lucha de los bolcheviques por ganarse el ejército

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LA LUCHA

DE LOS

BOLCHEVIQUES

EN TRES

REVOLUCIONES

POR GANARSE

AL EJERCITO

EDITORIAL PROGRESO MOSCÚ

Digitalització: Partit Comunista Obrer de Catalunya ( P.C.O.C. ), a partir del llibre

escanejat en format DJVU descarregat de la pàgina:

http://produccionesdigsoyuz.wordpress.com

Colegio de Redacción

L. BESKROVNI, L. GAPONENKO, S. TIUTIUKIN

Traducido del ruso por J o a q u í n R o d r í g u e z

AL LECTOR

La Editorial le quedará muy reconocida si le comunica usted suopinión acerca del libro que le ofrecemos, así como de la traducción,presentación e impresión del mismo. Le agradeceremos tambiéncualquier otra sugerencia.

Nuestra dirección: Editorial Progreso, Zúbovski bulvar, 21, MoscúUSSR.

INTRODUCCION

La lucha cada día mayor de la humanidad progresistapor la paz y el socialismo da especial trascendencia alestudio de la experiencia histórica del Partido Comunistaleninista por la creación del ejército de la revolución pro-letaria.

En la situación actual de agudizamiento de la luchaideológica en el ámbito internacional resuenan con nuevafuerza las palabras leninistas acerca de que "...las masasproletarias del mundo entero comprenden cada día conmayor claridad que el bolchevismo ha señalado el únicocamino seguro para salvarse de los horrores de la guerra ydel imperialismo, que el bolchevismo sirve de modelo detáctica para todos"1.

La experiencia revolucionaria del PCUS es rica y mul-tifacética. Bajo su dirección, el proletariado y el campe-sinado trabajador de Rusia pasaron a través de las galer-nas de tres revoluciones y en octubre de 1917 izaron sobreel país la bandera triunfante del socialismo. El inapreciablevalor de esta experiencia de preparación y realización dela revolución socialista reside en que fortalece la confianzadel proletariado en su victoria sobre la burguesía. La GranRevolución Socialista de Octubre enriqueció la teoría mar-xista-leninista, pertrechó al proletariado de todos los países con la

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 3, pág. 117.Aquí y en adelante se citan dichas Obras Escogidas traducidas al castellano y publicadas en Moscú, en 1970.

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perspectiva del victorioso movimiento obrero y diovuelos a su iniciativa para la acometida contra la burguesíanacional. Las ideas de Octubre se hicieron una poderosafuerza transformadora de la contemporaneidad.

"En los decenios transcurridos —se dice en las tesis delComité Central del PCUS Cincuenta años de la GranRevolución Socialista de Octubre—, la causa de la Revolu-ción de Octubre ha salido airosa de las múltiples pruebashistóricas y ha mostrado su fuerza invencible y el alcanceimperecedero de las ideas del marxismo-leninismo tantopara nuestro país como para los pueblos de todo el planeta.Vive y se manifiesta en el triunfo del socialismo, en loséxitos de la edificación del comunismo en la URSS, en eldesarrollo del sistema socialista mundial, en la magnituddel movimiento obrero y en las victorias del movimientode liberación nacional".

Los trabajadores recordarán siempre con profundagratitud a los que en cruenta lucha contra el capitalismofueron los primeros que en la historia conquistaron y con-solidaron el poder de los obreros y de los campesinos,poder verdaderamente democrático del pueblo trabajador.

La fuerza revolucionaria principal fue el proletariadode Rusia que actuando como fuerza hegemónica arrastróen pos a las masas trabajadoras de muchos millones y, enprimer lugar, a los campesinos más pobres.

Todo el ingente trabajo del partido para la creación delejército político de la revolución socialista se realizó bajola consigna de la dictadura del proletariado y del campe-sinado pobre. Esto ayudó a superar las vacilaciones delcampesino medio, a desenmascarar la política conciliadorade los partidos pequeñoburgueses y a crear un ejércitopolítico de la revolución capaz de conquistar el poderestatal e implantar la dictadura del proletariado.

La alianza de la clase obrera y de los campesinos tra-bajadores fue la condición decisiva para la victoria de larevolución socialista.

En la conquista de las reservas campesinas para elproletariado desempeñó un enorme papel el que en elejército político de la revolución proletaria se integraranmasas de muchos millones de soldados y marineros, quefueron los mejores portadores de la influencia proletariaentre los campesinos.

La revolución socialista en Rusia se hizo durante la guerra

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mundial. En 1917, el ejército ruso contaba con unos10 millones de hombres, en lo fundamental, obreros ycampesinos. El roce constante con los tempestuosos sucesospolíticos del país, las masas de soldados, a su vez, ejercie-ron un colosal ascendiente en el desarrollo del movimientorevolucionario. Los obreros y campesinos de diferentesprovincias, antes separados unos de otros, se juntaban enel ejército y estructuraban sus concepciones políticas. En elservicio militar se fortaleció su alianza, que fue la garantíapara el triunfo de la revolución socialista.

En la lucha por ganarse a las masas de soldados parala revolución proletaria, los comunistas se guiaron por la doctrinamarxista-leninista de que, a diferencia de todas las revolucionesanteriores, la revolución socialista tenía que demoler la vieja máquinaestatal, incluido el antiguo ejército, el instrumento más anquilosado deapoyo al caduco régimen, que mantenía e inculcaba la sumisión servil delos trabajadores al poder del capital.

En el Estado burgués, el ejército es el instrumento deldominio de clase de la burguesía. Sin embargo, durante eldesarrollo de la lucha clasista llega inevitablemente unmomento en que el ejército, en su mayor parte, se pone allado del pueblo, enfrentándose al mando y al gobierno.

Ya en las postrimerías del siglo pasado, F. Engelsseñaló que el militarismo lleva implícito el embrión de supropio hundimiento. "La rivalidad entre los distintos Esta-dos los obliga, de una parte, a invertir cada año más dineroen el ejército, en la Marina, en cañones, etc. y, por consi-guiente, a aproximar más y más la catástrofe financiera;de otra parte, esa rivalidad los impele a emplear cada vezmás seriamente el servicio militar general obligatorio y conello, en definitiva, a que todo el pueblo se adiestre en elmanejo de las armas, de forma que en un determinadomomento el pueblo es capaz de hacer su voluntad, aun adespecho del mando militar. Y este momento llegará encuanto la masa popular —obreros rurales y urbanos, ytambién los campesinos— tenga su voluntad propia. . . y elmilitarismo desaparecerá en virtud de la dialéctica de supropio desarrollo. Lo que no fue capaz de hacer la demo-cracia burguesa de 1848, precisamente porque era burguesay no proletaria, es decir, dar a las masas trabajadoras unalibertad cuyo contenido armonizara con su posición de clase,lo realizará forzosamente el socialismo. Pero esto equivale a hacer

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saltar desde dentro al militarismo y con él a todos sus ejércitospermanentes"1.

Mas para que la tropa burguesa-terrateniente se con-vierta en una tropa del pueblo y combata contra el poderde la burguesía y los terratenientes se precisa un trabajorevolucionario, consecuente y abnegado dentro del propioejército. La experiencia histórica confirma persuasivamentela doctrina marxista-leninista de que el militarismo jamáspodrá ser vencido y aniquilado sin la lucha revolucionariavictoriosa de una parte del ejército, la más progresista,contra la otra parte. La revolución sólo puede triunfar cuandodispone de una fuerza armada, capaz de superar la resisten-cia de las clases caducas. Para crear esta fuerza hace faltaincorporar a la revolución al contingente mayor posible delejército y de la Marina de Guerra. De ahí que la lucha porganarse a las tropas fuera siempre una de las tareas máspeliagudas de la revolución proletaria. No es casual que enla teoría marxista-leninista de la revolución socialista ocu-pen un lugar destacado los problemas de atraer a soldadosy marineros al bando del proletariado y del lugar de lasfuerzas armadas en la lucha por el socialismo.

V. I. Lenin enseñó incansable al partido y a la claseobrera a mantener una lucha tenaz y resuelta por ganarseal ejército, a las masas de soldados y marineros para la re-volución proletaria. "...Si la revolución no gana a las masasy al ejército mismo ni pensar se puede en una lucha seria"2.

Haciendo el balance de la primera revolución rusa de losaños 1905-1907, V. I. Lenin llegó a la conclusión de que unade las condiciones para el triunfo de la revolución es el ac-tivo apoyo a la clase obrera por el campesinado democráticoy la parte mejor del ejército. Lenin exhortó al partido ya la clase obrera a que intensificaran el trabajo político enlas fuerzas armadas, señalando, además, que para el éxitodel movimiento revolucionario no basta la sola descomposi-ción en las tropas. Para esto se precisa que los soldadosrevolucionarios se unan con los proletarios al objeto de lle-var a cabo las acciones ofensivas más resueltas contra el go-bierno burgués-terrateniente.

Guiándose por la doctrina leninista de la táctica en lalucha de clases, la Primera Conferencia de organizaciones militares y

1 C. Marx y F. Engels. Obras, 2a ed. en ruso, t. 20, pág. 175.2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. I. pág. 596.

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de combate del partido, reunida en 1906, escribióen su resolución: "...el propio carácter del trabajo en elejército debe determinarse por las tareas planteadas por elproletariado, como vanguardia del pueblo en lucha". Lasorganizaciones militares del partido deben garantizar quesu labor concuerde plenamente con la actividad de las or-ganizaciones del proletariado en general y las de combate"y supeditar todo su trabajo a las tareas políticas generalesdel momento, guiándose al hacerlo por las directrices quereciban de las organizaciones proletarias generales. Estaexigencia sirvió de piedra angular para el programa de la-bor revolucionaria del partido entre soldados y marineros.

El Partido Comunista siempre conceptuó a las fuerzasarmadas, ante todo, como un cierto organismo social sujeto,a pesar de su carácter específico, a las leyes generales de lalucha de clases. Los comunistas abordaban a los soldados ymarineros como a representantes de unas determinadas cla-ses, vinculadas por miles de hilos con el pueblo y vital-mente interesadas en que se satisficieran las exigenciasapremiantes de obreros y campesinos.

A los comunistas les servían de apoyo en el ejército yen la Armada aquellos que procedían de los obreros indus-triales, que llevaban a las tropas los hábitos de organizaciónproletaria, la experiencia de lucha revolucionaria de laclase obrera, sus tradiciones combativas. No en vanoV. I. Lenin remarcaba que los jefes del movimiento de sol-dados y marineros en los años 1905-1907 "...surgieran deaquellos elementos de la Marina de Guerra y del Ejércitoque antes habían sido principalmente obreros industria-les. . ." 1

Era natural que el nuevo auge revolucionario comenzadoen el país a raíz de la derrota de la revolución de 1905-1907se reflejara también en las tropas, donde volvieron a sermás frecuentes los plantes revolucionarios. El partido, queconsideraba el movimiento en las tropas como parte inte-grante de la lucha de todo el pueblo contra la autocracia,preparaba tesoneramente las fuerzas revolucionarias delejército y de la Marina militar para su acción masiva con-junta con el proletariado y el campesinado.

La trascendencia del ejército en el movimiento revolu-cionario acreció inconmensurablemente en el período de la primera

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. I, pág. 816.

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guerra mundial, cuando el ejército, según palabrasde V. I. Lenin, "había reunido en sus filas la flor de las fuer-zas del pueblo. . ."1 La guerra fue un poderoso acelerador dela revolución. En los años de la contienda aumentó conside-rablemente el papel del trabajo revolucionario entre las tro-pas, las cuales adquirieron "… una importancia excepcionalen toda la vida del Estado"2.

Lenin estudió y generalizó con especial exhaustividad ysistematización la experiencia del movimiento revolucionarioen el ejército, elaboró la táctica de lucha del partido y de laclase obrera por ganarse a las tropas en el período de la re-volución democrático-burguesa y también en el período pre-paratorio y de realización de la revolución socialista. Durantela revolución democrático-burguesa de Febrero de 1917, quederribó a la autocracia, tan odiada por el pueblo, el prole-tariado recibió un fiel aliado en la masa de soldados y ma-rineros. En las jornadas febraleñas del año 1917, el proleta-riado, según expresión de Lenin, "llevó tras sí a la mayoríadel Ejército, compuesto de obreros y campesinos"3. Estefue uno de los factores decisivos que aseguraron la victoriarápida y relativamente incruenta de la revolución.

En la historia de Rusia comenzó una nueva época, épocade lucha del proletariado y de su partido para transformarla revolución democrático-burguesa en revolución socialista.

En cuanto triunfó la revolución de Febrero V. I. Leninexhortó al partido a extender por todos los medios el trabajode masas entre los soldados, a organizar células en el ejér-cito que cimentaran la alianza revolucionaria de obrerosy soldados. El periódico Pravda, órgano central del partido,esclarecía incansable que ". . .la fuerza de la revolución rusaresidía en la alianza de obreros y campesinos, vestidos concapotes de soldado. ...La garantía del triunfo final de larevolución rusa residía en el fortalecimiento de la alianzadel obrero y del soldado revolucionarios"4.

Después de la revolución de Febrero, el ejército se con-virtió en palestra de los más agudos choques políticos. Laconciencia de los soldados la presionaban los slogans dema-gógicos de los partidos burgueses y pequeñoburgueses sobre la

1 V. I. Lenin. Obras, Moscú, 5a ed., t. 40, pág. 8. Aquí y en ade-lante se citan dichas Obras publicadas en ruso.

2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 402.3 V. I. Lenin. Obras 5a ed./t. 31, pág. 73.4 Pravda, 14 de marzo de 1917.

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guerra hasta el final victorioso, sobre el carácter defen-sista y revolucionario de ésta y de la defensa del poder dela "democracia revolucionaria" y otras consignas por elestilo.

La lucha de los comunistas por ganarse a las masas desoldados emprendida a raíz de la revolución de Febrero,adquirió aún mayor importancia por razón de que el Go-bierno Provisional burgués1 y todos los partidos burguesesintentaban repetidamente utilizar al ejército para aplastarla revolución.

Los comunistas llevaban a cabo una labor tensa y pacientepara arrancar a las masas de millones de soldados y marine-ros de la influencia de la ideología pequeñoburguesa deldefensismo. Les explicaban que la única salida de la matan-za sangrienta, que ya duraba casi tres años, era la de volverlas armas contra la burguesía.

Los comunistas exhortaban a los soldados a transformarla guerra injusta y de saqueo entre dos grupos de rapacesimperialistas en guerra justa de los proletarios y de todoslos oprimidos contra la burguesía.

Una vez concentrada su atención principal en la salidarevolucionaria de la guerra, el Partido Comunista supoagrupar en torno al proletariado a las amplias masas desoldados y desenmascarar la política socialtraidora de lospartidos pequeñoburgueses, que aspiraban a subordinar elejército a la burguesía imperialista y terminar la revoluciónmediante un convenio con el Gobierno Provisional burgués.

Los comunistas mantuvieron el rumbo de agudizaciónde las contradicciones de clase en el ejército, asegurando asíque el proletariado se ganara en 1917 a la inmensa mayoríade las masas de soldados y marineros. Bajo la dirección delos comunistas, los obreros y campesinos, vestidos con ca-potes militares, empeñaron una lucha resuelta por la vic-toria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, la cualinició una nueva época en la historia universal, época delpaso del capitalismo al socialismo, que señaló a la humani-dad la perspectiva para desembarazarse del imperialismo.

"La lucha contra el imperialismo es una batalla larga,tenaz y difícil —señaló la Conferencia Internacional de losPartidos Comunistas y Obreros, en junio de 1969—. Nosesperan encarnizados combates de clase. Hay que intensificar la

1 Véase pág. 109.

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ofensiva contra las posiciones del imperialismo y de lareacción interior"1. La Conferencia Internacional de losPartidos Comunistas y Obreros invitó a los pueblos de lospaíses socialistas, a los proletarios y a todas las fuerzas demo-cráticas en los países capitalistas, a los pueblos liberados yoprimidos del mundo entero a agruparse en la lucha comúncontra el imperialismo, por la paz, la independencia nacio-nal, el progreso social, la democracia y el socialismo.

En esta lucha tiene enorme trascendencia la experienciarevolucionaria de los obreros y campesinos rusos, a quienescorrespondió la dicha, bajo la dirección del Partido Comu-nista, de emprender la construcción del Estado soviético,iniciando con ello una época nueva de la historia universal,época de dominio de una nueva clase, oprimida en todos lospaíses capitalistas y que marcha por doquier hacia una vidanueva, hacia la victoria sobre la burguesía, hacia la dicta-dura del proletariado, hacia la emancipación del génerohumano del yugo del capitalismo y de las guerras imperia-listas.

El libro que ofrecemos a los lectores es un breve esbozode la lucha que los comunistas sostuvieron por ganarse a lastropas y de la participación de los soldados y marineros enlas tres revoluciones rusas.

El libro se debe al siguiente colectivo de autores delInstituto de Historia de la Academia de Ciencias de laURSS: L. Gaponenko (introducción); G. Derenkovski (capí-tulos 1-2); S. Tiutiukin (capítulos 3-5); V. Kutúzov (capí-tulos 6-8); L. Gavrílov (capítulos 9-13); S. Kliatzkin (capítulo14); S. Jesin (conclusión y los apartados de la historia delmovimiento revolucionario en la Marina de guerra en 1917).

1 Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros,

Moscú, 1969. Documentos. Praga, 1969, ed. en español, pág. 36.

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1. PRIMEROS PASOS EN LA LUCHA POR GANARSE AL EJERCITO

En los umbrales del siglo XX el capitalismo entró enla fase superior, la última, de su desarrollo, el imperialismo,el cual agudiza al extremo todas las contradicciones inheren-tes a la sociedad capitalista y crea premisas objetivas parala revolución proletaria. Empezó una nueva época histórica,la época del paso revolucionario del capitalismo al socia-lismo.

Rusia era a la sazón el eslabón más débil en el sistemadel imperialismo mundial y el punto crucial de las contra-dicciones fundamentales de la época imperialista. El anta-gonismo irreconciliable entre el régimen autócrata-policíacoy las exigencias del desarrollo social, que alcanzó su puntoculminante con la entrada de Rusia en la fase imperialista,engendró en el país un agudizamiento singular de todas lascontradicciones. Bajo la autocracia, el desarrollo burgués deRusia era especialmente duro y torturante para las masaspopulares, a las que hacían sufrir la explotación capitalista,el sojuzgamiento de los terratenientes, la falta de derechospolíticos y la opresión nacional, pues el Imperio Ruso locomponían muchos pueblos. Esto mismo propiciaba que enel país fueran creándose premisas objetivas para desplegarun extenso movimiento contra la autocracia, para que fueramadurando la primera revolución popular de la época delimperialismo.

A comienzos del siglo XX Rusia atravesaba un augerevolucionario sin precedentes. Se pusieron en movimientocolosales masas populares. La clase obrera del país era la fuerza

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dirigente de la revolución. Unos tres millones de obreros industriales,preferentemente concentrados en las empresas mayores y de másimportancia, daban a esta masa un carácter particularmente cohesionadoy organizado, la hacían vanguardia auténtica de la lucha de todo elpueblo contra la autocracia.

Bajo la influencia del creciente movimiento obrero fuedespertándose también el campesinado. Arreciaba el movi-miento estudiantil, sentimientos oposicionistas calaban in-cluso en la burguesía liberal.

Con el auge del movimiento obrero crecieron y se forta-lecieron las organizaciones socialdemócratas de Rusia, quedirigían los combates de clase del proletariado. En el trans-curso de la lucha iba aumentando su influencia entre losobreros avanzados. Un gran mérito le correspondió en estoal periódico Iskra, fundado por V. I. Lenin a finales del año19001. El periódico cohesionaba ideológica, política y orga-nizativamente a las organizaciones socialdemócratas en unpartido combativo del proletariado, sintetizaba y difundía laexperiencia de lucha revolucionaria, golpeaba a los adversa-rios ideológicos del marxismo y formulaba las tareas in-mediatas del movimiento obrero. Según definición de Lenin,Iskra "educaba a la vanguardia obrera, capaz de conduciradelante a las masas"2.

El II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata deRusia (POSDR), celebrado el verano de 1903, afianzó lavictoria de la orientación iskrista dentro del partido y, dehecho, creó de los círculos y grupos socialdemócratas, dis-persos en el sentido ideológico y organizativo, un partidoobrero revolucionario, marxista en Rusia, el partido de losbolcheviques3. Sin embargo, en el Congreso se produjo unaescisión y surgió el menchevismo, nueva corriente oportu-nista. Los bolcheviques, con Lenin a la cabeza, sostuvierontenaz lucha contra el oportunismo, por la preparación de lasmasas proletarias y campesinas para los combates revolucio-narios.

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 26, pág. 344.2 Iskra, primer periódico político ilegal de toda Rusia de los marxistas revolucionarios. Se editaba

en el extranjero. Su primer número salió en diciembre de 1900.3 La fundación del POSDR fue proclamada en el I Congreso del partido en 1898. No obstante, de

hecho, el partido no fue creado aún como una organización centralizada única. Esto lo hizo el IICongreso del POSDR.

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Los bolcheviques vieron como una de sus tareas princi-pales el que las masas de soldados se aliaran al pueblo.

Era una tarea compleja y difícil. La socialdemocracia re-volucionaria carecía aún de suficiente experiencia y decuadros preparados para el trabajo entre las tropas. El za-rismo, por el contrario, durante largos decenios había con-vertido al ejército en puntal inquebrantable de su luchacontra los "enemigos internos", trataba de aislarle por com-pleto del pueblo y de educarle en el espíritu de fidelidadsin reservas a la monarquía, al régimen existente. A esto sesupeditaban el sistema de reclutamiento del ejército, el prin-cipio de dislocación de las tropas, así como la selección ypreparación de la oficialidad y clases de tropa. Baste decir,por ejemplo, que a los reclutas los destinaban para hacer suservicio militar a no menos de mil kilómetros de sus luga-res natales, para dificultar al máximo el contacto de lossoldados con la población local.

Soldados y marineros, separados de su ambiente familiar,eran sometidos a una intensa captación ideológica, en la queocupaba un lugar importante la educación "religioso-moral".En los cuarteles se cultivaba el espíritu de servilismo anteel superior, la ciega obediencia, los chivatazos y el acechomutuo. La menor falta bastaba para que los soldados fueranapaleados. "El cuartel era en Rusia, por lo general, peorque cualquier cárcel; en ninguna otra parte la personalidadera tan oprimida y vejada como en él; en ninguna otra parteproliferaban tanto los castigos, los golpes, los ultrajes al serhumano"1.

El orden de cosas existente hacía que en el ejército y enla Armada se fuera acumulando un descontento sordo. Latarea de los socialdemócratas revolucionarios residía en des-pertar a los soldados y a los marineros a la lucha activa,ayudarles a superar el miedo que les inspiraban la disci-plina cuartelaria y la oficialidad. En este sentido, el propiogobierno zarista prestó una "ayuda" sui generis a los revo-lucionarios. El ascenso del movimiento revolucionario en elpaís le obligó a utilizar con frecuencia cada vez mayor a lossoldados para funciones políticas: represión y aplastamientode las acciones políticas de los obreros, campesinos y estu-diantes. Mientras que en los últimos años del siglo XIX elnúmero de soldados movilizados " para prestar colaboración a las

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 12, pág. 112.

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autoridades civiles", osciló entre 10.000 y 19.000 hom-bres anuales, en 1901 este contingente pasó ya de 5.5.000,en 1902 fue de 107.000 y en 1903 ascendió a 160.000 hom-bres. El contacto directo de los soldados con las capas revo-lucionarias del pueblo implicó que empezaran a filtrarsetambién en los cuarteles ideas antigubernamentales. "El in-fame papel de verdugos de la libertad, el papel de servido-res de la policía —señaló Lenin—, no ha podido por menosde abrir gradualmente los ojos al propio ejército zarista. Elejército ha empezado a vacilar"1.

Los soldados empezaron a reflexionar cada vez más enaras de que se les obligaba a actuar como enemigos de supropio pueblo. Comenzaron a registrarse desacatos a lasórdenes, chispazos de descontento contra las ordenanzas vi-gentes en el ejército y contra el régimen de autocracia y des-potismo, así como negativas de los soldados a disparar contralos obreros huelguistas. Todo esto creaba una situación pro-picia para el trabajo del partido en las tropas. "… Entre losmilitares... se observa últimamente una reanimación indu-dable del espíritu democrático, en parte como consecuenciade los combates, cada vez más frecuentes, en las calles con"enemigos" como los obreros y los estudiantes. Y, en cuantonos lo permitan nuestras fuerzas —escribió V. I. Lenin en1902 en el libro ¿Qué hacer?—, debemos dedicar sin faltala atención más seria a la labor de agitación y propagandaentre soldados y oficiales, a la creación de "organizacionesmilitares" afiliadas a nuestro partido" 2.

Los primeros intentos de agitación revolucionaria en elejército fueron emprendidos, respondiendo al llamamientode Iskra, por las organizaciones socialdemócratas en 1901.Aparecieron proclamas ilegales dirigidas, primero, a la ofi-cialidad y, después, a la tropa. En agosto de 1901 Iskracomunicaba que entre los oficiales de la guarnición de Vilnase habían distribuido octavillas con motivo del envío de tro-pas para el aplastamiento de la huelga de curtidores. Lossocialdemócratas invocaban a los oficiales a que fueran sen-satos y humanos, trataban de despertar en ellos compasiónpara con los obreros que pedían justicia. "Antes de soltaruna descarga cerrada contra gentes desarmadas, que decla-ran su lucha a todo el régimen social existente en nombre de los

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 10, pág. 366.2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. I, págs. 224-225.

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derechos pisoteados del trabajador —se decía en la octavilla—, piensenen nombre de qué perpetran ese crimen. ¡Qué papel glorioso y de"honor" estar a disposición de la policía, ser mandadero de los patronos,salvaguardar sus bolsillos! Recuerden esto y no dudamos de hacia dóndeseinclinarán vuestras simpatías".

El otoño de 1901, el Comité del partido de Tiflís tiróoctavillas para los soldados y, en diciembre, los comités deNizhni Nóvgorod y de Ekaterinoslav dirigieron proclamas alos oficiales. Iskra, que desde sus primeros números dedicóatención al trabajo militar-revolucionario, secundó la ini-ciativa de los comités locales, reimprimiendo las proclamasde Vilna y Nizhni Nóvgorod, aconsejando a todas las orga-nizaciones socialdemócratas "aprovechar esta acertada ex-periencia".

En 1903 ya hacían labor de agitación y propaganda entrelos soldados los comités y grupos socialdemócratas de nomenos de 27 ciudades de Rusia. En los informes de varioscomités al II Congreso del POSDR se mencionaron hechosinteresantes acerca del trabajo de los socialdemócratas entrelas tropas. Los de Bakú y Siberia, por ejemplo, comunicaronque se habían imprimido octavillas para los soldados y loscosacos. Los folletos socialdemócratas se distribuían entrelos dragones y granaderos acantonados en Tver (actual Kali-nin), mientras que en Bakú, el contacto con soldados y cosa-cos de la guarnición local no sólo se aprovechaba para la di-fusión de octavillas revolucionarias, sino también para enlazarse con lospresos políticos.

Los socialdemócratas se dirigían con bastante regularidad medianteoctavillas a los soldados, a los reclutas y a loslicenciados que regresaban a sus hogares. Se trabajaba también entre loscosacos, la fuerza de choque de la autocracia en la lucha contra larevolución. Las proclamas socialdemócratas aparecieron en lasguarniciones de Novocherkassk, Azov y en las stanitsas cosacas.

Junto con las octavillas, en los cuarteles se infiltrabanejemplares de la Iskra leninista y los folletos de agitación(El militarismo y los obreros, De la vida del soldado, Lasclases de tropa), recordatorios escritos por el gran literatoruso Léon Tolstói, en los que se exhortaba a soldados y oficiales a nodisparar contra el pueblo, poesías y canciones revolucionarias y otraspublicaciones clandestinas.

La primavera de 1903 se tiró en la tipografía de Iskra, en Ginebra,

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el folleto En el cuartel. Observaciones de un socialdemócrata, de M.Silvin, en el que se describía con todo lujo de detalles el ambiente decorrupción existente en el cuartel zarista y se daban consejos prácticos alos social - demócratas que hacían agitación revolucionaria entre lossoldados. El folletonista, por ejemplo, estimaba tácticamente desacertadorecibir a pedradas a las tropas enviadas para apaciguar a los huelguistas,con gritos airados y de desprecio. Recomendaba, ante todo, trabajar a los soldados con lla-mamientos y razonamientos, para sembrar en sus filas lavacilación y la confusión. "El ejército sólo es temible en elfrente, cuando se convierte en muchedumbre, pierde sufuerza" —escribía—. Con motivo de la observación deM. Silvin respecto a que era inútil recurrir a los oficiales,quienes, según el articulista, representaban una masa con-trarrevolucionaria compacta, la redacción de Iskra dio lasiguiente nota: "La organización de grupos revolucionariosentre la oficialidad muestra que este medio no es tan deses-perante"1. Al mismo tiempo, Iskra remarcaba que "latarea principal para el partido revolucionario de su laboren el ejército era ganarse las simpatías de los soldados". Eneste sentido se recomendaba prestar especial atención a laagitación verbal entre la tropa que, como mostraba la expe-riencia, era la que daba mejores resultados. En Iskra apa-reció la nueva rúbrica especial Acerca de la propaganda enlas tropas, donde se insertaban artículos y comentarios sobreel trabajo socialdemócrata en el ejército.

El auge revolucionario en el país, el contacto directo delas tropas con los obreros y los campesinos, la agitación ypropaganda de las organizaciones socialdemócratas, dirigidaspor la Iskra, todo esto, contribuía a que entre la parte másavanzada de los soldados aumentara el descontento contra elgobierno.

El círculo creado a finales de 1901 y comienzos de 1902en el 1er Regimiento Imperial de Granaderos de Ekaterino-slav, acantonado en Moscú, fue una de las primeras organizaciones

1 La verdad es que ya en aquella época hubo casos aislados de oficiales que se aliaban al proletariado.El ex oficial A. Vannovski se hizo socialdemócrata, participó en el I Congreso del POSDR dedicándoseposteriormente al trabajo clandestino. V. Antónov-Ovséienko, militar de pura cepa, procedente delcuerpo de cadetes, se negó a jurar la bandera, ingresó en 1903 en el POSDR y consagró toda su vida a larevolución.

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militares del partido. Sus miembros hacían propaganda en las unidadesde los cuarteles de Pokrovka, difundían la Iskra, montaron una imprentaclandestina y publicaron un llamamiento a los soldados para queapoyaran al pueblo en la lucha contra la autocracia. El círculo subsistiómás de medio año. Fue descubierto por una traición, sus di-rigentes ajusticiados y el resto de los miembros condenadosa trabajos forzados. Pero el trabajo revolucionario entre lasunidades de la guarnición de Moscú continuó.

Por aquellos años se crea en Kíev toda una red de círculos militaressocialdemócratas, agrupados en la Unión para la propaganda en lastropas, labor en la que desempeñó un papel activo F. Petrov, uno de losdirigentes de los círculos marxistas socialdemócratas de Kíev.Recordando su primer encuentro con V. I. Lenin en 1900, durante suviaje a Moscú,Petrov dice: "Yo trabajaba en la organización militar-revolucionaria deKíev y hablé detalladamente de nuestros contactos con obreros ysoldados, de cómo hacíamos nuestra labor en las tropas. Lenin me dijo:"Esto es magnífico, el ejército debe fundirse en un movimiento únicocon el prole-tariado. El trabajo entre los soldados es una labor revolu-cionaria muy importante"1.

En 1902 surgen los primeros círculos de marineros enKronstadt y, al año siguiente, se crea allí la organizaciónsocialdemócrata de marineros. En Sebastopol, los primeros círculossocialdemócratas aparecieron entre los soldados de la artillería de plaza.

Los socialdemócratas incorporados a filas desplegabanuna gran labor entre las tropas. Es sintomático que de 49personas juzgadas en el ejército en 1902 por "delitos" polí-ticos, 40 ya habían comparecido ante los tribunales antes desu llamamiento a filas (por su pertenencia a organizacionesrevolucionarias, por tenencia de publicaciones ilegales, parti-cipación en manifestaciones, etc.). En 1903, de las 152 personassumariadas, 102 habían tenido actividad revolucionaria antes deingresar al servicio militar.

Con cada nuevo reemplazo llamado al ejército, llegabanmás obreros conscientes, templados en la lucha huelguísticay que habían aprendido el marxismo en la práctica. Esto minaba lospuntales seculares, que parecían indestructibles, del corrompido cuartelzarista. Y si con anterioridad al movimiento revolucionario masivo el

1 Pravda, 5 de enero de 1969.

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mayor peligro para las autoridades castrenses lo representaban losintelectuales que servían en el ejército (los oficiales de complemento, yla parte democrática de la oficialidad), ahora, las ideas revolucio-narias se las traían a los soldados los obreros y campesinosde vanguardia.

Son interesantes los datos que reflejan la composición delos militares procesados en 1902-1904 por "delitos" políticos,en su mayoría soldados. Desde 1902 hasta mediados de 1904las investigaciones judiciales en el ejército comprendieron298 expedientes, de los que 290 eran de soldados. Pero, ade-más, en 1903, el número de soldados y marineros procesadospor actividad revolucionaria se triplicó, comparado con eldel año anterior.

La socialdemocracia revolucionaria trataba de aunar losprimeros esfuerzos, por el momento dispersos, que hacíanlas diversas organizaciones y círculos para encauzar el tra-bajo militar, sintetizar y hacer patrimonio de todo el partidola experiencia por ellos acumulada. V. I. Lenin insistía enque al preparar los informes de los comités locales delPOSDR al II Congreso del partido se ilustrara lo más de-talladamente posible el trabajo en el ejército. Cada comitédebía comunicar al centro del partido los contactos que te-nían entre los militares, la actividad de los socialdemócratas(intelectuales y obreros) que hacía el servicio militar, etc.1.

En el proyecto de resolución al II Congreso del POSDR,redactado por V. I. Lenin, sobre el trabajo en el ejército, sedecía: "El Congreso llama la atención de todas las organi-zaciones del partido sobre la importancia de la propaganday la agitación socialdemócratas entre las tropas, y recomien-da que se hagan los máximos esfuerzos para fortalecer ycanalizar cuanto antes todos los vínculos existentes entre laoficialidad y entre las clases de tropa. El Congreso estimaque sería conveniente la formación de grupos especiales conlos socialdemócratas que sirven en el ejército, a fin de queestos grupos ocupen una posición determinada dentro de loscomités locales (como ramas de los comités), o dentro de laorganización central (como instituciones creadas directa-mente por el Comité Central y directamente subordinadasal mismo"2.

1 Véase: V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 7, pág. 81.2 V. I. Lenin. Obtus, 5a ed.. t. 7, pág. 303. La enconada lucha, empeñada en el Congreso en

torno a los problemas de organización, impidió que se discutiera el punto 15 del orden dedía, El trabajo en el ejército.

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En el Programa del partido, aprobado en el Congreso,se incluyó la exigencia de sustitución del ejército permanentepor el armamento general del pueblo. Además, en la resolu-ción sobre las manifestaciones se señalaba que los social-demócratas debían procurar que los soldados supieran elcarácter y el objetivo que perseguían las manifestacionesobreras y exhortarles a que confraternizaran con el pueblo.En la resolución se remarcaba también que los manifestantesno debían exacerbar innecesariamente a las tropas. "Huel-guistas y manifestantes —se decía en la octavilla del Comitédel POSDR de Moscú (CM), que exclarecía esta resolu-ción—, deben utilizar las conversaciones con las tropas. . .separando a los soldados unos de otros y de los oficiales".

Por consiguiente, en los años que precedieron a la pri-mera revolución rusa, la socialdemocracia revolucionaria diolos primeros pasos para atraer al ejército al lado del pueblo.Fueron formándose los cuadros de especialistas en cuestio-nes militares del partido y elaborándose las formas y mé-todos de trabajo en las tropas, estableciéndose vínculos consoldados y oficiales.

Desde la primavera de 1903, los socialistas-revoluciona-rios (eseristas) comenzaron también su labor de propagandaen las tropas. Este partido pequeñoburgués, surgido en 1902,reemplazaba la lucha de las masas contra la autocracia porla de personas aisladas, seguía la táctica del terror indi-vidual. Como no advertían los cambios que se operaban en elcarácter del movimiento revolucionario en el ejército, quecada vez se adueñaba más directamente de la masa de sol-dados, los eseristas dudaban de que la labor directa entreéstos tuviera éxito. Por eso consideraban su tarea principalinculcar en la oficialidad el espíritu de las viejas tradicionesde la Naródnaya Volia (La voluntad del Pueblo)1.

Los bolcheviques tuvieron que empeñar una lucha tenazcontra el aventurerismo de los eseristas, que trataban deprovocar pronunciamientos armados sin la suficiente prepa-ración orgánica, desligados del movimiento obrero y sin

1 La Voluntad del Pueblo, organización secreta revolucionaria de los populistas-terroristas,surgida en 1879. Los populistas se proponían como objetivo inmediato el derrocamiento de laautocracia y el establecimiento de una república democrática. Como medio fundamentalde lucha, los populistas eligieron el complot y el terror individual.

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considerar la situación general en el país. Partiendo de esto,el II Congreso del POSDR condenó resueltamente los in-tentos unificadores de las organizaciones eseristas y social-demócratas, admitiendo acuerdos con los eseristas solamenteen algunos casos de la lucha con el zarismo, pero siempreque las condiciones de tales acuerdos se controlaran por elComité Central del partido.

La guerra ruso-japonesa (enero de 1904-agosto de 1905)dio un poderoso impulso al trabajo revolucionario en elejército y las fuerzas navales. Era la primera guerra de granenvergadura en la época del imperialismo, que por ambosbandos revestía un carácter injusto, anexionista. Los bolche-viques se manifestaron por la derrota del zarismo en laguerra, estimando que el desastre militar de la autocraciaaceleraría el comienzo de la revolución popular y facilitaríasu triunfo. "... En caso de derrota, la guerra acarreará,ante todo, el derrumbamiento de todo el sistema guberna-mental ... —decía V. I. Lenin—. ¡Quien siembra vientos,recoge tempestades!"1

En su condición de auténticos patriotas, los bolcheviquesexplicaban a los soldados que la defensa de la autocracia enuna guerra innecesaria para el pueblo no tenía nada quever con la defensa de la patria, que la Rusia zarista, terra-teniente-burguesa, y la Rusia popular, obrera y campesina,no eran, ni mucho menos, lo mismo. El zarismo, los terra-tenientes y los capitalistas, y no los obreros y campesinosjaponeses, son los enemigos principales del pueblo ruso yde todos los pueblos del Imperio Ruso, decían los bolchevi-ques a los soldados. "Nosotros mostramos realmente patrio-tismo y cariño por nuestro país —se subrayaba en una pro-clama de los bolcheviques moscovitas de aquel período—,mas no en la aspiración de matar el mayor número posiblede japoneses, sino en el ferviente anhelo de encauzar to-das las fuerzas del pueblo, envueltas en esta guerra en elLejano Oriente, al aniquilamiento más rápido de la auto-cracia, la enemiga del pueblo trabajador. .."

Desde el mismo comienzo, las operaciones en el LejanoOriente le fueron adversas al zarismo. Rusia no estaba pre-parada para la guerra. Las derrotas en tierra y mar se suce-dían ininterrumpidamente, cada nuevo descalabro era unpaso más de la autocracia hacia su hundimiento ineluctable.

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 8, pág. 174.

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" . El ignominioso final de la ignominiosa guerra ya noestá tan lejos —decía V. I. Lenin—, y este final decuplicaráinevitablemente la efervescencia revolucionaria.. ." 1

La impopularidad de la guerra ejercía fuerte influenciaen los reservistas llamados a filas. En 1904 se registraron'motines" de reservistas en 119 lugares (15 de ellos por se-cunda vez). Las formas de estas acciones y los motivos quelas suscitaron fueron los más diversos: protestas contra losactos de las autoridades subdistritales y rurales, negativas aincorporarse a filas, acciones contra los ricos y terratenienteslocales, así como motines espontáneos que, a menudo, seconvertían en choques contra las tropas y la policía. Estasacciones fueron adquiriendo una envergadura especial haciael otoño de 1904.

En noviembre se sublevaron las tripulaciones de los na-vios surtos en Sebastopol. Los marineros protestaban contralos abusos de los oficiales, los registros en los sollados ycontra la prohibición de bajar a tierra. Veintiocho de losrevoltosos fueron procesados, tres de los cuales fueron con-denados a muchos años de presidio. En diciembre se amoti-naron los soldados del 134° Batallón de reserva en Ekate-rinoslav. También en otros lugares hubo plantes de solda-dos. Como índice del creciente descontento de las masas po-pulares por la guerra lo reflejaba el número cada vez mayorde los que se negaban a ir al servicio militar: mientras quea principios de diciembre de 1904 no se presentaron a lascajas de recluta el 1,5-2% de los reservistas, a finales de añoya lo fueron el 6-8%.

Los bolcheviques aprovecharon la guerra ruso-japonesapara intensificar su trabajo antimilitarista y para popularizarlas consignas revolucionarias. Los comités locales del partidohacían propaganda entre los reclutas y reservistas esclare-ciéndoles la esencia y los verdaderos motivos de la guerra.En estaciones y centros de reclutamiento, en los trenes ycuarteles se repartían publicaciones clandestinas. Casi to-dos los comités del POSDR imprimían octavillas antimilitares.En 1904 las organizaciones socialdemócratas tiraron 209proclamas contra la guerra. Además, 163 octavillas estabandirigidas directamente a reservistas, soldados y reclutas. Ala sazón trabajaban ya entre las tropas 11 organizacionesdel POSDR.

1 V. 1. Lenin. Obras, 5a ed., t. 9. pág. 4.

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Durante 1904 los comités del partido de Petersburgo,Moscú, Riga, Kazán y otros y las uniones del POSDR deSiberia y el Cáucaso pudieron, valiéndose de los soldadosde tendencias revolucionarias y los socialdemócratas llama-dos a filas, establecer contacto con varias unidades militares.En Kronstadt, Riga y Sarátov surgieron organizaciones mi-litares partidarias especiales. El verano y otoño de 1904 seprodujeron revueltas abiertas de soldados y reclutas en va-rias ciudades.

El trabajo revolucionario en el ejército y en la Armada,a la sazón, sólo acababa de emprenderse, pero ya reportabasus primeros frutos, contribuyendo al agrietamiento del pi-lar armado de la autocracia y a la creación de condicionespara que en las tropas arreciara el descontento por el ordende cosas existente. La primera revolución rusa, comenzada enenero de 1905, dio al trabajo militar del partido bolcheviquenueva envergadura y propició premisas objetivas para in-tensificar sensiblemente la lucha por atraerse a las masasde soldados y marineros al lado del pueblo insurreccionado.

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2. EL EJERCITO COMIENZA A VACILAR

El proletariado ruso enarboló la bandera de la revolu-ción. El 9 de enero de 1905, los obreros petersburgueses enhuelga y sus familiares se encaminaron hacia el Palacio deInvierno para hacer entrega al zar Nikolás II de una peticiónsobre reformas económicas y políticas. Pero a los obreros in-defensos los recibieron las balas, las bayonetas y los láti-gos de los cosacos. Las calles de Petrogrado se tiñeron desangre. Esta horrible lección no fue baldía. Al llegar latarde aparecieron barricadas por la ciudad, comenzaron loschoques entre los obreros y las tropas.

La consigna de los obreros petersburgueses "¡Muerte olibertad!" fue acogida por el proletariado de todo el país.Los obreros de las comarcas habitadas por minorías étnicasno rusas salieron unidos a la lucha. El movimiento huelguís-tico se extendía incontenible. Tras el proletariado marcha-ban los pobres de la ciudad, la juventud escolar y estudian-til, los campesinos. Fue una auténtica revolución democrá-tica y popular que atañó a todas las capas sociales, a todaslas clases de la sociedad de Rusia.

Aquel movimiento arrollador de masas de muchos millo-nes de personas no pudo por menos de afectar al ejército.A medida de su desarrollo, la revolución educaba con unarapidez fantástica a los soldados y marineros más atrasados,oprimidos y escarnecidos. A ello contribuyó también el tra-bajo más intenso de los bolcheviques entre las tropas.

Ya el 8 de enero de 1905 el Comité de Petersburgo bol-chevique del POSDR dirigió un llamamiento a los soldados de la

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guarnición de la capital1, esclareciéndoles las causasde la huelga general de los obreros petersburgueses, cuáleseran sus reivindicaciones políticas y económicas. La proclamaadvertía a los soldados: ". . . el zar no quiere dar libertad yos enviará con fusiles y cañones contra el pueblo. Os orde-nará disparar contra el pueblo. Puede mandaros apalear alos huelguistas". Los soldados exhortaban a no tirar contralos obreros, a desobedecer a los oficiales y pasarse al ladode los luchadores contra la autocracia. "¡Soldados! ¡Mar-chemos juntos a por la libertad! . . . ¡Muera la guerra! ¡Abajola autocracia!"

En jornadas sucesivas los bolcheviques petersburguesesse dirigieron una y otra vez directamente a los soldados conoctavillas. El 10 de enero el Comité de Petersburgo escribíaindignado acerca del vergonzoso papel desempeñado porlos soldados, convertidos en asesinos de los indefensos obre-ros que se dirigían a exigir al zar libertad y mejor vidapara todo el pueblo.

El Comité del POSDR de Moscú se dirigió a los soldadosel 12 de enero, exhortándoles a no disparar contra los obre-ros. "¡Soldados! Nosotros, los obreros moscovitas, hemos idoa la huelga general para apoyar las reivindicaciones de nues-tros camaradas petersburgueses. ¡Soldados! A vosotros y anosotros nos dio vida una misma patria.

Vosotros, igual que nosotros, salisteis del pueblo traba-jador. . . La patria maldecirá a quienes alzaron el brazosobre la gente trabajadora, los mejores hijos, los más des-graciados; la patria maldecirá a quienes con balas y bayone-tas impidieron que los trabajadores consiguieran pan y li-bertad.

Nuestra causa es la vuestra. Nuestra victoria es vuestravictoria".

También otros comités bolcheviques del POSDR tiraronproclamas dirigidas a los soldados. En ellas les narrabanlos sucesos sangrientos de Petersburgo, de la revolucióncomenzada en el país, les explicaban cuáles eran sus tareas.Las octavillas se difundían en los cuarteles, se pegabanen los lugares de acantonamiento de las unidades milita-res y, a veces, se les entregaban en propia mano a lossoldados.

En las proclamas tiradas por los comités del POSDR no había

1 A la sazón Petersburgo era la capital del Imperio Ruso.

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aún una línea táctica única, consignas únicas. En unasproclamas se invitaba a que los soldados se pasaran abier-tamente con armas al lado del pueblo, en otras, a que dis-pararan al aire o contra los oficiales, en las terceras, a quearrojaran las armas y luego se unieran a los obreros. Talsituación se explicaba en gran parte porque los socialdemó-cratas no tenían aún una idea clara sobre la actitud de lamasa fundamental de soldados, sobre la fuerza y profundi-dad de los ánimos antigubernamentales en las tropas. Sedejaba sentir también la falta de un centro coordinadorúnico del trabajo militar socialdemócrata, la escisión entrebolcheviques y mencheviques, la insuficiencia de vínculosrevolucionarios en el medio militar, etc. Posteriormente, enel transcurso de la lucha, los bolcheviques llegaron a la con-clusión de que la única consigna acertada era el llamamientoa los soldados para que se pasaran con las armas al campode los obreros y campesinos insurreccionados.

Los acontecimientos del 9 de enero ejercieron gran in-fluencia entre los soldados avanzados, quienes en algunoscasos expresaron abiertamente su indignación por los actosde las autoridades zaristas. Sin embargo, la masa de soldadosaún cumplía sumisa la voluntad del zar. No obstante, elcontacto cada vez más frecuente con los obreros y los campe-sinos durante el apaciguamiento de los "desórdenes" agitabalas mentes de los soldados, afianzaba en su conciencia el sen-tido injusto de la función que les obligaban a realizar1. Encuanto salían de los cuarteles los soldados trataban cada vezmás a menudo de asistir a mítines, reuniones y asambleasclandestinas. Todo esto tenía forzosamente que llamar laatención del mando superior militar. Las circulares se su-cedían exigiendo aislar cuidadosamente a los soldados de lapoblación civil, acrecentar la vigilancia de los censores cas-trenses, realizar registros sistemáticos en los cuarteles, etc.Simultáneamente se intensificaba el trabajo de captaciónideológica de soldados y marineros. Aumentaron las publi-caciones de tendencia monárquica y el Ministerio de laGuerra, incluso, comenzó a editar un periódico especialpara las clases de tropa.

1 En 1905 las tropas acudieron "en ayuda" de las autoridades civiles unas 3.900 veces. En lasexpediciones punitivas participaron (incluidos los requerimientos repetidos) cerca de 3.400.000soldados, numero que superaba en más del triple el total de los efectivos del ejercito ruso a comienzosdel año 1905.

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Las organizaciones socialdemócratas ampliaban incesan-temente su labor en el ejército y en la Marina de Guerra.En los primeros meses de 1905 fueron creadas 10 organiza-ciones militares socialdemócratas. A los meses de abril-mayocorresponde la formación definitiva de la organizaciónsocialdemócrata de la Flota del Mar Negro, conocida por elnombre de Comité Central Marinero. La iniciativa de sufundación partió del Comité de Sebastopol del POSDR, enel que a la sazón predominaban los bolcheviques. Con ayudade éste, el Comité Central organizó en primavera mítinesy reuniones de marineros, difundía propaganda socialdemó-crata e imprimía octavillas.

Desde el 9 de enero hasta mediados de junio de 1905 seregistraron 34 actos masivos de soldados en distintos puntosdel país (participación en grandes mítines y asambleas, pro-testas contra los oficiales, negativas de hacer servicios depolicía, protestas contra la guerra, plantes por el pésimorancho). Con la llegada del verano, cuando el ejército saliópara los campamentos, se frecuentaron las reuniones ymítines clandestinos en pleno campo.

Los borrascosos acontecimientos de 1905 exigieron delPOSDR la elaboración de una línea táctica precisa en la re-volución que comenzaba. En relación con esto, los bolchevi-ques convocaron en abril, en Londres, el III Congreso delPOSDR. El Congreso caracterizó la revolución que empe-zaba como revolución democrático-burguesa, en la que lafuerza principal motriz y hegemónica era la clase obrera conlos campesinos como aliados. El problema central que deba-tieron los delegados fue el de la insurrección armada detodo el pueblo, la fusión en uno sólo de los tres torrentes delmovimiento revolucionario: obrero, campesino y de soldadosy marineros. Relacionado con esto se discutió también en elCongreso la cuestión del trabajo revolucionario en el ejércitoy la Armada.

Teniendo en cuenta la insuficiencia de cuadros del par-tido el Congreso recomendó concentrar éstos en las unidadesdel ejército y de la Armada más susceptibles a la agitaciónrevolucionaria, pero, a condición de hacer una labor intensae incesante. "Tiene mucha más importancia —dijo desde latribuna del Congreso A. Bogdánov—, lograr que durante lainsurrección un regimiento se ponga al lado del pueblo, quevarios regimientos sean rozados parcialmente por la oleadarevolucionaria".

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El éxito de ganarse a las unidades militares para la revo-lución se planteaba en dependencia directa de la creación defuertes e influyentes organizaciones conspirativas en el me-dio castrense, capaces de arrastrar a la masa de soldados aacciones de apoyo a la insurrección popular o aunque nofuera más que garantizar su neutralidad.

En el III Congreso del POSDR se señaló asimismo queen el transcurso de la propia insurrección popular se pre-cisaba desplegar la lucha "física" por las tropas, especial-mente si se advertían en ellas síntomas de vacilación. Estosignificaba que los obreros, en el momento decisivo, medianteel contacto personal con los soldados, deberían hacerles de-sistir de su participación en las expediciones punitivas, y sipodían, hacer que se pasaran al campo de los insurgentes.En este aspecto se reservaba un gran papel a las mujerestrabajadoras, a quienes los soldados escuchaban con particu-lar atención.

A pesar de que la cuestión militar no se discutió especial-mente en el Congreso, muchos delegados hablaron en sus in-tervenciones del trabajo entre las tropas. M. Litvínov, porejemplo, delegado de la organización de Riga, comunicóque los soldados habían ofrecido al comité local del POSDRalgunas cajas de municiones y que 2.000 reservistas declara-ron sin rodeos que se solidarizaban con los obreros. V. Des-nitski (Stróev) dijo que los bolcheviques de Nizhni Nóvgorod(actual Gorki) editaban un boletín especial para los solda-dos, etc.

A la sazón, las cuestiones militares ocupaban también unlugar destacado en el periódico bolchevique Proletari, quese imprimía en Ginebra. En junio de 1905 insertó una en-cuesta para las organizaciones locales del partido, a las quese invitaba a dar respuestas detalladas a las 15 preguntasque se hacían sobre el trabajo en el ejército. Al periódico leinteresaba conocer cómo se establecían los contactos con elcuartel, dónde y cómo se daba clase a los soldados, si podríaconfiarse en ellos en caso de insurrección y otras preguntas.

Algunas respuestas recibidas de los propios lugaresfueron publicadas en la rúbrica militar de Proletari, contri-buyendo así al intercambio de experiencia y a la activaciónde la labor socialdemócrata en el ejército y en la Marinade Guerra.

Los bolcheviques estimaban que no sólo era necesariotrabajar entre los soldados, sino también con los oficiales.

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Pero a diferencia de mencheviques, eseristas y liberales bur-gueses, los bolcheviques no hacían hincapié especial en laincorporación del cuerpo de oficiales al movimiento de libe-ración, sino en revolucionar a las masas de soldados y mari-neros. ".. .El gigantesco progreso de la revolución desde lostiempos de la Voluntad del pueblo —dijo V. I. Lenin—, seexpresó precisamente en que quienes empuñaron las armascontra los jefes fueron los "borregos grises", cuyo espíritude independencia tanto asustó a los terratenientes y oficialesliberales"1. No en vano Osvobozhdenie ("Liberación"),órgano de los liberales en el extranjero, llamaba a que sepusiera fin a las "discordias de clase" entre la oficialidady los soldados en nombre de la unidad de acciones, impuestapor la "idea de liberación nacional". Declarando su deseode ganarse al ejército y en primer lugar a la oficialidad,para la oposición, Osvobozhdenie, por boca de su ideólo-go P. Struve, prevenía al mismo tiempo contra la "ingeren-cia física" de las fuerzas armadas en la lucha política, con-ceptuándola como una "intervención quirúrgica" sumamenteindeseable. Este temor al ejército no tardó en apoderarsetambién de parte de los mencheviques, quienes temían queen el transcurso de la revolución se implantara cualquiera"dictadura militar"2 mítica.

Al propio tiempo que ridiculizaba esta absurda idea,V. I. Lenin subrayaba que los soldados y marineros aspirana la democratización del ejército, a transformarle de unejército de casta en un ejército popular, que no esté porencima del pueblo, sino al lado del pueblo, contra sus opre-sores. En tiempos de los decembristas3, por ejemplo cuandolos oficiales revolucionarios llevaban la voz cantante en elmovimiento antizarista, "en que la masa de los soldados per-manecía casi indiferente"4, el triunfo de la insurrección hu-biera podido desembocar, realmente, en una "dictadura"provisional del ejército sobre la población civil. Pero imagi-narse semejante perspectiva en 1905 ". . .ante el poderosomovimiento entre los soldados", para quienes es completa-mente ajena la idea de la dictadura militar, significaría, por expresión

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 17, pág. 212.2 Véase: Obra citada, t. 13. págs. 355-356.3 Los decembristas eran nobles revolucionarios rusos que lucharon contra el régimen de

servidumbre y la autocracia y que en diciembre de 1825 se levantaron en armas.4 V. I. Lenin. Obras 5ª ed., t. 13, pág. 356.

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por expresión de Lenin, ". . .o bien haber perdido todo sen-tido de la realidad o estar todavía más a la derecha queStruve y Cía . . .Combatir la inclinación del soldado ruso ala dictadura militar ganando a los oficiales: he ahí dóndenos han llevado los oportunistas"1 —decía sarcásticamenteLenin.

En la primera revolución rusa los mencheviques mantu-vieron una táctica oportunista, reservando al proletariadoy a su partido nada más que el papel de oposición extremaizquierda, que empujara a la burguesía liberal a la luchacontra el zarismo. Mientras que los bolcheviques se orienta-ban a la alianza con el campesinado revolucionario, los men-cheviques se esforzaban, fundamentalmente, por llegar a unacuerdo entre el proletariado y los liberales burgueses.Exhortando de palabra a la insurrección armada, los men-cheviques, sin embargo, negaban la necesidad de prepararlaen su aspecto organizativo y técnico, preparación que califi-caban de "blanquismo", "conspirativismo", etc. De ahí queel peso fundamental de la labor combativa y militar re-cayera en aquel período sobre los bolcheviques.

Después de haber discutido a finales de junio de 1905los resultados del III Congreso del partido y de haber apro-bado sus resoluciones, la Conferencia de las organizacionesde Yaroslavl, Kostromá, Ivánovo-Voznesensk y otras queintegraban el Comité del POSDR del Norte, acordó unaresolución especial acerca del trabajo entre las tropas. LaConferencia obligó a los comités del partido a formar gruposespeciales para la labor dentro del ejército, a entablar con-tactos sólidos con las unidades militares, a extender más laagitación y la propaganda y a crear, en particular, gruposespeciales de soldados que difundieran las octavillas. A loscomités se les encomendaba también la tarea de prepararentre las tropas acciones políticas abiertas, coincidentes conlos actos revolucionarios del proletariado y de otras capasdemocráticas de la población. La Conferencia llamó la aten-ción de todos los comités a la necesidad de que los "obrerosorganizados, inscritos en las cajas de reclutamiento, cono-cieran los procedimientos de trabajo entre los soldados yesforzarse particularmente por que el partido no perdieracontacto con ellos durante su servicio militar"2.

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 13, págs. 356-357.2 III Congreso del POSDR. Recopilación de documentos y materiales, M., 1955, pág. 440.

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El informe de esta Conferencia y las resoluciones aproba-das en ella se publicaron en el Proletari y se pusieron enconocimiento de todas las organizaciones del partido. ElComité del POSDR de Moscú fue uno de los primeros que seadhirió a estas resoluciones.

El proceso objetivo de la revolución llevaba hacia lainsurrección general armada. El desarrollo de los aconte-cimientos confirmaba la justeza y oportunidad de las resolu-ciones aprobadas por el III Congreso del partido. La huelgageneral de 70.000 textiles de Ivánovo-Voznesensk y de laregión industrial adyacente se convirtió en una poderosaacción política del proletariado. El 10 de junio estalló lalucha armada en las barricadas de Lodz. El 13 de junio,como protesta de la salvaje represión ejercida contra lostextiles de Lodz, se levantaron los obreros de Varsovia1 y el14 del mismo mes aparecieron barricadas en las calles deOdesa. Este mismo día se produjo uno de los acontecimien-tos más importantes del período inicial de la revolución: elacorazado Potiomkin se solidarizó con el pueblo.

La sublevación de la Flota del Mar Negro la habían pre-parado y fijado conjuntamente para el otoño el Comité Cen-tral de la marinería y el Comité del POSDR de Sebastopol.Esto tenía sus razones: acrecía incesantemente el movimientoobrero y con la terminación de las labores agrícolas estivalesdeberían arreciar las acciones campesinas contra los terra-tenientes. Por consiguiente, la sublevación en la Flota sehacía coincidir con el apogeo del movimiento obrero y cam-pesino en el Sur, cuando debería transformarse en insurrec-ción general. Pero sucedió de otra manera. La sublevaciónsurgió de forma espontánea, mucho antes de lo que se su-ponía, y no la empezaron los obreros y campesinos, sino losmarineros del Potiomkin, que hacía prácticas de tiro en lascercanías de Ochákov.

Los acontecimientos tuvieron un desarrollo rápido y tu-multuoso. En la refriega entablada con los odiados oficia-les cayó mortalmente herido el bolchevique G. Vakulen-chuk, cabecilla de los marineros y miembro del Comité Cen-tral. El mando del navio pasó a manos de una comisión,elegida por la tripulación de entre los marineros más revo-lucionarios. Encabezó la comisión el torpedista A. Matiushenko,

1 Hasta la primera guerra mundial una considerable parte de Polonia entraba en lacomposición del Imperio Ruso.

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intrépido revolucionario, que se inclinaba por lossocialdemócratas, pero que carecía de suficiente madurezpolítica.

Acompañado del torpedero N° 267 el Potiomkin arribó ala Odesa en huelga. Si los marinos sublevados, que eranunos 800, hubieran desembarcado immediatamente y pres-tado ayuda armada a los obreros, con sus esfuerzos conjun-tos habrían podido apoderarse de la ciudad. Las autorida-des, sorprendidas, estaban totalmente desconcertadas. Perolos marineros, inexpertos en la lucha política, diferían laacción, con la esperanza de que toda la Escuadra del MarNegro se sumara al Potiomkin.

La mañana del 15 de junio un grupo de tripulantes delPotiomkin llevaron al puerto el cadáver de G. Vakulenchuk,levantaron al final del muelle una tienda de campaña parael féretro y montaron la guardia de honor. Las manos cru-zadas del finado sostenían el llamamiento de la tripulaciónsublevada a los trabajadores de Odesa, que terminaba conla exhortación: "Venguémonos de los sanguinarios vampiros.¡Mueran los opresores! ¡Mueran las sanguijuelas! ¡Viva lalibertad!"

Con la arribada del Potiomkin la moral de los obreros deOdesa subió de punto. En el puerto confraternizaron loshuelguistas y los marineros revolucionarios. Frente a latienda de campaña, donde se encontraba el féretro de Va-kulenchuk, se sucedían los mítines tumultuosos. Las tropas dela guarnición de Odesa vacilaban.

Sin embargo, la organización bolchevique de Odesa nologró tomar en sus manos la dirección de los acontecimien-tos y prestar la ayuda necesaria a la tripulación sublevadadel Potiomkin. La organización de Odesa —una de las másfuertes e influyentes en el sur de Rusia— estaba a la sazónmuy debilitada por las detenciones, su tipografía había sidodesmantelada. Por consideraciones de orden conspirativo,poco antes de la sublevación en el Potiomkin, comenzó acambiarse la composición del Comité del POSDR de Odesa,lo que, prácticamente, paralizó su trabajo. Por esto, I. Láza-riev (Atanasi) y M. Korinevski (Tómich), miembros del co-mité, entablaron, por propia iniciativa, contactos con lasorganizaciones mencheviques y del Bund 1, pasando a formar

1 Bund, partido nacionalista hebreo pequeñoburgués, oportunista, surgió en 1897 en eloeste de Rusia.

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parte de la "comisión de contacto". La propuesta de los ese-ristas de pasar a la acción conjunta fue rechazada sin ra-zones de peso para ello, a pesar de que en el III Congresodel partido una resolución especial permitía, en caso denecesidad, que los comités locales concluyeran acuerdos delucha temporales con las organizaciones de los eseristas."Nosotros, los socialdemócratas, podemos y debemos mar-char con independencia respecto a los revolucionarios de lademocracia burguesa, guardando la independencia de clasedel proletariado —dijo Lenin—, pero debemos ir hombrocon hombro durante la insurrección, al asestar golpes direc-tos al zarismo, al hacer frente a las tropas, al asaltar lasBastillas del maldito enemigo de todo el pueblo ruso"1.

Los delegados de la comisión de contacto subieron abordo del Potiomkin y propusieron a los marineros su plande acciones, en su conjunto, correcto: desembarcar destaca-mentos a tierra, unirse a los obreros, invitar a los soldadosa que se pasaran al lado de los insurgentes, tomar la ciudad,destruir toda clase de comunicaciones, excarcelar a los pre-sos políticos y detener a los representantes de las autorida-des zaristas. Mas los delegados no pudieron hacer prevale-cer este plan. Los marineros sublevados acordaron abstenersepor el momento de cualquier clase de acciones resueltas,pues seguían calculando que se les uniría el resto de laescuadra.

La tarde del 15 de junio se adhirió al sublevado Potiom-kin el barco-hospital Veja, acto muy insignificante. Apro-vechándose de la inacción de los insurgentes en el acorazadoy en la ciudad, las autoridades zaristas fueron concentrandoen Odesa las fuerzas necesarias, mientras que la policía pro-vocaba el incendio y saqueo de las bodegas y de los alma-cenes del muelle. Las tropas bloquearon el puerto y rompie-ron fuego contra los obreros.

Desde el Potiomkin veían las llamas del incendio en losmuelles y los excesos que tropas y policías cometían por elmalecón. La comisión de marineros que mandaba el acora-zado decidió abrir inmediatamente fuego de artillería paraapoyar a los obreros. Pero el alférez Alexéiev, que había sidoelegido comandante del navio por la marinería sublevada,bajo un pretexto ficticio, se negó a cumplir esta decisión.

A la mañana siguiente, una delegación del Potiomkin exigió del

1. V.I. Lenin, Obras escogidas en 3 tomos, t. I, pag. 476

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Comandante de las tropas de Odesa que no pusiera obstáculos alentierro de Vakulenchuk, amenazando, en caso contrario, conbombardear la ciudad. Ante el peligro de que Odesa fuera cañoneada,las autoridades tuvieron que permitir el 16 de junio el entierro deVakulenchuk, transformado en una multitudinaria manifestaciónpolítica. Al regreso del cortejo fúnebre del cementerio, las autoridadesintentaron apresar a los delegados del Potiomkin. Guandoesto se supo a bordo, el acorazado hizo varios disparos defogueo con proyectiles de las piezas de seis pulgadas.

Después de infructuosos intentos de reunir al Comitédel POSDR de Odesa, el obrero V. Jrustaliov, miembro delcomité, y E. Yaroslavski, también bolchevique, independien-temente, quisieron subir al acorazado o establecer contactocon los marineros, sin lograrlo.

Cuando en Ginebra, donde radicaba el centro bolchevi-que en el extranjero, se conocieron los sucesos de Odesa, elBuró en el Extranjero del CC del POSDR dirigió el 17 dejunio una carta al Buró del Este del CC de POSDR en Sa-mara (actual Kúibyshev) proponiéndole ponerse inmediata-mente en contacto con Odesa y apoyar "exhaustivamente"al navio revolucionario. Simultáneamente se comisionó aOdesa como plenipotenciario del CC a M. Vasíliev-Yuzhin,revolucionario profesional de experiencia. Al despedirleV. I. Lenin le dio las siguientes instrucciones: "Trate a todacosta de subir al acorazado, convenza a los marineros de quedeben actuar resuelta y rápidamente. Consiga que hagan sindilación un desembarco. En caso extremo no se detenga anteel bombardeo de las instituciones gubernamentales. Tenemosque ocupar la ciudad. A continuación, arme a los obreros ydespliegue la agitación más enérgica entre los campesinos.Destaque para este trabajo las fuerzas mayores posibles dela organización de Odesa. .. Hay que hacer todo lo que sepueda para apoderarnos del resto de la Flota. .. Sólo seprecisa actuar con decisión, audacia y rapidez"1. Mas su-cedió que la carta de Ginebra cayó en manos de la policía yel delegado plenipotenciario del centro bolchevique en elextranjero, cuando llegó a Odesa, ya no encontró allí alPotiomkin.

En la propia cuidad, las autoridades hicieron todo lo posible para

1 Véase: M. Vasíliev-Yuzhin. En el fuego de la primera revolución. M., 1955, págs. 47-48.

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aislar a la población del navio revolucionario. Por disposición delgobernador general del Cáucaso se destacaron tropas a lo largo de todoel litoral del Mar Negro, desde Novorossiisk hasta Sujumi, enprevisión de un posible desembarco de fuerzas del Potiomkin.Simultáneamente, elvicealmirante Chujnín, Comandante Principal de la Flota del MarNegro y de los puertos de su cuenca, ordenó acabar con el Potiomkin. El día 17 de junio zarpó de Sebastopol para dar batalla al Potiomkinuna escuadra unificada. El Potiomkin, con la bandera roja enarbolada,le salió audazmente al encuentro, rechazó la propuesta de rendición y atodo vapor escindió la formación de la escuadra. Como respuesta a laorden de romper el fuego contra los "sediciosos", en los barcos reinó laconfusión y las tripulaciones de los acorazados Sinop y GueorguiVencedor aclamaron al Potiomkin con estentóreos hurras. La escuadratuvo que vol-ver proa a Sebastopol. El Gueorgui Vencedor, que se quedóa la zaga de ella, se pasó a los sublevados. Las tripulacionesdel Potiomkin, Gueorgui Vencedor, torpedero N° 267 y el barco-hospital Veja advirtieron al Comandante de la Región Militar de Odesaque si les obligaban a entrar en batalla la aceptarían sin vacilaciones"por la gran causa de la emancipación de todo el pueblo oprimido deRusia".

Varios marineros bolcheviques propusieron que se hiciera undesembarco de fuerzas en la costa del Cáucaso. Pero la mayor parte dela marinería del Potiomkin siguió manteniendo una actitud de esperaque tuvo consecuencias verdaderamente nefastas. Aprovechándose dela falta de vigilancia por parte de la tripulación del GueorguiVencedor, loselementos contrarrevolucionarios entregaron el navio el 18de junio a las autoridades militares de Odesa. Esto fue parael Potiomkin, especialmente para la parte de la tripulación quevacilaba, un golpe muy duro.

La tarde del mismo día el Potiomkin se hizo a la mar.Primero en Constanza y después en Feodosia los sublevadosquisieron repostarse de carbón y víveres, para continuar lalucha, pero no pudieron. El 25 de junio se vieron impelidosa poner otra vez rumbo a Constanza, donde entregaron elacorazado a las autoridades rumanas. Parte de los marinerosse quedó en Rumania, otros emigraron a distintos países.

A pesar de su fracaso, la sublevación del Potiomkin fueun acontecimiento relevante en el proceso de la primerarevolución rusa. El gobierno zarista estuvo incapacitado arareducir

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al acorazado insurgente, que siguió siendo "territorio inquebrantablede la revolución". El prestigio del zarismo sufrió un golpe demoledor.Lenin hizo una gran apreciación de la hazaña revolucionaria de latripulación del Potiomkin. Aunque esta acción seguía teniendo losrasgos del antiguo motín espontáneo, con todo y con eso, revistió uncarácter político diáfanamente expresado y fue un intento"de formar el núcleo del ejército revolucionario" 1. La suble-vación del Potiomkin fue un testimonio persuasivo de queel ejército, el puntal más firme de la autocracia, comenzabaa tambalearse. Los bolcheviques sacaron de estos aconteci-mientos la conclusión de que había que luchar con más ener-gía aún para crear el número mayor posible de destaca-mentos del ejército revolucionario, necesario "para la luchamilitar y para la dirección militar de las masas del pueblocontra los restos de la fuerza militar de la autocracia"2.

