101205 f v2 algas marinas 20-24[1]

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En las playas rocosas o arrecifes de coral, las pobla- ciones de algas constituyen un hábitat de gran importan- cia para muchos organismos marinos que además de ali- mentarse de ellas, también las utilizan como zonas de refugio para protegerse de los depredadores. Las algas flotantes también arrastran consigo una multi- tud de pequeños invertebrados que las pueblan, sirviendo de alimento a los peces de su entorno (Pequeño et al., 2004, citado por Fernández 2007). En Medicina Tradicional y Alternativa algunas especies son muy apreciadas gracias a su alto contenido de yodo para controlar el funcionamiento de la tiroides, controlar el ácido úrico y la colitis, y poseen propiedades diuréticas por ser ricas en calcio, manganeso, hierro, vitaminas, pro- vitaminas y aminoácidos. Generalmente las algas han sido utilizadas como fuente directa de alimento, en ensaladas, en jaleas, guisos, dul- ces, harinas, o secas al sol para elaborar rollitos de arroz o el famoso suchi. Países como Hawai, Indonesia, Mala- sia, Filipinas y Tailandia, basan su economía de subsis- tencia en la colecta y venta local de talos de algas, frescos o secos. Con la migración de los habitantes de estos paí- ses hacia otras latitudes, se ha difundido el consumo de las algas y sus derivados en todo el mundo. En los receta- rios tradicionales de las comunidades costeras se en- cuentran antecedentes del uso de algas en la cocina Co- reana, Mediterránea, Canadiense y Sudaméricana (Mendoza 1999; Martín 2004; Boraso 2006). VITAMINAS EN ALGAS Las algas contienen vitamina B12 (hidrosoluble) funda- mental en la síntesis de ADN, formación de glóbulos rojos y células de las paredes del estómago. También son fuen- te de proteínas vegetales, inigualables por aportar todos los aminoácidos esenciales en una proporción adecuada y un coeficiente de digestibilidad de hasta un 95% (Vives 2000). Según Martín (2004), las al- gas no contie- nen colesterol, grasas satura- das, residuos de antibióticos, pesticidas ni hormonas co- mo ocurre con las proteínas de la carne. Posee mayor porcentaje de vitamina E que el germen de trigo y son uno de los alimentos más ricos en provitamina A o betacarotenos. Además contienen ácidos linoléicos y alfa linoléicos. Según Capecchi (2002), las algas pueden tener entre 3 y 30 veces más hierro que las espinacas. (100 gramos de algas nos dan dos veces más hierro que cien gramos de lentejas). Además aportan una buena cantidad de calcio (entre 3 y 14 veces más calcio que un producto lácteo). Con 100 gramos de alga “Iziki” se aportan 1400mg de cal- cio ante los 100mg de la leche, y con 1 gramo diario de alga Kombu obtenemos el aporte suficiente de yodo para garantizar el equilibrio de las glándulas endocrinas. Una cucharada sopera diaria de algas abastece al organis- mode todos los minerales y oligoelementos esenciales indispensables para un correcto metabolismo celular. Aportan aminoácidos esenciales y un coeficiente de diges- tibilidad de hasta un 95% (al lado del de la carne de un 20% o de la soja de un 35%). Además no contienen coles- terol, grasas saturadas, residuos de antibióticos, pestici- das ni hormonas de síntesis como ocurre con las proteí- nas de la carne. Todas las vitaminas encontradas en las algas actúan con- tra el envejecimiento, protegiendo la piel y las mucosas de los radicales libres. El ácido algínico, componente funda- mental y peculiar de las algas, contribuye en la eliminación de metales pesados. Gracias a dicho elemento se elimina Erika Gómez Guillén, [email protected] Olga Lidia Tejada, [email protected] Laboratorio de Ficología, Escuela de Biología, Universidad de El Salvador. Monostroma spp Gracilaria mamillaris

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En las playas rocosas o arrecifes de coral, las pobla-

