la mas grande de las virtudes - 1 corintios 13-libre
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Comentario sobre 1 corintiosTRANSCRIPT
UNIVERSIDAD ADVENTISTA DE BOLIVIA
FACULTAD DE TEOLOGÍA
LA MÁS GRANDE DE LAS VIRTUDES
EXEGESIS
PRESENTADA EN CUMPLIMIENTO PARCIAL
DE LOS REQUISITOS DE LA MATERIA DE
TTIN 0653 GRIEGO III
POR
TÉCIO ALVES DOS SANTOS
VINTO, COCHABAMBA
NOVIEMBRE 2011
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TABLA DE CONTENIDO Capítulo I. INTRODUCCIÓN…………………………….……………………………...…........ II. TEXTO........................................................................... Delimitacion de la pericopa................................................................... III. CONTEXTO HISTÓRICO...................................................................
Trasfondo histórico al libro/texto................................................................... Situación social................................................................... Ambiente geográfico...................................................................
IV. CONTEXTO LITERÁRIO....................................................................
Forma literária....................................................................................... Análisis gramatical................................................................................ Análisis morfosintactico..........................................................................
V. RASTREO SEMÂNTICO DE LA PALABRA…………………………………… VI. ESTRUCTURA………………………………………………………………….
Esquema de la perícopa……………………………………………………. VI I. TEOLOGÍA………………………………………………………………………… Aplicación………………………………………………………………………….. VI II . CONCLUSION…………………………………………………………………… Apéndice BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………..………..20
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INTRODUCCION
La base de toda relación está en el sentimiento mutuo y reciproco que hay entre
ambas las partes, y ese sentimiento es el amor. En el transcurrir de la historia el amor ha
sido la inspiración para muchos artistas, escritores e incluso es el hilo que liga el primer
libro de la Biblia, el Génesis a la revelación de Jesucristo, el Apocalipsis.
Siendo que es el tema de central de la Biblia, ¿qué es el amor? ¿qué significados e
implicaciones son encerradas en esta palabra que es limitada por la fonética pero ilimitada
en el sentimiento?
El presente estudio hará un análisis histórico-gramatical de las connotaciones de
esta palabra, revisando su léxico y aclarando sus significados.
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CAPITULO I
TEXTO
Delimitación de la perícopa
Si existe un texto clave para la comprensión del amor en las epístolas paulinas este
es el capítulo 13 de la carta a los corintios. Podemos delimitar la sección mayor
comenzando en capitulo 12:1 y extendiéndose hasta el 14:40. La temática que abarca toda
esta sección mayor es el asunto de los dones espirituales, y Pablo dedica una parte de su
epístola para tratar de este asunto.
En el transcurrir del tratado o de la sección mayor, Pablo habla de asuntos
específicos, es decir, adentro del asunto general o universal, Pablo trata de diversos temas
tales como la unidad y diversidad de los dones, la iglesia como un cuerpo, el don de
lenguas, el don de profecías, etc. Sin embargo al llegar en el capitulo 12:31-b, Pablo se
dedica a hablar específicamente de un don, y esta perícopa se despliega hasta el 14:1-a, así
que la perícopa ocupa aproximadamente unos 14 versículos, comenzando en el 12:31.b-
14:1.a.
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CAPITULO II
CONTEXTO HISTORICO
Trasfondo histórico al libro/texto
Cuando Pablo llegó a Corinto, la ciudad acababa de cumplir sus cien años de existencia. Un
romano, Mummio, la había conquistado, saqueado y arrasado en el año 146ª.C y Cesar no
vaciló en reconstruirla, porque le parecía un punto de apoyo indispensable para la seguridad
de la parte oriental del Imperio.1
La ciudad creció con gran rapidez. Su esplendor y prosperidad atrajeron una
población cosmopolita, venida de todos los horizontes de la cuenca mediterránea,
que practicaba todo tipo de religiones y se dedicaba sobre todo al comercio. Se cree
que muy pronto alcanzo los 500 mil habitantes, de los que un buen tercio eran
hombres libres o libertos. Desde el año 27 a.C. fue la capital de la provincia
senatorial de Acaya, gobernada por un procónsul.2
Situación social
1Augustin George y Pierre Grelot, Introducción critica al Nuevo Testamento
(Barcelona, España: Editorial Herder, 1983), 539. 2Gordon D. Fee, The First Epistle to the Corinthians (Grand Rapids, MI: William B.
Eerdmans Publishing Company, 1990), 8.
