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UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Estudios con Reconocimiento de Validez Oficial por Decreto Presidencial
Del 3 de abril de 1981
“TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA DEMOCRACIA.
REFLEXIONES SOBRE NUEVOS APORTES PARA SU ESTUDIO”
TESIS
Que para obtener el grado de
MAESTRO EN SOCIOLOGÍA.
P r e s e n t a
MARIO CRUZ CHAVARRÍA SUÁREZ
Directora de Tesis:
DRA. HELENA VARELA GUINOT
Lectores:
DR. DARÍO SALINAS FIGUEREDO
MTRO. CARLOS LUGO GALERA
México, D. F. 2008
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 2
Í N D I C E 7 Introducción
20 CAPÍTULO I. LA MECÁNICA DEL CAMBIO POLÍTICO
32 1.1. El concepto de sistema político y de cambio político
44 1.2. Institucionalización de los sistemas políticos
49 1.3 Modernización de los sistemas políticos
51 1.4. Utilidad de los conceptos para el análisis de los sistemas políticos
56 CAPÍTULO II. EL CONCEPTO Y LOS MODELOS DE DEMOCRACIA
68 2.1. Democracia ideal y democracia real
63 2.2. Definiciones de democracia
67 2.2.1. Definiciones básicas
75 2.2.2. Definición intermedia
79 2.2.3 Definición de segunda generación
83 2.3 Modelos de democracia
85 2.3.1. Los modelos clásicos y los modelos contemporáneos
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 3
92 CAPÍTULO III. IGUALDAD Y LIBERTAD COMO VALORES POLÍTICOS DE
LA DEMOCRACIA
95 3.1. Ámbito Teórico-Filosófico
110 3.2. Ámbito Político
113 3.3. Ámbito Jurídico-Social
117 3.4. Cinco Dificultades y Limitaciones de la Democracia
122 CAPÍTULO IV. CALIDAD DE LA DEMOCRACIA
125 4.1. Condiciones Mínimas para la Calidad de la Democracia
1280 4.2. Concepto de Calidad de la Democracia
132 4.3. Dimensiones Sustantivas y Procedimentales de la Calidad de la
Democracia
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 4
137 CAPÍTULO V. APORTACIONES DEL CONCEPTO DE CALIDAD DE LA
DEMOCRACIA
139 5.1. Calidad de la Democracia como Modelo Explicativo
141 5.2. Calidad de la Democracia como Categoría de Análisis Cualitativo
146 5.3. Limitaciones Metodológicas y Empíricas del Concepto de Calidad de
la Democracia
147 5.3.1. Limitaciones teórico-metodológicas
155 5.3.2. Limitaciones empíricas
159 CAPÍTULO VI. DIFICULTADES Y LIMITACIONES DE LA DEMOCRACIA
EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO
165 6.1. Dificultades y limitaciones de la democracia en México
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 5
173 CAPÍTULO VII. CONFORMACIÓN DEL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO:
DEL AUTORITARISMO A LA DEMOCRACIA FORMAL
175 7.1. Fin de la Dictadura, Definición Constitucional de Democracia y
Surgimiento del Partido Hegemónico (1911-1929)
180 7.2. Presidencialismo Autoritario, Corporativismo y Movimientos Sociales
(1930-1976)
187 7.3. Reformas Electorales (1977-2007)
199 CAPÍTULO VIII. TRANSICIÓN E INSTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA
EN MÉXICO
203 8.1. Etapas del Cambio Político en México
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 6
212 CAPÍTULO IX. CONCLUSIÓN: APLICACIÓN DEL CONCEPTO SOBRE LA
CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO
213 9.1. Cambio Político en México
217 9.2. El Concepto y las Variantes de la Democracia
219 9.3. Democracia Mexicana con Calidad
224 9.4. Conclusiones Generales
229 Bibliografía
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 7
INTRODUCCIÓN Las sociedades y sus distintas formas de organización se encuentran en constante cambio.
Diferentes disciplinas académicas y de investigación que se inscriben en el ámbito de las ciencias
sociales o de las humanidades, se han dado a la tarea de estudiar y de explicar mediante sus
teorías y sus conceptos, los métodos y las formas en que las sociedades han experimentado
cambios y cómo éstos repercuten en los contextos políticos, económicos, sociales y culturales en
que las personas interactúan.
En la actualidad, existen acuerdos teóricos generalizados que explican las distintas formas de
organización social a partir del estudio de sus sistemas políticos, pero aún no se logra un
consenso en cuanto a la importancia que debe guardar la relación entre sociedad y sistema
político, así como del marco teórico bajo del cuál se podrían explicar de la manera más próxima a
la realidad, los cambios que se han generado.
De hecho, los estudios sobre la relación entre sociedad y sistema político, entre personas e
instituciones, o entre gobernantes y gobernados, se han dividido paulatinamente en aquellos que
parten del sistema político como origen de la sociedad, y en aquellos que asumen a la sociedad
como origen del sistema político. Problema no menor, si consideramos que dependiendo del
punto de partida que se adopte, se definirá el tratamiento y la atención que se deberá otorgar ya
sea al funcionamiento y a los procedimientos del sistema político con respecto a la sociedad, o a
las demandas y necesidades de la sociedad, con respecto al desempeño y a los resultados del
sistema político. El cambio paulatino en la forma de entender dicha relación, se debe en gran
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 8
parte, a que las sociedades al igual que los sistemas políticos, se encuentran en constante cambio,
obligando así a adoptar perspectivas dinámicas de estudio que permitan explicar su complejidad.
A su vez, el cambio en las sociedades actuales se encuentra permeado por una tendencia
generalizada hacia la democratización de los sistemas políticos o en su caso, hacia el
perfeccionamiento de sus condiciones democráticas. Basta con observar la categoría y la
clasificación que se asigna a la mayoría de los sistemas políticos en el mundo, para dar cuenta de
que los cambios en los países de todos los continentes se han dirigido hacia esa dirección.
El propósito de ésta investigación, es colocar bajo un nuevo esquema de análisis, la interrelación
entre cambio, sociedad, sistema político y democracia, que ayude a resolver un problema que
hasta el momento no ha sido del todo atendido por la investigación social, o que por lo menos no
se ha planteado bajo estas nuevas circunstancias, y que se refiere a una especie de desfase entre lo
que marca la definición teórica de democracia y las realidades que imperan en los sistemas
políticos democráticos actuales. Es decir, no obstante esa tendencia de cambio generalizada de
los sistemas políticos hacia su democratización, las demandas y exigencias de las sociedades
actuales continúan como un reto y un desafío para los sistemas y como una tarea pendiente por
atender, lo cual genera una brecha entre las expectativas sociales sobre el desempeño de la
democracia y el diseño de los objetivos o metas que se han propuesto para los sistemas políticos
democráticos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 9
Este nuevo esquema de análisis consiste en vincular la teoría de la democracia con el ejercicio y
la práctica de la democracia en términos de sus objetivos, procedimientos y resultados, con
respecto a la inclusión y el cumplimiento de principios inherentes a las personas como lo son la
igualdad y la libertad. Una de las novedades que implica el esquema que aquí se propone, es que
lleva la discusión sobre el origen y el funcionamiento de la democracia fuera de los límites
teóricos que implicaban los conceptos tradicionales de democracia, para colocarla en un ámbito
mucho más específico que tiene que ver con el acceso y la garantía de un conjunto de derechos,
así como con ciertas condiciones que permiten a los sistemas políticos democráticos incrementar
el grado de su calidad.
En este sentido, se establece que según el tipo de relación que guarden los sistemas democráticos
con la igualdad y con la libertad como valores políticos, se puede determinar si se trata
democracias con o sin calidad.
La problemática anterior, nos lleva a preguntarnos ¿cómo cambian y para qué cambian los
sistemas políticos democráticos? ¿Para qué debe servir la democracia en las sociedades actuales?
¿Cuál es la definición y el contenido que la democracia debe adoptar para la organización y el
funcionamiento de los sistemas políticos democráticos? Y por lo tanto, ¿cómo se puede reducir
ese desfase entre la teoría y la práctica de la democracia?
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 10
Para atender tales preguntas, nos planteamos como problema de investigación, la necesidad de
una metodología de análisis distinta a la manera tradicional de estudiar a la democracia como
sistema político, y que tiene como función entrelazar un nuevo marco teórico sobre la definición
y contenido de la democracia, con el ejercicio y la práctica de la democracia.
Este trabajo de investigación se presenta como una propuesta para establecer ciertos parámetros y
ciertas prioridades que se deberían tomar en cuenta en los estudios sobre los sistemas políticos
democráticos actuales, y que intenten explicar su funcionamiento y organización de una manera
más cercana y próxima a la realidad. Se elabora un conjunto de reflexiones que se dirigen hacia
una nueva forma de estudiar, de entender y de explicar la democracia en el contexto
contemporáneo y conforme a las nuevas exigencias de sus sociedades.
De esta manera, el tipo de investigación que aquí se realiza, es del tipo exploratoria1 y tiene
como objetivos: 1. Proponer un nuevo esquema de análisis para el estudio de los sistemas
políticos democráticos y de los cambios que pueden experimentar, de manera que se pueda
vincular la teoría y la práctica de la democracia; 2. Reflexionar sobre las limitaciones y
obstáculos de los conceptos tradicionales sobre la democracia, y proponer una nueva alternativa
para su investigación; 3. Establecer de manera clara la relación de la igualdad y de la libertad de
las personas con los sistemas políticos democráticos y reconocer la importancia que tendría su
1 Según Ario Garza, “la investigación exploratoria sirve de base para la descriptiva. Tiene por objeto familiarizarnos con el problema del estudio y seleccionar, adecuar o perfeccionar, los recursos y los procedimientos disponibles para una investigación posterior”. En: Garza Mercado, A. (1996). Manual de Técnicas de Investigación para Estudiantes de Ciencias Sociales. México. El Colegio de México. p. 8.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 11
inclusión en el diseño de sus objetivos y de sus metas; 4. Proponer una alternativa para el estudio
de los sistemas políticos democráticos, que permita evaluar su desempeño conforme al contenido
de sus objetivos, de sus procedimientos y de sus resultados; 5. Generar para el caso específico de
México, las bases teórico-metodológicas para realizar una evaluación sobre la calidad de la
democracia mexicana.
Respecto a los objetivos anteriores, es importante mencionar que el propósito y el alcance de esta
investigación, se dan precisamente en el terreno teórico-metodológico, con algunos ejemplos de
lo que podría significar en la práctica, pero sin llegar a una aplicación empírica, puesto que ello
implicaría otra investigación que defina la instrumentación y operación tanto de indicadores
específicos, como de otras herramientas como los cuestionarios o las encuestas.
A su vez, las preguntas de investigación que nos planteamos son las siguientes: ¿Cómo pueden
cambiar y bajo qué modalidades cambian los sistemas políticos? ¿Cuáles deben ser los objetivos
del cambio en los sistemas políticos democráticos? ¿Cuál es el tipo de relación que guardan la
igualdad y la libertad como valores políticos con los sistemas políticos democráticos? ¿Cómo se
puede aplicar el concepto sobre la calidad de la democracia para el estudio de los sistemas
democráticos actuales? ¿Cuáles son los problemas y los desafíos a los que se enfrentan las
democracias de América Latina y de México en particular? ¿Cuáles han sido los cambios que han
modificado la estructura del sistema político mexicano o que han implicado modificaciones en el
sistema? Y por último ¿Cómo se puede aplicar el concepto de la calidad de la democracia para el
estudio del sistema democrático mexicano?
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 12
Respecto a las tres últimas preguntas, cabe mencionar que partimos del estudio general sobre los
sistemas políticos democráticos para contextualizar la utilidad y la aplicación del marco teórico
que se propone como alternativa para su estudio, es decir, como un método que parte de la
explicación general, para su comprensión en un caso particular. De hecho, la motivación
principal de esta investigación, es concentrar y revisar de manera exhaustiva las distintas teorías
sobre la democracia, para generar nuevas herramientas e insumos que posibiliten el estudio de las
condiciones y circunstancias actuales del sistema político mexicano. Como se menciona de
manera posterior, México representa uno de los casos más suigéneris en la construcción y en el
establecimiento de las democracias, de aquí el interés de considerarlo como caso de estudio.
Por otra parte, la metodología que se utilizó para la realización de este trabajo de investigación,
consistió básicamente, en la concentración y revisión de bibliografía relacionada con el tema; las
fuentes de información que se retomaron fueron desde libros y artículos de investigación, hasta
las páginas electrónicas de sitios que realizaron estudios en la misma materia con anterioridad y
que de hecho han sido ejemplo de la aplicación práctica de algunos conceptos que aquí se
analizaron.
La literatura revisada se integró por material de diversas ramas de las ciencias sociales y
humanidades, tales como la filosofía política, la ciencia política, la sociología, y la economía, con
alrededor de cien ejemplares y distintas direcciones electrónicas de instituciones y organizaciones
de seguimiento y análisis de los sistemas políticos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 13
Cabe mencionar que el encontrar literatura relacionada con el tema fue particularmente difícil,
porque el tema de investigación es relativamente nuevo en México, por lo que la mayoría de la
bibliografía consultada es de otros países. No obstante, lo anterior en cierta medida es positivo
para este trabajo, porque los resultados y conclusiones que se presentan a través de tablas de
contenido y de esquemas explicativos, son de elaboración propia, con apoyo y soporte por
supuesto, de la bibliografía citada.
Para ello, en el Capítulo I se explica que la sociología política como disciplina académica y de
investigación, propone como nueva perspectiva teórica, que el sistema social es la base de toda
organización y que por lo tanto, es la base del sistema político. En este sentido, la función
principal que se le atribuye a los sistemas políticos, es solucionar de manera total o parcial, las
demandas que le impone la sociedad. Se expone que la categoría de análisis fundamental para el
estudio de los sistemas políticos, es el cambio; que como objeto de estudio medible y observable,
implica todo un marco conceptual que permite pasar del estudio tradicional sobre el origen, el
funcionamiento y los procedimientos de las instituciones, al estudio de los objetivos y de los
resultados del sistema en su conjunto, con respecto a la sociedad, a sus demandas y a sus
derechos.
Se atiende la definición de sistema político y de los componentes que lo conforman, así como de
los distintos tipos de cambio que pueden sufrir, ya sea bajo la forma de desarrollo, de
modernización, de crecimiento o de decadencia, conforme las aportaciones de Leonardo Morlino,
que a su vez se complementan con algunas ideas de Samuel P. Huntington respecto a las
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 14
instituciones políticas de los sistemas como mediadoras de los procedimientos y mecanismos de
organización, de acuerdo con criterios como los de adaptabilidad de las instituciones, su
complejidad, su autonomía, así como la coherencia entres sus métodos y sus resultados.
En el último apartado del capítulo, se hace referencia a la utilidad que pueden tener las
herramientas teóricas propuestas, para un nuevo análisis de los sistemas políticos y de sus
funciones, tomando en cuenta de manera permanente, que los objetivos principales de los
sistemas políticos democráticos, deben girar en torno a la sociedad como referente directo de sus
acciones y de sus resultados.
El Capítulo II inicia con la explicación en términos kelsenianos de las diferencias entre la
democracia ideal como meta a alcanzar y la democracia real, como la que se vive en los hechos y
cotidianamente; para después abordar la discusión que gira en torno a las definiciones de
democracia, así como a los distintos modelos que han tenido lugar a través de la historia.
En lo que se refiere a las definiciones, proponemos una nueva clasificación que consiste en
agrupar los distintos conceptos que se han generado en torno a la democracia, en definiciones
básicas, definición intermedia y definición de segunda generación. La función y el objetivo de tal
clasificación, es recalcar que las definiciones sobre la democracia, tienen limitaciones serias
cuando se intenta relacionar sus objetivos con sus resultados, así como mostrar que las
aportaciones de las dos primeras clasificaciones se dan sólo en el terreno teórico. Mientras que la
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definición que aquí se considera como de segunda generación, y que se retoma de Robert Dahl,
se relaciona con la igualdad y la libertad de las personas como valores políticos de la democracia.
De hecho, la relación de la igualdad y la libertad como valores políticos de la democracia, es la
que se aborda en el Capítulo III, mediante la explicación de tres ámbitos de vinculación: el
Teórico-Filosófico, cuyas raíces se encuentran en el iusnaturalismo; el ámbito Político, que tiene
que ver con el origen de los sistemas políticos actuales; y el ámbito Jurídico-Social, que se
relaciona con la configuración jurídica y normativa de las democracias modernas.
El objetivo de éste capítulo, es demostrar que si bien la igualdad y la libertad se han relacionado
de distintas maneras como valores políticos de la democracia, los objetivos, metas y acciones de
los sistemas políticos democráticos deberían estar concentrados hacia su cumplimiento,
incorporándolos como parte constitutiva de su organización, de su funcionamiento y de sus
procedimientos.
Hacia el final del Capítulo III se incluyen algunas consideraciones sobre ciertas limitaciones y
dificultades que padecen las democracias actuales, que como toda forma de organización social,
es siempre perfectible.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 16
En el Capítulo IV, se explica el marco conceptual que gira en torno al concepto sobre calidad de
la democracia, el cuál atiende la necesidad de contar con una nueva perspectiva analítica que
incluya a la igualdad y a la libertad de las personas como valores políticos, y que además permita
la aplicación de toda una metodología para conocer la distancia que puede existir entre la
democracia ideal y la democracia real, como referente y como parámetro de lo que la democracia
debiera ser hoy para las sociedades actuales. El concepto puede ayudar a explicar y por lo tanto a
reducir, el desfase entre las definiciones teóricas de democracia y las realidades que tienen lugar
en los sistemas políticos democráticos.
Una de las principales aportaciones de éste trabajo de investigación, es que se propone el
concepto sobre la calidad de la democracia, como método de vinculación directa entre la
definición teórica de democracia de Robert Dahl, con la práctica y el ejercicio de la democracia
en los sistemas actuales. La utilidad que tiene este concepto, después de conocer cómo y para qué
cambian los sistemas políticos democráticos, es que permite medir el grado o el nivel en que
éstos cumplen o no con los valores de igualdad y de libertad (como dimensiones sustantivas), a
partir del estudio de sus objetivos, de sus procedimientos y de sus resultados, mediante la ayuda
de dos dimensiones procedimentales de la democracia: el gobierno de ley o estado democrático
de derecho y la rendición de cuentas.
Mediante la utilización del concepto sobre la calidad de la democracia, se marca una diferencia
clara entre la forma tradicional de entender a la democracia en términos de sus procedimientos, y
la nueva perspectiva teórica que toma como punto de partida a la sociedad como base del sistema
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 17
político, y por lo tanto, a un conjunto de condiciones democráticas mínimas para el acceso a un
conjunto de derechos de las y los ciudadanos.
El Capítulo IV es de alguna manera, el enlace entre el marco teórico que abarca desde la
definición de sistema político, de los tipos y modalidades de sus cambios, la definición del
concepto y de los modelos de democracia, hasta la igualdad y la libertad de las personas como
valores políticos, con la posibilidad de estudiar empíricamente, la relación entre sociedad y
democracia, entre demandas sociales y respuestas de los sistemas democráticos.
Por esa razón, en el Capítulo V se explican las aportaciones que puede tener el concepto sobre la
calidad de la democracia mediante dos aplicaciones: como modelo explicativo de las relaciones
de poder en las democracias actuales, que se encuentran divididas entre los mecanismos y
procedimientos de acceso al poder, y las orientaciones y tendencias del ejercicio del poder. Y en
segundo lugar, como categoría de análisis cualitativo respecto al grado en que las instituciones
políticas se acercan o se alejan de las expectativas sociales, en materia de igualdad y de libertad
como valores y/o principios inherentes a la democracia.
Sin embargo, también consideramos algunas limitaciones teórico-metodológicas y empíricas para
el uso y aplicación del concepto en los sistemas políticos democráticos.
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El Capítulo VI tiene la función de contextualizar las dificultades y limitaciones de la democracia
en América Latina y particularmente en México. Es a partir de éste capítulo, en donde se puede
observar de manera empírica, la relación entre la teoría de la democracia y el ejercicio de la
democracia, mediante el estudio de sus objetivos, procedimientos y principalmente de sus
resultados. En el caso de América Latina, se ha logrado consenso en que es necesario revalorar y
reconsiderar los principios que dan contenido a la democracia no sólo como forma de gobierno
sino como régimen de convivencia en las sociedades que durante las décadas de los ochenta y
noventa experimentaron cambios sustanciales en la relación de las y los ciudadanos con respecto
a sus instituciones.
En el caso específico de México, existe una amplia distancia entre la definición teórica o formal
de su sistema político como democrático, y las condiciones cada vez mayores de desigualdad y
por lo tanto, con la limitación gradual de ciertas libertades.
Para entender de manera particular el desfase entre la definición teórica de democracia y la
realidad del sistema político mexicano, en el Capítulo VII se describen algunos de los cambios
más significativos que ha sufrido, y que de acuerdo con la aplicación del concepto sobre la
calidad de la democracia, no estuvieron acompañados de los principios de igualdad y libertad de
las y los ciudadanos como prioridades, sino que se concentraron en gran parte, a su diseño
institucional y funcional, así como a los mecanismos de acceso y de distribución del poder.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 19
Para ese efecto, los cambios padecidos por el sistema político mexicano, se dividieron en tres
etapas: 1. Fin de la Dictadura, Definición Constitucional de Democracia y Surgimiento del
Partido Hegemónico (1911-1929); 2. Presidencialismo Autoritario, Corporativismo y
Movimientos Sociales (1930-1976); y 3. Reformas Electorales (1977-2007).
Una vez analizado el proceso de construcción y de cambio del sistema político mexicano, en el
Capítulo VIII se estudian los resultados que se originaron y cómo es que a la fecha ha quedado
definido en términos de lo que Huntington planteaba como institucionalización y modernización
del sistema.
En el Capítulo IX, que se presenta como una forma de conclusión, se realiza un ejercicio sobre lo
que podría ser la aplicación del concepto sobre la calidad de la democracia en México, y cómo es
que se puede discutir bajo la nueva perspectiva teórica que aquí se propone, el origen, el
contenido y los resultados de la democracia mexicana, con respecto al cumplimiento o
incumplimiento de los principios de igualdad y de libertad de las y los mexicanos, con la ayuda
de dos dimensiones procedimentales como lo son el gobierno de ley o estado democrático de
derecho y la rendición de cuentas en sus dos acepciones.
El último apartado de éste capítulo, está dedicado a las conclusiones generales.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 20
Tabla de contenido CAPÍTULO I. LA MECÁNICA DEL CAMBIO POLÍTICO..................................................................................... 20
1.1. El concepto de sistema político y de cambio político ...................................................................... 32
1.2. Institucionalización de los sistemas políticos................................................................................... 44
1.3. Modernización de los sistemas políticos.......................................................................................... 49
1.4. Utilidad de los conceptos para el análisis de los sistemas políticos................................................. 51
CAPÍTULO I. LA MECÁNICA DEL CAMBIO POLÍTICO
La observación y el estudio de los sistemas políticos que han adoptado los países de todas las
regiones y de todo el mundo, han encontrado un basto campo de investigación que de manera
general se ha dividido en tres disciplinas: la Filosofía Política, la Ciencia Política y la Sociología
Política1.
Sin el ánimo de profundizar en los orígenes y fundamentos de cada una de estas disciplinas
teóricas, dado que no es objetivo de nuestra investigación, es importante diferenciar los puntos de
partida que adoptan para la explicación de lo que sucede y cómo sucede en los sistemas políticos.
El tener claridad sobre la perspectiva teórica que se adopta para su estudio y sobre las categorías
de análisis más adecuadas, nos será de utilidad para sustentar lo que aquí proponemos como
nuevos enfoques, nuevas relaciones y nuevos conceptos para su aplicación en los sistemas
1 Bobbio, N. (1996). Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política. México. Fondo de Cultura Económica.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 21
políticos actuales y hacia el final de la investigación, para el estudio del sistema político
mexicano.
La Filosofía Política por ejemplo, se concentra para su estudio en los principios que
determinarían cuál sería la mejor forma de gobierno para las distintas sociedades, a partir de
descifrar cuál ha sido o debería ser el fundamento del Estado2 o del poder político, así como en
analizar las diferencias o acercamientos entre la ética y la política. Atiende los problemas del
entendimiento humano y sus circunstancias, tales como la conformación de intereses comunes, la
justicia, la igualdad, la libertad, el poder, la seguridad y/o el bienestar.
La Ciencia Política por su parte, se enfoca hacia el principio de verificación o de falsificación
como criterio de aceptabilidad de sus estudios y por lo tanto de sus resultados; se basa en la razón
para poder explicar los acontecimientos en el sistema político y descarta toda existencia de
juicios de valor en sus explicaciones. La ciencia política se convirtió por tradición, en fuente de
estudios científicos sobre los sistemas políticos a través de referencias empíricas observables y
comprobables en los procedimientos o funciones del sistema político en su conjunto.
2 El origen del Estado tiene como base el proceso de concentración del poder de mandar en un territorio determinado, mediante el monopolio de algunos servicios esenciales para el mantenimiento del orden interno y externo, tales como la producción del derecho mediante la ley, que a diferencia de la costumbre proviene de la voluntad del soberano y del aparato coactivo, así como el reordenamiento de la imposición y de la exención fiscal, necesarios para el ejercicio efectivo de los poderes. En términos weberianos y bajo una concepción moderna, el concepto de Estado se define mediante la existencia de dos elementos que lo constituyen: un aparato administrativo que tiene la función de ocuparse de la prestación de los servicios públicos, así como el monopolio legítimo de la fuerza. El estado se identifica con el poder, porque tiene como fin supremo el mantenimiento de la paz y el ejercicio de la justicia, dos funciones que no se pueden realizar excepto por quien posee un poder coactivo superior y legítimo. En Bobbio, N. (1996). Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política. México. Fondo de Cultura Económica. p. 91.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 22
La Sociología Política, como perspectiva teórica relativamente nueva en comparación con la
filosofía o la ciencia política, tiene por objeto principal, al estado como una forma compleja de
organización social, compuesta por elementos constitutivos como lo son el derecho o el ámbito
jurídico, las instituciones, la sociedad, las funciones y los procedimientos, entre otros. Se
concibe al estado como sistema político que a su vez, se compone de subsistemas; a partir de su
análisis, se pude conocer y explicar la relación que sostienen con el sistema social. La sociología
política asume que todo cambio en el sistema o en sus partes, depende del orden social
establecido y de cómo los hombres estén organizados; parte del sistema social como base de toda
organización.
La diferencia básica entre las tres disciplinas, radica en la ubicación que cada una de ellas otorga
al origen y al funcionamiento del sistema político, de entre las cuáles ha sobresalido la sociología
política, porque parte de la interrelación entre las instituciones y la sociedad como una relación
entre demandas y respuestas.
En este sentido y bajo esta disciplina, la función principal de las instituciones es responder a las
demandas sociales; en la medida en que las instituciones no den respuesta satisfactoria, existe
siempre la posibilidad de que cambien en alguna medida. En suma, la sociología política
establece entre otras cosas, un cuadro analítico para identificar las funciones de las instituciones,
si cumplen o no con sus objetivos y si son aceptadas o rechazadas por la sociedad.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 23
Por otra parte, los estudios sobre la relación entre sociedad y sistema político, entre gobernantes y
gobernados, paulatinamente se han dividido en aquellos que tienen como origen al sistema
político y en consecuencia a la sociedad; y en aquellos que encuentran su origen en la sociedad y
como consecuencia al sistema político. Esta última gama de estudios, parte del análisis sobre el
arte de gobernar bien, sobre las virtudes, habilidades o capacidades que se piden al buen
gobernante; sobre las diversas formas de gobierno y sobre la distinción entre buen gobierno y
mal gobierno3. Es por ello que la sociología política ha tomado relevancia en el campo de la
investigación social, dado que conlleva una diferencia importante con el método ya tradicional de
estudio y análisis de los sistemas políticos que se circunscriben al ámbito de las instituciones, sin
ponderar en su justa dimensión al ámbito de lo social.
Este cambio de perspectiva sobre la relación entre sistema político y sociedad, tiene sus orígenes
en la doctrina de los derechos naturales del hombre o del individuo. Como lo veremos en el
Capítulo III, esta doctrina postula que los derechos individuales son anteriores a la formulación
de cualquier estructura de gobierno y de poder. La sociedad política comienza a entenderse
fundamentalmente como producto voluntario de los individuos que deciden con un acuerdo
recíproco, vivir en sociedad e instituir un gobierno.
3 Bobbio, N. (1996). Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política. México. Fondo de Cultura Económica. p. 81.
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Otra de las implicaciones fundamentales de este cambio de perspectiva sobre la relación sistema
político-sociedad, al tipo de relación entre sociedad-sistema político, es la importancia y el orden
de prioridad que se le da a los problemas: la libertad de los ciudadanos y no el poder del
gobierno; el bienestar, la prosperidad, la felicidad de los individuos y no el poderío del sistema; el
derecho a la oposición respecto a las leyes injustas y no la obligación de la obediencia; la
concepción de una sociedad articulada, y no como una unidad compacta; la división del poder y
no su concentración4.
De esta manera, el establecer algunas diferencias entre lo que la filosofía política, la ciencia
política y la sociología política encuentran como principal objeto de estudio, es útil porque nos
aporta claridad sobre tres objetivos en el análisis de los sistemas políticos:
1. Señalar que el estudio de los sistemas políticos ha tenido un lugar preponderante en el
campo de la investigación social, a través de ramas específicas de la filosofía, la ciencia
política y la sociología, con una diferencia metodológica que estriba en la ubicación que
se le otorga a la sociedad: ya sea como origen o como resultado del sistema político, así
como la importancia que se le otorga a la estructura institucional, ya sea en términos de
sus procedimientos, objetivos o de sus resultados.
4 Bobbio, N. (1996). Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política. México. Fondo de Cultura Económica. p. 84.
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2. Establecer algunos antecedentes del cambio de perspectiva teórica para el estudio de los
sistemas políticos actuales, la cual atiende con mayor énfasis a los objetivos de las
instituciones, a sus funciones, a sus procedimientos y a sus resultados, con respecto a las
demandas de la sociedad, así como a los criterios que determinan cómo es que se puede
gobernar bien y por lo tanto cómo se identifican aquellos sistemas con malos gobiernos.
En este punto, la sociología política ha tomado ventaja en esta perspectiva, dado que en
ella se considera a la sociedad como origen de lo político y en consecuencia, como
objetivo principal del sistema.
3. Con base en el punto anterior, señalar que el cambio de perspectiva teórica utilizada
para el estudio de los sistemas políticos, puede obedecer a que los problemas y retos que
se presentan hoy, han rebasado por mucho al ámbito de los procedimientos y de las leyes.
Los retos más sobresalientes que ahora se plantean, como lo abordaremos en el Capítulo
VI, tienen que ver con los principios de libertad y de bienestar de las personas, con un
trato igualitario ante la ley y con una distribución equitativa del poder frente a las
decisiones de gobierno, entre otros; es decir, ahora los problemas ya no se refieren a las
formalidades que determinan el tipo de sistema político, sino al contenido que determina a
sus acciones.
Ahora bien, en el marco de la sociología política, tenemos que la categoría fundamental para el
análisis de los sistemas políticos, es la que se denomina como cambio. El cambio como objeto de
estudio observable y medible, con la aplicación adecuada de un conjunto de instrumentos teóricos
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 26
complementarios, puede indicar de qué manera, cómo y hacia dónde se están modificando los
sistemas políticos.
El cambio como categoría de análisis, encierra todo un marco conceptual que si se dirige y se
aplica bajo la perspectiva de que el fin de la política es servir a la sociedad, nos ofrece una nueva
forma de observar y de entender lo que sucede en los sistemas políticos actuales. Nos ofrece un
método distinto para pasar del estudio tradicional sobre el origen, el funcionamiento y los
procedimientos de las instituciones, al estudio de sus objetivos y de sus resultados, en torno a la
sociedad, a sus derechos y a sus demandas como eje fundamental.
De esta manera, cuando se analizan las distintas realidades en las que se desenvuelven diferentes
sociedades, se pueden identificar fácilmente cambios que marcan diferencias tanto en las formas
de organización social, como en las formas de interrelación cultural, económica y/o política.
Si enfocamos la atención específicamente al tipo de relación que se da entre personas e
instituciones, entre sociedad y gobierno; nos encontramos que los cambios que se perciben se dan
en un ámbito particular que se denomina como político. Así, cuando nos referimos al cambio
político, nos circunscribimos al análisis de lo que acontece dentro del sistema político y/o en las
partes que lo conforman.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 27
Por otra parte, es importante considerar que tanto los sistemas políticos vigentes como sus
cambios, tienen en la actualidad como contexto, una tendencia generalizada hacia su
democratización o hacia la mejora de sus condiciones democráticas.
Actualmente, de ciento noventa y dos países del mundo, ciento veinte se rigen bajo el modelo
democrático; en el Continente Americano, de treinta y cinco países, treinta y uno de ellos tienen
regímenes democráticos; en Europa Occidental, de veinticuatro países que la conforman, todos
son democráticos. Los casos que disminuyen el porcentaje de democracias en el mundo, son
representados por las regiones de Europa del Este, el Oriente Medio, África y Asia; pero sin
embargo, se presentan como excepciones de esta tendencia democratizadora, ya sea por razones
culturales, religiosas, geográficas o políticas5.
El tema sobre la tendencia generalizada hacia la democratización de los sistemas políticos en el
mundo, ha sido tratado desde 1994 por Samuel P. Huntington, y lo sintetizó en su obra: “La
Tercera Ola: la democratización a finales del siglo XX”6, las cuales, según el autor, consistieron
básicamente, en un conjunto de transiciones de un régimen no democrático, a uno que sí lo es.
Cabe mencionar que bajo una perspectiva dinámica de los sistemas políticos, el autor también
analiza que para cada ola de democratización en el mundo, ha correspondido una contra ola; es
decir, la transición de regímenes democráticos hacia regímenes no democráticos, o dicho de otra
manera, la existencia de transiciones de dirección opuesta a la democratización, tales como
5 Cayuela Gally, R. (2006). La democracia en el Mundo. Informes 1998-1999: Freedom in the World: Press Freedom Survey. www.fredomhouse.org. 6 Huntington, S. (1994). La Tercera Ola: la democratización a finales del siglo XX. Buenos Aires. Paidós.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 28
golpes militares, guerras civiles o guerras entre naciones que pueden tener como resultado, el
establecimiento de regímenes dictatoriales o totalitarios.
El motivo de que dichas transiciones se denominen como democratizaciones de la tercera ola, se
basa esencialmente, en la delimitación física y temporal que el autor realizó sobre los procesos de
cambio de los sistemas políticos.
Así, de acuerdo con Huntington, la primera ola de democratización tuvo lugar en Estados Unidos,
Francia, Argentina, Chile, Suiza y Gran Bretaña; durante los años de 1828 a 1926. La contra ola
que corresponde a éste periodo se dio entre 1922 y 1942, en Italia, Alemania, Lituania, Letonia,
Polonia y Estonia. La segunda ola se dio de 1943 a 1962, con la descolonización de la India por
parte del gobierno inglés y la ocupación aliada de Alemania, Italia y Austria. La contra ola
respectiva fue de 1958 a 1975, con una serie de golpes militares en países de América Latina,
como Perú, Chile y Uruguay. Y finalmente, la tercera ola de democratizaciones se dio a partir de
1976, en el Sur de Europa, América Latina, Sudáfrica, Europa del Este, Rusia y Rumania.
Algunos de los criterios utilizados por Huntington para diferenciar los cambios en los sistemas
políticos que los llevaron hacia la democracia, de aquellos que lograron lo contrario, se pueden
resumir en cinco puntos:
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 29
1. Definir la democracia en términos de elecciones es una definición mínima. La democracia
real implica un efectivo control ciudadano sobre las políticas, un gobierno responsable,
honestidad y apertura política, deliberación informada y racional, distribución equitativa
del poder y de la participación.
2. Es posible que una sociedad pueda elegir a sus gobernantes a través de mecanismos
democráticos, pero si esos gobernantes electos no son en realidad los que detentan el
poder, y en realidad es un grupo más poderoso que ellos el que los maneja y los controla,
entonces se trata de un sistema no democrático.
3. La existencia o no de la democracia, depende también del grado de fragilidad o
estabilidad del sistema político. Es decir, la fuente de consolidación y permanente
estabilidad de los sistemas, determinan si tiene lugar o no la democracia.
4. A partir del punto anterior, se puede saber si un sistema es democrático o no, mediante el
estudio de la democracia ya sea como una dicotomía o como una variable continua: como
dicotomía, el estudio de la democracia es un método descriptivo, que toma en cuenta lo
que hay y lo que no hay en los sistemas políticos, para determinar si son democráticos o
no. Mientras que como variable continua, se pueden observar medidas o grados en los
que un sistema es antidemocrático; se pueden observar gradualmente indicadores de
imparcialidad en las elecciones, de restricciones a los partidos políticos, de libertad de
expresión y de igualdad de trato, entre otros.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 30
5. Los sistemas no democráticos no contienen competencia electoral, ni amplia participación
de la sociedad. La participación tiene que ver con el derecho a elegir y la competencia por
su parte, con el derecho a contender por el poder mediante las reglas y leyes establecidas
para ello.
De esta manera, Samuel P. Huntington utilizó un conjunto de instrumentos teóricos para
observar, entender y explicar los cambios que tuvieron lugar en los sistemas políticos del mundo
durante el periodo de 1828 hasta inicio del siglo XX (para abarcar en su conjunto las tres olas de
democratización), y a los cuáles, según los cinco criterios anteriores, corresponde una directriz: 1.
La utilización de una definición de democracia; 2. La ubicación real de donde se ejerce la
representatividad de la democracia, ya sea en las personas electas para gobernar, o en grupos
alternos de poder; 3. La definición del tipo de sistema político en donde tiene lugar la
democracia, ya sea frágil o estable; 4. La definición de variables o de indicadores para determinar
la existencia o no de la democracia; y 5. El establecimiento de principios que determinan el
carácter democrático o no democrático a los sistemas políticos, que en el caso de Huntington, son
representados por la competencia electoral y la participación social.
En lo que respecta a nuestra investigación, consideramos la necesidad de revalorar la relación
conceptual entre cambio y democratización de los sistemas; lo cual nos obliga a discutir bajo una
nueva perspectiva analítica, la definición democracia que se requiere, la descripción del modelo
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 31
democrático que más se ajustaría a las demandas de las sociedades actuales y el establecimiento
de los principios y/o valores que deben dirigir los objetivos de los sistemas políticos
democráticos.
Para ello, utilizamos el esquema que a continuación se describe. En este capítulo y en el primer
apartado, se atiende la definición de sistema político, con referencias específicas que se dirigen
hacia la identificación de sus componentes y a señalar cómo y bajo qué modalidades pueden
sufrir cambios. Se explica la mecánica del cambio mediante los distintos tipos de
transformaciones que se pueden originar en el sistema conforme a su magnitud, ya sea bajo la
forma de desarrollo, de modernización, de crecimiento o de decadencia, en términos de lo que
Leonardo Morlino aporta en esta materia.
En el segundo apartado, como forma de vinculación entre el plano teórico de los cambios y sus
efectos en los sistemas políticos, se introducen algunos elementos de discusión de Samuel P.
