24343365 curso biblico 10 escritos de san juan

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    E S C R I T O S D E S A NEvange l io , Car tas , Apoca l ips i sFELIPE F. RAMOS

    Cursos B b l i cos / A DISTANCIA

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    CURSOS BBLICOSA DISTANCIA

    ESCRITOS DE SANT JUAN

    Evangel io, Cartas , Apocal ips is

    F e l i p e F. Ramos

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    PPC. Edicabi .Editorial PPC, 1971.Enrique Jardiel Poncela, i. Madrid-16.Telfono 259 23 00.Nihil obstat: Dr. Lamberto de Echeverra. Censor.Imprimatur: Constancio Palomo. Vicario General.Salamanca, 21 de marzo de 1972.I.S.B.N.: 84.288-0191-6.Depsito legal: M. 7.017 - 1973.Printed in Spain - Impreso en E s p a a .Impreso en Marsiega, S. A.Enrique Jardiel Poncela, 4.Madrid-16.

    C O N T E N I D OI . EVANGELIO

    I . CUESTIONES INTRODUCTORIAS. Pgs.1.) Ca rac ter s t ica s 132.) Te nd en cia s 183.) Ju an y los S in p tico s 214.) Ju an y P a b lo 295.) Co mp osic in del 4. ev an ge lio . . . 306.) Am bien te re l ig ioso y m e nta l id ad . 327 .) R e to pa ra dos m u nd os 368 . ) Lengua , e s t i lo , m ovim ien to de lp e n s a m i e n t o 3 79.) A ut or 3910) T iem po y lug a r de com p os ic in . 421 1) I n t e r p r e t a c i n e x i s t e n c i a l d e l4. eva nge l io 43

    I I . VIS IN GENERAL DEL EVANGELIO.1.) Pr l og o 462.) Lib ro de los s ign os 483.) Lib ro de la pas in 544 .) Apn dice de l Eva nge l i s t a - re d a c t o r 5 6

    I I I . TEOLOGA.A) Visin sistemtica: 57

    1.) Asp ecto cris tol gico 572.) La do ctr in a sa lvf ic a 623.) Esca tolo ga ac tu al 644 . ) S ac ram ento s , m s t i ca , t i ca . 675.) Igle s ia y mis in 706.) El Es p rit u 72B) Grandes temas teolgicos 74

    1.) S ig nos y "o br as " 752.o) L a fe 763.) El am or 804.) La vi da 825.) La ve rd ad 846.) La luz 867.) La glo ria 888.) La h o ra 899.) La f rm ula "YO SOY " 90

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    , , , Pgs.1 0) L a p e r m a n e n c i a 9 311) La Eu ca r i s t a 9512) El m an da m ie nt o . . . . . . . . . . . . 9713) E l con cep to de "co sm os" . . . 9814) La p re des t inac in y l a dec i s in 9915) La vid 101

    IV. ENSAYOS EXEGTICOS.1.) El Pr l og o (1 , 1-18) 1032 . ) Com ienzo de los s ignos : Cana(2,1-11) 1083.) El pa n de vid a (ca p. 6) 114

    II . C A R T A SP r i m e r a c a r t a d e J u a n1.) Co nt en id o 1252.) Asp ectos l i te rar ios 1263.) F in al i da d 1274.) Au tor y re la ci n con e l 4 . eva nge l io. 1285.a) T iem po de com pos ic in 129S e g u n d a y t e r c e r a c a r t a d e J u a n1.) Co nt en id o 1312.) Fo rm a, des t ino, f in al id ad 1313.) A ut or ... 1334.) Tie mp o de com posici n 133

    III . A P O C A L I P S I SI.) G ner o l i te rar io 1372 .) Ca rac te r s t i c a s fun dam ent a le s 137, 3 .) Car ac te r s t i c a s s ec un dar ia s 1384.) F o rm a de na r ra c i n 138' 5 .) Mto dos de in ter pr eta ci n 1396.) L a e s t r u c t u r a c o m o d e t e r m i n a n t e d el a i n t e r p r e t a c i n 1 407.) Esq ue ma ge ne ral 1428 .) Or gen es de l pe nsa m i en to e im ag ine ra del Apo cal ips is 1439.) Co nte nid o do ctr ina l 14310) Me nsa je : t eo log a de l a h i s to r ia 145-, 11) Tie mp o de com posici n 147, 12) A uto r 148

    NOTA BIBLIOGRFICA

    ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, Ba rce lon a, 1964. El vol um en TV ofr

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    Gospel According John, en la coleccin "The Anchaor Bi-rolmenes, el segundo de los cuales apareci en 1970.., Das Johannesevangelium. Este gran comentar io est enicin. H an ap arecido dos volmenes, el segun do de los cua -e espera que termine p ronto esta m agn a ob ra. Est edita-cin "H erders theologischer K om me ntar zum Neuen Tes-

    i te importantes para el estudio de San Juan son los gran-IOS de Bultmann, Dodd, Barret . . .as Cartas y el Apocalipsis pueden consultarse las obras deue hemos ci tado.

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    E V A N G E L I O

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    I. CUESTIONES INTRODUCTORIAS:

    El evangelio de Juan es el peor comprendido. Y estoobedece, por paradjico que parezca, a su mayor proximidad a nosotros, a nuestra manera de pensar y de expresarnos. Al leer los Sinpticos tenemos la impresin deentrar en un mundo distante y dist into al nuestro. Lalectu ra del 4 ev. nos res ulta m s fam iliar. Su forma deexpresarse se halla ms cercana a la nuestra. Y ah estprecisam ente el peligro, en da r a sus expresiones el mismosentido que t ienen en nuestro lenguaje.Dos ejemplos para aclarar lo l icho. La verdad os harlibres (7, 32). Al leer esta frase la entenderemos lgicamente en el mismo sentido que t iene entre nosotros: lasinceridad, la lealtad con nosotros mismos, la fidelidada los propios principios nos libera. Esto puede ser cierto,pero, es lo que afirma el evangelista? Evidentemente,que no. La "verdad", segn el evangelio de Juan, es larealidad divina manifestada en plenitud en Cristo.Otra frase: Hemos visto su gloria (1, 14). Ante estaspalabras nosotros pensamos inmediatamente en lo ms

    vistoso, en lo sensacion al y milagroso de la vida de Cristo.Juan piensa de manera muy dist inta, ya que la glor if icacin de Jess comienza con su pasin.Puede ocurrir, por tanto, que, al utilizar una frase delevangelio, no captemos el sentido que el texto tiene en smismo, sino que hagamos decir al evangelista lo que, conesa frase, pensam os nosotros, falseando as el pensa mien to del autor sagrado. Entonces nos expresamos con laspalabras del evangelio, pero nada ms. El pr incipio queacabamos de enunciar es vlido para todos los libros dela Biblia, pero tiene particularsima aplicacin al 4. ev.l .) CABACTEHSTICAS.

    Una lectura serena del evangelio nos producir la impresin de que estamos ante u n l ib r o cu ya i n t e n c in noT3

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    se centra en la narracin, sino en la enseanza. Diramosque la narracin es simplem ente como el vestido del cuerpo doctrinal. El inters no es, al menos pr imariamente,histrico, sino, teolgico. Nos hallamos ante un escritodoctrinal en forma de evangelio.A modo de prueba de lo que hemos dicho hagamo s u nrecorrido por el mismo evangelio. En la narracin de losmilagros-"signos" ' , aparece siempre como en pr imer plano su sentido alegrico. Ya el nm ero (son siete en total) ,es significativo. Aunque, es preciso reconocerlo, el evangelista los presenta como hechos realmente ocurr idos(ver 4, 52-53; 6, 22).Por otra parte, es esencial a los milagros-signos sucarcter de interpelacin, en cada uno de ellos el lectordebe sentirse llamado o interpelado a la decisin frentea Jess.En la consideracin de los milagros resulta interesantela comparacin con los Sinpticos. En stos la fe precedeal milagro, en Jn la fe debe ser una secuencia del mismo.Entendindolo rectamente podramos decir que en los Sinpticos el milagro es causado por la fe (lo realiza Jess,pero donde encuentra la fe) ; en Jn la fe es causada porlos milagros.En otras escenas, por ejemplo, el dilogo con Nicode-mo (cap. 3) y con la Samaritana (cap. 4), las discusionescon los judos (en los cap. 7 y 8), en los debates provocados con ocasin de los milagros (cap 5. 6. 9 y 11), lo importante no son ni las person as ni los hechos o lo ocurr ido,sino lo que se habla entre Jess y dichas personas.

    Lo ms caracterstico del evangelio son los discursosde Jess; en el los tenemos la interpretacin o precisindel sentido de las narracion es o hechos de los que brota nespontneamente . En los dilogos se abandona siempreel acontecimiento o la persona en cuestin (por ejemplo,qu fue de Nicodemo, de la Samaritana...?), se prescindedel hecho histr ico concreto para remontarse a las cuest iones ms profun das e inquietantes en cuyo contexto secomunica lo esencial del mensaje cristiano y el significado de la persona de Jess. En realidad, estas escenasse parecen mucho a los discursos ya que, del dilogo, sepasa inadvert idamente al monlogo.Tenemos la impresin de que se trata de composiciones literarias, desarrollos dogmticos en la descripcinde la persona de Jes s: su inters es siempre cristolgico.14

    Son part icularmente signif icativas a este respecto lasdiscusiones de los cap. 5 al 10.Otra caracter st ica de nuestro evangelio es la uniformidad del lenguaje. En l hab lan lo mismo Jess, el Bautista , el evangelista y las dems personas que intervienen. Tanto es as que algunas par tes de los discursos podran cambiarse de lugar sin que el evangelio sufriese lams mnima alteracin. Aqu tenemos una de las razones ms importantes de la grandiosa monotona que caracteriz a al 4. ev. Mon otona que su autor h a int en tad oromper recurr iendo frecuentem ente a explicaciones o interpretaciones personales de lo narra do (ver 2,19; 11, 50 ;12, 32). Indicaciones preciosas porque, al mismo tiempo,nos descubren el verdadero inters del evangelista .Esta uniformidad aparece sobre todo en las discusiones con los "judos" donde nos encontramos siempre conunos rasgos comunes: la tensin o divisin, el desacuerdo entre ellos, la incom prensin (7, 33-35; 8, 32 ss...).El evangelista recurre frecuentemente a la incomprensin de los oyentes de Jess para provocar las explicaciones necesar ias del mister io o asunto t rata do en cad a caso.Al mismo tiempo esta incomprensin sirve para caracterizar a las personas. Incomprensin que se da tambin enlos discpulos (ver 14, 8-9). Aunque esta inc om prensi n delos discpulos obedece tambin a una razn teolgica quepodra formularse as: imposibilidad de comprender a Jess durante el t iempo de su vida terrena.En la presentacin que el evangelista hace de las personas est profundamente inf luenciado por su intencinteolgica, ms que por un inters histrico por ellas. Lafigura del Bautista es completamente dist inta a la quenos ofrecen los Sinpticos; no se describe su aspecto deasceta, no se dice que bautice a Jess (aunque no resultedifcil suponerlo).La figura de Piloto es par t icu larm ente signif icativa:es casi amigo de Jess; insiste una y otra vez en su inocencia; se halla man iatado por los "judos". La verdad esque resulta inverosmil que un procurador romano actecomo lo hace en el caso de Jess. Y es que la presen tacinque el 4. ev. nos hac e de l se halla in fluenciad a por r as gos claramente apologticos.En este evangelio t iene gran importancia Judas. Nopor s mismo, sino porque su forma de actuar pone derelieve el conocimiento sobrehumano de Jess. Se trata ,dir amos, de una f igura "funcional"; cuando aparece en

