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Consejo de dirección:Carlos AltamiranoRicardo PigliaBeatriz Sarlo

Diseño Gráfico:Isabel Carballo

LOS LIBROS. Redacción y pu·blicidad: Tucumán 1427, 20

piso, of. 207, Buenos Aires.

S.aaario

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Urbanización: teoría y prácticapor Juan Carlos López

Apropiación del espacio urbano en el GranBuenos Aires. Historia y resultadospor Dante Schu Iman

Rosario: un proceso de urbanización de­pendientepor Mario Corea

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202426

Encuesta sobre poi íticas de planificación yviviendaContestan Carlos A. Borsani y Edgardo Cape­ttini

El problema urbano. Selección bibliográfica

El último Althusserpor Carlos Altamirano

Cheques y giros a la orden de LOSLIBROS, Tucumán 1427, 20 piso.of. 207. Buenos Aires.

Distribuidor Kioscos, Buenos Aires:Soppo . Jean Jaurl!s 72.

Distribuidor en Córdoba:Kiosco Martín Fierro, Caseros V Treja·Córdoba

Librerías: Tres Américas S.R.L.

..1 Tarifa reducidaO~ Cond. NO SK)()2lila:11:1-II:Z Franqu.o plIIado0111CJCJ Conc. NO 3638

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Sobre la Internacional Comunista y las lu·chas de liberación nacionalpor Santiago Mas

Cortázar, Sabato, Puig: ¿parodia o reportaje?por Beatriz Sarlo

Libros distribuidos en Buenos Aires

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Urbanización:teoría y práctica

La urbanización creciente es unhecho constatado a través de múlti­ples indicadores, que se realizan conritmo y formas diferentes según lasdiversas sociedades. Este crecimientourbano va acompañado por el de laalta concentración que produce elfenómeno de las grandes ciudades.Uno y otro hechos serían conse­cuencia "necesaria" del desarrolloindustrial y el segundo, en particu­lar, del dimensionamiento de laseconomías dt! escala para el consu­mo masivo. En términos más genera­les es preciso ubicar este procesocomo evidencia de la forma según laque se desarrolla la contradicciónciudad-campo, en el interior de unadeterminada formación económico­social.

En los últimos tiempos, unaabundante literatura originada en loscentros imperialistas y algunos paí­ses europeos ha comenzado a enun­ciar hipótesis sobre la "urbanizaciónde la economía" y la "urbanizacióntotal", según las que la superaciónde la contradicción ciudad-campo serealizaría por una expansión de laurbanización a expensas del campo,mediante la introducción de moder­nas tecnologías en la explotaciónagraria.

Coincidentes con estos planteos,otras fuentes de pensamiento delmismo origen presentan una inter­pretación predominantemente ideo­logizante de lo urbano. Se propone

Juan Carlos López

una periodización: a la sociedad in­dustrial sucedería la sociedad urba­na, en la que las relaciones espacia­les urbanas influirían determinante­mente sobre las formas de domina­ción social.

El modo capitalista

Cabe precisar en primer lugarque, en gran parte de Europa, unmismo modo de producción, el capi­talista, fue implementando el desa­rrollo agrario y la industrializaciónsobre la trama espacial de la agotadasociedad feudal, ampliándola hacialas fuentes de materia prima y me­diante la creaci6n de nudos de co­municación para el intercambio conel mercado mundial y para laafluencia de riquezas de los paísesdominados.

Luego, la quimificación del agro,la cibernética aplicada a la produc­ción y la concentraci6n industrialmonopólica, es decir las formas enque los monopolios incorporan cier­tos avances científico-técnicos a laproducción, teniendo como objetivoel desarrollo de sus fuerzas producti­vas, confluirían a sostener un proce·so de urbanización total. En esemarco, la contradicci6n ciudad-cam­po perdería importancia, frente alauge de la problemática de las rela·ciones entre ciudades, costos detransporte, jerarquías de ciudadesprogresivamente concentradas, etc.

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Las economías de escala -basa­das en la búsqueda de la eficienciade la moderna tecnología- que de­ben conformarse multinacionalmentepara realizarse en plenitud, acentúan

- el fenómeno en los países imperialis­tas. Algo similar sucede en la URSS,desde el momento en que su expan­sión reside en el desarrollo de susfuerzas productivas, también dimen­sionadas a escala internacional conacumulación centralizada.

La planificación territorial y ur­bana se enfoca as í sobre el encade­namiento centralizado de ciudades.Los urbanistas proponen ideas comola de la "ciudad-territorio" o de la"megalópol is", que expi ica y teorizael enlace dependiente de NuevaYork y de las ciudades americanasde la costa atlántica. La traspolaciónmecánica de tales formulaciones anuestro medio cree descubrir una in­cipiente "megalópolis" que se exten­dería desde San Nicolás hasta LaPlata, con centro en Buenos Aires.Estas teorías se fortalecieron des­pués de comprobarse la inoperanciade las ciudades-satélites experimen­tadas en la postguerra, desde Lon­dres a Moscú, pasando por Estocol­mo; invocando la teoría de la des­centralización se terminó reforzandola centralidad del núcleo urbano que

'se afirmaba querer descentralizar.Los problemas del congestiona­

miento del transporte, de la conta­minación ambiental y de las aguas,de la destrucción del equilibrio eco­lógico, etc., si bien son reales y pro­ducto propio de la voracidad de ~a

acumulación capitalista e imperialis­ta, que ha abordado desde un prin­cipio la relación con la naturalezasubordinándola irracionalmente a laexplotación en beneficio de la pro­d u cc ión, aparecen incuestionable­mente subordinados aunque constitu­yan el repertorio básico de las cues­tiones y soluciones del limitado ypragmático campo de los urbanistas.

La realidad dependiente: Argentina

La estructura urbana argentina seorganiza sobre la trama concretadadurante el período colonial y el pos­terior de consolidación de la depen­dencia respecto del imperialismo;tendió hacia una mejor organizacióndel territorio en función de la ex­plotación de sus riquezas más inme­diatas y su exportación hacia loscentros metropolitanos e imperialís-

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taso La conquita del desierto, la fun­dación de algunas ciudades comoRosario, La Plata, Bahía Blanca noson sino ampliaciones que convergencon la red primigenia, de acuerdocon el carácter dependiente de nues­tra econom(a.

Las relaciones de producción pre­capital istas en el agro expulsaronpoblación campesina hacia ciudadesno industriales sino básicamente co­merciales y de servicios. En el perío­do imperialista de exportación decapitales se radicó la industria de­pendiente en las aglomeraciones ur­banas que proveían el doble merca­do de mano de obra y de consumoya que trabajan para este último.Una burguesía industrial y comer­cial, de radicación preponderante­mente urbana, nace condicionadapor la articulación de intereses entreoligarquía agraria e imperialismo.Un modo de producción capitalistadeformado anida en las ciudades im­potentes .para absorber establementela afluencia campesina. En una mis­ma real idad dependiente, se verifi­can rasgos de dos modos distintosde producción que articulados defi­nen la contratlicción ciudad-campo,en forma diferente del caso europeoo. norteamericano.

El resultado a escala nacional esel de una aglomeración urbana en­ferma de gigantismo que, hacia afue­ra, es puente hacia el mercado mun­dial controlado por los monopoliosy del cual depende, y hacia adentroes el resultado último de una cadenade vías de circulación y de ciudadesde jerarquías descendientes cuyos es­labones últimos se encuentran en lasexplotaciones agrarias. Los pueblosde provincia, los pequeños munici­pios, las ciudades mismas ven circu~

lar por esas redes, hacia la regiónmetropolitana, su riqueza, sus pro­ductos y también Sus hijos, recibien­do poco y nada en compensaciónpor lo que, en parte, la zona litoralusufructúa.

Así lo urbano de nuestras ciuda­des y especialmente de Buenos Airesno surgió de la asimilación global demasas campesinas integradas a unproceso capitalista de industrializa­ción. Una ancha fajJ de poblaciónde la aglomeración urbana que ha­bita en vill~s de emergencia no inte­gra ni participa de "10 urbano" sinoen medida superficial; sufre en cam­bio las peores consecuencias del fe­nómeno de la aglomeración ya que

goza en una mlnlma medida de losbeneficios y servicios urbanos. Esdramáticamente, una expresión ur­bana del problema agrario.

El prólogo de la cuestión urbanaestá en el campo: la "originalidad"de las villas de emergencia hay quebuscarla en la "originalidad" de lasrelaciones de producción de nuestroagro y no en la peculiaridad deldesarrollo urbano. Será necesariobucear históricamente en el desarro­llo de otros hechos urbanos y físi­cos, que en primera instancia apare­cen subordinados: la fundación deLa Plata y su puerto como alternati­va de los ganaderos bonaerenses alpuerto central, que finalmente esabsorbido por éste; las excensionesimpositivas durante la segunda presi­dencia de Perón que llevaron a Cór­doba las radicaciones industriales au­tomovil ísticas; la poi ítica de entregade tierras fiscales a empresas' impe­rial istas, la más reciente construc­ción de presas energéticas en lugaresalejados del litoral (El Chocón,Apipé-Yaciretá, etc.) que serán usu­fructuadas principalmente por elGran Buenos Aires.

Por otra parte, ¿qué proyecto depaís encierran las actuales radicacio­nes industriales en el sur argentino?Podr ía descubri rse una gama de con­tradicciones entre lo federal y locentralizante, entre regiones en cre­cimiento demográfico y otras cuyapoblación disminuye; entre sectoresde clases empobrecidos y otros enri­quecidos que alumbrarían más lacomplejidad real de las contradiccio­nes sociales dominantes.

La estructura interna de las ciudades

También la estructura interna delas ciudades pone en evidencia laasociación entre imperialismo yan­qui y oligarquía. El imperialismoyanqu i ha aportado sus pautas, susmodelos para una infraestructura detransporte y ha exigido un esfuerzourbano para crearla a los efectos decomplementar el marco capaz dealentar el consumo de la industriaautomovil ística. En detrimento delas formas de transporte colectivoincentivó el mito del transporte au­tomotor privado hasta constituirloen uno de los fetiches del conforturbano. La apertura de autopistas,de carreteras, el ensanchamiento decalles, la construcción de puentes ytúneles, de circuladores automovil ís-

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ticos insumió las más grandes inver­siones del sector público en la últi­ma década. La conservación y am­pliación de esa red vial demandahoy enormes gastos por parte demunicipios y de entes nacionales.Para esa poi ítica institucional el im­perial ismo es decisivo en la formula­ción de objetivos para la inversiónpública, que sustenta con magroscréditos. La apertura de la avenida 9de Julio para conectar dos termina­les ferroviarias y la autopista a LaPlata, por ejemplo, son parte de lascondiciones impuestas por el capitalimperialista de enormes repercusio­nes en la estructura urbana.

El otro nivel operativo en la deci­sión real de la poi ítica urbana resideen el manejo del mercado de tierrasy en el de la vivienda. La oligarquíapropietaria de numerosas tierras ur­banizables hace grandes negociadosmayores y permite los negociadosmenores de la burguesía comercialinmobiliaria. Extensión de caminos yextensión de loteos se han combina­do para provocar la explosión de lasciudades más importantes, para for­ma tizar las segregaciones socialesdentro de una misma ciudad, paradesautonomizar y englobar cualquierintento de desarrollo urbano (o re­gional) autosuficiente.

Este proceso ha profundizado lafuncional ización de la ciudad en'zo­nas de producción (para unos habi­tantes) y zonas de consumo (paraotros), zonas con equipamiento ur­bano sobredimensionado y zonas de­sequipadas y con escasa disponibili­dad de infraestructura y de apropia­ci6n del espacio urbano. La amplia­ción y reproducci6n de estos fenó­menos permite constatar que no setrata dE: un problema patológico si­no de la verdadera y única fisiologíadel desarrollo urbano en las condi­ciones de la dependencia.

El reformismo suele hablar de re­traso e insuficiencia de desarrollocomo si se tratara de un problemameramente cuantitativo. En real idadaquí rozamos una concepción refor­I'llista profundamente errónea en eldebate actual acerca de la liberacióny la dependencia: la que define es­tos problemas como insuficienciasde desarrollo motivadas por una tec­n~'ogía retrasada V supone que laehm· .,. Inaclon de la dependencia con-

SI f (s Ir a en el reemplazo de esa de-pendencia Por otra que posibilitarauna 'tecn I (o og a más "desarrollante"

lOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

sin la eliminación de la opresión na­cional y la modificación de las rela­ciones de producción dominantes.

Las poi íticas de vivienda, constitu-yen otro de los elementos vitalespara "hacer ciudad". No es el casoanal izar las poi íticas hoy vigentes,pero sí afirmar que ellas confluyenprincipalmente a sostener el merca­do de oferta y demanda alentandolas iniciativas del capital privado, es­pecial mente el de las empresas cons­tructoras. Las exigencias se limitan aciertas normas de cal ¡dad pero dejanoperar en lo fundan-.rntat a la inicia­tiva privada en lo que concierne a lalocalización y forma de los conjun­tos de vivienda. Otres planes crediti­cios (Eva Perón y sirnilares) comple-mentan la poi íticd del mercado detierras o del capital inmobil iario es­peculativo al facilíta r préstamos paracompletar el ciclo de compraventadel mercado de la vivienda. Por últi­mo los proyectos con mayor inci­dencia oficial asumen el enfoquesectorial del problema operando conreformas all í donde el problema semanifiesta (no donde se origina). Se­ñalemos que en el caso de planesoficiales de envergadura (caso de laoperación Villa Lugano en BuenosAires) el imperialismo, con una muybaja tasa de participación en la in­versión, que apenas llegó a un16 % del total a través del BID,impone sus criterios, normas V finesa una inversión públ ica cuantiosa.

El macrocefalitismo de BuenosAires sigue desarrollándose en aglo­meraciones urbanas que acentúan lasegregación social y la impotenciapara resolver ni los problemas deocupac'ión general del país de losque son tributarias, ni los propios.

Con estas realidades y con lasparticularidades descriptas cabríaanalizar el fenómeno superestructu­ral de "10 urbano", como un mediomás del consenso social que operasobre la vida cotidiana de enormesmasas, no exclusivamente proletarias,en una de las formas más sutiles dedominio cultural contemporáneo, através de los mitos de la adquisiciónde una casa propia, de un transporteautomotor propio, del acceso. alconsumo calificado, al ocio inerte, ala disponibil idad de confort sofisti­cado, etc., todo ello propagado des­de la escuela a los medios de difu­si6n masivos. Habría que analizartambién cómo opera en la concien­cia de las diversas capas y clases

urbanas la apariencia democrática dela gestión urbana, delegada a travésde representantes y concejales, enuna real idad donde tiene tanta pree­minencia el efectivo núcleo de deci­siones compuesto por la dominaciónimperialista y la presencia del capi­tal inmobiliario y especulativo.

Estas cuestiones deberán analizar­se con el caudal fáctico que aportanlas nuevas realidades que se transfor­man en verdaderos movimientos so­ciales de reivindicaciones urbanas,hasta las formas que rompen todoslos cánones de la legalidad institu­cionalizada, en los cuales la ciudades a veces marco y a veces argumen­to. Habrá que ubicar y valorar desdelas luchas por la preservación de es­pacios verdes, por la señal ización decalles, por los servicios públicos, quecomprometen a amplias capas popu­lares hasta las que asumen nuevasformas poi íticas como la organiza­ción de los villeros por la exigenciade la tierra y la vivienda urbana quetiene su máxima expresión en lasocupaciones y defensas masivas delos conjuntos de viviendas semiter­minados del Gran Buenos Aires. Unsector de ciudad es ocupado, apro­piado y defendido en un movimien­to de exigencia de la vivienda y depoder sobre ella que no queda ni enla gestión legal, aunque tampoco laelude, ni en las formas de delega­ción burguesa, sino que propone almismo tiempo nuevas formas de ges­tión.

Subrayemos finalmente que lasluchas urbana" inaugurada's en elCordobazo, que se propagaron él

otras ciudades como Tucumán, Ge­neral Roca y Rosario, en las que laocupación de la ciudad tenía signifi­caciones poi íticas profundas tam­bién para el propio hecho urbano,no pueden haber dejado de susci­tar a algunas de las institucionespretorianas, o quizás a todas, laspreocupaciones que las rebelionespopulares le suscitaron hace un sigloa aquel clarividente prefecto de Pa­rís, el Barón de Haussman, que en­cabezó las más enérgicas transforma­ciones f(sicas de la ciudad abriendolas calles de las zonas céntricas po­pulares para que pudiera entrar elejército, trasladando los barrios po­bres a las afueras de la ciudad, cons­truyendo un centro protegido paraprevenir la inevitable insurrecci6npopular que ocurriera poco tiempomás tarde.

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Apropiación del espaciourbano en el Gran -Buenos AiresHistoria y resultados

Dante Sebullllall"

El fenómeno contemporáneo deconcentración de grandes masas depoblación en la ciudad, sus orígenesindudablemente ligados a la forma­ción del proletariado que surge de larevolución industrial, las característi­cas que asume el fenómeno según elgrado de desarrollo en distintas so­ciedades capitalistas desde el sigloXIX hasta el presente y, dentro deestas últimas, el inexorable nexoque fue estableciendo en cada socie­dad con las raíces históricas de laciudad matriz que comenzó a agi­gantarse, han motivado una hondareflexión y una extensa elaboraciónintelectual.

Esta densa y cada vez más ampliaconciencia acerca de la trascenden­cia histórica del fenómeno, hoy pue­de sintetizarse en una primera con­clusión: la ciudad ha pasado a ser laexpresión concreta, ffsica y tangible,el documento vivo, del proceso his­tórico, polftico y económico de la

• Este trabajo incluye emergentes de lainvestigación sobre el Gran Buenos Airesrealizada durante 1973-74 por estudiantesy docentes de la cátedra Elementos deDisefto de la Facultad de Arquitectura yUrbanismo de Buenos Aires, de la cual estitular el autor de la nota.

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sociedad que la construye y que lahabita.

Así la lectura del espacio urbanopermite establecer los correlatos en­tre su conformación y la conforma­ción social, comprendiendo más pro­fundamente a una y otra. Asimismoesto ha permitido leer con otra luzconformaciones espaciales y socialesdel pasado; por ejemplo la supervi­vencia hasta nuestros días de losmonumentos, palacios y símbolosque construyeron las clases domi­nantes de la sociedad esclavista, con­juntamente leída con la desapariciónde los andurriales donde habitaronlos esclavos que los construyeron:de cómo hubo quienes tuvieron elpoder necesario para perpetuarsehasta transformarse en los únicos ac­tores tenidos en cuenta por la histo­ria, y otros, sometidos por aquéllos,que sólo pudieron dejar el testimo­nio de su trabajo en esos mismosedificios, en tanto su propio habitatfue borrado por el tiempo; aún asíesta realidad, presente una, desapa­recida la otra, expresa en sí misma lacontradicción de la sociedad escla­vista.

Sin embargo y pese a lo incon­trovertible de esta primera conclu­sión, coexisten en la reflexión sobre

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la ciudad dos Iíneasopuestas de in­terpretación del fenómeno y del ac­cionar sobre el mismo: por un lado,y como expresión del idealismo, seagrupan todas las propuestas de re­solución del espacio urbano en elmarco de las actuales relaciones deproducción: apelando y confiandoen el mero desarrol lo de las fuerzasproductivas, propon~n un diseño

que congela y además viene a conva­lidar la actual conformación de lasociedad dividida en clases; por elotro lado se abre paso un grupo deideas en torno al materialismo comoherramienta de conocimiento yac­ción, que comienzan a vislumbraralternativas posibles para conceptua­lizar la expresión .en la ciudad delproceso de transformación social.

Para aportar a nuestra tarea, entanto técnicos, y en el marco delmaterialismo, hay una primera, pro­funda y necesaria decisión: esto es,relativizar en nosotros mismos elconcepto de omnipotencia del dise­ñador y del planificador como crea­dor de la ciudad. Antes bien, apren­der que la ciudad ha sido y es ex­presión de la práctica social de quie­nes la habitan, de quienes se hanapropiado de ella a través de unPoder ejercido en favor de sus inte­reses de clase; as í la ciudad expresacuáles son las clases hegemónicas yal servicio de quiénes vienen operan­do los técn icos hasta el presente.Reconocer que el criterio de verdad,de lo que es justo, surge, antes quede la teoría expresada en diseño, dela práctica social misma y de susContradicciones.

Esto significa despojarse de laformación que nos han conferido lasclases dominantes para resolver elhabitat, según el punto de vista de susintereses impuesto a la totalidad delo social; implica percibir que el es­Pacio urbano es escenario de la lu­cha de clases, y que es necesarioincorporar a nuestro bagaje las ense­~nzas extraídas de la práctica socialy las tareas que señalan los interesesde· clase de los sectores explotados ydominados de la sociedad.

Esto permitirá comprender queestos sectores constituidos por elproletariado industrial y capas po­bres y medias del campesinado despla­zadas a la ciudad, en el marco delauge revolucionario de masas quehoy vive la sociedad argentina, yaestán diseñando, conformando yconcretando un espacio urbano con...

lOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

tradictorio, que su accionar tieneuna historia y que refleja con juste­za las contradicciones del contextosocial.

La afirmación de que la sociedaddividida en clase sociales genera laciudad y se apropia dé su espaciourbano según el poder que cada unadetenta puede verificarse en el GranBuenos Aires tal como hoy lo cono­cemos y también, a partir de cómoes hoy, puede descJJbri rse de quémodo quienes detentaron el poderhegemónico en cada momento sobreel conjunto de la sociedad, incidie­ron decisivamente en su origen yconformación hasta el presente. Alrespecto, es imprescindible, antes deabordar la lectura actual del GranBuenos Aires, apoyarse en la lecturade su origen y desarrollo. De ellointentaremos realizar una síntesisapretada, señalando sólo algunos hi·tos significativos.

Surge, al comienzo, una primerapregunta: a qué clases dominantes ya qué intereses responde la ubica­ción geográfica de Buenos Aires:tanto la primera como la segundafundación de Buenos Aires están de­terminadas por los requeri mientosde la colonización española, ·enmar­cada en la lucha entre potencias co­lonialistas europeas en el siglo XV loLa apertura de rutas man'timas a lasIndias por parte de los españoles yportugueses expresa su competenciacon los mercaderes venecianos y ge­noveses que controlaban las rutas te­rrestres a Bagdad, Calcuta y Pekín.En este marco la corriente coloniza:dora que llega a Cuzco y a la platade Potosí requiere ser consolidadadesde el Atlántico. Fue ésta una exi·gencia militar: el único punto situa·do lo más al norte posible sobre elAtlántico que permita un acceso te­rrestre hacia el interior del territo­rio, sin que se interponga la enton·ces insalvable barrera natural de lacuenca del Plata, definen el empla­zamiento de Buenos Aires.

