yurkievich, octavio paz, indagador de la palabra, en rev iberoamericana 74

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Octavio Paz, Indagador de la Palabra* C OMO afirma Umberto Eco, 1 la obra de arte no se propone en primera instancia el conocimiento del mundo sino la creación de formas autónomas que poseen características específicas. El arte no reemplaza el conocimiento científico pero aporta complementos del mundo; es una “metáfora epistemológica”, una representación figurada que se organiza, como los otros conocimientos, según los módulos con que cada época percibe y concibe la realidad. Los dos poetas de lengua castellana que mejor ejemplifican la correspondencia entre el sistema de representación y la concepción del mundo contemporáneos son, según creo, César Vallejo y Octavio Paz. En Octavio Paz esta reciprocidad es aún más explícita que en Vallejo, porque el pensamiento metafórico, el mito, va siempre de la mano de la teoría. La palabra poética que amalgama indisolublemente, en carnadura sonora, medio y mensaje, significantes y significados, es reflejo y a la vez espejo de la disquisición conceptual. Paz se inserta en la tradición instaurada por Poe y Baudelaire, proseguida por Mallarmé, Apollinaire, T. S. Eliot, Ezra Pound, Jorge Luis Borges. Cree que la literatura moderna es inseparable de su crítica, que ésta la inventa y fundamenta. La crítica conecta las obras, establece ese campo de relaciones que constituyen una literatura, provee de un cuerpo de doctrinas y organiza el espacio intelectual propicio para las nuevas creaciones (CA 59). Siempre hay complemento y * Advertencia: las siglas utilizadas corresponden a las siguientes obras de Octavio Paz: AL - El arco y la lira, México, Fondo de Cultura Económica, 1956. CA - Corriente alterna, México, Siglo XXI, 1967. LE - Ladera este, México, Joaquín Mortiz, 1969. LP - Libertad bajo palabra, México, Fondo de Cultura Económica, 1960. PC - Puertas al campo, México, UNAM, 1967. S - Salamandra, México, Joaquín Mortiz, 1962. 1 L’oeuvre ouverte, Paris, Seuil, 1965, p. 28

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Yurkievich sobre Octavio Paz

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  • Octavio Paz, Indagador de la Palabra*

    COMO afirma Umberto Eco,1 la obra de arte no se propone en primerainstancia el conocimiento del mundo sino la creacin de formasautnomas que poseen caractersticas especficas. El arte no reemplaza elconocimiento cientfico pero aporta complementos del mundo; es una metforaepistemolgica, una representacin figurada que se organiza, como los otrosconocimientos, segn los mdulos con que cada poca percibe y concibe larealidad. Los dos poetas de lengua castellana que mejor ejemplifican lacorrespondencia entre el sistema de representacin y la concepcin del mundocontemporneos son, segn creo, Csar Vallejo y Octavio Paz. En Octavio Pazesta reciprocidad es an ms explcita que en Vallejo, porque el pensamientometafrico, el mito, va siempre de la mano de la teora. La palabra potica queamalgama indisolublemente, en carnadura sonora, medio y mensaje, significantesy significados, es reflejo y a la vez espejo de la disquisicin conceptual. Paz seinserta en la tradicin instaurada por Poe y Baudelaire, proseguida por Mallarm,Apollinaire, T. S. Eliot, Ezra Pound, Jorge Luis Borges. Cree que la literaturamoderna es inseparable de su crtica, que sta la inventa y fundamenta. Lacrtica conecta las obras, establece ese campo de relaciones que constituyen unaliteratura, provee de un cuerpo de doctrinas y organiza el espacio intelectualpropicio para las nuevas creaciones (CA 59). Siempre hay complemento y

    * Advertencia: las siglas utilizadas corresponden a las siguientes obras de Octavio Paz:AL - El arco y la lira, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1956.CA - Corriente alterna, Mxico, Siglo XXI, 1967.LE - Ladera este, Mxico, Joaqun Mortiz, 1969.LP - Libertad bajo palabra, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1960.PC - Puertas al campo, Mxico, UNAM, 1967.S - Salamandra, Mxico, Joaqun Mortiz, 1962.

    1 Loeuvre ouverte, Paris, Seuil, 1965, p. 28

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    smosis recproca entre los poemas y los ensayos de Paz, que surgen en continuaalternancia (en corriente alterna) de un mismo centro en movimiento. Y es esemovimiento el que pretendemos esbozar a travs de la reflexin (o doblerefraccin, la de un rayo incidente desdoblado) del poeta sobre la palabra.2

    Paz, esponja vida, tiene su receptividad bien abierta a todos los estmulosde la poca. Es un resonador de la actualidad artstica e intelectual, cuya huellase detecta doblemente en poemas y ensayos. Vertebrado inicialmente por laesttica romntica sta permanecer como conviccin, creencia o nostalgia a lolargo de su obra; ser reforzada por el surrealismo, relativizada por elexistencialismo, complementada por la antropologa y la lingstica, sometidaal embate de sucesivas oleadas cientficas y filosficas que condicionarn noslo la visin sino tambin la compaginacin de sus poemas. El decurso de Pazinscribe un discurso donde retumban todos estos ecos a travs de imgenes ypensamientos trasfundidos.

    Para Paz el poema es consagracin del instante privilegiado que escapa ala corriente temporal (a la historia, a la sucesin de los actos banales, a lostrabajos forzosos, a la sujecin de lo real inmediato y cotidiano), instanterevelador de la otredad, salto a lo absoluto, epifana, presencia del misteriocsmico, rescate de la unidad y plenitud primigenias, intermediario entre laconciencia y el mundo verdadero. Esta sacralidad de lo potico, esta fascinacinante lo extrao, ante lo numinoso, aquello que apenas se entrev y que slo se

    2 En Sobre la crtica Paz recalca la importancia que atribuye a la problemtica lingstica:Dir ms: en nuestra poca la crtica funda la literatura. En tanto que esta ltima seconstituye como crtica de la palabra y del mundo, como una pregunta sobre s misma, lacrtica concibe a la literatura como un mundo de palabras, como un universo verbal. (CA44).

    Hay una excepcin con respecto al intercambio constante entre poesa y crtica en laobra de Paz: la historia. Como ensayista, Paz manifiesta perpetuo inters por losacontecimientos nacionales e internacionales; El laberinto de la soledad es una pruebacabal no slo de preocupacin sino tambin de versacin histrica. Medita a menudo sobrela relacin entre historia y poesa (AL 181) o sobre el sentido general de la historia (CA, partesII y III). Pero las circunstancias y referencias histricas han sido casi siempre excluidas desu poesa. Para Paz sta trasciende el tiempo histrico, lo transmuta en tiempo arquetpico(AL 183-185). La poesa anula el tiempo lineal, retrotrae al tiempo cclico. En toda su poesa,recuerdo slo tres referencias histricas ms o menos explcitas; aparecen en Ladera este:revoluciones mejicanas (66), matanza de estudiantes durante las Olimpadas de 1968 (68)y la muerte del Che Guevara (92). Segn Galvano della Volpe (Crisis de la estticaromntica, Buenos Aires, Jorge Alvarez, 1964, pp. 91 y ss.), para el sentimiento que afincaen la serenidad del aislamiento contemplativo, la historia es disonancia, inarmona.

