zapato martínez contra los añamembuyses

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Colección Jueves de Escritores 2012 Alberto Szretter Zapato Martínez contra los Añamembuyses (Fragmentos) Zapato Martínez contra los Añamembuyses (Fragmentos)

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Page 1: Zapato Martínez contra los Añamembuyses

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2012

Alberto Szretter

Zapato Martínez contra los Añamembuyses

(Fragmentos)

Zapato Martínez contra los Añamembuyses

(Fragmentos)

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GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE MISIONESGobernador Dr. Oscar Herrera AhuadVicegobernadorDr. Carlos Omar ArcePresidente de la Cámara de Representantes Ing. Carlos Eduardo Rovira

SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO SAPEMPresidenteDra. Claudia Noemí GautoVice-PresidenteArq. Alejandro RodríguezDirectoresLic. Sergio LibuttiCPN María Elena CurySantiago Roitbourd

BIBLIOTECA PÚBLICA DE LAS MISIONESDirectoral General Arq. Iris Alejandra GómezDirectora de Archivo y DocumentaciónLic. Erica Mogdans

Selección y Revisión de textosRosita Escalada SalvoDiseño e ilustraciónD.G. Andrea Kozusny

Primera Edición: 2012Derechos cedidos por los autores.Material de distribución gratuita.

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Tel: +54 376 4597540 Ruta 12 y Av. Ulises López (Acceso Oeste) Posadas - Misiones - Argentina

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La Oma Eduviges vivía a unos dos o tres mil metros de San Vicente, camino a la colonia. Camino de tierra. Era una señora de unos 70 años, delgada y llena de vida, trabajadora como nadie, que habitaba su chacra con un nieto, Ricardo o Ricky, de unos quince años, un rubiecito de flequillo y puro risa. La casa era de madera sobre pilotes. Más alla se levantaba un galponcito también de tablas que sirvió para secar tabaco y que ahora guardaba herramientas y elementos de labranza o para el ordeñe de las pocas vacas que aun le quedaban. La Oma era viuda desde hacía veinte años. Cuidaba sus gallinas, unos chanchos, la pequeña huerta y plantaba mandioca y maíz. Si sobraba algo de su flaca cosecha lo llevaba a a vender a la Feria Franca del pueblo. Al fondo de su casa había árboles frutales. Allí los pomelos, limones y naranjas doblaban hasta el suelo sus ramas cargadas de cítricos. Era una casa humilde y limpia entre ubeñas y timbóes a la que se llegaba a través de unos doscientos metros desde una tranquera doblando un camino vecinal. Tenía luz eléctrica y un motorcito para sacar agua del pozo y llevarla con una manguera aérea a un tanque del cual bajaba el líquido por un caño de pvc a una canilla de la cocina. Antes de atravesar la pared de madera para la bacha de aluminio, afuera, había una canilla para regar el patio o darle agua a las macetas o lavar alguna ropa. De ahí los pollos picoteaban en una palangana rota el lento goteo del grifo. El baño, el excusado, estaba a unos veinticinco metros camino del gallinero; era una casita de tablas de un metro cuadrado con una puerta de arpillera.El martes 16 de julio por la tarde una moto de poca cilindrada se acercó allí a gran velocidad.

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-Oma –dijo Ricky mirando al camino- ahí viene una moto arando.Al decir “arando” quiso decir “rápido”. La gente que mora en el campo o en el monte domina los sonidos. Los que habitan en las ciudades poseen el oído destrozado de ruidos de estímulos sonoros, de bocinas, de alarmas y altoparlantes. Aquellos otros, sin embargo acostumbrados a lo natural que es el silencio interrumpido por pájaros, o las hojas de los árboles que se besan cuando las acaricia el viento, o algún mugido lejano, o la misma tarde cuando sus goznes aflojan y crujen un poco hacia la noche, conocen los timbres del tiempo que identifican el lugar donde habitan. Nunca son más de seis y siete tonos. Y son propios de cada chacra. Y son incorporados por el colono. Y el colono a veces silba para romper la monotonía de sus días. O canta desde el tractor para saber que existe, que él existe más allá del esfuerzo de siembra y de cosecha.Ricky tenía razón. Una Zanella 50 dobló a toda velocidad la tranquera torcida y siempre abierta y bajó el sendero que conducía a la casa, descendiendo como si no tuviera freno, a una marcha que parecía iba a seguir de largo. Pero se detuvo de un saque y el motoquero, enclenque, apoyó un pie en el suelo y luego el otro con cierta dificultad, se quitó el casco con muchos problemas por los apósitos y vendas que tenía y que le parchaban la cabeza y saludó. Era Zapato Martínez. -¡Meu Gott! –exclamó la Oma Eduviges, mezclando el portugués con el alemán –qué está pasando.Es que nunca pasaba nada en la chacra, ¡pero el lunes y ahora! ¡Estas visitas!