La insurrección en el Potiomkin influyó mucho en elauge del movimiento revolucionario en el ejército y en laMarina de guerra. El Proletari publicó profusamente re-portajes y artículos sobre el acorazado revolucionario. Tam-bién las organizaciones bolcheviques en Rusia hicieron muchopara que se conociera fidedignamente la marcha de lainsurrección en el acorazado. El Comité del POSDR dePetersburgo imprimió octavillas-volantes, el de Ekaterino-slav tiró boletines y el Comité de Moscú publicó llamamien-tos a los soldados, exhortándoles a secundar el ejemplo desus hermanos de la Flota del Mar Negro. "Unios al puebloy golpead a vuestros enemigos... —se decía en la proclamadel Comité del POSDR de Moscú (CM)—. Las tropas yaempiezan a pasarse al lado del pueblo. Negaos a dispararcontra el pueblo y volver los fusiles contra el gobierno auto-crático zarista, que es vuestro enemigo. Aliado a vosotrosel pueblo es invencible". El Comité del POSDR de Sebasto-pol distribuyó el 24 de junio una octavilla firmada por''marineros socialdemócratas" que llamaba a todos los mari-neros y soldados a sumarse a la lucha por la libertad delpueblo "bajo la bandera roja y en las filas del PartidoObrero Socialdemócrata de Rusia" y proclamaba: "¡Vivala lucha revolucionaria del ejército y de la Flota! ¡Viva lalucha revolucionaria de la clase obrera!".

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 10. pág. 337.2 Obra citada, pág. 338.

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Desde el momento de la insurrección en el Potiomkin,hasta octubre, se registraron no menos de 42 acciones masi-vas de los soldados. A este período corresponden las prime-ras protestas de los soldados, exigiendo que se ponga en li-bertad a sus compañeros arrestados y su mayor número denegativas de hacer funciones policíacas, etc.

El acontecimiento de más envergadura, después de lasublevación del Potiomkin, en el movimiento revolucionarioen el ejército y la Armada en el verano de 1905 fue la suble-vación espontánea del 15 de junio entre las tripulacionesde la flota en Libau, donde desde mayo realizaba un tra-bajo intenso el comité de esta ciudad del Partido ObreroSocialdemócrata de Letonia y donde funcionaba ya una or-ganización militar. El levantamiento se había preparadopara el otoño, pero los acontecimientos se adelantaron denuevo al plan de los socialdemócratas.

Sirvió para la sublevación abierta de los marineros delBáltico el mismo motivo que para los del Mar Negro, lacarne putrefacta del rancho. Nuevamente la insurrecciónadquirió en el acto un carácter político. Los marineros seapoderaron de armas y municiones. Comenzaron las deten-ciones de oficiales. Sobre el puerto flameó la bandera roja.Los obreros de Libau apoyaron con la huelga a los marine-ros, pero no consiguieron unirse a ellos. El fuerte costeroy el puerto militar estaban aislados de la ciudad por un ca-nal que sólo podía cruzarse en un pontón flotante, que fueretirado.

Para impedir que la insurrección se extendiera, por ordendel mando, casi todos los navios fueron sacados a alta mar.Con ayuda de las tropas traídas a Libau, a los tres días fuerestablecido el "orden" en la ciudad. El levantamiento delos marineros en Libau, como sucedió con la sedición delPotiomkin, ejerció gran influencia revolucionadora en elejército y en la Marina de Guerra.

En los meses veraniegos de 1905 surgieron ocho organi-zaciones militares socialdemócratas (en Ashjabad, Kíev,Odesa, Ekaterinoslav, Alexándrovsk, Pavlodar, Bobruisk yDvinsk). Además, en agosto, después de detenciones en ma-sa, fue restablecida la organización militar de Alexandropol.Se estructuraron definitivamente organizaciones militares enlos comités bolcheviques del POSDR de Petersburgo y Riga.De 11 organizaciones militares socialdemócratas nuevamentesurgidas o que terminaban su formación, cinco eran totalmente

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bolcheviques, en otras tantas los bolcheviques trabaja-ban con los mencheviques y en una, la de Alexandropol,colaboraban incluso con los "gnchakistas" 1.

El zarismo hacía esfuerzos desesperados para contenerel desarrollo de la revolución. En agosto de 1905, en la ciu-dad norteamericana de Portsmouth, fue firmado el pactode paz entre Rusia y el Japón. A costa de la pérdida de laparte sur de Sajalín y de las islas adyacentes, la autocraciaadquirió libertad de acción para la lucha contra el pueblorevolucionario. La firma del pacto de paz de Portsmouth nopudo ser más "oportuna" para el zarismo, pues los aconte-cimientos revolucionarios comenzaban también a encontrareco entre los soldados rusos en la lejana Manchuria, adondellegaba la propaganda escrita socialdemócrata desde Sibe-ria y del centro bolchevique en el extranjero, en Ginebra.

Con la esperanza de escindir las fuerzas de la revolución,el zar anunció en agosto la convocatoria de la Duma deEstado de consulta legislativa. Con este paso "liberal" laautocracia aspiraba, ante todo, a llevarse a su lado a lascapas oposicionistas de la burguesía, la cual, según carac-terística de Lenin, después del 9 de enero "se volvió rosa-da" y después de los sucesos de Odesa hasta empieza a"enrojecer"2. El zarismo también se hacía sus cuentas res-pecto a los campesinos. El verano de 1905 se registraronen todo el país unas 900 acciones campesinas. El 25%, apro-ximadamente, de los distritos de la Rusia Europea fue abar-cado por el movimiento antiterrateniente. En estas condi-ciones, el campo reaccionario quería contar con el apoyoaunque sólo fuera de los campesinos pudientes, para poderasí sofocar las llamas del movimiento campesino.

Pero la poderosa acometida de la clase obrera, dirigidapor los bolcheviques, echó por tierra todos los cálculos delzarismo y de la burguesía liberal monárquica. En octubrecomenzó la huelga general política que paralizó la vidaeconómica y socio-política de todo el país.

Cogido de improviso, el zarismo vaciló. El gobierno in-tentó aplastar la huelga por la fuerza de las armas, pero elplante de los ferroviarios le impidió hacer traslados detropas. Aparte de que el estado de ánimo de las propias tropas

1 "Gnchak", partido nacionalista armenio pequeñoburgués, con muchos afiliados obreros enel Cáucaso, que en el transcurso de lª revolución se pasaron en su mayoría a los bolcheviques.

2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 11, pág. 149.

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suscitaba seria alarma. El CC bolchevique del POSDRse dirigió dos veces a los soldados con octavillas, explicán-doles los fines de la lucha revolucionaria. También se distri-buyó un llamamiento especial a los oficiales, invitándoles apasarse con sus unidades al lado del pueblo, ayudar a queéste se armara y a encargarse de la dirección militar de lasbatallas decisivas contra la autocracia. En muchos sitios lastropas se negaron a marchar contra los obreros, teniendo lasautoridades que reintegrarlas apresuradamente a los cuar-teles. El gobierno zarista ya no podía, como antes, confiaren las unidades militares para sofocar las acciones obreras.Esto dio a V. I. Lenin fundamento para declarar a finalesde octubre que "el proletariado revolucionario ha logradoneutralizar a las tropas, paralizándolas en las grandesjornadas de la huelga general"1.

En el período de la huelga general política de todaRusia en octubre, la neutralización de la parte fundamentaldel ejército, que simpatizaba con los obreros huelguistas,fue un éxito importante de la socialdemocracia revolucio-naria, un resultado palpable de su labor de agitación ypropaganda entre las tropas.

El 17 de octubre el zar tuvo que plegarse a la voluntaddel pueblo revolucionario y acceder a que se convocara laDuma Legislativa. Al país le fueron "otorgadas" libertadescívicas y prometida una ley electoral más democrática. Lasconcesiones de Nikolás II fue la primera gran victoria dela revolución. Pero esta victoria no solucionaba aún losproblemas en su conjunto. El zarismo retrocedió para ganartiempo y reunir fuerzas.

El 18 de octubre el CC del POSDR dirigió un llama-miento Al pueblo ruso, en el que exigía como garantíasseguras de libertad: armamento inmediato del pueblo, con-vocatoria de la Asamblea Constituyente, derogación delrégimen estamental, implantación de la jornada laboral de8 horas, amnistía total para todos los deportados y presospolíticos, etc. Aunque retornaron a la legalidad, los social-demócratas siguieron conservando su aparato clandestino,incluidas las organizaciones de combate y militares, no cesa-ron sus preparativos para la insurrección.

Ya en octubre, en el transcurso de la huelga general deRusia, los obreros de Petersburgo crearon el Soviet de diputados de

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 12, pág. 33

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los obreros. Brotes de poder revolucionario, nuevo, surgierontambién en otros centros industriales.

Los Soviets se preocupaban mucho de ganarse al ejércitopara la revolución. La Izvestia del Soviet de diputados delos obreros, que se editaba en Petersburgo, insertaba llama-mientos a soldados y oficiales, hablaba de la solidaridad dela clase obrera con los motines que tenían lugar en el ejércitoy en la Armada. El Soviet de Petersburgo tiró proclamasdirigidas al ejército, invitando a que delegados de las uni-dades de la Región Militar de Petersburgo acudieran a sussesiones. En uno de los llamamientos del Soviet a los sol-dados, se decía: "Con frecuencia recurrís a nosotros. . . enbusca de consejo y apoyo... Varios regimientos nos envíansus diputados. Hermanos soldados, tenéis razón. No contáiscon más defensa que el pueblo trabajador. . . Vuestro dolores el nuestro, vuestras penurias, las nuestras, vuestra lucha,la nuestra, nuestra victoria será vuestra victoria. Nos atanlas mismas cadenas. Sólo los esfuerzos aunados del pueblo ydel ejército romperán esas cadenas. . . ¡Hermanos soldados!¡Despertad! ¡Alzaos! ¡Venid a nosotros! ¡Soldados honra-dos y audaces, agrupaos en uniones! . .. ¡Poneos de acuerdocon los obreros! ¡Unión con el Soviet de diputados de losobreros!".

Los primeros éxitos de la revolución causaron granefecto en el ejército y en la Marina militar. En aquellasjornadas soldados y marineros empezaron a incorporarsemás activamente a la vida política del país. La asistenciaa mítines y asambleas obreras, la lectura de la prensa legalrevolucionaria y, finalmente, la propia atmósfera de losacontecimientos revolucionarios, todo esto minaba conrapidez el orden cuartelario. Durnovó, ministro del Interior,señalaba alarmado que en noviembre de 1905 los soldadosde la guarnición de Sarátov acudían a las reuniones políticasy organizaban hasta reuniones ilegales en los cuarteles, enlas que "oradores extraños les dirigían fogosos discursosrevolucionarios, incitándoles al plante y al motín", con laparticularidad de que la mayoría de las clases de tropa es-cuchaba con plena simpatía a estos oradores. Un cuadroanálogo se daba en otras muchas guarniciones de ciudadesindustriales, así como entre las tripulaciones de las flotas.

A los soldados y marineros les irritaba que el manifies-to zarista del 17 de octubre no atañera al ejército y la Ma-lina de Guerra. "Darnos también a nosotros lo concedido el 17 de

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octubre", decía una de las exigencias de los soldados del BatallónDisciplinario de Vorónezh, amotinados en noviembre. Soldados ymarineros pedían que se mejoraran sus condiciones de vida, que seacortara el plazo del servicio, la anulación de las numerosasobligaciones de respeto a los superiores fuera de los cuarteles,liquidación de los tribunales castrenses especiales, concesión dederechos generales cívicos, libertad de reuniones, de asociaciones,etc.Todo esto llevaba, decía Lenin, ". . .a acabar con el ejércitode casta, con el ejército separado del pueblo, y a sustituirlopor un ejército de ciudadanos libres e iguales. Pues bien—subrayaba Lenin—, eso equivale exactamente a abolir elejército regular y armar al pueblo"1.

Los bolcheviques sabían aprovechar el descontento es-pontáneo de las masas de soldados y marineros, orientándolopor el cauce de la lucha revolucionaria, consciente. En estodesempeñó un gran papel el periódico bolchevique legalNóvaya zhizn ("Nueva vida"), en el que desde noviembrefiguraba la rúbrica especial En el ejército.

A pesar de que el zarismo consiguió en octubre pararla huelga general, escindir a la burguesía liberal y atraer asu lado no sólo a su ala derecha (octubristas)2, sino en par-te también al ala izquierda (demócratas-constitucionalistas)3,la lucha revolucionaria de las masas se aproximaba impe-tuosa a su punto culminante, a la insurrección armada.

En varios sitios, a pesar de que las organizaciones bol-cheviques les habían advertido de que no emprendieran ac-ciones intempestivas aisladas, soldados y marinos comenza-ron a pasar espontáneamente a la lucha armada.

A finales de octubre estalló una sublevación en Kronstadt,originada, ante todo, por el descontento de marineros y sol-dados con sus pésimas condiciones de vida y la falta absolutade derechos políticos. La comisión gubernamental que in-vestigó las causas de la sublevación en Kronstadt señaló ensu informe, entre otras: ".. .la ropa es mala... el calzado está roto . . .

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 13, pág. 284.2 Octubristas, miembros del partido contrarrevolucionario de la gran burguesía y de los

terratenientes, fundado en 1905. Uno de los objetivos principales de los octubristas era la luchacontra la revolución. Intentaban adaptar la Constitución a la autocracia.

3 El partido democrático-constitucionalista contrarrevolucionario se organizó en octubre de1905, era el partido principal de la burguesía imperialista en Rusia.

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el pan no es siempre bueno, está húmedo y huele. .. los alojamientosestán sucios. . ."

En aquella época hacía una gran labor en Kronstadt laorganización local militar socialdemócrata, en funciones deorganización distrital aneja al Comité del POSDR dePetersburgo. Los bolcheviques de esta base naval prepara-ban una insurrección general en el Báltico. El 23 de octubre,en un mitin multitudinario de marineros y soldados se acor-daron las exigencias elaboradas por la organización militarde carácter económico y político. Se fijó celebrar un nuevomitin el 30 de octubre, pero ya el 26 de este mes, influidaspor eseristas y anarquistas, que para nada tenían en cuentala situación concreta ni la correlación de fuerzas, las masassalieron a las calles de Kronstadt. Ante la situación creada,los bolcheviques no tuvieron más remedio que apoyar lasublevación iniciada e intentar hacerse con su dirección.

Las autoridades zaristas decidieron desacreditar a lossediciosos ante los ojos de la población, recurriendo paraello a una falaz provocación. Bandas de maleantes, organi-zadas por la policía, disfrazados de marineros, comenzaronlos asaltos de tabernas y tiendas, consiguiendo arrastrar aello a los marineros vacilantes. Los marineros conscientestrataron de poner coto a los saqueos y pogromos, cosa queno lograron. El 27 de octubre llegaron a Kronstadt tropasfieles al gobierno. La sublevación, que ni tenía plan nifines claros de lucha, fue aplastada con rapidez. Centenaresde marineros y soldados fueron sometidos a consejo deguerra sumarísimo.

Sobre los sediciosos se cernió la amenaza de la pena demuerte. Los bolcheviques de Petersburgo invitaron a losobreros y a todos los ciudadanos honrados a que salieran endefensa de los marineros y de los soldados. En las fábricasse aprobaban resoluciones de protesta, exigiendo que lossublevados no fueran sometidos a juicios sumarísimos. Unasesión extraordinaria del Soviet de Petersburgo de diputadosobreros, después de discutir los sucesos de Kronstadt, acordódeclarar la huelga general política en solidaridad con losrevolucionarios de la Flota del Báltico. También la UniónCampesina de toda Rusia exigió amnistía para los de Krons-tadt. El gobierno zarista tuvo que ceder, transfiriendo elexpediente del motín de Kronstadt a las instancias judicialesordinarias, las cuales no podían pedir penas de muerte.Evitando la sangrienta represalia contra los marineros y soldados de

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Kronstadt, el proletariado revolucionario adquirió centenares y milesde nuevos amigos en el ejército y en la Marina de Guerra.

Casi al mismo tiempo que la sublevación de Kronstadt,un motín igualmente espontáneo de los marineros de lastripulaciones y de soldados estalló en Vladivostok. Los su-blevados pegaron fuego a la residencia de oficiales de laMarina, al edificio del tribunal militar naval y a los domi-cilios de los odiados oficiales.

A mediados de noviembre estalló el motín de Sebastopol,la sublevación militar de más envergadura en 1905. Losacontecimientos en dicha ciudad comenzaron por tempes-tuosos mítines y tumultuosas demostraciones con motivo delmanifiesto zarista del 17 de octubre. El ametrallamiento delos manifestantes que pedían libertad para los presos polí-ticos despertó la indignación general. Durante el entierrode las víctimas, el teniente P. Shmidt pronunció un brillantediscurso, que sonó como el juramento de vengarse de losverdugos zaristas por la sangre de las inocentes víctimas. Lasituación se caldeaba por días en la ciudad. El Comité delPOSDR y la organización militar de Sebastopol, restableci-dos a finales de octubre y comienzos de noviembre, despuésde su desmantelamiento en el verano, debido a su debilidady a la acentuada influencia de los mencheviques en laciudad, no pudieron influir mucho en el desarrollo de losacontecimientos. Se envió a Sebastopol a G. Kramólnikov,delegado del CC del POSDR y delegado al III Congresodel partido.

También esta vez la sublevación tuvo un comienzo es-pontáneo. El 11 de noviembre, durante el mitin de marineros,obreros portuarios y soldados, el marinero K. Petrov, quecasualmente oyó que el contraalmirante Pisarievski habíaordenado disparar contra la muchedumbre si no se disolvía,hizo tres tiros contra Pisarievski y el capitán-ayudanteShtein. Estos disparos fueron la señal para el comienzo dela sublevación.

Los miembros del Soviet de diputados marineros y sol-dados, elegidos por las tripulaciones y compañías, en sureunión en la noche del 12 de noviembre acordaron desar-mar a la oficialidad y poner en libertad a sus camaradas,detenidos en distintas fechas. Al mediodía recorrió la ciudaduna manifestación de marineros, soldados del Regimientode Infantería de Brest y de artilleros, gritando: "¡Vivan la

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libertad y el POSDR!". Comenzó la sedición en los naviosde la Escuadra del Mar Negro. A marineros y soldados seadhirieron los zapadores, los cuales se negaron a reemplazara los ferroviarios en huelga. Por iniciativa del Comité delPOSDR de Sebastopol, el Soviet de diputados y soldadosfue reorganizado en Soviet de diputados marineros, obre-ros y soldados. En sustitución de los oficiales destituidos,el Soviet destinó a las unidades insurgentes jefes revolu-cionarios, asumió el mantenimiento del orden en la ciu-dad, etc.

La mañana del 13 de noviembre bajaron a tierra losdiputados de los cruceros Ochákov, Panteleimón (así sellamaba ahora el Potiomkin, devuelto por las autoridadesrumanas al gobierno zarista) y de otros buques sublevados.El Soviet acordó invitar al teniente P. Shmidt como dirigentede la insurrección. Era un revolucionario sin partido, un"socialista al margen de los partidos", como él mismo sellamaba, entregado sin reserva a la causa de la libertad delpueblo.

En la sesión del Soviet, con asistencia de Shmidt, fuediscutido el plan de acciones. El 14 de noviembre Shmidtsubió al crucero Ochákov, base principal de la sublevación,en cuyo mástil se izó la bandera roja. La tripulación delcrucero se distinguía por ser la más revolucionaria, méritoindudable de la organización socialdemócrata, encabezadapor los marineros bolcheviques S. Chástnik, N. Antonenko yA. Gladkov. Los barcos sublevados hacían un total de 12navios, inferiores, sin embargo, por sus cualidades combati-vas a las fuerzas gubernamentales. Con toda urgencia fuerontrasladados a Sebastopol unidades fieles al gobierno. Unasdos horas duró el duelo artillero. Como resultado, la suble-vación aislada fue aplastada, anegada en sangre. En febrerode 1906 se celebró el juicio de los sediciosos. Cuatro dirigen-tes de la sublevación, P. Shmidt, S. Chástnik, N. Antonenkoy A. Gladkov fueron fusilados, más de 300 hombres conde-nados a trabajos forzados y a penas de cárcel y cerca de unmillar sentenciados sin juicio.

Casi al mismo tiempo de los sucesos en Sebastopol seprodujeron importantes acciones de soldados en las RegionesMilitares de Turquestán y de Kíev.

A mediados de noviembre se sublevaron en Tashkentcuatro compañías de soldados. En solidaridad con elloscomenzaron disturbios en las unidades militares de Ferrocarriles,

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dislocadas a lo largo de la vía principal Asiático Central, desdeTashkent hasta Krasnovodsk.

En Kíev había gran efervescencia entre los soldados dela guarnición, a quienes habían impresionado mucho lossucesos en Kronstadt y en Sebastopol. La situación "seagravó hasta el extremo —decía el periódico bolcheviqueNóvaya zhizn— de que la explosión era inevitable, yaunque la organización militar se esforzaba, por ciertasconsideraciones, de contenerla temporalmente, la actitudprovocadora de los oficiales podía suscitar un motín espon-táneo, razón por la que se decidió pasar a la acción".

La organización militar del Comité del POSDR deKíev, en la que trabajaban conjuntamente bolcheviques ymencheviques, la dirigía el menchevique A. Vannovski.Respecto al problema de la insurrección armada él man-tenía, no obstante, posiciones bolcheviques (en diciembrede 1905 participó en la insurrección de Moscú y en 1906-1907 colaboró con los bolcheviques en el Buró Técnico-Militar de Moscú del POSDR). Entre los activistas de laorganización militar figuraban los bolcheviques F. Petrovy A. Kvasha.

El 18 de noviembre salieron a las calles de Kíev lossoldados amotinados de la 3ª Brigada de Zapadores. Par-ticipó en su manifestación hasta un millar de hombres. Losdirigían personalmente oficiales relacionados con la orga-nización del POSDR, entre los que se destacaba, especial-mente, el subteniente B. Zhadanovski.

Los organizadores de la manifestación armada del 18de noviembre, debido al apresuramiento, seguramente,cometieron algunos errores. No establecieron previamentecontacto con el Soviet de diputados obreros. Cuando losobreros supieron que salía la manifestación, el Soviet deKíev declaró la huelga general política, pero, práctica-mente, sólo apoyaron a los zapadores sublevados unascuantas fábricas. Las fuerzas eran demasiado desiguales ydespués de un breve tiroteo la manifestación de soldadosfue aplastada.

El malestar cundió también entre los soldados de laguarnición de Jarkov, los cuales apoyaron la huelga gene-ral política de los obreros de la ciudad. La mañana del23 de noviembre, los soldados del Regimiento de Infanteríade Starosielski salieron con armas a las calles de Járkov yse unieron a la manifestación obrera. Según el periódico Nóvaya

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zhizn "el soldado y el obrero se dieron la manofraternalmente y el ejército revolucionario se pasó abier-tamente al lado del pueblo. El pueblo revolucionario aclamóal ejército, a la vista de las desconcertadas autoridades".En la manifestación armada de obreros y soldados enJárkov, realizada bajo la dirección del bolchevique F. Ser-guéiev (Artiom), participaron no menos de 50.000 personas.El general gobernador tuvo que prometer a los soldadosque satisfaría sus peticiones. Sólo después de esto, en com-pañía de los obreros y cantando La Marsellesa y la canciónpopular rusa Dubínushka, las tropas se reintegraron a suscuarteles.

Los cálculos testimonian que el otoño de 1905 se regis-traron 195 acciones revolucionarias masivas de soldados,de las que 171 estuvieron relacionadas con la petición (orealización por propia iniciativa) de reivindicaciones polí-ticas y económicas. En 62 casos, el movimiento adquiriódiversas formas de lucha armada, incluida la sublevación.En el transcurso de la lucha, siguiendo el ejemplo del pro-letariado, los soldados instituyeron comités y, en algunoscasos, Soviets de diputados soldados. En el período culmi-nante de la revolución surgieron 26 nuevas organizacionesmilitares del POSDR.

Los actos revolucionarios en masa de soldados y mari-neros, que a menudo adquirían la forma de sublevacionesabiertas, indicaban que la revolución había hecho tamba-learse al puntal militar del zarismo, al ejército y a laArmada. La racha de acciones militares espontáneas fueun presagio más de que se aproximaba la agarrada deci-siva: la insurrección armada de todo el pueblo.

Preparando la insurrección armada, los bolcheviquestrataban de evitar la escisión y fortalecer la unidad de lasfilas de la clase obrera, pues sin esto el proletariado nopodía en plena medida cumplir su papel de fuerza hege-mónica de la revolución. Ya el III Congreso del PartidoBolchevique encomendó a su CC adoptar medidas prepara-torias para llegar a la unificación con la parte escindidadel POSDR y con las organizaciones socialdemócratas na-cionales de Rusia. En otoño de 1905, apogeo de la revolu-ción, en las organizaciones de base del partido, ante todoen las obreras, se desplegó un extenso movimiento pro uni-ficación, en el transcurso del cual surgieron comités fede-rativos o unificados del POSDR. En correspondencia con las reso-

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luciones de las conferencias de partido, menchevique (ennoviembre), y bolchevique (en diciembre), a últimosde diciembre de 1905 se organizó bajo el principio de re-presentación igualitaria un Comité Central unificado delPOSDR, llamado a convocar un congreso de unificacióndel POSDR. Fueron también unificándose las organizacio-nes militares bolcheviques y mencheviques. Un poco mástarde, en abril de 1906, la unificación de las dos fraccionesdel partido fue confirmada en el IV Congreso (de Unifi-cación) del POSDR. Por estas mismas fechas se tomó elacuerdo de fusionarse con la socialdemocracia de Poloniay Lituania y se redactaron las condiciones para unificarsecon el Partido Obrero Socialdemócrata de Letonia y tam-bién con el Bund.

Este paso de importancia, que en modo alguno excluíala lucha ideológica contra el oportuniso y el nacionalismoen el marco de un partido único, tuvo gran trascendenciapara la unidad de acciones, la cohesión internacional delos obreros de toda Rusia y para una mayor intensificacióndel trabajo entre las masas de soldados. En los momentosdel auge revolucionario la lógica de los acontecimientosobligó a los mencheviques, presionados por la base, a darun paso de acercamiento con los bolcheviques. "La tácticade la época del "torbellino" —dijo V. I. Lenin—, no alejó,sino que acercó a las dos alas de la socialdemocracia. Envez de las antiguas discrepancias se logró unidad de puntosde vista en la cuestión de la insurrección armada. Lossocialdemócratas de ambas fracciones trabajaron en losSoviets de diputados obreros, estos originales órganos deembrionario poder revolucionario, atraían a soldados ycampesinos a estos Soviets, publicaban manifiestos revolu-cionarios conjuntos con los partidos revolucionarios peque-ñoburgueses. Las viejas polémicas de la época prerrevolu-cionaria fueron sustituyéndose por la solidaridad en losproblemas prácticos... En Siéverni Golos ("La Voz delNorte") (órgano unificado del POSDR —N. de la Edit.)mencheviques y bolcheviques llamaban a la huelga y a lainsurrección, decían a los obreros que no abandonaran lalucha en tanto no tuvieran el poder en sus manos. La situa-ción revolucionaria sugería ella misma las consignas prác-ticas"1. Sin embargo, los acontecimientos posteriores mostraron

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 41, págs. 388-389.

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que el desplazamiento a la izquierda de los mencheviques fue muyfugaz y que la derrota de la insurrección armada de Diciembrecondujo a mayores divergencias oportunistas en sus filas.

La lucha por la unidad de la clase obrera y de supartido, en condiciones revolucionarias, fue una parte inte-grante de importancia en la lucha por la creación de unfrente democrático general y único contra la autocracia, delucha por el llamado bloque de izquierdas. En la unidad deacciones de todas las fuerzas democráticas, de las fuerzasde izquierda —proletariado, campesinado, capas pequeño-burguesas de la población urbana, pequeños empleados yla parte democrática de la intelectualidad— los bolchevi-ques veían el medio decisivo para la victoria sobre elzarismo.

La táctica del bloque de izquierdas se expresó en lacolaboración de los partidos izquierdistas dentro de las or-ganizaciones de masas sin partido y en las organizacionesmilitares, en la publicación conjunta de llamamientos re-volucionarios al pueblo, en la creación de burós informa-tivo-coordinadores, etc.

A pesar de que los demócratas pequeñoburgueses y lossocialistas vacilaban incesantemente entre el proletariado yla burguesía, los bolcheviques estimaban necesario utilizarestas fuerzas en provecho de la revolución, concertando conellas acuerdos "para la lucha y durante la lucha"1. Esto,naturalmente, no significaba espíritu de conciliación conlas corrientes ideológicas extrañas al marxismo revolucio-nario, en particular con el eserismo. V. I. Lenin subrayóreiteradamente que la doctrina eserista era dañina, erró-nea, reaccionaria y aventurera. Pero todas estas cualidadesno la impedían, hasta un determinado momento, servir demanto ideológico para el amplio y verdaderamente revolu-cionario movimiento de las masas pequeñoburguesas y, enprimer lugar, de las masas campesinas. La revoluciónmostró que los eseristas representaban una magnitud polí-tica real (incluida en el ejército) que no había más reme-dio que tenerla en cuenta. Por eso, al mismo tiempo quecriticaban a los eseristas, los bolcheviques concertaban conellos acuerdos prácticos temporales de lucha conjunta contrala autocracia.

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 9, pág, 275.

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El zarismo, aprovechando la tregua, lograda como re-sultado de la maniobra del 17 de octubre, ya desde media-dos de noviembre comenzó a pasar gradualmente a lacontraofensiva. La reacción provocaba abiertamente a losobreros para que estos emprendieran una nueva acción,que calculaba ahogar en sangre y acabar así con la revolu-ción. El 3 de diciembre la policía logró detener a una granparte de los miembros del Soviet de diputados obreros dePetersburgo y a casi todo su Comité Ejecutivo.

El proletariado contestó al reto que se le hacía con unanueva huelga general que, en varios lugares, se transformóen insurrección. La iniciativa de las acciones pasó alMoscú proletario. Desde la tarde del 9 de diciembre losdistritos obreros de Moscú se cubrieron con una red debarricadas. Nueve días duraron los encarnizados combatescallejeros. Dos mil milicianos armados rechazaron heroi-camente los ataques de las fuerzas punitivas. Los obreroshuelguistas hicieron cuanto pudieron para ayudar a lasmilicias armadas, mas debido a la aguda carencia de armasno pudieron participar directamente en la lucha. La guar-nición de Moscú vacilaba. Ya la víspera de los combatesdecisivos, el 2 de diciembre, se sublevó el Regimiento deGranaderos de Rostov. Una gran efervescencia reinabaasimismo en el Regimiento de Nésvizh y en un batallón dezapadores. El 3 de diciembre, siguiendo el ejemplo delSoviet de diputados obreros de Moscú, fue creado el Sovietde diputados soldados. En su primera y única sesión, en laque participaron delegados de las unidades militares, jefesde las milicias armadas, así como miembros de las organi-zaciones militares bolcheviques, mencheviques y eseristas1,los diputados soldados declararon unánimes que "simpati-zan con el movimiento revolucionario, que pueden adherir-se a la insurrección popular y que, en cualquiera de loscasos, no dispararán contra el pueblo". Sin embargo, estasacciones no fueron aprovechadas debidamente por las or-ganizaciones revolucionarias. La lucha por ganarse a lastropas la hacían con extrema indecisión, aguardando indi-caciones de Petersburgo, y nada emprendieron para destituir violenta-

1 Eseristas (socialistas-revolucionarios), partido pequeñoburgués surgido en Rusia en 1902;después de la victoria de Octubre degeneró en partido contrarrevolucionario que luchó activamentecontra el Poder soviético. Con el aplastamiento de la contrarrevolución en el país, el partido de loseseristas se deshizo.

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mente a los mandos reaccionarios y tomar la dirección de lossoldados en sus manos. De hecho, la iniciativa fue entregada a lasautoridades militares zaristas.

El resultado fue que la contrarrevolución consiguieraaplastar la sublevación del Regimiento de Rostov y, luego,desarmar a la mayor parte de la guarnición y encerrar alos soldados en los cuarteles. Cuando la insurrección estabaen su apogeo al general gobernador de Moscú sólo le que-daban 1.350 hombres seguros, pero, poniendo en juegotodos los medios, incluido el soborno directo de los solda-dos, el gobierno supo evitar que el ejército se pasara allado de los sediciosos. El 15 de diciembre fueron traídos aMoscú los regimientos de Semiónovsk de la Guardia, pri-mero, y de Ladoga, después, que decidieron el desenlacede la lucha a favor de la autocracia. Es significativo, noobstante, que hasta la llegada de refuerzos de la capital,las autoridades militares moscovitas no pudieran reducir alos insurgentes. El solo hecho de que el zarismo no pudierautilizar en plena medida los 15.000 hombres de la guarni-ción de Moscú para aplastar al pueblo insurreccionado fue,según apreciación de la revolucionaria alemana R. Luxem-burgo, un gran logro del Moscú revolucionario.

La insurrección en Moscú no estuvo sola. El 10 de di-ciembre se transformó en insurrección la huelga en Ekate-rinoslav, el 12 de diciembre en Jarkov, Nizhni Nóvgorod(Sórmovo y Kanávino), Alexándrovsk, Novorossiisk y Perm(Motovílija), y el 13 de diciembre en Rostov del Don.Estallaron insurrecciones en el Donbáss, Letonia, Estonia.El 18 de diciembre se levantaron los obreros de Tiflís(actual Tbilisi, capital de la RSS de Georgia). En muchosdistritos de Georgia actuaban destacamentos campesinosarmados, "las centurias rojas". Sin embargo, en ningunade estas insurrecciones tomaron parte directa los soldados.En Ekaterinoslav, por ejemplo, expresaron sus simpatías alos obreros y hasta declararon que si la policía y los cosacosempezaban represalias e intentaban ametrallar a los obrerosindefensos, los soldados tomarían las armas. Pero los revo-lucionarios de Ekaterinoslav no supieron aprovechar talestado de ánimo de los soldados. Sólo en el Cáucaso delNorte la negativa de varias unidades cosacas a sofocar elmovimiento popular y la retirada a sus stanitsas ejerciócierta influencia positiva en la marcha de la insurrección en

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Novorossiisk y en el auge de las acciones revolucionariasen el Kubán.

En Siberia, los soldados tomaron parte más activa en lalucha armada del proletariado. En esta zona surgieron dos"repúblicas", la de Krasnoyarsk y la de Chitá. Los solda-dos de Ferrocarriles de Krasnoyarsk se pasaron abierta-mente a los obreros y formaron el Soviet Unificado dediputados obreros y soldados. Desde el 9 de diciembre, dehecho, el poder en Krasnoyarsk estuvo en manos de esteórgano revolucionario. El Soviet implantó la jornada la-boral de 8 horas, puso bajo su control el ferrocarril, exi-mió a los soldados de funciones que no tuvieran relacióndirecta con el servicio militar y abolió los destinos de orde-nanzas en el ejército. Al mismo tiempo, absorbido por lacelebración de elecciones a la Duma urbana, el nuevo podercometió serias fallas: no se adueñó del Banco ni del tesoro,dejó en libertad a los representantes de las autoridadeszaristas, no hubo la insistencia y la preocupación debidaspor el armamento de los obreros. El alférez Kuzmín, pre-sidente del comité de soldados, utilizando el apoyo deeseristas y mencheviques, se opuso a que se tomara el ar-senal y a que se entregaran a los obreros las armas existen-tes en el Batallón de Ferrocarriles. Y sólo cuando la ciudadse vio amenazada por las tropas punitivas y la contrarrevo-lución local, el Soviet Unificado emprendió el armamentode los obreros. Pero ya era tarde. La "República de Kras-noyarsk" fue aplastada.

Un poco más subsistió la "República de Chitá". Losbolcheviques de esta ciudad se preocuparon oportunamenteno sólo de armar a los obreros urbanos, sino también a losdel Ferrocarril de Transbaikalia. Lograron que los solda-dos se adhirieran a la lucha conjunta bajo la bandera delPOSDR. Con participación de los dirigentes de los bolche-viques de Chitá, V. Kurnatovski y A. Kostiushko-Voliu-zhánich, se constituyó el Soviet de diputados soldados ycosacos. El nuevo poder revolucionario, conjuntamente conel Comité del POSDR de Chitá logró, en particular, sacardel penal de Akatúi a varios marineros de la Flota delMar Negro, partícipes de la sublevación en el transportePrut. Las reivindicaciones de los soldados, formuladas porel Soviet, fueron satisfechas parcialmente por las autorida-des militares. El Soviet de diputados soldados y cosacosactuó en contacto con el comité ferroviario, el cual ejercía las

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funciones de Soviet de diputados obreros. Sin embargo,los órganos revolucionarios no tomaron el poder hasta elfin y la "República de Chitá" fue desmantelada por lasexpediciones de castigo de los generales Rennenkampf yMeller-Zakomielski.

Prosecución directa de la insurrección armada de Di-ciembre fueron las sublevaciones militares en Vladivostok,Nikoláev del Amur y en otras ciudades, así como el nuevoauge del movimiento campesino y obrero en el verano de1906. La lucha revolucionaria adquiría las complicadas yvariadas formas de una larga guerra civil. Una de estasnuevas formas, nacida por iniciativa de las propias masasy apoyada por los bolcheviques, fue el movimiento guerri-llero, plasmado en una serie de pequeñas escaramuzas ar-madas de los destacamentos revolucionarios de obreros conlas fuerzas de la contrarrevolución, que sirvieron para quelos grupos de acción se hicieran con armas, municiones ydinero para cubrir las necesidades del partido, para liqui-dar a los traidores y a los ultrarreaccionarios activos, asal-tar las cárceles y poner en libertad a los presos, atacarlas comisarías de policía y las instituciones gubernamen-tales.

Haciendo el balance de los borrascosos acontecimientosde finales de 1905 y comienzos de 1906, puede decirse que,a pesar del ascenso considerable del espíritu revolucionarioen el ejército, los bolcheviques y el "bloque de izquierdas",en su conjunto, no consiguieron aún a la sazón fusionar enuno los tres torrentes de la insurrección armada de todo elpueblo: proletario, campesino y de los soldados. Caracteri-zando las sublevaciones de soldados, V. I. Lenin señalabaque "el movimiento en las tropas no muestra ni siquieraaproximadamente la unidad que observamos por toda Rusiaen el proletariado ni la conciencia de partido que éstemanifestó... En más de una ocasión, en las unidades pasóel poder a los soldados, pero casi nunca se supo aprovecharresueltamente este poder; los soldados vacilaban; al cabode uno o dos días, a veces al cabo de unas horas, tras dematar a algún oficial odiado, ponían en libertad a los de-más, entablaban negociaciones con las autoridades y, des-pués, se arrimaban ellos mismos al paredón, se tendían paraser azotados, se uncían de nuevo al yugo. . ." 1

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 17, pág. 212.

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Los bolcheviques invitaban a que se estudiase profun-damente la experiencia de la insurrección armada de Moscúy otras a fin de evitar que se repitiesen los errores en ellascometidos. Para el partido estaba claro que el futuro de larevolución dependía en gran medida de si entrarían o noen acción las fuerzas aún no utilizadas de la propia claseobrera y de sus aliados, ante todo, del campesinado y delejército. La experiencia de diciembre de 1905 mostró per-suasivamente que la neutralización de las tropas había sidoinsuficiente y la extrema necesidad de saber conjugar la"captación" ideológica de soldados y marineros con lalucha "física" por ganarse la parte vacilante del ejércitopara la revolución. Sólo el paso, aún que sólo fuera de unaparte, del ejército al lado de las fuerzas revolucionariaspodía garantizar el éxito de la insurrección popular.

Como respuesta a los juicios pesimistas de los menche-viques acerca de que no había hecho falta empuñar lasarmas, los bolcheviques llamaban a las masas a una nuevalucha, subrayando la necesidad de tomar las armas unay otra vez, con decisión, audacia y organización aún mayo-res a como lo hicieron en diciembre de 1905.

Los bolcheviques no tenían fundamentos para concep-tuar la derrota de la insurrección armada de Diciembrecomo una victoria decisiva del zarismo, que significara elfin de la revolución. La calma relativa, que siguió al tor-bellino otoñal de 1905, debería aprovecharse para que lavanguardia proletaria acumulara fuerzas y pudiera em-prender una nueva ofensiva. Era una tregua necesaria enel transcurso de la lucha que debía utilizarse para movili-zar reservas y acercar la retaguardia del movimiento, elcampesinado y el ejército, a su destacamento de vanguar-dia, a la clase obrera. La consigna de la insurrección ar-mada, consigna general de los bolcheviques en el períodode la revolución, siguió en vigor después de los sucesos dediciembre. Esforzándose por evitar los chispazos espontá-neos, prematuros y dispersos, los bolcheviques preparabana las masas para asestar al enemigo un golpe monolítico yorganizado.

Considerando las enseñanzas de las insurrecciones deMoscú y en otros puntos, el partido trataba de intensificarpor todos los medios el trabajo en las tropas, desplegaraún más la agitación y la propaganda revolucionarias entrelas masas de soldados y marineros. El P O S D R ampliaba la

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red de sus organizaciones y grupos militares, las llamadasVoenkas.

En 1905 hacían trabajo militar 64 organizaciones social -demócratas, contra 80 ya en 1906, aumentando las organi-zaciones militares de 27 a 48. A medida que se extendía suactividad se hacía sentir con más agudez la necesidad detener periódicos especiales para los soldados. Ya en 1905se publicaban Soldatski listok ("La hoja del soldado"), ór-gano del Buró Central de la Unión del POSDR del Cáucaso,y Golos soldata ("La voz del soldado"), órgano de la or-ganización militar aneja al Comité del POSDR de Riga.Mas el período de mayor profusión de la prensa militarsocialdemócrata corresponde al año 1906.

Las organizaciones militares del POSDR publicabanmás de 40 periódicos ilegales, entre los que se destacabanespecialmente por su tirada y número de ejemplares publi-cados Soldat ("El soldado") (Libava, 31 números), Golossoldata (Riga, 26 números), Drug soldata ("El amigo delsoldado") (Batum, 23 números), Soldatski listok (Varsovia,22 números), Soldat (Sebastopol, 12 números), Zhizn soldata("La vida del soldado") (Ekaterinoslav, 11 números) yotros. La organización militar moscovita sacó el periódicoSoldatskaya Zhizn.

Merece destacarse particularmente él periódico Kazarma("El cuartel"), órgano de la organización militar aneja alComité Unificado del POSDR de Petersburgo, cuyo primernúmero salió el 15 de febrero de 1906. V. Antónov-Ovséien-ko era el redactor-jefe del periódico y M. Veltman (Pávlo-vich) un colaborador activo, quienes siendo a la sazónmencheviques eran, no obstante, partidarios de la insurrec-ción armada y ya hacía mucho que colaboraban con losbolcheviques. Después de que fueron detenidos en marzo,se encargó de la redacción del periódico el bolcheviqueN. Nasimóvich (Chuzhak), que había dirigido la secciónmilitar del periódico leninista Proletari. A finales de 1906entraron a formar parte de la redacción de Kazarma losliteratos bolcheviques M. Olminski y V. Vorovski y comoredactor-jefe E. Yaroslavski. En total, el periódico sacó13 números. Y aunque Kazarma tenía una tirada de 20.000ejemplares su demanda era mucho mayor. Prácticamente,Kazarma representaba al órgano central del trabajo militarde los bolcheviques, cuya influencia era la predominanteen el Comité de Petersburgo, que a su vez hacía las funciones

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de centro bolchevique de toda Rusia en contraposiciónal Comité Central elegido en el IV Congreso (de Unifica-ción) del POSDR, transformado en centro fraccionista delos mencheviques. En septiembre de 1906 el CC del POSDRcomenzó a publicar el periódico Soldátskaya besieda ("Lacharla del soldado"), que ya revestía un definido caráctermenchevique.

Las organizaciones militares socialdemócratas sentían lanecesidad imperiosa de sintetizar la experiencia del tra-bajo militar, de elaborar sus principios rectores, de encon-trar los procedimientos y medios de lucha más acertadospara ganarse a las masas de soldados. Esto era imposiblehacerlo sin la convocatoria de una conferencia de organi-zaciones militares de toda Rusia. La primera tentativa eneste sentido se hizo ya el otoño de 1905, sin lograr reunirla conferencia. El 27 de marzo de 1906 se reunieron enMoscú los representantes de las organizaciones militaresdel POSDR de Petersburgo, Moscú, Vilna, Dvina y Var-sovia. Entre los delegados se encontraban E. Yaroslavski,R. Zemliachka, V. Antónov-Ovséienko y M. Veltman (Páv-lovich). Pero ya en la primera sesión fueron detenidos losasistentes (si bien es cierto que muchos de ellos consiguie-ron poco después fugarse).

En el IV Congreso del POSDR los bolcheviques plan-tearon nuevamente el problema de la convocatoria de laConferencia de organizaciones militares de toda Rusia ycensuraron a la fracción mayoritaria menchevique en elCongreso por su desprecio hacia el trabajo en el ejército."La misma falta de seriedad, yo diría, actitud desprecia-tiva, manifiesta la mayoría del Congreso acerca del trabajoen el ejército —declaró E. Yaroslavski—. El trabajo revisteun carácter desorganizado y artesanal. Una masa de ener-gía revolucionaria existente en el ejército se pierde infruc-tuosamente. Hasta ahora nuestras organizaciones militaresno mantienen relaciones mutuas. Cuántas veces perdimos laposibilidad de emplear sistemáticamente esta enorme fuer-za". A insistencia de los delegados bolcheviques, partícipesdirectos del trabajo militar, el Congreso acordó encargar alCC convocar la conferencia de todas las organizacionesmilitares del partido.

Los preparativos para la conferencia comenzaron elverano de 1906. El Comité de Petersburgo propuso al CCque no sólo se invitara a las organizaciones militares, sino

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también a las organizaciones de combate del partido quedirigían la lucha guerrillera, el armamento de los obreros,la realización de expropiaciones para atender a las necesi-dades del partido, etc. Haciendo esta propuesta, los bolche-viques petersburgueses tenían en cuenta que para que lainsurrección armada triunfara se necesitaba coordinarestrechamente el trabajo combativo y el militar, aunandolos esfuerzos de las milicias obreras con las acciones delas tropas que se adhirieran a la revolución.

La organización militar de Petersburgo censuró dura-mente el proyecto del orden del día de la conferencia, pre-parado por el CC, que se distinguía por "una pobreza yestrechez tales" que daba "motivo para pensar que el CCreduce las tareas de la próxima conferencia a simples deli-beraciones acerca del planteamiento de la propaganda y laagitación entre las tropas. . ." La Voenka petersburguesaapoyó la propuesta del Comité del POSDR de Petersburgopara la convocatoria de una conferencia conjunta de orga-nizaciones de combate y militares. Por cuanto el CC men-chevique no reaccionó ante la carta de la organizaciónmilitar de la capital, ésta se consideró con el derecho, encorrespondencia con los Estatutos del partido, a crear unBuró de Organización que preparara la convocatoria de laconferencia de organizaciones de combate y militares.

Resultado de ello fue que se celebraran dos conferen-cias: en octubre de 1906, la Primera Conferencia de Orga-nizaciones del POSDR que hacían labor entre las tropas,en la que estuvieron representadas 8 organizaciones mili-tares mencheviques, y en noviembre, en Tammerfors, Fin-landia, la Primera Conferencia de organizaciones militaresy de combate del POSDR, en la que participaron 11 orga-nizaciones militares y 8 de combate bolcheviques y el BuróCentral Técnico-Militar anejo al CC y el Buró Técnico-Militar del Sur. La conferencia menchevique fue bastanteinsulsa, no elaboró resoluciones de importancia y no creóningunos órganos especiales. Algunas resoluciones de laConferencia, en particular la que trataba de la creaciónde organizaciones militares especiales de oficiales, encon-traron duras objeciones por parte de los que se ocupabandel trabajo militar en el partido. La Conferencia de Tam-merfors, por el contrario, fue la única asamblea represen-tativa de quienes hacían trabajo militar y de combate enel partido en el período de la primera revolución rusa y sus

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resoluciones no sólo fueron aprobadas por las organi-zaciones bolcheviques, sino también por una parte de lasorganizaciones mencheviques del POSDR.

En las deliberaciones de la Conferencia de Tammerforsparticiparon I. Lalayánts (Petersburgo), M. Trilisser (Fin-landia), R. Zemliachka, D. Guímmer y E. Yaroslavski(Moscú), I. y E. Kádomtsev (Urales), I. Gamburg (Libana),I. Shaúrov (Vorónezh), N. Nasimóvich, V. Fridolin,M. Liádov, I. Sámmer (representante del centro bolchevi-que), Y. Grozhán, dirigente del Buró Técnico-Militar anejoal CC y especialista en la preparación de bombas y explo-sivos, y otros. Entre los 28 delegados había muchos quehabían participado en insurrecciones armadas y en accio-nes guerrilleras y que hablaron de la actividad de sus or-ganizaciones, explicaron detalladamente las dificultadesdel trabajo militar y de combate, hicieron un examen críticode los acontecimientos relacionados con las insurreccionesarmadas de los años 1905-1906. V. I. Lenin dijo posterior-mente que estos informes representan ". . . un material su-mamente valioso y todos los obreros socialdemócratas polí-ticamente conscientes agradecerán a la conferencia su ini-ciativa de reunirlo y estudiarlo"1.

Yaroslavski, uno de los organizadores de la Conferen-cia, recuerda que en vísperas de su apertura, V. I. Leninle expresó el temor de que entre los que hacían trabajomilitar y de combate pudieran aparecer tendencias separa-tistas, planes de crear un CC especial, "militar", etc.A. Sámmer, representante del centro bolchevique, trajo ala Conferencia una carta de Vladímir Ilich Lenin en laque éste advertía no "dejarse llevar de extremismos com-bativos2. Y así fue. Ya en las reuniones preliminares de losdelegados a la Conferencia se pusieron de manifiesto di-vergencias bastante agudas sobre los problemas relaciona-dos con el momento de la insurrección armada y el carácterde la preparación de ésta, así como de la actitud de lasorganizaciones militares y de combate respecto a las or-ganizaciones proletarias generales del partido. En su in-forme acerca del papel del partido en la insurrección ar-mada, Lalayánts defendió la tesis sobre la necesidad de

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed„ t. 15, pág. 289.2 Primera Conferencia de organizaciones militares y de combate del POSDR, Protocolos,

M., 1932, pág. XXXVI.

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preparar la insurrección, independientemente de que hu-biera o no empezado un nuevo auge revolucionario en elpaís. Estimaba que la Conferencia debía crear un centromilitar de combate en escala de toda Rusia al que se subor-dinaran todas las organizaciones militares y de combate y,en el momento de la insurrección, también las organiza-ciones locales del partido. Sin embargo, la mayoría de losdelegados rechazó estos "absurdos arrebatos", "excesos" y"proyectomanías" del orador.

En la resolución aprobada por unanimidad se señalabaque las tareas del partido en la preparación de la insurrec-ción armada debían reducirse a lo siguiente: 1) extendery profundizar lo más posible la influencia ideológica y or-ganizadora bolchevique entre las masas democráticas de lapoblación; 2) poner a las masas que siguen al partido endisposición para el combate (trabajo de las organizacionesmilitares); 3) realizar una labor ideológica y de organiza-ción combativa en el ejército (actividad de las organizacio-nes militares); 4) garantizar el contacto y la cooperaciónmás estrechos entre las organizaciones proletarias generales,militares y de combate1.

La Conferencia determinó también las tareas princi-pales de las organizaciones de combate: difusión de puntosde vista marxistas justos sobre la insurrección armada, pre-paración de su aspecto técnico, organización de los obrerosde los grupos de acción y, finalmente, ayuda en la organi-zación, con fines de lucha de las capas revolucionario-de-mocráticas de la población bajo la dirección de la social-democracia2.

En la resolución especial Tareas de las organizacionesmilitares en relación con el carácter del trabajo en ellas seseñalaba que estas organizaciones debían crear en las tro-pas una extensa red de sólidas células del partido y organi-zar en torno a éstas a todos los elementos revolucionariosdel ejército para el apoyo activo de las reivindicacionespopulares y para pasarse abiertamente al lado del puebloinsurreccionado. La Conferencia remarcó particularmenteque las organizaciones militares debían concordar plenamente su

1 Primera Conferencia de organizaciones militares y de combate del POSDR,Protocolos, M., 1932, pág. 119.

2 Véase: Primera Conferencia de organizaciones militares y de combate del POSDR,Protocolos, pág. 140.

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labor con el trabajo de las organizaciones proletarias generales y lasde combate, apoyarlas y supeditar su actividad a las tareas políticasgenerales del momento y a la dirección política de las organizacionesproletarias generales1.

Más tarde, V. I. Lenin habló especialmente de los méri-tos de la resolución de la Conferencia sobre el trabajo entrela oficialidad. El documento subrayaba que, utilizando portodos los medios a los grupos oposicionistas de oficiales alobjeto de que algunos de ellos se afilien a las organizacio-nes militares y de combate socialdemócratas en calidad deinstructores y dirigentes prácticos, el partido no puede, sinembargo, plantearse como objetivo la creación de cuales-quiera organizaciones independientes de oficiales. Esto teníasu explicación en que la oficialidad, como grupo social, ensu conjunto, desempeñaba en la revolución democrático-burguesa un papel reaccionario, actuando desde sus posi-ciones estrechas de casta por el mantenimiento de un ejér-cito permanente y de los privilegios estamentales, contra lademocratización de las fuerzas armadas.

La Conferencia aprobó también la resolución acerca dela actitud para con las organizaciones militares de otrospartidos revolucionarios, señalando que con ellas sólo sepodía ir a convenios temporales bajo el control de los cen-tros del partido. Los burós de información eran la únicaforma admisible que se reconocía de enlace constante entrelas organizaciones militares de distintos partidos. La reso-lución aconsejaba a los bolcheviques ingresar también enlas organizaciones militares sin partido para ejercer en ellas"nuestra influencia ideológica" 2.

La Conferencia eligió un Buró Provisional de organiza-ciones militares y de combate al que encargó de elaborarel proyecto de creación de una organización militar y decombate de toda Rusia. El periódico Kazarma se transfor-mó, de hecho, en el órgano central del Buró.

También activaron su labor en 1906 las organizacionesmilitares eseristas. La conferencia otoñal de representantesde las organizaciones militares eseristas estimó necesariocrear un Buró Militar Central. Simultáneamente fueron aprobadas

1 Véase: Primera Conferencia de organizaciones militares y de combate del POSDR.Protocolos, pág. 142.

2 Primera Conferencia de organizaciones militares y de combate del POSDR, Protocolos,pág. 145.

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varias resoluciones sobre diversos problemas del trabajo en las tropas.Los bolcheviques sostenían una acerba lucha ideológica

contra el aventurerismo eserista, el cual se manifestó conparticular nitidez en cómo enfocaba el problema de la in-surrección armada.

En 1906, los eseristas fraguaron un plan para apoderarsede las fortalezas en el Golfo de Finlandia y sublevar a losnavios de la Flota del Báltico, cuyo objetivo final debíaser el bloqueo de Petersburgo y el derrocamiento del go-bierno. Ellos lo razonaban así: "A Petersburgo lo defiendeKronstadt, la fuerza principal del gobierno es la Flota delBáltico. Si nos apoderamos de todo, la victoria es nuestra.Breve, claro y sencillo". Igualmente "sencilla" se imagina-ban los eseristas la insurrección en el Mar Negro. En rela-ción con esto, Kazarma publicó una resolución del ComitéMilitar y de todos los socialdemócratas de la guarniciónde Sebastopol y de los marineros de la Flota del Mar Negro,remarcando que en el caso de que no hubiera un ampliomovimiento del proletariado y de los campesinos se pre-cisaba "que en cuanto aparecieran indicios de malestar encualquier unidad militar se pusiera en juego toda la in-fluencia para evitar que este malestar se transformara eninsurrección prematura y, por consiguiente, de antemanocondenada al fracaso". La redacción de Kazarma saludabay apoyaba plenamente esta decisión de los de Sebastopol,enfilada contra el aventurerismo de los eseristas.

A finales de 1906 se hizo evidente que el punto culmi-nante de la revolución ya había pasado. Después de diciem-bre de 1905 comenzó el descenso gradual del movimientorevolucionario. Debilitada, pero no vencida, la revoluciónretrocedía paso a paso, librando combates reñidos. En 1906participaron en las huelgas más de un millón de obreros.Casi la mitad de los distritos de la Rusia europea los com-prendía el movimiento campesino. Comparado con 1905,los disturbios en el ejército y en la Armada se duplicaron,incluso.

Tratando de apartar a las masas de la revolución, elgobierno emprendió a comienzos de febrero-marzo de 1906la campaña para las elecciones a la I Duma de Estado. Losbolcheviques, que a la sazón calculaban que se produciríaun nuevo auge de la oleada revolucionaria, cuyos síntomasya se apreciaban, decidieron boicotear activamente a la Duma,

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siendo apoyados en ello por los partidos socialde-mócratas nacionales y los eseristas. Mas en esta ocasión noconsiguieron hacer fracasar las elecciones: eran muchas lasesperanzas que cifraban en la Duma los campesinos, lapequeña burguesía urbana y una parte de los obreros. Elnuevo auge revolucionario de la primavera de 1906 resultóser más débil de lo que suponían los bolcheviques. Sin em-bargo, tampoco el gobierno zarista pudo utilizar la Dumapara detener a la revolución. En la Duma se formó un"Grupo trudovique" ("Grupo del trabajo"), que expresaba elestado de ánimo de los campesinos. Los bolcheviques apoya-ron a los diputados campesinos, que reflejaban las aspiracio-nes de las masas rurales en su lucha por la tierra, y los invi-taban a que actuaran aliados a los obreros. Una parte de lostrudoviques enfocó su actividad fuera de la Duma, haciendoagitación en las unidades militares, concentradas en los cam-pamentos de verano en las afueras de Petersburgo, dondeya hacía su labor de agitación y propaganda la organiza-ción militar aneja al Comité del POSDR de Petersburgo.

El movimiento campesino, que estalló con nueva fuerzael verano de 1906, no podía por menos de reflejarse en lamoral de las masas de soldados. A mediados de junio seprodujo una acción espontánea en el viejo Regimiento dePreobrazhenski de la Guardia Imperial, que el otoño de1905 había participado en el aplastamiento de la insurrec-sión campesina. El 4 de junio se celebró en los campamen-tos próximos a Petersburgo un mitin de cuatro mil perso-nas, al que asistieron los soldados del Preobrazhenski y losde algunos otros regimientos, artilleros, así como obreros ydiputados trudoviques. El 10 de junio debería tener lugarun nuevo mitin en el que hablarían representantes de laorganización militar petersburguesa del POSDR, pero lapolicía logró impedir que se reuniera, arrestando a variossoldados y obreros. El 19 de junio el Regimiento se negó asalir del campamento de Krásnoe Seló para Peterhof, y el23 del mismo mes los soldados del ler batallón, al queapadrinaba el propio zar, presentaron al jefe de la Divisiónuna serie de reivindicaciones de orden económico y político,incluida la entrega de tierra a los campesinos. El batallónamotinado fue trasladado bajo convoy a la provincia deNóvgorod y despojado de los privilegios que tenía por serde la Guardia. Fueron entregados a los tribunales 191 sol-dados. En junio también hubo desórdenes en el Regimiento

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de Semiónovski de la Guardia. La efervescencia cundiótambién en otras unidades.

El gobierno zarista, asustado porque en la Duma se dis-cutiera el problema agrario y por el ascenso del movimientocampesino, el 8 de julio disolvió el primer "parlamento"de Rusia. El país entró en una crisis política. El 12 de julioel comité unificado de la minoría socialdemócrata1 y delgrupo trudovique de la I Duma de Estado se dirigió alejército y a la Marina de Guerra llamándoles a "emanci-par al pueblo ruso del traidor gobierno" y a defender a losdiputados del pueblo.

Pero los mencheviques actuaron inconsecuentes e irre-solutos. Aunque habían suscrito el llamamiento al ejércitoy a la Armada, no tardaron en plantear el slogan de "mani-festaciones parciales masivas de protesta... contra la diso-lución de la Duma del Estado", cosa que sólo podía debili-tar las fuerzas del proletariado y desorganizar la prepa-ración de una acción en escala de toda Rusia. Los bolche-viques estimaban que al proletariado y al campesinado seles planteaba la tarea de luchar no por una Duma sinpoder, sino por el derrocamiento de la autocracia. Además,al mismo tiempo que preparaban la insurrección, se esfor-zaban por asegurar una manifestación general y simultánea,lograr acciones concordadas de obreros, campesinos, solda-dos y marineros.

En Sveaborg, Kronstadt y en los navios de la Flota delBáltico la sublevación la preparaban los socialdemócratas,en contacto con los eseristas. Estos últimos consideraban ladisolución de la Duma como un buen pretexto para em-prender inmediatamente la insurrección armada y llevar acabo su plan aventurero. Bajo la influencia de los eseristas,que trataban de "impulsar" el desarrollo de los aconteci-mientos, el 17 de julio comenzó la sublevación espontáneaen la plaza fuerte de Sveaborg.

La víspera, V. I. Lenin supo la aguda situación existen-te en la fortaleza de Sveaborg. A propuesta suya, el Comitédel POSDR de Petersburgo destacó a Sveaborg a tres cono-cidos bolcheviques con la misión de postergar la sublevacción y,

1 La minoría se formó con diputados mencheviques socialdemócratas, elegidos principalmenteen Transcaucasia, donde las elecciones se celebraron después del IV Congreso (de Unificación) delPOSDR, que acordó desistir del boicot a la Duma, así como de algunos miembrosdel grupo trudovique.

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si no lo conseguían, tomar parte en la dirección delmovimiento. Pero los emisarios del centro bolchevique lle-garon cuando la insurrección ya había comenzado. Encabe-zaron ésta los oficiales bolcheviques A. Emeliánov yE. Kojanski, de servicio en Sveaborg, miembros de la or-ganización militar socialdemócrata en Finlandia.

La sublevación en Sveaborg provocó una reacción encadena. En la noche del 20 de julio comenzaron accionesprematuras en Kronstadt1.

D. Manuílski dirigía desde la primavera de 1906 la or-ganización militar del POSDR de Kronstadt. El Comité delPOSDR de Petersburgo envió a Kronstadt como represen-tante suyo a I. Dubróvinski, formidable organizador deltrabajo del partido, y la organización militar comisionó aF. Gusárov y A. Malozémov, ambos de gran experiencia.Simultáneamente estalló la sublevación en el cruceroPámiat Azova, que se encontraba en aguas de Reval. Entrelos dirigentes de este levantamiento figuraban los bolchevi-ques A. Koptiuj (Oskar) y N. Lobadin.

El Comité del POSDR de Petersburgo llamó a declararla huelga general política, intentando ampliar y profun-dizar el movimiento comenzado y transformarlo en movi-miento de todo el pueblo. Mas la sublevación de la Flotafue sofocada pronto y las huelgas en Petersburgo y Moscúde solidaridad y en defensa de los soldados y marinerosamotinados no suscitaron la huelga general en Rusia. Elgobierno logró también paralizar temporalmente la activi-dad de la organización militar aneja al Comité del POSDRde Petersburgo.

La autocracia se hizo ahora más atrevida. Se implanta-ron los consejos de guerra sumarísimos y se intensificaronlas persecuciones de las organizaciones democráticas, es-pecialmente de los sindicatos, y de la prensa democrática.El gobierno y los círculos de la gran burguesía que le apoya-ban, intentaron acabar por hambre con el movimiento re-volucionario: en escala sin precedentes se declaraban loc-kouts, que dejaban sin trabajo a millares de obreros.

Pero la revolución se resistía. A finales de 1906 el zarse vio obligado a suprimir los consejos de guerra sumarísimos.

1 El periódico Kazarma escribió: "En los últimos años, Rusia se habituó a las sublevacionesmilitares, pero Sveaborg y Kronstadt, entre sí vinculadas, se destacan: en los tres últimos siglos nohubo otra sublevación tan grande" (Kazarma, 12 de agosto de 1906).

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La primavera de 1907 comenzó nuevamente en elpaís a levantarse la oleada revolucionaria, ahora más débilque en el verano anterior. El 3 de junio de 1907 el zardisolvió la II Duma e introdujo cambios en la ley electoral,restringiendo los derechos de los electores democráticos afavor de los terratenientes y de la gran burguesía.

La primera revolución rusa fue derrotada. A los obrerosy campesinos les faltaron fuerzas para la victoria sobre elzarismo. A pesar de esto, la revolución de los años 1905-1907 tuvo enorme importancia para los destinos de nues-tro país y de todo el movimiento internacional de libera-ción, convirtiendo definitivamente a Rusia en vanguardia dela revolución mundial.

La revolución de los años 1905-1907 abrió la primerabrecha en el régimen autocrático e hizo tambalearse a lasfuerzas armadas, el puntal principal del zarismo. Granparte del ejército y de la Marina de Guerra fue arrastradaa la revolución.

En los años 1905-1906, sólo en el ejército, se registraronno menos de 437 plantes de soldados, de los que 106 loshicieron con las armas empuñadas. Si en 1903, por diversogénero de "delitos", desde la pérdida y deterioro de mate-rial militar hasta la desobediencia directa al mando y laparticipación en "desórdenes", se condenó a 7.665 militares,en 1905 lo fueron 15.786, en 1906 la cifra ascendió a23.814, siendo finalmente en 1907 la de 26.066 los militaresjuzgados. Especialmente acreció con rapidez el número de"delitos" más peligrosos (desacato y "motines"): en 1903acusados de estos delitos fueron entregados a los tribunales2. 595 hombres; en 1904 se juzgó a 2.747; en 1905, a 4.856;en 1906, a 12.778 y, en 1907, a 11.907 militares. Pero, ade-más, se debe tener en cuenta que los datos citados no refle-jan la verdadera magnitud de la "descomposición" del ejér-cito bajo la influencia de la revolución, ya que por el rela-jamiento de la disciplina en las fuerzas armadas, provocadopor el desbarajuste de todo el mecanismo estatal, muchos"delincuentes" no fueron procesados en aquellos años, cum-pliendo castigos diversos en sus unidades.

Al mismo tiempo, la primera revolución rusa mostrópersuasivamente que en la conducta del ejército, compuestoíundamentalmente de campesinos, tenía forzosamente quereflejarse la debilidad y la desorganización del movimientocampesino. Las protestas de los soldados revistieron, como

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regla, un carácter espontáneo, localista e insuficientementeorganizado, faltaba en éllas un objetivo claro y un plan deacciones preciso, se advertía discordancia con el movimientode las masas trabajadoras urbanas y rurales. Había aún quehacer un largo y tenaz trabajo para seguir revolucionandoy educando en el sentido organizativo e ideológico a lasmasas de soldados y marineros, a fin de ganárselas parael pueblo. Al propio tiempo, la experiencia del trabajomilitar en los años 1905-1907 siguió utilizándose por losbolcheviques en el período posterior, lo que condicionó engran medida el éxito de la segunda revolución democrá-tico-burguesa en febrero de 1917 y, luego, también de laGran Revolución Socialista de Octubre.

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4. ¡GUERRAA LA GUERRA!

La primera guerra mundial, comenzada el 19 de julio(1 de agosto) de 1914, fue arrastrando gradualmente a suórbita a 38 países con una población mayor de 1.500 millo-nes de seres, casi el 75% de la población total del globoterráqueo. La Rusia zarista puso bajo las armas a más de15 millones de hombres, es decir, aproximadamente, el 50%de los hombres aptos para el trabajo existentes en el país.La guerra causó a los pueblos un número colosal de víctimas,les trajo nuevas cargas y privaciones, hambre y ruina. Teníapor fuerza que agudizar aún más todas las contradiccionesde la Rusia zarista, acelerar la madurez revolucionaria delas masas populares e intensificar la lucha de clases.

Al mismo tiempo, la guerra sometió al movimientoobrero internacional a una dura prueba. Los líderes oportu-nistas de la II Internacional, renunciando a las resolucionesantes acordadas, traicionaron vergonzosamente los princi-pios del internacionalismo proletario y fueron a parar alsocialchovinismo, llamando a los obreros a la "paz civil"con la burguesía en interés de la defensa de la "patria".También en Rusia una parte considerable de mencheviquesy eseristas adoptó abiertamente posiciones defensistas ysocialchovinistas, mientras que los elementos centristasactuaban como "internacionalistas platónicos", tratabansolamente de que cesara la guerra y renunciaban a rompercon los defensistas. Sólo el partido leninista de los bolchevi-ques y pequeños grupos de izquierda en varios partidossocialistas de Europa y América siguieron fieles al marxismo

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revolucionario, a los principios del internacionalismo proletario.El programa del Partido Bolchevique en los problemas

de la guerra, la paz y la revolución, elaborado porV. I. Lenin, fue explanado en el Manifiesto del CC delPOSDR La guerra y la socialdemocracia de Rusia (noviem-bre de 1914) y más tarde en las resoluciones de la conferen-cia de Berna de secciones bolcheviques en el extranjero,reunida en 1915. Lenin subrayó que en aquella situación laúnica consigna justa para cualquier partido revolucionarioera la de transformar la guerra imperialista, injusta porambos bandos, en guerra civil, es decir, en revolución. Encontraposición a los pacifistas pequeñoburgueses, que pre-dicaban una "paz justa" y el desarme, Lenin veía la salidade la guerra en la lucha armada de los trabajadores contralos explotadores, vinculando la conclusión de una paz demo-crática a un golpe revolucionario. "Ha llegado la época dela bayoneta. Esto es un hecho, y quiere decir, que tambiéncon este arma hay que luchar" 1 —dijo Lenin.

De la consigna de transformar la guerra imperialista enguerra civil dimanaba también otra consigna del partidobolchevique, la consigna de la derrota de "su" gobierno enla guerra imperialista. Y aunque estimaba que los bolchevi-ques eran quienes primero debían plantear esta consigna,Lenin, simultáneamente, exhortaba a los socialistas revolu-cionarios de todos los países beligerantes a realizar su tra-bajo en este sentido. "La derrota del ejército gubernamental—decía V. I. Lenin—, debilita al gobierno en cuestión, con-tribuye a la liberación de las nacionalidades esclavizadaspor él y facilita la guerra civil contra las clases gobernantes"2.Al mismo tiempo, Lenin señalaba que la táctica bolcheviqueno tenía nada de común ni con la traición a los interesesnacionales de su Patria ni con la ayuda al imperialismogermano.

"¿Es ajeno a nosotros, proletarios conscientes rusos, elsentimiento de orgullo nacional? ¡Naturalmente que no!—decía V. I. Lenin—. Amamos nuestra lengua y nuestrapatria, nos esforzamos con todo nuestro empeño para que susmasas trabajadoras (es decir las nueve décimas partes desu población ) se eleven a una vida consciente de demócratas

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 49, pág. 27.2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 26, pág. 166.

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tas y socialistas"1. Y precisamente porque el proletariadoconsciente de Rusia quiere ver libre e independiente a supatria, es por lo que no puede "defender la patria" más quedeseando la derrota del zarismo, que es el peor enemigo delpueblo trabajador2. Al propio tiempo, Lenin remarcaba in-sistentemente que después del triunfo de la revolución socia-lista el proletariado de Rusia se levantará con las armas endefensa de sus conquistas contra cualesquiera atentados delexterior. Lenin también censuraba la interpretación anar-quista de la consigna de la derrota como un llamamiento alos actos terroristas individuales, al asesinato de oficiales,a estragos y sabotajes, etc. Contribuir a la derrota de "su"gobierno imperialista, según idea de Lenin, significaba ne-garle cualquier clase de apoyo político, realizar una ince-sante agitación antibélica, levantar al proletariado y a loscampesinos a la lucha con la monarquía y la burguesía enla retaguardia y, por último, a revolucionar sistemática-mente el ejército.