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    puede sugerir balbuceando, lo innominable e indecible, se reafirman en Paz atravs de su contacto con el surrealismo. Como los surrealistas, quiere instaurarel primado de la poesa, liberadora de conformismos, rutinas, yugos y tabes;acceder por la poesa al punto de fusin de todas las antinomias. Para lograrlo,adopta en cierta medida las prcticas surrealistas: el azar objetivo, el automatismo,el enajenamiento, el humor negro, la violencia verbal, el juego. Coincide conBreton en considerar al deseo, a la pasin amorosa no slo como conciliador delos contrarios sino como principio de nterpretacin del universo.

    Despus viene el gran boquete de la posguerra. El existencialismo agudizaen Paz la visin desintegradora de la realidad. Todo pierde sentido, el tiempose desmembra en presentes inmviles; el mundo se vuelve caos, caprichosaconfusin, absurdo. A la arbitrariedad del mundo corresponde la arbitrariedaddel lenguaje; ambos se relativizan. El lenguaje ya no transparenta, no trasciende,es pantalla opaca que se interpone entre conciencia y mundo; la poesa seconvierte en conciencia de la separacin. La palabra es ahora reflejo de reflejos,simulacro, escoria; ya no puede decir el mundo, slo expresa el ser temporal delpoeta, la condicin humana; es signo del ser que se vive a s mismo, no discursosino puro transcurso. Escribir no es escribir el mundo, sino escribirse.

    La otra etapa va de la destruccin del sentido a la recuperacin. Despusde La estacin violenta (1958), Paz devuelve a la poesa sus poderes; la palabraes de nuevo simiente, incandescencia, evocadora y engendradora. La requisalingstica, pone de manifiesto su doble condicin: espejo del mundo, espejodel poeta, o mejor dicho espejo del mundo del poeta (como dice Wittgenstein:mi lenguaje es mi mundo) y campo de fuerzas sujetas a su propio dinamismo,constelacin de acontecimientos. Son los signos en rotacin, la poesa enmovimiento. El mundo aparece como un inmenso texto, ms o menos legible.Homologada la realidad con el lenguaje, la estructura lingstica resultaaplicable a toda manifestacin de lo real. El cosmos se vuelve un emisor demensajes verbalizables, una sonaja de semillas semnticas.

    A travs de la rbita que acabo de resear, Paz no cejar de confiar en elpoder recuperador de la palabra potica, aqulla, segn l, que posibilita elrestablecimiento, el remozamiento y la perpetuacin de los nombres olvidados.Poetizar es recordar. La poesa no remeda, rememora; es la memoria de lahumanidad; hija de Mnemosine, madre de las musas. El nacimiento de laspalabras reitera el modelo por excelencia de toda creacin, la cosmogona:

    Nacan las palabras.Golpeaba en sus slabas la sangre.

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    Naca la que se llama como la luna en el mar,por la que nace la luz de su sepulcroy las piedras se suean escultura.Nacan todas las olvidadas por la vieja lluvia y el hombreque viven en la poesa.Naca el mundo,naca en ureos nombres. (LP 19)

    Cito a propsito un poema muy juvenil, que data de 1935, porque esboza unacreencia que basamenta la produccin posterior. Paz concibe la palabrainspirada como una emanacin natural, inexplicable y espontnea, como elflorecimiento. Palabra y flor, gestaciones semejantes, exteriorizan la mismaenerga original que las engendra. Manifestaciones del misterio csmico,provienen ambas de la presencia que anonada (LP 29). En Manantial (LP 92)la palabra despierta como el amanecer, es inminencia de la revelacin. Con laluz se despliega un lenguaje prstino, el agua vocaliza su llamado, las olasremueven gestos y palabras. Los nombres dicen lo visible, lo audible, lopalpable, mientras lo interno, innominable, busca a tientas el aflujo, cruzar elpuente que le tienden las imgenes (AL 22-23). El da principia en el poema yla palabra auroral va inscribiendo el nombre de la amada hasta dotarla decorporeidad:

    Un da comienza a tus piesPelo mano blancura no son nombresPara este pelo esta mano esta blancuraLo visible y lo palpable que est afueraLo que est adentro y sin nombreA tientas se buscan en nosotrosSiguen la marcha del lenguajeCruzan el puente que les tiende esta imagenComo la luz entre los dedos se deslizanComo t misma entre mis manosComo tu mano entre mi mano se entrelazanUn da comienza en mis palabrasLuz que madura hasta ser cuerpoHasta ser sombra de tu cuerpo luz de tu sombraMalla de calor piel de tu luzUn da comienza en tu bocaEl da que se pierde en nuestros ojosEl da que se abre en nuestra noche (LP 93)

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    La palabra potica equivale a conjuro, hechizo (AL 53); no slo evoca y convoca,tambin encarna, procrea:

    En la puerta prohibidaGrabar el nombre de tu cuerpoHasta que la hoja de rni navajaSangre

    Y la piedra griteY el muro respire como un pecho. (S 74)

    Para Paz existen dos clases de palabras: la palabra pensada, dicha, escrita,palabra externa, y la profunda, inmanente, que contradice a la primera, que lasubyace y sustenta:

    Ya escrita la primeraPalabra (hay otra, abajo,No la que est cayendo,La que sostiene al rostro, al sol, al tiempoSobre el abismo: la palabraAntes de la cada y de la cuenta). (S 29).

    Palabra primigenia, inconmensurable, inocente, palabra del trasfondo que sedispara en el poema, ms all de toda inteleccin, del otro lado de la realidadsensible. Palabra catastrfica, palabra que revienta las palabras (S 21 ), escapaz de todas las mutaciones; palabra feroz, incontrolada, enajenadora,inundadora, incendiaria, enceguecedora, provoca, como la mujer amada con laque se confunde, la traslumbre.

    Abundan las identificaciones entre palabra y pulso, entre flujo verbal ysanguneo. Supuesta una identidad primordial entre vida y lenguaje, entre lasenergas naturales y las poticas, se vislumbra el universo como una integridadfluida e intercomunicada donde todo se coaliga en una mgica fraternidad, todoest animado por la misma impulsin. Espontnea y originalmente el hombrereedita la actitud ancestral: confa en las palabras, cree que duplican el mundoobjetivo, que equivalen a lo que nombran. Las palabras tienen la movilidad yla mutabilidad de la naturaleza: El lenguaje, como el universo, es un inundode llamadas y respuestas; flujo y reflujo, unin y separacin, inspiracin yrespiracin. Unas palabras se atraen, otras se repelen y todas se corresponden.El habla es un conjunto de seres vivos, movidos por ritmos semejantes a los que

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    rigen los astros y las plantas (AL 51). En la escritura automtica, en laduermevela, en los estados hipnticos o delirantes, las palabras liberadasrecobran su antigua hermandad, descargan su reprimida pujanza y restablecenla correspondencia entre todos los rdenes de la realidad. Desde sus primerospoemas, Paz postula y anhela el regreso a la reconciliacin original.