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    escena es aprovechado por el evangelista p a r a a f i r m a rque El (Jess) ya saba de antemano quin lo iba a entregar. Es decir, que la persona de Judas se halla tambin alservicio o en funcin de la cristologa del 4. ev.Una f igura nueva es la del discpulo a quien amabaJess. Como cosa sorprendente esta persona la encontramos siempre en el contexto en que tam bin aparece Pedro.Se inte nta destacar as su autor idad ( junto a la indiscutible de Pedro) de testigo ocular cualificado y fidedigno yaque a l , directa o indirectamente, se remonta el evangelio.A pesar de la importancia de las diversas figuras queaparecen en el evangelio, el autor las hace desaparecertan a tiempo que da la impresin de que estn all fun-cionalmente, con la f inalidad nica de enmarcar la personalidad de Jess. En este aspecto el evangelista es unart ista insuperable. Nos presenta en Jess una personalidad sobrehumana de la que desaparecen todas las debil idades que como hombre ten a y de las que nos dan buen acuen ta los Sinpticos (se buscara en vano, en este evan gelio, la descripcin de la escena de Getseman, por ejemplo). Y esto a pesar de que ningn otro evangelista hayainsist ido tanto en la humanidad de Cristo.En la presentacin de los acontecimientos existe unagran imprecisin: las situaciones en que los enc uad ra sondifusas, imprecisas, carentes de contornos. Pinsese, porejemplo, en los dilogos con Nicodemo o la Samaritana;las discusiones con los judos carecen por completo devida, no parecen tom adas de una circunstancia vital , sino,ms bien, del terreno de los debates puramente acadmicos. Y en estos dilogos o discusiones las person as no ap arecen "individualizadas", sino como tipos de algo, de determinas acti tudes. Son arrancadas del terreno de lo individual y concreto y convertidas en tipos con significadouniversal de tal modo que el lector del evangelio puedever reflejada su propia persona lidad y actitu d o la de otraspersonas o grupos en las figuras del evangelio. Las personas del 4. ev., los acontecimientos, las discusiones... seconvierten en predicacin e interpelacin para todos lostiempos.

    A veces, nos resulta difcil imaginar que algunas personas ha blen como lo hacen en el evangelio. Por ejemplo, el Bautista que presenta a Jess, al principio de suvida pblica, como el Cordero de Dios que quita el pecadodel mundo. Una af irmacin como sta, no supone ya un16

    perodo de reflexin teolgica al estilo de la llevada a cab opor S. Pablo?La forma como Jess habla de s mismo resulta casiinimaginable. Desde el pr incipio anun cia su elevacin (3 ,14; 8, 28). Aho ra bien, la "elevacin " incluye, al men os, lamuerte; tambin la resurreccin y la exaltacin a la gloria. Y se habla de todo esto, desde el comienzo de su act ividad, con la mayor naturalidad del mundo. Quin poda entender este lenguaje? Comprese este modo de expresarse con el utilizado por los Sinpticos.Tambin per tenece a la peculiar idad de este evangelio la duplicidad o, ms bien, la polivalencia de sentidosde algu nas palabras o expresiones. Acabamos de m enciona r una , la "elevacin" del H ijo del hombre (que puedesignificar su elevacin a la cruz, a la resurreccin o laexaltacin a la gloria; y no puede aceptarse un sentidocon exclusin de los otros, porque todos han sido o hanpodido ser intentados por el evangelista) . Puede pensarse tambin en palabras como las que encontramos en 3,3. 7 (debe traducirse "de nuevo" o "de arr iba"? Tal vezsea ms acertado aceptar ambos significados, porque elautor ha uti l izado intencionadamente una palabra conesa dup licidad de sentido) o en 12, 32.Otro punto importante es el modo como se habla delos enemigos de Jess. En este evangelio son los judos(no los escribas y los fariseos, como en los Sinpticos). Lapalab ra "judos" designa las "autor idade s o dir igentes delpueblo" ( lo aclara perfectamente un texto como el queleemos en 7, 13). Por otra parte, los problemas en torno alos cuales giran las discusiones con estos enemigos noson los existentes en tiempos de Jess (segn la informacin objetiva que nos dan los Sinpticos estos problemas eran la Ley, la limosna, el ayuno, la oracin...) , sinolos que surgieron p oster iormente a la rup tura entre el ju daismo y el cr ist ianismo.Naturalmente, y en honor a la verdad, junto a estaimprecisin hay que colocar una serie de datos bien concretos y precisos pero, a pesar de ello, no debe ser exagerado su valor en el conjunto del evangelio.Sin duda alguna que lo ms caracter st ico es la doctrina: doctrina sobre Cristo. Pero, de nuevo, fuera delhorizonte israelita. Se presenta lo que es Jess para elmundo, no pa ra Is rael. Jess es el H ijo de Dios, el Salv ador del mu ndo , la luz, la verdad, la vida, la palab ra. C ristovino de arr iba para comunicar la verdad a los hombres.

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    El y el Padre son uno, el uno refleja al otro. Jess es elrevelador del Padre.Sin embargo, cuando nos preguntamos qu es lo queJess revela del Padre no hallamos respuesta alguna, ano ser sta : Dios envi a su H ijo para la salvacin de loshombres, es decir, Cristo no es slo el aportador del mensaje que el Padre nos enva; El mismo es el contenido dedicho mensaje.Pero, qu significa la verdad (trada por el Revelador) para el hombre? La verdad lo significa todo; signif ica la vida, cuya caracter st ica m s acusada en este evan gelio es su presencia, es decir, se trata de una vida queya se ha m anifestado y puede ser vivida aqu y aho ra porel creyente, a pesar de que tenga un aspecto futuro quese revelar en el "ltimo da".En esta revelacin y en las consiguientes exigenciasticas que implica para el hombre destacan las clebresant tesis que contraponen el mundo de Dios y el mundoant i -divino: luz- t inieblas , verdad-ment i ra , v ida-muer te ,Dios-mundo, cielo-tierra, de arriba-de abajo. De dndeprocede este lenguaje, tan dist into del que encontramosen los Sinpticos? Quin poda entenderlo y quines sonsus destinatar ios inmediatos?Despus de estudiar el 4. ev. se nos impone comoinevitable la conclusin recibida en una pr imera lectura:no hay progreso alguno ni en el pensamiento ni en la accin: el Logos divino, el H ijo de Dios, Jes s, se m anifies taen plenitud desde el principio. Y no puede haber progresoporque los hilos que conducen la histor ia estn goberna

    dos desde arriga. Y esto se afirma claramente desde elprincipio.2 . o ) T E N D E N C I A S .

    Prescindimos aho ra de las tendencias teolgicas. Queremos f i jarnos aqu en el ambien te histr ico y preocupaciones que reflejan la situacin vital, el entorno, el "Sitzim Leben", en el que escribi el evangelista. Destacamoslas tres pr incipales.a ) Frente al judaismo.En frase, que ya no es nueva, podemos af irmar queel evangelio naci de la lucha y para la lucha. L a a p o l o -

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    gtica es tan antigua como la Iglesia; desde el principio,los cristianos sintieron la necesidad de defender suscreencias y prcticas de las acusaciones de sus enemigos.Ya en los Sinpticos encontramos rasgos suficientes deesta apologtica, pero en el evangelio de Juan esta tendencia se halla a centu ada con ms fuerza. En este pr ime rfrente los ataques proceden del judaismo y la defensapuede observarse en varias ocasiones.Son claras las controversias con los judos en torno ala persona de Jess. Y estos debates no reproducen solamente, y tal vez tampoco pr imariamente, los tenidos directamente por Jess con los judos de su tiempo, sino losque enfrentaban a judos y cristianos a fines del sigloprimero, cuando fue escrito el evangelio.Una de estas disputas giraba, sin duda, en torno a lossacramentos; de ah la importancia que el ev. de Juan daa los dos grandes sacramentos de la Iglesia, el bautismo yla Eucarist a ( tambin, aunque en menor escala, al per

    dn de los pecados).El racionalismo judo acusaba a Jess, y en l a loscristianos, de ser simplemente un juez. A esta acusacinresponde el evangelio diciendo que Jess no ha venido ajuzgar , sino a salvar al mundo.Pero no basta af irmar una cosa. Es necesar io probarla. Eso es lo que pretende el evangelista al introducir eltema del "test imonio" {martina), o el dar test imonio(mrtirein). La intencin del evangelista es clara: sonmuchos los testigos y los testimonios a favor de Jess: laEscri tura, profetas, Moiss. .. adem s de los "test igos" i nmediatos del acontecimiento de Jess. Ms an, este testimonio adquiere, a veces, la forma jurdica de un proceso(un caso bien claro tenemos en 8, 17).A pa rtir del ao 70 el conflicto con el judaism o se ag udiz hasta el extremo y adquir i la forma de ruptura definitiva con la decisin, por parte de las autoridades judas, de excomulgar definitivamente a los cristianos. Nopueden ser ms claras las afirmaciones de 9, 22; 12,42 ; 16,2.De todos estos datos apenas podr ponerse en dudauna cierta tendencia antijuda en el 4." ev. Lo cual noexcluye una intencin misionera, sobre todo frente a losjudos helenistas de buena voluntad en la Dispora.

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    b) Frente a la secta del Bautista.Los discpulos del Bautista haban supravalorado lapersona de su Maestro. Tenemos indicios de la existencia de esta secta del Bautista precisamente en Efeso (verAct 18, 24-19, 7). En el evangelio de Juan puede comprobarse una tendencia apologtica (por supuesto, que no laprincipial , como han af irmado algunos autores) , f rente a

    esta secta. Argumentos de lo que decimos pueden verseall donde el Bautista es presentado como: testigo de Jess, con la nica razn de ser precisamente en su testimonio sobre l (ver 1, 6-8. 15).Fren te al valor de Jua n como test igo ntese la af ir macin de la preexistencia de Jess; negando ser lo que sus discpulos afirmaban de l:no era n i el Mesas, ni Elias ni el profe ta... (1, 19-28). Que los miembros de esta secta considerabana Ju an como el Mesas aparece con mayor clar idaden 3, 27-30; dando test imonio sobre Jess pero, al mismo t iempo , dejando bien claro que su testimonio no es elnico ni el definitivo ; l era una lm para, no la luz(5 , 33-35); el evangelista acepta el testimonio que la gentedaba del Bautista (10, 41: ntese la intencin delautor) .Otros textos que a veces se aducen al respecto son ms

    que problemticos. Pensamos en 3, 31-32; 10, 8 (y la razn de no considerar como anti-bautistas estos textos lavemos en que Juan no es rechazado en este evangelio, sinoque es valorado en su calidad de testigo de Jess).c) Frente a la gnosis.Esta tendencia "anti-gnstica" depende del ambientereligioso y men talid ad que se presupone en el 4. ev. (volveremos ms abajo sobre esta cuestin).Desde luego, atenindonos a los testimonios de la tradicin (S. Ireneo en su obra contra las herejas, III, 11, 7)debemos admitir que Juan polemiza con el gnstico Cerin-to . El error se centraba en la creacin, que no habra sidorealizada p or Dios, sino por un "f abric ator". F ren te a este

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    error afirmara el 4. ev. la funcin creadora del Logos.S. I reneo men ciona tam bin a Marcin y a otros, que te ndra dela nte el au tor del 4. ev.Por supuesto, debera verse una tendencia anti-gnstica en aquellos pasajes o expresiones que excluyen todaclase de docetismo (por ejemplo, en 1,14; 6, 53-54; 19, 34).En esta misma l nea podran or ientarnos todos aquellos textos que atribuyen a Jess, en exclusiva, una seriede ttulos o predicados salvficos que los gnsticos atribuan a su revelador (por ejemplo, ser el pastor, la vid,el enviado) . Pero este argumento no es def init ivo ni mucho menos ya que dichos t tulos podran provenir igualmente del Antiguo Testamento o del judaismo.Lo que parece que puede afirmarse con seguridad esque el evangelista utiliza el lenguaje de la gnosis (entrelas palabras clave hay que mencionar los verbos "or","ver", "conocer", la presentacin del revelador "que viene de arr iba", caracter st ico todo tanto de la terminologade la gnosis como del 4. ev.), prec isam ente pa ra dem ostr ara lo s crist ianos que Jess es el verdadero y nico Revelador .3 . ) J U A N Y L O S S I N P T I C O S .