Huntington respecto a las instituciones políticas de los sistemas como mediadoras de los
procedimientos y mecanismos de organización, conforme a criterios tales como la adaptabilidad
de las instituciones, su complejidad, su autonomía, así como la coherencia entres sus métodos y
sus resultados. Lo anterior es lo que Huntington llama como la institucionalización de los
sistemas políticos.
En el apartado número tres, se introduce el concepto de modernización de los sistemas políticos,
con el objetivo de diferenciarlo del de institucionalización. La idea de modernización no se
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 32
refiere de manera genérica al sistema político, sino específicamente al carácter de las
instituciones del sistema, que de una u otra manera, es en ellas en donde se reflejan los cambios.
Por último, en el cuarto apartado, se puntualiza de manera concreta la utilidad de cada uno de los
conceptos explicados para el análisis de los sistemas políticos. Como guía temática, podemos
mencionar que en el Capítulo II abordamos precisamente el tema de la definición de democracia
y sus distintos modelos, y en el Capítulo III, lo que se refiere a los principios y/o valores que
deben dirigir los objetivos de los sistemas políticos democráticos; todo ello, bajo el criterio que
tomaremos en cuenta de manera permanente: la sociedad como referente directo de las acciones y
objetivos de los sistemas democráticos.
1.1. El concepto de sistema político y de cambio político
Un sistema político se puede definir como el conjunto de interacciones que se da entre distintos
componentes que son: la comunidad política, el régimen y las autoridades, que en general norman
criterios y asignan valores en una sociedad determinada7. No obstante que esencialmente la
prioridad de Leonardo Morlino se centra en definir qué es lo que conforma a un sistema político y
cómo es que éste cambia, el autor retoma las aportaciones de David Easton para la definición de
sistema político.
7 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 33
Específicamente, David Easton define al sistema político como “un conjunto de interacciones,
abstraídas de la totalidad del comportamiento social, a través de las cuales son asignados
autoritariamente valores para una sociedad. Las personas que están en el proceso de entablar
tales interacciones, es decir, que están actuando en roles políticos, serán referidas
genéricamente como miembros del sistema”8.
En segundo lugar y sobre la base de esta definición, Leonardo Morlino define al cambio político,
como cualquier transformación que acontezca en el sistema político y/o en sus componentes.
Cambio, desarrollo, modernización y todos los demás conceptos que conllevan alguna
transformación, son categorías de relación, es decir, que sólo son observables en la relación entre
un antes y un después9.
En este sentido, tenemos por un lado a un conjunto de interacciones que tienen lugar en la
realidad social, que buscan la asignación de valores y de principios que rijan su organización, y
las cuales configuran a un sistema político; y por otro, la susceptibilidad permanente de que tal
sistema pueda ser modificado en la totalidad o en parte de los componentes que lo conforman, en
esa misma búsqueda de valores y de principios que regulen la organización, convivencia e
interacción ya sea entre personas, o entre personas y el sistema.
8 Easton, D. (1979). Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu. 9 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 47.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 34
Ambas definiciones, tanto del sistema político como del cambio político, son útiles si se desea
conocer cuál ha sido el antes y el después de los sistemas, su situación actual, o en su caso, hacia
qué tipo de sistema se quiere llegar, con relación al establecimiento y/o al avance de ciertos
principios o valores que como lo veremos en el Capítulo III, tienen estrecha vinculación con la
democracia.
Para ello, es indispensable primero, identificar las partes del sistema, señalar qué tipo de cambios
y en donde han tenido lugar, y por último, identificar cómo y bajo que modalidades han tenido
lugar dichos cambios.
Identificar cuáles son los componentes del sistema nos permite conocer de manera específica y en
primer lugar, en dónde tienen lugar los cambios. Es útil para conocer qué es lo que cambia en los
sistemas políticos y en segundo lugar, para saber a quiénes, ya sean instituciones o autoridades, la
sociedad deberá exigir resultados conforma a las funciones y objetivos asignados. Es decir, en
tanto que se tenga claridad sobre quienes recae la responsabilidad y la obligación de ciertos
objetivos y funciones, se podrá exigir mediante los mecanismos establecidos, la atención y la
solución a las demandas que se planteen. Por otra parte, también se podrá conocer qué parte o
componente del sistema no está respondiendo u ofreciendo resultados favorables y en ese sentido,
se contará con la posibilidad de determinar qué es lo que se debe cambiar de manera parcial o
total.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 35
De esta manera, siguiendo el esquema de Leonardo Morlino10, tenemos que los sistemas políticos
se componen por:
A) La Comunidad Política.- conformada por las personas o los grupos que son activos y que
pueden llegar a incidir en el sistema.
1. Las doctrinas, las ideologías o las creencias dominantes (incluidas las
religiosas).
2. Estructuras intermedias que tienen como función la conversión o la
canalización de demandas, tales como los partidos políticos, los sindicatos y
más recientemente, nos atreveríamos a incluir a las organizaciones no
gubernamentales y a la sociedad civil.
B) El Régimen.- que también incluye las doctrinas, las ideologías o las creencias, pero que
afectan específicamente a las reglas del juego o a las estructuras de autoridad. Existe
también la diferencia entre las normas y procedimientos como las reglas del juego
formalizadas y las reglas del juego, como las reglas no formales y admitidas tácitamente.
1. Las estructuras de decisión, que pueden incidir en cuanto a los costos y
beneficios dentro de la sociedad.
10 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 45.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 36
2. Estructuras impositivas, orientadas a la ejecución de las decisiones, las que
fuerzan a la obediencia y las que extraen recursos de la sociedad.
C) Autoridades.- personas encargadas de ejercer los roles.
En el Capítulo VIII, veremos la aplicación y la incidencia que cada uno de estos componentes
tiene para la explicación del cambio político, así como el impacto que determinó las condiciones
y características particulares del sistema político mexicano.
La segunda parte del esquema que se propone para el estudio integral de los sistemas políticos, es
señalar qué tipo de cambios y en dónde han tenido lugar. Una vez que se describió su estructura e
identificamos a sus componentes, podemos señalar que las modificaciones o cambios en el
sistema político se pueden dar en el conjunto o en cada uno de sus componentes, sin que ello
implique una modificación automática en el resto.
Es decir, que el cambio en alguno de sus componentes no significa un cambio del sistema; por el
contrario, el sistema puede sufrir cambios en cualquiera de sus partes, ya sea en la comunidad
política, en el régimen o en sus autoridades, sin que ello implique un cambio del sistema.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 37
En este caso, hay que diferenciar entre el cambio en el sistema y cambio del sistema; cuestión
importante porque así se puede identificar si el sistema en realidad cambia, o si sólo se adecua de
cierta manera para garantizar su continuidad.
Al respecto, Leonardo Morlino explica que un cambio de régimen es precedido o antecedido por
un cambio en la comunidad política. Pueden cambiar tanto los valores, las creencias o las
ideologías, como los líderes y/o los grupos activos que antes no podían generar cambios. Puede
cambiar también su consistencia numérica o la capacidad de influencia de los mismos grupos
políticos o las estructuras intermedias como los partidos, los sindicatos o las organizaciones
sociales.
La tercera parte del esquema, consiste en identificar cómo y bajo qué modalidades han tenido
lugar dichos cambios. Para ello, existen indicadores ya definidos que determinan la magnitud y el
alcance de los cambios que pueden sufrir los sistemas políticos. De modo que una vez explicado
qué es lo que cambia ya sea en o el sistema político, el paso siguiente es identificar cómo es que
han tenido lugar los cambios. Al respecto, se cuenta con varias modalidades bajo las cuales se
pueden dar cambios, y con base en ellas, distintas variaciones en sus implicaciones.
La mecánica del cambio de los sistemas políticos se puede dar a partir de categorías como el tipo
de cambio fundamental o marginal; ambos se refieren a la profundidad del cambio, y pueden
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 38
afectar a cualquier componente o elemento del sistema11. Cuando hablamos de profundidad del
cambio, nos referimos al impacto que éste tiene sobre las respuestas del sistema a las demandas
de la sociedad, y por lo tanto, sobre el mejoramiento de sus condiciones.
De modo que el cambio marginal es una transformación limitada pero apreciable del sistema, o
de cualquiera de sus partes.
El cambio fundamental por el contrario, implica una transformación profunda; cambia el carácter
del sistema e incluye de manera previsible el paso a un sistema distinto al precedente.
A nivel de comunidad política, los cambios fundamentales pueden originar la afirmación de
ideologías contrarias a las preexistentes y modificaciones en las reglas del juego y en las
estructuras de decisión, como por ejemplo, un cambio relevante en la extensión del derecho a
voto, la formación o surgimiento de grupos sociales que adquieren papel protagónico y decisivo
en el sistema político, o el surgimiento de nuevos partidos.
A nivel de régimen, los cambios fundamentales pueden afirmar nuevos ideales de distribución de
los recursos; motivar el cambio de un sistema no competitivo a uno competitivo; modificar las
relaciones y las atribuciones de poder entre las instancias legislativas y/o ejecutivas; propiciar la
11 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 53.
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transformación de la forma del Estado, de un sistema federal, descentralizado o viceversa; así
como cambiar las competencias del gobierno respecto a la actividad socioeconómica, se puede
pasar de estructuras que se inclinen por la administración de justicia, de estructuras que
monopolizan las actividades económicas, o estructuras que también ejercen control sobre las
actividades sociales12.
De esta manera, la relación que se puede encontrar entre los componentes del sistema, conforme
al esquema de Morlino, y las categorías que indican la profundidad de sus cambios, ya sea de
carácter fundamental o marginal, nos puede señalar algunas prioridades sobre las funciones del
sistema, como por ejemplo, la preferencia a mejorar la competitividad electoral, ampliar el
derecho al voto, delimitar la relación entre poderes o mejorar el despeño de la economía por
encima de la atención a problemas como la impartición y administración de justicia, el trato
igualitario ante la ley o la libertad de expresión, entre otros.
Como ya lo hemos mencionado, el cambio fundamental o marginal indica la profundidad o
ligereza de los cambios en los componentes del sistema. A continuación explicaremos algunos
conceptos cuya diferencia principal, es que no indican la magnitud, sino el tipo de los cambios.
12 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 54.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 40
Cuando hablamos sobre los tipos de cambio en el sistema político, podemos aplicar conceptos
como los de desarrollo, modernización, crecimiento o decadencia, cuya utilidad específica es
determinar el carácter del cambio que se genera en los sistemas.
Se puede afirmar que un sistema político se desarrolla cuando cambia de manera fundamental, y
por lo tanto, cuando responde con éxito a desafíos y demandas sociales y/o políticas. El reto del
desarrollo implica precisamente, atender, canalizar y solucionar de manera total o parcial los
problemas que se le presenten. Por el contrario, en el marco de esta conceptualización, un
sistema no desarrollado, es aquel que no puede superar ni solucionar de manera satisfactoria el
conjunto de demandas que se la plantean, y que por lo tanto carece de estabilidad.
El hecho de que un sistema político se desarrolle, implica la superación exitosa de los retos y de
los desafíos que la sociedad le presenta; su desarrollo depende de que el sistema pueda ser capaz
de originar soluciones y de satisfacer en alguna medida las demandas de la sociedad.
Por otra parte, la modernización se refiere a un tipo de desarrollo, pero con transformaciones
temporalmente definidas y de menor alcance en ámbitos precisos, como por ejemplo, en cada uno
de los componentes del sistema. De manera que se pueda hablar de la modernización de los
mecanismos y de los instrumentos electorales del sistema; de la modernización del sistema de
partidos; de una estructura administrativa modernizada; o de la aplicación de un marco jurídico
moderno, pero sin impactos sustantivos en el conjunto del sistema. Por ello, con diferencia al
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 41
desarrollo, el concepto de modernización se puede utilizar en espacios, ámbitos o componentes
específicos del sistema. Tal es el caso de este concepto en particular, que también se puede
utilizar para señalar cambios en regímenes no democráticos, como por ejemplo, cuando se afirma
que los sistemas autoritarios y/o totalitarios, cuentan con mecanismos modernos o que se han
modernizado, para mantener su control y permanencia en el poder.
El crecimiento político, por su parte, supone un tipo de cambio marginal del sistema. El
crecimiento es un tipo de cambio continuo que se desarrolla dentro de las reglas y las estructuras
del sistema político existente, y puede expresarse en formas violentas y puede ser desequilibrado
o irregular. La marginalidad del cambio supone la ausencia de innovaciones apreciables en las
modificaciones sufridas por el sistema13.
Es decir, este es un tipo de cambio mínimo, que puede ser imperceptible, y que tiende más hacia
la continuidad del sistema que hacia su transformación. Se podría considerar como un tipo de
cambio no deseable o en su caso, un tipo de cambio innecesario para los efectos de una
transformación real del sistema político.
Por último, la decadencia de un sistema político se refiere siempre a la incapacidad absoluta o
relativa para dirigir las transformaciones dentro del sistema. Se origina cuando existe una
saturación total de demandas imposibles de atender, o cuando la parálisis del sistema obstaculiza
13 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 73.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 42
la generación de nuevas estructuras o impide la articulación de las ya existentes. Este cambio
tiene que ver con la relación que se da entre las demandas de la sociedad y las respuestas que el
sistema da a tales demandas; cuando el sistema es incapaz de atenderlas o de darles respuesta,
existe una saturación o inmovilidad que permiten hablar de la decadencia del sistema o de
problemas de gobernabilidad14 en el sistema.
Es así como los indicadores que señalan la magnitud y alcance de los cambios en los sistemas
políticos, se determinan bajo definiciones como las de cambio fundamental o marginal, con tipos
de cambio que implican desarrollo, modernización, crecimiento o decadencia de los sistemas.
Pero una vez que estas definiciones y dado que ya establecimos que gran parte de los cambios
que han sufrido los sistemas políticos actuales se han tendido hacia su democratización, ¿qué es
en realidad lo que aportan tales conceptos en el contexto de esa tendencia generalizada hacia la
democratización?
La respuesta consiste, si observamos con detenimiento, que cada uno de ellos se relaciona en
algún sentido y de alguna manera, con el establecimiento o con la ampliación de mejoras en las
condiciones democráticas, que abarcan desde la defensa de derechos políticos o electorales, hasta
la relación entre las demandas sociales y las respuestas que los sistemas les generan. Si
mantenemos presente que la perspectiva teórica que se hace necesaria para el estudio de los
14 El concepto de “Gobernabilidad”, se refiere a la relación entre gobernantes y gobernados, a la capacidad del gobierno frente a las demandas políticas de la sociedad. Hace referencia a la tensión que existe entre las dos partes y pone en cuestión el sistema de gobierno como productor de decisiones políticas y encargado de su ejecución, y su capacidad para estar a la altura de los problemas a resolver. Definición de Nohlen, D. (1992). Sistemas electorales y gobernabilidad. Barcelona. Universität Heidelberg. Working Paper, no. 63.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 43
sistemas y de sus nuevos retos, consiste precisamente en colocar a la sociedad, a sus derechos y a
sus demandas como eje fundamental, tenemos que estos indicadores, son los que hay que tomar
en cuenta para ese tipo de análisis.
Y no sólo eso, el criterio que se puede utilizar para la aplicación o no de tales indicadores, se
puede definir a partir de la superación que los sistemas políticos tienen sobre las demandas de la
sociedad. Es decir, que para determinar si un sistema ha cambiado, se tendría que tomar en cuenta
primero si ha superado con éxito los retos que se le plantean; lo que a continuación vamos a
explicar, se refiere al ámbito institucional de los sistemas políticos frente a las demandas
expresadas por las sociedades actuales.
Es decir, una vez determinada la magnitud y el tipo de cambios políticos en los sistemas,
estaremos en posibilidad de conocer en su conjunto, si un sistema político ha logrado cierto grado
de institucionalización o de modernización, a partir del análisis específico sobre el carácter de sus
instituciones.
Los dos apartados siguientes, se presentan como un segundo nivel de análisis de los cambios en
los sistemas, puesto que pasamos a un terreno mucho más específico en el que tienen lugar las
instituciones. La idea de institucionalización o de modernización de los sistemas, se presenta
como parte complementaria del marco conceptual sobre la magnitud y los tipos de cambio que
son posibles.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 44
1.2. Institucionalización de los sistemas políticos
Cuando hablamos de los cambios y de sus modalidades en el sistema político, Samuel P.
Huntington aporta algunas ideas sobre el proceso de institucionalización o de la modernización
del sistema político, con algunas especificaciones respecto a lo propuesto por Leonardo Morlino.
Aquí cabe señalar que la relación entre el sistema político y sus respectivos cambios, encuentran
con las aportaciones de Huntington, un terreno mucho más especificado. Ahora podemos
referirnos al sistema político, al tipo de cambios que pueden sufrir, en dónde tienen lugar, cómo
se dan y bajo qué modalidades; con la idea de institucionalización, podemos ampliar el nivel de
análisis con elementos mucho más concretos como son las instituciones de los sistema políticos.
De esta manera, presentamos las aportaciones de Huntington como complementarias a las de
Leonardo Morlino, con el objetivo de mostrar de manera más detallada, en donde repercuten y de
qué manera afectan los cambios en los sistemas políticos, o en su caso, en donde se podrían
iniciar y hacia dónde encaminarlos.
También es importante señalar que dentro de ese marco conceptual que hemos abordado, Samuel
P. Huntington introduce como factor importante, la fuerza que representa la organización social
en el funcionamiento de los sistemas políticos, así como su relación con las instituciones. Hecho
que es fundamental para nuestra discusión, porque nos presenta los antecedentes de las
interacciones entre el sistema, las instituciones y la sociedad, en lo que ya mencionábamos como
una búsqueda de principios y de valores rectores.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 45
En primer lugar, Huntington reconoce que en un plano histórico, las instituciones políticas del
sistema surgieron de la interacción y del desacuerdo entre las fuerzas sociales y el gradual
desarrollo de los procedimientos y dispositivos de organización para resolver esos desacuerdos15.
Del conflicto entre las demandas de las fuerzas sociales y las respuestas del sistema, surgen las
instituciones para mediar los procedimientos y los mecanismos de organización. De esta manera,
Huntington define que la institucionalización del sistema político es el “proceso por el cual
adquieren valor y estabilidad las organizaciones y procedimientos. Se podría definir el nivel de
institucionalización de cualquier sistema político por la adaptabilidad, complejidad, autonomía y
coherencia de sus organizaciones y procedimientos”16.
La adaptabilidad es una característica organizacional adquirida, y en un sentido general, es una
función de la antigüedad y de los desafíos que se presentan. En tanto que una organización se
adapta a los retos, su nivel de institucionalización es mayor y viceversa. La adaptabilidad tiene
tres modalidades: 1. Cuanto más prolongada ha sido la existencia de una organización o
procedimiento, mayor es su nivel de institucionalización (durabilidad); 2. Mientras más pronto se
resuelva la sucesión política y se reemplaza a un grupo de líderes por otro, mayor es el nivel de
institucionalización (sucesión, reemplazo); y 3. Una organización capaz de adaptarse a los
cambios con respecto a sus funciones, está más institucionalizada (adaptabilidad funcional)17.
15 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 20. 16 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 23. 17 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. pp. 22-24.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 46
Aquí debemos recordar que el conjunto de instituciones de los sistemas políticos es un referente
directo de la relación con la sociedad y por lo tanto, un referente directo sobre su desempeño,
puesto que el origen de las instituciones se debe precisamente, al conflicto entre las demandas
sociales y las respuestas del sistema.
Por lo que el análisis de las instituciones, a partir de su adaptabilidad en términos de su
durabilidad, de su reemplazo o de sus funciones, nos puede señalar cuál o cuáles de ellas pueden
ser susceptibles de cambio, en tanto que dejen de dar respuesta satisfactoria a las demandas.
Podemos decir que en esta parte del desempeño institucional de los sistemas, se encuentra gran
parte del problema que se refiere al desfase entre la asignación teórica de las funciones del
sistema y las consecuencias concretas que éste genera en la sociedad. Cuando abordemos el tema
de la democracia ideal y la democracia real en el siguiente capítulo, quedará claro a qué se refiere
este desfase entre la teoría y la realidad.
En cuanto a la complejidad, cuanto más compleja es una organización, más elevado es su nivel de
institucional. La complejidad puede significar tanto la multiplicación de subunidades
organizativas, en el plano jerárquico y funcional, como la diferenciación de varios tipos de esas
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 47
subunidades. Cuanto mayor es el número y variedad de éstas, más capacitada está la organización
para obtener y conservar la fidelidad de sus integrantes18.
En cuanto a la autonomía, Huntington explica que la institucionalización puede ser evaluada
también por la medida en que las organizaciones y los procedimientos políticos existen con
independencia de otros agrupamientos y métodos de conducta sociales. En un sistema político
con un alto grado de desarrollo, las organizaciones tienen una integridad de la que carecen en
otros menos desarrollados. La institucionalización política, en el sentido de la autonomía,
significa el desarrollo de organizaciones y procedimientos políticos que no sean simples
expresiones de los intereses de determinados grupos sociales19.
Respecto a la coherencia, una organización está más o menos institucionalizada en proporción
directa con su grado de unificación y coherencia. Una organización efectiva requiere por lo
menos un consenso sustancial en cuanto a los límites funcionales del grupo y acerca de los
procedimientos para resolver las disputas que se suscitan dentro de ellos. El consenso debe
extenderse a todos los que desarrollan actividad en el sistema. Quienes no participan o sólo lo
hacen en forma esporádica y marginal, no necesitan compartir ese consenso, y por lo general no
lo comparten en la misma medida que los participantes20.
18 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 27. 19 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 29. 20 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 31.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 48
En este sentido, la adaptabilidad, complejidad, autonomía y coherencia de las instituciones, son
indicadores que Huntington utiliza para determinar el nivel de institucionalización de un sistema
político, pero en términos de su relación con las demandas de las organizaciones sociales. Esto es
de la mayor importancia porque se complementa el marco teórico que sobre el cambio en los
sistemas políticos abordamos. Si dentro de un sistema se plantea la necesidad de generar cambios
y que además respondan a una tendencia hacia su democratización o hacia la mejora de sus
condiciones democráticas, los indicadores sobre el nivel de institucionalización propuestos por
Huntington, son los que se deberían utilizar. De aquí la idea que mencionamos al inicio sobre la
complementariedad de las ideas y de los aportes tanto de Leonardo Morlino como de Huntington.
El primero nos describe todo el marco teórico que encierra a los sistemas y a sus cambios, y el
segundo nos indica hacia dónde habría que dirigirlos para lograr su estabilidad, tomando siempre
en cuenta, la correlación con la sociedad y sus demandas.
La aportación fundamental del marco teórico que en éste capítulo se presenta, consiste
básicamente, en la posibilidad de hacer congruente la definición de democracia como sistema
político, con los resultados y consecuencias que generan en las sociedades que los conforman. En
los capítulos II y III, comenzamos a tratar la problemática que gira en torno al concepto de
democracia, sus distintos modelos y los valores políticos que deberían darle contenido.
No obstante, es necesario explicar un concepto más, el de la modernización de los sistemas
políticos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 49
Cuando nos referimos a la modernización del sistema político, como lo haremos a continuación,
entramos ya al terreno del ejercicio práctico de tales indicadores y de sus efectos, es decir, en
términos de los resultados o de las respuestas que el sistema otorga a las demandas. Por
institucionalización entendemos la estabilidad de los procedimientos y de las formas de
organización entre el sistema y las fuerzas sociales; por modernización entendemos la forma en
que el sistema responde o se adapta a las demandas sociales.
1.3. Modernización de los sistemas políticos
Cuando Huntington habla de la modernización del sistema político, se refiere a un proceso
multifacético que implica una serie de cambios en todas las zonas de pensamiento y la actividad
humanas21. Los aspectos que más atañen a la política, según el teórico, se agrupan en dos
categorías: la movilización social y el desarrollo económico.
En estos términos la modernización política también se agrupa en tres amplios rubros:
1. La modernización implica la racionalización de la autoridad, el reemplazo de un gran número
de autoridades políticas tradicionales, religiosas, familiares y étnicas por una única autoridad
política, secular, nacional. Significa la integración nacional y la centralización o acumulación del
poder en instituciones legislativas nacionales debidamente reconocidas;
21 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 40.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 50
2. La modernización implica la diferenciación de nuevas funciones políticas y el desarrollo de
estructuras especializadas para ejecutarlas. Ciertas zonas de competencia particular –legal,
militar, administrativa, científica- quedan separadas del terreno político, y para desempeñar esas
tareas surgen nuevos organismos autónomos y especializados;
3. La modernización política significa una creciente participación en política de los grupos
sociales de toda la comunidad22.
Por otra parte, es necesario advertir la diferencia entre modernización política definida como
transición de un Estado tradicional a uno moderno, y la que se define como los aspectos y efectos
políticos de la modernización social, cultural y económica.
El primer enfoque propone la dirección en que debe moverse teóricamente el cambio político, el
segundo, describe los cambios políticos que ocurren en realidad en los países en modernización.
En la práctica, la modernización siempre lleva implícito un cambio en un sistema político
tradicional, y por lo general su desintegración, pero no necesariamente un avance significativo
hacia un sistema político moderno. Es decir, puede darse el caso de la existencia de un Estado
22 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 42.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 51
moderno hablando de sus instituciones, pero con carácter de tradicional si nos referimos a las
prácticas y relaciones sociales.
Más que cualquier otra cosa, el Estado moderno se distingue del tradicional por la amplitud con
que el pueblo participa en política. El aspecto fundamental de la modernización política es la
participación en esta actividad de grupos sociales de toda la comunidad, y el desarrollo de nuevas
instituciones políticas para organizar dicha participación23.
1.4. Utilidad de los conceptos para el análisis de los sistemas políticos
En un contexto en el que la democracia impera en gran parte del mundo como sistema político, la
utilidad que ofrecen conceptos como los de sistema político, componentes del sistema, cambio
político, institucionalización del sistema político o modernización del sistema político, radica en
primer lugar, en que se pueden aplicar para el estudio de los sistemas políticos actuales que se
propongan mejorar o ampliar sus condiciones democráticas, y en segundo lugar, en que permite
diferenciar el tipo de democracia que se requiere, como sistema político y como forma de
organización social, la democracia siempre es susceptible de mejorar y de redefinir conforme a
los intereses o necesidades que se estipulen como prioridad.
Para ello, debe tenerse claro lo siguiente:
23 Huntington, S. (1991). El orden político en las sociedades de cambio. Paidos. p: 43.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 52
1. Como parte sustancial de la definición de sistema político, se encuentra no solo la
búsqueda, sino la asignación de valores y/o principios que norman al conjunto de
interacciones sociales; en este sentido, dicha búsqueda y asignación, tienen que ver con la
instrumentación de cualquier tipo o modalidad de cambio.
2. Cuando nos referimos al cambio, se debe ubicar en dónde es que tiene lugar. Si se trata de
un cambio que transforma en su totalidad al sistema político o que afecta sólo a alguno de
sus componentes. Si se trata de un cambio del sistema o de un cambio en el sistema.
3. Es necesario diferenciar el tipo de cambio en términos de si es fundamental o marginal.
Es decir, si en realidad impacta en la modificación del sistema político, o si el cambio es
sólo para permitir continuidad con el sistema político existente y determinado.
4. También es importante definir la modalidad del cambio al que nos referimos, si se trata de
un proceso de desarrollo, de modernización, de crecimiento o de decadencia. En este
punto es importante saber que no cualquier cambio logrado es en positivo o para mejorar
las condiciones del sistema político.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 53
5. Con relación a las instituciones que forman parte del sistema político, es importante
señalar que no todas las instituciones del sistema proporcionan estabilidad al sistema. Es
importante conocer el origen y las características de éstas para determinar si abonan o no
al funcionamiento efectivo del sistema.
6. Antes de hablar sobre la modernidad o modernización de cualquier sistema político, es
necesario contemplar los indicadores que proporcionan Leonardo Morlino y Samuel
Huntington para determinar primero, si nos enfrentamos a un proceso de modernización
del sistema en términos de la participación social, o a un proceso de modernidad de los
componentes del sistema. En este sentido, ambos autores coinciden en que los cambios
que sufren los sistemas políticos no siempre son a favor de la democracia o del avance de
las condiciones democráticas.
7. La democracia, como tipo de sistema político, lleva implícita la inclusión de ciertos
valores y/o principios que la diferencian de otros sistemas políticos, y que la hacen
preferible sobre otros.
8. Si tomamos como objeto de análisis a la democracia como un tipo de sistema político,
cualquier tipo de cambio que se intente o que se logre, deberá estar relacionado con los
valores y/o principios que la democracia establece como fundamentales, ya sea para
mejorarlos o ampliarlos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 54
9. En los análisis que se puedan realizar sobre los cambios en la democracia como sistema
político, debe considerarse también, si éstos realmente atienden y superan los retos
planteados por las fuerzas sociales, o es necesario transformar tanto sus objetivos, como
funciones, para lograr una mejor vinculación entre demandas y resultados.
La base teórica que se describe en este capítulo es aplicable como ya lo hemos visto, al estudio de
los sistemas políticos y sus respectivos cambios. Los tres últimos puntos que se enlistaron, tienen
la función de enlazar nuestro marco conceptual al análisis de la democracia como un tipo de
sistema político, ya sea para identificar si es necesario aplicar cambios que obedezcan al conjunto
de valores y/o principios que la rigen, o para conocer si algunos de sus componentes o elementos
son susceptibles de mejorar, en torno a la ampliación o perfeccionamiento de las condiciones
democráticas.
Conceptos como los de desarrollo o modernización entre otros, nos pueden ser útiles para en
capítulos subsecuentes, conocer el carácter de los cambios que han tenido lugar en el sistema
político mexicano; si han sido útiles para transformarlo o para darle continuidad, si se han
instrumentado para hacer crecer nuestras instituciones o modernizarlas, o solo para adecuarlas a
las nuevas exigencias sin necesidad de una transformación de fondo; o en general, para
determinar cuál ha sido la tendencia y objetivos de los cambios, y hasta dónde han llevado a
nuestro sistema político.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 55
Sin embargo, antes de pasar a esa discusión, es importante comentar el marco conceptual sobre el
cual entenderemos a la democracia, a sus variantes, y a su relación tanto con las instituciones,
como con una sociedad cada vez más conocedora y exigente de toda una gama de derechos.
Cuando hablamos de democracia, si bien nos referimos a un tipo de sistema político, podemos
encontrar diversas connotaciones y maneras de entenderla. La definición genérica de democracia,
se ha vinculado a través de la historia, con el ofrecimiento de diversos derechos y con la
predominancia de ciertos valores, pero concepto como tal, no existe sólo uno, y en consecuencia,
tampoco sólo un tipo de democracia.
Esta discusión es la que precisamente, abordamos en el capítulo siguiente.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 56
Tabla de contenido CAPÍTULO II. EL CONCEPTO Y LOS MODELOS DE DEMOCRACIA ................................................................. 56
2.1. Democracia ideal y democracia real ................................................................................................ 58
2.2. Definiciones de democracia ............................................................................................................. 63
2.2.1. Definiciones básicas .................................................................................................................. 67
2.2.2. Definición intermedia................................................................................................................ 75
2.2.3. Definición de segunda generación ............................................................................................ 79
2.3. Modelos de democracia ................................................................................................................... 83
2.3.1. Los modelos clásicos y los modelos contemporáneos.............................................................. 85
CAPÍTULO II. EL CONCEPTO Y LOS MODELOS DE DEMOCRACIA
Una vez que podemos identificar los distintos tipos de cambio a los que son susceptibles los
sistemas políticos, es importante contar con parámetros y/o indicadores que permitan manejarlos,
dirigirlos y aplicarlos. En tanto que se tenga claridad sobre el rumbo que se ha de tomar respecto
a la democracia y a sus condiciones, se tendrá claridad también en cuanto al tipo de cambio
necesario, en dónde instrumentarlo y qué objetivos deben cumplir.
Es fundamental conocer la discusión actual que gira en torno a la definición o definiciones de
democracia, así como los distintos modelos que han existido. De esta manera, se podría
vislumbrar si los cambios que se requieren en los sistemas políticos se deben encaminar hacia el
mejoramiento de las instituciones del régimen, hacia la ampliación de la participación de la
comunidad política, o hacia la modificación de las prácticas mediante las cuales las autoridades
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 57
ejercen el poder. Se podría determinar si las instituciones son modernas en cuanto a su capacidad
de respuesta a los retos que se presentan, o si sólo se cuenta con un marco legal y/o constitucional
modernizado que podría estar a la altura de países del primer mundo, pero sin efectos amplios y
reconocidos en cuanto a la garantía y/o ampliación de derechos de la ciudadanía.
Sin embargo, antes es necesario señalar que todo tipo de cambio en los sistemas políticos debe
partir de un referente. Hablando en lo particular de la democracia, la intensidad o la dimensión de
los cambios obedecen a un “deber ser de la democracia”, es decir, aquello que se considera
como lo mejor o lo perfecto para el ejercicio de la democracia. Esto es lo que se conoce como la
democracia ideal.
De esta manera, en términos comparativos, en la democracia real y/o existente, se podrían fijar
como metas y objetivos, aquellos que se señalan en la democracia ideal.
Una vez establecida la distinción entre democracia ideal, como modelo a perseguir, y la
democracia real, como la que se da en los hechos y la cual hay que mejorar, entraremos de lleno a
las definiciones más destacadas sobre la democracia, así como a las distintas perspectivas a las
que están o fueron enfocadas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 58
Dichas definiciones se concentran en lo que aquí proponemos como una nueva clasificación, que
consiste en agrupar los distintos conceptos que se han generado en torno a la democracia, en
definiciones básicas, definición intermedia y definición de segunda generación. En esta última, se
transita del concepto de democracia, al concepto de poliarquía. Además, es necesario advertir que
en el grupo de definiciones básicas, sólo se hace mención a su contenido principal, puesto que
entrar a su discusión sería motivo de otra investigación; el objetivo de ello, como será comentado,
es recalcar que las definiciones teóricas sobre la democracia tienen limitaciones serias cuando se
intenta relacionar sus objetivos con sus resultados, encontramos que las aportaciones de tales
definiciones se dan precisamente sólo en el terreno teórico.
Asimismo, al inicio del apartado 2.2 se explican los motivos por los cuáles dichas definiciones se
agrupan de esa manera.
Por último, se explicarán los modelos de la democracia mediante un esquema que los separa en
modelos clásicos y modelos contemporáneos, además de incluir los principios justificativos de
cada una de ellas.
2.1. Democracia ideal y democracia real La primera distinción fundamental que se hace de los regímenes, es entre los no democráticos y
los democráticos. En la gama de regímenes no democráticos podemos encontrar a las Dictaduras,
los Totalitarismos, las Oligarquías, los Caudillismos, el Caciquismo, los Sultanatos, los
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 59
Regímenes Autoritarios como los burocráticos militares, el Estatalismo Orgánico, de
Movilización post-democracia, de Movilización post-independencia, las Democracias Raciales,
los Totalitarismos Imperfectos y los Regímenes post-totalitarios1, cuyas definiciones en particular
no abordaremos porque no son objeto de nuestro estudio, pero que en general, implican la
supresión de un conjunto de derechos políticos, económicos, sociales y civiles.
En lo que se refiere a los regímenes democráticos, tenemos que en toda democracia, existe un
desfase sustancial entre democracia ideal y democracia real. Este contraste nos plantea un
desafío: ¿podemos encontrar formas de hacer más democráticos a los países ya democráticos?2
El beneficio que se pude lograr mediante la utilización de los tipos ideales de la democracia,
radica precisamente en que son referentes de un objetivo siempre a lograr y por mejorar. El
contraste que se da entre lo deseable y lo posible, tiene como base el ideal de lo que debe ser la
democracia y cómo es que siempre es susceptible de mejorar.
En la sociología, como disciplina teórica y académica, el modelo de tipos ideales fue una
aportación del sociólogo Max Weber3, como una metodología para explicar causalmente la
“acción social4” y hacerla comprensible; lo que se denomina como sociología comprensiva.
1Al respecto puede consultarse: Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. 2 Dahl, R. (1999). La democracia, una guía ciudadana para los ciudadanos. Madrid. Grupo Santillana de Ediciones. p. 40.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 60
De hecho, la sociología política es una de las ramas dedicadas a estudiar los distintos tipos de
convivencia entre los seres humanos, no a partir de las instituciones, sino de las personas como
sujetos sociales. Ésta es quizá una de sus principales aportaciones en la discusión actual sobre la
democracia, sus condiciones y sus resultados, porque el punto de partida no son las leyes ni las
instituciones, sino las personas como sujetos y actores de la democracia, y por lo tanto, cualquier
tipo de cambio que se dé en el sistema político, debe ir encaminado hacia la atención y beneficio
de las personas, más que de las instituciones.
De aquí que comencemos por discutir el aspecto ideal de la democracia que puede ser diferente
conforme a la definición que se utilice, y en segundo lugar, analizaremos el tipo de democracia
real, según la variante de la que se trate.
Para diferenciar la democracia real de la democracia ideal, Hans Kelsen pone como ejemplo que
“la democracia real supone la unidad del pueblo entendido como objeto de poder, como
conjunto de los actos humanos regidos por la ordenación jurídica del Estado, mientras que la
democracia ideal implica la unidad del pueblo entendido como sujeto de poder, como gobierno
del pueblo por el pueblo. La democracia ideal, supone por tanto, identidad de dirigentes y
dirigidos, del sujeto y objeto del poder del Estado. Tal unidad del pueblo como sujeto
(coincidencia de pensamiento, sentimientos y voluntades, solidaridad de intereses, el mito de la
3 Weber, M. (1994). Economía y Sociedad. México. Fondo de Cultura Económica. 4 En términos generales Weber distingue cuatro tipos de orientación del proceder social: 1. La acción racional con arreglo a fines; 2. La acción racional con arreglo a valores; 3. La acción afectiva; y 4. La acción tradicional.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 61
voluntad popular) no se dan la realidad nunca. Por ello la democracia ideal constituye un mero
postulado ético político”5.
Esta distinción que hace Kelsen es valiosa porque coloca en el centro de las definiciones, tanto de
democracia ideal como de democracia real, al pueblo ya sea como objeto o como sujeto del
poder.
La implicación de esa diferencia entre democracia ideal y democracia real tiene que ver con la
problemática que planteamos en el Capítulo I sobre la necesidad de una nueva perspectiva teórica
para el análisis de los sistemas políticos. La relación y no sólo la diferencia entre democracia
ideal y democracia real, establece de manera teórica, que el sistema político democrático debe
encontrar en el pueblo o en la sociedad, el origen y el resultado de sus acciones de gobierno y del
ejercicio del poder.
La democracia ideal y la democracia real, deben tomar como punto de partida la relación con la
sociedad, y no las instituciones o componentes del sistema. Éste es el cambio de perspectiva del
que hemos estado hablando, con diferencia drástica a la visión tradicional de la democracia
procedimental.
