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Vuelos de cactus

Alejandro Reyes Juárez

El espacio abierto del paisaje desértico encuentra un horizonte de magia y misterio. En Vuelos de cactus las bisnagas y los huizaches se elevan más allá de sus espinas hasta alcanzar las nubes, y presagian nueva vida bajo las pupilas de los coyotes que otean ya la lluvia. La escritura de Alejandro Reyes Juárez es un surtidor que ordena jerárquicamente el amor frente al olvido, y el destierro del tiempo frente al vendaval de la muerte; mientras, la poesía llueve en los versos.

Raúl Casamadrid

Letra Franca EdicionesLetra Franca Ediciones

MT 1

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Alejandro Reyes Juárez

VUELOS DE CACTUS

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Vuelos de cactus

Alejandro Reyes Juárez

Primera edición, 2020

Letra Franca Ediciones

D. R. © Alejandro Reyes JuárezD. R. © Letra Franca Ediciones

Editorial Morevalladolid Tlalpujahua 208, Felícitas del Río,CP 58040, Morelia, Michoacán

ISBN: 978-607-424-695-7

Diseño de cubierta: Constanza CasamadridDiseño de interiores: René Villegas SilvaEditores: Leopoldo González y Raúl Casamadrid

Impreso en México - Printed in Mexico

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SIN ALFABETO

…encontré que el tiempo se ha transformado en un cactus de viento.

Nanao Sakaki

Arrojo al pozo el último poema para saber el tamaño de mi caída.Las biznagas ya nada me cuentande las migraciones y las lluvias ausentesni del galeón que surcaba el veranocon noticias del porvenir,cuyas cadenas al atracar dejaron de crujir.Las heladas regresaron.Los huizaches ya no gorjean al albani los saurios recolectan rocío de sus espinas.Las fosas han acentuado la soledad de este desierto;en mis arterias solo queda un poco de polvo purpuray el alfabeto en la arena no encuentro.

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CAFÉ E INMENSIDAD

En un punto de la oscuridad se calienta el café en la olla sobre el fogón; agujero negro donde todo se reencuentra.

El petricor anuncia la lluvia antes de escuchar su música sobre el techo de pencas de maguey secas y el instante se alarga como en Farabeuf.

Yo tomo mi jarro; inhalo un poco de su vapor de granos tostados y canela, sorbo y guardo silencio en un rincón.

El faro es encendido con el rescoldo y las historias sin fecha son un oleaje que llegan a la orilla de mi experiencia entre volutas de humo.

Los difuntos habitan los intersticios de los minutos y hacen del tiempo una Comala o una Luvina o un México.

El diablo, un rebaño de ovejas, un mezquite y un arriero despistado son parte del relato que se resiste al destierro de la memoria.

Una palabra en otomí se le escapa a la abuela. Al abuelo un “chingao” mientras intenta atrapar una mariposa nocturna.

Otra zumba contra mi mirada todos los recuerdos del porvenir. Ya entonces te imaginaba (o recordaba) al trazar con una vara una “S” sobre la tierra.

El perro hambriento se asoma por la puerta y sacude de su lomo todo un cielo repleto de constelaciones; a cambio espera un trozo de tortilla.

Nadie pone atención en ello. Los pasos de los hijos que, regresan de la gran ciudad, producen una pausa a ese hilar de narraciones.

Otro sorbo al jarro que aún quema en las manos y aleteo lejos de esas coordenadas. ¿A dónde me llevará el azar si el horizonte es un inmenso desierto?

6 7

SUEÑOS DESDE EL OTRO LADO DE LA LLUVIA

a Silvia

I

¿Qué hacer con estos sueños que, rasgados quedaron entre los cardones?si la lluvia ha negado su presenciay los tlacuaches no pueden rescatarlosentre tanta espina, abrojo y colmillos de serpientes.

¿Será suficiente dejar tirones de corazónsecarse al sol, para sentir el vuelo de los cactus?

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II

La página en blancolos sueños no retienenni la poesía del armadillo que los escarba para alimentarse de ellosni el frío con el que abrazaeste anfibio corazón de mayo.

Dónde los aleteos en zigzagen la obsidiana de la erade ese urodelo que optó por el vuelopara sobrevivir la orfandad.

Sobre la almohada, girones de nubeque escabulleron entre los huizaches.

