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Algunos apuntes sobre la presencia de Lambongo, personaje negro, en La Atalanta de Ovando María Jesús Franco Duran El tráfico de esclavos de piel oscura, sobre todo del África occidental, que se inició en la Península Ibérica a partir del siglo XV, fue un hecho histórico muy concreto que determinó la presencia de los negros en la literatura. La aparición de estos nuevos personajes está sobradamente justificada si pensamos que su existencia está ligada a la vida social de aquel tiempo. La situación de esclavitud se entendía en la época como el único destino natural de los negros, y a pesar de algunas defensas teológicas como las de Bartolomé de las Casas {Historia de las Indias, prohibida por la Inquisición en 1660), que condenaba la esclavitud en sí misma, Bartolomé de Albornoz {Arte de los contratos) y Tomás de Mercado {Suma de tratos y contratos, 1571), que criticaban las circunstancias en las que se producía la captura de esclavos y el trato a los mismos, en general se justificaba el tráfico y la posesión de esclavos negros 1 . Estos acontecimientos e ideología determinan la aparición de estos personajes en la literatura, con alguna variedad de planteamientos y consideraciones. Las referencias al negro en la literatura de los siglos XVI y XVII son muy abundantes, pero parece que es en el teatro, por el tipo de género utilizado, donde los personajes adquieren matices más fecundos. Debido a que el color negro estaba relacionado con la condición de esclavitud, este rasgo implicaba automáticamente un trato social de inferioridad. Las características fisionómicas que se relacionaban con el color de la piel, el pelo, la nariz y la boca, pasaron a convertirse en un distintivo de la situación de esclavitud, cuyo tratamiento literario viene señalado a partir de la diferencia con el resto de los personajes de la comedia. A pesar del binomio negro/esclavo, debemos distinguir, literariamente hablando, entre el negro que procedía de Guinea y el negro de Etiopía. Según la ideología de la época, Guinea era una tierra considerada de animales feroces y seres humanos monstruosos, salvajes y paganos; es la tierra perteneciente al tráfico de esclavos, al África nuevamente descubierta 2 . La opinión sobre los negros de Etiopía estaba respaldada por los autores antiguos y sus relatos. Los etíopes eran considerados de un mayor linaje, son un pueblo piadoso entre todos los pueblos y a Etiopía se la 1 FraMolinero, B., La imagen de los negros enel teatro del Siglo de Oro, Madrid, Siglo XXI, 1995,15. Muchas de las ideas generales sobre el negro, presentes en este trabajo, se las debo a Fra Molinero. 2 Ibid., 17. AISO. Actas V (1999). María Jesús FRANCO DURÁN. Algunos apuntes sobre la presenc...

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Algunos apuntes sobre la presencia de Lambongo,personaje negro, en La Atalanta de Ovando

María Jesús Franco Duran

El tráfico de esclavos de piel oscura, sobre todo del África occidental, que se inicióen la Península Ibérica a partir del siglo XV, fue un hecho histórico muy concretoque determinó la presencia de los negros en la literatura. La aparición de estosnuevos personajes está sobradamente justificada si pensamos que su existencia estáligada a la vida social de aquel tiempo.

La situación de esclavitud se entendía en la época como el único destino naturalde los negros, y a pesar de algunas defensas teológicas como las de Bartolomé de lasCasas {Historia de las Indias, prohibida por la Inquisición en 1660), que condenaba laesclavitud en sí misma, Bartolomé de Albornoz {Arte de los contratos) y Tomás deMercado {Suma de tratos y contratos, 1571), que criticaban las circunstancias en lasque se producía la captura de esclavos y el trato a los mismos, en general sejustificaba el tráfico y la posesión de esclavos negros1. Estos acontecimientos eideología determinan la aparición de estos personajes en la literatura, con algunavariedad de planteamientos y consideraciones.

Las referencias al negro en la literatura de los siglos XVI y XVII son muyabundantes, pero parece que es en el teatro, por el tipo de género utilizado, donde lospersonajes adquieren matices más fecundos.

Debido a que el color negro estaba relacionado con la condición de esclavitud,este rasgo implicaba automáticamente un trato social de inferioridad. Lascaracterísticas fisionómicas que se relacionaban con el color de la piel, el pelo, lanariz y la boca, pasaron a convertirse en un distintivo de la situación de esclavitud,cuyo tratamiento literario viene señalado a partir de la diferencia con el resto de lospersonajes de la comedia.