5 Kelsen, H. (1974). Esencia y valor de la democracia. México. Editorial Nacional. pp. 29-34.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 62
La democracia real por un lado, implica el conjunto de interacciones sociales regidas por las
leyes y los mecanismos de la democracia, es decir, representa la aplicación práctica sobre el
pueblo, de los valores y principios de la democracia. Mientras que la democracia ideal por otro,
significa la relación inherente entre gobierno y gobernados, entre el pueblo y las instituciones de
la democracia; implica la identificación plena de quienes dirigen y quienes son dirigidos. Pero
como la democracia encuentra su origen en el pueblo, la democracia ideal es considerada por
Kelsen, como un postulado ético político. Es decir, el pueblo se encuentra como origen y destino
de la democracia. De aquí el surgimiento de una brecha aparentemente insalvable entre
democracia ideal y democracia real, porque los problemas que se derivan de la definición ética de
los principios y de los valores de la democracia, repercuten en la práctica y en el ejercicio de la
democracia.
Al respecto, Gurutz Jáuregui explica que “la constatación de esa distancia insalvable entre la
democracia ideal y las democracias reales, ha llevado a un importante sector de la ciencia
política a la conclusión de que la teoría de la democracia debe quedar circunscrita de modo
exclusivo a los aspectos empíricos de la democracia, con renuncia a toda pretensión ideal”. Sin
embargo, en contra de esa opinión, el autor argumenta que “es imprescindible reafirmar el
concepto de democracia ideal como elemento indispensable para un adecuado desarrollo tanto
de la teoría como de la práctica democráticos”6.
6 Jáuregui, G. (1994). La democracia en la encrucijada. Barcelona. Anagrama S.A. p: 20.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 63
Respecto a la imposibilidad del logro del ideal democrático, Jáuregui explica que la función
principal de la democracia ideal no es convertirse literalmente en hechos, sino representar una
guía o un punto de referencia para cuestionar y mejorar la práctica real de la democracia. El
objetivo esencial de la democracia ideal es convertirse en un parámetro que permita identificar
cómo es que operan las democracias reales y en ese sentido, cómo es posible mejorar la
democracia en los hechos; cómo es posible colocar a los ciudadanos como sujetos de derechos
políticos; y cómo se pueden identificar la voluntad del pueblo con la voluntad del gobernante.
Hasta aquí, debe quedar claro que la democracia ideal tiene como función muy específica, la de
motivar cambios en el sistema político que mejoren cada vez tanto al sistema en su conjunto,
como a determinadas condiciones democráticas, tomando siempre como punto de partida, que el
destinatario de dichos cambios es el pueblo y por lo tanto, debiera procurarse siempre lo mejor
para el pueblo.
Sin embargo, para ello, es imprescindible contar con la definición específica de democracia que
se requiere, la que más se acerque al ideal democrático y la que más se acerque a las necesidades
y demandas de su sociedad. De lo contrario, como es obvio, el rumbo del sistema estaría perdido.
2.2. Definiciones de democracia El conjunto de instrumentos teóricos que hemos revisado hasta el momento, y que se refiere a las
definiciones de sistema político, de cambio político, de institucionalización y de modernización,
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 64
así como a las diferencias entre democracia ideal y democracia real, estaría incompleto y en
consecuencia carecería de utilidad, si no atendemos y aclaramos el concepto de democracia que
en términos metodológicos es más útil para vincularlo con la igualdad y la libertad como
dimensiones sustantivas de su propia definición.
Este apartado tiene la función de discernir entre los distintos conceptos de democracia
concentrados en tres grupos: las definiciones básicas, llamadas así porque en el contexto de la
relación entre las sociedades actuales y los sistemas políticos democráticos, contienen un piso
mínimo sobre el cuál se construye dicha relación, y el cual se refiere de manera básica, a los
procedimientos y normas que regulan en estos sistemas, el acceso y la distribución de los puestos
de gobierno y de representación. El carácter de definiciones básicas se atribuye así porque una
vez definidos tales procedimientos y normas, se establecen las condiciones mínimas para
después, con los conceptos y análisis adecuados, incorporar una serie de derechos y de garantías
sociales que van más allá de la facultad de elegir a los gobernantes mediante mecanismos
establecidos y aceptados como válidos y legales. Tales definiciones aportan la base de una
democracia de mayor amplitud y alcance como por ejemplo, en torno a principios como los de
igualdad y libertad de las personas, como lo veremos en el Capítulo III.
En este sentido, se mencionan las definiciones de Norberto Bobbio, de Schumpeter, de Giovanni
Sartori y de Lipset Seymour Martin, como las más representativas de lo que aquí se propone
como definiciones básicas. Haciendo énfasis en que el carácter fundamental de cada una de ellas,
es la relación entre gobernados y gobernantes, así como los mecanismos institucionales
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 65
necesarios tanto para su elección, como para su relevo; por encima de la relación entre la
sociedad y el sistema político democrático, que tendría como función la de satisfacer en la mayor
medida posible las demandas sociales.
El segundo tipo de definiciones que aquí se agrupa mediante una nueva clasificación, se refiere a
un estado “intermedio” en la forma de entender y de asumir la democracia, porque incluye al
aspecto formal y/o procedimental de los conceptos tradicionales, los principios de igualdad y de
libertad como parte sustantiva de la definición de democracia; aunque enfocados de manera
parcial, al ámbito de lo político-electoral.
Es decir, en este “estado intermedio” se introduce la igualdad y la libertad de las personas para
elegir a quienes deben gobernar, mediante la asignación de un conjunto de derechos como la libre
expresión y la libre asociación, entre otros, con el fin de garantizar la realización de elecciones
libres, competitivas y legales, pero sobre todo, para evitar la violencia entre quienes se disputan
el poder, para evitar la exclusión de determinados grupos sociales que son electores potenciales y
para hacer eficientes los mecanismos institucionales de elección y de relevo de los gobernantes.
Como se puede notar, la igualdad y la libertad en este tipo de definiciones se constriñen todavía
al ámbito de la política y de las elecciones, pero aún así, implica un avance en cuanto a la
consideración de ambos principios como parte fundamental de la definición del sistema político
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 66
democrático y en consecuencia, como parte de un conjunto de derechos para resguardar y
garantizar.
En el último segmento de definiciones, encontramos la de Robert Dahl, considerada aquí como
de segunda generación, porque su propuesta cierra toda una etapa en las discusiones sobre el
concepto tradicional de democracia, en virtud de que el centro de su definición gira en torno de la
igualdad y de la libertad de las personas, no para elegir a sus gobernantes, sino para exigir de
ellos, respuestas satisfactorias y eficientes a sus demandas.
La relación que se plantea a partir de esta definición, ya no es entre electores y gobernantes, sino
entre sociedad y derechos, que se deben hacer efectivos mediante las funciones asignadas a los
gobernantes.
Además, la propuesta de Robert Dahl considera la idea de democracia ideal y de democracia real,
como un método práctico de conocer el grado en que el sistema político cumple o no con
garantizar la igualdad y la libertad de las y los ciudadanos, y con base en ello, abre la puerta para
la utilización del concepto sobre la calidad de la democracia, que como lo veremos más adelante,
se refiere precisamente, al grado o al nivel en el que la democracia garantiza o perjudica, los
principios de igualdad y de libertad de las personas7.
7 Dahl, R. (1992). La democracia y sus críticos. Barcelona-Buenos Aires-México: Paidos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 67
2.2.1. Definiciones básicas
En el marco de un conjunto de definiciones básicas, son democráticos todos los regímenes cuyas
normas vigentes prevén la protección de los derechos políticos y civiles de los miembros de la
comunidad política. Por ejemplo, se garantizan efectivamente los derechos de reunión y de
asociación, la libertad de pensamiento, palabra y prensa y el sufragio universal; implica
competencia política y existencia de oposición, formas amplias de participación, elecciones
libres, competitivas y periódicas, elegibilidad de todos los ciudadanos para los cargos públicos,
partidos políticos fuertes y fuentes de información diversas y alternativas8.
Norberto Bobbio, uno de los teóricos más reconocidos por sus aportaciones intelectuales en el
ámbito de la democracia moderna como método, como forma de organización de una comunidad
política, define cuatro de sus criterios procedimentales (no sustantivos): 1) el sufragio adulto
igual y universal; 2) derechos cívicos que aseguran la expresión libre de opiniones y la
organización libre de corrientes de opinión; 3) decisiones tomadas por mayoría numérica; y 4)
garantías de los derechos de las minorías contra cualquier abuso por parte de las mayorías9. La
definición bobbiana de democracia se compone de tres elementos: “la definición formal o
procedimental, la tradición liberal de los derechos del hombre, y la concepción también
tradicional del Estado de derecho”10. Fue tanto el auge de tal definición11, que al término de la
8 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 88. 9 Anderson, P. (1988). Teorías de la democracia. Barcelona. Antrhopos. p: 29. 10 González García, J. (1988). Teorías de la democracia. Barcelona. Antrhopos. p: 42. 11 “Sobre la marcha de los últimos doscientos años y montada en las “tres olas” que ha recontado Samuel P. Huntington, la democracia se fue extendiendo y asentando en cada vez más territorios y poblaciones; tanto que, a la caída seriada de las dictaduras del sur de Europa y de América Latina, y la del comunismo en la Unión Soviética y
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 68
segunda guerra mundial, los países de la zona del capitalismo avanzado comenzaron a
instrumentar éstos criterios mínimos bajo la figura de democracia representativa12.
Otra de las definiciones más precisas y claras de la democracia entendida como mero
procedimiento de organización política es la formulada por Schumpeter, para quien “la
democracia es un método político, un cierto tipo de concierto institucional para llegar a las
decisiones políticas –legislativas y administrativas- y por ello no puede constituir un fin en sí
misma, independientemente de las decisiones a que dé lugar en condiciones históricas dadas”.
Según lo anterior, “se trata de una democracia procedimental sustentada en una serie de
universales procesales, tales como las elecciones competitivas, partidos políticos en libre
competencia, libertad del electorado y aplicación del juego de las mayorías y minorías. De este
modo queda excluido de la democracia cualquier contenido valorativo o finalista, no caben
compromisos con referencia a valores o fines” 13.
Giovanni Sartori por su parte, propone la definición estricta de democracia como aquella en la
que se cuenta con derecho universal al sufragio, en donde existe convocatoria periódica y regular
a elecciones, se garantiza la libertad de asociación para presentar candidatos, el acceso a los
los países del este europeo, hacia el fin del siglo se le ha considerado como mundial e históricamente triunfante”. En Strasser, C. (2000). Democracia y Desigualdad. Sobre la democracia real a fines del siglo XX. Buenos Aires. Argentina. CLACSO. p: 52. 12 Como parte de la evolución de su pensamiento, motivado principalmente por su contexto político Bobbio enumera una serie de procesos objetivos que tienden a disminuir y socavar la democracia representativa: 1) el tamaño y la complejidad de las sociedades industriales modernas; 2) la entrada de las masas en el sistema político, con el advenimiento del sufragio universal; 3) el avance tecnológico de las economías occidentales; 4) el hundimiento de los ciudadanos en la ignorancia y la apatía cívica cuidadosamente inculcada por la industria cultural y la manipulación política; y 5) la combinación de múltiples presiones corporativas , el peso insoportable de la burocracia, aislamiento de tecnócratas y masificación de la ciudadanía, sabotean la eficiencia del sistema político para tomar decisiones”. En Anderson, P. (1988). Teorías de la democracia. Barcelona. Antrhopos. 13 Jáuregui, G. (1994). La democracia en la encrucijada. Barcelona. Anagrama. p: 25.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 69
medios de comunicación, la neutralidad del gobierno en la organización de elecciones, en donde
se proporcionan garantías para una libre emisión del voto, para el recuento público de los votos,
la aplicación de las reglas preestablecidas para adjudicar escaños y/o curules, así como una
instancia independiente para dirimir conflictos electorales14.
Como se puede desprender de la definición del autor, tanto el sistema electoral como el sistema
de partidos, se consideran como esenciales en la democracia; lo cual se traduce en que el
contenido de su definición se inclina hacia los procedimientos y mecanismos para determinar
quién puede contender por el poder y cómo es que se puede acceder a el.
En este sentido, los sistemas electorales sólo determinan cómo los votos del pueblo se
transforman en escaños parlamentarios e influyen sobre si el electorado vota por un partido o por
una persona15. La importancia de los sistemas electorales recae en el tipo de interacción que
mantenga con el sistema de partidos, y por consecuencia en la forma en que se da el proceso de
cambio social. Tal importancia se debe a los efectos que surten en dos distintos ámbitos. Por un
14 Sartori, G. (1995). Aspectos de la democracia. México: Limusa Wiley. 15 De acuerdo con la tipología que hace Giovanni Sartori, existen dos tipos: los sistemas de representación proporcional y los de mayoría. Los primeros son organismos representativos que buscan reflejar las proporciones en que se distribuyen los votos. El triunfo electoral se comparte con otros partidos de acuerdo al porcentaje total de votación obtenido. Un sistema electoral de representación proporcional se da cuando la votación se realiza en distritos con dos o mas representantes, y en donde hay dos o más triunfadores en la elección. El factor principal para establecer la proporcionalidad o desproporcionalidad del sistema, es el tamaño del distrito electoral (determinado por el número de votantes que eligen). El inconveniente de este tipo de sistema, es que se presta para la existencia de muchos partidos pequeños. Mientras que en los sistemas de mayoría, no se procura reflejar la distribución de las votaciones, sino de obtener un vencedor indiscutible, no se trata de elegir un cuerpo legislativo, sino un tipo de gobierno. Por tal motivo, el ganador de la elección se queda con todo, la votación es canalizada hacia una persona y una sola alternativa; se proponen candidatos individuales; una mayoría absoluta se gana cuando el ganador obtiene el 50.01% de los votos de la elección, mientras que la mayoría relativa se obtiene cuando al ganador reúne un porcentaje menor al 50.01. Por lo que un sistema es mayoritario si la votación se realiza en distritos con un solo representante y el ganador se lleva todo. Su inconveniente es que la elección es más susceptible de ser manipulada.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 70
lado afecta en los votantes y por otro, sobre el número de partidos. Sobre los votantes, el efecto
puede ser limitante, manipulador y represor, según sea el caso; y sobre el número de partidos,
tiene un efecto reductor, pues si el sistema electoral no disminuye el número de partidos,
estaremos hablando de un sistema no eficiente16.
En cuanto al sistema de partidos, se puede considerar como un sistema de canalización de la
sociedad política, y cuando el electorado da por obvias el conjunto de reglas y alternativas
políticas como forma de expresión, entonces el sistema de partidos ha llegado a una etapa de
consolidación estructural.
Sin embargo, la definición propuesta por Sartori y fundamentada tanto en el sistema electoral
como en el sistema de partidos, encuentra su valor esencial en los procedimientos institucionales
y legales para acceder al poder, más que para otro objetivo.
Por otra parte, Seymour Martin Lipset propone que “La democracia en una sociedad compleja
puede definirse como un sistema político que suministra oportunidades constitucionales
regulares para el cambio de los dirigentes gobernantes, y un mecanismo social que permite a la
16 Sartori, G. (1994). Ingeniería constitucional comparada. Una investigación de estructuras, incentivos y resultados”. México. Fondo de Cultura Económica. p: 46.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 71
parte más grande posible de la población influir sobre las decisiones más importantes, mediante
la elección entre contendientes para los cargos públicos” 17.
Tal definición no se aleja demasiado de la de Giovanni Sartori, y esencialmente se basa también
en los mecanismos electorales y en la postulación de candidatos para ocupar cargos públicos.
Así, podríamos mencionar un sin número de definiciones que intentan explicar tanto el marco
normativo como los procedimientos formales y/o institucionales que se consideran necesarios
para distinguir entre los sistemas democráticos de los no democráticos. Sin embargo, ninguna de
las que se encuentran en el segmento de las definiciones teóricas, ahonda en la complejidad que
guarda la relación de la democracia con el entramado social: entre las instituciones que emanan
del sistema político y la sociedad; entre las leyes y sus instrumentos, con el ejercicio social de la
democracia.
De hecho, uno de los principales problemas que gira en torno a las definiciones de democracia, es
que en su gran mayoría, se limitan a cumplir con los requerimientos básicos de una definición
teórica que en algún momento, permiten verificar o descartar la existencia de indicadores que
determinan el carácter democrático o antidemocrático de un sistema político, pero sin tomar en
cuenta la esfera social como parte importante de su construcción. En el marco de lo que en el
Capítulo I mencionamos como los sistemas políticos y sus cambios, la consecuencia de esta 17Lipset, S. M. (1963). El hombre político. Las bases sociales de la política. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires. p: 25.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 72
limitación se refleja principalmente, en el establecimiento de sistemas políticos que en el ámbito
de las formalidades y en el mundo de las leyes son democráticos, pero que en la realidad
concreta, sólo se circunscriben a las reglas y a los procedimientos, sin considerar el resto de las
demandas y exigencias de las sociedades; situación no menor si consideramos que conforme al
marco conceptual que también explicamos, un sistema político democrático se desarrolla e
incrementa su grado de institucionalización cuando responde con éxito a los retos y desafíos
sociales.
Asimismo, las definiciones básicas se constriñen al ámbito de lo teórico, de lo legal o de lo
político, sin considerar de manera fundamental en su contenido, a la sociedad en su conjunto o a
los grupos sociales que la conforman, como receptores de sus resultados. Esto tiene que ver con
lo que mencionamos al inicio del Capítulo I como el agotamiento de las perspectivas teóricas
tradicionales en el estudio de los sistemas políticos, y las cuáles se concentran sólo en principios
de verificación y de falsificación de criterios para la asignación del carácter democrático o no
democrático a los sistemas, tales como la existencia de mecanismos institucionales de acceso y
distribución de los puestos de gobierno, pero sin tomar en cuenta el cumplimiento de un conjunto
de derechos de la ciudadanía; la operación de marcos constitucionales o de un índice de leyes,
pero sin considerar la garantía de dimensiones sustantivas de la democracia, como por ejemplo, la
igualdad y la libertad de las y los ciudadanos.
Este tipo de definiciones teóricas apegadas a la formalidad y a los procedimientos, son utilizadas
a su vez, para referirse parcialmente a mecanismos que si bien son democráticos, influyen de
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 73
manera muy reducida y limitada al intentar aplicar un concepto mucho más amplio e integral de
democracia. De aquí que se puede argüir en algunos casos, como en países en vías de desarrollo,
que se ejerce una democracia electoral para la selección de gobernantes18; que se cuenta con una
democracia procedimental para la protección de derechos políticos, o que se poseen
instituciones democráticas para la participación y representación política de las personas, pero
con escasos índices de acceso igualitario a la justicia, sin mecanismos de pleno acceso a un
conjunto más amplio de derechos, o sin instrumentos para garantizar la igualdad y la libertad de
las personas.
Por ello reiteramos la necesidad de una nueva perspectiva teórica que permita explicar ese
desfase entre el contenido de las definiciones teóricas de democracia y los resultados concretos
de los sistemas democráticos y la cuál abordamos a partir del Capítulo IV, con el concepto que se
refiere a la calidad de la democracia.
En las sociedades contemporáneas con mayor grado de complejidad, y cada vez más exigentes de
derechos, ya no es válido ni suficiente recurrir sólo al marco conceptual que define de manera
teórica a las democracias, sino que es necesario en casos específicos, verificar y analizar el
cumplimiento de todos y cada uno de los componentes y elementos que conforman a la
18 Guillermo O´Donnell explica que el mundo tiene ahora más regímenes que formalmente son democráticos que nunca antes. Y detrás de ello, nunca habían existido tantas reglamentaciones que proclaman que sus regímenes son democráticos. Ser democrático, o proclamar ser democrático reditúa en capital político. La última proclama de un régimen político para ganar legitimidad, es la existencia de elecciones libres. Hoy como nunca antes, observamos gobiernos autoritarios haciendo algunas veces asombrosas contorciones para persuadir al mundo que su derecho a gobernar se debe a las elecciones libres. En O´Donnell, G. (2007). The Perpetual Crises of Democracy. National Endowment for Democracy and The Johns Hopkins University Press: pp. 5-11.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 74
democracia como sistema político; no sólo los que se refieren al marco legal, institucional y/o
procedimental, sino principalmente, los que atañen al ejercicio y al cumplimiento de derechos
que tienen por supuesto que ver con la igualdad y la libertad, pero también con la aplicación
efectiva y equitativa de la ley entre las personas y con el llamado a cuentas de los gobernantes
con respecto al ejercicio de funciones públicas.
En este sentido, tratando de responder a ese gran reto, se ha dado una especie de transición
teórica en las definiciones sobre la democracia, que va desde la conceptualización meramente
legal, constitucional y/o institucional, hasta la inclusión paulatina de un conjunto de derechos
políticos, económicos y sociales que encuentran como fondo, la igualdad y la libertad de las
personas. Definiciones como las de Norberto Bobbio, Schumpeter, Giovanni Sartori o de Lipset,
son una muestra de esta primera generación de conceptos, en los que se privilegian los
mecanismos procedimentales para la elección y sustitución de los líderes políticos en el ejercicio
del gobierno, así como los procedimientos para transferir pacíficamente el poder, mediante
instituciones como los partidos políticos y los sistemas electorales como instrumentos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 75
2.2.2. Definición intermedia
La mayor implicación del conjunto de definiciones básicas sobre la democracia, es que
proporcionan como ya lo vimos, un piso mínimo para establecer una nueva relación entre las
sociedades actuales y los sistemas políticos democráticos. El sentido de la definición intermedia
que en este apartado abordamos, es la inclusión paulatina aunque limitada de los principios de
igualdad y de libertad en ciertas funciones de la democracia. Se le concede el carácter de
intermedio porque se ubica justo entre las definiciones de primera generación que clasificamos
como básicas y la de segunda generación. Ésta última, como lo veremos en el apartado siguiente,
considera como parte fundamental de todo sistema político democrático y de manera amplia e
integral, la igualdad y la libertad de las personas como principios que deben dar sustancia y
contenido a la democracia.
Con el objetivo de explicar las aportaciones de ésta definición, la dividimos en dos partes: la
primera de ellas se refiere a la democracia como método, y la segunda, a los medios que según la
definición, debe utilizar la democracia para el cumplimiento de su método.
De esta manera, Juan Linz define que “…la democracia es el sistema político para gobernar
basado en la libertad legal para formular y proclamar alternativas políticas, en una sociedad en
donde se garantizan libertades como la de asociación y expresión y algunas otras libertades
básicas de los individuos que hacen posible una competencia libre y no violenta entre los líderes
o los grupos que aspiran justamente a gobernar con una revalidación periódica del derecho a
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 76
gobernar, es decir, elecciones constantes, cíclicas, con la participación de todos los miembros de
la comunidad política, cualquiera que fuese su preferencia, siempre y cuando esta preferencia se
exprese en una arena política…”19.
En este sentido, como definición intermedia, la democracia se plantea sólo como un método para
gobernar, que a través de la libertad de asociación y de expresión, entre otras, se hace posible la
competencia electoral pacífica y regular, en un espacio delimitado que se denomina como
político y mediante la participación de quienes forman parte del sistema político democrático. La
diferencia principal de esta definición con respecto a las definiciones básicas, es que éstas últimas
no consideran en su enunciación los principios de igualdad y de libertad, mientras que la
definición intermedia, sí los considera, aún de manera limitada al ámbito de lo político-electoral.
En ésta definición, al concentrarse específicamente en las funciones de gobierno, nos
encontramos nuevamente frente a la problemática que implica el predominio de los
procedimientos y de los mecanismos de acceso y distribución del poder, por encima de la
atención y solución satisfactoria a la mayor parte posible de las demandas de la sociedad. No
obstante que se limita al ámbito de lo político y de los procesos electorales, la inclusión de la
libertad en ésta definición intermedia, representa un avance con diferencia en las que agrupamos
como básicas.
19 Linz, J. (1979). La quiebra de las democracias. Madrid. p: 17.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 77
La segunda parte de la definición consiste en que: “…la democracia demanda justamente, la
libertad amplia y plena para crear partidos; la libertad para realizar elecciones libres sin
limitaciones para el sufragio –es decir, un sufragio amplio, incluyente y universal-, en donde no
se excluyan a determinados grupos sociales en razón de su raza, religión o preferencias. Asume
la existencia de una comunidad política, dado que eligen de manera libre a sus representantes, a
quienes van a gobernar y a quienes van a ejecutar las leyes. Implica una competencia plural,
honesta y libre. Dado que el poder no puede ser ejercido por todos, es necesario participar en
elecciones, a efecto de designar a los gobernantes” 20.
Al plantearse la democracia como método de gobierno, se hace necesario un conjunto de medios
que permitan su aplicación y ejercicio. Dichos medios están representados por los partidos
políticos, mediante los cuáles se puede contender por el gobierno; por las elecciones y la
participación, que permitirán definir a quienes deben ocupar los puestos de gobierno; por el
sufragio amplio, incluyente y universal, que implícitamente considera el principio de igualdad y
de la no discriminación en razón de la raza, religión o preferencias; y por la representación, como
un derecho de la comunidad política ante los gobernantes.
De esta manera, la definición de democracia que aquí consideramos como de tipo intermedio, se
dirige hacia el establecimiento de un método de gobierno, que se puede ejercer mediante la
existencia de partidos políticos, de procesos electorales regulares, de la participación a manera de
expresión de preferencias, del derecho al voto y de la representación política, que en su conjunto, 20 Linz, J. (1979). La quiebra de las democracias. Madrid. p: 17.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 78
implican los principios de igualdad y de libertad, pero limitados y enfocados al ámbito de lo
político por encima de lo social.
Como debemos recordar, los contextos y circunstancias de los sistemas políticos democráticos
actuales, requieren de una nueva perspectiva teórica que permita no sólo explicar, sino ayudar a
reducir la distancia o el desfase entre las definiciones teóricas de la democracia y los resultados
que están obteniendo. Por ello, si bien la definición de Juan Linz representa un avance
significativo en cuanto a la consideración de los principios de igualdad y de libertad en la
democracia, todavía no llegamos a un nivel en el que ambos principios se consideren como
valores políticos de los sistemas democráticos, que como lo veremos en el Capítulo III, ello
implica que deben ser el origen y el sustento de la democracia.
En este sentido, la definición que aquí discutimos aún como método y como medio para ejercer la
democracia, a través de la igualdad y la libertad estrictamente políticas, se encuentra todavía lejos
de ponderar en su justa dimensión, la relación entre la sociedad, sus demandas y el sistema
político democrático.
En el siguiente apartado, abordamos justo una definición que cumple con tal requisito.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 79
2.2.3. Definición de segunda generación
Como definición de segunda generación, puesto que concluye con ese tránsito teórico de las
definiciones sobre la democracia, tenemos la que propone Robert Dahl21, la cuál define a un
régimen democrático como el más apto “para responder a las preferencias de sus ciudadanos,
sin establecer diferencias políticas entre ellos”. Para el autor, “democracia es el sistema político
entre cuyas características se cuenta su disposición a satisfacer entera o casi enteramente a
todos sus ciudadanos”, y es hipotéticamente posible en la realidad, si todos los ciudadanos
poseen por igual, un conjunto de libertades consistentes en la capacidad de: “I. Formular sus
preferencias; II. Manifestar públicamente dichas preferencias entre sus partidarios y ante el
gobierno, individual y colectivamente; y III. Recibir por parte del gobierno igualdad de trato, es
decir, éste no debe hacer discriminación alguna por causa del contenido o del origen de tales
preferencias”.
Para ello, se requiere de un mecanismo institucional que no solamente opere, sino que garantice
el cumplimiento de esas libertades a todos y cada uno de los ciudadanos por igual y sin distingos.
Por lo que las instituciones del estado deben garantizar cuando menos ocho tipo de libertades: “1.
Libertad de asociación; 2. Libertad de expresión; 3. Libertad de voto; 4. Libertad y derecho para
que los líderes políticos compitan en busca de apoyo; 5. Diversidad de fuentes de información; 6.
Elegibilidad para el servicio público; 7. Elecciones libres e imparciales; y 8. La dependencia
directa de la política del gobierno a los votos y demás formas de expresar las preferencias”.
21 Dahl, R. (1993). La poliarquía. Participación y oposición. México: Red Editorial Iberoamericana. p: 13.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 80
Sin embargo, aún cuando las instituciones cumplan con esas ocho funciones, la democracia no se
garantiza en su totalidad, pues siempre existe la posibilidad de fallas que vulneren los derechos;
lo realmente posible, es el cumplimiento gradual de tales obligaciones institucionales, y por lo
tanto, como un modelo democrático ideal por perseguir de manera constante, Dahl considera al
régimen democrático como una “poliarquía”, es decir, el grado (mínimo o máximo) en que las
instituciones del estado garantizan ese conjunto de libertades, y en consecuencia, permiten el
acercamiento gradual a los ideales de la democracia.
La definición de poliarquía, nos remite directamente a las funciones del sistema democrático
para responder y/o canalizar las demandas sociales, lo cual supone no solo mecanismos
institucionales adecuados, ni la garantía de participación activa en las elecciones mediante el
sufragio, sino un conjunto de libertades políticas y sociales, que a su vez, implican condiciones
de igualdad entre las personas. La igualdad no es considerada por Dahl como un fin, sino como
un medio para lograr una distribución equitativa de la libertad22.
Respecto a la posibilidad de que los regímenes políticos puedan ser evaluados en función del
grado en el que cumplen o no con la garantía de derechos tanto políticos como civiles, hay
quienes la consideran como un instrumento adecuado y viable para mejorar de manera progresiva
a las democracias actuales.
22 Dahl, R. (1992). La democracia y sus críticos. Barcelona-Buenos Aires-México: Paidos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 81
Leonardo Morlino por ejemplo, explica que se pueden utilizar indicadores que señalen el grado
de democracia que contienen los regímenes. Un régimen es tanto más democrático cuanto más
altos sean los índices de respeto y de garantía de los derechos políticos y civiles23.
En resumen, la definición propuesta por Robert Dahl marca una diferencia radical con el resto de
las definiciones teóricas sobre la democracia, su importancia radica en cuatro aspectos
fundamentales:
1. Coloca a los ciudadanos como centro de la definición de democracia, en términos de la
satisfacción parcial o total de los requerimientos sociales. En este punto, el arribar a un
marco legal e institucional para reglamentar la actuación de los partidos políticos, así
como para normar los procedimientos electorales, no se plantea como el fin último de la
democracia, sino como un objetivo parcial que debe servir como instrumento de atención
y solución a las demandas de las y los ciudadanos.
2. Se introduce el principio de igualdad en un sentido amplio, que abarca además de la
igualdad política, la igualdad de derechos. En tanto que las personas gocen por igual de
los mismos derechos, se desencadena un conjunto de libertades que repercuten más allá de
las libertades políticas.
23Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p: 88.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 82
3. Abre la puerta para analizar en términos graduales, el cumplimiento de los principios de
igualdad y de libertad como dimensiones sustantivas de la democracia. Esto permite
eliminar toda posibilidad de desvirtuar sus objetivos esenciales; al margen de la existencia
de la democracia electoral, formal y/o procedimental, la evaluación del sistema político
debe girar invariablemente, en torno a la medida o el grado en que se garantizan la
igualdad y la libertad de las y los ciudadanos.
En este sentido, la democracia electoral por ejemplo, ya no se podría considerar como un
logro total de los sistemas políticos, sino como un avance importante que contribuye en
cierta medida, a proteger únicamente ciertos derechos, en el marco de una definición
mucho más amplia e integral de democracia.
4. Se considera como parte importante de la definición, el ideal democrático como
instrumento para mantener una tendencia a mejorar los componentes de la democracia y a
ofrecer cada vez mejores condiciones de igualdad y de libertad para la ciudadanía. El
ideal democrático se toma como punto de referencia o como un horizonte, que promueve
la renovación y/o adecuación paulatina de los derechos ofrecidos por la democracia.
De esta manera, hemos podido distinguir las implicaciones que tiene el intentar definir o el
intentar utilizar una u otra definición de democracia, así como el tipo de transición teórica por la
que han atravesado tales definiciones, retomando algunos ejemplos de los más significativos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 83
2.3. Modelos de democracia
Los modelos de democracia que han tenido lugar en diversos países del mundo y a través de la
historia, de alguna manera han correspondido al contenido de las definiciones tanto básicas como
intermedia de la democracia, y se han utilizado como referentes empíricos. Por esa razón,
adolecen de las mismas limitaciones en cuanto al lugar e importancia que se le otorgan a la
igualdad y a la libertad de las personas, así como al conjunto de demandas y de expectativas
sociales.
Básicamente, se dividen entre los que pertenecen a los modelos clásicos y los que se
establecieron en las sociedades contemporáneas. Cada uno de ellos, cuenta con un principio
justificativo que se refiere a la parte sustantiva y que da contenido a la variante de la democracia.
Como se podrá notar, a la democracia en cualquiera de sus modelos, se le ha relacionado de una o
de otra manera con la igualdad y con la libertad como principios que la justifican; pero el hecho
es que ambos principios tienen como objetivo y destino, el ámbito político-electoral.
De aquí se deriva la importancia de iniciar una nueva discusión sobre el tipo y funcionamiento de
la democracia que se requiere en la actualidad, así como de los principios y valores sobre los que
se debe sedimentar. Si el aspecto formal o legal de las democracias actuales no satisface del todo
a las demandas sociales, es necesario conocer cuáles son los componentes del sistema político
que no están funcionando, cómo se pueden mejorar y de qué manera se pueden replantear para
colocarlos al nivel de los problemas y de las demandas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 84
Se requiere plantear una discusión sobre la democracia moderna, que vaya de los aspectos
teóricos, institucionales y político-electorales, a los aspectos de atención a las demandas y a la
salvaguarda de la igualdad y de la libertad. Se requiere pasar del análisis de la democracia en
términos de procedimientos, al análisis de la democracia en términos de sus resultados.
La descripción tanto de las definiciones como de los modelos de democracia, es sólo la antesala
de la discusión sobre el tipo de democracia que tenemos y sobre el tipo de democracia que
queremos.
Por otra parte, en este apartado sobre los modelos de democracia, podemos ver reflejadas de
manera empírica, la mayor parte de las implicaciones del marco teórico sobre los sistemas
políticos, sobre los tipos de cambio que han sufrido y sobre las modalidades de cambio que han
imperado. Basta con observar los principios justificativos de cada modelo, para conocer los
componentes de los sistemas a los que siempre se les ha dado prioridad.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 85
2.3.1. Los modelos clásicos y los modelos contemporáneos
Una de las clasificaciones más explícitas sobre la democracia, ha podido identificar dos modelos:
los modelos clásicos y los modelos contemporáneos que en conjunto, suman nueve tipos
distintos.
Los modelos clásicos, incluyen como principios básicos los de la igualdad, la protección, la
participación y la libertad, y se dirigen principalmente a los ciudadanos. Abarcan el periodo
desde la antigua Atenas, hasta la implementación de los primeros sistemas políticos socialistas.
En segundo lugar, los modelos contemporáneos abanderan principios como los del gobierno
legítimo, la libertad política, el gobierno de las mayorías y la participación política, y consideran
como principales destinatarios a las elites gobernantes, en cuanto al derecho adquirido sobre los
ciudadanos.
El cuadro siguiente muestra de manera esquemática los tipos y el contenido esencial de cada uno
de ellos24.
24 Held, D. (1991). Modelos de democracia. Madrid: Alianza Editorial.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 86
MODELOS DE DEMOCRACIA
MODELOS CLÁSICOS Principio Justificativo
1. La democracia clásica:
Atenas
Los ciudadanos deben disfrutar de la igualdad política para que puedan
ser libres para gobernar y ser a su vez gobernados.
2. Democracia protectora
Los ciudadanos exigen protección frente a sus gobernantes, así como a
sus semejantes, para asegurarse de que los gobiernos lleven a cabo
políticas que correspondan a los intereses de los ciudadanos en
conjunto.
3. Modelo radical de la
democracia desarrollista
Los ciudadanos deben disfrutar de la igualdad política y económica,
para que nadie pueda ser amo de nadie y para que todos puedan
disfrutar de igualdad, libertad e independencia en el proceso de
desarrollo colectivo.
4. Democracia
desarrollista
La participación en la vida política es necesaria no sólo para la
protección de los intereses individuales, sino también para la creación
de una ciudadanía informada, comprometida y en desarrollo. La
participación política es esencial para la expansión más alta y armoniosa
de las capacidades individuales.
5. Democracia directa y el
fin de la política
Socialismo
El libre desarrollo de todos solo puede alcanzarse con el libre desarrollo
de cada uno. La libertad exige el fin de la explotación y, en último
término, la plena igualdad política y económica; únicamente la igualdad
puede garantizar las condiciones para la realización de la potencialidad
de todos los seres humanos, de tal forma que cada uno pueda dar según
su capacidad y recibir según su necesidad.
MODELOS
CONTEMPORÁNEOS Principio Justificativo
6. Democracia elitista Método de selección de una élite política cualificada e imaginativa,
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 87
MODELOS DE DEMOCRACIA
MODELOS CLÁSICOS Principio Justificativo
competitiva capaz de adoptar las decisiones legislativas y administrativas
necesarias.
7. Pluralismo Garantiza el gobierno de las minorías, y por lo tanto, la libertad política.
8. Democracia legal
El principio de la mayoría es una forma efectiva y deseable de proteger
a los individuos del gobierno arbitrario y, por lo tanto, de mantener la
libertad. Para que la vida política, al igual que la vida económica, sea
una cuestión de libertad e iniciativa individual, el gobierno de la
mayoría, con el fin de funcionar de una forma justa y sabia, debe
circunscribirse al imperio de la ley.
9. Democracia
participativa
El derecho igual para todos al auto desarrollo sólo puede alcanzarse en
una sociedad participativa, una sociedad que fomente un sentido de la
eficacia política, nutra la preocupación por los problemas colectivos y
contribuya a la formación de una ciudadanía sabia, capaz de interesarse
de forma continuada por el proceso de gobierno.
10. Autonomía
democrática
Los individuos deberían ser libres e iguales para la determinación de las
condiciones de su propia vida; es decir, deberían disfrutar de los mismos
derechos (y, por consiguiente, de las mismas obligaciones) para
especificar el marco que genera y limita las oportunidades a su
disposición, siempre y cuando no empleen este marco para negar a los
demás sus derechos.
Fuente: Elaboración propia, con información de David Held en: Held, D. (1991). Modelos de
democracia. Madrid. Alianza Editorial.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 88
El modelo número diez, es lo que David Held propone como lo que debiera ser la democracia en
la actualidad y lo que él denomina como autonomía democrática. Sin llegar a proponer toda una
definición, la diferencia con respecto a los otros nueve modelos, es que considera como
principios justificativos a la libertad y la igualdad de los individuos como condición para ejercer
su propia vida, así como para el acceso a un conjunto de derechos, que deben ser los mismos,
para todas las personas.
En este sentido, lo que marca una diferencia radical tanto en las definiciones como en las
clasificaciones de democracia, es la inclusión o exclusión de la igualdad y de la libertad, ya sea
como principios o como dimensiones sustantivas; pero ¿de qué manera se relacionan ambas con
el sistema político bajo la forma de democracia? ¿Por qué la igualdad y la libertad deben
considerarse como valores políticos de la democracia? Y ¿por qué la igualdad y la libertad
sientan las bases para el establecimiento de un conjunto de derechos?