El habitat preexistente a la llega­da de los españoles es producto dela naturaleza nómade y agresiva delos pampas; su práctica de cazadores

1 Leyes de Indias, Libro IV, Título VII,Ley IX: "Que el sitio, tamaño y disposi­ción de la plaza sea como se ordena: laplaza mayor donde se ha de comenzar lapoblación... se debe hacer al puerto...Su forma en cuadro prolongada que porlo menos tenga de largo una vez y mediade su ancho, porque será más a propósito

está determinada por la inexistenciade agua superficial en la llanura quepermitiera los rudimentos de la agri­cultura; ello también se expresa ensu vivienda, una tienda confecciona­da con cueros y cañas, que transpor­ta estacionalmente tras la caza. Estu­vieron en condiciones de asediar ydestruir el primer asentamiento es­pañol. Este asedio que continuaráhasta las campañas al desierto, uni­do al hostigamiento de portuguesesy corsarios desde el mar, le confierea Buenos Aires carácter de fortaleza.

Del fuerte surgirá el trazado de laPlaza Mayor y de toda la ciudadhasta nuestros días, taxativamenteordenado desde la metrópoli españo­la a través de ·Ia Ley de Indias queGaray cumple rigurosamente. 1

Luego, en el curso del sigloXVIII, Buenos Aires se transformade fuerte en puerto. El paisaje urba­no recorta los campanarios de la or­den jesuita que acompaña a la con­quista. la actividad mercantil de loscomerciantes españoles compite conventaja sobre la desarrollada por susiguales de Lima y favorece el comer­cio clandestino de manufacturas eu­ropeas que llegan a Lima desde Bue­nos Aires con costos inferiores alacarreo por el Pacífico. Este tráficodefi ne incl uso nuestro propio terri­torio al ser implantada, para vigilar­lo, una aduana, primero en Córdobay luego desplazada a Jujuy.

Hacia fines del siglo XVIII Bue­nos Aires se extiende en un radio deun kilómetro desde la Plaza Mayor,sobre la cual se vuelca la actividadmercantil. Las mansiones de los co-merciantes españoles están al sur dela Plaza con un paseo costero pro­pio, la Alameda, que domina la ba­rranca y el río. Los mercados alnorte, oeste y sur centralizan el in­tercambio en los puntos de los cua­les parten los caminos hacia el inte­rior. Asa' como han llegado hasta elpresente restos de algunas de aque­llas mansiones han desaparecido lasrancher(as en las que habitaban 'osesclavos, cerca de los Corrales deMiserere. El Matadero se establece so­bre la Calla Larga, hoy Montes deOca.

para las fiestas de a caballo y otras...y cuando hagan la planta del lugar, re­p ártanlo por sus plazas, calles y solaresa cordel y regla, comenzando desde laplaza mayor y sacando desde ella las ca­lles... que aunque la población vaya engran crecimiento, se puede proseguir ydilatar en la misma forma":

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La región de Buenos Aires, tam­bién trazada por Garay, se ajusta ala topografía: quintas para agricultu­ra hacia el norte, donde la barrancasobre el río es corta y abrupta, ytierras para la ganader{a hacia el sur,donde la barranca es extendida ysuave. La favorable reproducción delganado será, precisamente, el signode desarrollo de la región.

A medida que se conquista terri­torio se establece una red de forti­nes. Esta red vinculada por caminosentre sí y con el puerto, al tiempode viaje y la distancia cubierta acaballo en una jornada definen pos­tas, que se comportarán como nú­cleos de nuevos centros poblados.La apropiación del espacio ~e apoya­rá, en esa etapa, en la fuerza de lasarmas.

Los comienzos del siglo XIX quedarán lugar a la emancipación deEspaña se caracterizan por la inten­sificación del comercio con los paí­ses capitalistas europeos, básicamen­te con Inglaterra. A través del co­mercio basado en los productosesenciales de la región de BuenosAires, cueros y carnes saladas, seinicia y consolida un proceso quemás tarde cristalizará relaciones deprofunda dependencia respecto deInglaterra. El ingreso de manufactu­ras inglesas, sobre todo textiles, des­truye las economías regionales delinterior, mientras que las rentas dela Aduana constituyen la base fi nan­ciera del gobierno porteño y el cen­tro del conflicto, a partir de 1853,~ntre Buenos Aires y la Confedera­ción. La resolución de este conflic­to, en 1862, impone la hegemoníade Buenos Aires sobre el resto delterritorio.

Con la prolongación del primerra ma I ferroviario, construido en1857, y la construcción de tres ra­males más, al Norte, al Oeste y alSur, se consolida un trazado que seirá extendiendo como los dedos deuna mano hacia el interior y queconverge en el puerto. Construidoscon rieles y maquinarias inglesas, losferrocarriles consumen asimismo elcarbón británico. Sirven no sólo pa­ra la extracción de los recursos na­turales sino que son el vehículo deintroducción de las manufacturasdel mismo origen.

Esto tiene su correlato directo en

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el espacio urbano porteño: el salade­ro, instalado camino al matadero,origina Barracas y el desarrollo de laactividad portuaria se centraliza enla Vuelta de Rocha, dando naci­miento a la Boca. Crece un centrocomercial y nace un centro de ofi­cinas que albergan a la Sociedad Ru­ral, la Bolsa de Comercio y los Ban­cos. El aumento de población dalugar a la instalación de las primerasmanufacturas, también inglesas: laUsina de Gas y una cervecería en lazona de Retiro. Las clases dominan­tes aliadas al capital inglés, los gran­des comerciantes porteños y los te­rratenientes, establecen casas quintasde fin de semana y veraneo en losalrededores de las iglesias de Floresy Belgrano.

Esta apropiación de los lugares fa­vorecidos por la topografta o el me­dio natural es realizada por altosfuncionarios ingleses del ferrocarrilpara instalar sus residencias en De­voto, Lomas de Zamora, y Urquiza.

La ciudad es atravesada en todaslas direcciones por las numerosaslíneas ferroviarias y sus enlaces me­diante playas de carga que deman­dan importantes extensiones: Inge­niero Srian, Sola, Retiro, Once, Pa­lermo y Caballito.

Esta etapa de concentración ur­bana mercantil alrededor del puerto,contiene en sí misma la contradic­ción de no poseer infraestructura sa­nitaria. Estalla como su síntesis lafiebre amarilla que diezma la pobla­ción. En 1871, las clases dominantesresuelven su habitat abandonando sucentro original, al sur de la Plaza deMayo, y transformando sus quintasen residencias permanentes lo cualdensifica la población en torno a lasestaciones ferroviarias.

Hacia 1895 los capitales extranje­ros poseen y explotan los transpor­tes, el sistema bancario, el comercioexterior y los servicios públicos.Ello demanda creciente mano deobra y se inicia la fuerte corrienteinmigratoria de origen europeo. Lasclases dominantes usufructúan la ne­cesidad de vivienda alquilando ysubalquilando, a través de interme­diarios parasitarios, sus abandonadasmansiones. Nacen el conventillo y lapensión en las parroquias de SanTelmo, Balvanera, Socorro, La Pie­dad y Concepción. Las rentas asíobtenidas por el arrendamiento depropi~dades ya amortizadas y obso­letas se transforma en una forma

más de explotación y se reinvierteen nuevas ca nstrucciones desti nadasal alquiler. La tasa de beneficios al­canza al 15 % anual lo que cuadru­plica la tasa bancaria corriente eneste momento.

Episodios de reacción popular ca·mo la marcha de las escobas, o lahuelga de los inquilinos de 1907 re­primida por la policía de RamónFalcón y que se salda con muertosy heridos en PI aza de Mayo, as ícomo los desalojos compulsivos, se­ñalan luchas concretas para la histo­ria de la apropiación del espacio ur­bano. Aparece así la demanda poruna vivienda digna, enmarcada enlas reivindicaciones laborales, no Só­to en Buenos Aires sino en todo elpaís.

Se agudiza el proceso de concen­tración urbana, al que aportan desdeeste momento las migraciones inter­nas y de países limítrofes.

Se construyen los nuevos matade­ros y la ciudad se extiende a lolargo de los accesos ferroviarios. Lared caminera crece en competenciacon los ferrocarriles. La industriaautomotri z incrementa el parque au­tomotor que viene a poner en crisisel trazado original de la ciudad con­cebido para la tracción a sangre y elpeatón.

La tierra urbana se transforma enmercancía de excepcional interés pa­ra la especulación. Las adquisicio­nes de grandes extensiones y sufraccionamiento rinden altos benefi­cios. Las indiferenciadas calles ymanzanas del trazado regulador dela Ley de Indias adquieren rápida­mente valor según sea la ubicaciónrelativa respecto de los centros detrabajo, la topograft'a, el asoleamien­to, las vistas, la potencialidad resi­dencial, industrial o comercial.

Las centrales térmicas de electri­cidad .consumen carbón inglés. Elcapital extranjero, fundamentalmen­te inglés, asume el control a travésde grandes inversiones en frigorífi­cos, la industria y exportación decarnes y granos. Se acentúa simultá­neamente la incipiente inversión delos Estados Unidos en el país: deu$s 40.000.000 en 1913 pasa au$s 611.000.000 en 1929 Crecen yse desarrollan barriadas industrialescomo Avellaneda, Lanús y San Mar­tín, Berisso, Wilde y Dock Sur. En1943, por primera vez, la produc-ción industrial supera a la agrícola yganadera sumadas.

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Durante la segunda posguerra la

Argentina pasa a ser uno de los pri­

meros abastecedores de al ¡mentas

del mercado mundial. El control del

comercio exteri or y la favorable ba­lanza del mismo enmarcan el progra­lTla .de reformas sociales del primergobierno peronista. El mismo con­templa el incremento de presupues­to ?estinado a vivienda salud V edu-caciÓn S· ,di' . In embargo, las limitaciones

e gobierno peronista se reflejan en

LOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

la imposibilidad de resolver el pro­blema de la vivienda, que por elcontrario, se agrava rápidamente; semanifiesta la contradicción de cons­truir conjuntos habitacionales y almismo tiempo levantar el muro dela extendida villa que existe sobre elRiachuelo, a fin de impedir su visua­lización desde el obligado camino aEzeiza.

La concentración monopolista yla agudización de la dependencia amanos del imperialismo yanqui dl.-

rante las etapas que suceden a 1955tienen su expresión más alta durantela dictadura que se instala a partirdel 66. Dura.' te este perfodo recien­te se termina de conformar el espa­cio urbano del Gran Buenos Airesque hoy conocemos.

En estos últimos tramos de suconformación se desata en BuenosAires el crecimiento en altura. Laproducción de ascensores y los cos­tos de la tierra introducen la casa derenta pri mero V, ante el congela­miento de los alquileres, la propie­dad hOrizontal. A la especulacióncon la tierra se suma así la especula­ción con la mercancía arquitecturaque interactúan para un lucro ma­yor.

La arquitectura para los escapa­rates de la sociedad de consu mo, laarquitectura para los bancos y suomnipotencia financiera, insertas enla remodelación vial puesta al servi­cio de la industria monopólica ocu­pan el centro de la producción delhabitat.

Simultáneamente la ciudad se ex­tiende irracionalmente, como unamancha de aceite. Las empresa~ 10­teadoras de terrenos devoran el cin­turón verde. Los nuevos barrios asíformados aspi ran a participar delcontexto urbano pero no participande ninguna de las prerrogativas de lavida urbana: la "prefabricada", la ine­xistencia de servicios y equipamien­to, el aislamiento y la distancia seconjugan para ello. M ientras tantolos conventillo~ y pensiones se eter­nizan en sus descendientes directos:hoteles en los que hoy vive un mi­llón de porteños en total contradic­ción con normas mínimas de habita­bilidad.

A través de un largo proceso, enlos espacios urbanos que la ciudadfue desdeñando, en los terrenos fis­cales, en las playas ferroviarias. enla., vías de ramales abandonados, enlo::> terrenos anegables, sobre los zan­jones a los que vuelcan sus residuoslas industrias, se instalan y crecenlas \,illas de emergencia. Crean for­mas de ocupación del espacio urba­no que entran en abierta contradic­ción con la apropiación de ese espa­cio y con el derecho de propiedadde la tierra tal como hasta hoy loconciben las clases dominantes.

Para la investigaciórt de este GranBuenos Aires actual, nos propone­mos como metodología la compara-

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ción de cómo se expresa la apropia­ción del espacio urbano, en distin­tos sectores del tejido de la ciudad,por parte de distintas clases sociales,en la vivienda y su contexto.

Para ello hemos cotejado recien­temente las siguientes localizaciones:villas: Güemes en Retiro, Granade­ros en San Martín y Ciudad Ocultaen Mataderos; núcleos habitacionalestransitorios: Martín Fierro en ruta8, Huracán en Amancio Alcorta,Mataderos en Avenida del Trabajo;conjuntos de erradicación definitivaP.E.V.E.: en Ciudad Evita de Cami­no de Cintura y Crovara, León Ga­lio, de ruta 3 y Mariano Pujadas deVilla Sarmiento; loteos en venta:Gregario de Laferrere, Rafael Casti­llo y Rafael Calzada; barrios del vie­jo tejido urbano como San Telmo,Boedo y La Paternal; conjuntos devivienda de baja densidad como LosPerales, Saavedra y Maciel; conjun­tos de alta densidad como Catalinas,Lugano y el de Rioja e Inclán; algu­nas expresiones de propiedad hori­zontal: Callao y Santa Fe, PlazasLas Heras y Parque Rivadavia; torresen Barrancas de Belgrano, Av. LibEn­tador y en la calle Arribeños; resi­dencias en Palermo Chico y en SanIsidro.

Aplicamos al conjunto una seriede comparadores que permitieranobjetivar y poner en relieve la situa­ción.

Asl' por ejemplo el costo de latierra pasa de 100 $/m2 en los 10­teas hasta 3.000 $/m2 en la propie­dad horizontal, $ 5.000 $/m2 en lastorres, $ 8.000 $/m2 en PalermoChico y 10.000 $/m2 en San Isidro.

También se determinó el tiempode viaje del lugar de trabajo a lavivienda, que varía de 10 minutosen auto para Palermo Chico hasta120 minutos con no menos de trestransportes públicos en los loteos.Este comparador puso de relieve elemergente del tiempo de vida noremunerado que se extrae en formade media jornada de trabajo diariode las capas explotadas de la socie­dad.

La densidad de población permi­tió verificar que en las villas másdensas, con construcción adherida alterreno se llega a los mismos1.000 habitantes por hectárea queen la propiedad horizontal de Par­que Rivadavia,con un promedio deplanta baja y 10 pisos altos.

Concl usiones idénticas pueden

10

extraerse si se considera la existen­cia y calidad de la infraestructura(redes de servicios, transporte, acce­sos, educación, salud, abastecimien­to, etc.).

Respecto de la vivienda misma sepueden establecer otros parámetros,desde el tamaño que va de 15 m2

en la villa, 25 m2 en el núcleo tran­sitorio, 35 m2 en los PEVE y asíprogresivamente hasta 620 m2 parauna vivienda en un piso de unatorre en Av. del Libertador. Compa­rando planos, dibujados a la mis­ma escala, verificamos que una célu­la de vivienda del núcleo transitorioera igual al baño de una residenciade reciente construcción en San Isi­dro, que por otra parte contaba contres baños más. El grado de hacina­miento, medido en ía cantidad derr? disponibles para cada ocupantees de 3 m2 /hab. en villas; 5 en losnúcleos, 8 en las viviendas de losloteos, sigue toda la escala y llega a260 m2 /hab verificados en una caso·na de Palermo Chico. El nivel deingresos del grupo familiar acompa­ña con ajustada homologt'a a los an­teriores : en villas, la desocupación,el trabajo temporario y1a changa nopermiten que el ingreso llegue alminimo fijado por el Pacto Social,1.500 $/mensuales lo que viene aexpresar la presencia en el mercadode mano de obra desocupada queimpone la estructura económica;1800 a 2000 $/mensuales en los nú­cleos transitorios y en los PEVE;2300 en los loteos hasta alcanzar los$ 5.000 en la propiedad horizontaly a niveles que no pudieron deter­minarse para las localizaciones deprivilegio.

Si se piensa en la cantidad deespacio o paisaje que se ve desdeuna vivienda, si cotejamos los dor­mitorios sin ventanas de las villaso los patios sin sol encerrados enel caos de las medianeras con lasexcepcionales vistas sobre los escasosespacios verdes o el r{o, se enten··derá en concreto qué es apropiacióndel espacio.

La calle tradicional, por otra par­te, sigue siendo lugar de encuentroy uso social en los barrios dondeaún sobreviven contactos primariosentre las viviendas que se unen y sevuelcan hacia ellas. En el caso de lasclases dominantes, la disgregaciónse manifiesta en su reclusión enel interior de las viviendas: las ca­lles reservadas al automotor, que

parte desde el interior mismo de laresidencia, permanecen vacías. El es­pacio de los encuentros es el de lasinstituciones privadas. Por el contra­rio, el pasillo villero, los corredoresde los Núcleos Habitacionales Tran·sitorios, los espacios libres entre ti­ras de los P.E.V.E., condensan unuso social que expresa el nivel desolidaridad existente en las clasessubalternas: desde el potrero hastala asamblea vecinal a la sombra deun monoblock, crecen las formas or­ganizativas nucleadas alrededor delas reivindicaciones.

Así como la villa, con su apropia­ción de la tierra, expresa la incapaci­dad del sistema para resolver el pro­blema habitacional, las ocupacionesde los conjuntos de erradicción defi­nitiva conforman una modalidad su­perior de lucha por la vivienda. Enpleno auge de la lucha antidictato­rial contra Lanusse, decenas de mi­les de villeros se desplazaron organl­zadamente hacia los conjuntos enconstrucción y ocuparon las vivien-das enfrentando a un gigantesco apa­rato represivo po1icial y militar.

Estos conjuntos financiados porel BID a través del Banco Hipoteca­rio Nacional, fueron encarados porla dictadura como terminal de unproceso de erradicación compulsivade las villas, que comenzaba con eltraslado l/progresivo" a los núcleoshabitacionales transitorios.

La necesidad de vivienda desbor­da la {nfima cuota de respuesta. Loque era provisorio hace diez añoshoyes permanente, pese a su nivelpropio de un campamento y su ob­solescencia. Sus ocupantes y lbs vi­lleros visualizan que las adjudicacio­nes de las viviendas definitivas co­mienzan a negociarse y adjudicarse aotras capas, también necesitadas devivienda, pero que al mismo tiempoestán en condiciones de garantizar alBID la recuperación de sus inversio­nes con altos beneficios mediante laimposición de reajustes ante posiblesdevaluaciones. Los sectores posterga­dos actúan en consecuencia, ocupan­do Jo que consideran su justa reivin­dicación, esto es el derecho a unamínima expresión de vivienda.

Oe m oc rát icamente organizadosmediante cuerpos de delegados "porescalera" o por monoblock, con jun­tas ejecutivas electas y sometidas alas decisiones tomadas en asambleasgenerales del barrio, las ocupaciones

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vienen resolviendo todas y cada unade las tareas que les impone enfren­tar al imperialismo yanqui, represen­tado por las exigencias del BI D, des­de la organización de la autodefensaante las bandas armadas que preten­den intimidarlos o provocarlos paracrear una situación que justifique eldesalojo, hasta las tramitaciones ne­cesarias para obtener la adjudicacióndefinitiva mediante el pago de unacuota proporcional al ingreso, sin ol­vidar las tareas de las comisiones demadres que atienden a la salud y ala organización de guarderías y es­cuelas para los chicos. Las ocupacio­nes desde hace más de un año defi­nen así una forma superior de luchaPor la vivienda y apropiación delespacio urbano, en tensa contradic­ción con la impuesta por las clasesdominantes.

Estas formas organizativas, mode­los del accionar de las masas en unfrente único, se reflejan también enjuntas interbarriales que hoy breganpOr la adjudicación defi nitiva y porla terminación de sus viviendas y las

instalaciones de infraestructura yequipamiento de cada barrio.

A pa rt ir de estas realidadesaprendidas en la práctica de la ac­tual apropiación del espacio urbanoen el Gran Buenos Aires, puedenextraerse elementos para la concep­tualización teórica de nuestra tareaen tanto técnicos, para la actual eta­pa: reconociendo, en primer fugarlas contradicciones que expresa elcontexto urbano y sus rasgos pri nci­pales, a través de los que se verificaque el proletariado y las capas po­bres y medias del campesinado des­plazadas hacia la ciudad enfrentanhoy con sus luchas al enemigo prin­cipal, encarnado, en el caso de lasocupaciones, por el BID. Aportandoel esfuerzo técnico a la consolida­ción y el logro de sus objetivos,inscribimos nuestra tarea al serviciode sus intereses y aprendimos cómoponen en cris is con sus formas deuso del espacio, el diseño que desdealgún tablero de trabajo les propusoel sistema. Los P.E.V.E. son, en de­finitiva, células típicas de la "pro-

piedad horizontal" que a lo sumoproponen un lugar abierto (un bal­cón terraza o patio abierto a la vi­vienda), con un nivel extremo deeconomicidad en los materialesconstructivos, de instalaciones y ter­minación. Esta trasposición del dise­ño no previó en su propuesta lariqueza del uso social de los espa­cios comunes, limitándose a dispo­ner calles vehiculares interiores quenada tienen que ver con la masivapráctica peatonal.

La apropiación de la tierra y delespacio edificado en villas y ocupa­ciones aporta al diseño, en esta eta­pa, la preocupación decisiva por lo­grar propuestas posibilitantes de de­sarrollo de formas propias de vidafamiliar y vecinal, en el camino ha­cia transformaciones profundas denuestra sociedad. Transformacionesen las cuales nuestras ideas conflu­yan con una práctica social con he­gemonía de los sectores hoy explo­tados. En última instaQcia, esa prác­tica social expresará la reforma ur­bana en la apropiación del espacio.

P&SIDOIPBlSBn'BREVISTA TRIMESTRAL - NO 2/3

Pasado y Presente: EditorialJosé Nun: El control obrero y el problema de laorganizaci6nAndré Gorz: Táctica y estrategia del control obreroJorge Feldman: Temática del control obrero enlos recientes conflietos obrerosDocumentos sobre control obreroPedro Aguirre: Las modificaciones a la ley deAsociaciones Profesio..les

TEXTOSJohn W. Cooke: Apuntes; para una crítica delreformismo en la ArgentinaAntonio Carla: La concepci6n del partidorevolucio ilirio en Lenin

DOCUMENTOSMovimiento al Socialismo (MAS): La sociedadsocialista venezola..La CGT y el11 de Octubre de 1945

lOS liBROS, Julio-Agosto de 1974

PROYECCION '74El gato y las tibiezas, Odín Fleitas

uLos que alguna vez tuvimos frz'o, sentimos atracción porlas tibiezas". Los gatos -bordeando el anarquismo sin sa­berlo- traji11lln libremente a través de los páginas de estelibro. HIn memoria"l " del gato Félix.

