1 corintios 13
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1 Corintios 13, El Amor (Agape)
Introducción.
A. El Camino más excelente. En el capítulo anterior (1 Cor. 12) Pablo explica que la iglesia es el cuerpo de Cristo y dice que cada miembro del cuerpo es importante. La función de cada miembro es necesaria. En los v. 7-10 menciona nueve dones del Espíritu, pero parece (según lo que dice en el cap. 14) que el don de lenguas sobresalía en la estima de algunos miembros. Pero Pablo explica que como había apóstoles y profetas y maestros, también había una variedad de dones y funciones en la iglesia. Todo miembro era importante. Toda función era importante. No les convenía menospreciar a ningún miembro. No debe haber desavenencia en la iglesia, sino que todo miembro debe preocuparse por los demás miembros (v. 25-27). Concluye diciendo (v. 31), "Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente". Este camino es el amor.
B. La necesidad de esta enseñanza. La iglesia de Corinto necesitaba urgentemente la enseñanza de Pablo sobre el amor. El primer capítulo describe la división que existió. En el cap. 3 les llama "carnales" y dice que había entre ellos "celos, contiendas, y disensiones" (v. 1,3). El cap. 6 describe otros problemas que había entre ellos, y también el cap. 11 describe una conducta nada hermanable con respecto a su abuso de la cena del Señor (v. 21). Pero igualmente esta enseñanza se necesita en la iglesia de hoy. Por todo lado se oye de problemas, disgustos, escándalos y divisiones. Dentro de edificios que llevan el rótulo "Iglesia de Cristo" se llevan a cabo juntas que casi se convierten en lucha libre. Se predica mucho sobre la necesidad de respetar la autoridad de las Escrituras, y de seguir el patrón bíblico, pero los textos "Unos y Otros" escapan la noticia de muchos hermanos. El deporte predilecto de varios hermanos evangelistas es lanzar acusaciones para destruir a otros evangelistas y lo absurdo es que todos predican la misma doctrina.
I. El Amor es Superior.
A. Superior a las lenguas. El amor es superior a las lenguas de los hombres tan estimadas por algunos corintios, y aun a las lenguas del cielo mismo. El lenguaje humano o angélico, por importante o exaltado que sea, es "como metal que resuena, o címbalo que retiñe" (un ruido sin significado) si no hay amor. Lo que edifica el cuerpo de Cristo no es la lengua elocuente, sino el amor sincero. La voz del amor es música dulce para los oídos de Dios.
B. Superior a los dones. Sin duda alguna los dones espirituales eran importantes, porque por medio de ellos se revelaba, se confirmaba y se enseñaba la voluntad de Dios. Los que poseyeron la fe milagrosa (la que podía mover montañas, Mat. 17:20) sanaron enfermos e hicieron otras maravillas para confirmar la palabra y avanzar la obra, pero estos dones no valían nada si no había amor. Si no había amor ¿con qué propósito se utilizaban? Los hermanos que fueron motivados por el amor usaron los dones para la gloria de Dios, para salvar almas y para edificar la iglesia.
C. Superior a los sacrificios personales. Es muy posible hacer sacrificios personales y practicar toda clase de benevolencia con propósito malo (Mat. 6:1-18). Los "testigos" del Atalaya son perseguidos en varios países. ¿Son, por eso, aceptados por Dios? Muchas religiones falsas tienen sus mártires. Si ofreciéramos el cuerpo para ser quemado como hicieron los jóvenes hebreos (Daniel 3), sería completamente inútil si no fuéramos motivados por el amor bíblico. No hay nada que pueda sustituir el amor. Es indispensable. Dice Pedro, "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrir multitud de pecados" (1 Ped. 4:8).
II. Las Cualidades y la Conducta del Amor.
A. Como persona. 1 Cor. 13:4-7 describe la "conducta" del amor verdadero. Pablo presenta el amor como si fuera una "persona". Al leer este texto nos conviene sustituir la palabra "amor" con el nombre nuestro. ¿Cómo es el amor verdadero? ¿Cómo es usted, cómo soy yo? Obsérvese también que cuando Pablo describe el amor, todas las características o cualidades nombradas tienen que ver con nuestra relación unos con otros.
B. Es sufrido. "Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". "Makrothumeo, ser paciente, sufrido, soportar, lit., tener largura de ánimo ..makrothumia, la longanimidad es aquella cualidad de dominio propio frente a la provocación que no toma apresuradas represalias ni castiga con celeridad; es lo opuesto a la ira, y está asociada con la misericordia". Prov. 16:32, "Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad". La persona sufrida tiene mucha paciencia con personas que no son razonables. 2 Ped. 3:15, "Tened entendido que la paciencia (longanimidad) de nuestro Señor es para salvación". Por lo tanto, "con toda humildad y mansedumbre soportándoos con paciencia (longanimidad) los unos a los otros en amor". Véanse también Col. 3:12,13; 2 Tim. 4:2.
C. Es benigno, el amor activo. "Chrestotes .. una disposición benigna de corazón, o de bondad en los hechos .. no meramente bondad como una cualidad, sino la bondad en acción, una benignidad que se expresa en actuaciones concretas". Jesús dedicó su vida a los actos de bondad. "Este anduvo haciendo bienes" (Hech. 10:38). "Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y ser vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque ‚él es benigno para con los ingratos y malos" (Luc. 6:35). El buen samaritano es un buen ejemplo de la benignidad (Luc. 10). "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Ef. 4:32). Véase Col. 3:12. Hay muchos bautizados que no son benignos.
D. No tiene envidia. "Zeloo denota ser celoso, movido a celos, Hch 7:9, movidos por envidia; 1 Co 13:4". Hay otra palabra que se traduce "envidia": "Phthonos, envidia, es el sentimiento de disgusto producido al ser testigo u oír de la prosperidad de otros". Esta segunda palabra significa "la envidia que desea privar al otro de lo que tiene, en tanto que el celo desea poseer lo mismo". Es obra de la carne (Gál. 5:20), y evidencia de la carnalidad (1 Cor. 3:3). "Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación (confusión) y toda obra perversa" (Sant. 3:16). ¿Cuántos se sienten descontentos y aun mortificados por la prosperidad y otras ventajas de sus propios hermanos en Cristo? No quieren obedecer
Rom. 12:15. Y ¿cuántos predicadores son envidiosos? ¿Cuántos directores de cantos y maestros? Sin lugar a dudas este problema ha dividido muchas iglesias y entre los más culpables son los mismos hermanos que predican y enseñan. La rivalidad entre hermanos es carnal. Si algún hermano puede predicar o cantar mejor que otro, o si tiene más entrenamiento o más dinero, entonces que su servicio superior y sus recursos mayores sean para la gloria de Dios. Recuérdense los ejemplos de envidia: los hermanos de José, el hermano mayor del hijo pródigo, los judíos que crucificaron a Jesús y persiguieron a los apóstoles (Mat. 27:18; Hech. 5:17,18; 13:45; 17:5). El amor verdadero (el cristiano verdadero) no tiene envidia.