    Comencemos por af irmar que Juan pertenece, comolos Sinpticos, al gnero literario llamado "evangelio":describe la actuacin de Cristo desde el tiempo de suscontactos con el Bautista hasta su muerte y resurreccin.Contiene igualmente informacin sobre sus milagros yactividad d octr inal . A pesar de este cuadro general , m so menos comn, es preciso una revisin ms detal lada.

    1) Afinidades y divergencias en la materia narrada.Juan t iene en comn con los Sinpticos unas pocasnarraciones: La actividad del Bautista . La vocacin de los primeros discpulos. La expulsin de los vendedores del templo. La secuencia: mult iplicacin de los panes, marchasobre las aguas, peticin de seales, confesin dePedro.

    a i

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    La entrada en Jerusaln. La lt ima cena con el anuncio de la traicin. La prediccin de la negacin de Pedro. Partes importantes en la histor ia de la pasin-resurreccin. Probable me nte la curaci n del oficial de Cafar -n a m .De los 29 milagros narrados por los Sinpticos, Juanslo retiene tres: la curacin del hijo del funcionario real,la mult iplicacin de los panes, la m archa sobre las agu as.Entre los temas importantes que traen los Sinpticos yomite Juan es tn: El evangelio de la infancia. El bautismo de Jess por Juan. El relato de las tentaciones. La transf iguracin. El discurso escatolgico. La inst i tucin de la Eucarista* La agona de Getseman.

    Ent re los temas importantes que nar ra Juan y omi tenlos Sinpticos tenemos: Cinco "signos": Cana, el paraltico de Betzata, elciego de nacimiento, la resurreccin de Lzaro, lapesca milagrosa. La histor ia de Nicodemo y la Samaritana. La mayora de los discursos, par t icula rmente f re cuentes en Juan, no t ienen paralelo algurio en losSinpticos. El buen Pastor y la vid (se trata de alegoras). No narra ninguna expulsin de demonios ni curacin de leprosos.2) Afinidades y divergencias en la forma literaria.Si prescindimos del relato da la pasin, el material de

    los Sinpticos est integrado por narraciones aisladas,sentencias cortas o grupos de sentencias sueltas que hansido ordenadas por el evangelista . En Juan predominanlo s discursos temticos. Es de notar , adems, que Juanpresenta temas nuevos y el vocabulario y tcnica difieren22

    tambin del de los Sinpticos: recordemos las famosasant tesis, palabras asociat ivas, reanudacin de modo quese forma como un a ser ie o cadena (concatenacin) , vuelta a lo narrado en el principio de modo que todo el relatoqueda comprendido o incluido entre la af irmacin delprincipio y la del fin (inclusin), el paralelismo y la var iacin (podra hacerse un buen ejercicio estudiando laestructura y divisin de 8, 12-20).Y no puede decirse que estas diferencias obedezcan aque, en los Sinpticos, Jess habla a gente sencilla mientras que en Juan se dirige a un pblico ms culto. Estadiversidad obedece a que es el evangelista quien habla.3) Marco cronolgico y geogrfico.Segn los Sinpticos, la vida pblica de Jess se desarrolla en dos escenarios: Galilea y Jerusaln y ungran viaje que va desde la pr imera a la segunda. En Ju an

    tenemos tres viajes de Galilea a Jerusaln (ver 2,13; 5 ,1;7, 10). En los Sinpticos la estancia de Jess en Jerusalndura una semana ms o menos; en Juan toda su actividad, a partir del 7, 10, se desarrolla en Judea-Jerusaln.Segn los Sinpticos la vida pblica de Jess pudieraquedar reducida a unos pocos meses; en Juan, al hablarde tres fiestas de la Pascua, hay que suponer ms de dosaos.Segn los Sinpticos la muerte de Jess tiene lugar el15 de Nisn; segn J ua n, el 14 del mismo mes.4) Sentencias {"logia") comunes.Nos referimos a aquellas sentencias o frases, "logia",que figuran tanto en los Sinpticos como en Juan. Al estudiar las debe hacerse un anlisis muy part icular y concreto para poder descubrir no slo la semejanza de contenido, sino tambin la divergencia en cuanto a su formulacin y, en relacin con ella, la diversidad en cuanto alconcepto que cada uno de los autores ha querido expre

    sar . Veamos algunos ejemplos:El "logion" o sentencia del Bautista que define su pequenez en comparacin con Jess (Jn 1, 27 y su relacincon Me 1, 7: aparentemente es la misma frase, pero el re-23

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    curso al texto griego descubre una diferencia que nos permite concluir que los Sinpticos han utilizado un adjetivopara descr ibir la "indignidad" de Juan bajo la inf luenciade una tradicin que el 4. ev. no ha seguido; Juan utilizaun adjetivo dist into ("axios" en lugar de "ikans") .La misma semejanza tenemos en el logion con motivo del sobrenombre impuesto a Pedro, pero el contextoes completamente distinto (en el 4. ev. se le impone estesobrenombre en el momento de la vocacin, 1, 42; en Mateo, con ocasin de la promesa del primado (Mt 16, 18).La declaracin del Bautis ta sobre el Espritu (1, 33),que descendi sobre Jess con motivo de su bautismo esevide ntem ente la mism a que en los Sinpticos (Me 1, 8),pero nos encontramos ante una versin ms l ibre.La afirmacin de Jess sobre el templo (Jn 2, 19; Me14, 58), es coincidente en Juan y en los Sinpticos, peroun estudio ms profundo de la misma nos l levar a laconclusin de que Jn lo ha tomado de una tradicin dist i n t a .Tambin ha intentado verse un paralel ismo entre Jn1, 51 y Me 14, 62, pero, aparte una semejanza que puedeaceptarse, una dependencia l i terar ia resulta inadmisible.En cuanto al tema de la necesidad del nuevo nacimiento, anunciado a Nicodemo (3, 3. 5), y de la necesidadde hacerse n ios (Mt 18, 3), es muy im probable que se tra te de lo mismo y, en todo caso, tendramo s u na transfo rmacin en el 4. ev. siguiendo la lnea de su teologa propia y especiffica.A veces, encontramos sentencias ms o menos comunes den tro de las narraciones. Entonces se hace n ecesar ioestudiar las desde el punto de vista de dichas narraciones. Puede afirmarse una cierta tendencia del 4. ev. adesplazar algunas af irmaciones del marco de la pasin ycon tarlas en otr a ocasin (por ejemplo, 13, 21, ver en Me14, 28).En las palabras de Jess a sus discpulos es lgico quehaya coincidencia (ver Jn 12, 24 y Me 14, 28 y paral.),pero al mismo tiempo aparece la impronta del 4. ev. uti

    l izando ant tesis dist intas a las empleadas por los Sinpticos. Esto nos lleva a la conclusin sig uien te: p or un lado,es improbable que Juan las haya tomado de los Sinpticos y, por otro, parece igualmente innegable el mismofondo histr ico-tradicional .24

    5) Otros puntos de comparacin.a) Citas tomadas del Antiguo Testamento.Las que tienen un claro paralelismo con las de l o s S inpticos son las cinco siguientes:La presentacin que se hace del Bautista como "voz

    del que clama en el desierto..." (1, 23; Me 1, 3), pero Juanutiliza la cita de la Escritura desde el punto de vista deltestimonio, mientras que los Sinpticos lo centran enel cumplimiento de la misma Escritura.Con motivo de la entrad a en Jeru saln (12,15 ; Mt 21,5) son uti l izadas las palabras de la Escr i tura pero, mientras en Mateo tienen el sentido de una reflexin (es sumodo de citar la Escritura) sobre el cumplimiento de loanunciado, Juan las pone al servicio de un tema prefer ido por l: la realeza de Cristo.Las palabras sobre el endurecimiento del pueblo sonlas mism as (12, 40 y Me 4,12 y pa ral.), pero el contexto escompletamente dist into: los Sinpticos las uti l izan comojustificacin del lenguaje parablico utilizado por Jess;el 4. ev. las amplia a toda la activida d p blica de C risto.La traicin de Jess por uno de los que comen a sumesa es presen tada tam bin con palabra s de la Escr i tura,pero basta la comparacin (13 18 y Me 14,18), para darsecuenta de que los textos son absolutamente independientes.En la reparticin de los vestidos de Jess con motivode su muerte (19, 24 y Me 15, 24), solamente Juan citaexactamente y teniendo en cuenta el paralel ismo de losmiembros.

    b) Pequeas parbolas.Cuand o se buscan las caracter st icas del 4. ev, siemprese acenta la ausensia de parbolas en Juan, al est i loSinptico. Pa ra hace r just icia a la realidad debemos m encionar diversas palabras o sentencias parablicas o ale

    gricas que establecen una innegable proximidad con losSinpticos. Tengamas en cuenta las siguientes: El esposo y el amigo del esposo (3, 29). El esclavo y el hijo (8, 35).

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    El pastor, el ladrn y el portero (10, 1-5). El viajero que se retrasa en su camino y le sorprende la noche (11, 9-10). El grano de trigo (12, 24). La p artu r ien ta (16, 21). La siega (4, 35. 38).Otras palabras o frases con sentido parablico, comola del viento (3, 8), el Bauti sta y la lm pa ra (5, 35), el ver

    dadero pastor y el mercenario (10, 11-12), el caminante ala cada del sol (12, 35-36), la casa del Padre, (14, 2-3),la vid verdad era (15, 1-2), la palab ra simb lica del "ce irse" (21, 18), el sem brado r y el segador (3, 37), son men ossignificativas.Otras, como pastor, vid, luz, tienen otro carcter, porestar unidas a la automanifestacin de Cristo uti l izandola frmula del "eg eimi" = Yo soy.

    c) Sentencias ("logia") con la impronta de Juan.Incluimos en este apartad o aquellos "logia" que se en contraban en la tradicin y que han sido tomados porJuan imprimindoles su propio cuo. Son de dos clases:las palabras referentes al H iio del Hom bre (1, 51; 3, 14;5, 27...) y las cinco sentencias sobre el parclito (14,16 ss.; 26; 15, 26; 16, 8-11.13-14).En cuanto a las pr imeras cabe la pregunta de si Juanno habr uti l izado una forma ya existente en la tradicin sobre este tema. En cuanto a las segundas debercontarse con una formulacin existente ya antes de Juany que ste ha uti l izado.