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Rosario: un procesode urbanizacióndependiente

Crecimiento y consolidación urbana

Proceso de urbanizacióndependiente de Rosario

era un punto elegido para el tránsitoy transformación parcial de las mer­cancías que hacían posible ampliarla acumulación en los países capita­listas avanzados. Se acumulaba all!pat<1 la acumulación que tenía lugaren otra parte. 2

En términos demográficos, Rosa­rio pasa de una población de 1540habitantes en 1801 (villa semirural)a 8950 hab. en 1854; esta poblaciónalcanza los 185000 hab. en 1910 ylos 340000 en 1930, al término delperíodo.3 En este crecimiento po­blacional intervienen el desarrolloeconómico del área y la política mi­gratoria del Estado.

En la segunda década del sigloXX comienzan a desarrollarse lasprimeras industrias del área, funda­mentalmente en dos ramas: la vincu­lada con el proceso agro-exportador(molinos y frigoríficos), y la produ­cida por el desarrollo ferroviario (ta­Iieres de reparación, etc.). Con éstascomienza el desarrollo del proleta­riado industrial como polo antagóni·ca del imperialismo y el capital na·cional a él asociado.

Este proletariadÓ' se asienta en laperiferia cerca de las fuentes de tra­bajo, pero va siendo paulatinamenteexpulsado hacia afuera por la espe·culación del suelo y la implantaciónindustrial. Primero, durante la etapade la llamada sustitución de impor­taciones y luego por la continua yascendente especulación de la tierray el desarrollo de la pequeña bur­guesía urbana, aplicada al sector ter­ciario en la fase de concentración ycentralización monopólica.

Asi, Rosario crece y se consolidaen el marco de la dependencia quedetermina, tanto el proceso econó­mico, como la estructura social dan·do forma en el terreno al asenta­m ie nto ecológico-demográfico delárea, especialmente definida comoestructura semi-radial monocéntrica,con foco en el puerto, rodeado porlas áreas comerciales y residencialesde mayor densidad y a su vez cir­cundadas por una zona chata y ex-

1 Ferrer-eristiá-eiafardini: A Igunas hipó­tesis sobre el comportamiento futuro dela economra del Area Gran Rosario, Cua­dernos de trabajo Prefectura Gran Rosa·rio, NO 4, Rosario 1971.

2 Ferrer-eristiá-eiafardini: Obra citada.

3 Datos estadísticos en: Osear Mongs,feld: Evalución histórica del área de 18Prefectura del Gran Rosario. Mimeo P.G.R., 1970.

fo) tendientes a facilitar el movi­miento de mercancías, un sector delos servicios quedó localizado en laciudad y su área de influencia.

En este período se gesta la es­tructura semi-radial monocéntrícaque la ciudad mantiene hasta hoy,definida por el tendido de los ferro­carriles, cuyo objetivo era vinculartodas las zonas productivas con elpuerto.

En 1905 se habil ita el nuevomuelle del puerto (el actual). Yapor ese entonces se ha consolidadoel área central de la ciudad, con suszonas cívica, comercial y residencialalrededor del puerto.

Desde el punto de vista económi­co, Rosario creció rápidamente enesta etapa, al sedimentarse en suárea parte del producto excedentede la región pampeana, bajo la for­ma principal de obras de infraestruc­tura relacionadas entre sí y requeri·das por el puerto exportador.

Nótese lo contradictorio del pro­ceso: se acumulaba secundariamenteen la región, precisamente porque

CoreaMario

La relación entre el desarrolloeconómico del área y el proceso deurbanización de Rosario determinaque el análisis de este último se rea·lice en función de aquél.

El crecimiento y consolidaciónurbana de Rosario corresponde a laetapa económica denominada agro·exportadora en la que actúa comopoder dominante el imperialismo in·glés. 1 En este período quedó defini·da la base de la estructura urbanade la ciudad y su región, tanto en elplano físico como en el económicoy social.

Como resultado de que, parte delproducto excedente nacional, fueutilizado principalmente por las em­presas imperialistas y en menor gra­do por el Estado, en la construcciónde importantes obras de infraestruc­tura (ferrocarriles, puerto, telégra-

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Proceso de expansión urbana

pandida, dependiente de dicho cen­tro.

. Este proceso coincide con la eta­pa económica de la llamada "susti­tución de importaciones". Este secentró, a partir de 1929, principal­mente en la metalurgia liviana, dan­do lugar al surgimiento de un grannúmero de pequeñas y medianas in­dustrias que, en lo fundamental,pertenecieron a capitales nacionales;se caracterizaron por una máximautilización de los equipos existentes,combinada con la extensión en elempleo de fuerza de trabaj0 4. Creceel proletariado industrial y la bur­guesía industrial nacional.

Desde el punto de vista espacial,aparecen un gran número de plantasindustriales que van desde el tallerdentro de la vivienda del empresa­rio, a establecimientos de regular ta­maño que se ubican en la periferiaque rodea el casco central. Al mis­mo tiempo se produce una expan­sión horizontal y chata del tejidourbano.

Las industrias se asientan sobre altejido urbano en forma espontánea,de una manera descentralizada y ex­pandida, creando serios inconvenien­tes de orden f isico en la trama yagudizando los problemas de servi­cios, tanto infraestructurales comoComunitarios (educación, sanidad, co­municación y transporte) que noacompañaron dicho crecimiento, dé­fiCit que continúa en la actualidad.

"Todo proceso, más o menos au­tónomo de industrializadión, de re­producción de las condiciones mate­riales de la producción en escalaPerfectamente ampliada, requiere,fundamentalmente una expansiónmás rápida de la fabricación de me­dios de producción que de la pro­ducción de medios o de artículos deconsumo (aún cuando crezca tam­bién la producción de éstos, comosuele ocurrir)". Se trata de la "pro­ducción para la producción" funda­mentalmente de máquinas que per­miten ampliar la base de la produc­ción."s La inexistencia de un pro­ceso como el descripto, hizo que seagravara la dependencia con respectodel exterior Fenómeno por el cualel conjunto de le' inddstria debe es­tablecer, para su reproducción am-

7 Ferrer-Cristiá-CiafardiOl; Obra citada.

594.063697.257

657.889800.097

Gran Rosario Rosario Ciudad

19601970

En el perIodo intercensal, 60/70,se produce un crecimiento neto parala ciudad de Rosario de 103.194habitantes, mientras que en el restode la aglomeración urbana (norte,oeste y sur) se produce un incre­mento neto de 39.014 habitantes.

Esta expansión, tanto dentro delárea urbana de Rosario, como en laregión, se realizó sin la implantaciónde los servicios infraestructurales ycomunitarios que requerla. Estomarca una clara diferencia entre elproceso de urbanización de la etapaagroexportadora, donde parte de laacumulación de capitales privados yestatales quedó en el área. Duranteel perIodo de dependencia yanqui esrelativamente mínima la realización

pras y sus ventas fuera de la reglon,01' ientándolas especialmente hacialas industrias de medios de consumolocalizadas en el Gran Buenos Aires:"De esto resulta que la integraciónde los procesos productivos que seefectúan en el área del Gran Rosariose realiza, no dentro de ésta, sinopredominantemente a escala nacio­nal.',7

Esta etapa de desarrollo económi­co produjo en la trama urbana unaacentuación de las características an­teriores: se agudizó la expansión ho­rizontal de la ciudad que adquiereahora escala regional; se consolidÓ laaglomeración urbana en el corredornorte del área, sobre la Ruta Nacio­nal NO 11, uniendo en un continuourbano, Rosario con Puerto SanMartín, e integrando as!. en una so­la unidad, las comunas y municipali­dades ubicadas sobre dicha ruta(Granadero Baigorria, Capitán Ber­múdez, Fray Luis Beltrán, San Lo­renzo y Puerto San Martín). El pro­ceso tiende a desbordar también enel cordón Sur sobre la Ruta Nacio­nal NO 9, que une Rosario con Bue­nos Aires, pero alll recién está ensus inicios.

Al mismo tiempo que se produceesta expansión regional, se desarrollauna densificación y expansión delárea urbana propiamente dicha. Lascifras estadísticas de los censos de1960/1970 lo indican con claridad:

pliada, un ciclo dependiente de laindustria de medios de producciónde los países que la poseen.

Debemos agregar también que es­ta etapa económica marca el fin deldesarrollo del ferrocarril y el co­mienzo de la era del automotor. En1913 se instala la última empresaferroviaria en la zona y a fines de ladécada del 20 se habilita el primercamino pavimentado de Rosario aCasilda con el que se inicia el trans­porte de carga por camiones.ó

Es en este período donde seconstruye la red vial que acompañala red ferroviaria, consolidando defi­nitivamente la estructura semi-radialmonocéntrica. Conjuntamente conel desarrollo automotor para eltransporte de cargas se realizan im­portantes mejoras en el transportede pasajeros. Este hecho estimula laexpansión urbana y el consiguientemanejo especulativo del valor delsuelo que, en los años 1947-1950,acusa los índices más altos.

Estos factores configuran la ca­racterística morfológica dominantede Rosario: una muy extendida tra­ma de viviendas de una planta queva desde el casco central hasta losmás alejados suburbios.

5 Ferrer-Cristíá-Ciafardini: Obra citada.

6 Ver Osear Mongsfeld: Obra citada.

El proceso de expansión regional

La expansión regional coincidecon el período de concentración Vcentralización monopólica que llegahasta nuestros días. Este proceso sig­nifica también la consolidación delcambio de estera de influencia impe­rialista, ya comenzado en la etapaanterior: el pasaje de la dependenciadel capital inglés al yanqui.

La caracterlstica de esta etapa esla radicación directa de plantas in­dustriales extranjeras en el territorionacional, Que actúan en condicionesmonopólicas u oligopólicas, ejercien­do un alto control de las ramas dela producción en las que se insertan,incrementando en forma superlativasus ganancias, agudizando las condi­ciones de explotación impuestas a laclase obrera y expropiando a secto­res de la pequeña burguesía y de laburguesía nacional.

Estas empresas realizan, por logeneral, la mayor parte de sus com-

Obra citada.4 Ferrer-Crístiá,Ciafardini:

LOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974 13

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de obras de infraestructura y servi­cios urbanos.

S imultáneamente, la saturaciónde tierras en el centro de Rosario yel desarrolló del corredor norte,abren un proceso especulativó delsuelo que da lugar a una ola casiincontenible de loteos cada vez másalejados de la ciudad, que no cuen­tan con los más mínimos servicios.

En consecuencia, las viviendas dela clase trabajadora se localizan cadavez más lejos del centro, profundi­zando así permanentemente las con­tradicciones urbanas.

Como correlato lógico de esta si­tuación, durante este período se de­sarrollan y crecen las villas miserias.Se estima que la población actual delas villas de emergencia de Rosariollega a 120.000 habitantes, habién­dose superado su duplicación en elperíodo 60/74.

En síntesis, en poco menos de unsiglo, Rosario pasa de villa semi-ru­ral a segunda aglomeración urbanadel país, produciéndose la confor·mación de un centro urbano cuyodesarrollo, concentración y diversifi­cación económica, ecológica y de­mográfica no guarda relación conlos otros centros urbanos del área.Rosario es siete veces más grandeque todos los centros que compo­nen el Gran Rosario juntos y 28veces más grande que San Lorenzo(30.000 habl, segunda ciudad de la región. Por lo tanto se convierte enun centro que reproduce sobre suregión la estructura de dominacióny dependencia a la que se encuentrasometido con relación a Buenos Ai­res (algo más de siete veces másgrande que el Gran Rosario), repro­duciendo a escala regional, la con­tradicción del litoral con el resto delpaís.

Este proceso no hace más queprofundizar la distancia entre el cen­tro urbano y las áreas rurales endetrimento de estas últimas. El pro­ceso de urbanización bajo la depen­dencia yanqui, no sólo acrecienta ladesocupación del proletariado urba­no sino que en su asociación con losterratenientes, mantiene la estructu­ra de latifundios y produce el dete­rioro de la estructura social agrariaconvirtiéndola en expulsora perma­nente de población. Esta migra alcentro urbano que, al no ofrecerposibilidades reales de ocupación,determina inevitablemente que for­me el ejército industrial de reserva

(que puebla e incrementa acelera­damente las villas de Rosa,.io).

Esta formación, desarrollo y cam­bio de la estructura urbana se vedeterminada principalmente por lascondiciones de dependencia a la quese encontró y encuentra sometido elpaís, que articuladas con las relacio­nes de producción precapitalistas ex­presadas en el latifundio y las rela­ciones capitalistas predominanteshoy, completan los factores estruc­turales que inciden en lo urbano de­terminando lo qu,!! llamamos cursode urbanización dependiente.

A partir del análisis concreto rea·lizado sobre el caso de Rosario, in­tentaremos puntualizar algunos ras­gos propios de este curso:1. El proceso de urbanización de­pendiente produce un desigual desa­rrollo, concentración y diversifica­ción económica, ecológica y demo·gráfica de unos pocos centros urba­nos sobre otros del mismo país. Es­te fenómeno tiene sus causas en laarticulación de dichos centros a losintereses de las metrópolis imperia­listas.2. Este desarrollo desigual entrecentros y regiones del país depen­diente establece condiciones de pri­macía de ciertas regiones y/o ciuda­des sobre otras y produce la con­tradicción entre litoral y el resto delpaís.3. Como producto de este desarro­llo desigual se profundiza la distan­cia entre los centros y regiones ur­banas y las áreas rurales, en detri­mento de estas últimas, agudizandola oposición entre campo y ciudad.4. En la urbanización dependientela migración rural, que es atraída alas ciudades, no se debe al dinamis·mo productivo (industrial) de éstas,sino a la desintegración de la estruc·tura social agraria, debido al deterio­ro progresivo que provoca el latifun­dio y las relaciones productivas quela dominación imperialista y los te­rratenientes le imponen, convirtién­dola en verdadera expulsora de po­blación.

La tesis válida para los países de­sarrollados, por la cual el proceso deindustrialización da origen y se con­vierte en el término dominante delproceso de urbanizaci6n, en el casode los países dependientes, no secumple. En estos países la urbaniza­ción, que parte de la política delibe­rada de colonización y luego se ar­ticula a las distintas formas de depen-

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dencia sufrida por los mismos, de­muestra que en ellos el proceso de ur­banización va muy por delante del de­sarrollo de la producción industrialinterna. Por lo tanto la urbanizaciónantecede a la industrialización.5. El proceso de urbanización de­pendiente y las contradicciones ur­banas por él generadas tienen suraíz en la contradicción principalque vive la Argentina en la presenteetapa: la que enfrenta al imperialis­mo, los terratenientes y al gran capi·tal a ellos asociado con la claseobrera, los campesinos pobres y me­dios, la pequeña burguesía urbana ylos sectores patrióticos y democráti­Cos de la burguesía.

Contradicciones urbanas y lucha declases

Las contradicciones de la socie­dad argentina tienen su expresión enel plano de lo urbano como contra­dicciones urbanas, que pasan a for­mar parte de un plano específico enla lucha de clases. Intentaremos des­cubrirlas en el caso de Rosario y suregión.

En tal sentido es preciso, en pri­mer lugar, entender que dentro dela unidad estructural que es la ciu­dad, ésta no es un absoluto paratodos. La existencia de clases, capasy sectores hace que en ella coexis­tan varias formas de vida, diferentesprácticas sociales, las que, por unlado, se asientan en terrenos o zonasespecíficas y producen áreas social yecológicamente diferenciadas; al mis­mo tiempo, la ciudad monocéntricatiene un polo de atracción (el cen­tro) donde las clases y capas conflu­Yen, se mezclan y muchas veces seenfrentan. En este enfrentamientoSe presentan una serie de contradic­ciones principalés, que analizaremosen seguida, y toda una gama de con·tradicciones secundarias, tanto en elnivel de la ciudad como en el regio­nal, no suficientemente dilucidadas:las que afectan a la pequeña burgue­sía urbana, a los pequeños y media­nos inversionistas inmobiliarios, etc.;y aquellas que Se desarrollan regio­nalmente -entre Rosario y SantaFe, entre Rosario y las municipali­dades y comunas de la aglomeraciónIlletropolitana-. Por lo tanto, la ciu­dad aparece siempre como una enti·d~d eminentemente contradicto­rta. lI

Esta característica de la ciudad

LOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

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ESTRUCTURA RE610NAl-SEMIRADIAL

presenta en el plano socio-espacialtres efectos fundamentales que en elcaso de Rosario son altamente signi­cativos:

a. Marcado distanciamiento eco­nómico social y cultural entrela aglomeración urbana domi­nante y los restantes centrosurbanos y regiones periféricas;ello implica la agudización de1a contradicción campo-eiu­dad.

b. Desarrollo de una composi­ci6n social urbana altamenteestratificada con sectores de­socupados u ocupados ocasio­nalmente, numeroso "ejércitode reserva" de una industriatotalmente desproporcionada,respecto de las demandas ocu­pac ionales reales; agudizadapor el proceso de concentra­ción y centralización monop6-

8 Juan Carlos L6pez: "El problema ur­bano" ,Transformaciones, nO 19, BuenosAires, CEAL.

lica que produce en su desa­rrollo un doble movimientoen el incremento de la desocu­pación. Por una parte la con­centración monopólica vaacompañada de moderna tec­nología que sólo requiere ma­no de obra muy especializada;ello reduce el número deobreros tradicionalmente ocu­pados. Pero, a~ mismo tiempo,el proceso de centralizacióndetermina el cierre de nume·rosas empresas menores, detecnología atrasada y de ocu­pación de mano de obra in·tensiva, lo que contribuye do­blemente al incremento de ladesocupación. Es evidente queel gran crecimiento de la po.blación de las villas miseriaen el período 1950170 provie­ne de la combinación del lati­fundio en el campo y la con­centración y centralizaciónmonopálica en ciudad.

c. Como resultado de este proce­so aparece la yuxtaposici6n

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ecológica contradictoria entreun sector urbano "desarrolla­do" con todos los servicios in­fraestructurales y comunita­rios y sectores carentes de to­do sisterna de servicios, agudi­zándose así la segregación so­cial interna de la ciudad. 9

Dentro o~1 marco definidopor es tos tres efectos fun­damentalez tomaremos tres delos fenómenos más significati­vos de~ caso de Rosario, paradeternlin¡.~ las contradiccionesespecífi~~s que ellos produ­cen: 1. la generación de unaestructu ra semi-radial mono­céntrica; 2, el fenómeno deexpansión continua y descon­trolada del área"urbanizada";y 3. el fenómeno de segrega­ción socio-ecológica.

La estructura semi-radialmonocéntrica

Como hemos visto, a través delanálisis del proceso de urbanización,la estructura~ semi-radial monocéntri­ca se produce con el advenimientomismo de Rosario como ciudad. Elpuerto actúa como foco y los ferro­carriíes producen los radios conver­gentes a él.

Luego aparece ef automotor y fascaminos pavimentados que, ubicán­dose paralelos a las vías del ferroca­rril, convergen hacia el mismo foco,el puerto, consolidando el esquema.A partir de la etapa de "sustituciónde importaciones" el puerto pierde'Jig~ncia pero el foco se mantiene,,:l qU€ el área central inmediata a~~, se convierte en el centro comer­cial-~inanciero y administrativo.

El monocentrismo, forma generalde la ciudad capitalista, se ve acen­tuado en las condiciones de depen-

9 Estas características que pueden resu­mirse en ia existencia de un permanentey agudizado proceso de desequilibrio ysegregación socio-ecológica no resultan fe­nómenos absclutamente originales de laurbanización dependiente. Sus aspectosbásicos corresponden a las leyes genera­les del comportamiento socio-ecol6gicoen el sistema capitalista. Su originalidadrelativa puede encontrarse, en la agudiza­ción extrema de los procesos y en otroscasos en las formas de ocupación y distri­bución espacial particulares. Para ver estopodemos comparar la generación, formay localización de las villas de emergenciade nuestras ciudades con la forma queadoptan las "slums" de las ciudades yan­quis.

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dencia, ya que para el uso de ciertosservicios (comerciales, bancarios, sa­nitarios, etc.) actúa no sólo comofoco del área urbana sino de unaamplia zona rural.

Al concentrar la suma de funcio­nes urbanas (gestión administrativa,niveles superiores de educación, lamás alta c<?mplejidad de los serviciosde salud, los comerciales y de entre­tenimiento) el centro atrae un flujomasivo de personas que en la estruc­tura radial monocéntrica, generaproblemas de accesibilidad agudos,produciéndose los clásicos congestio­namientos del tránsito y de lostransportes colectivos, endémicos detodas nuestras ciudades.

No es necesario profundizar de­masiado para comprender que quie­nes sufren más dlamáticamente estascontradicciones urbanas propias delmonocentrismo son las clases popu­lares.

La expansión urbana descontrolada

El aumento de población en lasúltimas décadas, producto, funda­mentalmente, de la migración rura',la natural forma de crecimiento dela estructura semi-radial monocéntri­ca, la falta de inversión en serviciosurbanos, tanto del sector privadocomo del estatal, la casi inexistenciade control sobre los valores del sue­lo, producen una expansión urbanadescontrolada cuyos rasgos funda­mentales son:

a. La subdivisión indiscriminadade la tierra con carácter espe­culativo.

b. El desarrollo de arnp'ias zonas"urbanizadas" con profundasinsuficiencias y alto costo delos servicios.

Estos dos fenómenos se articulanentre sí; y la mayoría de la e/ase

obrera está condenada a ViV!f s;n losservicios mínimos de infrae~tructu­

ras, en zonas cada vez más alelJúu:del centro o a incrementar Ins '"illa~

miseria en condiciones ¡n':':1;',lJP~a'

nas de vida, siendo los pr¡"ci~,~j,~,:

beneficiarios de esta situación lo~ ~,:,

peculadores urbanos.

La segregaci6n socio-ecolóCici1

Consecuentemente co: , ;GS d(l.

fenómeno~ descriptos, e interreléic.·o·nada con eJlos se producf: t':J . 1,):", e:', ',1

ción soci()~eco'ógica d{r; l..~,; C-;lt=J,,';; \j

clases sobre el territv"¡ o.