A pesar del binomio negro/esclavo, debemos distinguir, literariamente hablando,entre el negro que procedía de Guinea y el negro de Etiopía. Según la ideología de laépoca, Guinea era una tierra considerada de animales feroces y seres humanosmonstruosos, salvajes y paganos; es la tierra perteneciente al tráfico de esclavos, alÁfrica nuevamente descubierta2. La opinión sobre los negros de Etiopía estabarespaldada por los autores antiguos y sus relatos. Los etíopes eran considerados de unmayor linaje, son un pueblo piadoso entre todos los pueblos y a Etiopía se la

1 FraMolinero, B., La imagen de los negros enel teatro del Siglo de Oro, Madrid, Siglo XXI, 1995,15.Muchas de las ideas generales sobre el negro, presentes en este trabajo, se las debo a Fra Molinero.

2 Ibid., 17.

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denominaba el país del Sol. Etíopes son algunos de los personajes míticos que incluyeOvidio en las Metamorfosis: Andrómeda es hija de Cefeo, rey de Etiopía y deCasiopea, también etíope; Nictímene es hija de Nicteo, rey de Etiopía; Clímene, queconcibió a Faetón con el dios Sol, es esposa de Mérope, rey de los Etíopes. En LaIliada los etíopes son un «pueblo especialmente amado por los dioses a causa de supiedad y de su sentido de justicia y en las Etiópicas de Heliodoro, son presentadoscomo modelos de virtud»3. Este pueblo gozaba de gran respeto en el mundogrecolatino. Dependiendo entonces de la procedencia del negro, será contempladoliterariamente con una visión diferente.

Pero la situación del negro y sólo por el hecho de serlo, con total independenciade su origen, le da un carácter de inferioridad en relación con los blancos, que en laescala social se presentan como seres de inteligencia superior. Existe, por lo tanto,una estructuración social desigual, que viene dada por el exclusivo aspecto físico delos personajes. Y es el teatro áureo el que presenta una mayor producción deimágenes de los negros. Habitualmente se trata de negros que aceptan su destino deesclavos, aunque, con toda seguridad, la realidad era otra muy diferente, creados porescritores que gozan de libertad y que, además, ofrecen una imagen literaria que tieneel objetivo de provocar la risa, presentando incluso una visión infantilizadora delnegro.

Los antecedentes del personaje del negro en el teatro podemos encontrarlos en GilVicente, autor portugués que creó el habla del negro y encasilló a sus personajes enpapeles cómicos4, la anónima Farsa de Lucrecia, los comediógrafos Jaime de Güete,Feliciano de Silva, Gaspar Gómez, Diego Sánchez de Badajoz y Lope de Rueda, que«irán fijando, con rasgos bastante independientes en las dos tradiciones teatrales, unafisonomía del negro en el teatro, amalgama de materiales muy netos: observación dela realidad y elaboración artística»5, aunque Lope de Vega, con su enriquecimiento yvariedad de posibilidades, y la utilización, en algunas ocasiones, del negro comoprotagonista absoluto, desarrollará el grado más complejo del estereotipo del negro enla época. Los comendadores de Córdoba, de 1596, fue la primera obra lopesca conintervención de un personaje negro; con posterioridad escribió El amante agradecidoy El arenal de Sevilla (1603), de carácter despectivo, La octava maravilla, El santonegro Rosambuco y El negro de mejor amo, en estas dos últimas comedias aparecennegros religiosos, por lo que comienza, en este autor, la dignificación literaria delnegro como personaje teatral. Otras comedias de negros son El valiente negro enFlandes de Andrés de Claramonte y Juan Latino de Ximénez de Enciso, en las quetambién se presenta el personaje negro ennoblecido, caracterizado por hablar

3 Baranda Letuario, C , «Las hablas de negros. Orígenes de un personaje literario», RFE, LXIX, 1989,311.

4 Ibid., 24.5 Weber de Kurlat, F., «El tipo de negro en el teatro de Lope: tradición y creación», Nueva Revista de

Filología Hispánica, XIX, 1970, 337-338.

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castellano correcto y no la típica «lengua de negro»6, que data desde finales del sigloXV7. Vemos entonces cómo, con contadas excepciones, los negros del teatro delSiglo de Oro son, o protagonistas de comedia con personalidad de santos,intelectuales o soldados, para poner de manifiesto que la excepción confirma la regla,o son tipos secundarios cuya función principal es la de hacer reír.