    6) Com paracin particular entre los Sinpticos yJuan.Este punto entra de lleno en el campo de los especialistas. Por eso nos limitamos aqu a dar unos principiosde t ipo general .En la comparacin Jn-Mc se descubren algunas esce

    nas y breves noticias histr icas que se hallan en el mismo orden en ambos. El ejemplo clsico es Jn 6, 1-68; Me6, 34-8, 29. Ante el estudio de este caso y algunas otrassemejanzas parece inevitable la conclusin de que Jn conoce de algn modo a Me (conocimiento l i terar io; cono-26

    cimiento muy superficial, tal vez por la tradicin oral;uti l izacin de la misma fuente en casos singulares?; lashiptesis son mltiples).En cuanto a la relacin entre Jn-Mt, este conocimiento es much o ms problemtico porque casi todas las semejanzas podran explicarse a travs de Me (ver como ejemplos, Jn 18, 11; Mt 26, 52; Jn 20, 23; Mt 10, 24).Los contactos entre Jn-Lc parecen innegab les. Vea

    mos algunos ejemplos: el anuncio mesinico del Precursor (Jn 1, 18 ss.; Le 3, 15: en ambos casos aparece la pregunta de si el Bautista es el Mesas); la pesca milagrosa(Jn 21, 1-19; Le 5, 1-11: aunque el contexto es completamente distinto, ya que Lucas lo coloca al principio de laactividad pblica de Jess y Jn despus de la resurreccin).La historia de la uncin (Jn 12,1 ss. y Le 7, 36 ss.; encontramos detal les comunes a Jn y a Le que nicamentetenemos en ellos, por ejemplo, la uncin de los "pies",mientras eme Mt y Me hablan de la uncin de la "cabeza" ) ; la aclamacin comn, "rey de Israel", con motivode la en trad a en Jeru saln (Jn 12, 13 y Le 19, 38).Tenemos bastantes coincidencias en la histor ia de lapasin: en el proceso ante Pilato los dos insisten (portres veces), en la inocencia de Jess. La dependencia parece clara, pero no tanto como para concluir absolutamente aue Jn haya tenido delante el ev. de Lucas y lohaya uti l izado.7) Teologa sinptica y jonica.El tema central de la teologa en la tradicin sinpticaes el reino de los cielos; ahora bien, este tema no f iguraen Jn ms que en una nica ocasin (3, 3-5). En Jn, encambio, el tema central es la vida eterna. Indiscutiblemente que ambos temas se ref ieren a la misma realidad(incluso en ambos son utilizadas expresiones similares:"en trar en el reino", "entr ar en la vida". Lo que debe af ir marse es que, en todo caso, las categoras de pensamientoson distintas.Otro tema central en Jn es la auto-revelacin del Hijode Dios. Es el gran tema en la mayor par te de los discursos. Cierto que no faltan en los Sinpticos sentencias oexpresiones que revelan la conciencia que Jess tena de

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    s mismo, pero nun ca encontram os la expresin EGO E lMI (el "yo soy") tan caracterstica del 4. ev:"Yo soy la luz del mundo, el pan de vida, la resurreccin y la vida, el camino, la verdad y la vida, Yo y el Padre somos uno. Antes que Abraham existiese Yo soy".Es cierto que el 4. ev. alude, varias veces, al cumplimiento de los mandamientos en general , sin embargo,nunca menciona ningn precepto en par t icular , como hacen los Sinpticos. Tenemos la impresin de que Jn noconoce ningn otro mandamiento que el del amor.8) Conclusin general.Para explicar la relacin existente entre Jn y los Sinpticos se ha n apu ntado las posibilidades siguientes: J ntrata de completar a los Sinpticos (teora complementaria); es independiente de ellos (teora de la independen

    cia) ; se esfuerza por interpretarlos (teora de la interpretacin); o sencil lamente los ha suplantado ( teora de lasuplantacin). Creemos que el problema puede resolversems imparcialmente en los puntos siguientes:a) U na dependencia l i terar ia directa del ev. de Jncon relacin a los Sinpticos es muy improbable.b) La tradicin jonica es, en su conjunto, indep endiente. Jua n n arr a y formula con est i lo propio.c) Otra cuestin muy dist in ta es si Jn t iene algnconocimiento de la mater ia propia de la tradicinsinptica.d) La tradici n jonica es, en general, m s pobre quela sinptica, pero nos ofrece informacin adicional que histr icamente merece crdito.e) En el 4. ev. tenem os vestigios de una tradici n an ter ior muy semejante a la sinptica. Este pr imerestadio de la tradicin jonica sera, cronolgicamente hablando, tan antiguo como el de la tradicin sinptica.f) El 4. ev. pers igue u n fin p ropio y es aqu, y no slo

    ni pr incipalmente en las fuentes que haya podidoutilizar, donde debemos recurrir para explicar lasafinidades y, sobre todo, las divergencias con losSinpticos. Su fin principal es claro: Poner de relieve, en las acciones y discursos del Jess te rreno ,28

    la figura suprema del Revelador escatolgico y,como tal , portador de la salud.4.) JU AN Y PABLO .

    La cuestin no puede plantearse en el sentido de unadependencia l i terar ia de Juan con relacin a Pablo. Lacuestin de la relacin entre ellos habra que formularla,ms bien, en el terreno de la dependencia o inf luencia teolgica. En otros trminos: para la interpretacin de laobra salvfica llevada a cabo por Jess utiliza Juan lospensamientos de Pablo?Para valorar las semejanzas y diferencias es precisoafirmar con toda claridad que ninguno de los dos son libres a la hora de formular su doctr ina: ambos se hallaninfluenciados y condicionados por la tradicin l ingst i-t ica y conceptual de la tradicin cr ist iana, por el entorn ohistrico religioso, por el credo de la primitiva comunidad cristiana. Es decir, que Jas semejanzas no dependende una inf luencia mutua, sino de la misma inf luenciaambiental sobre ambos.Entre las semejanzas suele aducirse el concepto de"mundo" (para ambos es "creacin cada") ; la identidadentre "el creador y el revelador"; la si tuacin del hombre (como ser "cado") ; para ambos la salud es "gracia".Ju nto a las semejanzas innegables hay que colocar la sdiferencias profundas:Ausencia en Juan de representaciones apocalpticas(en Jn no existe nada parecido a lo que encontramos en1 Tes 4, 15 ss.).Ausencia en Juan de la visin "histrico-salvfica" tancaracterstica de Pablo (la Iglesia es el Israel de Dios,en Jn no existe nada parecido) .Ausencia en Jn de trminos especf icamente paulinosy que le vendran como anillo al dedo a Jn si los hubieseconocido, por ejemplo la ant tesis en tre "carne-esp r i tu",tan caracter st ica de Pablo, y que no es uti l izada por Jn.La conclusin de un estudio serio del problema nos llevaa lo siguiente: Jn no pertenece a la escuela de Pablo. Elpensamiento, es cierto, ha progresado en el 4. ev. pero noen l nea directa (como una continuacin del pensamiento paulino) , sino, ms bien, como fruto de una interpretacin nueva e independiente.

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    5.) COM POSICIN DEL CUARTO EVANGELIO.a) El hecho.

    El ev. de Jn presenta una unidad y cohesin internasmucho ms fuerte que los Sinpticos. Este hecho, sin embargo, no quiere decir que la obra haya sido compuestade una vez y por un nico au tor .El punto de par t ida para el estudio ds la "composicin" del 4." ev. lo co nstituy en las contradicciones que fcilmente se descubren en su n arracin .En 6, 1 Jess est en Galilea. El cap. supone una continuacin de su actividad en el escenario geogrfico enque ha estado actuando anter iormente; ahora bien, elcap. 5. se desarrolla en Jerusaln.El cap. 7 (vv. 3 ss.), nos da la im presin de que Jes s n oha actuado todava en Jerusaln; pero en 2, 23y 5,1 ss., senos dice lo contrario.La discusin recogida en 7, 19-23 es una continuacinde lo ocurrido en 5, 9 ss., y particularmente, en el v. 18;ahora bien, tal como hoy tenemos narradas las escenashay que contar , como mnimo, con medio ao de distancia entre ambos acontecimientos.En 10, 19-29 la discusin surge por lo narrado en 9,1 ss. (curacin del ciego de nacimiento), como si se tratase de algo que acaba de ocurr ir ; en realidad hab an tra ns curr ido, al menos, cuatro meses.

    La razn de querer apedrear a Jess en 10, 33 la tenemos en la afirmacin de 5,18, que haba sido hecha hacamedio ao.En 14, 31 encontramos una frase conclusiva, "levantaos; vamonos", que deba dar paso a la narracin de lapasin; a pesar de ello vienen a continuacin los cap. 15-17 con casi idntico tema. Decir que estos discursos fueron pronunciados "en el camino" supone un desconocimiento absoluto de lo que es el evangelio y de cmo seform.Podramos aducir otras per copas o secciones con todos los visos de probabilidad de hallarse fuera del conte xto lgico y original, pero creemos que las aducidas sonsuficientes para dar derecho a hablar de la "composicin"del ev. de Jua n.

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    b) Explicaciones.1. La ms antigua (se remonta a Taciano, s. II,quien ya vio la conveniencia de colocar el cap. 6 inmediatamente despus del 4, poniendo el 5 despus del 6. El orden sera, por tanto, 4, 6, 5), es la teora de los desplazamientos. Quiere decir que los textos, tal como hoy los tenemos, no ocupan su lugar or iginal , sino que se han des

    plazado de un si t io para otro.Causas de los desplazamientos? Se han apuntado var ias : muerte prematura del autor , t ransposicin de los"folios" originales en que estaba escrito el evangelio oalguna otra causa parecida.2. El "deso rden" actu al procede del mism o evang elista ya que el primer libro que escribi (el "Grundevan-gelium") sera un evangelio centrado en "los signos"(contar a nicamente de narraciones y Jess ir a , comoen los Sinpticos, en un viaje de Galilea a Jerusaln).

    Pero este ev. original fue despus ampliado y modificadopor el mismo evangelista.Esta hiptesis t iene en contra suya el interrogante siguiente: cmo pudo el mismo evangelista renunciar alorden del evangelio anter ior y dar otro que nicamenteservira pa ra desorientar a los lectores?3. El desorden e inco ngru encia s que hoy enc on tra mos se deben a la mano de un redactor posterior que re-elabor todo el ev. Las razones en que se apoya esta teor a son:La percope de la adltera (7, 53-8, 11), es, sin duda,una adicin. La mater ia y forma de narrar la per tenece alfondo de la tradicin sinptica y nada t iene en comncon la materia y forma de narrar del 4. ev.Tamb in el cap. 21 es una adicin de un redactor posterior. El ev. terminaba con la frmula conclusiva de20, 30-31 (y esto aunque el ev., segn los testigos ms antiguos, nunca existi sin estos cap.).La mano del redactor no se l imit a esto. Hemos aducido los dos casos en que la mano del redactor resulta evi

    dente. El ver la en otros pasajes depende m ucha s veces delos principios y prejuicios de cada investigador. Bult-mann, por ejemplo, la ve siempre que haya alusin a lossacramentos y en todos aquellos pasajes en que se hacereferencia al "lt imo da".31

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    Los esfuerzos realizados en este sentido son, sin dudaalguna, laudables, pero al mismo t iempo, se impone unapregunta sorprendente, por lo sencil la y elemental: lasincongruencias apuntadas no pueden ser debidas a lamisma mano del evangelista por la misma razn que sonatr ibuidas a un redactor?Al poner reparos a estas explicaciones no es que recha

    cemos de plano al redactorms bien lo contrarioo queafirmemos la unidad literaria del ev. Que el evangelistatrabaje slo con el recurso a sus recuerdos de testigo ocular simplifica excesivamente la cuestin (ya nos iremosdando cuenta del por qu de esta af irmacin) y no t ieneen cuenta el texto mismo.4. El evang elista h a utilizado fuentes escritas. lt i mamente se ha hecho clebre la tesis de Bultmann quedist ingue cuatro fuentes: Discursos de revelacin ("Offenb arungs reden"). Fuente para los signos ("Semeiaquelle"). Fuente independiente para la pasin. Fuen te miscelnea, que comprende toda la m ate r ia que no puede ser atr ibuida a ninguna de lasanter iores.Otros autores, sobre todo por razones estilsticas, sehan opuesto terminantemente a esta teor a de las fuentes(J. Jeremas, Menoud, Ruckstuhl. . .) . Otros pref ieren hablar de tradiciones para explicar aquellos pasajes que noparecen con cordar con las caracter st icas de Jn .