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La fama de Corinto, sin embargo, no estribaba en su riqueza monetaria. Tampoco se
conocía como un gran centro de cultura. Más bien, la ciudad de Corinto siempre era
conocida por su más crasa inmoralidad. 1
Vicios de toda clase imperaban en su seno. La ciudad era el centro de adoración
principal de la diosa Afrodita, la diosa del amor. La adoración a esta diosa se conocía por
su expresión lujuriosa. Las muchas sacerdotisas (léase prostitutas) que trabajaban en el
templo eran muy conocidas. Tanta era la infamia de la ciudad que popularmente ser
corintio equivalía a ser perverso.
El dicho callejero “vivir como un corintio” era equivalente a vivir en la más baja de
las condiciones morales.2 Esta infamia atraería a muchos a la ciudad desde todas partes. La
población corintia era muy cosmopolita, compuesta por romanos, griegos, asiáticos y
judíos. Estos últimos, desde luego, se mantendrían aparte de los demás ciudadanos por su
nivel moral más alto.
Ambiente geográfico
A lo largo de la hegemonía griega, la ciudad llegó a destacarse por su ventajosa
ubicación geográfica. El istmo en donde se hallaba unía la parte sureña de la
península griega con el territorio griego principal. Pese a lo estrecho del istmo, la
ciudad yacía sobre una meseta a la falda de una montaña que llegaba a 612 metros
sobre el nivel del mar. La ciudad era el sitio en donde convergían las rutas
comerciales terrestres que corrían de oriente a poniente. Además, sus dos bahías
1Russel Norman Champlin, “Corintios, Primera epístola aos”, en Enciclopedia de
Biblia, Teologia e Filosofia (São Paulo, SP: Hagnos), 1:907. 2Raúl Quiroga, Comentarios a las epístolas de Pablo (Libertador San Martin, Entre
Ríos: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2006), 15.
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facilitaban la llegada de barcos de todas partes. Su comercio marítimo era
considerable.1
1William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento: 1 y 2 Corintios (Philadelphia:
The Westminster Press, 2000), 9: 15.
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CAPITULO III
CONTEXTO LITERARIO
Forma literaria
Aunque se pueda afirmar que la esta escritura es una carta, la forma literaria que
caracteriza I Corintios 13 es una poesía.
El denominado himno al amor de 1 Corintios 13 presenta el amor como camino por
excelencia de la vida cristiana. Es importante no olvidar el contexto en que introduce Pablo
este canto, es decir el tratamiento de los dones dentro de la comunidad.1
Análisis gramatical
El capítulo 13 de la primera carta a los corintios aparece en el original de la
siguiente forma:
ἘὰT ZHῖX JRjYYHPX ZῶT ἀTOWjπωT RHRῶ QHὶ ZῶT ἀJJDRωT, ἀJCπNT Kὲ Sὴ ἔcω, JDJοTH
cHRQὸX ἠcῶT ἢ QiSIHRοT ἀRHRCMοT. (1 Co 13:1, NTG)2
La oración comienza con una conjunción subordinada condicional seguida de un
sustantivo femenino plural en el caso dativo y un sustantivo masculino plural en el genitivo.
Luego aparece un verbo que está en subjuntivo activo en el tiempo presente en la primera
persona singular.
1Gordon D. Fee, Primera epístola a los corintios, trad.Carlos Alonso Vargas (Grand
Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company, 1994), 708. 2The Greek New Testament, 27ma ed. corregida (Stuttgart: United Bible Societies,
1993), es usada en todas las referencias griegas.
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Seguidamente aparece una conjunción coordinada más un sustantivo masculino
plural en genitivo, más un sustantivo femenino singular en nominativo y una conjunción
pospositiva que aparece en el subjuntivo seguida de un adverbio de negación más un verbo
subjuntivo en la voz activa en la primera persona del presente singular. Finalmente aparece
otro verbo en el indicativo de la voz activa en el perfecto de la primera persona singular.
Análisis morfosintáctico
En el análisis morfosintáctico se buscara analizar los verbos preponderantes y de
importancia fundamental en el estudio y análisis del texto, ya que estos conllevan un
sentido teológico muy importante en el ámbito de estudio.