En los años de la contienda, los bolcheviques fueron elúnico partido socialista que luchó consecuente por la soluciónde estas tareas. Posteriormente, rememorando el camino re-corrido, V. I. Lenin dijo: "… los revolucionarios proleta-rios concentraban toda su atención (a partir de agosto de1914) en la labor de revolucionar el ejército, de utilizarlocontra los bandidos imperialistas de la burguesía . . .

. . .Los bolcheviques fueron preparando esto desde agostode 1914 con su propaganda y su agitación, con su laborclandestina de organización. Naturalmente, los traidores alsocialismo, los Scheidemann y los Kautsky de todos los paí-ses, se desentendían del problema hablando de la descom-posición del ejército por la agitación bolchevique, peronosotros nos enorgullecemos de haber cumplido con nuestrodeber al descomponer las fuerzas de nuestro enemigo declase, al arrebatarle las masas armadas obreras y campesi-nas para la lucha contra los explotadores" 3.

Desde los primeros días de la guerra el partido de losbolcheviques se planteó la tarea de arrancar al ejército dela influencia ideológica de las clases dominantes, de persua-dir a las masas de soldados del carácter antipopular que teníala

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. I, pág. 682.2 Véase: V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 26, pág. 108.3 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 40, págs. 8-9.

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guerra y prepararlas para su paso al lado del pueblo.La esencia de la labor de revolucionar al ejército zarista con-sistía en crear dentro de él elementos de un ejército revo-lucionario, nuevo, que llevara el justo castigo a los verdugosdel pueblo y que al mismo tiempo fuera su verdadero defen-sor.

La debilitación combativa del ejército ruso se debió, enprimer lugar, al propio gobierno zarista, incluso incapaz devestir, alimentar y armar a sus soldados, y fue el lógico re-sultado de las agudas contradicciones de clase que corroían atoda la máquina bélica de la autocracia. Compartía con elzarismo la responsabilidad por todo esto la burguesía rusa,que había convertido la "defensa" del país en fuente de lucroy de sucias especulaciones.

Claro está que revolucionando al ejército también se con-tribuía en cierta medida a descomponerlo. ".. .La desorgani-zación del ejército y el relajamiento completo de su disci-plina fueron al mismo tiempo condición y resultado de todaslas revoluciones triunfantes realizadas hasta ahora" 1 —seña-ló F. Engels—. Pero en esta misma descomposición ya exis-tían elementos creadores, de preparación para la demolicióndel viejo ejército como instrumento de aplastamiento y ex-plotación del pueblo y su sustitución por otro nuevo, por unejército de obreros y de campesinos de la revolución pro-letaria.

Desde los primeros días de la guerra V. I. Lenin subrayóque la propaganda de la revolución socialista y el llama-miento a no apuntar las armas contra sus hermanos de cla-se, sino contra los gobiernos reaccionarios y burgueses, nosólo debían difundirse en la retaguardia, sino también en elfrente. Lenin señalaba que se debían "organizar obligato-riamente células y grupos clandestinos entre las tropas detodas las naciones para realizar esa propaganda en todas laslenguas"2. Al mismo tiempo, Lenin ridiculizaba como memezy proyectomanía toda clase de propuestas sobre una huelgageneral contra la guerra, sobre la negativa de hacer el ser-vicio militar, etc.

Semejante acción del proletariado, en el caso de que selograse organizar, no habría sido un impedimento para laguerra por la razón de que en Rusia la mayoría aplastante

1 C. Marx y F. Engels. Obras, ed. en ruso, t. 27, pág. 316.2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 26, pág. 6.

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del ejército la constituían los campesinos, los cuales creíansinceramente en la necesidad de defender la "patria" contrael enemigo. Además, esta huelga sólo habría tenido posibi-lidades de éxito en el caso de que hubiera abarcado de ungolpe a todos los países beligerantes, tarea a todas luces im-posible para la II Internacional. Incluso en escala de unsolo país, la huelga antibélica nunca llegaría a ser generaldebido a los sentimientos "patrióticos" de una parte de losobreros, del miedo ante las leyes de tiempo de guerra, etc.Por esto, en la práctica, la huelga "general" no conduciríamás que al exterminio de lo mejor de la clase obrera y a undespilfarro absurdo de fuerzas del partido proletario.

Pero Lenin censuraba duramente también a los oportu-nistas que aconsejaban seguir la corriente y cesar durantela guerra toda labor revolucionaria en el ejército. "Puestoque la guerra ha comenzado —señalaba Lenin—, es impo-sible darle la espalda. Hay que ir allí y hacer nuestra obrasocialista. En la guerra, los hombres piensan y reflexionan,quizá, más aún que "en casa". Hay que ir allí y organizar alproletariado para el objetivo final."1 En el artículo Lasituación y las tareas de la Internacional Socialista, Lenindecía que "la propaganda de la lucha de clases tambiénentre las tropas es un deber de cada socialista"2.

Cuando un pequeño grupo de bolcheviques que vivíanen París, arrastrados por la embriaguez chovinista, se alista-ron voluntariamente al ejército francés para defender la"democracia" de la "barbarie prusiana", Lenin condenó suacción, pero, advirtiendo al mismo tiempo que no sería justo,en general, negarse al servicio militar por ciertos motivos de"principio". "La participación en la guerra desde n u e s t r opunto de vista no es un pecado. Pues, ¿cómo hacer agitaciónen las tropas? ¿Cómo transformar la guerra imperialista enguerra civil? ” 3 —decía Lenin—. La bolchevique S. Gópner,que a la sazón se encontraba en Francia, hizo una visita es-pecial al destacamento de voluntarios rusos para explicar-les la posición leninista en los problemas de la guerra. En-tabló correspondencia con los voluntarios y les remitía elperiódico bolchevique Sotsialdemokrat ("El socialdemócra-ta") y otras publicaciones. En una de sus cartas a Lenin, a co-

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 26, págs. 32, 35.2 Véase: Ibídem, pág. 41.3 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 27, pág. 443.

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mienzos de 1915, Gópner comunicaba que los voluntariosrusos hablaban de la necesidad de llegar por cuenta propiaen el frente a un armisticio de soldados y, luego, también ala paz, pidiéndole que diera su opinión a este respecto. Poresta época, aproximadamente, aparecieron en la prensa euro-pea las primeras noticias de casos de confraternización entresoldados franceses y alemanes, quienes mediante este pro-cedimiento expresaban su protesta espontánea contra laguerra.

Estas noticias llamaron inmediatamente la atención deLenin. V. Kolarov, destacado líder del movimiento obrerointernacional, recuerda que durante la Conferencia en Zim-merwald de socialistas internacionalistas de varios paíseseuropeos, Lenin escuchó con sumo interés su discurso sobrela experiencia de trabajo de los tesniakí búlgaros ("Los es-trechos") durante la guerra de los Balcanes. "Del interésque despertó en Lenin esta parte de mi informe —diceV. Kolarov—, puede juzgarse porque, sentado a mi lado,me entregó una notita en la que preguntaba: "¿Cómo pien-sa usted, se puede hacer labor dentro del ejército, en las trin-cheras?" 1. Este pequeño episodio muestra la importanciaque daba Lenin al trabajo revolucionario en el ejército du-rante la guerra, con qué reconcentrada atención seguía cadanoticia acerca de cualquier paso práctico en este sentido.

La Conferencia de Berna de las secciones bolcheviquesen el extranjero tomó una resolución acerca de la necesidadde "apoyar la confraternización de los soldados de las na-ciones beligerantes en las trincheras y en los teatros de gue-rra en general". En la confraternización Lenin veía uno delos primeros pasos hacia la transformación de la guerra im-perialista en guerra civil2.

Las organizaciones bolcheviques recomendaban a losmiembros del partido no eludir la movilización. Se dabancasos frecuentes en que los bolcheviques hasta se alistabanvoluntarios al ejército. Así, en junio de 1915, los agentesde la Ojrana zarista informaron que en vista de las dificul-tades para meter en las tropas agitadores paisanos, los so-cialdemócratas letones decidieron alistarse voluntariamen-te al servicio militar, con la particularidad de que en Pe-trogrado y en Riga estos voluntarios eran ya 200 hombres.

1 Recuerdos acerca de Vladímir Ilich Lenin, t. I, M., 1956, pág. 479.2 Véase: V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 26. pág. 164.

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Los comités bolcheviques encomendaban el trabajo en lastropas, principalmente, a los miembros del partido llamadosa filas por su participación en el movimiento huelguístico,así como a los reclutados por la movilización general. Mu-chos de los bolcheviques que marcharon al frente seguíanmanteniendo enlace con sus organizaciones partidarias, delas que recibían literatura antibélica, instrucciones, etc.

En los años de la guerra, el trabajo de los bolcheviquesen el ejército adquirió especial importancia. El ejército in-cluía en sí lo mejor de las fuerzas populares. Por su com-posición seguía siendo, en lo fundamental, campesino, aun-que en los años de la guerra aumentó considerablementeen él la capa obrera. Esto facilitaba al proletariado ejercerla dirección de las masas campesinas y propiciaba que lasideas revolucionarias calaran más entre los soldados. Obre-ros y soldados de nacionalidades distintas, vestidos concapote de soldado, pasaban juntos las penalidades de la vidaen el frente y en el cuartel, comenzaron asimismo a tenerconciencia de que sus intereses de clase eran comunes. Elejército se convirtió objetivamente en el forjador de laalianza de obreros y campesinos donde el proletariado, conel partido bolchevique a la cabeza, efectuaba en la prácticasu papel rector en el movimiento de liberación contra elzar, los terratenientes y la burguesía.

Al mismo tiempo, la guerra complicó al máximo la ac-tividad revolucionaria de los bolcheviques en el ejército, creóingentes dificultades para la agitación y propaganda entrelos soldados, particularmente en el ejército de operaciones.A los que hacían propaganda antibélica en las tropas lesamenazaban los consejos de guerra sumarísimos. Tambiénse hizo mucho más difícil que antes trabajar en las unidadesmilitares de retaguardia, pues de 50 provincias de la RusiaEuropea, 30 estaban en estado de guerra, así como el Cáu-caso y la Región Militar del Turquestán. En estas regioneslas autoridades castrenses eran quienes juzgaban y conde-naban. En el territorio restante del país regía la situaciónllamada de "vigilancia extraordinaria".

Muchas organizaciones bolcheviques habían sido desman-teladas poco antes de la guerra y durante sus primeros me-ses. Millares de obreros de vanguardia fueron encarcelados.Los diputados bolcheviques de la IV Duma de Estado, quese pronunciaron valientes contra la guerra, fueron entrega-dos a los tribunales y deportados a Siberia. La prensa del

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partido estaba prohibida, arreció considerablemente la pro-paganda chovinista, que en el ejército la hacían los mandosy el clero, jugando con los sentimientos nacionales y los pre-juicios de la atrasada masa de soldados. A éstos se les incul-caba machaconamente que los derrotistas-bolcheviques esta-ban confabulados con los alemanes, que la misión del ejérci-to era defender la patria y no ocuparse de política, etc.En los primeros momentos, el zarismo y la burguesía consi-guieron emponzoñar con el narcótico "patriótico" la con-ciencia de decenas y centenares de miles de soldados,los cuales creían sinceramente en el carácter "defensivo"de la guerra y confiaban en la victoria pronta sobreAlemania.

Las autoridades militares y civiles adoptaban las medi-das más draconianas contra la agitación y la propagandarevolucionarias en el frente y en la retaguardia. Se reforza-ron la gendarmería y el servicio de contraespionaje en lastropas. El Cuartel General del Mando Supremo exigía cor-tar con toda dureza "cualesquiera intentos de labor destruc-tora de las organizaciones revolucionarias, las cuales reclu-ían sus "células de tropas" entre los ex maestros de escuelas,estudiantes y obreros fabriles".

Sin embargo, incluso en estas condiciones extraordinaria-mente difíciles, el trabajo del partido bolchevique en el ejér-cito y en la Marina de Guerra no sólo no cesó, sino que desdelos primeros días de la contienda fue ampliándose sin cesar.Las condiciones específicas de los tiempos de guerra, la rá-pida renovación del personal militar, la vigilancia riguro-sa del modo de pensar y conducta de los soldados por partede los mandos, así como la insuficiencia de cuadros del par-tido, en particular al comienzo de las hostilidades, determi-naron las formas estructurales de las organizaciones milita-res socialdemócratas. Eran, como regla, células muy peque-ñas, móviles, compuestas, por lo común, por unos cuantoshombres. Y aunque en los primeros tiempos estas células noeran muchas, desempeñaron, no obstante, un papel inapre-ciable en el proceso revolucionador de las masas de soldadosy marineros. En muchos casos eran socialdemócratas aisla-dos quienes hacían el trabajo en el ejército y en la Armada.En una u otra medida los bolcheviques lograron abarcarpaulatinamente por la agitación y la propaganda revolucio-narias todos los eslabones del ejército: desde los centros dereclutamiento y distribución, las guarniciones de retaguardia y

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unidades de reserva hasta las pequeñas unidades que com-batían en el frente.

Las ideas bolcheviques penetraban en las masas de sol-dados y de marineros por dos canales fundamentales: a tra-vés de octavillas y mediante la agitación oral. En 32 mesesde guerra —desde finales de julio de 1914 hasta marzo de1917— las organizaciones bolcheviques imprimieron, por losdatos que se tienen, más de 600 textos con una tirada de unos2 millones de octavillas, cuya mayor parte fue a parar alejército y a la Marina de Guerra. Muchas de las octavillasestaban dirigidas a soldados y marineros. Con un lenguajesencillo y comprensible se hablaba en ellas de las verdaderascausas que motivaron la guerra, de los planes rapaces delgobierno zarista y de sus aliados.

Los bolcheviques denunciaban la política interna anti-popular de la autocracia que llevaba al país al desbarajusteeconómico, el yugo nacional y los abusos de la policía.Mostraban toda la absurdidad de las afirmaciones de la pro-paganda oficial acerca de que el soldado ruso no debía es-catimar su vida en aras de la "religión, el zar y la patria"."...No es esta nuestra patria, donde al obrero le aguardanel presidio, la cárcel y Siberia, donde a cada paso encontra-mos tumbas de fusilados, donde continúan ametrallando alos huelguistas... Nuestra patria está donde no existan zaresni esclavitud. Sólo en la lucha por nuestra patria, por el de-rrocamiento del zarismo y de la explotación capitalista esta-mos dispuestos a que corra la sangre, la sangre de nuestrosasesinos - esclavizadores" —se decía en una de las octavillasbolcheviques—. Las proclamas revelaban toda la estupidezde la guerra, durante la cual los obreros y campesinos deRusia debían matar a sus hermanos de clase alemanes yaustríacos, defendiendo los intereses egoístas de un puña-dito de capitalistas y terratenientes rusos, ingleses, alemanesy franceses.

En su propaganda, los bolcheviques tocaban las cuestio-nes más candentes de la vida del soldado. La escasez demuniciones y de víveres, la dilapidación de fondos públicos,la aplicación a los soldados de castigos corporales, la gro-sería y la arbitrariedad de los jefes militares, la difícil si-tuación de las esposas e hijos de los soldados, todo esto ser-vía de tema para las octavillas y las charlas de los agita-dores bolcheviques. Estas charlas comenzaban, por lo común,con muchas precauciones, con rodeos, para no "asustar" antes

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de tiempo al soldado no avezado en política, al quehabían enseñado toda la vida a desconfiar de los revolucio-narios - "perturbadores". El esclarecimiento de las consignasbolcheviques empezaba a menudo por la lectura de los pe-riódicos gubernamentales y, particularmente, de las cartasde los familiares, por conversaciones en torno a la incapa-cidad de los mandos y de las penurias de la vida del com-batiente. Hasta los soldados más atrasados, procedentes delos campesinos, escuchaban ávidos las palabras veraces sobrela guerra y las vejaciones de los jefes.

Las condiciones más propicias para el trabajo revolucio-nario se daban en las unidades de reserva y complementoque, como regla, estaban acantonadas en grandes ciudades.En éstas los soldados se relacionaban más de cerca y mása menudo con los obreros, asimilaban su estado de ánimo,percibían más hondo el creciente descontento del pueblo porla guerra y sus calamidades. La labor de los bolcheviquesen las unidades de reserva y complemento tenía especial im-portancia, por razón de que ellas eran quienes surtían conrefuerzos al ejército de operaciones.

Los bolcheviques utilizaban la más ínfima posibilidadpara establecer contacto directo con soldados y marineros.Iban a las cajas de recluta y a las estaciones, entablabancoloquios con los movilizados, se esforzaban por difundir aescondidas octavillas entre los reservistas. La agitación an-tibélica se continuaba en los convoyes militares. Ya en di-ciembre de 1914, el mando militar señaló que con la "llegadade unidades de refuerzo en las tropas se observan indicios depropaganda socialista". Las octavillas llegaban a las trin-cheras con paquetes y regalos que traían los propios solda-dos que se incorporaban de los hospitales y los que regre-saban del permiso.

La técnica del trabajo clandestino en el ejército fue ha-ciéndose paulatinamente más perfecta. La "introducción" debolcheviques en el ejército se hacía por las vías más diver-sas. Así, M. Frunze, fugado del destierro siberiano, comotarea de partido ingresó como estadista en la dirección de laUnión de los Zemstvos de toda Rusia, en Minsk, empleo quele permitió desplegar una extensa labor en el Frente Oeste.En los equipos sanitarios de la Unión de Ciudades de todaRusia y en la organización de la Cruz Roja trabajaronS. Najimsón, V. Kinguisepp y P. Dzhaparidze. En el comitéde la Unión de Ciudades del Frente Norte hacía su labor K.

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Ereméiev, conocido obrero de Pravda. Muchos eran losbolcheviques que se encontraban en el propio ejército deoperaciones. Se esforzaban por no diferenciarse en nada delos soldados "ejemplares": eran cumplidores y disciplinados,trataban de ganarse la confianza de los mandos y de hacersecon autoridad entre sus compañeros. Esto les ayudaba a cum-plir mejor con su deber de miembros del partido y a prepa-rar el paso del ejército al lado del pueblo.

A pesar de los duros golpes recibidos, el partido bolche-vique supo en condiciones de la guerra conservar su elevadacapacidad combativa. Para el verano de 1915 habían sidorestablecidas casi todas las organizaciones partidarias, cadauna de las cuales hacía labor militar en una determinadazona. Los bolcheviques de Petrogrado (actual Leningrado)extendían su influencia, ante todo, a la guarnición de lacapital, al Frente Norte y a la Flota del Báltico. La Voenka,restablecida y afecta al Comité del POSDR de Petersburgo1

en la primavera de 1915, a cuyo frente estaban revoluciona-rios profesionales de tanta experiencia como S. Roshal,K. Orlov (I. Egórov) y V. Zalezhski, se puso en contacto conmuchos regimientos, así como con unidades del ejército ybuques de la Flota del Báltico acantonadas y anclados enKronstadt, Helsingfors, Sveaborg, Reval, Riga y en otros lu-gares. En el Frente Norte realizaban también una labor ac-tiva los socialdemócratas letones. El Frente Sudoeste y lasunidades de retaguardia de Kíev, Jarkov, Kremenchug yEkaterinoslav eran objeto de la agitación y propaganda re-volucionarias de las organizaciones bolcheviques de Ucrania.Los bolcheviques de Moscú hacían su labor entre las tropasde la guarnición moscovita.

El trabajo revolucionario entre las masas de soldados sefacilitaba en sumo grado por las grandes derrotas del ejér-cito zarista en los frentes. Ya en el mismo comienzo de lashostilidades, el otoño de 1914, dos ejércitos rusos mandadospor Samsónov y Rennenkampf fueron destrozados en PrusiaOriental. Cierto que a este desastre le sucedieron breves éxi-tos en Galitzia, que fueron muy efímeros. La primavera de1915, la línea defensiva de las tropas rusas fue rota y comen-zó la retirada por todo el frente. Estas derrotas se debieron a la

1 A comienzos de la guerra Petersburgo cambió su nombre por el de Petrogrado. Pero losbolcheviques, en señal de protesta contra el chovinismo de gran potencia, siguieron designando comoantes a la organización y su comité.

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podredumbre del régimen autocrático, al atraso técnico-económico de Rusia, así como a la incapacidad y errores delmando militar. Al ejército ruso le faltaban armas, municio-nes, víveres y reservas instruidas. "Un cuadro completo dedesastre y desconcierto" —así caracterizó en el Consejo deMinistros el estado del ejército después del primer año deguerra Polivánov, ministro de la Guerra.

Según certera observación del bolchevique A. Pireiko,que estaba en el frente, "la propia retirada y, como conse-cuencia, la descomposición del ejército, agitan involuntaria-mente la mollera de los soldados y obligan a buscar salida ala situación. En tales circunstancias un agitador del partidoen el ejército es más valioso para el partido que todo uncomité suyo en la retaguardia".

Las derrotas exasperaban al ejército, hacían pensar a lossoldados en que la guerra estaba perdida, en la inutilidad delas víctimas que ocasionaba y engendraban un anhelo espon-táneo por la paz. El entusiasmo "patriótico" de los primerosmeses bélicos cedió el puesto al cansancio y a la indiferenciay, luego, a la protesta abierta. En las cartas del frente seadvertía cada vez más acentuadamente el odio a la auto-cracia, el dolor y la ira por Rusia, agotada por la guerra,saqueada y traicionada por las clases gobernantes. "Piensoque no existe en el mundo otro país como nuestra Rusia,donde existan tales exacción y arbitrariedad y oficiales tanmiserables... —escribía un soldado—. Cómo me río y des-precio ahora los artículos periodísticos donde la guerra deverdad se describe como una guerra por la libertad y losderechos pisoteados, todo esto no es más que mentira y men-tira, palabras bonitas y falsas... Nuestro enemigo auténticoestá en Rusia..."

Con cada mes de guerra maduraba más la conciencia declase de la masa de soldados, cambiaba su sicología. En lastrincheras iba afianzándose gradualmente el convencimientode que la paz sólo llegaría cuando "los propios soldados laimplanten". Los soldados comenzaban a decir abiertamenteque habría otra guerra en Rusia", que se aproximaba lahora del ajuste de cuentas por todos los crímenes del zarismo.

Así, pues, tenía lugar un proceso de tan extraordinariaimportancia como la fusión de dos factores revolucionadoresdel ejército zarista: la efervescencia espontánea de las masasde soldados y la agitación revolucionaria de los bolcheviques. También contribuyeron a la descomposición del ejército zarista

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los serios cambios acaecidos en 1915 - 1916 en el cuerpo de oficiales. V.I. Lenin señaló que estas derrotas exterminaron a los viejos mandos,procedentes, en lo fundamental, de la nobleza, siendo reemplazados porelementos jóvenes, principalmente burgueses, raznochintsi, pequeño -burgueses, más democráticos y menos fieles a la autocracia1. En las tropas aparecían cada vez más oficiales no fogueados,instruidos a la carrera, lo que originaba un descenso bruscode la autoridad de los oficiales ante los soldados y un rela-jamiento de la disciplina. Ya en agosto de 1915, en la sesióndel Gabinete de Ministros se dijo que el "ejército había de-jado de ser ejército para irse transformando en un pueblorevolucionario". El proceso de renovamiento y democrati-zación del personal de mando abrió las puertas hacia losgrados de oficiales a bolcheviques revolucionarios-profesio-nales como A. Ilín-Zhenevski, N. Krilenko, P. Pávlov, R. Si-vers, J. Fabricius y a otros. Las unidades pequeñas y media-nas bajo su mando se hicieron más tarde un baluarte firmede la revolución. Al mismo tiempo, estos primeros "alférecesrojos" recibieron en el ejército zarista los conocimientos y laexperiencia militares necesarios que después les ayudaron aser grandes jefes militares de la joven República de losSoviets.

Las derrotas en los frentes fue uno de los factores de im-portancia que aceleró el incremento de la crisis revoluciona-ria en el país. Los desastres militares acentuaron el odio quelas masas populares sentían por el zarismo, que fracasó in-cluso en la cuestión militar, la esfera para él más "afín yhabitual". El otoño de 1915 soplaba de nuevo en Rusia elviento de la revolución. Durante la recluta ordinaria al ejér-cito hubo protestas antigubernamentales de los movilizadosen Petrogrado, Moscú, Rostov del Don, Astrajan, Barnaúl yen las provincias de Kursk, Riazán, Járkov y Yaroslavl. Ad-quirió carácter masivo la deserción de reclutas durante elcamino al frente. Se frecuenciaron los casos en que los sol-dados se entregaban colectivamente prisioneros. Por confe-sión de Rodzianko, presidente de la IV Duma de Estado, enlos años 1915-1916 el número de desertores llego al millón ymedio y de dos millones el de prisioneros.

La deserción, la automutilación y el darse prisionero vo-luntariamente fueron las primeras formas espontáneas de protesta

1 Véase: V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 26.

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de las masas de soldados contra la guerra. Al mismotiempo, ya a finales de 1914, en los frentes Sudoeste y delCáucaso se registraron plantes abiertos de los soldados, quellegaron hasta negarse a ir a las primeras líneas. En el otoñode 1915, las protestas expontáneas contra la guerra comen-zaron a tomar un carácter masivo mayor.

También aumentó a ojos vistas la envergadura de la acti-vidad del partido bolchevique en esta época en el ejército yen la Armada. El trabajo revolucionario estaba organizadomejor que en ninguna otra parte en el Báltico, donde se con-servaba un sólido armazón de las organizaciones partidarias.En otoño, de los círculos aislados que persistían en losnavios y en las unidades costeras, comenzó a tomar cuerpouna organización ramificada y rigurosamente conspirativa,encabezada por la Colectividad Principal de Tripulacionesdel POSDR. Los mejores activistas de este centro bolchevi-que fueron T. Uliántsev, suboficial de la Ia tripulación ma-rinera del Báltico, antiguo obrero ajustador, I. Sladkov, su-boficial de artillería, los marineros N. Jovrin y V. Marúsiev,F. Kuznetsov-Lomakin, suboficial del destacamento de ins-trucción artillera. El contacto con el comité petersburguésbolchevique lo mantenían a través de K. Orlov, miembro dela Voenka, participante activo en la primera revolución rusay antiguo marinero del Potiomkin. A finales de 1915, lascélulas y grupos socialdemócratas funcionaban en 23 naviosy en 7 unidades de costa. Se iba estableciendo también en-lace con la parte fundamental de la escuadra, basada enHelsingfors.

Esta labor tan excelente de la organización bolcheviqueen el Báltico se debía, según los gendarmes, al "gran nivelde desarrollo de la marinería y a la presencia en la Flota depersonas expertas en el trabajo clandestino". A la sazón, casila mitad de la marinería del Báltico estaba compuesta deobreros o elementos semiproletarios de la ciudad. La policíasecreta señaló que desde el comienzo de la guerra había lle-gado a la Flota muchos reservistas que en otras ocasionesparticiparon en los disturbios marineriles. Resultado de ellofue que a comienzos de 1917, el 20% de los marineros de laFlota del Báltico habían tomado parte en los motines revo-lucionarios de la Marina de Guerra en la primera revoluciónrusa o los habían presenciado, y más de un tercio eran ma-rineros que empezaron su servicio militar en los años delnuevo auge revolucionario. La relativa estabilidad de las

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tripulaciones de los buques, ligada a la insignificante parti-cipación de la Flota del Báltico en operaciones navales, yparticularmente, su proximidad a Petrogrado, facilitaron sus-tancialmente la labor de los bolcheviques.

Otra era la situación en la Flota del Mar Negro. Ladebilidad de las organizaciones del partido en Odesa y Se-bastopol más las salidas frecuentes al mar de la escuadra yalgunos otros factores impidieron que se creara allí un centrorevolucionario fuerte.

Las organizaciones bolcheviques del Báltico hacían sutrabajo en la más rigurosa conspiración. Se estableció uncódigo cifrado para la correspondencia. Para evitar desca-labros, apenas se reunían asambleas generales del núcleo di-rigente. Se acordó no emprender ninguna clase de accionesinoportunas y dispersas que pudieran descubrir a la organi-zación. Los bolcheviques de la Flota del Báltico considerabanque la insurrección armada no debía ser el resultado de unestrecho complot militar, sino de la acción conjunta del pro-letariado y del ejército revolucionario. Verdad es que hubocasos cuando los bolcheviques, a pesar de todo, no pudieronevitar que los marineros revolucionarios levantaran motinesespontáneos. Disturbios de este género tuvieron lugar, porejemplo, en agosto y septiembre de 1915 en el destructorPobiedítel, en el acorazado Emperador Pablo I y en el cru-cero Rossía. Exasperados por el pésimo rancho y las humi-llaciones de los oficiales se sublevaron en octubre los mari-neros del acorazado Gángut. En total, en 1915-1916 huboen el Báltico 11 motines esporádicos de la marinería. En1916, los tribunales militares de Marina condenaron por mo-tivos políticos a unos 400 hombres.

En diciembre de 1915, valiéndose de provocadores, lapolicía logró encontrar la pista de la Colectividad Principalde Tripulaciones del POSDR y detener a sus dirigentes. Estoparalizó durante algún tiempo la actividad de las organiza-ciones militares bolcheviques en el Báltico, aunque ya a co-mienzos de 1916 se distribuían otra vez en la Flota octavi-llas del Comité del partido de Petersburgo y en julio se for-mó el Colectivo Principal de la Organización Militar delPOSDR en Kronstadt, nuevo centro del trabajo revolucio-nario, el cual tiró varias octavillas en las que se reflejaba lanecesidad de preparar conjunta y organizadamente una in-surrección del pueblo y las tropas contra el régimen zarista,señalándose al mismo tiempo que los motines aislados y dispersos

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eran nefastos para los soldados y marineros. Los bol-cheviques exhortaban a los marineros a que conservasen susfuerzas, a que no emprendieran acciones desorganizadas y aque concordaran sus acciones con las del proletariado, lavanguardia de la revolución. La organización bolchevique seveía obligada a luchar tesoneramente con los ánimos semi-anarquistas de diferentes grupos de marineros, los cualesquerían actuar por su cuenta, estimando que la Flota, de porsí, separada del proletariado y del ejército, podía sosteneruna lucha revolucionaria triunfante.

Un testimonio elocuente del buen trabajo militar de losbolcheviques del Báltico fue la forzosa confesión de las auto-ridades zaristas hecha a finales de 1916, diciendo que Krons-tadt es "un auténtico polvorín" en el que ya se está consu-miendo la mecha y donde de un momento a otro puede pro-ducirse la explosión.

En el ejército y en la Marina de Guerra también hacíanlabor revolucionaria unas cuantas organizaciones no bolche-viques. En contados lugares existían organizaciones militaresunificadas bolchevique-eseristas (en Smolensk y Chernígov).A finales de 1916 surgió en Tomsk la Unión Socialista Mili-tar en la que, además de los bolcheviques, entraban tambiénalgunos eseristas y mencheviques de matiz internacionalista.La Unión agrupaba a 60 deportados políticos que hacían elservicio militar y que realizaban una gran labor entre lossoldados de las guarniciones de Tomsk, Novonikolaevsk yKrasnoyarsk. Así se efectuaba en la práctica la coordinaciónde acciones de las fuerzas que mantenían posiciones interna-cionalistas, prosecución de la táctica bolchevique del bloquede izquierdas, realizada en los años 1905-1907. No obstante,pocos eran los casos de trabajo conjuto de los bolcheviquescon los representantes de otros partidos: eran demasiadograndes las divergencias de principio entre el socialismo pro-letario y el pequeñoburgués y eran extremadamente débilese inorganizados los elementos internacionalistas, de izquier-da, entre mencheviques y eseristas.

Mientras tanto, la guerra, que seguía engulliéndose mi-llones de vidas y colosales recursos materiales, adquiría uncarácter cada vez más agotador y prolongado. Minaba inexo-rablemente las fuerzas de la Rusia zarista. A pesar de al-gunos éxitos logrados por las tropas rusas durante la ofensivaveraniega del Frente Sudoeste, mandado por el general Ale-xéi Brusílov, así como en el teatro de operaciones del Cáucaso,

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la situación estratégica de Rusia en 1916 seguía empeo-rando. El frente y la retaguardia no podían soportar la cargade la guerra. El desbarajuste de la economía se hacía sentircada vez más intensamente entre el proletariado y los cam-pesinos. La guerra agudizó inconmensurablemente la penu-ria y las calamidades de las masas trabajadoras, las cualesse levantaban cada vez con más decisión a la lucha contra laautocracia y la burguesía. En el país maduraba inconteniblela crisis revolucionaria.

Los datos sobre el movimiento huelguístico en 1916 mues-tran elocuentes el avance que se operó en la conciencia delproletariado, comparada con el comienzo de la guerra: deagosto a diciembre de 1914 no menos de 40 mil obreros sehabían declarado en huelga en el país, contra 114.000 enseptiembre de 1915 y ya 154.000 en mayo de 1916. En total,el año 1916 arrojó un balance de 1.172.000 huelguistas, testi-monio del auge del movimiento obrero, incluso sin prece-dentes para Rusia. Era cada día mayor el número de huelgasque revestían carácter político. Como en los años de la pri-mera revolución rusa, el proletariado actuaba como fuerzahegemónica del movimiento de todo el pueblo, como porta-voz de los intereses de todos los trabajadores que exigíanpaz, pan y libertad. Poco a poco, el campo fue también in-corporándose a la lucha. En 1916 se produjeron en el paísunos 300 disturbios campesinos.

Arrolladoramente crecía la indignación por la guerraentre las masas de soldados y marineros, los cuales se hacíancada vez más susceptibles a la propaganda revolucionaria.Con cada nuevo reemplazo que nutría el ejército y la Arma-da, eran más los refuerzos "inseguros" desde el punto de vistadel gobierno zarista. Las propias movilizaciones adquirieronun carácter francamente punitivo: se enviaban en primerlugar al frente a los activistas del movimiento huelguístico.Con ello, el zarismo contribuía involuntariamente a la difu-sión de la propaganda bolchevique, ya que los movilizadosllevaban a las trincheras las ideas revolucionarias. En lasunidades de retaguardia, en las que a finales de 1916 estabanconcentrados más de 2 millones de soldados, influía muchola lucha huelguística de la clase obrera y el creciente movi-miento campesino. La "depuración" del ejército y la Marinade Guerra de elementos revolucionarios, a los que se trasla-daba de unas unidades a otras, sólo facilitaba que se exten-diese la moral derrotista.

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A medida que aumentaba el descontento de los soldadospor la guerra, se agudizaban en las trincheras los problemasligados con la vida en la retaguardia. ". . . Todo lo insano,ruin y putrefacto, que tanto abunda en nuestra retaguardiaprofunda, todo esto se vuelca aquí, rebaja nuestra moral ynos hace pensar involuntariamente de si no fueron los ricosquienes amañaron adrede la guerra para enriquecerse almáximo a costa del pueblo" —leemos en una carta de sol-dado de aquella época—. A su vez, la situación en el ejér-cito se reflejaba del modo más directo en el aumento de losánimos revolucionarios en la retaguardia.

En 1916 se intensificó considerablemente el trabajo delpartido en el ejército y en la Marina de Guerra. Se extendiósu red de organizaciones militares. Según datos incompletos,en 1916, sólo en el Frente Norte y en el Báltico funcionabanmás de 80 organizaciones y grupos del partido y pasaban de30 las que trabajaban en el Frente Oeste. El general Ruzski,Comandante del Frente Norte, declaró que Riga y Dvinskeran "dos focos captados por la propaganda", vinculando alpropio tiempo el aumento de revolucionarismo en las trin-cheras con las relaciones entre soldados y obreros en Riga yen sus alrededores. En julio de 1916 surgió en un regimientodé reserva letón, acantonado en Yúriev, la organización so-cialdemócrata de los "grises", así llamada por el color delos capotes de los soldados, en la que trabajaban J. Vilks,K. Gailis y otros socialdemócratas del Territorio Letón, loscuales mantenían contacto con el Comité de Petersburgo delque recibían impresos revolucionarios. El trabajo de los"grises" se activó especialmente después de que el regimientofue trasladado a Vomar. J. Vilks recuerda cómo "en las re-uniones de la célula, convocadas en el campo, se discutíancharlas acerca de la guerra, así como la información quetrataba del estado y trabajo de las organizaciones del partidoen Letonia. Fue censurada la posición chovinista de Plejá-nov, expuesta por éste en el folleto Acerca de la guerra, yse tomó una resolución con espíritu bolchevique".

Como ejemplo de la excelente labor de los bolcheviquesen las trincheras puede servir el trabajo del grupo bolchevi-que del 436° Regimiento de Nóvaya Ladoga, del 12° Ejércitodel Frente Norte. Integraban el grupo A. Vasíliev, miembrodel partido desde 1905, obrero de la fábrica petrogradenseLessner, el soldado D. Grazkin, miembro del partido desde1909, el alférez R. Sivers y otros. El grupo tiraba octavillas

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llamando a derrocar a la autocracia y a poner fin a la guerray hacía agitación verbal entre los soldados. En el 479° Regi-miento de Kádnikov, del Frente Norte, trabajaban bolche-viques dirigidos por P. Fedótov, quienes también difundíanproclamas antibélicas entre los soldados.

En el frente y en la retaguardia hacían trabajo militaren aquella época muchos activistas de la clandestinidad bol-chevique: P. Dibenko, Y. Gamárnik, A. Zhdánov, S. Kírov,I. Maliguin, G. Korgánov, D. Uliánov, A. Kuchkin, M. Ko-kovijin, I. Málishev, K. Mejonoshin, A. Miasnikov, N. Rúd-niev, E. Sklianski y otros.

El año 1916 fue memorable por dos nuevos fenómenosde extraordinaria importancia en la lucha del partido bol-chevique por ganarse al ejército: la confraternización de lossoldados con los obreros revolucionarios y la amplia confra-ternización en las primeras líneas.

El 9 de enero, durante la manifestación de los obrerospetersburgueses en memoria de las víctimas del Domingosangriento de 1905, hubo un intercambio de saludos entrelos obreros y los soldados que pasaban junto a la manifesta-ción. Al día siguiente, un nutrido grupo de soldados se ad-hirió abiertamente a la manifestación obrera. En octubre, lossoldados del 181° Regimiento de infantería de reserva, dondeya hacía mucho realizaban propaganda revolucionaria losbolcheviques, acudieron en ayuda de los obreros huelguistasde Petrogrado. Apedrearon a la policía y se negaron rotun-damente a disparar contra los manifestantes. A su vez, elproletariado prestó poderosa ayuda moral a los elementosrevolucionarios del ejército y de la Flota durante el procesode los miembros de la Colectividad Principal de Tripulacio-nes del POSDR y de los soldados del 181° Regimiento. ElComité de Petersburgo se dirigió a los obreros llamándolesa declarar una huelga de protesta. El 26 de octubre, día enque comenzaba el proceso contra los marineros del Báltico,el Petrogrado obrero se declaró en huelga. Durante tres díaspararon hasta 130.000 obreros. Los marineros revolucionariosfueron salvados de la pena de muerte. El tribunal con-denó a cuatro procesados a presidio, absolviendo a losrestantes.

Las primeras acciones conjuntas de obreros y soldadossignificaron que surgía y se fortalecía la alianza política delproletariado y de las masas de soldados, una de las condicio-nes decisivas para el triunfo de la revolución.

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La confraternización en el frente, cuyos casos aisladostuvieron lugar ya en el primer año de guerra, adquirió en1916 proporciones mucho mayores. Los soldados levantabanbandera blanca, se encaminaban a las trincheras enemigas ose reunían junto a las alambradas, se intercambiaban obje-tos y hablaban de la necesidad de poner fin a la guerra. Loscasos más frecuentes de confraternización se registraron en elsector de Riga, del Frente Norte, y en el Frente Sudoeste.La confraternización fue el primer indicio de que se operabaun cambio brusco en la conciencia de las masas de soldados,quienes veían en los soldados alemanes y austríacos hermanosde clase. La confraternización resquebrajaba la disciplinamilitar y contribuía a la cohesión internacional de los tra-bajadores de los países beligerantes.

En 1916 se intensificó especialmente el trabajo de lasorganizaciones bolcheviques en el extranjero entre los pri-sioneros de guerra rusos diseminados por decenas de camposde concentración en los territorios de Alemania y Austria-Hungría. La primavera de 1915, por iniciativa de V. I. Le-nin, se instituyó en Berna una Comisión de Ayuda de losIntelectuales a los Prisioneros de Guerra, en cuyas delibe-raciones participaron G. Shklovski, L. Stal, N. Krúpskaya,I. Armand y otros representantes de la intelectualidad. LaComisión mantenía correspondencia con casi 300 señas. Sehan conservado casi un millar de cartas de prisioneros deguerra rusos dirigidas a la Comisión, testimonio fehacientedel prestigio que disfrutaba el partido bolchevique entrelas masas de soldados. Los bolcheviques se plantearoncomo tarea apoyar moralmente a los soldados, arrancadosde su patria, ayudarles a orientarse en los acontecimientosque tenían lugar y a prepararlos para su participaciónactiva en la lucha revolucionaria cuando regresaran a lapatria.

De Berna salían regularmente para los campos de pri-sioneros gruesos paquetes con literatura política y amena,manuales de estudio, periódicos y octavillas. Sólo en 1916se remitieron a los prisioneros de guerra 4.000 ejemplaresdel folleto de A. Kollontái Quién necesita la guerra, 600ejemplares de la revista Kommunist, igual número de lasrecopilaciones Sotsialdemokrat (N° N° 1-2), 3.500 ejempla-res del periódico Sotsialdemokrat y 12.000 diversas octavi-llas. En febrero de 1916, la Comisión publicó el primer nú-mero del periódico V plenú (En prisión).

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En muchos campos de prisioneros los bolcheviques ibanensamblando paulatinamente grupos de partido, los cuales,simulando medidas de tipo cultural y educativo, hacíanentre los prisioneros un gran trabajo revolucionario. Se ibancreando círculos especiales para el estudio del Programa delPOSDR, economía política e historia del movimiento obrero.El tiempo que estuvieron prisioneros fue para muchos milesde campesinos y obreros poco conscientes una escuela suigeneris de educación política, donde por primera vez refle-xionaron en la "mecánica" del régimen capitalista, intenta-ban comprender las causas y fines de la guerra y encontrarsalida de aquel sangriento infierno. En Rusia, las organiza-ciones bolcheviques hacían labor entre los prisioneros deguerra alemanes y austríacos, muchos de los cuales posterior-mente tomaron parte activa en la lucha por la causa de larevolución proletaria.

El final del año 1916 y comienzos de 1917 fue un períodode muy rápida descomposición del ejército zarista, de im-petuoso crecimiento del espíritu antibélico y del paso de lossoldados a acciones activas. Del arsenal de lucha de laclase obrera los soldados adquirieron una forma de protestacomo la huelga, y la negativa de ir a la ofensiva. Se hicieronmás frecuentes las venganzas contra los odiados oficiales. Enoctubre de 1916 se sublevaron cuatro mil soldados en el pun-to de distribución en Gómel, donde había muchos marinerosdel Báltico trasladados a infantería por su participación enlos pasados disturbios. Los soldados apalearon a los centine-las, excarcelaron a los detenidos, se apoderaron de las armasy se tirotearon con la policía. Este motín fue sofocado cruel-mente, pero la situación en la zona de Gómel siguió siendotensa durante mucho tiempo. Simultáneamente se insubordi-naron 6.000 soldados en el punto de distribución de Kremen-chug. En el Frente Sudoeste se amotinó en noviembre de1916 el 326° Regimiento de Belgoraisk y en enero de 1917 sesublevó el 223° Regimiento de Odoevski. Hasta las unidadessiberianas, que siempre se consideraron las más seguras, senegaron a ir a la ofensiva. En diciembre de 1916 hubo gran-des desórdenes en los regimientos de infantería siberianos17° y 55°, que actuaban en el Frente Norte. Doscientos sol-dados fueron sometidos a consejo de guerra sumarísimo,fusilándose a 37. En las trincheras aparecían más a menudooctavillas improvisadas que decían, por ejemplo, lo siguien-te: " ¡ Hermanitos ! Precisamos paz y no guerra, y ya es hora

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de terminar con ella. Abajo la guerra, necesitamos la paz.Haced saber a todo vuestro Regimiento que jamás debehaber ninguna clase de ofensiva y que si os quieren lanzara la ofensiva, disparar contra todos cuantos os lo ordenen".

Ya no valían de nada las más diversas medidas discipli-narias, incluidos los consejos de guerra sumarísimos, quedictaban infinidad de penas de muerte. La paciencia delejército había llegado a su fin. El general A. Brusílov dijoposteriormente que "cuando llegó febrero de 1917, todo elejército, en un frente más, en otro frente menos, estaba pre-parado para hacer la revolución"1.

El país se encontraba en los umbrales de una nueva ex-plosión revolucionaria, la cual debía terminar con la auto-cracia y con la guerra, tan odiada por el pueblo. "La guerraha provocado una crisis tan inmensa —señaló V. I. Lenin—,ha tensado tanto las fuerzas materiales y morales del puebloy ha asestado tales golpes a toda la organización de la so-ciedad moderna, que la humanidad se ve colocada ante undilema: perecer o poner su destino en manos de la clase másrevolucionaria, a fin de pasar con la mayor rapidez y deci-sión a un modo de producción más elevado"2. Los obrerosy los campesinos en la retaguardia y en el frente necesitabanpaz, pan, tierra y libertad. El proletariado y el ejército re-volucionarios debían salvar al país del desastre definitivo,al que lo llevaba el gobierno zarista.

1 A. Brusílov. Mis memorias, M., 1946, pág. 236.2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 281.

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3. ENTRE TORMENTAS

Después del golpe de Estado del 3 de junio, en Rusiaempezó un período de reacción. La autocracia logró recha-zar la primera acometida del pueblo revolucionario y esta-bilizar temporalmente la situación.

Cárceles y cadalsos, un "parlamento" de caricatura, lareforma agraria innocua para los terratenientes, el acosa-miento de las minorías étnicas, la activación de la políticaexterior de gran potencia, todo se puso en juego para evi-tar una nueva revolución y "apaciguar al país". "El go-bierno zarista, los terratenientes y los capitalistas —dijoV. I. Lenin—, se vengaron con furia de las clases revolu-cionarias, en primer lugar del proletariado, por la revolu-ción, como si se apresuraran a aprovechar la interrupciónen la lucha de masas para aniquilar a sus enemigos".1 Se-gún datos incompletos, de 1907 a 1909 fueron procesadaspor asuntos políticos más de 26.000 personas. Los tribuna-les zaristas dictaron más de 5.000 penas de muerte. El paísestuvo varios años en una especie de letargo. Se redujoconsiderablemente el movimiento huelguístico del proleta-riado: si en 1907 aún estaban en huelga 740.000 obreros,para 1910 sólo era ya 46.600. También se acalló por untiempo la aguda lucha en el campo.

Los últimos fogonazos de la tormenta revolucionaria enel ejército fueron las sublevaciones de 1907 en Sebastopoly Vladivostok, rápida y cruentamente sofocadas. Empezaronprovocadas por los eseristas, que empujaron a soldados y

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 20, pág. 72.

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marineros a estas acciones intempestivas. El 15 de septiem-bre se sublevó en Sebastopol el Regimiento de Brest, y unmes más tarde se levantaron los minadores del personal decosta y las tripulaciones de tres destructores. Todos ellos que-rían librar del castigo a sus compañeros detenidos por haber exigido quemejoraran las condiciones del servicio.Especialmente fue heroica la actitud de la tripulación deldestructor Skori. Después de un intento fracasado de hacerse a lamar, el destructor se arrojó contra la costa, siendo apresada latripulación y entregada a los tribunales.

Durante cierto tiempo, en el ejército y en la Armada reinó esa calmaque precede a una nueva tempestad.

En el período de la reacción el partido socialdemócratasufrió rudos golpes. Miles de luchadores fueron arrancadosde sus filas. Al mismo tiempo huyeron cobardemente delpartido los elementos pequeñoburgueses, compañeros de viaje de larevolución, la "basura pequeñoburguesa", como Lenin calificó a estoselementos oportunistas1.

El reflujo del movimiento revolucionario provocó seriasvacilacionesde orden ideológico en el POSDR. El ala derecha delmenchevismo —los llamados liquidadores— invitaba aterminar con la "maldita clandestinidad", desistir del tra-bajo ilegal y estructurar toda la táctica del proletariadocalculando que el régimen del 3 de junio sería una evolu-ción pacífica capitalista. Por otra parte, entre los bolche-viques apareció un pequeño grupo de dogmáticos (los otzovis-tas)2, quienes no comprendían que era necesario cambiarla táctica del partido en condiciones de la reacción, queinvitaban a renunciar a la utilización de todas las formaslegales de trabajo y se presentaban como partidarios deacciones inmediatas revolucionarias de la clase obrera. Launificación de bolcheviques y mencheviques en el IV Con-greso del POSDR en 1906 revistió un carácter puramenteformal. Los mencheviques no respetaron las resolucionesdel Congreso y se deslizaban cada vez más a la derecha.Dentro del POSDR no cesaba la lucha ideológica, la cualculminó en 1912 con la expulsión del partido de los liqui-dadores. Al liquidacionismo y al otzovismo los bolcheviques

1 Véase: V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 47, pág. 133.2 Otzovistas, grupo oportunista en el POSDR, constituido en 1908, que exigía retirar a los

diputados socialdemócratas de la III Duma de Estado (parlamento), de donde proviene su nombre (delverbo ruso "otozvat"- revocar).

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contraponían una verdadera táctica revolucionaria, orientadaa la preparación sistemática de las masas para un nuevoasalto revolucionario. Los bolcheviques conceptuaban el pe-ríodo de la reacción sólo como una pausa entre dos revolu-ciones, por razón de que en el país seguían las profundascontradicciones socioeconómicas y políticas, que originaronla tormenta revolucionaria del año 1905.

El partido concentró todos los esfuerzos en un trabajoorganizativo, de agitación y propaganda minucioso y diarioentre las masas, empleando para ello todas las posibilidadeslegales y, principalmente, las posibilidades ilegales. "Al or-den del día se plantea, ante todo, un largo trabajo educativo,de organización y cohesión de las masas conscientes del pro-letariado", se decía en las resoluciones de la V Conferencia(de toda Rusia) del POSDR, celebrada a últimos de 1908 enParís. La Conferencia remarcó que se precisaba extender eltrabajo de agitación al campesinado y al ejército, dedicandoparticular atención a la educación socialista de sus elemen-tos proletarios y semiproletarios.

El ejército y la Marina Militar fueron siempre uno delos sectores más difíciles del trabajo socialdemócrata. Peroen los años de la reacción, la actividad revolucionaria enlas tropas se hizo particularmente dificultosa. El gobiernotomó todas las medidas para extirpar de raíz el "contagiorevolucionario" infiltrado en el ejército. En las unidadesmilitares se creaban consejos especiales para asuntos del"desarrollo mental y moral de las clases de tropa", los cualesdebían intensificar la educación de los soldados en un espí-ritu de ciega fidelidad al zar y contraponerse a las "nocivasaspiraciones de la propaganda anarco-revolucionaria". Elmando militar hacía cuanto podía para arrancar de cuajo enlos soldados cualquier idea viva, inculcarles una absurday salvaje maldad para con los adversarios de la autocracia,levantar una muralla infranqueable entre el ejército y elpueblo.

En aquellas condiciones era extraordinariamente difícilhacer agitación y propaganda en los cuarteles. Se precisababuscar nuevas formas de trabajo, nuevas vías para llegara la mente y al corazón de la masa de soldados. No es ca-sual que V. I. Lenin plantee con tal agudeza en aquel tiempola cuestión de la propaganda antimilitarista entre la juven-tud obrera. En el artículo La propaganda antimilitarista y lajuventud obrera socialista consciente, publicado en octubre

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de 1907 en el periódico bolchevique Vperiod ("Adelante"),Lenin subrayaba que se debía prestar atención especial a laeducación socialdemócrata de los jóvenes obreros en edad deser llamados a filas, aún no emponzoñados por el veneno delpatrioterismo y el chovinismo banal. En el ejemplo de la ac-tividad antimilitarista de los socialistas franceses y belgasLenin mostró cuánta importancia tenía que el recluta que seincorporaba al ejército fuera imbuido de las ideas de soli-daridad proletaria y de fraternidad de los pueblos, que noperdiera el contacto con su organización de partido. Leninconcedía gran importancia también a una forma de propa-ganda antimilitar como las solemnes despedidas de los jóve-nes reclutas obreros, que marchaban al ejército, los cualesrecibían de sus camaradas la recomendación de jamás levan-tar su arma contra el pueblo.

En octubre de 1907, el periódico Proletari publicó lacarta del CC del POSDR con motivo de la nueva campañade reclutamiento, en la que se proponía a los miembros delpartido no eludir el servicio militar y acudir al ejército encalidad de agitadores y propagandistas del partido. El centrobolchevique en el extranjero subrayó que se precisaba "tra-bajar incansables para establecer sólidas relaciones de or-ganización en las tropas... organizar aunque sólo sean pe-queños comités en todas las compañías, en todas las unidadesmilitares".

Durante la llamada de reclutas el otoño de 1907, envarias organizaciones socialdemócratas se crearon círculosespeciales donde los futuros soldados recibían propagandaimpresa, señas para el enlace, etc. Los bolcheviques dePetersburgo y Moscú imprimieron recomendaciones a losreclutas en las que se decía: "...cuando se levante de nuevola oleada del movimiento revolucionario... ¡que en esosgrandiosos días vosotros, camaradas, estéis con nosotros y noen contra! Que las bayonetas de vuestros fusiles, camaradas,apunten a ellos, a los príncipes, a los aristócratas, a los ricosy al zar, el vampiro general".

Los bolcheviques exhortaban a los futuros soldados a ne-garse a cumplir el papel de represaliadores. "Honor para elsoldado —se decía en una octavilla del grupo del POSDRde Kíneshma— que durante el servicio militar no se hayamanchado con la sangre de los pobres, sus compañeros.Baldón para el que en el momento crucial obedezca a sujefe. El pueblo recibirá al primero con gratitud y con desprecio

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al último. Despidiéndoos, queridos camaradas, el pueblo espera, elpueblo confía que allí os organizaréis, ingresaréis en las filas delPOSDR y, cuando se precise, le ayudaréis en su lucha".

La labor de los círculos y grupos socialdemócratas en elejército era rigurosamente conspirativa. Por esto es difícilsaber el número de organizaciones militares del POSDR quefuncionaron en los años de la reacción. No obstante, es evi-dente que la debilitación general del trabajo de partido,suscitada por la situación extraordinariamente difícil, asícomo por la crisis interna en el partido, se reflejó tambiénen la actividad de los socialdemócratas en el ejército. Enlos años de la reacción, la existencia de organizaciones mi-litares especiales en el POSDR, por unas u otras causas (faltade cuadros, imposibilidad de desplegar el trabajo en los cuar-teles, etc.), en general, a veces se reconocía como innecesa-ria. Hubo casos en que se reestructuró el trabajo militar. EnMoscú, por ejemplo, en la conferencia de partido de todala ciudad, reunida en mayo de 1908, se acordó disolver laorganización militar y transferir la dirección general deltrabajo en las tropas directamente al Comité del POSDRde Moscú.

La reducción de la envergadura del trabajo de partidoen el ejército implicó que se incumpliera la resolución delV Congreso del POSDR (mayo de 1907) acerca de la convo-catoria de una conferencia de organizaciones militares yla publicación de un órgano socialdemócrata especial parasoldados y marineros. A pesar de las crueles represiones delas autoridades zaristas, pequeños círculos y grupos, así comosocialdemócratas individuales, siguieron realizando esta pe-ligrosa, empero muy necesaria labor para la revolución entrelas masas de soldados y marineros. En 1907-1910, la in-fluencia de los socialdemócratas se extendió a más de 100unidades del Ejército de Tierra y a 40 navios de la Marinade Guerra.

A comienzos de 1908 activó su labor la OrganizaciónMilitar (Voenka) afecta al Comité del POSDR de Peters-burgo, la cual asumió la función de centro organizativo einformador, llamado a dirigir el trabajo entre las tropas dela guarnición de la capital y en el Báltico, así como a man-tener enlace con otras zonas del país. En el trabajo de laVoenka de Petersburgo participaban bolcheviques y men-cheviques, aunque el papel rector lo desempeñaban los primeros.

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En 1908 la encabezó el bolchevique F. Nasimóvich,partícipe de la insurrección armada de Sebastopol.

Los documentos del archivo de la Voenka muestran quela preparación sistemática para la futura insurrección ar-mada era lo fundamental en su labor. La organización seesforzaba por sistematizar la experiencia de los años1905-1907, analizar con espíritu crítico la táctica empleadadurante las insurrecciones armadas en el Occidente deEuropa, elaborar recomendaciones prácticas respecto a losmétodos de lucha callejera, etc. Entre los que dirigían laVoenka se formó la firme opinión de que el éxito de lanueva insurrección dependería, en primer lugar, de lacoordinación precisa de acciones entre las unidades revolu-cionarias del ejército y la Marina de Guerra y los obrerosarmados. Los miembros de la organización reunieron pre-viamente cuantos datos podrían necesitar en el transcursode la lucha: sobre la dislocación de las unidades militares,de arsenales y depósitos de medios de transmisiones, es-quemas del enclavamiento de las comisarías de policía yplanes de las fortalezas. Especial importancia se concedía alos datos exponentes de la moral de soldados y marineros,de las condiciones de su servicio y de la vida cuartelaria,de sus relaciones mutuas con la oficialidad. Los grupos decolaboración con la Voenka, que hacían directamente sutrabajo en las unidades del ejército y en las tripulacionesde la Armada, se esforzaban porque soldados y marinerosconocieran el programa del POSDR y las publicaciones delpartido, les esclarecían el papel del ejército y de la Marinade Guerra en la lucha revolucionaria.

Recordando el trabajo de la Organización Militar dePetersburgo en aquellos años, V. Vladímirova, participanteactiva en aquella labor, escribió más tarde: "Por temor a losfracasos del trabajo, en Petersburgo, éste se hacía indepen-dientemente por cada camarada, en el círculo de sus amigossoldados y marineros. El enlace mutuo de los miembros dela organización militar se plasmaba en citas y reunionesclandestinas del grupo fundamental, en las que se discutíanlas cuestiones del momento, se aprobaba el texto de las pro-clamas, etc. Manteníamos contacto con varios regimientosy con los navios de guerra que estaban surtos o se reparabanen los diques de Petersburgo. Pero el trabajo residía, princi-palmente, en la distribución de folletos y proclamas, asícomo en diálogos individuales. Reuniones y concentraciones de

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soldados clandestinos... no hubo manera de organizarlas. El cuartelestaba sumido en un pesado letargo".

En la primavera de 1908, la actividad de la Organiza-ción Militar de Petersburgo fue paralizada por las deten-ciones. Mas al cabo de unos meses, el Comité del POSDRde Petersburgo creó de nuevo un grupo especial para el tra-bajo en el ejército que tiró en agosto y septiembre dos lla-mamientos a los soldados y a los marineros.

En su labor de agitación y propaganda los bolcheviquesdenunciaban la política exterior agresiva del zarismo y deotras potencias imperialistas, se pronunciaban contra lacarrera armamentista y el aumento de los presupuestos mili-tares, exigían la sustitución del ejército permanente por elarmamento general del pueblo y protestaban contra la faltade derechos para soldados y marineros. A estas cuestionesestaban consagradas las octavillas, los artículos en la prensadel partido y las intervenciones de los diputados bolchevi-ques en la Duma de Estado.

Tal y como lo previó V. I. Lenin, el triunfo de la reac-ción en Rusia duró poco. Ya en la segunda mitad de 1910aparecieron en el país indicios de un nuevo auge revolucio-nario, que se extendió con particular rapidez después de lossangrientos sucesos del Lena en abril de 1912, donde las auto-ridades zaristas ametrallaron salvajemente una manifesta-ción pacífica de obreros. En 1912 fueron a la huelga en elpaís más de un millón de obreros, que en 1913 fueron ya dosmillones, ascendiendo en la primera mitad de 1914 al millóny medio de huelguistas. Rusia se acercaba incontenible a unanueva revolución. En aquellas condiciones se desplegó denuevo la preparación de motines armados en el ejército yen la Marina de Guerra.

A mediados de 1910 comenzó la efervescencia en elBáltico. La afluencia constante a la Flota de elementos pro-letarios, las travesías marítimas al extranjero, durante lascuales se establecían contactos con la emigración políticarusa, así como el roce frecuente con los obreros revoluciona-rios durante la reparación y terminación de navios, todo esocontribuyó a que los marineros del Báltico fueran los prime-ros que hicieran resurgir sus organizaciones revolucionariasy comenzaran la preparación para acciones activas.

Un grupo de marineros socialdemócratas del cruceroSlava, que en 1910 hacía reparaciones en los astilleros de labase militar naval francesa de Tolón, escribió a V. I. Lenin

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pidiéndole que les enviara impresos y un agitador de expe-riencia. Krúpskaya escribe en sus memorias que esta peticiónfue satisfecha1. Los contactos de los bolcheviques de laFlota del Báltico con el centro del partido en el extranjerosiguieron en años sucesivos. La proximidad de Petersburgoa la organización bolchevique, la más importante del país, ycierta debilitación de la vigilancia policial durante el fon-deamiento invernal de parte de la Escuadra en Finlandia,donde aún existían restos de autonomía política, propiciabanposibilidades complementarias para el trabajo revolucionarioen la Flota del Báltico.

También las organizaciones eseristas activaron su labor,en particular en la Marina de Guerra. El partido de loseseristas atravesaba a la sazón una honda crisis motivada porel desenmascaramiento de Azef, miembro de su CC, comoagente de la policía secreta. Después de la derrota de larevolución de los años 1905-1907 se redujo considerable-mente la envergadura del trabajo de la organización militarde los eseristas. Mas éstos seguían dispuestos a lanzarse acualquier aventura, con tal de recuperar su resquebrajadoprestigio. En esto, cada organización eserista, temiendo lasprovocaciones, trabajaba por su cuenta y riesgo, sin ningunaclase de plan general, haciendo especialmente nocivo el"ultrarrevolucionarismo" de los eseristas. Además, el partidode los socialistas revolucionarios, heterogéneo por su compo-sición, estaba plagado de provocadores. De ahí que los bol-cheviques tuvieran razón sobrada para desconfiar de loseseristas, los cuales con sus actos, irresponsables, con fre-cuencia, ayudaban a que la policía descubriera y desman-telara las organizaciones revolucionarias.

Sin embargo, en su trabajo práctico, los caminos de lasorganizaciones bolcheviques y eseristas se cruzaban constan-temente. En una serie de casos, los marineros revolucionariosmantenían contactos simultáneos con los eseristas y con losbolcheviques. Un participante del movimiento revoluciona-rio en el Báltico recuerda: "Ya desde 1905, entre los mari-neros rasos reinaba gran simpatía hacia la revolución, engeneral, y hacia los revolucionarios, en particular, cuales-quiera que fueran los partidos a que pertenecieran. . . Tam-bién en nuestro navío había organización, pero cuál erasu matiz, en el sentido partidario, lo ignoro".

1 N. Krúpskaya. Recuerdos sobre Lenin, M., 1968, pág. 176.

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El entrelazamiento esporádico en la actividad de las orga-nizaciones militares eseristas y bolcheviques se dejaba sen-tir, particularmente, durante los preparativos para la in-surrección en los navíos de la Flota del Báltico en los años1911 y 1912.

Ya hacía mucho que la situación en el Báltico estaba apunto de dar un estallido. El pésimo rancho, la actitudgrosera de los oficiales y sus malos tratos tenían irritada ala marinería. La idea de la sublevación armada se percibíaliteralmente en el ambiente. Ya en la primavera de 1911fueron detenidos unas decenas de marineros que preparabanel levantamiento, enlazados con los eseristas. Desde el otoño,Helsingfors se transformó en centro preparatorio de la in-surrección, desarrollando allí gran actividad un grupo deobreros bolcheviques, del que formaban parte I. Vorobiov,miembro del POSDR desde 1901; A. Shotman, delegado alII Congreso del POSDR; A. Taimi, N. Kokko, I. Rahja yotros. Los bolcheviques de Helsingfors establecieron contactodirecto con V. I. Lenin, para lo cual, a principios de 1912,comisionaron a París a Shotman, primero, y a Vorobiov,después. Lenin estimó que la insurrección armada en laFlota era prematura, poniendo en duda que los obrerospetersburgueses apoyaran la sublevación de los marineros1.Mas la marinería estaba ya tan electrizada que no queríasaber nada que postergara la sublevación.

Para la primavera de 1912 no había un solo barco deimportancia en la Flota del Báltico en el que no trabajaranorganizaciones revolucionarias. Se preparaban para la su-blevación los acorazados Tzarévich, Andréi Pervozvanni,Emperador Pablo 1, Slava, en el crucero Riúrik, en el barco-escuela Dviná y en otros. La labor de los círculos revolucio-narios se efectuaba bajo la más rigurosa clandestinidad. Paraingresar en la organización se exigía el aval de dos de susmiembros. Se recaudaban regularmente las cuotas, cuyoimporte se empleaba en la compra de armas, adquisición depublicaciones y en otros gastos de organización. Se confec-cionó una clave cifrada para la correspondencia y se esta-blecieron contraseñas. Los miembros de la organizaciónestaban divididos en decenas, cada una con un número con-dicional. Para celebrar reuniones-relámpago a bordo se utilizaban

1 N. Krúpskaya. Recuerdos sobre Lenin, pág. 200.

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los sitios más recónditos: lazaretos, torres artilleras y las carboneras.En abril de 1912 se creó en Helsingfors el Comité Militar

Revolucionario bolchevique. En su reunión del 22 de abril,después de larga discusión, se aprobó el plan aproximado dela insurrección coincidente con la salida de la escuadra almar, fijada para el 24 de abril. A una señal convenida, losgrupos de choque deberían apoderarse de las armas, delcamarote de la radio, de los puestos de mando, detener oliquidar a los oficiales y tomar en sus manos el mando delos buques. Se suponía que en cada navio se encontraría unode los miembros del Comité Militar Revolucionario. Despuésde cañonear la plaza fuerte de Sveaborg, la escuadra debe-ría reunirse en Kronstadt y Reval con el resto de la Flotadel Báltico y, después, poner rumbo a Petersburgo. DeHelsingfors se envió al Comité del POSDR de Petersburgoa un plenipotenciario especial con la misión de asegurar quelos obreros de la capital apoyaran a los marineros subleva-dos.

Pero este plan no logró llevarse a cabo. Por los provoca-dores, que incluso habían podido infiltrarse en el Comité delPOSDR de Petersburgo, la policía supo la sublevación quese preparaba. Se suspendió la salida de la escuadra al mar,haciéndose detenciones en masa a bordo y en tierra. Ciertoque al cabo de un mes comenzó a prepararse una nueva in-tentona, que también las autoridades consiguieron hacerabortar, "limpiando" en masa la Flota de elementos revolu-cionarios. Desde abril de 1912 hasta junio de 1913, en elBáltico fueron detenidos 700 marineros revolucionarios.

Simultáneamente se iba preparando la insurrección enel Mar Negro, en Sebastopol (el acorazado Ioánn Zlatoústy otros). Pero sus organizadores corrieron la misma suerteque los del Báltico. En junio-julio de 1912, el número dedetenidos fue de 500 hombres. Trece marineros fueronejecutados. Pero ni los encarcelamientos ni las condenas demuerte pudieron quebrantar a los marineros. A las organiza-ciones desmanteladas las sustituían otras nuevas, se reanu-daban los contactos interrumpidos, proseguía la agitaciónrevolucionaria. En diciembre de 1912 surgió nuevamente enHelsingfors un grupo bolchevique que comenzó a prepararun levantamiento para el verano de 1913. P. Dibenko, unode los participantes activos del movimiento revolucionarioen el Báltico, recuerda que el trabajo de organización se

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hacía esta vez con extremas precauciones. Mas como enagosto de 1913 la escuadra zarpó para una travesía para elextranjero, la sublevación tuvo que aplazarse.

Se sobrentiende que es difícil predecir el desenlace quehabrían tenido los acontecimientos si, a pesar de todos losobstáculos, de todas maneras, hubiera estallado la subleva-ción en el Báltico. Pero lo que sí está claro es que la prepa-ración para ella era a todas luces insuficiente. Al plan deacciones aprobado, justo por su idea general, le faltaban de-talles. Un problema de tanta importancia como la coordina-ción de acciones de los marineros revolucionarios con las tro-pas de tierra y con los obreros, de hecho, no se tuvo encuenta. En la última etapa preparatoria del levantamientose cometieron también serias infracciones de las reglasconspirativas. En agosto de 1912, V. I. Lenin escribió aMáximo Gorki acerca de los acontecimientos en el Báltico:"No hay organización, ¡¡es como para llorar!! Si Ustedtiene relaciones con oficiales haga todo cuanto pueda paraponer alguna organización. Los marineros tienen moral delucha, pero pueden otra vez echar inútilmente todo a per-der"1. Por esta carta se ve que Lenin concedía enorme im-portancia a que se incorporaran a la revolución especialistasmilitares, capaces de asegurar una dirección calificada dela sublevación.

El ejército se sumaba al creciente movimiento revolucio-nario con mucha más lentitud que la Marina de Guerra.La masa campesina, vestida con capote de soldado, era másinerte, en el aspecto político, que los marineros, entre losque abundaban los obreros. Pero, hasta las unidades de in-fantería, las más aplastadas por la disciplina cuartelaria,influenciadas por el auge de los ánimos revolucionarios enel país comenzaban a levantarse contra el régimen auto-crático.

La acción más importante de soldados en aquel períodofue la sublevación de los zapadores en los campamentosmilitares de Tróitskoe, próximo a Tashkent. El pronuncia-miento se preparó durante varios meses por los socialdemó-cratas y los eseristas. En las reuniones se hablaba de la ne-cesidad de sacudirse el yugo de la oficialidad, de cambiar

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 48, pág. 84. A. M. Gorki, que a la sazón vivía en Capri, hablaba amenudo con los marinos rusos, que arribaban a Italia, entregándoles literatura clandestina, etc.

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las condiciones de vida del soldado y de pasar a la formaciónde un ejército voluntario. El papel más activo en los prepa-rativos de la sublevación lo desempeñó el antiguo soldadoBorovikov, relacionado con la organización socialdemócratade Tashkent, siendo el zapador Vólkov quien dirigió lasublevación. Los zapadores pensaban que su levantamientoserviría de señal para el comienzo de la insurrección gene-ral de obreros y soldados en Tashkent. Pero el desarrollode los acontecimientos echó por tierra sus planes. Cuandose enteraron de que por una delación las autoridades cono-cían la existencia de una organización militar revoluciona-ria, temiendo las detenciones, los zapadores se sublevaron el1 de julio de 1912. Los miembros de la organización militar,o bien se dejaron arrastrar ellos mismos de la espontaneidado bien no supieron contener a los soldados de su prematurolevantamiento. Varias horas duró el tiroteo entre los sedicio-sos y las tropas enviadas para sofocarlas. Más de 200 zapa-dores fueron entregados a los tribunales, 14 hombres fueronahorcados.