ciones de algas constituyen un hábitat de gran importan-cia para muchos organismos marinos que además de ali-mentarse de ellas, también las utilizan como zonas de refugio para protegerse de los depredadores. Las algas flotantes también arrastran consigo una multi-tud de pequeños invertebrados que las pueblan, sirviendo de alimento a los peces de su entorno (Pequeño et al., 2004, citado por Fernández 2007). En Medicina Tradicional y Alternativa algunas especies son muy apreciadas gracias a su alto contenido de yodo para controlar el funcionamiento de la tiroides, controlar el ácido úrico y la colitis, y poseen propiedades diuréticas por ser ricas en calcio, manganeso, hierro, vitaminas, pro-vitaminas y aminoácidos. Generalmente las algas han sido utilizadas como fuente directa de alimento, en ensaladas, en jaleas, guisos, dul-ces, harinas, o secas al sol para elaborar rollitos de arroz o el famoso suchi. Países como Hawai, Indonesia, Mala-sia, Filipinas y Tailandia, basan su economía de subsis-tencia en la colecta y venta local de talos de algas, frescos o secos. Con la migración de los habitantes de estos paí-ses hacia otras latitudes, se ha difundido el consumo de las algas y sus derivados en todo el mundo. En los receta-rios tradicionales de las comunidades costeras se en-cuentran antecedentes del uso de algas en la cocina Co-reana, Mediterránea, Canadiense y Sudaméricana (Mendoza 1999; Martín 2004; Boraso 2006). VITAMINAS EN ALGAS Las algas contienen vitamina B12 (hidrosoluble) funda-mental en la síntesis de ADN, formación de glóbulos rojos y células de las paredes del estómago. También son fuen-te de proteínas vegetales, inigualables por aportar todos los aminoácidos esenciales en una proporción adecuada y un coeficiente de digestibilidad de hasta un 95% (Vives 2000).

Según Martín (2004), las al-gas no contie-nen colesterol, grasas satura-das, residuos de antibióticos, pesticidas ni hormonas co-mo ocurre con las proteínas de la carne. Posee mayor porcentaje de vitamina E que el germen de trigo y son uno de los alimentos más ricos en provitamina A o betacarotenos. Además contienen ácidos linoléicos y alfa linoléicos. Según Capecchi (2002), las algas pueden tener entre 3 y 30 veces más hierro que las espinacas. (100 gramos de algas nos dan dos veces más hierro que cien gramos de lentejas). Además aportan una buena cantidad de calcio (entre 3 y 14 veces más calcio que un producto lácteo). Con 100 gramos de alga “Iziki” se aportan 1400mg de cal-cio ante los 100mg de la leche, y con 1 gramo diario de alga Kombu obtenemos el aporte suficiente de yodo para garantizar el equilibrio de las glándulas endocrinas. Una cucharada sopera diaria de algas abastece al organis-mode todos los minerales y oligoelementos esenciales indispensables para un correcto metabolismo celular. Aportan aminoácidos esenciales y un coeficiente de diges-tibilidad de hasta un 95% (al lado del de la carne de un 20% o de la soja de un 35%). Además no contienen coles-terol, grasas saturadas, residuos de antibióticos, pestici-das ni hormonas de síntesis como ocurre con las proteí-nas de la carne.

Todas las vitaminas encontradas en las algas actúan con-tra el envejecimiento, protegiendo la piel y las mucosas de los radicales libres. El ácido algínico, componente funda-mental y peculiar de las algas, contribuye en la eliminación de metales pesados. Gracias a dicho elemento se elimina

Erika Gómez Guillén, [email protected] Olga Lidia Tejada, [email protected]

Laboratorio de Ficología, Escuela de Biología, Universidad de El Salvador.

Monostroma spp

Gracilaria mamillaris

también la grasa superflua y las toxi-nas depositadas en la sangre, puri-ficándola. ALIMENTOS NUTRITIVOS

Según la Organización Mundial de la Salud, las algas marinas están recomendadas como alimento de alto valor nutricional. Entre sus propieda-des se mencionan: fuente de sales minerales (calcio y hierro, fósforo, magnesio) y oligoelementos (destacando yodo, silicio, zinc, man-ganeso, cobre, selenio, entre otros), su abundante fibra es saciante y lige-ramente laxante facilitando el tránsito intestinal; algunas especies, contie-nen todos los aminoácidos esenciales y nueve no esenciales complemen-tando las proteínas de los demás ali-mentos. Según McHugh (2003), en la actuali-dad China, Japón y Corea son los mayores consumidores de las tres algas marinas más importantes utili-zadas como alimento: Porphyra “Nori”, Laminaria “Kombu” y Undaria “Wakame”. En México, Colombia, Cuba, Venezuela, Argentina, Perú, Chile y Ecuador, han comenzado a desarrollar cultivos de algas a nivel artesanal para la extracción de ficoco-loides, por que durante los últimos 50 años, la demanda ha crecido más rápido que la capacidad de satisfacer las necesidades en la colecta de al-gas silvestres. Actualmente se están desarrollando técnicas innovadoras de cultivos in situ y cultivos in vitro en países como España, Perú, Chile y Argentina. USO INDUSTRIAL A nivel industrial, las algas son utili-zadas para la extracción de hidroco-loides químicos, o ficocoloides por ser extraídos de las algas marinas. Los ficocoloides (agar, carragenano y al-ginatos), son polisacáridos de cadena larga que les da flexibilidad a las al-gas y están en las paredes celulares. De las paredes de las algas rojas se extraen los polisacáridos agar y ca-rragenanos, mientras que de los pro-