En las estructuras radiales mono­céntricas esta segregación se realiz·adesde el centro, donde se asienta lagran burguesla, hacia la periferiadonde vemos ubicados Pon forma S~­

cuencial a la burguesía media, la pe­queña burguesía y el proletariado.Las villas miserias se distribuyen enun cordón que separa a la pequeñaburguesía de las áreas ocupadas porel proletariado. Esto en Rosario sedebe particularmente a la existenciade tierra ferroviaria en desuso, pro­ducto del levantamiento del anillode vfas más antiguo, pero respondetanlbién al hecho de que el habitan·te de 'as "villas", por un requeri­miento de subsistencia, debe asen­tarse lo má~ cerca posible de lasáreas centrales o de las fuentes detrabajo (puerto, frigorífico, fábricas)para poder optar ya sea por las ta­reas de "cirujeo" (área central) opor ocupaciones á dest3jo en loscentros industriales, puertas, ferro­carriles y construcción.

Vemos as!' conso::dada la ciudadcomo entidad contradictoria. Dentrode su unidad estru~tural se proyec­tan sobre el terrí to:'ia nítidamenterecort~~3S las cld~~ 15 y capas sociales;por un lado ap;lr,;ce la "ciudadobrera" conforrrlcJua por las vivien­das deJ prületd(ldOO, gran cantidadde ta:leres V T~f ;)(;(;,]s y el cordón de"villas rniseria·. Sus rasgos funda­mentales svn

a. s~J gréU~ ~Jxtensión territorialdonde predominan viviendasde unl :;ola planta, y las pre­cG,;as Lonstrucciones de las vi­Jlile;:

b. la l;arencia casi to'tal de servi­cios urbanos, tanto infraes­tn.:ctIJraies (pavimento, cloa­c(~s, desagües, etc.) como co­rrtllnitarios (escuelas, centrossanltGrios, transporte, etc.)

C01-no paío antagónico se presen­ta el cenTro, asiento pri ncipal delrnpediltismo y la gran burguesía-~·ro héJcia el cual también son

atrat'dos sectores de la burguesíamedia ''¡ de la pequeña burguesl'a­qL:e constituye el foco dominantede 'a ciudad y su región. Sus carac­~en'sticas principales son:

a. Su pequeña extensión territo­rial con al to grado de concen­tración.

u La suma total de los servicios,urbanos tanto infraestructura­If:~ como conlunitarios.

c. Concentración de los más al-

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SEGREGACION SQCIO-ECOLOGICA ff

VILLAS MISERIA

CLASE OBRERA

PEQUEÑA BURGUESIA

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PEQ BURGUESIA CLASE OBRERA ....,\,,,,

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GRAN BURGUESIA

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~-LOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

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tos valores de la tierra urbanay la mejor "calidad" de cons­trucción edilicia del área.

d. Resume en sí mismo a loscentros financiero, comercial,administrativo y poi ítico quetienen alcance regional.

Entre estos dos poi os se encuen­tra la "ciudad de la pequeña burgue­sía" que actúa como área de transi­ción. Como tal, su configuración esheterogénea: desde las característi­cas del área central, en la zona enque la rodea, hasta llegar a confun­dirse y mezclarse con los barriosobreros; se genera así un cordónmixto donde se entrelazan sectoresde pequeña burguesía con proleta-riado. ·

La segregación socio-ecológica nosupone solamente una diferenciaciónfuncional o territorial, sino que sig­nifica mucho más profundamenteuna diferente apropiación social delespacio urbano.

La ausencia de servicios urbanosseñala una carencia cuantitativa delos mismos, y establece también unadiferencia cualitativa en la forma devida cotidiana, articulándose profun­damente con la explotación a queestán sometidas las clases populares.

De estos fenómenos emergen lascontradicciones urbanas que setransforman en reivindicaciones ur­banas, como parte del proceso delucha revolucionaria.

Si se considera el sector urbanodonde se asienta, primordialmente,la clase obrera puede verse cómo elanálisis, barrio por barrio, va deter­minando cuáles son las reivindicBcio­n83 urbanas más sentidas.

Para este análisis debemos consi­derar separadamente al sector delproletariado que logró llegar a serpropietario de su vivienda o que porsu nivel de ingresos y estabilidad enel trabajo tiene la posibilidad deafrontar un alquiler y el sector declase obrera de más bajo nivel deingresos, los ocupados ocasionalmen­te y' los desocupados que habitan I,as"villas miseria".

Para el primer grupo las dos rei­vindicaciones más constantes y sen­tidas son· las de pavimento V cloa­cas, sumándose a éstas, en medidaun poco menor, las de desagües plu­vaBes. Estas tres se aúnan creandoserios problemas, como el de lasinundaciones cíclicas, que se produ­cen en las épocas de abundantes llu­vias o por el desborde de los arro-

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Vos que cruzan la ciudad, V qUE:traen como consecuencias, el barro,la contaminación V estancamientosde las aguas, etc., causantes de gra­ves problemas de transporte y salud.

A estas tres demandas más gene­ralizadas se suman una variedad denecesidades cuya carencia es mássectorial: agua corriente, electricidady alumbrado público, teléfonos pú­blicos, dentro de los requeri mientosinfraestructurales. Las demandastambién abordan el plano de los ser­vicios comunitarios: asistencia médi­ca, eliminación de basurales con suspeligros de contaminación y su pro­ducción de olores, escuelas, guarde.rías, transporte masivo, etc.

El segundo sector, el más sumer­gido de todos, antepone al conjuntode reivindicaciones anteriores la dela tierra que ocupan y la de unavivienda digna, que pasan a ser suscontradicciones urbanas pri ncipales.A estas dos se les suma una variedadde contradicciones urbanas secunda­rias en relación a las primeras: desdeel arreglo de los pasillos de las villasy su iluminación, la habilitación deguarderías V dispensarios médicos, la

provisión de agua corriente, alcanta­rillado y desagües pluviales hasta pa­vimento, cloacas V transporte.

Estos problemas constituyen elcentro de la lucha reivindicativa delas masas populares para resolver lascontradicciones urbanas a que seven sometidas, articulándose con lalucha política- (lucha de clases), enel camino de la toma del poder,como expresión de ésta en el planoespecífico de "10 urbano".

Esta articulación e interrelaciónentre lucha reivindicativa y lucha po­lítica lleva a un hecho fundamental:la resolución de las contradiccionesurbanas sólo será posible a parti r dela resolución de las contradiccionesestructurales que le dan origen. Esdecir que para que se resuelvan afondo las contradicciones urbanas sedeberá romper con la dependencia.

De la lucha reivindicativa a latransformación revolucionaria10

El paso de lo reivindicativo al de

10 La transformación revolucionaria nopuede ser pensada al margen de la luchaarmada; al respecto la ciudad es su esce­nario material. Es en tal sentido que que­da planteada la necesidad de investigar larelación específica de la forma urbanacon los planes de control policial V mili-

la transformación revolucionaria pre­senta una tarea central en el planoespecífico de lo urbano: la reformaurbana. Esta deberá articularse nece­sariamente con una reforma agrariaque liquide el latifundio, recompo­niendo la estructura social y produc­tiva en el campo, a fin de revertir sucarácter de expulsora permanente depoblación.

En esta articulación de tareas re­volucionarias ubicamos la implemen­tación de una reforma urbana queexpropie sin indemnización las pro­piedades de la oligarquía terrate­niente y los monopolios extranjerosy el gran capital a ellos asociados,elimine el carácter mercantil de lavivienda y del suelo urbano, suprimalos alquileres especulativos que noguardan proporción con el ingreso,cree las condiciones para la desapari­ción progresiva de la segregaciónecológica-social, desarrolle planes devivienda populares, dando prioridada los sin techo y reduciendo así lacrisis de la vivienda.

Esta reforma urbana deberá, en elcaso específico de Rosario, resolverel problema de vivienda de los12.<J.000 habitantes de las "villas mi·­seria", dotar con servicios urbanosel conjunto de los barrios obre­ros; teniendo principalmente encuenta el cíclico problema de lasinundaciones; al mismo tiempo queva implementando las medidas dereestructuración urbana que trans­formen el monocentrismo, controlenla expansión y eliminen la segrega­ción socio-ecológica. En este senti­do, la expropiación de las 30.000unidades de vivienda vacías queexisten hoy en Rosario y su redistri­bución democrática, la puesta enmarcha de planes populares de vivien­da con la participación organizada Vdemocrática de sus futuros habitan­tes, un plan prioritario de obras yservicios públicos, la construcciónde los emisarios que resuelvan elproblema de los desagües pluvialesdando término a las secuelas delas inundaciones# son algunas de lasmedidas concretas que se deberánllevar adelante.

tar de las clases dominantes V la poten­cialidad ,del uso militar de la misma porla clase obrera V el pueblo. Esta investiga­ción, en Rosario, tiene un centro princi­pal: se debe partir del análisis materialistadel rosariazo, como fenómeno específicode la articulación de la lucha de clasesexpresada en el terreno de lo urbano.

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Ediciones LA ROSABLINDADA

VIETNAM VIETNAM

ID

HoChiMinh

SELECCIONDE ESCRITOSPOLITICOS

EDICIONES LA ROSA BUNDADA

Trang Cong Tuong /P. Thanh VinhEl Frente de LiberaciónNacional, símbolo de laindependencia, la democracia yde la paz en Vietnam del Sur

Vo Nguyen Giap /Nguyen Chi Thanh /Troung Son / Cuu Lon /Van Tien Dung / Chien BinhSelección de escritos militaresvietnamitas

Comisión de estudios de lahistoria del Partido de losTrabajadores de VietnamBreve historia del Partido de losTrabajadores de Vietnam

Le DuanSobre la revolución socialistaen Vietnam

Pahm Van Dong25 años de lucha y edificaciónsocialista

HO CHI MINH

SELECCION DE ESCRITOSPOllTICOS (340 pp.)(con un extenso estudiopreliminar de Enrica Col/ottiPischel titulado La tierravietnamita, Lenin y Mao enla formación de laestrategia de Ho Chi MinhJ

TRUONG CHINHLa resistencia vietnamitavencerá

Vo NGUYEN GIAP

1. El hombre y el arma

11. Guerra del pueblo,Ejército del pueblo

111. Guerra de liberación(poi ítica/estrategia/táctica)

IV. Fuerzas armadasrevolucionarias y Ejércitode liberación

LE DUAN

La revolución vietnamitaEI papel de la claseobrera vietnamita en larevolución.

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Políticasde planificacióny vivienda

Contesta:Carlos A.Borsani·1. SI bien la pregunta supone deantemano una valoración impl ícitade las condiciones estructurdles quedeterminan la conformación del te­rritorio nacional, no como hechoparticularizado, sino como constanteverificable en los territorios invadi­dos, colonizados y ocupados, pro­ducto de la expansión capitalista, esnecesario remarcar previo a cual­quier consideración, que las causasque disponen el ordenamiento delterritorio son detectadas en todaexpresión, no ya del problema ur­bano específico, sino de cualquierotra manifestación del conjunto so­cial que lo determina, ya en su ca­rácter de protagonista o espectadorde su proceso histórico.

El proceso histórico de nuestropaís es contenedor expresivo de laspolíticas que lo han modelado. Ensu transcurso dos ideas pugnan per­manentemente por determinar el es­pectro continental y vemos cuál deellas es prioritaria en la configura­ción actual del territorio. La idea deunidad nacional, herramienta y obje­tivo a alcanzar por los protagonistasde la primera emancipación america­na, reflejan un estado de concienciaterritorial indispensable para lograrla unidad de concepción y acciónde un Pueblo que ha determinad¿decidir sobre su propio destino. Esteproyecto de Liberación no conclui­do es antagónico al proyecto impe­rialista, en el que uno de sus basa­mentos de ocupación es la fracturasistemática de las fuerzas que seoponen a su necesidad de domina­ción, control y posterior expropia­ción de las riquezas.

La hegemonía imperialista en lospaíses periféricos, en distintos perío­dos y con distintas estrategias, halogrado consolidar la dependencia.La balcaniza~ión del territorio es elcorrelato geopol ítico de ese proyec­to.

Es evidente que nuestro paísno escapa a estas consideraciones¡Jrevias, y su configuración territo­rial evidencia signos inequívocos deesta afirmacióh. Su dominante ca-

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1:11I< 11 fI",,~n l.

PREGUNTA 2: ¿Cómo influyen enla realidód del problema urbano yde la vivienda popular la tecnologíaurbana y la construcción masiva ac­tualmente estimulada?

PREGUNTA 1: La estructura depen­diente de nuestro país reconoce ca­racterísticas particulares, tanto en laconfiguración urbana nacional. co­mo en la estructura interna de lasciudades. ¿Cómo definiría esas ca­racterísticas, sus causas y las contra­dicciones sociales que generan?

PREGUNTA 3: ¿Qué caminos con·crpto~ 'mtl:¡;l(;¡; deberié' n tomarse enlas políticas especIficas vinculadas aldesarrollo urbano y la vivienda po­pular para encarar tie fondo las ne­cesidades populares?

En este número, Los Libroscomienza la publicación de lasprimeras respuestas a una en·cuesta sobre políticas y tecno·logías de la vivienda popular,configuración urbana y su rela·ción con la estructura socio-eco·nómica argentina. El cuestiona·rio fue el siguiente:

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racteri~ación lo define como pafsagroexportador en relación depen­diente con las necesidades estratégi­cas de insumas y materias primas delos centros de poder; el anacronismodel sistema de comunicaciones con­figurado como infraestructura de ex­plotación y drenaje, no de desarro­llo integrado, son determinantes dela estructura urbana nacional.

Esta forma de asentamiento ini­cial, en continuo proceso de defor­mación, queda aún más consolidada,

.en tanto se le superponen las nuevasestrategias de la dependencia, dondelas estructuras urbanas y su relaciónCon la región en que se localizan seredefinen como núcleos neurálgicosde producción y consumo.

Las reglas que ello impone la ale­jan de la lógica que deviene de unaplanificación de uso social colectivo.Este hecho no sólo es veri ficable enlas áreas metropolitanas del territo­rio, sino que se hace extensivo alocalizaciones urbanas de periferia,en donde adoptan para sí y comoun producto más de la colonizacióneconómica y cultural de la depen­dencia, el modelo degradado de lametrópoli.

En sfnte:)is, se hace posible visua­lizar que la poi ftica y estructuras dela dependencia quedan reflejadas enel territorio en una ecuación incues­tionable, explotación = drenaje =enajenación. A ello debemos agregarla existencia de una base jurídicaque ayuda a su canonización, impo­sibilitando ordenar el espacio urba­no y territorial como fuente de re­Cursos y patrimonio de la sociedadque lo conforma.

El soporte ideológico impregnaimplícita y explícitamente los ins­trumentos y las instituciones que re­Producen y consolidan en formaPermanente las causales de la depen­dencia. El desmantelamiento de launiversidad liberal, uno de sus ba­luartes más representativos, debe serobjetivo prioritario de los que enella actuamos en la etapa ·quevivi­mas.

12. Reconocer la vivienda popularcorno una predominante preocupa­ción política del gobierno nacional,la descoloca del marco retórico ydemagógico de gobiernos preceden·tes, para trasladarla al plano de losObjetivos nacionales de la etapa. Es-

lOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

to queda evidenciado en el aumentode las inversiones en el sector, y enla preocupación sostenida expresadaen los objetivos del Plan Trienal.

La correcta estructuración de laproblemática apunta a resolver pro­gresiva y simultáneamente un pro­blema social acuciante, como es elde la vivienda, como así tambiénincorporar al aparato productivo aimportantes sectores activos de lapoblación, abriendo posibilidades detrabajo estable que favorecen el des­pegue económico que la etapa nece­sita. Se hace necesario reconocerque la puesta en marcha de esteproyecto genera un proceso que re-

quiere ser apuntalado, desarrolladoy consolidado pcr los agentes direc­tos que en él participan; que el mis­mo demandará reajustes permanen­tes que le son propios a la acciónmisma de mate:;alizaci:>n, ya que és­ta, por su carácter dinámico, pro­pondrá nuevas ~nst3ncias de accióntécnica y de gestión v control.

Reflexionando ~ob,~ este aspec­to, es dable ver hoy que en el inten­to de materialización de los objeti­vos poi {ticos del plan de viviendasformulado en el Plan Trienal, apare­cen contradicciones propias de inte­reses sectoriales, incompatibles conel objetivo económico-social delGobierno Pop'Jlar. El desabasteci­miento de insumas para la construc­ción, con la consecuente creacióndel mercado paralelo, como la faltade una legislación de uso y disponi­bilidad del suelo urbano, trasladanal usuario cargas económico-finan­cieras que resquebrajan el equilibrioinestable pero necesario que exige lamaterial ización de esta etapa.

El desarrollo de esta polftica enel sector, requiere a la fecha unamayor ingerencia de los agentes delaparato del Estado y una efectivaparticipación hegemónica del sectorsocial a que está dirigida la resolu­ción del problema. Ambos son ga­rantía de persuasión popular e insti­tucional para el logro de este objeti­vo.

3. La implementación polftica en elsector exige la puesta en marcha depoi áticas específicas que deben arti­cularse estratégicamente, compatibi­lizando la interacción de interesesde los agentes en juego.

La predominancia de justicia so-

cial debe ser asumida más que comouna consigna como una práctica co­tidiana que transforma en irreversibleslos hechos poi íticos producidos enfavor de los sectores sociales quehan estado faltantes de ella.

Tanto la solución de los proble­mas de desarrollo urbano comolos específicos de vivienda popular,deben implicitar en su práctica yacción poi t'tica este objetivo. Se ha­ce necesario por lo tanto, fortalecercon una legislación y acción conse­cuente, el poder de decisión del Esta­do sobre el territorio urbano y ru­ral, que como depositario de la vo­luntad de transformación del Pueblole pertenece. Una efectiva acción delos mismos permite implementar po­líticas de planificación, que hacende la organización espacial del terri­torio y de la ciudad una realidadpalpable, que hará del sujeto socialque en él habita, un activo partícipeen la gestión del mismo.

La capacidad instalada con queactualmente cuenta la industria dela construcción, es consecuencia deuna poi ítica a nivel nacional, quesólo estuvo dirigida a consolidar loslazos de dependencia. Esta evidenciauna atrofia tecnológica, administra­tiva y de producción que debe sersuperada a corto plazo, con la ayu­da de una poi ítica crediticia, apoya­da en una producción sostenida quepermita el equipamiento y despeguede la pequeña y mediana empresa.

El Estado, en la perspectiva defortalecer su poder administrativo yde regulación económica, deberáaplicar en la coyuntura mecanismoscomplementarios tales como empre­sas testigo, cupos de producción,subsidios, etc.

No debe quedar ausente la consi­deración de la real y auténtica parti­cipación del sujeto social, ejecutordirecto y depositario de la políticaque el Gobierno Popular encara enel sector. La exigencia de su prota­gonismo organizado debe ser el mo­tor fundamental en la conquista ymodelación de su propio entorno.

En tanto las consideraciones téc­nicas explicitadas presuponen la to­ma de posición ante el cuestiona­miento planteado, éstas cobran susentido en el contexto del compro­miso asumido como militante delMovimiento Peronis~a.

Carlos A. Borsani. docente en la Facultadde Arquitectura de Rosario V directo.. de'Inst.de Planeamiento Territorial V Vivienda

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Contesta:EdgardoCapettini1. Una economía dependiente consu punto focal en Buenos Aires,produce una configuración urbananacional que la refleja. Buenos Ai­res, la antigua ciudad puerto, metró­poli de transición a lo largo de suhistoria con los países imperialistasque dominaron nuestra economía,sigue siendo la boca por donde seconsume la mayor parte del produc­to br-uto interno. Centro de consu­mo que refleja y compite con laspautas de las metrópolis de los paí­ses capitalistas, es también el lugarcomún por donde se exportan lasganancias que extraen los monopo­lios de sus inversiones. Centraliza ensu área un alto porcentaje de la pro­ducción industrial, administración,gestión y distribución a través de uncomplejo de intermediación que im­plica esta estructura dependiente.Ello genera grandes desequilibriosregionales y urbanos, reflejados engrandes áreas marginadas del desarro­llo, con mínima participación en elP.B.N. Bajísima densidad poblacio­nal, agravada por el éxodo hacia lametrópoli en busca de mejores hori­zontes para la subsistencia. Es asíque Buenos Aires, y su área, crecendes mesuradamente, convirtiéndoseen el pivote de una estructu ra ma­crocefál ica.

El área del Gran Buenos Aires,como foco de industrialización,combinada con la estructura latifun­dista de gran parte de las áreas pro­ductivas agn'colas ganaderas, el mo­nocultivo en otras, han generado du­rante largo tiempo, pobreza, atraso,mano de obra errante. La imposibili­dad de acceso a la tierra de ampliossectores de la población rural, gene­ra e.1 éxodo a Ias grandes ciudades,sin posibilidades concretas de em­pleo. En gran parte mano de obrano calificada para las necesidades deuna tecnologe'a externa inserta en laestructura económica, crea una si­tuación inestable, sin posibilidadesde alojamiento, genera el fenómenode las villas que se establecen en elcinturón urbano, o en terrenos fisca­les, sin infraestructura de serviciosen áreas centrales. Conforman éstasun alto porcentaje de la poblacióntrabajadora sin empleo fijo, margina-

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do de leyes sociales, o con estabili­dad precaria, conformando un con­glomerado con las características so­ciales y condiciones del habitat yaconocidos. Contrasta esto último enel plano urbano y arquitectónicocon las características de las áreascentrales. Grandes edificios admi nis­trativos públicos y privados, dondese emplea tecnología de alta sofisti­cación. Areas habitacionales de altacalidad, para sectores de ingresos al­tos, grandes obras de infraestructuray de comunicación vial, como con­secuencia de paliar las contradiccio­nes que ha generado la inserción desectores de economía externa, parael consumo, sin planificar, que hahecho obsoletas las estructuras urba­nas, tempranamente en relación anuestro desarrollo, capacidad de in­versión, es decir una economía de­formada que se refleja en los planosde la estructura general física, regio­nal y urbana.

2. Por la respuesta al punto anteriorpodemos deducir que la solución alas contradicciones que genera el de­sarrollo urbano hay que buscarlas enel plano de la estructura económicanacional y regional, y no plantearlocomo un problema circunscripto decaracterísticas autónomas donde elcrecimiento desorbitado tiene unsigno fatalista sin remedio, y que lasolución es adecuar las estructurasurbanas en el sentido del cambio odel progreso. Las soluciones tecnoló­gicas aplicadas a nivel urbano porotro lado han probado en las gran­des metrópolis su corto alcance,provocando a veces efectos contra­dictorios u opuestos a los buscados.Las zonas mejoradas en infraestruc­tura urbana generan valorización dela tierra. Esta es una tarea que laasumen los organismos de gestiónpública con la inversión nacionalmunicipal o provincial. Este valoragregado es usufructuado por lossectores privados, como base del au-

. mento de precios y de réditos en lastransacciones inmobiliarias. Estopone a los sectores de menor~s re­cursos en condiciones de imposibili­dad para la adquisición de una par­cela de terreno para la construcciónde su vivienda, o para la adquisiciónde una unidad en propiedad hori­zontal. Ubicación, servicios, escue­las, etc., son tomados como privile-

gios, y no como derechos irrenun­ciables. Ello empuja a estos sectoresa la periferia urbana con mínima oninguna infraestructura de servicios.Esto implica que los mejoramientosurbanos son generalmente usufruc­tuados por los sectores de recursosmedios y altos, con posibilidades deacceso más o menos directo a lavivienda, aunque en el caso de lossectores medios a veces con sacrifi­cios en la economía familiar. Estemec~nismo que se retroalimentacontinuamente extiende los Ifmitesurbanos, ayudado también por lasbajas densidades de la periferia, inva­de los cinturones verdes, genera lar­gas distancias a los centros de tra­bajo, con los problemas de transpor­tes que implica y altos costos defuncionamiento y mantenimientocon serios déficits para la adminis­tración pública.