Cuando Gaspar de Ovando escribió La Atalanta, cuyo manuscrito se haya en laBiblioteca Nacional de Madrid8 y cuya fecha de composición es 1615, no se habíapresentado el negro en la comedia como protagonista absoluto, sino que sólo aparecíacon carácter muy ocasional. En esta comedia, cuyo título podría hacernos pensar quese trata de una única fábula mitológica, se presentan tres mitos diferentes: la caceríadel jabalí de Calidón, que se contempla toda la primera jornada, la fábula de Hérculesy Deyanira, y el mito de Atalanta con la celebración del certamen pedestre en contrade Hipomenes, leyendas todas, relacionadas entre sí y desarrolladas a lo largo de lasjornadas segunda y tercera.

Para la presencia del negro en esta comedia, que es el tema que ahora nosinteresa, pasaremos directamente al inicio de la jornada segunda, con decorado real,que se inicia con la conversación entre un paje y Licas, de origen humilde y futurocriado de Hércules, dos personajes desconocidos por el espectador hasta estosmomentos. El diálogo de los personajes indica que Deyanira está a punto de elegiresposo entre algunos pretendientes que han acudido al palacio con el propósito depedir su mano. Este hecho está atestiguado por la Mitografía (Ovidio, MetamorfosisIX, 1-97; Apolodoro, Biblioteca, 1, 3, 4; 7, 10 y otros autores) que se refiere alepisodio e informa del numeroso grupo de aspirantes que deseaba casarse con laprincesa. Entre ellos estaban Aqueloo, el dios-río de Etolia, y Hércules, cuyapresencia obliga a retirarse al resto de los pretendientes, concienciados, como están,de sus pocas posibilidades. Aqueloo, por su naturaleza fluvial, tenía la virtud deejercer la metamorfosis y adoptar diversas formas de animales, según su deseo, donque Deyanira encontraba bastante incómodo y por el que fue rechazado como esposo.Hércules, sin embargo, luchó encarnizadamente con el semi-diós y a pesar de supoder de transformación, fue vencido por el Alcida, que obtuvo el privilegio decasarse con la hija del Rey Éneo.

Gaspar de Ovando recupera la tradición antigua del episodio sobre la elección demarido en Deyanira, para adaptar y reactualizar la fábula en el teatro Barroco,utilizando un discurso diferente, con la intención de transmitir una ideología

6 Consolación Baranda Letuario se ha ocupado de este tema en el trabajo anteriormente citado.7 A Gil Vicente se le atribuye el primer uso de la lengua de negro en sus comedias. En la literatura

castellana es Rodrigo de Reinosa el primero en utilizar la figura de negro bailarín y su habla particular(Fra Molinero, La imagen de los negros en el teatro del Siglo de Oro, op. cit., 23).

8 La Atalanta corresponde al manuscrito n° 15509 de la Biblioteca Nacional de Madrid y su edicióncrítica se encuentra en prensa.

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determinada, de acuerdo con las coordenadas ideológico-sociales de aquel tiempo9.Ésta es la causa por la que el autor introduce elementos novedosos que en nada separecían a las fuentes clásicas originales.

Regresando a la jornada segunda de La Atalanta, el paje es el encargado de irinformando a Licas, que también manifiesta, de manera ridicula, sus deseos decasarse con la princesa, sobre los pretendientes que se han presentado en el palaciopara pedir la mano de Deyanira. Sus palabras indican que Hércules y Aqueloo(Aquelao en la comedia), como testifican los autores clásicos, han acudido a lapresencia del monarca y su hija. Pero, como detalle novedoso, también se halla en elpalacio el centauro Niso10 (Neso para Gaspar de Ovando), relacionado con Deyaniraen otro episodio mitológico, pero no como pretendiente en las fuentes originales, y un«etíope gallardo».

Como vemos, este pretendiente no es presentado por su nombre, sino a través deuna única referencia, que pretende caracterizar la totalidad de la persona, es etíope, loque implica automáticamente el color negro de su piel. Sin embargo, el autor norelaciona a este personaje negro con la realidad histórica del tiempo en el que sedesarrolla la comedia, el mundo de los esclavos, sino que al tratarse de una comediamitológica, está vinculado con los etíopes del mundo clásico. De cualquier manera, elteatro del Siglo de Oro saca habitualmente al personaje negro del contexto originaldonde vive, en este caso Etiopía, para situarlo en escena por medio de unos actoresque no son negros. Hay testimonios suficientes que indican la ausencia de auténticosactores negros en escena y que los encargados de realizar estos papeles eran personasde piel blanca que simulaban la negritud pintándose la cara y las manos, subrayando,con los valores visuales de la palabra, el color de la piel que era constantementealudido con metáforas y metonimias de todo tipo. Por lo tanto, no hay nada africanoen los negros del Siglo de Oro, si exceptuamos la imagen que previamente el autor oel público habían concebido de antemano.