E. No es jactancioso, no se envanece. Aunque pudiera hablar en lenguas no se jactaba, no se envanecía. "Phusioo, hinchar, se usa .. de hincharse de orgullo, 1 Co 4:6, 18,19; 5:2; 8:1; 13:4; en Col 2:18 se traduce 'hinchado'". Había problema serio de esto en la iglesia en Corintio. No obedecieron la enseñanza de Rom. 12:3, "que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura". Les preguntó Pablo, "Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?" (1 Cor. 4:7). Aun los apóstoles cayeron en la tentación de querer elevarse unos sobre otros (véase Mat. 18:1-4; 20:20-25; Luc. 22:24-27). Uno de los requisitos para ser anciano tiene que ver con esto (1 Tim. 3:6). Recordemos siempre que "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu" (Prov. 16:18). Por estar envanecidos algunos hermanos no quieren confesar sus faltas unos a otros (Sant. 5:16). "Estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo" (Fil. 2:3).
F. No hace nada indebido. "No se porta indecorosamente" (La Biblia de las Américas). Nunca es vergonzosa su conducta. "He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza" (Apoc. 16:15). Rom. 13:13, "Andemos como de día, honestamente" (decentemente, BAS), "no en contiendas y envidia". 1 Tes. 2:12, "y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios"; 4:12, "a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada". Efes 5:3,4, ".. como conviene a santos". Los que tienen verdadero amor no practican cosas indecentes o indecorosas, que no convienen, que no son apropiadas para el cristiano. El amor no se porta indecorosamente.
G. No busca lo suyo. No es egoísta. El egoísmo es la causa de muchos pecados. Es el pecado que podemos ver fácilmente en otros pero difícilmente lo vemos en nosotros mismos. (Un famoso juez dijo, "Lo que el gobierno hace por nosotros se considera progreso social, pero lo que el gobierno hace por otros se considera socialismo"). Rom. 15:1-3, "los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo". 1 Cor. 10:24, "Ninguno busque su propio bien, sino el del otro". Fil. 2:4, "no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros"; 2:21, "porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús". Jesús enseña la abnegación de sí (Mat. 10:39; 16:24). El que tiene verdadero amor dedica su vida (su tiempo, su energía, sus recursos) a la causa de Cristo. 2 Cor. 8:5, "a sí mismos se dieron primeramente al Señor". 2 Tim. 3:1,2, "vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos".
H. No se irrita, no guarda rencor ("no toma en cuenta el mal recibido", BAS). No "lleva las cuentas" de las ofensas para poder recordarlas (para vengarse, o para vivir con amargura y resentimiento). Practica el dominio propio. "Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad" (Prov. 16:32). Si algún hermano quiere ser anciano de la iglesia no puede ser iracundo (Tito 1:7). No siempre se toma en serio el temperamento (genio) fuerte -- aun se bromea acerca del hermano o hermana que se enoja fácilmente -- pero es asunto serio. En esta hermosa descripción de lo que es el verdadero amor Pablo incluye este comentario: "el amor no se irrita". No se provoca. ¿Por qué menciona Pablo la irritación al describir el amor? Porque indica la ausencia del amor. ¿Por qué se irritan tanto algunos hermanos(as)? Por falta de amor. Hay pecados del cuerpo como la fornicación y hay pecados de la disposición como la envidia y el enojo. El "genio pesado" -- el carácter o temperamento fuerte -- destruye más hogares e iglesias que la borrachera. El temperamento o disposición del "hijo mayor" (Luc. 15:29,30) es precisamente el mal que destruye tantas iglesias, porque no hay amor en esa actitud. Las personas envidiosas, orgullosas, egoístas, y iracundas no aman a nadie. Además, es más fácil convertir a los publicanos y rameras que a los tales.
I. No se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. No se regocija cuando alguien peca, no halla placer en el pecado de nadie, porque "toda injusticia es pecado" (1 Jn. 5:17). Cristo murió para limpiarnos de toda injusticia (1 Jn. 1:9). Los que poseen el verdadero amor saben que los que practican la injusticia no pueden heredar el reino de Dios (1 Cor. 6:10). "La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia" (Rom. 1:18). ¿Cómo, pues, puede el cristiano gozarse de la injusticia? Al contrario, se abstiene de toda forma de iniquidad (1 Tes. 5:22). La actitud del cristiano se expresa en Sal. 45:7; 119:104. Se goza de la verdad. La compra y no la vende (Prov. 23:23). Ama la verdad (2 Tes. 2:10). Sabe que la verdad nos hace libres (Jn. 8:32).
J. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrir multitud de pecados" (1 Ped. 4:8). El que tiene verdadero amor enseña, exhorta, amonesta y corrige el mal. Practica la disciplina. No "pasa por alto" el pecado en la iglesia como si no existiera. No cierra los ojos al pecado. Pero es paciente, tolerante (2 Tim. 2:24,25). Practica Gál. 6:1-2. Hace esto por no tener m s alto concepto de sí que el que debe tener. No cree que todo el mundo tiene faltas menos él. "Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor .. sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efes. 4:2,32). ¿Soportar cómo? Como Jesús soportó a los apóstoles; como Pablo soportó a las iglesias; como nosotros mismos queremos que otros nos soporten. El amor cree y confía en sus hermanos. Cree lo mejor y no lo peor acerca de ellos. No es sospechoso. También espera lo mejor, espera que crezcan para hacer los cambios que deben hacer.