    6.) AM BIEN TE REL IGIOSO Y MENTALIDAD.La lengua, no slo en el sentido gramatical-estilstico,que habla el 4. ev. se caracteriza por las anttesis luz-tinieblas, verdad-mentira . . . , por los numerosos "Yo soy",por las ideas salvficas como agua de la vida, pan de lavida, luz del mundo... para describir a Jess, el enviado

    del Padre. Jess es el enviado del Padre, el Revelador,aquel al que el Padre ha enviado, el que viene de arriba,el que sube al cielo... esta len gua se hal la muy distan ciad ade la utilizada por los Sinpticos.Quin entenda este lenguaje? De dnde proceden32

    e s t a s i m g e n e s y e s t a s i d e a s n u e v a s ? S e h a n p r o p u e s t od i v e r s a s p o s ib il idad e s .a) El mundo judio.

    El fundam ento, como el substrato, del ev. de Jua n debebuscarse en el A.T. y en el judaismo rabnico. No cabeduda que el 4. ev. tiene mucho que ver con este mundojudo, pero resulta insuficiente ya que temas fundamentales, por ejemplo en la Cristologa (el H ijo que viene delPadre y va al Padre) no parecen tener raz ni just if icacin alguna considerados desde el judaismo. Podemosdecir lo mism o en lo relativo al lengua je "du alista" .b) Mundo griego.

    Dicho fundam ento debe buscarse, m s bien, en el m un do griego o en el mundo de la filosofa helenista (porejemplo, el concepto de Logos) tal como se halla representado en Filn de Alejandra (habra que contar , port a n to , con el judaismo helenista) .c) Escritos hermticos.

    Se trata de una coleccin de escritos (que surgieronen el mundo greco-romano) procedentes de gente selectaf i losfica y rel igiosamente hablando, que intentaban superar la razn fra de los filsofos y la religin "vulgar"del pueblo. Entre los elementos de estos escritos filosfi-co-religiosos destacan: 1.) La fidelidad a la tradicin antigu a (que arran ca del gran dios H ermes, de aqu le vieneel nom bre a la coleccin). 2.) El nfasis en el "cono cimiento" , que debe adquirirse no por la razn, sino por la revelacin. 3.) La inmortalidad y la vida verdadera. 4.") Lasfuentes del conocimiento. . .El fund am ento del 4. ev. ha br a que buscarlo, por ta n to , en este ambiente. Juan pretendera hacer accesible elme nsaje cristian o a los griegos docto s; de ah que se ada pte a ellos y utilice los elementos ms caractersticos de su filosofa-religin para anunciarles el mensajecr ist iano.En contra de este ambiente se af irma que en Jn fal-

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    tan conceptos funda men tales de estos escr i tos H erm ticos. Palabras imprescindibles en dichos escritos, como"gnosis", "mister io", "inmortal idad", "demiurgo".. . seechan por com pleto de menos en Ju an. En concreto el Lo-gos impersonal de estos escritos no habra podido influenciar en modo alguno el del 4. ev.d) La gnosis.

    H ablar de la gnosis es suma me nte d ifcil. Se tra ta, engeneral, de un movimiento filosfico-religioso que buscala salvacin del hombre a travs de la "gnosis" (ciencia,conocimiento). El movimiento como tal es anterior al crist ianismo (como doctr ina sistematizada aparecer, ya enla poca cristiana, con el nombre de gnosticismo).En este movimiento deben destacarse las caracter sticas siguientes: un dualismo ontolgico; la existencia deseres intermedios entre Dios y el hombre; actividad deestos seres en la produccin del mal y de la materia; elalma como chispa divina encarcelada en la mater ia; ne cesidad del conocimiento (de la gnosis, obtenida a travsde la revelacin) para liberar el alma e introducirla enla luz; el nmero l imitado, "numerus clausus", de aquellos que pueden obtener este conocimiento; el revelador-salvador.H ay diversas clases de gnosis. Como posibles influ en-ciadoras del pensamiento y forma de expresin del 4." ev.se han propuesto dos pr incipales:l.) Gnosis de los mndeos (era una secta gnsticabaptizante) .Esta secta habla de un redentor que viene de lo altoy vuelve all; utiliza el lenguaje dualista de luz-tinieblas,vida-muer te, verdad-ment i ra .Se ha dicho justamente en contra que es imposible elcontacto del cristitianismo primitivo con esta secta, yaque aparece muy tardamente, en el t iempo bizantino-rabe, en la regin del Eufrates (el argumento no es deltodo convincente ya que, aunque los escritos sean tardos,las ideas y el movimiento son muy anteriores).Las ant tesis ci tadas, y aducidas como paralelas del4. ev., t ienen un sentido totalmen te dist into en Jua n y enlos escritos mndeos.

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    Finalmente, la f igura del redentor con estas caractersticas no existen antes del cristianismo. Como consecuencia hay que pensar que es la misma gnosis la quese halla influenciada por el ev.2.o) Gnosis cristiana (representada por las Odas deSalomn, Evangelio de la verdad...) .Parece claro que las Odas de Salomn son documentosde una gnosis cristiana. Por otra parte esta gnosis, por loque al dualismo se refiere, ha sido ya debilitada y transformada por el pensamiento judo-cr ist iano del creadornico (no doble) de todas las cosas. El paralelismo con elev. de Jn es grande, pero, en todo caso, resulta muy pro blemtico si Juan tuvo contacto con este movimiento y, encaso afirmativo, cmo fue este contacto.3.) Qumran (fue la moda hasta hace unos pocosaos).La aparicin de los escritos de Qumran (a partir delao 1948), hizo lanzar el grito de victoria: por fin se haba logrado sab er cul er a el amb iente del 4. ev.: sin du daque era el judaismo heterodoxo de esta secta la que habaproporcionado a Juan los elementos extraos y especf icos que no podan explicarse de otro modo. Los paralelosson clar simos: Dualismo tico, unido con el pensam iento delcreador . Diferencia ent re "los hijos de la luz" y "los hijos delas tinieblas" (recurdese que uno de los principales escritos de Qumran lleva el ttulo siguiente:Guerra de los hijos de la luz con los hijos de las tinieblas) . Expresiones como "ser de la verdad", "ser de Dios","ser del diablo", "testimoniar la verdad", "luz devida", son comunes a Jn y a Qumran.Hoy se ha enfriado el entusiasmo original, por var ias

    razones: Que el autor del 4. ev. fuese discpulo del Bautistay ste, a su vez, estuviese en contacto con Qumranes algo que todava sigue discutindose.35

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    Los paralelos que se aducen como comunes a Juany a Qumran no son nicos. Puede recurrirse a otros documentos judos dondese encuentran expresiones semejantes, part icularmente en la l i teratura apocal pt ica. El pensamiento de la "nueva al ianza" que es esencial en Qumran, falta en el 4. ev. Por el contrario,fal ta en Qum ran, el pensam iento de un reden tor divino. Las afirmaciones tan caracters t icas del 4. ev. sobre el "Yo soy" no t ienen paralelo alguno enQum ran . La conclusin que puede deducirse es la s iguiente:la comunidad cris t iana y Qumran t ienen un fondocomn, pero el mundo del pensamiento de Qumranno es el suelo materno en que haya nacido y crecido el pensamiento reflejado en el 4. ev.7.) R ETO PARA DOS MUNDOS.

    H emos pue sto de relieve las seme janzas del 4. ev. conlos documentos ms conocidos del mundo greco-romano.Podramos tener la impresin de que el ev. de Jn es s implemente una parte de ese mundo del pensamiento. Comosi pudiese ser comparado con el camalen que recibe elcolor de lo que le rodea . Esto es verda d, pero slo en pa rte .En 4. ev, se halla anclado en ese mundo, pero al mismotiempo se hal la en fuerte contraste con l .Quien est famil iarizado con la doc trina de la fe cr istiana, al leer este ev. a la luz de los escritos de Filn deAlejandra, de los escri tos hermticos, mn deos. . . , puedeverse seducido por las semejanzas entre el los. La conclusin sera que el 4. ev. es como una parte o parcela de supoca.Pensemos ahora en lo opuesto: un griego o un rabinode fines del s iglo primero en cuyas mano s cayese un ejem plar del ev. de Jn. A pesar de la famil iaridad del lengu aje , le producira un "shock" violento de incredulidad.Tanto el griego como el judo se sent iran escandalizados y horrorizados por las afirmaciones que leeran en esteevangelio. Encontraran algo inexplicable y extrao, inadmisible en todo caso. Dos escndalos producidos por lalectura del ev. de Jn:36

    El escndalo del "ahora".Uno de los rasgos ms caracters t icos del judaismo defines del siglo I era la esperanza viva del futuro. Al finde los das, se haba convert ido en la frase tcnica paraindicar ese futuro ideal en el que se manifestara la volun tad de Dios, apa rece ra el Mesas, se realizara el juicio,la resurreccin, el nuevo xodo, el nuevo nacimiento. Esto

    const i tua la esperanza juda.Qu encontraba el judo al leer el 4. ev.? Sencillamente que todo aquel lo que su pueblo esperaba para elfuturo, ya haba llegado, era ya un a real idad. Es el escndalo del ahora. El ahora es como el hilo conductor queanima todo el 4. ev. (ver 1, 41. 45-49; 5, 25-28; 3, 18-19;11, 24-26). Natu ralm ente, que queda "el l timo da", peroesto en nada cambia lo que acabamos de decir.El escndalo de la carne (el escndalo se producira enel mundo griego pa ra el que la carne, la mate ria, el cuerpo , es malo y Dios se hal la m uy alejado y d istante de todoeso; de ah la necesidad de que haya seres intermediosentre Dios y el mundo). Frente a esta concepcin aparecela frase ms increble y escandalosa: El Verbo se hizocarne. El mediador entre el mun do de arriba y el de abajo,entre el mundo divino y la materia es un personaje histrico. Ahora bien, el concepto de que alguien en la carnepudiera ser mediador y el agente de Dios en la creacin yredencin era senci l lamente impensable. El "Verbum-caro", era senci l lamente imposible para este mundo delpensamiento .Este reto para dos mundos escandalizados ante l esnecesario ponerlo de rel ieve par a no d ejarse seducir fci l mente por las semejanzas que pueden aducirse entre dichos mundos y el cuarto evangelio.

    8.) LENGU A, ESTILO, MOVIMIENTO DEL PENSAMIENTO.1.) La lengua en que fue escrito este evangelio esuna vieja cuest in. Se han aducido varias razones paraconcluir que fue escrito en arameo, y despus fue t radu

    cido al griego. Las principales son:Existencia de muchos aramesmos, hebrasmos o engeneral semit ismos (palabras o construcciones t picasde las lenguas semticas). Por ejemplo, en cuanto a laspalabras: rabb i (8 veces), rab bu ni (20, 16), Messias, K e-37

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    fas, Betzata, Gabbata, Glgota. . . En cuanto a expresiones o giros semticos: "respondi y dijo" (31 veces), "gracia y verdad", "creer en su nombre", "hacer la verdad",las construcciones con "hijo": "hijo de la verdad...".En cuanto a la sintaxis demuestran inf luencia semtica las expresiones que comienzan con el adjetivo "todo"al que despus vuelve a hacerse referencia con pronombre (6, 39; 15, 2; 17, 2). Es particularmente frecuente laconstruccin con participio como sujeto de la frase principal (3, 6a. b. 18a. 31a. c. 33. 36. b). Es muy frecuente layuxtaposicin (1, 10. 11; 7, 21. 22. 26. 34. 36.)A pesar de todos los argume ntos aducidos las razonesno son definitivas. Por un lado habra que contar con queel autor que escribe en griego est utilizando una lenguaque no es la suya (l haba sido educado en la lenguaaramea...) . Adems se debe de contar con la existenciade ciertas frases ya hechas, procedente de las respectivaslenguas semticas, y que son utilizadas por el autor.