La conjunción ἐCT denota la idea de condición o de hipótesis1 y aparece 351
veces en todo el NT.2
El verbo RHRDω es traducido como “hablar, decir, charlar, proclamar, predicar,
conversar, dirigirse a, resonar”3 y aparece más de 150 veces en el NT.4 Ya el verbo JDJοTH
deriva de la raíz JίTοSHP cuyos significados implican la idea de llegar a ser, hacerse, llegar
a tener (tal o cual edad), producirse, realizarse, levantarse (viento), nacer (el día),
1Alfred E. Tuggy, “ἐCT”, en Léxico griego-español del Nuevo Testamento (El Paso,
TX: Editorial Mundo Hispano, 2003), 257. 2“ἐCT”, en The Analytical Greek Lexicon (El Paso, TX: Zondervan Publishing
House, 2003), 109. 3Tuggy, “RHRDω”, en Léxico griego-español del Nuevo Testamento, 563. 4G. Abbott-Smith, “RHRDω”, en A Manual Greek Lexicon of the New Testament
(George Street, Edinburgh: T. & T. Clark), 263.
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manifestarse, aparecer, suceder, ocurrir, resultar1, y generalmente no tiene un significado
especial tanto en el ámbito teológico como religioso.
El termino ἠcDω significa básicamente alguien que hace ruido fuerte, reverbera2 sin
embargo este ruido es incomprensible y sin sentido alguno.
El verbo ἀRHRCMω conlleva la idea de lanzar un gran grito, resonar, retumbar, dar
alaridos, hacer ruido y aparece dos veces en el NT. Denotando expresiones extravagantes
de emoción, se emplea una vez para lamentos en Marcos otra vez para los címbalos de 1
Corintios 13 que es el texto de estudio.3
1 Tuggy, “JDJοTH”, en Léxico griego-español del Nuevo Testamento, 188. 2James Strong, “ἠcDω”, en Diccionario Strong de Palabras Originales del Antiguo y
Nuevo Testamento (Nashville, TN: Editorial Caribe, 2002), 1038. 3 Horst Balz y Gerhard Schneider, “ἀRHRCMω”, en Diccionario exegético del Nuevo
Testamento, trad. Constantino Ruiz-Garrido (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2002), 25.
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CAPITULO IV
RASTREO SEMÁNTICO DE LA PALABRA
En el Antiguo Testamento la principal raíz hebrea para amor es (ָאַהב), y puede
referir tanto a personas como a cosas, en un sentido tanto religioso como secular. Otra raíz
bastante común es (ָרַחם) puesto que esta palabra connota el sentido de misericordia.1 En el
AT el amor es un sentimiento espontaneo que impulsa a la entrega de si, a agarrar aquello
que lo ocasiona, o a una actividad gratificante. Involucra a la persona interna.
La palabra ἀJCπN que aparece en la LXX, es traducida de la palabra 2.ַאַהב En el
griego prebíblico, aparecen tres palabras con la connotación de amor: ἐWCT, bPRDPT y
ἀJHπCT.
ἐWCT es el amor apasionado que desea el otro para sí. El dios Eros obliga a todos
pero nadie lo obliga a él. En Platón, simboliza la realización, en Plotino el deseo de unión
con el uno. Lo que se busca en es la embriaguez o el éxtasis. La reflexión es buena pero el
frenesí e extático, aunque a veces se lo vea con horror, es mayor.3
1Gerhard Kittel y Gerhard Friedrich, “ἀJCπN, ἀJHπCω y ἀJHπNZhX”, en Compendio
del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Colombia: Libros Desafío, 2002), 13. 2Johan Lust, Erik Eynikel y Katrin Hauspie, A Greek-English Lexicon of the
Septuagint (Deutsche Bibelgesellschaft: Stuttgart, 2003), 24. 3Lothar Coenen y Colin Brown, “Amor”, en Dicionário Internacional de Teologia
do Novo Testamento, trad. Gordon Chown (São Paulo, Brasil: Edições Vida Nova, 2000), 113.
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ΦPRDPT significa el amor solicito, de los dioses o de los amigos. Abarca a toda la
humanidad y entraña obligación. Estas palabras encierran la idea de mirar a uno con
afectuoso reconocimiento. Pueden usarse respecto del amor entre amigos y entre esposos.
La mejor traducción de philein es apreciar, la cual, incluyendo el amor físico, abarca mucho
más. Algunas veces puede significar incluso besar. Estas palabras tienen en sí todo el calor
del auténtico afecto y del auténtico amor. En el NT, phileo se utiliza también para expresar
el amor entre padres e hijos (Mt. 10:37); el amor de Jesús a Lázaro (Jn. 11:3, 36) y, una
vez, el amor de Jesús al discípulo amado (Jn. 20:2). Philía y phileo son palabras hermosas
para describir una relación hermosa.1
Con mucho, las palabras más comunes en el NT para amor son el nombre agape y
el verbo agapao. Agape no es en absoluto una palabra clásica, por lo que es dudoso que se
haya utilizado alguna vez en el griego clásico. En la Septuaginta, se usa catorce veces
respecto del amor sexual y dos veces como la opuesta de misos, que significa odio.