III. La Permanencia del Amor.
A. El amor nunca deja de ser. Dios es amor (1 Jn. 4:8); por eso, el amor es eterno.
B. Los dones se acabarán. Se mencionan tres pero se incluyen los nueve. Al terminar su propósito de revelar y confirmar la palabra, se acabaron (Mar. 16:20; Hech 14:3; Heb. 2:3).
C. Lo perfecto es el Nuevo Testamento, la revelación completa, en contraste con la revelación incompleta ("en parte conocemos, y en parte profetizamos"). La iglesia estaba en su infancia y necesitaba de dones ("Cuando era niño, hablaba como niño"). Veían "por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara". "Lo perfecto" no es Cristo. El contexto rige, y el tema es revelación, incompleta y completa. La inspiración estaba en los hombres, pero ahora está en las Escrituras.
Conclusión
A. "Os amáis unos a otros". Habiendo estudiado 1 Cor. 13 entendemos mejor el verdadero significado de la palabra "amor". Significa buena voluntad, como ilustrada en 1 Cor. 13:4-7.
B. Es práctico. También se puede ver que el amor es conocido solamente por su acción y no meramente por su profesión.
C. ¿Nos amamos? Si usamos 1 Cor. 13 como explicación del amor, ¿podemos decir que nos amamos? Obviamente muchos no se aman unos a otros, porque en lugar de ser sufridos y benignos, son envidiosos, jactanciosos, soberbios, egoístas, se irritan y guardan rencor. "Examinaos a vosotros mismos" (2 Cor. 13:5).
Estudios sobre el amor (Parte 1)
Una de las palabras que frecuentemente encontramos en la
Biblia es la palabra “amor”. Dada la importancia que le da la
Palabra de Dios a esta palabra dedicaremos este y el próximo tema
para examinarla más detalladamente.
Amor: Qué es?
Antes de poder hablar sobre el amor, tenemos que
asegurarnos de que entendemos lo que es. Por tal motivo,
tenemos que estudiar la Palabra de Dios para ver cómo define esta
palabra. Y es eso exactamente lo que ahora vamos a hacer
empezando en Gálatas 5.
1. Amor: un producto de la nueva naturaleza.
Gálatas 5 es un capítulo que compara muy ampliamente la
vieja naturaleza (llamada carne en Gálatas 5), y la nueva
naturaleza (llamada “espíritu” en el mismo capítulo) y el conflicto
que hay entre ellas. Ahora, en cuanto a los términos “vieja
naturaleza” y “nueva naturaleza”, se emplean para describir el
estado de un hombre antes y después de creer, respectivamente.
Antes de que alguien se convierta en cristiano, esto es, antes de
que confiese con su boca al Señor Jesús y crea en su corazón que
Dios le levantó de los muertos (Romanos 10:9), es descrito como
“muerto en delitos y pecados” (Efesios 2:1). Cualquier obra que
haga una persona no-salva, ante Dios, es considerado muerto en
pecados y delitos. Puede que parezca amable o que haga obras de
caridad, que haga demostraciones por la paz, por lo animales, por
el medio ambiente; pero desde el punto de vista de Dios esta
muerto en pecados y delitos, está arruinado, es alguien “ajeno de
la vida de Dios” (Efesios 4:18) exactamente como Adán era
después de la caída. Algunos de los términos que la Biblia usa para
describir a este hombre de naturaleza arruinada son: “viejo
hombre” (Efesio 4:22), Colosenses 3:9), “carne” (Gálatas 5:13-26,
Romanos 8:1-13), “hombre natural” (1 de Corintios 2:14), “cuerpo
de muerte” (Romanos 7:24). El término “vieja naturaleza” será
usado a lo largo de este estudio.
Afortunadamente, esta naturaleza arruinada no es la única
posibilidad para el hombre. El hombre no esta condenado
eternamente a permanecer muerto en sus pecados y delitos. Esta
situación puede cambiar al confesar con la boca al Señor Jesús y
creyendo con el corazón que Dios lo levantó de los muertos. Como
en Romanos 10:9 dice:
Romanos 10:9
“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en
tu corazón que Dios le levantó de los muertos, SERÁS SALVO.”
Cuando alguien confiesa con la boca al Señor Jesús y cree con
el corazón que Dios le levantó de los muertos, es nacido de
nuevo1 y como resultado recibe la nueva naturaleza. Desde el
punto de vista de Dios, esa persona ya no está muerta en sus
pecados y delitos, sino que es salva (Romanos 10:9), santa y justa
ante Él (Romanos 3:21-28, 1 de Corintios 1:30), tiene al espíritu
santo el cual también puede operar (1 de Corintios 12:8-10) y se
convierte en hijo de Dios (Gálatas 3:26); solo por mencionar
algunas de las cosas que uno obtiene como resultado del nuevo
nacimiento. Todas esas cosas que el hombre tiene debido al nuevo
nacimiento constituyen la nueva naturaleza, o usando la
terminología de la Biblia, “el nuevo hombre” (Efesios 4:24), o
“espíritu2” (Gálatas 5:5-25). Sin embargo, el hecho de que después
de que uno cree recibe la nueva naturaleza no quiere decir que la
naturaleza vieja desaparezca automáticamente, sino que después
del nuevo nacimiento, un hijo de Dios tiene ambas naturalezas, la
nueva y la vieja y el hecho de que las dos sean opuestas una de la
otra crea conflicto entre ellas. Como en Gálatas 5:16-17 dice:
Gálatas 5:16-17
“Digo, pues: Andad en (en griego: por, mediante) el Espíritu, [la
nueva naturaleza] y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis.”
La vieja naturaleza o la carne esta en contra de la nueva
naturaleza o el espíritu. Para vencer en este conflicto lo que se
necesita no es tratar de arreglar la naturaleza vieja, sino caminar
directamente con la nueva naturaleza. Como el pasaje dice:
“Andad mediante el espíritu Y [COMO RESULTADO] no satisfagáis
los deseos de la carne”. La forma de no satisfacer los deseos de la
carne no es guardando una lista de qué hacer y qué no, sino
caminando por la nueva naturaleza, esto es, poniéndonos y
utilizando todas las cosas que la Palabra de Dios dice que somos y
que podemos hacer. Al hacerlo, las obras de la carne, la vieja
naturaleza, serán eliminadas.
El resultado de caminar por la nueva naturaleza, por el
espíritu, viene en Gálatas 5:19-23 junto con los resultados del
andar mediante las obras de la vieja naturaleza, la carne:
Gálatas 5:19-23
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de
Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley.”