No obstante que tal discusión la abordamos en el capítulo siguiente, a continuación enlistamos
diez razones por las cuáles Robert Dahl considera a la democracia como el sistema político más
adecuado para propiciar y albergar la igualdad y la libertad de las y los ciudadanos mediante la
disposición de un conjunto de derechos25:
1. La democracia ayuda a evitar el gobierno de autócratas crueles y depravados.
25 Dahl, R. (1999). La democracia, una guía para los ciudadanos. Madrid. Grupo Santillana Ediciones. p: 72.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 89
2. La democracia garantiza a sus ciudadanos una cantidad de derechos fundamentales que
los gobiernos no democráticos no garantizan ni pueden garantizar.
3. La democracia asegura a sus ciudadanos un ámbito de libertad personal mayor que
cualquier alternativa factible de la misma.
4. La democracia ayuda a las personas a proteger sus propios intereses fundamentales.
5. Sólo un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para que las
personas ejerciten la libertad de auto determinarse, es decir, que vivan bajo las leyes de su
propia elección.
6. Solamente un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para
ejercitar la responsabilidad moral.
7. La democracia promueve el desarrollo humano más plenamente que cualquier alternativa
factible.
8. Sólo un gobierno democrático puede fomentar un grado relativamente alto de igualdad
política.
9. Las democracias representativas modernas no se hacen la guerra entre sí.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 90
10. Los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que los países con
gobiernos no democráticos.
El estudio de los sistemas políticos y del marco teórico sobre sus cambios, nos lleva
inevitablemente al estudio de las democracias, de sus definiciones y de sus modelos. En el mundo
contemporáneo, como se mencionó en el Capítulo I, ha tenido lugar una tendencia generalizada
de los sistemas hacia su democratización o hacia la mejora de sus condiciones democráticas.
Por tales motivos, lo que nos dice este Capítulo II en su conjunto, es que la discusión sobre la
democracia como sistema político, se relaciona con el establecimiento y protección de la igualdad
y de la libertad de las personas mediante la disposición de un conjunto de derechos. Tal relación
no ha sido fácil de plantear; antes se ha tenido que establecer de manera adecuada la relación
entre democracia ideal y democracia real, se realizó una nueva clasificación de las definiciones
de democracia con respecto a los principios de igualdad y de libertad; se explicaron los distintos
modelos de democracia y los principios justificativos que dieron sustancia a cada uno de ellos y
se enumeraron diez razones por las cuáles la democracia es propicia para garantizar la igualdad y
la libertad de las personas.
Sin embargo, lo anterior nos plantea como consecuencia un reto más, que se refiere al tipo de
democracia que se requiere para las sociedades actuales; nos plantea la discusión sobre el
contenido que la democracia debe tener para responder satisfactoriamente a las demandas de la
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 91
sociedad; sobre la percepción que la ciudadanía tiene de los resultados de la democracia y en ese
sentido, la discusión sobre cómo y hacia dónde hay que dirigir a la democracia.
En el capítulo siguiente, se aborda de manera específica la relación de la democracia con la
igualdad y la libertad como valores políticos, y por lo tanto, como valores que deben dar
contenido a las democracias actuales. En los capítulos subsecuentes se explica un concepto que se
puede aplicar para la evaluación del desempeño de los sistemas políticos democráticos, así como
algunos elementos teórico-metodológicos para el estudio empírico de los objetivos, de los
procedimientos y de los resultados de las democracias.
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Tabla de contenido CAPÍTULO III. IGUALDAD Y LIBERTAD COMO VALORES POLÍTICOS DE LA DEMOCRACIA ........................... 92
3.1. Ámbito Teórico‐Filosófico. ............................................................................................................... 95
3.2. Ámbito Político. .............................................................................................................................. 110
3.3. Ámbito Jurídico‐Social. ................................................................................................................... 113
3.4. Cinco Dificultades y Limitaciones de la Democracia ...................................................................... 117
CAPÍTULO III. IGUALDAD Y LIBERTAD COMO VALORES POLÍTICOS DE LA DEMOCRACIA
Como se mencionaba en el capítulo anterior, los principios justificativos de la democracia son
aquellos que le dan sentido y contenido al sistema político, y sobre los cuáles se debe basar tanto
su organización como sus mecanismos.
Sin embargo, como se desprende del análisis sobre sus definiciones y sus variantes, no existe sólo
una tendencia que determine el contenido y el carácter de la democracia, sino diferentes objetivos
e intereses que prevalecen y que conforme a ellos, se dirige a la democracia, ya sea para
perfeccionar los mecanismos de elección y de relevo de los gobernantes, o para ampliar el
espectro de derechos políticos que al final, pueden mejorar o hacer más eficientes los procesos de
elección y de decisión; lo cuál no constituye otra cosa más que un círculo en el proceso de
cambio de los sistemas políticos que va de las reformas legales y/o institucionales, a las reformas
de los mecanismos y de los procedimientos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 93
No obstante, uno de los objetivos de este capítulo, es explicar que si bien no hay sólo una
tendencia que determine el carácter y el contenido de la democracia, lo que sí existe, son criterios
y argumentos que han relacionado históricamente a la democracia con la igualdad y la libertad
como sus valores sustantivos, y que por lo tanto, debieran ser los principios rectores de los
sistemas democráticos actuales, porque implican de lleno, el mejoramiento tanto de sus
condiciones como de sus resultados.
Por ello, de aquí en adelante entenderemos a la igualdad y a la libertad como “valores políticos”
de la democracia, bajo la advertencia de que no se constriñen al ámbito de lo político o de los
procesos de elección ni de decisión, sino como parte fundamental y normativa del sistema
político que abarca por supuesto, los aspectos culturales, económicos y sociales. Es decir, todos
los ámbitos de la vida de las personas. El concepto de “valor político”, cobra un sentido mucho
más amplio y genérico que constituye a la democracia como sistema.
Los criterios que han vinculado de manera directa a la igualdad y la libertad con la democracia se
agrupan en tres ámbitos: el Teórico-Filosófico, que se remonta incluso al estado natural del
hombre antes de conformarse en sociedad y cuya corriente de pensamiento fundadora es la
iusnaturalista; el ámbito Político, que tiene que ver con el establecimiento de los sistemas
políticos actuales; y el ámbito Jurídico-Social, que tiene influencia en la configuración jurídica y
normativa de las democracias modernas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 94
Lo que se puede desprender de ese análisis, es que si la igualdad y la libertad como valores
políticos de la democracia tienen una vinculación directa, independientemente de los argumentos
teórico-prácticos que se puedan esgrimir, ya sean filosóficos, políticos o sociales, lo consecuente
y lo congruente sería que las democracias actuales se rigieran y se normaran con esos valores y
con esas prioridades; los mecanismos electorales, constitucionales, institucionales o de
administración, no deberían ser un fin, sino un medio para garantizar de manera progresiva, la
igualdad y la libertad de las personas.
Si bien los sistemas políticos democráticos estipulan en sus cartas constitucionales o de derechos
que la igualdad y la liberta son valores que rigen sus acciones y objetivos, los resultados que se
pueden encontrar en la cotidianidad son muy distintos.
De hecho, la utilidad que se puede encontrar en el concepto de calidad de la democracia como lo
veremos en el Capítulo IV, radica en que posibilita el conocimiento sobre el grado o el nivel en
que los sistemas políticos democráticos se acercan o se alejan de la igualdad y de la libertad;
ofrece toda una metodología para determinar si ambos principios forman parte sustantiva del
sistema o si se contemplan sólo de manera declarativa, limitada y/o parcial, ya sea en sus
documentos constitutivos o en algunos de los procedimientos institucionales como las elecciones.
Por último, así como al final del Capítulo II mencionamos diez razones por las cuáles la
democracia se considera como el sistema político más adecuado para propiciar y garantizar la
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 95
igualdad y la libertad de las personas, y después de revisar los tres ámbitos en los que relacionan
directamente, incluimos algunas consideraciones sobre ciertas limitaciones y dificultades a las
que se enfrenta la democracia, que como forma de organización social, es siempre perfectible.
Lo anterior, porque es útil conocer qué se puede hacer, qué no se puede hacer y en qué aspectos
hay que poner atención cuando nos referimos a los objetivos y funciones de la democracia.
3.1. Ámbito TeóricoFilosófico. Entendemos este ámbito a partir de considerar que la
igualdad y la libertad de las personas se definen como valores políticos, y como cualidades
esenciales de las personas.
La discusión sobre la mejor forma de convivencia entre los seres humanos es bastante antigua.
Desde la tipología aristotélica1, hasta la teoría del materialismo histórico2, se ha discutido sobre la
conveniencia o inconveniencia de las distintas formas de gobierno.
Dentro de una concepción moderna, es la sociología, a partir de diversas corrientes de
pensamiento propias de la teoría política y desde del punto de vista de la sociedad, la que se ha
encargado de retomar tan dificultosa discusión, y se ha planteado como uno de sus principales
objetivos, definir las características del mejor tipo de gobierno para las sociedades actuales.
1 En la que se distinguen sólo tres tipos de regímenes puros: la Monarquía, la Aristocracia y la República, con sus tres respectivas desviaciones: la Tiranía, la Oligarquía y la Democracia. 2 Teoría marxista en la que se distingue a los tipos de regímenes políticos de acuerdo al modo de producción que prevalezca.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 96
Paradójicamente, hablamos de un tema que autores clásicos como Thomas Hobbes, John Locke y
Juan Jacobo Rousseau, abordaron hace cientos de años y que de alguna manera permanecen
vigentes en la medida en que justifican o critican a la democracia como forma de organización
social, y argumentan cómo de acuerdo a valores y principios como la igualdad, la libertad, la
representación, la legitimidad, la soberanía, el pacto social y los derechos del hombre, deben ser
constitutivos de las instituciones políticas.
En este apartado comenzamos por definir los valores éticos que dieron origen a las primeras
sociedades y en consecuencia a las primeras desigualdades. Abordaremos una especie de estado
intermedio entre el estado natural de los hombres y las sociedades denominado pacto social y por
último, explicaremos las características generales que según cada uno de los autores debe tener
un estado civil o político.
La igualdad y la libertad como valores políticos tienen una relación históricamente recíproca con
el establecimiento de los sistemas políticos: desde la perspectiva teórico-filosófica, la igualdad y
la libertad de las personas se definen como valores políticos, en cuanto forman parte constitutiva
de cualquier sistema como forma de gobierno.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 97
La teoría iusnaturalista principalmente, es la que defiende la idea de que los seres humanos nacen
siendo iguales, y que dicha igualdad consiste en la capacidad de decidir cómo y quién los debe
gobernar. La igualdad existe por naturaleza y persiste independientemente de las perspectivas
teóricas que se utilicen para su estudio.
Thomas Hobbes, John Locke y Juan Jacobo Rousseau, son tres representantes de la filosofía
política clásica, exponentes de la teoría iusnaturalista3, misma que tuvo como objetivo resolver
tres cuestiones importantes que se refieren a: 1. Si el estado de naturaleza del ser humano (antes
de haberse conformado en sociedad) fue histórico o imaginario; 2. Si dentro de ese estado natural
el hombre fue pacífico o violento; y 3. Si el hombre es un ser aislado o social por naturaleza.
Para la solución de estas cuestiones, los tres filósofos compartieron el mismo esquema de
referencia que les permitió fundamentar su teoría acerca del carácter natural del hombre. La
primera parte consiste en describir cuáles fueron las cualidades esenciales4 del hombre en su
estado natural, es decir, antes de haberse conformado en sociedad. La segunda parte se basa en
descifrar por qué, cómo y bajo qué condiciones el hombre sale de su estado natural mediante la
realización de un contrato social que le garantice la vida, su desarrollo y/o conservación. Por
último, la forma en que se desarrollen las dos etapas anteriores da como resultado la instauración
de un nuevo estado (que ya no es natural sino artificial), denominado estado civil o político.
3 Teoría del derecho natural de los hombres que surge en contra del antiguo régimen feudal. Postula la idea de que Dios no creó a los hombres desiguales, y que por lo tanto no es designio de Dios que unos gobiernen sobre otros por mandato divino, sino que todos los hombres son iguales por naturaleza. Dicha igualdad consiste en que los hombres tienen la misma capacidad de decidir quién los gobierna. 4 Cualidad Esencial se entiende como la característica fundamental que le da al hombre su razón de ser y por la cual debe luchar por conservar a pesar de lo que fuere, de lo contrario dejaría de ser humano.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 98
Sin embargo, lo que particularmente nos interesa analizar, es la importancia que cada uno de los
autores otorga a los valores políticos5, y que según su perspectiva, deben fundar las formas de
organización social.
Thomas Hobbes6, por ejemplo, considera que el estado natural de los humanos es un estado en
donde todos los hombres son libres y han nacido iguales. Su libertad, consiste en la no-existencia
de impedimentos externos que lo despojen de su poder de hacer lo que quisiera. Su igualdad,
reside en que todos tienen la misma capacidad de sobrevivencia. Según Hobbes, el hombre posee
un derecho natural, que consiste en la libertad de utilizar su propio poder según le plazca, con el
objetivo de preservar su propia naturaleza, es decir, de su vida. Consecuentemente, puede hacer
cualquier cosa que, conforme a su juicio y razón, se conciba como la más adecuada para lograr
sus fines; estamos hablando de la libertad de elegir cualquier medio necesario para preservar su
propia vida.
En este sentido, la ley que rige en este estado obliga al hombre a hacer lo que por responsabilidad
propia tiene que hacer. Y la única responsabilidad que tiene en este estado, se determina por una
5 Valor Político se entiende como el fundamento en el que se basa y sobre el que construye cualquier tipo de régimen: ya sea el orden, la libertad o la igualdad. 6 Hobbes, T. (1980). El Leviatán. México. Fondo de Cultura Económica.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 99
ley natural, la cual es un precepto o regla general que se descubre mediante el uso de la razón7, y
que le prohíbe al hombre hacer aquello destructivo para su propia vida o elimine los medios para
conservarla; es una obligación que indica al hombre utilizar todos los medios que estén a su
alcance para preservar su vida.
Si bien Hobbes habla de una igualdad natural entre los hombres, existe un inconveniente en este
estado. Estando el hombre en igualdad de condiciones, y partiendo de que el hombre es agresivo
desde su origen porque se deja llevar por sus pasiones, tales como el deseo de sobrevivencia y el
deseo de cosas para hacer de su vida más cómoda, se deriva una desconfianza con respecto a los
demás individuos, pues el hombre, al conocer lo malo y violento que puede ser para lograr sus
fines, sospecha que cada uno de los que lo rodean es capaz de atacarlo. De esta desconfianza se
deriva una anticipación a las acciones que puedan tener los demás en contra de uno mismo, pues
el hombre antes de sufrir algún daño, prefiere anticiparse a la agresión de la que podría ser objeto
y atacar él primero. De esta anticipación a las acciones violentas de los demás se deriva la guerra,
pues al estar todos los hombres a la expectativa de que pueden ser atacados, se agreden unos a
otros en forma constante, por lo que la preservación de la vida del mismo género humano, corre
peligro en este estado de naturaleza. Además, se deriva la anarquía.
7 La razón tiene una regla general para Hobbes: cada hombre debe buscar la paz hasta conseguirla, y si no puede lograrla por medios pacíficos, puede utilizar la guerra para establecerla.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 100
La idea de Hobbes respecto a la conformación del primer estado consiste en el siguiente
principio: si el valor esencial del hombre es la preservación de la propia vida, y en el estado de
naturaleza corre peligro esta cualidad fundamental por las razones anteriormente explicadas, la
razón del hombre le indica que lo mejor para la conservación de su vida, es salir de ese estado
primitivo y salvaje, por lo que se ven interesados en buscar alternativas; de lo que se deriva el
contrato social como un acuerdo racional entre todos los individuos que ceden su derecho natural
a un poder soberano. El poder soberano sólo existe si se realiza el pacto, y puede ser integrado
por una o más personas. Es un poder absoluto que posee y por consecuencia regula los derechos
de cada uno de los contratantes.
Como resultado de la realización de este pacto racional entre los hombres, se conforma la etapa
final de la conformación del nuevo estado y se llama estado civil. Éste es un estado artificial
construido por los hombres, con un orden político que rige las acciones de los hombres, y en
donde por consecuencia prevalece una desigualdad artificial (política) entre los que mandan y los
que obedecen. Esta desigualdad la entiende Hobbes como legítima, pues se estableció por mutuo
consentimiento a través del contrato social, el cual se realiza para cumplir con el fin último de la
existencia del hombre: preservar su vida. El estado civil rompe con el estado de naturaleza pero
lo precede porque obedece los preceptos de la ley natural, la cual indica la igualdad, la libertad y
la preservación de la vida de todos los hombres por igual.
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De esa manera, Hobbes distingue dos tipos de estado: el estado instituido (político y establecido
por medio de pactos) y el estado adquirido (establecido por medio de la guerra)8.
El Estado Instituido es el que se conforma mediante pactos y acuerdos, en donde se cede el
derecho de auto gobernarse de muchos a una persona o a una asamblea de personas. Por lo que la
legitimidad del estado implica su validez ética y moral (la cual permite al cuerpo político como
un ente no natural y preserva los principios indicados por la ley natural): la pervivencia pacífica
de la comunidad es buena porque se busca el bien común.
Por otra parte, el Estado Adquirido, es el que, una vez agotado los medios pacíficos para
instaurarlo, se procede a utilizar la guerra con el fin de establecer un orden que permita a los
hombres vivir en paz.
Es así como el estado civil rompe con el estado de naturaleza pero lo trasciende, porque obedece
los preceptos de la ley natural, la cual indica la igualdad, la libertad y la preservación de la vida
de todos los hombres por igual.
John Locke9 es otro de los iusnaturalistas que proponen la conformación de un nuevo estado a
partir de la identificación de un valor esencial del hombre. Al igual que Hobbes, Locke
8 Hobbes, T. (1980). El Leviatán. México. Fondo de Cultura Económica. pp. 142-150.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 102
argumenta que el estado político es creado por la razón humana, y niega el principio de
dominación de hombres sobre hombres en nombre de alguna ley o mandato divinos.
El valor esencial del hombre para Locke es la propiedad. Y no sólo la que uno posee, sino la de
los demás también; principal diferencia teórica con Hobbes, pues mientras éste concibe al
hombre como un ser aislado y solitario, Locke lo concibe como un ser naturalmente social.
Con respecto al estado de naturaleza en que se encuentra el hombre antes de conformar el estado
civil, Locke argumenta que al hombre no le convenía vivir aislado, sino en sociedad. El estado
natural del hombre es aquel en donde los hombres tienen el poder no solo de defender su
propiedad, su vida y su libertad (derechos naturales), sino que pueden castigar y juzgar los
atentados que se realicen en contra de la ley natural, pues no existe un orden político establecido
para cumplir dicha función. Los hombres se encuentran en perfecta libertad para dirigir sus
acciones, pueden disponer de sus vidas y propiedades como les plazca sin tener que pedir
autorización a algún otro hombre. El hombre para Locke, posee una igualdad natural, que
consiste en la igualdad de las personas para gobernarse a sí mismos, así como en la autonomía y
en la autarquía para elegir sus propios fines.
Pero dentro de este estado natural, Locke explica que hay algo que el hombre no puede hacer a
pesar de su perfecta libertad; ese algo es destruirse a sí mismo. Y está obligado a cumplirlo por
9 Locke, J. (1998). Ensayo sobre el gobierno civil. México. Gernika.
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medio de una ley que rige al hombre en su estado natural. La cual consiste en que cada individuo
tiene la obligación de preservar su propia vida y su propiedad, así como la de los demás.
Por otro lado, también habla de la “ley de la razón”10 y en la cual reside la libertad de los
hombres. Explica que la libertad no consiste en que cada cual haga lo que le plazca, sino que se
basa en la dirección racional de las acciones de los hombres apegadas siempre a una ley positiva,
lo cual le garantizará su preservación y desarrollo. En otras palabras, Locke se refiere a que el
apego y el conocimiento de la ley mediante el uso de la razón, es lo que hace a los hombres
libres.
Aunque el hombre en estado natural posee igualdad y libertad, Locke distingue un inconveniente
de este estado: la condición de libertad del hombre es propicia para que cada hombre sea juez de
su propia causa, es decir, que cada hombre posee un tipo de poder para castigar y juzgar los
delitos que se cometan en contra de la ley natural. En este sentido, al no existir un poder político
que se encargue de cumplir dicha función, los hombres intentarán castigarse unos a otros si
consideran que se ha cometido una falta. Por lo que el estado natural según Locke, también es un
estado de guerra de todos contra todos porque la razón nos indica que dejarnos someter por otros,
es atentar en contra de nuestra vida y libertad y que no hay forma de protegerse cuando alguien
atenta contra nuestra propiedad, situaciones que van en contra de la ley natural y las cuales nos
obligan a utilizar la guerra con el fin de obtener la paz.
10 Locke, J. (1998). Ensayo sobre el gobierno civil. México. Gernika. p. 33.
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En ese sentido, el valor político que defiende Locke es el de la libertad, y explica que la libertad
del hombre en sociedad consiste en no estar sometido a ninguna ley que no fuera establecida por
mutuo consentimiento y en el cual no se confiara (he aquí el origen de la construcción del poder
legislativo). Por lo que la libertad del hombre bajo un gobierno civil, consiste en la existencia de
una ley permanente que rija la vida de los hombres sociales y la cual fue promulgada por aquel o
aquellos que fueron elegidos para tal efecto11.
Así, el poder político para Locke12, “consiste en el derecho de hacer leyes, con penas de muerte,
y por ende todas las penas menores, para la regulación y preservación de la propiedad; y de
emplear la fuerza común en la ejecución de tales leyes, y en la defensa de la Nación contra el
agravio extranjero”. El poder político surge a partir del derecho de decidir sobre la vida y muerte
de los demás, y tiene la función de proteger y preservar la propiedad y la salvaguarda del bien
común. A su vez, el fundamento de la sociedad política es que todos los hombres que van a
conformar la asociación ceden su poder natural a la misma comunidad. De esta manera, mediante
la realización de leyes comprensivas e imparciales, y mediante hombres autorizados por la
comunidad se podría castigar a los que hayan atentado contra la propiedad y libertad de los
hombres por medio de una autoridad en común. En este sentido, la sociedad civil es aquella en
donde los hombres pueden apelar a una autoridad permanente para castigar las ofensas en contra
de la misma sociedad con el fin de preservar la cualidad esencial del hombre que es la propiedad.
11 Locke, J. (1998). Ensayo sobre el gobierno civil. México. Gernika. pp. 15-16. 12 A diferencia del poder que tiene el padre sobre sus hijos, el esposo sobre su esposa y el amo sobre su esclavo.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 105
Sin embargo, uno de los inconvenientes de la teoría de Locke, es que sólo se consideran con la
calidad de hombres a aquellos que poseen propiedad, ya sea tierras, bienes o medios de
producción, y sólo estos intereses son los que se van a ver reflejados en la ley, excluyendo así al
resto de los hombres, niños y mujeres.
Una vez que se han descrito las condiciones del hombre en estado natural según Locke, resta
explicar cómo es que se pasa de este estado a una sociedad civil o política. Si el hombre no es un
ser aislado, sino social por naturaleza, ¿cuál es el primer tipo de sociedad que distingue Locke?
La unión de un hombre y una mujer en matrimonio, es la respuesta a esta pregunta. La principal
razón por la que un hombre y una mujer deciden estar juntos, es la necesidad de guiar el camino
de sus hijos hasta que ellos sean capaces de guiarse por sí mismos a través de la razón. Aquí cabe
mencionar que como el hombre y la mujer poseen la misma capacidad de entendimiento, en
algún momento podrán diferir en opiniones en cuanto a la dirección de sus hijos. Es aquí en
donde la ley positiva tiene la función de hacer cumplir los pactos que se realizaron entre el
hombre y la mujer.
Por lo que la sociedad civil o política surge cuando los hombres ceden su poder natural (ser juez
de sus propias causas) a una sociedad con el fin de conformar un cuerpo político bajo un gobierno
supremo. Su primer objetivo es el de establecer una autoridad común a la cual se pueda apelar en
caso de que la propiedad de los hombres se vea dañada o perjudicada. Según Locke, esto se
puede lograr en la medida en que todos los hombres cedan su derecho natural de ser jueces de sus
propias causas.
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De esta manera, la sociedad política tiene su origen cuando un número de personas consienten en
formar una comunidad o gobierno, por lo que surge una sociedad, y se forma lo que es el cuerpo
político, en donde la mayoría tendrá el derecho de imponerse sobre los demás. La estructura del
gobierno civil consiste en la división de poderes (régimen anti-absolutista que propone la
construcción de un poder Legislativo y un Ejecutivo), el cual garantiza la distribución homogénea
del poder, y por lo tanto garantizará la conservación de la autarquía.
El poder legislativo tiene la función de hacer la ley (función de gobierno), y de representar a los
ciudadanos. En este sentido, los hombres no pierden su valor natural, pues su voluntad se ve
reflejada en este poder y se siguen gobernando así mismos, es decir, que no se pierde la
autarquía.
Por su parte, Juan Jacobo Rousseau13 explica que sólo se puede llegar a conocer la ley natural (y
por consecuencia el estado de naturaleza) a través de la razón y el conocimiento, mismos que a
través de su desarrollo, han llevado al hombre a conformarse en sociedad. Su punto de partida es
que la ley natural sólo se aplica al ser razonable: al hombre, pero ante el problema de que el
hombre la interpreta según le indican distintos principios, lo primero que hay que hacer es buscar
un conjunto de reglas y normas acordadas entre sí. Forzosamente, el cumplimiento de dichas
reglas debe buscar el bien común, y así, a este conjunto de reglas se le puede llamar ley natural.
13 Rousseau, J.J. (2000). Discurso sobre el origen de la desigualdad. México. Editorial Porrúa.
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De esta manera, existen dos principios iniciales que Rousseau distingue en el estado natural del
hombre14: 1.- La búsqueda de nuestro bien y conservación; y 2.- El temor a la muerte y al
sufrimiento (buen salvaje), no sólo de uno mismo sino de los demás. Por lo que la única pasión
del hombre en estado de naturaleza es la piedad, lo cual contribuye a la preservación de su
especie. En este principio, si uno mismo está obligado a no hacer daño a ninguno de mis
semejantes, es por que se es un ser sensible y bueno por naturaleza.
Estos dos principios son anteriores a la socialización del hombre, y de ellos emanan todas las
reglas del derecho natural según Rousseau15. El autor resuelve el problema de la definición del
estado natural del hombre retomando cuatro aspectos fundamentales del hombre: 1.- que el
hombre ha nacido igual por naturaleza; 2.- descifrando los principios que regían al hombre antes
de ser guiados por la razón; 3.- la diferenciación de la especie humana con respecto al resto de los
animales y 4.- la descripción de los primeros tipos de desigualdad entre los hombres, las cuales
sólo se hacen notar cuando el hombre comienza a vivir en sociedad.
Por esta razón, Rousseau considera que la sociedad tiene un carácter negativo, causante de todas
las desgracias de los hombres, y concibe al estado de naturaleza como un estado bueno y
armónico. Por otro lado, la cualidad esencial del hombre para Rousseau en su estado natural, a
diferencia de Hobbes y Locke es la libertad, en un sentido volitivo: basada en los impulsos que
nos llevan a hacer una cosa u otra, a partir de la capacidad de decisión y de elección en las
14 Rousseau, J.J. (2000). Discurso sobre el origen de la desigualdad. México. Editorial Porrúa. p: 108. 15Rousseau distingue dos tipos de desigualdad en ese estado: 1.- La natural o física, establecida por la naturaleza, tales como la diferencia de edades, fuerza física, salud y cualidades del espíritu o del alma; y 2.- La moral o política, que es autorizada y consentida por los hombres, y se da en perjuicio de los demás; se refiere a los privilegios que gozan unos sobre otros: unos más ricos que otros, más respetados, más poderosos, etc. La causa de esta desigualdad es el deseo de superación y perfeccionamiento del hombre, que lo lleva a querer destacar sobre sus semejantes.
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acciones que rigen la vida. De esta manera, la libertad se considera como algo impuesto al
hombre, pues tiene la obligación de tomar decisiones y de hacerse responsable de sus acciones.
Esta característica diferencia al hombre del animal pues, mientras que el animal actúa por
instintos, el hombre tiene la capacidad de elegir sus medios para lograr sus fines.
Rousseau defiende el valor político del hombre proponiendo la realización de un contrato social
entre los hombres que les permita vivir en sociedad sin tener que perder su igualdad. El contrato
social es una asociación en la que cada uno de sus integrantes se defiende y protegen así mismos,
así como a sus bienes, mediante la cesión de los derechos de todos a una fuerza común. Los
asociados adquieren el nombre de “Pueblo”, en donde las mismas personas pueden jugar los
mismos roles: como ciudadanos por ser partícipes de la autoridad; y como súbditos, por estar
sometidos a las leyes del estado instituido. No se delega voluntad porque el pueblo es el
soberano.
La siguiente cuestión a resolver es ¿cómo establecer el cuerpo político? Rousseau propone que el
individuo ceda todos sus derechos, con la única condición de que absolutamente todos, sin
excepción de nadie, cedan todo; cediendo todos, todos sus derechos, es como si nadie cediera
nada, y así todos conservan en sociedad su igualdad y libertad.
Con respecto al valor político de Rousseau y para el establecimiento de determinado tipo de
régimen, argumenta que entre más repartido esté el poder entre los hombres, hay mayor
posibilidad de conservar tanto el valor esencial como el valor político del hombre; en tanto mayor
concentración de poder menor libertad individual existirá. Por lo que el objetivo principal del
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 109
establecimiento de un régimen político deberá ser la defensa del interés común mediante la
representación de la voluntad general de la sociedad. Siendo estos dos los principios que
legitiman al estado; no obstante el mejor estado del hombre para los iusnaturalistas es el estado
natural del hombre.
En resumen, los tres autores más representativos de esta corriente explicativa, Thomas Hobbes,
John Locke y Juan Jacobo Rousseau, coincidieron en que una vez que los seres humanos
decidieron salir de su estado de naturaleza y se establecieron en un estado civil o político
mediante una serie de pactos, acuerdos, contratos u obligaciones, la igualdad fue común para
todos, y que de esta condición de igualdad, se desprende el segundo valor: los seres humanos por
naturaleza, nacieron libres; la libertad es un derecho natural y por lo tanto, es irrenunciable.
Independientemente de las modalidades que puede tener este proceso para cada uno de los
autores, el hecho relevante es que los seres humanos son capaces de elegir el tipo de convivencia
más adecuada para proteger su cualidad esencial, entendida como la característica fundamental
que le da al hombre su razón de ser y la cual debe conservar, porque de lo contrario, dejaría de
ser persona. En el momento en el cual ejercen esta capacidad, atienden y protegen la igualdad y la
libertad entre todos y cada uno de los miembros del estado civil o de los que forman parte del
contrato social. De esta manera, es como surgieron las primeras sociedades en el mundo, con la
complejidad y la amplitud de toda forma de organización social.
En conclusión, podemos decir que la relación en el ámbito teórico-filosófico es un tipo de
relación que podríamos llamar como de origen. Una vez que se definieron y acordaron tanto los
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 110
valores políticos como las cualidades esenciales del ser humano en estado de naturaleza, todo
tipo de organización que se derive en el estado social, debe llevar consigo la igualdad y la
libertad como valores inherentes, es decir, como los valores que le dan origen y que propician su
surgimiento.
3.2. Ámbito Político. En este tipo de relación se vincula la igualdad y la libertad con el
establecimiento de los sistemas políticos plenamente identificados, y que tiene que ver con una
discusión mucho más reciente respecto al carácter de las sociedades actuales y con la defensa que
hacen tanto de las cualidades esenciales como de los valores políticos de los seres humanos.
En un contexto digamos mucho más actual, las distorsiones que sufrieron los sistemas políticos
subsecuentes, como los feudos, las monarquías, los totalitarismos y/o el fascismo, permitieron
que la esclavitud, la discriminación y el genocidio, encontraran espacios propicios para su
desenvolvimiento. De aquí que el segundo sentido en el que se relaciona la igualdad y la libertad
con el establecimiento de los sistemas políticos, tiene que ver con una discusión mucho más
reciente respecto al carácter de las sociedades actuales y la defensa que hacen tanto de las
cualidades esenciales como de los valores políticos de los seres humanos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 111
Entrado ya el siglo XX, los sistemas políticos iniciaron un proceso de reacomodo y de definición
que propició prácticamente una división mundial en cuanto a las ventajas y desventajas que
ofrecían los regímenes que se consideran como liberales, como republicanos o como
democráticos. Esta es la razón por la que el mundo muestra distintas variedades de democracias,
algunas basadas en concepciones individualizadas y otras más colectivas o comunales, así como
de que sus principios rectores actúen en función de contextos inducidos por diferentes tradiciones
culturales, económicas o hasta religiosas16.
El hecho es que a partir de esta distinción mucho más clara, ya sea bajo la forma de liberalismo,
republicanismo o de democracia, en términos no comparativos, sino complementarios, la
discusión de fondo sigue siendo la misma en ese sentido17. El liberalismo por ejemplo, surge
bajo la idea principal de que existen derechos inherentes a los seres humanos que cualquier
sistema está obligado a no vulnerar; considera un conjunto de libertades que el estado debe
garantizar para favorecer el desarrollo humano, con ciertas limitaciones para precisamente, no
invadir desmesuradamente derechos ciudadanos.
El republicanismo por su parte, promueve un estricto apego a lo establecido en las leyes del
sistema político, y requiere un compromiso total de las instituciones para lo que se considera
como el bien público; no obstante que defiende también las limitaciones del estado para asumir
responsabilidades sociales.
16 O´Donnell, G. (1998). Horizontal Accountability in New Democracies. Journal of Democracy: pp. 112-126. 17 O´Donnell, G. (1998). Horizontal Accountability in New Democracies. Journal of Democracy. p. 117.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 112
La democracia enarbola esencialmente el derecho de todas y cada una de las personas que forman
parte de la comunidad política, para tomar decisiones e integrarse al grupo de gobernantes,
tomando en cuenta por supuesto la decisión de la mayoría.
Sin ser todavía un debate concluido, el liberalismo, el republicanismo y la democracia como
regímenes prevalecientes, a pesar de sus divergencias, tienen algo en común: la democracia
tiende hacia la igualdad; el liberalismo hacia un conjunto de libertades; y el republicanismo, hacia
el estricto apego a la ley establecida. Todos los ciudadanos en cualquiera de estos sistemas son
iguales y libres para participar en las decisiones colectivas bajo el marco institucional
establecido. Todavía más, son complementarios porque la democracia sin liberalismo y
republicanismo, se convertiría en la tiranía de la mayoría; liberalismo sin democracia y
republicanismo, se tornaría en una plutocracia; republicanismo sin liberalismo y democracia,
degeneraría en una paternalista elite gobernante18.
La posibilidad de este tipo de combinaciones permite de cualquier manera, generar pesos y
contrapesos en contra del abuso del poder, y a favor de la igualdad y la libertad de la ciudadanía,
mediante la protección y la ampliación de un conjunto de derechos.
Lo cierto es que la tendencia de los sistemas políticos actuales, ha sido la incorporación de la
igualdad y la libertad de las personas como valores que hay que estipular, promover y garantizar.
18 O´Donnell, G. (1998). Horizontal Accountability in New Democracies. Journal of Democracy: p. 114.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 113
La igualdad por ejemplo, en términos de igualdad jurídica, igualdad social, igualdad de
oportunidades e igualdad económica19; mientras que la libertad, en términos de libertad política
que permite al individuo elegir; la libertad como intimidad, que permite escoger sin presiones; y
la libertad de capacidad, que supone la existencia de varias opciones20.
Es decir, el sentido político de la relación entre igualdad, libertad y democracia, radica en que
gran parte de los componentes liberales y republicanos, junto con el legado de la democracia
clásica, configuran la compleja combinación de ideas y de objetivos que caracterizan a las
democracias contemporáneas.
La relación en el ámbito político la podríamos llamar como sucesiva, puesto que en el marco de
una sociedad mucho más compleja y diversa en cuanto a su integración, la discusión respecto a la
igualdad y la libertad de las personas sobreviene al debate clásico sobre la democracia, pero se
orienta de distinta manera, no sobre valores o cualidades esenciales, sino según prioridades en
torno a derechos –individuales y/o colectivos–, intereses, ideologías o creencias.
3.3. Ámbito JurídicoSocial. La particularidad de esta relación es que se da en términos de
la configuración jurídica y normativa de las democracias modernas para responder al
requerimiento social de igualdad y que tiene su origen a partir de la Declaración de Derechos de
19 Sartori, G. (1989). Teoría de la democracia, Tomo 2, Los problemas clásicos. México. Alianza. p. 435. 20 Sartori, G. (1989). Teoría de la democracia, Tomo 2, Los problemas clásicos. México. Alianza. p. 373.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 114
1789. La innovación de tal ordenamiento, fue precisamente haber hecho del principio de
igualdad, como se planteaba en toda la tradición clásica, de Aristóteles a Hobbes, de Locke a
gran parte del pensamiento ilustrado, una norma jurídica21. Es decir, fue la primera carta
constitucional en el mundo que convirtió la igualdad de hecho, a la igualdad de derecho; la
igualdad implícita, a la igualdad explícita; la igualdad pasó de ser una característica a un valor
jurídico reconocido.
Este principio normativo se basa no solo en el reconocimiento legal de la igualdad y por lo tanto
en el reconocimiento de derechos fundamentales de las personas, sino también, en la necesidad
de contar con un sistema de garantías que asegure su cumplimiento y efectividad, mediante la
libre afirmación y desarrollo de las y los ciudadanos, sin abandonarlos al libre juego de la ley,
sino haciéndolos sujetos de la ley.
En este sentido, la igualdad en término normativo, quiere decir que los diferentes deben ser
respetados y tratados como iguales; y que, siendo ésta una norma, no basta enunciarla sino que
es necesario observarla y sancionarla. La igualdad jurídica es entonces, un principio regulado
sobre la forma universal de los derechos que se ha convenido sean fundamentales: del derecho a
la vida a los derechos de libertad, de los derechos políticos a los sociales, hasta el tratamiento
igual ante la ley22.
21 Ferrajoli, L. (2002). Derechos y Garantías. La ley del más débil. Madrid: Trotta. p. 78. 22 Ferrajoli, L. (2002). Derechos y Garantías. La ley del más débil. Madrid: Trotta. p. 79.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 115
Prácticamente no existe ningún sistema político democrático en el mundo que no cuente con una
carta constitucional de derechos, en la que se incluya la igualdad jurídica como valor
fundamental de las personas, y por lo tanto, que no disponga de una estructura administrativa que
se encargue por lo menos de atender los asuntos legales relacionados con ese valor. Esta es una
de las principales aportaciones de esta relación.
A su vez, la definición en términos jurídicos de igualdad, obliga a los regímenes a reconocer la
existencia de desigualdades, que ya sean económicas o sociales, se consideran como
disparidades entre sujetos producidas por la diversidad de sus derechos patrimoniales, así como
de sus posiciones de poder y sujeción, y que por lo tanto, corresponde atenderlas a las distintas
esferas jurídicas del estado23. Es decir, se reconoce la obligación de las instituciones democráticas
no solo para atender, sino para reducir las desigualdades.