La construcción masiva de vivien­das se inserta dentro de esta estruc­tura y es probable que acelere estosciclos. Los complejos urbanos de va­lor positivo que se realizan a inicia­tiva del estado con los, nuevos con­ceptos sobre diseño generan en suentorno valorización de la tierra, re­pitiendo el mismo ciclo enunciadoen lo que respecta a la iniciativaprivada. Es por ello que la construc­ción masiva de viviendas dentro delas áreas urbanas debe estar íntima­mente ligada al control y uso de latierra urbana y su periferia, el cintu­rón verde urbano, por parte de losorganismos públicos. Necesariamentedebe encararse este par integralmen­te para posibilitar su crecimiento ar­mónico, libre de los factores distor­sionantes propios de la ley de laoferta .y la demanda agravados porla especulación. Un plan urbano queno se asiente sobre este aspecto fun­damental está destinado al fracasosuponiendo que parte de la base dequerer soluciones integrales y nosimples fomentos que alivian perono curan.

3. Si somos consecuentes con lo res­pondido en la primera pregunta, y conlas conclusiones a la pregunta segun­da, debemos pensar que la solución seenmarca en el plano de las poi áticasglobales a nivel nacional, regional Yurbano. No estoy en condiciones dedar una respuesta ajustada en esteplano, los Iimites del trabajo tampo·

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Co lo exigen, pero creo que debe­mos apuntar en algunas direccionesconcretas. Si pensamos en el proble­ma de la vivienda como un servicioa la comunidad al igual que la saludo la educación, sin fines de lucro,como necesidad irrenunciable de lapoblación, es el Estado con este cri­terio quien debe asumir la soluciónintegral de las necesidades popula­res. Si bien gran parte de la cons­trucción de viviendas se financiacon crédito estatal, es cierto quegrandes sectores de bajos ingresosno tienen acceso al mismo ni capaci­dad de amortizar las cuotas requeri­das. Por otro lado las aspiracionesde la vivienda propia se alejan en elsentido de que el costo de la cons­trucción crece más rápidamente queel poder adquisitivo del salario.Aquí no entran en juego los meca­nismos de la oferta y la demanda,POrque la demanda potencial existe,Pero no puede ser satisfecha dentrode ese entorno. Al margen de lasmedidas económicas de coyunturaque pudieran ponerse en prácticaPara que no exista este desequilibriocreciente, si el estado se hace cargode la vivienda como servicio enton­ces el salario. se potencia en su po­der adquisitivo real. Pero aquí surgela pregunta: ¿de dónde saca el esta­do los fondos para este servicio?No podemos utilizar solamente elcriterio inmediatista de recursos através de impuestos. Ello es posiblecon la capitalización del estado y através de él, de las mayorías popula­res, en este caso a través de esteservicio, mediante cambios profun­dos en la estructura económica quesignifica en suma la ruptura de ladependencia, a través del desarrolloautosostenido generando tecnologíaPropia. Aclaro que el sentido delservicio no significa "vivienda gratui­ta" sino ajustar la amortización dela inversión de acuerdo a la capaci­dad de los distintos sectores necesi·tados.

En otro plano vinculado a loesPecífico, la necesidad de una pro·fUnda reforma agraria para queacompañando un crecimiento econó­Illico y una redistribución de la ri­queza, al generar fuentes de trabajo~~ga como consecuencia una redis-t1bución poblacional revitalizando

estrUcturas urbanas del interior y~Vitando la migración interna haciaas áreas urbanas centrales. Conse­CUentemente generar polos de desa-

lOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

rrollo industrial que acompañen lasnecesidades de crecimiento agrariocomo éste acompaña el desarrollode las industrias básicas, es decir de­sarrollo equilibrado de la industriapesada y liviana dentro de las cualesse inserta la elaboración de insumospara la industria de la construcción.

En el plano específico, movilizaramplias capas de la población rural,semi-rural y urbana, en la construc­ción de viviendas que acompañen elcrecimiento económico de esasáreas. En este sentido, quizá partede la población flotante de las áreasurbanas centrales, revierta su migra­ción hacia el interior, permitiendodisminuir la inversión en dichasáreas para aplicarlas en las nuevas endesarrollo. En este camino la genera­ción de una tecnología acorde conesta mano de obra direccionada enun sentido de potenciar el capitalhumano con baja intensidad de capi­tal tecnológico necesario en primerainstancia en otros campos de la in­dustrial ización. Industrializaciónpaulatina de la construcción en fun­ción de la capitalización interna quegenera este crecimiento que debebeneficiar a las mayorías populares.Dirección de este proceso en manosdel estado con participación de laspequeñas y medianas empresas de laconstrucción e industrias afines pa­ralelo al crecimiento de una indus­tria estatal que asegure la provisiónde insumos allí donde el capital in­tensivo es preeminente para asegurarcostos, calidad y cantidad. Formasintermedias de organización coope­rativa, incluido todo el conjunto enuna planificación nacional y regional.estimulando la creatividad, las ca­racterísticas regionales tecnológicasy el factor humano.

En otro orden de cosas elimina­ción de los procesos de intermedia­ción que elevan inútilmente los cos­tos. En lo que hace al aspecto pro­fesional específico impulsar un siste­ma racionalizado de medidas paraintercambiar partes de distintas ra·mas en una coordinación modular.Optimización de proyectos y cons­trucción por todo lo antedicho ba­jando costos no en base de reduc­ción de superficies habitables, comoes costumbre cuando se habla devivienda popular.

El arquitecto Edgardo Capettini es docen­te en la Facultad de Arquitectura de laUniversidad Nacional de Rosario.

Edicionesde la FlorlOS liBROS BU MISLIBRO - Ariel Denis: Una novelareducida a su más amplia expre­sión. Su tema: ¿es la biblioteca unmundo o lo que sucede es que elmundo es una biblioteca? Si lapropuesta es una "revoluci6n cul­tural". queda al lector que se re­conozca decidirlo.

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EDICIONES DE LA FLORUruguay 252 - 10 BBuenos Aires

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El problema urbanoSelección "bibliográfica

Esta selección, organizada por el arquitecto Luis Strok, está dirigida a presentar una serie de materiales que contribuyena aportar a una polémica actual alrededor del problema urbano y el rol del profesional, insertados en el contextoeconómico, político e ideológico que los condiciona.

A - SOCIOLOGIA URBANA

A. Korn, La historia construye laciudad, Buenos Aires, EUDEBA.

G. Chabot, Las ciudades, Madrid,Labor.

L. Reissman, El proceso urbano, Bar­celona, Gustavo Gilli.

Pierre George, Sociologfa y geogra­fía, Barcelona, Península.

Jane Jacobs, La economía de las ciu­dades, Barcelona, Península.

Jane Jacobs, Vida y muerte de lasgrandes ciudades, Barcelona, Penín­sula.

J. Páez, El conventillo, Buenos Aires,Centro Editor de América Latina.

Mario Gaviria, Campo, urbe y espa­cio del ocio, Madrid, Siglo XXI, Es­paña.

Manuel Castells, Problemas de inves­tigación en sociología urbana, Ma­drid, Siglo XXI, España.

Henri Lefebvre, De lo rural a lo ur­bano, Barcelona, Península.

Henri Lefebvre, El derecho a la ciu­, dad, Barcelona, Península.

B - OCUPACION DEL ESPACIOURBANO, ROL DEL PROFESIO­NAL E IDEOLOGIA

Federico Engels, Contribución al pro­blema de la vivienda, Buenos AiresCartago.

Federico Engels, La situación de laclase obrera en Inglaterra, Buenos Ai­res, Futuro.

Fernando Ramón, Ideología urbanís­tica, Madrid, Comunicación-Serie B.

H. Meyer, El arquitecto en la lucha de

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clases y otros escritos, Barcelona, Gus­tavo Gilli.

Roberto Segre, Arquitectura, sub­desarrollo y revolución, Buenos Aires,Cuadernos Summa-Nueva Visión.

Henri Lefebvre, La revolución urba­na, Madrid, Alianza Editorial.

Mario Corea, Hacia una dimensiónsocio-poll'tita de la arquitectura y elurbanismo, Universidad Nacional deCórdoba.Mario L. Corea y otros, Con1:ribucióna un enfoque crítico del diseño, Bue­nos Aires, Librerr'a Técnica CP. 67.

C - PLANI FICACION, OCUPACIONDEL ESPACIO URBANO Y DEPEN­DENCIA

Manuel Castells y otros, Imperialis­mo y urbanización en 'América Lati­na, Barcelona, Gustavo Gilli.

Alberto Luis Cignoli, La organiza­ción del espacio nacional, Buenos Ai­res, Revista Ciencia Nueva N° 18,1972.

Marta ,Schteingart, Urbanización ydependencia en América Latina, Bue­nos Aires, Ediciones SIAP.

E. Pradilla y C. Giménez, Arquitectu­ra, urbanismo y dependencia neoco­lonial, Buenos Aires, Ediciones SIAP/Planteas.

Richard M. Morse, La investigaciónurbana latinoamericana, Tendenciasy Planteos, Buenos Aires, EdicionesSIAP.

Osear Yujnovsky, La estructura in­terna de la ciudad, el caso latinoa­mericano. Buenos Aires, EdicionesSIAP.

Osear Yujnovsky, Revisión histórica

de la política de vivienda en la Argen­tina desde 1880, Buenos Aires, Cua­derno Summa N° 72, febrero 1974.

Planificación, organización del espa­cio urbano, Buenos Aires, CuadernoSumma N° 74/75-abril 1974.

Evolución del gran Buenos Aires en elespacio y en el tiempo, Buenos Aires,Revistas de la Sociedad Central deArquitectos N° 375 y 376-77.

D - LA CIUDAD. PLANTEOS ES­PECIFICOS

Juan Carlos López, El problema llr­

bano, Transformaciones N° 19, Bue­nos Aires,'Centro Editor de Am~iica

Latina.

L. Benevolo, Orígenes de la ur~anis­

tica moderna, Buenos Aires, Edicio­nes-Tekné.

Le Corbusier, Los tres establecimien­tos humanos, Buenos Aires, Poseidón.

Le Corbusier, La ciudad del futuro,Buenos Aires, EdicionE::s InHnito.

Scientific American, l.a ciudad, Ma­drid, Al ianza Editorial.

C. Aymonino, Or:genes y desarrollode la ciudad moderna, Barcelona,Gustavo Gilli.

C. Aymonino, La vivienda racional,Barcelona, Gustavo Gilfi. .

Fran~oise Choay, El urbanismo - uto·pías y realidades, Barcelona, Luman.

Roberto Segre, Cuba, arquitectura dela revolución, Barcelona, Gustavo Gi·1Ii.

Mario l. Corea, El diseño transfucio"nal - La estructura posibilitante. No"tas para la discusión. Universidad Na"cional de Córdoba.

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dos buenas calles para mirarvidrieras:

corrientes y santa fe.y si quiere mirar

LIBROSelija

tiene tres locales, en los tres es­tán todos los libros que importanrecuerde:

wrruntes 885corrjente.~ 1311santa f¿ 1715

REVISTADE CIENCIASDELAEDlJCACIONnúmero 11

Telm;] Bdff(;iro: La alienación y los mecanismosocultos de la educación.

M. Antebi . C. Clfranza: Evaluación: Unaexperiencia cstudianti1-docente.

Luis .\.nar (h): L.a educación en regiones periféricas:la Patagonia.

L. Chapori - E. Rodríguez: El proceso analítico·sintético desde el punto de vista psicopedagógico.

lnformes de Mesas de Trabajo sobre Reestructuraciónde las carreraS lie CIENCIAS de la EDUCACION.

revista de literaturaAño 11, na 6

José Miguel Oviedo, "Vallejo entre la Vanguardia y la Re·volución (Primera lectura de dos libros inéditos),"Héctor Libertella. "Algo sobre la novísima literatura ar­gentina."Marlene GOlflieb. "Del antipoema al artefacto al. .. Latrayectoria poética de Nícancr Parra".Serie "Los Marginados": IV: HaitíJorge Rufjlnc/li. ".Iacques-Stephen Alexis: "Maravilla y te­rror en Hait í".Jacques-Suphen Alexis' "La !lor de Oro".

TESTIMONIOS: A CHILEJuan Loveluck, "Setiembre once, 1973".Fernando Quilodrán, "Oda a los médicos en huelga".Victor Jara, "Estadio Chile-Somos cinco mil".Atahualpa Yupanqui. "Canción para Pablo Nerllda".

ENTREVISTA:Rubén Barreiro Saguier a Alfredo Bryce-EtcheniqueTALLER:Bernardo Verbitskv, "Ante mi obra".

Poesía:Poesía Chicana de Alllrísta. Tino VilIanueva. Frank Pino..Ir.. Juan Felipe Herrera.

MANUSCRITOS. liBROS. CORRESPONDENCIA A:Saúl Sosnowski/4330 Hartwick Rd. Apt. 608/CollcgePark. Md. 20740/U.S.A.Suscripciones en la Argentina: 3 números: S 60.00. Ch\..~

ques o giros a nombre de Saúl Sosl1owski/Cuenca 371912 - cm uenos Aires.

teoría y políticaNúmero 12 Agosto-setiembre 1974

Publicación del Comité Central delPartido Comunista Revolucionario de

la Argentina

Sumario

Editorial: No a otro 55. Unirse y armarse para de­rrotar a yanquis y oligarcas.

Tucumán: soluciones populares y revolucionarias.

Ocupación de viviendas: enseñanzas para la re­volución.El . imperialismo es la antesala de la revoluciónsocial del proletariado. Vigencia de las tesis deLenin para el imperialismo y el socialimperi,1lismuhoy.Albania: la experiencia del desa"ollo industrialalbanés.La campaña contra Confucio en China.

Pídala en librerías.

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El último Althusser

Carlos AltalDirano

Althusser, Para una crítica de lapráctYca teórica. Respuesta a JohnLewis. Traducción de Santiago Fu­nes. Siglo XXI Argentina, Buenos Ai­res, 103 pág.

El último libro de Althusser, untexto muy breve que contiene larespuesta a las críticas que le formu­lara John Lewis desde las páginas deMarxism Today. Su aparición podríaconvertirse en la ocasión para inten­tar un balance del althusserianismo,de su proyecto teórico y de susIlrendimientos" efectivos, así comodel sentido de sus periódicas auto­críticas. Pareciera evidente que, deintentarse entre nosotros y desde unpunto de vista marxista, ese balanceno podría reducirse al solo examende la propuesta teórica de Althussery sus sucesivas transformaciones yreajustes. La gran influencia del al­thusserianismo dentro del campoque genéricamente podemos llamarizquierda intelectual, obligaría a in­terrogarse acerca de las condicionessociales de esa influencia, es decirplantear{a la necesidad de un análi­sis de la estructura ideológica y po­I{tica de dicho campo y su relacióncon la problemática (las contradic-

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ciones) ideológica y poi {tica delconjunto de la sociedad argentina apartir de la segunda mitad de ladécada del 60.

Creo que ello mostraría la fun­cionalidad .de algunas tesis centralesdel althusserianismo, su "conformi­dad" con algunos componentesideol6gicos típicos de las capas me­dias intelectuales. Para dar un ejem­plo, como hipótesis: la concepciónalthusseriana de la autonom ía y laespecificidad irreductible de la"práctica teórica" marxista, esto essin referencias a sus condiciones, in­dispensables, de posibilidad, condi­ciones sociales, ideológicas y po­Iíticas de clase, se anuda orgánica­mente con las aspiraciones hegemó­nicas del intelectual pequeño-bur­gués que, al consagrar la autonomíadel "saber" no hace sino consagrarsu predominio. O, si no, podría exa­minarse cómo funcion6 la tesis so­bre la oposición entre ciencia e

. ideología (cualquier ciencia, cual­quier ideología) que proporcionó ra­zones "marxistas" para que algunospudieran titularse marxistas "desdeel punto' de vista teórico" y practi­car el más amplio oportunismo"desde el punto de vista ideológico"(y poi (tico, por supuesto). Así pu-

dieron articularse la concepción eli­tista del "saber" con la actitud pa­ternal ista respecto de la concienciapoi {tica de las masas populares.

Pie nso que estas real izacionesprácticas del althusserianismo sonútiles también para pensar su signifi­cación teórica. Por eso un análisisverdaderamente materialista de suscontenidos teóricos no podría pres­cindir del examen del contexto quelo hizo posible y aun necesario. Nome refiero tanto al contexto intelec­tual y a la tradición filosófica a losque generalmente ha sido asociado,la ideología estructuralista y el posi­tivismo francés. Aunque este marcode referencia es fundamental, resultaindispensable situar al pensamientode Althusser respecto del campo alque él se reclama permanentemente:el comunismo, el movimiento obre­ro internacional y la lucha que all (tiene lugar entre marxismo y revisio­nismo. En relación a este campo ysu contradicción, el discurso althus­seriano como variante racionalista­especulativa interna al campo del re­visionismo, cuyas posiciones poi {ti­cas aceptó compitiendo por la hege­monía filósofica con la variante hu­manista.

Pero, veamos el último escrito de

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Althusser, donde si bien reivindicael sentido fundamental de sus inves­tigaciones, formula una autocrítica.Para responder a J. Lewis, Althusserorganiza una confrontación en quelos papeles se distribuyen de estemodo: Lewis es un filósofo huma­nista y Althusser es un filósofo mar­xista-leninista; Lewis es revisionistay Althusser es ortodoxo; Lewis,cuando habla de filosofía no hablade poi ítica y Althusser sí habla depoi ítica, etc.

No conozco los trabajos de Le­wis, pero para el objeto de esta notaello interesa poco y además es pro­bable que Althusser tenga razón. Só­lo quisiéramos mostrar muy breve­mente que la "ortodoxia" de Althu­sser es nada más que un alarde ver­bal, una manipulación de tesis mar­xistas clásicas para dar status mar­xista a tesis no marxistas, aquellas pre­cisamente que le dieron su rasgo dis-tintivo al althusserianismo. En cuan­to a hablar de poi ítica, habla sí pe­ro no dice lo esencial.

1. A la tesis humanista "el hombrehace la historia", afirmada por Le­wis, Althusser le opone la tesis mar­xista-leninista clásica: "las masas ha­cen la historia". Un enunciado "or­todoxo", sin duda. Sin embargo, yaal definir el significado del términomasas opera una doble restricciónde su tesis: "son las masas explota­das, es deci r las clases, capas y cate­gorías sociales explotadas, agrupadasalrededor de la clase explotada ca­Paz de unirlas y ponerlas en movi­miento contra las clases dominantesque detentan el poder del Estado"(P. 30). Doble restricción: 1) restric­ción del campo de validez históricade la tesis, dado que sólo con elcapitalismo surge una clase explota­da, el proletariac..o, capaz de unir alConjunto de las masas explotadas enla lucha contra las clases dominantesy su Estado; 2) restricción de la te­sis a su sentido político más inme­diato, es decir la historia en que sepiensa es exclusivamente la histo­ria de los movimientos y los conflic­tos políticos. De ahí que según AI­thusser, en la Roma esclavista nohayan sido los esclavos, sino los ple­beyos los que hicieron historia "ensentido estricto". Pero, no todo ter­mina aU í. Althusser, que reprocha aLeWis no poder justificar su tesisdesde el punto de vista marxista,CUando debe expl icar la que sostie-

LOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

neo ... da vueltas, para concluir enque su tesis en realidad depende deotra: "la lucha de clases es el motorde la historia". Y cambia de tema,sin enterarnos mucho de qué es esode que las masas hacen la historia.Ahora bien, se trata de un viejo yconocido principio de la teoría mar­xista, ¿por qué Althusser, que lousa polémicamente, primero restrin­ge su significado y luego diluye suexplicación?

Para entendernos: la proposición"Ias masas hacen la historia" tieneun significado poi ítico directo, "sonlas masas populares las que hacen larevolución", y traza una clara líneade demarcación respecto de las di­versas concepciones elitistas (burgue­sas o pequeño-burguesas) del proce­so revolucionario. Pero la significa­ción de la tesis es más amplia ycompleja en tanto no reduce el IIha­cer" histórico de las clases explota­das a su sola dimensión poi ítica, esdecir a la historia de sus protestas,sus luchas y sus revoluciones. Suactividad productiva es también acti­vidad histórica aunque no figure enningún capítulo de tJistoria poi ítica,dado que para la concepción mate­rialista de la historia, la historia estambién la historia de los diversosmodos de apropiación del trabajo delas masas explotadas por los dueñosde las condiciones de producción.Más aún: esa actividad productivaconstituye el presupuesto materialde otras "h istorias". Ese es el senti­do de la afirmación de Engels: "Sinesclavitud no hay Estado griego, niarte griego, ni ciencia griega; sin es­clavitud no hay Imperio Romano"·y la tesis tiene, por eso, una fun­ción crítica respecto de esa historio­grafía para la cual la historia es lahistoria de las clases dominantes ysus estados, sus élites poi íticas ymilitares, la historia de su cultura.Es decir, la concepción idealista dela historia, esa historia sin presu­puestos.

Todo esto es viejo y conocido,en efecto. Si Althusser desfigura ose desentiende de los contenidos dela proposición que dice defender, esporque sólo la agita para dar cober­tura marxista a la tesis que defiendeen realidad, "la historia es un proce­so sin sujeto", tesis que nada tiene

1 Engels, Anti-Dühring, México, Grijal­bo, 1968, p. 174.

que ver con el marxismo y sí con laideología estructuralista de dondeproviene. Más adelante volveremossobre el estructuralismo de Althus­ser.