La primera categoría de actos o actitudes son obras de la
carne, esto es, obras que son la manifestación de la vieja
naturaleza. En cambio, la segunda categoría consiste en “los frutos
del espíritu”, esto es, el producto de andar por el espíritu,
mediante la nueva naturaleza. Repetimos, este producto no viene
de arreglar la naturaleza vieja, sino caminando con la naturaleza
nueva, esto es, poniéndonos y utilizando todas las cosas que la
Palabra de Dios dice que somos y que podemos hacer. Como
podemos ver en el pasaje anterior, el amor pertenece al fruto de la
naturaleza nueva. Por lo tanto, amor no es una cualidad que se
encuentra en el viejo hombre, puesto que es fruto del NUEVO
hombre, la nueva naturaleza. Con la nueva naturaleza obtuvimos
la capacidad de amar, tener gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe mansedumbre, templanza. Al ponernos esta nueva
naturaleza, todo esto se produce como fruto en nuestras vidas. El
amor, como se define en la Biblia, es producto de la nueva
naturaleza y no se puede producir sino solamente por aquellos
que tienen esa naturaleza (esto es, la gente que ha confesado con
su boca al Señor Jesús y que Dios lo levantó de los muertos), Y
también caminando en ella.
2. 1 de Corintios 13:4-7: amor es.....
Habiendo aclarado que el amor es un resultado de nuestro
andar en la nueva naturaleza, iremos a 1 de Corintios 13:4-8 a
examinar algunas de las cosas que el amor es y algunas que no.
1 de Corintios 13:4-7
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor
no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no
busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.”
A continuación trataremos de examinar más a profundidad
cada una de las cosas que el amor es y las que no, buscando un
entendimiento más preciso de ellas.
i) El amor todo lo sufre
La frase “todo lo sufre” es el verbo en griego “makrothumeo”
que se compone de dos palabras “makros” que significa “largo” y
“thumos” que quiere decir “enojo”, “ira”. En otras palabras,
“makrothumeo” significa tardarse en enojarse3 y su opuesto es
“tener mal genio”. “Makrothumeo” tiene mas el significado de ser
paciente con la gente que el de ser paciente con las situaciones.
Mas adelante veremos otra palabra griega que se usa en el mismo
pasaje de 1 de Corintios. Por lo cual, el amor no se enoja con la
gente rápidamente, no tiene mal genio, sino que permanece
paciente.
ii) El amor es benigno
Algo mas que caracteriza al amor es que es benigno. La palabra
griega para “benigno” es el verbo “chresteuomai” que se usa
solamente en el Nuevo Testamento. Sin embargo, se usa pocas
veces, en otras dos formas. Una es el adjetivo “chrestos” y la otra
el sustantivo “chrestotes”. “Chrestos” significa “bueno, gentil,
benevolente, benigno; activamente caritativo a pesar de la
ingratitud”. Consecuentemente “chresteuomai” significa
mostrarse a sí mismo “chrestos”, esto es, ser gentil, amable, a
pesar de ser confrontado con ingratitud.
iii) El amor no tiene envidia
La palabra “envidia” usada en este pasaje es el verbo en griego
“zeloo”. El sustantivo correspondiente es “zelos”. Zeloo y zelos se
usan tanto en el buen como en el mal sentido de la palabra. En el
buen sentido se usan con el significado de celo, fervor, pasión.
Entonces, en el ejemplo de 1 de Corintios 14:1 somos llamados a
perseguir amar, y desear [zeloo] las cosas del espíritu. Sin
embargo, zelos y zeloo se utilizan mayormente en el mal sentido
de la palabra. En ese sentido, zelos significa envidia, celos.
Santiago 3:14-16 pone en claro los resultados de la fuente de
celos:
Santiago 3:14-16
“Pero si ustedes tienen envidias amargas [zelos] y rivalidades en el
corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad. Esa no es la
sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente
humana y diabólica. Porque donde hay envidias [zelos] y
rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones
malvadas.”
La fuente de los celos y envidias es la carne, la vieja naturaleza
(ver también Gálatas 5:20). Cuando hay celos, te alegras cuando yo
sufro y tu sufres cuando yo estoy contento, precisamente lo
contrario a lo que la Palabra de Dios ordena (1 de Corintios 12:26).
En cambio, y puesto que el amor no tiene envidia, cuando tu amas,
estas contento cuando yo estoy contento y sufres cuando yo estoy
sufriendo.
iv) El amor no es jactancioso
La palabra traducida como “jactancioso” es el verbo en griego
“perpereuomai” que significa “demostrarse a sí mismo como
fanfarrón y bravucón”. Es ese tipo de comportamiento que dice
constantemente “Yo hice, Yo tengo, Yo soy....etc.” La palabra “Yo”
es usada frecuentemente por ese tipo de personas. Decimos: “Yo
hice esto para el Señor...”, “Yo he orado mucho”, “Hoy me la pasé
estudiando tanto la Biblia”, Yo sé eso y aquello de la Palabra”
dando a entender que valen más que tú porque probablemente tu
no has hecho “tanto”. Sin embargo, cuando en verdad amamos, no
nos “alzamos” porque reconocemos que no hay nada que nos
haga ser diferentes de un hermano o hermana del cuerpo. 1 de
Corintios 4:7 dice:
1 de Corintios 4:7
“Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido?
Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras
recibido?”
Todo lo que tenemos nos ha sido dado por el Señor. Nosotros
no lo logramos por nosotros mismos. Es por eso que no tenemos
derecho de jactarnos en nada ni nadie mas que en el Señor. Como
en 1 de Corintios 1:31
1 de Corintios 1:31
“EL QUE SE GLORIA GLORÍESE EN EL SEÑOR”
Entonces, ¿nos gloriaremos en nuestras habilidades, valor o
incluso devoción? No, si amamos. Porque si amamos, nos
gloriaremos en el Señor y solamente en Él.
v) El amor no se envanece
Otra cosa que el amor no hace es envanecerse. La palabra
griega para “envanecerse” es el verbo “fusioo” que literalmente
significa “inflarse, hincharse”. En el Nuevo Testamento se usa 7
veces, 6 de las cuales vienen en la epístola de los Corintios4. En
todos los casos se usa metafóricamente con el significado de
orgullo. Un uso característico de esta palabra viene en 1 de
Corintios 8:1 que dice:
1 de Corintios 8:1-3
“En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos
tenemos conocimiento. El conocimiento envanece [fusioo], pero el
amor edifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe
nada como debe saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido
por él.”