El verano de 1912 se intentó hacer una sublevación en laRegión Militar de Varsovia. Al año siguiente se produjerondisturbios entre los soldados de la guarnición de Kíev, enla Región Militar de Moscú y en Kronstadt. Incluso entrelos cosacos, el pilar más seguro del zarismo, no había tran-quilidad. "Las insurrecciones y las tentativas de insurrec-ción de soldados y marineros —en el Turquestán, en las Flo-tas del Báltico y del Mar Negro— dieron una nueva con-firmación objetiva de que en Rusia había comenzado, des-pués de largos años de desenfreno contrarrevolucionario yde calma en el movimiento obrero, un nuevo auge revolu-cionario" 1 —dijo V. I. Lenin.

Es un hecho remarcable que los bolcheviques levantarandecenas de miles de obreros a protestar contra las represa-lias del gobierno zarista con los soldados y marineros revo-lucionarios. Así, el verano de 1913, en los días que se pro-cesaba a los marineros del Báltico, en el país se declararonen huelga cerca de 100.000 obreros. La oleada huelguísticacundió también durante el juicio contra los marineros deSebastopol. Así se iba cimentando la alianza entre el pueblorevolucionario y el ejército revolucionario, garantía de sufutura victoria sobre la autocracia.

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 22, pág. 167

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Las sublevaciones de soldados y marineros, dispersas yaisladas del movimiento obrero, sufrieron inevitables derro-tas. Muchas de aquellas acciones fueron prematuras y esta-ban condenadas de antemano al fracaso. Pero, enjuiciandoestas acciones heroicas, hay que tener presente las conocidaspalabras de V. I. Lenin de que "el capitalismo no está orga-nizado tan armónicamente que las distintas fuentes de lainsurrección se fundan de golpe por sí mismas, sin revesesni derrotas. . . Sólo en la experiencia de los movimientosrevolucionarios inoportunos, parciales, fraccionados y, porello, fracasados, aprenderán las masas, adquirirán fuerzas,verán a sus verdaderos guías, a los proletarios socialistas, yprepararán el embate general, del mismo modo que las huel-gas aisladas, las manifestaciones urbanas y nacionales, losmotines entre las tropas, las explosiones entre los campesi-nos, etc., prepararon el embate general de 1905" 1.

El ulterior crecimiento de la crisis revolucionaria en elpaís fue interrumpido por la primera guerra mundial.

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 30, pág. 56-57.

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5. FEBRERODEL AÑO DIECISIETE

La particularidad característica de la revolución demo-crático-burguesa de Febrero de 1917 en Rusia, que aseguróuna victoria rápida y relativamente incruenta, fue el pasoen masa de las tropas al lado de los obreros insurrecciona-dos. El derrocamiento de la autocracia fue el resultado delgolpe conjunto de dos fuerzas: del proletariado y de lasmasas de soldados. En el momento decisivo, el zarismo care-ció de tropas seguras dispuestas a defender el régimen, tanodiado por el pueblo. Con este hecho se superó una de lasdebilidades fundamentales de los años 1905-1907, cuandodos partes del pueblo, obreros y ejército, en la mayoríaaplastante de los casos, todavía se encontraban en ladosopuestos de las barricadas.

La revolución de Febrero se produjo cuando aún conti-nuaba la guerra, circunstancia que le imprimió forzosamenteuna serie de rasgos específicos (papel mayor del ejército enla lucha social, carácter ofensivo resuelto en las acciones delas fuerzas revolucionarias, desarrollo impetuoso de los acon-tecimientos, etc.). Al mismo tiempo, la revolución no tuvoun carácter de complot militar. Es cierto que entre la cúspidede la burguesía liberal y el generalato flotaba la idea nebu-losa de un golpe palaciego con participación de las tropas,pero el miedo a la revolución popular y la impotencia polí-tica de los "conjurados" impidió la realización de dichosplanes. En los acontecimientos de febrero-marzo de 1917,igual que en el período de la primera revolución rusa, elpapel dirigente corrió a cargo del proletariado. No es casualque el punto de partida para la revolución fuera la huelga gene-

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ral política de los obreros petrogradenses, a los que seadhirieron después las tropas. Como en los años 1905-1907en la palestra revolucionaria actuaban dos clases, el prole-tariado y el campesinado, a los que sólo en el último mo-mento se vio forzada a sumarse la burguesía, que luego seaprovechó de los frutos de la victoria del pueblo.

A comienzos de 1917, todo el país tenía puestas sus mi-radas en Petrogrado. De cómo se desenvolvieran los acon-tecimientos a orillas del Neva, dependería mucho la marchadel movimiento revolucionario en otras zonas de Rusia. Asu vez, la situación en Petrogrado la determinaba, en gradosumo, la actitud del ejército: 400.000 obreros casi desarmadostenían que habérselas cara a cara con 200.000 soldados, sincontar otros 260.000 acantonados en las localidades subur-banas de Petrogrado. La capital constituía una Región Mili-tar especial, cuyo Comandante se subordinaba directamenteal Cuartel General zarista. Una parte considerable de losregimientos de la Guardia y de infantería había sido, apropio intento, alojada en los distritos proletarios de Petro-grado. Ya a finales de 1916, el absolutismo tenía preparadocon todo detalle un plan de lucha contra el movimiento re-volucionario en la capital.

En aquella situación, el Buró del CC en Rusia delPOSDR, que mantenía contacto con V. I. Lenin, determinójustamente la táctica de lucha. Encauzó la actividad de lasorganizaciones bolcheviques a intensificar por todos los me-dios su trabajo en las unidades de la guarnición de la capi-tal, a establecer contacto directo con los soldados en loscuarteles, a confraternizar con éstos cuando se encontrasenen las calles, a estimular las relaciones masivas entre obrerosy soldados, etc., es decir, a hacer todo lo humanamente po-sible para atraerse a los soldados al lado del pueblo. A losobreros se los aconsejaba asimismo utilizar sus vínculos enel medio militar para hacerse con armas. Potentes accionesabiertas del proletariado contra el zarismo deberían contri-buir a integrar al movimiento revolucionario a las masas desoldados y marineros.

El 9 de enero de 1917 declararon la huelga en Petro-grado 145.000 obreros. Esta huelga, la más importante du-rante la guerra, fue acompañada de manifestaciones y míti-nes. Es significativo que en la fábrica de Obújov, los solda-dos requeridos allí para disolver el mitin, se negaran a dis-parar contra los obreros. En la huelga política del 14 de febre-

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ro en Petrogrado volvieron a participar unas 90.000personas. La oleada del movimiento revolucionario era cadavez más imponente. Llegó el momento en que la consignabolchevique de transformar la guerra imperialista en guerracivil se convirtió en consigna práctica para la acción.

El 23 de febrero de 1917 fue el primer día de la revolu-ción. La acción de los obreros petrogradenses en aquellajornada no se había previsto de antemano y comenzó deforma espontánea. El espíritu de lucha del proletariado de-sembocó en una manifestación, que llenó calles y plazas dela capital. La iniciativa revolucionaria de las masas fueinmediatamente respaldada por los bolcheviques, quienesfueron el único partido que se inmiscuyó activamente en eldesarrollo de los acontecimientos. Mientras que menchevi-ques y eseristas vacilaban y aguardaban, sin emprender nin-gunos pasos decisivos, el partido bolchevique tomó en elacto el rumbo hacia la ampliación máxima de la huelga. Latarde del 23 de febrero, en la sesión conjunta de los miem-bros del Buró del CC en Rusia, de los comités del POSDRde los distritos de Petersburgo y del Víborg se acordó pro-seguir y ahondar la huelga, intensificar la agitación entrelos soldados y adoptar medidas para armar a los obreros.El 25 de febrero, cuando la huelga englobaba ya a 300.000obreros petrogradenses y se hizo general, el centro bolchevi-que lanzó la consigna de huelga política de toda Rusia."¡Todos a la lucha! ¡A la calle!... —llamaba la octavilladel Comité del POSDR de Petersburgo—. Vale más sucum-bir gloriosamente, luchando por la causa obrera, que morirdefendiendo los beneficios de los capitalistas en el frente oconsumirse por hambre y por un trabajo superior a nuestrasfuerzas. Cualquier acción aislada puede transformarse enrevolución de toda Rusia, la cual impulsará a la revoluciónen otros países".

Simultáneamente, los bolcheviques se dirigieron a los"hermanos soldados", invitándoles a pasarse a los insurgen-tes para luchar juntos contra la autocracia. La indecisiónaumentaba entre las tropas. Ya del 23 al 26 de febrero, al-gunas pequeñas unidades militares, llamadas en ayuda dela policía, intervinieron con pasividad y mantuvieron unabenévola neutralidad respecto a los obreros, no faltando sol-dados que se pasaron abiertamente a los huelguistas. Lasvacilaciones más grandes las manifestaron las unidades alo-jadas en los distritos obreros de la ciudad, donde a las puer-

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tas de los cuarteles surgieron mítines improvisados. Obrerasy obreros rodeaban en estrecho corro a los soldados, persua-diéndolos de que no dispararan contra el pueblo. Sin embar-go, muchas unidades de la guarnición de Petrogrado, aun-que con mucha desgana, intervinieron en las primeras jor-nadas de la revolución al lado de la autocracia y, en varioscasos ayudaron a la policía a disolver las manifestaciones.

Al final del día 25 las tropas recibieron la orden de em-plear las armas de fuego para "establecer el orden". Laguarnición de Petrogrado fue puesta en disposición de com-bate. Los distritos centrales de la capital asemejaban uncampamento militar. Al día siguiente, la huelga general delos obreros petrogradenses empezó a transformarse espon-táneamente en insurrección armada. Las manifestaciones seentremezclaban con refriegas a tiros de las milicias obrerasarmadas con la policía. Hacia el mediodía, los obreros consi-guieron irrumpir al centro de la ciudad, a la avenida Nevski,donde fueron recibidos a tiros por la policía y las tropasregulares. Sin embargo, la atmósfera de la ciudad revolu-cionaria, que equellos días respiraban las tropas, hizo lo suyo.La efervescencia entre los soldados, obligados a dispararcontra los obreros, acrecía y no tardó en exteriorizarse.

Indignada por la participación del grupo de instruccióndel Regimiento de Pávlovski de la Guardia en el ametralla-miento de los manifestantes en la avenida Nevski, la 4a com-pañía de esta misma unidad abandonó la tarde del 26 defebrero los cuarteles y tiroteó a un destacamento de gendar-mería montada. Pero la sublevación carecía de un plan con-creto de acción. Al no recibir apoyo de otras unidades, losamotinados regresaron al cuartel y se dejaron desarmar.Diecinueve soldados fueron encerrados en la fortaleza dePedro y Pablo. Las autoridades zaristas resolvieron no sacarmás a la calle unidades militares inseguras y aislarlas delpueblo revolucionario.

Llegó el momento más crítico de la lucha. Se precisabaa toda costa lograr que los soldados vacilantes se adhirierana la revolución. De lo contrario, ésta podría ser nuevamenteahogada en sangre, como ocurrió en 1905. Los bolcheviquesde Petrogrado enviaron a los cuarteles a sus mejores propa-gandistas. Toda la noche del 26 al 27 de febrero se discu-tieron en los cuarteles los sucesos de la jornada finalizada."Fue una noche de alarma en la que nadie pegó ojo —recor-

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daba un soldado del Regimiento de Finlandia—. ...Inter-pretábamos, nos aclarábamos mutuamente cuáles eran lasituación verdadera, las exigencias del pueblo insurreccio-nado, la justeza y razón de la causa por la que luchaba...A la luz mortecina de los faroles, sentados por grupitos enlas literas, hablamos durante mucho tiempo tratando de con-vencer con ardor y temblorosa voz a los camaradas quemostraban indiferencia hacia todo lo que pasaba. Nos hervíala ira y el odio contra los tiranos del pueblo... Cuando llególa mañana, la propaganda se había ganado a toda nuestracompañía".

La mañana del 27 de febrero comenzó por el armamentoen masa del proletariado petrogradense, con las armas to-madas a la policía y sacadas de los arsenales y armerías delas unidades militares. Solamente el arsenal proporcionó40.000 fusiles y 30.000 revólveres. Influenciado por la agi-tación de los obreros de la fábrica Putílov se sublevó el Re-gimiento de la Guardia Volinski, cuyos soldados salieron delos cuarteles, siendo secundados, primero, por los regimien-tos Litovski y Preobrazhenski y, luego, por el Moskovski. Aellos se unió también un batallón de zapadores de reserva.En Oranienbaum y Strielna se sublevaron dos regimientosde ametralladoras, los cuales llegaron a Petrogrado en lamañana del 28 de febrero. También se pasaron a la revo-lución las guarniciones de otras localidades suburbanas dela capital, imposibilitando que las tropas punitivas zaristaspudieran llegar por sorpresa del lado de Finlandia y delFrente Norte.

En las jornadas de febrero trabajaron activamente en loscuarteles los bolcheviques G. Elin, N. Miliutin (308° desta-camento a pie), A. Paderin (Regimiento Preobrazhenski),S. Petrikovski (1er Regimiento de ametralladoras), N. Pod-voiski (grupo de autos blindados), A. Sadovski (Batallón dezapadores) y otros. La tarde del 27 de febrero se adhirierona los obreros insurgentes otros tres regimientos de la Guar-dia. Los soldados desarmaban, y a veces mataban, a los jefesmás odiados, sustituyéndolos por soldados y oficiales de bajagraduación, pero revolucionarios. En aquellos días, la mayo-ría de los oficiales no salían de los cuarteles o de sus domi-cilios, sintiendo que ya no podían meter en cintura a lossoldados. Sólo una pequeña parte de la oficialidad (en lofundamental, subalterna) encontró en sí arrestos para unirseal pueblo insurreccionado. "Los regimientos de la Guardia que

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el 27 de febrero derribaron el trono ruso —escribía elperiódico Birzhevíe viédomosti ("Noticias de Bolsa")— acu-dieron sin sus oficiales o con una pequeña parte de ellos. Ala cabeza de estos regimientos no estaban los generales, sinomuchedumbres de obreros que comenzaron la insurreccióny arrastraron tras ellos a los soldados".

Según el general A. Brusílov, sólo del 15 al 20% de ofi-ciales del ejército ruso se sumaron en febrero-marzo de 1917a los soldados, con la particularidad de que la mayoría nolo hizo por convicción, sino por consideraciones de ordentáctico. Los restantes "se escondieron dentro de su capara-zón" llenos de odio contra la revolución y los revoluciona-rios.

El 27 de febrero fue el día decisivo para la segunda re-volución rusa. Comenzó la defección en masa de las tropasal lado de los insurrectos: por la mañana había ya 10.000soldados con los obreros, al mediodía unos 26.000 y cuandollegó la tarde, casi 67.000.

A las pocas unidades militares que hicieron resistencia alos obreros se las obligó a capitular por la fuerza.

"El ejército está con vosotros, camaradas, y en esto re-side la garantía del triunfo de la segunda revolución rusa...—se decía en la octavilla del Comité de Petersburgo delPOSDR—. No podemos volvernos atrás, pues esto signifi-caría traicionar a los soldados sublevados y condenarlos alfusilamiento".

Los sediciosos se apoderaron de los puntos clave de laciudad: puentes, estaciones, arsenal, Telégrafos, Correos ylas más importantes instituciones. A finales del día 27 defebrero el Buró de CC en Rusia del POSDR lanzó el mani-fiesto A todos los ciudadanos de Rusia, en el que se decía:"Ha caído la fortaleza del zarismo ruso... La capital estáen manos del pueblo en armas. Las unidades de las tropasrevolucionarias se han puesto al lado de los insurrectos...La tarea de la clase obrera y del ejército revolucionario esformar un Gobierno Provisional Revolucionario que enca-bece el régimen republicano naciente, "nuevo". Los bolche-viques se dirigieron al proletariado invitándole a que eligierasus representantes al Soviet de diputados obreros, cuya pri-mera sesión se celebró la tarde del 27 de febrero. Ese mismodía fue formada la Comisión Militar del Soviet de Petro-grado, la cual desempeñó un papel concreto en la organi-zación de las fuerzas armadas revolucionarias y en la solución

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de una serie de tareas técnico-militares de la revo-lución.

El Soviet de Petrogrado de diputados obreros se consti-tuyó en órgano de poder del pueblo y del ejército insurrec-cionados. Simultáneamente surgió también el llamado Co-mité Provisional de la Duma de Estado, que se planteó comofin impulsar la revolución en los marcos de la "legalidad"burguesa. Las personalidades de la Duma, con Rodzianko ala cabeza, pedían a los soldados sublevados que se reinte-graran inmediatamente a los cuarteles y entregaran sus ar-mas y, a los oficiales, que restablecieran en las unidades la"organización y el orden". Esta fue una tentativa descaradapara desarmar a la revolución, pero las masas de soldadosfrustraron el complot de la reacción.

El 28 de febrero se adhirieron a los obreros los marinosde la 2a tripulación del Báltico y de la tripulación de laGuardia, así como la del crucero Aurora, anclado en elNeva. Hacia el mediodía, la resistencia de las tropas guber-namentales había cesado por completo. El día 1 de marzo seencontraba ya al lado de la revolución, prácticamente, todala guarnición de Petrogrado. La insurrección venció tam-bién en Kronstadt, y el 2-3 de marzo, en Helsingfors, Reval,Narva y Abo. Los almirantes Viren, Butakov, Nepenin yotros, los sicarios zaristas más redomados, fueron fusiladospor los marineros y los soldados1. En los mástiles de la Flotadel Báltico flamearon orgullosas las banderas rojas. Fraca-saron los intentos de amalgamar fuerzas de choque paraaplastar la insurrección en Petrogrado. Esto aceleró la suertede la monarquía. "Abandonado por sus tropas el zar teníaque entregarse..." 2 En la noche del 2 al 3 de marzo, Niko-lás II abdicó al trono. La autocracia fue derribada en Rusia.

La alianza del pueblo y el ejército revolucionarios, queaseguró la victoria de la revolución, a iniciativa de los bol-cheviques fue consolidada con la creación de la Sección desoldados del Soviet de Petrogrado, el cual, a partir del 1 demarzo se llamó Soviet de diputados obreros y soldados. Amediados de este mes los soldados ya tenían en este orga-nismo 2.000 diputados, correspondiéndoles 800 a los obreros.

El 2 de marzo, el Soviet hizo público el histórico documento

1 Durante la revolución de Febrero, en el Báltico resultaron muertos y heridos hasta 120oficiales y fueron detenidos más de 600 oficiales gendarmes y funcionarios.

2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 81, pág. 67.

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Orden N° 1 para la guarnición de la Región Militarde Petrogrado, resultado de la creación revolucionaria de laspropias masas de soldados. Era un documento de enormefuerza explosiva. En todas las unidades militares hasta com-pañía y batería incluidas, así como en los navios, se institu-yeron comités electos de soldados y marineros, bajo el controlde los cuales debería encontrarse todo el armamento. Desdeaquel momento, en todas sus acciones políticas las tropassólo se subordinarían al Soviet de Petrogrado y a los comitésde soldados. La Orden N° 1 abolió los títulos de oficiales yprohibía hablar con grosería a los soldados, los cuales reci-bieron todos los derechos cívicos. Así fue frustrado el intentode la burguesía para desarmar a los soldados y obligarlos asubordinarse a los antiguos oficiales. Esta orden intensificóla lucha de clases en el ejército, enfrentando directamente alos soldados y a sus organizaciones democráticas con la ofi-cialidad. El Documento no sólo adquirió amplia difusión enla guarnición de Petrogrado, sino también en el ejército deoperaciones y desempeñó un gran papel en el posterior as-censo del espíritu revolucionario. En muchos casos los sol-dados iban más adelante que la orden, nombrando tambiénlos oficiales por elección. La Orden N° 1 se transformó enbandera del movimiento masivo de soldados por la democra-tización del ejército.

La victoria de la revolución en Petrogrado sirvió deseñal para el proletariado de otras ciudades. Por cierto, queen todas partes se observó, aproximadamente, el mismocuadro: en la mayoría aplastante de casos los soldados senegaron a ir contra el pueblo y se pasaron a su lado. Juntocon los obreros asaltaron las comisarías de policía, excarce-laron a los presos políticos, detuvieron a los representantesdel viejo poder y crearon los Soviets. Durante los primerosdiez días de marzo fueron organizados más de 130 Soviets,incluidos 30 Soviets, unificados de diputados obreros y sol-dados.

La revolución hizo mella con rapidez en el ejército deoperaciones. Al comienzo, los mandos trataban de ocultar alos soldados la noticia del derrocamiento del zar o bien pre-sentar la abdicación de Nicolás II como voluntaria. El 4 demarzo, el general Evert, comandante del Frente Oeste, diouna orden en la que exigía de los soldados "no ocuparse depolitiquerías, no gastar tiempo y nervios en balde para ladiscusión inútil de lo que sucede en la retaguardia y en la di -

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rección interna de Rusia. Las tropas deben mirar adelante,a los ojos del enemigo, y no mirar atrás, a lo que se hace enla retaguardia, en el interior de Rusia".

Mas todos los intentos de aislar al frente de la revolu-ción fueron baldíos. En las ciudades cercanas al frente apa-recieron agitadores de Petrogrado y Moscú que llevabanoctavillas, ejemplares de la Orden N° 1 y otra literaturarevolucionaria. Cuarteles y trincheras fueron invadidos porun torrente arrollador de manifestaciones, mítines y asam-bleas. Empezó en el ejército una acerca lucha de clases entrelos soldados y los oficiales reaccionarios, que no queríanceder sus privilegios. En las tropas se creaban comités desoldados, se destituía a los generales y a los oficiales supe-riores más fieles a la autocracia zarista, se implantó porpropia iniciativa la Orden N° 1 del Soviet de Petrogrado. Larevolución avanzaba en profundidad y anchura.

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6. EN LA NUEVA ETAPA DE LAREVOLUCION

Con el triunfo de la revolución, en Rusia se creó unasituación en sumo grado original y compleja. En el país seestableció una dualidad de poderes, el entrelazamiento dedos dictaduras: la dictadura de la burguesía, representadapor el Gobierno Provisional, formado el 2 de marzo, y ladictadura revolucionario - democrática del proletariado y de loscampesinos, en forma de Soviets.

Dirigido por los líderes eseristas-mencheviques, el Sovietde Petrogrado de diputados obreros y soldados, a cuyo ladose encontraba a la sazón la fuerza real, cedió voluntaria-mente el poder estatal al Gobierno Provisional burgués ycomenzó a apoyar su política.

Esto implicó que el poder del Gobierno Provisional bur-gués fuera adquiriendo contornos cada día más reales, mien-tras que los Soviets perdían la iniciativa e independenciapolíticas, transformándose, de hecho, en un apéndice delGobierno Provisional. No obstante, siguieron disfrutando degran influencia entre las masas obreras, campesinas, de sol-dados y marineros, quienes creían de buena fe que los So-viets defendían sus intereses.

El Gobierno Provisional y los demócratas-constituciona-listas, el partido principal de la burguesía, hacían todo cu-anto podían para detener el desarrollo y ahondamiento dela revolución, para conseguir el poder único e impedir lademolición revolucionaria del antiguo ejército zarista. Elcontenido antipopular de su política se reveló con toda niti-dez en la cuestión de la guerra. De palabra, los ministrosburgueses se pronunciaban por la firma de una "paz firme

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basada en la autodeterminación de los pueblos". En la prác-tica, el Gobierno Provisional, desde el mismo comienzo de suexistencia, se orientó a que la guerra prosiguiese hasta elfinal victorioso, declarando la fidelidad de la nueva Rusia,"democrática", a sus compromisos aliados con las potenciasde la Entente. Con ello quedaba predeterminada la orienta-ción fundamental de toda la política militar de la burguesíaimperialista y de los demócratas-constitucionalistas, su Esta-do Mayor político. El contenido de esta política se reducía a:

13. mantener a toda costa el poder sobre el ejército, a finde poder continuar la guerra imperialista y consolidar elpredominio clasista de la burguesía sobre los obreros y loscampesinos;

14. colocar el ejército "al margen de la política", aislarlodel pueblo revolucionario e impedir que se haga en las tropaspropaganda socialista;

15. restablecer la capacidad combativa de las fuerzas ar-madas y la subordinación incondicional de soldados y mari-neros a sus jefes;

16. llevar a cabo una reforma militar que, sin afectar alos pilares cardinales del viejo ejército, hiciera parecer quese le "democratizaba".

Bajo el embate de las masas revolucionarias, el GobiernoProvisional destituyó a varios Comandantes de Frente yEjército, a la mitad de los jefes de Cuerpo de Ejército y amuchos jefes de División. El 5 de marzo se publicó la Ordendel ministro de la Guerra, Guchkov, que formalmente equi-paraba en derechos a los soldados con la población civil. Alos militares se les permitía, ahora, afiliarse a diversas orga-nizaciones políticas y sociales y a organizar librementeasambleas y mítines. Se crearon comisiones especiales parala "transformación de la vida en el ejército y en la Marinade Guerra".

En abril, el Departamento de Guerra se vio constreñido atener que reconocer los comités de soldados y de marineros.Comenzó la desmovilización de los reemplazos mayores delos 43 años. Finalmente, a comienzos de mayo, entró en vigorla Reglamentación acerca de los derechos fundamentales delos militares, la llamada Declaración de los derechos del sol-dado. Haciendo querer ver que en el ejército se hacían trans-formaciones democráticas, la declaración no afectaba, sinembargo, a la inmunidad de todos los derechos fundamen-tales de los jefes militares, incluido el derecho de hacer uso

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de las armas contra los desobedientes, es decir, práctica-mente, el derecho a fusilar a los soldados. Prohibía el prin-cipio electivo en el ejército y permitía a soldados y marine-ros el disfrute de derechos políticos nada más que en lashoras francas de servicio. Los soldados y marineros revo-lucionarios acogieron de uñas este documento del GobiernoProvisional, exigiendo la anulación completa de la declara-ción o, por lo menos, de los parágrafos de espíritu más reac-cionario que en comparación con la Orden N° 1 del Sovietde Petrogrado significaban a todas luces un paso atrás.

Así, pues, todos los actos legislativos del Gobierno Pro-visional y del Cuartel General sobre la "nueva estructura-ción" del ejército sólo perseguían un fin: afianzar la auto-ridad de los jefes sobre la masa de soldados, quebrantadadespués de la revolución de Febrero, y "apaciguar" al ejér-cito para lanzarlo luego a la ofensiva. Comprendiendo quesemejante programa no agradaba al pueblo, la burguesía sevio obligada a ocultar cuidadosamente de éste "la verdadde su programa militar, la verdad de que era partidaria dela guerra, de la victoria sobre Alemania"1.

Los líderes mencheviques y eseristas asumieron la infamemisión de dar un lustre revolucionario al rumbo militaristade la burguesía. Querían hacer creer que después de la caídade la autocracia la guerra, por parte de Rusia, había perdidosu carácter imperialista y que ahora se hacía "en defensa dela libertad conquistada", "en defensa de la revolución".Dándoselas de internacionalistas, mencheviques y eseristasactuaban, en realidad, como ideólogos del llamado "defen-sismo revolucionario", como partidarios de que la guerracontinuase hasta que se concertase una paz general "justa"entre los pueblos.

Denunciando la política de mencheviques y eseristas,V. I. Lenin subrayaba que objetivamente ayudaba a que laburguesía pudiera engañar a las masas y a proseguir laguerra hasta el "final victorioso". "La táctica de los men-cheviques se reducía de hecho a dejar intactas todas las basesde la guerra imperialista, todas las bases de la dictaduraburguesa, arreglando detalles de poca monta y componiendopequeños defectos ("reformas")"2.

Aceptando de palabra la necesidad de democratizar el

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 31, pág. 2.2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 3, pág. 109.

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ejército, en la práctica, mencheviques y eseristas apoyabanla exigencia del generalato de que se conservaran las basesde la anterior disciplina y dejaban incondicionalmente todoel poder sobre el ejército en manos de la cúspide militarreaccionaria. De hecho, esto significaba "conservar el ejér-cito con los mandos burgueses (aun cuando republicanos)",el cual no podía por menos de inclinarse hacia el imperia-lismo y hacia el sojuzgamiento violento del proletariado1.Los líderes del Soviet de Petrogrado no cesaban de prevenira los soldados "contra la enemistad interna", exhortándolesa "cumplir rigurosamente sus deberes militares". El alma dela política menchevique-eserista en la cuestión militar, comoen todas las demás cuestiones de política interior y exterior,continuaba siendo inmutable la línea de compromiso sinprincipios con la burguesía. Sólo una pequeña parte de men-cheviques y eseristas mantenía en la primavera de 1917 po-siciones revolucionarias internacionalistas, que no se distin-guían, sin embargo, ni por su firmeza ni por su consecuencia.

En los primeros meses que siguieron a la revolución deFebrero la política eserista-menchevique del "defensismo re-volucionario" era muy bien acogida por las masas. Obreros,campesinos y soldados aún confiaban inconscientemente enel Gobierno Provisional y en los líderes de los Soviets con-ciliadores, creyendo cándidos que ellos podrían dar la paza Rusia. Pero a diferencia de la burguesía, los obreros y loscampesinos eran "honrados" defensistas, honrados porque elproletariado y el semiproletariado urbano y rural, por suposición clasista, no estaban interesados ni en los beneficiosde los capitalistas ni en que continuase la guerra imperialis-ta. "La situación objetiva de clase de los capitalistas —dijoV. I. Lenin—, es una cosa. Luchan para sí. Los soldados sonproletarios y campesinos. Eso es otra cosa. ¡...Sus interesesde clase están contra la guerra! He ahí por qué se les puedeenseñar, hacer cambiar de criterio"2.

Se precisaba de una lucha larga, paciente y tensa paraganarse a los muchos millones de trabajadores de Rusia,para que el ejército se pusiera al lado del proletariado cons-ciente. Sólo podría tener éxito en esta lucha el partido queplanteara y defendiera consecuentemente las exigencias queexpresaran con mayor plenitud los intereses y los anhelos de

1 Véase: V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 3, pág. 109.2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 31, pág. 243.

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de los trabajadores: "¡Paz para los pueblos!7', "¡La tierra para loscampesinos!", "¡Las fábricas para los obreros!", "¡El Poder a losSoviets!". Estas consignas estaban escritas en la bandera del partidoleninista de los bolcheviques.

La revolución de Febrero sólo fue la primera victoria, yni con mucho plena, del proletariado revolucionario en sugrandioso camino de liberación. El derrocamiento del za-rismo abrió la perspectiva para el sucesivo desarrollo de larevolución, perspectiva del paso de su primera etapa, demo-crático-burguesa, a la segunda, a la etapa socialista, la pers-pectiva de la toma del poder por el proletariado y los cam-pesinos más pobres. El rumbo a la revolución socialista fueproclamado por V. I. Lenin en sus famosas Tesis de Abril1

y confirmado en las resoluciones de la VII Conferencia(Conferencia de Abril) de toda Rusia del POSDR (b).

El partido de los bolcheviques expuso un programa claroy concreto de actividad en la nueva etapa de la revolución.Teniendo en cuenta que no existía una violencia directasobre las masas por parte de la burguesía (como dijo Lenin,después de Febrero en Rusia se estableció una "libertaddemocrático-revolucionaria, extraordinariamente rara en unaépoca de guerra imperialista"2) y la actitud de confianza in-consciente por parte de los obreros, campesinos y soldadospara con el Gobierno Provisional, los bolcheviques empren-dieron el rumbo del desarrollo pacífico de la revolución bajola consigna ¡Todo el Poder a los Soviets! La puesta en prác-tica de esta consigna significaría el final de la dualidad depoderes y la victoria de la dictadura democrático-revolucio-naria del proletariado y los campesinos. La tarea de los bol-cheviques consistía en hacerse con la mayoría en los Sovietsy cambiar toda su actividad en un espíritu revolucionario.

Los bolcheviques plantearon la consigna ¡Ningún apoyoal Gobierno Provisional!, gobierno de la burguesía imperia-lista que no puede dar al pueblo ni paz, ni pan, ni libertad.Se precisaba persuadir a las masas de que, incluso despuésdel derrocamiento del zarismo, la guerra seguía revistiendoun carácter injusto, anexionista. " Pedirle a este gobierno que

1 Tesis de V. I. Lenin Acerca de "las tareas en la revolución presente” , expuestas por él el4 (17) de abril de 1917 en Petrogrado en la asamblea de bolcheviques. Las Tesis dieron al partido y alproletariado un plan genial de lucha para el paso de la revolución democrático-burguesa a la revolución socialista.

2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 282.

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concluya una paz democrática —dijo V. I. Lenin—, es lomismo que predicar la virtud a quienes sostienen casas detolerancia"1. Fieles al principio del internacionalismo prole-tario, los bolcheviques denunciaban incansables el "defen-sismo revolucionario" de los mencheviques y eseristas. "Laguerra imperialista no deja de serlo cuando los charlataneso los pequeños burgueses filisteos lanzan una "consigna"dulzona, sino únicamente cuando la clase que dirige la gue-rra imperialista y está ligada a ella por millones de hilos(incluso de maromas) de carácter económico, es en la reali-dad derribada y la sustituye en el poder la clase verdadera-mente revolucionaria, el proletariado. De otro modo es im-posible librarse de una guerra imperialista, así como de unapaz imperialista, rapaz" 2 —señalaba Lenin.

En las nuevas condiciones históricas, después del derri-bamiento del zarismo, el partido de los bolcheviques retirótemporalmente la consigna de transformar la guerra impe-rialista en guerra civil. Al mismo tiempo fue retirada tam-bién la consigna del "derrotismo revolucionario", debido aque después de Febrero las derrotas en los frentes ya nofavorecerían a las fuerzas de la revolución, como sucedíacuando había zar, sino a los contrarrevolucionarios, que so-ñaban con la restauración de la monarquía. No sólo seríanderrotas del Gobierno Provisional, sino también derrotas delos Soviets que le apoyaban, una puñalada por la espalda ala revolución. A las acusaciones de "descomposición" delejército, V. I. Lenin respondía: "Descompusieron el ejércitoquienes declararon esta guerra grande. ...El ejército sehubiera salvado si hubiéramos tomado el poder en marzo yen abril. … Nosotros no hemos descompuesto el ejército, sino quedecíamos: mantengan el frente, cuanto más pronto tomenel poder, más fácil les será mantenerlo..."3 En elartículo El bolchevismo y la "descomposición" del ejércitoV. I. Lenin subrayaba: "Allí donde el bolchevismo puedeactuar abiertamente, no existe desorganización.

Donde no hay bolcheviques, o donde no los dejan hablar,hay excesos, hay descomposición, hay falsos bolchevi-ques. . .'" 4

1 V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., t. 31, pág. 49.2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 3, pág. 108.3 V. I. Lenin, Obras, 5a ed., t. 36, pág. 115.4 Obra citada, t. 32, pág. 256.

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El 1917, las unidades de influencia bolchevique lucharonabnegadamente en los frentes durante la contraofensiva ale-mana de julio en Galitzia, en los combates de agosto en lasproximidades de Riga y en las batallas otoñales en el Bál-tico, demostrando persuasivamente con ello que los bolche-viques eran, de hecho, el único partido auténticamentenacional del país, capaz de salvarle de la catástrofe militarque le amenazaba.

Comprendiendo que a la guerra no se la podía poner finpor el deseo de una sola parte, el partido de los bolchevi-ques no incitaba a que los soldados y marineros desencade-nasen motines anarquistas, desórdenes espontáneos y accio-nes desorganizadas, a que derrumbaran el frente. Los bol-cheviques rechazaban enérgicamente la desorganización delas fuerzas armadas, considerando necesario conservar supotencial combativo "como baluarte frente a la contrarrevo-lución", por lo que exhortaban a soldados y marineros a se-guir en sus puestos y mantenerse en un espíritu de organi-zación absoluta. Se oponían resueltamente en este período alas ideas de una paz por separado, subrayando que "sólo lalucha revolucionaria de las masas en todos los países contrael imperialismo, la revolución proletaria internacional,podría conducir a una paz democrática"1.

Los bolcheviques estimaban que la conclusión de una pazdemocrática era imposible sin que toda la plenitud del poderpasara a manos de los obreros y los campesinos. Sólo el pro-letariado, en el papel de clase dominante, podía proponer enel acto a todos los pueblos y gobiernos firmar una paz ver-daderamente democrática, sin detenerse para ello en el em-pleo de las medidas más revolucionarias, incluidas la publi-cación y anulación de tratados secretos y la propuesta dellegar inmediatamente a un armisticio en todos los frentes.V. I. Lenin señalaba que a los soldados debía decírseles: noimporta que en una mano tengáis el pacto secreto roto conlos imperialistas y la propuesta a todos los pueblos de con-cluir una paz democrática y en la otra mano el fusily el cañón, lo que importa es "que se mantengan losi rentes"2. Sólo en el caso de que la propuesta del poderobrero y campesino para una paz democrática general que-dara sin respuesta por parte de otras potencias beligerantes, la

1 El PCUS en las resoluciones... p. I, pág. 373.2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 36, gág. 84.

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guerra se transformaría realmente para los trabajadoresde Rusia en guerra justa, nacional y revolucionaria.

En la esfera de la estructuración militar, el postuladoprogramático del partido bolchevique seguía siendo la susti-tución del ejército permanente por el armamento general delpueblo. Como medida transitoria los bolcheviques exigíanla completa democratización de las fuerzas armadas de abajoarriba, la elección de los mandos y el paso del poder enlas tropas a las organizaciones de soldados. Los bolcheviquesque se encontraban en el ejército y en la Armada deberían"lograr una tal organización del ejército que permitiera prác-ticamente contraponer a las tendencias contrarrevoluciona-rias desde arriba la voluntad de una masa revolucionaria or-ganizada desde abajo"1. La democratización gradual delejército y la incorporación de los soldados a la lucha revo-lucionaria deberían conducir a la fusión paulatina del ejér-cito con el pueblo armado.

Tales eran en rasgos generales los programas de los par-tidos políticos fundamentales que en la primavera de 1917emprendieron la lucha para ganarse a las masas de soldadosy marineros.

En vísperas de la caída de la autocracia, el ejército rusocontaba con más de 9 millones de hombres, de los que 7 mi-llones se encontraban directamente en los frentes. Casi300.000 hombres tenía la Marina de Guerra. Se trataba deuna fuerza verdaderamente colosal. En toda la historiamultisecular de Rusia, el ejército y las Fuerzas Navales jamáshabían desempeñado un papel tan enorme en la vida polí-tica del país como en las tumultuosas jornadas de 1917. Erala primera vez que las masas de soldados y marineros sehabían sentido parte tan inseparable del pueblo, ni nuncahabían participado tan directamente en los acontecimientosrevolucionarios que invadían el país.

Después de Febrero, recordaba A. Lunacharski, comenzóla "época dorada de los mítines. Daba la impresión de quelas masas no se hartaban de escuchar, que no podían saciar-se con las nuevas palabras. Su extraordinaria actividad co-municaba a los mítines un ambiente apasionado, pues la agi-tación se hacía allí, directa y prácticamente, orientada a lapreparación de otra revolución". En los mítines de soldados,señalaba Lunacharski, los ánimos eran diversos: "… Los regi-

1 El PCUS en las resoluciones . . . t.. I, pág. 359.

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mientos se dividían en nuestros e indecisos. En todas par-tes se escuchaba sin perder palabra, con la sola diferenciade que los "nuestros" escuchaban con una alegría indescrip-tible, mientras que los vacilantes mantenían una actitud som-bría, tensa, huraña, pero siempre con turbación y profundameditación"1.

Los bolcheviques no lograban a las primeras de cambio,ni mucho menos, convencer a la masa de soldados y marine-ros de la justeza de sus consignas. Pero la garantía del éxi-to de la agitación bolchevique en el ejército y en la Armadaresidía en la coincidencia de los intereses clasistas cardina-les de la enorme mayoría del personal raso de las fuerzasarmadas con los del proletariado y del campesinado. Lossoldados y los marineros, al igual que todo el pueblo, esta-ban vitalmente interesados en que se resolvieran de maneramás rápida y radical los problemas sociales más acuciantesque tenía planteados el país. No sólo les preocupaban lascuestiones de la guerra y la paz, sino también las perspecti-vas de la convocatoria de la Asamblea Constituyente, la im-plantación de la jornada laboral de 8 horas en las fábricas,etc.

Particularmente les preocupaba el problema agrario."… Pedimos que no demoren... la confiscación de las pro-piedades a los terratenientes" —escribían al Soviet de Petro-grado los soldados de cierta unidad militar. "Nosotros, sol-dados-cerealicultores —se decía en otra carta de soldados—,exigimos que toda la tierra pertenezca sólo a quienes la vana cultivar con sus trabajos..." En abril, los censores delEjército Especial llegaron a la conclusión de que "el pro-blema de la tierra los soldados lo solucionan, preferencial-mente, de la siguiente manera: ningunos terratenientes...simplemente, que toda la tierra debe ser entregada a los cam-pesinos".

Además, los soldados que disfrutaban de permiso, asícomo los emisarios de los Soviets de diputados campesinos,instituidos en algunos comités de guarniciones, hacían labordirecta en el campo2. Eran magníficos agitadores que inci-taban a que en el acto se arrebataran los campos a los terra-tenientes, cuyas palabras suscitaban crédito, puesto que mani -

1 A. Lunacharski. Recuerdos e impresiones, M.,1968, págs. 164, 165.2 Sólo el Soviet de diputados campesinos de la guarnición de Petrogrado comisionó al campo

en 1917 a más de 2.500 soldados agitadores, que recorrieron 65 provincias y regiones.

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nifestaban "las opiniones más extremas, expresión de losanhelos del pueblo falto y ansioso de tierra, sin ninguna cla-se de limitación, sin ningún tope".

La propaganda burguesa hacía grandes esfuerzos parademostrar que después de la caída del zarismo en la con-ciencia de los soldados y marineros se había producido ciertoviraje profundo en apoyo de la guerra. Verdad era, comoya se ha dicho, que en los primeros tiempos el "defensismorevolucionario" abarcaba a una parte considerable del ejér-cito y de la Marina de Guerra. Para la primavera de 1917son típicas las resoluciones de las asambleas, mítines y con-ferencias de soldados que expresan confianza al GobiernoProvisional y apoyo a los Soviets y prometen hacer la guerra"hasta que sea garantizada una paz general y firme, sin ane-xiones ni contribuciones, y que respete la libre autodetermi-nación de los pueblos". Un ex-alto funcionario militar delFrente Norte, caracterizó así el estado de ánimo de los Sol-dados en marzo de 1917: "Esperan buenas medidas del nuevogobierno, diciendo que las cosas marcharán ahora mejor. Loshay que conceptúan el hecho consumado (el derrocamientodel zar —N. de la Edit.) como el final de la guerra, otroscomo un mejoramiento del rancho, y no faltan los indife-rentes".

Pero ni el Gobierno Provisional ni los líderes de los So-viets conciliadores no debían hacerse ilusiones por el entu-siasmo que reinaba en el ejército después de los aconteci-mientos de febrero-marzo, suscitado, ante todo, por el derri-bamiento de la odiada autocracia y la conquista de una se-rie de libertades democráticas. Los soldados concedieron algobierno, es cierto, —y esta vez el último— un plazo más,prometiendo "mantener el frente", en espera de que la guerraacabara pronto. Pero no ocultaban que necesitaban, en pri-mer lugar, paz y tierra y que cualquier prolongación de laguerra, aunque fuera "revolucionaria", encontraría en ellosla enérgica réplica.

La exigencia de paz era la petición principal de las ma-sas de soldados y marineros, torturados por la contienda.

El ansia de paz por los soldados encontró una expresiónmuy diáfana y políticamente madura en la resolución apro-bada en la asamblea de socialdemócratas de los regimientosde tiradores letones, celebrada a comienzos de abril. En eldocumento se proponía emprender sin más demora negocia-ciones abiertas de paz, declarar inequívocamente que Rusia

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renunciaba por completo a todas las regiones conquistadas ya cualesquiera contribuciones y denunciaba los tratados se-cretos con las potencias de la Entente. Simultáneamente seexigía al Gobierno Provisional la reorganización de todo elfrente bajo los principios del democratismo y la entrega delos altos mandos a jefes electos, así como la liquidación detodos los obstáculos que impedían que se hiciera agitaciónpro paz.

El anhelo de paz se fundía, por consiguiente, con la exi-gencia de la democratización inmediata y multilateral delejército, democratización que debía servir de comienzo a lademolición de la vieja máquina militar zarista, tan odiadapor el pueblo y por las propias masas de soldados y mari-neros.

Después de la revolución de Febrero, en el ejército sur-gieron también elementos de dualidad de poderes. De unaparte, existía el poder no oficial, embrionario, de los comitésy Soviets de soldados que apoyaban a la revolución y, deotra, el poder de los altos mandos, que buscaba consciente-mente la colaboración con el Gobierno Provisional. Se so-brentiende que la situación en el ejército, donde, en lo fun-damental, se conservaba el principio del mando único, sediferenciara sustancialmente de la situación existente en laretaguardia. Pero incluso en los frentes, el mando ya no po-día desentenderse de las organizaciones de soldados, quecada vez se inmiscuían con mayor decisión en los aspectosmás diversos de la vida militar.

Guando llegó abril de 1917, el proceso de formación decomités, comenzado en el ejército después de la publicaciónde la Orden N° 1, en lo fundamental, había terminado. Enel ejército de operaciones se crearon unos 50.000 comités detodos los grados, desde compañía hasta frente, compuestospor 300.000 soldados. Un proceso análogo se observaba enla Marina de Guerra. El primer comité de tripulación se eli-gió el 1 de marzo en el crucero Aurora. Sólo en el Bálticose formaron más de 500 comités de tripulaciones. No menosde 430 se organizaron en las bases navales. A esto debe aña-dirse que en las guarniciones de retaguardia, y también enla zona próxima al frente, los representantes del ejército for-maban parte de los Soviets de diputados obreros y militares.Además, existían varias decenas de Soviets puramente de"soldados".

En torno a los comités, a sus derechos y funciones se en-

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tabló una dura lucha que adquirió las formas más diversasy que no cesó hasta la misma victoria de Octubre. Fue parteintegrante de la lucha general por ahondar la revolución yatraer a su lado al ejército y a la Marina de Guerra.

Los bolcheviques conceptuaban los comités de tropas yflotas como una ramificación sui generis de los Soviets, conuna fisonomía de clase claramente definida. Los comitésdeberían ser la organización política de los soldados y ma-rineros que hiciera cara a la contrarrevolución, con la par-ticularidad de que en sus funciones deberían entrar el con-trol de la actividad operativa del mando. Los mencheviquesy eseristas, por el contrario, insistían en que los comités de-berían, ante todo, ejercer el control de la labor administra-tiva y resolver los problemas internos de la vida del solda-do, y sólo después tomar medidas "contra los abusos y exce-sos de autoridad de quienes ocupaban cargos" y aclarar las"incomprensiones" entre soldados y oficiales. Los concilia-dores no se proponían ningún control verdadero de los actosdel mando. Por último, el generalato y la oficialidad supe-rior estaban de acuerdo en aceptar los comités, pero sólocomo organizaciones estrictamente "profesionales", llama-das a mantener la disciplina y la capacidad combativa delejército, y no como organizaciones militares políticas. Ade-más, trataban de convertir a los comités en órganos auxilia-res y que en su composición figurara el número mayor po-sible de oficiales y funcionarios militares.

Impelidos por las masas de soldados y marineros, los co-mités, sin embargo, actuaban a menudo contra la voluntadde los mandos superiores. El Congreso de diputados soldadosy obreros de los ejércitos y la retaguardia del Frente Oeste,por ejemplo, se manifestó en abril por que se suprimieranlas graduaciones militares de los oficiales, se concediera alos comités el derecho a controlar la preparación combativade las tropas y la dirección de las operaciones del Frente,el derecho a destituir y atestar al personal de mando, etc.En el Reglamento del Comité Central de la Flota del Bál-tico (Centrobalt), instituido en abril de 1917, había un puntoespecial por el que ninguna orden dada a la Flota podríaconsiderarse válida sin la sanción del Comité. En una seriede casos, a pesar de la oposición de los mandos, los comitésse inmiscuían por propia iniciativa en los asuntos de opera-ciones y, ni que decir tiene, en las cuestiones de armamentoy suministro, en la atestación de oficiales, en el orden de

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concesión de permisos, pagos y distribución de ropa y calza-do, etc. Además, los comités dirigían toda la vida políticade la unidad: realizaban asambleas y mítines, adoptabanacuerdos sobre la participación en tales o cuales manifes-taciones y actos.

A mediados de junio de 1917, el Mando Supremo tuvoque reconocer: "En la actualidad, existen comités en el ejér-cito formados de diferente manera: por propia iniciativa,sobre la base de la Orden N° 51 del Alto Mando y las órde-nes del Ministro de la Guerra 213° y 271a. Los comités for-mados por iniciativa propia elaboraron para ellos mismosun círculo especial de derechos y deberes... haciendo parti-cular hincapié en el control operativo y en la destitución delos jefes... Son muchos los comités que tratan de actuarpor su cuenta en todas las cuestiones, sin reconocer a menu-do la autoridad del comité superior, en cuanto surgen cuales-quiera dudas el comité envía inmediatamente una diputa-ción a Petrogrado que se entrevista con el Ministro de laGuerra o con el Soviet de diputados soldados y obreros".

Los comités de soldados y marineros, formados bajo elascendiente de la Orden N° 1, se parecían por el género desu actividad a los Soviets de diputados obreros y soldadosy se iban convirtiendo en órganos de dirección autónomarevolucionaria de los soldados, en gérmenes de poder demo-crático en unidades pequeñas y medianas del ejército deoperaciones y de la Armada.

Entre los comités (especialmente donde se encontrabaninfluenciados por los bolcheviques) y el mando militar seproducían constantes choques que reflejaban la aguda luchade clases empeñada después de Febrero en todo el país. Eseantagonismo se expresaba bien en forma de sorda hostilidady pequeñas refriegas entre los soldados y los oficiales, bienbajo el aspecto de verdaderos motines y desacato abierto alas órdenes de los jefes. Entre la oficialidad y la tropa, escri-bió después de Febrero uno de los oficiales del Regimiento dePávlovski de la Guardia, se abre "un abismo infranqueable.Sea cual fuere la actitud que ellos (los soldados —N. de laEdit) tengan personalmente para determinados oficiales,nosotros seguimos siendo señoritos para ellos. . . A su vistano se ha producido una revolución política, sino social, dela que nosotros, según su opinión, hemos salido perdiendoy ellos ganando. .. Antes gobernábamos nosotros, ahoraquieren gobernar ellos mismos. En su interior hablan las

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ofensas de siglos no saldadas. No encontraremos un lenguajecomún.. ."

Los soldados y marineros tenían un adversario peligrosoy bien organizado. Después de Febrero surgieron numerosasorganizaciones de oficiales, desde las inequívocamente mo-nárquicas hasta las casi "republicanas" (La Liga Militar, LaUnión de caballeros de San Jorge, La Unión de oficiales delejército y la Armada, etc.), que se convirtieron en centros delucha contra el movimiento revolucionario en el ejército yen las fuerzas navales.

El cuerpo de oficiales estaba casi por completo desacre-ditado ante los ojos de soldados y marineros. La destituciónde los oficiales y generales reaccionarios y su relevo porjefes militares electos fue uno de los elementos más impor-tantes del movimiento democratizador del ejército. Los bol-cheviques eran el único partido político que apoyaba sin re-servas a los soldados y marineros en esta cuestión. Ya el10 de marzo de 1917, el periódico Pravda, órgano centraldel Partido Bolchevique, se manifestó por la creación deuna oficialidad nueva, revolucionaria, mediante la promo-ción a los puestos de mando de los soldados distinguidos du-rante la revolución y el ascenso de los oficiales que parti-ciparon en las sublevaciones contra el zar. Simultáneamente,los bolcheviques llamaban a que se depuraran el ejército yla Marina de Guerra de oficiales reaccionarios con la ayudade los comités de soldados. El llamamiento del partido en-contró ardiente acogida entre los soldados y la marinería.Sólo en el Frente Oeste, por ejemplo, para el 15 desafío de1917 eran ya 14 los regimientos que habían expresado sudesconfianza a los mandos. Esto tuvo como consecuencia quefueran destituidos: 17 generales y coroneles en el 17° Ejér-cito; 15, en el 3er Ejército, y 14, en el 10° Ejército. Pero loséxitos en revolucionar al ejército y a la Armada habrían sidoconsiderablemente mayores, si la mayoría de las organiza-ciones de soldados no las hubieran encabezado a la sazón losmencheviques y eseristas.

La influencia de los mencheviques y eseristas era muchomás sensible en el ejército que en la retaguardia. Tenían ensus manos todos los comités de Frente o de Ejército, exceptoel del 11° Ejército del Frente Sudoeste, que presidió duran-te algún tiempo el bolchevique N. Krilenko, también rele-vado en mayo por un menchevique. Predominaban asimismolos conciliadores en los comités regimentales y decompa-

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ñía. En la primavera de 1917, en el Soviet de diputados sol-dados de Moscú los bolcheviques sólo tenían 7 puestos deun total de 400. De 127 miembros de que constaba el Co-mité Ejecutivo Central de los Soviets del Frente Rumano,la Flota del Mar Negro y la Región Militar de Odesa (Rum-cherod), sólo cuatro eran bolcheviques.

La mayoría de los comisarios enviados al frente del So-viet de Petrogrado (y a partir de mayo, del Gobierno Pro-visional) representaban igualmente a los partidos de los men-cheviques y de los eseristas. A todo vapor funcionaba tam-bién la máquina propagandística de los partidos conciliado-res, los cuales tiraban gran número de periódicos de comitésde Frente, de Ejército, de Cuerpo de Ejército, de División yde Regimiento, amén de centenares de miles de folletos yoctavillas. Realizaban incesantes "tournés" por las tropaspropagandistas y agitadores mencheviques y eseristas, per-suadiendo a los soldados de que cumplieran las directricesdel Gobierno Provisional.

Eran particularmente fuertes en el ejército las organiza-ciones eseristas (en el 12° Ejército del Frente Norte, porejemplo, en octubre de 1917 había 60.000 eseristas; en elFrente Sudoeste, 50.000, y en el Frente Rumano, más de100.000). Esto no sólo se explicaba por la actitud negligen-te de los eseristas respecto a la afiliación a su partido de nue-vos miembros, sino que también mediante pomposas prome-sas de "socialización" y equitativa distribución de la tierrasupieron atraerse temporalmente a las amplias capas de sol-dados, ayer campesinos. Por lo que a los mencheviques res-pecta, quienes reclutaban a sus partidarios principalmenteentre los intelectuales, no consiguieron tener sus propias cé-lulas partidarias de masas en el ejército de operaciones,aunque eran bastante fuertes en una serie de guarnicionesde retaguardia.

Por consiguiente, al partido bolchevique le esperaba unalucha política e ideológica contra un enemigo fuerte y de ex-periencia, que en los primeros momentos había sabido ga-narse una parte considerable de las masas de trabajadores,soldados y marineros. Todo el futuro de Rusia dependía engrado sumo de si los bolcheviques sabrían ganarse a estasmasas para la revolución socialista. En esto residía, segúnexpresión de Lenin, "el quid de la situación política"1.

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 31, pág. 243.

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7. LAS VOENKASBOLCHEVIQUESDEL ARO 1917

La primavera de 1917, el Partido Bolchevique salió de laclandestinidad. A la sazón tenía solamente 24.000 afiliados.Pero ya en abril —cuando se reunió la VII Conferencia detoda Rusia del POSDR(b)— en el país había no menos decien mil bolcheviques. A medida que aumentaba la influen-cia de éstos en el ejército y en la Marina de Guerra y se ex-tendía el trabajo organizativo y de agitación del partido en-tre las tropas, se iba haciendo cada vez más palpable la ne-cesidad de que el POSDR(b) tuviera organizaciones militaresespeciales. Después de Febrero, la primera organización deeste tipo surgió en Petrogrado, fortaleza de la revolución.

En cuanto el partido salió a la legalidad, el Comité delos Bolcheviques de Petersburgo chocó inmediatamente conproblemas militares de importancia que no sólo atañían a laguarnición petrogradense, sino también a todo el conjuntodel ejército. Ya el 2 de marzo, en la primera reunión legalde los dirigentes de la organización bolchevique de la capi-tal se planteó el problema de ampliar la labor de agitaciónentre las tropas y la necesidad de que el Soviet "concedierael derecho de entrada a los cuarteles". El 7 de marzo el Co-mité de Petersburgo se dirigió al Soviet proponiéndole adop-tar medidas urgentes "para la transformación del frente enun ejército revolucionario, organizado sobre principios de-mocráticos" y para que se enviaran allí emisarios y agita-dores revolucionarios especiales.

Por acuerdo del Comité de Petersburgo, el 10 de marzose instituyó una comisión "para hacer trabajo de partido en

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las tropas". El 31 de marzo, después de una gran labor pre-paratoria, la comisión convocó una asamblea a la que asis-tieron 97 delegados de 48 unidades de la guarnición de lacapital. En la reunión se aprobaron resoluciones sobre laestructura de la organización militar, formas del trabajo deagitación en las unidades de tropas, incorporación al par-tido de nuevos miembros, etc., y fue elegido un Presidiumde nueve personas de la Organización Militar del Comitédel POSDR(b) de Petersburgo. Simultáneamente, se crearonlas comisiones de trabajo de la Voenka: finanzas, revisora,de clubes, de bibliotecas, de agitación y publicaciones. Alpalacio Kshesínskaya, sede de la nueva organización, acu-dieron inmediatamente en busca de asesoramiento y ayudalos representantes de los comités bolcheviques de las guarni-ciones de retaguardia y de las unidades del ejército de ope-raciones. La organización militar de los bolcheviques petro-gradenses, que de hecho se transformó en centro de todaRusia del trabajo de partido en el ejército y en la Armada,en abril pasó a ser Organización Militar del CG delPOSDR(b).

El partido bolchevique envió sus mejores hombres a tra-bajar en la Organización Militar: revolucionarios profesio-nales de experiencia, propagandistas y agitadores, los diri-gentes más prestigiosos entre los soldados y marineros de laguarnición petrogradense y de la Flota del Báltico y repre-sentantes de los frentes. El alma de la organización eraN. Podvoiski, que en aquellos años ya contaba con la expe-riencia de muchos años de trabajo revolucionario clandesti-no, de cárcel y de emigración. V. Nevski, otro miembro dela Organización Militar, revolucionario profesional, se con-virtió en uno de los agitadores con más autoridad y cariñoentre las masas de soldados. Eran también activistas de laVoenka trabajadores del partido con experiencia comoM. Kédrov, E. Rozmiróvich, K. Orlov, los soldados N. Be-liakov, K. Mejonoshin y G. Elin, subteniente P. Dashkévich,los tenientes A. Ilín-Zhenevski y N. Krilenko y otros.

En el trabajo de la Organización Militar tomó parte ac-tiva V. I. Lenin, que había regresado el 3 de abril de suemigración en Suiza. Discutía con los trabajadores de laVoenka sus planes de acción, los ayudaba a encontrar lasformas y métodos de trabajo más adecuadas entre las masasde soldados y marineros. Lenin habló muchas veces a lossoldados y marineros: en el Regimiento de la GuardiaIzmáilovski ,

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en el grupo de autos blindados, en el picaderoMijáilovski, en la sesión de la sección de soldados del So-viet de Petrogrado. Lenin escribió especialmente para lossoldados numerosos artículos y llamamientos, incluidos Lossoldados y la tierra, Llamamiento a los soldados de todos lospaíses beligerantes, Significado de la confraternización yotros. El jefe del partido concedía enorme trascendencia altrabajo político en el ejército, al esclarecimiento de las con-signas bolcheviques entre los soldados. En la VII Conferen-cia (de Abril) Lenin planteó con particular agudeza la ne-cesidad de explicar en forma comprensible a los soldados"cómo queremos poner término a la guerra y de qué modocreemos posible terminarla"1.

En las tropas de la guarnición de la capital y en el Bál-tico hacían también labor de agitación y propaganda líderestan destacados del partido como F. Dzerzhinski, M. Kalinin,Y. Sverdlov y A. Kollontái.

En Petrogrado, la Organización Militar tenía 200 aveza-dos agitadores —obreros, soldados y marineros— que, lite-ralmente, se abrían paso a los cuarteles, no sólo burlando ladoble fila de centinelas, sino también la desconfianza, la sos-pecha y la inconciencia de gran parte de las masas de sol-dados.

La Organización Militar del GG del POSDR(b) señalabaque los bolcheviques del ejército y de la Marina de Guerratenían como tarea impostergable "ganarse al ejército, a loscampesinos más pobres, vestidos con los capotes grises desoldado, fundirlos con los obreros en un todo indestructibley, apoyándose en ellos, impulsar la revolución y afrontar yade lleno la solución del problema fundamental: la prepara-ción de la lucha por el socialismo".

La primavera y el verano de 1917, los bolcheviques tu-vieron que trabajar en situación muy difícil. Eran muchoslos soldados y marineros que aún daban oídos a los bulosprovocadores que la contrarrevolución difundía a diestro ysiniestro acerca del "espionaje" de los bolcheviques a favorde Alemania. Al mismo tiempo, tratando de llevar la es-cisión a las filas de soldados y obreros, la burguesía desple-gó una furiosa campaña de calumnias en la que acusaba alos obreros de ser los culpables del mal abastecimiento delfrente. La contrarrevolución intentó asimismo sembrar la

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 31, pág. 347.

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discordia entre los soldados de las trincheras y los de laguarnición de Petrogrado, no sujetos a ser enviados a lasprimeras líneas.

Los bolcheviques emprendieron una labor activa para de-senmascarar a los calumniadores burgueses. En Petrogradohubo una serie de reuniones y mítines conjuntos de obrerosy soldados, después de los cuales muchas unidades militaresse declararon solidarias con el proletariado revolucionario ydirigieron saludos a la Pravda bolchevique y a Lenin.

En mayo y junio, la Organización Militar utilizó amplia-mente en sus fines de agitación la discusión en las unidadesmilitares de la Declaración de los derechos del soldado, do-cumento gubernamental. Los bolcheviques se esforzaron porque la protesta espontánea de los soldados y marineros con-tra la política imperialista del Gobierno Provisional trans-curriera por los cauces de una lucha consciente por el poderde los Soviets.

La agitación de los bolcheviques en las tropas se hacíaen las formas más diversas: desde la celebración de mítinesmultitudinarios, hasta las charlas por grupos e individuales.N. Podvoiski recuerda que en cuanto Lenin llegó a Petro-grado sugirió a los miembros de la Voenka una nueva formade agitación, comprensible para los trabajadores de la basedel partido y para los soldados con conocimientos políticos:charlas de grupo que debían centrarse en torno a las cues-tiones apremiantes fundamentales: el poder, la tierra, laguerra y la paz1. En el trabajo militar de los bolcheviquespetrogradenses desempeñó un gran papel el club Pravda delos soldados de toda la ciudad, que a comienzos de mayoagrupaba ya hasta tres mil personas. Allí se entablaban discu-siones sobre temas políticos, se organizaban conferencias, sedistribuían periódicos, folletos y octavillas bolcheviques. Clu-bes semejantes se abrieron también en las bases fundamen-tales de la Flota del Báltico: Helsingfors, Kronstadt y Reval.A finales de abril, anejos a la Organización Militar, se inau-guraron cursillos preparatorios de agitadores.

El CC del POSDR(b), Pravda y la Organización Militarrecibían muchas cartas de soldados y marineros pidiendo quese les enviaran publicaciones bolcheviques. Ninguna quedósin respuesta. Las organizaciones bolcheviques desplegaronentre los obreros de Petrogrado y de muchas otras ciudades

1 N. Podvoiski. El año 1917, M., 1952, pág. 39.

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la recogida de medios para enviar literatura política al fren-te. Los soldados agradecían fervientemente esta ayuda, se-ñalando en sus cartas que los materiales recibidos "abrieronlos ojos a muchos miles de soldados y trajeron la luz de laverdad en la información de los sucesos que se desarrolla-ban. .." Nadie nos ha prestado tanta ayuda como los obre-ros, por eso no esperamos apoyo de la burguesía, sino de loscamaradas obreros, para nosotros tan afines" —escribía ungrupo de soldados de la 46a División de infantería a losobreros de las fábricas Viérjniaya Tura y Motovílija.

El trabajo de la Organización Militar del CG delPOSDR(b) no puede imaginarse sin el periódico Soldátskayapravda, cuyo primer número apareció el 15 de abril de 1917.Primero, salió como órgano de la Organización Militar delComité de Petersburgo y, desde el 19 de mayo, ya como ór-gano de la Organización Militar de todo el partido. En to-tal, salieron 60 números del periódico, sin contar los suple-mentos en forma de octavillas, llamamientos y alocuciones.La tirada de Soldátskaya pravda llegó hasta 50.000 ejem-plares, la mitad de los cuales se enviaba diariamente al ejér-cito de operaciones.

Soldátskaya pravda se creó con la participación activade V. I. Lenin, el cual examinaba detalladamente con lostrabajadores de la Voenka el plan de la publicación, deter-minaba los objetivos del periódico y su carácter y daba todauna serie de consejos prácticos. Podvoiski decía que Leninsentía una simpatía especial por el periódico. "Cada mañana,a la hora que suponía que ya había recibido el periódico Vla-dímir Ilich, yo le preguntaba qué le parecía el número —re-cordaba Podvoiski—. Por lo común, Lenin señalaba qué lehabía gustado y qué artículos, noticias o pasajes en él con-sideraba desacertados o incorrectos"1. En Soldátskaya prav-da se publicaron más de 60 artículos escritos por Lenin. Co-laboraban también en el periódico líderes destacados delpartido bolchevique como A. Badáev, F. Dzerzhinski, M. Ka-linin, G. Petrovski, Y. Sverdlov, J. Stalin y F. Yaroslavski.

Soldátskaya pravda estaba destinada para la masa delectores con poca preparación política. Los problemas máscomplicados se exponían en el periódico en forma sencillay lenguaje comprensible, haciéndose hincapié en los temascampesinos, especialmente afines a los soldados. Nuestra fina-

1 N. Podvoiski. El Año 1917, pág. 41.

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lidad, decía Podvoiski, consistía en "rellenar" de ideasbolcheviques el mayor número posible de cabezas de solda-dos y hacer de ellos el principio organizativo, mediante elcual podríamos conseguir influencia en el campo. La popu-laridad del periódico entre los soldados era mucha, como lodemuestra el hecho de que, cuando en julio de 1917, los ca-detes asaltaron el local del periódico, destruyeron unas40.000 cartas de soldados. Una correspondencia tan nume-rosa sólo podía llegar a la redacción de un periódico ver-daderamente suya, afín a los soldados.

Además de Soldátskaya pravda, también se tiraban parasoldados y marineros otros periódicos bolcheviques comoGolos pravdi ("La voz de la verdad") (Kronstadt), Volná("La ola") (Helsingfors), Okópnaya pravda ("La verdad delas trincheras") (Riga), Utro pravdi ("La mañana de la ver-dad") (Reval). Soldátskaya zhizn ("La vida del soldado")(Ekaterinoslav). En junio, su tirada por número pasaba delcentenar de miles de ejemplares. Y aunque a cada uno deesos periódicos se le enfrentaban no menos de una veintenade publicaciones de orientación defensista, la burguesía y losconciliadores no pudieron ahogar la voz de la verdad bol-chevique.

Los representantes de la Organización Militar del CG delPOSDR(b) se encontraban regularmente en las guarnicionesde retaguardia y en las trincheras. A su vez, miles de dele-gados de las unidades militares acudían al CG del POSDR(b)y a la Voenka en busca de indicaciones, ayuda e impresos.El bolchevique A. Pireiko, que sirvió en una de las unidadesdel 7o Ejército, recordaba: "Una delegación de nuestra guar-nición fue a Petrogrado. El viaje fue afortunado... Logra-mos escuchar el informe hecho por el camarada Lenin el4 de abril, adquirir la literatura necesaria, ponernos en con-tacto con el CG y el Comité del POSDR(b) de Petersburgo...E. Stásova, que a la sazón desempeñaba las funciones de se-cretario del CC. . . estuvo a la altura de las circunstancias, nosinformaba de todo en las cartas y, después, cuando arreció lapersecución contra los bolcheviques, camuflaba en periódi-cos eseristas todas las disposiciones importantes del partidoy nos las remitía a la tipografía, a mi nombre". V. Denisen-ko, presidente del comité del Regimiento de Dorogobuzhski,recordando su viaje a Petrogrado, decía que los delegadosregimentales estuvieron en la Organización Militar, en elCC del partido de los bolcheviques y que antes de regresar

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a la unidad se suscribieron a Pravda y consiguieron unoscuantos folletos políticos, incluido Cartas sobre táctica, edi-tado aparte, de V. I. Lenin, con un suplemento de las Tesisde Abril y el folleto Quiénes necesitan la guerra, de A. Ko-llontái.

Con el apoyo directo de la Voenka petrogradense, haciajunio de 1917 había ya 36 nuevas organizaciones bolchevi-ques en los frentes. La activa labor de la Voenka tuvo comoresultado que sólo en la guarnición de Petrogrado el númerode afiliados al partido bolchevique alcanzara en aquellasfechas casi 6.000.

Moscú, después de Petrogrado, fue el segundo centro or-ganizador para los soldados de todo el país, dirigiendo eltrabajo en el ejército un Buró Militar, del POSDR(b) deMoscú, creado a mediados de marzo, compuesto por A. Aro-séiev, O. Varentsova y F. Yaroslavski. Realizaban una fruc-tífera agitación entre los soldados de la guarnición moscovitaA. Búbnov, G. Usiévich, V. Podbelski y otros bolcheviques,de forma, que si en abril en la Organización Militar de Mos-cú había nada más que 200 bolcheviques, a finales de julioya pasaban de los 2.000. En Moscú, como en Petrogrado,funcionaba un club de soldados. En dos meses —desde fina-les de marzo hasta primeros de junio— los bolcheviquesmoscovitas remitieron al ejército de operaciones 280.000ejemplares de publicaciones diferentes del partido.

Siguiendo el ejemplo de Petrogrado y Moscú, de marzo ajunio de 1917 surgieron organizaciones militares del partidobolchevique en Kronstadt, Riga, Reval, Helsingfors, Víborg,Kíev, Jarkov, Lugansk, Rostov del Don, Ekaterinoslav (ac-tual Dniepropetrovsk), Tver, Ivánovo, Ríbinsk, Samara, Ufá,Sarátov, Kazán, Ekaterinburgo (actual Sverdlovsk), Kras-noyarsk, Tomsk y en otras ciudades. En algunos sitios, enIvánovo-Voznesensk y Minsk, por ejemplo, eran los comitésurbanos del POSDR(b) quienes hacían directamente el tra-bajo militar.

Entre los activistas de las organizaciones militares bol-cheviques figuraban E. Kvíring y S. Gópner (Ekaterinoslav),G. Kaminski (Tula), V. Antónov (Sarátov), S. Minin e Y. Er-man (Tsaritsin), N. Tolmachov y F. Coloschokin (Urales),N. Yákovlev, V. Kósariev y B. Shumiatski (Siberia) y otrosmuchos. En algunas guarniciones (Nóvgorod, Pskov, Tomsky Orenburgo) existían organizaciones militares unificadas debolcheviques y mencheviques-internacionalistas.