2. Una operaclon equivalente a laanterior la encontramos alrededorde otro principio también clásicodel marxismo-leninismo: la primacíade la práctica sobre la teoría. Véaseesta' formulación: "Gracias a laprác­tica (cuya forma más elaborada es lapráctica científica) se puede conocerlo que es: primacía de la prácticasobre la teoría" (p. 40). Bien, leídarápidamente parece nada más que lareafirmación de una vieja posiciónfilosófica marxista. No obstante, sise atiende un poco a lo que va entreparéntesis es evidente que lo que seafirma all í invierte el sentido delenunciado global. Teniendo en cuen­ta que para Althusser la "prácticacientífica" es la actividad teóricapor excelencia, de ah í resulta nosólo que esta última es una prácticaentre otras (diluyéndose el sentidode los términos teoría:práctica y surelación), sino que al ser la "máselaborada" resulta inevitable confe­rirle el primer puesto en la jerarquíade las prácticas, el papel dirigente.O sea, la primacía de la teoría sobrela práctica, vieja tesis althusseriana.

No es necesario contraponer a es­ta idea conocidos textos marxistassobre la relaci6n teoría-práctica.Piénsese solamente, dado que se tra­ta de marxismo, en la relación entrela teoría marxista de la lucha declases y la práctica de la lucha declases. Los ejemplos son clásicos: lastesis de Marx y Engels sobre la revo­lución proletaria y el Estado antes ydespués de la Comuna de París, lasconsideraciones teóricas de Engelssobre la huelga general (dogmas dela socialdemocracia) y la práctica dela revoluci6n rusa de 1905. De cual­quier modo lo que interesa marcar es,nuevamente, la manipulación paradarle la forma de la ortodoxia mar­xista a una concepción no marxista.

3. "Porque la filosofía es, en últimainstancia, lucha de clases en la teo­ría". He aquí una tesis que Althus­ser repite varias veces a lo largo desu último escrito. Hay un eco leni­nista y maoísta en ella, tiene todaslas apariencias de la ortodoxia. Peroresulta que esta "Iucha de clases"tiene una particularidad singular:

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"En el límite, las Tesis filosóficasno 'tienen edad'. En este sentidoes que he podido, imprevistamente,retomar, modificando su oripnta­ción, la sentencia de Marx en Laideología alemana: 'la filosofía notiene historia'''. Tenemos entoncesque la historia es la historia de lalucha de clases, pero una de susformas, la que se ejerce en la teoría,no tiene historia. Debemo"S recurri ra otro texto de Al thusser, Lenin yla filosofía, para conocer las razonesde su tesis. Dice all í: 11 ¿Qué historiaes ésa que se reduce a ser la repeti­ción del choque de dos tendenciasfundamentales [material ismo e idea­lismo, C.A.]? Las formas y los argu­mentos pueden variar, pero si todala historia de la filosofía no es másque la historia de esas formas, bastareducirlas a las tendencias inmuta­bles que representan para que latransformación de esas formas seconvierta en una especie de juegogratuito. En el límite, la filosofía notiene historia, la filosofía es ese lu­gar teórico extraño donde no ocurrepropiamente nada, nada más que es­ta repetición de la nada,,2.

Si quisiéramos hacer una ironía,podríamos decir que aplicando elmismo rigor reduccionista se podríasostener que tampoco la historia dela lucha de clases tiene historia, yaque siempre se podrá reencontrarbajo su diversidad de formas, "in­mutables", a opresores y oprimidos.Pero dejemos este recurso fácil, por­que lo que importa señalar es queesa tesis no hace sino traducir unode los ejes de la concepción althus­seriana de la historia. Para Althusserel proceso histórico se reduce, enúltima instancia, a un "mecanismo",cuyos elementos o piezas invariantes(fuerza de trabajo, medios de traba­jo, trabajador inmediato, etc.) alcombinarse según "modos específi­cos de combinación" engendran losdiferentes modos históricos de pro­ducción. La historia resulta, pues,de este "juego" en que un número

2 Althusser, Lenin y la filosofla, Méxi­co, Era, 1970, pp. 57-58. Su línea dediscriminación materialismo - idealismo,constituida en torno al problema de laobjetividad lo no) de la realidad materialy su prioridad respecto del pensam ¡ento,se transforma as í en el fundamento o,mejor, en el mecanismo eterno que regu­la la historia de la filosofía. ¿y la luchade clases, etc., etc.?

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limitado de elementos "inmutables"se relacionan entre sí de diversasmaneras, de acuerdo a un númerotambién- limitado de reglas3

. Aquíestá, me parece, la afinidad profun­da del althusserianismo con la ideo­logía estructuralista. Afinidad pro­funda, es decir relativa a la sustanciateórica misma de sus respectivasproblemáticas y no al mero paren­tesco terminológico. Si para la ideo­logía estructuralista se trata del Có­digo de los códigos, de esa metaes­tructura de la que puedan derivarsetodas las estructuras existentes y po­sibles, y que sólo son su "real iza­ción", para Althusser se trata deesos "invariantes" y sus reglas decOlllbinación, a partir de los cualesse pueden "obtener" los diferentesmodos de producción. Y esta es laverdadera matriz teórica, no el mar­xismo-leninismo, de su disputa con­tra el humanismo y contra el histori­cismo. Ni el hombre ni las masashacen la historia porque la historiano se hace, es un mecanismo.

4. "Ni por un instante aparece enJohn Lewis la idea que 'la filosofíaestá unida a la poi ítica como loslabios a los dientes', que en 'últimainstancia' lo que está en juego leja­no, pero muy próximo, en las Tesisfilosóficas, son los problemas o de­bates pol/ticos de la historia real, yque todo texto filosófico (compren­dido el suyo) es 'en última instan­cia' también una intervención poi í­tica en la coyuntura teórica y, poruno de sus efectos, hoy el principal,también una intervención teórica enla coyuntura política" (p. 85). Poreso, para Althusser, si se quiere en­tender por qué los temas y las cate­gorías del idealismo filosófico (bajolas formas del "humanismo") se hantransformado en moneda corrienteentre los teóricos que se titulan

3 "Para obtener los difere ntes modosde producción es preciso combinar estosdiferentes elementos (fuerza de trabajo,instrumentos de producción, etc. ,C.A.)pero sirviéndose de modos de combina­ción, de Verbindungen especlficas, quesolo tienen sentido en la naturaleza pro­pia del resultado de la combinatoria (sien­do este resultado la producción reaO, yque son: la propiedad, la posesión, ladisposición, el goce, la comunidad, etc.".Althusser, en Para leer El capital, p. 191.Qbsérvese, de paso, el cuño idealista de laformulación: el resultado de la "combi­nación" teórica es la producción real.

marxistas, hay que referirse a la po­lítica, hay que hablar del XX Con­greso del PCUS. Del XX Congreso yde la crítica a Stalin, porque fue apartir de entonces que se "expandióuna ola abiertamente derechista, pa­ra hablar sólo de ellos, entre los 'in­telectuales' marxistas y comunistas,y no sólo en los países capitalistassino también en los países socialis­tas". En síntesis, se trata del revisio­nismo, del predominio de la ideolo­gía burguesa (y su pareja típica: hu­manismo/economicismo) en el senode los partidos obreros y del movi­miento obrero. Abierta o alusiva­mente, Althusser parece decirlo to­do.

Surgen, sin embargo, dos observa­ciones. En primer lugar, si ésos eran"Ios debates poi íticos de la historiareal", si la confrontaci.ón era entremarxismo y revisionismo, ¿qué pa­pel desempeñaron sus intervenc¡onesteóricas, es deci r, sus obras monta­das hasta ahora sobre el silencio deesa contradicción? El althusserianis­mo y sus temas característicos (t;Imarxismo como antihumanismo teó­rico, la contradicción ciencia e ideo­logía, la reivindicación de los títulosde la ciencia frente al empirismo,etc.) contribuyeron a alejar la aten­ción del campo de las cuestionesfundamentales para el marxismo en­tendido como teoría de la revolu­ción. Porque el revisioni~mo ocupósus posiciones en temas poco presti­giosos para los profesores' de filoso­fía, pero poi íticamente decisivos:los caminos de la revolución ("Ia víapacífica"), el socialismo y la dicta­dura del proletariado (el "estado detodo el pueblo"), etc. Por eso decía­mos más arriba que el althusserianis­mo funcionó como discurso raciona­lista-especulativo interior al campodel revisionismo. En segundo lugar,Althusser no extrae las conclusio­nes que insinúan sus propios análi­sis sobre el predominio de la ideolo­logía revisionista tanto en la URSSy los pa íses del área soviética, co­mo en los partidos alineados trassus posiciones, entre ellos el partidoal que pertenece. Esto es, las con­clusiones respecto de la naturalezasocial de esos reg ímenes yesos par­tidos. Se trata de conclusiones im­prescindibles para las lecciones po­It'ticas que debe sacar siempre desus análisis todo marxista-leninista,es decir alguien que no se proponesólo interpretar el mundo.

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Sobre laInternacional Comunistay las luchasde liberación nacionalSantiago Mas

Rudolf SchlesingerLa Internacional Comunista y el pro­blema colonial, Córdoba, Pasado yPresente, 1974.

A partir de la primera posguerrael movimiento de liberación nacio­nal sufrió un poderoso impulso co­mo consecuencia, en primer lugar,de la Revolución Rusa, y comenzó aasumir lo que podrfamos llamar su"forma contemporánea". Este augede la lucha de liberación nacional delos pafses coloniales, semicolonialesy dependientes, constituyó la basematerial sobre la que se construyóuna nueva relación entre dicho mo­vimiento y el de la clase obrera delos pafses capitalistas avanzados.

En las filas de la Segunda Inter­nacional predominó una actitud an­te el colonialismo que, globalmente,puede caracterizarse de toleranciacómplice ante la agresiva política delas potencias imperialistas.

La internacional comunista, porel contrario, pugnará por conso­lidar orgánica y poi íticamente la co­mUn idad objetiva de intereses entreel proletariado de los países capita­listas avanzados y los países oprimi­dos. Ello implicó combatir en dosfrentes: al tiempo que la IC educó,en el estricto sentido de la palabra,al proletariado en los principios dela unidad y alianza con el movi­miento de liberación nacional, tuvoque desarrollar un esfuerzo poi íticoy teórico para aprehender una reali­dad que, si bien la revolución rusabrindaba algunas pautas clave, exiga'anUevos desarrollos para captarla enSU totalidad.

, lOS LIBROS, Julio-Agosto d.. 1974

Esta búsqueda abarca un largoperfodo de la historia de la IC, porno decir que la recorre en su· totali·dad, al cual una actividad más omenos sistemática del revisionism ocontemporáneo, más preocupadopor justificar "nuevas" y exóticas"vías" para la revolución que porestudiar la experiencia real de movi­miento revolucionario, llevó a un ca­si total ocultamiento. De alt í quesea importante todo intento de pu­blicar trabajos que encaren dichaproblemática como un aporte paraque los revolucionarios argentinos seapropien de esa experiencia.

Lamentablemente en el desa-fortunado texto que comentamospredomina la diatriba contra MaoTsetung y el afán ~or denigrar sutrayectoria y aporte a la teoría revo­lucionaria sobre la preocupación pordesentrañar la importante problemá­tica que sugiere el título del libro.

La dictadura democrático revolucio­naria del proletariado y el campesi­nado

Schlesinger señala acertadamenteque, en sus comienzos, la IC encaróla lucha por la liberación nacional através del prisma de la consignaenarbolada por los bolcheviques:dictadura democrático revolucionariadel proletariado y el campesinado.Este primer enfoque de la cuestiónencerraba elementos positivos de im­portancia: 1) significaba una aproxi­mación a.1 papel determinante que lecabe al campesinado en los paísescoloniales, semicoloniales y depen­dientes; 2) introducía una importan-

te demarcación al dejar de lado lapropuesta de la "revolución perma­nente", eliminando así una línea-como lo probaron algunas expe­riencias posteriores- de fracaso se­guro; 3) posibilitaba, a través de laexperiencia rusa, una aproximacióna la temática especfficamente nacio­nal. Esta aproximación primera, tan­to teórica como cronológicamente, alas múltiples determinaciones de lacontradicción principal en los paísesoprimidos no equival ía a la totalaprehensión de la realidad de dichospafses, notoriamente novedosa desdeel punto de vista de la experienciadel proletariado revolucionario delos países capitalistas avanzados.

Para Schlesinger la concepción le­ninista consiste en que "[ ... ] elproletariado debería constituir laprincipal fuerza de choque de unmovimiento revolucionario apoyadopor la gran masa de los campesinos( ... ]" (pág. 38). En realidad estaformulación se corresponde más conla concepción de la "revolución per­manente" que con la explicitada porLenin en Dos tácticas de la socialde­mocracia rusa. El concepto de"fuerza de choque" resulta mejorencuadrado en una visión putchistaque orgánica del movimiento de ma­sas. Para Lenin, el proletariado, enla realización de los sucesivos objeti­vos planteados, debía conducir a loscorrespondientes aliados haciendo lossacrificios necesarios para mantenerla articulación entre la realizacióndel objetivo propuesto y el mante­nimiento de las alianzas. En segundolugar, y esto es lo más importante,el planteo de Lenin distó mucho de

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ubicar al campesinado en un papelde "apoyo" a la gestión del proletariado; por el contrario, la alianzaimplicaba comp~rtir tareas en lasque el proletariado detentaría la he­gemon{a. La idea de "apoyo" presu­pone caminos distintos en los que,eventualmente, se coincide, en tantoque Lenin vio en esta alianza el con­tenido de un largo pert'odo históri­co.

Schlesinger no sólo se equivocaen la caracteri zación de la propuestaleninista sino que le resulta imposi-ble comprender la evolución de lasposiciones de la IC. En efecto, suconstante globalización de los paísescoloniales, semicoloniales y depen­dientes como "subdesarrollados" nosignifica un mero afán de síntesis.Sia tal concepto se le puede adjudicaralgún contenido científico, es claroque éste no incluirá en primer planola dependencia; puesto que, al ponerel acento en et desarrollo de lasfuerzas productivas, dejará de ladolas relaciones de producción. Estaincomprensión de la contradicciónprincipal en los países oprimidosproviene de una visión lineal del de­sarrollo revolucionario. En efectoSchlesinger hace afirmaciones talescomo la siguiente: "[ ...] aun, lomáximo alcanzable en ese pa{s [Chi­na] con la mejor de las tácticas posi­bles [ ...]" (pág. 11). Como si la tác­tica revolucionaria no se encontraravinculada a una clase, como si exis­tieran varias disponibles que condu­jeran todas etlas a buen fin, como sise diferenciaran únicamente en queunas llevan "más lejos" que otras.

Que la problemática de los paísesopri midas le es ajena al autor semanifiesta más vivamente en rela­ción con las contradicciones inter­imperialistas. Schlesinger constatacorrectamente que China presentabauna marcada división poi ítica comoconsecuencia de las pugnas inter­imperialistas (pág. 60). En efecto, ladisputa imperialista de China se ma­nifestó a través de la existencia dedistintos campos poi íticos que refle­jaban los intereses de las diversaspotencias. Las contradicciones inter­imperial istas juegan un papel de su­ma importancia en la revolución engeneral (ya señalado por Lenin enrelación con la revolución de febrero)y, muy en especial, en el caso de lalucha de los países oprimidos. Unapoi ítica revolucionaria impone, apartir de la lucha de las masas, ser

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capaz en cada momento de saberconcentrar el máxi mo de fuerzas pa­ra golpear al enemigo principal. Entérminos generales ello implica po­der aunar a las clases y fraccionesde clase cuyo interés objetivo pasepor el enfrentamiento del polo nega­tivo de la contradicción pri ncipal.La eficacia revolucionaria de la im­plementación de una tal poi ítica de­pende, desde el punto de vista delproletariado, de su consolidaciónpoi ítica, teórica y organizativa. Elúnico principio en juego en la luchapor la constitución del bloque defuerzas que enfrenta al enemigo fun­damental, que puede llegar a incluira fracciones de las clases dominan­tes, es el de si contribuye o no a larealización de los objetivos del pro­letariado. En el caso específico delos países oprimidos este planteo ge­neral posee características propias acausa de la lucha entre los diversosimperialismos. En ese caso es muyposible que el proletariado deba sercapaz de maniobrar con uno u otroimperialismo en función de acumu­lar fuerzas para el enfrentamientocon el enemigo principal. Ahorabien, en el caso de China, Schlesin­ger descubre que la pugna inter­imperialista era una "ventaja" conrespecto a la experiencia rusa puesimplicaba "[ ... ] la posibilidad demaniobrar con quien ejerce el poderen cada una de las esferas" (pág.BOL Esta formulación es uno de lospilares de una poi ítica que ha lleva­do el proletariado a cruentas derro­tas. En efecto, el revisionismo con­temporáneo, justifica su poi ítica detraición a la clase obrera multipli­cando las combinaciones de posiblesaliados. La exégesis de la "manio­bra" podrá servir para multiplicarfrentes, encuentros, ateneos, alian­zas, etc., pero no para constituir elbloque en el nivel decisivo, el de lasmasas. Por último, la~multiplicación

de las alternativas en el mismo cam­po del imperialismo no constituyeuna "ventaja"; por el contrario lalucha de los pa{ses oprimidos mues­tra suficientes ejemplos de cómo,bajo el argumento de luchar contrael enemigo fundamental se escondióla lucha interi mperia lista y el reem­plazo de una dominación por otra.

Sobre el maoísmo y el leninismo

Sería un error considerar que lacrítica a este libro se agota en el

anál isis de sus bases teóricas. Por elcontrario, su contenido fundamentalestá determinado por una manifiestaactitud denigratoria del maoísmo yel pueblo chino. Atendamos a for­mulaciones como la siguiente:"[... ] la Unión Soviética no seráobli gada a ceder la posición de co­mando a países menos desarrollados[...l países empeñados en lucharcontra sus propias enfermedades in­fantiles. Es por cierto un fenómenode megal aman la nacional pretenderesta dirección simplemente porqueel propio pueblo es desde el puntode vista cuantitativo el mayor delmundo, o porque ha sufrido bajo elimperialismo (por otro lado no másque otros pueblos), o porque tieneuna historia secular" (págs. 11/12).El señor Schlesinger tiene todo elderecho del mundo a actuar comocorifeo del socialimperialismo y re­petir con fruición las falsificacionesque éste di fu nde sobre el PC y elpueblo chino. Pero resulta inadmisi­ble que ello se haga con el desfrazde una posición "i ndependiente","objetiva" y "científica". Así comose preocupa por señalar una serie detrivialidades sobre las fuentes en quese basa, podría haber dedicado algomás que adjetivos a fundamentar es­ta acusación.

Desde los comienzos de la polé­mica chino-soviética, los dirigentessoviéticos lanzaron el infundio deque el PC de China pretendía erigir­se en dirección del movimiento ca·munista. Ante todo, ello fue unamaniobra para encubri r la preten­sión revisionista de constituir a lasresoluciones de los dirigentes delPCUS en decretos inapelables por elmovimiento revolucionario. Perohoy en día se conoce suficientemen­te la experiencia de las relacionesdel PC de China con los movimien­tos revolucionarios del mundo. Paraellos no existen relaciones de depen­dencia entre partidos y si hay algoque intentan "imponer" es que, co­mo lo indica su propia experiencia,lo decisivo es basarse en las propiasfuerzas y no en la ayuda más omenos generosa que pueda brindarsedesde afuera.

Schlesinger, hábil conocedor dela técnica de reemplazar el análisiscientífico por la sugerencia, apela aeste recurso hasta el hartazgo. Asídirá que "existe una contradicciónfundamental con las Obras Escogi­das de Mao Tse-Tung, publicadas a

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partir de 1951 L...l Por tratarse deobras aefinidas claramente como 'es­cogidas' no se puede reprochar aMao que haya incluido materialesconcordantes con la I{nea del parti­do que regfa en el "momento de lapublicación; o que haya dejado delado los confl ictos más ásperos conla dirección del partido y con laComintern" (págs. 15-16). Una afir­mación de esta índole hace pensarque en algún momento el suspicazautor nos mostrará algún documen­to de importancia que haya sido de­jado de lado por los editores. Sirevisamos el texto, no encontrare­mos ninguna referenda a un textode Mao que no figure en las ObrasEscogidas; con ello el mismo Schle­singer contribuye a demostrar lo vá­lida que resulta esa selección. Porúltimo resulta pueril hablar de "ne­cesidades del momento" cuando serefiere a una selección de textos quese viene publicando desde hace 23años.

R.S. se incorpora a la corrientede los que apelan a la falsificación

del pensamiento de Lenin para ava­lar sus posiciones. Según R.S. Le­nían defendía "[... ] las ayudaseconómicas como medio de transi­ción económica [...]" (pág. 52).Una afirmación de tal {ndole, quecontradiría todo lo conocido has­ta ahora de Lenin, requiere, comomínimo citar el texto al que se re­fiere. Pero el lector debe conformar­se con la palabra de R.S., pues unaafirmación de tal importancia no lemerece mayor atención. En el texto alque se refiere Schlesinger no apareceninguna afirmación en tal sentido,por el contrario, en el punto en queLenin se refiere a las relaciones en­tre el movimiento de liberación na­cinal y la URSS dice: "[ ... ]" en laactualidad no hay que limitarse areconocer o proclamar simplementeel acercamiento entre los trabajado­res de las disti ntas naci ones, sinoque es precIso desarrollar una políti­ca que lleve a cabo la unión másestrecha entre los movimientos deliberación nacional y colonial con laRusia soviética, haciendo que las

formas de esta unión estén en con­sonancia con los grados de desarro­llo del movimiento comunista en elseno del proletariado de cada país odel movimiento democrático-burguésde liberación de los obreros y cam­pesinos en los países atrasados o en­tre los nacionalidades atrasadas"}.Como puede observarse, el planteode Lenin no avala para nada la posi­ción que actualmente sostiene el re­visionismo.

Podrían multiplicarse las citasmostrando la disposición de R.S. parajustificar las tesis del revisionismocontemporáneo. Es de lamentar quese desaproveche la oportunidad deeditar un libro sobre una cuestiónde tanta importancia histórica y po­lítica, con un libro que ni siquieraintenta una fundamentación seria delas posiciones del revisionismo.

1 Lenin., V.I., Primer esbozo de las te­sis sobre los problemas nacional y colonial(Ju nio de 1920) en: Obras completas,Buenos Aires, Cartago, t. XXXI, p. 139.

Director:Torcuato S. Di Tella

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Cortázar,Sabato,Puig:¿parodia o reportaje?

Beatriz Sarlo

Es mi intención registrar, en unprimer nivel de análisis, los datos deun problema que -pese a la diver- .sidad de rasgos con que se man i­fiesta y a la disparidad literaria delos textos en los que aparece- pue­de detectarse e incluso permitir lapresentación de algunas hipótesispreliminares acerca de la relaciónentre la ficción y lo narrativo, enalgunas novelas publicadas en la Ar­gentina en el curso de 1973 y 1974.

