los límites de la historia
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Alatorre García Edu Iván
Los límites de la historia
Mirando siempre con sutil realismo estaba el, desde su acorazado imaginario,
superado por el mismo, viviendo día a día con un pulso acelerado y sin el
menor temor al final inevitable de todos los hombres. Detalles del paisaje
común que a todos resultaban invisibles y que solo pocos pueden llevar a
planos escritos o pintados o musicalizados.
De esa Colombia de la cual quizá no hay mucho que decir, de aquel 29 de
septiembre de 1951, sin embargo hay algo, justo fue el año en que el entonces
presidente Laureano Gómez cedía la presidencia a Roberto Urdaneta, debido a
sus padecimientos cardiacos, así es, el mismo que fue acusado de fomentar la
violencia en Bogotá desde el año 46, se iba sin más, a salvaguardar su salud.
Consecuente a esto, la salud misma de Colombia convalecía aun mas, pues
Urdaneta, el presidente nuevo, propicio diversos acuerdos con los pillos
armados (también denominados guerrilleros) con los cuales no logro un éxito
muy amplio, condenando a dicho país a un periodo de violencia que
acrecentaba poco a poco.
Así pues, el año 1951 tuvo algun momento de dicha, aunque se daría cuenta
mucho después, Andrés había nacido en Cali, Andrés Caicedo. Llamado de
una manera ahora insoportable para mí, un “hermoso suicida”, casi con
seguridad puedo afirmar puedo asegurar que se le atribuye tal distinción por la
emoción que genera en los torpes críticos justo después de leer alguno de sus
poemas o quizá “! Viva la música!” El libro más llamativo por sus letras de
muerte.
Ya lo creo, nacer en medio de la violencia no es nada diferente, minuto a
minuto nacen y mueren personas, y se podrá decir que la muerte es natural yo
diría que es el mayor privilegio del nacer. Aunque ser secuestrado, torturado y
asesinado por una guerrilla en los años 60 era absurdamente común hacerlo
con los periodistas en el gobierno del presidente Carlos Restrepo, difiera
enormemente del estar recostado en una cama, cubierto con sabanas tristes,
mirando alrededor en busca de miradas sinceras y esperar el momento.
Hay diferencia gigantesca, hay belleza en la muerte, hay que entender mejor la
violencia, la tan usada violencia que adquiere un tono purpura cuando es
ejercida con el despotismo de los ideales precarios que no se pueden sostener
con el pleno dialogo con los demás, los ciudadanos, los miembros, los
integrantes, cuales quiera que sean.
Así pues, cuando hay fórmulas para utilizarle de manera dirigida y no reactiva,
con propósitos aún más sombríos, dejando con heridas en la memoria a los
países, es en ese punto cuando interviene algo, que es inexplicable. Algo
nombrado Azar.
Nacía Andrés en el 51, así como nacía “Bestiario”, un nuevo conjunto de
cuentos que convirtió en idioma Julio Cortázar, año en el que adecuadamente
(dicho ahora desde el año 2015) se mudaba a Paris, con un descontento
palpable hacia el gobierno imperante entonces en Argentina, el de Juan
Domingo Perón, una especie de dictadura de la mano de un militar con el
disfraz tan efectivo de la democracia.
Y al menos para mí es perfectamente entendible, pues dentro de la
manifestación de las 20 verdades de los lideres peronistas, motivada por el
mismo Juan domingo, está el siguiente punto:
“Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista” . De modo
que, un antiperonista, era perseguido y el desenlace es imaginable.
Hablando de nuevo de ese azar, queda como necesidad explicarlo, a que
podrá apuntar ese azar con lo hasta ahora escrito, poco a poco pretenderé
acercarme a él, por ahora basta decir, que en un momento cumbre para
América Latina (así es como se le llama aunque esté conformada en un solo
cuerpo de tierra junto con Estados Unidos), en cual se tornaba inminente que
se le quisiera convertir en una factoría, como un terreno de esclavos
globalizados, seducidos los gobiernos latinoamericanos por las propuestas de
inclusión que soltaban los demás países que se anotaban como desarrollados.