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El partido concedía particular importancia a la creaciónde organizaciones militares bolcheviques en el propio frentey en las zonas adyacentes y al fortalecimiento de las existen-tes. En este sentido, lograron mayores éxitos los bolchevi-ques de los frentes Norte y Oeste, que se encontraban pró-ximos a Petrogrado. Se fundaron fuertes organizaciones, enparticular, en los regimientos de tiradores letones, en el 436°Novoládozhski, en el 17° Sibirski y en otras unidaes del 12°Ejército del Frente Norte. La organización militar de estagran unidad constaba de dos secciones: una, agrupaba a losbolcheviques rusos, y la otra, a los bolcheviques letones, peroque, prácticamente, ambas trabajaban conjuntamente bajola dirección del CC y del Comité de Riga de la socialdemo-cracia del Territorio de Letonia. Los bolcheviques del 436°Regimiento organizaron la publicación del periódico Okóp-naya pravda, con una tirada de unos 4.000 ejemplares. Erancolaboradores activos y miembros de su redacción A. Va-síliev, D. Grazkin, R. Sivers y F. Jáustov que disfrutaban degran confianza y estima entre los soldados. Escribían tam-bién en el periódico líderes tan destacados de la sociade-mocracia letona como S. Dimanstein, A. Dizbit y K. Rimsa.Del 30 de abril al 21 de julio de 1917 salieron 33 númerosdel periódico. El gran aumento de las organizacionesbolcheviques en las unidades del 12° Ejército (más de3.500 miembros del partido en julio de 1917) permitiócrear allí una organización militar autónoma, de la que apartir del 5 de julio pasó a ser órgano oficial Okópnayapravda.

Grupos y células del partido se organizaban también enotros ejércitos del Frente Norte y en las guarniciones dislo-cadas en Finlandia y en el Báltico. Ya el 4 de marzo seformó en Kronstadt un comité bolchevique del que pasarona tomar parte S. Roshal, I. Sladkov y T. Uliántsev. El Co-mité de Petersburgo dedicaba gran atención a Kronstadt,como lo demuestra que en el mes de marzo discutiera no me-nos de cinco veces cómo estaba planteado el trabajo delpartido en la Base Naval y la ayuda práctica que se presta-ba a Kronstadt. Fueron enviados a esta plaza bolcheviquesde experiencia como V. Deshevói, A. llín-Zhenevski,B. Zhemchuzhin, K. Orlov, I. Smilga, P. Smirnov y otros.En un breve espacio de tiempo, la tirada del periódico bol-chevique de Kronstadt Golos pravdi aumentó hasta 10.000ejemplares, con la particularidad de que no sólo se difundía

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en el propio Kronstadt, sino también en el ejército de ope-raciones y en otras zonas del país.

En 1917, Kronstadt atraía las miradas de toda Rusia. Ysi para las clases pudientes era un símbolo de la "anarquíamarinera" y de la "comuna", tan odiada para la burguesía,para el pueblo revolucionario, Kronstadt, igual que Petrogra-do, seguía siendo el abanderado de la lucha revolucionaria.

Ni una sola campaña política de importancia en Petro-grado se hacía sin la participación más activa de los revolu-cionarios de esta plaza fuerte. Kronstadt dio al partido mag-níficos cuadros de agitadores, a los que no sólo escuchabanel ejército y la Flota, sino también en la retaguardia. Así, porejemplo, en mayo salieron de Kronstadt para diversas pro-vincias de Rusia 600 marineros que ayudaron a la educaciónpolítica de las masas. Los marineros de Kronstadt enviabansus delegaciones a otras flotas y flotillas, iban a los frentes.Cuando la burguesía y los militarotes reaccionarios empren-dieron el acoso furioso de los bolcheviques, la OrganizaciónMilitar del CC del POSDR(b) comisionó a un grupo de ma-rineros de Kronstadt para que visitara los regimientos de laGuardia de Petrogrado. El propio Lenin los aleccionó en per-sona. Para julio de 1917, Kronstadt contaba ya con más de3.000 bolcheviques. A comienzos de mayo, los bolcheviqueseran la fracción más numerosa del Soviet de Kronstadt.

Cierto es que en la actividad de esta organización no fal-taban errores, explicados por el excesivo ardor y apresu-ramiento, casi inevitables en aquella caldera hirviente, comoera Kronstadt. Uno de estos pasos irreflexivos fue la resolu-ción acordada en mayo por el Soviet de Kronstadt de pro-clamarse el único poder en la fortaleza. La creación de la Re-pública de Kronstadt dio pie para que la propaganda bur-guesa acusara de "traición" a los marineros del Báltico, dequerer separarse de Rusia", etc., así como para atizar en elpaís los ánimos antibolcheviques. Y aunque estimaba que enaquella ocasión la táctica de los bolcheviques de Kronstadtera errónea, Lenin, no obstante, no insistió en que se desis-tiera de la resolución tomada, pues esto hubiera significadopara las masas una victoria de la reacción, la cual se habríaapresurado a declarar que, por fin, había logrado poner derodillas al Kronstadt revolucionario.

En los primeros días de abril se creó también un comitébolchevique en Helsingfors, la base más importante de laFlota del Báltico . En los primeros meses de la revolución,

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Petrogrado y Kronstadt enviaron allí un nutrido grupo deorganizadores y agitadores de experiencia, entre los que seencontraban V. Zalezhski, M. Roshal y V. Antónov-Ov-séenko, ingresado en el mes de mayo en el partido bolche-vique. De común acuerdo con los marineros bolcheviquesP. Dibenko, N. Jovrin, V. Márusev y otros estructuraron enHelsingfors una fuerte organización del POSDR(b). El pe-riódico Volná, que salía en Helsingfors, adquirió pronto granpopularidad. En el Comité del POSDR(b) de esta ciudad sediscutían, como regla, todas las cuestiones relacionadas conla actividad del Centrobalt, del que P. Dibenko era presiden-te. El baluarte de la organización se hizo el acorazada Res-pública, donde la mitad de la tripulación —500 hombres—pertenecían al partido bolchevique. Para el verano de 1917,en Helsingfors actuaban ya 36 células partidarias de baseque agrupaban a 4.000 bolcheviques. En la Base Naval fun-cionaban una escuela de agitadores y un club de marineros.A la escuela no sólo asistían bolcheviques, sino también otrosmuchos sin partido e incluso miembros de otros partidos, quepor sus convicciones se inclinaban hacia el POSDR(b). Refle-jando el sentir de las masas de marineros, una parte consi-derable de grupos sin partido, eseristas de izquierda, anarquis-tas y algunos otros grupos apoyaban muy a menudo a losbolcheviques. Precisamente esto permitió a muchas organi-zaciones de la Flota, incluido el Centrobalt, situarse rápida-mente en los cauces bolcheviques, aunque éstos carecían enellas de una mayoría formal. Un poco más tarde, este pro-ceso comenzó también en otras flotas y flotillas.

Durante marzo y abril, en 14 de las 17 bases navalesmás importantes del país, se crearon organizaciones bolche-viques legales, que para julio tenían no menos de 17.500miembros, contra 9.000 en abril.

En la Flota del Mar Negro, donde el Partido Bolcheviquetenía que trabajar en una situación extremadamente compli-cada, la influencia de los bolcheviques fue mucho más débilque en el Báltico. No sólo les estorbaban los oficiales, que sehacían pasar por "revolucionarios" y "demócratas", sino tam-bién los partidos conciliadores y, en primer lugar, los ese-ristas que disfrutaban entre los marinos del Mar Negro debastante popularidad (en el verano de 1917, la organizacióneserista contaba allí con 27.000 miembros, mientras que enKronstadt sólo había 2.500 y en Helsingfors un millar deeseristas). En mayo - junio, una delegación de marineros del

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Mar Negro llegó incluso a realizar un viaje a Petrogrado,al Báltico, y también al Frente Norte, donde propagó ac-tivamente las ideas del "defensismo revolucionario" y deapoyo al Gobierno Provisional.

Sin embargo, la situación en el Mar Negro fue tambiéncambiando paulatinamente. En abril, se formó en Sebasto-pol el Comité del POSDR(b), empezó a llegar literatura bol-chevique a la ciudad. Salvando todos los obstáculos que lesponía el mando de la Flota, conseguían infiltrarse allí losbolcheviques de Járkov, del Donbáss y de otros centros pro-letarios de Ucrania. Influyó mucho en los marinos del MarNegro la llegada a Sebastopol de una delegación de marine-ros del Báltico. Después de esta visita, los marineros de laFlota del Mar Negro comenzaron a oponerse más resuelta-mente a los oficiales y almirantes contrarrevolucionarioshasta el extremo de que el ultrarreaccionario almirante Kol-chak, Comandante de la Flota, tuviera en junio que dimitirde su cargo.

En el Frente Oeste, el foco fundamental del trabajo delpartido era Minsk, donde se había formado una sólida mino-ría bolchevique en el Soviet, transformada en centro orga-nizador de los bolcheviques de todo este Frente. A finales dejunio, los bolcheviques de esta ciudad, dirigidos por V. Kno-rin, A. Miasnikov, M. Frunze y otros rompieron con losmencheviques y crearon una organización independiente quedebido a su proximidad a las primeras líneas revestía, dehecho, un carácter militar.

Los activistas del partido en el Frente Oeste utilizaroninmejorablemente para sus fines los cursillos de agitadores,organizados en junio por el Comité de esta agrupación detropas. Además de las clases "oficiales", en los cursillos seefectuaban reuniones de fracciones (eseristas y socialdemó-cratas, en su mayor parte, bolcheviques), con la particulari-dad de que el centro de gravedad no tardó en desplazarse,precisamente, a estas discusiones "libres". En consecuencia,al final de los cursillos más de la mitad de sus asistentesestaba saturada de ideas bolcheviques, especialmente en lotocante a los problemas de la guerra y la paz.

En condiciones más complicadas transcurría el trabajomilitar de los bolcheviques en los frentes Sudoeste, Rumanoy del Cáucaso, en los que se dejaban notar su alejamiento delos centros industriales y de los órganos dirigentes del parti-do, la falta de cuadros y de literatura. En el Frente Sudoeste

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se destacaban por su actividad la organización bolcheviquedel 11° Ejército, que durante algún tiempo dirigió N. Kri-lenko, así como las organizaciones de los Cuerpos de EjércitoIo y 2o de la Guardia, que recibían refuerzos de Petrogrado.

A fin de sintetizar la experiencia acumulada de trabajomilitar, el Comité Central del POSDR(b) convocó una Con-ferencia de Organizaciones Militares del Frente y de la Re-taguardia de toda Rusia, celebrada en Petrogrado del 16 al23 de junio de 1917. A la Conferencia la precedió un grantrabajo preparatorio que sirvió de impulso para seguir am-pliando la estructuración militar y de partido en todo elpaís. Es sintomático que de todos los partidos políticos deRusia, los bolcheviques fueran los primeros que realizaranuna conferencia especial de organizaciones militares (la con-ferencia eserista sólo se reunió en septiembre de 1917 y fueun exponente de la aguda crisis interna de este partido).

Asistieron a la Conferencia de toda Rusia en Petrogrado167 delegados de 43 organizaciones militares bolcheviquesdel frente y de 17 de retaguardia, representando unas 500unidades que agrupaban a 26.000 bolcheviques (por una se-rie de causas hubo organizaciones que no estuvieron repre-sentadas en la Conferencia).

"Un espectáculo pintoresco ofrecían aquellos días los pa-sillos, habitaciones y el patio del hotelito Kshesínskaya, pa-recido a un Estado Mayor militar en vísperas de una opera-ción —recordaba M. Sulímova, que participó en la Confe-rencia—. Llenaban el hotelito hombres vestidos con grisescapotes y marselleses de marinero, un tanto rudos, atezadosy que hablaban a voces. Los había que, incluso allí, no deja-ban las armas: unos no soltaban sus fusiles, a otros, les pen-dían de los cintos pistolas-máuser y revólveres, bombas demano. Muchos llegaron directamente de la línea de fuego—se los distinguía en seguida por sus capotes chamuscadosy rotos, por sus rostros demacrados y consumidos por el mu-cho tiempo pasado en las trincheras".

La Conferencia coincidió con la ofensiva en el frente,emprendida el 18 de junio, y transcurrió en medio de unacomplicada situación política. Los informes fundamentalessobre el momento y el problema agrario (éste incluido en eltemario de discusión a insistencia de los propios delegados)corrieron a cargo de V. I. Lenin, quien hizo un análisis pro-fundo de la situación política creada en el país después dela Conferencia de Abril del partido y exhortó a los delegados

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a que intensificaran el trabajo de agitación entre las tro-pas para el desenmascaramiento de los bonzos de los parti-dos pequeñoburgueses, los cuales no sólo se iban "despren-diendo" cada día más del socialismo, sino también del demo-cratismo. Lenin habló de la necesidad de no perder de vistalas maquinaciones de la contrarrevolución e impedir que sedesarmara a los obreros y se disolviera a los regimientosrevolucionarios. La tarea fundamental de las organizacionesmilitares del partido, subrayó Lenin, consistía en preparara las fuerzas armadas para la nueva etapa de la revolución.

Al mismo tiempo, V. I. Lenin censuró a los delegados queproponían convertir la Conferencia en el órgano dirigentede la insurrección armada y derribar inmediatamente alGobierno Provisional. El jefe del partido señaló que unatal acción sería intempestiva, pues la mayoría de los obrerosy campesinos aún seguían creyendo a los eseristas y menche-viques. Según la expresión justa de M. Kédrov, el informede V. I. Lenin fue lo "mismo que un aguacero, que refrescóy purificó la acalorada atmósfera de la Conferencia". "Elinforme de V. I. Lenin acerca del momento sobrepasó todolo que esperábamos —recordó M. Lébedev, delegado delFrente Sudoeste—. ... Después del informe, todos, hasta losdelegados a la Conferencia inexpertos en política, tuvieronclara la distribución de las fuerzas de clase dentro y fueradel país. ... Muchos pensaron que ahora mismo, sin aguar-dar a que terminara la Conferencia, deberían regresar a susunidades y plasmar prácticamente los pensamientos leninis-tas". Los delegados se adhirieron sin reservas a las resolucio-nes de la Conferencia de Abril, demostrando así que estabandispuestos a seguir el camino leninista.

N. Krilenko habló Sobre la guerra, la paz y la ofensiva,una de las cuestiones más agudas en aquellos momentos. LaConferencia exhortó a las organizaciones militares a que in-tensificaran el "esclarecimiento entre las amplias masaspopulares de cuán nefasta era la ofensiva emprendida parala causa de la revolución rusa y mundial, así como el hechofundamental de que esta ofensiva era la consecuencia inelu-dible de la política seguida por los partidos de los eseristasy de los mencheviques, por culpa de los cuales las masas po-pulares creían a la burguesía contrarrevolucionaria y que, deahí, a las organizaciones militares se les planteaba prepararlo más organizadamente posible a las fuerzas para expresarsu desconfianza en masa al Gobierno Provisional y a los par-

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tidos gobernantes de los mencheviques y eseristas, así comoexigir igualmente en masa la dimisión de este gobierno y uncambio radical de la política interior y exterior".

Krilenko hizo también el informe Acerca de la democra-tización del ejército. Durante los debates en torno a esteproblema, los delegados criticaron con dureza la Declaraciónde los derechos del soldado, caracterizándola como "decla-ración de los soldados sin derechos". "... Considerando quelos puntos principales de la declaración no armonizan conlos intereses de los soldados y contradicen los principios fun-damentales de democratización del ejército —se decía en laresolución sobre este problema— la Conferencia reconoceque tal declaración debe ser abolida..." La resolución se-ñalaba asimismo que la democratización del ejército deberíallevar implícito el desarrollo más amplio de la iniciativa porabajo, la plenitud de poder para las organizaciones de solda-dos y marineros, la elegibilidad de los mandos y también lasupresión de todas las limitaciones en los derechos de lossoldados y marineros.

La democratización del ejército se conceptuaba por elPartido Bolchevique ligada indisolublemente al problema delarmamento general del pueblo. P. Dashkévich habló sobreesta cuestión. La conferencia se pronunció por la creaciónde la Guardia Roja proletaria y de destacamentos de mili-cias populares en el campo, por la disolución absoluta de laanterior policía y su reemplazo por la milicia popular, porla democratización de todas las instituciones castrenses.

El informe acerca del movimiento de liberación de lospueblos oprimidos y sobre los regimientos integrados porsoldados no rusos lo hizo J. Stalin. En la cuestión nacional,el Gobierno Provisional realizaba una política chovinista degran potencia, con la esperanza de conservar la "Rusia únicae indivisible", línea que apoyaban mencheviques y eseristas.Mas desde la primavera de 1917 había comenzado un im-petuoso auge del movimiento de liberación nacional de lospueblos de Rusia. Los partidos burgueses-nacionalistas, tra-tando de utilizar este movimiento para sus fines egoístas declase, propugnaban la separación de Rusia y la creación deEstados nacionales burgueses "independientes". Los naciona-listas burgueses y pequeñoburgueses, actuando en frente úni-co, emprendieron la formación de unidades étnicas especia-les, con la intención de convertirlas en puntal de apoyo a supoder. En la resolución aprobada por el informe de Stalin,

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la política nacional del Gobierno Provisional fue sometidaa dura crítica. Se reafirmó la exigencia programática delPOSDR(b) sobre el derecho de las naciones a la autodeter-minación, incluso a la separación. Al mismo tiempo, en laresolución se remarcaba que la formación de regimientos decomposición no rusa no favorecía a los trabajadores, ya quese ponía en peligro la unidad de los soldados revoluciona-rios. La conferencia expresó el firme convencimiento de queel proletariado de las nacionalidades oprimidas de Rusia,interesado en la sustitución del ejército permanente por elarmamento general del pueblo, lucharía contra la transfor-mación de los regimientos formados por minorías étnicas enejército permanente burgués.

Sobre los fines, tareas y forma de la Organización Mili-tar, la conferencia escuchó los informes de N. Podvoiski,V. Nevski y S. Cherepánov. En la resolución se indicaba quela organización Militar del POSDR(b), como parte de la or-ganización partidaria del proletariado en general, se planteacomo tarea esencial la propaganda y la difusión entre lossoldados de los "principios e ideas del socialismo revolucio-nario, el esclarecimiento de las consignas tácticas y de lasexigencias programáticas de la socialdemocracia revolucio-naria". Las organizaciones militares, decía la resolución,deben crear de los elementos del ejército que siguen a lasocialdemocracia el "baluarte material armado para la re-volución". La conferencia señaló la necesidad de utilizartambién ampliamente a las organizaciones militares paradesplegar el trabajo de partido en el campo y difundir lasideas del internacionalismo proletario entre los soldados detodos los países beligerantes.

Por el informe de V. Nevski, la conferencia aprobó elproyecto de Reglamentos de la Organización Militar, al quesirvió de base estructural el más amplio principio electivo.En cada unidad de tropas (compañía, escuadrón, etc.) sepreveía la creación de un grupo de base del partido y sucomisión ejecutiva. Estos grupos de base se unificarían des-pués en otros más grandes, de batallón, regimiento, distrita-les, mientras que los miembros del partido de cada guarni-ción constituirían la organización militar urbana o local, quese integraría en la correspondiente organización general delpartido.

La Conferencia eligió el Buró de toda Rusia de organi-zaciones militares del CC del POSDR(b), del que pasaron a

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formar parte N. Podvoiski (presidente), V. Antónov-Ovséen-ko, A. Arósiev, P. Dashkévich. M. Kédrov, N. Krilenko,K. Mejonoshin, V. Nevski, E. Rozmiróvich, F. Jáustov,S. Cherepánov y otros. Se acordó considerar al periódicoSoldatskaya pravda órgano central de las organizacionesmilitares del POSDR(b).

La conferencia dio a los delegados de las masas de sol-dados y marineros perspectivas claras, trazó un plan precisode acciones y vinculó aún más estrechamente a las organi-zaciones militares con el centro general del partido.

Al mismo tiempo que creaba una red de organizacionesbolcheviques en el ejército, el CC del POSDR(b) exigía cons-tantemente que éstas trabajaran bajo la dirección y controlde los comités regionales del partido. En la carta dirigidaa la organización del POSDR(b) de Orsha, Y. Sverdlov su-brayaba: "Al (estructurar) la Organización Militar (tengan)en cuenta la circunstancia de que debe estar estrechamenteligada con la organización obrera. El personal de la organi-zación militar, en el aspecto de clase, es un elemento menossusceptible a las ideas del socialismo proletario. De ahí queadquiera importancia extrema el estrecho contacto con losobreros".

El Partido Bolchevique prevenía constantemente a lasorganizaciones militares contra cualesquiera tendencias se-paratistas e intentos de contraponerse a otras organizacionesdel partido.

En su trabajo militar, los bolcheviques, a diferencia delos eseristas, hacían hincapié en las unidades de base de tro-pas, comenzando por la compañía y batería, donde teníanmás posibilidad de influir directamente sobre las masas desoldados. El partido utilizaba con éxito también organiza-ciones como los grupos de soldados y marineros paisanos. Yaunque estos grupos no eran bolcheviques (estaban muy in-fluenciados por los eseristas), los bolcheviques vieron inme-diatamente la posibilidad de utilizarlos para ampliar la agi-tación entre soldados y marineros. La dirección general deltrabajo en ellos le fue encomendada a la Organización Mili-tar del CC del POSDR(b). Los bolcheviques emplearon pro-fusamente tal forma de trabajo en las tropas como jiras alfrente de delegaciones obreras con regalos y literatura deagitación. El contacto directo de los soldados de las trinche-ras con los representantes del proletariado contribuyó alascenso del espíritu revolucionario en el frente.

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Las compañías de complemento de los regimientos dereserva de las guarniciones de retaguardia, que se destina-ban al frente, revolucionaban más y más a éste (en 1917fueron enviados al frente 1.900.000 hombres). Ya en los pri-meros días que siguieron a la revolución de Febrero, el gene-ral Alexéiev, que desempeñaba el cargo de Mando Supremo,se lamentaba del "torrente interminable de llamamientos yproclamas del partido obrero" que llegaba al ejército proce-dente de las organizaciones proletarias y de las unidades einstituciones de retaguardia. Tres meses después, el Coman-dante del 1er Ejército del Frente Norte comunicó ya la am-plia difusión que tenían las ideas de Lenin entre la masa desoldados, "que se explica por los refuerzos recibidos de laRegión Militar de Petrogrado". El general Gurkó, Coman-dante del Frente Oeste, telegrafió en mayo al Cuartel Gene-ral que los complementos recibidos de las unidades de re-serva estaban contaminados de ideas bolcheviques y seguíana Lenin. A mediados de junio comunicaron del 11° Ejército:"Durante las últimas 5-6 semanas... llegaron 43 compañíasde complemento de los batallones de reserva petrogradenses,entre las que hay gran número de individuos especialmentepreparados para hacer agitación y con la tarea concreta deprovocar la desconfianza al Gobierno Provisional y de ne-garse a la ofensiva. La lucha contra estos elementos, nume-rosos y duchos en la agitación, más la propensión general dela muchedumbre hacia todo lo que le es grato escuchar, nosparece una tarea superior a nuestras fuerzas..."

Así, pues, el Partido Bolchevique utilizaba hábilmente unrico arsenal de métodos y formas más diversos para el tra-bajo organizador, de agitación y propaganda entre las masasde soldados y marineros, labor que supeditaba al objetivoprincipal: la creación del ejército político de masas de larevolución socialista. El trabajo del Partido Bolchevique diopronto resultados palpables. Cada mes que pasaba era unpaso más del país hacia la nueva revolución. Sólo ésta podíadar al pueblo, extenuado por la guerra, la paz tanto tiempoansiada.

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8. LOS SOLDADOSNECESITAN LA PAZ

La cuestión de la paz se hizo en 1917, por expresión deV. I. Lenin, "el problema cardinal de toda la vida actual".La lucha de carácter democrático general, por el cese de laguerra, se fundía en un torrente único con la lucha de la claseobrera contra el imperialismo. Conceptuando el movimientopro paz desde el punto de vista de los intereses de la lucha declase del proletariado, Lenin dijo: "En realidad, el proleta-riado actúa aquí como un representante de toda la nación, detodo lo que hay de vital y honrado en todas las clases, comorepresentante de la inmensa mayoría de la pequeña burguesía,pues sólo el proletariado, en cuanto conquiste el Poder, ofre-cerá a todos los pueblos beligerantes una paz justa, sólo elproletariado tomará medidas verdaderamente revolucionarias(publicación de los tratados secretos, etc.) para conseguircuanto antes una paz lo más justa posible"1.

El partido de los bolcheviques, que decidida y consecuen-temente se manifestaba contra la guerra, se granjeó las sim-patías y confianza profundas de los trabajadores, todo lo con-trario de eseristas y mencheviques quienes, a fin de cuentas,se desacreditaron a los ojos de las masas, ante todo, porqueapoyaban la política burguesa de continuación de la guerraimperialista.

La paz la aguardaban y la exigían, la paz la esperaban ypor ella luchaban. En el movimiento antibélico se incluíancada vez más activamente las propias masas de soldados ymarineros, quienes sufrían directamente todos los horrores de

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 418.

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la guerra, las dificultades y privaciones de la vida en lastrincheras.

Los acontecimientos de abril de 1917 produjeron un granviraje en las mentes de los soldados y marineros, que aúncreían en las declaraciones del Gobierno Provisional acercade su afán de paz. Los sucesos mostraron palmariamente queel pueblo no podía esperar la paz de "arriba", del GobiernoProvisional y de los líderes de los Soviets conciliadores. El 18de abril, Miliukov, ministro de Asuntos Extranjeros delGobierno Provisional, dirigió una nota a los gobiernos de lospaíses de la Entente en la que reafirmaba la aspiración deRusia de llevar la guerra hasta la "victoria decisiva". La notaindignó a soldados y marineros. El 20 de abril hubo en Pe-trogrado manifestaciones y mítines de las unidades de la guar-nición, apoyadas al día siguiente por una impresionante ma-nifestación obrera. Los soldados salieron a la calle con lasconsignas: ¡Abajo la política anexionista de Miliukov!, ¡Vivala paz sin anexiones y contribuciones! ¡Exigimos que se pu-bliquen los tratados secretos!. Al Soviet de Petrogrado le costógran trabajo apaciguar la protesta espontánea de soldados ymarineros y poder convencer a los manifestantes de que sereintegraran a los cuarteles.

También hubo manifestaciones y mítines en Moscú,Kronstadt, Reval, Víborg, Minsk y en otras ciudades, asícomo en varias unidades de la zona próxima al frente. Se-gún palabras de V. I. Lenin, en las jornadas de abril lossoldados dudaron "entre apartarse de los capitalistas yponerse del lado de los obreros revolucionarios"1.

Sin embargo, la credulidad inconsciente de la masa desoldados y marineros hacia el Gobierno Provisional no habíadesaparecido totalmente. El ulterior desarrollo de la crisisabrileña mostró que las masas pequeñoburguesas seguíancreyendo a los mencheviques y eseristas, quienes hacían unapolítica de conciliación con el Gobierno Provisional. La con-signa bolchevique de ¡Todo el Poder a los Soviets! no fueapoyada en abril por las masas populares. He ahí por quéV. I. Lenin condenó resueltamente como aventurerismo laspropuestas de algunos bolcheviques para utilizar las manifes-taciones de soldados y obreros del 20 y el 21 de abril paraderribar al Gobierno Provisional. El choque armado en aquelmomento sólo habría favorecido a la contrarrevolución, la cual

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 77.

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ya preparaba sus fuerzas para anegar en sangre el movimiento de lossoldados.

La crisis de abril obligó a la burguesía a cambiar su tác-tica. Miliukov y Guchkov tuvieron que dimitir, se constituyóun nuevo Gobierno Provisional, de coalición, del que entra-ron a formar parte mencheviques y eseristas. El nuevo ga-binete prometió emprender pasos "preparatorios" para larevisión de los tratados secretos. Durante cierto tiempo, elGobierno, que había obtenido el encubrimiento "socialista",pareció que había conseguido apaciguar a las masas con unanueva porción de ambiguas promesas, pero este era un "apa-ciguamiento" ilusorio.

Una de las formas más resueltas y eficientes de la luchaespontánea de la masa de soldados por la paz después de larevolución de Febrero fue la confraternización en masa en elfrente. "En cada soldado de cada país anida la chispa de larevolución, que llena a todos con el espíritu sagrado de luchapor la paz. ¡Avivad esta chispa!"— con este llamamiento sedirigían los bolcheviques a los soldados del ejército ruso y atodos los revolucionarios internacionalistas de Europa.

Apoyando exhaustivamente y haciendo una propagandaextensa de la confraternización, como expresión de la inicia-tiva revolucionaria de las masas, como "el despertar de laconciencia, de la inteligencia y de la audacia de las clasesoprimidas"1, V. I. Lenin invitaba a que los soldados utiliza-ran con más audacia este poderoso medio de lucha contra laguerra. En la confraternización veía el camino para el de-sarrollo y fortalecimiento de la confianza entre los obreros ylos campesinos de los distintos países, la vía hacia la unifica-ción de esfuerzos para conseguir los fines comunes, interna-cionales, de las clases oprimidas. Pero, al mismo tiempo,Lenin remarcaba una y otra vez que era necesario completarla confraternización con un contenido político claro, trans-formarla de la expresión de horror instintivo ante la guerraen un movimiento consciente y firme para la salida revolu-cionaria de ella.

La posición leninista fue reflejada en una serie de docu-mentos del partido, en el proyecto de resolución, por ejemplo,presentado por los bolcheviques al I Congreso de diputadoscampesinos de toda Rusia, reunido en mayo de 1917. "Laconfraternización de los soldados en los frentes — decía el

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 31, pág. 459.

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proyecto—, es un grito que arranca del alma de los soldadosque sufren y penan por ambos lados de las trincheras. Estaconfraternización puede ayudar a terminar rápidamente laguerra. Hay que lograr que esta confraternización se realiceen todos los frentes. Es preciso que la confraternización re-vista un carácter organizado, que los propios soldados luchencontra los abusos en los dos campos. Los soldados de todos losejércitos deben propugnar un sólo objetivo: deshacerse encada país de sus monarcas, de sus terratenientes y de sus ca-pitalistas, formar en todos los países gobiernos de Soviets dediputados obreros, soldados y campesinos. ¡Paz a las cabañas,guerra a los palacios!".

La primera oleada de confraternización masiva en elfrente, en 1917, data de los meses de abril y mayo, especial-mente durante las Pascuas, lo que reflejaba aún cierta inma-durez de este movimiento. Un corresponsal de Pravda, queestuvo por aquellos días en las primeras líneas, contaba queen la confraternización de los días de Pascua participaronregimientos enteros. Mientras que en marzo y a comienzos deabril los soldados se limitaban, en lo fundamental, a inter-cambiarse proclamas, a clavar en los parapetos de las trin-cheras banderas blancas y rojas con los letreros: Abajo laguerra, No iremos a la ofensiva, abajo Guillermo, etc., ahora,la confraternización comenzó a transformarse en mítines con-vocados en terreno neutral, donde los "enemigos" de ayerconvenían en "no disparar unos contra otros ni trasladarse aotras posiciones". En muchos sectores del frente, por iniciativade los propios soldados, se hacía un alto en el fuego y, prác-ticamente, se establecía un armisticio.

Queriendo protejer a los que confraternizaban del fuegode la artillería, medio principal que el mando podía emplearpara terminar con las confraternizaciones, los soldados poníana menudo bajo su control los observatorios de la artillería,colocaban centinelas en las baterías y arrestaban a los ofi-ciales. Cuando en las posiciones entre Dvinsk y Riga la ar-tillería disolvió con shrapnel a los soldados alemanes, que sedisponían a salir de las trincheras con bandera roja y sinarmas al encuentro de los rusos, los infantes rusos hicieronsaber a los artilleros "que si volvían a repetir aquello acaba-rían con todos a bayonetazos... Para nadie es un provechoque matemos dos o tres alemanes. Mejor es que vengan, nosvean y hablen con nosotros. Entonces será posible que los ale-manes hagan en su país lo mismo que nosotros en el nuestro"

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—decían los soldados—. La agitación hacía mella y en losdías sucesivos continuó la confraternización en este sector delfrente. Casos semejantes se registraron también en otras uni-dades, en el Regimiento Novoládozhski, por ejemplo.

Gran envergadura adquirió la confraternización en el12° Ejército del Frente Norte, en particular, en los regimien-tos de infantería letones y siberianos. En la asamblea unifi-cada de los delegados de estas unidades, reunida a mediadosde abril, se tomó el importante acuerdo de difundir las ideasde la revolución "en las filas enemigas mediante el contactodirecto", y el 21 de abril, la reunión de delegados de los ti-radores letones dispuso "destacar representantes a las líneasalemanas para entablar conversaciones de paz". Los social-demócratas letones crearon una sección especial de militaresque hablaban alemán, la cual tiraba llamamientos para lossoldados alemanes y organizaba los actos de confraterniza-ción. Este trabajo dio resultados plausibles. El mando alemánse vio obligado a relevar periódicamente a las unidades queactuaban en el Frente del Este, pues la confraternizacióndejaba sin moral combativa a muchas de ellas.

En el II Congreso de los tiradores letones, celebrado enmayo de 1917, se aprobó la apreciación del momento presen-tada por Y. Danishevski, representante del CC de la Social-democracia del Territorio de Letonia. El Congreso se mani-festó por una paz sin anexiones ni contribuciones, por laconfraternización en el frente y por el paso de toda la pleni-tud del poder a los Soviets. Una de las partes de la resolucióndecía: "Con el fin de revolucionar al ejército alemán y exten-der las ideas de la paz, se precisa continuar la confraterniza-ción y la agitación, que deben organizarse bajo la direcciónde los comités de soldados, para evitar que puedan ser utili-zadas con fines abominables por los EE.MM. de uno y otrobando". Así, pues, organizando la confraternización, los pro-pios soldados vigilaban debidamente para que el enemigo nopudiera utilizar esta acción pacífica para su fines militares.

Los soldados del Frente Oeste se oponían con particularenergía y actividad a la prolongación de la absurda matanza.La indignación cada día mayor por la guerra, desembocabaa menudo en graves conflictos con los oficiales y conversa-ciones pacíficas por iniciativa propia con los soldados delenemigo. En una de las correspondencias del Frente Oeste,publicada en Pravda, se decía: "En todas partes los soldadosfestejaron el 1o de Mayo. En las trincheras de primera línea

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levantaron banderas rojas, haciendo lo mismo los alemanes.En la mayoría de los sectores hubo una calma absoluta. Losdías se suceden sin oírse un solo tiro".

Por todo el frente se corrió como la pólvora la noticiade la confraternización en la 55a División de infantería, or-ganizada a finales de abril y comienzos de mayo por D. Mi-jáilov, representante del Soviet de Petrogrado. En cuantollegó al Frente marchó a las trincheras de primera línea, agi-tando a los soldados para que exigieran el cese de la guerra,expresaran su desconfianza al Gobierno Provisional, implan-taran la elección de mandos y confraternizaran con el ene-migo. Además, Mijáilov participó en la confraternización deuno de los regimientos. El Soviet de Petrogrado, en la per-sona del menchevique Skóbelev, vicepresidente del ComitéEjecutivo, y el "propio" Kerenski se apresuraron a desen-tenderse de Mijáilov, declarando que condenaban categórica-mente la confraternización. Después de este hecho, el EstadoMayor del Frente preparó todo un plan de operación punitivacontra la unidad que ocultaba a Mijáilov, mas los soldadosimpidieron que se le detuviera.

Acciones activas de los soldados en favor de la paz seregistraron también en los ejércitos 11° y Especial del Fren-te Sudoeste. El foco de la confraternización en el 11° Ejérci-to era el 1er Cuerpo de Ejército de la Guardia, donde servíanlos oficiales bolcheviques N. Krilenko y I. Dzevaltovski. Ha-blando de su participación en la confraternización de los sol-dados del 13° Regimiento Finlandski, Krilenko recordaba:"Cuando regresé al Regimiento, fui llamado inmediatamenteal E. M., donde recibí una severísima amonestación. Comorespuesta a esto, los soldados enviaron una diputación al jefedel Regimiento, con la amenaza de pasar a bayoneta a todala Plana Mayor si tomaban represalias conmigo. Esta ya erauna amenaza directa, un paso directo a las acciones revolu-cionarias".

En abril comenzó también la confraternización en elFrente Rumano.

El ascenso de los ánimos antibélicos, los chispazos deconfraternización y el armisticio real, establecido por los pro-pios soldados en muchos sectores del frente, alarmaron a lacontrarrevolución. En todos los frentes comenzaron a dictarseórdenes severísimas, prohibiendo la confraternización. Losmencheviques y los eseristas corrieron en ayuda del gene-ralato contrarrevoluvionario. El 30 de abril el Soviet de Pe-

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trogrado decretó una disposición especial en la que se decíaque la confraternización llevaba a la libertad rusa al hundi-miento y no a la paz y sólo servía como medio de espionajepara los alemanes. Apoyándose en esta disposición y encu-briéndose con la autoridad del Soviet de Petrogrado, los ge-nerales y los comités eseristas-mencheviques de los frentesy de los ejércitos emprendieron una furiosa campaña defurioso acoso contra los soldados que confraternizaban, de-clarándoles traidores a la patria.

Contraviniendo la exigencia de todo el pueblo para quese concertase la paz lo antes posible, el Gobierno Provisionalcomenzó a preparar al ejército para una nueva ofensiva. Elacuerdo en principio para que Rusia participara en las opera-ciones ofensivas de las tropas de la Entente, planificadas parala primavera y verano de 1917, ya lo había dado Nicolás IIantes de su abdicación. Después de pasar por la revoluciónde Febrero, la burguesía, los mandos superiores del ejércitoy luego también el Gobierno Provisional, estaban plenamentedecididos a cumplir a toda costa los compromisos contraídospor el zarismo con las potencias aliadas. Además, la contra-rrevolución, que aspiraba a implantar en el país un régimende dictadura militar, calculaba claramente utilizar para susfines la prevista ofensiva: atizar en el país la sicosis chovi-nista, restablecer la autoridad de los oficiales sobre los solda-dos y subordinar totalmente los comités de soldadosa los Soviets. En el caso de que la ofensiva fracasara, lareacción podría acusar a los bolcheviques de descomponer elejército, aprovechando la nueva derrota militar para represa-liar al partido leninista. Por esto los generales contrarrevo-lucionarios apresuraban tanto al Cuartel General y al go-bierno para que comenzaran las operaciones en el frente, mo-tivando esta premura en que "cuanto antes metamos en fre-gado a las tropas tanto más rápidamente se olvidarán de susdistracciones políticas"1.

Ya el 30 de marzo, el Cuartel General dio la directiva depreparación para la ofensiva. Las altas esferas del ejércitose lanzaban a una clara aventura. A pesar de que en elverano de 1917 el abastecimiento del ejército ruso con muni-ciones y material era un poco mejor que en el período ante-rior, de todas maneras, las tropas seguían pasando una aguda

1 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. I, M., 1957,pág. 223.

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crisis de armamentos, municiones, víveres, forrajes y mediosde transporte. El ejército no estaba preparado para la ofen-siva. Lo que no fue óbice para que el general Gurkó, Coman-dante del Frente Oeste, telegrafiara al ministro de la Guerra:"Supongo que, por muy pobres que estemos de medios, esmejor y más conveniente pasar a la ofensiva, aunque no ten-gamos seguridad completa en el éxito. . . Estamos obligados aprestar a los aliados una ayuda activa". El general Brusílov,Comandante del Frente Sudoeste, también informó al CuartelGeneral que los "ejércitos a su mando desean y pueden em-prender la ofensiva". Sólo el general Ruzski (Frente Norte)tuvo la valentía de declarar que "en los meses próximos nohabía que pensar realizar operaciones ofensivas y que lo quese precisaba era concentrar todos los esfuerzos en la prepara-ción de una defensa sin idea de repliegue".

El programa de los espadones contrarrevolucionarios en-contró su expresión más nítida en la resolución del congresode mayo de oficiales del ejército y de la Marina de Guerra,resolución que preveía proseguir enérgicamente la guerrahasta concluir una paz "honrosa", a condición de que el ene-migo evacuara todo el territorio por él ocupado, el pago decontribuciones y establecimiento del control militar de Rusiasobre los estrechos.

La camarilla militar, sin parar mientes, estaba dispuestaa sacrificar nuevas decenas de miles de soldados rusos con talde poder realizar los planes imperialistas de la burguesíanacional y extranjera. La ofensiva en el frente, que no estabacondicionada por ningunas consideraciones de orden estra-tégico, revestía un carácter a todas luces político y contra-rrevolucionario. Los camaradas soldados no deben olvidar—escribía Soldátskaya pravda—, que más de una vez, en losvirajes decisivos de la vida revolucionaria, la burguesía sesalvó sólo y nada más que atacando al enemigo exterior".

Con motivo de los preparativos para la ofensiva en elfrente de nuevo, y ahora con más descaro que antes, se pusode manifiesto el papel traidor de mencheviques y eseristas.Querían lograr, dijo V. I. Lenin, que el ejército "fuera a lamuerte, convencido de que se le sacrificaba en aras de lalibertad, en aras de la revolución, en aras de la paz immedia-ta"1. Obtenido el cargo de ministro de Guerra y Marina, enla Orden al ejército del 13 de mayo, Kerenski exhortaba a

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 32, pág. 366.

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los soldados a "que cumplieran el duro, pero glorioso deberde defender a la Rusia revolucionaria". "Ni una gota devuestra sangre se verterá por una causa injusta —se decía enla Orden—. Os conducirán vuestros jefes y el gobierno de lasalvación de la libertad de Rusia".

Estas promesas no eran más que la acostumbrada dema-gogia pequeñoburguesa, pero muchos soldados, campesinos yobreros atrasados aún creían que los "ministros-socialistas"podrían realmente hacer cambiar el rumbo político del Go-bierno Provisional. A finales de mayo y comienzos de juniose celebraron los congresos de delegados de los frentes Su-doeste, Rumano y Norte y de otros ejércitos, en los que los"defensistas revolucionarios" consiguieron hacer que se apro-baran resoluciones de estar listos para la ofensiva "a la pri-mera llamada" del Gobierno Provisional. El I Congreso delos Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia,reunido en los primeros días de junio, entre cuyos delegadospredominaban los partidarios del bloque conciliador menche-vique-eserista, a pesar de las enérgicas protestas de los bol-cheviques también aprobó la resolución de que "el ejércitodebía tanto defenderse como atacar". Sólo el I Congreso delos marineros de la Flota del Báltico y el Congreso de los ti-radores letones se manifestaron resueltamente contra la ofen-siva.

Al mismo tiempo que preparaban la ofensiva en el frente,el Gobierno Provisional arreciaba las represiones contra lossoldados y marineros revolucionarios. A finales de mayo sedictaron varias órdenes severas para luchar contra la deser-ción, entregar a los tribunales a los que confraternizaban,disolver las unidades "sediciosas", etc.

En vísperas de la ofensiva, tanto en el ejército como enla Marina de Guerra se agudizaron aún más las contradi-cciones entre las fuerzas de la reacción y los partidos peque-ñoburgueses que las apoyaban, de una parte, y los elementosauténticamente revolucionarios de las masas de soldados ymarineros, de otra. Estaban por la ofensiva el GobiernoProvisional y los demócratas-constitucionalistas, el partidoprincipal de la burguesía, los generales, los comisarios delGobierno Provisional, los comités eseristas-mencheviques delos frentes, ejércitos y cuerpos de Ejército, las organizacionesde oficiales y la prensa de los comités de tropa. A todos ellosse les oponía el partido de los bolcheviques, que junto con loseseristas de izquierda y un pequeño grupo de mencheviques

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internacionalistas, luchaba valerosamente contra la ofensivaque se preparaba.

En el esclarecimiento a las masas de la esencia antipopu-lar de la ofensiva, desempeñaron un papel de importancia losartículos de V. I. Lenin Los bisontes del tres de junio pro-pugnan la ofensiva inmediata, Una alianza para detener larevolución, ¿Existe un camino que lleve a la paz justa?, Larevolución, la ofensiva y nuestro partido.

La resolución sobre la ofensiva, aprobada a primeros dejunio en la asamblea general de la Organización Militar delCC del POSDR(b) y publicada después en todos los perió-dicos bolcheviques del frente, tuvo gran importancia para ladifusión de la táctica de los bolcheviques. El documento decíaque "la ofensiva es sin duda alguna dañina e impide la co-hesión internacional de fuerzas del pueblo revolucionariopara la lucha por el socialismo, demora y alarga la guerra".En cuanto a la cuestión de "ir o no ir a la ofensiva", decíamás adelante la resolución, es cosa que "sólo pueden decidirlos propios camaradas en el frente, en las trincheras, pero nodecidirla individualmente, de forma espontánea, sino deforma sistemática y organizada, mediante el sufragio uni-versal de los soldados".

Durante los preparativos para la ofensiva, los soldadosde muchas unidades del frente y de las guarniciones de reta-guardia hicieron mítines de protesta contra los designiosaventureros de los generales, del Gobierno Provisional y delos Soviets conciliadores. Divisiones enteras se negaban aocupar las posiciones de partida y enviaban sus delegados aPetrogrado para comprobar si era verdad que el Soviet habíasancionado la ofensiva.

En el Frente Norte, el 479° Regimiento Kádnikov, en elque había una fuerte influencia bolchevique, fue el iniciadorde los actos antibélicos. Durante todo el mes de junio hubomítines en esta unidad, donde los soldados acordaron no ir ala ofensiva. Muchos quebraderos de cabeza trajo al mandoel 540° Regimiento de Sujínichski (5o Ejército). En los partesde novedades se señalaba incesantemente que estaba "im-pregnado por la doctrina de los bolcheviques e inserta en elperiódico Pravda las resoluciones más extremistas". Los agi-tadores de este Regimiento se presentaban en otras unidadesde la División, convenciendo enérgicamente a sus compañe-ros de que no fueran a la ofensiva.

También se manifestaron activamente contra las operacio-

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nes ofensivas las unidades del 1er Cuerpo de infantería(1er Ejército). Su comandante, el general Lukomski, ya enmayo informó así: "La masa de soldados de infantería escu-cha taciturna y silenciosa todas las explicaciones y exhor-taciones referentes a la necesidad de pasar a la ofensiva yestá claro que no siente simpatía por ella". Un grupo de sol-dados dijo sin rodeos al general: sí, somos leninistas y sólocreemos a Lenin. Respondiendo al llamamiento de la organi-zación bolchevique del 12° Ejército, los regimientos de fusi-leros letones y muchos siberianos, así como las unidades deinfantería de varios cuerpos de Ejército, aprobaron resolu-ciones de protesta contra la ofensiva.

"A los soldados no sólo no se les ocurre pensar en ope-raciones ofensivas, sino que ni siquiera se les pasa por la ima-ginación la preparación para ellas"; "la masa fundamentalde soldados está excitada"; "el motín puede estallar en cual-quier minuto"; "se oye decir que se nombre ministro de laGuerra a Lenin". Partes como estos, con el encabezamientode "urgente" y "secreto", llegaban por decenas diariamentea la mesa del ministro de la Guerra.

Caracterizando el estado de ánimo de los soldados del5° Ejército del Frente Norte, el Mando Supremo, Brusílov,informaba así a Kerenski: "Debido a la agitación que llegade la retaguardia y, principalmente, de Petrogrado, muchasunidades se niegan a ocupar posiciones y se oponen categóri-camente a la ofensiva. En numerosas unidades los ánimosestán excitados a más no poder y hay regimientos en los quedeclaran abiertamente que para ellos, excepto Lenin, noexisten otras autoridades. .."

Los bolcheviques del Frente Oeste realizaron una granlabor. El 18 de junio, por llamamiento del Comité delPOSDR(b) de Minsk se celebró una manifestación multitu-dinaria de obreros, soldados y trabajadores de la ciudad y laguarnición bajo las consignas ¡Abajo la guerra!, La ofensivaen estos momentos pone en peligro a la revolución, ¡Todo elPoder a los Soviets! Para hacer agitación entre los soldados,el comité bolchevique de Minsk envió a las unidades militaresobreros como representantes de las fábricas de Minsk, Bo-bruisk y de otras ciudades de Bielorrusia.

Los disturbios motivados por la proximidad de la fecha

1 A. Brusílov fue designado Mando Supremo el 21 de mayo de 1917.

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de la ofensiva cundían en decenas de divisiones del FrenteOeste, suscitaron un torrente de partes de novedades y co-municados alarmantes de los mandos. Con frecuencia, losjefes de los cuerpos de Ejército informaban que los ánimosen los regimientos "excluían la posibilidad de llevar a cabouna ofensiva en regla". Los desórdenes más graves y masivosocurrieron en el 10° Ejército. En el parte general del EstadoMayor del Frente sobre la moral de los soldados en esteEjército se decía: "Por el número de unidades incapacitadaspara combatir y por la cantidad de excesos está, en primerlugar, el 10° Ejército, del que sobresalen el 2° Cuerpo delCáucaso y la 169a División del 10° Cuerpo de Ejército".Según el parte, en estos cuerpos de Ejército las protestas delos soldados "adquirieron el carácter de motín abierto. Nohay ni que pensar en que estas unidades puedan combatir".

Los desórdenes se produjeron también en muchas unida-des del Frente Sudoeste, que según el plan del Mando Su-premo debería asestar el golpe principal. Protestas y negativasde ir a la ofensiva, que en ocasiones llegaban hasta los cho-ques armados, se registraron en los ejércitos 11°, 7°, Especialy 8°.

Cuando el 16 de junio Kerenski visitó un Cuerpo de laGuardia del 11° Ejército, I. Dzevaltovski, presidente delcomité de soldados del Regimiento de granaderos, le entregóuna resolución de desconfianza del Gobierno Provisional,diciéndole que el Regimiento no escucharía a Kerenski. Elmenchevique Kirienko, comisario del Gobierno Provisional,que presenció los hechos, escribió que "el Regimiento de gra-naderos es un pequeño Kronstadt con todas las particulari-dades específicas de los baluartes del bolchevismo. . . El Re-gimiento adquirió rápidamente un matiz bolchevique y ex-cepto publicaciones bolcheviques no cree en ningunas otras".Poco después, el Regimiento de granaderos y otros dosregimientos que se le sumaron fueron desarmados y los cabe-cillas del plante entregados a los tribunales.

A finales de mayo surgió un conflicto en dos divisionesde infantería siberianas del 7° Ejército, motivado por negarsea ir a las primeras líneas. El Gobierno Provisional resolviódisolver cuatro regimientos de infantería siberianos y pro-cesar a los "instigadores del desorden". Sin embargo, los sol-dados siberianos se opusieron resueltamente a esta orden y senegaron a entregar a los "instigadores". El 15 de junio, des-pués de ser cañoneados, se lanzó a la caballería sobre los re-

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gimientos amotinados. Con medidas tan implacables intenta-ba el mando "hacer entrar en razón" a los soldados revolu-cionarios.

Durante el período preparatorio de la ofensiva, la diso-lución y desarme de las unidades "insumisas" fue uno de losmedios principales de lucha contra el movimiento revolucio-nario en el ejército. No obstante, cada día era más difícilrealizar operaciones de castigo contra los soldados. El 20 dejunio, en el 703° Regimiento Suramski del Frente Oeste seprodujo un incidente que tuvo gran resonancia en el ejércitode operaciones y en Petrogrado. En un mitin fueron maltra-tados y arrestados los miembros de la delegación del ComitéEjecutivo del Soviet de Petrogrado que intentaban hacer agi-tación en pro de la ofensiva. El 25 de junio se propuso enforma ultimativa al Regimiento que depusiera las armas yentregara a los instigadores de los "desórdenes". Mas enayuda de los Suramski acudió el vecino 704° Regimiento deinfantería Rionski. En vista de ello, el Comandante del 10°Ejército ordenó desarmar a las dos unidades, orden que tam-poco fue cumplida. Se precisó la intervención personal delMando Supremo, quien dispuso disolver la División entera.Pero temiendo que el conflicto armado se extendiera, se li-mitaron a sacarla a retaguardia.

Hasta los cosacos, llamados para someter al RegimientoSuramski, estaban contaminados por los agitadores revolucio-narios. En la asamblea general de cosacos, con participaciónde los miembros del comité regimental de los Suramski, seacordó que los cosacos no apaciguarían ni desarmarían a lasunidades de infantería, "ya que el recuerdo del año 1905,que fue una mancha para los cosacos, debe borrarse de unavez y para siempre y (ser) olvidada por los soldados. . ."

En los frentes Rumano y del Cáucaso, las protestas de lossoldados contra la ofensiva tuvieron un carácter menos agu-do. No obstante, en el parte al Cuartel General en el que seinformaba del estado de ánimo de los soldados del FrenteRumano en vísperas de la ofensiva se señalaba "que la moralen todos los ejércitos no es firme. La mejora que a veces seconsigue después de ímprobos trabajos, queda destruida enunos días por los agitadores forasteros, la propaganda delbolchevismo y por el periódico Pravda, de gran difusión enel Frente.

Los partes e informes del Frente del Cáucaso testimonia-ban también la existencia de ánimos antibélicos entre los

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soldados. En este sentido es interesante la declaración delmaestre general del Cuartel General del 5 de agosto: "Debi-do a su alejamiento, la agitación que descompone al ejército,llegó más tarde al Cáucaso, por lo que a este Frente, duranteun tiempo relativamente mayor que otros, se le podía consi-derar firme, en el sentido moral. En la actualidad, no existediferencia alguna entre el Cáucaso y otros frentes".

La manifestación de obreros y soldados de Petrogrado,que tuvo lugar el 18 de junio, fue el punto culminante de lalucha de los bolcheviques contra la proyectada ofensiva en elfrente. Ya el 1 de junio, la Organización Militar del CC delPOSDR(b) había decidido realizar una manifestación de sol-dados como protesta contra la intensificación de las represio-nes por el trabajo revolucionario en las tropas y contra lospreparativos de la ofensiva. Hubo regimientos donde los sol-dados exigieron directamente a los bolcheviques que organi-zaran la manifestación, advirtiendo que de lo contrario elloslo harían por su cuenta sin aguardar a que lo decidiera elcentro del partido. Estaba claro que tal acción rebasaría elmarco de una estricta manifestación de soldados. El desba-rajuste económico, los rumores de que se preparaba una ofen-siva y la posición pasiva, de espera, de los líderes eseristas-mencheviques en los Soviets excitaba cada día más a las ba-rriadas obreras. En aquellas condiciones, el CC del POSDR(b),con V. I. Lenin a la cabeza, se pronunció porque se fundieranen una sola las manifestaciones de obreros y soldados, subra-yando, no obstante, la inadmisibilidad de cualquier acciónarmada.

El 18 de junio salieron a las calles y plazas de Petrogradocerca de medio millón de obreros, soldados y marineros. Lamanifestación se hizo bajo las consignas bolcheviques de¡Todo el Poder a los Soviets!, ¡Abajo los diez ministros capi-talistas!, Ni paz por separado con los alemanes, ni tratadossecretos con los capitalistas anglo-franceses. Hasta un perió-dico menchevique se vio obligado a reconocer que las "con-signas de apoyo al Gobierno Provisional casi no se veían, quesólo hubo consignas que no contradecían las consignas leni-nistas".

Y a pesar de todo, precisamente el 18 de junio, cuandopor las calles de la capital desfilaba una imponente manifes-tación antibélica, en el frente comenzó la ofensiva. Una partede los soldados iba al combate porque seguían creyendo in-genuamente que la ofensiva aproximaría el fin de la guerra.

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Otra parte lo hacía porque no tenía más remedio que acatarla orden de los superiores. Gomo era de esperar, la ofensivaquedó ahogada en un mar de sangre. Sólo en el Frente Su-doeste, durante la operación (del 18 de junio al 21 de julio),según datos del Cuartel General, las bajas del ejército ruso(muertos, heridos y prisioneros) constituyeron 132.500 hom-bres. Si a esto se añaden las pérdidas humanas en otros fren-tes, resulta que en todo el ejército de operaciones las bajasfueron como mínimo de 200.000 hombres.

El nuevo descalabro militar en el frente fue el pretextopara que la reacción arreciara en el interior del país. Almismo tiempo, la derrota militar sirvió para agudizar aúnmás las contradicciones de clase en el frente y en la retaguar-dia lo que, a fin de cuentas, propició que se acentuara el pro-ceso revolucionario del ejército y de la Marina de Guerra.

La ofensiva fue acompañada de un furioso desenfreno delchovinismo y de la histeria patriotera, de ataques al partidobolchevique y a V. I. Lenin. En el frente se castigaba con másdureza aún a cuantos desobedecían las órdenes del GobiernoProvisional. No menos tensa era la situación creada en laretaguardia, particularmente en Petrogrado. El gobiernoexigía que se acelerara el envío al frente de compañías decomplemento de los regimientos de la guarnición petrogra-dense. Como respuesta a esto, el 1er Regimiento de ametra-lladoras, de influencia bolchevique, declaró abiertamente quesi se pretendía disolver la unidad se opondría hasta con lasarmas. El 1 de julio se celebró un gran mitin en el Regimien-to de granaderos de reserva, en el que se aprobó una reso-lución de "absoluta desconfianza al Gobierno Provisional, alministro Kerenski y a los partidos que le apoyaban".

Los delegados de varias unidades del frente y los soldadosde la guarnición de la capital exigieron que se derribara in-mediatamente al Gobierno Provisional. A los activistas dela Organización Militar bolchevique los acosaban, literal-mente, con preguntas acerca de la fecha fijada para la insu-rrección armada. Sin embargo, igual que en junio, el CC delPOSDR(b) estimaba que tal acción era prematura, pues enaquellos momentos el frente y la provincia no estaban prepa-rados para apoyar a Petrogrado. En la propia capital, lasmasas trabajadoras estaban decididamente en contra del(Gobierno Provisional, pero los bolcheviques no contaban aúncon la mayor parte de la clase obrera. "El 3 y 4 de julio sepodía, sin faltar a la verdad, plantear el problema así: es pre-

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ferible tomar el Poder, pues, de no hacerlo, los enemigosnos acusarán igualmente de insurrectos y nos tratarán comoa tales —dijo posteriormente V. I. Lenin—. Pero de aquíno se podía hacer la conclusión de que hubiera sido conve-niente tomar el Poder en aquel entonces, pues a la sazón noexistían las condiciones objetivas necesarias para que lainsurrección pudiera triunfar.

...No teníamos todavía con nosotros a la clase que es lavanguardia de la revolución.

No contábamos todavía con la mayoría de los obreros ysoldados. . ." 1

Los bolcheviques comprendían que la reacción se apro-vecharía inmediatamente de cualquier acción prematura paraaplastar la revolución. Pero poner bajo su control a la ca-pital, en aquellas fechas, tampoco estaban en condiciones dehacerlo. El 3 de julio se produjo una nueva crisis ministerial,motivada por la dimisión de tres ministros demócratas-cons-titucionalistas. Entre los obreros y soldados se acentuaba ladecisión de inmiscuirse en el desarrollo de los acontecimien-tos y obligar al Soviet de Petrogrado a que tomara de unavez el Poder en sus manos. Simultáneamente, un grupo deanarquistas petrogradenses resolvió comenzar el 3 de juliouna insurrección armada contra el Gobierno Provisional,realizando con estos fines una activa agitación en las fábricasy en las unidades militares. Al mediodía del 3 de julio, lossoldados de ametralladoras apoyaron esta intentona, siendosecundados por los obreros. En Kronstadt querían a toda cos-ta luchar. En aquella situación, los bolcheviques tuvieron queacceder a que se llevara a cabo una manifestación política.Según palabras de N. Podvoiski, "se nos planteaba el proble-ma de si tenía o no derecho un partido de masas a lavarselas manos y eludir el movimiento, especialmente en circuns-tancias en que, debido a la espontaneidad del movimiento desoldados y obreros y la posibilidad de una acometida por lacontrarrevolución, el movimiento iría ineludiblemente acom-pañado de víctimas humanas. Decidimos encabezar el movi-miento, darle un carácter organizado, para así, dentro de loposible, evitar el derramamiento de sangre".

Como ya era imposible evitar que las masas se echarana la calle, el Comité Central exhortó a los bolcheviques a queencabezaran el movimiento inevitable y espontáneo, al objeto

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 394.

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de que transcurriera organizadamente. El GC y su Orga-nización Militar, los comités del partido de Petersburgo y delos distritos efectuaron en aquellas jornadas un colosal tra-bajo de organización y agitación.

Desde la mañana del 4 de julio, los obreros y soldados dela capital salieron a la calle enarbolando las consignas de¡Todo el Poder a los Soviets! ¡Pas sin anexiones! En la ma-nifestación iba más de medio millón de personas, incluidosde 50 a 60 mil soldados y marineros de Kronstadt (la BaseNaval de Kronstadt envió a la capital un destacamento dediez mil hombres)1. De hecho, esta era la última tentativa delos obreros y soldados petrogradenses para obligar a que losSoviets tomaran por la vía pacífica el Poder en sus manos.

Como habían previsto los bolcheviques, la contrarrevolu-ción aprovechó la protesta de los trabajadores para sus fines.El 4 de julio, los elementos reaccionarios burgueses, cadetes ycosacos ametrallaron sin piedad a la manifestación de obrerosy soldados. En varios lugares se produjeron choques arma-dos. Con el bulo de que los bolcheviques estaban relacionadoscon el espionaje alemán, la contrarrevolución hizo titubeara la masa de soldados. Con toda urgencia se pidieron alfrente unidades fieles al Gobierno Provisional: caballería,cosacos, ciclistas y grupos de autos blindados. La mañana del5 de julio los cadetes asaltaron la redacción del periódicoPravda, y al día siguiente, el Gobierno Provisional dispusoque se detuviera y se procesara a los dirigentes de la "acciónarmada contra el poder estatal". Fueron detenidos V. An-tónov-Ovséenko, N. Krilenko, S. Roshal, los miembros de ladelegación del Centrobalt, encabezados por P. Dibenko yN. Jovrin y otros, y una parte de los eseristas de izquierda(P. Proshián, A. Ustínov y P. Shishkó). El Gobierno Provi-sional ordenó detener y entregar a los tribunales a V. I. Le-nin y a otros líderes del Partido Bolchevique.

En días sucesivos se adoptaron resoluciones para la diso-lución o "depuración" de los regimientos de la guarnición

1 En aquellos días, el Centrobalt se mostró como el dueño verdadero de la Flota del Báltico,no permitiendo el envío a Petrogrado de un destacamento de destructores en apoyo del GobiernoProvisional.Ni un solo barco podía hacerse a la mar sin el consentimiento del Centrobalt, que puso bajo sucontrol todos los radiogramas cifrados dirigidos al jefe de la Flota. Se enviaron a la capital dosdelegaciones de marineros revolucionarios para exigir que todo el Poder pasar a los Soviets eimpedir las represalias contra los manifestantes.

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petrogradense que participaron en la manifestación, así comopara la disolución y reelección del Centrobalt. Los cadetes ylos cosacos clausuraron Soldátskaya pravda y destrozaron loslocales de la Organización Militar del CC del POSDR(b).

El nuevo Gobierno Provisional de coalición, que despuésde las jornadas de julio presidió Kerenski, recibió del CECeserista-menchevique de los Soviets plenos poderes. Se acabóla dualidad de poderes. Mencheviques y eseristas entregarondefinitivamente el poder a la burguesía. Sancionaron lasmedidas de castigo contra los bolcheviques y el desarme delos obreros y de los regimientos revolucionarios. Los Sovietsse convirtieron en un simple apéndice del Gobierno Provi-sional.

Los sucesos de julio (del 4 al 14 de dicho mes hubo mani-festaciones, disturbios espontáneos y choques armados en 34ciudades del país) significaron que había terminado la etapapacífica en el desarrollo de la revolución. Comenzó la pre-paración para el combate armado, decisivo, del proletariadocontra la burguesía, que había logrado una victoria temporal.

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9. ¡LA KORNILOVIADANO PASARA!

Enfilando su golpe principal contra el partido de los bol-cheviques, el Gobierno Provisional y las autoridades milita-res arreciaron paralelamente las represiones contra los sol-dados y marineros revolucioarios. Ya el 4 de julio, el AltoMando Supremo exigió acelerar la instrucción de los expe-dientes de incitación "a la clara rebeldía". Después le siguióuna orden prohibiendo los mítines y las asambleas generalesen las unidades del ejército. El 8 de julio, L. Kornílov, Co-mandante del Frente Sudoeste, en un telegrama dirigido alGobierno Provisional planteaba sin rodeos la necesidad deque se aplicaran "medidas de excepción, incluida la pena demuerte, en el teatro de operaciones militares. .." Esta exi-gencia la apoyaron los comisarios del Gobierno Provisionalen el Frente Sudoeste, a la cabeza con el eserista Sávinkov, yel Comandante del Frente Norte, general Klembovski. Sinaguardar la sanción de la superioridad, el 9 de julio Korní-lov ordenó fusilar sin juicio "a todo el que se atreva a deso-bedecer las órdenes de combate". Por último, el 12 de julio,el Gobierno Provisional aprobó un decreto que implantabala pena de muerte en el frente, y el 30 de julio, también enla Marina de Guerra.

La contrarrevolución hacía cuanto podía para aislar alos soldados de las trincheras de la agitación bolchevique.El 7 de julio se dictó la disposición de Kerenski para detenera todas las personas que hagan agitación contra el GobiernoProvisional y contra la ofensiva. Fueron prohibidas las publi-caciones bolcheviques en el ejército de operaciones y some-tidas a la censura militar todas las restantes.

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Debido a la ofensiva de junio y a la necesidad de repo-ner las bajas sufridas por el ejército de operaciones, el Go-bierno provisional destinó al frente en julio y agosto a varioscentenares de miles de soldados de las guarniciones de reta-guardia. Los reaccionarios trataron de utilizar estas medidasextraordinarias para deshacerse de los soldados inseguros encentros proletarios tan importantes como Petrogrado, Moscú,los Urales y el Donbáss. Pero esta "depuración" tenía tam-bién su reverso. Al frente llegaban miles de soldados que lle-vaban a las trincheras las ideas bolcheviques y la experien-cia del trabajo organizativo-propagandístico revolucionario.Los generales y los comisarios de guerra del Gobierno Pro-visional reconocían en sus partes que el ejército de opera-ciones no podría "sanar" mientras la retaguardia siguieraenviando al frente compañías de complemento, integradaspor soldados de tendencia revolucionaria". El desarme y ladisolución de los regimientos revolucionarios se hacía tam-bién en el ejército de operaciones. Todas las cárceles de lazona contigua al frente estaban abarrotadas. Los soldados deorientación revolucionaria tuvieron que desistir temporal-mente de hacer protestas antibélicas activas. También decayóel movimiento pro confraternización.

La camarilla militarista reaccionaria desplegó asimismouna ofensiva minuciosamente amañada contra los comités detropas. Se les retiraron los subsidios monetarios, se cerraronsus imprentas y se hicieron registros y detenciones. En ladeclaración de los comités de compañía de uno de los regi-mientos se decía que después de darse la orden de "detenera todas las personas sospechosas, los mandos la emprendieroncontra las organizaciones de los ejércitos. Encubriéndose conlos slogans de salvación de la patria y de la revolución, confines contrarrevolucionarios comenzaron a sacar de los comi-tés (e incluso de las compañías) a todos los soldados más cons-cientes; a unos los encarcelaban, a otros, los destinaban encomisión de servicios, camuflando estas arbitrariedades delas formas más diversas. . . Los comités de ahora, son igualque antes, con el zar, la Duma de Estado, es decir, en loscomités, podéis hablar y acordar, pero ni os escucharemos nicolaboraremos con vosotros, y en cuanto os extralimitéis, osenchiqueraremos".

Hasta los comités de Frente de Ejército, de Cuerpo deEjército y de División, que actuaban sin contacto con lasmasas de soldados y que se esforzaban por mantenerse en el

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marco de la "legalidad", chocaban cada vez más con lasaltas camarillas militares. Los mencheviques y eseristas, quese habían antrincherado en los comités para poder conser-var sus posiciones, se veían obligados a tener que pedir ayudaa los soldados y marineros.

El Partido Bolchevique, al mismo tiempo que censurabacon dureza la política de los comités conciliadores, que lle-gaban hasta entregar a los bolcheviques a la venganza de lacontrarrevolución, exhortaba a los soldados y marineros asalvaguardar sus organizaciones electivas de los atentados dela reacción. Los bolcheviques advertían que los intentos demenoscabar o restringir el papel de los comités, de frenar suactividad podían llevar a la desorganización y al derrumba-miento plenos del ejército. "La anterior disciplina del paloha desaparecido para siempre. Jamás el soldado ruso se aven-drá a que sea restablecida. Es necesario que los comités con-tinúen regulando la vida del soldado y poniendo freno altorrente de represiones" —se subrayaba en la resolución dela asamblea de delegados de las unidades del 12° Ejército,celebrada bajo la dirección de los bolcheviques.

En una serie de casos, los soldados y marineros revolu-cionarios consiguieron rechazar el embate de la reacción. Asísucedió en el Báltico, donde el mando no se atrevió a desar-mar al Kronstadt "rojo" y en varias unidades de los frentesNorte y Oeste. En algunos sitios se produjeron sublevacionesabiertas de soldados en defensa de sus compañeros, condena-dos a muerte por protestar contra la guerra. Una tras otrallegaban a Petrogrado resoluciones de los comités de solda-dos contra la implantación de la pena de muerte. Los repre-sentantes de 17 regimientos revolucionarios del 12° Ejércitoenviaron el 12 de julio al comité de esta gran unidad unadeclaración en la que se proponía "no adoptar ningunas me-didas extremas, a pesar del telegrama de Kerenski, contralas corrientes internacionalistas y bolcheviques en el Ejército,pues eso puede motivar excesos..."

Con frecuencia, los soldados ponían bajo su custodiadirecta a sus elegidos. Y. Murávnik, miembro de uno de loscomités de Cuerpo del 8o Ejército del Frente Rumano, recuer-da: "Los bolcheviques nos enteramos de que en una reuniónsecreta de la mayoría menchevique-eserista del comité delCuerpo de Ejército se había acordado aislarnos inmediata-mente y mandarnos custodiados a disposición del EstadoMayor del Ejército. Nos distribuimos por los regimientos,

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poniéndonos bajo la protección de la masa de soldados. Losrepetidos intentos de hacernos abandonar la custodia regi-mental no dieron resultado. Cada tentativa de asentarnos lamano encontraba resuelta resistencia por parte de los solda-dos del Cuerpo, quienes amenazaban dejar las trincheras sise nos detenía". Donde los soldados eran pasivos y no defen-dían a sus camaradas, la cruenta represión no se hacíaesperar.

A la sazón, en el ejército y en la Marina de Guerra,donde el proceso de estratificación clasista y autodefiniciónpolítica del personal era muy rápido, se destacaban con bas-tante nitidez tres partes fundamentales: 1) la revolucionaria,que se encontraba bajo la influencia de los bolcheviques;2) la vacilante, compuesta por capas políticamente inmadu-ras de soldados y marineros que aún seguían creyendo en el"defensismo revolucionario"; 3) las fuerzas contrarrevolu-cionarias (la oficialidad, las divisiones cosacas y de caballe-ría, compuestas, en lo fundamental, por capas acomodadasde cosacos y de campesinos, así como los llamados batallonesde "choque" y de "asalto", "batallones de la muerte", etc.,formados por el mando. Al mismo tiempo, se operaba unproceso ininterrumpido de derrubio de las capas inestables yvacilantes, proceso de polarización política de las fuerzas, enel transcurso del cual crecía y se fortalecía la base masiva dela revolución proletaria, que iban creando los bolcheviques.