De esta manera, la igualdad está conectada tanto a los derechos fundamentales: como los de
libertad y de respeto a las diferencias; como a los derechos sociales: la reducción de las
desigualdades mediante la estructura administrativa.
Así, este es un tipo de relación que podemos llamar como garantista. Porque los países
catalogados o que se asumen como democráticos cuentan con una carta de derechos o
constitución política en las que se establece la obligación de las instituciones del estado para
23 Ferrajoli, L. (2002). Derechos y Garantías. La ley del más débil. Madrid: Trotta. p. 82.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 116
garantizar la igualdad y la libertad de las personas mediante un conjunto de derechos. En la
medida en que las democracias atiendan y resuelvan de manera efectiva las demandas sociales en
esta materia, se considerarán como de buena o de mala calidad.
A manera de conclusión, podemos decir que la igualdad y la libertad como valores políticos de la
democracia, hacen conexión en ámbitos como el teórico-filosófico, el político y/o el jurídico-
social, mediante relaciones tanto de origen, como de tipo sucesivo o garantista. En este sentido,
es bastante claro que deben relacionarse de manera directa también con las estructuras
institucionales. La igualdad por ejemplo, en términos de igualdad jurídica, social, de
oportunidades y económica; mientras que la libertad, en términos de libertad política que permite
al individuo elegir y la libertad de capacidad, que supone la existencia de varias opciones24.
En la actualidad, la democracia como forma de gobierno para la gran mayoría de los países del
mundo, se identifica con el establecimiento, la protección y el ejercicio de los derechos
fundamentales del hombre como lo son la igualdad y la libertad. En el caso de México, no solo en
el marco jurídico contemplado en la Constitución Política, sino en todas las leyes secundarias
relacionadas con los derechos civiles, políticos y sociales de las personas, se considera que
nuestro país se constituye en una República representativa, demócrata y federal en la que se
consagran la libertad y la igualdad de mujeres y hombres como garantías individuales.
24 Bilbeny, N. (1999). Democracia para la diversidad. Barcelona: Ariel S.A.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 117
Ahora bien, de acuerdo con la base teórica anterior, las preguntas que deberían realizarse son: ¿se
cumple con la relación de la igualdad y la libertad con las estructuras institucionales de las
democracias? ¿Las estructuras institucionales de las democracias garantizan la igualdad y la
libertad de las personas? ¿Las democracias garantizan el conjunto de derechos necesarios para el
ejercicio pleno de la igualdad y de la libertad? ¿Existe relación entre la teoría de la democracia y
la práctica de la democracia?
Las anteriores no son preguntas fáciles de contestar. Para ello, es necesario contemplar un
concepto adicional que permita establecer la relación entre la teoría de la democracia y la práctica
de la democracia. En el capítulo siguiente, aclaramos el concepto del que se trata, pero antes,
también es importante advertir algunas de las dificultades y limitaciones que tiene la democracia
como sistema político y que por ende, es siempre susceptible de mejorar.
3.4. Cinco Dificultades y Limitaciones de la Democracia
Las dificultades y limitaciones de la democracia que en este apartado se explican, tienen una
doble función: primero, establecer que la democracia como sistema político es siempre
perfectible y que por lo tanto, es necesario contar con instrumentos teórico-metodológicos que
permitan explicar y conocer el grado, el nivel o en general la medida en que las democracias
cumplen o no con sus objetivos; y en segundo lugar, establecer uno de los primeros vínculos
entre el ejercicio de la democracia y los resultados de la democracia, para identificar qué parte de
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 118
la democracia no funciona como debería, y cómo se podría cambiar para corregir el problema y
brindar mejores resultados.
Ambos aspectos tienen qué ver con las expectativas políticas, sociales y económicas generadas
por la democracia y por lo tanto, con el manejo, el control y las respuestas que se han otorgado a
las demandas sociales.
Gran parte de los problemas y retos que enfrentan las democracias actuales, se debe al cúmulo de
promesas imposibles de cumplir a la ciudadanía o a un conjunto de expectativas sociales
insatisfechas, que encuentran su origen en ciertas distorsiones o ciertos vicios a los que es
propensa la democracia. Si bien se consideran como problemas inherentes a los sistemas políticos
democráticos por su propia naturaleza, no se trata de dificultades insalvables o de limitaciones
imposibles de superar, por el contrario, se muestran como “focos rojos” en los que hay que poner
especial atención cuando nos referimos a las promesas incumplidas de la democracia:
1. No todo lo que se hace democráticamente es bueno. Puede que la democracia no sea, a
veces, ni eficaz, ni efectiva25. La mayoría no siempre tiene la razón. En nombre de los
valores democráticos la mayoría puede despreciar a la minoría, o incluso atentar contra sí
25 Es preciso no confundir la eficacia con efectividad. La eficacia hace referencia a la capacidad para satisfacer una serie de objetivos al margen de los resultados obtenidos. La efectividad implica la obtención de resultados. Jáuregui, G. (1994). La democracia en la encrucijada. Barcelona. Anagrama S.A. p: 33.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 119
misma, si opta por recortar o desaparecer la libertad y la igualdad que le han servido para
expresarse como mayoría26.
2. Individualismo versus pluralidad de grupos de poder. Los grupos de poder económicos,
las grandes asociaciones, organizaciones de la más diversa índole, sindicatos de la más
variada naturaleza y partidos de las más diferentes ideologías, se han convertido en
sujetos políticamente relevantes, mientras que los individuos lo son cada vez menos.
3. En razón del punto anterior, la democracia no puede perseguir los intereses particulares de
sus representados, sino los intereses generales de la nación.
4. El poder invisible. Frente a la promesa de la democracia como transparencia del poder,
eliminación del secreto y control del poder por los ciudadanos, en la mayoría de los casos,
nos encontramos con una tendencia contraria.
5. El aprendizaje de la ciudadanía. Nos encontramos con una apatía política generalizada,
además de una cultura de súbditos (orientada hacia los beneficios que el elector piensa
obtener del sistema político) que una cultura participante, propia de electores
comprometidos en la articulación de las demandas y en la formación de las decisiones.
26 Bilbeny, N. (1999). Democracia para la diversidad. Barcelona. Ariel S.A. p: 21.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 120
Sin embargo, éstas dificultades y limitaciones de la democracia, son resultado de obstáculos no
previstos, ligados a las transformaciones de la sociedad y principalmente, a los efectos de la
democracia real; los cuáles consisten en lo siguiente: 1. El desarrollo de la tecnocracia como
solución al incremento de los problemas técnicos de la sociedad; 2. El aumento de la burocracia;
3. La ingobernabilidad de la democracia, entendiéndola como la desproporción entre las
demandas que provienen en número cada vez mayor de la sociedad civil y la capacidad que tiene
el sistema político para responder a ellas; y 4. El contraste entre proceso democrático y sociedad
de masas27.
Por ello, las democracias actuales se encuentran frente a un doble reto: “por una parte, deben
actualizar y profundizar el contenido de sus fines, adecuándolos a los valores sociales, éticos y
culturales vigentes. Y por otra, deben llevar a cabo una profunda transformación de las bases
institucionales en las que se asientan los vigentes sistemas democráticos”28.
En este sentido, es importante revalorar no solo la definición, sino los objetivos y los resultados
de la democracia para que se expresen con dos directrices: 1) Como un conjunto de ideales o
valores que expresan las aspiraciones de libertad e igualdad del ser humano. En este caso, la
democracia constituiría una actitud o forma de vida que impregna no sólo la actividad pública,
sino también las relaciones privadas, familiares, sociales, entre los seres humanos; y 2) Como
27 González García, J. (1988). Teorías de la democracia. Barcelona. Antrhopos. p: 48. 28 Jáuregui, G. (1994). La democracia en la encrucijada. Barcelona. Anagrama S.A. p: 268.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 121
forma de gobierno, como un determinado modelo de regulación de la convivencia política de una
sociedad concreta, que se manifiesta en una serie de normas, instituciones y actividades
políticas29.
Estas dos directrices que se proponen para el análisis de la democracia de manera integral
(definición, objetivos y resultados), al igual que el concepto de “poliarquía” de Robert Dahl,
sientan las bases teórico-metodológicas para el estudio de la democracia en términos de su
“calidad”. Tema que abordamos en el siguiente capítulo y que como mencionamos al inicio de
éste apartado, tiene la función de enlazar lo que establece la teoría de la democracia y el estudio
sobre sus prácticas y sus resultados.
29 Jáuregui, G. (1994). La democracia en la encrucijada. Barcelona. Anagrama S.A. p: 18.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 122
Tabla de contenido CAPÍTULO IV. CALIDAD DE LA DEMOCRACIA............................................................................................. 122
4.1. Condiciones Mínimas para la Calidad de la Democracia................................................................ 125
4.2. Concepto de Calidad de la Democracia.......................................................................................... 128
4.3. Dimensiones Sustantivas y Procedimentales de la Calidad de la Democracia............................... 132
CAPÍTULO IV. CALIDAD DE LA DEMOCRACIA
Hasta el momento, hemos explicado el marco teórico mediante el cuál se puede estudiar a los
sistemas políticos, a los tipos y modalidades de sus cambios, así como los criterios que pueden
indicar el grado de institucionalización o de modernización que han alcanzado. En el Capítulo II,
explicamos también la teoría que gira en torno a los distintos conceptos de democracia y los
diferentes modelos que han tenido lugar a través de diversas etapas. El Capítulo III tuvo la
función de mostrar la manera en que la igualdad y la libertad de las personas han tenido relación
de manera permanente, pero diferenciada, con la democracia como sistema político, así como
algunas de sus dificultades y limitaciones que se han reflejado de manera empírica en la práctica
democrática.
Con base en ello, y con relación a lo que establece la teoría de la democracia y lo que ha sido la
práctica de la democracia, se desprende que conforme los contextos políticos, económicos,
sociales y culturales actuales, el concepto tradicional de democracia se encuentra en una especie
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 123
de desfase entre lo que marca su definición teórica y las realidades que imperan en los sistema
políticos democráticos.
De aquí que se reitera la necesidad de discutir bajo una nueva perspectiva analítica, un concepto
de democracia que incluya a la igualdad y a la libertad de las personas como sus valores políticos
(con todo lo que ello implica), y que además, permita la aplicación de toda una metodología para
conocer el grado en que se puede acercar o alejar de lo que ya explicamos como democracia
ideal, y que sirve como referente y como parámetro de lo que la democracia debiera ser hoy para
las sociedades actuales.
A partir de éste capítulo, explicaremos cómo se vincula de manera directa el marco teórico de la
democracia como sistema político y la práctica de la democracia en términos de sus objetivos, de
sus procedimientos y de sus resultados, bajo la igualdad y la libertad de las personas como sus
valores políticos. Lo anterior, mediante la inclusión de la teoría que abarca el concepto sobre la
calidad de la democracia, así como sus repercusiones empíricas en los sistemas democráticos.
Veremos cómo el concepto sobre la calidad de la democracia, implica no sólo un fondo teórico,
sino un método de aplicación concreto y práctico en los sistemas políticos democráticos, que
marca una diferencia sustancial en la forma tradicional de entender a la democracia, en torno a
los sistemas electorales, a los sistemas de partidos, las reglas institucionales, las leyes
establecidas y los procedimientos formales, dado que toma como punto de partida, la existencia
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 124
de un conjunto de condiciones mínimas que implican en los hechos, ciertos grados de igualdad,
de libertad y de cumplimiento de los derechos de las personas.
Por otra parte, la calidad de la democracia permite la aplicación práctica del esquema mediante el
cuál se conforman los sistemas políticos, propuesto también por Leonardo Morlino y que
describimos en el Capítulo I, con referencia a sus componentes y a sus estructuras institucionales.
Con base en ello, se puede analizar el desempeño de los sistemas, según los requerimientos de la
investigación: conforme a los objetivos que se plantean, conforme a los procedimientos que
utilizan o conforme a los resultados que generan.
Otra aportación importante del concepto sobre la calidad de la democracia, es que define y hace
uso de instrumentos que permiten además de su aplicación, medir su impacto sobre los sistemas.
Dichos instrumentos adquieren la categoría de dimensiones, y se subdividen en dimensiones
sustantivas y dimensiones procedimentales, enfocadas por supuesto, hacia la operación de los
sistemas.
En éste capítulo abordaremos sólo la base teórica del concepto, mientras que en el Capítulo V,
atenderemos las aplicaciones concretas que se le pueden dar. En los Capítulos VI, VII y VIII,
veremos bajo ésta nueva perspectiva teórica, el desempeño de la democracia en el contexto
latinoamericano y de manera específica, en el sistema político mexicano.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 125
4.1. Condiciones Mínimas para la Calidad de la Democracia
Como lo mencionamos en la introducción de este capítulo, el concepto de calidad de la
democracia, alude a un conjunto de condiciones mínimas en presencia de las cuales es posible
evaluar qué tan buena es una democracia en los hechos1, a través de indicadores que median la
relación de las estructuras institucionales con la igualdad, con la libertad y con una gama de
derechos ciudadanos. La importancia de ésas condiciones mínimas, radica en la posibilidad de
medir el desempeño de la democracia; nos permite transitar del estudio de la democracia, al
análisis empírico de la práctica democrática.
Por condiciones mínimas, entendemos las que propone Robert Dahl en su definición de
democracia (que explicamos en el Capítulo II), y las cuáles consisten en tres aspectos que
repercuten en la igualdad como valor político de la democracia:
1. Formular las preferencias; 2. Manifestarlas públicamente ya sea en la sociedad o ante el
gobierno, e individual y colectivamente; y 3. Recibir por parte del gobierno, igualdad de trato, es
decir, que éste último no debe discriminar de ninguna manera el contenido o el origen de tales
preferencias.
1 Morlino, L. (2005). Calidad de la democracia. Notas para su discusión. México: Metapolítica Enero-Febrero.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 126
Así, para utilizar el concepto de calidad de la democracia, debemos partir de que el sistema
político del que se trate ya cuenta con éstos requerimientos mínimos. El hecho de que se
consideren como condiciones mínimas, no quiere decir que sean condiciones fáciles de
establecer, porque de hecho, como lo veremos en el capítulo destinado a México, el
establecimiento de cada una de esas condiciones llevó todo un proceso histórico y de reformas
institucionales; además de que implican avances específicos en cuanto a la igualdad y a la
libertad como valores políticos de la democracia.
En cuanto a los indicadores que median la relación de las estructuras institucionales con la
igualdad y con la libertad, tenemos primero, que los derechos entrañan la igualdad, ya que todos
los derechos deben ser garantizados para todos y por igual, sin distinción ni discernimiento sobre
condiciones ni rasgos sociales, culturales, políticos y/o económicos.
En lo que se refiere a la libertad y derechos, se agrupan en derechos políticos, derechos civiles y
derechos sociales, que en conjunto, tienen como objetivo y tarea fundamental, garantizar la
libertad de las personas, precisamente mediante la estructura institucional y los cuáles se
conforman por:
1. Derechos Políticos: se integran por el derecho al voto, el derecho a que los líderes
políticos puedan competir por el apoyo electoral y el derecho a ser electo a un cargo
público.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 127
2. Derechos Civiles: contemplan la libertad personal, el derecho a una defensa legal, el
derecho a al privacidad, la libertad de elegir el lugar de residencia, la libertad de
movimiento, el derecho de emigrar, la libertad de pensamiento y expresión, el derecho a
la información, y una prensa libre, y la libertad de asamblea, asociación y organización,
incluyendo organizaciones políticas sin vínculo alguno con sindicatos, así como los
derechos civiles-económicos que incluyen los derechos a la propiedad privada y la
empresa, el derecho al empleo, a un salario justo y al descanso, así como el derecho de
reunión.
A su vez, los derechos civiles tienen dos dimensiones: 1. la capacidad de enriquecer la
legalidad de los derechos y las libertades disfrutadas por los ciudadanos, sin limitar o
dañar a otros; y 2. los procedimientos actuales a través de los cuales estos derechos son
garantizados a todos los residentes.
3. En cuanto a los derechos sociales, éstos incluyen el derecho a la salud o al bienestar
físico y mental, el derecho a la asistencia y la seguridad social, el derecho al trabajo, el
derecho a la dignidad humana, el derecho a huelga, el derecho al estudio y la educación,
así como el derecho a entornos saludables, la protección del ambiente y el derecho a la
vivienda.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 128
Es a través de este conjunto de derechos, mediante el cuál el concepto de calidad de la
democracia puede facilitar el conocimiento sobre el desempeño del sistema político, en virtud de
que como se explica a continuación, dependiendo del tipo de información que se requiera, el
concepto se puede aplicar en todos o en cada uno de esos derechos.
4.2. Concepto de Calidad de la Democracia
Dadas las “condiciones mínimas”, podemos entender que una democracia con calidad, es aquella
“…que presenta una estructura institucional estable, que hace posible la libertad e igualdad de
los ciudadanos mediante el funcionamiento legítimo y correcto de sus instituciones y
mecanismos. Una buena democracia es por tanto y ante todo un régimen ampliamente
legitimado, que satisface completamente a los ciudadanos (calidad en términos de resultados).
“…una democracia con calidad, es aquella en la que los ciudadanos, asociaciones y
comunidades que la componen disfrutan de libertad e igualdad (calidad en términos de
contenido)”…“en una buena democracia los ciudadanos tienen el poder de verificar y evaluar si
el gobierno trabaja por los objetivos de libertad e igualdad de acuerdo al gobierno de ley y la
rendición de cuentas de los gobernantes electos en relación con las demandas expresadas por la
sociedad civil (calidad en términos de procedimiento)” 2.
Esta definición nos permite identificar cada uno de los componentes del sistema político y
además conocer si cumplen o no con la función asignada en torno a la igualdad y la libertad. 2 Morlino, L. (2005). Calidad de la democracia. Notas para su discusión. México: Metapolítica Enero-Febrero.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 129
Cuando en el concepto de calidad de la democracia se habla de una estructura institucional
estable, encontramos la utilidad del esquema propuesto por Leonardo Morlino (Capítulo I), que
establece que el sistema político se compone de la comunidad política, del régimen y de las
autoridades. En este sentido, la estabilidad de la estructura institucional del sistema, alude a la
relación entre componentes específicos y elementos identificados que deben tener a la igualdad y
a la libertad como prioridades.
Si nos referimos al funcionamiento legítimo y correcto de las instituciones y de los mecanismos
del sistema, entonces estaremos hablando de las doctrinas, de las ideologías y de las creencias
dominantes; estaremos aludiendo a los partidos políticos, a los sindicatos, a las organizaciones no
gubernamentales y a la sociedad civil (comunidad política); así también como a las reglas del
juego formales y no formales, a las estructuras de autoridad, a las estructuras de decisión y a las
estructuras impositivas (régimen); y por último, se incluyen por supuesto, a las personas titulares
encargadas de ejercer los roles y las funciones de gobierno (autoridades).
De esta manera, la calidad de la democracia no es una categoría de análisis que requiera de
abstracciones para su aplicación, sino una herramienta metodológica que se puede dirigir al
estudio de los sistemas políticos, en torno del cumplimiento de las condiciones de igualdad y de
libertad.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 130
Por otra parte, el concepto sobre la “calidad” de la democracia, se puede canalizar según las
necesidades de información que se planteen sobre la organización y funcionamiento de los
sistema políticos.
Se puede analizar a las democracias en términos de sus resultados, que como ya lo hemos
mencionado en apartados anteriores es una necesidad apremiante en las sociedades actuales. Las
democracias en este aspecto, pueden ser vistas a partir de la satisfacción que el sistema político le
otorga a las demandas de la ciudadanía.
Así también, el concepto se puede aplicar para conocer si en los sistemas políticos democráticos
se ejerce en realidad la igualdad y la libertad de las personas, o si se relegan a un nivel
declarativo y/o estipulativo. Esta aplicación se refiere al estudio de la democracia en términos de
su contenido.
Y en tercer lugar, también se puede utilizar si se requiere conocer de manera específica si alguno
o todos los componentes del sistema funcionan de manera adecuada o con fallas. Hablamos de
verificar si las funciones de la democracia están concretamente dedicadas a cumplir con los
principios de igualdad y de libertad, o si se distorsionan con otros objetivos que no son
propiamente de la democracia. Esto es lo que se llama la calidad de la democracia en términos de
procedimiento.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 131
En este sentido, la importancia de esta definición y la utilidad que representa para el análisis de
las democracias actuales, consiste en por lo menos tres aspectos:
1. Es aplicable a cualquier país cuyo régimen político se defina como una democracia; la
diferencia entre los países con larga trayectoria democrática como en Europa y
Norteamérica con respecto a las incipientes democracias en África, Asia o Latinoamérica,
radica en el grado o la “medida” en que la libertad y la igualdad de los ciudadanos se
hace posible, de acuerdo con las condiciones históricas, económicas, políticas y sociales
de cada país.
2. La definición permite mantenerse al margen de posturas ideológicas y/o políticas que
podrían obligar por un lado, a asignar el carácter democrático a los sistemas políticos
conforme a las reglas procedimentales establecidas; y por otro, que impulsan la idea del
predominio de sistemas antidemocráticos, basados fundamentalmente en exigencias y
demandas de diversos grupos o sectores sociales.
3. Nos obliga a pensar el sistema político en términos de contenido, valores y origen de la
democracia; propicia la discusión no solo sobre el trabajo de las instituciones como
puente de comunicación entre el gobierno y la sociedad, sino sobre sus aportaciones y
alcances para lograr la igualdad y la libertad de las y los ciudadanos, mediante el ejercicio
pleno de derechos que tienen que ver con la aplicación igualitaria de la ley, así como la
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 132
obligación de los gobernantes para rendir cuentas sobre sus actos y/u omisiones en cuanto
a sus funciones públicas.
4. Permite canalizar y dirigir los requerimientos de información sobre la organización y
funcionamiento de los sistemas políticos democráticos, en torno a sus resultados,
contenido y procedimientos.
4.3. Dimensiones Sustantivas y Procedimentales de la Calidad de la Democracia
Después de las consideraciones que realizamos en el Capítulo III sobre la igualdad y la libertad
como valores políticos de la democracia en general, encontramos que el concepto sobre la calidad
de la democracia asume estos dos valores como dimensiones sustantivas de los sistemas políticos
democráticos, y los considera como fundamentales para su funcionamiento. Como dimensiones
sustantivas, sólo la igualdad y la libertad, pueden hacer posible la construcción e instauración de
los sistemas políticos democráticos. En este sentido, la igualdad y la libertad se consideran como
inherentes al concepto y sin los cuales, sería imposible utilizar el concepto.
Por este motivo, para su ejercicio efectivo y real aplicación, son necesarias otras dimensiones que
se denominan como procedimentales. Éstas se refieren precisamente a que una vez atendido y
establecido el contenido de la democracia en términos de igualdad y de libertad, el resto de los
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 133
mecanismos tienen que ver sólo con el procedimiento, que no es menos importante, puesto que
gracias a éste se materializan los objetivos y los resultados del sistema.
Las dimensiones procedimentales consisten en el establecimiento de un gobierno de ley o estado
democrático de derecho, de mecanismos de rendición de cuentas, así como contar con una
Reciprocidad entre las demandas sociales y las respuestas del sistema.
La Reciprocidad se entiende como una capacidad del sistema para satisfacer los demandas de la
sociedad y para su cumplimiento requiere de cuatro condiciones:
1. Que las políticas instrumentadas por el sistema se encuentren en el centro del interés público;
2. La distribución de bienes materiales a sus electores a través de la administración pública; 3.
Los servicios públicos deben ser garantizados; y 4. La extensión de bienes simbólicos que crean,
refuerzan o reproducen un sentido de lealtad y apoyo al gobierno.
El Gobierno de Ley o Estado Democrático de Derecho, se refiere a los pilares sobre los cuales
descansa la calidad de la democracia y consiste en garantizar el conjunto de derechos políticos y
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 134
libertades civiles, que reafirman la igualdad política de todos los ciudadanos y que constriñe los
abusos potenciales del poder del estado, mediante tres elementos3:
A) El establecimiento de reglas legales que son válidas, en las que se consideran sanciones y
procedimientos previa y cuidadosamente establecidos y que están reguladas por normas
constitucionales;
B) Los derechos y las obligaciones especificadas son universales. Ello implica que cada uno
de los individuos es considerado como una persona legal, sin importar su posición social,
con el único requerimiento de haber alcanzado la mayoría de edad, igualdad antes que
ley, es la expectativa implícita en este tipo de estado; y
C) Los derechos y las obligaciones inherentes a la ciudadanía política, tienen un subconjunto
de derechos civiles del que las personas no se pueden deshacer.
Por otra parte, cuando se discute el término de estado democrático de derecho, se debe concebir
no solo como característica general del sistema legal, sino también, y principalmente, como
responsable de los derechos políticos, las libertades y las garantías del régimen democrático;
como promotor de los derechos civiles de toda la población, así como de la rendición de cuentas.
3 O´Donnell, G. (2004). The quality of democracy. Why the rule of law matters. U.E: Journal of Democracy, Volume 15, number 4.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 135
En tercer lugar, por Rendición de Cuentas se entiende que todos los agentes, públicos y
privados, incluyendo los del más alto nivel, son sujetos de una apropiada legalidad establecida,
con controles que aplican todo el peso de la ley sobre sus actos.
De aquí que cada ciudadano es sujeto de la autoridad legal de una o de más instituciones, y que
nadie se debe encontrar por encima o por debajo de la ley.
En este sentido, se definen dos tipos de rendición de cuentas:
1. Vertical: a través de instituciones electorales, mediante las cuales los ciudadanos pueden
cambiar de partido o de personas en el gobierno, y/o ante organizaciones y grupos
sociales que demandan del estado la sanción o el castigo para funcionarios que violaron la
ley; y
2. Horizontal: frente a instituciones del estado que previenen, canalizan o castigan las
acciones presumiblemente ilegales de los servidores públicos.
De esta manera, el establecimiento de un estado democrático de derecho con rendición de
cuentas, implica que los ciudadanos no son sólo sujetos de la democracia, sino agentes del
sistema político. Por lo que nunca debieran ser vistos como suplicantes de la bondad del gobierno
o del estado. Los ciudadanos –como agentes y portadores de un conjunto de derechos civiles y
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 136
eventualmente también de derechos sociales- tienen el derecho de ser tratados con total
consideración y respeto, en condiciones de igualdad.
Este es el marco conceptual sobre el que se desarrolla la calidad de la democracia, que
combinada adecuadamente con los derechos inherentes a un estado democrático de derecho y a la
rendición de cuentas, ofrece las más amplias y mejores condiciones para el establecimiento, la
garantía y el ejercicio de la igualdad y la libertad de las personas. Al margen de las discusiones
parciales y sesgadas sobre las democracias electorales y/o las democracias procedimentales, los
criterios de análisis y los indicadores que informan verazmente sobre la democratización de los
sistemas políticos, son ahora distintos.
En el capítulo siguiente, describiremos por lo menos dos aplicaciones empíricas del concepto y
algunos de sus resultados.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 137
Tabla de contenido CAPÍTULO V. APORTACIONES DEL CONCEPTO DE CALIDAD DE LA DEMOCRACIA.................................... 137
5.1. Calidad de la Democracia como Modelo Explicativo .................................................................... 139
5.2. Calidad de la Democracia como Categoría de Análisis Cualitativo............................................... 141
5.3. Limitaciones Metodológicas y Empíricas del Concepto de Calidad de la Democracia................... 146
5.3.1. Limitaciones teórico‐metodológicas ....................................................................................... 147
5.3.2. Limitaciones empíricas ............................................................................................................ 155
CAPÍTULO V. APORTACIONES DEL CONCEPTO DE CALIDAD DE LA DEMOCRACIA
La aportación del concepto sobre la calidad de la democracia en el estudio de los sistemas
políticos actuales, con relación a los valores de igualdad y de libertad, se fundamenta
principalmente en dos aplicaciones:
1. Como modelo explicativo no solo de las relaciones sino del ejercicio del poder en las
democracias modernas, con especial atención en los resultados generados y en la
diferenciación de los mecanismos y procedimientos de acceso al poder, respecto a las
orientaciones y tendencias del ejercicio del poder.
Ésta aplicación encuentra su origen en la relación conceptual entre cambio y democratización de
los sistemas políticos. Cambio respecto a los objetivos de las instituciones, a sus funciones, a sus
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 138
procedimientos y a sus resultados, con referencia a la satisfacción de las demandas de la
sociedad, así como a los criterios que pueden identificar a los buenos gobiernos y diferenciarlos
de los malos gobiernos. Y democratización, en cuanto a la verificación de la existencia de
mecanismos de control ciudadano sobre las políticas, la distribución equitativa del poder y de la
participación, así como de las prácticas que otorgan al sistema su estabilidad. En este sentido, las
dimensiones procedimentales que abordamos en el capítulo anterior, tales como el estado
democrático de derecho y la rendición de cuentas en sus dos variantes, encuentran una de sus
aplicaciones empíricas.
2. En segundo lugar, el concepto se puede aplicar como categoría de análisis cualitativo
respecto al grado en que las instituciones políticas se acercan o se alejan de la expectativa
social en materia de libertad y de igualdad como valores inherentes a la democracia; es
decir, como un tipo de diagnóstico que permite identificar aquellos aspectos susceptibles
de mejoría en cuanto a la relación de la sociedad con los regímenes democráticos y
examinar qué tan buena es la democracia como forma de gobierno y de convivencia en las
sociedades actuales; en qué medida las instituciones responden a las demandas de su
ciudadanía; y cómo se garantizan o no valores democráticos como la libertad y la
igualdad, a partir de la medición de ciertas condiciones mínimas.
En este sentido, la aplicación del concepto sobre la calidad de la democracia en términos
cualitativos, tiene qué ver con la definición de democracia que se adopta en los sistemas políticos
actuales; con la relación y el acercamiento gradual entre la democracia ideal y la democracia real
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 139
que explicamos en el Capítulo II; con el modelo de democracia que se practica y conforme el
cuál se dirigen los objetivos y los principios justificativos del sistema democrático, así como el
lugar que se lo otorga a la igualdad y a la libertad como valores políticos y/o dimensiones
sustantivas de la democracia.
En los siguientes apartados, explicamos de manera más amplia, la utilidad que pueden ofrecer
ambas aplicaciones del concepto sobre la calidad de la democracia, en el estudio de los sistemas
políticos democráticos actuales.
5.1. Calidad de la Democracia como Modelo Explicativo
Sebastián Mazzuca1 señala que la percepción predominante respecto al carácter de los regímenes
políticos en Europa y más recientemente en América Latina, es la que describe, analiza y califica
los procedimientos y las reglas para el acceso al poder político, y menciona que se ha dejado de
lado el estudio tanto de los procedimientos como de las instituciones que ostentan el ejercicio del
poder estatal. El concepto de calidad de la democracia se relaciona directamente con el régimen
político, a partir de “la ampliación de derechos asociados al régimen democrático en la mayoría
de los países latinoamericanos durante la década de los ochenta y noventa”, sin que dicha
ampliación fuera reforzada por una mayor progresión de derechos civiles. Hablar de calidad de la
democracia cobra sentido justo cuando nos encontramos frente a la normatividad procedimental
1 Mazzuca, S. (2006). Ampliando las concepciones sobre la democracia: acceso al poder versus ejercicio de poder, en Alarcón Olguín, V. (coord.). Metodologías para el análisis político. Enfoques, procesos e instituciones. México: UAM. pp. 279-308.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 140
para acceder a ciertos derechos por un lado, y por otro, el ejercicio real que las y los ciudadanos
hacen de esos derechos.
En este sentido, si se aplican estrictamente los criterios y parámetros institucionales para calificar
el tipo de nuestro régimen político, y que de hecho así se hace a nivel nacional e internacional
desde hace ya algunos años, poseemos un tipo de régimen democrático. Sin embargo, si
incluimos la categoría de calidad de la democracia como modelo explicativo, tenemos que no
obstante la existencia de un régimen institucional consolidado, en términos de proceso, contenido
y resultado, son evidentes las deficiencias en aspectos como los de la competitividad, equidad,
transparencia, participación y representatividad.
Otro caso lo ejemplifica nuestro sistema de justicia; no obstante el reconocimiento tácito de la
igualdad de todas las personas ante la ley, y de la existencia de diversos organismos para impartir
justicia, desde la perspectiva de la calidad de la democracia, son evidentes los muy bajos índices
de acceso a la justicia, pronta, expedita e imparcial, y del predominio de climas de impunidad. Lo
mismo sucede en ámbitos como el de la rendición de cuentas no obstante la existencia de medios
legales para la transparencia y el acceso a la información, y en el de la reciprocidad, sin importar
la realización periódica de elecciones en las que se puede o no ratificar la preferencia por alguna
opción política.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 141
Sin la perspectiva del concepto de calidad de la democracia, dimensiones como las de estado
democrático de derecho y rendición de cuentas, se limitarían al ámbito institucional sin
posibilidad de evaluar su impacto sobre la sociedad; las transformaciones respecto a la forma de
ejercicio del poder político, particularmente las relacionadas con la erradicación de las prácticas
autoritarias, quedarían en una cuestión de dosificación y administración del poder más que de
democratización; el concepto calidad de la democracia, nos ayuda a colocar el análisis de dicha
transformación en un nuevo marco conceptual.
5.2. Calidad de la Democracia como Categoría de Análisis Cualitativo
Por otra parte, la segunda aplicación del concepto calidad de la democracia como categoría de
análisis cualitativo, si bien se distingue de la primera, es complementaria porque alude no solo a
los procedimientos de las democracias que incluyen tanto el acceso como el ejercicio del poder,
sino a los resultados concretos que la ciudadanía obtiene de su régimen democrático.
Si nos referimos en sentido amplio al contenido de la democracia, encontramos que los principios
de igualdad y de libertad son dimensiones sustantivas sobre las cuales debe girar el quehacer
institucional de los regímenes democráticos. En la medida en que las instituciones se acerquen o
se alejen de la expectativa social en cuanto al cumplimiento de tales principios, podemos calificar
si la democracia de tal o cual país es de buena o de mala calidad.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 142
Lo que implica la definición de calidad de la democracia en estos términos, es una muestra que
representa de manera práctica la posibilidad de evaluar y analizar el papel de los regímenes
políticos en cuanto al cumplimiento de los principios de libertad y de igualdad según los
indicadores que sean más útiles para un estudio determinado.
Ya sea a través de la dimensión de estado democrático de derecho, que supone la capacidad para
hacer que las autoridades respeten las leyes y para tener leyes del dominio público; o ya sea por
medio de la rendición de cuentas como la obligación de los líderes políticos electos de responder
por sus decisiones políticas cuando les es pedido por los ciudadanos electores (rendición de
cuentas vertical) u otros cuerpos institucionales (rendición de cuentas horizontal).
Un ejemplo de la utilidad de este concepto como categoría de análisis cualitativo, lo muestran por
lo menos tres organismos internacionales dedicados al seguimiento y evaluación de los resultados
de la democracia en todo el mundo. Freedom House2, por ejemplo, en el reporte correspondiente
al año 2007, en una escala en la que (1) significa el grado máximo de libertad y (7) el mínimo
grado de libertad, califica a México en materia de Derechos Políticos con (2) y en Libertades
Civiles con (2). Para dar mayor referencia, Costa Rica se encuentra calificada en ambos
indicadores con (1), es decir, el grado máximo de cumplimiento:
2 Institución referida en el Informe de la Auditoría Ciudadana sobre la Calidad de la Democracia, Freedom House, Freedom in the World – México 2005, en www.freedomhouse.org
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 143
País Derechos Políticos Libertades Civiles
Argentina 2 2
Brasil 2 2
Chile 1 1
Cuba 7 7
Costa Rica 1 1
España 1 1
E.U 1 1
Francia 1 1
México 2 3
Fuente: Elaboración propia con datos de Freedom House, 2007.
El segundo caso es el de Polity IV3; con indicadores más complejos, en su reporte
correspondiente al año 2003, ubica a México dentro de los países que concluyeron su transición
(6 de julio de 1997), con estándares mínimos de democracia en materia de elecciones
competitivas, separación de poderes y participación política.
3 Institución referida en el Informe de la Auditoría Ciudadana sobre la Calidad de la Democracia, Polity IV Country Report 2003: México, (en www.cidcm.umd.edu).
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 144
Y por último, la Base de Datos Poliarquía4, nos muestra en la siguiente tabla, el porcentaje
logrado en materia de Competencia, Participación e Índice de Democratización:
País Año Competencia Participación Índice de Democratización
Argentina 1999 51.5% 50.7% 26.1%
2000 51.5% 50.7% 26.1%
Brasil 1999 65.5% 41.9% 27.4%
2000 65.5% 41.9% 27.4%
Chile 1999 42.0% 51.2% 21.5%
2000 48.7% 47.5% 23.1%
Cuba 1999 0 67.9% 0
2000 0 67.9% 0
Costa Rica 1998 53.1% 41.5% 22.0%
1999 53.1% 41.5% 22.0%
2000 53.1% 41.5% 22.0%
España 1999 61.3% 63.9% 39.2%
2000 54.8% 58.2% 31.9%
E.U 1999 50.8% 66.3% 33.7%
2000 51.3% 67.2% 34.5%
Francia 1999 62.0% 47.3% 29.3%
2000 62.0% 57.3% 35.5%
México 1999 51.2% 37.1% 19.0%
2000 56.6% 36.7% 20.8%
Fuente: Elaboración propia con datos de Base de Datos Poliarquía, 1999-2000.
4 Institución referida en el Informe de la Auditoría Ciudadana sobre la Calidad de la Democracia, Polyarchy dataset, (en www.prio.no/files/file42500_democracy_1999-2000.pdf).
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 145
Lo que nos muestran los ejemplos anteriores, es que las posibilidades que se tienen para evaluar
empíricamente las condiciones de igualdad y de libertad en los sistemas políticos democráticos,
mediante el diseño de indicadores que permitan conocer la efectividad de un conjunto de
derechos, son cada vez más cercanas a la realidad, si se utiliza como base y de manera adecuada,
el marco teórico que describimos sobre los sistemas políticos, sobre los tipos y modalidades de
sus cambios, así como de la definición de democracia y su modelo correspondiente. Con la
ayuda del concepto sobre la calidad de la democracia, se complementa la teoría que gira en torno
al estudio de los sistemas democráticos, a partir del análisis de los objetivos que se proponen, de
los procedimientos que utilizan y de los resultados que generan.
Sin embargo, también es la oportunidad para advertir de algunas limitaciones metodológicas y
empíricas del concepto.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 146
5.3. Limitaciones Metodológicas y Empíricas del Concepto de Calidad de la Democracia
Así como existen dificultades y limitaciones de la democracia como sistema político y las cuáles
abordamos en el Capítulo III, también existen limitaciones en la aplicación y uso del concepto
sobre la calidad de la democracia.
Las limitaciones a las que nos enfrentamos, tienen efectos en los aspectos teórico-metodológicos
y en el empírico. La importancia de conocerlas, radica en que se puede contar con las
advertencias necesarias al momento de intentar su aplicación en determinado sistema político
correspondiente a determinado país.
A su vez, dadas las condiciones particulares de los casos que se pretendan analizar, se podrían
encontrar formas de solucionar o de esquivar las limitaciones.