Capítulo 23, Pág. 108.

EL GÉNERO POLICIALAlberto Szretter

El “policial” abarca algo más que cuentos y novelas. Se lo encuentra en películas, en series de televisión, en teatro, en historietas, en los noticieros, en las revistas, en los diarios (como sección).Pero ahora vamos a hablar del género policial en literatura.

¿Cuándo nació? ¿En qué circunstancias?El género policial nació hacia la mitad del siglo XIX, por varias circunstancias que favorecieron el surgimiento de este tipo de relato. La Revolución Industrial (con la creación de una clase marginal, subempleada y con tintes delictivos y hambrienta), la explosión demográfica de las ciudades, la decadencia de la nobleza y la aristocracia y el surgimiento de una clase proletaria, etc. Era una época de crisis profunda, esto significa de cambios de valores o de suspensión de los valores hasta ahí imperantes: todo hacía tambalear la seguridad clásica en un mundo sumamente cambiante: la pérdida de justicia (social, económica, individual) y la necesidad de restablecerla; a creación de los cuerpos policiales. Época también de folletines y novelas por entrega, donde había suspenso. Y tiempos de eclosión de la ciencia y la matemática y la Lógica (que se vería en algunos detectives).

¿Quién inauguró el policial? La obra que inauguró el género policial fue Los Crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe en 1841. Acá, en Misiones, tuvimos un seguidor (casi fanático) de este autor: Horacio Quiroga. Quiroga, que no fue un escritor de policiales aunque

Alberto SzretterEl género PolicialEl género Policial

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tenga un cuento, El Triple Robo De Bellamore (1903), se declaraba públicamente un discípulo de Poe.

¿Cuántos tipos de policial hay? A) la novela problema que implica el planteo de un enigma y su resolución por medio de procedimientos lógicos y por supuesto verosímiles. Conan Doyle, Agatha Christie, Borges, George Simenon; son los autores más conocidos de este subgénero. B) El relato de intriga y suspenso donde se enfatiza la situación angustiante a resolver. El tiempo parece apremiar a los personajes; todo es contra reloj en un vértigo emocionante. Son autores ejemplares de este tipo: William Irish, Robert Bloch; Maxwell Anderson. Muchas de estas historias fueron llevadas al cine por el maestro del suspenso Alfred Hitchcock. C) El thriller. Aquí hay relatos de mucha acción y aventuras, no importa tanto resolver los casos que en muchas oportunidades ya se sabe por ejemplo quién es el asesino. Autores: Edgar Wallace, Sax Rohmer y Phillip Dick. D) la novela negra o dura, de mirada crítica sobre lo social, el poder, el dinero. Los argumentos son violentos y la distinción entre buenos y malos no es tan clara. Autores: Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Horace Mc Coy.

¿Qué hay del policial en Argentina? A nuestro país le corresponde el honor de haber tenido el primer autor de novelas policiales en español del mundo. Esto se sabe poco o nada. Se llamó Luis V Varela y publicó en 1877 La Huella Del Crimen. En este libro un detective de nombre L´Archiduc, 10 años antes que Sherlock Holmes usa el método deductivo para resolver casos policiales. Sherlock Holmes aparece por primera vez en Un Estudio En Escarlata, en 1887. Este

precedente argentino es de valor pero nadie repara en esto y la fama le quedó al héroe inglés. Después están autores como Eduardo Holmberg, Carlos Olivera, Paul Groussac, Vicente Rosi. Más adelante Roberto Arlt, Borges y Bioy Casares, por separado y juntos, ya que juntos escribieron Seis Problemas Para Don Isidro Parodi (firmaron el libro como Honorio Bustos Domecq), Rodolfo Walsh, Osvaldo Soriano, Marco Denevi, Ricardo Piglia, José Pablo Feinmann. Mempo Giardinelli, etc.

¿Cuándo un relato es policial? Porque haya un asesinato en una historia no quiere decir que estemos frente a un policial. Entonces ¿Dónde está la clave? Yo diría que en el policial hay un crimen alrededor del cual se despliega con trazos de verosimilitud una trama de ficción, de misterio y de acción intensa que intenta atrapar al lector desde el lado oscuro del ser humano. Desde la parte de noche que tenemos, esa violencia innata de la especie. Pero, en la novela policial (o el cuento) el crimen es el hecho central. En estos cuentos y novelas hay un malvado, que opera en el costado sórdido de su condición o de la sociedad y que produce desorden; y es el detective, el policía retirado, el personaje principal, el que restaura el orden. A la irracionalidad del asesino se le contrapone la racionalidad del héroe. Se es víctima del malvado, de sus ardides, de sus planes, de su astucia e inteligencia, de su codicia; hasta se corre el riesgo durante muchas páginas de que triunfe, por eso se lo persigue hasta el final del libro donde se oculta, y allí se le hace frente con las únicas armas de la valentía, la pericia, la luz de un pensamiento superior.

