das despus su alazn regres acompaado de otro corcel.

    Los vecinos fueron a felicitarlo, dicindole: Qu afortunado!, por tener dos monturas. Pronto sers rico!

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    El hombre slo expres: As es la vida. A los pocos das salieron juntos padre e hijo a cabalgar y en el camino el

    rocn del muchacho se asust y lo tir y se rompi una pierna. De nuevo los vecinos fueron a su casa, dicindole: S que tienes mala

    suerte, si no hubiese venido ese penco, a tu hijo no le habra pasado nada.l solamente recit: As es la vida.Sin embargo, ocurri que en esos das se declar la guerra y los militares

    llegaron a aquel pueblo a reclutar a todos los jvenes en edad de prestar servicio militar.

    Todos marcharon al frente menos el hijo del granjero, pues tena la pierna rota, por lo que los vecinos fueron otra vez a su casa, diciendo: Qu desgracia la nuestra, no sabemos si volveremos a ver a nuestros hijos; en cambio el tuyo est en tu casa.

    El hombre slo dijo: As es la vida.

    Alfonso Madrigal, As es la vida en Cuentos fantsticos de la India. Mxico, Selector, 2002.

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    34. Rayos y truenos

    Cuando el aire mueve las nubes con fuerza stas se frotan unas contra otras y se producen unas chispas que se llaman rayos. A veces son tan grandes que se ven desde las ventanas de nuestras casas.

    Los rayos empujan violentamente el aire de las nubes y las hacen tronar. Las nubes producen los rayos y los truenos.

    La LunaLa Luna es redonda, como la Tierra, y da vueltas alrededor de nuestro planeta. En cada vuelta se tarda un mes.

    A veces vemos la Luna muy redonda y otras parece una sonrisa. Lo que sucede es que en la Luna tambin hay das y noches. La parte brillante de la Luna est iluminada por el Sol y all es de da. En

    cambio en la parte oscura es de noche. Si viajas en automvil o caminas y vas viendo la Luna, parece que te sigue.

    Lo que pasa es que est tan lejos que parece que no se mueve. La Luna es mucho ms pequea que nuestro planeta. Es casi del tamao

    de nuestro pas. Mxico quiere decir ombligo de la Luna, en nhuatl.

    Julieta Fierro, Rayos y truenos en El da y la noche. Mxico, sep-Santillana, 2003.

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    35. El pozo de los deseos

    Una vez una ratita encontr un pozo de los deseos.Ahora podr conseguir todo lo que quiera exclam.Tir una moneda al pozo y formul un deseo.Ay! dijo el pozo.Al da siguiente la ratita volvi al pozo.Tir una moneda al pozo y formul un deseo.Ay! dijo el pozo.Al da siguiente la ratita volvi otra vez.Tir una moneda al pozo.Me gustara que este pozo no dijese ay! dijo.Ay! dijo el pozo Me lastima!Qu har? dijo la ratita llorando.As, mis deseos nunca se harn realidad!La ratita corri a casa. Cogi la almohada de su cama.Quiz esto sirva dijo la ratita, y volvi corriendo al pozo. La ratita tir la almohada al pozo. Luego tir una moneda al pozo y formul un deseo.Ah!, qu diferencia! dijo al pozo.Bien! dijo la ratita Ahora puedo empezar a pedir.Despus de este da la ratita formul muchos deseos junto al pozo. Y todos se le cumplieron.

    Arnold Lobel, El pozo de los deseos, en Historias de ratones.Mxico, sep-Alfaguara Infantil, 1992.

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    36. Dos poemas para pensar

    Como otros das, hoy vamos a leer dos poemitas. Pero estos versos de hoy son muy especiales. Son versos para pensar. Pongan mucha atencin y vamos a ver si pueden imaginarse lo que dicen estas dos lecturas.

    Verso y reversoVerso y reverso, haz y envs, la otra cara de la Lunano la ves. Hay palabras que se dicenal derecho y revs, cuando pases esta pginapuede ser que ya no estn.