El conocimiento mental envanece. No estudiamos la Biblia solo
para adquirir conocimiento mental sino para conocer a Dios, quien
se revela a sí mismo en ella. Como en 1 de Juan 4:8 dice: “El que
no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”. Sin amor
no vamos a conocer a Dios, aunque estemos llenos de
conocimiento mental, pero si no está acompañado de amor
entonces el resultado es envanecerse, precisamente lo contrario a
lo que el amor es.
vi) El amor o hace nada indebido
Otra cosa que el amor no hace es comportarse
“indebidamente”. La palabra “indebidamente” es el verbo en
griego “aschemoneo” que significa “comportarse de forma
indecorosa, vacío de conducta propia, actuar con deformidad
moral”. Entonces por ejemplo en Romanos 1:27 el
homosexualismo es llamado “aschemosune” (el producto de
“aschemoneo”). Por lo cual, el amor no se comporta inmoralmente
o de forma indecorosa y cuando tal comportamiento se observa
no viene mas que del viejo hombre.
vii) El amor no busca lo suyo
Otra cosa que el amor no hace es buscar lo suyo. La frase “lo
suyo” es el adjetivo en griego “eautou” cuyo significado es “sí
mismo”. Hay algunos lugares en la Biblia que nos instruyen a no
buscar lo nuestro. Romanos 15:1-3 que dice:
Romanos 15:1-3
“Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de
los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de
nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo[eautou]; antes bien,
como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban,
cayeron sobre mí.”
También 1 de Corintios 10:23-24
“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero
no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.”
Cuando andamos en amor no buscamos agradarnos a nosotros
mismos, haciéndonos el centro de nuestras actividades
(individualismo). De lo contrario, sirviendo a Dios en amor
buscamos agradar, bendecir a los otros. Eso fue lo que Jesucristo
hizo. Sirvió a Dios en amor y no buscó agradarse a sí mismo. Es por
eso que también fue a las cruz. Como en Filipenses 2:7-11 dice:
Filipenses 2:7-11
“sino [Jesús] que se despojó a sí mismo [eautou] [en griego: vacío
de sí mismo], tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose OBEDIENTE hasta la muerte, y muerte de cruz.
POR LO CUAL [como resultado], Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Por el amor que tuvo por nosotros, Jesús se despojó de sí
mismo y fue a la cruz por nuestra causa. Pero, ¿fue algo que se
hizo en vano o algo que terminó en nuestra perdida personal? NO.
De lo contrario, porque lo hizo, Dios lo EXALTÓ. De igual modo,
cuando amamos, damos a nuestros intereses personales el
segundo lugar y a los hermanos y hermanas en el cuerpo de Cristo
el primero. El resultado no es nuestra perdida personal sino
muchísimos premios aquí y en el cielo. Como Cristo dijo en Juan
12:25-26:
Juan 12:25-26
“El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida5 en este
mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y
donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me
sirviere, mi Padre le honrará.”
También en Marcos 10:29-30
“Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que
haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o
mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no
reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos,
hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo
venidero la vida eterna.”
¿Cuántas inversiones conoces que retribuyan “cien veces mas
ahora en este tiempo”? Aparte de dejar de buscar lo nuestro
primero y buscar a Dios y a los otros hermanos y hermanas en el
cuerpo, yo no conozco ninguna. Concluyendo: ya sea que nos
convirtamos en individualistas y lo perdemos todo o amamos y en
vez de ver primero por nosotros vemos primero por Dios y los
otros hermanos y hermanas en el cuerpo. En este caso, se nos
retribuirá “cien veces mas” mas honores de Dios mismo.
viii) El amor no se irrita
La palabra traducida como “irrita” es el verbo en griego
“paroxuno” que literalmente significa “afilarse frotando con algo,
incitar, exasperarse” El sustantivo correspondiente es la palabra
“paroxusmos” de la cual el inglés deriva la palabra “paroxysm”.
Evidentemente, provocación y enojo no pueden coexistir de
ninguna manera con el amor honesto, ya que son lo opuesto uno
del otro.
ix) El amor no guarda rencor
La palabra “guarda” es el verbo en griego “logizomai” que
debería mas propiamente traducirse como “calcular6”,
“considerar”. Usando esta traducción, esta parte se leería así: “el
amor no guarda rencor, no registra las fallas” esto es, el amor
rápida y permanentemente olvida lo malo que le hayan hecho.
Algunas veces la gente del mundo planea por años cómo vengarse
de alguien que les hizo daño. Sin embargo, cuando caminamos por
la nueva naturaleza, cuando caminamos en amor, entonces no
guardamos el registro de las fallas que nos hayan hecho sino que
las olvidamos.
x) El amor no se goza de la injusticia más de goza de la verdad
La palabra “injusticia” en griego es la palabra “adikia” que es
usada 25 veces en el Nuevo Testamento y es traducida (KJV) como
injusticia 16 veces, iniquidad 6, error 1, injusto 2. Significa “lo que
no se conforma a derecho, lo que no debe de ser; lo cual no debe
de ser por verdad revelada; por consiguiente error, injusticia.”
Todo lo que está en contra de la verdad es injusticia. Y puesto que
sabemos en Juan 17:17 que la verdad es la Palabra de Dios,
cualquier cosa que este en su contra es “adikia”, injusticia. Así que,
de acuerdo al pasaje, el amor se regocija con la verdad, la Palabra
de Dios, y no con lo que está en contra suya, lo cual es injusticia.
xi) El amor todo lo sufre
La palabra “sufre” es el verbo en griego “stego”. Un uso
característico de esta palabra esta en 1 de Corintios 9:12 donde
leemos que Pablo y su compañía, a pesar de sus grandes
responsabilidades, prefirió no usar su derecho de “vivir del
evangelio” sino “sufrir [stego] todas las cosas no sea que [Pablo y
su compañía] obstaculicen el evangelio de Cristo”. Sufrieron todas
las cosas por causa del evangelio de Cristo y lo hicieron por amor,
porque el amor sufre, soporta, todas las cosas.
xii) El amor todo lo cree
La palabra “cree” es el verbo en griego “pisteuo” que aparece
246 veces en el Nuevo Testamento y se traduce (KJV) casi siempre
(238 veces) como “creer”. Bíblicamente hablando, creer significa
creer lo que la Palabra de Dios escrita y correctamente dividida
dice y lo que Dios dice a través de las manifestaciones del espíritu.