ductos metabólicos de algas pardas se extraen los alginatos. La utilización de las algas marinas como fuente de hicrocoloides se remonta a 1658, cuando se descubrieron en el Japón las propiedades gelificantes del agar extraído mediante agua caliente de un alga roja. Son utilizados en una variedad de procesos industriales textiles, agroindustriales, cosmética, farmacos y alimenticios. (Radmer 1996; Cremades y Salinas 2008).

ALGAS SALVADOREÑAS El trabajo que aquí se presenta, con-sistió en el análisis bromatológico de seis especies de macroalgas nativas de la Playa de Maculís en el Oriente del país, para evaluar las propieda-des alimenticias de las algas verdes Codium geppiiorum, Monostroma spp, Caulerpa racemos y Halimeda discoidea y de las algas rojas Hypnea pannosa y Gracilaria mammilalris. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Colecta de algas Las algas utilizadas en el estudio, fueron colectadas en la playa rocosa de Maculís, ubicada en el cantón el

Jagüey, municipio de Conchagüa, departamento de la Unión, entre los 13°09'26.5'' N y 87°55'23.7'' O., al Este con Punta Amapala (Golfo de Fonseca) y al Oeste con Playas Ne-gras (Fig. 1).

Fig. 1 Ubicación Cartográfica del sitio de estudio (mapa a escala de 1:25,000). El círculo indica la ubicación de Playa Maculís. Fuente CNR 2006.

Fase de Laboratorio

Análisis Bromatológico por el método proximal de Weende

Las algas utilizadas no fueron preser-vadas con ningún tipo de sustancia química, la biomasa fresca fue trans-portada en depósitos herméticos al laboratorio de Química Agrícola de la Facultad de Ciencias Agronómicas en donde se realizaron los análisis quí-micos 24 horas después de ser colec-tadas [las algas no deben preservar-se, debido a que el lixiviado y los efectos químicos causan cambios mesurables en los valores calóricos (Littler y Littler 1985)]. Se pesó la biomasa de cada especie colectada para el análisis cuantitativo antes de realizarle el análisis Broma-tológico y Calorimétrico. Mediante la aplicación de fórmulas de los manua-les de la AOAC, se determinaron las cantidades de nutrientes, y minerales encontrados en las muestras así co-mo el contenido calórico de las mis-mas (Littler y Littler 1985). Para el análisis Bromatológico se utili-zaron muestras frescas, molidas y homogenizadas de los talos comple-tos y láminas de algas marinas. Las marchas y los procedimientos aplica-dos, se llevaron a cabo en base a los

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manuales analíticos de Bateman (1970); la AOAC (1980) y Flores (c. p. Milton Flores, Fac. de CC. Agronómicas, UES).

El análisis bromatológico comprendió las siguientes fases: i) Determinación del porcentaje de humedad; ii) grasa (extracto etéreo); iii) fibra cruda, iv) proteínas, v) cenizas, vi) carbohidratos, vii) minerales; y viii) nitrógeno.

RESULTADOS i) Humedad

El contenido de humedad del material fresco se distribuyó en un rango de 6.25% a 1.78%. Los mayores valores de humedad ocurrieron tanto para las algas Chlorophyta co-mo para las Rhodophyta. Codium geppiiorum obtuvo un valor de 6.25% de humedad, Hypnea pannosa un valor de 5.87%, Monostroma spp 4.54%, Gracilaria spp 3.2%, Caulerpa racemosa 2.79%, y Halimeda discoidea 1.78%. (Figura 2).

Figura 2: Valores obtenidos para el contenido de humedad, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

ii) Grasa

El contenido de grasa (etéreo) de las muestras colectadas oscilaron en un rango de 2.06% hasta 0.69%. Monostroma spp presentó un contenido graso de 2.06%, Halimeda dis-coidea un 1.76%, Caulerpa racemosa 1.38% y Codium geppiiorum 0.73%. Mientras que las algas rojas Gracilaria spp obtuvieron 1.35% de grasa, e Hypnea pannosa un 0.69% (Figura 3).