    Establecida la analoga entre el discurso del universo y el del hombre, eluniverso se convierte en un sistema de signos donde todo comunica sentido:universo semntico. El universo nos habla y se habla por nuestro intermedio:La facultad de hablar es una manifestacin particular de la comunicacinnatural; el lenguaje humano es un dialecto ms en el sistema lingstico deluniverso. Podra agregarse: el cosmos es un lenguaje de lenguajes (CA 67).Como para la imaginacin mtica, como para la visin mgico-religiosa delcosmos, la palabra no es privativa del hombre, todas las manifestacionesnaturales son seales emitidas por un poder que las engloba:

    Todo es puertaTodo es puente

    Ahora marchamos en la otra orillaMira abajo correr el ro de los siglosEl ro de los signosMira correr el ro de los astrosSe abrazan y separan vuelven a juntarseHablan entre ellos un lenguaje de incendiosSus luchas sus amoresSon la creacin y la destruccin de los mundosLa noche se abre

    Mano inmensaConstelacin de signosEscritura silencio que cantaSiglos generaciones erasSlabas que alguien dicePalabras que alguien oyePrticos de pilares transparentesEcos llamadas seas laberintosParpadea el instante y dice algoEscucha abre los ojos cirralosLa matrea se levanta

    Algo se prepara. (S 62).

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    Respondiendo a un deseo de asemejar la heterogeneidad de lo real y de unificarsu multiplicidad, cada cosa coincide con el todo y todas las metforas queasocian lo distinto y lo distante se convierten en smbolos de esa convergenciauniversal. La cultura retoma el vnculo con la naturaleza; el hombre se reintegraal cosmos; la realidad fragmentada se amalgama, se vuelve enteramente porosa,permeable, circulatoria.3

    Como el reverdecimiento, como el engrandamiento, como la combustin,como las mutaciones del agua y de la piedra, el lenguaje es producido por unapotencia natural. Es un campo energtico en incesante reverberacin, enperpetua agitacin regida, como los movimientos atmicos, por la afinidad y elrechazo, la afirmacin y la negacin, la identidad y la alteridad.

    Si el hombre es una metfora del universo (transfusin mutua de sentidobasada en una identidad original), la asociacin natural de la pareja humana esla metfora por excelencia, la suma conjugacin de todas las fuerzas y lasformas, la personificacin del universo. En Paz potica y ertica se abrazan yconfunden como la pareja primordial. Lo privativo del lenguaje humano, lo quelo diferencia del animal, sera el impulso no utilitario hacia la satisfaccin delas pasiones, sobre todo la amorosa. Paz presupone que el lenguaje porantonomasia es el dilogo de los amantes.

    La amada mancomuna lo diverso, reconcilia lo contrario, es un puente deregreso al tiempo anterior a los divorcios (CA 58-59). La mujer es lenguajeconcreto, revelacin encarnada; con dunas, bahas, crteres, follajes, lageografa de su cuerpo se parece a la terrestre: el poeta la recorre, la lee y escribeen ella con letras penetrantes:

    Lengua borgoa de sol flageladoLengua que lame tu pas de dunas insomnesCabellera

    Lengua de ltigosLenguajes

    Sobre tu espalda desatadosEntrelazados

    Sobre tus senosEscritura que te escribe

    Con letras aguijones (LE 118-19).

    3 V. Mircea Eliade, Trait dhistoire des religions, Paris, Payot, 1968, pp. 381-82

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    El instante de amor retrotrae al origen de toda creacin, a la latencia, a la nocheanterior ala cosmogona, donde slo se oye el lento brotar del poema, perpetuacinde ese instante supremo:

    Como una piedra blanca reposa la mujerComo el agua luna en un crter extintoNada se oye en la noche de musgo y arenaSlo el lento brotar de estas palabrasA la orilla del agua a la orilla de un cuerpoPausado manantialOh transparente monumentoDonde el instante brilla y se repiteY se abista en s mismo y nunca se consume (LP 102).

    El amor, comunin enajenada, implica prdida del nombre, prdida de laidentidad individual, regreso al tero, a la realidad ms profunda, al ncleoenergtico de donde proviene toda creacin (LP 103).

    Desde los libros iniciales, Paz reitera su anhelo de volver al tiempo delorigen, al reversible y recuperable del eterno retorno, tiempo paradigmtico, noel lineal y prospectivo de la historia sino el vertical, tiempo de purificacin, derestablecimiento de los vnculos, de resurreccin, tiempo ednico donde laspalabras recuperan su sentido:

    All, llevadme all,donde tu nombre, mundo,es tan eterno y mo,que te vives en m, mueres conmigo,y yo no me conozcosino en la prisa de tus ciegas aguas,ignorante de m como t mismo. (LP 48).

    Anhelo de volver al comienzo, de recobrar la infancia, el mundo indiviso, lacompleta participacin de todos en todo, el mundo de un solo lenguaje ahorafragmentado por la degradacin:

    Todo era de todosTodos eran todo

    Slo haba una palabra inmensa y sin revsPalabra como un sol

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    Un da se rompi en fragmentos diminutosSon las palabras del lenguaje que hablamosFragmentos que nunca se unirnEspejos rotos donde el mundo se mira destrozado (LP 90).

    Anulacin del tiempo concreto, profano, reincorporacin al tiempo primordial,vuelta al comienzo absoluto, he aqu uno de los muchos arquetipos mitolgicosque Paz reasumir en su poesa. El retroceso en pos de la perdida plenitud,plenitud del hombre que es plenitud de la palabra, tambin forma parte de laprdica surrealista. Dice Paz de Andr Breton: Toda su bsqueda, tanto o msque exploracin de territorios psquicos desconocidos, fue la reconquista de unreino perdido: la palabra del principio, el hombre anterior a los hombres y lascivilizaciones (CA 52). Recuperar un lenguaje de piedra, de nieve, de agua, desangre (S 78) implica un rechazo del historicismo, de la idea de progreso, de losbienes de la civilizacin urbana, racionalista y tecnolgica. As como la poesabuclica, la loa a la vida pastoril, fue un producto de refinados poetascortesanos, la ascesis brbara preconizada por tantos poetas modernos provienede intelectuales ciudadanos. El anti-intelectualismo de la poesa contempornea(Neruda es un ejemplo cabal de esta postura) olvida que el discurso potico esde elaboracin tan intelectiva como el histrico o el cientfico; en cuantoproceso gnoseolgico, no hay ninguna diferencia entre la metfora potica y laprosaica, ambas analizan la posibilidad de semejanza o de identidad dedismiles, ambas establecen nexos entre gneros para permitir nuevasgeneralizaciones, en ambas interviene la multiplicidad de lo sensible y la raznque tiende a unificarla.4 El anti-intelectualismo es una respuesta a la presin dela realidad concreta, a la sociedad industrial, a la concentracin urbana, a lamasificacin, al mercantilismo, al aniljtarisino, a las luchas por el predominiopoltico, econmico, social. Preeminencia de los imperativos vitales, proyeccinimaginativa, este retroceso hacia el pasado mtico manifiesta no slo unavoluntad de armonizacin (reducir la heterogeneidad, multiplicidad, fugacidad,

    4 Al respecto, indica Della Volpe (op. cit., p. 151) : Un examen aun fugaz del carcterracional (concreto) de la metfora el instrumento ms delicado y particular, se dice, de lapoesa confirmar lo apuntado. Lejos de ser meramente un encuentro fantstico deimgenes, una cierta animacin o naturalidad de las representaciones (msticamentecsmicas), de acuerdo al dogma romntico y posromntico, la metfora es, en cambio,como cualquier concepto, un nexo (unidad) de una multiplicidad; un gnero, aunque nocientfico u ocasional... En ella cruzamos gneros, para lograr gneros nuevosocasionales, a travs de un fundamental proceso de generalizacin, como lo destacajustamente un moderno aristotlico, I A. Richards.