Por lo tanto, el amor cree todas las cosas que Dios dice tanto en su
Palabra escrita, correctamente divida y a través de las
manifestaciones del espíritu.
xiii) El amor todo lo espera
Otra cosa que la Palabra de Dios dice sobre el amor es que
todo lo espera. De nuevo la palabra “todo” tiene que tomarse
dentro del contexto mas general de la Palabra de Dios. Se refiere a
creer y esperar todas las cosas que la Palabra dice. Por lo cual, el
amor espera todo lo que ha sido definido por Dios como futuras
realidades.
xiv) El amor todo lo soporta
Finalmente aprendemos que el amor “todo lo soporta”. La
palabra “soporta” es el verbo en griego “hupomeno”. Su
significado es similar al de “makrothumeo” (sufrir mucho) que
examinamos previamente. Su diferencia es que “mientras
hupomeno se refiere a la respuesta de uno mismo hacia las
circunstancias, denotando perseverancia al enfrentar dificultades,
makrothumeo se refiere a la respuesta de uno mismo hacia la
gente, que denota el soportar pacientemente las fallas y aún las
provocaciones de otros sin vengarse o responder7”. Por lo cual, el
amor aparte de ser muy paciente con la gente (makrothumeo) es
paciente también con las circunstancias (hupomeno). Espera
pacientemente sin caer en dificultades.
3. Conclusión
Concluyendo esta parte, vimos que el amor es el producto de
andar por la nueva naturaleza, esto es, se produce cuando nos
ponemos y utilizamos todas las cosas que la Palabra de Dios dice
que somos y podemos hacer. También examinamos en detalle las
cosas que dice 1 de Corintios 13:4-7 sobre el amor. En el próximo
artículo seguiremos viendo mas cosas sobre este mismo tema.
(continuará)
Tassos Kioulachoglou
Español: Aleida López de Steinmetz
Versión Bíblica: Reina-Valera 1960
Notas al pie
1. Para más información sobre el nuevo nacimiento
ver: Pentecostés y las verdades del Nuevo Nacimiento.
2. Aquí debe hacerse notar con énfasis que ningún uso de la
palabra “espíritu” en la Biblia significa la nueva naturaleza que uno
obtiene como resultado del nuevo nacimiento. Esta palabra
usualmente tiene ese significado cuando se pone junto a la palabra
“carne” que significa la vieja naturaleza (ver Gálatas 5).
3. Ver: E. W. Bullinger: “A critical lexicon and concordance to the
English and Greek New Testament”, Zondervan Publishing House,
Grand Rapids, 1975, p. 464. A menos que se indique de otro modo,
todas las definiciones de palabras que aparecen en este estudio
provienen de esta fuente.
4. Viene en 1 de Corintios 4:6, 18, 19, 5:2, 8:1, 13:4 y 2 de Corintios
2:18.
5. La frase “aborrece su vida” es una forma de hablar
“exagerando”. Mediante esta figura, se hace una declaración
exagerada para enfatizar lo que se dice. En este pasaje, Dios no
nos pide literalmente que aborrezcamos nuestras almas sino que
Él hace mucho énfasis en decirnos que nos pongamos nosotros y
nuestros propios intereses en segundo lugar.
6. Ver: Dimitrakou: “The Great Lexicon of the Greek Language”.
Domi Publishers, Athens, 1964, p. 4362.
7. Ver: S. Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary, AMG
Publishers, p. 1424.
Estudios sobre el amor (Parte 2)
En el último tema vimos que el amor es producto de nuestro
andar por la nueva naturaleza, esto es, se produce al ponernos y
utilizar todas las cosas que la Palabra de Dios dice que somos y
podemos hacer. En ese artículo también examinamos algunas
cosas que 1 de Corintios 13 dice sobre el amor. Ahora,
continuaremos con otros pasajes de la Palabra de Dios que tratan
sobre el mismo tema, los cuales nos ayudarán a apreciar mejor la
importancia del amor.
1. El amor: un nuevo mandamiento
Vamos a empezar esta parte del estudio yendo al evangelio de
Juan; lo que leeremos sucedió la noche del arresto de Jesucristo.
Durante esa noche, Jesús les dio muchas instrucciones a sus
discípulos y una gran parte de este evangelio esta dedicada a ello
(Juan 13-17). Entre las cosas que Jesús les dijo esa noche fue algo
que caracterizó como un nuevo mandamiento. Juan 13:34 dice:
Juan 13:34
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como
yo os he amado, que también os améis unos a otros.”
El nuevo mandamiento que Jesús les dio era que se amaran los
unos a los otros. La gran importancia que le dio a este
mandamiento se muestra por el hecho de que lo repitió 2 veces
mas en la misma noche. Juan 15:12-17 dice:
Juan 15:12-17
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros , como yo os
he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su
vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo
os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo
que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las
cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca;
para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo
dé.Esto os mando: Que os améis unos a otros.”
Jesucristo ordenó que nos amemos los unos a los otros, y de
hecho amarnos unos a los otros como Él nos amó. Pero, ¿cuánto
nos amó? Efesios 5:2 dice:
Efesios 5:2
“Y andad en amor, como también Cristo nos amó, Y [como
resultado de su amor] se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda
y sacrificio a Dios en olor fragante.”
Jesucristo nos amó tanto que dio su vida por nosotros y con
ese mismo amor es con el que nos ordena amarnos los unos a los
otros. “Amar los unos a los otros COMO yo os he amado”, dijo.
Caracterizó el amor de los unos a los otros como un
MANDAMIENTO, como algo que es necesario hacer. 1 de Pedro
1:22 también dice:
1 de Pedro 1:22
“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos
a otros entrañablemente, de corazón puro;”
Además: 1 de Pedro 4:8
“Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el
amor cubrirá multitud de pecados.”
Ante todo debemos amarnos los unos a los otros y de hecho
fervientemente, tan fervientemente como Jesús nos amó.