Figura 3. Valores obtenidos para el contenido de grasa, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

iii) Proteína El contenido proteínico oscilo en un rango de 17.97% a 3.83%. Los mayores valores de proteína fueron en el alga Chlorophyta Monostroma spp, con un valor de 17.97%. Mientras que las al-gas Rhodophyta Hypnea pannosa y Gracilaria spp presentaron un valor de 16.59% y 14.06% respectivamente. Las algas verdes Caulerpa racemosa y Halimeda discoidea tuvieron valores de 11.66% y 10.37% respectivamente, siendo Codium geppiiorum el alga con menor contenido proteínico con solo 3.83% (Figura 4).

Figura 4. Valores obtenidos para el contenido de proteínas, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

iv) Cenizas Las seis especies oscilaron entre 58.01% a 30.05%. Hali-meda discoidea mostró un valor de 58.01%. El alga verde Caulerpa racemosa y el alga roja Hypnea pannosa, tuvie-ron 49.79% y 49.14% respectivamente. El alga roja Graci-laria spp tuvo un valor de 46.61%, seguida del alga verde Monostroma spp con un valor de 39.51%. El alga verde Codium geppiiorum, tuvo el menor valor de cenizas con un 30.05% (Figura 5).

Figura 5. Valores obtenidos para el contenido de cenizas, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

v) Fibra cruda El contenido de fibra cruda que se obtuvo en las especies de algas colectadas oscilaron en un rango de 8.31% a 2.12%. Caulerpa racemosa obtuvo un valor de 8.31%, Halimeda discoidea un 8.22%, Gracilaria spp un 6.57%, Monostroma spp un 5.92% e Hypnea pannosa un 4.49%.

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El menor valor lo presentó el alga Codium geppiiorum con un valor de 2.12% (Figura 6).

Figura 6: Valores obtenidos para el contenido de fibra cruda, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

vi) Carbohidratos El contenido de carbohidratos obtenidos en las especies de algas colectadas oscilaron en un rango de 63.27% a 21.67%. Codium geppii obtuvo el mayor valor de carbohi-dratos con 63.27%, Monostroma spp un 34.54%, Gracila-ria spp un 31.41%, Hypnea pannosa un 29.09%, Caulerpa racemosa un 28.86 y por último Halimeda discoidea con 21.67% (Figura 7).

Figura 7. Valores obtenidos para el contenido de carbohidratos, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

vii) Calorías

El rango de valores que se encontró para las calorías pre-sentes en las algas en estudio osciló entre 267.62% y 143.61%. Codium geppiiorum obtuvo 267.62% de calor-ías. Monostroma spp 228.53%, Gracilaria spp 193.47%, Hypnea pannosa 189.49% y Caulerpa racemosa con 173.85%. Halimeda discoidea obtuvo el menor valor con 143.61% (Figura 8).

Figura 8.Valores obtenidos para el contenido de calorías, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

viii) Minerales

El único mineral que se determinó fue el fósforo. El rango osciló entre 0.3726% a 0.2172%. Codium geppiiorum es el alga que presentó el mayor valor (0.3726%); Monostroma spp un valor de 0.3495%, Halimeda discoidea 0.2915%, Caulerpa racemosa 0.2485% y Gracilaria spp con 0.275%. El menor valor de fósforo se obtuvo para el alga Hypnea pannosa con un valor de 0.2172% (Figura 9).

Figura 9. Valores obtenidos para el contenido fósforo, (% de peso seco) para las seis especies algales estudiadas.

2.12

5.92

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Tabla 1. Resumen de los Resultados obtenidos del Análisis Bromatológico realizados a las seis especies de algas muestreadas en playa Maculís. (Se reportan en Kcal/100 g de material comestible).

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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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Boraso, A. 2006. Museo Virtual de Historia Natural. Utilización de Algas Mari-nas en Nutrición Humana. Artículos de la Universidad Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco. Facultad de Humanidades y Ciencias Socia-les. Argentina (Documento extraído de

http://www.unp.org.ar/museovirtual/Algasmarinas). Cremades U. J. y J. M. Salinas. 2008. Algas: Usos y Biotecnología. Departa-

mento de Biología Animal, Vegetal y Ecológica. Facultad de Ciencias, Universidad de La Coruña. España. (Documento disponible en http://uvifan.scai.uma.es/Algasmarinas.htm

Fernández C. 2007. Propagación del alga Caulerpa sertularioides en Bahía Culebra, Golfo de Papagayo, Pacífico norte de Costa Rica. Tesis de Maestría, Univ. de Costa Rica, San José, Costa Rica.

Littler, M. M. & D. S. Littler. 1985. Handbook of Phycological Methods. Eco-logical Field Methods: Macroalgae. Cambridge University Press. 1º Pub-lished. Vol.4. Smithsonian Institution. Washington, D.C. 616 pp.