La lectura de Abaddón el Exter­minador de Ernesto Sabato suscitauna serie de interrogantes -más omenos independientes de la pésimacalidad de su escritura-, a partir delencuadramiento del texto en unmarco más anlpHo. En primer lugar,se actual iza la posibil idad de plan­tearse una pregunta sobre lo queestá sucediendo con lo que tradicio­nalmente se denomina literatura deficción, en algunos de los textos pro­ducidos en la Argentina. Dejo delibe­radamente de lado precisiones quetienen que ver con la relación perso­nal de Sabato con su literatura paraconsiderar a Abaddón como una delas novelas que pueden ser elegidaspara presentar la cuestión: es un re­lato en el cual la ficción tiende aalcanzar un grado mínimo y quepropone, en cambio, el reportaje, lascartas, la reconstrucción de diálogossucedidos como materia.

Todo ello conduciría a repensarlo que dio en llamarse "muerte delgénero", es decir, la liquidación deun conjunto de procedimientos quecaracterizaron a la literatura de fic­ción también en sus especímenes delsiglo XX. Un aspecto de este fenó-

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meno tiene liue ver con la desapa­rición de ciertos rasgos constitutivosde lo genérico: la imposibilidad deconstruir una trama -característicade las formas consagradas de la lite­ratura de ficción burguesa desde suculminación realista en adelante- yde crear en el texto un espacio cuyacualidad sea la verosimilitud (un ti­po de verosimilitud) según los códi­gos de esa misma ficci ón (persona­jes, cualidades y acciones que losconstituyen, etc.). Estas ausenciasdominan la novela de Sabato, quiensin duda alguna no alcanza a contarno sólo algo que interese sino a con­tar nada. Sabato no pudo escribiruna novela tal como se lo propuso,pese a que esta propuesta figura enel propio texto de Abadd6n comodeclaración de intenciones y comoproyecto. Tampoco pudo contar có­mo se escribe una novela o cómouna novela no puede escribirse pues­to que Abadd6n fue escrita paraafirmar esa posibilidad (en rigor:que Sábato podía escribir una nuevanovela después de Sobre héroes ytumbas). Esta última era, por otraparte, una pésima novela, pero erauna novela: más bien llenaba todaslas variables del género, de maneraheterogénea, exagerada, hipertrofia­da, con sobrantes y retazos, pero seconstituía como ficción.

¿Qué sucedió entre tanto? Alparecer un proceso de agotamiento,de vaciamiento, que Sábato no es elúnico en padecer. Después de Todoslos fuegos el fuego, Cortázar publicaLa vuelta al dla en ochenta mundosy Ultimo round (título significativoa no dudarlo): rompecabezas dondeaparecen esquicios, brazos, piernas y

bocas de narraciones posibles y noescritas; en la práctica, la afirmaciónde que eso -la resultante de unaactividad de composición y releva­miento de piezas sueltas, objetos,ideas, imágenes encontradas a la ma­nera surrealista, colocados en unmarco que subraya y no que disimu­la su heterogeneidad- reemplaza,tiende a ocupar el lugar de la fic­ción. El carácter del proceso des­cripto puede, sin duda, no ser uni­direccional y está anunciado un nue­vo libro de cuentos de Cortázar, Oc­taedro. Sin embargo, el conjunto detextos mencionados se caracterizanpor definir un aspecto principal:dan cuenta de la imposibilidad -su­perado un cierto estadio de la nove­la burguesa- de relatar. Pretendencambiar de conversación: una cosapuede pasar por otra, la actividad denarrar -parece afirmarse- es reem­plazada por la producción de unasignificación no encuadrable genéri­camente. Podría discutirse si ésta esuna significación de nuevo tipo.

Sin embargo, en 1973, Libro deManuel de Cortázar se propuso co­mo una novela -la peor de Cortázarsin duda. Y all í aparecen varios ras­gos curiosos que, en mi opinión, tie­nen que ver con las dificultades parala realización del género. Al temati­zar, como uno de los centros funda­mentales del texto, a la poi íticaCortázar puso en juego dos recursosbásicos: la exageración rocambolesca(vertiente por otra parte de unacierta ideología de la práctica poi íti­ca) ~n cuyo interior lo poi ítico pue­de ser manejado como residuo defolletín, como espacio de manías yfantasías individuales de cada uno

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de los personajes implicados; y eltexto period ístico que se incorporaa Libro de Manuel precisamente co­mo "Iibro" (son los padres de Ma­nuel los que pegan recortes de dia­rios a fin de atrapar la historia queirremediablemente se les escapa). Deeste modo, la impotencia para incor­porar lo poi ítico es encubierta me­diante la introducción de un discur­so ajeno, el del periodismo: ello sig-nifica que si lo poi ítico no puedeser escrito bien puede ser citado, esdecir llamado como algo exterior yajeno.

En resumen: el folletín de la po­lítica (la parodia) o la poi ítica através de un lenguaje que es distinto(léase: es distinto) al de la ficciónnarrativa tal como fue concebidatradicionalmente y tal como tam­bién la pensó Cortázar. El efecto esla heterogeneidad; pero este 'conjun­to heterogéneo no produce al gonuevo: Libro de Manuel es la másdécada del 50 de las novelas de Cor­tázar; y sin embargo no es el Cortá­Zar de la década del 50 donde suficción alcanzaba el momento de sa­turación de la narración.

Libro de Manuel, conjunto hete­rogéneo pensado, como Abadd6n-que también tematiza la poi ítica­desde un sector -el intelectual, elartista tradicionales- que vive lo te­matizada a través de mediaciones yfiltros, de su no inserción concretaen las luchas -concreta lucha declases- que pretende incorporar co-mo tema. Resultado: la imposibili­dad de construir una trama (no sePuede hablar de la guerrilla en Boli­via o de los fusilamientos de Tre­lew: Sabato y Cortázar los citan). yde ello que esa heterogeneidad noresuelva el vacío que se crea en eltexto: con una mirada que contem­pla desde afuera, Cortázar y Sabato,desde un progresismo declarado odesde la derecha, no logran resolverlos problemas de una narración,operan con modelos que, sin ser for­Zados, acusan sus similitudes. Hayalgo que se viene gastando en lanovela burguesa.

Los intentos de destruir el géneroo de confirmarlo no hacen sino po­ner de manifiesto el desgaste, yaque sólo los recalcitrantes -léase Mu­jica Láinez, Marta Lyn~h, SilvinaBu 11 r ich...- siguen produciendouna ficción inalterable. Los otros, alPoner (al experimentar) el género enCUestión, sin alcanzar a producir

lOS LIBROS, Julio-Agosto de 1974

otras opciones fuera del espacio mis­mo del género señalan su desarticu­lación, como un golpe de estadopuede señalar, en una crisis de lademocracia burguesa, no la destruc­ción de todas sus instituciones, sinomás bien la anulación de algunaspara que otras, las esenciales, pue­dan seguir subsistiendo. Es decir: laheterogeneidad -si no es atribuidaesencialmente a una imposibil idadsubjetiva del escritor- tiende a seña­lar cierta impotencia de la ficcióneludiendo al mismo tiempo -y éstaes una imposibilidad cultural e ideo­lógica- volver a pensar las condicio­nes de existencia de la novela mis­ma.

Otrd vertiente del fenómeno, elrevés de su trama: la superafirma­ción de una variante genérica. Puedeejempl ificarse con Buenos Airesaffaire de Manuel Puig. Se produce,en este caso, la sobredimensión delprocedimiento a partir de enunciarloy subrayarlo desde el título. La nove­la de Puig no es una novela policialsino un texto que quiere reclamarsenovela poi icial. Sobre ell o se cons­truye una parodia que, en lugar dedesconfirmar el género -abundanlos ejemplos clásicos- lo confirmapor ausencia, al fracasar. Puig inten­tó escribir proponiéndose que unprocedimiento, un artificio que fun­cionara como evocación de algo queel relato no es, se convirtiera enprimer plano de lectura de la nove­la. Fracasado el artificio, desapareceel relato, se revela la inutilidad y lainconsistencia de lo narrado: la es­pecie se agota en su parodia y, almismo tiempo, la parodia no lograel reconocimiento del objeto paro­diado. Nadie puede leer Buenos Ai­res affaire como novela policial. Elgénero policial queda intacto -porotra parte, mal podría desconfirmar­se a partir del texto de Puig que sediluye en procedimiento. Volver a laliteratura desde lo no legitimado porun cierto sistema de la literatura"culta" (el folletín, etc.) funcionacomo indicador de otra manifesta­ción del agotamiento de un verosí­mil tradicional y aceptado desde lanovela burguesa del siglo XIX.

Cabe preguntarse qué sucede, enel área demarcada por algunas nove­las argentinas de la década del 70,con este verosímil de la ficción. Engeneral este verosímil se construía,respecto de lo narrado, como unnivel transparente, "sin peso"; lo na-

rrado aparecía como "más impor­tante" que el procedimiento textual(incluso en Rayuela, incluso en Bo­quitas). Esta hegemonía de lo narra­do sobre el procedimiento contribu­yó, en parte, a hacer posible unalectura ingenua de la obra y tam­bién dio cuenta, aunque sólo seaparcialmente, de los fulminantes éxi­tos de mercado de la década del 60(éxitos que hoy recoge una ficciónque mantiene su hegemonía sobre elprocedimiento, como en el caso delas nov.elas publicadas y traducidaspor Emecé). ¿Qué se produce lue­go? Una inversión de las relacionestextuales descriptas: lo narrado seconvierte en instancia segunda res­pecto del procedimiento que se di-mensiona en dos niveles: el del pro­cedimiento propiamente dicho y elde la puesta en primer plano de uncódigo genérico específico.

Los rasgos registrados en lasobras mencionadas señalan un pro­ceso de desarrollo incierto pero vin­culado con la crisis de una culturahegemónica, la de las clases domi­nantes. El escritor pequeño burguésno encuentra en los modelos tradi­cionales propuestos una legitimidadque asegure, por otra parte, la másfluida circulación en un mercadoque se caracteriza por la tendencia ala ampliación del público y la nece­sidad de la novedad como incentivode la demanda. Ese mismo mercadoopera también en el desgaste de losprocedimientos, en su envejecimien­to acelerado a través de la inciden­cia de fenómenos concurrentes(montaje televisivo, técnicas publici­tarias, cine, etc.). Reclama una no­vedad legible. En el cruce determina­do por este compromiso, novedad ylegilibilidad, la ficción tal como fuetradicionalmente manipulada cumpleciertas operaciones de puesta al día:una de ellas declarar abiertamenteque puede permitirse no ser del to­do ficción, poner de manifiesto unaimposibilidad, la de narrar, para locual subraya al mismo tiempo unrecurso que, en otros momentos sir­vió incluso a la consolidación delgénero: mostrar su procedimiento,parodiarlo; afirmar también que nohay relato en el relato, por una par­te; por la otra, contaminarse conotros textos -el discurso del perio­dismo- que garantizarían una pre­sencia de lo que desea ser narrado(la política por ejemplo) y no alcan­za a serlo ti nal mente.

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Númer01 1·30 - Aftas 1969173

SOLO 3 COLECCIONESCOMPLETAS DE

lié' Ic:hd~~ DAS: La zorra de el bonapartismo ALBERTO SATO: Vivir en est t.ca V u a e

arriba... JORGE RIVERA: Los Bolivia. PrOblemas cl_NICOLAS ROSA: Nueva AMELlA HANNOIS: Ha· orlgenes de la litera· de la planifica<:ión aro NUMERO 26novela latino_ieana cia dónde va la literatura tura geuc:hesc:a quitect6ni<:alNueva critica?

infantil REPORTAJE: Augusto RICARDO POCHTAR: MAURICIO T. ARCAN·OSCAR DEL BARCO: ElP. WAJMAN-C. S. SASTRE: Roa Bastos Estructuralismo: la GELO V H. CARLOSenigma Sede

Las revis" infantiles RICARDO GRIMMSON: segunda generaci6n OUAGLlO: El impe·ERNESTO LACLAU Chl: HECTOR GRENNI: El Apuntes sobra la rialismo. 1. Definicio·

Los nacionalistas imperialiM'TlO locura NUMERO 20 nes econ6micas V poli·MARIO LEVIN: Regreso JOSE SAZBON: Qué es er ISMAEL VllQAS: La historia Sobra el caso Padilla: ticas. 11. El caso ar-

a Freud as<:tructuralismo sincl_ Puntos de pertida gentinoJOSE ARICO: Marxismo V OSCAR BRAUN: Critica a pera una discusi6n MICHAEL KLARE: Armese

capital monopolista NUMERO 7 una estrategia de La carta de los 61 intelec· ahora. pegue después.JUAN CARLOS TORRE: NICOLAS ROSA: El rela· desarrollo tuales La venta de armas nor·Estudiantes, nueva opo.

to de la droga DOCUMENTOS: La tortura carta de Haidés Santa· teamericanas al Tercarsi<:ión

IRIS LUDMER: Hero/na en Brasil maria a Vargas Llosa MundoNUMERD2 o la pelabra psic:oan. NUMERO 13 FIDEL CASTRO: NICOLAS ROSA: Borgas V la

lítica Cultura/revoluci6n críticaNICOLAS ROSA: La crl· PICHON RIVIERE: Psi·

NUMERO 21 NUMERO 27tica como metéfora NUMERO S coanél isis de Lau·JAIME REST: Las inven·

JOSE NUN: Gino Germ. tréamont FRANCISCO DELlCH: BEATRIZ SARLO: Losclones de Bioy La crisis de la edueac:i6n Córdoba, la movilizaci6n nales del gran acuerdo.Casares ni. :a sociologla de la HECTOR SCHMUCLER: permanenta Diez d las de televisi6n

HECTOR SCHMUCLER: modern izacl6n Solzhanitsin. los RAMON CUEVAS Y CARLOS ALTAMIRANO:Notas pera una lectu· ERNESTO LACLAU Chl: premios de la bur· OSVALDO REICZ: El Gran Acuerdo Na-ra de Cortézar El nacionalismo popo.

*,esla El movimiento es- cionalJOSE SAZBON: Estructura· lar tudiantil de la Reforma Polémica sobre psicoanálisis

Iismo e historia ISMAEL VIAAS: Socialismo NUMERO 14al Cordobazo en la Argentinasin MarxHECTOR LAHITTE: El BEATRIZ SARLO: Be. DOCUMENTOS: El peno

NUMER02Spensamiento m Itico NOAM CHOMSKY: Repor· triz Guido, el simu· semiento del SITRAC.tajeNUMERO 3 lacro de lo peligroso EI programa de ANIBAL FORD, LUIS GRE·EDUARDO MENENDEZ: TUI.IO FORNARI: lLa SITRAC-SITRAM GORICH, JOSEFINAMARIO MARGULlS: La Los intelectuales V arquitec:tura al servicio de

NUMERO 22 LUDMER, ANGEL NU·cultura de la pobreza el poder la revoluci6n? AEZ. RICARDO PIGLlA:ElISEO VE RON: ldeologla NUMERO S JUAN CARLOS TORRE: JAMES PETRAS Y RO· Hacia la critica

de Marcuse La ee:onomla del per- BERT LAPORT: JORGE B. RIVERA: LiteraturaJOSE SAZBON: Marx y JUAN CARLOS TORRE: ronismo y la polltica Par6n, como nuevo mo· V peronismo

Sartre Autocrltica del sindi· de los sindicatos delo pera América Polémica sobre Borgas y laJORGE RIVERA: Las re· calisrno peronista RICARDO POCHTAR: El Latina critica

vIstas literarias argen· JORGE E. NIOSI: Las <:1_ horizonta de la fana- JOSEFINA DELGADO: NUMERO 29tinas sociales V al Estado menologla La revoluci6n peru.NUMERO 4 CEDOMIL GOIC: La anti· na a partir de sus in· BEATRIZ SARLO: Eleccio·

poesla de N. Parra NUMERO 15-16 telectuales nes, cuando la televisi6nJULIO REENS: La mirada OSCAR DEL BARCO: El Documento: La reforma es escenario

ociosa silencio sobre Bataille AUGUSTO BOAL: El tea· agraria CARLOS AlTAMIRANO:JUAN MOlINA: La forma ELlSEO VERON: la moda trO de izquierda en el Acuerdo y elecciones, el

condicionada del estru<:turalismo Brasil NUMERD23 discurso del GANHECTOR SCHMUClER: CARLOS SASTRE: Nego· ARMANDMATTELART: La Al!' upaci6n 29 de Mayo HORACIO CIAFARDINI:

Los silencios signific:. cío editorial e ideola- Los medios de comu· a los compelleros de Argentina, desarrollo capi·tivos gla niC8<:i6n de m_

Filosofía y Letras talista dependiente y dis·JORGE ONETTI: Repor· GERMAN l. GARCIA: REPORTAJE: El campa-

CARLOS AlTAMIRANO: curIO ideol6gicotaje El autor como lector mento de pobladores Universidad, cultura y RICARDO PIGlIA: ROberto

TOMAS ElOY MARTI· NUMERO 10 "Che Guevara" dependencia Arlt, una critica de laNEZ: Reportaje SOLON BARRAClUOGH:

FACULTAD DE AR· economía literariaJOSE ARICO: El marximo OSCAR TRAVERSA: Cul· PrOblemas de la refor·

OUITECTURA DE CARLOS SASTRE: Servidum·antihumanista turadem_ me agraria en Chile

CORDOBA: La expe· bre de la psicologlaOSCAR TERAN: Limites de EDOARD MORIN: La gelaxia JAMES PETRAS: La <:1ase riencia del Taller Total NUMERO 30un pensamiento McLuhan obrera en las eleccionesRAUl SCIARRETA: Leer CARLOS DROGUETT: chilenas NUMERO 24 OCTAVE MANNONI: La ilu·

El CllPital ReportajeNUMERD17 ALAIN LABROUSSE: si6n cómica o el teatro

NUMERD 6JAY HAlEY: Reportaje

Tuparnaros. de la guerri· desde el punto de vistaOSCAR MASOTTA: OSCAR STEIMBERG: El lIa al partido de m_ de lo imaginarioOSCAR TERAN: El ro· Aclaraciones en torno lugar de Mafalda MLN Tupamaros: Partido MANUEL CASTEllS y EMI·

billlOnimo de lo n. a lacan DOCUMENTOS: Los o foco, un falso dilema 1I0 DE IPOLA: Ideologlascional EMILIO TERZAOA: Ac· programas de asistencia

RICARDO POCHTAR: y ciencias socialesEDUARDO MENENDEZ: tualidad de H.I militar y policial de

Gramatologla, ciencia EUGENIO GASTIAZORO:Fanon, situación del NUMERO 11 EE.UU. a Latino·

de la escritura Acumulaci6n y centrali·intelectual arnérica

zacl6n en la industria arolEANDRO GUTIERREZ: lEON GERCHUNOFF: M. CHORNE, l. KAU·

NUMERO 2& gentinaEl radicalismo Cepel, la utopía de MANN, B. GREGO:

JAIME ZAPATA: Maldonado,JUAN CARLOS PORTAN· los funcionarios Acerca de la locura

el diselto todopoderosoTIERO: El peronimo GERMAN l. GARCIA: NUMERO ,. MIRIAM CHORNE y JUAN

OSCAR MASOTT~:Qué S. Bullrich, las opio CARLOS TORRE: Eles el pti<:oanálisis niones de una clase VIETMAN: La guerra quío porvenir de una ilu·

SARA PAIN: El pensamíen· RICARDO PIGlIA: Nueva mica. El efecto de la si6n PEDIDOS DEto de J. Piagat narrativa nortearne· defoliaci6n sobre la Declaraci6n del grupoCOlECCION A:ANA M. NETHDl: Lín· rlcana vide humana Plataforma

gülsti<:a sincr6nica NICDLAS ROSA: la ne". GERMAN GARCIA: Mú· De<:laraci6n del grupoci6n de la historia sica beato los j6venes Documento

Tucumán 1427NUMERO S EDUARDO MENENDEZ: en el espejo GERMAN GARCIA: Cual-RICARDO PIGlIA: Una Rebeli6n en EE.UU, NUMERO 1S tionamos, Las aventuras 20· Ot. 207

lectura de c:_ con· del bien social Buenos AiresNUMERO 12 JAMES PETRAS: Boll· RICARDO PIGlIA: Meo- ArgentinaJOSE MARIA AROUE· DAVID VIAAS: Sábato v via entre revoluciones Tse·tung: práctica

LOS LIBROS - Para una critica polltica de la cultura

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Libro. dlstrlbaldos ea Baeao. Alr••Junio - Julio 1974

CIENCIAS

J.J. Sylvester, Ch. S. Peirce"Ernst Mach, N.R. Campbell yHermann WeylLa forma del pensamientomatemáticoAntología y notas de James R.NewmanTraducción de ManuelSacristánBarcelona, Grijalbo, 146 pág.

CIENCIASSOCIALES

Reinhard BendixEstado nacional y ciudadan íaTraducción de LeandroWolfsonBuenos Aires, Amorrortu,282 pág.

Emile DurkheimLecciones de sociologíaTraducción de Estela CantoBuenos Aires, La Pléyade,282 pág.

Gyorgy MarkusMarxismo y "antropología"Traducción de Manuel SacristánBarcelona, Grijalbo, 86 pág.

Alfredo Raúl Pucciarell ilas clases sociales y el~

desarrollo de la agricultura.Argentina 1880 - 1930Buenos Aires, Cuadernos deCICSQ,89 pág.En un perlado decisivo para laformación de la estructurade clases en el campo, estetrabajo analiza el proceso detransformación de laganaderla y los diversos tiposde explotación; abordacuestiones referentes alproceso de acumulacióncapital¡sta y el desarrollo delcapitalismo agrario.

Alejandro Borás RofmanDependencia, tStructura depod.. Y formación regional enAmérica'LatinaBuenos Aires, Siglo XX "Argentina, 262 pág.Análisis de los procesoseconómico sociales deAmérica Latina y /as formasde asentamiento urbano­regionales que incluye unestudio de la estructuradel espacio en la sociedadcolonial, en el período que elautor denomina de sustituciónde importaciones, y en el deldesarrollo del capitalismodependiente. La investigaciónfue realizada en el Institutode Estudios Urbanos yRegionales del Instituto DiTella y refleja, sin duda,rasgos cientificistas.

Hebe VessuriLa estructura económica localen una colonia agrícolatucumana: campesinos yempresarios. Ocupación yestratificación social entre losobreros de la finca cafieratucumanaBuenos Aires, Cuadernos deCICSO, 56 pág.

CINE

Simón FeldmanEl director de cine. Técnicas,mitos y sometimientosBuenos Aires, Granica, 191 pág.Exposición accesible a unpúblico no especializado sobrela función del directorcinematográfico, los pasos enel proceso de producciónde una pellcula, loscondicionamientos de dichoproceso, etc.

.,LINGUISTICA VCOMUNICACION

Ariel DorfmanEnsayos quemados en Chile.Inocencia y neocolonialismoBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 268 pág.