2. El amor: el cumplimiento de la ley
En Juan 13:34 vimos que Jesús definió el amor de los unos por
los otros como un nuevo mandamiento. Esto probablemente ha
hecho que algunos de nosotros se pregunten porqué lo definió de
tal modo. ¿Sería porque lo ordenó por primera vez?. Obviamente
no, porque también viene en el libro de Levítico el cual se escribió
cientos de años antes. Levítico 19:18 dice:
Levítico 19:18
“...Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el
amor cubrirá multitud de pecados.”
Por lo tanto, literalmente hablando, el mandamiento que Jesús
dio no era nuevo. Entonces, ¿porqué lo llamó nuevo? La simple
razón es porque aunque el amor era un mandamiento de la ley,
hasta entonces no había sido posible guardarlo. Siendo el amor un
producto de la nueva naturaleza, necesita a esa naturaleza para
producirse, y hasta ese día, la nueva naturaleza no estaba
disponible. Así que aunque se le había ordenado a la gente que se
amaran los unos a los otros no podían guardar ese mandamiento.
Sin embargo, a partir del día de Pentecostés la gente puede recibir
libremente la nueva naturaleza confesando con su boca que Jesús
es el Señor y creyendo con el corazón que Dios lo levantó de los
muertos, y de ese modo poder amar. Es por eso que Jesús llamó al
amarse unos a los otros un nuevo mandamiento. No era nuevo
porque porque ya había sido ordenado previamente y a partir del
día de Pentecostés iba a poder ser posible llevarlo a cabo.
De hecho, el mandamiento de amarse los unos a los otros no
era el único mandamiento de la ley que era imposible de cumplir
porque la gente no tenía la nueva naturaleza. Romanos 8:3 define
a toda la ley como “débil por la carne [la vieja naturaleza]”. El
problema con la ley no era que era mala. De lo contrario, Romanos
6:12 dice que era “santa, justa y buena”. Sin embargo, no había
forma de cumplirla y eso era porque la nueva naturaleza no estaba
aun disponible. Como Romanos 6:4 dice “la ley es espiritual” pero
sus objetos fueron “carnales, bajo pecado”. Así que la gente no
podía guardar la ley. Sin embargo, a partir del día en que la nueva
naturaleza se hizo disponible, uno puede amar y de ese modo
guardar la ley automáticamente. Romanos 13:8-10 dice:
Romanos 13:8-10
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el
que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás,
no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás,
y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al
prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.”
También Gálatas 5:13-14
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados;
solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne,
sino servíos por amor los unos a los otros.Porque toda la ley en
esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo.”
Mediante su sacrificio, Jesucristo, terminó la administración de
la ley, abriendo al mismo tiempo una nueva administración, la
administración de la gracia. Sin embargo, muchas cosas que la ley
dice siguen siendo válidas en la presente administración. Por
ejemplo, los mandamientos de no robarás o no cometerás
adulterio o no matarás o no mentirás también son mandamientos
de nuestra administración1. Ahora, de acuerdo al pasaje anterior,
para cumplir cualquier mandamiento de la ley, lo cual también es
mandamiento de nuestra administración y que también se
necesita es nada mas y nada menos que AMOR. Como el pasaje
dice: AMOR es el cumplimiento de toda la ley y todos los
mandamientos se suman en el de amar al prójimo como a uno
mismo. No nos tenemos que enfocar en una lista de qué hacer y
qué no, así como: “no debo robar, no debo cometer adulterio, no
debo mentir etc.” porque si amamos eso no sucederá, porque
cuando amamos no vamos a mentir, ni a robar, ni a matar etc. No
se empieza señalando lo negativo (no debo hacer....) sino mas bien
amando, lo negativo se eliminará. Como en Gálatas 5:16 dice:
“Andad en el Espíritu [la nueva naturaleza], y [como resultado] no
satisfagáis los deseos de la carne [la vieja naturaleza].” Cuando
caminas en amor, andas en el espíritu, la nueva naturaleza, y como
resultado no satisfacerás los deseos de la vieja naturaleza, esto es,
no robarás o matarás o cometerás adulterio o harás cualquier cosa
que sea producto de esa naturaleza.
3. El amor: lo necesario para conocer a Dios
Otro pasaje que demuestra la importancia y la necesidad del
amor es 1 de Juan 4:7-8 que dice:
1 de Juan 4:7-8
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de
Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El
que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”
Como el pasaje dice: “el que no ama, no ha conocido a Dios”.
Dios nos dio la Escritura para conocerlo puesto que ahí se revela
así mismo. No obstante, como está claro, eso no se puede lograr
mediante conocimiento mental únicamente. También se necesita
AMOR. Incluso si alguien tiene la cabeza llena de conocimiento de
la Escritura, no conocerá a Dios si ese conocimiento no esta
acompañado de amor. Como en 1 de Corintios 13:1-3 dice:
1 de Corintios 13:1-3
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor,
vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si
tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y
si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no
tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de
comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y
no tengo amor, de nada me sirve.”
Este pasaje no dice que la profecía o una gran fe o el hablar en
lenguas etc. es malo o que hablar en lenguas y las otras
operaciones del espíritu (ver 1 de Corintios 12:8-10) ya no existen
y no se deben hacer. Lo que el pasaje dice, es que si hago todas
esas cosas sin amor, no soy nada. De nada sirve. Incluso si divido la
Palabra de Dios correctamente y soy un “monstruo de
conocimiento”, una “concordancia andando”, no soy nada si no
tengo amor. Aún si estoy muy comprometido con Dios, no soy
nada si no tengo amor. Porque si no tengo amor, sigo siendo
ignorante de Dios, que es amor. La gente que sabe menos pero
ama más conocerá mejor a Dios que yo. Como en 1 de Corintios
8:1-3 dice:
1 de Corintios 8:1-3
“En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos
tenemos conocimiento.El conocimiento envanece, pero el amor
edifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada
como debe saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.”
El conocimiento no es malo. Sin embargo, cuando no esta
acompañado de amor, no resultará en conocimiento de Dios sino
en envanecimiento. Además, el mismo pasaje en combinación con
1 de Juan 4:20-21 aclara que el argumento aplica al revés también,
o sea, si no nos amamos los unos a los otros, no solamente no
conoceremos a Dios sino que Dios tampoco nos conocerá a
nosotros.