El partido de los bolcheviques iba haciéndose el centrode atracción de todas las fuerzas de la nación auténticamenterevolucionarias, democráticas y patrióticas.

Viendo en los bolcheviques su adversario principal ytemiendo el ascenso de su influencia, la contrarrevoluciónredoblaba los golpes contra las organizaciones bolcheviques.Durante los meses de julio y agosto fueron clausurados 17periódicos bolcheviques, incluidos 8 militares.

Fueron detenidos muchos bolcheviques y, en primer lu-gar, los miembros de diversos comités. "Nuestra profundaruptura en el frente de Lenin tiene. . . una trascendencia in-comparablemente mayor para Rusia que la ruptura de losalemanes en nuestro Frente Sudoeste" —dijo jactanciosa-mente el príncipe Lvov, ex jefe del Gobierno Provisional—.En varios lugares la contrarrevolución logró, en efecto, em-pujar a los bolcheviques a la clandestinidad. En julio, señalóN. Podvoiski, "el trabajo en el frente se desorganizó bastan-te porque era muy difícil llegar a las trincheras".

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El Partido Bolchevique explicaba a las masas popularescuál era el cariz de los acontecimientos que tenían lugar,llamándolas a guardar tranquilidad y serenidad. Por el mo-mento, la correlación de fuerzas en el país era desfavorablea la revolución, razón por la que las dispersas acciones desoldados y marineros no podrían llevar al éxito. Ya el 6 dejulio el CG del POSDR(b) y el Comité del POSDR(b) dePetersburgo, así como la Organización Militar del GC se diri-gieron a los obreros y soldados con un llamamiento en el quese decía: ". .. comienzan de nuevo jornadas de tenaz agita-ción, educación de las masas atrasadas y atracción a nuestrolado a las provincias.

¡Camaradas obreros y soldados! ¡Os exhortamos a quepermanezcáis tranquilos y serenos! No deis el menor motivopara que la enfurecida reacción os acuse de violencias, nocaigáis en provocaciones. . .

Toda la vida actúa a favor nuestro. La victoria seránuestra. Que no se produzcan ningunos actos irreflexivos.

¡Firmeza, serenidad y tranquilidad tal es nuestra consig-na!

El 10 de julio tuvo lugar una reunión ampliada del GGde la Socialdemocracia del Territorio de Letonia con repre-sentantes del Comité de Riga y de las organizaciones parti-darias de los regimientos rusos y letones. Con motivo de lacrisis de julio y de la mayor actividad desplegada por lacontrarrevolución se acordó una resolución que obligaba alas unidades de tropas a no caer en provocaciones y a noemprender acciones sin el conocimiento y sanción de las or-ganizaciones del partido.

El 13 de julio el Comité del POSDR(b) de Kronstadtinvitó a los soldados y marineros de la plaza a que "guar-daran tranquilidad, serenidad y disciplina de partido", advir-tiendo que "cualquier miembro del partido que cometa actoso llamamientos que lleven a la desorganización será estig-matizado sin compasión como traidor a la socialdemocraciay expulsado de las filas de nuestro partido".

A pesar del desenfreno de la reacción, los bolcheviquesrestablecían sus organizaciones y seguían trabajando entrelos soldados y marineros. El 21 de julio sesionó la Organi-zación Militar del CC del POSDR(b), con participación derepresentantes de las células del partido de las unidades mi-litares. La reunión señaló que los acontecimientos de julioy las detenciones de bolcheviques "obligaron a los pocos conscientes

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cientes a reflexionar en lo que pasaba y llegar a la conclu-sión de que en su lucha y táctica los bolcheviques tenían ple-na razón". Posteriormente, M. Kédrov dijo que "por muchasque fueran las calumnias, los disparates y las bajezas que seadjuntaran a las noticias acerca de Lenin, cada soldado,hasta el más inconsciente, empezaba a ver claro que Leninno quiere la guerra. Este pensamiento calaba en la concien-cia de millones de personas, torturadas y agotadas por lostres años de una guerra singular e hizo que el nombre deLenin adquiriera amplia popularidad en las masas de solda-dos. .."

El prestigio del partido leninista en la mayoría de lasunidades de la guarnición petrogradense y en Kronstadt nosólo no fue quebrantado, sino que incluso acreció. "La con-ciencia de las masas de Kronstadt está estructurada de acuer-do a la línea de los bolcheviques" —dijo I. Flerovski, dele-gado de Kronstadt al VI Congreso del partido. En agosto,según testimonio de V. Nevski, los bolcheviques trabajabande nuevo "a todo vapor" y los contactos del partido con lasmasas se ampliaban un día tras otro. Al día siguiente de laclausura de Golos pravdi, los bolcheviques de Kronstadtcomenzaron a tirar el nuevo periódico Proletárskoe dielo("La causa proletaria"), y el 13 de agosto, en sustitución deSoldátskaya pravda comenzó a publicarse el periódico Soldat("El soldado"). Se reanudó asimismo la salida de otros perió-dicos militares bolcheviques: Pribói ("La resaca") (Helsing-fors), Zvezdá (Reval), Okopni nabat ("La llamada de lastrincheras") (que sustituyó a la "Verdad de las tricheras").El 27 de julio salió en Minsk el primer número del periódicobolchevique Zvezdá.

La Organización Militar del CC del POSDR(b) restable-ció sus contactos con las organizaciones partidarias de losfrentes y flotas. A las bases navales más importantes de laMarina de Guerra fueron enviados nuevos militantes profe-sionales del partido: B. Breslav, a Kronstadt; A. Shotman,a Helsingfors, y N. Ostróvskaya, a Sebastopol.

La acometida de la reacción obligó a cambiar las formasy métodos del trabajo de los bolcheviques entre las tropas.M. Kokovijin, miembro del POSDR desde 1903, que se en-contraba en el ejército de operaciones, recuerda: "El cambiode la situación hizo modificar las formas del trabajo de par-tido. Bajo el terror, la agitación comenzó a realizarse, pre-ferentemente, en pequeños grupos. Los reaccionarios del frente

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quisieron nuevamente encerrar en la clandestinidad alos bolcheviques. Pero esto no era nada nuevo para nosotros,acostumbrados a trabajar en cualesquiera situaciones, y nues-tra labor no cesó". El mando militar tuvo también que reco-nocer que en el frente continuaba la actividad de los bol-cheviques, la cual, no obstante, comenzó a revestir un carác-ter oculto, de trabajo clandestino.

El fin de la dualidad de poderes, que significaba que eldesarrollo pacífico de la revolución era imposible, exigió delPartido Bolchevique la elaboración de una táctica y consignasde lucha nuevas. En base del análisis minucioso de la situa-ción política, creada después de los sucesos de julio,V. I. Lenin trazó una nueva línea táctica de partido: el rum-bo a la preparación de la insurrección armada. "El objetivode la insurrección armada sólo puede ser el paso del Poder amanos del proletariado —decía—, apoyados por los campe-sinos pobres, a fin de realizar el programa de nuestro par-tido"1.

Nuevamente se puso al orden del día la consigna detransformar la guerra imperialista en guerra civil contra laburguesía nacional. Debido a que los líderes de los eseristasy de los mencheviques, que aún conservaban sus posicionespredominantes en los Soviets, traicionaron definitivamentela causa de la revolución, Lenin propuso retirar temporal-mente la consigna de ¡Todo el Poder a los Soviets!. A tenorde las nuevas condiciones Lenin exigía reestructurar todo eltrabajo del partido, encauzando sus esfuerzos fundamentalesa la preparación sistemática del golpe armado decisivo contrala burguesía.

La nueva línea táctica, elaborada por V. I. Lenin, fueaprobada por el VI Congreso del POSDR(b), reunido del26 de julio al 3 de agosto de 1917 en Petrogrado. Partici-paron también en sus deliberaciones los delegados de la Orga-nización Militar del CC del POSDR(b) y los delegados deotras seis grandes organizaciones militares (Moscú, Víborg,12° Ejército y otras). Una veintena de delegados al Congresorepresentaban a ocho bases navales del país. Además, en elCongreso hablaron en nombre de los soldados los delegadosde las organizaciones del partido de Minsk, Tiflís y otras.

El Congreso dedicó gran atención al trabajo de las orga-nizaciones militares bolcheviques. N. Podvoiski informó a los

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 195.

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delegados acerca de la actividad de la Organización Mili-tar del CC del POSDR(b); E. Yaroslavski, sobre el trabajomilitar que se hacía en Moscú; K. Rimsa, de la labor querealizaba la organización del 12° Ejército; V. Zalezhski yI. Flerovski hablaron en nombre de los bolcheviques de laFlota del Báltico y de las tropas dislocadas en Finlandia;A. Miasnikov ilustró cuál era la situación en el Frente Oeste,y los delegados P. Mostovenko y S. Kavtaradze dieron cuen-ta de cómo marchaba el trabajo de partido en los frentesRumano y del Cáucaso.

Los informes pusieron en claro que el partido había lo-grado éxitos remarcables tanto en las guarniciones de reta-guardia como en el ejército de operaciones y en la Marinade Guerra, especialmente en el 12° Ejército y en la Flota delBáltico. Según Zalezhski, en los cruceros y acorazados deesta última los marineros eran bolcheviques o simpatizabancon ellos, con la particularidad de que muchas tripulacio-nes se habían adherido a los bolcheviques después de losacontecimientos de julio. A. Dizbit, delegado por la Social-democracia de Letonia, transmitiendo al Congreso el saludode 23 regimientos revolucionarios del 12° Ejército, relataba:"La Plana Mayor nos provoca para que nos sublevemos, puesve cómo crece nuestra influencia y teme que el 12° Ejércitose convierta en un "ejército rojo" ".

A propuesta de los delegados que se encontraban en lastropas, se acordó formar en el Congreso una sección militarespecial, la cual, después de analizar los métodos de trabajoen el ejército, reconoció como necesario celebrar conferen-cias y congresos de los bolcheviques de cada Frente, asegu-rar la recepción regular de publicaciones en las trincheras yestablecer contactos estrechos entre las organizaciones mili-tares del frente con los comités del partido de retaguardiapróximos a la zona de operaciones. La sección aprobó la"existencia de un órgano militar central especial del CCbajo su dirección permanente y directa, órgano que orientaratodo el trabajo diario del partido entre los militares con laayuda de sus centros regionales, distritales y locales de laretaguardia y del frente, los cuales, a su vez, también haríansu labor local bajo la dirección de las organizaciones gene-rales locales del partido y de sus colectividades dirigentes".

El periódico Rabochi y soldat ("El obrero y el soldado"),órgano central del partido, publicó informes sobre las deli-beraciones de la sección militar, que sirvieron de base para

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el trabajo práctico de las organizaciones militares bolchevi-ques en la nuevas condiciones. Consolidando incesantementesus posiciones en el ejército y en la Marina de Guerra, elpartido seguía incorporando capas cada vez más amplias demarineros y soldados a la lucha activa por la satisfacciónde las necesidades apremiantes del pueblo, lo que despertabala energía revolucionaria de éstos y contribuía al aumentode su conciencia política. Los últimos se convencían por pro-pia experiencia de que el pueblo no podría recibir de manosdel Gobierno Provisional burgués ni paz, ni pan, ni libertad.Todo esto los hacía afrontar de lleno la cuestión del Poder,el problema cardinal de la revolución.

Entre tanto, en el país iban madurando nuevos grandesacontecimientos. En la segunda quincena de julio, la reac-ción emprendió los preparativos directos para un pronun-ciamento militar contrarrevolucionario. El CC del partidode los demócratas-constitucionalistas se convirtió en su Esta-do Mayor político y, prácticamente, la organización del com-plot se le encomendó al Cuartel General, encabezado por elgeneral Kornílov1, nuevo Alto Mando, al que se reservabael papel de dictador militar.

El 16 de julio se celebró en el Cuartel General unareunión de los jefes de los frentes y los ministros del Gobier-no Provisional. Sus partícipes reconocieron como necesario"restituir la autoridad disciplinaria a los jefes", restablecerla autoridad de los oficiales, estirpar toda política del ejér-cito, prohibir la agitación bolchevique, implantar la pena demuerte, no sólo en el frente, sino también en la retaguardia,así como circunscribir exclusivamente la actividad de loscomités a las funciones administrativas, de la vida del solda-do y culturales-educativas. Era todo un programa completode actos contrarrevolucionarios, aprobado para que Kerens-ki lo cumpliera con toda firmeza.

La Conferencia de Estado, convocada en Moscú el 12 deagosto, fue un eslabón de importancia en la consolidaciónde las fuerzas contrarrevolucionarias y en la elaboración delprograma de acción de los golpistas. Kornílov hizo un dis-curso en ella, exigiendo que se adoptaran las medidas másenérgicas contra la revolución tanto en el frente como en laretaguardia. La apoyaron los generales Alexéiev y Kaledin,

1 Kornílov fue designado Alto Mando Supremo el 18 de julio de 1917.

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el ultrarreaccionario Shulguín y los líderes conciliadores, conKerenski a la cabeza. El jefe del Gobierno Provisional ase-guró que aplastaría "a hierro y fuego" el movimiento revo-lucionario.

El 21 de agosto, Kornílov entregó Riga a los alemanes,dejando así libre el camino a Petrogrado. Al mismo tiempoque cometía tamaña felonía acusaba a los soldados revolu-cionarios de traición y cobardía, a pesar de que los seguido-res de Kerenski —el eserista Sávinkov, que administraba elministerio de la Guerra, y el menchevique Voitinski, comi-sario adjunto del Frente Norte— reconocieron que de todoslos regimientos que operaban en la zona de Riga, las unida-des con influencia bolchevique eran las más firmes y aptaspara el combate.

La calumnia de los kornilovianos contra los soldados ymarineros revolucionarios provocó una indignación extremaen el ejército y en la Flota. El 27 de agosto, los marinerosde los navios surtos en el Golfo de Riga protestaron enérgi-camente contra esta falsedad, calificándola como intentodifamatorio de toda la Flota revolucionaria del Báltico ydeclarando que lucharían con todas sus fuerzas "tanto contrael enemigo exterior como contra el enemigo de la revolu-ción".

La burguesía rusa aliada a la camarilla militar se lanza-ba a un claro delito de lesa patria y de traición abierta. Lospersonajes principales en la preparación del golpe de Esta-do contrarrevolucionario fueron los líderes demócratas- cons-titucionalistas y de los octubristas Miliukov y Rodzianko, losgenerales Alexéiev, Kornílov, Denikin, Kaledin, Márkov,Krímov y los eseristas Sávinkov y Filonenko, comisarios delGobierno Provisional. Al papel de dictador, además de Kor-nílov, pretendía también Kerenski. Pero mientras que Kor-nílov era partidario de acciones rápidas y resueltas y de noandarse con rodeos, el demagogo Kerenski, en cambio, mani-festaba indecisión e intentaba camuflar sus designios bona-partistas con frases seudodemocráticas.

Durante el período preparatorio de la sedición contrarre-volucionaria arreciaron aún más las represiones contra lossoldados. Se dieron varias nuevas disposiciones, enfiladas aponer coto a la influencia revolucionaria de la retaguardiaen el ejército de operaciones. Se dictaron órdenes para laaplicación de castigos severos por la confraternización conel enemigo. El 1 de agosto Kornílov ordenó que "en el caso

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de confraternización abierta de grupos enteros abrir inme-diatamente sobre ellos fuego de artillería y de ametrallado-ras. . . si el enemigo entra en nuestro dispositivo con fines deconfraternización, no hacer prisioneros, sino pasarlos a bayo-neta en el sitio y colgar sus cadáveres de las alambradasy, ... a nuestros soldados, por intentos de confraternizar,entregarlos al consejo de guerra revolucionario acusados detraición". El 17 de agosto el Gobierno Provisional hizo pú-blica una disposición, según la cual, las penas capitales delos llamados consejos de guerra revolucionarios deberían serejecutadas en cuanto las sancionaran el Comandante delEjército y el comisario.

Llevando a la práctica su plan tramado, Kornílov or-denó a las tropas que le eran fieles (en lo fundamental, uni-dades cosacas y "batallones de choque") emprender el 25 deagosto la marcha hacia Petrogrado. Sobre la capital se cer-nía una seria amenaza. El Gobierno Provisional no estabaen condiciones de hacer frente a Kornílov, y más aún, si setiene en cuenta que el propio Kerenski estaba secretamenteconfabulado con los facciosos, y sólo el temor de perder elpoder le obligó, en el último instante, a separarse de la aven-tura del generalote.

El Partido Bolchevique fue la fuerza que levantó a lasmasas populares a la lucha contra la sublevación contrarre-volucionaria. Los bolcheviques supieron, además, utilizarhábilmente las contradicciones existentes en el campo de lacontrarrevolución y las vacilaciones de la pequeña burgue-sía. No llamaron a derrocar en el acto a Kerenski, pero, almismo tiempo que daban batalla al general faccioso, seguíandenunciando la política antipopular del Gobierno Provisio-nal. "Vamos a combatir y combatimos a Kornílov, como lohacen las tropas de Kerenski, pero nosotros no apoyamos aKerenski, sino que desenmascaramos su debilidad, ésa es ladiferencia. Es una diferencia bastante sutil, pero archiesen-cial y no se la puede olvidar"1 —decía V. I. Lenin.

Los bolcheviques, al propio tiempo que movilizaban a lasmasas para salvar al país del desastre militar y de la contra-rrevolución interior, reforzaban la agitación para que se lle-varan a cabo las exigencias revolucionarias. Entre estas últi-mas figuraban armar a los obreros, poner las fincas de losterratenientes a disposición de los comités de campesinos,

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 225.

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implantar el control obrero sobre la producción y nacionali-zar varias ramas de la industria, poner orden a los Abastos,democratizar totalmente el ejército y la Marina de Guerray prohibir todas las represalias contra los soldados, obrerosy campesinos revolucionarios. El partido llamó a todos loselementos democráticos a cohesionarse en torno al proleta-riado en aras de "la movilización decisiva de las fuerzasrevolucionarias, la única que puede salvar a la revoluciónrusa —este foco de la revolución mundial— del derrumba-miento exterior y de la derrota interior". Los bolcheviquesexigían también que se encarcelase a los cabecillas contrarre-volucionarios en la retaguardia y en el frente, que se armaraa los obreros petrogradenses y que se trajeran a la capitaltropas revolucionarias de Kronstadt, Helsingfors y Víborg.

El CC del POSDR(b), el Comité de Petrogrado, la Or-ganización Militar del CC, el Consejo Central de los ComitésFabriles y la minoría bolchevique del Soviet de Petrogradolanzaron un llamamiento especial A todos los trabajadores, atodos los obreros y soldados de Petrogrado, en el que losbolcheviques esclarecían a las masas que el triunfo de la fac-ción contrarrevolucionaria de la burguesía acabaría restau-rando el viejo régimen, exhortándolas a levantarse en defen-sa de la revolución. "¡Soldado —se decía en el llamamiento—¡En nombre de la revolución, adelante, contra el generalKornílov!".

En Petrogrado, respondiendo a la llamada de la Organi-zación Militar se aprestaron para el combate las unidadesrevolucionarias de la guarnición y la Guardia Roja, que yaentonces contaba con unos 40-50.000 hombres. La Organi-zación Militar creó en su seno una sección especial de ins-trucción militar, encargada de llevar el registro, armar y deadiestrar a los destacamentos de guardias rojos. El 27 y 28de agosto, los órganos directivos del Partido Bolchevique tu-vieron reuniones con los representantes de los regimientosde la guarnición de la capital, durante las cuales se trazó elplan para el aplastamiento de la korniloviada. Convocadospor la Organización Militar, en muchas unidades se celebra-ron mítines y asambleas. Paralelamente, los bolcheviquesdesplegaron una extensa agitación entre las propias tropaskornilovianas, explicando a los soldados que Kornílov era unenemigo de la revolución.

A la División salvaje, compuesta en su mayor parte pormontañeses del Cáucaso que hablaban mal el ruso, y en la

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cual Kornílov cifraba especialmente sus esperanzas, se envióuna delegación integrada por montañeses que explicó a losengañados soldados quién y con qué fines los enviaban con-tra la capital. Los agitadores esclarecieron a soldados y cosa-cos que no los enviaban a la capital para liquidar desórdenes,sino para meter en cintura a los que eran como ellos, a lossoldados y obreros que exigían paz y pan. Esta agitación hizoque las unidades kornilovianas, una tras otra, fueran negán-dose a marchar sobre Petrogrado.

Los obreros y los soldados revolucionarios de Petrogradofueron los primeros en alzarse a la lucha contra los genera-les facciosos. Los destacamentos de guardias rojos y las uni-dades revolucionarias de la guarnición de la capital salieronal encuentro de las tropas kornilovianas.

Respondiendo a la llamada de los bolcheviques acudíande todas las partes a Petrogrado las unidades fieles a larevolución. El Centrobalt, que después de las jornadas dejulio lo encabezaban los elementos conciliadores, presionadopor los marineros, ocupó de nuevo una posición revoluciona-ria, declarando que la "Flota del Báltico, defendiendo losintereses de la revolución y la patria, no permitirá que loselementos contrarrevolucionarios tomen en sus manos lasriendas de Rusia". Kronstadt destacó a Petrogrado 5.000marineros y soldados; Víborg, 1.500 soldados, y de Helsing-fors y Reval llegaron varios destructores.

Por iniciativa de los bolcheviques y con el apoyo de lossoldados y marineros revolucionarios, en los días de luchacontra la korniloviada se crearon comités militares revolu-cionarios, órganos operativos que dieron combate a la con-trarrevolución. La mayoría de los comités los encabezaronbolcheviques, los cuales supieron arrastrar a la lucha contrala korniloviada a una parte de los miembros de base eseris-tas y mencheviques. En un centenar, aproximadamente, deciudades y en el ejército de operaciones se instituyeron ór-ganos extraordinarios de lucha contra la sedición, que tam-bién fueron formados en todas las bases navales más impor-tantes, a excepción de Sebastopol y Murmansk.

Los soldados y sus organizaciones montaron un controlrevolucionario que vigilaba los actos de los mandos. En al-gunos casos, los soldados represaliaron a los oficiales másreaccionarios que estimaron comprometidos con el complotde los generales, pues consideraban a la korniloviada, antetodo, como un intento de retrotraer el ejército al odiado pasa-

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do, a los batallones disciplinarios, a las horcas y a los fusila-mientos.

En el Frente Norte los comités de tropas actuaban enestrecho contacto con los Soviets y las organizaciones revo-lucionarias locales. El 28 de agosto, por iniciativa de los bol-cheviques, se formó un Comité Militar Revolucionario anejoal Soviet de Helsingfors, al comité regional del ejército, dela Flota, de los obreros de Finlandia y del Gentrobalt, com-puesto por 24 personas y presidido por A. Kovriguin. EsteComité destacó sus comisarios a todas las unidades militaresy puntos de importancia, estableciendo en ellos un controlrevolucionario. La tentativa de enviar las tropas cosacassobre Petrogrado fue abortada.

En el Frente Oeste, donde se encontraba el Cuartel Gene-ral, centro de la facción, la lucha revistió un carácter máscomplejo. No obstante, los bolcheviques también supieron allíencabezar y organizar a los soldados revolucionarios contrala intentona de Kornílov. Se instituyeron un Comité Revolu-cionario de Frente y el Estado Mayor de las tropas revolu-cionarias de la zona de Minsk, los cuales establecieron sucontrol en los nudos de ferrocarril y arrestaron a los oficia-les reaccionarios. Estas medidas valieron para que el CuartelGeneral quedara aislado del frente y las tropas que habíapuesto en marcha sobre Petrogrado fueran ganadas por laagitación y paradas por los destacamentos revolucionarios.

En el Frente Sudoeste, donde la korniloviada recibió ungran apoyo por el Estado Mayor del frente, las masas desoldados, dirigidas por las organizaciones revolucionarias,dieron también al traste con los planes del generalato. Deni-kin, Márkov y otros generales contrarrevolucionarios fuerondetenidos. Los comités de tropas del Frente tomaron parteactiva en la localización y aplastamiento de las fuerzas con-trarrevolucionarias. En Moguiliov-Podolski, sede del EstadoMayor del 8° Ejército, el comité de esta gran unidad puso el29 de agosto bajo su control todos los medios de transmisio-nes, las disposiciones de los altos jefes militares, encarcelóa los partidarios de Kornílov y prohibió ausentarse del Ejér-cito sin la sanción del comisario o de los comités, etc.

En las flotas y flotillas el pronunciamiento kornilovianoprovocó también la ira y la indignación de los marinerosrevolucionarios. Recorrió todo el Báltico una poderosa olea-da de reuniones y mítines, exigiendo aplastar a la contrarre-volución, castigar con mano dura a los facciosos y establecer

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el poder de los obreros y los campesinos. Resoluciones idén-ticas se aprobaron en el acorazado Petropávlovsk, en el dra-gaminas Udárnik, en las tripulaciones de Abo, en las unida-des marítimas y costeras del Golfo de Riga, etc.

También los marineros de la Flota del Mar Negro selevantaron contra los kornilovianos. Bajo su presión, el So-viet de Sebastopol y los comités de los buques y las unidadesllevaron a cabo, como en el Báltico, una serie de medidasrevolucionarias. Entre los marineros de esta cuenca comenzóun rápido ascenso de la influencia bolchevique. N. Ostróvs-kaya, dirigente de los bolcheviques de Sebastopol, comunicóal CC del partido que el bolchevismo no crecía por días,sino por horas, y que las masas "llegan a nosotros igual quela marea de la pleamar".

La asamblea de comités de compañía y navio, celebradaen Arjánguelsk el 29 de agosto, declaró que todos los marine-ros y soldados de las unidades de costa estaban dispuestos aluchar con las armas "en defensa de la Patria y a dar susangre por la libertad conquistada". El 30 y el 31 de agostohicieron análogas declaraciones los marineros de las flotillasSiberiana y del Caspio.

El pronunciamiento korniloviano careció de amplia ysólida base de apoyo en el frente. Sólo contaba con la oficia-lidad reaccionaria, algunas unidades cosacas y los "batallo-nes de choque". Además, las tropas contrarrevolucionariasestaban diseminadas y extendidas en grandes distancias. Lasmasas de soldados y marineros se lanzaron resueltamentecontra el complot reaccionario, contra los intentos de asfi-xiar a la revolución. Después de Febrero, el ejército habíapasado por una buena escuela de desarrollo político y yatenía cierta experiencia de lucha revolucionaria. La trage-dia de la ofensiva de junio, la implantación de la pena demuerte en el frente, el desmantelamiento de las organizacio-nes bolcheviques, las detenciones y fusilamientos de soldadosy las persecuciones de los comités, todo esto ensanchaba dia-riamente el abismo abierto entre los soldados y las altas es-feras del mando.

La lucha contra la korniloviada fue un nuevo y fuerteimpulso para seguir revolucionando a las masas de soldadosy marineros. V. I. Lenin señaló que "La sublevación deKornílov ha evidenciado plenamente que el ejército, todo elejército, odia al Cuartel General" 1. Por eso la campaña de

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 238.

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los generales contra la revolución fue liquidada con relativafacilidad, sin serios choques armados. La poderosa fuerzarevolucionaria del proletariado, de las masas de soldados ymarineros barrió en unos días el motín abierto de la contra-rrevolución.

Apreciando los acontecimientos relacionados con el aplas-tamiento de la korniloviada, V. I. Lenin dijo: "La significa-ción histórica de la sublevación de Kornílov estriba precisa-mente en que abrió con fuerza extraordinaria los ojos delas masas del pueblo sobre esta verdad que con frases conci-liatorias encubrían y siguen encubriendo los eseristas y men-cheviques, a saber: que los terratenientes y burgueses, con elPartido Demócrata Constitucionalista a la cabeza, y con losgenerales y oficiales a su lado, se han organizado y estándispuestos a cometer y cometen los crímenes más inauditos,que son los de entregar Riga (y tras ella, Petrogrado) a losalemanes, dejarles abierto el frente, entregar los regimientosbolcheviques al fusilamiento, iniciar un motín, hacer mar-char las tropas sobre la capital, con la División salvaje a lacabeza, etc., etc.; todo ello para que la burguesía tome elPoder íntegro en sus manos, para afianzar al Poder de losterratenientes en el campo y anegar el suelo del país con lasangre de los obreros y campesinos"1.

El aplastamiento de la korniloviada fue el momento deviraje en el camino de ganarse el Partido Bolchevique lamayoría del pueblo, del ejército y de la Marina de Guerra.A últimos de agosto y primeros de septiembre de 1917, elproceso de bolchevización de las fuerzas armadas había da-do un gran paso, había aumentado considerablemente elprestigio del partido de los bolcheviques a los ojos de solda-dos y marineros. V. I. Lenin subrayó que la mayoría de sol-dados y obreros de ambas capitales siguió al partido, preci-samente, en el otoño de 1917. Esta mayoría "... es, pura yexclusivamente, fruto de la historia de los meses de julio yagosto, de las enseñanzas de las "represalias" contra losbolcheviques y de las enseñanzas de la korniloviada"2. Lasmasas se persuadieron de la justeza de las consignas del par-tido leninista.

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 237.2 Ibídem, pág. 394.

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10. EN VISPERASDE OCTUBRE

La korniloviada mostró a las masas que para Rusia sóloexistían dos caminos: o la dictadura contrarrevolucionaria,la prosecución de la guerra, el desbarajuste económico y,a fin de cuentas, la pérdida de la independencia nacional,o el paso del poder a manos de la clase obrera y del campe-sino pobre, encabezados por el partido de los bolcheviques.

La lucha contra la korniloviada reanimó a la vida polí-tica activa a los Soviets, desembarazándolos de las trabasde la política conciliadora de los mencheviques y eseristas.Muchos fueron los Soviets que en las jornadas del aplasta-miento de la korniloviada ya ejercieron las funciones depoder en las localidades. Se operó asimismo un viraje de im-portancia en la conciencia de una parte considerable de losmiembros de "base" eseristas y mencheviques, contribuyendocon ello a que se formase un frente revolucionario único detrabajadores. Esto propició que se pudiera llegar a un com-promiso entre los bolcheviques y los partidos pequeñobur-gueses para el paso pacífico del Poder estatal a los Soviets.Con su resolución Acerca del Poder, aprobada el 31 de agos-to, el Comité Central del Partido Bolchevique se dirigió alCEC menchevique-eserista de los Soviets, proponiéndoleconstituir un gobierno revolucionario sin burguesía y sinsus partidos sobre la base de los Soviets, a los que en aque-llos momentos apoyaba la mayoría del pueblo y del ejército.

Pero los líderes eseristas y mencheviques no quisieronaprovechar esta última posibilidad para el desarrollo pací-fico de la revolución. En cuanto se acabó con la korniloviada

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volvieron a deslizarse "al cenagal de sucias y felonas tran-sacciones con los demócratas-constitucionalistas"1. La vidamostró que era imposible llegar a un acuerdo con el ala de-fensista de los mencheviques y eseristas. ". . .Nosotros rompe-mos definitivamente con esos partidos, pues ellos han trai-cionado a la revolución"2 —dijo Lenin en septiembre de1917.

Después de la derrota de Kornílov, las posiciones de losmencheviques y eseristas en los Soviets comenzaron a debili-tarse con rapidez. En septiembre pasó a manos de los bolche-viques la dirección del Soviet de Petrogrado de DiputadosObreros y Soldados. Se intensificó a ojos vistas la bolche-vización de los Soviets en todo el país. En varias zonas in-dustriales los bolcheviques encabezaron casi todos los Soviets,desde los provinciales hasta los distritales, urbanos y de al-dea. La marcha de los acontecimientos permitió que el par-tido planteara de nuevo la consigna de ¡Todo el Poder a losSoviets!, retirada temporalmente por el VI Congreso. Ahorase trata ya de unos Soviets renovados, bolchevizados.

Por aquel entonces se vislumbró la entrada en bloque delos bolcheviques con el ala izquierda del partido eserista.Los miembros de "base" eseristas desistían cada vez más dela política de sus dirigentes, que trataban de salvar el poderde la burguesía. Los eseristas de izquierda propugnaban lacreación de un gobierno socialista "homogéneo" que respon-diera ante los Soviets, la conclusión inaplazable de un ar-misticio, establecimiento del control obrero sobre la pro-ducción y distribución, la entrega de la tierra a los comitésde campesinos, el cese de las persecuciones a los bolchevi-ques y la derogación de la pena de muerte en el ejército deoperaciones. A pesar de sus grandes vacilaciones en una seriede problemas de importancia, los eseristas estaban en aque-llos momentos con los bolcheviques, ocupando un lugar enel extremo flanco izquierdo de la democracia pequeñobur-guesa. Además, representaban a la sazón una fuerza políti-ca plenamente real, pues los seguía aún una parte considera-ble de los campesinos, soldados y marineros. Por eso Lenininvitaba al partido "a formar un bloque con los eseristas deizquierda, que es el único que puede darnos un poder sólidoen Rusia y la mayoría en la Asamblea Constituyente"3.

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 34, pág. 262.2 Ibídem, pág. 296.3 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 34, pág. 266.

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Aunque el bloque de los bolcheviques y los eseristas deizquierda no fue sancionado por ningún acuerdo oficial inter-partido, desempeñó un gran papel en la incorporación al ladode la revolución de las masas de campesinos y soldados. "Esindudable que la mayoría del país sigue a los bolcheviques,apoyados por los eseristas de izquierda, apoyo que realmen-te existe ya hace mucho"1 —dijo V. I. Lenin a comienzos deoctubre de 1917.

Rusia atravesaba una profunda crisis que comprendía atoda la nación. Las masas estaban decepcionadas por la polí-tica del Gobierno Provisional coalicionista. Por todo el paísse extendía y tomaba fuerza el movimiento obrero y campe-sino, cada vez más apoyado por los soldados y marineros2.

El poder de la burguesía se tambaleaba. El ejército casino obedecía al gobierno burgués. El proceso de bolcheviza-ción de las masas de soldados y marineros era incontenible."Hemos visto —dijo en septiembre de 1917 V. I. Lenin—,que las tropas finlandesas y la Flota del Báltico se han se-parado por completo del gobierno. Vemos la declaración deloficial Dubásov3, no bolchevique, quien dice en nombre detodo el frente, y con palabras más revolucionarias que todoslos bolcheviques, que los soldados no combatirán más. Vemoslos informes gubernamentales diciendo que los soldados están"nerviosos", que es imposible responder del "orden" (es decir,de la participación de esas tropas en el aplastamiento dela insurrección campesina). Vemos, por último, la votaciónen Moscú (se refiere a las elecciones a las dumas distritales.(N. de la Edit.), donde catorce mil soldados de diecisiete milvotan a favor de los bolcheviques"4.

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed.. t. 34, pág. 344.2 Para aquella época eran característicos los casos de apoyo en masa de las acciones

obreras por los soldados y marineros. Así, los marineros revolucionarios de las flotas del Bálticoy del Mar Negro respondieron calurosamente a la huelga general de ferroviarios esta- llada afinales de septiembre, mientras que los petroleros de Bakú eran apoyados por los marineros dela Flotilla del Caspio, un representante de los cuales declaró que ellos "prometen ayudaexhaustiva a los obreros, llegando hasta el empleo de la fuerza armada contralos capitalistas..." Durante la huelga de los portuarios de Arjánguelsk, fue incluido en el comitéde huelga un delegado del CC de la Flotilla del Océano Glacial Ártico.

3 Se tiene en cuenta la intervención en la sesión del Soviet de Petrogrado el 21 deseptiembre del oficial Dubásov, llegado del frente, el cual declaró: "Por más que ustedes hablenaquí, los soldados no combatirán más".

4 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 402.

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El afán de lograr a toda costa la paz, el deseo de reci-bir lo antes posible los campos de los terratenientes, la in-dignación contra los oficiales contrarrevolucionarios y elpoder burgués en su conjunto y el horrible cansancio porla vida de trincheras, he ahí lo que determinaba el estadode ánimo de las masas de soldados y marineros después dela korniloviada. Las órdenes de los mandos eran discutidasy criticadas incesantemente, la negativa a realizar ejerci-cios y obras militares se convirtió en un fenómeno ordina-rio, el prestigio de los comités conciliadores decayó sensible-mente.

Sólo en octubre, por datos incompletos del Cuartel Gene-ral, en el frente hubo siete sublevaciones importantes de sol-dados, que hubo que sofocar por las armas, más de 100 ne-gativas a cumplir las órdenes de combate y más de 160 casosde negarse colectivamente a hacer la instrucción y a realizartrabajos. Además se registraron muchos choques de solda-dos con los oficiales y los generales, así como exigencias deexpulsar del ejército a los jefes más reaccionarios. Hubo 34unidades militares que abogaron abiertamente en mítines oasambleas de los comités por que se firmara la paz. Se men-cionaban también varias decenas de asaltos a las fincas delos terratenientes por los soldados. Mientras que en agostose produjeron unos 100 plantes diversos de soldados, en sep-tiembre ya pasaron de 200 y en octubre se remontaron amás de los 500. Durante los meses de septiembre y octubre enlas guarniciones de retaguardia hubo unas 450 protestas desoldados ( negativa de salir para el frente, "desacato", in-fracción de la disciplina, etc. ).

En el frente arreciaba a ojos vistas el movimiento proconfraternización, se hacía más masivo y organizado. Susiniciadores eran ahora más a menudo los comités de com-pañía, batallón y de regimiento. Según nuevos cálculos, ba-sados en el análisis de un extenso círculo de fuentes informa-tivas, sólo en el mes de octubre pasaron de 400 los casos deconfraternización.

De la moral y sentimientos de los soldados torturados porla guerra habla elocuentemente la resolución del mitin del4o Regimiento Nesvizhski de granaderos, reunido en octubreen Moscú: "Estamos hambrientos. Estamos desnudos. Esta-mos descalzos. Estamos cansados. Así no podemos seguir.Cada día es peor nuestra situación, cada día amenguanmás nuestras filas. . . La continuación de la guerra es un cri-

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men justificable con nada. Sólo es un derramamiento inútilde sangre, de víctimas inútiles, de inútiles pérdidas territo-riales. La continuación de la masacre encierra posibilidadesenormes para la contrarrevolución...

¡Basta de guerras! ¡Basta de sangre!¡Paz! ¡Se necesita una paz impostergable! ¡Paz a cual-

quier precio!Sólo la paz puede salvar a Rusia y a la libertad.¡Exigimos que nos den la paz! Reintégrennos al trabajo. . .

devuélvannos a nuestros hogares. . .¡No podemos esperar más!".Los soldados ya no se recataban de decir en voz alta que

abandonarían el frente y se marcharían a sus casas. Losbolcheviques se convirtieron para ellos en la última esperan-za. Era la única fuerza que podía traer la paz al pueblo. "Ex-presan simpatía por Lenin, el cual ya hacía mucho que habríaconcertado la paz" —comunicaban acerca de los ánimos delos soldados del Ejército Especial—. "Debemos hacernostodos bolcheviques y entonces habrá paz" —decían los sol-dados en las trincheras.

En septiembre-octubre se intensificó el proceso bolchevi-zador de los comités de tropas, particularmente en los de labase: de compañía, batallón y regimiento. En los frentesNorte y Oeste, próximos a los centros proletarios, este pro-ceso era más violento e impetuoso. El programa bolcheviquede la salida revolucionaria de la guerra fue convirtiéndoseen programa de acción para una gran parte de las fuerzasarmadas.

El 10 de septiembre, la asamblea de delegados de 23 regi-mientos de infantería siberianos y letones del 12° Ejércitodel Frente Norte, que formaban el bloque izquierdista, alque seguía la mayoría de los soldados, se pronunció por laentrega inmediata del Poder a los Soviets y de la tierra alos campesinos, por la firma de la paz, por la destituciónde los jefes contrarrevolucionarios y por el excarcelamien-to de todos los pertenecientes a las corrientes de izquierda.Del 9 al 14 de septiembre se celebró en Helsingfors elIII Congreso Regional del Ejército, de la Flota y de losObreros de Finlandia1, el cual aprobó en su totalidad la reso-lución propuesta por el bloque izquierdista. En el Comité

1 Desde 1809 hasta 1917, Finlandia formaba parte del Imperio.

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Regional nuevamente elegido entraron 37 bolcheviques, 26eseristas de izquierda y 2 mencheviques internacionalistas.Presidió el comité I. Smilga, miembro del CC del POSDR(b).De hecho, el Comité concentró en sus manos la plenitud delpoder revolucionario en la zona de dislocación de las tropasrusas en Finlandia. Las unidades allí acantonadas no podíancumplir ni una sola disposición del Gobierno Provisionalsin el visto bueno del Comité.

La sesión plenaria del Centrobalt, en la que tomaronparte representantes de 80 comités de barco, acordó el 19 deseptiembre que la Flota no acata las disposiciones del Gobier-no Provisional y que no lo reconoce. Esta resolución fueapoyada por el Comité Regional del Ejército, de la Flota yde los Obreros de Finlandia, por el Soviet de Helsingfors, lasección naval de Kronstadt y otros varios comités, así comopor las tripulaciones de muchos buques y por las unidadesdel servicio de costas. El 19 de septiembre, el marineroP. Shishkó, de la Flota del Báltico, declaró desde la tribunade la llamada Conferencia Democrática, convocada por losdirigentes eseristas y mencheviques del CEC de los Soviets,que "el gobierno coalicionista no tiene la confianza ni elapoyo de los marineros de la Flota del Báltico ni de la guar-nición de Finlandia".

No tardó en reunirse el II Congreso de Representantesde la Flota del Báltico, en el que la mayoría aplastante devotos pertenecía a los bolcheviques y eseristas de izquierda.El Congreso aprobó un nuevo Reglamento del Centrobalt,el cual reafirmaba que todas las órdenes a la Flota (exceptolas de operaciones) no se considerarían válidas sin el vistobueno del Comité. Se introdujo el instituto de comisarios delCentrobalt en los barcos, Estados Mayores y unidades de laFlota. Para el 16 de octubre terminaron las elecciones alnuevo Comité. Otra vez presidió el Centrobalt P. Dibenko,sacado de la cárcel. El bloque de izquierdas obtuvo casi el70% de los puestos.

El 2 de octubre se reunió en Víborg el II Congreso del42° Cuerpo de Ejército Independiente, que transcurrió bajoinfluencia bolchevique y declaró que "iría hombro con hom-bro con el Comité Regional de Soldados, Marineros y Obre-ros de Finlandia y que actuaría en contacto con él". Además,los bolcheviques consiguieron que el Congreso aprobara lamuy importante resolución de no acatar la orden del Gobier-no Provisional para sacar de Finlandia a las unidades revo-

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lucionarias del Cuerpo. La fracción bolchevique se hizo conla dirección del nuevo Comité elegido en el Ejército.

Por consiguiente, en torno a Petrogrado iba constituyén-dose un "cinturón rojo" de unidades revolucionarias del ejér-cito y la Flota. El 29 de septiembre, el periódico bolcheviqueZvezdá, que salía en Reval, decía: "Todo el Frente Nortecon la Flota del Báltico, e incluida Finlandia, forma un cin-turón revolucionario cerca de Petrogrado que tiene a Moscúen la retaguardia, como ayuda".

Los resultados de las elecciones a la Asamblea Consti-tuyente, celebradas en noviembre de 19171, permiten hacerseuna idea del ascenso de la influencia bolchevique en lasfuerzas armadas. En la zona de Petrogrado (Petrogrado,Kronstadt, Reval, Nóvgorod y Pskov) votó por el partidobolchevique el 71,3% de los soldados (en el propio Petrogra-do, el 77,1%); en el Frente Norte, el 56,2%2; y, en el FrenteOeste, el 66,5%. En la Región Militar de la Flota del Báltico,los bolcheviques obtuvieron el 58,2% de los votos, y, en elpropio Kronstadt, el 83,8%. Los eseristas de izquierda reci-bieron allí, correspondientemente, el 27,2 y el 9,8% de lossufragios. En dos Regiones Militares independientes de laMarina de Guerra, la del Báltico y la del Mar Negro, losbolcheviques consiguieron cerca del 45% de los votos. Másdel 55% de la marinería votó por los eseristas, preferente-mente por los de izquierda, los cuales se presentaron sepa-rados de los eseristas de derecha y apoyaban a los bolchevi-ques en las cuestiones fundamentales.

En su conjunto, cuando llegó Octubre, la mitad, apro-ximadamente, del ejército y de la Marina de Guerra seguíaa los bolcheviques y en los sectores de la lucha decisiva porel poder (Moscú y zona de Petrogrado) la influencia de losbolcheviques ya era por entonces predominante. Junto con elproletariado revolucionario estas fuerzas predeterminaron lavictoria de la revolución socialista en los centros principalesdel país.

Rusia se encontraba en el umbral de la revolución. La

1 Debe tenerse en cuenta que las elecciones se celebraron después de la insurrección armadade Octubre, cuando ya seguía también a los bolcheviques la parte de soldados y marinerosindecisa en vísperas de la revolución.

2 Entre los tiradores letones, los bolcheviques obtuvieron cerca del 95 % de votos; en el 5o

Ejército, el 66,6%; en el 12° Ejercito, el 53.7 %, etc.

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tormenta de la ira popular crecía incontenible. Obreros,campesinos, soldados y marineros exigían imperiosamente:¡'Todo el Poder a los Soviets!, ¡Paz al pueblo!, ¡Tierra paralos campesinos! La crisis, que comprendía todo el ámbitonacional, había llegado al límite y sólo podía solucionarla eltriunfo de la revolución socialista.

El análisis de la situación política en el país y en lapalestra internacional, de la correlación de las fuerzas declase y de todas las condiciones objetivas y subjetivas de lalucha, permitieron a V. I. Lenin llegar a la conclusión deque era preciso emprender inmediatamente la preparaciónpráctica de la insurrección armada para la toma del poderpor el proletariado. El 12 y el 14 de septiembre, VladímirIlich Lenin escribe desde Finlandia sus históricas cartas Losbolcheviques deben tomar el Poder y El marxismo y la insu-rrección. La primera, dirigida al Comité Central y a los co-mités del POSDR(b) de Petrogrado y Moscú, y la segunda,sólo al Comité Central del POSDR(b).

"La historia no nos perdonará si no tomamos ahora elPoder"1 —escribía V. I. Lenin—. En las condiciones crea-das, cuando "la historia hizo la cuestión militar. . . la cues-tión política cardinal"2, el partido debe transformarse enorganizador y dirigente colectivo de la insurrección armada.Lenin desenmascaró a los oportunistas que intentaban califi-car cualquier preparación organizativa de la insurreccióncomo "blanquismo", "conjuración" y "putchismo". Desarro-lló la doctrina marxista de la insurrección armada y la elevóa un grado superior, nuevo. "Para poder triunfar, la insu-rrección —enseñaba Lenin—, no debe apoyarse en una con-juración, en un partido, sino en la clase avanzada. Esto, enprimer lugar. En segundo lugar, debe apoyarse en el augerevolucionario del pueblo. Y en tercer lugar, la insurreccióndebe apoyarse en aquel momento de viraje en la historia dela revolución ascensional en que la actividad de la vanguar-dia del pueblo sea mayor, en que mayores sean las vacilacio-nes en las filas de los enemigos y en las filas de los amigosdébiles, a medias, indecisos, de la revolución"3.

Al mismo tiempo, el jefe de la revolución, Lenin, seña-laba que, por el momento, aún no se trataba de la fecha de

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 391.2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 34, pág. 264.3 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 393.

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la insurrección, no acerca de su "momento", en el sentidoestrecho de esta palabra, ya que esta cuestión sólo sería re-suelta con el voto general de los que estaban en contacto conlos obreros y soldados revolucionarios. Lenin invitaba a losbolcheviques a que fueran a fábricas y cuarteles, remarcan-do, que sólo allí "podremos elegir el momento certero paracomenzar la insurrección"1.

Al propio tiempo, V. I. Lenin trazó un plan aproximadode acciones que preveía la organización del Estado Mayorde los destacamentos insurgentes; concentración de la Guar-dia Roja obrera y de los regimientos militares más segurosen los puntos de mayor responsabilidad; toma y conserva-ción a toda costa de las instituciones gubernamentales másimportantes, puentes, estaciones del ferrocarril, centrales deTeléfonos y Telégrafos; detención del gobierno y del Esta-do Mayor Central, así como el aseguramiento de una defensafirme contra la posible ofensiva de las unidades contrarre-volucionarias sobre el centro de la ciudad. Los acontecimien-tos posteriores testimoniaron que todos los momentos funda-mentales de este plan fueron puestos en práctica en las jor-nadas de Octubre.

En trabajos sucesivos, V. I. Lenin desarrolló y concretólos problemas preparatorios de la insurrección. En su cartadel 8 de octubre, titulada Consejos de un ausente, Lenin re-cordaba los preceptos fundamentales del marxismo respectoa la insurrección:

"1) No jugar nunca a la insurrección y, una vez empe-zada ésta, saber firmemente que hay que llevarla a término.

2) Hay que concentrar en el lugar y en el momento deci-sivos fuerzas muy superiores, porque, de lo contrario, el ene-migo, mejor preparado y organizado, aniquilará a los insu-rrectos. 3) Una vez comenzada la insurrección, se debe procedercon la mayor energía y pasar obligatoria e incondicional-mente a la ofensiva. "La defensiva es la muerte de toda in-surrección armada". 4) Hay que esforzarse por sorprender al enemigo, hayque aprovechar el momento en que sus tropas se hallen dis-persas. 5) Hay que esforzarse por obtener triunfos diarios (in-cluso podría decirse que a cada hora, si se trata de una sola

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 397.

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ciudad), aunque sean pequeños, manteniendo a toda costa la"superioridad moral" "1.

Según el plan de Lenin, el lugar para comenzar la insu-rrección tenía que ser Petrogrado, donde se decidía la cues-tión del Poder. " C e r c a de P e t r o g r a d o y e n Petro-grado: ahí es donde puede y debe ser decidida y realizadaesa insurrección con la mayor seriedad, con la mayor prepa-ración, con la mayor rapidez y con la mayor energía posi-bles"2. "Cercar y aislar a Petrogrado, apoderarse de la ciu-dad mediante un ataque combinado de la Flota, los obrerosy las tropas: he aquí una misión que requiere habilidad ytriple audacia"3 —señalaba Lenin.

Por consiguiente, los obreros petrogradenses, apoyadospor las tropas de la guarnición, deberían descargar el golpesobre las fuerzas contrarrevolucionarias dentro de la ciudad,en tanto que los marineros del Báltico y las unidades revo-lucionarias del Frente Norte, deberían atacar Petrogradodesde el exterior. El Moscú proletario debería levantarse si-multáneamente con Petrogrado. Esto permitiría desorganizara las fuerzas de la contrarrevolución, derrotarlas por partesy tomar con rapidez el Poder estatal.

V. I. Lenin dedicaba atención especial a la necesidad delcomienzo imprevisto de la insurrección con un golpe combi-nado sobre el enemigo, desde varios puntos a la vez. Poreso insistía en que se constituyera un grupo de choque en laszonas de Petrogrado, Moscú y de los frentes Norte y Oeste,contiguos a estas ciudades, y en los puntos de fondeamientode la Flota del Báltico. La dirección del ataque principal sedeterminaba por la razón de que Petrogrado y Moscú eranlos centros políticos, económicos y militares fundamentalesdel país, donde estaban concentrados casi un tercio de losobreros fabriles de Rusia y grandes contingentes de soldadosy marineros que habían pasado por una buena escuela delucha de clases bajo la dirección de las organizaciones bol-cheviques.

En Petrogrado y en Moscú, antes que en otros lugares, sehabían bolchevizado los Soviets, que eran un aparato aca-bado de poder revolucionario. Y, finalmente, en los frentesNorte y Oeste, así como en el Báltico, funcionaban numero-

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 455.2 Ibídem, pág. 461.3 Ibídem, pág. 455.

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sas organizaciones militares bolcheviques, las cuales contabancon un apoyo seguro entre los soldados y marineros y estabanestrechamente vinculadas con el CC del POSDR(b). "Si ata-camos simultáneamente, por sorpresa, desde tres puntos, enPetrogrado, en Moscú y en la Flota del Báltico, tendremosel noventa y nueve por ciento de posibilidades de triunfarcon menos víctimas que las habidas del 3 al 5 de julio, pueslas t r o p a s no c o m b a t i r á n contra el gobierno dela paz"1 —resumía su plan V. I. Lenin.

En su carta a I. Smigla, presidente del Comité Regionaldel Ejército, de la Flota y de los Obreros de Finlandia, fe-chada el 27 de septiembre, V. I. Lenin planteaba con agu-dez extrema la necesidad de intensificar la preparación en laretaguardia inmediata de la capital de fuerzas militares pro-pias para derribar al gobierno de Kerenski. Exigía de Smigla"crear un comité secreto formado por militares segurísimosy examinar con ellos desde todos los ángulos, reunir (y com-probar en persona) los datos más fidedignos sobre la compo-sición y dislocación de tropas en las cercanías y en el propioPetrogrado, el traslado de tropas de Finlandia a la capital,los movimientos de la Flota, etc."2. En la carta se indicabala necesidad de hacer una propaganda sistemática entre loscosacos mediante grupos especiales compuestos por los mejo-res marineros y soldados, así como organizar grupos de sol-dados y marineros de permiso que recorrieran todas las pro-vincias e hicieran agitación en las aldeas. Lenin no se limitóa elaborar el plan general preparatorio de la insurrección,sino que lo "descifró" detalladamente, aplicable a las tareasde los bolcheviques que hacían trabajo en el ejército y enla Marina de Guerra.

El plan leninista de la insurrección armada fue un aporteinapreciable para el triunfo de la revolución socialista. Eljefe del partido conjugó magistralmente en un todo orgánicola estrategia militar y política, determinó las direccionesprincipales de la lucha, fijó las misiones de la Guardia Rojaobrera, de los soldados y marineros revolucionarios. La reali-zación práctica del plan leninista se convirtió desde entoncesen la tarea principal del Partido Bolchevique y de sus organi-zaciones militares.

En la elaboración y puesta en práctica del plan de la in-

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 405.2 V. I. Lenin. Obras 5ª ed., t. 34, pág. 265.

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surrección armada V. I. Lenin tuvo que vencer la resisten-cia de la oposición en el CC, en las personas de Kámenev yZinóviev, así como de Trotski. Los capituladores Kámenev yZinóviev eran contrarios a los preparativos de la insurrecciónarmada, aducían que Rusia estaba "inmadura" para la revo-lución socialista y pronosticaban la derrota inevitable de lainsurrección. Exhortaban a que se aplicara una táctica "de-fensiva de espera". Trotski, a la sazón presidente del Sovietde Petrogrado, proponía que la insurrección coincidiera conla apertura del Congreso de los Soviets. Lenin dijo que" "esperar" al Congreso de los Soviets es una idiotez completa,pues significaría dejar pasar s e m a n a s , y las semanas eincluso los días lo deciden hoy todo"1.

El 10 de octubre, en la sesión del CC del Partido Bolche-vique, en el que por primera vez después de los sucesos dejulio participaba V. I. Lenin, que permanecía en la clandes-tinidad, se aprobó la resolución leninista (sólo votaron encontra Zinóviev y Kámenev) de empezar inmediatamente lospreparativos para la insurrección. "Reconociendo, por con-siguiente, que la insurrección armada es inevitable y que hamadurado por completo, el CC propone a todas las organi-zaciones del partido guiarse por esto y desde este punto devista examinar y solucionar todas las cuestiones prácti-cas. . ."2 . En la sesión se formó el Buró Político encabezadopor Lenin.

El 16 de octubre tuvo lugar una sesión ampliada del CCdel partido en la que participaron representantes de la Or-ganización Militar del CC del POSDR(b), del Comité dePetersburgo, de la minoría bolchevique del Soviet de Petro-grado, de los comités empresariales y fabriles y de los Sindi-catos. V. I. Lenin consagró su informe en esta reunión a lastareas del partido en la preparación de la insurrección ar-mada. Los representantes de las organizaciones más im-portantes comunicaron que sus fuerzas estaban listas para elasalto definitivo, que la influencia de los bolcheviques seguíacreciendo entre los obreros, soldados y marineros. La sesiónaprobó la resolución leninista. Invitó "a todas la organiza-ciones y a todos los obreros y soldados a preparar intensa-mente y en todos sus aspectos la insurrección armada, a apo-

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 405.2 Protocolos del Comité Central del POSDR(b). Agosto de 1917- febrero de 1918, Ed. en

ruso, M., 1958, pág. 86.

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yar el organismo central creado para ello por el Comité Cen-tral. . ." La resolución expresaba la seguridad de que "el CCy el Soviet señalarán oportunamente el momento propicio ylos medios convenientes de la acción"1. En esta misma re-unión fue creado un Centro Militar Revolucionario que diri-giría prácticamente la insurrección. Formaron parte de éllos miembros del CC del partido A. Búbnov, F. Dzerzhinski,Y. Sverdlov, I. Stalin y M. Uritski.

Lenin dirigía en persona todo el trabajo preparatorio dela insurrección. Según recuerda N. Krúpskaya, VladímirLenin en aquellas fechas "vivía todo él, entregado por com-pleto, sin reserva. . . con el pensamiento puesto en la insu-rrección, sólo pensando en esto, contagiaba a los camaradascon su estado de ánimo y su convicción"2.

Lenin se entrevistaba a menudo con los representantes dela Organización Militar del CC del POSDR(b) I. Podvoiski,V. Antónov-Ovséenko y V. Nevski, preguntándoles cómomarchaban los preparativos de la insurrección, sobre la mo-ral de los obreros y los soldados, daba indicaciones concretasy claras para la organización y armamento de las fuerzasrevolucionarias. Llamaba la atención de los dirigentes de laOrganización Militar a la necesidad de preparar cuadros demando de la insurrección, los cuales no sólo deberían saberhacer agitación, sino también conocer a fondo todas las armasy poseer hábitos de dirección de las tropas. Lenin aconsejabaarmar a los obreros sólo a costa de los arsenales y polvori-nes, y no a costa de los soldados, pues esto podía restar fuer-zas a las unidades regulares del ejército revolucionario. In-sistía en que se estableciera el más estrecho contacto con lossoldados y marineros de los frentes y guarniciones más pró-ximos.

En vísperas de la insurrección, según datos incompletos,actuaban en el país unas 350 organizaciones militares bol-cheviques. En Petrogrado agrupaban a 5.800 miembros delpartido. En la guarnición de Moscú había hasta 5.000 bol-cheviques. En las guarniciones de retaguardia trabajaban ala sazón 95 organizaciones militares con varias decenas demiles de miembros del POSDR(b). En los frentes (sin el delCáucaso) había no menos de 50.000 miembros del partido yhasta 40.000 simpatizantes, con la particularidad de que casi

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 468.2 N. Krúpskaya. Recuerdos sobre Lenin, pág. 329.

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el 75% de las fuerzas bolcheviques correspondía a la Flotadel Báltico y a los frentes Norte y Oeste.

En vísperas de la insurrección adquirieron importanciadecisiva los problemas de organización. "La masa pasa porencima de nuestra cabeza... En la "provincia" aún es peor,hierven, están impacientes. Hay que darse prisa con la orga-nización" —comunicaban al CC del POSDR(b) desde Fin-landia—. La misma situación se observaba en otras zonas.Por eso la Organización Militar aneja al CC del POSDR(b)trataba por todos los medios de establecer contacto directocon los frentes y las guarniciones de retaguardia. Organiza-dores del partido avezados fueron enviados con misionesespeciales del CC del partido al ejército de operaciones y ala Marina de Guerra. Así, a Sebastopol, base naval principalde la Flota del Mar Negro, llegaron Y. Gaven, revolucio-nario profesional, y el marinero N. Pozhárov, miembro delpartido desde el año 1916; a Odesa llegó V. Yudovski. Ungrupo de marineros del Báltico, de convicciones bolchevi-ques, fue enviado a otras flotas, flotillas y a unidades delejército. Las directrices del CC y las indicaciones de la Orga-nización Militar se transmitían también mediante los repre-sentantes de los frentes y de las guarniciones que acudían aPetrogrado.

Las organizaciones militares de los bolcheviques hicieronun gran trabajo para la formación y fortalecimiento de laGuardia Roja y el adiestramiento militar de los obreros. Eneste sentido, los soldados y marineros revolucionarios lesprestaron una ayuda colosal. A raíz de la derrota de la kor-niloviada se organizaron anejos al CC del POSDR(b) cursi-llos de instructores de la Guardia Roja de toda Rusia. Lascuestiones de formación, armamento e instrucción militar delos destacamentos de guardias rojos se discutieron muchasveces en las conferencias bolcheviques y en las reuniones delos comités, así como en los Soviets. Los periódicos bolchevi-ques insertaban asimismo materiales como los Proyecto deorganización de grupos armados, Memoria para el guardiarojo y otros.

La prensa militar bolchevique, a pesar de todos los obstá-culos, llevaba a las trincheras la verdad leninista, movi-lizando y preparando a las masas de soldados para los com-bates decisivos. En vísperas de la insurrección, las organiza-ciones militares de los bolcheviques tiraban para soldados ymarineros 14 periódicos: Rabochi put ( "El camino obrero" ),

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Soldat, Dereviénskaya bednotá ("Los pobres del campo")(todos en Petrogrado); Sotsial-demokrat ("El socialdemócra-ta") y Dereviénskaya pravda ("La verdad aldeana") (enMoscú); Golos sotsial-demokrata ("La voz del socialdemó-crata) (en Kíev); Otkliki pravdi ("Ecos de la verdad") (en el12° Ejército); Pribói ("La resaca") (Helsingfors); Bureviést-nik ("El albatros") (Minsk); Krásnoe znamia ("Banderaroja") (8° Ejército) y otros. Estos periódicos no sólo se di-fundían en sus zonas, sino que penetraban también en otrasunidades. El Comandante del Frente Oeste ordenó ya el17 de agosto emprender medidas urgentes contra la difu-sión en el Frente del periódico de Kronstadt Proletárskoedielo ("La causa proletaria") que llega "a las tropas sin pa-sar por las estafetas de correos". A finales de septiembre, eljefe de uno de los regimientos del Frente Rumano informa-ba: "Ha comenzado en el Regimiento la infiltración de con-signas bolcheviques mediante el periódico Pribói, órgano delComité del POSDR de Helsingfors. No puedo tomar medi-das para impedir que el periódico penetre en el Regimiento,pues entra en la unidad secretamente, por correo, en lascartas. .."

Movilizando las fuerzas para el asalto decisivo, el Parti-do Bolchevique celebró varias conferencias de sus organiza-ciones.

Del 28 al 30 de septiembre se reunió en Helsingfors laI Conferencia Regional de Organizaciones del POSDR(b) enFinlandia, en la que estuvieron representados 9.000 miembrosdel partido. La Conferencia dispuso considerar al Soviet dediputados obreros y soldados de Petrogrado como el "centromovilizador de las masas revolucionarias de obreros y sol-dados" y encauzar todas las fuerzas a la preparación de lainsurrección armada. Los bolcheviques I. Akúlov, G. Zaone-guin, V. Naidovski, N. Polóvov y otros realizaron una granlabor en las tropas acantonadas en Finlandia.

Se consolidaban con rapidez las fuerzas bolcheviques enel 12° Ejército, donde los bolcheviques trabajaban en estre-cha ligazón con las organizaciones socialdemócratas de Le-tonia. El 16 de octubre se convocó en la ciudad de Valk laconferencia extraordinaria de la Socialdemocracia de Leto-nia, con participación de todas las organizaciones militares.Por el CC del POSDR(b) asistió a la conferencia V. Antó-nov-Ovséenko, el cual informó detalladamente a los delega-dos acerca de las últimas resoluciones del Centro Bolchevi-

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que. T. Draudin, delegado a la conferencia, recuerda:''La directriz del CG del partido era clara: apoyarexhaustivamente al Soviet de Petrogrado e impedir quesalieran trenes del Frente en ayuda del Gobierno Provi-sional".

Los bolcheviques del 5o Ejército realizaban una labormuy activa. Había entre ellos dirigentes de tanta experienciacomo E. Sklianski, A. Sediakin, 1. Kríguer, N. Sobakin yotros. El 8 y el 9 de octubre se abrió en Dvinsk la I Confe-rencia de Bolcheviques del 5° Ejército, a la que asistieronrepresentantes de sólo tres cuerpos de Ejército, de los cincoexistentes, pero que, sin embargo, representaban a 2.000miembros del Partido Bolchevique. Por los informes se pusoen claro que "la mayoría del Ejército simpatizaba con losbolcheviques y que éstos disfrutaban de ilimitada influen-cia. . . Los soldados aguantan aún en sus posiciones porquetienen confianza en los bolcheviques y no las abandonan sóloporque entre ellos reina el convencimiento de que los Soviets,al fin y a la postre, tomarán el Poder en sus manos"1. Elprimer gran éxito de los bolcheviques del 5° Ejército fue sutriunfo en el congreso de esta gran unidad, celebrado del16 al 20 de octubre, en el que obtuvieron la mayoría en elcomité del Ejército nuevamente elegido.

El 15 de octubre tuvo lugar la I Conferencia de lasOrganizaciones Militares Bolcheviques del Frente Norte, quea la sazón contaban con 13.000 miembros del partido. V. An-tónov-Ovséenko comunicó a los delegados la resolución delCC del POSDR(b) y les pidió que tomaran todas las me-didas para acudir en el momento oportuno en ayuda delPetrogrado revolucionario. En su informe sobre el momento,S. Najimsón exhortó a los bolcheviques del Frente Norte amovilizar sus fuerzas para preparar el derribamiento delGobierno Provisional. I. Rose, representante de las organi-zaciones bolcheviques de Finlandia, declaró que "la Flota espuramente bolchevique. .." y que "se puede tener plena se-guridad en los marineros". Esto lo confirmó en su discursoel marinero Sologúbov, quien dijo que "la Flota se encuen-tra en un estado de tensión extrema". La Conferencia apro-bó la línea política del CC del POSDR(b) y declaró que los"obreros, soldados y campesinos tanto antes como ahoraconfían exhaustiva y enteramente defender los intereses de

1 Rabochi put, 26 de octubre de 1917.

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los pobres de la ciudad y el campo y su revolución al cama-rada Lenin. .."

Del 5 al 7 de octubre sesionó en Minsk la II ConferenciaRegional del Noroeste del POSDR(b). Sus delegados repre-sentaban a más de 28.500 miembros del partido y a un nú-mero casi igual de simpatizantes. Su masa fundamental tra-bajaba en las organizaciones militares del Frente Oeste. LaConferencia declaró que la "tarea vital inmediata parasalvar a la revolución y al país es la de tomar en sus ma-nos. .. toda la plenitud del poder tanto en el centro comoen la periferia". Para esto, decían los delegados, hay que lu-char por la convocatoria del II Congreso de los Soviets detoda Rusia y por la renovación de los Soviets conciliadoresy de los comités de tropas que no expresan los intereses delos obreros, soldados y campesinos. El Comité Regional, ele-gido en la Conferencia, comunicó al CC del Partido Bolche-vique que en caso de necesidad estaba dispuesto a enviara Petrogrado un Cuerpo de Ejército revolucionario en apoyode la insurrección armada.

La III Conferencia general de bolcheviques de Petro-grado (7-11 de octubre) tomó el acuerdo de enviar inmedia-tamente a Helsingfors, Víborg, Kronstadt, Reval y a las uni-dades militares dislocadas al sur de Petrogrado y a Moscúdelegados que movilizaran las fuerzas locales con vistas apreparar la insurrección armada y entregar el Poder a losSoviets. El 14 de octubre, el Buró Regional del POSDR(b) deMoscú aprobó la resolución del CC sobre la insurrecciónarmada, creó un centro combativo del partido para su pre-paración y destacó sus representantes a las organizacionesprovinciales partidarias de la Zona Industrial Moscovitapara darles a conocer la resolución del CC y ayudarles aformar órganos insurreccionales.

Todas estas conferencias bolcheviques desempeñaron ungran papel en la movilización de las fuerzas revolucionariasen vísperas de los combates decisivos por el derrocamientodel poder de la burguesía y la implantación de la dictaduradel proletariado. Transcurrieron bajo el signo de unidad ycohesión de las organizaciones generales del partido y mili-tares de los bolcheviques en torno al Comité Central leninistadel POSDR(b).

Simultáneamente se celebraban congresos de los Sovietsregionales, provinciales y distritales y congresos de las uni-

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dades militares. Todos ellos mostraron que la mayoría delos obreros, soldados y campesinos apoyaban sin reservas laconsigna de los bolcheviques del paso de todo el Poder alos Soviets.

Para los preparativos de la insurrección tuvo gran im-portancia el Congreso de los Soviets de la Región del Norte,reunido del 11 al 13 de octubre en Petrogrado, en el queestuvieron representados Petrogrado, Moscú, Reval, Víborg,Helsingfors y otras muchas ciudades, así como la Flota delBáltico, las tropas acantonadas en Finlandia y el FrenteNorte, esto es, las fuerzas a las que se reservaba la misiónprincipal en la insurrección que se preparaba. De 94 votosdecisivos, los bolcheviques tuvieron en el Congreso 51, contra24 de los eseristas de izquierda.

Lenin dirigió una Carta a los cantaradas bolcheviquesque participan en el Congreso Regional de los Soviets de laRegión del Norte, diciendo: "La consigna de Todo el Podera los Soviets no es otra cosa que un llamamiento a la insu-rrección. ..

Kerenski y los kornilovistas entregarán Petrogrado a losalemanes. Precisamente para salvar Petrogrado hay que de-rrabar a Kerenski y los Soviets de ambas capitales debentomar el Poder. . "l

En verdad, la amenaza de la revolución asustaba tanto ala burguesía que ésta no vacilaría en entregar Petrogrado alos alemanes, los cuales activaron sus acciones en el FrenteNorte y en el Báltico. A finales de septiembre, en la zona delas islas de Moon, en el Golfo de Riga, la Flota del Bálticoentabló duros combates con la escuadra alemana.

Rodzianko declaró con cínica franqueza: "Pienso quePetrogrado se vaya con Dios... Temen que en Petrogradosucumban los Soviets. A esto tengo que replicar que me sen-tiré muy contento si todas estas instituciones desaparecen"2.Las tropas que se encontraban en Petrogrado y en sus alre-dedores pasaron a subordinarse al Comandante de los ejér-citos del Frente Norte, el cual el 12 de octubre decidió sacarde la capital las tropas de su guarnición para el frente. Elgobierno comenzó a traer a las cercanías de Petrogradotropas, que él consideraba seguras, de los frentes Sudoestey Rumano, a desarmar a Kronstadt y a disolver las guarni-

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, págs. 459, 461.2 Soldat, 15 de octubre de 1917.

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ciones inseguras acantonadas en los grandes centros indus-triales. La reacción se disponía a descargar su golpe sobre elmismo corazón de la revolución.

Considerando todo esto, el Congreso de los Soviets de laRegión del Norte adoptó esta resolución acerca del momento:"El Gobierno Provisional hunde al país y se mantiene ex-clusivamente por la fuerza. Pero el país quiere vivir y elGobierno Provisional debe dejarle el camino expedito. LosSoviets no sólo tienen la razón, sino también la fuerza. Pa-saron los tiempos de las palabras. Ha llegado la hora en quenada más que con la acción resuelta y unánime de todoslos Soviets pueden ser salvados el país y la revolución yresuelta la cuestión del poder central".