    El cuento de nunca empezarrase una vez un cuentoque nadie puede contar, que acaba por el principioy empieza por el final. rase una vez un cuentoque se cuenta sin contar, cuando empieza ha terminado, cuando acaba va a empezar.

    Juan Carlos Martn Ramos, Dos poemas para pensar en Las palabras que se lleva el viento. Mxico, sep-Everest, 2004.

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    37. Sapo y Sepo quieren un helado

    Un caluroso da de verano, Sapo y Sepo estaban sentados junto a la charca. Sera estupendo tener ahora unos helados bien fros y dulces! dijo

    Sapo.Qu buena idea dijo Sepo. Esprame aqu, Sapo. Volver enseguida. Sepo fue a la tienda. Compr dos grandes conos de helado de chocolate.

    Sepo lami uno de los conos. A Sapo le gusta el de chocolate dijo Sepo. Igual que a m. Sepo volvi por el camino. Una gran gota blanda de helado se escurri por su brazo. Este helado se est derritiendo con el sol dijo Sepo. Sepo camin ms aprisa. Muchas gotas de helado derretido volaron por el aire. Caan en la cabeza

    de Sepo. Tengo que volver corriendo hasta donde est Sapo! exclam. El helado se derreta ms y ms. Chorreaba por el saco de Sepo. Salpicaba sus pantalones y sus pies. Dnde est el sendero? grit Sepo No veo nada! Sapo segua sentado junto a la charca esperando a Sepo. Un ratn pas corriendo. Acabo de ver algo terrible! grit el ratn. Era grande y caf! Algo cubierto de ramas y hojas avanza hacia aqu! grit una ardilla. Ah viene una cosa con cuernos! voce un conejo. Slvate! Huye!Qu podr ser? pregunt Sapo. Y aquella cosa con cuernos grit su nombre: Sapo!

    Qu podr ser esa cosa tan extraa

    Arnold Lobel, Sapo y Sepo quieren un helado en Sapo y Sepo, un ao entero. Mxico, sep-Alfaguara, 2001.

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    38. Cuando una gripa se establece

    Ya sabes cmo se siente. La cabeza te pesa, te duele y te da vueltas. La garganta te duele, especialmente cuando toses, que es la mayor

    parte del tiempo. Cuando tu nariz no est ocupada estornudando, gotea. Y lo nico que

    quieres es dormir. Bienvenido al mundo del catarro comn. Lo raro es que ninguno de estos sntomas es causado por los virus que te estn invadiendo. Lo que te hace sentir tan mal es tu cuerpo tratando de contraatacar.

    Una vez que los virus entran por tus vas respiratorias, atrapan a unas clulas para hacer copias de ellos mismos. Tu cuerpo enva ms sangre para reparar las clulas heridas y combatir el virus. Es esa sangre extra, no el virus ni el dao que causan, lo que hace que tu garganta y la mucosa que recubre tu nariz y tus senos nasales los huesos que estn arriba de tu nariz se inflamen y duelan.

    Tu cuerpo tambin produce ms mocos para atrapar los virus en tu nariz y tus senos nasales y sacarlos de tu cuerpo. Eso hace que tu nariz se escurra y sientas la cabeza pesada. Y, como tu cuerpo est trabajando tan duramente para hacer todo esto, necesita mucho sueo extra para aguantar, por eso cuando ests enfermo tienes tanta energa como un espagueti mojado.

    Luchar contra una gripa puede ser molesto, pero si tu cuerpo no lo hiciera, con el paso del tiempo esos pequesimos virus te podran matar.

    La prxima vez que tengamos una gripe ya sabremos por qu nos sentimos tan mal.

    Trudee Romanek, Cuando una gripa se establece en Achuuu! Mxico, sep-Planeta Mexicana, 2007.