Nótese, en cualquier caso, cómo el personaje negro de La Atalanta, con excepciónde Hércules, es situado al mismo nivel que unos pretendientes, caracterizados por sudeformidad y por su monstruosidad: el centauro, considerado un animal fantástico,mitad hombre y mitad caballo y el semidiós Aqueloo, que en algún momento de la

9 Si se desea profundizar sobre las diversas construcciones que operan en los discursos de la comediabarroca, en relación con la mitología clásica, véase el trabajo de Riña Walthaus: «Mundo antiguo ycontexto barroco: la polifonía de intertextos en la comedia mitológica del siglo XVII (Hero y Leandrode Mira de Amescua)», en Actas del Congreso Internacional sobre Mira de Amescua y el teatroespañol del siglo XVII, (Granada, 27-30 octubre de 1994), ed. de Agustín de la Granja y Juan AntonioMartínez Berbel, Granada, 1996, 629-643.

10 No confundir este nombre con el original Niso, perteneciente a tres personajes mitológicos diferentes,esto es, uno de los cuatro hijos de Pandión II, rey de Atenas, un compañero de Eneas, y el padreputativo de Dionisio. (Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona, Paidós,1989, 382). Gaspar de Ovando equívoca los nombres, debido a la confusión habitual de la época enlo que se refiere a la traducción de nombres antiguos, pero no al personaje, el centauro que intentóviolar a Deyanira a orillas del río Éveno.

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comedia se metamorfoseará, primero en toro, y más tarde en serpiente. Lomonstruoso se asociaba a las personas de color y este carácter antinatural constituíauna evidencia en la mentalidad blanca de la época.

Licas, que ha estado escuchando al paje muy atento, aprovecha la oportunidadpara criticar, con alusiones de carácter erótico y sexual, los defectos de cada uno delos pretendientes. El centauro es sólo un «medio hombre», nada deseable paracualquier dama que se precie, el río requebrará a Deyanira en la cama, enroscadocomo una culebra, y la descendencia con el etíope será mulata, es decir, tambiénmonstruosa y deforme, según las ideas de la época:

Licas.-Harán hijos con librea,vestidos de blanco y pardo, (w. 1057-1058)

Esta referencia al uniforme de los sirvientes implica que el ser mulato, con todaseguridad, significa estar destinado a trabajar para las personas de clase alta y en unacategoría subalterna. El único destino de los mulatos, por tanto, es el de servir a susamos.

De la misma manera que resulta anormal que un ser monstruoso, como es elcentauro, pretenda a una princesa, la aspiración de Lambongo, precisamente por sernegro, supone también otro desorden de la naturaleza, debido al carácter salvaje quese le asignaba a las personas de color. Desear a Deyanira es lógico para cualquierpretendiente, porque ella representa el prototipo de belleza universal, pero para unnegro lo lógico está prohibido, ser negro era símbolo de animalidad. Hércules es elúnico personaje que se libra de las reprobaciones de Licas, antes al contrario, suspalabras manifiestan en todo momento su nobleza, gallardía y valor.

Tras la conversación de Licas y el paje, se presentan Deyanira y el rey,innominado en la comedia, quien desea que su hija elija a un esposo, ya que la ciudadespera impaciente una decisión. El rey propone a Deyanira que Hércules sea elaspirante elegido, como ya era posible imaginar al espectador de la comedia,indicación que es aceptada por la princesa sin réplica, a pesar de que, por orden delrey, todos los pretendientes deben medir sus fuerzas en un combate, seguro como estáel monarca, de que Hércules será el vencedor y de que sus deseos se verán cumplidos.

En este momento aparecen en el tablado unos pretendientes que, por lasreferencias del paje y Licas, ya no son desconocidos al espectador del corral. Laacotación indica: Salgan Niso, centauro, Aquelao, galán, Hércules y Lambongo,negro bizarro, por lo que no hay alusiones sobre la vestimenta de los personajes, es desuponer que irían ataviados como correspondía a su clase social. En lo que se refiere aLambongo, el lector sabe, a través de esta acotación, que está caracterizado por subizarría, es decir, que es un hombre valeroso y perteneciente a la nobleza. Con todaseguridad llevaría un traje «al uso español», como un auténtico caballero de la época,

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pero es negro, lo que significaba para el siglo XVII la auténtica negación de labelleza.