    2.) En la apre ciaci n del estilo juega un papel importante el elemento subjetivo. No obstante deben tenerse en cuen ta los elementos siguientes: Solemnidad y uniformidad (monotona) de la lengua, procedente sin dudade una teologa muy med itada que ha adquir ido formulaciones muy concisas y profundas.El paralelismo en todas sus clases: el sinnimo (3, 11;4, 36...), el antittico (3,1 8; 8, 35...) , el sinttico (8. 44).Puede hablarse de una prosa-hmnica, que puede tener su origen en el culto, en la tradicin oral o sencillamente obedecer a un r i tmo l ibre.3.) En cu an to a la estructura y tcnica del pensamiento jonico es preciso distinguir entre la materianarrativa y la discursiva. A las narraciones las caracteriza el momento dramtico: punto de par t ida, evolucin,complicacin, culminacin (ver como ejemplos, 4, 1-42;el cap. 11). Lo mismo podra decirse en la multiplicacinde los panes y en la historia de la pascua. Todo va ordenado, en movimiento progresivo y creciente a la auto-revelacin de Jess, al "desvelamiento de su gloria".

    En cada uno de estos complejos narrativos hay queno tar el momento de la fe-infidelidad, que debe estimulara los lectores a abrazar la fe (ver el cap. 7). Incluso narraciones menores como la de Cana, purificacin del templo y otras no escapan a esta ley.38

    Los discursos van encuadrados dentro del tema nicoal que se vuelve constantemente con palabras o frasesclave, con la oposicin entre vosotros-Dios o Yo, con lainclusin... (ver como ensayo 8, 12-20).9 . ) A U T O R .

    Desde finales del s. II la tradicin afirm unnimemente que Juan, el hijo de Zebedeo, era el autor del evangelio que lleva su nombre. En el mismo sentido tenemosuna declaracin de la Pontificia Comisin Bblica del ao1907.) Ahora preguntamos, no puede sostenerse este datotradicional teniendo en cuenta el punto de vista de lacrtica bblica?Ante la simple posibilidad de que no sea Juan el autordel cuarto evangelio se ha levantado una enorme polvareda. Por qu? No ha pasado lo mismo cuando se tra

    taba de otros l ibros bblicos atr ibuidos hoy a otros autores distintos de los "tradicionales". Creemos que la raznde dicha "polvareda" ha estado en plantear mal la cuest in porque, al negar o poner en duda, la patern idad l i teraria de Juan respecto al evangelio que lleva su nombrese pona en juego la apostolicidad de dicho esc rito. Y estoes grave. Pero puede plantearse de otra manera: Descansa el cuarto evangelio sobre una autoridad apostlica y, ms en concreto, sobre el apstol Juan?Comencemos por af irmar que, de lo dicho hasta el mo

    mento presente, se deduce fcilmente que esta obra noes fruto de un autor en el sentido como hoy entendemosla palabra.Para aclarar en lo posible una cuestin tan debatidahoy vamos a proceder por pasos:1.) A fines del s. II S. Iren eo lo atri bu ye al ap stolJuan y prc t icamente la tradicin se hace unnime ( t n gase en cuenta, no obstante, que los test imonios poster iores descansan todos en el de Ireneo y por tan to no apor

    tan nada nuevo) .A pesar de la unanimidad en esta tradicin existendudas por la mencin, por par te de Papas, de dos personas que llevan el nom bre de Ju an : Jua n el apstol y Ju anel presbtero. De esto es necesario dejar constancia.39

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    2.) Problema del cap. 21.Procede este cap. de la misma mano que el resto delevangelio? Razones para dudar: aparecen por vez pr imera mencionados los hijos de Zebedeo (v. 2); las apariciones de Jess se centran en Gali lea (w. 3 ss. , mientrasque las narradas hasta el 20, 30-31, con lo que terminabael evangelio, t ienen lugar en Judea) ; se presupone lamuerte del discpulo a quien amaba Jess (v. 23); se presupone que l es el autor del 4. ev. (v. 24); la comparacin entre las dos partes del v. 24 nos lleva a la conclusin de que no procede de l; lo mismo el v. 23 en relacin con la interpretacin de su muerte; el v. 25 (hiperblico) se halla fuera del estilo propio de este evangelio.Parece inevitable concluir que este cap. procede de manodistinta al resto del evangelio.

    3.) Problema del discpulo a, quien amaba Jess.La afirmacin ms clara que tenemos en el ev. sobresu autor la encontramos en 21, 24. Este discpulo es elmismo del que se habla en 21, 20. Ahora bien, este testimonio, procedente de la redaccin del o de los discpulosde Juan, no puede ser ni exagerado ni menospreciado.Quin es este discpulo? Es necesario relacionar los textos sig uien tes: 21, 20 con 13, 23; 19, 26; 20, 2. (otros textos ms oscuros son 1, 40-41 y 18, 15).

    Razones a favor de la identificacin del"discpulo amado" con Juan : Debe pertenecer al crculo de los ntimos de Jess. Su peculiar relacin con Pedro, que se halla conf irmada en los H echos. Se habla de l , aunqu e sin mencionarlo por su nom bre, en 21, 2. El silenciar su nombre se explica mejor si es l elautor . La posicin des tacad a de Ju an el Zebedeo en elcrculo de los discpulos.

    40

    Razones en contra de la identificacin: El si lenciar el nombre de Juan y uti l izar una circunlocucin para hablar de l son inexplicables sise tratase de un apstol de la categora de Juan. La circunlocucin "pretenciosa" es rara y, en cualquier caso, en modo alguno es modesta, que es donde se ha visto la razn del anonimato. El texto de 21, 2 hab la m s en co ntra que a favor ,ya que con esta indicacin sencil lamente se rompera la ley del anonimato. Se tratar a , ms bien (han propuesto var ios autores), de una figura ideal, simblica. Ante las consideraciones precedentes y teniendo encuenta los pros y los contras proponemos un

    4.) Intento de solucin.A pesar de la unidad mayor que este evangelio presenta en comparacin con los Sinpticos, es impensableque haya salido directamente de la pluma de Juan el Zebedeo de forma seguida y de un slo tirn. El P. Braunparte del kerygma jonico ( la predicacin de Jua n el Zebedeo) y aade que es preciso afirmar que esto fue puestopor escrito por un "secretario".La distincin entre el "autor espiritual" y "el evangelista o redactor" es un buen punto de par t ida. Es precisosin embargo, aadir que la funcin del evangelista o redactor no puede l imitarse a la de ser un mero secretar io.Debemos tener en cuenta que forma y contenido, lenguay pensamientos son, de suyo, inseparables. El evangelistao redactor ha admitido no slo la tradicin sobre los hechos de Jess (que proceda de la "escuela" de Juan), sinoque, adems, la ha interpre tado en un nuevo lenguaje. Enotras palabras, el evangelista o redactor ha sido, por unlado, transmisor de la tradicin y predicacin del Apstol (de Juan el Zebedeo), y, por otro, telogo y predicadorpara unos lectores determinados.Esta hiptesis respeta los datos tradicionales. Por unlado se nos habla de que Juan, el Zebedeo, es el autor del4. ev. Otras veces se nos dice que l "dict" el evangelioantes de morir y se public despus bajo su nombre (quel ya ha ba mu erto cua ndo se redact el f inal , 21, 24, es

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    seguro; por otra parte, en el siglo II el ev. no haba encontrado una aceptacin universal y esto se explica mejor si el ev. fue publicado cuando el apstol ya habamuerto, pues entonces fal tar a una informacin adecuada) .En esta hiptesis se respetan igualmente los indiciosdescubiertos mediante el anlisis interno del ev.: los datos topogrf icos, datos par t iculares de la narracin y elconocimiento profundo del acontecimiento de Jess hacen pensar en un transmisor de la tradicin de primeracategora, por otra par te , las imprecisiones e incon gruencias ( todo lo visto hasta aqu) , hacen pensar tambin enun proceso largo de la tradicin; f inalmente las tendencias teolgicas e histrico-culturales hacen referencia ala interpretacin (del Apstol) y a la formulacin teolgica (del evangelista-redactor) , que se hacen com prensibles desde el fin que el evangelio persigue y desde la si tuacin en que escribe el evangelista.

    H ay que contar con un a direccin o escuela teolgica,a la que se debe tambin la ltima redaccin. A veces, resultar difcil e incluso imposible saber distinguir entrelo que pertenece a la "tradicin" y lo que es propio de la"redaccin".La hiptesis es igualmente inte resan te por lo que afecta al "discpulo a quien amaba Jess": Este es el ttuloque daban a Juan sus discvulos, entre los aue hay quecontar al evangelista-redactor . Los que transmitan laspalabras de Juan le l lamaban por su nombre, pero en loscrculos de su intimidad acostumbraban a designarle deeste modo "el discpulo al que amaba Jess". Esto ennada se opone a que, en la realidad, fuese as.Recurr iendo a una frmula para concretar la cuestindel autor (aneme las frmulas siempre son peligrosas enesta mater ia) elegir amos la siguiente: en el cuarto evangelio tenemos a Juan ms la tradicin que contina supredicacin ms el evangelista-redactor .1 0) T I E M P O Y L U G A R D E C O M P O S I C I N .

    El evangelio es conocido a principios del s. II en Egipto (de ello dan testimonio tanto el P 52 = el papiro R ylans,como el papiro l lamado Egerton) .Por otra parte, si el 4. ev. ha conocido el de Lucas42

    (aunque la cuestin es muy discutida) no podr datars e lacomposicin del 4. ev. antes del 80-90.De estos datos habra que concluir que el ev. fue compuesto en la dcada ltima del s. I . Para que pudiera serconocido en Egipto en el tiempo que hemos dicho no puede retrasarse ms su composicin.La hiptesis tradicional sobre el lugar de composicines Efeso. Otros autores piensan que esta tradicin pas deAlejandra a Efeso. Pero esta hiptesis nos parece que carece de fundamento. Mayor probabil idad tendra Siria(Antioqua) . Las razones apuntadas son:

    Parecido del 4. ev. con las Odas de Salomn, queproceden de all. Parece que el autor que primero utiliza este ev. esIgnacio de Antioqua. El autor habla el gr iego, pero en un ambiente sem i t a . El mundo del pensamiento presupuesto en este ev.parece apropiado a los ambientes gnsticos encrculos prximos al judaismo.