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    39. Confieso que he soado

    So que un fantasma se echaba en el patio.So que un fantasma se echaba en el patio de un castillo para tomar sol, venan unos nios a preparar su desayuno y lo manchaban de mostaza.So que un beb se tragaba un aro y le creca una oreja en el estmago.So que tomaba leche de una vaca.So que haba una explosin y se terminaba el mundo (No me acuerdo de lo que segua).So que escriba poemas en hojas sueltas y volaban. Hacia una bola con una hoja porque el poema no me gust y tambin vol.So que dos ms dos eran tres.So que me espantaban, que me daba vuelta para ver quin era y me converta en estatua.So que Caperucita Roja se coma al lobo.So que un camello pasaba por el ojo de una chapa.So que era millonaria y compraba muchsimos dulces, que me coma y despus me infl como un globo.So que no haba escuela y no tenia tareas, tampoco maestros en casa.So que era una gigante y mis paps me obedecan, y todos me teman.

    Y ustedes, se acuerdan de lo que soaron?

    Oche Califa, Confieso que he soado en Para escuchar a la tortuga que suea. Mxico, sep-Colihue, 2006

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    40. Las palabras que se lleva el viento

    Las palabras que se lleva el vientoEstas son las palabras que me ha trado esta maana el viento. Palabras para hablar por casa, palabras que huelen a pan recin hecho. Palabras para hablar en paz, palabras que si dicen blanco dicen negro. Palabras que no son de nadie, palabras que no tienen precio. Palabras para hablar de cerca o de lejos. Palabras, palabras y ms palabras. Palabras que se lleva el viento.

    Paisaje en el tintero Miro por la ventana y escribo en el cuaderno. El paisaje est afuera y a la vez aqu adentro. La luz mancha la pgina debajo de mis dedos. Los pjaros son letras escritas en el viento. Las huellas del camino, palabras que me dicen si ests cerca o vas lejos. Un arroyo murmura dentro de mi tintero. De pronto, cae la lluvia. Borrn y cuento nuevo.

    Juan Carlos Martn Ramos, Las palabras que se lleva el viento. Mxico, sep-Everest, 2004.

    41. Nuestra vecina la Luna

    Vamos a ver quin conoce la respuesta a las siguientes preguntas acerca de la amiga ms cercana de nuestro planeta.

    Existen el da y la noche en la Luna?S, ya que, como la Tierra, la Luna gira sobre s misma, y ofrece una cara distinta al Sol.

    Un da en la Luna dura lo mismo que en la Tierra?No. Un da en la Luna dura aproximadamente 28 veces ms que en la Tierra, ya que la Luna tarda aproximadamente 28 das en dar una vuelta completa sobre s misma.

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    Qu temperatura hace en la Luna?Hace mucho calor durante el da, unos 100 grados centgrados. Imagnense eso, aqu en la Tierra cuando pasamos de unos treinta grados comenzamos a asarnos. Y mucho fro durante la noche, hasta menos 150 grados centgrados. Aqu en la Tierra cuando llegamos a menos de diez grados comenzamos a congelarnos.

    Ahora ya lo sabemos. Cuando miremos la Luna en las noches pensemos que la parte iluminada est de da, y la que no vemos est de noche.

    Ana Alter, Nuestra vecina la Luna en El Universo. Mxico, sep-vox, 2002.

    42. Cuando sea grande quiero ser...

    VeterinarioAtiendo a los perros, a los gatos, a los pjaros. Incluso a las serpientes! Tengo un consultorio en el que ausculto, vacuno y opero. Otros veterinarios atienden a los animales del campo o trabajan en las fbricas de alimentos o de medicamentos para animales.

    Productor de girasSoy la mano derecha de las bandas de msica y de los cantantes! Me ocupo de organizar las giras, decidiendo cundo y dnde se realizarn las presentaciones: tal da en tal sala, tal vez en otro o en aquel estadio. Me encargo de alquilar los micrfonos y los amplificadores, del alojamiento y transporte de los msicos.

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    EstilistaCortar el cabello es divertido, pero nada fcil! Hay que usar las tijeras sin que te tiemble el pulso y tener claro dnde quieres llegar. Algo esencial en mi trabajo es escuchar y aconsejar a mis clientes.

    AstrnomoCon sus millares de estrellas, sus planetas, sus cometas y sus galaxias, el Universo me fascina. Necesitara varias vidas para estudiar todo lo que ofrece! Por eso cada astrnomo debe definir muy bien su campo de investigacin.