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    confusin, resistencia, destruccin, relatividad a unidad, igualdad, eternidad,concierto, docilidad, integridad, absoluto), sino tambin una voluntad deevasin y de ilusin.

    El pasaje purificador hacia el centro vivo del origen aparececonstantemente en la obra de Paz. En El cntaro roto (LP 288) est representadocon conmovedora nitidez. Contra el hombre empobrecido, tambaleante yrastrero, contra la usura y la mutilacin, tiene que erguirse un pensamientofulgurante, tiene que resurgir la palabra incontaminada, atravesar las piedras ylas losas, los espesores con que fue cubierta la fuente de la vida. La palabraperdida busca unos labios que la digan. Para rescatar la chispa, el grito, lapalabra hay que soar en voz alta y con los ojos abiertos, hasta que el cantoarraigue y ramifique, hasta que el sueo fecundndonos nos devuelva almanantial, donde beber y mirarse y reconocerse y recobrarse. Hay que soarhacia atrs, hacia la fuente, hay que retornar al punto de partida donde se juntalo que fue separado, donde descifraremos la escritura de todo lo que existe,donde recordaremos lo que dice la sangre y la marea, la tierra y el cuerpo. Lapalabra del origen es por sobre todo palabra rtmica, palabra reconciliada conlos ritmos cclicos del cosmos. El ritmo es imagen del mundo, es mito y es rito,rito de reencarnacin del tiempo arquetpico. Por el ritmo el poema se vuelvetiempo vivo perpetuamente recrendose (AL 57 y ss).

    Segn Paz, el poema trasciende la palabra, va ms all de lo expresado, esun salto a la otredad (AL 175). El poeta se desliga de s mismo, del ilusorio egoque obstaculiza el transporte, para acceder al mundo de la pleira presencia, delnombre entero y eterno (LP 48). All las palabras culminan en la msica, en unaencendida y sonora transparencia:

    Lleg la msica y nos arranc la lenguaLa gran boca de la msica devor los cuerposSe quem el mundoArdi su nombre y los nombres que eran su atavoNo queda nada sino un alto sonidoTorre de vidrio donde anidan pjaros de vidrioPjaros invisiblesHechos de la misma sustancia de la luz (LP 95).

    Ms all de las palabras, la msica y ms all de la msica, el silencio; no lamudez que est antes de la palabra, sino el callar que la sobrepasa (LP 47); unsilencio invasor que se expande, que engloba y se confunde con los sonidos, quese acompasa con los ritmos del mundo y del cuerpo hasta imperar (LP 159). Por

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    fin el poema desemboca en el silencio, la plena presencia en la ausencia. Elpoema que es identificacin con la totalidad se disuelve en la nada.

    Della Volpe juzga que el xtasis o rapto afectivo se caracterizapsicolgicamente por una interrupcin del sentido y el movimiento temporal,y que elevarlo a la categora metafsica de contacto con el eterno presente overdadera abolicin del tiempo histrico es un malentendido romntico. Laserenidad del aislamiento contemplativo, del sentimiento desinteresado (segnKant el arte es belleza sin fin, no utilitaria, no obligada a conceptuar) implicauna suspensin, un salirse fuera de s de la conciencia discursiva o concienciade lo mltiple, la que registra el cambio y la diversidad. La sensacin deintemporalidad y la unificacin indiscriminada de lo distinto se trasponen alrango de inefable beatitud, purificacin y acceso a lo absoluto.5

    En La palabra dicha (S 31), el verbo potico es una petrificacin que seyergue como labrada estalactita sobre la escritura; la poesa es palabravertical, palabra erguida sobre la horizontalidad del lenguaje discursivo.Palabra liminar, la que anda por el filo entre el grito y el silencio, entre lo dichoy lo no dicho. No dice lo que dice y dice lo que no dice. La poesa es palabracallada, palabra implcita. juega con los sonidos, los avecina, crea trastocamientosfonticos que acrecientan la ambigedad, los intercambios de sentido en el

    5 La potica de este perodo de Paz se avecina bastante a la de Vicente Huidobro en Altazor.V. sobre todo el canto III, del cual transcribo el final:

    Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamosMientras vivamos juguemosEl simple sport de los vocablosDe la pura palabra y nada msSin imagen limpia de joyas(Las palabras tienen demasiada carga)Un ritual de vocablos sin sombraJuego de ngel all en el infinitoPalabra por palabraCon luz propia de astro que un choque vuelve vivoSaltan chispas del choque y mientras ms violentoMs grande es la explosinPasin del juego en el espacioSin alas de luna y pretensinCombate singular entre el pecho y el cieloTotal desprendimiento al fin de voz de carneEco ce luz que sangra aire sobre el aire

    Despus nada nadaRumor aliento de frase sin palabra

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    laberinto del odo, origen y caja de resonancia de la poesa. El decir vacila,balbucea, se relativiza; por fin se desoye y se desdice:

    Laberinto del odo,Lo que dices se desdiceDel silencio al gritoDesodo.Inocencia y no ciencia:Para hablar aprender a callar.

    La palabra resulta por fin insuficiente. Cuando reconquistemos la plenitud, lapoesa dejar de ser palabra para convertirse en acto. En la conjuncin armnicade los astros y los cuerpos, el saber no ser distinto del soar, el soar del hacer:La poesa ha puesto fuego a todos los poemas. Se acabaron las palabras, seacabaron las imgenes. Abolida la distancia entre el hombre y la cosa, nombrares crear, e imaginar, nacer (LP 208).

    Slo en la momentnea incandescencia de la poesa se atisba ese colmo,pero sus revelaciones son espordicas, intermitentes (LP 213). En los intermediosslo cabe teorizar, indigestarse con la palabra trivial, hincharse la lengua depoltica (LP 209), roer silogismos, habitar razones en ruinas (LP 200).

    La espontaneidad (Inocencia y no ciencia), el flujo sin censuras nicensuras, la duermevela, la libre asociacin, la imaginacin sin ataduras, elazar, el juego, la violencia verbal posibilitan el salto hacia el mundo prstino,hacia el centro magntico de la realidad. Paz asume los presupuestos delsurrealismo, cuya influencia se vuelve ms notoria a partir de guila o sol?(1949-50); implican la creencia en los poderes mgicos de la palabra, en unasuprarrealidad que soporta la ficticia de la percepcin externa; postulan unaactitud agnstica e irracional, o si se quiere una razn vital distinta de laanaltica, un antihistoricismo y antimaterialismo, una anulacin de la concienciacrtica, un pantesmo ertico, una resurreccin del pasado mtico corno reintegrode la totalidad original.