Lambongo irrumpe en escena con mucho decoro y gravedad, atreviéndose aatentar contra lo prohibido, el deseo de amar a una princesa blanca, y estacircunstancia lo dejará aislado en escena.

Comienzan a hablar los pretendientes dirigiéndose a Deyanira para manifestarlesu amor y alabar su infinita belleza. Primero interviene Hércules, que utilizando eltópico del amante herido por las flechas, pone de manifiesto su enamoramiento,seguidamente es el turno del río Aquelao, que sólo se refiere a la hermosura de ladama, igual que el centauro Niso. En último lugar, interviene Lambongo:

Lambongo [A Deyanira].-Tan diestramente tiróamor a mi pecho franco,que dio en negro y en el blanco,y acertando me erró.Tu esclavo soy de derechoy mi fuego se declarateniendo el humo en la caray las brasas en el pecho, (vv. 1143-1150)

En este discurso amoroso de Lambongo se dan cita varios elementos diferentes.La primera alusión se refiere a las flechas del amor que se dirigen al corazón de losamantes, estableciendo un juego lingüístico entre «dar en el blanco», esto es, acertarla diana, y dar en el negro, es decir, en Lambongo, que con estas palabras hacemenciones directas a su color ya desde el principio; el amor ha acertado en el blanco,pero lo ha errado a él, este amor es inoportuno, un desacierto, porque sabe, tal vez,que no tiene posibilidades reales de conseguir a la princesa. Otro concepto amorosoutilizado por este personaje es el de esclavo de amor, que no sólo es empleado porLambongo, ya que en la pieza hay varias alusiones al amor que encadena, pero que eneste caso, por tratarse de un personaje negro, la expresión adquiere dimensionesserviles, es decir, Lambongo se ofrece a Deyanira como esclavo. La tercera idea serefiere a su aspecto físico en contraposición con su espíritu: la negritud, comentaLambongo, se manifiesta solamente en la cara, no es una cuestión del alma. Lasbrasas, el fuego, y no la oscuridad, llegan hasta el pecho, su interior, su corazón. Laopinión social no es importante, no es una razón del alma, que a fin de cuentas es lomás valioso.

Y Deyanira, que hasta ahora ha permanecido callada mientras Hércules, Aquelaoy Niso le declaraban su amor, no duda en responder rápidamente y con ironía a losrequerimientos amorosos de Lambongo:

Deyanira [A Lambongo].-Si el que vence vale más,

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valdrás más que el sol dorado,pues con tu oscuro nubladoal claro sol vencerás, (w. 1151-1154)

La mujer se compara con el sol, tópico muy utilizado en la época, y la negritud deLambongo no servirá para ganarla. El sol es lo bello, la razón, el nublado es laoscuridad, lo irracional. Deyanira se sobrevalora, no hay nada que valga más que elsol, siguiendo con la idea de la filosofía griega, de que este planeta servía para darvida a la tierra, y un hombre negro no la merece. Lambongo, sin embargo, sedefiende, no se conforma con los comentarios de Deyanira y adopta una actitudreivindicativa:

Lambongo.-No por mi negro colorme trates con menosprecio, (vv. 1155-1156)

Estas palabras no se quedan sin respuesta por parte de la dama, que en todomomento impreca al pretendiente negro, recordándole su carácter de servidor yexpresando la hostilidad que siente debido a su raza:

Deyanira.-¿Piensas que trato de precioporque trato de valor?Esa color enlutadacomo a escuderos me alegra, -que afición de capanegrapromete mucho de honrada, (w. 1157-1162)

En presencia de los otros personajes, que desde que ha empezado el diálogo conDeyanira han adoptado la actitud de espectadores, permaneciendo callados,Lambongo se autodefiende manifestando ahora su condición de soberano. Es unmonarca y, por lo tanto, merece ser amado por Deyanira:

Lambongo. -Rey soy de bruñes" y congosque aqueste brazo sujeta, (w. 1163-1164)

Aunque Lambongo sea de sangre real y objetivamente reúna todas las condicionespara ser un buen pretendiente para conseguir casarse con una princesa porque los dospertenecen a la misma escala social, su piel lo degrada y este elemento fisionómicocomportará una descalificación desde el principio.