    FoniatraEn el hospital o en el consultorio, atiendo a nios que tienden problemas de lenguaje: los que tartamudean, los que no pueden pronunciar ciertos sonidos, los que tienen problemas de lectura o de escritura.

    Y a ustedes, qu les gustara ser, de qu les gustara trabajar?

    Nadine Mouchet, Cuando sea grande quiero ser. Mxico, sep-Lamiqu, 2008

    43. La huesuda tabla del ocho

    La lectura de hoy es matemtica, ya lo vern. Y adems es colectiva: ustedes van a decir el coro, y yo voy a ir leyendo las estrofas.

    El coro dice as, dganlo conmigo:Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...

    EstrofaOcho por uno ocho, las calaveras salen en vocho.Ocho por dos diecisis,

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    las calaveras comen mamey.Ocho por tres veinticuatro, las calaveras van al teatro.Ocho por cuatro treinta y dos, las calaveras tocan bongs.Ocho por cinco cuarenta, las calaveras estn en venta.

    CoroAaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...

    EstrofaOcho por seis cuarenta y ocho, las calaveras comen bizcocho.Ocho por siete cincuenta y seis, las calaveras no tienen rey.Ocho por ocho sesenta y cuatro, las calaveras y su retrato. Ocho por nueve setenta y dos, las calaveras tienen tos.

    Ocho por diez ochenta, las calaveras ya tienen clienta.

    CoroAaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...Aaah, aaah, ah...

    Paula Rodrguez, La huesuda tabla del ocho en Baila la tablita yo ya la cant, Tablas de multiplicar para jugar en clase. Mxico, sep-Hecho con amor x Hecho a mano, 2003.

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    44. Nuevos juegos de palabras

    Aserrn, aserrn, los maderos de San Juanpiden pan, no les dan; piden queso, les dan un huesoy se les atora en el merito pescuezo. Los de Roque, alfondoque; los de Rique, alfeique; los de Triquetriquitrn. Arriba y abajopor los callejones,

    pasa una ratitacon veinte ratones. Unos sin colita Y otros muy colones. Unos sin orejasy otros orejones. Unos sin patitasy otros muy patones. Unos sin ojitosy otros muy ojones. Unos sin naricesy otros narigones. Unos sin hocicoy otros hocicones. Pas una ratita con veinte ratones.

    Eufemia Hernndez, Nuevos juegos de palabras en Palabreras: Retahlas, trabalenguas, colmos y otros juegos de palabras. Mxico, sep-Alfaguara, 2005.

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    45. Sabes contar hasta un googol?

    Si estas buscando un nmero realmente grande, ciertamente no ser el 1.Uno es el nmero de pltanos que puedes mantener en equilibrio en tu

    nariz, si eres un buen equilibrista de pltanos.Pon un cero a la derecha de un 1, y se convertir en 10. Siempre que

    pongas un cero a la derecha de un nmero, har el nmero diez veces ms grande.

    Diez pltanos seran muchos pltanos para que un mono los mantuviese en equilibrio. Pero, por supuesto, diez es todava un nmero muy pequeo.

    Diez por diez son cien (10 X 10 son 100).Diras que cien es grande? Bueno, da igual, es un montn de pltanos

    en equilibrio!Tal vez 100 guilas te podran llevar de paseo panormico por cielo, si

    quisieras hacerlo.Pero, si ests buscando un nmero de verdad, de verdad grande, todava

    te queda un largo camino por recorrer!Diez por cien son mil (10 X 100 son 1,000).Si cien pinginos tuvieran cada uno diez bolas de helado en un cucurucho

    (cono o barquillo), seran mil bolas de helado. Mil, empieza a ser grande.Pero no te pares ah!

    Qu nmero es para ustedes realmente grande?

    Robert Wells, Sabes contar hasta un googol? Mxico, sep-Juventud, 2004.

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    46. Otros dos poemas con sol y son

    La lectura de hoy es de dos poetas argentinas.