    La poesa es una posibilidad; consiste siempre en un extraamiento, undesprenderse del mundo y un recrearse en ese vaco pleno de inminencias. Lapoesa, segn Paz, reside en los intersticios, filos y fisuras del mundo y dellenguaje; por eso, este alejamiento del mundo es tambin fuga del lenguaje. (AL,173 y SS. LP 160). Fuera de s y fuera de la palabra mundana, e1 poeta tiene queinventar otra que le permita trascenderse. El salto puede darse por inspiracinsbita, por la palabra que inesperadamente se posa sobre el poeta vaciado hasta

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    de su yo (LP 161) o que electriza fulminante como un rayo (LP 213). En elmomento congelado, blanco, enceguecedor, la poesa, erupcin, corte delcordn umbilical, salto mortal, puede surgir por s misma, como surtidor detransparencias, como palabra de todos y, de todo para todos:

    Palabras, frases, slabas, astros que giran alrededor de un centro fijo. Doscuerpos, muchos seres que se encuentran en una palabra. El papel se cubrede letras indelebles, que nadie dijo, que nadie dict, que han cado all y ardeny quemn y se apagan. As pues existe la poesa, el amor existe. Y si yo noexisto, existes t. (LP 216)

    Pero el poema puede provocarse arrancando trabajosamente las palabras alrbol calcinado del lenguaje, o jugando con ellas hasta que surja la flgida queabra las puertas a nuestras extremas posibilidades, a lo sobrenatural. EnErlabn (LP 199), enmedio del decir ingenioso pero inoperante, entre losencadenamientos habituales, entre futesas e insignificancias, el poeta extrae depronto una palabra inventada, todava viva y destellante, que lo transporta alreino mgico de Erlabn. All queda abolida la distancia entre los signos y lascosas significadas: All el lenguaje consiste en la produccin de objetoshermosos y transparentes y la conversacin es un intercambio de regalos, elencuentro feliz entre dos desconocidos hechos el uno para el otro, un inslitobrotar de imgenes que cristalizan en actos. En Erlabn, tierra de prodigios,el lenguaje deja de ser disociacin, desdoblamiento, convencin.

    La imantacin, la apertura tambin pueden conseguirse por va del manipuleoldico. El juego es un desafo al azar. Entre junturas casuales, entre cabriolas,entre trueques y retrucanos se puede arrancar chispas al lenguaje. En Lostrabajos del poeta, sobre todo en el poema IX (LP 163), Paz describe humorsticay metafricamente sus experimentos verbales; consisten en despedazar laspalabras, injertarlas, provocar uniones incestuosas en el seno de una mismafamilia (paronomasias, neologismos por derivacin o composicin,reduplicaciones, juegos de palabras). Entusiasmado, el poeta mutila, corta,pule, aguza, alnea, reordena y crea seres graciosos y de poca vida. Contravienelo usual, ensaya todas las alteraciones. Si el juego fatiga sin alcanzar su objetivo,queda por ltimo el recurso supremo: aplastar de un manotazo las palabras yhacer con ellas una bola que se endurezca y brille; Una vez que est bien fra,arrjala con fuerza contra esos ojos fijos que te contemplan desde que naciste.Si tienes tino, fuerza y suerte, quiz destroces algo, quiz le rompas la cara almundo, quiz tu proyectil estalle contra el muro y le arranque unas breveschispas que iluminen un instante el silencio (LP 164).

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    El juego se confunde con la violencia. La violencia es un depurador dellenguaje; violentarlo para expurgarle todo adimento intil, toda la sobrecargaincorporada a travs de siglos de falaces enseanzas; extirpar la infeccin de lapalabra con un lenguaje tajante, puntiagudo, llameante corrosivo (CA 85): Unlenguaje guillotina. Una dentadura trituradora, que haga una masa deyotlnosotrosvosotrosellos. Un viento de cuchillos que desgarre y desarraiguey descuaje y deshonre las familias, los templos, las bibliotecas, las crceles, losburdeles, los colegios, los manicomios, las fbricas, las academias, los juzgados,los bancos, las amistades, las tabernas, la esperanza, la revolucin, la caridad,la justicia, las creencias, los errores, las verdades, la verdad (LP 165).6 Laspalabras son violadas irrespetuosa, ferozmente; para domesticarlas hay quequebrarlas. Paz practica todos los avecinamientos fonticos; metamrfosis depalabras proteicas que copulan, se desprenden, saltan, se ramifican, se licuan,se aglutinan en una Sopa de sapos, cepo de pedos, todos a una, bola de slabasde estropajo, bola de gargajo, bola de vsceras de slabas sibilas, badajo, sordobadajo (LP 160). Las palabras son materia indcil, unas putas presumidas (LP122), mujeres traicioneras, volubles, tornadizas; el poeta encarna la virilidadagresiva (gallo, toro) y las posee por la fuerza (falo el pensar y vulva lapalabra) (LE 162).

    El lenguaje se resiste ante la violencia del poeta que desarraiga las palabrasde sus conexiones, de sus menesteres habituales. En Nocturno (LP 115), unpoema precoz escrito a los diecisiete aos, Paz se duele ya de la insuficienciadel lenguaje. Las palabras, vocablos hurfanos, apenas sombra trmula de lascosas, dbil eco de la realidad, son incapaces de decir el sueo y el silencio.Revela una insatisfaccin habitual provocada por el desajuste entre la visin yla expresin, entre el proyecto y el resultado. Pero alrededor de los aos 50 lapoesa de Paz cambia de tono y de registro. En el breve proemio de Aguila osol?, el poeta que antes manej las palabras fluidamente, con inocencia, enacuerdo espontneo con el mundo, se encuentra trabado, inmovilizado. Haperdido los plenos poderes y la escritura se convierte en una lucha a solas,infructuosas, en busca de una nica palabra vlida, la personal y necesaria (LP156). Son los aos del mundo desmoronado de la ltima posguerra, del granagujero existencial. Las bombas no slo llenaron de crteres a Londres y Berln,no slo aniquilaron a millones de terrqueos, tambin vaciaron de sentido la

    6 Mediante la coherencia neurtica de un discurso desflecado, lleno de anttesis y dedisyunciones, Paz reitera el mito de la ciudad bablica donde impera el caos y laincomunicacin. Una imagen semejante la da el poema Repeticiones (S 15). Esta visinde la vida urbana se asemeja a la de Baudelaire.

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    vida de los ms lcidos sobrevivientes. No quedaba dnde guarecerse ni dednde asirse; haba que moverse para sentirse vivo, pero todo movimientodesembocaba en la inmovilidad; el tedio y la desesperacin predominaban. Losintelectuales y los artistas se sentan cercados, encavados, encenegados. Seaturdan, se embriagaban, porque todo trabajo resultaba inoperante para romperel muro sartreano. La nica salida era olvidar y, ensimismarse, hacia adentro,a solas con el propio ser, heideggerianamente (PC 115). En este perodo, segnPaz, comienzan verdaderamente los tiempos modernos. Con la concienciadesgarrada, la realidad desmoronada y vaciada de significacin, todo pierde piey consistencia, todo se relativiza; relatividad del mundo que acarrea la relatividaddel pensamiento y del intermediario entre ambos, el lenguaje; desvalorizacinde la realidad, del hombre y de la palabra.