En momentos así interviene el Azar, escrito así con letra inicial mayúscula,
pues es la casualidad o el punto de convergencia más apropiado durante los
distintos momentos de la historia.
Momento antes mencionado en el cual los latinoamericanos, liderados por
gobiernos que bien pudiesen ser una mala broma, estaban siendo cada vez
más hundidos en anhelos caducos y que tenían un fin cuyo medio estaba
colmado de miseria creciente, violencia, malestar generalizado, desigualdad y
pobreza.
Momento en el cual las ideas predominantes eras casualmente las de
occidente, que aun cuando funcionasen en esos contextos, al pretender
aplicárselas aquí, carecía de una estructura fundamental y propia. Había que
construir algo desde la condición de latinoamericanos, claro, aun cuando como
país se siguiese manteniendo algun tipo de relación de carácter diplomático,
económico o político, con los demás países, se tenía que ser principalmente
algo, con cabeza, manos y pies propios.
Se agravaba aún más la situación en el año 60, Andrés ya contaba con 9
años, entonces seguía en Cali, la situación de Latinoamérica continuaba en un
plano incierto y aun con una agitación considerable por los hechos
internacionales.
Continuaban corriendo los años, y aun con todo lo anterior, se posicionaban ya
los primeros signos del actuar del azar, los libros, autores latinoamericanos que
lanzaron un montón de libros, pareciera ser un hecho sin la menor importancia
o quizá común.
Pero al posicionarnos ya en los 70 se puede afirmar con la seguridad que solo
puede proveer ese Azar, que esos libros, escritos por amigos, por autores, que
tenían un conocimiento de la situación con algun grado de profundidad y que
además contrastaban eso con ideas francamente impresionantes, lograron
diseminar lo necesario en sus escritos como para ser leídos por sus mismos
compatriotas. Ayudados un poco por el Azar.
El arte toma su lugar, avanza resolviendo y superando obstáculos. Sonara un
tanto pretencioso y quizá hasta exagerado, pero así es como ha ocurrido.
Posteriormente y de la mano de lo anterior, se genera la creación de un estado
de conciencia entre latinoamericanos, el fenómeno editorial tiene una
repercusión inmediata entre los compatriotas, que genera dudas y preguntas
plenamente comprensibles, que muestra la realidad tal cual está sucediendo,
pero añade un factor antes inexistente, la acción, la puesta en marcha de
iniciativas generadas por esa sorpresa.
En ese contexto ya había mostrado Andrés su visión tenue de las cosas, tenue
pero sin dejar de mencionar realista y sumamente poética, habitando el año 27
de su vida, uniéndose a ese conjunto de artistas que abandonan su mundo
creativo para morir, algunos en forma accidental, otros en el momento más
valeroso y respetuoso de sus vidas. Justo cuando han decidido acabar con
ellas.
Ya en los 27, en el 77. 10 años después de que García Márquez diera a
conocer “100 años de soledad” y un año después de “Noche sin fortuna” tu
novela inconclusa, colmado por tu adicción al cine y al devorar con pasión los
minutos que terminarían el 4 de marzo, habías ya decidido hacerlo. Tú mismo lo
habías dicho ya
“Con el horror y la expectativa de que ésta sea la última carta correspondiente
al último día de vivienda juntos, después de que a lo largo de dos años hemos
intercambiado, modificado por el gozo o por el sufrimiento nuestras vidas,
después de que he llegado a un grado de dependencia de tu cuerpo, de tu
alma, que difícilmente podría haber llegado a imaginar en años más tempranos
de mi existencia Patricia, te espero”. (Caicedo, 1977)
En ese movimiento, en ese conglomerado de notas y palabras y de novelas y
de cuentos, había escrito Andrés ya sus últimas palabras dedicadas en el
horizonte del final a una mujer, sosteniendo el suicidio con el amor para que la
agonía no fuese masque placentera y tu certeza en la muerte fuera la de haber
escrito lo propicio.