    11) INTERPR ETACIN EXISTENCIAL DEL 4. EV.En la filosofa existencial juega un papel importanteel elemento individual, el papel que el individuo tiene enla histor ia , el compromiso y la decisin ante los acontecimientos. El individuo no puede ser un espectador pasivo.Es doctrina existencialista que el conocimiento de Dios yla verdad no s son dada s en el acto de d ecidirnos an te ellos.La llamada a la decisin es denominador comn detoda la Biblia. Siempre hay que contar con los elementossiguientes: el origen divino de la revelacin y su destinoal hombre; es la funcionalidad de la revelacin. La llamada a la decisin es parte sustantiva de los evangelios sinpticos. Podemos pensar en las af irmaciones de Jessacerca de los dos caminos; la m ane ra de entra r en el R eino de "manera esforzada"; obligacin de elegir entre Dios

    y "el dinero"; la invitacin constante a la penitencia, ala oracin, etc.Pero este aspecto "existencial" se halla mucho msacentuado en Juan. Pinsese, por ejemplo, en las clebres ant tesis "luz- t inieblas", "verdad-mentira", "de arr i-43

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    ba-de abajo"..., que colocan al hombre ante la obligacinde decidirse por uno u otro de estos dos mundos distintosrepresentados en las ant tesis mencionadas.Como ejemplo bien claro pensemos en 3, 16: el hombre es colocado an te la alt ern ativ a de la vida o de la m uer te . Algo muy parecido encontramos en 7, 17.El mismo matiz existencial aparece en los temas deljuicio y de la fe. En cuanto al judo se ha hecho clsico eltexto del 3, 18. En referen cia a la fe o "al paso a la existencia escatolgica" (frase de Bultmann), en el procesode "desmundanizacin" recurdese la importancia de ladecisin que, al aceptar la fe, hace pasar al hombre dela mu erte a la vida (5, 24).El 4. ev. ha sido diseado solamente en dos colores,"blanco y negro", la decisin del hombre se realiza antedos nicas posibilidades: fe o infidelidad. No hay otroscolores.En este ev. se acen ta ms que en n ingn otro el elem e nto individualista, como fruto de una escatologa realizada (aunque no se excluya, sino se suponga e inclusose afirme la escatologa consuma da o final) y de la insistencia en las relaciones personales entre el hombre y Dioso Cristo. Para profundizar en la relacin personal conDios o Cristo no existe libro mejor que el 4. ev.(Para una mayor informacin sobre este punto de lainterpretacin existencial del 4. ev. ver J. Picaza, "Exe-gesis y Filosofa", y Felipe F. Ramos, "Interpretacinexistencial del mensaje cristiano"; ambos editados en laCasa de la Biblia.)

    44

    II . VISION GENERAL DEL EVANGELIO:

    El mismo evangelio sugiere la divisin siguiente:I.) Prlogo y testi mo nio , 1, 1-51.2.) Lib ro de los Sign os, 2, 1-12, 50.3.) Libro de la Pasi n o de la gloria, 13, 1-20, 31.4.) El eplogo, cap . 21.El final del cap. 12 y el comienzo del 13, ma rcan claramente un cambio en la narracin. El libro de los signos

    centra su inters en presentar el minister io de Jess comola revelacin del Padre, a travs de los signos y las palabras , dirigido a su propio pueblo. Este minister io terminacon el rechazo por parte de los suyos. En 12, 37-43 tenemos una descripcin sumaria de este ministerio pblicoy de sus efectos en el pueblo. En 12, 44-50, nos encontramos ante las lt imas palabras de Jess al pueblo en genera l .El cap. 13 comienza con un cambio claro en el nfasisde sus afirmaciones. Todas las palabras de Jess en loscap . 13-17 van dirigidas a "los suyos" (13, 1), a los discpulos que l am y que han credo en l.El principio de esta gran divisin lo tenemos formulado en 1, 11-12, que establece un contraste entre su pueblo, que no quiso creer en l, y aquellos que le han aceptado llegando asi a ser hijos de Dios. La segunda gran divisin la tenemos en 20, 30-31: se trata de una conclusinque explica el conten ido y propsito del evangelio.La segunda parte es conocida con el nombre el librode los signos, porque estos cap. tratan ampliamente delos milagros de Jess, presentados como "semeia" = signos, y de los discursos que interpretan dichos signos.La tercera parte, desde la lt ima cena hasta las apariciones, tiene centrado todo su inters en el retorno deJes s al Pad re (13, 1; 14, 2. 28; 15, 26...) . Este reto rno significa la glorificacin de Jess (13, 31; 16, 14...), de tal

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    modo que el Resucitado se aparece a sus discpulos eomoSeor y Dios (20, 25. 28).Los "signos" de la primera parte anticipan la gloriade Jess, de una m ane ra f igurativa, para aquellos que t ienen fe para ver, a travs de los signos, todo su significado y alcance (2, 11; 11, 4. 40), pero mu chos recibieron e stos signos con una percepcin muy l imitada y una fe inadecuada.En el libro de la pasin o de la gloria, la accin va dirigida a aquellos que aceptaron los signos y su profundosignificado, de lo que nos habla la parte anterior. Aqu,en este tercera par te , se trata del cumplim iento pleno delo que en aquellos signos se anticipaba, de tal modo queel prlogo puede exclamar con plena razn: hemos vistosu gloria, gloria como del Hijo nico del Padre (1, 14).Damos a continuacin una visin ms detal lada:1.) PRLOGO.

    Se divide, a su vez, en dos partes:a) El comunm ente llamado "prlogo" (1 , 1-18).

    Todos los evangelios prologan sus obras con una introduccin. Marcos se remonta has ta el Bautista y el bautismo de Jess, con la venida del Espritu Santo sobre ly la proclamacin : "T eres mi H ijo". Mateo y Lucas l legan hasta el nacimiento virginal . Juan se retrotrae hastael pr incipio del mundo e incluso antes. Todos pretendencon ello preparar a sus lectores para entender la predicacin y la obra de Jess, para comprender su persona. Jess solamente puede ser entendido si se le considera comoMesas, como H ijo de Dios, como Logos.Si bien alude a los puntos de arranque de los demsevangelios (vv. 6-8. 15): alusin al Bautista de Marcos;v. 13: alusin probable a la concepcin virginal en referencia a M t y Le), sin em bargo, el prlogo del 4. ev. avanza mucho ms al l .Es posible que Juan quiera salir ya al paso de posiblesinterpretaciones errneas. En efecto, el relato bautismalde Marcos poda dar pie a una interpretacin adopcionis-ta (Jess sera hijo adoptivo del Padre); el nacimientovirginal , Mt-Lc, poda dar pie a interpretar el nacimien-46

    to de Cristo ponindolo al nivel de los hroes paganos. Deah que Juan coloque el punto de arranque de la personay obra de Cristo desde la eternidad misma. Por eso describe, en el prlogo, las siguientes etapas: Etapa csmico-eterna (vv. 1-5). El testimo nio del Bau tista (vv. 6-8. 15). Venida de la Luz (vv. 9-13). Encarnacin salvfica (vv. 14-18).

    b) El llamado "testimonio" (vv. 19-51).Mientras Mt-Lc subrayan ms el aspecto tico de lapredicacin del Bautista, Me pone el acento en su calidadde "testigo" y precursor del Mesas.El 4. ev. est en la lnea de Me, pero acentuando mseste aspecto. Mientras Me, por ejemplo, introduca el texto de Is 40, 3 como una cita hecha por su cuenta (Me 1,

    2-4), Juan lo pone directamente en boca del Bautista ylo introduce hablando en primera persona, "Yo soy la vozdel que clama" (Jn 1, 23). De esta forma es el mism o B autista quien se presenta consciente de su ministerio deprecursor y testigo.Ms an, no solamente anuncia, como en Me, la venida del Mesas, sino que lo seala y lo identifica como elMesas (1, 29-34). Esto lo conoce, adem s, por revelacin(v. 33). Es decir, la identificacin de Jes s como el Mesasno viene de la voz del cielo, como en Me, sino a travs delBautista que vio al Espritu descender sobre Jess en forma de paloma y lo reconoci, bajo la inspiracin de loal to, como el H ijo de Dios y el que hab a de ba utiz ar en elEspritu.Es decir, Ju an , en la lnea de Me, pero con m s relieve,presenta al Bautista como el ltimo de los profetas dandotestimonio de Jess como el Mesas, como el protagonistade la ltima economa o rgimen del Espritu. La figuray misin del Bautista como testigo del Mesas formabapa rte del kerygma apostlico (Act 10, 37; 13, 24).Jua n h a transform ado la vocacin de los pr imeros discpulos en un verdadero testimonio del Mesas: Andrs dice: "Hemos encontrado al Mesas" (1 , 41). Felipe: "Hemos encontrado a aquel de quien escr i-

    *l

    bieron Moiss, en la Ley, y tambin los profetas: Tambin aqu hallamos un tema comn: la fuerza vi

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    Jess, el hijo de Jos, el de Nazaret" (1, 45). Nat ana el: "R ab, tu eres el H ijo de Dios, tu eres elrey de Israel" (1, 45). Jes s acepta estos t tulos y aade el del "H ijo delhom bre" (1, 51).2 . ) L I B R O D E L O S S I G N O S .

    Se divide en siete secciones que presentan un esquemacons tante y uniform e: hecho o hechos y discursos; es decir , par te narrat iva y par te discursiva.Primera seccin: Pas lo viejo, todo es nuevo (2, 1-4, 42).

    En esta pr imera seccin tenemos dos hechos: la conversin del agua en vino en Cana (2, 1-10), y la purif icacin del templo (2, 14-19), y dos discursos en forma dedilogo-monlogo: dilogo con Nicodemo (cap. 3), y conla Samaritana (cap. 4) .Todo este conjunto de hechos y discursos sealan hac ia un mismo tema: el paso de la antigua alianza a lanueva:

    El agua empleada para las purif icaciones judas,da paso al vino de la nueva al ianza. El templo antiguo da paso al nuevo templo que esel propio cuerpo de Cristo. El nacim iento segn la carne da paso al nacimientosegn el espr i tu, el nacimiento de arr iba. El agua del pozo de Jacob (el A. T.), da paso a unaque quita la sed para siempre. El culto de Jerusaln, y el del Garicim, da paso alculto "en espr i tu y en verdad ": Jess es el lugar delencue ntro del hombre con Dios.

    Segunda seccin: Palabra vivificante (4, 43-5, 47).Tenemos dos signos y un discurso: Curacin del hijo del funcionario real (4, 43-54). Curacin del paral t ico de Betzata (5, 1-18). El discurso en 5,19 ss.

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    vificante de la Palabra de Jess. En el caso del hijo delfuncionario real se insiste en la suma gravedad, que locolocaba a las puertas de la mu erte, y Jess, media nte supalabra, le devuelve la vida. En cuanto al paraltico, llevaba una vida lnguida y mermada, y Jess le devuelvela plena vitalidad. El tema de la vida es, asimismo, el argumento del discurso; vanse, por ejemplo, los vv. 21-31.36-40.Tercera seccin: El -pan de vida (cap. 6).

    Tambin aqu se repite el mismo esquema: par te narrat iva, que corresponde a los dos milagros: la mult iplicacin de los panes y la marcha sobre las aguas, y par tediscursiva: el llamado discurso eucarstico.Parte narrat iva: vv. 1-25.Discurso que se desarrolla en tres tiempos: El al imento que permanece hasta la vida eterna,con referencia al man del xodo (vv. 26-34. Jess es el pan de vida (se da un paso ms en eldiscurso). Jess es fuente de vida por voluntad delPadre, a la que l se muestra obediente (w. 35-50). Cristo se da a s mismo en al imento, da su carne ysan gre (vv. 51-59). Especie de apndice, vv. 60-71.