1 de Corintios 8:3
“Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él”
1 de Juan 4:20-21
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es
mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto,
¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos
este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su
hermano.”
No podemos decir que amamos a Dios si no nos amamos unos
a los otros. En otras palabras, amar los unos a los otros es una
condición previa para amar a Dios. Puesto que ahora amar Dios es
esencial para que Él nos conozca y ya que primero se requiere
amar los unos a los otros, podemos fácilmente concluir que amar
los unos a los otros es una condición previa para conocer a Dios.
Entonces, ¿qué se necesita para conocer y ser conocidos por Dios?
La respuesta es: AMOR.
4. Amor: no de palabras
Anteriormente vimos que Jesucristo nos amó, y lo demostró
dándose a sí mismo por nosotros. Es evidente que amar requiere
actuar, dar. Puede ser que des la Palabra, o apoyo y motivación,
parte de tu tiempo, dinero etc. pero la cosa es que el amor esta
listo para dar y apoyar cuando sea necesario. 1 de Juan 3:16-17
dice:
1 de Juan 3:16-17
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su
hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo
mora el amor de Dios en él?
Jesús demostró su amor al DAR su vida por nosotros y por eso
sabemos que nos ama. De igual manera, debemos amarnos los
unos a los otros y demostrar nuestro amor correspondiendo con
hechos cuando sea necesario. Porque verdaderamente ¿de qué
amor hablamos, si vemos a algún miembro del cuerpo, a un
hermano o hermana en Cristo, en necesidad y nos es indiferente
cuando sabemos que podemos ayudar? Obviamente esto no
constituye el amor, el amor no es un concepto teórico, sino algo
que debe manifestarse con acciones. Como en 1 de Juan 3:18 dice:
1 de Juan 3:18
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y
en verdad.”
No se trata de amar de palabra o de la boca para afuera, sino
actuando y en verdad. No se trata de solo saber una teoría sino
practicarla. No se trata de ser como en Santiago 2:15-16:
Santiago 2:15-16
“Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen
necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les
dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que
son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”
Es tan fácil amar de palabra, sabernos toda la teoría, decir
“Dios te bendiga”; pero se debe de acompañar de las acciones
pertinentes cuando sea necesario. Como en Gálatas 5:13 dice que
tenemos que SERVIR los unos a los otros a través del amor. No
debemos ser indiferentes los unos con los otros y huir cuando un
hermanos miembro del cuerpo necesita apoyo.
Habiendo dicho todo esto, algunas personas pueden
preguntar, ¿cómo podemos saber si alguien necesita
genuinamente nuestro apoyo?, y ¿cómo podemos saber si alguien
nos necesita, si cuyas necesidades no conocemos exactamente o
de plano no las conocemos nada? La respuesta es a través del
espíritu de Dios. Dios ha puesto su espíritu en nosotros, para que
Él pueda decirnos qué hacer, si hacer, cuándo hacer y cómo
hacerlo. Como en Filipenses 2:13 dice:
Filipenses 2:13
“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el
hacer, por su buena voluntad.”
Dios ha puesto su espíritu en nosotros y obra a través de él. Es
por eso que tenemos que escuchar lo que nos indica, dejarlo obrar
a través de nosotros. Amar no significa hacer cualquier cosa que se
me venga a la cabeza porque YO considero que eso es benéfico. Lo
que significa el amor es que estoy listo, disponible, para hacer por
amor lo que sea que el espíritu de Dios en mí me indique hacer,
por quien sea que él me diga. Así que, no le doy a cualquiera que
se me atraviese y me pida dinero, porque puede ser que en
realidad no lo necesite, sino que doy a aquel o para tal propósito
que Dios me diga. Dios sabe quién tiene una necesidad genuina y
quién no. Él sabe quién necesita apoyo y quién no. Él sabe cómo
utilizar nuestro amor de la mejor manera para Sus intereses.
5. El amor: debe ser honesto
Aunque la parte anterior y generalmente de la discusión que
hasta ahora hemos hecho ya debería estar claro que el amor tiene
que ser honesto, basado en intereses genuinos y de importancia
para los miembros del cuerpo, vamos a Romanos 12:9 para verlo
mejor. Ahí leemos:
Romanos 12:9
“El amor sea sin fingimiento.”
La frase “sin fingimiento” es una palabra en griego: el adjetivo
“anupokritos” que se compone del prefijo “an” que le da a las
palabras un significado negativo y el sustantivo “hupokrisia” del
cual el Español deriva la palabra “hipocresía”, que significa fingir,
tener una cualidad que en realidad no se tiene o pretender ser
alguien sin serlo en verdad. Por ejemplo, 2 de Corintios 11:13-15
nos dice que Satanás “se disfraza de ángel de luz” y sus siervos se
disfrazan de ministros de justicia”. Ese disfraz de Satanás y sus
siervos es algo que en realidad no son y a eso se le llama
hipocresía2.
Ahora regresando a Romanos 12:9, nos pide no fingir que
amamos teniendo probablemente en mente otra cosa, sino que
amemos honestamente. Solo el amor honesto es verdadero amor.
Lo mismo también viene en 1 de Pedro 1:22.
1 de Pedro 1:22
“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido
[anupokritos], amaos unos a otros entrañablemente, de corazón
puro;”
Nuestro amor debe venir de un corazón puro, debe ser sincero
y verdadero; no de palabra, sino en verdad y demostrado con
hechos; debe ser ferviente.
Por lo tanto, crezcamos en nuestro amor hacia los otros y en
nuestro entendimiento de que todos pertenecemos al mismo
cuerpo, el cuerpo de Cristo, y a la misma familia, la familia de Dios
y que somos hermanos unos de los otros. Pongamos el amor por
encima de todo lo demás, porque el amor “es el vínculo perfecto”
(Colosenses 3:14). Pasemos por alto las debilidades que cada uno
de nosotros tenemos y amémonos unos a otros de corazón puro,
honestamente y sin hipocresía.
Tassos Kioulachoglou
Español: Aleida López de Steinmetz
Versión Bíblica: Reina-Valera 1960
Notas al pie
1. Ver por ejemplo Gálatas 5:19, Colosenses 3:5-14 y Efesios 4:17-
32.
2. Un clásico tipo de gente que Jesús caracterizó como hipócritas
eran los escribas y fariseos. Ver Mateo 23:13, 14, 15, 23, 25, 27,
29.