Debo dejarte aquí Andrés pero no sin recordar con sumo placer los instantes
dramáticos de las últimas palabras de aquella carta.
“Te adoro, te idolatro, si no puedo vivir sin ti llevaré, supongo, una especie de
anti-vida, de vida en reverso, de negativo de la felicidad, una vida con luz
negra. Pero brilla el sol, tú puedes estar cerca.
Ahora salgo a buscarte, amor mío.” (Caicedo, 1977)
Resulta una pena entregar este trabajo y que pretenda ser ligado a algun
contexto social, me convierto en un crítico involuntario, en los mismos escritos
está el contexto ellos ya lo han dicho con aquellos inconfundibles estilos y
escritos. Sin embargo si hay aún más por dar, el análisis no cesa.
Aun cuando Andrés fuese relativamente desconocido y al no pertenecer
activamente al fenómeno que el Azar a convenido y del que hablare más, debo
decir que tu escritura contenía un grado maravilloso de realidad, es decir, los
medios urbanos cotidianos y sus respectivos problemas sociales, incluso yendo
más allá del ya casi doctrinal realismo mágico.
Hay que decir ahora, que dentro de los escritores que habían lanzado sus
libros por estos años y que estos a su vez fuesen tomados y leídos por
latinoamericanos, otorgándoles la confianza al leerlos y por consecuente,
confiando en ellos mismos, genero el movimiento denominado “Boom”
Latinoamericano.
Bien podría decirse que corresponde a un fenómeno meramente editorial
(ventas) es lo que más he escuchado y las opiniones se ven detenidas por no
pensar un poco más, aun que corresponde a otro tipo de razones. Sucede que
las primeras ediciones de estos libros fueron bruscamente leídas, pasándose
de mano en mano y justo en ese punto los editores, quienes como es previsible
buscan el beneficio económico y que además esto corresponde a una visión de
mercado, tomaron los libros, concretaron un acuerdo con los editores y estos
distribuyeron por todas partes los escritos, incluso y de manera sorprendente,
en Europa.
Es posible que no se entienda con claridad ahora este hecho pues hoy en día
parece creíble, la capacidad de sorprendimiento ha disminuido
considerablemente debido a la saturación en los contenidos, pues es posible
buscar y conocer cualquier cosa con tan solo buscarla en el internet e incluso
difundir cualquier tipo de contenido con una cierta facilidad, pero esos son los
límites que la historia ha dotado en estos momentos.
Sin embargo, entre los 60 y 70 las capacidades de difusión estaban en cuestión
de otros medios, que si además de todo agregamos que estos medios,
editoriales en este caso, estaban bajo un dominio claro por parte de los
escritores europeos y el interés de los lectores, me atrevo a decir, giraba en
torno a la producción de esa región, pero justamente ese dominio explica al
mismo Boom, en el hecho de que en Europa fuesen leídos por mismos
europeos otorgaba un panorama en cierto modo favorable para los escritores,
entonces la evolución literaria y algunos de los mejores escritores de la historia
fueron posibles gracias a este hecho.
Esto no quiere decir que no existiera ya una producción literaria en América
Latina, sin embargo por primera vez genero interés en ser consultada de una
manera inusual y pintoresca.
Pintoresca por que justo este movimiento concuerda con otro fenómeno
alterno, el que atravesaba el cono sur de América, insisto mucho en el Azar, sin
embargo, hay un grado de genialidad en ello que es difícil de explicar en
términos lógicos, más bien correspondería al afán incesante de los seres
humanos a querer tener certezas que nos salven en alguna medida de la
incertidumbre.
Y es precisamente en la incertidumbre donde se sucede, en ningún momento
de la historia se ha visto que, aun estudiando los factores externos y esenciales
de un fenómeno queriendo mostrar la formula o el germen del asunto, aun
cuando se lo quisiera repetir, no resulta de la misma manera. Una premisa
clave en la sociología interpretativa es que todo fenómeno es único e irrepetible
y con características únicas. Por eso, un error recurrente dentro de esta
disciplina es querer tratar los hechos como cosas, aplicando a los mismos
criterios ya contenidos en algun tipo de teoría, sin adecuarlos o transformarlos
según sea necesario en cada ocasión.