Ariel Dorfman y ManuelJofréSuperman y sus amigos dellimaBuenos Ai res, Ga lerna, 201 pág.Análisis ideológico de lahistorieta tradicional, a travésde uno de sus personajes, elLlanero Solitario, el librointegra también un extensoinforme donde se dan cuentade los cambios introducidosen la historieta 8 partirde 1971 en Chile: cuáles

fueron las tácticas detransformación de motivos ysituaciones, introducción denuevos actores, resolución deconflictos y desenlaces, etc.

LenguajesRevista de lingüística ysemiologíaPublicación de la AsociaciónArgentina de Semi6ticaAño 1, número 1 abril de 1974Primer número de la revistadirigida por Verón, 1ndart,Steimberg y Traversa. Incluyeart{culos sobre: teorla eideología en la sociologlade la comunicación, elestructuralismo enArgentina y Chile, análisisde la anécdota en el géneroinformativo, la historietaIsidoro y el Pato Donald. Larevista se proponecontribuir al desarrollotBÓrico en el campo,subrayando la necesidad deune crltica polltico ideológicasobre los conceptosproducidos, que reconozca ala vez la especificidad delTercer Mundo en sucomba te por la liberación.Edita la revista la SociedadArgentina de Semi6tica,asociada a la AsociaciónInternacional de Semióticade Parls.

CRITICALITERARIA

Carlos BakerHemingway. El escritor comoartistaTraducción de AntonioBonannoBuenos Aires, Corregidor,430 pág.

lOS LIBROS, Julio..Agostode 1974 35

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El voluminoso estudio deBaker traza una Il'neacronológica y a lo largo deella ordena toda la obra deHemingway; su enfoque,predominantementedescriptivo y conteliÍdista seune a una ceñida ópticabiográfica. Completan el libroextensas bibliograflas delescritor norteamericano.

eCONOMIA

AAVVEl poder económico en laArgentinaBuenos Aires, Cuadernos deCICSa,98 pág.Los trabajos editados fueronpublicados por primera vezen 1973 por la Secretarla dePlaneamiento y Acciónde Gobierno de laSubsecretarla de Desarrolló.Se presentan comoanálisis muy documentadosde la concentración de laindustria argentina, elproceso de sustitución deimportaciones medianteinversiones extranjeras, y las"cien más grandes empresasindustriales".

Pau I BairochEl Tereer Mundo en laencrucijada. EI despegueecon6mico desde el sigloXVIII al siglo XXTraducción de Jacobo Garc íaBlanco CicerónMadrid, Alianza Editorial,340 pág.Bairoch piensa en términos desubdesarrollo y desarrollo;en este marco supone que losobstáculos para el desarrollode los palses del TercerMundo residen en laexplosión demográfica..e/ retraso tecnológico, eltransporte, el alto costo delas inversiones industriales y laslas condiciones sociales enmateria de empleo. Lassoluciones propuestas sondignas de los presupuestosde la descripción. ParaBairoch, el imperialismo noexiste.

Raymond BertrandEconom ía financierainternacionalTraducción de Miguel TaulerRomeroBarcelona, Editorial Planeta,298 pág.

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Charles 8ettel heimLa transici6n a la economíasocialistaTraducción de J. SterlingBarcelona, Libros deconfrontación, Fontanella,356 pág.Este libro recopila una seriede trabajos, surgidos conanterioridad a 1967, sobrela prob lemática del procesode transición alsocialismo. Bettelheim abordatemas como los de laplanificación social, ladelimitación de los sectoressocialistas y estatal, eldebilitamiento de lascategorlas mercantiles, elproblema de los precios, etc.

Andrés M. CarreteroOrígenes de la dependenciaeconómica argentinaBuenos Aires, Platero, 182 pág.

A.V. Chayanovla organización de la unidadeconóm ica campesinaTraducción de María RosaRussovichBuenos Aires, Nueva VisiónEste texto, auspiciado por elInstituto de InvestigaciónCientlfica de EconomlaAgrlcola de Moscú, fuepublicado por primera vez enRusia en 1925 y constituyeel mayor esfuerzo porsistematizar una posiciónque, negando el caráctercapitalista de laeconoml'a campesina, tercióen la polémica entremarxistas y populistas.

Jorge E. Fernández PoiIntroducción al estudio de las.-npresas trasnacionalesBuenos Aires, EditorialEl Coloqu io, 284 pág.

Gene K. Groff y John F. MuthSistemas de producciónTraducción de AníbalCarlos LealBuenos Aires, El Ateneo,177 pág.

Am í1ca r a. HerreraLos recursos mineral. y loslímites del crecimientoeconómicoBuenos Aires, Siglo XXIArgentina, 80 pág.

Andreas G. PapandreouEl capital ismo paternalistaTraducción de AntonioMasieuMadrid, Alianza Editorial,196 pág.

Joan RobinsonTeoría del desarrollo. Aspectoscríticos

Traducción de Mireia BofíllBarcelona, EdicionesMart(nez Roca, 320 pág.

Christopher TugendhatLas em presas mu ItinacionalesTraducción de AntonioMasieu y Carmen VergaraMadrid, Alianza Editorial,301 pág.

Jaroslav Vanekla econom ía departicipaciónTraducción de Teresa Jeannerety Leandro WolfsonBuenos Aires, Amorrortu,150 pág.

EDUCACION

Julio BarreiroEducación popular y procesode concientizaciónBuenos Aires, Siglo XX IArgentina, 158 pág.

Cuadernos de EducaciónNúmero 15, mayo de 1974,Caracas

Cuadernos de educaciónNúmero 16, junio de 1974,CaracasNúmero dedicado al análisis delos contenidos ideológicoculturales de los textos de laescuela primaria venezolana,según ciertos ejes temáticos:la familia, la escuela, la patria,la religión, el trabajo, lapropiedad.

Pau lo FreireLas iglesias, la educaci6n yelproe.o de liberación humane... la histor.Traducido por Sergio Paula daSilva y René K rugerBuenos Aires, La Aurora,47 pág.

Paul GoodmanLa d.-educación obligatoriaTraducción de Ramón RibéBarcelona, 'Editorial Fontanella,181 pág.

James H. HendersonEducación para elentendimiento mundial.Bases para una educacióncooperativa.Traducción de Néstor A.MíguezBuenos Aires, El Ateneo,138 pág.

FILOSOFIA

Max HorkheimerTeoría críticaTraducción de EdgardoAlbizu y Carlos LuisBuenos Aires, Amorrortu,288 pág.

B. Teyssed reLa estética de HegelTraducción de Alfredo LlanosBuenos Aires, Siglo Veinte,137 pág.

Paul TillichTeología de la culturay otros ensayosTraducción de LeandroWolfson y José C. arríesBuenos Aires, Amorrortu,274 pág.

r

HISTORIA

Juan Bautista AlberdiLa unidad de Amérida LatinaMemoriaEstudio preliminar de EnriqueHernándezBuenos Aires, Granica, 63 pág.

J. Chesneaux y M. BastidChina. De las guerras del opioa la guerra franco ch ina.1840 - 1885Traducción de Maite BouyatBarcelona, editorial Vicens­Vives, 298 pág.

Salvador FeriaHistoria argentina con dr.-nay humorBuenos Aires, Granica, 333 pág.

Norberto GalassoManuel UgarteBuenos Aires, EUDEBA,2 tomos

Biografía larga y minuciosa,de un Ugarte queaparece aqul comocampeón del "socialismonacional" y la unidadfatinoamericana. Galassorecopiló una documentaciónexhaustiva que tambiénregistra las granduspo/~micas pollticas delperlado. Ls clave de lalectura polltica de/libro

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reside en la conceptualizaciónde socialismo nacional quehace su autor en laintroducción.

Eduardo V tctor HaedoEl Uruguay y la políticainternacional del Río de laPlataBuenos Aires, EU DEBA,294 pág.Incluido en una nueva colecciónde EUDEBA, "Cuestiones degeopo/¡'tica", e/libro recopiladebates parlamentariosprotagonizados por Haedo,caudillo de la fracciónnacionalista y defensor delneutralismo de su pa¡'s durantela segunda guerra mundial.

Tom KempLa Revolución Industrial en laEuropa del siglo XI XTraducción de Ramón R ibéBarcelona, Ed itorialFontanella, 300 pág.

Boleslao LevvinQuién fue el conquistadorpatagónico Ju lio PopperBuenos Aires, Ed itorial PlusUltra, 448 pág.

Ricardo Mercado LunaLos coroneles de MitreBuenos Ai res, PI us Ultra,165 pág.

Pedro de PaoliFacundoBuenos Aires, PlusUltra, 568 pág.

Hugh ThomasCuba, la lucha por la lihertad.1958-1970Traducción de Neri Daurel'aBarcelona, Grijalbo, tres tomosEl primer tomo recorre lahistoria cubana desde 1762a 1909; el segundo abarca elper¡'odo de la república, larevolución de 1933, elencumbramiento de Batista,la lucha contra la dictadura,desde 1952 hasta 1959; e/tercer tomo brinda una visiónde derecha de lo que el autordesigna como un régimensocialista.

Estanislao S. ZeballosDiplomacia desarmadaBuenos Aires, EUDEBA,276 pág.Ministro de RelacionesExteriores de la ArgentinaPor tercera vez en 1908,Zeballos plantea cuestionesreferen tes a la relación entrePol¡'tica exterior y poderlobélico, enjuicia la polt'tica deMitre yadvierte sobre losrasgOS agresivos de ladiplomacia brasileña.

NARRATIVAEUROPEA YNORTEAMERICANA

ArielDenisLibroTraducción de V {ctorGoldsteinBuenos Aires, Ediciones de laFlor, 140 pág.

Max GalloUn paso hacia el marTraducción de Cara Bellonide Zald{varBuenos Aires, Emocé, 211 pág.

Ingrid GreenburgerUna traición íntimaTraducción de Horacio LaurorsBuenos Aires, Emecé, 284 pág.

Lawrence SandersCanciones de amorTraducción de Floreal MazíaBuenos Aires, Sudamericana,307 pág.Condenada al bestsellera to desdedesde antes de ser escrita,esta novela del autor de Lostapes de A nderson, relatacon lujo de detalles la historiade Bobbie Vander, quienacostumbrb cantar en losmomfJntos más inesperadosde un relato que secaracteriza por suredundancia.

Roger ZelaznyUna rosa para el EclesiastésTraducción de ArielBignamiBuenos Aires, Sudamericana,229 pág.

NARRATIVA

LATINO­AMERICANA

Pablo BarrigaBarriocito y otros cuentosGuito, Editorial Universitaria,71 pág.

Oscar CollazosBiografía del dearra.goBuenos Aires, Siglo XXI,Argentina, 143 pág.

Eduardo MalleaLos papeles privados .Buenos Aires, Sudamericana,274 pág.Mal/ea no deja de escribir; eneste caso no es una novela,sino una serie de aforismos -

atribuidos a su desdichado

personaje Gabriel Andaral­sobre la vida y la literatura:fi/osof'8 k itsch yreaccionaria.

Raúl Pérez TorresManual para mover lasfichasQuito, Editorial Universitaria,107 pág.

Elena PortocarreroLa multiplicación de lasviejasSudamericana, Buenos Aires,168 pág.

Rubén TizzianiLos borrachos en elcementerioBuenos Aires, Siglo X XI,Argenti na, 258 pág.

POESIA

Osvaldo BalbiBuenos Aires queridoEdiciones Cultura popular

Orlando F lorencio CalgaroLa vida en generalBuenos Aires, Rodolfo AlonsoEditorial, 54 pág.

Alvaro CarreraViejo oficioCaracas, Ediciones del Tallerde Arte Revolucionario, 94 pág.

Alvaro CarreraTiempo de masacre l Losviejos comandantesSeparatas número 5 y 6 de larevista Arsenal, Caracas

Carlos LatorreCampo de operacionesBuenos Aires, Rodolfo AlonsoEditor, 58 pág.

Horacio PrelerLo abstracto y lo concretoBuenos Aires, Dead Weight,61 pág.

POLITICA

Bias Manuel AlbertiPeronismo, burocracia y

burguesía nacionalApéndice documental contextos de Marx y Le DuanBuenos Aires, Ed icionesRancagua, 24 pág.

Pierre BrouéEl partido bolcheviqueTraducción de Ramón Garc{aFernándezMadrid, Ayuso, 850 pág.

JoséMar{a Laso PrietoIntroducción al pensamientode GramsciMadrid, Ayuso, 104 pág.

Le DuanLa clase obrera vietnamita y larevoluciónTraducción de H ugo AcevedoBuenos Aires, Ediciones LaRosa BI indada, 75 pág.

Mao Tse TungSobre la literatura y el arteBuenos Aires, Nativa Libros,184 pág.Ant%g/8 que reúne algunosde los textos capitales sobrecultura, literatura y pollticade Mao. Incluye: "Reformemosnuestro estudio ,"Contra elestilo de clisé en el Partido",conclusiones en el Foro deYenán, entre otros trabajosvinculados con la problemáticade la relación entre losintelectuales y las masas, losintelectuales y el partido,la educación de las masas y lacrltica.

Boris Nicolaievski y OttoMaench en-Het fenLa vida de Carlos Marx. Elhombre y el luchadorTraducción de Marcial SuárezMadnd, Editorial Ayuso,508 pág.

Milcl'ades PeñaIndustria, burguesía industrialy liberación nacionalBuenos Aires, EdicionesFichas, 191 pág.

Enrique RaabCuba: vida cotidiana yrfNo'uciónBuenos Aires, Edicionp.s deLa Flor, 84 pág.Escritos, según manifiesta suautor, 11en trance" y publicadosen La Opinión de Buenos Aires,la serie de art{culos de Raabdan una oieada superficial enextremo de la realidad cubana;cuestiones de importanc iacapital como la de los estlmulosmateriales reciben unaaprobación sin reservas porparte del periodista porteño.Su emoción ante el Palaciode los CSSlJmientos de laHabana no es ni siquieramedianamente compartible.

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Rudolf SchlesingerLa Intemacional Comunistay el problema colonialBuenos Aires, Cuadernos dePasado y Presente NO 52,147 pág.

Jorge Enea Spilim bergoLa cuestión nacional en MarxBuenos Aires, Octubre, 226 pág.

William S. WhiteLos responsables. Truman,Taft, Eisenhower, Kennedy,JohnsonTraducción de Manuel BarberáBuenos Ai res, Pro lam, 197 pág.

PSICOLOGIA

Juan Enrique AzcoagaAprendizaje fisiológico yaprendizaje pedagógicoRosario, Editorial Biblioteca,231 pág.Azcoaga se propone y lograofrecer a los pedagogos unlibro de divulgación rigurosoy sencillo, sobre los problemasde aprendizaje fisiológico-inspirado en la reflexologlapavloviana- pero sin reducirlos hechos del aprendizaje alcondicionamiento. Seincorporan ast nociones sobrelos procesos de adquisición degnosias, praxias y lenguaje,aportadas por otras escuelas.

Juan E. AzcoagaTrastornos del lengu ajeBuenos Aires, CuencaEdiciones, 254 pág.

Mary Sarnes y Joseph BerkeViaje a través de la locuraBarcelona, Ediciones MartínezRoca, 402 pág.Redactado alternativamentepor Mary Barnes, la mujerque a los cuarenta y dos añosingresó al Kingsley Hall yalcabo de otros cinco de haberviajado por su locura, serecuperó, y por su terapeutaJoseph Berke, este libroes un testimonio de lasposibilidades y Ilmites de laantipsiquiatrla.

Nicole DallayracLos juegos sexuales de losniños "Traducción de Mario RollaBuenos Aires, Granica Editor,150 pág.Elaborado en colabor~ión condestacados especialistas,entre quienes se destacan

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Fran~oise Dolto, el profesorLafourcade y Octave Mannoni,en forma de manual dedivulgación va respondiendoa las preguntas generadassobre el tema. Luego derepasar las teorlaspsicoanallticas sobre lasexualidad infantil culminaproponiendo consejos eindicaciones para una educaciónsexual.

Marra Carmen Gear yErnesto César LiendoSemiología psicoanalíticaBuenos Aires, Ediciones NuevaVisión, 337 pág.Desde un objetivodefinidamente práctico-brindar al terapeuta unmodelo de ficha cllnica yprograma terapéuticopreciso- los autores formalizany axiomatizan, con rigorimplacable, el psicoanálisisfreudiano y kleiniano. Librode diflcillectura por lapermanente apelación a lasemiologla estructural deLuis J. Prieto, la lógica declases y los modeloscomunicacionales y cibernéticos,puede convertirse en unaayuda eficaz para lograrrigorizacón y mayor eficaciaen las acciones terapéuticas.

Don O. Jackson (comp.)Etiología de la esquizofreniatraducción de Flora Setaro yAndrés PirkBuenos Aires, AmorrortuEditores, 445 pág.Don D. Jackson, jefe delDepartamento de Psiquiatrlade la Cllnica Médica de PaloAlto, compiló este conjuntode trabajos buscando superarla posición simplista queatribuye la etiología de laesquizofrenia a un sólofactor. Desfilan así desdeanálisis genéticos y bioqulmicoshasta planteas macrosociales,de la dinámica familiar ycomunicacionales. De valordesigual, algunos de ellospueden aportar una valederaintegración interdisciplinaria.

Jean - Fran~ois Le NyPsicología y materialismodialécticoTraducción de Floreal MazíaBuenos Aires, Gran ica Editor

Gerald H.J. PearsonTrastornos emocional. delos niñosTraducción de LeonardoMagran y Betty A.M. deMagranBuenos Aires, Editorial Beta,404 pág.

Bernard MuldworfLibertad sexual y necesidadespsicológicasTraducción de SerafinaWarschaverBuenos Aires, Granica Editor

Ross Speck y CarolynAttneaveRedes familiaresTraducción de LeandroWolfsonBuenos Aires, AmorrortuEditores, 154 pág.Ubicado en la Ilnea derecuperar e instrumentarterapéuticamente los recursossanos del paciente y susámbitos de convivencia,este trabajo propone unatécnica original: la"retribalización": reunionesde 40 a 200 personas, queincluyen el núcleo familiar,la familia extensa,multigeneraciona 1, amigos,pares, vecinos, etc.;convocados a hacerse cargocolectivamente de la crisisplanteada y desarrollarsoluciones creativas. La"mediación en la red" y suproducto: el " efecto de red:'conducido por el equipo demediadores esminuciosamente descripto yanalizado en sus fases. Eltrabajo incluye latranscripción completa deuna sesión o "asamblea dered".

Raquel SoiferPsiquiatría infantil operativa(tomo 1)

Buenos Aires, EdicionesKargieman, 168 pág.Destinado a quienes trabajanen el campo de 1'1 saludmental infantil, este primertomo que se continuará conotros referidos a nosologla,semiologla y psicopatologlay técnicas terapéu ticas,repasa las concepcionesfreudiana y kleiniana deldesarrollo evolutivo, desde elnacimiento hasta la pubertad.

Paul J. ::>ltlll

Nuevo elogio de la locuraTraducción de Inés PardalBuenos Aires, Granica editor,108 pág.

-Autor de una nueva teoria:"Ia terapia de lo real", Sternproclama la validez denuestra irrealidad, ya que sisus voces se hacen o lr conplena libertad, podremosrecobrar el derecho a serdueños de nuestro propio yo.Diflcil compartir el enfoqueentre surrealista y superficialdel autor.

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REVISTAS

Aportes para la nuevauniversidadUniversidad de Buenos Aires,número 5, enero de 1974

Sulletin de la CommissionNationale de la RepubliqueSocialiste de Roumaniepour I'UNESCONúmero 3-4, 1973

CosmosRevista de actividadcontemporáneaNúmero 9, mayo de 1974,México

HispaméricaRevista de literatura, año 11,número 6, 1974

LatinoaméricaR io Cuarto, año 11, número3, abril de 1974

Latin American PerspectivesVooumen 1, número 1,1974, Rivarside, Cal iforn iaNúmero dedicado a la teorlade la dependencia. Incluyeartlculos de Cardoso,Sternberg, Fernández,Ocampo, Gunder Frank yStavenhagen

Sin nombreSan Juan, Puerto Rico, vol.IV, número 2, octubre­diciembre de 1973número 3, enero-marzo de1974

VARIOS

Aprendamos a hacer el amor.Hitos para una reflexiónpersonal o para discusionesde grupoTraducci6n de Piri LugonesBuenos Aires, Ediciones deLa Flor,. 63 pág.

Rafael lelpi y Héctor Zii1niProstitución y rufianismoBuenos Aires, Encuadre,293 pág.

Isidoro Ricardo SteinLargLas horas del silencioBuenos Aires, Tres Américas,212 pág.

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Critique de l'Economie Politique /Temps Modernes / Communications /La Pensée / Anthropos / Tel Quel /Esprit / Théorie et politique / Le Pont /Quaderni Piacentini / Aut AutQuaderni Rossi / Terzo Mondo /Rinascita / 11 Manifesto / CriticaMarxista / Problemi del socialismo /Praxis / Science and Society / NewLeft Review / Marxrsm Today / Partisans

Estas y otras revistas europeas ynorteamericanas estarán en Tucumén1425, tel. 45·9359 YTalcahuano 487,tel. 35-8981

NOVEDADES DE AGOSTO

La "vía chilena": un balance necesariopor Mario ToerEn septiembre de 1973 fracasó la "v{a padfica al so­cialismo": los actores del experimento ch ileno, los fac­tores poi {ticos de su derrota, son analizados exhaustiva­mente -mediante una minuciosa documentación- enel libro más completo aparecido sobre "el caso chile­no"~

Teoría marxista de la violenciapor Gilbert MuryComo el Estado, la violencia es para el materialismohistórico un fenómeno cuya existencia arraiga en laexplotación social, las clases y la lucha de clases. Elensayo de Mury desarrolla esta tesis central del aná­lisis marxista a partir del arco teórico que va de Marxy Engels a Lenin y Mao Tse-tung.

Investigaciones retóricas Ipor Roland BarthesEl interés de la Retórica reside tanto en la utilidad demuchos de sus conceptos para una descripción de cier­tos niveles de organización de los discursos sociales,cuanto por su carácter de sistema que manifiesta en elnivel del lenguaje, un universo moral. jur{dico e ideoló­gico, vale decir, histórico.

Trabajo psicológico y pedagógico con niños declases popularespor Frank RiessmanEste libro anal ila el carácter de clase de los mecanis­mos habituales de evaluación de la capacidad intelec­tual en educación y psicolog{a; asimismo los problemasde conducta y aprendizaje en los niños de clases popu­lares.

(!) EDITORIAL TIEMPO CONTEMPORANEO VIAMONTE 1453TEl. 45-9640 SS.' AS.

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