A estas alturas, agape no ha llegado a ser todavía una gran palabra, pero hay
indicios de que lo será. En el Libro de Sabiduría, se usa para describir el amor de Dios
(Sabiduría 3:9) y el amor a la sabiduría (Sabiduría 6:18). La Carta de Aristias dice (229)
que la piedad está íntimamente relacionada con la belleza, pues “es la forma preeminente
de la belleza, y su poder radica en el amor (agape), el cual es un don de Dios”. Filón utiliza
agape una vez en el más noble sentido.
Dice que phobos (miedo) y agape (amor) son sentimientos afines y, a su vez,
característica del sentimiento del hombre hacia Dios. Pero solamente podemos encontrar
raras y dispersas apariciones de esta palabra, agape, que llegaría a ser la clave de la ética
1William Barclay, “ἀJCπN”, en Palabras griegas del Nuevo Testamento: su uso y su
significado (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1977), 15.
13
del NT. El verbo agapao se emplea en el griego clásico más que el sustantivo, pero
tampoco es muy frecuente. Puede significar saludar afectuosamente. Puede describir el
amor al dinero y a las piedras preciosas. También puede usarse como expresión de estar
contento con alguna cosa o con alguna situación. Incluso se utiliza una vez (Plutarco,
Pericles, 1) para describir a una dama de la alta sociedad acariciando a su perrito faldero.
Pero la gran diferencia entre phileo y agapao en el griego clásico es que agapao carece del
calor que caracteriza a phileo. Hay dos buenos ejemplos de esto. Dio Casio, refiriéndose al
famoso discurso de Antonio respecto a César, dice (44.48): “Vosotros lo amabais (phileo)
como a un padre, y lo apreciabais (agapao) como a un benefactor.”
Phileo describe el cálido amor que se profesa a un padre; agapao, la afectuosa
gratitud que se siente hacia un benefactor.1
En la Memorabilia, Jenofonte describe cómo Aristarco consulta a Sócrates sobre un
problema que tenía consistente en que, debido a los condicionamientos de la guerra, se veía
obligado a vivir con catorce mujeres, parientes, que vivían a costa de él, pues, dada su
situación de desplazadas, no tenían nada que hacer, y, lógicamente, surgían conflictos.
Sócrates le aconseja que las ponga a trabajar, sean o no de ilustre cuna. Aristarco lo hace
así y el problema se soluciona.
¿Cuál es, pues, el significado de agape? El supremo pasaje para interpretarlo es
Mateo 5:43–48. Ahí se nos manda amar a nuestros enemigos. ¿Para qué? Para que seamos
como Dios, que hace caer su lluvia sobre justos e injustos, sobre buenos y malos, es decir,
al margen de cómo un hombre sea.
1Gerald F. Hawthorne y Ralph P. Martin, eds., “Love”, en Dictionary of Paul and
his Letters (Leicester, England: Intervarsity Press, 1993), 575
14
Dios no procura para él sino su mayor bien, eso es agape, el espíritu que dice: “Sin
importarme lo que un hombre, santo o pecador, me haga, nunca procuraré perjudicarlo ni
vengarme. Jamás buscaré para él otra cosa que no sea lo mejor.” Es decir, amor cristiano,
agape, es benevolencia insuperable, bondad invencible. Como ya se ha dicho, agape no es
meramente una ola de emoción; es una deliberada convicción que resulta en una deliberada
norma de vida. Es una proeza, una victoria, una conquista de la voluntad. Agape apela a
todo el hombre para realizarse; no sólo toma su corazón, sino también su mente y su
voluntad.1
El NT no ofrece una definición teórica del amor, sino que nos lo presenta
mayormente en forma de acción, exponiéndonos lo que el amor hace o no hace. Así, “el
amor es sufrido, es benigno... no es indecoroso... no busca lo suyo...” (1 Co 13:1–8). 2 El
amor no es tanto un sentimiento como un acto de la voluntad, pues el Señor Jesús ordena:
“Amaos unos a otros” (Jn 13:34), por lo cual no debe pensarse que hay que esperar que el
amor nazca espontáneamente en nosotros, sin un esfuerzo consciente por ejercerlo hacia
una persona. El verdadero amor nace de la voluntad y se convierte en sentimiento, no al
revés. Sólo Dios ama sin ningún esfuerzo de voluntad porque él es, en esencia, amor (1 Jn
4:8), por lo cual, cuando ama, de suyo ama. Dios, por medio de su Espíritu Santo, nos
capacita para el amor, dándonos así de su propia naturaleza (Ro 5:5). Así, el mandamiento
de amar no resulta gravoso, porque Dios pone a nuestra disposición la capacidad para ello.