Y justamente, entrando en el ámbito de lo social y sin perder el plano irracional
del hecho, comenzaría diciendo que en las distintas dimensiones del “Boom”,
se puede apreciar un movimiento literario, se conforman estilos de escritura
que hacen posible mostrar las realidades tal cual se ven sin caer en un escrito
soso y pretencioso, es ahí cuando se mueve la escritura, cuando busca otros
espacios, aparentemente experimentales, para lograr, posteriormente, llegar a
generar el interés necesario para ser leído y por consecuencia, propiciar un
estado de conciencia diferente.
Vuelvo ya al nacimiento de Andrés, 1951, vuelvo también a “Bestiario” de Julio
Cortázar, no es concebible hablar del “Boom” sin mencionarlo, el fenómeno
llamado así por las demandas de poder encasillar un acontecimiento y
estudiarlo, sin que escape a los criterios críticos de siempre.
En “Bestiario” se encuentra contenido un cuento ahora famoso por las
implicaciones políticas que se cree tiene, “Casa tomada”, pero aquí hay dos
elementos que resultan sumamente interesantes, la realización del texto y las
múltiples lecturas de un texto. Comenzare con la segunda.
“…cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venía
impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado
susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo
después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la
puerta. Me tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de
golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y
además corrí el gran cerrojo para más seguridad.” (Cortázar, 1951)
Justamente hablando de las múltiples lecturas o interpretaciones se presenta
este texto, personalmente siento una profunda admiración por Cortázar,
principalmente por el estilo fantástico que lleva a pensar la realidad en planos
exagerados pero que en algun punto convergen con la misma. Aunque
volviendo al punto, se piensa que esta, y en lo personal he escuchado diversas
opiniones acerca de que el autor quería representar la connotación que para él
tenía en ese tiempo el gobierno de Perón, mostrando una serie de significantes
como el uso de paréntesis simbolizando la censura y el hecho de que en el
cuento tuviesen que salir de la casa, que a su vez ya estaba tomada.
“Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé
con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así
a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré
la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar
y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.” (Cortázar, 1951)
Se considera este cuento como el primero en el que implementa su
característico estilo denominado fantástico y que además critica a profundidad
el contexto político de Argentina desde 1943. Confrontándolo con esta
consideración a la obra de Cortázar, entra el otro factor ya antes mencionado,
el de la escritura de un texto. Sumamente fascinante es leer un texto, pero lo es
aún más cuando se tiene la oportunidad de conocer el contexto creativo en el
que ha sido escrito. Mirando una entrevista, gracias a los medios actuales que
hacen posible acercarse aún más a los escritores para indagar detalles, que
realiza Joaquín soler Serrano a Cortázar, menciona abiertamente que “Casa
tomada” fue producto de una pesadilla y que justo al momento de despertar de
ella la escribió de una sola sentada.
Es peculiar saber este dato, pues una pesadilla puede representar en otras
mentes una verdadera proclamación de inconformidad, de nuevo aquí el Azar,
pues si algun Argentino se lo leyó y le pareció importante además de
interesante, posiblemente lo traspaso a alguien más y así se fue, de mano en
mano, de lectura en lectura, hasta ser ampliamente conocido y ser uno de los
elementos literarios significativos del “Boom”
Debo dejar aquí a Cortázar, pues Gabriel García Márquez ya espera, justo en
1977 se encontraba mostrando “Operación Carlota”, hay que decir que este
escrito contiene elementos del denominado realismo mágico, un estilo que crea
elementos de la realidad mezclados con otros extraños o irreales,
expresándolos como comunes y normales.