11 Bruñes. «En lengua italiana vale obscuro» Cov.

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En este momento interviene Licas, que después será el criado de Hérculesasumiendo las funciones del gracioso de la comedia, para hacer alusiones negativas, amodo de burla cruel, sobre el rostro del personaje, la nariz y la boca:

Licas.-Gentes con labios de zetay con narices de hongos, (w. 1165-1166)

Pero Lambongo no se resigna a ser rechazado por Deyanira sólo por ser negro,sino que continúa defendiéndose, pues no es únicamente un rey etíope, tambiénposee, como cualquier monarca, las riquezas necesarias que toda mujer noble sepreciaría de poseer:

Lambongo.-Oro en polvo y ámbar finame rinden en abundancia, (w. 1167-1168)

Aquí Licas, interviene de nuevo, utilizando la palabra «grajina», derivadoburlesco de la palabra grajo, para referirse al color de Lambongo y recordar que lariqueza no sirve de nada si el personaje es negro:

Licas.-Y aun con toda esa fraganciano vencerán su grajina. (w. 1169-1170)

Es el momento, en que el pretendiente negro hace uso de toda la retórica y lapoética de que es capaz, recurriendo a argumentos de la filosofía griega. Elconceptismo barroco es aplicado en estos versos con toda su intensidad:

Lambongo.-De mil contrarios y opuestoshacen la naturalezay el arte, con gran belleza,hermosísimos compuestos.¿Naturaleza no ata-para criar su tesorocon la negra escoria, el oro,con el estaño, la plata?-Y el arte, en todo sutil,-¿La ataujía12 no ha inventado-

«Ataujía». Atauxia. «Cierto género de obra que los Moros hacen de oro, plata, u otros metalesembutidos unos en otros con suma delicadeza y primor, y con esmaltes de varios colores, que deordinariamente usan en los estribos de gineta, adorno de las cabezadas de los frenos y en la guarnición

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casando ébano tiznadocon el bruñido marfil?-Hasta la divina manotomó esta hermosa armoníade opuestos, de noche y día,de pesado y de liviano,de lo frío y lo caliente,de húmedo y seco, y tambiénaquestas ligas se vencada día entre la gente.También es mi color feaparte de cuerpo perfeto. (w. 1171-1192)

Parménides explicó el origen de las cosas mediante la separación de los contrariosy Platón defendió la existencia de una realidad imperceptible, que era la verdaderarealidad, es decir, el mundo de las ideas oculto por el mundo sensible de lasapariencias. Los cuatro elementos, tierra, aire, agua, fuego, se caracterizaban por unaserie de cualidades contrarias que debido a sus atributos estaban en estado deconflicto permanente. Lambongo, utilizando las teorías filosóficas griegas sobre laarmonía de los contrarios, defiende que las cosas sólo pueden ser creadas por laexistencia simultánea de dos elementos, caracterizados por su mutua oposición. Laarmonía de la naturaleza sólo es posible a través de la reconciliación de elementosopuestos, por lo que este personaje negro proclama que todo en la naturaleza esproducto de los contrarios y que la armonía invisible es más valiosa que lasapariencias. Lambongo, que agrupa los elementos de la naturaleza en pares decontrarios, siguiendo la lista de Parménides: día/noche, caliente/frío, seco/húmedo,ligero/pesado, recupera estas teorías filosóficas griegas para aplicarlas en defensapropia. El mundo, como ya antes había defendido Empédocles, no podría existir sin laconvivencia de los contrarios y por esa misma razón, la presencia de Lambongo en eluniverso no sólo está justificada, sino que viene respaldada por todas las teoríasgriegas que explican el origen de las cosas mediante la existencia de los contrarios.

Pero estos argumentos filosóficos tampoco sirven para hacer cambiar de opinión aDeyanira, que contrarresta el efecto de las palabras de Lambongo, recurriendo al temade la descendencia, como antes lo había hecho el criado delante del paje, es decir, queen el discurso de esta dama se utilizan los mismos argumentos que Licas, unpersonaje que después sí será el que se ofrezca como sirviente:

Deyanira.-No quiero hijos, en efeto,

de sus alfanges: cuya obra aún oy se ve en muchas de estas cosas, que se conservan en los guadarneses.Es voz Arábiga, que viene del nombre Tauxia, que significa esto mismo. Lat. «Opus vermiculatum.»D. A.