    La poesa de Paz, como la de tantos poetas contemporneos, se tie deangustia, de impotencia, de nihilismo. La nusea y la nada la invaden; ahuecanlas palabras y anulan su sentido: Me rodea un mar de arena y de miedo, mecubre una vegetacin de araas, me paseo en m mismo como un reptil entrepiedras rotas, masa de escombros y ladrillos sin historia. El agua del tiempoescurre lentamente en esta oquedad agrietada, cueva donde se pudren todas laspalabras ateridas (LP 202). Triunfo de la incoherencia: el mundo es caos y lapalabra no puede superar la confusin. Entre el ayer y el maana, dos abismos,se levanta la poesa, una torre de palabras ardientes y confusas, montn deletras desmoronadas (LP 208). En Himno futuro (LP 214) la columna musicaldel canto libre, luminoso compartido, brilla en una cima inaccesible mientrasel poeta se arrastra entre maleza baja que lo ahoga; para conseguir algo de luz,quema intilmente haces de palabras, fragmentos de realidades, realidades enfragmentos, fracasa; devanea, queda desahuciado; camina pero no avanza;desgajado su tiempo del tiempo de los otros, cortada la comunicacin con suprjimo, no le queda sino el balbuceo:

    Mas cuando el tiempo se desgaja del tiempo y slo es boca y grandes muelasnegras, gaznate sin fondo, cada animal en un estmago animal siemprevaco, no queda sino entretener su hambre con canciones brbaras. Cara alcielo, al borde del caer, tarareo el canto del tiempo. Al da siguiente ro quedanada de esos gorgoritos. Y me digo: no es hora de cantos, sino de balbuceos.Djame contar mis palabras, una a una: arrancadas a insomnio y ceguera, aira y desgano, son todo lo que tengo, todo lo que tenemos.

    Este tiempo de Paz es un ahora encallado, incompartible, un anticipo de muerteen que desertan las imgenes y las palabras se trancan y oscurecen. Ningn

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    poema comunica mejor este desmantelamiento del tiempo prospectivo en islasde detenidos presentes que No hay, salida? (LP 282). El mundo confuso sedespee y el pensamiento se anega en las aguas estancadas del lenguaje. Nose puede saltar a la otra orilla donde las palabras significan el mundo, dondereina la palabra libertad, la palabra liberada; en esta ribera, en el pozoemparedado, todo se resiste a la apertura; no hay resquicios ni avance, slo laempedernida cerrazn; todo es hoy, inconmovible fijeza. Para horadar el muro,no quedan sino las palabras melladas. Mientras el tiempo punta, pone comasal vaco, hasta la palabra vida suena remota. El yo es un instante sin nombre nirostro.

    Pero a pesar de la inutilidad del poema, el poeta est por decisin propiacompulsado a escribirlo, aunque carezca de sentido. Siente la tentacin dedestruir el lenguaje, de trasponerlo, de crear otro ms significativo; se sientefascinado por el absurdo o por lo inexpresable (CA 74). Paz conoce estascontradicciones y las manifiesta en Entrada en materia, el poema inicial deSalamandra. Si toda realidad es un discurso porque se la percibe a travs de laestructura verbal, la ciudad moderna, promiscua, inhspita, bablica, recinto detodos los males, es un discurso indescifrable, demencial, una frase inacabadaque se desintegra.7 El poeta se asla del caos callejero, de la confusin invasora,del vrtigo alucinante. Cuando queda a solas, comparece ante el tribunal de suconciencia; ella lo condena por lo que dice y lo que calla, por exceso y porinsuficiencia. El mal uso del lenguaje es un incumplimiento, pero la mente estentrampada por la razn y la expresin trabada por la rigidez del espaolartrtico. El poeta se pregunta qu decir y cmo decirlo; flucta entre lo decibley lo indecible, entre lo que se escribe y lo que se borra. Potencialmente podradecirlo todo, levantar rascacielos de erizadas palabras (la poesa es palabra

    7 A partir de Salamandra abundan los retrucanos. Paz los emplea para representarverbalmente la visin de un mundo inestable, mvil, difuso, inconsistente, donde todo esreversible. todo, flucta entre la afirmacin y la negacin:

    Un reloj da la horaYa es hora

    No es horaAhora es ahora

    Ya es hora de acabar con las horasAhora no es hora

    Es hora y no ahoraLa hora se come al ahoraYa es hora (S 11)

    Justamente uno de, los poemas se titula Reversible (S 20); termina sin acabar, con un finalabierto por un etctera a infinitas variaciones o infinitas repeticiones.

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    erguida). Pero sera intil; tambin las construcciones monumentales caen enla incoherencia y el sin sentido, como la poesa artificiosa que se pavonea consu despliegue verbal y sus efectos sorprendentes; todo termina en lainsignificancia. El poeta est obligado a edificar sobre los escombros, sobre lalengua de los otros, sobre ese gran galimatas recargado por los contrapesos dela tradicin. El poeta manipula cascajos; debe operar con palabras ajenas quesostienen el mundo pero que lo amurallan, que slo permiten verlo a travs deuna ventana o de un espejo, siempre del mismo lado. El poeta est sumido enla contradiccin, la incertidumbre, la inoperancia, el absurdo. Lo real esfantasmal, lo fantasmal es real; o sea que lo real se irrealiza y lo irreal se realiza.8Las palabras no dicen lo que dicen ni lo que debieran decir: toca al poeta supliresta carencia, si alguien la puede suplir.

    Si es real el mundo externo se pregunta Paz, es tambin real el sujetoque lo contempla y es real lo que ste dice? La respuesta: el decir se disuelveen la sucesin de palabras; nadie sabe si el decir est realmente dicho; la nicacerteza es la de estar vivo entre dos parntesis, entre una nada precedente y unanada futura (S 35). Por su parte, la palabra potica es a la vez corprea e ilusoria,pesantez y levedad, razn y error, memoria y olvido (S 33). Todo poema esdiscordia latente, una inestable fusin de contrarios que intercambian su signo.La ambigedad, la dualidad de la palabra potica es inherente a la naturaleza ycondicin del hombre, al ser y, al existir humanos. El poema dice el hombre,expresa lo especficamente humano, revela el ser temporal a la vez inserto enla sucesin histrica y queriendo trasponerla, escaparle, retroceder, saltar a lofantstico o instalarse en lo absoluto (AL 186). El poema tambin est sujeto ala palabra y busca trascenderla, es un ser verbal que quiere ir ms all de laspalabras.