En este sentido, Leonardo Morlino propuso una serie de problemas irresueltos y de preguntas
abiertas respecto a los posibles inconvenientes del concepto sobre la calidad de la democracia5,
en los párrafos siguientes se hace mención de algunas de las limitaciones más importantes y
enseguida se intenta dar una respuesta a cada una de ellas.
5 Morlino, L. (2005). Calidad de la democracia. Notas para su discusión. México: Metapolítica Enero-Febrero. p: 52.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 147
5.3.1. Limitaciones teóricometodológicas
1. ¿Es la multidimensionalidad de la calidad democrática la mejor estrategia empírica para
reconocer las complejidades del tema? O bastaría con la utilización de una sola de las
dimensiones propuestas.
La multidimensionalidad a la que se hace referencia tiene que ver primero con la elección y luego
con el uso de dos o más dimensiones del concepto sobre la calidad de la democracia. Tal como lo
explicamos al inicio de éste capítulo, las dimensiones propuestas por Morlino se dividen en
sustantivas y procedimentales. Las sustantivas se refieren a los principios de igualdad y de
libertad como parte constitutiva de los sistemas políticos democráticos; las dimensiones
procedimentales consisten en la existencia u operación de un gobierno de ley o estado
democrático de derecho, en la rendición de cuentas y en la reciprocidad.
En consecuencia, la utilidad de la multidimensionalidad puede cambiar según los requerimientos
de información sobre el funcionamiento de determinado sistema político. En nuestro caso,
consideramos las dimensiones sustantivas de igualdad y de libertad como fundamentales para
analizar el desempeño de la democracia en términos de su calidad; y como complemento,
elegimos las dimensiones procedimentales de gobierno de ley o estado democrático de derecho y
de rendición de cuentas, por considerar que tienen una vinculación mucho más directa con la
igualdad y la libertad, y porque representan indicadores indispensables para medir su
cumplimiento.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 148
Si pensamos en el caso de México, la respuesta es que la multidimensionalidad ofrecería un
esquema mucho más amplio sobre el desempeño y resultados de nuestra democracia, en
comparación a si utilizamos sólo una de las dimensiones disponibles, dado que no es un estudio
que ya se haya instrumentado con anterioridad y que el concepto no se conoce del todo bien.
Utilizar sólo una de las dimensiones propuestas, sería más adecuado para países en donde se
conoce ampliamente el concepto sobre la calidad de la democracia y en donde ya se haya
aplicado, como es el caso de Costa Rica y algunos países europeos, en donde la información que
se pudiera requerir, sería de carácter específico y sobre alguno de los componentes del sistema.
2. ¿Debemos aceptar diferentes nociones de calidad para hacer más aceptable la idea más
amplia de promover la calidad democrática? Si existen nociones alternativas de calidad,
deberíamos regresar a la alternativa tradicional entre una democracia que enfatiza el valor
de la libertad y una que enfatiza el valor de la igualdad y la solidaridad.
El contar con distintas nociones sobre calidad tiene aportes importantes para la utilización de los
componentes y de los elementos del sistema político democrático. La calidad en términos de
resultados, de contenido y de procedimientos, se puede aplicar para el análisis de la comunidad
política, del régimen y de las autoridades del sistema.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 149
En este sentido, las distintas nociones de calidad facilitan no solamente la ampliación del
concepto de calidad de la democracia, sino que permiten conocer en un nivel más detallado y
específico, el desempeño tanto de los componentes, como de los elementos del sistema.
Por otra parte, no es viable dividir la relación entre democracia y libertad y democracia e
igualdad, puesto que como lo explicamos en el Capítulo III, ambos principios son inherentes a la
definición de democracia en por lo menos tres ámbitos: el teórico-filosófico, el político y el
jurídico-social. La noción de la igualdad y de la libertad adquiere un carácter de inseparable del
concepto de democracia, en el momento en el que los consideramos como valores políticos de la
democracia.
En segundo lugar, cuando describimos el conjunto de derechos que corresponden tanto a la
igualdad como a la libertad, mencionamos la relación recíproca que existe no solo entre ambos
principios, sino entre derechos, igualdad y libertad. Me parece que cualquier análisis que se
realice a partir del concepto sobre la calidad de la democracia, tiene que considerar ambos
principios con fundamentales sin enfatizar uno sobre otro. De ello depende que los resultados de
la investigación no sean parciales ni incompletos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 150
3. ¿La aproximación teórica y empírica a las dimensiones propuestas son confiables para
estudiar la calidad democrática?
La respuesta nos remite nuevamente al conjunto de derechos que se contemplan en los sistemas
políticos democráticos. Si alguna de las dimensiones propuestas no contempla la referencia a
ningún derecho en específico, entonces carecería de toda utilidad. En este sentido, la
aproximación teórica y empírica a las dimensiones es acertada si encuentra en la práctica un
referente en el cuál se exprese, que en este caso, puede ser bajo la forma de un derecho o de algún
mecanismo institucional.
Como se explicó en este mismo capítulo, cada una de las dimensiones procedimentales, hablando
del gobierno de ley, la rendición de cuentas, y la reciprocidad, así como la igualdad y la libertad
como dimensiones sustantivas, tienen correspondencia con uno o varios derechos o
procedimientos ya contemplados en la democracia, y por lo tanto, tienen repercusiones sobre la
calidad de la democracia, en tanto cumplen o dejan de cumplir con las funciones y objetivos
asignados. De aquí que la relación entre dimensiones y calidad no solo es confiable, sino acertada
para medir el grado o el nivel en el que el sistema o sus componentes cumplen con sus tareas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 151
4. En el caso de los mecanismos recurrentes de la subversión de la calidad, ¿sería mejor
enfocar el análisis directamente a dichos mecanismos?
Los mecanismos de subversión que se mencionan en esta pregunta, se refieren al uso inadecuado
de mecanismos o de funciones institucionales en contra y en detrimento de las cinco dimensiones
de la calidad de la democracia. Leonardo Morlino considera la posibilidad de que un sistema
político bien pueda ser democrático, pero con una democracia sin calidad. Es decir, la utilización
subversiva ya sea de mecanismos o de instituciones, tiene como resultado una mala democracia,
o una democracia sin calidad, a tal grado de que se puede tener repercusiones en la legitimidad
del sistema o en los casos en donde la democracia aún se está construyendo, problemas de
consolidación.
Los mecanismos recurrentes de la subversión de la calidad propuestos por Morlino, pueden tener
efectos en todas o en cada una de las dimensiones de la democracia6:
En el caso de las dimensiones sustantivas de igualdad y de libertad, pueden afectar las formas
específicas de conocimiento y de implementación de derechos, así como una distribución
inequitativa de los costos de esos derechos, especialmente, de los derechos sociales.
6 Morlino, L. (2005). Calidad de la democracia. Notas para su discusión. México: Metapolítica Enero-Febrero. p: 50.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 152
En el gobierno de ley o estado democrático de derecho, se puede tergiversar el uso de las leyes,
ya sea para utilizarlas como arma política, como instrumentos para llevar a cabo los intereses
económicos, para evadirlas o para ampliar los límites de su propia aplicación.
La rendición de cuentas por su parte, se puede ver afectada mediante un diseño institucional
fuertemente mayoritario, mediante la existencia de partidos políticos débiles, con el manejo y
control de la información, así como con la atención de intereses e intercambios en un nivel
supranacional.
Y en cuanto a la reciprocidad, también se puede dar un rol de manipulación de élites y de la
información, así como incrementar la complejidad de los problemas ya existentes.
En este sentido, una democracia en donde se haga uso recurrente o cotidiano de los mecanismos
de subversión, no podría en ningún caso llamarse como de calidad. Una democracia podría
caracterizarse eventualmente por un sistema legal que no forma parte de los valores
democráticos, donde existe corrupción incontrolada y crimen organizado, la independencia de la
corte por ejemplo es limitada, y el acceso a la justicia es lento y excluyente.
Así también, pueden existir democracias con una débil rendición de cuentas, en donde haya poca
atención y respuesta a las demandas de la sociedad y en donde la igualdad y la libertad estén
consideradas simplemente en la formalidad.
En este sentido, una democracia sin calidad es aquella en donde todas o alguna de las
dimensiones democráticas son perjudicadas con acciones y/o mecanismos subversivos, y que en
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 153
consecuencia, los derechos correspondientes a cada una de ellas, no se cumplen en su totalidad o
de manera parcial.
Regresando a la pregunta, en los sistemas políticos en donde se utilicen de manera muy clara
éstos mecanismos de subversión, quizás lo más urgente sería aplicar de manera específica una
investigación empírica para conocer las causas y atacarlas. Pero en sistemas en donde la
subversión no es del todo contundente, se debería estudiar la calidad de la democracia de manera
integral, abarcado el ámbito de los resultados, del contenido y del procedimiento. Si después de
ese análisis general se identifican plenamente las fallas en los componentes o elementos del
sistema, se pueden atender de manera especial.
5. ¿Cuáles son los mejores indicadores para cada dimensión?
El tema de los indicadores sobre la calidad de la democracia es muy interesante porque de ellos
dependen los resultados teóricos y empíricos que permitirían a determinado sistema político
conocer o mejorar su calidad. Sin embargo, como se plantea en la pregunta, no podríamos
determinar cuáles son los mejores, porque ello depende del tipo de estudios y del tipo de
información que se requiera.
En todo caso, lo que hicimos al inicio del capítulo fue enlistar una gama de derechos políticos,
civiles y sociales que a su vez, se pueden utilizar como indicadores para conocer el grado, el nivel
o la medida en que se cumplen. Una vez que se defina qué se quiere conocer y en dónde se
quieren aplicar, se podría identificar aquel o aquellos que cumplan mejor con el objetivo.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 154
La utilidad principal de los indicadores, es que permiten conocer el grado, el nivel o la medida en
que los sistemas políticos democráticos cumplen o no con los parámetros de calidad. Como ya lo
abordamos, la calidad de la democracia se puede analizar a partir de los resultados, del contenido
o de los procedimientos del sistema y en consecuencia, los indicadores pueden variar según el
ámbito en donde se requieran aplicar.
De acuerdo con la definición de poliarquía que explicamos en el Capítulo II, los indicadores se
pueden utilizar también para conocer el grado mínimo o máximo en el que el sistema garantiza o
no la igualdad y la libertad de las personas.
En este sentido, la aplicación de los indicadores siempre tendrá como marco general la calidad de
la democracia, pero se pueden utilizar para conocer el estado que guardan los resultados, el
contenido o los procedimientos democráticos; cada una de las dimensiones tanto sustantivas o
procedimentales que a su vez, tienen como referente una gama de derechos, o en su caso, los
componentes y los elementos del sistema.
En Capítulo IX, apartado 9.3, daremos un ejemplo práctico sobre la utilización del concepto
sobre la calidad de la democracia y de algunos de sus indicadores.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 155
5.3.2. Limitaciones empíricas
En el terreno empírico, el tema de la “calidad de la democracia” ha generado por lo menos una
crítica severa que tomaremos como punto de partida para señalar su pertinencia como tema de
investigación en México.
Como crítica a la ciencia política, disciplina dedicada a la búsqueda de datos empíricos, realistas
y no subjetivos para explicar los regímenes de convivencia entre los seres humanos a través de la
historia, César Cansino argumenta que los criterios para hablar de la calidad de una democracia
son totalmente normativos y prescriptivos, y los interpreta como una contradicción de la ciencia
política al afirmar: “…la imposibilidad de evaluar a las democracias realmente existentes si no
es adoptando criterios de deber ser que la politología siempre miró con desdén. Dicho de otra
manera, lo que el debate sobre la calidad de la democracia revela es que hoy no se puede decir
nada interesante y sugerente sobre la realidad de las democracias si no es recurriendo a una
definición ideal de la democracia que oriente nuestras búsquedas e interrogantes sobre el
fenómeno democrático”7.
La tesis principal de César Cansino es que “…al estar atrapado en una búsqueda
fundamentalmente empírica, el modelo de calidad democrática pierde buena parte de su
capacidad explicativa. El verdadero desafío para quien piensa sobre la democracia hoy, no es
7 Cansino, C. (2005). Entre la democracia real y la democracia ideal. Consideraciones críticas. México. Metapolítica Enero-Febrero.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 156
medir a las democracias realmente existentes para ver cuál es la mejor o la más buena de entre
ellas, sino establecer criterios para definir qué tan democráticas pueden llegar a ser en el
futuro”. Otro punto de crítica es que “…Con la definición de calidad que estos politólogos
aportan, la democracia termina por ser evaluada igual que si se evaluara una mercancía o un
servicio, es decir, por la satisfacción que reporta el cliente hacia el mismo”8.
Respecto a estas tres críticas principales, lo primero que tendríamos qué decir, es que la
utilización de los modelos ideales como referentes para mejorar las condiciones democráticas de
los sistema políticos es totalmente válido, en virtud de que la existencia de un ideal democrático
que actúe como guía o punto de referencia, constituye un elemento imprescindible para
cuestionar los hechos que configuran la democracia real. Los ideales y entre ellos el ideal
democrático, no se construyen para ser literalmente convertidos en hechos, sino para poner en
cuestión permanente las prácticas encaminadas para lograrlos o en su caso, para alejarse de ellos.
Los ideales no pueden ser realizados totalmente pero sí pueden ser satisfechos parcialmente9.
En segundo lugar, ninguno de los autores que proponen el concepto de calidad de la democracia
como modelo explicativo, argumenta sobre la necesidad de comparar los regímenes democráticos
existentes para saber cuál es mejor, como si se tratara de una competencia; por el contrario, lo
que defienden algunos de ellos, son los indicadores que con base en el concepto de calidad de la
8 Cansino, C. (2005). Entre la democracia real y la democracia ideal. Consideraciones críticas. México. Metapolítica Enero-Febrero. pp. 101-102. 9 Jáuregui, G. (1994). La democracia en la encrucijada. Barcelona: Anagrama S.A. p: 20.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 157
democracia, son susceptibles de mejorarse, y así, eliminar las posibilidades de “subversión” en
las dimensiones democráticas que tienen por supuesto diferentes contextos.
En cuanto al concepto de calidad, es más complejo de lo que argumenta César Cansino, pues la
propuesta involucra por lo menos tres dimensiones en materia de procesamiento, contenido y
resultados, que suponen no solo la relación producto-cliente, sino la relación de las y los
ciudadanos con respecto a su forma de gobierno. Finalmente, cuando Cansino habla del nivel de
“satisfacción del cliente”, cabe recordar que el tema de gobernabilidad está estrechamente ligado
a la capacidad de las instituciones del gobierno para satisfacer o resolver las demandas de la
sociedad, situación que generó en muchos de los países en los que no se pudo manejar, cambios
drásticos en sus sistemas políticos.
Sin embargo, cuando César Cansino habla de calidad de la democracia en comparación con otros
modelos explicativos, afirma que “la principal aportación del modelo de calidad de la
democracia es ofrecer una serie de criterios normativos mínimos indispensables para hablar de
una democracia efectiva a saber: gobierno de la ley, rendición de cuentas, reciprocidad, libertad
e igualdad”10.
En segundo lugar, el autor explica que “como modelo normativo, el de la calidad democrática
nos permite ganar en claridad acerca de las condiciones mínimas de carácter legal centradas en 10 Cansino, C. (2005). Entre la democracia real y la democracia ideal. Consideraciones críticas. México. Metapolítica Enero-Febrero. pp. 103-104.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 158
el ciudadano, indispensables para calificar de democrático a un determinado régimen. Desde
este punto de vista, tiene mucho sentido asumir, que solo puede hablarse de democracia donde
las desigualdades extremas o la concentración inequitativa de la riqueza han disminuido de
manera efectiva. Tiene sentido porque la lógica sugiere que una democracia efectiva no puede
más que atender las necesidades y demandas de las mayorías a las que se deben los gobernantes
en turno, por lo que en presencia de necesidades oprobiosas hay algo que simplemente no está
funcionando”11. De esta manera, nos aporta muchos más elementos de pertinencia del modelo de
calidad, que de rechazo.
11 Cansino, C. (2005). Entre la democracia real y la democracia ideal. Consideraciones críticas. México. Metapolítica Enero-Febrero. pp. 103-104.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 159
Tabla de contenido CAPÍTULO VI. DIFICULTADES Y LIMITACIONES DE LA DEMOCRACIA EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO................................................................................................................................................................... 159
6.1. Dificultades y Limitaciones de la Democracia en México .............................................................. 165
CAPÍTULO VI. DIFICULTADES Y LIMITACIONES DE LA DEMOCRACIA EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO
Considerando los diferentes contextos políticos, económicos, sociales y culturales de los países
latinoamericanos, se han realizado con marcada periodicidad múltiples investigaciones que van
del tipo académico hasta los de análisis político-económico respecto al rumbo que están tomando
o que deberían tomar los regímenes democráticos de la región; algunos de los consultados (sin
temor en afirmar que se trata de la generalidad), coinciden en la necesidad de revalorar y
reconsiderar los valores que dan contenido a la democracia no sólo como forma de gobierno sino
como régimen de convivencia en las sociedades que durante las décadas de los ochenta y noventa
experimentaron cambios sustanciales en la relación de las y los ciudadanos con respecto a sus
instituciones (a diferencia de la tradición democrática europea u occidental).
Algunas de las consideraciones para abrir la discusión respecto al nuevo diseño y objetivos que
debiera perseguir la democracia en América Latina son expresadas por Martha Lagos, al referirse
a los principales problemas generados durante las dos últimas décadas: 1. Pobreza; 2. Exclusión
de las masas indígenas de la ciudadanía; 3. Oligarquías blancas y/o partidos políticos
oligárquicos que han repartido el poder entre unos cuantos; 4. Estados que no tienen el control
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 160
sobre la totalidad del territorio; 5. Sistemas legales que no garantizan la igualdad ante la ley, ni
tienen fuerza para imponer la ley a todos por igual1. La tesis central en el artículo de la autora es
que tales condiciones han generado un alto nivel de desconfianza de las sociedades
latinoamericanas hacia sus instituciones y que en “América Latina se ha estudiado el proceso
democrático pero no se ha profundizado en lo que es la esencia de la democracia” 2. Una de las
muestras más contundentes, es que durante ese lapso en AL, 14 presidentes no han terminado el
periodo constitucional para el cual fueron elegidos.
De esta manera, las condiciones de desigualdad y de exclusión han repercutido de manera
negativa en la relación ciudadanía-instituciones y han demostrado que “no basta con la norma;
la democracia es mucho más que un estilo de vida que domina las sociedades, donde se crean
interrelaciones de confianza basadas en la tolerancia y el respeto mínimo impuesto y controlado
por la ley, que un conjunto de reglas formales. Eso que es inherente a la democracia, la
confianza, no está presente en grandes partes de las sociedades latinoamericanas”3.
De acuerdo con este razonamiento, podemos afirmar que si la democracia moderna debe
considerarse más que un procedimiento para elegir gobernantes, como una forma de organización
y convivencia en donde se respetan derechos y garantías mínimas dentro de un marco legal, el
1 Lagos, Martha. (2005). Las razones de la ingobernabilidad. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. p: 17. 2 La autora menciona a manera de cita a: Argentina, 2001; Brasil, 1992; Bolivia, 1985; Ecuador, 1997; Guatemala, 1993; Haití, 2004; Paraguay, 1999; Perú, 2000; República Dominicana, 1994; y Venezuela, 1993 (Lagos 2005: 16). 3 Lagos, Martha. (2005). Las razones de la ingobernabilidad. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. p: 25.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 161
concepto de calidad democrática como procedimiento, contenido y resultados4, se convierte
quizás en el más apropiado para abordar el tema de la reciprocidad entre ciudadanía e
instituciones, debido a que su definición alude al grado en que, dentro de un régimen
democrático, una convivencia política se acerca a las aspiraciones democráticas de su
ciudadanía, en palabras de Leonardo Morlino, o al grado en que la democracia responde a las
preferencias de sus ciudadanos, según Robert Dahl.
Por otra parte, desde la perspectiva del desarrollo de la democracia electoral en América Latina,
Dante Caputo5 explica que no obstante las “profundas trasformaciones económicas y políticas
que permitieron alcanzar la democracia electoral y llevar adelante cambios estructurales en la
economía, la brecha entre reformas y realidades, esperanzas y realizaciones, es peligrosamente
grande para la sustentabilidad de la democracia y la libertad” 6, debido a la generación de
condiciones cada vez mayores de pobreza y de desigualdad. En AL se ha logrado un avance
enorme en cuanto al desarrollo de la democracia electoral; pero uno exiguo en lo que se refiere al
combate a la pobreza y la desigualdad.
Lo anterior, con motivo de la presentación en abril de 2004 del informe sobre el estado de la
democracia en América Latina por parte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), y sobre el cual se basa para afirmar que “América Latina es la primera región del
4 Definiciones ya analizadas en capítulo anterior. 5Caputo, Dante. (2005). Una agenda para la sustentabilidad de la democracia. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. 6 Caputo, Dante. (2005). Una agenda para la sustentabilidad de la democracia. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. p: 39.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 162
mundo en desarrollo que ha alcanzado la democracia electoral, pero que a la vez es pobre y la
más desigual del planeta”; uno de sus argumentos principales es que las sociedades no están
esencialmente formadas por electores, sino por mujeres y hombres, personas que buscan que sus
derechos se vuelvan reales, tangibles y cotidianos; una democracia que sólo identifique electores
y no personas, se encuentra en riesgo de ingresar en una liturgia sin sustancia7.
En este sentido, el autor identifica una separación entre los objetivos y resultados de las
instituciones que se sumergen en el debate sobre el papel del Estado, el fortalecimiento
democrático, la crisis de la política, las reformas estructurales de la economía y el impacto de la
globalización en la región, respecto a los intereses y demandas de las sociedades
latinoamericanas que giran en torno al respeto a los derechos humanos básicos y a la garantía de
un conjunto de libertades; esto es lo que el autor llama: “déficit de ciudadanía, en particular de
los derechos civiles y sociales”8, que impactan de la siguiente manera:
● América Latina muestra la concentración de ingresos más acentuada del mundo.
● La concentración de ingresos se traduce en niveles excepcionales de desigualdad de
poder.
● La desigualdad de poder entre ciudadanos requiere, más que en otros casos, la
capacidad regulatoria estatal.
7 En www.undp.org/spanish/ 8 Caputo, Dante. (2005). Una agenda para la sustentabilidad de la democracia. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. p: 42.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 163
● La concentración de poder, sin embargo, hace que esa capacidad esté fuertemente
debilitada9.
De esta manera, el grado de desconfianza de las y los ciudadanos latinoamericanos respecto a las
instituciones propias de los regímenes democráticos tiene que ver con la concentración y
distribución inequitativa de recursos económicos indispensables para mejorar sus condiciones de
vida, así como con el monopolio por parte de grupos de poder de los ámbitos de toma de
decisiones. Si a lo anterior agregamos un desarrollo institucional pero con sesgo hacia lo
electoral, tenemos en palabras de Augusto Ramírez Ocampo, “una democracia que cumple
escasamente con los requisitos de las elecciones periódicas limpias y libres en un entorno de
pobreza, desigualdad y corrupción que establece hacia el futuro varias interrogantes sobre su
sustentabilidad” 10.
En términos generales, los tres autores coinciden en tres puntos:
1. En América Latina existe una grave inconformidad de las y los ciudadanos respecto a
sus instituciones democráticas;
9 Caputo, Dante. (2005). Una agenda para la sustentabilidad de la democracia. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. p: 47. 10 Ramírez Ocampo, Augusto. (2005). Democracia electoral, gobernabilidad y su impacto económico en América Latina. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 164
2. Tal nivel de desconfianza se genera en gran parte, por condiciones exacerbadas de
desigualdad económica, política y social; y
3. Una vez alcanzada la democracia electoral y la garantía de libertades básicas, es
necesario avanzar “hacia una democracia de ciudadanos, entendida como aquélla en la
que hay un goce pleno de los derechos civiles, sociales, económicos y culturales, que
conduzca a reducir los altos niveles de pobreza y desigualdad”11. Esto, si lo que se
requiere es disminuir el grado de insatisfacción en América Latina respecto a las
instituciones democráticas, mediante la revisión y el mejoramiento tanto de los sistemas
electorales, los sistemas de representación y los sistemas políticos respectivos.
De esta manera, el debate conceptual por lo menos en América Latina ya no parece girar en torno
al surgimiento, la transición o la consolidación de la democracia, sino alrededor de la “calidad de
la democracia”, en torno a ¿qué tan buena es la democracia como forma de gobierno y de
convivencia?; ¿en qué medida las instituciones emanadas de tales gobiernos democráticos
responden y satisfacen las demandas de su ciudadanía? y ¿cómo se pueden garantizar
esencialmente, mayores condiciones de libertad y de igualdad para las y los ciudadanos?
Por supuesto que en el contexto Latinoamericano, México no es una excepción, en tanto que
también existen dificultades y limitaciones respecto a la organización, funcionamiento y 11 Ramírez Ocampo, Augusto. (2005). Democracia electoral, gobernabilidad y su impacto económico en América Latina. Foreign Affairs. Octubre-Diciembre. Volumen cinco, número cuatro. p: 53.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 165
resultados de la democracia. En el siguiente apartado consideramos algunas de ellas, con el
objetivo de contextualizar la posibilidad de aplicar el concepto sobre la calidad de la democracia,
después de tener claridad sobre el tipo de sistema político que tenemos y el proceso histórico de
su construcción, cuáles han sido sus principales cambios, y cuál ha sido la tendencia que han
obedecido, así como el estado y los avances del sistema con respecto a las condiciones de la
democracia. Eso es lo que abordaremos en los Capítulos VII y VIII.
6.1. Dificultades y Limitaciones de la Democracia en México
La existencia de un sistema electoral estable y fortalecido en el marco de una democracia
constitucional, no ha generado resultados positivos en cuanto a la confianza de las y los
mexicanos hacia las instituciones públicas, ni tampoco avances significativos en lo que se refiere
a los niveles de desarrollo humano a nivel mundial.
Aún sin considerar que la gran mayoría de los gobernantes en México han otorgado la más alta
prioridad a un conjunto de reformas y disposiciones económicas que se implementaron casi a la
par que las reformas electorales, los resultados de la economía mexicana no han repercutido de
manera positiva en la mayoría de la población; por lo contrario, gran parte de las
inconformidades respecto a las instituciones democráticas tiene que ver con los escasos
beneficios económicos logrados y en consecuencia, la ampliación de la brecha de desigualdad
entre ricos y pobres, entre propietarios y desposeídos, entre empleados y desempleados, entre
indígenas y mestizos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 166
Por tales motivos, algunos organismos internacionales de la mayor importancia e influencia en
cuanto a la definición e instrumentación de políticas económicas, encargados de analizar y
evaluar el desempeño de distintos indicadores económicos que dan cuenta de los niveles de
crecimiento de los países en desarrollo, han destacado que no obstante la economía como
directriz para las acciones institucionales de los países latinoamericanos, los aspectos sociales y
humanos no son menos importantes y que de hecho, es necesario atenderlos con planes,
programas y proyectos de política pública que permitan atenuar las condiciones de pobreza y
desigualdad de la población latinoamericana.
Tal es el caso del Banco Mundial, que ha señalado que como parte de la Alianza Estratégica del
Banco Mundial con el país 2004-2008, es necesario en México reducir la pobreza y la
desigualdad, aumentar la competitividad, fortalecer las instituciones y promover la
sustentabilidad ambiental, que en términos generales abarcan los ámbitos de la salud, la
educación, la agricultura, el trabajo, el medio ambiente, la gobernabilidad, la calidad de los
servicios estatales y la rendición de cuentas12.
Algunos otros organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI), han recomendado en distintos momentos y contextos,
instrumentar políticas públicas que permitan en México revertir la inequidad en la distribución de
12En http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/EXTSPPAISES/html
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 167
las obligaciones fiscales, crear fuentes estables y permanentes de empleo para la mayoría de la
población, así como mejorar los mecanismos de transparencia y acceso a la información, como
un método de combatir la corrupción.
Es decir, aún los organismos internacionales más importantes e influyentes del mundo en materia
económica, han comenzado a reconocer que es necesario dar un cambio en el contenido
tradicional de la democracia, y sus últimas recomendaciones han ido en el sentido de percibir al
sistema político democrático en términos de sus resultados, contenido y procedimientos. De
alguna manera, han señalado la necesidad de establecer una democracia con calidad, atacando
principalmente, las condiciones cada vez mayores de pobreza y desigualdad.
Por otra parte, existe también un conjunto de organismos internacionales que tienen entre sus
objetivos dar seguimiento, evaluar e informar sobre la situación que guarda el cumplimiento de
garantías individuales y sociales que son consideradas ya como valores universales de la
democracia, tales como la protección a la libertad, a la igualdad y en un ámbito más específico, a
la protección de los derechos humanos fundamentales, a través de indicadores que no son
estrictamente económicos, pero que sí dan cuenta sobre los niveles de desarrollo humano, social,
cultural e institucional de los países observados. Tales informes y resultados, son un parámetro
muy importante para conocer de cerca la relación entre democracia y ciudadanía, entre personas e
instituciones, entre gobiernos y gobernados, que para el caso que nos ocupa, nos permitirían con
la metodología adecuada, analizar de manera práctica el grado en que nuestra democracia cumple
o no con las expectativas sociales.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 168
Por ejemplo, en uno de los informes de Transparencia Internacional (diciembre 2006), se señala
que el 43% de la población mexicana considera que el gobierno en su conjunto alienta la
corrupción. En una escala de uno a cinco en orden creciente de percepción de corrupción, en
México se calificó a los partidos políticos en 4.4 y al Poder Legislativo en 4.313. Dicha
percepción no hace más que confirmar la desconfianza creciente de las y los mexicanos respecto
a dos instituciones de las más representativas de nuestra democracia: las que tienen exclusividad
para postular a candidatas y candidatos para puestos de elección popular, y la encargada de hacer
las leyes en nuestro país.
Por otra parte, en su informe 2007 el “Estado de los Derechos Humanos en el Mundo”14,
Transparencia Internacional señala que algunos de los principales problemas en México, se
refieren a la no instrumentación de reformas a la Constitución y a los sistemas de seguridad
pública y de justicia penal, que permitieran mejorar la protección de los derechos humanos y de
las garantías individuales.
El Informe sobre Desarrollo Humano 2006, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo,
muestra que México ocupa el lugar número 53 en el índice de desarrollo que contiene aspectos
como los ingresos, la educación y el acceso a los sistemas de salud. Nuestro país se encuentra por
13 En http://www.amnesty.org/es/library/info/POL10/007/2007. 14 En http://www.amnistiainternacional.org
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 169
debajo de países como Argentina (36), Chile (38), Uruguay (43), Costa Rica (48) e incluso Cuba
(50), con un régimen que no es considerado como democrático15.
En cuanto a la pobreza humana, el informe señala que México se ubica en el noveno lugar (de
102), aún con una ligera mejoría en cuanto a los niveles de alfabetización, de la generación del
Producto Interno Bruto per cápita y en el acceso al agua. En este sentido, una pregunta a realizar
es ¿qué es lo que México hace diferente en materia de políticas públicas respecto a éstos países
para lograr una mejor ubicación en el índice de desarrollo humano?, o en su caso ¿qué es lo
perfectible de la democracia mexicana para generar mejores condiciones de desarrollo humano y
social?
En un terreno más especializado, Human Rights Watch (por su nombre en inglés), organización
internacional humanitaria con el objetivo de observar e informar sobre la garantía de los derechos
humanos en diversos países, señaló en enero de 2007, que en México imperan deficiencias en
cuanto a la garantía de libertad de expresión, de acceso a la información, del derecho al empleo y
del derecho a la educación, así como condiciones más específicas que atentan contra los
principios de igualdad y de libertad, tales como la brutalidad policial, la tortura, la prisión
preventiva, impunidad que se traduce en la inaccesibilidad a la justicia y violencia de todo tipo
contra las mujeres16.
15 En http://www.undp.org/spanish/ 16 En http://www.hrw.org/doc/
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 170
En este sentido, una de las primeras conclusiones a las que podemos llegar, es que la democracia,
considerada en acepciones como la constitucional, institucional, procedimental o electoral, no
está cumpliendo por sí misma, con las expectativas en materia de igualdad y de libertad de las y
los mexicanos como garantías sociales; nuestras instituciones democráticas no han logrado la
confianza y la legitimidad necesarias para lograr su consolidación. La ciudadanía no percibe en la
actualidad y de manera palpable los beneficios directos de la democracia como forma de
gobierno y de convivencia.
Algunos de los resultados de la “Segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Practicas
Ciudadanas 2003” (ENCUP), de la Secretaría de Gobernación, mostraron que sólo 4 ciudadanos
de cada 10 tienen la impresión de que las leyes en México se elaboran a partir del interés público
y de justicia; 5 ciudadanos de cada 10 tienen una mala percepción de los partidos; sólo 4
ciudadanos de cada 10 tienen claro que México vive en una democracia; y 6 de cada 10 están
insatisfechos con el funcionamiento de la democracia. A partir de lo anterior, se confirma la
necesidad de instrumentar cambios institucionales en el sistema político mexicano, que permitan
mejorar la percepción ciudadana de los resultados de la democracia17.
Bajo la premisa de que orgánica y funcionalmente los mecanismos de acceso y distribución del
poder cada vez son mejores, o de que se van actualizando, lo que no se ha podido explicar, es el
distanciamiento o la contradicción entre el procedimiento democrático y los resultados de la
democracia. 17 En http://www.gobernacion.gob.mx/archivos/encup200312.pdf
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 171
Conforme al esquema que describe la composición de los sistemas políticos democráticos que
explicamos en el Capítulo I, podemos identificar que algunos de los problemas que enfrenta la
democracia mexicana, se encuentran primero, en la comunidad política, con la creencia
dominante de que las reformas legales, electorales, constitucionales y/o económicas, resolverían
los problemas de pobreza y desigualdad, es decir, que gran parte de los problemas del sistema
político mexicano se ha referido a la dirección o a la canalización de los cambios realizados en el
sistema. Tal como lo veremos en los capítulos VII y VIII, el conjunto de cambios y de reformas
aplicadas en México a través de su historia, no incluyeron como objetivos principales, la
ampliación de las garantías de igualdad y de libertad más allá del terreno político electoral. En
este sentido, el problema de la democracia en México, ha sido de dirección y de control de los
cambios, que se han inclinado hacia el aspecto formal y legal, por encima de las dimensiones
sustantivas de la democracia, como la igualdad y la libertad.
En segundo lugar, las estructuras intermedias, las estructuras de decisión y las estructuras de
autoridad en México, tampoco han canalizado los cambios del sistema político mexicano hacia el
cumplimiento de una democracia de ciudadanos con derechos y con garantías. Los partidos
políticos, los sindicatos, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, han dirigido los cambios del
sistema hacia mecanismos e instrumentos que en el ámbito de la democracia formal son
efectivos, pero que no han mejorado las condiciones de igualdad y de libertad de las y los
mexicanos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 172
El alto nivel de desconfianza ciudadana hacia las instituciones y el déficit de ciudadanía con
respecto al cumplimiento y al acceso pleno a un conjunto de derechos, indican que en México es
necesario dirigir algunos cambios que permitan transitar de una democracia electoral, hacia una
democracia con derechos y con instrumentos para combatir de manera eficiente a los altos índices
de pobreza y de desigualdad. Es necesario canalizar y atender satisfactoriamente las demandas de
la sociedad respecto a los servicios de salud, de educación, de trabajo y de rendición de cuentas.
Como ya lo hemos mencionado en capítulos anteriores, la utilización y la aplicación del concepto
sobre la calidad de la democracia, permitiría el estudio del sistema político mexicano, a partir de
la identificación de fallas, de la reorientación de los objetivos y de la evaluación de sus
resultados.
No obstante, para un conocimiento mucho más claro y preciso de la conformación del sistema
político mexicano, es necesario conocer los procesos de cambio más importantes que a lo largo
de su historia ha sufrido, para en un segundo momento, ubicar específicamente las repercusiones
que han tenido sobre las condiciones democráticas mexicanas. Para ello están dedicados los
Capítulos VII y VIII.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 173
Tabla de contenido CAPÍTULO VII. CONFORMACIÓN DEL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO: DEL AUTORITARISMO A LA DEMOCRACIA FORMAL ............................................................................................................................. 173
7.1. Fin de la Dictadura, Definición Constitucional de Democracia y Surgimiento del Partido Hegemónico (1911-1929)...................................................................................................................... 175
7.2. Presidencialismo Autoritario, Corporativismo y Movimientos Sociales (1930-1976) .................. 180
7.3. Reformas Electorales (1977-2007)................................................................................................. 187
CAPÍTULO VII. CONFORMACIÓN DEL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO: DEL AUTORITARISMO A LA DEMOCRACIA FORMAL
México es uno de los países más representativos en lo que se refiere al desarrollo institucional de
la democracia por un lado, pero con un escaso avance en cuanto a condiciones de libertad y de
igualdad para el grueso de la población. De hecho, como lo explicaremos en las siguientes
páginas, ninguna de las etapas históricas más importantes del país concluyó de manera clara y
contundente en el establecimiento de un régimen plenamente democrático.
Para entender lo que es hoy la democracia mexicana y conforme lo explicamos en el Capítulo I,
es necesario conocer los tipos de cambio más importantes del sistema político mexicano, en qué
parte de su estructura tuvieron lugar, cómo se dieron y hacia qué fines se destinaron.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 174
De aquí que otra aportación del esquema propuesto por Leonardo Morlino respecto a la
conformación de los sistemas políticos, es que además de conocer sus componentes y elementos,
permite entender cómo es que cambian, en dónde cambian y para qué cambian.
En este capítulo, lo que hacemos es describir algunos de los cambios más significativos del
sistema político mexicano, que en términos generales consistieron en dos cambios profundos, que
implicaron el cambio del sistema mediante el fin de la dictadura, la definición constitucional de
democracia y el surgimiento del partido hegemónico (1911-1929); así como el fin del
presidencialismo autoritario y el surgimiento de movimientos sociales (1930-1976); y en segundo
lugar, una serie de cambios fundamentales en el sistema, que una vez definido como
democrático, se fue perfeccionando paulatinamente en el ámbito formal mediante un conjunto de
reformas electorales y/o legales durante el periodo de 1977 a 2007.
De acuerdo con la aplicación del concepto sobre la calidad de la democracia, podemos adelantar
que la conformación y los subsecuentes cambios del sistema político mexicano, no estuvieron
acompañados de los principios de igualdad y libertad de las y los ciudadanos como prioridades,
sino que se concentraron en gran parte, a su diseño institucional y funcional, así como a los
mecanismos de acceso y de distribución del poder.
Una vez analizado el proceso de construcción y de cambio del sistema político mexicano, en el
Capítulo VIII estudiaremos los resultados que se originaron y cómo es que a la fecha ha quedado
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 175
definido en términos de lo que Huntington planteaba como institucionalización y modernización
del sistema.
Lo anterior nos ayudará a entender primero, cómo se definió nuestro sistema y segundo, si se
podría enmarcar como un tipo de sistema político democrático con calidad.