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de ataujía o taracea.13 (w. 1193-1194)

En este momento interviene el padre de Deyanira, seguramente con la intenciónde tranquilizar al pretendiente negro y para que su presencia no comportedesavenencias:

Padre [A Lambongo].-Yo holgara ser vuestro suegro, (v. 1195)

El espectador del corral sabe, muy probablemente, que es una justificación, nomuy hipócrita, porque el casamiento con Hércules ya estaba pactado de antemano.Lambongo, sin embargo, ajeno a las intenciones del monarca, le agradece al rey su«interés»:

Lambongo.-¡Oh, riguroso juez! (v. 1196)

La interrupción del monarca en la conversación entre Deyanira y Lambongo noimpide que Licas se siga burlando. Ya se había referido el personaje al paralelismoentre mestizo/criado, y ahora sigue persistiendo en el tema de la descendencia, taninconveniente entre un hombre negro y una mujer blanca:

Licas.-Fueran piezas de ajedrezla dama blanca, el rey negro.14 (w. 1197-1198)

Después de las palabras de Licas, el centauro Niso interrumpe la conversación,cansado seguramente de tanta retórica, y se dirige a Deyanira para que se case conella. Ésta le rechaza diciendo que es una dama demasiado exquisita para tener amorescon un centauro, refiriéndose, en un tono de burla más suave que el empleado paracon el personaje negro, a su apariencia de caballo, pero de igual manera la damaagradece al pretendiente su requerimiento.

13 «Taracea». Ataracea. «Adorno u disposición de una cosa de dos colores echados como a manchas conproporción y hermosura. Más comúnmente se dice Taracea.» D. A.

14 Las piezas de ajedrez para señalar las diferencias entre los colores blanco y negro habían sidoutilizadas por Lope de Vega en Servir a señor discreto. Girón, el criado de don Pedro, antes de casarsecon Elvira, mulata llegada de las Indias y criada de doña Leonor, dice: «El astrólogo me dijo/verdadpura; que si tengo/Hijos, ajedrez serán/Pues serán blancos y negros» (Lope de Vega Carpió: Servira señor discreto, en Comedias escogidas de Fray Lope de Vega y Carpió, juntas, recogidas yordenadas por don Juan Eugenio de Hartzenbusch, Biblioteca de Autores Españoles, tomo IV, Madrid,Atlas, 1952,91).

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Lambongo, en unos versos descartados posteriormente por el autor o la censura,ya que están tachados, se refiere también a la negrura de su alma, palabras que seescapan del tono empleado por el personaje hasta estos momentos:

Lambongo.-De Cristo el alma tiznadatengo más que el cuerpo adusto, (w. 1217-1218)

En estos versos no existe oposición entre el alma y el cuerpo, el cuerpo es negropero el alma lo es más todavía, por obra de Dios mismo. El blanco y el negro eransignos respectivos de pureza espiritual y pecado, la limpieza del alma no está alalcance de los negros, las ideas negativas en torno a las personas de color tambiéntenían que ver con el aspecto espiritual, ser negro es ser feo, pero no sólo en lo que serefiere al aspecto físico, también espiritualmente. La identidad cristiano/raza blancaexcluye a los moros y a los negros, que para los católicos eran la imagen misma deldiablo15.

Tras estos diálogos interviene Aquelao, que ha intentado, sin éxito, convencer aDeyanira con argumentos bellísimos. Esta actitud enfurece a Hércules que, comoatestiguan las fuentes mitográfícas, lo reta a luchar. Los pretendientes demuestran laadmiración que sienten por Hércules, tan valiente. Lambongo también reconoce elvalor del héroe, aunque demuestra su ironía:

Lambongo [A Hércules].-Aunque te envidio, a tu valor notorioconsagraré una estatua de abalorio, (w. 1320-1321)

El semidiós, en la lucha cuerpo a cuerpo, recurre a su poder de transformación endos ocasiones diferentes, pero todo es en vano porque Hércules resulta finalmentevencedor de esta lucha. Sólo a él le corresponde casarse con la princesa. Niso, que hasido desestimado como marido, manifiesta en un aparte que va a intentar violar aDeyanira por el camino, episodio que aparecerá en otro momento de la comedia.Aquelao y Lambongo aceptan sin conflicto la decisión de la dama y colman debuenos deseos a la pareja. Lambongo interviene de nuevo para establecer, porsegunda vez, un paralelismo entre ser pagano, es decir, no aceptar los preceptos de lareligión católica, y el color negro que caracteriza al personaje:

Lambongo.-De vuestro contento estoytan gozoso y satisfecho,que bendiciones os echo

15 Fra Molinero, Baltasar, La imagen de los negros en el teatro del Siglo de Oro, op. cit., 86 y 90.

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y higas16 de azabache os doy. (vv. 1381-1384)