El Congreso eligió un Comité Ejecutivo de la Región delNorte en cuya composición entraron los bolcheviques P. Di-benko (Centrobalt), N. Krilenko y P. Dashkévich (Organi-zación Militar del CC del POSDR(b)), V. Antónov-Ovséenko(Comité Regional del Ejército, la Flota y Obreros de Finlan-dia), I. Rabchinski (Estonia), P. Stucka (Letonia y FrenteNorte) y otros, más seis eseristas de izquierda y máxima-listas1. El Congreso llamó a las guarniciones de la Región'del Norte a intensificar al máximo su disposición combativay a crear comités militares revolucionarios.

Las resoluciones del Congreso de los Soviets de la Re-gión del Norte fueron apoyadas el 16 de octubre por la Con-ferencia Regional de los Soviets de la Región del Oeste.. Por iniciativa de V. I. Lenin, para preparar la insurrec-ción armada en sus aspectos militares y de organización,anejo al Soviet de Petrogrado, fue creado el Comité MilitarRevolucionario (CMR). El 20 de octubre tuvo lugar su pri-mera sesión, en la que fue elegido un buró y determinadaslas tareas del CMR. A partir de este momento el CMR fueel Estado Mayor combativo para la preparación y realiza-ción de la insurrección armada. Toda su actividad trans-curría bajo la dirección del CC del partido, encabezado porLenin.

En calidad de núcleo dirigente entró a formar parte delCMR el Centro Militar Revolucionario, instituido en la se-

1 Maximalistas, grupo pequeñoburgués semianarquista, separado del partido de los eseristasen 1904, constituyéndose como partido inde- pendiente en 1906. Después de la victoria de Octubre,una parte del partido de los maximalistas luchó con las armas contra el Poder soviético, otra, seautodisolvió.

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sión del GC el 16 de octubre. Además, entraron también enla composición del Comité representantes del Comité dePetersburgo, de la Organización Militar del CC (su aparatose fusionó, de hecho, con el CMR), del Soviet de Petrogrado,del Centrobalt, del Comité Ejecutivo de la Región del Nortey de otras organizaciones. Los miembros más activos delCMR fueron V. Antónov-Ovséenko, S. Gúsev, P. Dashké-vich, K. Ereméiev, N. Krilenko, M. Lacis, K. Mejonoshin,V. Mólotov, V. Nevski, N. Podvoiski, A. Sadovski, N. Skríp-nik y los eseristas de izquierda P. Lazimir y G. Sujarkov.El Smolny se transformó en sede del CMR.

El CMR de Petrogrado agrupaba y coordinaba la activi-dad de toda una red de comités revolucionarios, surgidos entorno a la capital. Desde el 20 de octubre comenzó a enviarsus comisarios a las unidades militares y a los puntos másimportantes de Petrogrado, declarando, al propio tiempo,que ni una sola disposición del mando militar sería válidasin el aval del comisario del CMR. En total, para el 24 deoctubre, el CMR había designado más de 50 comisarios,entre los que figuraban G. Chudnovski, A. Ilín-Zhenevski,Y. Kotziubinski, R. Sivers, V. Chubar, A. Bélishev y otros.

El Comité Militar Revolucionario celebró en Smolny unaconferencia urgente de representantes de la guarnición petro-gradense, en la que se hizo constar que toda la guarnición,junto con el proletariado organizado de la capital, monta laguardia del orden revolucionario y por esto cualesquieraintentos provocadores de la burguesía para llevar el descon-cierto y la descomposición a las filas revolucionarias en-contrarán una réplica despiadada. Al mismo tiempo quesaludaban la creación del CMR, los delegados de los comi-tés regimentales de la guarnición de la capital prometieronsu apoyo pleno al CMR. ¡El Poder a los Soviets!, tal fue laexigencia de los representantes de las masas de soldados dela guarnición de Petrogrado y sus alrededores.

El 22 de octubre, Día del Soviet de Petrogrado, fue unajornada de revista de las fuerzas revolucionarias. En todaslas empresas y fábricas de la capital, en todas las unidadesmilitares y en otros lugares se celebraron mítines y asam-bleas multitudinarias, que transcurrieron bajo la consignade ¡Todo el Poder a los Soviets!

Dirigidas por el partido leninista de los bolcheviques, lasmasas revolucionarias estaban prestas para el choque armadodecisivo con las fuerzas de la contrarrevolución.

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11. EL GRAN ASALTO

El partido de los bolcheviques preparó en Petrogradopara la lucha armada por el Poder de los Soviets a más de20.000 guardias rojos y hasta 150.000 soldados de la guar-nición. Este contingente sobrepasaba en varias veces los efec-tivos de las fuerzas armadas que podía oponer la contrarre-volución. Comprendiendo toda la inestabilidad de su situa-ción, el Gobierno Provisional decidió ser el primero en ata-car a las fuerzas de la revolución. En la noche del 24 deoctubre aprobó el plan para la derrota de los obreros y sol-dados revolucionarios de la capital. Al Estado Mayor de laRegión Militar de Petrogrado se le encomendó concentrarsin pérdida de tiempo todas las unidades seguras en torno alas instituciones gubernamentales de importancia y, en pri-mer lugar, en torno al Palacio de Invierno. Fue reconocidocomo necesario requerir urgentemente refuerzos al frente,cerrar los periódicos bolcheviques, detener a los miembrosdel CMR y apoderarse del Smolny, Estado Mayor de lasfuerzas revolucionarias. El Comandante de la Región Militarde Petrogrado ordenó que todos los militares permanecieranen los cuarteles. Los soldados que salieran sin permiso conarmas a las calles de la capital serían procesados "por motínarmado".

A las 5 horas 30 minutos de la mañana del 24 de octu-bre, el Gobierno Provisional inició las acciones armadas conla ocupación de la tipografía de los periódicos bolcheviquesRabochi put y Soldat. La noticia se supo inmediatamente enel Smolny. Se reunió con toda urgencia el CC delPOSDR (b). Al Comité Militar Revolucionario se le ordenó

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desalojar inmediatamente de cadetes la imprenta y organi-zar su protección. Por disposición del CMR, a las 8 de lamañana, un destacamento de soldados del Regimiento Li-tuano y del 6o Batallón de Zapadores de reserva mandadopor P. Dashkévich, tomó la tipografía y aseguró la salida delos periódicos.

En el Smolny, Estado Mayor de la revolución, donde seencontraban el Comité Central del Partido, el Comité Mili-tar Revolucionario y la Comandancia de la Guardia Roja,se trabajaba con toda intensidad. De allí salían disposicionesa los destacamentos de guardias rojos y a las unidades re-volucionarias de la guarnición, allí acudían para recibir con-sejos e indicaciones los representantes de empresas, fábricasy unidades militares.

Cerca de las 9 de la mañana, el Comité Militar Revolu-cionario dirigió a todos los destacamentos de la GuardiaRoja y a los regimientos revolucionarios la prescripción N° 1,en la que se les proponía estar totalmente prestos para elcombate y establecer enlace con el Smolny. El CMR se diri-gió a todas las organizaciones y guarniciones revolucionariasde las cercanías de Petrogrado llamándoles a impedir a todacosta el avance de las unidades contrarrevolucionarias haciala capital. Simultáneamente se celebró una reunión del Co-mité de Petersburgo de los bolcheviques con participacióndel activo, en la que se tomó la decisión de derribar inmedia-tamente al Gobierno Provisional y entregar el Poder a losSoviets en el centro y en las localidades.

En todas las unidades de la guarnición petrogradense yen los puntos suburbanos de la capital, los soldados y mari-neros revolucionarios se armaban a toda prisa, preparándosepara entrar en lucha a la primera señal y establecían con-tacto con los centros dirigentes revolucionarios.

El Comité Ejecutivo del Soviet de Kronstadt, después deexaminar con la comisión técnico-militar el llamamientodel CMR para la protección de los accesos a Petrogrado, de-cidió preparar completamente para el combate a los naviosde guerra y a las unidades de tierra de Kronstadt y formardestacamentos revolucionarios selectos para su envío a lacapital. El buque Zariá svobodi debería entrar en el canalmarítimo, cerca de la estación Lígovo, para controlar eltramo de vía ferroviaria Oranienbaum-Petrogrado. Un des-tacamento revolucionario selecto de marineros y artilleros deKronstadt, integrado por 700 hombres, salió inmediatamente

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hacia Oranienbaum, tomó la estación, desarmó a oficiales ycadetes y se apoderó del polvorín. Luego, el destacamentodejó sin armas a los cadetes en Peterhof y estableció sucontrol sobre la red ferroviaria báltica.

La tarde del 24 de octubre se reunió en Helsingfors unasesión conjunta del Centrobalt, del Soviet de Helsingfors,del Comité Regional del Ejército, la Flota y Obreros de Fin-landia y de los comités de barco y regimentales, declarandoque "comparte plenamente el punto de vista del Soviet dePetrogrado y del Comité Revolucionario" y que los apoyarácon todas sus fuerzas en la lucha por el paso del Poder alos Soviets. No tardó en recibirse un telegrama del CMRpidiendo enviar navios y destacamentos de marineros enayuda del Petrogrado revolucionario. El Centrobalt ordenóa sus comisarios "estar presentes mientras se descifrabantodos los despachos telegráficos y se daban las órdenes" ydirigió al Comandante de la Flota del Báltico la prescripciónde destacar a la capital a los destructores Zabiyaka, StrashniMietki y Samsón. El Báltico revolucionario envió a Petro-grado en ayuda de los obreros y soldados más de 10.000.marineros y 11 navios de guerra.

En el propio Petrogrado, el 24 de octubre, la lucha sehacía por horas más reñida. El gobierno se esforzaba poraislar los destacamentos de obreros, soldados y marineros,concentrados fundamentalmente en los arrabales, del centrode la ciudad para así romper el enlace entre el Smolny y lasfuerzas armadas de la revolución. Hacia las dos de la tarde,los cadetes ocuparon los puentes sobre el Neva y pronto que-dó cortada toda circulación por ellos. El Estado Mayor dela Guardia Roja, a su vez, ordenó a los destacamentos revo-lucionarios recuperar a toda costa los puentes y garantizarla comunicación ininterrumpida con el centro de la ciudad.Después de resueltas acciones, de los guardias rojos, solda-dos y marineros, al final del día casi todos los puentes esta-ban en poder de los destacamentos revolucionarios.

En las barriadas proletarias de la capital, durante estajornada, los obreros pusieron bajo su control muchas em-presas y fábricas, colocaron retenes de guardia a sus puertasV formaron nuevos destacamentos armados que iban enviandoa disposición del CMR. Las fuerzas de la revolución aumen-taban con cada hora. Se precisaba resueltamente, y sin per-der un minuto, atacar los puntos estratégicos más importan-tes del enemigo.

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Lenin, que seguía al detalle la marcha de los aconteci-mientos, la tarde del 24 de octubre, encontrándose aún enel domicilio clandestino, envía una carta a los miembros delCC en la que exige no demorar de ninguna manera la so-lución del problema del poder. ". . .Todo lo que sea apla-zar la insurrección significará verdaderamente la muerte...—decía Vladímir Ilich—. Es necesario, a todo trance, dete-ner al gobierno esta tarde, esta noche.. . no dejar en modoalguno el poder en manos de Kerenski y Cía, hasta el 25; enmodo alguno. Es menester que la cosa se decida a todo tranceesta tarde o esta noche"1.

La tarde del 24 de octubre las fuerzas revolucionariasactivaron considerablemente sus acciones. Hacia las 9 de lanoche quedó bajo su control el Telégrafo principal, cuyaguarda asumieron los soldados del Regimiento de Kexholm.Un destacamento de marineros revolucionarios ocupó laAgencia Telegráfica de Petrogrado. Pero en manos del Go-bierno Provisional aún quedaban puntos tan importantescomo el Palacio de Invierno, el Estado Mayor de la RegiónMilitar de Petrogrado, las estaciones de ferrocarriles, laCentral Telefónica, el Banco del Estado y otras institucionescentrales del gobierno.

Lenin resolvió abandonar su vivienda clandestina y mar-char sin perder minuto al Smolny para dirigir personalmentela insurrección. Sería la media noche cuando llegó al Cuar-tel General de la revolución. Su aparición tuvo colosal in-fluencia para el desarrollo de la insurrección. "Lenin tomóen sus manos férreas la organización de la insurrección deOctubre —señaló G. Ordzhonikidze— y la condujo hasta sufinal victorioso"2.

La insurrección armada crecía impetuosa. Los destaca-mentos revolucionarios de soldados y de la Guardia Rojalibraban reñidos combates por las estaciones ferroviarias.Los grupos de combate comenzaron a cercar las escuelasmilitares y las escuelas de oficiales. Durante la noche setomaron el puerto militar y el Almirantazgo, la estacióndistribuidora de agua y otros objetivos de importancia. Lamañana del 25 de octubre los marineros de la Guardia ocu-paron el Banco del Estado y un destacamento de soldados

1 V, I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, págs. 478-479.2 G. Ordzhonikidze. Artículos y discursos, ed. en ruso, t. I, M., 1956, pág. 312.

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del Regimiento Kexholm y los guardias rojos de la barriadadel Víborg se apoderaron de la Central Telefónica. Hacialas 11 de la mañana fueron excarcelados los presos políticos.

El plan leninista de la insurrección armada y de la ocu-pación de los puntos estratégicos de la capital se llevaba acabo con diligencia y casi sin sangre. El Comandante de laRegión Militar de Petrogrado se vio obligado a informar alCuartel General que "se ocupaban sistemáticamente insti-tuciones, estaciones ferroviarias. . . No se cumplen ningunasórdenes. Los cadetes entregan los puestos de guardia sin re-sistencia y los cosacos, aunque se les ha ordenado variasveces, por el momento no han salido de sus cuarteles".

Las acciones audaces y activas de los destacamentos ar-mados de la revolución socialista, dirigidos por el partido delos bolcheviques, con Lenin a la cabeza, tuvieron como frutoque cuando llegó la mañana del 25 de octubre casi todos lospuntos clave de la ciudad estaban en manos de los insur-gentes. El Gobierno Provisional, cercado en el Palacio deInvierno, prácticamente ya no tenía ningún poder. La insu-rrección armada de obreros, soldados y marineros habíavencido en Petrogrado.

A las 10 de la mañana, el Comité Militar Revoluciona-rio aprobó el texto del llamamiento ¡A los ciudadanos deRusia!, escrito por V. I. Lenin. El documento fue transmi-tido en el acto por la radioemisora del crucero Aurora einserto en los periódicos bolcheviques. En el llamamiento sedecía que el Gobierno Provisional había sido depuesto yque el poder había pasado a manos del Comité Militar Revo-lucionario del Soviet de Petrogrado. "Los objetivos por losque ha luchado el pueblo —la propuesta inmediata de unapaz democrática, la supresión de la propiedad agraria delos terratenientes, el control obrero de la producción y laconstitución de un Gobierno Soviético— están asegurados"1.

A las 2 horas y 35 minutos se abrió la sesión del Sovietde Petrogrado. Con una ovación atronadora fueron recibidaslas históricas palabras leninistas: "La revolución obrera Vcampesina, de cuya necesidad han hablado siempre los bol-cheviques, se ha realizado"2.

Los destacamentos revolucionarios empezaron a liquidarlos últimos puntos de resistencia de la contrarrevolución. Por

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 480.2 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 35, pág. 2.

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la tarde fue tomado el Estado Mayor de la Región Militarde Petrogrado. A las 21 horas y 40 minutos el crucero Au-rora dio la señal para el comienzo del asalto al Palacio deInvierno. En unas horas, los obreros, soldados y marinerostomaron el Palacio y detuvieron al Gobierno Provisional.

A las 22 horas y 40 minutos del día 25 de octubre seabrió en el Smolny el II Congreso de los Soviets de diputa-dos de los obreros y soldados de toda Rusia. De 649 dele-gados registrados al abrirse el Congreso, 390 eran bolchevi-ques, 160 eseristas, 72 mencheviques, 14 mencheviques-inter-nacionalistas y el resto pertenecía a pequeñas minorías deotros partidos. El ejército de operaciones delegó al Congresounos 200 hombres, incluidos 65 bolcheviques y 20 eseristasde izquierda.

Poco antes de la apertura del Congreso, los conciliadoresdistribuyeron a todos los comités superiores de tropas circu-lares exigiendo que se enviara a Petrogrado "un númerocompleto de delegados de los ejércitos", esperando así afian-zar sus posiciones en el Congreso a costa de representantesde los comités de matiz defensista. Mas estos planes estabancondenados a fracasar. Y si bien es cierto que los comités deorientación conciliadora, que no fueron reelegidos, y que enlo fundamental eran los de las altas esferas del ejército,enviaron delegaciones al Congreso con instrucciones decarácter eserista-menchevique, en cambio, los comités reele-gidos de nuevo mandaron sus delegados con la encomiendabolchevique de ¡Todo el Poder a los Soviets! (42° Cuerpode Ejército Independiente, 5° Ejército, bloque de izquierdasde las unidades del 12° Ejército, los cuerpos de Ejército 5°,6° y 35°, el 1o de la Guardia y muchas divisiones). Por suparte, las guarniciones de retaguardia estuvieron representa-das en el Congreso por decenas de soldados bolcheviques.

De la Marina de Guerra y de sus bases navales asistieronal Congreso 21 delegaciones. De ellas, 15 se manifestaronsin reservas por la entrega de todo el Poder a los Soviets,dos delegaciones mostraron doblez, 3 apoyaron la consignade ¡Todo el Poder a la democracial y sólo una fue parti-daria de que siguiera el poder coalicionista. En su conjunto,la Marina de Guerra y sus bases navales estuvieron repre-sentadas en el Congreso por 91 delegados, incluidos 47 bol-cheviques y 19 eseristas de izquierda.

El II Congreso de los Soviets de toda Rusia dirigió unllamamiento a los obreros, soldados y campesinos en el que

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se decía: "Apoyándose en la insurrección victoriosa de losobreros y de la guarnición de Petrogrado, el Congreso tomaen sus manos el Poder"1. El Congreso llamaba a los solda-dos del frente a estar vigilantes y firmes y expresaba laseguridad de que "el ejército revolucionario sabrá defenderla revolución contra todos los ataques del imperialismo,mientras el nuevo gobierno no obtenga la paz democrá-tica. . ."2

El Congreso aprobó unánime el Decreto de la paz leni-nista, en el que se proponía a todos los pueblos y gobiernosde los países beligerantes establecer inmediatamente un ar-misticio y comenzar negociaciones para una paz justa, de-mocrática, sin anexiones ni contribuciones. A continuación,se aprobó el Decreto sobre la tierra, el primer punto delcual decía así: "Queda abolida en el acto sin ninguna idem-nización la propiedad terrateniente"3. Los decretos sobre lapaz y la tierra, que respondían a los anhelos y esperanzasde las masas de millones de soldados y de todo el campe-sinado trabajador se convirtieron en un poderoso factor defortalecimiento de la alianza de obreros y campesinos, deconsolidación e invencibilidad del Poder soviético.

El Congreso formó el Consejo de Comisarios del Pueblo,primer Gobierno obrero y campesino, presidido por V. I. Le-nin. En la composición del Comité para Asuntos Militaresy Navales, que formaba parte del gobierno, fueron inclui-dos V. Antónov-Ovséenko, N. Krilenko y P. Dibenko.

Los delegados al Congreso aprobaron la alocución Alfrente, en la que proponían crear en las tropas comitésrevolucionarios provisionales, aprobaron disposiciones urgen-tes del Presidium sobre la abolición de la pena de muerteen el frente, excarcelación de los soldados, de los miembrosde los comités campesinos agrarios, de los presos políticos,así como sobre la adoptación de medidas para la detenciónen el acto de Kerenski.

La contrarrevolución, sin embargo, intentaba aún resis-tirse. En sus últimos estertores, el Gobierno Provisionalrecurrió al Cuartel General y al Mando del Frente Norte,el más cercano a la capital, exigiéndoles enviar a toda prisaa Petrogrado tropas seguras que aplastaran la insurrección.

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. 483.2 Ibídem, pág. 483.3 Ibídem, pág. 493.

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En el telegrama cursado a las 19 horas y 15 minutos del25 de octubre desde el Palacio de Invierno al comisario delFrente Norte, se decía: ". . .se ha creado una situación hartocomplicada, de la que no hay salida sin el apoyo y la palabradecisiva por parte del Frente. De cómo el Frente deciday de cómo actúe, así será también la suerte que corra elPoder en Rusia".

La contrarrevolución calculaba que contaría con el apoyode una parte de las tropas, y principalmente de los regi-mientos de cosacos del Frente Norte. No tardó en llegar aestas tropas Kerenski, cobardemente fugado de Petrogrado,con el propósito de dirigir en persona la campaña punitivacontra la capital revolucionaria. Pero de su conversacióncon el general Cheremísov, Comandante del Frente, se pusoen claro que allí, de hecho, no había tropas seguras. Sóloel general Krasnov disponía de un pequeño destacamentode cosacos, fieles al Gobierno Provisional. A pesar de esto,Kerenski tomó la decisión aventurera de emprender lamarcha sobre Petrogrado. Por una ironía del destino sepuso al frente de los cosacos del mismo Cuerpo que recien-temente había participado en el levantamiento korniloviano,cuya finalidad era el derrocamiento del primer ministro "so-cialista". Ahora, los intereses del kornilovista Krasnov y deleserista Kerenski coincidían plenamente. A todas las instan-cias del ejército se mandaron despachos de Kerenski con laorden de enviar a su disposición unidades seguras. Pero laautoridad sobre el ejército ya no estaba en las manos delGobierno Provisional.

En cuanto triunfó la revolución, el CMR de Petrogradonotificó a todos los comités de tropas y a los Soviets dediputados soldados que el gobierno de la burguesía habíasido derribado, llamando a que el ejército revolucionarioimpidiera el envío de unidades contrarrevolucionarias aPetrogrado. Se hizo todo cuanto se pudo para que los sol-dados conocieran lo antes posible el programa del Podersoviético. El 25 de octubre se tiraron 100.000 ejemplaresdel periódico Rabochi put, para su distribución gratis en elfrente. La información veraz de lo sucedido en Petrogradofue el mejor arma contra los intentos de organizar las fuer-zas de la contrarrevolución. Un gigantesco trabajo hicieronen aquellas jornadas los comisarios del CMR de Petrogradoy las organizaciones bolcheviques locales. Así, el 25 deoctubre, en la estación Novinka, donde se encontraba un

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batallón ciclista, sacado del frente por el Gobierno Provi-sional, se presentaron G. Ordzhonikidze, representante del(¡MR, y un plenipotenciario del comité revolucionario delSoviet de Tsárskoie Seló, los cuales esclarecieron a los ci-clistas la esencia de los acontecimientos y los persuadieronde que se pasaran al lado de los obreros y soldados insurrec-cionados. En el batallón se eligieron incluso delegados alII Congreso de los Soviets de toda Rusia, después de locual, los delegados y Ordzhonikidze fueron a Petrogrado.

Una actividad especial desplegaron las organizacionesmilitares bolcheviques de las ciudades cercanas a la capital.El 25 de octubre, el CMR de Reval estableció su controlsobre el ferrocarril y prohibió el envío de tropas contra-rrevolucionarias desde dicha ciudad a Petrogrado. Del 28al 30 de octubre, el CMR del Territorio de Estonia destacóagitadores a las unidades llamadas por Kerenski y Krasnov.La agitación bolchevique hizo que ninguna de ellas se lan-zara contra la capital de la revolución. Se tomaron todaslas medidas para parar a las tropas contrarrevolucionariasque iban ya camino de Petrogrado.

El 26 de octubre, en la sesión conjunta del Soviet dediputados de obreros y soldados de Pskov y los comitésfabriles y de tropas se formó el Comité Militar Revolucio-nario, el cual puso bajo su control las centrales de Telé-grafos y Teléfonos y el Estado Mayor del Frente Norte. El CMR se dirigió con un llamamiento a los obreros ysoldados de Pskov, exhortándoles a impedir el movimientode tropas contrarrevolucionarias hacia Petrogrado. Medidasenérgicas emprendió el CMR de Stáraya Russa para detenera los convoyes militares ferroviarios en el trayecto Bologoe-Dno. Por allí no pasó un solo tren con tropas en direccióna la capital.

Las unidades revolucionarias del 42° Cuerpo de Ejér-cito, dislocado en Finlandia, declararon su apoyo completoal Poder soviético y su disposición a defenderlo con armasde los atentados de la contrarrevolución. El intento del jefedel Cuerpo para enviar cosacos en ayuda de Kerenski fuecortado en el acto por los soldados revolucionarios, los cua-les aislaron a las unidades cosacas. Los bolcheviques agita-ban también a los cosacos. El comité militar revolucionariodel citado Cuerpo dirigió al comité y al comisariado de la5a División Caucásica este telegrama: "Os requieren paralucha contra los bolcheviques, bajo el pretexto de salvar

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a la patria que se hunde. Camaradas, tened presente queno hubo ningún atentado bolchevique contra una patrialibre, pero que sí hubo una insurrección de toda la clasetrabajadora para derribar a un gobierno que oprimía alpueblo que ansiaba libertad, que no le daba tierra ni pany que no se proponía concertar una paz rápida. A vosotros,cosacos, ese matadero exterior os tiene tan hartos como anosotros. Bajo el pretexto de apaciguar a los bolcheviquesos llaman para que acudáis al frente ruso-ruso para derra-mar sangre hermana. ¡Camaradas! Basta ya de sangre,necesitamos la paz. Seguid tranquilos en vuestros puestos".

La organización bolchevique del 12° Ejército, en estre-cho contacto con los socialdemócratas de Letonia, emprendiótambién acciones enérgicas para aislar a las unidades contra-rrevolucionarias. El 26 de octubre, el CMR de dicha granunidad dirigió este manifiesto a los soldados: "Entre noso-tros no debe haber traidores a la revolución, ni un solosoldado del 12° Ejército debe ser enviado a Petrogradopara el vergonzoso "apaciguamiento" del pueblo. .. Nocumpláis ni una sola orden y disposición sobre la reagrupa-ción de cualquier unidad que provengan de los EE.MM.contrarrevolucionarios si no están firmadas por el ComitéMilitar Revolucionario". Por orden de este Comité fueronocupados Venden, Volmar y Valk. Ninguna unidad militarcontrarrevolucionaria pudo moverse en ayuda de Kerenski.

La organización bolchevique del 5o Ejército, que actua-ba íntimamente vinculada a la organización del POSDR(b)de Dvinsk, logró cortar la tentativa de Bóldirev, Coman-dante del Ejército, para enviar un grupo de autos blindadosa la zona de Gátchina. El congreso de las unidades del1er Ejército resolvió comisionar una delegación adondeestaba Kerenski y exigirle que depusiera las armas.

Como resultado del trabajo enérgico realizado por losbolcheviques y las organizaciones revolucionarias de lastropas, los soldados del Frente Norte cortaron de raíz cuan-tos intentos hizo el mando militar para lanzar unidadescontrarrevolucionarias sobre Petrogrado.

No menos importante era la tarea que se les planteabaa las organizaciones bolcheviques y a los soldados revolu-cionarios del Frente Oeste, los cuales deberían aislar alCuartel General contrarrevolucionario del ejército de ope-raciones, paralizar las acciones de la Plana Mayor delFrente encaminadas al envío de tropas a Petrogrado y de-

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tener a las unidades contrarrevolucionarias que trasladabael Cuartel General desde los frentes Sudoeste y Rumano.Esta tarea fue también felizmente cumplida.

Por consiguiente, las tropas revolucionarias de los fren-tes Norte y Oeste, los marineros del Báltico y las organi-zaciones bolcheviques locales levantaron una sólida barreraque cerró el camino a Petrogrado de las unidades contra-rrevolucionarias. Los cabecillas de la facción contra elPoder soviético no pudieron utilizar completamente susfuerzas, y muchas unidades enfiladas hacia la capital fuerondisuadidas de ello por los agitadores bolcheviques.

Participaron directamente rechazando la ofensiva deKerenski-Krasnov sobre Petrogrado unos 10.000 guardiasrojos, marineros de la Flota del Báltico y soldados de laguarnición de la capital. El CMR hizo un gran trabajomovilizando a los soldados para resistir a la contrarrevolu-ción. "La dificultad principal residía en que entusiasmadospor la victoria recién conquistada los soldados no queríanver el peligro que se avecinaba —recordaba N. Podvoiski—.Los regimientos, que en alianza con los obreros petrogra-denses y dirigidos por éstos habían realizado la revoluciónsocialista, consideraban que su misión había concluido...Ellos estaban dispuestos a reconocer como tarea vital suyala defensa de Petrogrado, contra los enemigos emboscadosdentro de la misma ciudad. Mas a las tropas de Kerenski,que todavía se encontraban por algún lugar próximo aGátchina, creían que debían batirlas las guarniciones loca-les, que estaban más cerca.. ." 1 No obstante, el partidologró hacer desaparecer estos ánimos.

Lenin en persona asumió la dirección general para orga-nizar la resistencia a las tropas de Kerenski y Krasnov. Enaquellas jornadas hizo una gran labor fructífera N. Pod-voiski, designado en nombre del Gobierno soviético Coman-dante de la Región Militar de Petrogrado. También losdestacamentos marineros de la Flota del Báltico hicieronun gran aporte a la derrota de las tropas contrarrevolucio-narias. En aquellos días azarosos se concentraron en Petro-grado cerca de 20.000 marineros. En el río Neva y en elGolfo de Finlandia tomaron posiciones los navios de guerra,los cuales mantenían apuntados sus cañones a todas las víasposibles de avance de las tropas facciosas.

1 N. Podvoiski. Año 1917, ed. en ruso, 1917, pág. 161.

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La marcha de Kerenski-Krasnov contra la capital revo-lucionaria se transformó en una demostración aventurera.Sólo consiguieron arrastrar a las proximidades de Petrogradocerca de una decena de centurias cosacas y un grupo deartillería a caballo. La facción fue liquidada rápidamentey Kerenski tuvo de nuevo que huir vergonzosamente de sustropas en "dirección desconocida".

La victoria del Poder soviético en Moscú fue de tras-cendental importancia para la suerte de la revolución so-cialista. Al frente de las fuerzas revolucionarias de estaciudad estaba la organización bolchevique con casi 20.000miembros. La Organización Militar moscovita agrupabahasta 5.000 miembros del partido. Las fuerzas armadas dela revolución tenían en Moscú 10.000 guardias rojos y unos50.000 soldados revolucionarios a los que se contraponíanhasta 20.000 oficiales y cadetes.

En la mañana del 25 de octubre llegó a Moscú la noticiade la insurrección en Petrogrado. En la sesión conjunta delBuró Regional de Moscú, de los comités del POSDR(b)urbano y comarcal se formó un Centro Combativo del par-tido para dirigir la insurrección. El pleno unificado de losSoviets de Moscú de diputados obreros y soldados creó elCMR en el que además de bolcheviques entraron tambiénmencheviques, lo que tuvo consecuencias negativas para laactividad de este órgano.

El 26 de octubre se reunieron los representantes de loscomités de compañía de la guarnición moscovita. La reuniónreconoció como poder único en Moscú a los Soviets de dipu-tados obreros y soldados, exigió que se reeligieran dichosórganos y que se fusionaran en un solo Soviet. Los dele-gados soldados declararon que a partir de aquellos mo-mentos sólo se acatarían las directrices de CMR y acordarondesignar a éste un representante de cada unidad.

El desarrollo de la insurrección armada en Moscú sediferenció mucho a la forma en que transcurrieron los acon-tecimientos en Petrogrado, lo que estuvo determinado porvarias causas.

La guarnición de Moscú estaba peor preparada, en elsentido organizativo, para la insurrección que la de Petro-grado, pues en el Soviet de diputados soldados, que hastael 14 de noviembre subsistió en Moscú separado del Sovietde diputados obreros, predominaban los conciliadores. Al-gunos líderes de los bolcheviques moscovitas se mostraron

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indecisos respecto al problema de la toma del Poder, notuvieron en cuenta en la medida debida la indicación leni-nista de la necesidad de conceptuar a la insurrección comoun arte y de prepararse minuciosamente para ella. En Moscúse crearon con retraso el Centro del partido para dirigirla insurrección y el CMR, no se estableció el instituto decomisarios, no fueron tomadas a su debido tiempo las esta-ciones ferroviarias, la Central Telefónica y otros puntos deimportancia. Ello tuvo como consecuencia que la lucha porel Poder soviético en Moscú se prolongara un poco más yexigiera pérdidas humanas mucho más grandes que enPetrogrado.

En la noche del 25 al 26 de octubre el CMR de Moscú,venciendo la obstinada resistencia de los conciliadores, pu-blicó una orden en la que se daba cuenta de la insurrec-ción en Petrogrado y exhortaba a los obreros y soldados deMoscú a prestar su apoyo al Petrogrado revolucionario. ElCMR ordenó preparar para el combate a la guarnición, ano cumplir ningunas órdenes que no estuvieran sancionadaspor el CMR y estableció enlace con los distritos. En laalocución a los trabajadores moscovitas se aclaraba el sen-tido de los acontecimientos que tenían lugar y se los llamabaa la lucha por el Poder de los Soviets.

Los centros de la contrarrevolución en Moscú eran elEstado Mayor de la Región Militar y el llamado "Comitéde seguridad pública", instituido por la Duma urbana. Porindicación del E.M., en la noche del 25 al 26 de octubrelos cadetes ocuparon varios puntos clave de la ciudad.

En la reunión conjunta del Centro Combativo del partidoy de la fracción bolchevique del CMR, celebrada el 26de octubre, se acordó entablar conversaciones con el ene-migo. Esta fue una grave falta, pues el "Comité de segu-ridad pública" y el E.M. de la Región Militar sólo queríanganar tiempo para poder organizar sus fuerzas. El 27 deoctubre, el coronel Riábtsev, Comandante de la Región Mi-litar, implantó el estado de guerra en la ciudad y presentóun ultimátum, exigiendo que abandonaran en el acto elKremlin las tropas revolucionarias, restituir las armas sa-cadas del arsenal y disolver el CMR. El ultimátum fuerechazado. La tarde del mismo día se produjo en la PlazaRoja el primer choque armado entre los soldados dvinskistas. 1

1 Se llamaba dvinskistas a los soldados de distintos regimientos del 5° Ejército del FrenteNorte. Eran soldados influenciados por la agitación bolchevique que habían exigido poner fin a laguerra imperialista, por lo que fueron encerrados en la cárcel de Dvinsk. El mando militar, asustadopor el gran número de reclusos en una prisión cercana a la línea del frente, trasladó una parte de ellosa Moscú, a la cárcel Butírskaya, de donde fueron puestos en libertad por exigencia de los obrerosrevolucionarios de Moscú.

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y los cadetes. En el combate murieron 70 soldados revolu-cionarios, incluido su jefe, el bolchevique E. Sapunov.

El 28 de octubre, las tropas contrarrevolucionarias seapoderaron de casi todo el centro de la ciudad y el Krem-lin, ametrallando sin compasión a todos los soldados quelo guarnecían. El Centro Combativo del partido y el CMRcomenzaron a toda prisa a reunir fuerzas para dar réplicaa la contrarrevolución. En las barriadas obreras se forma-ban urgentemente destacamentos, se buscaba por depósitosy estaciones armas (sólo en la estación de mercancías deSokólniki fueron encontradas cajas con 40.000 fusiles). Todaslas armas requisadas se distribuían al instante por los dis-tritos. Emprendieron acciones activas los soldados revolu-cionarios. El comité provisional de diputados de los solda-dos, elegidos en la reunión de comités de compañía, regi-mentales y de otros comités de tropas de la guarnición, con-vocado por iniciativa del Buró Militar del Comité delPOSDR(b) de Moscú, declaró que apoyaba al CMR y queestaba dispuesto a dar batalla a las fuerzas de la contra-rrevolución. La mañana del 29 de octubre, las tropas revo-lucionarias emprendieron una ofensiva resuelta y al caerla tarde habían ocupado varios puntos importantes de laciudad.

Por aquellas mismas horas, el Comité Ejecutivo delSindicato Ferroviario de Rusia (CESFR) exigió al CMR elcese de las hostilidades y el comienzo de conversaciones, delo contrario, el CESFR menchevique-eserista amenazaba condeclarar la huelga general de ferroviarios. El CMR ordenócesar las hostilidades y declaró un armisticio de veinti-cuatro horas, hasta la medianoche del 30 de octubre. Laconclusión del armisticio fue un error más del CMR quecontribuyó a que se alargara la lucha. El 31 de octubre,cuando venció el plazo del armisticio, se reanudaron loscombates en las calles de Moscú y, para la tarde del 2 denoviembre, casi toda la ciudad se encontraba ya en poderde los insurrectos. Igual que en los accesos a Petrogrado,la contrarrevolución no pudo recibir en aquellos momentos refuerzosdel exterior. Todas las carreteras que llevaban aMoscú estaban cortadas por obreros y soldados de las guar-niciones locales que obedecían órdenes de las organizacionesbolcheviques. El "Comité de seguridad pública" no tuvo más

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remedio que firmar la capitulación. Al amanecer del 3 denoviembre, las fuerzas revolucionarias tomaron el Kremlin yla Escuela Militar de Alexandrov, último reducto de loscontrarrevolucionarios. V. I. Lenin seguía al paso el desarrollo de los aconte-cimientos en Moscú y concedía gran importancia a que elPoder soviético triunfara lo más rápidamente posible eneste trascendental centro político y económico. Por indica-ción suya fueron enviados de Petrogrado a Moscú guardiasrojos y marineros revolucionarios de la Flota del Báltico.Los destacamentos revolucionarios llegados de Tver, Vladí-mir, Shuya, Kolomna y de otras ciudades fueron una granayuda para la implantación del Poder de los Soviets enMoscú.

La victoria en Moscú afianzó el éxito de la insurrecciónarmada en Petrogrado. Contribuyó a que se estableciera conrapidez el Poder de los Soviets en la Rusia Central, dondela reacción y sus testaferros no pudieron oponer ningunaresistencia seria a los obreros, soldados y campesinos revo-lucionarios.

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12. LOS SOLDADOSDE LAS GUARNICIONESDE RETAGUARDIASE SUMANA LA REVOLUCION

La victoria del Poder soviético en Petrogrado, Moscúy en la Zona Central Industrial fue la condición decisivapara que se desplegara la revolución proletaria en las pro-vincias. La parte central de Rusia, con su proletariado alta-mente organizado y cohesionado se convirtió en la basefundamental de la revolución socialista. Después de su triun-fo en el centro, la Revolución de Octubre, como arrolladuraoleada, se extendió por toda Rusia. Comenzó el desfiletriunfal del Poder soviético por el país.

En la lucha por la victoria del Poder de los Sovietstuvieron un papel de importancia los soldados de las guar-niciones de retaguardia, que constituían una gran fuerza.Sólo en los regimientos de infantería de reserva, que se dis-tinguían por su mayor revolucionarismo, había en vísperasde Octubre cerca de 1.400.000 hombres. Bajo la direcciónde las organizaciones bolcheviques, en las guarniciones, par-ticularmente en las de los grandes centros obreros, fueroncreándose y fortaleciéndose nuevos grupos de partido, sepreparaba a las masas de soldados a la lucha por el triunfode los obreros y los campesinos. En las jornadas de lucha de-cisiva por el Poder de los Soviets, sólo en la Región Indus-trial de Moscú (14 provincias del centro del país) actuaban24 organizaciones bolcheviques en las guarniciones, en lasque casi el 75% de los soldados apoyaban a los bolcheviques.

Que el partido leninista supiera ganarse a favor deOctubre una parte considerable de las masas de soldadosde las guarniciones de retaguardia predeterminó en granmedida el desarrollo rápido y triunfante de los aconteci-mientos revolucionarios. De hecho, la burguesía se vio pri-vada de un sostén armado. Sólo pudo contar con una partede la oficialidad, cadetes y algunos regimientos de cosacos.El apoyo de los muchos miles de soldados permitió a laclase obrera, en alianza con el campesinado pobre, tomar elpoder en varias ciudades y provincias sin tener que recu-

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rrir a las armas o aplastando relativamente pronto la re-sistencia de las fuerzas de la contrarrevolución.

En las jornadas decisivas de Octubre actuaron al ladode la clase obrera la mayoría de los soldados de las guar-niciones de la cuenca del Volga y de los Urales. En laprimera zona se dislocaban hasta 50 regimientos de infan-tería de reserva y en la segunda zona, más de una vein-tena, sin contar otras formaciones militares. En muchas deestas unidades actuaban las organizaciones bolcheviques.

En Samara, la mayoría de los 60.000 soldados de queconstaba la guarnición —el centro más importante en lacuenca del Volga— se pusieron en el acto sin vacilar bajo labandera de Octubre. Entre estos soldados hizo una granlabor el Buró de Organizaciones Militares del Comité delPOSDR(b) de Samara, encabezado por el revolucionarioprofesional A. Máslennikov. Cuando se supo que la revo-lución había triunfado en Petrogrado, en las fábricas, em-presas y en las unidades de la guarnición tuvieron lugarmítines multitudinarios en los que obreros y soldados exi-gieron el paso del Poder a los Soviets. Las unidades revo-lucionarias de la guarnición, y también los guardias rojos,se aprestaron para la lucha. La burguesía y las fuerzas quela apoyaban no se atrevieron a emprender la lucha abierta.El Poder pasó al Soviet, representado por su comité revo-lucionario, sin derramamiento de sangre.

En Sarátov, la resistencia de la contrarrevolución, quese apoyaba en los oficiales, cadetes y funcionarios, fue aplas-tada en el transcurso de un día por los obreros y lossoldados de la guarnición, a quienes dirigía el Consejo Mi-litar, creado por los bolcheviques. Las unidades revolucio-narias y los destacamentos obreros impidieron que llegarana la ciudad los cosacos de la División de Orenburgo, lla-mados por la Duma demócrata-constitucionalista y el "Co-mité de Salvación" eserista-menchevique. El Poder sovié-tico se afianzó sólidamente muy pronto no sólo en el propioSarátov, sino también en toda la provincia.

En Nizhni-Nóvgorod, en el momento más tenso de lalucha por la victoria de Octubre, las tropas de la guarni-ción, llamadas por los bolcheviques, salieron a la calle parapelear al lado de los guardias rojos. Lo hicieron bajo ban-deras rojas, con todas sus armas y acompañadas por labanda de música. Esta manifestación revolucionaria desem-peñó un papel decisivo en el paso del Poder al Soviet bol-

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chevique de diputados obreros y soldados, nuevamente ele-gido y que reflejaba la voluntad auténtica de los obrerosy soldados revolucionarios.

En Ekaterinburgo, donde se encontraba el Comité Re-gional de las organizaciones bolcheviques de los Urales y elSoviet regional de diputados obreros y soldados, la actitudrevolucionaria de los soldados tuvo influencia decisiva parael desenlace de los acontecimientos. Los cadetes, y losmencheviques y eseristas que los apoyaban, no pudieronimpedir que se estableciera el Poder soviético. El 29 deoctubre, los soldados de la guarnición de Ekaterinburgo or-ganizaron un mitin multitudinario en el que se acordó apoyarplenamente al Poder de los Soviets y emprender medidasenérgicas contra los elementos contrarrevolucionarios. Enaquellas fechas hacían una labor activa entre los soldadosde la guarnición el marinero bolchevique P. Jojriakov, en-viado allí desde el Báltico, intrépido revolucionario e ídolode los obreros, e I. Málishev, soldado de los Urales. El 14de noviembre los soldados del 108° Regimiento de infanteríade reserva, después de escuchar el informe de Jojriakov, exi-gieron al Soviet de diputados obreros y soldados de Ekate-rinburgo que aplicara en el acto los decretos del Podersoviético y que emprendiera una lucha a muerte contratodos los enemigos de la revolución. Los obreros de otrasmuchas ciudades de la cuenca del Volga y de los Uralesrecibieron el apoyo en masa de los soldados.

En la inmensa mayoría de las ciudades y zonas del paísel Poder de los Soviets triunfó sin derramamiento de sangre.La contrarrevolución, como regla, sólo pudo oponer unaresistencia armada más o menos seria a la marcha triunfaldel Poder soviético en los lugares donde se encontraban losEE.MM. de las regiones militares, las escuelas de cadetesy de oficiales y donde estaban acantonadas las unidades co-sacas. Pero también en estos lugares, gracias a la ayuda delos soldados revolucionarios de las guarniciones, los desta-camentos de guardias rojos obreros aplastaron con relativarapidez las intentonas de las fuerzas reaccionarias.

En Kazán, sede del Estado Mayor de la Región Militarmás importante del interior del país, el mando de ésta, deacuerdo con los mencheviques, eseristas y nacionalistas bur-gueses tártaros, quiso adelantarse con su ataque a las fuer-zas revolucionarias. Envió un destacamento punitivo de ca-detes para desarmar a las unidades revolucionarias y detener

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al alférez N. Ershov, dirigente de la organizaciónmilitar bolchevique. La efervescencia se apoderó de todala guarnición. Los soldados del grupo de artillería reci-bieron a cañonazos a las fuerzas represivas. A los artillerosse sumaron otras unidades de la guarnición y los destaca-mentos de guardias rojos. Las sirenas de las fábricas anun-ciaron que había comenzado la lucha armada por el Poderde los Soviets. La dirección general de esta lucha la efec-tuaba el Comité del POSDR(b) de Kazán. Al final del día24 de octubre los destacamentos de obreros y soldados ha-bían conseguido grandes éxitos y rechazado a las unidadescontrarrevolucionarias al centro de la ciudad. En la noche del24 al 25 de octubre se propuso al mando de la Región Militarque cesara la resistencia, propuesta que éste rechazó. Envista de ello, en la mañana del 25 de octubre los insurgentescomenzaron el cañoneo de la ciudad y para el día siguientelas tropas del E.M. de la Región Militar habían sido derrota-das. El Poder en la ciudad y en la provincia pasó al Sovietde diputados de los obreros, soldados y campesinos de Kazán.

También en Tashkent, donde se encontraba el EstadoMayor de la Región Militar de Turkmenia, el estableci-miento del Poder soviético se hizo por las armas. La ma-ñana del 28 de octubre comenzó la insurrección de losobreros y soldados de la ciudad. Igual que en Kazán, lacontrarrevolución intentó evitar la victoria de los Soviets.En la noche del 27 al 28 de octubre un destacamento decadetes y cosacos detuvo a una parte del Comité Ejecutivodel Soviet y desarmó a los soldados del 2o Regimiento Sibe-riano. Mas cuando los facciosos se acercaron a los cuartelesdel 1er Regimiento Siberiano, fueron recibidos a tiros. Estafue la señal para el comienzo de la lucha armada. Losobreros y los soldados de la guarnición, dirigidos por elCMR, salieron en defensa del Soviet. En su ayuda comen-zaron a llegar destacamentos de obreros y soldados deKrasnovodsk, Kushka y de otros lugares. El 1 de noviembrelas fuerzas contrarrevolucionarias habían sido ya derrotadaspor los obreros y soldados revolucionarios, en la ciudadtriunfó plenamente el Poder soviético.

Un carácter agudo adquirió la lucha por la victoriadel Poder de los Soviets en Irkutsk, donde se encontrabael Estado Mayor de la Región Militar y dos escuelas, unade cadetes y otra de alféreces. El mando de la Región Mi-litar de Irkutsk pudo concentrar en la ciudad efectivos ar -

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mados considerables. El 19 de noviembre la sesión uni-ficada de los Soviets de diputados obreros y soldados aprobóuna resolución bolchevique que sancionaba la formación delComité Militar Revolucionario. Fue nombrado comisariomilitar de la Región Militar de Irkutsk el bolcheviqueB. Shumiatski. La asamblea general de representantes delas unidades de la guarnición se pronunció por el apoyoPleno al Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido porLenin, y al CMR local. Este último ordenó a los oficialesy cadetes que entregaran las armas. Pero las fuerzas de lacontrarrevolución se sublevaron. Del 8 al 17 de noviembre secombatió encarnizadamente en las calles de Irkutsk. En ayudade los obreros y soldados acudieron destacamentos revolu-cionarios armados de Krasnoyarsk, Omsk, Kanks, Achinsky de las minas de Cheremjovo. La sedición fue aplastada.

La lucha por el Poder de los Soviets fue mucho másreñida en las zonas cosacas, donde la contrarrevolucióndisponía de cierto sostén socioeconómico entre los cosacosricos. En las regiones habitadas por cosacos, especialmenteen el Sur, desde los primeros días de Octubre comenzaron aconcentrarse las fuerzas contrarrevolucionarias derrotadasen el centro del país.

En la provincia de Orenburgo, el korniloviano Dútov,atamán cosaco, decretó el 26 de octubre que todo el poderpasara a manos del llamado "gobierno de las tropas cosa-cas", que representaba los intereses de la élite cosaca y dela burguesía local. Sin embargo, en los primeros días denoviembre se celebraron nuevas elecciones al Soviet de di-putados obreros y soldados de Orenburgo, en el que obtu-vieron la mayoría de puestos los bolcheviques. Comenzó laefervescencia entre las tropas cosacas. El 10 de noviembre,los cosacos de la guarnición de tendencia revolucionariadecidieron excarcelar en el acto a los bolcheviques antesdetenidos y adherirse al Poder de los Soviets. El 14 de no-viembre se formó el CMR, encabezado por el bolcheviqueS. Tsvílling. Mas ese mismo día, siete mil cosacos blancos deldestacamento de Dútov disolvieron el Soviet y el CMR y de-tuvieron a sus dirigentes. Una vez adueñado del poder, Dútovemprendió la ofensiva contra los centros obreros uraleños.

El partido de los bolcheviques comenzó a organizar susfuerzas para derrotar a los dutovianos. Después de conocerla situación en Orenburgo, el 26 de octubre Lenin exigióa N. Podvoiski y a V. Antónov - Ovséenko que ayudaran

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rápidamente con fuerzas armadas a las organizaciones so-viéticas de los Urales del Sur en su lucha contra la sediciónde Dútov. De Petrogrado se envió un destacamento de ma-rineros revolucionarios mandados por el bolchevique S. Páv-lov. De Ufá, Cheliabinsk, Ekaterinburgo y de otras ciudadesllegaron destacamentos de guardias rojos para lucha contraDútov. Los campesinos trabajadores y los cosacos pobresde la zona de Orenburgo se sumaron también a la luchacontra las fuerzas contrarrevolucionarias. El bolcheviqueP. Kóbozev fue nombrado comisario extraordinario delGobierno soviético en la lucha contra los dutovianos. El 22de octubre las tropas soviéticas emprendieron la ofensivasobre Orenburgo, que fue liberado en enero de 1918.

La contrarrevolución intentó también emplear los regi-mientos cosacos en Astrakán. Casi dos semanas se combatióen la ciudad. Apoyaron a la Guardia Roja obrera los sol-dados del 156° Regimiento de infantería, destacamentos deobreros y de pobres del campo, que acudían de los distritos.La resistencia del enemigo fue quebrantada y triunfó elpoder de los trabajadores.

En el Territorio militar de los cosacos del Don, dondese dislocaban los efectivos fundamentales de estas tropas,se libró una lucha dura y cruenta. En Novocherkassk estabael Cuartel General del general Kaledin, el cual declaró el2 de noviembre el estado de guerra en el Don. Allí acu-dieron también Rodzianko, Miliukov, Kornílov, Alexéiev,Denikin y otros cabecillas contrarrevolucionarios, así comolos representantes de las misiones militares de los EstadosUnidos, Inglaterra y Francia. Tomando como base de par-tida aquellas tierras, la contrarrevolución se aprestaba aemprender la "cruzada" sobre Petrogrado y Moscú. Peroa sus espaldas tenía a Rostov del Don, importante centroindustrial y estratégico del sur de Rusia. El 26 de octubreel Soviet de Rostov y Najicheván reconoció al Gobiernosoviético y formó el CMR, que contaba con una sólida baseentre las unidades de infantería de reserva de la guarnición.Pero, además de tropas revolucionarias, en Rostov del Donhabía también unidades cosacas que apoyaban al contrarre-volucionario "Comité de salvación".

En la noche del 26 de noviembre los contrarrevoluciona-rios arrasaron el Soviet y el Comité del POSDR(b), se apo-deraron de los locales del periódico bolchevique Nasheznamia ( " Nuestra bandera " ) y, al día siguiente, ocuparon la

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la estación del ferrocarril. Los destacamentos revoluciona-rios de obreros y soldados de la guarnición, con ayuda delos marineros de la Flota del Mar Negro, hacia el 28 denoviembre habían hecho retroceder al enemigo. Pero nopudieron mantenerse mucho tiempo. El 2 de diciembrefuertes efectivos de tropas de Kaledin, que llegaron a lascercanías de Rostov del Don, se apoderaron de la ciudady siguieron su ofensiva sobre el Donbáss.

El partido de los bolcheviques desplegó un colosal tra-bajo movilizando a las fuerzas revolucionarias contra lasedición de Kaledin. Se designó a V. Antónov-OvséenkoComandante en Jefe de las tropas soviéticas que luchabancontra Kaledin en el sur del país. Para ayudar a los bol-cheviques de Rostov del Don se envió a A. Búbnov, miem-bro del CC del POSDR(b). En la ciudad, en poder de loskaledinianos, actuaba un comité bolchevique clandestino di-rigido por G. Fadéiev-Vasíliev.

La tarea consistía en acelerar el proceso de estatifica-ción clasista y de autodeterminación política de los cosacosy atraer al lado de la revolución a las masas cosacas tra-bajadoras. Del 10 al 11 de enero de 1918 se celebró en lastanitsa Kámenskaya un congreso de cosacos que habíanluchado en el frente y representantes de organizaciones obre-ras y campesinas de la región del Don. Los kaledinianosintentaron detener a los delegados al congreso, pero el re-gimiento cosaco designado para ello desobedeció la ordeny se unió a las tropas revolucionarias. El congreso recono-ció al Consejo de Comisarios del Pueblo y organizó un CMR,encabezado por los cosacos revolucionarios F. Podtelkov yM. Krivoshlíkov. Por decisión del congreso todo el poderen la región del Don se transfería al CMR. Las unidadescosacas comenzaron a desacatar las órdenes de los oficialesde Kaledin. Los cosacos trabajadores se negaron a prestarapoyo a la sublevación contra el Poder soviético.

A comienzos de 1918 empezaron los combates decisivoscontra Kaledin. El 29 de enero las tropas revolucionariastomaron Taganrog, el 24 de febrero Rostov del Don, y notardó en caer Novocherkassk, base principal de Kaledin.La alianza de obreros, soldados revolucionarios, cosacos ycampesinos pobres constituyó una fuerza que posibilitó a lajoven República Soviética acabar en poco tiempo con unlevantamiento en el que cifraba sus esperanzas fundamenta-les no sólo la contrarrevolución de Rusia.

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La marcha triunfal del Poder soviético mostró toda latrascendencia y los resultados del enorme trabajo del partidobolchevique entre las masas de soldados de las guarnicionesde retaguardia en vísperas y en las jornadas de Octubre, cir-cunstancia que predeterminó en gran medida la victoria rá-pida y relativamente incruenta de la revolución socialista.

En el desenvolvimiento triunfal de la revolución socia-lista por el país también desempeñaron un papel gloriosolos marineros de los barcos de guerra. Ellos fueron una delas fuerzas de choque fundamental en las que se apoyó elPartido Bolchevique en la lucha por la victoria del Podersoviético. Con las armas empuñadas, los marineros revolu-cionarios lucharon abnegadamente con los destacamentosde Dútov, Kaledin y de otros enemigos del Poder obreroy campesino. Los marineros revolucionarios fueron unos ar-dientes agitadores y luchadores por la causa del partidoleninista. Por datos que distan mucho de ser completos,desde marzo de 1917 hasta febrero de 1918, los marineros,además de las zonas donde se basaban flotas y flotillas,hicieron labor revolucionaria en más de 400 puntos del país.De su seno salió buen número de dirigentes de los primerosdestacamentos armados de la revolución, inteligentes cons-tructores del joven Estado soviético, lucharon activamentecontra el sabotaje que hacían los viejos funcionarios, contrael hambre y el desbarajuste económico y establecían un or-den revolucionario. Esta actividad multifacética de losmarineros fue altamente valorada por V. I. Lenin, el cualdeclaró desde la tribuna del Primer Congreso de toda Rusiade la Marina de Guerra que ésta había dado "un ejemplobrillantísimo de las posibilidades creadoras de las masastrabajadoras"1 y se había mostrado como destacamento devanguardia de los obreros y campesinos.

Haciendo el balance de la marcha triunfal del Podersoviético por el país, V. I. Lenin dijo: "En unas cuantassemanas, después de derrocar a la burguesía, hemos aplas-tado su franca resistencia en la guerra civil. El bolchevismoha atravesado en marcha triunfal nuestro inmenso país deun extremo a otro. . . .Hemos implantado la dictadura delproletariado, apoyada por los campesinos pobres, y hemosiniciado un sistema de transformaciones socialistas de granalcance"2

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 35. pág. 114.2 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, págs. 648-649.

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13. LA REVOLUCIONEN EL FRENTE

La victoria de la revolución socialista en octubre de1917 estuvo asegurada porque tenía a su lado a casi lamitad del ejército de operaciones, una colosal fuerza polí-tica y armada. Las masas de soldados de las trincherashabían sido preparadas para la lucha por el Poder de losobreros y campesinos por toda la actividad anterior del par-tido de los bolcheviques. Pero el ritmo del desarrollo de losacontecimientos revolucionarios en el frente fue desigual.No hay que olvidar que la línea del frente atravesaba unenorme territorio que empezaba en el Mar Báltico y ter-minaba en las montañas del Cáucaso y que las zonas adya-centes al frente se diferenciaban mucho tanto por su desa-rrollo socioeconómico como por el grado de conciencia delas masas obreras y de soldados.

La revolución triunfó con relativa facilidad en los fren-tes Norte y Oeste, próximos a Petrogrado y a Moscú, ycon mucha más lentitud y dificultades en los frentes Sud-oeste, Rumano y del Cáucaso, alejados de los grandescentros proletarios y, por esta razón, más sujetos a la in-fluencia de los eseristas, mencheviques y de los partidosnacionalistas burgueses .

En los frentes Norte y Oeste, a los que se reservaba unamisión de importancia en el plan leninista de la insurrec-ción armada, cuando llegó Octubre tenían (incluida la Flotadel Báltico) no menos de 35.000 miembros del partido bol-chevique, es decir, el 75% de todos los bolcheviques delejército de operaciones. Junto con los eseristas de izquierda

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supieron ganarse al 80% de los soldados de estos frentes,de quienes dependía mucho el desenlace de los aconteci-mientos revolucionarios tanto en el centro del país comoen los frentes distantes.

Durante los preparativos y realización de la insurrecciónarmada, por llamamiento de los bolcheviques, en el ejér-cito de operaciones comenzaron a crearse órganos extra-ordinarios de la revolución, los comités militares revolu-cionarios, a los cuales se les investía de poderes especialespara la toma y defensa del poder revolucionario en lastropas. Los comités establecieron enlace con el CMR dePetrogrado y fueron los canales por los que la política yla táctica bolcheviques penetraban en el ejército de opera-ciones. Los primeros actos de los CMR en las tropas fue-ron: destituir los mandos reaccionarios y los comisarios delGobierno Provisional, tomar en sus manos toda la plenituddel poder, poner bajo su control toda la actividad de losmandos, enviar destacamentos revolucionarios en ayuda dePetrogrado y de otros centros proletarios así como poneren práctica todos los decretos del II Congreso de los Sovietsde toda Rusia y las disposiciones del Gobierno soviético.

Cuando los comités de soldados sustentaban posicionesauténticamente revolucionarias, los CMR surgían anejos aestos comités, se les subordinaban y eran sus órganos ope-rantes extraordinarios en la lucha por el poder. En loscomités de tropas donde predominaban los conciliadores,los CMR se creaban anejos a las organizaciones militaresbolcheviques, asumían las funciones de órganos del poderrevolucionario y convocaban congresos de soldados parareelegir los comités de tropas eseristas-mencheviques. Lamayoría de los CMR, que apoyaban al Poder soviético,actuaba en los frentes Norte y Oeste. En otros frentes, elmando y los conciliadores lograron crear al principio buennúmero de CMR seudorrevolucionarios, que sólo en el de-sarrollo de la revolución fueron elegidos de nuevo por lossoldados y se pusieron al lado del Poder soviético.

El CMR de Petrogrado fue el centro organizador y di-rigente de los CMR y comités de soldados bolcheviques delejército de operaciones durante las jornadas de Octubre.Con ellos mantenía correspondencia, escuchaba los infor-mes de sus representantes en sus sesiones, remitía a las tro-pas publicaciones bolcheviques, instrucciones, etc. En el ra-diograma A todas las organizaciones del ejército, a los

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CMR, a todos los soldados en el frente, el CMR de Petro-grado comunicaba que, venciendo la resistencia de la contra-rrevolución el Gobierno soviético adopta medidas imposter-gables para asegurar al ejército con víveres y para firmarun armisticio en el frente. En el radiograma se remarcabaque los comités que actuaban contra el Poder obrero y cam-pesino "deben ser inmediatamente disueltos y, en caso deresistencia, detenidos. Todo el ejército debe cohesionarseen torno al Poder soviético para la lucha por el pan y porla paz".

El Comité Ejecutivo Central (CEC) de los Soviets detoda Rusia y el CMR de Petrogrado destinaron al ejércitode operaciones a sus comisarios y agitadores para esclarecerla política del Poder soviético y sus primeros decretos ypara ayudar a los soldados de las trincheras a luchar porla victoria de la Revolución de Octubre en el frente. Tra-bajaron en el 1er Ejército I. Kornéiev, I. Sólodov, K. Mirosh-kin, M. Krásnikov, D. Novosiólov y S. Ershov; en el 2o Ejér-cito, M. Kóbizev, Zametanin, Buchin, Demídov y Karasiov;en el 3er Ejército, V. Novozhílov, M. Málishev, D. Nikíforov,T. Furménkov y V. Denísov; en el 4o Ejército, A. Silkin,A. Mujin, V. Balichov, I. Ivshin e I. Bakánov; en el 7° Ejér-cito, F. Karasiov, P. Isáev y otros. Los comisarios y agita-dores del CEC y del CMR se enviaban de Petrogrado yde Kronstadt también a otros ejércitos.

Durante noviembre y diciembre, en los frentes y flotas,en ejércitos y en flotillas se celebraron congresos de solda-dos y marineros que definieron la actitud del ejército deoperaciones y de la Marina de Guerra respecto a la revolu-ción socialista. Cuando el 29 de noviembre se discutió lacuestión de los congresos de ejércitos y frentes en la sesióndel CC del POSDR(b), Y. Sverdlov subrayó que "el pro-blema se presenta con extrema agudeza y que es necesariocelebrarlos bajo nuestra bandera". El CC destacó para par-ticipar en los congresos a un grupo de sus miembros y aotros activos miembros del partido. Entre ellos figurabanV. Volodarski, P. Zalutski, S. Najimsón, G. Ordzhonikidze,S. Roshal, S. Shaumián y otros.

¿Cómo transcurrió la lucha por la implantación del Podersoviético en los diversos frentes, flotas y flotillas?

En el Frente Norte ya se conoció el 25 de octubre quela insurrección armada había vencido en Petrogrado. Des-pués de un breve choque armado, el 1 de noviembre el poder

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en Pskov, donde se encontraba el E.M del FrenteNorte, pasó a manos del GMR local. Comenzó un procesorápido de establecimiento del Poder de los Soviets en laszonas de dislocación de las tropas del Frente y en su re-taguardia.

Con rapidez y sin derramamiento de sangre la revolu-ción venció también en las tropas concentradas en Finlan-dia. Los marineros de la Flota del Báltico y los soldadosrevolucionarios del 42° Cuerpo de Ejército, en cuanto su-pieron que había comenzado la insurrección armada enPetrogrado, declararon que la apoyaban plenamente. ElIV Congreso Regional del Ejército, de la Flota y de losObreros de Finlandia, que sesionó del 25 al 27 de noviem-bre, aprobó en todas las cuestiones resoluciones bolcheviquesy consolidó el triunfo del Poder soviético en las tropasdislocadas en Finlandia.

La ciudad de Venden, donde la tarde del 25 de octubrefue formado el CMR, se hizo el centro revolucionario enel dispositivo del 12° Ejército. En cuanto llegó la noticiadel comienzo de la insurrección armada en la capital, el.CMR tomó en sus manos la plenitud del poder en la zonade dislocación del Ejército. Los regimientos de infanteríaletones y siberianos se sumaron acto seguido a la revolu-ción. El 28 de octubre se nombró a S. Najimsón comisariodel 12° Ejército.

Ese mismo día se abrió en Venden el congreso de lasunidades del Ejército, en el que se entabló una reñida luchaentre su parte revolucionaria y los conciliadores. Por unamayoría insignificante de votos el congreso aprobó unaresolución bolchevique sobre la situación en el país y en elejército y saludó la victoria de la insurrección armada enPetrogrado y los decretos del II Congreso de los Sovietsde toda Rusia. Sin embargo, los eseristas de derecha y losmencheviques protestaron los resultados del escrutinio, envista de lo cual los bolcheviques y los eseristas de izquierdaabandonaron el local. Mas teniendo en cuenta la situaciónque existía en el Frente, los representantes del ala izquier-da del congreso accedieron a que se formara un ComitéEjecutivo Provisional (CES) del 12° Ejército bajo princi-pios paritarios. Al mismo tiempo se acordó convocar dentrode dos semanas un nuevo congreso del Ejército.

En el intervalo entre congresos la organización bolche-vique del 12° Ejército, que agrupaba a cerca de 3.500 miem-

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bros, realizó entre los soldados una colosal labor esclarece-dora de los primeros decretos del Poder soviético. En lamayoría de las unidades del ejército se planteaban las reso-luciones bolcheviques y se aprobaban los correspondientesmandatos para los delegados elegidos al congreso. El 7 denoviembre se liquidó en Valk un centro contrarrevolucio-nario, dirigido por los conciliadores y el Estado Mayor delEjército. El 14 y 15 de noviembre sesionó en Venden elcongreso extraordinario del 12° Ejército, en el que losbolcheviques obtuvieron una victoria completa. Por mayoríaaplastante de votos se aprobó la resolución bolchevique deque ". . .sólo el Gobierno de los Soviets de diputados solda-dos, obreros y campesinos, que emprendió el camino dela lucha resuelta por la paz, por el pan y la tierra es quienpuede salvar al país de la catástrofe".

Los delegados al congreso dirigieron este emocionantesaludo al Petrogrado revolucionario: ". . .¡Los corazones delos que están en las trincheras del 12° Ejército están convosotros! Laten al unísono de vuestros corazones con lapreocupación de no perder ni un ápice de nuestras conquis-tas comunes. ¡No hay vuelta atrás, sólo adelante! En estalucha sagrada os apoyamos con todos los medios de quedisponemos, sin perjuicio para el frente. ¡Viva la segundarevolución proletario-campesina! ¡Viva el Poder de los So-viets y de los Comisarios del Pueblo! ¡Viva el socialismo!".

El congreso sancionó todos los decretos y disposicionesdel Gobierno soviético y eligió un Comité Ejecutivo de Sol-dados (CEC), del que se nombró a S. Najimsón presidente,y a J. Fabricius, vicepresidente. El CES se dirigió a todoslos comités de soldados del Ejército exhortándolos a queapoyaran al Gobierno soviético en su "lucha resuelta porun armisticio en el acto en todos los frentes, por la conclu-sión de la más pronta paz internacional y por la entregagratuita de la tierra a los campesinos".

Con más rapidez que en otros ejércitos del Frente Nortese desarrollaban los acontecimientos revolucionarios en el5o Ejército. Esto se debía a que ya antes de comenzar lainsurrección armada en Petrogrado los bolcheviques (unos2.000 en el Ejército) habían sabido cohesionar en torno asus consignas a la mayoría de los soldados y constituir unafuerte fracción en el comité del Ejército. En cuanto triunfóla revolución en la capital se creó el CMR del Ejército,que se proclamó órgano supremo de poder en la zona de

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dislocación de las unidades del Ejército y comunicó al CMRde Petrogrado que estaba dispuesto a ayudar a la capitalrevolucionaria con fuerzas y víveres. El CMR del 5° Ejér-cito actuaba con diligencia y decisión. Se destacaron comi-sarios a todos los regimientos y puntos de importancia. Delos soldados fieles a la revolución se constituyó un destaca-mento especial para aplastar los intentos contrarrevolucio-narios. Se mantenía enlace constante con Petrogrado. El 1de noviembre, el general Bóldiriev, Comandante del Ejér-cito, tuvo que reconocer que "la mayoría del Ejército estáal lado del comité" y que habían fracasado cuantos inten-tos se hicieron para formar el "Comité de salvación a lapatria".

A mediados de noviembre se reunió en Dvinsk el con-greso extraordinario del 5° Ejército, en el que V. Volodarskihizo un informe sobre la situación interior y exterior dela República. El congreso saludó la victoria de los obrerosy soldados de Petrogrado, al partido de los bolcheviques,aprobó los decretos del II Congreso de los Soviets de todaRusia y declaró que apoyaba sin reservas al Poder po-pular.

La lucha por el triunfo de la revolución en el 1er Ejér-cito que ocupaba el centro del dispositivo del Frente Norte,se desarrolló en condiciones más complejas. El Ejércitocomenzó a actuar en este Frente sólo a comienzos de octubre,sin que en la zona de su dislocación hubiera ni un solocentro obrero de importancia. El comité del Ejército, com-puesto fundamentalmente de conciliadores, adoptó unaactitud vacilante respecto a la insurrección armada en Pe-trogrado. No obstante, en el congreso del Ejército, celebradodel 30 de octubre al 5 de noviembre, la situación cambió.Después de discutir la gestión del comité del Ejército, fueaprobada la resolución presentada por los bolcheviques, enla que se señalaba que "el comité del Ejército 1o no habíaencontrado una línea común con la masa en las cuestionesdel momento". Por mayoría aplastante de votos se acordóla siguiente resolución: "No prestar ninguna ayuda moralni física al gobierno de Kerenski y a cuantas organizacionesle apoyan. . . Las tropas revolucionarias del 1er Ejércitoestán dispuestas a apoyar con todos los medios de que dis-ponen al nuevo Poder, soviético, y al CMR". En la votaciónpara el nuevo comité del Ejército la lista de los bolche-viques recibió 132 votos, la de los eseristas, 81 y la conjun-

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ción de mencheviques e internacionalistas unificados, 27 vo-tos. Los bolcheviques obtuvieron 24 puestos; los eseristas, 15;los mencheviques y los internacionalistas unificados, 5, y lossin partido, 16 puestos. El bolchevique A. Vóitov fue elegidopresidente del comité del Ejército.

El congreso de representantes del Frente Norte, reunidoa finales de noviembre en Pskov, fue la culminación de lavictoria del Poder soviético en aquella zona. Asistieron alcongreso 532 delegados, representando a más de un millónde soldados del Frente. El 80% de los delegados constituíanla fracción de los bolcheviques y el 20%, la fracción eserista.V. I. Lenin fue elegido presidente de honor del congreso.En la resolución acerca del momento el congreso declaróque sólo el Gobierno soviético, encabezado por Lenin, puedesalvar al país del hundimiento y cumplir las exigencias delas masas populares. El congreso se manifestó por mantenerla línea del frente, al objeto de poder llevar hasta el finla lucha por la paz. En el comité del Frente, compuestopor 46 miembros, había 26 bolcheviques. Al comité se leencomendó organizar bajo principios colegiales la Direc-ción del Frente Norte.