Martín, L. 2004. Las Algas: la verdura del mar. Revista Virtual En Buenas

Manos. Articulo # 733. (Documento disponible en www.enbuenasmanos.com)

McHugh, D. J. 2003. Perspectivas para la Producción de Algas Marinas en los Países en Desarrollo. Circular de Pesca No. 968/2003 de la FAO. (Documento disponible en www.fao.org el 05/06/2003).

Mendoza M. L. 1999. Las Macroalgas Marinas Bentónicas de la Argentina. Vol. 9 No. 50. Revista de Divulgación Científica y Tecnología de la Aso-ciación Ciencia-Hoy. (Documento disponible en www.ciencia-hoy.retina.ar)

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Radmer, R. J. 1996. Algal Diversity and Comercial Algal Products. BioScience. Vol. 46 No. 4. 263- 270 pp.

Vives, M. 2000. Algología. Generalidades de las Algas. Revista Tu Salud. España. Programación y Diseño por Educación Médica Continua S.A. de C.V. México D.F. 2006. (Documento disponible en www.tusalud.com/medaltenativas/algas.htm)

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

De acuerdo con los resultados obtenidos del análisis bro-matológico, se determinó que las seis especies de algas estudiadas contienen cantidades adecuadas de elemen-tos nutritivos, en porcentajes comparables a los que se encuentran en otros alimentos de origen vegetal, razón por la que pueden ser consideradas como suplemento alimenticio en la dieta de los salvadoreños, ya que pre-sentan porcentajes de proteínas, grasas, carbohidratos, fibra y minerales (fósforo) sugeridos para una nutrición apropiada, sin embargo, a la hora de implementarse culti-vos artesanales in situ, deben realizarse estudios de toxi-cidad por bioacumulación en estas especies.

El alga verde con mayor potencial alimenticio fue Monos-troma spp, ya que presentó los mayores porcentajes de grasa, proteína y carbohidratos. Entre las algas rojas, la especie mas promisoria fue Gracilaria mamillaris con los mayores contenidos de grasa, fibra cruda, carbohidratos, minerales y calorías.

Las algas Hypnea pannosa y Gracilaria mamillaris son dos especies de algas que podrían ser cultivadas en Pla-ya Maculís u otras playas del país, mediante técnicas de cultivo artesanal que actualmente se aplican en países como China, Japón, Indonesia, Chile y México para su consumo local y para la extracción de productos deriva-dos de algas a nivel industrial como los carragenanos y el agar con fines de exportación.

En general las algas marinas son una fuente importante de elementos nutritivos complementarios que pueden enriquecer la dieta de los salvadoreños, pero además el cultivo de las mismas, puede generar fuente de ingreso y sustento a familias que se benefician de la pesca artesa-nal. El cultivo artesanal de algas marinas en nuestro país podría ser una alternativa de subsistencia para familias costeras que no poseen otro ingreso, ya que mejoraría la

calidad de vida de los salvadoreños que en vista de la precaria situación económica y alimenticia ya no cultivan las tierras con vocación agrícola.

En El Salvador, apenas hace unos 15 años se han co-menzado a degustar platillos preparados con algas mari-nas, en restaurantes de origen asiático que sirven ese tipo de comida tradicional, pero solo una pequeña porción de la población con ingresos medios y bajos consumen dichos platillos. Hasta el momento la ingesta de algas marinas no se realiza por parte de toda la sociedad salva-doreña en su dieta básica, ni siquiera entre las comunida-des costeras, las cuales están muy familiarizadas con este tipo de flora y que podrían hacer uso sostenido de este valioso recurso. La implementación de las algas marinas en la dieta tradi-cional salvadoreña podría realizarse a través de ensala-das, encurtidos, guisos, sopas, crepas y hasta las tan gustadas pupusas, ya que Codium posee un saber idén-tico al del loroco Fernaldia pandurata. Nuestro país posee un territorio marino costero que aven-taja en mucho al territorio continental, por lo cual debe enfocar sus esfuerzos de investigación y tecnología para el uso sostenible de sus recursos marinos, tal como lo están haciendo países como España, Canadá, México, Cuba, Venezuela, Argentina, Chile y Perú, quienes desde mediados del siglo XX realizan estudios en el área de la ficología a fin de implementar el uso de las algas en la industria alimenticia. Se recomienda la experimentación y ensayo de cultivos de algas marinas promisorias mediante técnicas artesa-nales in situ, para conocer que especies presentan poten-cial de producción. A la vez dichas especies podrían ser cultivadas en condiciones de laboratorio y estanques para favorecer el crecimiento de las especies nativas y aprove-char el recurso.