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Antes de Poe hubo historia de crímenes, etc. pero la importancia fundacional de este autor reside en sostener que los actos del personaje malo, son previsibles, que sus crímenes son consecuencia de su mentalidad constituida en acción perversa, y que por ello precisamente puede uno adelantarse a sus planes y descubrirlo.Lo que hace “policial” a un relato es que plantea de alguna manera la lógica de un delito, y el intento del héroe de desactivar este intríngulis, el enigma, esclareciendo el problema.

Aunque debemos ser sinceros y concluir, para redondear, lo que decía Borges: el pretexto policial para contar un hecho delictivo es una excusa intelectual para escribir.Y agregar que, cuando un cuento o novela policiales están bien escritos, son entretenidos y poseen intensidad, son un cuento o una novela a secas. Es decir, son literatura.-

Nunca nadie, por más experto que sea, va a desentrañar el modo enigmático en que funcionan los deseos. Qué mecanismos se ponen en marcha adentro, porque debe ser adentro de uno, y con qué pistones colosales, para que un ser humano se levante y vaya en busca de una estrella, de una meta. Quizás sea un mandato para algunos que escapa al común de los mortales. Un pacto tácito sellado con sangre. Una fuerza de titán. La obsesión, la terquedad, de que si uno no va, no empuja, no sigue peleando, desemboca lisa y llanamente en la muerte. Eso, la muerte: tal vez sea la muerte -paradójicamente- la que grita con la voz en cuello en plena vida, por ser parte de ella, que la esencia de ésta es ir para adelante, que no se puede dar marcha atrás. Y a Zapato Martínez la voz, el grito, el alarido, le revolvía los oídos. No es cierto que la muerte de los seres queridos nos despoje de pasado y de porvenir, se hablaba a sí mismo en los cuartos del fondo de su mente. La muerte de su esposa, la muerte de su carrera (truncada), la muerte de su sobrina, lo habían llevado, con alma y todo, por sumatoria de sufrimiento y soledad, al desasosiego por un lado ya la posibilidad de reivindicación por el otro. Estos tres hitos terribles eran lo que lo enfrentaban a su propio rostro y al de los demás. Es decir el Destino.………….Pero no importan las conclusiones, importa el viaje, el intento, la odisea. Martínez sabía, siempre supo, que las muertes de las dos chicas no fueron por azar, sino que fueron asesinadas, lo que ignoraba era que había sido adoptado, por vaya a saber qué demiurgo, para ser el protagonista de una historia que pretendía cambiar el curso de las aguas. Ahí estaba el nudo del asunto. Y que ese intento necesitaba el tesón de alguien como él que, empecinado,

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nervioso, herido y limitado por las circunstancias, arremetía igual contra un poder infinitamente más grande. Podríamos deducir, en general, que el tamaño de los hombres no se mide alzando el metro desde sus pies, sino tomando las medidas de su enemigo. Que el esplendor de un luchador se evalúa por las dimensiones de su contrincante.

Capítulo 40. Pág. 189.

Alberto Szretter (h) Nació en Posadas, Misiones en 1951.Egresado de la Facultad de Medicina de la UNNE.Reside en Puerto Rico donde ejerce la medicina.

Obra editada:“El Horizonte y la caramañola” (en colaboración con Alberto Szretter, padre) “Cuentos y poesía” - Edición de los autores, 1998.“La Escala de Jacob” - Cuentos. Edición de autor, 2007. “El Camino Inexorable” (visión guaraní).“Cuentos Eróticos” - Posadas, 2009.“La novela de Misiones” - Posadas 2010.

Jueves de escritores en la BPMLa edición del minilibro es el resultado de la actividad Jueves de Escritores, una iniciativa impulsada por la Biblioteca Pública De Las Misiones Parque del Conocimiento y coordinada por el área de Extensión y Redes. Tiene como objetivo primordial generar espacios de intercambio entre el escritor misionero y el lector. Este proyecto comenzó en el 2009 y a través del pivote de la experiencia de la escritura, se genera la difusión y la circulación de obras que incentivan la lectura. Hay que resaltar que las producciones también se editan en braille.

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