    De Silvia Schujer, La palabrota

    Una palabrapalabritera despalabrbasepor la escalera. Pobre palabra! se apalabrpalabrincandocada escaln. Cay de colala palabrisa y palabrochseflor de paliza. Despalabrapala que brotade ser palabraya es palabrota

    Y de Roberta Iannamico, Confusin

    Era una oveja que fabricaba miely una abeja llena de lana. No, al revs.Era una oveja que untaba lana en un pan y una abeja que teja una manta de miel. No, otra vez. Era una abeja que antes de picar deca beeee.

    Un poco disparatados. Pero divertidos, no es cierto? Van de vuelta porque estuvieron muy cortitos

    Silvia Schujer y Roberta Iannamico, Otros dos poemas con sol y son en Poemas con sol y son. Mxico, sep-cidcli, 2002.

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    47. Para masticar a gusto

    Hoy en da no es aconsejable ni bien visto andar mascando chicle todo el tiempo. En primer lugar, porque es desagradable ver a alguien que est continuamente mascando y salivando. Pero, adems, porque el azcar que endulza los chicles comerciales produce caries.

    Sin embargo, hasta principios del siglo xx poda hacerse a gusto, pues esto no era una preocupacin. El verdadero chicle es un jugo lechoso que se extrae del tronco del chicozapote, un rbol oriundo de nuestro continente, y el chicle natural en general no se endulza. El lquido que se saca de los rboles se coagula y endurece fcilmente, y se vende en trozos.

    Los pobladores de Mesoamrica acostumbraban masticarlo en su estado natural para blanquearse los dientes. Chicle proviene de la palabra nhuatl tzictli.

    Cristina Carbo et al., Para masticar a gusto en 501 maravillas del viejo Nuevo Mundo. Mxico, sep, 1994.

    48. rase una nia

    A Juana Ins le gustaba mucho el estudio. A los tres aos ya haba aprendido a leer y a los siete, cuando supo que slo los nios podan continuar educndose suplic a su madre que la vistiera de varn para asistir a la escuela. Estudi por su cuenta con gran empeo y si no cumpla con todas las tareas que se haba propuesto, se castigaba cortndose el pelo! que, segn la moda de esa poca, las mujeres usaban muy largo. Defendi con ahnco el derecho de la mujer a recibir educacin.

    Sor Juana Ins de la Cruz, nombre que adopt al tomar los hbitos como religiosa, fue una apasionada de las ciencias y las artes y lleg a ser una gran poetisa; por eso la llaman la Dcima Musa. Ella escribi:

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    rase una nia, como digo a ust, cuyos aos eran ocho sobre diez.Esperen, aguarden, que yo lo dir.sta (qu s yo cmo pudo ser) dizque supo mucho aunque era mujer.Esperen, aguarden, que yo lo dir.Porque como dizquedicen no s quien, ellas slo saben

    hilar y coser.Esperen, aguarden, que yo lo dir.Pues sta a hombres grandes pudo convencer; que a un chico cualquiera lo saben envolver.Esperen, aguarden, que yo lo dir.Y aun una santita dizque era tambin sin que le estorbase para ello el saber...

    Sor Juana, como le decimos a esta gran mujer, gran escritora, gran sabia, es un ejemplo a la vista. Nias y nios, y los maestros tambin, todos podemos tener por el estudio y por el lenguaje un gusto tan grande como el que ella tuvo.

    Cristina Carbo et al., rase una nia en 501 maravillas del viejo Nuevo Mundo. Mxico, sep, 1994.

    49. Hola beb

    Desde hace mucho tiempo mam, pap, Bea, Isa y yo hemos esperado que llegue este da. Mam tiene dolores y eso quiere decir que ests listo para nacer.

    Isa y Bea hacen una cama gigante al lado de la chimenea para mam y el beb.

    Juan, esta noche vestiremos al beb con su ropa nueva me dice mam. Me pregunto si ser nio o nia. Me gustara tener un hermano. Le digo a pap que mam debera sentarse a descansar, pero me dice que

    probablemente ella siga caminando. Y as lo hace. Da vueltas y vueltas alrededor de la sala. Cada tanto tiempo se detiene y se apoya en pap.

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    Mam ha dejado de caminar y se apoya en pap. Se mece de un lado al otro. Y de vez en cuando grita. Grita tan fuerte que todo el pueblo se va a enterar de que hoy vamos a tener nuestro beb.