    Cuarta seccin: Jess, luz y vida:conflicto con los judos (cap. 7-8).Estos dos cap. estn integrados por una serie de sietedilogos que tienen como fondo un hecho, a saber, la presencia de Jess en la fiesta de los Tabernculos. Denominadores comunes de las narraciones: Se hallan e ncu adrad as en el mismo marco geogrfico (Jerusaln). Ocurren dentro del mismo marco cronolgico (fiesta de ios Tabernculos). Giran en torno al mismo tema: manifestacin deJess como luz y como vida, con la consiguiente

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    discriminacin o divisin entre el pueblo: unos le y excomulgar al ciego de nacimiento, es decir, dispersan

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    admiten, la mayor par te le rechaza. El mismo tono en los discursos: tonalidad polmicay tensa, con la alusin a la muerte que ya se ciernesobre Jess.El texto de 7, 37-39 y parte del cap. 8 adquieren todo susentido en el marco de la fiesta de los Tabernculos. Sonde tener presentes, sobre todo, la procesin diaria delagua, desde la fuente de Silo, y la ilumina cin del templo.

    Quinta seccin: Jess, luz, lleva a cabo el juicio delmundo (cap. 9-10).En las tres pr imeras secciones t iene especial im por tancia el tema de la vida (renacer del agua y del espritu,agua viva que apaga la sed para siempre, palabra vivificante, pan de vida); en la 4. seccin, con clara referen

    cia al prlogo, Jess se presenta como luz y como vida;aqui, en la quinta seccin, Jess aparece como LUZ,si bien el acento no recae tanto en su calidad de luzcomo en el del juicio consiguiente. La curacin del ciegoest presentada como la victoria de la luz sobre las tinieblas.Jess, LUZ, lleva a cabo el juicio. Ya en 3, 19-21 sehaba dicho que la presencia de la luz produce automticamente el juicio, en el sentido de que produce la discriminacin entre los que se dejan iluminar y aquellos querechazan la luz. Este mismo tema del juicio ha estadopresente en la cuarta seccin. Aqu, en esta seccin quinta, el tema del juicio atrae de lleno la atencin del evangelista : la curacin del ciego va seguida de un dilogo enforma de proceso judicial, que simboliza precisamente eljuicio que lleva consigo la aparicin de Cristo como LUZ.El acento no recae tanto en la aparicin de la luz, cuantosobre el juicio que esta aparicin produce.Juicio contra los pastores de Israel. El cap. 10 contina, bajo la imagen del pastor y del rebao, el mismotema del juicio. De la misma manera que Ez 34 apostrofaa los pastores de Israel por haber explotado y abandonado el rebao, tambin Jess denun cia a los actuales dir igentes de Israel por los mismos crmenes.Tanto en el cap. 9 como en el 10 Jess tiene presentea las clases dirigentes del pueblo, que acaban de juzgar50

    el rebao (ntese que en el ciego de nacim iento , los judos,las clases dirigentes, han juzgado y excomulgado al mismo Jess que lo haba curado. Ms an: el evangelista ,que escribe a fines del s. I tiene presente la ruptura entrela comunidad cr ist iana y el judaismo. La af irmacin esque los dir igentes del judaismo han juzgado y excomulgado a los cristianos).Lo mismo que en Ez tambin aqu el juicio contra losmalos pastores va acompaado de la promesa del BuenPastor , que reunif icar el rebao y lo conducir a pastosabundantes. Jess se presenta aqu como el Buen Pastorque da la vida, que muere, para que sus ovejas tenganvida.Sexta seccin: Victoria de la vida sobre la muerte(11, 1-54).

    De nuevo encontram os el mismo esquem a: un milagro,(la resurreccin de Lzaro) y un discurso. Milagro y discurso se hallan en esta ocasin entremezclados. El temaes igualmente claro: Cristo se manifiesta a s mismo comola resurreccin y la vida y esto en virtud de su propio sacrificio.Del binomio vida-luz, que domina el "libro de los Signos", la luz haba ocupado el primer plano en la seccinquinta, pero ya en la segunda parte , en el discurso sobreel Buen Pastor , se haba hecho la transicin al tema dela vida, que es tratado ahora de lleno en esta seccinsexta.La resurreccin de Lzaro no slo simboliza la calidadde Cristo como vida, sino que aade un nuevo elemento:la donacin de la vida est presentada aqu como unavictoria sobre la muerte.Sptima seccin: V ida a travs de la muerte ;significado de la cruz (12, 1-36).

    Esta ltima seccin del "libro de los Signos" est integrada por dos hechos o narracion es (uncin en Betan iay entrada en Jerusaln) y un discurso, que empieza con elepisodio de los griegos en el v. 20.Como en todas las dems secciones, tambin aqu la51

    i n c l u s o , el m o t i v o del famoso "viaje" desde Galilea a Je

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    clave del pensamiento habr que buscarla en el discurso.El tema del discurso es claro: muerte y resurreccin, pr e sentadas bajo dist intas imgenes (el grano que necesitapudrirse para fructificar, v. 24; la vida a travs de lamuerte, v. 25; la entrega de s mismo y la presentacin desu muerte como el juicio del mundo, vv. 31-33). Este mismo es el sentido de la uncin de Betania y de la entradaen Jerusaln: en ambos hechos est presente el pensami ento de la mu erte (vanse los vv. 7. 16-19).Cada una de estas siete seccioneses un evangelio en pequeo.

    La esencia del evangelio es que "Cristo muri y resucit por nosotros" (para darnos la vida) .Incluso en los Sinpticos, donde se concede gran extensin a la vida pblica, el centro de gravedad recae sobre la pasin-resurreccin. La vida pblica viene a sercomo un preludio, una especie de prlogo a la pasin-resurreccin. Los Sinpticos, par t icularm ente Lucas, presentan la vida pblica como una marcha, un camino hacia Jerusaln, una Va dolor osa hacia la ciudad santa (esel famoso "viaje" desde Galilea a Jerusaln). Este ritmogeogrfico de la vida de Jess deba estar muy arraigadoen el kerygma primitivo. Como confirmacin vase enAct 10, 36-37; 13, 31...Cada una de las secciones mencionadas del "libros delos Signos" constituye un evangelio en pequeo (cada unode los "signos" es un evangelio en m iniatu ra) . Veamos:Primera seccin (cap. 2-4).

    "As en Cana de Galilea dio Jess comienzo a sus signos" (2, 11). A continuacin tiene lugar la primera subida de Jess a Jerusaln para la pr imera Pascua (encontramos, por tanto, una alusin a la pasin) y all se realizala purificacin del templo, que es presentada como elsigno de la destruccin y resurreccin del cuerpo de Jess. En el dilogo con Nicodemo se alude tambin a lamuerte de Jess, 3, 14.Es decir, en la primera seccin estn presentes todoslos elementos esenciales del evangelio: muerte y resurreccin de Jess como fuente de vida; tenemos p resente,52

    rusaln.Segunda seccin,

    "Despus de esto hubo una fiesta de los judos y Jess subi a Jerusaln (5,1) . "Los judos tratab an con m sempeo de matar lo porque, no slo quebrantaba el sbado , sino que llamaba a Dios su Padre, hacindose a smismo igual a Dios" (5,18).Jess responde proclamndose a s mismo "dador dela vida" : "as tamb in el H ijo da la vida a los que quiere"(5 , 21).De nuevo tenemos todos los elementos, incluida la subida a Jerusaln.Tercera seccin.

    Se desarrolla toda ella en Galilea, pero tiene comofondo la fiesta de la Pascua, presagio de la muerte deJess, oue coincidir con la pascua juda y, adems, Jess habla de entregar su propio cuerpo y sangre para lavida del mundo.Incluso term ina con el anuncio de la traicin de Jud as.Cuarta seccin.

    Tiene lugar la subida a Jerusaln, donde Jess se revela como fuente de agua viva y como luz se expone ala m uert e de la que se hab la diez veces en los cap. 7 y 8.Quinta seccin.

    Se desarrolla toda ella en Jerusaln. Es decir, falta elmotivo del "viaie". Pero el pensamiento de la muerte-resurreccin est presente: Jess juzgado y excomulgado(en la nersona del ciego de nacimiento) por los judos. Jess es el Buen Pastor que da la vida por las ovejas, perola vuelve a tomar (muerte-resurreccin) , par a dar la vidaal rebao.

    53

    Sexta seccin. sumido en esta t e r c e r a p a r t e , p u e de n a g r u p a r s e e n t o r n o

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    Tenemos el motivo del viaje, no desde Galilea pero sdesde TransJord ania y Judea . Viaje hacia la mue rte ("R ab , con que hace pocos das queran apedrearte y vuelvesall...?"). En Betania, donde reina la muerte (Lazado estmuerto), Jess se presenta como la resurreccin y la vida.El Sumo Sacerdote decreta la muerte de Jess: Convieneque muera uno por todo el pueblo.Sptima seccin.

    Se trata de un "viaje" desde "un lugar prximo al desier to" a Jerusaln donde tendr lugar la muerte-resurreccin. Y la mue rte es presentada por Jess mismo comosu propia glorificacin.3.) LIBR O DE LA PASIN.

    Este libro de la pasin o de la g l o r i a se de sdob le e n do sp a r t e s :a) Discursos de adis (cap. 13-17).

    El mater ial que integra estos cap. es de dos clases:Mater ial que se halla repart ido, en buen a par t e , por losevangelios sinpticos y material propio de Juan, que sehalla ya presente en el libro de los signos, pero que denuevo encontram os aqu desarrollado sobre una base n ue va. Tanto lo une como lo otro tiene aqu como destinatarios inmediatos los discpulos estrictos, a quienes Jess sedir ige en forma totalmente pr ivada.En el libro de los signos slo en tres ocasiones Jess sediriee a los suyos en forma privada (en el momento dela "vocacin", con ocasin del suceso ocurrido en torno alpozo de Jacob y con motivo de la confesin de Pedro, alfinal del discurso eucarstico). En cambio, en los Sinpticos, las instrucciones privadas de Jess a los suyos alterna n con la enseanza a las turbas.Las instrucciones de Jess a los suyos, que Jua n h a re-

    54

    a e s t o s t t u l o s :Preceptos, advertencias y promesas:

    La misin de los discpulos frente al mundo. Normas de condu cta en m edio de la com unidadcrist iana. Predicciones sobre la traicin de Judas, la negacin de Pedro y la desercin de todos los dems. Anuncio de las persecuciones. Promesa del Espr i tu Santo.Predicciones de la muerte-resurreccin de JessPredicciones de carcter escatolgico.

    Juan ha reunido todo este mater ial en estos discursosde adis, entre la ltima cena y la pasin.Estructura y argumen to de estos cap.

    Introduccin al libro de la gloria: lavator io = alusina la muerte de Jess, servicio humilde de Jess, traicinde Judas (una alusin) .Dilogo sobre la partida y el retorno de Jess (13, 31 -14, 31).Discurso sobre la comun in de vida entre Cristo y lossuyos (la Iglesia, cap. 15-16: necesidad de permanecerunidos a Cristo. El odio del mundo. Part ida y venida delParcli to, quien les har comprender .Oracin de Cristo (cap. 17).b) Historia de la pasin (cap. 18-20)

    En el relato de la pasin es donde la coincidencia y elparalel ismo entre Juan y los Sinpticos es mayor. Desdeel punto de vista teolgico Juan, sin embargo, presentarasgos muy especficos. El 4. ev. presenta la pasin deCristo como:55

    1.) Ex alta ci n (ve r 3, 14; 8, 28 ; 12, 32). I I I . TEOLOGA:

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    2.) La "h or a" de la glorificacin (13 ,1 ; 17,1) (puedencompararse aquellos pasajes en que se habla deque la "hora" de Jess no ha ba llegado y aquellosotros en que se anuncia la llegada de la hora).3.) Anticipacin de los bienes escatolgicos:

    Ahora es el ju