Tras el desenlace de la elección de marido por Deyanira, queda establecida larelación criado/amo entre Licas y Hércules. Este expresa el deseo de marcharse consu esposa al reino de Calidonia y, cuando anuncian el banquete nupcial, Niso brinda aHércules su amistad, pero Lambongo, que ha cambiado de actitud, se sujeta a ladependencia del héroe, aceptando su inferioridad y servilismo:

Lambongo.-Digo que soy tu vasallo, (v. 1453)

Antes de que los pretendientes se retiren del tablado, sin conflicto, todavíainterviene Lambongo aceptando la superioridad de Hércules, demostrada con elempleo de la fuerza en la lucha contra Aquelao, primero en forma de serpiente y mástarde de toro:

Lambongo.-Dos veces nos ha vencidofortaleza y cortesía, (w. 1459-1460)

A pesar de la breve intervención de Lambongo, personaje negro, en La Atalantade Gaspar de Ovando y en la imagen que le concede el autor, se ponen claramente demanifiesto todos los prejuicios existentes en el Siglo de Oro en relación con losnegros. Una mujer aristocrática, de sangre real, como es Deyanira, rechaza aLambongo en un tono insultante, sólo por la circunstancia de que es un hombre decolor. De nada sirve su origen etíope, su realeza y gallardía, o la fortuna que puedaposeer, pues el sólo hecho de ser negro, estará irremediablemente asociado a una seriede características negativas, que provocarán el insulto y los ataques del resto de lospersonajes. Lambongo, también por ser negro, es un idólatra, por lo que se presentacomo un ser anómalo al lado de otros monstruos mitológicos. A pesar del empeño deeste personaje en repetir que el ingenio y el alma pueden suplir los defectos de sucuerpo y la supuesta fealdad de los africanos, a pesar de sus intentos de demostrar quelos impedimentos sociales no son razones del alma, que a fin de cuentas es lo queimporta siempre, a pesar de la defensa hasta el final de su condición de negro, sus

16 «Higa». «Amuleto con el que vanamente se persuadían los Gentiles que se libraban del fascino y delmal de ojo, y apartaban así los males que creían podían hacer los envidiosos, quando miraban a laspersonas o a las cosas. La figura era una mano, cerrado el puño, mostrando el dedo pulgar por entreel dedo índice y el de enmedio. La significación y representación de la figura es de cosa torpíssima yestaba dedicada a Príapo. Suelen, no obstante, ponerla entre otros dixes a los niños de España: y losMoros que la usan aún, se persuaden de que tiene la virtud que le fingieron los Idólatras. Laetymología parece es del verbo griego Goitevo, que vale Fascinar o encantar, de que se compuso conla partícula privativa A el nombre Agosteutos, que significa el que no puede ser fascinado. Lat.Amuletum contra fascinum.» D. A.

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Algunos apuntes sobre la presencia de Lambongo, personaje negro ... 603

argumentos no le sirven de nada, pues en la comedia quedará condenado a laoscuridad de sus semejantes, sin remedio posible. La religión católica que castigabatoda relación o sentimiento amoroso entre mujeres blancas y hombres negros, se haceportadora de una ideología muy concreta en La Atalanta y no habrá una relaciónposible entre Lambongo y Deyanira.

Lambongo ha expresado su amor a Deyanira y se ha comportado con muchadignidad, en el papel de amante serio. Este carácter ennoblecido de un personajenegro aparece muy raras veces en el teatro del Siglo de Oro, si atendemos solamente alos ocasionales papeles de comedia en los que había aparecido hasta estos momentos.El parlamento de Lambongo también tiene un carácter ocasional, cincuenta versosexactamente, pero en contraposición con la visión infantil y cómica de los negros decomedia en estas breves intervenciones, el personaje de La Atalanta es serio ysolemne, y en su discurso se sirve además del castellano correcto, lanza poemas ymetáforas de unión amorosa y recurre a la filosofía griega, frente a la «lengua denegro» con la que se caracterizaba a estos personajes de comedia. Lambongo, por lotanto, no pertenece ni a la categoría de personaje burlesco, ni a la de protagonista decomedia, es un hombre delicado y tal vez inocente, que se considera, por su categoríasocial, merecedor del amor de Deyanira. El personaje negro se queda al final solo,aislado en escena y sin posibilidad de unión amorosa. La apariencia física prevalecepor encima de todas las cosas, para establecer diferencias sociales y mecanismos depoder.

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