    Ta Mrgara me llama: Corre! Aprate! Ya se ve la cabeza!Me arrodillo cerca de mam y veo una forma redonda entre sus piernas. Mam puja y grita. De pronto, aparece... algo arrugado y rojo! Es...!

    Es el hermanito que estn esperando, por supuesto, pero qu ser? Nio o nia?

    Jenni Overend (adaptacin), Hola beb, Julie Vivas, ilus. Mxico, sep-kar, 2002.

    50. Ah vienen los monos

    Ah vienen los monosde Cualichandy el mono ms grandese parece a usted.

    Baila la costillabaila el costillar;con cuidado chata,no se vaya a caer.

    Ya vienen los monos,vienen de Tepicy el mono ms grande se parece a ti.

    Baila la costilla,baila el costillar;con cuidado chata,no se vaya a caer.

    Vicente T. Mendoza (recopilacin) Ah vienen los monos en Lrica infantil de Mxico. Mxico, fce, 1984.

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    51. Cmo inyecto las medicinas?

    Les han puesto alguna inyeccin? A quin le gusta? En general, a nadie le gustan mucho las inyecciones, pero a veces son necesarias. Y, por otra parte, cranme que las formas que antes se usaban para curar a la gente eran peores. Escuchen con atencin.

    Los primeros mdicos administraban las medicinas por la boca, pero el cuerpo tardaba mucho en absorberlas. Este tiempo podra marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Si los medicamentos llegaran a la sangre con ms rapidez, se podran salvar ms vidas.

    Muchos mdicos saban que era vital administrar la medicina en la sangre lo ms rpido posible. Una forma era extender la medicina sobre una herida.

    Ingerir los medicamentos era ms seguro pero, o se tardaba mucho tiempo en darlos, o la medicina no llagaba al sitio correcto.

    Una forma mejor era usar una espina, agujerar la piel y luego introducir la medicina en esta diminuta herida.

    Francis Rynd, un mdico irlands, pens entonces en usar, en lugar de una espina, una jeringa y una aguja hueca, de metal, para hacer llegar el medicamento a las venas. De esa manera, en 1844, termin por inventar las inyecciones.

    Diez aos ms tarde, un mdico tambin irlands, Francis Wood, y uno francs, Charles Pravaz, trabajando cada quien por su lado, perfeccionaron una aguja hipodrmica que se poda lavar y usar en varios pacientes.

    [Hipodrmica quiere decir que puede colocar el medicamento debajo, hipo, en griego, de la piel, dermos, tambin en griego.]

    Hoy en da, muchas jeringas son de plstico, se utilizan una sola vez y despus se tiran. Las agujas nunca deben usarse en ms de una persona.

    Cmo prefieren, entonces, que les den una medicina para curarse: por la boca, hacindoles un hoyo con una espina, o con una jeringa? Lo mejor, desde luego, es no enfermarse, pero eso de la espina, lo siento muyyyy picudo, jajajaja.

    Gerry Bailey Cmo inyecto las medicinas en Avances Mdicos. Mxico, sep-sm, 2005.

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    52. El amor es un nio travieso

    El amor es un niotravieso y mofletudoque siempre anda desnudovolando sin cesar: maana, tarde y noche, sin importar edades, en campos y ciudadesflechas lanza al azar. Est en todas las cosasporque en todas se esconde, slo hay que saber dndebuscar para encontrar; l nunca pide naday da la vida enteray t de igual manerase la tienes que dar.

    En realidad l quiereuna caricia, un beso: es un nio travieso, alegre y juguetn;mimos, besos, cariciasl te da por montonesy de aladas cancioneste llena el corazn. Es un nio travieso, entrgale tu viday hallars repartidatu vida sin cesar;como el vuelo del nioque en todo te visitay por amor te invitaa amar a todo amar.

    David Chericin, El amor es un nio travieso. Mxico, sep-Panamericana Editorial, 2005.