Un poco antes —del 21 al 23 de noviembre— se habíacelebrado en Pskov el II Congreso de los Soviets y Comitésde la Región Noroeste, que también transcurrió bajo lainfluencia bolchevique. El Congreso hizo constar que elPoder soviético había triunfado en las provincias de Pskov,Tver, Nóvgorod y Estlandia y en los distritos no ocupadosde la provincia de Liflandia, señaló asimismo el gran papelque en la lucha por el Poder de los Soviets habían jugadolos soldados del Frente Norte. El 17 de diciembre, el nuevoComité Ejecutivo de los Soviets de la Región Noroeste sefusionó con el Comité Ejecutivo del Frente Norte, creán-dose un órgano supremo único de poder: el Soviet de dipu-tados obreros, soldados y campesinos de la Región Noroestey del Frente Norte.

Minsk era el centro de las fuerzas revolucionarias delFrente Oeste. Cuando el 25 de octubre se conoció que enPetrogrado había estallado la insurrección, el Soviet dediputados obreros y soldados de Minsk tomó el Poder ensus manos, armó a los guardias rojos y a los soldados revo-lucionarios sacados de las cárceles, envió sus comisarios alas centrales de Telégrafos y Teléfonos, a las estacionesferroviarias y al Estado Mayor del Frente. Con los soldados

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excarcelados se formó el 1er Regimiento de la Guardia Rojarevolucionario al que se denominó Regimiento del Soviet deMinsk, compuesto por dos mil combatientes. Las tropas re-volucionarias montaron la guardia del Soviet de Minsk yde los puntos más importantes de la ciudad.

El 26 de octubre el Soviet formó el CMR de la Regióny del Frente Oeste, bajo la presidencia de A. Miasnikov.Sin embargo, el llamado "Comité de salvación de la patriay la revolución del Frente Oeste", amalgamado por los con-ciliadores y el Estado Mayor del Frente, trajo a Minsk dosregimientos de la División Caucásica de caballería, cam-biando así la correlación de fuerzas a favor de los contra-rrevolucionarios. Teniendo en cuenta la situación creada,los bolcheviques adoptaron la táctica de maniobra y entabla-ron conversaciones con el "Comité de salvación". El poderse transfirió a este último, pero comprometiéndose a no dejarpasar unidades militares del frente hacia Petrogrado yMoscú.

Con el fin de cambiar la correlación de fuerzas enMinsk, los bolcheviques decidieron traer del frente fuerzassimpatizantes con la revolución, para lo cual se enviaronagitadores a las trincheras. Estos, conjuntamente con lasorganizaciones militares bolcheviques, supieron organizarrápidamente el envío a Minsk de un tren y automóvilesblindados más un batallón del 60° Regimiento de infanteríade Siberia. Utilizando este refuerzo, el CMR de la Regióny del Frente Oeste disolvió el "Comité de salvación" yreintegró todos sus comisarios a los puestos más importantes.El 12 de noviembre, por negarse a comenzar negociacionespara el armisticio, fue destituido Balúev, Comandante delFrente, nombrándose en su lugar al bolchevique V. Kámen-schikov, jefe del 12° Regimiento de infantería turquestano.El mismo día, A. Miasnikov comunicó a V. I. Lenin: "EnMinsk ha triunfado la revolución. El Comandante Balúevha sido destituido y el E.M. del Frente está en manos delCMR. El nuevo Jefe ha empezado el cumplimiento de susfunciones y el trabajo del E.M. transcurre con normalidad".El Poder soviético se implantó también en Vítebsk, Gómel,Orsha y en otras ciudades.

En el 2° Ejército del Frente Oeste, después de que elcomité conciliador de esta gran unidad se negó a reconoceral Gobierno soviético y a cumplir las órdenes del CMRde Petrogrado, los bolcheviques abandonaron este comité

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y formaron un CMR, que puso bajo su control la PlanaMayor del Ejército. En unidades medianas y grandes co-menzaron a formarse con rapidez comités militares revo-lucionarios y a establecerse el Poder soviético.

En Nésvizh se celebró del 1 al 3 de noviembre el II con-greso del ejército, al que asistieron más de 200 delegados.Los bolcheviques tuvieron mayoría en el congreso. Estesaludó al Consejo de Comisarios del Pueblo y declaró queel "segundo Ejército defenderá con las armas el Poder delos Soviets y de los Comités. El 2o Ejército, en cuanto selo ordene el CMR, investido de toda la plenitud de poder,combatirá a los contrarrevolucionarios tanto en la retaguar-dia como en el frente".

El congreso aprobó una declaración acerca del ordenlegal revolucionario en el Ejército, según la cual: "1) a loscomités de tropas se les concedía el derecho de presentarcandidatos a los cargos de mando correspondientes, y a loscomités superiores, el derecho a confirmar en su cargo aestos candidatos; 2) la labor de dirección política y culturaly educativa era de la competencia exclusiva de los comités;3) la actividad relacionada con las operaciones militares yel abastecimiento debería realizarse bajo el riguroso controlde los comisarios del CMR, sin la firma de los cuales nin-guna disposición era válida; 4) para el trabajo concordadode todos los comités, cada comité superior tenía sus propioscomisarios en todos los de instancia inferior". Elnuevo comité del Ejército elegido lo encabezó el bolche-vique N. Rogozinski. El teniente Kiseliov ocupó el cargode Comandante del Ejército, encargándosele comenzar lasconversaciones de armisticio con el mando alemán en elsector del 2o Ejército.

Con relativa rapidez se hizo la revolución en el 10°Ejército. La masa principal de soldados aclamó la victoriade la insurrección en Petrogrado. Varios comités de tropasapoyaron a la revolución. En este sentido es sintomática laresolución del comité de la 5a División de infantería, reu-nido el 2 de noviembre, que se encontraba en línea desdeel comienzo de la guerra: "1. Saludamos fervientemente ala guarnición y al proletariado petrogradense que se deci-dieron a levantar la bandera por la conquista del Poder delos Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos.¡Sólo un Poder así es capaz de luchar resueltamente por laPAZ, la TIERRA y la LIBERTAD!...

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2. Confiamos y cumplimos las órdenes del nuevo Go-bierno, presidido por el camarada Lenin".

A pesar de la resistencia de los conciliadores, del 7 al10 de noviembre, por iniciativa de los bolcheviques, sereunió en Molodechno el III Congreso del Ejército, en elque hizo un informe A. Miasnikov. En la resolución apro-bada como resultas del informe se decía: "1) Considerarliquidado para siempre el poder burgués-coalicionista de-rribado. El congreso condena indignado la política crimi-nal y conciliadora que llevó al país al total desbarajusteeconómico, a la entrega de todas las posiciones conquista-das por la revolución, estigmatiza con desprecio la políticaconciliadora.

Considerar como fuente única de poder estatal al2) Comité Ejecutivo Central de los Soviets de diputados obre-ros, soldados y campesinos, elegido en el II Congreso delos Soviets de toda Rusia. .. El 10° Ejército promete plenoapoyo al poder organizado por este Comité.3) Reconocer al poder de Comisarios del Pueblo comola única autoridad justa existente". El congreso saludó losprimeros decretos del Poder soviético y declaró que consi-dera "poder único en las localidades a los Soviets de dipu-tados obreros, soldados y campesinos y, en el ejército, alos comités de tropas". Para dirigir la lucha contra las orga-nizaciones contrarrevolucionarias, el congreso propuso crearcomités militares revolucionarios anejos a los comités detropas. El CMR del Ejército, de nueva composición, declaróque asumía todo el poder en el 10° Ejército.En condiciones difíciles transcurrió la lucha por la

victoria de Octubre en el 3er Ejército. La distribución defuerzas en el congreso del Ejército, reunido a comienzos denoviembre, era tal que ninguno de los partidos recibiómayoría indiscutible. En el problema del poder se aprobóuna resolución que exigía se crease un "gobierno socialistaunificado" que llevara a la práctica los decretos del II Con-greso de los Soviets de toda Rusia y que garantizara la con-vocatoria en el plazo fijado de la Asamblea Constituyente.El poder en el Ejército pasaba a su comité, de nueva elec-ción, formado por 30 bolcheviques, 22 eseristas, 4 menche-viques y 6 "socialistas sin partido". Se elegió presidente albolchevique S. Anuchin. Sin embargo, en el CMR, orga-nizado bajo principios paritarios, los conciliadores tenían lamayoría.

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Con el apoyo de los soldados revolucionarios del Ejér-cito (en primer lugar, del 35° Cuerpo de Ejército) la frac-ción bolchevique luchó porque cambiara la posición vaci-lante del comité de la gran unidad. El 14 de noviembre elCMR acordó una resolución de los bolcheviques que obli-gaba al comité a subordinarse a las disposiciones del Go-bierno soviético y del CMR del Frente Oeste, así como aconcentrar en sus manos toda la plenitud de poder en elEjército. El 17 de noviembre los bolcheviques consiguieronque se aprobara una resolución por la que todos los asuntosde carácter administrativo y operativo pasaban a la com-petencia del CMR, después de lo cual los conciliadoresabandonaron sus puestos en el comité del Ejército. ElCMR se hizo con el poder, y en la composición del nuevoBuró entraron 8 bolcheviques y 2 eseristas máxima-listas.

El general Parski, que mandaba el Ejército, fue desti-tuido por negarse a firmar el armisticio, sustituyéndoselepor S. Anuchin. El III Congreso extraordinario del Ejército,reunido pronto, transcurrió bajo influencia bolchevique yadoptó una resolución que exigía ¡Todo el Poder a los So-viets en el centro y en las localidades!

La victoria definitiva de Octubre en el Frente Oestela consolidó el II Congreso de esta agrupación de tropas,reunido del 20 al 25 de noviembre en Minsk. De 714 dele-gados, 473 eran bolcheviques. En representación del CC delPOSDR(b) y del CEC de los Soviets de toda Rusia asistie-ron al congreso V. Volodarski y G. Ordzhonikidze. En todoslos problemas debatidos se aprobaron resoluciones bolche-viques. En el comité del Frente nuevamente elegido entra-ron 100 hombres, de ellos, 80 bolcheviques. A. Miasnikovfue elegido Comandante del Frente.

Así, pues, la victoria del Poder soviético en Minsk yen el Frente Oeste fue rápida y casi incruenta, mérito quese debió al centro bolchevique dirigente, al Comité delPOSDR(b) de la Región Noroeste, el cual encauzó y coor-dinó la actividad de las organizaciones bolcheviques delFrente Oeste y de Bielorrusia. El Comité Regional dedicógran atención al trabajo entre los soldados del Frente, or-ganizó varios congresos campesinos y paralizó la actividadde las organizaciones burguesas-nacionalistas. Todo esto pre-determinó el rápido paso de las masas de soldados del FrenteOeste al lado de la revolución socialista.

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En Moguiliov, enclavado en la zona del Frente Oeste,se encontraba el Cuartel General del Mando Supremo, unode los centros más importantes de la contrarrevolución deRusia. Allí tenían su sede el Comité de todo el ejército, laoficialidad reaccionaria y los representantes de las misionesmilitares de las potencias imperialistas. Después de la caídadel Gobierno Provisional se concentraron también allí loslíderes de los partidos conciliadores, quienes con el apoyodel mando contrarrevolucionario intentaron formar un go-bierno presidido por el eserista Chernov.

Las organizaciones bolcheviques del Frente esclarecie-ron a las masas de soldados la política contrarrevolucionariade los líderes eseristas-mencheviques y del Cuartel General.Así, el comité del POSDR(b) del 6° Regimiento de infan-tería de Finlandia declaró en una alocución a los soldados:"Algunos conciliadores se proponen organizar, anejo alCuartel General, un nuevo poder socialista encabezado porChernov.. . Estos señores esperan encontrar apoyo en elejército de operaciones, pues en la retaguardia no cuentancon ninguno. . . Camaradas, tened presente que estos "ami-gos del pueblo" quieren, encubriéndose con vuestra volun-tad, derribar el Poder soviético... Por esto debemos decla-rar categóricamente a dichos señores que su aventura nopuede contar con nuestro apoyo, sino que, por el contrario,recibirá nuestra réplica más rotunda. Debemos decirles abier-tamente que todo el que se ha levantado contra el Podersoviético es un enemigo del pueblo y en la realización desus designios chocará con nuestra fuerza armada".

Después de ser desbaratada la rebelión de Kerenski-Krasnov, el Cuartel General empezó a concentrar tropas enla región de Luga y Moguiliov. Simultáneamente, los gene-rales trataban de hacer abortar la puesta en práctica delDecreto de la paz leninista. En la noche del 8 al 9 de no-viembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo destituyóal general Dujonin como Alto Mando Supremo, nombrandoen su lugar al bolchevique N. Krilenko. Se hizo todo cuantose pudo para aislar totalmente al Cuartel General y ence-rrarle en un cinturón de tropas revolucionarias. El 20 denoviembre, los destacamentos soviéticos entraron en Mogui-liov y se apoderaron del Cuartel General. El general Dujo-nin fue asesinado por los indignados marineros. Así, conrapidez y decisión fue neutralizado este peligroso foco con-trarrevolucionario.

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En una situación complicada transcurrió la revoluciónde Octubre en los frentes Sudoeste y Rumano. Las organi-zaciones bolcheviques en estos sectores estaban desconecta-das y existían bajo el aspecto de tres centros de trabajodel partido en Jarkov, Kíev y Odesa. Las posiciones de losbolcheviques en los comités de tropas de los frentes Sudoestey Rumano eran más débiles que en otros frentes, mientrasque los conciliadores eseristas y mencheviques actuaban allíaliados a los partidos burgueses-nacionalistas de Ucrania yMoldavia, entorpeciendo la lucha de los bolcheviques porganarse a las masas de soldados.

Kíev era el centro político y económico más próximoal Frente Sudoeste. Pero allí detentaba el poder la RadaCentral1 burguesa-nacionalista, en torno a la cual comen-zaron a agruparse las fuerzas contrarrevolucionarias. La re-taguardia del Frente Rumano, Odesa y Kishiniov eran loscentros más importantes. En Kishiniov, sin embargo, hastamediados de diciembre de 1917, los bolcheviques estuvie-ron unificados con los mencheviques en una organizacióndel POSDR, lo que dejaba su huella en toda su actividad.El Poder soviético se estableció en Kíev, Odesa y Kishiniovcon mucho retraso. Esto tuvo como consecuencia que losfrentes Sudoeste y Rumano no tuvieran una retaguardiarevolucionaria sólida.

En cuanto el comité conciliador del Frente Sudoeste supoque la insurrección armada había triunfado en Petrogrado,ocupó en el acto una posición hostil contra el Poder soviéti-co. Apercibiéndose de la complicada situación que atra-vesaba el Frente Sudoeste, el CC del POSDR(b) y el CMRpetrogradense destinaron a aquella zona un grupo de cono-cidos activistas y agitadores bolcheviques, marineros revo-lucionarios de la Flota del Báltico y soldados de la guarni-ción de Petrogrado. Se nombró comisario del Frente aG. Chudnovski, participante activo en la insurrección ar-mada en Petrogrado y, cuando fue detenido por la RadaCentral, se le reemplazó por N. Kuzmín. En varias unida-des medianas y grandes los soldados reeligieron los comités,expulsando de su dirección a eseristas y mencheviques.

Del 18 al 24 de noviembre sesionó en Berdíchev el con-greso extraordinario de los ejércitos del Frente Sudoeste,

1 Rada Central, gobierno contrarrevolucionario burgués-nacionalista de Ucrania en 1917-1918.

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en el que hubo reñidos debates entre los bolcheviques y losconciliadores. En varias cuestiones el congreso fue vacilantee inconsecuente. Por ejemplo, sólo reconoció al Poder so-viético hasta que se convocara la Asamblea Constituyente.Después de largas conversaciones entre las minorías se con-vino en la creación de un CMR, al que se encomendó tra-bajar bajo la dirección del Consejo de Comisarios delPueblo y del Alto Mando Supremo, N. Krilenko. De los35 miembros elegidos al CMR del Frente, 18 eran bolche-viques. Los partidarios de la Rada Central se negaron aformar parte del comité. El bolchevique G. Raszhivin fueelegido presidente del CMR. En los meses de noviembre ydiciembre se constituyeron comités militares revolucionariosen los ejércitos, Cuerpos de Ejército y divisiones.

La contrarrevolucionaria Rada Ucraniana, que realizabauna política estrictamente nacionalista, declaró la fusiónde los frentes Sudoeste y Rumano en un Frente Ucraniano,subordinado a la Rada. El general Scherbachov, ultrarreac-cionario, fue designado Comandante de las fuerzas delFrente. La Rada se volcó en represiones contra las organi-zaciones bolcheviques y comenzó a desarmar a los guardiasrojos y a los soldados revolucionarios. Durante el pronun-ciamiento de Kaledin, la Rada coadyuvó al avance sobre elDon de las unidades cosacas, hostiles al Poder soviético.

A las unidades revolucionarias del Frente Sudoeste, queluchaban al lado de los destacamentos de la Guardia Roja,les correspondió una dura lucha contra las fuerzas de lacontrarrevolución. Sólo en febrero de 1918 Kíev fue li-berado por las tropas soviéticas.

En la lucha por el triunfo de Octubre en el Frente Ru-mano se tropezó con las mismas dificultades que en elFrente Sudoeste. Pero en el primero la situación se hacíaaún más difícil debido a que la línea del frente atravesabael territorio de la Rumania burguesa y terrateniente.

El 31 de octubre y el 1 de noviembre se celebró en laciudad de Romana el congreso extraordinario de los ejércitosdel Frente Rumano, en el que tenían mayoría los partidosconciliadores. El congreso condenó la insurrección armadaen Petrogrado y se pronunció contra el establecimiento delPoder soviético. La minoría bolchevique en el congreso cons-tituyó un comité provisional del POSDR(b) del Frente, elcual no tardó en realizar conferencias del partido en tresejércitos del Frente.

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Del 28 al 30 de noviembre sesionó en Kishiniov la con-ferencia bolchevique del Frente Rumano. Después de escu-char las comunicaciones de los distintos lugares, aprobó unaresolución sobre la necesidad de aplicar firme y consecuen-temente la línea bolchevique, poniendo en práctica todaslas directrices del CC del partido y los decretos del Go-bierno soviético. Se eligió un comité bolchevique del Frente,del que pasaron a formar parte M. Troitski (presidente),P. Baránov, V. Yudovski, A. Krússer y otros. El 2 de di-ciembre se creó en Iasi el CMR bolchevique del FrenteRumano, bajo la presidencia de P. Baránov. El CMR pro-clamó el Poder soviético en el Frente Rumano y disolvió elviejo comité existente, conciliador.

Pero los contrarrevolucionarios, apoyados por los repre-sentantes de los Estados imperialistas, de la Rumania bayar-da, de la Rada Ucraniana y por los nacionalistas moldavos,desencadenaron la lucha contra las organizaciones bolchevi-ques y los órganos revolucionarios. El 8 de diciembre fuedetenido el CMR del Frente. S. Roshal, representante delCC del POSDR(b) y comisario del Frente, y algunos miem-bros del CMR fueron salvajemente asesinados. En la nochedel 10 al 11 de diciembre fueron desmantelados los CMRde los ejércitos 4o, 8o y 9o.

Pero este golpe contrarrevolucionario no encontró apoyoen los soldados del Frente, la mayoría de los cuales se pusoal lado del Poder soviético.

El 10 de diciembre se abrió en Odesa el II Congresode los Soviets de diputados soldados y marineros del FrenteRumano, de la región de Odesa y de la Flota del MarNegro. La mayoría de los delegados al congreso eran bol-cheviques y eseristas de izquierda. Después de reñida luchacon los conciliadores en torno a las cuestiones fundamentalesfueron aprobadas las resoluciones bolcheviques. El congresoeligió un nuevo CEC de los Soviets del Frente Rumano,Flota del Mar Negro y región de Odesa (Rumcherod), bajola presidencia de V. Yudovski. El Rumcherod se proclamóórgano supremo de poder en el Frente Rumano y en laregión de Odesa y creó una sección del mismo, cuyos miem-bros llegaron el 28 de diciembre a Kishiniov y encabezaronla lucha revolucionaria de los soldados del Frente.

Por indicación de la Rada Central, el 6 de enero lle-garon a Kishiniov unidades contrarrevolucionarias, pero lasección bolchevique del Frente, apoyada por los soldados,

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hizo capitular a las fuerzas contrarrevolucionarias. Al mismotiempo, las tropas rumanas cruzaron la frontera y comen-zaron la ocupación de Besarabia. Debido a la situación po-lítica tan complicada en el Frente Rumano, N. Krilenko,Alto Mando Supremo, ordenó que las tropas rusas se eva-cuaran del territorio de Rumania.

La lucha por el establecimiento del Poder soviético enel Frente del Cáucaso transcurrió en condiciones aún másdifíciles que en los frentes Sudoestes y Rumano. Los solda-dos del Ejército del Cáucaso no sólo estaban más alejadosde la Rusia revolucionaria, sino también casi aislados delos centros políticos del Cáucaso, puesto que la línea delfrente pasaba por los territorios de Irán y Turquía. Lascondiciones naturales desacostumbradas, el pésimo abasteci-miento y las epidemias hacían aún más dura la situación delas tropas. También creaba grandes dificultades la políticacontrarrevolucionaria de las organizaciones burguesas-na-cionalistas, que trataban de arrancar al Cáucaso de la Rusiarevolucionaria.

La lucha por el Poder soviético en el Frente del Cáu-caso la encabezó el Buró de Organizaciones Militares del'Comité Territorial del POSDR(b) del Cáucaso, el cual di-rigió el 27 de octubre este llamamiento a las organizacionesde tropas: "¡Camaradas soldados! En esta hora sublime sedecide la suerte de la revolución. ¡Nuestro grito de guerradebe ser de ayuda al Petrogrado revolucionario! Que vues-tras manos no suelten un solo fusil, ametralladora ni cañón.Desobedeced toda orden para el desarme o disolución delas unidades. Exigid que el centro territorial avale todas lasórdenes de traslado de tropas. Todas las bayonetas, todoslos cartuchos, todas las ametralladoras y cañones debenapuntar a los enemigos de la revolución..."

Los bolcheviques no sólo tuvieron que luchar contra losórganos locales del ya inexistente Gobierno Provisional, sinotambién contra los nacionalistas burgueses, activos en laretaguardia del Frente del Cáucaso. Después de una ardualabor preparatoria del Comité Territorial del POSDR(b) yde las organizaciones militares bolcheviques, del 10 al 23de diciembre se celebró en Tiflís el II Congreso Territorialdel Ejército del Cáucaso. Asistieron unos 160 bolcheviquesy 15 eseristas de izquierda, 100 eseristas de derecha y 30mencheviques. En reñida lucha, los bolcheviques lograronque les apoyara la mayoría de los delegados. El Congreso

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reconoció el Poder del Consejo de Comisarios del Puebloy exigió la destitución del Comisariado de Transcaucasiacontrarrevolucionario. Se eligió un nuevo Soviet territorialdel Ejército del Cáucaso, al que fueron elegidos, presidente,el bolchevique G. Korgánov, y secretario, I. Maliguin, tam-bién bolchevique.

Con el apoyo de la Entente, el mando reaccionario delFrente, los conciliadores y las organizaciones burguesas-nacionalistas llevaron a cabo una lucha traidora contra lossoldados revolucionarios del Ejército del Cáucaso, los cua-les se vieron obligados, librando duros combates, a retirarseal territorio de Rusia. La mayoría de los soldados revolu-cionarios de este Frente pudieron abrirse paso al Cáucasodel Norte y tomar parte activa en las batallas por el Podersoviético.

La heroica lucha del Partido Bolchevique por ganarseal ejército de operaciones, que adquirió particular fuerzaen vísperas y en las mismas jornadas del Gran Octubre, diosus frutos. Millones de soldados de las trincheras entrega-ron sus corazones al partido leninista, se pusieron al ladode la revolución socialista. La masa de soldados siguió alproletariado. "No podía caber ninguna resistencia del ejér-cito contra la Revolución de Octubre del proletariado, con-tra la conquista del Poder político por el proletariado —dijoV. I. Lenin—, pues en los frentes Norte y Oeste los bol-cheviques tenían una superioridad gigantesca, y en los fren-tes alejados del centro los bolcheviques tuvieron tiempo yposibilidades de arrebatar las masas campesinas al partidoeserista.. ." 1

A mediados de diciembre de 1917 se celebró en Mogui-liov el congreso de todo el ejército de operaciones. Asistie-ron 30 bolcheviques, 10 eseristas de izquierda, 2 eseristasmaximalistas y un socialdemócrata internacionalista. Fueelegido presidente del congreso el bolchevique N. Rogó-zinski. El informe del momento lo hizo N. Krilenko. El con-greso debatió los problemas de la democratización, desmovi-lización y abastecimiento del ejército, el problema nacionaly otros. Sobre todas las cuestiones se aprobaron resolucionesbolcheviques. En la sesión de clausura se eligió un CMRCentral del ejército de operaciones y de la Marina de Gue-rra . El congreso general del ejército hizo el balance del

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed. en ruso, t. 40, pág. 10.

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proceso de establecimiento del Poder soviético en los frentes y trazólas orientaciones fundamentales para la reorganización de las fuerzasarmadas.

El Gran Octubre encontró ferviente apoyo en las masasde marineros. Ya el 26 de octubre, por iniciativa deV. I. Lenin, se constituyó en Petrogrado el CMR de laMarina de Guerra (CMRMG). Su núcleo dirigente lo cons-tituían 10 delegados al II Congreso de los Soviets de todaRusia, ocho de los cuales eran bolcheviques. Se eligió presi-dente del Comité al bolchevique I. Vajraméiev. El Comitétrabajó bajo la dirección personal de Lenin y se transformóen el auxiliar más íntimo del CMR de Petrogrado en lamovilización de la marinería a la lucha por el triunfo dela revolución socialista. Funcionó hasta que se convocó elI Congreso de la Marina de Guerra de toda Rusia y fueel centro revolucionario dirigente de los marineros militares.

Los marineros de la Flota del Báltico, que constituíanla fuerza de choque de la insurrección armada de Octubre,apoyaron como un solo hombre al joven Poder soviético.En los buques y en las unidades costeras se realizaron míti-nes y asambleas multitudinarios, donde los marineros mani-festaban su apoyo al poder obrero y campesino. El Centro-balt tenía todo fundamento para declarar que "el reciénorganizado Poder de los Soviets cuenta con la confianzaincondicional y la obediencia absoluta de toda la Flotadel Báltico, reconociendo este poder como el único legí-timo. .."

En la Flota del Mar Negro, en cuanto llegó allí lanoticia de los sucesos en Petrogrado, se desencadenó tam-bién una oleada de mítines y reuniones que saludaron lavictoria de la revolución. El 27 de octubre el CC de la Flotadel Mar Negro, conjuntamente con los representantes detodos los navios y unidades de costa, enviaron un saludo alCMR petrogradense, declarando que la Flota del Mar Negro"apoyará a este poder popular revolucionario con todos losmedios de que dispone". A comienzos de noviembre se reunióel primer Congreso de toda la Flota del Mar Negro, al queasistieron 83 delegados, incluidos 22 bolcheviques, 27 ese-ristas de izquierda, 17 eseristas ucranianos, que a la sazónmantenían posiciones de izquierda, 6 mencheviques y 16delegados sin partido. A pesar de su composición tan hete-rogénea, el Congreso, después de agitada discusión, aceptócomo " plenamente justa " la posición adoptada en la cues-

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tión del poder por el II Congreso de los Soviets de todaRusia.

Un poco más complicada estaba la situación en las flo-tillas de los mares limítrofes. Pero también allí, con rela-tiva rapidez, los marineros superaron las vacilaciones ini-ciales y apoyaron a la revolución socialista. El Congresode la Flotilla del Océano Glacial Ártico, que sesionó en losdías de octubre, cuando tuvo noticia de la victoria de lainsurrección en Petrogrado declaró al principio, que pro-pugnaba la creación de un gobierno "en el que participaranlos representantes de todas las fracciones socialistas de lademocracia revolucionaria y que respondiera ante los So-viets". Pero ya el 15 de noviembre, después de que lasasambleas de los comités de barco y de compañía manifesta-ron su apoyo a los bolcheviques, el Congreso cambió decriterio y reconoció al Gobierno soviético.

En el destacamento naval de Murmansk, a finales deoctubre y comienzos de noviembre, los marineros del cru-cero Askold, del acorazado Chesma, de los navios Sokólitsa,Kupava, Ussuri, de la compañía marinera de Kola y deotras unidades, aprobaron resoluciones en las que declara-ron que ellos "están al lado del Poder de los Soviets yque apoyarán esta decisión suya con todos los medios a sualcance". En los primeros días de diciembre se reunió enMurmansk el congreso de los delegados de la Flotilla deMurmansk, acordando una resolución que exigía transmitirtodo el Poder a los Soviets y exhortando a los marinerosdel Ártico a "concentrar todas sus fuerzas para secundar yconsolidar el poder de los obreros, campesinos, soldados ymarineros".

El sentido de los marinos de la Flotilla del Océano Gla-cial Ártico fue expresado claramente en su II Congreso,abierto el 23 de enero de 1918 en Arjánguelsk. V. I. Leninfue elegido presidente de honor del Congreso. En la primerasesión, el Congreso cursó un telegrama al Gobierno soviético,deseándole pronta victoria en la lucha con los enemigosdel pueblo trabajador.

También los marineros de la Flotilla del Extremo Orien-te manifestaron su apoyo al Poder soviético. A comienzosde noviembre, la asamblea de marineros de la Flotilla Mi-litar de Siberia, después de escuchar a los delegados queasistieron al II Congreso de los Soviets de toda Rusia,declaró que apoyaba plenamente todos sus decretos. La ofi-

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cialidad contrarrevolucionaria de la Flotilla del Amur con-siguió, en un principio, con ayuda de los conciliadores, quese aprobara una resolución de protesta "contra todos losintentos de tomar el poder por las armas que partieran degrupos demagógicos irresponsables". Pero cuando poco des-pués escucharon el informe de Dubinin, delegado de laFlotilla, que había regresado del II Congreso de los So-viets, los marineros del Amur dirigieron un telegrama aPetrogrado en el que declaraban su apoyo al Gobierno so-viético.

A comienzos de noviembre se abrió en Bakú el I Con-greso de los marineros de la Flotilla del Caspio, al queasistió casi un centenar de delegados. Sobre el problemadel poder, en el Congreso se propusieron dos resoluciones,una bolchevique y otra eserista. El Congreso aprobó la bol-chevique, presentada por Y. Zevin, que saludaba "a larevolución triunfante del proletariado y de la guarniciónde Petrogrado y a las masas de obreros y soldados de otrasciudades que apoyaban a la revolución".

El espíritu de las masas marineras encontró su expre-sión en las resoluciones del I Congreso de la Marina deGuerra de toda Rusia, celebrado el 18 al 22 de noviembreen Petrogrado. Asistieron al congreso 190 delegados detodas las flotas y flotillas del país, de los que 116 eranmiembros del Partido Bolchevique. V. I. Lenin fue elegidopresidente de honor del Congreso. Pronunció un gran dis-curso en el que valoró altamente el papel de los marinerosen la revolución, su energía y entusiasmo creadores. En lacuestión del momento y del Poder el Congreso aprobó uná-nime una resolución que decía: "El Congreso declara públi-camente que toda la potencia de la Marina de Guerraapoyará con fidelidad y firmeza al Poder de los Sovietsde diputados obreros, soldados y campesinos, el único poderque nos ha dado libertad y tierra y que marcha audaz alencuentro de una paz inmediata".

Así, pues, la Revolución de Octubre encontró el apoyode la mayoría absoluta de marineros, los cuales se convir-tieron en sostén seguro del joven poder soviético.

La lucha por la victoria de Octubre en los frentes yflotas transcurrió estrechamente ligada a los primeros actosdel Gobierno obrero y campesino, orientados al cese dela guerra. Como los países de la Entente se negaron a con-testar a las proposiciones de paz del Poder soviético, el

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Consejo de Comisarios del Pueblo decidió dirigirse al mandoalemán con la propuesta de comenzar negociaciones bipar-titas para la firma del armisticio. Ya el 9 de noviembre,el Gobierno soviético se dirigió por radio a todos los comitésde tropas, a los soldados y marineros revolucionarios, invi-tándolos a emprender conversaciones "por abajo" para lafirma del armisticio, en el mismo frente:

"¡Soldados! La causa de la paz está en vuestras manos.No permitáis que los generales contrarrevolucionarios frus-tren la gran causa de la paz. ..

Que los regimientos que están en primera línea elijanen el acto a plenipotenciarios para entablar formalmentenegociaciones de armisticio con el enemigo.

El Consejo de Comisarios del Pueblo os otorga derechospara ello.

Informadnos por todos los medios posibles acerca decada paso de las negociaciones. Sólo el Consejo de Comisa-rios del Pueblo tiene derecho a firmar el convenio definitivode armisticio1".

Apreciando más tarde este paso importante de principiodel Poder soviético, N. Krilenko dijo: "Desde el momentoque se otorgaron estos derechos a regimientos y divisiones,así como la orden de liquidar a todo el que se atreva aimpedir las conversaciones, la causa de la revolución en elejército estuvo ganada y la causa de la contrarrevoluciónirremediablemente perdida".

El 10 de noviembre tuvo lugar la sesión del CEC delos Soviets de toda Rusia, en la que V. I. Lenin pronuncióun discurso. Señaló que era preciso quebrantar la resistenciadel enemigo de clase y firmar el armisticio en el frente."El imperialismo internacional moviliza todas sus fuerzascontra nosotros, pero por más grandes que sean las fuerzasdel imperialismo internacional, nuestras posibilidades sonsumamente favorables; en esta lucha revolucionaria por lapaz y con la lucha por la paz fusionemos la confraterniza-ción revolucionaria.. . La paz no puede concluirse sólo porarriba. La paz hay que conseguirla por abajo. No creemosun ápice a los generales alemanes, pero creemos al puebloalemán. Sin la participación activa de los soldados la pazfirmada por los comandantes en jefe es inestable"2.

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 35, pág, 82.2 Ibídem, págs. 86, 88.

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El mismo día, el Gobierno soviético dirigió una nota alos embajadores de los países neutrales, rogándoles coadyu-var a que los gobiernos de los Estados beligerantes y laopinión pública de los países neutrales pudieran conocer elcontenido de las propuestas soviéticas de paz. El 11 denoviembre, V. I. Lenin se entrevistó con N. Krilenko,A. Ioffe y otros plenipotenciarios del Gobierno soviético, quedebían salir para el frente, dándoles las instrucciones per-tinentes para sus conversaciones con el mando de las tropasalemanas. El 13 de noviembre, los parlamentarios soviéticospropusieron al mando alemán empezar negociaciones parala firma del armisticio. El 14 de noviembre esta propuestafue aceptada. El mismo día, N. Krilenko, Alto MandoSupremo soviético, dio una orden que ponía en conocimientodel ejército el comienzo de negociaciones de paz con elmando alemán y exhortando a los soldados del frente aestar muy alertas y a cesar las hostilidades.

Mientras tanto, toda la línea del frente se había con-vertido ya en una colosal conferencia pacífica de soldados.A los regimientos alemanes que ocupaban las primeras lí-neas se enviaron decenas de agitadores con periódicos yllamamientos en alemán.

En los meses de noviembre y diciembre de 1917 cesa-ron en todo el frente las acciones militares y se establecióel armisticio. Este fue un éxito enorme de la joven Repú-blica de los Soviets, la cual recibió, por fin, la ansiadatregua y pudo emprender la solución de importantísimosproblemas de la construcción socialista. Uno de estos pro-blemas fue el de la creación de las fuerzas armadas delEstado obrero y campesino, capacitadas para defender lasconquistas de Octubre.

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14. DEL VIEJO EJERCITOAL EJERCITO SOCIALISTA

El problema de defender con las armas al nuevo régi-men triunfante era uno de los problemas más acuciantesque se le planteaban a la República de los Soviets. La actua-lidad del problema se acentuaba pues al segundo día dehaber triunfado la insurrección armada de Octubre las cla-ses derrocadas intentaron ya aniquilar al poder, reciénsurgido, de los obreros y campesinos y con ayuda de losimperialistas extranjeros desencadenaron la guerra civil enel país. En su lucha contra el Poder soviético la contra-rrevolución interna quiso también arrastrar al ejército, ha-ciendo cuanto podía para convertirlo en instrumento parala restauración del viejo régimen.

No se debe olvidar, además, que la Revolución de Octu-bre se produjo cuando aún no había terminado la guerraimperialista mundial. Las potencias del bloque austro-ger-mano mantenían en el frente ruso más de 158 divisionesque sumaban en total más de millón y medio de hombresperfectamente armados y adiestrados. ¿Quién podía garan-tizar que un enemigo tan temible, que se encontraba sola-mente a unas cuantas marchas de Petrogrado, no aprove-charía una situación favorable para comenzar una ofensivacon el objetivo de derribar al Poder soviético? Ya en 1916,V. I. Lenin advirtió que la victoria del socialismo en unsolo país "no sólo habrá de provocar rozamientos, sino in-cluso la tendencia directa de la burguesía de los demáspaíses a aplastar al proletariado triunfante del Estado so-cialista"1.

Por consiguiente, la propia vida exigió la creación delas fuerzas armadas del incipiente Estado obrero y cam-

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. I, pág. 801.

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pesino. Mas para esto se precisaba demoler de arriba abajoal viejo ejército, esto es, disolver las fuerzas armadas exis-tentes, que por su tipo y carácter no correspondían a lastareas de la dictadura del proletariado y sustituirlas por unejército de nueva formación, capacitado para defender lasconquistas de la revolución socialista.

En los momentos en que el Partido Bolchevique y elGobierno soviético emprendieron prácticamente la organi-zación de la defensa del país, la República de los Sovietscontaba con dos organizaciones armadas: la Guardia Rojaobrera y el ejército y la Marina de Guerra viejos.

La Guardia Roja surgió como fuerza armada de choquede la Gran Revolución Socialista de Octubre. Era la orga-nización militar del proletariado. "Los obreros armados—dijo V. I. Lenin—, eran germen de un ejército nuevo,la célula orgánica de un nuevo régimen social"1.

Los efectivos totales de la Guardia Roja para el mo-mento de la insurrección armada de Octubre ascendían,aproximadamente, a 200.000 obreros de vanguardia. Des-pués del triunfo de la revolución, la Guardia Roja siguióaumentando con rapidez. Se ocupaban de su estructuraciónlas organizaciones locales del partido, los Soviets y losCMR, quienes se regían para ello en las indicaciones delBuró de organizaciones militares del frente y de la reta-guardia de toda Rusia, del CC del POSDR(b). La nece-sidad de combatir a la contrarrevolución interna obligó alos organizadores de la Guardia Roja a encauzar los es-fuerzos principales a poder lanzar lo más rápidamenteposible los destacamentos obreros contra el enemigo. De-bido a esto, la Guardia Roja no adquirió la forma de orga-nización militar centralizada única. En todos los sitiosdonde se formaban destacamentos de la Guardia Roja, secreaban paralelamente sus Estados Mayores, sus órganosdirigentes para toda la ciudad. En Petrogrado y en Kíevse denominaban EE.MM. principales de la Guardia Roja;en Moscú, Tula, Jarkov, Tsaritsin y Yaroslavl se los cono-cía por EE.MM. centrales de la Guardia Roja; en Minskcomo Comandancia Central de la Guardia Roja, etc. Comoregla, los EE.MM. se subordinaban a las organizacioneslocales del partido, a los Soviets o a los CMR.

La ausencia de una dirección centralizada única de laGuardia Roja engendraba en ella la heterogeneidad de las

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 3, pág. 109.

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formaciones por destacamentos. Estos tenían jefes electivosy se formaban bajo el principio de voluntariedad. El defec-to de la Guardia Roja era su débil preparación combativay su falta de experiencia militar. Mas como representabaa la parte mejor y más consciente del proletariado, la Guar-dia Roja, desde los primeros días de existencia del Podersoviético, luchó con abnegación y éxito contra las tropas dela contrarrevolución interna. Posteriormente, N. Krilenkorecordaba: "Componían la Guardia Roja los obreros de lasgrandes empresas de Petrogrado y Moscú, destacamentosselectos de marineros revolucionarios, unidades de tiradoresletones y sólo en grado ínfimo, tropas regulares, tal era elpuntal sobre el que se apoyaba el Poder soviético. Gomomomento muy característico cabe señalar que los regimien-tos regulares del viejo ejército imperial zarista resultaronser inservibles e incapaces de combatir en la guerra civil.

Mas si para la lucha en el frente interior la GuardiaRoja y los destacamentos revolucionarios de marineros ysoldados podían ser un apoyo, para rechazar el posibleataque de las tropas regulares de los imperialistas extranje-ros se necesitaban ya considerables fuerzas armadas, aptaspara librar una guerra moderna. Por el momento, la Repú-blica de los Soviets no contaba con tales fuerzas armadas.

Para el Partido Bolchevique estaba claro que la utiliza-ción del viejo ejército, tal y como la República Soviética lohabía heredado del Gobierno Provisional, era imposible.La masa de soldados, cansada de la guerra, desorganizaday en grado considerable desmoralizada, no podía seguir man-teniendo el frente. Aparte de que por su propia esencia ycarácter el viejo ejército no correspondía a las tareas de ladictadura del proletariado, no podía ser su apoyo armado.

La defensa del Poder de los Soviets sólo podía confiarsea soldados, marineros y oficiales revolucionarios, fieles alas ideas de Octubre. Elementos revolucionarios conscientesde tal naturaleza era indudable que los había también enel viejo ejército, y en particular en la Marina de Guerra.Mas para poder utilizarlos como brazo armado de la Repú-blica de los Soviets se precisaba segregar estos elementos dela masa general de tropas, cohesionarlos en torno a lasorganizaciones bolcheviques y a los Soviets y completarloscon obreros y campesinos pobres. Sólo así podría crearseel núcleo del ejército de nuevo tipo, ejército de la revolu-ción proletaria.

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El colosal trabajo ideológico y de organización llevadoa cabo por el Partido Bolchevique para ganarse al ejércitoy a la Marina de Guerra en el período de Febrero a Octubrede 1917, cuyo resultado fue que cuando llegó el momentode la insurrección de Octubre casi la mitad de las fuerzasarmadas se encontraran al lado de la revolución socialista,fue la condición previa para la demolición de la vieja má-quina militar. Sin embargo, sólo el triunfo de Octubre situóeste problema como tarea práctica inmediata del partido,como parte integrante de la gigantesca labor por la creaciónde un Estado obrero y campesino, nuevo.

Es sabido que la necesidad de deshacer el viejo ejér-cito —instrumento de las clases explotadoras— fue argu-mentada ya como condición importantísima para el triunfode la revolución por C. Marx y F. Engels, los fundadoresdel comunismo científico, y constituyó una exigencia pro-gramática del marxismo. V. I. Lenin, dijo: "El primer man-damiento de toda revolución triunfante —Marx y Engelslo han subrayado muchas veces— ha sido deshacer el viejoejército, disolverlo y reemplazarlo por un ejército nuevo.La clase social nueva que se alza a la conquista del poder',no ha podido nunca ni ahora puede conseguir ese poder niafianzarse en él sin descomponer por completo el antiguoejército.. . sin pasar por un período sembrado de dificul-tades y de pruebas, falto de todo ejército. . . sin formar pocoa poco, en dura guerra civil, el nuevo ejército, la nuevadisciplina, la nueva organización militar de una nuevaclase"1.

Así, pues, el marxismo enseña que el proletariado triun-fante debe disolver el viejo ejército y sustituirlo por unanueva organización militar. Así lo hizo en su tiempo laComuna de París, que deshizo el viejo ejército y lo reem-plazó por el pueblo armado.

Mas la República de los Soviets no podía repetir mecá-nicamente la experiencia de la Comuna de París. Nopodía olvidar que en la época en que los revolucionariosfranceses realizaron paso tan importante ya disponían deuna fuerte organización militar: 215 batallones proletariosde la Guardia Nacional que podían servir de apoyo seguroa los comuneros en su lucha con los enemigos. Además, laenvergadura limitada de la actividad de la Comuna y el

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 3, págs. 109-110.

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hecho de que cuando surgiera ya se había firmado la pazprevia con Prusia, hacían que toda la situación se diferen-ciara de la que se formó en Rusia después de Octubre. Ladisolución simultánea y completa del viejo ejército en unpaís que se encontraba en guerra y que carecía de otrasfuerzas para su defensa habría equivalido, de hecho, aldesarme y hundimiento de la República de los Soviets. Poreso el Partido Bolchevique desistió de este paso y eligió otraforma para deshacerse de las fuerzas armadas de la antiguaRusia zarista y burguesa: la democratización indemorableconjugada con la desmovilización gradual del viejo ejército,hasta su completa disolución, con la creación paralela denuevas fuerzas armadas para la defensa de las conquistasde Octubre.

La democratización del ejército empezó, como es sabido,con la revolución democrático-burguesa de Febrero. En esteproceso desempeñó un gran papel la histórica Orden N° 1del Soviet de diputados obreros y soldados de Petro-grado. Mas por culpa de la política conciliadora de eseristasy mencheviques, la democratización de las fuerzas armadasadquirió un carácter limitado. Una vez ocupados todos loscargos más importantes en los comités de tropas y en losSoviets, eseristas y mencheviques se quedaron a mitad decamino. En el ejército y en la Marina de Guerra continua-ron funcionando las instituciones no democráticas, mientrasque el poder efectivo, en su mayor parte, seguía en manosde los mandos reaccionarios.

Para democratizar de verdad las fuerzas armadas seprecisaba llevar a cabo una serie de medidas radicales en-filadas a socavar los propios cimientos de la vieja organi-zación militar. Había que arrancar de raíz el poder de manosdel generalato reaccionario y de la oficialidad superior yentregárselo a la masa de soldados y marineros, implantan-do la elegibilidad de los mandos y organizando el control desu actividad por las organizaciones de soldados y marineros.Semejantes medidas, estimaba. V. I. Lenin, deberían asegurarla transformación del ejército permanente, de instrumentode poder de los explotadores en ejército revolucionario yllevar inevitablemente a su fusión con el pueblo en armas1.

Demoliendo el viejo ejército de acuerdo a las indica-ciones leninistas, el Partido Bolchevique obtuvo la posibi-

1 Véase: V. I. Lenin. Obras, 5ª ed., . t. 31, págs. 5, 164-165, 197-198.

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lidad de resolver varias tareas de importancia relacionadascon la organización de la defensa militar de la joven Repú-blica socialista y el afianzamiento del Poder soviético. Pri-mero, porque se privaba a la contrarrevolución de poderemplear el ejército como instrumento de lucha contra larevolución socialista: segundo, porque de entre los soldadosy de una parte de la oficialidad democrática se destacabanelementos revolucionarios susceptibles de emplearse tantopara mantener el frente como para crear la nueva organi-zación militar, soviética; tercero, porque desmovilizando alos soldados, el Poder soviético no sólo reintegraba a laproducción fuerzas considerables, sino que también daba alcampo un gran ejército de agitadores y organizadores, cons-tructores activos de la sociedad nueva, socialista. No en vanoV. I. Lenin señaló que los soldados que se marchaban delfrente "eran portadores, dondequiera que fuesen, del má-ximo de decisión revolucionaria de acabar con la políticade conciliación; y los elementos partidarios de dicha política,la guardia blanca, los retoños de los terratenientes queda-ron privados de todo sostén entre la población"1. Esto serefería, en mayor medida aún, a los marineros revoluciona-rios, apoyo seguro de la República, agitadores convencidosdel poder obrero y campesino.

Empezando a destruir el viejo ejército y a crear laorganización militar soviética se necesitaba, en primer lugar,ser dueños del aparato militar central y del frente. En muypoco tiempo, bajo la dirección del Partido Bolchevique,mediante acciones enérgicas de los soldados y marinerosrevolucionarios, fue liquidado el viejo Cuartel General. Sedestituía a los generales y oficiales que no reconocían alPoder soviético y se encarcelaba a los enemigos furibundosde la revolución. Todo el aparato central y de Frente delejército de operaciones fue sometido a una renovación car-dinal revolucionaria y completamente democratizado.

Simultáneamente, el Partido Bolchevique y el Gobiernosoviético pusieron bajo su control al antiguo Ministerio dela Guerra, tarea que le fue encomendada al Comité paraAsuntos del Ejército y de la Marina de Guerra, creado enel II Congreso de los Soviets de toda Rusia. En cuantoterminó el Congreso, por iniciativa de V. I. Lenin, esteComité fue completado con destacadas personalidades dela Organización Militar del CC del POSDR (b) —N. Pod-

1 V. I. Lenin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2, pág. G04.

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voiski, E. Sklianski, K. Mejonoshin, K. Ereméiev, A. Vasí-liev y el eserista de izquierda P. Lazimir— y comenzó allamarse Consejo de Comisarios del Pueblo para Asuntosdel Ejército y de la Marina de Guerra (Narkomvoen).

El 19 de noviembre, el Narkomvoen dispuso detener algeneral Manikovski, que encabezaba provisionalmente elMinisterio de la Guerra, y al general Marushevski, Jefe delEstado Mayor Central, así como depurar enérgicamente decontrarrevolucionarios todo el aparato del departamento deGuerra.

Creando el aparato soviético de dirección militar, nuevo,el Partido Bolchevique no consideraba necesario, empero,someter a una destrucción anárquica todos los eslabones delviejo aparato. Deshaciendo el viejo ejército no debía re-nunciarse, por ejemplo, a utilizar la experiencia y cono-cimientos de los especialistas militares. Por eso se decidióconservar temporalmente las direcciones y negociados fun-damentales del antiguo Ministerio de la Guerra, destinandoa ellos bolcheviques duchos en el trabajo militar y espe-cialistas militares fieles a la revolución. Se nombraron comi-sarios políticos en todas las direcciones principales del Mi-nisterio, sin la sanción de los cuales ninguna disposiciónpodía considerarse válida. Se estableció una dirección cole-giada que aseguraba un control ininterrumpido del Podersoviético sobre la actividad de todos los órganos del antiguoMinisterio de la Guerra. Por consiguiente, las viejas formasorganizativas del aparato militar recibían otro contenido,nuevo en principio, y sólo después de una reorganizacióntan radical se ponían al servicio del Estado proletario.

Bajo los mismos principios se efectuaba la reorganiza-ción del aparato militar local (direcciones de Regiones mi-litares, de Brigadas locales y de jefes militares distritales):todo lo reaccionario y caduco se extirpaba de raíz y seexterminaba sin el menor miramiento, en tanto que todo lovalioso y útil se conservaba y se reorganizaba revoluciona-riamente.

Los dirigentes del viejo Ministerio de la Marina deGuerra se negaron a colaborar con el Poder soviético y,después de ocupar una actitud francamente hostil, empren-dieron el camino del sabotaje. Debido a esto pasó a dirigirel Ministerio M. Ivanov, capitán de Navio, oficial progre-sista recomendado por el Centrobalt. Encabezó el Ministerioun Colegio Naval Supremo y se nombró a P. Dibenko Co-

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misario del Pueblo para Asuntos Navales. Se expulsarondel aparato ministerial a saboteadores y reaccionarios, quereemplazaron oficiales honrados y marineros revolucionarios.

Simultáneamente se operaba la formación jurídica delproceso de plena democratización de las Fuerzas de Tierray Navales. En noviembre, el Narkomvoen hizo público unproyecto de declaración A los soldados del ejército revolu-cionario, en el que proponía abolir todas las graduacionesy distinciones entre los militares, así como todas las insig-nias de mando estableciendo para todos un sueldo igual,concederles la plenitud de derechos políticos, implantar laelegibilidad total de los mandos, etc. El CMR anejo alCuartel General aprobó al poco tiempo el Proyecto de regla-mento para la democratización del ejército, por el cual,hasta que se aprobara oficialmente el Reglamento, deberíanguiarse todos los comités de soldados y los mandos. Elproyecto introducía la electividad de los jefes, suprimíalas graduaciones de oficiales, los títulos y órdenes, entre-gando toda la plenitud del poder a los comités de soldados.Se proclamó órgano supremo de autodirección de las tropasa la sección de soldados del CEC de los Soviets de dipu-tados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. En elproyecto de Reglamento se escribió que "el ejército sirvea la voluntad del pueblo trabajador y se subordina al poderde los Comisarios del Pueblo, que se apoya en la voluntadde los Soviets y en su confianza".

El 15 de diciembre el Consejo de Comisarios del Puebloescuchó el informe de N. Krilenko y aprobó los decretosAcerca del equiparamiento en derechos de todos los mili-tares y Sobre el principio de eligibilidad y sobre la organi-zación de la autoridad en el ejército. El 17 de diciembre,firmados por V. I. Lenin y por todos los miembros delConsejo del Narkomvoen, estos decretos se dieron a lapublicidad y se hicieron patrimonio de las masas de solda-dos. Su aplicación práctica propició que terminara prontola democratización del ejército, que casi acabó por com-pleto a finales de 1917.

De manera un tanto distinta transcurrió el proceso de-mocratizador de la Marina de Guerra. Cuando llegó elmomento de la Revolución de Octubre estaba mucho másavanzado que en el ejército. Por eso en las fuerzas navalesse planteó inmediatamente el paso del mando directo mi-litar de las flotas y flotillas a manos de las organizaciones

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democrático-revolucionarias, por cuanto todas las demásesferas de la vida en la flota, formal y prácticamente, ya seencontraban bajo el control de estas organizaciones. Losorganismos revolucionarios de las fuerzas navales elabora-ron un sistema democrático, nuevo, de dirección de flotasy flotillas que fue aprobado por el I Congreso de la Marinade Guerra de toda Rusia. La dirección de las fuerzas na-vales, incluida la operativa, pasó a depender de los comitéscentrales de la flota y flotillas. La dirección general laefectuaba el Colegio Naval Supremo y el Consejo Legis-lativo del Departamento de Marina, en funciones delúltimo entraba la preparación de leyes que atañían a lasfuerzas navales. El 6 de diciembre, una orden del ColegioNaval Supremo puso en vigencia este sistema.

En su informe el 11 de enero de 1918 en el III Congresode los Soviets de toda Rusia, acerca de la actividad delConsejo de Comisarios del Pueblo, V. I. Lenin hizo constarque "el viejo ejército, el ejército del amaestramiento cuar-telero y de las torturas a los soldados, ha desaparecido parasiempre. Ha sido condenado a la demolición y no ha que-dado de él piedra sobre piedra. La democratización com-pleta del ejército ha sido realizada"1.

Pero la democratización de las viejas fuerzas terrestresy navales aún no solucionaba el problema, no era másque el primer paso para la demolición de las viejas fuerzasarmadas. El Estado proletario necesitaba tener su propioejército de clase, ejército de obreros y de campesinos pobres,que defendieran conscientemente las conquistas de la revo-lución socialista. En aquella situación de aguda lucha declases y de peligro de intervención militar extranjera, elpartido tuvo que renunciar a su anterior postulado progra-mático: el reemplazamiento del ejército permanente por elarmamento general del pueblo. Los bolcheviques fueron unavez más ejemplo de enfoque creador de la teoría marxista.Se emprendió el rumbo hacia la desmovilización total delviejo ejército y a la formación de una nueva organizaciónmilitar, soviética: el Ejército Rojo. Esta política encontrósu expresión en la Declaración de los derechos del pueblotrabajador y explotado (enero de 1918), en la primera Cons-titución Soviética (junio de 1918) y, finalmente, en el nuevoPrograma del PCR(b), aprobado en el VIII Congreso delPartido en marzo de 1919.

1 V. I. Lcnin. Obras Escogidas en tres tomos, t. 2. pág. 572.

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"En la época de descomposición del imperialismo y deextensión de la guerra civil —se decía en el Programa—,es imposible conservar el viejo ejército ni formar otro nuevosobre la llamada base no clasista o de toda la nación. ElEjército Rojo, como instrumento de la dictadura proletaria,tendrá forzosamente que tener un carácter francamente cla-sista, es decir, formarse exclusivamente a base del proleta-riado y de las capas semiproletarias del campesinado, a élafines. Sólo con la desaparición de las clases semejanteejército clasista se transformará en milicia socialista de todoel pueblo".

Superando el horrible desbarajuste en el transporte, elGobierno soviético empezó ya en noviembre de 1917 ladesmovilización sistemática de los soldados del antiguoejército.

La desmovilización coincidió con las negociaciones depaz. En esta época difícil para la joven República de losSoviets, la cuestión sobre el estado en que se encontrabanlas fuerzas armadas adquirió especial agudez.

Dentro del Comité Central del Partido Bolchevique noexistía un criterio unánime acerca de la paz. V. I. Lenin ysus partidarios consideraban que era necesario lograr la paza cualquier precio, pues sin paz era imposible afianzar elPoder soviético. Los "comunistas de izquierda"1, encabeza-dos por Bujarin, así como Trotski y los que le seguían, man-tenían una táctica aventurera, rechazaban la paz y tratabande imponer a la República Soviética la participación en unaguerra revolucionaria.

Sin un ejército fuerte y bien organizado la Repúblicade los Soviets no podía combatir. En tales condiciones, laguerra revolucionaria podría conducir al hundimiento delPoder soviético.

Así, pues, la elección del rumbo político del Gobiernosoviético en la cuestión de la guerra y la paz dependíamucho del estado en que se encontrara el ejército, con laparticularidad de que por el momento sólo podía hablarsedel viejo ejército ruso, pues la creación de fuerzas armadasrevolucionarias sólo comenzaba. En la segunda quincena de

1 "Comunistas de izquierda", grupo fraccional antipartido, formado dentro del PCR(b) acomienzos de 1918, con motivo de las divergencias surgidas en torno a la conclusión del Tratado depaz de Brest. A finales del verano de 1918, los "C. I." reconocieron sus errores y cesaron la luchafracciona!.

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diciembre se celebró en Petrogrado el Congreso general delejército para problemas de la desmovilización. A sus par-ticipantes se les entregó una encuesta redactada por Leninen la que, entre otras, incluía esta pregunta: ". . .Si nuestroejército pudiera votar, ¿se manifestaría por una paz inme-diata, a base de las condiciones anexionistas (pérdida detodas las regiones ocupadas) y extremadamente difícilespara Rusia, desde el punto de vista económico, o por hacerel máximo esfuerzo en pro de la guerra revolucionaria, esdecir, de la resistencia a los alemanes?"1. De las respuestasde los delegados, escribió más tarde Krilenko, se puso enclaro que "el ejército, seguramente, peleará, si no por todaslas reglas, en cualquiera de los casos, se resistirá". Al mismotiempo, muchos partícipes de la conferencia subrayaron quelos soldados aguardaban anhelosos la paz y que en aquellasituación de ruina y de hambre no podrían mantener elfrente durante mucho tiempo. Partiendo de este sentir, elCongreso acordó una resolución en la que se planteabandos tareas fundamentales: 1) no forzar las negociaciones depaz, en espera de un posible comienzo de la revolución enOccidente y 2) intensificar las medidas para la reorga-nización del viejo ejército, reduciendo sus contingentes yreforzando su capacidad combativa.

A comienzos de diciembre, N. Krilenko, Alto MandoSupremo, difundió entre las tropas una orden llamando atodos los soldados revolucionarios a alistarse en un ejércitonuevo, regular, voluntario. Mas esta orden fue recibida porla mayoría de los soldados como prueba del fracaso de lasconversaciones de paz y de reanudación de la guerra. Elpropio Krilenko reconoció que unidades enteras fueron presade esta alarma. El hecho confirmó una vez más la necesidadde crear lo antes posible un ejército nuevo y de acelerar almáximo la desmovilización.

Sin embargo, los acontecimientos adquirieron por aque-llas fechas un nuevo matiz. A pesar de que las negociacionesde paz con la Rusia Soviética proseguían, los imperialistas ale-manes se preparaban intensamente para la ofensiva. Cuan-do Trotski, jefe de la delegación soviética en Brest-Litovsk,hizo fracasar las conversaciones, el mando alemán empren-dió el 18 de febrero de 1918 la realización de su plan. ElGobierno soviético no tenía más salida que concertar unapaz por separado en cualesquiera que fueran las condiciones.

l V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 35, pág. 180.

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Después de la firma de Tratado de Paz de Brest, la des-movilización se reanudó, dándosela fin en abril de 1918.

El viejo ejército dejó de existir. En su lugar empezóa levantarse el joven Ejército Rojo, obra de la Gran Revo-lución Socialista de Octubre. El 15 de enero de 1918, elConsejo de Comisarios del Pueblo aprobó el decreto parala creación del Ejército Rojo. Proclamó un nuevo principiode formación del ejército, principio clasista, sólo sobre labase de representantes de las clases trabajadoras. En suprimer período, el Ejército Rojo fue formándose sobre prin-cipios de voluntariedad1. Cuando llegó el mes de marzo yacontaba con electivos de hasta 300.000 hombres.

A últimos de enero se aprobó también el decreto Acercade la organización de la Marina de Guerra Roja Obrera yCampesina. Con este decreto la vieja Armada se proclamabadisuelta, mientras que la nueva debería formarse "sobrelos principios de que sus componentes fueran recomendadospor las organizaciones partidarias, profesionales, y otrasdemocráticas de masas". Pero, prácticamente, no se necesitódisolver la Marina de Guerra, por la razón de que la mayorparte de su personal era proletario y semiproletario. La masa'fundamental de la marinería continuó el servicio en la Arma-da Roja o en las unidades del Ejército Rojo, desempeñandoun papel grande y honroso en los frentes de la guerra civil.

La demolición del viejo ejército —instrumento principaldel régimen derrocado— en condiciones de guerra, mediantela realización de su democratización completa, compaginadacon la desmovilización gradual, proporcionó una experienciavaliosa en las cuestiones de la política militar del prole-tariado triunfante. Con ello, V. I. Lenin, los bolcheviques,enriquecieron la teoría marxista de la revolución proleta-ria. Por primera vez en la historia se llevó a cabo el pre-cepto principalísimo del marxismo: arrancarle a la burguesíalas masas de soldados, demoler y destruir el viejo ejército,disolverlo y reemplazarlo por una organización militarnueva del Estado socialista.

1 Una parte de los combatientes para el Ejército Rojo salieron del viejo ejército. Lasorganizaciones militares bolcheviques hicieron un gran trabajo seleccionando a los soldadospolíticamente más conscientes que deseaban alistarse voluntarios en el nuevo ejército. Algunasunidades de tendencia bolchevique, incluidos los regimientos de tiradores letones, ingresaron casicompletas en las nuevas formaciones. A comienzos de 1918 el Frente Norte dio al Ejército Rojo24.000 voluntarios y, el Frente Oeste, 15. 000.

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CONCLUSION

La historia de la actividad de los bolcheviques entre lossoldados y marineros, a pesar de todo el carácter específicode la realidad de Rusia a comienzos del siglo XX, permitehacer algunas conclusiones, que no pierden actualidad, detrascendencia revolucionaria general. Partiendo de la prác-tica de la lucha de los bolcheviques por ganarse a las tropas,V. I. Lenin planteó en 1920 ante el movimiento comunistamundial, como una de las tareas más importantes, la nece-sidad de realizar sistemática e insistentemente entre las tro-pas la propaganda y la agitación, subrayando que "la renun-cia a un tal trabajo equivaldría a traicionar el deber revolu-cionario. . ."1 Esta tesis leninista fue aprobada por los co-munistas del mundo entero.

La rica experiencia de trabajo revolucionario del Parti-do Bolchevique en el ejército y en la Marina de Guerra tienegran trascendencia teórica y práctica.

En el período de la crisis general del capitalismo la luchapor ganarse a las tropas se agudizó especialmente. El au-mento de las contradicciones entre los Estados imperialistasconduce a un incremento colosal de las fuerzas armadas.Debido a la exacerbación de la lucha de clases en el interiorde los Estados capitalistas, las clases gobernantes utilizan alejército para aplastar las acciones revolucionarias de lostrabajadores. En condiciones de la agudización de la crisisgeneral del capitalismo los círculos imperialistas acuden más

1 V. I. Lenin. Obras, 5a ed., t. 41, pág. 206.

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a menudo a los militarotes, a la implantación de regímenesmilitares-terroristas.

"La oligarquía financiera —se dice en el Programa delPCUS—, recurre al establecimiento de regímenes fascistas,cifrando sus esperanzas, como tabla de salvación contra lacólera del pueblo, en el ejército, la policía y los gendarmes,sobre todo cuando las masas trabajadoras tratan de ejercerlos derechos democráticos, incluso los cercenados, defendersus intereses y poner fin a la prepotencia de los monopolios"1.

De otra parte, el gigantesco crecimiento de las fuerzasarmadas ha hecho que en las filas del ejército y de la Marinade Guerra ingresen masas enormes de trabajadores. Estocrea premisas objetivas para el aumento de la autoconcien-cia clasista de soldados y marineros y para que se incorpo-ren a la lucha revolucionaria.

La aparición en la arena de la historia de la clase obreracomo fuerza revolucionaria principal y hegemónica en lacontienda por la democracia y el socialismo suscitó un augepoderoso de la lucha de clases, aportó una agudeza especiala las acciones revolucionarias de las masas y elevó conside-rablemente su sentido de organización. La tarea de reestruc-turación cardinal de la sociedad, planteada por la historia alproletariado, exigió a éste intensificar la lucha por ganarsea las tropas.

La historia del trabajo activo y múltiple de los bolchevi-ques en las fuerzas armadas de la Rusia prerrevolucionariaes un tesoro inagotable de experiencia revolucionaria yejemplo inmejorable para los que batallan por la transfor-mación radical de la vida social en base a los principios delsocialismo.

Todo el proceso del trabajo bolchevique con las tropas enel período de tres revoluciones confirmó persuasivamente latesis marxista-leninista de que sin incorporar al movimientorevolucionario a una parte considerable del ejército y de lasfuerzas navales la victoria de la revolución es imposible. Elpaso al lado del pueblo de soldados y marineros fue una delas condiciones decisivas para el éxito de las revolucionesdemocrático-burguesa y socialista. La historia demostró ex-haustivamente la justeza del pensamiento manifestado repe-tidamente por V. I. Lenin de que sin el paso de las tropas al

1 Programa del Partido Comunista de la Unión Soviética, M., 1969, pág. 34.

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lado del pueblo es imposible lograr la victoria popular. Esto,a su vez, significa, que la lucha por ganarse a las tropas esuna de las leyes regulares generales de la revolución.

Los resultados fructíferos de la actividad de los bolche-viques en el ejército y en la Marina de Guerra estuvieroncondicionados en que el Partido Bolchevique conceptuaba alas tropas como un determinado organismo social, suscep-tible a todas las leyes objetivas de la lucha de clases. Par-tiendo de esta premisa inicial, los bolcheviques estructuraronsu trabajo entre los soldados y marineros, teniendo en cuentarigurosamente su composición de clase. Al propio tiempo,los bolcheviques contaban como apoyo con los representantesdel proletariado, la clase más revolucionaria, que formabanparte de las fuerzas armadas.

Los cuadros fundamentales de soldados y marineros pro-ceden de las capas trabajadoras, razón por la que los esfuer-zos de los bolcheviques estuvieron orientados a crear en lastropas una estrecha comunidad revolucionaria de obreros ycampesinos, vestidos con uniforme militar, y a asegurar elpapel rector de la clase obrera en dicha comunidad. La fe-liz solución de esta tarea sirvió de garantía para revolucio-nar al ejército y la Marina de Guerra.

La revolucionarización de las fuerzas armadas constituye,aunque también muy importante, pero, de todas maneras,sólo una parte de las tareas revolucionarias de orden general.Las acciones de soldados y marineros, independientes, aisla-das de la marcha de toda la lucha revolucionaria, por muyresueltas que sean no pueden, por sí mismas, reportar unéxito completo y sólido. Sólo combinadas con el auge revo-lucionario de todo el pueblo, sólo fundiéndose en el caucedel movimiento revolucionario proletario, es como estas ac-ciones pueden contribuir al triunfo de la revolución. Losbolcheviques jamás consideraron su trabajo en las tropascomo un objetivo en sí, lo subordinaron invariablemente alos fines y tareas revolucionarias de orden general, lucharonpor la fusión combativa de soldados y marineros con lalucha que los obreros y campesinos sostuvieron por las cues-tiones cardinales de la revolución en una u otra etapa de sudesarrollo.

El Partido Bolchevique se pronunció siempre con todadecisión contra la táctica de los complots militares, propug-nando la incorporación a la lucha revolucionaria de las ma-sas mayores posibles de soldados y marineros y esforzándose

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porque el movimiento revolucionario en las tropas tuvieraun carácter masivo. Con este fin, los bolcheviques trataronde fundir en un solo torrente revolucionario a las distintascorrientes revolucionarias y crear en el ejército y en la Ma-rina de Guerra un frente único revolucionario. Para la for-mación de un tal frente fue condición indispensable garan-tizar en él el papel dirigente del Partido Bolchevique, subase de principio marxista-leninista.

El papel y el lugar del ejército y las fuerzas navales enlas tres tormentas revolucionarias que estremecieron a Rusiaa comienzos del siglo actual y que culminaron con la granvictoria de los trabajadores en las históricas jornadas deoctubre de 1917, evidencian irrefutablemente que la luchapor ganarse a las tropas es tarea de suma importancia paratodas las fuerzas revolucionarias y que la subestimación deltrabajo en las tropas, de conceptuarlas como organizacionespuramente militares al margen de toda política, lleva ineluc-tablemente a consecuencias de extrema gravedad para losdestinos de la lucha revolucionaria.

El mérito histórico del Partido Comunista es su expe-riencia acumulada para descomponer a las fuerzas armadas-de su enemigo de clase y transformarlas de bastión del viejorégimen en fuerza de combate de la revolución y el asegura-miento de la defensa militar del Estado socialista. "La revo-lución socialista, como enseñaran Marx y Lenin está obliga-da a saber defenderse y debe oponer a la agresividad delenemigo de clase un indestructible potencial bélico"1. Lacreación de tal potencial, necesario para el aplastamiento delas clases explotadoras, que se resisten furiosamente a lareestructuración del régimen social, y más aún, para la de-fensa de la victoria conquistada del socialismo, es imposiblesin atraer al lado de la revolución a las amplias masas desoldados y marineros. A esto enseña con irrebatibilidad lagrandiosa experiencia histórica del Partido Comunista deLenin.

1 'Tesis del Comité Central del PCUS, Cincuenta años de la Gran Revolución. Socialista deOctubre, M., 1967, pág. 62.

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SUMARIO

Introducción.......................................................................................................... 3Primeros pasos en la lucha por ganarse al ejército................................................ 11El ejército comienza a vacilar........................................................................ 23Entre tormentas.................................................................................................... 65¡Guerra a la guerra!............................................................................................... 78Febrero del año diecisiete................................................................................... 100En la nueva etapa de la revolución.............................................................. 109Las voenkas bolcheviques del año 1917.............................................................. 124Los soldados necesitan la paz........................................................................ 141¡La korniloviada no pasará!............................................................................ 159

En vísperas de Octubre......................................................................................... 175 El gran asalto...................................................................................................... 195 Los soldados de las guarniciones de retaguardia se suman a

la revolución................................................................................................... 211 La revolución en el frente...................................................................................... 21S Del viejo ejército al ejército socialista.................................................................. 240 Conclusión............................................................................................................. 252

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