Bien es cierto que no es una novela popular como otros de sus escritos
icónicos, pero en relación al “Boom”, queda decir que tiene una significación
especial, pues fue este prácticamente una propuesta echa a Fidel Castro,
entonces presidente de Cuba le propuso hacer una crónica épica de la
expedición cubana a África, la primera vez que un país del Tercer Mundo se
había interpuesto en un conflicto en el que estaban involucradas las dos
superpotencias del Primer Mundo y el Segundo. Teniendo en cuenta la historia
de esclavitud y colonialismo de Cuba, los movimientos de liberación africanos
de aquel período encerraban un interés especial para la isla, y nada menos que
una figura tan relevante como Nelson Mandela juzgaría con posterioridad
que Cuba había hecho una contribución significativa, tal vez decisiva, a la
abolición del apartheid en Sudáfrica
Conjuntamente a esto, la amistad con el presidente Cubano que genero
Márquez fue más allá dentro de las características del “Boom” pues estaba
mano a mano con un líder, un mandatario con una injerencia en Latinoamérica
muy importante y significativa.
Era ya un colaborador, además, del propio organismo de gobierno de Cuba
pudiendo intervenir en grandes decisiones y todo ello gracias a la amistad, al
nivel fraternal que alcanzo García Márquez con Fidel, dado lo particular del
caso, puedo decir que esta forma de intervenir en el porvenir político y social
escapa de alguna manera del ámbito literario, pues si bien escribió “Operación
Carlota” para dar a conocer los pormenores de las operaciones de Cuba en
relación con África, este le significo ganarse un lugar y puesto prácticamente en
uno de los países que tuvieron un movimiento activo durante los años en los
cuales de delimita el “Boom”.
Es momento de dejar a Gabriel García Márquez y atender a mi interpretacion a
mi significación de todo lo anterior. Comprendo completamente maravillado y
encantado todo lo que estos autores, casi sin quererlo, propiciaron con sus
escritos, con sus ideas y personalidades, son figuras clave, sin embargo todo
ello se sostiene en el ámbito social, en los lectores, en su situación de vida, en
las condiciones existentes para permanecer avanzando, viviendo.
Lo comprendo y le respeto, contrario a las explicaciones completamente
críticas, carentes a veces de elementos, detalles tan primordiales que escapan
a las fechas, a los contextos espacio temporales de los autores (sin dejar fuera
toda forma de expresión artística diferente de la literatura), en las cuales
pareciera que sus explicaciones se ven un tanto comprometidas con lo que se
conoce comúnmente y ya de sobra de este y otros fenómenos.
Mi preocupación principal al escribir esto fue indagar en esos aspectos en esas
aristas que en mi perspectiva son esenciales, y lo hago con la suma intención
de seguir maravillado, de seguir en un estado de permanente placer que se
refleja en prácticamente todo y cuanto hago para no perder eso, para no
enfriarlo al querer explicarlo todo lógicamente. Vuelve aquí el Azar, haciendo
tan bien las cosas, demostrando que el “Boom” escapa a las jaulas de la
lógica, va mas allá, sus implicaciones van más allá, cuando sea necesario el
Azar actuara y saldrán nuevos Beat’s, nuevos Piccaso’s, nuevos Miles Davis,
otros Malcom X tal y como ellos fueron en su tiempo y ellos colocaron las
pautas, los limites, que ahora parecen lejanos, y se llamaran de otras maneras
y traerán consigo las nuevas pautas, las nuevas reglas a romper, los nuevos
sonidos innovadores y las nuevas letras.
En pocas palabras, traerán consigo los nuevos límites de la historia.
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►Mención especial a los también integrantes del llamado “Boom”, que aun sin
haber sido tomados para este trabajo son igualmente partes integrales e
importantes del fenómeno, además de poseer estilos de escritura impactantes
y sutiles. Ellos son:
Argentina: Jorge Luis Borges
Cuba: Alejo Carpentier y José Lezama Lima
Ecuador: Jorge Icaza
Guatemala: Miguel Ángel Asturias
México: Juan Rulfo y Juan José Arreola
Perú: César Vallejo
Uruguay: Juan Carlos Onetti
Venezuela: Arturo Uslar Pietri
Bibliografía
Caicedo, A. (1977). Carta a patricia. Cali: Cali.
Cortázar, J. (1951). Bestiario. España: Hum.
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