    53. El hipo de Ins

    El otro da lemos sobre las inyecciones. Vamos ahora a leer sobre otro remedio que actualmente se usa muy poco, por ejemplo cuando hay hematomas, o sea moretones, muy grandes. Ese remedio son las sanguijuelas, unos animalitos parecidos a las babosas, que chupan la sangre. Antes se crea que algunas enfermedades las produca tener demasiada sangre en el cuerpo y se practicaban sangras o se ponan sanguijuelas para quitarle sangre al enfermo.

    Otra vez a coser! se quej Ins. Pero dice mi seora madre que como algn da me casar, debo estar preparada para ser una buena esposa.

    Pero slo tienes siete aos le contest su hermana Mara.

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    Se me tiene que ocurrir algo pens Ins. Maana, despus de comer, fingir que estoy enferma se dijo. Pero, de qu? Puede venir el viejo don Gaspar, ese mdico tan estricto.

    Todo transcurri con normalidad la maana siguiente... pero su madre fue la primera en notarle algo extrao.

    Pero, hija, qu es lo que tienes?Pues... yo... hip! Me ha dado hipo y no se me quita, madre contest

    Ins entrecortando cada frase. Al poco rato de haber comenzado la labor de costura, su continuo hip!

    le provoc que se picara los dedos con la aguja y manch la tela con sangre. Cada hip! era motivo de nuevas discusiones y, aunque Ins trataba de

    disimular, a veces dejaba escapar una risita. Si maana amaneces igual, Pedro ir a buscar al mdico concluy

    doa Catarina, y a ver quin se re. Ms vale que me cuide de ese viejo matasanos dijo Ins. Antes del almuerzo, lleg el mdico. Intrigado por el continuo hip! hip!

    y un poco nervioso por la mirada acechante de doa Catarina, recomend que si el hipo persista, deban de purgar.

    Pero despus de tanto y una vez descubierto el engao de Ins, el mdico dio el remedio para dar una buena leccin...

    Qu habr sido de ti Ins? Habrn sido las sanguijuelas una buena leccin para no mentir?

    Mara Cristina Sacristn, El hipo de Ins. Mxico, sep-fce, 2001.

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    54. De la A a la Z por un poeta

    La almohada, por arte de magia,se vuelve hada

    La aLa A sabe que es un retono se le puede negarhallarse en primer lugarde todito el alfabeto.Al mismo tiempo, la A,inveterada viajera [que acostumbra viajar desde antiguo],se aparece donde quiera:aqu, ac y acull. La red,por ms que bebe agua,se muere de sed.

    La rOtra cosa nadie espere:un cerro se vuelve cero,y un perro se vuelve pero

    si la erre se hace ere.Al revs, que nadie yerre [se equivoque],y para que quede claro:deja un carro de ser carosi la ere, se hace erre.El zapato, con pico y plumas,parece pato.

    La zCon la Z me despidoy con todo mi respetode este locuaz alfabeto,y les quedo agradecido.Me despido con la Zy tambin se va conmigoeste servidor, amigo,y afectsimo poeta.

    Y si quieres saber de las dems letras, busca el libro en los acervos de la escuela.

    Fernando del Paso, De la A a la Z por un poeta. Mxico, sep-conaculta, 2000.

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    55. Dinosaurios

    Seguramente ustedes saben mucho de dinosaurios: cmo aparecieron, cules eran los ms peligrosos, qu coman... pero, se han preguntado cmo le hacan para elegir pareja y tener cras? De eso trata esta lectura.

    Cortejo En el mundo animal, el macho ms fuerte o el que luzca mejor, tiene una mayor oportunidad de atraer a una hembra. Algunos dinosaurios pueden haberse enfrentado en combates de fuerza.

    Los machos rivales se empujaban uno a otro para mostrar su fuerza.

    Batalla de cascosDentro de las manadas, los dinosaurios machos se enfrentaban para ganarse a una hembra. Quiz los Pachycelosaurus machos lo decidan a cabezazos.

    Al elegir a los machos campeones como pareja, las hembras escogan padres saludables para sus cras.

    Crneo con picosLa gran orla del cuello de la lagartija con picos, o Styracosaurus, estaba rodeada de seis picos. Los machos pueden haberlos usado para impresionar a las hembras.