1Barclay, Palabras griegas del Nuevo Testamento, 18. 2Alfonso Lockward, “Amor”, en Nuevo diccionario de la Biblia (Miami: Editorial
Unilit, 2003), 60.
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CAPITULO V
ESTRUCTURA
Esquema de la pericopa
Como se ha visto, la perícopa comienza en el capitulo 12:31 y se alarga hasta el
capitulo 14:1. La estructura del capítulo es bien interesante ya que comienza con una frase
transicional que da inicio a la estructura: “Y aún yo os muestro un camino más excelente”,
y con esta frase, Pablo comienza la poesía del capítulo 13.
En un vistazo general se puede ver que el capitulo es estructurado por unidades
temáticas: 1) la necesidad del amor (1-3); 2) la descripción del amor (4-7) y 3) el valor
permanente del amor (8-13).1
También hay una estructura singular adentro del propio versículo 1 y de los
versículos 2 y 3, que lo subsiguen, conforme se verá en la siguiente tabla.
1Leon Morris, I Corintios: Introdução e Comentário, trad. Odayr Olivett (São
Paulo, SP: Edições Vida Nova, 2007), 145.
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.
Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento , y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.
Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha.
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En cada uno de los tres bloques nos encontramos con proposiciones condicionales,
cuya prótasis la forman una o más proposiciones positivas, coordinadas mediante un simple
(y) copulativo o con repetición de la conjunción (si), y una proposición negativa,
expresamente opuesta (pero) a la positiva, y que repite en los tres casos los mismo términos
(pero no tengo amor).1
Frente a la complejidad de la prótasis, la apódosis consta de proposiciones más o
menos largas pero simples, siendo la central la más breve de todas; en cualquier caso, todas
niegan algo en relación con el yo: lo que está realmente en juego es sujeto, el yo, que es
como nada o incluso nada si no tiene amor.
Mirando desde este punto de vista, la organización, el ensamble sintáctico adentro
de los tres primeros versículos es: CONDICIÓN > SITUACIÓN > CONCLUSIÓN.
1Juan Miguel Diaz Rodelas, Primera carta a los Corintios (Estela, Navarra:
Editorial Verbo Divino, 2003), 231-2.
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CAPITULO VI
TEOLOGIA
En las Escrituras Sagradas, el amor es demostrado de diversas formas y
viene de diversas fuentes:
1. Hay el amor de Dios, el cual es la fuente de cualquier otro amor, hasta mismo aquel
manifestado por los incrédulos.
2. El amor de Cristo por el hombre, el cual es una extensión del amor de Dios, y en su
esencia es lo mismo.
3. El amor del hombre por otro ser humano. Cuando alguien desea a otro para si
mismo, o transfiere el cuidado por sí mismo a otra persona, deseando su bienestar, tal como
desea su propio bienestar.
4. El amor solo puede conocerse a base de las acciones que provoca. El amor de Dios
se ve en la dádiva de su Hijo. Pero es evidente que no se trata de un amor basado en la
complacencia, ni afecto, esto es, no fue causado por ninguna excelencia en sus objetos. Se
trató de un ejercicio de la voluntad divina en una elección deliberada, hecha sin otra causa
que aquella que proviene de la naturaleza del mismo Dios.
5. El amor tuvo su perfecta expresión entre los hombres en el Señor Jesucristo; el amor
cristiano es el fruto de su Espíritu en el cristiano.
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6. El amor cristiano tiene a Dios como su principal objeto, y se expresa ante todo en
una implícita obediencia a sus mandamientos. La propia voluntad, esto es, complacer los
propios deseos, es la negación del amor debido a Dios.1
7. El amor cristiano, sea que se ejercite hacia los hermanos, o hacia hombres en
general, no es un impulso que provenga de los sentimientos, no siempre concuerda con la
general inclinación de los sentimientos, ni se derrama solo sobre aquellos con los que se
descubre una cierta afinidad. El amor busca el bien de todos, y no busca el mal de nadie el
amor busca la oportunidad de hacer el bien a «todos, y mayormente a los de la familia de la
fe.