    As el sentido est fusionado con el contrasentido; son el anverso y elreverso de la palabra. Por un lado sta es un ser viviente, semilla dotada de podergensico, por el otro es reflejo de reflejos, fantasma, una entidad de referenciasaparentes. Por un lado las palabras son campos energticos, microcosmosmviles que se metamorfosean en continua interaccin, y por otra parte soncorpsculos inertes, interpsitos opacos entre el mundo y la conciencia.Salamandra culmina en Solo a dos voces, un poema donde Paz testimonia estascontradicciones, comunica el claroscuro de su reflexin en torno del lenguaje.La incertidumbre acerca de la naturaleza mltiple, cambiante, tanto del mundocomo de la palabra que intenta decirlo, se expresa a travs de una intencionada

    8 V. U. Eco, op. cit., pp. 61 y ss,

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    confusin de planos: el objetivo, el mtico o imaginario y el de la escritura.Realidad e irrealidad resultan intercambiables. El poeta, parado sobre el mundoy separado de l, las percibe en constante permutacin. El inundo y el poema,semilleros semnticos, intercambian significacin. En el diccionario que resecay desmantela la lengua, las palabras simiente se vuelven guijarros; pararecuperar el sentido hay que desandarlo, desandar el abecedario, retroceder endireccin inversa a las agujas del reloj, volver al silencio y al olvido, a lainminencia, a la primera letra. La letra a puede concentrar todos los significados:

    El poema hecho con una sola slaba no es menos complejo que la Divinacomedia o El paraso perdido. El sustra Satasahasrika expone la doctrina encien mil estrofas; el Eksaksari es una slaba: a. En el sonido de esa vocal secondensa todo el lenguaje, todas las significaciones y, simultneamente, lafinal ausencia de significacin del lenguaje y del mundo (CA 70).

    Decir es despojarse de lo dicho, mondar la lengua, recobrar la memoria delorigen, del primer alumbramiento. Como en las doctrinas bdicas, Paz postuladesencarnar el lenguaje hasta llevarlo a la extrema negacin, y, anulados losconflictos, la dialctica, sumirse en el silencio final, en la contemplacin de latransparencia (CA 73).

    Paz no puede despojarse de la apetencia de absoluto que consideraespecfica del hombre, no puede acallar su nostalgia de la plenitud paradisaca,pero sabe que estos bienes slo pueden ser vislumbrados o ilusoriamenteposedos en el relumbro momentneo del poema. El poema retorna a sunacimiento para volver a disgregarse y volverse a reunir, se destruye yrecomienza, en continua transformacin, sin alcanzar jams su significadofinal. Una accin sin consumacin, sin desenlace. El poema es como el mundo,una dualidad errante: No el crculo en torno a un centro fijo ni la lnea recta:una dualidad errante que se dispersa y se contrae, una y mil, siempre dos ysiempre juntos y opuestos, relacin que no se resuelve ni en unidad ni enseparacin, significado que se destruye y renace en su contrario. Una forma quese busca (CA 211-12).

    La realidad y el lenguaje se fluidifican, pierden la delimitacin corprea,pierden estatismo, cohesin, sucesin lineal, perfiladura; mundo y lengua sevuelven una urdimbre de relaciones que se transfiguran en constante mutacin.Para representarla, Paz desmantela la columna del poema y la desparrama porla pgina en blanco. El poema quiere dejar de ser un hilo temporal e incorporael espacio a la significacin, enriquece sus dimensiones, se vuelve polimorfo,

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    una constelacin de acontecimientos que ofrece al lector el mximo deprobabilidades, de aperturas, de situaciones, que propone mltiples eleccionesoperativas e interpretativas. Al acrecentar los parmetros a partir de los cualesse concierta el poema, ste incrementa sus estmulos, su valor de provocacin.Al aumentar los sentidos posibles del mensaje, se enriquece la informacin.9

    Desde Libertad bajo palabra hasta Ladera este, los recursos ideogrficosavanzan paulatinamente.10 La nocin de verso se diluye, se deshilvana; laspalabras, liberadas, se mueven a diestra y a siniestra, luego saltan del surco paraarriba o hacia abajo. Paz juega con las letras, con tipos y tamaos diferentes; enBlanco, la escritura negra se combina con la roja: en Topocinas sustituye lostipogramas por pictogramas. Ruptura de la alineacin, circulacin de palabrasradiantes que se cruzan, zigzaguean, se escalonan, montan y descienden. Lasseales se dispersan, la lectura se diversifica. En los Discos visuales Pazabandona el libro e instala el poema en un nuevo soporte.11

    El lenguaje es plido remedo de la realidad, abstraccin de lo concreto,simplificacin de lo complejo, apariencia empobrecedora de la presencia,forzada organizacin de lo informal, artificiosa exteriorizacin de lo profundo,ficticia imagen de lo no figurable, ilusoria aproximacin a lo indecible. El poetano tiene otro remedio que cargar con esta precariedad, esta falencia. Slo le cabeestablecerse en la escritura. En Ladera este, el lenguaje que no puede decir elmundo se dice a s mismo. La poesa no puede ser sino un rito evocativo, unacopia que se distancia de su modelo, palabra intransitiva que duplica lo real sinalcanzarlo. La poesa puede cuestionar el mundo y el sujeto, interrogarlos einterrogarse, preguntar a fondo y totalmente, pero no dar respuestas. No puedeescapar a la irrealidad de sus representaciones, a sus paradojas, pero puedeafincar en la realidad de su instrumento: el lenguaje. Otros escritores acatan estabarrera y reajustan su accin limitndola al campo de lo especficamente

    9 En Libertad bajo palabra, Paz flucta entre mximas y mnimas medidas de verso, varaentre el monoslabo y metros que sobrepasan la veintena. Alterna entre el verso y la prosa;las palabras se sitan libremente en el espacio del verso; se corren a derecha o izquierdapero sin sobrepasarlo, sin desbordar la columna; la airean, la carcomen pero no ladesarticulan. Los versos se cortan a voluntad del poeta, sus mitades se desmembran, unaarriba otra a continuacin pero debajo. Tambin emplea Paz ms variantes tipogrficas quelas tradicionales.10 V. Sal Yurkievich, La topotica de Octavio Paz Caravelle, Toulouse, n 12, 1969, pp.183 y ss.11 V. Roland Barthes, Littrature et signification en Essais critiques, Paris, Seuil, 1964,pp. 258 y ss.

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    literario; para ellos el poema informa sobre el poema mismo. Paz no consigueo no quiere renunciar a sus aspiraciones metafsicas.