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III

De estas vocesque como alisiosrecorren los ventrículosgerminan cactus.Entre estas dunas de osamentasaguardo una brizna de sueñopara verlos florecerantes de que me alcanceese virus que vuelve asesinosa quienes contagia.

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IV

Remuevo la hojarasca:otoño es y no estoy.Me quedé en ese adiósa mitad de la mañana.

¿Por qué el amor es así?Una mera hipótesiscomplicada de comprobar.La primera helada cae,escarcha los pensamientosy las huellas entre los páramos.La primera lluvia que de ti anhelo,futuro que ya no será.

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V

Los cirrus han tardado en llegar.La justicia también.Levantamos la cosechaya sin canciones ni sonrisasy colocamos más cempasúchil sobre las tumbas.Terminamos el mezcalcon la esperanza de que las pupilas de los coyotessolo reflejen la luna y a venus,ya nunca nuestros miedos.

Obséquiame la primera lluvia para danzar a su ritmoal recordar los sueños de la jacaranday de las flores de azahar iluminando los desiertos.Llueve para darle poesía a los versos.

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VI

Sobre las aceras, entre las flores de las jacarandas,sueños sin alas dejados por la inesperada lluvia de un azul marzo;huella sin coordenadas ni sextanteque se desvanece bajo un grito grafiteadoen las paredes de palacio nacional:México feminicida.

12 13

Rosendo indaga desde el ayer un sueño en el cual como viento cruza la vigilia de sus descendientes ante la incertidumbre producida por los pájaros que hacen de la noche su vuelo y, presiente una fotografía sin él

Los caracoles escriben el epitafio,que olvidaron colocar sobre tu lápida, al ritmo de un otoño de hojas ansiosasy canciones que hacen más frías las primeras heladas.Nada de tu historia queda,salvo una imagen sepia descarapelada donde miras cómo un cuervo enfila a tus córneas.Tus hijos y la milpa crecieron sin tu sombra.También los abrojos.El garambullo no pudo sostener las rocasde la habitación donde un día soñasteuna hacienda, una fuente y un baile.Tu mujer las recogió para trazar caminosque llevaran a todos más allá de la niebla, la orfandad y los cardones,a pesar de ese hueco a mitad del pecho.No imaginaste este milenio de fugacidad y nómadas,donde solo tus hijos más pequeños resisten el vientoy aún cosechan frutos de la miseriacomo aprendieron, a mitad del siglo pasado, de ti.

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MIRAR LA OSCURIDAD

La ráfaga el cirio apaga;descubro que no soy ciego:la noche abre su horizonte.Por fin el vuelo despliego.Las oraciones son brizna;ni caricia en el desierto.Nada puedo contra el ayer.Hoy solo un tequila deseo,tirar lejos las gladiolasy recoger mis fragmentospara aullar todos mis sueñossin miedo al paso del tiempo.Un son o un blues ya se escucharebelde desde el infierno.Comenzó el primer baileal filo de la vida y esto.Poemas sobre tierra sueltasacude otra vez el perro.Entre sombras un dibujotrazado desde el destierro.

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Vuelos de cactus de Alejandro Reyes Juárez

se imprimió durante el mes de mayo de 2020 en los talleres gráficos de

Editorial Morevalladolid S. de R. L. de C. V. Tlalpujahua 208, Felícitas del Río,

CP 58040, Morelia, Michoacán,con un tiraje de 100 ejemplares.

En su composición tipográfica se utilizó la fuenteGandhi Serif de 12 pts.

La impresión digital fue en papel Parchment beige de 90 gr en interiores y cartulina Opalina Ivory de 225 gr en portada.

Contacto: alerejus@hotmail.comFormación y diseño editorial: René Villegas Silva

Portada: Constanza CasamadridCuidado de la edición: Raúl Casamadrid

Alejandro Reyes Juárez (cdmx) es poeta y cuentista. Ha publicado Ecos y silencios (Eterno femenino, 2011); Al filo (Tintanueva, 2013); A contraolvido. Poemas para la evocación de los ausentes (Alja, 2015) y Axolotl Constellation / Constelación Axólotl (Darklight, 2017). Su obra ha sido publicada en antologías y revistas en México y el extranjero, y fue reconocida con el Premio Nacional de Poesía Tintanueva 2013. Es doctor en Investigación en Ciencias Sociales (flacso) y diplomado en Creación Literaria (inba).

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