7.1. Fin de la Dictadura, Definición Constitucional de Democracia y Surgimiento del Partido Hegemónico (1911-1929)
El término del periodo conocido en la historia mexicana como Porfiriato (1876-1911), y definido
como un régimen totalitario o dictatorial, se logró gracias a un movimiento político-social,
encabezado por Francisco I. Madero, cuyos principios fundamentales fueron el “Sufragio
Efectivo y la No Reelección”, mismos que se opusieron a las seis reelecciones en la Presidencia
de la República de Porfirio Díaz, que en conjunto significaron treinta años de dictadura. El Plan
de San Luis (1910), publicado en el exilio por Francisco I. Madero, fue la convocatoria para la
revolución y el inicio del destierro de Porfirio Díaz. El 10 de octubre de 1911 se celebraron las
primeras elecciones directas y libres en la historia de México; el triunfo lo obtuvo por supuesto
Francisco I. Madero, a través del Partido Nacional Antirreleccionista. No obstante, dos años
después, Madero fue asesinado por Victoriano Huerta (1913), y su proyecto democrático-liberal
para garantizar el sufragio como método de elección de los gobernantes, fue interrumpido. Otros
líderes militares como Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco Villa y Emiliano Zapata,
continuaron con la Revolución Mexicana (y en algunos casos combatieron el intervencionismo
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 176
norteamericano) bajo principios político-constitucionales (Plan de Guadalupe); de paz y
desarrollo institucional pero bajo las armas (Plan de Aguaprieta); de la propiedad rural para los
revolucionarios; y de la tenencia de la tierra para los más pobres y desposeídos (Plan de Ayala),
respectivamente.
No obstante que los brotes de violencia se prolongaran hasta cerca de 1920, el gran resultado de
la Revolución Mexicana bajo el gobierno de Venustiano Carranza fue la Constitución de 1917,
cuyos principales efectos impactaron en los círculos obreros y agrarios, pues la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos de ese año, como resumen y reflejo de la “Ideología
de la Revolución Democrática”, reconoció un conjunto de derechos fundamentales y de garantías
sociales, y definió por primera vez al estado mexicano como democrático. Sin embargo, los
principios de la constitución, entendidos como los principios de la ideología de los vencedores,
subordinaron “desde el primer momento la cuestión de la democracia, concebida como
procedimiento legal y libre para que, mediando la competencia interpartidista, se legitimara el
poder público. El Régimen se negó a reconocer y auspiciar la pluralidad política, aunque
retóricamente aceptase su importancia”1.
Las alusiones de la Constitución a las elecciones, no fueron lo suficientemente explícitas y
comprometidas con la orientación democrática que caracteriza a las elecciones competitivas.
Aludieron a los requisitos formales de los candidatos, pero sin referirse a los partidos y sin definir
principios generales para regular los procedimientos electorales. Pese a todo, el formalismo se ha 1 Escobedo, J.F. (2000). Resonancias del México Autoritario. México: UIA. p: 32.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 177
cumplido, desde la promulgación de la Constitución mexicana se han celebrado elecciones sin
interrupción.
El proyecto político de Venustiano Carranza, fue uno de los que marcó la diferencia respecto a
países que apenas se acercaban a su proceso de independencia o de conformación como Nación,
la idea de que el aseguramiento de la paz y desarrollo sociales sólo sería posible bajo el mandato
de un presidente civil y la limitación del ejército a tareas específicas, era demasiado adelantada
para su época2. Militares que lo ayudaron para conseguir la Presidencia de la República como
Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, vieron amenazado su poder y lo traicionaron. En 1920
Carranza fue asesinado por Adolfo de la Huerta, quien asumió la presidencia de manera interina
por cinco meses, tiempo suficiente para convocar a elecciones y legitimar el arribo de Álvaro
Obregón como Presidente de la República (1920-1924). De 1924 a 1928, Plutarco Elías Calles
funge como titular del Poder Ejecutivo, quien por encargo de Álvaro Obregón y como muestra de
agradecimiento y lealtad, promovió una reforma constitucional para permitir la reelección
presidencial en periodo no inmediato.
En detrimento del legado maderista, una vez con el derecho que la constitución le permitía, en
1928 Álvaro Obregón resultó ganador de la elección federal y por consiguiente de su segundo
periodo de gobierno, pero no pudo tomar posesión del cargo, pues fue asesinado por José de León
2 Bajo su gobierno, en 1918 se aprobó la primera ley electoral del país. Sin embargo, la organización y orientación de las elecciones quedaron siempre determinadas por las relaciones e intereses políticos de caciques, caudillos y jefes militares. A pesar de la ley electoral, los resultados quedaban en manos de la discrecionalidad de las autoridades federales o locales con un absoluto poder de manipulación.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 178
Toral. Emilio Portes Gil es designado como presidente provisional durante los dos años
siguientes (1928-1930).
En el ámbito social, el cierre de esta etapa histórica tuvo como consecuencias principales la
pacificación del país mediante la disolución del movimiento zapatista, con motivo del asesinato
de su líder (1919), el derrocamiento del ejército de Francisco Villa (asesinado en 1923) y el
proceso de la reforma agraria mediante la expropiación de latifundios; por otra parte, se
consolidaron los sindicatos y diversas organizaciones populares, se reanudaron relaciones
diplomáticas con Estados Unidos, se reestructuró el ejército, se lograron avances importantes en
cuanto a la libertad de culto y la separación de la Iglesia y el Estado en 1926.
El año 1929 marcó el inicio de otra etapa en México, la del Maximato (1930-1936). En marzo de
ese año, Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR), con la unión de
varios partidos políticos regionales, grupos sociales y generales. Su objetivo principal fue
aglutinar las últimas fuerzas militares de la revolución y líderes sociales, a fin de controlar la
sucesión presidencial en México mediante la vía institucional y garantizar espacios de poder. El
periodo comprendió las presidencias de Emilio Portes Gil (1928-1930), de Pascual Ortiz Rubio
(1930-1932), de Abelardo L. Rodríguez (1932-1934) y los dos primeros años de la Lázaro
Cárdenas (1934-1940).
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 179
De acuerdo con Juan Francisco Escobedo3, el PNR se fundó 12 años después de la promulgación
de la Constitución de 1917 y a 19 años de distancia del movimiento maderista, los proyectos
políticos y consignas ideológicas difundidas entre 1910 y 1929, no dispusieron de un aparato
político capaz de centralizar la dirección política y el potencial de movilización que alimentaron.
Esta función habrá de cumplirla de alguna manera el PNR.
El PNR desarrolló diversos mecanismos de persuasión y de control que comenzaron a someter a
buena parte de las organizaciones políticas nacionales, regionales, estatales y municipales a fin de
lograr tres objetivos: la consolidación de un ejército federal leal al presidente, el desarme de los
campesinos revolucionarios que exigían el reparto de la tierra y la desaparición de los partidos
que implicaran cualquier oposición4. De esta manera, desde su fundación, se convirtió en el eje
fundamental del corporativismo en México, a través del cual se coartaban los derechos de
libertad de asociación y de expresión. El régimen mexicano era teóricamente pluralista, pero en el
curso del maximato, estuvo realmente conformado por un partido único, por un partido de estado
que a través de un gobierno que se autoproclamaba como democrático, combatió hasta
destruirlos, los dos principales partidos de oposición subsistentes5, el Partido Comunista
Mexicano (PCM) y el Partido Laborista Mexicano (PLM).
3 Escobedo, J. F. (2000). Resonancias del México Autoritario. México: UIA. 4 Garrido, L.J. (1982). El Partido de la Revolución Institucionalizada. p: 173. 5 El PCM se fundó en marzo de 1919, influenciado por el Partido Comunista en Moscú, y dirigido por José C. Valdéz, José Allen y Felipe Carrillo Puerto. El PLM, como una prolongación de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), surgió en diciembre de 1919, bajo la dirección de Luis N. Morones, ejerciendo una influencia decisiva durante el gobierno de Calles, hasta la ruptura con Cárdenas en 1935. En Escobedo, J. F. (2000). Resonancias del México Autoritario. México: UIA. p: 55.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 180
7.2. Presidencialismo Autoritario, Corporativismo y Movimientos Sociales (1930-1976)
Durante la primera mitad del sexenio del general Lázaro Cárdenas (1934-1940) 6, el régimen
mexicano se consolidó sobre dos instituciones fundamentales: un presidente de la República
fuerte y un Partido oficial que pretendía incorporar en su totalidad las masas obreras y
campesinas organizadas. El PNR se convirtió en una institución estatal bajo el control del Poder
Ejecutivo.
En esta etapa, el sistema político mexicano se fincó sobre un presidente de la República cuyos
poderes reales rebasaban sus facultades constitucionales y sobre un partido hegemónico sin
competencia alguna. No obstante, el PNR tenía una imagen popular bastante deteriorada y para la
mayoría de la población no era más que el partido de los caciques, de los políticos corruptos, de
los capitalistas y de los terratenientes. Aún con la incorporación de nuevas organizaciones de
clase obrera y campesina, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en 1936 y
la Confederación Nacional Campesina (CNC) en 1938, se había convertido en un aparato poco
efectivo frente a la complejidad de la sociedad mexicana, carecía de debates democráticos en sus
diversas instancias y prevalecía la tendencia de una centralización burocrática de la toma de
decisiones.
6 Lázaro Cárdenas fue el primer Presidente de la República en ocupar el cargo durante seis años. La facultad para hacerlo se fundamentaba en el denominado Plan Sexenal.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 181
El problema electoral era probablemente el más inmediato que se presentaba a la dirección del
PNR. Se debían encontrar mecanismos que permitiesen la participación de los dirigentes
sindicales –obreros, campesinos, burócratas o magisteriales- en la vida del partido. Las elecciones
primarias se caracterizaban por la aprobación plebiscitaria de los candidatos seleccionados, lo que
daba cierta legitimidad popular a las candidaturas, pero no existía en realidad ningún
procedimiento democrático. Las elecciones constitucionales, a pesar de la débil oposición
existente y de la casi nula participación popular, seguían caracterizadas por actos de violencia que
enfrentaban a candidatos oficiales con los disidentes, tanto las autoridades como los dirigentes
partidarios, en vez de promover la participación electoral de la ciudadanía, procuraban alejar a los
votantes de las casillas. La participación electoral era mínima y la hegemonía del partido venía
tanto del manejo ilegal que se hacía de los comicios por parte de los grupos oficiales como de la
ausencia de fuerzas políticas organizadas de oposición.
En consecuencia, en 1938, por iniciativa del Presidente Lázaro Cárdenas, el PNR se convirtió en
el Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Dicho cambio, generó un efecto de ruptura y
continuidad. Según Luis Javier Garrido7, el PNR había tenido por objetivo primordial el de
terminar con la multiplicidad de núcleos de poder constituidos por los grupos sociales regionales
y locales organizados en torno a caciques revolucionarios y el PRM, nueve años después,
representó una tentativa para concluir la participación de los militares en la política y para
subordinar las organizaciones sindicales y las ligas campesinas al nuevo estado. No obstante,
continuó siendo el órgano electoral oficial, encargado tanto de preparar las elecciones como de
7 Garrido, L.J. (1982). El Partido de la Revolución Institucionalizada. p: 297.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 182
seleccionar a los candidatos a los puestos de elección popular; el cambio de nombre sólo significó
una extensión del régimen autoritario y corporativista.
A partir de 1938, el régimen mexicano se definió aún más como del tipo de partido hegemónico.
Gracias a la integración de los principales sectores político-sociales –campesinos, obreros,
popular y militar-, el PRM adquirió un carácter corporativo que no había logrado antes. Aglutinó
al mayor número de organizaciones populares, ligas campesinas, sindicatos obreros, sindicatos de
empleados públicos (Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, FSTSE,
1938) y finalmente, las fuerzas armadas. Los principios e ideales de la democracia, quedaron
nuevamente rezagados de la agenda política.
En 1940, el gobierno de Manuel Ávila Camacho, sin dejar de buscar la consolidación del sector
público y de promover la necesidad de la intervención del Estado en la economía, tendió
prioritariamente a crear estímulos a la empresa privada, limitó la reforma agraria, dejó de aplicar
la educación socialista (iniciada por Lázaro Cárdenas) y llevó a cabo una política de oposición
sistemática a las demandas de los trabajadores. Hechos que propiciaron la inconformidad de los
sectores que hasta ese momento habían sido leales al PRM y que ocasionaron una nueva crisis
dentro del partido. Casi al final de la Segunda Guerra Mundial y como resultado de sus múltiples
efectos, en 1945 la dirección nacional propuso cambiar el nombre a Partido Revolucionario
Institucional; para ese entonces las fuerzas campesinas y obreras habían perdido el potencial
revolucionario, se sometieron a la eficiencia del aparato burocrático y ante la amenaza y el
chantaje de los militares, se resignaron al silencio en aras de la llamada “unidad nacional”.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 183
Con excepción de la capacidad de adaptación del partido hegemónico, nada cambió en México,
en materia de instauración de la democracia no se logró ningún avance. Ya para el año de 1968,
el movimiento estudiantil en México “irrumpió en un entorno político estructurado con base en
relaciones personales, mediaciones reconocidas, e incentivos previamente establecidos entre
actores de conductas previsibles y en espacios formalmente delimitados, donde no cabían
disonancias, ni críticas, ni oposiciones, menos si éstas adquirían forma de partidos políticos y
además tenían la osadía de pretender competir por el poder del PRI. Se trataba de un contexto
de relaciones tradicionales, corporativas, patrimonialistas, clientelistas y centralistas de la
política mexicana”8.
La de 1968 fue una movilización que quería cambiar las condiciones generales de la política,
“fue una defensa en los hechos de la posibilidad de practicar una disidencia franca, para crear
un ambiente nuevo de libertad. Se planteó la necesidad de cambiar la vida política; se advirtió
que el formato, los usos y las costumbres del Estado debían transformarse, atenerse a la mayor
complejidad y a la nueva pluralidad de la sociedad y la cultura mexicanas. El entramado legal
en ese entonces, no recogía ni reflejaba la política real, no existían verdaderos partidos políticos
nacionales”9.
8 Escobedo, J. F. (2000). Resonancias del México Autoritario. México: UIA. p: 104. 9 Becerra R., Salazar, P., Woldenberg, J. (2000). La mecánica del cambio político en México. Elecciones, partidos y reformas. México: Cal y Arena. pp. 16-19.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 184
Hasta este punto, según José Woldenberg10, el régimen mexicano se define como presidencialista,
con un Poder Ejecutivo que excede sus facultades constitucionales y ejerce algunas meta-
constitucionales, con subordinación de poderes al Ejecutivo Federal, toma de decisiones
centralizada, con organizaciones sociales, sindicales y empresariales corporativizadas y
clientelares; así como con partido hegemónico, elecciones sin competencia real, sin partidos de
oposición y leyes electorales restrictivas11. Algunas de esas facultades constitucionales y meta-
constitucionales del presidente, son las siguientes: 1. Designa al candidato presidencial del
partido único (PRI), quien se considera el virtual ganador de la contienda; 2. Es jefe de Estado y
de las fuerzas armadas, lo que le permite el control militar; 3. Es líder máximo del partido
hegemónico, lo que convierte al partido en propiedad del Estado, no se distingue al partido en el
gobierno del partido del gobierno; 4. Es negociador e interlocutor con las organizaciones sociales
y grupos de interés, corporativista y clientelar; 5. Designa a los candidatos del partido
hegemónico a las gubernaturas de las entidades federativas, lo que fortalece los cacicazgos
locales; 6. Designa a los candidatos del partido hegemónico para la Cámara de Diputados y el
Senado de la República; 7. Es líder incuestionable de las políticas gubernamentales; y 8.
Mantiene la iniciativa y el control de las reformas políticas y electorales12 .
La sucesión presidencial de 1970 ocurrió sin contratiempos. La regla de oro del régimen se
cumplió sin dificultades. Gustavo Díaz Ordaz, presidente saliente (1964-1970) ejerció su poder
discrecional e instruyó a los dirigentes del PRI y de los sectores campesino, obrero y popular, que
el candidato para la contienda presidencial debía ser su secretario de Gobernación, Luis 10 Woldenberg, J. (2002). La construcción de la democracia. México: Plaza y Janés. 11 Woldenberg, J. (2002). La construcción de la democracia. México: Plaza y Janés. p. 29 12 Escobedo, J. F. (2000). Resonancias del México Autoritario. México: UIA. pp. 120-127.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 185
Echeverría Álvarez. Pero la sucesión de 1976 fue diferente. Luis Echeverría embistió con la
candidatura presidencial a José López Portillo, pero la credibilidad del proceso sufrió una grave
crisis; a manera de protesta social, ningún candidato de oposición al PRI se registró para la
contienda.
Tal circunstancia interrumpió dos líneas de continuidad del régimen: a) desde 1930, a partir de la
existencia del PNR, el régimen toleró e impulsó la existencia de oposición al candidato
presidencial en turno, que no implicaba reconocimiento a la fuerza electoral real de la oposición,
y b) hasta antes de 1976 en la biografía de la elite presidencial se encontraban huellas de un
pasado militar, participación en procesos electorales, cargos partidistas y responsabilidades
públicas asociadas con el control político. José López Portillo no contaba con ninguna de esas
huellas, pero contaba con otras: inexperiencia política, experiencia burocrática en áreas técnicas
del gobierno y formación profesional en el extranjero, en Estados Unidos13.
En cuanto a los procedimientos democráticos, en 1970 seguía vigente la Ley Electoral de 1946,
que otorgaba amplias facultades al Poder Ejecutivo Federal para centralizar los procesos políticos
y electorales y controlar por medio de la Secretaría de Gobernación, los órganos e instituciones
que organizaban y dirigían las elecciones, como la Comisión Federal de Vigilancia Electoral y el
Registro Nacional de Electores. Desde 1963 se reformó la Constitución Política para abrir
espacios en la Cámara de Diputados a los partidos oficialmente reconocidos, que no podían
derrotar al PRI en los distritos electorales, se creó la figura de diputados de partido, siempre y 13 Escobedo, J. F. (2000). Resonancias del México Autoritario. México: UIA. p: 139.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 186
cuando obtuvieran el 2.5% de la votación nacional, y por cada medio punto porcentual se le
otorgaba un diputado más, hasta un máximo de 20 por partido, incluyendo los de mayoría
relativa; se reconoció constitucionalmente a los partidos, pero se rechazaban sistemáticamente las
solicitudes de quienes no contaban con el aval del PRI. En ese mismo año, se definió el conjunto
de partidos que permanecería inalterado por 14 años, durante los cuales se celebraron cinco
comicios federales: PRI, PAN, Partido Popular Socialista (PPS, y Partido Auténtico de la
Revolución Mexicana (PARM). Como ejemplo de que aún así no existía competencia real
alguna, no fue hasta el año 2000, cuando un candidato presidencial de oposición ganó las
elecciones14.
14 Ibíd., p.140
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 187
7.3. Reformas Electorales (1977-2007)
En 1977, el presidente José López Portillo decretó la nueva Ley Federal de Organizaciones
Políticas y Procedimientos Electorales (LFOPPE), y es considerada por algunos teóricos como el
inicio del proceso de liberalización democrática del régimen mexicano. De acuerdo con José
Woldenberg15, sin poner en riesgo alguno la hegemonía del partido de Estado, la reforma:
“declaró a los partidos políticos como “entidades de interés público” y dio paso a su
“constitucionalización”; abrió la puerta de la competencia electoral, mediante el “registro
condicionado” a las fuerzas políticas más significativas de la izquierda mexicana hasta entonces
marginadas (con la obligación de obtener el 1.5% de la votación nacional durante dos procesos
electorales consecutivos), en especial al Partido Comunista; concretó la ampliación del
Congreso y la introducción de los diputados plurinominales (300 de mayoría y 100 de
representación proporcional); propició que el Estado asumiera la obligación de otorgar
recursos para la subsistencia de todos los partidos, otorgó prerrogativas en los medios de
comunicación y en dinero público; abrió la posibilidad de los partidos políticos con registro
para participar en las elecciones en los estados y municipios bajo la figura de fusión o frentes; y
estableció un sistema impugnación electoral que contaba con instrumentos legales para solicitar
una inconformidad, protesta, queja, revocación y/o revisión16.
15 Woldenberg, J. en Suárez-Íñiguez, E. (coord). (2003). La Transición Democrática Mexicana: seis tesis, Enfoques sobre la Democracia. México: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. 16 Ibíd., p. 49
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 188
A su vez, la reforma electoral apuntó a la solución de tres grandes problemas17: A) Crisis de
legitimidad a principios de la década de 1970, provocada por la violenta represión del
movimiento estudiantil de 1968, así como por la precaria situación económica de la población en
general. B) La emergencia de nuevos partidos de oposición fuera del sistema oficial18. C) El
debilitamiento gradual de la capacidad competitiva de las fuerzas del PRI y por consecuencia de
su organización interna.
La legislación electoral emanada de la reforma de 1977, sirvió para regular las elecciones
federales de 1979, 1982 y 1985. A partir de entonces, las reformas más significativas del régimen
mexicano se dieron en el terreno electoral, a la par de las que se dieron en los ámbitos social y
cultural que en conjunto, propiciaron la transición mexicana y el establecimiento de condiciones
mínimas democráticas. La reforma otorgó las características necesarias para considerar el cambio
de sistema de partido hegemónico a un sistema pluripartidista.
En 1986, debido a la presión política de algunos partidos de oposición por los resultados de las
elecciones intermedias de 1985, el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) emitió
la consecuente reforma electoral, la cual sustituyó a la anterior LFOPPE por el Código Federal
Electoral; suprimió el registro condicionado y permitió las coaliciones y los frentes electorales;
17 Middlebrook, K.J. (1988). La liberalización política en un régimen autoritario: el caso de México, en O´Donnell, G. y Schmitter, P. (1988). Transiciones desde un gobierno autoritario (vol. 2). Buenos Aires: Paidos. pp. 187-223. 18 Partido Democrático Mexicano (PDM 1971), Partido Socialista de los Trabajadores (PST 1973), Unidad de Izquierda Comunista (UIC 1973), Movimiento de Acción y Unidad Socialista (MAUS 1973), Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT 1974), Partido Popular Mexicano (PPM 1975), Partido Socialista Revolucionario (PSR 1976), Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT 1976); todos aliados al Partido Comunista Mexicano (1919).
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 189
precisó el acceso de los partidos a los medios de comunicación y a los recursos económicos;
incrementó el número de diputados plurinominales de 100 a 200; dispuso la renovación del
Senado de la República cada tres años; permitió a diferencia de la ley anterior, que el partido
mayoritario participara en la distribución de diputados de representación proporcional en la
Cámara de Diputados, aunque con la limitación de no pasar de 350 curules en total, lo que
equivalía a 70% de los asientos de la Cámara Baja (llamada cláusula de gobernabilidad); fijó 15
minutos mensuales para los partidos en tiempo de transmisiones, incrementándose en periodos
electorales, así como la realización de programas especiales para la divulgación de sus
propuestas; y contempló la creación del Tribunal de lo Contencioso Electoral, que sustituyó las
facultades de la Suprema Corte de Justicia adquiridas mediante la ley de 1977.
Después de las elecciones federales de 198819, cuyos resultados fueron fuertemente criticados por
un movimiento social en crecimiento, Carlos Salinas de Gortari instrumentó la siguiente reforma
electoral (1989-1994), mediante la cual se sustituyó al Código Federal Electoral por el Código de
Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), y se crearon cuatro nuevas instituciones:
19 Los resultados electorales de 1988 exhibieron el fenómeno que venía gestándose desde hacía buen tiempo en el país: el desgaste y la quiebra del modelo de dominación a partir del control y la gestión corporativa. El fin del partido "prácticamente único" implicó para el PRI no sólo entender y aceptar que el pluralismo político consolidaba a otras opciones, sino también que esta misma diversidad tenía que ampliarse y extenderse al interior de su propio partido. Además, la lección de 1988 para el PRI fue que había llegado la hora de ajustar cuentas con los sectores corporativos ante su autoritarismo y descomposición, así como por su incapacidad para ampliar su base social y penetrar en otros espacios, particularmente en aquellos núcleos ciudadanos que se habían ampliado con el desarrollo y la modernización del país. Abrir nuevos espacios a la participación y, desde luego a la representación, implicaba restarle posiciones a sus organizaciones corporativas. En Reyes del Campillo, J. El sistema de partidos en la transición mexicana. México: UAM Xochimilco.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 190
a) el Instituto Federal Electoral como organismo público autónomo de carácter
permanente, con personalidad jurídica y patrimonio propios, en el que se deposita la
función estatal de organizar las elecciones;
b) el Registro Federal de Electores;
c) el Servicio Profesional Electoral; y
d) el Tribunal Federal Electoral.
Con respecto a los partidos políticos, se recobró la figura del registro condicionado al resultado
de las elecciones; se suprimió la figura de la candidatura común y se regularon de manera más
precisa las coaliciones electorales; se suprimieron las asociaciones políticas y se mantuvo la
exclusividad de los partidos políticos para postular candidatos; se amplió sobre nuevas bases el
financiamiento a los partidos y se introdujeron disposiciones relativas al desarrollo de las
campañas y a la propaganda electoral.
En lo que se refiere a la integración del Consejo General del IFE, los consejeros ciudadanos
tendrían a su cargo la organización y vigilancia de los procesos electorales; así los partidos con
voz pero sin voto, dejarían de ser juez y parte, lo cual brindó un mayor índice de credibilidad a
este organismo y a las elecciones en general.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 191
En materia de competencia electoral, se establecieron principios que buscaban mejores
condiciones de equidad en el acceso a los medios de comunicación, mayor equilibrio en el
financiamiento; establecimiento de topes a los gastos de campaña; acceso a las listas nominales
de electores; y se modificaron los requisitos para el registro de nuevos partidos.
Durante esta etapa en México y como consecuencia de la aplicación de las reformas anteriores, el
desarrollo de la democracia institucional tuvo su mayor avance en el terreno de los procesos
electorales de las entidades federativas, tanto para gobernadores, presidentes municipales y
congresos locales, que permitieron además del establecimiento y funcionamiento de las
instituciones locales, equidad y limpieza en contiendas electorales reñidas, partidos políticos
fuertes, votación libre, plural y diversa, cauces legales para solucionar conflictos, gobiernos
divididos y alternancia en los municipios y estados20.
Un ejemplo de ello, es que en 1988, no más del 3% de la población mexicana vivía en municipios
gobernados por partidos distintos al PRI. En 1990, la cifra llegó al 10.45%; en 1992, al 14.4%; en
1995, al 24.3%; en 1996, al 37.5% y en 1997 al 44.2%. Por otro lado, en 1988 solamente el
26.8% de los escaños en la totalidad de los Congresos Locales eran ocupados por partidos
distintos al PRI. En 1990 la cifra llegó al 31.22%; en 1992, al 32.49%; en 1995, al 38.63% y en
1997, al 49.45%. Adicionalmente, desde 1989, año en el cual el Partido Acción Nacional ganó
oficialmente su primera gubernatura en la historia pos revolucionaria mexicana (Baja California),
a partir de entonces, nuevos estados se sumaron la lista: Chihuahua (1992), Guanajuato (1995),
20 Becerra, R., Salazar, P., Woldenberg, J. (2000). La mecánica del cambio político en México. Elecciones, Partidos y Reformas. México: Cal y Arena, pp. 486-487.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 192
nuevamente Baja California (1995), Jalisco (1995), Querétaro (1997), Nuevo León (1997) y
Aguascalientes (1998). El Partido de la Revolución Democrática, ganó la elección de jefe de
gobierno en el Distrito Federal (1997), en coalición con el Partido del Trabajo y el Verde
Ecologista de México ganó Tlaxcala (1998) y en coalición con el PT, Baja California Sur (1999).
Así, de las treinta y dos entidades federativas en que se divide el país, once ya habían sido
gobernadas por partidos distintos al PRI, lo cual significa que el 35.51% de la población vivió en
ese lapso la experiencia de ser gobernados por partidos de oposición21.
En el ámbito federal, no obstante el avance de los partidos de oposición y la mayor participación
ciudadana en las elecciones, la estabilidad política del país tuvo algunas sacudidas en el año
1994: el levantamiento armado de Chiapas, el asesinato de Luis Donaldo Colosio (candidato del
PRI a la Presidencia de la República) y el asesinato del Secretario General del Partido
Revolucionario Institucional, José Francisco Ruiz Massieu; hechos que pusieron al descubierto
por una parte la situación de marginación y exclusión de los pueblos y comunidades indígenas en
el país, y por otra, la crisis de una clase política que perdía espacios de poder y privilegios
propios de un régimen de partido hegemónico.
En 1996 tuvo lugar la última de las reformas electorales, por lo menos hasta las elecciones
federales del año 200022, misma que culminó con un nuevo marco jurídico electoral y con el
21 Lujambio, A. (2002). Adiós a la excepcionalidad: régimen presidencial y gobierno dividido en México. México: CLACSO. 22 Una de las últimas reformas electorales se dio en el año 2005, en materia del derecho al voto de los ciudadanos y ciudadanas mexicanas residentes en el extranjero, misma que aplicó para las elecciones federales de este año 2006.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 193
avance de la democracia en México23. Concretó la autonomía total de los órganos electorales, es
decir, su plena independencia con relación al gobierno y a los partidos políticos. Los ocho
Consejeros Electorales y el Presidente del Consejo, los únicos miembros con voto en el máximo
órgano del Instituto Federal Electoral, son elegidos en la Cámara de Diputados por el consenso de
los partidos políticos, en virtud de que el gobierno debía abandonar la organización electoral, y
esta tenía que pasar a manos de personas que gozaran de la confianza de los partidos políticos; en
cuanto al Tribunal Electoral, la designación de los magistrados que lo componen ya no corre a
cargo de la Cámara de Senadores a propuesta del Presidente de la República, sino que son
votados en la Cámara de Senadores a propuesta de la Suprema Corte de Justicia.
Así, fue instaurado el control de legalidad y de constitucionalidad, el Tribunal ya no está limitado
a atender los problemas de índole federal, ahora puede conocer y resolver conflictos locales; se
modificó el régimen legal de los partidos políticos, exigiendo nuevamente el umbral del 2% de la
votación nacional y se creó una figura nueva para la organización de opciones distintas: las
Agrupaciones Políticas; las condiciones de la competencia mejoraron, los recursos financieros
públicos de los partidos aumentaron, lo mismo que el acceso a los medios electrónicos.
La autoridad electoral contó con mejores instrumentos para fiscalizar, revisar y modular los
gastos en las campañas de los partidos; se ajustaron las fórmulas de representación en el
23 Woldenberg, J. (1999). Encuentro "Iberoamérica en el siglo XXI: Qué sociedad pretendemos construir en el siglo de la globalización". Madrid, España: Nexos 261.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 194
Congreso, de modo tal que la relación entre votos y escaños quedó mejor equilibrada; y se
restaron los márgenes de sobre-representación de los partidos en la Cámara de Diputados.
Asimismo, se inyectó mayor pluralismo a la Cámara Alta mediante la elección de 32 senadores
en una lista nacional de representación proporcional; y por último, se abrió la competencia
electoral en la Ciudad de México, mediante la elección directa de su Jefe de Gobierno y de sus 16
delegaciones, y se ampliaron las facultades de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
En general, se atendieron seis grandes temas: el régimen de partidos, la nueva conformación del
Poder Legislativo Federal, los órganos electorales, la justicia electoral, condiciones de
competencia más equitativas e igualitarias y reforma política del Distrito Federal24. Según el tipo
de las reformas, podemos distinguir al menos tres fases: a) la restricción-apertura a la
participación de las primeras negociaciones transicionales (1977-1986); b) la definición de las
condiciones de la competencia, cuyos ejes fundamentales son la limpieza y la transparencia de los
procesos electorales (1990-1994); y c) los ajustes institucionales para la consolidación de la
democracia procedimental (1994-1996).
En 1997, con la realización de elecciones para jefe de gobierno del Distrito Federal, los
competidores fueron aceptables, no hubo denuncia alguna de fraude y se colocó en la Cámara de
Diputados una mayoría de legisladores de oposición. Se abonó a la transparencia electoral, a la 24 Woldenberg, J. (2002). Después de la transición: Woldenberg. Entrevista, Milenio Diario de Monterrey, 20-21 A, jueves 29 de agosto.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 195
descentralización política, al fortalecimiento de contrapesos, al fin del corporativismo y el apego
a la ley.
En año 2000, los resultados de las elecciones federales para presidente, e intermedias para la
Cámara de Diputados, otorgaron el triunfo a un partido de oposición como el de Acción
Nacional25 (PAN). La importancia del hecho radicó en que finalmente en México, se pudo
transferir el poder del gobierno federal, de un partido a otro, mediante elecciones libres, limpias y
competitivas. La alternancia en el poder lograda en ese año, no significó el inicio de algo nuevo,
sino la conclusión de un proceso de reformas electorales, en el que los cambios políticos
sustituyeron las relaciones políticas autoritarias por partidos consolidados, con aumento de su
competitividad y la alternancia en los niveles municipal y estatal.
Por otra parte, es importante señalar que otra de las reformas electorales en nuestro país, se dio en
junio de 2002, a raíz del interés de organizaciones sociales de mujeres y de los partidos políticos
por incorporar en la vida institucional y política de México, acciones afirmativas de equilibrio
entre hombres y mujeres. Dicha reforma al Código Federa de Instituciones y Procedimientos
Electorales (COFIPE), consistió en garantizar la igualdad de oportunidades y la equidad entre los
géneros, para tener acceso a cargos de elección popular, asegurando para las mujeres por lo
menos, el 30% de las candidaturas para diputadas federales y senadoras de la república, tanto de
representación proporcional como de mayoría relativa. Es decir, que ningún partido político
25 El porcentaje de la votación fue el siguiente: Alianza por el Cambio: 42.52%; PRI: 36.10%; Alianza por México: 16.64%; PCD: .55%; PARM: .42% y DS: 1.57%. Fuente: Instituto Federal Electoral, año 2000.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 196
puede exceder del 70% de candidaturas de un solo género para ambos cargos, mediante la
incorporación de dicha disposición a sus estatutos respectivos. De la misma manera, se
incluyeron disposiciones legales para cancelar o rechazar por parte del Instituto Federal Electoral,
las listas partidistas de candidaturas que incumplan con dicha norma.
Ya en el año 2007, se discutió y se aprobó un nuevo conjunto de reformas constitucionales en
materia electoral y la cual consistió esencialmente en tres ejes: 1. Disminución en forma
significativa el gasto de campañas electorales; 2. Fortalecimiento de las atribuciones y facultades
de las autoridades electorales federales; y 3. Diseño de un nuevo modelo de comunicación entre
la sociedad y partidos.
A su vez, el contenido principal de las reformas se puede resumir de la siguiente manera:
a) Se reduce el financiamiento público, destinado al gasto en campañas electorales.
b) Se estipula una nueva forma de cálculo del financiamiento público para actividades
ordinarias de los partidos políticos.
c) Se establecen límites menores a los hoy vigentes para el financiamiento privado que
pueden obtener los partidos políticos.
d) Se reducen los tiempos de campañas electorales y se regulan las precampañas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 197
e) Se perfeccionan las facultades del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, con respecto a la no aplicación de leyes electorales contrarias a la
Constitución.
f) Se renuevan de manera escalonada a los consejeros electorales.
g) Se prohíbe que actores ajenos al proceso electoral incidan en las campañas electorales y
sus resultados.
h) Se prohíbe a los partidos políticos contratar propaganda en radio y televisión.
En los tres apartados anteriores, hemos descrito algunos de los cambios que consideramos más
importantes para la definición del sistema político mexicano y los cuales han implicado su
transformación. De tal descripción, se desprende que en la primera etapa de cambio (1911-1929),
se transitó de un sistema dictatorial hacia el establecimiento de una democracia constitucional
con partido hegemónico; en la segunda etapa que va de 1930 a 1976, se transitó de un sistema
político con partido hegemónico hacia la conclusión de un presidencialismo autoritario, con
movimientos sociales fuertes.
La tercera etapa se define como un conjunto de cambios del sistema, porque tuvieron como base
las reformas anteriores que permitieron en primer lugar, la abolición de la dictadura y la
definición constitucional de democracia; y en segundo, la eliminación de prácticas políticas no
democráticas, como lo eran el sistema de partido hegemónico y el sistema presidencialista
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 198
autoritario. Por tal motivo, el conjunto de cambios en esta etapa, se inclinó de manera
preponderante al ámbito político-electoral y al marco jurídico mexicano, de modo que se
pudieran controlar y dirigir los cambios provocados por las transformaciones anteriores del
sistema; no obstante que dicho control y dirección de los cambios, no se canalizaron hacia el
fortalecimiento y protección de la igualdad y de la libertad como dimensiones sustantivas de la
democracia, sino específicamente a las reglas y procedimientos que regulan el acceso y la
distribución del poder.
Sin embargo, como lo veremos en el capítulo siguiente, el conjunto de reformas electorales que
se dieron en esta etapa, incidieron en el grado de institucionalización y de modernización de las
reglas formales de nuestro sistema.
Es importante mantener este capítulo presente, porque en el siguiente, enfocamos el estudio de
nuestro sistema en torno al marco teórico sobre la composición del sistema, el grado o nivel de
institucionalización del sistema, la definición de democracia, si el sistema se construyó bajo los
principios de igualdad y de libertad como prioridades, si contamos con las condiciones mínimas
de la democracia, y si se pudo construir una democracia con calidad.
Los procesos de transición y de instauración de la democracia mexicana a los que se hacen
referencia en el siguiente capítulo, sirven para contextualizar su aplicación.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 199
Tabla de contenido CAPÍTULO VIII. TRANSICIÓN E INSTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO .................................... 199
8.1. Etapas del Cambio Político en México ........................................................................................... 203
CAPÍTULO VIII. TRANSICIÓN E INSTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO
Conforme al marco teórico que explicamos en el Capítulo I sobre los tipos y modalidades del
cambio en los sistemas políticos, el cambio referido al proceso de transición e instauración de la
democracia en el sistema mexicano, se logró a través de cambios en la comunidad política a
nivel de partidos políticos, sindicatos, estructuras corporativas u organizaciones sociales; en el
régimen a nivel de ideologías, reglas del juego formales y no formales; así como en las
estructuras de decisión e impositivas, mediante el conjunto de reformas electorales y/o legales
en el periodo comprendido del año 1977 a 1996, y los resultados de la Elección Presidencial del
año 2000, en el que por primera vez en la historia, un partido distinto al oficial, ganó mediante el
voto directo de la mayoría de las y los ciudadanos, el ejercicio del Poder Ejecutivo Federal.
Previo al periodo de instauración, tuvo lugar la etapa de transición1, entendida ésta como “el
intervalo que se extiende entre un régimen y otro”2. En el caso mexicano, el intervalo de
1 En México no existe consenso en cuanto al inicio del proceso de transición: algunos consideran al movimiento político-social de 1968; otros, al conjunto de reformas electorales que tuvieron lugar de 1977 a 1996, así como los resultados de las elecciones federales de 1988 y de 1997; y otros más, a la alternancia en el poder presidencial del año 2000, como resultado también de un proceso electoral. 2 O’Donnell, G. Schmitter, P. (1994). Transiciones desde un gobierno autoritario: conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas, Tomo IV. Madrid: Paidos, p: 19.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 200
disolución del régimen autoritario3, caracterizado por la existencia de un líder o de un pequeño
grupo de personas que ejercían el poder sin límites formales bien definidos, con un limitado
pluralismo político, sin movilización política de masas, ni con ideología oficial, con algunas ideas
dominantes, con un sistema de partido hegemónico, representado por el Partido Revolucionario
Institucional (PRI), el cuál ocupó la Presidencia de la República por más de setenta años; hacia el
establecimiento de un régimen multipartidista con elecciones libres y recurrentes.