Aplicación
El amor ágape es la expresión del amor de Dios por su pueblo, un amor
incondicional, inmerecido, que tuvo su máxima manifestación en el sumo sacrificio de
Cristo en la cruz. Además de ser la expresión del amor de Dios, el propio Dios pide que
haya en el ser humano, en el cristiano, el amor ágape, sin embargo este tipo de amor solo
brota de los corazones que están estrecha e íntimamente ligados con la propia Fuente, que
es Jesucristo.
Sin amor no puede haber cristianismo, porque el verdadero cristianismo está basado
en el amor. Por lo tanto si queremos ser verdaderos cristianos, debemos demostrar nuestras
obras con amor, debemos hacer todo con amor y por amor, pero no el amor eros o el amor
phileo que están basados simplemente en la reciprocidad, es decir, “solo te doy si tú me lo
das”, sino que debemos amarnos unos a los otros con el amor incondicional.
1Jacob Licht, “Amor”, en Enciclopedia de la Biblia, ed. J. Diez Macho
(Barcelona: Ediciones Garriga, 1965), 1:422-28.
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CONCLUSION
Con base en lo que se ha pesquisado, el concepto del amor ha sido limitado por las
palabras y deturpado por los seres humanos, sin embargo, Dios a través de Su infinito amor
quiere restaurar en el ser humano el verdadero amor.
La lingüística se vuelve limitada para describir el amor en su magnitud, por eso
Dios no quiere que el amor sea expresado apenas verbalmente, sino que sea sentido,
compartido y vivido por la humanidad. Amar en el sentido llano de la palabra, es compartir
y este sentimiento debe predominar en el corazón del cristiano.
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BIBLIOGRAFIA
Abbott-Smith, G. A Manual Greek Lexicon of the New Testament. George Street, Edinburgh: T. & T. Clark.
Balz, Horst y Gerhard Schneider. Diccionario exegético del Nuevo Testamento. Traducido
por Constantino Ruiz-Garrido. Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2002. Barclay, William. Comentario al Nuevo Testamento: 1 y 2 Corintios. Philadelphia: The
Westminster Press, 2000. ________. Palabras griegas del Nuevo Testamento: su uso y su significado. El Paso, TX:
Casa Bautista de Publicaciones, 1977. Champlin, Russel Norman. Enciclopédia de Bíblia, Teologia e Filosofia. São Paulo, SP:
Hagnos. Coenen, Lothar y Colin Brown. Dicionário Internacional de Teologia do Novo Testamento.
Traducido por Gordon Chown. São Paulo, Brasil: Edições Vida Nova, 2000. Fee, Gordon D. Primera epístola a los corintios. Traducido por Carlos Alonso Vargas.
Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company, 1994. ________. The First Epistle to the Corinthians. Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans
Publishing Company, 1990. George, Augustin y Pierre Grelot. Introducción critica al Nuevo Testamento. Barcelona,
España: Editorial Herder, 1983. Hawthorne, Gerald F. y Ralph P. Martin, eds. Dictionary of Paul and his Letters. Leicester,
England: Intervarsity Press, 1993. Kittel, Gerhard y Gerhard Friedrich. Compendio del diccionario teológico del Nuevo
Testamento. Colombia: Libros Desafío, 2002. Licht, Jacob, Enciclopedia de la Biblia, Editado por J. Diez Macho. Barcelona: Ediciones
Garriga, 1965. Lockward, Alfonso. Nuevo diccionario de la Biblia. Miami: Editorial Unilit, 2003.
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Lust, Johan, Erik Eynikel y Katrin Hauspie. A Greek-English Lexicon of the Septuagint. Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 2003.
Morris, Leon. I Corintios: Introdução e Comentário. Traducido por Odayr Olivett. São
Paulo, SP: Edições Vida Nova, 2007. Quiroga, Raúl. Comentarios a las epístolas de Pablo. Libertador San Martin, Entre Ríos:
Editorial Universidad Adventista del Plata, 2006. Rodelas, Juan Miguel Diaz. Primera carta a los Corintios. Estela, Navarra: Editorial Verbo
Divino, 2003. Strong, James. Diccionario Strong de Palabras Originales del Antiguo y Nuevo
Testamento. Nashville, TN: Editorial Caribe, 2002. Tuggy, Alfred E. Léxico griego-español del Nuevo Testamento. El Paso, TX: Editorial
Mundo Hispano, 2003. The Analytical Greek Lexicon. El Paso, TX: Zondervan Publishing House, 2003.