    David Lambert, Dinosaurios. Mxico, sep-Publicaciones citem, 2002.

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    56. Ms adivinanzas para jvenes detectives

    Hace unos das lemos algunas adivinanzas para jvenes detectives. Como ustedes se las saben de todas todas, aqu les va una nueva tanda.

    Be... Be... Benita se llama, es su beb de algodn, su lana tengo en la cama, tambin en el almohadn.

    La oveja

    Caca... caca... cacareaantes de poner el huevo, y aunque ninguno la veadespus lo hace de nuevo.

    La gallina

    Ella es el peine del sueloaunque en l no haya ni un pelo: lo mismo barre un paueloque un papel de caramelo.

    La escoba

    El que sale en las historiasde dibujos animadoscomiendo las zanahoriascon sus dientes alargados.

    El conejo

    Bicho verde que no faltaen el agua que ha nacido, y por algn cuento saltaen prncipe convertido.

    La rana Cae del cielo y nos moja, friega con fuerza el tejado, quita el polvo a cada hojay el campo deja empapado.

    La lluvia

    Aunque parece algodnes agua que al cielo sube; all espera la ocasinpara mojarte, la...

    La nube

    Regalos de la gallinaal granjero y la granjera, se los lleva tu vecinay los guarda en la nevera.

    Los huevos

    Antonio A. Gmez Yebra, Oro parece: Libro de adivinanzas para jvenes detectives. Mxico, sep-Hachette, 2002.

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    57. Los tres deseos

    Haba una vez un leador que fue al bosque a cortar un viejo rbol. En el viejo rbol viva un duende, quien le pidi que no cortara el rbol.El leador decidi no cortar el rbol.El duende agradecido, le dijo:Les cumplir tres deseos a ti y a tu esposa. El leador fue corriendo a contarle a su esposa.La mujer se puso tan contenta que olvid preparar la comida.Despus el leador dijo:Me gustara comer una gran salchicha. Entonces una gran salchicha apareci sobre la mesa.La mujer enojada le dijo:Ojal que la salchicha se te pegara en la nariz!Y la salchicha se le peg a la nariz.El leador dijo:Que la salchicha se me despegue de la nariz!Y la salchicha cay.Despus, los dos se quedaron callados.Por discutir, perdieron las tres oportunidades.Entonces, se pusieron a comer la gran salchicha.Fue lo nico que obtuvieron!

    Los tres deseos en Espaol, Primer grado, Lecturas. Mxico, 1998.

    58. El banquete

    Vamos a leer una extraa conversacin. Pongan atencin. Vamos a ver si adivinamos quines estn hablando.

    Y cuntos ojos tienen?Dos. Agh! Los mueven con esas cosas que les cuelgan?No, los tienen arriba, en la parte de adelante.

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    No sigas, mam, que despus tengo pesadillas! (se quej la hermana). El hermano, fascinado por el relato, prosigui: ndale, mami, pueden moverlos por separado?No, slo en la misma direccin y sirven para recibir la luz. Pero lo ms

    feo, lo ms feo... son esas cosas que les salen del cuerpo, sus extremidades. Por qu, mam? Tienen muchas?Cuatro. Y para qu?Dos son para pararse y las otras dos para agarrar objetos, y las mueven

    continuamente.Y no irradian?!Djame terminar, las de agarrar son ms pequeas que las otras y

    terminan... y terminan en...Mam, en serio, no hagas as! (se quej nuevamente la pequea). Terminan en dedos!S, y oigan esto... no tienen antenasY cmo le hacen para no chocar?Tienen una cosa boluda, llamada cabeza Qu onda!Y adems oigan esto... la cabeza tiene ms agujeros y les crece algo

    llamado cabello.Mam, no inventes! Despus no voy a comer!Qu es? Pregunta el hermano. Les crece arriba de los ojos, cubre toda la cabeza. Para qu es?... la

    verdad no lo s, supongo que para esconderse y miren pap los consigui a un precio carsimo.

    Mam, yo no voy a comer eso. Son muy ricos, mi amor, y pap los consigui muy caros en el mercado. S, pero no quiero. Yo s!