Para decirlo de otra manera, el proceso de transición en México consistió en pasar de un régimen
con una elite gobernante omnipotente, con capacidad de reproducción y permanencia en el
gobierno, sin equilibrio entre poderes, sumamente centralista y personalista, con apertura limitada
y controlada del ámbito electoral y con restricción a un conjunto de libertades como las de
expresión, de elección y de manifestación; al establecimiento de un sistema multipartidista, con
elecciones libres y periódicas, con alternancia política en los poderes federales, así como con
participación y representación paulatinas de la oposición en los puestos de gobierno estatales y
municipales.
Por otra parte, el proceso de transición en México, abrió el debate y la discusión respecto al tipo
de cambios que se requerían, sobre cómo instrumentarlos y hacia donde dirigirlos. Una vez
desvanecido el régimen autoritario, se evidenció la disyuntiva entre el mejoramiento de los
procedimientos y mecanismos de acceso al poder, y el mejoramiento de los procedimientos y
3Linz, J. (1964). Un régimen autoritario: España. Helsinki: Columbia University.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 201
mecanismos para el ejercicio del poder, que permitieran a la ciudadanía, mejores condiciones de
igualdad y de libertad.
La definición en sí del proceso de instauración de la democracia, da cuenta de lo que se
consideró como prioridad: la derogación de las estructuras y los comportamientos que
caracterizaron al régimen autoritario precedente y su gradual deslegitimación, así como el
rediseño institucional y normativo, que se refiere al proceso de definición, aprobación y puesta en
práctica de las nuevas reglas del juego y los procedimientos políticos democráticos4.
Una serie de reformas constitucionales y legales que se mantuvieron por un largo periodo en
México, mostraron esta tendencia de rediseño y fortalecimiento institucional, que si bien
podemos referirnos a ellas sin demérito, no repercutieron de manera importante en las
dimensiones sustantivas de la democracia: la igualdad y la libertad de las y los ciudadanos.
De hecho, el argumento principal de este apartado es que los periodos tanto de transición como
de instauración de la democracia en México, se circunscribieron a los aspectos teóricos y
formales que definen a ambos procesos, sin considerar en algún momento, la igualdad y la
libertad de las personas como objetivo fundamental. Es decir, el periodo de transición, tal como
lo indica la definición que retomamos, cumplió con el objetivo de pasar de un sistema autoritario
a un sistema democrático mediante el establecimiento de un sistema de partidos plural y 4 Cansino, César. (2004). El desafío democrático. La transformación del Estado en el México Postautoritario. México: CEPCOM, pp. 37-39.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 202
competitivo, así como de un sistema electoral mixto con mecanismos de representación por
mayoría y por representación proporcional, conforme a los resultados de las elecciones.
El periodo de instauración se fundamentó básicamente, en la definición de las nuevas reglas del
juego mediante la creación de nuevas estructuras institucionales y de procedimientos legales que
regulan el acceso y la distribución del poder.
Sin embargo, como es evidente en ambos procesos, no se identifica que los objetivos de igualdad
y de libertad formen parte del conjunto de cambios políticos o de reformas institucionales
subsecuentes.
En México, hemos arribado a un tipo de democracia electoral, que como ya lo mencionamos, es
importante, pero no suficiente para el avance de las dimensiones sustantivas de la democracia, y
tampoco para lograr un estado democrático de derecho con rendición de cuentas efectiva.
Lo que se ha logrado en cambio, son condiciones mínimas que podrían fungir como base para
ampliar y garantizar la igualdad y la libertad de las y los ciudadanos mediante la aplicación del
concepto de calidad de la democracia. Para colocar a los ciudadanos como actores de la
democracia y como centro de las acciones institucionales.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 203
8.1. Etapas del Cambio Político en México
Para entender el origen de la democracia mexicana, así como los procesos mediante los cuales se
dieron los cambios del sistema político, esencialmente en torno a los mecanismos de acceso y
distribución del poder, presentamos en el esquema siguiente, las modificaciones que
consideramos como determinantes en cada una de las etapas que mencionamos en el capítulo
anterior, en cuál de los componentes del sistema se originaron, y qué elementos afectaron: 1. Fin
de la Dictadura, Definición Constitucional de Democracia y Surgimiento del Partido Hegemónico
(1911-1929); 2. Presidencialismo Autoritario, Corporativismo y Movimientos Sociales (1930-
1976); y 3. Reformas Electorales (1977-2007).
Etapas del Cambio Político en México5
ETAPA DE CAMBIO
COMUNIDAD POLÍTICA
RÉGIMEN AUTORIDADES
Cambio de una ideología dictatorial o totalitaria, a una ideología revolucionaria a favor del sufragio efectivo y la no reelección.
Avances en la libertad de culto y en establecimiento del Estado laico.
Del Régimen dictatorial al establecimiento del sufragio como método para la elección de gobernantes.
Sin libertad de asociación ni de expresión.
Derrocamiento de Porfirio Díaz y surgimiento de nuevos líderes revolucionarios.
Fin de la Dictadura, Definición Constitucional de Democracia y Surgimiento del Partido Hegemónico (1911-1929)
Estructuras Intermedias:
Surgimiento de grupos que abanderaban distintos objetivos: contra la intervención norteamericana en asuntos nacionales; la
Reglas Formales:
Promulgación de la Constitución Política de 1917.
Reconocimiento de un conjunto de derechos y de garantías sociales.
Definición del régimen mexicano
Surgimiento de personalidades que impulsaron la institucionalización del régimen mexicano mediante la creación de nuevas instituciones.
5 Fuente: elaboración propia con datos de las referencias bibliográficas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 204
ETAPA DE CAMBIO
COMUNIDAD POLÍTICA
RÉGIMEN AUTORIDADES
institucionalización del régimen mexicano; a favor de la propiedad rural y de la tenencia de la tierra para los más pobres y desposeídos.
Surgimiento del Partido Nacional Revolucionario (1929).
Surgimiento de sindicatos obreros, de organizaciones rurales y campesinas.
como democrático.
Establecimiento de elecciones periódicas.
Reglas no Formales:
Mecanismos de control y persuasión para someter a organizaciones políticas nacionales, regionales, estatales y municipales, que estuvieran en contra del PNR.
Estructuras Impositivas:
Reorganización y reestructuración del Ejército Mexicano y de grupos revolucionarios.
Presidencialismo Autoritario, Corporativismo y Movimientos Sociales (1930-1976)
Ideología dirigida hacia la unidad nacional.
Centralización burocrática de la toma de decisiones.
Estructuras Intermedias:
Surgimiento de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de la Confederación Nacional Campesina (CNC), como estructuras corporativas y clientelares, además de organizaciones de burócratas y/o magisteriales.
Cambio de nombre del Partido Nacional Revolucionario (PNR), a Partido de la Revolución Mexicana (PRM), en 1938.
Presidencialismo Autoritario con partido hegemónico.
Estructuras de Decisión:
Poderes subordinados al Ejecutivo Federal.
Elecciones sin competencia.
Sin pluralismo político.
Existencia de la Comisión Federal de Vigilancia Electoral y del Registro Nacional de Electores.
Reglas Formales:
Leyes electorales restrictivas.
Reglas del juego no formales:
Relaciones tradicionales, corporativas, patrimonialistas, clientelistas y centralistas.
Facultades meta-constitucionales del Presidente de la República:
Designación del candidato del PRI
Presidente General Lázaro Cárdenas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 205
ETAPA DE CAMBIO
COMUNIDAD POLÍTICA
RÉGIMEN AUTORIDADES
Surgimiento de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), en 1938.
Cambio de nombre al Partido de la Revolución Mexicana (PRM), a Partido Revolucionario Institucional (PRI), en 1945.
Movimiento estudiantil de 1968.
Distinción clara de organizaciones campesinas, obreras y populares.
Establecimiento de partidos políticos leales al presidente en turno.
a la Presidencia de la República.
Líder máximo del partido hegemónico.
Designación de candidatos a puestos de elección popular en los estados y en los municipios, para las Cámaras de Diputados y de Senadores.
Dirección y control de las reformas políticas y electorales, mediante la Secretaría de Gobernación.
Presidente Manuel Ávila Camacho.
Presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Reformas Electorales
REFORMA ELECTORAL DE 1977.
Creencia dominante:
Crisis de legitimidad y precaria situación económica de la población.
Reglas Formales:
Decreto de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LFOPPE).
Declaración de los partidos políticos como entidades de interés público.
Competencia electoral mediante el registro condicionado de partidos de oposición.
Establecimiento de un sistema de impugnaciones electorales, a través de la Suprema Corte de Justicia.
Reglas no formales:
Emergencia de nuevos partidos de
Presidente José López Portillo.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 206
ETAPA DE CAMBIO
COMUNIDAD POLÍTICA
RÉGIMEN AUTORIDADES
oposición fuera del sistema oficial.
Estructuras de Decisión:
Debilitamiento gradual de la capacidad competitiva del PRI.
Establecimiento de un sistema pluripartidista.
REFORMA ELECTORAL DE 1986.
Creencia Dominante:
Apertura gradual a la participación de oposición.
Reglas Formales:
Cambio de la LFOPPE, al decreto de Código Federal Electoral.
Apertura de los medios de comunicación de los recursos públicos a los partidos políticos.
Ampliación del sistema de representación proporcional en el Senado y en la Cámara Baja.
Creación del Tribunal de lo Contencioso Electoral.
Definición de condiciones de competencia, mediante la limpieza y la transparencia de los procesos electorales.
Presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
REFORMA ELECTORAL DE 1989-1994.
Creencias Dominantes:
Se consideró importante buscar condiciones de equidad en la participación y representación de los partidos políticos.
Propiciar un clima de pluralidad y alternancia en los estados, municipios
Reglas Formales:
Se deroga el Código Federal Electoral, y se decreta el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE).
Se introdujeron disposiciones nuevas en torno al desarrollo de campañas y de propaganda electoral de los partidos políticos.
Se establecieron las bases para el funcionamiento de las instituciones locales.
Reglas no Formales:
Presidente Carlos Salinas de Gortari.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 207
ETAPA DE CAMBIO
COMUNIDAD POLÍTICA
RÉGIMEN AUTORIDADES
y congresos locales.
Estructuras Intermedias:
Fortalecimiento de los partidos políticos de oposición y de organismos de la sociedad civil.
En 1994, tiene lugar el levantamiento armado en el Estado de Chiapas.
Se desgasta el modelo de dominación a partir del control y la gestión corporativa.
Estructuras de Decisión:
Se crea el Instituto Federal Electoral, como organismo público autónomo, con la función principal de organizar las elecciones.
Se establece el Registro Federal de Electores.
Se crea el Servicio Profesional Electoral.
Se establece el Tribunal Federal Electoral.
En el mismo año, el candidato del PRI a la Presidencia de la República es asesinado.
Meses después es asesinado también el Secretario General del PRI, José Francisco Ruíz Massieu.
REFORMA ELECTORAL DE 1996.
Ajustes institucionales para la instauración de la democracia.
Estructuras Intermedias:
Establecimiento legal de las Agrupaciones Políticas Nacionales.
Reglas Formales:
Concreción de la autonomía de los órganos electorales y su independencia con relación al gobierno y a los partidos políticos.
La Cámara de Diputados posee facultades para la selección de los consejeros electorales del IFE.
El Senado de la República elige a los magistrados electorales.
Ampliación del pluralismo en la Cámara de Senadores, así como de la competencia electoral en el Distrito Federal, mediante la elección directa tanto del Jefe de Gobierno, como de los titulares de sus 16 delegaciones.
Se ampliaron las facultades de la Asamblea Legislativa.
Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León
ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL AÑO 2000.
Régimen:
Alternancia en el poder presidencial. Después de más de
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 208
ETAPA DE CAMBIO
COMUNIDAD POLÍTICA
RÉGIMEN AUTORIDADES
70 años, un partido político distinto al PRI, ganó mediante el voto ciudadano, el ejercicio del Poder Ejecutivo Federal.
REFORMA ELECTORAL DE 2007.
Fortalecer las atribuciones y facultades de las autoridades electorales federales.
Diseñar un nuevo modelo de comunicación entre la sociedad y partidos.
Reglas Formales:
Reducción del financiamiento público, destinado al gasto en campañas electorales.
Una nueva forma de cálculo del financiamiento público para actividades ordinarias de los partidos políticos.
Reducción en tiempos de campañas electorales y regulación de precampañas.
Perfeccionamiento de las facultades del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con respecto a la no aplicación de leyes electorales contrarias a la Constitución.
Prohibición para que actores ajenos al proceso electoral incidan en las campañas electorales y sus resultados.
Prohibición para los partidos políticos de contratar propaganda en radio y televisión.
Estructuras de Decisión:
Destitución gradual de los Consejeros en funciones del Instituto Federal Electoral.
Renovación escalonada de consejeros electorales.
Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Cámara de Senadores y Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 209
Con base en el esquema anterior, podemos afirmar que los cambios del sistema político mexicano
a nivel de comunidad política, propiciaron la afirmación de ideologías contrarias a las
preexistentes, así como modificaciones en las reglas del juego y en las estructuras de decisión,
como por ejemplo, un cambio relevante en la extensión del derecho al voto, la formación o
surgimiento de grupos sociales que adquieren papel protagónico y decisivo, o el surgimiento de
nuevos partidos.
A nivel de régimen, los cambios fundamentales afirmaron nuevos ideales de distribución de los
recursos; motivaron el cambio de un sistema no competitivo a uno competitivo; modificaron las
relaciones y las atribuciones de poder entre las instancias legislativas y/o ejecutivas; propiciaron
la transformación de la forma del Estado, así como el cambio de las competencias del gobierno
respecto a la actividad política, entre otros6.
En términos de desarrollo, el sistema político mexicano cambió de manera fundamental, y
respondió con éxito a desafíos y demandas sociales y/o políticas que se circunscribieron a la
apertura de espacios de expresión, de participación y de representación en la toma de decisiones
gubernamentales, así como a la apertura y mejoramiento de los mecanismos de acceso y
distribución del poder.
6 Morlino, L. (1985). Como cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. p. 54
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 210
En cuanto a la modernización por su parte, podemos afirmar que tanto el sistema electoral, como
el sistema de partidos se modernizaron en la medida que se permitió el tránsito hacia la
pluralidad, a la competencia, a la libre participación y a la transparencia en los procedimientos
electorales.
Sin embargo, el punto que es necesario recalcar, es que aun que dedicáramos un espacio más
amplio para explicar el carácter de los cambios en el sistema político mexicano, no
encontraríamos la definición de la democracia mexicana en términos de la igualdad y de la
libertad como dimensiones sustantivas. Es decir, en el cúmulo de transformaciones que
atravesaron la estructura de nuestro sistema político, no se consideró como objetivo o meta, el
establecimiento, la ampliación y/o la protección de la igualdad y la libertad de las y los
ciudadanos como valores políticos.
Lo que nos permite concluir que el tipo de democracia que se ha logrado en México, es del tipo
procedimental, institucional y/o formal para el acceso y distribución del poder y de los recursos
del gobierno.
Por ello, es necesario reorientar la definición de democracia que se requiere conforme a las
demandas y exigencias de la sociedad mexicana, no solo para engrosar el catálogo de derechos
ciudadanos, sino para garantizarlos y hacerlos efectivos, teniendo como marco, la igualdad y la
libertad. Así también, es necesario analizar a nuestra democracia en términos de sus resultados,
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 211
del contenido sobre el que se funda y de los procedimientos que utiliza. De esa forma, se podrían
atender y solucionar algunos de los problemas que enfrenta y que mencionamos en el apartado
6.1.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 212
Tabla de contenido CAPÍTULO IX. A MANERA DE CONCLUSIÓN: APLICACIÓN DEL CONCEPTO SOBRE LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO......................................................................................................................... 212
9.1. Cambio Político en México ............................................................................................................. 213
9.2. El Concepto y los Modelos de la Democracia................................................................................. 217
9.3. Democracia Mexicana con Calidad................................................................................................. 219
9.4. Conclusiones Generales ................................................................................................................. 224
CAPÍTULO IX. A MANERA DE CONCLUSIÓN: APLICACIÓN DEL CONCEPTO SOBRE LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO
En éste último capítulo a manera de conclusión, presentamos un ejercicio de lo que podría ser la
aplicación del concepto sobre la calidad de la democracia en México, a partir de las herramientas
teórico-metodológicas que abordamos en cada uno de los capítulos que anteceden.
Consideramos que la mejor conclusión y la principal aportación de éste trabajo de investigación
es, precisamente, sentar las bases sobre las cuáles se pueda discutir el origen, el contenido y los
resultados de nuestro sistema político, en torno a la igualdad y la libertad como dimensiones
sustantivas de la democracia, con la ayuda de dos dimensiones procedimentales como lo son el
gobierno de ley o estado democrático de derecho y la rendición de cuentas.
El eje principal de la propuesta se refiere al análisis de la democracia mexicana respecto a su
calidad, cuyos alcances van más allá de las leyes establecidas, de los procedimientos legales o de
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 213
los mecanismos electorales. Así pues, aplicaremos cada uno de los conceptos que consideramos
pertinentes para ello.
9.1. Cambio Político en México
El cambio del sistema político mexicano abarca a todos y cada uno de los componentes y de los
elementos del sistema. Durante la etapa de 1911 a 1929, se tuvo un cambio en la comunidad
política, que modificó la ideología dictatorial o totalitaria, a una ideología revolucionaria a favor
del sufragio efectivo y la no reelección.
En el régimen, tuvo lugar la promulgación de la Constitución de 1917, la cual por primera vez en
la historia, definió legalmente al sistema político mexicano como democrático. Mientras que en
las autoridades, surgieron algunas que impulsaron la creación de nuevas instituciones, que a su
vez repercutieron en las estructuras intermedias para dar paso a partidos políticos, a sindicatos y a
organizaciones obreras, rurales y campesinas.
En la etapa de 1930 a 1968, la comunidad política cambió hacia una ideología tendiente hacia la
unidad nacional. En el régimen se propició un presidencialismo autoritario, con estructuras
intermedias de control corporativo bajo la figura de confederaciones, federaciones o de sindicatos
que servía sólo a uno de los partidos políticos y en donde imperaba la subordinación de poderes
al Ejecutivo Federal; no existía la competencia electoral ni el pluralismo político; las leyes se
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 214
aplicaban de manera parcial y restrictiva, mientras que predominaban las reglas no formales a
manera de clientelismo, centralismo y patrimonialismo, así como facultades meta-
constitucionales del presidente en turno.
Así también, surgieron como estructuras intermedias organizaciones sociales y civiles de
estudiantes, de maestros, de obreros y de campesinos, que encontraron en la movilización social,
un canal de expresión reprimido y criminalizado.
Durante la etapa de reformas electorales, que va de 1977 a 2007, más que cambios del sistema, se
lograron cambios en el sistema. Como ya se mencionó en el Capítulo VII, esta etapa tuvo lugar
sobre la base de las transformaciones que se dieron en las dos etapas anteriores. Esto no quiere
decir que sean menos importantes, sino que se canalizaron prioritariamente al ámbito del sistema
electoral, del sistema de partidos y de la legalidad de los procedimientos. Si bien tuvieron
impacto en el grado de institucionalización y de modernización electoral del sistema político
mexicano, no incluyeron como objetivo principal, el mejoramiento o la protección de la igualdad
y de la libertad como dimensiones sustantivas de la democracia, sino que se aplicaron
específicamente a las reglas y procedimientos que regulan el acceso y la distribución del poder.
Se dotó al régimen de instrumentos electorales bajo la forma de leyes y códigos que si dirigieron
fundamentalmente a los partidos políticos como estructuras intermedias.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 215
A partir de 1986, se logró una apertura gradual a la participación política, a los medios de
comunicación y a la representación de la sociedad. De 1989 a 1994, en la comunidad política se
consideraron importantes las condiciones de equidad y de participación electoral, así como una
pluralidad y alternancia en las entidades federativas, en los municipios y en los congresos locales.
En las estructuras intermedias, se fortalecieron los organismos de la sociedad civil, y se originó
un movimiento armado que al momento de su estallido, reivindicaba un conjunto de derechos
económicos, sociales, políticos y culturales de los pueblos y comunidades indígenas del país. Sin
embargo, no propició ningún cambio profundo del sistema, y se podría decir que tampoco del
tipo fundamental.
Las reformas consecuentes, se dedicaron al mejoramiento de las leyes electorales y de sus
procedimientos que impactaron básicamente, en el régimen, logrando en el año 2000, la
alternancia en la Presidencia de la República. En el año 2007, se instrumentaron nuevas reformas
en torno a la rendición de cuentas de los partidos políticos, al límite del poder económico del
sector empresarial en las campañas políticas, así como mecanismos para reducir la corrupción en
la administración de la justicia electoral.
Ninguno de esos cambios, tuvo como origen o destino, el establecimiento de la igualdad y de la
libertad real de las personas. En este sentido, el sistema político mexicano se desarrolló de
manera limitada en cuanto a los retos y desafíos de la sociedad; se modernizaron las leyes y los
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 216
procedimientos electorales, en términos del acceso y de la distribución de las funciones de
gobierno; por lo tanto, el crecimiento político del sistema también se limitó a éste ámbito.
En cuanto a la institucionalización y modernización del sistema político mexicano, encontramos
el establecimiento de diversas instituciones públicas encaminadas hacia la atención y protección
de un conjunto de derechos políticos, civiles y sociales, cuyo foco de atención y de procuración,
es la sociedad en general. Por ejemplo, para la protección de la libertad y sus derechos
relacionados, México posee instrumentos como la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, al Poder Legislativo y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; para la protección
de derechos políticos se cuenta con el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación; para la protección de derechos civiles tenemos sindicatos, a los partidos
políticos, a las asociaciones políticas y a las organizaciones de la sociedad civil; y para la
protección de derechos sociales, tenemos al Poder Ejecutivo, encargado de ejercer la política
pública, así como a sus distintos órganos descentralizados.
El hecho es que el sistema político mexicano posee una estructura institucional moderna y estable
en torno a derechos. El problema de la democracia en México, se debe a la dirección de los
objetivos, a la definición de los procedimientos y a la evaluación de los resultados, es decir, si en
México se cuenta con una estructura institucional moderna y estable, lo que se requiere ahora es
implementar cambios que permitan mejorar las condiciones de igualdad y de libertad de las
personas, mediante el acceso pleno al conjunto de derechos establecidos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 217
Por otra parte, recordemos que el parámetro establecido por Huntington para considerar a los
sistemas políticos como modernos, es precisamente la participación y la representación de la
sociedad en cuanto a su conformación; lo cuál implica todavía un reto mayor para nuestro
sistema, puesto que la participación y la representación de la sociedad en México, es aún limitada
y relegada en cuanto a su importancia.
9.2. El Concepto y los Modelos de la Democracia
Conforme al apartado anterior, el estado actual del sistema político mexicano, reflejado en parte
por los problemas que aún se discuten en la agenda política nacional, da cuenta que la definición
de democracia que se aplica en México tiene su origen en las definiciones de tipo básico, con una
especie de estancamiento en la de tipo intermedio, sin referencia concreta a ningún tipo de
democracia ideal, y por su puesto, alguna sobre su calidad.
Es decir, la definición de democracia en México se ha inclinado hacia la tendencia de las reglas y
normas que protegen los derechos políticos y civiles de los miembros de la comunidad política,
en términos de la realización o el logro de elecciones periódicas, libres y competitivas, para la
elegibilidad a los cargos públicos, y de la existencia de partidos políticos fuertes.
En segundo lugar, en concordancia con su origen básico, a lo más que ha arribado la democracia
mexicana, ha sido la adopción de una definición intermedia, en donde la igualdad y la libertad de
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 218
las y los ciudadanos se considera en la Carta Constitucional (que por cierto, en esencia es la
misma de 1917), y en las leyes secundarias, ya sean sociales, civiles y/o penales, pero única y
exclusivamente para el ámbito electoral y en el mejor de los casos, para el trato institucional.
El carácter de la democracia mexicana, con la aplicación de su definición intermedia, se
considera únicamente como una democracia para gobernar a partir del consentimiento y de la
legitimidad proporcionada no por ciudadanas y ciudadanos, sino por electores.
De ahí que se propone recurrir a una definición de segunda generación que consiste justamente en
pasar de una democracia de electores, a una democracia de ciudadanos, con referencia a un tipo
de democracia ideal a la que el sistema político se proponga arribar mediante el esfuerzo y
canalización de la comunidad política, del régimen y de las autoridades.
Con base en la definición de poliarquía de Robert Dahl, se considera que en México, es necesaria
la implementación de cambios que permitan garantizar la igualdad y de la libertad de las
personas, mediante el ejercicio efectivo de un conjunto de derechos, al cuál se debe tener acceso
sin restricción ni discriminación alguna, y mediante la atención y satisfacción total o parcial de
sus demandas.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 219
La definición de democracia que se debe aplicar en México, es la que considera la igualdad y la
libertad de las personas, ya sea como valores políticos fundamentes, como principios
justificativos o como dimensiones sustantivas, pero que funjan como directrices y prioridades del
sistema político mexicano, a través de su comunidad política, del régimen y de sus autoridades,
así como de sus elementos derivados.
9.3. Democracia Mexicana con Calidad
En el sentido del apartado anterior, una democracia con calidad es aquella “…que presenta una
estructura institucional estable, que hace posible la libertad e igualdad de los ciudadanos
mediante el funcionamiento legítimo y correcto de sus instituciones y mecanismos”1.
Como lo analizamos en capítulos anteriores, en México contamos con una estructura institucional
estable, que mediante su funcionamiento legítimo, se hace posible la disposición de un conjunto
de derechos que de manera preponderante, se refieren al ámbito político-electoral.
De lo anterior se desprende que en México se garantiza de manera parcial y limitada la igualdad y
la libertad, porque se circunscriben al ámbito de la formalidad de las leyes y a la facultad
ciudadana para elegir a quienes ejercerán el gobierno, con todo y las dificultades que abordamos
en el apartado 6.1. Lo cuál implica que el objetivo del sistema político mexicano, debería ser la
1 Morlino, L. (2005). Calidad de la democracia. Notas para su discusión. México: Metapolítica Enero-Febrero.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 220
ampliación de los valores políticos democráticos, al ámbito del ejercicio y garantía plenos de
todos los derechos. Si en el diseño del sistema mexicano se concibe esto como tarea, y se
encamina el funcionamiento de sus instituciones y mecanismos para ello, estaremos en
posibilidad de hablar de una democracia mexicana con calidad.
Como consecuencia de la estabilidad en la estructura institucional de nuestro sistema, podemos
afirmar que en México contamos con las condiciones mínimas necesarias para iniciar con la
aplicación del concepto sobre la calidad de la democracia y por lo tanto, para evaluar qué tan
buen es en los hechos.
En este sentido, se puede dirigir la democracia mexicana para mejorar el grado en que satisface
las demandas de las y los ciudadanos, para determinar qué tan buenos son sus resultados: se
podría dirigir también para conocer la medida en que se cumple con la igualdad y la libertad de
las personas, para determinar si corresponde o no a sus contenidos; y se podría dirigir para
analizar si cuenta con mecanismos de rendición de cuentas y si se desempeña conforma a la ley,
para identificar los tipos y la efectividad de sus procedimientos.
Dado que la idea fundamental de la democracia es la igualdad y la libertad, en este ejercicio de
aplicación proponemos la utilización de estas dos dimensiones sustantivas, así como las
dimensiones procedimentales de gobierno de ley o estado democrático de derechos y la de
rendición de cuentas:
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 221
Dimensión Derecho / Indicador
Grado de Cumplimiento Ideal Democrático
Sustantiva
Igualdad y Libertad
Acceso a la Justicia
Grado en que el acceso y el funcionamiento de la administración de justicia protege los derechos ciudadanos equitativamente, sin distingos sociales, económicos, políticos o culturales
Las personas tienen acceso libre e igualitario a la justicia impartida por un Poder Judicial independiente de otros poderes del Estado.
El Estado protege equitativa y eficazmente los derechos de los grupos étnicos de género.
La ciudadanía tiene libre acceso a medios jurídicamente establecidos, eficaces y no discriminatorios para la protección de sus derechos políticos y civiles.
Procedimental
Gobierno de Ley o Estado
Democrático de Derecho
Formación de las
políticas públicas
Grado en que el funcionamiento de las instituciones públicas está apegado a la ley y a las reglas democráticas
El Poder Judicial y las instituciones de control político y legal imponen, luego de un debido proceso, sanciones expeditas contra los representantes elegidos, funcionarios y servidores públicos que violan la ley.
Las personas acceden a los servicios públicos mediante reglas claras y sujetas al control ciudadano.
La ciudadanía dispone de medios abiertos y eficaces de participación en la toma de decisiones sobre las políticas públicas de mayor relevancia para la sociedad.
Procedimental
Rendición de Cuentas
Acceso a la información
Grado en que las autoridades y las instituciones públicas, son objeto del escrutinio público y de la aplicación de la ley establecida
La ciudadanía exige, por medios diversos y eficaces, la rendición de cuentas a las autoridades de gobierno.
La ciudadanía tiene libre acceso a medios eficaces para prevenir y sancionar la corrupción en la esfera pública.
Una pluralidad de medios de comunicación, disponiendo de un marco legal adecuado, lleva a cabo un escrutinio responsable de los asuntos públicos.
Fuente: elaboración propia, con datos de la Auditoría Ciudadana sobre la Calidad de la Democracia.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 222
La aplicación del concepto sobre la calidad de la democracia que se presenta en el esquema
anterior, es una manera de fijar la atención y de atender las dificultades y limitaciones de la
democracia mexicana al día de hoy, argumentadas en el apartado 6.1 y que se contextualizan en
torno a Latinoamérica en el Capítulo VI.
Como se puede apreciar, en la primer columna se determina el tipo de dimensión; en la segunda
nos referimos al tipo de derecho con el que se relaciona la columna anterior, que como lo
explicamos con anterioridad, los derechos pueden hacer la función de indicador. En la tercera
columna se hace uso del concepto sobre poliarquía, en términos del grado o la medida en la que
el sistema político cumple con los derechos y en consecuencia con las dimensiones
seleccionadas. La última columna representa el ideal democrático, como el umbral máximo en
que el sistema político cumpliría con sus objetivos.
Como ya lo hemos explicado, la calidad de la democracia mexicana dependería del grado en que
nuestro sistema cumple o no con los derechos y con las dimensiones ya sea sustantivas o
procedimentales que se seleccionen para su análisis. En ese sentido, estaríamos en posibilidad de
hablar sobre una democracia mexicana con o sin calidad, cuáles son sus fallas principales, y en
dónde es susceptible de mejorar, a partir del cumplimiento de cuatro etapas de investigación2:
2 Beetham, D. (2005). Calidad de la democracia: el gobierno de la ley. México: Metapolítica Enero-Febrero. p: 89.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 223
1. Identificación de los aspectos relevantes para la investigación y el análisis empírico, que
en conjunto constituyen una “buena democracia”. Tal investigación incluirá la evidencia
jurídica y procedimental, así como su instrumentación práctica.
2. La evaluación de los resultados contra los parámetros internacionales de buen desempeño.
3. La revisión de los rubros referentes a las formas típicas de subversión de derechos, así
como de la manera en que los propios ciudadanos perciben el desempeño referido.
4. Análisis de la presencia y eficacia de instancias o agencias de protección contra las
subversiones típicas.
Por su puesto que estas cuatro fases de investigación se dan sólo a nivel de propuesta, en virtud
de que su atención implicaría un nuevo y diferente trabajo de investigación, específicamente para
México.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 224
9.4. Conclusiones Generales
La teoría y los conceptos que en el Capítulo I se proponen como una nueva metodología de
análisis para los sistemas políticos, nos permiten identificar que el conjunto de modificaciones
que implicaron verdaderos cambios en o del sistema político mexicano, no se dirigieron hacia el
establecimiento, la ampliación o la protección de los principios de igualdad y de libertad de las y
los mexicanos como valores políticos de nuestra democracia.
Lo que nos permite concluir cada una de las tres etapas de cambios que se explicaron en el
Capítulo VII, es que el tipo de democracia en México se circunscribe al ámbito formal de las
leyes y de los principios normativos que regulan y organizan a los mecanismos de acceso y
distribución del poder, por encima de la función primordial del sistema político democrático de
garantizar la igualdad y la libertad de las y los ciudadanos, bajo la perspectiva de que el sistema
social es la base del sistema político y que por lo tanto, sus objetivos, sus procedimientos y sus
resultados, deben ir encaminados hacia estas dos tareas.
Sin embargo, la problemática respecto al desfase teórico entre las definiciones de democracia y la
realidad política y social de los países democráticos, no se podría identificar sin los instrumentos
teórico-metodológicos adecuados. El contenido del Capítulo I por ejemplo, nos permite concluir
que no todos los cambios que se presentan en los sistemas políticos tienen como objetivo valores
o principios democráticos, y que incluso algunos de esos cambios, pueden implicar retrocesos o
estancamiento de las condiciones democráticas. Algunos de esos cambios pueden generar falsas
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 225
expectativas en cuanto a los niveles de institucionalización o de modernización de los sistemas,
con el único objetivo de crear una pantalla democrática ya sea al interior o al exterior de los
sistemas.
Por ello es importante el marco teórico propuesto por Leonardo Morlino y Samuel P. Huntington
para el estudio de los cambios en los sistemas políticos, en virtud de que puede ayudar a dirigir y
a canalizar modificaciones importantes tanto en los sistemas políticos en general, como en cada
uno de los componentes y elementos que los conforman, con la tarea de mejorar o de
perfeccionar las condiciones democráticas. De otra manera, no puede existir correspondencia
entre lo que marcan las definiciones teóricas o legales de la democracia, con las realidades y
contextos que se viven en los sistemas democráticos actuales.
No obstante, el contar con un marco teórico que establezca la definición de los sistemas políticos,
así como de los tipos y modalidades de sus cambios, es sólo una primera tarea a resolver, en
torno a ese desfase o brecha entre la teoría y la práctica de la democracia. La segunda parte para
el análisis de este problema, consiste en seleccionar la definición de democracia más adecuada
para vincular sus valores o principios justificativos, con los requerimientos sociales.
En el Capítulo II, estudiamos algunos de los conceptos más importantes que se han generado en
torno a la democracia y a sus distintos modelos, mediante un nuevo tipo de clasificación que tiene
como objetivo principal, resaltar la diferencia entre la teoría y la práctica de la democracia. La
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 226
distinción que se realizó entre democracia ideal y democracia real, permite metodológicamente,
cerrar esa distancia y colocar a la democracia real, como un sistema que es siempre susceptible de
mejorar y de perfeccionar. Y en este sentido, es hacia donde se tendrían que operar los cambios
correspondientes.
En virtud de lo anterior, en el Capítulo II se descartaron dos tipos de definiciones de democracia
que no son útiles para perfeccionar a los sistemas políticos democráticos actuales, y se seleccionó
el tipo de definición que incorpora a la igualdad y a la libertad como valores políticos de la
democracia, así como a un conjunto de derechos ciudadanos. Por lo que el paso siguiente, sería
conocer el modelo de democracia que permitiría incorporar de manera empírica, el contenido de
la definición.
En el Capítulo III, nos dimos a la tarea de reafirmar mediante distintos argumentos, la relación
que guardan y que han guardado los principios de igualdad y de libertad como contenido de la
democracia. Ya sea en el ámbito teórico-filosófico, en el ámbito político o en el ámbito jurídico-
social, se demuestra que ambos valores políticos, deben formar parte sustantiva de las
democracias y que por lo tanto, sus objetivos, sus procedimientos y sus resultados, tienen qué
dirigirse hacia su cumplimiento.
Contrario a lo que establecen las teorías formales o procedimentales de la democracia que
reducen a los sistemas de partidos o a los sistemas electorales, las tareas fundamentales de los
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 227
sistemas políticos democráticos, aquí se establece que son la igualdad y la libertad de las
personas, las que deben regir las acciones y los objetivos de las democracias.
Hasta este punto, se argumentó la necesidad de contar con una nueva perspectiva teórica que
permita el análisis de los sistemas políticos democráticos actuales, bajo la directriz de que el
sistema social es la base del sistema político; que es posible dirigir y canalizar los tipos y
modalidades de cambio en los sistemas, conforme a objetivos y metas tendientes a mejorar o a
perfección las condiciones democráticas; y que la definición conceptual tanto de la democracia
como de su modelo empírico, permite relacionar teórica y metodológicamente, la igualdad y la
libertad de las personas como contenido de la democracia.
Lo que se realizó a partir del Capítulo V, fue proporcionar y explicar los instrumentos e
indicadores mediante los cuáles se puede conocer qué tan cerca o qué tan lejos se encuentra los
sistemas políticos democráticos de cumplir con la igualdad y con la libertad de las personas. El
concepto sobre la calidad de la democracia, ya sea como modelo explicativo o como categoría de
análisis cualitativo, permite conocer y medir el grado en que las democracias actuales cumplen o
no con esos valores. Permite estudiar el desempeño de las democracias actuales en términos de
sus objetivos, de sus procedimientos y de sus resultados, no sólo en el ámbito de los mecanismos
de acceso y de distribución del poder, sino en el ámbito del ejercicio del poder, mediante la
aplicación de dimensiones procedimentales como la de gobierno de ley o estado democrático de
derecho y la de rendición de cuentas, que a su vez, se relacionan con el establecimiento y la
garantía de un conjunto de derechos ciudadanos.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 228
El concepto sobre la calidad de la democracia se puede aplicar como una metodología que
relaciona la teoría y la práctica, la definición y el ejercicio de la democracia, y puede facilitar la
resolución de las dificultades y limitaciones que éste sistema político enfrenta principalmente en
el contexto latinoamericano y de manera particular, en el caso de México.
Como conclusión general, y en el marco de las condiciones que ofrecen los sistemas políticos
democráticos actuales, es necesario implementar cambios en las democracias que por su diseño,
se inclinan hacia la protección de derechos y hacia el establecimiento de procedimientos de
acceso y de distribución de los puestos de gobierno.
Dichos cambios, pueden dirigirse y canalizarse hacia los instrumentos que permitan garantizar la
igualdad y la libertad de las personas como dimensiones sustantivas de la democracia, así como
el acceso pleno a la totalidad de los derechos, sin restricciones ni discriminaciones. En los
sistemas políticos actuales, es posible el estudio de la democracia en términos de la dirección de
sus objetivos, de la definición de sus procedimientos y de la evaluación de sus resultados.
Es tiempo de que en México se diseñe y se implemente no solo la democracia electoral o formal,
sino una democracia con calidad.
Teoría y Práctica de la Democracia. Reflexiones sobre Nuevos Aportes para su Estudio | 229
Tabla de contenido BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................................ 229
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