    En Vrindaban (LE 57) reaparece la irreductible duplicidad del poema:acto germinativo y dudoso comercio con el negro y con el blanco. Paz muestrael proceso de la escritura, azarosa bsqueda de un discurso que por fin dice sloel tiempo que se extasia en sus combinaciones: reminiscencias, supervivencias,figuraciones. Escritura, juego discontinuo de lo inminente, lo presente y loausente, juego donde la realidad fctica se confunde con la realidad del lenguajey a su vez se separa. Vrindaban se desplieza en dos planos contrapuestos quese anulan: uno es el externo, el de la ficcin, el de la voluntad figurativa queintenta crear una representacin autosuficiente, la ilusin de realidad, que invitaal lector a entrar, a participar en la proyeccin imaginaria, a dejarse atrapar porel conjuro, a aceptar el protocolo, el estatuto literario. El otro plano, el de losparntesis, subyace y soporta al primero, aflora intermitentemente y produce laruptura de la ficcin; muestra el trabajo de montaje, la escritura en vas deproducirse; desnuda la retrica; mediatiza la ancdota, contraviene laverosimilitud del primero, quiebra el encantamiento:

    Yo era el murmullo que avanzaEl enjambre de imgenes(Ahora trazo unos cuantos signosCrispados

    Negro sobre blancoDiminuto jardn de letrasA la luz de una lmpara plantado)

    El poema es un murmullo que avanza, que corre en pos del pensamientodesbocado, de los nombres, chispas de tiempo; un vrtigo de formas sin formaobstinada, de miradas que se modulan y reverberan, una marea de maravillasque se desvanecen para volver a la nada. Escribir es tantear febrilmente, tratarde atrapar las centellas, dejarse balancear por la memoria, dejarse ir sin sabera dnde. El poeta, perseguidor de lo absoluto, est condenado a la caducidad,a decirse a s mismo, a decir siempre lo mismo. Escribir es saberse vivo, vivirse.Escribir es escribirse en la hora inestable, esculpirse y deshacerse, asir el tiempoen la conciencia, plantar signos inciertos en la oscuridad:

    Advenimiento del instanteEl acto

    El movimiento en que se esculpe

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    Y se deshace el ser enteroConciencia y manos para asir el tiempoSoy una historia

    Una memoria que se inventaNunca estoy soloHablo siempre contigoHablas siempre conmigoA oscuras voy y planto signos (LE 63)

    En Carta a Len Felipe (LE 89), Paz reafirma la inutilidad de la escritura,la movilidad y la volatilidad del lenguaje. Las palabras entretejen en el texto susirradiaciones. El inundo desafa siempre al lenguaje, pero ste lo puedeesclarecer slo momentneamente. El oficio del poeta consiste en Aprendera ver or decir/ Lo instantneo, en fijar vrtigos. Las palabras son como pjarosen celo que irrumpen y desaparecen, una alternancia de saltos y reposos. Slopodemos escribir insensateces sobre, la carencia de sentido del escribir. Laescritura potica borra lo escrito, desdice lo dicho y quiere decir con lo deciblelo indecible, escribir sobre lo escrito lo no escrito, otorgar un sentido a lainsignificancia. Escribir, segn Paz es Representar la comedia sin desenlace.La poesa, como toda la literatura, se asienta menos en la relacin de las palabrasy los objetos significados que en la relacin de las palabras entre s; sedesenvuelve en una zona de significado segundo o significado parsito. Conrespecto a los objetos, como dice Roland Barthes, la literatura es constitutivamenteirrealista; lejos de ser una copia analgica de la realidad, la literatura es laconciencia misma de la irrealidad del lenguaje. La literatura ms verdadera esla que se sabe lenguaje, es decir comedia, simulacro del mundo.12 La escriturapotica se asienta en los intersticios del lenguaje, ensea a leer en los huecosentre el mundo y las palabras:

    La poesaEs la hendidura

    El espacioEntre una palabra y otraConfiguracin del inacabamiento (LE 92)

    La poesa es ruptura momentnea, pasajera pregunta, Una ligereza de slabasgirando.

    12 V. R. Barthes, op. cit., p. 164.

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    La escritura dibuja letras para concitar imgenes que se desvanecen sinretorno (LE 95), dice slabas dispersas, nombres, esculturas de aire que apenaspronunciadas se disipan (LE 138). Lenguaje rosal, trampoln, tizn y lenguajeburbuja, trompo, trampa; entre estas antpodas se mueve la consideracin dePaz, ponderativo y desdeoso con respecto a los dones de la palabra. Estasalternativas se manifestarn todas en Blanco, el texto totalizador, que concilialos contrarios en una peregrinacin, contrapunto concertado a lo largo de unanica pgina, donde las palabras transitan del silencio que las prefigura alsilencio en que culminan, del blanco al blanco, de la nada a la nada.

    En ningn otro poema est tan manifiesto el afn de configuracin, ladisposicin reglada que indica una vuelta a la visin armonizadora de la realidad(paralelismos y convergencias entre cuatro colores del espectro, los cuatroelementos y las cuatro facultades humanas). La poesa recobra su carcterceremonial; es rito, procesin que convoca a un espacio y una frase magnticosdonde se opere el conjuro, donde la palabra sea la reencarnacin del sentido.13

    En Blanco, la poesa es no slo lenguaje audible, palabra temporal, sinopoesa visible, palabra tempo-espacial. El espacio no es mero sostn de laescritura y la lectura, las determina, interviene en la gestacin del poema, seincorpora a la significacin. Ha perdido la homogeneidad y la pasividad; seanima, se diversifica y se dispersa. En correspondencia con las palabras, sevuelve visin del mundo, promotor de ritmos y de imgenes.

    Tornar explcito el contenido de Blanco es repasar y repetir la potica delcomienzo, la ms persistente en Paz, la de la reconciliacin de la palabra y elmundo, la del pacto universal, la del acuerdo amoroso, enriquecida ahora porlos vaivenes de aos y pginas de penetrante reflexin.

    La poesa se convierte de nuevo en rito de restitucin de la palabraprimordial, aqulla que se asienta en el silencio del comienzo. La poesa espropiciacin del silencio hacia donde apunta el decir ltimo, diafanidad,desnudamiento para llegar a la traslumbre, aerofana, orculo, sbitarevelacin, cristalizacin verbal, blanco de olvido, resplandor de lo vaco,resolucin en lo sin fin, en lo impalpable e imponderable.

    Mundo y lenguaje son un torbellino de apariciones y desapariciones. Elmundo otorga la significacin a las palabras pero stas no puede significarlo,son sonido anodino, oquedad, nulidad:

    13 V. Octavio Paz, Los signos en rotacin, Buenos Aires, Sur, 1965, pp. 63 y ss. Para unexcelente anlisis de Blanco, v. Guillermo Sucre, El poema: un archipilago de signos,Imagen, Caracas, n 24, 1/15 de mayo de 1968, p. 24.

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    Si el mundo es realLa palabra es irreal

    Si es real la palabraEl mundo

    Es la grieta el resplandor el remolinoNo

    Las desapariciones y las aparicionesS

    El rbol de los nombresReal irreal

    Son palabrasAire son nada

    E1 hablaIrreal

    Da realidad al silencio (LE 167)

    Los nombres y los cuerpos intercambian su realidad y su irrealidad, se refierenrecprocamente. Si las palabras no significan el universo, lo aluden poranaloga. El universo es un texto y un texto es el universo. Ambos, polucin designos, emiten haces de imgenes reverberantes, de vibraciones y reflejos.Cuerpos y palabras rotan como los planetas, pasan de la luz a la sombra, de lacoherencia a la incoherencia, de la memoria al olvido.

    El espacio corporal y el del lenguaje son los dos, espacio semntico. Y enel lenguaje del universo, la pareja encarna la unin del s y del no, dos slabasenamoradas. Todas las oposiciones se concilian en el abrazo amoroso. Laamada se despliega, como el poema, en un espacio legible; leerla es leer eluniverso, poseerla es poseer un fragmento que involucra la totalidad, esreintegrarse a la plenitud, concordar con el cosmos.

    SAL YURKIEVICHUniversit de Rouen